VENEZUELA
A casi cien días de Guaidó está fallando la estrategia de EEUU
El esquema de extrema
presión sobre la institucionalidad militar venezolana para que cediera
ante los dictámenes de la Casa Blanca y dieran un golpe contra el
presidente Nicolás Maduro, parece agotarse sin tener los resultados
esperados.
Al mismo tiempo, tal sedimentación se estaría replicando en el plano político regional, mediante el desgaste de todas las narrativas contra el gobierno de Venezuela, sin que haya resultados concretos a la vista.
Caracas no termina de tambalearse. Y esta es una condición que sobrepasa muchas estimaciones iniciales en las mesas de Washington, pues se ha mantenido la integridad del tejido político e institucional. No ha habido deserciones masivas ni motines significativos en la esfera de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Al mismo tiempo, análisis desde varias direcciones hacen suponer que las posibilidades de una guerra abierta contra Venezuela, es cada vez más cuesta arriba.
Estos eventos podrían dar cuenta de una falla en la lectura desde Washington y el consecuente desarrollo viciado de su estrategia contra Venezuela. A casi cien días del "ascenso" de Juan Guaidó en la política venezolana, no es el "presidente interino" de Venezuela, por el contrario, ha sido inhabilitado para ejercer cargos públicos durante 15 años y ha sido allanada su inmunidad parlamentaria por la Asamblea Nacional Constituyente, órgano plenipotenciario del país, previa solicitud del Tribunal Supremo de Justicia.
"Hasta la fecha, la campaña prácticamente no ha tenido ningún efecto en su objetivo previsto. No ha habido deserciones significativas de los generales venezolanos, y no hay señales de ningún movimiento contra Maduro", señalan.
Los indicios de estas posibilidades yacen en el amplio conocimiento que el chavismo ha tenido sobre su adversario local. En efecto, luego de la autojuramentación de Juan Guaidó y el cabildeo del gobierno estadounidense para forzar el "reconocimiento" internacional que tuvo, la apuesta plena dentro de las fronteras de Venezuela, estuvo sostenida en la ruptura de los mandos militares para propiciar un "golpe desde adentro" contra Maduro, como elemento de entrada a otras operaciones destituyentes por cortesía de Washington.
El chavismo siguió de cerca todos los actos de intención de sedición
en la FANB y mediante ese mecanismo escudriñaron a profundidad que gran
parte de la parafernalia, era un cascarón vacío. Pues muchas de las
detenciones esenciales habían sido desarticuladas en el desmontaje del
"Golpe Azul" y la "Operación Constitución" en 2014 y 2018, respectivamente.
Por ello la narrativa emanada desde la Casa Blanca, que insistentemente solicitaba a los militares venezolanos a actuar, no tuvo asidero. Tal como tampoco lo tuvo el llamado "Decreto de Amnistía" con el cual Guaidó "perdonaría" a los militares venezolanos que se sublevaran. Fueron evidencias de que el despliegue operativo del golpe en Venezuela se sostuvo sobre la aspiración del golpe "desde adentro", aunque no hubieran plenas condiciones para ello.
Sobre esa apuesta se construyó el andamiaje de enormes presiones políticas y diplomáticas, así como la profundización del cerco económico contra Venezuela que en conjunto significaban movimientos de extrema presión que producirían el quiebre. La amenaza de guerra abierta, sería en esta trama un accesorio indispensable, pero a fin de cuentas accesorio.
La posibilidad de que algunas de estas presiones estuvieran guiadas por informaciones y promesas de la gendarmería local de la oposición, concretamente del partido Voluntad Popular, son bastante posibles, toda vez que el partido de Leopoldo López ha sido artífice de la violencia de los años 2014 y 2017 en Venezuela en base a acciones desbocadas y triunfalistas.
Como favoritos de Washington, han hecho ahora uso máximo a la circunstancial presidencia de esa organización del parlamento venezolano para erigir a su "líder" en la conducción nacional, pasando por un lado de los demás partidos de la oposición y en un intento máximo de capitalizar el primer lugar de la política venezolana.
Es decir, las ansias y los fatales errores de cálculo, vienen desde Leopoldo López a Juan Guaidó como un factor denominador de Voluntad Popular, que amparados en sólidos lobbys externos cortesía del Departamento de Estado, han sabido instrumentalizar su protagonismo, pero no han inferido sobre el devenir de la estructura política interna de Venezuela.
Se debe sumar a esos elementos, el contexto de la política interna
estadounidense, que deja claras evidencias de que la actual
administración tiene un marco de maniobra bastante limitado por el
enorme costo a manejar frente a las presiones internas.
Trump ha tenido que desviar fondos del Pentágono para construir su muro en la frontera sur y al mismo tiempo alardea de su dinero arremetiendo contra la elite liberal de su país, en un episodio burdo de la pugna interna que divide las instancias del poder en un Estados Unidos.
Dicho de otra manera, hay serios condicionantes sobre la política estadounidense que han confinado su manejo del caso venezolano para pisar el acelerador en diversos ámbitos, pero para contenerse sobre pulsar el botón de la guerra abierta.
El jefe del Comando Sur de Estados Unidos, almirante Craig Faller, declaró recientemente a Reuters el rechazo de mandatarios de la región al desarrollo de una guerra en Venezuela. "Hemos estado hablando con nuestros socios y nadie piensa que una opción militar sea una buena idea", declaró Faller.
Las declaraciones de Faller son retrato de las contradicciones regionales. La encarnecida agenda de deslegitimación del gobierno de Venezuela que se focalizó en meses anteriores, está dando señales de decaer a los casi cien días del "ascenso" de Juan Guaidó. Las declaraciones viscerales de Iván Duque, Mauricio Macri y Jair Bolsonaro como referentes regionales, han ido decayendo al unísono y conforme al hecho de que el gobierno alemán decidió no reconocer al "embajador" de Juan Guaidó.
Las señales que son apreciables desde la región latinoamericana y caribeña son de desgaste frente a la inamovilidad del gobierno venezolano y en este punto es apreciable la insostenibilidad de los argumentarios, que ya tienen años en vigor, sin que el proclamado "estallido y golpe a Maduro" ocurran.
No obstante estos eventos no infieren la desaparición de las posibilidades de un conflicto bélico de tipo mercenarizado en Venezuela. El canciller Jorge Arreaza y el mismo presidente Maduro, han recalcado que en Colombia hay un despliegue de elementos paramilitares que serían punta de lanza en una hoja de ruta mercenaria contra la institucionalidad venezolana, como punto de máxima presión a los entes castrenses y como punto de partida de ampliación del conflicto.
Desde el 7 de marzo y así durante las últimas semanas, Venezuela ha sido objeto de situaciones de sabotaje a gran escala a su sistema eléctrico, actos que estarían desarrollados con la intención de generar conmoción nacional y caos interno. Tanto como para golpear los sistemas vitales del país y acelerar condiciones de un colapso inducido que genere oportunidades para desatar un conflicto interno. Lo que parece ser la apuesta inmediata de Washington, ante el fallo del "plan Guaidó".
Al mismo tiempo, tal sedimentación se estaría replicando en el plano político regional, mediante el desgaste de todas las narrativas contra el gobierno de Venezuela, sin que haya resultados concretos a la vista.
Caracas no termina de tambalearse. Y esta es una condición que sobrepasa muchas estimaciones iniciales en las mesas de Washington, pues se ha mantenido la integridad del tejido político e institucional. No ha habido deserciones masivas ni motines significativos en la esfera de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Al mismo tiempo, análisis desde varias direcciones hacen suponer que las posibilidades de una guerra abierta contra Venezuela, es cada vez más cuesta arriba.
Estos eventos podrían dar cuenta de una falla en la lectura desde Washington y el consecuente desarrollo viciado de su estrategia contra Venezuela. A casi cien días del "ascenso" de Juan Guaidó en la política venezolana, no es el "presidente interino" de Venezuela, por el contrario, ha sido inhabilitado para ejercer cargos públicos durante 15 años y ha sido allanada su inmunidad parlamentaria por la Asamblea Nacional Constituyente, órgano plenipotenciario del país, previa solicitud del Tribunal Supremo de Justicia.
La probable falla de origen de la estrategia contra Venezuela
Recientemente The Washington Post analizó el caso, señalando que Caracas ha hecho lectura del contexto geopolítico y sobre las posibilidades de una intervención mediante modalidades abiertas. Según el diario, el directorio del gobierno venezolano entendió que Washington estaba haciendo "Bluffing" por la amenaza de guerra abierta y así lo han entendido los mandos militares venezolanos."Hasta la fecha, la campaña prácticamente no ha tenido ningún efecto en su objetivo previsto. No ha habido deserciones significativas de los generales venezolanos, y no hay señales de ningún movimiento contra Maduro", señalan.
Los indicios de estas posibilidades yacen en el amplio conocimiento que el chavismo ha tenido sobre su adversario local. En efecto, luego de la autojuramentación de Juan Guaidó y el cabildeo del gobierno estadounidense para forzar el "reconocimiento" internacional que tuvo, la apuesta plena dentro de las fronteras de Venezuela, estuvo sostenida en la ruptura de los mandos militares para propiciar un "golpe desde adentro" contra Maduro, como elemento de entrada a otras operaciones destituyentes por cortesía de Washington.
Por ello la narrativa emanada desde la Casa Blanca, que insistentemente solicitaba a los militares venezolanos a actuar, no tuvo asidero. Tal como tampoco lo tuvo el llamado "Decreto de Amnistía" con el cual Guaidó "perdonaría" a los militares venezolanos que se sublevaran. Fueron evidencias de que el despliegue operativo del golpe en Venezuela se sostuvo sobre la aspiración del golpe "desde adentro", aunque no hubieran plenas condiciones para ello.
Sobre esa apuesta se construyó el andamiaje de enormes presiones políticas y diplomáticas, así como la profundización del cerco económico contra Venezuela que en conjunto significaban movimientos de extrema presión que producirían el quiebre. La amenaza de guerra abierta, sería en esta trama un accesorio indispensable, pero a fin de cuentas accesorio.
La posibilidad de que algunas de estas presiones estuvieran guiadas por informaciones y promesas de la gendarmería local de la oposición, concretamente del partido Voluntad Popular, son bastante posibles, toda vez que el partido de Leopoldo López ha sido artífice de la violencia de los años 2014 y 2017 en Venezuela en base a acciones desbocadas y triunfalistas.
Como favoritos de Washington, han hecho ahora uso máximo a la circunstancial presidencia de esa organización del parlamento venezolano para erigir a su "líder" en la conducción nacional, pasando por un lado de los demás partidos de la oposición y en un intento máximo de capitalizar el primer lugar de la política venezolana.
Es decir, las ansias y los fatales errores de cálculo, vienen desde Leopoldo López a Juan Guaidó como un factor denominador de Voluntad Popular, que amparados en sólidos lobbys externos cortesía del Departamento de Estado, han sabido instrumentalizar su protagonismo, pero no han inferido sobre el devenir de la estructura política interna de Venezuela.
El ámbito internacional
También es apreciable el quiebre de los esquemas de la política exterior estadounidense en varios frentes simultáneos. En contexto, Europa crea un bypass para burlar las sanciones contra Irán. La cumbre con Corea del norte fracasa estrepitosamente y Washington lidia con dicho saldo. Las políticas proteccionistas estadounidenses incrementaron las tensiones con China y el gigante asiático acelera su reposicionamiento luego de la salida de Estados Unidos del Tratado TransPacífico. La Casa Blanca no logra hacer creíble que su incursión en Siria haya sido "exitosa" y que su retirada es "digna".Trump ha tenido que desviar fondos del Pentágono para construir su muro en la frontera sur y al mismo tiempo alardea de su dinero arremetiendo contra la elite liberal de su país, en un episodio burdo de la pugna interna que divide las instancias del poder en un Estados Unidos.
Dicho de otra manera, hay serios condicionantes sobre la política estadounidense que han confinado su manejo del caso venezolano para pisar el acelerador en diversos ámbitos, pero para contenerse sobre pulsar el botón de la guerra abierta.
El jefe del Comando Sur de Estados Unidos, almirante Craig Faller, declaró recientemente a Reuters el rechazo de mandatarios de la región al desarrollo de una guerra en Venezuela. "Hemos estado hablando con nuestros socios y nadie piensa que una opción militar sea una buena idea", declaró Faller.
Las declaraciones de Faller son retrato de las contradicciones regionales. La encarnecida agenda de deslegitimación del gobierno de Venezuela que se focalizó en meses anteriores, está dando señales de decaer a los casi cien días del "ascenso" de Juan Guaidó. Las declaraciones viscerales de Iván Duque, Mauricio Macri y Jair Bolsonaro como referentes regionales, han ido decayendo al unísono y conforme al hecho de que el gobierno alemán decidió no reconocer al "embajador" de Juan Guaidó.
Las señales que son apreciables desde la región latinoamericana y caribeña son de desgaste frente a la inamovilidad del gobierno venezolano y en este punto es apreciable la insostenibilidad de los argumentarios, que ya tienen años en vigor, sin que el proclamado "estallido y golpe a Maduro" ocurran.
No obstante estos eventos no infieren la desaparición de las posibilidades de un conflicto bélico de tipo mercenarizado en Venezuela. El canciller Jorge Arreaza y el mismo presidente Maduro, han recalcado que en Colombia hay un despliegue de elementos paramilitares que serían punta de lanza en una hoja de ruta mercenaria contra la institucionalidad venezolana, como punto de máxima presión a los entes castrenses y como punto de partida de ampliación del conflicto.
Desde el 7 de marzo y así durante las últimas semanas, Venezuela ha sido objeto de situaciones de sabotaje a gran escala a su sistema eléctrico, actos que estarían desarrollados con la intención de generar conmoción nacional y caos interno. Tanto como para golpear los sistemas vitales del país y acelerar condiciones de un colapso inducido que genere oportunidades para desatar un conflicto interno. Lo que parece ser la apuesta inmediata de Washington, ante el fallo del "plan Guaidó".
Guaidó se basa en un manual de EEUU para la "Operación Libertad"
Juan Guaidó, el
autoproclamado "presidente interino de Venezuela", quien cuenta con el
apoyo del gobierno de los Estados Unidos, anunció recientemente las
"acciones tácticas" que tomarán sus partidarios a partir del 6 de abril
como parte de la "Operación Libertad", un supuesto esfuerzo de la base organizativa para derrocar al presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Esa operación, según Guaidó, será dirigida por los "Comités de Libertad y Ayuda" que a su vez crearán "células de libertad" en todo el país, "células" que se activarán cuando Guaidó lo indique el 6 de abril y se inicien protestas locales a gran escala. El plan declarado de Guaidó supone a militares venezolanos cambiando de bando, pero su insistencia en que "todas las opciones aún están sobre la mesa" (es decir, la intervención militar extranjera) revela su impaciencia con los militares, quienes han seguido siendo leales a Maduro durante la "presidencia interina" de Guaidó.
Sin embargo, un documento publicado en febrero por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), y destacado el mes pasado en un informe de Devex, detalla la creación de redes de pequeños equipos o células, que funcionarían de una manera muy similar a la que Guaidó describe en su plan para la "Operación Libertad".
Dado que Guaidó fue formado por un grupo financiado por la organización hermana de USAID, el National Endowment for Democracy (NED), y se sabe que recibe sus instrucciones de Washington, incluida su autoproclamación como "presidente interino" y su regreso a Venezuela después de la confrontación por la "ayuda humanitaria"; vale la pena considerar que este documento de USAID puede servir como una hoja de ruta para las próximas "acciones tácticas" dirigidas por Guaidó que comprenderán la "Operación Libertad".
El enfoque presentado en este informe implica la creación de Equipos de Desarrollo de Expedición Rápida (RED), que se "desplegarán como equipos de dos personas y se asignarán a socios 'no tradicionales' de USAID que ejecutarán una combinación de operaciones ofensivas-defensivas y de estabilidad en condiciones extremas". El informe señala más adelante que estos socios "no tradicionales" son las Fuerzas Especiales de Estados Unidos (SF) y la CIA.
El informe continúa diciendo que "los miembros del Equipo RED serían actores catalizadores, que realizan actividades de desarrollo junto con las comunidades locales mientras coordinan con los socios interinstitucionales". Además, afirma que "se prevé que la competencia prioritaria de los oficiales de desarrollo del Equipo RED propuestos sería la teoría del movimiento social (SMT, por sus siglas en inglés)" y que "los miembros del Equipo RED serían ‘super facilitadores’, observando las situaciones en el terreno y respondiendo de inmediato diseñando, financiando e implementando actividades a pequeña escala".
En otras palabras, estos equipos combinados de inteligencia, personal militar y/o "promotores de la democracia" funcionarán como "super facilitadores" de "actividades a pequeña escala" centradas en la "teoría del movimiento social" y las movilizaciones de la comunidad, como las movilizaciones de protesta.
La naturaleza descentralizada de los equipos RED y su enfoque en la
producción de "movimientos sociales" y "movilizaciones" es muy similar
al plan de Guaidó
para la "Operación Libertad". La Operación Libertad está programada
para comenzar a través de los "Comités de Libertad y Ayuda" que cultivan
"células de libertad" descentralizadas en todo el país para crear
movilizaciones masivas cuando Guaidó dé el visto bueno el 6 de abril. El
objetivo final de la Operación Libertad es que esas protestas generadas
por las "células de libertad" converjan en el Palacio Presidencial de
Venezuela, donde reside Nicolás Maduro. Dada la falta de impulso y
popularidad de Guaidó dentro de Venezuela, parece muy probable que los
"actores catalíticos" del gobierno de los Estados Unidos sean una parte
clave de su próximo plan para derrocar a Maduro en poco más de una
semana.
Además, un apéndice incluido en el informe establece que los miembros del Equipo RED, además de recibir capacitación en la teoría del movimiento social y técnicas de movilización comunitaria, también recibirían capacitación en "manejo y uso de armas", lo que sugiere que su rol como "actores catalíticos" podría también involucrar un comportamiento similar al de Maidán. Esta es una posibilidad distintiva resaltada por la demanda del informe de que los miembros del Equipo RED sean entrenados en el uso de armas tanto "ofensivas" como "defensivas".
Además, otro apéndice establece que los miembros del Equipo RED ayudarían a "identificar aliados y movilizar pequeñas cantidades de efectivo para establecer la aceptación/relación de la comunidad", es decir, sobornos, y beneficiarían particularmente a la CIA al ofrecer una forma de "acción encubierta de transición en actividades de participación comunitaria".
Este enero, Jair Bolsonaro debutó como presidente de Brasil, un fascista que no ha ocultado su intención de alinear al país con los intereses de Washington. Durante la reciente visita de Bolsonaro a Washington, se convirtió en el primer Presidente de ese país en visitar la sede de la CIA en Langley, Virginia. El presidente Donald Trump dijo durante su reunión con Bolsonaro que "tenemos una gran alianza con Brasil, mejor que nunca antes" y habló a favor de que Brasil se una a la OTAN.
Aunque el gobierno de Bolsonaro ha afirmado
a finales de febrero que no permitiría a Estados Unidos lanzar una
intervención militar desde su territorio, el hijo de Bolsonaro, Eduardo
Bolsonaro, asesor de su padre y congresista brasileño, dijo la semana pasada
que "el uso de la fuerza será necesario" en Venezuela "en algún
momento" y, haciéndose eco de la administración de Trump, agregó que
"todas las opciones están sobre la mesa". Si el gobierno de Bolsonaro
permite el "uso de la fuerza", pero no una intervención militar
extranjera per se, su cercanía a la administración Trump y la CIA
sugiere que las acciones encubiertas, como las realizadas por los
Equipos RED propuestos, son la posibilidad alterna.
"Desde nuestra fundación, Frontier se ha centrado en los desafíos y oportunidades que conciernen a las "3D" de Defensa, Desarrollo y Diplomacia e intersecciones críticas con la comunidad de inteligencia. Nuestro trabajo se ha centrado en los problemas perversos y, a veces, superpuestos, de fragilidad, extremismo violento, terrorismo, guerra civil e insurgencia. Nuestro trabajo en estos temas complejos ha incluido proyectos con el Departamentos de Estado y Defensa de los Estados Unidos, USAID, el Centro Nacional de Contraterrorismo y el Instituto de la Paz de los Estados Unidos”
FDG también afirma en su sitio web que también trabaja regularmente para el Consejo de Relaciones Exteriores y el Grupo Omidyar, que está controlado por Pierre Omidyar, un multimillonario con profundos vínculos con el establishment de Seguridad Nacional de Estados Unidos que fue el tema de una reciente serie de MintPress News. Según el periodista Tim Shorrock, quien menciona el documento en una investigación reciente centrada en Pierre Omidyar para Washington Babylon, FDG fue la "única contratista" empleado por USAID para crear una "nueva doctrina de contrainsurgencia para la administración de Trump" y el fruto de ese esfuerzo es el documento del "Equipo RED" descrito anteriormente.
Una de las coautoras del documento es Alexa Courtney, fundadora de FDG y ex oficial de enlace de USAID con el Departamento de Defensa; ex gerente de operaciones de contraterrorismo civil en Afganistán para USAID; y ex especialista en contrainsurgencia del contratista de inteligencia estadounidense, Booz Allen Hamilton.
Además, según Shorrock, también se ha encontrado el nombre de Courtney "en varios contratos de Caerus [Asociados] con USAID y la Inteligencia de Estados Unidos que me fueron filtrados en una memoria USB, incluido un proyecto de USAID de $77 millones para rastrear 'redes lícitas e ilícitas' en Honduras". Courtney, según su cuenta de LinkedIn, también fue honrada recientemente por Chevron Corporation por su "demostrado liderazgo e impacto en los resultados de desarrollo". MintPress News informó recientemente sobre el papel de Chevron en el esfuerzo actual liderado por Estados Unidos para derrocar a Maduro y reemplazarlo con Guaidó.
Por ejemplo, un encuestado afirmó que el sistema del Equipo RED "restauraría la 'capacidad de hacer' de USAID perdida hace tiempo". Otro funcionario de USAID con 15 años de experiencia, incluso en "entornos extremadamente contrarios", declaró que:
"Tenemos que estar involucrados en la seguridad nacional o USAID no será relevante. Cualquiera que no piense que debemos estar trabajando en elementos de combate o trabajando con grupos de fuerzas especiales (SF) es simplemente ingenuo. O vamos a ser directos o irrelevantes... USAID está pasando por mucho en este momento, pero esta es un área en la que podemos ser de utilidad. Debe suceder".
Dado que el documento representa los esfuerzos del único contratista encargado de desarrollar la nueva estrategia de contraterrorismo de la administración actual, hay muchas razones para creer que sus contenidos, publicados hace más de un año, se han implementado o se van a utilizar en Venezuela, potencialmente como parte de la próxima "Operación Libertad", que comenzará el 6 de abril.
Esto está respaldado por la preocupante correlación entre un documento producido por el grupo CANVAS, financiado por la NED, y los recientes cortes de energía que se han producido en toda Venezuela, que fueron descritos por el Gobierno como un "sabotaje" liderado por los Estados Unidos. Un informe reciente de The Grayzone detalla cómo un memo de septiembre de 2010 de CANVAS, quienes capacitaron a Juan Guaidó, describió en detalle cómo el posible colapso de la infraestructura eléctrica del país, como el que se vio recientemente en Venezuela, sería "un acontecimiento decisivo" que "probablemente tendría el impacto de galvanizar la inestabilidad pública de una manera que ningún grupo de oposición aspiraría poder generar".
El documento específicamente menciona la Planta Hidroeléctrica Simón Bolívar en la represa del Guri, que falló a principios de este mes como resultado de lo que el gobierno venezolano afirmó fue un "sabotaje" realizado por el gobierno de los Estados Unidos. Esa afirmación se vio reforzada por el aparente conocimiento previo del senador estadounidense Marco Rubio sobre el apagón. Por lo tanto, existe un precedente de correlación entre este tipo de documentos y las acciones producidas respecto al actual esfuerzo de cambio de régimen de los Estados Unidos en Venezuela.
Además, tendría sentido que la administración Trump intente implementar una iniciativa como la que se describe en el documento, dada su aparente incapacidad para lanzar una intervención militar en Venezuela, a pesar de sus frecuentes afirmaciones de que "todas las opciones están sobre la mesa". De hecho, los aliados de Estados Unidos, incluidos los que están cerca de Venezuela, como Colombia, han rechazado la intervención militar, dado el pasado rol de los Estados Unidos en sangrientos golpes de Estado y guerras civiles en toda la región.
Por lo tanto, con las manos atadas en lo que a intervención militar se refiere, solo las acciones encubiertas, como las que se describen en el documento sobre el Equipo RED, probablemente sean activadas por el gobierno de los Estados Unidos, al menos en esta etapa de su actual esfuerzo de "cambio de régimen" en Venezuela.
Whitney Webb es una periodista estadounidense de MintPress News, radicada en Chile. Ha contribuido para varios medios independientes como Global Research, EcoWatch, Instituto Ron Paul y 21st Century Wire, entre otros. En 2019 ganó el premio Serena Shim por "su integridad inflexible como periodista".
Este artículo fue publicado en inglés en Mint Press el 29 de marzo de 2019, la traducción para Misión Verdad fue realizada por Ifigenia Chávez.
Esa operación, según Guaidó, será dirigida por los "Comités de Libertad y Ayuda" que a su vez crearán "células de libertad" en todo el país, "células" que se activarán cuando Guaidó lo indique el 6 de abril y se inicien protestas locales a gran escala. El plan declarado de Guaidó supone a militares venezolanos cambiando de bando, pero su insistencia en que "todas las opciones aún están sobre la mesa" (es decir, la intervención militar extranjera) revela su impaciencia con los militares, quienes han seguido siendo leales a Maduro durante la "presidencia interina" de Guaidó.
Sin embargo, un documento publicado en febrero por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), y destacado el mes pasado en un informe de Devex, detalla la creación de redes de pequeños equipos o células, que funcionarían de una manera muy similar a la que Guaidó describe en su plan para la "Operación Libertad".
Dado que Guaidó fue formado por un grupo financiado por la organización hermana de USAID, el National Endowment for Democracy (NED), y se sabe que recibe sus instrucciones de Washington, incluida su autoproclamación como "presidente interino" y su regreso a Venezuela después de la confrontación por la "ayuda humanitaria"; vale la pena considerar que este documento de USAID puede servir como una hoja de ruta para las próximas "acciones tácticas" dirigidas por Guaidó que comprenderán la "Operación Libertad".
Equpos RED
Titulado "Equipos de Desarrollo de Expedición Rápida (RED): Valoración de Demanda y Viabilidad", el documento de 75 páginas se produjo para el Laboratorio de Desarrollo Global de los Estados Unidos, una rama de USAID. Fue escrito como parte de un esfuerzo debido al "sentimiento generalizado" entre los muchos oficiales militares, de inteligencia y de desarrollo que entrevistaron los autores del informe, de "que el USG [Gobierno de Estados Unidos] es lamentablemente desaprovechado en ambientes no permisivos y contrarios”, incluida Venezuela. Es notable que algunos de los oficiales militares, de inteligencia y de desarrollo entrevistados por los autores del informe tenían experiencia trabajando de manera encubierta en Venezuela.El enfoque presentado en este informe implica la creación de Equipos de Desarrollo de Expedición Rápida (RED), que se "desplegarán como equipos de dos personas y se asignarán a socios 'no tradicionales' de USAID que ejecutarán una combinación de operaciones ofensivas-defensivas y de estabilidad en condiciones extremas". El informe señala más adelante que estos socios "no tradicionales" son las Fuerzas Especiales de Estados Unidos (SF) y la CIA.
El informe continúa diciendo que "los miembros del Equipo RED serían actores catalizadores, que realizan actividades de desarrollo junto con las comunidades locales mientras coordinan con los socios interinstitucionales". Además, afirma que "se prevé que la competencia prioritaria de los oficiales de desarrollo del Equipo RED propuestos sería la teoría del movimiento social (SMT, por sus siglas en inglés)" y que "los miembros del Equipo RED serían ‘super facilitadores’, observando las situaciones en el terreno y respondiendo de inmediato diseñando, financiando e implementando actividades a pequeña escala".
En otras palabras, estos equipos combinados de inteligencia, personal militar y/o "promotores de la democracia" funcionarán como "super facilitadores" de "actividades a pequeña escala" centradas en la "teoría del movimiento social" y las movilizaciones de la comunidad, como las movilizaciones de protesta.
Además, un apéndice incluido en el informe establece que los miembros del Equipo RED, además de recibir capacitación en la teoría del movimiento social y técnicas de movilización comunitaria, también recibirían capacitación en "manejo y uso de armas", lo que sugiere que su rol como "actores catalíticos" podría también involucrar un comportamiento similar al de Maidán. Esta es una posibilidad distintiva resaltada por la demanda del informe de que los miembros del Equipo RED sean entrenados en el uso de armas tanto "ofensivas" como "defensivas".
Además, otro apéndice establece que los miembros del Equipo RED ayudarían a "identificar aliados y movilizar pequeñas cantidades de efectivo para establecer la aceptación/relación de la comunidad", es decir, sobornos, y beneficiarían particularmente a la CIA al ofrecer una forma de "acción encubierta de transición en actividades de participación comunitaria".
Con el aliento de Bolsonaro en el cuello
También aumentando el espectro de una conexión con Venezuela está el hecho de que el documento sugiera a Brasil como una potencial locación para un estudio piloto del Equipo RED. Varios de los entrevistados para el informe afirmaron que "los países de América del Sur estaban listos para participar en las fases piloto" del programa del Equipo RED, y agregaron que "estos [países] eran lugares infalibles, poco reseñados y bajo perfil, donde el acceso de civiles de USG es poco riguroso por DS [Seguridad diplomática] y donde existe una relación positiva de Estados Unidos con el gobierno anfitrión".Este enero, Jair Bolsonaro debutó como presidente de Brasil, un fascista que no ha ocultado su intención de alinear al país con los intereses de Washington. Durante la reciente visita de Bolsonaro a Washington, se convirtió en el primer Presidente de ese país en visitar la sede de la CIA en Langley, Virginia. El presidente Donald Trump dijo durante su reunión con Bolsonaro que "tenemos una gran alianza con Brasil, mejor que nunca antes" y habló a favor de que Brasil se una a la OTAN.
Frontier Design Group
El informe del Equipo RED fue escrito por miembros del Frontier Design Group (FDG) para el Laboratorio de Desarrollo Global de USAID. FDG es una contratista de seguridad nacional y el enunciado de su Misión en su sitio web es bastante revelador:"Desde nuestra fundación, Frontier se ha centrado en los desafíos y oportunidades que conciernen a las "3D" de Defensa, Desarrollo y Diplomacia e intersecciones críticas con la comunidad de inteligencia. Nuestro trabajo se ha centrado en los problemas perversos y, a veces, superpuestos, de fragilidad, extremismo violento, terrorismo, guerra civil e insurgencia. Nuestro trabajo en estos temas complejos ha incluido proyectos con el Departamentos de Estado y Defensa de los Estados Unidos, USAID, el Centro Nacional de Contraterrorismo y el Instituto de la Paz de los Estados Unidos”
FDG también afirma en su sitio web que también trabaja regularmente para el Consejo de Relaciones Exteriores y el Grupo Omidyar, que está controlado por Pierre Omidyar, un multimillonario con profundos vínculos con el establishment de Seguridad Nacional de Estados Unidos que fue el tema de una reciente serie de MintPress News. Según el periodista Tim Shorrock, quien menciona el documento en una investigación reciente centrada en Pierre Omidyar para Washington Babylon, FDG fue la "única contratista" empleado por USAID para crear una "nueva doctrina de contrainsurgencia para la administración de Trump" y el fruto de ese esfuerzo es el documento del "Equipo RED" descrito anteriormente.
Una de las coautoras del documento es Alexa Courtney, fundadora de FDG y ex oficial de enlace de USAID con el Departamento de Defensa; ex gerente de operaciones de contraterrorismo civil en Afganistán para USAID; y ex especialista en contrainsurgencia del contratista de inteligencia estadounidense, Booz Allen Hamilton.
Además, según Shorrock, también se ha encontrado el nombre de Courtney "en varios contratos de Caerus [Asociados] con USAID y la Inteligencia de Estados Unidos que me fueron filtrados en una memoria USB, incluido un proyecto de USAID de $77 millones para rastrear 'redes lícitas e ilícitas' en Honduras". Courtney, según su cuenta de LinkedIn, también fue honrada recientemente por Chevron Corporation por su "demostrado liderazgo e impacto en los resultados de desarrollo". MintPress News informó recientemente sobre el papel de Chevron en el esfuerzo actual liderado por Estados Unidos para derrocar a Maduro y reemplazarlo con Guaidó.
Enviar la USAID
Aunque el mes pasado se le dijo a Devex que USAID estaba "aún trabajando en los detalles para formular la iniciativa de los Equipos de Desarrollo de Expedición Rápida (RED)", Courtney declaró que el contenido del informe había sido "recibido muy favorablemente" por "muy altos" e "influyentes" funcionarios gubernamentales, anteriores y actuales, a quienes había entrevistado durante la creación del documento.Por ejemplo, un encuestado afirmó que el sistema del Equipo RED "restauraría la 'capacidad de hacer' de USAID perdida hace tiempo". Otro funcionario de USAID con 15 años de experiencia, incluso en "entornos extremadamente contrarios", declaró que:
"Tenemos que estar involucrados en la seguridad nacional o USAID no será relevante. Cualquiera que no piense que debemos estar trabajando en elementos de combate o trabajando con grupos de fuerzas especiales (SF) es simplemente ingenuo. O vamos a ser directos o irrelevantes... USAID está pasando por mucho en este momento, pero esta es un área en la que podemos ser de utilidad. Debe suceder".
Dado que el documento representa los esfuerzos del único contratista encargado de desarrollar la nueva estrategia de contraterrorismo de la administración actual, hay muchas razones para creer que sus contenidos, publicados hace más de un año, se han implementado o se van a utilizar en Venezuela, potencialmente como parte de la próxima "Operación Libertad", que comenzará el 6 de abril.
Esto está respaldado por la preocupante correlación entre un documento producido por el grupo CANVAS, financiado por la NED, y los recientes cortes de energía que se han producido en toda Venezuela, que fueron descritos por el Gobierno como un "sabotaje" liderado por los Estados Unidos. Un informe reciente de The Grayzone detalla cómo un memo de septiembre de 2010 de CANVAS, quienes capacitaron a Juan Guaidó, describió en detalle cómo el posible colapso de la infraestructura eléctrica del país, como el que se vio recientemente en Venezuela, sería "un acontecimiento decisivo" que "probablemente tendría el impacto de galvanizar la inestabilidad pública de una manera que ningún grupo de oposición aspiraría poder generar".
El documento específicamente menciona la Planta Hidroeléctrica Simón Bolívar en la represa del Guri, que falló a principios de este mes como resultado de lo que el gobierno venezolano afirmó fue un "sabotaje" realizado por el gobierno de los Estados Unidos. Esa afirmación se vio reforzada por el aparente conocimiento previo del senador estadounidense Marco Rubio sobre el apagón. Por lo tanto, existe un precedente de correlación entre este tipo de documentos y las acciones producidas respecto al actual esfuerzo de cambio de régimen de los Estados Unidos en Venezuela.
Además, tendría sentido que la administración Trump intente implementar una iniciativa como la que se describe en el documento, dada su aparente incapacidad para lanzar una intervención militar en Venezuela, a pesar de sus frecuentes afirmaciones de que "todas las opciones están sobre la mesa". De hecho, los aliados de Estados Unidos, incluidos los que están cerca de Venezuela, como Colombia, han rechazado la intervención militar, dado el pasado rol de los Estados Unidos en sangrientos golpes de Estado y guerras civiles en toda la región.
Por lo tanto, con las manos atadas en lo que a intervención militar se refiere, solo las acciones encubiertas, como las que se describen en el documento sobre el Equipo RED, probablemente sean activadas por el gobierno de los Estados Unidos, al menos en esta etapa de su actual esfuerzo de "cambio de régimen" en Venezuela.
Whitney Webb es una periodista estadounidense de MintPress News, radicada en Chile. Ha contribuido para varios medios independientes como Global Research, EcoWatch, Instituto Ron Paul y 21st Century Wire, entre otros. En 2019 ganó el premio Serena Shim por "su integridad inflexible como periodista".
Este artículo fue publicado en inglés en Mint Press el 29 de marzo de 2019, la traducción para Misión Verdad fue realizada por Ifigenia Chávez.
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REUTERS / Carlos Jasso
21:10 31.03.2019(actualizada a las 21:12 31.03.2019) SPUTNIK NEWS