FRANCIA
Gobierno francés busca respuestas tras el caos y la guerrilla urbana en París
Ante las protestas, Macron suspende el alza de impuestos a los combustibles
Francia suspendió este martes por seis meses el aumento planeado de los impuestos a los combustibles en respuesta a semanas de protestas, la primera gran retractación del gobierno del presidente Emmanuel Macron en sus 18 meses en el cargo.
Al anunciar la decisión, el primer ministro Édouard Philippe declaró que habría que estar “sordo o ciego” para no ver o escuchar la ira en las calles por una política que Macron ha defendido como fundamental para combatir el cambio climático.
“Los franceses que han vestido ‘chalecos amarillos’ quieren que bajen los impuestos y que su trabajo rinda. Eso queremos nosotros también. Y si no conseguimos explicarlo, si la mayoría gobernante no logró convencer a los franceses, entonces algo debe cambiar”, dijo Philippe en un discurso televisado.
Philippe indicó que en los seis meses se discutirán otras medidas para ayudar a trabajadores más desfavorecidos que dependen del transporte en vehículos para llegar al trabajo e ir a las tiendas.
Varios responsables insinuaron antes la posibilidad de subir el salario mínimo, pero Philippe no hizo este compromiso.
No obstante, advirtió a los ciudadanos de que no pueden esperar mejores servicios públicos pagando tributos más bajos, por lo que era necesario que ambas partes hicieran concesiones.
Inicialmente, el movimiento de los “chalecos amarillos”, que comenzó el 17 de noviembre, se centró en denunciar la reducción en el poder adquisitivo de los hogares provocada por los impuestos de Macron a los combustibles.
Sin embargo, en las últimas tres semanas las protestas se han convertido en un levantamiento general contra Macron, criticado por muchos por adoptar políticas que según ellos favorecen a los ricos, sin hacer nada por los pobres. Algunos grupos violentos minoritarios exigen la salida del mandatario.
(Con información Reuters)
Al anunciar la decisión, el primer ministro Édouard Philippe declaró que habría que estar “sordo o ciego” para no ver o escuchar la ira en las calles por una política que Macron ha defendido como fundamental para combatir el cambio climático.
“Los franceses que han vestido ‘chalecos amarillos’ quieren que bajen los impuestos y que su trabajo rinda. Eso queremos nosotros también. Y si no conseguimos explicarlo, si la mayoría gobernante no logró convencer a los franceses, entonces algo debe cambiar”, dijo Philippe en un discurso televisado.
Philippe indicó que en los seis meses se discutirán otras medidas para ayudar a trabajadores más desfavorecidos que dependen del transporte en vehículos para llegar al trabajo e ir a las tiendas.
Varios responsables insinuaron antes la posibilidad de subir el salario mínimo, pero Philippe no hizo este compromiso.
No obstante, advirtió a los ciudadanos de que no pueden esperar mejores servicios públicos pagando tributos más bajos, por lo que era necesario que ambas partes hicieran concesiones.
Inicialmente, el movimiento de los “chalecos amarillos”, que comenzó el 17 de noviembre, se centró en denunciar la reducción en el poder adquisitivo de los hogares provocada por los impuestos de Macron a los combustibles.
Sin embargo, en las últimas tres semanas las protestas se han convertido en un levantamiento general contra Macron, criticado por muchos por adoptar políticas que según ellos favorecen a los ricos, sin hacer nada por los pobres. Algunos grupos violentos minoritarios exigen la salida del mandatario.
(Con información Reuters)
Chalecos amarillos no aceptan medidas del gobierno
Los voceros de los “chalecos amarillos” no aceptan el
ofrecimiento de moratoria sobre los tres aumentos de impuestos anunciado
por el gobierno como gesto para evitar nuevas propuestas.
Eric Drouet, al que muchos consideran el iniciador del movimiento, dijo al canal BFM-TV que el sábado manifestará de nuevo: “Es el único modo de mostrar que la mayor parte de los ‘chalecos amarillos’ no está de acuerdo en absoluto con las medidas anunciadas, y que seguiremos hasta que haya un verdadero cambio”.
El costo de las medidas anunciadas por la administración de Emmanuel Macron para aplacar la furia de los “chalecos amarillos” asciende a unos dos mil millones de euros, según una primera estimación de Le Parisien.
Las tres medidas son una tregua fiscal de seis meses: congelamiento de las tasas sobre el combustible, freno a los aumentos en la electricidad y el gas.
En la intervención a la nación, el premier Edouard Philippe dio que “si los impuestos deben ser reducidos, entonces habrá que reducir los gastos”.
(Con información de Ansa)
“El poder adquisitivo baja con respecto a la suba de los combustibles y por otro lado no hubo una suma interesante del salario mínimo. Así que la gente empieza a ver que las políticas que están llevando adelante este gobierno va en detrimento de la clase trabajadora. Así que son los laburantes los que están en la calle y dicen “me estás metiendo la mano en el bolsillo”. Por Liliana Alderete para Redacción Canal Abierto
Aumento en los combustibles, quita de subsidios y avanzada privatizadora sobre servicios públicos. No estamos hablando del gobierno de Macri en Argentina, sino del de su par francés Emmanuel Macron. Estos anuncios provocaron masivas movilizaciones en distintos puntos del país, que continúan a una semana de iniciadas.
En diálogo con Sobre la hora, Liliana Alderete, argentina residente en Francia dio un panorama de la situación. “Las movilizaciones se iniciaron antes en los sectores rurales que en los urbanos. Este es uno de los sectores en donde más fuerte pegó lo que es esta forma de protesta social de los chalecos amarillos. Incluso se ha dado más en las zonas rurales que en París. Es una protesta social que nace más que nada en el interior de Francia. Recuerda mucho lo que fue el movimiento piquetero en Argentina antes del 2001 con barricadas en las entradas y salidas de los pueblos” narró.
“Han elegido las rotondas, estos son los lugares donde está cortado el acceso a los pueblos. Hay gente que están pasando la noche, otros que levantan el piquete y vuelven a la mañana, otros que están en un rato después se van a trabajar y otros que vuelven y toman la posta. Es algo que empezó el sábado 17 y continúa hasta hoy” se refirió ala modalidad de manifestación.
Sobre el impacto de las medidas, Alderete graficó que “la suba del combustible afecta a la clase trabajadora que está en tren de perder su poder adquisitivo. Si uno trabaja en el campo tiene que ir de un lugar a otro, porque acá no está desarrollado el sistema de transporte habitual. Hay tres colectivos por día, así que el sistema de transporte es el auto. La gente tiene un auto con el que tenés que manejarte si o si. El trabajador tiene que manejarse en auto no hay otra forma de transporte.”
Y agregó: “el poder adquisitivo baja con respecto a la suba de los combustibles y por otro lado no hubo una suma interesante del salario mínimo. Así que la gente empieza a ver que las políticas que están llevando adelante este gobierno va en detrimento de la clase trabajadora. Así que son los laburantes los que están en la calle y dicen “me estás metiendo la mano en el bolsillo”.
Fuente: Kaos En la Red
Eric Drouet, al que muchos consideran el iniciador del movimiento, dijo al canal BFM-TV que el sábado manifestará de nuevo: “Es el único modo de mostrar que la mayor parte de los ‘chalecos amarillos’ no está de acuerdo en absoluto con las medidas anunciadas, y que seguiremos hasta que haya un verdadero cambio”.
El costo de las medidas anunciadas por la administración de Emmanuel Macron para aplacar la furia de los “chalecos amarillos” asciende a unos dos mil millones de euros, según una primera estimación de Le Parisien.
Las tres medidas son una tregua fiscal de seis meses: congelamiento de las tasas sobre el combustible, freno a los aumentos en la electricidad y el gas.
En la intervención a la nación, el premier Edouard Philippe dio que “si los impuestos deben ser reducidos, entonces habrá que reducir los gastos”.
(Con información de Ansa)
El presidente Macron realizó este domingo una reunión de urgencia de todo el ejecutivo
Gobierno francés busca respuestas tras el caos y la guerrilla urbana en París
El
presidente francés, Emmanuel Macron, dirigió este domingo una reunión
de urgencia del ejecutivo, un día después de una jornada de caos en toda
Francia y violentas escenas en París, en plena escalada del conflicto
de los “chalecos amarillos”, convertido ahora en grave crisis política,
informó AFP.
Recién llegado de Buenos Aires, donde participó en el G20, el mandatario francés se trasladó al Arco del Triunfo, en los Campos Elíseos, uno de los lugares donde se produjeron las protestas más violentas, para recogerse ante la llama al soldado desconocido y para constatar los daños. Durante esta visita, algunos “chalecos amarillos” lo abuchearon.
Después dirigió una reunión de urgencia con algunos de sus ministros clave para hallar una respuesta a un movimiento que parece escapar a cualquier control.
Recordemos que el sábado, cuando aún ardían automóviles en París, Macron declaró desde Buenos Aires que “no aceptará jamás la violencia”, que “nada tiene que ver con la expresión de una legítima cólera” de los “chalecos amarillos”, que globalmente protestan contra el precio de los carburantes y la pérdida de poder adquisitivo.
Violencia “sin precedente”
La violencia en París fue de “una gravedad sin precedente”, dijo el domingo el prefecto de policía Michel Delpuech.
En total, 412 personas fueron detenidas, “un nivel nunca alcanzado en las últimas décadas”, agregó Delpuech en conferencia de prensa, y lamentó la “violencia extrema e inédita” contra las fuerzas del orden con “lanzamiento de martillos” y “bolas de acero”.
Unas 136.000 personas participaron en el tercer sábado de protestas organizadas en el conjunto del territorio francés por los “chalecos amarillos”, lo que representa un aumento en el número de manifestantes respecto a las protestas de la semana anterior, en las que participaron 106.000 personas, según cifras del gobierno francés.
Los disturbios, de una magnitud inédita en París, causaron 133 heridos -entre ellos 23 de las fuerzas de seguridad.
También se produjeron incidentes en el resto del territorio francés.
En el sur del país, en Toulouse, 57 personas resultaron heridas, entre las cuales había 48 agentes de policía, mientras que en Arles, el sábado por la noche falleció un motorista al golpearse con un camión durante un atasco originado por un bloqueo de los “chalecos amarillos”. Se trata de la tercera muerte desde que empezaron estas protestas.
Este domingo, en una tribuna en el Journal du Dimanche, un grupo de diez “chalecos amarillos libres”, portavoces de una “cólera constructiva” exhortaron a “salir de la crisis”.
Tras condenar “cualquier tipo de violencia” se declararon dispuestos a un diálogo con el gobierno, aunque plantearon varias reclamaciones: un gran debate sobre la fiscalidad con la participación de los ciudadanos, la organización de “referendos regulares sobre las grandes orientaciones sociales del país” o una “conferencia social nacional”.
Jacline Mouraud, figura de los “chalecos amarillos”, una de iniciadoras del movimiento en las redes sociales, dijo a la AFP que “una condición previa a cualquier discusión” es la anulación del alza de las tasas a los combustibles.
“Lejos de la realidad”
De momento, la respuesta del gobierno francés ha sido de firmeza. “Los responsables de estos disturbios no quieren un cambio, no quieren ninguna mejora, quieren el caos. Serán identificados, y llevados ante la justicia”, insistió Macron.
La oposición francesa y una parte de los “chalecos amarillos” -un movimiento sin estructura ni dirigentes- pide ante todo un “gesto” al gobierno, como aplazar o congelar el aumento de las tasas a los combustibles.
El presidente de Los Republicanos, Laurent Wauquiez (derecha), reiteró su petición de convocar un referéndum sobre la política ecológica y fiscal de Macron.
Marine Le Pen (extrema derecha) pidió ser recibida por Macron junto a otros jefes de partidos de oposición.
A la izquierda, Jean-Luc Mélenchon, jefe de la Francia Insumisa (izquierda radical) exhortó a restablecer el impuesto sobre la fortuna, y aplaudió la “insurrección ciudadana” que “hace temblar el mundo de Macron y el mundo del dinero”.
Emmanuel Macron, que ha forjado parte de su capital político en su capacidad reformadora, no ha dejado de repetir que jamás retrocederá, contrariamente, según él, a sus predecesores.
Pero el nuevo delegado general de la República en Marcha (LREM, el partido de Macron), Stéphane Guérini, tiene un diagnóstico más severo: “Nos equivocamos porque hemos estado demasiado lejos de la realidad de los franceses”, declaró al diario Le Parisien.
Una persona muere en Francia tras accidente por barricadas
El conductor de una furgoneta murió en la noche de ayer en el sureste de Francia como resultado de un accidente de tráfico causado por las barricadas de los ‘chalecos amarillos’, informó Le Monde citando al fiscal local, Tarascon Patrick Desjardins.
“Este accidente está directamente vinculado con las barricadas de los ‘chalecos amarillos’, que provocaron un enorme atasco de tráfico de diez kilómetros”, destacó el fiscal.
Desjardins explicó que la furgoneta “chocó con un camión a toda la velocidad y luego otro automóvil se estrelló contra él”.
Según el funcionario francés, el conductor de la furgoneta murió como resultado de “un fuerte golpe”, el conductor del camión fue hospitalizado con lesiones leves.
La Fiscalía inició una investigación para determinar las circunstancias exactas del accidente.
Recién llegado de Buenos Aires, donde participó en el G20, el mandatario francés se trasladó al Arco del Triunfo, en los Campos Elíseos, uno de los lugares donde se produjeron las protestas más violentas, para recogerse ante la llama al soldado desconocido y para constatar los daños. Durante esta visita, algunos “chalecos amarillos” lo abuchearon.
Después dirigió una reunión de urgencia con algunos de sus ministros clave para hallar una respuesta a un movimiento que parece escapar a cualquier control.
Recordemos que el sábado, cuando aún ardían automóviles en París, Macron declaró desde Buenos Aires que “no aceptará jamás la violencia”, que “nada tiene que ver con la expresión de una legítima cólera” de los “chalecos amarillos”, que globalmente protestan contra el precio de los carburantes y la pérdida de poder adquisitivo.
Violencia “sin precedente”
La violencia en París fue de “una gravedad sin precedente”, dijo el domingo el prefecto de policía Michel Delpuech.
En total, 412 personas fueron detenidas, “un nivel nunca alcanzado en las últimas décadas”, agregó Delpuech en conferencia de prensa, y lamentó la “violencia extrema e inédita” contra las fuerzas del orden con “lanzamiento de martillos” y “bolas de acero”.
Unas 136.000 personas participaron en el tercer sábado de protestas organizadas en el conjunto del territorio francés por los “chalecos amarillos”, lo que representa un aumento en el número de manifestantes respecto a las protestas de la semana anterior, en las que participaron 106.000 personas, según cifras del gobierno francés.
Los disturbios, de una magnitud inédita en París, causaron 133 heridos -entre ellos 23 de las fuerzas de seguridad.
También se produjeron incidentes en el resto del territorio francés.
En el sur del país, en Toulouse, 57 personas resultaron heridas, entre las cuales había 48 agentes de policía, mientras que en Arles, el sábado por la noche falleció un motorista al golpearse con un camión durante un atasco originado por un bloqueo de los “chalecos amarillos”. Se trata de la tercera muerte desde que empezaron estas protestas.
Este domingo, en una tribuna en el Journal du Dimanche, un grupo de diez “chalecos amarillos libres”, portavoces de una “cólera constructiva” exhortaron a “salir de la crisis”.
Tras condenar “cualquier tipo de violencia” se declararon dispuestos a un diálogo con el gobierno, aunque plantearon varias reclamaciones: un gran debate sobre la fiscalidad con la participación de los ciudadanos, la organización de “referendos regulares sobre las grandes orientaciones sociales del país” o una “conferencia social nacional”.
Jacline Mouraud, figura de los “chalecos amarillos”, una de iniciadoras del movimiento en las redes sociales, dijo a la AFP que “una condición previa a cualquier discusión” es la anulación del alza de las tasas a los combustibles.
“Lejos de la realidad”
De momento, la respuesta del gobierno francés ha sido de firmeza. “Los responsables de estos disturbios no quieren un cambio, no quieren ninguna mejora, quieren el caos. Serán identificados, y llevados ante la justicia”, insistió Macron.
La oposición francesa y una parte de los “chalecos amarillos” -un movimiento sin estructura ni dirigentes- pide ante todo un “gesto” al gobierno, como aplazar o congelar el aumento de las tasas a los combustibles.
El presidente de Los Republicanos, Laurent Wauquiez (derecha), reiteró su petición de convocar un referéndum sobre la política ecológica y fiscal de Macron.
Marine Le Pen (extrema derecha) pidió ser recibida por Macron junto a otros jefes de partidos de oposición.
A la izquierda, Jean-Luc Mélenchon, jefe de la Francia Insumisa (izquierda radical) exhortó a restablecer el impuesto sobre la fortuna, y aplaudió la “insurrección ciudadana” que “hace temblar el mundo de Macron y el mundo del dinero”.
Emmanuel Macron, que ha forjado parte de su capital político en su capacidad reformadora, no ha dejado de repetir que jamás retrocederá, contrariamente, según él, a sus predecesores.
Pero el nuevo delegado general de la República en Marcha (LREM, el partido de Macron), Stéphane Guérini, tiene un diagnóstico más severo: “Nos equivocamos porque hemos estado demasiado lejos de la realidad de los franceses”, declaró al diario Le Parisien.
Una persona muere en Francia tras accidente por barricadas
El conductor de una furgoneta murió en la noche de ayer en el sureste de Francia como resultado de un accidente de tráfico causado por las barricadas de los ‘chalecos amarillos’, informó Le Monde citando al fiscal local, Tarascon Patrick Desjardins.
“Este accidente está directamente vinculado con las barricadas de los ‘chalecos amarillos’, que provocaron un enorme atasco de tráfico de diez kilómetros”, destacó el fiscal.
Desjardins explicó que la furgoneta “chocó con un camión a toda la velocidad y luego otro automóvil se estrelló contra él”.
Según el funcionario francés, el conductor de la furgoneta murió como resultado de “un fuerte golpe”, el conductor del camión fue hospitalizado con lesiones leves.
La Fiscalía inició una investigación para determinar las circunstancias exactas del accidente.
VIDEOS: Jornada de caos y violencia en París deja 110 heridos y 255 detenidos
Publicado: 2 dic 2018 00:04 GMT | Última actualización: 2 dic 2018 11:53 GMT - RT
El tercer fin de semana consecutivo de
protestas movilizó a 75.000 personas en todo el territorio de Francia.
Cerca de 110 personas han resultado heridas —entre ellas 14 policías— en las protestas
de los 'chalecos amarillos' organizadas este sábado en el centro de
París (Francia), donde la Policía ha practicado 255 detenciones, informa
AFP.
Algunos de los 5.500 manifestantes que participaron en la movilización en contra de la subida del precio del combustible incendiaron decenas de automóviles y prendieron fuego a varios comercios durante los enfrentamientos con la policía antidisturbios, en el tercer fin de semana consecutivo de protestas en el país galo. Las autoridades respondieron a las piedras y otros proyectiles lanzados por algunos de los manifestantes con gases lacrimógenos.
#RTenEspañol #Francia #Protestas
Castaner aseguró que la situación, que en su opinión fue provocada por "especialistas en generar conflictos y destrucción", está en gran parte bajo control. Por su parte, el primer ministro francés, Édouard Philippe, ha cancelado su viaje de este domingo a Polonia, donde se celebra la conferencia de la ONU sobre el cambio climático, para abordar con el presidente francés, Emmanuel Macron el escenario creado por las protestas.
Al menos 12 periodistas de RT han resultado heridos mientras cubrían la nueva ronda de protestas de los 'chalecos amarillos'.
En uno de los videos se observa a decenas de manifestantes, algunos de ellos con máscaras antigás, cascos y chalecos amarillos, enfrentándose a las fuerzas del orden, contra las que arremeten lanzándoles objetos y pintándoles de amarillo. Por su parte, las autoridades tratan de dispersarlos con cañones de agua. También se aprecia cómo los manifestantes lanzan bengalas y organizan barricadas cerca del Arco del Triunfo.
En otra de las grabaciones se ve cómo la Policía arresta a varios de los participantes en las protestas, a los que golpean mientras se hallan desprotegidos en el suelo. Además, se aprecian varias columnas de humo mientras se escuchan explosiones en medio de un escenario de batalla campal.
https://youtu.be/7HeZ6V6z_-o
En otras imágenes un grupo de agentes antidisturbios arremete contra varios activistas que se hallan a los pies del Arco del Triunfo, que luce una pintada en la que puede leerse 'les gilets jaunes triompheront' ('los chalecos amarillos triunfarán', en francés). Los manifestantes respondieron con empujones y un ataque en masa.
Algunos de los 5.500 manifestantes que participaron en la movilización en contra de la subida del precio del combustible incendiaron decenas de automóviles y prendieron fuego a varios comercios durante los enfrentamientos con la policía antidisturbios, en el tercer fin de semana consecutivo de protestas en el país galo. Las autoridades respondieron a las piedras y otros proyectiles lanzados por algunos de los manifestantes con gases lacrimógenos.
#RTenEspañol #Francia #Protestas
'Chalecos amarillos' apalizan a un policía durante las violentas protestas en París
https://youtu.be/rdz1v80Sn3cFrancia, en pie de guerra
En todo el territorio de Francia las protestas movilizaron a unas 75.000 personas, según datos ofrecidos por el ministro del Interior Christophe Castaner, una cifra muy por debajo de las 282.000 que se congregaron en el primer día de protestas —el pasado 17 de noviembre—, y de los 106.000 manifestantes del pasado sábado.Castaner aseguró que la situación, que en su opinión fue provocada por "especialistas en generar conflictos y destrucción", está en gran parte bajo control. Por su parte, el primer ministro francés, Édouard Philippe, ha cancelado su viaje de este domingo a Polonia, donde se celebra la conferencia de la ONU sobre el cambio climático, para abordar con el presidente francés, Emmanuel Macron el escenario creado por las protestas.
Fuertes enfrentamientos entre agentes y 'chalecos amarillos' en el centro de París
https://youtu.be/lX_kENfgFHkAl menos 12 periodistas de RT han resultado heridos mientras cubrían la nueva ronda de protestas de los 'chalecos amarillos'.
En uno de los videos se observa a decenas de manifestantes, algunos de ellos con máscaras antigás, cascos y chalecos amarillos, enfrentándose a las fuerzas del orden, contra las que arremeten lanzándoles objetos y pintándoles de amarillo. Por su parte, las autoridades tratan de dispersarlos con cañones de agua. También se aprecia cómo los manifestantes lanzan bengalas y organizan barricadas cerca del Arco del Triunfo.
En otra de las grabaciones se ve cómo la Policía arresta a varios de los participantes en las protestas, a los que golpean mientras se hallan desprotegidos en el suelo. Además, se aprecian varias columnas de humo mientras se escuchan explosiones en medio de un escenario de batalla campal.
#RTenEspañol
Cañones de agua, barricadas y arrestos en el corazón de París
En otras imágenes un grupo de agentes antidisturbios arremete contra varios activistas que se hallan a los pies del Arco del Triunfo, que luce una pintada en la que puede leerse 'les gilets jaunes triompheront' ('los chalecos amarillos triunfarán', en francés). Los manifestantes respondieron con empujones y un ataque en masa.
- El pasado 17 de noviembre una manifestante murió tras ser atropellada durante una protesta de los 'chalecos amarillos'. Asimismo, se registraron al menos 227 heridos, mientras 117 personas fueron detenidas por la Policía.
- El pasado 24 de noviembre se registró una nueva protesta que dejó al menos 30 heridos y 130 manifestantes detenidos, convirtiéndose París en un auténtico campo de batalla. A consecuencia de las protestas se cerraron de manera temporal siete estaciones de metro.
- Este miércoles Macron, defendió la subida de los precios de los combustibles pese a las protestas, aunque se mostró comprensivo con las preocupaciones de la ciudadanía. Por su parte, Philippe declaró estar dispuesto a recibir una delegación de los 'chalecos amarillos' para conversar sobre esta cuestión, si bien la propuesta no llegó a buen puerto porque los representantes de las protestas insistían en que las negociaciones fueron retransmitidas en directo por televisión.
- El movimiento de los 'chalecos amarillos' surgió en Francia a finales de octubre como una reacción de protesta ante el aumento de los impuestos sobre el combustible para los vehículos de motor. La iniciativa, de escala nacional, se traduce en concentraciones de ciudadanos en carreteras y puntos estratégicos de distintas ciudades.
París se convierte en un campo de batalla en las protestas de los 'chalecos amarillos'
LA HAINE - 01/12/2018
Fotos :: La Policía ya ha detenido a 100 personas en los Campos Elíseos en las machas de este sábado
Durante
una nueva ronda de protestas de los 'chalecos amarillos' en el centro
de París, la Policía ha empleado bastonazos y gases lacrimógenos contra
los manifestantes.
El Ministerio de Interior de Francia ya ha informado sobre la detención de 100 personas en las acciones de este sábado. Según afirmó el ministro del Interior Christophe Castaner, solo 200 manifestantes pasaron por los procedimientos necesarios para entrar en la parte cerrada de los Campos Elíseos. Se reporta que al menos 60 personas resultaron heridas durante las manifestaciones.
Las protestas a gran escala de los 'chalecos amarillos' contra el aumento de los precios del combustible comenzaron en el país el 17 de noviembre, y en su marco hubo disturbios en los Campos Elíseos.
Este sábado, un grupo de manifestantes trató de abrirse paso a través de un cordón policial en la intersección en la plaza Charles de Gaulle. Se informa que los manifestantes les gritaros a los agentes y les lanzaron objetos y pintura amarilla, mientras que esta empleó gas lacrimógeno. En las fotos se pueden ver objetos en llamas y restos de barricadas en las calles parisinas.
Dos corresponsales de RT France resultaron herido por la represión mientras estaba cubriendo las protestas en París.
El Ministerio de Interior de Francia ya ha informado sobre la detención de 100 personas en las acciones de este sábado. Según afirmó el ministro del Interior Christophe Castaner, solo 200 manifestantes pasaron por los procedimientos necesarios para entrar en la parte cerrada de los Campos Elíseos. Se reporta que al menos 60 personas resultaron heridas durante las manifestaciones.
Las protestas a gran escala de los 'chalecos amarillos' contra el aumento de los precios del combustible comenzaron en el país el 17 de noviembre, y en su marco hubo disturbios en los Campos Elíseos.
Este sábado, un grupo de manifestantes trató de abrirse paso a través de un cordón policial en la intersección en la plaza Charles de Gaulle. Se informa que los manifestantes les gritaros a los agentes y les lanzaron objetos y pintura amarilla, mientras que esta empleó gas lacrimógeno. En las fotos se pueden ver objetos en llamas y restos de barricadas en las calles parisinas.
Dos corresponsales de RT France resultaron herido por la represión mientras estaba cubriendo las protestas en París.
Protestas en Francia: El Gobierno francés promete un "gesto contundente" tras las protestas de los 'chalecos amarillos'
El primer ministro francés, Edouard Philippe, ha
prometido que el Gobierno anunciará cambios para aplacar las
movilizaciones tras reunirse con el ministro de Cultura y líder del
partido conservador Agir (Actuar), Franck Riester.
Manifestantes de los 'chalecos amarillos' en Francia. / REUTERS - JEAN-PAUL PELISSIER
parís
03/12/2018 20:44 - europa pres - PÚBLICO
El primer ministro francés,
Edouard Philippe, ha prometido que el Gobierno "anunciará un gesto
contundente de apertura" en cuestión de días para aplacar las protestas de los chalecos amarillos,
según ha informado el ministro de Cultura y líder del partido
conservador Agir (Actuar), Franck Riester. Las autoridades han llegado a
denunciar el clima "insurreccional" de estas protestas.
"Le hemos dicho muy claramente que
necesitamos un gesto contundente de apertura y él nos ha respondido que
anunciará un gesto contundente de apertura en los próximos días", ha
explicado en rueda de prensa Riester tras ser recibido por Philippe. "Le
hemos dicho con toda claridad que Agir apoyará cualquier iniciativa
gubernamental a nivel legislativo, económico o logístico para garantizar
el mantenimiento del orden y la seguridad de los franceses", ha
añadido.
El 1 de diciembre por tercer sábado consecutivo se
produjeron nuevas movilizaciones de miles de personas convocados a
través de foros informales en redes sociales. Las concentraciones
terminaron con disturbios principalmente en la zona de los Campos Elíseos de París, donde fueron incendiados vehículos, asaltados comercios y dañados monumentos como el Arco del Triunfo.
Este lunes continúan los bloqueos de los depósitos de
petróleo en todo el país que han provocado desabastecimiento en algunas
gasolineras. En Bretaña muchas gasolineras estaban sin combustible
desde primera hora de la mañana, por lo que las autoridades han impuesto
el racionamiento.
En Niza, estudiantes de secundaria han pedido la dimisión del presidente francés
Voces dentro del propio movimiento de los chalecos amarillos,
han criticado estas iniciativas y han denunciado el secuestro de las
protestas por "elementos radicales". Los depósitos de petróleo de Le
Mans y Grand-Quevilly están bloqueados, así como el del puerto de
Fos-sur-Mer. Los bloqueos de los depósitos de Donges y La Rochelle han
sido dispersados por la Policía en la mañana de este lunes.
Por otra parte, el Ministerio de Educación ha reconocido que más de cien institutos de secundaria están ocupados por los chalecos amarillos y activistas contrarios a la reforma educativa. La región más afectada es la de Toulouse, con unos 40 centros ocupados.
En Dijon unos 500 estudiantes se han manifestado y se han enfrentado a la Policía con piedras.
Los agentes han respondido con gas lacrimógeno. En Niza un millar de
estudiantes de secundaria se han manifestado en apoyo a los chalecos amarillos y han pedido la dimisión del presidente francés, Emmanuel Macron.
Macron aplaza la subida de los impuestos a los carburantes tras las protestas de los 'chalecos amarillos'
El primer ministro Edouard Philippe anuncia que la
subida de la tasa a los carburantes no entrará en vigor el próximo uno
de enero y que se aplicará en principio a mitad de 2019, en vista del
malestar social.
Manifestantes de los 'chalecos amarillos' en Francia - REUTERS/Stephane Mahe
parís
04/12/2018 08:54 - europa press - PÙBLICO
El primer ministro de Francia, Edouard Philippe,
ha anunciado el aplazamiento de las medidas fiscales que debían entrar
en vigor el 1 de enero y que iban a provocar un aumento del precio de
los combustibles, de tal forma que no se aplicarán en principio hasta mitad de 2019 en vista del malestar social.
"Decenas de miles de franceses han expresado
su cólera", ha dicho Philippe, en una comparecencia convocada en pleno
debate por la ola de protestas de los chalecos amarillos, que el sábado desembocó en importantes disturbios en la capital, París.
El Gobierno ha tomado nota del malestar y ha
entendido que "ninguna tasa merece poner en peligro la unidad de la
nación", por lo que ha suspendido "durante seis meses" la aplicación de
las tres medidas fiscales que iban a entrar en vigor el primer día de
2019. Así, los precios de la electricidad y del gas "no aumentarán durante el invierno".
El Ejecutivo no renuncia a "luchar contra la
contaminación, contra el cambio climático", pero por boca de Philippe ha
admitido que es necesario "acompañar a los franceses en esta
transición" que el propio presidente, Emmanuel Macron, defendió durante una comparecencia pública la semana pasada.
El primer ministro ha anunciado la apertura de "un
gran debate sobre impuestos" que comenzará el 15 de diciembre y se
prolongará hasta el 1 de marzo de 2019. El movimiento de los chalecos amarillos
ha supuesto el mayor desafío social hasta la fecha para la Presidencia
de Macron, que se ha visto obligado a recular tras unos bloqueos y
movilizaciones que amenazaban con volverse transversales y trascender el
sector del transporte. Además, Philippe adelantó que también se
suspende el endurecimiento de la inspección técnica de vehículos, otra
de las demandas originales del movimiento.
De hecho, este lunes continuaban los bloqueos de los depósitos de petróleo
en todo el país que han provocado desabastecimiento en algunas
gasolineras, así como el cierre de algunas carreteras. Philippe ha
insistido en que, si bien existe derecho de manifestación, también es
necesario garantizar el "derecho a la seguridad", por lo que ha
reclamado que cualquier nueva movilización se desarrolle "en calma".
La crisis de los chalecos amarillos ha tenido un fuerte impacto en la popularidad del presidente francés y en la de Philipe, según el sondeo de Ifop-Fiducial publicado este martes por Paris Match y Sud Radio. Así, el presidente cae al 23%, seis puntos menos que hace un mes, y el primer ministro cede diez puntos hasta el 26%.
Los 'chalecos amarillos' doblegan a Macron: ¿Quiénes son y qué ha pasado?
Publicado: 4 dic 2018 14:54 GMT | Última actualización: 4 dic 2018 17:36 GMT - RT
Desde el 17 de noviembre se han sucedido las
protestas y disturbios en casi toda Francia motivadas por el aumento
del precio del combustible.
El primer ministro de Francia, Édouard Philippe, ha anunciado este martes la suspensión de la subida de los precios
del combustible, origen de las fuertes protestas que han tenido lugar
en todo el país. También ha comunicado que el Ejecutivo francés ha
tomado otras medidas para calmar a los manifestantes,
como abandonar temporalmente el aumento de las condiciones de inspección
técnica en automóviles y no aumentar la tarifa eléctrica para mayo de
2019, como estaba previsto. De momento se trata de una moratoria de seis meses.
De este modo, el Ejecutivo galo pretende terminar con la más reciente oleada de reivindicaciones en Francia, que ha dejado destrozos en París y otras ciudades del país. Autobuses quemados, ventanas de comercios rotos y pintadas en el Arco del Triunfo son algunos de los escenarios que se encontró el presidente francés, Emmanuel Macron, a su vuelta de la Cumbre del G20, celebrada en Buenos Aires.
Los miles de manifestantes que han tomado las calles muestran su apoyo al colectivo conocido como 'chalecos amarillos' ('gilets jaunes', en francés), llamados así porque usan la prenda reflectante propia de los conductores. Han salido a la vía pública las últimas semanas para exigir que se dé marcha atrás en el impuesto del diésel, el combustible más usado en el país galo. Y, de momento, han conseguido su objetivo.
El presidente francés justificaba ese aumento por motivos medioambientales,
pues debe cumplir pactos a nivel europeo que él mismo ha avalado, pero
las explicaciones no convencieron a los opositores de la medida. Se
estima que en lo que va de 2018 la subida ha sido del 13% y el 1 de enero estaba previsto un nuevo aumento.
Todo comenzó el 17 de noviembre. En esa primera jornada una manifestante murió atropellada de manera accidental, 227 personas resultaron heridas y 117 fueron detenidas por la Policía.
Una semana después del comienzo de la revuelta, el pasado 24 de noviembre, se registró una nueva protesta que dejó al menos 30 heridos y 130 manifestantes detenidos.
Además, más de cien personas resultaron heridas en París, entre las que se encontraban 12 periodistas de RT, y 400 personas fueron arrestadas el pasado sábado, 1 de diciembre, según fuentes de la Policía francesa. En Toulousse, ese mismo día los heridos superaron la cincuentena.
Los agentes usaron gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento y cañones de agua contra los manifestantes en las calles parisinas, algunos de los cuales respondieron con el lanzamiento de objetos y prendiendo fuego a edificios y mobiliario urbano.
Lo cierto es que París, y sobre todo, las inmediaciones del Arco del Triunfo, se convirtieron en un campo de batalla con incidentes constantes, enfrentamientos entre Policía y manifestantes, incendios de vehículos, destrozos y pintadas en edificios y monumentos e incluso saqueo de algunos de ellos.
De ese modo, este lunes, incluso los conductores de ambulancias se sumaron a las protestas, manifestándose con sus vehículos, en algunos de los cuales colgaban pancartas que decían 'Macron dimisión'.
Además, Según la Radio Francesa Internacional (RFI), los estudiantes habían bloqueado más de un centenar de escuelas de secundaria para protestar contra las reformas en educación, aprovechando el impulso del movimiento de los 'chalecos amarillos'.
También
en la protesta estudiantil ha habido incidentes, como la quema de un
coche y el saqueo de una tienda en la localidad de Aubervilliers.
Asimismo, en ciudades como Burdeos, Toulouse, Lyon o Dijon se han
producido disturbios, con el resultado de varios jóvenes arrestados.
Por su parte, la ministra de Justicia, Nicole Belloubet, aseguró que "la respuesta penal será firme" para los violentos, en declaraciones a Franceinfo. Y el portavoz del Ejecutivo, Benjamin Griveaux, afirmó que "el Gobierno controla la situación", aunque reconocía que hay muchas personas "que se encuentran en una angustia sincera" económica.
A pesar de todo, el Ejecutivo francés en un primer momento llegó a barajar imponer el Estado de emergencia, hasta que este lunes comenzó a escucharse que desde el Gobierno finalmente atenderían las reivindicaciones de la calle, como así ha sido.
De este modo, el primer ministro francés se ha dirigido este martes a la Nación en un mensaje televisado en el que ha dicho que "ningún impuesto merece poner en peligro la unidad de la nación" y ha anunciado la renuncia a las subidas de tributos.
Philippe también ha reflexionado sobre la violencia vivida estas semanas: "Esta ira tiene su origen en una profunda injusticia, la de no poder vivir dignamente de los frutos del trabajo, mientras que los días de trabajo comienzan temprano y terminan tarde", ha dicho.
Además
del contagio del descontento, también otros países vecinos han sentido
sus efectos, como demuestra que este último fin de semana se ocasionaran
colas kilométricas en el municipio fronterizo español de La Junquera.
Según recoge La Vanguardia, en Cataluña se han producido congestiones de hasta 9 kilómetros motivadas por los problemas de las carreteras francesas afectadas por las protestas.
Nuria López
De este modo, el Ejecutivo galo pretende terminar con la más reciente oleada de reivindicaciones en Francia, que ha dejado destrozos en París y otras ciudades del país. Autobuses quemados, ventanas de comercios rotos y pintadas en el Arco del Triunfo son algunos de los escenarios que se encontró el presidente francés, Emmanuel Macron, a su vuelta de la Cumbre del G20, celebrada en Buenos Aires.
¿Qué reivindicaban los 'chalecos amarillos'?
Según el Ministerio del Interior de Francia, centenares de miles de personas han participado en las protestas que se han llevado a cabo en todo el país. Algunos las consideran las más importantes desde la que tuvo lugar en mayo del 68 en suelo francés.Los miles de manifestantes que han tomado las calles muestran su apoyo al colectivo conocido como 'chalecos amarillos' ('gilets jaunes', en francés), llamados así porque usan la prenda reflectante propia de los conductores. Han salido a la vía pública las últimas semanas para exigir que se dé marcha atrás en el impuesto del diésel, el combustible más usado en el país galo. Y, de momento, han conseguido su objetivo.
¿Cómo empezó todo?
La primera manifestación a nivel nacional reunió a cerca de 300.000 personas, en un movimiento que no tiene un liderazgo identificable y que se ha nutrido a través de las redes sociales.Todo comenzó el 17 de noviembre. En esa primera jornada una manifestante murió atropellada de manera accidental, 227 personas resultaron heridas y 117 fueron detenidas por la Policía.
Una semana después del comienzo de la revuelta, el pasado 24 de noviembre, se registró una nueva protesta que dejó al menos 30 heridos y 130 manifestantes detenidos.
Además, más de cien personas resultaron heridas en París, entre las que se encontraban 12 periodistas de RT, y 400 personas fueron arrestadas el pasado sábado, 1 de diciembre, según fuentes de la Policía francesa. En Toulousse, ese mismo día los heridos superaron la cincuentena.
Los agentes usaron gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento y cañones de agua contra los manifestantes en las calles parisinas, algunos de los cuales respondieron con el lanzamiento de objetos y prendiendo fuego a edificios y mobiliario urbano.
Lo cierto es que París, y sobre todo, las inmediaciones del Arco del Triunfo, se convirtieron en un campo de batalla con incidentes constantes, enfrentamientos entre Policía y manifestantes, incendios de vehículos, destrozos y pintadas en edificios y monumentos e incluso saqueo de algunos de ellos.
Sumando apoyos
A pesar de la violencia desatada en las últimas jornadas, tras la más intensa de todas ellas, que tuvo lugar el 1 de diciembre, el 72% de los franceses apoyaban a los 'chalecos amarillos' y el 90% pensaba que el Gobierno no había estado a la altura de las circunstancias, según una encuesta recogida por el diario francés Le Journal du Dimanche.De ese modo, este lunes, incluso los conductores de ambulancias se sumaron a las protestas, manifestándose con sus vehículos, en algunos de los cuales colgaban pancartas que decían 'Macron dimisión'.
Además, Según la Radio Francesa Internacional (RFI), los estudiantes habían bloqueado más de un centenar de escuelas de secundaria para protestar contra las reformas en educación, aprovechando el impulso del movimiento de los 'chalecos amarillos'.
¿Cuál ha sido la postura del Gobierno?
Desde el Gobierno, el presidente de la República dijo el pasado sábado que "ninguna causa justifica que las autoridades sean atacadas, que las empresas sean saqueadas, que los transeúntes o los periodistas estén amenazados o que el Arco de Triunfo sea manchado".A pesar de todo, el Ejecutivo francés en un primer momento llegó a barajar imponer el Estado de emergencia, hasta que este lunes comenzó a escucharse que desde el Gobierno finalmente atenderían las reivindicaciones de la calle, como así ha sido.
De este modo, el primer ministro francés se ha dirigido este martes a la Nación en un mensaje televisado en el que ha dicho que "ningún impuesto merece poner en peligro la unidad de la nación" y ha anunciado la renuncia a las subidas de tributos.
Philippe también ha reflexionado sobre la violencia vivida estas semanas: "Esta ira tiene su origen en una profunda injusticia, la de no poder vivir dignamente de los frutos del trabajo, mientras que los días de trabajo comienzan temprano y terminan tarde", ha dicho.
Traspasando fronteras
La protesta se ha extendido en los últimos días fuera de las fronteras francesas. En Bélgica los 'chalecos amarillos' tomaron las calles a finales de la pasada semana para protestar por el alza de los precios del combustible. Así, los enfrentamientos con la Policía producidos en Bruselas dejaron decenas de detenidos.Según recoge La Vanguardia, en Cataluña se han producido congestiones de hasta 9 kilómetros motivadas por los problemas de las carreteras francesas afectadas por las protestas.
Nuria López
La presión social obliga a Macron al harakiri de su programa de reformas neoliberales
La movilización de los 'chalecos amarillos' provoca
la mayor crisis políticas del mandatos del presidente francés, mientras
los estudiantes se suman a las protestas y los sindicatos planean “una
gran jornada de acciones” para mediados de mes
El
presidente francés, Emmanuel Macron, recorre la zona cercana al Arco de
Triunfo, en París, donde se produjeron los enfrentamientos con
manifestantes del movimiento de los 'chalecos amarillos'.
REUTERES/Thibault Camus
El fuerte malestar social expresado por el movimiento de los chalecos amarillos ha forzado al presidente francés, Emmanuel Macron,
a realizar prácticamente un harakiri político renunciando a algunas de
las medidas su programa de reformas neoliberales, que son la principal
razón de ser del macronismo, según sus dirigentes.
El primer ministro galo, Édouard Philippe, ha confirmado este martes una moratoria de seis meses para la anunciada subida del impuesto sobre los carburantes,
inicialmente prevista para el 1 de enero, la principal argumento de la
movilización ciudadana de las tres últimas semanas. La suspensión irá
acompañada de otras medidas, pero entre las que no se encuentran el
aumento del salario mínimo que piden los manifestantes.
Este movimiento de indignación social ha
desembocado en una dulce venganza de la historia. Hace un año, Macron
reflexionaba sobre cómo conmemorar el cincuenta aniversario del Mayo del 68. Tras los disturbios en las manifestaciones del sábado, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo,
aseguró que “estas violencias son inéditas, no las habíamos visto desde
el Mayo del 68”. Si hace medio siglo la revuelta francesa supuso el
final “de las esperanzas revolucionarias” nacidas a principios del siglo
XX con la Revolución Rusa, como recordó el gran historiador Josep Fontana, los chalecos amarillos representan ahora otro episodio en el fatídico epílogo en la era de la globalización neoliberal.
Tras décadas de exaltación del individualismo y
criminalización de los sindicatos, este movimiento espontáneo
autoorganizado (o más bien desorganizado) a través de las redes sociales
se ha erigido en el principal dique ante la ofensiva neoliberal del joven presidente,
de 40 años. Macron, que deseaba encadenar reformas con celeridad
relegando a los cuerpos intermediarios, especialmente a las
organizaciones sindicales, se confronta ahora directamente con el
pueblo.
A pesar de las 378 detenciones y de los 133 heridos
del sábado en la capital francesas o de los cuatro muertos relacionados
con esta movilización (este domingo murió en Marsella una mujer de 80
años, herida el sábado en el balcón de su piso a causa del lanzamiento
de una granada lacrimógena), el 72% de los franceses simpatiza con los chalecos amarillos.
La peor crisis política de su mandato
Una muestra de que el mandatario francés comprendió
la urgencia en la toma de decisiones a la que obligaba la movilización
en la calle, la peor crisis política de su mandato, fue su decisión de aplazar su viaje a Serbia,
previsto para el miércoles. El primer ministro Édouard Philippe tampoco
se desplazó a Katowice (Polonia) para asistir a la apertura de la
Conferencia del Clima. El ministro de Economía, Bruno Le Maire, abandonó
el lunes de forma precipitada un encuentro decisivo del Eurogrupo en
Bruselas para participar en una “reunión muy importante” que se celebró
por la tarde en el Elíseo.
A lo largo del lunes, Philippe se reunió con todos los dirigentes de los partidos de la oposición,
como la ultraderechista Marine Le Pen, representantes de la Francia
Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, pero también con líderes de formaciones
con escasa presencia en las instituciones como Génération·s de Benoît
Hamon o Los Patriotas de Florian Philippot (derecha soberanista). Estos
aseguraron haber comprobado el caos que predomina en el Ejecutivo. Un
primer ministro “cansado”, “asqueado”, “atrapado por Macron que no le
deja margen de maniobra” y que “ni siquiera sabe si seguirá al frente
del gobierno a finales de semana”, criticaron al salir de Matignon.
Para desencallar el conflicto, pero sobre todo para reflejar el presunto nuevo talante más dialogante del Ejecutivo galo, Philippe había previsto una reunión para este martes con miembros de los chalecos amarillos. Sin embargo, los representantes del colectivo chalecos amarillos libres aseguraron el lunes por la tarde que no acudirían al Palacio Matignon, la sede de la residencia del primer ministro,
lo que hizo que se anulara este encuentro. Argumentaron que no habían
logrado “un gesto fuerte” del gobierno, como una suspensión del aumento
de los impuestos sobre el combustible y que tampoco querían ser “títeres
de los políticos”. También dijeron haber “recibido amenazas en las
redes sociales”.
El primer ministro participará el miércoles en un debate en la Asamblea Nacional sobre los chalecos amarillos, tras las medidas anunciadas este martes. “Le hemos dicho muy claramente que necesitamos un gesto contundente de apertura
y él nos ha respondido que anunciará un gesto contundente de apertura
en los próximos días”, había declarado este lunes el ministro de
Cultura, Franck Riester —líder del partido conservador Agir (Actuar) —,
tras ser recibido por Philippe.
El 'macronismo' pedía la derogación
Ya en el seno del macronismo se había
multiplicado las voces que abogaban por la derogación del aumento de los
impuestos sobre el combustible, el pretexto que originó la indignación
de los chalecos amarillos, un movimiento transversal que expresa un
malestar más profundo respecto a la injusticia fiscal, la pérdida de
poder adquisitivo y la deriva oligárquica de la democracia francesa.
El dirigente centrista François Bayrou, cuyo apoyo
resultó clave en la victoria de Macron en las presidenciales, aconsejaba
desde hace días la suspensión de esta medida (aunque este lunes recordó
que esta decisión resultará insuficiente).
Incluso el economista Philippe Aghion, uno de los referentes de Macron en materia de reformas neoliberales, pidió en una entrevista en Le Monde la recuperación del Impuesto sobre la Fortuna,
suprimido parcialmente en el inicio del mandato del joven presidente,
lo que comportó un regalo fiscal de unos 4.000 millones de euros anuales
para los más ricos. También aconsejó que el déficit público superara
“provisionalmente la limitación presupuestaria europea del 3% y llegara
hasta el 3,5% si era necesario”. Se trataría de un objetivo de déficit
muy superior al 2,4% previsto inicialmente en las criticadas cuentas del
ejecutivo populista italiano. En Francia, el miedo empieza a cambiar de
lado.
La oposición aún puso el listón más alto. Mientras
que el líder de los conservadores franceses Laurent Wauquiez propone un
referéndum sobre la fiscalidad ecológica, la ultraderechista Le Pen
exige “un aumento del salario mínimo y de las pensiones”.
En cambio, Mélenchon pide que se disuelva la Asamblea Nacional y se convoquen elecciones anticipadas. Incluso el diputado insumiso François Ruffin —figura emergente de la izquierda francesa— exigió el domingo a Macron “que se vaya” del país, en una intervención realizada a pocas decenas de metros del Elíseo. “De la cólera, hemos pasado a la rabia. El orgullo del presidente, su sordera, su obstinación o su ausencia de concesiones no para de crear más odio”, afirmó.
En cambio, Mélenchon pide que se disuelva la Asamblea Nacional y se convoquen elecciones anticipadas. Incluso el diputado insumiso François Ruffin —figura emergente de la izquierda francesa— exigió el domingo a Macron “que se vaya” del país, en una intervención realizada a pocas decenas de metros del Elíseo. “De la cólera, hemos pasado a la rabia. El orgullo del presidente, su sordera, su obstinación o su ausencia de concesiones no para de crear más odio”, afirmó.
Los estudiantes se unen a las protestas
Está por ver si la respuesta del Gobierno de Macron
acalla a las movilizaciones. De momento, la temperatura social aumenta
en Francia. Los estudiantes de secundaria se sumaron este lunes a las
protestas de los chalecos amarillos. Más de un centenar de
centros de secundaria fueron bloqueados de forma parcial o total en el
conjunto del territorio francés en contra de la reforma del bachillerato
y la introducción de la selectividad en las universidades, pero también
en solidaridad con los automovilistas indignados. De esta forma,
también se implica en la marea amarilla uno de los actores clave en las
últimas décadas en el éxito o fracaso de las movilizaciones en Francia.
Además de los bloqueos cerca de la frontera de la Jonquera, que provocaron colas kilométricas, los chalecos amarillos
bloquearon el lunes numerosos depósitos de carburante en buena parte
del país. Algunas gasolineras se quedaron sin combustible en Bretaña, lo
que comportó que las autoridades locales adoptaran sus primeras medidas
de racionamiento.
La CGT, la organización sindical francesa con
un mayor número de afiliados, anunció la convocatoria el 14 de
diciembre de “una gran jornada de acciones”para para exigir un aumento
“inmediato de los salarios, pensiones y protección social”. Aunque la
dirección de este sindicato no apoya oficialmente a los chalecos amarillos, sí que desea canalizar la indignación.
Hace cincuenta años, la multiplicación de los actores que se implicaron en el Mayo del 68 desembocó en la mayor huelga general en la historia de Francia,
en la que participaron 7 millones de personas. Ahora, las cifras de
manifestantes resultan bastante inferiores: casi 300.000 personas en los
bloqueos del 17 de noviembre o 136.000 el sábado pasado, según datos
del gobierno, cuestionados por la dificultad de contar a todas las
personas que participan en las decenas de acciones organizadas por los
automovilistas indignados.
A pesar de ello, los chalecos amarillos han
puesto contra las cuerdas a Macron. Lo han dejado atrapado en el dilema
de confrontarse con una parte del pueblo francés o bien anunciar una
serie de medidas sociales, lo que implicaría renunciar a su batería de
reformas neoliberales.
El presidente francés afrontó su mandato con el principio thacherista de encadenar las reformas obviando las protestas en la calle. Pero ahora se ha cruzado con un actor ineludible: los chalecos amarillos, símbolo del malestar del pueblo francés.
Francia al borde del estado de excepción por disturbios en París (+ Fotos)
Tras los violentos disturbios registrados en las manifestaciones de
los “chalecos amarillos” este fin de semana, miembros del Gobierno
francés no descartaron la imposición del estado de excepción.
“Hay que analizar todas las opciones”, dijo el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, hoy en entrevista con la emisora de radio Europe 1. No se puede repetir esa violencia todos los fines de semana, dijo.
Durante las manifestaciones de los llamados “chalecos amarillos” se registraron el sábado fuertes disturbios en la capital francesa. Según las autoridades, más de un centenar de personas resultaron heridas y más de 400 fueron detenidas.
El movimiento recibe el nombre de los chalecos reflectantes, es amplio y difuso y no está impulsado por ningún partido o sindicato. Su ira se dirige contra la política de reformas del Gobierno francés, entre otros por la subida del precio de los combustibles, que consideran apartada de la realidad.
El ministro del Interior, Christophe Castaner, tampoco descartó el estado de excepción. “Todo lo que aporte más seguridad. No hay tabúes. Estoy dispuesto a considerarlo todo”, dijo Castaner la noche del sábado en declaraciones a la televisión BFMTV.
El estado de excepción impuesto tras los atentados en Francia se levantó a fines de 2017.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, acudió hoy al Arco de Triunfo a visitar el escenario de los violentos disturbios. El mandatario fue acompañado de Castaner y se detuvo en el monumento al soldado desconocido. Macron acaba de regresar de la cumbre del G20 en Argentina, que concluyó el sábado.
El Arco de Triunfo se encuentra en uno de los extremos de la elegante avenida de los Campos Elíseos. Allí se registraron los accidentes más graves el sábado. En las imágenes de televisión y en videos difundidos en las redes sociales se puede ver cómo unos encapuchados causan destrozos en el lugar. El Arco de Triunfo es uno de los emblemas más conocidos de la ciudad.
Se trata del tercer fin de semana seguido en el que el grupo de protesta “chalecos amarillos” sale a la calle para protestar.
(Con información de DPA)
“Hay que analizar todas las opciones”, dijo el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, hoy en entrevista con la emisora de radio Europe 1. No se puede repetir esa violencia todos los fines de semana, dijo.
Durante las manifestaciones de los llamados “chalecos amarillos” se registraron el sábado fuertes disturbios en la capital francesa. Según las autoridades, más de un centenar de personas resultaron heridas y más de 400 fueron detenidas.
El movimiento recibe el nombre de los chalecos reflectantes, es amplio y difuso y no está impulsado por ningún partido o sindicato. Su ira se dirige contra la política de reformas del Gobierno francés, entre otros por la subida del precio de los combustibles, que consideran apartada de la realidad.
El ministro del Interior, Christophe Castaner, tampoco descartó el estado de excepción. “Todo lo que aporte más seguridad. No hay tabúes. Estoy dispuesto a considerarlo todo”, dijo Castaner la noche del sábado en declaraciones a la televisión BFMTV.
El estado de excepción impuesto tras los atentados en Francia se levantó a fines de 2017.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, acudió hoy al Arco de Triunfo a visitar el escenario de los violentos disturbios. El mandatario fue acompañado de Castaner y se detuvo en el monumento al soldado desconocido. Macron acaba de regresar de la cumbre del G20 en Argentina, que concluyó el sábado.
El Arco de Triunfo se encuentra en uno de los extremos de la elegante avenida de los Campos Elíseos. Allí se registraron los accidentes más graves el sábado. En las imágenes de televisión y en videos difundidos en las redes sociales se puede ver cómo unos encapuchados causan destrozos en el lugar. El Arco de Triunfo es uno de los emblemas más conocidos de la ciudad.
Se trata del tercer fin de semana seguido en el que el grupo de protesta “chalecos amarillos” sale a la calle para protestar.
(Con información de DPA)
Las protestas de los chalecos amarillos: tres muertos, 412 detenidos y cientos de heridos
La muerte de un conductor en Arles tras una colisión
durante un corte de carretera eleva a tres las víctimas mortales
consecuencia de las protestas. El Ejecutivo insta al dialogo y advierte
que no dará marcha atrás en su decisión de subir los impuestos a los
carburantes.
Un
manifestante de los chalecos amarillos desafía a los antidisturbios
durante las protestas en la Plaza de l'Etoile en París.- Stephane
Mahe/REUTERS
MADRID
01/12/2018 13:16 - PÚBLICO | AGENCIAS
Al menos 133 personas han resultado heridas y 412 personas han sido arrestadas
en París durante las violentísimas protestas que han sacudido la
capital francesa en el día más conflictivo desde el inicio de las
protestas del colectivo de los "chalecos amarillos", en el que "grupos de alborotadores"
infiltrados entre los manifestantes legítimos, según el Ministerio del
Interior francés, han quemado vehículos y negocios, y forzado
enfrentamientos contra la Policía.
La policía antidisturbios francesa disparó
gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento y cañones de agua contra
manifestantes que intentaban traspasar cordones de seguridad en el
bulevar de los Campos Elíseos en París el sábado antes de la tercera
manifestación por el elevado coste de la vida en Francia.
Un conductor ha fallecido en la noche del
sábado al domingo en Arles, en el sur de Francia, tras una colisión
durante un corte de carretera por las protestas de los conocidos como
'chalecos amarillos' y se convierte así en la tercera víctima mortal consecuencia de las protestas.
El incidente ha ocurrido en torno a las 2.00 horas de esta madrugada en una carretera cercana a Arlés, en el departamento de Bocas del Ródano, cuando un vehículo ha chocado contra la parte trasera de un camión y de inmediato ha sido golpeado por detrás por otro coche. El conductor "ha fallecido en el acto", según han informado fuentes oficiales citadas por la agencia de noticias Reuters.
Durante más de dos semanas, los "gilets jaunes"
(chalecos amarillos en francés) han bloqueado carreteras durante sus
protestas por toda Francia, representando uno de los desafíos más graves
y prolongados a los que Emmanuel Macron se ha enfrentado en sus 18
meses como presidente.
Varios cientos de chalecos amarillos hicieron una
sentada bajo el Arco de Triunfo al final de los Campos Elíseos,
entonando La Marsellesa, el himno nacional francés, y cánticos como
"¡Macron, dimisión!".
A media mañana, unos 2.000 manifestantes según la policía se encontraban en las carreteras aledañas a los Campos Elíseos.
Sindicatos policiales dijeron que en todo el país los manifestantes
ascendían a 31.000, con 582 bloqueos. Asimismo, Diez policías resultaron
heridos, según la portavoz policial Johanna Primevert.
Disturbios
Los enfrentamientos entre policías y manifestantes se han vuelto a repetir este sábado, en tanto que en los Campos Elíseos cerca de 1.500 personas
—según las autoridades— se han enfrentado a los antidisturbios que han
cargado contra ellos utilizando gases lacrimógenos y cañones de agua.
"200 manifestantes pacíficos en los Campos Elíseos.
1.500 alborotadores en el exterior del perímetro con la intención de
deshacerlo. Nuestras fuerzas del orden responden frenando a los
violentos: 39 detenciones por el momento", declaró en Twitter el
ministro francés del Interior, Christophe Castaner.
Las escenas de violencia y destrozos en este tercer
fin de semana consecutivo de protestas contra el alza de impuestos al
carburante y el encarecimiento de la vida se repiten desde primera hora
de la mañana, cuando medio millar de manifestantes comenzaron a levantar
barricadas en avenidas y calles.
La escalada de movilizaciones pone en jaque al Gobierno de Francia, cuyo líder, Emmanuel Macron,
está viendo como desciende su apoyo popular. No obstante, parece que el
Ejecutivo va a continuar manteniendo su postura en cuanto a la subida
de los impuestos de los carburantes, que es la mecha incendiaria de
estas movilizaciones.
Los disturbios urbanos más violentos en Francia en una década, en impactantes fotos
Este sábado, las protestas de los 'chalecos
amarillos' en el centro de Francia se volvieron violentas y hubo
enfrentamientos con la Policía. La acción más importante se realizó en
París, donde los manifestantes tiraron pintura amarilla y diferentes
objetos, incendiaron autos, rompieron vidrieras, y los agentes empelaron
gas lacrimógeno. Durante la manifestación en la capital francesa fueron
detenidas más de 400 personas y resultaron heridas 133.
Fuerte represión en Francia contra los "chalecos amarillos"
Las
manifestaciones se reproducen en todo el país. En Los Campos Eliseos se
desarrolló una violenta represión. Los reclamos estallaron el 17 de
noviembre por el aumento de combustible.
La suba de combustibles prendió la mecha en
Francia. Los llamados chalecos amarillos se revelaron nuevamente y
fueron reprimidos violentamente en las calles de París, las
movilizaciones se replican en diversas ciudades del país galo mientras
el presidente Emmanuel Macron está en la cumbre del G20.
La represión en los Campos Elíseos ya tiene casi 200 detenidos. Se trata de la tercera gran protesta contra el gobierno, la primera jornada tuvo lugar el 17 de noviembre, y participaron 282.000 personas. Luego, el pasado 24 siguieron las manifestaciones en todo el país, se calcula unas 106.000 personas, sólo 8.000 de ellas se concentraron en París.
Se calcula que en París este sábado participan de los enfrentamientos contra las fuerzas gubernamentales unas 5.500 personas y, en todo el país, unas 35.000. Entre los manifestantes hay jubilados y habitantes de pequeñas áreas urbanas y rurales, que han bloqueado peajes y autopistas e incluso han amurallado las oficinas de impuestos.
Los manifestantes utilizan chalecos amarillos, que es obligatorio llevar en los automóviles, para identificar su protesta que incluye la caída de su poder adquisitivo y disminución de impuestos. Las medidas de ajuste contrastan con la supresión al impuesto sobre las fortunas, decisión que también se tomó este año y que reflotó una frase atribuida a Luis XIV: "Tomen dinero de los pobres, son muchos y nunca se quejan". Uno de cada tres franceses apoya los reclamos que se organizan por medio de las redes sociales.
El gobierno francés, a cargo del primer ministro Edouard Phillip, condenó la violencia: “Quiero decir lo mucho que me ha sorprendido este cuestionamiento a los símbolos de Francia: el hecho de que el Arco del Triunfo haya sido marcado, de que alrededor de la tumba del soldado desconocido pudiera tener lugar una manifestación". Y desplegó miles policías en todo el país, carros hidrantes y hasta un avión hidrante para reprimir la movilización. Las protestas en Francia han escalado rápidamente en violencia sólo a 18 meses de que haya asumido el presidente Macron.
La extremaderecha liderada por Marine Le Pen busca beneficiarse, aunque por ahora sin éxito, de este amplio descontento social que tiene centro en las clases media bajas del interior de Francia.
La represión en los Campos Elíseos ya tiene casi 200 detenidos. Se trata de la tercera gran protesta contra el gobierno, la primera jornada tuvo lugar el 17 de noviembre, y participaron 282.000 personas. Luego, el pasado 24 siguieron las manifestaciones en todo el país, se calcula unas 106.000 personas, sólo 8.000 de ellas se concentraron en París.
Se calcula que en París este sábado participan de los enfrentamientos contra las fuerzas gubernamentales unas 5.500 personas y, en todo el país, unas 35.000. Entre los manifestantes hay jubilados y habitantes de pequeñas áreas urbanas y rurales, que han bloqueado peajes y autopistas e incluso han amurallado las oficinas de impuestos.
Los manifestantes utilizan chalecos amarillos, que es obligatorio llevar en los automóviles, para identificar su protesta que incluye la caída de su poder adquisitivo y disminución de impuestos. Las medidas de ajuste contrastan con la supresión al impuesto sobre las fortunas, decisión que también se tomó este año y que reflotó una frase atribuida a Luis XIV: "Tomen dinero de los pobres, son muchos y nunca se quejan". Uno de cada tres franceses apoya los reclamos que se organizan por medio de las redes sociales.
El gobierno francés, a cargo del primer ministro Edouard Phillip, condenó la violencia: “Quiero decir lo mucho que me ha sorprendido este cuestionamiento a los símbolos de Francia: el hecho de que el Arco del Triunfo haya sido marcado, de que alrededor de la tumba del soldado desconocido pudiera tener lugar una manifestación". Y desplegó miles policías en todo el país, carros hidrantes y hasta un avión hidrante para reprimir la movilización. Las protestas en Francia han escalado rápidamente en violencia sólo a 18 meses de que haya asumido el presidente Macron.
La extremaderecha liderada por Marine Le Pen busca beneficiarse, aunque por ahora sin éxito, de este amplio descontento social que tiene centro en las clases media bajas del interior de Francia.
Balas y gases contra los "chalecos amarillos"
Macron en el G20, París en llamas
PÁGINA 12 - 01 de diciembre de 2018
Una barricada cerca del Arco de Triunfo.
Imagen: Télam
Imagen: Télam
Una
nueva jornada de violencia en las calles de París se saldó con 130
detenidos y 20 heridos. Los disturbios tuvieron como epicentro el Arco
del Triunfo, en el marco de las protestas por las subas en los
combustibles. La policía dispersó a los manifestantes con gases
lacrimógenos y carros hidrantes, tal como ocurrió en la marcha del
sábado pasado.
Así se escribió un nuevo capítulo en la pugna contra el presidente Emmanuel Macron que lidera el llamado movimiento de los chalecos amarillos, que abarca todo el país y salió a luz tras el tarifazo en las naftas. Incluso hoy hubo una pintada en el Arco de Triunfo que decía: “Los chalecos amarillos triunfarán”.
Así se escribió un nuevo capítulo en la pugna contra el presidente Emmanuel Macron que lidera el llamado movimiento de los chalecos amarillos, que abarca todo el país y salió a luz tras el tarifazo en las naftas. Incluso hoy hubo una pintada en el Arco de Triunfo que decía: “Los chalecos amarillos triunfarán”.
El histórico monumento fue el escenario de
la refriega policial. Allí, los manifestantes armaron barricadas y se
produjo la represión. Con gases y cañones de agua se intentó hace
retroceder a los grupos, que removieron las vallas alrededor del
cenotafio en honor al Soldado Desconocido, colocado allí tras la Primera
Guerra Mundial. Allí fueron dispersados mientras intentaban cantar La
Marsellesa.
Philippe aseguró que marcharon unas 50 mil personas en la capital francesa y otras 36 mil en el resto del país. Las fuerzas de seguridad movilizaron unos 5 mil agentes en toda Francia. Pese a los incidentes, se realizó la marcha en rechazo a la política impositiva de Macron, que afecta el poder adquisitivo de amplios sectores. Las protestas comenzaron el 17 de noviembre, con casi 300 mil personas en las calles de Francia.
El impuesto que dispuso el mandatario fue para reducir las emisiones de carbono para así acelerar el giro hacia las energías renovables. Al mismo tiempo que se determinó esa medida, el gobierno de Macron suprimió el impuesto a las fortunas. Por eso en Francia se reflotó una frase atribuida a Luis XIV: "Tomen dinero de los pobres, son muchos y nunca se quejan".
Télam
Hubo miles de personas en las calles de París.El
primer ministro Édouard Philippe condenó la violencia, “rara vez
vista”, mientras el presidente Emmanuel Macron se encuentra en Buenos
Aires en la cumbre del g-20. "Quiero decir lo mucho que me ha
sorprendido este cuestionamiento a los símbolos de Francia: el hecho de
que el Arco del Triunfo haya sido marcado, de que alrededor de la tumba
del soldado desconocido pudiera tener lugar una manifestación", aseguró
el premier.Philippe aseguró que marcharon unas 50 mil personas en la capital francesa y otras 36 mil en el resto del país. Las fuerzas de seguridad movilizaron unos 5 mil agentes en toda Francia. Pese a los incidentes, se realizó la marcha en rechazo a la política impositiva de Macron, que afecta el poder adquisitivo de amplios sectores. Las protestas comenzaron el 17 de noviembre, con casi 300 mil personas en las calles de Francia.
El impuesto que dispuso el mandatario fue para reducir las emisiones de carbono para así acelerar el giro hacia las energías renovables. Al mismo tiempo que se determinó esa medida, el gobierno de Macron suprimió el impuesto a las fortunas. Por eso en Francia se reflotó una frase atribuida a Luis XIV: "Tomen dinero de los pobres, son muchos y nunca se quejan".
La izquierda francesa se vuelca con el movimiento de los 'chalecos amarillos'
Centenares de bloqueos en las carreteras y una nueva
manifestación en los Campos Elíseos son organizadas este sábado en
Francia en el tercer sábado de protestas de los automovilistas
indignados.
Una
mujer grita consignas subida a un semáforo durante una protesta en los
Campos Elíseos en París (Francia). EFE/ Christophe Petit Tesson
PARÍS
01/12/2018 11:05 ENRIC BONET @EnricQuart - PÚBLICO
Tarjeta amarilla para
Emmanuel Macron. Campeón de la impopularidad desde hace meses, el
presidente francés ha visto cómo el malestar provocado por la ineficacia
de sus reformas y su arrogancia burguesa se veía reflejado en el
movimiento de los “chalecos amarillos”. Dos semanas después de la primera movilización de los automovilistas indignados, los bloqueos de carreteras se repiten en Francia.
Las concentraciones y la manifestación de este sábado en los Campos
Elíseos servirán de termómetro del futuro de esta movilización que
amenaza con ampliarse o bien conformarse con ser la primera advertencia
seria ante la ofensiva neoliberal de Macron.
Además de centenares de bloqueos de
carreteras por toda Francia, otra manifestación se celebrará este sábado
en los Campos Elíseos de París, bajo un importante despliegue de las
fuerzas de seguridad. Unos 5.000 agentes de policía controlarán el acceso de los manifestantes e impedirán la circulación de vehículos.
Tras las reticencias iniciales en la izquierda francesa, el sindicato
Sud-Solidaires —una de las organizaciones sindicales menos mansas en
Francia— apoya esta convocatoria. También lo hacen los dirigentes de la
Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, partido referente de la
izquierda francesa, a pesar de sus fuertes divisiones internas.
La CGT ha convocado para este sábado manifestaciones
por toda Francia contra la precariedad y las políticas del gobierno de
Macron. El sindicato con un mayor número de afiliados, sin embargo,
continúa sin apoyar al movimiento de los “chalecos amarillos”, en un
ejemplo más de las reticencias de las direcciones sindicales ante las
nuevas formas de lucha. Las organizaciones universitarias también
organizan para este sábado protestas contra el aumento de las tasas
universitarias en Francia para los estudiantes de fuera de la Unión
Europea. Estas aumentarán hasta 2.770 euros en las matrículas de Grado
(actualmente cuestan 170 euros) y hasta 3.770 euros en los másteres
(ahora son 240 euros).
Apoyo mayoritario de los franceses
Finalmente, ¿se producirá la ansiada convergencia de
luchas entre múltiples frentes de protesta, que caracterizaría hace 50
años el Mayo del 68?
Esta hipótesis resulta, de momento, muy improbable. Pero las protestas
de este sábado representarán seguramente otro capítulo en el divorcio
entre Macron y los franceses.
A diferencia de otras movilizaciones sindicales contra la reforma laboral o de la compañía ferroviaria SNCF, el movimiento de los “chalecos amarillos” cuenta con el apoyo mayoritario de los franceses. Y este no ha dejado de aumentar pese a los intentos del ejecutivo de criminalizarlo, con el argumento de las dos desgraciadas muertes relacionadas con las protestas y los más de 400 heridos, la mayoría de ellos leves. Según un sondeo del instituto Odoxa, publicado el miércoles en el diario conservador Le Figaro, el 84% de la población considera “justificada” esta movilización, siete puntos más que la semana pasada.
A diferencia de otras movilizaciones sindicales contra la reforma laboral o de la compañía ferroviaria SNCF, el movimiento de los “chalecos amarillos” cuenta con el apoyo mayoritario de los franceses. Y este no ha dejado de aumentar pese a los intentos del ejecutivo de criminalizarlo, con el argumento de las dos desgraciadas muertes relacionadas con las protestas y los más de 400 heridos, la mayoría de ellos leves. Según un sondeo del instituto Odoxa, publicado el miércoles en el diario conservador Le Figaro, el 84% de la población considera “justificada” esta movilización, siete puntos más que la semana pasada.
“Los chalecos amarillos representan los galos, la
Francia ordinaria, el espíritu rebelde de la Francia contestataria”,
asegura en declaraciones Público el sociólogo Michel Fize, autor de Mai 68 n’a jamais existe!
(¡El Mayo del 68 jamás existió!). Este movimiento expresa una “crisis
de legitimidad de las instituciones tradicionales”, explica este
investigador jubilado del prestigioso CNRS, que observa una continuidad
entre el movimiento de los chalecos amarillos y la Nuit Débout, que ocupó la plaza de la República en París en la primavera de 2016. “Pero a diferencia de la Nuit Débout, que básicamente estaba formada por jóvenes urbanitas con estudios superiores, los chalecos amarillos son un movimiento más transversal formado por hombres, mujeres, jóvenes, jubilados”, asegura Fize.
“Ahora, se produce una paradoja evidente. El
movimiento de los chalecos amarillos está presente en Albert, Flixecourt
o Abbeville —ciudades pauperizadas del norte de Francia a causa de la
desindustrialización—, pero mucho menos en París”, aseguró el diputado
de la Francia Insumisa François Ruffin, figura emergente de la izquierda
francesa. Uno de los impulsores hace dos años de la Nuit Debout,
organizó este jueves un mitin en la Plaza de la República de París para
movilizar a los “indignados” de la capital francesa y las otras grandes
ciudades francesa en apoyo al movimiento de los “chalecos amarillos”.
Fiasco en el intento de diálogo del gobierno francés
“El aumento de los impuestos sobre el carburante ha
sido la gota de diésel que ha colmado el vaso de agua”, afirma
Jean-Baptiste Voltuan, un activista francés presente en el mitin
organizado este el jueves por simpatizantes de la Nuit Debout. Apoyado mayoritariamente por los votantes de la Francia Insumisa (64%) y del ultraderechista Reagrupamiento Nacional (66%),
esta movilización expresa el malestar por la pérdida de poder
adquisitivo de los franceses y el orden fiscal injusto favorecido por
Macron con una reducción de más de 6.000 millones de euros de
impuestos a los más ricos y un aumento de las tasas indirectas para los
más modestos. El principal punto en común de los manifestantes de este movimiento transversal y apartidista es el rechazo hacia Macron.
Aunque el presidente francés descartó el jueves
desde Buenos Aires “cualquier retroceso” en sus reformas, la realidad es
que el gobierno francés ha multiplicado desde principios de noviembre
sus gestos para intentar calmar la indignación de los “chalecos
amarillos”. Además de doblar, hasta 4.000 euros, la prima para cambiar un coche viejo por otro de menos contaminante, el ejecutivo centrista renunció a introducir peajes urbanos para acceder al centro de las grandes ciudades o prohibir en 2040 la venta de vehículos de gasoil y gasolina.
No obstante, estas medidas que no parecen apaciguar la cólera de los automovilistas. En cierta forma, reflejan que el gobierno francés no termina de comprender, o aceptar, que la oposición al aumento de los impuestos sobre el combustible se trata de un pretexto.
No obstante, estas medidas que no parecen apaciguar la cólera de los automovilistas. En cierta forma, reflejan que el gobierno francés no termina de comprender, o aceptar, que la oposición al aumento de los impuestos sobre el combustible se trata de un pretexto.
De hecho, la operación diálogo de este viernes
resultó un fiasco. En la reunión organizada por el primer ministro
francés, Édouard Philippe, con “representantes” de los “chalecos
amarillos”, solo acudió uno de los miembros de este movimiento.
Después de que el “premier” francés se negara a que el encuentro fuera
grabado para ser retransmitido en las redes sociales, este no se
celebró.
“Macron es incapaz de comprender a su pueblo”,
asegura Katarina, A., una militante de la Francia Insumisa, de 55 años,
que acudió al mitin de este jueves en la Plaza de la República de París
equipada con un chaleco amarillo. Como el 84% de los franceses, esta
defensora del ecologismo, que “siempre viaja en bicicleta”, asegura
estar decepcionada con el discurso de Macron del martes. En su primera
intervención pública para responder al malestar de los “chalecos
amarillos”, el presidente francés propuso establecer un mecanismo para
adaptar la fiscalidad del combustible en función del precio del
petróleo.
Acusados de “incoherentes” y de “desorganizados” por
los medios generalistas franceses, los “chalecos amarillos” le
respondieron con una treintena de reivindicaciones. Por ejemplo,
aumentar en más de 200 euros del salario mínimo hasta 1.300 euros netos,
establecer un salario máximo de 15.000 euros, tratar dignamente a los
refugiados, fijar un salario mediano para los representantes políticos,
establecer un referéndum popular que permita votar una proyecto de ley a
partir de 700.000 firmas. La mayoría de ellas eran de carácter social y
destituyente. Unas propuestas que mantenía unas similitudes evidentes con lo reivindicado por el 15-M en 2011, exceptuando un par de medidas conservadoras en materia de inmigración. Y que difícilmente podría ser impulsadas por Macron.
28/11/2018
Se extienden las protestas en Francia
“El poder adquisitivo baja con respecto a la suba de los combustibles y por otro lado no hubo una suma interesante del salario mínimo. Así que la gente empieza a ver que las políticas que están llevando adelante este gobierno va en detrimento de la clase trabajadora. Así que son los laburantes los que están en la calle y dicen “me estás metiendo la mano en el bolsillo”. Por Liliana Alderete para Redacción Canal Abierto
Aumento en los combustibles, quita de subsidios y avanzada privatizadora sobre servicios públicos. No estamos hablando del gobierno de Macri en Argentina, sino del de su par francés Emmanuel Macron. Estos anuncios provocaron masivas movilizaciones en distintos puntos del país, que continúan a una semana de iniciadas.
En diálogo con Sobre la hora, Liliana Alderete, argentina residente en Francia dio un panorama de la situación. “Las movilizaciones se iniciaron antes en los sectores rurales que en los urbanos. Este es uno de los sectores en donde más fuerte pegó lo que es esta forma de protesta social de los chalecos amarillos. Incluso se ha dado más en las zonas rurales que en París. Es una protesta social que nace más que nada en el interior de Francia. Recuerda mucho lo que fue el movimiento piquetero en Argentina antes del 2001 con barricadas en las entradas y salidas de los pueblos” narró.
“Han elegido las rotondas, estos son los lugares donde está cortado el acceso a los pueblos. Hay gente que están pasando la noche, otros que levantan el piquete y vuelven a la mañana, otros que están en un rato después se van a trabajar y otros que vuelven y toman la posta. Es algo que empezó el sábado 17 y continúa hasta hoy” se refirió ala modalidad de manifestación.
Sobre el impacto de las medidas, Alderete graficó que “la suba del combustible afecta a la clase trabajadora que está en tren de perder su poder adquisitivo. Si uno trabaja en el campo tiene que ir de un lugar a otro, porque acá no está desarrollado el sistema de transporte habitual. Hay tres colectivos por día, así que el sistema de transporte es el auto. La gente tiene un auto con el que tenés que manejarte si o si. El trabajador tiene que manejarse en auto no hay otra forma de transporte.”
Y agregó: “el poder adquisitivo baja con respecto a la suba de los combustibles y por otro lado no hubo una suma interesante del salario mínimo. Así que la gente empieza a ver que las políticas que están llevando adelante este gobierno va en detrimento de la clase trabajadora. Así que son los laburantes los que están en la calle y dicen “me estás metiendo la mano en el bolsillo”.
Fuente: Kaos En la Red
Comparan imágenes de disturbios en Campos Elíseos con “escenas de guerra”
26 noviembre 2018
| CUBADEBATE
Con “escenas de guerra” comparó el presidente francés Emmanuel Macron las imágenes de los disturbios que sembraron caos en los Campos Elíseos de París el fin de semana.
“No hay que subestimar la conmoción
de la gente, en Francia y en el extranjero, de ver en los medios de
comunicación lo que parecían escenas de guerra”, dijo Macron el lunes en
una reunión de su gabinete, según su portavoz Benjamin Griveaux.
Un centenar de personas fueron detenidas después de violentas protestas el sábado que terminaron con barricadas incendiadas y escaparates de tiendas de lujo destrozadas en la famosa avenida parisina.
Para dispersar a los manifestantes la policía utilizó más de 5 mil granadas de gas lacrimógeno y los bomberos apagaron más de 100 incendios, lo que dio lugar a imágenes espectaculares que dieron la vuelta al mundo.
Unas 106 mil 000 personas del movimiento conocido como los “chalecos amarillos” manifestaron el sábado en toda Francia contra el alza del precio de la
gasolina y la pérdida del poder adquisitivo.
La situación degeneró en los Campos Elíseos, donde unas 5 mil 000 personas participaron en una manifestación no autorizada. Un total de 31 personas resultaron heridas, entre ellas siete policías, y un centenar de manifestantes fueron detenidos.
El gobierno ha atribuido los disturbios violentos en París a miembros de la ultraderecha.
El ministro de Presupuesto, Gerald Darmanin, llegó a decir que los manifestantes “no eran chalecos amarillos”, sino “la peste marrón”, una alusión a los nazis.
Mientras tanto, los “chalecos amarillos”, un movimiento apolítico que nació a mediados de octubre en las redes sociales, anunciaron el lunes la creación de una delegación oficial conformada de ocho personas encargadas de negociar con el gobierno.
(Con información AFP)
Para dispersar a los manifestantes la policía utilizó más de 5 mil granadas de gas lacrimógeno y los bomberos apagaron más de 100 incendios, lo que dio lugar a imágenes espectaculares que dieron la vuelta al mundo.
Unas 106 mil 000 personas del movimiento conocido como los “chalecos amarillos” manifestaron el sábado en toda Francia contra el alza del precio de la
gasolina y la pérdida del poder adquisitivo.
La situación degeneró en los Campos Elíseos, donde unas 5 mil 000 personas participaron en una manifestación no autorizada. Un total de 31 personas resultaron heridas, entre ellas siete policías, y un centenar de manifestantes fueron detenidos.
El gobierno ha atribuido los disturbios violentos en París a miembros de la ultraderecha.
El ministro de Presupuesto, Gerald Darmanin, llegó a decir que los manifestantes “no eran chalecos amarillos”, sino “la peste marrón”, una alusión a los nazis.
Mientras tanto, los “chalecos amarillos”, un movimiento apolítico que nació a mediados de octubre en las redes sociales, anunciaron el lunes la creación de una delegación oficial conformada de ocho personas encargadas de negociar con el gobierno.
(Con información AFP)
Un semáforo francés en ámbar
por Rafael Poch
LA HAINE - 28/11/2018
El sábado 300.000 personas expresaron su
activa protesta organizando más de 2.000 bloqueos de carreteras y peajes
en toda Francia
Hay que seguir de cerca este fenómeno de los chalecos amarillos,
movimiento auto(des)organizado a través de las redes sociales, popular e
imprevisible. La jornada del sábado continuó el domingo y más allá.
Ahora el movimiento llama a bloquear París el sábado 24… Todo esto pone
muy nervioso al establishment mediático y político europeo.
El ministro del Interior francés, Christophe Castaner constató, el martes, la “degeneración total de una protesta que en general mantuvo el sábado buena conducta”. “Asistimos a una radicalización con reivindicaciones que ya no son coherentes, que van en todas direcciones”, ha dicho. La CGT, el sindicato francés menos manso, se ha desmarcado pero hasta tres de cada cuatro franceses han expresado según las encuestas su apoyo a esta manifestación en la que se escuchan llamadas a la dimisión del “presidente de los ricos”.
La chispa ha sido la subida de los impuestos a los carburantes. Eso ha llevado a declarar a una exministra socialista de medio ambiente, Delphine Batho, típica representante de la izquierda-caviar,que la protesta es una, “acción de solidaridad con el lobby petrolero”. Pero tras la fiscalidad al diésel se esconde una clara cuestión de clase, una injusticia fiscal que grava a la gente del extrarradio, la más encadenada al uso del coche para ir al trabajo, o que trabaja con él (transportistas, agricultores), dibujando toda la geografía de la Francia periférica de las zonas rurales y los extrarradios urbanos. Hay en su protesta un agravio comparativo hacia el trato fiscal que reciben los ricos, con la eliminación del impuesto a las grandes fortunas, y una indignación y hartazgo con las despreciativas declaraciones del Júpiter Macron que cada mes evidencia su mentalidad elitista. Es esta fractura de clase la que asusta: desorganizada, radical e imprevisible.
De repente, como se lee en la prensa alemana, se advierte el peligro provocado por lo que antes se consideraba éxito y victoria: el descabezamiento y la integración de las organizaciones sindicales que todavía defendían intereses de clase. La paradoja del resultado de décadas de políticas encaminadas a descafeinar a los sindicatos es que desemboca en una preocupación ante el peligro que supone la ausencia de interlocutores (sindicales) corruptos con los que negociar cabreos como este.
En unos momentos en los que por toda Europa surgen populismos de signo conservador o reaccionario con los que la derecha capitaliza y canaliza los ríos de descontento y sufrimiento social suscitados por la crisis, hay que estar atento a cualquier manifestación de un movimiento que huele a algo de clase, aunque acabe en agua de borrajas. Si en Europa llegara a formarse algo parecido a un bloque popular-ciudadano antiburgués bien podría ser a partir de este tipo de chispas. Con la actual configuración capitalista de los espacios y geografías, el precio del carburante desempeña un papel no muy diferente al del pan en los motines de antaño. Afortunadamente, tras no pocos titubeos, la France Insoumise de Jean-Luc Mélenchon se ha dado cuenta de eso y ha expresado su apoyo a esta protesta. Y el lugar es Francia.
Hace tiempo que modestamente sostengo que si en Francia no pasa nada, es decir, que si lo que queda de la mayor tradición social y republicana del continente se demuestra incapaz de reaccionar a esta crisis que incrementa la desigualdad social y arrasa con derechos costosamente adquiridos, entonces no pasará nada fundamental de signo liberador y progresista a medio plazo en esta parte del mundo.
Lo último de Macron es aplicar la directiva europea de reducir las pensiones en un país en el que apenas hay jubilados pobres, como es el caso de Alemania donde ese cepillado se hizo hace años. Macron expresó la semana pasada todo el delirio narcisista que acompaña al europeísmo establecido al decir en Berlín que Europa y el eje franco-alemán tienen “la responsabilidad de que el mundo no se deslice hacia el caos y sea acompañado en el camino de la paz”. La simple realidad es que es la acción de ese eje, que en Francia se vive crecientemente como mera subordinación a Alemania, la que está creando el caos en la propia Unión Europea con una política neoliberal que excita todo aquello que disuelve y desintegra al europeísmo.
----
P.S. La visita de Macron a Berlín, en la que obtuvo apoyos a su propuesta de ejército europeo, incluyó ofrenda floral en la Neue Wache, el templete de la avenida Unter den Linden. En tiempos de la RDA, la Alemania comunista, aquello era un memorial a las “víctimas del fascismo y el militarismo”. En los años noventa, tras la reunificación, el memorial fue remodelado a las “víctimas de la guerra y la tiranía”, concepto éste último que abraza tanto al nazismo como al comunismo. La remodelación regresó a la línea de la doctrina establecida por los ex nazis que gobernaron la Alemania occidental en la posguerra y que buscaban su redención en la guerra fría bajo el manto general del “totalitarismo”. La unificación conceptual presentaba al comunismo y al estalinismo como hermanos gemelos del nazismo y el fascismo, ignorando la diferencia ideológica fundamental; que no puede haber un buen nazismo, contrario a todo planteamiento humanista, pero sí un buen socialismo que desarrolle ideales humanistas radicalmente antagónicos con el antihumanismo. Hoy el templete incluye una placa que menciona entre las víctimas de la tiranía a los alemanes expulsados de sus hogares en Europa central y oriental tras la derrota de 1945 y a los represaliados por el régimen de Alemania Oriental. Una nueva historia nacional a la carta para unos nuevos tiempos.
CTXT
El ministro del Interior francés, Christophe Castaner constató, el martes, la “degeneración total de una protesta que en general mantuvo el sábado buena conducta”. “Asistimos a una radicalización con reivindicaciones que ya no son coherentes, que van en todas direcciones”, ha dicho. La CGT, el sindicato francés menos manso, se ha desmarcado pero hasta tres de cada cuatro franceses han expresado según las encuestas su apoyo a esta manifestación en la que se escuchan llamadas a la dimisión del “presidente de los ricos”.
La chispa ha sido la subida de los impuestos a los carburantes. Eso ha llevado a declarar a una exministra socialista de medio ambiente, Delphine Batho, típica representante de la izquierda-caviar,que la protesta es una, “acción de solidaridad con el lobby petrolero”. Pero tras la fiscalidad al diésel se esconde una clara cuestión de clase, una injusticia fiscal que grava a la gente del extrarradio, la más encadenada al uso del coche para ir al trabajo, o que trabaja con él (transportistas, agricultores), dibujando toda la geografía de la Francia periférica de las zonas rurales y los extrarradios urbanos. Hay en su protesta un agravio comparativo hacia el trato fiscal que reciben los ricos, con la eliminación del impuesto a las grandes fortunas, y una indignación y hartazgo con las despreciativas declaraciones del Júpiter Macron que cada mes evidencia su mentalidad elitista. Es esta fractura de clase la que asusta: desorganizada, radical e imprevisible.
De repente, como se lee en la prensa alemana, se advierte el peligro provocado por lo que antes se consideraba éxito y victoria: el descabezamiento y la integración de las organizaciones sindicales que todavía defendían intereses de clase. La paradoja del resultado de décadas de políticas encaminadas a descafeinar a los sindicatos es que desemboca en una preocupación ante el peligro que supone la ausencia de interlocutores (sindicales) corruptos con los que negociar cabreos como este.
En unos momentos en los que por toda Europa surgen populismos de signo conservador o reaccionario con los que la derecha capitaliza y canaliza los ríos de descontento y sufrimiento social suscitados por la crisis, hay que estar atento a cualquier manifestación de un movimiento que huele a algo de clase, aunque acabe en agua de borrajas. Si en Europa llegara a formarse algo parecido a un bloque popular-ciudadano antiburgués bien podría ser a partir de este tipo de chispas. Con la actual configuración capitalista de los espacios y geografías, el precio del carburante desempeña un papel no muy diferente al del pan en los motines de antaño. Afortunadamente, tras no pocos titubeos, la France Insoumise de Jean-Luc Mélenchon se ha dado cuenta de eso y ha expresado su apoyo a esta protesta. Y el lugar es Francia.
Hace tiempo que modestamente sostengo que si en Francia no pasa nada, es decir, que si lo que queda de la mayor tradición social y republicana del continente se demuestra incapaz de reaccionar a esta crisis que incrementa la desigualdad social y arrasa con derechos costosamente adquiridos, entonces no pasará nada fundamental de signo liberador y progresista a medio plazo en esta parte del mundo.
Lo último de Macron es aplicar la directiva europea de reducir las pensiones en un país en el que apenas hay jubilados pobres, como es el caso de Alemania donde ese cepillado se hizo hace años. Macron expresó la semana pasada todo el delirio narcisista que acompaña al europeísmo establecido al decir en Berlín que Europa y el eje franco-alemán tienen “la responsabilidad de que el mundo no se deslice hacia el caos y sea acompañado en el camino de la paz”. La simple realidad es que es la acción de ese eje, que en Francia se vive crecientemente como mera subordinación a Alemania, la que está creando el caos en la propia Unión Europea con una política neoliberal que excita todo aquello que disuelve y desintegra al europeísmo.
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P.S. La visita de Macron a Berlín, en la que obtuvo apoyos a su propuesta de ejército europeo, incluyó ofrenda floral en la Neue Wache, el templete de la avenida Unter den Linden. En tiempos de la RDA, la Alemania comunista, aquello era un memorial a las “víctimas del fascismo y el militarismo”. En los años noventa, tras la reunificación, el memorial fue remodelado a las “víctimas de la guerra y la tiranía”, concepto éste último que abraza tanto al nazismo como al comunismo. La remodelación regresó a la línea de la doctrina establecida por los ex nazis que gobernaron la Alemania occidental en la posguerra y que buscaban su redención en la guerra fría bajo el manto general del “totalitarismo”. La unificación conceptual presentaba al comunismo y al estalinismo como hermanos gemelos del nazismo y el fascismo, ignorando la diferencia ideológica fundamental; que no puede haber un buen nazismo, contrario a todo planteamiento humanista, pero sí un buen socialismo que desarrolle ideales humanistas radicalmente antagónicos con el antihumanismo. Hoy el templete incluye una placa que menciona entre las víctimas de la tiranía a los alemanes expulsados de sus hogares en Europa central y oriental tras la derrota de 1945 y a los represaliados por el régimen de Alemania Oriental. Una nueva historia nacional a la carta para unos nuevos tiempos.
CTXT
Chalecos amarillos: La Policía lanza gases lacrimógenos y usa un cañón de agua contra los manifestantes
Algunos manifestantes intentaron llegar hasta la
residencia de Macron. Se calcula que en torno a 300.000 personas se han
manifestado por todo el país. En la capital francesa se estima que la
cifra ha sido de unos 3.000.
Manifestantes
del movimiento de los 'Chalecos amarillos' protestan en París contra la
subida de los precios del carburante anunciada por Macron. Benoit
Tessier/REUTERS
PARÍS
24/11/2018 10:24 - agencias | Público
Las policía francesa lanzó
este sábado en París gases lacrimógenos y usó un cañón de agua para
rechazar el avance de miles de personas que se manifestaban contra el
alza de los carburantes, los llamados "chalecos amarillos", que trataban de acercarse al palacio del Elíseo, residencia presidencial.
Los enfrentamientos tuvieron lugar en el perímetro de seguridad levantado por la policía cuando decenas de manifestantes trataron de superarlo para llegar a la residencia del presidente, Emmanuel Macron, cuya dimisión pidieron en pancartas y en cánticos, informa el medio francés Liberation.
Las autoridades habían prohibido la concentración en
los alrededores del Elíseo y habían señalado los Campos de Marte,
situados frente a la torre Eiffel, como lugar permitido para la
concentración, cuyo inicio está previsto a las 14.00 horas (13.00 GMT), según Le Figaro.
Los portavoces del movimiento, que comenzó como
protesta contra el alza de los impuestos a los carburantes pero que se
ha ido diversificando con el paso de los días, rechazaron ese punto de
concentración y pidieron acercase a la residencia de Macron.
Las autoridades indicaron que entre
los manifestantes pueden haberse infiltrado grupúsculos de extrema
derecha para radicalizar el movimiento.
Una
consigna que han seguido centenares de "chalecos amarillos", que
utilizaron mobiliario urbano para lanzarlo contra los antidisturbios que
habían establecido un cordón de seguridad.
Las autoridades indicaron que entre los manifestantes pueden haberse infiltrado grupúsculos de extrema derecha para radicalizar el movimiento.
La respuesta de las fuerzas de seguridad vino en forma
de gases lacrimógenos y del uso de un cañón de agua para rechazarlos, lo
que provocó escenas de gran tensión.
Según los primeros datos del Ministerio del Interior, a
media mañana había en la capital unos 3.000 "chalecos amarillos", la
mayor parte concentrados en los Campos Elíseos y en los aledaños de la
plaza de la Concordia, que da acceso a la residencia presidencial.
En el resto del país continúan los bloqueos de centros
logísticos y carreteras iniciados hace una semana, pero con menos
intensidad que el pasado sábado, cuando los cálculos oficiales lo
cifraron en casi 300.000 manifestantes.
Macron ya ha asegurado que no va a renunciar a ese tributo destinado a reducir el consumo de combustibles fósiles y que inscribe dentro de su estrategia medioambiental.
Crece la rebelión social en Francia contra el aumento de los combustibles
Por Kaos. Internacional
KAOS EN LA RED - Publicado en: 19 noviembre, 2018
Tras la masiva marcha del sábado, que dejó una persona muerta, el
domingo continuaron las manifestaciones y los cortes de ruta. Nuevos
enfrentamientos con la policía. Ya son hay más de 150 detenidos.
Los Chalecos Amarillos franceses, que protestaban inicialmente el
sábado contra el alza de combustibles, continuaron con sus bloqueos de
rutas el domingo y amenazan con transformarse en desobediencia civil. La
movilización de 280.000 personas del sábado se extendió al domingo y al
menos 40.000 personas se desplazaron. Desde su inicio han
dejado una manifestante muerta, 409 heridos, entre ellos 28 policías, y
157 detenidos.
Los heridos se producen por enfrentamientos con las fuerzas del orden o por incidentes con ciudadanos que no quieren atravesar los bloqueos, los manifestantes se lo impiden y los automovilistas se los llevan por delante. Una conductora que llevaba a su hija al hospital se llevó por delante a una manifestante jubilada de 63 años, que nunca había participado en la manifestación causándole la muerte, en Savoie. Se encuentra bajo control judicial.
En una acción espectacular el domingo, Disneyworld fue bloqueada por los manifestantes. Instalaron sus barreras en el estacionamiento del lugar y bajo la vigilancia de la policía, bloquearon siete de los nueve accesos y permitieron el acceso gratuito de los visitantes. El precio del parking en Disneyworld es 30 euros la hora.
La empresa Vinci, que controla autorutas y peajes, dijo que hubo “una intensificación de las manifestaciones”, que incluye bloqueos de peaje, estaciones de servicios e incluso supermercados cerrados por precaución. Contabilizaron al menos 50 acciones en las grandes autopistas. ”Operación peaje gratuito” fueron las acciones del domingo de los manifestantes. Las autoridades recomendaron a la población no salir a la carretera si no era absolutamente necesario.
La protesta ha superado el alza de combustibles para una parte de la población que vive en pequeños pueblos y debe recorrer en automóvil varios kilómetros para ir a trabajar, o hacer las compras o visitar un hospital. Es el poder de compra perdido, el aumento de impuestos sin fin, la desertización sanitaria en amplias zonas de Francia porque los médicos no quieren instalarse contra lo que protestan.
El este del país, la Costa Azul y Normandía fueron las zonas más perturbadas por los bloqueos. El alcalde republicano de Troyes, el ex ministro de economía François Baroin llamó al gobierno “a escuchar este mensaje de alerta profunda” que representa la manifestación de los Chalecos Amarillos. ”No se puede hacer como si nada hubiese pasado. Los Chalecos Amarillos no es otra que la clase media que está en plena interrogación sobre su futuro, sobre su poder de compra. Ellos piden a Emmanuel Macron que escuche. Espero que los escuche”, dijo, tras llamar” a trabajar en el plano fiscal, los impuestos, que deben bajar” .
Los testimonios de estos “nuevos pobres” son tremendos. Evelyn acompañó los bloqueos en Saint Gervais La Foret. Después de haber trabajado toda su vida en una farmacia mayorista, ella gana con su jubilación 1100 euros al mes. “Tengo un pequeño coche diésel con 120.000 kilómetros. Ahora me quieren hacer creer que contamina más que los aviones, los yates y todos los que ellos me hacen pagar como contribuyente. La comida no deja de aumentar y hasta comprar una torta el fin de semana se ha convertido para mi en un lujo”, protesta.
Sin sindicatos que los respalden, sin creer en los partidos, los Chalecos Amarillos quieren ser escuchados por sus penas, por su abandono y no por su ideología. Se sienten las víctimas de las élites, que están lejos de sus vidas cotidianas y gobiernan para “la metrópoli”, con “ambiciones de ecologistas de ciudad, que nunca pusieron un pie en el campo ni vieron como crece una planta”.
Llenar el depósito subió de 45 a 65 euros y los Chalecos amarillos deben recorrer hasta 80 kilómetros diarios para llegar a sus trabajos. Con un salario que ni supera los 1.300 euros mensuales, necesitan al menos 350 euros para el coche.
Los heridos se producen por enfrentamientos con las fuerzas del orden o por incidentes con ciudadanos que no quieren atravesar los bloqueos, los manifestantes se lo impiden y los automovilistas se los llevan por delante. Una conductora que llevaba a su hija al hospital se llevó por delante a una manifestante jubilada de 63 años, que nunca había participado en la manifestación causándole la muerte, en Savoie. Se encuentra bajo control judicial.
En una acción espectacular el domingo, Disneyworld fue bloqueada por los manifestantes. Instalaron sus barreras en el estacionamiento del lugar y bajo la vigilancia de la policía, bloquearon siete de los nueve accesos y permitieron el acceso gratuito de los visitantes. El precio del parking en Disneyworld es 30 euros la hora.
La empresa Vinci, que controla autorutas y peajes, dijo que hubo “una intensificación de las manifestaciones”, que incluye bloqueos de peaje, estaciones de servicios e incluso supermercados cerrados por precaución. Contabilizaron al menos 50 acciones en las grandes autopistas. ”Operación peaje gratuito” fueron las acciones del domingo de los manifestantes. Las autoridades recomendaron a la población no salir a la carretera si no era absolutamente necesario.
La protesta ha superado el alza de combustibles para una parte de la población que vive en pequeños pueblos y debe recorrer en automóvil varios kilómetros para ir a trabajar, o hacer las compras o visitar un hospital. Es el poder de compra perdido, el aumento de impuestos sin fin, la desertización sanitaria en amplias zonas de Francia porque los médicos no quieren instalarse contra lo que protestan.
El este del país, la Costa Azul y Normandía fueron las zonas más perturbadas por los bloqueos. El alcalde republicano de Troyes, el ex ministro de economía François Baroin llamó al gobierno “a escuchar este mensaje de alerta profunda” que representa la manifestación de los Chalecos Amarillos. ”No se puede hacer como si nada hubiese pasado. Los Chalecos Amarillos no es otra que la clase media que está en plena interrogación sobre su futuro, sobre su poder de compra. Ellos piden a Emmanuel Macron que escuche. Espero que los escuche”, dijo, tras llamar” a trabajar en el plano fiscal, los impuestos, que deben bajar” .
Los testimonios de estos “nuevos pobres” son tremendos. Evelyn acompañó los bloqueos en Saint Gervais La Foret. Después de haber trabajado toda su vida en una farmacia mayorista, ella gana con su jubilación 1100 euros al mes. “Tengo un pequeño coche diésel con 120.000 kilómetros. Ahora me quieren hacer creer que contamina más que los aviones, los yates y todos los que ellos me hacen pagar como contribuyente. La comida no deja de aumentar y hasta comprar una torta el fin de semana se ha convertido para mi en un lujo”, protesta.
Sin sindicatos que los respalden, sin creer en los partidos, los Chalecos Amarillos quieren ser escuchados por sus penas, por su abandono y no por su ideología. Se sienten las víctimas de las élites, que están lejos de sus vidas cotidianas y gobiernan para “la metrópoli”, con “ambiciones de ecologistas de ciudad, que nunca pusieron un pie en el campo ni vieron como crece una planta”.
Llenar el depósito subió de 45 a 65 euros y los Chalecos amarillos deben recorrer hasta 80 kilómetros diarios para llegar a sus trabajos. Con un salario que ni supera los 1.300 euros mensuales, necesitan al menos 350 euros para el coche.
FOTOS: Reprimen duramente en París las protestas contra el alza de precios del combustible
Publicado: 24 nov 2018 10:09 GMT | Última actualización: 24 nov 2018 11:56 GMT - RT
Este sábado, los conocidos como 'Chalecos
amarillos' celebran manifestaciones en distintos puntos de Francia
contra el aumento de los precios del combustible.
En París, se registran enfrentamientos entre las fuerzas de orden y los manifestantes del movimiento 'Chalecos Amarillos' que protestan contra el aumento de los precios del combustible en el país.
Según el canal BFMTV, "varios miles" de manifestantes se han congregado en los Campos Elíseos. Algunos de ellos están tratando de romper la cerca y entrar en la zona cerrada de demostración en el área de la Plaza de la Concordia. En respuesta a las acciones de los manifestantes, los uniformados utilizaron no solo gases lacrimógenos, sino también cañones de agua.
Algunos participantes en la marcha cantan la Marsellesa y exigen la renuncia del presidente del país, Emmanuel Macron.
Unos 3.000 policías y gendarmes han sido movilización para garantizar la seguridad durante la jornada de protesta.
Las autoridades de la capital francesa decidieron introducir cambios en el funcionamiento del transporte público este sábado debido a las acciones de protesta.
En particular, siete estaciones de metro en el centro de París permanecerán cerradas, informa el sitio web de la Administración de Transporte de París. Además, parte de las rutas de transporte terrestre han sido modificadas.
La campaña de protestas a gran escala contra el aumento de los precios del combustible comenzó en Francia el 17 de noviembre. Según el Ministerio de Asuntos Interiores galo, el sábado pasado más de 287.000 personas participaron en movilizaciones a lo largo de todo el país.
A partir del 1 de enero, los precios de la gasolina en Francia deberán aumentar en 2,9 céntimos de euro, mientras que los del diésel se incrementarán en 6,5 céntimos por litro.
Según el canal BFMTV, "varios miles" de manifestantes se han congregado en los Campos Elíseos. Algunos de ellos están tratando de romper la cerca y entrar en la zona cerrada de demostración en el área de la Plaza de la Concordia. En respuesta a las acciones de los manifestantes, los uniformados utilizaron no solo gases lacrimógenos, sino también cañones de agua.
Algunos participantes en la marcha cantan la Marsellesa y exigen la renuncia del presidente del país, Emmanuel Macron.
Unos 3.000 policías y gendarmes han sido movilización para garantizar la seguridad durante la jornada de protesta.
Las autoridades de la capital francesa decidieron introducir cambios en el funcionamiento del transporte público este sábado debido a las acciones de protesta.
En particular, siete estaciones de metro en el centro de París permanecerán cerradas, informa el sitio web de la Administración de Transporte de París. Además, parte de las rutas de transporte terrestre han sido modificadas.
La campaña de protestas a gran escala contra el aumento de los precios del combustible comenzó en Francia el 17 de noviembre. Según el Ministerio de Asuntos Interiores galo, el sábado pasado más de 287.000 personas participaron en movilizaciones a lo largo de todo el país.
A partir del 1 de enero, los precios de la gasolina en Francia deberán aumentar en 2,9 céntimos de euro, mientras que los del diésel se incrementarán en 6,5 céntimos por litro.