martes, 26 de junio de 2007

Translado de Manuel Cordero


Translado de M Cordero
Uploaded by el_muerto

LA REPUBLICA PAG. 8

Justicia brasileña resolvió traslado de Cordero a la prisión estadual de Santana do Livramento Había solicitado ir a un regimiento del Ejército o una unidad de la policía militar en la frontera
.

La defensa del Coronel prófugo interpuso un recurso para evitar que sea llevado a la cárcel del Estado.

El militar pidió ser trasladado a Livramento para que lo visitara su familia, pero el "tiro le salió por la culata".

La Policía Federal no lo quiere en sus delegaciones y el torturador podría terminar compartiendo celda con peligrosos presos comunes.

ROGER RODRIGUEZ - rogerrodriguez@adinet.com.uy

Coronel (R) Manuel Cordero. El ministro del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, Marco Aurelio de Mello, resolvió el pasado martes 19 de junio el traslado del militar uruguayo Manuel Cordero a la Penitenciaria Estadual de Santana do Livramento, hasta que se resuelva su eventual extradición hacia Argentina o Uruguay.

La cárcel estatal gaúcha, un establecimiento de reclusión para 135 presos que cuenta actualmente con dos centenares de internos, se encuentra ubicada a 12 kilómetros de la fronteriza ciudad de Livramento y en ella han recalado los más importantes prisioneros del estado de Rio Grande do Sul.

Cordero, detenido en la sede de la Policía Federal de Porto Alegre desde que fue detenido el 27 de febrero último, precisamente en Santana do Livramento, había pedido su traslado a un presidio fronterizo, con el argumento de que en la capital gaúcha no podía ser visitado por su familia.

La defensa de Cordero solicitó entonces que lo alojaran en una Unidad Militar, la 2da. Batería de Artilhería Antiaérea de Porto Alegre, o en una base de la policía militar gaúcha, el Regimiento de la Policía Montada de la Brigada Militar do Rio Grande do Sul.
Pero ambas alternativas fueron rechazadas.

Nadie lo quiere.

Por la resolución Nº 116, Acta Nº 92, de la relación del proceso sobre el pedido de extradición Nº 974, el ministro relator de la causa decidió que ante la falta de condiciones para mantener el extraditable en una celda de la Delegacía de la Policía Federal, el detenido fuera llevado al presidio estatal.

El envío de Cordero a la Delegacía de la Policía Federal de Santana do Livramento había sido la primera opción del ministro Marco Aurelio de Melo, pero las autoridades policiales señalaron que no tenían condiciones mínimas de seguridad para mantener detenido al torturador uruguayo.

La detención de Cordero desde hace cuatro meses en una celda de la sede de la Policía Federal de Porto Alegre ha generado un profundo malestar en las autoridades policiales que deben disponer de personal y comida para la atención del extraditable.

En la base de la Policía Federal brasileña existe un pequeño celdario en el que los detenidos, delincuentes que cometieron delitos de carácter nacional, permanecen en tránsito unos pocos días antes de su traslado a algún establecimiento carcelario. La permanencia de Cordero sería un estorbo.

"Tiro por la culata".

En las últimas horas, el abogado de Cordero, Julio Favero, habría interpuesto un nuevo recurso para evitar que su defendido fuera llevado a la penitenciaría estadual fronteriza, donde debería compartir celda con presos comunes y condenados con largas penas de cárcel.

De concretarse el traslado del Coronel prófugo a la prisión estadual brasileña, sería una ocasión en la que uno de los múltiples artilugios jurídicos interpuestos por los abogados del militar termine por salir como "un tiro por la culata", dijeron a LA REPUBLICA juristas brasileños que observan el proceso.

Desde que se inició el largo proceso de detención del militar, sus defensores han realizado diversas "jugarretas" que van desde el pedido de refugio del militar por una supuesta persecución política, la presentación de varios hábeas corpus, y otros mecanismos dilatorios de una decisión sobre el caso.

Cordero había fugado de Uruguay en 2004 para evitar comparecen ante la Justicia por el delito de "desacato con ofensa", del que lo acusó el juez José Balcaldi, quien había iniciado una causa contra el militar por apología del delito, ante declaraciones en las que reivindicaba la tortura.