lunes, 16 de septiembre de 2019

La planta insolente Por: Luis Britto García // Latinoamérica y la ocupación estadounidense Por Marcelo Colussi // El incendio de la derecha latinoamericana // El proyecto neoliberal en el mundo y en Brasil es anti-vida y enemigo de la naturalezapor Leonardo Boff // La verdadera historia de los errores futuros por Boaventura de Sousa Santos // BRASIL: Se dispara la deforestación en la Amazonía: Crece un 91 por ciento // ¿Por qué se quema la Amazonia? // URUGUAY: ZUR: Filtro: el fin de la inocencia // A 25 años de la masacre del Filtro


La planta insolente

Por: Luis Britto García
4 septiembre 2019 | CUBADEBATE

1
Venezuela en 1902 estaba bloqueada por las tres potencias imperiales más poderosas. Inglaterra dominaba más de la mitad de la superficie terrestre. Alemania se expandía uniendo los dispersos estados teutónicos, instaurando colonias en África, aliándose con el poderoso Imperio Otomano, que ocupaba lo que ahora es el Medio Oriente. Italia intentaba colonizar el Continente Negro y América. Las tres cercaron nuestros mares con impenetrable muralla de quince acorazados y 15.000 marinos, cañonearon nuestras costas, destruyeron nuestra incipiente marina y saquearon poblaciones. Fácil parecía desmembrar Venezuela y repartirse sus despojos, pero no lo lograron. ¿Por qué?
2
Todo proyecto progresista avanza valiéndose de las contradicciones entre las potencias dominantes. Nuestra Independencia arrancó aprovechando la riña entre Inglaterra y Francia, en el curso de la cual Bonaparte ocupó España. Cipriano Castro se valió de la pugna entre Estados Unidos, aspirante a la hegemonía hemisférica de la doctrina Monroe, y las potencias europeas, que intentaban recolonizar América Latina y el Caribe. El coloso del Norte obligó a los reclamantes a retirarse y a revisar sus pretendidas acreencias, que quedaron reducidas a la sexta parte. Pasa un siglo, y el ahora declinante poderío de Estados Unidos colide con la fuerza militar de Rusia y el predominio económico de China. El posible veto de ambas en el Consejo de Seguridad de la ONU ha impedido hasta ahora una intervención militar directa y abierta en contra nuestra. Valgámonos sabiamente de esta confrontación, sin subordinarnos a ninguna de sus partes.
3
Todo proyecto progresista enfrenta la agresión de los poderes existentes. A la Unión Soviética el día de su creación le declararon la guerra catorce países, entre ellos Estados Unidos. China fue agredida con cruenta guerra civil y la secesión de Taiwan, y durante décadas se le negó el acceso a las Naciones Unidas. Bloquearon a Cuba y sólo lograron hacerla más resistente. Se implantó contra Irak un bloqueo de casi una década que arrojó un saldo de 800.000 vidas: más que las pérdidas de la insensata guerra contra Irán y de repeler la invasión estadounidense. Se aproxima al saldo de la Guerra Civil Española y supera diez veces el de la primera bomba atómica sobre Hiroshima. Conmemoramos llenos de pavor a las primeras víctimas del apocalipsis atómico: para las del bloqueo genocida no hay más que olvido.
4
Desde el siglo pasado la principal víctima de todo conflicto ha sido la población civil. Para victimizarla, contra Venezuela desata Estados Unidos el latrocinio masivo. Informa Últimas Noticias el 24 de mayo de 2019 que a instancias de EEUU medio centenar de bancos extranjeros nos han bloqueado cuentas por 5.470.030.645 dólares. Apoyado por dicho país, un delincuente pilla las instalaciones venezolanas de la petrolera Citgo. La Red en Defensa de la Humanidad acoge la cifra de US$ 117.110 millones de pérdidas económicas causadas por el ataque criminal de EEUU contra el pueblo venezolano, suficientes para la importación de alimentos y medicamentos por 26 años para toda la población. En su Informe “Sanciones Económicas como castigo colectivo: El caso de Venezuela”, estiman Mark Weisbrot y Dean Baker que las víctimas fatales del bloqueo contra Venezuela son más de 40.000. El canciller Jorge Arreaza cita la cifra sin refutarla. El cálculo se basa en supuestos incrementos de la tasa de defunciones no atribuibles a ninguna otra causa. Pero éstos no se fundan en cifras oficiales, sino en estimaciones de dos ONG’S privadas, que carecen de medios para llevar registros detallados sobre la materia, y que podrían estar influidas por el plan opositor de fingir que en Venezuela habría una crisis humanitaria, para legitimar la intervención y desintegración del país. Es obligación del gobierno retomar la publicación anual de las tasas de defunciones y de sus causas, así como de las cifras verdaderas de la emigración y de los daños económicos, para evitar especulaciones exageradas en uno u otro sentido.
5
Bloqueo es declaratoria de una guerra que no se atreve a decir su nombre. No hay paz con un país que secuestra a otro, apoya golpes de Estado en su contra, le roba propiedades en el exterior, desconoce a sus autoridades legítimas, intenta asesinarlas, le sabotea servicios públicos, le corta comunicaciones y suministros, forma alianzas con sus vecinos para agredirlo, amenaza con represalias a todos los restantes países que mantengan relaciones con la víctima.Y sin embargo, no es el bloqueo arma infalible. Fracasó Bonaparte en arruinar a Inglaterra cerrándole a sus naves los puertos europeos. Bloquearon Inglaterra y los países continentales de Europa a la República Española para impedirle defenderse contra el fascismo. Mal les salió: al poco tiempo eran invadidos por los mismos fascistas cuya victoria favorecieron; Inglaterra perdió su condición de primera potencia del mundo; Francia su imperio colonial; contra los antiguos imperios se alzó el movimiento de descolonización, que los redujo a su precaria condición actual. Bloqueó Estados Unidos a Cuba, sin otro resultado que fortalecerla. Bloqueó también a Nicaragua, pero lo que provocó la salida del gobierno de los sandinistas fue el conjunto de medidas neoliberales que éstos adoptaron, y que determinaron la victoria electoral de Violeta Chamorro. Desde tiempos inmemoriales bloquea Estados Unidos a Irán, sin otros efectos que fortalecer su resistencia. Aquello que no me mata me hace más fuerte, decía Nietzche. No tenemos más opción que fortalecernos.
6
De nada sirven bloqueos que no culminen en guerra, y la guerra abierta contra Venezuela parece estar a su vez bloqueada por la presencia diplomática, comercial y militar de Rusia y China, Intenta ahora Estados Unidos bloquear al mundo, seguramente porque nadie le ha informado que ya no es la primera potencia económica global. China devaluó su moneda para facilitar sus exportaciones; en retaliación Trump castigó con alzas de aranceles de 10% las importaciones de bienes chinos y amenazó con bloquear a los países que usen el yuan como moneda de reserva; China a su vez canceló sus importaciones de soya y otros productos agrícolas de Estados Unidos, lo cual causó una caída sin precedentes en las bolsas de Wall Street y del mundo. No es lo mismo agredir a un país pequeño que a la Primera Potencia económica del planeta, que además posee un 30% de la ruinosa deuda externa estadounidense, de más del 100% del PIB anual de dicho país.
7
Todo proyecto progresista resiste en la medida en que logre unificarse. Con su retumbante proclama “La Planta Insolente del Extranjero ha profanado el suelo sagrado de la Patria”, Cipriano Castro convocó cien mil voluntarios a defenderla: entre ellos al pacífico doctor José Gregorio Hernández. Imbatibles en el mar, las tripulaciones agresoras habrían sido barridas al posar planta insolente en tierra. Hoy, quienes proyectan invadir Venezuela buscan escindirla valiéndose de paramilitares foráneos, terroristas vernáculos, políticos apátridas, empresarios sin conciencia nacional, movimientos étnicos separatistas y supuestos revolucionarios que apoyan políticas neoliberales. La unidad cívico militar ha impedido hasta el presente la fragmentación que allanaría el camino a la intervención extranjera. Unámonos todavía más. A todos los países extiende Venezuela la mano de la amistad: de ninguno tolerará una planta insolente que profane el sagrado suelo de la Patria.

Latinoamérica y la ocupación estadounidense

Latinoamérica constituye la reserva “natural” de la geopolítica expansionista de la clase dominante de Estados Unidos. Desde la tristemente célebre Doctrina Monroe, formulada en 1823 (“América para los americanos”…, del Norte), la voracidad del capitalismo estadounidense ha hecho de esta región del planeta su obligado patio trasero.
En todos los países de esta gran zona geográfica, desde el momento mismo del nacimiento de las aristocracias criollas, el proyecto de nación fue siempre muy débil. Estas oligarquías y “sus” países no nacieron (distintamente a las potencias europeas, o al propio Estados Unidos) en tierra americana al calor de un genuino proyecto de nación sostenible con vida propia, con vocación expansionista. Por el contrario, volcadas desde su génesis a la producción agro-exportadora primaria para mercados externos (materias primas con muy poco o ningún valor agregado), su historia está marcada por la dependencia, incluso por el malinchismo.
Oligarquías con complejo de inferioridad, buscando siempre por fuera de sus países los puntos de referencia, racistas y discriminadoras con respecto a los pueblos originarios -de los que, claro está, nunca dejaron de valerse para su acumulación como clase explotadora-, toda su historia como segmento social, y por tanto la de los países donde ejercieron su poder, va de la mano de potencias externas (España o Portugal primero, luego Gran Bretaña, y desde la doctrina Monroe en adelante,  Estados Unidos).
Ahora bien: esto debe entenderse en la lógica de expansión natural del sistema capitalista. El capitalismo, desde sus albores, mostró una tendencia irrefrenable: su expansión como sistema y la concentración del capital. La necesidad de mercados, nuevos y cada vez más variados y extendidos, le es intrínseca. “La tarea específica de la sociedad burguesa es el establecimiento del mercado mundial (…) y de la producción basada en ese mercado. Como el mundo es redondo, esto parece tener ya pleno sentido”, anunciaba Marx en 1858.
Con el grito de “¡Tierra !” proferido por Rodrigo de Triana desde el palo mayor de la Santa María la madrugada del 12 de octubre de 1492, se inicia la expansión del capitalismo y la verdadera globalización. Ahí la Tierra efectivamente se hace redonda, y los capitales comienzan a esparcirse planetariamente en búsqueda de: 1) mercados (para realizar la plusvalía); y 2) materias primas para la producción de nuevas mercancías inventando interminablemente nuevas necesidades.
Entrado el siglo XXI, la situación presenta a un Estados Unidos dominador de su “patio trasero” presuntamente natural. Latinoamérica es su retaguardia, y el país del Norte su centro imperial, aunque ya no como los europeos de siglos pasados. ¿Por qué sucede esto? No por una maldad inmanente de los halcones que gobiernan desde Washington; es el sistema socio-económico imperante el que lleva a este estado de cosas.
El capitalismo actual, absolutamente globalizado y dominador de la escena política internacional en estos momentos, tiene en Estados Unidos su principal exponente. Los megacapitales que manejan el mundo siguen siendo (en fundamental medida) estadounidenses; hablan en inglés y se rigen por el dólar. Ese capitalismo desenfrenado necesita en forma creciente materias primas y energía. La mundialización del “american way of life” lleva a un consumo interminable de recursos. Poder asegurarse esos recursos y las fuentes energéticas, otorga la posibilidad de manejar la Humanidad.
Latinoamérica entra en esa lógica de dominación global, ante todo, como proveedora de materias  primas y fuentes energéticas. El 25% de todos los recursos que consume Estados Unidos proviene del subcontinente latinoamericano. Aquí obtiene, entre otras cosas, petróleo, gas natural, minerales estratégicos (bauxita, coltán, niobio, torio), biodiversidad de las selvas tropicales, y tiene puesto los ojos en las enormes reservas de agua dulce.
La deuda externa de toda la región hipoteca eternamente el desarrollo de los países, y sólo algunos grandes grupos locales -en general unidos a capitales transnacionales- crecen. Por el contrario, las grandes mayorías populares, urbanas y rurales, decrecen continuamente en su nivel de vida. Lo que no cesa es la transferencia de recursos hacia Estados Unidos, ya sea como pago por servicio de deuda externa o como remisión de utilidades a las casas matrices de las empresas que operan en la región.
La clase dirigente estadounidense se cuida muy bien de no perder todos estos intereses, vitales sin dudas para el mantenimiento de sus privilegios. Para ello está su política exterior hacia Latinoamérica, consistente básicamente en el papel que juegan sus gobiernos, no importando si son demócratas o republicanos: la historia pareciera escrita desde siempre. Desde la época de Simón Bolívar, quien en 1829 dijera que “Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad”, hasta nuestros días, la tendencia se mantienen similar.
Los intereses de los grandes capitales de EE.UU. necesitan de los países latinoamericanos y caribeños. Para ello controlan la región al milímetro. La controlan con diversos medios: con la manipulación injerencista en la política local, con la dependencia tecnológica, con la impagable deuda externa, con la sujeción comercial. Y. cuando todo ello no alcanza,  apelan a a las armas.
Tanto el Documento Santa Fe IV -clave ideológica de los actuales halcones ligados al complejo militar-industrial, que son quienes realmente fijan la política exterior- como el “Documento Estratégico para el año 2020 del Ejército de los Estados Unidos” o el Informe “Tendencias Globales 2015” del Consejo Nacional de Inteligencia, organismo técnico de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), presentan las hipótesis de conflicto social desde una óptica de conflicto militar.
La reducción de la pobreza y el combate contra la marginación recogidas en la ambiciosa (y quizá incumpible en los marcos del capitalismo), agenda de los “Objetivos de Desarrollo Sostenible 2015-2030”, de Naciones Unidas, es algo que no entra en los planes geoestratégicos del imperio. Al que proteste o intente ir contra sus intereses hegemónicos, ¡mano dura! No hay otra respuesta. Para eso están unas 70 bases militares, con alta tecnología, resguardando toda Latinoamérica y el Caribe.
¿Por qué tanto control? Las excusas del combate al narcotráfico o al terrorismo internacional quedan cortas. La instalación más grande y poderosa se está construyendo en Honduras, muy cerca de las reservas petrolíferas de Venezuela. ¿Coincidencia?
En el Chaco paraguayo se localiza la base Mariscal Estigarribia -con capacidad para albergar 20 mil soldados-, cerca del Acuífero Guaraní y de las reservas de gas de Bolivia. ¿También coincidencia? Cuando luego de décadas de inactividad se reactivó la Cuarta Flota Naval, el entonces presidente brasileño Lula da Silva se preguntó: “Ahora que hemos descubierto petróleo a 300 kilómetros de nuestras costas, nos gustaría que Estados Unidos por favor nos explique lo que está en la lógica de esta flota en una región tan pacífica como esta”.
Está claro que Latinoamérica es un territorio ocupado por la geopolítica hemisférica de la Casa Blanca. Y no hay, precisamente, fortuitas “coincidencias” entre su intervencionismo (político o militar) y los intereses que defiende. Hay, para decirlo con exactitud, una calculada agenda de dominación.
Pero no está todo perdido. Si bien Estados Unidos parece una potencia invencible, no lo es. La historia nos lo demuestra. Aunque su control sobre nuestros territorios se ve omnímodo, siempre quedan resquicios. La historia de la Humanidad, en definitiva, es una larga, interminable lucha entre opresores y oprimidos. Y la historia ¡no está terminada!, como triunfalmente cantara el sistema hace unos años atrás, tras la caída del Muro de Berlín.
Si tanto se arma el imperio para controlar, es porque sabe que en algún momento la olla de presión puede explotar, como ya explotó en algunos puntos: Cuba, Nicaragua, Venezuela. Por eso, para no quedarnos con el amargo sabor de que no hay salida ante tanta dominación, recordemos a Neruda: “Podrán cortar todas las flores, pero no detendrán la primavera”.
dato
Entrado el siglo XXI, está claro que América Latina es un territorio ocupado por la geopolítica hemisférica de la Casa Blanca, pero aunque EE.UU. parece una potencia invencible no lo es. La historia de la región nos lo demuestra.

frase
El capitalismo globalizado y dominador tiene, en la actualidad, a Estados Unidos como su principal exponente. Latinoamérica entra en esa lógica de dominación global, como proveedora de materias primas y fuentes energéticas.

*Catedrático universitario, politólogo y articulista argentino.

El incendio de la derecha latinoamericana

En resumidas cuentas, la derecha latinoamericana, con su programa de destrucción de la posibilidad de nivelación social, ha incinerado en corto tiempo su tan publicitado nuevo ciclo.

Las llamas en la Amazonia sintetizan el cuadro de la situación política actual de Latinoamérica. Según un reciente boletín del Instituto Tricontinental de Investigación Social este año ha habido 40.341 incendios en el Amazonas, la cifra más alta desde 2010. No cabe duda alguna que la catástrofe humana y ambiental que esto representa tiene su raíz en los intereses de lucro de los sectores ruralistas y en la elevación general de temperatura. Todo ello fruto de una política depredatoria alentada por el capital oligárquico y transnacional y su brazo político, la derecha internacional.
El gobierno de Bolsonaro, controlado desde los estamentos militares del país en alianza con el gremio de la gran empresa, el oligopolio mediático, altos estamentos del poder judicial y los sectores retrógrados del evangelismo neoliberal, propugna el incendio social de Brasil. Incendio social que ha comenzado a consumir, en pocos meses, gran parte del apoyo del sector de la población que votó al ex capitán inflamado por discursos de odio y mentiras electorales.
No le va en zaga uno de sus principales socios, el gobierno agonizante de Macri en Argentina, cuyas políticas de recorte, apertura indiscriminada al capital especulativo y endeudamiento descomunal en complicidad con el FMI, calcinaron la actividad productiva, el empleo y las reservas, convirtiendo a la economía argentina en un desierto desolado. El repudio popular se hizo sentir en las urnas de las elecciones primarias, arrasando con la posibilidad de continuar con el proyecto antropofágico y resquebrajando el mosaico hegemónico de la derecha impulsado desde EEUU.
Poco antes, las llamas ardieron en la última colonia estadounidense en LA. La población de Puerto Rico echó al virrey imperial -gobernador en el esquema británico- Ricardo Roselló. También aquí, un programa de severo ajuste y endeudamiento habían quemado la llanura social. 
Colombia, Honduras y Haití
En Colombia, el incumplimiento programado del gobierno de Iván Duque sobre los compromisos asumidos en los Acuerdos de Paz abrió la puerta a una nueva escalada de ajusticiamiento selectivo de líderes/as sociales y ex combatientes. El nuevo conato armado de un sector de la guerrilla amenaza ahora con servir de excusa a la derecha cavernaria para incinerar la paz y volver el reloj atrás. El motivo es el mismo por el que se desató una guerra de más de cinco décadas: blindar la desigualdad y excluir todo proceso político que amenace cambiar la situación. 
Represión que también ha sido el signo del régimen de Juan Orlando Hernández, tras el fraude que posibilitó la reedición de su mandato, de por sí prohibida por la Constitución hondureña. Fraude que, junto a la corrupción, la violencia y la miseria han movilizado masivamente a la población en resistencia a la total vulneración de mínimos derechos. 
Situación flamígera que se repite en Haití, país en el que alimentarse cada día es un milagro. Los índices de pobreza y de desarrollo humano son los más bajos de toda la región y el sistema político está entrecruzado con los intereses empresariales y las embajadas extranjeras. 
El objetivo primordial es lograr la dimisión del empresario bananero Jovenel Moïse, actual presidente del país y la instalación de un gobierno de transición para hacer frente a las urgencias del hambre, la miseria y el desempleo que afectan a más del 80% de la población. 
Lobos con y sin disfraz de oveja
Ecuador es otro país que ha hecho retroceder las agujas al pasado. Acuerdos con el FMI, con el Departamento de Estado de EEUU, cercenamiento y desmontaje de los nuevos derechos políticos asentados en la constitución de Montecristi, persecución judicial con fines de proscripción a los principales cuadros de la Revolución Ciudadana, son algunas de las marcas que deja la traición del actual presidente Lenín Moreno a la legítima voluntad popular expresada en las urnas en 2017. (…)
Descontento social que estuvo a centímetros de tumbar al gobierno de derechas paraguayo. A tan sólo un año de su asunción “Marito” Abdo Benítez -hijo del secretario privado del dictador Alfredo Stroessner- salvó el cuero cabelludo de la guillotina política sólo por un acuerdo con la facción rival colorada. El pueblo pedía su destitución por el tratado secreto con Brasil sobre la hidroeléctrica Itaipú que perjudicaba a Paraguay. Más allá del impasse, el capital político de Benítez ya se ha consumido. 
En Guatemala, la corrupción política intrínseca al sistema logró triunfar gracias a la proscripción política de la ex jueza Thelma Aldana. Ganó nuevamente una derecha protegida por EEUU en la figura del ex director de prisiones Alejandro Gianmattei. Acusado de ejecuciones extrajudiciales en ocasión de la Operación Pavo Real, ha prometido un régimen de “mano dura”, con la probable reinstalación de la pena de muerte. 
En la cuerda floja
El mandato del ex banquero Pedro Pablo Kuczynski en el Perú duró tan sólo dos años. Su reemplazo Vizcarra camina sobre el desfiladero. Reformas que, a pesar de ser ansiadas por la población y negadas por un sector del establishment corrupto, son apenas un maquillaje para continuar con el pillaje. La doble derecha peruana, la financiera de guante blanco y la impresentable, del clan Fujimori, han obstruido aquí con persecución política el avance de la izquierda, aunque no logra detener la importante rebelión antiextractivista campesina. 
Tampoco soplan en Chile “los tiempos mejores” que el empresario Piñera prometió a sus connacionales. El paro de 6 semanas del profesorado, el reclamo extendido por la educación pública, las movilizaciones masivas por el fin del sistema previsional de capitalización administrado por las AFP, los múltiples reclamos sectoriales y locales por vivienda, salud y defensa medioambiental auguran resultados adversos en las próximas elecciones municipales. 
En resumidas cuentas, la derecha latinoamericana, con su programa de destrucción de la posibilidad de nivelación social, ha incinerado en corto tiempo su tan publicitado nuevo ciclo.Tres de los cuatro gobiernos latinoamericanos de izquierda, Cuba, Nicaragua y Venezuela, son herederos de tres grandes revoluciones.
Bolivia -el cuarto país gobernado por la izquierda- se apresta a renovar su novedosa revolución indígena y productiva en la figura del actual presidente Evo Morales. Los logros económicos y sociales y el simbolismo reparador de un gobernante surgido de las entrañas de los sometidos, conseguirán vencer en octubre a la mentira y la conspiración neoliberal.
Mucho más difícil es la posición del Frente Amplio uruguayo, que tendrá que dar batalla en segunda vuelta contra la unidad de todas las fuerzas de la derecha. (…)
Las derechas tendrán como principal estrategia bloquear todo intento de colaboración en el campo geopolítico entre este nuevo bloque progresista y el de izquierdas. Lo cierto es que el tablero volverá a estar más equilibrado. La chispa de la esperanza se ha encendido nuevamente en la región. Las derechas tendrán que vérselas con su principal oponente: sus propios pueblos. (*) Página/12

El proyecto neoliberal en el mundo y en Brasil es anti-vida y enemigo de la naturaleza

por Leonardo Boff

2019-08-02



  Aprovecho las reflexiones de uno de nuestros mejores filósofos, Manfredo de Oliveira, de la Universidad Federal de Ceará, especializado en la relación entre economía, sociedad y ética. Su obra sobre el tema es vasta. Aquí resumimos un estudio más largo sobre el proyecto desarrollado en el mundo y ahora en Brasil: el neoliberalismo ultra radical. Escribe él:
«Este proyecto consiste fundamentalmente en la ejecución radical de lo que se denomina “Liberalismo Económico”. Esta corriente de teoría económica es conocida como la Escuela de Chicago, que tiene, sin embargo, sus fundamentos filosóficos en las tesis de la llamada Escuela Austríaca, cuyo principal exponente es Ludwig von Mises. Estas son sus tesis básicas: «el derecho de propiedad es el único derecho universal, fundamental y absoluto que comienza con el derecho absoluto del propio cuerpo e incluye todos los bienes que se puedan adquirir. De este derecho se derivan el derecho absoluto de no agresión a la propiedad y el derecho de defender la propiedad».
«El Estado es visto como el gran usurpador de la propiedad. La única institución éticamente aceptable de la actividad económica es el “Mercado Libre”. Todos en el mercado libre tienen los mismos derechos. Cada individuo es el único responsable por sus objetivos. Sus reglas constituyen un mecanismo semejante a las leyes de la naturaleza: son algo objetivo que el ser humano no tiene condiciones de modificar. Debemos estudiar la acción humana como un físico estudia las leyes de la naturaleza».
«Así como no podemos juzgar buena o mala la ley de la gravedad, del mismo modo no podemos juzgar las leyes del mercado. No tiene sentido aquí plantear cuestiones éticas que pertenecen a otro nivel. La única cuestión aquí es su eficacia técnica. El mercado es entendido como un mecanismo auto-organizador y como tal su evaluación tiene como criterio la eficacia y no la valoración ética».
«No hay derechos fuera de las leyes del mercado. Por tanto, la desigualdad y la exclusión no tienen nada que ver con la injusticia social. Así, la pobreza no es un problema ético, sino una incompetencia técnica. El mayor error de los opositores al capitalismo es la acusación de injusticia social basada en la idea de que la “naturaleza” concedió a todas las personas ciertos derechos sólo por el hecho de haber nacido». Por esta razón, en lo que toca a la distribución de la riqueza... «no tiene sentido referirse a un supuesto principio natural o divino de justicia» (Cf. MISES L. von, The Anti-Capitalist Mentality, Auburn, 2008, p. 80, 81).
«El impuesto es una forma de confiscación de la propiedad. Por tanto, ni la salud, ni la educación, ni la justicia, se legitiman en cuanto financiados por el estado. Los pobres son individuos que por culpa propia perdieron la competición con otros. Así, el mérito emerge como el único criterio de ascensión social».
«Ese proyecto de sociedad es denominado frecuentemente por el Papa Francisco como “anti-vida”, “asesino de los pobres y de la naturaleza”. Pretende oponerse al Estado de Bienestar Social (en Brasil, Estado democrático de Derecho). Este se orienta por los siguientes elementos en la línea de J. M. Keynes: 1) Intervención del Estado en los mecanismos de mercado; 2) Política de pleno empleo (mejora de los rendimientos de los ciudadanos); 3) Institucionalización del sistema de protección; 4) Institucionalización de ayudas para los que no consiguen estar en el mercado de trabajo».
«El resultado de este proceso ha sido el aumento de la capacidad de consumo de las clases menos favorecidas».
«El objetivo fundamental ahora, en el nuevo modelo de sociedad neoliberal, es maximizar el lucro del capital, lo que hace que los derechos sociales tiendan a desaparecer, junto con la desregulación de los mercados de trabajo, y que aumenten las riquezas para los más ricos. De ahí la cruzada global contra la intervención estatal y los derechos sociales y económicos creados por las políticas del Estado Social, pues constituyen un obstáculo al funcionamiento de las leyes de la competencia y por esto son consideradas políticas irracionales y populistas. De esta forma, los defensores del “mercado totalmente libre” se oponen a las políticas sociales, consideradas ineficientes y perturbadoras del proceso productivo».
«El camino ahora es confiar plenamente en el mercado en cuanto sistema autorganizador que, una vez liberado de regulaciones e intervenciones indebidas, soluciona por sí los problemas económicos y sociales».
«En este contexto se muestra que ahora el eje básico del proyecto de civilización es la subordinación de la calidad de vida de los seres humanos a la acumulación del capital».
«Importa entre tanto reconocer que los resultados de este proceso amenazan la vida humana y toda vida en el planeta. La explotación ilimitada de la naturaleza se muestra en las catástrofes socioambientales. Los más prestigiosos científicos nos alertan sobre el hecho de que el modelo económico vigente puede llevar a la humanidad a un colapso ecológico-social».
Si Bolsonaro y Guedes asumen este proyecto ultraneoliberal harán surgir un país con millones de pobres y hasta de parias, con unos pocos ricos y un puñado de multimillonarios, un país no sólo pobre sino también injusto.

Leonardo Boff

Opinión · Espejos extraños

La verdadera historia de los errores futuros

por Boaventura de Sousa Santos

Boaventura de Sousa Santos es sociólogo. Director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra. Sus últimos libros en español: Izquierdas del mundo, ¡uníos! (Icaria, 2018) y, en coautoría con Antoni Aguiló, Aprendizajes globales. Descolonizar, desmercantilizar y despatriarcalizar desde las epistemologías del Sur (Icaria, 2019).

6 junio, 2019
Traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez
La verdad de un sistema equivocado es el error. Para ser políticamente eficaz, este error ha de repetirse de manera incesante, difundirse ampliamente y ser aceptado por la población como la única verdad posible o creíble. No se trata de una repetición cualquiera. Es necesario que cada vez que el error se ponga en práctica lo sea como un acto inaugural —la verdad finalmente encontrada para resolver los problemas de la sociedad. No se trata de una difusión cualquiera. Es necesario que lo que se difunde se perciba como algo con lo que naturalmente tenemos que estar de acuerdo. No se trata, finalmente, de cualquier aceptación. Es necesario que lo que se acepta sea aceptado para el bien de todos y que, si implica algún sacrificio, sea el precio a pagar por un bien mayor en el futuro.
El avance de las fuerzas políticas de derecha y de extrema derecha alrededor del mundo se basa en estos presupuestos. Es difícil imaginar la supervivencia de la democracia en una sociedad en la que estos presupuestos se concreten plenamente, pero las señales de que tal concreción puede estar más cerca de lo que se piensa son muchas y merecen una reflexión antes de que sea demasiado tarde. Abordaré las siguientes señales: la reiteración del error y la crisis permanente; la orgía de la opinión y la fabricación masiva de ignorancia; y el paso de la sociedad internética a la sociedad métrica.
La reiteración del error es hoy patente. Desde hace décadas, los países capitalistas centrales, más desarrollados, han asumido la obligación política de dedicar una parte de su presupuesto a la “ayuda al desarrollo”. El objetivo es, como su nombre indica, ayudar a los países periféricos, subdesarrollados, a seguir el rastro de los más desarrollados e, idealmente, a converger con estos en niveles de bienestar en un futuro más o menos próximo. Es evidente que la brecha que separa a los países centrales de los países periféricos es cada vez mayor. La llamada “crisis de los refugiados” y el alarmante aumento del movimiento de poblaciones migrantes indeseadas son los signos más evidentes de que las condiciones de vida en los países periféricos son cada vez más intolerables. Lo mismo cabe decir de las políticas de reducción de la pobreza llevadas a cabo por el Banco Mundial desde hace décadas. El balance es negativo si por reducción de la pobreza entendemos la disminución de la brecha entre ricos y pobres dentro de cada país y entre países. La brecha no ha cesado de aumentar. Del mismo modo, las políticas de austeridad o de ajuste estructural que han sido impuestas a los países en dificultades financieras, de las que Portugal y Grecia son ejemplos cercanos, no han logrado sus objetivos, y el propio FMI ha reconocido esto de manera más o menos velada (“exceso de austeridad”, “deficiente calibración”, etc.). A pesar de ello, las mismas políticas se imponen una y otra vez como si en aquel momento aquella fuera la mejor o incluso la única solución. Lo mismo puede decirse de la privatización de la seguridad social y, por tanto, del sistema público de pensiones. El objetivo más reciente es la seguridad social en Brasil. Según los estudios disponibles, en cerca del 70% de los casos en los que la privatización se realizó el sistema falló y el Estado tuvo que rescatar el sistema para evitar una profunda crisis social. No obstante, la receta sigue siendo impuesta y vendida como la salvación del país.
¿Por qué se insiste en el error de imponer medidas cuyo fracaso es de antemano reconocido? Son muchas las razones, pero todas convergen en la que considero más importante: el objetivo de crear una situación de crisis permanente que fuerce las decisiones políticas a concentrarse en medidas de emergencia y de corto plazo. Estas medidas, a pesar de implicar siempre la transferencia de riqueza de los más pobres a los más ricos e imponer sacrificios a los que menos pueden soportarlos, son aceptadas como necesarias e inviabilizan cualquier discusión sobre el futuro y alternativas a corto y medio plazo.
La orgía de la opinión. El error reiterado y su amplia aceptación no serían posibles sin un cambio tectónico en la opinión pública. Los últimos cien años fueron el siglo de la expansión del derecho a tener opinión. Lo que era antes un privilegio de las clases burguesas se transformó en un derecho que fue efectivamente ejercido por amplias capas de la población, sobre todo en los países más desarrollados. Esta expansión fue muy desigual, pero permitió enriquecer el debate democrático con la discusión de alternativas políticas significativamente divergentes. El concepto de razón comunicativa, propuesto por Jürgen Habermas, se basaba en la idea de que la libre formulación y la discusión de argumentos a favor y en contra en cualquier área de deliberación política, transformaba la democracia en el régimen político más legítimo porque garantizaba la participación efectiva de todos.
Ocurre que en los últimos treinta años la sociedad mediática, primero, y la sociedad internética, después, produjeron una escisión insidiosa entre tener opinión y ser propietario de la opinión que se tiene. Hemos sido expropiados de la propiedad de nuestra opinión y pasamos a ser arrendatarios o inquilinos de ella. Como no nos dimos cuenta de esta transformación, pudimos seguir pensando que teníamos opinión e imaginamos que era nuestra. Empresarios de opinión de todo tipo entraron en escena para simultáneamente reducir el abanico de opiniones posibles e intensificar la divulgación de las opiniones promovidas. Los principales agentes de esta transformación fueron los partidos políticos del arco de gobierno, los medios de comunicación oligopólicos y los sistemas de publicidad, inicialmente orientados al consumo masivo de mercancías, los cuales fueron gradualmente dirigidos hacia el consumo de masas del mercado de las ideas políticas. Así surgió la sociedad mediática y la política-espectáculo, donde las diferencias sustantivas entre las posiciones divergentes son mínimas, pero se presentan como si fueran máximas. Fue el primer paso.
El segundo paso se produjo cuando pasamos de la sociedad mediática a la sociedad internética. En este paso, el derecho a tener opinión se expandió sin precedentes y la expropiación de la opinión, de la que somos usuarios (más que titulares), alcanzó nuevos niveles. Surgieron los empresarios, tanto legales como ilegales, de la manipulación de la opinión pública, cuyo ejemplo paradigmático son las redes y las páginas de Facebook y de WhatsApp que producen “tácticas de desinformación” particularmente activas en períodos electorales, como sucedió recientemente en las elecciones al Parlamento Europeo. La conocida organización Avaaz identificó 500 páginas sospechosas, seguidas por 32 millones de personas, que generaron 67 millones de interacciones (comentarios, likes, comparticiones). La empresa Facebook cerró 77 de esas páginas que eran responsables del 20% de flujo de informaciones en las redes identificadas.
Esta extraordinaria manipulación de la opinión tuvo tres consecuencias que, aunque pasaron desapercibidas, constituyeron un cambio de paradigma en la comunicación social. La primera fue que esta vigilancia policial de las redes se legitimó a pesar de haber controlado apenas la punta del iceberg. El recurso cada vez más intenso a los big data y a los algoritmos para llegar a cada individuo en sus gustos y preferencias, y hacerlo simultáneamente para millones de personas, hizo posible mostrar que los verdaderos propietarios de nuestra opinión son Bill Gates y Mark Zuckerberg. Como todo está hecho para no darnos cuenta de eso, nos consideramos deudores gratos de El Dorado de información que nos proporcionan y no como acreedores de un desastre democrático de consecuencias imprevisibles por las cuales ellos debían ser personalmente responsabilizados.
La segunda consecuencia es que la información que comenzamos a usar, pese a ser tan superficial, no puede ser contestada con argumentos. O es aceptada o es rechazada, y los criterios para decidir son criterios de autoridad y no de verdad. Si sirve a los intereses del líder político de turno, el pueblo es exaltado como teniendo finalmente opinión propia, capaz de contradecir la opinión de las élites tradicionales. Si no sirve, el pueblo es fácilmente considerado como “ignorante e incapaz de ser gobernado democráticamente”. En la medida en que el pueblo sigue la opinión del líder, es el líder quien sigue la opinión del pueblo. En la medida en que el pueblo diverge de la opinión del líder, debe, como pueblo ignorante, confiar en la opinión de líder. Según le convenga, el líder populista puede aparecer ora como seguidor del pueblo, ora como su tutor. Aquí reside la razón última de la reemergencia del populismo. Este capital de confianza se crea fácilmente en la medida en que todo sucede en la intimidad del individuo y de su familia. Mientras la sociedad mediática transformó la política en un espectáculo, la sociedad internética la convierte en un show íntimo, un auténtico peep-show en el que toda la interacción afectiva ocurre entre el líder y el ciudadano, sin argumentos ni mediaciones.
La tercera consecuencia de la sociedad internética es que las redes sociales crean dos o más flujos de opiniones unánimes que corren en paralelo y, por tanto, nunca se encuentran. Es decir, en ningún caso pueden ser contradichos o ser objeto de contraargumentación en un debate democrático. Así, la política errada puede ser aceptada ampliamente si cabalga sobre uno de los flujos de unanimidad. Este es el caldo comunicacional de la radicalización política, el ambiente ideal para el clima de polarización, de odio y demonización del enemigo político, sin que sea necesario usar argumentos discutibles y únicamente recurriendo a frases apocalípticas.
De la sociedad internética a la sociedad métrica. Vivimos otra orgía, la orgía de la cuantificación de la vida individual y colectiva. Nunca nuestras vidas colectivas estuvieron tan dependientes del número de seguidores en Facebook, de los likes en las interacciones en las redes, de los scores en los concursos, de los rankings en las universidades, en la cuantificación de la producción científica. Sabemos que la lógica de la cuantificación es extremadamente selectiva y muy sesgada por los criterios que usa y por los campos que selecciona para cuantificar. Deja fuera todo lo que es más esencial a la existencia individual y colectiva. Deja fuera sectores sociales que, por su inserción social, no pueden ser adecuadamente contados. Las personas sin hogar son contadas por ser sin hogar, y no por lo que hacen durante el día; la agricultura familiar, informal, pese a que en la mayoría de los países continúa alimentando hoy a una gran parte de la población, así como el trabajo no pagado de la economía del cuidado en casa, no cuentan para el PIB. Lo que está predominantemente a cargo de las mujeres no entra en las estadísticas del trabajo, a pesar de ser crucial para reproducir la fuerza de trabajo. Si no estuviera avalada cuantitativamente, la calidad de la producción científica no contaría para la carrera de los investigadores. Y el gran problema de nuestro tiempo es que lo que no es contado, no cuenta.
Estas son algunas de las dinámicas subterráneas que van minando la democracia y creando una cultura pública y privada indefensa ante errores de los que la derecha y la extrema derecha se van alimentando.

BRASIL

Se dispara la deforestación en la Amazonía: Crece un 91 por ciento

9 septiembre 2019 | CUBADEBATE

Los incendios forestales en el Amazonas afectan a toda la humanidad.
Foto: Reuters
Entre enero y agosto la deforestación en la Amazonía brasileña creció un 91 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado, alcanzando 6.404,4 kilómetros cuadrados, por encima de los 3.336,7 kilómetros cuadrados de 2018, de acuerdo con datos oficiales del sistema DETER de alertas satelitales del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).
Solo en agosto pasado se perdieron 1.700,8 kilómetros cuadrados de bosque, multiplicando por 3 la cifra de ese mismo periodo del año pasado, y, según los expertos, en 2019 la cifra podría llegar a los 10.000 kilómetros cuadrados, por primera vez desde 2008.
En medio de la polémica internacional que se ha desatado tras los nefastos incendios en la región amazónica, el DETER divulgó que en los últimos cuatro meses se dispararon los niveles de deforestación de los últimos años, llegando a cifras alarmantes: 738,2 km2 en mayo (+34,1%), 936,3 km2 en junio (+91,7%) y 2.255,4 km2 en julio (+278%) y ahora 1.700,8 km2 en agosto (+91,90%).
Como responsables de la alarmante situación, los especialistas apuntan en dirección a los madereros y ganaderos que, alentados por el mandatario brasileño Jair Bolsonaro, se apropian de reservas indígenas y áreas protegidas para destinar a dichas actividades, así como a la minería.
En ese sentido, los incendios de julio y agosto solo fueron detonador de la polémica, pues desde enero hasta el sábado 7 de septiembre, las quemas se multiplicaron en la zona llegando a registrarse 97.972 focos de incendio en Brasil -53 por ciento por encima de igual periodo de 2018-.
De acuerdo con la directora de Ciencia del instituto de Investigaciones Ambientales de la Amazonía (IPAM), Ane Alencar, normalmente en la región amazónica debería haber más focos en septiembre, porque "el pico de la deforestación se da en julio y el de los incendios en septiembre".
Según explicó la experta, los incendios sirven para reducir los árboles talados una vez que se hayan secado, ciclo que se prolonga hasta el fin de la estación seca, en noviembre.
La multiplicación de incendios en la región amazónica ha ocasionado una grave crisis política para el ya polémico presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y estimulado los cuestionamientos de la comunidad internacional a sus políticas ambientales, poniendo en duda su capacidad de garantizar la preservación de una zona esencial para el equilibrio del clima en el planeta.
(Con información de Telesur)

¿Por qué se quema la Amazonia?

Publicado: 29 ago 2019 15:49 GMT | Última actualización: 30 ago 2019 11:51 GMT - RT
Los fuegos suponen una catástrofe ambiental, pero también ponen en peligro a los pueblos indígenas considerados los guardianas de este "tesoro" amazónico.
¿Por qué se quema la Amazonia?
Vista área de la deforestación de la Amazonia. Humaita, estado de Amazonas, Brasil. 22 de agosto de 2019.
Ueslei Marcelino / Reuters
Los incendios de la Amazonia han provocado una crisis internacional y otra diplomática entre Brasil y Francia, el temor de que el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur no salga adelante y la amenaza de un posible boicot de productos brasileños en el exterior, como propuso Finlandia. Mientras el sector empresarial, que ayudó a Jair Bolsonaro a llegar al poder, teme las consecuencias de esta situación, el mandatario vacila en aceptar la ayuda extranjera para combatir los fuegos.
La selva, en la que viven unas 34 millones de personas, incluidas 350 tribus originarias, algunos de ellas en aislamiento voluntario, es esencial para el equilibrio climático del planeta, pero los incendios también ponen en peligro la supervivencia de los pueblos indígenas considerados los guardianas de la Amazonia. 
"La naturaleza está llorando y nosotros estamos llorando (...) si no detenemos está destrucción, seremos nosotros los que nos extinguiremos, quemados, y el cielo caerá sobre nosotros, como ya ha empezado a suceder", manifiesta un grupo de líderes indígenas del pueblo huni kuin.
La tribu waiapi transportando mandioca en la Amazonía. Amapa, Brasil. 13 de octubre de 2017. / AFP
El mundo entero observa preocupado las imágenes de la Amazonia devorada por las llamas. No es para menos. Con sus "ríos voladores", también llamados "cursos de agua atmosféricos", que llevan vapor a otras partes de Brasil, y su multitud de especies, la Amazonia captura el 10 % del total de CO2 y genera el 20 % del agua dulce del planeta. Brasil alberga el 60 % del total de este 'tesoro' ambiental

Pero ¿cuál es la causa de los incendios?

Científicos y organizaciones no gubernamentales tienen una respuesta unánime al alarmante incremento de los incendios, de un 85% en lo que va de año en comparación con el mismo período de 2018: los fuegos están ligados a la deforestación provocada por agricultores, madereros e invasores de tierras (a menudo demarcadas como indígenas) alentados por las políticas de Bolsonaro favorables a abrir las áreas protegidas al agronegocio. Solo en julio, se destruyeron 2.254 kilómetros cuadrados.
"Estos terribles incendios no son accidentales. El ataque a la Amazonia se está viendo facilitado por la retórica y por las acciones de Bolsonaro contra los pueblos indígenas y el medioambiente, a niveles que no veíamos desde hace 50 años. La Amazonia y los pueblos indígenas están siendo destruidos a un ritmo extremadamente acelerado", advierte el director de Survival International, Stephen Corry.
Los incendios no son nuevos, pero sí los mayores de los últimos siete años. Normalmente, aumentan con la llegada de la temporada seca en el mes de julio. El fuego es utilizado por los hacendados, muchos invasores de tierras, para abrir caminos y preparar el terreno para la agricultura y la ganadería. Y muchas veces termina por descontrolarse y propagarse a causa de la sequía.
El Gobierno brasileño justifica el aumento de los incendios solo a la sequía, pero el Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia (IPAM) contradice esta versión: la temporada seca de 2019 ha sido menos severa que años anteriores y, sin embargo, el número de incendios se ha multiplicado.

El agronegocio

En su informe 'Enganchados por la carne', Greenpeace advierte que la agricultura, especialmente el cultivo de soja, y la ganadería son las principales causas de las crisis climática mundial y responsables de dos tercios de la deforestación total de América del Sur.
Después de China, la UE es el segundo mayor importador de soja del mundo y destina el 87 % del grano que recibe a la alimentación animal. "El consumo excesivo de carne y productos lácteos contribuye a la deforestación", advierte el texto.
Este es el motivo por el que, en medio de este desastre, gobiernos como el de Oslo –que recientemente cortó sus ayudas a Brasil– ha pedido a las empresas noruegas, que operan en el gigante latinoamericano, asegurar sus cadenas de producción libres de deforestación.
Tierra deforestada preparada para la siembra de soja. Estado de Mato Grosso, Brasil. 25 de febrero de 2008. / Paulo Whitaker / Reuters
En 2006, se acordó implementar en Brasil la 'Moratoria de Soja', un compromiso voluntario para no comprar grano procedente de explotaciones dentro de la Amazonia brasileña, fruto de la deforestación. A pesar de su éxito, desde entonces la industria ha seguido expandiéndose hasta incrementar la superficie de cultivos a 35.000 kilómetros cuadrados. "La soja sigue siendo un considerable impulsor indirecto de la deforestación, pues los ganaderos se trasladan a otras tierras, a menudo llenas de árboles, para reemplazar las que están ahora siendo cultivadas con soja", explica el informe.
"Directa o indirectamente, las empresas terminan participando en la deforestación, con excepción de aquellas que decidieron eliminarla de sus cadenas de producción, y es este el camino que deben seguir todas las compañías", explica a RT Danicley Aguiar, de la campaña de Greenpeace en la Amazonia.
En mayo de 2018, cinco de las principales empresas de soja, entre ella las multinacionales estadounidenses Cargill y Bunge, fueron multadas por actividades vinculadas a la deforestación ilegal. 

"Este gobierno es vuestro"

Ya durante su campaña electoral de 2018, Bolsonaro prometió restar competencias a los organismos públicos Ibama [el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y de Recursos Naturales Renovables] e ICMBio [el Instituto Chico Mendes para la Conservación ], abrir las zonas protegidas y las tierras indígenas a la agricultura y a la minería y diminuir la "industria de la multa" por crímenes medioambientales. 
En el poder, el ultraderechista amenazó con abandonar el Acuerdo de París sobre el Clima y fusionar las carteras de Agricultura y Medio Ambiente, estas dos medidas no llegaron a materializarse. También quiso traspasar a la cartera de Agricultura la demarcación de tierras indígenas en manos de la Fundación Nacional del Indio (Funai), pero la iniciativa fue tumbada por el Congreso y el Supremo Tribunal Federal (STF). 
El presidente ha librado una guerra contra las organizaciones de defensa medioambiental. La última ofensiva ocurrió la semana pasada cuando las acusó de estar detrás de los incendios de la Amazonia. Días antes, el director del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) fue destituído después de que el presidente considerase que no eran ciertos los datos sobre la deforestación publicados por este organismo gubernamental.
Bolsonaro eligió como ministro de Medio Ambiente a Ricardo Salles, un joven abogado que antes de asumir la cartera fue declarado culpable de fraude por modificar un plan de protecciones ambientales para favorecer los intereses mineros en la cuenca del río Tiete en Sao Paulo. En opinión de Salles, lo que la Amazonia necesita son "soluciones capitalistas". Los cambios que quiso realizar en la gestión del Fondo Amazonia, financiado por Alemania y Noruega, y que se encarga, entre otras cosas, de combatir la deforestación y luchar contra los incendios, provocó su paralización y la pérdida de millones de dólares en ayudas.
La ministra brasileña de Agricultura, Tereza Cristina da Costa y el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles. / Reuters
Para dirigir la poderosa cartera de Agricultura, Bolsonaro se decantó por Tereza Cristina da Costa, conocida como 'la musa del veneno' por su voluntad de flexibilizar el uso de agrotóxicos y jefa de la bancada ruralista, cuyo apoyo fue esencial para que el exmilitar alcanzase la presidencia. "Este gobierno es vuestro", llegó a decir Bolsonaro recientemente a los diputados del Frente Parlamentario de Agropecuaria (FPA).
"Los ruralistas, en coordinación con el sector minero, están ayudando a impulsar la agenda amazónica de Bolsonaro. Trabajando desde el gobierno, los representantes de esta industria eliminan las protecciones para los bosques y los derechos sobre la tierra para obtener un acceso sin restricciones a las áreas actualmente protegidas de la actividad industrial", señala la ONG Amazon Watch.

Comercio exterior

En las redes, el hastag #BoycottBrazil pidiendo el boicot a los productos brasileños ha provocado la alarma del sector empresarial de este país. El agronegocio representa más del 40 % de las exportaciones brasileñas y en 2018 batió una cifra récord al alcanzar los 101.700 millones de dólares. 
Según fuentes del Gobierno, citadas por G1, fue la presión interna del agronegocio la que empujó al Ejecutivo a cambiar de postura y enviar a los militares a combatir el fuego tras más de 20 días de incendios. "Dejó de ser solo una cuestión ambiental. Ahora es una cuestión comercial y económica", afirmó la fuente. 
Blairo Maggi, exministro de Agricultura y uno de los mayores productores y exportadores de soja del país, alertó de que "la retórica del gobierno Bolsonaro llevará al agronegocio al punto cero". "Tenemos una relación muy complicada con Europa y es posible que haya más cierres de mercado", dijo Maggi, conocido como 'el rey de la Soja' y que en 2005 se alzó con el premio de 'Motosierra de Oro' de Greenpeace.
Ganado pastando en Sorrisso, estado de Mato Grosso, Brasil. 7 de septiembre de 2011. / Paulo Whitaker / Reuters
Brasil pidió entrar en la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), pero sus miembros tienen que aprobar que el gigante latinoamericano cumple una serie de recomendaciones, entre ellas, algunas relacionadas con el medio ambiente. Los líderes del sector empresarial en Brasil –que acaba de escapar de la recesión con un crecimiento de un 0,4%– han alzado sus voces ante el peligro de que su ansiada entrada se encuentre en riesgo. 
"El agronegocio está preocupado ante la visión de que Brasil no protege sus bosques y de que en el mercado internacional se establezca la idea de que existe impunidad. Lo que cuenta es la percepción del consumidor. Es él quien finalmente define a quién compra, qué compra y cómo lo quiere", concluye el portavoz de Greenpeace.
Marta Miera
https://actualidad.rt.com/galerias/325412-erradicando-vida-graves-consecuencias-incendios-amazonia

URUGUAY

Filtro: el fin de la inocencia

José Luis Rodríguez y Noelia Rocha (Radiopedal) / Foto: Rebelarte

A 25 años del asesinato de Fernando Morroni y Roberto Facal, esta nota repasa lo sucedido aquel 24 de agosto de 1994, pero también nos recuerda cómo era y qué pasaba en el Uruguay de los años 90. Una mirada al pasado para pensar el presente, para recordar de qué lado está el pueblo y de qué lado esos que todavía hoy dan miedo.
La tarde del 24 de agosto de 1994, camionetas militares instaladas en esquinas rodeaban el Hospital del Filtro. Esa tarde, los uruguayos y uruguayas se multiplicaban en la calle Cufré. Varios parlantes transmitían en directo la emisión de CX44 Radio Panamericana. Informaban lo que sucedía en los alrededores del hospital y el avance del Poder Judicial para concretar la extradición de Jesús María Goitia, Mikel Ibáñez Oteiza y Luis Lizarride, acusados por el gobierno de España de integrar la organización ETA.
Adela, de 17 años, estudiaba en el liceo IAVA e integraba el gremio. Desde hacía unos tres días varios compañeros hacían guardia en la zona del hospital, acampando. Ese 24 de agosto llegó al lugar pasadas las 17.00 junto con su hermana Isabel y otros compañeros y compañeras; el traslado de los tres ciudadanos vascos hacia el Aeropuerto de Carrasco estaba planificado para esa noche. Al cabo de unos minutos, llegaron policías a caballo. Comenzaron a tirar gases lacrimógenos, la gente comenzó a correr sin dirección, algunos con dificultades para respirar. Varios vecinos de Jacinto Vera daban auxilio a los afectados, daban protección en sus casas, pero nadie sabía que esa ayuda no sería suficiente. A esa hora la concentración sumaba alrededor de 500 personas, incluidos niños, mujeres y jóvenes estudiantes. Sin mediar palabra, los policías avanzaban hacia la multitud, repartiendo sablazos a los manifestantes.

Los vascos en Uruguay
“Que quede bien claro, la primera huelga de hambre la realizamos en octubre-noviembre de 1993, la frenamos a los 26 días porque habíamos recibido promesas concretas del Ministerio del Interior. Luego, esas promesas no se cumplieron y ahora no vamos a parar hasta el final”. Este mensaje de los etarras detenidos en Cárcel Central fue publicado en la edición 455 del semanario Brecha el 19 de agosto de 1994. Un día antes, el Sindicato Médico del Uruguay les negaba la asistencia médica a los etarras por “cuestiones éticas”. El diputado del Partido Socialista Guillermo Chifflet convocaba a una “colecta popular” para pagar la fianza del ciudadano vasco Jesús María Goitia.
El 18 de agosto, el Movimiento Nacional de Liberación-Tupamaros (MLN-T) anunciaba el pago de la fianza de Goitia, de 50.000 dólares. El dinero provenía de los fondos que la agrupación recibiría del Estado para la campaña electoral.
El 20 de agosto los etarras fueron trasladados desde Cárcel Central al Hospital del Filtro, hubo forcejeos con la guardia de Coraceros en las afueras del centro hospitalario.
El 23 de agosto llegó un avión desde España para efectuar la extradición, los vascos habían efectuado un pedido de asilo en Cancillería, por lo cual “ahora la decisión es del presidente Lacalle” (La República 23/8/1994).
El 22 de agosto se efectuó un paro en las escuelas públicas promovido por ADEMU con concentración en las afueras del Filtro desde las 10.00 de la mañana. El PIT-CNT y el Frente Amplio llamaron a concentrarse y manifestar bajo la consigna “Todos al Filtro” (La República 22/8/1994). Además, se presentaron 25.000 firmas en el Edificio Libertad solicitando la anulación del proceso de extradición de los vascos a España. Las firmas fueron entregadas por una delegación de representantes del Frente Amplio, conformada por Helios Sarthou, Sergio Previtali y Guillermo Chifflet, más el sacerdote Luis Pérez Aguirre (El País 23/8/1994). Ese mismo día el gobierno había confirmado la extradición de los tres ciudadanos vascos para la siguiente jornada.
Se había decretado un paro para el miércoles 24 de agosto por parte del PIT-CNT, pero la central sindical decidió levantarlo y llamar a manifestar frente al Hospital Filtro a partir de las 17.00. “La extradición está firme desde hace meses”, declaraba el ministro de apelaciones en lo penal de primer turno, Eduardo Lombardi (El País 24/8/1994). En esa misma edición del matutino se informaba que se podría dar lugar a una junta médica para determinar la situación de los vascos. Tabaré Vázquez y Líber Seregni se hicieron presentes esa jornada del 24 de agosto en horas del mediodía en las afueras del Filtro, entre “abucheos y aplausos por parte de los manifestantes” (El País 26/8/1994).

El Uruguay de los 90
Ese año, Luis Alberto Lacalle atravesaba el último año de su presidencia. Su gobierno vivía tiempos de enfrentamiento con los sectores agrícolas por desacuerdos con la política tributaria llevada a adelante por Ignacio de Posadas desde el Ministerio de Economía y Finanzas.
El pueblo uruguayo estaba próximo a resolver en las urnas una reforma constitucional (sería el domingo 28 de agosto), que permitiría el “voto cruzado”, es decir, elegir al presidente de un partido y al intendente de otro.
Este plebiscito levantaba voces en varios sectores políticos y en el ámbito sindical. Tabaré Vázquez firmaba, el 16 de agosto, una declaración que garantizaba el proyecto de reforma que se sometía a la voluntad popular, mientras que el SUNCA, el Sindicato de Artes Gráficas, el Sindicato de la Industria Química y el rubro Vestimenta se posicionaban en contra de la reforma.
En filas del Partido Colorado se daban las posturas de Sanguinetti de apoyar el SÍ y la de la lista 1980 de apoyar al NO. Juan Andrés Ramírez, candidato por el herrerismo a la presidencia de la República también estaba a favor del SÍ y creía que la reforma solo afectaría a las normas relativas a los gobiernos departamentales, ya que una de las medidas que alcanzaba era la de la cantidad de ediles en las juntas locales: Montevideo pasaba a 31 ediles; Canelones, a 25 y el resto de los departamentos, a 21.
En esa instancia electoral también entraban cambios en el BPS, aunque los presidenciables de todos los partidos (el 27 de noviembre de ese año se celebrarían las elecciones nacionales) rubricaban un documento que “garantizaba la estabilidad del BPS”. Los firmantes fueron Gonzalo Aguirre, Jorge Batlle, Rafael Michelini, Jorge Pacheco Areco, Alberto Volonté, Julio María Sanguinetti, Tabaré Vázquez y Carlos Julio Pereyra. Finalmente, la reforma no fue aprobada en las urnas, con el 71,5% por el NO.
Los 90 también encontraron al Uruguay bajo otras nada nuevas problemáticas. Julio María Sanguinetti calificaba al Frente Amplio como “una concepción marxista de la vida” (El País 16/8/1994), luego de que el día anterior se presentara a declarar en el Juzgado de Familia de 9o Turno en calidad de testigo por el caso del secuestro de Simón Riquelo, en julio de 1976. El dirigente colorado fue citado a declarar, ya que, en 1989, durante su primera presidencia, se había clausurado una demanda penal sobre el caso de Simón, entablada por su madre, Sara Méndez. Por su parte, el Frente Amplio declaraba: “Sanguinetti es responsable de cerrar la investigación sobre el caso Simón Riquelo” (La República 20/8/1994).
En paralelo, mujeres representantes de la coalición de izquierda firmaban un documento que defendía el derecho histórico al aborto, carta que surgió en respuesta a declaraciones de Tabaré Vázquez de esos días en contra de la despenalización. La comunicadora Julia Moller declaraba en una entrevista brindada a La República, en edición del domingo 21 de agosto: “Estoy de acuerdo con que se legalice el aborto, porque una mujer tiene derecho a hacer lo que quiera con su cuerpo y así se terminarían los crímenes”.
La cosa seguía. Empleados de la Compañía del Gas comenzaban una huelga de hambre en contra de la privatización de esa empresa y eran visitados por el candidato a la presidencia por el Frente Amplio, Tabaré Vázquez, el 18 de agosto. Vázquez se manifestó en contra de la privatización de la empresa, que finalmente se privatiza en ese año por el grupo Gaseba Uruguay-Grupo Gaz de France, con efectividad desde el 19 de enero de 1995 mediante licitación pública.
El 16 de agosto del año anterior, 1994, un “misterioso grupo comando” se introduce en horas de la noche en el Consulado de Siria, en Pocitos, para revisar los documentos, según señala la edición de La República del día siguiente. Ese mismo medio denunciaría días después la presencia de un par de agentes del Mossad israelí operando en nuestro país, supuestamente vinculados con el hecho ocurrido en la sede diplomática siria. El 19 de agosto un programa televisivo de la cadena brasileña O´Globo presenta un informe sobre la frontera uruguaya del Chuy, en donde existiría un gran depósito de armas propiedad de un ciudadano de origen árabe. Se hablaba de presencia de grupos islámicos armados en el país, situación que fue investigada y desmentida por la Policía del departamento de Rocha. La colectividad árabe del Chuy se manifestaría en contra del informe periodístico, argumentando que era fruto de “una campaña de Estados Unidos en su contra” (La República 24/8/1994). Otro de los aspectos que atravesaba el departamento esteño en ese momento era la demolición de viviendas irregulares en sus costas, a lo que intendente Irineu Riet Correa manifestaba: “Hay que respetar las decisiones judiciales” concernientes a la demolición de tales asentamientos irregulares (El País 18/8/1994).
En otro orden, la construcción del puente Colonia-Buenos Aires se definiría en el año 1995, según consignan una nota de El País del 22 de agosto de 1994. Un informe de La República del día anterior proyectaba que Colonia tendría 225.000 habitantes en 2015, año en la que la obra fluvial ya estaría finalizada. La inauguración del shopping de Punta Carretas de ese año daba lugar a una nota de El País, del 21 de agosto, con el título: “El Shopping de Punta Carretas: ¿es hermoso o ha estropeado el barrio?”. Mientras, también se trataba el tema del aumento de las propiedades en ese barrio, fruto de la instalación del centro comercial.
Otros entes se hicieron ver en los 90. ANTEL anunciaba, a través de su directora, Rosario Medero, la explotación de su servicio de telefonía celular, al que denominaría ANCEL, a partir del 1 de setiembre de ese año (El País 17/8/1994). La primera fase de cobertura iba a ir desde Montevideo hasta el Arroyo Pando y para diciembre del 94 se preveía una ampliación desde Colonia a Punta del Este.
Por otra parte, se le reclamaba al ente el levantamiento del bloqueo del acceso a internet. Según la edición de La República del 21 de agosto de ese año, Uruguay dejaría de ser el único país del mundo con trabas para el libre tráfico de comunicaciones entre ordenadores por líneas telefónicas de bajo costo. Se había efectuado una denuncia en la Justicia por parte de un grupo de ciudadanos denominado Red Chasque, que instaba al levantamiento del bloqueo y cuya primera audiencia en los juzgados estaba fijada para el 12 de setiembre de 1994.
Pero no solo. La cartelera de espectáculos montevideana nos brindaba en materia de cine la posibilidad de asistir a ver la película uruguaya El Dirigible, de Pablo Dotta, en el Cine Central, así como en otras salas se podría disfrutar de Maverick, con Mel Gibson; Angie, con Gina Davies; Terreno salvaje, protagonizada por Steven Seagal; El Rey León, de Disney, y La Pistola Desnuda 33 y ⅓, con Leslie Nielsen a la cabeza.
En teatro estaban en cartel Barro Negro; ¿Quién le teme a Italia Fausta?; ¿Quién le teme a Virginia Woolf?; Fontanarrisa; Made in Cerro y El laberinto de Don Verídico, un espectáculo protagonizado por Julio César Castro (Juceca) personificando a Don Verídico en calidad de candidato a la presidencia de la República (La República 19/8/1994).
Exilio Psíquico y Los Escarabajos Peloteros se presentaban en el marco de la Fiesta I, en Casablanca Café (Gonzalo Ramírez y Barrios Amorín), el 18 de agosto. El domingo 21 El Peyote Asesino tocaba en El Perro Azul de Pablo de María y Brandzen, a partir de las 22.00 y con entradas a 20 pesos.

Oscuridad en Jacinto Vera
La solidaridad del pueblo uruguayo encarnada en los jóvenes y trabajadores que pacíficamente fueron a mostrar su fraternidad fue arremetida con balas y golpes. La posibilidad del asilo político para aquellos hombres removió emociones latentes vividas durante la última dictadura cívico-militar, ya que fueron miles los uruguayos albergados por otros países cuando el terrorismo de Estado se desató en nuestro país. Una concentración pacífica que apelaba al asilo, más allá del conflicto latente entre el movimiento separatista vasco con el Estado español, se convirtió en un operativo represivo hacia personas desarmadas.
La hermana de Adela presumía que se iba complicar, la noche anterior hubo varios adolescentes pisados por caballos, entre ellos, un estudiante del IAVA que sufrió la fractura de varias costillas. Por eso, con una “excusa boba”, Isabel convenció a la joven Adela de instalarse sobre la plazoleta del monumento a Luis Batlle Berres. Desde ahí pudieron observar la llegada de los patrulleros y las ambulancias, hubo gritos y corridas durante varios minutos. La pólvora tiñó el aire, los gritos se mezclaron con la voz de León Gieco, que interpretaba “Solo le pido a Dios” desde los parlantes.
Casi sin mediar palabras las hermanas empezaron a correr, todos corrían, un ómnibus se detuvo, fuera de su parada. El chofer gritó “Vengan, suban, suban”. Varias personas se acercaron y saltaron al vehículo sin preguntar, no hubo cobro de boleto, solo angustia y llanto.
Después de la subida intempestiva al ómnibus, Adela llegó a la casa de Isabel, ahí comenzaron a contactarse por teléfono con sus demás hermanos, estaban a salvo.
Para ella, lo sucedido esa tarde la marcó, fue “el fin de la inocencia”: una manifestación pacífica se convirtió en una noche de represión, masacre y muerte.
Todo se había complicado. Poco antes del anochecer, las radios CX36 Radio Nacional y CX44 solicitaban a los manifestantes que se retiraran de las inmediaciones del Hospital del Filtro, ya que no había nada que hacer para evitar la extradición de los ciudadanos vascos. Sobre las 20.00 la Policía encabezó un operativo de distracción con ambulancias y patrulleros, desde donde disparaban indiscriminadamente a los manifestantes.
A la altura de Cufré y Bulevar Artigas, Fernando Morroni fue herido con 12 balazos en la espalda con una escopeta calibre 12. Pasadas las 21.00 ingresó al Hospital Militar, pero ya era tarde, Fernando muere en el centro de salud.
Durante la madrugada, la impunidad solapada continuaba. Roberto Facal vivía en la zona del Hospital del Filtro, durante los días que se mantuvo la concentración, fue realizando el registro fotográfico de lo que iba sucediendo. Además, colaboraba con agua caliente, yerba o lo que necesitaran los acampantes. Esa noche, después de todo lo sucedido, volvió a su casa, el barrio estaba inundado con oscuridad, la energía eléctrica se había cortado. Asesinado con 12 puñaladas, Roberto fue encontrado en el patio de su casa con profundas marcas de tortura. La Policía desvió las sospechas de su implicancia en el homicidio, aduciendo un crimen pasional.
Con cientos de heridos, dos personas fallecidas, la emisora CX44 clausurada por el incumplimiento de un Decreto-Ley de Radiodifusión creado en la dictadura y tres ciudadanos vascos extraditados, el presidente, Luis Alberto Lacalle, y el ministro del Interior, Ángel María Gianola, cerraban con orgullo la represión planificada.

Nosotros seguimos acá
La ilusión de vivir en un verdadero Estado de derecho fue derribada por la impunidad policial, por las declaraciones de Gianola, que justificaban el ataque aduciendo que existían filmaciones que demostraban la existencia de armas entre los manifestantes. Nunca apareció ningún video que comprobara sus afirmaciones. Se procesaron a algunos efectivos policiales que participaron en los hechos, pero sin prisión. Se los derivó a otras dependencias, se los premió con cargos, se los tapó, en gobiernos de derecha o izquierda. Lo ocurrido esa tarde en el Hospital del Filtro fue la muestra del Uruguay que no queremos ser, aunque en la actualidad algunos legisladores propongan la militarización como alternativa a los problemas de seguridad ciudadana. Este país al que le cuesta suturar las cicatrices del terrorismo de Estado, que también ha rechazado dos veces en las urnas la posibilidad de enterrar una ley que huele a impunidad. El mismo Uruguay de los milicos, las razzias, de Fernando Morroni, Guillermo Machado y Elena Quinteros. El Uruguay de las balas de goma, y de las otras. El país de Guido Manini Ríos, del Pacto del Club Naval y de las leyes que nos prometen vivir sin miedo.
A 25 años de la represión del Hospital Filtro, no queremos más graffitis con nombres que, por salir a protestar, no volvieron más. Eso sí da miedo.
Publicado por Radiopedal

Uruguay: A 25 años de la masacre del Filtro

por Betania Núñez
LA HAINE - 27/08/2019

En agosto de 1994, los tres vascos preferían morir en Uruguay que ser extraditados a España

Las memorias de los sucesos del Hospital Filtro se intercalan entre los archivos de Brecha y las voces de tres vascas que por estos días se encuentran en Uruguay, 25 años después de la manifestación más duramente reprimida desde la vuelta a la democracia.
Las tres vascas se sientan, en orden generacional, en una mesa de Fenapes (sindicato de profesores). Son tres militantes de distintas organizaciones que conforman la brigada de Askapena de este año, que, como de costumbre, llegó en el marco de la marcha del Filtro. Mientras miran recortes de Brecha de los noventa, van hacia atrás.
María Eugenia –maestra jardinera de San Sebastián, de 61 años– vivió los sucesos del Filtro desde la cárcel.
-Me encarcelaron porque acogí en mi casa a un comando de Eta. Mataron a los tres, me dejaron a mí viva, y ahí fue cuando entré en prisión. Primero me tuvieron cuatro años, lo máximo que se puede estar sin sentencia, y luego tuve que cumplir ocho meses más de prisión para completar la condena.
En agosto de 1994 la habían trasladado de una cárcel en Galicia a otra en Martutene, San Sebastián, luego de diagnosticarle un cáncer de cuello de útero.
-Me operaron el 23 de agosto y al día siguiente, cuando me desperté de la anestesia y tal, vi por la televisión todos los sucesos del Filtro. Fue importante para mí, y luego supe por los compañeros cómo se vivió, de manera intensa, como un hito en nuestra historia que nos hermanó con Uruguay. Al día siguiente hubo manifestaciones en Pamplona, en Bilbao, y todos los años se conmemora. Este año va a hacerse en Irún, en conjunto con la contracumbre al G7.
Itxasne –docente de secundaria de Portugalete, de 35 años– tenía 10 años, y no tiene recuerdos de ese día, pero ya de adolescente oyó hablar de un pueblo que les puso el cuerpo a las balas para defender el derecho de asilo. La historia le fue llegando, de a poco, año a año, en las fiestas de Bilbao.
-Me sorprendió enormemente porque cualquier apoyo a los presos, a los exiliados o a los refugiados estaba absolutamente criminalizado. Los movimientos no estaban ilegalizados aún, pero apoyar a cualquier persona acusada de ser militante de Eta no estaba para nada bien visto, entonces para mí era impensable un país en el que miles de personas se echaran a la calle y le hicieran frente a la Policía. Sabía que en algún momento iba a venir aquí, por estas fechas, y ha sido este año.
Inesa ni siquiera había nacido para 1994. Es de Arrasate, tiene 23 años, y es licenciada en derecho, aunque no piensa hacer el máster que la habilitaría a ser abogada: como María Eugenia, quiere estudiar para maestra jardinera. Ahora trabaja en el sindicato de la izquierda abertzale y milita en el centro okupa autogestionado de su pueblo –gaztetxe, le llaman, que quiere decir “casa de los jóvenes”–, pero desde los 16 años, o así, que escucha sobre el Filtro en los actos anuales que celebra Askapena. Uno de los extraditados era del mismo pueblo que su madre, y en su casa se hablaba del Filtro.
-Pero recién luego, cuando vas a Bilbao y te cuentan lo que fue, le das la importancia que tiene.
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En agosto de 1994, los tres vascos preferían morir en Uruguay que ser extraditados a España, y, además de la huelga de hambre, habían comenzado una abstinencia completa de líquidos. Eran Lizarralde, Goitia e Ibáñez y estaban internados en el hospital Filtro.
La movilización para impedir la extradición había empezado el sábado. Dos días después ya había concentraciones convocadas por el Frente Amplio y el Pit-Cnt. Ese mismo lunes se entregaron 30 mil firmas en el Edificio Libertad y el martes hubo paro general. Los tres vascos casi no podían hablar o moverse, mientras consumían sus propias proteínas y agotaban sus reservas de glúcidos.
El 24 de agosto de 1994 fue un miércoles. El operativo de guerra, como lo describió Brecha en su siguiente número, fue montado desde la madrugada, cuando se empezó a reprimir a quienes decidieron pasar la noche del 23 al 24 haciendo guardia afuera del Filtro. Ya en la tarde “comenzó el caos. Se escucharon los primeros gritos junto al ruido seco de los cascos de los caballos. Apenas si había posibilidad de moverse, menos aun de dispersarse: la brutal embestida se produjo por la espalda y hacia las vallas de contención que impedían la retirada de los atacados. La confusión y desesperación llevaban a la gente a agruparse en racimos, y la convertían en presa fácil de las patas de los animales o de los palos que, como granizo, parecían caer del cielo”. Pero la represión de la tarde no había sido más que un ensayo: “Sobre las 20 horas, quienes se habían reagrupado en las inmediaciones del hospital Filtro fueron objeto de una nueva y mucho más terrible ofensiva de las fuerzas policiales, que esta vez hicieron uso generalizado de las armas de fuego, disparando de forma indiscriminada a la altura en que es posible matar” (“Esperanza y horror”, Brecha, 26-VIII-94).
Mientras el personal del hospital despedía a los vascos con el himno nacional, la Policía celebraba al grito de “hip ra” el centenar de personas que había herido. Esa noche balearon a un médico y a un enfermero cuando socorrían a un herido. Esa noche mataron a Fernando Morroni y a Roberto Facal. Los agentes responsables nunca fueron identificados, mucho menos juzgados.
Las autoridades acusaron a las víctimas.

A las 23.43 el avión con los tres vascos despegó desde la base de la Fuerza Área Uruguaya. Un periodista de Brecha escribió: “El avión militar español había llegado antes que la muerte” (“El avión ganó la carrera”, Brecha, 26-VIII-94).
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María Eugenia: -Yo explicaría el Filtro hablando de la ternura de los pueblos, creo que eso fue lo que pasó en Uruguay: era un pueblo con una tradición militante y de opresión, que hizo causa común con otro pueblo. Uruguay ha recibido a los perdedores de nuestras guerras, y esa tradición de asilo siempre ha estado aquí.
Itxasne: -La persona que pide asilo habitualmente no se escapa de algo que haya hecho mal, sino de un peligro que corre. Entonces diría que las personas se organizaron para defender ese derecho, e incluso cuando sus representantes políticos se sumaron a la movilización, como lo hicieron tarde, los aplaudieron pero también los abuchearon. Para mí, eso da cuenta de una sociedad que sabía por qué estaba en la calle, y que sabía lo que podía pasarles a esas personas.
Inesa: -Todo el interés que el pueblo uruguayo nos presenta sobre Euskal Herria, sobre los presos políticos, sobre la situación que vivimos, muestra que esa memoria está a sangre viva.
Itxasne: -La impunidad de los crímenes de Estado, esa es internacional. La tortura, la gente que muere en prisión, los familiares de las víctimas que buscan, eso es lo que tiene que volver a confluir.
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“Una parte del país, aquella que trabajosamente se viene edificando desde noviembre de 1984, se rompió en medio de la perplejidad general, en fragmentos manchados con la sangre de inocentes. El miércoles 24 las balas acertaron en el centro de la convivencia pacífica, inundando la atmósfera de olor a pólvora, escozor de gases, indignación, muerte y miedo. Tenemos, desde entonces, un Estado de derecho que se perfila hacia las elecciones nacionales con el recuerdo fresco e ignominioso de la represión planificada, de la opción por la muerte, de la impunidad ahora reencontrada en un discurso de aristas alucinantes y macabras”, publicó Brecha (“¿Por qué se salió a matar?”, 26-VIII-94). La represión tenía dejos de otros tiempos, y por esos días las mayores críticas se dispararon contra Luis Alberto Lacalle (Partido Nacional) presidente de la República, y Ángel María Gianola, ministro del Interior. Luego pasó a señalarse, también, la complicidad o la tibieza del resto del sistema político.
En un recuadrito titulado “El pueblo quiere saber”, Eduardo Galeano publicó el 26 de agosto siete preguntas: “¿Qué artículo de la Constitución o del Código Penal castiga a quienes defienden nuestra soberanía y nuestra tradición de asilo? La solidaridad humana, ¿merece balazos y garrotazos? Los métodos terroristas, ¿están mal cuando los usa la Eta, pero est
án bien cuando los usa el gobierno uruguayo? El gobierno uruguayo, ¿es uruguayo?¿De qué país es ministro del Interior el señor Gianola? En las elecciones de noviembre, ¿podremos elegir otro rey? ¿La independencia de qué país se festejó ayer?”.
Los presos políticos
Ibáñez murió cumpliendo prisión domiciliaria, Lizarralde escribió una carta de arrepentimiento y se encuentra con “medidas de reinserción”, Goitia fue liberado y en estos días está de visita en Uruguay. Pero en este momento hay 248 presos políticos, 210 en España y 38 en Francia, cuentan las vascas. “Con el Estado francés se pudo negociar que fueran concentrados en las cárceles cercanas al País Vasco, pero con el Estado español no se puede negociar nada. Muchos están alojados a más de mil quilómetros, y eso les implica a las familias mil quilómetros de ida y mil de vuelta por una visita de 40 minutos”, explica María Eugenia. Otra diferencia: en Francia hay cadena perpetua, y tres presos se encuentran con esta condena.
Según los datos que manejan, en seis décadas hubo 40 mil detenidos políticos, 7.500 presos, 2.500 exiliados, 104 muertos por la policía y 83 a manos de los grupos paramilitares. La última causa en curso tendrá su audiencia el 16 de setiembre de este año e involucra a 47 personas, militantes que trabajaban en apoyo a los presos y exiliados.
Itxasne explica que “se fue ampliando lo que se consideraba terrorismo: primero era Eta, luego los partidos políticos, luego también el movimiento juvenil, luego un periódico, luego las asociaciones culturales. Hasta que llega el caso de Altsasu, y todos nos quedamos helados”. Itxasne está hablando del caso de ocho jóvenes que fueron condenados luego de una pelea con dos guardias civiles en un boliche. Sigue Itxasne: “Los guardias civiles no estaban de servicio, estaban vestidos como el resto, en una fiesta. A los días se comienza a decir que les habían atacado de forma organizada, y se arma una película de miedo. Detienen a algunos jóvenes de ese pueblo (está demostrado que algunos de ellos ni siquiera estaban en esa fiesta) y les empiezan a juzgar por terrorismo”. Finalmente se les dieron condenas de dos a 13 años de cárcel por los delitos de atentado, lesiones, desórdenes públicos y amenazas, pero luego de que ya estuviera construido el relato del terrorismo, algo que Albert Segura, uno de los directores del documental Altsasu, de TV3,califica de “laboratorio represivo para ver hasta dónde se puede forzar el Código Penal”.
“El mensaje que se está dando es que no se va a salvar ningún joven; sales a la noche y puedes terminar en una prisión de Madrid”, agrega Inesa. “No es una lucha contra una actividad armada que hoy ya no existe, es una lucha contra una disidencia, contra alguien que ponga en duda al Estado español y sus fronteras. Si hablas euskera, te gusta determinado tipo de música, militas en algo social, pues cuidado”, resume Itxasne. Brecha


Norma, madre de Fernando Morroni, el sábado durante la Marcha del Filtro.
Norma, madre de Fernando Morroni, el sábado durante la Marcha del Filtro.

A 25 años de los asesinatos del hospital Filtro, el sábado se hizo otra marcha para reclamar justicia

Irma Leites, de Plenaria Memoria y Justicia, sostuvo que Luis Alberto Lacalle y Ángel María Gianola son los “responsables políticos” de los hechos.

“Son 25 años de mentiras y de impunidad. Tendrían que ver por qué los milicos lo cubrieron tanto. Pero ¿qué podemos decir? Si les mintieron a las madres de familiares de desaparecidos toda una vida, ¿no me van a mentir a mí, que soy una mujer anónima?”, dijo el sábado de tarde Norma, madre de Fernando Morroni, el joven que fue asesinado por la Policía en la noche del 24 de agosto de 1994, en los tristemente célebres hechos del hospital Filtro. La señora dijo que, como hace 25 años, seguirá reclamando no sólo por su hijo sino también por Roberto Facal, que fue asesinado esa noche pero, como no tiene familiares, no se puede “hacer mucho más que pedir justicia”.
Como todos los 24 de agosto desde aquella noche de 1994, el sábado hubo una concentración en el Obelisco para luego marchar por Bulevar Artigas hacia el Filtro. Hasta allí se arrimó Jorge Zabalza, ex dirigente del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. Subrayó que lo del Filtro fue “represión en plena democracia”, con dos personas asesinadas por la Policía, y, desde entonces, no hubo “ninguna investigación, ni siquiera en los 15 años de gobiernos del Frente Amplio [FA]”. Agregó que “la primera preocupación que tendría que haber tenido” el Ministerio del Interior a cargo del FA debería haber sido “qué pasó aquella noche”. “Porque tal vez alguno de los jerarcas de la Policía de hoy en día haya estado implicado en las muertes de Morroni y de Facal. Entonces, mientras no haya justicia y no se sepa la verdad, seguiremos reclamando”, dijo Zabalza. Además, sostuvo que desde el FA no se ha hecho todo lo posible, porque “buscar la verdad y reclamar justicia significa confrontación”, y por eso “tampoco ha hecho demasiado, aunque algunas cosas hizo, con relación a los desaparecidos”.
El histórico dirigente tupamaro estuvo presente aquella noche, cuando una multitud marchó hacia el Filtro para mostrar su rechazo a la extradición de los tres vascos detenidos por ser parte de la organización ETA. Zabalza recordó cuando a las 17.00 de aquel día la caballería de la Republicana se lanzó “a sable pelado contra los estudiantes y las mujeres”, y también recordó “a los coches policiales tirando con escopetas”. Zabalza sostuvo que la noche anterior retiraron un ómnibus que tenía miguelitos, porque no se podía “afrontar un choque con la Policía habiendo mujeres, niños y muchos liceales”. “Recuerdo a una parejita de liceales. Cuando pasaron los patrulleros disparando, yo los tiré al suelo y ellos me dijeron: ‘Son balas de salva’. Les contesté ‘¡qué balas de salva!’ y les mostré la marca de un tiro en uno de los caños de la luminaria”, relató.
En la movilización del sábado también estaba Irma Leites, dirigente de Plenaria Memoria y Justicia, quien sostuvo que 25 años es “mucho tiempo” y que hay “demasiada impunidad”. Agregó que tanto el presidente de la República como el ministro del Interior de aquel momento, Luis Alberto Lacalle y Ángel María Gianola, respectivamente, son los “responsables políticos” de los hechos del Filtro, y ninguno de los dos “fue a juicio”. “Se siente la impotencia, pero también la resistencia. En realidad, la impunidad es una sola: es la que mantiene desaparecidos a nuestras compañeras y compañeros, víctimas del terrorismo de Estado”, afirmó. Por último, Leites mostró una foto de Waldemar Rosas Ruiz, “el que se jacta de haber asesinado a Fernando”. “Está viviendo en Durazno. ¿No se lo puede ir a buscar?”, preguntó.
María Eugenia, de 61 años, es vasca y cuando sucedió lo del Filtro estaba presa en un hospital, donde la habían operado de un cáncer de útero. El sábado también estaba en la marcha. Recordó que la detuvieron porque en su casa había tres miembros de un comando de ETA. La Policía los mató a los tres, y ella fue la única que salió viva de su casa. Aquel agosto de 1994, mientras estaba en el hospital custodiada por la Policía, miraba la televisión cuando se enteró de los sucesos del Filtro. “Me dio una gran fuerza. Fue una ventana a la esperanza por la solidaridad entre los pueblos, por el derecho de asilo y que no se nos torture”, señaló. En 2011 ETA anunció el cese definitivo de su actividad armada, por eso María Eugenia dijo que ahora luchan “políticamente” y quieren seguir adelante con sus ideas: “La autodeterminación del pueblo vasco y el socialismo”.
Claudio era amigo de Morroni y estaba el sábado en la marcha. También había concurrido el 24 de agosto de 1994. Recordó que habían ido hasta el Filtro otros días, pero esa noche “hubo corridas” y oyeron “disparos”. El grupo en el que estaban se dispersó. Empezaron a buscar a Fernando Morroni por su apellido, ya que en el lugar podría haber “miles de Fernandos”. No apareció. Luego llamaron por teléfono a distintos lugares y les dijeron que tenían que ir al hospital Policial. Fueron con Norma, que el sábado recordó aquello como “una noche negra, de locura, de preguntar y averiguar”. “Hasta que me dijeron que tenía que ir al Policial. Cuando fui, lo único que vi fue a mi hijo, que siempre andaba cantando, estudiaba y trabajaba, frío en una losa. No se lo deseo ni a mi peor enemigo”, finalizó.