domingo, 14 de marzo de 2021

Secretario general de la ONU advierte de que millones de personas en todo el mundo pueden morir de hambre "si no se toman medidas inmediatas" // ONU: 270 millones de personas están al borde de la hambruna en todo el mundo // La pobreza experimenta un aumento sin precedentes // Tras la pandemia, el FMI advierte del peligro de una explosión social // Entrevista a Boaventura de Sousa Santos:"Tengo miedo porque el pueblo no sale a protestar a la calle" // ¿Qué EEUU vuelve con Biden? // Los disturbios del Capitolio muestran la amenaza de un enemigo interno // Biden, remedo de Trump // China y Rusia como prioridad para Biden // En la búsqueda de un horizonte emancipador // URUGUAY: Colectivos feministas marcharon por la avenida 18 de Julio // Facultad de Derecho ocupada por funcionarios de la Universidad // SUTCRA corta el acceso Norte del Puerto de Montevideo // Coordinadora de Sindicatos de ANCAP se declaró en conflicto y definió paro de 24 horas

 

Secretario general de la ONU advierte de que millones de personas en todo el mundo pueden morir de hambre "si no se toman medidas inmediatas"

Publicado: 11 mar 2021 16:12 GMT - RT
Antonio Guterres advirtió al Consejo de Seguridad de que el mundo se enfrenta a "múltiples hambrunas provocadas por conflictos".

Secretario general de la ONU advierte de que millones de personas en todo el mundo pueden morir de hambre "si no se toman medidas inmediatas"
Un voluntario sirve estofado en un comedor de beneficencia en Buenos Aires, Argentina, 4 de octubre de 2019Agustin Marcarian / Reuters

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió este jueves que millones de personas pueden enfrentarse a una situación de hambruna si no se toman medidas inmediatas.

En su informe durante una reunión virtual del Consejo de Seguridad de la ONU sobre seguridad alimentaria, el alto cargo indicó que "hay más de 30 millones de personas en más de tres docenas de países, a un paso de la declaración de hambruna".

Guterres afirmó que la hambruna ya "no tiene nada que ver con la falta de alimentos" y ahora "es en gran parte provocada por el hombre". "Se concentra en países afectados por conflictos prolongados a gran escala. [...] A fines de 2020, más de 88 millones de personas padecían hambre aguda debido a conflictos y a la inestabilidad, un aumento del 20 por ciento en un año", destacó.

"Las proyecciones para 2021 apuntan a una continuación de esta aterradora tendencia. Debo advertir al Consejo que nos enfrentamos a múltiples hambrunas provocadas por conflictos en todo el mundo. Si no se toman medidas inmediatas, millones de personas llegarán al borde del hambre extrema y la muerte", aseveró.

Según el secretario general, se espera que la crisis alimentaria se intensifique y se extienda por las regiones del Sahel, el Cuerno de África, así como en Sudán del Sur, Yemen y Afganistán.

"En Yemen, cinco años de conflicto han desplazado a cuatro millones de personas en todo el país. Muchos yemeníes se enfrentan a la pena de muerte ya que el hambre generalizada acecha a su nación", lamentó Guterres.

Para lidiar con la situación, Guterres decidió establecer un grupo de trabajo de alto nivel, dirigido por el jefe de Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock, para llamar la atención de forma coordinada sobre la prevención de la hambruna y movilizar el apoyo en los países más afectados.



ONU: 270 millones de personas están al borde de la hambruna en todo el mundo

Publicado: 10 dic 2020 17:45 GMT - RT
De no cambiar la situación actual, habrá una "pandemia del hambre" peor que la del covid-19, opina el director del Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
ONU: 270 millones de personas están al borde de la hambruna en todo el mundo
Una mujer camina con sus hijos por el distrito de Taabtenga (Ouagadougou, Burkina Faso), el 3 de abril de 2020.Anne Mimault / Reuters

David Beasley, director general del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (WFP, por sus siglas en inglés), cuantifica en 270 millones el número de personas de todo el mundo que se encuentran al borde de la hambruna, informa Reuters. La cifra equivale a las poblaciones combinadas de Alemania, Reino Unido, Francia e Italia

"Debido a tantas guerras, al cambio climático, al uso extendido del hambre como arma política y militar, y a la pandemia global que hace todo exponencialmente más difícil, unos 270 millones de personas se dirigen hacia la hambruna", alertó Beasley este jueves en un discurso que pronunció en Roma (Italia) tras recoger la medalla y el diploma del Premio Nobel de la Paz 2020 en representación del WFP, que ha coordinado la logística médica durante la pandemia del coronavirus. 

¿Qué nos depara 2021? 

"La incapacidad de abordar estas necesidades causará una pandemia de hambre que será enorme en comparación al impacto del covid-19", continuó el jefe de la WFP. "De esos 270 millones de personas, 30 millones dependen en un 100 % de nosotros para sobrevivir", subrayó. 

En noviembre, Beasley aseguró que el próximo año será peor para la humanidad que 2020, por lo que lanzó una advertencia a los líderes mundiales: sin inversiones de miles de millones de dólares "vamos a tener hambrunas de proporciones bíblicas en 2021"

"Logramos atraer la atención en 2020 [...] porque los líderes mundiales respondieron con dinero, programas de estímulo y aplazamientos de la deuda", señaló. Ahora que el covid-19 se está intensificando de nuevo, las economías continúan deteriorándose, ante todo en los países de ingresos bajos y medios, y hay una nueva ola de confinamientos y paralización de actividades, concluyó. 


Jefe del Programa Mundial de Alimentos: "2021 será catastrófico y el peor año de crisis humanitarias desde el inicio de la ONU"

Publicado: 5 dic 2020 03:56 GMT - RT
David Beasley advirtió que en una docena de países la hambruna está "llamando a la puerta".

Jefe del Programa Mundial de Alimentos: "2021 será catastrófico y el peor año de crisis humanitarias desde el inicio de la ONU"
Mujeres llevan cajas de alimentos nutricionales entregados por el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, en la aldea de Rubkuai, Sudán del Sur.Siegfried Modola / Reuters

El director del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, David Beasley, predijo este viernes que el año 2021 será "catastrófico" y agregó que en una docena de países la hambruna está "llamando a la puerta", recoge Reuters.

"2021 será literalmente catastrófico en base a lo que estamos viendo en esta etapa del juego", señaló Beasley durante una reunión especial de la Asamblea General sobre el covid-19. 

De acuerdo con el alto cargo, es probable que el próximo año sea "el peor año de crisis humanitarias desde el inicio de las Naciones Unidas" hace 75 años. "No vamos a poder financiarlo todo [...] así que tendremos que priorizar, como digo, los icebergs frente al Titanic", agregó. 

Por su parte, el jefe de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió una inyección inmediata de 4.300 millones de dólares en un programa mundial de intercambio de vacunas.

"Simplemente no podemos aceptar un mundo en el que los pobres y los marginados sean pisoteados por los ricos y poderosos en la estampida de las vacunas", declaró Ghebreyesus. "Esta es una crisis global y las soluciones deben compartirse de manera equitativa como bienes públicos globales", subrayó. 

Este martes, el secretario general de la ONU, António Guterres, declaró que el mundo se enfrenta al "mayor desafío humanitario desde la Segunda Guerra Mundial". Guterres señaló que los niveles de pobreza extrema "han aumentado por primera vez en 22 años" y anunció que la organización necesita 35.000 millones de dólares para "llevar ayuda vital a 160 millones de las personas más vulnerables".


La ONU declara que el mundo se enfrenta al "mayor desafío humanitario desde la Segunda Guerra Mundial"

Publicado: 2 dic 2020 02:49 GMT - RT
El organismo necesita 35.000 millones de dólares para "llevar ayuda vital a 160 millones de las personas más vulnerables", según anunció el secretario general, António Guterres.

La ONU declara que el mundo se enfrenta al "mayor desafío humanitario desde la Segunda Guerra Mundial"
Un niño espera con su madre mientras hacen cola en busca de ayuda humanitaria y médica, en Deir ez-Zor (Siria), 5 de marzo de 2019.Rodi Said / Reuters

El secretario general de la ONU, António Guterres, declaró este martes que el mundo se enfrenta a la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial y pidió un alto el fuego internacional. 

"2020 ha sido un año como ningún otro. El conflicto, el cambio climático y el covid-19 han creado el mayor desafío humanitario desde la Segunda Guerra Mundial", señaló Guterres durante un discurso en relación con la publicación del Panorama Global Humanitario 2021. 

El secretario general subrayó que "cientos de millones de niños" no van a la escuela y que el número de personas en riesgo de morir de hambre "se ha duplicado", mientras que los niveles de pobreza extrema "han aumentado por primera vez en 22 años". 

Guterres indicó que los presupuestos de ayuda humanitaria "enfrentan graves déficits" a medida que el impacto de la pandemia mundial continúa empeorando. "Debemos movilizarnos para apoyar a quienes corren mayor riesgo en estos tiempos sin precedentes", declaró el secretario general, anunciando que la organización necesita 35.000 millones de dólares para "llevar ayuda vital a 160 millones de las personas más vulnerables".

Asimismo, Guterres subrayó la necesidad de seguir abordando las "causas fundamentales que impulsan las necesidades humanitarias, comenzando por los conflictos", y en este sentido reiteró su demanda de un alto el fuego global para finales de 2020.


La pobreza experimenta un aumento sin precedentes

Por | 09/03/2021 | América Latina y Caribe - REBELIÓN
Fuentes: IPS

Los pobres latinoamericanos y caribeños son ahora 209 millones, 22 millones más que antes de la pandemia covid-19, mientras empeoran los índices de desigualdad y desempleo, señaló la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) al presentar este jueves 4 el panorama social de la región.

La pandemia “ha evidenciado y exacerbado las grandes brechas estructurales de la región, y en la actualidad se vive un momento de elevada incertidumbre, en el que aún no están delineadas ni la forma ni la velocidad de la salida de la crisis”, dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, desde la sede del organismo en Santiago.

La pobreza y la pobreza extrema alcanzaron en 2020 en América Latina niveles que no se habían observado en los últimos 12 y 20 años, respectivamente, así como un empeoramiento de los índices de desigualdad y en las tasas de ocupación y participación laboral, sobre todo en las mujeres.

El informe “Panorama Social de América Latina 2020” destaca la irrupción de la covid “en un escenario económico, social y político complejo: bajo crecimiento, aumento de la pobreza y crecientes tensiones sociales” y desnuda “desigualdades estructurales que caracterizan las sociedades latinoamericanas”, según la Cepal.

Como consecuencia de la fuerte recesión económica en la región, que registra una caída del producto bruto de -7,7 por ciento, se estima que en 2020 la tasa de pobreza extrema alcanzó 12,5 por ciento y la pobreza general 33,7 por ciento de la población.

Esos porcentajes traducen que uno de cada tres latinoamericanos o caribeños es pobre, y que, de los 209 millones en la pobreza, 78 millones son pobres extremos, ocho millones más que al cierre de 2019.

El documento indica que persisten las brechas entre grupos de población: la pobreza es mayor en áreas rurales; entre niñas, niños y adolescentes; indígenas y afrodescendientes; y en la población con menores niveles educativos.

Agrega que el aumento de los niveles de pobreza y pobreza extrema sería todavía mayor sin las medidas implementadas por los gobiernos para transferir ingresos de emergencia a los hogares.

Los gobiernos de la región implementaron 263 medidas de protección social de emergencia, que alcanzaron a 49,4 por ciento de la población, unos 84 millones de hogares con 326 millones de personas.

Sin esas medidas, la incidencia de la pobreza extrema habría alcanzado 15,8 y la pobreza general a 37,2 por ciento de la población.

El reporte advierte también los fuertes impactos de la crisis de la covid sobre el mercado laboral, pues la tasa de desocupación regional se ubicó en 10,7 por ciento al cierre de 2020, un incremento de 2,6 puntos porcentuales respecto del 8,1 por ciento registrado en 2019.

Hasta 2020 unos 491 millones de latinoamericanos y caribeños vivían con ingresos hasta tres veces la línea de pobreza, pero alrededor de 59 millones de personas que en 2019 pertenecían a los estratos medios experimentaron un proceso de movilidad económica descendente durante el año de pandemia.

La caída generalizada del empleo y la salida de la fuerza de trabajo ha afectado más a mujeres, trabajadoras y trabajadores informales, jóvenes y migrantes.

Los altos niveles de informalidad y desprotección social, así como la injusta división sexual del trabajo y organización social del cuidado, atentan contra el pleno ejercicio de los derechos y la autonomía de las mujeres, ha sostenido la Cepal.

Para garantizar la protección social universal como pilar central del Estado de bienestar, la Cepal recomienda, en el corto plazo, sostener para los pobres un ingreso básico de emergencia y avanzar hacia un ingreso básico universal, priorizando a las familias con niñas, niños y adolescentes.

El informe presenta un capítulo especial sobre la economía del cuidado como sector estratégico para una recuperación con igualdad. Destaca que la pandemia ha revelado el enorme costo que significa para los países de la región no tener un sistema integrado de cuidados de amplia cobertura, desfeminizado y de calidad.

Por ello, advierte que “es urgente invertir en este sector para enfrentar la crisis, garantizar el derecho a cuidar y a recibir cuidados, así como reactivar la economía desde una perspectiva de igualdad y desarrollo sostenible”.

“El llamado de la Cepal a un nuevo pacto social está más vigente que nunca: la pandemia es una coyuntura crítica que redefine lo que es posible, y abre una ventana de oportunidad para dejar atrás la cultura del privilegio”, concluyó Bárcena.


Sin Permiso: República y socialismo, también para el siglo XXI

Tras la pandemia, el FMI advierte del peligro de una explosión social

Romaric Godin

06/03/2021

Según varios trabajos del Fondo Monetario Internacional, la era post-coronavirus será probablemente una época de gran malestar social. Una advertencia que la situación económica parece confirmar, pero que muchos dirigentes ignoran.

Después de la pandemia, ¿la explosión social?. Esto es lo que preocupa, en los últimos meses, al Fondo Monetario Internacional (FMI). En una entrada de blog, publicada el 3 de febrero, tres investigadores de la institución con sede en Washington destacan la posibilidad de que la sombra del coronavirus sea alargada, por las « repercusiones sociales de las pandemias », basándose en varios trabajos del FMI.

Este análisis nos recuerda que, históricamente, las pandemias y los movimientos revolucionarios están estrechamente relacionados. Los investigadores del FMI recuerdan también que la insurrección parisina de 1832, la que se cuenta en Los Miserables de Víctor Hugo, tuvo como punto de partida la epidemia de cólera-morbus.

Para establecer este vínculo de forma cuantitativa, el FMI ha publicado dos trabajos de investigación (working papers) en diciembre de 2020 y febrero de 2021. El primero es de Tahsin Saadi-Sedik y Rui Xu y lleva por título « Un círculo vicioso »: cómo las pandemias llevan a la desesperanza económica y al desorden social.

El segundo, de Philip Barrett y Sophia Chen, se titula « El impacto social de las pandemias ». Ambos estudios llegan a la misma conclusión: las pandemias refuerzan el desorden social a largo plazo, pero tienen un efecto pacificador sobre la situación social a corto plazo.

Para medir estos efectos, ambos textos utilizan un índice desarrollado en julio de 2020 por el FMI para medir el nivel de perturbación social en un país. Este índice se basa en la aparición de términos que definen un periodo de « desorden social » (social unrest) en un corpus de la prensa inglesa desde 1985. El FMI cree, mediante el cruce con los movimientos identificados, que este índice es capaz de describir una realidad y no un sesgo editorial. Este índice se ha cruzado con los episodios epidémicos conocidos en los 130 países cubiertos por esta medida.

Relación entre las pandemias y el índice de desorden social. © FMI

El efecto retardado de las epidemias parece ser una singularidad de estas catástrofes que las distingue de otros desastres naturales. Tahsin Saadi-Sedik y Rui Xu estiman que « las pandemias provocan riesgos significativamente mayores de desorden social 14 meses »después de la crisis sanitaria. Dos años más tarde, este riesgo alcanzaría su máximo, que sin embargo se mantendría significativamente más alto hasta cinco años después de los hechos. Barrett y Chen se hacen eco de estos resultados y señalan que, a partir de marzo de 2020, el índice de tensión social se redujo drásticamente en todo el mundo, a pesar de que la situación social se había visto especialmente alterada en los años anteriores. Las únicas excepciones fueron los movimientos Black Lives Matter en Estados Unidos y las protestas socioeconómicas en Líbano.

Los equipos del FMI creen que las epidemias tienen un efecto pacificador a corto plazo, no sólo porque refuerzan « la cohesión social y la solidaridad », inherentes a cualquier acontecimiento catastrófico, sino también porque reducen más que otros las interacciones y los movimientos sociales. Esto puede suponer una oportunidad para que el gobierno « se sirva de la emergencia para reforzar su poder y reducir las disensiones ». Este fenómeno explicaría, por tanto, el « largo » efecto social de las pandemias.

De lo que se trata es de que la crisis « ponga de manifiesto y agrave problemas preexistentes como la falta de confianza en las instituciones, la mala gobernanza, la pobreza o las crecientes desigualdades ». Por tanto, no es tanto la pandemia como tal lo que provocaría malestar, sino su efecto amplificador sobre las condiciones preexistentes.

Este matiz podría explicar las consecuencias más o menos violentas y más o menos diferidas de las pandemias que pueden verse en algunos ejemplos históricos. Por ejemplo, la insurrección de junio de 1832 se produjo en un momento en que la epidemia de cólera estaba disminuyendo, pero seguía presente. La situación social y política francesa era entonces explosiva, como demuestran la revuelta de los canuts (trabajadores de la seda) en Lyon a finales de 1831 y el motín antilegitimista de febrero de 1831. La agitación abierta por la insurrección de 1832 conocerá además un renacimiento en 1834 con nuevos levantamientos de los republicanos parisinos y de los canuts lioneses.

Del mismo modo, en 1918, aunque la revolución alemana que, a principios de noviembre, derrocó al régimen imperial, tuvo lugar durante el apogeo de la segunda ola de la llamada gripe española, la más mortífera, la explosión social se produjo en un contexto particular, marcado por la chispa de la revolución rusa y la derrota militar del país. Pero los cinco años siguientes estuvieron marcados por un fuerte malestar social y no fue hasta mediados de la década de 1920 cuando la situación se calmó temporalmente.

Sin embargo, hay que desconfiar de cualquier visión sistemática de la relación entre la epidemia y el malestar social. Y, a veces, estas conclusiones pueden parecer tautológicas. Decir que las epidemias refuerzan las crisis en ciernes es, en definitiva, decir poco sobre sus efectos reales. También hay que tener en cuenta que en todos estos estudios hay cierto sesgo que se explica por la situación actual.

Durante mucho tiempo, las epidemias apenas se tuvieron en cuenta en los estudios económicos. Hasta marzo de 2020, la situación social y económica de los años 20 se analizaba sin hacer apenas referencia a la conocida como gripe española y a sus entre 20 y 50 millones de muertos en todo el mundo. Desde marzo de 2020, los estudios sobre el tema han florecido. Es bueno que, debido al coronavirus, se vuelva a tener en cuenta el impacto de las epidemias, sin caer en una visión monocausal y sistemática de los fenómenos sociales (cosa que, por otra parte, no hacen los estudios del FMI).

La gripe asiática de 1957-58 y la gripe de Hong Kong de 1968-69 pasaron prácticamente desapercibidas para la opinión pública, aunque mataron a más de 10.000 personas en Francia la primera y a más de 30.000 la segunda. La agitación social que siguió a la primera fue bastante leve y se centró en gran medida en la cuestión de la guerra de Argelia.

Por el contrario, los disturbios de los años 1969-73 fueron muy intensos, con conflictos sociales y políticos muy fuertes. Evidentemente, la situación socioeconómica desempeña un papel central en esta diferencia: en 1959, período de reconstrucción, es el establecimiento de la solidaridad nacional y la apertura a la sociedad de consumo, y diez años más tarde, observamos un debilitamiento del modelo fordista y una contestación filosófica de la sociedad de consumo.

¿Debemos considerar que las epidemias desempeñaron un papel en estas dos situaciones sociales diferentes? Es posible, pero sabiendo que el efecto debe haber sido en gran medida inconsciente en ese momento porque, durante estas dos pandemias, como en 1918, la cuestión de la salud apenas se tuvo en cuenta en los debates de la época. En cualquier caso, estos estudios parecen demostrar que una crisis epidémica tiene la capacidad de reforzar los problemas sociales existentes con un desfase temporal.

Una situación actual explosiva

La cuestión de este vínculo es especialmente grave en el caso de la Covid-19. En primer lugar porque, a diferencia de la gripe española, la asiática o la de Hong Kong, esta epidemia ha sido el centro de atención de las sociedades y las economías de todo el mundo desde marzo de 2020. Todas las actividades humanas parecen depender de la evolución de la pandemia. Por lo tanto, el efecto retardado de esta epidemia sobre la situación social podría ser naturalmente importante.

Más aún cuando la situación previa era problemática. El aumento de las desigualdades que ha acompañado a las políticas neoliberales en los últimos cuarenta años ha creado un caldo de cultivo para las tensiones sociales, especialmente cuando la economía capitalista luchaba por salir de la crisis de 2008 y sus consecuencias.

Por ello, no es casualidad que el año 2019 haya estado marcado por grandes conflictos sociales y políticos en varias partes del mundo, desde el Líbano hasta Chile, pasando por Hong Kong y Ecuador. La pandemia ha calmado este conflicto. Pero no ha resuelto los problemas de fondo. Incluso puede agravarlos.

Es cierto que los gobiernos de todo el mundo han intentado amortiguar el impacto económico y social directo de la pandemia aumentando las transferencias, a menudo de forma temporal. Casi toda la producción privada se ha puesto en hibernación. Pero estos mecanismos están pensados para durar sólo mientras dure la pandemia y dejan desprotegida a una parte de la población, a menudo la más precaria y pobre. Una vez que se ha producido la vuelta a la « normalidad », que puede llevar tiempo, la adaptación puede ser dolorosa.

Como señala el economista Michel Husson en un texto reciente, las prisas de las empresas por restablecer e incluso compensar las pérdidas registradas durante la pandemia podrían provocar una grave destrucción de puestos de trabajo, sobre todo a través de una oleada de automatización o un aumento de la jornada laboral.

En un escenario optimista, la « destrucción creativa » acabaría por crear más puestos de trabajo al fomentar la inversión y la innovación. Pero en un sistema capitalista contemporáneo en el que el aumento de la productividad global es escaso, en el que el sector de los servicios estará a la cabeza de la destrucción de puestos de trabajo y en el que la financiarización hace más frágil el vínculo entre los beneficios y el empleo, hay que considerar otro escenario: que la carrera por el beneficio se traduzca en un debilitamiento del empleo y de los salarios.

Es decir, aquel en el que se produciría tanto un debilitamiento estructural del crecimiento (por una demanda aún contraída) como una intensificación de la lucha entre el capital y el trabajo. Esto no sería muy sorprendente, es el doble fenómeno constatado después de la crisis de 2008-2009 y que condujo al malestar social de finales de 2010.

Los equipos del FMI confirman este análisis. Tahsin Saadi-Sedik y Rui Xu indican que « las desigualdades aumentan y el crecimiento se ralentiza considerablemente como consecuencia de las pandemias ». Sus cálculos llevan a la conclusión de que, al cabo de cinco años, el índice de Gini, que mide la desigualdad, aumenta casi un 1,2% de media, un porcentaje considerable.

El PIB acumulado durante el mismo periodo sería un 10% inferior al nivel anterior. Sin embargo, los dos autores también identificaron un vínculo entre estos dos elementos y los desórdenes sociales: « El riesgo de desórdenes civiles aumenta con una mayor desigualdad y un menor crecimiento económico », señalan. Esto es, en el caso de la Covid-19, aún más evidente ya que el crecimiento ya estaba debilitado y la intolerancia hacia la desigualdad estaba muy presente.

Lo peor nunca es seguro, pero parece que la debilidad del crecimiento y la necesidad del capitalismo actual de aumentar la presión sobre el trabajo, sumadas a los efectos directos de la pandemia, están llevando a una situación explosiva. Y, dado el efecto retardado de las pandemias, la calma actual no garantiza la futura paz social. Por lo tanto, sería un error que los actuales dirigentes tomaran al pie de la letra los picos de popularidad o una forma de apatía entre la población. No dicen nada sobre los desórdenes políticos y sociales que se avecinan.

Por ello, los dos equipos del FMI están muy preocupados y advierten a los dirigentes de estos riesgos. « Nuestros resultados implican un alto riesgo de malestar social después de la Covid-19, a menos que se pongan en marcha políticas valientes y rápidas para proteger a los más vulnerables de la sociedad », concluyen Tahsin Saadi-Sedik y Rui Xu, que se muestran especialmente preocupados por el efecto de arrastre: un malestar social que lleve a un mayor debilitamiento económico.

En cuanto a Barrett y Chen, son más cautos y se contentan con la « expectativa razonable de que los trastornos sociales puedan reaparecer allí donde han existido antes ». El efecto amplificador de la pandemia sugeriría que incluso podrían surgir en otros lugares. Tanto más cuanto que las medidas de lucha contra la pandemia han desencadenado a veces protestas en países hasta ahora no afectados por el malestar social, como Alemania o los Países Bajos.

Es lamentable que la investigación del FMI sea tan increíblemente ignorada por los funcionarios del propio Fondo, que por su parte continúan su trabajo como si nada hubiera pasado. Por ejemplo, en el caso de Francia, país en el que el nivel de tensión social era especialmente alto antes de la crisis, el FMI sigue pidiendo que se dé prioridad a la reducción de su deuda pública.

En sus últimas recomendaciones publicadas en enero, el FMI afirmaba« La deuda de Francia es elevada y creemos que ha llegado el momento de elaborar y aprobar un plan de consolidación fiscal creíble a medio plazo ». Una estrategia que se puso en marcha a finales de diciembre, cuando el primer ministro Jean Castex creó la comisión sobre el futuro de la deuda.

Pero no hay ningún secreto; dar prioridad a la reducción de la deuda significa recortar las transferencias sociales o acelerar la política de oferta en favor del capital y en detrimento del trabajo. O ambas cosas. Tanto el FMI como el Gobierno parecen haber optado por lo segundo. La situación es, por tanto, aún más explosiva ya que el FMI, que advierte en sus documentos de investigación contra el riesgo social, apoya en la práctica políticas que agravan este riesgo. Esto ilustra un rasgo dominante de la época: el neoliberalismo está en crisis, pero sigue siendo el punto de referencia dominante para la élite.

La pandemia ha puesto a las sociedades bajo tensión y la crisis económica que se avecina podría provocar explosiones sociales sin precedentes. Se trata de una advertencia gratuita para los líderes. Pero estos últimos miran hacia otro lado y, tras la retórica de la lucha contra la « desigualdad », siguen aplicando políticas neoliberales. Si a este panorama le añadimos el creciente riesgo climático, se dan los ingredientes para una gran crisis en los próximos años.

Traducción de Mariola Moreno para infoLibre. Edición Irene Casado Sánchez.

Periodista, es analista político de Mediapart, Francia.
Fuente:


Entrevista a Boaventura de Sousa Santos:

"Tengo miedo porque el pueblo no sale a protestar a la calle"

Imagen del sociólogo Boaventura de Sousa. - Cedida
Imagen del sociólogo Boaventura de Sousa. Cedida

MADRID

06/03/2021 08:55 Guillermo Martínez@guille8martinez - PÚBLICO

Buaventura de Sousa Santos (Coímbra, 1940) lleva casi un año confinado en su pueblo. Aproximadamente, el mismo tiempo desde que estalló la pandemia en Portugal. Desde allí ha escrito un completo ensayo sobre su visión de lo que ha supuesto hasta ahora y lo de que debería suponer en el futuro el estallido de la crisis sanitaria. El futuro comienza ahora. De la pandemia a la utopía (Akal, 2021) es el título de la obra en la que este reconocido sociólogo defiende un cambio de era a nivel mundial en el que la naturaleza se encuentra en el centro de todo. Público aprovecha la ocasión para hablar con él sobre por qué tiene miedo a la par que esperanza, pero también en torno al teletrabajo; la respuesta de las organizaciones populares ante la inoperancia de los Estados; la relación entre colonialismo, capitalismo y patriarcado; las noticias falsas; y cómo vivir con incertidumbre científica.

Comenta que "los privilegiados que pudieron seguir trabajando a través del teletrabajo se cerraron en casa, paradójicamente, para sentirse menos encerrados. Y trabajaron aún más intensamente". La casa, el hogar, una vez más como privilegio que no está al alcance de cualquiera.

Sí, pero un privilegio matizado. Por un lado, los que pudieron teletrabajar no perdieron su empleo y en algunos casos han visto cómo la relación con sus familias mejoraba. Sabemos que, por ejemplo, en el norte global los padres jóvenes apenas pasaban más de 20 minutos al día con sus hijos, así que ahora han tenido la oportunidad de estar más tiempo con ellos. Al mismo tiempo, sabemos que en todos los países se incrementó, sin excepción, la violencia machista y el feminicidio, por lo que estar en tu casa puede ser bueno pero también sinónimo de convivir más tiempo con el agresor, en este caso tu compañero.

¿Qué impacto tendrá el teletrabajo a partir de ahora?

Digamos que el capitalismo, la nueva ola que emerge a través de la cuarta revolución industrial de la mano de la inteligencia artificial, ha visto en esta pandemia un experimento global en el que poder cambiar las relaciones laborales. Vamos a un estadio en el que no habrá fábricas, pero tampoco protestas de sindicatos, por ejemplo, ni huelgas, mucho más difíciles de construir si no se trabaja codo con codo ni se conoce a los compañeros. Hay un peligro en este capitalismo electrónico porque, de alguna manera, significa un regreso al periodo inicial del capitalismo donde los artesanos trabajaban en sus casas, lo único que ahora lo haremos sometidos al empresario.

Me inquieta ver cómo los sindicatos y los partidos políticos de izquierdas no están interesados en enfrentar este problema que vendrá tras la pandemia. Hay una estrategia global, y no solo en el terreno laboral, sino también en la educación, donde se eliminarán las asociaciones estudiantiles de los campus universitarios y será mucho más difícil articular las demandas. A mi juicio, el capitalismo no ha pasado por ninguna crisis, sino que se ha fortalecido con la pandemia como ya lo hizo con la crisis financiera de 2008.

Al fin y al cabo, la idea del teletrabajo es importante porque creará nuevas oportunidades, pero los grupos sociales más progresistas y populares tendrán que verlo como tal y no dejar que los intereses del capital mundial, que también ven nuevas oportunidades, prevalezcan.

Escribe entre el miedo y la esperanza, como si el primero fuera impuesto y la segunda lo único que nos queda. ¿De qué tiene miedo? ¿Por qué tiene esperanza?

Tengo miedo porque el pueblo no sale a protestar a la calle. Algunos países, sobre todo gobernados por la derecha, han aprovechado la pandemia para legislar cuestiones que empeoran la situación de las clases populares, como Brasil, Colombia, Reino Unido, Estados Unidos y Hungría. Al contrario, en India salieron a la calle pequeños campesinos y agricultores que vieron recortados sus derechos. Mi miedo es que los Estados, cada vez más sometidos a la lógica capitalista, no reciban desde abajo una presión popular pacífica para mejorar las condiciones sociales que se verán mermadas tras la pandemia. Y también me produce miedo que, si bien no veo lo anterior, sí observo cómo la extrema derecha crece en todo el mundo porque ellos no tienen miedo de protestar.

La esperanza viene del estudio que he hecho de la respuesta que han dado algunas comunidades a los efectos de la crisis sanitaria. Mostraron que existía una alternativa posible en la que se podía defender la vida y la economía. Al contrario, los gobiernos de derechas no han protegido ni la una ni la otra, como ocurrió en los países que he comentado antes. Mi esperanza es matizada. Pienso que deberíamos enfrentarnos a un nuevo modelo civilizatorio, empezar una transición a otra sociedad basada en un consumo y producción anticapitalista, antirrascista y antipatriarcal.

Defiende que la aparición del coronavirus supone un cambio de era. A partir de ahora pertenecemos a la naturaleza y no viceversa, aunque todo indica que las clases privilegiadas seguirán enrocadas en su posición de máximo beneficio a costa de la destrucción de la naturaleza. ¿Qué escenario enfrentaremos en esta nueva era?

La barrera que va a separar a la izquierda de la derecha a partir de ahora va a ser en qué posición se ubiquen. Para la derecha la naturaleza nos pertenece, y para la izquierda nosotros pertenecemos a la naturaleza, así que si hay izquierdas que van a asumir la primera postura estarán ocupando el papel de la derecha. Cualquier lucha contra la injusticia y la discriminación tiene que incluir a la madre Tierra, la naturaleza, como uno de los seres no humanos más discriminados, silenciados y humillados.

"Cualquier lucha contra la injusticia y la discriminación tiene que incluir a la madre Tierra"

Las políticas medioambientales que está promoviendo la Unión Europea y que deben cumplir las empresas no dejan de ser una forma continuista del capitalismo. Las empresas se van a otros lugares, como África y América Latina, donde sin conciencia ecológica destruyen todo lo que tienen a su paso, tanto a nivel medioambiental como los pueblos indígenas que aun resisten. Europa no solo puede cuidar de los europeos, sino que debe hacerlo de todo el mundo; y todo el mundo se debe cuidar a sí mismo. El hecho de que no se hayan eliminado las patentes de las vacunas contra el coronavirus es una señal muy preocupante, de lo peor que nos puede pasar. Los grandes retos serán a nivel global, y unos no pueden estar por encima de otros porque si no caeremos todos.

El análisis que plantea pivota en torno a tres ejes que nos han llevado hasta aquí y que intenta deconstruir en el ensayo: capitalismo, colonialismo y patriarcado. En cambio, la mayoría de las personas ni siquiera se reconocen como oprimidas u opresoras cuando lo son. ¿Qué hay que cambiar para tomar conciencia de ello?

Lo fundamental es tener una alternativa. Las injusticias no abren posibilidades de resistencia por ellas mismas. Hay resistencia cuando hay alternativa, por eso defiendo que la pandemia más grave la llevamos sufriendo desde hace 40 años, cuando nos hicieron creer que no hay alternativa posible al neoliberalismo. Esto ha bloqueado la política y por eso tenemos políticos mediocres en la gran mayoría de los países. Se creó la idea de que no hay otras posibilidades y eso hace a la gente entrar en cierto fatalismo, claramente relacionado con el crecimiento del conservadurismo religioso. Como la izquierda ha aceptado que no hay otra solución que el neoliberalismo, la alternativa ahora es la extrema derecha, que dicen que son antisistema.

Cuando vino la pandemia, la gente no pidió ayuda a los mercados, sino al Estado, por lo que hay que fortalecer la parte democrática del mismo y empezar un debate abierto y claramente anticapitalista, en el que se propongan políticas de transición. Las organizaciones sociales, las universidades, los partidos políticos de izquierdas tienen que ver en esto que ha ocurrido una posibilidad de cambio y darse cuenta que vivir en una crisis permanente es una trampa, porque el único fenómeno que nunca está en crisis es ella misma.

En la primera parte de su libro trata la devastación provocada por la pandemia, y en uno de los capítulos indaga en cómo el capitalismo hizo de la pandemia lo que ha hecho a la vida humana y la naturaleza: convertirla en un negocio, en sus propios términos. ¿Quiénes son los vencedores y los vencidos?

Los vencedores han sido los capitalistas, quienes tenían las tecnologías. Es el capital tecnológico el que ganó, empresas como Google, Amazon y Apple, pero también lo será el financiero si logra que no haya cambios importantes en torno a la condonación de deuda de algunos países. Respecto a los vencidos, las clases más bajas que ya venían sobreviviendo como podían.

También reflexiona sobre la respuesta que los diferentes Estados han dado a la crisis sanitaria. A pesar de que sin salud no hay economía posible, el cortoplacismo ha hecho que la recuperación sea aún más lenta y, en muchos casos, dolorosa. En este sentido, ¿qué se ha hecho bien y qué mal?

En Europa prevaleció la idea de defender la vida, excepto en Suecia, lo que tuvo un resultado catastrófico. Los países que salen peor en términos de economía y protección de la vida fueron aquellos que minimizaron los efectos de la crisis desde el principio, muchas veces negacionistas y gobernados por la derecha, como Reino Unido, Estados Unidos y Brasil.

Ante la inoperancia de los Estados, en multitud de regiones se han creado decenas de redes de solidaridad y apoyo mutuo entre la ciudadanía. ¿Podría ser este el germen de la utopía?

Yo defiendo la idea de la utopía a partir de la autodeterminación de los pueblos y las comunidades, de lo que ellos mismos piensan que es mejor para ellos. No defiendo una solución tipo Rojava o Zapatista por todo el mundo, porque las condiciones son distintas en cada país, pero en muchos lugares se han protegido de la pandemia con sus propias reglas, como los pueblos indígenas de América Latina. Todo esto, pienso, son experimentos de alternativas anticapitalistas, antirracistas y antipatriarcales. Quizá puedan ser el inicio de la utopía, pero sin lugar a duda no habrá utopía si las mujeres no son consideradas como un sujeto político decisivo. La utopía vendrá con la autodeterminación y los cuidados, lo que incluye a la naturaleza.

En la segunda parte del ensayo entra de lleno en la idea de que el siglo XXI puede ser el comienzo de una nueva era. Se decanta, según describe, por el que apunta a un nuevo modelo civilizatorio basado en la primacía de la vida digna y en una relación con la naturaleza radicalmente distinta a la que mantuvimos en la era moderna y nos llevó al borde de la catástrofe ecológica y a un mundo distópico viral. ¿Acaso tenemos otra opción para sobrevivir?

No. De hecho, ahora sí que no hay alternativa. O defendemos la naturaleza o será un suicidio. La vida humana constituye el 0,01% de la vida total del planeta, y a pesar de ser tan poco nos arrogamos el derecho de destruirla por completo. Nada, la alternativa es el suicidio.

Argumenta que "en tiempos de pandemia, las noticias falsas se traducen directamente en muertes y, por tanto, constituyen acciones delictivas que los países no están preparados para castigar ejemplarmente, así como tampoco están preparados para frenar eficazmente la difusión de noticias falsas". Quienes difunden estas informaciones falsas ¿pueden estar matando a gente?

"La difusión de noticias falsas puede constituir crímenes de lesa humanidad"

Sí, sí pueden. La difusión de noticias falsas, de aquí en adelante, puede constituir crímenes de lesa humanidad. Lo muestro en el libro: una publicación en una web decía que tomando grandes cantidades de alcohol puro o de alta gradación matabas al virus, así que el resultado fue la muerte de 800 personas y casi 30.000 hospitalizaciones por este motivo en 80 países diferentes, además de que mucha gente se quedó ciega por esto.

'Vivir con incertidumbres científicas' es el título de un subcapítulo en su monografía. Si la ciencia es la mejor forma que tenemos de entender la realidad, ¿cómo es posible vivir en el desconocimiento?

Tenemos que vivir la incertidumbre con gran humildad. Además, es necesario un cambio epistemológico en el conocimiento. Yo lo llamo epistemologías del sur, pues hay que democratizarlo y darnos cuenta de que no solo existe el tipo de conocimiento científico al que estamos acostumbrados. Por ejemplo, los saberes indígenas no pueden ser despreciados por la ciencia. Al igual que debemos luchar contra las noticias falsas, también tenemos que aprender a valorar esto otro y huir de las certezas absolutas.

Si existen los dioses, quizá ellos tengan alguna certeza, pero nosotros no, somos humanos y tenemos que vivir con la incertidumbre.

El propósito del libro es ayudar a "quienes durante la pandemia asumieron la defensa de la vida digna e imaginaron políticas y modos de vida que en el futuro puedan defendernos mejor de las pandemias". Una vez superado el coronavirus, ¿a qué otras pandemias nos tendremos que enfrentar?

La peor pandemia vendrá si no superamos esta crisis y seguimos con la idea de que no existe alternativa al capitalismo neoliberal. Habrá otras pandemias muy difíciles también, como la de no tener acceso a la sanidad pública y la reconversión de esta en un negocio en lugar de un bien social; la pandemia del hambre; la pandemia de la brutalidad policial; la pandemia de la violencia machista; la pandemia de la falta de vivienda; y, sobre todo, la pandemia que tendremos que afrontar si no mantenemos el agua como un bien público y de acceso universal. Las estimaciones marcan que para 2050 la mitad de la población no va a tener agua potable al mismo tiempo que el agua ya cotiza en el mercado de futuros. El capitalismo hará lo que sea para adelantarse a cualquier situación de la que se pueda beneficiar.


EEUU y su apoyo a los golpes de Estado y a los dictadores

por Renán Vega Cantor
LA HAINE - 11/03/2021

"Trujillo es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta", palabras de Cordell Hull, Secretario de los EEUU, hablando del dictador de República Dominicana

El título de este artículo puede parecer de entrada como injurioso y fuera de tono, pero adquiere sentido porque parafrasea lo dicho por altos funcionarios de los EEUU en varias ocasiones cuando se referían en conciliábulos privados a algunos dictadores de América Latina que ellos patrocinaban. Quien originalmente pronunció la palabra “hijo de puta” para referirse a uno de los dictadores apoyados por Washington fue Cordell Hull, en 1938.

Después la repitió el mismísimo presidente de los EEUU Franklin Delano Roosevelt para referirse al dictador de Nicaragua Anastasio Somoza a quien también considero como “nuestro hijo de puta”.

Esta última referencia es la que más se suele citar, porque apareció en un número de la Revista Time de 1948. La palabra soez se usaba para señalar la verdadera catadura criminal de los dictadores apoyados por Washington, algo que al final poco interesaba en la medida en que ellos fueran sumisos e incondicionales a los EEUU. Que esos dictadores mataran, torturan, desaparecieron a miles de personas en sus respectivos países, poco le interesaba a EEUU, siempre y cuando no fueran a tocar los intereses del capital estadounidense.

Traducida la afirmación sobre los dictadores quería decir: sí, son asesinos y criminales, pero nos sirven y los necesitamos, y por eso si hay que matar y torturar para mantener incólumes nuestros intereses, poco importan esos métodos tan poco refinados. Y para camuflarlos un poco, y que no salpicaran sangre hasta el territorio de los EEUU, a esos dictadores se les calificaba por parte de políticos y medios de desinformación en EEUU, como campeones de la libertad y amigos del mundo libre.

El término ofensivo, sobre todo con las pobres madres de los dictadores Rafael Trujillo y Anastasio Somoza, ha vuelto a cobrar actualidad en estos días, pero en un sentido diferente, en términos geográficos y políticos, a raíz de la absolución que se le hizo a Donald Trump en el segundo juicio político, relámpago por lo demás, que se le hizo en el Senado de los EEUU, para juzgarlo por la toma del Capitolio el 6 de enero de este año.

Algunos liberales, admiradores de EEUU y que son ignorantes, ingenuos o cándidos, que tanto han aplaudido la ida de Donald Trump de la Casa Blanca y elogian a su nuevo inquilino, Joe Biden (el “bonachón” que bombardea), se hacen cruces de incredulidad al enterarse del resultado de ese juicio relámpago y comprobar que Trump ha salido indemne, a pesar de que haya sido promotor de un intento de golpe de Estado, para perpetuarse en el poder, y que dejó un saldo fatal de cinco muertos.

Las preguntas más bien son otras: ¿De qué se sorprenden? ¿Acaso creían que a Trump lo iban a acusar de ser golpista, lo iban a sentenciar a cadena perpetua o a la pena capital y de forma inmediata lo iban a encarcelar? Si EEUU nunca ha hecho eso con los dictadores que ha fabricado mientras le son útiles, mucho menos lo iba a hacer con uno de los suyos. Si el Congreso de los EEUU hubiera condenado a un golpista, hubiera roto con la tradición que forma parte de los principios centrales de la política exterior de los EEUU: apoyar a cuanto hijo de puta le sirva al American way of life, un axioma, tanto “teórico” como sobre todo práctico, que ha caracterizado la actuación de los EEUU desde finales del siglo XIX en el mundo y particularmente en América Latina.

Recordemos que en listado interminable de golpes de Estado y de dictadores que EEUU ha patrocinado se encuentran criminales de la talla de los ya nombrados Rafael Leónidas Trujillo y Anastasio Somoza, a los cuales hay que agregar Augusto Pinochet (Chile), Jorge Rafael Videla (Argentina), Efraín Ríos Montt (Guatemala), Maximiliano Hernández Martínez (Salvador), Tiburcio Carias (Honduras), François Duvalier (Haití), Alfredo Stroessner (Paraguay),Ferdinand Marcos (Filipinas), Hahi Moamaed Suharto (Indonesia), Mobuto Sese Seko (Zaire) y una interminable cadena de otros hijos de mala madre del imperio, a lo largo y ancho del mundo, cuya lista es tan larga que se requieren muchas páginas para mencionarlos.

La novedad “politologica” del caso de Donald Trump no es que EEUU tenga hijos malnacidos en casa, porque la casi totalidad de los presidentes y altos funcionarios de ese país lo son, sin duda alguna, sino que ahora uno de ellos se haya atrevido a atentar contra ellos mismos. Es decir, el gran crimen de Trump no radica en los múltiples crímenes que realizó fuera de los EEUU, algo que es perfectamente normal en cualquier presidente de ese país, sino en que se haya realizado en casa lo que se hace y aplaude en el exterior. Al respecto, resulta diciente y cínico que Nancy Pelosi, del Partido Demócrata y presidenta de la Cámara de Representantes, una de las más beligerantes contra Donald Trump por su intento del golpe en el Capitolio, sea la misma que aplaudió a rabiar y recibió personalmente al golpista venezolano Juan Guaidó, otro hijo de puta Made in USA. (Ver fotos).

El juicio inútil a un HP doméstico (Nancy Pelosi firma documentos de juicio contra Donald Trump) y en la otra foto se apoya a uno de nuestros HP en América Latina (Nancy Pelosi recibe al golpista venezolano Juan Guaidó)

Aunque no se le perdone a Donald Trump por lo que hizo el 6 de enero, esto tampoco podía llevar al Parlamento de EEUU ‒una institución criminal, untada de sangre del resto del mundo, hasta los tuétanos‒ al peligroso extremo de condenarlo. Eso sería sentar un precedente funesto y de alguna forma cerrar las puertas a que futuros golpes de Estado, en los que se encuentre la mano asesina de Washington, salieran deslegitimados de antemano y alguien se atreviera a juzgar a los golpistas. No, no se puede abrir la Caja de Pandora, con una condena judicial a un golpista, que ha sido presidente de EEUU. No, ahora hay que proceder en el ámbito doméstico de la política de EEUU, como se ha hecho con los golpistas y dictadores que manufactura EEUU en el exterior (y Juan Guaidó es uno de los últimos), decir en voz bajaque es un malnacido, pero afirmar en publico que es un demócrata, un genuino luchador por la libertad, un combatiente por la justicia y mil mentiras por el estilo.

Por eso, más bien hay que decir en adelante que Donald Trump, como lo deben murmurar políticos, periodistas y académicos del establecimiento en los EEUU, es “un hijo de puta, pero al fin y al cabo es nuestro hijo de puta” y lo hemos tenido en casa, en plena Casa Blanca.

El Colectivo


¿Qué EEUU vuelve con Biden?

por Manolo Monereo
LA HAINE - 03/03/2021

La política exterior de los EEUU es clara: impedir el surgimiento de una potencia que pueda cuestionar su hegemonía. Aquí no hay diferencias entre Trump y Biden

¿Echaremos de menos a Donald Trump? Me temo que sí. Por lo pronto, el “contra Trump vivíamos mejor” empieza a definir bien lo que pasa. Algunos supimos desde el principio que la belicista era Hillary Clinton y que el anterior presidente era otra cosa. Distinguíamos entre los efectos internos y externos de lo que sería su mandato. Se trataba de un repliegue proteccionista para definir una nueva estrategia ante una decadencia que parecía imparable y asegurar una hegemonía que era cuestionada en sus fundamentos. Como suele suceder con los populistas de derecha (el populismo es parte constitutiva del sistema político de los EE.UU.) una cosa son las declaraciones y otra las políticas que efectivamente se realizan.

Como escribí en su momento, me sorprendió en las últimas elecciones la fuerza y la consistencia del voto a favor de Trump. Se ha repetido hasta la saciedad que Biden ha sido el presidente más votado en la historia norteamericana; el segundo, el candidato republicano que tuvo enfrente, no se debe olvidar, una poderosísima coalición encabezada por los grandes medios de comunicación y una parte consistente del establecimiento económico-corporativo. El presidente saliente hizo mucho para perder: amenazó demasiado, gestionó mal la maquinaria del gobierno, maltrató a los aliados y, lo peor, subestimó hasta la estupidez la pandemia y sus consecuencias sociales. Aún así, hubo una votación especialmente significativa, una militancia movilizada y una propuesta sólidamente insertada en la sociedad. Trump no será flor de un día.

La política exterior de los EEUU es clara desde la disolución del Pacto de Varsovia y la desintegración de la URSS: impedir el surgimiento de una potencia que pueda cuestionar su hegemonía. Aquí no hay diferencias entre Trump y Biden; la divergencia tiene que ver con la estrategia y con el factor tiempo, mejor dicho, con el uso de los tiempos. El ex presidente nunca definió con rigor su propuesta geopolítica: señaló con precisión al enemigo existencial (China); exigió de los aliados un alineamiento sin condiciones, aceleró el rearme y puso en cuestión unos organismos multilaterales que ya no eran funcionales. Su gran error fue Rusia: no fue capaz establecer políticas que propiciaran unas relaciones más equilibradas con Occidente y más autónomas de China. La razón última tiene mucho que ver con la presión de los demócratas, la posición cerrada de la OTAN/UE y el grupo de los países de la “nueva vieja Europa” nucleados por los países del grupo de Visegrado. Hay un dato a no olvidar, a pesar de su brutalidad, tonos autoritarios y lenguaje belicista, Donald Trump es el único presidente de los EEUU en los últimos cuarenta años que no ha metido a su país en una nueva guerra.

Biden ha sido recibido como un salvador, campeón de la democracia y del multilateralismo. La expresión de moda es “EEUU está de vuelta”. También aquí convendría hilar fino y no dejarse ganar por la propaganda. Antes ya se dijo, la posición del nuevo presidente es diáfana: se opondrá con todas las armas disponibles a la hegemonía de China en el hemisferio oriental; insisto, con todas las armas, incluida la guerra económica, tecnológica, cibernética y la militar más o menos híbrida o directa. La llamada “trampa” de Tucídides retorna porque nunca se fue del todo. Graham Allison le dedicó una excelente monografía, que, dicho sea de paso, andan estudiando los dirigentes chinos para elucidar si es posible gobernar la presente “gran transición geopolítica” para que no termine en un conflicto nuclear puro y duro.

La historia también retorna como conflicto entre las grandes potencias por el poder, por la hegemonía y, en este caso, por el mantenimiento de un marco institucional internacional que está siendo cuestionado por China, Rusia y, derivadamente, por un conjunto de países que ya no se sienten representado por él y exigen cambios profundos. Las relaciones internacionales y la geopolítica tienen estas cosas. El declive de una superpotencia siempre está determinado por el surgimiento de un Estado o conjuntos de Estados que la desafían y la llevan a una crisis existencial. La dialéctica amigo/enemigo tiene aquí su territorio más preciso y singular. Este es el dato más característico de nuestra época. Sería bueno interiorizarlo para no caer víctima de la de la propaganda o de maniobras orquestales que terminan confundiendo la lucha `por los derechos humanos con la defensa de los intereses de la gran potencia de turno.

La estrategia Biden es a largo plazo, multidimensional, de desgaste y contención. Lo más definitorio es que la nueva administración sabe que no puede ganar sola esta guerra; necesita aliados en un mapa de conflictos que hay que ordenar, coordinar y dirigir. Es realismo ofensivo en un sentido preciso: impedir, neutralizar, atrasar el despliegue de las potencialidades de China, de su fuerza económica-tecnológica, de sus capacidades militares, de su política de alianzas y, sobre todo, agudizar los conflictos internos hasta convertirlos en crisis de gobernabilidad. La democracia liberal como alternativa, el libre mercado como medio y la promoción de los derechos humanos al modo norteamericano. Se ha escrito sobre esto tantas veces y por tan diversos autores que da un poco de melancolía tener que recordarlo. La anomalía fue Trump; el poder es Biden. Para decirlo con el título de un libro de un conocido halcón republicano que terminó de asesor de Hillary Clinton: El retorno de la historia y el fin de los sueños. Lo que escribió Robert Kagan hace quince años lo está defendiendo la nueva administración y repitiéndolo sus portavoces en la Unión Europea. Es solo el principio.

El nombramiento de Josep Borrell como Alto Representante de la Unión para asuntos exteriores y política de seguridad (toda una denominación) ha dinamizado mucho el empleo de conceptos y el desarrollo de políticas que tienen como finalidad mostrar que la UE camina hacia un tipo de organización muy parecida a un Estado. Términos como soberanía (económica, comercial, tecnológica, militar), autonomía estratégica, pilar europeo de seguridad y defensa como prioridad, desarrollo de capacidades propias político-militares.

Todo ello en el marco de definición de nuevas herramientas y de nuevas políticas que refuerzan presupuestos militares, aplicación acelerada de las nuevas tecnologías a la industria de la defensa y de la seguridad. Que no haya debate público en momentos de pandemia y crisis económico-social dice mucho de hasta qué punto las cuestiones europeas están fuera del espacio público y, sería bueno tenerlo en cuenta, el gran consenso que concita entre las clases dirigentes, incluido el gobierno de Pedro Sánchez. Una parte de los fondos-maná europeos terminarán ahí.

Borrell no se cansa de decir que la “autonomía estratégica europea” no implica ni ruptura con el vínculo trasatlántico, ni mucho menos, con la OTAN. Es más, reafirma que a mayor autonomía, más unidad estratégica con los EEUU y con la estructura militar común. La pregunta es pertinente: ¿qué significa la tan nombrada autonomía? Renegociar el papel de socio; ser tenidos en cuenta y ganar, ahora sí, autonomía estratégica. Hay un dato que no debe obviarse; a saber, que las críticas a Trump tenían que ver con su distanciamiento de la OTAN, con el desprecio a los aliados y con el convencimiento de que, a la hora de la verdad, no sería un aliado fiel, o sea, que no aplicaría el artículo 5º del Tratado.
Marruecos tan cerca y tan lejos.

¿Dónde está el problema principal de la geopolítica del Unión Europea? No definirse sobre la gran cuestión estratégica de las próximas décadas: ¿se está de acuerdo con ir a un mundo multipolar?, ¿se quiere protagonizar como sujeto autónomo esta transición decisiva? Las dos cuestiones son una: tomar una decisión política fundamental en un mundo que cambia aceleradamente. Desde el principio, no confundirse.

Defender el multilateralismo no significa apostar por un mundo multipolar. Son conceptos claramente diferenciados. El multilateralismo es un modo de organizar la hegemonía por parte de la potencia dominante, un modo de ordenar las relaciones internacionales, de hacerlas previsibles y reducir la complicidad de un mundo dominado por la anarquía. La multipolaridad es un proceso de (re)distribución del poder entre grandes potencias que llevan implícito una reordenación jerárquica entre las mismas. Es decir, conflictos básicos, guerras de alta y baja intensidad, fracturas político-culturales. Poder como bien cada vez más escaso y en disputa permanente.

La línea de demarcación es muy precisa: EEUU se opone radicalmente a un mundo multipolar. La gran transición geopolítica que estamos viviendo romperá con las reglas de juego, la correlación de fuerzas y la hegemonía en la que ha basado su dominio. La verdadera autonomía de la Unión Europea sería colaborar activamente a esta gran transición con el objetivo de asegurar un nuevo orden más justo, democrático y pacífico. Eso implicaría desconectar de la OTAN, definir nuevas alianzas y reglas adecuadas para una arquitectura mundial inédita. Temo que este no será el camino.

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Historia de segregación

Los disturbios del Capitolio muestran la amenaza de un enemigo interno

Quienes conozcan la historia de EE. UU. sabrán que el asalto a la Cámara no es el primer intento de anular los resultados de una elección democrática fuera de los límites de la ley

Eric Foner (The Nation) 11/01/2021

<p>Seguidores de Trump durante el asalto al Capitolio del 6 de enero.</p>

Seguidores de Trump durante el asalto al Capitolio del 6 de enero.

Blink O'Fanaye / Flickr

El 6 de enero de 2021 será recordado como el día en que dos corrientes de la realidad estadounidense chocaron, ambas profundamente arraigadas en la historia de nuestro país. Una de ellas se reflejó en la elección de senadores de origen afroamericano y judío en Georgia, un estado que ha sido testigo del linchamiento de Leo Frank, director judío de una fábrica, en 1915; de la transformación de Tom Watson, un populista que buscaba la unión entre agricultores pobres blancos y negros, en un violento racista y antisemita; de la masacre de Atlanta ocurrida en 1906, en la que turbas de gente blanca asesinaron a más de una veintena de afroamericanos, sin mencionar el estreno de la película Lo que el viento se llevó en 1939, que constituye una oda al Ku Klux Klan. Los resultados de las elecciones son la culminación de un movimiento interracial y de masas que ha convertido en una auténtica democracia un estado que durante mucho tiempo ha negado a su población negra el derecho a votar. La campaña que han dirigido Stacey Abrams y otras personas para inscribir a nuevos votantes es un ejemplo alentador de la posibilidad de cambio progresista.

A pesar de esto, los disturbios protagonizados por los seguidores de Trump para impedir el recuento de votos electorales muestran un lado más sombrío de la historia de la democracia estadounidense. Para empezar, está el hecho de que más de dos siglos después de la adopción de la Constitución seguimos votando en las elecciones presidenciales a través del Colegio Electoral. Este sistema arcaico revela la convicción de sus fundadores de que la gente común no debía votar a la presidencia de forma directa y su deseo de que los estados esclavistas del sur, cuyo poder político había aumentado debido a la cláusula de los tres quintos que les otorgó votos electorales adicionales por tener población negra sin derecho a votar, recibieran más apoyo. De hecho, Trump ocupa la Casa Blanca solo porque un sistema electoral antidemocrático permite que una persona llegue a ser presidente aun habiendo perdido el voto popular. Además, los intentos de limitar el voto atendiendo a cuestiones de raza, género y otros criterios tienen una larga historia. La idea de que los individuos debemos elegir a nuestros gobernantes, que está en la esencia de la democracia, ha coexistido siempre con la convicción de que hay demasiada gente del tipo equivocado yendo a votar. El requisito vigente en Georgia de que los aspirantes a un cargo electo reciban más del 50 % de los votos o deban enfrentarse en una segunda vuelta, que fue introducido en 1963 en plena revolución por los derechos civiles, estaba pensado para evitar la victoria de una candidatura apoyada por la población negra en caso de que el voto blanco estuviera dividido.

Los acontecimientos del 6 de enero son una consecuencia lógica de la falta de respeto hacia el Estado de derecho que Trump ha alimentado durante su presidencia a través de la glorificación de grupos neofascistas armados, sobre todo en Charlottesville; la incitación a la protesta contra el confinamiento y el uso de mascarillas en Michigan y otros estados, y el rechazo a aceptar los inequívocos resultados de las elecciones presidenciales. No obstante, quienes conozcan la historia de EE. UU. sabrán que los disturbios del Capitolio no son el primer intento de anular los resultados de una elección democrática fuera de los límites de la ley. En el periodo de la reconstrucción y los años siguientes, se dieron muchos intentos similares, algunos mucho más violentos que los del 6 de enero. Un grupo blanco armado asesinó a veintenas de miembros de una milicia negra en Colfax, Luisiana, en 1873, al tomar el control del gobierno local, para el que habían sido elegidos dirigentes negros. Un año después, la Liga Blanca (White League) protagonizó una revuelta para derrocar al gobierno birracial de Luisiana de la reconstrucción. (En Nueva Orleans, un monumento erigido en honor a este intento se ha conservado durante décadas, hasta su retirada en 2017 por el alcalde Mitch Landrieu). En 1898, un golpe organizado por un grupo de personas blancas armadas derrocó el gobierno birracial electo de Wilmington, Carolina del Norte y, para comienzos del siglo XX, el acceso de las personas negras al voto y a los cargos públicos había desaparecido prácticamente en todos los estados del sur. Y esto no es solo historia antigua. Hace poco, en 2013, la Corte Suprema vació de contenido algunas disposiciones clave de la Ley de Derecho al Voto (Voting Rights Act), en apoyo a los esfuerzos generalizados de los estados republicanos de suprimir el derecho al voto. No asumamos que la democracia de EE. UU. funcionaba bien antes de los disturbios del Capitolio.

Alexander H. Stephens, un dirigente de Georgia que ocupó el cargo de vicepresidente de la Confederación, describió de forma célebre su tentativa de crear una república esclavista como la materialización de la “verdad superior de que un negro no es igual a un blanco, y que su estado normal y natural es... ser esclavo”. El 6 de enero fue la primera vez que la bandera de la Confederación ondeó a la vista de todo el mundo en el edificio del Capitolio, formando una imagen horrible que ojalá no vuelva a repetirse. Pero Trump, al oponerse a que se retiraran los monumentos en honor a dirigentes confederados y a renombrar algunas bases militares con el argumento de que se borraría “nuestra” historia, ha propiciado de forma consciente una identificación de su presidencia con la Confederación y con el nacionalismo blanco que constituyó su núcleo.

Hoy, el gasto militar de EE. UU. supera con creces al de cualquier otra nación, pero la muchedumbre que irrumpió en el Capitolio no era de origen chino, iraní, ruso ni de cualquier otro país supuestamente enemigo de la democracia estadounidense: eran nuestros conciudadanos. Hace casi dos siglos, en su famoso discurso del Liceo, Abraham Lincoln condenó la creciente falta de respeto por el Estado de derecho como el mayor peligro para la democracia estadounidense. “Si la destrucción es nuestra suerte —expuso—, debemos ser nosotros mismos su autor y consumador”. Los resultados de Georgia y la inminente salida de Trump de la presidencia siembran la esperanza de una revitalización de la cultura política democrática. No obstante, a día de hoy, al igual que en la época de Lincoln, el mayor peligro para la democracia estadounidense es interno.

Este artículo se publicó en The Nation.

Autor > Eric Foner (The Nation)


FBI: Un asociado de la Administración de Trump se contactó con un miembro del grupo ultraderechista antes del asalto al Capitolio

Publicado: 7 mar 2021 15:19 GMT - RT

Un miembro de Proud Boys, el grupo de extrema derecha estadounidense, se comunicó con un asociado de la Casa Blanca justo antes de que los simpatizantes del entonces presidente Donald Trump irrumpieran en el Capitolio de EE.UU. el pasado 6 de enero, informa The New York Times, citando a un oficial del FBI.

La agencia de seguridad descubrió la toma de contacto gracias a los datos de localización, celular y registro de llamadas. Sin embargo, el órgano de seguridad no determinó el tema de discusión entre las personas involucradas y tampoco se ha revelado su identidad.

La noticia llega ante la investigación emprendida por el FBI para averiguar si alguno de los congresistas ayudó voluntaria o involuntariamente a los manifestantes antes o durante la irrupción. Hasta ahora, no se han encontrado evidencias de que algún legislador haya contribuido a los desmanes


Un exmilitar acusado por el asalto al Capitolio formó parte de un escuadrón de Marines cercano al presidente

Publicado: 12 mar 2021 12:26 GMT - RT
El imputado se desempeñó como jefe de tripulación del escuadrón de helicópteros presidenciales durante la Administración de Obama y la de George W. Bush.

Un exmilitar acusado por el asalto al Capitolio formó parte de un escuadrón de Marines cercano al presidente
La policía lanza gas lacrimógeno a una multitud de manifestantes durante los enfrentamientos en Capitolio de Estados Unidos, en Washington, Estados Unidos, el 6 de enero de 2021Shannon Stapleton / Reuters

Autoridades de Estados Unidos anunciaron este miércoles que uno de los individuos detenidos por el asalto al Capitolio del pasado enero es un veterano del cuerpo de Marines que se desempeñó como jefe de tripulación del escuadrón de helicópteros presidenciales, según recoge The Washington Post.

John Daniel Andries, quien fuera detenido el mes pasado y acusado de los delitos de entrada violenta y alteración del orden público en el recinto del Capitolio, ingresó al cuerpo de Marines en 2004, y en 2006 se unió al escuadrón HMX-1, unidad responsable del mantenimiento y supervisión del Marine One, el helicóptero utilizado por los mandatarios estadounidenses. Allí estuvo en servicio hasta 2009, durante la Administración de Obama y la de George W. Bush.

Debido a la naturaleza de las funciones que realiza este escuadrón, sus miembros deben recibir una autorización ultrasecreta, así como una acreditación de alto nivel conocida como 'Yankee White', reservada únicamente para el personal cercano al presidente.

Publican nuevas imágenes de un sospechoso de colocar bombas en Washington la noche anterior al asalto al Capitolio (VIDEOS)

El acusado fue captado por las cámaras de seguridad del recinto legislativo entrando por una ventana rota durante los disturbios del 6 de enero, y aparentemente incitando a otros manifestantes a confrontar a las autoridades que resguardaban el inmueble. El imputado se ha declarado inocente de los cargos presentados en su contra por estas acciones.

Andries no es el único exmilitar que ha sido detenido y acusado por su presunta participación en el asalto al Capitolio. De acuerdo a los reportes citados por el medio estadounidense, al menos otros 30 veteranos de las fuerzas armadas han sido detenidos por irrumpir a las instalaciones del Congreso.


El número de migrantes menores no acompañados detenidos en la frontera sur de EE.UU. alcanza cifras récord

Publicado: 11 mar 2021 16:26 GMT - RT
Más de 3.200 niños y adolescentes migrantes han llegado a EE.UU. sin compañía de su padre o tutor legal en las últimas dos semanas.

El número de migrantes menores no acompañados detenidos en la frontera sur de EE.UU. alcanza cifras récord
Niño mira el muro fronterizo en Ciudad Juárez, Chihuahua, México, 31 de enero de 2020Herika Martinez / AFP

El número de migrantes menores de edad no acompañados detenidos por la Patrulla Fronteriza de EE.UU. se ha triplicado en las últimas dos semanas, de acuerdo con medios estadounidenses.

En febrero se registraron 7.000 detenciones de adolescentes y niños que viajan sin sus familias, reportó la cadena CBS el 8 de marzo. Tan solo en un día, a principios de marzo, llegaron 440 menores no acompañados, lo que representa una cifra récord.

Asimismo, más de 3.200 niños y adolescentes migrantes han llegado a EE.UU. sin compañía de su padre o tutor legal en las últimas dos semanas, de acuerdo con documentos de la Oficina de Protección de Aduanas y Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés) obtenidos por el diario estadounidense The New York Times. Casi la mitad, además, han sido retenidos más allá del límite legal de tres días.

Niños migrantes en Ciudad Juárez, México, 13 de diciembre de 2019Paul Ratje / AFP

Por ley, las autoridades federales están obligadas a trasladar a los niños no acompañados a refugios administrados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHS), donde se les retiene hasta que son reunidos con un familiar o tutor. Factores como la pandemia y la sobresaturación del sistema, han contribuido a alargar las detenciones en la zona fronteriza.

Sin embargo, según datos consultados por el rotativo estadounidense, los albergues para niños migrantes están cerca de alcanzar su "capacidad máxima".

Menores de 12 años

Esta situación plantea una crisis migratoria para la administración del presidente Joe Biden, quien ha buscado posicionar el tema migratorio como una prioridad de su gestión. 

La CBP reportó un total de 29.010 encuentros con menores no acompañados entre octubre y febrero, con un incremento notable en los dos primeros meses de 2021. De estos, 2.942 (casi el 10 %) son menores de 12 años. 

"A partir de abril de 2020, la CBP ha visto un aumento en los encuentros de niños no acompañados de Centroamérica en la frontera suroeste", señaló la oficina del Gobierno de EE.UU. en un comunicado.

En febrero pasado, la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, del Partido Demócrata, criticó a la administración de Biden por abrir un nuevo centro de detención para menores de edad, ante la llegada de un número importante de niños y adolescentes migrantes que viajan sin compañía de un adulto. 

Por su parte, la Casa Blanca defendió la medida alegando que no se pondrá a los menores en jaulas, en referencia a la administración del expresidente Donald Trump.


El arte de ser un "oráculo" terriblemente equivocado

por Pepe Escobar
LA HAINE - 11/03/2021

Washington no sólo fue incapaz de evitar el surgimiento de un “competidor” en Eurasia, ahora, el “competidor” tiene la forma de una Asociación Estratégica entre Rusia y China

Aunque nunca alcanzó la notoriedad del sempiterno Henry Kissinger, el difunto Dr. Zbig (“Grand Chessboard» Brzezinski) fue por años el indiscutible oráculo de la política exterior de EEUU. En compensación, Zbigniew Brzezinski (conocido como Dr. Zbig) se dedicó a fanfarronear por haber dado a la URSS un “Vietnam” en Afganistán, y de paso internacionalizó las Jihad terrorista, con todas sus terribles consecuencias posteriores.

El nivel paranoico de su rusofobia llegó a alturas desconocidas, pero con el tiempo, de forma lenta pero segura, el gurú de la geopolítica occidental se vio obligado a revisar sus expectativas. Al final de sus días estaba realmente horrorizado porque sus temores se hicieran realidad. Las peores pesadillas de Mackinder estaban tomando cuerpo. Washington no sólo no había sido capaz de evitar el surgimiento de un “competidor” en Eurasia, peor aún, ahora, el “competidor” tiene la forma de una Asociación Estratégica entre Rusia y China.

¿ China no será una potencia global?

El Dr. Zbig no estaba exactamente versado en los asuntos chinos. Su errónea interpretación de China se puede encontrar en su libro, “Una geoestrategia para Eurasia” publicado en Foreign Affairs en 1997: “Aunque China está emergiendo como una potencia regional dominante, no es probable que se convierta en una potencia global durante mucho tiempo. La creencia convencional que China será la próxima potencia mundial está generando paranoia fuera de China mientras fomenta la megalomanía en esa nación. No es nada seguro que las explosivas tasas de crecimiento de China puedan mantenerse durante las próximas dos décadas. De hecho, el crecimiento continuo al ritmo actual requeriría una combinación inusualmente feliz de liderazgo nacional, tranquilidad política, disciplina social, altos ahorros, flujos masivos de inversión extranjera y estabilidad regional. Es poco probable que se produzca una combinación prolongada de todos estos factores”.

Más adelante el inconmovible Dr. Zbig insiste: “Incluso si China evita perturbaciones políticas y mantiene su crecimiento económico durante un cuarto de siglo China seguiría siendo un país relativamente pobre. Triplicar el PIB dejaría a China por debajo de la mayoría de las naciones en ingresos per cápita, y una parte significativa de su población seguiría siendo pobre. Su posición en el acceso a teléfonos, automóviles, computadoras, y otros los bienes de consumo, sería muy baja”.

Pobre, Dr. Zbig , China, no sólo alcanzó todos los objetivos que usted proclamó imposibles de alcanzar, sino que los chinos también eliminaron la pobreza en 2020.

Al contrario del pavoneo de «experto occidental» el pequeño timonel Deng Xiaoping dijo con modestia, respecto de su nación: “en la actualidad, todavía somos una nación relativamente pobre. No podemos asumir muchas de nuestras obligaciones internacionalistas y proletarias, por lo que nuestras contribuciones siguen siendo pequeñas. Sin embargo, una vez que hayamos logrado las cuatro modernizaciones y la economía nacional se haya expandido, nuestras contribuciones a la humanidad, y especialmente al Tercer Mundo, serán mayores. Como país socialista, China siempre pertenecerá al Tercer Mundo y nunca buscará la hegemonía”.

Lo que Deng describió entonces como el Tercer Mundo –una terminología despectiva de la era de la Guerra Fría– es ahora el Sur Global. Y el Sur Global es esencialmente el Movimiento de los Países No Alineados (NAM) con esteroides, en el espíritu de Bandung remezclado con el siglo euroasiático.

El Dr. Zbig, un frío belicista, obviamente no era un monje taoísta, por lo que nunca pudo abandonar su crecido yo. Si hubiera estado vivo para presenciar el amanecer del Año del Buey, podría haber notado cómo China está aplicando las lecciones de la cosmología taoísta: la vida como un sistema de opuestos, un sistema donde interactúan el cambio y la evolución y una sociedad que se mueve en ciclos y bucles de retroalimentación.

Un ejemplo práctico, de este enfoque dialéctico, es la nueva estrategia de desarrollo de «circulación dual» de Beijing; una estrategia dinámica, de cierre y apertura, de controles y equilibrios, de aumento del consumo interno y de crecimiento del comercio y de las inversiones externas (las Nuevas Rutas de la Seda).

¿Guerra para siempre?

Ahora pasemos a otro oráculo, Robert Kagan; neoconservador, belicista con diplomas, autodenominado “experto” en el «Gran Medio Oriente» y, esposo de Victoria Nuland, la creadora del “Maidán ucraniano” (la del famoso "Fuck Europe!", que ahora está a punto de reingresar al gobierno con administración Biden-Harris).

Bueno, Robert Kagan está de regreso pontificando en 'Foreign Affairs'. Ahí encontramos esta perla: “El hecho de que los estadounidenses se refieran a las implicaciones militares de relativamente bajo costo en Afganistán e Irak como «guerras para siempre» es solo el último ejemplo de su intolerancia por el complicado e interminable negocio de preservar una paz general y actuar para prevenir amenazas. En ambos casos, los estadounidenses tenían un pie fuera en el momento en que entraron a la guerra, lo que obstaculizó su capacidad para controlar situaciones difíciles."

Veamos de qué habla el sucesor del Dr. Zbig. ¿Las “guerras forever” –de varios billones de dólares- son de bajo costo realmente?, ¿Estas guerras interminables son absolutamente necesarias para preservar el «orden mundial liberal»? ¿Piensan así los estadounidenses que sufren de una infraestructura en ruinas y de una salud y una educación con estándares escandalosamente bajos?

“Preservar la paz general” ni siquiera alcanza como broma. Viene de alguien que no tiene ni idea de la realidad sobre el terreno. En cuanto a lo que la CIA define como “una sociedad civil vibrante en Afganistán”, es también un diagnóstico terriblemente fuera de la realidad. Cualquier turista que visite ese país se dará cuenta fácilmente que es una sociedad que vive con costumbres milenarias de origen tribal. Además, después de tanta “ayuda” estadounidense el PIB de Afganistán, es más bajo que el del pobre Yemen, bombardeado criminalmente por Arabia Saudita.

El año pasado se negoció en Doha una fecha límite del 1º de mayo para que EEUU y la OTAN retiraran todas las tropas. Esto no va a ocurrir. Ya sabemos que el “exceptionalistan” estadounidense no abandonará Afganistán.

Quienes controlan el “Deep State” y Joe Biden no respetarán la fecha límite. Todos los que están familiarizados con el Nuevo Gran Juego en Eurasia saben por qué. Se debe mantener un “nenúfar estratégico” en la intersección de Asia Central y del Sur para monitorear de cerca la peor pesadilla de Brzezinski: la asociación estratégica Rusia-China.

Hoy Afganistán, todavía, está ocupado por 7.000 soldados de la OTAN, 2.500 del Pentágono y varios miles de «contratistas privados» (en realidad mercenarios). Y, a pesar de todo este increíble despliegue militar los talibanes controlan de facto entre el 52% y el 70% de todo el territorio.

Para ver, en detalle, cómo comenzó toda esta lamentable saga, los escépticos pueden consultar mis archivos en el diario Asia Times, “Forever Wars: Afganistán-Irak”. Allí encontrarán cómo las guerras interminables, de varios billones de dólares, se desarrollan criminalmente sobre el terreno, algo muy diferente a la narrativa imperial que promueve sin nada de vergüenza el “oráculo Kagan”.

Con oráculos como estos, EEUU definitivamente no necesita enemigos.

observatoriocrisis.com


Los costes masivos e invisibles de las guerras estadounidenses posteriores al 11-S 2001

por Andrea Mazzarino
LA HAINE - 29/01/2021

Ambos partidos siguen financiando la guerra

“Salí del Cuerpo de Marines y, en pocos años, quince de mis colegas se habían suicidado”, me dijo recientemente un soldado veterano que había servido en dos misiones en Afganistán e Iraq entre 2003 y 2011. “Un minuto antes pertenecían al cuerpo y al siguiente estaban fuera y ya no podían encajar en parte alguna. No tenían trabajo, nadie se relacionaba con ellos. Y padecían esos síntomas postraumáticos que les hacían reaccionar de forma diferente al resto de estadounidenses”.

El comentario de este veterano puede parecerle sorprendente a muchos estadounidenses que vieron cómo las guerras de este país posteriores al 11-S en Afganistán, Iraq y otros lugares se desarrollaban en una exhibición temprana de ataques aéreos pirotécnicos y líneas de tropas y tanques que se movían a través de paisajes desérticos, pero después dejaron prácticamente de prestar atención. Como cofundadora del Proyecto 'Costs of War' de la Universidad Brown [EEUU], así como cónyuge de militar que ha escrito y vivido de una manera razonablemente cercana y personal en medio de los costes de casi dos décadas de guerra en el Gran Oriente Medio y África, no me sorprendieron los comentarios de ese conocido mío de los marines.

Bien al contrario. Con todos los términos amargos a los que estoy acostumbrada, solo confirmaron lo que ya sabía: que la mayor parte del sufrimiento de la guerra no sobreviene en el momento del combate en medio de las balas, bombas y artefactos explosivos improvisados cada vez más sofisticados de los campos de batalla extranjeros de EEUU. La mayor parte de ese sufrimiento, ya sea el de los soldados o el de los civiles, sobreviene indirectamente debido a las formas en que la guerra destruye las mentes de las personas, el desgaste de sus cuerpos y lo que hace con los delicados sistemas que sustentan el funcionamiento de la sociedad como hospitales, carreteras, escuelas y, sobre todo, familias y comunidades que deben sobrevivir en medio de tanta pérdida.

Muertes en el combate: la punta del iceberg

Una tarea importante del Proyecto Costs of War ha sido documentar el número de muertos entre las tropas estadounidenses de uniforme de nuestras guerras posteriores al 11-S, especialmente en Afganistán e Iraq. En comparación con las 400.000 muertes estadounidenses (y suma y sigue) por la covid-19 en menos de un año, las aproximadamente 7.000 muertes de militares estadounidenses de esas guerras durante casi dos décadas parecen, en todo caso, realmente pequeñas (aunque, por supuesto, ese total no incluye a los miles de contratistas militares que también lucharon y murieron en el lado estadounidense). Incluso para mí, como activista y también psicoterapeuta que atestigua el sufrimiento humano de forma bastante regular, es bastante fácil volverme insensible a las palabras “más de 7.000”, ya que mi vida no se ha visto amenazada por los combates diarios.

En efecto, 7.000 es un número pequeño comparado no solo con las muertes de la covid-19 aquí, sino con las 335.000 muertes de civiles perpetradas en nuestras zonas de guerra desde 2001. Ni siquiera está a la altura de las 110.000 (y suma y sigue) de iraquíes, afganos, y otros soldados y policías aliados muertos en nuestras guerras. Sin embargo, 7.000 no es un número tan pequeño cuando piensas en lo que significa la pérdida de una vida en combate para el círculo más amplio de seres en la comunidad de esa persona.

Centrarnos solo en el número de muertes estadounidenses en combate ignora dos cuestiones clave. Primero, cada muerte en combate en Iraq y Afganistán tiene un efecto dominó aquí en casa. Como esposa de un oficial de submarino que ha completado cuatro viajes por mar y que, como miembro del personal del Pentágono, ha tenido que lidiar con la carnicería de la guerra a fondo, he estado íntimamente involucrada en numerosas comunidades que lamentan las muertes militares y las heridas sufridas años después de haber enterrado sus cuerpos. Los padres, cónyuges, hijos, hermanos y amigos de los soldados que han muerto en combate viven con la culpa, la depresión, la ansiedad y, a veces, la adicción al alcohol o a las drogas del que ha sobrevivido.

Las familias, muchas de ellas con niños pequeños, tienen dificultades para pagar el alquiler, comprar alimentos o cubrir las primas y los copagos de atención médica después de perder a la persona que a menudo era la única fuente de ingresos familiares. Las comunidades han perdido trabajadores, voluntarios y vecinos en un momento de malestar y enfermedades masivas, justo cuando más necesitamos a quienes puedan soportar una presión intensa, resolver problemas y trabajar a través de las líneas de clase, partido y raza, en otras palabras, nuestros soldados. (Y sí, aunque el asalto al Capitolio a principios de este mes incluyó militares veteranos, no tengo ninguna duda de que la mayoría de las tropas y los veteranos de EEUU preferirían que les dispararan antes de involucrarse en tal pesadilla).

En segundo lugar, como sugiere el testimonio del exmarine que entrevisté, muchas personas sufren y mueren mucho después de que terminen las batallas en las que lucharon. Los científicos sociales todavía saben muy poco sobre la magnitud de las muertes a causa de las batallas de la guerra. Sin embargo, un estudio de 2008 del Secretariado de la Declaración de Ginebra estimó que las muertes indirectas por la guerra son al menos cuatro veces más altas que las muertes sufridas en combate.

En el Proyecto Costs of War comenzamos a examinar los efectos de la guerra en la salud y la mortalidad humanas, particularmente en las zonas de las guerras de EEUU. Allí, la gente muere al dar a luz porque han sido destruidos los hospitales o clínicas. Mueren porque ya no hay médicos ni el equipo necesario para detectar el cáncer lo suficientemente temprano o incluso problemas más comunes, como infecciones. Mueren porque las carreteras han sido bombardeadas o porque no es seguro viajar por ellas. Mueren de desnutrición porque las granjas, las fábricas y la infraestructura para transportar alimentos se han reducido a escombros. Mueren porque las únicas cosas disponibles y asequibles para anestesiarlos del dolor físico y emocional pueden ser los opioides, el alcohol u otras sustancias peligrosas. Mueren porque los trabajadores de la salud que podrían haberlos tratado, o inmunizado contra enfermedades obsoletas, como la poliomielitis, han sido intimidados para que no hagan su trabajo. Y, por supuesto, como es evidente por nuestras propias tasas de suicidio de militares, que se han desbocado, mueren por sus propias manos.

Es muy difícil contar todas esas muertes, pero como terapeuta que trabaja con familias de militares estadounidenses y personas que han emigrado de docenas de países a menudo devastados por la guerra en todo el mundo, los mecanismos por los cuales la guerra crea muerte indirecta me parecen demasiado claros: descubres que cuando llega la posguerra no puedes dormir, y mucho menos superar cada día sin que los escombros en la carretera, una mirada extraña de alguien o un ruido fuerte inesperado en el exterior te provoque terror.

Si las hormonas del estrés que recorren tu cuerpo no causan sus propios estragos en forma de enfermedades crónicas dolorosas como la fibromialgia o enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad, entonces los métodos que utilizas para sobrellevarlo, como comer en exceso, conducir imprudentemente o el abuso de sustancias sí podrían causar esos estragos y de forma notoria. Si usted es un niño o el cónyuge de alguien que ha vivido durante repetidos despliegues en las guerras del siglo XXI de EEUU, hay una gran posibilidad de que sea objeto de violencia física por parte de alguien que carece de las herramientas y control para actuar pacíficamente. No contamos, ni siquiera describimos, tales lesiones y las muertes que a veces pueden resultar de ellas, pero tenemos que encontrar la manera.

Un enorme agujero en nuestros conocimientos

Mis colegas y yo hemos comenzado a examinar los costes indirectos de la guerra a través de entrevistas con personas que han sido testigos de la guerra o la han vivido, al igual que el gobierno de EEUU a través de su limitada colección de estadísticas. Por ejemplo, en 2018, unos 18 militares estadounidenses en servicio activo o veteranos murieron por suicidio cada día. (Sí, a diario). Pero todo lo que realmente sabemos hasta ahora es esto: las muertes autoinfligidas por violencia, accidentes automovilísticos, abuso de sustancias y estrés crónico que se remontan a las guerras posteriores al 11-S de este país son problemas que asolan a las comunidades militares, y no existían en esta magnitud antes de que Washington decidiera responder a los ataques del 11-S invadiendo Afganistán y luego Iraq.

Sin embargo, tenemos muy poca información sobre el alcance y la naturaleza de tales problemas. Pero les diré lo que sé con certeza: las únicas instituciones consistentes y cohesivas que apoyan a las tropas en casa que han retornado de las zonas de batalla de EEUU son las “familias”, formales e informales, de los miembros del servicio y las comunidades en las que viven, no solo sus cónyuges e hijos, sino también familiares lejanos, vecinos y amigos. Cuando se trata de estructuras de apoyo más formales (hospitales de Asuntos de Veteranos y clínicas para pacientes ambulatorios, proveedores que aceptan seguros militares, pequeñas organizaciones sin fines de lucro que brindan apoyo recreativo y de otro tipo, etc.), son sencillamente insuficientes.

Es de común conocimiento en mi comunidad que los procesos de derivación y los tiempos de espera para recibir dicha ayuda suelen ser largos y estresantes. Si es un veterano que busca ayuda, es probable que tenga que cambiar de médico más de una vez al año, en lugar de obtener la continuidad de la atención que podría necesitar para tratar traumas físicos y emocionales complejos. Mientras tanto, el cuidado a los niños y otro tipo de atención de apoyo que podrían ayudar a controlar la negligencia y el maltrato son ridículamente escasos.

Como esposa de clase media alta de un oficial en una familia que disfruta del beneficio de los ingresos dobles, todavía puedo ofrecer ejemplos de mi propia vida y comunidad que deberían plantear preguntas sobre cómo alguien con menos recursos y que ya se encuentra bajo el consiguiente estrés puede sobrevivir a múltiples “misiones” por las zonas de batalla de EEUU. Mi esposo y yo tuvimos que sacar años de ahorros para la jubilación de nuestra cuenta bancaria para poder pagarme un tratamiento prenatal que me salvó la vida y que el seguro militar no iba a financiar (aunque de hecho estaría cubierto más adelante), un problema que podría haberse evitado si los representantes de servicio al cliente del programa médico y de salud del Departamento de Defensa, Tricare, hubieran recibido los fondos y la capacitación necesarios.

La esposa de un oficial que conocemos, cuyo hijo padece autismo, tuvo que pasar meses redactando cartas y afrontando gastos de abogacía para que ese niño pudiera recibir atención, así como para su otro hijo pequeño, cuando intentaba solicitar trabajo y viajar a sus propias citas médicas durante los múltiples despliegues de su esposo. (Tricare solo financiaba el cuidado de un niño). Los miembros en servicio activo y veteranos que conozco beben y consumen drogas con regularidad cada noche para calmar sus ansiedades y síntomas de estrés postraumático lo suficiente para poder sentarse a cenar en familia, mirar nuestras noticias, que son cada vez más angustiosas, o dormir unas pocas horas.

Muchos temen buscar tratamiento de salud mental debido a la amenaza real que se vive en el ejército: la exposición por esa búsqueda acabará en una degradación profesional. Vivimos en una era en la que muchas cosas dependen de una seguridad competente y confiable para poder protegernos de la doble amenaza de una pandemia mortal y del terrorismo interno y, sin embargo, nuestras fuerzas de seguridad a menudo llevan vidas que son realmente problemáticas. El número de víctimas en esas vidas -lo que podría considerarse como muertes indirectas del combate-, los dos millones de miembros del servicio que han luchado en “nuestras” guerras y a las que no hemos dado la bienvenida a casa ni atendido adecuadamente, deberían constituirse en foco de nuestra atención, pero, sin embargo, pasan desapercibidas.

Un proyecto de ley de defensa que defiende bien poco

Con tales costes humanos de la guerra en mente, me sorprende que el único proyecto de ley bipartidista aprobado por el Congreso sobre un veto presidencial en los años de Trump fuera el reciente proyecto de ley de “defensa” de 740.000 millones de dólares, una financiación monumental. Incluye gastos para producir aún más armas, así como aumentos salariales, entre otras medidas destinadas a reforzar el poder de combate de nuestras tropas en servicio activo (después de más de 19 años de guerras infructuosas en el extranjero).

Sin embargo, lo más sorprendente para mí, en medio de su apoyo masivo al complejo militar-industrial, es lo poco que ese proyecto de ley hace para expandir el apoyo social a las familias de militares. De hecho, hay un modesto aumento en la asistencia de guardería para miembros de la familia de las tropas con discapacidades, así como límites al aumento de copagos para aquellos que utilizan su seguro militar en sus comunidades. No obstante, brillan por su ausencia cambios estructurales clave como protecciones para los soldados que buscan atención médica mental, programas de capacitación laboral más sólidos para aquellos que desean hacer la transición a la fuerza laboral civil, una mayor responsabilidad para Tricare a la hora de brindar información precisa sobre los servicios disponibles en la comunidad y ampliación del apoyo a las familias militares en el cuidado de los niños.

De hecho, lo más notable de la existencia misma de ese proyecto de ley es cómo los líderes de ambos partidos políticos siguen financiando los gastos de guerra por encima de todo, especialmente si tenemos en cuenta que nuestras guerras extranjeras de este siglo han logrado poco de valor discernible más allá de crear un desastre que tal vez nunca pueda enmendarse. Para mí, lo que ese proyecto de ley realmente representó fueron los costos masivos e invisibles de las guerras estadounidenses posteriores al 11-S dentro del país y en el extranjero.

Parece que a los estadounidenses todavía nos importa más hacer la guerra en tierras lejanas que proteger a nuestra propia gente aquí mismo en casa. Las muertes indirectas por nuestros conflictos son una realidad, aunque se perciban poco. ¿No es hora ya de comenzar a tejer una red de seguridad genuina, permitiendo que los estadounidenses vulnerables que lucharon en esas mismas guerras reciban un mejor apoyo para que, si bien ya no cometen más actos de violencia sin sentido contra otros, tampoco los perpetren contra sí mismos?

www.counterpunch.org. Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández. Extractado por La Haine


Biden, remedo de Trump

Por Carlos Fazio | 09/03/2021 | EE.UU.
Fuentes: La Jornada

El informe preliminar de la relatora especial de la Oficina de los Derechos Humanos de la ONU confirma que el ilegal bloqueo económico-financiero-comercial y las legislaciones promulgadas por la Casa Blanca y el Departamento del Tesoro, instrumentadas desde 10 años antes del decreto Obama de 2015, han minado la economía venezolana y la calidad de vida de la población.

El 4 de marzo, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, rechazó la renovación, por parte de la administración Biden, del decreto que cataloga al gobierno constitucional de Nicolás Maduro como amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de Estados Unidos, y bajo el cual los gobiernos de Barack Obama y Donald Trump aplicaron medidas coercitivas unilaterales como parte de su política de cambio de régimen en la nación sudamericana.

El documento divulgado por la cancillería en Caracas ratifica que las selectivas sanciones extraterritoriales de Washington −que alcanzan a funcionarios y nacionales venezolanos y a empresas de terceros estados que cooperan con las autoridades públicas y compañías de Venezuela− representanuna violación al derecho internacional y constituyen una afrenta al sistema multilateral. El texto expone que la Casa Blanca ignora el llamado hecho por la relatora especial de Naciones Unidas, Alena Douhan, sobre el impacto negativo que las medidas coercitivas de asfixia económica de EU generan en el disfrute de los derechos humanos de los venezolanos.

La orden ejecutiva, que cataloga a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional de EU, fue emitida por Obama el 8 de marzo de 2015 cuando Biden era vicepresidente, y su objetivo −como en los tiempos de Salvador Allende en Chile, previo al golpe de Estado del general Augusto Pinochet dirigido por Henry Kissinger y la Agencia Central de Inteligencia− es hacer gritar la economía como parte de una guerra no convencional o difusa que incluye el bloqueo a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y el ataque al bolívar, la moneda venezolana, así como generar mayor sufrimientoa la población, como han confesado el ex embajador en Caracas, William Brownfield, y la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO, por sus siglas en inglés).

En octubre de 2018, Brownfield reconoció que las sanciones contra Venezuela impactan a toda la población y que la mejor opción sería acelerar el colapso del país, aunque produzca un periodo de sufrimiento mayor por meses o quizás años. Según el también ex encargado de la política antinarcóticos del Departamento de Estado, en Venezuela se aplica la llamada opción militar del siglo XXI, que comprende formas de intervención indirecta y el uso de tecnología sofisticada.

A su vez, un informe del GAO −agencia del Poder Legislativo que fiscaliza al gobierno federal de EU− contiene la confesión palmaria de que las ilegales y criminales medidas punitivas que Washington llama sanciones, contribuyeron a un declive pronunciado de la economía venezolana a partir de 2015 −cuando el ‘bueno’ de Obama dijo que había que torcerle el brazo al país sudamericano−, pero en especial a partir de enero de 2019, cuando Trump impuso un embargo de facto al petróleo de Venezuela.

Como ha señalado Luis Britto García, para destruir a un país hay que aniquilar su industria fundamental: en enero de 2019 PDVSA producía 1.2 millones de barriles diarios (47 por ciento menos de los niveles de producción de crudo de 2010) y en septiembre de 2020, tras el bloqueo de Trump, se ubicaba en 324 mil barriles diarios. Además, debido a las sanciones, pocos compradores están dispuestos a adquirir petróleo venezolano y aquellos que lo hacen exigen un pesado descuento, lo que limita aún más los ingresos de divisas necesarios para importar insumos, maquinaria, materia prima y bienes de consumo final, incluidos alimentos, medicinas y equipo médico. Con el agregado de que en 2016 el Commerzbank de Alemania, el Citibank y el Novo Banco de Portugal cerraron las cuentas en dólares de PDVSA.

A ello se suma la inducción de la depreciación del bolívar en el marco de la guerra económica (el senador republicano Richard Black confesó en 2019 que es EU quien ha desmonetizado el bolívar), lo que afectó los costos de producción, el aumento de precios y la pulverización del salario real en 99 por ciento, y cuyo efecto sobre el financiamiento del presupuesto de gasto público impactó los servicios que presta el Estado, generando a su vez una dolarización de facto. La agresión externa incluyó el robo de 32 toneladas de oro de reservas internacionales depositadas en el Banco de Inglaterra y el de la red venezolana de refinerías y expendios CITGO, situada en territorio de EU.

El informe preliminar de la relatora especial de la Oficina de los Derechos Humanos de la ONU, la bielorrusa Alena Douhan, confirma que el ilegal bloqueo económico-financiero-comercial y las legislaciones promulgadas por la Casa Blanca y el Departamento del Tesoro, instrumentadas desde 10 años antes del decreto Obama de 2015, han minado por completo la economía venezolana y la calidad de vida de la población. El país vive hoy con 1 por ciento de sus ingresos anteriores a las sanciones, y la hiperinflación de los últimos cuatro años ha pulverizado los salarios de las instituciones públicas, con graves consecuencias humanas.

Hasta ahora, el cambio de ritmo del gobierno de Biden ha sido evidente ante el ímpetu injerencista de su antecesor Trump −al menos en el campo de lo narrativo y comunicacional−, pero es previsible que el equipo de halcones de la Casa Blanca profundizará el asedio y la guerra de exterminio contra Venezuela desde una posición más encubierta e inteligente. Biden contó con el apoyo del complejo digital y financiero ­(GAFAM, Blackrock, Soros), patrocinadores de las revoluciones de colores y las guerras no convencionales del siglo XXI.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2021/03/08/opinion/021a1pol


Biden: ¿Diplomacia o más militarización?

Por Pablo Ruiz | 18/02/2021 | EE.UU.
Fuentes: Rebelión

Si es verdad que el Presidente Biden viene con un nuevo espíritu debería poner fin al “destino manifiesto” y dejar de intervenir en América Latina.

El nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, tendrá una difícil misión la que es intentar “normalizar” la relación interna con la mayoría de las y los ciudadanos estadounidenses como también en el plano de la política internacional.

Donald Trump no sólo fracturó la “unidad estadounidense” acostumbrada a la alternancia del poder, entre demócratas y republicanos, sin mayores crisis ni traumas, sino que desde la Casa Blanca alentó el odio, el racismo, la supremacía blanca, como el alejamiento de la diplomacia, en un porcentaje alarmantemente alto, y con un discurso mucho más violento de lo que conocíamos hasta entonces.

El gobierno de Biden tendrá que trabajar, si quiere, por supuesto, por construir una nueva narrativa que supere la era Trump, y donde los valores de la paz, la justicia, la democracia, los derechos humanos, y la diplomacia deberían estar por encima de la violencia política que se le criticó tanto al ex presidente Trump cuando gobernó los EEUU.

En América Latina el intervencionismo y la militarización estadounidense ha seguido, incluso podríamos afirmar que se incrementó bajo el mandato de Trump por los cambios geopolíticos que los mismos EEUU favorecieron; por no decir impulsaron, financiaron, y conspiraron para que llegara al poder  Jair  Bolsonaro, en Brasil; Lenin Moreno, en Ecuador; Mauricio Macri, en Argentina; Sebastián Piñera, en Chile; cuyos países vivieron o viven gobiernos neoliberales con las consecuencias desastrosas que podemos ver. Tampoco podemos olvidar el golpe de Estado en Bolivia, donde el rol de militares entrenados en la Escuela de las Américas fue significativo y los diversos intentos violentos de derrocar el gobierno legítimo de Venezuela.

Si es verdad que el Presidente Biden viene con un nuevo espíritu a gobernar Estados Unidos y quiere superar el discurso de odio y de supremacía blanca también debiera poner fin al “destino manifiesto” y dejar de intervenir en América Latina.

Nuestras reivindicaciones siguen siendo las mismas:

1  –  El fin del entrenamiento militar y policial a tropas latinoamericanas en la Escuela de las Américas o WHINSEC o de cualquier otra academia militar estadounidense que siga promoviendo la violencia y la guerra como medio para resolver los conflictos.

2  –  El retiro y el cierre de todas las bases militares de Estados Unidos en  América Latina, incluyendo la base militar en Guantánamo, y donde haya equipamiento, armamento,  personal militar de los Estados Unidos.  Los territorios que usurpa EEUU en Guantánamo, deben ser devueltos a Cuba cuanto antes.

3  –  El  cierre de  todo centro de  investigación donde se puedan desarrollar armas biológicas; entre ellos, el Centro de Investigación de Enfermedades Tropicales de la Marina de los EEUU (NAMRU-6), ubicado en Perú, y que abrió hace poco en Honduras, en la base militar Soto Cano, una nueva “sucursal”.

4  –  El  fin de la carrera  armamentística y nuclear que pone en peligro  la existencia de toda la humanidad. Todo nuestro continente debe ser Zona de Paz.

5 –  El fin de la persecución a los refugiados y migrantes quienes huyen de la pobreza y de la violencia que originan las mismas políticas económicas o de seguridad promovidas por los EEUU en toda América Latina.

6 – El fin del muro fronterizo. El mundo no necesita de más muros sino de puentes de solidaridad.

7 –  El  fin de las políticas de sanciones, amenazas, intervencionistas e injerencistas en asuntos de otros países. En especial contra Venezuela donde las sanciones económicas son un verdadero crimen de guerra y afectan la vida y el desarrollo del pueblo venezolano.

8 – Respeto a la autodeterminación de los pueblos y respeto a la decisión soberana que tiene cada nación del mundo de establecer el régimen social que libremente determina tener.

En defensa de la paz mundial

Así mismo, en los últimos años, el peligro de una guerra mundial y de la amenaza del uso de armamento nuclear se ha incrementado por la irresponsabilidad de los Estados Unidos y su afán de querer imponer a otras naciones su voluntad.

En ese sentido es muy cierto lo que señaló, tiempo atrás, el Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Chile, Arévalo Méndez Romero, en un encuentro en Santiago, en la librería de Le Monde Diplomatique, que: “EEUU no respeta hoy en día, o el imperialismo no respeta hoy en día, a los países que no posean capacidad nuclear”.

Ahí tenemos el ejemplo de Corea del Norte que obligó al mismísimo ex presidente de EEUU, Donald Trump, a “conversar” y el ataque de respuesta de Irán a una base militar de EEUU en Irak.

Por lo anterior, es muy importante que EEUU respete el derecho internacional y la autodeterminación de los pueblos.

En política internacional, EEUU debe retomar diversos tratados para el control y la no proliferación del armamento nuclear. En ese sentido, Joe Biden dio un paso significativo, hace poco, al llamar al presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, y renovar el Tratado Start 3, para la limitación de las armas nucleares estratégicas.

Sin embargo, hay que recordar que Trump retiró a EEUU del Acuerdo Nuclear con Irán, se salió del tratado INF (por las siglas en inglés de Intermediate-Range Nuclear Forces) con la Federación de Rusia, del Tratado a Cielos Abiertos, y causó un alejamiento significativo con Europa y especialmente con Alemania donde el politólogo Christain Hacke, en su artículo “Por qué Alemania debería obtener la bomba”, señaló que “la cuestión de obtener armas nucleares para los alemanes será una cuestión de seguridad nacional”.

El físico brasileño Luiz Pinguelli Rosa, dijo a DW que “Alemania podría fabricar una  bomba nuclear hoy mismo. El país tiene todas las condiciones para hacerlo”.

Por todo lo anterior, es indispensable volver a la diplomacia, retomar las relaciones con Cuba, con Venezuela, volver al Acuerdo Nuclear con Irán, respetar a Corea del Norte, salir de Siria, tener buenas relaciones con China y Rusia, y seguir avanzando en las conversaciones con todos los países del mundo para la no proliferación de armamento nuclear y hacer una ruta para la eliminación total del armamento existente.

El mundo sería mejor, si conviviéramos en paz, con respeto a la autodeterminación de los pueblos, con diplomacia y no con la brutalidad y la amenaza del más fuerte.

* Pablo Ruiz, es parte del Observatorio para el Cierre de la Escuela de las Américas.


Ochenta congresistas demócratas envían carta a Biden para que revierta las "crueles" políticas de restricción impuestas sobre Cuba

3 marzo 2021 |CUBADEBATE

Foto: Archivo CD.

Un grupo de ochenta congresistas demócratas ha enviado una carta al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la que solicitan que revierta las "crueles" políticas de restricción impuestas sobre Cuba por la Administración del expresidente Donald Trump.

El texto, que pide renovar el diálogo "productivo" con el Gobierno cubano, ha recordado al mandatario que "con un trazo de bolígrafo puede ayudar a las familias cubanas en dificultades y promover un enfoque más constructivo al volver rápidamente a la política de compromiso y normalización de las relaciones".

Los congresistas Bobby Rush, de Illinois, Gwen Moore, de Wisconsin, y Barbara Lee, de California, figuran entre los principales firmantes de la carta, según informaciones de la agencia de noticias Bloomberg. Rush, por su parte, ha presentado un proyecto de ley destinado a abrir relaciones y mercados entre estadounidenses y cubanos.

La misiva llega después de que Biden ordenara una revisión de las políticas de Trump hacia Cuba. Dicho análisis está encabezado por la Agencia de Seguridad Nacional. Además, durante su campaña, Biden aseguró que levantaría algunas de las restricciones al viaje y los comercios entre ambos países y que renovaría las conversaciones diplomáticas.

Sin embargo, esto podría toparse con el rechazo de sectores anticubanos en el Congreso. Los congresistas demócratas, por su parte, han insistido en los términos humanitarios y económicos y han señalado que las "órdenes ejecutivas implementadas por la Administración Trump endurecieron las sanciones a niveles no vistos en décadas".

Dichas restricciones, han explicado, se produjeron en un momento en que "los cubanos hacían frente a una grave escasez de alimentos y medicamentos exacerbada por su cierre económico preventivo, algo que ha ayudado a limitar la propagación del coronavirus".

Así, han manifestado que apoyan un "esfuerzo más integral para profundizar el compromiso y la normalización, lo que incluye reiniciar el compromiso diplomático directamente con el Gobierno cubano, tanto a niveles superiores como a través de la reorganización de las Embajadas en los dos países".

(Con información de Bloomberg y Europa Press)


China y Rusia como prioridad para Biden

Por Rubén Alexis Hernández | 12/03/2021 | Opinión
Fuentes: Rebelión

La actual administración estadounidense, liderada por Joseph (Joe) Biden,  sabe muy bien que la hegemonía global  del país norteamericano está llegando a su inminente fin,  acelerado hoy día por la pandemia de COVID-19, y en este sentido ha publicado una nueva guía de seguridad nacional, en la que se establece con claridad que Estados Unidos  hará todo lo posible para impedir que potencias como China y Rusia le desplacen a un lugar secundario en el liderazgo mundial. Evidentemente el Gobierno, la cúpula militar y buena parte de la élite económica de Estados Unidos, intentan empujar a una nación como China, que ha resistido bien los efectos de la emergencia sanitaria en curso y ha crecido mucho en todos los ámbitos, a un conflicto militar directo o indirecto que al menos ocasione gran perjuicio general a los chinos; están claros los estadounidenses de la progresiva influencia del gigante asiático en todo el orbe y de su potencial económico, militar, comunicacional y tecnológico, y  entonces buscan desesperadamente concretar alianzas firmes en todos los continentes, para intentar detener el avance geoestratégico a pasos agigantados de China, Rusia y algunos de sus socios.

De acuerdo a lo expuesto en el párrafo anterior, inevitablemente el mundo se dirige a una guerra global (ha comenzado en pequeña escala) que pudiera ser identificada como la III guerra mundial, azuzada con intensidad por Estados Unidos no sólo con el objetivo de tratar de detener la amenaza a sus intereses por el poder cada vez mayor de países como China y Rusia, sino con la idea de intentar mantenerse en una privilegiada posición en el concierto planetario a futuro, cuando se supone que China estará a la cabeza de un nuevo orden geopolítico. En este contexto algunos consideran que el gigante asiático ya es la primera potencia en cuanto a economía real e inversiones globales, al parecer la única nación con crecimiento económico positivo en plena pandemia y además irá dependiendo cada vez menos del dólar en sus relaciones comerciales, mientras que Estados Unidos hace largo rato que está en decadencia como potencia, con graves problemas internos y pérdida notable de influencia en el exterior. Por tanto aunque Estados Unidos y sus aliados hagan la guerra directa y total a China, Rusia, Irán, Venezuela y otros países “comunistas-terroristas”, difícilmente podrán cambiar el rumbo previsible de las relaciones internacionales para los próximos años y décadas. A largo plazo, la administración estadounidense se conformará con tener algo de protagonismo en  el ámbito orbital.

A continuación un extracto del contenido de la guía en cuestión respecto a lo que representan China y Rusia para los intereses globales de Estados Unidos:

“Asimismo, la nueva guía admite que EE.UU. debe enfrentarse a la realidad de que  ‘la distribución del poder en todo el mundo está creando nuevas amenazas’. Tanto Pekín como Moscú ‘han invertido mucho en esfuerzos destinados a contener los puntos fuertes de Estados Unidos’ y evitar que Washington defienda sus intereses y los de sus aliados a nivel internacional.

‘China, en particular, se ha vuelto rápidamente más asertiva. Es el único competidor potencialmente capaz de combinar su poder económico, diplomático, militar y tecnológico para montar un desafío sostenido en un sistema internacional estable y abierto’, asegura la nueva estrategia de seguridad nacional del país norteamericano.

Respecto a Rusia, la Administración de Biden sugiere que ese país ‘sigue determinado a mejorar su influencia global y desempeñar un papel disruptivo en el escenario mundial’». https://actualidad.rt.com/actualidad/385289-nueva-guia-seguridad-nacional-eeuu-rusia-china

www.rubenhernandezinternacional.blogspot.com


Las luchas por la dignidad humana

por Marcos Roitman Rosenmann
LA HAINE - 12/03/2021



Lo poco que se ha ganado, que en perspectiva es mucho, está sembrado de dignidad, de la cual carecen las plutocracias, indignas y cobardes. Matan y asesinan

Lo conseguido por las clases explotadas está precedido del sacrificio consciente de miles de vidas. No importa si ha sido bajo las balas, en campos de concentración, cárceles o la tortura. La dignidad ha sido el referente. Valentía, integridad, defensa del bien común y esfuerzo. Peter Bieri, en su ensayo La dignidad humana, subraya: No carece de dignidad aquel que fracasa en la autonomía porque le falta la visión de conjunto del pensamiento y tropieza. Uno puede equivocar el camino y perderse; puede estar demasiado exigido. Esto no entierra la dignidad. Se pierde solo cuando se pierde de vista la autonomía como criterio, o falta desde el principio. No es indigno el esfuerzo fracasado, sino el esfuerzo ausente.

Muchas han sido las batallas por la dig­ni­dad. Pocos recuerdan que el derecho de huelga y mejora en las condiciones de trabajo viene precedido de represión, matanzas, despidos y muertes. Su práctica, no ha sido concesión de los empresarios, quienes ejercen la violencia para criminalizar su ejercicio. Sirva de ejemplo la huelga en el Egipto faraónico mientras gobernaba Ramsés III; corría el año 1152 antes de nuestra era. Los artesanos empleados en el Valle de los Reyes denunciaron corrupción, castigos e impago de salarios. Eran escultores, pintores, escribas y albañiles. Así se manifestaron: tenemos hambre, han pasado 18 días de este mes, hemos venido aquí empujados por el hambre y la sed; no tenemos vestidos, ni grasas, ni pescado, ni legumbres. Ocuparon templos, hicieron sentadas, construyeron una plataforma reivindicativa y triunfaron.

Igualmente, la lucha de los esclavos por su libertad, está llena de heroísmo y dignidad. Una en particular ha pasado a la historia, la de Espartaco, quien juró nunca volver a servir a Roma. Huyó con menos de 200 compañeros y forjó un ejército de 60 mil combatientes. Ganó batallas como Vesubio; luego vino la derrota. Sin embargo, el miedo de la plutocracia obligó a mejorar las condiciones de vida de los esclavos. Su cadáver nunca fue hallado. La historia fue relatada por Howard Fast, quien en 1951 editó su novela con fondos propios.

En Haití, la rebelión de los esclavos fue el inicio del movimiento emancipador en América Latina (AL). Toussaint Louverture o Jean Jaques Dessalines fueron sus líderes. Las luchas por los derechos civiles de la población afroestadounidense o contra el apartheid en Sudáfrica están asociadas a Martin Luther King y Mandela. En Nicaragua, el general de hombres libres Augusto César Sandino se enfrentó a la invasión estadunidense.

Sin olvidar las luchas feministas en AL que recuerdan a Micaela Bastidas, en Perú, estratega de la rebelión de Túpac Amaru; Juana Azurduy, hoy reconocida como generala de los ejércitos libertadores; la mexicana Elena Arizmendi, presidenta de la primera Liga Internacional de Mujeres latinoamericanas en 1920, y qué decir de la ecuatoriana Matilde Hidalgo, quien luchó por el derecho al voto de las mujeres. En el siglo XX, la chilena Gabriela Mistral, la cubana Haydée Santamaría, las madres de la Plaza de Mayo, la comandanta Ramona del EZLN y la literata chilena Mónica Echeverría, cuya lucha contra la dictadura es digna de ser reseñada.

En este siglo las luchas por la dignidad persisten. Las justas, aquellas inevitables que tienen en el horizonte los derechos humanos, la justicia social, la igualdad, denunciar el machismo y el patriarcado.

Todas, sin excepción, beben de quienes han regado el camino de la dignidad, parafraseando el poema de Violeta Parra dedicado al militante comunista español Julián Grimau, fusilado por el franquismo en 1963.

La dignidad entendida como decisión de actuar. La dignidad como manera de entender la vida. ¿Acaso no es este el mensaje del EZLN? “Hablamos con nosotros mismos, miramos hacia dentro y miramos nuestra historia […] vimos que no todo nos había sido quitado, que teníamos lo más valioso, lo que nos hace vivir, lo que hacía que nuestro paso se levantara sobre plantas y animales…, y vimos hermanos, que era dignidad todo lo que teníamos y vimos que era grande la vergüenza de haberla olvidado, y vimos que era buena la dignidad, para que los hombres fueran otra vez hombres.” Lo poco que se ha ganado, que en perspectiva es mucho, está sembrado de dignidad, de la cual carecen las plutocracias, indignas y cobardes. Matan y asesinan.

Asistimos a las batallas contra los megaproyectos, contra el neoliberalismo. Son luchas por la dignidad. Hoy se cobra la vida de dirigentes sindicales, como Berta Cáceres, en Honduras, el militante zapatista José Luis Solís López, Galeano, en Chiapas, Camilo Catrilanca o Matías Catrileo Quezada, miembros del pueblo mapuche.

Periodistas que destapan la corrupción son acribillados a balazos, maestros, campesinos, estudiantes, jóvenes de nuestra América, riegan con su esfuerzo, valentía y sangre, el camino de la dignidad. Mientras, las trasnacionales y los gobiernos cipayos crean y financian la acción de grupos paramilitares, militarizan y mandan a las fuerzas armadas que disciplinadas asesinan en nombre del poder y del dinero. Sin embargo, no han logrado su objetivo: humillar, denigrar y destruir la lucha por la dignidad y una vida plena.

La Jornada


En la búsqueda de un horizonte emancipador

por Julio C. Gambina
LA HAINE - 12/03/2021

Reaparece cada tanto el proyecto de la “patria grande”

La novedad por estas horas es la movilización popular en Paraguay, uno de los territorios habitados con una población empobrecida, sea por la historia corta o la larga. Historia larga remite a la guerra de la triple alianza, desatada por la entente entre Uruguay, Brasil y Argentina entre 1864 y 1871, contra el intento más interesante de desarrollo autónomo en el marco de la lucha contra la “colonialidad” de entonces.

La independencia y autonomía como proyecto, más allá de su posibilidad de materialización, devino en subordinación y condicionamiento cultural de la población asentada en territorio de los guaraníes al orden capitalista. Pero también debe sumarse a ese registro la guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay, que data de 1932-35. Son casi 70 años (1864 a 1935) marcados a fuego por dos guerras devastadoras en términos de vidas y condicionante de las formas de organización económica, social y política.

Más grave aún, cuando en la historia corta, no tan corta, tenemos la dominación de la dictadura de Stroessner entre 1954 y 1989, la que se proyecta en el presente gobierno constitucional del Paraguay. Este presente está asociado al “golpe parlamentario” en junio del 2012 al gobierno de Fernando Lugo (2008 a 2012). El principal objetivo del golpe fue restablecer el poder oligárquico en el gobierno del Estado nacional, y así despejar los obstáculos de un gobierno crítico a las políticas hegemónicas.

El gobierno Lugo concentró años de protestas y organización popular, que con sus luchas habilitó la posibilidad de un gobierno que generó expectativas en todo el Cono Sur de la región. Ese intento por articular un proyecto alternativo encontró la respuesta del poder local, mundialmente articulado, para restablecer el orden. Esas fuerzas que dieron sustento a ese breve interregno de búsqueda de alternativa es lo que hoy se manifiesta en las calles, sin un eje articulador de proyecto socioeconómico para el futuro cercano y más allá. Se trata de un abigarrado movimiento sociopolítico con fuerte raíz en la tradición cultural de esa historia larga comentada.

Paraguay importa por su carácter de país empobrecido por su élite y sus vecinos y aquellas confrontaciones de la historia que deben ser cerradas sobre la base de un proyecto compartido y común que recoja la tradición originaria y la emancipadora contra el colonialismo y el imperialismo. Es más, la provincia argentina vecina al Paraguay, Formosa, también se encuentra en estas horas movilizada y en protesta contra el orden económico y político. En la provincia argentina existe menos articulación popular alternativa que en Paraguay, y por eso es la oposición macrista, la que intenta, oportunismo mediante, disputar la representación de la protesta para recuperar esferas de gobierno. No lo logra porque la complicidad política asocia a gobernadores radicales y peronistas en todo tiempo constitucional, siendo alternadamente oposición u oficialismo.

En Formosa u otras provincias argentinas, como en Paraguay se juegan dos planos de la discusión. Uno remite a la ofensiva política de las “derechas” y sus dependencias de la estrategia intervencionista, ejemplificada en todos los “golpes”, de viejo o nuevo tipo, financiados y pensados desde la política exterior de EEUU. Otro nos lleva a la estructura económico social asentada en un patrón primario exportador subordinado al agronegocio dominado por las transaccionales de la alimentación y la biotecnología, que se complementa con negocios ilegales.

No solo es Paraguay, ya que, con su especificidad, Haití experimenta una nueva ola de protestas y demandas contra las nuevas formas del autoritarismo de facto. Es algo que hoy se manifiesta en la extensión temporal autodefinida del gobierno, más allá de cualquier legalidad y sostenido por la represión. La violencia represiva es lo común a considerar ante los levantamientos que pongan en discusión el futuro del orden social, sea en Paraguay, Argentina, Haití o en cualquiera de los territorios de Nuestramérica. Recientemente, las protestas en Chile desafiaron el orden constitucional, legado de la sangrienta dictadura que plantó el tiempo originario de eso que ahora llamamos “neoliberalismo” en todo el planeta y que aún en crisis continúa dando letra del rumbo a seguir, con liberalizaciones diversas y ajustes que golpean a los sectores de menores ingresos.

La búsqueda no es nueva y como sostenemos, tiene historia larga y corta. A lo lejos reaparece cada tanto el proyecto de la “patria grande”, derrotado a manos de burguesías locales que privilegiaron sus negocios asociados al capital externo y al imperialismo emergente a fines del Siglo XIX. Más cerca y a comienzos de este Siglo XXI el objetivo retomó en fuerzas sociales y políticas que imaginaron un nuevo tiempo para un proyecto emancipador de carácter regional. Ese imaginario fue golpeado por los golpes de Honduras, Paraguay, Brasil o Bolivia, pero también por cambios devenidos en las urnas, los que se manifestaron en Argentina (2015) y luego Brasil (2018), incluso ahora, contradictoriamente, en Bolivia (2021).

En las elecciones sub-nacionales recientes, la “derecha” boliviana mostró su capacidad de consenso electoral más allá del fracaso del golpe y el consenso para el retorno del MAS al gobierno del país andino. En el medio de este relato largo o corto aparece la demanda por el socialismo, inaugural en el pensamiento y acción del amauta José Carlos Mariátegui y muchos otros en los 20/30 del Siglo XX y materializadas con la revolución cubana a mediados del XX, la que sostiene el proyecto estratégico pese a las dificultades del bloqueo y las sanciones del poder mundial, especialmente desde EEUU.

Entre el proyecto de la patria grande o la aspiración socialista cubana se puede resolver un imaginario de horizonte concreto para el presente y futuro de la región latinoamericana y caribeña. Más allá de los límites de los diversos procesos nacionales en la región, ellos inspiran expectativas esperanzadas para recomponer un proyecto viable de transformaciones del orden económico y social para el “vivir bien” o el “buen vivir” al que nos convocan las constituciones boliviana y ecuatoriana, de reciente factura y que pueden alumbrar un camino en el marco de la oscuridad de la convergencia de la crisis sanitaria y económica en curso.

La Haine


URUGUAY

Colectivos feministas marcharon por la avenida 18 de Julio

Diferentes organizaciones feministas autoconvocadas se movilizaron este 8 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer, en Montevideo y en distintos puntos del país, bajo la consigna: “Rebelión contra la precarización y el control de la vida”.

Foto: AlbaTV. Captura de pantalla.
Foto: AlbaTV. Captura de pantalla.
8 DE MARZO 08 de marzo de 2021, 21:58hs - LR21

Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, distintos colectivos feministas autoconvocados realizaron movilizaciones en el Centro de Montevideo y también en diferentes puntos del interior del país.

La consigna fue: “Rebelión contra la precarización y el control de la vida”.

A través de las distintas marchas y movilizaciones se reivindicaron los derechos de las mujeres y se denunció la violencia de género.

Las manifestantes rechazaron la presencia de los trabajadores de los medios de comunicación con actitudes hostiles y entonando cánticos: “No nos interesa la prensa burguesa”.

De la marcha en la capital participaron los movimientos feministas: Minervas, Murguistas, Desmadres, Educación, Ollas, Cirqueras, Radio Pela, Our Voice y Unión Trans, entre otros.

Por su parte, la Mesa Representativa Nacional del PIT-CNT no había hecho lugar a la solicitud de la Intersocial Feminista de definir un paro general para este lunes 8 de marzo, y resolvió dejar a criterio de cada gremio la decisión de parar y participar en movilizaciones.


Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos

8 de Marzo: Día Internacional de la Mujer Trabajadora

8 de Marzo: #NuncaMás #NiUnaMenos

#8M2021

#NoNosCallamosMas

#TodasLasMujeresEnTodasLasCalles


Caras y Caretas

Facultad de Derecho ocupada por funcionarios de la Universidad

Desde las 6 de la mañana y hasta las 14 horas de este jueves 11 de marzo, la Agremiación Federal de Funcionarios de la Universidad de la República (AFFUR) mantiene ocupada la sede de la Facultad de Derecho y el rectorado.

Universidad. Udelar abre inscripciones 2019 para estudiar en el interior
Foto Archivo.
Por Ricardo Pose 11 marzo, 2021 - CARAS Y CARETAS

AFFUR toma la medida en función de lo que  está sucediendo actualmente en la UDELAR en materia de salud laboral.

En comunicado emitido hace unos días anunciando la medida, los funcionarios sostienen que «En medio de la actual pandemia que estamos viviendo, y a pesar de todos los esfuerzos realizados por nuestro sindicato en las instancias de negociación colectiva, no hemos logrado que las actuales autoridades de la UDELAR acepten crear un ámbito central bipartito de control de las condiciones de salud en la institución, incluyendo de los protocolos de prevención del Covid 19.

Estos ámbitos centrales existen en casi todos los organismos públicos, incluyendo a la propia Administración Nacional de Educación Pública, pero la UDELAR se niega a crearlos, aún cuando el Decreto 291/007 obliga a crear estas instancias.

Rectorado ha insistido con que cumple el Decreto y que existen bipartitas de salud en los servicios universitarios que supuestamente lo cumplirían. AFFUR ha denunciado reiteradamente que estas instancias no cumplen con el decreto pero que además ello no sustituye la obligación de aplicar el Decreto a las políticas centrales de salud de la institución, cosa que tampoco se hace.

Como forma de dejar en evidencia los flagrantes incumplimientos, AFFUR está solicitando, desde mayo de 2020, un informe por escrito a la UDELAR sobre la aplicación del Decreto 291/007 en la institución. Pero sin embargo no nos han respondido absolutamente nada.

AFFUR denunció el asunto en la Inspección del Trabajo del Ministerio de Trabajo, y a fines del año pasado, en una instancia de negociación, la propia Inspección le indicó a la delegación de la UDELAR que debía responder los pedidos de informes de AFFUR sobre el cumplimiento del Decreto 291/007, pero ni aún así han respondido.

Nos parece muy grave esta actitud de la UDELAR, que no respeta la normativa de salud laboral en su interna ni siquiera en medio de una pandemia. También nos parece un doble discurso demagógico la actitud de la institución, que promueve hacia afuera un discurso pero que hacia su interna aplica otro muy distinto.

Nuestra intención es que desde el Rectorado, principal responsable de generar esta situación conflictiva, se produzca un cambio de estrategia y se acepte llevar adelante un diálogo y proceso de negociación más fructíferos con los sindicatos de trabajadores no docentes de la institución.»

El dirigente del gremio, Manuel Menéndez expresó a  Caras y Caretas Portal,  que la ocupación se llevó adelante sin inconvenientes y que escribanos del Sindicato y de la Udelar labraron las actas correspondientes.

Caras y Caretas Portal está intentando comunicarse con el Rector de la Universidad rodrigo Arím pero hasta ahora no ha obtenido respuesta.



SUTCRA corta el acceso Norte del Puerto de Montevideo

El Sindicato Único de Trabajadores del Transporte de Carga y Ramas Afines (Sutcra) ha informado que la medida es una prolongación de las que se vienen realizando desde la pasada semana, por no encontrar avances en las negociaciones con la directiva empresarial de Tamibel.

Por Ricardo Pose 11 marzo, 2021 - CARAS Y CARETAS

El conflicto emerge debido a una forma de cálculo que realiza la empresa con relación al pago de los salarios de licencia que los trabajadores observan con preocupación se haga extensivo a todo el sector.

En declaraciones a Caras y Caretas Portal el 11 de marzo,el dirigente Ricardo Aloy explicó que: “Tenemos que estar atentos porque esto es un ataque directo a los derechos de los trabajadores, ya que la licencia se debe calcular partiendo de la base de los 20 días mínimo y después la antigüedad que corresponda, esta empresa hace al revés, acá hay trabajadores que salen con 15,13,17 días de licencia porque justamente están calculando por los jornales efectivamente trabajados”.

De acuerdo a lo declarado por Aloy, el sindicato hace hincapié “en el cálculo basado en los 20 días porque los trabajadores están siempre a disposición el mes entero, el cálculo por tanto, debe hacerse basándose en lo que establece el convenio general, ha habido antecedentes con otras empresas donde hemos instalado esta discusión y hoy se cumplen en ellas con los pagos correspondientes acordados en el convenio general”.

En éste momento del corte del acceso Norte al puerto, fueron convocados a una instancia de diálogo, donde esperan recibir una respuesta favorable a su petitorio.


La construcción para hoy de 9 a 13 horas

El fallecimiento de un trabajador de la construcción en el departamento de Paysandú desata este nuevo paro nacional del Sunca, que vuelve a exigir un debate sobre la aprobación de una Ley Nacional de Salud y Seguridad en el trabajo-

Por Ricardo Pose 11 marzo, 2021 - CARAS Y CARETAS

A menos de una semana de la última  movilización del Sunca por los fallos judiciales donde fueron procesados dos empresarios de la construcción donde perdieron la vida dos trabajadores, una nueva trgedia sacude al gremio.

Carlos Brun tenía 43 años, era casado y tenia dos hijas menores.

Oriundo del departamento de Flores, se encontraba trabajando en el Km. 79 de la ruta 90  en una obra de la empresa INOCI, cuando queda atrapado ante el desprendimiento de un montículo de tierra, donde estaba con otros obreros en una zanja de tres metros de profundidad.

En la localidad de Centenario departamento de Durazno, el paro se realizará en doble horario: de 9 a 13 y de 19 a 21 horas.


Coordinadora de Sindicatos de ANCAP se declaró en conflicto y definió paro de 24 horas

Miércoles, 10 Marzo 2021 19:40 - PORTAL PIT-CNT

Coordinadora de Sindicatos de ANCAP se declaró en conflicto y definió paro de 24 horas

En una asamblea que contó con la participación de más de medio millar de trabajadores y trabajadoras, la Coordinadora de Sindicatos de ANCAP se declaró en conflicto y se aprobó un plan de acción y movilizaciones que incluirá un paro activo conjunto de 24 horas el próximo 24 de marzo, en rechazo a la política de desmantelamiento de ANCAP. Asimismo, se aprobó la realización de paros parciales de 2 horas de duración, por zonas de plantas, que serán instrumentados entre los sindicatos.

La Coordinadora consideró que el gobierno está tomando medidas que dejarán a ANCAP «como algo testimonial a efectos de retomar la desmonopolización legal en el futuro mediato y en lo inmediato perjudicarán el papel productivo de la misma, afectarán el patrimonio nacional y cercenarán cientos de puestos de trabajo en un contexto de aumento del desempleo y pandemia».

La declaratoria de conflicto prevé que se irán definiendo diferentes medidas en cada sindicato de acuerdo a las particularidades de cada sector y las diferentes problemáticas.

La multitudinaria asamblea también definió que se potenciará el esfuerzo en la recolección de firmas contra 135 artículos de la LUC, «a fin de asegurar la convocatoria al  referéndum que derogue los aspectos más regresivos de la LUC».

En el marco del plan de acción de la declaratoria de conflicto, se realizará una movida pública en Bella Unión el próximo 17 de marzo.

Por último, la asamblea de la Coordinadora de Sindicatos de ANCAP, reafirmó su decisión de que «ante cualquier cierre de una unidad productiva o privatización se procederá a la medida de ocupación».

Mensaje completo de la Coordinadora

En Uruguay hace un año que el bloque de poder recuperó el gobierno mediante una coalición de partidos que inmediatamente comenzaron a aplicar una política neoliberal a través del aumento de impuestos y tarifas, estímulo a la suba del dólar, rebaja de salarios y jubilaciones, reducción de inversiones, eliminación por múltiples vías de las políticas sociales, (desde becas para estudiantes pobres hasta cierre de decenas de centros de atención a diferentes problemáticas sociales), privilegio al capital concentrado financiero agropecuario, etc.

La falta de atención a las propuestas de la Intersocial para paliar los efectos de la pandemia ha profundizado los efectos socio económicos de dicha política. Hoy hay 111.000 trabajadores en el seguro de paro, el doble que en 2019, la tasa de desempleo a diciembre estaba en 10.5%, la pobreza aumentó en un 4% (120.000 compatriotas) y las ollas populares deben mantenerse para resolver el hambre cotidiano.

Uruguay figura entre los países que menos porcentaje del PBI ha volcado a paliar los efectos de la pandemia, pero esto no es un error, es parte de una decisión política que tiene el objetivo de producir un creciente y brutal ajuste contra el pueblo y aumentar el beneficio a los grupos económicos monopólicos concentrados que se apropian de un mayor plusvalor.

En este contexto hay que ubicar las definiciones pasadas y futuras sobre las empresas públicas y en especial respecto a ANCAP y sus colaterales, tanto en la Ley de Urgente Consideración como en diferentes acciones particulares.

A modo de somera reseña se puede destacar:

  • El cierre de unidades productivas como ALUR Capurro, mediante la eliminación de la mezcla de biodiesel en el gas oil.
  • La modificación de la actual ley de agro combustibles y la rebaja de la mezcla de etanol, perjudicando directamente a la zona de Bella Unión.
  • La privatización de la industria cementera de Paysandú en beneficio de capitales privados.
  • La reprivatización de las empresas de distribución de gas natural MontevideoGas y Conecta.
  • La eliminación del subsidio del supergas afectando a cientos de miles de hogares
  • La apertura del sector de los combustibles dejando al mercado la asignación final de los precios tras un engañoso PPI, desconocimiento de los costos reales de la producción con materia prima nacional en el caso del azúcar.
  • El recorte de ingresos de personal y trabajos en la Refinería.
  • El anuncio de trasladar al Centro de Servicios Compartidos (Matriz) a cientos de compañeros con la consiguiente pérdida de condiciones y puestos de trabajo.
  • La sumisión y debilitamiento de ANCAP en beneficio de la URSEA para lograr dichos fines como se establece en la LUC.

Son medidas que dejarán a la empresa pública como algo testimonial a efectos de retomar la desmonopolización legal en el futuro mediato y en lo inmediato perjudicarán el papel productivo de la misma, afectarán el patrimonio nacional y cercenarán cientos de puestos de trabajo en un contexto de aumento del desempleo y pandemia.

Por eso los trabajadores de todos los sectores pertenecientes o vinculados a ANCAP nos encontramos en esta asamblea conjunta en nuestra plaza 1° de Mayo, la de los trabajadores y el pueblo, para expresar públicamente nuestro rechazo a esta política y nuestra voluntad de enfrentarla decididamente en defensa del patrimonio nacional, el desarrollo económico y social y el trabajo.

Convocando a toda la ciudadanía y a las fuerzas progresistas del país a unirnos nuevamente para asumir este desafío, que recoge las mejores tradiciones del pueblo uruguayo.

En ese sentido resolvemos:

  • Declararnos en conflicto e ir definiendo diferentes medidas en cada sindicato, de acuerdo a las particularidades de cada sector y las diferentes problemáticas.
  • Potenciar nuestro esfuerzo con relación a la recolección de firmas contra los 135 artículos de la LUC a fin de asegurar la convocatoria al referéndum que derogue los aspectos más regresivos de la LUC.
  • Realizar paros parciales por zonas de plantas de 2 horas a instrumentar entre sindicatos (por ej. 2 horas en La Teja y Alur Capurro con movilización y breve concentración en planta Capurro).
  • Realizar una movida pública en Bella Unión el próximo 17 de marzo.
  • Efectuar un paro activo conjunto de 24 horas en rechazo a la política de desmantelamiento de ANCAP el 24 de marzo, instalando en el marco del mismo, mesas de recolección de firmas en cada punto del país donde tengamos presencia.
  • Reafirmar que ante cualquier cierre de una unidad productiva o privatización se procederá a la medida de ocupación.

Coordinadora de Sindicatos de ANCAP


Federación de Funcionarios de Salud Pública repudia los dichos de Montagno

La Federación de Funcionarios de Salud (FFSP) repudió los dichos del ex director vocal de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), coronel (R) Enrique Montagno, quien dijo que consiguió 135 cargos, porque “no sólo hiere a todo el colectivo de trabajadores, sino que demuestra ‘desidia y poco apego’ por la actividad pública, desconocimiento, y desprecio hacia los trabajadores de la institución de salud pública más grande del país”.

FFSP-uruguay

REPUDIO 12 de marzo de 2021, 21:16hs - LR21

Desde la FFSP cuestionaron que haya 135 cargos gerenciales y que se haya montado una “estructura monumental utilizando los recursos de ASSE”.

De acuerdo a la Federación, los dichos de Montagno “no sólo hieren a todo el colectivo de trabajadores, sino que demuestran ‘desidia y poco apego’ por la actividad pública, su desconocimiento, y un desprecio hacia los trabajadores de la institución de salud pública más grande del país”.

Persecución política

El sindicato de la salud pública manifestó su preocupación  por la persecución política dentro de ASSE, investigando las preferencias políticas de quienes trabajan en el edificio central, lo que es una cacería política. “Somos funcionarios del Estado, no de los gobiernos de turno”.

Repudian, asimismo, que dichas prácticas se realicen en democracia y que no se pueda tener filiación política, sea cual sea, sin temor a perder o degradar su fuente laboral.

“Se acusa cobardemente y en forma infundada de inventar conflictos movidos por el odio y la desidia cuando se reclama por falta de medicamentos, de hacerlo por un rédito político de parte del sindicato y de los trabajadores”, señaló la FFSP.

El presidente de la Federación de Funcionarios de Salud Pública, Martín Pereira, rechazó que se haga referencia a 135 cargos gerenciales dentro de la administración y de haber montado una estructura monumental utilizando los recursos de ASSE.

“Durante años, ASSE fue un abonado en ataques sistemáticos por la mala gestión, clientelismo y nepotismo que costó incluso la destitución de todo el Directorio. Parece que la solución era meter 135 personas por la ventana. ¿Hay más casos? ¿Cuántos cargos y con qué sueldos están dentro de la estructura de ASSE en la misma situación?”, interrogó.

Desde la FFSP defienden la elección de cargos por intermedio de llamados y concursos y dijeron que en el período pasado se realizaron muy pocos concursos de dirección, mientras que en el actual no se hizo ninguno.

“En la peor época de la pandemia, cuando debemos estar abocados a la lucha contra el virus y cómo continuar con la vacunación, nos parece totalmente improcedente e inapropiado que haya directores de ASSE que se junten y estén pensando en 2024”, sentenció el gremio.


El 14 de marzo se conmemora el Día de la y del ex preso político

El domingo 14 de marzo, a las 11.30 horas, una delegación de Crysol concurrirá al Memorial de los Detenidos Desaparecidos, en el Parque Vaz Ferreira en el Cerro, para recordar y homenajear a quienes perdieron la libertad y sus vidas para lograr la derrota de la dictadura. “Es un compromiso de rechazo al terrorismo de Estado, a quienes aún hoy lo justifican, lo minimizan o lo niegan. Es una ceremonia de reafirmación de la democracia, la libertad y las normas de derechos humanos para construir un Uruguay justo y digno”

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EX PRESOS POLÍTICOS 12 de marzo de 2021, 20:22hs- LR21

El próximo domingo 14 de marzo, como cada año, se llevará a cabo un minuto de silencio en recuerdo y homenaje de quienes sufrieron la cárcel por motivos ideológicos. Habrá una breve alocución y se entonarán las estrofas del Himno Nacional.

Es obligatorio el uso obligatorio de tapabocas y distancia social.

“Como colectivo, concurriremos al Memorial de los Detenidos Desaparecidos en el Parque Vaz Ferreira. Rendiremos homenaje sincero y recordaremos a todos y a cada uno de los que ya no nos acompañan físicamente con un minuto de silencio. Por todos ellos y nuestras convicciones de siempre, entonaremos bien alto las estrofas del Himno Nacional”, expresó la asociación de ex presos políticos del Uruguay Crysol.

14 de marzo

El Día de la y del ex preso político recuerda la movilización en el centro de Montevideo del 14 de marzo de 1985 cuando al restablecerse la institucionalidad democrática fueron liberados desde Cárcel Central los últimos prisioneros del régimen cívico militar.

Aquel día recuperaron su libertad los ex presos políticos que fueron excluidos de los beneficios de la Ley 15.737, Ley de amnistía de Julio María Sanguinetti, “aquellos que, según los expedientes de la justicia militar, habían sido condenados por cometer “delitos de sangre”, recordó Crysol en un comunicado.

En el año 2017, en el marco de las disposiciones de la Ley 18.596, el Ministerio de Educación y Cultura declaró que el 14 de marzo se recuerde y rinda homenaje a los miles de luchadores sociales y políticos que fueron privados de su libertad durante la dictadura cívico militar.

En ese período, y en el que cubre la Ley, “hubo casi 200 ciudadanos detenidos desaparecidos, aproximadamente 200 personas fueron asesinadas en ejecuciones extrajudiciales, en supuestos enfrentamientos, en la tortura y en los centros de reclusión. Miles y miles de uruguayos fueron forzados a irse del país para preservar su integridad física, su libertad. Quienes residieron fueron clasificados en categorías ciudadanas y soportaron todo el rigor de un régimen oprobioso y opresivo”.

“La prisión política masiva y generalizada fue la metodología represiva establecida de manera privilegiada para lograr el sometimiento y disciplinamiento social. Estuvo, asociada indisolublemente a la tortura, sistemática y especializada, incluyendo violaciones y abusos sexuales”, señalan los ex presos políticos.

Indican que “centenares de menores fueron también privados de su libertad y torturados en dependencias policiales y militares. Varios, incluso, fueron procesados, en algunos casos, por la justicia militar. Miles de familiares directos de los detenidos, muy especialmente sus hijos, sufrieron en carne propia la saña represiva estatal y fueron perjudicados en sus estudios, en sus proyectos de vida y discriminados a nivel educativo y social”.

Crysol recuerda que en su largo batallar a nivel internacional denunciando a la dictadura, tanto Zelmar Michelini como Wilson Ferreira Aldunate señalaron que Uruguay era el país del mundo con la mayor cantidad de presos políticos en relación a su población. “Más de 25.000 ciudadanos fueron privados de su libertad en diferentes acciones represivas, más de 7.500 de ellos fueron condenados por tribunales militares en base a la vergonzosa ‘Declaración del Estado de Guerra Interno’, sin garantías de ningún tipo y alojados en centros de reclusión diseñados para destruirlos en todos los planos”.

Derrotando la oposición de las Fuerzas Armadas, la reconquista democrática fue un inmenso logro de la sociedad uruguaya.

“Gracias a la resistencia, individual y colectiva, a la movilización constante y permanente de miles y miles de uruguayos, en todo el interior del país y también fuera de fronteras, fue posible derrotar la consulta de la dictadura en 1980 e iniciar el retorno a la vida democrática, en un proceso no exento de dificultades y de cruel represión”, señala la organización.

Las ex presas y ex presos políticos fueron parte de la resistencia del pueblo uruguayo a la dictadura. “Su lucha, su sacrificio y su firmeza contribuyeron, en el marco de la movilización de todo el pueblo, para lograr la reconquista democrática”.

Por ello, recordar y homenajear quienes perdieron la libertad y sus vidas para lograr la derrota de la dictadura, “es un acto de justicia, es un compromiso de rechazo al terrorismo de Estado, a quienes aún hoy lo justifican, lo minimizan o lo niegan. Es una ceremonia de reafirmación de la democracia, la libertad y las normas de derechos humanos para construir un Uruguay justo y digno”.