En los últimos dos años, el dólar se ha desplomado a su nivel más bajo debido a varios factores y los analistas financieros creen que la moneda terminará perdiendo la mitad de su valor y esto se deberá en gran medida a que el Tesoro de EEUU podría ser dirigido por Janet Yellen, quien dirigió la Reserva Federal.
A finales del 2020, el índice del dólar disminuyó más de 5% y los inversores están alarmados por las inyecciones a gran escala de dólares recién impresos y sin garantía en la economía estadounidense, explica Natalia Dembinskaya, columnista de la versión rusa de Sputnik.
La tasa de crecimiento de la masa monetaria no ha bajado del 22% anual desde junio, la tasa más alta de la historia, y la impresión hará subir inevitablemente la inflación, aunque la Reserva Federal ya ha cambiado el objetivo a "una media del 2%" en lugar del anterior "2%". Esta medida se aplica para no subir el tipo de interés oficial si la inflación supera las expectativas. Esto apoyará a la economía, pero tendrá un impacto negativo en el dólar.
"A corto plazo, el motor subyacente de todo es la debilidad del dólar porque el capital se siente atraído por lugares que son impulsados por las vacunas, impulsados por la política fácil de la Reserva Federal y, de hecho, ayudados por lo bajas que son las tasas estadounidenses", dijo Kit Juckes, director de estrategia de Trading FX de Societe Generale.
Desde noviembre de 2020, los expertos advirtieron que con Joe Biden la moneda estadounidense caerá inevitablemente, ya que los demócratas planean un estímulo fiscal adicional y un nuevo paquete de ayuda de casi tres billones de dólares. Esto debilitará el dólar a largo plazo, provocará mayores déficits presupuestarios y un aumento de los préstamos extranjeros necesarios para cubrirlos.
Previsiones poco alentadoras
El banco Citigroup estimó que "aumentará seriamente" la probabilidad de que el dólar se debilite un 20% en 2021. Un escenario similar fue expresado por Morgan Stanley que pronosticó un desplome del 10%.
En tanto, el experto James Rickards sugiere un escenario económico más oscuro por el que la moneda estadounidense tendrá que pasar para afrontar su deuda.
"El oro va a 15.000 de dólares por onza, y por cierto, ese es mi pronóstico... La plata será de tres cifras (100 dólares o más por onza). La deflación es un problema mayor que la inflación, y todo el mundo odia la inflación, pero necesitas inflación... Lo que hay que hacer es desinflar la deuda. La deuda es de 22 billones de dólares... vamos a devaluar el dólar en un 50%, y eso es lo que hay que hacer", explicó.
¿Un colapso anunciado?
Mientras tanto, el equipo de Biden ya está trabajando y se sabe que la presidencia del Tesoro fue entregada a la exjefa de la Reserva Federal Janet Yellen, quien, recuerda Bloomberg, ni una sola vez "anunció los beneficios de un dólar débil para las exportaciones estadounidenses".
"EEUU no busca una moneda más débil para obtener una ventaja competitiva, y debemos contrarrestar los intentos de otros países de hacerlo", aseguró Janet Yellen.
Bloomberg cree que esto es una señal para los inversores de una tendencia a la baja para el dólar a largo plazo y según los expertos EEUU tendrá que devaluar el dólar de todos modos porque es importante reducir el déficit comercial y esa puede ser la única manera de que la Administración de Joe Biden restaure la economía estadounidense, concluye Dembinskaya.
¿Una crisis económica inminente? Una radiografía de la deuda nacional de EEUU
IMPERIOS COMBATIENTES
Emperador Trump
La degeneración de la república estadounidense viene de lejos y tiene que ver con su acción imperial. Nadie la ha retratado como Donald Trump, una caricatura de Calígula del siglo XXI
por Rafael Poch 11/01/2021
Donald Trump a punto de dar una rueda de prensa en la Casa Blanca, el pasado mes de noviembre.
Tia Dufour / The White HouseEl torpe intento de Donald Trump por revertir los resultados electorales en Estados Unidos es, objetivamente, una fechoría menor al lado de las que su acción exterior tiene en su haber a lo largo de su nefasto mandato presidencial.
Comparado con su retirada de los acuerdos fundamentales sobre control de armamento nuclear, su ruptura de los compromisos internacionales en materia de calentamiento global, su veto a las iniciativas para poner fin a las masacres en Yemen, su responsabilidad en la mortandad ocasionada en Venezuela por sus sanciones y bloqueos, su retirada del acuerdo nuclear con Irán y el asesinato de su principal líder militar, que coloca a toda la región ante una tensión extrema; comparado con sus iniciativas para seguir recompensando a Israel por su pisoteo del derecho internacional hacia Palestina y su ocupación, su escalada militar con China y Rusia que encierran el peligro de un conflicto mundial, es decir, comparado con todo aquello que ha hecho de Trump un presidente aun más criminal e irresponsable en su acción exterior que la criminal media que va con el cargo de Presidente de Estados Unidos por lo menos desde la Segunda Guerra Mundial, su chapucera pataleta del asalto al Congreso, con todas las ambiguas complicidades institucionales que la rodean, es un asunto de calibre menor.
Sin embargo, para el complejo mediático ha sido este pintoresco incidente, y no todo lo anterior, lo que ha aportado la prueba de la dolencia.
“La violencia en el Capitolio muestra que Estados Unidos padece una enfermedad grave. Entre el público votante, el 21% piensa que las elecciones fueron amañadas y existe el temor de que incidentes similares puedan ocurrir en cualquier momento”, señalaba el viernes el editorial del diario surcoreano Hankyoreh.
En realidad el proceso de degeneración de la democracia americana, lo que Chalmers Johnson definió como la emergencia de la presidencia imperial y la atrofia de los poderes legislativo y judicial, tiene profundas raíces en el complejo militar-industrial de posguerra y “en el modo en el que amplios sectores de la población aceptaron al ejército como institución pública más efectiva así como toda una serie de aberraciones de nuestro sistema electoral”.
Más de medio siglo de devoción a la guerra elevaron al ejército a una posición que en la práctica está por encima de la ley, constataba Johnson hace una década
Desde 1941, Estados Unidos ha estado permanentemente implicado y movilizado en la guerra. Así ha sido como la República realizó la profecía formulada en abril de 1795 por James Madison, uno de sus padres fundadores:
De todos los enemigos de la verdadera libertad, la guerra es quizás el más temido, porque compromete y desarrolla el germen de todos los demás. La guerra es el padre de los ejércitos; de éstos proceden deudas e impuestos, y los ejércitos, las deudas y los impuestos son los instrumentos conocidos para poner a la mayoría bajo el dominio de unos pocos. También en la guerra se amplía el poder discrecional del Ejecutivo; se multiplica su influencia en el reparto de cargos, honores y emolumentos. Todos los medios para seducir las mentes, se suman a los de dominar la fuerza del pueblo. El mismo aspecto maligno del republicanismo se puede rastrear en la desigualdad de fortunas y las oportunidades de fraude que surgen de un estado de guerra y en la degeneración de los modales y de la moral, engendrados en ambos. Ninguna nación puede preservar su libertad en medio de una guerra continua. La guerra es, de hecho, la verdadera incubadora del engordamiento del ejecutivo. En la guerra debe crearse una fuerza física y es la voluntad ejecutiva quien la va a dirigir. En la guerra, los tesoros públicos deben abrirse y es la mano ejecutiva quien los distribuye. En la guerra se multiplican los honores y emolumentos del cargo que se enroscan alrededor del ejecutivo. Las pasiones más fuertes y las debilidades más peligrosas del espíritu humano; la ambición, la avaricia, la vanidad, el amor honorable o venal a la fama, están todos en conspiración contra el deseo y deber de la paz.
Más de medio siglo de devoción a la guerra hicieron que los estadounidenses abandonaran sus controles republicanos sobre las actividades de sus mandatarios y elevaron al ejército a una posición que en la práctica está por encima de la ley, constataba Johnson hace una década. Esa evolución degenerativa explica, por ejemplo, que el fraude al Congreso que significaron las mentiras que justificaron la guerra de Irak quedaran completamente impunes y que a nadie se le ocurriera pedir responsabilidades por ellas.
Con la personalidad sociópata de Donald Trump en la Casa Blanca, esta gangrena degenerativa adquirió tal crudo nivel de evidencia que los habituales decorados, disimulos y coartadas propagandísticas del Imperio apenas ocultaban ya sus vergüenzas. Por eso Trump ha dividido al establishment estadounidense, además de a la población, y no por casualidad este Presidente Calígula se granjeó la enemistad del aparato de propaganda liberal: por su burda caricaturización de la criminal y brutal naturaleza del sistema al que ese aparato da brillo y esplendor.
Contemplado desde la perspectiva de los golpes, “revoluciones” y operaciones de cambio de régimen que Estados Unidos propicia y celebra en el mundo, desde Venezuela, hasta Hong Kong, pasando por Ucrania y Bolivia, por citar algunos de los más recientes, el “golpe” de Washington, con cuatro muertos y una irrupción de vándalos parecidos a hinchas de fútbol en el “templo de la democracia”, ha sido un espectáculo de opereta. Puede que no haya sido así para muchos ciudadanos de Estados Unidos que aun creen que su degenerada república imperial es una democracia, pero desde luego sí a ojos de la mayoría del mundo que sufre el poder imperial de Washington.
(P.S. El escándalo liberal ante el espectáculo de Washington contrasta mucho con la indiferencia con que se ha acogido la sentencia del tribunal británico contra Julian Assange, un enemigo del Imperio y el disidente occidental más significativo de nuestro tiempo junto con Edward Snowden. La sentencia que ha denegado, de momento, la extradición de Assange a Estados Unidos, no ha objetado el asunto de fondo: está plenamente de acuerdo en que el culpable no es el criminal sino quien denuncia y expone sus crímenes. Caracterizando a Assange como frágil mental, la jueza Baraitser ha convertido en desequilibrio psíquico un caso de persecución política y disidencia, honrando una tradición bien conocida en la URSS de los años setenta. El objetado riesgo de suicidio ha servido para no extraditar –quizá de acuerdo con la administración de Biden–, pero no para una puesta en libertad, lo que equivale a una continuación de la persecución y castigo del enemigo público que en el mejor de los casos permanecerá tres meses más en la prisión de alta seguridad en abierto insulto almas elemental sentido de la decencia).
Autor >
Rafael Poch
Rafael Poch-de-Feliu (Barcelona) fue corresponsal de La Vanguardia en
Moscú, Pekín y Berlín. Autor de varios libros; sobre el fin de la URSS,
sobre la Rusia de Putin, sobre China, y un ensayo colectivo sobre la
Alemania de la eurocrisis.
Coronavirus: el negacionista Trump se vacunó en secreto contra la covid antes de dejar la Casa Blanca
El expresidente de Estados Unidos manifestó su escepticismo sobre las vacunas en varias ocasiones durante su mandato. La ex primera dama Melania Trump también se vacunó en enero.
MADRID 02/03/2021 09:26 - Público / Agencias
El expresidente de EEUU Donald Trump y la ex primera dama Melania Trump se vacunaron en secreto contra la covid-19 en enero, poco antes de dejar la Casa Blanca, según ha confirmado este lunes el entorno del magnate a varios medios de comunicación.
La segunda dosis la recibieron cuando ya habían abandonado la residencia presidencial. No ha trascendido cuál de las vacunas aprobadas en aquel momento para uso de emergencia en EEUU -la de Moderna o la de Pfizer- les fue administrada.
Trump llegó a recomendar usar inyecciones desinfectantes para tratar de "limpiar los pulmones" de los infectadosLa gestión de la pandemia durante el mandato de Trump estuvo marcada por sus continuos mensajes negacionistas del coronavirus. El exmandatario se negó a usar en público la mascarilla durante meses e incluso llegó a manifestar su escepticismo sobre las vacunas en varias ocasiones, lo que provocó que los expertos expresarán su preocupación por el efecto que pudieran tener sus palabras sobre la población.
Las políticas de Trump en relación a la covid giraron sobre varios ejes: la politización del virus, la negación de la realidad y su empeño en abrir el país con los contagios disparados, y, por último, el empleo de medidas impactantes y de demostración de fuerza, pero al margen del criterio científico, para atajar la epidemia.
Sonada fue su recomendación de matar al virus en el cuerpo humano usando inyecciones desinfectantes para tratar de ''limpiar los pulmones'' de los contagiados. Trump siempre abogó por, en contra de las recomendaciones epidemiológicas, volver a la vida normal cuanto antes porque, decía, la epidemia desaparecería por sí sola. Incluso cuando parecía que daba marcha atrás y se rendía a algunas evidencias científicas, el magnate no dudó en organizar mítines con público en plena pandemia.
Tanto el expresidente como la ex primera dama contrajeron el coronavirus a finales de septiembre del año pasado. El mandatario pasó tres días hospitalizado debido a los síntomas que padecía. Fue dado de alta después de que se le administrara el cóctel experimental de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron y el antiviral Remdesivir. En su regreso siguió menospreciando el coronavirus. En su primer acto tras abandonar el hospital, un mitin en la residencia presidencial, ni se exigió la distancia de seguridad ni el uso de la mascarilla.
El magnate no se puso la vacuna cuando comenzó la campaña de vacunación en EEUU, como sí hicieron públicamente otros altos cargos como el vicepresidente Mike Pence. Un funcionario gubernamental dijo a mediados de diciembre que a Trump no se le administraría la vacuna hasta que se lo recomendara el equipo médico de la Casa Blanca.
La gestión de la pandemia por parte del exgobernante contrasta con la de Joe Biden, a quien le administraron en público ambas dosis de la vacunaSin embargo, el pasado domingo, en contraste con todo lo que había dicho en público hasta ahora, Trump aseguró en un discurso en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, en inglés) que "todo el mundo debería ir a recibir su inyección". Era su primera intervención pública desde el fin de su mandato, el pasado 20 de enero. Quién sabe si ha cambiado de parecer. Quizás es que ya no necesita a los grupos negacionistas que le apoyaron durante la campaña electoral. O, simplemente, que la gestión de la vacunación ya no es su problema.
Si bien casi ningún país se caracterizó por reaccionar a tiempo a la pandemia, Estados Unidos tiene un récord en sentido contrario. Y lo ha batido varias veces. EEUU es el país más afectado por la covid-19. Han muerto más de medio millón de personas y más de 28,6 millones han sido contagiadas. La teoría de la conspiración fue una de las defensas más usadas por Trump para avalar su administración.
La gestión de la pandemia por parte del exgobernante contrasta con la de su sucesor, Joe Biden, a quien le administraron en público ambas dosis de la vacuna y animó a sus compatriotas a emular su ejemplo. A su llegada a la Casa Blanca, Biden se puso como meta administrar 100 millones de dosis en sus primeros 100 días en el cargo y frenar la propagación de la pandemia. Entre sus primeras medidas, el demócrata también suspendió la salida de EEUU de la Organización Mundial de la Ssalud, aprobada por Trump.
QAnon: La Policía alerta del plan de una milicia para volver a asaltar el Capitolio de EEUU
"Ya hemos hecho actualizaciones de seguridad significativas que incluyen el establecimiento de una estructura física y un aumento del personal para garantizar la protección del Congreso, del público y de nuestros agentes", han señalado.
Washington
03/03/2021 22:42 EFE - PÚBLICOLa Policía del Capitolio de Estados Unidos alertó este miércoles del plan de una milicia para irrumpir este jueves, en la sede del Congreso federal en Washington DC. En un comunicado, ese cuerpo indicó que había obtenido información de Inteligencia que "muestra un posible complot de una milicia identificada para irrumpir el jueves, 4 de marzo, en el Capitolio".
"Ya hemos hecho actualizaciones de seguridad significativas que incluyen el establecimiento de una estructura física y un aumento del personal para garantizar la protección del Congreso, del público y de nuestros agentes de policía", dice la nota. La Policía del Capitolio agregó que se toma esa información de Inteligencia muy seriamente y colabora con sus socios a nivel local, estatal y federal para detener cualquier amenaza contra la sede del Congreso del país.
Y subrayó que, debido la "naturaleza delicada" de los datos de los de que dispone, no puede ofrecer más detalles por el momento. Según la cadena televisión CNN, información proporcionada por el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional advierte de que ha aumentado la discusión entre grupos extremistas, como la organización de ultraderecha Three Percenters, sobre un posible plan de atacar el Capitolio este 4 de marzo.
Los seguidores del movimiento conspiratorio QAnon creen que el 4 de marzo el expresidente de EEUU Donald Trump será investido de nuevo, basándose en que entre 1793 y en 1933 la investidura de los mandatarios cayó a menudo en torno a esa fecha. Precisamente, cientos de seguidores de QAnon, miembros de grupos de ultraderecha y partidarios de Trump asaltaron el pasado 6 de enero el Capitolio, cuando se celebraba una sesión conjunta de las dos cámaras del Congreso para ratificar la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales de noviembre.
Debido a ese ataque Trump fue sometido a su segundo juicio político en el Senado, del que fue absuelto el pasado 13 de febrero, después de haber abandonado la Casa Blanca. En los últimos días, el Congreso ha acogido una serie de sesiones en las que responsables de seguridad han ofrecido su versión de los hechos ocurridos el 6 de enero, en los que murieron cinco personas.
Un plan para volar la sede del Congreso
La semana pasada, la jefa en funciones de la Policía del Capitolio, Yogananda Pittman, advirtió en una de esas audiencias de un posible plan de extremistas para volar la sede del Congreso cuando Biden pronuncie su primer discurso ante las dos cámaras legislativas.
"Sabemos que miembros de milicias que estuvieron presentes el 6 de enero han manifestado sus deseos de que quieren volar el Capitolio y matar al máximo de miembros (del Congreso) que sea posible, con un nexo con el Estado de la Unión, sobre el que sabemos que aún no se ha fijado una fecha", dijo Pittman.
De acuerdo a medios estadounidenses, se espera que Biden pronuncie su discurso, similar al del Estado de la Unión (como todavía no ha cumplido un año en el poder, será más para explicar sus planes de gobierno y sus logros de sus primeras semanas), en una sesión conjunta del Congreso, después de que el Legislativo apruebe un tercer rescate económico por la pandemia.
Disturbios en la Colina
Los sacrilegios de la semana pasada en nuestro templo de la democracia –¡oh, pobre mancillada ciudad sobre la colina!, etc.– fue una «insurrección» tan solo en versión de humor negro.
Lo que era esencialmente una numerosa banda de moteros, se disfrazaron de artistas circenses y de extras de guerreros bárbaros –incluido el tipo con la cara pintada en pose de bisonte cornudo en abrigo de piel– y tomaron por asalto el principal club de campo, ocuparon el trono de [el vicepresidente Mike] Pence, hicieron que senadores y senadoras huyeran por los sumideros, se hurgaron las narices con desinterés y revolvieron expedientes, y sobre tod se hicieron infinitas fotos para enviarlas a los seres queridos en casa. Por lo demás, no tenían ni idea. (La estética era Buñuel y Dalí en estado puro: “Nuestra única regla era muy simple: no se aceptaría ninguna idea o imagen que pudiera prestarse a una explicación racional de cualquier tipo.”)
Pero ocurrió algo inesperadamente profundo: un deus ex machina que apartó el maleficio de Trump de las carreras de los halcones conservadores y jóvenes leones de la derecha, cuyas ambiciones hasta ayer se habían visto trabadas por el culto presidencial. Había llegado la hora largamente esperada para la fuga de la jaula. La palabra surreal ha circulado mucho por ahí, pero caracteriza con precisión la orgía bipartidista de la noche pasada, cuando la mitad de los impugnadores senatoriales de la elección siguió el llamamiento de Biden a un “retorno a la decencia” y vomitó enormes cantidades de perniciosa devoción.
Seamos claros: el Partido Republicano acaba de sufrir un cisma irreparable. Según las normas del Führerprinzip de la Casa Blanca, Mike Pence, Tom Cotton, Chuck Grassley, Mike Lee, Ben Sasse, Jim Lankford e incluso Kelly Loeffler son ahora traidores que se han pasado de la raya. Irónicamente, esto les permite convertirse en candidatos presidenciales viables en un partido que sigue siendo de extrema derecha, pero que ya se halla en el postrumpismo.
Desde la pasada elección y entre bastidores, la gran empresa y muchos megadonantes Republicanos han estado cortando lazos con la Casa Blanca, siendo el caso más sensacional el de esa institución uber-republicana, la Asociación Nacional de Fabricantes (NAM), que ayer llamó a Pence a aplicar la 25ª enmienda para deponer a Trump. Por supuesto, estuvieron muy contentos en los primeros tres años del régimen, con las colosales rebajas de impuestos, la abolición completa de la legislación medioambiental y laboral y un mercado de valores en éxtasis permanente. Sin embargo, el último año ha demostrado inevitablemente que la Casa Blanca era incapaz de gestionar importantes crisis nacionales o asegurar una mínima estabilidad económica y política.
El objetivo es realinear el poder dentro del partido, con más grupos de interés capitalistas tradicionales como la NAM y la Business Roundtable, así como con la familia Koch, que desde hace tiempo se siente incómoda con Trump. No nos hagamos ilusiones de que de pronto se han levantado de la tumba los republicanos moderados; el nuevo proyecto mantendrá la alianza fundamental entre evangélicos cristianos y conservadores económicos, y defenderá presumiblemente la mayor parte de la legislación de la era Trump.
En el plano institucional, los republicanos del Senado, con una nutrida lista de jóvenes talentos, gobernarán el campo post-Trump y, en una despiadada competición darwiniana –sobre todo, la batalla por sustituir a McConnel– dará lugar a una sucesión generacional, probablemente antes de que la oligarquía octogenaria de los demócratas haya hecho mutis por el foro. (La principal batalla interna en el lado post-Trump en los próximos años se centrará probablemente en la política exterior y la nueva guerra fría con China.)
Este es un lado del cisma. El otro es más dramático: los «verdaderos trumpistas» han pasado a ser de hecho un tercer partido, bien parapetado en la Cámara de Representantes. Mientras Trump se embalsama en amargas fantasías de revancha, la reconciliación entre los dos bandos resultará probablemente imposible, aunque puedan surgir tránsfugas individuales.
Mar-a-Lago se convertirá en el campamento base del culto funerario de Trump, que seguirá movilizando al núcleo duro de sus seguidores para aterrorizar las primarias Republicanas y asegurar la supervivencia de un contingente retrógrada en la Cámara y en los parlamentos de los Estados de mayoría Republicana. (Los Republicanos del Senado, que reciben enormes donaciones de empresas, son mucho menos vulnerables a tales retos.)
Mañana, expertos progresistas tal vez nos aseguren que los Republicanos han cometido suicidio, que la era Trump ha pasado y que los Demócratas están a punto de recuperar la hegemonía. Hubo afirmaciones similares, por supuesto, con motivo de las despiadadas primarias Republicanas en 2015. Parecían muy convincentes en ese momento. Sin embargo, una guerra civil abierta entre republicanos solo podrá ofrecer ventajas temporales a los demócratas, cuyas propias divisiones se han visto laceradas por la negativa de Biden a compartir poder con las y los progresistas.
Además, liberados de las fatuas electrónicas de Trump, algunos de los senadores republicanos más jóvenes pueden llegar a ser competidores mucho más feroces por el voto de los habitantes blancos y educados de las zonas residenciales suburbanas de lo que piensan los demócratas centristas. En cualquier caso, lo único que podemos prever fiablemente –la continuación de una extrema turbulencia socioeconómica– hace que las bolas de cristal políticas no sirvan de nada.
newleftreview.org. Traducción: viento sur
AAVV
21/02/2021Le escribimos en calidad de antiguos reclusos de los Estados Unidos retenidos sin cargos o juicio en el centro de detención militar de la Bahía de Guantánamo, y como autores de varios libros acerca de sus experiencias.
En primer lugar, damos la bienvenida a sus ordenes presidenciales para revertir muchas decisiones injustas y problemáticas adoptadas por su predecesor. Apreciamos su anulación de la “prohibición a los musulmanes”, que permitirá ya entrar en los Estados Unidos a los ciudadanos de países de mayoría musulmana anteriormente discriminados, aliviando la situación de las familias deshechas por esta orden.
Pese a algunos cambios positivos, entre ellos la revocación de la prohibición a los musulmanes, existe otro proceso profundamente errado e injusto que se ha prolongado a lo largo de cinco administraciones presidenciales que abarcan dos décadas: la cárcel de la Bahía de Guantánamo. Guantánamo lleva existiendo desde hace 19 años y se construyó para albergar exclusivamente una población musulmana masculina.
Entendemos la importancia que tiene para usted su fe y el que ésta le ayude como guía de su visión de la justicia social. Durante nuestro encarcelamiento reflexionamos a menudo sobre la historia del profeta José (Yusuf) en el Corán y sus años de injusta prisión. Es la misma historia de la Biblia, la que nos recuerda que la justicia no sólo es divina sino intemporal. Por esta razón le escribimos.
Si bien nos liberaron a la mayoría de nosotros gobernando el presidente Bush, todo el mundo tenía la esperanza de que el presidente Obama proseguiría con su orden ejecutiva para clausurar Guantánamo en 2009. Y aunque algunos de nosotros fuimos, sin embargo, puestos en libertad con Obama, quedó claro durante su mandato que acabar con los encarcelamientos de Guantánamo no era una promesa que pudiera cumplir.
Mucho de nosotros fuimos secuestrados en nuestros hogares, delante de nuestras familias, y vendidos a los EE. UU. a cambio de una recompensa por países que poco se preocupaban por el imperio de la ley. Fuimos entregados a países en los que fuimos física y psicológicamente torturados, además de sufrir discriminación racial y religiosa bajo custodia norteamericana, antes incluso de llegar a Guantánamo.
Algunos de nosotros hemos tenido hijos que nacieron en nuestra ausencia y se criaron sin padre. Otros sufrieron el dolor de enterarse de que habían muerto en casa parientes cercanos nuestros esperando en vano noticias de nuestro regreso. Esperando justicia en vano.
La mayoría de los presos actualmente detenidos en este momento no han estado nunca en los Estados Unidos. Esto significa que nuestra imagen de su país la han configurado nuestras experiencias de Guantánamo: dicho de otro modo, hemos sido testigos solamente de su lado obscuro.
Considerando la violencia de lo que ha ocurrido en Guantánamo, estamos seguros de que más de diecinueve años después, convendrá en que encarcelar indefinidamente a la gente sin juicio, a la vez que se les somete a torturas, crueldad y tratamiento degradante, sin acceso substancial a sus familias ni a un sistema legal adecuado, es el colmo de la injusticia. Y por esa razón se debe acabar con Guantánamo.
Sólo quedan veinte reclusos en Guantánamo. Se nos dice que el coste de cada preso es de 13 millones de dólares anuales. Eso significa que los Estados Unidos gastan 520 millones de dólares en encarcelar a hombres que nunca serán acusado o condenados en un tribunal norteamericano. Aparte del desastre moral, legal y de relaciones públicas que supone Guantánamo, parte de ese dinero podría fácilmente gastarse en reasentar a los presos y ayudarles a reconstruir sus vidas.
Lo abrió el presidente Bush. El presidente Obama prometió cerrarlo, pero no logró llevarlo a cabo. El presidente Trump prometió mantenerlo abierto. Hoy es suyo el turno de moldear su legado en lo que respecta a Guantánamo.
En su toma de posesión declaró usted ante el mundo: “Se nos juzgará, a ustedes y a mí, por cómo resolvemos estas crisis en cascada de nuestra época. Estaremos a la altura de la ocasión”. Así pues, nuestra sugerencia consiste en que se den los siguientes pasos para clausurar Guantánamo:
1. Todos aquellos cuya puesta en libertad se haya aprobado serán repatriados de inmediato a su país de origen, siempre y cuando estén a salvo de prisión y persecución arbitrarias.
2. Se reabre la oficina del enviado especial y se buscan países adecuados para reiniciar el proceso de reasentamiento para quienes no puedan regresar a sus hogares.
3. Se tomarán las medidas adecuadas para garantizar que se otorgue a los ex-reclusos los medios para iniciar una vida digna en el nuevo país y brindarles protección en caso de violación de esas medidas por el Estado receptor.
4. Se rescinde el concepto de “presos para siempre”, y se repatria o reasienta (como supra) siguiendo disposiciones de seguridad adecuadas a quienes no han de afrontar cargos ante comisiones militares.
5. La repatriación/reasentamiento no debería producirse a la fuerza, y no se reasentará a los presos allí donde se enfrenten de nuevo a un encarcelamiento arbitrario.
6. Los informes de la Junta de Revisión Periódica deberían substituirse por el imperativo de clausurar Guantánamo, y sin bloquear las medidas arriba mencionadas.
7. Deberían eliminarse las comisiones militares, y quienes afrontan cargos deben confiar en que su caso se juzgue de acuerdo con la ley.
8. Allí donde sea adecuado y practicable, se habilitarán mecanismos mediante los cuales los condenados por algún delito puedan cumplir sus penas más cerca de casa.
Guantánamo provoca una profunda desconfianza en lo que dice y defiende Norteamérica. Presos de cuarenta y nueve países distintos ocupaban antaño las celdas de Guantánamo. Esos reclusos miran hacia Norteamérica como una nación de leyes y libertades y ven poco de ambas cosas. A lo largo de dos décadas, el mundo ha mirado hacia Guantánamo, advirtiendo que se trata de un proyecto bipartidista, ejecutado tanto por republicanos como por demócratas. Esto es lo que usted ha de afrontar y cambiar.
Pese a los abusos, tras nuestra detención muchos de nosotros hicimos amistad y recibimos en nuestras hogares a antiguos soldados norteamericanos que habían sido guardianes nuestros. Siempre hemos creído que había otras maneras.
Durante su mandato como vicepresidente, Norteamérica puso en libertad a importantes líderes talibán en Guantánamo. Hoy llevan a cabo negociaciones con altos funcionarios norteamericanos para llevar la paz a Afganistán. Durante su discurso de toma de posesión declaró usted que “No tiene que ser motivo cualquier desacuerdo de guerra total”. Estamos de acuerdo. De hecho, tal como declaró Obama en cierta ocasión, Guantánamo “no tendría que haberse abierto jamás”. Creemos que puede usted clausurar Guantánamo antes de su inminente vigésimo aniversario.
Es nuestra sincera esperanza que proceda usted a ello.
Firman esta carta:
Mansoor Adayfi, antiguo detenido de Guantánamo, autor radicado en Yemen.
Moazzam Begg, antiguo detenido de Guantánamo, autor radicado en el Reino Unido, es director de divulgación de CAGE, grupo que hace campaña en favor de los supervivientes de injusticias cometidas en nombre de la Guerra contra el Terrorismo.
Lakhdar Boumediane, antiguo detenido de Guantánamo, autor radicado en Francia.
Sami Al Hajj, antiguo detenido de Guantánamo, autor radicado en Qatar.
Ahmed Errachidi, antiguo detenido de Guantánamo, autor radicado en Marruecos.
Mohammed Ould Slahi, antiguo detenido de Guantánamo, autor radicado en Mauritania.
Moussa Zemmouri, antiguo detenido de Guantánamo, autor radicado en Bélgica.
Base de Estados Unidos en Cuba: una centenaria historia de ocupación
La Base Naval de Estados Unidos en Guantánamo. Foto: Archivo
A pesar de las convenciones internacionales que fundamentan la ilegalidad de la base naval de Estados Unidos en territorio de Cuba, hoy ese enclave militar continúa violando la soberanía de la nación caribeña.
El 16 de febrero de 1903 los presidentes de Cuba, Tomás Estrada Palma, y de Estados Unidos, Theodore Roosevelt, firmaron un acuerdo mediante el cual se cedía la porción de tierra ubicada en la oriental provincia de Guantánamo, “por el tiempo necesario y para los propósitos de estación naval y estación carbonera”.
Este sería complementado el 2 de julio de 1903, con los documentos que especificaban los detalles del arrendamiento; sin embargo, la historia es un poco más antigua.
En 1901, los cubanos se vieron obligados a aceptar un apéndice en la Constitución de la República, si deseaban poner fin a la ocupación militar estadounidense que desde 1899 vivía el país, luego de la intromisión norteamericana en la guerra contra la metrópoli española.
Bajo el nombre de Enmienda Platt, el documento otorgaba a Estados Unidos la potestad de intervenir en Cuba cuando lo considerase necesario, y forzaba a la isla a vender o arrendar terrenos para el establecimiento de bases navales y carboneras.
Ese es un primer punto por el cual el convenio firmado dos años después no puede ser considerado como válido, apuntan los especialistas, al tratarse de un acuerdo efectuado bajo coerción.
La conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho de Tratados, celebrada en Viena en 1969, aprobó una Declaración sobre la Coacción Militar, Política o Económica en la Celebración de Tratados, en la cual condena “el recurso a la amenaza o al uso de la presión en todas sus formas”.
El caso de la base naval estadounidense en Guantánamo coincide plenamente con esas definiciones, y también con lo que prevé el artículo 42 de la IV Convención de La Haya (1907), que “considera un territorio como ocupado ilegalmente cuando se encuentra colocado bajo la autoridad o control efectivo del ejército enemigo”.
El investigador cubano Elier Ramírez refiere en un artículo publicado en Cubadebate, que si bien en 1934 se abrogó la Enmienda Platt, sus postulados relativos a las tierras para carboneras o estaciones navales quedaron asegurados en el nuevo convenio firmado entre las dos naciones.
En tanto las partes contratantes no se pusieran de acuerdo para la modificación o abrogación de las estipulaciones de lo suscrito en 1903, lo relacionado con la estación naval en Guantánamo tendría vigor, planteaba el tratado de 1934.
Añadía que mientras Estados Unidos no abandonara la base, o los dos Gobiernos acordaran una modificación de sus límites actuales, seguiría teniendo la misma extensión territorial.
De esa manera, se despojaba a la nación caribeña de la posibilidad de poner fin al contrato, una potestad que solo quedaba en manos de la administración norteamericana.
La investigadora Olga Miranda, en su trabajo Vecinos Indeseables. La base naval de Guantánamo, recuerda que en el Derecho “derogar una ley es disponer algo contra ella y abrogar una legislación es enteramente destruirla”.
Pero en el caso de la Enmienda Platt no fue abrogada como se dijo, sino que pervive en el Tratado de 1934 en torno al tema de la base naval en Guantánamo.
Otro aspecto señalado por el historiador Elier Ramírez es que el acuerdo de 1903, al otorgar a Estados Unidos jurisdicción y señorío completo sobre las tierras arrendadas, ha violado el principio de integridad territorial consagrado en las constituciones cubanas desde 1901 a la actualidad.
Agrega que universalmente se considera que los tratados sin término contienen una condición tácita, tienen valor mientras duren las circunstancias del momento de su celebración, explica Ramírez; pero “Cuba hace mucho que no es una neocolonia yanqui”, de ahí que ninguno de los tratados de ese período pueda ser tomado como válido.
La permanencia de la base naval de Estados Unidos en Guantánamo califica incluso como un acto de colonialismo, apunta el experto basado en la resolución No.1514 aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas del 14 de diciembre de 1960.
Todos estos argumentos son defendidos por los cubanos en el escenario internacional, donde no han cesado de reclamar la devolución del territorio ocupado ilegalmente.
A ello se suma la condena de las actividades desarrolladas en ese enclave por el gobierno estadounidense, que desde 2002 convirtió sus instalaciones en una prisión denunciada como centro de tortura.
(Tomado de Prensa Latina)
Entrevista a Gabriel Rockhill
«La clase capitalista estadounidense financió el ascenso del fascismo»
En el programa de esta semana Chris Hedges habla con Gabriel Rockhill sobre las corrientes subyacentes del fascismo en el ADN de Estados Unidos y el papel de Estados Unidos en la internacionalización del fascismo después de la Segunda Guerra Mundial a través de actividades clandestinas como la Operación “Paperclip” y la “Operación Gladio”.
Chris Hedges: Bienvenido a On Contact. Hoy conversamos con el autor Gabriel Rockhill sobre cómo el fascismo está y ha estado siempre arraigado en nuestra sociedad.
Gabriel Rockhill: La batalla del siglo XXI en gran medida está apareciendo como formas emergentes o re-emergentes de fascismo confrontadas con movimientos sociales desde abajo que están ganando poder. Al mismo tiempo, quizás lo último que diría, es que cuando el fascismo subió al poder en el período de entreguerras, también fue en gran parte en respuesta a la Unión Soviética y los estados comunistas. En la situación mundial actual, la dinámica es obviamente muy, muy diferente. Así que una cosa importante para las y los progresistas es que reconozcan que tenemos que generar poder rápidamente. Tenemos que consolidar organizaciones. Tenemos que trabajar a través de mecanismos de partido porque esa es la única forma real de derrotar al fascismo.
CH: Durante la Segunda Guerra Mundial, a mi mentor en Harvard Divinity School, el teólogo James Luther Adams –que era bilingüe en alemán y vivía y estudió en Alemania en 1935 y 1936– se le pidió que diera una conferencia a los oficiales del ejército de los Estados Unidos que se preparaban para prestar servicio militar en la Alemania ocupada. El profesor Adams enumeró secamente los elementos centrales de la ideología racista de los nazis. Luego preguntó a los oficiales blancos si había alguna diferencia entre su actitud racial hacia los negros y la actitud racial de los nazis hacia los judíos. Observó que no la había. ¿Cómo –preguntó a los oficiales– podían distinguirse de los fascistas? Adams comprendió las fuertes corrientes subterráneas del fascismo que son parte del ADN de Estados Unidos. En lugar de derrotar al fascismo en la Segunda Guerra Mundial, Gabriel Rockhill escribe que Estados Unidos lo internacionalizó. El profesor Rockhill se reúne hoy conmigo para discutir la naturaleza del fascismo en nuestro estado corporativo. Es un filósofo franco-americano, director fundador del Taller de Teoría Crítica y profesor de Filosofía en la Universidad de Villanova. Entre sus libros se encuentran Counter-History of the Present: Untimely Interrogations into Globalization, Technology, Democracy; Interventions in Contemporary Thought: History, Politics, Aesthetics; Radical History & the Politics of Art y Logique de l’histoire. Entonces, comencemos con cómo definimos el fascismo. Male Fantasies lo define, en esencia, como un estado emocional. Pero antes de hablar sobre sus corrientes subterráneas, que siempre han existido en la sociedad estadounidense, hablemos de lo que es el fascismo.
GR: El fascismo a menudo se define en términos de lo que podríamos llamar sus aspectos super-estructurales, es decir, las formas en que movilizó una ideología particular impulsada por el militarismo, el ultranacionalismo con raíces étnicas. La supremacía blanca es a menudo parte de ella. Pero creo que es importante reconocer que esos componentes super-estructurales están, en última instancia, enraizados en relaciones materiales de acumulación capitalista profundas. Entonces, si hablamos específicamente del fascismo de entreguerras en Europa y cómo éste llegó al poder, es fundamental reconocer que en ese momento el sistema mundial capitalista estaba entrando en crisis. Por supuesto, esa crisis total se produciría con la Gran Depresión. Y esto fue también en el momento que siguió a la primera revolución obrera exitosa, en la Unión Soviética. Y así, algunas de las fuerzas impulsoras centrales detrás de los aspectos súperestructurales o ideológicos del fascismo que debemos discutir y destacar son: el deseo de hacer dos cosas, una es imponer, mantener e intensificar las relaciones sociales capitalistas; y la segunda es hacer retroceder la amenaza de las organizaciones de trabajadores y, más específicamente, el comunismo y el socialismo.
CH: Y a menudo hay una alianza incómoda entre las élites empresariales y el autoidentificado fascista en el caso de los nazis o, yo diría el tipo que corresponde a los fascistas cristianos de los Estados Unidos. No es como el capitalismo de estado impuesto –o que fue impuesto– por la Unión Soviética. Tiene una relación diferente con el capital, a veces una relación incómoda con el capital. ¿Puedes hablar de esa alianza?
GR: Bueno, la clase dominante mundial, si hablamos solo específicamente del surgimiento del fascismo europeo y lo que algunas personas llaman un “modelo clásico de fascismo”. Así que, en Italia y Alemania, la clase capitalista global y, más específicamente, la clase capitalista estadounidense de General Motors, Rockefeller, etcétera, financiaron el ascenso del fascismo, particularmente en la Alemania nazi. Y esto se debió, al menos, a dos razones. Una fue que Alemania, después de la Primera Guerra Mundial, fue considerada un sitio viable para invertir en el rearme y particularmente para las grandes industrias. De modo tal que se invirtió capital de forma masiva en Alemania. De hecho, fue uno de los sitios centrales de la inversión extranjera estadounidense en Europa en ese momento. Al mismo tiempo, había interés por parte de la clase dominante capitalista en aplastar las organizaciones de trabajadores y asegurarse de que no hubiera piquetes, huelgas y mano de obra organizada que les causara problemas en las negociaciones entre el gran capital y el trabajo. En ese sentido, el ascenso nazi al poder –así como el ascenso del fascismo italiano, que comenzó antes el de los nazis– fue financiado por el gran capital. Y se da un gran esfuerzo, tanto en Europa como en los Estados Unidos. Y cuando llegaron al poder –y lo hicieron a través de la democracia liberal-parlamentaria, una democracia burguesa– una parte muy importante de esta historia fue el que el liberalismo y el parlamentarismo no fueron un baluarte contra el ascenso del fascismo. Al contrario, proporcionaron un marco dentro del cual los fascistas pudieron llegar al poder financiados por la capital. Así que tenemos una democracia burguesa, muy parecida a la que tenemos en este país donde el dinero es el que gana. Una vez en el poder, sin embargo –y tienes toda la razón en que en el caso de Italia fue un poco más lento, en el caso de Alemania fue más rápido– se da un cambio. De ser una movilización fascista de ciertos sectores de la sociedad civil –en particular, la pequeña burguesía– a una forma más autoritaria, impulsada por el estado, de poder consolidado de arriba hacia abajo. Y lo que la clase inversora del gran capital estaba interesada en que sucediera, particularmente en el caso de la Alemania nazi porque su poder excedía con creces al de Italia, era destruir la amenaza real que era la Unión Soviética y participar en el reparto colonial hacia el este. Eso se reflejó de manera bastante explícita en la expansión colonial de los Estados Unidos hacia el oeste y la frontera occidental. Y una de las complicaciones, y supongo que a esto es a lo que te refieres, es que una vez que Hitler en particular, pero Mussolini también, consolidó su poder en el aparato estatal, fue muy difícil para el gran capital tomar las decisiones relacionadas con las políticas particulares que se estaban implementando. Entonces, una forma de entender lo que sucedió fue que el gran capital respaldó este proyecto por razones muy explícitas. Y luego, como que el proyecto enloqueció y se salió un poco de control. Así que una de las grandes preguntas era cómo podían ahorrar inversiones y, a pesar de eso, cerrar o permitir –debería decir– que se apagara la máquina de guerra nazi porque, en última instancia, era el Ejército Rojo el que se encontraba el eje central de la derrota del nazismo, no en la intervención estadounidense que era muy pequeña en comparación con lo que estaban haciendo los soviéticos. Y es en ese momento, cuando queda claro que los soviéticos estaban marchando hacia el oeste es que se da un esfuerzo por parte de EE. UU., en particular por parte del Estado de Seguridad Nacional de EE. UU., la OSS que se convirtió en la CIA, para proteger los activos y para asegurarse de que se protegieran las inversiones comerciales del gran capital, en particular el gran capital estadounidense, pero de manera más general, del gran capital internacional. Y así, por supuesto, no hubo enjuiciamientos corporativos a raíz de la Segunda Guerra Mundial. Y muchos activos e inversiones estaban protegidos por el Estado de Seguridad Nacional, así como también muchos de los nazis con los que trabajaron muy de cerca.
CH: Antes de que le pregunte sobre cómo la naturaleza proteica del fascismo y sobre cómo –como usted plantea en sus textos–, éste no desapareció con el fin de la Segunda Guerra Mundial, sino que de hecho el complejo industrial militar fue abrazado por Estados Unidos, ciertamente por grandes sectores de las élites gobernantes, hablemos del fascismo dentro de Estados Unidos. Robert Paxton en su libro Anatomía del fascismo sostiene, por ejemplo, que el Ku Klux Klan fue el movimiento más auténticamente fascista de Estados Unidos y que los movimientos que pueden describirse como fascistas son anteriores a la Segunda Guerra Mundial y hasta el presente. ¿Puede hablar sobre esa corriente subterránea de movimientos que describiríamos como fascistas dentro de Estados Unidos y luego hablaremos de lo que sucedió después de la Segunda Guerra Mundial?
GR: Sí. Eso es absolutamente esencial porque el fascismo surgió ante todo como un conjunto de movimientos. Y fue solo más tarde que se conceptualizó y finalmente se convirtió en una doctrina, incluso en el caso de Italia, donde el término apareció por primera vez. Pero si miramos los movimientos en sí y no nos obsesionamos con cuándo se etiquetó y cómo se etiquetó, es obvio que las similitudes estructurales entre lo que estaba sucediendo en Europa en el período de entreguerras y lo que estaba sucediendo en los Estados Unidos, no solo en el período de entreguerras sino antes de eso, no solo se parece al fascismo, sino que muchos lo reconocen como fascismo una vez que se acuñó el término en sí. Entonces, en el caso de Estados Unidos es importante reconocer que cuando Estados Unidos entraron a la Primera Guerra Mundial, la idea era, según Woodrow Wilson, que libraríamos una guerra para hacer que el mundo fuera seguro para la democracia. Pero especificó que lo que eso significaba era «Mantener fuerte a la raza blanca» y para preservar, «La civilización blanca y su dominio del planeta». Entonces, dentro de este contexto, se da la supremacía blanca de EE. UU. que se remonta a la profunda historia de la colonizacion, pero realmente también surgió con fuerza en el período de entreguerras y fue reconocida directamente por los nazis como el mejor modelo para apartheid racial y artesanía estatal racial. Y estudiaron los ejemplos estadounidenses precisamente por esta razón. Hitler escribió en Mein Kampf que había un modelo de estado que había desarrollado los aspectos de la manufactura estatal racista que debía llevarse a su siguiente nivel en el Tercer Reich nazi, y ese era Estados Unidos. Entonces, en el caso de organizaciones como el Ku Klux Klan, tenemos cinco millones de justicieros que orquestaron la violencia paraestatal que era racista, supremacista blanca, pro-cristiana, pro-capitalista y que se le permitió actuar con impunidad. Por tanto, es un muy buen ejemplo de precisamente los mecanismos estructurales que estaban operativos en el caso del fascismo de entreguerras o el surgimiento del fascismo en el caso europeo. De hecho, tan es así que cuando el fascismo italiano apareció por primera vez en la escena internacional, hubo muchos artículos en la prensa estadounidense que reconocieron que lo que era el fascismo en Europa era el modelo europeo del Ku Klux Klan. Además, no es solo el Klan. Hubo toda una serie de otras organizaciones parapoliciales, organizaciones fascistas, organizaciones explícitamente nazis, así como formas de violencia parapoliciales respaldadas por las empresas que se implementaron para proteger el dominio del gran capital. Solo destacaré dos ejemplos en ese sentido. Uno es el gobierno de la Legión Americana. La Legión Americana, no debemos olvidar, uno de sus comandantes está registrado diciendo que los fascistas son para Italia lo que la Legión Americana es para los Estados Unidos. Y la Legión Americana estuvo involucrada en el intento de 1934 de orquestar un golpe fascista dentro de los Estados Unidos. Hay un ejemplo que es extremadamente importante pero que también es significativo –al igual que en los casos de Italia y Alemania– que muestra que el fascismo opera principalmente a partir de la violencia paraestatal o de la violencia que se subcontrata a la sociedad civil en varias formas pero que también moviliza al estado. Y así, en el período de entreguerras, no debemos olvidarnos de las redadas de Palmer y las formas en que en 1919 y 1920 la División de Inteligencia General del Departamento de Justicia de Estados Unidos orquestó redadas en más de 30 ciudades de Estados Unidos, arrestando entre 5,000 y 10,000 activistas anti-capitalistas. Así que hubo una enorme represión tanto por parte del estado y de estas formas paraestatales de violencia de autodefensa, que no solo fueron paralelas a lo que estaba sucediendo en Europa, sino que se reconocieron, en gran medida, como una fuente de alimentación y un modelo para mucho de lo que se desarrolló allí.
CH: Genial. Cuando regresemos, continuaremos nuestra conversación sobre la naturaleza del fascismo en nuestro estado corporativo con el profesor Gabriel Rockhill. Bienvenido de nuevo a On Contact. Continuamos nuestra conversación sobre el fascismo en nuestro estado corporativo con el profesor Gabriel Rockhill. Así que hablemos de lo que pasó después de la guerra. Y no fue solo Wernher von Braun y unos 200 científicos nazis que vinieron a trabajar para la industria de defensa y en el programa espacial, sino que hubo una gran incorporación de algunos de los peores criminales de guerra del aparato de inteligencia nazi que se fusionaron en el aparato de inteligencia estadounidense. Entonces, por un lado, hubo denuncias públicas del fascismo, pero internamente, dentro de las estructuras de poder, hubo un abrazo no solo de fervientes fascistas, sino que creo que se puede plantear, incluso de la ideología del fascismo en sí.
GR: Absolutamente. Una de las cosas que es importante reconocer es que gran parte de la historia que se nos ha enseñado con respecto a la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias, es una historia ideológica que se enfoca en el gobierno visible –o en lo que estaba pasando en la punta del iceberg– es decir en el ámbito político alimentado por lo que el estado capitalista presenta a través de la idea corporativa que controla. Pero el gobierno invisible, es decir el Estado de Seguridad Nacional de los EE. UU. –que realmente se formó en su arquitectura básica en la Segunda Guerra Mundial con el OSS, que luego se convertiría en la CIA– este gobierno invisible trabajó muy de cerca para garantizar que los nazis y fascistas que habían sido reconocidos antes de la Segunda Guerra Mundial como grandes aliados porque eran anticomunistas y eran muy buenos organizándose militarmente para aplastar los movimientos obreros –y esto no solo contra el comunismo sino también contra varias formas de socialismo, anarquismo o contra cualquier movimiento progresista realmente impulsado por el poder popular. Y así, ya durante la Segunda Guerra Mundial, una de las partes importantes de esta historia es que Allen Dulles, que estaba en Suiza en ese momento con la OSS y luego se convertiría en el jefe de la CIA, estaba trabajando para tratar de negociar un acuerdo de paz con los nazis para que los nazis firmaran un acuerdo con Occidente y con Estados Unidos y pudieran desatar toda la fuerza de la maquinaria de guerra nazi contra los soviéticos. No pudo negociar eso con éxito, pero cuando la guerra comenzó a llegar a su fin, él –con otros– se convertirían en importantes arquitectos en el Estado de Seguridad Nacional como James Angleton, que estaba trabajando en Italia, y emprendió la Operación Amanecer. La Operación Amanecer fue un esfuerzo por reutilizar a los nazis y fascistas para hacer lo que mejor sabían hacer desde antes de la Segunda Guerra Mundial y la razón por la que recibieron apoyo antes de la Segunda Guerra Mundial, y eso fue luchar contra los comunistas. Y hay varios ejemplos de esto. Ya he aludido a los científicos que fueron traídos a Estados Unidos a través de la Operación Paperclip. Es importante señalar que se trajeron 1.600 científicos a los que se hacía referencia como los Ángeles de la Muerte de Hitler. Se les asignó laboratorios. Se les dio una vivienda para que las familias pudieran venir. Se les prometió la ciudadanía si su trabajo daba frutos. Y el dar frutos significaba desarrollar, como lo hicieron, armas químicas, armas biológicas que luego podrían ser utilizadas por el imperio estadounidense en su hegemonía global de posguerra. Pero esto es solo una parte de la historia. También están los servicios de inteligencia dentro de Alemania e Italia que luego fueron reutilizados. El caso de Alemania es bastante flagrante porque Reinhard Gehlen fue el jefe de la inteligencia alemana bajo el Tercer Reich nazi contra la Unión Soviética. Y en el período de la posguerra, el CIC que trabajaba para el ejército y era una rama de inteligencia del ejército y que luego, finalmente, se convirtió en la CIA, entonces el Estado de Seguridad Nacional de EE. UU., llevó a cabo un examen de Gehlen y su organización y decidió que lo mejor que podía hacer con él, en lugar de encarcelarlo y acusarlo de cargos en Núremberg u otras cosas por el estilo, era reutilizarlo como jefe del servicio de inteligencia en Alemania. Trabajó muy de cerca con el Estado de Seguridad Nacional de Estados Unidos y se estima que su organización, la Organización Gehlen, reunió a unos 4.000 agentes nazis para trabajar dentro de Alemania. Y esto se convirtió en el núcleo del servicio de inteligencia alemán contemporáneo. Lo mismo sucedió en Italia y también hubo, para cualquiera de los nazis y fascistas con los que el Estado de Seguridad Nacional de EE. UU. quería trabajar y que no pudieran quedarse en Europa, establecieron ratlines. Los ratlines son básicamente formas de exfiltración, cómo llevar a los nazis y fascistas de Europa a otras partes del mundo donde podrían usarse productivamente en la guerra internacional de la CIA contra el socialismo y el comunismo. Y entonces hay miles, si no decenas de miles, a los que se les permitió ir a América Latina. De hecho, fueron 10,000 nazis a los que se les permitió inmigrar a los Estados Unidos en el período de posguerra. Entonces, creo que toda esta historia es importante para comprender eso, y en realidad hay otro aspecto que me gustaría abordar y es la red de ejércitos que se quedan atrás, en Europa. Los ejércitos de permanencia fueron establecidos en todos los países de la OTAN a raíz de la Segunda Guerra Mundial por el Estado de Seguridad Nacional de EE. UU. y la idea era que EE. UU. debería contratar fascistas, nazis y colaboradores en organizaciones subRosa, organizaciones tan clandestinas. que eran organizaciones terroristas militantes que podrían, si los rusos se desplazaban hacia el oeste, funcionar como un ejército que en la retaguardia tras las líneas enemigas que luego emprendieran actos terroristas, exfiltración, sabotaje y otras cosas por el estilo. Y, en realidad, estos ejércitos se movilizaron de manera muy explícita en la década de 1960 siguiendo lo que se conoce como “atención estratégica” en la que hubo una serie de ataques terroristas en Italia, Alemania y Bélgica que se atribuyeron a la extrema izquierda y en particular a los comunistas, pero que en realidad fueron supervisados por los ejércitos que se quedaron en esos territorios y que fueron financiados y supervisados por la CIA y el MI6, que es, por supuesto, la versión británica de la CIA con el respaldo de la OTAN y de Inteligencia. Entonces, cuando todas estas piezas se juntan, y también hay algunas otras, lo que se ve no es una derrota del fascismo en la era de la posguerra, sino una internacionalización del fascismo europeo bajo la cobertura liberal de la pseudo democracia de los Estados Unidos y que esa internacionalización realmente estableció la arquitectura de la política global en la era de la posguerra.
CH: Viví un tiempo en Cochabamba, Bolivia. Allí estudié español cuando Klaus Barbie, lo vi en el Prado con sus guardaespaldas, El Carnicero de Lyon, el hombre que mató a Jean Moulin, y que ciertamente durante el golpe de García Meza en Bolivia, estaba dirigiendo las operaciones de inteligencia, de modo que fue solo un pequeño ejemplo. Finalmente fue extraditado a Francia cuando el gobierno boliviano se convirtió en una democracia. Quiero preguntarle ¿dónde estamos ahora? Tenemos estas corrientes subterráneas que acaba de describir no solo ideológicamente sino también estructuralmente que aún permanecen en su lugar. Ahora nos enfrentamos al mismo tipo de desigualdad social que vimos en la década de 1930, a la separación de grandes sectores de la población en lo que llamamos trumpismo, pero que ciertamente no es un universo basado en la realidad, pero que está lleno de rabia y está centrado en chivos expiatorios. Creo que siempre debería decirse que el racismo, el antisemitismo, son irracionales. Encuentro historiadores que retroceden y se preguntan por qué Hitler era antisemita haciendo referencia a que su madre fue tratada por un médico judío y murió de manera ridícula, porque el racismo no es un sistema racional de creencias racional y si lo entiendes puramente desde un punto de vista cartesiano, dicen que no se entiende. Estamos viendo un período muy similar y siempre recordaré a Fritz Stern, el gran historiador quien, que fue un refugiado de la Alemania nazi de la cual se fue cuando tenía 18 años, enseñó en la Universidad de Columbia, pero quien me dijo que, en Weimar, Alemania, había un anhelo de fascismo antes de que se inventara la palabra fascismo. Y creo que hoy estamos viendo ese anhelo. Quiero que hable sobre el hecho de que la ideología fascista y las estructuras que han abrazado el fascismo permanecen dentro del país y lo que eso significa para la crisis actual, sin duda dentro de los Estados Unidos pero que lo estamos viendo en Hungría y en otros lugares también.
GR: Sí. Esa es una excelente pregunta y muy importante para el momento contemporáneo. Yo diría dos cosas. La primera es que es muy importante resistir lo que yo llamo “el paradigma de un estado-un gobierno”, es decir, la idea de que, si los medios corporativos nos dicen que estamos viviendo en una democracia liberal, ésa es la última palabra y que esa democracia liberal supervisa a la totalidad de la población, lo que significa que todos tenemos derechos, que hay un estado que los protegerá y otras cosas por el estilo. Frente a esto, planteo una especie de modelo de múltiples modos de gobernanza y esto significa que hay diferentes sectores de la población que se gobiernan de manera diferente en función de las necesidades particulares de las relaciones sociales capitalistas. Entonces, si los fascistas no están directamente en el poder y no tienen el poder estatal consolidado, esto no significa en lo más mínimo que no haya movimientos fascistas, al contrario. Por lo tanto, el análisis del fascismo debe expandirse más allá del aparato estatal y reconocer que incluso en el período de entreguerras del que acabamos de hablar, hubo movimientos fascistas en todos los estados capitalistas a raíz de la Gran Depresión. Y así, en segundo lugar, solo resaltando y volviendo a algunas de las cosas que usted señaló, se ve claramente que hay muchas similitudes estructurales notables entre el período de entreguerras hace cien años y lo que estamos viviendo ahora. Estamos atravesando una grave crisis económica que rivaliza, si no supera, a la Gran Depresión. Tenemos una enorme crisis política en la que la legitimidad de las llamadas democracias representativas después de 40 o 50 años de neoliberalismo se está desvaneciendo y la gente lo ve muy claramente. Si no lo ven ideológicamente, lo ven materialmente, lo que significa que lo reconocen. No tienen acceso a atención médica asequible, educación asequible, vivienda asequible y todo lo demás que era al menos parte del estado de bienestar, que no es hacer del estado de bienestar un ideal, sino reconocer que una de las cosas que ha hecho el capitalismo neoliberal es marchitar lenta pero seguramente las protecciones sociales que estaban garantizadas bajo el estado de bienestar. Y lo que esto significa es que la población en general se enfrenta a una situación en la que hay una grave crisis del capitalismo global que se combina con una crisis de legitimidad política y a eso podemos agregar, por supuesto, una crisis social de tipo extremo como hemos visto con la violencia policial racista que continúa sin cesar dentro de los Estados Unidos. Tenemos una crisis sanitaria mundial en nuestras manos. Todo eso pone en tela de juicio la viabilidad política de las pseudo-democracias que han intentado establecer alguna forma de dominio hegemónico dentro del mundo capitalista. Y lo que quiero decir con gobierno hegemónico es gobierno por consenso. Si se mantiene la base material para una atención médica asequible, educación asequible, otras cosas similares, salarios de supervivencia y cosas como éstas, entonces algunas personas tendrán la base material para dar su consentimiento al gobierno. Pero dada la desaparición de esa base material, cada vez hay más crisis de estos modos de gobernanza. Y en respuesta a eso, hay diferentes reacciones y lo que vemos, no podría estar más de acuerdo, es una polarización radical. Y así, a nivel mundial, ha habido un aumento muy claro en los modos de gobierno fascistas autoritarios. Hay un millón de ejemplos que estoy seguro de que todos ustedes, oyentes y espectadores, están familiarizados. Y mucho de eso es una respuesta por parte del capital internacional a la crisis del capitalismo y la necesidad de apuntalarlo. Y una forma de apuntalarlo es mediante la acumulación militarizada a través de la inversión en formas de violencia represiva que son simultáneamente formas de acumulación capitalista. Son muy rentables y sirven para sofocar el malestar social que es inevitable cuando la gente no tiene la base material para sobrevivir. Al mismo tiempo, en el frente esperanzador, hay un resurgimiento, diría yo, de movimientos de clase trabajadora impulsados por jóvenes, impulsados por proletarios en los Estados Unidos. Está muy claro, como hemos visto durante el verano y el otoño, que existe la sensación de que, si es el Partido Demócrata o incluso la campaña de Sanders. Hay mucha organización política en movimientos, partidos, organizaciones, etcétera, que están a la izquierda del consenso consolidado de estos partidos neoliberales, sean demócratas o republicanos. Y así, en ese sentido, la batalla del siglo XXI está apareciendo como formas emergentes o re-emergentes de fascismo confrontadas con movimientos sociales de abajo que están ganando poder. Al mismo tiempo, quizás lo último que diría, es que cuando el fascismo subió al poder en el período de entreguerras, también fue en gran parte en respuesta a la Unión Soviética y los estados comunistas. Y en la situación mundial actual, la dinámica es obviamente muy, muy diferente, por una cosa que es importante que los progresistas reconozcan es que tenemos que construir poder rápidamente. Tenemos que consolidar organizaciones. Tenemos que trabajar a través de los mecanismos del partido porque esa es la única forma real de derrotar al fascismo.
CH: Genial. Muchas gracias. Ese era el profesor Gabriel Rockhill, director del taller de teoría crítica y profesor de filosofía en la Universidad de Villanova.
Rockhill es un filósofo franco-estadounidense y director fundador del Taller de Teoría Crítica y profesor de Filosofía de la Universidad de Villanova. Entre sus libros se incluyen Counter-History of the Present: Untimely Interrogations into Globalization, Technology, Democracy; Interventions in Contemporary Thought: History, Politics, Aesthetics; Radical History & the Politics of Art y Logique de l’histoire.
Traducido por Sandra Angeleri.
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Fuente: Podcast: https://soundcloud.com/rttv/
La «nazificación» del Partido Republicano
Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo
Tras la Segunda Guerra Mundial, los nazis que ayudaron a Hitler a conseguir el poder y asesinaron a millones de personas, incluyendo al menos a 6 millones de judíos, fueron enjuiciados para enviar un aviso al mundo.
Aunque no todos tuvieron que enfrentarse a un proceso judicial, bastantes de ellos no estaban protegidos por su estatus elevado, alto cargo oficial o afirmaciones de “inocencia” o “patriotismo”. El único lenguaje que conocían era el del poder a través de la violencia –no el de la justicia ni el de la libertad– y tuvieron que rendir cuentas. Estos criminales se sometieron en Núremberg ante un tribunal tan trascendental que la palabra “nazi” quedó estigmatizada y se asociará por siempre a quienes participaron en esos horribles crímenes y posibilitaron que ocurrieran.
Después la guerra, Alemania prohibió las banderas nazis y a los neonazis. De hecho, la única manera en que la parafernalia nazi podía llegar a Alemania era de contrabando desde otros países como Estados Unidos. Una de las personas que hicieron esto posible fue el propagandista nazi Gerhard Lauck, de Nebraska, el hombre a quien llamaban “el Führer del Granero del Noroeste”, que paso cuatro años en una prisión alemana por distribuir simbología nazi prohibida por toda Europa.
Conozco el tema porque organizo un curso sobre supremacía blanca en el Smith College, centrado en el antisemitismo, el racismo contra los negros y otros componentes entrecruzados de la ideología supremacista blanca. Después de más de 30 años dando clases sobre fascismo como académica y de activista feminista negra, conozco la influencia destructiva de esas ideas nocivas y enseño a los jóvenes a interpretarlas y resistir a su influjo.
En Estados Unidos debería aprender el desprecio que suscita hoy en día en todo el mundo la palabra “nazi”, especialmente tras el intento criminal de golpe de Estado que tuvo lugar con el asalto al Capitolio del 6 de enero. Cualquiera que simpatice, apoye o financie estos actos sediciosos que pretenden impedir la transferencia pacífica de poder en nuestro país debería ser tratado con el mismo desprecio y la misma condena pública que los nazis recibieron tras la Segunda Guerra Mundial. En este apartado incluyo a las personas nazificadas en el Congreso, en los medios de comunicación, en las universidades, en los lugares de trabajo y en toda la sociedad, porque el fascismo no es el sueño enfebrecido de un hombre alucinado. Trump es un supremacista blanco; que también sea un narcisista perturbado es algo incidental.
El Republicano es un partido político moralmente en bancarrota que apoyó a un presidente perturbado que ha llevado a esta frágil democracia en evolución al borde de la extinción, simplemente porque no puede soportar el glacialmente lento y justificado empoderamiento de la gente de color ni cualquier límite a su poder para amasar una cantidad inmoral de riqueza. Parafraseando al destacado educador negro Vincent Harding, somos ciudadanos de un país que todavía está por formarse.
La marca “Republicano” como legítimo partido político quedará por siempre asociada a las ideologías de extrema derecha, incluyendo a los neonazis y a los neoconfederados. Estos líderes supuestamente “respetables” consintieron y azuzaron una insurrección supremacista blanca alentada por Trump los últimos cuatro años. Su oportunismo transaccional permitió que las banderas confederadas desfilaran desafiantes frente al Capitolio de EE.UU., un acto vergonzoso que ni siquiera se produjo durante la Guerra Civil. Allí demostraron que no desean compartir una democracia pluralista con otros intereses y partidos políticos.
Los Republicanos han demostrado que, si no pueden dominar permanentemente este país porque la demografía muestra que cada vez va a haber menos blancos enojados, están preparados para hacerlo volar en pedazos, en sentido figurado y literal. Ahora quieren que nos apresuremos a perdonarles y reconciliarnos, ignorando que para lograr la sanación, primero debe imponerse la verdad y la rendición de cuentas.
Hitler capitaneó una insurrección contra el gobierno alemán en 1923 y fue sentenciado a cinco años de prisión, de los cuales solo cumplió uno, y utilizó esa indulgencia para llevar a cabo el Holocausto. Nunca hay que olvidar lo peligroso de otorgar un perdón prematuro antes de exigir responsabilidades. Los fascistas son violentos por ser quienes son, y no por lo que hagamos nosotros –como los alemanes comunes que subestimaron a los nazis y pensaron que se trataba tan solo de otro partido político de derechas. Los alemanes que no se consideraban nazis continuaron pasivamente con su vida normal y negaron lo que estaba ocurriendo con sus vecinos judíos en aras de la “unidad”.
Los Republicanos ya no tienen derecho a existir como partido político legítimo porque este retroceso autoritario se lleva gestando desde la aprobación de las nuevas leyes de Derechos Civiles en 1964 y 1965, en respuesta a la violencia racista captada por las cámaras de televisión que tuvo que sofocar la Guardia Nacional. Luego el presidente Lyndon Johnson predijo que la mayor parte de los blancos abandonaría el Partido Demócrata para unirse al movimiento político revanchista, segregacionista, antifeminista y homófobo de George Wallace, Richard Nixon y Ronald Reagan. Ninguno de los presidentes republicanos elegidos de forma no democrática desde la década de los 60 (por un colegio electoral diseñado para privar del derecho al voto) ha conseguido repudiar a esta ala neofascista de su partido.
Estoy harta de conceder a los Republicanos el beneficio de la duda después de 50 años.
El término nazi no es lo bastante duro para expresar el oprobio y la indignación que sienten los activistas de derechos humanos por aquellos que afirman con toda desvergüenza ser simples patriotas que opinan diferente. Desde la Casa Blanca, desde el Congreso y desde las calles, han declarado la guerra a la democracia. Son sedicionistas, co-conspiradores y neonazis ocultos a plena vista que optan por utilizar cualquier poder, plataforma o micrófono a su alcance para derribar este sistema de gobierno. Su objetivo aparente es instaurar un sistema de tipo apartheid en el que una minoría fortificada de personas gobierna sobre millones de personas que se les oponen. Es nuestro deber enviar una señal inconfundible de que no toleraremos algo así cuando otro neofascista más competente intente obtener poder permanente en el Congreso o en la Casa Blanca en el futuro.
Estoy llamándoles nazis porque han adaptado el guión del Tercer Reich a EE.UU. Trump se habrá ido, pero el trumpismo sigue ahí. Como dijo la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, ellos “priorizan su blanquitud sobre la democracia”, como queda de manifiesto en su implacable ataque al derecho al voto. Los Republicanos que promovieron esta peligrosa resurrección del fascismo andan ya intentando borrar lo que pasó o considerarlo como una “simple protesta enmarcada en la Primera Enmienda”. A estos apologistas empeñados en limpiar su reputación destrozada se les deberían negar los empleos, la participación en los medios de comunicación, los contratos editoriales y cualquier otra oportunidad de difundir su desprecio por la democracia. Como observó el filósofo Karl Popper en 1945, “Para mantener una sociedad tolerante, la sociedad debe ser intolerante con la intolerancia”.
Debemos defender una sociedad abierta y democrática frente a estas fuerzas del fascismo disimuladas en un respetable Partido Republicano, que alentaron una insurrección supremacista con el fin de gobernar por encima de la ley, como los reyes. Para ellos, como para todos los fascistas, las llamadas a la unidad y al civismo son muestra de debilidad. Se aprovechan de vivir en una sociedad abierta para debilitar el progreso gradual conseguido en el siglo XX en cuestiones de género, raza, ciudadanía y relaciones nacionales e internacionales. Durante más de un siglo han demostrado que no son de fiar. Han derribado otras democracias y promovido guerras y conflictos de baja intensidad por todo el mundo que han causado millones de muertos. Son incapaces de aceptar la complejidad de un mundo globalizado multicultural y multirracial, así que se cuecen en su propio resentimiento y combaten todas las iniciativas para democratizar los privilegios y beneficios de nuestro mundo. Se encuentran ante la muerte natural de un partido político que pretendía agarrarse al poder mediante una red de mentiras tejida sobre sus seguidores para enriquecer a una pequeña camarilla de personas.
La maltrecha reputación global de Estados Unidos está en juego en esta interminable Guerra Civil. En lugar de denunciar a los traidores en 1865, nos permitimos rehabilitarles y levantarles monumentos en todo el país. Cuando nuestros descendientes echen la vista atrás, ¿verán que otra vez volvimos a flaquear en el momento de exigir responsabilidades a los insurrectos? Si no lo hacemos, la historia se repetirá antes de lo que podamos imaginar.
Los autoritarios pretenden socavar nuestro compromiso con los derechos humanos, las leyes justas, las prestaciones sociales y la paz global, abusando del concepto de libertad. Deberíamos llamarles nazis a todos ellos e impedir que se oculten tras palabras evasivas porque ya nos han demostrado quienes son. Ahora debemos creerles.
Fuente: https://www.counterpunch.org/
El presente artículo puede reproducirse libremente siempre que se respete su integridad y se nombre a su autora, a su traductor y a Rebelión como fuente del mismo.
EEUU: Que se haga pedazos el Partido Republicano
Dossier
Eugene Robinson
Harold Meyerson
21/02/2021Para que resurja de sus cenizas, el Partido Republicano tiene que arder primero
por Eugene Robinson
Antes de que un partido cuerdo y responsable pueda resurgir como el Fénix de las cenizas de un Partido Republicano peligrosamente desquiciado, tiene que haber cenizas de las que resurgir. El país va a tener que destruir el Partido Republicano para poder salvarlo.
Los partidos se reforman y reconstruyen después de sufrir derrotar ingentes, de tierra quemada. Desde que los republicanos decidieron seguir a Donald Trump y Fox News en el distópico paisaje infernal del supremacismo blanco, la teoría conspirativa paranoide y el ignorante rechazo de la ciencia, han perdido el control de ambas cámaras en el Congreso y la Casa Blanca. Pero se ha vuelto evidente que esas derrotas no son suficientes.
Podríamos podría pensar que la violenta y mortífera insurrección del 6 de enero en el Capitolio — un ataque sin precedentes a nuestra democracia, incitado por la Gran Mentira de fraude electoral de Trump — devolvería a la realidad al Partido Republicano. Increíblemente, sin embargo, nos equivocaríamos.
Si acaso, el Partido se está internando más profundamente en la espesura. Véase cómo se comportaron la semana pasada los dos republicanos más poderosos que quedaban en Washington. El líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (California) fue en peregrinaje a Mar-a-Lago a doblar la rodilla ante Trump. Y el líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell (Kentucky) votó a favor de cuestionar que el inminente “impeachment” de Trump sea siquiera constitucional.
Lo que había parecido anteriormente un destello de sensatez, cuando declaró McCarthy que Trump, entre otros, tenía cierta "responsabilidad" por los disturbios del Capitolio y afirmó McConnell que Trump los "provocó", no fue más que un espejismo. Y quienquiera que espere que haya 17 votos republicanos en el Senado para condenar a Trump, no importa lo irrecusables que sean las pruebas, se verá casi a buen seguro decepcionado.
A nadie debería caberle duda: el Partido Republicano no guarda ninguna semejanza con el partido de Abraham Lincoln. Hoy es el partido de la representante Marjorie Taylor Greene (republicana por Georgia), que cree en las teorías conspirativas alucinatorias de QAnon, ha sugerido que Hillary Clinton, la exsecretaria de Estado, es una asesina de niños y que los incendios descontrolados de 2018 en California pueden haber sido provocados por un láser gigante ubicado en el espacio y controlado de algún modo por los judíos. Y además, también de alguna forma está implicado el ferrocarril de alta velocidad.
¿Se creen esas sandeces los republicanos convencionales como McCarthy y McConnell? No, pero con sólo 10 votos de diferencia en la Cámara y un Senado empatado, creen de veras que tienen a tiro recobrar el control tanto de la Cámara como del Senado en las elecciones de mitad de mandato del año próximo, y están escogiendo el poder — o la perspectiva de conseguirlo — por encima de los principios.
Por el bien de su partido y del país, esas esperanzas deben quedar totalmente frustradas. Las elecciones de mitad de mandato de 2022 tienen que parecerse más a 2002, durante el primer mandato del presidente George W. Bush, cuando su partido ganó escaños tanto en el Senado como en la Cámara. Ese insólito resultado se atribuyó de modo general a una oleada de solidaridad tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Pero hoy el país debería sentirse igualmente traumatizado. En enero, los EE.UU. perdieron a más de 95.000 personas a causa de la Covid-19, el equivalente en muertes de un 11 de septiembre un día sí y otro también. Hace sólo unas semanas, vimos el Capitolio saqueado por vez primera desde 1814. Y una mayoría de las bases republicanas se agarra a la mentira de que de algún modo las elecciones se las robaron a Trump.
Los miembros republicanos de la Cámara que tuvieron la integridad de votar a favor del “impeachment”, tales como Liz Cheney, de Wyoming y Tom Rice, de Carolina del Sur of South Carolina, han sufrido ataques fulminantes de sus compañeros republicanos. La advertencia a los senadores republicanos es explícita: si votais a favor de condenar a Trump — y lo purgáis efectivamente del Partido — ya podéis ateneros a las consecuencias.
El Partido Republicano no se reformará o no puede reformarse. De modo que debemos ayudar al Partido machacándolo. El hecho de que docenas de grandes empresas importantes, como Walmart, Google y AT&T hayan anunciado que no harán donaciones en campaña a los republicanos que votaron por negar la confirmación de los resultados de las elecciones supone un comienzo. Pero nosotros los consumidores tenemos que exigir que la Norteamérica empresarial vaya más allá, insistiendo en que las agrupaciones empresariales sigan su ejemplo y en que las empresas pidan por lo menos a sus ejecutivos que se abstengan de hacer donaciones a los “Super PACs” [comités de acción política para recaudar fondos] republicanos, dominio de obscuros dineros en el que las donaciones no se rigen reglamentariamente por estrechos límites.
Hemos visto de qué modo los votantes de Georgia han reculado en relación al “trumpismo”, desalojando a dos senadores republicanos y eligiendo a dos demócratas, uno negro y otro judío, en su lugar…y eso fue antes de los disturbios del Capitolio. La ruina necesaria del Partido Republicano dista de ser misión imposible.
Fueron los votantes republicanos de Georgia quienes nos trajeron a Greene, identificada con suma precisión como republicana de QAnon (R-QAnon), y que debería convertirse en rostro del Partido. La elección es binaria y escueta: si no crees en los láseres espaciales judíos, no puedes votar a los republicanos. Y si a usted le gustaba el viejo Partido Republicano, no lo va a poder tener de vuelta hasta que no haga trizas al Partido Republicano de hoy en día.
Fuente: The Washington Post, 1 de febrero de 2021
Cómo dejaron los republicanos de ser un partido y se convirtieron en una secta
por Harold Meyerson
Todas
las familias infelices son infelices cada una a su modo, según es fama
que advirtió Tolstoi, y los republicanos están trazando sin duda nuevo
rumbo para el suyo propio. La grieta entre el bando de Trump y el bando
no tan de Trump resulta notable para un partido político, pues no se
refiere a política o ideología o intereses económicos rivales, ni a
ninguna de las cosas que habitualmente dividen a los partidos políticos.
Desde
luego, no se refiere a seguir la línea de partido en política alguna.
Algunos de los dirigentes del Partido que son más acérrimos
conservadores, como Patrick Toomey, senador por Pensilvania, y Liz
Cheney, congresista de la Cámara por Wyoming, han sido censurados por
diversos comités del Partido al haberse negado a afirmar la inocencia de
Donald Trump en el asunto de la insurrección del 6 de enero.
Esto
no guarda semejanza con las anteriores divisiones que han desgarrado, o
casi desgarrado, nuestros partidos políticos. Los “whigs” se vinieron
abajo debido a que sus alas nordista y sudista discreparon sobre la
cuestión de la expansión de la esclavitud. Otro tanto, por la misma
razón, le sucedió a los demócratas de 1860, que presentaron dos
candidatos, uno del Norte y otro del Sur, a presidente (lo que le
permitió al republicano Abraham Lincoln llegar a la Casa Blanca). Por
haber asistido a la Convención Demócrata de 1968 como asistente más
novicio del mundo, yo mismo fui testigo de cómo el Partido se hizo
trizas a si mismo debido a la guerra de Vietnam.
El mismo hecho
de que ninguna cuestión salvo Trump mismo divida hoy a los republicanos
refleja un hecho mayor, el hecho de que no hay cuestiones que tengan
apenas importancia para el Partido Republicano de hoy en día. Los medios
han pasado en buena medida por encima sobre el asombroso hecho de que
el Partido descuidara proponer o incluso redactar un programa electoral
en 2020. Todo lo que importaba era confirmar a Trump, lo que significaba
básicamente ratificar la continuación de las constantes calumnias y
denigración que lanzaba sobre todo lo que despreciaba. Sus odios se
vieron alimentados por su racismo, sexismo, nativismo y homofobia, pero
el racismo, el sexismo, el nativismo y la homofobia no fueron en sí
mismos los que provocaron que algunos republicanos rompieran con Trump.
Los republicanos llevaban mucho tiempo apoyando la supresión del voto
sobre una base racial, la deportación de inmigrantes indocumentados, la
negación de la autonomía física a las mujeres, y así sucesivamente, sólo
que de modo más suave.
Trump subió la apuesta en todas estas
cosas, pero la esencia de su presidencia consistió en su propia
gesticulación llena de rabia en esos asuntos, subsumiéndolas en su
imagen pública como airado-hombre-blanco-en-jefe. Lo que le ponía en un
lugar aparte no era su compromiso con esas medidas políticas sino el
constante vitriolo y la violación constante de las normas cívicas con
que lo expresaba y lo personalizaba. Eso se convirtió en la prueba de
fuego que definía a los verdaderos creyentes trumpianos: o ratificabas
(y en realidad te regodeabas en ello) las violaciones de las normas por
parte de Trump y su abierto desdén por "el otro" como base de tu
identidad política o no eras un verdadero republicano. Por extensión, o
creías en la Gran Mentira de Trump y su multitud de mentirijillas, o no
eras un republicano de verdad.
Los cargos electos republicanos todavía capaces de aprehender periódicamente la realidad han tenido que seguirles el juego a estas mentiras por temor a su extinción. Los que han tratado de partir la diferencia —a ti te estoy mirando, Mitch McConnell— han cosechado una tempestad que tiene todavía que remitir.
Lo cual constituye la razón por la que son infelices los republicanos a su manera. Una manera que resulta única para un partido político, pero bastante común para aquello en lo que el Partido Republicano se ha convertido: una secta.
Fuente: The American Prospect, 18 de febrero de 2021
Crisis hegemónica de EE.UU.: oportunidad estratégica para América Latina y el Caribe
Desde hace décadas se pronostica sobre la fragilidad imperial de Estados Unidos y su creciente debilidad para imponer sus intereses estratégicos. La derrota electoral de Donald Trump y el declive institucional que evidenció el fin de su mandato exhibió el agotamiento de una autoridad basada en los principios republicanos.
Los cuatro pilares sobre los que se montó la hegemonía de Estados Unidos y su liderazgo, durante el último medio siglo, remiten a cuatro factores nodales:
- La supremacía estratégico-militar;
- La preponderancia económica;
- La influencia de las doctrinas neoliberales-financiarista;
- La legitimidad brindada por la dimensión institucional.
La supremacía bélica se expresó en el despliegue de bases en los cinco continentes, las invasiones militares recurrentes y el injerencismo político articulado con elites locales y fuerzas militares funcionales a los intereses de las trasnacionales y las corporaciones extractivistas de materias primas. Si bien ese militarismo expansivo aún se presenta como amenaza, sobre todo en relación con América Latina, las formas de obtener ventajas estratégicas han mutado hacia modelos de guerras híbridas en los que la vieja aparatología armamentística aparece como vetusta e inútil.
Los ciberataques, las campañas de desinformación y confusión, las operaciones encubiertas, el espionaje y las persecuciones mediático-judiciales son las nuevas áreas en las que se desarrollan los conflictos militares de alta intensidad.
En esta nueva realidad, Washington carece de una superioridad categórica, situación que modifica las asimetrías acumuladas desde la Primera Guerra Mundial. En la actualidad existen saberes, dispositivos, herramientas y habilidades más accesibles y diversificados que permiten equilibrar ciertas competencias estratégicas. Esta extensión de los territorios en los que se procesan las disputas habilita el desafío de antiguas supremacías y multiplica las áreas donde se llevan a cabo las disputas. Los campos de batalla cambiaron. Y los combatientes poseen características diferentes. Muchos no llevan uniformes.
Y pueden fungir de periodistas. Según John Scarlett, el ex jefe del Servicio Secreto de Inteligencia de Gran Bretaña (MI6), los actuales adversarios de Estados Unidos cuentan con mayores capacidades relativas para cuestionar o impugnar al Departamento de Estado, dado que su histórica superioridad militar es cada vez menos efectiva para imponer políticas o liderazgos. Según Scarlett, el futuro cercano exhibirá claras muestras de esta creciente autonomización soberana de países que otrora se encontraban adscriptos a la lógica de Washington, situación que replanteará en breve el tablero internacional.
A nivel económico, China está en camino de convertirse en la economía más grande del mundo, superando a Estados Unidos. Según un informe reciente del Centro de Investigación Económica y Empresarial de Londres, eso sucederá en siete años, en 2028, reduciendo las estimaciones anteriores que preveían dicho liderazgo para un lustro posterior. Pese a ser el primer país que fue castigado por el Covid-19, Beijing fue la única economía que creció durante la pandemia.
Durante el último trimestre de 2020, superó a Washington como mayor socio comercial de la Unión Europea. En ese mismo período, anunció la conformación de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), el convenio de libre comercio de mayor envergadura del mundo, del que participan 15 naciones del Asia Pacífico. Ese acuerdo contiene al 30% de la economía global y su impacto rediseña el comercio mundial con unos parámetros geopolíticos de los que Washington ha sido excluido.
El centro de la competencia económica se juega en el campo de la ciencia, la tecnología y la innovación productiva. La actual superioridad de China se relaciona con la ventaja en la tecnología 5G, vinculada a la denominada internet de las cosas. La ventaja de China se concentra en la posibilidad de usufructuar la minería de datos y la inteligencia artificial, núcleo de las innovaciones tecnológicas futuras.
Como sugirió Joseph Schumpeter a inicios del siglo XX, el máximo potencial de desarrollo productivo posible proviene de la articulación entre ciencia, tecnología e innovación. Suscripto a ese paradigma, Beijing proyectó la iniciativa Made in China 2025, consistente en la expansión de su estructura productiva desacoplada de los Estados Unidos. Dicho programa se orienta a lograr una autonomía industrial de cara a la revolución industrial en ciernes, basada en los semiconductores, la robótica y las telecomunicaciones.
Estados o mercado
La tercera faceta en la que se observa la declinación es la simbólico-discursiva, desde la que se trazó un modelo de legitimación acorde a los intereses de las corporaciones. El Consenso de Washington difundió el globalismo como una panacea de bienestar cuyo fracaso es elocuente. Desde su instauración en la última década del siglo pasado, se han ahondado las desigualdades entre países y al interior de estos.
Las imposiciones neoliberales que contenía esa doctrina cuestionaban el proteccionismo, aplaudían la financiarización desregulada, promovían la flexibilidad de los mercados de trabajo y aconsejaban la reducción de impuestos para los más pudientes.
Durante la última semana Joe Biden anunció la firma de una orden ejecutiva (decreto) para resguardar al sector industrial y a sus trabajadores, garantizando las compras federales a proveedores locales, siempre y cuando los bienes sean íntegramente fabricados en Estados Unidos, descartando aquellos que tengan componentes importados. El presupuesto anualizado de esta medida alcanza los 600.000 millones de dólares, un monto muy superior al PBI de la Argentina. Entre las promesas de campaña figura además el aumento de impuestos a las grandes fortunas y el apoyo estatal a la agremiación de los trabajadores.
Los think tanks demócratas ligados a Biden revelan con claridad que el globalismo y la desterritorialización fabril –que acompañaron el relato neoliberal– provocaron el inicial ímpetu chino motivado por la búsqueda de fuerza de trabajo más económica, funcional a una sobreexplotación más rentable. Las políticas neoliberales redujeron el mercado laboral de los Estados Unidos, incrementaron la desocupación y promovieron el resentimiento de los colectivos blancos relegados (denominados white trash), que hallaron en Donald Trump su pretendido (y falaz) vengador político.
La cólera supremacista es el resultado del desmantelamiento del Estado de bienestar, el incremento de la vulnerabilidad de lxs trabajadorxs y el aumento de la participación, en el mercado laboral, de minorías. Estos migrantes del último medio siglo –básicamente latinoamericanos y caribeños– obtuvieron empleos de alta precariedad y se ofrecieron a trabajar por salarios que los blancos consideran miserables.
La última faceta remite a la cuarta caída del señor Washington. Es la que cobra mayor relevancia por ser la más reciente en términos de su reconocimiento público. Lo que sucedió el 6 de enero fue la escenificación de una debacle institucional que las derechas internacionales utilizaron como mascarón de proa durante más de un siglo, para disciplinar al resto del mundo, sobre todo a los países de América Latina.
Con las imágenes de los trumpistas escalando los muros del Capitolio concluyó la gestualidad bicentenaria de una pretensión política omnímoda utilizada para evaluar jerárquicamente al resto del mundo, de arrogarse el derecho a desarrollar políticas injerencistas e incluso invadir militarmente a Estados soberanos disfuncionales con sus intereses económicos.
El trumpismo no fue una creación reciente. Es solo un nombre nuevo para una degradación que lleva más de un siglo de sedimentación. Dicha nominación expresa una realidad violenta y larvada que anida en la historia estadounidense. Trump la exhibió como una forma de identidad, similar a aquella que desfila en incursiones bélicas por los cinco continentes, en formato de ocupación, invasión o bombardeo con drones teledirigidos.
El magnate neoyorkino no inventó el supremacismo que anida en la historia de un país que posee la mayor población carcelaria afrodescendiente a nivel global. Simplemente le brindó legitimidad a ese desprecio naturalizado, coherente con un militarismo ancestral, inscripto en el ADN de su independencia. Las dirigencias demócratas desvalorizaron las consecuencias domésticas de ese racismo estructural, pero no dudaron en utilizar a sus víctimas como mano de obra militar en las variadas aventuras bélicas a lo largo y ancho del globo terráqueo.
El gendarme pálido
Las cuatro caídas, articuladas con la multipolaridad creciente, suponen al decir de Hannah Arendt una nueva trama de realidad geopolítica. Biden deberá administrar la grieta política interna en un país cuyos ciudadanos cuentan con 300 millones de armas en sus casas y en el que más de 250 grupos supremacistas militarizados desconocen el resultado de las elecciones. El trumpismo obtuvo 74 millones de votos –siete menos que los demócratas–, los republicanos controlan la mitad del senado, gobiernan 27 de los 50 Estados y la Corte Suprema tiene un perfil marcadamente conservador.
Además el 70 % de los votantes de Trump insiste, luego de meses del escrutinio, en que los demócratas ganaron con fraude. Este contexto preanuncia una prioridad doméstica de Biden, quien se encontrará ensimismado en la recuperación del liderazgo interno. La suma de estos elementos habilita una sinergia multilateral capaz de generar un nuevo equilibrio global basado en las soberanías más que en los mercados.
La reputación de Estados Unidos se ha debilitado. Perdió influencia y credibilidad en la arena internacional. Luego de acumular fracasos en sus últimas aventuras militares ha deteriorado su sociedad histórica con la Unión Europea, al impulsar su desmembramiento con el Brexit. Las negociaciones entre Merkel y Putin por los gasoductos y la vacuna Sputnik, sumadas al reciente Acuerdo Integral de Inversiones (CAI) entre Beijing y Bruselas –cuyas primeras conversaciones se remontan a 2013– reposicionan la lógica soberana de los Estados y a los bloques regionales. Esto supone una mala noticia tanto para el neoliberalismo como para para el unilateralismo. E implica una ventana de oportunidad para la América ubicada al sur del Río Bravo.
La caída de la máscara institucionalista de Washington daña su pretendido liderazgo global, al tiempo que habilita nuevas articulaciones independientes de sus mandatos e injerencia. La consecuencia de este nuevo esquema exige aceptar –como afirmó Xi Jinping en su alocución en la conferencia de Davos– que “no todos los países poseen el mismo sistema social”, motivo por el cual debe aceptarse una “coexistencia pacífica entre diferentes modelos institucionales”.
América Latina y el Caribe han vivido 200 años bajo la égida de tres imperios: el español, el británico y el estadounidense. Los liderazgos multipolares, la revalorización de las políticas soberanas y la debacle paulatina de Washington quizás habiliten la adeudada –e imprescindible— segunda y definitiva independencia.
*Sociólogo, doctor en Ciencias Económicas, analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la). Publicado en elcohetealaluna.com
La pandemia acrecienta la desigualdad y la pobreza en América Latina
Dpto. Estructura Económica y Economía del Desarrollo. Coordinadora del Grupo de Estudio de las Transformaciones de la Economía Mundial (GETEM), Universidad Autónoma de Madrid
Profesor de Estructura Económica y Economía del Desarrollo, Universidad Autónoma de Madrid
La pandemia de covid-19 se ha saldado con una caída del 8,1% del PIB en América Latina, superando el impacto de la crisis en la Unión Europea y de otras economías emergentes. No obstante, las economías latinoamericanas ya mostraban importantes debilidades antes del inicio de la emergencia sanitaria. Es decir, la pandemia ha recrudecido los problemas productivos y sociales de América Latina, como la perversa especialización comercial de la región, la debilidad del tejido productivo y del mercado de trabajo, y los problemas sociales.
Aunque hablemos en su conjunto de América Latina, las diferencias entre países son muy elevadas. Perú, Argentina, Ecuador, Panamá, El Salvador, México y Colombia han sido los países más afectados. Por el contrario, Paraguay, Uruguay y, especialmente, Guatemala se han visto afectadas en un grado semejante al de otras economías en desarrollo y emergentes. Venezuela es el país que ha registrado una mayor caída de su producción, como en años anteriores, si bien esto no se puede achacar solo al impacto del virus.
El impacto sobre los sectores económicos
La pandemia habrá ocasionado el cierre del 2,7 millones de empresas latinoamericanas, es decir el 19% del total de las empresas. Pero las medidas de distanciamiento social y las limitaciones a la movilidad han afectado de forma desigual a las actividades económicas.
El turismo, la cultura, el comercio, el transporte y la moda han sido los sectores más afectados. Estos suponen el 24,6% del PIB y el 34,2% del empleo. Por el contrario, las actividades que se han visto menos afectadas han sido la agricultura, la ganadería y la pesca, la producción de alimentos, los productos médicos y las telecomunicaciones. Estas actividades suponen el 14,1% del PIB y el 18,2% del empleo.
El 92% de la producción intensiva en tecnología ha sufrido un impacto fuerte por la crisis. Esta es una clara señal de alarma para el medio plazo: reaparece el viejo fantasma de quedar al margen de las tendencias mundiales, encaminadas ahora hacia la digitalización.
La crisis ha afectado a las empresas de forma diferente, según su tamaño. Más de 2,6 millones de microempresas cerrarán. De hecho, desaparecerá el 20,7% de las microempresas y solo el 0,6% de las grandes empresas. La gran mayoría son empresas dedicadas al comercio, a servicios comunitarios, sociales y personales, y hoteles y restaurantes.
El impacto sobre el mercado de trabajo
En 2020 el cierre de las actividades económicas no esenciales se tradujo en destrucción de empleo, particularmente en los meses de marzo, abril y mayo. Sin embargo, en la gran mayoría de los países se establecieron mecanismos para mantener las relaciones laborales. Los ERTE latinoamericanos han salvado muchos puestos de trabajo. Aunque también se incrementó el número de personas desanimadas, que son aquellas que dejan de buscar empleo porque saben que no lo van a encontrar. Por eso el desempleo no creció tanto como hubiera cabido esperar.
El teletrabajo ha sido un elemento diferencial y muy importante para poder mantener la producción y la actividad laboral. Pero el teletrabajo no es posible para todas las empresas, ni para todos los empleados. Las pequeñas empresas y los trabajadores poco cualificados tienen mayores dificultades y, por lo tanto, también se han visto más perjudicados por las restricciones de la pandemia.
Las mujeres y los jóvenes están entre los colectivos más dañados. Las primeras tienen una fuerte presencia en el turismo y restauración y los segundos tienen trabajos más precarios. Además, las mujeres han tenido que redoblar el tiempo de trabajo en el cuidado del hogar y de la familia, con nuevas obligaciones durante el confinamiento domiciliario.
Gran parte de los trabajos en América Latina son informales, si bien hay diferencias muy importantes entre países. El 92,1% de los trabajadores y trabajadoras no agrarias en Ecuador son informales, así como el 73,2% en Bolivia y el 68,5% en El Salvador. Son personas que se ganan la vida día a día, sin contratos ni derechos laborales; por esto, han estado, además, más expuestas al coronavirus.
La pandemia eleva la deuda pública y el déficit público
La pandemia ha afectado los ingresos y los gastos del sector público. Si la recaudación de impuestos se vio afectada por el cierre de actividades y por la caída del consumo, también se han incrementado los gastos públicos. Cabe destacar los gastos destinados a afrontar los impactos sociales del coronavirus.
La gran gran mayoría de países estableció instrumentos de ayuda directa a los hogares. Algunos ejemplos son el Ingreso Familiar de Emergencia en Argentina, el Bono COVID-19 de Chile, el Ingreso Solidario de Colombia, el Bono Proteger en Costa Rica o el Bono de Emergencia en Brasil.
El resultado de la disminución de los ingresos públicos y el incremento de los gastos ha sido un incremento del déficit público y de la deuda pública. Brasil y Argentina son los países con mayor nivel de deuda (en torno al 100% del PIB) y de déficit público (superando el 10% del PIB) en 2020.
Con la crisis caen el comercio, la inversión extranjera y las remesas
Si bien el comercio internacional se ha contraído en 2020 a nivel mundial, lo ha hecho de forma más severa en América Latina. Las exportaciones cayeron un 10,1% y las importaciones un 13,4%. También en este caso hay importantes diferencias según países.
Al margen de Venezuela, cuya crisis es mucho más profunda y tiene causas que van más allá del efecto de la pandemia, las economías centroamericanas han reducido sus exportaciones por encima de la media, así como Paraguay, Uruguay, Perú y Argentina. La caída en las importaciones ha sido más pronunciada en Panamá, Paraguay, El Salvador, Ecuador, México y Colombia.
Algunos países han podido aprovechar el impulso de sus exportaciones de productos médicos y los productos agrícolas. La CEPAL señala (p. 6) que Guatemala y Honduras se han beneficiado de las ventas de mascarillas y Costa Rica de las de equipos médicos, destinadas principalmente a Estados Unidos.
La mayor caída de las importaciones que de las exportaciones ha hecho que el déficit comercial de la región se haya reducido, pasando de 89 709 millones de dólares en 2019 a 21 620 en 2020.
La inversión extranjera también se ha reducido, aproximadamente un 50% según la UNCTAD y la CEPAL, situándose en 82 000 millones en 2020, particularmente en Perú, Argentina, Chile y Colombia. Además, las perspectivas de recuperación no son buenas: las empresas están registrando importantes pérdidas mientras bajan los precios de las materias primas. Europa sigue siendo el principal inversor en la región.
Las remesas de los trabajadores latinoamericanos desde fuera de la región se redujeron un 19,3% en 2020 según el Banco Mundial. Estas rentas son muy importantes en Centroamérica, donde representan entre el 13% y el 20% del PIB, especialmente para los hogares más vulnerables. Entre el 80% y el 90% de las remesas se destinan a cubrir necesidades básicas de los hogares, como la alimentación o la salud.
Retroceder lo avanzado: crecen la desigualdad y la pobreza
El cierre de actividades económicas, la destrucción de empleo y la reducción del comercio, la inversión y las remesas, tienen su reflejo en el incremento de la desigualdad y la pobreza.
En los años previos a la pandemia América Latina había conseguido reducir estos índices. La pobreza había pasado de afectar al 45,2% de la población en 2001, al 30,3% en 2019. Ahora, con la covid-19, el número de pobres aumentará en 28,7 millones de personas, hasta alcanzar la cifra de 214,4 millones de pobres en la región. A su vez, la pobreza extrema afectará a 15,9 millones más, sumando en total 83,4 millones de personas.
Tras unos años en los que el índice de Gini había bajado de 0,53 a 0,46 entre 2001 y 2019, la pandemia ha ocasionados enormes costes sociales muy desigualmente distribuidos. Este incremento de la desigualdad ha reavivado las protestas sociales en la región, generalizando las ya manifestadas durante la segunda mitad de 2019 en Chile, Ecuador y Colombia.
En definitiva, la pandemia está teniendo un fuerte impacto económico y social en América Latina. Se ha incrementado el desempleo y se han cerrado empresas, se han deteriorado las cuentas públicas y han aumentado la pobreza y la desigualdad. La recuperación dependerá de la evolución de la economía mundial y del dinamismo de los flujos internacionales en comercio y finanzas hacia la región.
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation
Covid, vuelta a clases y el apocalipsis de julio de 2022
América Latina vio hace un año cumplir sus peores presagios: un brasileño que llegó de Italia daba positivo en Sao Paulo el 26 de febrero de 2020 por covid-19 y hacía saltar las alarmas en la región, con sistemas de salud –quizá- más frágiles que en Europa. Desde entonces, 21 millones de latinoamericanos se han contagiado y casi 700.000 han muerto.
Hoy, el llamado a la vuelta presencial a las aulas de clases pareciera ser un común denominador de muchos de los gobiernos en América Latina, que han pautado el mes de marzo para esta convocatoria. La propaganda oficial, encubierta con un discurso de legitimación con narrativas de Unesco y Unicef, trata de esconder los enormes intereses mercantiles que subyacen detrás de esta convocatoria.
Mientras, la debacle económica amenaza con lastrar los avances conseguidos y el futuro de una región que ha perdido los caminos de la integración y unidad, tan necesarias en épocas de crisis económicas, sociales, sanitarias, ambientales.
Pero no cante victoria: Dos sesudos técnicos del Fondo Monetario Internacional dibujaron el escenario posible de la pospandemia en julio de 2022, cuando los gobiernos piensan que lo peor ya ha pasado, tras una campaña exhaustiva de vacunas y paquetes billonarios de reactivación económica: el mundo, de repente, se enciende, hay batallas campales en cientos de ciudades, y los edificios en llamas se proyectan en millones de pantallas de televisión. Los gobiernos caen en elecciones tumultuosas. Apocalipsis el año que viene.
Philip Barrett y Sophia Chen, técnicos del FMI, en su informe Las repercusiones sociales de las pandemias (enero del 2021) señalan que una pandemia “pone de manifiesto las fracturas ya existentes en la sociedad: la falta de protección social, la desconfianza en las instituciones, la percepción de incompetencia o corrupción de los gobiernos”.
A partir de un análisis de millones de artículos de prensa publicados desde 1985 en 130 países, el FMI elaboró un índice de malestar social que permite cuantificar la probabilidad de una explosión de protestas como consecuencia de la pandemia. Los técnicos relacionan los casos de estallidos sociales con 11.000 diferentes acontecimientos ocurridos desde los años ochenta: desastres naturales como inundaciones, terremotos o huracanes, así como epidemias.
Los expertos descubren “una relación positiva y significativa” entre desastres, epidemias y estallidos sociales. Muchos lo entendimos por experiencia o instintivamente, pero lo interesante del análisis del FMI es la relación cronológica que identifica entre las epidemias y los estallidos sociales, donde hay un importante efecto retraso de hasta dos años, que separan el momento álgido de la epidemia de las rebeliones.
Seguimos sufriendo
Un total de 20.747.458 casos de Covid-19 han sido registrados en América Latina y el Caribe. Brasil es el país más afectado por esta pandemia en la región, con alrededor de 10,5 millones de casos confirmados y 254 mil muertos. Colombia se ubica en segundo lugar, con más de 2,2 millones de infectados y casi 60 mil decesos. México y Argentina registraron poco más de dos millones de contagios, con 185 mil y 52 mil decesos, respectivamente.
La llegada de las primeras vacunas ofrece esperanza pero la desigualdad en el acceso a más lotes, el reto logístico y la lentitud en su distribución, además de la corrupción, invitan a la precaución. Además, las nuevas variantes evidencian que el virus está lejos de controlarse en la región epicentro mundial de la pandemia. “Quiero enfatizar que ciertamente no estamos fuera de peligro”, aseveró la directora general de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne.
El impacto de un año de pandemia se centró en las mujeres, los alumnos pobres, en la clase media y por supuesto, en la gente que tenía comorbilidades y la gente mayor. Esos son los grandes perdedores en la región. Un impacto recrudecido en Centroamérica, que tuvo que hacer frente a la crisis sanitaria y al embate de los huracanes Eta e Iota en octubre y noviembre, con gente en refugios sin poder aislarse. La Cepal advirtió que cerrarán 2,7 millones de empresas en América Latina y se perderán unos nueve millones de empleos.
La educación
Volviendo a la educación y la pandemia, las condiciones materiales de vida de la población estudiantil y docente fueron y siguen estando seriamente afectadas por la covid-19. Muchas familias han sufrido sus estragos y ahora los gobiernos, sin que previamente se haya vacunado a docentes y estudiantes, pretenden la reapertura general o parcial de las escuelas, lo cual atenta contra el derecho humano a la vida.
La precariedad de las condiciones de bioseguridad y los limitados o inexistentes apoyos institucionales para garantizar los protocolos que ella conlleva pueden derivar en una tragedia que afectará fundamentalmente a los trabajadores de la educación y, sobre todo, a les hijes de las familias de menos recursos, señala Otras voces en Educción.
En toda América Latina y el Caribe los sueldos y salarios docentes se han deteriorado mientras, aprovechando la precaria capacidad de movilización del magisterio, se atacan conquistas sociales importantes.
*Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la) y susrysurtv.
Fuente: http://estrategia.la/2021/03/
URUGUAY
Montevideo, 2 marzo, 2021
hubo paro general de 24 horas en secundaria
Pit-Cnt y Fenapes se movilizaron en apoyo de docentes perseguidos
Los docentes fueron sancionados por hechos ocurridos en 2019 durante la campaña Vivir sin Miedo.
“A los docentes se los cuida”, sentenció el presidente del Pit-Cnt Fernando Pereira al hacer uso de la palara en un acto realizado en San José en respaldo a los 14 profesores y una funcionaria sancionados por participar en una actividad contra la campaña Vivir sin Miedo en 2019.
El acto se desarrolló en el marco de un paro general de 24 horas convocado por la Federación Nacional de profesores (Fenapes) en coincidencia con e el comienzo del año lectivo 2021.
La jornada comenzó con una concentración de docentes, padres y estudiantes frente al liceo de San José para luego marchar hacia la plaza Independencia de esa ciudad.
Durante el acto en la plaza además de Pereira hablaron el secretario general de Fenapes, José Olivera, y el dirigente Marcel Slamowitz.
«Hace mucho tiempo que Uruguay no veía una provocación de este volumen contra trabajadores. A los profesores se los cuida, no se los persigue. Esto es una brutal persecución», dijo Pereira.
Agregó que «mandar no es empujar, no es ser autoritario, no es desarchivar causas para perjudicar docentes con 20 años o más de actuación y sin ninguna anotación en su foja»:
«Lo que están haciendo con esta medida es esconder la incapacidad que han tenido para que las clases de nuestros niños pudieran comenzar en forma normal. Eso no está sucediendo y lo quieren ocultar», subrayó.
Respecto al paro, el vicepresidente de Fenapes, Marcel Slamovitz, dijo que ha sido «un éxito de Bella Unión a Montevideo».
Precisó que los últimos días «han sido los más difíciles» de su vida. «Hemos vivido injusticias pero ninguna como esta. Sacar del aula a los hermanos, es la más grande injusticia en tantos años de vida», aseguró.
“El gran Donald Trump”
Por su parte, Olivera, dijo que «el hombre que conduce los destinos de la ANEP (Robert Silva) se piensa el gran Donald Trump y gobierna por Twitter».
«Decía: ‘ahí están los mismos de siempre anunciando el caos». No tenemos vergüenza de quién somos. (…) Cuando hubo que defender la democracia, este jerarca integra un partido que ha dado siempre golpes de Estado y ha jugado en contra de la democracia y de las libertades individuales y colectivas», criticó.
«Son los mismo que en los 90 perseguían a docentes que criticaron la reforma de Germán Rama. Robert Silva es el mismo que encabezaba la represión a los estudiantes en los 90 y lo hacía de puro placer sádico que los caracteriza», espetó
PIT-CNT: A los profesores se los cuida, no se los persigue
El presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, rechazó la decisión de las autoridades de la enseñanza de sancionar a 15 docentes del Liceo de San José por tomarse fotografías contra el plebiscito “Vivir Sin Miedo” del año 2019. “Hace mucho tiempo que Uruguay no veía una provocación de este volumen contra trabajadores, a los profesores se los cuida, no se los persigue. Esto es una brutal persecución”.
Este lunes 1º de marzo, se realizó el paro de actividades de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (FENAPES). Se trató de una jornada de protesta por la suspensión por seis meses de 15 docentes que se tomaron fotografías en el Liceo Nº1 de San José, en el cual trabajan, manifestándose en contra del plebiscito: “Vivir Sin Miedo” del año 2019.
Además del paro, se realizó una concentración frente al local de estudio y luego una marcha hacia la Plaza Independencia de San José de Mayo donde hicieron uso de la palabra el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira; el presidente FENAPES, José Olivera; y el vicepresidente del gremio docente, Marcel Slamovitz.
En dicho marco, Pereira manifestó que hace mucho tiempo que Uruguay no veía una provocación de este volumen contra trabajadores. “A los profesores se los cuida, no se los persigue. Esto es una brutal persecución”.
Dijo que “mandar no es ser autoritario, ni desarchivar causas para perjudicar docentes con más 20 años de actuación y sin ninguna anotación en su foja”.
“Sancionan a 15 profesores. Tremendo acto de valentía, pero sobretodo tremendo acto de irresponsabilidad, porque nos provocan a ir a un conflicto no deseado”, aseguró.
El dirigente sindical denunció que con la sanción a los docentes, las autoridades pretenden esconder su incapacidad para que las clases pudieran comenzar de forma normal.
Pereira dijo que el Consejo Directivo Central (CODICEN) debería convocar a una reunión, levantar las sanciones e iniciar un proceso de diálogo para analizar cómo mejorar la educación. No descartó más medidas sindicales si no se levantan las sanciones a los docentes.
La injusticia más grande
A su turno, Olivera manifestó que el hombre que conduce los destinos de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Robert Silva “se piensa el gran Donald Trump y gobierna por Twitter”.
Añadió que Silva integra un partido político que “siempre ha dado golpes de Estado y ha jugado en contra de la democracia y de las libertades individuales y colectivas”.
“Robert Silva es el mismo que encabezaba la represión a los estudiantes en los años ‘90 y lo hacía de puro placer sádico que los caracteriza”, sentenció.
Mientras que Slamovitz expresó que “sacar del aula a los hermanos, es la injusticia más grande en tantos años de vida”.
Denunció que se trató a los 15 docentes sancionados como si fueran delincuentes. “A estas personas intachables las quisieron escrachar, pero los escrachados son Robert Silva y su Gobierno”.
La foto por la cual separaron a profesores por supuesta violación a la laicidad educativa
“¿Dónde están los alumnos? ¿Dónde está el proselitismo?”, pregunta una de las profesoras separadas de su cargo.
La profesora Antonieta Estévez publicó en sus redes sociales este fin de semana la fotografía que provocó que ella y 14 profesores y profesoras más del Liceo 1 de San José fueran separados de sus cargos por supuesta violación a la laicidad en la educación pública.
«Esta es la foto por la cual se nos separa del cargo. Esta única foto vale más que 25 años dedicados íntegramente a mi profesión. Por esta foto me cortan las alas. ¡Acá la tienen!», dice Estévez en su publicación viral.
En la imagen se ve a un grupo de profesores posando en la vereda pública, con la cámara enfocando en dirección hacia la calle. Y cuestiona: «¿Dónde ven el liceo? ¿Dónde están los alumnos? ¿Dónde está el proselitismo?».
Comienzo de clases con paro de Fenapes por “persecución sindical” a 15 profesores en San José
La Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes) resolvió este sábado…
“Si tocan a uno nos tocan a todos”
En otra publicación explica la línea de tiempo de los hechos que tuvieron lugar en 2019. «Salía a las 21 horas del liceo, porque me quedé un rato más trabajando, no era mi horario de trabajo, porque no soy docente nocturno, sí lo era del diurno. Además era asueto nocturno por lo que no había alumnos, mucho menos míos, y posé para la foto fuera de la institución educativa contra la campaña ‘Vivir sin miedo’, y me vine a mi casa a estar con mi familia», rememora la educadora.
«En mis 25 años me di por entera a mi profesión, a mis clases, a mis alumnos, y ahora se me acusa de realizar proselitismo, cuando sería incapaz. En mis clases enseño con pasión, con alegría le di más que conocimientos a mis alumnos y ellos me enriquecían a mí con cada sonrisa, con cada enojo, con cada abrazo y con sus locuras adolescnetes», añade.
La profesora Estévez concluye diciendo: «De una cosa estoy segura: aunque no me dejen estar en el aula con mis alumnos porque soy una ‘mala influencia’ yo sé que no es así; quien me conoce sabe que no soy así y que estar en el salón con mis alumnos es una de mis grandes razones de vivir. Hoy me dejan sin eso pero nunca voy a dejar de ser la profesora Antonieta Estévez».
Bajo la consigna de que «si tocan a uno nos tocan a todos» la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes) resolvió hacer un paro de 24 horas este lunes, en el primer día de inicio de clases. El sindicato considera que la separación de los educadores es persecución sindical y una «caza de brujas»,
El organismo cerró reafirmando que «el miedo no es la forma», reafirmando lo que fuera la consigna de la campaña contra el referendo promovido por el ahora ministro del Interior, Jorge Larrañaga.
PIT-CNT y la sanción a docentes: «Peligroso antecedente en la lógica de la restauración»
El Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT, ante la resolución de Educación Secundaria de iniciar un Sumario Administrativo, concomitantemente con la separación del cargo y retención del 50% de sus haberes, a catorce docentes y una funcionaria de servicio en el Liceo 1 de la ciudad de San José,
DECLARA:
1- Su más absoluta solidaridad y respaldo hacia las compañeras y los compañeros afectados, la filial de base y la FENAPES ante esta resolución política de las autoridades de Secundaria.
2- Dicha resolución política, sin sustento jurídico constituye un peligroso antecedente en la lógica de la restauración, en un marco de democracia plena, de mecanismos de persecución y sanción hacia trabajadores y sus organizaciones representativas, afectando tanto el pleno ejercicio de la libertad de expresión así como a la libertad sindical.
3- Esta resolución, que afecta a compañeros hoy de nuestra filial FENAPES viene precedida de otra, comunicada hace ya unos días, de iniciarle un sumario con separación del cargo y retención del 50% de haberes contra el presidente de nuestra filial ATES, lo cual reafirma nuestra convicción que estamos asistiendo a una práctica sistemática de la administración de persecución y sanción que tiene como objetivo perseguir a las organizaciones sindicales, sus dirigentes y militantes.
Ante esta situación, resolvemos:
1- Repudiar y rechazar cualquier práctica de persecución y sanción que afecten los derechos humanos, tales como el derecho al trabajo, el de la libertad de expresión y libertad sindical. Exigimos a las autoridades educativas revisar, con apego a estos principios, los hechos que aquí denunciamos.
2- Reclamamos a las autoridades de la educación, en especial del organismo rector de la ANEP, restablecer y hacer respetar las garantías del debido proceso en los procedimientos disciplinarios, asegurando garantías y certezas jurídicas para los trabajadores.
3- Encomendar al Secretariado Ejecutivo, en especial a su Presidente y Secretario General, trasladar estos planteos en todas las instancias en las que se intercambien con actores de Gobierno, en términos de señalar nuestra posición ante los hechos señalados, así como de la imperiosa necesidad de revertir de forma urgente las resoluciones adoptadas por la administración educativa.
4- Trasladar a la Mesa Representativa del 3 de marzo la necesidad de difundir los hechos denunciados ante nuestra sociedad, analizar y adoptar un conjunto de medidas (red de asambleas, movilizaciones, entre otras) con el objetivo de rodear solidariamente a las compañeras y los compañeros afectados, sus sindicatos, así como de exigir a las autoridades educativas reviertan las practicas y resoluciones adoptadas.
Montevideo, 2 de marzo de 2020
En defensa de la enseñanza pública
FUM en «alerta»: evalúan paro nacional el 8 de marzo
Reunida en la jornada de este sábado, la Mesa Representativa de la FUM-TEP, ha hecho pública una resolución sobre la situación en la educación primaria.
Reunida en la jornada de este sábado, la Mesa Representativa de la FUM-TEP, ha hecho pública una resolución donde se destacan los puntos siguientes:
“1)- Manifestar su gran preocupación por las condiciones en que se van a iniciar las clases.
2)- Señalar que las autoridades no respondieron a tiempo las advertencias que realizó en noviembre del año pasado nuestra Federación y planificaron en forma tardía, con escasos recursos y sin diálogo el inicio de un año escolar en el marco de la emergencia sanitaria. Esta reacción tardía implicará que no todas las escuelas ni todos los niños y niñas del país puedan tener clase con presencialidad segura todo el horario y todos los días, de acuerdo a los protocolos aprobados. De esta forma, el derecho a la educación está siendo vulnerado.
3)- Reconocer el esfuerzo de instituciones públicas y privadas (UdelaR, Intendencias, asociaciones civiles y otras) que han puesto a disposición de la ANEP locales en un intento solidario por paliar la improvisación de las autoridades en la preparación de espacios.
4)- Alertar a la población, en especial a las familias que envían a niños y niñas a la escuela pública, que las autoridades son responsables de las dificultades que se presenten en este comienzo de año. La falta de dirección en alguna escuela, de maestras o maestros en todas las clases, la carencia de auxiliares de servicio, la inexistencia de espacios suficientes o de elementos de higiene y desinfección, los horarios de clase disminuidos, entre otras realidades que se presentarán a comienzo de año, serán producto de la falta de previsión y de las decisiones que adoptaron el CODICEN y la Dirección General de Educación Inicial y Primaria.
5)- Reclamar para una asistencia segura en todas las escuelas del país:
- Creación de cargos y funciones para atender el desdoblamiento de grupos.
- Entrega de materiales para la limpieza e higiene a todos los centros, suficientes y permanentes.
- Ampliación del horario y contratación de auxiliares de servicio para las escuelas.
- Designación de suplentes para todos los docentes y auxiliares validados durante el año, sin pérdida de derechos.
- Creación de comisiones de protocolo sanitario en cada localidad para atender situaciones especiales con participación de la asociación magisterial”.
La resolución de la Mesa Representativa de la FUM-TEP exige “que el Estado vuelque los recursos necesarios autorizando el uso de los ahorros realizados por ANEP en 2020 o utilizando el Fondo COVID 19 creado para atender las situaciones producidas por la emergencia sanitaria”.
Al tiempo que expresa su rechazo al “recorte producido en los Programas Maestros Dinamizadores CEIBAL y Maestros Comunitarios. En tiempo de pandemia y donde más acompañamiento necesitan niños y niñas, las autoridades disminuyen y desvalorizan herramientas que han demostrado resultados en el aprendizaje y en la vinculación escolar”.
La organización sindical denuncia “el cese de todos los contratos al 28 de febrero y la inexistencia de llamados para cubrir los cargos del Instituto de Formación en Servicio (IFS) por lo cual alertamos sobre su posible discontinuidad lo que constituiría un retroceso en el derecho y la necesidad de la formación permanente de maestras y maestros”.
Ante la actual situación, señalan, se evalúa realizar “un paro nacional el próximo 8 de marzo frente a la arbitrariedad y el destrato al que ha sido sometido el magisterio en este último mes. Así como la adhesión al día internacional de la mujer trabajadora”.
La Mesa Representativa de la FUM-TEP, decidió “declararse en estado de alerta y evaluar la situación que se produzca a partir del lunes 1 de marzo y consultar a las filiales la realización de un paro nacional en el mes de abril en caso de no resolverse las demandas presentadas”.
Finalmente, en el documento publicado se saluda a “maestras, maestros, funcionarios, funcionarias y las familias de niños y niñas que una vez más desde cada rincón del país reafirmarán su compromiso con la defensa del derecho a una educación pública de calidad para las infancias”.
Coordinadora de Sindicatos de ANCAP se movilizará en defensa del Ente
La Coordinadora de Sindicatos de ANCAP anunció una serie de acciones para alertar a la opinión pública por las «funestas consecuencias» de las medidas que viene desplegando el gobierno respecto al futuro del Ente. Según la coordinadora, dichos anuncios implican «la profundización de una política neoliberal atentatoria contra el papel económico, social y laboral» de ANCAP.
Según resolvió la Coordinadora, el 10 de marzo se realizará una asamblea general conjunta en la Plaza 1º de Mayo, respetando todas las medidas sanitarias como sostiene el decreto vigente sobre concentraciones, «para evaluar la situación y poner a consideración un eventual plan de lucha -incluyendo un paro activo de 24 horas con instalación de decenas de mesas de recolección de firmas contra los 135 artículos de la LUC- y posteriormente una acción pública en Bella Unión el 17 de marzo».
Texto completo del comunicado
Desde fines del año pasado el gobierno nacional y las autoridades de ANCAP han ido realizando anuncios de distinta entidad respecto al futuro del Ente. Los mismos implican la profundización de una política neoliberal atentatoria contra su papel económico, social y laboral.
Esto implica, entre otras cosas, el cierre de unidades productivas como ALUR Capurro, mediante la eliminación de la mezcla de biodiesel en el gasoil, la modificación de la actual ley de agrocombustibles, la rebaja de la mezcla de etanol, la privatización de la industria cementera de Paysandú en beneficio de capitales privados o la reprivatización de las empresas de distribución de gas natural MontevideoGas y Conecta, la eliminación del subsidio del supergas afectando a cientos de miles de hogares, la apertura del sector de los combustibles dejando al mercado la asignación final de los precios tras un engañoso PPI, desconocimiento de los costos reales de la producción con materia prima nacional, el recorte de ingresos de personal y trabajos en la Refinería, la sumisión y debilitamiento de ANCAP en beneficio de la URSEA para lograr dichos fines como se establece en la LUC.
Medidas que dejarán a la empresa pública como algo testimonial a efectos de retomar la desmonopolización legal en el futuro mediato y en lo inmediato perjudicarán el papel productivo de la misma, afectarán el patrimonio nacional y cercenarán cientos de puestos de trabajo en un contexto de aumento del desempleo y pandemia.
En tal sentido la Coordinadora de Sindicatos de Ancap ha consensuado realizar una serie de acciones para alertar a la opinión pública y denuncien ante el sistema político sus funestas consecuencias, así como apuntar a revertir las mismas. Para ello estamos solicitando reuniones con el Sr. Ministro de Industria y Energía, Ing. Omar Paganini, y el Presidente de ANCAP, Ing. Alejandro Stipanicic, a efectos de reiterar nuestro reclamo de modificar esta política, lo que hasta ahora no ha sido atendidos. De igual manera buscaremos reunirnos con la bancada parlamentaria del Frente Amplio.
Al mismo tiempo efectuaremos una Asamblea General conjunta el próximo 10 de marzo en la Plaza 1º de Mayo, respetando todas las medidas sanitarias como sostiene el decreto vigente sobre concentraciones, para evaluar la situación y poner a consideración un eventual plan de lucha (incluyendo un paro activo de 24 horas con instalación de decenas de mesas de recolección de firmas contra los 135 artículos de la LUC) y posteriormente una acción pública en Bella Unión el 17 de marzo con características a definir.
Coordinadora de Sindicatos de ANCAP
Nos vemos allí
Convoca Coordinadora de Sindicatos de ANCAP a Asamblea General el 10 de marzo
La Coordinadora de Sindicatos de ANCAP ha emitido una nueva declaración pública.
La Coordinadora de Sindicatos de ANCAP ha emitido una nueva declaración pública.
“Desde fines del año pasado el gobierno nacional y las autoridades de ANCAP han ido realizando anuncios de distinta entidad respecto al futuro del Ente. Los mismos implican la profundización de una política neoliberal atentatoria contra su papel económico, social y laboral”, comienza señalándose en el comunicado.
De acuerdo a la coordinadora sindical, estas posiciones del Ejecutivo, implican”, entre otras cosas, el cierre de unidades productivas como ALUR Capurro, mediante la eliminación de la mezcla de biodiesel en el gas oil, la modificación de la actual ley de agrocombustibles, la rebaja de la mezcla de etanol, la privatización de la industria cementera de Paysandú en beneficio de capitales privados o la reprivatización de las empresas de distribución de gas natural MontevideoGas y Conecta, la eliminación del subsidio del supergas afectando a cientos de miles de hogares, la apertura del sector de los combustibles dejando al mercado la asignación final de los precios tras un engañoso PPI, desconocimiento de los costos reales de la producción con materia prima nacional, el recorte de ingresos de personal y trabajos en la Refinería, la sumisión y debilitamiento de ANCAP en beneficio de la URSEA para lograr dichos fines como se establece en la LUC”.
Se trata señalan, de medidas “que dejarán a la empresa pública como algo testimonial a efectos de retomar la desmonopolización legal en el futuro mediato y en lo inmediato perjudicarán el papel productivo de la misma, afectarán el patrimonio nacional y cercenarán cientos de puestos de trabajo en un contexto de aumento del desempleo y pandemia”.
Atendiendo a todo lo expuesto la Coordinadora de Sindicatos de Ancap, explicita el comunicado, “ha consensuado realizar una serie de acciones para alertar a la opinión pública y denuncien ante el sistema político sus funestas consecuencias, así como apuntar a revertir las mismas”.
Entre las acciones que se proponen realizar se han incluido la solicitud de “reuniones con el Sr. Ministro de Industria y Energía, Ing. Omar Paganini, y el Presidente de ANCAP, Ing. Alejandro Stipanicic, a efectos de reiterar nuestro reclamo de modificar esta política”, solicitudes que, recalcan, hasta la fecha no han sido atendidas.
Será parte del recorrido a realizar, para informar sobre la situación que se denuncia, realizar contactos y reuniones con la bancada parlamentaria del Frente Amplio.
La Coordinadora de Sindicatos informa que se ha decidido realizar “una Asamblea General conjunta el próximo 10 de marzo en la Plaza 1º de Mayo, respetando todas las medidas sanitarias como sostiene el decreto vigente sobre concentraciones”.
Será objetivo central de esta Asamblea, “evaluar la situación y poner a consideración un eventual plan de lucha (incluyendo un paro activo de 24 horas con instalación de decenas de mesas de recolección de firmas contra los 135 artículos de la LUC) y posteriormente una acción pública en Bella Unión el 17 de marzo con características a definir”, concluye afirmando el comunicado.
Hacia el 8 de marzo: otras alertas
A comienzos de este mes, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó el informe “La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad”. Allí se describe con claridad los efectos en la vida de las mujeres que está dejando la situación global de pandemia. Quienes trabajamos desde hace muchos años en el campo de la igualdad de género, no nos encontramos ante fenómenos nuevos; los problemas son los mismos pero se han profundizado, lo que nos habla de un enorme retroceso para los pequeños avances que se habían logrado en las últimas décadas.
El primer punto lo constituyen la desigualdad socioeconómica y la pobreza. El acceso limitado a las necesidades básicas, vivienda, salud, educación, transporte, ingresos propios, fue el lugar de partida en marzo de 2020, y la epidemia sólo dejó a las mujeres pobres más pobres. Las mujeres son más en los hogares con más carencias y son ellas las que tienen personas a cargo, sobre todo personas menores de edad. En estos hogares los ingresos de esas mujeres no son ingresos que posibiliten el desarrollo, son ingresos para sobrevivir. Muchas veces están solas o con compañeros que no son padres de los niños a cargo, por lo que la responsabilidad del cuidado y el sostén recae sobre sus hombros. La posibilidad de empleo se concentra en el ámbito informal, por lo que el acceso al crédito o al financiamiento de proyectos propios es casi imposible. No está de más subrayar que en situación de pandemia los trabajos informales de los que vivían muchos hogares pobres se han reducido o han desaparecido; ejemplo de esto son las tareas de cuidados y las de trabajo doméstico remunerado, dos tipos de empleo mayoritariamente realizados por mujeres.
El aumento del desempleo en el período marzo-diciembre de 2020 en Uruguay fue un punto porcentual más para las mujeres que para los hombres. En marzo las cifras de desempleo eran de 9,80% para los varones y de 10,50% para las mujeres; en diciembre el desempleo era de 8,70% para los varones mientras que en las mujeres la cifra era de 12,60%. En diciembre pudimos ver el resultado de una reactivación económica después del primer confinamiento y hubo una recuperación porcentual en el empleo para los varones; sin embargo, lejos de recuperarse el empleo de las mujeres, aumentó la brecha entre ambos.1 Esto nos puede estar hablando de que muchas mujeres no regresaron a su lugar de trabajo, no mantuvieron su empleo y muchas más lo perdieron.
Otro punto que releva el informe cuando habla de la desigualdad socioeconómica y la pobreza refiere a la brecha digital. Hace muchos años que hablamos de la necesidad del acceso digital como acción determinante en el camino hacia la justicia social. El Plan Ceibal fue una propuesta que se comportó como agente catalizador de un cambio estructural en el acceso y en la alfabetización digital universal en nuestro país. Pero ¿qué es lo que pasa con las mujeres adultas pobres? El trabajo en confinamiento nos colocó de cara a una realidad que no habíamos percibido en su dimensión. Si bien podemos presumir de que muchas de las mujeres acceden a teléfonos u otros dispositivos inteligentes, (1) la conectividad es cara (hoy 10% más cara que al comienzo de la pandemia) y las posibilidades que da el dispositivo son subutilizadas. El acceso a algunas redes sin capacidad de crítica trae peligros que van desde la desinformación activa y estresante hasta el riesgo de acoso y otras formas de violencia basada en género.
Pero este no es el único problema ni el más grande. Cuando empezaron a aparecer en plena emergencia los formularios para acceder a las canastas del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) o se agudizó la necesidad de hacer trámites cotidianos en línea (algunos sólo se podían realizar por esa vía), se materializó más que nunca la brecha digital. Muchas mujeres buscaban apoyo para completar los formularios, las letras eran pequeñas en los celulares, las preguntas no siempre eran claras o no se adaptaban a lo que ellas podían o sabían responder. Y con los captcha muchas veces se buscaban confirmaciones en fotos que en un teléfono se ven muy chicas y necesitan destreza para marcar lo correcto. En fin, una vez más el país inclusivo e integrado se nos escapó por la ventana.
En la educación la brecha digital se vivió sobre todo en el acceso a dispositivos y a conectividad; los niños, niñas y adolescentes no siempre tenían dispositivos con la memoria RAM suficiente para sostener horas de clase en Zoom, y el gasto de datos es enorme. Muchas veces el acceso a clase dependía de la presencia de personas adultas con conectividad. De esta experiencia creo que el cuerpo docente tiene mucho y mejor para decir.
En el confinamiento se multiplicaron las horas de trabajo no remunerado, el sistema de salud y el educativo se apoyaron en la espalda y en las oportunidades de las mujeres.
Otro eje de desigualdad de género capital es la división sexual del trabajo (no voy a diagnosticar sobre lo que las feministas desde diferentes disciplinas hemos hablado y escrito hasta el cansancio). Sólo subrayaré lo que dice el informe de la Cepal al respecto: las mujeres somos las que hemos estado en la primera línea de enfrentamiento a la pandemia. En el confinamiento se multiplicaron las horas de trabajo no remunerado, el sistema de salud y el educativo se apoyaron en la espalda y en las oportunidades de las mujeres. También, como decía al comienzo, las mujeres se encontraban empleadas en las ocupaciones que se retrajeron primero, sectores asociados a los servicios o al cuidado. Sectores que no era posible sostener con el trabajo a distancia. Al mismo tiempo, eran las que daban las batallas más complejas, por ser la salud y la educación sectores sumamente feminizados.
También en confinamiento se produce un aumento del riesgo en la convivencia con varones agresores; las mujeres tienen una menor capacidad de generar redes de apoyo, de comunicación para buscar ayuda en las situaciones de violencia doméstica, lo que las ha dejado más vulnerables. En noviembre de 2020, el Instituto Nacional de las Mujeres anunciaba que las consultas al 0800 4141 habían aumentado 25% en el período enero-setiembre comparado con el mismo período de 2019.
Y para terminar el panorama, las mujeres son pocas en los ámbitos de toma de decisiones. Al día de hoy, según un informe de la Oficina Nacional de Servicio Civil (ONSC), casi 80% de los cargos políticos y de confianza de los organismos estatales están ocupados por varones. La relación es la de siempre, la conocida: a mayor responsabilidad y salario, menos mujeres. Si bien en el Parlamento los datos no son más alentadores (en la Cámara de Representantes no llegan a 30% y en el Senado no llegan a 20%), lo que revelan los datos de la ONSC es que los elementos evaluatorios para seleccionar candidatos y/o candidatas a determinados cargos siguen estando cargados de patrones sexistas.
Con este panorama, ¿cuál será el camino a seguir por Uruguay para amortiguar el enorme impacto que esta crisis global tendrá sobre las vidas y las oportunidades de desarrollo de las mujeres? La CEPAL hace propuestas concretas.
1.Orientar los recursos de inversión que potencien el empleo de calidad de las mujeres. Aquí me voy a detener un minuto en poder pensar la categoría empleo. Muchas mujeres, sobre todo quienes tienen hijos e hijas a cargo, buscan empleos dependientes. No hay que olvidar que para acceder a las prestaciones (sobre todo al Fondo Nacional de Salud) del sistema de protección social de nuestro país lo más seguro es un empleo dependiente y regularizado.
2.Las políticas de reactivación económica deberían incluir una perspectiva de género en la identificación de sectores a potenciar y en las políticas fiscales de estímulos.
3.Necesitamos políticas fiscales que contemplen dentro de sus objetivos el cierre de brechas de género. Para esto sería interesante estimular con decisiones fiscales las experiencias de gestión con enfoque de género, como lo es el Modelo de Calidad con Equidad de Género que Inmujeres implementa desde 2008.
4.Precisamos sistemas integrales de cuidados que incluyan a todas las poblaciones que hay que priorizar en el derecho al cuidado, buscando dar respuestas no sólo desde el sistema público, generando sinergias en la red de protección social, el sistema de salud y el de educación, entre otros; también desde la corresponsabilidad social y de género en el sector privado. El Sistema de Cuidados en Uruguay ha sido una experiencia imperfecta, pero que ha liderado el proceso de reconocimiento, redistribución y reducción de la carga de trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres, una de las prácticas inspiradoras para otros países de la región.
En fin, este 8 de marzo las mujeres tenemos motivos para estar preocupadas: seguimos teniendo el mundo en los hombros y este pesa mucho más.
Nota 1) Cifras del Instituto Nacional de Estadística.
ladiaria.com.uy
DESOCUPACIÓN. REGISTRADOS Y….. NO.
Frecuentemente los economistas perdemos de vista verdades elementales, entre ellas el aforismo de Alfred Korzybskii respecto a que “El mapa no es el territorio”.
Toda la información recopilada, indicadores, datos, modelos puede contribuir a conocer la realidad económica, pero aún suponiendo el mayor grado de perfección, no se debe “confundir” con ella.
En particular los métodos de construcción de herramientas habituales para cuantificar producción, empleo, incrementos de precios, entre otras variables, incluyen conceptos y definiciones derivadas de teorías muy discutiblesii y métodos de recopilaciones de información generalmente incompletos y no siempre correctos.
Frente a la dificultad de censar a todos los habitantes, la mayor parte de los datos económicos globales, se elaboran utilizando muestras estadísticas que pretenden representar “en pequeño” el objeto de estudio. Su capacidad para brindar información útil depende de sus dimensiones, del grado en que refleje la composición por grupos sociales, genero, población urbana y rural, entre otros factores.
En Uruguay, la denominada encuesta continua de hogares realizada por el INE, apoya sus muestreos estadísticos en un censo global efectuado hace más de diez años, que no llegó a finalizarse debido a errores de planificación y desconocimiento de caracerísticas concretas de muchas zonas especialmente de la capital.
Los datos actuales adicionan los problemas vinculados a la pandemia que han llevado a la realización de encuestas telefónicas.
Con este instrumental e incluyendo además conceptos y definiciones relativas a tasas de actividad, empleo, desempleo, no siempre compartibles, se elaboran y difunden indicadores referidos a la situación laboral de los uruguayos.
Sobre estos cimientos, los últimos datos referidos a diciembre, del año 2020, registran en cifras redondas, una población económicamente activa (PEA) de 1.771.000 trabajadores. Estos se dividen en 1.585.000 considerados ocupados, por haber laborado por lo menos una hora en el período de la encuesta y 186000 cuantificados como desocupados por haber procurado trabajo, sin encontrarlo durante el lapso previo a encuesta. Con estos valores se estima una tasa de desocupacióniii de 10.5%.
Entre los ocupados se incluyen trabajadores en seguro de paro. Su magnitud actual supera los 70.000.
Además 67.000 personas dispuestas a ingresar al mercado laboral, pero que por diversos motivos que incluyen el desaliento, no buscaron trabajo los dias previos a la encuesta son clasificados como inactivos.
En síntesis, el “mapa” de desempleo registrado por las cifras del INE aparece como insuficiente para brindar una buena imagen del “territorio”.
De todas maneras el gobierno publicita que el combate a la desocupación constituye una de sus preocupaciones fundamentales. En un discurso cuyo objetivo parece orientarse a reducir el salario real.
La “medicina” va en sentido contrario a la generación de fuentes de trabajo. El presupuesto revela reducción de la inversión pública, limitando oportunidades laborales. Sus proyectos futuros plantean elevar la edad jubilatoria, “taponeando” así el ingreso de jovenes al mercado de fuerza de trabajo.
La rebaja de salarios reales, disminuirá aún más el consumo interno y la demanda, perjudicando a los sectores que venden hacia el mercado local que son los mayores generadores de empleo.
La ilusión difundida por el oficialismo es la dinámica exportadora, apoyada en la venta al mundo de materias primas. Historia y realidad pautan los límites que las condiciones naturales, clima, imponen a estas perspectivas.
Nuevos rumbos económicos se tornan imprescindibles.
GOTITAS DE ECONOMÍA
- Los datos de Uruguay XXI, respecto a las exportaciones desde Uruguay en 2020 registran un monto de 8075 millones de dólares incluyendo zonas francas. Una disminución de 12.5% en comparación con 2019.
- Más allá del efecto de la pandemia del corona virus, la evolución registra un máximo de 10071 millones de dólares en 2014, para oscilar posteriormente con tendencia descendente.
- Los principales productos, continuaron siendo la tríada conformada por carne y derivados, soja, eucaliptus y derivados. Se acentuá así el carácter primario de las ventas al exterior. El procesamiento y comercialización especialmente de pasta de celulosa se realiza en zonas francas.
- Uruguay importa esencialmente vehículos, petróleo, productos químicos.
- La empresa Petrobras, mixta con capitales públicos brasileros y privados, se debate entre satisfacer a sus accionistas que quieren mayores ganancias aumentando los precios del combustible y las presiones de los transportistas locales afectados en sus costos. ¿A quién sirven las privatizaciones?
- El periódico Insurgentes, informa que la empresa española Abengoa, solicita ayuda al Estado de su país frente al riesgo de quiebra. Vieja costumbre del capital. Privatizar ganancias y socializar sus pérdidas. Mientras canta loas a la eficiencia de los “mercados”
iExperto en semántica.
iiEsencialmente se apoyan en la ideología neoclásica.
iiiDesoupados / PEA. O sea aproximadamente 186/ 1771.