domingo, 24 de mayo de 2020

COVID-19 dejará 215 millones de nuevos pobres en la región, según la Cepal // La eterna deuda pública externa sigue oprimiendo a América Latina en plena pandemia // Nunca ha habido una crisis económica como la actual por Vicenç Navarro // Se rompió la cadena económica mundial // "El mundo postpandemia será de la izquierda o de la ultraderecha": Entrevista con Walden Bello // Un triángulo de países sustituiría la hegemonía de EEUU tras la pandemia // Conspiracionismo en tiempos de cuarentena // "Habrá que nacionalizar empresas y sectores estratégicos de la Unión Europea para que no terminen en manos de determinados fondos" // URUGUAY: "Mucha cadena oficial pero la realidad está en los barrios"// Instituto de Economía de la Udelar concluye que en abril unas 100 mil personas cayeron por debajo de la línea de pobreza // La Pandemia del desempleo por Josè A. Rocca


COVID-19 dejará 215 millones de nuevos pobres en la región,

según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal)

Por Cecilia Vergara Mattei-CLAE | 15/05/2020 | Economía / REBELIÓN
Fuentes: CLAE

Covid 19 dejará 215 millones de nuevos pobres en la región, según ... La pandemia de covid-19 y sus repercusiones económicas amenazan con borrar 13 años de movilidad social en América Latina y dejar 214 millones 700 mil pobres y 83 millones 400 mil pobres extremos, señaló la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que propuso a los países de la región establecer un ingreso básico universal de emergencia.
Según el informe, México será el país con mayor incremento de pobreza en la región, ya que la pandemia dejó al descubierto los problemas estructurales del modelo de desarrollo, las carencias del sistema de protección social y de regímenes de bienestar muy incompletos, muy frágiles, muy vulnerables, declaró Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.
En México se dará el mayor incremento de pobreza extrema –personas que no pueden cumplir con al menos la mitad de sus necesidades básicas–, con un alza de 4.8 por ciento, y será el segundo mayor en pobreza –sólo detrás de Argentina–, con un aumento de 5.9.
En videoconferencia, Bárcena subrayó que lo que hagan los gobiernos en lo inmediato para enfrentar los efectos económicos de la pandemia permitirá no caer de nuevo en otra década perdida, cuando las crisis económicas en los años 80 del siglo pasado llevaron a la región a transitar 25 años para recuperar niveles de pobreza previos que tampoco eran buenos.
La Cepal propuso un ingreso básico universal –es decir, para toda la población en edad de trabajar–, pero los recursos para cumplir con éste implicarían más allá de los márgenes de gasto que tienen algunos países, y llamó a los países de la región a dar un ingreso básico universal de emergencia, que se centre en 34.6 por ciento de la región que hoy día es pobre.
Un modelo de transferencias por seis meses equivaldría a 3.4 por ciento del PIB, ya sumados los programas de traspasos que se han implementado. Dicho monto es casi la mitad del 6.3 por ciento del PIB que pierde la región por evasión fiscal.
El empleo y la desigualdad
Según Cepal, en la región, los mercados laborales suelen ser precarios: existe una alta proporción de empleos informales (53,1% en 2016, según la Organización Internacional del Trabajo. En 2018 solo el 47,4% de los ocupados aportaba al sistema de pensiones y más de 20% de los ocupados vivía en la pobreza. Las mujeres, las jóvenes, los indígenas, los afrodescendientes y los migrantes están sobrerrepresentados entre los trabajadores informal
En todos los escenarios, la pobreza y la pobreza extrema aumentarían en todos los países, indica el informe. En el escenario alto, los mayores aumentos de la pobreza extrema se darían en México, Nicaragua y el Ecuador También en el escenario alto, la pobreza en general aumentaría especialmente en la Argentina, México, Ecuador y el Brasil. Resalta la particular vulnerabilidad de las tres mayores economías de la región.„
El impacto hasta aquí descrito considera únicamente las consecuencias de la pandemia en el mercado laboral y la pérdida de ingresos asociada. En caso de reducirse las remesas provenientes de familiares que migraron, se acentuará la situación de pobreza de quienes las reciben en sus países de origen.
Esta reducción es probable ante el fuerte impacto del covid-19 en la región y en países extrarregionales receptores de migrantes latinoamericanos y caribeños, como Estados Unidos y España.
En este escenario de mayor pobreza y desigualdad, amplios estratos de la población de la región viven en condiciones crónicas de inseguridad económica y son muy vulnerables ante las pérdidas de ingresos laborales.
En 2019, el 77% de la población de la región (470 millones de personas) pertenecía a los estratos de ingresos bajos o medios-bajos, sus ingresos per cápita eran de hasta tres veces la línea de pobreza y no contaban con ahorros suficientes para enfrentar una crisis. En 2017, solo el 31,8% de las personas económicamente activas que vivían en hogares de los estratos de ingresos bajos y medios-bajos estaban afiliadas o cotizaban en el sistema de pensiones.
Clases medias
Cepal considera que también habría un fuerte deterioro de la posición de las personas que pertenecían a los estratos medios, aunque los impactos -estimados como movilidad económica descendente entre estratos- disminuyen a medida que se avanza en la escala social. En este grupo, los estratos medios-bajos serían los más afectados.
Se deterioraría la situación económica de al menos un 15% de estas personas: 16,7 millones pasarían a pertenecer a estratos de bajos ingresos, pero aún fuera de la pobreza, en tanto que 2,5 millones quedarían en situación de pobreza, principalmente no extrema.
Los estratos intermedios sufrirían un deterioro menor, ya que solo el 11% de las personas pasarían a estratos inferiores (10,7 millones), quedando en su mayoría en el estrato medio-bajo (9,1 millones).Los estratos medios-altos y altos serían los menos afectados, con deterioros económicos que en su mayoría los llevarían al estrato inmediatamente inferior.
Sin embargo, una pequeña proporción de las personas de estos estratos caería -al menos temporalmente- en situaciones de pobreza o pobreza extrema, en función de la disminución de sus ingresos corrientes.
Aún cuando las personas pertenecientes a los estratos medios-altos y altos pueden recurrir a la liquidación de activos para sostener, en el corto plazo, sus condiciones de vida, hay una proporción considerable de hogares que mantiene sus condiciones de vida sobre la base del endeudamiento, por lo que una caída significativa de sus ingresos podría provocar sobreendeudamiento y la pérdida posterior de sus activos, indica el informe de Cepal.
Periodista chilena, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
Fuente: http://estrategia.la/2020/05/13/covid-19-dejara-215-millones-de-nuevos-pobres-en-la-region-segun-cepal/

La eterna deuda pública externa sigue oprimiendo a América Latina en plena pandemia

Las enormes cantidades desembolsadas por Ecuador y Argentina en época de crisis sanitaria y social recuperan el debate de si es legítimo negarse a pagar los pasivos que históricamente acompañan a la región.

El presidente argentino, Alberto Fernández, pagó 250 millones de dólares de deuda externa a finales de marzo. Después abrió un proceso de renegociación con acreedores. CASA ROSADA
El presidente argentino, Alberto Fernández, pagó 250 millones de dólares de deuda externa a finales de marzo. Después abrió un proceso de renegociación con acreedores. CASA ROSADA
RÍO DE JANEIRO
06/05/2020 08:19 VÍCTOR DAVID LÓPEZ @VictorDavLopez - PÚBLICO
La Asociación de Cartoneros de Guayaquil se preparaba para elaborar los primeros doscientos ataúdes de cartón, una vez colapsado el sistema sanitario municipal y la estructura funeraria, mientras el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, pagaba una cuota de 326 millones de dólares de deuda externa. Desesperante desde el prisma social y humano, escrupuloso desde la óptica del capitalismo liberal.
También a finales de marzo, con la covid-19 llamando a la puerta, pagó 250 millones de dólares Argentina, atrapado sin remedio en una deuda pública externa (multilateral, bilateral y privada) que se difumina en las estadísticas oficiales. Los números –a 31 de diciembre de 2019– marcan una deuda bruta de la administración central de 323.065 millones de dólares, de los cuales 73.399 millones correspondían a deuda externa con organismos multinacionales y bilaterales. Todavía habría que sumar la deuda pública externa en manos de bancos y fondos de inversión extranjeros, porque el 77,89% de esa deuda pública bruta es en moneda extranjera (251.635 millones de dólares).
En los años setenta, con las crisis del petróleo, se inauguró la nueva era de la deuda externa en América Latina. "Masas de capital del petróleo fueron depositadas en el sector bancario, fundamentalmente en Europa y Estados Unidos", describe para Público el economista José Castillo, de Izquierda Socialista. "De estas inmensas masas de capital especulativo salen los préstamos al tercer mundo, con una tasa de intereses flotante, que en el origen era bastante baja". En 1981, Paul Volcker, director de la Reserva Federal de Estados Unidos, subió los tipos de interés hasta más allá del 20%: "A partir de entonces, la deuda se convierte en impagable".
Ya estaba a todo vapor también la maquinaria de préstamos del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. La excusa de la necesaria modernización de los países en vías de desarrollo sirvió para apuntalar también la fase multilateral de la deuda externa pública de América Latina. "Estas deudas fueron tomadas, en la mayoría de los casos, por las dictaduras militares", recuerda Castillo. "En las sucesivas transiciones a regímenes democráticos, los países, en lugar de rechazar la deuda, la terminan aceptando".

La estrategia brasileña para su deuda pública externa

Haciendo frontera con casi todos los países en problemas, pero en las antípodas en lo que a posición deudora se refiere, se encuentra Brasil, que consiguió transformar deuda en dólares a deuda en reales. "Fue un proceso largo de acumulación de reservas y cambios en la estructura de emisión de deuda brasileña, hasta que en 2006 o 2007 se alcanzó la posición de acreedor", afirma Livio Ribeiro, economista del Instituto Brasileño de Economía (IBRE) de la Fundação Getúlio Vargas (FGV).
Brasil consiguió transformar deuda en dólares a deuda en reales
Lo relevante, según Ribeiro, "no es la deuda pública externa" en sí misma, "sino la cantidad de deuda indexada en moneda extranjera, que puede ser tanto interna como externa". Es precisamente uno de los laberintos de Argentina, que "sigue estancada en los años ochenta, con el mismo mix de políticas económicas, con el mismo tipo de problema que se observaba a finales de los ochenta en Brasil". Livio Ribeiro valora, en conversación con este periódico, que Argentina "no ha conseguido alcanzar durante los años noventa y los años dos mil un nivel de atracción, seriedad o seguridad que permitiera a los inversores extranjeros tener confianza para colocar dinero en su economía y financiar la deuda en moneda doméstica".
Brasil aumentó, durante ese mismo periodo, su base de activos en dólares –reservas internacionales–, al mismo tiempo que disminuía pasivos en dólares. "Se mostró atractivo al capital extranjero, lo cual permitió que el Banco Central comprara dólares para guardar. Así se consiguió voltear la situación: de deudor líquido pasó a ser acreedor líquido", apunta el analista del Instituto Brasileño de Economía. La mayor parte de los países de América Latina no lo logró.
Explicaba el presidente ecuatoriano el último episodio macabro de la relación de América Latina con la deuda externa con un razonamiento basado en que gracias a abonar al día las cuotas de la deuda, Ecuador sería reconocido por fin como un buen pagador, pudiendo optar con más facilidad a nuevos créditos. Y, aunque se trate de un callejón sin salida, pronto anunció el presidente la renegociación de cuotas con los acreedores, y la llegada de 700 millones de dólares prestados por el Banco Interamericano de Desarrollo y otros 643 millones de dólares prestados por el Fondo Monetario Internacional.
Mónica de Bolle, economista brasileña, trasladaba hace unos días una lectura similar a la de Ribeiro. Para Brasil, la parte menos mala de la crisis –desde el punto de vista financiero– es que, dado que la mayor parte de la deuda pública brasileña está en su propia moneda, dado que existen grandes reservas internacionales y además no hay problema en el balance de pagos, "no hay riesgo de que el país necesite acudir al Fondo Monetario Internacional para acceder a mayor liquidez".
No han podido salvarse de esa embarazosa petición al FMI, además de Ecuador, Bolivia, Paraguay, Colombia, República Dominicana, Costa Rica, Panamá, El Salvador y Honduras. Todas estas líneas de crédito, excepto la de Colombia, son emergenciales –la de Honduras pertenece a un marco diferenciado: por encontrarse el país entre los 77 países más pobres del mundo, su deuda sí que podrá aplazarse durante unos meses–.

Consecuencias de negarse a pagar la deuda pública externa

El primer país en dejar de pagar la deuda pública externa, en 1982, fue México, provocando un efecto dominó. A partir de ahí se encadenan una sucesión de planes de ajuste para intentar renegociar y pagar esas deudas. "En los noventa ya se reconoce que es imposible", cuenta José Castillo, incluso con agresivos planes de ajuste e intervención de grandes compradores de deuda –a base, por ejemplo, de privatizaciones de lo público en los países afectados–. Ni vendiendo los países por pedazos se conseguía rebajar la deuda.
"Las cesaciones de pago (default) han sido una constante en la historia de la deuda pública externa de América Latina. Hay muchos casos, del más diverso tipo, de gobiernos revolucionarios y de gobiernos normales". En palabras de Castillo, que en 2001 llegara el momento del no pago de la deuda en Argentina "facilitó que una masa de fondos pudiera ser aplicada a la recuperación económica y social".
El primer país en dejar de pagar la deuda pública externa, en 1982, fue México, provocando un efecto dominó
Consecuencias comerciales, según el economista argentino, "puede haber". Eso sí: "Las consecuencias apocalípticas –te invaden, te aíslan–, no existen. A Argentina le embargaron una fragata, y hubo años después un juicio en Estados Unidos contra los fondos buitre". Tanto él como su partido abogan por dejar de pagar la deuda externa. "En la relación costo-beneficio, hoy sale mejor no pagar. ¿Quién tiene crédito en el mundo de hoy? A escala mundial de están rompiendo las cadenas de pago". El Ejecutivo de Alberto Fernández, de momento, ha iniciado un proceso de renegociación con todos sus acreedores.
Argentina, Ecuador, en su día también Brasil, Uruguay, y el resto de países de la región saben por experiencia que los préstamos habitualmente llegan con severas condiciones. La mayoría de programas de las instituciones financieras internacionales, además de solicitar cuadrar el balance de pagos, exigen certezas, austeridad y ajustes, que traducido al español de América Latina significa recortes, pérdida de derechos y opresión.

Pensamiento crítico

Nunca ha habido una crisis económica como la actual

por Vicenç Navarro

Vicenç Navarro ha sido Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona. Actualmente es Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España).
Ha sido también profesor de Políticas Públicas en The Johns Hopkins University (Baltimore, EEUU) donde ha impartido docencia durante 48 años. Dirige el Programa en Políticas Públicas y Sociales patrocinado conjuntamente por la Universidad Pompeu Fabra y The Johns Hopkins University. Dirige también el Observatorio Social de España.
Es uno de los investigadores españoles más citados en la literatura científica internacional en ciencias sociales
PÚBLICO - mayo 6, 2020
  Un hombre con mascarilla parado en el conocido cruce de calles de Tokio frente a la estación de Shinjuku, prácticamente desértico por las medidas de emergencia decretadas por el gobierno japonés frente a la pandemia del coronavirus. REUTERS/Kim Kyung-Hoon
Un hombre con mascarilla parado en el conocido cruce de calles de Tokio frente a la estación de Shinjuku, prácticamente desértico por las medidas de emergencia decretadas por el gobierno japonés frente a la pandemia del coronavirus. REUTERS/Kim Kyung-Hoon Vicenç Navarro Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra, y Director del JHU-UPF Public Policy Center
Existe un gran debate en los círculos económicos a los dos lados del Atlántico Norte sobre la naturaleza de la crisis económica actual causada por la pandemia, crisis que ya ha empezado y que se asume tendrá características similares a las que tuvo la Gran Recesión, que ocurrió durante el período 2007-2015. De esa semejanza se derivan las distintas propuestas que se están realizando para intentar minimizar y resolver el daño causado por esta crisis, asumiendo que las políticas públicas aplicadas para mitigar el daño causado en aquella recesión serán válidas también para esta. Tal supuesto es profundamente erróneo, pues las causas y las características de la Gran Recesión fueron muy distintas a las causas y a las características de esta crisis causada por la pandemia. En realidad, nunca ha habido una crisis económica que tenga las características de la de ahora. Ni siquiera la Gran Depresión es una crisis semejante a la actual. Es importante y urgente que se entienda esta realidad, pues la ignorancia de ello puede tener unas consecuencias catastróficas para la pervivencia de las sociedades a los dos lados del Atlántico Norte.
Veamos las características de la crisis actual:
  • Esta crisis económica está causada por la necesidad de salvar a la población (evitar que enferme y que muera), predominantemente del mundo del trabajo, pues sin ella no hay ni producción ni distribución de los bienes y servicios consumidos por la población. Es una crisis inmediata, sin ser resultado de ningún proceso evolutivo anterior. No se debe al colapso del capital financiero como en la Gran Recesión ni a la supuesta necesidad de corregir la elevada inflación (como ocurrió en la recesión provocada en 1981 o en 1993), ni a una falta de demanda como en la Gran Depresión.
  • Tal parálisis de la mayoría de sectores de la actividad económica conlleva una crisis rápida con un gran descenso (sin precedentes) del crecimiento del PIB y un aumento del desempleo. La economía estadounidense, la mayor economía del Atlántico Norte, vio (en el primer trimestre de este año) descender el PIB un 12% según la oficina del presupuesto del Congreso de EEUU (Congressional Budget Office - CBO), un 10% según Goldman Sachs o un 12% según J.P. Morgan. Es el descenso más acentuado desde la Gran Depresión (-13%) y el peor desde la II Guerra Mundial. Este descenso producirá un aumento, también sin precedentes, del desempleo. Según la CBO, se alcanzará un nivel del 16%, el mayor desde el final de la II Guerra Mundial. En el caso de España, el PIB ha caído un 5,2% este primer trimestre de 2020, y se espera que caiga hasta un 9,2% a lo largo del año en curso, según el gobierno. Respecto a la afectación sobre los puestos de trabajo, la tasa de desempleo acumula una tasa variación trimestral del 3,79%, situándose al 14,41% en el mes de abril. El gobierno, por su parte, prevé que la tasa de desempleo llegue al 19% a finales de 2020 (es probable que estas cifras sean mayores). Y para el conjunto de la UE, la caída del PIB este primer trimestre ha sido del 3,5% (3,8% en la Zona Euro). Según las previsiones del FMI, esta caída se prolongará durante todo el 2020, acumulando una caída interanual del 7,1% (7,5% en la Zona Euro). Al mismo tiempo, según las mismas previsiones del FMI, la Zona Euro alcanzaría el 10,4% este 2020 (no ofrece datos para el conjunto de la UE).
  • Otra característica es la rapidez (casi inmediatez) de los efectos de la paralización de la mayoría de sectores laborales. En EEUU, un período de solo un mes (del 15 de marzo al 18 de abril) 30 millones de trabajadores (de un total de 150 millones) han pasado a estar en paro, según los datos de trabajadores que han pedido acogerse al subsidio de desempleo (que es muy limitado en EEUU). Esta inmediatez, intensidad y gravedad es la mayor de cualquier crisis habida en los siglos XX y XXI en EEUU. Como punto de comparación, la mayor pérdida de puestos de trabajo fue de 4 millones en cinco semanas durante la Gran Depresión. En el caso español, en solo dos meses prácticamente 3,4 millones de personas se han visto afectadas por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs), y solo en el mes de abril el paro registrado creció en casi 300.000 personas, cifra nunca alcanzada anteriormente en un solo mes.
  • La evolución de la crisis económica está predominantemente influenciada por el impacto de la pandemia en la mortalidad y morbilidad (enfermedad) de la población trabajadora, así como en el efecto de las medidas tomadas para controlar la pandemia (como el distanciamiento social o el cierre de escuelas) en el tamaño de la población ocupada. Un ejemplo de lo primero es que muchas empresas han tenido que interrumpir parcialmente, o en su totalidad, su actividad económica como resultado de la muerte y/o enfermedad de sus trabajadores. Y un ejemplo de lo segundo es que el cierre de las escuelas por parte de las autoridades públicas crea un grave problema que obstaculiza la conciliación de la vida laboral con la vida familiar de los padres y, sobre todo, de las madres, provocando problemas graves en la continuidad de la fuerza del trabajo, sobre todo de las mujeres, que son la mayoría en los servicios esenciales (servicios sanitarios y sociales, así como comercio, claves para la continuidad del sistema económico). En realidad, una de las causas de que los impactos de la crisis sean mayores en unos países que en otros se debe a limitaciones de los servicios sanitarios, sociales y personales, así como a la escasez de los servicios de apoyo a la población, tanto a nivel laboral como familiar. La falta de protección social y laboral que ha caracterizado a EEUU, Italia y España es una de las causas de que la crisis económica vaya a ser mayor en estos países (ver mis dos últimos artículos en Público: Alternativas económicas frente a la pandemia, 30.04.20, y La falsa dicotomía entre mantener la salud o salvar la economía, 16.04.20).

La viabilidad y supervivencia del sistema económico depende primordialmente del sector más afectado: el ámbito social de los sectores esenciales

  • Otra especificidad de esta crisis económica es que ha afectado más al sector servicios que al sector industrial o al de la construcción. Esto se debe a varios factores. Uno es que el sector económico más afectado ha sido, precisamente, el sector de los servicios esenciales, que incluye los servicios sanitarios y sociales, el servicio de transporte, los servicios comerciales, los servicios de limpieza y servicios personales, entre otros. Todos ellos tienen en común no haber tenido la opción de confinarse, estando por lo tanto más expuestos al contagio, a la enfermedad y/o a la muerte. Entre ellos, destacan los servicios que están, como parte de su trabajo, directamente en contacto con los enfermos de coronavirus, a los que cuidan (unos trabajadores que están siendo objeto del merecido homenaje de la ciudadanía). La gran mayoría de los trabajadores de estos sectores son mujeres, en condiciones de empleo precarias, sujetas a escasez de material protector y a situaciones enormemente estresantes y mal retribuidas.
Este sector de trabajadores y trabajadoras esenciales, que representa aproximadamente un 35% de la población ocupada, juega un papel clave en la economía y sostiene a toda la sociedad, con una función primordial para la seguridad del sistema. La pandemia ha mostrado claramente que la viabilidad del sistema económico depende en gran medida de este sector. No hay ningún otro sector que sea tan fundamental para la mera existencia de la sociedad. Como bien dicen las feministas, la economía de los cuidados es el pilar de todo el sistema. E, insisto, es el sector más feminizado, peor retribuido y más maltratado de la economía. No es, por lo tanto, una casualidad que sea el más afectado (a nivel de contagios, enfermos y muertos) por la pandemia, lo que muestra su enorme vulnerabilidad y riesgo.

La orientación comunitaria de tales servicios esenciales

  • Es también una característica de este sector social que la mayor parte de su actividad se realice en la comunidad, siendo un componente esencial de la misma, vital para la calidad de vida y bienestar de la población. Tales servicios están gestionados por las autoridades locales o por los Estados, regiones o autonomías. Son también una de las áreas económicas con mayor potencial de expansión en ocupación. El caso más claro es el cuarto pilar del bienestar (esto es, los servicios de ayuda a las familias: escuelas de infancia y servicios domiciliarios a los ancianos y otras personas dependientes), una de las áreas de mayor empleo en los países nórdicos, que explica que mientras uno de cada cinco adultos trabaja en los servicios públicos del Estado del Bienestar en Suecia, en España es solo uno de cada diez. Ello es causa de la elevada integración de la mujer en el mercado de trabajo de aquel país nórdico, y de su baja integración en España.

Políticas públicas para salir de la crisis económica: la gran expansión en el sector social (los servicios y transferencias que garantizan la viabilidad y la seguridad de la población y de la economía)

De estas características definidas en el apartado anterior se derivan las líneas estratégicas de intervención para salir de la crisis que, debido a las causas que la crearon, puede ser revertida también con gran rapidez, con el objetivo de que sea una crisis en forma de U y no en forma de L.  Ahora bien, para que ello ocurra es fundamental que no se repitan los grandes errores que se cometieron para salir de la Gran Recesión.  No pueden priorizarse (como se hizo entonces) los intereses particulares de poderes económicos y financieros (que habían, precisamente, causado la Gran Recesión) frente al bien común, representado por los servicios sanitarios y sociales, que fueron recortados y desabastecidos de forma dramática, con las consecuencias que hemos vistos estos días con la pandemia.
Hay que cambiar radicalmente las prioridades de la recuperación, expandiendo la inversión social, que, repito, favorece el bien común, con una gran expansión del empleo en estos servicios del Estado del Bienestar, es decir, los servicios y transferencias del Estado social (como sanidad, servicios sociales, vivienda social y los servicios del 4º pilar del bienestar), convirtiéndose en la inversión más importante del Estado a fin de garantizar la viabilidad y la seguridad de todo el sistema. Repito que ello debería incluir el establecimiento de los servicios a las familias (escuelas de infancia y servicios a la dependencia) que ayuden a integrar a la mujer en el mercado de trabajo. Se necesita, por lo tanto, un New Deal Social que refuerce la calidad de vida, bienestar y seguridad de la población; una seguridad que sería un profundo error definir como un concepto militar o policial (la pandemia en EEUU ha causado muchas más muertes que la guerra de Vietnam). La primera condición para la existencia de una sociedad es la seguridad del bienestar, siendo este el primer objetivo que debería tener cualquier política pública.

Otra gran urgencia: la necesaria reconversión industrial, el New Deal Social y el New Deal Verde

Otras políticas públicas que se deberían implementar deberían ser invertir en la reconversión del sector industrial para orientarlo hacia las necesidades del bien común, y muy en particular las necesidades del sector social, a fin de garantizar la existencia del material necesario para proteger y mejorar el bienestar de la población, estableciendo unas prioridades que pueden ser distintas a las definidas por el mercado, el cual siempre prioriza la capacidad adquisitiva del consumidor, pero no dicho bien común. Según el mismo principio, la reconversión industrial (incluyendo la construcción) tendría también que priorizar las medidas para proteger a la población de los cambios climáticos, que podrían causar posibles crisis, tanto o más severas que las pandemias. Se requiere, junto al New Deal Social, un New Deal Verde, a fin de garantizar tal bien común, tema a expandir en próximos artículos.
En este sentido, fue preocupante ver la reacción negativa que algunos sectores influyentes de la sociedad (incluyendo algunas opciones de las izquierdas) tuvieron hacia las reflexiones de la teniente de alcalde del ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz, que indicó la necesidad de hacer cambios en el sector automovilístico del país en lo que era, en realidad, una llamada al sentido común, que pedía poner el bien común sobre el bien particular. España es uno de los países que producen más automóviles, un producto del cual hay muy poca escasez y excesiva abundancia. Hubiera sido mucho más necesario que tal industria fabricara respiradores, de los cuales ha habido una escasez enorme, lo que ha causado la muerte a miles de personas. Y, además de respiradores, hay muchísimos productos manufacturados que deberían fabricarse para mejorar la calidad de vida de la población; lo mismo aplica a la reconversión verde que debe darse como consecuencia de ese otro New Deal que debería conllevar una redefinición del sector industrial en base a nuevas formas de energía. Y lo mismo con la construcción, que debería especializarse mucho menos en el turismo y mucho más en la reconversión de los edificios para ser más eficientes energéticamente, así como también en desarrollar un urbanismo que construya comunidades que unan y no separen a la población. En este sentido, uno de los avances en los países escandinavos ha sido intentar terminar con la soledad de los ancianos, creando comunidades y edificios con gran diversidad social y etaria, que unan y no separen a los grupos sociales (ya sea por razones de edad o de tipología familiar). El hecho de que hubiera protestas contra Janet Sanz muestra lo mucho que queda por hacer para priorizar el bien común en este país.

Las condiciones políticas para salir de la crisis económica

Para salir de la crisis es fundamental que haya una mayoría de progreso que apoye o, al menos, simpatice con los puntos subrayados en este artículo. En realidad, cada una de las propuestas en él podrían ser aceptadas incluso por parte de fuerzas conservadoras que son conscientes de la gravedad de los tiempos que vivimos y que perciben que volver al pasado no es la solución a la enorme crisis económica actual. Sin embargo, el mayor problema es que las direcciones de los partidos conservadores y liberales españoles han mostrado una falta de cultura democrática que los ha diferenciado de sus homólogos políticos en muchos otros países europeos. Subrayo el término direcciones (y no incluyo a gran parte de sus votantes) porque varias encuestas creíbles muestran que la mayoría de estas propuestas gozan de una amplia aprobación por parte de la población española, incluyendo votantes conservadores y liberales. Pero para desgracia del país, hoy hay dirigentes políticos que, por meros objetivos partidistas, están obstaculizando la continuidad del estado de alarma, hecho que tendría resultados enormemente negativos, incluso catastróficos.
La otra medida necesaria ha sido la de establecer una dirección política única para responder a la pandemia, al menos en las líneas generales de actuación, aun cuando la aplicación de las medidas debería estar adaptada a las peculiaridades de cada parte del país. El problema en España es que, de nuevo, como consecuencia del escaso desarrollo democrático, algunos de los dirigentes de las comunidades autónomas, controladas por los partidos de la oposición, se resisten a ello, obstaculizando tal dirección. Esto ha ocurrido también en Italia, donde hubo grandes problemas debido a la descentralización del sistema sanitario, lo que también ha sucedido en Bélgica, donde la diversidad nacional ha obstaculizado una acción unitaria, hecho que ha sido responsable de su elevada mortalidad. Estos casos contrastan con Alemania, donde, a pesar de la descentralización de su sistema federal, ha habido una dirección central única encabezada por la Sra. Merkel, resultado de lo cual el país ha tenido una muy baja mortalidad.

¿Cómo se paga todo esto? ¿Puede el país conseguir los recursos para salir de la crisis?

En primer lugar, hay que entender que los argumento que los economistas conservadores y liberales continuamente utilizan de que no se puede pagar o de que es injusto defender la deuda pública porque la tendrán que pagar nuestros hijos y nietos, son falaces y carecen de credibilidad. Y los datos así lo muestran, como mostré en mi libro Ataque a la democracia y al bienestar, crítica al pensamiento económico dominante. Hoy, todos los países a los dos lados del Atlántico Norte disponen de los recursos necesarios para salir de la crisis siguiendo una vía opuesta a la que se siguió en la Gran Recesión. El problema de los recursos no es un problema económico: es, en realidad, político. Lo documentamos extensamente cuando Juan Torres, Alberto Garzón y yo publicamos el libro HAY ALTERNATIVAS. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, en el que mostramos con datos que sí que había recursos alternativos a los recortes. Tales recursos ya existen en el país. Lo que se requiere es una redistribución de tales recursos, revirtiendo el enorme crecimiento de las desigualdades, que es uno de los factores que obstaculizan más alcanzar no solo el bienestar de la mayoría de la ciudadanía, sino también la eficiencia económica. Se está llegando a un nivel de absurdidad tal que en el mundo occidental se invierte una enorme cantidad de recursos públicos en el sector militar para expandir la industria del armamento y de la muerte, para defendernos de un enemigo (que ahora se considera China) del que dependemos para conseguir materiales que permitan proteger a la ciudadanía, como mascarillas y respiradores. La seguridad no se basa en poder militar, sino en el poder social. Es más, no es la muerte, sino la vida, lo que une a la población mundial. Y la corriente de solidaridad que se ha generado durante la crisis debe verse reflejada en un sistema económico nuevo pospandemia que se base en esa solidaridad y en el bien común. Fue absurdo que, en España, por ejemplo, se destinaran 60.000 millones de euros públicos para salvar a la banca privada (que había sido, en gran parte, responsable de la crisis financiera en España) o que se gastaran 1.200 millones de dólares públicos en EEUU para financiar investigaciones farmacéuticas que no responden a las necesidades de la ciudadanía, sino que fueron fruto de decisiones que siguieron un criterio meramente mercantil para definir las prioridades de tal industria. La población ha hecho y continúa haciendo un enorme sacrificio y no debería tolerar la concentración de tantos despropósitos, que favorecen, como siempre, a unos intereses muy minoritarios frente a los intereses de la mayoría de la población. La solución a la pandemia no es volver al pasado, sino construir un nuevo futuro.


Se rompió la cadena económica mundial

Por Hedelberto López Blanch | 03/04/2020 | Economía - REBELIÓN
Fuentes: Rebelión
Viñeta: MALAGÓN
La economía mundial, que ya presentaba grandes lagunas en 2019, acabó de estremecerse violentamente al romperse el eslabón que la sostenía debido a la aparición y propagación del nuevo coronavirus Covid 19 el cual ha puesto en vilo a toda la humanidad.
Varios indicadores macroeconómicos auguraban que desde hacía un tiempo, la economía global estaba al borde de una nueva crisis parecida o superior a la de 2008 cuando comenzó por Estados Unidos con la quiebra del banco de inversiones Lehman Brothers.
La políticas de “sanciones” o mejor dicho, extorsiones aplicadas por Washington contra numerosas naciones del mundo, comenzaron a provocar una disminución del comercio mundial.
Los especialistas explicaban hace pocos meses que a diferencia de la crisis mundial anterior debido al endeudamiento de los gobiernos, familias y debilidad fiscal de los bancos, en esta ocasión ocurriría por los pasivos acumulados de las grandes empresas (deuda corporativa) y por la deuda soberana de muchos Estados.
En el transcurso de 2019 ocurrió la desaceleración económica en varias naciones por lo que disminuyeron los pedidos de materias primas, se redujeron producciones, aumentaron los precios, la inflación y las fuentes de empleo se dirigieron mayormente a los servicios y al sector informal de la economía.
El portal Proyect Syndicate, explicaba que los mercados emergentes se estaban enfrentando a serios desafíos y presiones mundiales, como la desaceleración de China, el deterioro comercial de materias primas, creciente inflación, la debilidad de la moneda en varias naciones, que aumentaban el valor real de la deuda acumulada durante la última década.
Es decir, antes de la aparición de la pandemia del Covid-2, la economía mundial estaba entrando en un proceso de recesión al debilitarse el comercio internacional cuyo mejor ejemplo es que en seis meses, de septiembre de 2019 a marzo 2020, bajó 84 %. A la par, bajaban las esperanzas de crecimiento para casi todos los países.
Ahora, con la rápida expansión del coronavirus se han aglomerado una cadena de negativas consecuencias como pánico en los mercados financieros, fuga de capitales, caída de los precios del petróleo, devaluación de las monedas frente al dólar, quiebra de empresas, desaparición masiva de puestos de empleo y como consecuencia la amenaza de una recesión global.   
La industria sin humo, desde los primeros momentos, se convirtió en la más perjudicada. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) estima que el impacto será superior a la crisis financiera de 2008 o al provocado por el derribo de las torres gemelas de Nueva York en 2001.
La IATA informó que los precios de las acciones de las aerolíneas cayeron entre 25 % y 30 % y los transportistas perderán más de 120 000 millones de dólares por ese desastre sanitario.
En línea directa con esa estimación, el Consejo Mundial del Viaje y el Turismo significó que el desplome de la demanda de pasajeros internacionales eliminará más de 50 millones de empleos en la industria turística global.
En cuanto al precio del petróleo, antes de la pandemia había bajado por disputas entre la OPEP y Rusia y se acrecentó con el frenazo en la demanda por los efectos del tsunami sanitario. El barril se cotiza en estos momentos entre 25 y 30 dólares.
Para tratar de suavizar los efectos negativos en la Bolsa de Valores, la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos bajó los tipos de interés al 0 % y anunció compras de deuda por 700 000 millones de dólares pero eso no fue óbice para que se desplomara Wall Street y bajaran el Dow Jones y el Nasdaq.
El Bank of America declaró que la economía del país norteamericano “ha caído en una recesión” y prevé que la economía “colapse en el segundo trimestre de 2020”. El virus se propaga por toda la nación y no se sabe cuando se podrá detener, mientras el presidente Donald Trump realiza incoherentes declaraciones que apuestan por apoyar una economía en contra de la vida de la población.
Goldman Sachs considera que el 50% de los estadounidenses contraerá el virus (unos 150 millones de personas) y en Europa también lo adquirirán decenas de millones de sus habitantes.
Por lo tanto la economía mundial ya esta recibiendo un contundente golpe y las que más se afectarán son las naciones en desarrollo que no tienen reservas monetarias para enfrentar la paralización de sus intercambios comerciales y la fuerte baja del turismo del que muchos dependen. En América Latina se estima un decrecimiento del 1,5 % para este año.
La consultora McKinsey & Company y Bloomberg consideraron que con este escenario las pérdidas globales podrían alcanzar los 2,7 billones de dólares.
Mientras estos cálculos suceden, China, por donde se inició el virus y considerada actualmente como la locomotora de la economía del orbe, después de alcanzar el pico de contagio, ha pasado a la fase de recuperación y cerca del 95 % de las grandes compañías y el 60 % de las pequeñas y medianas empresas han comenzado a funcionar.
Esperemos que tras los desastres económicos, financieros y humanos que dejará esta pandemia, las naciones con sistemas neoliberales, comprendan la imperiosa necesidad de implementar programas sociales que salven a sus poblaciones por encima del enriquecimiento de unos pocos como ha estado ocurriendo en los últimos 30 años.
Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano.

Bello: "El impulso es hacia un sistema postcapitalista"

por Eduardo Febbro
LA HAINE - 12/05/2020

"El mundo postpandemia será de la izquierda o de la ultraderecha": Entrevista con Walden Bello, autor de “Desglobalización” y Premio Nobel Alternativo 2003
Asegura que la pandemia de covid-19 surgió en un sistema económico global ya desestabilizado en el Norte y el Sur por la ira contra las elites. En ese marco, considera que solo la izquierda y la extrema derecha están en condiciones de aprovecharla. ¿Quién será capaz de dirigir toda esa ira desatada?

Del Sur hacia el Sur y de allí al mundo hay pocos pensadores tan entrañablemente lúcidos y precisos como el filipino Walden Bello. Sociólogo, director ejecutivo de 'Focus on the Global South', profesor de Sociología y Administración Pública de la Universidad de Filipinas e investigador asociado del Transnational Institute, Walden Bello plantó en las espaldas de Occidente la espina de un concepto que lo haría famoso en todo el planeta y que, hoy, ha recobrado toda su enérgica legitimidad: en 2002 escribió el libro “Desglobalización: ideas para una nueva economía mundial” (Icaria editorial). El libro se convirtió en uno de los manuales del movimiento antiglobalización. El oportunismo de las extremas derechas del Norte y de algunos socialdemócratas adeptos a la soberanía hizo que las ideas de esta obra fueran literalmente saqueadas con fines electorales. El ensayo contiene muchas claves que exceden el ya indigesto catálogo de libros-diagnósticos sobre el liberalismo.
Bello demostraba la enfermedad genética de una globalización que pretendía curar al mundo, la forma en que esta globalización sacrificaba el desarrollo de los países del Sur y proponía una escala de medidas reactualizadas por la pandemia que paralizó a las sociedades durante 2020. Sus ideas vuelven a resonar en todas partes, muy especialmente aquella que promueve la reorientación de las economías mediante una transferencia de la producción destinada a la exportación hacia la producción concentrada en los mercados locales. Sólo para dar un ejemplo: la falta dramática de máscaras protectoras en todo el mundo (estaban producidas en China) demuestra el acierto de su enunciado.
Walden Bello es autor de numerosos libros sobre la globalización y en 2003 fue galardonado con el Premio Nobel Alternativo. Bello es igualmente profesor Adjunto de Sociología en la Universidad Estatal de Nueva York en Binghamton y fue miembro de la Cámara de Representantes de Filipinas (parlamento,2009-2015). Sus últimos libros publicado en ingles (2019) son: The Global Rise of the Far Right (El ascenso global de la extrema derecha), y Paper Dragons: China and the Next Crash (Dragones de papel: China y el próximo Crash).
En esta entrevista con Página/12, el sociólogo filipino explora ese “nuevo mundo” que casi tocamos con los dedos sin que sea aún real. Robusto en sus planteos, Bello admite las posibilidades que se ofrecen sin por ello esconder los límites de una transformación que, asegura, depende de la acción de las fuerzas progresistas y de la reconfiguración del Sur como actor renovado.
--Usted dijo muchas veces que era preciso moverse hacia un sistema post capitalista. La gente siente que ha llegado el momento. Otros dudan. ¿Usted presiente que la crisis provocada por la pandemia reúne las condiciones para reconfigurarlo todo?
---Si, pero me explico. Creo que las posibilidades que ofrece el momento, la coyuntura, son el resultado de dos cosas: la crisis objetiva del sistema y la fuerza subjetiva que puede actuar sobre esta crisis. Mi sensación es que la crisis financiera mundial de 2008 fue una profunda crisis del capitalismo, pero el elemento subjetivo aún no había alcanzado una masa crítica. Debido al crecimiento impulsado por los gastos del consumidor y financiado con deuda, la crisis sorprendió a la gente, pero no creo que se hayan alejado tanto del sistema. Hoy es diferente. El nivel de descontento y alienación con el neoliberalismo es muy alto en el Norte global debido a la incapacidad de las élites arraigadas para enfrentar el declive, mejorar los niveles de vida y tratar la desigualdad vertiginosa en los años que siguieron a la crisis financiera. En el Sur global la crisis de legitimidad ya había afectado al neoliberalismo y la globalización y sus instituciones clave, como la Unión Europea, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio, incluso antes de la crisis de 2008.
La pandemia del covid-19 surgió a través de un sistema económico global ya desestabilizado que sufría una profunda crisis de legitimidad. La gente tenía la sensación de que las cosas estaban realmente de fuera de control. La ira, la frustración y la sensación de que las elites y los poderes gobernantes perdieron el control, y que el sistema se fue al diablo está muy extendida hoy, en contraste con las secuelas inmediatas de la crisis de 2008. Es este torbellino, es precisamente este elemento subjetivo el que debe ser aprovechado por las fuerzas políticas.
El sistema global, por supuesto, intentará recuperar la "vieja normalidad", como lo demuestra la infame teleconferencia de Goldman Sachs, cuyos participantes acordaron que no hubo una crisis sistémica inducida por covid-19 y que lo importante es garantizar una vuelta prolija al orden anterior al covid-19. Pero no hay que obligar al genio a que vuelva a la botella. Simplemente hay demasiada ira, demasiado resentimiento, demasiada inseguridad que se han desatado, y solo la izquierda y la extrema derecha están en condiciones de aprovechar esta tormenta subjetiva. Entonces, sí, el impulso es hacia un sistema post-capitalista o, en cualquier caso, post-neoliberal, y la pregunta clave es ¿ quién será capaz de aprovechar toda esa ira desatada y dirigirla ?
--Allí se teje el horizonte futuro. El fracaso de la democracia liberal para mejorar la vida de las personas y la igualdad ha llevado a la aparición de movimientos populistas en todo el mundo. En cierto sentido, la extrema derecha secuestró la desglobalización. Esta crisis ha expuesto como nunca antes la gran fractura del mundo. ¿El escenario posterior al virus puede ser una oportunidad mucho mejor para que la extrema derecha llegue al poder?
--Desafortunadamente, es la extrema derecha la que está mejor posicionada para aprovechar el descontento global porque, incluso antes de Covid-19, los partidos de extrema derecha ya eran elementos claves de las posiciones y programas anti neoliberales promovidas por la izquierda independiente. Por ejemplo, la crítica de la globalización, la expansión del "estado de bienestar" y una mayor intervención estatal en la economía. Lo que hizo la extrema derecha fue plantearlos como un paradigma propio. En Europa, los partidos de derecha radical abandonaron parte de los viejos programas neoliberales que abogaban por una mayor liberalización y menos impuestos que habían apoyado y se pusieron a decir que estaban a favor del Estado de bienestar y de una mayor protección de la economía nacional ante los compromisos internacionales. Pero claro, sólo en beneficio de las personas con el "color de piel correcto", la "cultura correcta", la población étnica "correcta", la "religión correcta".
Esencialmente, es la vieja fórmula "nacional socialista" inclusiva de clase, pero racial y culturalmente excluyente. La extrema derecha oportunista está, desafortunadamente, por delante de la izquierda en este momento. El amplio movimiento progresivo tendrá que moverse más rápido y asegurarse de que los socialdemócratas desacreditados en Europa y los demócratas de Obama y Biden en los EEUU no vuelvan a canalizar la política hacia un nuevo compromiso con un neoliberalismo moribundo. Si esto sucede, entonces esa escena escalofriante que aparece en la película Cabaret, donde la gente común que apoya a los nazis canta "El futuro nos pertenece", casi con seguridad se hará realidad.
--La izquierda tiene muchas ideas, pero no está unida. Además, si la crisis demostró la importancia de las ideas de la izquierda, no hay líderes legítimos para llevarlas a cabo. En resumen: ¿cómo crear la base que la convertirá en una fuerza material?
---Este es el desafío. Nosotros, en la izquierda, tenemos una gran cantidad de ideas, pero una pobreza de estrategias políticas y líderes unificadores eficaces. Y allí donde hay personalidades carismáticas estas parecen estar principalmente a la derecha. Sin embargo, estoy seguro de que estas estrategias y personas surgirán en el seno de la izquierda. La dinámica del cambio histórico inevitablemente producirá esto, y algunas veces en las circunstancias más improbables. Las únicas preguntas son quién, cómo, dónde y cuándo, y si esto surgirá en esta generación. Los progresistas tienen una serie de buenas ideas y estrategias desarrolladas en las últimas décadas sobre cómo avanzar hacia un sistema pos capitalista. La izquierda plantea paradigmas como descrecimiento, desglobalización, ecofeminismo, soberanía alimentaria y "Buen Vivir".
El problema es que estas estrategias aún no han encontrado una base masiva, y una gran parte del problema radica en el hecho de que las personas asocian la izquierda con la izquierda centralizada, es decir, los socialdemócratas en Europa y, en los EEUU, el Partido Demócrata. Ambos estaban implicados con el viejo sistema neoliberal al que presentaban con un "rostro humano". En el Sur global, los gobiernos democráticos liberales que suplantaron las dictaduras en la década de 1980, muchos de ellos dirigidos por coaliciones que incorporan progresistas, también han sido desacreditados debido a su adopción de medidas neoliberales, mientras que la "Marea Rosa" en América Latina se topa con sus propias contradicciones, y los estados comunistas en el este de Asia se han convertido en sistemas capitalistas de estado.
Pero creo que no podemos descontar a la izquierda. La historia tiene un movimiento dialéctico complejo y a veces hay desarrollos inesperados que conducen a resultados progresivos o regresivos. Permítanme decir esto, aunque la situación no parece tan buena para los progresistas en este momento, estoy seguro de que nuestro equipo ganará al final. La Segunda Guerra Mundial no terminó en Dunkerque, aunque, en ese momento, parecía que todo apuntaba a una victoria alemana.
--Tampoco puede excluirse una nueva alianza entre las clases medias y formas más autoritarias de liberalismo, tal y como sucedió en Chile en la década de los 70, con el único propósito de no perder privilegios.
---Sí, por supuesto, esta es una posibilidad. Al mismo tiempo, el modelo chileno de una alianza de clase media-elite basada en un programa neoliberal clásico ya no podría ser una opción. Una nueva alianza autoritaria probablemente tendría que incluir a grandes sectores de las clases bajas para tener un grado significativo de legitimidad, y esta incorporación de las clases bajas podría lograrse haciendo algunas concesiones económicas paternalistas y dirigiendo las energías de la alianza contra las minorías y los migrantes. Desde India, donde el BJP (partido en el poder) está creando un estado anti musulmán hasta Filipinas, donde los consumidores de drogas son chivos expiatorios de los males de la sociedad, hasta Europa y los EEUU, donde los migrantes son el foco del odio de la mayoría blanca "inclusiva solo para su clase", esto es lo que está pasando.
--Usted acuñó la palabra desglobalización en su libro, "Desglobalización: Ideas para una nueva economía mundial". ¿Siente en este momento que las condiciones son mejores para hacer realidad esa desglobalización teorizada en el libro?.
---Sí, por ejemplo, la locura de las cadenas de suministro mundiales demostró que era completamente inoperante durante la crisis del coronavirus. Debido a los cálculos neoliberales basados en la reducción del costo unitario de producción, las élites corporativas, con el consentimiento de sus gobiernos, transfirieron gran parte de sus instalaciones industriales a China, de modo que cuando la producción china se detuvo durante la crisis de covid-19, muchos países carecían de componentes industriales claves y descubrieron que incluso producir máscaras y otros equipos de protección del personal era algo de lo que ya no eran capaces. Al mismo tiempo, la interrupción inducida por covid-19 de la cadena de suministro agrícola mundial amenaza con una hambruna generalizada.
En varios países del Norte global y del Sur global se ha permitido que sus sectores agrícolas locales se marchiten. Entre el 30 y el 50 por ciento de los alimentos que se consumen en China, el sudeste asiático y América Latina ahora no se producen localmente, sino que son suministrados por cadenas de suministro agroalimentarias mundiales y regionales. Creo que habrá un movimiento hacia una mayor autosuficiencia en la producción industrial y agrícola. La pregunta es si tales estrategias serán desarrolladas por regímenes de derecha o gobiernos progresistas.
--De los quince pilares incluidos en su concepto de desglobalización, ¿cuáles cree que son más urgentes de ahora en adelante?.
---Creo que lo más urgente es la reorientación de la producción hacia el mercado interno y desvincular la producción local de las cadenas de suministro mundiales a través de una política comercial progresiva, una política industrial agresiva y una política agrícola que promueva la autosuficiencia alimentaria y la soberanía alimentaria. Nuevamente, es importante que tales políticas sean emprendidas por progresistas y no por nacionalistas de derecha que las utilizarán principalmente para servir a los intereses del grupo étnico y cultural dominante contra las minorías y los migrantes.
--¿Qué podría reemplazar a la globalización como el nuevo prototipo después de la pandemia de Covid-19? En una entrevista reciente de Página/12 con el sociólogo francés Michel Wieviorka, el intelectual dijo: "lo peor será peor y lo mejor será mejor".
-–Se trata ahora de una carrera entre una desglobalización progresista y una regresiva, nacionalista. En el caso de la primera, "lo mejor será mejor". Si gana el segundo, estoy de acuerdo con Wieviorka en que "lo peor será peor".
--En su idea de desglobalización, usted no propuso que los países se aparten de la comunidad internacional, sino la construcción de un modelo alternativo. ¿Esta crisis cambia su propia perspectiva de ese modelo?
--Incluso después de la pandemia y en un proceso de desglobalización, será importante una interacción creativa con la comunidad internacional. Como siempre he dicho, la desglobalización no se trataba de desvincularse de la economía internacional, sino de lograr una relación equilibrada entre la economía local y la economía internacional en la que la integración de la economía nacional no se sacrificara en el altar de la integración liderada por las empresas de diferentes partes del mundo. No se puede sacrificar la economía nacional por una economía globalizada.
Un alto grado de autosuficiencia en la producción agrícola e industrial es una característica clave de la economía nacional. Pero este es solo un aspecto del paradigma de la desglobalización. También sería importante la promoción radical de la igualdad, que es crítica tanto por razones de justicia social como por la expansión de la demanda interna. Urge la democratización de la toma de decisiones económicas desde la cumbre del Estado hasta la fábrica y la elaboración de una relación benigna entre la economía y el medio ambiente, que a veces se llama el "nuevo acuerdo verde".
--La Argentina fue el último país del mundo en sufrir el brutal asalto del híper liberalismo y la globalización entre los años 2015 y 2020. Luego, el gobierno cambió. Para países como Argentina y, en general, para los países del Sur, ¿representa esta crisis una nueva oportunidad para recuperar su soberanía, su posición en el mundo y su identidad?
--Sí, por supuesto, pero como dije anteriormente, estas oportunidades surgirán de la dialéctica y la sinergia entre la crisis objetiva y la respuesta a la crisis proveniente de grupos e individuos progresistas. El problema es que, incluso con las mejores intenciones, no se puede forzar la aparición de lo nuevo dentro de lo viejo. Las cosas pasan. A veces uno solo tiene que ser paciente. Pero cuando las estrellas comienzan a alinearse, entonces el tiempo lo es todo. ¿Es el covid-19 el equivalente de la Primera Guerra Mundial, o sea, ese momento histórico donde todo se desmoronó y los gobernantes ya no podían gobernar de la misma manera antigua, para usar la frase de un famoso revolucionario?. Tal vez. Y debemos recordar que de esa crisis anterior surgieron tanto el socialismo como la barbarie, por citar a Rosa Luxemburgo.
--Hace décadas que se sueña con un New Deal interno al Sur. Ha quedado en eso, en un sueño.
---Quizás ocurra, quizás no. Una cosa que no debemos olvidar es que la crisis del neoliberalismo y la globalización, junto con el deterioro del conflicto entre China y los EEUU, podría crear ese espacio de maniobra para los países del Sur que ya existía antes de 1989 debido al conflicto entre los EEUU y la Unión Soviética. Ese conflicto fue una de las condiciones para las victorias de los movimientos de liberación en Vietnam, Cuba, Mozambique, Angola, Guinea Bissau. De allî también nació el Movimiento de Países No Alineados después de la conferencia Bandung y surgió la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) bajo la inspiración del gran economista argentino Raúl Prebisch. La solidaridad del Sur global, que siempre se ha sentido en todos los países y diferentes regímenes, nació durante ese período.
--Después de la crisis financiera de 2008-2009, la pandemia de covid-19 es la segunda gran crisis de la globalización en este Siglo. Pero ya antes de esta crisis, en Argentina, Ecuador, Chile, Francia con chalecos amarillos, Argelia, Líbano, Irán o Hong Kong, habíamos visto el renacimiento de un sujeto social globalizado. ¿Esos movimientos de protesta global podrían ser una de las fuerzas de transformación en el mundo?
 --Sí definitivamente. Estas son algunas de las fuerzas que me dan esperanza sobre el eventual triunfo de la izquierda. La sed de la gente por la justicia y la igualdad siempre saldrá a la superficie. Lo importante es asegurarse de que sea la izquierda la que lidere estas luchas y que la derecha no secuestre y pervierta estas energías que brotan desde abajo para su agenda autoritaria oportunista como lo ha hecho en Europa, India, EEUU y Filipinas.
pagina12.com.ar

Un triángulo de países sustituiría la hegemonía de EEUU tras la pandemia

Un triángulo (imagen referencial)

12:12 GMT 13.04.2020(actualizada a las 12:23 GMT 13.04.2020) - SPUTNIK NEWS
La caída de la hegemonía de EEUU en el ámbito global es irreversible, y el triángulo de países formado por Rusia, China y Estados Unidos la reemplazará, afirmó el senador ruso Alexéi Pushkov en una entrevista al diario Parlamentskaya Gazeta.
Washington no ayudó a sus aliados más cercanos de la OTAN en medio de la pandemia, y esto tendrá un impacto negativo en sus relaciones con los europeos, opinó el miembro del Consejo de la Federación (Senado) de Rusia.
"En lugar de ayudar a los demás, EEUU no puede hacer frente a la epidemia dentro del país", señaló Pushkov. Según el político, "más de 20.000 muertos, más de medio millón de infectados es un golpe muy fuerte a la imagen de Estados Unidos" que "dispone de enormes recursos financieros y tiene bien desarrollada la medicina".
Mientras tanto, China y Rusia están ahora en la vanguardia de la ayuda a otros países, observó.
"EEUU actúa como una potencia extremadamente egoísta en la lucha contra el coronavirus. Por ejemplo, no ha renunciado a su política de sanciones, a pesar de los llamamientos del secretario general de las Naciones Unidas, especialmente en relación con Irán, que necesita asistencia urgente durante la pandemia. Y un líder mundial no puede comportarse tan inmoralmente", cuestionó.
Según el político, "por mucho que se aferre" a su condición de "potencia número uno", Estados Unidos tendrá que renunciar a ella después de la pandemia. "De hecho, EEUU ya ha perdido la posición de única superpotencia: China obviamente reclama el liderazgo, Rusia ha restaurado su potencial militar y política, y varias potencias regionales actúan como consideran necesario: Turquía, Irán y la India. Los estadounidenses no pueden lograr sus objetivos ni en Venezuela, ni en Siria. Incluso en Irak, el Parlamento votó a favor de la retirada de las tropas estadounidenses del país".
Sin embargo, la caída total de la hegemonía estadounidense no es un proceso rápido, señaló el senador.
"Solo en los últimos años, la imagen de Estados Unidos se ha visto afectada por varios procesos, incluida la imposición de sanciones contra Rusia, que en los últimos seis años no han producido el resultado esperado por los estadounidenses. Creo que los cambios clave asociados a la caída de la hegemonía de EEUU tendrán lugar en los próximos 10 años", declaró el senador.
Primero, según el político, llegará la época del "triángulo China-Rusia-Estados Unidos", y Moscú tendrá nuevas oportunidades en el ámbito global.
"Por supuesto, esto creará nuevas oportunidades. Creo que la influencia y el papel de Rusia aumentará significativamente en la próxima década", concluyó Alexéi Pushkov.

Conspiracionismo en tiempos de cuarentena

por Andrés Kogan Valderrama
Opinión
13/05/2020

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Mientras los distintos Estados en el mundo siguen viendo al Covid-19 como un enemigo a vencer, a través de una guerra declarada contra este nuevo virus, mediante la imposición de distintas medidas restrictivas a la población, como los son toques de queda, cuarentena obligatoria, cordones sanitarios, cierra de fronteras, entre otras, la discusión sobre las causas estructurales de fondo de lo que está ocurriendo prácticamente están ausente en los grandes medios de información.
Es así como ante esta emergencia sociosanitaria, la cual tiene al mundo entero en una completa incertidumbre de lo que pasará en el futuro, ha aparecido un discurso conspiracionista para explicar lo que está ocurriendo, el cual está ganando cada vez más adeptos, y que puede ser visto como una manera despolitizada de afrontar un proceso en curso, el cual niega la posibilidad de pensamiento crítico y en la construcción de alternativas.
Un discurso conspiracionista sobre la aparición del Covid19, el cual va desde la idea de una arma biológica fabricada en laboratorio por los servicios de inteligencia de Estados Unidos, China o Israel, la introducción de la red telefonía móvil 5G o el control de la natalidad de la población por parte de Bill Gates para el beneficio de las grandes farmacéuticas, negando así todas ellas el origen zoonótico sobre este nuevo patógeno. 
Si bien estas retóricas conspirativas están siendo usadas por gobernantes de distintos países, tanto de izquierda como de derecha, para justificar su autoritarismo interno, la idea de una conspiración universal no tiene nada de nueva y está dentro de un discurso del poder obsesionado con el complot de ciertos grupos secretos (judíos, musulmanes, iluminatis, brujas, marxistas, jesuitas, anarquistas, masones, reptilianos) que tendrían la capacidad absoluta de manipular a las masas.
Es cierto que los complots han existido históricamente en distintos lugares, materializándose estos a través de golpes de estado, asesinato de líderes políticos, control de medios de información, implementación de sanciones económicas, pero han estado situados en términos espaciales y temporales. En consecuencia, han sido el resultado de procesos concretos y no por la acción de un grupo oculto moviendo los hilos desde arriba.
Por ende, creer en el conspiracionismo, es pensar que procesos como el capitalismo, colonialismo, androcentrismo o antropocentrismo, responden a la creación orquestada y sin contrapeso de un grupo determinado, y no al resultado de luchas históricas entre distintos actores y la imposición de ciertas concepciones de mundo excluyentes que se demoraron siglos en desarrollarse.
Por ejemplo, el caso del colonialismo del Estado de Israel hacia el pueblo palestino, visto desde el pensamiento crítico, responde a un proceso que tiene relación con la imposición de una ideología nacionalista (sionismo), heredera de los imperialismos europeos. De ahí que la Nakba (catástrofe) y el apartheid impuesto en territorio palestino no tengan relación con un plan judío oculto para dominar el mundo, tipo Protocolos de los Sabios de Sion, como piensa el conspiracionismo antisemita.
Lo mismo con esta nueva pandemia, la cual no tiene nada que ver con el conspiracionismo de algún grupo determinado para imponer un nuevo orden mundial, como lo puede ser el Grupo Bilderberg, sino el resultado histórico de un proceso de conquista de ecosistemas para la implementación de modelos insostenibles de vida, a través de la desforestación, urbanización, industrialización y mercantilización del planeta, lo que ha generado la liberación de nuevos patógenos.  

Por último, como bien plantea el investigador belga Michel Collon, el conspiracionismo es una forma conservadora de derrotismo político, la cual le hace el juego finalmente a los grupos de poder existentes, desmovilizando así a la población y negando la posibilidad de desarrollar una praxis política transformadora.
Andrés Kogan Valderrama
Sociólogo
Diplomado en Educación para el Desarrollo Sustentable
Magíster en Comunicación y Cultura Contemporánea
Doctorando en Estudios Sociales de América Latina
Editor del Observatorio Plurinacional de Aguas www.oplas.org
 

Emergencia del coronavirus "Habrá que nacionalizar empresas y sectores estratégicos de la Unión Europea (UE) para que no terminen en manos de determinados fondos"

Imagen de archivo de una entrevista con Ernest Urtasun./ Maria Rubio
Imagen de archivo de una entrevista con Ernest Urtasun./ Maria Rubio
barcelona
25/04/2020 08:38 marc font@marcfontribas
Entrevistamos al eurodiputado de los Comuns sobre las medidas económicas que debate la Unión Europea para abordar la enorme crisis desencadenada por la pandemia de la covid-19. Considera que hay que aprovechar las circunstancias para abrir debates hasta ahora tabúes en determinados ámbitos y tomar medidas que supongan un cambio de modelo económico.
Tras el enésimo Consejo Europeo de las últimas semanas, entrevistamos al eurodiputado Ernest Urtasun para evaluar, sobre todo, las medidas económicas que debate la Unión Europea para afrontar la peor parálisis económica en muchas décadas. El dirigente de los Comuns y vicepresidente del grupo de los Verdes / Alianza Libre Europea en la Eurocámara defiende con firmeza medidas como la mutualización de la deuda a escala comunitaria para evitar un incremento de las desigualdades entre estados. También plantea aprovechar las circunstancias actuales para abrir debates hasta ahora tabúes en determinados ámbitos, como la supresión de los paraísos fiscales dentro de la UE, que el Banco Central Europeo vaya más allá en su actuación, la nacionalización de empresas o que se plantee un cambio radical de modelo económico. Nos atiende por teléfono desde Bruselas, donde pasa el confinamiento con su familia.

El Consejo Europeo del jueves sirvió para confirmar que la UE creará un fondo de recuperación para afrontar la crisis económica, pero hay muchas dudas sobre cómo será y cómo se financiará. No parece que se avance hacia un modelo que ofrezca subvenciones en vez de créditos, como quieren España, Italia o Francia. ¿Podría incrementar las desigualdades dentro de la Unión?

Sí, este es el riesgo. Tendremos que movilizar muchísimos recursos para hacer frente a la pandemia, porque nunca habíamos tenido que cerrar las economías como lo hemos hecho ahora. Según el Banco de España, la caída del PIB en el Estado será de entre el 6% y el 13% y esto no tiene precedentes en la historia reciente. De lo que se trata es que las economías más tocadas y que ya tienen un nivel de endeudamiento muy alto, como las de Italia y España, no tengan que endeudarse 30 o 40 puntos más, porque si es así podemos volver a tener tensiones en el mercado de la deuda, ataques especulativos contra estos países y podemos volver a entrar en una crisis del euro.
Por lo tanto, necesitamos que parte de este endeudamiento se haga a escala de la Unión Europea. Si la solución está basada sólo en créditos y no en un sistema de transferencias, es decir que no mutualizamos nada, no estaremos cumpliendo este objetivo, porque los créditos se añaden a la deuda de estos estados. Sirven para subvencionar el tipo de interés, pero su deuda seguiría aumentando y no arreglaría el problema fundamental. Esto crearía una distorsión evidente dentro de la zona euro, porque tendríamos economías que se recuperarían a ritmos diferentes.

Parece descartada la mutualización de la deuda a escala europea a través de la creación de los llamados coronabonos, que es lo que querían los Verdes. ¿Es una nueva constatación de que al final la unidad política en la UE es inexistente y se defienden intereses individuales?

Es verdad que hay muchas resistencias a dar estos pasos y eso siempre agrava las situaciones. Lo que estamos diciendo estos días es que la falta de reformas que requiere la zona euro puede agravar la recuperación. Esto ya nos pasó en la crisis de 2008, cuando tuvimos una salida en W, es decir se volvió a recaer en 2012, por un mal diseño de la zona euro y por la obsesión con la austeridad. Ahora tengo la sensación de que estamos en una situación similar, porque el bloqueo a reformas y mecanismos que son imprescindibles nos puede hacer salir de la crisis mucho peor de lo que deberíamos. Y una parte central de este debate es la creación de instrumentos de deuda compartida.
No es una cuestión de solidaridad, es una cuestión de tener una salida racional y eficaz, porque si los mercados español e italiano se derrumban todos los países de la UE se verán afectados. La mutualización de la deuda es imprescindible, pero se puede hacer de muchas maneras. Con el esquema tradicional de los eurobonos, que es básicamente poner los tesoros de los diferentes países a emitir una parte de su deuda compartida, pero también se puede hacer a partir del presupuesto de la UE. Nosotros no nos hemos opuesto a ello, siempre y cuando tenga un volumen suficiente y esté basado en un sistema de transferencias y no de préstamos, sino no es mutualización. Estamos en un momento decisivo para ver si la UE es capaz de dar los saltos políticos que requiere para evitar que la crisis económica le afecte mucho más profundamente de lo que debería ser, como nos ocurrió en 2012.

Lo que propone su formación implicaría una mayor integración política de la UE. Al final, la sensación es que en muchos casos sólo funciona como un mercado único, pero no se va más allá.

Es muy importante entender cómo ha ido la construcción del euro. Estos días siento mucha gente más liberal diciendo que la mutualización no se puede producir porque el norte no se fía del sur, porque tiene sus cuentas en regla mientras que el sur las tiene descuadradas. Y que esta desconfianza es fruto de la mala gestión de los países del sur, que hace imposible mutualizar la deuda. Pero se debe explicar también cuál ha sido el resultado de la construcción del euro, que provoca que Alemania trabaje en el mercado interior con una moneda mucho más devaluada de lo que lo haría si tuviera el marco. Y esto le da unas ventajas evidentes en términos de exportaciones y actividad económica.
Alemania es el grandísimo beneficiado de la creación del euro. También hay que recordar que un país como Holanda, que está haciendo declaraciones totalmente fuera de lugar, opera en el mercado interior haciendo trampas, porque tiene un grandísimo esquema de elusión fiscal que disminuye los ingresos de los otros países. Y, por tanto, no pedimos solidaridad, sino una construcción justa del euro. Si hay unos países que se están beneficiando de la creación del euro y de la existencia del mercado interior, esto debe traducirse también en mecanismos de fiscalidad y de endeudamiento compartido. Esta es una vieja batalla que ahora vuelve a emerger con toda la fuerza.

Como Verdes insisten en que este plan de reconstrucción europeo debe servir para acelerar un cambio en el modelo productivo, basado en un 'green new deal'. ¡Como debería ser esta salida verde de la crisis?

El riesgo es que nos pase como en 2008 y que todo ese dinero -estamos hablando de movilizar 1,5 billones de euros y el Banco Central Europeo (BCE) está inyectando 750.000 millones a la economía- no tengan una orientación ambiental y climática. No sé si recordamos el famoso plan E de Zapatero, que básicamente se dedicó a destinar fondos a cemento, carreteras e infraestructuras que no tenían nada de ambientales. Este es el riesgo y hay eurodiputados que estos días piden que se revise el new green deal, que se debe poner en un cajón porque debemos priorizar el retorno a la actividad.
Pero si movilizamos todos estos recursos el new green deal debe estar en el centro. Si movilizamos ahora 1,5 billones para la recuperación no los volveremos a movilizar para hacer el new green deal. Si no lo hacemos ahora, perderemos la oportunidad. En la primera fase se ha de dar liquidez a las empresas para que no tengan que cerrar y debe ser universal, de acuerdo, pero en la segunda fase, la de la recuperación, donde se inyectará estos 1,5 billones, tiene que haber una priorización y ayudar a determinadas actividades a hacer una transición. Por ejemplo, en las industrias intensivas en energías fósiles altamente contaminantes se las debe ayudar a transitar hacia una economía baja en energía. El mensaje es que el plan de recuperación tiene que ser el plan del new green deal, tiene ser la misma cosa.

¿Todo ello no debería servir también para un cambio del modelo económico? ¿Para ir hacia una economía menos financiarizada, mucho más centrada en la actividad productiva y acabar con ciertas prácticas neoliberales, como la deslocalización productiva, y apostar también por los circuitos cortos a nivel agroalimentario?

Totalmente. Esta crisis nos está abriendo la oportunidad de muchísimos debates. Uno es el tema agrícola, que lo estuvimos discutiendo ayer [por el jueves]. Los últimos años nos hemos dedicado a tener cadenas de producción alimentarias de la agroindustria, estamos firmando tratados de libre comercio para importar productos que vienen de miles y miles de kilómetros, destruyendo la producción local. Esto ahora se debe replantear. Además, tenemos encima la reforma de la PAC, que está pendiente de que la Comisión Europea la presente. Aquí tenemos una clarísima oportunidad.
También tenemos una clarísima oportunidad para repensar el modelo social. Podemos salir de la crisis con la concienciación de que los servicios públicos son fundamentales y sabiendo que en 2008 dañamos pilares de nuestro estado del bienestar, como la sanidad, que ahora hay que reforzar. Y luego creo que también se pueden abrir oportunidades para plantear cuál es nuestro modelo de distribución de la renta. Por ejemplo, cuestiones como la renta básica universal, que hasta ahora eran tabú, ya hay mucha gente que las empieza a plantear. No un ingreso mínimo vital, como el que hace el Estado y es imprescindible a corto plazo, sino yendo más lejos. También el tabú de la actividad del BCE, que no puede financiar directamente a las administraciones porque lo tenemos prohibido por los tratados. Esto está en discusión y es uno de los debates que tendremos que abordar, cuál es la política monetaria que tendremos. La crisis ha abierto de arriba abajo las contradicciones del modelo económico que teníamos y tenemos una oportunidad para empujar hacia un cambio fundamental.

Mencionaba el caso de Holanda, país paradigmático para tener una fiscalidad agresiva dentro de la UE. ¿Hay que aprovechar el momento para acabar también con los paraísos fiscales europeos que, al fin y al cabo, lo que hacen es disminuir los recursos de unas haciendas estatales que estarán muy necesitadas?

Sí y está empezando a pasar algo muy interesante, y es que algunos países están decidiendo que aquellas empresas que están ubicadas en paraísos fiscales o tienen filiales en ellos, no podrán recibir las ayudas del plan de reconstrucción. Francia lo anunció y esta es una excelente medida que espero que se vaya replicando y España también la ponga en marcha. Es uno de los grandes temas que tenemos que abrir y que por primera vez se ha empezado a decir abiertamente en el Consejo, cuando hasta ahora era un tema tabú. En el plan de recuperación que presenta España, que ha sido valiente y ambicioso, hay una mención específica a los esquemas de elusión de los estados miembros de la UE. Es un tema muy difícil, porque los tratados blindan la fiscalidad a través de la unanimidad y, por lo tanto, cuando necesitas el visto bueno de los propios paraísos fiscales para hacer reformas es un poco difícil. Pero la presión política después de esta crisis ha empezado a aumentar y me parece que hay países que ya están dispuestos a abrir una batalla en el Consejo por esta cuestión. Y tenemos que seguir empujando.

A priori, Irlanda, Luxemburgo y los Países Bajos, para decir tres casos, no serán muy partidarios.

Seguro que no, pero hasta ahora había una especie de complacencia con la situación. Los tratados blindaban su estatus y salvo el Parlamento Europeo ninguna otra institución decía nada. Y ahora sí veo ministros de finanzas diciendo que esto debe terminar y creo que se abre una batalla política los próximos meses que debemos saber aprovechar.

Con la crisis existe el riesgo de que determinadas grandes empresas salgan especialmente reforzadas, una situación que no beneficiaría precisamente al grueso de la población. Pienso en Amazon, disparada con el aumento del comercio online, Blackstone, que puede aprovecharse de la bajada de los precios inmobiliarios, o el fondo de inversión BlackRock, que puede ganar presencia en muchas empresas. ¿Hay algún mecanismo para evitarlo?

Aquí hay una cosa clarísima que es que una gran parte de empresas y sectores estratégicos de la UE tendrán que ser nacionalizados si no queremos que acaben en manos de este tipo de fondos o multinacionales. Esto ya se está empezando a plantear y la propia Comisión ha dicho que comenzará a derogar algunas de las normas que tenemos sobre las ayudas públicas de estados para que algunas empresas puedan ser nacionalizadas. Si tenemos que intervenir empresas para evitar que caigan en manos de inversores de este estilo o de fondos soberanos que no nos interesen, soy perfectamente partidario de avanzar en la nacionalización y de no dar ayudas a fondo perdido. Veremos, seguro, una tanda de nacionalizaciones muy importante.
Sobre los ganadores potenciales de esta crisis también hay que fijarse mucho en la banca. Hemos tomado ya de entrada dos medidas que suponen una subvención implícita de recursos públicos al sector financiero. La primera es que el supervisor bancario ha relajado los requerimientos de capital, con la excusa de que puedan dar más crédito. Y luego, se están dando garantías públicas a la banca para que dé créditos a la economía. Esto puede tener un cierto sentido para que el crédito fluya, pero luego debe retornar a la sociedad. Lo que no podemos permitir es que mientras hacemos esto haya entidades financieras que repartan dividendos, como ha ocurrido con el caso de Bankia. Hemos pedido que se prohíban los repartos de dividendos en estos momentos. Podemos entrar en una nueva ola de grandes ganancias del sector financiero a costa del erario público.

Puede repetirse la situación de la anterior crisis y que los bancos tengan mucha liquidez pero esto no implique que los créditos lleguen a las pequeños y medianos empresas, que necesitan financiación para resistir. ¿Se puede forzar que el crédito llegue realmente a la economía productiva?

Es una cuestión complicada, pero empieza a haber indicios de que algunas entidades financieras no están dando la liquidez que requerirían algunas empresas, aunque existan las garantías, del 80% en el caso de España. Sí que vale la pena estudiar de qué manera se pueden establecer criterios universales para que los fondos fluyan una vez se han dado las garantías. Porque el riesgo es cierto y puede pasar que la liquidez llegue sólo a determinados actores. Nos jugamos mucho, la gente que tiene un restaurante, una pyme, etc., si no tiene liquidez los próximos meses tendrá que cerrar. Y los próximos meses lo más importante será garantizar que no se destruya el tejido productivo. Y hay indicios de que los mecanismos de garantías no están funcionando como debería.

Saliendo del ámbito económico, los estados de alarma y las legislaciones de excepción implican un evidente recorte de derechos fundamentales. Ya hay organizaciones que expresan el temor de que esto se consolide una vez se supere la pandemia.

Sí, está pasando ya. El caso más extremo es la Hungría de Viktor Orban, que ya ha aprobado algunas medidas de restricción de las libertades públicas, de lo que pueden informar los medios, de algunas actividades de las ONG ... Pero de forma más general, es verdad que todas estas medidas que se están poniendo sobre la mesa, como hacer trackings a ciudadanos sobre su estado de salud o establecer determinados carnés víricos para diferenciar entre personas, las tenemos que vigilar muchísimo. Es verdad que mucha gente ha alabado la respuesta que ha dado China a la covid, pero no es un régimen democrático y requieren un control muy estricto de los movimientos de la población, del estado de salud de cada uno y en una sociedad que se pretende democrática hay determinados derechos fundamentales que no se pueden vulnerar. Es un riesgo y la salida a la crisis de la covid que demos desde Europa debe respetar los derechos fundamentales y tenemos que ir con mucho cuidado con estas medidas.

En Europa ha habido modelos muy diferentes de gestión de la emergencia sanitaria. No tiene nada que ver lo que ha pasado en Alemania, con un peso clarísimo de los Lander, con lo que ha pasado a la centralizada Francia. ¿Cómo valora la recentralización de competencias en el Estado, teniendo en cuenta que las realidades autonómicas eran muy diferentes?

No quedaba más remedio que decretar el estado de alarma, porque la administración tenía que tomar determinadas decisiones, tales como restringir la movilidad o actuar sobre la sanidad privada. Dicho esto, me da la sensación de que el Gobierno del Estado, con todas las limitaciones, está intentando tener un espíritu de colaboración con las comunidades autónomas, que al final son las que gestionan la sanidad. Es muy importante entender que las medidas del estado de alarma se debían tomar, pero obviamente deben estar restringidas en el tiempo y tenemos que volver a la normalidad lo antes posible. Y mientras dure este periodo sería conveniente que la colaboración entre las administraciones fuera lo más fluida posible.

URUGUAY

"Mucha cadena oficial pero la realidad está en los barrios"

Viernes, 15 Mayo 2020 20:26 - PORTAL PIT-CNT

"Mucha cadena oficial pero la realidad está en los barrios"
Fotos: Carlos Lebrato
Las cifras son impactantes. El colectivo de sindicatos y manos solidarias nucleados en la olla sindical y popular "Contagiando Solidaridad" lleva entregadas más de 40 mil viandas de comida. Diariamente se elaboran 1200 viandas que se llevan a distintas ollas barriales, núcleos pequeños y medianos de gente que necesita la solidaridad histórica del movimiento sindical y estudiantil. También hay muchas que se entregan casa a casa porque se detectó que mucha gente estaba imposibilitada de trasladarse o dejar a sus hijos pequeños solos. Y allí van militantes puerta a puerta. Día tras día.  
Son 16 organizaciones que coordinan y despliegan un trabajo colectivo solidario que no sabe de pausas: AFINCO, ATEC, SINTEP, ATSS, COVISUATT V, SUGHU, APMU, SUATT, SAG, AFPU, AUTE, CEIPA, CEM, UF, COVIUSOL y UFC.
Santiago pertenece a la Unión de Funcionarios del Codicen (UFC) y es uno de los tantos jóvenes que hacen "todo lo que haya que hacer". No hay problemas ni andan con muchas vueltas. "Hacemos lo que nos toque". Para Santiago, además de llevar las viandas por los barrios es importante charlar con la gente. Dejar un volante, hablar de las políticas económicas del gobierno en clave de barrio. "La gente sabe mejor que nadie lo que es esta crisis y lo que están viviendo sus familias en cada casa".
Es mediodía, la cocina vive su hora más intensa del día y mientras tanto, el bellísimo espacio abierto de AUTE hacia los fondos de la casona, sirve para una rueda a distancia de reflexión sobre el país, la actual coyuntura y la histórica solidaridad sindical, la gente común, los de siempre.  
Santiago dice que valora muchísimo las redes solidarias de la gente para poder salir de esta situación actual. "Se trata de darle algo, lo que podamos, a los que menos tienen". Pero más allá de la energía contagiosa que se respira entre tanta mano fraterna, Santiago siente que esto no debería ser así. "Nos duele ver que gente de 70 o más años, que son población de riesgo, tienen que caminar muchas cuadras para llegar a tener un plato de comida. Por eso fuimos viendo que en muchos casos teníamos que encontrar la forma de llegar nosotros hasta ellos y así fue que los compañeros del SUATT pusieron su esfuerzo y llevan viandas a quienes se les dificulta trasladarse".
Damián es integrante del Sindicato del Taxi. No es el único que sale a repartir. "Somos varios del sindicato, hay de cooperativas y también algunos sindicatos ponen algún vehículo para dar una mano y salir a distribuir". Por su experiencia, los trabajadores del taxi como Damián son los que arman la ruta en la zona.
Romina pertenece al Centro de Estudiantes del IPA (CEIPA) y es una de las tantas estudiantes que hacen de todo en las distintas etapas de la elaboración de las viandas. Ella asegura que las tareas se reparten de manera paritaria y que no hay machismo en esa olla. "Mis compañeros son todos deconstruidos".
No solamente hay que clasificar alimentos, lavar, pelar, cortar, procesar, cocinar, embalar y repartir, sino que hay que informar.
"Salimos de barriada con compañeros y compañeras del Centro de Estudiantes de Magisterio (CEM) para contarle al barrio por qué está la olla, consultarles si quieren colaborar o participar. Es mucha la difusión que hacemos porque creemos que eso también es importante".
Romina se crió en una casa donde la militancia estuvo presente y recuerda que de chica escuchó hablar del emblema "Obreros y Estudiantes, Unidos y Adelante".
"Eso es una síntesis que se refleja ahora más que nunca. El intercambio con todos los compañeros, poder ver lo que vive cada uno de los sindicatos, es una experiencia tremenda que por ahí, el estudiantado no lo tiene tan cerca. Pero en circunstancias como ésta, es cuando uno lo puede ver mucho mejor".

Duele el dolor

Para Santiago, la situación de miles de trabajadores precarizados no puede quedar sin atender. "Tenemos casi medio millón de trabajadores precarizados, o bien porque se quedaron sin trabajo o sin la posibilidad de generar un jornal diario; sumado a los ya casi 200 mil que están en el seguro de paro. Es una situación  que nos preocupa y nos ocupa, por eso además de esta red solidaria que son las ollas populares estamos en una situación de lucha contra un ajuste brutal que se está dando por parte del gobierno y en defensa de la plataforma del movimiento sindical y la Intersocial".
Mientras dura la charla, otros militantes, otras voces se van arrimando, pasan, escuchan y asienten en apoyo a las reflexiones de los que fueron elegidos para charlar en nombre de muchos. Alguno arriesga un "bien ahí", otra voz al pasar asegura que "hay que luchar" y desde lejos alguien dice que este gobierno es insensible. "No les importa nada", dispara desde un costado.  
Damián está a punto de salir a repartir viandas. Nuestra presencia ya empieza a ser un estorbo. Pero siempre hay un espacio más para reflexionar sobre los tiempos duros que se viven y más aún, en relación a los que se avecinan.
"Lo de las tarifas no se puede creer. A todo lo que ya está viviendo la gente que se ha quedado sin trabajo, las subas de precios, nos aumentaron las tarifas. A la gente no solamente se le complica para tener el plato de comida sobre la mesa sino para enfrentar todo lo otro que trae este gobierno".
Una de las cosas que más le impacta a Romina es "ver a tanta gente como con vergüenza" por tener que recibir un plato de comida porque no pueden alimentar a su familia que te dicen 'yo soy trabajador, se me cayó todo, mi vida, no puedo creer tener que estarles pidiendo un plato de comida' y esa sensación es horrible, es darte cuenta que eran trabajadores que la crisis los llevó a esta instancia. Eso es realmente muy impactante".

Las lucecitas de los de abajo

Santiago rescata también las luces que se van encendiendo en este camino. "También tenemos compañeros, que vinieron a comer un día y hoy están trabajando y militando en la olla como un compañero o compañera más. Se recuperaron un poquito y lo primero que hicieron fue venir a trabajar acá a la olla todos los días. Y eso también es importante porque esa es la solidaridad de los de abajo, que se practica entre el pueblo y se hace carne".
Según contaron Santiago, Romina y Damián al Portal, hay gente que va a la olla a buscar su vianda pero lleva un paquete de fideos para aportar algo. "Han traído medio paquete, abierto, pero para nosotros es un orgullo que alguien traiga lo poquito que tiene y que sabemos bien que le falta. Por eso decimos que la olla contagia solidaridad". Y también están los que recibían la vianda todos los días, de pronto consiguieron una changuita y llaman para decirles: 'muchachos, se me empezaron a acomodar las cosas, vengan que hoy soy yo el que tiene algo para dar'.

Cadenas de TV

Santiago es muy crítico del relato oficial de los grandes medios y detesta que le hablen de las perillas del Presidente.
"Mirá, acá como dice la consigna, 'solo el pueblo salva al pueblo' y es así, la gente cuenta solamente con las redes de solidaridad. Acá no está ni el Ejército, ni las iglesias en el barrio ayudando a la gente que menos tiene. Están los trabajadores organizados en los sindicatos, en todos lados y el pueblo que se da su forma de organización en este momento. La realidad está acá, está en la cancha, está en los barrios, en la gente que la está pasando mal, en los compañeros que están en el seguro de paro y se están quedando sin trabajo. Mucha cadena oficial pero la realidad está acá abajo, en los barrios".
La visita a la olla popular "Contagiando Solidaridad" terminó con una charla intensa, profunda con tres militantes, llenos de energía, llenos de vida, llenos de magia. Hablaron en nombre de tanta gente que ni se imaginan.

La solidaridad y el barrio

Jueves, 14 Mayo 2020 18:07  - PORTAL PIT-CNT

La solidaridad y el barrio
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Ana vive en camino Lecocq entre Edison y Aparicio Saravia. Allí, ingresando por el pasaje B, hay unas viviendas pintadas de blanco, en un barrio que para muchos es Conciliación, pero Ana como tantos otros prefieren llamarlo por su otro nombre: Nueva Esperanza. Allí viven muchos feriantes, changadores, cuidacoches, gente que se la rebusca como puede. Hay quienes tienen ingresos fijos y quienes no saben qué será de su futuro. Muchos están en seguro de paro y otros ni siquiera pueden contar con eso.
Ana Silva es hija de trabajadores. Su papá era zapatero y su mamá modista. Se enteró a mediados de marzo que iba al seguro pero unos días antes ya supo que las cosas estaban complicadas para mucha gente del barrio. Que el trabajo escaseaba y que había que hacer algo. Y cuando le comunicaron que la enviarían al seguro de paro pensó que entonces era el momento de dedicar el tiempo disponible para hacer algo por los demás.
Ella dice que los años de militancia sindical en la UNTMRA marcan caminos, enseñan muchas cosas, dejan huellas, templan el alma.
Ese mismo día que la mandaron al seguro, Ana salió a recorrer el barrio para comenzar a ver precios de verduras, arroz, fideos y a charlar con vecinas y vecinos, sin mucha vuelta. Y así fue que a partir del 1° de abril, comenzó la olla popular solidaria en su casa.  
"Esto es entre todos pero a la cocina entro yo sola, todos ayudan y colaboran, pero la comida la cocino yo solita".
La dinámica y las posibilidades alcanzaron para que Ana y su gente preparen unos 200 platos por día, que se entregan para la cena.
Son cinco ollas grandes y en la cocina hay tres garrafas de 3 kg y una de 13 kg.
Al inicio, todo salía de su bolsillo. Y el de su mamá que también aportaba lo que podía. Inmediatamente llegó el apoyo del movimiento sindical, las donaciones, el barrio y la buena disposición de comerciantes que les ofrecieron mercadería a costos bajos.
"Hay un señor allá por Instrucciones y Aparicio Saravia que va al Mercado y vende en esa esquina y le compramos la bolsa de boniatos, morrón, cebolla, todo lo más básico para la olla. Y también la carnicería del barrio  nos hace precio cada vez que vamos a comprar".
Otro vecino, también militante sindical que Ana conoció en la UNTMRA da una mano y puso su auto a disposición. "Él me lleva a comprar la verdura y siempre está dando una mano".
"Como no alcanza con una sola comida diaria, mucha gente va a comer a otras ollas al mediodía. Y complementamos con canastas que aporta el PIT-CNT que también nos ayuda muchas veces para sustentar los costos de la olla".
La realidad del barrio es muy similar a la de tantas zonas de Montevideo y el interior. Gente sin trabajo, muchos en el seguro de paro y otros tantos sin siquiera eso. "Hay vecinas que se quedaron sin nada, que tienen hijos chicos, gente con problemas de salud, la cosa está complicada. Hay quienes reciben esos 1200 pesos del Mides, pero después llegan a la casa y no tienen gas".

Barrio de veras

Ana sostiene que el ser solidario no es dar lo que a uno le sobra sino lo que a veces no lo alcanza.
"Hay gente que viene a buscar la vianda, un plato de comida, pero al mismo tiempo viene con un paquete de fideos o arroz, y te lo trae porque es lo que puede aportar. Te dicen que quieren dar algo. Aunque no les alcance a ellos para cocinar para sus familias. Y eso es lo que nos llena el alma. Y nos da más fuerza para arrancar de nuevo al otro día, a volver a empezar".
 
Instituto de Economía de la Udelar concluye que en abril unas 100 mil personas cayeron por debajo de la línea de pobreza

3 mayo 2020 - LA DIARIA

Economistas advierten además que medidas del gobierno son “insuficientes” para contener el aumento de la pobreza.

El Instituto de Economía de la Universidad de la República publicó este sábado un trabajo, elaborado por los economistas Matías Brum y Mauricio De Rosa, que estima el efecto de la emergencia sanitaria sobre la pobreza en el corto plazo en Uruguay.

Los autores cuantificaron el efecto de la contracción en los niveles de empleo e ingresos sobre la pobreza en abril de 2020, incluyendo las primeras medidas del gobierno de Luis Lacalle Pou. El trabajo intenta responder tres preguntas: ¿cuántas personas han caído por debajo de la línea de pobreza desde que comenzó la pandemia? ¿hasta qué punto las medidas implementadas han logrado neutralizar estos efectos negativos? y ¿cuántos recursos adicionales se necesitan para mantener la pobreza en los niveles previos a la crisis?

En base a datos de la Encuesta Continua de Hogares, Brum y De Rosa analizaron los efectos provocados por el envío a seguro de paro de unos 140 mil trabajadores formales; la pérdida de empleo e ingresos para los trabajadores informales y cuentapropistas y las principales medidas paliativas desplegadas por el gobierno.

Las conclusiones a la que arriban en la simulación son preocupantes, y reflejan que el número de hogares y personas por debajo de la línea de pobreza se incrementó rápidamente. Según los economistas, en abril la incidencia de la pobreza aumenta al 11,6% (un incremento de 3,1 puntos porcentuales), lo cual significa que entre 94 mil y 127 mil personas cayeron por debajo de la línea de pobreza en este período (esto significa un incremento del entorno del 35,6%).
“Además, cada 0,1% adicional de contracción del PBI, incrementa aproximadamente 0,21 puntos porcentuales nuestra estimación de la incidencia de la pobreza”, agregan en el análisis. Por otra parte, el Iecon concluye que las medidas implementadas por el gobierno “moderan levemente” el aumento de la pobreza, pero son “insuficientes” para contenerlo.

Definición de pobreza
En el informe los economistas explican que miden la pobreza con el “enfoque monetario”, el que utiliza el Instituto Nacional de Estadística (INE). “[Un] hogar es considerado pobre si el ingreso corriente con valor locativo del hogar es menor al de la línea de pobreza determinada para ese hogar (la línea tiene en cuenta la canasta básica de alimentos, la no alimentaria y el número de integrantes del hogar). Las personas pobres son aquellas que pertenecen a un hogar pobre”, consta en el documento Estimación de la pobreza por el método de ingreso 2019, del INE.
“La línea de pobreza depende, por tanto, de la ubicación geográfica del hogar y de su número de integrantes. A modo de ejemplo, la línea de pobreza para un hogar de tres integrantes en Montevideo, actualizado a marzo de 2020, es de 38.933 pesos”, explica el estudio. Para el cálculo, se toman en cuenta todos los ingresos percibidos, incluidos los ingresos laborales formales e informales y las transferencias del Estado.
Según datos del INE, 8,8% de las personas vivían en hogares por debajo de la línea de pobreza en 2019. Desde 2014, el número se mantuvo por debajo de 10%, “tras una marcada caída desde 32,5% en 2006”.

¿Cómo llegan a esa conclusión? Los autores del trabajo simularon el efecto de la duplicación de la Tarjeta Uruguay Social (por única vez, en dos pagos), la duplicación de las Asignaciones Familiares del Plan de Equidad (por única vez en dos pagos, para quienes no reciben Tarjeta Uruguay Social) y la entrega de una canasta de alimentos de 1.200 pesos, y concluyeron que, en promedio, dicho refuerzo de transferencias mensuales implementadas por el gobierno representan 1.622 pesos por hogar (400 pesos por persona), lo cual representa el 4% de los ingresos de los hogares destinatarios de las nuevas políticas.

“Como resultado, estimamos que las nuevas políticas de transferencias implementadas amortiguan el incremento de la pobreza en torno a un 20%. Vale señalar que muchos de los nuevos hogares que caen en la pobreza no reciben transferencias por fuera del seguro de paro, por lo que el crecimiento en el número de personas pobres implica potencialmente un cambio en la composición de la pobreza”, agregan. Según los economistas, sin dichas políticas de transferencias otras 26 mil personas habrían caído por debajo de la línea de pobreza y en esa caso la incidencia hubiera sido de 12,3%.
Desde el punto de vista del Iecon, el aumento en la pobreza sería “mitigable” y podría “neutralizarse” por medio de transferencias monetarias. “Estimamos que mantener la pobreza en los niveles de 2019, implica poco menos de mil millones de pesos mensuales adicionales, es decir aproximadamente 22 millones de dólares mensuales. Desarrollar esta política por un año representa un costo anual de 0.44% del PIB de 2019”, concluyen los economistas.

Compartimos el documento completo del Iecon para quienes quieran profundizar el análisis y acceder a la metodología utilizada para la simulación.

Fenapes: «Nueva ley de educación implica un retroceso del sistema educativo de 100 años»

El presidente de Fenapes, José Olivera, participó del debate con la comisión especial que analiza la LUC y advirtió que el proyecto implica la «impresión de una lógica empresarial en la educación pública uruguaya».
José Olivera Fenapes
Foto: Verónica Caballero
12 mayo, 2020 - CARAS Y CARETAS
Este martes la comisión especial que analiza el proyecto de ley de urgente consideración (LUC) recibió a los sindicatos de la educación para debatir sobre las modificación que se plantean en materia de educación.
Al culminar la sesión, el presidente de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes), José Olivera, dialogó con la prensa y señaló algunos argumentos por los cuales entienden que las modificaciones planteadas por la ley urgente  implicarían un importante retroceso para el sistema educativo uruguayo. «Estamos frente a una nueva ley de educación de carácter refundacional que, en algunos aspectos, retrotrae al sistema educativo publico uruguayo 1oo años atrás».
En primer lugar, explicó que la LUC propone un traspaso de la autonomía en términos de la concentración de decisiones y potestades en el ministerio de Educación y Cultura modificando leyes orgánicas como la de la Udelar o de la propia Utec.
Por otro lado, la ley urgente plantea una «desarticulación del sistema nacional de educación pública,  con la desaparición de los Consejos de Educación que para nosotros eran un elemento estructurante de la educación publica uruguaya.
Olivera también advirtió que este proyecto implica la «impresión de una lógica empresarial en el sistema de educación publica uruguaya que está acorde con una concepción  dominante en el mundo, pero que no responde a las necesidades del sistema educativo de nuestro país».
Además, opinó que la LUC trae aparejada una «reforma laboral encubierta» que viola varias normas de carácter constitucional, como la ley de negociación colectiva.
Consultado por la prensa sobre si los sindicatos tenían pensado iniciar acciones legales en contra de las disposiciones del proyecto, Olivera respondió que en Fenapes actualmente se encuentran analizando el procedimiento y como transcurre el debate en parlamento. «Una vez concluido todo el procedimiento parlamentario los sindicatos de la educación tenemos un abanico de posibilidades encima de la mesa que analizaremos en función de los artículos que finalmente se aprueben».
La economía de a pie.

LA PANDEMIA DEL DESEMPLEO.

Segunda q de mayo
LA PANDEMIA DEL DESEMPLEO.
La magnitud de la crisis capitalista es inocultable. Las cifras oficiales de desempleo en Estados Unidos llegan al 14.8% Las predicciones para los próximos meses, apuntan al 25%. El número de trabajadores en diferentes formas de seguro de desempleo se multiplica. Con mayor o menor amplitud indicadores similares se reiteran por el mundo.
Es dificil discernir que cuota corresponde a las contradicciones propias del capitalismo en su fase imperial y cual a los efectos vinculados al corona virus aunque son factores claramente interrelacionados. En todo caso, la fragilidad del funcionamiento económico, oculta por disfraces de todo tipo, bombos platillos y medios al servicio de grandes capitales, ha quedado en carne viva.
El sacrifico de territorios, cursos de agua, paisajes, aire a la rentabilidad privada, la concentración productiva y de población en grandes metrópolis, los patrones de producción y consumo, han generado estructuras económicas y sociales de extrema vulnerabilidad.
La producción de armamentos con capacidad de destrucción de varios planetas, drogas que destruyen seres humanos, acompañan carencias de alimentos básicos para grandes sectores de la población, hambre, sistemas de servicios de salud insuficientes, tremendas desigualdades sociales y económicas.
Los “mercados” supuestamente perfectos, que según la mitología de los poderosos asignan recursos de la mejor manera, demuestran su absoluta incapacidad para afrontar eventualidades como la actual. La hipocresía de gobiernos “liberales y neoliberales” se exhibe sin máscaras y otorgan a grandes grupos económicos asistencias billonarias, pese a lo cual la producción se desbarranca y las dificultades de sectores populares se potencian en níveles de desastre.
Las predicciones del FMI sobre la evolución del PBI son corregidas mes a mes a la baja. Su optimismo habitual respecto a los resultados de los gobiernos que aplican sus recetas ha sido tan ilusorio que deben apurarse a retocarlo continuamente para que la magnitud de sus errores no quede tan evidente.
En julio de 2019, proyectaban un crecimiento mundial de 3.5% para el año 2020i. Esperaban un incremento de 2.6% en Estados Unidos, de 1,6 % para Europa y de 2.3% en América latina.
La crisis se desató con tal fuerza que sus predicciones debieron cambiar de signo en pocos meses. Sus informes de febrero de 2020ii predijeron para el año actual un descenso de 3% a escala mundial. La espectacular diferencia se reiteró a nivel zonal. Proyectan una caída de 5.9 % en Estados Unidos, de 7.5% en la Comunidad europea, de 5.2% en América latina. Y ya están hablando de la posibilidad de reducciones mayores.
Los fracasos de sus anticipos no los ruboriza, aunque sean cada vez más notables. Nuevamente su optimismo es inmenso respecto a los países afines a sus políticas, aunque “compensado” con un pesimismo feroz, para quienes buscan caminos propios.
Para 2021 proyectan una recuperación del producto mundial de 6% y para América latina del 3.5%. Paradojalmente pretenden fundamentarla en la futura recomposición o posible incremento de la demanda china.
Más allá de de promesas, las perspectivas de la “nueva normalidad” dentro de los parámetros que pretenden imponer los Bill Gates, Soros, Rockefeller and company, mediante mayor concentración de capitales y pérdida de derechos laborales y sociales son nefastas para la inmensa mayoría de las poblaciones.
Me viene a la mente la frase de Artigas. “La causa de los pueblos no admite la mayor demora”.
GOTITAS DE ECONOMÍA.
• Según datos de Uruguay XXI, las solicitudes de exportación en los primeros cuatro meses del año 2020 cayeron aproximadamente 15 % en relación al 2019.
• En el primer trimestre de 2020 el índice de volumen físico de la industria incrementó un 0.9% en relación al año precedente. Sin considerar la refinería de ANCAP se registró un pequeño descenso de 0.3% con una reducción de 7.7% en las horas trabajadas. La productividad de los trabajadores y la tasa de plusvalía crecen.
• El IPC en Uruguay para las cifras oficiales ha incrementado 6.17% en los primeros 4 meses.
La mayor parte de los acuerdos salariales rondan el 7% para todo el año. El descenso del salario real es notorio.
• Algunos convenios salariales previeron las denominadas cláusulas “gatillo” para acompasar salarios si se “disparan” demasiado los precios. Eventualmente 12%. En caso de aumento de IPC mayor que la pauta y menor a esa cifra habría una disminución de salario real, que según cifras oficiales podría llegar a 5%. En caso de incrementos de IPC mayores a 12%, la pérdida entre los momentos de ajustes difícilmente se recupere.
• La Ministra Azucena Arbeletche realizó un acuerdo “de palabra” con el empresariado para congelar precios de productos básicos durante 3 meses. Librado “por supuesto” a la buena voluntad del capital. Permítaseme el beneficio de la duda.
• La empresa de transporte aereó Avianca, segunda en importancia en América latina ha solicitado quiebra.

La frase seleccionada. “bajo el bizarro lema de exportar, exportar, lo que estamos haciendo es vender a precio ruinoso lo básico para el pueblo y obtener con ello las divisas para importar lo superfluo para la mayoría, lo que solo es prioritario para las clases altas” Raúl Sendic Antonaccio. Artículo para la revista medio y medio 1986. Me parece que sigue vigente.