Por Manuel Cabieses Donoso | 28/05/2020 | Chile / REBELIÓN
Fuentes: Rebelión
Estos tiempos despavoridos claman por una nueva sociedad.
Pero ella no será un parto fruto de la desesperación de las masas. La
sociedad capitalista tampoco se superará a si misma como promete la
oligarquía atemorizada que implora indulgencias. El capitalismo tiene
que ser derrotado por las fuerzas del cambio. Para esa batalla se
necesita un instrumento cohesionado en lo orgánico e ideológico.
¿Quién puede llevar a cabo esta hazaña si no es la Izquierda
anticapitalista? La única fuerza no comprometida con un sistema que
lleva en forma inexorable a la extinción de la especie humana.
El enfrentamiento ineludible tiene un nombre: revolución. En este tiempo la revolución tiene un prólogo cultural porque será necesario derribar espesos muros de ignorancia y prejuicios que son la primera línea defensiva del capitalismo. Habrá que derrotar la coerción ideológica mediática y cultural del capitalismo.
El superior valor de la solidaridad -objetivo supremo del socialismo- deberá vencer la codicia que regula las actuales relaciones sociales.
Pero una revolución cultural dista años luz de las prácticas rutinarias y burocráticas que han están llevando a la consunción a la izquierda existente.
Hace 20 años Fidel Castro definió: “Revolución –dijo- es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas…” (1)
Sentido del momento histórico en Chile significa apreciar en toda su magnitud el derrumbe de la institucionalidad de la dictadura y el ascenso que la lucha insurreccional de masas experimenta desde octubre del año pasado.
Cambiar todo lo que debe ser cambiado, entretanto, supone afrontar sin temor la etapa desgarradora que significará superar hábitos tradicionales de acción política. La Izquierda tendrá que echar por la borda el lastre de prácticas obsoletas y visiones cortoplacistas que la hacen derivar al oportunismo.
No obstante, la Izquierda de este siglo no surgirá de la nada. Es un instrumento de lucha que permanece en la memoria histórica de los pueblos. La acción rebelde del socialismo volverá a despertar conciencias al refrescar métodos de lucha y formas de organización.
Las ideas revolucionarias de este tiempo tampoco nacerán en terreno yermo. Luchadores sociales que el pasado unieron práctica y teoría, dejaron valiosas lecciones. En América Latina el ideario socialista del siglo XXI, por ejemplo, será fiel a una histórica vocación de unidad y antimperialismo de la Izquierda.
En el plano ideológico urge despejar tabúes y errores como aquel que identifica socialismo con estatismo. Las consignas en ese sentido tienen como efecto mostrar a la Izquierda como destinada al fracaso del “socialismo real” del siglo pasado. Tamaña tergiversación corta las alas a la creatividad propia del socialismo que promueve el pleno desarrollo de las capacidades humanas y de las fuerzas productivas.
El socialismo en tiempos de la inteligencia artificial y las tecnologías 5G, tendrá características distintas a la época del telégrafo y la locomotora a vapor. Pero su motor será siempre la acción concertada de las masas. Hoy su misión consiste en liberar a “esos zombis que vagan por las calles con la cara pegada a sus teléfonos inteligentes” (2).
La nueva sociedad la construirán millones de iniciativas. El poder del pueblo alcanzará así toda la dimensión de su fuerza transformadora.
En tiempos de hambre y pandemia bajo dominio del cambio climático que amenaza al planeta, el socialismo se constituye como esperanza cierta de la Humanidad. El centenario “socialismo o barbarie” de Rosa Luxemburgo adquiere inusitada actualidad. Suponer que la desesperación que provocan la miseria y el hambre producirá el cambio social, es una hipótesis castradora de la iniciativa de los pueblos. La ausencia de una Izquierda socialista que organice la lucha –como lo demuestra la experiencia histórica- franquea la vía al fascismo y los falsos mesías.
En Chile estamos muy atrasados en el trabajo por “aggiornar” la Izquierda a la nueva época. Pero ha sonado la hora de echar las bases de una Izquierda con personalidad propia y “sentido del momento histórico”.
MANUEL CABIESES DONOSO
26 de mayo 2020
(1) Discurso en la Plaza de la Revolución, La Habana, 1 de mayo del 2000.
(2) Yuval Noah Harari, “21 lecciones para el siglo XXI”, pág. 293.
https://www.puntofinalblog.cl/ post/la-izquierda-en-tiempos- de-ira
El enfrentamiento ineludible tiene un nombre: revolución. En este tiempo la revolución tiene un prólogo cultural porque será necesario derribar espesos muros de ignorancia y prejuicios que son la primera línea defensiva del capitalismo. Habrá que derrotar la coerción ideológica mediática y cultural del capitalismo.
El superior valor de la solidaridad -objetivo supremo del socialismo- deberá vencer la codicia que regula las actuales relaciones sociales.
Pero una revolución cultural dista años luz de las prácticas rutinarias y burocráticas que han están llevando a la consunción a la izquierda existente.
Hace 20 años Fidel Castro definió: “Revolución –dijo- es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas…” (1)
Sentido del momento histórico en Chile significa apreciar en toda su magnitud el derrumbe de la institucionalidad de la dictadura y el ascenso que la lucha insurreccional de masas experimenta desde octubre del año pasado.
Cambiar todo lo que debe ser cambiado, entretanto, supone afrontar sin temor la etapa desgarradora que significará superar hábitos tradicionales de acción política. La Izquierda tendrá que echar por la borda el lastre de prácticas obsoletas y visiones cortoplacistas que la hacen derivar al oportunismo.
No obstante, la Izquierda de este siglo no surgirá de la nada. Es un instrumento de lucha que permanece en la memoria histórica de los pueblos. La acción rebelde del socialismo volverá a despertar conciencias al refrescar métodos de lucha y formas de organización.
Las ideas revolucionarias de este tiempo tampoco nacerán en terreno yermo. Luchadores sociales que el pasado unieron práctica y teoría, dejaron valiosas lecciones. En América Latina el ideario socialista del siglo XXI, por ejemplo, será fiel a una histórica vocación de unidad y antimperialismo de la Izquierda.
En el plano ideológico urge despejar tabúes y errores como aquel que identifica socialismo con estatismo. Las consignas en ese sentido tienen como efecto mostrar a la Izquierda como destinada al fracaso del “socialismo real” del siglo pasado. Tamaña tergiversación corta las alas a la creatividad propia del socialismo que promueve el pleno desarrollo de las capacidades humanas y de las fuerzas productivas.
El socialismo en tiempos de la inteligencia artificial y las tecnologías 5G, tendrá características distintas a la época del telégrafo y la locomotora a vapor. Pero su motor será siempre la acción concertada de las masas. Hoy su misión consiste en liberar a “esos zombis que vagan por las calles con la cara pegada a sus teléfonos inteligentes” (2).
La nueva sociedad la construirán millones de iniciativas. El poder del pueblo alcanzará así toda la dimensión de su fuerza transformadora.
En tiempos de hambre y pandemia bajo dominio del cambio climático que amenaza al planeta, el socialismo se constituye como esperanza cierta de la Humanidad. El centenario “socialismo o barbarie” de Rosa Luxemburgo adquiere inusitada actualidad. Suponer que la desesperación que provocan la miseria y el hambre producirá el cambio social, es una hipótesis castradora de la iniciativa de los pueblos. La ausencia de una Izquierda socialista que organice la lucha –como lo demuestra la experiencia histórica- franquea la vía al fascismo y los falsos mesías.
En Chile estamos muy atrasados en el trabajo por “aggiornar” la Izquierda a la nueva época. Pero ha sonado la hora de echar las bases de una Izquierda con personalidad propia y “sentido del momento histórico”.
MANUEL CABIESES DONOSO
26 de mayo 2020
(1) Discurso en la Plaza de la Revolución, La Habana, 1 de mayo del 2000.
(2) Yuval Noah Harari, “21 lecciones para el siglo XXI”, pág. 293.
https://www.puntofinalblog.cl/
¿Qué importa más? ¿La vida o las ganancias?
El coronavirus y las miserias del capitalismo
La
pandemia nos invita a repensar(nos). A revisar un sistema que prioriza
las ganancias exorbitantes de unos pocos por sobre la posibilidad de las
mayorías de tener una vida digna. Que prioriza la producción y el
consumo desenfrenados por sobre el cuidado y la sustentabilidad del
medio ambiente.
Por Pedro Gaite *
PÁGINA 12 - 26 de abril de 2020
"Debemos abandonar el individualismo que es propio de este sistema y pensar en salidas colectivas", propone Pedro Gaite.
Imagen: Bernardino Avila
Imagen: Bernardino Avila
La pandemia del coronavirus puso de manifiesto las miserias del capitalismo financiero. Los países europeos evitaron tomar medidas duras contra el virus por temor a afectar la economía y hoy Europa tiene más de un millón de contagiados y mueren miles de personas por día.
Donald Trump se enfrenta a los gobernadores que decretaron la cuarentena a pesar de que Estados Unidos ya es, por mucho, el país con más contagiados y muertos. Su principal asesor económico, Larry Kudlow, dijo que el costo económico de cerrar las fronteras del país para evitar la propagación quizás no valiera la pena. El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, consideró que las personas mayores de ese país están dispuestas a morir para no dañar la economía y sostener a Estados Unidos tal y como es. “¿Está diciendo que hay peores cosas que morir por coronavirus?", le preguntó quien lo entrevistaba, y Patrick no dudó: "Sí".
En Latinoamérica Jair Bolsonaro exige la reapertura de comercios, despidió al ministro de Salud por estar de acuerdo con el aislamiento social y, como Trump, enfrenta a los gobernadores que establecieron la cuarentena ante la “gripesinha”. Incluso había decretado la posibilidad de suspender contratos de trabajo durante cuatro meses sin goce de sueldo, pero tuvo que dar marcha atrás ante el bombardeo de críticas.
Decisiones que están impulsadas por la lógica capitalista, cuyo objetivo es la maximización de las ganancias.
La epidemia del coronavirus solo puso sobre la mesa una pregunta que subyace al capitalismo: ¿Qué importa más: la vida o las ganancias?
Desde que se confirmó el primer caso de coronavirus (21/1/2020) la enfermedad mató a unas 183 mil personas en todo el mundo (al 22/4). En este mismo periodo fallecieron otras 950 mil personas, por otras causas, por no acceder a la atención médica, según la ONG Oxfam. La pobreza es más letal que el virus.
Esta pobreza es la otra cara de la extrema desigualdad que genera el sistema.
En 2019, los 2153 milmillonarios que había en el mundo poseían más riqueza que 4600 millones de personas. Para esa elite el crecimiento de su riqueza es un cero más en sus cuentas bancarias. Podría reducirse a una décima parte y podrían seguir pagando cuantas mansiones, yates y lujos desearan. Mientras tanto casi la mitad de la población mundial vive con menos de 5,5 dólares por día.
Uno de esos milmillonarios es Paolo Rocca, dueño de Techint, que despidió a 1450 trabajadores de su empresa constructora en medio de la cuarentena argentina. Bien podría pagar esos salarios con parte de los 400 millones de pesos que se ahorró el año pasado por la exención privilegiada de cargas sociales que obtuvo del gobierno macrista. Ni que hablar con los 9100 millones de pesos que blanquearon los directivos de la empresa en 2016.
La máxima expresión de la lógica capitalista es el neoliberalismo. Este dogma descansa sobre tres grandes premisas:
1. El mercado es el mejor asignador de recursos.
2. La meritocracia
3. La teoría del derrame.
Esta falacia se manifiesta más claramente en situaciones críticas. En estos días atravesados por la crisis del coronavirus vemos a fundamentalistas de la desregulación reconocer el rol clave del Estado. Todos los países llevan adelante una política fiscal y monetaria expansiva para intentar frenar la caída de la actividad económica.
En algunas potencias mundiales como Francia, el Reino Unido y Alemania los paquetes fiscales superan el 14 por ciento del PIB. Son las mismas potencias que de la mano del FMI le exigieron a Grecia un severo ajuste que hundió a esa economía en ocho años de recesión y una caída de 30 por ciento del PIB y de los salarios reales.
También analizan estatizar sus empresas más importantes ante las dificultades financieras que genera el coronavirus. Claro que a Grecia le exigieron privatizar el sistema de energía, telecomunicaciones, puertos, aeropuertos y cuanta empresa estatal hubiera.
Es la doctrina de “patear la escalera”. Todos los países centrales se desarrollaron en base a políticas proteccionistas en sus etapas tempranas de desarrollo, con un Estado activo que invirtió en sectores estratégicos y/o generó los incentivos para que el sector privado lo haga. Luego exportaron al mundo las ideas del libre comercio como la receta del éxito, y cuando no lograron convencer a los líderes de la periferia limitaron su margen de acción con una red de instituciones como el FMI, el Banco Mundial y la OMC.
Las tareas de cuidado de niños y niñas, personas mayores y/o con enfermedades físicas y mentales y las tareas domésticas diarias son el ejemplo más claro. Si nadie invirtiera tiempo en estas tareas la economía mundial colapsaría por completo. Las mujeres realizan tres cuartas partes de este trabajo, en general sin recibir un centavo. Por eso el 42 por ciento de las mujeres en edad de trabajar no forma parte de la mano de obra remunerada, frente al 6 por ciento de los hombres.
De la misma manera en los países de bajo desarrollo humano los años promedio de escolaridad no llegan a cinco, mientras en los de muy alto desarrollo humano superan los 12. Claramente las oportunidades no son las mismas. La meritocracia está mediada por el género, el status social, raza, etnia, nacionalidad.
Los millonarios gozan de los impuestos más bajos en décadas y además a través de maniobras financieras como cuentas fantasmas en paraísos fiscales eluden hasta el 30 por ciento de sus obligaciones fiscales. Mientras tanto las grandes mayorías intentan pescar alguna migaja que se derrame, en general con poco éxito. Un aumento de medio punto porcentual en el impuesto al patrimonio del 1 por ciento más rico permitiría recaudar fondos necesarios para invertir en la creación de 117 millones de puestos de trabajo en sectores como la educación y la salud.
Así es como opera el capitalismo financiero, especialmente en su versión neoliberal. Un sistema que prioriza las ganancias exorbitantes de unos pocos por sobre la posibilidad de las mayorías de tener una vida digna. Que prioriza la producción y el consumo desenfrenados por sobre el cuidado y la sustentabilidad del medio ambiente.
¿Cómo se explica, si no, que el 1 por ciento más rico de la población mundial tenga más del doble de riqueza que 6900 millones de personas? ¿Que día tras día 10 mil personas mueran por no tener acceso a la salud? ¿Que uno de cada cinco niños en el mundo no pueda acceder a la educación? ¿Que se exploten montañas y se contaminen miles de litros de agua para obtener metales preciosos para alimentar el ego de una minoría privilegiada? ¿Que se arrase con bosques y selvas esenciales para la vida con el fin de aumentar la superficie de cultivo de alimentos transgénicos? ¿Que el avance de la tecnología sea una amenaza para millones de puestos de trabajo en vez de una oportunidad para eliminar los trabajos precarios y mejorar la vida de millones de personas? ¿Que la ciencia y la tecnología se siga poniendo al servicio de la industria armamentística, para luego matar seres humanos? ¿Que Estados Unidos tenga más misiles que camas en hospitales? ¿Que en la Argentina los fondos buitre obtuvieran una rentabilidad de 1600 por ciento a costa del hambre del pueblo?
La pandemia del coronavirus nos invita a repensar(nos): ¿Qué producimos? ¿Cómo lo hacemos? ¿Para qué y para quién? ¿Qué trabajos son esenciales para la supervivencia humana? ¿Cuáles mejoran nuestra calidad de vida y cuáles simplemente reproducen un sistema de exclusión?
Es momento de repensar la forma en la que nos organizamos como especie. Los recursos naturales alcanzan para que todos los habitantes del planeta accedan a una vida digna, sin hambre ni necesidades básicas insatisfechas. Pero para ello debemos abandonar el individualismo que es propio de este sistema y pensar en salidas colectivas. El avance de la ciencia y la tecnología nos da una oportunidad única para que los trabajos insalubres y que nadie querría hacer sean realizados por máquinas. Es momento de que la ciencia y la tecnología estén al servicio de mejorar la calidad de vida de todos y todas. Momento de poner a la vida y al medio ambiente en el centro.
* Economista UBA. Becario doctoral CENES-Conicet. *Nota: Los datos incluidos en el artículo son de la ONG Oxfam.
@pgaite5
Donald Trump se enfrenta a los gobernadores que decretaron la cuarentena a pesar de que Estados Unidos ya es, por mucho, el país con más contagiados y muertos. Su principal asesor económico, Larry Kudlow, dijo que el costo económico de cerrar las fronteras del país para evitar la propagación quizás no valiera la pena. El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, consideró que las personas mayores de ese país están dispuestas a morir para no dañar la economía y sostener a Estados Unidos tal y como es. “¿Está diciendo que hay peores cosas que morir por coronavirus?", le preguntó quien lo entrevistaba, y Patrick no dudó: "Sí".
En Latinoamérica Jair Bolsonaro exige la reapertura de comercios, despidió al ministro de Salud por estar de acuerdo con el aislamiento social y, como Trump, enfrenta a los gobernadores que establecieron la cuarentena ante la “gripesinha”. Incluso había decretado la posibilidad de suspender contratos de trabajo durante cuatro meses sin goce de sueldo, pero tuvo que dar marcha atrás ante el bombardeo de críticas.
Decisiones que están impulsadas por la lógica capitalista, cuyo objetivo es la maximización de las ganancias.
La epidemia del coronavirus solo puso sobre la mesa una pregunta que subyace al capitalismo: ¿Qué importa más: la vida o las ganancias?
DESIGUALDAD
Desde la óptica del capital el virus puede hasta terminar siendo positivo. La población que morirá es en su mayoría sobrante desde el punto de vista productivo. Adultos mayores que cobran una jubilación y no aportan a la generación de riqueza. Cuando Dan Patrick responde que hay algo peor que la muerte, solo manifiesta cuál es la lógica que mueve al sistema.Desde que se confirmó el primer caso de coronavirus (21/1/2020) la enfermedad mató a unas 183 mil personas en todo el mundo (al 22/4). En este mismo periodo fallecieron otras 950 mil personas, por otras causas, por no acceder a la atención médica, según la ONG Oxfam. La pobreza es más letal que el virus.
Esta pobreza es la otra cara de la extrema desigualdad que genera el sistema.
En 2019, los 2153 milmillonarios que había en el mundo poseían más riqueza que 4600 millones de personas. Para esa elite el crecimiento de su riqueza es un cero más en sus cuentas bancarias. Podría reducirse a una décima parte y podrían seguir pagando cuantas mansiones, yates y lujos desearan. Mientras tanto casi la mitad de la población mundial vive con menos de 5,5 dólares por día.
Uno de esos milmillonarios es Paolo Rocca, dueño de Techint, que despidió a 1450 trabajadores de su empresa constructora en medio de la cuarentena argentina. Bien podría pagar esos salarios con parte de los 400 millones de pesos que se ahorró el año pasado por la exención privilegiada de cargas sociales que obtuvo del gobierno macrista. Ni que hablar con los 9100 millones de pesos que blanquearon los directivos de la empresa en 2016.
La máxima expresión de la lógica capitalista es el neoliberalismo. Este dogma descansa sobre tres grandes premisas:
1. El mercado es el mejor asignador de recursos.
2. La meritocracia
3. La teoría del derrame.
EL MERCADO
La idea madre del neoliberalismo es que el mercado es el mejor asignador de recursos, y que por lo tanto la intervención del Estado en la economía debe reducirse a la mínima expresión. Cada individuo (o cada país) buscando su propio beneficio individual contribuye de la mejor manera posible a maximizar el beneficio social.Esta falacia se manifiesta más claramente en situaciones críticas. En estos días atravesados por la crisis del coronavirus vemos a fundamentalistas de la desregulación reconocer el rol clave del Estado. Todos los países llevan adelante una política fiscal y monetaria expansiva para intentar frenar la caída de la actividad económica.
En algunas potencias mundiales como Francia, el Reino Unido y Alemania los paquetes fiscales superan el 14 por ciento del PIB. Son las mismas potencias que de la mano del FMI le exigieron a Grecia un severo ajuste que hundió a esa economía en ocho años de recesión y una caída de 30 por ciento del PIB y de los salarios reales.
También analizan estatizar sus empresas más importantes ante las dificultades financieras que genera el coronavirus. Claro que a Grecia le exigieron privatizar el sistema de energía, telecomunicaciones, puertos, aeropuertos y cuanta empresa estatal hubiera.
Es la doctrina de “patear la escalera”. Todos los países centrales se desarrollaron en base a políticas proteccionistas en sus etapas tempranas de desarrollo, con un Estado activo que invirtió en sectores estratégicos y/o generó los incentivos para que el sector privado lo haga. Luego exportaron al mundo las ideas del libre comercio como la receta del éxito, y cuando no lograron convencer a los líderes de la periferia limitaron su margen de acción con una red de instituciones como el FMI, el Banco Mundial y la OMC.
LA MERITOCRACIA
El imaginario neoliberal plantea que el éxito (y su ausencia) es resultado exclusivo del esfuerzo personal. Pero se estima que una tercera parte de la riqueza de los milmillonarios proviene de herencias. Mientras ven crecer cómodamente sus fortunas por el frenesí de la especulación financiera, el sistema se sostiene sobre empleos precarios y mal remunerados.Las tareas de cuidado de niños y niñas, personas mayores y/o con enfermedades físicas y mentales y las tareas domésticas diarias son el ejemplo más claro. Si nadie invirtiera tiempo en estas tareas la economía mundial colapsaría por completo. Las mujeres realizan tres cuartas partes de este trabajo, en general sin recibir un centavo. Por eso el 42 por ciento de las mujeres en edad de trabajar no forma parte de la mano de obra remunerada, frente al 6 por ciento de los hombres.
De la misma manera en los países de bajo desarrollo humano los años promedio de escolaridad no llegan a cinco, mientras en los de muy alto desarrollo humano superan los 12. Claramente las oportunidades no son las mismas. La meritocracia está mediada por el género, el status social, raza, etnia, nacionalidad.
EL DERRAME
El tercer mito del neoliberalismo es la teoría del derrame, la cual postula que una distribución de la riqueza regresiva, o sea más para los más ricos, es lo mejor para la sociedad. Como los que más tienen son los dueños de los medios de producción, si tienen más invertirán más y eso generará empleo y beneficiará al conjunto de la sociedad. Así se justifica la reducción de impuestos, la flexibilización laboral e incluso la estatización de sus deudas. Solo 4 centavos de cada dólar recaudado provienen de impuestos sobre la riqueza.Los millonarios gozan de los impuestos más bajos en décadas y además a través de maniobras financieras como cuentas fantasmas en paraísos fiscales eluden hasta el 30 por ciento de sus obligaciones fiscales. Mientras tanto las grandes mayorías intentan pescar alguna migaja que se derrame, en general con poco éxito. Un aumento de medio punto porcentual en el impuesto al patrimonio del 1 por ciento más rico permitiría recaudar fondos necesarios para invertir en la creación de 117 millones de puestos de trabajo en sectores como la educación y la salud.
Así es como opera el capitalismo financiero, especialmente en su versión neoliberal. Un sistema que prioriza las ganancias exorbitantes de unos pocos por sobre la posibilidad de las mayorías de tener una vida digna. Que prioriza la producción y el consumo desenfrenados por sobre el cuidado y la sustentabilidad del medio ambiente.
¿Cómo se explica, si no, que el 1 por ciento más rico de la población mundial tenga más del doble de riqueza que 6900 millones de personas? ¿Que día tras día 10 mil personas mueran por no tener acceso a la salud? ¿Que uno de cada cinco niños en el mundo no pueda acceder a la educación? ¿Que se exploten montañas y se contaminen miles de litros de agua para obtener metales preciosos para alimentar el ego de una minoría privilegiada? ¿Que se arrase con bosques y selvas esenciales para la vida con el fin de aumentar la superficie de cultivo de alimentos transgénicos? ¿Que el avance de la tecnología sea una amenaza para millones de puestos de trabajo en vez de una oportunidad para eliminar los trabajos precarios y mejorar la vida de millones de personas? ¿Que la ciencia y la tecnología se siga poniendo al servicio de la industria armamentística, para luego matar seres humanos? ¿Que Estados Unidos tenga más misiles que camas en hospitales? ¿Que en la Argentina los fondos buitre obtuvieran una rentabilidad de 1600 por ciento a costa del hambre del pueblo?
La pandemia del coronavirus nos invita a repensar(nos): ¿Qué producimos? ¿Cómo lo hacemos? ¿Para qué y para quién? ¿Qué trabajos son esenciales para la supervivencia humana? ¿Cuáles mejoran nuestra calidad de vida y cuáles simplemente reproducen un sistema de exclusión?
Es momento de repensar la forma en la que nos organizamos como especie. Los recursos naturales alcanzan para que todos los habitantes del planeta accedan a una vida digna, sin hambre ni necesidades básicas insatisfechas. Pero para ello debemos abandonar el individualismo que es propio de este sistema y pensar en salidas colectivas. El avance de la ciencia y la tecnología nos da una oportunidad única para que los trabajos insalubres y que nadie querría hacer sean realizados por máquinas. Es momento de que la ciencia y la tecnología estén al servicio de mejorar la calidad de vida de todos y todas. Momento de poner a la vida y al medio ambiente en el centro.
* Economista UBA. Becario doctoral CENES-Conicet. *Nota: Los datos incluidos en el artículo son de la ONG Oxfam.
@pgaite5
¿Volver a la normalidad?
por Atilio Boron
LA HAINE - 21/05/2020
Gobiernos que apostaron a la “magia de los
mercados” para atender problemas de salud exhiben índices de mortalidad
inmensamente superiores a los de los Estados socialistas
Los
gobiernos que apostaron a la “magia de los mercados” para atender los
problemas de salud de su población exhiben índices de mortalidad por
millón de habitantes inmensamente superiores a los de los Estados
socialistas que conciben a la salud como un inalienable derecho humano.
La cruel pandemia que azota a la humanidad ha despertado reacciones de todo tipo. Unos pocos la ven como la cruel pero fecunda epifanía de un mundo mejor y más venturoso que brotará como remate inexorable de la generalizada destrucción desatada por el coronavirus. Si Edouard Bernstein creía que el solo despliegue de las contradicciones económicas ineluctablemente remataría en el capitalismo, sus actuales (e inconscientes) herederos apuestan a que el virus obrará el milagro de abolir el sistema social vigente y reemplazarlo por otro mejor. El trasfondo religioso o mesiánico de esta creencia salta a la vista y nos exime de mayores análisis.
Otros la perciben como una catástrofe que clausura un período histórico y coloca a la humanidad ante un inexorable dilema cuyo resultado es incierto. Quienes abrevan en este argumento están lejos de ser un conjunto homogéneo pues difieren en dos temas centrales: la causalidad, o la génesis de la pandemia, y el mundo que se perfila a su salida.
En relación a lo primero hay quienes adjudican la responsabilidad de su aparición a una entelequia: “el hombre”, como los ecologistas ingenuos que dicen que aquél -entendido en un sentido genérico, como ser humano- es quien con su actividad destruye la naturaleza y entonces el Covid-19 habría también sido causado por “el hombre.” Pero la verdad es que no es éste sino un sistema, el capitalismo, quien destruye naturaleza y sociedades como lo demuestra el pensamiento marxista e, inclusive, aquellos que sin adherir a él son analistas rigurosos de la realidad, como Karl Polanyi.
Sistema que con sus políticas privatizadoras y de “austeridad” (para los pobres, más no para los ricos) hizo posible la gran expansión de la pandemia. Pruebas al canto: el Covid-19 desnudó la responsabilidad de las clases dominantes del capitalismo y sus gobiernos, comenzando por el de EEUU y sus vasallos en el resto del mundo.
Cuando se compara el número de muertes ocurridas en los países con gobiernos capitalistas con los que se registran en Estados socialistas, como China, Vietnam, Cuba, Venezuela, los resultados son espeluznantes. En China los muertos por millón de habitantes son 3; en Vietnam hasta el 18 de mayo no había muerto nadie a causa del virus, y eso que tiene una población de 96 millones de personas; Cuba, con poco más de 11 millones tiene una tasa de muertos por millón igual a 7 y en la República Bolivariana de Venezuela esta ratio es de 0,4.
En Argentina, con un gobierno acosado por el sicariato mediático y la gran burguesía el número es 9, pero se triplica cuando se observa al “oasis neoliberal” de Sebastián Piñera, con una ratio de 27 muertos por millón de habitantes. México, cuyo gobierno al principio cometió el error de subestimar al coronavirus está con 44 decesos por millón, por encima del promedio mundial que es 41,8.
Pero luego viene el escándalo: Ecuador, donde manda el más rastrero lamebotas de Donald Trump, se lleva todas las fúnebres palmas de Nuestra América con 161 muertos por millón de habitantes, 54 veces más que China y 23 más que en Cuba. Suiza, la elegante guarida fiscal europea, registra una obscena ratio de 219 muertos por millón y EEUU 283 por millón, o sea, 95 veces más que China y unas 40 veces mayor que la agredida y bloqueada Cuba. No les va mejor a la rica Bélgica, campeona mundial con un escandaloso récord de 790 muertos por millón de habitantes y a quienes le siguen en el podio: España con 594, Italia con 532 y el Reino Unido con 521.
Conclusión: los gobiernos que apostaron a la “magia de los mercados” para atender los problemas de salud de su población exhiben índices de mortalidad por millón de habitantes inmensamente superiores a los de los Estados socialistas que conciben a la salud como un inalienable derecho humano. Esto se comprueba aún en países como Cuba y Venezuela pese a padecer múltiples sanciones económicas y los rigores del criminal bloqueo impuesto por Washington. En las antípodas se encuentra Brasil que con sus 19 mil muertos ocupa el sexto lugar en la luctuosa estadística de víctimas del coronavirus y con sus 85 muertos por millón de habitantes registra una incidencia 12 veces mayor que Cuba y 28 mayor que China.
A su vez Chile, paradigma neoliberal por excelencia, tiene una tasa 9 veces mayor que la de China y casi cuatro veces superior a la de la acosada isla caribeña. Párrafo aparte merece el Uruguay, que gracias a los quince años de activismo estatal de los gobiernos frenteamplistas, en los cuales la inversión en salud pública fue prioritaria, registra una tasa de 6 muertos por millón de habitantes. Es de esperar que su actual presidente, Luis Lacalle Pou, confeso admirador de Jair Bolsonaro y Sebastián Piñera, tome nota de esta lección y se abstenga de aplicar sus letales fantasías neoliberales al sistema de salud público del Uruguay.
Esta disímil respuesta ofrecida por los Estados capitalistas y socialistas (más allá de algunas necesarias precisiones sobre esta caracterización, que deberían ser objeto de otro trabajo) es suficiente para fundamentar la necesidad de que el nuevo mundo que se asomará una vez concluida la pesadilla del Covid-19 se caracterice por la presencia de rasgos definitivamente no-capitalistas. Es decir, un ordenamiento socioeconómico y político que revierta el desvarío dominante durante cuatro décadas cuando al impulso de la traicionera melodía neoliberal casi todos los gobiernos del mundo se apresuraron a seguir las directivas emanadas de la Casa Blanca y privatizar y mercantilizar todo lo que fuera privatizable o mercantilizable, aún a costa de violar DDHH, la dignidad de las personas y los derechos de la Madre Tierra.
Un mundo que, siguiendo algunos razonamientos de Salvador Allende, podría ser caracterizado como “protosocialista”; es decir, como una imprescindible fase previa para viabilizar la transición hacia el socialismo. Este período es requerido para robustecer al estado democrático; introducir rígidas limitaciones al “killing instinct” de los mercados y su descontrolada actividad, especialmente de su fracción financiera; la nacionalización y/o estatización de las riquezas básicas de nuestros países; la estatización del comercio exterior y los servicios públicos; la desmercantilización de la salud y los medicamentos; y una agresiva política de redistribución de la riqueza que supone una profunda reforma tributaria y una muy activa política social de eliminación del flagelo de la pobreza.
Habida cuenta del tendal de víctimas que ha dejado el Covid-19 (que está lejos de haber llegado a su pico) sería una monumental insensatez intentar “volver a la normalidad”. Sólo espíritus pervertidos por un insaciable afán de lucro pueden pretender reincidir en sus crímenes y volver a sacrificar a millones de personas y a la propia naturaleza en el altar de la ganancia, considerando a tales crímenes como una “normalidad” que no puede ni debe ser puesta en cuestión.
¿Cómo pensar que un holocausto social y ecológico como el que produjo el capitalismo, potenciado hiperbólicamente por la pandemia, pueda ahora ser concebido como algo “normal”, como una situación beneficiosa a la cual deberíamos retornar sin mayor demora? Una “normalidad” como esa debe ser definitivamente desterrada como opción civilizatoria. Solo podría ser impuesta por una recomposición neofascista del capitalismo, poco probable ante el desprestigio y la deslegitimación que éste ha sufrido en tiempos recientes y la acumulación de fuerzas sociales alineadas en contra de los verdugos del pasado.
Claro que la historia no está cerrada pero estoy seguro, volviendo a las palabras de Salvador Allende, que luego de la pandemia “se abrirán las grandes alamedas para que pasen hombres y mujeres para construir una sociedad mejor.”
La Haine
¿Cómo será el mundo después de la pandemia? Todo género de audacias imaginativas dan la vuelta al mundo y vuelven a darla. Unos claman por «volver a la normalidad». Otros alientan la ilusión de que «muerto el virus se acabó la rabia» del capitalismo. Algunos más dan tono verde ecologista a sus lucubraciones y, desde luego, no faltan los predicadores que entienden el conjuro del mal gracias a providencias extraterrestres, mientras atienden la suma de los «diezmos».
Pero están también los think tanks, los asesores intelectuales, los académicos o los «gurús» para toda ocasión. Ya despliegan las artes del oportunismo, y el menú completo del reformismo, para instalar los dispositivos de la falsa conciencia convertida en «sentido común», actualizados con estadísticas e infografías. Les urge entretenernos con la ilusión de un «nuevo capitalismo» humano y progresista, redimido de sus horrores por gracia de la pandemia.
Una carrera loca por «adivinar» el futuro se ha desatado. Se encendieron las alarmas en los tableros del control ideológico dominante porque ven derrumbarse las emboscadas que el capital ha tendido contra los seres humanos. Están alarmados y han soltado a sus jaurías para secuestrarnos el futuro (de nuevo) e impregnarlo rápidamente con más de lo mismo. Para los opresores, es igualmente importante infestar el futuro con sus «nuevos» –viejos– valores, que encontrar la vacuna contra la codiv-19. Ambos son, para ellos, grandes negocios.
Están tratando de maquillar el sistema económico dominante, sus salas de tortura laboral, sus refinamientos de usura bancaria, sus estrategias de despojo y privatización en educación, salud, vivienda, cultura… están tratando de maquillar las monstruosidades de la industria bélica capitalista, sus adláteres financieros y mediáticos… más todas las canalladas ideadas pertinazmente para humillar a la humanidad con hambre y pobreza, durante siglos; cirugía ideológica mayor presentada como lifting menor.
Preparan un arsenal de paliativos, analgésicos y entretenimientos ideados para anestesiar la rebeldía, para diluir el espanto develado por la pandemia y para convencernos de que nada puede ser cambiado, que «la cosa es así» y que debemos resignarnos… que alguna migaja caerá de la mesa del capitalismo «renovado».
Los muchachos intelectuales serviles a tal canallada están trabajando arduamente. Ya tienen reservadas muchas páginas en los diarios «principales» y muchas horas en la radio-tv del circo monopólico trasnacional. Y en las «redes sociales», desde luego.
Entre los promotores del nuevo hermoseamiento del capitalismo están los mismos viejos ideólogos que contribuyeron al desastre horrendo que la humanidad padece. Son los mismos apellidos, las mismas universidades, las mismas escuelas financiero-rapaces… nada nuevo en esa «renovación» que tratan de imponernos para contestar: ¿cuál es el futuro de la humanidad después de la pandemia? Dicho de otro modo, ellos responden: más de lo mismo, con algunas reformitas. Sin pérdidas de ganancias, claro.
En las tripas mismas del capitalismo está la fuerza que lo destruirá. No hay que buscar esa fuerza en otra parte. Es la fuerza que finiquitará y sepultará al capitalismo para crear una sociedad nueva. «La burguesía produce, ante todo, sus propios sepultureros», dijo Karl Marx. No se necesita mucha ciencia para verlo en plena acción, diariamente. Lo destruye la contradicción capital-trabajo, llevada a su más alta tensión, que es una revolución en marcha, aunque gasten mucho en ocultarla.
De ese antagonismo se desprende la tensión que dilucidará, con la mayor amplitud, el papel histórico y los objetivos de la lucha de clase del proletariado. El capitalismo no solo crea y recrea las crisis, inventa ilusiones para anunciar que logrará la «recuperación» de la economía mundial y renovará sus escenarios con estratagemas reformistas de largo plazo. Inoculará «nuevas» reformas y grandes engaños para mantener al capital por encima de los seres humanos.
Es necesario, también, un movimiento internacionalista de Filosofía para la transformación de la realidad. No se resolverán los problemas que la acumulación del capital le impone a la humanidad, solo con reformas fiscales, ni solo con reformas al aparato del Estado arrodillado ante las oligarquías. No se resolverá solo con más hospitales, ni solo con más escuelas ni con más de lo mismo. Hay que reformar integralmente los contenidos de cada institución, aunque venga acicalado con palabrería alambicada para el gusto de ciertas tribunas.
Debe interpelarse profundamente el modo de producción y las relaciones de producción, la tenencia de la tierra, las «concesiones» a la minería, la soberanía de mares territoriales y, en general, el derecho de los pueblos a disfrutar las riquezas naturales y el producto del trabajo que a ellas se imprima y que de ellas provenga. Hay que discutir la democracia burguesa toda. Su historia, sus definiciones, sus legislaciones y sus miles de emboscadas ideológicas y leguleyas. Hay que filosofar para la revolución humanista en serio.
Es hora, también, de descolonizar a la Filosofía. Dar la lucha en las entrañas de las mafias que la secuestraron para esconder la lucha de clases y decorar al capital. Hay que interpelar a la educación en su totalidad y a sus servidumbres en el mercado de los saberes. Hay que interpelar al modelo de salud y a sus principios para emanciparla de la lógica mercantil y del individualismo mesiánico. Hay que interpelar, «hasta que duela», toda la estructura de «valores» y «sentido común» inoculados por la red de «medios de comunicación», secuestrada para someternos al «síndrome de Estocolmo» que nos obliga a aceptarlo, como si fuesen nuestros los valores de la clase opresora. Hay que interpelar íntegramente al aparato de justicia, al aparato de sanciones… al capitalismo íntegramente, incluyéndonos todos. Hay que interpelar también nuestra crisis de dirección de la izquierda revolucionaria y resolverla para terminar con el capital. ¿Cómo será el mundo después de la pandemia?: lo mismo, solo que con el peligro de que nos secuestren el futuro nuevamente… el mismo, solo que empeorando velozmente si no nos organizamos para transformarlo. «En la demora está el peligro», diría Eloy Alfaro.
En cuanto a los muertos por coronavirus, Brasil se ha transformado en el sexto país más afectado por la pandemia en el mundo, detrás de EE.UU. (98 000); Reino Unido (37 000); Italia (32 000); Francia (28 000) y España (27 000).
Asimismo, es la nación con los peores registros de Latinoamérica, seguida por Perú, que cuenta más de 124.ç 000 contagios y supera los 3 400 fallecidos.
En el plano político, el coronavirus está golpeando con dureza al presidente Jair Bolsonaro, quien se encuentra en el ojo del huracán por su polémica gestión sanitaria.
En solo dos meses, el mandatario derechista se deshizo de dos ministros de Salud, y continúa rechazando la aplicación de un confinamiento masivo a nivel nacional, bajo el argumento de que, con una cuarentena estricta, la economía colapsará.
La Secretaría de Salud informó en conferencia de prensa que ya suman 8 134 los decesos por COVID-19, mientras que se registra un total de 74 560 casos confirmados de coronavirus.
De los positivos confirmados hasta este día, 14 718 son casos activos, es decir, que presentaron síntomas en los últimos 14 días.
Asimismo, hay 31 878 casos sospechosos de coronavirus y 716 defunciones que están siendo estudiadas para determinar si ocurrieron a consecuencia de la enfermedad COVID-19.
La Ciudad de México registra el mayor número de casos activos, con 3 673 contagios. Le sigue el Estado de México, con 1 749 infecciones.
Explicó que, según los planes de contingencia rusos, cuando la propagación del virus se ubica en una tasa media del 1 por ciento, es factible pasar a la etapa 1 en la recuperación. Mientras, la fase 2 se iniciará cuando el indicador baje al 0,8 por ciento.
Por tal razón, Andréyeva expresó que Moscú podría desescalar las restricciones según lo previsto para la segunda etapa.
En las últimas 24 horas, Rusia contabilizó más de 8 000 nuevos casos y alrededor de 130 muertes asociados al nuevo coronavirus. Con ello, sus estadísticas se elevan a más de 370 000 contagiados y aproximadamente 3 900 decesos, según cifras oficiales.
La situación más tensa la vive la capital, urbe donde se reporta más del 46 por ciento de los casos totales del país.
equipo se contagió y que él decidió realizarse el examen PCR y aislarse de
forma preventiva.
Está por ver si su infección puede tener consecuencias para otros
dirigentes, ya que durante esa semana se reunió al menos con diversos
alcaldes de la región Metropolitana, como se puede ver en sus propias redes
sociales.
Aunque Moreno es la primera autoridad gubernamental en dar positivo, varios ministros entraron en confinamiento luego de estar en contacto con cuatro senadores con coronavirus.
Así lo hicieron el titular de Hacienda, Ignacio Briones, el de Interior, Gonzalo Blumel, el de la Secretaría General de la Presidencia, Felipe Ward, y el de Desarrollo Social, Sebatián Sichel.
Uno de los senadores contagiados, el socialista Rabindranath Quinteros, generó una gran polémica ya que antes de que le dieran los resultados el pasado viernes y sabiendo que era sospechoso de tener el coronavirus SARS-CoV-2 viajó en avión a su domicilio en Puerto Montt, a más de 1 000 kilómetros al sur de Santiago.
El positivo de los cuatro legisladores también provocó que otros 20 de ellos iniciara una cuarentena preventiva el pasado fin de semana.
Chile registró este lunes una nueva cifra récord de nuevos casos de coronavirus con 4 895 contagios durante la última jornada, sumando un total de 73 997 desde el inicio de la pandemia, el tercer país de Latinoamérica con más infecciones, por detrás de Brasil y Perú.
(Con información de RT y agencias)
El popular filósofo Slavoj Zizek, uno de los más ardientes críticos del sistema capitalista y de las “ideologías” sobre las que se apuntala, ha escrito una columna sobre el Coronavirus para el sitio Russia Today, buena parte de la cual ha sido traducida en este artículo en Medium. Zizek apunta a que el coronavirus ha destapado la realidad insostenible de otro virus que infecta a la sociedad: el capitalismo. Mientras que muchas personas mueren, la gran preocupación de los estadistas y empresarios es el golpe a la economía, la recesión, la falta de crecimiento del producto interno bruto y cosas por el estilo. Este colapso económico se debe a que la economía está basada fundamentalmente en el consumo y en la persecución de valores propugnados por la visión capitalista como la riqueza material. Pero esto no tendría que ser así, no tendría que haber una tiranía del mercado. Zizek sugiere que el coronavirus presenta también la oportunidad de tomar conciencia de los otros virus que se esparcen por la sociedad desde hace mucho tiempo y reinventar la misma.
La actual expansión de la epidemia de coronavirus ha detonado las epidemias de virus ideológicos que estaban latentes en nuestras sociedades: noticias falsas, teorías conspirativas paranoicas y explosiones de racismo.
La bien fundamentada necesidad médica de establecer cuarentenas hicieron eco en las presiones ideológicas para establecer límites claros y mantener en cuarentena a los enemigos que representan una amenaza a nuestra identidad. Pero tal vez otro –y más beneficioso– virus ideológico se expandirá y tal vez nos infecte: el virus de pensar en una sociedad alternativa, una sociedad más allá de la nación-estado, una sociedad que se actualice como solidaridad global y cooperación.
Zizek considera que se puede comparar lo que está sucediendo con un famoso golpe asesino de la película Kill Bill, conocido como “Técnica del corazón explosivo”, con el que la persona que lo recibe aún puede seguir sus actividades por un tiempo, beber una copa de vino, tener una conversación, etc., aunque pronto inevitablemente su corazón explotará y morirá: “Mi modesta opinión sobre la realidad es mucho más radical: la epidemia de coronavirus es una forma especial de ‘Técnica del corazón explosivo’ en el sistema global capitalista, un síntoma de que no podemos seguir en el camino que hemos seguido hasta ahora, se necesita ese cambio”.
Zizek nota varias paradojas. Mientras que el coronavirus nos obliga a aislarnos, también “nos obliga a re-inventar el comunismo basándonos en la confianza en las personas y la ciencia”. El filósofo cree que es necesario un nuevo entendimiento del comunismo y habría que precisar, sobre todo, de la comunidad. Otra paradoja, aunque quizá también una especie de hipérbole trágica –aunque posiblemente redentora– es que en la era en la que el ser humano más aislado se encuentra, ahora deberá aislarse aún más; en el tiempo en el que más necesita contacto humano real y no meramente virtual, ahora parece que el contacto físico será tabú. Pero quizá de este aislamiento surgirán nuevos valores y se reafirmará la importancia de la comunidad, la convivencia y la intimidad. Lo que es indudable es que es tiempo de reflexión, tiempo en el que hay menos ruido y por lo tanto la posibilidad de mayor claridad.
Fuente: Pijama Surf
En una plática entre amigos alguien pregunta: ¿ganará Trump a pesar de casi 100 mil muertos y cerca de 40 millones de desempleados por su manejo de la pandemia?, y por ahora nadie duda que increíblemente es posible, pero aún más increíble es que no se puede descartar que interrumpa y hasta anule el supuestamente sagrado proceso electoral estadunidense.
A los que piensan que es exagerado pensar que Trump podría tratar de cuestionar y hasta intentar sabotear el proceso electoral, sólo tiene que recordar que lo ha hecho desde que ganó; ha insistido, sin ninguna prueba, en que un fraude masivo fue lo que lo privó de una mayoría en el voto popular en 2016. Más recientemente ha amenazado a dos gobiernos estatales encabezados por demócratas por el gran delito de enviar solicitudes para votar por boleta vía correo en las elecciones generales de noviembre, como parte de preparativos de un voto durante una pandemia, pero que él acusó de ser ilegal y parte de un escenario de fraude electoral. Esto es parte de una gama de esfuerzos no tan secreto para suprimir el voto, algo que favorece a los republicanos.
A finales de la semana pasada, al visitar una fábrica automotriz de Ford, Trump hizo un comentario raro, y por lo tanto, difícil de hacer sin un propósito consciente: “la empresa fundada por un hombre llamado Henry Ford… buenas líneas sanguíneas, buenas líneas sanguíneas. Si uno cree en esas cosas, uno consigue buena sangre”. Una organización judía progresista denunció las declaraciones: “Ford fue un simpatizante nazi, escribió El judío internacional, el problema principal del mundo… Y Hitler dijo que Ford era una ‘inspiración’ y le otorgó la condecoración nazi más alta para extranjeros”, y acusó que las palabras de Trump fueron un mensaje bien recibido por antisemitas y nacionalistas blancos en este país. No es la primera vez.
Vale recordar que hace un par de semanas Trump elogió y hasta incitó a grupos ultraderechistas, algunos armados, a manifestarse en los capitolios de un par de estados con gobernadores demócratas contra las medidas de mitigación de la pandemia, las cuales denunciaban como atropellos del gobierno de sus libertades. Trump los califico de gente buena, a pesar de que algunos llevaban símbolos racistas y hasta fascistas, incluyendo esvásticas.
A la vez, algunos legisladores están preocupados y han solicitado mayor información sobre poderes de emergencia secretos (existen unos 60) que pueden ser empleados por el Ejecutivo después de declarar una emergencia nacional; lo cual hizo el presidente a mediados de marzo. Trump, en algunos comentarios, ha nutrido esa preocupación: Tengo el derecho de hacer muchas cosas que la gente ni sabe, comentó en marzo, y más recientemente proclamó, erróneamente, que como presidente tenía autoridad total sobre gobernadores respecto de las órdenes para reabrir la economía. Tampoco son las primeras veces que ha hecho ese tipo de comentarios en sus más de tres años en la Casa Blanca.
Por otro lado, el yerno de Trump, Jared Kushner, comentó en días recientes a la revista Time que no podría descartar la posibilidad de que se postergue la elección federal.
A la vez, se continúa intensificando la retórica oficial antichina, ampliando el abanico de discriminación y odio racial más allá de los latinos ahora a los asiáticos, y a la vez las medidas antimigrantes impulsadas bajo la falsa justificación de salud pública –incluyendo anular el derecho al asilo y protecciones para menores de edad– se están extendiendo, todo alentando la xenofobia que ha caracterizado este régimen.
Aunque algunos argumentan que la especulación sobre una ruptura fundamental con las reglas del juego democrático están teñidas con demasiada paranoia, la historia está repleta de lecciones parecidas. Pensar que no podría pasar aquí es tal vez lo más peligroso.
Y si eso o algo parecido ocurre, la siguiente pregunta es: ¿pasarán? Esa consigna de la guerra civil española otra vez está en el aire, pero ahora en inglés estadunidense.
(Tomado de La Jornada)
Miguel Urbán, eurodiputado.
Tedros Adhanom, director de la Organización Mundial de la Salud. EFE / Salvatore Di Nolfi / Archivo
ginebra
22/05/2020 20:58 efe - PÚBLICO
URUGUAY
La cruel pandemia que azota a la humanidad ha despertado reacciones de todo tipo. Unos pocos la ven como la cruel pero fecunda epifanía de un mundo mejor y más venturoso que brotará como remate inexorable de la generalizada destrucción desatada por el coronavirus. Si Edouard Bernstein creía que el solo despliegue de las contradicciones económicas ineluctablemente remataría en el capitalismo, sus actuales (e inconscientes) herederos apuestan a que el virus obrará el milagro de abolir el sistema social vigente y reemplazarlo por otro mejor. El trasfondo religioso o mesiánico de esta creencia salta a la vista y nos exime de mayores análisis.
Otros la perciben como una catástrofe que clausura un período histórico y coloca a la humanidad ante un inexorable dilema cuyo resultado es incierto. Quienes abrevan en este argumento están lejos de ser un conjunto homogéneo pues difieren en dos temas centrales: la causalidad, o la génesis de la pandemia, y el mundo que se perfila a su salida.
En relación a lo primero hay quienes adjudican la responsabilidad de su aparición a una entelequia: “el hombre”, como los ecologistas ingenuos que dicen que aquél -entendido en un sentido genérico, como ser humano- es quien con su actividad destruye la naturaleza y entonces el Covid-19 habría también sido causado por “el hombre.” Pero la verdad es que no es éste sino un sistema, el capitalismo, quien destruye naturaleza y sociedades como lo demuestra el pensamiento marxista e, inclusive, aquellos que sin adherir a él son analistas rigurosos de la realidad, como Karl Polanyi.
Sistema que con sus políticas privatizadoras y de “austeridad” (para los pobres, más no para los ricos) hizo posible la gran expansión de la pandemia. Pruebas al canto: el Covid-19 desnudó la responsabilidad de las clases dominantes del capitalismo y sus gobiernos, comenzando por el de EEUU y sus vasallos en el resto del mundo.
Cuando se compara el número de muertes ocurridas en los países con gobiernos capitalistas con los que se registran en Estados socialistas, como China, Vietnam, Cuba, Venezuela, los resultados son espeluznantes. En China los muertos por millón de habitantes son 3; en Vietnam hasta el 18 de mayo no había muerto nadie a causa del virus, y eso que tiene una población de 96 millones de personas; Cuba, con poco más de 11 millones tiene una tasa de muertos por millón igual a 7 y en la República Bolivariana de Venezuela esta ratio es de 0,4.
En Argentina, con un gobierno acosado por el sicariato mediático y la gran burguesía el número es 9, pero se triplica cuando se observa al “oasis neoliberal” de Sebastián Piñera, con una ratio de 27 muertos por millón de habitantes. México, cuyo gobierno al principio cometió el error de subestimar al coronavirus está con 44 decesos por millón, por encima del promedio mundial que es 41,8.
Pero luego viene el escándalo: Ecuador, donde manda el más rastrero lamebotas de Donald Trump, se lleva todas las fúnebres palmas de Nuestra América con 161 muertos por millón de habitantes, 54 veces más que China y 23 más que en Cuba. Suiza, la elegante guarida fiscal europea, registra una obscena ratio de 219 muertos por millón y EEUU 283 por millón, o sea, 95 veces más que China y unas 40 veces mayor que la agredida y bloqueada Cuba. No les va mejor a la rica Bélgica, campeona mundial con un escandaloso récord de 790 muertos por millón de habitantes y a quienes le siguen en el podio: España con 594, Italia con 532 y el Reino Unido con 521.
Conclusión: los gobiernos que apostaron a la “magia de los mercados” para atender los problemas de salud de su población exhiben índices de mortalidad por millón de habitantes inmensamente superiores a los de los Estados socialistas que conciben a la salud como un inalienable derecho humano. Esto se comprueba aún en países como Cuba y Venezuela pese a padecer múltiples sanciones económicas y los rigores del criminal bloqueo impuesto por Washington. En las antípodas se encuentra Brasil que con sus 19 mil muertos ocupa el sexto lugar en la luctuosa estadística de víctimas del coronavirus y con sus 85 muertos por millón de habitantes registra una incidencia 12 veces mayor que Cuba y 28 mayor que China.
A su vez Chile, paradigma neoliberal por excelencia, tiene una tasa 9 veces mayor que la de China y casi cuatro veces superior a la de la acosada isla caribeña. Párrafo aparte merece el Uruguay, que gracias a los quince años de activismo estatal de los gobiernos frenteamplistas, en los cuales la inversión en salud pública fue prioritaria, registra una tasa de 6 muertos por millón de habitantes. Es de esperar que su actual presidente, Luis Lacalle Pou, confeso admirador de Jair Bolsonaro y Sebastián Piñera, tome nota de esta lección y se abstenga de aplicar sus letales fantasías neoliberales al sistema de salud público del Uruguay.
Esta disímil respuesta ofrecida por los Estados capitalistas y socialistas (más allá de algunas necesarias precisiones sobre esta caracterización, que deberían ser objeto de otro trabajo) es suficiente para fundamentar la necesidad de que el nuevo mundo que se asomará una vez concluida la pesadilla del Covid-19 se caracterice por la presencia de rasgos definitivamente no-capitalistas. Es decir, un ordenamiento socioeconómico y político que revierta el desvarío dominante durante cuatro décadas cuando al impulso de la traicionera melodía neoliberal casi todos los gobiernos del mundo se apresuraron a seguir las directivas emanadas de la Casa Blanca y privatizar y mercantilizar todo lo que fuera privatizable o mercantilizable, aún a costa de violar DDHH, la dignidad de las personas y los derechos de la Madre Tierra.
Un mundo que, siguiendo algunos razonamientos de Salvador Allende, podría ser caracterizado como “protosocialista”; es decir, como una imprescindible fase previa para viabilizar la transición hacia el socialismo. Este período es requerido para robustecer al estado democrático; introducir rígidas limitaciones al “killing instinct” de los mercados y su descontrolada actividad, especialmente de su fracción financiera; la nacionalización y/o estatización de las riquezas básicas de nuestros países; la estatización del comercio exterior y los servicios públicos; la desmercantilización de la salud y los medicamentos; y una agresiva política de redistribución de la riqueza que supone una profunda reforma tributaria y una muy activa política social de eliminación del flagelo de la pobreza.
Habida cuenta del tendal de víctimas que ha dejado el Covid-19 (que está lejos de haber llegado a su pico) sería una monumental insensatez intentar “volver a la normalidad”. Sólo espíritus pervertidos por un insaciable afán de lucro pueden pretender reincidir en sus crímenes y volver a sacrificar a millones de personas y a la propia naturaleza en el altar de la ganancia, considerando a tales crímenes como una “normalidad” que no puede ni debe ser puesta en cuestión.
¿Cómo pensar que un holocausto social y ecológico como el que produjo el capitalismo, potenciado hiperbólicamente por la pandemia, pueda ahora ser concebido como algo “normal”, como una situación beneficiosa a la cual deberíamos retornar sin mayor demora? Una “normalidad” como esa debe ser definitivamente desterrada como opción civilizatoria. Solo podría ser impuesta por una recomposición neofascista del capitalismo, poco probable ante el desprestigio y la deslegitimación que éste ha sufrido en tiempos recientes y la acumulación de fuerzas sociales alineadas en contra de los verdugos del pasado.
Claro que la historia no está cerrada pero estoy seguro, volviendo a las palabras de Salvador Allende, que luego de la pandemia “se abrirán las grandes alamedas para que pasen hombres y mujeres para construir una sociedad mejor.”
La Haine
Horóscopo de la pandemia: el capitalismo no morirá de coronavirus
Por:
Fernando Buen Abad
11 mayo 2020
| CUBADEBATE
¿Cómo será el mundo después de la pandemia? Todo género de audacias imaginativas dan la vuelta al mundo y vuelven a darla. Unos claman por «volver a la normalidad». Otros alientan la ilusión de que «muerto el virus se acabó la rabia» del capitalismo. Algunos más dan tono verde ecologista a sus lucubraciones y, desde luego, no faltan los predicadores que entienden el conjuro del mal gracias a providencias extraterrestres, mientras atienden la suma de los «diezmos».
Pero están también los think tanks, los asesores intelectuales, los académicos o los «gurús» para toda ocasión. Ya despliegan las artes del oportunismo, y el menú completo del reformismo, para instalar los dispositivos de la falsa conciencia convertida en «sentido común», actualizados con estadísticas e infografías. Les urge entretenernos con la ilusión de un «nuevo capitalismo» humano y progresista, redimido de sus horrores por gracia de la pandemia.
Una carrera loca por «adivinar» el futuro se ha desatado. Se encendieron las alarmas en los tableros del control ideológico dominante porque ven derrumbarse las emboscadas que el capital ha tendido contra los seres humanos. Están alarmados y han soltado a sus jaurías para secuestrarnos el futuro (de nuevo) e impregnarlo rápidamente con más de lo mismo. Para los opresores, es igualmente importante infestar el futuro con sus «nuevos» –viejos– valores, que encontrar la vacuna contra la codiv-19. Ambos son, para ellos, grandes negocios.
Están tratando de maquillar el sistema económico dominante, sus salas de tortura laboral, sus refinamientos de usura bancaria, sus estrategias de despojo y privatización en educación, salud, vivienda, cultura… están tratando de maquillar las monstruosidades de la industria bélica capitalista, sus adláteres financieros y mediáticos… más todas las canalladas ideadas pertinazmente para humillar a la humanidad con hambre y pobreza, durante siglos; cirugía ideológica mayor presentada como lifting menor.
Preparan un arsenal de paliativos, analgésicos y entretenimientos ideados para anestesiar la rebeldía, para diluir el espanto develado por la pandemia y para convencernos de que nada puede ser cambiado, que «la cosa es así» y que debemos resignarnos… que alguna migaja caerá de la mesa del capitalismo «renovado».
Los muchachos intelectuales serviles a tal canallada están trabajando arduamente. Ya tienen reservadas muchas páginas en los diarios «principales» y muchas horas en la radio-tv del circo monopólico trasnacional. Y en las «redes sociales», desde luego.
Entre los promotores del nuevo hermoseamiento del capitalismo están los mismos viejos ideólogos que contribuyeron al desastre horrendo que la humanidad padece. Son los mismos apellidos, las mismas universidades, las mismas escuelas financiero-rapaces… nada nuevo en esa «renovación» que tratan de imponernos para contestar: ¿cuál es el futuro de la humanidad después de la pandemia? Dicho de otro modo, ellos responden: más de lo mismo, con algunas reformitas. Sin pérdidas de ganancias, claro.
En las tripas mismas del capitalismo está la fuerza que lo destruirá. No hay que buscar esa fuerza en otra parte. Es la fuerza que finiquitará y sepultará al capitalismo para crear una sociedad nueva. «La burguesía produce, ante todo, sus propios sepultureros», dijo Karl Marx. No se necesita mucha ciencia para verlo en plena acción, diariamente. Lo destruye la contradicción capital-trabajo, llevada a su más alta tensión, que es una revolución en marcha, aunque gasten mucho en ocultarla.
De ese antagonismo se desprende la tensión que dilucidará, con la mayor amplitud, el papel histórico y los objetivos de la lucha de clase del proletariado. El capitalismo no solo crea y recrea las crisis, inventa ilusiones para anunciar que logrará la «recuperación» de la economía mundial y renovará sus escenarios con estratagemas reformistas de largo plazo. Inoculará «nuevas» reformas y grandes engaños para mantener al capital por encima de los seres humanos.
Es necesario, también, un movimiento internacionalista de Filosofía para la transformación de la realidad. No se resolverán los problemas que la acumulación del capital le impone a la humanidad, solo con reformas fiscales, ni solo con reformas al aparato del Estado arrodillado ante las oligarquías. No se resolverá solo con más hospitales, ni solo con más escuelas ni con más de lo mismo. Hay que reformar integralmente los contenidos de cada institución, aunque venga acicalado con palabrería alambicada para el gusto de ciertas tribunas.
Debe interpelarse profundamente el modo de producción y las relaciones de producción, la tenencia de la tierra, las «concesiones» a la minería, la soberanía de mares territoriales y, en general, el derecho de los pueblos a disfrutar las riquezas naturales y el producto del trabajo que a ellas se imprima y que de ellas provenga. Hay que discutir la democracia burguesa toda. Su historia, sus definiciones, sus legislaciones y sus miles de emboscadas ideológicas y leguleyas. Hay que filosofar para la revolución humanista en serio.
Es hora, también, de descolonizar a la Filosofía. Dar la lucha en las entrañas de las mafias que la secuestraron para esconder la lucha de clases y decorar al capital. Hay que interpelar a la educación en su totalidad y a sus servidumbres en el mercado de los saberes. Hay que interpelar al modelo de salud y a sus principios para emanciparla de la lógica mercantil y del individualismo mesiánico. Hay que interpelar, «hasta que duela», toda la estructura de «valores» y «sentido común» inoculados por la red de «medios de comunicación», secuestrada para someternos al «síndrome de Estocolmo» que nos obliga a aceptarlo, como si fuesen nuestros los valores de la clase opresora. Hay que interpelar íntegramente al aparato de justicia, al aparato de sanciones… al capitalismo íntegramente, incluyéndonos todos. Hay que interpelar también nuestra crisis de dirección de la izquierda revolucionaria y resolverla para terminar con el capital. ¿Cómo será el mundo después de la pandemia?: lo mismo, solo que con el peligro de que nos secuestren el futuro nuevamente… el mismo, solo que empeorando velozmente si no nos organizamos para transformarlo. «En la demora está el peligro», diría Eloy Alfaro.
COVID-19 en el mundo: Brasil vuelve a superar las 1 000 muertes por coronavirus en un día
27 mayo 2020
| CUBADEBATE
- México registra el día con más fallecimientos desde el inicio de la pandemia
- Autoridades de Moscú consideran cese parcial de restricciones
- Primer caso de COVID-19 en el Gobierno de Chile tras contagio de un ministro
Sepultureros
con trajes protectores llevan un ataúd en el cementerio de Vila
Formosa, en Sao Paulo, Brasil, el 26 de mayo de 2020. Foto: Amanda
Perobelli / Reuters.
El Ministerio de Salud de Brasil informó este martes que se
registraron otras 1 039 muertes por coronavirus en las últimas 24 horas,
lo que eleva la cifra total de fallecidos a 24 512.El reporte de este 26 de mayo indica además que hubo 16 324 nuevos contagios, que se suman a un acumulado de 391 222 positivos desde el inicio de la pandemia en el país suramericano.El parte de este lunes daba cuenta de 23 473 decesos y 374 898 casos positivos hasta la fecha.
En cuanto a los muertos por coronavirus, Brasil se ha transformado en el sexto país más afectado por la pandemia en el mundo, detrás de EE.UU. (98 000); Reino Unido (37 000); Italia (32 000); Francia (28 000) y España (27 000).
Asimismo, es la nación con los peores registros de Latinoamérica, seguida por Perú, que cuenta más de 124.ç 000 contagios y supera los 3 400 fallecidos.
En el plano político, el coronavirus está golpeando con dureza al presidente Jair Bolsonaro, quien se encuentra en el ojo del huracán por su polémica gestión sanitaria.
En solo dos meses, el mandatario derechista se deshizo de dos ministros de Salud, y continúa rechazando la aplicación de un confinamiento masivo a nivel nacional, bajo el argumento de que, con una cuarentena estricta, la economía colapsará.
México registra el día con más fallecimientos desde el inicio de la pandemia
Paramédicos
transportan a una víctima de coronavirus, en Ciudad Juárez, México, 26
de mayo de 2020. Foto: José Luis González / Reuters.
México registró este martes su día con más muertes desde el inicio de la pandemia del coronavirus, al reportarse 501 fallecimientos en las últimas 24 horas. La Secretaría de Salud informó en conferencia de prensa que ya suman 8 134 los decesos por COVID-19, mientras que se registra un total de 74 560 casos confirmados de coronavirus.
De los positivos confirmados hasta este día, 14 718 son casos activos, es decir, que presentaron síntomas en los últimos 14 días.
Asimismo, hay 31 878 casos sospechosos de coronavirus y 716 defunciones que están siendo estudiadas para determinar si ocurrieron a consecuencia de la enfermedad COVID-19.
La Ciudad de México registra el mayor número de casos activos, con 3 673 contagios. Le sigue el Estado de México, con 1 749 infecciones.
Autoridades de Moscú consideran cese parcial de restricciones
Coronavirus en Rusia. Foto: RT en Español.
La jefa del organismo sanitario ruso Rospotrebnadzor en Moscú, Elena
Andréyeva, expresó que la ciudad posee una tasa media de contagio del
0,85 por ciento, lo que permite considerar la relajación de las
restricciones actualmente vigentes, reporta TeleSur.Explicó que, según los planes de contingencia rusos, cuando la propagación del virus se ubica en una tasa media del 1 por ciento, es factible pasar a la etapa 1 en la recuperación. Mientras, la fase 2 se iniciará cuando el indicador baje al 0,8 por ciento.
Por tal razón, Andréyeva expresó que Moscú podría desescalar las restricciones según lo previsto para la segunda etapa.
"Para la fecha, la situación está totalmente controlada. Moscú está lista para la primera y, en principio, para la segunda etapa de eliminación de las restricciones", expresó este miércoles la funcionaria ante la Duma Estatal (Parlamento).Para considerar el cese de restricciones también deben ser evaluados el número de camas hospitalarias disponibles para atender la pandemia y la cifra promedio de test de diagnóstico que se realizan por cada 100 000 habitantes, de acuerdo a los planes rusos.
En las últimas 24 horas, Rusia contabilizó más de 8 000 nuevos casos y alrededor de 130 muertes asociados al nuevo coronavirus. Con ello, sus estadísticas se elevan a más de 370 000 contagiados y aproximadamente 3 900 decesos, según cifras oficiales.
La situación más tensa la vive la capital, urbe donde se reporta más del 46 por ciento de los casos totales del país.
Primer caso de COVID-19 en el Gobierno de Chile tras contagio de un ministro
Ministro de Obras Públicas de Chile. Foto. AFP.
El ministro de Obras Públicas de Chile anunció este lunes que dio
positivo para COVID-19 y que entrará en cuarentena, siendo el primer
miembro del Gobierno de Sebastián Piñera que confirma haberse contagiado
por coronavirus, informa esta mañana EFE."He sido notificado que el examen de COVID-19 que me realicé hace unos díasEl secretario de Estado informó el pasado viernes que un miembro de su
dio positivo, afortunadamente no he tenido síntomas hasta ahora. Tal como
indica la autoridad sanitaria continuaré con la cuarentena que comencé
cuando me realicé el examen", escribió Alfredo Moreno en su cuenta de
Twitter.
equipo se contagió y que él decidió realizarse el examen PCR y aislarse de
forma preventiva.
Está por ver si su infección puede tener consecuencias para otros
dirigentes, ya que durante esa semana se reunió al menos con diversos
alcaldes de la región Metropolitana, como se puede ver en sus propias redes
sociales.
Aunque Moreno es la primera autoridad gubernamental en dar positivo, varios ministros entraron en confinamiento luego de estar en contacto con cuatro senadores con coronavirus.
Así lo hicieron el titular de Hacienda, Ignacio Briones, el de Interior, Gonzalo Blumel, el de la Secretaría General de la Presidencia, Felipe Ward, y el de Desarrollo Social, Sebatián Sichel.
Uno de los senadores contagiados, el socialista Rabindranath Quinteros, generó una gran polémica ya que antes de que le dieran los resultados el pasado viernes y sabiendo que era sospechoso de tener el coronavirus SARS-CoV-2 viajó en avión a su domicilio en Puerto Montt, a más de 1 000 kilómetros al sur de Santiago.
El positivo de los cuatro legisladores también provocó que otros 20 de ellos iniciara una cuarentena preventiva el pasado fin de semana.
Chile registró este lunes una nueva cifra récord de nuevos casos de coronavirus con 4 895 contagios durante la última jornada, sumando un total de 73 997 desde el inicio de la pandemia, el tercer país de Latinoamérica con más infecciones, por detrás de Brasil y Perú.
Las autoridades sanitarias registraron 43 nuevos decesos, por lo que el total de fallecidos asciende a 761.El país austral se encuentra bajo estado de excepción, con toque de queda nocturno, con colegios, universidades y fronteras cerradas, así como la mayoría de los comercios que no sean de primera necesidad, y con cerca de 7 millones de personas confinadas en la capital.
17/03/2020
Zizek sobre el coronavirus: un golpe letal al capitalismo para reinventar la sociedad
El popular filósofo Slavoj Zizek, uno de los más ardientes críticos del sistema capitalista y de las “ideologías” sobre las que se apuntala, ha escrito una columna sobre el Coronavirus para el sitio Russia Today, buena parte de la cual ha sido traducida en este artículo en Medium. Zizek apunta a que el coronavirus ha destapado la realidad insostenible de otro virus que infecta a la sociedad: el capitalismo. Mientras que muchas personas mueren, la gran preocupación de los estadistas y empresarios es el golpe a la economía, la recesión, la falta de crecimiento del producto interno bruto y cosas por el estilo. Este colapso económico se debe a que la economía está basada fundamentalmente en el consumo y en la persecución de valores propugnados por la visión capitalista como la riqueza material. Pero esto no tendría que ser así, no tendría que haber una tiranía del mercado. Zizek sugiere que el coronavirus presenta también la oportunidad de tomar conciencia de los otros virus que se esparcen por la sociedad desde hace mucho tiempo y reinventar la misma.
La actual expansión de la epidemia de coronavirus ha detonado las epidemias de virus ideológicos que estaban latentes en nuestras sociedades: noticias falsas, teorías conspirativas paranoicas y explosiones de racismo.
La bien fundamentada necesidad médica de establecer cuarentenas hicieron eco en las presiones ideológicas para establecer límites claros y mantener en cuarentena a los enemigos que representan una amenaza a nuestra identidad. Pero tal vez otro –y más beneficioso– virus ideológico se expandirá y tal vez nos infecte: el virus de pensar en una sociedad alternativa, una sociedad más allá de la nación-estado, una sociedad que se actualice como solidaridad global y cooperación.
Zizek considera que se puede comparar lo que está sucediendo con un famoso golpe asesino de la película Kill Bill, conocido como “Técnica del corazón explosivo”, con el que la persona que lo recibe aún puede seguir sus actividades por un tiempo, beber una copa de vino, tener una conversación, etc., aunque pronto inevitablemente su corazón explotará y morirá: “Mi modesta opinión sobre la realidad es mucho más radical: la epidemia de coronavirus es una forma especial de ‘Técnica del corazón explosivo’ en el sistema global capitalista, un síntoma de que no podemos seguir en el camino que hemos seguido hasta ahora, se necesita ese cambio”.
Zizek nota varias paradojas. Mientras que el coronavirus nos obliga a aislarnos, también “nos obliga a re-inventar el comunismo basándonos en la confianza en las personas y la ciencia”. El filósofo cree que es necesario un nuevo entendimiento del comunismo y habría que precisar, sobre todo, de la comunidad. Otra paradoja, aunque quizá también una especie de hipérbole trágica –aunque posiblemente redentora– es que en la era en la que el ser humano más aislado se encuentra, ahora deberá aislarse aún más; en el tiempo en el que más necesita contacto humano real y no meramente virtual, ahora parece que el contacto físico será tabú. Pero quizá de este aislamiento surgirán nuevos valores y se reafirmará la importancia de la comunidad, la convivencia y la intimidad. Lo que es indudable es que es tiempo de reflexión, tiempo en el que hay menos ruido y por lo tanto la posibilidad de mayor claridad.
Fuente: Pijama Surf
El coronavirus y la lucha global anticapitalista
Por Kintto Lucas | 07/04/2020 | Opinión - REBELIÓN
Fuentes: Rebelión
En medio de la guerra global que vivimos, el coronavirus
se está transformando en un ensayo de control social hacia un futuro de
incertidumbre y crisis político-económica del capitalismo dominante y
periférico.
Ya no hay duda que del mundo unipolar
con una potencia hegemónica pasamos a un mundo multipolar con hegemonías
compartidas.
Ahora estamos en la fase de génesis de un nuevo orden mundial con bloques muy claros que se perciben y se van configurando en medio de la pandemia. Un nuevo orden mundial no quiere decir desaparición del capitalismo. Pero sí supone un re acomodamiento global con una severa crisis político económica.
Hay que ver si los sectores sociales, la izquierda anticapitalista y los pueblos, están a la altura para aprovechar el momento y generar herramientas que encaminen el rumbo caótico actual hacia la construcción de otro sistema, dejando a un lado el miedo provocado por el coronavirus y el control social que se trate de instalar después.
Para enfrentar el futuro partiendo de la pandemia, hay dos modelos. Uno es ese control de la sociedad mediante el estado semipolicial que quiere instaurarse con distintas características a nivel global.
Otro modelo parte de construir una nueva organización colectiva de la sociedad. Construir un nuevo acuerdo de los pueblos a nivel del mundo, región y países, por fuera de las estructuras institucionales. Que el combate a la pandemia sirva para organizarse en el combate a la desigualdad, en la lucha por los derechos sociales, culturales, económicos, políticos, la soberanía alimentaria, la salud… En fin, sobre todo, en la lucha global contra el capitalismo.
En el momento de crisis sistémica que vivimos y que se consolidará luego de la pandemia se debe construir una gran organización de diversidades, integrada por organizaciones, colectivos autónomos, ciudadanos, estructuras políticas, sociales, nacionalidades… que, sin perder su autonomía, logren coordinar algunas propuestas y acciones contundentes que incidan en el cambio de rumbo global, en medio de ese capitalismo en quiebra.
Es la oportunidad de que los pueblos, con su diversidad, puedan incidir en este momento de génesis de un nuevo orden mundial. Es la oportunidad de empezar a influir en la nueva configuración del mundo. Si eso no ocurre, el nuevo orden se impondrá desde las superestructuras políticas y económicas con todo lo que eso significa.
Lamentablemente no hubo la capacidad de consolidar una integración que incidiera en la nueva superestructura del mundo. Si bien Fidel Castro, Hugo Chávez y algunos otros líderes latinoamericanos pensaron en el significado estratégico de la integración, faltó pensar estratégicamente en colectivo. Faltó generar una integración que incidiera en una nueva construcción simbólica decolonial de América Latina, consolidándose con fuerza para actuar en la creación de ese nuevo orden.
Será imposible incidir en la gestación del nuevo orden manteniendo miradas y esquemas del pasado, con oportunismos individuales, organizaciones anquilosadas, pensamientos burocráticos y acomodados. Para incidir en la gestación de ese nuevo orden es fundamental la unidad global, pero respetando diversidades y autonomías.
Para incidir en la gestación de ese nuevo orden, hay que tener en cuenta la diversidad de luchas, que pasan por la lucha de clases, de genero, por derechos, la luchas de las nacionalidades, la lucha de bloques… En fin, todas las luchas.
Es fundamental generar una lucha global anticapitalista con tres o cuatro grandes propuestas y acciones comunes, y la solidaridad con todas la luchas en cada país y región sin entrar en contradicciones estériles. Tal vez en un año, el mundo tome un camino bastante diferente y es necesario que los pueblos se apropien del cambio. Sólo así, los pueblos podrán salir victoriosos de esta pandemia.
Ahora estamos en la fase de génesis de un nuevo orden mundial con bloques muy claros que se perciben y se van configurando en medio de la pandemia. Un nuevo orden mundial no quiere decir desaparición del capitalismo. Pero sí supone un re acomodamiento global con una severa crisis político económica.
Hay que ver si los sectores sociales, la izquierda anticapitalista y los pueblos, están a la altura para aprovechar el momento y generar herramientas que encaminen el rumbo caótico actual hacia la construcción de otro sistema, dejando a un lado el miedo provocado por el coronavirus y el control social que se trate de instalar después.
Para enfrentar el futuro partiendo de la pandemia, hay dos modelos. Uno es ese control de la sociedad mediante el estado semipolicial que quiere instaurarse con distintas características a nivel global.
Otro modelo parte de construir una nueva organización colectiva de la sociedad. Construir un nuevo acuerdo de los pueblos a nivel del mundo, región y países, por fuera de las estructuras institucionales. Que el combate a la pandemia sirva para organizarse en el combate a la desigualdad, en la lucha por los derechos sociales, culturales, económicos, políticos, la soberanía alimentaria, la salud… En fin, sobre todo, en la lucha global contra el capitalismo.
En el momento de crisis sistémica que vivimos y que se consolidará luego de la pandemia se debe construir una gran organización de diversidades, integrada por organizaciones, colectivos autónomos, ciudadanos, estructuras políticas, sociales, nacionalidades… que, sin perder su autonomía, logren coordinar algunas propuestas y acciones contundentes que incidan en el cambio de rumbo global, en medio de ese capitalismo en quiebra.
Es la oportunidad de que los pueblos, con su diversidad, puedan incidir en este momento de génesis de un nuevo orden mundial. Es la oportunidad de empezar a influir en la nueva configuración del mundo. Si eso no ocurre, el nuevo orden se impondrá desde las superestructuras políticas y económicas con todo lo que eso significa.
Lamentablemente no hubo la capacidad de consolidar una integración que incidiera en la nueva superestructura del mundo. Si bien Fidel Castro, Hugo Chávez y algunos otros líderes latinoamericanos pensaron en el significado estratégico de la integración, faltó pensar estratégicamente en colectivo. Faltó generar una integración que incidiera en una nueva construcción simbólica decolonial de América Latina, consolidándose con fuerza para actuar en la creación de ese nuevo orden.
Será imposible incidir en la gestación del nuevo orden manteniendo miradas y esquemas del pasado, con oportunismos individuales, organizaciones anquilosadas, pensamientos burocráticos y acomodados. Para incidir en la gestación de ese nuevo orden es fundamental la unidad global, pero respetando diversidades y autonomías.
Para incidir en la gestación de ese nuevo orden, hay que tener en cuenta la diversidad de luchas, que pasan por la lucha de clases, de genero, por derechos, la luchas de las nacionalidades, la lucha de bloques… En fin, todas las luchas.
Es fundamental generar una lucha global anticapitalista con tres o cuatro grandes propuestas y acciones comunes, y la solidaridad con todas la luchas en cada país y región sin entrar en contradicciones estériles. Tal vez en un año, el mundo tome un camino bastante diferente y es necesario que los pueblos se apropien del cambio. Sólo así, los pueblos podrán salir victoriosos de esta pandemia.
¿Pasarán?
Por:
David Brooks
26 mayo 2020
| CUBADEBATE
Partidarios
del presidente estadunidense, Donald Trump, asistieron ayer al desfile
de barcos Make America Great Again, en el lujoso e histórico barrio de
la batería, en el centro de Charleston, Carolina del Sur. Por increíble
que parezca, algunos consideran que pese al mal manejo de la pandemia
del coronavirus, el magnate tiene grandes posibilidades de relegirse en
noviembre. Foto AFP.
Algunos argumentan que la especulación sobre una ruptura fundamental
con las reglas del juego democrático están teñidas con demasiada
paranoia, pero la historia está repleta de lecciones parecidas.En una plática entre amigos alguien pregunta: ¿ganará Trump a pesar de casi 100 mil muertos y cerca de 40 millones de desempleados por su manejo de la pandemia?, y por ahora nadie duda que increíblemente es posible, pero aún más increíble es que no se puede descartar que interrumpa y hasta anule el supuestamente sagrado proceso electoral estadunidense.
A los que piensan que es exagerado pensar que Trump podría tratar de cuestionar y hasta intentar sabotear el proceso electoral, sólo tiene que recordar que lo ha hecho desde que ganó; ha insistido, sin ninguna prueba, en que un fraude masivo fue lo que lo privó de una mayoría en el voto popular en 2016. Más recientemente ha amenazado a dos gobiernos estatales encabezados por demócratas por el gran delito de enviar solicitudes para votar por boleta vía correo en las elecciones generales de noviembre, como parte de preparativos de un voto durante una pandemia, pero que él acusó de ser ilegal y parte de un escenario de fraude electoral. Esto es parte de una gama de esfuerzos no tan secreto para suprimir el voto, algo que favorece a los republicanos.
A finales de la semana pasada, al visitar una fábrica automotriz de Ford, Trump hizo un comentario raro, y por lo tanto, difícil de hacer sin un propósito consciente: “la empresa fundada por un hombre llamado Henry Ford… buenas líneas sanguíneas, buenas líneas sanguíneas. Si uno cree en esas cosas, uno consigue buena sangre”. Una organización judía progresista denunció las declaraciones: “Ford fue un simpatizante nazi, escribió El judío internacional, el problema principal del mundo… Y Hitler dijo que Ford era una ‘inspiración’ y le otorgó la condecoración nazi más alta para extranjeros”, y acusó que las palabras de Trump fueron un mensaje bien recibido por antisemitas y nacionalistas blancos en este país. No es la primera vez.
Vale recordar que hace un par de semanas Trump elogió y hasta incitó a grupos ultraderechistas, algunos armados, a manifestarse en los capitolios de un par de estados con gobernadores demócratas contra las medidas de mitigación de la pandemia, las cuales denunciaban como atropellos del gobierno de sus libertades. Trump los califico de gente buena, a pesar de que algunos llevaban símbolos racistas y hasta fascistas, incluyendo esvásticas.
A la vez, algunos legisladores están preocupados y han solicitado mayor información sobre poderes de emergencia secretos (existen unos 60) que pueden ser empleados por el Ejecutivo después de declarar una emergencia nacional; lo cual hizo el presidente a mediados de marzo. Trump, en algunos comentarios, ha nutrido esa preocupación: Tengo el derecho de hacer muchas cosas que la gente ni sabe, comentó en marzo, y más recientemente proclamó, erróneamente, que como presidente tenía autoridad total sobre gobernadores respecto de las órdenes para reabrir la economía. Tampoco son las primeras veces que ha hecho ese tipo de comentarios en sus más de tres años en la Casa Blanca.
Por otro lado, el yerno de Trump, Jared Kushner, comentó en días recientes a la revista Time que no podría descartar la posibilidad de que se postergue la elección federal.
A la vez, se continúa intensificando la retórica oficial antichina, ampliando el abanico de discriminación y odio racial más allá de los latinos ahora a los asiáticos, y a la vez las medidas antimigrantes impulsadas bajo la falsa justificación de salud pública –incluyendo anular el derecho al asilo y protecciones para menores de edad– se están extendiendo, todo alentando la xenofobia que ha caracterizado este régimen.
Aunque algunos argumentan que la especulación sobre una ruptura fundamental con las reglas del juego democrático están teñidas con demasiada paranoia, la historia está repleta de lecciones parecidas. Pensar que no podría pasar aquí es tal vez lo más peligroso.
Y si eso o algo parecido ocurre, la siguiente pregunta es: ¿pasarán? Esa consigna de la guerra civil española otra vez está en el aire, pero ahora en inglés estadunidense.
(Tomado de La Jornada)
La bestia rubia
Por Fander Falconí | 28/05/2020 | REBELIÓN
Fuentes: Rebelión
Donald Trump es el cuadragésimo quinto presidente de
Estados Unidos. Ha sido empresario, promotor inmobiliario, anfitrión de
programas de televisión, dueño de un casino y especulador. A pesar de la
alta dignidad que ostenta, es difícil considerarlo un líder, al menos
no en la forma en la que ejercieron el liderazgo de la mayor potencia
del mundo presidentes como Franklin D. Roosevelt.
Si no califica como
líder, ¿qué y quién es este neoyorquino de ascendencia alemana, hijo de un
empresario de la construcción y nieto de un aventurero bávaro? Si se procede
por descarte, habrá que decir, en primer lugar, que no es un político de
carrera, de esos que han “servido” veinte años como diputado y senador,
forjándose una fisonomía republicana o demócrata de talla suficiente como para
reclamar la candidatura de su partido al solio ocupado en 1789 por George
Washington.
Como a primera vista parece un outsider, la politología de moda lo ha considerado un remozado populista posmoderno, capaz de gobernar el mundo por medio de disparates publicados en su cuenta de Twitter. Pero, ¿qué tienen en común con Donald Trump populistas como Juan Domingo Perón, José María Velasco Ibarra o, incluso, Silvio Berlusconi y Recep Erdogan? “Populismo” y “populista” son palabras que, por tan usadas, han sufrido blanqueamiento semántico: dicen mucho y no dicen nada. En todo caso, se podría especular que se trata de un neopopulismo de extrema derecha, cuya conceptualización se encuentra en pleno desarrollo.
A pesar de gobernar una nación que el mundo ve como democrática por antonomasia, Trump se acerca más al perfil del déspota, es decir, del soberano que gobierna al margen de la ley y que trata con dureza a sus subordinados, abusando de su autoridad.
Como si fuese una gigantesca tribu que necesita amurallarse, Trump ejerce el mando supremo de Estados Unidos avasallando a legisladores, fiscales, gobernadores o alcaldes; anulando a su conveniencia los pesos y contrapesos de la democracia formal.
No estamos hablando de cualquier democracia. Cuando una persona como Trump gobierna a la potencia hegemónica del mundo, a uno de los países vencedores de la segunda gran guerra del siglo XX y de la llamada Guerra Fría, algo debe andar mal, muy mal, no solo en ese país, sino en el orden mundial, del cual es su principal artífice. Ese orden es lo que conocemos como globalización; en forma más precisa, globalización del capital. Se trata de un fenómeno que requiere mucha atención por sus implicaciones domésticas, y sobre todo internacionales ─las dos caras de un mismo proceso, como bien lo aclara la economía política internacional.
El objetivo central del libro El fenómeno Trump: La bestia rubia es examinar la actual administración norteamericana como parte de las estructuras de poder mundial. Para tratar de comprender este hecho, es necesario considerarlo en su dimensión histórica tanto como en su alcance inmediato, coyuntural, y sin olvidar caracterizar a su protagonista. Trump es producto de su tiempo, aunque parezca una paradoja de la historia. Es racista, xenófobo, impredecible, burdo, ignorante, autoritario y misógino, por lo que a primera vista resulta incomprensible su llegada a la Casa Blanca en 2017.
Trump bien podría llamarse la “bestia rubia”, siniestro sobrenombre que fue aplicado a uno de los peores asesinos alemanes: Reinhard Heydrich (1904-1942), un alto oficial de las SS, ferviente fascista y gestor del Holocausto. Organizó la Noche de los cristales en 1938, el inicio del exterminio judío en Europa. Luego fue nombrado por Hitler como “protector” de Bohemia y Moravia. Desde Praga, saqueó lo más que pudo del avanzado país y asesinó a miles de patriotas checos, así como a un millón de judíos. La resistencia checa, apoyada con armas británicas, lo ejecutó en una emboscada en 1942. Su muerte fue vengada por los alemanes, asesinando a todos los habitantes del pueblo de Lídice. El apodo de la “bestia rubia” fue dado por la propaganda política inglesa, pero es probable que su origen provenga de la antigua Roma, para referirse a miembros de las tribus germánicas más salvajes.
Lo curioso es que el abuelo de Trump, Friedrich, era un inmigrante alemán. Él llegó a Nueva York en 1885, en la era de la fiebre del oro. Su padre, Fred, aumentó su fortuna familiar al explotar las lagunas en los subsidios del gobierno del New Deal, que aprovechó para construir viviendas de ingresos medios en Brooklyn y Queens; y Donald Trump usó préstamos y cuatro quiebras corporativas para construir una marca global y evitar pagar impuestos durante casi cuatro décadas.
Trump, el empresario que, sin dejar de serlo, surgió en una época histórica específica: la de la globalización del capital en su etapa tardía ─de agotamiento, para más de uno.
En la globalización, a la consabida contradicción entre capital y trabajo se suma una nueva contradicción: entre capital y naturaleza. Con la “carrera hacia el fondo” promovida por el libre comercio neoliberal, se exacerba la explotación del trabajo mediante la flexibilización y desregulación laboral y financiera, para priorizar los beneficios del capital. Se trata de un capital cada vez más distante de la noción de nacionalismo, capaz de “deslocalizarse” a su conveniencia y, en esta lógica, de destruir trabajos en unas regiones ─como el “rust belt” estadounidense, en donde Trump alcanzó una importante votación─, y crearlos en otras ─como las maquilas mexicanas de línea blanca y automóviles, o las ensambladoras asiáticas y chinas de calzado deportivo y computadores.
La historia de la humanidad ha presenciado el ocaso de muchos imperios, unos más rápidos que otros. Pero, una vez iniciada la decadencia, siempre ha sido irreversible. Existe, sin embargo, una diferencia crucial con otros eventos: si es verdad que nos encontramos en la era del capitaloceno, como propone Jason Moore (una combinación letal entre capitalismo y despojo de la Naturaleza), entrelazada con una crisis de salud, mientras más se resista Estados Unidos al fin de su dominio mundial, que hoy por hoy es el dominio del capital transnacional, más probable será la crisis civilizatoria que ocurre en el planeta.
Al concluir este libro, se desató la pandemia del coronavirus. El brote, que inició en la populosa ciudad china de Wuhan, se extendió en forma rápida a todo el planeta.
En poco tiempo, Estados Unidos se convirtió en el país con el mayor número de contagios. Hasta el 21 de mayo, según John Hopkins University, tiene el 31% de los casos confirmados y el 28% de las personas fallecidas en el mundo, pese a que su población representa el 4% del planeta. La pandemia revela la erosión del sistema de salud público y de la investigación sobre enfermedades infecciosas impulsada por Trump. Muchos de los indicadores de salud norteamericanos son inferiores a los de países de mayores ingresos, e incluso son similares a los promedios latinoamericanos.
Cuando era candidato, Trump prometió mano dura con los inmigrantes. La xenofobia fue anunciada en campaña y se constituyó como uno de los factores determinantes de su triunfo. Mexicanos y musulmanes fueron sus principales objetivos durante la campaña presidencial del 2016. El migrante fue el chivo expiatorio, a él se le culpó de la crisis económica. Ahora, en el 2020, también acusa a los migrantes de introducir el virus y “otras enfermedades”.
Trump fue alertado del COVID-19, pero no le dio importancia. Más preocupado por su popularidad antepuso el objetivo económico del crecimiento al derecho humano a la salud. Algo posible en una sociedad individualista, aparentemente dispuesta a renovar el mandato al presidente más cuestionado de su historia. En una declaración disparatada, pidió ingerir desinfectantes para eliminar del virus, lo que ocasionó decenas de muertes. Ante la tragedia, dijo que fue un “sarcasmo”. Luego fomentó el uso de hidroxicloroquina y cloroquina (medicamentos para tratar la malaria). Así, ignoró la advertencia que hizo la propia agencia gubernamental norteamericana U.S. Food and Drug Administration (FDA), que indicó (FDA Drug Safety Communication, del 24 de abril) que estos dos medicamentos no eran seguros ni efectivos para tratar o prevenir el COVID-19, e incluso podrían provocar arritmias cardíacas en los pacientes infectados.
Este libro busca alertar sobre un personaje que, si no lo impide el votante estadounidense, seguirá causando males irreversibles al planeta entero.
Fander Falconí: Profesor investigador de FLACSO Sede Ecuador. Acaba de publicar el libro El fenómeno Trump: La bestia rubia, con la Editorial El Conejo. El libro está disponible en Amazon.
Trump ha sido duramente criticado por su papel frente al patógeno, pues especialistas como el epidemiólogo de la Casa Blanca, Anthony Fauci, aseguran que el gobierno pudo haber evitado miles de muertes en caso de imponer la cuarentena y medidas de seguridad una semana antes de lo ejercido por el mandatario.
Ahora, casi tres meses después de que comenzara la crisis sanitaria en USA, misma que aún continúa registrando muertes y contagios, el presidente de Estados Unidos fue captado jugando golf en su club de Virginia, cosa que no sucedía desde el mes de marzo.
Según información de Khalil Abdallah de CNN, la caravana que acompañó a también empresaria al Trump National Golf Club en Sterling, Virginia, llegó a las 10:27 am ET, y aunque el servicio secreto contaba con mascarillas de protección, el presidente y sus socios de golf no lo hacían.
(Con información de CNN y AS)
"Las muertes en EE.UU. se acercan a las 100.000, una pérdida incalculable", es el titular con el que The New York Times abre su edición de este domingo.
Debajo, un sencillo pero poderoso homenaje a los muertos por covid-19 en el país más golpeado por la pandemia: una interminable lista de nombres acompañados por una breve descripción de cada víctima.
"Marion Krueger, 85 años, Kirkland, Washington, bisabuela de risa fácil"…
"Florencio Alamazo Morán, 65, Nueva York, un ejército de un solo hombre"…
"Bassey Offiong, 25, Michigan, veía a sus amigos cuando estaban muy mal y les sacaba lo mejor"...
El listado ocupa toda la portada y continúa en páginas interiores.
El objetivo: representar el elevado número de víctimas de coronavirus en EE.UU. de una forma que transmitiera la vastedad y variedad de las vidas perdidas.
"No eran simples nombres en una lista. Eran nosotros", se lee en la brevísima introducción al listado.
Se espera que EE.UU. supere la barrera de los 100.000 muertos en cuestión de días: este domingo por la mañana ya sumaba más de 97.000, según los datos de la Universidad Johns Hopkins.
Y The New York Times había estado buscando una manera de marcar el doloroso momento.
"Sentíamos que había algo de cansancio con las cifras", explicó en el mismo diario Simone Landon, la editora asistente del departamento de gráficos que concibió el proyecto.
Y poner 100.000 puntos o figuritas en una página "no te dice mucho acerca de quién era esa gente, qué vidas habían vivido, lo que (su muerte) significa para nuestro país", dijo.
Las dudas de Trump
La sencilla lista por la que optó el prestigioso diario estadounidense es a la vez profundamente conmovedora y tremendamente efectiva.
Lamentablemente, sin embargo, todo indica que la lista seguirá creciendo.
a epidemia todavía no ha sido completamente contenida.
Y el presidente Donald Trump es partidario de relajar las medidas de aislamiento social para tratar reactivar la economía.
El mandatario también ha empezado a sugerir que las cifras oficiales exageran el número de muertos por covid-19, pues muchos de los infectados con coronavirus pueden haber fallecido por otras causas.
Según el mismo The New York Times, el viernes Trump le dijo a la prensa que aceptaba el actual número de víctimas, pero que las cifras reales podían ser "menor que eso".
Numeroso expertos, sin embargo, opinan lo contrario: que el número real puede ser mayor que el reflejado por las cifras oficiales.
(Tomado de BBC)
Times Square, en Nueva York, EE.UU., 5 de mayo de 2020.Mike Segar / Reuters
Transeúntes en los Campos Elíseos.Ludovic Marin / AFP
Como a primera vista parece un outsider, la politología de moda lo ha considerado un remozado populista posmoderno, capaz de gobernar el mundo por medio de disparates publicados en su cuenta de Twitter. Pero, ¿qué tienen en común con Donald Trump populistas como Juan Domingo Perón, José María Velasco Ibarra o, incluso, Silvio Berlusconi y Recep Erdogan? “Populismo” y “populista” son palabras que, por tan usadas, han sufrido blanqueamiento semántico: dicen mucho y no dicen nada. En todo caso, se podría especular que se trata de un neopopulismo de extrema derecha, cuya conceptualización se encuentra en pleno desarrollo.
A pesar de gobernar una nación que el mundo ve como democrática por antonomasia, Trump se acerca más al perfil del déspota, es decir, del soberano que gobierna al margen de la ley y que trata con dureza a sus subordinados, abusando de su autoridad.
Como si fuese una gigantesca tribu que necesita amurallarse, Trump ejerce el mando supremo de Estados Unidos avasallando a legisladores, fiscales, gobernadores o alcaldes; anulando a su conveniencia los pesos y contrapesos de la democracia formal.
No estamos hablando de cualquier democracia. Cuando una persona como Trump gobierna a la potencia hegemónica del mundo, a uno de los países vencedores de la segunda gran guerra del siglo XX y de la llamada Guerra Fría, algo debe andar mal, muy mal, no solo en ese país, sino en el orden mundial, del cual es su principal artífice. Ese orden es lo que conocemos como globalización; en forma más precisa, globalización del capital. Se trata de un fenómeno que requiere mucha atención por sus implicaciones domésticas, y sobre todo internacionales ─las dos caras de un mismo proceso, como bien lo aclara la economía política internacional.
El objetivo central del libro El fenómeno Trump: La bestia rubia es examinar la actual administración norteamericana como parte de las estructuras de poder mundial. Para tratar de comprender este hecho, es necesario considerarlo en su dimensión histórica tanto como en su alcance inmediato, coyuntural, y sin olvidar caracterizar a su protagonista. Trump es producto de su tiempo, aunque parezca una paradoja de la historia. Es racista, xenófobo, impredecible, burdo, ignorante, autoritario y misógino, por lo que a primera vista resulta incomprensible su llegada a la Casa Blanca en 2017.
Trump bien podría llamarse la “bestia rubia”, siniestro sobrenombre que fue aplicado a uno de los peores asesinos alemanes: Reinhard Heydrich (1904-1942), un alto oficial de las SS, ferviente fascista y gestor del Holocausto. Organizó la Noche de los cristales en 1938, el inicio del exterminio judío en Europa. Luego fue nombrado por Hitler como “protector” de Bohemia y Moravia. Desde Praga, saqueó lo más que pudo del avanzado país y asesinó a miles de patriotas checos, así como a un millón de judíos. La resistencia checa, apoyada con armas británicas, lo ejecutó en una emboscada en 1942. Su muerte fue vengada por los alemanes, asesinando a todos los habitantes del pueblo de Lídice. El apodo de la “bestia rubia” fue dado por la propaganda política inglesa, pero es probable que su origen provenga de la antigua Roma, para referirse a miembros de las tribus germánicas más salvajes.
Lo curioso es que el abuelo de Trump, Friedrich, era un inmigrante alemán. Él llegó a Nueva York en 1885, en la era de la fiebre del oro. Su padre, Fred, aumentó su fortuna familiar al explotar las lagunas en los subsidios del gobierno del New Deal, que aprovechó para construir viviendas de ingresos medios en Brooklyn y Queens; y Donald Trump usó préstamos y cuatro quiebras corporativas para construir una marca global y evitar pagar impuestos durante casi cuatro décadas.
Trump, el empresario que, sin dejar de serlo, surgió en una época histórica específica: la de la globalización del capital en su etapa tardía ─de agotamiento, para más de uno.
En la globalización, a la consabida contradicción entre capital y trabajo se suma una nueva contradicción: entre capital y naturaleza. Con la “carrera hacia el fondo” promovida por el libre comercio neoliberal, se exacerba la explotación del trabajo mediante la flexibilización y desregulación laboral y financiera, para priorizar los beneficios del capital. Se trata de un capital cada vez más distante de la noción de nacionalismo, capaz de “deslocalizarse” a su conveniencia y, en esta lógica, de destruir trabajos en unas regiones ─como el “rust belt” estadounidense, en donde Trump alcanzó una importante votación─, y crearlos en otras ─como las maquilas mexicanas de línea blanca y automóviles, o las ensambladoras asiáticas y chinas de calzado deportivo y computadores.
La historia de la humanidad ha presenciado el ocaso de muchos imperios, unos más rápidos que otros. Pero, una vez iniciada la decadencia, siempre ha sido irreversible. Existe, sin embargo, una diferencia crucial con otros eventos: si es verdad que nos encontramos en la era del capitaloceno, como propone Jason Moore (una combinación letal entre capitalismo y despojo de la Naturaleza), entrelazada con una crisis de salud, mientras más se resista Estados Unidos al fin de su dominio mundial, que hoy por hoy es el dominio del capital transnacional, más probable será la crisis civilizatoria que ocurre en el planeta.
Al concluir este libro, se desató la pandemia del coronavirus. El brote, que inició en la populosa ciudad china de Wuhan, se extendió en forma rápida a todo el planeta.
En poco tiempo, Estados Unidos se convirtió en el país con el mayor número de contagios. Hasta el 21 de mayo, según John Hopkins University, tiene el 31% de los casos confirmados y el 28% de las personas fallecidas en el mundo, pese a que su población representa el 4% del planeta. La pandemia revela la erosión del sistema de salud público y de la investigación sobre enfermedades infecciosas impulsada por Trump. Muchos de los indicadores de salud norteamericanos son inferiores a los de países de mayores ingresos, e incluso son similares a los promedios latinoamericanos.
Cuando era candidato, Trump prometió mano dura con los inmigrantes. La xenofobia fue anunciada en campaña y se constituyó como uno de los factores determinantes de su triunfo. Mexicanos y musulmanes fueron sus principales objetivos durante la campaña presidencial del 2016. El migrante fue el chivo expiatorio, a él se le culpó de la crisis económica. Ahora, en el 2020, también acusa a los migrantes de introducir el virus y “otras enfermedades”.
Trump fue alertado del COVID-19, pero no le dio importancia. Más preocupado por su popularidad antepuso el objetivo económico del crecimiento al derecho humano a la salud. Algo posible en una sociedad individualista, aparentemente dispuesta a renovar el mandato al presidente más cuestionado de su historia. En una declaración disparatada, pidió ingerir desinfectantes para eliminar del virus, lo que ocasionó decenas de muertes. Ante la tragedia, dijo que fue un “sarcasmo”. Luego fomentó el uso de hidroxicloroquina y cloroquina (medicamentos para tratar la malaria). Así, ignoró la advertencia que hizo la propia agencia gubernamental norteamericana U.S. Food and Drug Administration (FDA), que indicó (FDA Drug Safety Communication, del 24 de abril) que estos dos medicamentos no eran seguros ni efectivos para tratar o prevenir el COVID-19, e incluso podrían provocar arritmias cardíacas en los pacientes infectados.
Este libro busca alertar sobre un personaje que, si no lo impide el votante estadounidense, seguirá causando males irreversibles al planeta entero.
Fander Falconí: Profesor investigador de FLACSO Sede Ecuador. Acaba de publicar el libro El fenómeno Trump: La bestia rubia, con la Editorial El Conejo. El libro está disponible en Amazon.
Trump se va a jugar golf en Virginia mientras EE.UU se acerca a las 100 000 muertes por COVID-19
23 mayo 2020
| CUBADEBATE
Trump jugando golf en medio de la pandemia, sábado 23 de mayo de 2020. Foto: EFE
Estados Unidos está tratando de recuperarse en medio de la crisis
sanitaria por la que atraviesa todos el mundo; el coronavirus ha dejado
más de 1.6 millones de casos confirmados y casi 100 mil lamentables
fallecimientos en USA, y aunque los números siguen aumentando, el
gobierno de Donald Trump quiere reabrir la economía lo antes posible,
por lo que algunas restricciones han comenzado a aligerarse.Trump ha sido duramente criticado por su papel frente al patógeno, pues especialistas como el epidemiólogo de la Casa Blanca, Anthony Fauci, aseguran que el gobierno pudo haber evitado miles de muertes en caso de imponer la cuarentena y medidas de seguridad una semana antes de lo ejercido por el mandatario.
Ahora, casi tres meses después de que comenzara la crisis sanitaria en USA, misma que aún continúa registrando muertes y contagios, el presidente de Estados Unidos fue captado jugando golf en su club de Virginia, cosa que no sucedía desde el mes de marzo.
Según información de Khalil Abdallah de CNN, la caravana que acompañó a también empresaria al Trump National Golf Club en Sterling, Virginia, llegó a las 10:27 am ET, y aunque el servicio secreto contaba con mascarillas de protección, el presidente y sus socios de golf no lo hacían.
(Con información de CNN y AS)
La Opinión Gráfica: La lista de fallecidos por Covid-19 en Estados Unidos en la portada de The New York Times
Por:
Osvaldo Gutiérrez Gómez (Osval)
24 mayo 2020
| CUBADEBATE
The New York Times le rindió un sencillo, pero poderoso homenaje a las víctimas de covid-19 en EE.UU. Gráfica: Osval
Una lista de personas que han muerto por COVID-19 en los Estados
Unidos es la emotiva portada de The New York Times, con los nombres de
las casi cien mil víctimas."Las muertes en EE.UU. se acercan a las 100.000, una pérdida incalculable", es el titular con el que The New York Times abre su edición de este domingo.
Debajo, un sencillo pero poderoso homenaje a los muertos por covid-19 en el país más golpeado por la pandemia: una interminable lista de nombres acompañados por una breve descripción de cada víctima.
"Marion Krueger, 85 años, Kirkland, Washington, bisabuela de risa fácil"…
"Florencio Alamazo Morán, 65, Nueva York, un ejército de un solo hombre"…
"Bassey Offiong, 25, Michigan, veía a sus amigos cuando estaban muy mal y les sacaba lo mejor"...
El listado ocupa toda la portada y continúa en páginas interiores.
El objetivo: representar el elevado número de víctimas de coronavirus en EE.UU. de una forma que transmitiera la vastedad y variedad de las vidas perdidas.
"No eran simples nombres en una lista. Eran nosotros", se lee en la brevísima introducción al listado.
Se espera que EE.UU. supere la barrera de los 100.000 muertos en cuestión de días: este domingo por la mañana ya sumaba más de 97.000, según los datos de la Universidad Johns Hopkins.
Y The New York Times había estado buscando una manera de marcar el doloroso momento.
"Sentíamos que había algo de cansancio con las cifras", explicó en el mismo diario Simone Landon, la editora asistente del departamento de gráficos que concibió el proyecto.
Y poner 100.000 puntos o figuritas en una página "no te dice mucho acerca de quién era esa gente, qué vidas habían vivido, lo que (su muerte) significa para nuestro país", dijo.
Las dudas de Trump
La sencilla lista por la que optó el prestigioso diario estadounidense es a la vez profundamente conmovedora y tremendamente efectiva.
Lamentablemente, sin embargo, todo indica que la lista seguirá creciendo.
a epidemia todavía no ha sido completamente contenida.
Y el presidente Donald Trump es partidario de relajar las medidas de aislamiento social para tratar reactivar la economía.
El mandatario también ha empezado a sugerir que las cifras oficiales exageran el número de muertos por covid-19, pues muchos de los infectados con coronavirus pueden haber fallecido por otras causas.
Según el mismo The New York Times, el viernes Trump le dijo a la prensa que aceptaba el actual número de víctimas, pero que las cifras reales podían ser "menor que eso".
Numeroso expertos, sin embargo, opinan lo contrario: que el número real puede ser mayor que el reflejado por las cifras oficiales.
(Tomado de BBC)
Twitter "Saldrá en los libros de historia": la apabullante portada de 'The New York Times' para homenajear a los fallecidos por coronavirus
Cuanto pase la pandemia, quedarán los recuerdos del confinamiento y
algunas pocas portadas de periódicos. Acostumbrados a tratar a las
víctimas como meros números, la edición impresa del 24 de mayo de The New York Times ha congelado los corazones al mostrar que todo número tiene detrás un nombre.
De este modo, el rotativo estadounidense ha publicado una portada con algunos nombres de los fallecidos por covid-19 en EEUU, país arrasado por el virus.
De este modo, el rotativo estadounidense ha publicado una portada con algunos nombres de los fallecidos por covid-19 en EEUU, país arrasado por el virus.
"Una pérdida incalculable": The New York Times llena su portada con los nombres de los fallecidos por covid-19
Publicado:
24 may 2020 06:57 GMT - RT
De esta manera, los autores de la idea buscan
personalizar la tragedia diciendo que "no eran simplemente nombres en
una lista, eran nosotros".
A medida que el número de muertes por covid-19 en EE.UU. se acerca a las 100.000, el periódico The News York Times decidió rendir homenaje a algunas de las víctimas de la enfermedad publicando sus nombres en la portada de la edición del domingo.
En la portada también figura el titular "Las muertes en EE.UU. se acercan a las 100.000, una pérdida incalculable", con el subtitular: "No eran simplemente nombres en una lista. Eran nosotros".
En la lista aparecen 1.000 nombres, lo
que representa solo el 1% de la cifra total de muertos, así como unos
pocos detalles personales de los fallecidos, tomados de sus obituarios.
La editora asistente de gráficos del diario, Simone Landon, dirigió un
equipo de investigadores que buscó los obituarios en cientos de
periódicos de EE.UU.
En un artículo para Times Insider, Landon explicó que con este gesto la redacción intentó personalizar la tragedia, ya que los números constantemente reportados hacen imposible evaluar el impacto real de la pandemia. Por su parte, Tom Bodkin, director creativo de The New York Times, dijo que no recordaba ninguna portada sin imágenes en los 40 años que lleva trabajando en el periódico.
Según datos de la Universidad Johns Hopkins, la cifra de muertes de EE.UU. supera las 97.000, mientras que los casos confirmados en el país llegan a 1.622.670.
En la portada también figura el titular "Las muertes en EE.UU. se acercan a las 100.000, una pérdida incalculable", con el subtitular: "No eran simplemente nombres en una lista. Eran nosotros".
En un artículo para Times Insider, Landon explicó que con este gesto la redacción intentó personalizar la tragedia, ya que los números constantemente reportados hacen imposible evaluar el impacto real de la pandemia. Por su parte, Tom Bodkin, director creativo de The New York Times, dijo que no recordaba ninguna portada sin imágenes en los 40 años que lleva trabajando en el periódico.
Según datos de la Universidad Johns Hopkins, la cifra de muertes de EE.UU. supera las 97.000, mientras que los casos confirmados en el país llegan a 1.622.670.
Francia podría nacionalizar grandes empresas para enfrentar la "guerra económica" contra la pandemia del coronavirus
Publicado:
18 mar 2020 06:55 GMT - RT
El ministro de Finanzas galo promete una ayuda al sector
empresarial con casi 50.000 millones de dólares y también una mayor
participación del Estado en el mismo.
El
ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, no descarta la posible
nacionalización de grandes empresas francesas para proteger la economía
ante los riesgos provenientes de la pandemia de coronavirus
y el asociado desplome de los mercados. "No dudaré en utilizar todos
los medios disponibles" para protegerlas, afirmó este martes en
declaraciones al canal RTL.
Concretamente, Le Maire prometió una ayuda del Estado por valor de 45.000 millones de euros (49.800 millones de dólares) para compañías y sus empleados. A esta asistencia directa se sumarán "300.000 millones de euros en garantías de Estado para préstamos bancarios en Francia y 1 billón de euros en garantías [de instituciones] europeas", dijo el ministro.
"Todos deben comprender que hay una guerra económica y financiera” y será “duradera y violenta”, sostuvo el titular de la cartera de Finanzas continuando la idea del presidente Emmanuel Macron que el lunes declaró la guerra a la pandemia.
Por lo tanto, será necesaria una movilización de fuerzas "a nivel nacional, europeo y del G7", añadió el ministro.
Entre las posibles medidas para el sector empresarial Le Maire destacó la "recapitalización, que se puede hacer mediante una participación" y agregó: "incluso puedo usar el término nacionalización si es necesario".
Sin embargo, el miembro del Gobierno galo espera "que la economía pueda reiniciarse más fuerte cuando la epidemia de coronavirus haya quedado atrás".
Concretamente, Le Maire prometió una ayuda del Estado por valor de 45.000 millones de euros (49.800 millones de dólares) para compañías y sus empleados. A esta asistencia directa se sumarán "300.000 millones de euros en garantías de Estado para préstamos bancarios en Francia y 1 billón de euros en garantías [de instituciones] europeas", dijo el ministro.
"Todos deben comprender que hay una guerra económica y financiera” y será “duradera y violenta”, sostuvo el titular de la cartera de Finanzas continuando la idea del presidente Emmanuel Macron que el lunes declaró la guerra a la pandemia.
Por lo tanto, será necesaria una movilización de fuerzas "a nivel nacional, europeo y del G7", añadió el ministro.
Entre las posibles medidas para el sector empresarial Le Maire destacó la "recapitalización, que se puede hacer mediante una participación" y agregó: "incluso puedo usar el término nacionalización si es necesario".
Reducción y 'reinicio'
Los cálculos del Gobierno francés prevén una reducción del PIB a causa del coronavirus del 1 % este año, informó Le Maire. Admitió a continuación que el destino de múltiples fábricas francesas será la suspensión de sus actividades.Sin embargo, el miembro del Gobierno galo espera "que la economía pueda reiniciarse más fuerte cuando la epidemia de coronavirus haya quedado atrás".
Tasa Covid - Miguel Urbán: "Es el momento de luchar para que paguen los ricos y vivir todos dignamente"
Anticapitalistas ultima una propuesta para un impuesto covid europeo a las grandes fortunas que sirva para financiar el plan de inversiones para salir de la crisis del coronavirus. El eurodiputado Miguel Urbán pretende promover esta propuesta en las próximas semanas, aunque todavía no pone fecha concreta a una posible propuesta legislativa.
bruselas
03/05/2020 11:56 ivo alho cabral @IvoAlhoCabral - PÚBLICO
03/05/2020 11:56 ivo alho cabral @IvoAlhoCabral - PÚBLICO
El
plan de reconstrucción post-crisis se ha convertido en una de las
prioridades absolutas de los los líderes de los 27 países de la Unión
Europea. En las últimas semanas han acelerado sus video-reuniones para
tratar de firmar un fondo de recuperación cuyo tamaño total puede estar entre 1 y 2 billones de euros.
Unos números que resuenan muy fuerte. Sin embargo, lo que a todas luces habrá detrás será un sistema fundamentado en el endeudamiento
de Bruselas, que a su vez prestará dinero a las capitales para que
puedan invertir en el relanzamiento de la economía. Una deuda, claro
está, que los países tendrán que devolver a la Unión Europea.
"Al final no se rompe
con el debate de la deuda", denuncia Miguel Urbán, eurodiputado y
militante de Anticapitalistas. Ante eso, el eurodiputado propone
implantar otra lógica: la del reparto de la riqueza y el aumento impositivo.
Urbán, junto a la comisión de Economía de Anticapitalistas, ha puesto
una propuesta sobre la mesa para un "impuesto covid" excepcional a las
grandes fortunas y las grandes empresas, de manera que sean "los que más
tienen" quienes ayuden a financiar la reconstrucción.
"O pagan los ricos o
pagan los de siempre, las clases populares", denuncia. "Yo creo que es
el momento de luchar para que paguen los ricos, para que se redistribuya
la riqueza, para vivir todos dignamente. Creo que es posible porque el
coronavirus ha desnudado las carencias del capitalismo y de una Europa
neoliberal que ha sido incapaz de proteger los derechos sociales".
En concreto, el plan de Urbán propone cuatro tasas extraordinarias:
un impuesto adicional del 3% sobre las ganancias empresariales
superiores a 5 millones de euros en 2019, una tasa del 1% sobre el
patrimonio de quienes tengan activos por valor de más de un millón de
euros, un impuesto del 3% al patrimonio en fondos de inversión y
sociedades patrimoniales, y finalmente, una tasa del 3% sobre las
transferencias patrimoniales, que se reduciría al 2% en el caso de los
activos con un valor inferior al millón de euros.
Todos esos impuestos
se recaudarían una sola vez, y de manera excepcional, el 30 de junio de
2020. Con ese dinero, Urbán pretende que se puedan atender las necesidades sociales
generadas por a la redistribución de renta, promover inversiones en
sanidad pública, y crear un organismo comunitario público efectivo que
coordine las acciones sanitarias e investigadoras en la Unión Europea.
"Creemos que todo
el mundo ha visto que la mejor forma de enfrentar esto es con sanidad
pública. Con más recursos y sosteniéndonos en la Seguridad Social. Eso
se tiene que pagar con una buena financiación", concluye.
La propuesta
todavía está en un estado inicial, en fase de debate con otros
dirigentes y economistas de la izquierda europea. El objetivo de Urbán
es que pueda "tener experiencia legislativa", sin concretar si puede ser
en la Eurocámara o a nivel nacional. Para el eurodiputado, lo primero
es "abrir un debate sobre la desigualdad, sobre el reparto de la riqueza
en el marco de Europa", defiende.
Medidas urgentes contra la desigualdad
Que la crisis económica que ha traído consigo el coronavirus entraña la amenaza de exacerbar las desigualdades en Europa parece un temor muy bien fundado. Sin ir más lejos, los miles de personas que se han quedado sin trabajo volverán a engrosar las listas del paro hasta un nivel que el propio Gobierno espera que alcance el 19% para finales de año.
La propuesta de un
impuesto covid a las grandes fortunas trata de ir en contra de esa
lógica. Busca "atacar la desigualdad, que es una de las grandes pandemia
que asolan el mundo y especialmente a Europa. Algo que se ve no solo en
los datos macroeconómicos de renta, sino incluso como las rentas del
trabajo han ido perdiendo fuerza en relación a las rentas del capital".
La Organización Internacional del Trabajo estima que en España los trabajadores han perdido 64.500 millones de euros
al año en desde 2009. "Es como si cada año rescatáramos a los bancos
españoles. Eso es lo que pierden las clases populares", denuncia Urbán.
"Un elemento de disparidad económica que se agudiza en el marco de la
UE. El milagro de la Unión Europea es haber construido una Europa de
millonarios a costa de millones de pobres".
¿Por qué aumentan las diferencias dentro de la UE? La razón, continúa el eurodiputado, radica en gran parte en los regímenes fiscales dispares que existen dentro del mercado económico es que a su vez generan un dumping fiscal
a la baja. Algo de lo que se benefician países con estructuras fiscales
muy favorables, con mecanismos para ocultar fortunas bien conocidos
como el doble sándwich irlandés-holandés. La propia Comisión Europea estima que cada año se pierde hasta 1 billón en impuestos debido a la evasión fiscal en toda la Unión.
Es difícil que España pueda responder de manera unilateral al problema, por lo que Urbán pone el foco en la necesidad de coordinación
con otros países. "Hay diferentes estudios que si por ejemplo,
Portugal, Francia, Italia, España y Grecia tomaran medidas sancionadoras
hacia paraísos fiscales como Luxemburgo o como Holanda o como Suiza,
les interesaría más a esos países dejar de ser paraíso fiscal".
¿En camino a una tasa covid a los multimillonarios?
La pregunta del
millón: ¿es viable que gane adeptos esta idea de un "impuesto covid" a
las grandes fortunas? Existen lugares como Argentina, en los que la idea está tomando fuerza.
Urbán cita además el precedente histórico de la Gran Depresión de 1929,
durante la que el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt llegó
a imponer un tipo impositivo del 94% sobre las rentas de más de 200.000
dólares de la época, equivalentes más de 2 millones de euros a día de
hoy. Con ese aumento de impuestos, consiguió bajar el desempleo de un
25% en 1933, a un 9% tres años más tarde.
¿Se podría repetir
esto a día de hoy con esta tasa covid? "Yo creo que se puede generar
suficiente debate", responde el eurodiputado. "Hay que abordar
seriamente esta posibilidad: quizá se puede hacer del coronavirus algo
positivo. Igual es la hora de que paguen los ricos".
Coronavirus: La OMS afirma que Sudamérica se está convirtiendo en el nuevo epicentro de la pandemia
Brasil tiene más de 310.000 casos confirmados de coronavirus y ha superado las 20.000 muertes. Después, el país con más personas infectadas de América del Sur es Perú, que con 104.000 casos.
22/05/2020 20:58 efe - PÚBLICO
América
del Sur "se está convirtiendo de cierto modo en el nuevo epicentro" de
la pandemia de coronavirus, dijo este viernes el director del Programa
de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Mike Ryan.
"Vemos
muchos países sudamericanos que tienen una cantidad de casos en aumento y
hay gran preocupación en estos países, pero el más afectado es Brasil",
dijo el alto responsable de la lucha internacional contra la covid-19
en una rueda de prensa virtual. Brasil tiene más de 310.000 casos confirmados de coronavirus y ha superado las 20.000 muertes.
De acuerdo a las
estadísticas oficiales que maneja la OMS, los casos en el continente
americano totalizan 2,22 millones, de los cuales 1,53 millones
corresponden a Estados Unidos y 80.500 a Canadá.
Después de Brasil, el país con más personas infectadas en Sudamérica es Perú,
que con 104.000 casos (según las cifras consolidadas de la OMS, que las
autoridades nacionales elevan a 108.000) es la duodécima nación más
afectada del mundo.
En relación a Brasil,
país en el que centró sus comentarios, Ryan sostuvo que la OMS no
respalda la decisión del Gobierno brasileño de utilizar la cloroquina y
la hidroxicloroquina para el tratamiento de la covid-19 debido a que no
hay pruebas científicas que establezcan que es un medicamento seguro y eficaz contra esta enfermedad.
"Las evidencias
clínicas no respaldan el uso de este medicamento y no se recomienda al
menos hasta que no se tengan los resultados claros de los ensayos
clínicos", comentó. Agregó que las investigaciones de la oficina
regional de la OMS para América, conocida como Organización Panamericana
de la Salud (OPS), tampoco han llegado a conclusiones que permitan
recomendarla.
El Ministerio de Salud de Brasil publicó este miércoles, por indicación del presidente Jair Bolsonaro,
un protocolo para el tratamiento de pacientes con coronavirus, que
ampara el uso de la cloroquina y de la hidroxicloroquina en casos leves.
La cloroquina es un
medicamento ampliamente conocido como antipalúdico y para tratar
enfermedades reumáticas, y la hidroxicloroquina es su derivado (tienen
los mismos componentes), pero se considera que es mejor tolerado. Ambos
forman parte del grupo de fármacos que se están investigando en
numerosos países como posibles curas para la covid-19.
Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos
Marcha Del Silencio: 20 de mayo de 2020
Conferencia de Prensa 28 de mayo de 2020
Citamos esta conferencia de prensa por dos motivos muy importantes.
El primero, felicitar y agradecer a
nuestro pueblo, por manifestarse de las mil maneras que lo hizo y poblar
esta lucha de sensibilidad y compromiso.
Nos gustaría abrazar personalmente a cada
una, a cada uno de ustedes, a cada familia que colocó una margarita, un
cartel, una balconera, un simple pañuelo; o fue partícipe de videos de
una foto o de una de las mil expresiones diferentes que se expresaron.
Abrazar a los que con su sensibilidad, cariño y creatividad hicieron de
esta 25ª Marcha del Silencio, la más participativa, visible y extendida
de todas, por todo el país, en cada departamento y también fuera de
fronteras.
No podemos nombrar a todas las
organizaciones y colectivos que participaron por miedo a olvidar alguna.
Se manifestaron en todos los departamentos, y en varias ciudades y
localidades en cada uno. No hubo grandes o pequeñas acciones, sino una
sumatoria amplia, diversa, que rompió barreras y nos hermanó en este
reclamo.
Como dijimos: “Nuestra búsqueda, plagada
de obstáculos e impunidad, tiene un norte: la empecinada exigencia de
generar garantías de no repetición y necesita para ello de la conciencia
de un pueblo que la acompañe”.
La multitudinaria participación lograda
este 20 de mayo, vivido con inmensa algarabía y con tanto compromiso, ha
dejado patente esa conciencia y el ánimo de sumarse al mismo reclamo:
Encontrar a los desaparecidos, y el deseo de Nunca Más Terrorismo de Estado.
También resaltar, que el mismo 20 en el
Parlamento, representantes de todos los partidos políticos, manifestaron
la necesidad de encontrar a los desaparecidos, y que esta búsqueda no
esté separada de la verdad y la justicia.
Y ese es el segundo motivo.
Tal vez es la primera vez que parece
conjugarse el reclamo popular, con el compromiso de todos los partidos
en esta búsqueda, lo que permitiría concretar finalmente una política de
Estado que la canalice, que fortalezca las garantías para el nunca más y
refuerce nuestra democracia.
Ha pasado mucho tiempo. Muchas madres,
muchos familiares se fueron sin conocer la verdad ni encontrar a sus
seres queridos. Muchas de ellas recibieron homenajes y reconocimientos.
Pero no la verdad.
Nuevas generaciones nacieron y crecieron con esta impunidad y silencio.
Este delito, mantenido en el tiempo, debe terminar. ¡¡¡Ya es hora!!!
No conocemos los motivos últimos que
hicieron que el cuerpo de algunos detenidos asesinados fuera entregados y
otros no. Que nuestros desaparecidos, hayan sido enterrados
clandestinamente y cubiertos de cal para tapar su rastro.
¿Por qué? ¿Qué hicieron con ellos? ¿Dónde están?
A los niños uruguayos apropiados, la
inmensa lucha de abuelas, de Sara, de sus familias los han ido
encontrando. Pero todavía nos faltan 3 adolescentes y los posibles hijos
de María Emilia Islas y de Blanca Altman, que estaban embarazadas
cuando las detienen y desaparecen.
¡Es hora de exigir a los mandos de las Fuerzas Armadas que entreguen la información!
Esa información existe.
Reiteramos una vez más, que quienes
torturaron, asesinaron y desaparecieron uruguayas y uruguayos, no
actuaban por su cuenta. Que fue la institución armada misma, columna
vertebral del Golpe de Estado Cívico Militar, quien violó todos los
derechos y, por lo tanto, la información sobre estos hechos no es
propiedad exclusiva de los perpetradores directos sino de esa
institución que los formó, los mandató, los cobijó y continúa
haciéndolo.
Es de allí que debe llegar la información.
Somos un pequeño país donde el crimen de
la Desaparición Forzada atañe a un par de centenares de personas. Es
absolutamente incomprensible que en tantos años no se hayan dado los
pasos para su esclarecimiento.
Estamos convencidos, que ese camino, nos llevará a conocer la verdad, toda la verdad.
No somos nosotros quienes tenemos algo que ocultar. Ni los jóvenes, que necesitan saber para formar su opinión.
El Poder Judicial debe asumir su papel.
Desde el año 1985, las víctimas directas y sus familiares, hicieron un
enorme esfuerzo para llevar sus casos ante la Justicia, para que se
conocieran los horrores por los que atravesó el país y se castigara a
los culpables.
Mientras vergonzosamente, la Justicia
sigue permitiendo dilaciones, chicanas y mentiras; desde que existe la
Fiscalía Especializada (año 2016) son más de 60 los pedidos de
procesamiento por delitos de lesa humanidad que aguardan su
pronunciamiento
Son los 3 poderes del estado que deben
hacer los mayores esfuerzos para que cumpliendo a cabalidad con la ley,
atiendan el reclamo de un pueblo expectante y recuperemos así una
convivencia digna.
Es en el Presidente y sus Ministros, al
frente del nuevo Gobierno, sobre quienes recae la responsabilidad de
lograr un avance significativo.
Está claro que no estarán solos.
Este debería ser el resultado de una Marcha que pautará todas las futuras.
¡A todos ustedes ¡Gracias!
Por Verdad, Justicia y Memoria.
Por Nunca Más Terrorismo de Estado.
¿Dónde están?
Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos
28 de mayo de 2020.
PIT-CNT realizará paro y movilización el jueves 4
Miércoles, 27 Mayo 2020 17:00 - PORTAL PIT-CNT
Foto: Carlos Lebrato
Finalmente, la Mesa Representativa aprobó la realización de un paro
nacional parcial, de 9 a 13 horas, en rechazo a la Ley de Urgente
Consideración (LUC).
Según informó el secretario general de la central sindical, Marcelo Abdala, a los medios de comunicación, la medida se articulará como una "enorme movilización", en defensa de la salud, por trabajo, en defensa de los ingresos y a favor de una renta transitoria en la emergencia que asegure un ingreso básico, tal como fue planteado por la Intersocial.
El PIT-CNT reiteró en la presente jornada su cuestionamiento "en forma y contenido" a la LUC que impulsa la coalición de gobierno. Uno de los aspectos que rechaza el movimiento sindical se fundamenta en la baja calidad democrática de la discusión parlamentaria de una ley que incluye más de 500 artículos y debe ser analizada y aprobada en tiempo exprés. "Al PIT-CNT le otorgaron tan solo 30 minutos para hablar de los más de 500 artículos", cuestionaron.
Abdala adelantó que la movilización del 4 de junio se realizará de manera presencial y también se podrá participar a través de las redes sociales y distintas plataformas de manera virtual.
"Nos movilizaremos con todas las condiciones sanitarias necesarias, con distancia social, tapaboca, y se dispondrá de alcohol en gel".
La Mesa Representativa aprobó dicha acción para colocar los reclamos programáticos y "las medidas que amparen a nuestro pueblo en esta coyuntura".
Será un paro general parcial de 9 a 13 horas en el área Metropolitana, y cada plenario departamental definirá las condiciones particulares a lo largo y ancho de todo el país.
En relación a la LUC, el secretario general del PIT-CNT enfatizó que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) "está cuestionando" la forma en la que esta ley "le pasa por arriba al derecho de huelga de los trabajadores". Según sostuvo Abdala, el pronunciamiento de la OIT "fue absolutamente claro en ese sentido".
Asimismo, recordó que algunos abogados penalistas también han planteado numerosas críticas a la LUC.
"Más que un tratamiento parlamentario adecuado, hasta ahora (la LUC) ha sido tratada más a la interna de la coalición de gobierno que en el propio Parlamento. Las organizaciones sociales no hemos tenido el espacio básico para poder plantear nuestras iniciativas. Fuimos, estuvimos media hora y no nos preguntaron absolutamente nada", remarcó.
"Creo que todo el pueblo uruguayo debe disponerse a defender la democracia porque estos procedimientos, en estos momentos además, no permiten un debate público inteligente, elevado, con fundamentos". En este sentido, Abdala explicó que en términos generales éstas fueron las consideraciones generales de la MR para impulsar la movilización del 4 de junio.
Por último, adelantó que el PIT-CNT también realizará una acción el próximo 27 de junio, en el aniversario del golpe de Estado. "El 27 de junio, que es el aniversario de la lucha de los trabajadores en defensa de la democracia y en recuerdo de la histórica Huelga General contra el golpe de Estado cívico militar realizaremos otra acción de movilización", aunque no anticipó las características particulares que serán definidas en los próximos días. "No descartamos ninguna forma de acción democrática del movimiento sindical, pero la iremos analizando en su momento".
Según informó el secretario general de la central sindical, Marcelo Abdala, a los medios de comunicación, la medida se articulará como una "enorme movilización", en defensa de la salud, por trabajo, en defensa de los ingresos y a favor de una renta transitoria en la emergencia que asegure un ingreso básico, tal como fue planteado por la Intersocial.
El PIT-CNT reiteró en la presente jornada su cuestionamiento "en forma y contenido" a la LUC que impulsa la coalición de gobierno. Uno de los aspectos que rechaza el movimiento sindical se fundamenta en la baja calidad democrática de la discusión parlamentaria de una ley que incluye más de 500 artículos y debe ser analizada y aprobada en tiempo exprés. "Al PIT-CNT le otorgaron tan solo 30 minutos para hablar de los más de 500 artículos", cuestionaron.
Abdala adelantó que la movilización del 4 de junio se realizará de manera presencial y también se podrá participar a través de las redes sociales y distintas plataformas de manera virtual.
"Nos movilizaremos con todas las condiciones sanitarias necesarias, con distancia social, tapaboca, y se dispondrá de alcohol en gel".
La Mesa Representativa aprobó dicha acción para colocar los reclamos programáticos y "las medidas que amparen a nuestro pueblo en esta coyuntura".
Será un paro general parcial de 9 a 13 horas en el área Metropolitana, y cada plenario departamental definirá las condiciones particulares a lo largo y ancho de todo el país.
En relación a la LUC, el secretario general del PIT-CNT enfatizó que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) "está cuestionando" la forma en la que esta ley "le pasa por arriba al derecho de huelga de los trabajadores". Según sostuvo Abdala, el pronunciamiento de la OIT "fue absolutamente claro en ese sentido".
Asimismo, recordó que algunos abogados penalistas también han planteado numerosas críticas a la LUC.
"Más que un tratamiento parlamentario adecuado, hasta ahora (la LUC) ha sido tratada más a la interna de la coalición de gobierno que en el propio Parlamento. Las organizaciones sociales no hemos tenido el espacio básico para poder plantear nuestras iniciativas. Fuimos, estuvimos media hora y no nos preguntaron absolutamente nada", remarcó.
"Creo que todo el pueblo uruguayo debe disponerse a defender la democracia porque estos procedimientos, en estos momentos además, no permiten un debate público inteligente, elevado, con fundamentos". En este sentido, Abdala explicó que en términos generales éstas fueron las consideraciones generales de la MR para impulsar la movilización del 4 de junio.
Por último, adelantó que el PIT-CNT también realizará una acción el próximo 27 de junio, en el aniversario del golpe de Estado. "El 27 de junio, que es el aniversario de la lucha de los trabajadores en defensa de la democracia y en recuerdo de la histórica Huelga General contra el golpe de Estado cívico militar realizaremos otra acción de movilización", aunque no anticipó las características particulares que serán definidas en los próximos días. "No descartamos ninguna forma de acción democrática del movimiento sindical, pero la iremos analizando en su momento".
Foto Dante Fernández
“Más que un paro, es una gran movilización en defensa de la salud del pueblo”
El
PIT-CNT realizará el 4 de junio una manifestación «con todas las
condiciones sanitarias» en «las cercanías del Palacio Legislativo».
Escrito por Redacción
Ultima actualización May 27, 2020 - LA REPÚBLICA uy
Tal
como adelantó Fernando Pereira en La República, esta tarde el PIT-CNT
confirmó que el 4 de junio (el jueves de la próxima semana) se realizará
entre las 09.00 y las 13.00 horas “más que un paro, que lo hay, una
gran movilización en defensa de la salud del pueblo”, dijo esta tarde el
Secretario de la central sindical, Marcelo Abdala.
“Estamos convocando el día 4 de junio, en las cercanías del Palacio Legislativo, a una enorme movilización de los trabajadores y el pueblo con todas las condiciones sanitarias que vamos a implementar”, agregó, y aclaró que “dependerá de cada filial de la central sindical en el país como se instrumenta”.
La acción tendrá por finalidad expresar su rechazo hacia el contenido del proyecto de ley de urgente consideración, y se presenta como una lucha para defender “el trabajo, los ingresos, el ingreso básico de emergencia planteado con la intersocial y contrarios a la LUC que entre otras cosas por el método de su tratamiento le permitió al PIT-CNT media hora para exponer su punto de vista sobre más de 500 artículos”.
Sobre ese último punto, Abdala detalló que “las organizaciones no hemos tenido espacio para plantear nuestras iniciativas, no nos preguntaron nada”.
“Estamos convocando el día 4 de junio, en las cercanías del Palacio Legislativo, a una enorme movilización de los trabajadores y el pueblo con todas las condiciones sanitarias que vamos a implementar”, agregó, y aclaró que “dependerá de cada filial de la central sindical en el país como se instrumenta”.
La acción tendrá por finalidad expresar su rechazo hacia el contenido del proyecto de ley de urgente consideración, y se presenta como una lucha para defender “el trabajo, los ingresos, el ingreso básico de emergencia planteado con la intersocial y contrarios a la LUC que entre otras cosas por el método de su tratamiento le permitió al PIT-CNT media hora para exponer su punto de vista sobre más de 500 artículos”.
Sobre ese último punto, Abdala detalló que “las organizaciones no hemos tenido espacio para plantear nuestras iniciativas, no nos preguntaron nada”.
FocoUy
Para Andrade, los cambios de la LUC en legítima defensa “abren las puertas al gatillo fácil”
«Que
un muchacho salte un alambrado por unas uvas o papas no está bien, pero
no se puede habilitar a que se lo ultime a escopetazos», consideró el
senador frenteamplista.
Escrito por Redacción
Fecha de publicación May 27, 2020 - LA REPÚBLICA UY
Hoy,
la comisión multipartidaria que se armó para estudiar el proyecto de
ley de urgente consideración puso la lupa sobre los artículos vinculados
a la seguridad, uno de los temas sobre el que el Frente Amplio tiene
más reparos.
Uno de los integrantes de la comisión que se pronunció al respecto fue Oscar Andrade, senador frenteamplista que publicó el siguiente mensaje en las redes sociales: “Cambios en legítima defensa, abren las puertas al ‘gatillo fácil’, la propiedad por encima de la vida. Defender patrimonio aunque no haya agresión. Que un muchacho salte un alambrado por unas uvas o papas no está bien, pero no se puede habilitar a que se lo ultime a escopetazos”.
Uno de los integrantes de la comisión que se pronunció al respecto fue Oscar Andrade, senador frenteamplista que publicó el siguiente mensaje en las redes sociales: “Cambios en legítima defensa, abren las puertas al ‘gatillo fácil’, la propiedad por encima de la vida. Defender patrimonio aunque no haya agresión. Que un muchacho salte un alambrado por unas uvas o papas no está bien, pero no se puede habilitar a que se lo ultime a escopetazos”.
Herido y prisionero en Vallegrande, la actitud de Ernesto Ché
Guevara frente a los verdugos fue paradigmática. Dejó sentado, para la
mejor historia, hasta dónde el revolucionario puede llevar su compromiso
ético y moral, en especial cuando se reviste el carácter de dirigente
de la Revolución. Nadie puede exigir a nadie que se comporte como el Ché
Guevara, pero, sin embargo, su comportamiento era el esperado en
quienes asumieron la responsabilidad política de convocar a hacer una
revolución.
Más allá y más acá de los Andes, de norte a sur, tras los pasos de Guevara, decenas de miles empuñaron las armas y cultivaron con esmero los valores, principios y sentimientos que promovió. Nadie imaginaba colaborar con el torturador, la idea dominante era resistir y afrontar las consecuencias. Sin embargo, no alcanzaba con pegar el poster del Ché con la fotografía tomada por Korda (Alberto Díaz): era necesario reafirmar con hechos lo proclamado con la palabra.
Las diferentes vertientes del pensamiento revolucionario latinoamericano de los 60, y los tupamaros en particular, hicieron una bandera de la coherencia entre el decir y el hacer. Era el imaginario del 68, el de Susana Pintos, Hugo de los Santos y Julio Spósito, de todas y todos los que jugaron la vida simplemente saliendo a la calle a protestar contra el pachecato. En otro plano de la lucha, Jorge Salerno, Alfredo Cultelli y Ricardo Zabalza tuvieron la oportunidad de demostrar su consecuencia al dar la vida por sus convicciones.
Edison Marín, Elena Quinteros, Gerardo Alter, Nibia Sabalsagaray, Nelson Berreta y decenas de heroínas y héroes que se hicieron matar por sus torturadores antes de contradecir los principios de la ética guevarista. Treinta años después de la retirada a los cuarteles – los torturadores ya se habían asegurado la impunidad- 28 compañeras tuvieron el coraje de emplazar a quienes tomaron sus cuerpos como botín de guerra. Continua viva la dignidad.
“Soy Rufo y no me entrego”: la actitud de Raúl Sendic Antonaccio al ser detenido, mantenida luego en los interrogatorios y en los calabozos cuarteleros, era lo esperable en quienes se habían atrevido a enfrentar el sistema para transformarlo. Raúl se exigió a sí mismo, y hasta el fin, la conducta que reclamaba a quienes lo acompañaron es su peripecia.
Muy difícil saber de antemano cómo será la reacción del torturado al pisar las fronteras del abismo; sus reacciones pertenecen a las regiones más oscuras del espíritu humano. Son misteriosas, imprevisibles. No cabe juzgar desde el Olimpo de la moral a quienes cedieron ante el ejercicio desmedido de poder de personajes sin límites morales. En este presente de imposibles y resignación, cuando los que se rindieron sin condiciones son venerados por su pragmatismo, es natural que actitudes como la de Guevara y de Raúl parezcan “demodée” o fuera de lugar. Hoy se aplaude la “viveza criolla” de los que saben “negociar” y llegar a “acuerdos” con los criminales de lesa humanidad.
Las declaraciones adjuntas de Eleuterio Fernández Huidobro y Mauricio Rosencof fueron registradas por los servicios militares de inteligencia y figuran en el “Archivo Berruti”[1]. Manos compañeras me hicieron llegar esos documentos, que muchas y muchos ya conocen y que su contenido permite inferir que son auténticos. De todas maneras, el “Archivo Berruti” está abierto a curiosos y desconfiados que quieran conocerlos de primera mano.
En esos días, aunque los presos no podíamos saberlo, Alberto Iglesias, Arapey Cabrera y Carlitos Medina, queridos tupamaros que habían eludido la gran cacería de 1972, estaban en Santiago de Chile, dos de ellos en el Estadio Nacional y el tercero refugiado en una embajada. ¿Qué necesidad había de denunciarlos como posibles autores de unos atentados a realizar? ¿No era enviarlos directamente a la muerte? Espantosa irresponsabilidad.
¿Qué necesidad de ofrecerse como intermediario ante lo que sobrevivía de organizado del MLN, para que se entregaran a las FFAA? ¿cómo confiar en las promesas de los terroristas que dieron el golpe de Estado. Anticipo del trágico error en Colombia.
¿Qué necesidad de revelar gratuitamente el método de codificación con el Nuevo Testamento? ¿Qué necesidad de entregar los berretines que eran la base del funcionamiento clandestino de los presos políticos?
Aun indignado, las dudas y titubeos me asaltaron, se trata de personas que quise mucho, que sufrieron mucho, cuyas debilidades uno tiende a disculpar. Es fácil justificarlas, porque es humano que el torturado quiera sobrevivir a cualquier precio. Sin embargo, en 1985, una vez fuera del alcance del torturador, ¿por qué no pudieron blanquear sus debilidades, actitud que hubiera sido cabalmente comprendida? Resulta difícil disculpar tanto disimulo e hipocresía para con los propios y, en la medida estuve ahí, en el mismo canasto, no puedo evitar el sentirme corresponsable.
Las declaraciones están fechadas a principios de octubre de 1973, a un mes escaso del día en que nueve de nosotros fuimos tomados como rehenes para iniciar un largo periplo del aislamiento. De manera que se puede presumir que el “derrumbe” de quienes aportaron la información fue demasiado rápido, indica cierta predisposición a colaborar, elemento que explica comportamientos, acuerdos y discursos muy actuales.
¿Cuánto de esa predisposición existe en las formas sutiles de consentir la impunidad? ¿Cuánto de ella hay en algunos relatos que el mundo acepta por verosímiles? Callar implica complicidad en las mistificaciones. Es preciso divulgar la información, que cada uno y cada una haga sus propios juicios de valor. Algunos seguirán ciegos y sordos, a otras la invadirás la tristeza y la decepción. Tarea ingrata la de pinchar globos.
Se puede inducir que el fracaso de las experiencias revolucionarias se debió a las defecciones de algunos personajes importantes. Falsa impresión. La derrota fue, sobre todo, producto de la ceguera, de articular estructuras en base al obedezco sin pensar y mando sin control, formas organizativas que levantaron un muro entre el movimiento popular y los revolucionarios, que favorecieron el militarismo enceguecido. Las defecciones fueron apenas una expresión, muy puntual, de las razones de fondo de las derrotas del siglo XX.
[1] Reafirman las sospechas de “Carne Podrida”, artículo de mi autoría publicado en abril del 2009. http://elmuertoquehabla. blogspot.com/2009/04/carne- podrida_20.html
DECLARACIONES DE ELEUTERIO FERNANDEZ HUIDOBRO (en Santa. Clara el 25-OCT-73)
– Fueron hechos cuando él estuvo en aquel lugar detenido o anteriormente.
– Anexo 2 Planos del E:M:R:2 con ubicación.
Se utilizan números pre-establecidos, que se mezclan con estos tres para confundir.
…- (Fernández Huidobro) propuso como base de acuerdo Fuerzas Armadas al señor Director del S.I.D. lo siguiente:
-Integrantes antiguos del M.L.N. que estima Huidobro que estarán de acuerdo: Engler Golovchenko (Octavio), Wassem Alanis, Rosencof, Mujica Cordano.
-Integrante M.L.N. convencibles: Marenales Saenz y Manera Lluveras.
-Hombre clave Sendic (Zabalza adopta línea de éste). Propone realización de una reunión con todos los jefes actualmente presos.
Más allá y más acá de los Andes, de norte a sur, tras los pasos de Guevara, decenas de miles empuñaron las armas y cultivaron con esmero los valores, principios y sentimientos que promovió. Nadie imaginaba colaborar con el torturador, la idea dominante era resistir y afrontar las consecuencias. Sin embargo, no alcanzaba con pegar el poster del Ché con la fotografía tomada por Korda (Alberto Díaz): era necesario reafirmar con hechos lo proclamado con la palabra.
Las diferentes vertientes del pensamiento revolucionario latinoamericano de los 60, y los tupamaros en particular, hicieron una bandera de la coherencia entre el decir y el hacer. Era el imaginario del 68, el de Susana Pintos, Hugo de los Santos y Julio Spósito, de todas y todos los que jugaron la vida simplemente saliendo a la calle a protestar contra el pachecato. En otro plano de la lucha, Jorge Salerno, Alfredo Cultelli y Ricardo Zabalza tuvieron la oportunidad de demostrar su consecuencia al dar la vida por sus convicciones.
Edison Marín, Elena Quinteros, Gerardo Alter, Nibia Sabalsagaray, Nelson Berreta y decenas de heroínas y héroes que se hicieron matar por sus torturadores antes de contradecir los principios de la ética guevarista. Treinta años después de la retirada a los cuarteles – los torturadores ya se habían asegurado la impunidad- 28 compañeras tuvieron el coraje de emplazar a quienes tomaron sus cuerpos como botín de guerra. Continua viva la dignidad.
“Soy Rufo y no me entrego”: la actitud de Raúl Sendic Antonaccio al ser detenido, mantenida luego en los interrogatorios y en los calabozos cuarteleros, era lo esperable en quienes se habían atrevido a enfrentar el sistema para transformarlo. Raúl se exigió a sí mismo, y hasta el fin, la conducta que reclamaba a quienes lo acompañaron es su peripecia.
Muy difícil saber de antemano cómo será la reacción del torturado al pisar las fronteras del abismo; sus reacciones pertenecen a las regiones más oscuras del espíritu humano. Son misteriosas, imprevisibles. No cabe juzgar desde el Olimpo de la moral a quienes cedieron ante el ejercicio desmedido de poder de personajes sin límites morales. En este presente de imposibles y resignación, cuando los que se rindieron sin condiciones son venerados por su pragmatismo, es natural que actitudes como la de Guevara y de Raúl parezcan “demodée” o fuera de lugar. Hoy se aplaude la “viveza criolla” de los que saben “negociar” y llegar a “acuerdos” con los criminales de lesa humanidad.
Las declaraciones adjuntas de Eleuterio Fernández Huidobro y Mauricio Rosencof fueron registradas por los servicios militares de inteligencia y figuran en el “Archivo Berruti”[1]. Manos compañeras me hicieron llegar esos documentos, que muchas y muchos ya conocen y que su contenido permite inferir que son auténticos. De todas maneras, el “Archivo Berruti” está abierto a curiosos y desconfiados que quieran conocerlos de primera mano.
En esos días, aunque los presos no podíamos saberlo, Alberto Iglesias, Arapey Cabrera y Carlitos Medina, queridos tupamaros que habían eludido la gran cacería de 1972, estaban en Santiago de Chile, dos de ellos en el Estadio Nacional y el tercero refugiado en una embajada. ¿Qué necesidad había de denunciarlos como posibles autores de unos atentados a realizar? ¿No era enviarlos directamente a la muerte? Espantosa irresponsabilidad.
¿Qué necesidad de ofrecerse como intermediario ante lo que sobrevivía de organizado del MLN, para que se entregaran a las FFAA? ¿cómo confiar en las promesas de los terroristas que dieron el golpe de Estado. Anticipo del trágico error en Colombia.
¿Qué necesidad de revelar gratuitamente el método de codificación con el Nuevo Testamento? ¿Qué necesidad de entregar los berretines que eran la base del funcionamiento clandestino de los presos políticos?
Aun indignado, las dudas y titubeos me asaltaron, se trata de personas que quise mucho, que sufrieron mucho, cuyas debilidades uno tiende a disculpar. Es fácil justificarlas, porque es humano que el torturado quiera sobrevivir a cualquier precio. Sin embargo, en 1985, una vez fuera del alcance del torturador, ¿por qué no pudieron blanquear sus debilidades, actitud que hubiera sido cabalmente comprendida? Resulta difícil disculpar tanto disimulo e hipocresía para con los propios y, en la medida estuve ahí, en el mismo canasto, no puedo evitar el sentirme corresponsable.
Las declaraciones están fechadas a principios de octubre de 1973, a un mes escaso del día en que nueve de nosotros fuimos tomados como rehenes para iniciar un largo periplo del aislamiento. De manera que se puede presumir que el “derrumbe” de quienes aportaron la información fue demasiado rápido, indica cierta predisposición a colaborar, elemento que explica comportamientos, acuerdos y discursos muy actuales.
¿Cuánto de esa predisposición existe en las formas sutiles de consentir la impunidad? ¿Cuánto de ella hay en algunos relatos que el mundo acepta por verosímiles? Callar implica complicidad en las mistificaciones. Es preciso divulgar la información, que cada uno y cada una haga sus propios juicios de valor. Algunos seguirán ciegos y sordos, a otras la invadirás la tristeza y la decepción. Tarea ingrata la de pinchar globos.
Se puede inducir que el fracaso de las experiencias revolucionarias se debió a las defecciones de algunos personajes importantes. Falsa impresión. La derrota fue, sobre todo, producto de la ceguera, de articular estructuras en base al obedezco sin pensar y mando sin control, formas organizativas que levantaron un muro entre el movimiento popular y los revolucionarios, que favorecieron el militarismo enceguecido. Las defecciones fueron apenas una expresión, muy puntual, de las razones de fondo de las derrotas del siglo XX.
[1] Reafirman las sospechas de “Carne Podrida”, artículo de mi autoría publicado en abril del 2009. http://elmuertoquehabla.
DECLARACIONES DE ELEUTERIO FERNANDEZ HUIDOBRO (en Santa. Clara el 25-OCT-73)
- Atentados a “salir” y de los cuales los de la Dirección del M.L.N. se enteraron, estando en el E:M:R:1.
- CHIAPPE POSSE – Por pachequista, politiquero – había hecho toda su carrera basado en la Política. Además, habla que había oído algo de un negociado en Nueva Palmira con el C/A Pérez Fontana o del asunto del Ferry Boat Atlantic. Pero no habían podido conseguir pruebas.
- Jefe BN. ING. 4 – estaba “regalado” vive en un balneario o lo iban a hacer en un balneario. No sabe quién es ni lo conoce.
- Mayor GAVAZZO – torturador violento – dio motivo a aclaraciones de homicidios.
- Sub-Comisario BENITEZ ———–
- DE VARGAS (alias Rodrigo o Lechuga) – ambos presos en LIBERTAD E.M.R:1, mantuvieron charlas confidenciales con los mandos de LIBERTAD sobre funcionamiento del M.L.N. dentro del Penal. Se utilizaría veneno para eliminarlos.
- Persona que denunció a la Policía Caminera Acción PANDO. (Hay un croquis) Anexo 1.-
- Los atentados estaban planificados y los realizarían ARAPEY CABRERA SUREDA – requerido N° 112, MEDINA CONDINS – requerido N° 148 e IGLESIAS PACHECO. requerido N° 63, quienes estaban en desacuerdo con la Dirección que funcionaba en el Pernal, en no realizar Acciones violentas. Estos pertenecen o encabezan a Grupos como el 22 de Diciembre, que se habrían apartado de la Dirección del M.L.N.
- Situación en el E.M.R. 1 (LIBERTAD)
- Las comunicaciones que mantenían desde y hacia el exterior lo hacían utilizando berretines en revistas, alimentos, manualidades, paquetes, cartas, ropas, etc.
- Las charlas y cambios de ideas las hacían con otros compañeros en los recreos, faginas, distribución de rancho o en el piso o celda (o algo similar en donde estaban todos juntos. Tenían conocimiento de la nueva organización del M.L.N., es decir: un Comité Central, del que dependían los comités de: La Habana, Santiago, Buenos Aires y Montevideo. Este último tiene un Comité Político, otro de servicio Logístico y el Militar.
- Se enteraron de las charlas confidenciales que mantuvieron el ex—Sub-Com. BENITEZ y DE VARGA alias RODRIGO o el LECHUGA, integrantes de la MICRO, ambos presos en LIBERTAD, con los Mandos del E.M.R. 1, de alguna manera: el S-2 del E.M.R.1 utiliza carbónicos y luego se los entrega a los cros. Para realizar el Boletín Informativo que tienen los Tupas en aquel lugar con noticias varias. Así leyendo esos carbónicos se enteraron del informe de “FRANK” (JOSÉ TORRES), la amenaza de muerte a ALFIL y el informe del Sub-Com. BENITEZ y de DE Vargas. En todos lados, es decir en Punta Carretas, después en el BN. I 1 y por último en LIBERTAD, el Ejecutivo del M.L.N. de algunas manera había tenido funcionamiento Político, particularmente en este último lugar. En Punta Carretas no había ningún problema, no era un funcionamiento solo Político abarcaba toda la actividad del M:L:N: afuera. Pero cada vez se les fue haciendo más difícil el funcionamiento, hasta llegar a la actualidad en que no saben nada de lo que está pasando.
- Berretines en el E:M:R:2 (PUNTA RIELES)
– Fueron hechos cuando él estuvo en aquel lugar detenido o anteriormente.
– Anexo 2 Planos del E:M:R:2 con ubicación.
- Base de negociaciones presentadas por el declarante ante el señor Director del S.I.D. Anexo 3.
- Declaraciones varias de FERNANDEZ HUIDOBRO
- Referente a GUTIERREZ RUIZ alias “TOBA” – Que les hizo la “boleta” ya que vendió dos lingotes de oro, quedándose con el producido.
- de AMODIO PÉREZ – que fue él quien entregó a CUKURS (criminal de guerra NAZI). La mujer de AMODIO, MERCEDES, conocía y mantenía relaciones con el secretario de CUKURS, así se enteró aquel de quién era CUKURS. Estableció contacto con un comando ISRAELÍ y les alquiló los autos del operativo en SUDAMCAR; después CUKURS apareció acribillado dentro de un baúl por Lagomar o Solimar, y también el secretario, a quien dejaron como a un marinero de un barco alemán, le faltaba la cabeza cuando lo encontraron.
- La orga había condenado a LEONCINO, de Punta Carretas, porque éste, entre otras cosas, a los muchachos que venían al penal desde los lugares de reclusión de menores por cumplir los 18 años, los vendía a los presos viejos para que abusaran de ellos. También vendía Mandrax.
- Historia del revolucionario – desde la Biblia hasta los Charrúas.
- Utilización de la biblia para codificar o cifrar mensajes.
Se utilizan números pre-establecidos, que se mezclan con estos tres para confundir.
- Comentarios de los puntos de los comunicados 4 y 7 de las FF:AA: Textual: “De lo que el Goyo Álvarez le dijo a Bordaberry, nosotros nos hacemos cargo de la sedición efecto y usted se hace cargo de la sedición causa. Aprobación total de ello.
- Total desacuerdo con atentados y acciones violentas, así como de la línea marxista del MLN. Muy preocupado por el peso que pueda tener dentro del MLN, la línea del E.R.P, argentino, particularmente la del trotskista Santucho.
- Que a esta altura de los acontecimientos deseaba una negociación con las FF. AA. en los términos aproximados que propuso FERNANDEZ HUIDOBRO.
…- (Fernández Huidobro) propuso como base de acuerdo Fuerzas Armadas al señor Director del S.I.D. lo siguiente:
- (ilegible)
- Desmantelamiento del Aparato Militar del MLN entregando, armas, berretines, locales e infraestructura.
- Presentación de los Clandestinos y requeridos con garantía de su seguridad física.
- Liberación de los presos del M.L.N. en forma escalonada con una reducción de la pena (esto a estudiar en cada caso)
- Solicitan: cesen las actividades anti-subversivas y una declaración de los señores Comandantes en Jefe llamando a una pacificación general con enunciado de los puntos mencionados.
- Consideraciones sobre el método para realizarlas y expuestos por el declarante:
-Integrantes antiguos del M.L.N. que estima Huidobro que estarán de acuerdo: Engler Golovchenko (Octavio), Wassem Alanis, Rosencof, Mujica Cordano.
-Integrante M.L.N. convencibles: Marenales Saenz y Manera Lluveras.
-Hombre clave Sendic (Zabalza adopta línea de éste). Propone realización de una reunión con todos los jefes actualmente presos.
- Propuso la forma de hacer llegar lo resuelto a los jefes del M.L.N. prófugos, el declarante ofrece un contacto en Buenos Aires con Lucas Mansilla, presumiblemente jefe actual del M.L.N. Este contacto se haría por intermedio de Ettore Pierri (conocido del Tte. Mendez) o de cualquier otra persona de confianza del M.L.N. y las FF.AA., quien llevaría una carta de él a Mansilla.
ENVIADO POR JORGE ZABALZA