Arrasador triunfo del MAS
Terminó el escrutinio en Bolivia: Arce llegó al 55 por ciento de los votos
El escrutinio oficial de las elecciones presidenciales en Bolivia confirmó un impactante triunfo del binomio del Movimiento al Socialismo (MAS), integrado por Luis Arce como candidato a presidente y David Choquehuanca como vice. Con el 100 por ciento de las actas contabilizadas, el partido del exmandatario Evo Morales alcanzó el 55,1 por ciento de los votos. Detrás de Arce quedaron los candidatos que respaldaron el golpe de Estado de 2019 y al gobierno de facto de Jeanine Áñez: el partido de Carlos
Mesa, Comunidad Ciudadana (CC), obtuvo el 28,83 por ciento y la alianza
Creemos que encabezó Luis Fernando Camacho llegó al 14 por ciento de
los votos. El MAS también mantuvo su mayoría en ambas cámaras de la Asamblea Legislativa Plurinacional. El conteo definitivo se demoró cuatro días y medio.
26 puntos arriba
La victoria del partido de Morales fue más contundente que la de los comicios del año pasado anulados en medio de denuncias por un supuesto fraude. Estas acusaciones habían sido respaldadas por la Organización de Estados Americanos (OEA). En esa elección Morales, obligado después a renunciar, había obtenido poco más del 47 por ciento de los votos, mientras que Mesa había sacado el 36,51 por ciento del total. Durante la jornada del viernes el expresidente volvió a celebrar el triunfo en las redes sociales. “Es la victoria de un país que quiere estabilidad económica y paz. ¡Volvimos millones gracias al pueblo!”, escribió Morales en Twitter. También sostuvo que el triunfo es la mayor prueba de que no hubo fraude el año pasado. “Los que lo denunciaron tienen la obligación ética de retirar esas denuncias. Se debe poner en libertad a todas las personas injustamente encarceladas por este motivo”, sostuvo el exmandatario. El jueves el líder boliviano había pedido que el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, renuncie a su cargo. Además dijo que le iniciaría nuevas acciones legales.
La toma del poder de Arce se producirá en una fecha a definir durante la primera quincena de noviembre. Lo que sí se estableció es que el vicepresidente electo Choquehuanca será el encargado de ponerle la banda presidencial. El exministro de Relaciones Exteriores en su carácter de vicepresidente también pasará a presidir la Asamblea Legislativa Plurinacional. “El presidente nato del Congreso será quien coloque la banda presidencial al presidente electo, ése ha sido permanentemente el protocolo. Así fue en el 2005, Álvaro García asumió la presidencia del Congreso y le colocó la banda a Evo Morales. Ahora será algo parecido", dijo uno de los líderes del MAS al diario boliviano Página Siete. La victoria de Arce ya fue reconocida por Mesa, por la presidenta de facto Jeanine Áñez y gran parte de la comunidad internacional. El ultraderechista Camacho dijo que esperaría al conteo definitivo. La OEA también calificó de claro y contundente el triunfo del MAS.
Un total de 6.483.893 bolivianos asistieron a las urnas el domingo pasado. La participación electoral alcanzó el 88.4 por ciento, según el reporte del Tribunal Supremo Electoral publicado en su página oficial. Detrás de Arce, Mesa y Camacho, quedó el pastor evangélico Chi Hyun Chung con el 1,55 por ciento de los votos. En 2019 el candidato nacido en Corea del Sur había alcanzado el tercer puesto con un 8,78 por ciento del electorado. En el último lugar se ubicó el candidato Feliciano Mamani del Partido de Acción Nacional Boliviano (PAN-BOL) con el 0,52 por ciento del total. Los votos válidos fueron el 95 por ciento, los blancos el 1,4 por ciento y los nulos el 3,5 por ciento.
Mayoría en la Asamblea
En la votación del domingo también se produjo la renovación de todos los miembros de la Asamblea legislativa. El partido de Morales logró conservar la mayoría en ambas cámaras, aunque perdió algunos escaños. En la Cámara Alta el MAS consiguió 21 senadores, pero hasta la elección del domingo pasado tenía 25. De esta manera tendrá los votos suficientes para alcanzar la mayoría simple, ya que la cámara cuenta con un total de 36 legisladores. Sin embargo necesitará consensuar con la oposición para llegar a los dos tercios necesarios, por ejemplo, para una reforma de la Constitución del Estado Plurinacional. El partido de Mesa tendrá 11 senadores y en tanto que Creemos tan sólo dos.
Pese a la impactante victoria el MAS perdió posiciones también en la Cámara baja ya que no pudo igualar la excelente performance de las elecciones de 2014. En esa ocasión el binomio Morales-García Linera había obtenido el 61.36 por ciento de los votos. Por este motivo en estos cinco años el binomio Arce-Choquehuanca deberá contar con 73 diputados, cuando actualmente el MAS tenía 88. A su vez, CC tendrá 41 miembros en la Cámara Baja, y Creemos 16. El recinto está compuesto por 130 diputados.
Los resultados definitivos dan la victoria a Luis Arce con 55,1 % de los votos: el largo periplo para que Bolivia recuperara la democracia
El candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce Catacora, ganó las elecciones presidenciales de Bolivia en primera vuelta al haber obtenido el 55,1 % de los votos, confirmaron los resultados oficiales.
Después de cinco días de conteo, el Órgano Electoral Plurinacional ratificó los cifras que la madrugada del lunes habían dado a conocer dos sondeos a boca de urna en los que el exministro de Economía superaba del 50 % de los votos, en tanto que su competidor más cercano, Carlos Mesa, finalmente alcanzó el 28,83 %.
La espera de los datos oficiales era un mero trámite, ya que entre el domingo y el lunes la victoria del MAS fue reconocida por la presidenta de facto, Jeanine Áñez, Mesa y la Organización de Estados Americanos (OEA), además de que los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; México, Andrés Manuel López Obrador; Chile, Sebastián Piñera; Perú, Martín Vizcarra y el gobierno de Estados Unidos felicitaron tanto a Arce como a su candidato a la Vicepresidencia, David Choquehuanca.
Los comicios pusieron así fin a un año de incertidumbre para los bolivianos que comenzó el 20 de octubre de 2019, cuando se llevaron a cabo las elecciones en que Evo Morales buscó su tercera reelección a pesar de que en un referéndum previo la mayor parte de la ciudadanía había rechazado su nueva postulación.
Las elecciones de 2019
Gracias a un controvertido fallo del Tribunal Constitucional, que lo favoreció, Morales logró registrarse como candidato. Ya había ganado por primera vez la Presidencia en 2005 con el 53,72 % de los votos. En 2009 se reeligió con el 64,22 %, y en 2015 volvió a arrasar con el 63,36 %. A pesar del desgaste de más de 13 años de gobierno, confío en que volvería a obtener el apoyo mayoritario de la sociedad.
Pero lo que estalló fue un conflicto electoral provocado por las suspicacias que despertó una interrupción en el conteo de votos la noche de ese 20 de octubre, y que fue suficiente para que Carlos Mesa, el expresidente y principal rival de Morales, denunciara un fraude.
El entonces presidente se declaró ganador mientras crecían las dudas sobre los resultados. Cinco días más tarde, ya con el 100 % de las casillas escrutadas, el Tribunal Supremo Electoral confirmó el triunfo del presidente: había obtenido el 47,08 % frente al 36,51 % logrado por Mesa.
Morales necesitaba una diferencia de 10 puntos para ganar. Había obtenido 10,57. Era un resultado demasiado justo, insuficiente para darle la legitimidad que necesitaba en medio de las protestas que se expandían por el país y la presión de los opositores internos y externos, encabezados por la Organización de Estados Americanos (OEA), que jugó un papel central en el conflicto.
El golpe de Estado
Acosado por una insurrección policial, bloqueos, protestas masivas y presiones de las Fuerzas Armadas, Morales convocó el 10 de noviembre a nuevas elecciones, tal y como pedía la oposición, pero al mismo tiempo la OEA publicó un informe en el que denunciaba supuestas irregularidades que, meses después, fueron puestas en duda por diferentes informes independientes.
En medio de un imparable clima de violencia política, Morales fue forzado a renunciar ese mismo día. Terminó así un gobierno que había durado 13 años y nueve meses, el periodo de mayor prosperidad económica y combate a la pobreza en la historia de Bolivia.
Gracias a un operativo sin precedentes organizado por México, Morales pudo refugiarse en la Ciudad de México. Ahí permaneció hasta diciembre, cuando tras la toma de posesión de Alberto Fernández en Argentina, pudo viajar a Buenos Aires, donde permanece asilado hasta ahora.
Desde la capital argentina, Morales reagrupó al MAS, en enero impulsó la candidatura presidencial de Arce Catacora, su exministro de Economía, y anunció su propia candidatura al Senado, pero meses después las autoridades electorales de Bolivia lo inhabilitaron porque, al estar viviendo en el extranjero, no cumplía el requisito de tener una residencia mínima de dos años para postularse. El expresidente denunció una proscripción.
El 12 de noviembre, apenas dos días después de que Morales fuera depuesto, la senadora ultraderechista Jeanine Áñez se autoproclamó como presidenta y prometió que sólo permanecería durante unas semanas en el cargo, mientras se realizaban las elecciones en las que aseguró que no se postularía.
Pero incumplió. A principios de año lanzó una candidatura a la que tuvo que renunciar en septiembre debido a la escasa intención de voto que le anticipaban las encuestas. Siempre reiteró que la meta era evitar a toda costa el regreso del MAS al poder. Por eso trató de evitar a toda costa el registro de Arce, sobre todo a través de denuncias judiciales.
Las represiones y persecuciones a militantes del MAS fueron cotidianas durante el gobierno de Áñez, el cual quedará marcado por las masacres registradas en las localidades de Sacaba y Senkata durante los primeros días posteriores a su asunción y en las que fueron asesinadas 36 personas.
La campaña
El 19 de enero, de manera inédita para la historia de Bolivia, Luis Arce fue elegido abanderado presidencial del MAS en un encuentro partidario realizado en Buenos Aires. La fórmula la completó David Choquehuanca como candidato a la Vicepresidencia.
Así, el exministro de Economía y el excanciller de Evo Morales se lanzaron al reto de recuperar la confianza de la ciudadanía en el partido que había gobernado Bolivia casi 14 años.
En principio, el Tribunal Supremo Electoral fijó las nuevas elecciones para el 3 de mayo. La intención era que el país recuperara lo más pronto posible la normalidad democrática, pero la pandemia de coronavirus obligó a postergar la fecha por dos semanas, hasta el 17 de mayo.
A lo largo del año, la dictadura de Áñez y sus aliados en el exterior consolidaron una narrativa que demonizó a Morales y al MAS y que aseguraba que ya no tenía el apoyo mayoritario de la población y que bastaba que la oposición se uniera para que el "voto útil" venciera y eliminara a la izquierda. Esa lectura no tomó en cuenta la sólida base social que el masismo construyó desde la década pasada y que Arce fortaleció a lo largo de la campaña, en sus recorridos por todo el país.
Al intensificarse la crisis sanitaria, los comicios se pospusieron hasta el 6 de septiembre. Mientras tanto, la presidenta de facto trataba de postergarlos lo más posible con la esperanza de que la mayoritaria intención de voto al MAS que predecían las encuestas se desplomara entre más tiempo transcurriera. De todas formas, la interpretación generalizada era que Arce había llegado a un techo de votos que no superaba el 45 % y que lo más probable es que tuviera que enfrentar una segunda vuelta contra Mesa en la que este finalmente ganaría la Presidencia.
A diferencia de sus oponentes, el MAS quería que las elecciones ya se concretaran, por lo que aceptó una nueva fecha, el 18 de octubre, con la condición de que fuera inamovible.
Así ocurrió. Y los resultados superaron las previsiones más optimistas del masismo, que ni siquiera necesitó una segunda vuelta para regresar al poder y que no solo ganó la Presidencia, sino que también obtuvo mayoría en el Parlamento.
Cecilia González
Ganó en seis de los nueve departamentos del país y la división este-oeste se hizo sentir
Elecciones Bolivia 2020: el MAS se impuso por goleada
Imagen: AFP
El candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) Luis Arce se impone en seis de los nueve departamentos que componen Bolivia con el 80 por ciento de las mesas escrutas. A la habitual victoria del masismo en la región occidental del país (Pando, La Paz, Oruro, Potosí y Cochabamba), esta elección se sumó el triunfo en Chuquisaca. Por su parte el el candidato de Comunidad Ciudadana Carlos Mesa se quedó con los departamentos de Beni y Tarija. Luis Fernando Camacho, de la alianza Creemos, volvió a hacerse fuerte en sus pagos y punteó en Santa Cruz de la Sierra. El mapa electoral muestra la división histórica del país entre Oriente y Occidente.
En Chuquisaca la definición fue cabeza a cabeza. Pero finalmente terminó imponiéndose la dupla Arce-Choquehuanca. En 2019 Mesa había ganado allí con el 44,2 por ciento. La fórmula Morales-Linera había alcanzado el 42,3 por ciento de los votos. Este año el MAS logró el 49 por ciento de los sufragios, en tanto que Mesa llegó al 46 por ciento. A diferencia de la fallida elección del 2019 en este departamento se vino a pique el candidato Hyun Chung. El pastor evangélico pasó de un ocho por ciento en 2019 a dos por ciento este año. Sin embargo la ciudad más importante de la región y capital del país, Sucre, apoyó al candidato de CC. Mesa obtuvo allí el 60 por ciento de los votos, en tanto que Arce alcanzó el 35 por ciento del electorado.
En La Paz el MAS obtuvo su diferencia más importante respecto al segundo candidato. Allí el binomio masista alcanzó el 67,4 por ciento, en tanto que CC obtuvo 29,7 por ciento, con el 67 por ciento de los votos computados al cierre de esta edición. De esta manera La Paz volvió a mostrarse como el bastión más importante del partido de Morales. En El Alto, que pertenece a este departamento, el binomio Arce-Choquehanca estableció una diferencia de 56 puntos respecto a Mesa: 76,7 contra 20,7 por ciento con el 72 por ciento de mesas escrutadas. En todos los demás departamentos donde se impuso Arce el segundo fue Mesa. La victoria en Cochabamba fue por 30 puntos (63 contra 33 por ciento, con el 65 por ciento de mesas escrutadas); en Potosí fue de 21 puntos (57 contra 36 por ciento, con 85 por ciento de las mesas computadas); igual diferencia en Oruro (58 contra 37 por ciento, con 75 por ciento del total escrutado); y finalmente en Pando la ventaja fue de 20 puntos (45 contra 25 por ciento, con la totalidad de las mesas cerradas).
Respecto a 2019 el MAS perdió el departamento norteño de Beni.
En octubre del año pasado Morales había conseguido allí una ajustada
victoria: 34,87 por ciento para el MAS y 34,83 para CC. Este domingo la
situación se revirtió con un 40,28 para Mesa y 33,12 para Arce. El candidato de CC también se quedó con Tarija, histórico bastión de la derecha boliviana en la denominada "Media luna". Allí el expresidente entre 2003 y 2005 sacó el 50,2 por ciento de los votos y el candidato del MAS alcanzó el 41,6 por ciento de los sufragios. En 2019 allí Mesa había obtenido el 42,4 por ciento del electorado.
Por último Camacho marcó su localía en Santa Cruz. Creemos obtuvo su única victoria departamental allí con el 45 por ciento de los votos, contra el 35 por ciento para la fórmula del MAS. Al cierre de esta edición allí se habían computado el 80 por ciento de los votos. A falta de un candidato local, en la elección del 2019 Mesa había obtenido en este departamento el 46,8 por ciento de los votos. En cambio el domingo pasado sólo alcanzó el 17,5 por ciento. Es decir que perdió más de 500 mil votos.
Victoria popular en Bolivia: Una lección de valentía y dignidad
Por: Javier Tolcachier*
Los sectores populares de Bolivia han dado una nueva lección al mundo. El triunfo apabullante del Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) no deja dudas sobre la voluntad mayoritaria de su población.
Las difíciles circunstancias en las que se dio está elección realzan la valentía de quienes no se dejaron amedrentar. A la persecución y encarcelamiento por motivos políticos, a las graves vulneraciones de derechos humanos, frente a la intimidación y agresión, las y los bolivianos respondieron con dignidad y convicción, sin retroceder ni ceder en la presión para recuperar la democracia.
Es preciso recordar las sucesivas postergaciones de la elección, que finalmente se logró gracias al temple en la movilización activa de las comunidades y la firmeza de liderazgos y parlamentarios, que impidieron que el régimen de facto se perpetuara.
Pese al manejo desastroso de la pandemia por parte del gobierno, envuelto en pocos meses en graves hechos de corrupción, las y los bolivianos salieron a votar, en paz y conscientes de que les iba en ello su destino.
El abultado margen de más de 20 puntos porcentuales con el que el binomio de Luis Arce y David Choquehuanca aventajó al segundo, Carlos Mesa, representante del neoliberalismo y las ambiciones de recolonización extranjera, tiene un doble efecto.
Por una parte, disipa toda duda sobre el carácter de golpe de Estado dado en Noviembre en base a la acusación de un fraude inexistente. Golpe que lleva el sello conspirativo del Departamento de Estado estadounidense a través de su brazo de control “hemisférico”, la OEA y su secretario general.
Golpe cuyas responsabilidades atañen también a sectores de poder económico – en especial los ligados a la oligarquía cruceña – y a transnacionales con apetencias sobre los recursos naturales nacionalizados. Golpe que tuvo como partícipes necesarios a los medios de comunicación privados, propiedad de estos mismos conglomerados o transnacionalizados, a las iglesias católica y pentecostales y también a muchas organizaciones no gubernamentales eurodependientes, desplazadas en su función asistencialista por las políticas públicas del gobierno revolucionario de Evo Morales. Golpe en el que la responsabilidad directa recayó sobre los altos mandos de las Fuerzas Armadas y la Policía, un asunto de relevancia estratégica que el nuevo gobierno de Arce deberá sin duda abordar.
La inobjetable victoria, por otro lado, obra el milagro de dificultar toda intentona de fraude electoral -esta vez sí altamente posible, estando el aparato institucional en manos de un régimen de facto- o la reedición violenta de golpe, cortando de cuajo en esta ocasión toda apariencia de legalidad o legitimidad.
Si bien la sombras oscuras de resistencia a entregar el poder político todavía podrían estar sobrevolando las mentes de algún que otro agente foráneo, funcionario o militar, los pronunciamientos públicos han sido prácticamente unánimes en convalidar la clara voluntad del pueblo, cerrando el camino a posibles aventuras desesperadas de la derecha.
Las razones del triunfo
El desgobierno de facto hizo todo lo que tuvo a su alcance para sepultarse. La obligación contraída con las fuerzas que manejaron sus hilos hizo que en pocos meses se pretendiera desmontar aceleradamente la construcción del Proceso de Cambio. Sobre todo en el aspecto económico y geopolítico. Y ésta fue su perdición.
El manifiesto racismo que destiló la gestión de Añez tocó el nervio histórico de la comunidad de naciones que luego de siglos lograron respeto, un importante grado de autodeterminación y valoración cultural y social. Ante ello, se levantó el clamor profundo de la rebeldía frente a la violencia instalada, logrando cimentar nuevamente la unidad que había comenzado a resquebrajarse en el último período de gobierno de la Revolución Democrática y Cultural.
Al mismo tiempo, la figura de Luis Arce, principal responsable en la implementación del crecimiento económico de la mano de Evo Morales como responsable político, proyectó la posibilidad de lograr una nueva estabilidad en medio de la tempestad de la pandemia y el futuro incierto.
Por otra parte, fue un gran acierto la fórmula de sustitución y de unidad, única táctica posible ante la proscripción y persecución contra el líder histórico. La misma estrategia se ensayó en Brasil con Fernando Haddad, en Argentina exitosamente con Alberto Fernández y es la perspectiva que moviliza la reconstrucción de un bloque progresista en Ecuador a través de la candidatura de Andrés Aráuz.
En el caso boliviano, la vicepresidencia de un dirigente indígena de talla histórica como David Choquehuanca acompañando a Arce, simboliza una vez más el intento de unir las dos vertientes del Proceso de Cambio, la visión del Buen Vivir y la desarrollista de izquierda, bajo el objetivo común de la soberanía del pueblo frente a un peligroso y desalmado adversario.
Pero más allá de los argumentos de coyuntura, el 53 o más por ciento de Lucho Arce representa un agradecimiento al Proceso de Cambio liderado por Evo Morales Ayma. Un periodo de casi catorce años en el que se emprendió un curso de desarrollo económico en base a la recuperación de los recursos naturales para generar inéditas mejoras sociales en el descenso de la pobreza, la eliminación del analfabetismo, el acceso a la salud y la educación de manera universal, la protección de la ancianidad y la infancia, entre muchas más.
Junto a los logros sociales, el Proceso de Cambio produjo innovadores y revolucionarios cambios en el imaginario y la práctica política. En el marco estructural de una sociedad plutocrática y racista logró hacer manifiesto un mundo que quiere nacer y dar paso a lo multicultural y plurinacional frente al otro decadente y moribundo, que solo favorece a un grupo de privilegiados supremacistas, herederos de la colonia.
El Proceso de Cambio, senda que ahora retomará Bolivia en un nuevo ciclo creativo, posibilitó la emergencia de las culturas ignoradas y sometidas durante centurias, dándole protagonismo político y dignidad identitaria, promocionó la creciente participación y los derechos de las mujeres, suplantó una institucionalidad republicana excluyente, convirtiéndola en democracia participativa.
Las y los bolivianos valoraron con su voto la Nueva Constitución Política lograda con enorme esfuerzo en 2009, que hace efectiva una nueva visión del Estado, pluricultural y plurinacional, laico, pacifista, humanista, rescatando reivindicaciones y consagrando nuevos derechos para todos los sectores sociales postergados.
Es un voto necesario, justo e históricamente consciente.
El significado de la victoria popular para América Latina y el Caribe
Una vez más, la unidad de los sectores desposeídos logró derrotar con amplitud la mezquindad de los opulentos. Al igual que antes sucediera con las primarias en Argentina, los resultados excedieron largamente las previsiones de las encuestas. A pesar de las directivas del Norte, que obligaron a bajar a Áñez su candidatura y la irrelevancia de Tuto Quiroga, que hizo lo propio, la derecha concurrió dividida. Eso reitera un antecedente evidente. En tiempos de zozobra y fragmentación, la unidad del campo popular es imprescindible, aún con ciertas contradicciones.
Los espíritus emancipadores de Latinoamérica y el Caribe recibieron el desenlace electoral con esperanza y finalmente desahogo y alegría, entreviendo ya la posibilidad de reforzar el bloque de países que como México, Venezuela, Argentina, Cuba, Nicaragua y varias naciones del Caribe que defienden la integración, la soberanía y la solidaridad entre los pueblos como bandera.
Sin duda que se abre con la presidencia de Luis Arce la posibilidad de reactivar el camino hacia la unidad sudamericana a través de una versión quizás reducida de UNASUR, que, con el tiempo y la reversión de la relación de fuerzas políticas en Ecuador, Chile, Colombia o Brasil, pueda completarse, esta vez con una mayor inserción de las fuerzas vivas de la sociedad civil.
En el corto plazo, sin duda que Bolivia se re-acoplará al ALBA y fortalecerá el trabajo que viene realizando el gobierno de López Obrador en la CELAC. Del mismo modo, construyendo un eje con el gobierno argentino, mejorará la actual versión nuevamente neoliberal del MERCOSUR.
De mucha importancia es destacar que la asunción de Luis Arce a la presidencia debilita al Grupo de Lima y la posición belicista e injerencista de EE. UU. en la región, aportando una importantísima posición en defensa de la paz como bien inapreciable y logro común.
El mandato: Volver mejores
En el inicio de su gestión de gobierno, Arce tendrá que actuar para atender las urgencias. La pandemia, la desocupación y el desastre que deja el desgobierno golpista no dejan margen de maniobra para otras prioridades. Lo primero será reencaminar el esfuerzo hacia la protección del pueblo y afirmar la certidumbre que nuevamente se está en el buen camino.
Pero no solo habrá que sanar las heridas del cuerpo, sino intentar curar las heridas del alma, luego de un período cargado de odio, venganza y resentimiento. Por lo que el nuevo gobierno, intentará tender puentes hacia los diversos sectores con mensajes de conciliación en el marco de la fortaleza política que le otorga la mayoría recibida en el ejecutivo y ambas cámaras legislativas.
Sin embargo, en términos de proyección transformadora ¿Qué significa volver mejores? ¿Alcanza con avanzar en la transformación de la matriz productiva extractiva? ¿O con la desburocratización y descentralización comunitaria de la revolución?
El primer ciclo de catorce años del Proceso de Cambio respondió con creces al mandato de la Agenda de octubre de 2003, ante la deuda de siglos con el pueblo que el modelo de saqueo neoliberal prolongó y profundizó.
Si bien la deuda de despojo está lejos de haber sido saldada por completo, ¿Cuál es la nueva agenda para volver mejores? ¿Cuál el modo de acoplar las nuevas sensibilidades jóvenes emergentes, cuyos paisajes se formaron en este siglo, muchos de ellos en el marco de la revolución?
Es obvio que la revolución, en tanto transformación profunda de estructuras socioeconómicas y mentales, constituye la única salida a la entropía que genera el estertor de un modelo social caduco. Sin embargo, es posible que las nuevas revoluciones en el momento histórico actual estén demandando la inclusión de nuevos tópicos y una profundización del cambio educativo cultural que favorezca la comprensión de que toda construcción social requiere partir del ser humano como preocupación central y de la intencionalidad humana como característica constitutiva de todo sentido social evolutivo.
El Proceso de Cambio ha visibilizado e implementado derechos para las mayorías, generando conquistas en la superación de la marginalidad y enarbolando la valorización de las propias culturas y su diferencia. ¿Será posible ahora dar un paso más hacia la convergencia consciente de los distintos mundos culturales sin que éstos resignen su identidad? ¿Será posible mirar a la propia cultura en un sentido dinámico, en el que cada una tiende a transformarse conservando sus mejores atributos? Si se mira en detalle, en un mundo interconectado como el actual, esa identidad civilizatoria en proceso de síntesis es mucho más cercana de lo que se piensa. En Bolivia y en todas partes.
El objetivo común de esta nueva agenda, desde un punto de vista humanista, debe tener como horizonte mayor la superación de toda forma de violencia, discriminación y marginación, no solo a nivel social, sino también a nivel cotidiano interpersonal y en la actitud individual.
¿Podrá surgir entonces el nuevo ser humano, especie tan ansiada por los revolucionarios de todos los tiempos? Esto solo será posible si se atiende, en simultáneo al cambio social también al desarrollo interior, rescatando lo verdaderamente esencial de cada cultura, sus experiencias profundas, para que se exprese una nueva sintonía entre los seres humanos y entre el ser humano y su entorno.
Posiblemente así, seremos mejores. No es de revolucionarios conformarse con menos.
(*) Javier Tolcachier es comunicador en agencia Pressenza e investigador en el Centro de Estudios Humanistas de Córdoba, Argentina.
Bolivia: El MAS y un triunfo arrollador
A pesar de la intervención desvergonzada de la OEA, del Departamento de Estado norteamericano, de una ultraderecha sometida a las órdenes de fuerzas externas. A pesar de ello el MAS y su binomio conformado por Luis Arce Cataroa como presidente y David Choquehuanca a la vicepresidencia, lograron una victoria furibunda e indiscutible en las elecciones a la que fueron convocados 7.3 millones de bolivianos.
Un 53% y una diferencia de 20 puntos sobre Carlos Mesa Gisbert (31,2%) y cuarenta puntos sobre Luis Fernando Camacho (14,1%), son cifras extraordinarias, que representan aire fresco para la lucha de los pueblos. Con esto se confirma, tal como se sostuvo, que hubo una operación destinada a impedir el triunfo del MAS, por parte de la derecha en las elecciones del año 2019. Avalado esto por los gobiernos derechistas latinoamericanos, el silencio cómplice de organismos internacionales.
Hubo un golpe de estado orquestado por Washington y sus aliados incondicionales y que con el triunfo de este 18 de octubre permite al pueblo boliviano volver a Palacio Quemado y además controlando las dos cámaras del parlamento. Una victoria que traerá consigo un tremendo impacto regional e internacional, que da nuevos aires al progresismo en América Latina y que recupera la democracia para Bolivia y su pueblo, que sabiamente vuelve a confiar en aquellos que lo dignificaron, que le dice no al racismo, al robo, al sometimiento a Washington y le dice no a la corrupción.
Mientras más postergaba la derecha golpista el convocar a elecciones, con una estrategia política errada del gobierno de facto presidiso por Jeanine Añez, más debilitaban sus opciones. Esto, pues ante la política supremacista, racista, de corte fascista, de insulto al pueblo indígena a sus símbolos y cultura. En ese contexto, más y más la sociedad boliviana, los más humildes, tenían más tiempo de comparar lo que había sido un proceso revolucionario, que durante 14 años le cambio la cara y el organismo entero a esta Bolivia. Una revolución que nacionalizó los recursos naturales, que llevó a los indígenas a ocupar Palacio Quemado y decirle al mundo que Bolivia existía, que tenía una dignidad que necesitaba aflorar tras cientos de años de sometimiento y abusos. Cada día que pasaba el pueblo más ponía en la balanza a los golpistas con el MAS.
Arce y Choquehuanca obtuvieron el 52,4% contra el 31,6% del derechista Mesa
El ministro de gobierno de la dictadura, el empresario Arturo Murillo estuvo en la noche del día 18, largas horas presionando a los medios de comunicación, al Tribunal Supremo Electoral y a las encuestadoras para que no dieran a conocer lo que ya se sabía a las 20:00 horas y que demoró cuatro horas en visibilizar: el triunfo del MAS era inobjetable triunfando por una mayoría abrumadora. Una maniobra que comenzó a cocinarse en la vista que hizo Murillo a la sede de la OEA a fines de septiembre y al Departamento de Estado dirigido por Mike Pompeo, que dieron las órdenes y los apoyos necesarios para impedir que el MAS volviera a presidir el gobierno. Un plan que mostró su fracaso absoluto, una derrota del imperio y de los gobiernos derechistas latinoamericanos coordinados por Almagro.
El resultado del recuento fue claro y planeadamente postergado. El propio ex presidente Evo Morales, en conferencia de prensa dada en Argentina sostuvo “Las empresas encuestadoras se niegan a publicar el resultado en boca de urna. Se sospecha que algo están ocultando”. Por su parte, Sebastián Michel, vocero del MAS señaló que existía una estrategia del gobierno de facto para lograr que no se entregara información y así generar un clima de violencia con el objetivo final de anular las elecciones. La enorme amplitud de cifras entre Arce y Mesa ha hecho imposible llevar a cabo lo que el departamento de estado norteamericano, junto a la OEA habían planeado junto al ultraderechista Ministro de Gobierno Arturo Murillo.
La parte más difícil viene ahora para recuperar una vida trastornada por una dictadura que ha violado los derechos humanos en todos los ámbitos en que pueden ser violados; sanitarios, integridad física, en el acceso al trabajo, a la educación, en derechos cívicos y políticos. Ahora viene justicia por los muertos, por los humillados sanar las heridas propiciadas por un gobierno de facto que cometió atropello a los derechos de millones de bolivianos y bolivianas.
En un interesante análisis de Mario Rodríguez, periodista y educador popular boliviano con especialidad en interculturalidad, los resultados de estas elecciones el 18 de octubre “han sido una victoria en el territorio del enemigo, en un campo conservador donde se aglutinó lo más fascista que puede tener la política. Articulado en los sectores más retrógrados que puede tener un país. Un triunfo sobre el dinero, el poder mediático, los poderes hegemónicos. Dicho marco permite evidenciar que En primer lugar es evidente que se trata de una victoria del pueblo boliviano, que supera la conformación partidaria y sumerge a la sociedad en la búsqueda de su futuro.
En segundo lugar, para el análisis interno de lo que ha sido una fortaleza en el masismo, se conformó el sujeto de lo plurinacional, con un abanico amplio de posibilidades, que hay que fortalecer. Un triunfo que se da contra viento y marea, que permite pensar en transformaciones profundas. Un tercer elemento es que se necesita una profunda reflexión y una crítica respecto a lo que fueron los gobiernos del MAS para recomponer elementos que fueron erosionados y que necesitan ser reconstituidos en la capacidad de participación popular. Y en cuarto lugar este triunfo es un tremendo impulso para las luchas populares en Latinoamérica, de la patria grande.
Claramente este es un laurel obtenido por el MAS, una conquista enorme, que representa la justeza de tres lustros de gobierno transformador en Bolivia, que caló hondo, que a la hora de la comparación le ganó por cientos de miles de votos a esa derecha recalcitrante. Una derrota del fascismo que le va a doler a la derecha, al grupo de Lima, al converso Luis Almagro que deberá responder de esta derrota ante sus amos estadounidenses, que gastó cientos de millones de dólares, para tratar de consolidar un gobierno de facto y darle posibilidades a la derecha boliviana, para tratar de volver a ejercer sus gobiernos nefastos, fracasando estrepitosamente en esta misión que los visibiliza como lo que son: oportunistas, racistas, soberbios y escasos de visión, para calar en plenitud el pensamiento y los anhelos de un pueblo que aprendió a defender su dignidad.
Para el triunfador de estas elecciones del 18 de octubre Luis Arce Catacora, el desafío es claro “Hemos recuperado la democracia y la esperanza, como también estamos recuperando la certidumbre para beneficiar a la pequeña, mediana, gran empresa, al sector público y a las familias bolivianas. Gobernaré para todos los bolivianos y trabajaré para reencaminar, sobre todo, la estabilidad económica del país” Luis Arce agradeció la confianza del pueblo boliviano, de los militantes del MAS, de la comunidad internacional y a los observadores que llegaron para supervigilar las elecciones.
El MAS logró una victoria inapelable, a pesar del Covid 19, las amenazas del régimen y los intentos de impedir que se votara. El MAS arrasó en las grandes ciudades y en el mundo rural. No hubo lugar en Bolivia, donde el mundo masista no haya logrado hacer morder el polvo de la derrota a Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho y los suyos. El MAS triunfó a pesar de la labor de desestabilización de la OEA y el títere Luis Almagro secretario general de esta organización, definida como el Ministerio de colonias de Estados Unidos. El MAS triunfó a pesar de fuerzas poderosas en su contra, porque la marcha justa no tiene freno posible.
El MAS triunfó porque el pueblo sabio de Bolivia entendió, que a pesar de todas las críticas que a su movimiento se le podían hacer, hizo un trabajo que tenía como centro a los más postergados de Bolivia, por la defensa de sus derechos y la construcción de aquellos negados, a los que por cientos de años fueron humillados, denigrados y que con el MAS comenzaron a andar con su marcha de gigantes. No hay freno posible cuando un pueblo defiende lo suyo
El presidente electo de Bolivia dijo que son la mayoría del país
Luis Arce: "Los partidos de derecha nunca nos pueden ganar elecciones"
Imagen: EFE
Luis Arce, presidente electo de Bolivia, aseguró que los partidos de derecha nunca le pudieron ganar al Movimiento al Socialismo (MAS) por eso apelaron al golpe el año pasado. En una entrevista con la BBC de Londres, el economista sostuvo que la votación del domingo pasado mostró que su partido es la mayoría del país. Además rechazó que fuera a convertirse en marioneta del expresidente Evo Morales. En paralelo continúa el escrutinio final que llegó el 75 por ciento de las mesas computas. El MAS incluso estaría superando los números de los boca de urna: se impone por 22 puntos sobre el candidato Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana (CC). Arce asumiría en una fecha a definir entre 30 de octubre y el 14 de noviembre, según informó la presidenta del Senado Eva Copa.
"Somos mayoría"
En su primera entrevista para la prensa internacional como presidente electo Arce dejó en claro que su partido se impuso de manera contundente. “El MAS es un partido mayoritario y los votos ayer lo demuestran de manera muy clara. Somos mayoría. Más del 50 por ciento”, indicó el exministro de economía. Con la tranquilidad que lo caracteriza el economista se dedicó a desarmar los argumentos detrás de las preguntas punzantes de la BBC. Cuando el cronista le mencionó que las elecciones del año pasado habían sido controvertidas por las denuncias de fraude, Arce rechazó de plano la idea. “El año pasado no hubo ningún fraude. Fue un golpe de Estado por los partidos de derecha que nunca nos pueden ganar en elecciones. La única manera en la que pueden alcanzar el poder es por un golpe de Estado”, respondió el presidente electo en inglés. Luego dijo que buscarán conversar con los que no apoyaron su candidatura. “Trataremos de construir algunos puentes entre lo que ellos quieren hacer y lo que necesitamos hacer, para superar todas estas crisis que los partidos de derecha crearon en mi país”, indicó el economista.
Respecto a la pregunta sobre si Evo Morales iba a regresar a Bolivia, Arce señaló que esa no era su decisión. “Lo he dicho muchas veces: no soy Evo Morales”, manifestó el exministro. El periodista del BBC sostuvo que el expresidente aymara parecía querer seguir ejerciendo el poder al haber declarado hace algunos días que formaría nuevos líderes para el país. Sin embargo Arce manifestó que eso era parte de una idea general del partido. “Dijimos que teníamos que tener renovación en el MAS para la gente joven. Si Evo Morales quiere ayudarnos, será muy bienvenido. Pero no significa que Morales estará en el gobierno. Será mi gobierno. Si quiere volver a Bolivia y ayudarnos, no hay ningún problema”, aclaró el presidente electo.
Por su parte la presidenta del Senado dijo que esperarán a que termine el cómputo de votos para definir la fecha del traspaso de mando. “De acuerdo con el calendario electoral, tenemos del 30 de octubre al 14 de noviembre como plazo para poder llevar adelante los actos protocolares para la transición”, afirmó Copa, que integra el MAS. Además la senadora dijo que están terminando las tareas para dejar lugar a los nuevos miembros de la Asamblea que resultaron electos. “Como Asamblea Legislativa ya estamos haciendo el cierre administrativo para dejar en orden a la siguiente legislatura y ellos pueda continuar con los trabajos pendientes que tengamos en algunos casos”, dijo la presidenta del Senado. En la votación del domingo pasado también se eligieron 36 senadores y 130 diputados.
Cada vez más lejos
Con el 75 por ciento de las mesas escrutadas el MAS se impone por 22 puntos al candidato de CC. Arce suma 52,5 por ciento de los votos, en tanto que Mesa alcanzó el 30,5 por ciento. De esta manera se amplía la tendencia que habían mostrado los boca de urna de Unitel y Fundación Jubileo la madrugada del lunes pasado. En un lejano tercer puesto se ubica el partido Creemos del candidato oriundo de Santa Cruza de la Sierra Luis Fernando Camacho con el 15 por ciento de los votos. En el cuarto lugar aparece el pastor evangélico Chi Hyun Chung con el 1,6 por ciento. En tanto que Feliciano Mamani del Partido Acción Nacional Boliviano cierra con 0,5 de los votos. La participación fue cercana al 87 por ciento, una de las más altas de la historia democrática en Bolivia e incluso del siglo XXI en toda América Latina, según autoridades del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Con estos resultados el MAS seguiría teniendo la mayoría simple tanto en la cámara de Senadores, como de Diputados. Sin embargo en Senadores no llegaría a los dos tercios necesarios para aprobar medidas clave como una reforma constitucional. El masismo deberá negociar allí con CC o Creemos. El partido de Arce pasaría de tener 25 senadores a 19, según las proyecciones realizadas por el diario Página 7 de Bolivia. En tanto que el partido de Mesa tendría obtendría entre 11 y 14 senadores. En tanto que Creemos se quedaría con dos. El Senado boliviano está compuesto por 36 escaños.
Bolivia: Luis Arce igualó o mejoró los resultados de Evo en las zonas impugnadas por la OEA en 2019
Luis Arce igualó e incluso mejoró los resultados obtenidos por Evo Morales en los 86 recintos electorales en los que la Organización de los Estados Americanos (OEA) señaló irregularidades el pasado año, en un informe que sirvió de base para la anulación de aquellos comicios y que finalmente dio paso a una crisis política que se saldó con el derrocamiento del entonces presidente.
Según una comparativa realizada por CELAG y que se adjunta con esta nota de prensa, los votos obtenidos por Arce en las mesas donde la OEA denunció supuestamente irregularidades son prácticamente los mismos y a veces más que los de Morales. Como promedio, el ya presidente electo boliviano obtuvo este domingo el 97 % de los sufragios en dichos recintos, por un 91,6 % de su predecesor.
La comparativa realizada por CELAG se suma a análisis e informes previos realizados tanto por esta institución como por otros organismos que cuestionaban la legitimidad del informe de los técnicos de la OEA y del papel jugado por su secretario general, Luis Almagro, en la crisis que culminó con la defenestración y exilio de Evo Morales.
Ante estas nuevas evidencias, CELAG se ha dirigido a los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros de la OEA para pedirles que inicien los trámites que conduzcan a la destitución de Almagro. En su misiva, CELAG recalca que la actuación de Almagro lesiona gravemente tanto la soberanía de los pueblos como la credibilidad de las misiones internacionales de observación electoral.
El candidato del MAS consiguió una aplastante victoria en Bolivia
Arce prepara medidas urgentes para superar la tempestad Áñez
Tras haber obtenido una aplastante victoria reconocida por sus rivales, el candidato a la presidencia del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, aseguró este lunes que le dará prioridad a un "bono contra el hambre" una vez que asuma el gobierno de Bolivia. Arce, artífice de un audaz modelo económico elogiado en todo el mundo, deberá tomar las riendas de un país golpeado por la violencia del régimen e inmerso en una crisis económica profundizada por la pandemia de coronavirus.
Si finalmente resulta electo con más del 50 por ciento de los votos como lo señalaron todas las bocas de urna, Arce igualará el resultado que obtuvo el expresidente Evo Morales en su primera elección de 2005, cuando el MAS arrasó en primera vuelta y dio inicio a un proceso transformador que sólo pudo ser detenido por un golpe de Estado en 2019.
Gobiernos de distinto signo político felicitaron este lunes a Luis Arce por su triunfo en los comicios. El jefe de la diplomacia estadounidense para América latina, Michael Kozak, saludó al futuro presidente boliviano y señaló que el presidente Donald Trump y su administración "esperan trabajar con el gobierno electo boliviano". Del mismo modo lo hicieron el presidente Alberto Fernández, el venezolano Nicolás Maduro y su par de Perú, Martín Vizcarra. Incluso el mandatario chileno Sebastián Piñera le expresó al exministro de Economía boliviano sus intenciones de "fortalecer la integración regional". Desde Buenos Aires, el jefe de campaña del MAS, Evo Morales, manifestó en conferencia de prensa su "sorpresa por la llamada y el saludo del papa Francisco".
En el plano local, Arce recibió la felicitación del candidato de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, quien tras un largo silencio consideró que la diferencia es irremontable. También la presidenta de facto Jeanine Áñez reconoció la victoria e, increíblemente, le pidió gobernar "pensando en Bolivia y en la democracia". Incluso Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), entidad cuya denuncia de un supuesto fraude en los comicios de 2019 estimuló la violencia que condujo al golpe contra Evo Morales, felicitó al virtualmente electo presidente de Bolivia. El escrutinio oficial del Tribunal Supremo Electoral (TSE) sigue avanzando con una lentitud llamativa, apenas superando el 30 por ciento de los votos escrutados y sin contar los votos rurales, donde el MAS exhibe su mayor fortaleza electoral.
Luis Arce confirmó este lunes que la primera medida económica que ejecutará durante su gobierno será pagar el denominado bono contra el hambre, que consta de mil bolivianos, el equivalente a 11.241 pesos argentinos. "Eso está aprobado por la Asamblea y el actual Ejecutivo no lo ha hecho, pero el financiamiento está asegurado", dijo el delfín de Evo Morales en contacto con la radio Cadena A. En ese sentido, Arce remarcó que es imperioso fortalecer la demanda interna, una pata fundamental de su modelo económico. En la madrugada del domingo, Arce había asegurado en compañía de su compañero de fórmula, David Choquehuanca: "Bolivia ha recuperado la democracia, quiero decirle a los bolivianos que hemos recuperado las esperanzas".
El cuestionado desempeño del TSE
Según el canal Unitel, Arce se impuso en la primera vuelta de las elecciones con 52,4 por ciento de los votos, muy por encima del 31,5 por ciento de su rival inmediato, Carlos Mesa. La fundación Jubileo marca una mayor diferencia: le asigna a Arce el 53 por ciento de los votos y a Mesa el 30,8. Ambas encuestas privadas pusieron fin a la incertidumbre que imperaba en el país siete horas después del fin de la votación, y luego de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) desistiera de implementar el sistema de conteo rápido horas antes de los comicios del domingo. Ahora, el órgano electoral se comprometió a dar a conocer los resultados definitivos el miércoles por la noche.
"El rol del TSE ha sido absolutamente deficiente para afrontar las exigencias de unas elecciones tan complejas y con el requerimiento de información, certidumbre y veracidad, como las del pasado domingo. No estuvo a la altura de las circunstancias históricas y políticas, y no pudo leer la magnitud del impacto de los números", expresó la politóloga Helena Argirakis ante la consulta de este diario. "El TSE hizo aguas por no saber a quién debía responder: si al patrón o al pueblo", expresó por su parte el senador del MAS, Ciro Zabala, quien agregó que de todas formas "el país tiene un pueblo sabio que supo enderezar los errores con su impecable comportamiento".
El gran desempeño de Arce: ¿una sorpresa?
La victoria del MAS era esperada y contemplada en todas las encuestas previas a los comicios. El golpe de Estado del pasado diez de noviembre, sumado a la pésima gestión del gobierno de facto a nivel económico, social y sanitario, son algunos de los factores que parecen haber traccionado a favor de Arce. Lo que estaba en duda era si le alcanzarían los votos para derrotar en primera vuelta al expresidente Mesa, evitando un peligroso ballottage con la derecha que intentaría aliarse como no pudo hacerlo en los comicios del 18 de octubre.
"Estaba absolutamente segura de que iba a ganar el MAS porque había visto cómo iba creciendo la respuesta en las calles, ya en las multitudinarias marchas que había habido el año pasado en la campaña de Evo", reflexionó la periodista y escritora Stella Calloni. Pero en la definición del domingo parece haber terciado el llamado voto oculto. "En su gran mayoría las encuestas previas habían sido realizadas por vía telefónica. Este instrumento de medición impersonal limita la recolección correcta y fehaciente de datos. Ante ello existió un proceso de 'vergüenza social', gente que por la propia estigmatización mediática del MAS decía que no sabía por quién iba a votar", explicó el director del Centro de Estudios Geopolíticos de Bolivia, Gabriel Villalba.
"Los porcentajes de indecisos eran abrumadoramente altos debido a las medidas represivas y el carácter autoritario del gobierno de facto. Sin embargo, como se constata en los datos de boca de urna, el MAS y el binomio Arce-Choquehuanca lograron fidelizar el voto de la base nacional y popular de la población", destacó por su parte Argirakis, quien agregó que además, el principal movimiento político de Bolivia logró "hacer retornar a un porcentaje de la población de clase media que se había dispersado".
El fracaso de la alianza antimasista
El exmandatario Carlos Mesa, el único candidato que podía hacerle sombra a Arce, reconoció el triunfo "contundente" de su rival y prometió que encabezará una "oposición constructiva". La presidenta de facto Jeanine Áñez también admitió la victoria del MAS. Por último, el candidato a la presidencia por la alianza Creemos, Luis Fernando Camacho, destacó el voto por "convicción" de su departamento e indicó que por primera vez, Santa Cruz tendrá una bancada que los represente y que “declinar sin una respuesta formal es de cobardes, y acá no hay cobardes”.
"La estrategia antimasista falló por desconocimiento de la naturaleza insurreccional y la compleja composición de la sociedad boliviana", manifestó Argirakis. El polo político de derecha "viene a ser un bloque republicano fragmentado, añorando a esa vieja república ya superada por la Constitución del 2009, por eso la reminiscencia al Palacio Quemado por sobre la Casa del Pueblo, esa falsa dicotomía entre bandera tricolor nacional y la wiphala, siendo ambas banderas reconocidas constitucionalmente", destacó por su parte Villalba. El analista político destacó desde La Paz que "la estrategia del antimasismo ha sido dedicada únicamente a plantearle a Bolivia ese antagonismo y rechazo al MAS, pero no le ha planteado a la población boliviana ninguna alternativa política que conquiste al electorado".
Zambombazo electoral en Bolivia
La rotunda victoria electoral de Luis Arce, candidato presidencial del Movimiento al Socialismo(MAS) confirma el apoyo del pueblo boliviano a la Revolución Democrática y Cultural y sus conquistas de 14 años. Con el 87% de los votos computados y una participación del 88 por ciento, el MAS se impone con más del 54% (7% más que en 2019, igual número que en la elección de 2005 cuando inició su gobierno de 14 años).
Logra una ventaja de 25 puntos sobre su más cercano competidor, el ultraneoliberal y represor Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, y de 10 sobre toda la oposición. Derrota a la derecha y la extrema derecha juntas. Debe subrayarse, lo consigue en condiciones de dictadura, masacres, odio racial, persecución, exilio, o asilo en embajadas, de varios de sus líderes. El caso más notorio, el de su fundador Evo Morales, forzado a salir del país por un golpe de Estado digitado por Estados Unidos a través de la OEA y salvada su vida por una operación de rescate montada por el gobierno de López Obrador en coordinación con el argentino Alberto Fernández, que ahora cobra toda su dimensión histórica.
El proceso boliviano es emblemático en la ola de gobiernos revolucionarios y progresistas iniciada en nuestra región con la elección de Chávez a la presidencia de Venezuela en 1998. Su Constitución plurinacional y pluricultural viabilizó el ejercicio de su identidad y derechos a los pueblos originarios y afrodescendientes, que componen la mayoría de la población. Evo hizo brillar a Bolivia en el mundo y se convirtió en uno de los referentes principales de la lucha antimperialista y por la paz. Esta victoria confirma el acierto al escoger la fórmula del MAS, en la que se reunía el éxito y estabilidad económica de la que Arce fue artífice, con la sólida trayectoria de David Choquehuanca como líder indígena y su brillante ejecutoria diplomática, unida a un activo trabajo político del MAS. Ello ensanchó el apoyo de los pueblos originarios y campesinos pero también recuperó el voto de clase media que había dejado de respaldar el proceso de cambios.
Confirma que el MAS ganó también la elección de octubre de 2019, cuando la OEA denunció un supuesto fraude electoral, que abrió la puerta al golpe de Estado. Varios estudios de reconocidos académicos demostraron que tal fraude nunca existió y no fue más que el argumento usado para justificar el golpe. En su gestación fue muy activo el lobby cubanoamericano de Miami, muy influyente bajo la presidencia de Trump. Todo ello permite afirmar que la victoria del pueblo boliviano rebasa las fronteras nacionales y significa un poderoso estímulo para las luchas populares en América Latina y en el mundo.
El MAS ganó por 56 puntos en La Paz y El Alto y también cómodamente en los departamentos de Cochabamba, Potosí, Oruro y Pando. Perdió ante Mesa en Beni y Tarija, bastión derechista, y su derrota más importante se dio en Santa Cruz -asiento de grupos fascistas- ante Luis Fernando Camacho, líder de extrema derecha, y, como Mesa, activo partícipe del golpe de Estado del año pasado. Allí el MAS obtuvo solo el 35 por ciento de los votos, mientras Creemos, de Camacho, se quedó con el 45. No es casual que sea Santa Cruz donde ya ha habido protestas por un supuesto fraude electoral. En línea con este desplante derechista, la dictadora Jeanine Áñez, en abierto desafío a la Asamblea Plurinacional, repuso en sus cargos al represivo ministro de gobierno Arturo Murillo y al ministro de educación Víctor Hugo Cárdenas, que habían sido destituidos por una moción de censura de ese órgano, dominado por el MAS.
Muy oportunamente, el gobierno de México cuestionó a Luis Almagro como secretario general de la OEA. Maximiliano Reyes, subsecretario de la cancillería, dijo en la Asamblea General del organismo que durante las elecciones presidenciales de Bolivia en 2019 la Secretaría General de la organización “utilizó de manera facciosa a la misión de observación electoral para denunciar prematuramente un supuesto fraude que nunca existió” y llamó a Almagro a someterse a una autocrítica y reflexión “para determinar si aún cuenta con la autoridad moral necesaria” para encabezar el organismo. Simultáneamente, el Grupo de Puebla exigió con el mismo argumento la renuncia del indeseable personaje.
No tengo duda de que el uruguayo envió la misión de observación electoral a Bolivia precisamente para asegurarse, por los medios que fuera, de que el MAS no ganara la elección como vaticinaban todas las encuestas. Fueron la aplastante votación para el masismo y la presión popular lo que obligó a que se dieran a conocer las encuestas a boca de urna que la confirmaban y frustraron los planes de Almagro en un momento el que el gobierno de Trump está enfrascado en la elección.
Quedan importantes asuntos pendientes, entre ellos el de hacer justicia a las víctimas de la represión golpista y juzgar a los responsables. Arce ha advertido el desplome de la economía del primero al último lugar en la región, la urgencia de atacar el hambre de inmediato con un bono de mil bolivianos y dio a conocer que restaurará las relaciones diplomáticas con Cuba, Venezuela e Irán en clara señal de que Bolivia vuelve al camino independiente y latinoamericanista.
@aguerraguerra
Bolivia: el retorno de la izquierda
Las elecciones demostraron que el MAS es la única fuerza social existente en toda Bolivia. Foto: AFP.Movimiento
La resonante victoria del MAS en las elecciones presidenciales bolivianas ratificó la densidad social de la organización política de los pueblos bolivianos.
Los guarismos tomaron por sorpresa inclusive a los analistas más rigurosos: las encuestas realizadas por cuatro de las cinco consultoras más renombradas en Bolivia anticipaban para el binomio del MAS una votación que oscilaba en torno al 45 por ciento de los votos y cerca del 34 por ciento para su más inmediato perseguidor, Carlos Mesa.
Es decir, que los votantes del evismo ocultaron su intención de voto a la vez que se sobreestimó la base real de apoyo de Comunidad Ciudadana.
La victoria fue mucho más amplia de lo esperado, tal como lo aseguran las dos consultaras certificadas por el gobierno para realizar los “boca de urna”: CIESMORI y Jubileo. Ambas le asignan a la fórmula Arce-Choquehuanca una proporción que oscila en torno al 52 por ciento de los votos y a Mesa-Pedraza apenas un 31 por ciento. Algunos observadores aventuran que la cifra final se situará en torno al 55 por ciento.
A primeras horas de la madrugada un tuit de la dictadora Jeannine Añez decía que “por los datos con los que contamos, el Sr. Arce y el Sr. Choquehuanca han ganado la elección. Felicito a los ganadores y les pido gobernar pensando en Bolivia y en la democracia.” (O sea, gobernar como ella no lo hizo). Al mediodía Carlos Mesa reconoció el triunfo del MAS.
Aún no se publicaron los cómputos oficiales de las 35.000 mesas electorales y sería una inocentada pensar que el enemigo imperialista y sus aliados de la derecha racista se inclinarán respetuosamente ante el veredicto de las urnas.
Difícil (pero no imposible) que puedan haber sorpresas o maniobras de último minuto para frustrar la voluntad del pueblo boliviano. Si la diferencia hubiese sido menor, digamos de unos doce o trece puntos, seguramente que los bandidos a la orden de Luis Almagro habrían repetido lo hecho hace apenas un año y robado la elección; pero con una diferencia de veinte puntos o más la maniobra se desbarataría por su intolerable obscenidad. De todos modos, recién el miércoles se darán a conocer las cifras oficiales y entonces sabremos cuál es la siguiente movida de la derecha.
Las elecciones demostraron que el MAS es la única fuerza social existente en toda Bolivia. Carlos Mesa demostró que es un sello electoral, un contubernio de grupos que sólo tenían en común su odio a Evo y lo que éste representa. Y Luis Fernado Camacho es el líder de una importante fuerza social cuyo baluarte es Santa Cruz de la Sierra. Pero fuera de ese departamento –que equivale a un tercio del territorio nacional- su gravitación es muy baja. Construir una derecha con sólidas bases a nivel nacional es una tarea ardua, que en Bolivia, aún con la violencia terrorista de su dictadura, la complicidad de jueces y fiscales, y el apoyo de la cloaca mediática al servicio del imperio, demostró ser una misión destinada al fracaso.
La profunda crisis política en que se debate Estados Unidos en vísperas de una complicada elección presidencial restó protagonismo a “la embajada” y acotó sus márgenes de acción. Y la derecha local –en Bolivia como en Argentina y en toda Latinoamérica- sin la guía, los dineros y los resortes mediáticos y jurídicos que maneja Washington es poco lo que puede hacer.
Las usinas estratégicas de la derecha tienen un proyecto de alcance mundial (compárese por ejemplo las manifestaciones y consignas de los “anticuarentena” y “antiinfectadura” en los más diversos países) y trabajan para impedir la estabilización de gobiernos progresistas o la inauguración de uno de ese signo político. Claro que la historia es caprichosa y amiga de dar sorpresas. ¿Quién se animaría a desechar la idea de que en ese corazón de Sudamérica que es Bolivia acaba de salir el sol cuyos rayos iluminarán las próximas elecciones en Chile, Brasil, Paraguay, Venezuela y las presidenciales en Ecuador, en febrero del 2021?. Tal vez, sin darnos cuenta, seamos testigos de un giro histórico impensado hasta hace unas pocas semanas.
(Tomado de Página 12)
El difícil camino de recuperar Bolivia
Ahora queda entrar en el incierto terreno de los escenarios. El MAS y Luis Arce han logrado colocarse en la senda del gobierno y por delante queda un camino lleno de obstáculos y peligros. Podríamos empezar por la economía, uno de los puntos fuertes del próximo mandatario, a quien se considera arquitecto del boom económico sostenido de Bolivia durante el gobierno de Evo Morales. Tres datos son suficientes para mostrar el cambio de rostro que dio la nación sudamericana: El PIB anual pasó de 9.500 millones de dólares a 40.800 millones, la pobreza se redujo del 60 a 37 por ciento, y el crecimiento promedio se mantuvo sobre el 4 por ciento.
Sin dudas, son buenas cartas de presentación para Luis Arce, pero hoy el terreno es quizás más pantanoso que en 2005. El país sufrió casi un año la gestión desastrosa de un gobierno golpista que desarticuló en parte el modelo exitoso establecido durante la administración de Evo Morales. Según estimaciones, el PIB boliviano podría caer entre 6 y 8 puntos este año, existe un déficit fiscal elevado y la pandemia ha impactado negativamente en cuestiones como el empleo o el precio de determinados productos en el mercado internacional.
El nuevo presidente tiene un plan técnicamente correcto, incluye inyectar 8000 millones de dólares a la economía, negociar el no pago temporal de la deuda, impuestos a las grandes fortunas y sustitución de importaciones, sin embargo, tener la capacidad para implementar estas ideas, o en otras palabras, conseguir los fondos necesarios, requerirá decisiones muy valientes y riesgosas para el nuevo ejecutivo.
Debemos tomar en cuenta que si bien el golpe se materializó en 2019, no así el proyecto golpista en su totalidad. Entonces... ¿se quedarán sus protagonistas con los brazos cruzados? Esa es la pregunta más importante desde el punto de vista político. Una extrema derecha sin opciones electorales, con grandes intereses económicos, apoyo exterior, y una vocación innata por la violencia, puede dar a futuro unas cuantas sorpresas desagradables. ¿Permitirán los involucrados en el golpe ser llevados ante la justicia? ¿Permitirá Jeanine Añez y su séquito ser procesados por los números casos de corrupción e irregularidades? En este sentido, otro elemento es la crisis institucional que enfrenta el país, con un Tribunal Supremo amañado y fuerzas militares golpistas, con las manos manchadas de sangre, que se mantienen en sus puestos.
A la hora de maniobrar, el MAS, Luis Arce y su equipo de gobierno, tendrán que tomar en cuenta todos estos elementos. Las fórmulas para enfrentarlos son tan conocidas como difíciles, por un lado lograr un liderazgo único y bien definido, y por otro, la unidad y el consenso entre las bases sociales, la izquierda y los sectores progresistas, un asunto históricamente complejo en Bolivia.
Pero los desafíos, no por difíciles, deben ser desalentadores. En todo este panorama hay suficientes razones para ser optimistas o poner una dosis considerable de confianza. El MAS tiene amplio respaldo en una población que ya aprendió el costo de perder lo conquistado. Es una formación política que ha demostrado tener la experiencia y astucia necesaria para maniobrar con éxito, basta recordar que superó un golpe de Estado, evitó ser proscrita y logró mantener a sus candidatos; tiene además una larga experiencia en la gestión de crisis económicas y políticas. En resumen, es la única opción real hoy para devolverle la democracia y la institucionalidad a Bolivia.
Cubadebate
Elecciones Bolivia 2020: el olfato de Evo Morales
Hubo “voto útil” pero no hacia Carlos Mesa, como pretendía la élite paceña: existió una corriente silenciosa, que pasó por debajo del radar de las encuestas, hacia Luis Arce Catacora. El ex ministro de Economía de Evo Morales, con estilo albertista y tono moderado, canalizó el sufragio de sectores medios urbanos que se habían distanciado del MAS durante los últimos años, pero que a la vez estaban inquietos por el rumbo que tomó Bolivia durante estos once meses. Arce supo representar a esa clase media a la que él mismo le brindó estabilidad durante los primeros gobiernos masistas. A eso se sumó el evidente empuje de David Choquehuanca, que captó y ensanchó el voto campesino-indígena, terminando de consolidar una fórmula potente, disruptiva.
La elección también es un desagravio político y público a Evo Morales. El ex presidente construyó su búnker en Buenos Aires, luego de un breve paso por México, y escuchó a todos los sectores del MAS. Fue determinante en la elección del binomio, incluso postergando nombres más cercanos a él, como el ex canciller Diego Pary o el joven dirigente campesino Andrónico Rodríguez. Soportó imponentes campañas mediáticas en su contra y hasta fue inhabilitado como candidato a senador. Pero no se amilanó: hizo actos a distancia, sorteando el exilio pero también la pandemia, a través de videollamadas y comunicaciones telefónicas. Y mostró conocer a su pueblo como ningún otro dirigente: en las dos semanas previas vaticinó que el MAS perforaría el 50%. El olfato de Evo fue determinante para ganar la elección: sabía que la experiencia golpista sería breve porque él mismo ha construido el movimiento político más importante de la Bolivia contemporánea, arrollador en el ámbito electoral.
Arce tiene varios desafíos en simultáneo. Primero: armonizar con el líder histórico del MAS, sin por ello dejar de hacer su propia experiencia en el ejecutivo. A fin de cuentas será “Lucho y solo Lucho”, tal como dijo Morales, quien ostente la banda presidencial desde noviembre próximo. Segundo: deberá gobernar en tiempos de turbulencia económica, local e internacional. Si bien fue ministro durante la crisis de 2008, el desplome económico mundial provocado por la pandemia es tan inédito como la vuelta al gobierno que ha logrado el masismo apenas un año después del golpe.
Arce se acostumbró, en el buen sentido del término, a gestionar una Bolivia en crecimiento casi constante, con los mejores indicadores promedio a nivel continental. Sobre esa base logró un manejo macroeconómico destacable: así se forjó el modelo boliviano, con crecimiento, distribución y sostenibilidad. Ese escenario ya no es el actual. Tercero: Arce tendrá que suturar heridas abiertas en la sociedad boliviana y a la vez contribuir a esclarecer las violaciones a los DDHH de Añez-Murillo. De ahí el llamado, amplio y generoso, a construir un gobierno de unidad nacional en su primer discurso como presidente electo de Bolivia. De ahí a que asuma, en un interesante ejercicio autocrítico, que el masismo ha cometido múltiples errores, prometiendo tras ello gobernar para toda Bolivia.
En definitiva, el MAS logró una victoria imponente e inobjetable. Sorteó un golpe de Estado, salvó la vida de Morales y García Linera y consolidó un triunfo que puede servir de proyección a un nuevo momento del progresismo a nivel continental, con un probable eje Buenos Aires-La Paz-Ciudad de México. Es una buena noticia para Alberto Fernández y Andrés Manuel López Obrador, que apostaron a este escenario desde el momento en que motorizaron el rescate en aquel avión de la Fuerza Aérea Mexicana. Pero, sobre todo, es una buena noticia para la democracia boliviana. "Como sentenció Tupac Katari: volveremos y seremos millones" dijo Garcia Linera en noviembre de 2019. Acertó: volvieron y son millones.
Página 12
Bolivia, la victoria de las convicciones (y la lección contra los atajos)
Es indudable que la técnica ocupa un lugar cada vez más importante en la política, y muy específicamente en el campo electoral. Todas estas valiosas herramientas, algunas más antiguas, como las encuestas y todo lo que tiene que ver con el marketing, y otras más recientes como las redes sociales o el Big Data, han cobrado gran protagonismo en los últimos tiempos. Sin embargo, todo este instrumental no puede sustituir de ninguna manera a la dimensión constitutiva de la política, esto es, el universo de las ideas, las propuestas.
Ni toda la posmodernidad del mundo ha podido ni podrá acabar con el poder de las convicciones. Esto es justamente lo que ha ocurrido en las elecciones presidenciales en Bolivia. El resultado se explica precisamente por ello: es la victoria de las convicciones.
Luis Arce, candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), es hoy presidente electo por la defensa acérrima -sin disimulo ni titubeo- de un proyecto político, de un corpus de ideas basado en la soberanía, nacionalizaciones de recursos estratégicos, tanto Estado como sea necesario, la redistribución como eje ordenador de la economía.
El pueblo boliviano se decidió claramente a favor del MAS, a favor de una propuesta política antagónica al modelo neoliberal. Dijeron "basta ya" al atropello antidemocrático llevado a cabo por la gran coalición golpista, conformada por el actual Gobierno de facto, la complicidad activa de Carlos Mesa, el bloque neofascista liderado por Fernando Camacho, la Policía y un sector de las Fuerzas Armadas, algunos grandes medios de comunicación -como Página Siete-, ciertos grupos empresariales y la Secretaría General de la OEA.
En menos de un año, esta gran coalición demostró tanto su ineficacia como su capacidad de irradiar injusticias. Cada día queda más verificado que el neoliberalismo es totalmente incompatible con la democracia y con la estabilidad económica y social.
Y, frente a ello, la alternativa es el MAS, un instrumento que nuclea el vasto archipiélago de organizaciones sociales, campesinas, indígenas y urbanas a lo largo y ancho del territorio boliviano; que tiene un líder histórico, Evo Morales, pero que también se cimenta en un sólido tejido social y organizativo.
Este gran bloque permanece "junto" no gracias a un eslogan de campaña, sino que lo hace por sus propios convencimientos; es por esa auténtica razón que la unidad del MAS perseveró a pesar de las dificultades, a pesar de la persecución.
Subestimar la inmensa fuerza de las convicciones constituye un error común en esta nueva "época google", donde todo es exageradamente superficial. Esta es la verdadera lección que nos deja esta cita electoral en Bolivia. Es un aprendizaje a tener muy en cuenta cada vez que dudemos del camino a seguir. Pasó ahora en Bolivia y ha pasado recurrentemente en la Historia.
Por ejemplo, el Frente de Todos presentó su propuesta política con base en sus convicciones y la ciudadanía argentina la avaló de manera mayoritaria en las urnas; Pablo Iglesias es vicepresidente español sin renunciar a sus convicciones; lo mismo con el presidente Andrés Manuel López Obrador en México; al igual que el correísmo en Ecuador, que continúa siendo la principal fuerza política; o Gustavo Petro en Colombia, que crece y crece sin ponerse ningún disfraz.
Creer en algo, defenderlo y exponerlo con argumentos serios es un camino, a veces complicado, pero más sólido que otro tipo de atajos con exceso de tacticismo que acaban confundiendo el horizonte estratégico.
En Bolivia, las elecciones fueran ganadas por las convicciones.
¿Qué impacto tiene la encíclica “Hermanos Todos” y la diplomacia del Papa Francisco en Bolivia?
Hay expectativas por la intervención de Carmen Almendras, vicecanciller de Bolivia entre 2017 y 2019, que participará el próximo sábado en el encuentro en el Vaticano entre movimientos populares (Juan Grabois, Pedro Stedile de los sin tierra MST de Brasil, entre todos) y los Cardenales Czerny y Turkson, sobre tierra, techo, trabajo y la encíclica Fratelli tutti.
El candidato del partido de Evo Morales en las elecciones presidenciales, Luis Arce, ha ganado en la primera vuelta, tal y como indican los sondeos a pie de urna publicados en la noche del domingo, en Bolivia.
Arce, ex ministro de economía de Morales y candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), lograba el 52,4% de los votos frente al 31,5% de su rival más cercano, el centrista Carlos Mesa. El candidato de ultra derecha Luis Fernando Camacho consiguió solo el 14% en los sondeos a pie de urna.
Este resultado representa una victoria espectacular para la izquierda boliviana y un momento importante en el ciclo político latinoamericano para reactualizar la “década ganada” con los gobiernos progresistas en la región.
La campaña de Arce estuvo centrada en reactivar la economía y recuperar los logros sociales de los años de Evo.
“Mientras otros discutían sobre quién sería el candidato, nosotros estábamos hablando de generar empleo, industrializar, de la inversión pública y el crecimiento económico”, dijo Adriana Salvatierra, la líder del MAS y ex presidenta del Senado plurinacional.
“Esto es la evidencia de que lo que pasó el año pasado fue un golpe de estado”, añadió Salvatierra al diario Clarín, después de tres horas de debate en Bolivisión TV (1) y agregó que “el Gobierno de Añez detiene ilegalmente, golpea, reprime y gasifica al congresista argentino Federico Fagioli y personal diplomático de la Embajada argentina en La Paz. No existe justificación alguna para semejante vulneración de derechos humanos”.
El peligro de un nuevo golpe conservador
¿Porque vuelve la Bolivia de la democracia, de la justicia social, de la potencia plebeya del gobierno de los movimientos sociales?
¿Qué impacto tiene la encíclica “Hermanos Todos” y la diplomacia del Papa Francisco en Bolivia?
Este artículo ofrece algunos elementos interpretativos al respeto.
Ya pasó casi un año después de la victoria electoral de Evo Morales, que acabaría con su renuncia solo 21 días después de un golpe denunciado también en mi artículo “Bolivia: Biblia, Patria Grande y Golpe”(2).
En la noche del pasado domingo 18 de octubre de 2020, la Policía inició detenciones de militantes y simpatizantes del MAS en las inmediaciones de Casa de Campaña, calle Ecuador, Sopocachi y en otros lugares. En edificios ubicados alrededor de la Casa de Campaña del MAS IPSP, jóvenes "Pititas" lanzaban insultos contra el partido azul.
Había rumores de que muchos protestantes se estarían dirigiendo a este lugar para evitar que el Binomio del MÁS declare a medios nacionales e internacionales.
Había alta tensión también por la presencia masiva del ejército en los lugares electorales y mucha preocupación había en Bolivia. Eran las 11.34 pm de la noche y no había el primer sondeo a boca de urna, anunciado ya hace tres horas, denunciaba el expresidente de Paraguay Fernando Lugo.
Fernando Lugo, que encabeza la misión de veedores de la Copppal, dijo este domingo por la noche que la demora sin explicación en difundir los primeros resultados de las elecciones presidenciales en Bolivia "crea una suspicacia en la ciudadanía y en los veedores internacionales" y agregó que la OEA cumplió un rol secundario en esta elección.
El caso es que se retrasaron todos los informes. Las encuestas a boca de urna de empresas privadas, anunciadas para las 20 seguían sin aparecer sobre las 21:30, mientras el Tribunal Supremo Electoral (TSE) también pedía sobre esa hora "paciencia" para esperar los resultados.
"No dan motivos de ningún tipo, lo que crea suspicacia en la población y entre los veedores internacionales", afirmó el expresidente paraguayo, quien añadió que los partidos políticos también piden paciencia.
"Estamos en contacto con los partidos y todos están muy cautos y con cierto llamado a la paciencia. Los partidos se han comprometido a aceptar los datos oficiales, gane quien gane", explicó Lugo.
El veedor de la Copppal también dijo que estos comicios han sido mucho más calmos que los de 2019 y, consultado sobre el rol de la Organización de Estados Americanos (OEA), fuertemente cuestionada por su rol en las elecciones de hace un año, dijo que en estos comicios quedó reducida a un rol de "equipo suplente".
"Hay nuevos actores respecto del 2019. El rol que desempeñó este año el alto comisionado de las Naciones Unidas (ONU) junto con la Conferencia Episcopal Boliviana y la Unión Europea, que han estado en permanente contacto con el TSE marcaron esta elección y relegaron a la OEA al rol de ser un equipo suplente", concluyó Lugo en declaraciones a Télam (3).
Presidenta del Parlamento, Eva Copa, calificó de intimidación el despliegue de militares en las calles
La presidenta de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), Eva Copa, calificó este domingo de intimidatoria la determinación asumida por el Gobierno transitorio de Jeanine Áñez de sacar a las Fuerzas Armadas (FF. AA.) a las calles, cuando la ciudadanía tanto del área urbana como rural quiere vivir en este día de elecciones una fiesta democrática, tranquila y pacífica.
Tras el acto de inauguración de la jornada electoral en el Tribunal Supremo Electoral (TSE), Copa lamentó que se haya optado por esta medida coercitiva y no por el llamado a la paz social, porque la gente tiene temor al ver transitar a militares armados, toda vez que recuerda con angustia la violenta intervención militar y policial en Senkata y Sacaba contra el pueblo.
“El hecho de que las Fuerzas Armadas estén fuera, en las calles de nuestro país, hace que haya intimidación a la población boliviana, hemos pasado un momento muy difícil todos los bolivianos y bolivianas y ahora lo que menos queremos es que se intimide. Debería de haberse trabajado con la Policía como se ha hecho cada año, pero en estos momentos hemos visto trabajos conjuntos entre la Policía y las Fuerzas Armadas, que en algunos sectores está causando miedo”, dijo.
“Hay que ser positivos y bajar los ánimos, nosotros creemos que no va a pasar nada, pues todos los bolivianos y bolivianas queremos vivir una fiesta democrática y no queremos pasar lo que pasó el año pasado, el Tribunal Supremo Electoral tiene un gran reto en torno a los datos que se vayan a dar en las siguientes horas”, sostuvo Copa ante los medios de prensa que se dieron cita a las instalaciones del TSE.
“El MAS puede volver al gobierno o puede haber un golpe de estado, todas las opciones están abiertas”, dijo Oscar Laborde, presidente del Parlasur
El presidente del Parlasur, Oscar Laborde afirmó desde La Paz que la elección en Bolivia es “clave” para la Argentina y para América Latina. Además, aseguró que “el MAS va a dominar las cámaras de Senadores y Diputados con mayoría absoluta”.
“Todas las opciones están abiertas: que se permita el triunfo del MAS, que se haga un golpe de estado, que la derecha del Oriente petrolero provoque un conflicto de manera de generar un pretexto para un golpe”, dijo Laborde.
Respecto a los contendientes de Luis Arce, Laborde recordó que Carlos Mesa “fue elegido por Evo Morales como embajador de la salida de Bolivia al mar; en cambio Luis Camacho es un fascista, el prefecto de Santa Cruz, proclive a dividir el país sececionando la llamada medialuna” (4).
Lugo: “Hay nuevo aire de regreso del progresismo”
Fernando Lugo, expresidente de Paraguay, remarcó. “Yo creo que nosotros venimos con la más buena voluntad de cooperar, de aportar transparencia y observar cómo se ha hecho”.
“No es ninguna misión nuestra generar el caos y la violencia. Desde que llegamos aquí lo que más dijimos fue que queremos que sean unas elecciones pacíficas, transparentes en las que se recupere la credibilidad en la institución de la justicia electoral”, agregó.
Sobre la importancia de las próximas elecciones como pueblo latinoamericano: “Yo creo que hay un nuevo aire hoy de retorno del progresismo. Puede haber una segunda vuelta pero hay un reconocimiento y es que el MAS es la organización política mejor estructurada del país” comentó Lugo (5).
El ex presidente progresista Fernando Lugo –exobispo de la teología de la liberación de la Diócesis de campesinos San Pedro - difundió a nivel mundial, vía twitter, este comentario de Morsolin: “Después de las graves agresiones al diputado argentino Federico Fagioli (colaborador de Juan Grabois, estrecho colaborador de Papa Francisco) x policías bolivianos, se destaca el liderazgo de la diplomacia de los pueblos en contra de los golpes, representado por el expresidente Lugo. MAS le presentó sistema x evitar fraudes”.
El expresidente Lugo explicó que “la oligarquía nunca nos perdonó que un obispo del campo pueda gobernar un país. La nueva democracia se basa en el pueblo. La derecha latinoamericana nunca nos perdonó que un obrero metalúrgico o un indio gobierne, es una osadía que ha roto el sistema neoliberal”. “Yo creo que hay un nuevo aire hoy de retorno del progresismo hoy en Bolivia, y también en Argentina, en México y esperamos en Ecuador”.
La victoria del socialismo comunitario
Ahora ganó la presidencia Luis Arce Catacora, junto a su fórmula estaba David Choquehuanca, su ex compañero de gabinete como canciller aymara del Buen Vivir.
Él no se atribuye solo el éxito del proyecto que -según comenta-, se instaló en 2005 “junto con Carlos Villegas, que ya no nos acompaña en este mundo”. Los dos llevaron adelante el autoproclamado Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo. El candidato a presidente fue ministro de Evo en dos períodos: el primero y más extenso desde el 23 de enero de 2006 hasta el 24 de junio de 2017 y el segundo fue interrumpido por el golpe de Estado. No llegó a completar un año entre el 23 de enero y el 10 de noviembre de 2019 en que la derecha depuso a Morales con el respaldo de las fuerzas armadas y la policía.
En entrevista al diario argentino Página 12 comentó: “Imagínese que en 2005, cuando estábamos presentando un programa en el que decíamos que íbamos a cambiar el modelo neoliberal, que íbamos a nacionalizar, que el estado iba a tener una mayor participación en la economía, se dará cuenta el debate que hubo ahí. Nos decían dinosaurios, nos decían retrógrados, pero pasó el tiempo y los dinosaurios no fueron tan dinosaurios porque pusimos la economía al servicio del pueblo”, explicaba allá por octubre del año pasado.
El hombre que aspira a devolverle el poder al MAS se formó en la Facultad de Ciencias Económicas y Financieras de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), donde egresó en 1991. Entre 1996 y 1997 consiguió un Master en Ciencias Económicas de la Universidad de Warwick, en Coventry, Inglaterra. Su carrera profesional la hizo en el Banco Central de Bolivia (BCB) entre las décadas del ‘80 y ’90 mientras combinaba esa actividad con su labor académica. Pasó por los auditorios de varias universidades prestigiosas donde brindó conferencias, desde Harvard a la UBA. Pero ya como funcionario intercaló esas experiencias con talleres de capacitación sindical para mineros y otros espacios colectivos de trabajadores.
Como integrante de los diferentes gabinetes que Evo armó en catorce años, solo lo superó en continuidad el ministro de Educación, Roberto Aguilar. Y cuando se alejó fue por la enfermedad que le diagnosticaron. Tuvo que radicarse en Brasil para su tratamiento. Cuando regresó a Economía continuó con la distribución de un ingreso que había ensanchado la base de incluidos. Llevó adelante entre otras medidas, el bono Juana Azurduy contra la mortalidad infantil donde a los niños se los cuida hasta los dos años de vida y el bono Juancito Pinto que apunta a reducir la tasa de deserción escolar.
Pero Arce destaca otro instrumento que colocó a Bolivia entre las economías más eficientes e igualitarias de Latinoamérica: “La ley de servicios financieros donde a los bancos les dijimos: señores, ustedes el 60 por ciento de sus carteras me lo dirigen a crédito productivo exclusivamente y de vivienda de interés social. Con el 40 por ciento hagan lo que quieran”. Cuando sintetiza su pensamiento económico destaca: “Nosotros hemos puesto la economía al servicio del pueblo, es simple. Escuchar, entender y ejecutar lo que el pueblo necesita y quiere”.
Sabe que la economía se fue cayendo a pedazos, que el trabajo de catorce años por agilizar el crecimiento económico, reducir la pobreza y mantener la tasa de desempleo más baja de la región se deshicieron con el régimen golpista y la pandemia. Según el Banco Mundial, la recesión provocará en 2020 una caída del 5,9 por ciento del PIB, relató a Página 12 (6).
El populismo según el Papa Francisco
Esta economía post-neoliberal, del socialismo comunitario, tiene mucha sintonía con el pensamiento del Papa Francisco, que ha convocado muchos expertos en la Pontificia Academia de Ciencias Sociales del Vaticano, bajo la coordinación del Canciller argentino Mons. Marcelo Sánchez Sorondo (7).
Francesco Zaratti, analista de Página 7 de la Paz, en su artículo El populismo según el Papa Francisco subrayó que “la interpretación del pensamiento y la personalidad de Jorge Bergoglio (Papa Francisco) dependen del lente de sus observadores.
Los “progres” lo ven como un timorato sostenedor de los procesos de transformación emprendidos por la izquierda, sobre todo latinoamericana, aunque, en el fondo, como un aliado de los movimientos sociales. Sin embargo, los progres latinoamericanos (los mismos negacionistas del fraude) en su mayoría no ahorraron ácidas críticas y calumnias contra el Papa.
Los neoconservadores (“neocones”), a su vez, no lo bajan de simpatizante de los frentes del Alba, Foro de Sao Paulo y Grupo de Puebla. Indudablemente, Francisco aparenta mayor simpatía por los peronistas que por los macristas y se muestra más condescendiente con Evo Morales que con Bolsonaro, para ir a los extremos.
Algunas de esas percepciones encuentran asidero en acciones y señales concretas que suelen relacionarse con el entorno de Bergoglio, conformado por polémicos asesores y antiguas amistades gauchas. Sin embargo, si el Papa Francisco ha aprendido (a golpes) a lidiar con la Curia Romana, con mayor razón es de esperar que pueda lidiar con demagogos diletantes.
Un importante apunte vino del mismo Papa en el discurso más político de su visita a Bolivia, cuando -en Santa Cruz – manifestó en julio de 2015 frente a miles de delegados de los movimientos sociales, su entusiasta adhesión al proceso de cambio, pero en cuanto “proceso”; lo mismo que desear un queque no implica necesariamente tragarse un queque de coca. En otras palabras, el cambio anhelado desde nuestra visión de la sociedad y del desarrollo es un proceso dinámico que puede resultar en un éxito o un fracaso, dependiendo de cómo se lo lleva a cabo.
La reciente encíclica “Fratelli tutti”, que yo traduciría “Hermanas y hermanos”, dedica el capítulo quinto (en particular los numerales 154-169) a temas álgidos de la política contemporánea. Juan Manuel De Prada, en el diario ABC de Madrid, insinúa críticamente que la encíclica tiene rasgos más personales que universales: “A Francisco… lo empequeñece el miedo al fracaso”. En el contexto del regreso del péndulo político latinoamericano hacia el centro democrático, esa insinuación cobra cuerpo en la crítica franca y directa que dirige Francisco al populismo, como contrapeso a la habitual y justa crítica al liberalismo, como queriendo tomar distancia de los fracasos de ese modelo.
Francisco empieza apuntando a las raíces comunes de ambas conductas: el desprecio a los débiles que, para los “neocones”, son los perdedores, indigentes y migrantes, y, para el otro bando, son los opositores, los diferentes, los indígenas pobres. Mismos intereses, diferentes justificaciones (155).
Luego la encíclica señala que “pueblo” (una categoría mítica fundada en identidad y pertenencia) no encaja necesariamente en el populismo, una conducta que, cuando es buena se vincula con lo popular, pero que, si se extravía, sólo genera polarización en la sociedad.
De
hecho, el Papa fustiga “la habilidad de alguien para cautivar en orden a
instrumentalizar la cultura del pueblo, con cualquier signo ideológico,
al servicio de su proyecto personal y de su perpetuación en el poder”.
El insano populista -añade el Papa- exacerba las bajas inclinaciones de
un sector de la población y cae “con formas groseras o sutiles en un
avasallamiento de las instituciones y de la legalidad” (159). Un
atributo del populismo -sigue Francisco- es el inmediatismo que se
revela cuándo respuestas pasajeras como los bonos se vuelven permanentes
(161) en perjuicio del desarrollo económico. Lo verdaderamente popular,
concluye el Papa, es un trabajo digno, resultado de un cambio profundo
del modelo de desarrollo, en el cual se valore la capacidad y el
esfuerzo “(8)
Monseñor Sergio Gualberti – Arzobispo en Santa Cruz, en su homilía de este domingo, llamó a ejercer el deber y el derecho al voto instando a que la jornada eleccionaria sea una celebración de la población en armonía y paz.
Por otro lado, recordó a los actores que la política es una vocación al servicio de la persona, el pueblo y la sociedad para el bien común, resguardando los derechos humanos, la libertad, la paz y la justicia.
“La palabra de Dios de este domingo, en el que todos estamos llamados a participar de las elecciones nacionales, nos recuerda también que es parte de nuestro ser cristiano ejercer nuestro deber y derecho de ciudadanos; como cristianos tenemos que participar”, exhortó el Arzobispo.
En ese contexto, la autoridad eclesiástica instó a ejercer el sufragio “libres de presiones en conciencia y delante de Dios, por eso seamos responsables, participemos todos y hagamos que este día sea una fiesta de pueblo vivida en armonía y paz, amén”.
En la misma homilía Monseñor Gualberti también advirtió que según el pensamiento cristiano “el poder político es una vocación al servicio de la persona, del pueblo y la sociedad, de acuerdo a las leyes que el señor ha puesto al interior del ser humano, como la inviolabilidad de la vida humana, la igual dignidad de todos sin distinción alguna, los derechos humanos y los valores del Reino de Dios, la verdad, la justicia, la libertad, el bien común y la paz”.
En ese marcó el Arzobispo señaló que “no hay cabida para la divinización del poder, de las ideologías totalitarias y del pensamiento único, como ha pasado tantas veces en la historia humana hasta el día de hoy y donde sobran los ejemplos de los césares de turno que buscan constituirse como señores y dioses de pueblos y naciones” (9).
Conclusión
El ex presidente Evo Morales comentó: “con Lucho Arce levantaremos, unidos, nuevamente a Bolivia. Otra vez lideraremos el crecimiento económico de la región porque el MAS-IPSP es el único instrumento político con un programa y una visión de país siempre integró campo-ciudad y oriente-occidente. La victoria electoral contundente demuestra que en 2019 no hubo fraude pero sí golpe de Estado. Este triunfo del pueblo boliviano está dedicado a nuestros abuelos Túpac Katari y Bartolina Sisa. Querían proscribirnos, pero resucitamos”.
El presidente argentino Fernández agregó que “La victoria del MAS-IPSP en Bolivia no solo es una buena noticia para quienes defendemos la democracia en América Latina; es, además, un acto de justicia ante la agresión que sufrió el pueblo boliviano”.
Concluyendo, Jeanine Añez y Luis Fernando Camacho ingresaron con la Biblia en la mano al Palacio Quemado, durante el golpe de Estado de noviembre de 2019.
¿Pero a quién llamó el Papa Francisco para felicitarlo por la elección del domingo? Sí, a Evo Morales Ayma…el cocalero indígena invitado 6 veces en Vaticano y promotor de los encuentros mundiales del Papa Francisco con los movimientos populares.
Hay expectativas por la intervención de Carmen Almendras, vicecanciller de Bolivia entre 2017 y 2019, que participará el próximo sábado en el encuentro en el Vaticano entre movimientos sociales (Juan Grabois, Pedro Stedile de los sin tierra MST de Brasil, entre todos) y los Cardenales Czerny y Turkson, sobre tierra, techo, trabajo y la encíclica Fratelli Tutti.
Juan Grabois, colaborador del papa Francisco, comenta la victoria en Bolivia: “¡La Patria Grande está de pie! La organización y la resistencia de las fuerzas populares derrotaron al golpe de Estado. Un mensaje contundente para la derecha en todo el continente: la democracia vive donde hay pueblos conscientes de sus derechos”.
Notas
Cristiano Morsolin, investigador y trabajador social italiano radicado en Latinoamérica. Desde 2001 trabaja en proyectos de cooperación internacional en Ecuador, Perú, Colombia, Bolivia y Brasil. Co-fundador del Observatorio sobre Latinoamérica SELVAS. Actualmente colabora con la Universidad Externado, el Centre Tricontinental CETRI (Universidad Católica de Lovaina-Bélgica), con las agencias SIR (Vaticano), ALAI (Quito), Religión Digital (Madrid), VITA (Milán). Fue recibido por el Papa Francisco en audiencia en el Vaticano en octubre de 2017. Autor de varios libros, analiza la relación entre derechos humanos, movimientos sociales, políticas emancipadoras y geopolítica del Papa Francisco. Su más reciente libro: “Cambio civilizatorio y nuevos liderazgos sociales” (en colaboración con el Embajador de Naciones Unidas, Dr. Franco Vincenti), Ed. Ántropos, Bogotá, marzo 2019 – Prólogo del Cardenal Turkson. Blog:
Denuncian a Almagro ante la ONU por provocar “Golpe de Estado” en Bolivia
Acusan a Luis Almagro y la Misión de observadores de la OEA por provocar masivas violaciones a los Derechos Humanos en Bolivia en las elecciones presidenciales de 2019.
La Asociación de Madres de Plaza de Mayo, la Liga Argentina por los Derechos Humanos y el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, presentaron una denuncia ante Michelle Bachelet, en su calidad de Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
La denuncia fue formulada en contra del Secretario General de la OEA, Luis Almagro Lemes, la Misión de Observadores Electorales de la OEA, encabezada por Manuel González, y los auditores y responsables de la suscripción de los Informes preliminares e Informe final de dicho organismo sobre las elecciones generales de 2019 en Bolivia por haber cometido acciones de intervencionismo contra la soberanía de Bolivia que aluden a un supuesto fraude electoral el cual no han podido probar.
La denuncia sintetiza ocho informes técnicos internacionales de varios centros estadísticos de universidades y periódicos de prestigio mundial entre los cuales resaltan los elaborados para el New York Times, el Washington Post, el MIT (Universidad de Massachussets) y el Centro de Investigación Económica y Política (CEPR) a lo que se suma la petición de congresistas estadounidenses para que se investiguen las acciones de la Secretaría General de la OEA.
Los estudios desmienten contundentemente las acusaciones de fraude de la OEA en las elecciones del 2019 que llevaron al derrocamiento de un Gobierno Constitucional, la desestabilización de la democracia que concluyó en un Golpe de Estado, la muerte de 37 personas, más de 860 heridos, más de un millar de detenidos ilegalmente, la persecución policial y judicial con fines políticos y el exilio de cientos de dirigentes políticos y sociales.
Los denunciantes señalan: “La Secretaría General de la OEA, encabezada por Luis Almagro, ha vulnerado abiertamente la Carta de las Naciones Unidas, la Carta de la OEA, la Carta Democrática Interamericana y resoluciones generales de la OEA, transgrediendo el Derecho Internacional y la Soberanía nacional del Estado Plurinacional de Bolivia.
Los actos de intervencionismo cometidos por la Secretaría General de la OEA, encabezada por Luis Almagro, han tenido consecuencias nefastas en Bolivia provocando un quebrantamiento del Estado; la desestabilización de la democracia, el flagelo a la población, uso irracional del poder y el desmantelamiento de la Constitución Política del Estado, llevando a un Golpe de Estado y a la instauración de un gobierno transitorio que comete sistemáticamente delitos contra la población.”
A tiempo de presentar la denuncia, los firmantes del documento solicitan al Alto Comisionado de Naciones Unidas que acoja estas graves denuncias contra la Secretaría General de la OEA por los delitos contra los derechos civiles, políticos y sociales al acusar de un presunto fraude, sin pruebas y con un sesgo marcadamente político.
Exigen que la OEA, como un organismo intergubernamental, respete a las organizaciones políticas populares, a las instituciones nacionales, a la democracia y a la soberanía de los pueblos de uno de sus Estados Miembros, y de su gobierno constitucional.
Asimismo, piden al Alto Comisionado de Naciones Unidas que se forme un grupo de expertos para lleve a cabo una investigación independiente y transparente sobre los informes de la Secretaría General de la OEA y los graves hechos que han causado muerte, persecución, cárcel y exilio en el Estado Plurinacional de Bolivia.
Gobierno de México acusa a Almagro por injerencia de la OEA en Bolivia y cuestiona su permanencia en el cargo
Luis Almagro, secretario general de la OEA. Foto: Archivo.
El gobierno de México se pronunció hoy contra el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, señalando como punto de partida, los acontecimientos generados a partir de las elecciones en Bolivia (2019).
El vicecanciller mexicano para América Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes, le sugirió que se someta a una autocrítica y reflexión “para determinar si aún cuenta con la autoridad moral necesaria” para encabezar el organismo, pues hizo un “uso faccioso” de la misión electoral en Bolivia el año pasado y utilizó sus facultades para tomar decisiones políticas, sin someterlas a consideración a los Estados miembros.
Reyes añadió que las elecciones del domingo pasado en ese país andino mostraron la misma tendencia electoral que en 2019, por lo que las acciones de Almagro quedan en evidencia. Provocaron “inestabilidad, violencia y desorden constitucional en Bolivia”, así como un “entorno internacional de confrontación”.El vicecanciller denunció “el afán del secretario general de intervenir en los asuntos internos de nuestros Estados y de lastimar nuestras democracias”. Al mismo tiempo afirmó que lo que ocurrido en Bolivia “no debe repetirse jamás”.
Según el representante mexicano esa actuación del secretario general “ha deslegitimado a las misiones de observación electoral y ha llevado a la organización a un choque con la realidad democrática actual en la región”.
(Con información de agencias)
Denuncia contra Luis Almagro y la Misión de observadores de la OEA por provocar masivas violaciones a los Derechos Humanos en Bolivia en las elecciones presidenciales de 2019.
Luis Almagro recibió al golpista Luis Camacho a los pocos días de realizado el golpe de Estado.
La Asociación de Madres de Plaza de Mayo, la Liga Argentina por los Derechos Humanos y el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, presentaron una denuncia ante Michelle Bachelet, en su calidad de Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
La denuncia fue formulada en contra del Secretario General de la OEA, Luis Almagro Lemes, la Misión de Observadores Electorales de la OEA, encabezada por Manuel González, y los auditores y responsables de la suscripción de los Informes preliminares e Informe final de dicho organismo sobre las elecciones generales de 2019 en Bolivia por haber cometido acciones de intervencionismo contra la soberanía de Bolivia que aluden a un supuesto fraude electoral el cual no han podido probar.
La denuncia sintetiza ocho informes técnicos internacionales de varios centros estadísticos de universidades y periódicos de prestigio mundial entre los cuales resaltan los elaborados para el New York Times, el Washington Post, el MIT (Universidad de Massachussets) y el Centro de Investigación Económica y Política (CEPR) a lo que se suma la petición de congresistas estadounidenses para que se investiguen las acciones de la Secretaría General de la OEA. Los estudios desmienten contundentemente las acusaciones de fraude de la OEA en las elecciones del 2019 que llevaron al derrocamiento de un Gobierno Constitucional, la desestabilización de la democracia que concluyó en un Golpe de Estado, la muerte de 37 personas, más de 860 heridos, más de un millar de detenidos ilegalmente, la persecución policial y judicial con fines políticos y el exilio de cientos de dirigentes políticos y sociales.
Los denunciantes señalan: “La Secretaría General de la OEA, encabezada por Luis Almagro, ha vulnerado abiertamente la Carta de las Naciones Unidas, la Carta de la OEA, la Carta Democrática Interamericana y resoluciones generales de la OEA, transgrediendo el Derecho Internacional y la Soberanía nacional del Estado Plurinacional de Bolivia.
Los actos de intervencionismo cometidos por la Secretaría General de la OEA, encabezada por Luis Almagro, han tenido consecuencias nefastas en Bolivia provocando un quebrantamiento del Estado; la desestabilización de la democracia, el flagelo a la población, uso irracional del poder y el desmantelamiento de la Constitución Política del Estado, llevando a un Golpe de Estado y a la instauración de un gobierno transitorio que comete sistemáticamente delitos contra la población.”
A tiempo de presentar la denuncia, los firmantes del documento solicitan al Alto Comisionado de Naciones Unidas que acoja estas graves denuncias contra la Secretaría General de la OEA por los delitos contra los derechos civiles, políticos y sociales al acusar de un presunto fraude, sin pruebas y con un sesgo marcadamente político. Exigen que la OEA, como un organismo intergubernamental, respete a las organizaciones políticas populares, a las instituciones nacionales, a la democracia y a la soberanía de los pueblos de uno de sus Estados Miembros, y de su gobierno constitucional.
Asimismo, piden al Alto Comisionado de Naciones Unidas que se forme un grupo de expertos para lleve a cabo una investigación independiente y transparente sobre los informes de la Secretaría General de la OEA y los graves hechos que han causado muerte, persecución, cárcel y exilio en el Estado Plurinacional de Bolivia.
Buenos Aires, 15 de octubre de 2020
URUGUAY
Mariana Mota: “Por años hemos recibido información mentirosa, deliberada, que buscó desvirtuar la búsqueda”
La INDDHH presentó el segundo informe sobre la búsqueda de detenidos desaparecidos, que cubre el período entre el pasado 18 de mayo y el 7 de octubre de 2020. Entre otros temas se detallan los avances en investigaciones, excavaciones, intercambios con entidades estatales y el presupuesto quinquenal solicitado al Poder Legislativo.
Periodista en LARED21 y conductora en TNU
DESAPARECIDOS 18 de octubre de 2020, 14:48hs - LR21
Según lo establece la ley 19.822 (setiembre 2019) la Institución Nacional de Derechos Humanos tiene la responsabilidad sobre la búsqueda de los detenidos – desaparecidos, lo que implica la búsqueda de restos o las circunstancias de la desaparición.
La Dra. Mariana Mota en diálogo con LARED21 explicó que “en caso de no hallarse restos, establecer las circunstancias de la desaparición”. Agregó que la ley plantea que “la Institución tiene que tener un plan estratégico y que desde que se sancionó la norma ha habido un trabajo continuo”. La INDDHH designó a los directores Wilder Tyler y Mariana Mota para elaborar dicho plan. Mota señaló que tienen como principios “la transparencia y la rendición de cuentas”. La Institución presentó dos informes, el primero el 18 de mayo pasado y el segundo el pasado 9 de octubre. La ex jueza contó que “en caso de que aparezca información nueva, se presentarán “informes extraordinarios””. Agregó que “estamos haciendo una rendición de cuentas periódica de lo que se ha hecho, de las dificultades que se encuentran y de lo que se piensa hacer. Lo que se pretendió es darle continuidad a los trabajos de búsqueda y de excavaciones”.
Lo que se pretendió es darle continuidad a los trabajos de búsqueda, de excavaciones, específicamente continuando en las áreas que se estaban excavando y empezando a abordar otros lugares donde pudieron existir posibles enterramientos.
Respecto a las acciones desempeñadas, tanto en el primer como en el segundo informe, Mota dijo que “lo que se pretendió es darle continuidad a los trabajos de búsqueda, de excavaciones, específicamente continuando en las áreas que se estaban excavando y empezando a abordar otros lugares donde pudieron existir posibles enterramientos. En algunos lugares la búsqueda culminó, por ejemplo: el ex Batallón 13, donde se hallaron los restos de (Fernando) Miranda, de (Eduardo) Bleier, se trata de una zona extensa. El segundo informe contiene fotos que muestran donde se excavó y en qué periodos”. La Directora de la Institución de Derechos Humanos explicó que “se trabaja en base a cautela judicial, que se solicita a través de la Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad y de las diferentes sedes que correspondan”. Agregó que la medida cautelar, la dispuso la sede judicial que tiene la causa de María Claudia (García de Gelman). La búsqueda se concentra en tres predios: el ex Batallón 13 (actual servicio de transporte del Ejército), la Brigada de Comunicaciones Nº 1 y el Batallón 14. Mota destacó que “en este último se fijaron nuevos sitios de excavación”.
Durante años hemos recibido información mentirosa, deliberada, que buscó desvirtuar la búsqueda para no hallarlos.
La Directora de la Institución Nacional de Derechos Humanos reflexionó que “se busca en lugares posibles obtenidos a través de testimonios indirectos, y de otros elementos que se analizan, pero en realidad la información precisa no está”. Agregó también que “esto implica demoras en las excavaciones, porque se trabaja sobre la base de aproximaciones. Falta información, y es también un costo para el Estado, porque esta búsqueda hay que sostenerla. Pero la falta de información precisa lleva a la demora y a no poder dar respuesta a los familiares, que es en definitiva lo principal”, subrayó.
La Directora de la INDDHH recordó que “durante años hemos recibido información mentirosa, deliberada, que buscó desvirtuar la búsqueda para no hallarlos”.
Necesitamos que quien da la información diga porque la conoce, que es lo que sabe, que otros datos se pueden verificar y nosotros le aseguramos la reserva de su identidad. Existen temores y pueden ser comprensibles.
Para la Institución de Derecho Humanos es necesario que los que brindan testimonio no sean de forma anónima. Según Mota “necesitamos que quien da la información diga porque la conoce, que es lo que sabe, que otros datos se pueden verificar y nosotros le aseguramos la reserva de su identidad. Existen temores y pueden ser comprensibles. Precisamos saber quién es la persona que informa, para poder verificar si lo que nos está diciendo tiene grado de certeza o de verosimilitud”.
Respecto a los testimonios ya obtenidos, Mota recordó que “las cautelas que se abrieron en las últimas semanas refieren a nuevos testimonios”. En un pasaje del segundo informe de la INDDHH se afirma que “la negativa de los perpetradores o testigos directos a proporcionar información veraz sobre la ubicación de los restos de los detenidos desaparecidos obliga a definir amplias extensiones de terreno para excavar en función de informes indirectos y a destinar mayores recursos humanos y financieros durante más tiempo”.
Desde los archivos se pueden conocer algunas circunstancias, quienes actuaban, qué organismos y de qué manera se desarrollaba.
Respecto a los archivos, la ex jueza reflexionó que “sirven para dar contexto, para saber cómo operaban las fuerzas represivas, que organismos estaban funcionando y cuál era la lógica del proceder, si es que hubo una lógica, siempre está la duda ante un fallecimiento ¿decidían no entregar el cuerpo, quién decidía, como, cuando y donde se resolvía la situación de esa víctima? ¿Era la Unidad que decidía en forma autónoma, había organismos superiores que definían, había un protocolo de cómo se actuaba? Podríamos avanzar mejor sí conociéramos la lógica represiva”. Agregó también que “desde los archivos se pueden conocer algunas circunstancias, quienes actuaban, qué organismos y de qué manera se desarrollaba”.
Tenemos poca información sobre La Tablada (centro clandestino de detención) como lugar de entierro, sin embargo, surgió información mínima que la consideraremos próximamente.
Mariana Mota, directora de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo. Foto de archivo: LARED21 / Carlos Loría
Respecto a los restos hallados y la lógica represiva, Mota recordó que “Ubagésner Chavez Sosa y Eduardo Bleier fueron detenidos en el “300 Carlos” (centro clandestino de detención) y enterrados en los fondos del Batallón 13. Podría decirse que los que fallecían allí sus restos terminaban en el predio del Batallón 13”. Respecto al modus operandi en el Batallón 14, la Directora de la INDDHH afirmó que “el 14 no tiene esa vocación de centro de detención y tortura, no tenemos información que allí hubiera personas detenidas, sin embargo, fue un lugar de entierro, tenemos los casos de Ricardo Blanco y Julio Castro”. Mota contó la situación de la Tablada (centro clandestino de detención) donde se informa que allí fueron vistos por última vez, 11 de los detenidos desparecidos. “Tenemos poca información sobre La Tablada como lugar de entierro, sin embargo, surgió información mínima que la consideraremos próximamente. Sin embargo, este era un centro de detención de la OCOA (Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas), hay que pensar qué pasó, por qué no funcionó de la misma manera que en el Batallón 13. Si los encontráramos a los que estuvieron allí detenidos, podríamos establecer parámetros”. Mota admitió que “son muy pocos los hallazgos que permitan establecer una lógica. En el caso de Ubagésner que fue hallado en la Chacra de Pando, deberíamos volver allí para ubicar a otro (desaparecido) José Arpino Vega. La Fuerza Aérea fue la única fuerza que informó lo que hizo con sus víctimas. Ahí hubo dos detenidos desaparecidos. Se fue a la Chacra de Pando porque estaba bajo dominio de la Fuerza Aérea”.
Se puede pensar que una parte de los que estuvieron detenidos en Argentina fueron traídos a algún lugar del territorio uruguayo. Eso nos abre un escenario importante.
El coronel retirado Gilberto Vázquez, admitió en 2006 que el Ejército torturó, ejecutó y realizó el Segundo Vuelo. Al respecto Mariana Mota sostuvo que “se puede pensar que una parte de los que estuvieron detenidos en Argentina fueron traídos a algún lugar del territorio uruguayo. Eso nos abre un escenario importante”.
Consultada sobre si existe información de los uruguayos desaparecidos en Argentina, Mota dijo a LARED21 que “en representación de la Institución fueron a Buenos Aires y se reunieron con integrantes de la Comisión de Memoria en La Plata (Argentina) para conocer cómo trabajan y administran los archivos (del Pasado Reciente)”. Agregó que “también se vincularon con las Fiscalías de Lesa Humanidad con el objetivo de obtener información sobre el destino de los uruguayos desaparecidos en Argentina. Además Argentina ha avanzado más en el trazado de líneas de trabajo y de investigación que a nosotros nos han ayudado mucho. Producto de la Pandemia no pudimos volver, pero mantenemos los contactos y seguimos trabajando. Los investigadores nuestros siguen vinculados con los investigadores argentinos y se sigue trabajando en hipótesis de búsqueda”, subrayó Mota.
La INDDHH solicitó al Poder Legislativo un presupuesto a partir de 2021 de aproximadamente USD 800.000 anuales para los próximos cinco años. En el informe se detallan los rubros a los que se asignará este presupuesto, cuyos objetivos son dos: garantizar la coherencia y continuidad de los trabajos de búsqueda tanto en el territorio nacional como en el exterior, y mantener los recursos humanos y materiales en el mismo nivel que se encontraban al momento en que la INDDHH se hiciera cargo de la búsqueda. Esta solicitud fue elevada a la Presidencia de la Asamblea General y requiere aprobación de la Cámara de Senadores. En relación a los gastos operativos del 2020, el informe consigna que el Poder Ejecutivo depositó en un fideicomiso administrado por la INDDHH, los recursos suficientes para cubrir los sueldos de personal y gastos logísticos (combustible, insumos para el trabajo de los antropólogos) hasta el fin del año en curso.
Por su parte, Mariana Mota señaló que “es imprescindible el presupuesto previsto para sostener la búsqueda, que seguramente será por varios años. Le estamos pidiendo al Poder Legislativo que apruebe este presupuesto, para mantener la logística que requiere este trabajo”.
Directora de la INDDHH: “Cada día que pasa, el Estado está diciendo que (lo que ocurrió en dictadura) no es prioridad”
Mariana Mota reflexionó sobre un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1973 y sobre la…
La Directora de la INDDHH destacó el apoyo que brinda la Intendencia de Canelones, “nos presta una retroexcavadora, y un maquinista, a la Intendencia de Montevideo le estamos pidiendo otra retroexcavadora para trabajar en La Tablada”. Consultada sobre la relación con las autoridades del Ministerio de Defensa dijo que “tenemos buen diálogo, el ministro (Javier García) ha sido receptivo a nuestro planteos”.
En referencia a los dichos del Ministro del Interior, Jorge Larrañaga, que calificó a la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH) de “club político” con “un alto contenido ideológico politizado” Mota señaló que “si bien lo vive con preocupación, lo considera una opinión aislada. La Institución cumple con su trabajo, y somos muy cuidadosos del cumplimiento de la ley que establece nuestra competencia. Las competencias han sido ampliadas y nos hemos preocupado mucho de cumplir con nuestro cometido y no salirnos de ese ámbito”. Agregó también que “el Ministro (Larrañaga) tiene una concepción equivocada. Sería bueno que valorara que estos organismos no son creaciones autónomas del Estado uruguayo, existen en más de 120 países con una formulación similar a la nuestra. Hay muchos estados que no les gusta que haya organismos que observen como se cumplen los derechos humanos. Creemos que es muy saludable para la democracia”. Resaltó también que “el Ministerio del Interior tiene mucha visibilidad pública y eso puede generar dificultades, porque será más observado, no solo por la Institución sino por parte de la población, observado no por ser el Ministerio del Interior sino por la función que cumple, están en juego los derechos humanos. Atribuirle a la Institución, y a sus directores intencionalidad político – partidaria está lejísimo de nosotros, que no hemos tenido expresiones político – partidarias”. Mota puso énfasis que “el Ministerio del Interior es muy observado, porque por su propia actividad siempre están en juego los derechos humanos”. Respecto a las expresiones del Ministro Larrañaga afirmó que “no le hace bien al país, ni al Ministerio y nosotros seguiremos trabajando como lo debemos hacer. Su posición es aislada” enfatizó Mariana Mota.
CONO SUR, COMERCIO EXTERIOR Y DESPUÉS.
Segunda quincena octubre 2020.
CONO SUR, COMERCIO EXTERIOR Y DESPUÉS.
Los países del cono sur de América latina vivieron durante el primer semestre del 2020, una fuerte retracción de su comercio exterior, tanto en lo relativo a sus exportaciones como las importaciones.
El descenso no afectó en la misma medida a los productos primos. En el conjunto de la región las ventas de soja y carnes tendieron a crecer, acentuando el carácter primario de la estructura productiva y comercial de los países del área.
Soja y praderas.
Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay presentan entre sus factores comunes, el rol de las cadenas asentadas en monocultivos de soja y sus derivados en forma de granos, harinas, aceites, semlllas en los primeros lugares del ranking de productos exportados.
Minerales, carnes, o eventualmente otros cereales o autopartes vendidas en la región, o como en el caso de Paraguay la energía hidroeléctrica complementan los menús respectivos.
Más allá de particularidades es notoria la importancia de cadenas de producción primarias que abastecen demanda de China, Europa o Estados Unidos y utilizan tecnologías, maquinarias, productos químicos importados del norte.
Virus y agronegocios.
Durante el primer semestre de 2020, en un marco de disminución del comercio mundial, diferentes productos evolucionaron de manera dispar, especialmente a posteriori de la difusión del Covid 19 por el planeta
Mientras combustibles, vehículos, bolsos de mano, actividades vinculadas al turismo, sufrieron descensos radicales, vestimentas, calzados, entre otros rubros industriales, lo hicieron en rangos intermedios, mientras que productos farmaceúticos, químicos, telecomunicaciones crecieron sus ventasi.
A nivel global el comercio de alimentos y cereales, se redujo en entornos muy menores. En paticular en el Mercosur se acentuó en primera instancia el impulso a agronegocios, fomentando mayor destrucción de naturaleza y vida en Mato Grosso y Amazonia para extender cultivos.
En el período enero junio, las exportaciones de soja desde Brasil incrementaron 35% y también lo hicieron las cárnicas pese a que las ventas globales cayeron 7.1%. En Argentina cayeron las exportaciones 11%ii, aunque aumentaron las de producción primaria. En Paraguay el descenso de las ventas externas rondó el 20% y los granos de soja redujeron solamente un 2% mientras que en Uruguay a setiembre la reducción llega al 16% y la soja acompaña la tendencia.
Pese al crecimiento primario en el caso de Brasil y Argentina o a su descenso relativamente menor en Paraguay y Uruguay no han evitado la recesión.
Después vemos.
En estos escenarios el gobierno oriental insiste e incluso acentúa el camino de apertura irrestricta y la prioridad a los monocultivos, exportadores, en manos de grandes corporaciones transnacionales como supuestos motores del crecimiento, mientras la reducción de salarios reales privados y públicos reducen demanda local.
Los “malla oro” que según la visión multicolor dinamizarán la actividad del “pelotón” serían, las cadenas de la soja, el eucalitpus, actividades muy vulnerables al clima, la demanda externa con efectos nefastos sobre la naturaleza y la vida. A esto se agregan escenarios mundiales plagados de incognitasiii.
Jugar las fichas a acentuar la dependencia, gestando más o mayores enclaves primarios, solamente agravará las consecuencias de caminos que han demostrado hasta el cansancio sus amargos frutos para el pueblo.
GOTITAS DE ECONOMÍA
- El índice de volumen físico de la industria en Uruguay retrocedió 9.9% en el mes de agosto en relación al miso mes de 2019. El promedio anual cayó 6.8%. El índice de horas trabajadas disminuyó 16.9% durante agosto.
- Las estaciones de nafta de la empresa de filiación brasilera Petrobrás pasaron a manos de la española Disa. Las negociaciones se venían realizando desde 2019. De los 88 expendios en Uruguay, 32 eran directamente propiedad de Petrobrás y el resto era explotado por concesionarios.
- La deuda pública oriental contabilizada por el BCU, hacia julio de 2020, rondaba los 39.000 millones de dólares.Creció casi 2000 millones durante el segundo semestre. Mientras cae el producto. Solamente por intereses en 2021, se pagaría el equivalente al 11% del gasto público, según datos oficiales.
- Según datos de Uruguay 21, las exportaciones desde el país entre enero y septiembre de 2020, descendieron, en valor, un 16% respecto al año precedente.
- El comercio exterior de bienes de China descendió 3.2% en el primer semestre de 2020, según datos de Xinhua, aunque en julio incrementó 6.5%.
- En julio de 2020 las exportaciones desde Estados Unidos aumentaron 8.1% y las importaciones 10.9%. Incrementando el déficit comercial del año según datos de Telesur.
iUn mayor detalle y gráficos referentes se puede ver en Eduardo Camin. Una recuperación incierta del Comercio Mundial publicado en el Centro latinoaméricano de Estudios estratégicos. 8 de octubre de 2020.
ii5% en precio y 6% en vólumen.
iiiTabién en este aspecto recomendamos el artículo citado en la primera nota al pie.