lunes, 2 de noviembre de 2020

Elecciones en EE.UU.: el análisis de Noam Chomsky "En trescientos cincuenta años de democracia parlamentaria, no ha habido nada como lo que estamos viendo ahora" // Estados Unidos, se aproxima la hora cero // Detrás de las elecciones en Estados Unidos: Desinformación, racismo y teorías conspirativas // Trump llama "criminal" a Biden y alerta de la izquierda radical y los anarquistas en los estados clave del medio oeste // Mítines de Trump han dejado 30 000 enfermos de COVID-19 y 700 muertos, según estudio // Trump: "Podría saltar a la multitud, darle un beso a cada mujer y a cada hombre, y no contraería covid-19" // En EEUU millones compran armas y Trump afirma que venció la pandemia // EEUU: así funciona el sistema electoral donde el pueblo no elige al presidente // Trump prepara el terreno para cantar “fraude” en elecciones de EE.UU.

 Elecciones en Estados Unidos: el análisis de Noam Chomsky sobre el rumbo político del país

"En trescientos cincuenta años de democracia parlamentaria, no ha habido nada como lo que estamos viendo ahora"

A tres días de las elecciones en Estados Unidos, Chomsky brindó una extensa entrevista a la revista The New Yorker, en la que mostró preocupación sobre la actitud que pueda tomar Trump si los resultados resultan adversos para el actual mandatario. También habló de la crisis climática y la cultura de la cancelación. Definió nuevamente al republicano como "el peor criminal en la historia de la humanidad".

PÁGINA 12 - 31 de octubre de 2020

Imagen: AFP

El lingüista, activista y escritor político estadounidense Noam Chomsky brindó una extensa entrevista a la revista estadounidense The New Yorker, en la que realizó un duro análisis de la gestión de Donald Trump, habló de la crisis climática y también de la cultura de la cancelación. Como en otras oportunidades, calificó al presidente de Estados Unidos como "el peor criminal en la historia de la humanidad".

A días de que se lleven adelante las elecciones estadounidenses, Chomsky expuso un minucioso análisis sobre el rumbo político de Estados Unidos, cómo está parado el país frente al mundo y los vínculos de Donald Trump con los sectores de poder. 

"En los trescientos cincuenta años de democracia parlamentaria, no ha habido nada como lo que estamos viendo ahora en Washington", sentenció el politólogo en diálogo con el periodista Isaac Chotiner, y agregó que "el ejecutivo ha sido purgado casi por completo de cualquier voz crítica independiente, nada más que aduladores".

En el marco del escenario electoral, mostró preocupación sobre la actitud que pueda tomar Trump si los resultados resultan adversos para el Partido Republicano: "El Presidente ha dicho que si no le gusta el resultado de una elección, simplemente no dejará el cargo".

Sobre este punto, señaló que un oficial retirado de alto nivel "llegó al extremo de escribir una carta abierta al general Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, recordándole sus deberes constitucionales de enviar al ejército estadounidense para destituir al Presidente de la oficina si se niega a irse".

Trump: El peor criminal de la historia de la humanidad 

Al igual que en otras entrevistas, Chomsky afirmó que Trump "es el peor criminal de la historia de la humanidad", ya que considera que sus políticas buscan "destruir la perspectiva de vida humana en la tierra".

"No estoy hablando de Trump, el ser humano. No podría importarme menos él. Me refiero a las políticas. Las políticas son claras; el entendimiento es claro. No hay nadie que no viva bajo una roca que no pueda comprender que maximizar el uso de combustibles fósiles y eliminar las restricciones conducirá al desastre. Estamos corriendo hacia el desastre total", resumió.

Estados Unidos y el Mundo

Sobre la política internacional implementada por la actual gestión, el activista apuntó que las personas que rodean a Trump "están esencialmente creando una alianza internacional de estados extremadamente reaccionarios, que puede ser controlada por la Casa Blanca, que, por supuesto, se ha desplazado mucho hacia la derecha, rompiendo todos los acuerdos internacionales".

Además, también alertó sobre el régimen de control de armas, y determinó que "tener un régimen es diferente a no tenerlo", al tiempo que consideró que es uno de los temas más importantes de la historia de la humanidad. 

Trump y los sectores de poder

En otra parte de la entrevista, Chomsky demostró los fuertes vínculos entre el gobierno de Trump y los sectores de poder: "Es difícil encontrar un presidente estadounidense que se haya dedicado más a enriquecer y empoderar a los ultrarricos y al sector empresarial, que es, por supuesto, la razón por la que están felices de tolerar sus payasadas".

Sobre este aspecto, habló acerca de las facilidades fiscales que impulsó para esta parte de la población, en un escenario donde "pone más dinero en los bolsillos de los ricos y perjudica a la clase trabajadora, a los pobres y a todos los demás". 

Además, opinó que si bien aquellos sectores poderosos no sienten agrado por Trump, lo aplauden porque "es un servidor muy leal del poder privado, la riqueza privada y el sector empresarial, razón por la cual le dejan salirse con la suya con el tipo de payasadas que ves".

Crisis climática

En relación a la política ambiental, el lingüista advirtió que "la otra gran amenaza para la supervivencia humana en cualquier forma reconocible es la catástrofe ambiental y, allí, Trump está solo en el mundo". 

En comparación con lo que sucede en otros lugares, describió que "la mayoría de los países están haciendo al menos algo al respecto, no tanto como deberían, pero algunos de ellos bastante importantes, otros menos".

"Estados Unidos se ha retirado del Acuerdo de París; se niega a emprender acciones que puedan ayudar a los países más pobres a abordar el problema; se apresura a maximizar el uso de combustibles fósiles; y, al mismo tiempo, acaba de abrir la última gran reserva natural en los Estados Unidos para la perforación", expresó.

Y remarcó: "Tiene que asegurarse de que maximicemos el uso de combustibles fósiles, corramos hacia el precipicio lo más rápido posible y eliminemos las regulaciones, que no solo limitan los efectos peligrosos sino que también protegen a los estadounidenses".

Cultura de la cancelación

Hace algunos meses, Chomsky fue uno de los 150 intelectuales que firmó una carta en contra la cultura de la cancelación. En esta oportunidad, dijo que "la gente de izquierda comete un grave error cuando intenta imitarla. Está mal en principio; está mal tácticamente. Es un regalo para la extrema derecha y corren con él. Les encanta". 

"Trump está construyendo su propia campaña sobre eso. Por lo tanto, para la izquierda, que me interesa, y sus activistas, presten atención a los principios y las consecuencias tácticas. Son importantes. Préstenles atención y no adopten el comportamiento represivo característico de la corriente dominante. Eso es lo que entendí que significaba la carta", declaró.

Chomsky y su mirada sobre su obra

En el extenso diálogo que mantuvo con The New Yorker, Chomsky también habló sobre su trabajo: "Cuando miro hacia atrás, como hago a menudo para buscar cosas, me doy cuenta de lo mucho mejor que podría haber sido mi trabajo anterior", confesó, y aclaró que "el tipo de trabajo que realmente le gusta es al profesional".

"Estaría perfectamente feliz de trabajar en los problemas de interés intelectual real. Son emocionantes. Creo que ha habido una comprensión real de los fundamentos del lenguaje, la mente, el pensamiento humano, cómo está construido, su naturaleza, sus orígenes, etc. Ese es un trabajo realmente emocionante y mucho más atractivo para la mente de lo que hemos estado hablando, lo cual es muy importante pero prácticamente en la superficie", concluyó.


EEUU: elecciones tempestuosas

por  Ángel Guerra Cabrera
LA HAINE - 16/10/2020

Violencia de los partidarios armados de Trump

Las elecciones del 3 de noviembre en EEUU se dan en un clima de odio y división del país y no debe descartarse violencia de los partidarios armados de Trump en caso de que éste pierda. Existen 165 milicias y acaba de ser arrestado por la FBI un grupo que planeaba secuestrar y derrocar a la gobernadora demócrata de Michigan, Gretchen Whitmer. El magnate inmobiliario ha estimulado, un día sí y otro también, el odio hacia los negros, las minorías, los extranjeros y particularmente los latinos; no se digan las constantes calumnias e injurias contra los mexicanos.

Existe la duda de si aceptaría una eventual victoria de su rival, Joseph Biden, o gritará que ha habido fraude y escalará un conflicto poselectoral que ahora podría, como en 2002, terminar decidiéndose en la Corte Suprema, ya con la nueva juez conservadora Amy Coney Barrett adentro. Cabe recordar que entonces el máximo tribunal concedió la victoria a George W. Bush al ordenar el cese del conteo de votos en Florida, no obstante que su rival Al Gore lo superaba por más de medio millón de sufragios. Y es que el propio Trump ante preguntas expresas de medios se ha negado a admitir que aceptaría la derrota. En varias ocasiones ha dicho que una victoria demócrata sólo puede obedecer a una elección amañada (rigged). De la misma manera, lleva meses asociando, contra toda evidencia, el voto por correo al fraude electoral. En estos comicios el voto por correo se duplicará, pues muchos de quienes lo ejercen son demócratas, que evitan contagiarse de Covid-19.

El fanatismo, el culto a la ignorancia y el desprecio por la ciencia y la vida fomentados por Trump han llegado a tal extremo que muchos de sus partidarios asisten masivamente a los mítines del multimillonario sin observar la distancia social ni usar cubrebocas. No debe olvidarse que, en relación a su población, EEUU supera a casi todos los países por el número de infectados y fallecidos a consecuencia del nuevo coronavirus. El país con una de las dos mayores economías del planeta y con un extraordinario desarrollo científico en general, y de las ciencias médicas en particular, ha hecho una gestión muy deficiente de la pandemia, comparada, por ejemplo, con la de Cuba y Venezuela, a los cuales bloquea inmisericordemente aplicándoles una cruel y redoblada asfixia económica, incluso en medio de la contingencia. Queda claro, a diferencia de Washington, La Habana y Caracas dan más importancia a la vida que a ninguna otra consideración y no cobran un centavo por su atención a ningún paciente.

Aunque muchos estadunidenses critican duramente el manejo del Covid por la Casa Blanca, no es el caso del electorado de Trump, en el que muchos son negacionistas del coronavirus. Numerosas encuestas dan ventaja a Biden sobre Trump y el promedio de Real Clear Politics ( RCP) arroja una ventaja, en general, de 9.2 para el demócrata y de 4.9 en los decisivos estados pendulares. Pero no pocos analistas insisten en que datos parecidos hicieron creer a muchos en la inevitable victoria de Hillary Clinton en 2016, incluso dentro del equipo de Trump.

Varios apuntan, con sobrada razón, que en el peculiar sistema electoral estadunidense no es el voto popular lo que decide sino el del Colegio Electoral. Clinton sacó casi 3 millones de votos populares más que Trump, pero perdió en ese órgano. Es interesante que según RCP Trump se está desempeñando ligeramente mejor respecto del Colegio Electoral que en esta misma fecha de 2016. Esto podría significar que consiguiera repetir lo que logró entonces: alcanzar la victoria en los estados pendulares y de esa forma reunir más votos que su oponente demócrata en la elección indirecta del Colegio Electoral. Y en estos datos no se considera la eventual sorpresa de octubre u otro hecho que pueda modificar a favor del presidente el ánimo de un electorado caracterizado por su volubilidad.

Muchas personalidades liberales, progresistas y de izquierda coinciden en que la relección de Trump sería desastrosa para EEUU y para la humanidad. Noam Chomsky ha expresado que votar por Trump es peor que haberlo hecho por Hitler en los 30. Chomsky argumenta que sufragar por el magnate es dar luz verde a una aceleración del cambio climático con las consecuencias trágicas que ya tiene para la vida y que significaría el fin de la democracia. A ello habría que añadir la continuidad del total desprecio al derecho internacional por Washington.

En nuestra región implicaría el reforzamiento del bloqueo a Cuba y Venezuela, el total apoyo a los impresentables gobiernos neoliberales que sufrimos y la continuidad del uso de la fuerza para derrocar a los líderes progresistas o impedir que lleguen al gobierno. Biden se ha corrido bastante a la derecha y dejado clara su distancia del sector progresista de los demócratas, ha dicho que seguiría una nueva política hacia Cuba y ha sido menos claro sobre sus planes con Venezuela, pero en ambos casos ha continuado con la cínica cantaleta de la democracia. En otra entrega realizaré una comparación de lo que podría ser la política exterior de ambos candidatos.

@aguerraguerra


Estados Unidos, se aproxima la hora cero

Por: José R. Oro
21 octubre 2020 | CUBADEBATE

Dos actitudes completamente opuestas en el enfrentamiento a la pandemia y en la forma de hacer política. Frente a la sobriedad y disciplina de Biden, Trump muestra machismo, irresponsabilidad y escasa reflexión. Fotos: Getty y AP.

Desde el Gobierno de Abraham Lincoln, pasando por Franklin D. Roosevelt hasta la fecha, las sucesivas administraciones estadounidenses han logrado sobrepasar las pruebas a que su “democracia”, tal y como la consideran el establishment, ha sido sometida.

Los asesinatos del propio Lincoln (presidente de 1861 a 1865), James Garfield (1881-1881), William McKinley (1897-1901) y John F. Kennedy (1960-1963), la Gran Depresión (desde finales de 1929 y durante toda la década de los treinta) fueron momentos de prueba, cruciales pudiéramos decir, de si ese “sistema democrático”, con todos los defectos inherentes al capitalismo, podría sobrevivir. Y lo hizo. Este 3 de noviembre, ese sistema en completa crisis podría terminar en un caos –del autoritarismo a la total desfachatez ajena a cualquier principio o ética políticos– que afectaría a toda la humanidad, o en un escenario –de la cordura  y el sentido común a una visión más realista y democrática del estado de cosas– que podría ser el primer paso de su fortalecimiento hacia formas sociales más avanzadas que las actuales, que se pudiera llamar el New Deal II,1 lo que pide el pueblo estadounidense.

Se han publicado recientemente en Cubadebate varios artículos sobre el impacto de estas elecciones en política exterior, por lo que este se refiere más a la política interior estadounidense.

Es menos probable, por lo que vemos hasta hoy, que Trump pueda ser reelecto “por las buenas”. También es casi seguro que su carencia de escrúpulos y moral lo llevaría a tratar de escamotear los resultados, por muy ampliamente adversos que estos sean para él.

Por todo ello, muchos pensamos que para Estados Unidos se acerca la hora cero, tanto si Trump es reelecto como si Biden gana las elecciones y después no satisface las expectativas de quienes lo eligieron en un enfrentamiento tan despiadado y crucial como el de estos meses.

La oposición a Trump y al fascismo, representada por la candidatura de Joe Biden y Kamala Harris, se tiene que enfrentar a una difícil votación, donde lo que menos cuenta es la voluntad del pueblo, aunque se espera que en el voto popular la fórmula demócrata gane por muchos millones de boletas más que Trump.

La oposición a Trump y a la ultraderecha supremacista, representada por la candidatura de Joe Biden y Kamala Harris, se tiene que enfrentar a una difícil votación, donde lo que menos cuenta es la voluntad del pueblo, el voto popular, aunque se espera que ganen por muchos millones de boletas más que Trump.

Trump afila sus cuchillos

Trump, respaldado por un ejército de abogados, ha estado organizando las condiciones para socavar un resultado electoral en que no sea vencedor, y los legisladores republicanos se encontraron la semana pasada en la sorprendente posición de tener que aprobar una resolución para asegurar a los estadounidenses que habría una transición pacífica del poder si él pierde, en medio del furor generalizado por los comentarios más recientes y descarados de Trump.

En ese contexto, quedó algo más claro cómo podría desarrollarse la crisis constitucional si Trump, derrotado, convence o chantajea con su característica matonería a sus aliados políticos para que se unan a él en no reconocer el resultado.

Una crisis así pudiera parecer poco probable para algunos. El éxito de Trump en tal escenario dependería de que persuadiera a las legislaturas en los estados con votaciones de estrecho margen, de aceptar sus infundadas afirmaciones de fraude. La ansiedad popular se intensificó cuando Trump declaró que no se comprometería con una transición pacífica si algunos estados continúan enviando boletas por correo a todos los votantes registrados, que es la ley en varios de ellos.

Los líderes de la campaña de Trump negaron que tal estrategia esté bajo consideración, pero un alto funcionario de ese grupo, que habló bajo condición de anonimato, dijo que el equipo legal exploraría todas las opciones para garantizar la reelección del presidente. Agregaron que Trump no planea mantenerse en el poder si pierde de manera justa. Pero, como es evidente y harto conocido, para Trump no existe ninguna forma “justa” de perder.

Los pronunciamientos de Trump preocupan incluso a algunos en el Pentágono, después de que dijera a principios de este año que planeaba desplegar una masiva fuerza militar el día de las elecciones, en lo que describió como un “esfuerzo” para la supervisión del escrutinio.

Ninguna ley permite al presidente autorizar tal fuerza para uso interno, pero el despliegue de la Guardia Nacional por parte de Trump alrededor de la Casa Blanca durante las manifestaciones contra el racismo y la brutalidad policial (para tomarse una propagandística foto con una Biblia) ha mostrado cómo podría responder a protestas poselectorales si Biden es el ganador y el mandatario se niega a dejar el cargo.

Los comandantes militares enfrentarían una situación hasta ahora inimaginable, recibiendo órdenes de un “comandante en jefe” que ha perdido las elecciones. Es decir, se configuraría un golpe de Estado. Por todo lo que se conoce, afortunadamente Trump no tiene un nivel de control en las Fuerzas Armadas y la comunidad de inteligencia.

El peor de los casos es que el estado de no definición se prolongue hasta mediados de enero y que la Cámara de Representantes y el Senado estén en disputa sobre quién debería ocupar la Casa Blanca cuando el mandato del presidente expire el 20 de enero, según la Constitución.

“Trump ha roto tantas normas y ha hecho declaraciones tan incendiarias, incluso acerca de no aceptar una transición pacífica del poder, que mis alarmas están activadas y sonando”, dijo Richard L. Hasen, autor de Election Meltdown: Dirty Tricks, Distrust, and the Threat to American Democracy.2 “No significa que esto vaya a suceder. Pero sí significa que tenemos razón en preocuparnos de que suceda”.

Con suficiente anticipación, los abogados demócratas que trabajan con la campaña de Biden están examinando las leyes electorales en los estados en disputa, así como las reglas de la Constitución para contar los votos electorales. Les preocupa que Trump mantenga una ventaja en la noche de las elecciones en un estado crucial, declare la victoria antes de que se cuente la mayor parte de las boletas por correo y envíe a sus abogados a los tribunales para tratar de detener un conteo completo. Es una trastada que Trump mismo ha señalado que podría ocurrir, al declarar repetidamente que las boletas por correo son fraudulentas.

Tal acción legal podría crear una oportunidad para que los legisladores estatales republicanos en estados como Pensilvania, Michigan y Wisconsin declaren que emitirán los votos electorales de su estado a favor de Trump. En Michigan, esos mismos legisladores republicanos se niegan a denunciar el intento de golpe de Estado local donde se planeaba el secuestro de la gobernadora de ese estado y el ataque a varios edificios públicos, con hasta ahora 13 arrestados miembros de una organización de supremacistas blancos vinculada al movimiento racista y terrorista Boogaloo.

Los gobernadores demócratas en cada uno de esos estados podrían interponerse en el camino, llevando al Congreso una lista de electores que compiten por Biden, lo que provocaría una mayor disputa del proceso. Nada como esto ha sucedido en Estados Unidos desde la contienda de 1876 entre el republicano Rutherford B. Hayes y el demócrata Samuel Tilden. Y solo a nivel de un estado (Florida), en las infames elecciones del 2000.

La mayoría de los líderes republicanos parecen rechazar que su país vuelva a pasar por algo así, sin que se produzca un resultado electoral muy estrecho y con evidencia convincente de que los recuentos de votos fueron defectuosos. Varios republicanos en el Congreso hicieron declaraciones recientemente prometiendo una transición pacífica.

Los demócratas han usado esta controversia para energizar a sus votantes, instándolos a votar masivamente para que no haya disputas sobre el vencedor.

“Una victoria decisiva de Biden hará que sea prácticamente imposible que Trump niegue los resultados, y es nuestro mejor medio para defender la democracia”, dijo Bernie Sanders. Trump está “sembrando las semillas del caos, la confusión y usa teorías de conspiración al poner en duda la integridad de esta elección y, si pierde, justificar por qué debería permanecer en el cargo”.

La campaña de Trump, que ya ha gastado 1 000 millones de dólares de los 1 300 millones que ha recaudado, ha pagado aproximadamente 30 millones de dólares en los últimos dos años, en su equipo legal. Sus seguidores cuentan significativamente con menos fondos que los candidatos demócratas tanto en la campaña presidencial como en varias para el Senado y la Cámara de Representantes.

En un escenario contrario, la campaña electoral de Trump lucha agresivamente para reducir la participación de los votantes. Contra la elegibilidad para votar por correo, se trata de eliminar a los votantes de las listas, endurecer los requisitos de identificación de los votantes, reducir o prohibir el uso de buzones y descartar las boletas por correo que tienen fallas técnicas o llegan después del día de las elecciones (aunque hayan sido enviadas antes).

En fin, obstaculizar que el pueblo vote masivamente y hacer que los consejos electorales de los estados no tengan más remedio que confirmar que Biden ganó.

La democracia del asesinato

Que Estados Unidos es una democracia es una afirmación de ingenua aceptación en varias partes del mundo, pero siempre acompañada de dudas muy grandes. Y hay numerosos hechos que demuestran la limitada calidad institucional de esa democracia.

Quizás entre los más profundos cuestionamientos está el derecho del voto (y muchos otros derechos) de los ciudadanos de piel negra, de la mujer y de otros grupos minoritarios. Algunos dirán que la decimoquinta enmienda de la Constitución establece que los Gobiernos de Estados Unidos no pueden impedir a un ciudadano votar excusando motivos de raza, color o condición anterior de servidumbre (es decir, esclavitud), enmienda que fue ratificada el 3 de febrero de 1870, un lustro después del fin de la Guerra Civil. Pero en la realidad es diferente.

Solo en 1964, el presidente Lyndon Johnson firmó la Civil Rights Act (Ley de Derechos Civiles) que da al Gobierno federal poder para luchar contra la segregación, y en 1965, en el momento de mayor incidencia de Martin Luther King en la vida pública, el Congreso de EE.UU. aprobó la Ley de Derechos Electorales. Su implementación plena en la vida diaria, como bien sabemos, aún está lejos de haberse logrado.

La “democracia del asesinato”, sea a tiros o por ejecución aparentemente legal. Martin Luther King Jr. y Malcolm X, líderes contra la discriminación racial; Robert F. Kennedy, quien enfrentó al crimen organizado y la corrupción; los esposos Rosenberg, Ethel víctima de feminicidio judicial, y Harvey Milk, primer hombre abiertamente homosexual electo para un cargo público en los Estados Unidos. Víctimas del fascismo y el odio.

No es menos cierto que, en esas fechas, conspiraciones aún no aclaradas habían envuelto los asesinatos del presidente John F. Kennedy (22 noviembre de 1963), Malcolm X (21 de febrero de 1965), Martin Luther King (4 de abril de 1968) y, pocos días después, el 6 de junio, Robert F. Kennedy.

Estos eran líderes muy diferentes, representando organizaciones de amplia presencia nacional, con vastas redes, fuerte logística y recursos materiales, y fueron asesinados por el fascismo estadounidense, pero el movimiento progresista alcanzó algunos logros históricos que hoy están en gravísimo peligro ante la posibilidad de una “reelección” de Trump.

Ni los presidentes escapan a la “democracia del asesinato”. Las historias de A. Lincoln,
J. Garfield, W. McKinley y John F. Kennedy lo demuestran palmariamente.

En abril de 2014, el presidente Barack Obama homenajeó la lucha por los derechos civiles de los años sesenta, y puso énfasis en el hilo histórico de aquella búsqueda que se remontaba desde los inicios de la nación hasta el presente, remarcando que los sesenta abrieron “nuevas puertas de oportunidad no solo para negros y blancos, sino también para mujeres, latinos, asiáticos, nativos americanos, homosexuales y estadounidenses con discapacidad”.

Esa mirada puesta en lo social, en la universalización de los derechos civiles, contrasta radicalmente con la mirada y la práctica políticas de Trump. “Yo tengo la autoridad”, ha dicho el mandatario, en una definición de su protagonismo frente a los gobernadores: “Yo tengo la autoridad definitiva”.

Sin embargo, no es así. La Constitución de Estados Unidos es sumamente ambigua sobre el poder relativo de los Gobiernos estatales y el Gobierno nacional. Y si el Artículo VI, la llamada “cláusula de supremacía”, establece que las leyes federales prevalecen sobre las nacionales, la Décima Enmienda precisa que los estados son los que deciden, excepto en aquellas cuestiones en las que la Constitución declara de forma explícita la supremacía federal.

Ese choque de concepciones acerca del ejercicio del poder dejó al desnudo otra expresión autoritaria a pocas semanas de la elección nacional que resolverá si Trump continúa en su Gobierno, personalista y alejado de toda cordura y del respeto a la legalidad, o se abre paso una visión más apegada al derecho, de la mano de Joe Biden.

Recientemente, el académico Lawrence Douglas presentó un libro titulado ¿Se atreverá? Trump y el inminente colapso electoral de 2020. El análisis explora respuestas a partir de una estratagema que es peligrosa, pero no novedosa, de parte de Trump: comenzar a sembrar dudas acerca de un eventual fraude electoral; muy señaladamente, en este caso, en torno al voto por correo.

No necesita evidencias, ni le preocupa buscarlas o que existan o no: simplemente lanza a las redes sociales o al aire las versiones que se ajustan a su conveniencia o a sus caprichos, en las que va del más grosero bullying al absurdo y la ignorancia más cruda. Siempre hay seguidores, también para eso.

Esa estrategia no es novedosa. La usó en 2016, cuando en uno de los debates con Hillary Clinton manifestaba que no se comprometía a aceptar el resultado si perdía. Douglas coincide con un grupo de legisladores demócratas y unos pocos republicanos en su preocupación acerca de la inconsecuencia de Trump. “¿Y qué si Trump no coopera en una hipotética transición de poderes?”.

El temor de una zona muy importante del sistema político de EE.UU. es qué sucedería si el presidente no “concede”, no reconoce, no acepta la derrota y desafía la Constitución.

Para Douglas, académico, “las leyes federales asumen que los líderes acatarán las normas y concederán la derrota. El sistema simplemente no está preparado para ese desafío. Y menos con la composición actual de la Cámara de Representantes y el Senado, dividido en el control por demócratas y republicanos. Esto también ocurre en estados clave como Wisconsin, Pensilvania y Michigan, cuyas cámaras legislativas deben enviar un documento con los resultados electorales”.

Trump con su “as bajo la manga” para controlar la Corte Suprema, Amy Coney Barrett. La nominación de una nueva magistrada a las puertas de una elección presidencial (menos de un mes), sin precedentes en siglo y medio. Sin máscaras contra la COVID-19, con Trump positivo en esos momentos.

La preocupación de Douglas y de otros muchos académicos, así como legisladores, incluso republicanos, es que no se fían de la conciencia democrática de Trump, que en verdad, y la realidad lo ha demostrado muchas veces, es inexistente. Trump ha estado sembrando dudas sobre los “votos por correo”, pues ante una votación cerrada se abriría un compás de incertidumbre que demoraría, quizás, semanas. El mandatario ya ha sembrado las semillas para justificar un golpe de Estado o cualquier otra acción antidemocrática.

Trump no es Gore, quien en el 2000 prefirió parar el recuento y aceptar la derrota, anteponiendo a los suyos los intereses de la nación. Pero nadie cree que eso se repita con Trump. La Constitución fija el 20 de enero como el día en que debe haber un nuevo presidente en funciones. Si el resultado no estuviera firme, la Ley de Sucesión Presidencial de 1947 establece que Nancy Pelosi sería designada presidenta en funciones.

Las dudas de muchos son principalmente dos: cuál será la conducta de la dirección militar, y cómo intervendrá la Corte Suprema, aún más si se integra como magistrada la actual nominada de Trump, la jueza reaccionaria Amy Coney Barrett.

Pero ni el equipo demócrata de Biden, Harris, Sanders, Ocasio-Cortez, entre otros, es tan apocado como Gore, ni el pueblo estadounidense es el de hace dos décadas. Y no está con la guardia baja.

Son fuertes los indicios de que Estados Unidos puede tener este mes de noviembre su hora cero, en la dirección del sentido común y políticas más avanzadas en áreas como ley y orden, economía, inmigración, salud, política interior y exterior y medioambiente.

Notas:

1 En realidad el New Deal original de Franklin D. Roosevelt tuvo dos porciones sucesivas que algunos llaman el primer y el segundo New Deal Aquí lo considero, para más claridad, como uno solo.

2 Richard L. Hasen. La crisis de las elecciones: Trucos sucios y la amenaza a la democracia americana, Yale University


Detrás de las elecciones en Estados Unidos: Desinformación, racismo y teorías conspirativas

22 octubre 2020 | CUBADEBATE

La locutora venezolana Carinés Moncada, de la Actualidad Radio de Miami, asoció el movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan) con la brujería.Foto: Archivo.

A menos de dos semanas de las elecciones en Estados Unidos, las teorías conspirativas, el racismo hacia el movimiento social afroamericano y la desinformación proliferan entre los votantes hispanos de Florida, especialmente vulnerables a narrativas como el temor al fraude electoral debido a sus experiencias en sus países de origen.

Un potencial fraude electoral pergeñado por los demócratas, una presunta confabulación de judíos, afroestadounidenses e incluso gays para interferir en las elecciones... son algunas de las historias que se propagan entre muchos electores en Estados Unidos, y entre latinos de Florida en particular.

La influencer Liliana Rodríguez Morillo es un ejemplo. Hija del cantante José Luis "El Puma" Rodríguez y devota de Donald Trump, esta venezolana en Miami reprodujo en su Instagram una fotografía de licencias de conducir falsas, confiscadas a principios de año en Chicago.

"Todas registradas para votar demócrata!", escribió a sus 485 000 seguidores. "Abrá [sic] fraude el 3 de noviembre? O nos hacemos los tontos? A votar en persona!".

Verificadores de hechos, PolitiFact entre ellos, desmintieron la aseveración de que las cerca de 20 000 licencias de conducir -que sí fueron confiscadas- se vincularan a los demócratas.

Lizette Escobedo, directora de compromiso cívico de NALEO Educational Fund, una ONG no partidista que promueve la participación política de los latinos, dice que la desconfianza del sistema electoral es común entre los hispanos de Florida de ambas tendencias.

El problema, explica, "es que la mayoría de los latinos en realidad no confían en el proceso electoral. Tienen miedo de que sus votos no sean contados".

Su organización busca contrarrestar esta percepción a nivel nacional con mensajes educativos en línea.

"Y, en esta elección, Florida es nuestro mayor presupuesto digital", dijo Escobedo a la AFP.

El mes pasado, los representantes Debbie Mucarsel-Powell y Joaquín Castro pidieron al FBI que investigue el aumento de la desinformación dirigida a los latinos del sur de Florida y que "considere los esfuerzos de actores extranjeros" en este sentido.

Buena parte de estas teorías conspirativas favorecen al presidente Trump, quien está cabeza a cabeza en la carrera con el demócrata Joe Biden en Florida, un estado crucial en las elecciones que acaban el 3 de noviembre.

Los hispanos de Florida componen 17% de un electorado de 14 millones de votantes dominado por el exilio cubano.

Escobedo afirma que los latinos son particularmente vulnerables a desinformaciones de esta clase porque definen su postura respecto del sistema político estadounidense, "basándose en los sistemas políticos que tienen en su país de origen".

Y Latinoamérica tiene una larga historia de gobiernos autoritarios tanto de derecha como de izquierda, muchas veces sostenidos con elecciones señaladas como fraudulentas.

Pero esto es la punta del iceberg. La desinformación también tiene como blanco a los Biden, a la comunidad judía y a los afroestadounidenses.

Recientemente, según la radio pública WLRN, la locutora venezolana Carinés Moncada, de la Actualidad Radio de Miami, asoció el movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan) con la brujería.

"BLM practica 'lo negro' y quiere quemar tu propiedad y matar oficiales",
dijo, según WRLN, que publica un fragmento del audio. "Y Biden apoya esa
violación y esa anarquía".

En su Facebook, Moncada republica y traduce un texto de News Punch, un medio conocido por sus teorías conspirativas, según el cual la fundadora de BLM practica la brujería a partir de una entrevista donde la activista Patrisse Cullors dijo que el suyo era un movimiento espiritual.

"Este tipo de barbarismos se dicen constantemente", dijo el periodista Roberto Tejera, de la misma radio, al diario local Sun Sentinel. "Es el pan de cada día de la radio en español".

En otro episodio en septiembre, el diario local El Nuevo Herald, la versión en español del Miami Herald, debió sacar de circulación un semanario inserto dirigido a los cubanos de Florida luego de que un lector protestara por su contenido antisemita y racista.

Un columnista cubano había escrito en el semanario Libre que las protestas policiales eran una "putería racial" y que los judíos estadounidenses eran "cobardes" por apoyar el movimiento afroestadounidense.

Otro columnista, también cubano, hablaba de los homosexuales en términos despectivos y denunciaba un supuesto "lobby gay" respaldado por el comunismo internacional.

La Radio Caracol 1260 de Miami también tuvo que disculparse en agosto luego de que la senadora estatal Annette Tadeo llamara la atención en Twitter sobre un segmento pagado en el que el locutor había vaticinado "una dictadura de judíos y negros" si Biden ganaba la presidencia.

"Ese mensaje asqueroso, dicho por simpatizantes de Trump, salió hoy en
úCaracol1260 de Miami", acusó Taddeo.

Y añadió: "Todos -más allá de partidos- tenemos la obligación de repudiar y condenar este discurso pro-Nazi y racista".

(Con información de AFP)


Elecciones EEUU: Trump llama "criminal" a Biden y alerta de la izquierda radical y los anarquistas en los estados clave del medio oeste

El presidente de los Estados Unidos eleva el tono de sus discursos a menos de un mes de los comicios electorales.

Donald Trump durante un acto de campaña en Muskegon. REUTERS/Carlos Barria.
Donald Trump durante un acto de campaña en Muskegon. REUTERS/Carlos Barria.

Washington

18/10/2020 10:26  efe / público

El presidente de EEUU, Donald Trump, habló de forma agresiva este sábado contra el supuesto peligro de la "izquierda radical" si su rival demócrata, Joe Biden, gana los comicios del próximo 3 de noviembre, en dos mítines en los estados clave de Michigan y Wisconsin, en el medio oeste del país.

A 17 días de las elecciones, Trump avisó en un acto en el aeropuerto del condado de Muskegon, en Michigan, de que "la izquierda radical" quiere acabar con la historia del país y llamó a Biden "criminal".

Pese a no aportar pruebas sobre lo que decía, Trump despreció con contundencia al candidato demócrata: "Joe Biden es un político corrupto y la familia Biden es una empresa criminal (...) Es un criminal, miren a su hermano, de repente es un gran constructor en Irak ¿Cómo lo ha conseguido?".

Asimismo, vinculó a su adversario con los "anarquistas" y la "izquierda radical" que, subrayó, en los últimos meses han atacado monumentos en un intento de borrar la historia del país.

"Enciérrenla" 

En otro momento del mitin, Trump criticó a la gobernadora de Michigan, la demócrata Gretchen Whitmer, blanco de un intento de secuestro. "Tienen que lograr que su gobernadora reabra el estado, ¿bien?", dijo Trump, a lo que las miles de personas congregadas, muchas con máscaras faciales, pero sin respetar la distancia social recomendada para protegerse de la covid-19, comenzaron a gritar.

Y el presidente continuó: "Lograr que las escuelas abran, las escuelas tienen que estar abiertas, ¿verdad?". Entonces el público comenzó a pedir al unísono "lock her up" (enciérrenla), una expresión que se popularizó en la campaña de 2016 en los mítines de Trump en referencia a su entonces rival en los comicios, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton.

Ante esta reacción, Trump se rió y respondió: "Encerrémoslos", sin ofrecer precisiones. La reacción de Whitemer fue inmediata y contestó al mandatario en un tuit.

"Esta es exactamente la retórica que me ha puesto a mí, a mi familia y las vidas de otros funcionarios gubernamentales en riesgo, mientras intentamos salvar las vidas de los estadounidenses. Debe parar", lamentó la gobernadora.

El jueves un tribunal federal de Michigan acusó a seis personas formalmente de conspirar para cometer el secuestro de la gobernadora y de otros funcionarios, con lo que se enfrentan a una condena de cadena perpetua.

Simultáneamente, el estado de Michigan imputó delitos relacionados con terrorismo a otro grupo de siete miembros de la milicia "Wolverine Watchman", de ideas ultraderechistas, por supuestamente entrenarse para secuestrar a Whitmer o asesinarla.

La gobernadora ha sido objeto de críticas por parte de grupos conservadores y milicias de ultraderecha desde que decidió imponer el cierre de la actividad comercial y prohibir las aglomeraciones en el estado como medidas de contención de la pandemia.

Gritos similares como los lanzados contra Whitmer en Michigan se escucharon poco después en el segundo mitin del día de Trump, en el aeropuerto de Janesville, en Wisconsin, contra la legisladora demócrata, Ilhan Omar, musulmana y nacida en Somalia, sobre la que el presidente aseguró que no ama EEUU, a lo que sus seguidores clamaron "enciérrenla".

La elección más importante de nuestra historia

En Janesville, el mandatario hizo un discurso centrado en su política de "ley y orden" y subrayó la importancia de estos comicios. "Esta es la elección más importante de la historia de nuestro país, como sabéis, hace seis meses yo decía 'bueno, sabes, ¿cómo vas a compararla con la anterior, no sé, aquella fue importante. El hecho es que esta es la elección más importante de la historia de nuestro país", opinó.

Trump viajó a Michigan y Wisconsin, en un momento en que ambos estados están sufriendo un importante repunte en el número de casos de covid-19. Michigan registró el viernes el mayor incremento de casos en un solo día, con 2.015, de acuerdo a datos del Departamento de Sanidad y de Servicios Humanos estatal.

También ayer, Wisconsin experimentó el mayor número de contagios diarios, con 3.861, según la Universidad Johns Hopkins.

Biden critica a Trump por viajar en medio del repunte

En un comunicado difundido por su campaña, Biden criticó al mandatario por celebrar un mitin en Wisconsin en medio de uno de los "peores" repuntes de la pandemia.

"Wisconsin están en las garras de uno de los peores brotes de coronavirus en el país. Jill (su esposa) y yo estamos rezando por la salud de aquellos que han contraído el virus, y por las familias de quienes están de luto por la muerte de un ser querido", lamentó el demócrata.

Trump ha visitado este fin de semana Wisconsin y Michigan, en un intento por lograr apoyos en dos estados en los que ganó en las elecciones de 2016 frente a Clinton, pero donde actualmente las encuestas le dan por detrás de Biden.

Según el promedio de sondeos RealClearPolitics, Biden aventaja a Trump por más de seis puntos en Wisconsin, mientras que en Michigan va por delante con más de siete puntos.

A nivel nacional el exvicepresidente demócrata adelanta a Trump por nueve puntos en los sondeos. Mientras que Trump se ha embarcado este fin de semana en este viaje por varios estados, que esta noche le llevará también a Nevada, donde el domingo tiene previsto actos electorales, Biden se quedó este sábado en su residencia en Delaware, aunque mañana visitará Carolina del Norte.

En paralelo, la campaña de Biden y de su compañera de fórmula, Kamala Harris, aspirante demócrata a la Vicepresidencia del país, anunció este sábado la reanudación de los viajes el lunes por parte la senadora por California después de que dos personas de su entorno dieran positivo por covid-19 y suspendiera sus traslados el jueves.


Mítines de Trump han dejado 30 000 enfermos de COVID-19 y 700 muertos, según estudio

1 noviembre 2020 | CUBADEBATE

Seguidores de Donald Trump en unos de sus actos de campaña. Foto: The New York Times.

La intensa campaña electoral del presidente, Donald Trump, ha tenido consecuencias desastrosas, como el incremento en el número de contagios de COVID-19, debido a la negligencia de su equipo a la hora de reforzar las recomendaciones sanitarias para evitar la propagación de la pandemia, según un estudio realizados por científicos y reseñado por varios medios de prensa del país.

Los investigadores de la Universidad de Stanford, en California, han realizado un estudio que revela que los mítines electorales de Trump han generado 30 000 infectados y 700 muertos.

Las citadas cifras son el resultado de un exhaustivo estudio en las 18 ciudades que el inquilino de la Casa Blanca ha recorrido para promover su reelección.

El magnate republicano no ha dejado de enviar mensajes poco compatibles con las medidas de seguridad en medio de la crisis sanitaria, incluso en sus reuniones ha sido habitual comprobar cómo se descuidaba la distancia física o cómo pocos de los asistentes llevaban mascarillas faciales.

Desde el inicio de la pandemia de coronavirus en marzo, Trump no solo ha minimizado la enfermedad infecciosa en EE.UU., sino que ha sido reacio a seguir con las recomendaciones sanitarias para controlar la propagación, y menos aún, promover medidas concretas para combatir los efectos mortales del virus.

A mediados de septiembre, el inquilino de la Casa Blanca reconoció que había mentido para contener el pánico y evitar la histeria en el país.

(Tomado de The New York Times)


Trump: "Podría saltar a la multitud, darle un beso a cada mujer y a cada hombre, y no contraería covid-19"

Publicado: 27 oct 2020 23:32 GMT - RT
El mandatario asegura que superó el virus porque es "una persona muy joven que está en perfecta forma física" y recuerda que se sintió "como superman" tras superarlo.

Trump: "Podría saltar a la multitud, darle un beso a cada mujer y a cada hombre, y no contraería covid-19"
El presidente de EE.UU., Donald Trump.Jonathan Ernst / Reuters

El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha asegurado este martes durante un mitin de campaña en Lansing (Michigan) que, debido a que ha desarrollado inmunidad al covid-19 tras superar la enfermedad, ahora podría "besar" a todos en la multitud sin contagiarse.

"¿Veis esta multitud aquí? Podría saltar directamente. Podría darle un beso a cada mujer y a cada hombre, y no lo contraería", afirmó el mandatario.

Al mismo tiempo, Trump criticó a los médicos por afirmar que su inmunidad duraría cuatro meses, en lugar de toda la vida.

Al referirse a su recuperación del coronavirus, el presidente recordó que tomó el cóctel de anticuerpos Regeneron, si bien matizó que le gustaría darse "todo el crédito" a sí mismo por combatir el virus, al ser "una persona muy joven que está en perfecta forma física". En este sentido, subrayó que, tras superar el virus, se levantó una mañana y se sintió "como superman".


Elecciones en EEUU: Trump plantea despedir a Fauci, el Fernando Simón de EEUU, tras sus críticas a la gestión de la pandemia

"Déjenme esperar hasta un poco después de las elecciones", dijo el presidente a sus votantes, en relación al hipotético despido del epidemiólogo, quien se ha mostrado muy crítico con el negacionismo del mandatario norteamericano.

El presidente de EEUU, Donald Trump, en un acto electoral.
El presidente de EEUU, Donald Trump, en un acto electoral. — Carlos Barria / REUTERS

florida - 02/11/2020 09:35 - reuters - PÚBLICO

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió que podría tratar de despedir a un miembro muy respetado de su grupo de trabajo sobre el coronavirus, Anthony Fauci, después de que este experto lanzara una nueva crítica a la gestión de la epidemia por parte de Trump.

Fauci, principal experto en enfermedades infecciosas del país y director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, ha discrepado con las repetidas afirmaciones de Trump de que la lucha de Estados Unidos contra el virus estaba logrando una mejoría cuando en realidad decenas de miles de personas se infectan diariamente.

"Nos espera mucho dolor. No es una buena situación", dijo Fauci al periódico Washington Post el viernes. "Todas las estrellas están alineadas en el lugar equivocado en la temporada de otoño e invierno, y la gente se reúne en casa en el interior. Nuestra posición no podría ser peor".

Cuando Trump defendió su gestión del virus en un mitin nocturno celebrado en el aeropuerto de Opa-Locka, en el área de Miami, se escucharon cánticos de "Despide a Fauci".

En respuesta, Trump dijo: "No se lo digan a nadie, pero déjenme esperar hasta un poco después de las elecciones (del 3 de noviembre)".

Fauci es uno de los expertos en salud más populares de Estados Unidos, un hecho que Trump ha señalado en el pasado para evitar meterse en conflictos con él. (Información de Steve Holland; editado por Lincoln Feast; traducido por Tomás Cobos)


COVID-19 en el mundo: Estados Unidos enfrenta aumento récord de casos de coronavirus en la antesala de la elección

31 octubre 2020 | CUBADEBATE

Ni la pandemia, ni las largas colas han impedido que los estadounidenses acudan en masa a votar de forma anticipada. Foto: Getty Images.

Un aumento récord de casos de coronavirus en Estados Unidos está llevando a los hospitales al límite de su capacidad y provocando la muerte de hasta 1 000 personas al día, según las últimas cifras, cuando gran parte de la atención del país se centra en las elecciones presidenciales del martes.

Estados Unidos rompió el jueves el récord diario de nuevas infecciones de coronavirus, reportando al menos 91 248 casos, ya que 17 estados informaron de su mayor número diario de pacientes de COVID-19 hospitalizados desde que comenzó la pandemia, según un recuento de Reuters de datos reportados públicamente.

Más de 1 000 personas murieron por el virus este jueves, la tercera vez que ocurre en un día de octubre. El número de hospitalizados por COVID-19 ha aumentado más del 50% en el mes, hasta 46 000, el más alto desde mediados de agosto.

Entre los estados más afectados están algunos de los que se disputan el presidente republicano Donald Trump y el aspirante demócrata Joe Biden, como Michigan, Carolina del Norte, Ohio, Pensilvania y Wisconsin.

La oleada ha revivido algunas de las peores imágenes de la devastadora primera ola del virus en marzo, abril y mayo, con personas en respiradores muriendo solas en el aislamiento del hospital y personal médico física y mentalmente exhausto.

“Nuestros hospitales no pueden seguir el ritmo de la tasa de infección de Utah. Merecen comprender la grave situación a la que nos enfrentamos”, tuiteó el gobernador Gary Herbert, haciéndose eco de las declaraciones de funcionarios de otros estados y de los expertos en salud pública.

Utah fue uno de los 14 estados que reportó aumentos récord de muertes este mes y está entre los 30 estados que reportaron alzas de casos a máximos. Estados Unidos ha sufrido 229 000 muertes y casi nueve millones de casos, ambos los totales más altos de la pandemia mundial en un solo país.

“Estamos teniendo algunos de los mayores brotes de toda la pandemia. Y a nueve o diez meses de esta pandemia, todavía no estamos del todo preparados”, dijo Ashish Jha, decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Brown en Providence, Rhode Island.

“No tenemos el tipo de pruebas que necesitamos. Hay muchos problemas con los grandes brotes que ocurren en muchas, muchas partes diferentes del país. Y, por supuesto, vamos a entrar en el otoño y el invierno (boreal), lo que hará las cosas muy, muy difíciles”, dijo Jha a Reuters en una entrevista.

Trump ha minimizado repetidamente el virus, diciendo durante semanas que el país está “pasando la página”, pese a que los nuevos casos y hospitalizaciones se dispararon. Mantuvo su tono optimista en un tuit del viernes, diciendo que el país lo está haciendo mucho mejor que Europa para enfrentar la pandemia.

Biden y sus colegas demócratas en el Congreso han criticado al mandatario por su manejo de la crisis sanitaria.

En la Cámara de Representantes, los demócratas publicaron un informe condenando la respuesta a la pandemia del gobierno como “uno de los peores fracasos de liderazgo en la historia de Estados Unidos”, que ha empujado al menos a seis millones de personas a la pobreza y ha dejado a millones más sin empleo.

“El virus es un flagelo mundial, pero ha sido un fiasco estadounidense que ha matado a más personas en Estados Unidos que en ningún otro país”, dice el informe provisional de 71 páginas de los demócratas del Subcomité selecto de la Cámara de Representantes sobre la crisis del virus, creado en abril.

De acuerdo a docenas de investigaciones dirigidas por los demócratas durante los primeros seis meses del comité, el informe dice que se identificaron más de 60 instancias en las que los funcionarios del gobierno desautorizaron o ignoraron a los principales científicos para promover los intereses políticos del presidente.

El subcomité encontró más de 4 000 millones de dólares de posible fraude en programas para ayudar a pequeñas empresas en dificultades y acusó al gobierno de dirigir el financiamiento para suministros críticos a compañías que tenían conexiones políticas o carecían de experiencia, a menudo sin competencia.

Boris Johnson considera poner a Inglaterra bajo confinamiento, que ya registra la cifra más alta de muertes en Europa

La pandemia se está extendiendo en la mayor parte de Reino Unido, donde la cifra oficial de 46 299 muertos es la más alta de Europa. Foto: Reuters

El primer ministro británico Boris Johnson está considerando poner Inglaterra bajo confinamiento por cerca de un mes la próxima semana después de que los científicos dijeran que el coronavirus se estaba propagando más rápido que sus peores predicciones, dijo un alto cargo del gobierno.

La pandemia se está extendiendo en la mayor parte de Reino Unido, donde la cifra oficial de 46 299 muertos es la más alta de Europa.

Las nuevas medidas todavía están en discusión, y no se ha tomado una decisión final, dijo la autoridad. Escocia, Gales e Irlanda del Norte tienen sus propias políticas para combatir la pandemia.

Se espera que Johnson celebre una conferencia de prensa el lunes para anunciar las nuevas medidas que, según publicó el periódico The Times, permitirá que sólo las tiendas y escuelas esenciales, guarderías y universidades permanezcan abiertas.

La oficina del primer ministro se negó a hacer comentarios.

La decisión de imponer un confinamiento nacional representaría un cambio de postura drástico para el primer ministro, que ha insistido durante meses en que no creía que tal medida fuera necesaria.

Johnson dijo hace dos semanas que quería evitar la “miseria de un encierro nacional” mientras defendía su estrategia de imponer un mosaico de restricciones locales.

Pero los asesores científicos del gobierno están advirtiendo que las infecciones por COVID-19 están aumentando tan rápidamente que, a menos que se pueda hacer algo para reducir las infecciones, el “peor caso razonable” de 80 000 muertos podría ser superado.

Ciudad de México aplicará más restricciones si hospitalizaciones por COVID-19 siguen aumentando

Una mujer con una mascarilla protectora sostiene flores mientras decora la tumba de su esposo en el cementerio de Xilotepec, en el período previo a la celebración del Día de Muertos. Foto: Henry Romero/Reuters

La alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, advirtió este viernes con aplicar medidas más restrictivas a las actividades públicas en la populosa capital si siguieran incrementándose las hospitalizaciones por COVID-19, en medio de un rebrote de la pandemia en otras áreas del país latinoamericano.

La funcionaria, que a principios de la semana informó que tenía coronavirus, reiteró en una rueda de prensa virtual sus llamados a la población para que no organice fiestas de más de 10 personas y celebre en casa el entrañable Día de Muertos el 1 y 2 de noviembre.

“Si es necesario, ya el viernes de la próxima semana estaríamos tomando medidas de restricción”, dijo Sheinbaum, al detallar que la ocupación de camas en hospitales de la capital es del 43.7%, una cifra que se ha venido incrementando desde principios de octubre.

Las nuevas limitaciones podrían ir dirigidas a reducir horarios o aforos de bares y restaurantes, anticipó la alcaldesa, quien pidió a los jóvenes cumplir con los requisitos de distancia física y uso de cubrebocas, tras detectar “un relajamiento” en ese grupo social.

Otro foco de inquietud es la costumbre mexicana de ir a los cementerios el Día de Muertos. Sheinbaum informó que los panteones estarán cerrados y pidió a la población homenajear en casa a sus difuntos.

México, el cuarto país del mundo con más muertes ligadas al COVID-19, ha visto rebrotes en algunas de sus 32 entidades federativas. En varios países de Europa, las autoridades han recrudecido los confinamientos de la población para tratar de frenar una nueva ola de la pandemia.

Perú supera los 900 000 casos de coronavirus y cierran temporalmente cementerios

El viernes se registraron 2 586 nuevos casos para sumar un total de 900 180 contagios. Foto: CNN

Aunque los contagios de coronavirus se han desacelerado en Perú, los infectados superaron los 900 000 con más de 34 400 muertos y el Gobierno busca evitar un rebrote con algunas medidas como restringir las fiestas de Haloween y el cierre de cementerios.

El aumento de nuevos casos se desacelera gradualmente desde septiembre en la nación sudamericana tras reportar más de 10 000 contagios diarios a mediados de agosto; y más de 300 muertos por jornada a mediados de junio, según datos oficiales.

El viernes se registraron 2 586 nuevos casos para sumar un total de 900 180 contagios, mientras los fallecidos aumentaron en 49 hasta los 34 411, dijo el ministerio de Salud.

Sin embargo, el Gobierno del presidente Martín Vizcarra ha dicho que no bajará la guardia y amplió esta semana el estado de emergencia hasta fines de noviembre, una medida que incluye el toque de queda nocturno, la prohibición de reuniones o fiestas y limitaciones al tránsito de personas en algunas regiones.

El gobierno ha invocado a no dejar salir a los niños a pedir caramelos en las calles el sábado cuando se celebra como en muchos países Halloween; tampoco ir a los cementerios el domingo a visitar a los difuntos por el Día de los Muertos y no festejar el día de la canción peruana durante el fin de semana.

Daniel Cáceda, gerente de la entidad que gerencia los dos mayores cementerios de Lima, dijo que los camposantos estarán cerrados el sábado y domingo, cuando estos lugares reciben alrededor de 100 000 personas que visitan a sus difuntos.

“Invocamos a la ciudadanía la que no acercarse a los comentarios porque no queremos que estos se conviertan en un foco de contagio. Habrá vigilancia policial en los alrededores”, advirtió el viernes el funcionario al canal América Televisión.

Los casos de coronavirus en el mundo aumentaron en más de 500 000 en un día por primera vez esta semana, para sumar 44,94 millones de contagios y 1,17 millones de muertos.

Perú es actualmente el quinto país con más contagios del virus en América Latina, luego de ocupar hace meses el segundo lugar con mas infectados en la región y el quinto en el mundo.

La ministra de Salud, Pilar Mazzetti, manifestó que las fiestas por Haloween también podrían generar contagios e invocó a la población para que los niños pueden disfrazarse dentro de sus casas y hacer reuniones por medios digitales con amigos.

“Nuestros niños en la calle tocan cosas, intercambian cosas, se cruzan con otras personas y pueden estar en riesgo”, dijo el jueves la ministra junto a Vizcarra en el Palacio de Gobierno.

La nación productora de minerales fue una de las primeras en Latinoamérica en imponer en marzo una estricta cuarentena para frenar la pandemia, pero desde mayo comenzó a levantar el confinamiento para reactivar la economía que según proyecciones caería este año un 12,7%, la más profunda en un siglo.

El mandatario Vizcarra ha suavizado en los últimos meses las restricciones y desde noviembre permitirá la reapertura limitada de las iglesias, los museos y el acceso -de lunes a jueves- a las playas; pero mantendrá el cierre de los bares y cines.

Vizcarra, que afronta además de la pandemia una turbulencia política por constantes choques con el Congreso opositor, ha dicho que el país debe aprender a convivir con esta “nueva normalidad” hasta que lleguen las vacunas en el 2021.

(Con información de Reuters)


En EEUU millones compran armas y Trump afirma que venció la pandemia

Por: David Brooks
31 octubre 2020 |CUBADEBATE

Biden y Trump en el segundo debate presidencial. Foto: Mike Segar/Reuters

Es Halloween y estas elecciones son de susto, entre una votación adelantada a un volumen sin precedente, millones de ciudadanos comprando armas, un presidente que delira que ya venció a la pandemia y que advierte de amenazas inexistentes por una ultraizquierda, y alertas de un gobierno extranjero a sus ciudadanos en Estados Unidos para tomar precauciones en este peligroso país en la coyuntura electoral.

En Texas, un estado antes sólidamente republicano en elecciones presidenciales, ahora está en juego con un voto adelantado de más de 9 millones que ya superó el total emitido en esa entidad hace cuatro años. La última vez que los demócratas conquistaron ese estado en una elección presidencial fue en 1976.

Otros estados claves están registrando fenómenos parecidos, asustando a los republicanos, ya que un incremento en la participación electoral no es buena noticia para ellos en sí, sino que hay indicaciones de que el voto adelantado es anti-Donald Trump. En total, casi 87 millones de votos anticipados ya fueron recibidos a cuatro días de los comicios, cifra que representa más de 60 por ciento del voto total en las elecciones de 2016.

Más aún, en por lo menos tres estados claves en el mapa electoral, el elevado voto de los jóvenes está sorprendiendo a los expertos, otra noticia no muy buena para el presidente. Los activistas jóvenes de los grandes movimientos por la justicia racial, sobre el cambio climático y el control de las armas están participando ahora en el proceso, muchos por primera vez. Y encuestas recientes registran que una amplia mayoría de este sector repudia a Trump y votará a favor de su contrincante demócrata, Joe Biden.

Éste realizó actos en el medio oeste, en Wisconsin, estado que contribuyó a la sorpresa del triunfo de Trump hace cuatro años, pero que según encuestas será recuperado por los demócratas este año, como también Minesota y Iowa.

En actos con sana distancia y todos con cubrebocas, el demócrata repitió su mensaje central de que esta contienda se trata de el rescate del alma de Estados Unidos, y deploró el manejo de la pandemia por el presidente, en una región que registra brotes récord de nuevos contagios, así como se ha dado a escala nacional.

Trump realiza actos sin precauciones y sin cubrebocas en los mismos estados y en Michigan –todos claves para su relección–, donde continúa con un mensaje que combina la ficción extrema, advertencias contra el aparente asalto al poder por la "extrema izquierda" y sus repetidas afirmaciones, sin ninguna evidencia, de un fraude electoral masivo, precisamente por medio de las boletas enviadas por correo (aunque personalmente él ha usado ese mecanismo múltiples veces).

“Superman, Superman”

Un mitin de campaña de Trump en Arizona. Foto: Jonathan Ernst/Reuters

Él y su equipo afirman que no sólo se está controlando la pandemia, sino que de hecho ya ha sido vencida (según la oficina de ciencia de la Casa Blanca). Asegura que el virus es menos letal de lo que se dice, y se presentó como ejemplo de ello ante sus fans en Michigan coreando “Superman, Superman”. Todo esto ante niveles récord de contagios (más de 9 millones en total) y con un incremento de casos diarios de 21.5 por ciento sólo en la semana pasada. Un total de 229 mil personas han perecido por el virus.

La anulación de la realidad objetiva y los hechos ha sido una táctica permanente con esta presidencia, y también buscar amenazas inexistentes. El economista y columnista del New York Times, Paul Krugman, señala que la estrategia republicana “está basada casi completamente en tratar de asustar a votantes sobre cosas malas que no están ocurriendo –como una gran ola de violencia anarquista que barre las ciudades estadunidenses– mientras no se fija en cosas malas que realmente están ocurriendo, como la pandemia y el cambio climático”.

Tal vez lo que más asusta en este Halloween es que millones de estadunidenses están dispuestos a aceptar los engaños y seguir ciegamente a su líder, a pesar de la realidad.

Por cierto, los estadunidenses han comprado casi 17 millones de armas de fuego hasta la fecha este año, una cifra récord, según Small Arms Analytics, reportó The Guardian. Las compras se elevaron primero en la primavera, nutridas por el temor en torno a la pandemia, y subieron más en el verano, con las protestas por la justicia racial. Un sondeo reciente reveló que dos tercios de los que dicen haber adquirido armas este año expresaron preocupación por actividades ilegales, y la mitad también citó preocupaciones de que el gobierno podría irse a un extremo.

Varias tiendas y cadenas comerciales, incluyendo Tiffany, Saks y Nordstrom, informaron que estaban tomando mayores medidas de seguridad y hasta han cubierto sus vitrinas con madera “en anticipación de potencial actividad relacionada con la elección o ante posibles disturbios civiles que puedan resultar de la elección”.

Además, administradores de edificios en Nueva York y otras ciudades han enviado alertas a sus residentes para que tomen precauciones ante posibles disturbios que podrían brotar en relación con la elección y sus secuelas.

El gobierno de Nueva Zelanda emitió una alerta oficial a sus ciudadanos que visitan o residen en Estados Unidos; les aconsejó evitar áreas donde se esperan actividades políticas y protestas, pues –dijo– a lo largo del año algunas de éstas han resultado en violencia tanto de manifestantes como de las fuerzas de seguridad pública. “Si se encuentran en una área de actividad de protesta política o disturbio civil, deberán abandonar el área si es seguro hacerlo o permanecer adentro hasta que la situación mejore”, recomienda.

Voto anticipado para elecciones en EEUU supera los 90 millones

Una trabajadora electoral presenta los detalles de una votante a través de un separador plástico para protegerse del coronavirus en el último día de votación adelantada en persona en Carolina del Norte, 31 de octubre de 2020. Foto: Jonathan Drake/Reuters

Más de 90 millones de estadounidenses ya han emitido sus votos para las elecciones presidenciales de Estados Unidos, de acuerdo con un recuento del sábado elaborado por el Proyecto Elecciones de la Universidad de Florida, en camino hacia la mayor tasa de participación en más de un siglo.

El resultado récord, equivalente a un 65% de la participación total en 2016, refleja un fuerte interés por la votación, en la que el presidente Donald Trump, un republicano, enfrenta al candidato demócrata Joe Biden, un exvicepresidente.

Grandes cantidades de personas, reporta Reuters, ya han sufragado por correo o personalmente en estaciones de votación, ante preocupaciones sobre la exposición al coronavirus el día de las elecciones, el martes.

Trump está detrás de Biden en los sondeos nacionales de opinión en medio de críticas por el manejo que hizo su gobierno del COVID-19, que ha dejado casi 229 000 muertos en Estados Unidos. Los números de infectados nuevamente están en máximos diarios.

Los demócratas ostentan una ventaja significativa en el sufragio adelantado debido a su adopción del voto postal, que los republicanos históricamente han usado considerablemente pero comenzaron a evitar tras unos reiterados y poco fundamentados ataques de Trump, que dice que esa vía se presta al fraude.

Los expertos predicen que la participación total superará fácilmente los 138 millones de votos de 2016. Hace cuatro años se emitieron solo 47 millones de sufragios anticipados.

En 20 estados que reportan datos por registro partidario, 19,9 millones de demócratas registrados ya han votado comparado con 13 millones de republicanos y 10,1 millones sin afiliación partidista. Los datos no reflejan por quién votaron.

(Tomado de La Jornada)


Sabotear el voto, táctica de Trump y republicanos

por David Brooks
LA HAINE - 01/11/2020

El régimen de Trump y los republicanos tienen claro que su triunfo depende de reducir el sufragio popular

Los demócratas son favoritos para ganar la Casa Blanca, posiblemente tomar control del Senado y ampliar su mayoría en la Cámara de Representantes, según los principales expertos electorales, y ante ello Donald Trump y los republicanos entienden que su mejor respuesta es suprimir el voto en una democracia que gobiernan sin gozar del apoyo de una mayoría.

Con las actividades electorales acercándose a su término, ésta no es una contienda “normal” entre los candidatos de los dos partidos nacionales, sino un referendo sobre el ocupante de la Casa Blanca, o como repite el senador Bernie Sanders, “es una elección entre la democracia y Trump”.

También es la elección federal (presidencia y legislatura) más cara en la historia del país, con un gasto total de un aproximado de 14 mil millones de dólares, dos veces más que la anterior, en 2016, calcula el Center for Responsive Politics.

Por ahora, a menos de una semana de la elección que oficialmente culminará el 3 de noviembre —pero que nadie sabe cuándo concluirá—, el consenso de los principales expertos y sus modelos es que Joe Biden y los demócratas son favoritos para ganar la Casa Blanca, ampliar su ventaja mayoritaria en la cámara baja (las 435 curules están en juego) y con buena probabilidad de reconquistar el control del Senado (35 curules, poco más de un tercio, están en juego).

Además de mantener durante semanas una amplia ventaja en los sondeos nacionales, los demócratas incluso contemplan ampliar el número de estados claves que, bajo el sistema del Colegio Electoral, es donde se determina al ganador de la elección presidencial. De pronto Texas ha sido colocado como un estado que está plenamente en juego, después de décadas de ser bastión republicano en el mapa electoral.

Por ello, junto con Florida, Georgia y Arizona (donde ayer Trump asistió a mítines), el voto diverso de los latinos –el sector minoritario más grande del país– cobra gran importancia (aunque vale recordar que Trump ganó casi 30 por ciento de este voto en 2016).

Trampas

Trump y los republicanos tienen claro que su triunfo depende de reducir el sufragio popular. Sólo un presidente republicano ha ganado el voto popular desde 1988; Trump ganó con 46 por ciento en 2016 y nunca ha logrado obtener 50 por ciento de apoyo durante su gestión.

Al saber que no cuentan con el respaldo de la mayoría del electorado, los republicanos se dedican a suprimir el voto, sobre todo en los estados claves dentro del sistema de voto indirecto conocido como Colegio Electoral, el cual determina quién gana la presidencia.

Por eso hay un multimillonario esfuerzo masivo para reducir el voto tanto a través de maniobras legales como extralegales. Por el lado legal, los republicanos han dedicado más de 20 millones de dólares a promover por lo menos 300 disputas judiciales con la finalidad de obstaculizar el voto este año, reporta el 'Center for Public Integrity'. Más aún, hay demandas legales constantes para frenar o limitar el conteo de votos que llegan tarde por correo o eliminar medidas diseñadas para facilitar el voto.

Todas estas disputas, incluida cualquiera sobre el resultado final de la elección, tienen como árbitro final a la Suprema Corte (no existen tribunales electorales), donde Trump y los republicanos acaban de consolidar su control al imponer una mayoría conservadora de seis a tres.

Por la vía extralegal hay diversos intentos de intimidación, que incluye colocar gente armada cerca de casillas de voto adelantado y el día de las elecciones, videograbar a votantes que proceden hacia casillas y buscar confundir a los ciudadanos con información falsa. También hay investigaciones de preparación de “milicias” en varios estados que buscarán provocar violencia relacionada con las elecciones.

El voto de las minorías, o de algunos sectores de las mismas, es sistemáticamente suprimido en este país —hay una larga historia de lucha por el derecho pleno de ejercer el voto—y este año las fuerzas de Trump han redoblado esfuerzos para buscar cómo obstaculizar este voto que suele favorecer a los demócratas.

Pese a esto, todo indica una participación electoral sin precedente en décadas, con más de 74 millones de votos ya emitidos de manera anticipada, algo que en principio debería favorecer a los demócratas.

Algunos expertos advierten que con milicias y otros grupos armados de ultraderecha preparándose para frenar el proceso electoral y rechazar el resultado, con el apoyo casi explícito del presidente —quien además emplea la retórica de guerra fría sobre la supuesta amenaza de que “la izquierda radical” está por tomar el poder en este país— hay cada vez más probabilidades de violencia. Y alertan que esa violencia podría detonar un ciclo peligroso no sólo provocando enfrentamientos civiles, sino la intervención de fuerzas de seguridad locales y federales.

Mientras, los temas que giran alrededor de esta elección continúan azotando al país, desde un rebrote de la pandemia que llegan a un promedio récord de 74 000 casos nuevos cada día durante la última semana, hasta nuevas protestas por otra muerte de un afroestadunidense, Walter Wallace, a manos de la policía, esta vez en Filadelfia, donde las autoridades impusieron un toque de queda luego de dos noches de protesta y furia, mientras nutridas por el cambio climático que rehúsa reconocer el presidente, California evacuó a decenas de miles de personas ante nuevos incendios forestales descontrolados y un nuevo huracán estaba por llegar a Luisiana.

Las bolsas de valores se desplomaron 3 por ciento, dañando parte del mensaje de Trump de que el auge en Wall Street era prueba de su gran manejo económico.

Anónimo se identifica

Miles Taylor, ex jefe de equipo del Departamento de Seguridad Interna, se identificó ayer como el autor anónimo de un artículo de opinión publicado en el 'New York Times' en 2018 y después un libro en 2019 en el cual describió a Trump como un líder sin ética e “indisciplinado” y también “inefectivo” cuyo abuso del poder amenazaba la democracia estadunidense.

Su obra provocó ira en la Casa Blanca –Trump preguntó si era “un traidor” a la nación– y fue otro más en el juego favorito de Washington de adivinar quiénes son las fuentes anónimas que revelen secretos y chismes del gobierno, sobre todo de los líderes.

La Jornada


Noticias Internacionales Independientes (EE.UU.)

Confiemos en el voto popular, no deleguemos la elección en el Colegio Electoral

30 de octubre de 2020

Amy Goodman y Denis Moynihan

Donald Trump podría ser el último perdedor en ganar las elecciones a través del Colegio Electoral. Dos de las últimas tres presidencias de Estados Unidos, incluida la de Trump, han recaído en el candidato que perdió en el voto popular a nivel nacional. En el año 2000, la Corte Suprema suspendió el recuento de votos del estado de Florida para anunciar que George W. Bush. había sido el ganador. Posteriormente, se determinó que, en realidad, el entonces vicepresidente Al Gore había ganado las elecciones con una ventaja de medio millón de votos. En el año 2016, Hillary Clinton obtuvo casi 3 millones de votos más que Donald Trump, pero aun así Trump fue el ganador. Estas victorias, en las que es el perdedor quien gana, fueron posibles gracias al Colegio Electoral, una de las disposiciones antidemocráticas clave de la Constitución de Estados Unidos.

Los 55 hombres blancos que redactaron la Constitución en 1787, muchos de los cuales eran dueños de esclavos, imaginaban una democracia, pero no confiaban en que el pueblo tuviera la capacidad de elegir al presidente adecuado. Así que crearon el Colegio Electoral. Ahora, más de 230 años después, ha surgido en el país un movimiento que reclama que el presidente sea elegido mediante el voto popular directo.

En diciembre del año 2000, mientras la Corte Suprema de Estados Unidos dirimía sobre el recuento de votos del estado de Florida en el caso “Bush contra Gore”, el legendario historiador Howard Zinn, ya fallecido, se presentaba en Democracy Now! para arrojar luz sobre esta incomprendida entidad, el Colegio Electoral. El historiador nos describió detalles poco conocidos de la Convención Constitucional de 1787, celebrada en la ciudad de Filadelfia:

“Cuando llegó la hora de abordar la cuestión de cómo elegir un presidente, se desató un acalorado debate sobre cómo debía ser electo y cuántos años debía ejercer sus funciones un presidente, si debía haber un vicepresidente, y así sucesivamente. Se hicieron varias propuestas para que el presidente fuera electo por votación popular directa. Pero las propuestas se descartaron de inmediato, lo que no es una sorpresa, ya que los padres fundadores de Estado Unidos no estaban dispuestos a que el pueblo realmente eligiera a quienes iban a dirigir el gobierno”.

En cambio, idearon un plan por el cual los poderes legislativos estatales designarían “electores” que se reunirían estado por estado para elegir al presidente y actuarían como un filtro entre los votantes y la elección del presidente. En ese momento, el electorado estaba conformado por un grupo muy selecto de terratenientes, en su mayoría blancos, mientras que unos pocos estados también permitían que votaran los hombres negros que eran libres.

Alexander Hamilton, uno de los padres fundadores, que alcanzó la fama gracias a ser el personaje principal del exitoso musical de Broadway Hamilton, de Lin-Manuel Miranda, defendió la decisión de crear el Colegio Electoral y escribió en el sexagésimo octavo ensayo de los llamados “Papeles Federalistas” que los electores, que deliberarían de manera “juiciosa”, desecharían a los contendientes presidenciales no aptos para el cargo. Hamilton escribió:

“El talento para las bajas intrigas y las pequeñas astucias de la popularidad solo pueden bastar para elevar a un hombre a los primeros honores en un estado; pero se requerirá otro talento y un género de mérito distinto para confirmarlo (…) para el distinguido empleo de presidente de Estados Unidos”.

Si el Colegio Electoral tenía como objetivo proteger a la nación de un presidente con talento en el arte de “la baja intriga” y de “las pequeñas astucias de la popularidad”, el 2016 marcó un fracaso evidente.

Cada estado cuenta con un número de electores igual al número de senadores y representantes que tiene en el Congreso. Desde 1961, como resultado de la vigésima tercera enmienda a la Constitución, el Distrito de Columbia también cuenta con tres electores.

La mayoría de los estados le concede sus electores al candidato presidencial que consigue más votos en el estado. En todos los estados menos en dos es “a todo o nada”: el ganador se lleva todo. Es por este sistema que las campañas presidenciales se enfocan casi por completo en un pequeño grupo de los llamados “estados indecisos”, en los que tanto el candidato republicano como el demócrata tienen posibilidades de ganar. Por eso, las campañas suelen pasar por alto a los otros casi cuarenta estados, ya que la asignación de los votos electorales en esos lugares es previsible. Por ejemplo, los estados de California, Oregón y Washington son considerados “estados demócratas”, mientras que Misisipi y Alabama suelen considerarse como “estados republicanos”.

Los votantes modernos, que en su mayoría opinan que el presidente debe ser electo por el voto popular directo, se están uniendo, estado por estado, para abatir la aberración histórica que es el Colegio Electoral. El Pacto Interestatal por el Voto Popular Nacional es una de las iniciativas para lograrlo. Esta iniciativa no propone deshacerse del Colegio Electoral. Para eliminarlo por completo haría falta embarcarse en el difícil y largo proceso de promover una enmienda constitucional.

En cambio, cada estado que adopta el pacto debe aprobar una ley que establece que sus electores votarán por el candidato más votado a nivel nacional, más allá de quién sea el candidato que obtenga la mayoría de los votos en ese estado en particular.

El pacto no se formalizará hasta que no sea suscrito por la cantidad de estados suficientes para que el total de los votos electorales sea igual o superior a los 270 votos, el número necesario para garantizar la presidencia al candidato más votado a nivel nacional. Hasta la fecha, 15 estados y el Distrito de Columbia han aprobado la ley, lo que suma un total de 196 votos electorales. Cuando estados que sumen entre ellos un total de 74 votos electorales o más se unan al pacto, llegará a su fin el disfuncional sistema del Colegio Electoral.


© 2020 Amy Goodman

Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.


Noticias Internacionales Independientes (EE.UU.)

“Vayan a votar”: los fallos de la Corte Suprema sobre los votos por correspondencia siembran dudas acerca de qué votos serán tenidos en cuenta

29 de octubre de 2020


Una cantidad récord de 76 millones de personas ya votó por correspondencia para las elecciones en EE.UU. Sin embargo, la batalla por el escrutinio de esos votos continúa dado que la Corte Suprema está decidiendo cuánto tiempo después del día de las elecciones se podrán contar los votos en estados disputados como Wisconsin, Carolina del Norte y Pensilvania. Hablamos con Ari Berman periodista de la revista Mother Jones y autor del libro “Give Us the Ballot: The Modern Struggle for Voting Rights in America” (Entréguennos el voto: La lucha moderna por los derechos electorales en Estados Unidos). Berman afirma que la Corte Suprema podría también decidir quién gana la presidencia, si se llega a instancias legales ante un resultado ajustado. “Mi mensaje para los y las votantes de estos y otros estados es que vayan a votar”, dice Berman. “No se arriesguen a que su voto sea descartado”.

Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que tuvimos con Ari Berman.


EEUU: así funciona el sistema electoral donde el pueblo no elige al presidente

Estados Unidos celebrará este martes 3 de noviembre elecciones presidenciales y los votantes se debatirán entre Donald Trump y Joe Biden

Por Alexis Rodriguez

31 octubre 2020

Publicado en EL CIUDADANO (CHILE)

presidente

Estados Unidos celebrará este martes 3 de noviembre elecciones presidenciales y los votantes se debatirán entre Donald Trump y Joe Biden. Pero, ¿por qué es posible que el candidato menos votado gane los comicios? Simplemente porque en la nación norteamericana el presidente no es electo directamente por el pueblo.

Entonces, la pregunta es: ¿por quién están votando los estadounidenses? Quienes acuden a las urnas en los comicios presidenciales vitan realmente por un puñado de funcionarios que conforman una instancia llamada “colegio electoral”.

La palabra “colegio” se refiere a un grupo de personas “electas” por el Congreso, cuya tarea es determinar quiénes serán presidente y vicepresidente. Esta instancia se reúne cada cuatro años, semanas después del día de votación, para ejecutar esa tarea.

presidente

¿Cómo funciona el colegio electoral?

El número de electores de cada estado está aproximadamente en línea con el tamaño de su población. Así, cada estado tiene tantos electores como legisladores en el Congreso, entre la Cámara de Representantes y el Senado.

Por ejemplo, California tiene la mayor población y con ello el mayor número de electores: 55. Por otro lado, otros estados escasamente poblados como Wyoming, Alaska y Dakota del Norte tienen el mínimo de tres.

En total son 538 electores y cada elector representa un voto. Para ganar, un candidato debe obtener la mayoría simple, es decir, 270. Generalmente, un estado otorga todos sus votos del colegio electoral a quien obtiene más sufragios en ese estado.

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En otras palabras, si un candidato gana el 50,1 % de los votos en Texas, se le otorgan los 38 votos electorales del estado. Pero, sucede que un candidato podría ganar abrumadoramente (90 % de los votos, por ejemplo) y aun así obtener la misma cantidad de votos electorales.

Por lo tanto, es posible que un candidato se convierta en presidente ganando una serie de carreras apretadas en ciertos estados, a pesar de ser menos votado en todo el país.

Las contradicciones del sistema electoral

Explicado de otra forma: si un candidato gana por 300 mil votos populares en California, obtiene los 55 votos del colegio. Mientras que, si el otro gana por un millón en Alaska, obtiene solo tres votos electorales. Incomprensible.

Un poco más inverosímil aún, hay dos estados -Maine y Nebraska- que tienen sus propias reglas. Estos sí dividen sus votos del colegio electoral, de acuerdo con la proporción de votos que recibe cada candidato.

Por todo ello es que siempre los candidatos apuntan a “estados indecisos” específicos, que son aquellos donde la votación podría ir en cualquier dirección. En el siguiente video se puede entender mejor:

¿Cuándo el candidato menos votado ha sido presidente?

En los tiempos modernos ha sucedido dos veces. De hecho, en dos de las últimas cinco elecciones. Esto sucede por un candidato puede ser más popular pero aun así no logra ganar suficientes estados para obtener 270 votos electorales.

En 2016, Donald Trump tenía casi tres millones menos de votos que Hillary Clinton, pero ganó la presidencia porque el colegio electoral le dio la mayoría.

En 2000, George W. Bush ganó con 271 votos electorales, aunque el candidato demócrata Al Gore ganó el voto popular por más de medio millón.

Solo otros tres presidentes han sido elegidos sin ganar el voto popular, todos ellos en el siglo XIX: John Quincy Adams, Rutherford B Hayes y Benjamin Harrison.

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Cantidad de ‘votos electorales’ por estado

¿Por qué se eligió ese sistema?

Cuando se redactó la Constitución estadounidense en 1787 era prácticamente imposible realizar una votación popular nacional. Esto se debió al tamaño del país y la dificultad de comunicación. Al mismo tiempo, había poco entusiasmo por permitir que los legisladores de la capital, Washington DC, eligieran al presidente.

Entonces, los redactores crearon la figura del “colegio electoral” y cada estado eligió electores. Los estados más pequeños favorecieron el sistema, ya que les dio más voz que un voto popular a nivel nacional para decidir al presidente.

El colegio electoral también fue favorecido por los estados del sur, donde los esclavos constituían una gran parte de la población. Aunque estos no votaban, se contabilizaban en el censo nacional: cada esclavo constituía “tres quintas partes de una persona”.

Dado que el número de votos electorales estaba determinado por el tamaño de la población de un estado, los ubicados al sur tenían más influencia en la elección de un presidente de lo que les hubiera dado un voto público directo.

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¿Los ‘electores’ deben votar por cuál candidato?

En algunos estados, los electores pueden votar por el candidato que prefieran, independientemente de a quién respalden los votantes. Pero en la práctica, los electores casi siempre votan por el candidato que gana más votos en su estado.

Si un elector vota en contra de la elección presidencial de su estado, se le califica de “infiel”. En 2016, siete votos de colegios electorales se emitieron de esta manera, pero los electores infieles no han cambiado ningún resultado.

¿Qué pasa si ningún candidato obtiene la mayoría? La Cámara de Representantes elegiría al presidente, mientras que el Senado haría lo propio con el vicepresidente.

Sin embargo, eso ha sucedido solo una vez. En 1824 cuatro candidatos se dividieron el voto electoral, negándole a cualquiera de ellos la mayoría. Por ello, desde mediados del siglo XIX el sistema político en Estados Unidos es bipartidista, para que eso no se repita.

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Mitos del sistema electoral estadounidense

El voto popular elige al presidente. FALSO. Aunque los ciudadanos votan por quien desean que sea su presidente, la suma del total del voto popular no determina quién es el ganador.

El colegio electoral es un lugar. FALSO. Es un proceso, un sistema de elección indirecta creado en 1787 por los autores de la Constitución.

Hay segunda vuelta si se da un empate de votos electorales. FALSO. Si eso sucede, la Cámara de Representantes elige al presidente y el Senado elige al vicepresidente.

Todos los estadounidenses votan el día de la elección. FALSO. La mayoría de los estados ofrece el voto por correo postal, semanas antes del día del proceso. Por ejemplo, este jueves 29 de octubre, a cinco días de la elección, unos 70 millones de estadounidenses ya votaron.

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Existe riesgo de fraude en las elecciones por correo. FALSO. Es la creencia que ha querido implantar en la opinión pública Donald Trump. Los “expertos” detallan que cualquier fraude lo suficientemente grande como para definir una elección importante sería muy difícil de ocultar a nivel distrital, estadal o nacional.

Los habitantes de Puerto Rico pueden votar por el presidente. FALSO. Simplemente no están habilitados porque tienen la figura de “Estado Asociado”.

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¿Cuántos latinos podrán votar?

Actualmente, los latinos elegibles para votar son unos 32 millones, de aproximadamente 60 millones con ciudadanía estadounidense. En los comicios de este martes, representan el 13 % del total de ciudadanos elegibles como votantes. Así, superan a la comunidad afroamericana como el grupo étnico más grande del electorado.

La participación latina ha crecido gradualmente en los últimos años. Según estimaciones de Pew Research Center, en 2008 hubo una representación del 9 %, mientras que en el 2000 había sido de solo 7 %.

En el caso de los venezolanos (quienes forman parte de los discursos de ambos candidatos todos los días), en EE. UU. Viven alrededor 480 mil, pero solo unos 120 son elegibles para votar. De esos, más de la mitad se encuentran residenciados en Florida, estado donde su voto podría convertirse en un factor determinante.

Con información de BBC y The Guardian


La batalla por la Casa Blanca y las milicias de extrema derecha

Por: Rafael González Morales
29 octubre 2020 | CUBADEBATE

En el escenario electoral de Estados Unidos está presente la violencia política en diferentes formas y manifestaciones. El presidente Trump la promueve sistemáticamente, las fuerzas del orden han acrecentado la brutalidad policial contra minorías, grupos y movimientos de diversa índole y el estado de sitio ha sido declarado en varias ciudades en los últimos tiempos. También planes terroristas internos fueron desmantelados en Michigan y Virginia.

Todos estos hechos han generado una fuerte percepción de inseguridad en el pueblo estadounidense. Su impacto inmediato ha sido el incremento sustancial de la compra de armas de fuego y no pocos consideran que después del 3 de noviembre podría producirse una guerra civil.

A medida que se acerca el día de las elecciones presidenciales, la situación comienza a ponerse más tensa y existe preocupación por la posibilidad que la violencia alcance niveles sin precedentes. En este contexto, el comportamiento de las milicias de extrema derecha constituye uno de los factores clave que determinarán la evolución de los acontecimientos. Las acciones de estos grupos han sido funcionales a los intereses de Donald Trump y en la práctica son un instrumento imprescindible para implementar su estrategia del caos.

De acuerdo al observatorio de milicias estadounidenses, en estos momentos 80 de estas agrupaciones armadas se mantienen activas a nivel nacional con incidencia en 34 estados. En los últimos meses, sus prioridades han estado enfocadas en reclutar nuevos miembros, realizar entrenamientos con armas de fuego y ejecutar ejercicios de simulación ante escenarios violentos.

En esencia, se preparan para desplegarse a partir del primer martes de noviembre en lugares donde tengan la capacidad de generar un ambiente desestabilizador que pueda incidir en los resultados electorales. Su objetivo político principal es asegurar que Trump se mantenga en la Casa Blanca.

Hace apenas una semana, la organización no lucrativa estadounidense Armed Conflict Location and Event Data Project (ACLED) publicó el estudio más exhaustivo que se ha realizado sobre el comportamiento de estos grupos en el escenario electoral. La investigación se titula: “Las milicias de extrema derecha y las elecciones en Estados Unidos” y tiene como propósito fundamental identificar aquellos estados donde existe un alto riesgo que se desarrollen acciones por parte de estas agrupaciones que comprometan la seguridad de los comicios.

Según los resultados del informe, estas milicias pueden clasificarse en tres grupos fundamentales: los “mainstream” o corriente principal; los “right-wing street movements” o movimientos callejeros de extrema de derecha y los “right-wing libertarian groups” o grupos libertarios de extrema derecha. Todos tienen como denominador común que emplean la violencia como componente esencial en su comportamiento, están fuertemente armados, consideran a los sectores progresistas como sus enemigos y Donald Trump es una de sus fuentes de inspiración.

Las milicias de la “corriente principal” se caracterizan por coordinar sus acciones con las fuerzas del orden a nivel local. Consideran que los policías y militares son sus aliados. Son agrupaciones con una clara estructura jerárquica y plantean que su objetivo en las manifestaciones es “preservar la seguridad pública y cuidar los negocios”. Las de mayor impacto dentro de este grupo son Three Percenters, The Oath Keepers, Civilian Defense Force y American Contingency.

Los Three Percenters se basan en la creencia que solo un 3% de los residentes de las trece colonias tomaron las armas contra los británicos. Se crearon en el 2008 después que Obama fuera presidente electo y proclamaron que lucharían contra la “tiranía” de un mandatario afroamericano. En los últimos meses han sido activos en 19 estados con mayor presencia en Georgia. Tienen vínculos con el Ku Klux Klan y el pasado mes de agosto le prestaron “servicios de protección” a este grupo de odio en el contexto de una protesta promovida por el movimiento Black Lives Matter en Arkansas.

Los Oath Keepers también se originaron como resultado de una reacción extremista a la elección de Obama. Su premisa es mantener el juramento de los policías y los militares de “proteger a Estados Unidos de enemigos internos y externos”. Para incrementar su membresía priorizan el reclutamiento de oficiales activos y retirados de la policía y las Fuerzas Armadas. Su fundador y líder es Stewart Rhides, quien es veterano del Ejército estadounidense. Son muy activos en Kentucky y Texas. En el caso de Civilian Defense Force y American Contingency, fueron creadas hace unos meses con el objetivo de realizar contraprotestas y están presentes con mayor fuerza en Pensilvania, Wisconsin y Arizona.

Las milicias denominadas como “movimientos callejeros de extrema de derecha” son las más peligrosas y cuentan con mayor capacidad para provocar disturbios debido a su alto nivel de violencia. Entre ellas sobresalen los Proud Boys y los Patriot Prayer. La mayoría de sus integrantes son jóvenes que promueven ideas neofascistas. El FBI los tiene catalogados como extremistas vinculados al nacionalismo blanco.

Los Proud Boys se crearon en septiembre del 2016 en el contexto de la campaña presidencial de Trump. A partir del primer debate presidencial de este año la agrupación ganó notoriedad nacional debido a que el mandatario estadounidense les pidió “dar un paso atrás y estar preparados”, lo que fue interpretado por sus miembros como una especie de “estén listos para la guerra”. Su líder es el cubanoamericano Enrique Tarrio que vive en Miami y también se desempeña como director de “Latinos por Trump” en la Florida.

Han participado en las manifestaciones más agresivas en al menos 11 estados con mayor presencia en Michigan, Pensilvania, Wisconsin y Oregón. Algunos de sus miembros han declarado que si Trump no es reelecto es cuando se verá en Estados Unidos una guerra civil. En el caso de los Patriot Prayer, tienen su base de operaciones fundamentalmente en los estados de Washington y Oregón. Sus acciones de mayor perfil público fueron durante los sucesos de Portland en los que arrojaron camiones contra la multitud.

Las milicias calificadas como “grupos libertarios de extrema derecha” consideran que deben prepararse para una segunda guerra civil y aprecian que esta conflagración es prácticamente inevitable. Sus organizaciones más visibles son los Boogaloo Bois y People´s Rights. La primera estuvo vinculada a los acontecimientos de Kenosha en Wisconsin donde un joven extremista asesinó a dos participantes en una protesta organizada por el movimiento Black Lives Matter. Ambas tienen presencia en más de 10 estados entre los que destacan California, Nevada, Utah, Michigan, Ohio y Pensilvania.

Según el estudio de ACLED, las milicias durante el día de las elecciones podrían presentarse en las inmediaciones de los centros de votación, lo que tendría el claro propósito de intimidar votantes pertenecientes a las minorías. A medida que avance el conteo de los votos, estarán muy pendientes de los resultados parciales que se divulguen y el momento de mayor complejidad podría estar asociado a dos escenarios fundamentales: si Trump pierde por estrecho margen o si se prolonga en el tiempo el anuncio del ganador de los comicios. De ocurrir cualquiera de estas situaciones, se crearían condiciones para el despliegue de estos grupos.

De acuerdo a la investigación, estas milicias incidirían con mayor fuerza en lugares con las siguientes características: que sean muy activos en la ocurrencia de protestas sociales; con la presencia de movimientos progresistas y anti Trump; sitios donde estos grupos armados hayan realizado reclutamientos y tengan campos de entrenamiento; así como ciudades y pueblos en los que cuenten con respaldo de las fuerzas policiales y de aplicación de la ley a partir de la tolerancia a sus actividades.

Teniendo en cuenta la evaluación de estos factores, se determinó que en los estados de Georgia, Michigan, Pensilvania, Wisconsin y Oregón existe un alto riesgo que se manifiesten las actividades de las milicias a partir del 3 de noviembre. También se estimó que en Carolina del Norte, Texas, Virginia, California y Nuevo México existe un riesgo moderado. Lo más probable es que las acciones se realicen en las capitales estaduales, los pueblos ubicados en la periferia de las grandes ciudades y en áreas suburbanas.

Más allá de estas organizaciones que están identificadas y han tenido visibilidad pública, el estudio alerta sobre la posibilidad que determinadas personas individuales catalogadas como “lobos solitarios” o pequeños grupos no afiliados a ninguna agrupación extremista también podrían desencadenar acciones violentas. Debe tenerse presente que en la actualidad las autoridades estadounidenses consideran que este tipo de conductas constituyen la mayor amenaza de terrorismo doméstico para esa nación.

A solo cinco días del 3 de noviembre, no es posible anticipar con certeza cuál será el comportamiento de estos grupos dada la volatilidad y complejidad de la situación interna en ese país. No obstante, si Biden gana por un amplio margen como resultado de una avalancha de votantes, la capacidad de estas milicias de promover acciones con impacto en la estabilidad del país, se reducen de manera significativa. De lo contrario, si el día de las elecciones está permeado de incertidumbre entonces Estados Unidos podría convertirse en un verdadero campo de batalla.

(Tomado de Progreso Semanal)


Trump prepara el terreno para cantar “fraude” en elecciones de EE.UU.

El presidente estadounidense, Donald Trump, nuevamente se negó a comprometerse a aceptar y respetar los resultados de las elecciones del próximo 3 de noviembre

Por Alexis Rodriguez

Hace 1 meses

Publicado en EL CIUDADANO (Chile)

Trump

El presidente estadounidense, Donald Trump, nuevamente se negó a comprometerse a aceptar y respetar los resultados de las elecciones del próximo 3 de noviembre. En conferencia de prensa celebrada este miércoles en la Casa Blanca, el magnate no valoró acceder a una transferencia pacífica del poder si pierde los comicios.

Un periodista le preguntó si se comprometería a transferir el poder pacíficamente en caso de perder ante el candidato demócrata Joe Biden. “Bueno, tendremos que ver qué pasa”, respondió el mandatario, en declaraciones recogidas por la agencia británica BBC.

Luego, Trump agregó: “Me he quejado mucho de las papeletas (…) Las papeletas son un desastre (…) Tú lo sabes. Y sabes quién está al tanto de eso también, los demócratas”. Seguidamente, el periodista le comunicó que “la gente está protestando” en diferentes estados por esas polémicas declaraciones que viene ofreciendo en las últimas semanas.

Deshazte de las papeletas y tendrás una muy, tendrás una muy pacífica… Bueno, no habrá una transferencia, francamente, allí será una continuación (sic)”, argumentó el presidente.

Además, también aseguró que el resultado electoral quizás termine en la Corte Suprema, debido a un posible fraude en la votación por correo. Precisamente, Trump critica que más estados fomenten la votación por correo, citando la necesidad de mantener a los estadounidenses “a salvo” del coronavirus.

Ahora, no es la primera vez que Trump se niega a comprometerse a respetar los resultados de una elecciones en las que participa. En 2016 actuó de igual manera antes de la contienda contra la candidata demócrata, Hillary Clinton. En esa ocasión, la excanciller condenó la actitu de del magnate por ser “un ataque a la democracia”.

Sin embargo, finalmente fue declarado ganador, aunque perdió el voto popular por tres millones. Ese resultado aún lo cuestiona el hoy presidente.

Las más recientes reacciones

En todas las encuestas, el presidente está por debajo de su rival, Joe Biden, hasta por doble dígitos, a 41 días de las elecciones. Sobre estos sondeos, Trump responde igual que a todas las críticas y denuncias en su contra: son fake news (noticias falsas).

En declaraciones a los periodistas en Delaware, Biden calificó los comentarios de Trump como “irracionales”, según recogió BBC. Incluso, advirtió que en el seno de su campaña están preparados para cualquier “travesura” del presidente.

“¿Alguien cree que habrá menos violencia en Estados Unidos si Donald Trump es reelegido?”, expresó Biden días atrás. Por ello, recibió insultos y acusaciones de sectores conservadores, desde donde lo acusan por “avivar” los disturbios.

Al respecto, desde su equipo de campaña afirman que “el Gobierno de Estados Unidos es perfectamente capaz de escoltar a los intrusos fuera de la Casa Blanca”.

Igualmente, el excandidato presidencial Republicano, Mitt Romney, se sumó las críticas contra su propio compañero de partido. A través de Twitter, expresó esta semana: “Es fundamental para la democracia la transición pacífica del poder. Sin eso, tendríamos una Bielorrusia”. Luego, añadió que “cualquier sugerencia de que un presidente no respete esta garantía constitucional es impensable e inaceptable“.

Por su parte, Hillary Clinton instó a Biden a no admitir la derrota “bajo ninguna circunstancia” en una carrera cerrada la noche de las elecciones. En ese sentido, advirtió que los republicanos intentarían “estropear el voto ausente” y movilizarían un ejército de abogados para impugnar el resultado.

¿Impugnará Trump los resultados?

También este miércoles, el presidente defendió su decisión de nombrar un nuevo juez de la Corte Suprema, antes de los comicios. Su plan por adelantado es que los resultados de su derrota terminen ante el máximo tribunal, y por ello necesita jueces “amigos” allí.

“Creo que esto (la elección) terminará en la Corte Suprema, y creo que es muy importante que tengamos nueve magistrados (…) Creo que es mejor si se nombran antes de las elecciones, porque esta estafa que están haciendo los demócratas irá a la Corte Suprema“, afirmó.

Además, el mandatario adelantó que nominará a una mujer para la Corte Suprema este sábado. Su candidata reemplazaría a la jueza Ruth Bader Ginsburg, quien falleció el viernes pasado.

Luego, el equipo de Trump espera que su nominado, si es confirmado por el Senado -de mayoría republicana-, cimente un predominio conservador de 6-3 en el tribunal más alto de la nación.

En los tiempos modernos, todos los candidatos presidenciales estadounidenses perdedores han aceptado los resultados, hasta aquellos muy ajustados. Estos incluyen los de 1960, cuando John F. Kennedy venció por poco a Richard Nixon; y los del año 2000 cuando, George W. Bush venció a Al Gore por los votos de Florida.

¿Cómo es el voto por correo?

En las elecciones presidenciales de 2016, alrededor del 25 % de los votos se emitieron por correo. No obstante, esta vez el número de sufragios por correo aumentará significativamente debido a preocupaciones de salud pública.

Elecciones en EE. UU.: Biden aumenta intención de voto en Florida

Elecciones en EE. UU.: Biden aumenta intención de voto en Florida

Un 51 % de los encuestados por la Iniciativa Demográfica de Negocios y Economía de la Universidad Atlántica de Florida (FAU BEPI) señaló que si las elecciones fuesen ahora en lugar del 3 de noviembre votaría por Biden, frente a un 47 % que dice que lo haría por Trump

En la nación norteamericana, cada estado controla sus propias reglas de votación para las elecciones federales. Esta vez la mayoría coincide en que por la pandemia del coronavirus, quieren evitar grandes reuniones en los colegios electorales.

Incluso, ya seis estados anunciaron que planean celebrar el proceso exclusivamente por correo postal. Se trata de California, Utah, Hawái, Colorado, Oregón y Washington, aunque el número seguramente se incrementará mientras se acercan las elecciones.

De acuerdo con BBC, estos estados enviarán automáticamente las boletas postales a todos los votantes registrados. Luego, estos deben devolverlas o entregarlas el día de las elecciones.

Aproximadamente en la mitad de los estados se permite que cualquier persona inscrita vote por correo cuando lo solicite. Mientras, en los estados restantes debe existir una razón de peso para pedirlo, como por ejemplo tener más de 65 años o estar muy enfermo.

El propio presidente Trump ya votó por correo en el pasado. El caso más reciente fue en las elecciones primarias de Florida de 2020. El motivo es que aunque es un votante registrado allí, actualmente vive en otro lugar: en Washington DC.

¿Son reales los temores de fraude de Trump?

Al respecto, Ellen Weintraub, comisionada de la Comisión Federal de Elecciones, precisó: “Simplemente no hay base para la teoría de la conspiración de que votar por correo causa fraude”.

Ahora bien, sí existen casos aislados de fraude en la boleta postal, como en las primarias de Carolina del Norte de 2018. En esa ocasión, el proceso se repitió después de que un consultor del candidato republicano manipulara los papeles de votación.

Igualmente, hubo un caso este año en Nueva Jersey. Allí, dos concejales demócratas fueron acusados de presunto fraude por el voto por correo, luego de encontrarse cientos de boletas en un buzón.

Sin embargo, la tasa de fraude electoral en el país se ubica apenas entre 0,00004 % y 0,0009 %. Esos números derivan de un estudio de 2017 del Centro Brennan para la Justicia.

Asimismo, una investigación de Charles Stewart, del Instituto Tecnológico de Massachusetts concluyó que es más probable que se pierdan las papeletas a que sean manipuladas. En ese caso, los votos perdidos no valen para ningún candidato.

En ese sentido, recordó que la cantidad de votos perdidos a través del sistema postal en las elecciones de 2008 pudo ser de hasta 7,6 millones. Ese número constituye una de cada cinco personas que ejercieron el sufragio vía correo.

¿Cuando se conocerían los resultados?

Está previsto que se emitan alrededor de 80 millones de boletas por correo, el doble que en 2016. Entonces, la preocupación es si ese volumen de entregas de boletas retrasará todo.

Pero, ese miedo no se debe solo al gran volumen de papeletas a contar. También influye que el Servicio Postal sufre hoy grandes recortes en un momento en el que tiene una gran responsabilidad.

Cada estado tiene amplia libertad para determinar sus reglas electorales. Por ejemplo, Pensilvania solo incluye las boletas recibidas antes de las 20:00, hora local, del día electoral. Mientras, California acepta todos los votos, incluso si llegan semanas después.

Por ello, el escrutinio postal lleva más tiempo, pues cada voto debe tener una firma que se corresponda con un autógrafo separado en una tarjeta de registro.

El día de la votación, los primeros resultados se conocen en la costa este, a eso de las 19:00 locales. En Estados Unidos el detalles es que los presidentes no se eligen ganando una votación nacional, sino una serie de contiendas estatales. Resulta que el ganador en cada estado obtiene una cierta cantidad de “votos del colegio electoral”.

En 2016, se declaró a Trump victorioso alrededor de las 02:30 hora del este, después de que ganar Wisconsin lo colocó por encima del umbral de 270 votos del colegio electoral.

Y aunque en los días y semanas que siguieron se contaron más y más votos demócratas, lo que llevó a Hillary Clinton a estirar su ventaja en el voto popular, ya la batalla en los colegios electorales estaba perdida, incluso la guerra.


Sin Permiso: República y socialismo, también para el siglo XXI

EEUU: Como para echarse a temblar

por Jim Newell

25/10/2020

Los sondeos pueden mostrar una ventaja substantiva de Biden, pero esta vez la cosa no va simplemente de cifras. Mary Harris entrevista a su colega Jim Newell, de la revista Slate, sobre los factores que pudieran propiciar, pese a todo, una imprevista “victoria” de Trump.

Hace cuatro años, cuando Donald Trump se presentó por vez primera a la presidencia, el veterano periodista político de Slate Jim Newell escribió un artículo titulado “Pues claro que hay que echarse a temblar por las elecciones”, desechando por si solo la idea de que Hillary Clinton tuviera la carrera en el bote. Tal como me dijo: “Alrededor de septiembre seguía encontrándome gente que eran como: ‘Trump no puede ganar de ninguna de las maneras, ¿verdad?’ ¿Qué me estás contando? El país está polarizado, los demócratas llevan ocho años en el poder, el otro bando podría estar entusiasmado, Hillary Clinton no es popular”. En esta ocasión sigue repitiendo avisos semejantes, pese a que todos los sondeos muestran una sólida ventaja de Joe Biden: “También en estas elecciones la gente me pregunta: ‘¿Tengo que preocuparme de que Trump pueda volver a ganar?’ ¡Pues claro!”. En nuestra sección de What Next, he hablado con Newell sobre los datos de las elecciones, sobre todo de aquellos aspectos que hacen que nos sintamos incómodos, y de por qué nos anima a canalizar nuestra angustia interior y a ponerla a trabajar para movilizar a todo el que conozcamos. Hemos editado nuestra conversación por razones de claridad.

 Jim Newell: Ha habido algunos elementos de medida este año que muestran que hasta cuando Biden va por delante diez puntos o más en los sondeos de preferencia presidencial, los encuestadores preguntan entonces: “¿Quién creerá que vencerá en su estado? ¿Quién cree que ganará las elecciones?” Y Trump va encabezando esas encuestas, aunque Biden parecer estar en mejor forma de lo que estaba. Sigue habiendo una suerte de cautela entre profesionales, comentaristas, campañas y periodistas a la hora de afirmar que no puede ganar.

Cuando digo que deberíamos echarnos a temblar, no es porque vea una razón racional partiendo de los datos para echarnos a temblar en concreto. Sólo estoy pensando en que es un buen comportamiento acercándonos a unas elecciones en las que Trump podría lograr otro mandato. En un plano intelectual, si se miran los datos, casi van un poco más a favor de Biden de lo que estaban hace un mes.

Mary Harris: Pero hemos tenido estas lucecitas que parpadean para los que son progresistas. He estado leyendo un puñado de informaciones sobre el hecho de que los republicanos han sido capaces de inscribir a más votantes en los últimos meses que los demócratas. ¿Podemos hablar de eso y de cómo podría afectar a quien gane las elecciones?

Esto es algo sobre lo que he tratado de preguntar a la gente. Es difícil sacar una respuesta de lo que significa de modo preciso. Quiero decir, echémosle un vistazo a un par de cosas que han pasado con anterioridad este año: los republicanos invirtieron mucho más sobre el terreno ya antes, y, asimismo, durante el primer periodo de la Covid, los demócratas cedieron mucho terreno. Los republicanos siguieron llamando a la puerta, saliendo en persona, tratando de inscribir votantes, mientras que los demócratas pasaron a una especie de hiato y trataron de hacer todo lo que podían digitalmente. El mes pasado la campaña de Biden dio marcha atrás. Empezó a dejar que la gente fuera a llamar a la puerta y a hacer campaña puerta a puerta.

Parece un poco tarde

Parece un poquito tarde. Lo que quiero decir es que si sucede el milagro de una remontada de Trump, esto es algo por lo que pueden recibir muchas críticas retroactivas. Es decir, seguían diciendo que todo lo que estamos haciendo digitalmente está bien, y más que compensa el hacer campaña en persona, algo que para empezar está sobrevalorado. Eso quizás sea verdad y simplemente tenían la impresión de que tenían hacer petición de voto en persona porque se quieren cubrir en caso de algo vaya mal, con el fin de mostrar que al final pusieron sobre el terreno todo lo demás. Pero es algo que les proporcionó a los republicanos un poquito de ayuda al inscribir a nuevos votantes.

Parte de la razón por la que los estrategas parecen estar prestando tanta atención a estas cifras de inscripción de votantes es que los republicanos parece que van subiendo en estados oscilantes como Florida.

Florida, Pensilvania, sí. Cuando decimos “subiendo”, creo que en estos dos estados se está estrechando la diferencia que ya tenían los demócratas. No creo que hayan superado las inscripciones de los demócratas. Algunos de estos podrían ser demócratas de toda la vida, que llevan inscritos desde hace mucho como demócratas, y que se reinscriben como republicanos.

Pero esos votantes ya iban a votar a Trump.

Exacto. De manera que podría resultar sólo que las cifras de inscripciones se están poniendo a la par con la forma en la que se está produciendo el realineamiento político. Creo que es el único punto luminoso para los republicanos en una situación por lo demás sombría, pero no creo que esto muestre de forma significativa algo que los sondeos no estén poniendo de manifiesto. Creo que es una de esas cosas de estrategia que, en una carrera disputada, podrían suponer quizás una diferencia de medio punto o así. No va a resultar de mucha ayuda si —si— los sondeos son correctos y Trump cae tanto como parece.

Otra cosa que podría ayudar posiblemente a Trump es que haya estado abriendo brecha entre votantes a los que los republicanos llevan tratando de atraer desde hace años.

Una de las cosas verdaderamente interesantes que quizás no se recalcan tanto es que está cambiando la diferencia en el voto racial entre ambos partidos. Estamos viendo que a Joe Biden le está yendo mejor no sólo con los blancos de edad y los licenciados universitarios blancos, sino también con los blancos sin estudios universitarios que forman el grueso de la base de Trump. Pero, además, a Trump le está yendo mejor con los votantes negros y latinos, concretamente con los varones negros y latinos, concretamente con los varones latinos de Florida. Estamos hablando de que Trump llegue acaso a un 10 % de los votantes negros, pero es una de las únicas zonas suyas de verdad con mejoría. Y en Florida, su mejoría se concentra en los cubano-norteamericanos y venezolano-norteamericanos, pero también ha reducido un poco la diferencia con los portorriqueños. Eso forma parte de lo que hace que siga siendo de verdad competitivo en Florida.

Otro lugar donde puedes ver que los republicanos emplean sus energías en conseguir el resultado que quieren es en los tribunales, porque tenemos este número inédito de casos que siguen adelante en varios estados en los que los republicanos están tratando de bloquear que la gente pueda votar por una serie de razones. Me pregunto a cuáles de esos casos les estás prestando una atención detallada

Lo que no me deja dormir es la naturaleza única de estas elecciones, la pandemia, el voto por correo. Creo que lo que hace que me eche a temblar es que el veredicto al que han llegado los votantes puede no verse representado en el último recuento, porque se interpongan los casos legales, se devuelvan por doquier los votos en ausencia, o pleitee Trump para detener el recuento. Todo ese terreno de cosas me preocupa de verdad.

El Tribunal Supremo declinó aceptar el caso de Pensilvania, donde el Tribunal Supremo de Pensilvania había decidido que los sufragios por correo pudieran contarse si se han enviado para el día de las elecciones o se han matasellados para el día de las elecciones y recibido hasta tres días después. Lo que me preocupaba era eso, aunque los demócratas anduvieran celebrando que el Tribunal Supremo no lo haya invalidado.

Puesto que técnicamente habían ganado

Quedaron 4–4, los tres liberales y John Roberts contra los cuatro conservadores. Eso me aterra porque tienes a cuatro conservadores dispuestos a darle la vuelta a una decisión del Tribunal Supremo de un estado que permite que se cuenten los sufragios unos cuantos días más…y van a tener a otra juez conservadora en una semana. La hipótesis general que preocupa a la gente es que los demócratas vayan a tener una ventaja muy sólida en el voto temprano y en los votos por correo, pero los republicanos vayan a tener una gran ventaja en el voto en persona el día de las elecciones. Así que el miedo que hay es que si Trump va ganando en Pensilvania a medianoche de la noche de las elecciones, podría intentar decir que las elecciones están amañadas y pleitear para tratar de interrumpir el recuento de sufragios.

Y se acabaron las elecciones

Y se acabaron las elecciones. Podría tratar de proclamar su victoria y forzarla en los tribunales. Me pone nervioso que ya haya cuatro jueces conservadores que estén dispuestos a alinearse con los republicanos del estado de Pensilvania que no se toman a pecho necesariamente el máximo interés por la democracia, y va a haber un quinto voto conservador. Yo no sé cómo votaría [Amy Coney Barrett]. Desde luego, no quiso hablar de cómo votaría en ningún caso, sobre todo en un caso relativo a las elecciones, en sus audiencias de confirmación. No tengo ningún atisbo de lo que pasa entre bastidores, pero el Tribunal Supremo estuvo cruzado de brazos durante un par de semanas y no tenía ninguna opinión que saliera de ello. Parecía sólo que había muchas negociaciones con John Roberts, tratando de llegar a un acuerdo que no arruinara la legitimidad del tribunal. Le echas un juez más a la mezcla y estas cosas podrían resultar de un modo completamente distinto en otra semana.

Puesto que seguirán apareciendo casos muchos después de las elecciones, suponemos

Oh, sí.

periodista de la sección política de la revista digital Slate, ha trabajado para Wonkette y Gawker, colaborando con medios como Business Insider, The Baffler o The Guardian.
Fuente:
Slate, 21 de octubre de 2020
Traducción: Lucas Antón

Por precaución, después de las protestas en Filadelfia

Walmart retiró armas y municiones de sus tiendas en Estados Unidos

PÁGINA 12 - 29 de octubre de 2020

El gigante estadounidense Walmart retiró armas y municiones de los estantes de sus tiendas físicas en Estados Unidos tras los disturbios en Filadelfia esta semana. La empresa de venta minorista continuará vendiendo los artículos a los consumidores que los soliciten, pero los mantendrá fuera de exhibición.

Las armas y municiones se venden en aproximadamente la mitad de las tiendas estadounidenses, principalmente en lugares donde la caza es popular.

"Hemos visto algunos disturbios civiles aislados y, como lo hemos hecho en varias ocasiones durante los últimos años, hemos retirado nuestras armas de fuego y municiones del piso de ventas como medida de precaución para la seguridad de nuestros asociados y clientes", dijo una portavoz de Walmart. "Estos artículos siguen estando disponibles para la compra de los clientes", aclaró.

La medida se produce después de que Filadelfia anunciara el miércoles un toque de queda nocturno tras dos noches de disturbios por el asesinato policial de Walter Wallace, quien se convirtió en el último ciudadano afroestadounidense en morir a manos de la policía.

Las muertes anteriores de George Floyd, Breonna Taylor y otros ciudadanos negros generaron protestas masivas en todo Estados Unidos este año. Walmart había tomado una medida similar respecto a la venta de armas tras la muerte de Floyd en mayo a manos de un policía blanco.

En Filadelfia, miles de personas salieron a las calles, con saqueos y estallido de violencia, desde que la policía disparó el lunes contra Wallace, que portaba un cuchillo. La familia de Wallace dijo que tenía problemas de salud mental. El alcalde de la ciudad, Jim Kenney, dijo que no habría toque de queda el jueves por la noche, pero alentó a los residentes "a permanecer en casa, a menos que sea necesario viajar".


FOTOS: Comercios en ciudades de EE.UU. se preparan para posibles disturbios tras las presidenciales

Publicado: 2 nov 2020 23:01 GMT - RT
Alrededor de la Casa Blanca se está construyendo una valla de seguridad por los mismos motivos.

FOTOS: Comercios en ciudades de EE.UU. se preparan para posibles disturbios tras las presidenciales
Empleados colocan madera contrachapada sobre los escaparates cerca de la Casa Blanca en Washington, EE.UU., el 31 de octubre de 2020Joshua Roberts / Reuters

Propietarios de muchos negocios en las grandes ciudades de EE.UU., incluidas Washington y Nueva York, están tomando precauciones ante posibles disturbios y protestas masivas tras el anuncio de los resultados de las elecciones presidenciales que se celebran en el país este 3 de noviembre. 

Empleados se preparan para cubrir con madera la tienda de Club Monaco en Nueva York, EE.UU., el 2 de noviembre de 2020David Dee Delgado / AFP

Ante posibles actos de vandalismo y saqueos, están protegiendo los cristales de los escaparates de sus locales con madera contrachapada. 

Peatones pasan frente a un comercio cubierto con madera contrachapada cerca de la Casa Blanca en Washington, EE.UU., el 31 de octubre de 2020Joshua Roberts / Reuters

También se ha contemplado la Casa Blanca como un posible escenario de violentas protestas masivas y disturbios por los resultados de las elecciones, por eso alrededor de la residencia presidencial han empezado a construir este 2 de noviembre una cerca "no escalable". 

La tienda de Saks Fifth Avenue en la Quinta Avenida está parcialmente cubierta con tablas de madera, Nueva York, EE.UU., el 1 de noviembre de 2020Kathy Willens / AP

Anteriormente, se reportó que la cerca rodeará todo el complejo, incluido el parque Ellipse y la plaza Lafayette Square. Además, se estima que en la zona se desplegarán unos 250 guardias nacionales.

Valla de seguridad alrededor de la Casa Blanca se construye en Washington, EE.UU., el 2 de noviembre de 2020Erin Scott / Reuters

Los resultados preliminares de la votación temprana no favorecen al presidente Trump —los demócratas con toda probabilidad votaron por el exvicepresidente Joe Biden—, las encuestas nacionales tampoco lo dan por ganador, salvo la de Rasmussen Reports que le otorga un 48 % frente al 47 % de Biden, y otro par de encuestas en las que el mandatario se impone a su rival demócrata por escaso margen.

Peatones pasan junto a las ventanas parcialmente tapiadas de la tienda de Saks Fifth Avenue en la Quinta Avenida, Nueva York, EE.UU., el 1 de noviembre de 2020Kathy Willens / AP