"La tragedia de nuestro tiempo es que la dominación está unida y la resistencia está fragmentada"
Sousa Santos nació hace 80 años en la ciudad portuguesa de Coímbra, donde reside la mitad del año tras haberse jubilado como docente de la Facultad de Economía. Obtuvo un doctorado en sociología de la Universidad Yale y dio clases también en la Facultad de Derecho de la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos), donde pasa la otra mitad del año. En sus textos desmenuza los conceptos clásicos de las ciencias sociales para entender el mundo y los revitaliza con el objetivo de construir saberes "que otorguen visibilidad a los grupos históricamente oprimidos".
"El capitalismo no funciona sin racismo y sin sexismo -destaca el pensador en el diálogo-. Por el contrario, la resistencia no está articulada, está fragmentada, es por eso que muchos partidos de izquierda, con vocación anticapitalista, han sido racistas y sexistas. Incluso algunos movimientos feministas han sido racistas y han sido pro-capitalistas. El problema que enfrentamos es una dominación articulada y una resistencia fragmentada. Así no vamos a salir adelante porque sabemos que la intensificación del modelo es lo que agrava la vida de la gente".
- Boaventura de Sousa Santos: La pandemia ha creado tal incertidumbre que los gobiernos, los ciudadanos, los sociólogos y los epidemiólogos no saben qué va a pasar. Acabo de publicar "El futuro comienza ahora: de la pandemia a la utopía" y lo que planteo es que esta pandemia marca el inicio del siglo XXI. Tal como el siglo XIX no empezó el 1 de enero de 1800, sino en el 1830 con la Revolución Industrial, o el siglo XX en 1914 con la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa de 1917, el XXI comienza para mí con la pandemia, porque va a inscribirse como una marca muy fuerte en toda la sociabilidad de este siglo. Y lo será porque el modelo de desarrollo, de consumo, de producción que hemos creado, ha llevado a que no sea posible en este momento, por más vacunas que existan, poder salir de ella.
Entraremos en un período de "pandemia intermitente": confinamos-desconfinamos, donde el virus tendrá mutaciones, habrá una vacuna eficaz y otra no, vendrán otros virus. El neoextractivismo, que es una explotación de la naturaleza sin precedentes, está destruyendo los ciclos vitales de restauración, y por eso los hábitats se ven afectados con la minería a cielo abierto, la agricultura industrial brutal, los insecticidas y pesticidas, la contaminación de los ríos, el desmonte de los bosques. ..Esto, junto al calentamiento global y la crisis ecológica, es lo que hace que cada vez más los virus pasen de los animales a los humanos. Y los humanos no estamos preparados: no tenemos inmunidad, no tenemos cómo enfrentarlos.
- B.S.S.: Veo tres escenarios posibles y no sé cuál resultará. El primero es el que pusieron a circular fundamentalmente los gobiernos de derecha y de extrema derecha -desde el Reino Unido a los Estados Unidos y Brasil- sosteniendo que esta pandemia es una gripe, que no tiene gravedad, que va a pasar y la sociedad regresará rápidamente a la normalidad. Claro que esta normalidad es el infierno para gran parte de la población mundial. Es la normalidad del hambre, de otras epidemias, de la pobreza, de las barriadas, de la vivienda impropia, de los trabajadores de la calle, de los informales. La idea de que todo vuelva a ser como antes. Es un escenario distópico, muy preocupante. Porque esa "normalidad" significa regresar a condiciones que ya la gente no aguantaba y colmaba las calles de muchos países gritando "basta".
El otro escenario posible es lo que llamo el gatopardismo, en referencia al romance de Lampedusa, de 1958; la idea es que todo cambie para que nada cambie. Las clases dominantes hoy están más atentas a la crisis social y económica. Los editoriales del Financial Times son un buen ejemplo de este segundo escenario. Dicen muy claramente que así no se puede continuar. Habrá que moderar un poco la destrucción de la naturaleza y cambiar en algo la matriz energética. Es hacer algunas concesiones para que nada cambie, y que el capitalismo vuelva a ser rentable. Por ello la destrucción de la naturaleza continuará y la crisis ecológica podrá ser retrasada pero no resuelta. Europa se encamina un poco por ese escenario cuando se habla de una transición energética, pero me parece que no va a resolver las cosas. Va a retrasar quizás el descontento, la protesta social, pero no va a poder saldar la cuestión pandémica.
El tercer escenario es, quizás, el menos probable, pero también representa la gran oportunidad que esta pandemia nos ha dado. Es la posibilidad de pensar de otra manera: otro modelo civilizatorio, distinto del que viene desde el siglo XVII y que se profundizó en los últimos 40 años con el neoliberalismo. Con el coronavirus, los sectores privilegiados quedaron más tiempo en sus casas, con sus familias, descubrieron otras maneras de vivir. Claro que fue una minoría, el mundo no es la clase media que puede cumplir con el distanciamiento social, lavarse las manos, usar las mascarillas... la gran mayoría no puede. Esta es la gran oportunidad para empezar una transición hacia un nuevo modelo civilizatorio, porque es imposible hacerlo de un día para otro. Y esa transición empezará en las partes donde haya más consensos. Hace mucho tiempo que este modelo está totalmente roto, desde un punto de vista social, ético y político. No tiene futuro. Es un cambio social, de conocimientos, político y cultural.
Difícil saber cuál escenario prevalecerá. Quizás tengamos una combinación de los tres; en algunas partes del mundo el primero, en otras el segundo, y en algunos países mayores avances. La política del futuro dependerá, fundamentalmente, de qué escenario prevalezca. Es el conflicto vital en las próximas décadas.
- B,S.S.: Lo peor que el neoliberalismo nos ha creado es la ausencia de alternativa. La idea de que con el fin del socialismo soviético y de la caída del muro de Berlín solo queda el capitalismo. E incluso el capitalismo más antisocial, que es el neoliberalismo dominado por el capital financiero. En Argentina tuvieron una experiencia muy dolorosa con los fondos buitres. Hemos vivido estos 40 años en confinamiento -pandémico y político- encerrados en el neoliberalismo. La pandemia nos da una esperanza de que podemos salir del confinamiento. Nos obliga a confinarnos y simultáneamente nos abre las puertas a alternativas. Porque devela que este modelo está completamente viciado; hay un capitalismo corsario que ha hecho más millonarios a quienes ya lo eran. El dueño de este sistema que estamos usando (Zoom) puede ganar 1500 millones de dólares en un mes y hasta el confinamiento poca gente lo usaba o conocía. O el caso de Jeff Bezos, con Amazon. El aumento de las compras online lo convirtieron en el primer trillonario del mundo. Él y otros siete hombres de Estados Unidos tienen tanta riqueza como los 160 millones más pobres de ese país, que conforman más de la mitad de su población. Esa es la actual concentración de la riqueza en un capitalismo sin conciencia ética. La palabra que se me ocurre en este momento es robo. Hubo robo. Y las falencias de este modelo obligan a cambiar la política y eso nos da una esperanza. Lo que más me molesta hoy en día es la distribución desigual entre el miedo y la esperanza. En las barriadas del mundo las clases populares tienen sobre todo miedo. Luchan, siguen luchando, creativamente. Por ejemplo durante la pandemia protegieron sus comunidades. Pero abandonadas por los estados en gran parte de los países, tienen muy poca esperanza.
- B.S.S.: Antes de la pandemia ya estábamos todos hablando de la cuarta revolución industrial, dominada por la inteligencia artificial, la robótica y la automoción. Con las impresiones 3D, la robotización, el enorme desarrollo de las tecnologías digitales, nos volvemos cada vez más dependientes de ellas. El tema es determinar si estas tecnologías son de bien público o de unos pocos propietarios. Ese es el problema ahora. Hay sistemas públicos –por ejemplo el de la ONU- que están impedidos de ser ofrecidos al mundo. Las empresas se niegan porque pretenden seguir con sus negocios. Y son muy pocas... Google, Apple, Facebook, y Amazon (GAFA) y Alibaba en China. Son estas las grandes compañías tecnológicas que hoy dominan el mundo y que no aceptan ser reguladas por nadie. En este momento, por ejemplo, la discusión en el Congreso en los Estados Unidos es clara: Mark Zuckerberg ha dicho que no acepta ser regulado. Y como tienen tanto poder, estas empresas desde su arrogancia pretenden autorregularse de acuerdo a sus intereses.
- B.S.S.: Claro, por supuesto. Y además la contradicción es esta... en muchas partes del mundo, por ejemplo en Brasil, en Reino Unido con el Brexit, en el Parlamento Europeo, las fake news y el uso de las tecnologías digitales para producir noticias falsas tuvieron un papel fundamental en los resultados electorales. Bolsonaro -por ejemplo- nunca sería presidente de Brasil sin ellas. Twitter intervino en ese momento como hoy lo hace con Trump en Estados Unidos? No, porque el dueño de Twitter no era brasilero. Twitter intervino cuando era la democracia de Estados Unidos la que estaba en juego. Si fuera la de Bangladesh, la de Sudáfrica, o de Portugal, no importa... es libertad de internet. Pero si estamos en los Estados Unidos, ahí no, ahí vamos a cerrar. Eterna contradicción. Claro que eso puede llevar a una regulación más amplia a nivel global de las redes, pero obviamente que estamos en otro paradigma, en el que tenemos que trabajar con estas tecnologías y al mismo tiempo luchar contra todo el sistema de noticias falsas.
- B.S.S.: Esa es la pregunta. Nosotros partimos en esta transición muy desgastados, muy empobrecidos políticamente, porque la política se empobreció muchísimo en los últimos 40 o 50 años. Porque la política es construir alternativas. En su momento el socialismo y el capitalismo tenían cosas en común, por ejemplo, su relación con la naturaleza. Pero había una opción; con la caída del muro de Berlín nos quedamos sin opción, y entonces los políticos se confinaron al capitalismo y se volvieron mediocres. La política dejó de tener interés -incluso para los jóvenes-, la gente se distanció bastante de ella. Hace poco hablé con algunos que trabajan en vivienda en Brasil, que están interesados en darle una casa digna a la población que está sin techo, casi no participaron en las últimas elecciones municipales. Porque decían mira, vamos a elegir uno u otro, no cambia nada, y ese es el peligro. Que la gente piense que los cambios políticos no cambian nada, que son una forma de gatopardismo. La política tiene que volver a construirse. Pienso que de ahora en adelante lo que deberá diferenciar a la izquierda de la derecha será la capacidad entre los grupos políticos de crear alternativa frente al capitalismo, alternativas de una sociedad distinta, que puede ser de diferentes matices. Quizás sea una sociedad que vuelva a los intereses de los campesinos y los indígenas del continente. Que tenga una relación más armónica con la naturaleza. El capitalismo no puede tener una relación armónica, porque el capitalismo tiene en su matriz la explotación del trabajo, la explotación de la naturaleza. Entonces la izquierda tiene que tomar una dimensión paradigmática de cambio para otra civilización; la derecha, en cambio, va a gerenciar el presente siempre con los dos primeros escenarios. Esa va a ser la diferencia a futuro.
- B.S.S.: Para mí lo crucial de nuestro tiempo es exactamente esa asimetría entre la dominación que no es simplemente capitalista, sino también colonialista y patriarcal. El capitalismo no funciona sin racismo y sin sexismo, a mi juicio. Por el contrario, la resistencia no está articulada, está fragmentada, es por eso que muchos partidos de izquierda, con vocación anticapitalista, han sido racistas y sexistas. Incluso algunos movimientos feministas han sido racistas y han sido pro-capitalistas. Y algunos movimientos de liberación anti-racial han sido sexistas y han sido pro-capitalistas. El problema que enfrentamos es una dominación articulada y una resistencia fragmentada. Así no vamos a salir adelante porque sabemos que la intensificación del modelo es lo que agrava la vida de la gente, de un modo de dominación que lleva a los otros. En Brasil cuando se intensifica la explotación capitalista, con Temer y después con Bolsonaro, se incremento de una manera brutal el genocidio de los jóvenes negros en las periferias de las ciudades. Aumentó la violencia doméstica en contra de las mujeres y el feminicidio. O sea, la dominación es particular. Necesitamos de sujetos políticos globales además de los locales, y además de los nacionales. Esta articulación es posible porque cuando los movimientos -Chile o los Black Lives Matter por ejemplo- parten de una demanda, sea feminista o anti-racial, al mismo tiempo, cuando ganan importancia, traen las otras demandas, el hambre o de la desigualdad social. Hoy el movimiento Black Lives Matter tiene una dimensión feminista también, y obviamente de oposición a este modelo capitalista tan desigual e injusto. Yo pienso que tiene que haber un cambio. En la dimensión local hay que volver a las barriadas. Hoy son los pastores evangélicos quienes hablan con la gente y les dicen que hay que votar a la derecha. Por eso pienso que no es solo la organización, sino también la cultura política la que necesita cambios.
- B.S.S.: Si me preguntan si los partidos opositores tienen ese perfil hoy? no, no lo tienen. Deben cambiar. Los partidos de izquierda se acostumbraron a esta dialéctica oposición-gobierno, no? Y durante 40 años esa dinámica no tuvo alternativa civilizatoria, no se pudo pensar nada más allá del capitalismo. Independientemente del perfil ideológico de los gobiernos, hasta marzo las primeras páginas de los periódicos eran ocupadas por los economistas y las finanzas. Ahora con la pandemia son los médicos, los epidemiólogos, los virólogos. La pandemia nos obligó a cambiar. Entonces, creo que hay que ver otro modo de hacer política y otra manera de gerenciar la política. Yo pienso que parte de las izquierdas deben acostumbrarse a ser oposición para luego saber reconstruir. Tienen que ayudar a mejorar la vida de la gente. Pero las instituciones actualmente no permiten eso, porque tenemos todo un entorno global que no te deja, por ejemplo el capitalismo financiero. Entonces tendremos que encontrar otra forma de gobierno y hay que empezar a pensar en esa dimensión global.
- B.S.S.: La política de gobierno es una parte de la política: fuera de eso tienes que tener otra política que es extra institucional, que no está en las instituciones sino en la formación de la gente, en la educación, en las calles, en las protestas pacíficas. Miren lo que está pasando en Chile antes de esta pandemia; fueron las mujeres, sobre todo, y los movimientos sociales. Ellos tuvieron un papel fundamental para traer a las calles cosas que la política misma no estaba dispuesta a hacer. Los partidos de izquierda, por increíble que parezca, no habían incluido en sus proyectos la causa mapuche cuando los mapuches habían sufrido con huelgas y asesinatos, y habían sido la oposición a los gobiernos de Chile. Y todavía están abandonados. Es necesario una protesta y un movimiento popular constituyente, donde las mujeres tengan un papel muy importante para tener en la política una gestión plurinacional. Los partidos son importantes pero los movimientos son igual de importantes. Tiene que haber una relación más horizontal entre ambos.
América Latina: el patio trasero
Para entender los procesos políticos latinoamericanos, Boaventura de Sousa Santos pone la lupa en las asimetrías, en lo cultural. Estudia las democracias tribales, mira las economías urbanas, critica los sistemas educativos, se enfoca en lo múltiple, lo pluricultural. Sostiene que el Estado tiene que ser refundado porque esta democracia liberal ha llegado a su límite. Dice que las izquierdas del Norte global sean eurocéntricas no es novedad, pero que las izquierdas del sur sean racistas con los pueblos indígenas y afrodescendientes, es producto de la exclusión que produjo el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado.- B.S.S.: Es esperanzador lo que está ocurriendo y nos tiene que llevar a reflexionar. Por ejemplo, el caso de Bolivia, es el único país que tiene la mayoría indígena del continente, 60% de la población. Yo pienso que los occidentales de izquierda, nosotros los blancos de izquierda, intelectuales, no entendemos los pueblos indígenas. Hay que ser muy humildes, porque no tenemos conceptos. Cuando ganó el MAS de nuevo, la sorpresa fue enorme, porque no imaginaban que los indígenas volverían tan rápido al gobierno. Porque no entienden el alma indígena. Después de la salida de Evo reconstruyeron el MAS, los liderazgos, se animaron de otra manera, con otra gente.
Estamos repensando todo y las cosas están cambiando. El contexto internacional de esos años hasta el 2014 permitió que en algunos países de América Latina como Brasil o Argentina la gente fuera menos pobre, sin que los ricos dejaran de enriquecerse. Hubo políticas de redistribución por parte de los gobiernos populares pero el ciclo de las comodities cambió y los modelos entraron en crisis. Cualquiera que hayan sido los errores cometidos en los procesos populares, sabemos que no pueden repetirse. Porque los precios de los commodities no están como estaban, porque las condiciones son muy distintas, y porque hay una deslegitimación de todo el modelo neoextractivista. La agricultura industrial tiene que disminuir, puede ser una transición, pero debe lograrse; si no diversificamos la economía, es un desastre. Eso ya lo sabemos. Me parece que ahora estamos en un punto de repensar las cosas. Con Alberto Fernández en Argentina, AMLO en México, son las dos esperanzas. AMLO es un poco más complejo que Alberto, a mi juicio. Tenemos bastantes avances en Chile, y la corriente para iniciar el proceso constituyente, que va a ser muy conflictiva de aquí en adelante. Entonces me parece que las cosas están cambiando, y que de alguna manera en América Latina se están dando respuestas porque la gente está, los movimientos sociales siguen luchando, aunque sea en pésimas condiciones como en Colombia.
- B.S.S.: Las comunidades siguen teniendo una gran creatividad y esto forma parte de un movimiento de izquierda reconstruida, más abierta a toda esta creatividad comunitaria. No son simplemente las calles y las plazas, es la vivencia comunitaria que tendremos que intensificar. Porque las calles no son un emporio de las izquierdas, en esta década vamos a ver calles llenas de gente de extrema derecha. Yo vi a la extrema derecha entrar en las manifestaciones en Brasil. Las consignas de la izquierda, aprovechadas por la extrema derecha, y después dominando toda la protesta. Aquí en Europa sabemos muy bien eso, los Estados Unidos hoy, la gente contra Biden que no es propiamente de izquierda, y por otro lado los Prat Boys de la extrema derecha organizada y militarizada que ocupa las calles, y que va a hacer la política extraconstitucional, de las calles, de las protestas.
- B.S.S.: A mi juicio, durante mucho tiempo la teoría democrática, la idea más valiente, más segura, era que las democracias se sostienen en una clase media fuerte. Claro que yo, estando en Portugal, trabajando en África y en América Latina, no veía clases medias fuertes, lo que realmente veía era desigualdad social. Siempre me sentí como un demócrata radical, o sea, la democracia es mala porque es poca. Hay que ampliar la democracia en las calles, en las familias, en las fábricas, en la vida universitaria, en la educación. Entonces esta idea de que la polarización es contraria a la democracia, me parece que es cada vez más evidente cuando hablamos de democracia liberal. Sólo tiene sentido, o se refuerza, con una democracia participativa, con otras formas de participación de la gente que no sean democracias electorales, porque si son solo democracias electorales van a seguir eligiendo anti demócratas como Trump, Bolsonaro, Iván Duque, como tantos otros. Por eso la democracia muere democráticamente, por elección, por vía electoral. Hitler ganó dos elecciones en 1932, antes de su golpe. Creo que hay que fortalecer esa democracia con democracias participativas. La polarización, la desigualdad, provienen de esta polarización de la riqueza sin precedentes que hoy tenemos. A mayor desigualdad en la vida económica y social, más racismo, más discriminación y más sexismo. Entonces estamos en una sociedad en retroceso a nivel mundial, en retroceso reaccionario, donde el capitalismo es cada vez más desigual, más racista y más sexista. Esta es la realidad que tenemos hoy.
- B.S.S.: Tenemos que pensar en la transición. Y hoy debemos contar con políticas sociales, romper con el neoliberalismo, y para eso es necesario una reforma fiscal. Es inaceptable que los pobres y la clase media paguen 40% de impuestos, y los ricos el 1%. Que Trump haya erogado de impuestos federales 765 dólares, es impensable. Tiene que haber una reforma fiscal para dar políticas de educación, de salud. La otra cuestión es política, necesitamos una reforma constituyente. Las constituciones que tenemos congelaron una sociedad segmentada, no solo desde un punto de vista capitalista sino también racista y sexista. Tenemos que refundar el Estado. Los únicos países que tuvieron reforma política fueron Bolivia y Ecuador, e igual fracasaron. La misma idea fracasa muchas veces antes de tener éxito, antes de hacer historia. Los derechos de la madre Tierra, por ejemplo, no tuvo muchos resultados en Ecuador, pero veamos lo que pasó en Nueva Zelanda. Jacinda Arden, la primera ministra, una mujer fabulosa, la líder mundial en este momento después del Papa diría yo, esta señora promulgó una ley sobre los derechos humanos del río sagrado de los indígenas, y no fue simplemente eso, ha dado plata para regenerar, revitalizar los ciclos vitales del río. Es una revolución que no logró efecto en Ecuador, en Bolivia, en Colombia, como sí en Nueva Zelanda. Debemos articular los conflictos sociales con esa idea de Naturaleza porque esta es territorio, cultura, memoria, pasado, espíritu, conocimiento, incluso sentimiento paisaje".
Pienso que las constituyentes van a ser un marco del futuro para deslegitimar el neoliberalismo y volver a la soberanía popular que va a permitir la soberanía alimentaria, que muchos países no tienen hoy. soberanía industrial, ¿cómo es posible que los Estados Unidos no produzcan mascarillas ni guantes, ni respiradores? Por eso, ¿es un país desarrollado? No sé. Sudáfrica ha defendido mejor la vida de la gente que los Estados Unidos.
- B.S.S.: Yo soy un intelectual de retaguardia, no de vanguardia. No doy consejos: mi solidaridad, que es grande, es conversar con la gente. Yo pienso que es un continente en el que siempre ha habido una creatividad política enorme, y estas experiencias han dejado cosas muy interesantes. He hablado de Chile, también Bolivia, las elecciones ahora en Brasil. Alberto Fernández es un caso muy interesante y los describe mi último libro, porque es el único presidente que llega al poder y después viene la pandemia. Viene con un programa, pero el programa se vuelve la pandemia. Alberto Fernández tuvo un coraje enorme para enfrentarla. Un gran problema es la herencia brutal de neoliberalismo, de destrucción del Estado, de las políticas sociales, de la economía. Es herencia es brutal y lleva tiempo la reconstrucción. Además, es una sociedad muy movilizada, con movimientos sociales y populares fuertes, el de mujeres es fortísimo y en estos días se expresa en la lucha por el aborto legal. Hay toda una sociedad muy creativa, y eso se nota. Esta es una gran oportunidad para repensar un poco la política y para volver a una articulación continental; yo pienso que la idea de matriz de articulación regional, como el ALCA, o UNASUR, fueron muy interesantes. Esta semana mirá lo que China y los países asiáticos están haciendo: el más grande conjunto de libre comercio, de articulación económica. Sin los Estados Unidos, y sin Europa; es mucho más grande que cualquier acuerdo europeo, mucho más grande que el tratado por la nafta entre Estados Unidos, México y Canadá. Entonces, ¿por qué no entender que el continente no es el patio trasero de los Estados Unidos? Y tiene que tener más autonomía, porque son todos de desarrollo intermedio, de mucha población. Hay que reinventar y en este momento, sobre todo, hay que hacer una autocrítica. A las personas de izquierda no les gusta, porque viene de la época de Stalin, pero la autocrítica es la auto reflexión, es repensar las izquierdas.
Bernarda Llorente. Presidenta de Télam.
3 de Diciembre de 2020.
Créditos:
- Edición: Julieta Grosso
- Edición Video: Ariel Jonte
- Desgrabación: Josefina Marcuzzi
- Diseño: Javier Filippis
- Producción: Daniela Basso
Trump: "No quiero esperar hasta 2024, quiero regresar a la Casa Blanca dentro de tres semanas"
El presidente de EE.UU., Donald Trump, señaló este sábado que todavía espera ganar oficialmente las presidenciales del 3 de noviembre, en las que según las proyecciones resultó vencedor el candidato demócrata, Joe Biden.
Hablando en el primer mitin ante sus seguidores tras el final de la campaña electoral, en Valdosta (Georgia), el mandatario llamó a sus partidarios a ser más activos en los próximos comicios.
"La próxima gran victoria de nuestro movimiento comienza aquí mismo el 5 de enero [el día de la segunda vuelta electoral para el representante de Georgia en el Senado], y luego vamos a recuperar la Casa Blanca. La vamos a recuperar. Y vamos a recuperar el Congreso en 2022", dijo Trump.
Asimismo, el mandatario se refirió a la posibilidad de participar en las próximas elecciones, dentro de cuatro años: "En 2024, con suerte, no tendré que ser candidato. Volveremos a recuperar la Casa Blanca".
"No quiero esperar hasta 2024. Quiero regresar dentro de tres semanas", agregó el presidente.
Trump afirma que el FBI y el Departamento de Justicia podrían haber estado "involucrados" en el "fraude" en las elecciones
El presidente de EE.UU., Donald Trump, volvió a declarar el pasado domingo durante una entrevista con el canal Fox News que hubo "fraude" en las elecciones presidenciales y sugirió que el FBI y el Departamento de Justicia podrían haber estado al tanto de ello.
"Es un fraude total y el FBI y el Departamento de Justicia, no lo sé, tal vez estén involucrados. Pero cómo a la gente se le permite salir adelante con estas cosas es increíble. Estas elecciones estuvieron amañadas", señaló Trump durante su primera entrevista desde las presidenciales del 3 de noviembre.
El mandatario cuestionó los "fallos" en los sistemas de votación electrónicos e irregularidades con los votos por correo que llegaron la noche de las elecciones. "Mi opinión no cambiará en seis meses. Hubo un fraude tremendo", subrayó.
Trump afirmó también que incluso "la mayoría de los demócratas" creen que hubo "fraude electoral". "El 79 % de los republicanos piensan que la elección fue un fraude, y oigo que el 35-40 % de los demócratas [también piensan así].[...] no van a decir que piensan así, pero creo que [...] la mayoría de ellos piensan que fue un fraude", aseguró.
En este sentido, el presidente afirmó que ningún otro presidente, senador o miembro de la Cámara de Representantes republicano será elegido en EE.UU. si el partido acepta el resultado de estos comicios. "Si los republicanos permiten que esto suceda, nunca habrá otro republicano elegido en la historia de este país, a nivel del Senado o presidencial [...] o al nivel de la Cámara", dijo.
"Es difícil llevar el caso a la Corte Suprema"
Trump prometió seguir luchando en los tribunales para desafiar la victoria de su rival demócrata, Joe Biden, pero reconoció que será difícil llevar el caso ante la Corte Suprema de EE.UU.
"El problema es que es difícil llegar a la Corte Suprema. Tengo los mejores abogados de la Corte Suprema [...], pero dijeron que es muy difícil presentar un caso allí. [...] Probablemente no pueda abrir un caso, ni siquiera teniendo pruebas tremendas", declaró Trump.
El inquilino de la Casa Blanca aseguró que tiene "cientos y cientos de declaraciones juradas" de personas que dicen que se les impidió votar, pero lamentó que "no quieren aceptarlas". "Querría presentar una demanda, Donald J. Trump, presidente de EE.UU., y ponerlo todo en una sola demanda. Y ellos dicen: 'Señor, no tiene legitimación'. Yo digo: 'No entiendo. ¿Quiere decir que como presidente de EE.UU. yo no tengo legitimación?'. ¿Qué tipo de sistema judicial es este?", se preguntó.
Al respecto, el abogado y activista político Christian Mancera Mejía considera que, a pesar de que Trump tiene derecho a librar una batalla legal, no presentó pruebas suficientes para alegar fraude.
"¡No concedo NADA!": Trump se reafirma y asegura que Biden "solo ganó a los ojos de los medios falsos"
El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha asegurado este domingo que su rival demócrata, Joe Biden, "solo ganó" las elecciones "a los ojos de los medios falsos", reiterando que no va a darse por vencido en su impugnación de una elección que tachó de "amañada".
"¡No concedo NADA! Tenemos un largo camino por recorrer", aseveró el mandatario norteamericano.
"Ganó porque la elección fue amañada"
En un tuit anterior, el presidente escribió que el candidato demócrata "ganó porque la elección fue amañada", dando a entender que admitía por primera vez su derrota.
Trump argumentó que "no se permitieron" observadores y que el voto fue "tabulado por una empresa privada de la izquierda radical, Dominion, con mala reputación". Asimismo, el presidente arremetió contra los "malos equipos" de esta empresa que -dijo- no dieron la talla ni siquiera en Texas, donde asegura que ganó "por mucho"; y contra los "medios falsos y silenciosos".
"Todos los 'fallos' mecánicos que tuvieron lugar la noche de las elecciones fueron, en realidad, ELLOS siendo sorprendidos tratando de robar votos", aseveró el mandatario, que recalcó: "tuvieron mucho éxito sin que los pillaran".
El equipo de Trump promete seguir "combatiendo el fraude" luego de que Míchigan certificara la victoria de Biden
Luego de que las autoridades de Míchigan certificaran este lunes la victoria electoral de Joe Biden en ese estado, Jenna Ellis, asesora legal jefe de la campaña de Donald Trump, afirmó en un comunicado que "la certificación por parte de funcionarios estatales es simplemente un paso de procedimiento" y prometió continuar "combatiendo el fraude electoral en todo el país" y luchar por "contar todos los votos legales".
"Los estadounidenses deben estar seguros de que los resultados finales son justos y legítimos", aseveró Ellis.
La Corte Suprema de Pensilvania desestima la demanda de aliados de Trump para invalidar millones de boletas por correo
La Corte Suprema de Pensilvania ha desestimado una demanda presentada por el congresista Mike Kelly y otros aliados del presidente de EE.UU., Donald Trump, que buscaba invalidar las boletas de votación por correo de ese estado. El tribunal explica que el hecho de que los peticionarios no presentaran su impugnación constitucional de manera oportuna fue parte de la razón de la decisión.
"Los tribunales no deberían decidir las elecciones cuando la voluntad de los votantes es clara", sentenció el juez Wecht.
El gobernador de Pensilvania declara como certificada la victoria de Biden en ese estado
El estado de Pensilvania ha certificado los resultados de la votación de las presidenciales de EE.UU. confirmando la victoria del candidato demócrata y exvicepresidente Joe Biden.
"Según lo requiere la ley federal, he firmado el Certificado de Verificación para la lista de electores por Joe Biden y [la vicepresidenta electa] Kamala Harris", escribió en un tuit el gobernador de Pensilvania, Tom Wolf.
El anuncio sigue la certificación de los resultados en Míchigan el lunes y Georgia el viernes. Estos tres estados otorgaron la victoria a Donald Trump en 2016 y Biden ha cambiado las preferencias a su favor este año.
El equipo de abogados de Trump ha emprendido en las últimas semanas varias batallas legales para exigir un recuento de votos en los estados más disputados. La negativa del republicano a reconocer la victoria demócrata ha dificultado las labores de transición de Gobierno, como la asistencia de Biden a las reuniones de inteligencia, en las que normalmente participan los presidentes electos.
Concluye el recuento de votos en Wisconsin con victoria para Joe Biden
Joe Biden ha sido declarado el ganador de las elecciones presidenciales de EE.UU. en el estado pendular de Wisconsin, tras adelantar a Donald Trump en 20.000 votos al terminarse el recuento en los condados de Dane y Milwaukee.
El candidato republicano había ordenado un nuevo recuento en determinadas zonas con el fin probar su victoria sobre Biden. El condado de Dane ha sido el último en anunciar los resultados y ha reportado este domingo una ganancia de 45 votos para Trump. Anteriormente, Milwaukee informó el viernes una ganancia de 132 votos para Biden, informa AP.
En conjunto, los dos condados de Wisconsin han contabilizado 87 votos más favorables para Biden, apenas cambiando el margen de su victoria, de unos 20.600 votos.
Los costes del segundo recuento en Dane y Milwaukee, dos zonas de fuerte influencia de los demócratas, donde los republicanos denunciaron alteraciones en papeletas de votos a distancia e infracciones de las leyes sobre la identidad de los electores, le costaron al equipo de Trump unos 3 millones de dólares.
Este viernes, el mandatario declaró en Twitter que "Biden solo podrá entrar a la Casa Blanca como presidente si puede probar que sus ridículos '80.000.000 de votos' no fueron obtenidos fraudulenta o ilegalmente", haciendo referencia a diversas ciudades y condados del país, incluido Milwaukee.
No obstante, sus ofensivas legales para probar un "fraude electoral masivo" ya habían fracasado anteriormente en los tribunales de Arizona, Georgia, Míchigan, Nevada y Pensilvania, señala la agencia.
El próximo 8 de diciembre culmina el plazo para resolver disputas electorales en los estados, incluyendo recuentos y disputas judiciales al respecto. Posteriormente, los miembros del Colegio Electoral se reunirán el 14 de diciembre para oficializar el resultado. Para proclamarse ganador, el candidato debe obtener al menos 270 votos electorales.
Pese a que todavía no se ha proclamado oficialmente a un ganador, esta semana la Administración de Servicios Generales del país dio su visto bueno para que se inicie el proceso de transición entre el mandatario electo, Joe Biden y el presidente estadounidense saliente, Donald Trump.
Trump estaría preocupado por que su equipo legal de campaña esté compuesto por "tontos que lo están haciendo lucir mal"
El presidente de EE.UU., Donald Trump, está preocupado por que su equipo legal de campaña, liderado por su abogado personal Rudy Giuliani, esté compuesto por "tontos que lo están haciendo lucir mal", según publicó este lunes NBC News citando a fuentes familiarizadas con el asunto.
De acuerdo con este medio, el mandatario se habría estado quejando con sus ayudantes y aliados del comportamiento de Giuliani y de la abogada Sidney Powell tras las afirmaciones conspirativas sobre supuesto fraude electoral lanzadas por estos durante su conferencia de prensa en la sede del Comité Nacional Republicano del jueves pasado.
Al ser preguntadas acerca de por qué el presidente no despedía a Giuliani y Powell, las fuentes no pudieron dar una respuesta clara.
El reporte de NBC News llega un día después de que la campaña electoral de Trump comunicara que se había distanciado de Powell, quien durante la rueda de prensa del pasado jueves aseguró tener conocimiento de que una "masiva influencia de dinero comunista" de Venezuela, Cuba y China había ayudado a crear un 'software' que alteró los resultados de las elecciones presidenciales del pasado 3 de noviembre
La directora de comunicaciones de la Casa Blanca anuncia su dimisión
Alyssa Farah, quien sirviera cerca de tres años y medio en la Administración de Donald Trump, presentó este jueves en una misiva su dimisión como directora de comunicaciones de la Casa Blanca, cargo que asumió en el pasado abril, informa The Washington Post.
Durante su gestión en el Gobierno de Trump, Farah se desempeñó como secretaria de prensa y directora de comunicaciones de la Casa Blanca; asimismo, sirvió durante unos meses como secretaria de prensa del Departamento de Defensa, siendo la primera persona en ocupar esos tres puestos en una sola Administración.
Trump cesa al director de la Agencia de Ciberseguridad de EE.UU., por una declaración "altamente incorrecta" sobre las presidenciales
El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha cesado al director de la Agencia de Seguridad Cibernética y de Infraestructura (CISA, por sus siglas en inglés), Chris Krebs.
"La reciente declaración de Chris Krebs sobre la seguridad de las elecciones del 2020 fue altamente incorrecta, en que hubo irregularidades masivas y fraude, incluso personas muertas votando, observadores electorales a quienes no se les permitió [la entrada] en centros electorales, 'fallos' de máquinas de votación que cambiaron los votos de Trump a Biden, votación retrasada y muchos más", escribió el mandatario este 17 de noviembre en su cuenta personal de Twitter.
Trump despidió a director de Ciberseguridad que lo contradijo sobre las elecciones
Trump cesó al director de la agencia CISA que aseguró que las elecciones fueron "las más seguras en la historia de Estados Unidos".
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, cesó este martes al director de la Agencia de Seguridad Cibernética y de Infraestructura (CISA, por sus siglas en inglés), quien firmó en nombre del organismo un comunicado en el cual calificaban las recientes elecciones presidenciales como «las más seguras en la historia de Estados Unidos».
La CISA participó activamente del proceso electoral al vigilar todo el entorno cibernético que tenía que ver con los recintos de votación, evitando en fraude y las interferencias internas o extranjeras.
La declaración fue una reprimenda ciertamente avergonzante para Trump, que continúa haciendo acusaciones falsas e infundadas de fraude electoral mientras el equipo legal que contrató persigue sin éxito alguna victoria en tribunales.
«La reciente declaración de Chris Krebs sobre la seguridad de las elecciones de 2020 es completamente falsa. Hubo cantidades masivas de fraude, incluyendo votos de gente muerta. A los observadores no se les permitió entrar a los recintos donde se contaban los votos, hubo ‘errores’ en las máquinas de votación que cambiaron los votos de Trump a Biden, hubo votos tardíos y mucho más”, comienza el mensaje del mandatario, publicado en su cuenta de Twitter la noche del martes.
Y agrega: «En consecuencia, con efecto inmediato, Chris Krebs ha sido despedido de su puesto de director de ciberseguridad e infraestructura del departamento de Seguridad Nacional».
Agencia de Seguridad Nacional de Trump: “Fueron las elecciones más seguras en la historia de EE.UU.”
El mandatario republicano se va quedando solo en su narrativa del supuesto fraude. Ni siquiera su…
“Fueron las elecciones más seguras en la historia de EE.UU.”
El 12 de noviembre, un alto comité gubernamental e interinstitucional, encabezado por la CISA, contradijeron a Trump en sus acusaciones, aduciendo que el reciente proceso que le dio la victoria al demócrata Joe Biden fue el más seguro «en la historia de Estados Unidos».
«No hay evidencia de que ningún sistema de votación haya eliminado o perdido votos, cambiado votos o haya sido comprometido de alguna manera”, dijeron miembros del Comité Ejecutivo del Consejo Coordinador Gubernamental de Infraestructura Electoral (GCC, por sus siglas en inglés) en el comunicado.
«Las elecciones del 3 de noviembre fueron las más seguras en la historia de Estados Unidos. En este momento, en todo el país, los funcionarios electorales están revisando una y otra vez todo el proceso electoral antes de dar un resultado final», agrega el documento.
Las agencias y organismos que firmaron el comunicado fueron:
- Miembros Comité Ejecutivo del Consejo Coordinador Gubernamental de Infraestructura Electoral (GCC)
- Miembros de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA) Director Asistente Bob Kolasky
- El presidente de la Comisión de Asistencia Electoral de EE. UU. Benjamin Hovland
- El presidente de la Asociación Nacional de Secretarios de Estado (NASS) Maggie Toulouse Oliver
- La presidenta de la Asociación Nacional de Directores Electorales Estatales (NASED), Lori Augino
- El supervisor de elecciones del condado de Escambia (Florida), David Stafford
- Los miembros del Consejo Coordinador del Sector de Infraestructura Electoral (SCC)
- Brian Hancock, presidente de Unisyn Voting Solutions,
- Sam Derheimer, vice presidente de Hart InterCivic
- Chris Wlaschin, representante de Election Systems & Software
- Ericka Haas, del Centro de información de registro electrónico
- y Maria Bianchi, de Democracy Works
La campaña de Trump presenta una demanda en el estado de Georgia para invalidar los resultados de las elecciones presidenciales
La campaña del presidente de EE.UU., Donald Trump, ha presentado este viernes una demanda ante la corte del estado de Georgia en busca de lograr invalidar los resultados de las elecciones presidenciales en ese estado alegando "irregularidades masivas, errores y potencial fraude", informan medios locales.
"El fraude, la mala conducta y las irregularidades que ocurrieron bajo la 'supervisión' de los encuestados son suficientes para poner en duda las elecciones", detalla el requerimiento, con el cual se pide al tribunal que impida la certificación de los resultados y se ordene una nueva elección presidencial "que cumpla con la ley de Georgia".
Al respecto, la campaña del mandatario estadounidense aseguró en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter que han documentado "decenas de miles de votos ilegales" en ese estado, "lo que hace que los resultados de las elecciones sean nulos y sin efecto".
La demanda asevera, entre otras afirmaciones, que los funcionarios electorales violaron la ley, las reglas y las regulaciones de la junta electoral estatal. Incluye además declaraciones juramentadas de residentes de Georgia que afirman haber sido testigos de irregularidades en el proceso de votos y el cotejo de firmas y verificación de la identidad de los votantes.
La reclamación es una de muchas presentadas por la campaña de Trump en varios estados del país en un intento por impugnar legalmente los resultados del pasado 3 de noviembre. La mayoría de los alegatos judiciales han sido desestimados por carecer de fundamentos legales y pruebas sólidas.
El próximo 8 de diciembre culmina el plazo para resolver disputas electorales en los estados, incluyendo recuentos y disputas judiciales al respecto. Posteriormente, los miembros del Colegio Electoral se reunirán el 14 de diciembre para oficializar el resultado. Para proclamarse ganador, el candidato debe obtener al menos 270 votos electorales.
Trump formula una apelación de emergencia a la Corte Suprema de Pensilvania para anular 69 papeletas
El presidente de EE.UU., Donald Trump, presentó este viernes a la Corte Suprema de Pensilvania una apelación de emergencia, exigiendo declarar nulos 69 de los votos enviados por correo en el condado de Bucks, de dicho estado, durante las elecciones presidenciales. Previamente, la corte del condado rechazó el pedido.
El rival principal de Trump, Joe Biden, ganó en Pensilvania con más de 80.000 votos de diferencia.
El coach Gary Patterson participó como voluntario en la entrega de alimentos a miles de estadounidenses en Arlington, Texas. La semana pasada había imágenes de interminables filas de autos en Dallas, anteriormente símbolo de riqueza, en espera para recibir asistencia alimenticia para sus familias. Foto: AP.
A mí me aseguraron que este era un país de primer mundo. Me engañaron. Recuerdo el viejo chiste de que aquí no había golpes de Estado porque no había una embajada estadounidense. Ahora sólo falta que Luis Almagro llegue con la OEA para anular la elección y rescatar al país de los comunistas, como alega Trump y su gente.
Aquí en los últimos días hay imágenes y declaraciones que ponen en duda eso de primer mundo y más aún, eso de faro de la democracia. Lo que más asombra es que después de estos cuatro años, y sobre todo después de este proceso electoral, que aún hay en este país aquellos que siguen ofreciendo proclamaciones, juicios y recomendaciones a otros países sobre democracia, elecciones, procesos democráticos, derechos humanos y más. Sería bueno que guardaran un tantito de silencio mientras aplican todo eso a su propio país, para empezar, incluso solicitar unas recomendaciones de otros países que saben de todo esto.
La semana pasada había imágenes de interminables filas de autos en Dallas –anteriormente símbolo de riqueza– en espera para recibir asistencia alimenticia para sus familias. En El Paso, presos fueron reclutados para ayudar a las autoridades a trasladar cuerpos de los hospitales abrumados por casos de COVID. Estas escenas no son exclusivas de Texas, se repiten a lo largo de un país donde hay cada vez más hambre en medio de la devastación económica y social provocada por el manejo político irresponsable y criminal de la peor crisis de salud pública en un siglo.
Millones están al borde de ser lanzados de sus hogares por no poder pagar rentas o hipotecas, millones más se encontrarán sin asistencia de desempleo en las próximas semanas –o sea, como regalo de Navidad– si el gobierno no aprueba más fondos y extiende las moratorias de pago de deudas y rentas. Ni hablar de los inmigrantes –entre ellos los llamados trabajadores esenciales que están rescatando al país en medio de estas crisis–, quienes no tienen derecho a ninguna asistencia, y más bien sólo derecho a ser explotados y desechados.
La semana pasada, la organización Families Belong Together colocó más de 650 ositos de peluche en una jaula a las afueras del Capitolio para recordar a los legisladores que más de 650 niños inmigrantes arrancados de los brazos de sus familias por el gobierno de Trump aún no han sido reunificados.
Mientras Trump enviaba saludos a manifestaciones de supremacistas blancos y neonazis que se manifestaban en apoyo del presidente, la FBI reportó que los crímenes de odio en este país han llegado a su nivel más alto en una década (7 314), entre los cuales se registró el número más alto de homicidios motivados por odio desde que la FBI empezó a ofrecer esa cifra. De los 51 homicidios por odio en 2019, 22 fueron cometidos en El Paso por un joven motivado por las palabras de Trump y cuyo objetivo era matar a mexicanos.
Ni hablar sobre la elección, y lo que parece ser un intento, aunque muy mal hecho hasta ahora, de un autogolpe de Estado por Trump y su equipo. Al declarar la existencia de un magno fraude desde antes de la elección y cumpliendo por ahora su promesa de no reconocer el resultado si no salía ganando, las acusaciones han llegado a niveles espectaculares. En una de las conferencias de prensa más extrañas en la historia del país, Rudy Giuliani y otros abogados encargados de demostrar el fraude, acusaron que Hugo Chávez –quien murió en 2013– era uno de los responsables, junto con George Soros, los cubanos y tal vez los chinos. Más tarde, sugirieron que en el estado de Georgia, el gobernador republicano fue sobornado por venezolanos y la CIA para entregar la elección –con el triunfo del demócrata Joe Biden– a comunistas.
Entre golpes de Estado y chavistas tomando por asalto a Georgia, en medio del epicentro mundial de la pandemia, la imagen del fin de semana fue Trump jugando golf, igual que Nerón con su violín.
Y me dicen que estoy en algún lugar del primer mundo.
(Tomado de La Jornada)
Investigan en EE.UU. un presunto esquema de "soborno por perdón" en el que se propondría "contribuir políticamente" a cambio del indulto presidencial
El Departamento de Justicia de EE.UU. ha iniciado una investigación sobre un supuesto esquema criminal de sobornos para recibir el indulto del presidente, según una orden de la jueza federal de distrito, Beryl Howell, revelada este martes. La magistrada la describió como la investigación de "soborno por perdón".
Casi la mitad del documento, de 18 páginas, está tachada en su versión pública disponible, mientras que proporciona algunos detalles del supuesto plan y no menciona a ninguna de las personas potencialmente involucradas. De acuerdo con la orden, los fiscales federales en Washington habían obtenido evidencia de este esquema de soborno en el que alguien "ofrecería una contribución política sustancial a cambio de un indulto presidencial o una suspensión de la sentencia".
Para llevar a cabo esta investigación, el Departamento de Justicia de EE.UU. pidió a Howell permiso para ver ciertos correos electrónicos entre un abogado y clientes, que no fueron identificados. Howell lo autorizó en agosto, diciendo que el privilegio abogado-cliente no se aplicaba en ese caso. Los fiscales habían dicho que planeaban "confrontar" a tres personas no identificadas.
Los investigadores habían incautado "más de 50 dispositivos digitales, incluidos iPhones, iPads, computadoras portátiles, memorias USB y computadoras y discos duros externos" que contenían conversaciones de personas involucradas que discutieron el plan de implementación de este esquema de corrupción.
Además, el documento indica que los fiscales también estaban investigando un "plan de cabildeo secreto", en el que dos personas no identificadas "actuaban como cabilderos de altos funcionarios de la Casa Blanca, sin cumplir con el requisito de registro de la Ley de divulgación de cabildeo".
Indulto presidencial en EE.UU.
En EE.UU., los presidentes disfrutan de una amplia libertad bajo la Constitución nacional para perdonar a las personas condenadas por delitos federales. Durante su presidencia, Donald Trump revisó condenas de 45 personas, de las que indultó a 29, mientras que las 16 restantes se beneficiaron de una conmutación de sentencia. Uno de los indultados más recientes es su ex asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn.
Además, en EE.UU. existe la práctica de los indultos preventivos, que un presidente puede conceder de manera anticipada a una persona que podrá utilizarlo en caso de ser investigada en el futuro, excepto si se le investiga por delitos estatales o locales. The New York Times reportó este 1 de diciembre que el presidente Trump discutió con sus asesores si debe otorgar indultos preventivos a los tres mayores de sus cinco hijos —Donald Trump Jr., Eric Trump e Ivanka Trump—, a su yerno y asesor principal de la Casa Blanca, Jared Kushner, y a su abogado personal, Rudolph W. Giuliani.
El medio, con referencia a dos personas familiarizadas con el tema, reportó que Trump habría manifestado su preocupación de que el Departamento de Justicia durante la presidencia de Joe Biden pueda buscar represalias contra ellos.
En respuesta a este artículo, Giuliani en su cuenta de Twitter tachó a The New York Times de 'fake news' que "mintió otra vez". "Yo nunca tuve esta conversación que atribuyen falsamente a una fuente anónima. Es difícil mantenerse al día de todas sus mentiras", concluyó.
Entre indultos y pentobarbital: el último canto fúnebre de la presidencia de Trump
Amy Goodman y Denis Moynihan
Los indultos presidenciales y el fármaco pentobarbital le están dando su impronta a las semanas finales de la presidencia de Donald Trump. Día a día crecen las especulaciones sobre la posibilidad de que Donald Trump se otorgue un indulto preventivo a sí mismo, a sus tres hijos mayores, Donald Jr., Ivanka y Eric, a su yerno Jared Kushner y a su abogado Rudy Giuliani. Si lo hace, Trump será el primer presidente en la historia de Estados Unidos en indultarse a sí mismo.
Mientras tanto, las 54 personas actualmente condenadas a pena de muerte a nivel federal no pueden esperar tal acto de clemencia por parte de Trump. Durante su gobierno ya han sido ejecutados ocho presos condenados a muerte, lo que puso fin a una pausa de 30 años en las ejecuciones federales. Además, pretende acabar con la vida de otras cinco personas condenadas a muerte antes de dejar el cargo el próximo 20 de enero. Las ejecuciones ya programadas incluyen a cuatro hombres afroestadounidenses y a una única mujer, quien sería la primera mujer ejecutada por el gobierno federal en casi 70 años. Estas serán las primeras ejecuciones federales que ocurran durante la recta final del gobierno de un presidente saliente en más de 130 años. En aquella ocasión, fue el presidente Grover Cleveland quien autorizó la ejecución de tres hombres de color. Cleveland perdió las elecciones para continuar en el cargo por un segundo período, pero sería el único presidente en ganar de nuevo la primera magistratura, cuatro años después de haber concluido su primera presidencia.
La única cámara de ejecuciones del gobierno federal se encuentra en la Penitenciaría Federal de Terre Haute, en el estado de Indiana, y está equipada únicamente para ejecutar mediante inyección letal. Con el objetivo de acelerar la oleada de ejecuciones, el gobierno de Trump ha modificado las reglas federales de procedimiento y ha autorizado que las ejecuciones federales se lleven a cabo mediante pelotón de fusilamiento, cámara de gas o por electrocución. La nueva reglamentación iba a entrar en vigor en la víspera de Navidad, resaltando aún más lo cruel y bárbara que es la pena de muerte, pero esta fecha se cambió discretamente al 28 de diciembre.
La próxima ejecución federal, la del recluso afroestadounidense Brandon Bernard, está programada para el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos. Todos los miembros del jurado que lo condenó eran blancos, a excepción de uno, y ahora, cinco de ellos dicen que no debería ser ejecutado. Al día siguiente, 11 de diciembre, está prevista la ejecución de Alfred Bourgeois. Cory Johnson, cuyos abogados dicen que tiene un coeficiente intelectual de 69 y, por lo tanto, está por debajo del estándar determinado por la Corte Suprema para aplicar la pena de muerte, tiene como fecha de ejecución el 14 de enero. Dustin Higgs es el último de los cuatro hombres afroestadounidenses que Trump pretende ejecutar pocos días antes de dejar el cargo. La muerte de Higgs está prevista para el 15 de enero, fecha en la que se conmemora el nacimiento de Martin Luther King.
Una vasta cantidad de estudios ha confirmado el profundo sesgo racial que existe en la aplicación de la pena de muerte, principalmente contra acusados afroestadounidenses en delitos cuyas víctimas eran personas blancas.
“Es un paroxismo de violencia”, expresó en una entrevista con Democracy Now! la profesora de derecho Sandra Babcock, fundadora del centro de investigaciones sobre la pena de muerte de la Universidad de Cornell. Babcock es una de las abogadas de Lisa Montgomery, la única mujer que afrontará una ejecución federal. En la entrevista, Babcock describió la horrible infancia que sufrió Lisa Montgomery:
“Lisa fue víctima de incesto, de violación en grupo, de tráfico sexual infantil, de una violencia inimaginable durante toda su vida, antes de cometer el delito por el que fue condenada a muerte. Su salud mental está profundamente afectada. Ella comenzó a disociarse cuando era adolescente, cuando su padrastro le construyó una habitación especial al lado de la caravana en la que vivían para que él y sus amigos pudieran entrar y violarla. Su madre la vendió a un plomero y a un electricista y le dijo que tenía que ganarse la vida por ella misma”. Babcock agregó: “El jurado nunca escuchó sobre la magnitud de los abusos o el impacto que tuvieron en ella. Lisa es un ser completamente vulnerado, el alma más destrozada entre las destrozadas”.
Lisa Montgomery fue condenada a muerte en 2008 por el asesinato de una mujer embarazada llamada Bobbie Jo Stinnett. En la cárcel, Montgomery vive bajo constante sedación con potentes fármacos antipsicóticos para tratar su grave enfermedad mental. Babcock explicó: “Hay al menos 16 mujeres que han cometido crímenes muy similares, y los fiscales en esos casos han reconocido que estos crímenes son producto de traumas y enfermedades mentales”.
En noviembre, durante una visita legal a Montgomery, sus dos abogadas principales contrajeron COVID-19. Un juez federal concedió un aplazamiento de la ejecución, pero ahora ha sido reprogramada para el 12 de enero.
El Centro de Investigación Pew informó recientemente que Trump ha utilizado el poder de clemencia mucho menos que cualquier otro presidente en la historia moderna de Estados Unidos. En lo que va de su gobierno, ha otorgado solo 28 indultos y 16 conmutaciones de pena, entre las que se encuentran varias a favor de sus aliados políticos. Esta cifra equivale a menos de la mitad del uno por ciento de las solicitudes de clemencia. Por el contrario, el presidente Barack Obama concedió el indulto o la conmutación de pena a 1.927 personas.
La hermana Helen Prejean, reconocida activista contra la pena de muerte y autora del libro “Dead Man Walking”, dijo en Democracy Now!: “Creo que es la insensible fuerza bruta de la mentalidad del gobierno de Trump lo que hace que él crea que puede usar la fuerza y matar personas, que puede usar la violencia y la fuerza para defender su punto de vista. No es necesario que ocurran estas ejecuciones. No se puede permitir que individuos débiles con motivaciones políticas decidan ‘Tú, tú y tú van a morir’”.
El presidente electo, Joe Biden, ha dicho que apoya el fin de la pena de muerte a nivel del gobierno federal. Es un castigo que está fuera de época, es racista e ineficaz. Al igual que la presidencia de Donald Trump, es hora de que llegue el fin de la pena de muerte.
© 2020 Amy Goodman
Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
El promedio de casos diarios se instaló cerca de los 200 mil durante la última semana
Coronavirus: Estados Unidos atraviesa el peor momento de la pandemia
Los contagios de coronavirus no paran de crecer en Estados Unidos: con un promedio de 200 mil casos diarios el país se encuentra en el peor momento de la pandemia. Los expertos señalan que este incremento es causado por el incumplimiento general de las medidas de prevención -alentado por el presidente Donald Trump- y al avance del frío ante la llegada del invierno.
El país registró 175.663 nuevos casos de coronavirus y 1.113 nuevas muertes en las últimas 24 horas en sus 50 estados, el Distrito de Columbia y otros territorios, así como casos repatriados, según datos publicados este lunes por la Universidad John Hopkins.
Hasta el domingo, Estados Unidos promedió 196.233 casos nuevos durante la última semana, otro récord, de acuerdo a un análisis realizado por la cadena CNN en base a los resultados de la investigación de la universidad.
Hace más de una semana, millones de personas viajaron por todo el país para reunirse con sus familiares para celebrar el Día de Acción de Gracias. Los expertos en materia sanitaria todavía no han visto cuáles son los efectos causados por este desplazamiento masivo de la población estadounidense.
Los expertos advirtieron que la temporada navideña podría tener efectos aún peores si la gente se reúne en espacios cerrados y sigue sin acatar las recomendaciones de distancia sanitaria, uso de tapabocas, lavado de manos y permanencia al aire libre.
Con el reciente aumento de casos, Estados Unidos superó su récord de hospitalizaciones de pacientes con coronavirus, con 101.487, superando los 100.000 por quinto día seguido.
El estado de California impuso nuevas restricciones que entrarán en vigencia antes de la medianoche e incluyen el cierre de restaurantes y salones y un límite horario para los comercios minoristas para intentar disminuir los casos y las internaciones.
Las nuevas medidas se aplicarán en el sur del estado, gran parte del Área de la Bahía de San Francisco y una gran franja del Valle Central, donde los funcionarios de salud pública alertaron sobre la alta ocupación de camas en las unidades de cuidados intensivos en medio de un fuerte aumento en las infecciones por coronavirus.
Sin embargo, los funcionarios sostuvieron que el cumplimiento de las medidas no será obligatorio porque confían en que los residentes usen tapabocas y practiquen el distanciamiento social de manera voluntaria.
Desde el inicio de la pandemia, Estados Unidos acumula más de 14,7 millones de casos de coronavirus, incluyendo más de 282.000 muertes.
Biden augura otras 250.000 muertes por coronavirus hasta enero, por lo cual "la Navidad va a ser mucho más difícil"
Los ciudadanos de EE.UU. tienen que prescindir de viajar en el período vacacional navideño en el contexto de la actual situación, cuando otras 250.000 personas podrían morir de coronavirus entre este mes y enero, aseveró Joe Biden durante un conferencia virtual este miércoles, en la que se discutió el impacto de la pandemia sobre la economía.
El proyectado ganador de las elecciones presidenciales en EE.UU. se dirigió a sus compatriotas, enfatizando que "con todos los problemas, por los que están pasando, no podrán viajar durante estas vacaciones tanto como quisieran". Según los cálculos, revelados por él, 250.000 personas más morirían por la enfermedad hasta enero. "La Navidad va a ser mucho más difícil", dijo. "No quiero asustar a nadie aquí, pero entiendan los hechos", subrayó.
La preocupación de Biden es compartida por especialistas de la salud en EE.UU. Por ejemplo, este miércoles, el director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), Robert Redfield, citado por Forbes, sostuvo que este invierno sería "el período más difícil en la historia de la salud pública" del país, al predecir que para finales de febrero del 2021 unos 450.000 estadounidenses más serían víctimas del covid-19.
EE.UU. sigue siendo el país más afectado por la pandemia a nivel mundial, contabilizando hasta la fecha 13.925.354 de casos positivos y 273.847 muertes desde el comienzo de la pandemia, según los datos de la Universidad Johns Hopkins.
Un experto economista predice una "recesión de doble caída" en EE.UU. a causa de la pandemia
Aunque las bolsas estadounidenses han experimentado una notoria recuperación alentada por la victoria electoral del candidato demócrata Joe Biden y por la esperanza de una próxima vacuna contra el coronavirus, algunos expertos continúan señalando la fragilidad de la economía del país.
Es el caso del economista y profesor universitario Stephen Roach, que en una entrevista en el canal CNBC predijo que EE.UU. podría sufrir una "recesión de doble caída" a causa de la persistencia de los efectos perniciosos de la pandemia.
Roach, que fue un alto cargo de la compañía de inversiones Morgan Stanley durante tres décadas, prevé que el creciente número de contagios en EE.UU. provocará nuevos confinamientos, y que estos repercutirán pronto en la economía nacional, con una probable contracción de un 1 % en el primer trimestre de 2021.
El analista explicó que esas recaídas ponen de manifiesto que la economía estadounidense es aún vulnerable a la recesión. De hecho, considera que el repunte que ha tenido lugar después de la caída más pronunciada de la historia ha sido meramente técnico, y que los sectores productivos clave aún están lejos de recuperarse.
Es a esta circunstancia a la que Roach se refiere cuando habla de 'recesión de doble caída', que es como se denomina a las secuencias temporales en las que la economía decae, se recupera ligeramente y vuelve a caer con fuerza.
El experimentado economista señaló también la difícil situación en la que se encuentra la divisa nacional estadounidense. Según sus predicciones, el dólar podría sufrir una caída de en torno al 35 % en el plazo de un año. Entre las causas de esta depreciación está, según explica Roach, el déficit presupuestario de EE.UU., que ha crecido considerablemente a lo largo de 2020 a causa de la crisis originada por la pandemia.
Fábricas disminuyen actividad en Estados Unidos mientras el rebrote afecta a trabajadores
Trabajador en línea de producción de una fábrica de Nissan Motor Co. en Smyrna, Tennessee. Foto: William DeShazer/Reuters.
La actividad manufacturera de Estados Unidos se desaceleró en noviembre, con nuevos pedidos que bajaron desde su máximo en casi 17 años, ya que un resurgimiento de los casos de COVID-19 en todo el país mantuvo a los trabajadores en sus casas y las fábricas cerradas temporalmente.
El Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM) advirtió el martes que el ausentismo en las fábricas y sus proveedores, así como las dificultades para regresar y contratar trabajadores, seguirían “frenando” la fabricación hasta que la crisis del coronavirus termine.
El debilitamiento de la actividad de las fábricas refuerza las expectativas de una fuerte desaceleración del crecimiento económico en el cuarto trimestre, por la pandemia y el fin del estímulo fiscal.
El secretario del Tesoro Steven Mnuchin y el presidente de la Reserva Federal Jerome Powell instaron el martes al Congreso a proporcionar más ayuda a las pequeñas empresas.
Un grupo bipartidista de legisladores propuso un nuevo paquete de ayuda de emergencia de 908 000 millones de dólares para las pequeñas empresas y millones de estadounidenses desempleados.
“La temida desaceleración económica está empezando, pero es bastante lenta”, dijo Joel Naroff, economista jefe de Naroff Economics.
El índice del ISM de la actividad de las fábricas nacionales cayó a 57,5 el mes pasado desde 59,3 en octubre, que había sido el más alto desde noviembre de 2018.
Una lectura por encima de 50 indica expansión en el sector de la manufactura, que representa el 11,3% de la economía de Estados Unidos. Los economistas encuestados por Reuters habían pronosticado que el índice caería a 58 en noviembre.
Dieciséis industrias manufactureras, incluyendo productos de madera, maquinaria y equipo de transporte, reportaron crecimiento el mes pasado. El petróleo y los productos del carbón, así como la impresión y las industrias de actividades de apoyo relacionadas, se contrajeron.
Estados Unidos se encuentran en una nueva ola de infecciones por COVID-19, con 4,2 millones de nuevos casos y más de 35 000 muertes relacionadas con el coronavirus, reportadas en noviembre, según un recuento de Reuters sobre datos oficiales.
Es probable que el virus interrumpa la producción en las fábricas. La producción manufacturera está todavía un 5% por debajo de su nivel prepandémico, según la Fed.
La ralentización de la actividad manufacturera siguió a datos de la semana pasada que mostraron un enfriamiento del gasto de los consumidores en octubre.
La economía creció a una tasa anualizada histórica de 33,1% en el tercer trimestre, después de haberse contraído a una tasa de 31,4% en el período de abril a junio, la más profunda desde que el gobierno comenzó a llevar registros en 1947. Las estimaciones de crecimiento para el cuarto trimestre están en su mayoría por debajo del 5%.
La explosión de las infecciones por COVID-19 y la falta de estímulos adicionales han hecho que algunos economistas prevean una contracción en el primer trimestre de 2021.
Un segundo informe del Departamento de Comercio del martes mostró un sólido incremento en el gasto de construcción en octubre, pero los desembolsos en septiembre en realidad disminuyeron en lugar de aumentar modestamente como se había estimado anteriormente.
El subíndice de nuevos pedidos del ISM cayó a una lectura de 65,1 en noviembre desde 67,9 en octubre, que fue la más alta desde enero de 2004. El empleo manufacturero se contrajo después de expandirse en octubre por primera vez desde julio de 2019.
El indicador de empleo manufacturero del ISM cayó a una lectura de 48,4 desde 53,2 en octubre. Eso probablemente refleja el ausentismo debido al coronavirus así como los despidos a medida que la demanda se suaviza.
“Las noticias de hoy sobre los despidos en el sector, ya sean planificados o no, son una señal preocupante que muestra que no hay un camino claro”, dijo Chris Rupkey, economista jefe de MUFG.
EE.UU.: El complejo militar-industrial en el gabinete de Biden.
El presidente electo de Estados Unidos nombró esta semana a algunos de sus candidatos para puestos clave en defensa y política exterior. Detrás de los anuncios se esconde un mundo de puertas giratorias y lobbies belicistas con ropaje académico, financiados por la industria armamentística y de la seguridad global.
No había razón alguna para creer que un gobierno de Joe Biden estaría a la izquierda de los gobiernos de Barack Obama en lo que a política exterior se refiere. Biden tiene una larga carrera de respaldo a las guerras de Estados Unidos y aliados: desde la invasión a Irak en 2003, pasando por la agresión israelí contra los palestinos, hasta la larga ocupación de Afganistán. Y cualesquiera hayan sido sus limitadas concesiones a la izquierda demócrata durante la campaña electoral, los lineamientos en política exterior no fueron parte de ellas, como lo demuestra la completa exclusión del tema de la agenda del grupo de trabajo unitario que Biden formó con la gente de Bernie Sanders.
Quizás su toma de posición más distintiva durante la campaña fueron sus imprecaciones belicosas contra China, no tan racistas como las de su rival Donald Trump, pero lo suficientemente fuera de tono como para que uno de sus anuncios de propaganda fuera condenado por grupos asiático-estadounidenses por su contenido xenofóbico. El ahora presidente electo dijo, sí, en los últimos meses, que quiere poner fin a las guerras «interminables» de Estados Unidos (a pesar de que él ayudó a iniciar varias de ellas) y que está en contra del conflicto en Yemen (una postura que sólo dio a conocer luego de servir en el gobierno de Obama, que auspició esa carnicería), pero no puso estos temas en el centro de su plataforma ni acompañó sus declaraciones con propuestas concretas. Los recientes anuncios sobre su futuro gabinete van, por lo tanto, en consonancia con su larga trayectoria en Washington.
En el ala de un dron
Antony Blinken, quien será nominado secretario de Estado, tal como se reveló este lunes 23, ha atraído considerables críticas por su historial de apoyo a las llamadas «intervenciones humanitarias». Blinken fue uno de los principales consejeros de Biden cuando el entonces senador por Delaware votó a favor de la invasión estadounidense a Irak en 2003. Lo ayudó luego, entre otras cosas, a desarrollar una propuesta para partir ese país en tres regiones separadas de acuerdo a identidades étnicas y sectarias. Como asesor de seguridad nacional del vicepresidente de Estados Unidos (2009-2013), secundó, además, la desastrosa intervención militar en Libia.
En 2018 Blinken ayudó a lanzar Westexec Advisors, una «firma de asesoría estratégica» que se ha negado sistemáticamente a revelar quiénes son sus clientes. Una de sus socias en ese emprendimiento es Michèle Flournoy, otra funcionaria que viene de la cantera de los gobiernos de Obama (y probable candidata de Biden a secretaria de Defensa). El periodista Jonathan Guyer escribió en The American Prospect que «Blinken y Flournoy han usado su red de contactos para construir una gran base de clientes allí donde se cruzan la tecnología de punta y la defensa. Una empresa israelí de vigilancia ha recurrido a ellos, así como también una importante empresa de defensa de Estados Unidos, el multimillonario de Google Eric Schmidt y algunas empresas de la lista Fortune 100» (23-XI-20).
Otros elementos de las épocas de Obama, menos conocidos que Blinken, merecen, sin embargo, un mayor escrutinio. Avril Haines, por ejemplo, ha sido nombrada en estos días directora de Inteligencia Nacional para el futuro gobierno de Biden. Haines fue una de las coautoras de la llamada Guía de Política Presidencial de la era Obama, el infame manual para el uso de drones en asesinatos selectivos. Así es como Newsweek describió a Haines en 2013: «Desde que se convirtió en asesora legal del Consejo de Seguridad Nacional en 2011, estuvo trabajando en una amplia gama de temas sumamente complicados y legalmente sensibles –por lo general hasta la 1 o las 2 de la mañana, a veces hasta más tarde– que tocan el núcleo de los intereses de seguridad de Estados Unidos. Entre ellos, se encontraban los requisitos legales que rigen la intervención estadounidense en Siria y las opciones disponibles, altamente clasificadas, para frustrar el programa nuclear de Irán. A veces se llamaba a Haines en medio de la noche para evaluar si un supuesto terrorista podía ser legalmente incinerado por un dron» (26-VI-13).
Durante la campaña presidencial de Biden hubo un esfuerzo concertado por parte de algunos exayudantes de Obama para presentar retroactivamente a Haines como la voz de la moderación y de las garantías a los civiles, un intento que registró en su momento el corresponsal del Daily Beast Spencer Ackerman (7-VII-20). Este revisionismo es difícil de vender: las medidas de protección de civiles que Haines habría incluido en la «ley de drones» claramente no funcionaron, como lo demuestra el devastador costo en vidas civiles de las guerras de drones estadounidenses. Si bien la administración de Trump intensificó este programa de asesinatos selectivos y acotó las restricciones referidas a la matanza de civiles, fue la administración de Obama, con la ayuda de Haines, la que lo normalizó en el paisaje político estadounidense y permitió así convertir al mundo entero en un campo de batalla de Washington.
Hay, además, otros aspectos preocupantes en el historial de Haines. «En el pasado, supo describirse a sí misma como exconsultora de la controvertida empresa de minería de datos Palantir», escribe el periodista Murtaza Hussain para The Intercept (26-VI-20). Palantir fue cofundada por un donante multimillonario de las campañas de Trump y está implicada en algunas de las peores irregularidades de la administración republicana, incluidas la vigilancia masiva y la detención de inmigrantes. Como informa Hussain, poco es sabido sobre el papel de Haines en la firma y ella misma se encargó de eliminar de su currículum cualquier mención a Palantir cuando se incorporó al equipo de asesores de Biden (de acuerdo a Guyer, Haines también trabajó para Westexec). En 2018, Haines enfureció a los sectores de izquierda cuando apoyó el nombramiento de Gina Haspel como directora de la CIA. En aquel momento, Haspel era duramente criticada por su papel previo al frente de cárceles de la agencia secreta donde se practicaba la tortura de forma sistemática.
Olor a pólvora
Luego, está Linda Thomas-Greenfield. Elegida por Biden como embajadora de Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas, Thomas-Greenfield presenta como su empleo más reciente el que tuvo en Albright Stonebridge Group, una opaca consultora estratégica global presidida por Madeleine Albright, secretaria de Estado de la era Clinton. Albright Stonebridge Group es un agujero negro: ha sido casi imposible para el periodismo obtener información sobre quiénes son sus clientes. La empresa afirma que no ejerce lobby sobre el gobierno estadounidense ni realiza trabajos comprendidos bajo la Ley de Registro de Agentes Extranjeros, pero muchos de sus empleados también figuraban o figuran en roles que, ciertamente, les permiten ejercer influencia a nivel oficial.
No hay nada extraordinario en que Biden designe para un papel poderoso a alguien que proviene de una consultora de estrategia global poco dada a la transparencia, pero ese es precisamente el problema. Jake Sullivan, quien será el asesor de seguridad nacional de Biden, comenzó a trabajar para Macro Advisory Partners en 2017. «Dirigida por exjefes de espionaje británicos, Macro Advisory Partners tiene alrededor de 30 empleados a tiempo completo y reportó ingresos por 37 millones de dólares el año pasado», señala Guyer. La firma «ha utilizado la participación de Sullivan como parte de su estrategia de marketing a la hora de ofrecer “asesoría confiable en un mundo turbulento” […]. Pero, cuando Sullivan publica un artículo sobre la política exterior de Estados Unidos o da conferencias universitarias, casi siempre omite de su currículum este trabajo».
Por su parte, Flournoy, la presunta favorita para liderar el Pentágono en los próximos cuatro años, no sólo está en la junta directiva del contratista de defensa Booz Allen Hamilton, sino que también cofundó el think tank Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense (CNAS, por sus siglas en inglés), que recibe importantes fondos de los gigantes de la industria armamentística, como General Dynamics Corporation, Raytheon, Northrop Grumman Corporation y Lockheed Martin Corporation. Flournoy se desempeñó en la administración de Obama como subsecretaria de Defensa para la política militar (2009-2012) y luego jugó un papel importante al influenciar al gobierno desde el CNAS. Fue una de las principales patrocinadoras de la intervención militar de 2011 en Libia, una defensora de la ocupación de Afganistán y una firme opositora de la retirada total de Irak de las tropas estadounidenses.
Académicos y traficantes
En los próximos días y semanas, se conocerán más nombramientos de Biden. Tenemos todas las razones para esperar más de lo mismo: su equipo de transición para el Pentágono así lo indica. Al menos un tercio de los integrantes de este ha señalado como sus empleadores más recientes a think tanks, organizaciones y compañías que o bien son financiadas por la industria de las armas o bien son directamente parte de dicha industria. Muchas de estas entidades, fundamentalmente los think tanks, son bien conocidas e incluso respetadas. Sus empleados no suelen recibir las mismas críticas que reciben los miembros de algunos lobbies, pero deberían: a través de sus papers sobre políticas públicas, su llegada a los medios masivos de comunicación y sus relaciones con el estamento político, estos funcionarios hacen efectivamente lo mismo que los lobbistas, pero revestidos de una apariencia más académica. Los think tanks de los que Biden está tomando a su gente tienen probados antecedentes como impulsores de la compra de determinados sistemas de armamento por el gobierno estadounidense. Y luego, por fuera de ese tercio, están, además, los varios asesores del presidente electo que no revelan sus patrocinadores, incluidos los cuatro miembros del equipo de transición que provienen del Albright Stonebridge Group.
Existe la tentación en el progresismo estadounidense de tomarse un momento para respirar, celebrar que el gobierno de Trump ha sido repudiado por el voto popular y aferrarse a la esperanza de que Biden marque un cambio en algunos de los peores impulsos del presidente en funciones. Pero un valioso aprendizaje de los primeros días de la era Obama es que lo que se requiere en momentos como este es una evaluación sobria más que una proyección. Obama, con Biden a su lado, supervisó la intervención en Libia, el desastroso involucramiento en la guerra de Yemen, la ocupación aún en curso de Afganistán, el apoyo al golpe en Honduras y mucho más. Biden cuenta ahora con el mismo equipo de asesores y traficantes de influencias que colaboraron para que todo eso sucediera.
01/12/2020 | EE.UU.
(*) Artículo publicado originalmente en In These Times con el título «Biden’s Foreign Policy Picks Are From the Hawkish National Security Blob. That Is a Bad Sign». Traducción y titulación en español de Brecha.
ALGUNOS ASUNTOS JUDICIALES PUEDEN COMPLICAR A TRUMP A PARTIR DE ENERO
Serios asuntos judiciales podrían poner en apuros la vida al actual presidente estadounidense a partir del 20 de enero próximo, siendo la más peligrosa para el saliente presidente una investigación que se está llevando a cabo en Nueva York contra su empresa inmobiliaria, llamada Trump Organization.
Su presidencia se termina el 19 de enero de 2021. El día siguiente, Donald Trump volverá a ser un ciudadano de a pie en Estados Unidos. Y junto con el cese de funciones en el cargo llegará también la pérdida de la inmunidad ante la Justicia de la que gozaba.
Para los fiscales que lo investigan, esto significa que pueden avanzar en sus causas sin el temor de que use su poder para entorpecer su labor.
Trump deberá afrontar acciones legales por acusaciones que van desde el abuso sexual y fraude bancario hasta una denuncia hecha por un miembro familiar que lo acusa a él y sus a hermanos de haberla despojado de su herencia.
Dos mujeres afirman haber tenido un romance con el presidente de EE.UU. y dicen haber recibido dinero antes de las elecciones de 2016 para no revelar este hecho públicamente.
Stormy Daniels, actriz porno, y la ex modelo de Playboy, Karen McDougal, revelaron lo ocurrido en 2018, lo que disparó una investigación que terminó con una condena para Michael Cohen, el ex abogado de Trump, que fue quien arregló los pagos.
La acusación dice que se usó dinero de la campaña para financiar estos pagos. Cohen, quien fue condenado a tres años de prisión por este crimen, admitió haber hecho los pagos luego de que Trump se lo pidiera.
Sobre esta acusación los fiscales no avanzaron contra el presidente debido a que era muy difícil comprobar que efectivamente le había dado esa orden a Cohen.
Una segunda investigación en torno a este tema que actualmente está avanzando en Nueva York, sí podría complicar a Donald Trump.
La fiscalía en Manhattan busca dilucidar si la empresa inmobiliaria del presidente falsificó sus balances para ocultar parte de los pagos a estas dos mujeres.
En agosto de 2019 un fiscal de Manhattan le pidió Trump Organization que entregue sus registros financieros, incluido el documento más buscado de todos: las declaraciones de impuestos del mismo Donald Trump a lo largo de los últimos ocho años.
Hasta ahora la empresa del presidente ha evitado entregar esos registros, pero se le están acabando las instancias judiciales a las cuales recurrir, quedando solo la Suprema Corte.
Otra fiscalía de Nueva York está investigando desde marzo de 2019 si la empresa de Trump incurrió en fraude inmobiliario. La base de esta acusación se remonta al interrogatorio que se hizo en su momento a Michael Cohen, el ex abogado del magnate que fue condenado a tres años de prisión.
Mary Trump, la hija del hermano ya fallecido del presidente, Fred Trump, saltó a la fama luego de publicar una biografía familiar en la cual calificó a su tío como un «narcisista» que estaba poniendo en riesgo la vida de todos los estadounidenses.
El libro, llamado Demasiado nunca es suficiente, fue la puerta de entrada para una denuncia que Mary Trump publicó en septiembre contra toda la familia, a la cual acusa de haberla estafado de la herencia que le correspondía por parte de su padre, quien murió en 1981.
Según la denuncia, al momento de morir Fred Trump, el presidente y sus hermanos se comprometieron a velar por los intereses de sus hijos, pero nunca hicieron tal cosa. En lugar de proteger sus bienes, se habrían dedicado a sacarle fondos y a «mentirle acerca de cuánto era el valor real de sus posesiones». Esta denuncia busca un resarcimiento económico de 500 mil dólares.
www.teclalibre.org @teclalibreOrg teclalibre@yahoo.com @luisrodsa
Un autócrata irresponsable y letal
El
presidente de EE.UU., Donald Trump, junto a su esposa Melania Trump
participan en las celebraciones por el Día de la Independencia en
Washington, el 4 de julio de 2020.
Carlos Barria / Reuters
Donald Trump y su esposa Melania han anunciado estar contagiados con la COVID-19, poniendo la guinda que faltaba a la catastrófica situación sanitaria de los Estados Unidos; el país con más casos reportados de la enfermedad y con más muertes por la misma en todo el mundo.
El inquilino de la Casa Blanca ha actuado con total irresponsabilidad y falta de liderazgo efectivo frente a la pandemia. Como revelaron primero algunos medios de comunicación como The Nation y confirmó recientemente el libro de Bob Woodward, el mandatario estadounidense fue debidamente informado por sus órganos militares y de inteligencia sobre la magnitud de la epidemia que se avecinaba y el poder letal de nuevo coronavirus. Trump optó por el vergonzoso silencio y la inacción.
“Soy un animador de este país. Amo a nuestro país y no quiero que la gente se asuste ni crear el pánico” fue la insólita excusa del Presidente de la mayor potencia mundial a su manifiesto desdén frente al peligro para sus connacionales.
Desde entonces le ha puesto varios plazos al fin de la pandemia, se encomendó a la hidroxicloroquina como santo remedio, ha sugerido inyectarse o tomar desinfectantes, se ha mostrado desafiante al uso de mascarillas y hasta ha tildado de “miedoso” a su adversario electoral por tomar precauciones ante la enfermedad.
Algunos se preguntan si esta positividad de Trump a la enfermedad no será una estratagema electoral; no lo creo. Aunque pueda utilizar la situación con ese fin. Todas las condiciones eran propicias para que el iracundo y altanero autócrata neoyorquino pudiera contraer la enfermedad.
Periodistas que trabajan en la Casa Blanca han reflejado el ambiente poco seguro en el orden sanitario que se vive en la mansión presidencial estadounidense: oficinas pequeñas y abarrotadas, constantes visitas, no uso de mascarillas porque al Jefe no le gustan, diversas reuniones sin las medidas de salubridad adecuadas. Casi 400 personas trabajan en la Casa Blanca, además de los numerosos periodistas que son presencia permanente en una de las alas más repletas de la casona señorial.
Trump se ha burlado frecuentemente de las mascarillas, aunque decía sentirse a salvo porque se hacía con asiduidad las pruebas de detección del virus. Hace un par de semanas llegó a increpar a un reportero en la Conferencia de Prensa por preguntarle con la mascarilla puesta; y lo dejó sin responderle a la interrogante.
Buena parte de los incesantes mítines electorales del Presidente -en su frenético intento de remontada en las encuestas-, se realizan con miles de personas agolpadas y poco protegidas, en espacios reducidos y a veces cerrados.
También se apunta a los viajes con demasiados acompañantes en el Air Force One, el helicóptero Marine One o la limusina presidencial. Se presume que en los viajes recientes a Cleveland y Minessota puede haberse contagiado la pareja presidencial, tras conocerse el positivo de una de sus más cercanas colaboradoras que estuvo presente en ambas ocasiones.
El desdén y la irresponsabilidad de Tump se le han vuelto un boomerang a escasos días de la contienda electoral. Habrá que ver cómo impacta la suspensión de los show de campaña que tenía en sucesión el candidato republicano para estos días decisivos y qué piensan finalmente los electores.
Lo que sí está claro es que al jefe del imperio no le faltarán las mejores y oportunas atenciones médicas. Lo mismo no pueden decir una significativa parte de los más de 7 millones 300 mil estadounidenses que se han contagiado y los más de 208 000 que han fallecido por la COVID-19.
El coronavirus, que ya se instaló en la Casa Blanca, demostró la ineficacia del sistema de salud estadounidense –pese a su abundantes finanzas y contar con las más avanzadas instituciones hospitalarias y científicas-, y la creciente disparidad e injusticia de esa sociedad tras décadas de rampante neoliberalismo y en plena época de decadencia imperial.
(Publicado originalmente en Al Mayadeen)
Joe & Kamala: la agenda de Davos
A casi dos semanas de los comicios, la distopía electoral estadounidense exhibe aristas propias de una república bananera y profundiza la crisis múltiple de la democracia liberal, anclada en un bipartidismo cuya dicotomía liberalismo vs. conservadurismo más que antagonizar se complementan y combinan para retroalimentar la cultura dominante y reproducir el consenso y, con ello, el sistema de dominación con sus estructuras y mecanismos.
Todo indica que Donald Trump y el nacional trumpismo, como producto de la descomposición del capitalismo y de la generación en sus entrañas del totalitarismo y el neofascismo, va de salida; que la retórica patriotera, populista, chovinista, nativista, machista, negacionista, racista y xenófoba apoyada en la cultura del miedo del matón de la Oficina Oval, ha sido derrotada.
Como definió el profesor Cornel West, la elección fue entre el fascistoide de la Casa Blanca y el ala neoliberal del Partido Demócrata; entre el peor y el malo (Atilio Boron dixit, https://lahaine.org/dL7k). El 20 de enero próximo Joe Biden y Kamala Harris llegarán al gobierno a hacer el control de daños; pero la naturaleza del sistema seguirá intacta. En virtud del pragmatismo que caracteriza la vida política en EEUU, ambos tratarán de aplicar correctivos y limar la herencia más extremista del prepotente y peligroso Trump. Pero no llegarán a cambiar el status quo, sino a reproducir la lógica del imperialismo, con su base clasista común –hoy más elitista y excluyente−, la de la plutocracia monopólica y financiera (la guerra de clases de Buffett, pero con esteroides), cuyo núcleo se resume en la esencia blanca, anglosajona y protestante( white, anglosaxon, protestant).
Como ha señalado Biden, dado que el mundo necesita un líder y EEUU debe retomar ese papel, su misión −con eje en un credo basado en estereotipos y mitos difundidos en el imaginario popular, como el de la Tierra prometida, el Destino manifiesto− será regenerar el sistema capitalista, monopolista-estatal, imperialista. Su mensaje ha sido Build back better (Volver a construir mejor), eufemismo para aplicar la agenda salvacionista del great reset y la nueva normalidad de Davos. Lo que augura un recrudecimiento de la diplomacia de guerra, consustancial al papel de EEUU como potencia hegemónica del capitalismo mundial, desafiado hoy por China en los campos de la producción y las comunicaciones de 5G, y del multilateralismo en Naciones Unidas.
A diferencia de Trump, quien pese a su fama de apocalíptico fue el único presidente de EEUU que no inició ninguna guerra en décadas, Biden sabe cómo hacerlo, ya que durante 40 años en los laberintos del poder en Washington −36 como senador y ocho como vicepresidente de Obama, quien lo apadrinó a la presidencia− fue cómplice, beneficiario o testigo de los jugosos contratos y concesiones ofrecidas a las corporaciones del complejo militar-industrial; uno de los arquitectos claves en la implementación del Plan Colombia en 1999 (con Clinton), que militarizó y paramilitarizó a la sociedad de ese país, con saldo de 7.4 millones de desplazados y la reconversión de los narcotraficantes en narcoterroristas después del 11 de septiembre de 2001, con Bush, para justificar el modelo de guerra a las drogas que luego se exportó a México durante el gobierno de Felipe Calderón; proporcionó cobertura política para la invasión a Irak de George W. Bush con eje en la fake news sobre las armas de destrucción masiva; después del crash de las hipotecas subprime de 2008 apoyó el salvataje concedido por el Tesoro a los banqueros corruptos; como vicepresidente del premio Nobel de la Paz, Obama, el somnoliento Joe (como lo llamó Trump) impulsó la doctrina de la guerra preventiva de Bush para desatar una gue-rra civil en Siria y un largo etcétera.
Amén de que con una renovada retórica propagandística de guerra fría, Biden calificó al gobierno de Putin como sistema de cleptocracia autoritario y llamó matón al presidente chino Xi Jinping. Y de que con Kamala Harris haya declarado que Venezuela y Cuba son dictaduras, lo que augura la continuación de la política bipartidista de cambio de régimen, misma que según Obama no funcionó durante 60 años con la isla.
Como lo demuestran los millonarios donativos para las campañas de Trump, (Mike) Pence, Biden y Harris, los partidos Demócrata y Republicano responden a los intereses de los grandes fondos de inversión y las corporaciones, lo cual −aunque representa a fracciones diferenciadas del gran capital− les imprime una similar identidad clasista. Ambos partidos son administradores del imperio. La polarización en EEUU no es entre ellos, sino refleja la contradicción antagónica básica del sistema capitalista: capital/trabajo; deriva de la desigual distribución de la riqueza, contradicción que en la coyuntura electoral los aparatos ideológicos y otros mecanismos de control y poder del Estado han ocultado, para imponer la ideología de la clase dominante.
La fórmula Biden-Harris fue acuñada por los intereses del complejo digital-financiero, por lo que el poder real seguirá en manos de BlackRock, Vanguard, State Street; los consorcios digitales ( Big Tech) de los plutócratas del Silicon Valley: Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft);las grandes compañías farmacéuticas y fundaciones privadas como Gates y Wellcome Trust. La agenda de Davos requiere al dúo Biden/Harris, no a los ahora disfuncionales Trump/Pence. Y con Larry Fink Asesorando a la FED, a partir de enero Washington intentará una nueva revolución mundial; la instauración de una distopía planetaria sin precedente.
La Jornada