miércoles, 5 de diciembre de 2018

FRANCIA: Gobierno francés busca respuestas tras el caos y la guerrilla urbana en París // Ante las protestas, Macron suspende el alza de impuestos a los combustibles // VIDEOS: Jornada de caos y violencia en París deja 110 heridos y 255 detenidos // París se convierte en un campo de batalla en las protestas de los 'chalecos amarillos' // Los 'chalecos amarillos' doblegan a Macron: ¿Quiénes son y qué ha pasado? // La presión social obliga a Macron al harakiri de su programa de reformas neoliberales // Las protestas de los chalecos amarillos: tres muertos, 412 detenidos y cientos de heridos // Los disturbios urbanos más violentos en Francia en una década, en impactantes fotos // Balas y gases contra los "chalecos amarillos" Macron en el G20, París en llamas // La izquierda francesa se vuelca con el movimiento de los 'chalecos amarillos' // URUGUAY: Procuran evitar paro de 72 horas en transporte interdepartamental // Funcionarios de Salud Pública decretan paro de 24 horas

FRANCIA

Gobierno francés busca respuestas tras el caos y la guerrilla urbana en París

Ante las protestas, Macron suspende el alza de impuestos a los combustibles

4 diciembre 2018 | CUBADEBATE

Protestas en Francia. Foto: Efe.
Francia suspendió este martes por seis meses el aumento planeado de los impuestos a los combustibles en respuesta a semanas de protestas, la primera gran retractación del gobierno del presidente Emmanuel Macron en sus 18 meses en el cargo.
Al anunciar la decisión, el primer ministro Édouard Philippe declaró que habría que estar “sordo o ciego” para no ver o escuchar la ira en las calles por una política que Macron ha defendido como fundamental para combatir el cambio climático.
“Los franceses que han vestido ‘chalecos amarillos’ quieren que bajen los impuestos y que su trabajo rinda. Eso queremos nosotros también. Y si no conseguimos explicarlo, si la mayoría gobernante no logró convencer a los franceses, entonces algo debe cambiar”, dijo Philippe en un discurso televisado.
Philippe indicó que en los seis meses se discutirán otras medidas para ayudar a trabajadores más desfavorecidos que dependen del transporte en vehículos para llegar al trabajo e ir a las tiendas.
Varios responsables insinuaron antes la posibilidad de subir el salario mínimo, pero Philippe no hizo este compromiso.
No obstante, advirtió a los ciudadanos de que no pueden esperar mejores servicios públicos pagando tributos más bajos, por lo que era necesario que ambas partes hicieran concesiones.
Inicialmente, el movimiento de los “chalecos amarillos”, que comenzó el 17 de noviembre, se centró en denunciar la reducción en el poder adquisitivo de los hogares provocada por los impuestos de Macron a los combustibles.
Sin embargo, en las últimas tres semanas las protestas se han convertido en un levantamiento general contra Macron, criticado por muchos por adoptar políticas que según ellos favorecen a los ricos, sin hacer nada por los pobres. Algunos grupos violentos minoritarios exigen la salida del mandatario.
(Con información Reuters)

Chalecos amarillos no aceptan medidas del gobierno

El movimiento, cuyos miembros abarcan todo el espectro político, no tiene un liderazgo claro, lo que complica aún más las conversaciones para el Gobierno. Foto: AFP.
Los voceros de los “chalecos amarillos” no aceptan el ofrecimiento de moratoria sobre los tres aumentos de impuestos anunciado por el gobierno como gesto para evitar nuevas propuestas.
Eric Drouet, al que muchos consideran el iniciador del movimiento, dijo al canal BFM-TV que el sábado manifestará de nuevo: “Es el único modo de mostrar que la mayor parte de los ‘chalecos amarillos’ no está de acuerdo en absoluto con las medidas anunciadas, y que seguiremos hasta que haya un verdadero cambio”.
El costo de las medidas anunciadas por la administración de Emmanuel Macron para aplacar la furia de los “chalecos amarillos” asciende a unos dos mil millones de euros, según una primera estimación de Le Parisien.
Las tres medidas son una tregua fiscal de seis meses: congelamiento de las tasas sobre el combustible, freno a los aumentos en la electricidad y el gas.
En la intervención a la nación, el premier Edouard Philippe dio que “si los impuestos deben ser reducidos, entonces habrá que reducir los gastos”.
(Con información de Ansa)

El presidente Macron realizó este domingo una reunión de urgencia de todo el ejecutivo

Gobierno francés busca respuestas tras el caos y la guerrilla urbana en París

El presidente francés, Emmanuel Macron, dirigió este domingo una reunión de urgencia del ejecutivo, un día después de una jornada de caos en toda Francia y violentas escenas en París, en plena escalada del conflicto de los “chalecos amarillos”, convertido ahora en grave crisis política, informó AFP.
Recién llegado de Buenos Aires, donde participó en el G20, el mandatario francés se trasladó al Arco del Triunfo, en los Campos Elíseos, uno de los lugares donde se produjeron las protestas más violentas, para recogerse ante la llama al soldado desconocido y para constatar los daños. Durante esta visita, algunos “chalecos amarillos” lo abuchearon.
Después dirigió una reunión de urgencia con algunos de sus ministros clave para hallar una respuesta a un movimiento que parece escapar a cualquier control.
Recordemos que el sábado, cuando aún ardían automóviles en París, Macron declaró desde Buenos Aires que “no aceptará jamás la violencia”, que “nada tiene que ver con la expresión de una legítima cólera” de los “chalecos amarillos”, que globalmente protestan contra el precio de los carburantes y la pérdida de poder adquisitivo.
Violencia “sin precedente”
La violencia en París fue de “una gravedad sin precedente”, dijo el domingo el prefecto de policía Michel Delpuech.
En total, 412 personas fueron detenidas, “un nivel nunca alcanzado en las últimas décadas”, agregó Delpuech en conferencia de prensa, y lamentó la “violencia extrema e inédita” contra las fuerzas del orden con “lanzamiento de martillos” y “bolas de acero”.
Unas 136.000 personas participaron en el tercer sábado de protestas organizadas en el conjunto del territorio francés por los “chalecos amarillos”, lo que representa un aumento en el número de manifestantes respecto a las protestas de la semana anterior, en las que participaron 106.000 personas, según cifras del gobierno francés.
Los disturbios, de una magnitud inédita en París, causaron 133 heridos -entre ellos 23 de las fuerzas de seguridad.
También se produjeron incidentes en el resto del territorio francés.
En el sur del país, en Toulouse, 57 personas resultaron heridas, entre las cuales había 48 agentes de policía, mientras que en Arles, el sábado por la noche falleció un motorista al golpearse con un camión durante un atasco originado por un bloqueo de los “chalecos amarillos”. Se trata de la tercera muerte desde que empezaron estas protestas.
Este domingo, en una tribuna en el Journal du Dimanche, un grupo de diez “chalecos amarillos libres”, portavoces de una “cólera constructiva” exhortaron a “salir de la crisis”.
Tras condenar “cualquier tipo de violencia” se declararon dispuestos a un diálogo con el gobierno, aunque plantearon varias reclamaciones: un gran debate sobre la fiscalidad con la participación de los ciudadanos, la organización de “referendos regulares sobre las grandes orientaciones sociales del país” o una “conferencia social nacional”.
Jacline Mouraud, figura de los “chalecos amarillos”, una de iniciadoras del movimiento en las redes sociales, dijo a la AFP que “una condición previa a cualquier discusión” es la anulación del alza de las tasas a los combustibles.
“Lejos de la realidad”
De momento, la respuesta del gobierno francés ha sido de firmeza. “Los responsables de estos disturbios no quieren un cambio, no quieren ninguna mejora, quieren el caos. Serán identificados, y llevados ante la justicia”, insistió Macron.
La oposición francesa y una parte de los “chalecos amarillos” -un movimiento sin estructura ni dirigentes- pide ante todo un “gesto” al gobierno, como aplazar o congelar el aumento de las tasas a los combustibles.
El presidente de Los Republicanos, Laurent Wauquiez (derecha), reiteró su petición de convocar un referéndum sobre la política ecológica y fiscal de Macron.
Marine Le Pen (extrema derecha) pidió ser recibida por Macron junto a otros jefes de partidos de oposición.
A la izquierda, Jean-Luc Mélenchon, jefe de la Francia Insumisa (izquierda radical) exhortó a restablecer el impuesto sobre la fortuna, y aplaudió la “insurrección ciudadana” que “hace temblar el mundo de Macron y el mundo del dinero”.
Emmanuel Macron, que ha forjado parte de su capital político en su capacidad reformadora, no ha dejado de repetir que jamás retrocederá, contrariamente, según él, a sus predecesores.
Pero el nuevo delegado general de la República en Marcha (LREM, el partido de Macron), Stéphane Guérini, tiene un diagnóstico más severo: “Nos equivocamos porque hemos estado demasiado lejos de la realidad de los franceses”, declaró al diario Le Parisien.
Una persona muere en Francia tras accidente por barricadas
El conductor de una furgoneta murió en la noche de ayer en el sureste de Francia como resultado de un accidente de tráfico causado por las barricadas de los ‘chalecos amarillos’, informó Le Monde citando al fiscal local, Tarascon Patrick Desjardins.
“Este accidente está directamente vinculado con las barricadas de los ‘chalecos amarillos’, que provocaron un enorme atasco de tráfico de diez kilómetros”, destacó el fiscal.
Desjardins explicó que la furgoneta “chocó con un camión a toda la velocidad y luego otro automóvil se estrelló contra él”.
Según el funcionario francés, el conductor de la furgoneta murió como resultado de “un fuerte golpe”, el conductor del camión fue hospitalizado con lesiones leves.
La Fiscalía inició una investigación para determinar las circunstancias exactas del accidente.

VIDEOS: Jornada de caos y violencia en París deja 110 heridos y 255 detenidos

Publicado: 2 dic 2018 00:04 GMT | Última actualización: 2 dic 2018 11:53 GMT - RT
El tercer fin de semana consecutivo de protestas movilizó a 75.000 personas en todo el territorio de Francia.
VIDEOS: Jornada de caos y violencia en París deja 110 heridos y 255 detenidos
Policías antidisturbios junto a una barricada durante las protestas de los 'chalecos amarillos' en París (Francia), el 1 de diciembre de 2018.
Stephane Mahe / Reuters

Cerca de 110 personas han resultado heridas —entre ellas 14 policías— en las protestas de los 'chalecos amarillos' organizadas este sábado en el centro de París (Francia), donde la Policía ha practicado 255 detenciones, informa AFP.
Algunos de los 5.500 manifestantes que participaron en la movilización en contra de la subida del precio del combustible incendiaron decenas de automóviles y prendieron fuego a varios comercios durante los enfrentamientos con la policía antidisturbios, en el tercer fin de semana consecutivo de protestas en el país galo. Las autoridades respondieron a las piedras y otros proyectiles lanzados por algunos de los manifestantes con gases lacrimógenos.
#RTenEspañol #Francia #Protestas

🔞 'Chalecos amarillos' apalizan a un policía durante las violentas protestas en París

https://youtu.be/rdz1v80Sn3c

Francia, en pie de guerra

En todo el territorio de Francia las protestas movilizaron a unas 75.000 personas, según datos ofrecidos por el ministro del Interior Christophe Castaner, una cifra muy por debajo de las 282.000 que se congregaron en el primer día de protestas —el pasado 17 de noviembre—, y de los 106.000 manifestantes del pasado sábado.
Castaner aseguró que la situación, que en su opinión fue provocada por "especialistas en generar conflictos y destrucción", está en gran parte bajo control. Por su parte, el primer ministro francés, Édouard Philippe, ha cancelado su viaje de este domingo a Polonia, donde se celebra la conferencia de la ONU sobre el cambio climático, para abordar con el presidente francés, Emmanuel Macron el escenario creado por las protestas.

Fuertes enfrentamientos entre agentes y 'chalecos amarillos' en el centro de París

https://youtu.be/lX_kENfgFHk
Al menos 12 periodistas de RT han resultado heridos mientras cubrían la nueva ronda de protestas de los 'chalecos amarillos'.
En uno de los videos se observa a decenas de manifestantes, algunos de ellos con máscaras antigás, cascos y chalecos amarillos, enfrentándose a las fuerzas del orden, contra las que arremeten lanzándoles objetos y pintándoles de amarillo. Por su parte, las autoridades tratan de dispersarlos con cañones de agua. También se aprecia cómo los manifestantes lanzan bengalas y organizan barricadas cerca del Arco del Triunfo.
En otra de las grabaciones se ve cómo la Policía arresta a varios de los participantes en las protestas, a los que golpean mientras se hallan desprotegidos en el suelo. Además, se aprecian varias columnas de humo mientras se escuchan explosiones en medio de un escenario de batalla campal.

#RTenEspañol

Cañones de agua, barricadas y arrestos en el corazón de París

https://youtu.be/7HeZ6V6z_-o
En otras imágenes un grupo de agentes antidisturbios arremete contra varios activistas que se hallan a los pies del Arco del Triunfo, que luce una pintada en la que puede leerse 'les gilets jaunes triompheront' ('los chalecos amarillos triunfarán', en francés). Los manifestantes respondieron con empujones y un ataque en masa.
  • El pasado 17 de noviembre una manifestante murió tras ser atropellada durante una protesta de los 'chalecos amarillos'. Asimismo, se registraron al menos 227 heridos, mientras 117 personas fueron detenidas por la Policía.
  • El pasado 24 de noviembre se registró una nueva protesta que dejó al menos 30 heridos y 130 manifestantes detenidos, convirtiéndose París en un auténtico campo de batalla. A consecuencia de las protestas se cerraron de manera temporal siete estaciones de metro.
  • Este miércoles Macron, defendió la subida de los precios de los combustibles pese a las protestas, aunque se mostró comprensivo con las preocupaciones de la ciudadanía. Por su parte, Philippe declaró estar dispuesto a recibir una delegación de los 'chalecos amarillos' para conversar sobre esta cuestión, si bien la propuesta no llegó a buen puerto porque los representantes de las protestas insistían en que las negociaciones fueron retransmitidas en directo por televisión.
  • El movimiento de los 'chalecos amarillos' surgió en Francia a finales de octubre como una reacción de protesta ante el aumento de los impuestos sobre el combustible para los vehículos de motor. La iniciativa, de escala nacional, se traduce en concentraciones de ciudadanos en carreteras y puntos estratégicos de distintas ciudades.

París se convierte en un campo de batalla en las protestas de los 'chalecos amarillos'

por Actualidad RT / La Haine
LA HAINE -  01/12/2018

Fotos :: La Policía ya ha detenido a 100 personas en los Campos Elíseos en las machas de este sábado
Durante una nueva ronda de protestas de los 'chalecos amarillos' en el centro de París, la Policía ha empleado bastonazos y gases lacrimógenos contra los manifestantes. 
El Ministerio de Interior de Francia ya ha informado sobre la detención de 100 personas en las acciones de este sábado. Según afirmó el ministro del Interior Christophe Castaner, solo 200 manifestantes pasaron por los procedimientos necesarios para entrar en la parte cerrada de los Campos Elíseos. Se reporta que al menos 60 personas resultaron heridas durante las manifestaciones.
Las protestas a gran escala de los 'chalecos amarillos' contra el aumento de los precios del combustible comenzaron en el país el 17 de noviembre, y en su marco hubo disturbios en los Campos Elíseos.
Este sábado, un grupo de manifestantes trató de abrirse paso a través de un cordón policial en la intersección en la plaza Charles de Gaulle. Se informa que los manifestantes les gritaros a los agentes y les lanzaron objetos y pintura amarilla, mientras que esta empleó gas lacrimógeno. En las fotos se pueden ver objetos en llamas y restos de barricadas en las calles parisinas.
Dos corresponsales de RT France resultaron herido por la represión mientras estaba cubriendo las protestas en París.





Protestas en Francia: El Gobierno francés promete un "gesto contundente" tras las protestas de los 'chalecos amarillos'

El primer ministro francés, Edouard Philippe, ha prometido que el Gobierno anunciará cambios para aplacar las movilizaciones tras reunirse con el ministro de Cultura y líder del partido conservador Agir (Actuar), Franck Riester.
Manifestantes de los 'chalecos amarillos' en Francia. / REUTERS - JEAN-PAUL PELISSIER
Manifestantes de los 'chalecos amarillos' en Francia. / REUTERS - JEAN-PAUL PELISSIER
El primer ministro francés, Edouard Philippe, ha prometido que el Gobierno "anunciará un gesto contundente de apertura" en cuestión de días para aplacar las protestas de los chalecos amarillos, según ha informado el ministro de Cultura y líder del partido conservador Agir (Actuar), Franck Riester. Las autoridades han llegado a denunciar el clima "insurreccional" de estas protestas.
"Le hemos dicho muy claramente que necesitamos un gesto contundente de apertura y él nos ha respondido que anunciará un gesto contundente de apertura en los próximos días", ha explicado en rueda de prensa Riester tras ser recibido por Philippe. "Le hemos dicho con toda claridad que Agir apoyará cualquier iniciativa gubernamental a nivel legislativo, económico o logístico para garantizar el mantenimiento del orden y la seguridad de los franceses", ha añadido.
El 1 de diciembre por tercer sábado consecutivo se produjeron nuevas movilizaciones de miles de personas convocados a través de foros informales en redes sociales. Las concentraciones terminaron con disturbios principalmente en la zona de los Campos Elíseos de París, donde fueron incendiados vehículos, asaltados comercios y dañados monumentos como el Arco del Triunfo.
Este lunes continúan los bloqueos de los depósitos de petróleo en todo el país que han provocado desabastecimiento en algunas gasolineras. En Bretaña muchas gasolineras estaban sin combustible desde primera hora de la mañana, por lo que las autoridades han impuesto el racionamiento.
En Niza, estudiantes de secundaria han  pedido la dimisión del presidente francés
Voces dentro del propio movimiento de los chalecos amarillos, han criticado estas iniciativas y han denunciado el secuestro de las protestas por "elementos radicales". Los depósitos de petróleo de Le Mans y Grand-Quevilly están bloqueados, así como el del puerto de Fos-sur-Mer. Los bloqueos de los depósitos de Donges y La Rochelle han sido dispersados por la Policía en la mañana de este lunes.
Por otra parte, el Ministerio de Educación ha reconocido que más de cien institutos de secundaria están ocupados por los chalecos amarillos y activistas contrarios a la reforma educativa. La región más afectada es la de Toulouse, con unos 40 centros ocupados.
En Dijon unos 500 estudiantes se han manifestado y se han enfrentado a la Policía con piedras. Los agentes han respondido con gas lacrimógeno. En Niza un millar de estudiantes de secundaria se han manifestado en apoyo a los chalecos amarillos y han pedido la dimisión del presidente francés, Emmanuel Macron.

Macron aplaza la subida de los impuestos a los carburantes tras las protestas de los 'chalecos amarillos'

El primer ministro Edouard Philippe anuncia que la subida de la tasa a los carburantes no entrará en vigor el próximo uno de enero y que se aplicará en principio a mitad de 2019, en vista del malestar social.
Manifestantes de los 'chalecos amarillos' en Francia - REUTERS/Stephane Mahe
Manifestantes de los 'chalecos amarillos' en Francia - REUTERS/Stephane Mahe
El primer ministro de Francia, Edouard Philippe, ha anunciado el aplazamiento de las medidas fiscales que debían entrar en vigor el 1 de enero y que iban a provocar un aumento del precio de los combustibles, de tal forma que no se aplicarán en principio hasta mitad de 2019 en vista del malestar social.
"Decenas de miles de franceses han expresado su cólera", ha dicho Philippe, en una comparecencia convocada en pleno debate por la ola de protestas de los chalecos amarillos, que el sábado desembocó en importantes disturbios en la capital, París.
El Gobierno ha tomado nota del malestar y ha entendido que "ninguna tasa merece poner en peligro la unidad de la nación", por lo que ha suspendido "durante seis meses" la aplicación de las tres medidas fiscales que iban a entrar en vigor el primer día de 2019. Así, los precios de la electricidad y del gas "no aumentarán durante el invierno".
El Ejecutivo no renuncia a "luchar contra la contaminación, contra el cambio climático", pero por boca de Philippe ha admitido que es necesario "acompañar a los franceses en esta transición" que el propio presidente, Emmanuel Macron, defendió durante una comparecencia pública la semana pasada.
El primer ministro ha anunciado la apertura de "un gran debate sobre impuestos" que comenzará el 15 de diciembre y se prolongará hasta el 1 de marzo de 2019. El movimiento de los chalecos amarillos ha supuesto el mayor desafío social hasta la fecha para la Presidencia de Macron, que se ha visto obligado a recular tras unos bloqueos y movilizaciones que amenazaban con volverse transversales y trascender el sector del transporte. Además, Philippe adelantó que también se suspende el endurecimiento de la inspección técnica de vehículos, otra de las demandas originales del movimiento.
De hecho, este lunes continuaban los bloqueos de los depósitos de petróleo en todo el país que han provocado desabastecimiento en algunas gasolineras, así como el cierre de algunas carreteras. Philippe ha insistido en que, si bien existe derecho de manifestación, también es necesario garantizar el "derecho a la seguridad", por lo que ha reclamado que cualquier nueva movilización se desarrolle "en calma".
La crisis de los chalecos amarillos ha tenido un fuerte impacto en la popularidad del presidente francés y en la de Philipe, según el sondeo de Ifop-Fiducial publicado este martes por Paris Match y Sud Radio. Así, el presidente cae al 23%, seis puntos menos que hace un mes, y el primer ministro cede diez puntos hasta el 26%.

Los 'chalecos amarillos' doblegan a Macron: ¿Quiénes son y qué ha pasado?

Publicado: 4 dic 2018 14:54 GMT | Última actualización: 4 dic 2018 17:36 GMT - RT
Desde el 17 de noviembre se han sucedido las protestas y disturbios en casi toda Francia motivadas por el aumento del precio del combustible.
El primer ministro de Francia, Édouard Philippe, ha anunciado este martes la suspensión de la subida de los precios del combustible, origen de las fuertes protestas que han tenido lugar en todo el país. También ha comunicado que el Ejecutivo francés ha tomado otras medidas para calmar a los manifestantes, como abandonar temporalmente el aumento de las condiciones de inspección técnica en automóviles y no aumentar la tarifa eléctrica para mayo de 2019, como estaba previsto. De momento se trata de una moratoria de seis meses.
De este modo, el Ejecutivo galo pretende terminar con la más reciente oleada de reivindicaciones en Francia, que ha dejado destrozos en París y otras ciudades del país. Autobuses quemados, ventanas de comercios rotos y pintadas en el Arco del Triunfo son algunos de los escenarios que se encontró el presidente francés, Emmanuel Macron, a su vuelta de la Cumbre del G20, celebrada en Buenos Aires.

¿Qué reivindicaban los 'chalecos amarillos'?

Según el Ministerio del Interior de Francia, centenares de miles de personas han participado en las protestas que se han llevado a cabo en todo el país. Algunos las consideran las más importantes desde la que tuvo lugar en mayo del 68 en suelo francés.
Los miles de manifestantes que han tomado las calles muestran su apoyo al colectivo conocido como 'chalecos amarillos' ('gilets jaunes', en francés), llamados así porque usan la prenda reflectante propia de los conductores. Han salido a la vía pública las últimas semanas para exigir que se dé marcha atrás en el impuesto del diésel, el combustible más usado en el país galo. Y, de momento, han conseguido su objetivo.
El presidente francés justificaba ese aumento por motivos medioambientales, pues debe cumplir pactos a nivel europeo que él mismo ha avalado, pero las explicaciones no convencieron a los opositores de la medida. Se estima que en lo que va de 2018 la subida ha sido del 13% y el 1 de enero estaba previsto un nuevo aumento.

¿Cómo empezó todo?

La primera manifestación a nivel nacional reunió a cerca de 300.000 personas, en un movimiento que no tiene un liderazgo identificable y que se ha nutrido a través de las redes sociales.
Todo comenzó el 17 de noviembre. En esa primera jornada una manifestante murió atropellada de manera accidental, 227 personas resultaron heridas y 117 fueron detenidas por la Policía.
Una semana después del comienzo de la revuelta, el pasado 24 de noviembre, se registró una nueva protesta que dejó al menos 30 heridos y 130 manifestantes detenidos.
Además, más de cien personas resultaron heridas en París, entre las que se encontraban 12 periodistas de RT, y 400 personas fueron arrestadas el pasado sábado, 1 de diciembre, según fuentes de la Policía francesa. En Toulousse, ese mismo día los heridos superaron la cincuentena.
Los agentes usaron gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento y cañones de agua contra los manifestantes en las calles parisinas, algunos de los cuales respondieron con el lanzamiento de objetos y prendiendo fuego a edificios y mobiliario urbano.
Lo cierto es que París, y sobre todo, las inmediaciones del Arco del Triunfo, se convirtieron en un campo de batalla con incidentes constantes, enfrentamientos entre Policía y manifestantes, incendios de vehículos, destrozos y pintadas en edificios y monumentos e incluso saqueo de algunos de ellos.

Sumando apoyos

A pesar de la violencia desatada en las últimas jornadas, tras la más intensa de todas ellas, que tuvo lugar el 1 de diciembre, el 72% de los franceses apoyaban a los 'chalecos amarillos' y el 90% pensaba que el Gobierno no había estado a la altura de las circunstancias, según una encuesta recogida por el diario francés Le Journal du Dimanche.
De ese modo, este lunes, incluso los conductores de ambulancias se sumaron a las protestas, manifestándose con sus vehículos, en algunos de los cuales colgaban pancartas que decían 'Macron dimisión'.
Además, Según la Radio Francesa Internacional (RFI), los estudiantes habían bloqueado más de un centenar de escuelas de secundaria para protestar contra las reformas en educación, aprovechando el impulso del movimiento de los 'chalecos amarillos'.
También en la protesta estudiantil ha habido incidentes, como la quema de un coche y el saqueo de una tienda en la localidad de Aubervilliers. Asimismo, en ciudades como Burdeos, Toulouse, Lyon o Dijon se han producido disturbios, con el resultado de varios jóvenes arrestados.

¿Cuál ha sido la postura del Gobierno?

Desde el Gobierno, el presidente de la República dijo el pasado sábado que "ninguna causa justifica que las autoridades sean atacadas, que las empresas sean saqueadas, que los transeúntes o los periodistas estén amenazados o que el Arco de Triunfo sea manchado".
Por su parte, la ministra de Justicia, Nicole Belloubet, aseguró que "la respuesta penal será firme" para los violentos, en declaraciones a Franceinfo. Y el portavoz del Ejecutivo, Benjamin Griveaux, afirmó que "el Gobierno controla la situación", aunque reconocía que hay muchas personas "que se encuentran en una angustia sincera" económica.
A pesar de todo, el Ejecutivo francés en un primer momento llegó a barajar imponer el Estado de emergencia, hasta que este lunes comenzó a escucharse que desde el Gobierno finalmente atenderían las reivindicaciones de la calle, como así ha sido.
De este modo, el primer ministro francés se ha dirigido este martes a la Nación en un mensaje televisado en el que ha dicho que "ningún impuesto merece poner en peligro la unidad de la nación" y ha anunciado la renuncia a las subidas de tributos.
Philippe también ha reflexionado sobre la violencia vivida estas semanas: "Esta ira tiene su origen en una profunda injusticia, la de no poder vivir dignamente de los frutos del trabajo, mientras que los días de trabajo comienzan temprano y terminan tarde", ha dicho.

Traspasando fronteras

La protesta se ha extendido en los últimos días fuera de las fronteras francesas. En Bélgica los 'chalecos amarillos' tomaron las calles a finales de la pasada semana para protestar por el alza de los precios del combustible. Así, los enfrentamientos con la Policía producidos en Bruselas dejaron decenas de detenidos.
Además del contagio del descontento, también otros países vecinos han sentido sus efectos, como demuestra que este último fin de semana se ocasionaran colas kilométricas en el municipio fronterizo español de La Junquera. 
Según recoge La Vanguardia, en Cataluña se han producido congestiones de hasta 9 kilómetros motivadas por los problemas de las carreteras francesas afectadas por las protestas.
Nuria López

La presión social obliga a Macron al harakiri de su programa de reformas neoliberales

La movilización de los 'chalecos amarillos' provoca la mayor crisis políticas del mandatos del presidente francés, mientras los estudiantes se suman a las protestas y los sindicatos planean “una gran jornada de acciones” para mediados de mes
El presidente francés, Emmanuel Macron, recorre la zona cercana al Arco de Triunfo, en París, donde se produjeron los enfrentamientos con manifestantes del movimiento de los 'chalecos amarillos'. REUTERES/Thibault Camus
El presidente francés, Emmanuel Macron, recorre la zona cercana al Arco de Triunfo, en París, donde se produjeron los enfrentamientos con manifestantes del movimiento de los 'chalecos amarillos'. REUTERES/Thibault Camus
El fuerte malestar social expresado por el movimiento de los chalecos amarillos ha forzado al presidente francés, Emmanuel Macron, a realizar prácticamente un harakiri político renunciando a algunas de las medidas su programa de reformas neoliberales, que son la principal razón de ser del macronismo, según sus dirigentes.
El primer ministro galo, Édouard Philippe, ha confirmado este martes una moratoria de seis meses para la anunciada subida del impuesto sobre los carburantes, inicialmente prevista para el 1 de enero, la principal argumento de la movilización ciudadana de las tres últimas semanas. La suspensión irá acompañada de otras medidas, pero entre las que no se encuentran el aumento del salario mínimo que piden los manifestantes.
Este movimiento de indignación social ha desembocado en una dulce venganza de la historia. Hace un año, Macron reflexionaba sobre cómo conmemorar el cincuenta aniversario del Mayo del 68. Tras los disturbios en las manifestaciones del sábado, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, aseguró que “estas violencias son inéditas, no las habíamos visto desde el Mayo del 68”. Si hace medio siglo la revuelta francesa supuso el final “de las esperanzas revolucionarias” nacidas a principios del siglo XX con la Revolución Rusa, como recordó el gran historiador Josep Fontana, los chalecos amarillos representan ahora otro episodio en el fatídico epílogo en la era de la globalización neoliberal.
Tras décadas de exaltación del individualismo y criminalización de los sindicatos, este movimiento espontáneo autoorganizado (o más bien desorganizado) a través de las redes sociales se ha erigido en el principal dique ante la ofensiva neoliberal del joven presidente, de 40 años. Macron, que deseaba encadenar reformas con celeridad relegando a los cuerpos intermediarios, especialmente a las organizaciones sindicales, se confronta ahora directamente con el pueblo.
A pesar de las 378 detenciones y de los 133 heridos del sábado en la capital francesas o de los cuatro muertos relacionados con esta movilización (este domingo murió en Marsella una mujer de 80 años, herida el sábado en el balcón de su piso a causa del lanzamiento de una granada lacrimógena), el 72% de los franceses simpatiza con los chalecos amarillos.

La peor crisis política de su mandato

Una muestra de que el mandatario francés comprendió la urgencia en la toma de decisiones a la que obligaba la movilización en la calle, la peor crisis política de su mandato, fue su decisión de aplazar su viaje a Serbia, previsto para el miércoles. El primer ministro Édouard Philippe tampoco se desplazó a Katowice (Polonia) para asistir a la apertura de la Conferencia del Clima. El ministro de Economía, Bruno Le Maire, abandonó el lunes de forma precipitada un encuentro decisivo del Eurogrupo en Bruselas para participar en una “reunión muy importante” que se celebró por la tarde en el Elíseo.
A lo largo del lunes, Philippe se reunió con todos los dirigentes de los partidos de la oposición, como la ultraderechista Marine Le Pen, representantes de la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, pero también con líderes de formaciones con escasa presencia en las instituciones como Génération·s de Benoît Hamon o Los Patriotas de Florian Philippot (derecha soberanista). Estos aseguraron haber comprobado el caos que predomina en el Ejecutivo. Un primer ministro “cansado”, “asqueado”, “atrapado por Macron que no le deja margen de maniobra” y que “ni siquiera sabe si seguirá al frente del gobierno a finales de semana”, criticaron al salir de Matignon.
Para desencallar el conflicto, pero sobre todo para reflejar el presunto nuevo talante más dialogante del Ejecutivo galo, Philippe había previsto una reunión para este martes con miembros de los chalecos amarillos. Sin embargo, los representantes del colectivo chalecos amarillos libres aseguraron el lunes por la tarde que no acudirían al Palacio Matignon, la sede de la residencia del primer ministro, lo que hizo que se anulara este encuentro. Argumentaron que no habían logrado “un gesto fuerte” del gobierno, como una suspensión del aumento de los impuestos sobre el combustible y que tampoco querían ser “títeres de los políticos”. También dijeron haber “recibido amenazas en las redes sociales”.
El primer ministro participará el miércoles en un debate en la Asamblea Nacional sobre los chalecos amarillos, tras las medidas anunciadas este martes. “Le hemos dicho muy claramente que necesitamos un gesto contundente de apertura y él nos ha respondido que anunciará un gesto contundente de apertura en los próximos días”, había declarado este lunes el ministro de Cultura, Franck Riester —líder del partido conservador Agir (Actuar) —, tras ser recibido por Philippe.

El 'macronismo' pedía la derogación

Ya en el seno del macronismo se había multiplicado las voces que abogaban por la derogación del aumento de los impuestos sobre el combustible, el pretexto que originó la indignación de los chalecos amarillos, un movimiento transversal que expresa un malestar más profundo respecto a la injusticia fiscal, la pérdida de poder adquisitivo y la deriva oligárquica de la democracia francesa.
El dirigente centrista François Bayrou, cuyo apoyo resultó clave en la victoria de Macron en las presidenciales, aconsejaba desde hace días la suspensión de esta medida (aunque este lunes recordó que esta decisión resultará insuficiente).
Incluso el economista Philippe Aghion, uno de los referentes de Macron en materia de reformas neoliberales, pidió en una entrevista en Le Monde la recuperación del Impuesto sobre la Fortuna, suprimido parcialmente en el inicio del mandato del joven presidente, lo que comportó un regalo fiscal de unos 4.000 millones de euros anuales para los más ricos. También aconsejó que el déficit público superara “provisionalmente la limitación presupuestaria europea del 3% y llegara hasta el 3,5% si era necesario”. Se trataría de un objetivo de déficit muy superior al 2,4% previsto inicialmente en las criticadas cuentas del ejecutivo populista italiano. En Francia, el miedo empieza a cambiar de lado.
La oposición aún puso el listón más alto. Mientras que el líder de los conservadores franceses Laurent Wauquiez propone un referéndum sobre la fiscalidad ecológica, la ultraderechista Le Pen exige “un aumento del salario mínimo y de las pensiones”.
En cambio, Mélenchon pide que se disuelva la Asamblea Nacional y se convoquen elecciones anticipadas. Incluso el diputado insumiso François Ruffin —figura emergente de la izquierda francesa— exigió el domingo a Macron “que se vaya” del país, en una intervención realizada a pocas decenas de metros del Elíseo. “De la cólera, hemos pasado a la rabia. El orgullo del presidente, su sordera, su obstinación o su ausencia de concesiones no para de crear más odio”, afirmó.

Los estudiantes se unen a las protestas

Está por ver si la respuesta del Gobierno de Macron acalla a las movilizaciones. De momento, la temperatura social aumenta en Francia. Los estudiantes de secundaria se sumaron este lunes a las protestas de los chalecos amarillos. Más de un centenar de centros de secundaria fueron bloqueados de forma parcial o total en el conjunto del territorio francés en contra de la reforma del bachillerato y la introducción de la selectividad en las universidades, pero también en solidaridad con los automovilistas indignados. De esta forma, también se implica en la marea amarilla uno de los actores clave en las últimas décadas en el éxito o fracaso de las movilizaciones en Francia.
Además de los bloqueos cerca de la frontera de la Jonquera, que provocaron colas kilométricas, los chalecos amarillos bloquearon el lunes numerosos depósitos de carburante en buena parte del país. Algunas gasolineras se quedaron sin combustible en Bretaña, lo que comportó que las autoridades locales adoptaran sus primeras medidas de racionamiento.
La CGT, la organización sindical francesa con un mayor número de afiliados, anunció la convocatoria el 14 de diciembre de “una gran jornada de acciones”para para exigir un aumento “inmediato de los salarios, pensiones y protección social”. Aunque la dirección de este sindicato no apoya oficialmente a los chalecos amarillos, sí que desea canalizar la indignación.
Hace cincuenta años, la multiplicación de los actores que se implicaron en el Mayo del 68 desembocó en la mayor huelga general en la historia de Francia, en la que participaron 7 millones de personas. Ahora, las cifras de manifestantes resultan bastante inferiores: casi 300.000 personas en los bloqueos del 17 de noviembre o 136.000 el sábado pasado, según datos del gobierno, cuestionados por la dificultad de contar a todas las personas que participan en las decenas de acciones organizadas por los automovilistas indignados.
A pesar de ello, los chalecos amarillos han puesto contra las cuerdas a Macron. Lo han dejado atrapado en el dilema de confrontarse con una parte del pueblo francés o bien anunciar una serie de medidas sociales, lo que implicaría renunciar a su batería de reformas neoliberales.
El presidente francés afrontó su mandato con el principio thacherista de encadenar las reformas obviando las protestas en la calle. Pero ahora se ha cruzado con un actor ineludible: los chalecos amarillos, símbolo del malestar del pueblo francés.

Francia al borde del estado de excepción por disturbios en París (+ Fotos)

2 diciembre 2018 | CUBADEBATE

Es la tercera semana consecutiva en la que se presentan disturbios. Foto: AFP
Tras los violentos disturbios registrados en las manifestaciones de los “chalecos amarillos” este fin de semana, miembros del Gobierno francés no descartaron la imposición del estado de excepción.
“Hay que analizar todas las opciones”, dijo el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, hoy en entrevista con la emisora de radio Europe 1. No se puede repetir esa violencia todos los fines de semana, dijo.
Durante las manifestaciones de los llamados “chalecos amarillos” se registraron el sábado fuertes disturbios en la capital francesa. Según las autoridades, más de un centenar de personas resultaron heridas y más de 400 fueron detenidas.
El movimiento recibe el nombre de los chalecos reflectantes, es amplio y difuso y no está impulsado por ningún partido o sindicato. Su ira se dirige contra la política de reformas del Gobierno francés, entre otros por la subida del precio de los combustibles, que consideran apartada de la realidad.
El ministro del Interior, Christophe Castaner, tampoco descartó el estado de excepción. “Todo lo que aporte más seguridad. No hay tabúes. Estoy dispuesto a considerarlo todo”, dijo Castaner la noche del sábado en declaraciones a la televisión BFMTV.
El estado de excepción impuesto tras los atentados en Francia se levantó a fines de 2017.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, acudió hoy al Arco de Triunfo a visitar el escenario de los violentos disturbios. El mandatario fue acompañado de Castaner y se detuvo en el monumento al soldado desconocido. Macron acaba de regresar de la cumbre del G20 en Argentina, que concluyó el sábado.
El Arco de Triunfo se encuentra en uno de los extremos de la elegante avenida de los Campos Elíseos. Allí se registraron los accidentes más graves el sábado. En las imágenes de televisión y en videos difundidos en las redes sociales se puede ver cómo unos encapuchados causan destrozos en el lugar. El Arco de Triunfo es uno de los emblemas más conocidos de la ciudad.
Se trata del tercer fin de semana seguido en el que el grupo de protesta “chalecos amarillos” sale a la calle para protestar.
El movimiento recibe el nombre de los chalecos reflectantes, es amplio y difuso y no está impulsado por ningún partido o sindicato. Foto: AFP
Las protestas de este sábado dejaron más de un centenar de heridos. Foto: AFP
El movimiento protesta contra las políticas del actual gobierno francés, en especial el aumento de la gasolina. Foto: EFE
Más de 400 personas fueron arrestadas por la Policía francesa el sábado. Foto: AFP
Las autoridades de París valoran aumentar las medidas de seguridad ante la continuidad de las protestas. Foto: AP
Es la tercera semana en que salen a protestar los llamados “chalecos amarillos”. Foto: AFP
(Con información de DPA)

Las protestas de los chalecos amarillos: tres muertos, 412 detenidos y cientos de heridos

La muerte de un conductor en Arles tras una colisión durante un corte de carretera eleva a tres las víctimas mortales consecuencia de las protestas. El Ejecutivo insta al dialogo y advierte que no dará marcha atrás en su decisión de subir los impuestos a los carburantes.
Un manifestante de los chalecos amarillos desafía a los antidisturbios durante las protestas en la Plaza de l'Etoile en París.- Stephane Mahe/REUTERS
Al menos 133 personas han resultado heridas y 412 personas han sido arrestadas en París durante las violentísimas protestas que han sacudido la capital francesa en el día más conflictivo desde el inicio de las protestas del colectivo de los "chalecos amarillos", en el que "grupos de alborotadores" infiltrados entre los manifestantes legítimos, según el Ministerio del Interior francés, han quemado vehículos y negocios, y forzado enfrentamientos contra la Policía.
La policía antidisturbios francesa disparó gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento y cañones de agua contra manifestantes que intentaban traspasar cordones de seguridad en el bulevar de los Campos Elíseos en París el sábado antes de la tercera manifestación por el elevado coste de la vida en Francia.
Un conductor ha fallecido en la noche del sábado al domingo en Arles, en el sur de Francia, tras una colisión durante un corte de carretera por las protestas de los conocidos como 'chalecos amarillos' y se convierte así en la tercera víctima mortal consecuencia de las protestas.
El incidente ha ocurrido en torno a las 2.00 horas de esta madrugada en una carretera cercana a Arlés, en el departamento de Bocas del Ródano, cuando un vehículo ha chocado contra la parte trasera de un camión y de inmediato ha sido golpeado por detrás por otro coche. El conductor "ha fallecido en el acto", según han informado fuentes oficiales citadas por la agencia de noticias Reuters.
Durante más de dos semanas, los "gilets jaunes" (chalecos amarillos en francés) han bloqueado carreteras durante sus protestas por toda Francia, representando uno de los desafíos más graves y prolongados a los que Emmanuel Macron se ha enfrentado en sus 18 meses como presidente.
Varios cientos de chalecos amarillos hicieron una sentada bajo el Arco de Triunfo al final de los Campos Elíseos, entonando La Marsellesa, el himno nacional francés, y cánticos como "¡Macron, dimisión!".
A media mañana, unos 2.000 manifestantes según la policía se encontraban en las carreteras aledañas a los Campos Elíseos. Sindicatos policiales dijeron que en todo el país los manifestantes ascendían a 31.000, con 582 bloqueos. Asimismo, Diez policías resultaron heridos, según la portavoz policial Johanna Primevert.

Disturbios

Los enfrentamientos entre policías y manifestantes se han vuelto a repetir este sábado, en tanto que en los Campos Elíseos cerca de 1.500 personas —según las autoridades— se han enfrentado a los antidisturbios que han cargado contra ellos utilizando gases lacrimógenos y cañones de agua.
"200 manifestantes pacíficos en los Campos Elíseos. 1.500 alborotadores en el exterior del perímetro con la intención de deshacerlo. Nuestras fuerzas del orden responden frenando a los violentos: 39 detenciones por el momento", declaró en Twitter el ministro francés del Interior, Christophe Castaner.
Las escenas de violencia y destrozos en este tercer fin de semana consecutivo de protestas contra el alza de impuestos al carburante y el encarecimiento de la vida se repiten desde primera hora de la mañana, cuando medio millar de manifestantes comenzaron a levantar barricadas en avenidas y calles.
La escalada de movilizaciones pone en jaque al Gobierno de Francia, cuyo líder, Emmanuel Macron, está viendo como desciende su apoyo popular. No obstante, parece que el Ejecutivo va a continuar manteniendo su postura en cuanto a la subida de los impuestos de los carburantes, que es la mecha incendiaria de estas movilizaciones.

Los disturbios urbanos más violentos en Francia en una década, en impactantes fotos

Este sábado, las protestas de los 'chalecos amarillos' en el centro de Francia se volvieron violentas y hubo enfrentamientos con la Policía. La acción más importante se realizó en París, donde los manifestantes tiraron pintura amarilla y diferentes objetos, incendiaron autos, rompieron vidrieras, y los agentes empelaron gas lacrimógeno. Durante la manifestación en la capital francesa fueron detenidas más de 400 personas y resultaron heridas 133.

Fuerte represión en Francia contra los "chalecos amarillos"

Las manifestaciones se reproducen en todo el país. En Los Campos Eliseos se desarrolló una violenta represión. Los reclamos estallaron el 17 de noviembre por el aumento de combustible. 
1 de Diciembre de 2018
La suba de combustibles prendió la mecha en Francia. Los llamados chalecos amarillos se revelaron nuevamente y fueron reprimidos violentamente en las calles de París, las movilizaciones se replican en diversas ciudades del país galo mientras el presidente Emmanuel Macron está en la cumbre del G20.
La represión en los Campos Elíseos ya tiene casi 200 detenidos. Se trata de la tercera gran protesta contra el gobierno, la primera jornada tuvo lugar el 17 de noviembre, y participaron 282.000 personas. Luego, el pasado 24 siguieron las manifestaciones en todo el país, se calcula unas 106.000 personas, sólo 8.000 de ellas se concentraron en París.
Se calcula que en París este sábado participan de los enfrentamientos contra las fuerzas gubernamentales unas 5.500 personas y, en todo el país, unas 35.000. Entre los manifestantes hay jubilados y habitantes de pequeñas áreas urbanas y rurales, que han bloqueado peajes y autopistas e incluso han amurallado las oficinas de impuestos.
Los manifestantes utilizan chalecos amarillos, que es obligatorio llevar en los automóviles, para identificar su protesta que incluye la caída de su poder adquisitivo y disminución de impuestos. Las medidas de ajuste contrastan con la supresión al impuesto sobre las fortunas, decisión que  también se tomó este año y que reflotó una frase atribuida a Luis XIV: "Tomen dinero de los pobres, son muchos y nunca se quejan". Uno de cada tres franceses apoya los reclamos que se organizan por medio de las redes sociales.  
El gobierno francés, a cargo del primer ministro Edouard Phillip, condenó la violencia: “Quiero decir lo mucho que me ha sorprendido este cuestionamiento a los símbolos de Francia: el hecho de que el Arco del Triunfo haya sido marcado, de que alrededor de la tumba del soldado desconocido pudiera tener lugar una manifestación". Y desplegó miles policías en todo el país, carros hidrantes y hasta un avión hidrante para reprimir la movilización. Las protestas en Francia han escalado rápidamente en violencia sólo a 18 meses de que haya asumido el presidente Macron.
La extremaderecha liderada por Marine Le Pen busca beneficiarse, aunque por ahora sin éxito, de este amplio descontento social que tiene centro en las clases media bajas del interior de Francia.


Balas y gases contra los "chalecos amarillos"
Macron en el G20, París en llamas

PÁGINA 12  - 01 de diciembre de 2018

Una barricada cerca del Arco de Triunfo.
Una barricada cerca del Arco de Triunfo. 
Imagen: Télam
Una nueva jornada de violencia en las calles de París se saldó con 130 detenidos y 20 heridos. Los disturbios tuvieron como epicentro el Arco del Triunfo, en el marco de las protestas por las subas en los combustibles. La policía dispersó a los manifestantes con gases lacrimógenos y carros hidrantes, tal como ocurrió en la marcha del sábado pasado.
Así se escribió un nuevo capítulo en la pugna contra el presidente Emmanuel Macron que lidera el llamado movimiento de los chalecos amarillos, que abarca todo el país y salió a luz tras el tarifazo en las naftas. Incluso hoy hubo una pintada en el Arco de Triunfo que decía: “Los chalecos amarillos triunfarán”.
El histórico monumento fue el escenario de la refriega policial. Allí, los manifestantes armaron barricadas y se produjo la represión. Con gases y cañones de agua se intentó hace retroceder a los grupos, que removieron las vallas alrededor del cenotafio en honor al Soldado Desconocido, colocado allí tras la Primera Guerra Mundial. Allí fueron dispersados mientras intentaban cantar La Marsellesa. 
Télam
Hubo miles de personas en las calles de París.El primer ministro Édouard Philippe condenó la violencia, “rara vez vista”, mientras el presidente Emmanuel Macron se encuentra en Buenos Aires en la cumbre del g-20. "Quiero decir lo mucho que me ha sorprendido este cuestionamiento a los símbolos de Francia: el hecho de que el Arco del Triunfo haya sido marcado, de que alrededor de la tumba del soldado desconocido pudiera tener lugar una manifestación", aseguró el premier.
Philippe aseguró que marcharon unas 50 mil personas en la capital francesa y otras 36 mil en el resto del país. Las fuerzas de seguridad movilizaron unos 5 mil agentes en toda Francia. Pese a los incidentes, se realizó la marcha en rechazo a la política impositiva de Macron, que afecta el poder adquisitivo de amplios sectores. Las protestas comenzaron el 17 de noviembre, con casi 300 mil personas en las calles de Francia.
El impuesto que dispuso el mandatario fue para reducir las emisiones de carbono para así acelerar el giro hacia las energías renovables. Al mismo tiempo que se determinó esa medida, el gobierno de Macron suprimió el impuesto a las fortunas.  Por eso en Francia se reflotó una frase atribuida a Luis XIV: "Tomen dinero de los pobres, son muchos y nunca se quejan".

La izquierda francesa se vuelca con el movimiento de los 'chalecos amarillos'

Centenares de bloqueos en las carreteras y una nueva manifestación en los Campos Elíseos son organizadas este sábado en Francia en el tercer sábado de protestas de los automovilistas indignados.
Una mujer grita consignas subida a un semáforo durante una protesta en los Campos Elíseos en París (Francia) hoy, 24 de noviembre de 2018. El ministro francés del Interior, Christophe Castaner, culpó hoy a la ultraderecha y a su líder, Marine Le Pen, de l
Una mujer grita consignas subida a un semáforo durante una protesta en los Campos Elíseos en París (Francia). EFE/ Christophe Petit Tesson
Tarjeta amarilla para Emmanuel Macron. Campeón de la impopularidad desde hace meses, el presidente francés ha visto cómo el malestar provocado por la ineficacia de sus reformas y su arrogancia burguesa se veía reflejado en el movimiento de los “chalecos amarillos”. Dos semanas después de la primera movilización de los automovilistas indignados, los bloqueos de carreteras se repiten en Francia. Las concentraciones y la manifestación de este sábado en los Campos Elíseos servirán de termómetro del futuro de esta movilización que amenaza con ampliarse o bien conformarse con ser la primera advertencia seria ante la ofensiva neoliberal de Macron.
Además de centenares de bloqueos de carreteras por toda Francia, otra manifestación se celebrará este sábado en los Campos Elíseos de París, bajo un importante despliegue de las fuerzas de seguridad. Unos 5.000 agentes de policía controlarán el acceso de los manifestantes e impedirán la circulación de vehículos. Tras las reticencias iniciales en la izquierda francesa, el sindicato Sud-Solidaires —una de las organizaciones sindicales menos mansas en Francia— apoya esta convocatoria. También lo hacen los dirigentes de la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, partido referente de la izquierda francesa, a pesar de sus fuertes divisiones internas.
La CGT ha convocado para este sábado manifestaciones por toda Francia contra la precariedad y las políticas del gobierno de Macron. El sindicato con un mayor número de afiliados, sin embargo, continúa sin apoyar al movimiento de los “chalecos amarillos”, en un ejemplo más de las reticencias de las direcciones sindicales ante las nuevas formas de lucha. Las organizaciones universitarias también organizan para este sábado protestas contra el aumento de las tasas universitarias en Francia para los estudiantes de fuera de la Unión Europea. Estas aumentarán hasta 2.770 euros en las matrículas de Grado (actualmente cuestan 170 euros) y hasta 3.770 euros en los másteres (ahora son 240 euros).

Apoyo mayoritario de los franceses

Finalmente, ¿se producirá la ansiada convergencia de luchas entre múltiples frentes de protesta, que caracterizaría hace 50 años el Mayo del 68? Esta hipótesis resulta, de momento, muy improbable. Pero las protestas de este sábado representarán seguramente otro capítulo en el divorcio entre Macron y los franceses.
A diferencia de otras movilizaciones sindicales contra la reforma laboral o de la compañía ferroviaria SNCF, el movimiento de los “chalecos amarillos” cuenta con el apoyo mayoritario de los franceses. Y este no ha dejado de aumentar pese a los intentos del ejecutivo de criminalizarlo, con el argumento de las dos desgraciadas muertes relacionadas con las protestas y los más de 400 heridos, la mayoría de ellos leves. Según un sondeo del instituto Odoxa, publicado el miércoles en el diario conservador Le Figaro, el 84% de la población considera “justificada” esta movilización, siete puntos más que la semana pasada.
“Los chalecos amarillos representan los galos, la Francia ordinaria, el espíritu rebelde de la Francia contestataria”, asegura en declaraciones Público el sociólogo Michel Fize, autor de Mai 68 n’a jamais existe! (¡El Mayo del 68 jamás existió!). Este movimiento expresa una “crisis de legitimidad de las instituciones tradicionales”, explica este investigador jubilado del prestigioso CNRS, que observa una continuidad entre el movimiento de los chalecos amarillos y la Nuit Débout, que ocupó la plaza de la República en París en la primavera de 2016. “Pero a diferencia de la Nuit Débout, que básicamente estaba formada por jóvenes urbanitas con estudios superiores, los chalecos amarillos son un movimiento más transversal formado por hombres, mujeres, jóvenes, jubilados”, asegura Fize.
“Ahora, se produce una paradoja evidente. El movimiento de los chalecos amarillos está presente en Albert, Flixecourt o Abbeville —ciudades pauperizadas del norte de Francia a causa de la desindustrialización—, pero mucho menos en París”, aseguró el diputado de la Francia Insumisa François Ruffin, figura emergente de la izquierda francesa. Uno de los impulsores hace dos años de la Nuit Debout, organizó este jueves un mitin en la Plaza de la República de París para movilizar a los “indignados” de la capital francesa y las otras grandes ciudades francesa en apoyo al movimiento de los “chalecos amarillos”.

Fiasco en el intento de diálogo del gobierno francés

“El aumento de los impuestos sobre el carburante ha sido la gota de diésel que ha colmado el vaso de agua”, afirma Jean-Baptiste Voltuan, un activista francés presente en el mitin organizado este el jueves por simpatizantes de la Nuit Debout. Apoyado mayoritariamente por los votantes de la Francia Insumisa (64%) y del ultraderechista Reagrupamiento Nacional (66%), esta movilización expresa el malestar por la pérdida de poder adquisitivo de los franceses y el orden fiscal injusto favorecido por Macron con una reducción de más de 6.000 millones de euros de impuestos a los más ricos y un aumento de las tasas indirectas para los más modestos. El principal punto en común de los manifestantes de este movimiento transversal y apartidista es el rechazo hacia Macron.
Aunque el presidente francés descartó el jueves desde Buenos Aires “cualquier retroceso” en sus reformas, la realidad es que el gobierno francés ha multiplicado desde principios de noviembre sus gestos para intentar calmar la indignación de los “chalecos amarillos”. Además de doblar, hasta 4.000 euros, la prima para cambiar un coche viejo por otro de menos contaminante, el ejecutivo centrista renunció a introducir peajes urbanos para acceder al centro de las grandes ciudades o prohibir en 2040 la venta de vehículos de gasoil y gasolina.
No obstante, estas medidas que no parecen apaciguar la cólera de los automovilistas. En cierta forma, reflejan que el gobierno francés no termina de comprender, o aceptar, que la oposición al aumento de los impuestos sobre el combustible se trata de un pretexto.
De hecho, la operación diálogo de este viernes resultó un fiasco. En la reunión organizada por el primer ministro francés, Édouard Philippe, con “representantes” de los “chalecos amarillos”, solo acudió uno de los miembros de este movimiento. Después de que el “premier” francés se negara a que el encuentro fuera grabado para ser retransmitido en las redes sociales, este no se celebró.
“Macron es incapaz de comprender a su pueblo”, asegura Katarina, A., una militante de la Francia Insumisa, de 55 años, que acudió al mitin de este jueves en la Plaza de la República de París equipada con un chaleco amarillo. Como el 84% de los franceses, esta defensora del ecologismo, que “siempre viaja en bicicleta”, asegura estar decepcionada con el discurso de Macron del martes. En su primera intervención pública para responder al malestar de los “chalecos amarillos”, el presidente francés propuso establecer un mecanismo para adaptar la fiscalidad del combustible en función del precio del petróleo.
Acusados de “incoherentes” y de “desorganizados” por los medios generalistas franceses, los “chalecos amarillos” le respondieron con una treintena de reivindicaciones. Por ejemplo, aumentar en más de 200 euros del salario mínimo hasta 1.300 euros netos, establecer un salario máximo de 15.000 euros, tratar dignamente a los refugiados, fijar un salario mediano para los representantes políticos, establecer un referéndum popular que permita votar una proyecto de ley a partir de 700.000 firmas. La mayoría de ellas eran de carácter social y destituyente. Unas propuestas que mantenía unas similitudes evidentes con lo reivindicado por el 15-M en 2011, exceptuando un par de medidas conservadoras en materia de inmigración. Y que difícilmente podría ser impulsadas por Macron.


28/11/2018

Se extienden las protestas en Francia


“El poder adquisitivo baja con respecto a la suba de los combustibles y por otro lado no hubo una suma interesante del salario mínimo. Así que la gente empieza a ver que las políticas que están llevando adelante este gobierno va en detrimento de la clase trabajadora. Así que son los laburantes los que están en la calle y dicen “me estás metiendo la mano en el bolsillo”. Por Liliana Alderete para Redacción Canal Abierto


Aumento en los combustibles, quita de subsidios y avanzada privatizadora sobre servicios públicos. No estamos hablando del gobierno de Macri en Argentina, sino del de su par francés Emmanuel Macron. Estos anuncios provocaron masivas movilizaciones en distintos puntos del país, que continúan a una semana de iniciadas.
En diálogo con Sobre la hora, Liliana Alderete, argentina residente en Francia dio un panorama de la situación. “Las movilizaciones se iniciaron antes en los sectores rurales que en los urbanos. Este es uno de los sectores en donde más fuerte pegó lo que es esta forma de protesta social de los chalecos amarillos. Incluso se ha dado más en las zonas rurales que en París. Es una protesta social que nace más que nada en el interior de Francia. Recuerda mucho lo que fue el movimiento piquetero en Argentina antes del 2001 con barricadas en las entradas y salidas de los pueblos” narró.
“Han elegido las rotondas, estos son los lugares donde está cortado el acceso a los pueblos. Hay gente que están pasando la noche, otros que levantan el piquete y vuelven a la mañana, otros que están en un rato después se van a trabajar y otros que vuelven y toman la posta. Es algo que empezó el sábado 17 y continúa hasta hoy” se refirió ala modalidad de manifestación.
Sobre el impacto de las medidas, Alderete graficó que “la suba del combustible afecta a la clase trabajadora que está en tren de perder su poder adquisitivo. Si uno trabaja en el campo tiene que ir de un lugar a otro, porque acá no está desarrollado el sistema de transporte habitual. Hay tres colectivos por día, así que el sistema de transporte es el auto. La gente tiene un auto con el que tenés que manejarte si o si. El trabajador tiene que manejarse en auto no hay otra forma de transporte.”
Y agregó: “el poder adquisitivo baja con respecto a la suba de los combustibles y por otro lado no hubo una suma interesante del salario mínimo. Así que la gente empieza a ver que las políticas que están llevando adelante este gobierno va en detrimento de la clase trabajadora. Así que son los laburantes los que están en la calle y dicen “me estás metiendo la mano en el bolsillo”.
Fuente: Kaos En la Red

Comparan imágenes de disturbios en Campos Elíseos con “escenas de guerra”

26 noviembre 2018 | CUBADEBATE

Foto: Getty Images.
Con “escenas de guerra” comparó el presidente francés Emmanuel Macron las imágenes de los disturbios que sembraron caos en los Campos Elíseos de París el fin de semana.
 “No hay que subestimar la conmoción de la gente, en Francia y en el extranjero, de ver en los medios de comunicación lo que parecían escenas de guerra”, dijo Macron el lunes en una reunión de su gabinete, según su portavoz Benjamin Griveaux.

Foto: Getty Images.
Un centenar de personas fueron detenidas después de violentas protestas el sábado que terminaron con barricadas incendiadas y escaparates de tiendas de lujo destrozadas en la famosa avenida parisina.
Para dispersar a los manifestantes la policía utilizó más de 5 mil granadas de gas lacrimógeno y los bomberos apagaron más de 100 incendios, lo que dio lugar a imágenes espectaculares que dieron la vuelta al mundo.
Foto: Getty Images.
Unas 106 mil 000 personas del movimiento conocido como los “chalecos amarillos” manifestaron el sábado en toda Francia contra el alza del precio de la
gasolina y la pérdida del poder adquisitivo.

La situación degeneró en los Campos Elíseos, donde unas 5 mil 000 personas participaron en una manifestación no autorizada. Un total de 31 personas resultaron heridas, entre ellas siete policías, y un centenar de manifestantes fueron detenidos.
El gobierno ha atribuido los disturbios violentos en París a miembros de la ultraderecha.
El ministro de Presupuesto, Gerald Darmanin, llegó a decir que los manifestantes “no eran chalecos amarillos”, sino “la peste marrón”, una alusión a los nazis.
Mientras tanto, los “chalecos amarillos”, un movimiento apolítico que nació a mediados de octubre en las redes sociales, anunciaron el lunes la creación de una delegación oficial conformada de ocho personas encargadas de negociar con el gobierno.
Foto: Getty Images.

(Con información AFP)

Un semáforo francés en ámbar

por Rafael Poch
LA HAINE - 28/11/2018

El sábado 300.000 personas expresaron su activa protesta organizando más de 2.000 bloqueos de carreteras y peajes en toda Francia
Hay que seguir de cerca este fenómeno de los chalecos amarillos, movimiento auto(des)organizado a través de las redes sociales, popular e imprevisible. La jornada del sábado continuó el domingo y más allá. Ahora el movimiento llama a bloquear París el sábado 24… Todo esto pone muy nervioso al establishment mediático y político europeo.
El ministro del Interior francés, Christophe Castaner constató, el martes, la “degeneración total de una protesta que en general mantuvo el sábado buena conducta”. “Asistimos a una radicalización con reivindicaciones que ya no son coherentes, que van en todas direcciones”, ha dicho. La CGT, el sindicato francés menos manso, se ha desmarcado pero hasta tres de cada cuatro franceses han expresado según las encuestas su apoyo a esta manifestación en la que se escuchan llamadas a la dimisión del “presidente de los ricos”.
La chispa ha sido la subida de los impuestos a los carburantes. Eso ha llevado a declarar a una exministra socialista de medio ambiente, Delphine Batho, típica representante de la izquierda-caviar,que la protesta es una, “acción de solidaridad con el lobby petrolero”. Pero tras la fiscalidad al diésel se esconde una clara cuestión de clase, una injusticia fiscal que grava a la gente del extrarradio, la más encadenada al uso del coche para ir al trabajo, o que trabaja con él (transportistas, agricultores), dibujando toda la geografía de la Francia periférica de las zonas rurales y los extrarradios urbanos. Hay en su protesta un agravio comparativo hacia el trato fiscal que reciben los ricos, con la eliminación del impuesto a las grandes fortunas, y una indignación y hartazgo con las despreciativas declaraciones del Júpiter Macron que cada mes evidencia su mentalidad elitista. Es esta fractura de clase la que asusta: desorganizada, radical e imprevisible.
De repente, como se lee en la prensa alemana, se advierte el peligro provocado por lo que antes se consideraba éxito y victoria: el descabezamiento y la integración de las organizaciones sindicales que todavía defendían intereses de clase. La paradoja del resultado de décadas de políticas encaminadas a descafeinar a los sindicatos es que desemboca en una preocupación ante el peligro que supone la ausencia de interlocutores (sindicales) corruptos con los que negociar cabreos como este.
En unos momentos en los que por toda Europa surgen populismos de signo conservador o reaccionario con los que la derecha capitaliza y canaliza los ríos de descontento y sufrimiento social suscitados por la crisis, hay que estar atento a cualquier manifestación de un movimiento que huele a algo de clase, aunque acabe en agua de borrajas. Si en Europa llegara a formarse algo parecido a un bloque popular-ciudadano antiburgués bien podría ser a partir de este tipo de chispas. Con la actual configuración capitalista de los espacios y geografías, el precio del carburante desempeña un papel no muy diferente al del pan en los motines de antaño. Afortunadamente, tras no pocos titubeos, la France Insoumise de Jean-Luc Mélenchon se ha dado cuenta de eso y ha expresado su apoyo a esta protesta. Y el lugar es Francia.
Hace tiempo que modestamente sostengo que si en Francia no pasa nada, es decir, que si lo que queda de la mayor tradición social y republicana del continente se demuestra incapaz de reaccionar a esta crisis que incrementa la desigualdad social y arrasa con derechos costosamente adquiridos, entonces no pasará nada fundamental de signo liberador y progresista a medio plazo en esta parte del mundo.
Lo último de Macron es aplicar la directiva europea de reducir las pensiones en un país en el que apenas hay jubilados pobres, como es el caso de Alemania donde ese cepillado se hizo hace años. Macron expresó la semana pasada todo el delirio narcisista que acompaña al europeísmo establecido al decir en Berlín que Europa y el eje franco-alemán tienen “la responsabilidad de que el mundo no se deslice hacia el caos y sea acompañado en el camino de la paz”. La simple realidad es que es la acción de ese eje, que en Francia se vive crecientemente como mera subordinación a Alemania, la que está creando el caos en la propia Unión Europea con una política neoliberal que excita todo aquello que disuelve y desintegra al europeísmo.
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P.S. La visita de Macron a Berlín, en la que obtuvo apoyos a su propuesta de ejército europeo, incluyó ofrenda floral en la Neue Wache, el templete de la avenida Unter den Linden. En tiempos de la RDA, la Alemania comunista, aquello era un memorial a las “víctimas del fascismo y el militarismo”. En los años noventa, tras la reunificación, el memorial fue remodelado a las “víctimas de la guerra y la tiranía”, concepto éste último que abraza tanto al nazismo como al comunismo. La remodelación regresó a la línea de la doctrina establecida por los ex nazis que gobernaron la Alemania occidental en la posguerra y que buscaban su redención en la guerra fría bajo el manto general del “totalitarismo”. La unificación conceptual presentaba al comunismo y al estalinismo como hermanos gemelos del nazismo y el fascismo, ignorando la diferencia ideológica fundamental; que no puede haber un buen nazismo, contrario a todo planteamiento humanista, pero sí un buen socialismo que desarrolle ideales humanistas radicalmente antagónicos con el antihumanismo. Hoy el templete incluye una placa que menciona entre las víctimas de la tiranía a los alemanes expulsados de sus hogares en Europa central y oriental tras la derrota de 1945 y a los represaliados por el régimen de Alemania Oriental. Una nueva historia nacional a la carta para unos nuevos tiempos.
CTXT

Chalecos amarillos: La Policía lanza gases lacrimógenos y usa un cañón de agua contra los manifestantes

Algunos manifestantes intentaron llegar hasta la residencia de Macron. Se calcula que en torno a 300.000 personas se han manifestado por todo el país. En la capital francesa se estima que la cifra ha sido de unos 3.000.
Mnifestantes del movimiento de los 'Chalecos amarillos' protestan en París contra la subida de los precios del carburante anunciada por Macron. Benoit Tessier/REUTERS
Manifestantes del movimiento de los 'Chalecos amarillos' protestan en París contra la subida de los precios del carburante anunciada por Macron. Benoit Tessier/REUTERS
Las policía francesa lanzó este sábado en París gases lacrimógenos y usó un cañón de agua para rechazar el avance de miles de personas que se manifestaban contra el alza de los carburantes, los llamados "chalecos amarillos", que trataban de acercarse al palacio del Elíseo, residencia presidencial.
Los enfrentamientos tuvieron lugar en el perímetro de seguridad levantado por la policía cuando decenas de manifestantes trataron de superarlo para llegar a la residencia del presidente, Emmanuel Macron, cuya dimisión pidieron en pancartas y en cánticos, informa el medio francés Liberation.
Las autoridades habían prohibido la concentración en los alrededores del Elíseo y habían señalado los Campos de Marte, situados frente a la torre Eiffel, como lugar permitido para la concentración, cuyo inicio está previsto a las 14.00 horas (13.00 GMT), según Le Figaro.
Los portavoces del movimiento, que comenzó como protesta contra el alza de los impuestos a los carburantes pero que se ha ido diversificando con el paso de los días, rechazaron ese punto de concentración y pidieron acercase a la residencia de Macron.
Las autoridades indicaron que entre los manifestantes pueden haberse infiltrado grupúsculos de extrema derecha para radicalizar el movimiento.
Una consigna que han seguido centenares de "chalecos amarillos", que utilizaron mobiliario urbano para lanzarlo contra los antidisturbios que habían establecido un cordón de seguridad.
Las autoridades indicaron que entre los manifestantes pueden haberse infiltrado grupúsculos de extrema derecha para radicalizar el movimiento.
La respuesta de las fuerzas de seguridad vino en forma de gases lacrimógenos y del uso de un cañón de agua para rechazarlos, lo que provocó escenas de gran tensión.
Según los primeros datos del Ministerio del Interior, a media mañana había en la capital unos 3.000 "chalecos amarillos", la mayor parte concentrados en los Campos Elíseos y en los aledaños de la plaza de la Concordia, que da acceso a la residencia presidencial.
En el resto del país continúan los bloqueos de centros logísticos y carreteras iniciados hace una semana, pero con menos intensidad que el pasado sábado, cuando los cálculos oficiales lo cifraron en casi 300.000 manifestantes.
Macron ya ha asegurado que no va a renunciar a ese tributo destinado a reducir el consumo de combustibles fósiles y que inscribe dentro de su estrategia medioambiental.

Crece la rebelión social en Francia contra el aumento de los combustibles

Por Kaos. Internacional
KAOS EN LA RED  - Publicado en: 19 noviembre, 2018
Tras la masiva marcha del sábado, que dejó una persona muerta, el domingo continuaron las manifestaciones y los cortes de ruta. Nuevos enfrentamientos con la policía. Ya son hay más de 150 detenidos.
Los Chalecos Amarillos franceses, que protestaban inicialmente el sábado contra el alza de combustibles, continuaron con sus bloqueos de rutas el domingo y amenazan con transformarse en desobediencia civil. La movilización de 280.000 personas del sábado se extendió al domingo y al menos 40.000 personas se desplazaron. Desde su inicio han dejado una manifestante muerta, 409 heridos, entre ellos 28 policías, y 157 detenidos.
Los heridos se producen por enfrentamientos con las fuerzas del orden o por incidentes con ciudadanos que no quieren atravesar los bloqueos, los manifestantes se lo impiden y los automovilistas se los llevan por delante. Una conductora que llevaba a su hija al hospital se llevó por delante a una manifestante jubilada de 63 años, que nunca había participado en la manifestación causándole la muerte, en Savoie. Se encuentra bajo control judicial.
En una acción espectacular el domingo, Disneyworld fue bloqueada por los manifestantes. Instalaron sus barreras en el estacionamiento del lugar y bajo la vigilancia de la policía, bloquearon siete de los nueve accesos y permitieron el acceso gratuito de los visitantes. El precio del parking en Disneyworld es 30 euros la hora.
La empresa Vinci, que controla autorutas y peajes, dijo que hubo “una intensificación de las manifestaciones”, que incluye bloqueos de peaje, estaciones de servicios e incluso supermercados cerrados por precaución. Contabilizaron al menos 50 acciones en las grandes autopistas. ”Operación peaje gratuito” fueron las acciones del domingo de los manifestantes. Las autoridades recomendaron a la población no salir a la carretera si no era absolutamente necesario.
La protesta ha superado el alza de combustibles para una parte de la población que vive en pequeños pueblos y debe recorrer en automóvil varios kilómetros para ir a trabajar, o hacer las compras o visitar un hospital. Es el poder de compra perdido, el aumento de impuestos sin fin, la desertización sanitaria en amplias zonas de Francia porque los médicos no quieren instalarse contra lo que protestan.
El este del país, la Costa Azul y Normandía fueron las zonas más perturbadas por los bloqueos. El alcalde republicano de Troyes, el ex ministro de economía François Baroin llamó al gobierno “a escuchar este mensaje de alerta profunda” que representa la manifestación de los Chalecos Amarillos. ”No se puede hacer como si nada hubiese pasado. Los Chalecos Amarillos no es otra que la clase media que está en plena interrogación sobre su futuro, sobre su poder de compra. Ellos piden a Emmanuel Macron que escuche. Espero que los escuche”, dijo, tras llamar” a trabajar en el plano fiscal, los impuestos, que deben bajar” .
Los testimonios de estos “nuevos pobres” son tremendos. Evelyn acompañó los bloqueos en Saint Gervais La Foret. Después de haber trabajado toda su vida en una farmacia mayorista, ella gana con su jubilación 1100 euros al mes. “Tengo un pequeño coche diésel con 120.000 kilómetros. Ahora me quieren hacer creer que contamina más que los aviones, los yates y todos los que ellos me hacen pagar como contribuyente. La comida no deja de aumentar y hasta comprar una torta el fin de semana se ha convertido para mi en un lujo”, protesta.
Sin sindicatos que los respalden, sin creer en los partidos, los Chalecos Amarillos quieren ser escuchados por sus penas, por su abandono y no por su ideología. Se sienten las víctimas de las élites, que están lejos de sus vidas cotidianas y gobiernan para “la metrópoli”, con “ambiciones de ecologistas de ciudad, que nunca pusieron un pie en el campo ni vieron como crece una planta”.
Llenar el depósito subió de 45 a 65 euros y los Chalecos amarillos deben recorrer hasta 80 kilómetros diarios para llegar a sus trabajos. Con un salario que ni supera los 1.300 euros mensuales, necesitan al menos 350 euros para el coche.

FOTOS: Reprimen duramente en París las protestas contra el alza de precios del combustible

Publicado: 24 nov 2018 10:09 GMT | Última actualización: 24 nov 2018 11:56 GMT - RT
Este sábado, los conocidos como 'Chalecos amarillos' celebran manifestaciones en distintos puntos de Francia contra el aumento de los precios del combustible.
VIDEO, FOTOS: Reprimen duramente en París las protestas contra el alza de precios del combustible
En París, se registran enfrentamientos entre las fuerzas de orden y los manifestantes del movimiento 'Chalecos Amarillos' que protestan contra el aumento de los precios del combustible en el país.
Según el canal BFMTV, "varios miles" de manifestantes se han congregado en los Campos Elíseos. Algunos de ellos están tratando de romper la cerca y entrar en la zona cerrada de demostración en el área de la Plaza de la Concordia. En respuesta a las acciones de los manifestantes, los uniformados utilizaron no solo gases lacrimógenos, sino también cañones de agua.
Algunos participantes en la marcha cantan la Marsellesa y exigen la renuncia del presidente del país, Emmanuel Macron.
Unos 3.000 policías y gendarmes han sido movilización para garantizar la seguridad durante la jornada de protesta.
Reuters
Las autoridades de la capital francesa decidieron introducir cambios en el funcionamiento del transporte público este sábado debido a las acciones de protesta.
En particular, siete estaciones de metro en el centro de París permanecerán cerradas, informa el sitio web de la Administración de Transporte de París. Además, parte de las rutas de transporte terrestre han sido modificadas.
Reuters
La campaña de protestas a gran escala contra el aumento de los precios del combustible comenzó en Francia el 17 de noviembre. Según el Ministerio de Asuntos Interiores galo, el sábado pasado más de 287.000 personas participaron en movilizaciones a lo largo de todo el país.
A partir del 1 de enero, los precios de la gasolina en Francia deberán aumentar en 2,9 céntimos de euro, mientras que los del diésel se incrementarán en 6,5 céntimos por litro.

Reuters

Protesta por alza del precio de combustibles causa un muerto y 227 heridos en Francia

18 noviembre 2018 | CUBADEBATE

Chalecos amarillos bloquean la avenida Campos Elíseos en París.
El movimiento francés de los chalecos amarillos, protesta ciudadana contra el presidente Emmanuel Macron y el alza a los precios de los combustibles, congregó ayer a casi 283 mil personas en el país, pero se vio ensombrecida por varios incidentes, entre ellos el deceso de una mujer.
Christophe Castaner, ministro del Interior, reportó por la noche que en 3 mil 200 puntos de Francia los inconformes bloquearon carreteras, avenidas y calles principales sin la autorización del gobierno. Los manifestantes no proporcionaron cifras de participación o cierres de vialidades.
La principal protesta se realizó en esta capital, donde la policía lanzó gas lacrimógeno contra los manifestantes en la avenida de los Campos Elíseos cuando trataron de encaminarse hacia el palacio presidencial. Cientos llegaron hasta el final de la calle, donde están el recinto y tiendas de lujo, pero fueron replegados a empujones por los agentes antimotines, reportó la televisora BFMTV.
El incidente más grave ocurrió en Le Pont-de-Beauvoisin, región oriental de Savoie, cuando una mujer que llevaba a su hija al médico en coche se vio rodeada en una rotonda por manifestantes, y presa del pánico, aceleró y mató a Chantal Mazet, una jubilada de 63 años, e hirió a otros manifestantes.
Castaner indicó en un comunicado que la movilización dejó 227 lesionados, 52 detenidos –de los cuales 38 permanecen retenidos para ser interrogados– y más de 200 retenes aún están activos.
El movimiento, que no tiene líderes y no tiene ligas con partidos y sindicatos, convocó la protesta en las redes sociales. El instituto de opinión Elabe afirmó en un estudio que la movilización cuenta con el apoyo de 73 por ciento de los franceses.
Los chalecos amarillos, llamados así por vestir las prendas fluorescentes que obligatoriamente usan todos los automovilistas en caso de incidente en una carretera, protestan contra el alza del precio de los combustibles y la política injusta del gobierno sobre el poder adquisitivo, que supuestamente beneficia a las élites y desprecia a los habitantes con menores recursos.
Según el UFIP, el sindicato de la industria petrolera de Francia, los precios del diésel aumentaron 16 por ciento este año, de 1.24 euros por litro a 1.48. El primer ministro, Edouard Philippe, anunció incentivos y ayudas a motoristas, incluida una subvención de 4 mil euros para las familias más pobres a fin de remplazar vehículos poco eficientes.
(Con información de La Jornada)

Chalecos amarillos: Un manifestante muerto y 409 heridos en las protestas francesas por tasas a carburantes

Una mujer se empotró contra un cordón de manifestantes en el sureste de Francia al entrar en pánico cuando estos golpearon su coche.
Una de las zonas de la protesta en Francia. EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON
Una de las zonas de la protesta en Francia. EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON
Un manifestante de unos 50 años ha muerto este sábado atropellado por un vehículo en el sureste de Francia durante una de las numerosas protestas ciudadanas contra el aumento de los impuestos a los carburantes, conocidas como las de los "chalecos amarillos". Además, hay 407 heridos, catorce de ellos graves, según informa Le Monde. El número de detenidos asciende a 282.
Según informó el ministro del Interior, Christophe Castaner, una mujer que llevaba a su hija al médico se empotró contra un cordón de manifestantes en Pont-de-Beauvoisin (sureste de Francia) al entrar en pánico cuando estos golpearon su coche.
La mujer, que estaba bajo una fuerte conmoción, fue arrestada por la Policía. "Algunas personas han golpeado su vehículo. Ella entró en pánico, aceleró y mató a una persona. Esa persona entró en un primer momento en parada cardiorrespiratoria y después murió", detalló el prefecto (delegado del Gobierno) de Saboya, Louis Laugie.
Esta protesta no había sido declarada a las autoridades, como gran parte del cerca del millar convocadas en las que participan unas 50.000 personas, según cálculos de Castaner.
Hasta el momento, las protestas se han saldado con al menos cuatro heridos leves: tres manifestantes -uno en Toulouse (sur) y dos en Hazebrouck (norte)- y un policía en Grasse (sureste).
A primera hora la mañana del sábado, los "chalecos amarillos", un movimiento al margen de partidos y sindicatos creado espontáneamente en las redes sociales nutrido del descontento de la clase media-baja, ralentizaron el tráfico en la zona oeste del periférico de París y en numerosas áreas del país.
También se bloquearon algunas gasolineras y acceso de peajes en autopistas. El movimiento, que ha ampliado su radio de demandas a la carga tributaria en general, supone un nuevo órdago para el Ejecutivo de Emmanuel Macron, que decidió aumentar los impuestos de los carburantes para promover la transición energética.
Muchos de los "chalecos amarillos" ("gilets jaunes") viven zonas urbanas alejadas de las grandes aglomeraciones francesas y aseguran que el coche es su único medio de transporte.
Este movimiento, cuyo nombre alude a la prenda fluorescente que es obligatorio llevar dentro de los vehículos, tienen un masivo apoyo de la población francesa, del 74%, según una encuesta publicada este viernes.

Los chalecos amarillos
Vasco Gargalo

por Luis Casado
Politika / REBELIÓN - 04-12-2018
Una chispa suele encender la pradera, es un tópico. Sobre todo cuando la chispa la origina el aumento del precio de los carburantes. Ciudadanos hastiados de verse exprimir como limones mientras el riquerío escapa a todo –impuestos, restricciones, inseguridad, contaminación, limitaciones de todo tipo– decidieron movilizarse. Solos. Sin la intervención de ningún sindicato, ningún partido político, ninguna asociación, ninguna estructura social.
Francia amaneció paralizada por más de 2.300 manifestaciones de bloqueo de rutas, incluyendo los Campos Elíseos, organizadas por cientos de miles de ciudadanos movilizados contra lo que estiman un saqueo organizado del pobrerío.
Al medio día había un muerto (una manifestante atropellada por una automovilista), 47 heridos, de los cuales tres graves. Las manifestaciones continúan, los politólogos se precipitan a los canales de TV a explicar el porqué del cómo, y el cómo del porqué, sin comprender ellos mismos lo que ocurre.
Sin embargo es simple: los miserables se cansaron de pagar con sus dificultades financieras los excesos de los poderosos.
El tema viene de lejos. Llegado al poder, una de las primeras medidas de Sarkozy consistió en reducir los impuestos de las grandes fortunas en más de 15 mil millones de euros, al tiempo que aumentaba los impuestos que paga la inmensa mayoría. Su gobierno, de derecha, de esos arrogantes que dicen saber cómo manejar la economía, se saldó por un incremento de la deuda pública de más de 600 mil millones de euros.
Le sucedió Hollande, un socialista, en fin un socialdemócrata, un picha floja, un tipo que declaró “mi único enemigo es el mundo de las finanzas”, para luego, llegado al palacio de gobierno, reducir los impuestos de los privilegiados en un monto superior a los 10 mil millones de euros. Para compensar, congeló las pensiones de los jubilados durante cinco años. No satisfecho, inventó un programa de “ayuda a las empresas para facilitar la creación de empleo”. Costo del programa: 50 mil millones de euros al año. Inútil precisar que del millón de empleos prometidos las grandes empresas no crearon ni uno. Pero se quedaron con los 50 mil millones de euros anuales.
¿Quién era el consejero económico de Hollande? Un banquero de negocios venido directamente del Banco Rothschild, un cierto Emmanuel Macron. Que traicionó a Hollande y, financiado por las grandes fortunas, se lanzó en una carrera presidencial como candidato “ni de izquierda, ni de derecha” sino de todo un poco.
La burda maniobra funcionó: el PS francés se deshojó como una margarita: sus dirigentes más mediocres y más ambiciosos corrieron a abrazar la candidatura del conejo que la derecha económica sacó de la chistera de la caricatura de un banquero. Lo mismo ocurrió con los cuadros de la derecha tradicional, los mal llamados gaullistas, que no resistieron ni 24 horas: también se precipitaron a socorrer la victoria, con la esperanza –rápidamente satisfecha– de dirigir al gobierno. El Primer Ministro salió de sus filas, así como el ministro de Finanzas. La progresía transeúnte y venal, los socialistas vergonzantes, lograron algunos cargos sin importancia ejecutiva.
Al asumir el cargo, Macron tomó una medida urgente: eliminar el impuesto a la fortuna, con el objetivo declarado de darle plata a los ricos para que estos inviertan, y así creen empleo. Reducción total del impuesto: más de 5 mil millones de euros. Puede parecer inimaginable, pero este discurso para imbéciles aun da el pego, cala en algunos sectores aburridos de no salir de perdedores, y que buscan alguna salida a las dificultades de la vida cotidiana. El desempleo aumenta, a pesar de que los ricos son más ricos.
Para compensar, –hay que equilibrar los presupuestos del Estado como exige Bruselas– Macron le aumentó los impuestos a los jubilados, re-congeló las pensiones, y cometió el error excesivo: aumentó las tasas e impuestos de los carburantes. La gota que desbordó el vaso...
Pasa que el pobrerío, al que se le exige movilidad para encontrar empleo, debe utilizar un automóvil, o una moto, para ir a trabajar. O para trabajar. Y en el presupuesto doméstico del pobrerío 20 o 30 euros al mes equivalen a darle de comer a la familia durante dos o tres días. Peor aun: muchos hogares modestos tienen calefacción a “fioul”, un carburante cuyo precio no cesa de aumentar. El costo de la calefacción para una familia de 4 personas gira en torno a los 2 mil euros anuales.
Emmanuel Macron, apodado justamente “el presidente de los ricos”, no conoce esa realidad. En su distinguida arrogancia de banquero de negocios, cuando un joven diplomado de horticultura le explica que no encuentra empleo, Macron le responde: “Yo, atravieso la calle y le encuentro empleo inmediatamente”. Se refería a un empleo de lavador de vajilla en un restaurant, o a un empleo de servidor de copas en el bar de la esquina.
El desprecio por los esfuerzos de quien estudia para dotarse de un oficio calificado, fue demasiado. Vino de un señorito que, en un discurso en una estación de ferrocarriles dijo, literalmente: “En las estaciones de ferrocarril uno encuentra todo tipo de personas. Unos cuantos que han tenido éxito, y muchos que no son nada” (sic).
Esa es la genealogía del movimiento espontáneo de estos ciudadanos que para identificarse se ponen el chaleco amarillo que exige la seguridad rutera.
Y en eso estamos. El gobierno sabe que la represión no resuelve porque sería arrojarle carburante al fuego. Y es consciente de que la calle está en manos de los ciudadanos, lo que augura mal de su futuro. Una vez más Francia hace gala de sus “particularidades”. La toma de la Bastilla comenzó así.
Cuando un pequeño grupo de ciudadanos estimó que ya no daba para más.

Francia: Rebelión de los chalecos amarillos

Léon Cremieux / Foto: AFP

Desde hace casi un mes se desarrolla en Francia un movimiento que no tiene precedentes. El 17 de noviembre, a lo largo y ancho de Francia se produjeron no menos de 2500 bloqueos de carreteras y de peajes de autopistas, en una movilización que aglutinó a 300.000 chalecos amarillos (porque los manifestantes se colocan el chaleco amarillo obligatorio en los vehículos). Durante toda la semana posterior se han seguido manteniendo numerosos bloqueos en ciudades de tamaño medio. Y el sábado 24, de nuevo, se han desarrollado multitud de acciones en las que han participado más de 100.000 personas, de las cuales 8.000 a Paris en los Campos Elíseos, provocando más de 1.600 bloqueos.
Este movimiento nació al margen de los partidos y los sindicatos. Se construyó a partir de las redes sociales en base al rechazo al anuncio gubernamental de incrementar a partir del 1 de enero de 2019 el impuesto de los carburantes a través del TICPE (siglas en francés del impuesto interior por el consumo de productos energéticos). Un incremento de 6,5 céntimos por litro de gasóleo y de 2,9 céntimos por el sin plomo de 95 oct. Ya en 2018 el impuesto sobre el gasóleo se incrementó en 7,6 céntimos. Sobre el litro de gasóleo a 1,45 €, el Estado se apropia aproximadamente de un 60% a través de impuestos; es decir, 85,4 céntimos. El gobierno también prevé incrementos de 6,5 céntimos para los años 2020 y 2021. Se trata del tercer mayor impuesto de Europa sobre el gasóleo tras el Reino Unido e Italia.
Ahora bien, a diferencia de la mayoría del resto de países europeos, en Francia el consumo del gasóleo es mayoritario: representa el 80% del consumo de carburante. Y hay que tener en cuenta que el precio del gasóleo ha aumentado un 23% el último año.
El llamamiento contra este incremento del impuesto, del que se hizo eco un artículo del principal diario popular del país, Le Parisien, logró el apoyo de centenas de miles de personas a mediados de octubre. Cifra que alcanzó el millón a primeros de noviembre. A partir de ahí, se pusieron en pie numerosos grupos Facebook en todo el país y los vídeos contra la incremento de este impuesto fueron visionados por millones de veces a través de internet (entre ellos había uno lanzado por un grupo de extrema-derecha: Début la France). Después, un chofer de lanzó el llamamiento para bloquear la circunvalación parisina el 17 de noviembre. Fecha a la que se sumaron miles de iniciativas locales para bloquear las rutas y las rotondas y que se iban agregando en un mapa interactivo puesto en pie por dos internautas chalecos amarillos. Finalmente, los grandes medias (a la cabeza de ellos la cadena BFM TV) se hicieron eco del fenómeno, dándole una mayor dimensión.

Así pues, a partir de la simple firma de un manifiesto, el movimiento se extendió como la pólvora.

¿Qué tipo de movimiento?
Este movimiento choca directamente con el gobierno, pero también con ¡los responsables sindicales y políticos! Ha sido sorprendente el contraste entre la extensión del movimiento entre las clases populares, la enorme simpatía que ha suscitado, sobre todo en las empresas, el apoyo masivo entre la población (70% de apoyo en vísperas del 17 de noviembre) y la caricatura a la que se le ha sometido en muchos ámbitos de la izquierda, criticando, sin ningún rigor, que detrás del mismo estaba la patronal del transporte por carretera y la extrema-derecha. Ahora bien, el conjunto de las organizaciones patronales condenó los bloqueos y exigió al gobierno acabar con los mismos; encuanto a la extrema-derecha, es cierto que Nicolas Dupont Aignan, dirigente del pequeño partido Debout la France, se viene desgañitando desde mediados de octubre con un chaleco amarillo ante los media. Asimismo, Rassemblement National (antiguo FN, con Marine Le Pen a la cabeza) le dio su apoyo, aunque desmarcándose de los bloqueos de carreteras… Ahora bien, la mayoría de organizadores de chalecos amarillos han marcado distancias con este embarazoso apoyo.

Por su parte, Les Republicans (derecha tradicional) y el Partido socialista, expresaron con discreción su simpatía con el movimiento. En sentido contrario, si bien responsables de la France Insoumise como J.L. Melenchon o François Rufifin, así como Olivier Besancenot (NPA) expresaron su apoyo al movimiento, todas las grandes organizaciones sindicales (no solo la CFDT, sino también la CGT y Solidaires) rechazaron apoyar las manifestaciones, haciendo hincapié en la manipulación de la extrema derecha y la patronal del transporte por carretera.

En realidad, los chalecos amarillos son la expresión de un movimiento profundo de las clases populares. En Francia, todos los días, son 17 millones las personas que van a trabajar fuera de sus municipio de residencia; es decir, 2/3 de las personas activas; y un 80% de ellas utiliza su medio de transporte personal. Así pues, la preocupación por el precio del carburante es muy grande entre las capas populares: tanto en la región parisina (donde solo el 50% de las personas asalariadas utiliza el transporte público para ir al trabajo) y en el resto de regiones.

Por tanto, la cuestión del impuesto anunciado afecta ¡a la mayoría de los trabajadores y trabajadoras! La gente asalariada, y sobre todo sus familias, se ven obligadas a vivir cada vez más lejos de los centros urbanos; la precariedad acentúa este alejamiento del lugar del trabajo. En la región parisina, el 50% que se ve obligado a utilizar el vehículo para ir a trabajar se corresponde a menudo con la gente que habita en la periferia o trabaja en horas intempestivas.

El coste del transporte en coche, y sobre todo el diesel, ha explotados estos últimos años en un contexto en el que el índice de inflación oficial se ha utilizado como pretexto para no incrementar los salarios.

Los chalecos amarillos polarizan una exasperación popular en relación al poder de compra, los salarios y las pensiones, con un carácter de clase evidente.

Ahora bien, esta exasperación también cataliza una cólera difusa debida al descrédito del gobierno, a la acumulación de los ataques contra el poder de compra, las pensiones… y a los múltiples regalos concedidos a los ricos, a los capitalistas. También el descrédito de los partidos políticos que habiendo dirigido el país en alternancia son los responsables de la actual situación social.

Gracias a las reformas fiscales del gobierno, a la supresión del ISF (impuesto sobre las fortunas), la reducción del impuesto sobre las rentas del capital, el 1% de los más ricos verán incrementar sus fortunas en un 6% en 2019, y el 0,4% de los más ricos incrementarán su poder de compra en 28.300€. Al mismo tiempo, el 20% de los menos ricos, con las reforma de los subsidios para vivienda y la reducción de las pensiones, verán reducirse sus ingresos sin ver incrementadas las prestaciones sociales al mismo tiempo que los precios siguen incrementándose.

Impopularidad y crisis de gobierno

Una gran parte de la población ve a Macron como el presidente de los ricos, de los muy ricos. El incremento del impuesto sobre los carburantes, que golpea sobre todo a la gente con salarios más bajos, tras los regalos que ha hecho a los más ricos, ha sido la gota de agua que ha desbordado el vaso.

Además, debido a su política de clase y al descrédito que acumula, el gobierno Macron atraviesa una situación de crisis acelerada desde el verano. El affaire Benalla fue el escándalo del verano. Alexandre Benalla, miembro de la seguridad personal de Macron, reconocido como culpable de agredir a manifestantes el 1 de mayo, emergió como la expresión de una prácticas presidencial basada en utilizar los servicios del Estado para sus necesidades personales a cambio de dar manga ancha a sus colaboradores. Mutas mutandis, lo que le ocurrió a Fillon en víspera de las elecciones presidenciales.

A este escándalo le siguió la dimisión de Nicolas Hulot, la cara ecologista de Macron, tras múltiples renuncias a sus compromisos en el ámbito de la transición energética. Dimisión a la que siguió la de Collomb, ministro del Interior y uno de los primeros en apoyar al nuevo presidente, que dimitió a principios de otoño. Estas sucesivas crisis internas dan testimonio del desgaste acelerado de este gobierno y de la debilidad de su base política y social.

Todas las encuestas sitúan la popularidad de Macron por debajo de la de François Hollande en el mismo momento de su mandato.

Las reivindicaciones de los chalecos amarillos

En todos los mensajes de los chalecos amarillos a través de las redes sociales y en los bloqueos, la exigencia de la retirada del nuevo impuesto sobre los carburantes se mezcla, más allá del cabreo por la carestía de la vida, la exigencia del restablecimiento del impuesto sobre las fortunas… y, a menudo, pura y simplemente la exigencia de que Macron dimita.

Con el objetivo de ganar apoyo popular, a la hora de justificar el nuevo impuesto sobre carburantes, el gobierno utiliza el argumento de la necesidad de combatir el cambio climático y luchar contras la emisión de gases de efecto invernadero y de partículas finas. El portavoz del gobierno, Benjamin Grivaux, pensaba obtener el apoyo de la izquierda ecologista denunciando a "quienes fuman tabaco y circulan con diesel". Pero incluso en el campo electoral ecologista, el incremento del impuesto no tuvo una acogida favorable y la perorata despectiva del gobierno no dio en el blanco.

La razón fundamental de ello es que toda la política de este gobierno (como la de los precedentes) da la espalda a los urgentes imperativos ecológicos: impulsando el uso indiscriminado del vehículo y el diesel, no hace nada para desarrollar el transporte colectivo, tanto en las zonas rurales como en las grandes ciudades. Más teniendo en cuenta, como hemos indicado más arriba, que las clases trabajadoras ven cada vez más distanciados los centros de trabajo de su lugar de residencia.

El hacer pagar el plato fundamentalmente a sectores de la población que no tienen opción de cambiar su modo para desplazarse… ¡ni cambiar de vehículo!, resulta de una arrogancia gubernamental insoportable.

En la contrarreforma ferroviaria puesta en pie por el gobierno se prevé suprimir más de 11000 Km. de vía férrea en tanto que el transporte de mercancías ha sido sacrificado en beneficio del transporte por carretera. En paralelo se exonera a Total (compañía petrolera) de toda contribución fiscal y se le da carta blanca para continuar con las exploraciones para extracción de petróleo.

Además, el debate sobre la ley financiera para 2019 ha puesto al descubierto que más de 500 millones del impuesto sobre carburantes van a ser utilizados no para la transición ecológica, sino a absorber el déficit presupuestario de 2019 y compensar así la recaudación menos por la supresión del impuesto sobre la fortuna.

Durante semanas, el gobierno y los media se han empeñado en intentar desacreditar el movimiento presentándolo como el de "la Francia periférica", de los "territorios olvidados", de una revuelta de gente inculta y sin conciencia del cambio climático (ver análisis de Gerar Noiriel1).

¿Y el movimiento obrero organizado?

El movimiento obrero y sus organizaciones no están a la cabeza de este movimiento de chalecos amarillos. Esto expresa tanto su pérdida de influencia en muchas regiones y como entre colectivos laborales. Es también, como señalan responsables de ATTAC y de la Fundación Copernic en la trtibuna publicada en Le Monde2 el resultado de las derrotas acumuladas por los movimientos sociales estos últimos años.

La voluntad de realizar los bloqueos, de impulsar acciones directas tiene su origen en el rechazo a las formas tradicionales de manifestación, si bien se enmarca en las acciones de bloque impulsadas por los sectores sociales combativos

Además, la política practicada por las direcciones sindicales, la debilidad del recambio de ese movimiento popular plantean un problema. Esta política ha tomado como pretexto las maniobras de la extrema derecha o la voluntad "apoliticista" de los chalecos amarillos. Pero como dicen los responsables de ATTAC y Copernic en la citada tribuna, "No se podrá combatir estar desconfianza o su instrumentalización por la extrema derecha, ni el riesgo del anti-fiscalidad, practicando la política de la silla vacía o culpabilizando a las y los manifestantes. Por el contrario, se trata más bien dotarse de los medios para pesar en seno y ganar la batalla cultural y política en el seno de ese movimiento contra la patronal y la extrema derecha que quieren fagocitarlo".

Muchas estructuras y militantes sindicales no han dudado en prestar su apoyo y llamar a participar en las acciones de los chalecos amarillos: por ejemplo, la CGT de la Metalurgia, Sud-Industria, FO-Transporte y numerosos llamamientos unitarios en diversos departamentos que han puesto por delante una plataforma reivindicativa de incrementos salariales, contra los impuestos indirectos que perjudican a las clases populares y por una reforma fiscal progresiva sobre los salarios.

A menudo, estos llamamientos rechazaban de forma clara los impuestos sobre los carburantes poniendo por delante la necesidad de una verdadera política ecológica que afecte a compañía petrolífera Total, que impulse el transporte colectivo y el transporte de mercancías por carretera.

En las redes militantes, e incluso en la prensa, todos los informes dan testimonio de la base popular de este movimiento, compuesto fundamentalmente de gente asalariada y pensionistas, al lado de autónomos o pequeños empresarios, toda esa gente que sobrevive con salarios bajos en plena ofensiva gubernamental. Los militantes del NPA que han participado en los bloqueos o han distribuidos hojas en los mismos, informan de la buena acogida de los mismos y, sobre todo, de la sintonía en torno a las exigencias de restablecimiento del impuesto sobre las fortunas y el fin de los regalos fiscales a los más ricos.

Los retos del movimiento

Por tanto, más allá de cómo continúe el movimiento existen retos importantes para este movimiento. Uno de ellos, sin que conlleve su control, lograr que se estructure democráticamente y converja con las organizaciones del movimiento obrero dispuestas a desarrollar un combate común de confrontación general con el poder.

El gobierno desea que los chalecos amarillos no sean más que un paréntesis perturbador antes de volver a una vida política y social normal. Tras el 17 de noviembre, todos los media insistieron hasta saciar sobre los enfrentamientos habidos en los bloqueo, la gente herida que resultó herida y la muerte de una chaleco amarillo, atropellada por una automovilista. Insistían también sobre los inaceptables pero muy marginales actos racistas y homófobos que se daban con el fin de desacreditar al conjunto del movimiento. Aún si es más prudente que con las manifestaciones del movimiento social, estos últimos días el poder ha reprimido con dureza los bloqueos y sobre todo la manifestación de los Campos Elíseos de este sábado. Poco habituados a manifestaciones de calle y aún menos a los enfrentamientos, sectores amplios de chalecos amarillos se han visto impresionados por la violencia utilizada, sin que ello ponga en cuestión la voluntad de realizar nuevos bloqueos. El poder espera que las imágenes de los enfrentamientos y el acercamiento de las fiestas de fin de año llevarán a la extinción del movimiento.

Por ello, Si el movimiento obrero se sitúa en la misma lógica, la responsabilidad sería grande. Aún cuando sea marginal, la extrema derecha está en la emboscada de cara a este movimiento y espera que no surja ninguna perspectiva anticapitalista para el futuro del mismo. El movimiento de las Horcas (Forconi) en Italia en 2013, que tuvo ciertas similitudes con el de los chalecos amarillos tiene que alertarnos

Así pues, este movimiento se encuentra ante retos importantes sea cual sea su continuidad. Uno, sin que lo encorsete, lograr que se estructure democráticamente y converja con las organizaciones del movimiento obrero dispuestas a desarrollar un combate común para hacer frente al poder. El gobierno espera que los chalecos amarillos no sean más que un paréntesis perturbador antes de volver a una vida política y social normal. Si el movimiento obrero se sitúa en la misma lógica, la responsabilidad sería grande. Aún cuando sea marginal, la extrema derecha está en la emboscada de cara a este movimiento y espera que no surja ninguna perspectiva anticapitalista para el futuro del mismo. El movimiento de las Horcas (Forconi) en Italia en 20133, que tuvo ciertas similitudes con el de los chalecos amarillos tiene que alertar a quienes (sobre todo los anticapitalistas) quieren que la ira popular, la exasperación social, no solo se vuelva contra este gobierno de ricos sino que abara la vía a una ofensiva anticapitalista que abra la vía a la emancipación.

León Cremieux es sindicalista y militante del NPA

1. https://noiriel.wordpress.com/2018/11/21/les-gilets-jaunes-et-les-lecons...
2. http://www.fondation-copernic.org/index.php/2018/11/22/les-gilets-jaunes...
3.https://www.courrierinternational.com/article/interview-il-y-six-ans-des... también: https://vientosur.info/spip.php?article8711

Publicada originalmente en vientosur.info

La rebelión de los chalecos amarillos

por Eduardo Febbro
LA HAINE  - 29/11/2018

En un país formateado por la división ideológica, los chalecos amarillos desconcertaron a la presidencia, al régimen y a la sociedad.

De tanto jugar a poner al pueblo contra las elites y hacer de ese regateo retórico un instrumento electoral, el pueblo terminó saliendo a la calle. El presidente francés, Emmanuel Macron, enfrenta desde hace varias semanas un movimiento llamado “los chalecos amarillos” que ocupó las calles y bloqueó las rutas para protestar contra el incremento del precio de los combustibles, concretamente el del gasoil que, en 2019, pasará a costar tanto como la gasolina común.
Aunque el jefe del Estado no cedió aún ante las demandas, sí aceptó abrir un diálogo con una fuerza que se fue constituyendo poco a poco con más radicalidad hasta dotar de un rostro y una voz a esa Francia escondida por los medios. Pequeños comerciantes y productores, agricultores, conductores de camión o artesanos componen este movimiento “social nebuloso” (Le Monde) en torno al cual los analistas no se ponen de acuerdo cuando se trata de definirlo: de derecha, de extrema derecha, populistas, los calificativos se mueven según los momentos. Los chalecos amarillos se emparentan más bien a lo que ocurrió a partir de 2007 en Italia cuando empezó a surgir ese grupo al que se califica como “post ideológico”, es decir, el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) que hoy cogobierna Italia mediante una alianza con la extrema derecha.
En un país formateado por la división ideológica, los chalecos amarillos desconcertaron a la presidencia, al gobierno y a la sociedad. Son “inclasificables”, apuntan muchos editorialistas. El semanario Le Nouvel Observateur escribe al respecto que “este movimiento no se parece a nada de lo conocido hasta ahora y marca un giro en la vida política social francesa”.
Los argumentos de este sector no son nuevos. Más allá de su exigencia vertebral de no pagar más por los carburantes su narrativa reproduce el verbo dominante de la extrema derecha y de sectores de la izquierda real: el pueblo víctima de las elites ignorantes, desapegadas de la realidad popular, indolentes frente al sufrimiento social de muchos niveles de la sociedad, el pueblo aplastado por un sistema que mira hacia otro lado. Los chalecos amarillos escenifican la confrontación entre una suerte de Francia a la antigua contra la Francia moderna y conectada que recibe todos los beneficios. Como es una fuerza electoral de cierta consistencia, todos los partidos políticos corren detrás de esos chalecos amarillos (la ropa obligatoria que se debe llevar en los autos) sin que, hasta el momento, estos hayan caído bajo su influencia.
No han convocado a multitudes imponentes, pero su influencia se empieza a sentir tanto más cuanto que se mete en un intersticio ya abierto durante la campaña electoral de 2017, donde Macron derrotó en la segunda vuelta a la candidata de la extrema derecha, Marine Le Pen: los chalecos amarillos son la expresión activa de la Francia anti sistema [se refieren al sistema noliberal, no al capitalista], anti elites y euroescéptica. Esa Francia de los chalecos amarillos usa el motor (auto, tractores) como instrumento de trabajo, circula en la periferia del país, en pueblos y ciudades medianas y en zonas rurales. Pagar más por el diesel es visto como una medida directa contra esa Francia que se levanta con el sol. La bronca de este sector es tanto más fuerte cuanto que el aumento del gasoil se inscribe dentro del programa “transición ecológica”, es decir, a favor del medio ambiente. La Francia de los chalecos siente que le hacen pagar a ella y sólo a ella el costo de un maquillaje a favor del medio ambiente mientras que las burguesías ecologistas y adineradas quedan afuera de la medida.
Desconcertados y sin respuestas, Macron y su Ejecutivo abrieron un camino de dialogo con este sector. Parecen recién descubrir que los chalecos son algo más que un objeto electoral disperso. En un discurso pronunciado este martes para presentar la transición ecológica, Macron adoptó un tono inusualmente modesto. Dijo que comprende la “cólera” de los chalecos amarillos, a quienes calificó como “las primeras víctimas de la crisis del medio ambiente”. El presidente habló mucho, pero ofreció poco: apenas una revisión de la fiscalidad en torno a los combustibles según el precio del petróleo y una gran concertación nacional.
Muy poco frente a los reclamos de una parte del país donde se percibe al presidente como un árbitro parcial: hace pagar más impuestos a los jubilados, a los trabajadores, le saca ayudas a los estudiantes, disminuye los subsidios sociales al mismo tiempo que modifica el impuesto a las grandes fortunas, lo que se traduce en una desigualdad indiscutible. "Nosotros estamos pagando por ellos”, decía a PáginaI12 una mujer del centro de Francia que participó en las manifestación de los chalecos amarillos que tuvo lugar en París. Su compañero, Olivier, repetía enojado: “Macron y los ricachones que lo rodean no entienden nada. No saben dónde está ni cómo es la Francia profunda”.
Esa sensación de incomprensión entre dos países que se miran desde muy lejos está retratada en un video difundido por un productor de pollos. Filmado en su gallinero, Aloïs Gury, productor del famoso pollo de Bresse, le dice al presidente: “usted no entiende nada. Usted no merece comer mis pollos”. Ante los ojos del mundo, Macron apareció en 2017 como el líder providencial que había derrotado en las urnas al populismo trumpista que se estaba extendiendo por Europa. Le bastó poco más de un año en la presidencia para que su elitismo presidencial desembocara en un movimiento que le reclama su derecho a no perder en la hoguera del sistema lo que cree merecer.
www.pagina12.com.ar

URUGUAY

Procuran evitar paro de 72 horas en transporte interdepartamental

Las empresas no concurrieron a una reunión convocada por el MTSS y agravaron el conflicto.
5 diciembre, 2018 - CARAS Y CARETAS
Tras el fracaso de la convocatoria a las partes en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), el Ernesto Murro intentará evitar este miércoles el paro de 72 horas aprobado por los trabajadores del transporte interdepartamental. Este martes las empresas y los sindicatos del sector fueron convocados a la cartera de Trabajo, pero los empresarios no concurrieron. Esto provocó molestias entre los trabajadores y la decisión de Murro de intentar reunirse con las patronales para acercar a las partes y evitar la medida prevista para el fin de semana.
Trabajadores y empresas del sector negocian un nuevo convenio colectivo pero hasta el momento no se han registrado avances. El plazo legal para negociar vence este miércoles.
El paro “depende de lo que suceda este miércoles”, dijo Juan Arellano, dirigente de la Coordinadora de Interdepartamentales de la Unión Nacional de Obreros y Trabajadores del Transporte (Unott). Señaló que el ministro Murro se comprometió a ponerse en contacto con las empresas y tratar de acercar a las partes.
Mientras tanto los delegados sindicales de todo el país se mantendrán reunidos en la sede de la Unott a la espera de los resultados. Si no hay avances se activará el paro a partir del viernes.

Funcionarios de Salud Pública decretan paro de 24 horas

El motivo es la agresión a dos enfermeras este martes en la Ciudad de la Costa.
4 diciembre, 2018 - CARAS Y CARETAS
La Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP) concretó un paro de 24 horas, que se cumplirá hasta las 00 horas de este martes, en todos los centros de salud RAP Metropolitana, debido la agresión que padecieron dos enfermeras este martes.
El ataque sucedió el centro de salud de la Ciudad de la Costa cuando dos funcionarias se disponían a brindarle atención a un usuario que estaba detenido en la comisaria de la Ciudad de la Costa y solicitó asistencia médica por dolor en el pecho. El presidente de la FFSP, Martín Pereira, declaró que el hombre estaba “drogado”, y que intentó fugarse empujando a una de las enfermeras y agrediendo a otra en el rostro utilizando “un corte”.
Pereira denunció la falta de efectivos policiales que custodiaran al hombre en el momento del acto médico. De todas formas, el agresor fue detenido por la Policía.
Por otra parte, el dirigente señaló que el centro de salud de la Ciudad de la Costa es un centro creció mucho en la cantidad de personas a las que atiende, debido al crecimiento demográfico de la zona. “Hay que pensar en un lugar más grande”.
Fuente: Montevideo Portal

Cuando el "úselo y tírelo" refiere a un ser humano

Cuando el "úselo y tírelo" refiere a un ser humano

PORTAL PIT-CNT
Fueron casi 40 años trabajando como empleada doméstica con cama. Casi una vida compartiendo todo. Momentos de alegrías, celebraciones, nacimientos, todo lo bueno que tiene la vida. Y también por supuesto los nubarrones que acompañan el camino. Fueron casi 40 años los que Celeste trabajó y vivió con sus empleadores en La Comercial. Gente que la trató muy bien aunque nunca “la tuvo en caja”, esa familia con la que convivió durante décadas no realizó los aportes correspondientes ante el Banco de Previsión Social (BPS) como tampoco le pagaron salarios vacacionales, ni aguinaldos, por aquello mal entendido de la vieja cultura de antes, de que la trabajadora doméstica con cama “era como de la casa” y no pasaba nada, no hacía falta pagarle “esos beneficios extra”, nunca reconocidos como derechos.  Celeste es casi analfabeta. Y lógicamente nunca supo hasta qué punto le estaban siendo vulnerados sus derechos como trabajadora, por esa gente que era casi familia. Otro elemento que pesó siempre en su consideración era la promesa que cuando “la patrona” no estuviera más ella podría quedar en esa casa porque jamás la iba a dejar desamparada. Lo cierto es que el tiempo pasó y un día la empleadora falleció. Y Celeste fue expulsada por la familia presuntamente heredera de esa casa y sin cobrar todo lo que le corresponde y reclama como adeudos. Celeste anoche tuvo que recurrir a la solidaridad del Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas (SUTD) que la recibió en la casa sindical para que pudiera dormir y por estas horas realiza gestiones ante el Mides y otros organismos estatales para encaminar una solución inmediata. Al menos, que no quede a la intemperie.
Silvana Danovich, dirigente del SUTD, contó al Portal la historia de Celeste Modernell y transmitió su indignación a distintas autoridades por lo que denuncia como un "desprecio absoluto del respeto de la dignidad humana de una mujer trabajadora” remarcó.
Según la dirigente, la familia de la empleadora fallecida, son reconocidos profesionales y que no son precisamente gente que pase necesidades, perfectamente podrían haber buscado una solución en otros términos y obviamente pagarle la indemnización correspondiente”, aunque sin embargo, “la tiraron a la calle con unas bolsitas de supermercado con un poco de su ropa” denunció. Danovich reveló que estos familiares “le hicieron firmar algo” pero que Celeste al ser analfabeta no sabe qué decía ese papel.
El Sindicato está gestionando los distintos temas tanto legales como las urgencias inmediatas en la medida de las posibilidades y en todos los frentes posibles, incluido el legal con los abogados del SUTD. Danovich remarcó que la situación es “indignante” y que la realidad es acuciante. Es que “la trabajadora no tiene casa donde dormir, no tiene dinero, no tiene trabajo, no tiene nada” subrayó. “Nosotras en la calle no la vamos a dejar, hoy dormirá acá y seguiremos buscando una solución mejor pero por ahora no hay muchas respuestas y nosotros necesitamos soluciones para ayer” (sic).
Celeste le contó al Portal que no tenía problema en salir en la foto porque ella no tiene por qué esconderse. Ni tampoco tiene por qué ocultar su indignación. 

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Plenario del Frente Amplio analizará fallo del Tribunal de Conducta contra Luis Almagro

El Tribunal de Conducta Política del Frente Amplio consideró que el ex canciller y actual secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, tuvo una conducta que puede considerarse “la violación más grave” de los principios que la coalición de izquierda sustenta y que “cabe imaginar en el ejercicio de la altísima función que tiene a su cargo”.

luis ALMAGRO 05 de diciembre de 2018, 02:00hs - LR21
En las últimas horas se conoció el fallo del Tribunal de Conducta Política del FA sobre Almagro, por sus reiterados cuestionamientos al gobierno de Nicolás Maduro e, incluso su aval para la intervención militar en Venezuela.
Ante ello, el Tribunal expresó que las manifestaciones de Almagro “que dieron por aceptable el derrocamiento de un gobierno latinoamericano por medio de la fuerza militar son violatorias del principio enunciado en el artículo 2 b) de la Carta de la OEA”.
“Independientemente de ello tienen que apreciarse a la luz del rasgo particularísimo que fue, en la historia de América Latina, la práctica secular de las intervenciones militares de los Estados Unidos en sus repúblicas. La OEA tuvo a ese respecto un papel que fue tradicional y constituyó la razón de ser de su creación y su existencia: el de agente encargado de convalidar esas agresiones”, recuerda el Tribunal de Conducta frenteamplista.
Añade que tales antecedentes de profunda trascendencia histórica hacen que “la norma actual, que proclama la no intervención consagrándola ahora como principio fundamental de la OEA, revista un carácter singular y sagrado, y que el desconocimiento de su vigencia irrestricta deba suscitar una condena indefectible”.
Además, se considera que “ninguna circunstancia de orden interno puede justificar el quebrantamiento del principio de no intervención. La misma disposición del artículo 2 b) de la Carta así lo estipula específicamente al establecer que la defensa de la democracia representativa debe enmarcarse dentro del respeto al principio de no intervención”.
También se expresa que “las declaraciones posteriores de Almagro sobre sus dichos no la  justifican ni atenúan su gravedad. En la explicación oficial aludida dijo lo siguiente: ‘Dije muy claramente que siempre debemos agotar el camino de las acciones diplomáticas y que debemos dejar todas las opciones abiertas. Que no debe descartarse ninguna opción. A partir de ahí algunas interpretaciones maniqueístas buscaron cambiar el eje de la discusión. El desarrollo fue que hablábamos de ataque militar, de violencia, que éramos favorables a la acción armada. Verdaderamente no corresponde que me explique, y por lo tanto no lo voy a hacer’”, cita el documento.
Agrega: “Esto ratifica la afirmación de que ‘debemos dejar todas las opciones abiertas’ y ‘no debe descartarse ninguna opción’. Que con ello Almagro aludía a una intervención militar no es ninguna ‘interpretación maniqueísta’, sino que fue explícito e inequívoco en su declaración: ‘En cuanto a intervención militar para derrocar el régimen de Nicolás Maduro, creo que no debemos descartar ninguna opción’”.
El FA considera que “la exposición aclaratoria no desmiente la aprobación de una intervención militar, sino que la ratifica”.

Principio de no intervención

“Es inequívoca la incompatibilidad absoluta de esa postura asumida por Almagro con los principios que sustenta el Frente Amplio en materia de derecho internacional y defensa del principio de no intervención como pilar indispensable del régimen interamericano. La preservación de este principio en toda circunstancia es vital, cualquiera que sea la visión que se tenga sobre la situación interna de un país”, afirma el Tribunal.
También afirma que “no existe en este caso impedimento para que el Frente Amplio se pronuncie sobre la conducta de Luis Almagro y su relación con las normas y principios que el Frente sustenta”, y remarca que los actos reseñados “pueden considerarse la violación más grave de esos principios que cabe imaginar en el ejercicio de la altísima función que tiene a su cargo”.
Por tal motivo, el Plenario del sábado 15 podría resolver la expulsión de Almagro.


"La exposición aclaratoria no desmiente la aprobación de una intervención militar, sino que la ratifica"

Tribunal: Almagro incurrió en “la violación más grave” de los principios del FA

En un categórico informe, el Tribunal de Conducta Política (TCP) del Frente Amplio concluyó que el ex canciller Luis Almagro, actual secretario general de la OEA incurrió en la “violación más grave” de los principios que el Frente Amplio sustenta y que, “no existe en este caso impedimento para que el Frente Amplio se pronuncie” sobre su conducta. Todo apunta, según distintas fuentes consultadas, a que Almagro sería expulsado de la fuerza política en el Plenario del próximo 15 de diciembre.
El informe del TCP firmado por su presidente Ennio Martínez, se aprobó por mayoría de 4 votos y 1 abstención, el 26 de setiembre de este año. Almagro fue cuestionado por su intervención en la política interna de Venezuela desde el organismo internacional.
Lo más grave fueron sus dichos sobre una eventual intervención militar. “Es inequívoca la incompatibilidad absoluta de esa postura con los principios que sustenta el Frente Amplio en materia de derecho internacional y defensa del principio de no intervención”, señala el documento interno del Frente Amplio.
El Secretario General Almagro, el 15 de setiembre de 2018, se refirió en rueda de prensa a la situación interna de Venezuela y declaró lo siguiente: “En cuanto a intervención militar para derrocar al régimen de Nicolás Maduro, creo que no debemos descartar ninguna opción”, dijo Almagro generando inmediatas reacciones tanto internas como internacionales.
Si bien el excanciller y exadherente del MPP señaló que fue sacado de contexto. Sin embargo, el TCP entendió que las explicaciones posteriores de Almagro sobre sus dichos “no la justifican ni atenúan su gravedad”. “En la explicación oficial aludida dijo lo siguiente: ´Dije muy claramente que siempre debemos agotar el camino de las acciones diplomáticas y que debemos dejar todas las opciones abiertas.
Que no debe descartarse ninguna opción. A partir de ahí algunas interpretaciones maniqueístas buscaron cambiar el eje de la discusión. El desarrollo fue que hablábamos de ataque militar, de violencia, que éramos favorables a la acción armada. Verdaderamente no corresponde que me explique, y por lo tanto no lo voy a hacer.
Según el TCP, “esto ratifica la afirmación de que ´debemos dejar todas las opciones abiertas” y “no debe descartarse ninguna opción´. Que “Almagro aludía a una intervención militar no es ninguna ´interpretación maniqueísta´, sino que fue explícito e inequívoco en su declaración: ´En cuanto a intervención militar para derrocar el régimen de Nicolás Maduro, creo que no debemos descartar ninguna opción”.
“La exposición aclaratoria no desmiente la aprobación de una intervención militar, sino que la ratifica. Es inequívoca la incompatibilidad absoluta de esa postura asumida por Almagro con los principios que sustenta el Frente Amplio en materia de derecho internacional y defensa del principio de no intervención como pilar indispensable del régimen interamericano. La preservación de este principio en toda circunstancia es vital, cualquiera que sea la visión que se tenga sobre la situación interna de un país”.
Más de 30 casos
Almagro es uno de los más de 30 casos que el tribunal deberá abordar. También están los actuales diputados Darío Pérez y Sergio Mier de Liga Federal Frenteamplista, el sector de Maldonado que ha votado en el Parlamento en contra de varias resoluciones partidarias. Otro cuya conducta será juzgada es la del exlegislador Gonzalo Mujica, quien pasó a integrar las filas del Partido Nacional. Luego hay varios casos de ediles y militantes de base.


Había sido archivado sin perjuicio en marzo de 2017 atento "a las escasas posibilidades de una continuación útil" y a "razones de sana política criminal"

Piden al Fiscal General de la Nación reapertura del caso Leandro Gómez

Amparado en el artículo 118 de la Constitución, el senador del Espacio 609 Rubén Martínez Huelmo solicitó al Fiscal General de la Nación doctor Jorge Díaz el desarchivo de la causa sobre el hurto de los restos del general Leandro Gómez, ocurrido en noviembre de 2009 en Paysandú y nunca aclarado.
El legislador entiende que las líneas de investigación “no están agotadas”, como admite la propia Fiscal que solicitó el archivo del expediente. Para el legislador del Frente Amplio, la investigación debe reanudarse para lograr el “definitivo esclarecimiento del hurto, sobre si los restos hallados corresponden a los de Leandro Gómez y eventualmente determinar las responsabilidades penales que correspondan”.
“No hay que darse por vencido, se trata de los restos de unos de los hombres que construyó la soberanía del Estado uruguayo. En el Frente Amplio hay preocupación por cuanto los restos recuperados no han podido ser identificados y de esto hace ya varios años; creemos que el expediente no se cerró adecuadamente y por eso es que hacemos esta solicitud”, declaró a LA REPÚBLICA. Talcomo establece la Constitución, el pedido se efectuó por escrito y a través de la Presidencia de la Cámara de Senadores.
La investigación había sido archivada, sin perjuicio, en marzo de 2017 por la Fiscal Letrada de Paysandú Dra. Estela Long atento “a las escasas posibilidades de una continuación útil de las mismas y atendiendo a razones de sana política criminal”.
Martínez Huelmo sostiene que “dada la trascendencia pública e histórica de la figura del General Leandro Gómez –Defensor de la soberanía nacional- y teniendo en cuenta que lo expresado por la Sra. Fiscal – ´escasas posibilidades´ – admite la tesis de que no se hayan agotado todas las posibilidades de investigación, pudiéndose entender que aún podrían existir líneas a desarrollar en ese sentido”.
El expediente acumuló varios miles de fojas, al cabo de casi siete años de actuaciones, resultando un único procesamiento con prisión de un empresario local por encubrimiento y estafa. Entre febrero y agosto de 2010, a través de una investigación del diario La República, fue posible recuperar los restos presumiblemente del héroe de la Defensa de Paysandú, los que de inmediato fueron puestos a disposición de las autoridades competentes.
En noviembre de 2016, el expediente permanecía “en trámite”, según una consulta efectuada por el diario La República a la División de Comunicación Institucional del Poder Judicial. Se trataba de la pieza presumarial relativa a la identificación de los restos óseos habidos, en la que intervenía la Jueza Letradade Paysandú de 4º Turno Dra. Elsa Montin.
Empero, en la respuesta, se agregó que no había sido posible “hallar el cráneo y otras piezas óseas que, según consta en la documentación, habrían sido entregadas oportunamente”.
A raíz de este hecho, la magistrada había dispuesto que el expediente se mantuviera “en reserva”, a la espera de que pudieran ubicarse las referidas piezas óseas, a efectos de su análisis por parte de expertos en antropología forense.
Apenas cuatro meses después, en marzo de 2017 y Feria Judicial Mayor mediante, la Fiscalía dispuso el archivo del expediente, sin perjuicio, por las razones antedichas, aunque desconociéndose el resultado de las actuaciones pendientes.
Traslado
En marzo de 2014, la urna, cargada en la caja de una camioneta y recubierta con un pabellón nacional, fue trasladada desde la Jefatura de Policía de Paysandú hasta el Batallón “General Leandro Gómez” de Infantería Mecanizado Nº8.
Allí permanecerían bajo custodia del Ejército hasta que se reacondicione el Mausoleo de la Plaza Constitución, de donde fueron robados en noviembre de 2009.