VENEZUELA
El chavismo explota las calles el día de la famosa "Operación Libertad"
por Esther Yáñez Illescas
LA HAINE - 07/04/2019
Cientos de miles de personas se manifestaron a
favor de Maduro en toda Venezuela, mientras la concentración de la
derecha languidecía
María
ha venido desde Maracay para salir a manifestar en las calles de
Caracas. He venido "por la patria", dice. María tiene 54 años y ha
venido en un autobús público con su hermana Marifé y su marido,
Leopoldo. Cuando llegaron a la estación caraqueña de La Bandera tomaron
un taxi hasta el barrio de La Pastora, donde vive su prima Loli. Y allí
se quedarán por lo menos hasta el próximo miércoles.
La marcha chavista del sábado 6 de abril se convocó bajo la consigna "Por la paz y la soberanía de Venezuela". Hay decenas de miles de personas en la calle. Tres puntos de salida en diferentes partes de la ciudad y un único punto de destino: Miraflores.
María (de blanco) quiso venir con su familia porque considera importante "estar en Caracas, hacer fuerza, estar unidos frente a las acciones injerencistas de EEUU"
"Aquí hay un pueblo que no se calla y que va a luchar siempre rodilla en tierra" dice María. El lenguaje del pueblo es parecido en cualquier lugar. En Caracas y en Maracay. Después de casi tres horas concentrándose en la avenida Libertador, uno de los puntos de salida de la manifestación convocada por el chavismo, la masa arranca a ritmo de tambores.
Después comentaría Diosdado Cabello, primer vicepresidente del PSUV, que más de 1.000 puntos como este se movilizaron en todo el país en la #OperaciónDefensaDeLaLibertad. "Qué hermoso pueblo tenemos en Venezuela", sentenció Cabello en su discurso antes de dar la palabra al presidente obrero.
El chavismo se moviliza después de un mes muy difícil para el país y para el pueblo. El 7 de marzo comenzó una oleada de apagones que dejó sin luz, sin agua y en completo caos a la mayor parte del territorio nacional.
La falta de servicios básicos se prolonga en algunos casos hasta el momento actual y Nicolás Maduro, lejos de adornos discursivos, afronta lo que denuncia como un sabotaje internacional contra el país caribeño, con bastante crudeza, alentando al pueblo a que se prepare para una guerra que ya comenzó. Denunció nuevos ataques contra el sistema eléctrico venezolano, de manera remota y desde Chile y Colombia.
Maduro recomienda a los venezolanos que aprendan a ahorrar luz y agua, que tengan velas en casa y una radio con pilas, para estar informados en caso de colapso nacional e incomunicación absoluta. No sería la primera vez, repasando la historia reciente.
Pero el pueblo venezolano aprende rápido y no se rinde. A marchas forzadas se organiza para sobrevivir adaptándose a lo que sea necesario. "Si no hay agua, se busca, si no hay luz, se inventa, se aguanta", dice Sofía, puño en alto, camiseta blanca, gorra roja, 35 años y dos hijos agarrados de su falda con ojos negro azabache y piel chocolate intenso.
"Mantenerse leales al legado de nuestro presidente Chávez es ahora más importante que nunca", dice Sofía. "Si caemos ahora, cae la revolución y eso es lo que ellos quieren conseguir [refiriéndose a Juan Guaidó y a la derecha]. El chavismo nos dio la luz que necesitamos, no necesitamos la luz eléctrica; nos dio un nombre, cédulas de identidad a los pobres. Si caemos llegará la derecha apátrida venezolana y nosotros volveremos a ser invisibles".
En el Palacio de Miraflores, varias horas más tarde, con el mismo sol y el mismo calor caribeño, toma la palabra el presidente Nicolás Maduro. De la mano de Diosdado Cabello recibe el Plan de la Patria 2019-2025, que se aprobó hace unos días en la Asamblea Nacional Constituyente. Este plan recoge todas las propuestas para mejorar Venezuela durante el segundo mandato de Maduro y parece cobrar especial importancia bajo la coyuntura actual.
El mandatario dice que tiene gripe, pero que se ha subido a esa tarima porque nadie le va a parar. "Leales siempre, traidores nunca", grita con energía visceral repitiendo el mantra chavista de las últimas semanas. "Qué pueblo tan valiente tenemos", continúa. Camisa gris crudo, estilo militar, canas más que incipientes. "No han podido ni podrán con Venezuela".
El discurso no es casual. El llamado a la organización vuelve a ser el eje central de sus palabras. "Máxima conciencia comunal, personal, familiar… Cuanto más preparados estemos más segura será la victoria de la paz y de la revolución Bolivariana".
Maduro sabe que no lo tiene fácil. Denuncia que el ataque al Sistema Eléctrico Nacional pretendía "dejar al país varios meses sin luz. Estamos en una verdadera emergencia eléctrica, en una verdadera emergencia nacional", y pide paciencia por el racionamiento que los venezolanos tendrán que sufrir todavía las próximas semanas. No hay fecha para la recuperación total.
El 2019 parece el año de la incertidumbre absoluta y el día a día cobra una importancia vital. El futuro no importa. Importa la reconstrucción minimalista del presente. Maduro anuncia el Plan Tanque Azul para que todo el mundo tenga su tanque en casa. Un tanque en Venezuela sirve para mucho. En él se acumula el agua para los momentos de escasez.
Un tanque cuesta dinero, bastante, dinero que se prioriza para comer, por ejemplo. El tanque azul o blanco cristal lo tienen las casas de la clase media alta o clase alta. Ahora, según este anuncio del presidente, los pobres también acumularán agua a conciencia.
Al otro lado de la ciudad, hace horas que terminó la marcha opositora convocada por Juan Guaidó. El 6 de Abril era el día del simulacro de la Operación Libertad. En paralelo a la marcha chavista, la oposición también convocó a sus seguidores desde diferentes puntos de la capital para manifestarse, en este caso, hasta Corpoelec, la sede de la Corporación Eléctrica Nacional.
"Cada vez que se vaya la luz de sus casas, que se queden sin agua, incomunicados, salgan a la calle a protestar, a montar un peo [expresión coloquial venezolana que significa crear problemas]", les ha dicho el líder opositor una y otra vez durante los últimos días.
Y así, pocos cientos de personas con camisetas blancas (y nunca rojas) también han salido a las calles de Caracas en una jornada intensa. Pero la falta de información concreta sobre los objetivos y la poca fe que le tienen a Guaidó han provocado que su masa fuese mucho menor que la del pueblo chavista.
El discurso previsible de Guaidó, subido a un camión blanco metalizado, sin ninguna noticia o anuncio reseñable, tampoco ayudó a renovar energías entre los seguidores derechistas, apáticos tras más de dos meses de una "presidencia" interina o encargada que no termina de concretarse ni de cambiar las cosas sino a peor.
mundo.sputniknews.com / La Haine
El diálogo con los medios de comunicación fue el siguiente:
-Periodista: ¿Cuál va a ser su postura respecto a la información sobre la búsqueda de detenidos – desaparecidos en dictadura?
-Feola: Estamos en un Estado de derecho y en el discurso dije que no vamos a avanzar fuera de la Constitución y en la Ley. O sea, toda información que le llegue al Ejército Nacional será transmitida por el conducto normal.
-Periodista: ¿Hay un pacto de silencio?
-Feola: No hay un pacto de silencio. No voy a hablar del Tribunal de Honor. Pero si se puso lo que se puso en las actas, es porque no hay pacto de silencio.
-Periodista: ¿Leyó las actas?
-Feola: No leí las actas, no tuve acceso. Eso es muy reservado y solamente quienes integraron el Tribunal de Honor saben lo que pasó. El resto de los generales no tenemos conocimiento.
-Periodista: ¿Qué piensa sobre lo que trascendió en la prensa?
-Feola: Está perfecto. El Ejército no encubre a nadie. No encubre a asesinos, torturadores, secuestradores.
-Periodista: ¿Las actas deberían hacerse públicas para que se terminaran las especulaciones?
-Feola: Está la Justicia trabajando. La Justicia va a determinar. Última pregunta.
-Periodista: Los familiares de detenidos desparecidos pidieron que el nuevo comandante en jefe repudie, en un acto público, el terrorismo de Estado. ¿Qué responde a ese pedido?
-Feola: Sé que los familiares están muy dolidos. Todos estaríamos dolidos si hay desaparecidos, no tengo dudas. Pero yo esa respuesta no la puedo dar.
-Periodista: ¿Por qué motivos?
-Feola: Esa respuesta consolida toda una cantidad de épocas en las cuales yo no estoy en condiciones, porque no sé si es real o no es real. Acá hay gente muy antigua que capaz que hasta algún test psicológico habría que hacerle, porque al haber estado tan presionados no sabemos si están en su real consciencia.
-Periodista: ¿En función de lo que acaba de decir, no se anima a repudiar públicamente los hechos del pasado?
-Feola: No los voy a repudiar porque no sé si están confirmados o no.
-Periodista: ¿Qué es lo que no sería real? ¿Las torturas, las desapariciones?
-Feola: Le agradezco, porque les dije que era la última pregunta y ya la contesté. Gracia por estar presentes y en correr del año vamos a vernos las caras y poder hablar más en profundidad.
La marcha chavista del sábado 6 de abril se convocó bajo la consigna "Por la paz y la soberanía de Venezuela". Hay decenas de miles de personas en la calle. Tres puntos de salida en diferentes partes de la ciudad y un único punto de destino: Miraflores.
María (de blanco) quiso venir con su familia porque considera importante "estar en Caracas, hacer fuerza, estar unidos frente a las acciones injerencistas de EEUU"
"Aquí hay un pueblo que no se calla y que va a luchar siempre rodilla en tierra" dice María. El lenguaje del pueblo es parecido en cualquier lugar. En Caracas y en Maracay. Después de casi tres horas concentrándose en la avenida Libertador, uno de los puntos de salida de la manifestación convocada por el chavismo, la masa arranca a ritmo de tambores.
Después comentaría Diosdado Cabello, primer vicepresidente del PSUV, que más de 1.000 puntos como este se movilizaron en todo el país en la #OperaciónDefensaDeLaLibertad. "Qué hermoso pueblo tenemos en Venezuela", sentenció Cabello en su discurso antes de dar la palabra al presidente obrero.
El chavismo se moviliza después de un mes muy difícil para el país y para el pueblo. El 7 de marzo comenzó una oleada de apagones que dejó sin luz, sin agua y en completo caos a la mayor parte del territorio nacional.
La falta de servicios básicos se prolonga en algunos casos hasta el momento actual y Nicolás Maduro, lejos de adornos discursivos, afronta lo que denuncia como un sabotaje internacional contra el país caribeño, con bastante crudeza, alentando al pueblo a que se prepare para una guerra que ya comenzó. Denunció nuevos ataques contra el sistema eléctrico venezolano, de manera remota y desde Chile y Colombia.
Maduro recomienda a los venezolanos que aprendan a ahorrar luz y agua, que tengan velas en casa y una radio con pilas, para estar informados en caso de colapso nacional e incomunicación absoluta. No sería la primera vez, repasando la historia reciente.
Pero el pueblo venezolano aprende rápido y no se rinde. A marchas forzadas se organiza para sobrevivir adaptándose a lo que sea necesario. "Si no hay agua, se busca, si no hay luz, se inventa, se aguanta", dice Sofía, puño en alto, camiseta blanca, gorra roja, 35 años y dos hijos agarrados de su falda con ojos negro azabache y piel chocolate intenso.
"Mantenerse leales al legado de nuestro presidente Chávez es ahora más importante que nunca", dice Sofía. "Si caemos ahora, cae la revolución y eso es lo que ellos quieren conseguir [refiriéndose a Juan Guaidó y a la derecha]. El chavismo nos dio la luz que necesitamos, no necesitamos la luz eléctrica; nos dio un nombre, cédulas de identidad a los pobres. Si caemos llegará la derecha apátrida venezolana y nosotros volveremos a ser invisibles".
En el Palacio de Miraflores, varias horas más tarde, con el mismo sol y el mismo calor caribeño, toma la palabra el presidente Nicolás Maduro. De la mano de Diosdado Cabello recibe el Plan de la Patria 2019-2025, que se aprobó hace unos días en la Asamblea Nacional Constituyente. Este plan recoge todas las propuestas para mejorar Venezuela durante el segundo mandato de Maduro y parece cobrar especial importancia bajo la coyuntura actual.
El mandatario dice que tiene gripe, pero que se ha subido a esa tarima porque nadie le va a parar. "Leales siempre, traidores nunca", grita con energía visceral repitiendo el mantra chavista de las últimas semanas. "Qué pueblo tan valiente tenemos", continúa. Camisa gris crudo, estilo militar, canas más que incipientes. "No han podido ni podrán con Venezuela".
El discurso no es casual. El llamado a la organización vuelve a ser el eje central de sus palabras. "Máxima conciencia comunal, personal, familiar… Cuanto más preparados estemos más segura será la victoria de la paz y de la revolución Bolivariana".
Maduro sabe que no lo tiene fácil. Denuncia que el ataque al Sistema Eléctrico Nacional pretendía "dejar al país varios meses sin luz. Estamos en una verdadera emergencia eléctrica, en una verdadera emergencia nacional", y pide paciencia por el racionamiento que los venezolanos tendrán que sufrir todavía las próximas semanas. No hay fecha para la recuperación total.
El 2019 parece el año de la incertidumbre absoluta y el día a día cobra una importancia vital. El futuro no importa. Importa la reconstrucción minimalista del presente. Maduro anuncia el Plan Tanque Azul para que todo el mundo tenga su tanque en casa. Un tanque en Venezuela sirve para mucho. En él se acumula el agua para los momentos de escasez.
Un tanque cuesta dinero, bastante, dinero que se prioriza para comer, por ejemplo. El tanque azul o blanco cristal lo tienen las casas de la clase media alta o clase alta. Ahora, según este anuncio del presidente, los pobres también acumularán agua a conciencia.
Al otro lado de la ciudad, hace horas que terminó la marcha opositora convocada por Juan Guaidó. El 6 de Abril era el día del simulacro de la Operación Libertad. En paralelo a la marcha chavista, la oposición también convocó a sus seguidores desde diferentes puntos de la capital para manifestarse, en este caso, hasta Corpoelec, la sede de la Corporación Eléctrica Nacional.
"Cada vez que se vaya la luz de sus casas, que se queden sin agua, incomunicados, salgan a la calle a protestar, a montar un peo [expresión coloquial venezolana que significa crear problemas]", les ha dicho el líder opositor una y otra vez durante los últimos días.
Y así, pocos cientos de personas con camisetas blancas (y nunca rojas) también han salido a las calles de Caracas en una jornada intensa. Pero la falta de información concreta sobre los objetivos y la poca fe que le tienen a Guaidó han provocado que su masa fuese mucho menor que la del pueblo chavista.
El discurso previsible de Guaidó, subido a un camión blanco metalizado, sin ninguna noticia o anuncio reseñable, tampoco ayudó a renovar energías entre los seguidores derechistas, apáticos tras más de dos meses de una "presidencia" interina o encargada que no termina de concretarse ni de cambiar las cosas sino a peor.
mundo.sputniknews.com / La Haine
En otro sábado de marchas fracasó el inicio de la “operación libertad”
por Marco Teruggi
LA HAINE -
08/04/2019
El sábado se vio una nueva fotografía de un supuesto empate con mayor fuerza del chavismo
Caracas
se ha transformado en un escenario de movilizaciones callejeras desde
hace meses. Los sábados son una fecha fija donde quedan fotografiadas
las dos fuerzas políticas en disputa en el país: el chavismo y la
derecha. El sábado 6 de abril no fue la excepción bajo un cielo azul
color Caribe. El día venía cargado de preguntas. La principal: qué forma
tomaría lo que la derecha había denominado el inicio de la “operación
libertad”.
La jornada, en filas de la derecha, venía marcada entre otras cosas por las declaraciones del "enviado" de EEUU para Venezuela, Elliot Abrams, quien afirmó el jueves que era “prematura” la opción de la intervención militar en Venezuela. El anuncio había caído con efecto desmoralizante para el sector de la base social de la derecha que ha llegado a la conclusión de que solo una intervención militar extranjera, es decir encabezada por EEUU, puede derrocar a Nicolás Maduro. En cuanto a los dirigentes que plantean que esa es la única vía, como María Corina Machado, debieron explicar sobre destiempos, cargar con el peso de las palabras dichas por Abrams que pusieron un freno a su voluntad intervencionista.
Las respuestas a la “operación libertad” llegaron a través de lo que no sucedió. La derecha realizó mini protestas en varios puntos del país y una movilización de varios cientos de personas centralizada en el este de Caracas –en las antípodas del Palacio de Miraflores–. Allí dio un discurso Juan Guaidó, acompañado de dirigentes de otros partidos de la derecha, y luego de eso tuvo lugar la desconcentración, y final.
Guaidó se refirió a varios puntos. En primer lugar, a la necesidad de mantener y profundizar los niveles de organización en los llamados “comandos de libertad”. En segundo lugar, a las palabras de Abrams: “Nuestros aliados nos dijeron es prematuro, no dijeron que no se puede, sino que es prematuro, porque como hemos dicho responsablemente, tenemos un plan para construir las capacidades, ¿vamos a esperar o seguir activos en las calles de Venezuela?”. Luego se refirió a la hoja de ruta para los próximos tres días, donde el lunes tendrá una reunión con empleados públicos, y convocó a una nueva jornada de protesta para el miércoles sin especificar mayores modalidades. Finalmente anunció que se realizará un “encuentro mundial” como muestra de apoyo y construcción de alianzas internacionales. Si la “operación libertad” consistía en el escalamiento de las formas de enfrentamiento, no sucedió.
El chavismo por su parte realizó una inmensa movilización hasta el Palacio de Miraflores, donde el presidente Nicolás Maduro dio un discurso centrado en varios ejes. En primer lugar, dio una explicación de todas las formas de ataque que habría recibido el sistema eléctrico como parte del plan de saboteo de la derecha. Llamó a profundizar la organización popular, desde la necesidad de construir respuestas conjuntas a las dificultades actuales y los nuevos saboteos que podrían estar por venir: “La apuesta de ellos era que el pueblo no iba a poder aguantar esta guerra (…) llamo a mejorar la capacidad familiar y comunitaria de acumulación de agua para estar preparados por si nos tocara enfrentar una nueva situación de ataque al sistema eléctrico y de agua (…) a mejorar la organización popular, unirse en cada comunidad, conformar las cuadrillas de paz en los barrios, estar pendientes de los grupos de mercenarios, de violentos, avanzar en la capacidad de resistir a cualquier circunstancia”.
Al finalizar su discurso hizo una convocatoria al diálogo: “Le hago un llamado al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al presidente de Uruguay, doctor Tabaré Vázquez, al presidente de Bolivia, Evo Morales, a los primeros ministros y presidentes del Caribe, del Caricom, para que se retome la iniciativa de hace dos meses en Montevideo para el diálogo nacional. Venezuela pide ayuda, apoyo para un gran dialogo de entendimiento entre venezolanos y venezolanas, ratifico toda mi voluntad para una vía de diálogo, de negociación, de acuerdo”.
La cuestión del diálogo ha sido un punto de insistencia de Maduro desde el inicio de esta fase del intento de asalto marcado por el autoproclamamiento de Guaidó y su apoyo incondicional desde EEUU. Las respuestas a ese llamado han sido, en lo público, negativas hasta el momento. Quienes dentro de la derecha asoman la posibilidad de un diálogo, aseveran que una condición inamovible es la salida de Maduro.
El sábado se vio una nueva fotografía de un supuesto empate con mayor fuerza del chavismo. La derecha no ha anunciado acciones con capacidad de desbalancear la correlación actual, de plantear un escenario que presente mayores amenazas en su posibilidad golpista. Donde sí han avanzado ha sido por la capacidad de EEUU y no por la propia: en los ataques a la economía, el último de los cuales, además de los sabotajers eléctricos, fue anunciado el viernes con la decisión de Washington de sancionar a dos compañías y 34 buques que comercian petróleo venezolano con Cuba. La ilegalidad de esas medidas no ha cambiado, la impunidad para realizarlas tampoco.
Venezuela termina una nueva semana de batallas geopolíticas y cotidianas. El miércoles tendrá lugar la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas convocada por EEUU para abordar por tercera vez el tema Venezuela.
Página 12 / La Haine
La jornada, en filas de la derecha, venía marcada entre otras cosas por las declaraciones del "enviado" de EEUU para Venezuela, Elliot Abrams, quien afirmó el jueves que era “prematura” la opción de la intervención militar en Venezuela. El anuncio había caído con efecto desmoralizante para el sector de la base social de la derecha que ha llegado a la conclusión de que solo una intervención militar extranjera, es decir encabezada por EEUU, puede derrocar a Nicolás Maduro. En cuanto a los dirigentes que plantean que esa es la única vía, como María Corina Machado, debieron explicar sobre destiempos, cargar con el peso de las palabras dichas por Abrams que pusieron un freno a su voluntad intervencionista.
Las respuestas a la “operación libertad” llegaron a través de lo que no sucedió. La derecha realizó mini protestas en varios puntos del país y una movilización de varios cientos de personas centralizada en el este de Caracas –en las antípodas del Palacio de Miraflores–. Allí dio un discurso Juan Guaidó, acompañado de dirigentes de otros partidos de la derecha, y luego de eso tuvo lugar la desconcentración, y final.
Guaidó se refirió a varios puntos. En primer lugar, a la necesidad de mantener y profundizar los niveles de organización en los llamados “comandos de libertad”. En segundo lugar, a las palabras de Abrams: “Nuestros aliados nos dijeron es prematuro, no dijeron que no se puede, sino que es prematuro, porque como hemos dicho responsablemente, tenemos un plan para construir las capacidades, ¿vamos a esperar o seguir activos en las calles de Venezuela?”. Luego se refirió a la hoja de ruta para los próximos tres días, donde el lunes tendrá una reunión con empleados públicos, y convocó a una nueva jornada de protesta para el miércoles sin especificar mayores modalidades. Finalmente anunció que se realizará un “encuentro mundial” como muestra de apoyo y construcción de alianzas internacionales. Si la “operación libertad” consistía en el escalamiento de las formas de enfrentamiento, no sucedió.
El chavismo por su parte realizó una inmensa movilización hasta el Palacio de Miraflores, donde el presidente Nicolás Maduro dio un discurso centrado en varios ejes. En primer lugar, dio una explicación de todas las formas de ataque que habría recibido el sistema eléctrico como parte del plan de saboteo de la derecha. Llamó a profundizar la organización popular, desde la necesidad de construir respuestas conjuntas a las dificultades actuales y los nuevos saboteos que podrían estar por venir: “La apuesta de ellos era que el pueblo no iba a poder aguantar esta guerra (…) llamo a mejorar la capacidad familiar y comunitaria de acumulación de agua para estar preparados por si nos tocara enfrentar una nueva situación de ataque al sistema eléctrico y de agua (…) a mejorar la organización popular, unirse en cada comunidad, conformar las cuadrillas de paz en los barrios, estar pendientes de los grupos de mercenarios, de violentos, avanzar en la capacidad de resistir a cualquier circunstancia”.
Al finalizar su discurso hizo una convocatoria al diálogo: “Le hago un llamado al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al presidente de Uruguay, doctor Tabaré Vázquez, al presidente de Bolivia, Evo Morales, a los primeros ministros y presidentes del Caribe, del Caricom, para que se retome la iniciativa de hace dos meses en Montevideo para el diálogo nacional. Venezuela pide ayuda, apoyo para un gran dialogo de entendimiento entre venezolanos y venezolanas, ratifico toda mi voluntad para una vía de diálogo, de negociación, de acuerdo”.
La cuestión del diálogo ha sido un punto de insistencia de Maduro desde el inicio de esta fase del intento de asalto marcado por el autoproclamamiento de Guaidó y su apoyo incondicional desde EEUU. Las respuestas a ese llamado han sido, en lo público, negativas hasta el momento. Quienes dentro de la derecha asoman la posibilidad de un diálogo, aseveran que una condición inamovible es la salida de Maduro.
El sábado se vio una nueva fotografía de un supuesto empate con mayor fuerza del chavismo. La derecha no ha anunciado acciones con capacidad de desbalancear la correlación actual, de plantear un escenario que presente mayores amenazas en su posibilidad golpista. Donde sí han avanzado ha sido por la capacidad de EEUU y no por la propia: en los ataques a la economía, el último de los cuales, además de los sabotajers eléctricos, fue anunciado el viernes con la decisión de Washington de sancionar a dos compañías y 34 buques que comercian petróleo venezolano con Cuba. La ilegalidad de esas medidas no ha cambiado, la impunidad para realizarlas tampoco.
Venezuela termina una nueva semana de batallas geopolíticas y cotidianas. El miércoles tendrá lugar la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas convocada por EEUU para abordar por tercera vez el tema Venezuela.
Página 12 / La Haine
El "efecto Guaidó" pierde el encanto
En el devenir político de
la derecha venezolana como oposición política, han transcurrido años y
circunstancias que han delineado el estado de ánimo tanto de su
dirigencia como de sus seguidores.
Separemos para empezar, que dirigencia y seguidores del antichavismo no son una misma cosa aunque lo parezca. Esa distinción marca posiciones claras entre sectores diversos que solo están amalgamados mediante la aspiración de desplazar al chavismo del poder y de la realidad política venezolana.
Partiendo de esa distinción es indispensable reconocer a la dirigencia opositora como una logia de intereses económicos y posiciones de fuerza, cimentados sobre el desplazamiento de la vieja elite partidista venezolana y las aspiraciones de oligarquías nacionales y extranjeras en retomar el control total de Venezuela, es decir, las elites económicas nacionales y trasnacionales que históricamente se han servido de la renta petrolera.
Les caracterizan los grandes egos, la ausencia de cohesión programática, la inadecuada lectura del adversario y la incapacidad de articularse políticamente pese a tan afines intenciones, cuestiones que marcan su devenir regularmente errático, a veces en la política y muchas veces en las vías de golpe de Estado y desestabilización.
En los seguidores de la oposición, es indispensable reconocer a una masa claramente caracterizada por las visiones del país afines a la narrativa opositora, que es ampliamente diversa pero que desde todas las direcciones apunta al chavismo como elemento antagónico.
Esa masa adquiere varias formas, ha adquirido variaciones por ser genuflexa, pero ha guardado elementos inconfundibles de clasismo, la creencia en su propia "superioridad" y la construcción de una identidad esencialmente antichavista. En su visión, el chavismo simplemente debe dejar el poder y en el mejor de los casos, dejar de existir.
El denominador de discurso en esas circunstancias, ha sido el manejo exacerbado de la "esperanza" opositora y el constante rediseño de un sentido de "confianza" política que siempre debe afianzarse entre los dirigentes y seguidores de la oposición. Una retórica perenne, que siempre promete el desplazamiento "inmediato" del chavismo por vías instantáneas, sean legales o sean ilegales, pero "legítimas" estas últimas, pues según dicen ellos en años recientes, están luchando contra una "dictadura".
Las agendas narrativas en esos momentos han tenido una similitud enorme: han sido vehículo de convocatoria a la movilización, a la "resistencia", en muchos casos a la violencia para propiciar "la salida" del "régimen". Han tenido una semiótica exasperante respaldada en la emocionalidad mediante el uso de la rabia y el odio por el adversario.
Han sido declaraciones abiertamente viscerales donde se ofrecen resultados inmediatos. Donde se legitima el uso de "cualquier vía" que ofrezca instantáneamente la caída del chavismo. Donde se declara el "derecho legítimo" de que la oposición tenga el poder, porque sí.
Se basan en la promesa de que ellos, un sector "educado y decente" de la sociedad venezolana, construye su épica-país para cambiar la realidad nacional de un momento a otro "extirpando" al chavismo, y además negando la sinergia histórica y todos sus procesos. La creencia del "país instantáneo".
Es una narrativa donde pueden verse intercaladas todas las apreciaciones trágicas sobre el país y la sociedad, pero donde se convoca al ánimo y al respaldo de la aventura a cargo de los dirigentes opositores.
Entre la tragedia y la esperanza, entre la rabia y el deseo de "construir un mejor país" (sin el chavismo), entre la violencia y la cordura, entre votar o dar el golpe, entre salir a marchar, o sufrir por dar como cierta una "crisis humanitaria" que no aguanta un examen según los indicadores de la ONU. La emocionalidad antichavista es una montaña rusa, que no es divertida en lo absoluto, por la estela de encanto efímero y decepción profunda y prolongada que deja.
Es una narrativa triunfal, que se infla y se desinfla rápidamente conforme se han armado las agendas de golpe y desestabilización y conforme se han desarticulado e inhabilitado.
Es un problema latente, que además se volvió migrante. Y para colmo, no vemos que haya un tratamiento de ello como un problema muy serio de salud pública.
El "efecto Guaidó", como nueva cúspide de la disputa por Venezuela, tiene al "efecto Trump" como marca de origen, pero Guaidó es más propicio por ser esa la palabra que resume en criollo el vigente auge y declive de los ánimos entre los seguidores de la oposición.
"Vamos bien", "cuando cese la usurpación", "la luz volverá cuando cese la usurpación", "todas las opciones están sobre la mesa", "cuando se vaya la luz salgan a la calle”" "simulacro de la 'Operación Libertad'", "solicitar la intervención extranjera" y muchas otras frases-símbolo, resumen el momento de una dirigencia antichavista que nuevamente en sus derroteros habituales intenta mantener el ánimo entre sus seguidores pero que lidia en simultáneo con un desgaste en su agenda, conforme pasa el tiempo y los "resultados prometidos" parecen bastante lejanos.
A la luz de los eventos de 2019 donde se ha alcanzado un nuevo cenit en la disputa por Venezuela, la oposición vive otro momento. Este es particularmente inédito por ser el lugar de mayor inflexión en el que, desde la misma Casa Blanca, se ha asumido la conducción programática y casi total de la agenda de destitución del chavismo, amenazando como nunca antes la estabilidad nacional.
Es este un punto de bifurcación y ahí confluyen todas las narrativas de las cuales se ha servido el antichavismo venezolano y trasnacional.
Es decir, hay que invadir Venezuela porque hay "crisis humanitaria", se hackea al sistema eléctrico nacional y ello no es creíble porque "el gobierno no sirve", se bloquea el ingreso al país de alimentos y medicinas pero "las sanciones son contra Maduro", se ataca a las instituciones venezolanas pero "hay que hacerlo porque es un narco régimen", se congelan bienes, fondos y se bloquean cuentas de la república y ello se avala porque "son cuentas de la corrupción del régimen". Etcétera.
Y en esta como en otras oportunidades, apareció la narrativa triunfal antichavista, la del "país instantáneo", pero condimentada con la fraseología de primer nivel de funcionarios de Washington prometiendo una "caída inminente" en cuestión de "horas" y "días", del presidente Maduro. Marco Rubio, John Bolton, Mike Pompeo, Elliott Abrams y hasta el mismo Donald Trump se han servido de promesas colocadas en líneas cortísimas de tiempo.
Y he allí que los seguidores del antichavismo depositan sus nuevas esperanzas confiando en la efectividad de la Casa Blanca de dar golpes de Estado o en peores circunstancias, armando guerras y cometiendo magnicidios. So pena de quienes aun siendo antichavistas tienen reservas sobre una intervención extranjera y los caminos desenfrenados de la inestabilidad generada por un conflicto.
No obstante, la frustración está comenzando a campear en el imaginario antichavista a la luz de los eventos y a los casi 100 días de Guaidó. Al día de hoy, el Diputado Juan Guaidó está sin "gobierno de transición", sin hacer efectivo ningún ejercicio elemental de poder y sin quiebre de la fuerza armada.
Pero por otro lado, Guaidó ha cosechado el quiebre de posturas en la cacareada "comunidad internacional" sobre la posibilidad bélica en Venezuela y Washington está en la posición incómoda se sostener la posibilidad de una intervención con la cual han hecho "bluffing" y que tienen cuesta arriba por contrapesos en la política interna estadounidense.
Guaidó ha logrado su inhabilitación para ejercer cargos públicos y el allanamiento a su inmunidad parlamentaria con juicio en ciernes incluído. Probablemente la puesta del cargo a la orden del Director Técnico de la selección Vinotinto ha sido el único tambaleo de cargo que ha logrado Guaidó y sólo a los detractores de Dudamel le hizo gracia tal cosa.
Mientras tanto, los seguidores antichavistas brillan más por su ausencia en las manifestaciones convocadas y “simuladas”, luego de casi tres meses de movilizaciones y promesas de "Día D".
Los humores en ese sector político otra vez se posicionan en el lugar de los desencantos, el umbral de una nueva etapa de frustración, esta vez bastante pronunciada, pues luego de Washington no hay instancia en este planeta con la que el chavismo pueda medirse. Si Trump fracasa ¿qué sigue? Es la pregunta de muchos antichavistas.
La insostenibilidad del "Vamos bien" parece más evidente, el apoyo frenético a Guaidó desciende y en simultáneo aumenta la tristeza antichavista. El "país instantáneo" no aparece a lo lejos. Y la realidad está alcanzando a quienes ciegamente creyeron que sería posible revertir el proceso histórico venezolano de los últimos 20 años jugando unas cartas en la mesa en el fragor y frenesí de un demente autojuramentándose en una plaza del municipio con más ricos en el país, patrocinado por el Presidente más errático en la historia estadounidense.
Separemos para empezar, que dirigencia y seguidores del antichavismo no son una misma cosa aunque lo parezca. Esa distinción marca posiciones claras entre sectores diversos que solo están amalgamados mediante la aspiración de desplazar al chavismo del poder y de la realidad política venezolana.
Partiendo de esa distinción es indispensable reconocer a la dirigencia opositora como una logia de intereses económicos y posiciones de fuerza, cimentados sobre el desplazamiento de la vieja elite partidista venezolana y las aspiraciones de oligarquías nacionales y extranjeras en retomar el control total de Venezuela, es decir, las elites económicas nacionales y trasnacionales que históricamente se han servido de la renta petrolera.
Les caracterizan los grandes egos, la ausencia de cohesión programática, la inadecuada lectura del adversario y la incapacidad de articularse políticamente pese a tan afines intenciones, cuestiones que marcan su devenir regularmente errático, a veces en la política y muchas veces en las vías de golpe de Estado y desestabilización.
En los seguidores de la oposición, es indispensable reconocer a una masa claramente caracterizada por las visiones del país afines a la narrativa opositora, que es ampliamente diversa pero que desde todas las direcciones apunta al chavismo como elemento antagónico.
Esa masa adquiere varias formas, ha adquirido variaciones por ser genuflexa, pero ha guardado elementos inconfundibles de clasismo, la creencia en su propia "superioridad" y la construcción de una identidad esencialmente antichavista. En su visión, el chavismo simplemente debe dejar el poder y en el mejor de los casos, dejar de existir.
El uso funcional de las narrativas antichavistas
En recuento, las narrativas antichavistas han servido de vehículo en todas las encrucijadas de la política. En todas las elecciones, pero con especial énfasis durante los años 2002, 2003, 2007, 2010, 2014, 2016, 2017 y 2019, años de grandes conmociones y eventos de golpismo abierto, en algunos casos casi lograron desarticular la vida nacional empujando al país al borde de la guerra.El denominador de discurso en esas circunstancias, ha sido el manejo exacerbado de la "esperanza" opositora y el constante rediseño de un sentido de "confianza" política que siempre debe afianzarse entre los dirigentes y seguidores de la oposición. Una retórica perenne, que siempre promete el desplazamiento "inmediato" del chavismo por vías instantáneas, sean legales o sean ilegales, pero "legítimas" estas últimas, pues según dicen ellos en años recientes, están luchando contra una "dictadura".
Las agendas narrativas en esos momentos han tenido una similitud enorme: han sido vehículo de convocatoria a la movilización, a la "resistencia", en muchos casos a la violencia para propiciar "la salida" del "régimen". Han tenido una semiótica exasperante respaldada en la emocionalidad mediante el uso de la rabia y el odio por el adversario.
Han sido declaraciones abiertamente viscerales donde se ofrecen resultados inmediatos. Donde se legitima el uso de "cualquier vía" que ofrezca instantáneamente la caída del chavismo. Donde se declara el "derecho legítimo" de que la oposición tenga el poder, porque sí.
Se basan en la promesa de que ellos, un sector "educado y decente" de la sociedad venezolana, construye su épica-país para cambiar la realidad nacional de un momento a otro "extirpando" al chavismo, y además negando la sinergia histórica y todos sus procesos. La creencia del "país instantáneo".
Es una narrativa donde pueden verse intercaladas todas las apreciaciones trágicas sobre el país y la sociedad, pero donde se convoca al ánimo y al respaldo de la aventura a cargo de los dirigentes opositores.
Entre la tragedia y la esperanza, entre la rabia y el deseo de "construir un mejor país" (sin el chavismo), entre la violencia y la cordura, entre votar o dar el golpe, entre salir a marchar, o sufrir por dar como cierta una "crisis humanitaria" que no aguanta un examen según los indicadores de la ONU. La emocionalidad antichavista es una montaña rusa, que no es divertida en lo absoluto, por la estela de encanto efímero y decepción profunda y prolongada que deja.
Es una narrativa triunfal, que se infla y se desinfla rápidamente conforme se han armado las agendas de golpe y desestabilización y conforme se han desarticulado e inhabilitado.
El "efecto Guaidó"
Una pregunta bastante seria para los especialistas en salud mental, debe ser la profundidad del daño psicológico que ha sufrido la población venezolana toda y especialmente la que ha sufrido los embates, presentaciones y giros de la agobiante retórica antichavista, lugar donde yacen los más evidentes rasgos de obcecación política en el país.Es un problema latente, que además se volvió migrante. Y para colmo, no vemos que haya un tratamiento de ello como un problema muy serio de salud pública.
El "efecto Guaidó", como nueva cúspide de la disputa por Venezuela, tiene al "efecto Trump" como marca de origen, pero Guaidó es más propicio por ser esa la palabra que resume en criollo el vigente auge y declive de los ánimos entre los seguidores de la oposición.
"Vamos bien", "cuando cese la usurpación", "la luz volverá cuando cese la usurpación", "todas las opciones están sobre la mesa", "cuando se vaya la luz salgan a la calle”" "simulacro de la 'Operación Libertad'", "solicitar la intervención extranjera" y muchas otras frases-símbolo, resumen el momento de una dirigencia antichavista que nuevamente en sus derroteros habituales intenta mantener el ánimo entre sus seguidores pero que lidia en simultáneo con un desgaste en su agenda, conforme pasa el tiempo y los "resultados prometidos" parecen bastante lejanos.
A la luz de los eventos de 2019 donde se ha alcanzado un nuevo cenit en la disputa por Venezuela, la oposición vive otro momento. Este es particularmente inédito por ser el lugar de mayor inflexión en el que, desde la misma Casa Blanca, se ha asumido la conducción programática y casi total de la agenda de destitución del chavismo, amenazando como nunca antes la estabilidad nacional.
Es este un punto de bifurcación y ahí confluyen todas las narrativas de las cuales se ha servido el antichavismo venezolano y trasnacional.
Es decir, hay que invadir Venezuela porque hay "crisis humanitaria", se hackea al sistema eléctrico nacional y ello no es creíble porque "el gobierno no sirve", se bloquea el ingreso al país de alimentos y medicinas pero "las sanciones son contra Maduro", se ataca a las instituciones venezolanas pero "hay que hacerlo porque es un narco régimen", se congelan bienes, fondos y se bloquean cuentas de la república y ello se avala porque "son cuentas de la corrupción del régimen". Etcétera.
Y en esta como en otras oportunidades, apareció la narrativa triunfal antichavista, la del "país instantáneo", pero condimentada con la fraseología de primer nivel de funcionarios de Washington prometiendo una "caída inminente" en cuestión de "horas" y "días", del presidente Maduro. Marco Rubio, John Bolton, Mike Pompeo, Elliott Abrams y hasta el mismo Donald Trump se han servido de promesas colocadas en líneas cortísimas de tiempo.
Y he allí que los seguidores del antichavismo depositan sus nuevas esperanzas confiando en la efectividad de la Casa Blanca de dar golpes de Estado o en peores circunstancias, armando guerras y cometiendo magnicidios. So pena de quienes aun siendo antichavistas tienen reservas sobre una intervención extranjera y los caminos desenfrenados de la inestabilidad generada por un conflicto.
No obstante, la frustración está comenzando a campear en el imaginario antichavista a la luz de los eventos y a los casi 100 días de Guaidó. Al día de hoy, el Diputado Juan Guaidó está sin "gobierno de transición", sin hacer efectivo ningún ejercicio elemental de poder y sin quiebre de la fuerza armada.
Pero por otro lado, Guaidó ha cosechado el quiebre de posturas en la cacareada "comunidad internacional" sobre la posibilidad bélica en Venezuela y Washington está en la posición incómoda se sostener la posibilidad de una intervención con la cual han hecho "bluffing" y que tienen cuesta arriba por contrapesos en la política interna estadounidense.
Guaidó ha logrado su inhabilitación para ejercer cargos públicos y el allanamiento a su inmunidad parlamentaria con juicio en ciernes incluído. Probablemente la puesta del cargo a la orden del Director Técnico de la selección Vinotinto ha sido el único tambaleo de cargo que ha logrado Guaidó y sólo a los detractores de Dudamel le hizo gracia tal cosa.
Mientras tanto, los seguidores antichavistas brillan más por su ausencia en las manifestaciones convocadas y “simuladas”, luego de casi tres meses de movilizaciones y promesas de "Día D".
Los humores en ese sector político otra vez se posicionan en el lugar de los desencantos, el umbral de una nueva etapa de frustración, esta vez bastante pronunciada, pues luego de Washington no hay instancia en este planeta con la que el chavismo pueda medirse. Si Trump fracasa ¿qué sigue? Es la pregunta de muchos antichavistas.
La insostenibilidad del "Vamos bien" parece más evidente, el apoyo frenético a Guaidó desciende y en simultáneo aumenta la tristeza antichavista. El "país instantáneo" no aparece a lo lejos. Y la realidad está alcanzando a quienes ciegamente creyeron que sería posible revertir el proceso histórico venezolano de los últimos 20 años jugando unas cartas en la mesa en el fragor y frenesí de un demente autojuramentándose en una plaza del municipio con más ricos en el país, patrocinado por el Presidente más errático en la historia estadounidense.
Capturan a ciudadano colombiano uniformado como efectivo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana
Un ciudadano colombiano uniformado ilegalmente como efectivo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB)
fue capturado este viernes por autoridades venezolanas en el estado
fronterizo del Táchira, Venezuela, informó el Protector de esa
entidad Freddy Bernal.
El individuo identificado como Gerson Yacumal fue detenido por funcionarios de la Zona de Defensa Integral (Zodi) portando armas de fuego y “equipos tecnológicos destinados al contrabando y extorsión” en el poblado de Las Aguaditas.
Desde comienzos del mes de febrero el Gobierno de Venezuela ha advertido sobre la preparación militar de un grupo de mercenarios en la frontera colombo-venezolana, con el objetivo de montar una operación de falsa bandera que sirva como pretexto para propiciar una intervención extranjera en el país.
El sábado pasado Bernal alertó que en Colombia “están contratando jovencitos a razón de 1.500 dólares para curso de manejo de armas, explosivos y lucha urbana para una acción criminal sobre el territorio venezolano”.
Un montaje de carácter falso positivo para señalar que es Venezuela quien va a agredir a Colombia “es lo que requieren para ejercer una fuerza militar que hasta ahora hemos evitado”, indicó.
Asimismo, Bernal expresó que la FANB y las fuerzas de seguridad venezolanas continuarán “trabajando y desmantelando todos los planes violentos (…) no permitiremos, bajo ninguna circunstancia, que un narcogobierno que ampara grupos paramilitares siga atentando contra Venezuela”.
(Con información de Telesur)
El individuo identificado como Gerson Yacumal fue detenido por funcionarios de la Zona de Defensa Integral (Zodi) portando armas de fuego y “equipos tecnológicos destinados al contrabando y extorsión” en el poblado de Las Aguaditas.
Desde comienzos del mes de febrero el Gobierno de Venezuela ha advertido sobre la preparación militar de un grupo de mercenarios en la frontera colombo-venezolana, con el objetivo de montar una operación de falsa bandera que sirva como pretexto para propiciar una intervención extranjera en el país.
El sábado pasado Bernal alertó que en Colombia “están contratando jovencitos a razón de 1.500 dólares para curso de manejo de armas, explosivos y lucha urbana para una acción criminal sobre el territorio venezolano”.
Un montaje de carácter falso positivo para señalar que es Venezuela quien va a agredir a Colombia “es lo que requieren para ejercer una fuerza militar que hasta ahora hemos evitado”, indicó.
Asimismo, Bernal expresó que la FANB y las fuerzas de seguridad venezolanas continuarán “trabajando y desmantelando todos los planes violentos (…) no permitiremos, bajo ninguna circunstancia, que un narcogobierno que ampara grupos paramilitares siga atentando contra Venezuela”.
(Con información de Telesur)
Venezuela recibe 65 toneladas de medicamentos provenientes de China
Publicado: 29 mar 2019 19:50 GMT - RT
Este es el primero de varios cargamentos que acordaron ambos países.
Un
avión con un cargamento de 65 toneladas de medicamentos y material
quirúrgico, proveniente de China, arribó este viernes en Venezuela,
informó el vicepresidente sectorial de Economía, Tarek El Aissami.
"Aquí vienen antibióticos, medicamentos para personas diabéticas, protectores gástricos [...] este es el recibimiento del primer cargamento de varios, que se inicia a partir de este momento, para garantizar los insumos médicos, medicinas, material quirúrgico para el sistema de salud pública, provenientes de China", dijo El Aissami, desde el aeropuerto internacional de Maiquetía, tras recibir la carga.
El vicepresidente señaló que el Gobierno venezolano garantizará "a toda costa los medicamentos que el pueblo necesite".
La semana pasada, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció al Gobierno de Donald Trump de secuestrar, con la ayuda de la Unión Europea, cerca de 5.000 millones de dólares que serían destinados para comprar medicamentos.
El pasado 23 de febrero, políticos de derecha de Venezuela intentaron ingresar por la fuerza "ayuda humanitaria" proporcionada por EE.UU. desde la frontera colombiana, en una fallida operación que culminó con la quema de uno de los camiones por parte de los partidarios de la oposición.
El Gobierno venezolano advirtió previamente que se trataba de un "show" político para generar caos y justificar una intervención militar extranjera en el país suramericano.
Ese día, en la frontera con Colombia, desde donde pretendían hacer el ingreso del cargamento, hubo fuertes tensiones.
"Aquí vienen antibióticos, medicamentos para personas diabéticas, protectores gástricos [...] este es el recibimiento del primer cargamento de varios, que se inicia a partir de este momento, para garantizar los insumos médicos, medicinas, material quirúrgico para el sistema de salud pública, provenientes de China", dijo El Aissami, desde el aeropuerto internacional de Maiquetía, tras recibir la carga.
"Venciendo el cerco"
"Estamos venciendo el pretendido cerco y bloqueo", en referencia a las sanciones impuestas por EE.UU. al Gobierno de Venezuela, al que le ha bloqueado cuentas en el exterior y ha hecho presión para que otros países tomen las mismas medidas. "No habrá potencia guerrerista que impida que nuestro pueblo obtenga sus alimentos y medicamentos y todo lo necesario", añadió.La semana pasada, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció al Gobierno de Donald Trump de secuestrar, con la ayuda de la Unión Europea, cerca de 5.000 millones de dólares que serían destinados para comprar medicamentos.
El pasado 23 de febrero, políticos de derecha de Venezuela intentaron ingresar por la fuerza "ayuda humanitaria" proporcionada por EE.UU. desde la frontera colombiana, en una fallida operación que culminó con la quema de uno de los camiones por parte de los partidarios de la oposición.
El Gobierno venezolano advirtió previamente que se trataba de un "show" político para generar caos y justificar una intervención militar extranjera en el país suramericano.
Ese día, en la frontera con Colombia, desde donde pretendían hacer el ingreso del cargamento, hubo fuertes tensiones.
Rusia abre un centro para entrenar pilotos de helicópteros en Venezuela
Publicado: 29 mar 2019 19:02 GMT | Última actualización: 29 mar 2019 22:41 GMT - RT
La empresa Rosoboronexport indica que Moscú profundizará su cooperación militar con Caracas.
El consorcio estatal ruso Rosoboronexport ha comunicado que Rusia y Venezuela han inaugurado un centro para capacitar a pilotos de helicópteros en ese país sudamericano este 29 de marzo.
Esa instalación se enfocará en entrenar a personas para que puedan manejar helicópteros Mi-17V5, Mi-35M y Mi-26T en las condiciones más cercanas a la realidad y situaciones no tradicionales con el fin de garantizar la seguridad y eficiencia de sus operaciones aéreas.
Anteriormente, personal de Venezuela ya recibió entrenamiento en Rusia con el uso de simuladores rusos, una formación que cubrió tanto las reglas de operación de las aeronaves en condiciones móviles y estacionarias como el uso de otros equipos didácticos y de control.
Rosoboronexport ha indicado que estas actividades forman parte de los acuerdos de cooperación vigentes entre Moscú y Caracas con el fin de optimizar no solo las operaciones de seguridad, sino también las iniciativas humanitarias y el manejo de desastres, informa la agencia TASS.
Los helicópteros que Rusia suministró a Venezuela "no solo están involucrados en operaciones contra contrabandistas, sino que también pueden manejar con éxito reconocimientos aéreos de incendios forestales", otras iniciativas de "rescate y evacuación en regiones afectadas por desastres" y "la entrega de productos humanitarios a zonas remotas".
Esa instalación se enfocará en entrenar a personas para que puedan manejar helicópteros Mi-17V5, Mi-35M y Mi-26T en las condiciones más cercanas a la realidad y situaciones no tradicionales con el fin de garantizar la seguridad y eficiencia de sus operaciones aéreas.
Anteriormente, personal de Venezuela ya recibió entrenamiento en Rusia con el uso de simuladores rusos, una formación que cubrió tanto las reglas de operación de las aeronaves en condiciones móviles y estacionarias como el uso de otros equipos didácticos y de control.
Rosoboronexport ha indicado que estas actividades forman parte de los acuerdos de cooperación vigentes entre Moscú y Caracas con el fin de optimizar no solo las operaciones de seguridad, sino también las iniciativas humanitarias y el manejo de desastres, informa la agencia TASS.
Los helicópteros que Rusia suministró a Venezuela "no solo están involucrados en operaciones contra contrabandistas, sino que también pueden manejar con éxito reconocimientos aéreos de incendios forestales", otras iniciativas de "rescate y evacuación en regiones afectadas por desastres" y "la entrega de productos humanitarios a zonas remotas".
- El presidente de EE.UU., Donald Trump, declaró el pasado 27 de marzo que "Rusia tiene que salir" de Venezuela y señaló que "todas las opciones" están abiertas para que eso suceda.
- Por su parte, la Cancillería de Rusia comunicó que especialistas de ese país se encuentran en territorio venezolano en concordancia con el tratado de colaboración técnico-militar que ambas naciones firmaron en 2001.
Stella Calloni: "La democracia de seguridad nacional es la nueva forma de intervención estadounidense"
Stella camina con un
bastón a sus 83 años por los pasillos del Palacio de Convenciones de La
Habana donde se desarrolla el XXIV Foro de São Paulo. Entre remolinos de
gente, se le acercan personas a saludarla y hablarle mientras se dirige
hacia el sitio asignado en uno de los salones del Palacio, al Encuentro
de la Red de Intelectuales realizado en paralelo a las actividades del
foro.
En este contexto, rodeado de figuras políticas como Manuel Zelaya, Dilma Rousseff y Nicolás Maduro, Misión Verdad entrevistó a una de las investigadoras con más trabajos sobre las estrategias de intervención de Estados Unidos como corresponsal itinerante del diario mexicano La Jornada, entre los que destaca por su precisión y su rigurosidad "Operación Cóndor, un pacto criminal", dedicado a los años más oscuros de las dictaduras militares del Cono Sur.
La lucidez de sus definiciones, además del conocimiento profundo acerca del tema, hace que esta entrevista se convierta en un material de referencia para todo aquel que en el futuro quiera estudiar las nuevas formas de intervención en la región.
Dado que, según la propia Stella, quizás una de las tareas pendientes del mundo intelectual regional sea la de definir el campo de batalla en el que nos enfrentamos.
Desde el año 2014 se da una nueva forma de intervención en los países de la región basada en los jueces, los medios de comunicación y las fuerzas de seguridad, entre otros actores. En este contexto, se da un periodo de golpes de Estado a presidentes como Dilma Rousseff, Fernando Lugo y Manuel Zelaya. ¿Cuándo Estados Unidos reelabora esta estrategia y cómo la lleva a la práctica?
Estimando los conflctos para el año 2000, luego de varios debates internos deciden un cambio en la llamada guerra de baja intensidad,con el viejo esquema de insurgencia, para reemplazar a los militares después del agotamiento de las dictaduras del Cono Sur, regidas por la doctrina de seguridad nacional que establecía a nuestros pueblos y su dirigencia como enemigos internos en el marco de la Guerra Fría.
Con este objetivo, Estados Unidos se centró en infiltrar y controlar los medios de comunicación, los partidos políticos, el poder judicial y las fuerzas policiales de la mayoría de los países de la región con el fin de establecer algo así como "democracias de seguridad nacional" . Además de enfocar su financiamiento a través de fundaciones y Organizaciones No Gubernamentales, como la Fundación Nacional para la Democracia y la Agencia del Departamento de Estado para el Desarrollo Internacional, creadas durante la administración de Ronald Reagan.
Éstas invadieron silenciosamente América Latina en los años 80 y ya para el 2000 se reproducían por miles, preparando el terreno para el proyecto geoestrátegico de Estados Unidos de recolonización de la región.
Se crearon escuelas de justicias y La Academia Internacional Para el Cumplimiento de la Ley en El Salvador con el mismo criterio de captación y formación de funcionarios judiciales y policiales de la famosa Escuela de Las Américas, reconocida por haber adiestrado a los militares que encabezaron las dictaduras del Cono Sur.
Por esto hoy los jueces, fiscales, periodistas y policías son más importantes que los militares, excepto en países como Colombia donde estos aún continúan con un papel preponderante en la política interna con la utlización de paramiliares, armados y entrenados por Israel y Estados Unidos.
Paradójicamente, para esta captación se valen de la corrupción y la vanidad de los profesionales de estos sectores de la sociedad, tal como lo habían previsto en los documentos de Santa Fe elaborados por tanques de pensamiento del fundamentalismo conservador impuesto desde la era Reagan.
¿Cuál te parece uno de los casos más ejemplares de este cambio en la forma de intervenir en la región?
El golpe en Honduras contra el presidente Manuel Zelaya refleja bastante cómo funciona este esquema en la práctica. Ya que cuando el país se les va de las manos, la por entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, nombra como veedor en Honduras a John Negroponte, quien como embajador en ese país durante los 80 estuvo a cargo de la guerra sucia en Centroamérica durante los ochenta y debería estar preso por crímenes de lesa humanidad en Nicaragua, El Salvador y otros países de la región.
Con el conocimiento del empresariado hondureño y los políticos locales, Negroponte rápidamente se encarga de corromper el parlamento y presionarlo para que nombre una Corte Suprema de Justicia favorable a los intereses de Estados Unidos. Hecho esto, los medios generan un clima de opinión contra los supuestos intentos de Zelaya de reelegirse, comprobadamente falsos, para justificar que los militares lo sacaran del poder y lo trasladasen de la base de Estados Unidos en Palmerola, instalada durante la guerra sucia contra el sandinismo, hacia otra ubicada en Costa Rica.
Con este pretexto fue que la Corte Suprema estableció que no había habido un golpe sino una defensa del Estado contra los intentos de Zelaya de violar la constitución hondureña. Episodio que terminó con la elección de Roberto Michelletti como presidente de facto por parte del parlamento.
Un ejemplo claro de cómo actúan los medios, los políticos, la justicia y los militares en este caso.
Hablamos de democracias tuteladas en la que se tiene un control directo de los países a través del manejo de la justicia, los medios de comunicación, empresarios, la policía, y diferentes actores de la sociedad como pueden ser los jóvenes o los grupos indígenas.
En cierto sentido, es como si existiese una dictadura de seguridad nacional pero sin los militares en el poder.
Otro ejemplo claro es el de Colombia, donde formalmente hay elecciones, y un presidente elegido por votos, a pesar de ser una nación manejada por las Fuerzas Armadas, totalmente formadas por Estados Unidos.
Eso también tiene su réplica en planes como el de la Seguridad Democrática de Álvaro Uribe Vélez, donde se reordenó parte del territorio colombiano en función de instalar un sistema de gobierno que permitiese la extracción de recursos naturales sin ningún tipo de oposición local.
Sí, porque en Colombia lo que sucedió con estas "zonas de pacificación" es que, después éstas, quedaron repletas de paramilitares. En realidad lo que hicieron fue utilizar la figura del enemigo interno con las FARC para afinar en estas zonas una estructura de control que luego brindase seguridad a las transnacionales para explotar los recursos naturales de estas zonas.
En cierta forma, lo mismo sucede ahora en la Patagonia con la acusación de terroristas y enemigos internos realizada contra los mapuches por parte de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrrich. Con la intención de justificar la instalación de una base militar de Estados Unidos cerca de Vaca Muerta, uno de los principales reservorios energéticos del país.
En México sucede lo mismo pero con el pretexto de la guerra contra el narcotráfico para firmar la Iniciativa Mérida, similar al Plan Colombia. Así durante el gobierno de Felipe Calderón se introdujo esta falsa guerra contra el narco, que es un asunto de seguridad interna, y con esto se implico a las tres Fuerzas Armadas, la Marina, el Ejército y la Aéronautica, junto al grupo paramilitar Los Zetas en una verdadera guerra contra el pueblo que dejó casi 200 mil muertos y unos 40 mil desaparecidos.
Así, de esta forma, Estados Unidos le presta dinero para que después le compren armas y sus asesores los formen para usarlas en una guerra contra el narcotráfico dirigida por el Pentágono.
Al igual que en Colombia, esta modalidad lo que ha dado como resultado es la limpieza de la población de lugares del norte del país, donde muchas personas huyeron ante la imposibilidad de poder lidiar con los asesinatos y los secuestros.
De esta forma, limpian zonas enteras de la región para reorganizar el territorio en función de la extracción de recursos naturales para el proyecto capitalista de Estados Unidos, hoy necesitado de abrir otros frentes ante el ascenso de China y Rusia.
Es en este contexto donde se ve que en países como Brasil se da una ocupación militar en Río de Janeiro y una condena política a Lula. ¿Hacia dónde va la región?
A un punto donde el Comando Sur afirma que debe haber, paradójicamente, una seguridad democrática en todo el continente. Donde se ve con el modelo mexicano y colombiano que el objetivo es una disolución en la práctica de los Estados-nación. Con la diferencia de que antes buscaban hacerlo con ocupaciones por la fuerza, y ahora apuestan hacerlo de otra manera.
Por eso es necesario sentarnos a pensar con un grupo de trabajo los planes para la región de Estados Unidos, bajo el fin de idear formas para anticiparnos a éstos. Que evaluemos cuáles son las armas que cuenta cada país y crear una verdadera unidad para enfrentarlos.
Ya que Estados Unidos en cierto punto hoy es un gigante con pies de barro debido a su contexto interno. Que se encuentra desesperado porque no hay un manejo sólido de la situación en su establecimiento, que está desesperado por no haber podido controlar completamente ningún país de Medio Oriente en las últimas décadas, pese a haber ocupado Irak, Afganistán, y haberlo intentado en Siria con mercenarios de 80 países.
Al emerger, además, China y Rusia y cambiar el panorama actual, Estados Unidos trata de venir con todo sobre nuestra región.
En este contexto, debemos salir de algunas posiciones dogmáticas, proponernos un trabajo de masas en serio, como el que se hizo en Venezuela, para superar los límites impuestos por proyectos como el de Estados Unidos, que en países como Argentina no pudimos pasar por solo hacer trabajo en estructuras medias y altas.
Sobre todo si entendemos que hay una crisis que abre una oportunidad para salir de estos planes si se unifican criterios. Ante esta encrucijada en la que estamos tanto los de arriba como los de abajo. Nuestra elección hoy se plantea entre recolonización o independencia.
En este contexto, rodeado de figuras políticas como Manuel Zelaya, Dilma Rousseff y Nicolás Maduro, Misión Verdad entrevistó a una de las investigadoras con más trabajos sobre las estrategias de intervención de Estados Unidos como corresponsal itinerante del diario mexicano La Jornada, entre los que destaca por su precisión y su rigurosidad "Operación Cóndor, un pacto criminal", dedicado a los años más oscuros de las dictaduras militares del Cono Sur.
La lucidez de sus definiciones, además del conocimiento profundo acerca del tema, hace que esta entrevista se convierta en un material de referencia para todo aquel que en el futuro quiera estudiar las nuevas formas de intervención en la región.
Dado que, según la propia Stella, quizás una de las tareas pendientes del mundo intelectual regional sea la de definir el campo de batalla en el que nos enfrentamos.
Desde el año 2014 se da una nueva forma de intervención en los países de la región basada en los jueces, los medios de comunicación y las fuerzas de seguridad, entre otros actores. En este contexto, se da un periodo de golpes de Estado a presidentes como Dilma Rousseff, Fernando Lugo y Manuel Zelaya. ¿Cuándo Estados Unidos reelabora esta estrategia y cómo la lleva a la práctica?
Estimando los conflctos para el año 2000, luego de varios debates internos deciden un cambio en la llamada guerra de baja intensidad,con el viejo esquema de insurgencia, para reemplazar a los militares después del agotamiento de las dictaduras del Cono Sur, regidas por la doctrina de seguridad nacional que establecía a nuestros pueblos y su dirigencia como enemigos internos en el marco de la Guerra Fría.
Con este objetivo, Estados Unidos se centró en infiltrar y controlar los medios de comunicación, los partidos políticos, el poder judicial y las fuerzas policiales de la mayoría de los países de la región con el fin de establecer algo así como "democracias de seguridad nacional" . Además de enfocar su financiamiento a través de fundaciones y Organizaciones No Gubernamentales, como la Fundación Nacional para la Democracia y la Agencia del Departamento de Estado para el Desarrollo Internacional, creadas durante la administración de Ronald Reagan.
Éstas invadieron silenciosamente América Latina en los años 80 y ya para el 2000 se reproducían por miles, preparando el terreno para el proyecto geoestrátegico de Estados Unidos de recolonización de la región.
Se crearon escuelas de justicias y La Academia Internacional Para el Cumplimiento de la Ley en El Salvador con el mismo criterio de captación y formación de funcionarios judiciales y policiales de la famosa Escuela de Las Américas, reconocida por haber adiestrado a los militares que encabezaron las dictaduras del Cono Sur.
Por esto hoy los jueces, fiscales, periodistas y policías son más importantes que los militares, excepto en países como Colombia donde estos aún continúan con un papel preponderante en la política interna con la utlización de paramiliares, armados y entrenados por Israel y Estados Unidos.
Paradójicamente, para esta captación se valen de la corrupción y la vanidad de los profesionales de estos sectores de la sociedad, tal como lo habían previsto en los documentos de Santa Fe elaborados por tanques de pensamiento del fundamentalismo conservador impuesto desde la era Reagan.
¿Cuál te parece uno de los casos más ejemplares de este cambio en la forma de intervenir en la región?
El golpe en Honduras contra el presidente Manuel Zelaya refleja bastante cómo funciona este esquema en la práctica. Ya que cuando el país se les va de las manos, la por entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, nombra como veedor en Honduras a John Negroponte, quien como embajador en ese país durante los 80 estuvo a cargo de la guerra sucia en Centroamérica durante los ochenta y debería estar preso por crímenes de lesa humanidad en Nicaragua, El Salvador y otros países de la región.
Con el conocimiento del empresariado hondureño y los políticos locales, Negroponte rápidamente se encarga de corromper el parlamento y presionarlo para que nombre una Corte Suprema de Justicia favorable a los intereses de Estados Unidos. Hecho esto, los medios generan un clima de opinión contra los supuestos intentos de Zelaya de reelegirse, comprobadamente falsos, para justificar que los militares lo sacaran del poder y lo trasladasen de la base de Estados Unidos en Palmerola, instalada durante la guerra sucia contra el sandinismo, hacia otra ubicada en Costa Rica.
Con este pretexto fue que la Corte Suprema estableció que no había habido un golpe sino una defensa del Estado contra los intentos de Zelaya de violar la constitución hondureña. Episodio que terminó con la elección de Roberto Michelletti como presidente de facto por parte del parlamento.
Un ejemplo claro de cómo actúan los medios, los políticos, la justicia y los militares en este caso.
Hablamos de democracias tuteladas en la que se tiene un control directo de los países a través del manejo de la justicia, los medios de comunicación, empresarios, la policía, y diferentes actores de la sociedad como pueden ser los jóvenes o los grupos indígenas.
En cierto sentido, es como si existiese una dictadura de seguridad nacional pero sin los militares en el poder.
Otro ejemplo claro es el de Colombia, donde formalmente hay elecciones, y un presidente elegido por votos, a pesar de ser una nación manejada por las Fuerzas Armadas, totalmente formadas por Estados Unidos.
Eso también tiene su réplica en planes como el de la Seguridad Democrática de Álvaro Uribe Vélez, donde se reordenó parte del territorio colombiano en función de instalar un sistema de gobierno que permitiese la extracción de recursos naturales sin ningún tipo de oposición local.
Sí, porque en Colombia lo que sucedió con estas "zonas de pacificación" es que, después éstas, quedaron repletas de paramilitares. En realidad lo que hicieron fue utilizar la figura del enemigo interno con las FARC para afinar en estas zonas una estructura de control que luego brindase seguridad a las transnacionales para explotar los recursos naturales de estas zonas.
En cierta forma, lo mismo sucede ahora en la Patagonia con la acusación de terroristas y enemigos internos realizada contra los mapuches por parte de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrrich. Con la intención de justificar la instalación de una base militar de Estados Unidos cerca de Vaca Muerta, uno de los principales reservorios energéticos del país.
En México sucede lo mismo pero con el pretexto de la guerra contra el narcotráfico para firmar la Iniciativa Mérida, similar al Plan Colombia. Así durante el gobierno de Felipe Calderón se introdujo esta falsa guerra contra el narco, que es un asunto de seguridad interna, y con esto se implico a las tres Fuerzas Armadas, la Marina, el Ejército y la Aéronautica, junto al grupo paramilitar Los Zetas en una verdadera guerra contra el pueblo que dejó casi 200 mil muertos y unos 40 mil desaparecidos.
Así, de esta forma, Estados Unidos le presta dinero para que después le compren armas y sus asesores los formen para usarlas en una guerra contra el narcotráfico dirigida por el Pentágono.
Al igual que en Colombia, esta modalidad lo que ha dado como resultado es la limpieza de la población de lugares del norte del país, donde muchas personas huyeron ante la imposibilidad de poder lidiar con los asesinatos y los secuestros.
De esta forma, limpian zonas enteras de la región para reorganizar el territorio en función de la extracción de recursos naturales para el proyecto capitalista de Estados Unidos, hoy necesitado de abrir otros frentes ante el ascenso de China y Rusia.
Es en este contexto donde se ve que en países como Brasil se da una ocupación militar en Río de Janeiro y una condena política a Lula. ¿Hacia dónde va la región?
A un punto donde el Comando Sur afirma que debe haber, paradójicamente, una seguridad democrática en todo el continente. Donde se ve con el modelo mexicano y colombiano que el objetivo es una disolución en la práctica de los Estados-nación. Con la diferencia de que antes buscaban hacerlo con ocupaciones por la fuerza, y ahora apuestan hacerlo de otra manera.
Por eso es necesario sentarnos a pensar con un grupo de trabajo los planes para la región de Estados Unidos, bajo el fin de idear formas para anticiparnos a éstos. Que evaluemos cuáles son las armas que cuenta cada país y crear una verdadera unidad para enfrentarlos.
Ya que Estados Unidos en cierto punto hoy es un gigante con pies de barro debido a su contexto interno. Que se encuentra desesperado porque no hay un manejo sólido de la situación en su establecimiento, que está desesperado por no haber podido controlar completamente ningún país de Medio Oriente en las últimas décadas, pese a haber ocupado Irak, Afganistán, y haberlo intentado en Siria con mercenarios de 80 países.
Al emerger, además, China y Rusia y cambiar el panorama actual, Estados Unidos trata de venir con todo sobre nuestra región.
En este contexto, debemos salir de algunas posiciones dogmáticas, proponernos un trabajo de masas en serio, como el que se hizo en Venezuela, para superar los límites impuestos por proyectos como el de Estados Unidos, que en países como Argentina no pudimos pasar por solo hacer trabajo en estructuras medias y altas.
Sobre todo si entendemos que hay una crisis que abre una oportunidad para salir de estos planes si se unifican criterios. Ante esta encrucijada en la que estamos tanto los de arriba como los de abajo. Nuestra elección hoy se plantea entre recolonización o independencia.
Algunas respuestas de esta entrevista fueron
ampliadas por pedido de Stella Calloni para mejor entendimiento de los
lectores sobre el tema.
Marco Rubio pide al Departamento de Estado que incluya al Gobierno de Maduro en la lista de organizaciones terroristas extranjeras
Publicado: 5 abr 2019 23:13 GMT | Última actualización: 5 abr 2019 23:43 GMT - RT
El senador republicano lo acusó de controlar
supuestas "pandillas" armadas vinculadas al "terrorismo".
El
senador estadounidense Marco Rubio pidió al Departamento de Estado y al
Tesoro de su país que designen al Gobierno del presidente de Venezuela,
Nicolás Maduro, como una "Organización Criminal Transnacional", y sea
incluido en la lista de patrocinadores del terrorismo.
"El régimen de Maduro no es el Gobierno de Venezuela", escribió el legislador republicano en su cuenta de Twitter.
"Acabo
de pedir al Departamento de Estado y al Tesoro que designen al régimen
como una Organización Criminal Transnacional y que designen tanto al
régimen como a las pandillas "colectivas" armadas que controla como
Organizaciones Terroristas Extranjeras", señaló Rubio.
En la publicación, el senador incluyó un link que lleva a la copia del pedido formal, que va dirigido a Mike Pompeo y Steven Mnuchin, secretarios del Departamento de Estado y el Tesoro respectivamente.
En el texto, el congresista sostiene que el gobierno de Maduro forma parte de un entramado "terrorista internacional", dentro del cual menciona a organizaciones armadas latinoamericanas como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), y al movimiento libanés Hezbolá.
También vincula a la administración venezolana a la "producción y tráfico de drogas".
"El régimen de Maduro no es el Gobierno de Venezuela", escribió el legislador republicano en su cuenta de Twitter.
En la publicación, el senador incluyó un link que lleva a la copia del pedido formal, que va dirigido a Mike Pompeo y Steven Mnuchin, secretarios del Departamento de Estado y el Tesoro respectivamente.
En el texto, el congresista sostiene que el gobierno de Maduro forma parte de un entramado "terrorista internacional", dentro del cual menciona a organizaciones armadas latinoamericanas como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), y al movimiento libanés Hezbolá.
También vincula a la administración venezolana a la "producción y tráfico de drogas".
Cómo la "arrogancia llevará a la caída del imperio" estadounidense
©
AP Photo / Hasan Jamali
16:12 21.11.2018(actualizada a las 16:24 21.11.2018) SPUTNIK NEWS
Renuncia la secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU.
Publicado: 7 abr 2019 22:09 GMT | Última actualización: 8 abr 2019 20:49 GMT - RT
Kirstjen Nielsen dejará su cargo.
La
secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kirstjen Nielsen,
dejará de desempeñar sus funciones y abandonará el cargo, ha anunciado
este domingo el presidente de EE.UU. Donald Trump.
A través de su cuenta de Twitter, el mandatario estadounidense ha agradecido a Nielsen por su servicio y ha comunicado que el secretario interino de Seguridad Nacional será Kevin McAleenan, el actual comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza. "¡Estoy seguro de que Kevin hará un gran trabajo!", ha agregado Trump.
Nielsen,
de 46 años, ha sido titular del Departamento de Seguridad Nacional de
EE.UU. desde diciembre de 2017. "Pese a nuestro progreso en la
reformación de la seguridad nacional para una nueva era, he determinado
que es el momento oportuno para hacerme a un lado. Espero que el próximo
secretario tenga el apoyo del Congreso y los tribunales para arreglar
las leyes que han impedido nuestra habilidad de resguardar las fronteras
de EE.UU. y que han contribuido a la discordia en el discurso de
nuestra nación", escribió Nielsen en su carta para el presidente.
Su renuncia se produce en medio del creciente descontento dentro de la Administración de Trump por la cantidad de personas que cruzan la frontera sur de EE.UU., mientras que el nombramiento de McAleenan como secretario interino de Seguridad Nacional refleja que para el presidente la prioridad de ese departamento, inicialmente creado para combatir el terrorismo tras los ataques del 11-S, es la situación en la frontera con México y la lucha contra la migración ilegal.
Dos personas familiarizadas con el asunto comentaron a AP que este domingo Nielsen fue a la Casa Blanca para hablar con Trump tras su viaje a la frontera. Según fuentes de la agencia, desde hace tiempo ha sentido frustración por la dificultad de obtener ayuda de otros departamentos respecto al creciente número de familias extranjeras que llegan al país cruzando la frontera sur.
Por su parte, Arturo López-Levy, profesor asistente de Relaciones Internacionales, aseguró en declaraciones a RT que "Trump está tratando de tomar las riendas de la política migratoria, ya no como orientación general, sino como principal tema de su campaña electoral".
URUGUAY
A través de su cuenta de Twitter, el mandatario estadounidense ha agradecido a Nielsen por su servicio y ha comunicado que el secretario interino de Seguridad Nacional será Kevin McAleenan, el actual comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza. "¡Estoy seguro de que Kevin hará un gran trabajo!", ha agregado Trump.
Su renuncia se produce en medio del creciente descontento dentro de la Administración de Trump por la cantidad de personas que cruzan la frontera sur de EE.UU., mientras que el nombramiento de McAleenan como secretario interino de Seguridad Nacional refleja que para el presidente la prioridad de ese departamento, inicialmente creado para combatir el terrorismo tras los ataques del 11-S, es la situación en la frontera con México y la lucha contra la migración ilegal.
Dos personas familiarizadas con el asunto comentaron a AP que este domingo Nielsen fue a la Casa Blanca para hablar con Trump tras su viaje a la frontera. Según fuentes de la agencia, desde hace tiempo ha sentido frustración por la dificultad de obtener ayuda de otros departamentos respecto al creciente número de familias extranjeras que llegan al país cruzando la frontera sur.
Por su parte, Arturo López-Levy, profesor asistente de Relaciones Internacionales, aseguró en declaraciones a RT que "Trump está tratando de tomar las riendas de la política migratoria, ya no como orientación general, sino como principal tema de su campaña electoral".
URUGUAY
Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos
Convocatoria 11 de abril
Invitamos y agradecemos difusión
Irma Correa (Familiares): "Tenemos que salir a las calles"
Bajo la premisa que es el voto que el alma pronuncia, por la
democracia y contra la impunidad, el próximo jueves 11 de abril, a las
18 horas en la Plaza Libertad, se realizará una multitudinaria
concentración convocada por el PIT-CNT, Madres y Familiares de Uruguayos
Detenidos Desaparecidos y una gran cantidad de organizaciones sociales.
Irma Correa, integrante de Familiares dijo al Portal que la movilización es una respuesta natural de las fuerzas sociales, ante los hechos recientes de pública notoriedad. “Sentimos la necesidad de salir a la calle a respaldar la decisión del Presidente de la República de destituir a los generales y al excomandante Guido Manini Ríos” señaló. Para la organización, “es un hecho muy importante que veníamos reclamando con anterioridad, ya habíamos solicitado la renuncia de Manini por lo que esta confirmación es un hecho importante, que tenemos que visibilizarlo con la gente en la calle, del mismo modo que salimos a la calle cuando el robo al GIAF en la Facultad de Humanidades”.
La publicación de las actas del tribunal de honor en el que el torturador José Nino Gavazzo confesó algunos hechos aberrantes de nuestro pasado reciente, abrieron un espacio de reflexión en la opinión pública sobre delitos que fueron denunciados durante décadas por Familiares y tantas veces fueron negados por militares e incluso muchos civiles.
“Mucho de lo que ahora salió a luz nosotros lo sabíamos, es que los Familiares nos tuvimos que volver un poco investigadores, por eso siempre supimos cómo fueron las cosas. De todos modos leer la confirmación de lo que hizo (Gavazzo) me generó un poco de desazón porque no sé por qué motivo no se dijo en su momento y por qué ahora también miente, porque yo entiendo que los militares no actuaban solos, no sé por qué vuelve a mentir, la realidad es esa. Nosotros que hemos estudiado cómo funcionaban, cómo operaban, sabemos que no actúan nunca solos, que es muy vertical el tema”. En este sentido, Correa aseguró que para ella “no fue una sorpresa” sin embargo, destacó como algo “muy importante” la “actitud de la gente, de todo el mundo, los que se conmovieron y los que (honestamente) no sabían por razones de edad, mucha gente que no sabía se mostró inmediatamente reprobando lo que hicieron”. Así las cosas, la integrante de Familiares dijo que “puede ser cierto” lo que dijo el Presidente Vázquez que se rompió el pacto de silencio aunque legítimamente le quedan algunas dudas sobre los motivos de por qué (Gavazzo) dijo esa “media verdad y cuál es la otra jugada”.
Finalmente, Correa convocó a la sociedad toda a concurrir el jueves 11 a las 18 horas al acto por la democracia y contra la impunidad en la Plaza Libertad. “Nos esperamos todos para abrazarnos y demostrar que juntos evidentemente estamos pudiendo, pero necesitamos mucho más y de eso es que hablaremos en la proclama” concluyó.
Lo niego todo
En la presente jornada, el general Claudio Feola asumió como nuevo comandante en jefe del Ejército. Consultado sobre el reclamo de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos para que repudiara las acciones de Terrorismo de Estado y las desapariciones durante la dictadura, el general sostuvo que “no voy a repudiar porque no sé si están confirmadas o no”.
Irma Correa, integrante de Familiares dijo al Portal que la movilización es una respuesta natural de las fuerzas sociales, ante los hechos recientes de pública notoriedad. “Sentimos la necesidad de salir a la calle a respaldar la decisión del Presidente de la República de destituir a los generales y al excomandante Guido Manini Ríos” señaló. Para la organización, “es un hecho muy importante que veníamos reclamando con anterioridad, ya habíamos solicitado la renuncia de Manini por lo que esta confirmación es un hecho importante, que tenemos que visibilizarlo con la gente en la calle, del mismo modo que salimos a la calle cuando el robo al GIAF en la Facultad de Humanidades”.
La publicación de las actas del tribunal de honor en el que el torturador José Nino Gavazzo confesó algunos hechos aberrantes de nuestro pasado reciente, abrieron un espacio de reflexión en la opinión pública sobre delitos que fueron denunciados durante décadas por Familiares y tantas veces fueron negados por militares e incluso muchos civiles.
“Mucho de lo que ahora salió a luz nosotros lo sabíamos, es que los Familiares nos tuvimos que volver un poco investigadores, por eso siempre supimos cómo fueron las cosas. De todos modos leer la confirmación de lo que hizo (Gavazzo) me generó un poco de desazón porque no sé por qué motivo no se dijo en su momento y por qué ahora también miente, porque yo entiendo que los militares no actuaban solos, no sé por qué vuelve a mentir, la realidad es esa. Nosotros que hemos estudiado cómo funcionaban, cómo operaban, sabemos que no actúan nunca solos, que es muy vertical el tema”. En este sentido, Correa aseguró que para ella “no fue una sorpresa” sin embargo, destacó como algo “muy importante” la “actitud de la gente, de todo el mundo, los que se conmovieron y los que (honestamente) no sabían por razones de edad, mucha gente que no sabía se mostró inmediatamente reprobando lo que hicieron”. Así las cosas, la integrante de Familiares dijo que “puede ser cierto” lo que dijo el Presidente Vázquez que se rompió el pacto de silencio aunque legítimamente le quedan algunas dudas sobre los motivos de por qué (Gavazzo) dijo esa “media verdad y cuál es la otra jugada”.
Finalmente, Correa convocó a la sociedad toda a concurrir el jueves 11 a las 18 horas al acto por la democracia y contra la impunidad en la Plaza Libertad. “Nos esperamos todos para abrazarnos y demostrar que juntos evidentemente estamos pudiendo, pero necesitamos mucho más y de eso es que hablaremos en la proclama” concluyó.
Lo niego todo
En la presente jornada, el general Claudio Feola asumió como nuevo comandante en jefe del Ejército. Consultado sobre el reclamo de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos para que repudiara las acciones de Terrorismo de Estado y las desapariciones durante la dictadura, el general sostuvo que “no voy a repudiar porque no sé si están confirmadas o no”.
Familiares, sobre Feola: "Declaraciones increíbles y vergonzosas"
Ministerio de Defensa
A horas de asumir, ya le llovieron críticas al nuevo comandante
en jefe por no repudiar hechos que no sabe "si están confirmados o no".
Con todo lo ocurrido en los últimos días referido a las jerarquías militares, era evidente que todo el sistema político iba a estar atento este lunes a las palabras del nuevo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Claudio Feola. Su efímero antecesor, José González, sorprendió al asumir su cargo, el 18 de marzo, con palabras elogiosas a su predecesor, Guido Manini Ríos. Y este, ahora precandidato a la Presidencia por el Partido Cabildo Abierto, había tenido diferencias en serie con el presidente Tabaré Vázquez.
Todo esto, a una semana de que fueran cesados en sus cargos dos autoridades militares, se pidiera la venia el pase a retiro de otros cuatro y que se cambiara al ministro y al viceministro de Defensa.
Con todo ese transfondo, se esperaba mucho qué es lo que tenía que decir Feola este lunes al ser investido como comandante en jefe. Y lo que dijo, en rueda de prensa, al ser consultado sobre si repudiaría en público las violaciones a los derechos humanos cometidos durante la dictadura por las Fuerzas Armadas, provocó que ardiera Troya: “No voy a repudiar los hechos del pasado porque no sé si están confirmados o no” concluyó, dando por terminada la conferencia.
"Creo que empieza mal....", dijo a ECOS, sin disimular la ironía y el fastidio, el integrante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos Ignacio Errandonea. “Es increíble que hoy un ciudadano de la República Oriental del Uruguay no sepa si las desapariciones están confirmadas o no. Con todas las denuncias que hicimos, el Estado uruguayo se expidió... son increíbles y vergonzosas las declaraciones del comandante en jefe", añadió.
A Errandonea le hubiera gustado que Feola condenara el terrorismo de Estado. "Pero lo que dijo es como que diga que no sabe si hubo dictadura o no, si hubo tortura o no". El militante señaló que esta es una señal más para el reclamo "contra la impunidad" que convocan para el jueves 11 el Frente Amplio, el Pit-Cnt y distintas organizaciones sociales. "Las declaraciones estas no le hacen bien a la democracia".
En el acto de investidura, estaban presentes, entre otras autoridades, el presidente Vázquez, el nuevo ministro de Defensa, José Bayardi, y su subsecretario Andrés Berterreche.
"Mal arranque. Primero, están confirmadas por los documentos oficiales elevados por las propias Fuerzas Armadas en 2006 al presidente Vázquez. Por otra lado, ser cínico en estas cosas, no da", tuiteó el diputado Fernando Amado, líder de Unir, exPartido Colorado, exLa Alternativa, hijo del general retirado del Ejército Fernán Amado.
Su par Gerardo Núñez, del Partido Comunista, fue otro político que se expresó por la misma red. "El nuevo comandante Feola, dice que no puede repudiar hechos del pasado porque no están confirmadas las desapariciones. ¿Es broma? Hay una lista confirmada de más de 190 desaparecidos. Aparecieron enterrados Chaves Sosa, Julio Castro, Miranda, etc. La verdad sigue secuestrada".
Utilizando mayúsculas, Jorge Azar Gómez, quien fuera el embajador uruguayo en Naciones Unidas y hoy, como líder del viejo pachequismo, apoya la candidatura de Julio María Sanguinetti en el Partido Colorado, se preguntó, quizá apelando a los hechos inmediatos: "¿Cuánto durará el general Claudio Feola como comandante en jefe del Ejército?"
Quienes más expresaron su estupor por las expresiones fueron los periodistas, de distintos medios y formatos. Todos ellos apelaron a Twitter para cuestionar las declaraciones de Feola.
Con todo lo ocurrido en los últimos días referido a las jerarquías militares, era evidente que todo el sistema político iba a estar atento este lunes a las palabras del nuevo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Claudio Feola. Su efímero antecesor, José González, sorprendió al asumir su cargo, el 18 de marzo, con palabras elogiosas a su predecesor, Guido Manini Ríos. Y este, ahora precandidato a la Presidencia por el Partido Cabildo Abierto, había tenido diferencias en serie con el presidente Tabaré Vázquez.
Todo esto, a una semana de que fueran cesados en sus cargos dos autoridades militares, se pidiera la venia el pase a retiro de otros cuatro y que se cambiara al ministro y al viceministro de Defensa.
Con todo ese transfondo, se esperaba mucho qué es lo que tenía que decir Feola este lunes al ser investido como comandante en jefe. Y lo que dijo, en rueda de prensa, al ser consultado sobre si repudiaría en público las violaciones a los derechos humanos cometidos durante la dictadura por las Fuerzas Armadas, provocó que ardiera Troya: “No voy a repudiar los hechos del pasado porque no sé si están confirmados o no” concluyó, dando por terminada la conferencia.
"Creo que empieza mal....", dijo a ECOS, sin disimular la ironía y el fastidio, el integrante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos Ignacio Errandonea. “Es increíble que hoy un ciudadano de la República Oriental del Uruguay no sepa si las desapariciones están confirmadas o no. Con todas las denuncias que hicimos, el Estado uruguayo se expidió... son increíbles y vergonzosas las declaraciones del comandante en jefe", añadió.
A Errandonea le hubiera gustado que Feola condenara el terrorismo de Estado. "Pero lo que dijo es como que diga que no sabe si hubo dictadura o no, si hubo tortura o no". El militante señaló que esta es una señal más para el reclamo "contra la impunidad" que convocan para el jueves 11 el Frente Amplio, el Pit-Cnt y distintas organizaciones sociales. "Las declaraciones estas no le hacen bien a la democracia".
En el acto de investidura, estaban presentes, entre otras autoridades, el presidente Vázquez, el nuevo ministro de Defensa, José Bayardi, y su subsecretario Andrés Berterreche.
"Mal arranque. Primero, están confirmadas por los documentos oficiales elevados por las propias Fuerzas Armadas en 2006 al presidente Vázquez. Por otra lado, ser cínico en estas cosas, no da", tuiteó el diputado Fernando Amado, líder de Unir, exPartido Colorado, exLa Alternativa, hijo del general retirado del Ejército Fernán Amado.
Su par Gerardo Núñez, del Partido Comunista, fue otro político que se expresó por la misma red. "El nuevo comandante Feola, dice que no puede repudiar hechos del pasado porque no están confirmadas las desapariciones. ¿Es broma? Hay una lista confirmada de más de 190 desaparecidos. Aparecieron enterrados Chaves Sosa, Julio Castro, Miranda, etc. La verdad sigue secuestrada".
Utilizando mayúsculas, Jorge Azar Gómez, quien fuera el embajador uruguayo en Naciones Unidas y hoy, como líder del viejo pachequismo, apoya la candidatura de Julio María Sanguinetti en el Partido Colorado, se preguntó, quizá apelando a los hechos inmediatos: "¿Cuánto durará el general Claudio Feola como comandante en jefe del Ejército?"
Quienes más expresaron su estupor por las expresiones fueron los periodistas, de distintos medios y formatos. Todos ellos apelaron a Twitter para cuestionar las declaraciones de Feola.
Feola sobre hechos del terrorismo de Estado: “No los voy a repudiar, porque no sé si están confirmados o no”
El comandante en jefe del Ejército, Claudio Feola, dijo a la prensa que no se anima a repudiar el terrorismo de Estado durante la pasada dictadura cívico-militar (1973-1985), porque no sabe si los hechos ocurridos están confirmados o no.
Comandante en jefe del Ejército, Claudio Feola. Foto: Ejército Nacional.
EJÉRCITO
08 de abril de 2019, 17:04hs - LR21
Este lunes 8 de abril se realizó la toma de posesión del cargo del comandante en jefe del Ejército, Claudio Feola, en sustitución de José González quien fuera destituido el pasado 1º de abril por no informar sobre las declaraciones de José Gavazzo, ante el Tribunal de Honor militar, referidas a que fue el autor material de la desaparición de Roberto Gomensoro, hecho ocurrido en marzo de 1973.
Del acto de asunción de Feola participó el presidente de la República, Tabaré Vázquez, así como también el ministro de Defensa Nacional, José Bayardi, y el subsecretario, Andrés Berterreche.
En su discurso, Feola dijo que el Ejército seguirá cumpliendo cabalmente las misiones que su mando le asigne, honrando el mandato de su primer general, José Gervasio Artigas.
“Mi tarea se basará en la lealtad a mis superiores, a mis camaradas en actividad y retiro, a mis subalternos y a mi querido Ejército Nacional y a la Patria”, dijo.
Este lunes 8 de abril se realizó la toma de posesión del cargo del comandante en jefe del Ejército, Claudio Feola, en sustitución de José González quien fuera destituido el pasado 1º de abril por no informar sobre las declaraciones de José Gavazzo, ante el Tribunal de Honor militar, referidas a que fue el autor material de la desaparición de Roberto Gomensoro, hecho ocurrido en marzo de 1973.
Del acto de asunción de Feola participó el presidente de la República, Tabaré Vázquez, así como también el ministro de Defensa Nacional, José Bayardi, y el subsecretario, Andrés Berterreche.
En su discurso, Feola dijo que el Ejército seguirá cumpliendo cabalmente las misiones que su mando le asigne, honrando el mandato de su primer general, José Gervasio Artigas.
“Mi tarea se basará en la lealtad a mis superiores, a mis camaradas en actividad y retiro, a mis subalternos y a mi querido Ejército Nacional y a la Patria”, dijo.
Desaparecidos en dictadura
Luego de pronunciar su discurso, Feola dialogó con la prensa, instancia en la cual se refirió a la búsqueda de detenidos desaparecidos.El diálogo con los medios de comunicación fue el siguiente:
-Periodista: ¿Cuál va a ser su postura respecto a la información sobre la búsqueda de detenidos – desaparecidos en dictadura?
-Feola: Estamos en un Estado de derecho y en el discurso dije que no vamos a avanzar fuera de la Constitución y en la Ley. O sea, toda información que le llegue al Ejército Nacional será transmitida por el conducto normal.
-Periodista: ¿Hay un pacto de silencio?
-Feola: No hay un pacto de silencio. No voy a hablar del Tribunal de Honor. Pero si se puso lo que se puso en las actas, es porque no hay pacto de silencio.
-Periodista: ¿Leyó las actas?
-Feola: No leí las actas, no tuve acceso. Eso es muy reservado y solamente quienes integraron el Tribunal de Honor saben lo que pasó. El resto de los generales no tenemos conocimiento.
-Periodista: ¿Qué piensa sobre lo que trascendió en la prensa?
-Feola: Está perfecto. El Ejército no encubre a nadie. No encubre a asesinos, torturadores, secuestradores.
-Periodista: ¿Las actas deberían hacerse públicas para que se terminaran las especulaciones?
-Feola: Está la Justicia trabajando. La Justicia va a determinar. Última pregunta.
-Periodista: Los familiares de detenidos desparecidos pidieron que el nuevo comandante en jefe repudie, en un acto público, el terrorismo de Estado. ¿Qué responde a ese pedido?
-Feola: Sé que los familiares están muy dolidos. Todos estaríamos dolidos si hay desaparecidos, no tengo dudas. Pero yo esa respuesta no la puedo dar.
-Periodista: ¿Por qué motivos?
-Feola: Esa respuesta consolida toda una cantidad de épocas en las cuales yo no estoy en condiciones, porque no sé si es real o no es real. Acá hay gente muy antigua que capaz que hasta algún test psicológico habría que hacerle, porque al haber estado tan presionados no sabemos si están en su real consciencia.
-Periodista: ¿En función de lo que acaba de decir, no se anima a repudiar públicamente los hechos del pasado?
-Feola: No los voy a repudiar porque no sé si están confirmados o no.
-Periodista: ¿Qué es lo que no sería real? ¿Las torturas, las desapariciones?
-Feola: Le agradezco, porque les dije que era la última pregunta y ya la contesté. Gracia por estar presentes y en correr del año vamos a vernos las caras y poder hablar más en profundidad.
Uruguay: la semana en que Tabaré Vázquez descabezó la cúpula de Defensa
por Samuel Blixen
LA HAINE - 09/04/2019
De giros inesperados
No
aclares, que oscurece. El dicho popular alcanzó un gran rating en la
crisis política desencadenada a raíz de las confesiones del teniente
coronel José Gavazzo (1) sobre el asesinato del tupamaro Roberto
Gomensoro, contenidas en las actas de un Tribunal de Honor, que
provocaron la destitución de seis generales, entre ellos, el comandante
del Ejército que había sido nombrado días antes por Tabaré Vázquez.
La destitución de los militares y la renuncia inducida del ministro de Defensa, Jorge Menéndez, y su subsecretario, Daniel Montiel, se ha visualizado como un estallido, cuando, en realidad, es un proceso que comenzó a mediados de febrero y que transcurrió discretamente hasta que un informe periodístico reveló el contenido de las actas del Tribunal de Honor. El relevo del comandante del Ejército Guido Manini Ríos, el 15 de marzo, y el nombramiento de su sucesor, general José González, fueron consecuencia de las críticas a la actuación de la justicia que el primero de los nombrados formuló en un documento cuando solicitó entrevistarse con el presidente para que se produjera una definición sobre la homologación del fallo del tribunal. Ese fallo absolvía a Gavazzo de lesionar el honor de las Fuerzas Armadas, a pesar de haber sido condenado por 28 homicidios y desapariciones. El tribunal condenaba, en cambio, a Gavazzo a pasar a la situación de reforma por haber permitido que un coronel, Juan Carlos Gómez, permaneciera en prisión durante tres años, cuando sabía que era inocente. Las opciones de los generales que actuaron en el tribunal revelaron varas distintas para sopesar injusticias: tomaron medidas frente al encarcelamiento de un coronel, pero eludieron tomar aquellas que pudieran satisfacer a los familiares de 28 víctimas asesinadas.
En ese momento, 16 de marzo, nadie, ni el presidente Vázquez, ni el general Manini, ni el secretario de la Presidencia, Miguel Ángel Toma, ni el ministro de Defensa en funciones, Montiel, explicó por qué Gavazzo sabía de la inocencia de Gómez. Hubo, en ese momento, una apuesta por mantener un discreto silencio en la esperanza de que el asunto se olvidara. Entre otras cosas, se incurrió en la flagrante contradicción de ascender a la jefatura del Ejército a un general que no advirtió, en la consumación de 28 asesinatos, una lesión al honor militar.
Fue necesario que lo inexplicable e inexplicado tomara estado público cuando el periodista Leonardo Haberkorn publicó en El Observador detalles de las declaraciones que Gavazzo formuló ante los generales González, Alfredo Erramun y Gustavo Fajardo. En el tribunal, Gavazzo admitió que en 1973 se hizo cargo del cuerpo de Roberto Gomensoro, lo trasladó en un vehículo hasta el Río Negro, lo embarcó en una lancha y finalmente lo arrojó a las aguas. Declaró que todo lo había hecho él solo, sin ayuda, con la evidente intención de subrayar que no involucraba a subalternos.
La publicación de parte de las actas hizo trizas la política de silencio. Ante el nuevo panorama, el presidente tomó drásticas medidas: destituyó a los tres generales del tribunal, entre ellos, al flamante comandante que había asumido hacía una semana, y comunicó que aceptaba la renuncia del ministro de Defensa y del subsecretario. Primero un comunicado de la Presidencia y luego declaraciones que Vázquez formuló para el informativo de Vtv pretendieron atenuar las aristas más oscuras del episodio. Vázquez, que ya había encomendado al presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, que difundiera la noticia de que él, el presidente, no estaba en conocimiento de la confesión de Gavazzo, en sus declaraciones al periodista Gabriel Pereyra admitió que no había leído el expediente, aunque había sido informado de él. Explicó que por día firmaba unos 50 documentos. De todas formas, aclaró que estaba dispuesto a asumir la responsabilidad política de los hechos.
Las ambigüedades y las opacidades de que hicieron gala los principales protagonistas sufrieron otro sacudón, cuando el diario El País reveló que a mediados de febrero el ministro Menéndez, no bien recibió y leyó las actas del tribunal, se dirigió a la Torre Ejecutiva y se entrevistó con Vázquez, a quien interiorizó del contenido de las actas. Como explicó después el presidente, le pidió a Menéndez que trasladara al secretario de la Presidencia, Miguel Toma, los antecedentes y que se efectuara la denuncia penal correspondiente. Tal como reveló El País, Menéndez se entrevistó con Toma, por más que este colorado, hombre de confianza de Tabaré Vázquez, negó esa entrevista y pretendió deslindar la responsabilidad en una conversación telefónica que no lo deja muy bien parado. Fue necesario que el propio Menéndez, aquejado de una grave enfermedad que lo obligó a solicitar licencia a principios de marzo, dejara por escrito todos los detalles en una carta que elevó al presidente. Recién entonces, Toma admitió haberse reunido con Menéndez y haberse enterado de las confesiones de Gavazzo. Sin embargo, deslindó la responsabilidad al depositar en el Ministerio de Defensa la tarea de formular la denuncia penal que el presidente le había encomendado a él. Con ello, Toma le pasaba la pelota a Montiel, ministro en funciones, cuya actuación en todo el episodio mereció un respaldo del Mpp.
La carta de Menéndez despejó un aspecto que provocaba escozor en el Frente Amplio: la duda de si el presidente sabía o no los extremos de la declaración de Gavazzo. Ahora no cabe duda de que Vázquez fue alertado de la confesión del delito. Otra cosa es saber con qué minuciosidad leyó el documento, si es que lo leyó, lo que no reduce su responsabilidad.
Lo más grave es que la documentación no sólo refiere a confesiones de Gavazzo, sino que también incluye confesiones y denuncias del coronel (r) Jorge “Pajarito” Silveira, quien reveló que Gavazzo también asesinó a otro tupamaro, en 1974. Silveira afirmó, además, que Gavazzo era responsable de unas cien desapariciones. Todo eso estaba en el expediente que Vázquez no leyó. Un agudo observador de la realidad política comentó: “Hay que recordar que un vicepresidente de la República, nada menos, fue obligado a renunciar por la compra indebida de un colchón con una tarjeta institucional”.
Ambigüedad y gatopardismo
En el cocido de este guiso hay dos ingredientes principales: uno, la pervivencia, a través de las sucesivas generaciones de oficiales, de una concepción invariable de la doctrina de la seguridad nacional, una defensa del terrorismo de Estado y un compromiso férreo con la omertà. La actitud del ex comandante Manini Ríos de ordenar la continuación de las actuaciones del tribunal, a pesar de que fue informado del tenor de las declaraciones de Gavazzo y Jorge Silveira, es una prueba de esa actitud. También la de los tres generales, que se sometieron a la disciplina cuando, como funcionarios públicos, estaban en la obligación de formular una denuncia ante el conocimiento de un delito.
Al justificar su actitud, Manini expresó que la confesión de Gavazzo no era una novedad, porque ya había sido procesado en el expediente del asesinato de Gomensoro, pero se cuidó de no comentar que Silveira acusaba a Gavazzo de otros dos delitos, por lo menos: la muerte de Eduardo Pérez Silveira, víctima de la explosión de una granada arrojada a su celda del cuartel de Artillería número 1 en 1974, y la desaparición de María Claudia García de Gelman, en diciembre de 1976 o enero de 1977.
Aunque enfáticamente afirmó, en el acto de proclamación de su candidatura a la presidencia de la República, que no había escondido nada, después, en una entrevista concedida a Búsqueda, admitió que, quizás, había sido un error no formular la denuncia correspondiente.
El otro ingrediente tiene que ver con la ambigüedad y el gatopardismo del poder político en la cuestión de los derechos humanos. No era necesaria la confesión de Gavazzo para conocer el horror de los crímenes de la dictadura, tal como expresó Julio María Sanguinetti. De hecho, el ex presidente en sus dos mandatos hizo lo posible por impedir la investigación del terrorismo de Estado: archivó los expedientes de las denuncias y bloqueó los intentos de desarticular la impunidad que él mismo impulsó.
Vázquez, al comentar las confesiones de Gavazzo, concluyó que se desmoronaba la política del silencio sobre las atrocidades del pasado. Parece un exceso de optimismo, porque nada induce a pensar que espontáneamente, ahora, todos los guardianes de los secretos harán cola para confesarse. De hecho, la confesión de Gavazzo está directamente relacionada con la forma en que el ejército encara los tribunales de honor (véase nota aparte).
Entre los aplausos por la destitución de los seis generales (tres del Tribunal de Honor y tres del Tribunal de Alzada), el pedido al Parlamento para el pase a reforma de otros tres y las críticas por la forma opaca en que el gobierno administró la crisis, la oposición tiene la oportunidad de apoyar la creación de instrumentos que permitan y faciliten la investigación de los crímenes y definan las responsabilidades. Ante el “horror” ahora “descubierto”, todos coinciden en la necesidad de reparar las omisiones, pero el único camino sugerido es dejar que la justicia penal tome cartas en el asunto (véase nota aparte).
Para encauzar efectivamente la investigación de los crímenes, es necesario que el poder político (gobierno y Parlamento) otorguen las herramientas para ubicar los archivos militares que contienen los informes sobre las actuaciones de la represión. El llamado “Archivo Berrutti”, una colección voluminosa de imágenes microfilmadas, aporta indicios sobre dónde buscar la información concreta: hay por lo menos 12 archivos de otros tantos organismos militares, que deberían ser ubicados y sacados a luz. El ex ministro Menéndez ensayó algunas iniciativas al autorizar el ingreso a determinadas unidades para la digitalización de sus archivos; y el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, autorizó la digitalización del archivo de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia. Sin embargo, no existe hasta ahora un equipo oficial, con los recursos necesarios para estudiar todo ese material. Una tarea de tal magnitud, a realizar de forma independiente y a resguardo de presiones, sólo puede llevarla a cabo algún organismo con respaldo parlamentario, como la Institución Nacional de Derechos Humanos, entre cuyas atribuciones está, precisamente, la potestad de ingresar a cualquier lugar sin aviso previo.
La ubicación de los archivos sobre los operativos militares es una tarea que aún está por encararse. Quizás el nuevo ministro de Defensa Nacional, José Bayardi, disponga alguna iniciativa concreta en ese sentido.
los relatos en el tribunal. Tal vez la novedad más interesante que aportó la confesión de José Gavazzo en el Tribunal de Honor que lo juzgó por una eventual lesión del honor militar (además de provocar la crisis que dejó en evidencia la hipocresía militar y el gatopardismo político) es la confirmación de un principio castrense que obliga a revisar la óptica con que se mide la responsabilidad penal en los casos de delitos de lesa humanidad.
Según las reproducciones de parte de las actas (que saludablemente deberían ser puestas al acceso de todos), José Gavazzo relató ante los generales del tribunal que en el cuartel de La Paloma encontró sin vida a un prisionero que estaba siendo interrogado. Gavazzo no dice que él lo mató, que es responsable de la muerte, pero dice que inmediatamente le comunicó la novedad al jefe de la unidad, el coronel Alfredo Rubio. Él, Gavazzo, por entonces mayor, era el segundo jefe de esa unidad de Artillería. La confesión describe que, después de dar detalles a Rubio, ambos se trasladaron a la Región Militar número 1 y le comunicaron lo sucedido al general Esteban Cristi. En el despacho del jefe de la Región, Cristi decidió que se desprendieran del cuerpo de Gomensoro, es decir que el asesinado pasaría a ser un desaparecido. Entonces, Gavazzo relata que, obviamente con la autorización de Rubio, trasladó el cuerpo hasta el Río Negro y lo lanzó al agua.
Esta versión de Gavazzo fue corregida por el coronel (r) Jorge Silveira, quien, al declarar en el tribunal, dijo que Rubio, profundamente enojado por la muerte de Gomensoro, se había trasladado solo al comando de la región para informar a Cristi. Gavazzo había quedado en el cuartel.
A los efectos del significado del relato, son irrelevantes las diferencias entre las versiones. Lo que importa es que el mayor Gavazzo informó a su superior, Rubio, y este informó a su superior, el general Cristi. Y que, producto de ello, hubo una orden de actuar para remediar la situación. El ejemplo confirma una convicción extendida entre militantes de derechos humanos y políticos sensibilizados con el tema: todos los actos militares requieren la correspondiente orden superior; el mando debe siempre estar informado de los sucesos y ordenar en consecuencia. Puede haber excepciones, casos en los que un subordinado actúa sin el visto bueno de su superior, pero, en ese caso, la venganza será terrible, porque la iniciativa socava el pilar de la verticalidad del mando; la obediencia debida es la contracara del control absoluto del mando. La iniciativa debe contar siempre con el respaldo superior para concretarse, y la iniciativa que no cuenta con la autorización es severamente castigada.
Los legajos de los oficiales de las Fuerzas Armadas están repletos de sanciones por esa causa. De lo que se desprende que ningún oficial tomará la iniciativa de asesinar a un prisionero si no cuenta con la autorización superior. Puede que ocurra un accidente y que la muerte no sea premeditada, pero siempre habrá una intervención del superior.
Si ese es el criterio que rige para la vida militar, entonces hay que concluir que las atrocidades del terrorismo de Estado fueron ordenadas o avaladas por el superior. Si un comando de militares uruguayos asesinó en Buenos Aires a Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, fue porque contó con la debida autorización. Y el enterramiento de Julio Castro, por poner otro ejemplo, en el predio del Batallón 14 de Infantería, en Toledo, debe de haber contado con el conocimiento y la autorización del jefe de la unidad de aquel entonces, agosto de 1977. ¿Qué autoridad podía llegar a ejercer ese comandante con sus subordinados, si cualquiera podía entrar en los predios del cuartel a enterrar cuerpos? Por el contrario, es dable suponer que ese superior sabía quién ordenó el enterramiento, quién le dio la orden y quiénes ejecutaron la acción, oficiales y soldados. Sin embargo, hasta ahora nadie pregunta, en cada caso investigado, quién daba las órdenes, quién autorizaba.
Otro punto de reflexión es por qué en los tribunales de honor se cuenta, se dice, se admite lo que se niega en otros ámbitos, en especial en la justicia. Gavazzo, por ejemplo, negó siempre ante los magistrados tener algo que ver con el asesinato de Gomensoro, pero lo confiesa en el tribunal. Una explicación aceptable es que la norma, en las Fuerzas Armadas, dicta que en los tribunales de honor se debe decir la verdad, quizás porque los miembros del tribunal, oficiales superiores, no pueden permitir que un subordinado les mienta en la cara y los engañe. Es otra forma inadmisible de atentar contra la verticalidad del mando.
Este tribunal, que tanta repercusión ha tenido, no es una excepción. Hay otras actas, en las que los oficiales han admitido lo que en otras instancias han negado. Por ejemplo, en el tribunal que juzgó la conducta de Manuel Cordero, “acusado” de ser homosexual, algunos de los acusadores admitieron que secuestraron, interrogaron y presionaron a civiles que concurrían a los mismos bares frecuentados por Cordero para obtener pruebas. Admitieron que habían amenazado a dichas personas con represalias si llegaban a difundir lo que habían vivido. Cordero, por su parte, se defendió con un argumento irrebatible: en las fechas de las acusaciones, en 1976, él permaneció en comisión en Buenos Aires todo un año, lo que significó la confirmación de que estuvo actuando en Automotores Orletti, torturando a uruguayos secuestrados, como fue acusado por decenas de víctimas.
Para redondear ejemplos: el coronel (r) Ernesto Ramas admitió ante un tribunal que había realizado el secuestro extorsivo de un narcotraficante a quien acusó de ser “terrorista” para mantenerlo incomunicado en el centro clandestino de La Tablada, mientras se tramitaba una transferencia bancaria. Y el coronel Eduardo Ferro, enfrentado en un tribunal con su colega de la inteligencia Carlos Silva, admitió que el Sid mantenía relaciones estrechas con la CIA.
Nota: (1) Uno de los principales represores de la dictadura, se le tipificaron 28 homicidios. Actualmente con “prisión domiciliaria” por “razones de salud”, continúa cobrando la jubilación de militar en “situación de reforma”.
Brecha
La destitución de los militares y la renuncia inducida del ministro de Defensa, Jorge Menéndez, y su subsecretario, Daniel Montiel, se ha visualizado como un estallido, cuando, en realidad, es un proceso que comenzó a mediados de febrero y que transcurrió discretamente hasta que un informe periodístico reveló el contenido de las actas del Tribunal de Honor. El relevo del comandante del Ejército Guido Manini Ríos, el 15 de marzo, y el nombramiento de su sucesor, general José González, fueron consecuencia de las críticas a la actuación de la justicia que el primero de los nombrados formuló en un documento cuando solicitó entrevistarse con el presidente para que se produjera una definición sobre la homologación del fallo del tribunal. Ese fallo absolvía a Gavazzo de lesionar el honor de las Fuerzas Armadas, a pesar de haber sido condenado por 28 homicidios y desapariciones. El tribunal condenaba, en cambio, a Gavazzo a pasar a la situación de reforma por haber permitido que un coronel, Juan Carlos Gómez, permaneciera en prisión durante tres años, cuando sabía que era inocente. Las opciones de los generales que actuaron en el tribunal revelaron varas distintas para sopesar injusticias: tomaron medidas frente al encarcelamiento de un coronel, pero eludieron tomar aquellas que pudieran satisfacer a los familiares de 28 víctimas asesinadas.
En ese momento, 16 de marzo, nadie, ni el presidente Vázquez, ni el general Manini, ni el secretario de la Presidencia, Miguel Ángel Toma, ni el ministro de Defensa en funciones, Montiel, explicó por qué Gavazzo sabía de la inocencia de Gómez. Hubo, en ese momento, una apuesta por mantener un discreto silencio en la esperanza de que el asunto se olvidara. Entre otras cosas, se incurrió en la flagrante contradicción de ascender a la jefatura del Ejército a un general que no advirtió, en la consumación de 28 asesinatos, una lesión al honor militar.
Fue necesario que lo inexplicable e inexplicado tomara estado público cuando el periodista Leonardo Haberkorn publicó en El Observador detalles de las declaraciones que Gavazzo formuló ante los generales González, Alfredo Erramun y Gustavo Fajardo. En el tribunal, Gavazzo admitió que en 1973 se hizo cargo del cuerpo de Roberto Gomensoro, lo trasladó en un vehículo hasta el Río Negro, lo embarcó en una lancha y finalmente lo arrojó a las aguas. Declaró que todo lo había hecho él solo, sin ayuda, con la evidente intención de subrayar que no involucraba a subalternos.
La publicación de parte de las actas hizo trizas la política de silencio. Ante el nuevo panorama, el presidente tomó drásticas medidas: destituyó a los tres generales del tribunal, entre ellos, al flamante comandante que había asumido hacía una semana, y comunicó que aceptaba la renuncia del ministro de Defensa y del subsecretario. Primero un comunicado de la Presidencia y luego declaraciones que Vázquez formuló para el informativo de Vtv pretendieron atenuar las aristas más oscuras del episodio. Vázquez, que ya había encomendado al presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, que difundiera la noticia de que él, el presidente, no estaba en conocimiento de la confesión de Gavazzo, en sus declaraciones al periodista Gabriel Pereyra admitió que no había leído el expediente, aunque había sido informado de él. Explicó que por día firmaba unos 50 documentos. De todas formas, aclaró que estaba dispuesto a asumir la responsabilidad política de los hechos.
Las ambigüedades y las opacidades de que hicieron gala los principales protagonistas sufrieron otro sacudón, cuando el diario El País reveló que a mediados de febrero el ministro Menéndez, no bien recibió y leyó las actas del tribunal, se dirigió a la Torre Ejecutiva y se entrevistó con Vázquez, a quien interiorizó del contenido de las actas. Como explicó después el presidente, le pidió a Menéndez que trasladara al secretario de la Presidencia, Miguel Toma, los antecedentes y que se efectuara la denuncia penal correspondiente. Tal como reveló El País, Menéndez se entrevistó con Toma, por más que este colorado, hombre de confianza de Tabaré Vázquez, negó esa entrevista y pretendió deslindar la responsabilidad en una conversación telefónica que no lo deja muy bien parado. Fue necesario que el propio Menéndez, aquejado de una grave enfermedad que lo obligó a solicitar licencia a principios de marzo, dejara por escrito todos los detalles en una carta que elevó al presidente. Recién entonces, Toma admitió haberse reunido con Menéndez y haberse enterado de las confesiones de Gavazzo. Sin embargo, deslindó la responsabilidad al depositar en el Ministerio de Defensa la tarea de formular la denuncia penal que el presidente le había encomendado a él. Con ello, Toma le pasaba la pelota a Montiel, ministro en funciones, cuya actuación en todo el episodio mereció un respaldo del Mpp.
La carta de Menéndez despejó un aspecto que provocaba escozor en el Frente Amplio: la duda de si el presidente sabía o no los extremos de la declaración de Gavazzo. Ahora no cabe duda de que Vázquez fue alertado de la confesión del delito. Otra cosa es saber con qué minuciosidad leyó el documento, si es que lo leyó, lo que no reduce su responsabilidad.
Lo más grave es que la documentación no sólo refiere a confesiones de Gavazzo, sino que también incluye confesiones y denuncias del coronel (r) Jorge “Pajarito” Silveira, quien reveló que Gavazzo también asesinó a otro tupamaro, en 1974. Silveira afirmó, además, que Gavazzo era responsable de unas cien desapariciones. Todo eso estaba en el expediente que Vázquez no leyó. Un agudo observador de la realidad política comentó: “Hay que recordar que un vicepresidente de la República, nada menos, fue obligado a renunciar por la compra indebida de un colchón con una tarjeta institucional”.
Ambigüedad y gatopardismo
En el cocido de este guiso hay dos ingredientes principales: uno, la pervivencia, a través de las sucesivas generaciones de oficiales, de una concepción invariable de la doctrina de la seguridad nacional, una defensa del terrorismo de Estado y un compromiso férreo con la omertà. La actitud del ex comandante Manini Ríos de ordenar la continuación de las actuaciones del tribunal, a pesar de que fue informado del tenor de las declaraciones de Gavazzo y Jorge Silveira, es una prueba de esa actitud. También la de los tres generales, que se sometieron a la disciplina cuando, como funcionarios públicos, estaban en la obligación de formular una denuncia ante el conocimiento de un delito.
Al justificar su actitud, Manini expresó que la confesión de Gavazzo no era una novedad, porque ya había sido procesado en el expediente del asesinato de Gomensoro, pero se cuidó de no comentar que Silveira acusaba a Gavazzo de otros dos delitos, por lo menos: la muerte de Eduardo Pérez Silveira, víctima de la explosión de una granada arrojada a su celda del cuartel de Artillería número 1 en 1974, y la desaparición de María Claudia García de Gelman, en diciembre de 1976 o enero de 1977.
Aunque enfáticamente afirmó, en el acto de proclamación de su candidatura a la presidencia de la República, que no había escondido nada, después, en una entrevista concedida a Búsqueda, admitió que, quizás, había sido un error no formular la denuncia correspondiente.
El otro ingrediente tiene que ver con la ambigüedad y el gatopardismo del poder político en la cuestión de los derechos humanos. No era necesaria la confesión de Gavazzo para conocer el horror de los crímenes de la dictadura, tal como expresó Julio María Sanguinetti. De hecho, el ex presidente en sus dos mandatos hizo lo posible por impedir la investigación del terrorismo de Estado: archivó los expedientes de las denuncias y bloqueó los intentos de desarticular la impunidad que él mismo impulsó.
Vázquez, al comentar las confesiones de Gavazzo, concluyó que se desmoronaba la política del silencio sobre las atrocidades del pasado. Parece un exceso de optimismo, porque nada induce a pensar que espontáneamente, ahora, todos los guardianes de los secretos harán cola para confesarse. De hecho, la confesión de Gavazzo está directamente relacionada con la forma en que el ejército encara los tribunales de honor (véase nota aparte).
Entre los aplausos por la destitución de los seis generales (tres del Tribunal de Honor y tres del Tribunal de Alzada), el pedido al Parlamento para el pase a reforma de otros tres y las críticas por la forma opaca en que el gobierno administró la crisis, la oposición tiene la oportunidad de apoyar la creación de instrumentos que permitan y faciliten la investigación de los crímenes y definan las responsabilidades. Ante el “horror” ahora “descubierto”, todos coinciden en la necesidad de reparar las omisiones, pero el único camino sugerido es dejar que la justicia penal tome cartas en el asunto (véase nota aparte).
Para encauzar efectivamente la investigación de los crímenes, es necesario que el poder político (gobierno y Parlamento) otorguen las herramientas para ubicar los archivos militares que contienen los informes sobre las actuaciones de la represión. El llamado “Archivo Berrutti”, una colección voluminosa de imágenes microfilmadas, aporta indicios sobre dónde buscar la información concreta: hay por lo menos 12 archivos de otros tantos organismos militares, que deberían ser ubicados y sacados a luz. El ex ministro Menéndez ensayó algunas iniciativas al autorizar el ingreso a determinadas unidades para la digitalización de sus archivos; y el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, autorizó la digitalización del archivo de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia. Sin embargo, no existe hasta ahora un equipo oficial, con los recursos necesarios para estudiar todo ese material. Una tarea de tal magnitud, a realizar de forma independiente y a resguardo de presiones, sólo puede llevarla a cabo algún organismo con respaldo parlamentario, como la Institución Nacional de Derechos Humanos, entre cuyas atribuciones está, precisamente, la potestad de ingresar a cualquier lugar sin aviso previo.
La ubicación de los archivos sobre los operativos militares es una tarea que aún está por encararse. Quizás el nuevo ministro de Defensa Nacional, José Bayardi, disponga alguna iniciativa concreta en ese sentido.
los relatos en el tribunal. Tal vez la novedad más interesante que aportó la confesión de José Gavazzo en el Tribunal de Honor que lo juzgó por una eventual lesión del honor militar (además de provocar la crisis que dejó en evidencia la hipocresía militar y el gatopardismo político) es la confirmación de un principio castrense que obliga a revisar la óptica con que se mide la responsabilidad penal en los casos de delitos de lesa humanidad.
Según las reproducciones de parte de las actas (que saludablemente deberían ser puestas al acceso de todos), José Gavazzo relató ante los generales del tribunal que en el cuartel de La Paloma encontró sin vida a un prisionero que estaba siendo interrogado. Gavazzo no dice que él lo mató, que es responsable de la muerte, pero dice que inmediatamente le comunicó la novedad al jefe de la unidad, el coronel Alfredo Rubio. Él, Gavazzo, por entonces mayor, era el segundo jefe de esa unidad de Artillería. La confesión describe que, después de dar detalles a Rubio, ambos se trasladaron a la Región Militar número 1 y le comunicaron lo sucedido al general Esteban Cristi. En el despacho del jefe de la Región, Cristi decidió que se desprendieran del cuerpo de Gomensoro, es decir que el asesinado pasaría a ser un desaparecido. Entonces, Gavazzo relata que, obviamente con la autorización de Rubio, trasladó el cuerpo hasta el Río Negro y lo lanzó al agua.
Esta versión de Gavazzo fue corregida por el coronel (r) Jorge Silveira, quien, al declarar en el tribunal, dijo que Rubio, profundamente enojado por la muerte de Gomensoro, se había trasladado solo al comando de la región para informar a Cristi. Gavazzo había quedado en el cuartel.
A los efectos del significado del relato, son irrelevantes las diferencias entre las versiones. Lo que importa es que el mayor Gavazzo informó a su superior, Rubio, y este informó a su superior, el general Cristi. Y que, producto de ello, hubo una orden de actuar para remediar la situación. El ejemplo confirma una convicción extendida entre militantes de derechos humanos y políticos sensibilizados con el tema: todos los actos militares requieren la correspondiente orden superior; el mando debe siempre estar informado de los sucesos y ordenar en consecuencia. Puede haber excepciones, casos en los que un subordinado actúa sin el visto bueno de su superior, pero, en ese caso, la venganza será terrible, porque la iniciativa socava el pilar de la verticalidad del mando; la obediencia debida es la contracara del control absoluto del mando. La iniciativa debe contar siempre con el respaldo superior para concretarse, y la iniciativa que no cuenta con la autorización es severamente castigada.
Los legajos de los oficiales de las Fuerzas Armadas están repletos de sanciones por esa causa. De lo que se desprende que ningún oficial tomará la iniciativa de asesinar a un prisionero si no cuenta con la autorización superior. Puede que ocurra un accidente y que la muerte no sea premeditada, pero siempre habrá una intervención del superior.
Si ese es el criterio que rige para la vida militar, entonces hay que concluir que las atrocidades del terrorismo de Estado fueron ordenadas o avaladas por el superior. Si un comando de militares uruguayos asesinó en Buenos Aires a Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, fue porque contó con la debida autorización. Y el enterramiento de Julio Castro, por poner otro ejemplo, en el predio del Batallón 14 de Infantería, en Toledo, debe de haber contado con el conocimiento y la autorización del jefe de la unidad de aquel entonces, agosto de 1977. ¿Qué autoridad podía llegar a ejercer ese comandante con sus subordinados, si cualquiera podía entrar en los predios del cuartel a enterrar cuerpos? Por el contrario, es dable suponer que ese superior sabía quién ordenó el enterramiento, quién le dio la orden y quiénes ejecutaron la acción, oficiales y soldados. Sin embargo, hasta ahora nadie pregunta, en cada caso investigado, quién daba las órdenes, quién autorizaba.
Otro punto de reflexión es por qué en los tribunales de honor se cuenta, se dice, se admite lo que se niega en otros ámbitos, en especial en la justicia. Gavazzo, por ejemplo, negó siempre ante los magistrados tener algo que ver con el asesinato de Gomensoro, pero lo confiesa en el tribunal. Una explicación aceptable es que la norma, en las Fuerzas Armadas, dicta que en los tribunales de honor se debe decir la verdad, quizás porque los miembros del tribunal, oficiales superiores, no pueden permitir que un subordinado les mienta en la cara y los engañe. Es otra forma inadmisible de atentar contra la verticalidad del mando.
Este tribunal, que tanta repercusión ha tenido, no es una excepción. Hay otras actas, en las que los oficiales han admitido lo que en otras instancias han negado. Por ejemplo, en el tribunal que juzgó la conducta de Manuel Cordero, “acusado” de ser homosexual, algunos de los acusadores admitieron que secuestraron, interrogaron y presionaron a civiles que concurrían a los mismos bares frecuentados por Cordero para obtener pruebas. Admitieron que habían amenazado a dichas personas con represalias si llegaban a difundir lo que habían vivido. Cordero, por su parte, se defendió con un argumento irrebatible: en las fechas de las acusaciones, en 1976, él permaneció en comisión en Buenos Aires todo un año, lo que significó la confirmación de que estuvo actuando en Automotores Orletti, torturando a uruguayos secuestrados, como fue acusado por decenas de víctimas.
Para redondear ejemplos: el coronel (r) Ernesto Ramas admitió ante un tribunal que había realizado el secuestro extorsivo de un narcotraficante a quien acusó de ser “terrorista” para mantenerlo incomunicado en el centro clandestino de La Tablada, mientras se tramitaba una transferencia bancaria. Y el coronel Eduardo Ferro, enfrentado en un tribunal con su colega de la inteligencia Carlos Silva, admitió que el Sid mantenía relaciones estrechas con la CIA.
Nota: (1) Uno de los principales represores de la dictadura, se le tipificaron 28 homicidios. Actualmente con “prisión domiciliaria” por “razones de salud”, continúa cobrando la jubilación de militar en “situación de reforma”.
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