miércoles, 17 de junio de 2020

“El momento de la verdad en Estados Unidos”: Cornel West dice que los levantamientos en todo el país son una señal del “colapso del imperio” // “Dejen de financiar a la policía” Activistas en EE.UU. exigen defender a los afroestadounidenses // Multitudinarias marchas pese al coronavirusEl grito de justicia por George Floyd y contra el racismo se escuchó en todo el mundo // Covid, mucho más que un desencadenante de crisis // Atlanta: Policías matan a tiros a un afroamericano desarmado cuando se resistía a ser arrestado en EE.UU. // Manifestantes incendian el restaurante donde un policía mató a tiros a un afroamericano desarmado // EE.UU: movimiento de masas radical // URUGUAY: movilización 4 "Otro río de libertad" // Presentaron Coordinadora de sindicatos de ANCAP // Molina: "Honrar la huelga general de 1973 es defender la democracia" // FILÁNTROPOS, IZQUIERDA Y LOS MITOS DE LA EXTREMA DERECHA Por Aldo Marchesi // El negacionismo ha causado más muertes

Noticias Internacionales Independientes (EE.UU)

“El momento de la verdad en Estados Unidos”: Cornel West dice que los levantamientos en todo el país son una señal del “colapso del imperio”


Reportaje01 de junio de 2020
Este fin de semana, miles de personas salieron a la calle en todo Estados Unidos para protestar contra las muertes de personas negras avaladas por el Estado. Al mismo tiempo, el país enfrenta su mayor crisis de salud pública en generaciones y la mayor tasa de desempleo desde la Gran Depresión. En este contexto, el profesor Cornel West se refiere a Estados Unidos como una “civilización capitalista depredadora y obsesionada con el dinero, el dinero y el dinero”. También establece un vínculo entre la violencia del Estado estadounidense en el extranjero y dentro del país. “Hay una conexión entre las semillas de violencia que se siembran externa e internamente”.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la entrevista que le hicimos al profesor Cornel West.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.
NERMEEN SHAIKH: Dr. Cornel West, ¿podría responder a lo que dijo la profesora Yamahtta Taylor? Usted está de acuerdo, por supuesto, en que el asesinato de George Floyd fue un linchamiento. También ha dicho que su muerte y las manifestaciones que se desencadenaron son una muestra del fallido experimento social que es Estados Unidos. ¿Podría responder a eso y también a la forma en que el Estado y las fuerzas del orden han respondido a las protestas tras la muerte de George Floyd, con la Guardia Nacional desplegada en muchas ciudades y estados alrededor del país?
CORNEL WEST: No hay duda de que este es el momento de la verdad en Estados Unidos. Pero tenemos que establecer la conexión entre lo local y lo global. Porque cuando se siembran las semillas de la avaricia: la desigualdad a nivel nacional y, a nivel mundial, los tentáculos imperialistas, 800 unidades militares en el extranjero, la violencia y la presencia del Mando África de EE.UU. (AFRICOM) en África, el apoyo a varios regímenes dictatoriales en Asia, etc., hay una conexión entre las semillas de violencia sembradas externa e internamente. Lo mismo pasa con las semillas del odio, de la supremacía blanca, del odio hacia las personas negras. El odio a la negrura, con su propia dinámica dentro del contexto de una civilización capitalista depredadora, obsesionada con el dinero, dinero, más dinero, la dominación de los trabajadores y la marginación de aquellos que no encajan —nuestros hermanos homosexuales, hermanas lesbianas, trans y demás—. Es precisamente esta convergencia a la cual se refiere mi querida hermana, la profesora Taylor, en relación con las formas en que el imperio estadounidense está implosionando, con sus cimientos sacudidos por levantamientos desde las bases.
El catalizador, sin duda, fue el linchamiento público de nuestro hermano George Floyd, pero también los fracasos de la economía capitalista depredadora en satisfacer las necesidades básicas de alimentación, asistencia sanitaria y educación de calidad, trabajos con un salario digno, al igual que el colapso de la clase política y el colapso de la clase profesional. Su legitimidad ha sido cuestionada radicalmente, y eso es multirracial. Es la dimensión neofascista de Trump. Es la dimensión neoliberal de Biden y Obama, de los Clinton y demás. Esto incluye a gran parte de los medios de comunicación. Incluye a muchos de los profesores en las universidades. Los jóvenes dicen: “Todos ustedes han sido hipócritas. No se han preocupado por nuestro sufrimiento, nuestra miseria. Ya no creemos en su legitimidad”. Y eso deriva en una violenta explosión, que es lo que sucede ahora.
No quiero extenderme, pero, es en este contexto en el creo que Ella Baker y Fannie Lou Hamer, el rabino Heschel y Edward Said y, especialmente, el hermano Martin y Malcolm y sus legados, se vuelven más importantes, porque nos hablan desde la verdad. Nos proporcionan la conexión entre justicia y compasión con su ejemplo, en la forma en que se organizaron. Y eso es lo que se necesita en este momento. Una rebelión no es lo mismo que una revolución, de ninguna manera. Lo que necesitamos es un proyecto revolucionario no violento de intercambio democrático a gran escala —poder, riqueza, recursos, respeto, organización— y una transformación fundamental de este imperio estadounidense.
AMY GOODMAN: ¿Cuál es su opinión, profesor West, acerca del gobernador de Minnesota, quien ha dicho que se están investigando conexiones entre grupos de supremacía blanca con los saqueos e incendios en la ciudad, y luego, el presidente Trump diciendo en Twitter que buscará incluir a ANTIFA, los activistas antifascistas, en la lista de terroristas —algo que no puede hacer— y el énfasis que William Barr le ha dado a esto, al decir que emprenderá una investigación contra la extrema izquierda?
CORNEL WEST: No, eso es ridículo. Recuerde, hermana Amy —y le digo que la aprecio y la respeto mucho— que ANTIFA me salvó la vida en Charlottesville. No hay duda de eso. Ellos brindaron seguridad. Así que la noción de que se conviertan en candidatos a ser designados como organización terrorista, cuando las personas que intentaban matarnos —los nazis, el Klan— no son candidatos para un estatus de organización terrorista, es precisamente lo que quieren que suceda. Y lo que sucederá, con Trump a la cabeza, es una reacción violenta, represiva y neofascista ante lo que está pasando. Tenemos que ser muy claros al respecto. El neofascismo tiene ese tipo de obsesión con la imposición militarista ante cualquier tipo de desorden. Entonces tenemos que fortalecernos ante eso. Pero creo que lo más importante es que debemos asegurarnos de preservar nuestro fundamental enfoque moral y espiritual, nuestras cualidades, en perseguir la verdad y la justicia, además de vigilar de cerca el saqueo legalizado: la codicia de Wall Street; el asesinato legalizado: la policía; el asesinato legalizado en el extranjero, en Yemen, en Pakistán, en África con AFRICOM, y así sucesivamente. Ahí es donde debe estar nuestro enfoque, porque toda esta energía rebelde se tiene que canalizar a través de organizaciones arraigadas en la búsqueda de la verdad y la justicia.

“Dejen de financiar a la policía”

Activistas en EE.UU. exigen defender a los afroestadounidenses

Por Amy Goodman - Denis Moynihan | 13/06/2020 | REBELIÓN

Fuentes: Democracy Now!
Las protestas contra la violencia policial en Estados Unidos, que ya llevan más de dos semanas ininterrumpidas, están comenzando a generar cambios. El asesinato de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis impulsó a cientos de miles —o quizás millones— de personas a salir a las calles, para exigir justicia para Floyd y otras víctimas de la policía, así como un cambio fundamental en el sistema policial.
El lema “dejen de financiar a la policía” recorre el país, entonado descarnadamente por personas cansadas de un ciclo que se repite una y otra vez: violencia policial, protestas, promesas de reforma y luego… nada. En Minneapolis, una gran mayoría del Concejo Municipal de la ciudad se ha comprometido a tomar medidas para desmantelar el Departamento de Policía de Minneapolis.
En una entrevista para Democracy Now!, el profesor de la Universidad de Harvard Khalil Gibran Muhammad, autor de “The Condemnation of Blackness” (“La condena a la negritud”, en español), expresó: “No hemos visto un momento como este en al menos medio siglo, con manifestantes saliendo a las calles para exigir, de una vez por todas, no solo una reforma policial y que se termine la impunidad, sino también una nueva perspectiva de la relación entre las autoridades estatales y la salud de una comunidad”.
En Minneapolis, los cuatro oficiales que participaron en la muerte de George Floyd han sido formalmente acusados por el asesinato. Pero la población quiere más que condenas, que en muchos casos ni siquiera se concretan, tal como expresó Keith Ellison, primer fiscal general afroestadounidense de Minnesota. Ellison se hizo cargo de llevar adelante la acusación formal contra los policías involucrados en la muerte de Floyd por temores de que el fiscal del condado tuviera un sesgo a favor de la policía. Tras décadas de impunidad, violencia contra los residentes de la ciudad y el fracaso en la resolución de crímenes violentos, una gran cantidad de gente en Minneapolis desea que el departamento de policía de su ciudad sea desmantelado.
Jeremiah Ellison, miembro del Concejo Municipal de Minneapolis, opinó en una entrevista para Democracy Now!: “Tenemos que crear un sistema de seguridad pública que funcione para todos”. Jeremiah Ellison es hijo de Keith Ellison y conoce personalmente la inclinación por la violencia del Departamento de Policía de Minneapolis. En 2015, en medio de las masivas protestas no violentas tras la muerte a manos de la policía de otro joven afroestadounidense, Jamar Clark, un oficial de este mismo departamento de policía apuntó con un arma de fuego a la cabeza de Jeremiah mientras permanecía con las manos alzadas.
Jeremiah Ellison prosiguió: “El año pasado hicimos un estudio de las llamadas al 911 y nos dimos cuenta de que entre las principales llamadas que atiende la policía están las llamadas por lo que consideramos personas con trastornos emocionales o llamadas por temas de salud mental. ¿Necesitamos un arma de fuego presente en una llamada como esa? ¿Necesitamos un arma de fuego presente en una llamada por un billete de 20 dólares falso? Creo que no”.
En la ciudad de Nueva York hay agrupaciones que luchan desde hace décadas para reformar el Departamento de Policía de la ciudad. La lista de hombres negros desarmados muertos a manos de la policía neoyorquina es cada vez más larga: Amadou Diallo, Patrick Dorismond, Ousmane Zongo, Timothy Stansbury Jr., Sean Bell, Ramarley Graham, Eric Garner… y la lista continúa. Linda Sarsour, activista de larga trayectoria, colaboró en la organización de una marcha para exigir un cambio en las políticas policiales tras el asesinato de George Floyd. Sarsour expresó en Democracy Now!: “Más de 50.000 personas salieron a las calles con nosotros, y tenemos una serie de demandas. Dejen que los policías hagan lo que se supone que deben hacer: mantener a las personas seguras. No son trabajadores sociales. No son profesionales de la salud mental. No son educadores. Así que, en realidad, se involucran en actividades que no coinciden con la certificación ni con los criterios de las actividades que debería desempeñar un agente de policía. Si no los capacitan para eso en la academia de policía, entonces, ¿por qué los enviamos a abordar cosas que no tienen nada que ver con ellos? En la ciudad de Nueva York, el departamento de policía cuenta con mayor presupuesto que casi cualquier otro organismo de la ciudad, de hecho, tal vez el mayor presupuesto de todos los organismos públicos de la ciudad de Nueva York. Lo que reclamamos es que reduzcan su presupuesto, tomen ese dinero y lo reasignen a jóvenes y adultos mayores, al desarrollo comunitario, con un enfoque en aquellos que han sido afectados más directamente: comunidades de color y gente pobre de clase trabajadora”.
Al tiempo que la gente se alza en demanda de justicia para George Floyd y de políticas para abordar la imperecedera plaga de racismo en Estados Unidos, la policía, la Guardia Nacional y el presidente Trump y sus secuaces han hecho todo lo posible para reprimir violentamente la disidencia. Los activistas han sido golpeados, rociados con gases lacrimógenos y gas pimienta, baleados y arrestados en masa. Tanto manifestantes no violentos como periodistas han sufrido la pérdida de ojos, han sido embestidos por autos y camiones y han sufrido fracturas. En una manifestación en San José, California, la policía le disparó a un colaborador comunitario que solía instruir a los propios agentes sobre el sesgo implícito de la institución policial contra las personas de color. Derrick Sanderlin, un afroestadounidense de 27 años de edad, recibió un disparo de bala de goma en la ingle que le ocasionó una ruptura de testículo y ahora ya no podrá engendrar hijos.
A medida que el gas lacrimógeno se disipa, comienzan a aprobarse las largamente esperadas leyes de reforma policial. Tanto en el estado de Nueva York y en Colorado, como en las ciudades de Houston, en Texas, y Raleigh, en Carolina del Norte, se han prohibido las llaves de estrangulamiento. La Cámara de Representantes de Estados Unidos está por aprobar un proyecto de ley que prohibirá las llaves de estrangulamiento a nivel federal. También creará una base de datos nacional de policías violentos, por lo que un agente despedido no podrá simplemente mudarse a un departamento de policía de otra ciudad o pueblo.
El martes pasado, después del funeral de George Floyd, su hermano menor, Philonise, voló a Washington D.C. para dirigirse al Comité Judicial de la Cámara de Representantes: “George no estaba haciéndole daño a nadie ese día. No merecía morir por veinte dólares. Les pregunto, ¿es eso es lo que vale la vida de un hombre negro? ¿Veinte dólares? Estamos en 2020. Ya fue suficiente”.

© 2020 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.


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violencia institucionalizada

Nacer negro

Las protestas masivas rebasan la petición de justicia por la muerte de Floyd. Exigen la revisión exhaustiva de la historia nacional así como una actualización de los Derechos Civiles, inservibles frente a la estructura racista sobre la que se erige todo
Azahara Palomeque
7/06/2020
<p>Concentración tras la muerte de Floyd en North Park, San Diego, el 31 de mayo.</p> Concentración tras la muerte de Floyd en North Park, San Diego, el 31 de mayo.
Anthony Crider
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“He llorado tanto, no te imaginas” –confiesa Anthony. “¿Por qué?” –le pregunto. “Por todo: las protestas, las muertes, nuestra dignidad; porque nadie, ni un solo blanco a mi alrededor entiende lo que se siente al ir por la calle pensando que en cualquier momento te van pegar un tiro”. Está desesperado, lo estamos. Él desde Nueva York y yo desde Philadelphia llevamos días respirando cómo el país se levanta en un clamor ensordecedor tras la brutal muerte de George Floyd a manos de la policía. A pesar de la respuesta multitudinaria en las calles, no lo entienden –reitera Anthony–, y su crítica va orientada a la izquierda. Muchos demócratas blancos son incapaces de ponerse en la piel de quien ha estado siempre sometido a una violencia institucionalizada que atraviesa cada aspecto de la sociedad estadounidense, desde antes del nacimiento hasta la muerte prematura. De comienzo a fin: la mortalidad materna entre las mujeres negras, derivada de la gestación o el parto, es hasta cuatro veces superior a la de las mujeres blancas; la esperanza de vida de los negros es de 74 años, comparada con los 79 que viven de media los blancos. La complejidad de una nación completamente fracturada por la mirada racista, que establece una jerarquización del valor de la vida en la que también nos encontramos los inmigrantes, es tan inefable como abarcadora. El racismo, con su sistemático poder destructivo, nutre los cimientos de un país que nació como república esclavista y, lejos de conformar un ajedrez, muta en su capacidad de dar muerte según una gradación cromática socialmente construida. Debajo, en el nadir demográfico de esa potencia económica y militar que es Estados Unidos, yace la base sobre la que se eleva todo: el pueblo negro. Como clamaba James Baldwin: “La historia del negro en Estados Unidos es la historia de Estados Unidos”. George Floyd ha sido la chispa que ha desatado un incendio donde antes había vidas en estado de combustión latente. 
Graben estos nombres: Eric Garner; asesinado por la policía por vender cigarrillos, fue el primero que pronunció la frase que ahora se ha vuelto una consigna mundial antirracista: I can’t breath. Breonna Taylor, a quien el plomo policial aniquiló durante una redada en su propia casa: buscaban drogas y sólo encontraron el cadáver que ellos crearon. Ahmaud Arbery: salió a correr por un camino y dos vecinos del barrio le dispararon a bocajarro. Philando Castile, víctima de un atentado policial en su propio coche, al que asistieron su mujer y su hija de cuatro años. Su delito fue decirle al oficial que poseía un arma –legal– pero que no pensaba utilizarla; las imágenes de la niña rogándole a su madre que no gritase o, de lo contrario, le dispararían, desencadenaron, no las de Anthony, sino mis lágrimas esta vez. La lista es interminable y éstos son solamente algunos casos recientes que dan cuenta de una violencia policial y ciudadana que se ceba repetidamente con los mismos. Si estas muertes fueron capaces de suscitar una rabia y desasosiego colectivos es porque las redes sociales amplificaron unas voces que han sido históricamente silenciadas. Pero, tras la viralidad de unos videos que crean conciencia social tanto como espectacularizan el sufrimiento ajeno, se esconde una trayectoria de maltrato constante, de derechos suprimidos y de privación sistemática de oportunidades en un país que se vanagloria de ofrecerlas, entretejidas en su tan manido American Dream. “Anthony –le digo–, quiero explicar el racismo estructural en Estados Unidos, que la gente lo entienda”. “Buena suerte. En mis cuarenta años de vida yo no lo he conseguido”.
Racismo estructural 
De niña aprendí que los seres vivos nacen, se alimentan, crecen, se desarrollan, se reproducen y mueren; de adolescente, que cuando esos seres vivos son humanos, además, tienen derechos. Sin embargo, el cuerpo negro en este país parece desafiar día tras día tan básico aprendizaje. Nacer negro; imaginar por un momento, movidos por un ejercicio de empatía, que uno ya viene al mundo desafiando las estadísticas, pues salir del útero implica un mayor riesgo que hacerlo si eres blanco. Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés), la mortalidad infantil de los negros se sitúa en un 11,4 por mil, la más alta del país, frente al 4.9 del colectivo blanco. Si se ha tenido la suerte de superar esa primera barrera, las otras no tardarán en aparecer, ligadas a una pobreza racializada, documentada hasta la saciedad, a la que se suman otros factores. Así, una alimentación sana y equilibrada parece casi imposible: más de dos millones de estadounidenses viven en lo que se conoce como “desiertos alimentarios”, áreas caracterizadas por su difícil acceso a comida de calidad. Si bien el problema afecta también a los blancos pobres, investigaciones recientes han demostrado que los barrios hispanos y negros tienen menos supermercados y más tiendas pequeñas de alimentación en las que abunda la comida basura y escasean los cereales, las frutas y las verduras. 
El 75% de los niños negros asisten a colegios segregados donde las carencias educativas y la falta de recursos son notables
Pero pongamos que hemos logrado nacer, que nos nutrimos a base de lo disponible y, aún así, vamos creciendo, llegamos a la edad escolar y nos encontramos con el siguiente obstáculo: el 75% de los niños negros asisten a colegios segregados donde las carencias educativas y la falta de recursos son notables. Pese a que el Tribunal Supremo prohibió la segregación escolar en la sentencia histórica que dio comienzo al movimiento por los Derechos Civiles, Brown v. Board of Education (1954), dicha segregación se ha mantenido vigente. Si bien esto no explica necesariamente las deficiencias que se dan en las escuelas, sí lo hace su forma de financiación: el dinero proviene mayoritariamente del equivalente al Impuesto de Bienes Inmuebles recaudado en ese mismo barrio. Si se trata de un vecindario negro, la vivienda estará, a su vez, depreciada. 
El acceso a la vivienda constituye otro de los impedimentos de una sociedad que está burocráticamente organizada, estructuralmente concebida para cerrarle todas las puertas al ser vivo imaginario que somos en estas líneas. Una de esas prácticas discriminatorias se denomina redlining, la demarcación de barriadas, mayoritariamente negras, que actúa como indicador de riesgo y, en la práctica, impide que los bancos concedan hipotecas o préstamos a sus residentes, o bien fomentan que éstos sean víctimas de intereses abusivos. Nacer negro. Hemos crecido, tal vez en una zona económicamente deprimida de la ciudad; con un esfuerzo sobrehumano nos desarrollamos, aterrizamos en la juventud y, a pesar de las anteriores carencias educativas, logramos ser aceptados en la universidad, cuyas matrículas son prohibitivas. Para cuando hayamos terminado los estudios de posgrado, nuestra deuda será de media de 53.000 dólares, casi el doble que la deuda estudiantil de un alumno blanco, como indica un estudio del centro de investigación Brookings. Muchos se quedan por el camino.
Tras finalizar el posgrado, la deuda de un estudiante negro será de media de 53.000 dólares, casi el doble que la deuda estudiantil de un alumno blanco
Me detengo en la advertencia de Anthony, la sopeso. No hay narrativa que pueda hacer justicia al odio racial sistemático, integrado en una serie de prácticas administrativas que gestionan la capacidad de dar muerte y que Foucault llamó gubernamentalidad. Aún no hemos logrado el ecuador de la autobiografía inventada y ya tiene carencias nuestro relato. Entre otras cosas, falta explicar que el derecho al voto de la comunidad negra ha sido fuertemente minado a lo largo del tiempo y cuenta hoy con múltiples vías de supresión, como el gerrymandering –el trazado de los distritos electorales–, la imposición de carnés y otros trámites racialmente motivados, o el simple hecho de que las elecciones no ocurran durante el fin de semana, lo que incrementaría la participación de quienes poseen trabajos precarios sin días libres. Por otra parte, la violencia policial reciente constituye sólo la punta del iceberg de un país que cuenta con la mayor población presidiaria del mundo. Los negros tienen cinco veces más probabilidad de acabar entre rejas y, no es casual, los presos no pueden votar –en algunos estados la prohibición se extiende después de haber cumplido condena–.
Nacer negro. Somos un ser vivo entrado en años y hasta ahora la supervivencia nos ha acompañado. Creemos estar bien pero pronto comienzan a surgir una serie de patologías ligadas a las circunstancias anteriores. En la trayectoria biopolítica esbozada hasta ahora destacan los múltiples problemas de salud que afectan a los cuerpos negros, cuya tasa de obesidad es la mayor del país, cuyo riesgo de amputación es tres veces superior a la media, por citar sólo algunos ejemplos. En tiempos pandémicos, no sorprende comprobar cómo este grupo demográfico, el 13% de la población estadounidense, ha sido el más diezmado. Las injusticias inherentes a un sistema sanitario cuyo motor principal es el beneficio económico y que niega el seguro médico a más de 28 millones de personas acabarán por materializarse. 
Racismo histórico
No obstante, sería simplista afirmar únicamente que a los cuerpos negros les está vedado el acceso a las exiguas oportunidades disponibles, cuando lo cierto es que su presencia ha determinado la desigualdad social reinante y ambos hechos se retroalimentan. Dicho de otro modo: el racismo ha obstruido tradicionalmente la posibilidad de construir una sociedad más igualitaria. Según una investigación del New York Times, la principal causa de que no exista una sanidad universal en Estados Unidos es el odio racial. Confirma esta teoría el Nobel de Economía Paul Krugman, quien en una conferencia reciente aseveró: “La raza es la razón por la que Estados Unidos no se parece a ningún otro país avanzado en términos de seguridad social”. En el racismo se hallan así las respuestas a una carencia sistémica de prestaciones sociales como son las bajas parentales o las vacaciones pagadas, o el hecho de que la mayoría de los seguros médicos estén vinculados a trabajos que históricamente los negros no han podido ejercer. Tan profundo es el desprecio al Otro, que éste se extiende a uno mismo: por dinamitar la dignidad de tantos, el país cuenta con el estado del bienestar más débil de la OCDE. Quizá eso sea lo más difícil de entender: que se ha perdido una oportunidad de oro para construir una nación donde la abundante riqueza cristalice en una mejora de las condiciones de vida para todos; que la configuración estatal vigente actúa como mecanismo de legitimación del racismo, puesto que éste permanece acuñado en las normas, los principios, los reglamentos… y no se puede desmantelar a menos que se efectúen reformas radicales.
Las protestas masivas que hemos vivido rebasan la petición de justicia por la muerte de George Floyd, superan el mero fin de la brutalidad policial. Más bien exigen la revisión exhaustiva de la historia nacional así como una actualización de los Derechos Civiles, que se han quedado obsoletos, inservibles, frente a la estructura  racista sobre la que se erige todo. Por eso hemos visto a muchos manifestantes demandar que se retiren las estatuas de los líderes confederados, lo cual ya ha ocurrido en estados como Virginia, Carolina del Norte y Alabama. Por eso, también, la Guardia Nacional custodiaba estos días el Monumento a Lincoln, el presidente que abolió la esclavitud, como si confirmasen con su presencia la militarización de un Orden que no permite interpretar el pasado ni reclamar reparaciones. Pero la historia, a manos de las biografías que la crean, es moldeable. Nosotros hemos llegado ahora al final de esa vida imaginaria que para Anthony es real. Nacer negro. Él desde Nueva York y yo desde Philadelphia, en nuestros respectivos toques de queda, esperamos que se entienda. 
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Azahara Palomeque

Es escritora, periodista y poeta. Exiliada de la crisis, ha vivido en Lisboa, São Paulo, y Austin, TX. Es doctora en Estudios Culturales por la Universidad de Princeton.   Para Ctxt, disecciona la actualidad yanqui desde Philadelphia. Su voz es la del desarraigo y la protesta.

La Federación Sindical Mundial denuncia ante la ONU y la OIT la represión en Estados Unidos

por FSM
LA HAINE - 07/06/2020

En representación de más de 100 millones de afiliados expresa su enérgica protesta ante la represión brutal desatada en EEUU contra los trabajadores y el pueblo
El Secretariado de la FSM emitió el siguiente comunicado de protesta a la ONU y la OIT ante la represión que ejerce el gobierno de EEUU contra los manifestantes.
La Federación Sindical Mundial (FSM), en representación de más de 100 millones de afiliados que viven, trabajan y luchan en 130 países de todo el orbe, expresa su enérgica protesta ante la represión brutal desatada por el estado de EEUU contra los trabajadores y el pueblo del país que está en las calles para protestar contra el racismo, la represión y la violencia policial durante los últimos días.
Estas marchas, que estallaron como una justa expresión de la indignación del pueblo y los trabajadores de EEUU tras el asesinato por policías de George Floyd, afroamericano de 47 años, están siendo reprimidas brutalmente por las autoridades estadounidenses, tanto federales como estatales. Al mismo tiempo, mientras que los asalariados, los desempleados y los pensionistas de EEUU sufren las consecuencias de la pandemia de COVID-19 en un país con carencias terribles de material médico, ventiladores e infraestructuras de salud pública, los líderes de EEUU prefieren intensificar la represión contra el pueblo que protesta.
Hasta el momento, se han registrado más de 5.600 detenciones que ocurrieron en cientos de protestas celebradas en más de 80 ciudades importantes en los dos tercios de los estados del país; al mismo tiempo, muchas quejas de organizaciones internacionales denuncian métodos de represión militarizada sin ningún precedente, mientras que las fuerzas policiales están utilizando equipamiento anti-disturbios de gran potencia y armas de uso militar que incluyen porras, gas lacrimógeno, aerosol de pimienta y proyectiles de goma contra manifestantes, transeúntes o incluso periodistas. Además, entre los miles de quejas presentadas contra la conducta de los departamentos de la policía durante los últimos días, se ha denunciado que en Nueva York, coches de la policía atropellaron a varios manifestantes.
Esta ferocidad sin precedente y la violencia brutal empleada por las fuerzas de represión estadounidenses constituyen una provocación contra el movimiento sindical internacional que se agrupa en las filas de la FSM; constituyen también una infracción manifiesta de cualquier noción de derechos civiles y de libertades democráticas según ratificadas y reconocidas mediante convenios internacionales.
En ese sentido, la FSM expresa su profunda preocupación por la necesidad de proteger a los trabajadores que protestan así como por la violación del derecho del pueblo estadounidense a reunirse, celebrar reuniones públicas y manifestaciones, especialmente si se toman en consideración muchas de las decisiones del Comité de Libertad Sindical de la OIT así como varios documentos internacionales fundamentales, como la Declaración Universal de Derechos Humanos de1948 y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966.
La FSM llama a las organizaciones internacionales a asumir acción directa e iniciativas concretas para investigar fenómenos de violencia racista y represión contra los trabajadores estadounidenses, investigando substancialmente las quejas contra la arbitrariedad policial. Por nuestra parte, nos comprometemos a internacionalizar el asunto y emprender cualquier iniciativa necesaria a nivel institucional para proteger la vida, la salud y los derechos de los trabajadores.
El Secretariado de la FSM

Multitudinarias marchas pese al coronavirus

El grito de justicia por George Floyd y contra el racismo se escuchó en todo el mundo 

Muchos gobiernos prohibieron las reuniones ante el riesgo de contagio del coronavirus. Sin embargo la gente se congregó igual. Hubo manifestaciones en Ciudad de México, Londres, París, Berlín y Sydney, entre otras ciudades.

La marcha contra el asesinato de George Flyd en Belin atrajo multitudes y se replicó en distintas partes del mundo.
La marcha contra el asesinato de George Flyd en Belin atrajo multitudes y se replicó en distintas partes del mundo. 
Imagen: EFE
PÁGINA 12 - 07 de junio de 2020
Decenas de miles de personas se manifestaron en todo el mundo contra el racismo y la discriminación hacia las minorías. El nombre de George Floyd se gritó en casi todas las marchas, recordando al afroamericano asesinado por la policía en Estados Unidos. En varias ciudades se sumaron reclamos locales contra la discriminación a pueblos originarios o la violencia institucional. Muchos gobiernos prohibieron las reuniones por el riesgo de contagio del coronavirus, sin embargo la gente se congregó igual. Hubo manifestaciones en Ciudad de México, Londres, París, Berlín y Sydney, entre otras ciudades.

Un grito mundial contra el racismo

En México se produjo un caso similar al de Floyd en la ciudad de Jalisco. El 5 de mayo pasado policías municipales de Ixtlahuacán de los Membrillos detuvieron a Giovanni López por no llevar el tapabocas. Luego de ser brutalmente golpeado el joven murió. Las protestas se extendieron a la Ciudad de México donde también se recordó a George Floyd. Decenas de jóvenes se movilizaron hasta la embajada de EEUU y frente a la sede del Estado de Jalisco. Al llegar a este último punto varios efectivos de seguridad golpearon a los manifestantes. Dos policías fueron puestos a disposición de la Fiscalía tras difundirse en redes sociales vídeos y fotografías de la agresión, informó Telesur.
En París los manifestantes también trataron de llegar a la embajada norteamericana pese a que un juez había invocado el riesgo de contagio de coronavirus para prohibir la marcha. Además se pidió justicia por Adama Traore muerto en una comisaría ubicada al norte de la capital francesa en 2016, poco después de su arresto. Los manifestantes se toparon con un cordón de policías antidisturbios que les impidió llegar a la sede diplomática. La embajada había sido sellada con un impresionante anillo de barreras metálicas y bloques de concreto. Algunos de los organizadores de la protesta estuvieron entre las personas a las que la policía impidió el paso. "Me pueden multar 10.000 o 20.000 veces, igual va a haber revuelta", dijo Egountchi Behanzin, uno de los fundadores de la organización Liga de Defensa de los Africanos Negros.
En Londres miles de personas se congregaron para recordar a Floyd en la plaza del Parlamento, ubicada el centro de la ciudad. Bajo una lluvia copiosa los manifestantes se arrodillaron en silencio, emulando el gesto que se practica en Estados Unidos como símbolo de duelo por afroamericanos muertos por la policía. Luego gritaron el nombre del afroamericano y el acto se cerró con un aplauso unánime. La policía y el gobierno habían pedido no participar de la manifestación ya que no fue autorizada. En Inglaterra se permiten reuniones públicas de solo seis personas, las cuales deben guardar dos metros de distancia entre sí. Como la distancia social no era posible dado el número de participantes, muchos manifestantes llevaban barbijo. Pudieron verse gran cantidad de carteles. Uno de ellos decía: "El Racismo es la Pandemia". Similares marchas, aunque con menor número de manifestantes, hubo en otras ciudades del Reino Unido. En Inglaterra hubo convocatorias en Manchester y Birmingham, y en Gales, en la ciudad de Cardiff. Para el domingo está prevista una protesta frente a la embajada de EEUU en Londres.
En Alemania, miles de personas, en su mayoría jóvenes, marcharon vestidos con ropa y mascarillas negras. El epicentro de la convocatoria fue en Alexanderplatz, plaza del centro de Berlín. Se vieron carteles y pancartas que decían "Sé el cambio" y "Alemania no es inocente". En Italia, varios cientos de personas protestaron de manera pacífica frente al consulado estadounidense en Nápoles. Allí gritaron tanto en inglés con en italiano "no puedo respirar" -la frase que Floyd le repitió varias veces al policía que lo asfixiaba-, "libertad" y "sin justicia no hay paz".

También por los pueblos originarios

Más de 10 mil personas se manifestaron de manera pacífica en varias ciudades de Australia. Allí se honró la memoria de Floyd y protestaron por la muerte de integrantes de pueblos originarios australianos tras ser detenidos por la policía. En Sydney, un tribunal de primera instancia había prohibido el encuentro por el coronavirus. Sin embargo, apenas 12 minutos antes del inicio la justicia dió el visto bueno. Gran parte de los discursos recordaron las 432 muertes de aborígenes que ocurrieron bajo custodia policial, según los registros históricos de la Comisión Real de Australia sobre los Derechos de los Aborígenes. Los integrantes de pueblos originarios son el 2 por ciento de la población de Australia, pero el 27 por ciento de la población carcelaria del país. Son la minoría más desfavorecida de Australia. Además encabezan los índices de mortalidad infantil, pobreza y menor expectativa de vida. En Asia, cientos de personas protestaron por Floyd en las capitales de Corea del Sur y Japón.
Floyd, de 46 años, murió el 25 de mayo en la ciudad estadounidense de Minneapolis. Un policía blanco que le clavó la rodilla en el cuello durante varios minutos hasta matarlo de asfixia. El afroamericano había sido detenido por pagar con un billete falso de 20 dólares en un comercio.


"No, no deberíamos condenar los alzamientos y saqueos contra los asesinatos como el de George Floyd por parte de la policía"
01/06/2020 | Peter Gowan
Tras el asesinato de George Floyd por un policía de Minneapolis, algunos medios de comunicación de nuestro país han centrado su atención en cuestiones críticas que deben ser abordadas.
¿Debemos condenar los saqueos?
Sí, debemos condenar el saqueo de los países del Sur por los militares occidentales y las multinacionales. Debemos manejar la posibilidad de que una vacuna contra la Covid-19 sea secuestrada, privatizada y vendida con fines de lucro, y el consiguiente saqueo de los países subdesarrollados y de las personas con seguros de enfermedad insuficientes.
Deberíamos luchar contra el saqueo de las "reservas" de las naciones subdesarrolladas a través de deudas odiosas y de programas de ajuste estructurales elaborados e impuestos por las instituciones internacionales en este mismo momento.
Pero, ¿deberíamos preocuparnos por el otro tipo de saqueos?
Deberíamos ser más que despiadados para no preocuparnos por el saqueo de casas y edificios por parte de los buitres apitalistas. Debemos organizarnos contra la inminente ola de desalojos que golpeará a nuestras comunidades tan pronto como los tribunales vuelvan a abrir sus puertas. Y debemos luchar contra el robo de casas y de escuelas; la destrucción innecesaria de vidas debido a que son muchos y muchas los/las tienen que dar prioridad a la comida antes que al alquiler.
Nos preocupa que barrios enteros de clase trabajadora sean entregados a la burguesía, gentrificados, y que sus edificios sean remplazados por viviendas para familias más ricas y blancas, que entregan un botín mayor al propietario. Debemos indignarnos ante el hecho de que la policía esté saqueando los campamentos de los sin techo, y debemos exigir que las casas y habitaciones vacías y seguras sean dejadas para los sin techo.
¿Debemos preocuparnos por el verdadero saqueo?
Por supuesto que sí. Los fondos de inversión privados van a hacer fortuna con la quiebra de empresas en todo el país. Después de despedir a los trabajadores y trabajadoras y de saquear sus pensiones, se van a escapar con el botín. Nos preocupa el intento de saqueo del Servicio Postal de los Estados Unidos (que está siendo privatizado), por ejemplo, destruyendo un sinnúmero de puestos de trabajo, con personal sindicado, y un servicio público esencial para convertir una institución pública en una empresa privada destinada únicamente a generar beneficios.
Es un escándalo el continuo saqueo de los programas sociales de los gobiernos y locales y de los estados por un Partido Republicano federal que quiere verlos destruidos y por una dirección Demócrata en la Cámara que presenta como solución a este problema la de conceder a los ricos de los estados azules (demócratas) una reducción masiva de impuestos. Lamentamos que los representantes que dicen defender a los trabajadores y a los oprimidos permitan que su nivel de vida se hunda, mientras que los ricos obtienen rebajas de impuestos.
Sin una lucha decidida de los trabajadores, el verdadero saqueo será el de las arcas públicas en tanto que la clase de los millonarios ganó 434.000 millones de dólares durante la pandemia.
Pero, ¿debe preocuparnos el saqueo de comercios como Target o Autozone?
Se trata de la destrucción de bienes por personas enfurecidas tras el asesinato de un hombre negro inocente por un oficial de policía blanco. ¿Deberíamos, como el "moderado blanco" de Martin Luther King (1), intentar evitar un levantamiento antirracista?
¿Debemos condenar a la clase obrera negra porque ataca a un gobierno y una economía concebidos para reprimirlos, explotarlos y someterlos incluso durante una pandemia que ha cuestionado la propia supervivencia del capitalismo? (2) ¿Debemos sumarnos a esa condena ritual cuando nuestros medios de comunicación tratan los actos de destrucción de la propiedad privada por parte de los hinchas deportivos como simple alegría y entusiasmo, mientras que el saqueo de las comunidades obreras por parte de las empresas es considerado como una cuestión de rutina?
No. George Floyd es importante. Las vidas de los negros son importantes. Y mientras no podamos construir un movimiento para derrotar el racismo y el capitalismo, mientras que los trabajadores de todas las razas no logren unirse contra los capitalistas y su aparato represivo, es importante que los patrones, los funcionarios del gobierno y la policía que los protegen sientan un poco de furia proletaria que les recuerde que las vidas de los negros importan.
Si le preocupan los saqueos, diríjase a los militares, la policía, las compañías farmacéuticas, los vampiros de los fondos de inversión, los propietarios, los especuladores inmobiliarios y los multimillonarios. Y exija que el mundo que una vez le fue robado a la gran mayoría le sea devuelto.
Artículo publicado en Jacobin, 28-5-2020: https://www.jacobinmag.com/
Notas
1] https://www.africa.upenn.edu/Articles_Gen/Letter_Birmingham.html
2] En abril, el Washington Post informó que en el estado de Michigan, el 40% de las muertes por Covid-19 se habían registrado en la comunidad negra, a pesar de que ésta representa sólo el 14% de la población. (Redacción de A l’encontre)
01/06/2020 - Peter Gowan

Covid, mucho más que un desencadenante de crisis

por Daniel Tanuro
LA HAINE - 10/06/2020

La crisis del coronavirus no tiene precedentes. No puede entenderse ni como una crisis sanitaria, ni como una crisis socioeconómica, ni siquiera como una combinación de ambas
Sino solo en su realidad de crisis global, al mismo tiempo sanitaria, social, económica y ecológica, es decir sistémica. Esta crisis es, de hecho, la primera crisis verdaderamente total, la primera crisis del Antropoceno. Como tal, marca un punto de inflexión histórico de una importancia mayor y coloca a la humanidad más claramente que nunca ante una disyuntiva fundamental de civilización: el ecosocialismo o la barbarie.
La naturaleza sistémica de este acontecimiento extraordinario se establece claramente en el origen del virus, su modo de propagación y sus efectos sociales.
Desde hace varias décadas hemos observado que los virus tienden a saltar la barrera de las especies, adaptarse y contagiar al Homo sapiens, provocando zoonosis 1/. SARS-CoV2 no es una excepción: además del VIH, hemos conocido el Ébola, Chikungunya, Zika, SARS1, MERS, gripe aviar y algunos otros. Ahora bien, existe un gran consenso entre las y los especialistas en considerar que los saltos entre las especies son atribuibles a la deforestación, a la industria cárnica, a los monocultivos en los agronegocios, al comercio de especies salvajes, a la búsqueda de oro, etc.
Es decir, en general, a la destrucción de ambientes naturales por el extractivismo y el productivismo capitalistas. El COVID-19, por lo tanto, no es una maldición que nos remita a la Peste Negra y demás flagelos sanitarios de la antigüedad, sino que nos proyecta, por el contrario, a futuras pandemias.
Aunque el virus desaparezca, aunque se desarrolle una vacuna (¡no hay certeza al respecto, como muestran el VIH y la hepatitis C!), se seguirán produciendo nuevas pandemias mientras los mecanismos responsables de ésta no hayan sido erradicados.
El modo de propagación del virus también está marcado con el sello de los rasgos fundamenales del capitalismo contemporáneo. En efecto, la velocidad con la que la enfermedad se ha propagado por la superficie del globo no solo se debe a las características intrínsecas de SAS-CoV2 (una letalidad menor que la del SARS1, vinculada a una contagiosidad elevada).
También se deriva, de manera determinante, de la globalización y la densidad de los intercambios aéreos extremadamente rápidos a lo largo de las cadenas de valor que conectan las megaciudades de la producción capitalista. Sin este elemento determinante, la epidemia sin duda no se habría convertido en una pandemia.
Dentro de estas megalópolis el contagio obviamente se ha visto favorecido por la densidad de las poblaciones. Pero este factor no es absoluto, debe entenderse junto con otros dos parámetros. El primero es el crecimiento de las desigualdades sociales. El ejemplo de Nueva York es instructivo: la densidad de la población es mayor en el rico Manhattan que en el Bronx, pero es en este distrito poblado por pobres, generalmente racializados, donde el COVID ha hecho proporcionalmente más víctimas.
El segundo parámetro es la contaminación del aire: los análisis italianos y estadounidenses han llegado a confirmar las conclusiones de los investigadores chinos que, ya en 2003, en el caso del SARS-1, habían establecido una correlación entre la densidad del aire en partículas finas, las enfermedades respiratorias que resultan de ello, y los estragos del virus.
La gestión de la pandemia por parte de los gobiernos merece críticas detalladas, para las cuales no hay espacio aquí. Digamos que se trata obviamente de una gestión de clase, cuyas prioridades fueron desde el principio:
1. Mantener lo más posible la actividad del sector productivo de la economía;
2. evitar el cuestionamiento de las políticas de austeridad que han debilitado el sector asistencial (hospitalario y no hospitalario) durante décadas;
3. imponer confinamiento muy estricto a la población y / o medidas tecnológicas liberticidas (la única forma de aplanar la curva epidémica respetando los puntos 1 ° y 2 °) que han tenido el efecto de exacerbar las desigualdades y discriminaciones sociales, de género o de raza.
La pandemia (¡y su gestión!) están precipitando el estallido de una crisis socioeconómica cuya magnitud superará seguramente a la de 2008, e incluso podría acercarse a la de 1929. Pero el análisis del fenómeno no puede ser estrictamente cuantitativo. Cualitativamente, de hecho, esta crisis no es equiparable a ninguna otra. Es cierto que ocurre en un contexto general y muy clásico de sobreproducción capitalista, ya muy tangible antes de diciembre de 2019.
Pero, a diferencia de una crisis clásica, la destrucción del exceso de capital no bastará aquí para restaurar las ganancias y por tanto para garantizar el relanzamiento de la máquina. El virus, en efecto, es mucho más que un simple desencadenante: siempre y cuando no se ponga fuera de peligro, gripará el funcionamiento del sistema.
En otras palabras, el retorno a la normalidad podría seguir siendo imposible por un período de tiempo indefinido … excepto a costa de la eliminación de millones de seres humanos entre los más débiles, los más viejos, los más pobres, los enfermos crónicos. La extrema derecha no duda en optar por esta solución, como lo demuestran las manifestaciones contra el confinamiento en los EEUU y Alemania, así como las declaraciones de Trump y Bolsonaro.
Nos corresponde a nosotras y nosotros, ecologistas conscientes del hecho de que la vuelta a la normalidad es un callejón sin salida mortal, sacar la conclusión: el capitalismo no colapsará por sí mismo, debemos concretar en las luchas la disyuntiva entre un ecosocialismo que cuida tanto a humanos como a no humanos y el sumergirse en la barbarie.
Nota: 1/ Enfermedades infecciosas de los animales vertebrados trasmisibles al ser humano.
gaucheanticapitaliste. Traducido por Vientosur. Extractado por La Haine.

Publican el video del arresto del afroamericano asesinado a tiros por la Policía en Atlanta

Publicado: 14 jun 2020 08:49 GMT - RT
Rayshard Brooks, quien aparentemente se encontraba en estado de ebriedad, fue abatido por agentes cuando intentaba huir.

Imágenes de la cámara corporal del asesinato de Rayshard Brooks / Captura de pantallaFoto: Departamento de policía de Atlanta
Dos agentes de policía mataron a tiros este viernes a Rayshard Brooks, un afroamericano de 27 años que opuso resistencia cuando era arrestado en Atlanta (Georgia, EE.UU.).
Nuevas imágenes del incidente muestran a los oficiales de policía intentando arrestar a Brooks, quien supuestamente estaba en estado de ebriedad, antes de dispararle.
En el video de una cámara corporal se ve cómo un agente habla con el joven, que había estado sentado en el asiento de su vehículo estacionado en la calle.
En otra grabación, se observa cuando un agente ordena a Brooks realizar una prueba de sobriedad. Luego los oficiales intentan arrestarlo, pero él se resiste y parece agarrar la pistola táser de uno de los policías antes de huir y recibir un disparo mortal.
Al parecer, alguien llamó a la Policía porque el joven se hallaba presuntamente en estado de ebriedad durmiendo en el interior de un vehículo. 
Desde la Policía aseguran que, tras dar positivo en la prueba de alcoholemia, trataron de detener a Brooks, pero este no colaboró y les arrebató una táser.
Brooks fue trasladado a un hospital, donde falleció poco después. Uno de los agentes implicados también tuvo que ser atendido por una lesión, aunque fue dado de alta posteriormente. Las autoridades ya han abierto una investigación para esclarecer lo sucedido.
Las imágenes han causado polémica en el país, en medio de un clima encrespado de indignación contra la brutalidad policial tras la muerte del afroamericano George Floyd tras ser arrestado en Mineápolis.

Policías matan a tiros a un afroamericano desarmado cuando se resistía a ser arrestado en EE.UU.

Publicado: 14 jun 2020 03:07 GMT - RT
Los hechos ocurrieron en Atlanta (Georgia), después de que el joven, presuntamente, diera positivo a una prueba de alcoholemia.

VIDEO: Policías matan a tiros a un afroamericano desarmado cuando se resistía a ser arrestado en EE.UU.
Policías durante una protesta en Atlanta (Georgia, EE.UU.), el 1 de junio de 2020.Dustin Chambers / Reuters
Dos agentes de policía mataron a tiros este viernes a Rayshard Brooks, un afroamericano de 27 años que ofreció resistencia cuando estaba siendo arrestado en Atlanta (Georgia, EE.UU.), según se aprecia en un vídeo difundido en las redes sociales.
En la grabación se ve a dos policías forcejeando con Brooks en el suelo, mientras éste trata de agarrar la pistola paralizante de uno de ellos. Cuando lo logra, da un puñetazo en la cara a uno de los agentes, que responde lanzándole una descarga.
En ese momento, Brooks escapa corriendo, pero los policías lo persiguen y, tras dispararle varias veces, logran abatirlo.

"No tengo palabras"

Al parecer, alguien avisó a la policía porque el joven, presuntamente, se hallaba en estado de ebriedad durmiendo en el interior de un vehículo. Desde la Policía aseguran que, tras dar positivo a la prueba de alcoholemia, trataron de detenerlo, pero éste no colaboró y les arrebató una táser.
Brooks fue trasladado a un hospital, donde falleció poco después. Uno de los agentes implicados también tuvo que ser atendido por una lesión, aunque fue dado de alta posteriormente. Las autoridades ya han abierto una investigación para esclarecer lo sucedido.
Las imágenes han causado polémica en el país, en medio de un clima encrespado de indignación contra la brutalidad policial tras la muerte del afroamericano George Floyd tras ser arrestado en Mineápolis.
Algunas personas se reunieron en el lugar de los hechos para mostrar su repulsa, mientras que otros se sirvieron de las redes sociales para expresar su indignación. "Alguien está mintiendo y no es este vídeo", expresó la periodista Holly Figuera O’Reilly en su Twitter, que dice no creerse el argumento de los policías que -escribe- "dicen que agarró su táser y no tuvieron más remedio que dispararle". "No tengo palabras", comentó otra usuaria en Twitter.

El caso George Floyd

El pasado 25 de mayo George Floyd, un afroamericano de 46 años que se hallaba desarmado, falleció después que un policía llamado Derek Chauvin le presionara el cuello con una rodilla durante casi nueve minutos, en un arresto llevado a cabo en Mineápolis (Minesota, EE.UU.).
La muerte de Floyd desencadenó protestas al día siguiente, que se propagaron rápidamente por todo el país, derivando en episodios de violencia, enfrentamientos con la Policía, saqueos de negocios y destrozos.
Chauvin, que afronta cargos de homicidio en segundo grado, fue despedido junto con otros tres agentes. El expolicía acudió este lunes a su primera audiencia judicial, realizada por videoconferencia, en la que se le impuso una fianza de 1,25 millones de dólares, sin condiciones.


Manifestantes incendian el restaurante donde un policía mató a tiros a un afroamericano desarmado

Publicado: 14 jun 2020 14:04 GMT - RT
Rayshard Brooks, quien aparentemente se encontraba en estado de ebriedad, fue abatido por agentes cuando intentaba huir.

Manifestantes incendian el restaurante donde un policía mató a tiros a un afroamericano desarmado (VIDEOS)
Manifestantes incendian el restaurante donde un policía mató a tiros a Rayshard Brooks en Atlanta, EE.UU., el 13 de junio de 2020.Elijah Nouvelage / Reuters
Manifestantes en la ciudad estadounidense de Atlanta saquearon y luego incendiaron el restaurante Wendy's, en cuyas inmediaciones la Policía mató a tiros a Rayshard Brooks, un afroamericano desarmado que opuso resistencia cuando era arrestado.
Los agentes llegaron al restaurante el viernes por la noche por informes de que un joven, presuntamente en estado de ebriedad, estaba durmiendo en el interior de un vehículo. Desde la Policía aseguran que, tras dar positivo a la prueba de alcoholemia, trataron de detenerlo, pero este no colaboró y les arrebató una táser.
Luego Brooks escapó corriendo, pero los policías lo persiguieron y, tras dispararle varias veces, lograron abatirlo. El joven fue trasladado a un hospital, donde falleció poco después.
El incidente fue captado en video, que rápidamente se difundió en las redes. La muerte de Brooks provocó aún más manifestaciones a nivel nacional sobre el tratamiento de los afroamericanos por parte de la Policía.
En Atlanta, los disturbios estallaron la noche del sábado, poco después de que la alcaldesa de la ciudad, Keisha Lance Bottoms, anunciara que había aceptado la pronta renuncia de la jefa de la Policía local, Erika Shields, por la muerte de Brooks, reseña ABC News.
Las imágenes en la televisión local mostraron el restaurante en llamas durante más de 45 minutos antes de que llegaran los bomberos para extinguir el incendio, protegidos por una línea de policías. Para entonces, el edificio se había reducido a escombros carbonizados.
Las autoridades ya han abierto una investigación para esclarecer lo sucedido.
Garrett Rolfe, el agente que supuestamente disparó a Brooks, fue despedido, según confirmó el vocero policial Carlos Campos el sábado por la noche. El otro oficial involucrado, Devin Bronsan, quien fue contratado en septiembre de 2018, ha sido puesto en servicio administrativo.

La Policía usa gas lacrimógeno en una protesta en Atlanta por la muerte a tiros de un afroamericano durante su arresto

Publicado: 14 jun 2020 05:37 GMT - RT
Cientos de manifestantes se reunieron a las afueras del restaurante Wendy's, donde el hombre afroamericano de 27 años fue abatido la víspera.

VIDEOS: La Policía usa gas lacrimógeno en una protesta en Atlanta por la muerte a tiros de un afroamericano durante su arresto
Policía antidisturbios en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, el 13 de junio de 2020.Elijah Nouvelage / Reuters
La Policía de Atlanta (Georgia, EE.UU.) usó este sábado gases lacrimógenos para dispersar una multitud que se había congregado para mostrar su repulsa por la muerte de Rayshard Brooks, un afroamericano de 27 años que fue abatido a tiros por agentes después de que ofreciera resistencia e intentara escapar cuando lo estaban arrestando. 
Videos compartidos en redes sociales muestran cómo los agentes de Policía dispersan a los manifestantes con gas a las puertas de un restaurante Wendy's, el lugar donde murió Brooks un día antes.
El restaurante fue incendiado durante las protestas, aunque se desconoce el origen del fuego. Testigos aseguran haber oído una explosión mientras la Policía pugnaba por dispersar a los manifestantes.
Dos agentes de policía mataron a tiros este viernes a Brooks, según se aprecia en un video difundido en las redes sociales. En la grabación los policías forcejean en el suelo con Brooks, que trata de agarrar la pistola paralizante de uno de ellos. Cuando lo logra, da un puñetazo en la cara a uno de los agentes, que responde lanzándole una descarga. A continuación, Brooks sale corriendo y los agentes disparan varias veces contra él.

Jefa de la policía de Atlanta renuncia tras asesinato de joven afroamericano

14 junio 2020 | CUBADEBATE

Erika Shields. Foto: AP.
La jefa del Departamento de Policía de la ciudad de Atlanta, Erika Shields, renunció este sábado después de que un oficial asesinara de un disparo al joven afroamericano, Rayshard Brooks, de 27 años, mientras intentaba arrestarlo.
El hecho detonó una nueva oleada de protestas en Atlanta después de las marchas por el fallecimiento del afroestadounidense George Floyd en Mineápolis el pasado 25 de mayo.
Según un informe oficial, Brooks había estado durmiendo en su automóvil afuera del restaurante de comida rápida, y los empleados llamaron a la policía para quejarse de que estaba bloqueando a clientes.
Rayshard Brooks conversa con un policia antes de ser asesinado. Foto: AP.
El video de vigilancia mostró que durante el arresto Brooks obtuvo uno de los Tasers del oficial y trata de huir de la escena, sin embargo al momento de la huida  uno de los oficiales disparó su arma y golpeó a Brooks.
Brooks fue llevado a un hospital pero murió después de la cirugía. La alcaldesa Keisha Lance Bottoms dijo que el oficial que le disparó fue despedido.
Bottoms indicó que la jefa de policía Erika Shields había trabajado para el departamento de policía de Atlanta durante más de dos décadas.
Al conocerse el fallecimiento de Rayshard Brooks cientos de manifestantes bloquearon una carretera interestatal reclamando justicia  por la muerte del afroamericano.
Un grupo de manifestantes protestan en Atlanta contra la muerte a manos de la policía de Rayshard Brooks. Foto: AP.
Entre los manifestantes iba Crystal Brooks, quien dijo ser cuñada de Rayshard Brooks. “No le estaba haciendo daño a nadie”, dijo. “La policía se dirigió al vehículo y aunque estaba estacionado lo sacaron y comenzaron a forcejear con él”.
El hecho se produce cuando Estados Unidos enfrenta un juicio histórico sobre el racismo sistémico, con disturbios masivos provocados por la muerte el 25 de mayo de George Floyd, un hombre afroestadounidense víctima de la brutalidad policial mientras era detenido.
(Con información de Telesur)

EE.UU: movimiento de masas radical

Por: Angel Guerra Cabrera
12 junio 2020 | CUBADEBATE
El asesinato de George Floyd por la policía de Minneapolis ha desencadenado masivas protestas en más de 75 ciudades de Estados Unidos, respondidas con una salvaje represión de los cuerpos policiales y de la Guardia Nacional.
Las manifestaciones son iguales o mayores que las históricas de 1968, año de gigantescas marchas por los derechos civiles, contra la discriminación racial, la guerra de Vietnam y el asesinato de Martin Luther King, líder muy querido por la comunidad afroestadunidense. La nutrida presencia en ellas de jóvenes latinos, blancos y asiáticos, además de los negros, es un hecho solidario muy importante.
¿Por qué se produce tamaña explosión social en este momento?, cuando la muerte injustificada de negros, latinos y pobres por la policía es un hecho cotidiano.
Aunque no existen datos exactos, una investigación en la Oficina de Estadísticas de Justicia encontró mil 348 muertes potenciales relaciondas con arrestos en sólo 10 meses, de junio de 2015 a marzo de 2016, un promedio de 135 mensuales o casi cuatro por día, muy por encima de las estadísticas de otros países desarrollados. Pero esta cuenta deja fuera a las víctimas de cuerpos federales.
El racismo y la violencia policial contra los afroestadunidenses tienen ondas raíces cuatro siglos atrás con el inicio de la esclavitud negrera y el genocidio de los pueblos originarios en las entonces 13 colonias de Inglaterra. La esclavitud terminó formalmente con el fin de la guerra civil, pero las leyes Jim Crow mantuvieron una bochornosa segregación en el sur hasta avanzados los años 60 del siglo XX.
Prohibía a los negros ocupar los mismos espacios que los blancos en escuelas, iglesias, hoteles, trasportes públicos, restaurantes, baños y urbanizaciones. No obstante, la potencia del norte, aunque más sutilmente, sigue segregando hasta hoy.
Autores señalan al racismo como un complemento básico del neoliberalismo en Estados Unidos. Argumentan que para suprimir los impuestos a las grandes fortunas y corporaciones se hizo creer a la clase media blanca que los fondos recaudados estaban dirigidos a los programas sociales para negros.
Las circunstancias que enmarcan el homicidio de Floyd lo hacen un hecho particularmente deleznable, pero detrás del desencadenamiento de este estallido social hay otros agravios, también muy profundos, que ya se han vuelto intolerables. Uno de ellos, el más importante, es la hiriente y creciente desigualdad social, expresada de manera bárbara en algunos de los más recientes datos económicos.
Mientras más de uno de cada cuatro trabajadores, casi 43 millones en total, ha solicitado por primera vez subsidios de desempleo durante la pandemia y hacen colas de horas para recibir comida, en el mismo periodo de tiempo los billonarios han aumentado su fortuna en 665 mil millones de dólares, según un estudio publicado la semana pasada por el Instituto de Estudios Políticos. La riqueza de los billonarios suma ahora 3.5 billones (en español), 19 por ciento más que al inicio de la pandemia.
Y es que paralelo al grave deterioro social en Estados Unidos, la bolsa de valores alcanza alturas de vértigo recordándonos que ahí no se produce verdadera riqueza material, ni menos espiritual, pero sí se captura la riqueza a quienes verdaderamente la crean con su trabajo.
En estas condiciones, las actuales protestas, que ya se han convertido en un pujante movimiento de masas, podrían presionar a potentados y corporaciones para que cedan algunos de sus privilegios en favor de la salud pública y la educación gratuitas, la renta básica universal, programas de infraestructura para crear millones de empleos, el verdadero derecho al voto –crecientemente escamoteado mediante chicanas– y formas de democracia participativa. Son las demandas de Bernie Sanders, que seguramente gozan del apoyo de muchos de los jóvenes que protestan, pues el apoyo principal del senador por Vermont es eminentemente juvenil.
Por ahora, el movimiento se concentra en exigir el fin de la impunidad y de la violencia policiaca, no sólo en el caso de George Floyd, sino de muchos anteriores, y pide también una profunda restructuración de los departamentos de policía sobre bases democráticas y comunitarias y la reorientación a la salud y la educación de parte del astronómico presupuesto de estas corporaciones.
Por sí solas estas demandas son muy radicales frente a un trumpismo cada vez más fascistoide y es alentador ver cómo ya las legislaturas de varias ciudades y estados analizan la prohibición legal de maniobras letales como la utilizada para asesinar a Floyd y antes a otros afroestadunidenses.
Pero este movimiento gravitará sobre la elección del 3 de noviembre, cuando puede convertirse en decisivo para exigir que, de ganar el demócrata Joe Biden, aplique el programa de Sanders, seguramente enriquecido. Enfrente estará un Trump, apaleado hoy en las encuestas, redoblando su actuación fascistoide, a la Nixon, para llevarse el voto más conservador y reaccionario.
(Tomado de La Jornada)

URUGUAY

"Otro río de libertad"

Jueves, 04 Junio 2020 14:21 - PORTAL PIT-CNT

"Otro río de libertad"
Foto: Christian Quijano
La expresión pertenece al presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, que al ver la imagen aérea de la imponente movilización de este jueves 4, sintió que los recuerdos le invadían la memoria de aquella jornada histórica en la que compatriotas provenientes de distintos ámbitos, se juntaron detrás de una plataforma común.
Más allá que los contextos políticos no sean comparables, hoy el pueblo uruguayo también se encolumnó detrás de una plataforma social que, en este caso, atiende las urgencias de quienes se encuentran en situación más vulnerable, y salió a ocupar su punto de lucha en la calle y en la historia. Muchos explicaron que ya no se aguantaban más y que no veían la hora de encontrarse en la calle y codo a codo. Tenía que salir, con todos los recaudos y precauciones sanitarias del caso, pero tenían que reencontrarse en la calle, en ese espacio público emblemático que ha sido testigo de encuentros y movilizaciones históricas. 
La convocatoria del PIT-CNT se articuló con la Intersocial y un conjunto de organizaciones sociales de distintos espacios de la sociedad, en respaldo de una plataforma que plantea soluciones, ideas, acciones, para atender especialmente a quienes se encuentran en situación más vulnerable.
Se cuidaron las formas y se defendió la democracia.
Desde el estrado levantado en la Avenida del Libertador, la periodista Alejandra Casablanca, en más de una ocasión recordó la importancia de mantener la distancia indicada. Lo mismo hizo el responsable de comunicaciones del PIT-CNT, Gabriel Molina, que subió al estrado solamente para pedirle a la gente que no se agrupara. La inmensa mayoría respetó las indicaciones, se mantuvo en sus sitios indicados, tal como lo muestra la impactante imagen de Christian Quijano.  
Hubo también quienes no mantuvieron la distancia indicada y no se quedaron durante toda la concentración en sus puntos establecidos y caminaron y se abrazaron con otros. Sí los hubo.
Fueron una minoría menor, pero los hubo. Y hasta bailaron y cantaron al término de la concentración, "Vamos a la plaza" de Los Pasteles, el canto que se ha transformado en casi un himno a la rebeldía.
Hoy habló el pueblo uruguayo en las calles y desplegó toda su creatividad para defender las causas de las grandes mayorías. Allí sí se habló de urgencias pero de verdad. Y la síntesis perfecta la dijo el secretario general del PIT-CNT: "La emergencia es la gente" y "nuestro objetivo es una sociedad mejor, más democrática, más igualitaria, desarrollada, apuntando a la innovación, a la calidad, al trabajo pleno de la gente, en el tránsito cada vez más democrático y construido desde el pie por nuestra sociedad".

Presentaron Coordinadora de sindicatos de ANCAP

Martes, 09 Junio 2020 16:22 - PORTAL PIT-CNT

Presentaron Coordinadora de sindicatos de ANCAP
En la presente jornada quedó instalada la Coordinadora de sindicatos de ANCAP, un espacio de trabajo que nuclea a FUECYS, SUNCA, UNTMRA, UAOEGAS, SUTS, SUTCRA, SED, FANCAP, SOCA, UTAA, STIQ y STAA.   
El secretario general del PIT-CNT, Marcelo Abdala, explicó que la iniciativa apunta a defender la industria y el trabajo de calidad. "Para nosotros ANCAP es una empresa estratégica para el país, al igual que ANTEL como todas las empresas del Estado".
Si bien la Coordinadora de sindicatos de ANCAP aspira a concretar "el más amplio debate en el movimiento sindical sobre un referéndum revocatorio de la LUC en caso de que ésta sea aprobada en el Parlamento", Abdala dijo a los medios que si bien no se descarta ninguna medida, no hay novedades al respecto. "Primero queremos ver cómo queda la criatura, porque el propio gobierno ya la ha cambiado bastante", en relación a la LUC. 
Por su parte el presidente de FANCAP, Gerardo Rodríguez, advirtió que con la aprobación de la LUC se pretende arrasar las empresas públicas. Sostuvo que se están creando condiciones objetivas para hacer “desaparecer ANCAP pero también (afectar) otras empresas públicas como ANTEL". Rodríguez sostuvo que el gobierno apunta reformas estructurales que impactarán en la educación pública y la seguridad social, como así también, afectarán derechos adquiridos de los trabajadores. En este sentido, cuestionó que la LUC apunte a un escenario de “ajuste y recesión” como variables que afectarán a la población.

Hoja de ruta

“Hace tiempo que venimos trabajando en este espacio de articulación y en la actual situación que estamos viviendo, sentimos que es una necesidad que pasa por la defensa de ANCAP”. Tanto el presidente de FANCAP como otros representantes de sindicatos participantes de la Coordinadora, hicieron hincapié en la necesidad de fortalecer los espacios de diálogo entre sindicatos como así también con las bases, para que la herramienta sea impulsada por los trabajadores.
Como parte de la hoja de ruta, la Coordinadora ya tiene previstas algunas actividades en Bella Unión, Paysandú y Minas.
“Tenemos que ver más allá de nuestros intereses particulares y establecer una estrategia común", remarcó. “La defensa de ANCAP tiene que ser colectiva, con los sectores populares, con la Intersocial, para contraponer a este proyecto de derecha, un modelo alternativo que nos permita lograr superar este momento, resistir, organizarnos y vencer a esta derecha que viene a desmantelar todo”, sentenció Rodríguez.

Tiempos difíciles

El secretario general del PIT-CNT aseguró que el país atraviesa horas cruciales de cara al futuro. “Son momentos en los que se necesita mucha intensidad de ideas, mucha fibra, corazón y temple. Se vienen años de lucha que van a ser muy duros".
Abdala recordó que en los últimos 35 días, el movimiento popular logró concretar distintas acciones contundentes como el 1° de mayo más grande del mundo, “luchando con perspectiva de futuro pero con memoria”, la realización de la Marcha del Silencio virtual del pasado 20 de mayo y el reciente paro general parcial del 4 de junio, con la impactante concentración en las inmediaciones del Palacio Legislativo. En este sentido, Abdala informó un dato poco conocido: en el marco del paro parcial del 4/6, se realizaron 28 actos y movilizaciones en todo el país.
En relación a la coyuntura actual, reiteró la necesidad de prepararse para tiempos difíciles. “Hay un gobierno que viene a desplegar el ajuste del gran capital, contra los intereses de las grandes mayorías del pueblo”. Advirtió que el gobierno tiene intenciones privatizadoras y “achicadoras” sobre las empresas públicas, y que esta será una realidad en la que los trabajadores deberán defender los intereses nacionales. “En esa batalla nosotros deberemos adoptar medidas de carácter defensivo y tendremos que defender nuestras empresas públicas, tal como lo hicimos en otras oportunidades”. Sin embargo Abdala dijo que no alcanza con una estrategia de carácter defensivo y habrá que “recrear las condiciones de un programa transformador”.

Propuestas

En su documento fundacional, las organizaciones sindicales se comprometen "a defender el papel económico y social del Estado a través de las empresas y servicios públicos, en particular ANCAP y sus empresas colaterales, sea en forma directa o en conjunto con la industria nacional, incluyendo un fuerte papel de las compras públicas a tales fines". Trabajarán para mantener bajo la gestión público estatal a dichas colaterales y en ese marco retomar todas las áreas tercerizadas bajo la gestión directa de ANCAP.
La Coordinadora de los sindicatos de ANCAP defenderá los puestos de trabajo directos e indirectos asociados a las actividades de ANCAP y sus colaterales, así como las condiciones laborales y salariales.
En otro punto, aseguran que promoverán "el más amplio debate en el movimiento sindical sobre un referéndum revocatorio de la LUC en caso de que ésta sea aprobada en el Parlamento, escenario que es el más probable dadas las mayorías legislativas que tiene la actual coalición de gobierno".
Por último, reafirman su compromiso -junto a todo el movimiento sindical- para bregar por no perder las conquistas populares alcanzadas y por avanzar hacia los objetivos trazados.

Documento: Plataforma de los sindicatos vinculados a ANCAP

El movimiento sindical de nuestro país ha defendido a lo lardo de las últimas décadas una visión estratégica respecto al Estado, la que implica tenerlo como actor central en el desarrollo económico y social del país.
Dentro de él tienen un rol protagónico en ambas dimensiones los Entes y Servicios Públicos. Son un patrimonio nacional que permite al Uruguay contar con herramientas potentes para el desarrollo productivo, el impulso a la industria nacional y la generación de puestos de trabajo, así como para afirmar nuestra soberanía e interés nacional. Esta visión ha sido compartido por la inmensa mayoría de nuestro pueblo, lo que se ha demostrado a través de sendos referéndums.
La mencionada perspectiva ha guiado el accionar de los trabajadores organizados en los sindicatos abajo firmantes vinculados directa o indirectamente a ANCAP, junto al resto del PIT-CNT, a lo largo de todo este periodo.
Por lo que rechazamos los anuncias que por diversas vías ha realizado el actual gobierno de coalición de volver a insistir con las privatizaciones y ataques a las empresa públicas y sus industrias asociadas a favor del capital transnacional y en perjuicio del país, la no reposición de las vacantes generadas en 2019 y de sólo una de cada tres respecto a 2020, los aumentos tarifarios y el aumento del IVA, la ejecución de solo el 85% de lo asignado en la Rendición de Cuentas 2019, lo que no es más que retomar las políticas neoliberales ya impugnadas por la ciudadanía.
En particular nos oponemos a que una parte de esta orientación intente transitarse por una inconstitucional ley de urgente consideración (LUC), aún con las modificaciones establecidas en el proyecto original, o leyes colindantes, como la denominada "de medios", dado su múltiple contenido, lo antidemocrático de recurrir a este instrumento sin necesidad alguna, y la aún presente orientación privatizadora respecto a ANTEL y ANCAP, en el marco de un conjunto de disposiciones que afectan las libertades individuales y  colectivas, el derecho de huelga, la asignación presupuestal, la educación pública, la inversión estatal, etc.
Las consecuencias son previsibles, no solo para los entres mencionados directamente, sino por los efectos sobre ALUR (dejando un pueblo sin su fuente principal de sustento), la afectación a los biocombustibles, la industria cementera, y la entrega por tercera vez al capital transnacional del servicio público de gas natural, una experiencia ya fracasada rotundamente, entre otras cosas.

Los sindicatos referido hemos definido prioridades comunes, que son las del interés nacional y nuestro pueblo:

  1. Defender el papel económico y social del Estado a través de las empresas y servicios públicos, en particular ANCAP y sus empresas colaterales, sea en forma directa o en conjunto con la industria nacional, incluyendo un fuerte papel de las compras públicas a tales fines.
  2. Mantener bajo la gestión público estatal a dichas colaterales y en ese marco retomar todas las áreas tercerizadas bajo la gestión directa de ANCAP.
  3. Defender los puestos de trabajos directos e indirectos asociados a las actividades de ANCAP y sus colaterales, así como las condiciones laborales y salariales.
  4. Promover el más amplio debate en el movimiento sindical sobre un Referéndum revocatorio de la LUC encaso de que ésta sea aprobada en el Parlamento, escenario que es el más probable dadas las mayorías legislativas que tiene la actual coalición de gobierno.
Nos comprometemos a bregar, como todo el movimiento sindical, para no perder las conquistas populares alcanzadas y por avanzar hacia los objetivos trazados.
Para ello como primer paso solicitaremos las reuniones pertinentes a efectos de acercar estas iniciativas y líneas de trabajo al Directorio de ANCAP, el Ministro de Industria, Energía y Minería y la Ministra de Economía y Finanzas. Para luego evaluar los siguientes pasos a adoptar.
COORDINADORA DE LOS SINDICATOS DE ANCAP
FUECYS, SUNCA, UNTMRA, UAOEGAS, SUTS,  SUTCRA, SED, FANCAP, SOCA, UTAA, STIQ y STAA.   


Molina: "Honrar la huelga general de 1973 es defender la democracia"

Viernes, 12 Junio 2020 18:00 - PORTAL PIT-CNT

Molina: "Honrar la huelga general de 1973 es defender la democracia"
Foto: Carlos Lebrato
El próximo 27 de junio, el PIT-CNT realizará una actividad masiva en recuerdo de la huelga general que resistió a la dictadura cívico militar. Según informó al Portal del PIT-CNT, el responsable de la Secretaría de Prensa, Propaganda y Relaciones Nacionales del PIT-CNT, Gabriel Molina, será un día de conmemoración y en defensa de la democracia "que es algo que atraviesa a todos los gobiernos", señaló. Molina puntualizó que "no se trata de avivar cucos, ni fantasmas, ni nada por el estilo, es un momento de reflexión en defensa de la democracia y que en este contexto actual, que vemos algunas señales preocupantes incluidas en la LUC que impulsa el gobierno, creemos que es nuestro deber puntualizar y marcar postura ya que hay artículos que perforan los derechos de los trabajadores", acotó.  

Historia

"La fecha del 27 de junio de 1973 marca un hito en la historia de la resistencia del movimiento sindical y la clase trabajadora, resistiendo al golpe de Estado. Lo recordamos cada año porque simboliza el compromiso de lucha por la democracia y de enfrentamiento a la dictadura cívico militar que arrasó las instituciones del país. Hay que recordar que no todos los uruguayos y uruguayas defendimos la democracia y enfrentamos la dictadura. Algunas asociaciones rurales, empresariales e industriales, aplaudieron el golpe de Estado en 1973. Como contracara, nuestra querida CNT fue quien desarrolló la heroica huelga general a partir del 27 de junio, hace 47 años, cuando se ocuparon todas las fábricas, las instalaciones privadas y públicas, con algunas acciones emblemáticas como la de la antorcha de Ancap, por ejemplo".
Molina repasó algunos hechos aparentemente ínfimos pero de enorme coraje cívico de quienes "aún a riesgo de perder su libertad, se acercaban hasta las fábricas ocupadas y por encima de algún muro o a través de alguna ventana, tiraban alimentos, un paquete de arroz, fideos o polenta, incluso yerba para el mate, para apoyar a los compañeros que estaban dentro resistiendo a la dictadura fascista".    
Fueron días que marcaron la historia del Uruguay y que el movimiento sindical recuerda cada año cuando se acerca el 27 de junio.
Este año, en un contexto complejo de emergencia sanitaria, el PIT-CNT también se movilizará y realizará una acción para recordar la huelga general y la actitud de resistencia del pueblo uruguayo. Molina dijo al Portal que las características de la movilización se están definiendo por estas horas y que la acción será respetando todas las recomendaciones de cuidados sanitarios tal como se hizo "al pie de la letra" el pasado 1° de mayo. Si bien los detalles aún no se han fijado, posiblemente se realice una caravana de 11 a 13 horas, con las medidas sanitarias y recomendaciones ya conocidas por la población. La conmemoración será a nivel nacional y no solamente en Montevideo.
Al respecto, Molina indicó que cada 27 de junio, el movimiento sindical homenajea y recuerda a quienes dieron sus vidas por la lucha en defensa de la democracia, a quienes fueron secuestrados y desaparecidos y a quienes fueron torturados. "Seguimos reclamando verdad y justicia porque ninguna sociedad puede avanzar con una deuda moral y ética pendiente con los desaparecidos".

Coyuntura

La actividad que el PIT-CNT realizará el próximo 27 de junio, también está pensada en clave de presente y mirada hacia el futuro. Según Molina, "todos nuestros actos tienen un componente de memoria, justicia y también de construcción de futuro. Estamos atravesando un contexto complejo para los sectores más vulnerables, con anuncios de propuestas salariales que son lamentables, con rebajas salariales y un tendal de miles de trabajadores y trabajadoras que están sin trabajo y con otras señales muy preocupantes como las relacionadas a libertades y el derecho de expresión, tal como lo denunció el Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Edison Lanza. Es decir, está cambiando el contexto para los derechos de los trabajadores y la población en general, hay señales muy preocupantes en la LUC en este sentido y por otra parte, la OIT se pronunció de manera contundente en defensa del derecho de huelga".
El PIT-CNT ha denunciado que la LUC afecta derechos constitucionales y según la visión del responsable de comunicaciones de la central sindical, "no se puede aceptar lo que dice la OIT solamente cuando le gusta a uno lo que indica. En este caso, los empresarios y el gobierno parecen no querer admitir lo que la OIT está señalando. Les guste o no, lo deben reconocer", enfatizó.

COMCOSUR INFORMA
FILÁNTROPOS, IZQUIERDA Y LOS MITOS DE LA EXTREMA DERECHA

Por Aldo Marchesi /La Diaria, 23 de mayo de 2020

En 1933 el muralista mexicano Diego Rivera estaba culminando un famoso mural que luego se tituló El hombre controlador del Universo dentro del Rockefeller Center en pleno centro de Nueva York. La iniciativa había surgido a pedido de Aby Rockefeller, esposa de John Rockefeller. Aby, quien había tenido un importante rol en la fundación del Museum of Modern Art (MOMA), tenía un particular interés por el muralismo mexicano y particularmente por Rivera, a quien le compró varias obras. El mural estaba casi culminado cuando Nelson Rockefeller, hijo de John, filántropo, millonario, y luego político liberal con un profundo interés por América Latina, llegó a verlo y a hablar de los detalles finales con Rivera. Allí se percató de que el mural tenía algunos problemas.

En el lado derecho, donde se representaba a los trabajadores, Rivera había incluido a Lenin y a Trotsky. Además, del otro lado, donde se representaban los problemas del capitalismo, aparecía el mismísimo John Rockefeller bebiendo y fumando en una actitud que no tenía que ver con las estrictas conductas de su familia. Nelson Rockefeller exigió que retirara a los líderes comunistas y que pusiera rostros genéricos. Rivera se negó a cambiar su mural. Fue despedido, recibió su pago y el mural fue destruido. El episodio fue un gran escándalo que mostró los límites de la filantropía de los millonarios en los polarizados años treinta. Con dicho dinero Rivera decidió quedarse en Nueva York y, entre otras cosas, pintó una serie de murales en la New Workers School, de orientación comunista. Allí se sacó las ganas de pintar a Rockefeller. Dos años después pintó el mural original en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México.

Hace unos días, en una de sus columnas semanales en el semanario Voces, Hoenir Sarthou reiteraba, aunque de una forma más explícita, la idea de que existe una izquierda que ha sido seducida por la agenda de los millonarios filántropos, particularmente del húngaro, judío y liberal George Soros. La columna fue tan clara y explícita que concitó la adhesión del general Manini Ríos, quien la retuiteó con un tono halagatorio.

Es cierto que la relación entre dinero y política es un aspecto que requiere atención y que, como varios han señalado, pone en riesgo la legitimidad del debate público político y cultural de las democracias contemporáneas. Las maneras en que grupos con poder económico logran instalar, opacar o desvirtuar ciertas temáticas se ha venido discutiendo de múltiples maneras. Entre otros temas, podemos mencionar: el peso de los millonarios en las competencias electorales, la presión de los grupos económicos asociados a medios, las fundaciones asociadas a empresas que niegan problemas que afectan sus intereses como hacen las industrias petroleras con el cambio climático, los grupos religiosos con poder económico que hacen campañas internacionales contra el aborto o contra la teoría de la evolución, el peso de ciertos organismos internacionales de crédito promoviendo soluciones neoliberales, las cientos de fundaciones que promueven formas de caridad a lo Teletón pero se resisten radicalmente a cualquier impuesto que afecte sus rendimientos económicos. En fin, la lista es enorme y diversa. Lo llamativo del énfasis de (Hoenir) Sarthou y otros es: ¿por qué miran sólo a un tipo de filántropo, y también por qué sólo se preocupan por ciertos movimientos sociales, cuando es evidente que el panorama es inmensamente más complejo y diverso?

Como quedó de manifiesto con el ejemplo mencionado, la relación conflictiva entre filántropos e izquierdas no es nueva. La izquierda, desde el siglo XIX, con sus propuestas igualitaristas cuestionó el orden capitalista, pero requirió recursos para sus proyectos políticos y culturales. Algunas veces se encontraron con algún filántropo y los resultados de estos encuentros no siempre fueron directos, evidentes o beneficiosos para el desarrollo del capitalismo. No hay un ejemplo más claro y paradigmático de esto que la propia relación entre Karl Marx y Friedrich Engels. En una reciente biografía de Engels, Tristram Hunt muestra cómo tuvo que sacrificar gran parte de sus intereses intelectuales para dedicarse a la actividad empresarial y llegar a ser un millonario cuyo único objetivo era financiar la escritura de El capital de su amigo Marx y apoyar diversas iniciativas de los primeros comunistas. Otro caso es Félix Weil, quien fue un argentino hijo de importantes comerciantes cerealeros que estudió en Alemania y se transformó en uno de los principales mecenas de la llamada Escuela de Fráncfort.

Luego de la Segunda Guerra Mundial, las ciencias sociales latinoamericanas también discutieron estos problemas. En un contexto de modernización académica, promovida por organizaciones internacionales y regionales como la Unesco y la Cepal, los cientistas sociales comenzaron a recibir financiamientos de fundaciones norteamericanas como la Rockefeller y la Ford Foundation.

Desde fines de los cincuenta dichos fondos para financiar a actividades intelectuales y académicas comenzaron a ser discutidos. Los primeros debates giraron en torno al rol de Congreso por la libertad de la cultura, una red intelectual crítica del totalitarismo soviético apoyada por la CIA, en la financiación de artistas y académicos.

En los 60 siguieron los debates a partir de que el Plan Camelot salió a la luz y mostró cómo parte de las bases de datos que construían los sociólogos latinoamericanos terminaba en el Departamento de Estado. A fines de los sesenta algunas universidades públicas del Cono Sur terminaron cortando los financiamientos de las fundaciones norteamericanas. Vania Markarian está a punto de publicar un libro sobre cómo se dieron estos debates en Uruguay. Estos también fueron los tiempos en que intelectuales buscaron financiamientos en otros lugares como Cuba, o alternativas non sanctas como la de Vivian Trías con Checoslovaquia. Paradójicamente, varios de aquellos que habían recibido financiamientos norteamericanos para promover la agenda del desarrollo y la modernización influida por el clima de la Alianza para el Progreso del presidente John F. Kennedy fueron los mismos que terminaron creando y alentando la teoría de la dependencia, que proponía romper los lazos con el imperialismo económico.

La relación no terminó ahí. En los setenta y ochenta estas y otras fundaciones tuvieron un papel fundamental al apoyar a las ciencias sociales frente a la dura persecución de las dictaduras conosureñas. En el marco de una política exterior norteamericana diferente, impulsada por el presidente Jimmy Carter, que criticaba a las dictaduras, estas fundaciones tuvieron un rol de amplia apertura a los debates de las ciencias sociales latinoamericanas. Muchos intelectuales uruguayos participaron de estas redes y recibieron apoyos. Entre otros, Real de Azúa, Ángel Rama, Germán Rama, Aldo Solari. La nueva generación de centros de investigación que se creó en Uruguay también contó con apoyos financieros de estas redes.

Hasta aquí, un repaso variado de algunos de los encuentros entre diversas experiencias de izquierda intelectual y política y fundaciones vinculadas a la filantropía capitalista. O sea que esto de Soros no resulta algo nuevo. Y tampoco resulta nuevo para las izquierdas, que a lo largo de dos siglos han lidiado no sin conflictos con estos problemas. Pero entonces, ¿por qué últimamente se habla tanto de George Soros y se le asigna un poder omnipresente? Se ha llegado a decir que la agenda de nuevos derechos en Uruguay (aborto, matrimonio igualitario, legalización de la marihuana) es sencillamente una construcción de este multimillonario. Asimismo, que el proceso de adaptación al capitalismo de la izquierda también es de su factura.

No creo que las feministas que marchaban pidiendo que la democracia también llegara al hogar y comenzaban a reclamar la legalización del aborto a fines de los 80, o que las primeras organizaciones de homosexuales que protestaban contra la violencia policial y reclamaban el respeto a sus derechos humanos, o que la Tabaré Riverock Band cuando pedía “legalizar” en Somos todos subversivos tuvieran alguna idea de quién era Soros.

Los trabajos de Diego Sempol y Ana Laura de Giorgi muestran cómo la agenda de derechos que se expresó en una serie de leyes durante la presidencia de José Mujica tuvo su punto de partida en el desarrollo de un conjunto de movimientos sociales y contraculturales que surgieron en la transición democrática. Dichos movimientos eran bastante marginales y sin duda alguna eran los que menos cooperación internacional recibían.

Tampoco los militantes de la izquierda frenteamplista, que vieron con cierta perplejidad el derrumbe del mundo comunista y comenzaron a ensayar estrategias de mayor adaptación a la globalización capitalista, tenían mucha idea de quién era Soros a principios de los 90. Sin embargo, al poner a Soros como figura central de este asunto, se intenta deslegitimar los orígenes locales de estos procesos y de estos movimientos.

Tampoco creo que Soros tuviera una idea medianamente clara de lo que estaba pasando en América Latina y mucho menos en Uruguay. Por esos tiempos, Soros era un millonario menor con cierta influencia en el proceso de democratización que estaba viviendo su natal Hungría y otros países de Europa oriental. El gran salto lo dio en 1992, cuando, como resultado de una gran jugada especulativa con libras esterlinas que impactó fuertemente sobre la economía británica, Soros se transformó en multimillonario. A partir de allí comenzó a desarrollar una estrategia global de filantropía con la creación de la Open Society Foundation. La mayoría de sus iniciativas estuvieron vinculadas con Europa oriental y África.

En este siglo Soros amplió su agenda. Estuvo claramente alineado con algunas de las inquietudes de sectores liberales –en el sentido anglosajón– del Partido Demócrata estadounidense. Soros apoyó causas vinculadas a los derechos de las minorías sexuales y de los inmigrantes en diferentes partes del mundo. También apoyó iniciativas tendientes a la legalización de la marihuana. Estos apoyos a diversos movimientos sociales vinculados a estas temáticas aumentaron la visibilidad de este multimillonario.
Fue en estos últimos años cuando se transformó en el principal chivo expiatorio de la nueva derecha nacionalista global para desacreditar la legitimidad de los movimientos sociales asociados a estas causas. Así, los feminismos, los movimientos LGBTQ, los movimientos de inmigrantes en Estados Unidos como en Europa oriental han sido denunciados como meras organizaciones instrumentales al servicio de este inescrupuloso multimillonario. En un repaso por las redes sociales se puede ver las acusaciones más insólitas y variadas sobre Soros; desde que organizó las caravanas migrantes en Centroamérica, hasta que tiene un plan para islamizar Europa por apoyar a los inmigrantes, o que quiere destruir Israel por apoyar organizaciones palestinas.

Trump, Putin, Erdogan, Netanyahu, Bolsonaro, entre otros, han reforzado esa imagen. Pero uno de los lugares donde esa reacción es más fuerte es en Hungría, su lugar de origen, donde el primer ministro, Viktor Orbán, quien pertenece a una extrema derecha con lazos con el antisemitismo tradicional, lo ha declarado un enemigo nacional. Varias de estas arengas tienen impactantes coincidencias con las imágenes del nazismo acerca de los millonarios judíos filántropos. Seres muy poderosos y depravados moralmente que atacaban a la familia y la nación usando su dinero. Las acusaciones contra la familia Rostchild y contra Soros parecen venir de la misma tradición. Así como en los veinte, cuando si uno escuchaba críticas al judeocapitalismo sabía que no se trataba de algo asociado con la izquierda, hoy pasa algo similar con las críticas a Soros.
Los que critican a Soros no parecen criticar el peso de los millonarios en la política, sino que muestran una profunda indignación por las causas que este millonario está apoyando.

Entonces, ¿qué significa esta acusación de “izquierda Soros” por parte de (Hoenir) Sarthou? Parece hablar más del que acusa que de los acusados. Según la lista de Forbes, de los 2.095 multimillonarios que existen, Soros ocupa el lugar 162. Se habla mucho de Soros; (Hoenir) Sarthou también nombra a Bill Gates, ¿pero qué pasará con los otros 2.093? ¿Será que no tienen fundaciones?, ¿que no tienen interés en incidir en los debates públicos? Por el contrario, esta relación entre política y dinero es constitutiva del capitalismo contemporáneo. Pero llama la atención la ausencia de visibilidad de los otros multimillonarios. Seguramente la nueva derecha global no encuentra interés en denunciarlos, y (Hoenir) Sarthou tampoco.

Por ejemplo, en el puesto 11, 151 puestos más arriba en la lista, aparece el empresario David Koch, quien junto con su hermano han tenido un rol importante en el financiamiento internacional de la Red Atlas. Se trata de una red internacional de libertarios de derecha que apoya diversos think tanks en varias partes del mundo. Según un artículo que apareció en la revista Lento, basado en un informe de The Intercept, el Centro de Economía, Sociedad y Empresa, el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social, el Centro de Estudios para el Desarrollo y el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina recibieron apoyos de dicha red en Uruguay. Dichos centros están vinculados al mundo empresarial, a la Universidad de Montevideo, a El País y El Observador, y a políticos y académicos vinculados a los sectores liberales de los partidos tradicionales. Sin embargo, ¿hemos escuchado hablar de los hermanos Koch? ¿Hemos escuchado a la derecha hablar de Koch? No. Y no tiene sentido, porque no parece real pensar que las ideas de estos centros sean el mero resultado de las dádivas que reciben de estos mecenas. Simplemente, esos fondos implicaron aportes para amplificar ideas de personas e instituciones que ya contaban con amplios recursos para desarrollar sus propuestas.

Entonces, ¿de qué se trata esto de la izquierda Soros? Parece ser más la voluntad de deslegitimar ciertas causas por un camino fácil que de discutir honestamente sobre las virtudes y problemas de dichos movimientos y los problemas de la relación entre dinero y política.

Por otra parte, si (Hoenir) Sarthou hubiera ido a la última marcha del 8 de Marzo y se hubiera tomado un poco más en serio dicho movimiento, habría visto que esto de la izquierda Soros es difícil de visualizar, entre otras cosas porque el feminismo latinoamericano es uno de los pocos movimientos sociales contemporáneos que habilita una crítica al capitalismo. En el 8 de Marzo, gran parte de los carteles hablaban de la relación entre patriarcado y capitalismo. No creo que Soros estuviera de acuerdo con estos carteles.

En síntesis, aunque no es tan claro encontrar a la izquierda Soros, lo que sí parece evidente es que a nivel global se ha generado una nueva derecha, sostenida en un discurso popular basado en sentimientos xenófobos y defensora de valores tradicionalistas, que encuentra en Soros al chivo expiatorio perfecto para descargar su discurso de odio. Esto nada tiene que ver con una crítica al capitalismo, sino con la expansión de un nuevo nacionalismo autoritario. (Hoenir) Sarthou debería elegir si quiere ser parte de eso.

Aldo Marchesi /La Diaria
COMCOSUR INFORMA AÑO 20 No. 1962 - 29.05.2020


El negacionismo ha causado más muertes

Publicado el 30 mayo, 2020 por Revista de prensa - "Alternativas"

Babel
El negacionismo ha causado más muertes
Javier Hernández Alpízar
La ONU ha reconocido que la pandemia del coronavirus SARSCOV2, causante de la enfermedad Covid-19, se ha visto acompañada de otra pandemia, la de la desinformación, las noticias falsas, a la cual ha llamado infodemia, aunque algunos medios la han llamado desinfodemia.
Se trata de dos pandemias que combinan sus efectos dañinos y que juntas generan una especie de tormenta perfecta: el virus no es un ser vivo sino un fragmento de información genética (ácido ribonucleico, ARN) que al ingresar en las células las hace reproducirlo mediante una suerte de engaño, además, cuando las defensas del ser humano combaten al virus destruyendo células infectadas, el SARSCOV2 engaña a algunas de estas defensas de manera que matan indiscriminadamente a células contagiadas y a células sanas. Este comportamiento del virus hace que sea el propio sistema de defensas el que destruye al paciente tratando de salvarlo.
La desinformación, la confusión y las malas decisiones que provoca la infodemia son parecidas. El negacionismo, probablemente la más dañina de las informaciones falsas al respecto, hace que la gente no se cuide, que no acate las medidas sanitarias de prevención como no salir de casa, guardar una distancia de otras personas al salir, lavarse las manos, usar cubrebocas o no estornudar al aire sin cubrirse con el interior del brazo doblado. Este desacato ha hecho ya que, según estudiosos de la UNAM, en México la pandemia se prolongue de un pico que se proyectaba para mayo a un pico para mediados de junio. La impaciencia por salir va a hacer que el confinamiento se prolongue un mes o más, y si sigue habiendo desacato puede prolongarse aún más porque se multiplican los contagios.
El problema con el coronavirus SARSCOV2 es que es altamente contagioso. Eso ha hecho que se vuelva pandemia y que se esparza por todo el planeta aprovechando los viajes de los seres humanos en un mundo globalizado. Inició en China, golpeó mortalmente a Europa y a los Estados Unidos y ahora crece en el sur del planeta en América Latina, África y Asia. Nada lo ha podido detener porque es altamente contagioso y porque hasta hoy no hay un medicamento probado para curar la enfermedad ni vacuna probada que evite el contagio,
Las medidas sanitarias parecerían muy sencillas, eso ha hecho que algunos no crean en la presencia y acción del virus, porque lo destruye lavarse las manos con jabón. Pero hay una medida que ha sido muy difícil de acatar para muchos; el encierro en casa. Muchos ciudadanos no se pueden encerrar porque su precaria economía los obliga a salir a buscar el sustento del día. Y nuestros gobiernos no dieron los apoyos para que más personas pudieran quedarse en casa. Esto, sumado al descuido de otros, ha hecho que el virus se propague, especialmente en las ciudades más grandes y pobladas como Nueva York, donde ha sido devastador, o la Ciudad de México, donde está siendo muy grave y podría empeorar si hay una reapertura apresurada o simplemente si el desacato a las medidas sanitarias continúa.
Hay una serie de hechos comprobados, muy pocos pero fehacientes, que la desinfodemia ha negado: existe el coronavirus SARSCOV2, se propaga muy fácilmente por el contacto entre seres humanos, tiene una tasa de letalidad que varía de lugar en lugar y que en países como México es muy alta (10.7% según la Universidad Johns Hopkins, basada en las cifras oficiales del gobierno mexicano) y los es más en comunidades indígenas (19%). El promedio de edad de los muertos en Europa es de 69 años, pero en México bajó a 59 años porque hay muchas condiciones previas que nos hacen más vulnerables: desnutrición, obesidad, diabetes, respirar aire contaminado, fumar, otros padecimientos previos respiratorios, de los riñones, VIH, problemas cardiovasculares, hipertensión, etc.
El cuadro más típico pasa por tos, fiebre y dolores musculares a una neumonía, deficiencia respiratoria y, en muchos casos, a la muerte. En ocasiones puede atacar otros órganos del cuerpo que están débiles y los síntomas pueden ser diferentes. Algunas muertes son muy rápidas.
La información básica para la prevención parecería muy sencilla. El gobierno confió en que sus canales habituales la difundirían adecuadamente pero no fue así. El gobierno da conferencias de prensa y luego los medios convencionales dan las noticias en diferentes formatos, televisión, radio, internet e impresos.
Algo ha pasado, pero la desinfodemia y especialmente el negacionismo nos muestran que muchas personas no creen en lo que dicen los medios y, en buena medida, no creen en lo que dicen el gobierno y las instituciones oficiales,
Hay varias creencias falsas que se popularizaron de voz en voz, por medio de audios en WhatsApp, en posteos en redes digitales y hasta en volantes difundidos entre trabajadores que se vieron obligados a seguir laborando en medio de la pandemia.
Una lista no exhaustiva de estas falsedades incluye: “el virus no existe”, “el virus fue creado en un laboratorio”, “el virus es esparcido desde el aire o por personas que lo diseminan” (confunden a personal de sanitización con “aspersores del virus”). Como consecuencia de que “el virus no existe”, o de pruebas rápidas poco fiables que pueden dar negativo aunque estés contagiado, las personas que enferman e incluso los deudos de quienes mueren por Covid 19 niegan que sea esa la enfermedad, piensan que los médicos y personal de salud “mataron” a los pacientes. Algunos parientes de personas fallecidas por Covid 19 llamaron a las personas a no ir a los hospitales “porque ahí los matan”. Se inventaron falsedades ridículas como “matan a los pacientes para sacarles el líquido de las rodillas”. Además, se ha generado una estigmatización y discriminación contra personas que se sabe que dieron positivo y esta discriminación se extendió a pacientes enfermos, a personal de salud, especialmente a médicos y enfermeras, víctimas de todo tipo de agresiones, y hasta a personas que trabajan en tiendas departamentales, en España se dio una ola de fobia a los ancianos.
En redes digitales puede apreciarse que personas enfermas se niegan a ir a los hospitales, buscan tanques de oxígeno por su cuenta, van al hospital solamente cuando los pacientes están muy graves, algunos mueren antes de poder ser ingresados o atendidos, otros mueren en sus casas. Parece que incluso algunas personas han muerto de otros padecimientos, que sí son tratables y curables, porque tuvieron miedo de ir al médico por temor al Covid-19.
Otras personas niegan estar enfermos, niegan los síntomas o incluso si saben que dieron positivo, lo ocultan por temor a la discriminación y a agresiones.
La desinformación, las falsas noticias (remedios falsamente milagrosos que no curan nada o que pueden ser incluso tóxicos), pero sobre todo la mentira muy difundida de que el coronavirus no existe, han hecho aún más grave la pandemia.
El resultado es grave: aun si la población no hubiera sido pasto de las noticias falsas y el negacionismo, bastaría con el serio deterioro material y escasez de personal capacitado del sistema de salud, así como con las condiciones previas de la población (víctima de daños a la salud como una alimentación pésima: alta en azúcares, grasas y comida chatarra) y lo contagioso del virus, para hacer mucho daño.
Pero todo empeoró con la desinformación (no llegó información en sus lenguas a las comunidades indígenas, como señaló Artículo 19) y con la infodemia, las noticias falsas, las teorías conspiratorias y especialmente con el negacionismo.
Negar los problemas los agrava: negar el calentamiento global de origen en los combustibles fósiles, lo agrava; negar el coronavirus, agravó la pandemia; negar la violencia contra las mujeres pretende invisibilizar un problema y lo hace más peligroso; negar que México vive una militarización hace que sea más riesgosa.
El virus seguirá siendo un riesgo letal mientras no exista una vacuna al alcance de todos, medicamentos eficaces e información cierta y disponible a todos: incluidas las cifras reales del problema. Dice el subsecretario de salud que ningún país tiene cifras reales. Tal vez sea por eso que la mayoría de los países han dado palos de ciego y padecido una pandemia muy letal. Han sucumbido estrategias erróneas como la inmunidad de rebaño en Suecia, el negacionismo y las acciones ineficaces en Estados Unidos y Brasil o han surgido rebrotes en algunos países tras dar fin al confinamiento.
Han habido países que sortearon mejor el problema como Costa Rica, por su sistema de salud universal, o Vietnam por su disciplina y por partir de una premisa: “China nos oculta información, preparémonos para lo peor”.
No se trata de defender o atacar a ningún gobierno, sino de salvar vidas: necesitamos información verdadera, accesible, comprensible y disciplina social, colectiva e individual, para protegernos, porque hasta hoy no hay vacuna ni cura y el nivel de letalidad en México es muy alto.
Con pandemias anteriores como el VIH, debimos haber aprendido la lección: nada ayuda estigmatizar a los contagiados, pero sí ayuda difundir información verídica, seria, en un lenguaje accesible a cada sector, y medidas de protección eficaces.
El negacionismo está costando vidas. La desinformación ha potenciado y acrecentado los contagios. Un regreso a las calles antes de tiempo causaría un rebrote muy peligroso.
Nos espera una grave crisis económica: recesión, falta de inversión, desempleo, hambre.
Si enfrentamos esa crisis tan mal como ahora a la pandemia, esto traerá más dolor y muerte. La lección no aprendida, hasta hoy, de la pandemia de SARSCOV2 es que necesitamos ser solidarios, organizados, autogestivos: lo que daña a los demás es un daño para cada uno.
La peor manera de enfrentar un problema es negarlo o enfrentarlo con datos falsos, insuficientes, confusos o sesgados. La verdad puede salvar vidas, aunque incomode a muchos: especialmente a los poderosos, que necesitan el regreso de los trabajadores a la cadena de la explotación.
Una vieja verdad, muchas veces negada, resurgió con la pandemia: el trabajo es la fuente de la riqueza, no lo es el dinero, las máquinas o la tecnología, es el trabajo, son los trabajadores.
Otra verdad nos espera: vendrán más pandemias, y el cambio climático que es mucho más grave que las pandemias. O cambiamos nuestra forma de vivir en sociedad o nos volvemos insustentables, nos ponemos en la vía de la extinción. La devastación ambiental no es progreso es destrucción y entre otros problemas genera las pandemias.
La vida y la muerte de todos los seres humanos en el mundo está interconectada, lo mismo la vida de otras especies: todo feminicidio, homicidio o infanticidio, lo mismo que todo ecocidio es un suicidio (parafraseando a Franz Hinkelammert).
El mundo no será jamás el mismo, y será mucho peor si intentamos hacer como que nada pasó en lugar de luchar, trabajar, estudiar y cambiar lo que estamos obligados a cambiar si amamos la vida.
Publicado el 28 / mayo / 2020 por zapateando