domingo, 9 de agosto de 2020

EE.UU.: Amenaza de extender la ocupación de Portland a otras ciudades // Un mundo en ebullición // EE.UU.:Elecciones en un país en llamas // Trump pone al desnudo la moral (y la hipocresía) estadounidense por Eva Golinger // Esa irresistible compulsión de mentir Por: Atilio Borón // Derribar estatuas no borra la historia, nos hace verla con más claridad // Hiroshima Por Osvaldo Bayer // Los dos pilotos de Hiroshima // La fiscal general de Nueva York pide la disolución de la Asociación del Rifle de EEUU // Multitudinaria marcha exige la renuncia de Netanyahu en Israel // URUGUAY: Advierten inminente agudización del conflicto en la salud privada // Despidos preferentemente sindicales en la prensa uruguaya // Decreto del gobierno obliga a grabar las asambleas de las cooperativas


EE.UU.: Amenaza de extender la ocupación de Portland a otras ciudades

Barry Sheppard, J. Wilson
1 agosto 2020 |

Amenaza de extender la ocupación de Portland a otras ciudades
Barry Sheppard

Mientras que agentes federales anónimos continúan su campaña de ataques violentos e ilegales contra los manifestantes de Black Lives Matter (BLM) en Portland, Oregón, provocando una reacción cada vez más firme, el presidente Trump declaró que enviará más agentes federales a otras ciudades para sembrar el caos.
Tras la caída en las encuestas, debido en parte a su completo fracaso en lo referente al coronavirus, Trump busca desviar la atención de este incumplimiento y reforzar su estatura como autócrata fuerte capaz de aplastar el levantamiento de BLM soltando matones sin uniforme contra manifestantes que son en su mayoría pacíficos.
Trump habla de diferentes ciudades del país como si estuvieran fuera de control debido a la ola de protestas que estalló después del asesinato de George Floyd a manos de la policía el 25 de mayo de 2020. Afirma que los manifestantes no son manifestantes, sino “anarquistas que odian a América”.
“Voy a hacer algo, puedo asegurárselos”, dijo Trump a los periodistas. “Porque no vamos a dejar que Nueva York y Chicago y Detroit y Baltimore y todas esas, y Oakland es un desastre. No vamos a dejar que eso suceda en nuestro país. Todas (esas ciudades) están dirigidas por los demócratas liberales”.
Continuó diciendo: “De hecho, todas están dirigidas por demócratas muy liberales. Todas están gobernadas, en realidad, por la izquierda radical”.
En Portland, varias escenas de agentes golpeando a los manifestantes con porras fueron grabadas, otras en las que se los ve disparando grandes cantidades de granadas de gas lacrimógeno así como otro tipo de proyectiles menos peligrosos.
Un manifestante, que sostenía un megáfono para transmitir un discurso, fue alcanzado en la cabeza por uno de esos proyectiles. Tuvo fractura de cráneo, y debió ser operado.
Un veterano de la Marina vino a las manifestaciones alarmado por lo que esos agentes federales estaban haciendo. Se puso la camiseta y la boina de la marina para identificarse como un militar retirado, pensando que de esta manera los agentes no lo atacarían. Quería dialogar con ellos, pero recibió una avalancha de golpes y spray lacrimógeno. Le fracturaron una mano.
Otros agentes, en furgonetas sin identificación, detenían a la gente en la calle; las personas detenidas no sabían si estaban siendo secuestradas por bandas de derecha, que a menudo se disfrazan para ese tipo de operaciones. Recordemos que en Portland han actuado grupos racistas como los “Proud Boys”. En 2017, poco después de que Trump asumiera el cargo, un partidario de la “Alt-Right” trató de matar a dos adolescentes negros en el transporte público, pero fue detenido por unos ciudadanos blancos. Entonces, el supremacista blanco atacó con su cuchillo a quienes había evitado que matara a los dos jóvenes negros, matando a dos personas.
Los manifestantes detenidos por los agentes sin uniforme fueron llevados a un tribunal federal, interrogados y liberados después de unas horas sin explicaciones  ni cargos contra ellos. Era sólo para aterrorizarlos e intimidarlos.
Antes de la llegada de los federales a Portland, las protestas se habían calmado en gran medida, como también en otras ciudades. Desde entonces, han recobrado fuerza. El fin de semana pasado, un grupo de madres de manifestantes formaron lo que se llama desde entonces un “Muro de las Madres” (Wall of Moms) para proteger a los jóvenes y adolescentes de los matones uniformados.
Una de las “Mamás” entrevistadas declaró: “Sus procedimientos son aterradores”, en referencia a los agentes federales. “Quiero decir que nosotros, como partidarios de la democracia, debemos hacerles frente. Tengo 60 años. Probablemente no debería estar aquí, en medio del público (por el virus). Pero esto va mucho más allá de lo aceptable”.
Los representantes demócratas, desde el gobernador de Oregón hasta el alcalde de Portland, exigen en vano el retiro y revocación de los agentes federales. Pero recordemos que el movimiento protestaba contra esos mismos funcionarios y contra la policía antes de que llegaran los agentes federales.
Lilith Sinclair, una organizadora afro-indígena, habló el 21 de julio en el sitio de TV online de Democracy Now. Unos fragmentos de su discurso, ligeramente modificados:
“Es difícil concebir la dimensión profunda de lo que hemos protagonizado en las calles de Portland. Este movimiento comenzó con una madre soltera negra que salió a la calle llamando a ocupar el palacio de justicia federal para exigir un cambio. Luego, este movimiento se convirtió en un expresión de miles de personas que logró unir aquí a muchos de nuestros ciudadanos”.
“Hemos visto una escalada represiva continua contra nuestros manifestantes. Pero lo que es importante entender es que nos hemos estado enfrentando a una brutalidad policial grave por parte de nuestras fuerzas policiales locales durante años”.
“Lo que vivimos comenzó con ‘nuestras’ fuerzas policiales locales que utilizaron no sólo tácticas de intimidación, sino también la brutalidad contra nuestros manifestantes. Tenemos oficiales que usan granadas de flash bang repetidamente”. (Esas granadas aturden y desorientan a la gente, con un fuerte ruido y un destello de luz enceguecedor. Son responsables de manos y dedos amputados, de ataques cardíacos y de algunas muertes).
“También han utilizado gas CS (o-clorobenzilideno malononitrilo, que provoca irritación, ceguera temporaria, lagrimeo) y otras municiones – gas lacrimógeno, balas de gas pimienta y similares. Se trata de una acción a largo plazo con una fuerza policial militarizada. La intervención de los agentes federales la ha intensificado”.
“Estamos asistiendo a desapariciones. Estos vehículos sin identificación que vemos en las calles están llenos de hombres uniformados, sin placas, sin documentos de identidad. Incluso se niegan a responder a la pregunta: ‘¿Es usted o no es un agente de las fuerzas del orden?’. Y la población de Portland no está sólo preocupada por su seguridad, sino que piensa que nuestra lucha es justificada”.
“Y esto está sucediendo durante una pandemia sanitaria mundial con una voluntad oficial de terminar con el confinamiento no sólo por parte de los republicanos sino también de los demócratas. En Oregón, la reapertura tuvo lugar, la gente puede constatar ahora, semanas después, el aumento de los casos de contagio; y están siendo de nuevo despedidos de sus trabajos, una vez más excluidos del sistema de desempleo”.
“La gente necesita tiempo para entender las fallas de este sistema capitalista de supremacía blanca. No tiene nada, pero tiene tiempo por delante. Por eso el movimiento sigue creciendo. Vimos salir a las madres. Anoche fue la “barrera de los padres”, mucha gente sorprendente, que vino a la ciudad después de haber visto cómo los manifestantes eran brutalmente reprimidos todas las noches”.
“Por las noches nos invade el terror. Al otro extremo de la ciudad, no podemos dormir por las explosiones de las granadas flash bangs, y de gas lacrimógeno en toda la ciudad. Eso afecta a nuestra comunidad de personas sin techo, afecta a nuestros barrios”.
“Las autoridades estatales y locales no han reaccionado, sólo han hecho declaraciones bienintencionadas (pidiendo que se vayan los agentes federales), lo que provoca un sentimiento legítimo de frustración y de rabia y da más fuerza a las protestas”.
En los próximos días, si Trump lleva a cabo su amenaza de enviar más agentes federales a más ciudades, veremos cuál será la reacción.
*****
Manifestaciones en Portland
El uso de agentes federales por parte de Trump plantea la naturaleza inconstitucional del régimen
J. Wilson
La intervención de la administración Trump ha cambiado profundamente el carácter de los desafíos planteados por un conflicto localizado, según responsables de los derechos civiles de Oregón.
En Portland, Oregón, los agentes federales arrestan a manifestantes en camionetas sin identificación oficial alguna, tiran gases a los manifestantes, golpean a los periodistas y trabajan sin identificación visible ni placas policiales en  estos últimos días, después de más de ocho semanas de manifestaciones  del movimiento Black Lives Matter (BLM).
Los agentes actúan a pesar de las objeciones del alcalde de Portland, Ted Wheeler, la gobernadora de Oregón, Kate Brown, y los dos senadores demócratas del estado de Oregón.
Los agentes federales han encontrado en las calles la resistencia de los manifestantes. Y ahora, esa resistencia también se expresa en los tribunales y en la actitud de los políticos. En efecto, muchos habitantes de Oregón entienden las repercusiones nacionales de la intervención de las fuerzas policiales federales -una decisión adoptada por Donald Trump- en “el mantenimiento del orden” en Portland.

Imagen: El muro de las madres
Así, Portland se ha convertido en el centro de interés de ambas partes del conflicto. El presidente de los EE.UU. y sus partidarios en los medios de comunicación conservadores ven la intervención como un modelo que debe aplicarse en las ciudades de todo el país. Mientras tanto, sus oponentes ven la reacción de la ciudad como un grito de alerta, lo que fortalece las protestas y constituye una iniciativa espectacular, que puede utilizarse como advertencia contra las tendencias autoritarias de Trump.
El miércoles 22 de julio de 2020, Trump anunció “una mayor firmeza en la aplicación de la ley federal en las comunidades de EE.UU. azotadas por crímenes violentos”.
El martes 21 de julio, 15 alcaldes de ciudades de EE.UU., entre los cuales Ted Wheeler (alcalde de Portland), compararon las acciones de Trump con las de un “régimen autoritario” y exigieron que “no se mandaran agentes federales a sus ciudades”.
A nivel local, los principales defensores de los derechos civiles en Oregón afirmaron que las acciones de Trump han incrementado los desafíos de las protestas, que hasta ahora se habían concentrado principalmente delante del edificio de la policía de Portland (PPB), una policía acusada de llevar a cabo una política de represión autoritaria y parcial.
Eric K. Ward, director ejecutivo del Western States Center (WSC), una organización de defensa de los derechos civiles con sede en Portland, dijo que si bien los habitantes de Portland tienen “sus propias luchas, específicas a su comunidad, la administración Trump nos ha colocado ahora en medio de un debate nacional que tiene consecuencias nacionales”.
Siguió diciendo, “Si esto permanece sin una respuesta política seria y sin efecto, queda abierta la puerta para que el Presidente cree su propia fuerza de seguridad personal, la que podría desplegar en todo el país, al margen de la Constitución”.
El WSC es uno de los denunciantes en un proceso contra cuatro agencias federales: el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el US Marshals Service (USMS-Agencia de Policía del Gobierno Federal), el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) y el Federal Protective Service (FPS – División de policía de seguridad uniformada del Departamento de Seguridad Nacional).
La demanda implica que las acciones de la administración Trump son consideradas inconstitucionales y que esta administración “usurpó poderes explícitamente reservados al estado de Oregón y a los ciudadanos de Oregón”,  “privando de esta manera a los habitantes de Portland del derecho a manifestar pacíficamente”.
En un programa online que anunciaba la denuncia, el senador de Oregón, Jeff Merkley, condenó las “tácticas de la policía secreta” de Trump, comparando la administración con los gobiernos de “Turquía, Rusia y Filipinas”.
Las cuestiones constitucionales están ahora en el centro de una serie de acciones judiciales contra las fuerzas del orden locales y federales por parte de organizaciones sin fines de lucro y del estado de Oregón.
Algunas organizaciones, como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Oregón y el Centro de Recursos de Justicia de Oregón (OJRC), habían presentado inicialmente denuncias contra la ciudad de Portland, con el objetivo de limitar el uso de la fuerza por parte de la policía local. La primera demanda  presentada por la ACLU se centraba en la protección de los periodistas y los observadores jurídicos. A principios de este mes, la ACLU obtuvo una notificación formal contra la dispersión por parte de la policía de los periodistas identificados como tales.
Las tácticas de la policía de Portland contra las primeras protestas suscitaron una serie de interrogantes en los medios de comunicación locales y por parte de las organizaciones profesionales sobre el hecho de que los periodistas eran objeto de ataques específicos. En junio, el OJRC presentó una demanda en nombre de los grupos de manifestantes, obteniendo órdenes judiciales contra el uso frecuente de gas lacrimógeno por parte de la policía de Portland.
Pero desde que los agentes federales empezaron a asumir un papel más activo, los grupos de defensa de los derechos civiles cambiaron de rumbo. El viernes 17 de julio, la ACLU presentó una denuncia, solicitando una orden de restricción, contra el DHS y el USMS, en nombre, una vez más, de los periodistas y observadores jurídicos.
La ACLU afirmó que varios periodistas habían sido atacados, y uno de ellos fue alcanzado por “balas de plástico que tienen una fuerza suficiente para perforar la camiseta ‘PRESS’”.
Jann Carson, director ejecutivo en funciones de la ACLU de Oregón, dijo: “La violencia y la brutalidad desplegada por la policía y los agentes federales es injustificada e inconstitucional. Los agentes federales están aterrorizando a la gente en las calles de Portland y esto debe terminar, deben irse de Portland ahora mismo”.
El mismo viernes 17 de julio, la Fiscal General de Oregón Ellen Rosenblum presentó cargos contra el USMS y el DHS, así como contra el FPS, el servicio de Aduana y la Protección de Fronteras y otros agentes no identificados. Declaró que sus tácticas “violan los derechos de todas las personas detenidas… y violan los intereses soberanos del estado”.
La denuncia presentada por Ellen Rosenblum se basaba en las alegaciones de los manifestantes y en los informes de prensa, según los cuales los agentes federales habían utilizado “vehículos sin identificación para circular por el centro de Portland… y secuestrar (a los manifestantes) o para realizar detenciones sin dar las razones de las mismas”. (…)
El sábado 18 de julio, la comisionada de la ciudad de Portland (una función específica que combina aspectos legislativos y ejecutivos, Portland es una de las pocas grandes ciudades de los EEUU que mantienen este tipo de estructuras) Jo Ann Hardesty, publicó una carta abierta al alcalde Ted Wheeler en la que describía a los agentes federales como una “fuerza de ocupación” y un “escuadrón de delincuentes”. El lunes por la noche (20 de julio), mientras una gran multitud se había reunido delante del tribunal federal después de haber conocido los informes que denunciaban la represión, Jo Ann Hardesty publicó un vídeo que mostraba a una gran multitud y añadió este comentario: “Ésta es mi ciudad, que se levanta contra la brutalidad de la policía federal y local”.
Cuando fue interrogada sobre si consideraba como constitucional el despliegue de agentes federales por parte de la administración Trump en el centro de la ciudad de Portland, Jo Ann Hardesty contestó: “En absoluto. No sólo no es constitucional, sino que estamos en plena pandemia. Y además, utilizan armas de guerra contra los miembros de la comunidad que se denuncian la brutalidad policial.”
Jo Ann Hardesty agregó que si el alcalde Ted Wheeler le confiaba el control de la policía, tal como ella se lo pidió por carta oficial, “me comprometo, en la primera semana, a eliminar toda forma de contribución de la policía de Portland con los agentes federales y a lanzar todas las investigaciones internas que fueran necesarias.”
24/07/2020
États-Unis – Dossier. Les menaces d’étendre l’occupation de Portland à d’autres villes
Traducción: Rubén Navarro para Correspondencia de Prensa


Abracadabra

Por: David Brooks
Publicado en: American Curios
4 agosto 2020 | CUBADEBATE

Luego de un acuerdo entre la gobernadora demócrata de Oregon, Kate Brown, y la administración de Donald Trump para reducir a los agentes federales en Portland, las protestas del movimiento Black Lives Matter continúan y se desarrollan sin grandes enfrentamientos entre manifestantes y uniformados. Foto: AP
Nerón juega golf (no tiene el talento musical como el romano original) mientras su imperio está en llamas, entre la pandemia descontrolada que insiste en que está mejorando mientras mata a más de mil personas por día en su país, y declara que “ America será grandiosa otra vez”, mientras más de 30 millones están no sólo desempleados, sino que ahora enfrentan el desalojo de sus hogares por no poder pagar rentas e hipotecas; durante la pandemia más de la mitad de los hogares han perdido ingresos, mientras unos 490 multimillonarios han incrementado su riqueza por más de 700 mil millones de dólares. Todo, mientras cuestiona el proceso electoral democrático y juega con anularlo.
Todo eso mientras agrega combustible al fuego nutriendo el odio, ingrediente secreto de su proyecto, con la agenda antimigrante en el centro. Vale subrayar que este lunes marca el aniversario de la masacre en El Paso, donde un joven blanco en Texas fue a matar a 22 personas (ocho de ellos nacionales mexicanos) para frenar, dijo, la invasión hispana. Aunque no fue un acto oficial, sus órdenes habían sido giradas en ese contexto desde la Casa Blanca.
Pero Nerón no está actuando solo: las cúpulas de ambos partidos (o sea, el equivalente tal vez del Senado romano) son cómplices en llevar a esta república a una crisis existencial con graves consecuencias para el planeta. Sólo en estos últimos días, los legisladores suspendieron labores sin aprobar asistencia básica para decenas de millones que están enfrentando a la crisis económica en medio de la peste, pero sí avanzaron en aprobar un presupuesto militar de 740 mil millones de dólares. Ah, y también, según nos cuenta un colaborador de este periódico, que en la cámara (bajo control demócrata) no sólo ignoraron a la mayoría de la opinión pública que favorece una reforma policiaca, sino tampoco anularon programas para trasladar equipo militar a departamentos de policía, incluyendo vehículos blindados y bayonetas (sí, leyeron bien, bayonetas).
Para intentar hacer uno de esos análisis dizque sesudos sobre este panorama político primero uno tendría que resistir la primera reacción obvia de que todo esto es un manicomio para después proceder a explicar todo esto con gran sofisticación, pero a veces es imposible ser más elegante.
Pero en medio de todo esto se abre un secreto, como si millones lograron encontrarse en pleno caos y a pesar de los cubrebocas, susurraron y después gritaron: ¡abracadabra!
Las claves para entender esta coyuntura estadunidense no se pueden detectar sólo mirando a las cúpulas, sino en el hecho de que esta estallando una rebelión expresada en el movimiento de protesta social más grande en la historia de este país.
Y esa expresión, como hemos repetido, no se ve sólo en enfrentamientos con fuerzas de seguridad, sino en acciones como una en Nueva Orleans, donde a caseros llegando a las oficinas de las autoridades para solicitar ordenes de desalojo de sus inquilinos un muro de activistas en las puertas no les permitió ingresar; como en las bandas de jazz y de funk que invitan a músicos a dar ritmo a las movilizaciones; como en los círculos de estudio y lectura que rescatan la historia de y desde abajo.
Todo esto son partes de un tejido de redes rebeldes que se han estado organizando en años recientes en varias partes del país, desde el profundo sur –cuna de resistencia histórica y su cultura– como en la construcción más reciente de iniciativas de asistencia mutua en incontables colonias de ciudades por todo el territorio. De ahí nacen diálogos con nuevos discursos donde se aborda el objetivo de la democracia radical, el anticapitalismo, el rescate de la historia para crear visiones del futuro; también la alegría como ingrediente vital de la resistencia y la rebeldía. Se abre algo nuevo, y el futuro de este país depende de su luz.
Eduardo Galeano, en la introducción del libro de las obras de Chomsky publicado por La Jornada, recuerda que abracadabra, “la mágica fórmula que se usa en el mundo entero, proviene de la lengua hebrea… y significa ‘envía tu fuego hasta el final’”.

Un mundo en ebullición

Por Oscar Oramas Oliva | 25/06/2020 | REBELIÓN

Fuentes: Rebelión
En enero de este 2020 nadie hubiera podido imaginar que en Virginia, Alabama, Tennessee y Mississippi, estados del sur norteamericano, los símbolos que celebran el pasado colonialista y esclavista de Estados Unidos estuvieran siendo derrumbados, estropeados o retirados, en medio de protestas y disturbios sociales ocasionados por el asesinato, a manos de la policía, de un hombre negro George Floyd. Todo eso es el resultado de cuatro siglos de vejaciones y humillaciones de los negros esclavizados en Estados Unidos y otras partes del mundo. Todos los seres humanos somos iguales, rezan muchas declaraciones, que después no se corresponden con las tercas realidades. No puede ser que una parte de la humanidad continúe siendo tratada, como si no fueran parte de la especie humana, el proceso civilizatorio reclama la igualdad plena.
Pero lo que está sucediendo en Estados Unidos ya ha sobrepasado lo anterior y ahora las protestas claman por justicia. Ese arcoíris de seres humanos que protesta en las calles estadounidenses ha dicho basta y ha echado a andar, como dijera el Che. Enough is Enough. Las razones de ello están en que, el sistema en el que viven, ya no satisface a sus necesidades materiales y espirituales. Esta pandemia calificada por Ignacio Ramonet « como un hecho social total » ha removido la estructura social y en Estados Unidos, millones de ciudadanos no tienen recursos económicos para recibir atención médica y el sistema hospitalario ha sido reducido. Y sin esa necesaria atención se muere. El reino de la incertidumbre se ha instalado.
Estados Unidos alcanzará las 201.129 muertes por covid-19 el 1 de octubre próximo, según la proyección del Instituto para los Parámetros y la Evaluación de la Salud (IHME) reseñada hoy, 14 de junio, en la prensa nacional. De acuerdo con el reporte del diario The Hill las estadísticas salen a la luz después que la semana pasada 18 estados registraran una tendencia creciente en el número de infecciones. Este estudio señala a las medidas de fin de confinamiento iniciadas en las últimas semanas como las culpables de las futuras muertes, pues se pusieron en vigor cuando algunos estados reportaban todavía un número creciente de casos. Los territorios son: Alaska, California, Oregón, Nevada, Arizona, Montana, Wyoming, Texas, Oklahoma, Arkansas, Luisiana, Mississippi, Alabama, Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Hawái y Florida.
Alarma e interrogantes provocan los hechos siguientes: casi a las 4 de la madrugada del pasado miércoles 10 de junio el cuerpo de Robert Fuller, de 24 años, fue encontrado en las cercanías del ayuntamiento en Palmdale, una ciudad de 150.000 habitantes, a una hora al norte de Los Ángeles. “No había nadie en la escena y los paramédicos encontraron el cuerpo colgado de un árbol”, explicó este lunes Daryl Osby, jefe del departamento de bomberos del condado de Los Ángeles. Un transeúnte que vio el cuerpo contactó a las autoridades. Por otra parte, a una hora de Palmdale en dirección este, en la ciudad de Victorville, un grupo de bomberos acudió a la escena en la que Malcolm Harsch, de 38 años, había aparecido colgado de un árbol el pasado 31 de mayo. La muerte de dos negros colgados de árboles desata indignación e interrogantes en Estados Unidos. Las características de los incidentes, además, han hecho recordar el terrible pasado de linchamientos de negros en EE.UU. a finales del siglo XIX y durante el siglo XX.
Mientras, la violencia de grupos derechistas racistas y antimigrantes nutrida por la retórica presidencial sigue brotando por el país. La noche del lunes 15 de junio una milicia armada atacó a activistas que intentaban tumbar la estatua del conquistador español Juan de Oñate en Albuquerque, dejando en estado crítico a un manifestante.
Ante las protestas masivas y una abrumadora mayoría de la opinión pública, el presidente Donald Trump se vio obligado a firmar una orden ejecutiva de reformas policiacas, pero nunca menciona el tema del racismo en el comportamiento de los uniformados. El mandatario decidió rodearse de oficiales de seguridad pública en el acto para firmar su orden, declaró que sin policías hay caos, señaló que sólo un número muy reducido de oficiales han cometido actos de brutalidad policiaca y subrayó que los estadounidenses quieren ley y orden, lema que será central en su campaña de reelección, según David Brooks en el periódico La Jornada del 17 de junio de 2020. Esto corrobora lo dicho recientemente por su exasesor de Seguridad Nacional, John Bolton, quien expresa que todos sus actos están dirigidos a garantizar la reelección presidencial el próximo 3 de noviembre.
Garrett Rolfe [1], un policía blanco disparó y mató este viernes 12 de junio a Rayshard Brooks, un afroamericano de 27 años, en el estacionamiento de un Wendy’s (cadena de hamburgueserías) al sur de Atlanta. El suceso se produce en medio de la ola de protestas contra la brutalidad policial hacia los negros en Estados Unidos. The New York Times cronometró y analizó lo ocurrido en la denominada “la meca negra” con los vídeos de las cámaras de vigilancia del restaurante a los que tuvo acceso, algunos difundidos por la Oficina de Investigación de Georgia y otros publicados por testigos presenciales en las redes sociales. Donald Trump consideró el miércoles que la policía estadounidense ha sido ‘tratada injustamente’, en una entrevista en la televisión en la que dio la impresión de defender de alguna manera al policía que mató a un hombre negro la semana pasada en Atlanta. El agente de policía Garrett Rolfe fue acusado de asesinato el miércoles, cinco días después de haber matado a un joven afroestadounidense, Rayshard Brooks, en un drama que reavivó la indignación contra los comportamientos racistas en el país.
En Florida tambien apareció muerta una activista contra el racismo Oluwatoyin Toyin Salau. ¿Qué significan esos hechos? El racismo estructural está muy anclado en el imaginario de los anglosajones y hay miles de profascistas que deambulan armados, como hemos visto en algunas imágenes televisivas en estos días. Esos asesinatos deben ser investigados y esclarecidos, pues la sucesión de hechos permite pensar que, ciertos círculos consideran que los predestinados, los ungidos o consagrados están por encima de la ley y pueden mostrar que ellos pelearán para mantener el statu quo, al precio que sea necesario.
Siempre ha sido extraño (e indignante) que las bases militares estadounidenses tengan nombres de traidores, de generales confederados que se rebelaron contra la Unión para defender la esclavitud [2]. Y los altos mandos del Ejército parecen dispuestos a cambiárselos. La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, pidió la retirada de 11 estatuas de militares confederados del Capitolio. Pero Trump dice que no. ¿Cómo se le ocurre asumir esa posición en un momento en el que por fin los estadounidenses parecen estar reconociendo la injusticia que por sistema sufren los afroestadounidenses, lo cual ha llevado a un aumento del respaldo público al movimiento Black Lives Matter [Las vidas de los negros importan]? Sin duda, lo inteligente sería emular a buena parte del Estados Unidos empresarial: hacer unos cuantos gestos baratos en nombre de la justicia social, aunque sin cambiar nada fundamental. Por ejemplo, hasta la Nascar [la asociación más importante de carreras de coches] ha anunciado que prohibirá la bandera confederada en sus competiciones. Y cambiar el nombre de las bases militares resultaría muy barato, señaló Paul Krugman el 12 de junio en el periódico La Jornada de México.
¿Qué significa ese movimiento que se ha extendido a otros lugares, como Inglaterra y Bélgica? Algunos dicen que es una guerra de símbolos. Se hace necesario examinar este fenómeno por su vinculación con la esclavitud y el colonialismo. Es preciso evaluar ese despertar de las conciencias en tantos lugares a la vez.
Un agente del Departamento de Policía del Condado de Clayton (Georgia) ha provocado indignación en parte de la población, por apuntar con su pistola a un grupo de adolescentes afroamericanos y mantenerlos con las manos en alto durante varios minutos. Los hechos ocurrieron el 15 de junio en los suburbios de Atlanta, donde un empleado de una tienda llamó al servicio de emergencias 911 afirmando que unos adolescentes intentaron robar en el local y que se les había visto jugando con un arma, informa la prensa local. El policía que acudió al lugar sacó la pistola, apuntó a los menores y les ordenó que levantaran las manos y permanecieran inmóviles. Paralelamente, varias personas enfurecidas por los hechos empezaron a congregarse en los alrededores, exigiendo al oficial que dejara ir a los adolescentes. Poco después el agente bajó el arma y cuando llegó otro policía empezaron a cachear a los menores y no encontraron ningún arma, informo la agencia Rusia Today el 18 de junio.
Según los sondeos, la pérdida de intención de voto del gobernante republicano se debe a su pésima gestión de la crisis sanitaria provocada por el nuevo coronavirus y a las protestas antirracistas, que por cierto, nadie puede atribuir al trabajo de una organización, sino a varias y a muchos activistas, así como a las frustraciones contenidas de los seres humanos.
Una nueva piedra en el zapato del presidente es lo publicado sobre el libro In the Room Where It Happened. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habría planteado usar la fuerza militar contra Venezuela y consideraba «genial» la idea de invadir el país caribeño, al que veía como «realmente una parte de Estados Unidos», según se desprende de los extractos de un libro —que será publicado por la editorial Simon&Schutster [3]– aún inédito del exasesor de Seguridad Nacional John Bolton, revelado este miércoles por el periódico The Washington Post y otros medios estadounidenses.
El presidente de Estados Unidos puede ver resurgir sus mayores miedos por culpa de su sobrina Mary Trump [4], hija de su difunto hermano mayor, que prepara un libro en el que desvela los trapos sucios y oscuras historias familiares con el magnate como protagonista. Too Much and Never Enough: How My Family Created the World’s Most Dangerous Man verá la luz el próximo 28 de julio. Vivencias que recuerda como “pesadillas, traumas, relaciones destructivas y una trágica combinación de abandono y abuso de influencia”. Mary Trump no está dispuesta a olvidar ni perdonar nada de su pasado. Tanto es así que supuestamente ella fue una de las principales fuentes en la investigación ganadora del Pulitzer sobre cómo Donald Trump amasó parte de su fortuna a base de fraudes fiscales y sociedades falsas durante los años noventa.
Para llenar la copa de las preocupaciones, el 8 de junio pasado el National Bureau of Economic Research -la máxima autoridad académica del estudio de los ciclos de la economía de Estados Unidos- dictaminó que ese país entró en recesión en febrero del 2020 por primera vez desde el 2009.
Docenas de artistas han lanzado hoy nuevas canciones que detallan la experiencia negra en medio de las protestas mundiales provocadas por las recientes muertes de Floyd, Breonna Taylor y Ahmaud Arbery, entre otros, ha difundido la agencia ANSA. Pero hay una en particular que tiene mucho simbolismo, la canción de la fallecida Aretha Franklin Never Gonna Break My Faith de 2006, que la Reina del Soul grabó con Mary J. Blige y que fuera lanzada por la RCA y Sony en coincidencia con el Juneteenth, también conocido como Día de Independencia o Día de la Libertad. La canción apareció originalmente en la película Bobby, sobre el asesinato del senador estadounidense Robert F. Kennedy en 1968, y presenta voces de fondo del Coro de Niños de Harlem.
Trump, enfrentado a una ola de críticas, aceptó la posibilidad de perder los comicios ante Biden y declaró que perder las elecciones de noviembre sería “algo triste para el país, porque los demócratas tienen políticas que incluyen deshacerse de los departamentos de policía” o “no hacer nada para enfrentar los disturbios”, reportó desde Nueva York la cadena Hispantv el 15 de junio. Curiosa confesión, y no acorde con la personalidad de un egocéntrico como el señor Trump, pero no hay dudas que se le han ido acumulando tantos problemas que ahora tiene que ir cuesta arriba en el camino hacia la Casa Blanca.
Mi campaña no ha empezado todavía. ¡Empieza la noche del sábado en Oklahoma!”, expresó el mandatario norteamericano en un mensaje publicado el viernes 19 de junio en su cuenta de Twitter. El mitin de la campaña electoral del actual presidente de Estados Unidos se realiza esta jornada en un estadio con capacidad para 19.000 personas que la campaña de Trump planea llenar por completo. Tal medida ha provocado diversas críticas, entre ellos, el diario local Tulsa World advirtió que este mitin en una ciudad que está viviendo una fuerte tensión por las masivas manifestaciones antirracistas puede empeorar la situación sanitaria en un estado que también está en pleno pico de contagios de la COVID-19. Ironías de la vida, se habla que Trump y la hija salieron muy disgustados porque ni siquiera 10.000 partidarios estuvieron en el estadio. Malos augurios, pero, me pregunto si pensaron bien el escenario, pues Tulsa [5] está ligado a la historia de las luchas raciales en Estados Unidos.
El 19 de junio se conmemora el fin de la esclavitud en Estados Unidos [6]. La semántica y la vista corta brindan una imagen distorsionada de la realidad, porque continúan las protestas callejeras contra el racismo estructural y por establecer el imperio de la justicia.
Notas
1) El agente Garrett Rolfe, que trabajaba en el Departamento de la Policía de Atlanta desde 2013, fue despedido y el otro policía involucrado, Devin Brosnan, será relegado a labores administrativas. Menos de 24 horas después el suceso la jefa de policía de Atlanta, Erika Shields, renunció a su cargo.
2) Las estatuas de los generales Wickham (Richmond, Virginia) y Lee (Montgomery, Alabama), de Jefferson Davis, presidente de los Estados Confederados durante la Guerra de Secesión (Durham, Carolina del Norte) y del periodista y político racista Carmack (Nashville, Tennessee) fueron derribadas. En Portland, Oregón, cayó la imagen en bronce de Thomas Jefferson, quien firmó la Declaración de Independencia de Estados Unidos y fue el tercer presidente de ese país. Escribieron encima: «esclavista» y «dueño de esclavos»
3) Simon& Schuster, Inc., una división de CBS Corporation, es una editorial fundada en la ciudad de Nueva York en 1924 por Richard L. Simon y M. Lincoln («Max») Schuster. Es una de los cuatro mayores editoriales y casas editoriales en idioma inglés, junto con Random House, Penguin y Harper Collins. Publica más de dos mil títulos al año bajo al menos 35 sellos diferentes.
4) Única sobrina de Donald. tiene 55 años, es licenciada en Literatura inglesa y tiene un doctorado en Psicología clínica. Vive en Long Island y ha preferido mantenerse alejada del foco mediático hasta ahora, que está dispuesta a resolver cuentas pasadas, presentes y futuras con la familia.
5) La ciudad de Tulsa fue la sede de una de las peores masacres de afroamericanos de la historia, cuando en 1921 unos 300 negros fueron asesinados por grupos blancos. Por otra parte, el mitin de Trump coincide con la conmemoración del 155 aniversario de Juneteenth o la liberación de los últimos esclavos negros en 1865 y la abolición de la esclavitud, que se realizó el viernes. Publicado por Resumen Latinoamericano, 20 de junio de 2020
6) La esclavitud en los Estados Unidos se refiere a la institución legal que existió en los Estados Unidos durante los siglos XVIII y XIX. El 19 de junio se conmemora una de las fechas más relevantes en la historia de la Unión Americana. Abraham Lincoln fue elegido decimosexto presidente en 1860 y el primero del Partido Republicano. Antes de que tomase posesión de su cargo los siete estados esclavistas declararon su secesión de los Estados Unidos, formando los Estados Confederados de América. El gobierno federal arguyó que la secesión era ilegal y pronto se produjo el ataque por parte de los secesionistas a Fort Sumter, iniciándose así la Guerra Civil Estadounidense. Tras la victoria de la Unión en 1865 se añadieron tres enmiendas a la constitución para garantizar la libertad de los casi cuatro millones de afroamericanos que habían sido esclavos. Al finalizar la guerra Lincoln estableció la reconstrucción, tratando de unir rápidamente al país a través de una política de reconciliación.

EE.UU.: Elecciones en un país en llamas

Por Jorge Senserrich | 06/06/2020 | EE.UU. - REBELIÓN
Fuentes: Conversación sobre la Historia
Los disturbios raciales son recurrentes en Estados Unidos. La historia que abre este artículo describe el inicio de los disturbios tras el asesinato de Martin Luther King, en 1968. La segunda son los compases iniciales de los gigantescos disturbios tras el caso Rodney King en 1992.
Era una tarde a principios de abril cuando la noticia del asesinato a sangre fría de un líder de color llegó a Washington DC. Una multitud se concentró de inmediato en el cruce entre la 14 y la U, en el corazón del barrio negro de la ciudad. Un grupo de militantes animó a los asistentes a que se fueran a los comercios de la zona y los animaran a cerrar como señal de luto al líder asesinado. Hubo gritos, cristales rotos; golpes. La cosa se desmadró deprisa. Durante los próximos cuatro días de violencia, 13 personas perdieron la vida, hubo más de un millar de heridos y 7.6000 detenciones.
Washington DC, en la esquina de la calle 7 y N, durante las protestas tras el asesinato de Martin Luther King en 1968 (foto: Warren K. Leffler / Library of Congress) Una tarde a finales de abril en Los Ángeles. Se hace pública la sentencia de un juicio polémico en la ciudad. Cuatro agentes del departamento de policía de Los Ángeles son declarados inocentes en un caso de abusos que había sido grabado por las cámaras. Horas más tarde, dos agentes de policía intentan detener un chaval de 16 años que había tirado una lata vacía al coche patrulla, y piden refuerzos. Cuando llegan, son rodeados por una multitud enfurecida; se retiran tras algunos altercados. La turba indignada empieza a romper ventanas de comercios; esa noche, media ciudad está en llamas. Durante los cinco días siguientes, los disturbios asolaron la ciudad, provocando la muerte a 63 personas, más de 2.300 heridos y 12.000 detenciones.
Ambos disturbios fueron en años de elecciones presidenciales. En ambos casos, el candidato republicano era un tipo de ley y orden, alguien que había hecho de la lucha contra el crimen y los valores tradicionales de la gente de bien de Estados Unidos una de las bases de su carrera política. En el primer caso, el candidato republicano ganó las elecciones. En el segundo, acabó por perderlas.
Imagen procedente del vídeo de la agresión policial a Rodney King (Los Ángeles, 3 de marzo de 1991) (foto: George Holliday/KTLA Los Angeles via AP) Los disturbios raciales son una realidad triste, recurrente en Estados Unidos. La historia que abre este artículo describe el inicio de los disturbios tras el asesinato de Martin Luther King, en 1968. La segunda son los compases iniciales de los gigantescos disturbios tras el caso Rodney King en 1992, (y no, la cifra de fallecidos no es ninguna exageración). En 1968, los disturbios se extendieron por más de 100 ciudades, y la Casa Blanca estaba en manos demócratas; Nixon, el candidato republicano, ganó las elecciones en noviembre por estrecho margen. En 1992, el presidente Bush (padre) caía derrotado contra un don nadie llamado Bill Clinton.
Todo esto viene a decir que es muy muy difícil hablar sobre los efectos políticos de la oleada de disturbios raciales de esta última semana.
Como he comentado varias veces, Trump es el heredero de Richard Nixon, en una versión burda, cavernícola y estúpida. En su infame discurso inaugural habló sobre cómo iba a poner fin a la carnicería americana (american carnage) en las ciudades del país. Uno se esperaría que una serie de algaradas violentas reforzarían ese mensaje, la necesidad imperiosa de mano dura, de acabar con los excesos de la izquierda radical y su completo fracaso gobernando en las principales ciudades del país. Muchos observadores se han apresurado a advertir a los demócratas que el caos favorece el presidente y deslegitima las demandas de los manifestantes. Ante el caos que ofrece la izquierda, aseguran, los viejecitos en Florida y las mamás asustadas de los suburbios se irán de nuevo a Trump.
Pancarta con las últimas palabras de George Floyd, convertidas en lema de las protestas después de su muerte (foto: Muhammas J.D.) Es un argumento más o menos lógico, que demuestra además que el debate político americano sigue anclado en 1968, y Richard Nixon sigue marcando la agenda. No estoy seguro de que acabe de creérmelo del todo.
Para empezar, es perfectamente posible que los votantes no hagan caso a lo que dicen los candidatos, sino que simplemente echen la culpa al presidente. Desde luego, las docenas de muertos en la segunda ciudad del país no ayudaron a Bush en 1992.
Segundo, las elecciones están muy lejos (cinco meses es como una edad geológica en política americana) y es poco probable que en octubre/noviembre aún estemos hablando de George Floyd. Los medios americanos se van a cansar de hablar de ello, los violentos al final de aburrirán o serán detenidos, y la policía recuperará el control de la situación a pesar de su incompetencia. Ahora mismo (escribo esto a las 11 de la noche, hora este) parece que las cosas se han calmado bastante en casi todas partes, tras varios días muy violentos; el caos acabará por perder fuelle.
Tercero, la respuesta de Trump ha sido entre errática y ligeramente vergonzosa, con una falta de tacto e instinto político considerable. A sus tweets constantes hablando sobre la necesidad de mano dura y enviar el ejército, invocaciones a la ley de rebelión de 1807 y uso poco disimulado de eslóganes racistas de 1967, se le suma su rechazo a hacer algo que se supone que debe hacer un presidente, dar un discurso televisado a la nación para pedir calma (el de Bush en 1992, por cierto, fue excelente). El lunes hizo algo de república bananera absoluta, cuando agentes federales disolvieron una manifestación pacífica delante de la Casa Blanca con gases lacrimógenos para que el presidente pudiera ir a hacerse una foto delante de una iglesia. Un sondeo hoy decía que sólo un tercio de los americanos creen que Trump ha respondido bien a esta crisis, una cifra francamente baja.
El presidente trump posa con la Biblia frente a la iglesia episcopaliana de St. John, cerca de la Casa Blanca, el 1 de junio (foto: Tom Brenner/Reuters) Esta va a ser una predicción decepcionante, pero francamente no creo que los disturbios vayan a tener un impacto demasiado importante en las generales, al menos por ahora. Como mucho añadirán otro motivo más de malestar, de la sensación que tienen muchos votantes americanos de vivir en un país que no reconocen (el sabor a ceniza, en una frase memorable de George Will), pero no creo que sean un tema central de la campaña.
En el párrafo anterior, no obstante, hay dos palabras tremendamente importantes: “por ahora”. Estamos en junio, con todo el verano por delante. Hay 40 millones de americanos sin trabajo, y una epidemia que ha amainado, pero sigue fuera de control. Los problemas estructurales detrás de la muerte de George Floyd siguen ahí, igual que la creciente, brutal desigualdad racial y económica. La política americana sigue estando muy polarizada. Todo el mundo aquí recuerda the long, hot summer de 1967, la oleada de disturbios en multitud de ciudades en julio que acabó con casi un centenar de muerto (lo dicho, el debate sigue en 1968). Si la crisis de estos días se convierte en un constante goteo de saqueos, protestas, e incendios… en fin, Dios sabe.
En todo caso, el mes de mayo en Estados Unidos ha acabado teniendo una pandemia como la de 1918, una depresión económica como la de 1929, y disturbios raciales como 1968. Si en otoño seguimos así, no sé qué presidente podría llegar a ser reelegido en estas circunstancias. Quizás Trump vuelva a tener suerte, pero ha tenido el peor mes que se le recuerda a un presidente (asesinatos aparte) desde enero de 1860.
Protestas tras la muerte de George Floyd bajo custodia policial (foto: Víctor J. Blue/New York Times) Fuente: https://conversacionsobrehistoria.info/2020/06/04/elecciones-en-un-pais-en-llamas/

Trump pone al desnudo la moral (y la hipocresía) estadounidense

por Eva Golinger
Publicado: 29 jul 2020 18:42 GMT - RT
Durante una entrevista televisada recientemente, el presidente Donald Trump se negó a decir si aceptaría los resultados electorales de las próximas elecciones presidenciales en noviembre. Trump dijo que "tendría que ver qué sucede", rompiendo con las tradicionales reglas democráticas en Estados Unidos.
Además, en los últimos meses, Trump parece haber estado preparando el escenario para posiblemente declarar fraude en los comicios, en caso de que él pierda su reelección. El mandatario ha repetido en redes sociales y en sus discursos públicos que pudiera haber trampa en el proceso electoral, si la mayoría de los votos se realizan por la vía del correo. Hasta el Fiscal General del Gobierno de Trump, William Barr, ha repetido esa falsedad, alegando sin fundamento que un gobierno extranjero podría intervenir en el proceso comicial de noviembre a través del sistema del correo, enviando miles de balotajes falsos.
El voto por correo en Estados Unidos está permitido en todos los estados y procesos electorales, normalmente para los votantes que no pueden asistir en persona a las urnas el día de las elecciones porque no están físicamente presentes en su ciudad o están enfermos. Ahora, con la pandemia del coronavirus, muchos gobiernos estatales —republicanos y demócratas— están abriendo la posibilidad de votar por correo a todos los electores, para evitar el riesgo de infección en los centros electorales. Sin embargo, Trump está circulando rumores falsos sobre el fraude electoral, con la presunta intención de desacreditar el resultado si no es favorable a él. Ningún candidato presidencial ha hecho algo similar en la historia del país. 
Eva Golinger, abogada, escritora e investigadora estadounidense-venezolana
Eva Golinger, abogada, escritora e investigadora estadounidense-venezolana
Trump está circulando rumores falsos sobre el fraude electoral, con la presunta intención de desacreditar el resultado si no es favorable a él. Ningún candidato presidencial ha hecho algo similar en la historia del país.
Las acciones de Trump se parecen al comportamiento que el gobierno estadounidense normalmente denuncia sobre otros países, que consideran autoritarios o que violan los principios democráticos. Si el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijera que no está seguro de aceptar los resultados de una elección presidencial (por cierto, siempre ha dicho que sí aceptaría los resultados, gane o no), la Casa Blanca, el Congreso y todos los think tanks en Washington estarían gritando "¡dictadura!".
Pero en los Estados Unidos de Trump, ese comportamiento autoritario se está convirtiendo en la norma después de tres años y medio, con un jefe de Estado cuya promesa principal de campaña fue la destrucción del sistema estadounidense como lo conocíamos.
Y la hipocresía del Gobierno de Trump no tiene límites. Durante los mismos días en que el mandatario estadounidense había ordenado a los agentes federales intervenir en la ciudad de Portland, Oregon, para reprimir con fuerza las protestas antigubernamentales —sin la autorización del gobierno estatal o municipal— Elliott Abrams, el vocero de Trump sobre Venezuela, estaba denunciando el incremento en violaciones de los derechos humanos en el país sudamericano.
Mientras las fuerzas federales de Trump, vestidos en uniforme de combate y sin identificación visible, como una policía secreta, secuestraban y perseguían personas andando en las calles de Portland, Abrams 'denunciaba' el "uso de las fuerzas de seguridad de Maduro para intimidar a sus críticos".
Trump y sus lacayos parecen estar haciendo todo lo que acusan a otros gobiernos de hacer: intimidar, perseguir, reprimir, violar y amenazar a sus críticos, sus disidentes, a los medios y a cualquiera que no se subordine a su agenda. 
Eva Golinger, abogada, escritora e investigadora estadounidense-venezolana
Eva Golinger, abogada, escritora e investigadora estadounidense-venezolana
Trump y sus lacayos parecen estar haciendo todo lo que acusan a otros gobiernos de hacer: intimidar, perseguir, reprimir, violar y amenazar a sus críticos, sus disidentes, a los medios y a cualquiera que no se subordine a su agenda.
Trump ha reiterado su intención de usar la 'fuerza máxima' del gobierno federal contra las ciudades 'demócratas', para supuestamente contener y controlar las manifestaciones contra la brutalidad policial y el racismo, y a la vez combatir el creciente crimen violento en el país. Sin embargo, Trump está usando el antiguo manual autoritario que relaciona el crimen con las protestas antigubernamentales. Y todo esto ocurre a solo meses de las elecciones presidenciales, en medio de la peor pandemia y de la más grave crisis económica que el país haya sufrido en décadas.
La esencia del fascismo y del autoritarianismo es el uso de la violencia para distraer y controlar al público. Lo que está haciendo Trump no es coincidencia. El está muy por debajo del candidato presidencial demócrata Joe Biden en las encuestas. Su nivel de popularidad ha sufrido mucho durante los últimos meses, debido a su pésima respuesta al coronavirus y sus discurso divisivo y lleno de rencor. Su campaña tiene poco tiempo para recuperar el apoyo del que gozaba durante las elecciones del 2016, aunque recuerdan que él perdió el voto popular por más de tres millones de boletas frente a Hillary Clinton. 
Ahora parece que Trump piensa que proyectando una imagen de fuerza y poder —y control del país en un momento de caos— podría recuperar el apoyo que necesita para ser reelecto.
Un votante completa su boleta el día de las elecciones primarias en Louisville, Kentucky, EE.UU. 23 de junio de 2020.Bryan Woolston / ReutersEstá perdiendo la batalla con el coronavirus. Estados Unidos ya ha superado los cuatro millones de casos de la covid-19 y más de 150.000 muertos desde finales de Febrero. Trump sigue promoviendo una medicina desaprobada por su propio gobierno y la Administración de Control de Drogas (FDA por sus siglas en inglés). Incluso, en estos días, ha promovido las teorías de conspiración de una médica loca, que falsamente ha declarado que existe una cura para el coronavirus, y quien ha dicho que muchas medicinas usan la ADN de los extraterrestres y que los problemas ginecológicos son causados por el "semen de demonios". Está desesperado para salir del hueco que él mismo se ha excavado
Sus acciones en la ciudad de Portland evidencian sus tendencias fascistas. El envío de cientos de fuerzas federales —armadas y uniformadas— contra la voluntad de las autoridades de la ciudad y del estado, ya es una violación de los fundamentos constitucionales de Estados Unidos. Es el gobierno local que tiene los atributos de seguridad sobre su territorio. El gobierno federal solo puede intervenir con la explícita autorización del gobierno estatal o municipal. Sin embargo, Trump ha demostrado durante su presidencia que no respeta la separación de poderes o los fundamentos constitucionales.
Eva Golinger, abogada, escritora e investigadora estadounidense-venezolana
Eva Golinger, abogada, escritora e investigadora estadounidense-venezolana
Lo que Trump ha hecho es desnudar la hipocresía estadounidense. Ya no tienen ninguna moral para hablar de la democracia y los derechos humanos en otras naciones.
"Vamos a tener que hacerle una limpieza", declaró Trump sobre Portland y las manifestaciones, que ahora son contra la ocupación de su ciudad. Las imágenes de las fuerzas de Trump —su policía política— golpeando, reprimiendo y usando gas lacrimógeno, y balas de pimienta y goma, contra cientos de madres, estudiantes, y ciudadanos que ejercen su derecho constitucional a la protesta, es la más clara evidencia de la tiranía que Donald Trump quisiera imponerle a Estados Unidos. Y él ha dicho que quiere hacer lo mismo en otras ciudades del país, que son gobernadas por demócratas.
Su negación de aceptar los resultados electorales en noviembre, y sus intentos de desacreditar el proceso electoral, que muy posiblemente va a perder, es un clavo más en la tumba de la democracia estadounidense.
Lo que Trump ha hecho es desnudar la hipocresía estadounidense. Ya no tienen ninguna moral para hablar de la democracia y los derechos humanos en otras naciones.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

Esa irresistible compulsión de mentir

Por: Atilio Borón
17 junio 2020 | CUBADEBATE

Memorial a los fallecidos por COVID-19 en New York, epicentro de la pandemia en EE.UU., el país con récord de fallecidos. Foto: Mark Lennihan/AP.
La pandemia exige para su control una fuerte presencia del Estado para proteger a la población, cosa que no se logra cuando la salud y los medicamentos son onerosas mercancías. La experiencia actual refuta los funestos delirios de los mentores intelectuales de Vargas Llosa: Popper, von Hayek, Berlin, Revel y compañía.
Ya nos parecía extraño que Mario Vargas Llosa permaneciera en silencio ante las calamidades de la pandemia. Sobre todo las sufridas en sus dos países, el de origen, Perú, y el de su adopción, España. Allí se refugió después de haber sido repudiado por sus compatriotas  hace hoy exactamente treinta años –un 10 de Junio de 1990- tras su humillante derrota a manos de Alberto Fujimori en la elección presidencial de ese año.
Como era previsible aprovechó la ocasión de esta plaga para dar a conocer otra de sus tantas mentiras que parecen verdades -arte maligno del cual es un refinadísimo cultor- para alabar al gobierno de su amigo Luis Lacalle Pou que, según el escritor,  decidió combatir al COVID-19 apelando a “la responsabilidad de los ciudadanos” y declarando  “que nadie que quisiera salir a la calle o seguir trabajando sería impedido de hacerlo, multado o detenido, y que no habría subida de impuestos, porque la empresa privada jugaría un papel central en la recuperación económica del país luego de la catástrofe.”
Quien lea estas líneas comprobará que su indudable talento como escritor es tan grande como su ignorancia en materia de economía y estadística. También que su resentimiento contra la izquierda exacerba este defecto y lo induce a extraer conclusiones que se desmoronan como un castillo de naipes ante la más suave brisa.
Aplaude el hecho de que en Uruguay sólo se registren 23 muertos a causa del coronavirus, pero insólitamente le atribuye ese mérito a un presidente que asumió pocos días antes del estallido de la pandemia. Su obcecación lo mueve a desconocer que antes de la presidencia de su amigo Lacalle Pou hubo quince años de gobierno del Frente Amplio (al que descalifica por sus “equivocaciones notables en política económica” aunque reconoce que se respetó “la libertad de expresión y las elecciones libres”) durante los cuales la salud pública fue una de las prioridades de la gestión del médico Tabaré Vázquez, durante diez años, así como durante el interregno de José “Pepe” Mujica. Fue esto: la fuerte presencia del estado en el terreno de la sanidad y no las palabras huecas e insulsas de Lacalle Pou lo que protegió al pueblo uruguayo de la pandemia.
A contrapelo de las políticas de la izquierda en Uruguay, en sus patrias de nacimiento y adopción el desastre producido por las ideas que Vargas Llosa publicita con tanto fervor es estremecedor. Con 5 738 muertos el Perú figura en el 21º lugar en la lista de 215 estados y territorios compilados por la Organización Mundial de la Salud.
España ocupa el 6º lugar en el ranking  gracias a las 27 136 víctimas del COVID-19 condenadas por las “políticas de austeridad” de los sucesivos gobiernos neoliberales que asolaron a ese país. Otros gobiernos admirados por el escritor: el de Ecuador con sus 3 690 muertos se coloca en el puesto número 17 mientras que el 19º está reservado para el Brasil de Jair Bolsonaro con un saldo luctuoso de 38 701 muertos.
Pero la medición del impacto de la pandemia y la eficacia de las políticas gubernamentales se muestran de modo más nítido si se controla el número de muertos por millón de habitantes. Bélgica, uno de los portaestandartes de la reacción neoliberal, registra 831 muertos por millón de habitantes y el Reino Unido de su admirado Boris Johnson tiene un índice de 606/millón y un poco más abajo, en el sexto lugar, encontramos a España, con 580 muertos por millón de habitantes. Ecuador con 209, Brasil con 182 y Perú con 174 continúan en el pelotón de la vanguardia.
Como se puede apreciar, todos países con gobiernos fieles a los cánones del neoliberalismo. Mucho más abajo en ese ranking necrológico está el Uruguay, con 7 muertos por millón, una performance notable, sin duda, igual a la que exhibe Japón. Pero mucho más meritorio es que esa misma cifra sea la que tiene Cuba, tan denostada por el hechicero neoliberal. Igual que Uruguay y el Japón pero sin que ninguno de estos dos países sufra la asfixia de un encarnizado bloqueo que se extiende a lo largo de sesenta años, que los maleantes que gobiernan Estados Unidos sólo atinaron a endurecerlo aún más en el medio de la pandemia.
Implacable crítico de Alberto Fernández –“lamentaremos la derrota de Macri”, dijo el escritor poco después de la victoria del candidato del Frente de Todos- y los gobiernos “populistas” de la Argentina, Vargas Llosa debería saber que con sus 717 víctimas de la plaga este país exhibe una tasa de letalidad de 16 muertos por millón de habitantes, muy lejos de los valores que registran España y Perú, inclusive de Estados Unidos con sus 348 por millón.
Y que en el país que gobierna su amigo Sebastián Piñera,  este índice es ocho veces mayor que el de la Argentina. En efecto,  en el más antiguo experimento neoliberal de América Latina y en donde la privatización de la salud ha sido llevada a sus extremos durante casi medio siglo el índice llega a 130 por millón.
Conclusión: la pandemia exige para su control una fuerte presencia del Estado para proteger a la población, cosa que no se logra cuando la salud y los medicamentos son onerosas mercancías. La experiencia actual refuta los funestos delirios de los mentores intelectuales de Vargas Llosa: Popper, von Hayek, Berlin, Revel y compañía, responsables indirectos de políticas que sólo en los Estados Unidos produjeron más de 115 000 muertos. Afiebrados delirios que contrastan con los sobrios números de Cuba, Uruguay, China, Vietnam y Venezuela. Sí, la bloqueada república bolivariana que, como el Uruguay, también tuvo apenas 23 muertos por el COVID-19.
Sólo que cuando se estandardiza esta medida por millón de habitantes la tasa en ese país no alcanza siquiera al 1 por millón, contra el muy plausible 7 del Uruguay.  Pero todas estas cosas las calla el escritor, y no creo que sea porque desconozca algo tan elemental. Ha dado sobradas pruebas de que ignora las complejidades teóricas de la Economía Política y los fundamentos matemáticos de la Estadística. Pero cálculos tan simples como los que hemos expuesto más arriba están al alcance de cualquier persona que conozca las cuatro operaciones básicas de la aritmética.
Me niego a admitir que Vargas Llosa sea incapaz de tan elemental tarea. Pero su fanatismo lo lleva, una y otra vez, a mentir para defender una causa perdida. No parece haber caído en cuenta de que aparte de las cuantiosas pérdidas humanas el COVID-19 hizo algo más: descerrajarle el tiro de gracia al neoliberalismo como fórmula de gobernanza. ¡Game over!
Y si no me cree que por favor se dedique a leer los diarios de la mal llamada “comunidad financiera internacional” (en realidad una tropa de truhanes y bandidos de “cuello blanco”) que allí le explicarán con pelos y señales sus planes para el mundo que amanecerá cuando la pandemia haya sido controlada. Y en ese mundo el neoliberalismo se convirtió en una mala palabra que, si se la pronuncia, se lo hace en voz baja y mirando de reojo a los costados.


Historia y memoria

Derribar estatuas no borra la historia, nos hace verla con más claridad

por Enzo Traverso - 28 junio 2020

Derribar estatuas no borra la historia, nos hace verla con más claridad
Los manifestantes que derriban monumentos dedicados a esclavistas y genocidas son a menudo acusados de «borrar el pasado». Sin embargo, sus acciones están obligando a analizar con más detalle a las personas que honran estos monumentos, permitiendo así que la historia se vuelva a contar desde el punto de vista de sus víctimas.
El antirracismo es una batalla por la memoria. Esa es una de las características más notables de la oleada de protestas que ha surgido en todo el mundo tras el asesinato de George Floyd en Minneapolis. En todas partes los movimientos antirracistas han cuestionado el pasado al atacar monumentos que simbolizaban el legado de la esclavitud y el colonialismo: el general Robert E. Lee de los confederados en Virginia; Theodore Roosevelt en la ciudad de Nueva York; Cristóbal Colón en muchas ciudades de Estados Unidos; el rey belga Leopoldo II en Bruselas; el traficante de esclavos Edward Colston en Bristol; Jean-Baptiste Colbert, ministro de Finanzas de Louis XIV y autor del infame Code Noir en Francia; el padre del periodismo italiano moderno, y ex propagandista del colonialismo fascista, Indro Montanelli, etc. Ya sean derribadas, destruidas, pintadas o grafiteadas, estas estatuas personifican una nueva dimensión de lucha: la conexión entre los derechos y la memoria. Ponen de relieve el contraste entre el estatus de los negros y los sujetos poscoloniales como minorías estigmatizadas y embrutecidas, y el lugar simbólico dado en el espacio público a sus opresores, un espacio que también conforma el entorno urbano de nuestra vida cotidiana.
Estallidos de iconoclastia
Es bien sabido que las revoluciones poseen una furia iconoclasta. Ya sea espontánea, como la destrucción de iglesias, cruces y reliquias católicas durante los primeros meses de la Guerra Civil española, o algo más cuidadosamente planeado como la demolición de la columna Vendôme durante la Comuna de París, este estallido de iconoclastia da forma a cualquier subversión del orden establecido.
El director de cine Sergei Eisenstein presentó Octubre, su obra maestra sobre la Revolución rusa, con imágenes de una multitud derribando una estatua del zar Alejandro III, y en 1956 los sublevados de Budapest destruyeron la estatua de Stalin. En 2003, como una confirmación involuntariamente irónica de esta regla histórica, las tropas estadounidenses organizaron el derribo de una estatua de Saddam Hussein en Bagdad, con la complicidad de muchas estaciones de televisión afines, para disfrazar así su ocupación como un levantamiento popular.
A diferencia de ese caso, dondequiera que la iconoclastia de los movimientos de protesta sea auténtica ésta siempre provoca reacciones indignadas. Los comuneros fueron tachados de «vándalos» y Gustave Courbet, uno de los responsables por derribar la columna, fue encarcelado. En cuanto a los anarquistas españoles, éstos fueron condenados como feroces bárbaros. Una indignación similar ha estallado en las últimas semanas.
Boris Johnson se escandalizó cuando una estatua de Churchill recibió la pintada de “racista”, algo sobre lo que existe un consenso académico, vinculado a los debates actuales sobre su caracterización de los africanos y su responsabilidad por la hambruna de Bengala en 1943.
Emmanuel Macron se quejó amargamente de una iconoclastia similar en un mensaje dirigido a la nación francesa que curiosamente nunca mencionó a las víctimas del racismo: “Esta noche les digo muy claramente, queridos conciudadanos, que la República no borrará ninguna huella o cualquier figura de su historia. No olvidará ninguno de sus logros. No derribará ninguna estatua”.
En Italia, el lanzamiento de pintura roja sobre una estatua de Indro Montanelli en un parque público de Milán fue denunciado unánimemente como un acto «fascista» y «bárbaro» por todos los periódicos y medios de comunicación, con la excepción de Il Manifesto. Herido en la década de 1970 por terroristas de izquierda, Montanelli fue canonizado como un heroico defensor de la democracia y la libertad.
Después de esta «ofensa cobarde» infligida a su estatua por los lanzadores de pintura, un editorialista del Corriere della Sera insistía en que ese héroe debía ser recordado como una figura «sagrada». Sin embargo, este acto «bárbaro» resultó fructífero al revelar a muchos italianos los «sagrados» logros de Montanelli: en la década de 1930, como joven periodista, ensalzó el Imperio fascista y sus jerarquías raciales; enviado a Etiopía como corresponsal de guerra de inmediato compró a una niña eritrea de catorce años para satisfacer sus necesidades sexuales y de servicio doméstico. Para muchos comentaristas esas eran las «costumbres de la época» y, por lo tanto, cualquier acusación de apoyo al colonialismo, el racismo y el sexismo eran injustas y estaban injustificadas. Sin embargo, todavía en la década de los años 60, Montanelli condenó el mestizaje como fuente de decadencia civilizatoria, con argumentos tomados directamente del Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas de Arthur Gobineau de 1853-55.
Estos fueron de hecho los mismos argumentos defendidos vigorosamente por el KKK en ese mismo periodo con ocasión de su oposición al movimiento de derechos civiles en Estados Unidos. Y, contra toda evidencia, el padre espiritual de dos generaciones de periodismo italiano negó ferozmente que el ejército fascista hubiera llevado a cabo bombardeos con gas durante la guerra de Etiopía. Los «bárbaros» de Milán sólo querían recordarnos estos simples hechos.
Es ciertamente interesante observar que la mayoría de los líderes políticos, intelectuales y periodistas indignados por la actual ola de «vandalismo» nunca expresaron una indignación similar por los repetidos episodios de violencia policial, racismo, injusticia y desigualdad sistémica contra la que se emprende la protesta. Se han debido sentir bastante cómodos en esa posición.
Muchos de ellos incluso elogiaron la tormenta iconoclasta de signo contrario hace treinta años cuando las estatuas de Marx, Engels y Lenin fueron derribadas en Europa Central. Mientras que la posibilidad imaginaria de vivir entre este tipo de monumentos es intolerable y agobiante, ellos están muy orgullosos de que las estatuas de generales confederados, comerciantes de esclavos, reyes genocidas, diseñadores legales de la supremacía blanca y propagandistas del colonialismo fascista constituyan el patrimonio histórico de las sociedades occidentales. Tal como insisten al señalar que «no borraremos ningún rastro o figura de nuestra historia».
En Francia, demoler los vestigios monumentales del colonialismo y la esclavitud generalmente se caracteriza como una forma de comunitarismo, una palabra que actualmente tiene un sentido peyorativo, ya que implícitamente significa que tales vestigios molestan exclusivamente a los descendientes de esclavos y pueblos colonizados, no a la mayoría blanca que es la que fija las normas estéticas, históricas y conmemorativas que enmarcan el espacio público. De hecho, muy a menudo el supuesto universalismo de Francia tiene un sabor desagradable en forma de comunitarismo blanco.
La furia iconoclasta, que actualmente se extiende por las ciudades a escala mundial, reclama al igual que lo demandaran sus antepasados, nuevas reglas de tolerancia y coexistencia. Lejos de borrar el pasado, la iconoclastia antirracista entraña una nueva conciencia histórica que inevitablemente afecta el paisaje urbano. Las estatuas en disputa celebran el pasado y a sus actores, un simple hecho que legitima su retirada. Las ciudades son cuerpos vivos que cambian de acuerdo con las necesidades, valores y deseos de sus habitantes, y estas transformaciones son siempre el resultado de conflictos políticos y culturales.
Derribar monumentos que conmemoran a los gobernantes del pasado da una dimensión histórica a las luchas del presente contra el racismo y la opresión. Quizás signifique incluso algo más que eso. Es otra forma de oponerse a la gentrificación de nuestras ciudades que supone la metamorfosis de sus distritos históricos en lugares cosificados y fetichizados.
Una vez que una ciudad es clasificada por la UNESCO como «patrimonio de la humanidad» está condenada a morir. Los «bárbaros» que derriban estatuas protestan implícitamente contra las políticas neoliberales actuales que al tiempo que expulsan a las clases bajas de los centros urbanos transforman a éstos en vestigios congelados. Los símbolos de la antigua esclavitud y el colonialismo se combinan con el rostro deslumbrante del capitalismo inmobiliario, y éstos son los objetivos de los manifestantes.
La mirada de los vencidos
La iconoclastia antirracista, según un argumento más sofisticado y perverso, expresa un deseo inconsciente de negar el pasado. Según este argumento, a pesar de lo opresivo y desagradable que fuera el pasado, éste no se puede cambiar. Esto es desde luego cierto. Pero transitar el pasado, particularmente si se trata de un pasado repleto de racismo, esclavitud, colonialismo y genocidios, no implica celebrarlo, como vienen a hacer la mayoría de las estatuas derribadas.
En Alemania el pasado nazi está abrumadoramente presente en las plazas y calles de la ciudad a través de monumentos conmemorativos que celebran a sus víctimas y no a sus perseguidores. En Berlín, el Memorial del Holocausto se erige como una advertencia a las generaciones futuras (das Mahnmal). Los crímenes de las SS no se recuerdan con una estatua que rememore a Heinrich Himmler, sino a través de una exposición al aire libre y bajo techo llamada «Topografía del terror» que se encuentra en la sede de una antigua oficina de las SS.
No necesitamos estatuas de Hitler, Mussolini y Franco para recordar sus fechorías. Precisamente porque los españoles no han olvidado el franquismo es la razón por la que el gobierno de Pedro Sánchez decidió retirar los restos del Caudillo de su monumental tumba. Es solo desacralizando el Valle de los Caídos como este monumento fascista podía consignarse en el reino de la memoria de una sociedad democrática que no olvida.
Por esta razón es profundamente engañoso equiparar nuestra actual iconoclastia antirracista a la intencionalidad de la antigua damnatio memoriae (condena de la memoria). En la antigua Roma, esta práctica tenía como objetivo eliminar las conmemoraciones públicas de emperadores u otras personalidades cuya presencia chocaba con los nuevos gobernantes. Tenían que ser olvidados.
Borrar a León Trotsky de las imágenes oficiales soviéticas bajo el estalinismo fue otra forma de damnatio memoriae, e inspiración para la obra 1984 de George Orwell. Escribió que en el Estado ficticio de Oceanía el pasado se había reescrito por completo: «Estatuas, inscripciones, piedras conmemorativas, los nombres de las calles, cualquier cosa que pudiera arrojar luz sobre el pasado había sido sistemáticamente alterada».
Estos ejemplos son comparaciones engañosas porque se refieren a la eliminación del pasado por los poderosos. En cambio, la iconoclastia antirracista busca provocativamente liberar el pasado de su control, «cepillar el pasado a contrapelo», al repensarlo desde el punto de vista de los dominados y los vencidos, y no con la mirada de los vencedores.
Sabemos que nuestro patrimonio arquitectónico y artístico está cargado con el legado de la opresión. Como dijera un famoso aforismo de Walter Benjamin: «No hay ningún documento civilizatorio que no sea al mismo tiempo un documento de barbarie». Quienes derriban estatuas no son nihilistas ciegos: no desean destruir el Coliseo o las pirámides.
Más bien, preferirían no olvidar que, como señalara Bertolt Brecht, estos monumentos admirables fueron construidos por esclavos. Edward Colston y Leopold II no serían olvidados: sus estatuas deberían conservarse en museos y preservarse de manera que no se explicara solo quiénes fueron y sus logros extraordinarios, sino también por qué y cómo sus personas se convirtieron en ejemplos de virtud y filantropía, objetos a venerar – en resumen, la encarnación de su civilización.
Ola global
Esta oleada de iconoclastia antirracista es global y no admite excepciones. Los italianos (incluidos los italoamericanos) y los españoles están orgullosos de Colón, pero las estatuas del hombre que descubrió las Américas no tienen el mismo significado simbólico para los pueblos indígenas.
Tal iconoclastia reclama legítimamente un reconocimiento público y la transcripción de su propia memoria y perspectiva: un descubrimiento que inauguró cuatro siglos de genocidio. En Fort-de-France, la capital de Martinica, dos estatuas de Victor Schœlcher, tradicionalmente celebradas por la República Francesa como un símbolo de la abolición de la esclavitud en 1848, fueron derribadas el 22 de mayo. Como nos dice el diario derechista Le Figaro «Los nuevos censores creen poseer la verdad y ser los guardianes de la virtud».
De hecho, los «nuevos censores» (es decir, jóvenes activistas antirracistas) desean pasar página a una tradición paternalista y sutilmente racista del universalismo francés. Siempre describió la abolición de la esclavitud como un regalo para los esclavos por parte de la República ilustrada, una tradición que Macron resumía bien en el mensaje citado anteriormente.
Los «nuevos censores» comparten el juicio de Frantz Fanon al abordar este cliché en su libro Piel negra, máscaras blancas de 1952: «El hombre negro se contentó agradeciéndole al hombre blanco, y la prueba más palmaria de este hecho es la impresionante cantidad de estatuas que se erigieron por toda Francia y colonias para mostrar a la Francia blanca acariciando el cabello rizado de este bonito negro cuyas cadenas acababan de romperse”.
Trabajar con el pasado no es una tarea abstracta o un ejercicio puramente intelectual. Requiere más bien un esfuerzo colectivo que no puede disociarse de la acción política. Este es el significado de la iconoclastia de estos últimos días. De hecho, si bien ha estallado en el seno de una movilización antirracista global, el terreno ya había sido labrado por años de compromiso contra-memorial y una investigación histórica desarrollada por multitud de asociaciones y activistas.
La iconoclastia, como toda acción colectiva, merece atención y crítica constructiva. Estigmatizar despectivamente es simplemente exonerar una historia de opresión
Enzo Traverso es historiador y profesor en la Universidad de Cornell, Ithaca, Nueva York. Su libro más reciente es Melancolía de izquierda (Galaixia Gutenberg, 2019).
https://jacobinmag.com/2020/06/statues-removal-antiracism-columbus
Traducción: viento sur

A 75 años de los primeros ataques nucleares

Hiroshima

Por Osvaldo Bayer
PÁGINA 12 - 04 de agosto de 2020
Qué podemos decir. Bajar los brazos. No creer. Llorar por la Tierra y sus hijos. Llamar a los estadounidenses por su verdadero calificativo. Maldecir hasta el fin de los siglos al señor presidente Truman y al secretario de Defensa, Stimson. Los norteamericanos llevarán una culpa ilevantable por los siglos de los siglos. No se los podrá perdonar jamás. Los turcos mataron a un millón de armenios a cuchillo limpio: niños, mujeres y hombres. Fue tanto el horror que uno ve a un turco y cree descubrirle un cuchillo ensangrentado en las manos y una sonrisa cínica en el rostro. Sus gobiernos jamás pidieron perdón por sus cobardes crímenes.
Acaba la humanidad de descorrer el telón del Holocausto. La muerte científica masiva ideada por el nazismo alemán: la muerte en cámaras de gas. La suma crueldad, de la maldad, de la perversión. También: niños, mujeres, hombres. Se aprieta una válvula y ya está: se mata al otro ser que no es igual, por pura superficialidad, por interpretar mejor la palabra maldad. Por la obscenidad de dar satisfacción a los bajos instintos, por la superficialidad de obedecer órdenes.
Y ahora esto que ya es lo inimaginable. Una ciudad, Hiroshima, vive y de pronto un rayo del cielo les confirma que están todos muertos. Destruidos hasta la última célula. No existen más; borrados.
Los nuevos SS son ahora los científicos y los pilotos de un avión que llevó –casi divirtiéndose– el rayo mortífero y lo lanzó en el centro de una ciudad. En la telefoto, se ve a los aviadores de regreso sonriendo a la norteamericana, como Robert Taylor o Clark Gable en el cine. Están junto a la carlinga del “Enola Gay” como quien hubiera ganado un campeonato olímpico. Junto a ellos están miles y miles de muertos sin sombra. Así de sencillo es cambiar la moral, la ética que les enseñaron en sus iglesias católicas, protestantes, metodistas. Luego cantaron a coro un agradecimiento a nuestro señor Jesucristo.
En Hiroshima habían matado definitivamente a la vida. La ciencia utilizada para matar. Einstein, qué desgraciado, para qué habrá nacido si se usó todo su saber para lo contrario de lo que él soñó tanto.
Nada quedó en un segundo. Cayó el rayo y el niño por nacer, en el vientre de su madre, quedó suelto, dando vueltas, mientras su madre ya era ceniza; el niño debe haber nacido de pronto y ya sus ojos quedaron obnubilados y ya secos y ya cenizas. El asesinato de la inocencia. Las adolescentes que pensaban cómo iban a besar esa tarde en el parque quedaron con los labios entreabiertos por donde pasó el fuego que las convirtió en nada y en nadie. Mister Truman toma un whisky con sus generales; están plenamente satisfechos. La guerra está ganada. Para el cataclismo necesitó apenas mover el dedo y sonreír a la prensa. Harry Truman, el rey de los verdugos. Apenas con un dedo, la muerte de ochenta mil, de cien mil, de doscientos mil, qué importa. La muerte ya está allí entre ruinas quemadas que no soportan ningún hueso humano, ninguna calavera. Jamás se encontrará la calavera de una abuela, ni de una maestra, ni de un poeta. A todos los quemó Harry Truman por intermedio de sus pilotos. Truman concurrirá a una Acción de Gracias. Los sones del órgano le darán estatura de héroe y de hijo predilecto de Dios. Y el pueblo norteamericano se tranquilizará y los padres hablarán a sus hijos sobre la bandera de las barras y estrellas.
Los desesperados de la moral y la ética se preguntarán si no había otra manera. ¿Por qué no se habló claramente? ¿O no se llamó a una asamblea mundial, o se mostraron los efectos de la bomba en el desierto y se dio un plazo al enemigo para que comprendiera que el único camino que le quedaba era la rendición incondicional para salvar lo más preciado: las vidas humanas. No, Truman decidió con una crueldad máxima primero la bomba, después vamos a hablar. Doscientos mil muertos para que aprendan a razonar. Total son amarillos.
Se hubiera podido enviar un ultimátum a Tokio diciendo que se evacuara Hiroshima porque en veinticuatro horas se iba a lanzar un arma fulmínea que iba a hacer desaparecer a todos los habitantes. Nada se hizo, la piedad no valía nada. Si Estados Unidos ya estaba absolutamente seguro de que la guerra estaba ganada. No. Primero quiso experimentar para ver si resultaba el arma poderosa que cambiaría la política de todo el mundo. Se decía que esa arma, después del experimento de Hiroshima iba a traer la paz eterna. Pero lo que va a traer es sólo el poder omnímodo para el país del Norte.
¿Qué va a hacer la humanidad con esos muertos? Asesinados con absoluta impunidad. Después de Hiroshima ya no es necesario leer la Biblia. Truman, cuando supo los resultados fue al templo a orar. Dicen que al entrar tuvo la actitud de quien entra en la eternidad, de quien se siente protagonista de un oficio divino. Mientras, la bomba atómica seguirá comiendo célula tras célula con sus radiaciones atómicas. Todo aquel que haya estado cerca o se atreva a entrar a esa zona maldita correrá la suerte de quienes recibieron el rayo en los ojos. El cáncer y los daños genéticos vendrán montados con los caballeros de la muerte que recorrerán por años la zona maldecida por el Dios yanqui.
¿Por qué la bomba, es la pregunta, si los japoneses ya se estaban por rendir? Fue una especie de gustazo final. Un mostrar al mundo y principalmente a los comunistas: ojo, vean lo que tenemos, Dios, como siempre está con nosotros. Japón se merecía perder la guerra por la agresión efectuada en Pearl Harbor. Pero la humanidad, principalmente los niños y los adolescentes y las flores no merecían el fuego del castigo del dios americano. Fue algo gratuito que satisfizo a quienes se sienten dueños del mundo y ejercen la pena de muerte como algo natural.
La clase constituida de ese país violento encontró enorme satisfacción. Era la Justicia de Dios que viajó en un avión americano. El “Enola Gay” llevó la mano del castigo. No había que lamentar nada. Era el triunfo de los justos. Ellos fueron nada más que los ejecutores de la voluntad de Dios.
Quien repase la historia de la eliminación de los habitantes naturales de Estados Unidos verá que no hay ninguna diferencia –salvo en el método– con la política racial de Hitler. Se mataba a un piel roja con la misma decisión y asco con que se exterminaba a las víboras venenosas. Y esto no fue sólo en Estados Unidos, véase la misma política en los españoles que conquistaron las tierras del sur, y también la política de los gobiernos independizados. El caso argentino, con la llamada “conquista del desierto” es un caso notorio que todavía hoy la sociedad argentina se niega a revisar.
Ojalá que Hiroshima sirva de ejemplo para que nunca más se ataque con tanta saña e irresponsabilidad a poblaciones civiles. Nunca más la muerte desde el cielo. Es el crimen de lesa humanidad más oprobioso.
*Esta nota fue publicada originalmente en Página/12 del 6 de agosto de 2005. El historiador y periodista Osvaldo Bayer fue columnista de este diario hasta el día de su muerte el 24 de diciembre de 2018 .

Los dos pilotos de Hiroshima

7 noviembre 2011 | CUBADEBATE
Por José Pablo Feinmann
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En 1956, el filósofo vienés Günther Anders inicia una correspondencia con el piloto arrepentido, loco, definitivamente extraviado, de Hiroshima. Porque hay otro: sólido, impasible, que disfruta los frutos de un triunfo de la patria, la destrucción como ofrenda extrema entregada a la nación y a sus habitantes. Nos ocuparemos del primero. Del pobre loco. Aunque no dejaremos de mencionar el ejemplo que ha dejado al mundo el otro: el que fue capaz de asumir un genocidio como la más brillante de todas sus medallas, como el más destellante presente que podía un soldado ofrecer, primero, a su Ejército, y segundo en paralelo, a su nación y a sus habitantes. Qué tanto, ¡había que ganar esa guerra!
Günther Anders era un hombre de origen judío, había luchado en la Primera Guerra Mundial, había sido discípulo de Husserl y Heidegger, compañero de estudios de Hannah Arendt y se casa con ella en 1929. Los dos huyen de Alemania. Se divorcian en 1936. Tal vez los uniera más el espanto que el amor (por citar una frase trillada). Luego de la guerra se consagra al estudio de las partes más oscuras del ente antropológico. De su visita a Auschwitz deja el siguiente, estremecedor testimonio: “Si se me pregunta en qué día me avergoncé absolutamente, responderé: en esta tarde de verano cuando en Auschwitz estuve ante los montones de anteojos, de zapatos, de dentaduras postizas, de manojos de cabellos humanos, de maletas sin dueño. Porque allí tendrían que haber estado también mis anteojos, mis dientes, mis zapatos, mi maleta. Y me sentí –ya que no había sido un preso en Auschwitz porque me había salvado por casualidad– sí, me sentí un desertor”. De ahí en más desarrolla en sus textos temas ligados al tecnocapitalismo en la senda que su maestro Heidegger había marcado. Pero sin las marcas nacionalsocialistas que hieren el pensamiento del Rector Friburgo. En 1983, le otorgan el Premio Theodor Adorno, cuya importancia se conoce: no hay otro más alto en Alemania. Quien le entrega el Premio (un hombre que no acuerda con sus ideas, pero así es la democracia), dice: “Honramos aquí al filósofo Günther Anders porque él nos contradice, nos advierte constantemente, nos sacude”. Anders responde: “Soy sólo un conservador ontológico. Que trata de que el mundo se conserve para poder modificarlo”.
Claude Eatherly es uno de los pilotos que han dejado caer una de las bombas sobre Hiroshima. Vio el resplandor diabólico o místico, cuasi divino, bajo sus ojos. Cuando aterrizó, secamente le dijeron: “Mataste 200.000 personas en cinco minutos”. Nadie le había dicho eso... Eatherly no lo puede tolerar. Enloquece. Truman, en lugar de un héroe, recibe a un loco, lleno de cargas intolerables, herido por la culpa, por la autoflagelación. Lo meten en un loquero del Pentágono. Pasa ahí seis años. Queda libre. Pero para andar a la deriva. Llevando su tragedia de un lado a otro. Por fin, en Nueva Orleáns se empacha de barbitúricos buscando morir, pero lo salvan. El otro piloto es el coronel Thibbets. Es el que asume ser un héroe de guerra: “No siento ningún arrepentimiento. Soy un soldado y me dieron una orden. Cuando un soldado recibe una orden, la cumple. Si mueren 200.000 personas yo no tengo la culpa. No lo decidí y lo ignoraba”. Eatherly es culpable de, en lugar de ser un héroe, en lugar de hacerles sentir a los norteamericanos y al Ejército que ganaron esa guerra heroicamente, de angustiarse, sufrir y volverse loco. No puede vivir jamás tranquilo. ¿Cómo perdonarle eso? Entonces, ¿qué nos dice el loco de Eatherly? ¿Que todos debemos hacer eso? ¿Volvernos locos? ¡Qué locura!
Hasta que Günther Anders, el 3 de junio de 1959, le envía a Eatherly su primera carta: “El que escribe estas líneas es para usted un desconocido. Para nosotros, en cambio, para mis amigos y para mí, usted es una persona conocida. Seguimos con el corazón en un puño sus esfuerzos por salir de su desgracia (...) Como cada año, el próximo 6 de agosto la población de Hiroshima conmemora el día en que sucedió ‘aquello’. Usted podría enviar a esas personas un mensaje adecuado para tal conmemoración. Si se dirigiese a esas personas como ser humano diciéndoles: ‘En aquel momento yo no sabía lo que hacía, pero ahora sí lo sé. Y sé que jamás ha de repetirse algo similar’ (...) Lo que sería de justicia, puesto que también usted Eatherly, es una víctima de Hiroshima. Y puede que esto también fuese para usted, si no un consuelo, sí al menos un motivo de alegría. Con la expresión del afecto que siento hacia cada una de esas víctimas, le mando mis saludos”. Se entrecruzaron más de sesenta cartas de inevitable lectura.
Tomado de Página 12

La fiscal general de Nueva York pide la disolución de la Asociación del Rifle de EEUU

Según la demócrata Leticia James, el líder de la NRA, Wayne LaPierre, y otros tres directivos "saquearon" los activos de la organización. Y denuncia que la asociación "está podrida con el fraude y el abuso".

Imagen de archivo de un policía de EEUU. EFE/Archivo.
Imagen de archivo de un policía de EEUU. /EFE/Archivo.
nueva york
06/08/2020 18:30 efe - PÚBLICO
La fiscal general del estado de Nueva York, Letitia James, presentó este jueves una demanda que pide disolver la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA) y acusa a varios de sus dirigentes de desviar millones de dólares para uso personal.
"La influencia de la NRA ha sido tan poderosa que ha impedido que nuestra nación tome medidas contra la violencia armada. Pero ha estado abusando de su poder, y bajo la apariencia, la NRA está podrida con el fraude y el abuso", dijo James. 
En una conferencia de prensa, la fiscal señaló que busca "disolver la NRA", argumentando que ninguna organización, por mucha influencia que tenga, puede estar por encima de la ley. La demanda apunta directamente a la NRA como entidad, pero también a su histórico líder, Wayne LaPierre, y a otros tres directivos, a los que acusa de incumplir varias leyes estatales y federales y contribuir a la pérdida de más de 64 millones de dólares de la organización en tan solo tres años.
La fiscal neoyorquina denuncia decenas de instancias en las que esos ejecutivos usaron millones de dólares de la NRA, que es una organización sin ánimo de lucro, para su uso personal, lo que incluye viajes con sus familias a las Bahamas, vuelos privados y comidas en restaurantes, entre otros.
La fiscal general busca la disolución de la NRA y la inhabilitación de los cuatro acusados para cargos de ese tipo
Según James, esas cuatro personas "básicamente saquearon" los activos de la organización, que pasa por importantes problemas financieros. Además de recuperar el dinero defraudado, James dijo que se busca impedir que los cuatro acusados individuales puedan volver a formar parte de la junta de cualquier otra organización sin ánimo de lucro en el estado de Nueva York.
A los cuatro les acusa de instituir en la NRA una cultura de autogestión, mala administración y supervisión negligente ilegal, opresiva y fraudulenta, así como de evadir todos los controles internos para beneficio propio. Además, alega que la organización violó múltiples leyes, entre ellas las que rigen el funcionamiento de entidades de este tipo, de presentar informes falsos en las declaraciones fiscales y de dar informes salariales inadecuados.
Ante esa situación, la denuncia, presentada ante el Tribunal Supremo del estado en Manhattan, busca la disolución de la NRA y la inhabilitación de los cuatro acusados para cargos de ese tipo. La acción es resultado de una investigación abierta en 2019 y la NRA ha acusado en varias ocasiones a la demócrata James de parcialidad, por declaraciones en su contra que hizo en el pasado.
La Asociación Nacional del Rifle se fundó en 1871 y durante décadas ha sido una muy influyente fuerza en la política estadounidense. En las últimas elecciones, la organización gastó millones de dólares para apoyar la elección de Donald Trump, aunque de cara a las presidenciales de noviembre está manteniendo un perfil mucho más bajo.

Multitudinaria marcha exige la renuncia de Netanyahu en Israel

2 agosto 2020 | CUBADEBATE

Miles de manifestantes se congregaron el sábado frente a la residencia oficial del primer ministro Benjamin Netanyahu. Foto: AFP.
Más de 10 mil personas se congregaron en Jerusalén ocupada, Tel Aviv y Cesarea en una multitudinaria manifestación contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a quien le exigen su renuncia.
Por su parte, Netanyahu señaló este domingo a las crecientes protestas contra su mandato, atribuyéndolas a unos medios parciales que distorsionan los hechos y animan a los manifestantes.
Familias enteras, parejas mayores y muchos, muchos jóvenes, cantaron, gritaron, saltaron y bailaron, todos con mascarilla, frente a la mirada atenta de miles de policías, que montaron un gran operativo para evitar disturbios.
Debido al aumento de los casos de desempleo y corrupción en Israel debido al brote de la Covid-19, aumentaron las manifestaciones contra Netanyahu desde hace dos meses.
Miles de personas participaron en la manifestación celebrada en Tel Aviv con la consigna de denunciar al gobierno de Netanyahu por no asegurar asistencia suficiente a los sectores afectados negativamente  por la pandemia.
El ministro de Defensa, Benny Gantz, que es el primer ministro “alternativo” del país según un acuerdo negociado para compartir el poder, indicó que debe permitirse que las protestas se celebren, protegiendo a los inconformes de la violencia.
“El derecho a protestar es la savia de la democracia, y la violencia es la erosión de los cimientos de la democracia”, afirmó.
Según Banderas Negras,  uno de los grupos organizadores de las protestas, decenas de miles de manifestantes participaron en alrededor de unos 300 cruces y puentes en todo Israel por sexta semana consecutiva.
(Con información de teleSur)

Balagán, relajo total: repaso a la actualidad política y económica israelí con la pandemia de coronavirus como telón de fondo

28 de julio de 2020 · Escribe Gerardo Leibner  - LA DIARIA
Israel se encuentra en una grave crisis sanitaria y económica.
Los datos son elocuentes: a comienzos de marzo los desocupados registrados eran menos de 100.000 y ahora, a fines de julio, ya suman 850.000, sin contabilizar a cientos de miles de trabajadores informales. Los contagios de coronavirus rozan los 2.000 diarios y el número total de fallecimientos por covid-19 superó los 450 y en la última semana ronda los diez diarios. La curva está en alza y los intentos por contener el contagio comunitario fracasaron.
La situación actual contrasta con el triunfalismo de fines de mayo, tras superarse efectivamente la primera ola con medidas muy drásticas que contuvieron el contagio y redujeron los fallecimientos. Entonces el primer ministro Benjamin Netanyahu invitó a los israelíes con una amplia sonrisa a salir a “disfrutar la vida”. Incluso tuvo una entrevista con el primer ministro griego y anunciaron que los dos países iban abrir respectivamente sus fronteras para incentivar el turismo mutuo y reactivar la economía. Y los israelíes, tras dos meses de severas restricciones y de bombardeo propagandístico extremo sobre los peligros del virus, salieron a disfrutar. La economía se reabrió de inmediato con pocas restricciones y precauciones, sin fases de desescalada, y todo se descontroló y deterioró rápidamente. Grecia hoy recibe turistas de algunos países europeos. Israel no recibe turistas y sus ciudadanos no son admitidos en Europa.
Amplios sectores de la población perdieron confianza en los mensajes del gobierno. A finales de la primera ola, en un giro político dramático, Netanyahu y el principal candidato opositor, Benny Gantz, llegaron a un acuerdo para crear un gobierno de cohabitación paritario basado en la rotación en el puesto de primer ministro.
Este giro quebró en dos al partido opositor Azul y Blanco y desmoralizó a la mitad de los votantes del país que, sistemáticamente, en tres comicios consecutivos en un año, rechazaron a Netanyahu. Con el pacto con Gantz, el actual primero ministro se aseguró un año y medio más en el cargo y el puesto de “primer ministro alterno” cuando Gantz asuma su mandato por un año y medio. El nuevo gobierno aumentó su número de ministros, viceministros y cargos de confianza política, despilfarrando recursos en medio de una recesión inédita. Más aún, desde el primer momento los mecanismos de decisión política pactados no funcionaron, y el gobierno “paritario” entró en una serie interminable de marchas y contramarchas referentes tanto al tratamiento de la pandemia como a la economía y la crisis social.
Cada semana Netanyahu anunciaba públicamente alguna medida sanitaria o económica sin haberla consensuado previamente con su coalición de gobierno ni con los funcionarios en los ministerios relevantes. Luego, esta medida era criticada en los medios y sometida a modificaciones en las comisiones parlamentarias, para finalmente ser retirada o modificada sustancialmente bajo presión pública. Algunas de las restricciones acordadas por Netanyahu y Gantz en las recientes semanas han sido repelidas por la comisión parlamentaria especializada en el tratamiento de la pandemia, en una verdadera rebelión de la diputada del Likud que la preside. Las restricciones son presentadas sin estar respaldadas por datos, por un Ministerio de Salud que no creó los mecanismos adecuados para el rastreo epidemiológico efectivo. Mientras las medidas propuestas por los expertos de salud parecen basarse en la intuición (evidenciando diferencias entre expertos), los jerarcas sólo adoptan parte de las medidas. Los criterios selectivos quedaron esta semana al desnudo en intercambios entre poderosos políticos del Likud.
El ministro de Economía, Israel Katz, acusó al coordinador de la coalición en la Knesset, Miki Zohar, de presionar para la reapertura de salones de eventos –en los que aparentemente hubo muchos contagios– debido a que su primo es propietario de uno de los mayores salones del sur del país. El diputado amenazó al ministro con su pronta destitución y dijo que iba a revelar los negocios e intereses de su esposa. Todo esto fue expuesto en una comisión parlamentaria y ante las cámaras televisivas.
No era necesario ese intercambio para que la confianza pública en las decisiones del gobierno sea casi nula. Los efectos del cierre brusco de la economía entre marzo y mayo se sienten ahora en el quiebre de negocios, en la desesperación de la gente endeudada, de quienes se quedaron sin trabajo y en las decenas de miles de personas que siguen en un raro e incierto estado de “vacaciones no pagas”.
Las medidas paliativas del gobierno son mínimas y tardías. Los dueños de restaurantes y bares –sector de la economía muy próspero hasta hace unos meses–, que tuvieron sus locales cerrados casi tres meses y reabrieron con restricciones, se rebelaron contra la decisión de cerrarlos los fines de semana. El viernes cientos de establecimientos abrieron, contrariando la prohibición, y esta fue levantada casi de inmediato, dejando de manifiesto la debilidad del gobierno.
Si sumamos el descreimiento generalizado hacia los políticos, la desaprobación de la inmensa mayoría de los votantes de Azul y Blanco ante el pacto de Gantz con Netanyahu, y la falta de legitimidad moral de este último, envuelto en una serie de juicios por corrupción, se entiende la ola de manifestaciones que se registró días atrás en el centro de Tel Aviv y en Jerusalén. La conjunción de las protestas anti-Netanyahu con los reclamos por la crisis económica siembran pánico en filas del Likud. La crisis afecta a sectores de la nueva burguesía plebeya que prosperó en Israel en la reciente década y que es una de las bases del partido que lidera Netanyahu.
Hasta comienzos de julio, ante cada roce con Gantz, Netanyahu amagaba con romper el pacto e ir a nuevas elecciones desde una supuesta posición de ventaja. Es más, con el supuesto apoyo del presidente estadounidense, Donald Trump, pretendía anexar parte de Cisjordania, de forma de consolidar el largo proceso de colonización y liquidar las aspiraciones palestinas de tener un futuro Estado independiente. Sin embargo, la grave situación económica y el deterioro sanitario, sumados a la debilidad de Trump, le obligaron a archivar, por ahora, los planes de anexión y a dudar de sus posibilidades en unos eventuales comicios.
La insensibilidad y debilidad del gobierno quedaron muy patentes en dos conflictos laborales. Las enfermeras, desbordadas por el incremento de pacientes y exigencias en sus tareas, realizaron una huelga que duró dos días, y así obtuvieron que se atendieran los reclamos que durante tres meses habían sido oídos: más enfermeras en cada unidad hospitalaria y el pago de salario por días de cuarentena. Por otra parte, los asistentes sociales tuvieron que parar todos sus servicios estatales y municipales y realizar numerosas marchas callejeras, durante casi dos semanas, para finalmente lograr un aguinaldo compensatorio (durante todo abril habían estado en “vacaciones sin goce de sueldo”) y la promesa de incrementar en el próximo presupuesto el número de puestos en varios servicios totalmente desbordados.
Ambos conflictos fueron conducidos por sindicatos (liderados por mujeres) sin apoyo o intervención de la Histadrut, la principal central sindical, que al comienzo de la pandemia pactó con el gobierno la “paz social” a cambio de la estabilidad laboral y salarial de los trabajadores del Estado y sus principales empresas. Así, la Histadrut admitió el despido en masa y los pases a “vacaciones sin goce de sueldo” de cientos de miles de trabajadores.
Los comentaristas políticos coinciden en que Netanyahu no tiene intención de cumplir con su pacto con Gantz y que no se retirará del cargo de primer ministro a fines de 2021. El enfrentamiento en torno al presupuesto es un claro indicador. La discusión no gira en torno a prioridades económicas. Actualmente Israel no se rige por un presupuesto debidamente aprobado. Durante 2019 Israel acudió a dos elecciones parlamentarias y el gobierno provisorio no logró aprobar un presupuesto para 2020. Legalmente, si el parlamento no aprueba un nuevo presupuesto para lo que queda de 2020, en agosto la Knesset actual quedará disuelta y habrá nuevas elecciones parlamentarias en noviembre. Netanyahu propone aprobar un presupuesto para lo que resta de 2020. Pero Gantz exige un presupuesto bianual que cubriría también 2021, así como fue pactado. Netanyahu quiere dejar una instancia de aprobación presupuestal para 2021 y así tener un pretexto para disolver la Knesset y convocar a elecciones meses antes de la prevista trasmisión de mando, aunque Gantz está decidido a no permitirlo. De este enfrentamiento surgen los rumores sobre la posibilidad de nuevas elecciones adelantadas. A la vez, la reciente decisión de la jueza encargada del juicio a Netanyahu, que rechazó las dilatorias infinitas planteadas por sus abogados y estableció que las audiencias probatorias se celebren en enero de 2021 a un ritmo de tres por semana, aceleraron el enfrentamiento político.
La prolongada crisis política de Israel fue provocada por el afán de supervivencia de un Netanyahu que intenta salvarse del avance de la Justicia. Sus intentos por obtener una mayoría parlamentaria que le asegure inmunidad legal fracasaron. Lo mismo sucedió con los intentos opositores por desplazarlo. Nadie tiene mayoría y parecería que nadie la tendrá próximamente.
Balagán es el término usado en hebreo para decir “relajo” o caos. La vida pública israelí es muy intensa. Aún puede suceder cualquier cosa que cambie la agenda pública en las próximas semanas, pero, en todo caso, el caos actual será sustituido por otro balagán, mientras la crisis económica y sanitaria no parece tener solución a la vista.
Gerardo Leibner, desde Tel Aviv.


URUGUAY

Advierten inminente agudización del conflicto en la salud privada

La Federación Uruguaya de la Salud (FUS) advirtió sobre la inminente agudización del conflicto en el sector debido a la inexistente intervención del Estado frente a la crisis mutual.

Secretario general de la Federación Uruguaya de la Salud, Jorge Bermúdez.
Secretario general de la Federación Uruguaya de la Salud, Jorge Bermúdez.
SALUD 07 de agosto de 2020, 21:58hs - LR21El secretario general de la FUS, Jorge Bermúdez, expresó que el principal problema es la defensa del empleo, en función de la crisis que se avecina en la salud privada debido a la disminución de la cantidad de afiliados en las instituciones, en el marco del aumento del desempleo en el Uruguay.
“Con 200.000 uruguayos en el seguro de paro y 100.000 desocupados hay una caída de la afiliación en el sector mutual que a junio se mide con la pérdida de 50.000 cápitas, que son los ingresos que reciben las instituciones por concepto de afiliación”, indicó el dirigente sindical.
Bermúdez advirtió que la perspectiva es que para fin de año el desempleo puede llegar a 18% y exista una caída de al menos 140.000 cápitas.
Agregó que “la gente que se desafilia de la salud privada emigra al sector público”, y remarcó que en la actualidad hay 70.000 nuevos afiliados en la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) que, además, tiene menores ingresos presupuestaleas.

Agudización de la crisis

Bermúdez sostuvo que se generó un “cuello de botella” en las instituciones que redundará en un incremento de pérdidas de fuentes de empleo y disminución de salarios.
Reclamó “respuestas urgentes y claras” por parte del  Poder Ejecutivo ante la impactante disminución de los ingresos que reciben las instituciones por concepto de afiliaciones.
En tal sentido, dijo que puede existir una agudización de la crisis, en caso de que el Gobierno no tome medidas para atenuar la compleja situación del sector mutual.
“Las respuestas a un conflicto es prevenir esta crisis que se va acercando”, dijo.

Despidos preferentemente sindicales en la prensa uruguaya

Una delegación de la Asociación de la Prensa Uruguaya y del SUTAA que nuclea básicamente a los operadores de cable, se hicieron presentes en la comisión de trabajo de Diputados y mañana jueves 6 de agosto en Senado, para trasladar la preocupación por la grave situación de despidos que atraviesan los trabajadores de varios medios de comunicación.
despidos a trabajadores de prensa con relación sindical y gremial
5 agosto, 2020 - CARAS Y CARETAS
En los últimos días las empresas de prensa Equital (Romay+canal 10+canal 12) despide 20 trabajadores, mayoría sindicalistas,  Montecable (Romay) despide 28 trabajadores, mayoría sindicalistas, Martín Olaverry (Radio Tabaré de Salto y Carve) despide una periodista por programa con «muchos sindicalistas».
Este miércoles 5 de agosto se concentraron frente al Palacio Legislativo para acompañar a la delegación sindical de APU  y el SUTAA que serán recibidos por la Comisión de Trabajo de diputados.
Un hecho que llamó la atención en la convocatoria realizada  para la hora 10,  fue que la guardia externa del Poder Legislativo no autorizó la presencia de los  trabajadores de prensa con sus carteles en la explanada, como es habitual en las movilizaciones.
Negociaron la no colocación de un gazebo que planteaban instalar los trabajadores sobre la vereda del edificio anexo.

EL MUNDO DEL TRABAJO EN TIEMPOS DEL NUEVO CORONAVIRUS

Cuesta Duarte advierte que hay empresas que aprovechan la pandemia para despedir

Castellanos enfatizó que «fatal compromiso empresarial para no despedir».
Ultima actualización Ago 6, 2020 - LA REPÚBLICA uy
El Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT considera que algunas empresas utilizan la situación de crisis para hacer reestructuras despidiendo personal.
Mientras que Juan Mailhos, jefe de Jurídica de la Cámara de Comercio, realizó algunas advertencias en el sentido de mantener subsidios y de alivianar el costo impositivo a las empresas como forma de evitar el despido de trabajadores, Milton Castellanos, consultado por radio Uruguay, dijo que el Cuesta Duarte está de acuerdo con la flexibilización de los seguros de paro, pero también considera que falta el compromiso empresarial de no despedir.
El dirigente denunció que muchas empresas aprovechan la pandemia para despedir y citó casos como el de trabajadores del aeropuerto, de Sodimac y de tiendas que, según el dirigente, están despidiendo trabajadores de forma masiva.

Decreto del gobierno obliga a grabar las asambleas de las cooperativas

«Ni en la dictadura se animaron a tanto», escribió en su cuenta de Twitter el diputado frenteamplista Felipe Carballo.
Fucvam se moviliza este viernes para entregar volantes informativos
Foto Archivo.
7 agosto, 2020 - CARAS Y CARETAS
El Poder Ejecutivo actualizó la reglamentación de las cooperativas y estableció que las asambleas «deberán ser grabadas, a efectos de un adecuado contralor por la Auditoría Interna de la Nacional».
«Ni en la dictadura se animaron a tanto», escribió en su cuenta de Twitter el diputado frenteamplista Felipe Carballo. En la misma línea se pronunció el secretario general de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam), Gustavo González, quien consideró que el objetivo del decreto es «tener injerencia directa en las resoluciones del movimiento cooperativo».
Las grabaciones las va a realizar la propia cooperativa, y si la Auditoría Interna de la Nación entiende que se tiene que mirar, las van a mirar.
Según publica este viernes la diaria, el secretario general de Fucvam, Gustavo González, adelantó que la federación «se va a oponer» a esta resolución y consideró que el Parlamento «debería tomar cartas en el asunto» porque «tiene varios vicios, incluso legales».
«Creemos que el Poder Ejecutivo debe echarse para atrás en este tema», concluyó el dirigente de Fucvam.
Según el ministro de Trabjo, Pablo Mieres, la resolución surgió a pedido de la Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas (Cudecoop) y del Instituto Nacional de Cooperativismo (Inacoop), con el objetivo de «facilitar el funcionamiento» de la «actividad por la vía virtual».
Por su parte el secretario general de Fucvam, Gustavo González, aseguró que la federación «en ningún momento hizo esa propuesta y no creemos que las federaciones o cooperativas lo haya planteado en esos términos.

Fucvam rechaza decreto del gobierno que obliga a grabar las asambleas de las cooperativas

6 de agosto de 2020 · Política nacional - LA DIARIA

Las grabaciones deberán ser entregadas a la Auditoría Interna de la Nación para su “adecuado contralor”

“Ni en la dictadura se animaron a tanto”, escribió el diputado frenteamplista Felipe Carballo en una publicación en Twitter en la que compartió un decreto del Poder Ejecutivo que actualiza la reglamentación de las cooperativas y establece que las asambleas “deberán ser grabadas, a efectos de un adecuado contralor por la Auditoría Interna de la Nación”. En la misma línea que el legislador se pronunció el secretario general de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM), Gustavo González, quien consideró que el objetivo del decreto es “tener injerencia directa en las resoluciones del movimiento cooperativo”.
Consultado por la diaria, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, aseguró que la resolución surgió a pedido de la Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas (Cudecoop) y del Instituto Nacional de Cooperativismo (Inacoop), con el objetivo de “facilitar el funcionamiento” de la “actividad por la vía virtual”. “Cudecoop pidió el decreto, Inacoop apoyó y nosotros ejecutamos”, afirmó el jerarca, a la vez que señaló que “no hay ningún cangrejo debajo de la piedra” ni “intención de controlar” por parte del gobierno.
En el mismo sentido, el vicepresidente de Inacoop, Andrés Carrasco, afirmó que la idea de autorizar las asambleas virtuales “es algo que venían reclamando las cooperativas” y que el objetivo de grabarlas es “dar fidelidad a la propia asamblea”. “Nosotros recogimos algo que entendíamos totalmente conveniente para el funcionamiento actual, donde se hace muy difícil convocar a las asambleas como tradicionalmente se hace”, añadió. Para Carrasco, grabar las asambleas es una forma de “darles más transparencia” y “nada más que eso”. “La grabación la va a realizar la propia cooperativa, y si la Auditoría Interna entiende que se tiene que mirar, se va a mirar”, indicó.
El dirigente de FUCVAM asegura que la Federación “en ningún momento hizo esa propuesta” y que supo del decreto “antes de ayer”. “Nosotros no avalamos esto para nada y no creemos que las federaciones o cooperativas lo hayan planteado en estos términos”, aseveró. Para González, el artículo 7º del decreto, que establece la grabación de las sesiones, “lesiona fuertemente la autonomía de las asambleas del movimiento cooperativo” y va en contra de un “principio fundamental” que es “la autonomía de todas las organizaciones sociales”. “Las federaciones que hayan dicho que querían esto, que lo asuman. Yo no creo que ninguna federación quiera que graben sus asambleas”, insistió.
Por otra parte, el dirigente hizo referencia a la Ley 18.407 (Ley de Cooperativas), que establece en su artículo 211 que la fiscalización sobre las cooperativas estará a cargo de la Auditoría Interna de la Nación, a excepción “de las cooperativas sociales que serán controladas por el Ministerio de Desarrollo Social y de las cooperativas de vivienda que serán controladas por el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente”, por lo cual en el caso de las cooperativas de vivienda el contralor corresponde a este ministerio. “Lo bueno sería que los ministros leyeran bien las leyes e hicieran decretos en consecuencia”, apuntó.
El dirigente de FUCVAM adelantó que la federación “se va a oponer” a esta resolución y consideró que el Parlamento “debería tomar cartas en el asunto” porque “tiene varios vicios, incluso legales”. El asesor legal de FUCVAM se reunirá el lunes con los asesores de otras federaciones “a los efectos de analizarlo jurídicamente”, aunque González estimó que se trata de un problema “fundamentalmente político”. “Creemos que el Poder Ejecutivo debe echarse para atrás en este tema”, concluyó.


La economía de a pie.

RECAUDACIÓN FISCAL Y CICLOS

Agosto primera q 2020
RECAUDACIÓN FISCAL Y CICLOS
La recaudación fiscal en Uruguay, descendió 5.6% durante el primer semestre de 2020 respecto al mismo lapso de 2019. La menor actividad económica repercute muy directamente en los ingresos del sector público.
El detalle de las cifras reitera la estructura habitual de los últimos años. Los datos son de una extraordinaria elocuencia. Aproximadamente el 55% corresponde a tributos que recaen sobre el consumo, 16 % al denominado irpf II que afecta a los salarios y 3% a pasividades.
El tributo a la renta de actividades económicas o IRAE que engloba gran cantidad de pequeños emprendimientos, representó un 14%. Propiedades de diferente entidad aportan un modesto 6% y tributos de escasa importancia complementan las cifras. Además se le resta a los ingresos del Estado un monto cercano al 10% que en forma de certificados y “devoluciones de impuestos” benefician a grandes capitales.
La simple enumeración deja en claro que el peso de los recursos obtenidos por el Estado, para financiar sus actividades, recae sobre los trabajadores ya sea directamente sobre sus ingresos o mediante su uso destinado al consumo en su casi totalidad.
La otra cara de la medalla son las zonas francas, exoneraciones, subsidios de diversa índole, más o menos encubiertos, que permiten que grandes capitales, sector financiero, terratenientes aporten muy poco al erario público.
Los datos revelan también, la fuerte incidencia de los ciclos económicos sobre la recaudación. En las fases de mayor actividad, con empleo y salarios en alza los ingresos públicos tienden a crecer, mientras que en las etapas de recesión, descienden, debido a la reducción de la demanda y ocupación.
La segunda mitad del año, no parece ofrecer perspectivas de crecimiento de la recaudación respecto al año precedente pese a la reanudación de diversas actividades afectadas por el confinamiento vinculado al coronavirus. El gobierno pretende reducir personal e incluso desmantelar entes públicos, mediante la no reposición de vacantes. Las consecuencias sobre el mercado laboral e incluso sobre la misma recaudación fiscal pueden ser lapidarias.
La elevada desocupación, el descenso de los salarios reales, disminuirán la recaudación del impuesto a los ingresos del trabajo. La menor demanda y caída de ventas afectarán negativamente los tributos que recaen sobre el consumo.
El incremento del dinamismo exportador esperado por el gobierno, como consecuencia de menores costos salariales, aún en caso de verificarse incidirá levemente sobre el fisco, debido al rol de las zonas francas y la escasa tributación de los grupos empresariales beneficiados. Algo similar sucederá con las obras en beneficio de UPM y la propia instalación de la planta de procesamiento que también tendrán escasa importancia sobre los ingresos del Estado.
En estos panoramas, las previsiones de rápidas salidas de la crisis en 2021, con futura expansión económica, se parecen más a expresiones de deseos que a análisis confiables.
El fundamentalismo neoliberal ya ha demostrado hasta en exceso, que además de ser nefasto para los intereses de los pueblos del sur, no garantiza ni siquiera crecimiento económico sostenible, ni equilibrio presupuestal.
Deuda pública y déficit continuarán creciendo, agobiados por prebendas al gran capital.
GOTITAS DE ECONOMÍA.
  • El INE registró en mayo 9.7% de desempleados. Aproximadamente 165.000 trabajadores, que buscaron trabajo en el período y no lo encontraron. Además 90.000 trabajadores disponibles no buscaron empleo, y se contabilizan como inactivos. De ellos alrededor de 40.000 no lo hicieron por el coronavirus. La tasa de empleo fue de 52.9%, representando 1528000 ocupados, de los que un 16% estuvo ausente, más de la mitad por seguro de paro, o trabajo escaso. ¿Cuantos se reintegrarán?
  • El frigorífico Minerva en la ciudad de Canelones, acumula diez meses de paralización, con sus trabajadores en seguro de paro. La empresa posee además el frigorífico Carrasco en Montevideo y el PUL en Cerro Largo. ¿“Vale tudo”?.
  • Marfrig, NH Food, Perez Companc, son nombres vinculados a grupos transnacionales, que poseen grandes frigoríficos que desempeñan un rol determinante en la cadena cárnica localizada en Uruguay. La rentabilidad privada es dueña y señora de su funcionamiento. Se exporta ganado en pie y el pueblo cada vez consume menos carne.
  • En Brasil, el indicador de actividad mensual de abril presentó una caída desestacionalizada de 9.7% en relación a marzo, según datos del Banco Central.
  • El PBI de la eurozona descendió 3.1% el primer trimestre de 2020 respecto a 2019. Francia, Italia, España registraron los mayores descensos, mientras que Irlanda, Bulgaria, Suecia Rumania, incrementaron su producto.
  • El Departamento de Comercio de Estados Unidos informó que el PBI del segundo trimestre de 2020 se contrajo 9.5% en relación al mismo período de 2019.
  • El euro hacia finales del mes de julio llega a cotizarse a 1.18 dólares. Su máximo desde setiembre de 2018. El oro se arrima a los 2000 dólares la onza troy. El dólar se debilita, frente a otros símbolos monetarios en el marco de pugna económica con China. ¿Política comercial de Estados Unidos, para abaratar sus mercancías, factores estructurales o ambos?