martes, 1 de enero de 2019

CUBA: ¡VIVA LA REVOLUCIÓN! Aniversario 60 // Y triunfó la Revolución… ¿Cómo lo contó la prensa? // ¡Revolución Sí, Golpe militar No! La consigna que salvó el triunfo del socialismo en Cuba // La entrada de Fidel en La Habana // Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a su llegada a la Habana, en Ciudad Libertad, el 8 de enero de 1959 // Mujeres insurreccionales de Santiago de Cuba // La fortuna escondida en las maletas de Batista cuando huyó de Cuba // A 60 años de la Revolución: "El mérito es del pueblo de Cuba que quiso sostener un proyecto independiente" // "La revolución cubana sigue como una espina clavada en la garganta del imperio" // URUGUAY: Quién es Juan Sartori, el desconocido que vino a patear el tablero de la derecha uruguaya // "Bajo esta idea de que todo lo 'no moderno' es atrasado e ineficiente, el sistema capitalista sostiene la represión y el despojo en nombre del desarrollo"

CUBA: ¡VIVA LA REVOLUCIÓN!
Aniversario 60

Y triunfó la Revolución… ¿Cómo lo contó la prensa? (+ Fotos y Audio)

Fidel, junto a Raúl y otros combatientes guerrilleros en el balcón del Ayuntamiento de Santiago de Cuba, el 1 de enero de 1959. Foto: Archivo

Y triunfó la Revolución… ¿Cómo lo contó la prensa? (+ Fotos)

Por: Ania Terrero, Lisandra Romeo Matos
1 enero 2019 | CUBADEBATE
El primer día de enero de 1959, Cuba amaneció con una noticia que estremeció a todo su pueblo: la huida del dictador Fulgencio Batista.
El Ejército Rebelde había derrumbado a la sangrienta dictadura que durante siete años sumió al país en la miseria y el crimen.
Fidel se enteró de la fuga de Batista en el Central América -hoy América Libre- en Contramaestre, donde había establecido su Comandancia. La reacción del máximo jefe del Ejército Rebelde fue inmediata y certera: decidió trasladarse a Santiago de Cuba.
De Contramaestre salió para Palma Soriano y desde allí, a través de Radio Rebelde (emisora fundada el 24 de febrero de 1958 por el Comandante Ernesto Guevara), transmitió instrucciones precisas a los comandantes del Ejército Rebelde y al pueblo:
“Cualesquiera que sean las noticias procedentes de la capital, nuestras tropas no deben hacer alto al fuego por ningún concepto. (…) La dictadura se ha derrumbado como consecuencia de las aplastantes derrotas sufridas en las últimas semanas, pero eso no quiere decir que sea ya el triunfo de la Revolución. Las operaciones militares proseguirán inalterablemente mientras no se reciba una orden expresa de esta comandancia, la que solo será emitida cuando los elementos militares que se han alzado en la capital se pongan incondicionalmente a las órdenes de la jefatura revolucionaria. ¡Revolución, sí; golpe militar, no!”
Ese histórico día, Fidel dirigió también desde Palma Soriano, a través de las ondas de Radio Rebelde, una ardiente y patriótica alocución al pueblo de Santiago de Cuba, donde afirmó que la guarnición de esa ciudad, atrincherada en el Moncada, estaba cercada y que si ese día, a las 6:00 de la tarde no había depuesto las armas, las tropas rebeldes avanzarían sobre la capital oriental y tomarían por asalto las posiciones enemigas.
Fidel llama a la Huelga General en una alocución transmitida por Radio Rebelde. Foto: Archivo.
La noticia del Triunfo fue transmitida por varios medios de la época, entre ellos la revista Bohemia en su extraordinaria Edición de la Libertad. Distribuida en cuatro números, la publicación rescató detalles de los últimos años del proceso revolucionario y de las atrocidades cometidas por la dictadura batistiana.
En un mensaje Al pueblo de Cuba, aclaró que “Bohemia tenía impresa, al producirse el derrumbe de la tiranía de Batista, su edición inmediatamente anterior a tan feliz acontecimiento”. Cumpliendo la consigna revolucionaria de la huelga general, no circuló como de costumbre.
“Esta edición extraordinaria, con una tirada sin precedentes, es nuestra primera muestra de reconocimiento después de la Liberación”.
Portada de la Edición de la Libertad consultada. Foto: Lisandra Romeo / Cubadebate.
En un extenso editorial del 11 de enero de 1959 con el título De las tinieblas a la luz, la publicación enunció el cierre de una de las “etapas de sufrimiento más atroces que ha tenido que soportar cualquier país en el mundo”.
“La Revolución ha triunfado. La recuperación democrática del país está en marcha. El tránsito de una situación de oprobio a una situación de decoro se ha realizado en la mínima trepidación posible gracias al orden impuesto desde los primeros instantes por las milicias revolucionarias y a la cálida exhortación de todos los jefes para que nadie se entregue a la venganza ni al desbordamiento de sus pasiones”.
“Fidel Castro ha dicho con grandeza que en esta guerra no ha habido vencidos, sino vencedores y que la victoria ha correspondido plenamente al pueblo de Cuba”.
Editorial sobre el triunfo revolucionario publicado por la revista Bohemia. Foto: Lisandra Romeo/ Cubadebate.
También Bohemia publicó en esa edición un mensaje de Fidel en agradecimiento a la revista por ser el “más firme baluarte”, y con la esperanza de “que nos ayude en la paz como nos ayudó en estos largos años de lucha…”.
Agradecimiento de Fidel a la Revista Bohemia en 1959. Foto: Lisandra Romeo/ Cubadebate.
Otros artículos de la revista relacionados con el Triunfo revolucionario:
  • La entrada del presidente Urrutia en Palacio: sobre el Presidente la República, Manuel Urrutia.
Cobertura de Bohemia a la entrada del presidente Urrutia al Palacio Presidencial en 1959. Foto: Lisandra Romeo/ Cubadebate.
  • Apoteosis en la capital, un fotorreportaje acerca de la entrada de Fidel a La Habana.
Fotorreportaje de Bohemia acerca de la entrada de Fidel a La Habana en 1959. Foto: Lisandra Romeo/ Cubadebate.
También contó Bohemia acerca de la entrada de Fidel a Santiago de Cuba, y cómo se vivió el Triunfo en otras provincias cubanas y en la capital, en sus fotorreportajes:
  • Entran en Santiago de Cuba Fidel Castro y sus tropas
  • La hora del triunfo en Pinar del Río
  • La Revolución en Matanzas
  • Después de la victoria: Primeras horas en la capital
Fotorreportaje publicado en Bohemia sobre entrada de tropas rebeldes a Santiago de Cuba. Foto: Lisandra Romeo/ Cubadebate.
Reportaje sobre la vida de La Habana tras el triunfo revolucionario publicado en Bohemia. Foto: Lisandra Romeo/ Cubadebate.
Viñetas humorísticas sobre el triunfo de la Revolución en Bohemia. Foto: Lisandra Romeo/ Cubadebate.
Otros medios de prensa se hicieron eco de la noticia con la que comenzaba el año. El viernes 2 de enero de 1959, el periódico Revolución desplegó en la parte superior de su primera plana este cintillo: “¡Huelga General!”, y más abajo: “Santiago de Cuba capital provisional. Dispónelo Fidel Castro”. En su artículo el órgano del Movimiento 26 de Julio, dio a conocer una de las ­primeras declaraciones de los Estados Unidos respecto al gobierno que se formaría en Cuba:
“El gobierno de los Estados Unidos se mantiene a la expectativa con respecto a la seguridad de los ciudadanos norteamericanos en Cuba, y espera con cautela la formación de un nuevo gobierno. Tanto la Casa Blanca como el Departamento de Estado manifestaron que no es de temerse que los ciudadanos norteamericanos sean objeto de ataques, pese a los desórdenes que ocurrieron ayer en Cuba tras la huida del ex dictador Fulgencio Batista. En ambas fuentes se declinó comentar sobre los posibles pasos hacia el reconocimiento de un gobierno, que está ahora en proceso de formación, bajo el dirigente rebelde Fidel Castro.
Entretanto la embajada cubana en Washington fue tomada de manera apacible por partidarios de Fidel Castro. El embajador Nicolás Arroyo renunció formalmente y nombró como encargado de negocios a un diplomático de carrera, Emilio Pando”.
Otro medio nacional que se hizo eco de la noticia fue la red cubana de Radio y Televisión CMQ, con una amplia entrevista al líder revolucionario el día 3 de enero, desde Camagüey.
En el conservador Diario de la Marina, en el artículo “Serenidad y sensatez en el instante actual”, se opina el día 6 de enero:
“Es un […] orgullo para todos los cubanos la conducta del pueblo en los momentos en que el triunfo del ejército rebelde ponía fin a la dictadura. Ejemplar es también la conducta de ese ejército salido del mismo pueblo […]”.
La revista Carteles, en su primer número del nuevo año, dedicado casi por entero a la Revolución, anotaba en el Editorial Siete años de tiranía: “Cobardemente en medio de una orgía de sangre y destrucción […] huyó para siempre […] quien tanto blasonara de ser ´el hombre fuerte de Cuba´”.
Mientras tanto, el Editorial de El Mundo el 5 de enero alabó: “Con asombrosa rapidez y con un increíble mínimo de desórdenes, la nación se va encaminando hacia la reorganización de sus instituciones. Mucho queda por hacer todavía y no faltan obstáculos por superar, pero el ejemplo de cómo se han desarrollado los acontecimientos sirve […] para alentar las mejores esperanzas […]”.

Una noticia que dio la vuelta al mundo

Si bien el 1ro de Enero muchos diarios del continente americano no circularon, el segundo día de 1959 las noticias provenientes de Cuba ocuparon las primeras planas de diarios de Argentina, Chile, Colombia, Venezuela y México, entre otros.
En Venezuela, el triunfo revolucionario produjo emociones similares a las sucedidas un año antes con el derrocamiento del gobierno militar venezolano. La prensa venezolana contó los momentos finales de Fulgencio Batista y la entrada victoriosa de los rebeldes en las principales ciudades.
Portada del diario venezolano Últimas Noticias, 2 de enero de 1959. Foto: BBC.
Últimas Noticias presentó el 2 de enero un gran titular a página completa: Fidel Castro Manda, destacando la inminente llegada de las tropas rebeldes a La Habana. En la edición regular de ese día dedicó 15 de sus 49 páginas a informar sobre los sucesos y refirió los disturbios que se habían registrado frente a la Embajada de Cuba en Venezuela.
El mismo día, el reconocido diario El Universal aseguró que La caída de Batista causó ayer en Caracas y el resto del país entusiasmo unánime, y publicó una reseña fotográfica de las caravanas de autos que salieron por las calles de la capital venezolana con banderas cubanas a celebrar el acontecimiento.
Mientras tanto, los periódicos argentinos hicieron énfasis en la presencia de Erenesto Che Guevara en las tropas rebeldes. Titulares como el de Crítica, Encabezados por ‘Che’ Guevara entraron en La Habana los rebeldes. Las fuerzas libertadoras fueron objeto de una gran demostración, poblaron las primeras planas en ese país.
Clarín -por entonces un diario popular e incipiente y hoy el matutino de mayor circulación del país- publicó un gran despliegue fotográfico sobre el movimiento revolucionario cubano llamado las Sucesivas etapas de un movimiento triunfante” e incluyó los festejos en las calles de Buenos Aires.
“Sucesivas etapas de un movimiento triunfante”, Diario Clarín, Argentina, 2 de enero de 1959. Foto: BBC.
En Chile, la portada de El Mercurio anunció: El ex dictador cubano, Fulgencio Batista, buscó refugio en República Dominicana. Una foto de Batista y su familia, y otra de Fidel Castro en la Sierra Maestra, ilustraron la noticia. Mientras tanto, en Colombia la noticia de Cuba desplazó a otras de índole nacional, como las alzas de precios o el discurso de Año Nuevo del presidente Alberto Lleras Camargo.
Portada del diario chileno El Mercurio, 1ro de enero de 1959. Foto: BBC.
La prensa mexicana, sin embargo, relató cómo Fulgencio Batista había dejado Cuba, pero no hizo referencias a un triunfo claro de la Revolución. El Universal tituló la información El Presidente Batista huyó de Cuba; reina la confusión y reportó la imposibilidad de las milicias rebeldes para controlar a los grupos de cubanos que se manifestaban en La Habana sin darlo como un hecho.
En Estados Unidos la noticia se contó según el perfil editorial del medio en que fuera publicado. El Washington Post publicó una pequeña nota en su primera edición del año con el título Rebeldes cubanos no quieren mediación, declara agente de Fidel Castro, mientras que Los Angeles Times declaró que Estados Unidos no enviará tropas a Cuba.
En imágenes en blanco y negro, y con música de cine, los noticieros mostraron imágenes de celebración, disturbios, y turistas de Estados Unidos huyendo de La Habana, y a un joven Fidel Castro rodeado de multitudes.
El New York Times, sin embargo, publicó una crónica titulada Cuba: El primer paso hacia una nueva era en la que se mostraron aparentemente imparciales sobre el futuro de Cuba:
El más duro, el más valiente y el más brutal de los dictadores modernos de Latinoamérica, el general Fulgencio Batista, esta semana se enfrentó a su igual. (…) Quienes lucharon contra el general Batista creen que lucharon por libertad, democracia y un gobierno decente. Todavía queda por verse en los próximos meses si… lucharon en vano o si de verdad comienza una nueva era para Cuba.
Cuba: El primer paso hacia una nueva era. (New York Times, 4 de enero de 1959). Foto: BBC.
Otros países del mundo, sobre todo en Europa, también se hicieron eco de la noticia. Los titulares españoles dejaron ver desde los primeros días sus reservas hacia el proceso revolucionario cubano. El diario ABC, el único que sobrevive de aquella época, publicó una carta del ex ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Jorge Mañach, afincado en Madrid titulada: Fidel Castro no es comunista.
La portada rezaba Fidel Castro promete el pleno restablecimiento de las Garantías Constitucionales y en las páginas interiores incluía declaraciones de Agustina Castro, hermana de Fidel.
Fidel Castro promete el pleno restablecimiento de las Garantías Constitucionales. (ABC, 4 de enero de 1959) Foto: BBC.
Mientras tanto, los diarios franceses dedicaron espacios destacados a informar sobre el desenlace de la Revolución cubana. El presidente Batista abandona Cuba luego de ceder el poder a una Junta Militar, tituló en su portada el vespertino Le Monde en su edición del 2 de enero y dos días después, Le Figaro titulaba en portada: Las tropas de Castro entran en La Habana.
Las tropas de Castro entran en La Habana. (Le Figaro, 3 de enero de 1959). Foto: BBC.
En Reino Unido, una descripción sumamente curiosa de la figura de Fidel Castro fue publicada por el entonces Manchester Guardian -luego relanzado como The Guardian-, que lo definió como un boy scout napoleónico, con barba beatnik, haciendo alusión al movimiento bohemio del mismo nombre.
En la Unión Soviética, potencia comunista del mundo por aquellos años, los tres principales periódicos –PravdaIzvestya y Trud– cubrieron la noticia de forma concisa demostrando su apoyo al éxito rebelde.
El Pravda publicó un artículo titulado: “Los primeros pasos del gobierno cubano”, escrito por un corresponsal del periódico en México. Mientras tanto, el Izvestya publicó el trabajo “Fin de la dictadura de Batista”, donde destacó el papel jugado por Estados Unidos en el proceso:
“La monopolista nación de Estados Unidos ha hecho su mejor esfuerzo para apoyar a la dictadura, proveyendo a Batista con armas para apuntar a pacíficos civiles… Sin embargo, en los dos últimos días se ha demostrado que Washington ha fracasado… La junta militar fue incapaz de controlar la situación”, denunció el medio de comunicación.
La huída de Batista, el triunfo de los Barbudos y la Revolución que comenzó en los primeros días de 1959 removió la vida de los cubanos, pero también le dio la vuelta al mundo de titular en titular. Aquel ejército de jóvenes rebeldes que derrocó a una tiranía se convirtió en noticia no solo para Cuba o para América, sino para muchos otros países que observaron el hito histórico de la pequeña Isla en el Caribe. Incluso desde las diversas posiciones políticas, el mundo estuvo de acuerdo: en Cuba una nueva era empezaba.
Fuentes bibliográficas:
Periódico Revolución, 2 de enero de 1959
Revista Bohemia, Edición de la Libertad

¡Revolución Sí, Golpe militar No! La consigna que salvó el triunfo del socialismo en Cuba

Entrada de Fidel Castro a La Habana en la caravana de victoria
© AP Photo / AP Photo
16:45 31.12.2018 SPUTNIK NEWS
Tras la victoria del Che Guevara en Santa Clara y la entrada de Fidel Castro a Santiago de Cuba, el triunfo de los rebeldes era inminente. Pero la fuga de Fulgencio Batista en la madrugada del 1 de enero de 1959, lejos de allanar el camino, creó un clima de rechazo y confusión por el anuncio de una nueva Junta Militar al mando.
El triunfo de la revolución cubana, ocurre cinco años, cinco meses y cinco días después del asalto al Cuartel Moncada de 1953. Fue a partir de la derrota del Moncada que comenzó en Cuba un proceso de enfrentamiento a la dictadura de Batista, establecida en el poder desde el 10 de marzo de 1952.
En siete años cerca de 20.000 cubanos perdieron la vida en una lucha contra el Gobierno que siempre contó con el respaldado de Estados Unidos y de otras dictaduras de la región como Rafael Leonidas Trujillo, en República Dominicana. Pero con la victoria del Che Guevara en Santa Clara el 31 de diciembre y la entrada de Castro a Santiago de Cuba, el triunfo era inminente. Batista huyó de Cuba en la madrugada del 1 de enero de 1959, en un avión rumbo a Santo Domingo.
Una junta militar al mando del general Eulogio Cantillo gobernaría la Isla y los rumores de un golpe militar en La Habana alcanzaron a los rebeldes, quienes se negaron a aceptar esta nueva situación.
Pedro Martínez, subdirector general de Radio Habana Cuba contó a Sputnik cómo este día fue decisivo para el destino de Cuba.
"Desde antes del triunfo se hicieron muchas maniobras para impedir que las fuerzas del 26 de julio, encabezadas por Fidel Castro, pudieran entrar a la ciudad de Santiago de Cuba y dentro de la burguesía estuvieron maquinando varias opciones: se hicieron movimientos dentro del Ejército y hasta se convocaron a algunas figuras de la sociedad civil", contó Martínez.
Desde la emisora Radio Rebelde se alertó al pueblo: "La opinión pública no debe confundirse. Nuestros dirigentes no han hecho otra declaración que la que estamos haciendo por Radio Rebelde. No es cierto que nuestro máximo jefe Fidel Castro Ruz y el Presidente Provisional de la República reconocido por la Revolución, Dr. Manuel Urrutia Lleó, estén camino de La Habana", desmintieron. Unos minutos más tarde, Castro se pronunció en una alocución histórica desde Santiago de Cuba, donde leyó un comunicado con instrucciones para todos los comandantes del Ejército Rebelde y el pueblo.
"Al parecer se ha producido un golpe de Estado en la capital (…) Las condiciones en que ese golpe se produjo son ignoradas por el Ejército Rebelde", precisó en su discurso.
Castro también convocó a una huelga general con la consigna "Revolución, Sí; golpe militar, No", y ordenó a sus comandantes Che Guevara y Camilo Cienfuegos continuar el avance hacia La Habana y tomar las posiciones claves de la capital.
Según contó Martínez, "este llamado fue la acción final para dar una respuesta contundente a las maniobras militares que pretendían impedir que los rebeldes asumieran el poder".
"No había dudas de que la dictadura había colapsado, los propios militares se estaban rindiendo en masa", aseguró el directivo. "También con mucha inteligencia, Fidel hizo un recorrido desde Santiago hasta La Habana, a donde llegó el 8 de enero de 1959 luego de transitar por las provincias que permanecían en huelga. Esto quiere decir que estaba consolidado el triunfo de los rebeldes", destacó.
Había triunfado en Cuba, la primera revolución de América Latina que abrió paso a nuevos procesos sociales en la región y movimientos de izquierda.
La huelga general en La Habana se transformó en un multitudinario recibimiento a Fidel Castro y a los rebeldes que le acompañaban, dando inicio a una nueva etapa para Cuba y el mundo.
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(Publicado el 8 enero 2014) Hace 55 años: La entrada de Fidel en La Habana

8 enero 2014 | CUBADEBATE
fidel en columbia...
Las puertas de las bodegas, restaurantes, cafés, tiendas, bancos, instituciones económicas, ministerios y otras muchas dependencias amanecieron cerradas en La Habana el jueves 8 de enero de 1959. La venta de bebidas alcohólicas quedó prohibida. Las principales calles se engalanaron colocando banderas cubanas y del 26 de Julio en dependencias estatales, en comercios y viviendas. Así se dispuso para que todo el pueblo pudiese dar una calurosa y hermosa bienvenida a Fidel Castro y los barbudos de la Sierra Maestra.
Siete días tardó Fidel Castro, luego del Primero de Enero, en llegar a La Habana. Salió de Santiago de Cuba el 2 y entró en la capital del país el 8. Encima de tanques y otros equipos blindados del Ejército de Batista, acompañado por mil combatientes rebeldes, incluidos los integrantes de la Columna Uno José Martí de la Sierra Maestra y también por alrededor de unos dos mil soldados del ejército vencido, Fidel encabezó la Marcha de la Libertad, la Caravana de la Victoria o la Caravana de la Libertad como la llamaron indistintamente en aquellos días los periódicos. En definitiva, Caravana de la Libertad es el nombre que ha quedado registrado para identificar ese acontecimiento.
En esos días, en cada ciudad y en cada pueblo por donde avanzaba la caravana, multitudes gigantescas dieron su saludo a Fidel, que calificó aquello de “un baño de multitudes, un baño de pueblo”. Todo el pueblo quería ver a Fidel y a los combatientes que habían dado la libertad a Cuba. Lo recibían enarbolando banderas cubanas y del 26 de Julio, lanzando flores sobre los tanques, jeeps y camiones, y gritando sin cesar ¡Fidel! ¡Fidel! ¡Fidel! En cada lugar la caravana hacía un alto y Fidel aprovechaba la oportunidad para decir al pueblo que únicamente habíamos conquistado el derecho a comenzar y les hablaba del futuro y de los sueños de la Revolución para mejorar la vida del pueblo y llevarle bienestar y felicidad en una nueva Cuba.
Recuerdo que el capitán Jorge Enrique Mendoza contaba que cuando llegó a El Cotorro, Fidel se reunió con los que trabajaron en la Radio Rebelde, entre ellos el propio Mendoza, Orestes Valera y Ricardo Martínez, y les encomendó una misión que para ellos resultó sorprendente pues no tenía que ver con la función que habían tenido en la Sierra Maestra. Dirigirse al campamento militar de Columbia, donde se efectuaría la concentración popular del pueblo habanero, y cuidar que a los micrófonos no se acercase nadie que el Movimiento 26 de Julio había decidido que fueran los oradores. Había noticias de que viejas figuras de la politiquería criolla estaban planeando hablar en ese acto. Y, efectivamente, ese día llegaron al campamento de Columbia el ex presidente Carlos Prío Socarrás y Tony Varona, ambos del Partido Auténtico, a quienes por supuesto se les permitió asistir a la concentración y ocupar un lugar en la presidencia, pero no estar entre los oradores. Ya el politiquero Tony Varona había enseñado de lo que era capaz cuando, en pose de libertador, intentó asumir la guarnición militar de Camagüey, lo que se lo impidieron las fuerzas del 26 de Julio.
Sobre su entrada en La Habana, el periódico El Crisol escribió: “Todos los sonidos de la ciudad se unieron al vocerío de las muchedumbres: las sirenas de los barcos, las campanas de las iglesias, las bocinas de los autos, los silbatos de las fábricas. Se escucharon las salvas de 21 cañonazos disparados por dos fragatas de la Marina de Guerra…La garganta del pueblo enronquecía en un grito: ¡Viva Fidel! ¡Viva Cuba Libre! ¡Viva la Revolución!
Antes de enfilar rumbo a Columbia, la caravana se detuvo primero en el edificio de la Marina de Guerra y, luego de saludar a su oficialidad, se dirigió hacia el muelle cercano y subió nuevamente al histórico yate Granma, 767 días después de su desembarco en Las Coloradas.
“Me siento orgulloso de poder estar con ustedes en estos momentos y junto a los marinos –les dijo Fidel–, pues con el desembarco del Granma comenzó, para suerte de Cuba, la insurrección que acaba de obtener la victoria y abrir el camino a la Revolución…”
En Palacio, a donde llegó a las 3 y 50 de la tarde, saludó al presidente provisional Manuel Urrutia. Cuando iba a salir, una gigantesca multitud en la Avenida de las Misiones hacía casi infranqueable el retorno de Fidel a los vehículos de la caravana que esperaban para la continuación de la marcha. Alguien comentó a Fidel que iban a necesitar miles de soldados rebeldes armados para abrir el paso. Y Fidel dijo: No hace falta ningún soldado ni ninguna arma, yo pediré al pueblo que abra una larga fila y voy a atravesar solo por esa senda…Y así ocurrió. Quien esto les cuenta vio en una transmisión de la televisión a esa multitud abrir paso para que Fidel pasase y pudiese llegar hasta el jeep que lo aguardaba en la avenida…Esa imagen jamás se me ha borrado de la mente.
La caravana continuó su recorrido triunfal por el Malecón habanero, la calle 23 y la Avenida de Columbia (hoy calle 31) con rumbo al campamento militar. Las crónicas de los periódicos señalan que también debió hacer numerosas paradas, pues la multitud se le encimaba para saludarlo y rendirle sincero homenaje.
COLUMBIA ES DEL PUEBLO
Cumpliendo una orden de Fidel, el comandante Camilo Cienfuegos entró en el campamento militar de Columbia apenas llegó a La Habana. Fue el primer jefe del Ejército Rebelde que lo hizo. Y ocupó ese bastión militar sin disparar un tiro. Un periodista del periódico La Tarde, que tuvo corta vida, contó que Camilo dio un paseo por los jardines de la residencia que fuera de Batista y se dirigió a una jaula donde había varios pájaros, abrió de par en par sus puertas, y dijo: “Desde este momento hasta los pájaros tienen libertad en Cuba”.
El 8 de enero Camilo fue al Cotorro a recibir a Fidel, y se incorporó a la caravana de la libertad. A partir de ahí todo el tiempo permaneció junto al líder de la Revolución. Testimonio de ello son las históricas fotos y películas de aquel día. Y la más significativa: a su lado en la tribuna de Columbia, mientras Fidel hablaba al pueblo, y tres palomas blancas, una de ellas sobre el hombro de Fidel, y dos en el pasamano de la glorieta. ¿Quién no recuerda aquel momento en que Fidel se inclina hacia Camilo, y le susurra: “Voy bien, Camilo”?
De todos los preparativos para la concentración en ese campamento militar se encargó Camilo. Dispuso que el pueblo entrase por la posta 3, situada frente al obelisco en memoria de Carlos J. Finlay, y que lo hicieran ordenadamente, de cinco en cinco. Que no entrase al polígono ningún vehículo, a excepción de los de los medios de comunicación. Que se colocase una mesa frente a la tribuna para que la prensa pudiese reportar el acontecimiento. Y en esta mesa también tomó asiento un equipo de taquígrafos que había estado al servicio del Estado Mayor del Ejército de Batista, encabezado por el primer teniente Rafael Usatorres. Que al fondo de la tribuna presidencial se colocasen las banderas de las 21 repúblicas americanas y la del 26 de Julio.
Fidel llegó a Columbia pasadas las 8 de la noche. Casi tres cuartos de hora le llevó trasladarse hasta la tribuna, pues el pueblo se le encimaba, lo abrazaba y lo vitoreaba y no lo dejaba avanzar. Al llegar a la tribuna, saludó al presidente Urrutia y a los miembros de su gabinete, así como al cuerpo diplomático.
El acto se inició con las notas del Himno Nacional cantado por la multitud. Antes de que Fidel hablase, hubo dos oradores: Juan Nuiry, recientemente fallecido, y Luis Orlando Rodríguez. Ambos estuvieron en la Sierra Maestra.
Juan Nuiry, destacado dirigente de la FEU, comenzó diciendo: “Cuba es territorio libre, por la voluntad de sus hombres, de sus mujeres, de los niños, que prefirieron vivir de pie y morir por la libertad”. Recordó la figura de José Antonio Echeverría y las luchas de los estudiantes de la Universidad de La Habana para combatir la dictadura de Batista, y al final de su breve discurso hizo referencia a una respuesta que dio en cierta ocasión a un periodista que le preguntó ¿con quién piensan ustedes ganarle la guerra a Batista?, y le dije: con la vergüenza de los cubanos, y vamos a ganar la paz con esa misma vergüenza.
El comandante Luis Orlando Rodríguez, uno de los fundadores de la Radio Rebelde, con un largo historial revolucionario de luchas contra Machado y Batista, quien había dirigido el periódico La Calle, clausurado por Batista tras los sucesos del Moncada, también escaló la tribuna, y ante el micrófono dijo:
“Abogaremos por la creación de tribunales que juzguen y condenen a todos los que asesinaron y a todos los que malversaron el Tesoro Nacional…” Llamó a todo el que haya luchado contra la tiranía a trabajar ahora por la paz y por el porvenir de la patria. Y, finalmente, dijo que tenía fe “en el insigne líder, doctor Fidel Castro, que será el hombre con capacidad y prestigio para encauzar los destinos de la patria”.
El último orador fue Fidel Castro. Y, en la parte inicial de su discurso, dijo algo en que la historia de los últimos 50 años le ha dado toda la razón. “…este es un momento decisivo de nuestra historia. La tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañemos creyendo que en lo adelante todo será fácil, quizás en lo adelante todo será más difícil. Decir la verdad es el primer deber de todo revolucionario, engañar al pueblo despertándole engañosas ilusiones, siempre traería las peores consecuencias y estimo que hay que alertarlo contra el exceso de optimismo”.
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Fidel en Columbia A
A la medianoche, concluido el acto, Fidel rehusó quedarse a dormir en Columbia. Se fue para la Habana Vieja, y en un viejo hotel de la calle Monserrate, donde acudía en sus días de estudiantes, pernoctó. Al menos, así lo publicó la prensa de la época.
(Tomado de Cubaperiodistas.cu)


Fidel Soldado de las Ideas

Martes, 01 de Enero de 2019

Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a su llegada a la Habana, en Ciudad Libertad, el 8 de enero de 1959

Fecha: 08/01/1959

Compatriotas:

Yo sé que al hablar esta noche aquí se me presenta una de las obligaciones más difíciles, quizás, en este largo proceso de lucha que se inició en Santiago de Cuba, el 30 de noviembre de 1956.

El pueblo escucha, escuchan los combatientes revolucionarios, y escuchan los soldados del Ejército, cuyo destino está en nuestras manos.

Creo que es este un momento decisivo de nuestra historia:  la tiranía ha sido derrocada.  La alegría es inmensa.  Y sin embargo, queda mucho por hacer todavía.  No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil.

Decir la verdad es el primer deber de todo revolucionario.  Engañar al pueblo, despertarle engañosas ilusiones, siempre traería las peores consecuencias, y estimo que al pueblo hay que alertarlo contra el exceso de optimismo.

¿Cómo ganó la guerra el Ejército Rebelde?  Diciendo la verdad.  ¿Cómo perdió la guerra la tiranía?  Engañando a los soldados.

Cuando nosotros teníamos un revés, lo declarábamos por “Radio Rebelde”, censurábamos los errores de cualquier oficial que lo hubiese cometido, y advertíamos a todos los compañeros para que no le fuese a ocurrir lo mismo a cualquier otra tropa.  No sucedía así con las compañías del Ejército.  Distintas tropas caían en los mismos errores, porque a los oficiales y a los soldados jamás se les decía la verdad.

Y por eso yo quiero empezar —o, mejor dicho, seguir— con el mismo sistema:  el de decirle siempre al pueblo la verdad.

Se ha andado un trecho, quizás un paso de avance considerable.  Aquí estamos en la capital, aquí estamos en Columbia, parecen victoriosas las fuerzas revolucionarias; el gobierno está constituido, reconocido por numerosos países del mundo, al parecer se ha conquistado la paz; y, sin embargo, no debemos estar optimistas.  Mientras el pueblo reía hoy, mientras el pueblo se alegraba, nosotros nos preocupábamos; y mientras más extraordinaria era la multitud que acudía a recibirnos, y mientras más extraordinario era el júbilo del pueblo, más grande era nuestra preocupación, porque más grande era también nuestra responsabilidad ante la historia y ante el pueblo de Cuba.

La Revolución tiene ya enfrente un ejército de zafarrancho de combate.  ¿Quiénes pueden ser hoy o en lo adelante los enemigos de la Revolución?  ¿Quiénes pueden ser ante este pueblo victorioso, en lo adelante, los enemigos de la Revolución?  Los peores enemigos que en lo adelante pueda tener la Revolución Cubana somos los propios revolucionarios.

Es lo que siempre les decía yo a los combatientes rebeldes:  cuando no tengamos delante al enemigo, cuando la guerra haya concluido, los únicos enemigos de la Revolución podemos ser nosotros mismos, y por eso decía siempre, y digo, que con el soldado rebelde seremos más rigurosos que con nadie, que con el soldado rebelde seremos más exigentes que con nadie, porque de ellos dependerá que la Revolución triunfe o fracase.

Hay muchas clases de revolucionarios.  De revolución hemos estado oyendo hablar hace mucho tiempo; hasta el 10 de marzo se dijo que habían hecho una revolución, e invocaban la palabra revolución, y todo era revolucionario; a los soldados los reunían aquí y hablaban de “la Revolución del 10 de marzo”  (RISAS).

De revolucionarios hemos estado oyendo hablar mucho tiempo.  Yo recuerdo mis primeras impresiones del revolucionario, hasta que el estudio y alguna madurez me dieron nociones de lo que era realmente una revolución y de lo que era realmente un revolucionario.  Las primeras impresiones del revolucionario las escuchábamos nosotros de niño, y oíamos decir:  “Fulano fue revolucionario, estuvo en tal combate, o en tal operación, o puso bombas”, “Mengano era revolucionario...”, incluso se creó una casta de revolucionarios, y entonces había revolucionarios que querían vivir de la revolución, querían vivir a título de haber sido revolucionarios, de haber puesto una bomba o dos bombas; y es posible que los que más hablaban eran los que menos habían hecho.  Pero, es lo cierto que acudían a los ministerios a buscar puestos, a vivir de parásitos, a cobrar el precio de lo que habían hecho en aquel momento, por una revolución que desgraciadamente no llegó a realizarse, porque estimo que la primera que parece que tiene mayores posibilidades de realizarse es la Revolución actual, si nosotros no la echamos a perder... (EXCLAMACIONES DE:  “¡No!”  Y APLAUSOS).

El revolucionario aquel de mis primeras impresiones de niño andaba con una pistola 45 en la cintura, y quería vivir por sus respetos; había que temerle:  era capaz de matar a cualquiera; llegaba a los despachos de los altos funcionarios con aire de hombre al que había que oír; y en realidad se preguntaba uno:

¿Dónde está la revolución que esta gente hizo, estos revolucionarios?  Porque no hubo revolución, y hubo muy pocos revolucionarios.

Lo primero que tenemos que preguntarnos los que hemos hecho esta Revolución es con qué intenciones la hicimos; si en alguno de nosotros se ocultaba una ambición, un afán de mando, un propósito innoble; si en cada uno de los combatientes de esta Revolución había un idealista o con el pretexto del idealismo se perseguían otros fines; si hicimos esta Revolución pensando que apenas la tiranía fuese derrocada íbamos a disfrutar de los gajes del poder; si cada uno de nosotros se iba a montar en una “cola de pato”, si cada uno de nosotros iba a vivir como un rey, si cada uno de nosotros iba a tener un palacete, y en lo adelante para nosotros la vida sería un paseo, puesto que para eso habíamos sido revolucionarios y habíamos derrocado la tiranía; si lo que estábamos pensando era quitar a unos ministros para poner otros, si lo que estábamos pensando simplemente era quitar unos hombres para poner otros hombres; o si en cada uno de nosotros había verdadero desinterés, si en cada uno de nosotros había verdadero espíritu de sacrificio, si en cada uno de nosotros había el propósito de darlo todo a cambio de nada, y si de antemano estábamos dispuestos a renunciar a todo lo que no fuese seguir cumpliendo sacrificadamente con el deber de sinceros revolucionarios (APLAUSOS PROLONGADOS).  Esa pregunta hay que hacérsela, porque de nuestro examen de conciencia puede depender mucho el destino futuro de Cuba, de nosotros y del pueblo.

Cuando yo oigo hablar de columnas, cuando oigo hablar de frentes de combate, cuando oigo hablar de tropas más o menos numerosas, yo siempre pienso:  he aquí nuestra más firme columna, nuestra mejor tropa, la única tropa que es capaz de ganar sola la guerra:  ¡Esa tropa es el pueblo!  (APLAUSOS.)

Más que el pueblo no puede ningún general; más que el pueblo no puede ningún ejército.  Si a mí me preguntaran qué tropa prefiero mandar, yo diría:  prefiero mandar al pueblo (APLAUSOS), porque el pueblo es invencible.  Y el pueblo fue quien ganó esta guerra, porque nosotros no teníamos tanques, nosotros no teníamos aviones, nosotros no teníamos cañones, nosotros no teníamos academias militares, nosotros no teníamos campos de reclutamiento y de entrenamiento, nosotros no teníamos divisiones, ni regimientos, ni compañías, ni pelotones, ni escuadras siquiera (APLAUSOS PROLONGADOS).

Luego, ¿quién ganó la guerra?  El pueblo, el pueblo ganó la guerra.  Esta guerra no la ganó nadie más que el pueblo —y lo digo por si alguien cree que la ganó él, o por si alguna tropa cree que la ganó ella (APLAUSOS).  Y por lo tanto, antes que nada está el pueblo.

Pero hay algo más:  la Revolución no me interesa a mí como persona, ni a otro comandante como persona, ni al otro capitán, ni a la otra columna, ni a la otra compañía; la Revolución al que le interesa es al pueblo (APLAUSOS).

Quien gana o pierde con ella es el pueblo.  Si el pueblo fue quien sufrió los horrores de estos siete años, el pueblo es quien tiene que preguntarse si dentro de 10 o dentro de 15, o de 20 años, él, y sus hijos, y sus nietos, van a seguir sufriendo los horrores que ha estado sufriendo desde su inicio la República de Cuba, coronada con dictaduras como las de Machado y las de Batista (APLAUSOS PROLONGADOS).

Al pueblo le interesa mucho si nosotros vamos a hacer bien hecha esta Revolución o si nosotros vamos a incurrir en los mismos errores en que incurrió la revolución anterior, o la anterior, o la anterior, y en consecuencia vamos a sufrir las consecuencias de nuestros errores, porque no hay error sin consecuencias para el pueblo; no hay error político que no se pague, más tarde o más temprano.

Circunstancias hay que no son las mismas.  Por ejemplo, estimo que en esta ocasión existe más oportunidad que nunca de que en realidad la Revolución cumpla su destino cabalmente.  Es quizás por eso que sea tan grande el júbilo del pueblo, olvidándose un poco de lo mucho que hay que bregar todavía.

Una de las ansias mayores de la nación, consecuencia de los horrores padecidos, por la represión y por la guerra, era el ansia de paz, de paz con libertad, de paz con justicia, y de paz con derechos.  Nadie quería la paz a otro precio, porque Batista hablaba de paz, hablaba de orden, y esa paz no la quería nadie, porque hubiese sido la paz a costa del sometimiento.

Tiene hoy el pueblo la paz como la quería:  una paz sin dictadura, una paz sin crimen, una paz sin censura, una paz sin persecución (APLAUSOS PROLONGADOS).

Es posible que la alegría mayor en este instante sea la alegría de las madres cubanas.  Madres de soldados o madres de revolucionarios, madres de cualquier ciudadano, hoy experimentan la sensación de que sus hijos, al fin, están fuera de peligro (APLAUSOS).

El crimen más grande que pueda cometerse hoy en Cuba, repito, el crimen más grande que pueda hoy cometerse en Cuba sería un crimen contra la paz.  Lo que no perdonaría hoy nadie en Cuba sería que alguien conspirase contra la paz (APLAUSOS).

Todo el que haga hoy algo contra la paz de Cuba, todo el que haga hoy algo que ponga en peligro la tranquilidad y la felicidad de millones de madres cubanas, es un criminal y es un traidor (APLAUSOS).  Quien no esté dispuesto a renunciar a algo por la paz, quien no esté dispuesto a renunciarlo todo por la paz en esta hora, es un criminal y es un traidor (APLAUSOS).

Como pienso así, yo digo y yo juro ante mis compatriotas que si cualquiera de mis compañeros, o nuestro movimiento, o yo, fuésemos el menor obstáculo a la paz de Cuba, desde ahora mismo el pueblo puede disponer de todos nosotros y decirnos lo que tenemos que hacer (APLAUSOS).  Porque soy un hombre que sabe renunciar, porque lo he demostrado más de una vez en mi vida, porque eso he enseñado a mis compañeros, tengo moral y me siento con fuerza y autoridad suficientes para hablar en un instante como este (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE:  “¡Viva Fidel Castro!”).

Y a los primeros que tengo que hablarles así es a los revolucionarios; y si fuere preciso, o mejor dicho, porque es preciso decirlo a tiempo.

No está tan lejana aquella década que siguió a la caída de Machado; quizás uno de los males más grandes de aquella lucha fue la proliferación de los grupos revolucionarios, que no tardaron en entrarse a tiros los unos a los otros (APLAUSOS).  Y en consecuencia lo que pasó fue que vino Batista y se quedó 11 años con el poder.

Cuando el Movimiento 26 de Julio se organizó, incluso cuando iniciamos esta guerra, yo consideré que si bien eran muy grandes los sacrificios que estábamos haciendo, que si bien la lucha iba a ser muy larga, y lo ha sido, porque ha durado más de dos años, dos años que no fueron para nosotros un paseo, dos años de duro batallar, desde que reiniciamos la campaña con un puñado de hombres, hasta que hemos llegado a la capital de la República a pesar de los sacrificios que teníamos por delante, nos tranquilizaba, sin embargo, una idea:  era evidente que el Movimiento 26 de Julio contaba con la inmensa mayoría del respaldo y de la simpatía popular (APLAUSOS); era evidente que el Movimiento 26 de Julio contaba con el respaldo casi unánime de la juventud cubana (APLAUSOS).  Parecía que esta vez una organización grande y fuerte iba a recoger las inquietudes de nuestro pueblo y las terribles consecuencias de la proliferación de organizaciones revolucionarias no se iba a presentar en este proceso.

Creo que todos debimos estar desde el primer momento en una sola organización revolucionaria:  la nuestra o la de otro, el 26, el 27 o el 50, en la que fuese, porque, si al fin y al cabo éramos los mismos los que luchábamos en la Sierra Maestra que los que luchábamos en el Escambray, o en Pinar del Río, y hombres jóvenes, y hombres con los mismos ideales, ¿por qué tenía que haber media docena de organizaciones revolucionarias?  (APLAUSOS.)

La nuestra, simplemente fue la primera; la nuestra, simplemente fue la que libró la primera batalla en el Moncada, la que desembarcó en el “Granma” el 2 de diciembre (APLAUSOS), y la que luchó sola durante más de un año contra toda la fuerza de la tiranía (APLAUSOS); la que cuando no tenía más que 12 hombres, mantuvo enhiesta la bandera de la rebeldía, la que enseñó al pueblo que se podía pelear y se podía vencer, la que destruyó todas las falsas hipótesis sobre revolución que habían en Cuba.  Porque aquí todo el mundo estaba conspirando con el cabo, con el sargento, o metiendo armas en La Habana, que se las cogía la policía (APLAUSOS), hasta que vinimos nosotros y demostramos que esa no era la lucha, que la lucha tenía que ser otra, que había que inventar una nueva táctica y una nueva estrategia, que fue la táctica y la estrategia que nosotros pusimos en práctica y que condujo al más extraordinario triunfo que ha tenido en su historia el pueblo de Cuba (APLAUSOS).

Y yo quiero que honradamente el pueblo me diga si esto es o no es verdad (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE:  “¡Sí!”)

Hay, además, otra cuestión de hecho:  el Movimiento 26 de Julio era la organización absolutamente mayoritaria, ¿es o no es verdad?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡Sí!”)  Y, ¿cómo terminó la lucha?  Lo voy a decir:  el Ejército Rebelde, que es el nombre de nuestro ejército, del que se inició en la Sierra Maestra, al caerse la tiranía tenía tomado todo Oriente, todo Camagüey, parte de Las Villas, todo Matanzas, La Cabaña, Columbia, la Jefatura de la Policía y Pinar del Río (APLAUSOS).

Terminó la lucha de acuerdo con la correlación de fuerzas que había, porque por algo las columnas nuestras atravesaron las llanuras de Camagüey, perseguidas por miles de soldados y por la aviación, y llegaron a Las Villas; y porque el Ejército Rebelde tenía al comandante Camilo Cienfuegos (APLAUSOS PROLONGADOS), en Las Villas, y porque tenía al comandante Ernesto Guevara en Las Villas (APLAUSOS PROLONGADOS) el día 1º de Enero, a raíz de la traición de Cantillo (EXCLAMACIONES DE:  “¡Fuera!”)...  Porque los tenía allí, digo, el día Primero le pude dar la orden al comandante Camilo Cienfuegos de que avanzara con 500 hombres sobre la capital y atacara Columbia (APLAUSOS); porque tenía al comandante Ernesto Guevara en Las Villas, pude decirle que avanzara sobre la capital y se apoderara de La Cabaña (APLAUSOS).

Todos los regimientos, todas las fortalezas militares de importancia, quedaron en poder del Ejército Rebelde, y esas no nos las dio nadie, no es que nadie dijera:  “Vete para allí, vete para allí, vete para allí”; fue nuestro esfuerzo y nuestro sacrificio, nuestra experiencia y nuestra organización, lo que condujo a esos resultados (APLAUSOS).

¿Quiere decir que los otros no hayan luchado?  No.  ¿Quiere decir que los otros no tengan méritos?  No.  Porque todos hemos luchado, porque ha luchado todo el pueblo.  En La Habana no había ninguna Sierra, pero hay cientos de muertos, de compañeros que cayeron asesinados por cumplir con sus deberes revolucionarios.  En La Habana no había ninguna Sierra y, sin embargo, la huelga general fue un factor decisivo para que el triunfo de la Revolución fuera completo (APLAUSOS).

Al decir esto, lo único que hago es poner las cosas en su sitio, el papel del Movimiento 26 de Julio en esta lucha, cómo guió al pueblo, en aquellos momentos en que aquí se hablaba de elecciones y de electoralismo.  Tuve que escribir un artículo una vez desde México, que se titulaba:  “Frente a todos”, porque realmente estábamos contra todas las opiniones, defendiendo nuestra tesis revolucionaria, la estrategia de esta Revolución, que la trazó el 26 de Julio, y la culminación de esta Revolución, que fue la derrota aplastante de la tiranía, en manos sus fortalezas más importantes de las fuerzas del Ejército Rebelde, organizado por el Movimiento 26 de Julio.

No solo trazó las pautas en la guerra el Movimiento 26 de Julio, sino que además enseñó cómo había que tratar al enemigo en la guerra.  Ha sido esta quizás en el mundo la primera revolución donde jamás se asesinó a un prisionero de guerra (APLAUSOS PROLONGADOS); donde jamás se abandonó a un herido, donde jamás se torturó a un hombre (APLAUSOS); porque esta pauta fue la que trazó el Ejército Rebelde.        Y algo más: esta es la única revolución en el mundo donde no ha salido un general (APLAUSOS), ni un coronel siquiera, porque el grado que me puse yo o me pusieron mis compañeros, fue el de comandante, y no me lo he cambiado, a pesar de que hemos ganado muchas batallas y hemos ganado una guerra; sigo siendo comandante, y no quiero otro grado (APLAUSOS).

Y el efecto moral, el hecho de que los que iniciamos esta guerra hubiésemos determinado una gradación determinada en la jerarquía militar, hizo que nadie se atreviera a ponerse aquí más grados que los de comandante —aunque haya más comandantes de la cuenta, a juzgar por lo que parece.

Creo que el pueblo esté de acuerdo en que hable claro, porque haber luchado como he luchado por los derechos de cada ciudadano, me otorga aunque sea el derecho a decir la verdad en voz alta (APLAUSOS).  Y, además, porque estando de por medio los intereses de la patria, no transijo absolutamente con la menor contemporización con los riesgos que puedan sobrevenir a la Revolución Cubana (APLAUSOS).

¿Tienen todos la misma autoridad moral para hablar?  Yo digo que el que tenga más méritos tiene más autoridad para hablar que el que tenga menos méritos.  Creo que para que los hombres se igualen en prerrogativas morales, tienen que igualarse primero en méritos.  Creo que la Revolución ha terminado como debía, cuando el comandante Camilo Cienfuegos —veterano de dos años y un mes de lucha— (APLAUSOS), es el jefe de Columbia; cuando el comandante Efigenio Ameijeiras, que ha perdido tres hermanos en esta guerra y es veterano del “Granma” y comandante por las batallas que ha librado (APLAUSOS), es jefe de la policía de la República, y cuando el comandante Ernesto Guevara —héroe verdadero, expedicionario del “Granma” y veterano de dos años y un mes de lucha en las montañas más altas y más ásperas de Cuba—, es el jefe de La Cabaña (APLAUSOS); y cuando al frente de cada regimiento en las distintas provincias hemos puesto a los hombres que más se han sacrificado y más han luchado en esta Revolución.  Y si eso es así, nadie tiene derecho a ponerse bravo.

Antes que nada ríndase culto al mérito, porque el que no le rinde culto al mérito no es más que un ambicioso (APLAUSOS); el que sin tener los méritos de otros quiere en cambio tener las prerrogativas de otros.

Ahora la República, o la Revolución, entra en una nueva fase.  ¿Sería justo que la ambición o los personalismos viniesen aquí a poner en peligro el destino de la Revolución?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡No!”)  ¿Qué es lo que le interesa al pueblo, porque el pueblo es quien tiene que decir aquí la última palabra?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡Libertad!”, “¡Libertad!”)  Le interesa, en primer lugar, las libertades, los derechos que le arrebataron, y la paz.  Y los tiene, porque en estos instantes tiene todas las libertades, todos los derechos, que le arrebató la tiranía, y tiene la paz (APLAUSOS).

¿Qué le interesa al pueblo?  Un gobierno honrado.  ¿No es un gobierno honrado lo que le interesa al pueblo?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡Sí!”)  Ahí lo tiene:  a un magistrado honorable de Presidente de la República (APLAUSOS).  ¿Qué le interesa, que hombres jóvenes y limpios sean los ministros del Gobierno Revolucionario?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡Sí!”)  Ahí los tienen:  analicen uno por uno los ministros del Gobierno Revolucionario, y díganme si hay ahí un ladrón, o un criminal, o un sinvergüenza  (EXCLAMACIONES DE:  “¡No!”).

Son muchos los hombres que pueden ser ministros en Cuba por su honradez y su capacidad, pero todos no pueden ser ministros, porque los ministros pueden ser 14, 15 ó 16.  Y aquí no le importa al pueblo que “Don Fulano” o “Don Mengano” sea, sino que el que sea, sea un hombre joven y un hombre honrado (APLAUSOS).  Y aquí lo que importa es que los que han sido designados reúnan esas cualidades, no que no esté Fulano o no esté Mengano, porque los menganos y los fulanos importan un bledo en este momento a la Revolución y a la República (APLAUSOS).

¿Puede alguien, por no ser ministro, intentar ensangrentar este país?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡No!”)  ¿Puede algún grupo, por el hecho de que no le hayan dado tres o cuatro ministerios, ensangrentar este país, y perturbar la paz?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡No!”)  Si el equipo gobernante que en este momento tiene el pueblo de Cuba no sirve, tiempo tendrá el pueblo de botarlo, pero no de votarlo en las urnas, sino de botarlo en unas elecciones (APLAUSOS).  Este no es el caso de que si no fuera idóneo el equipo gobernante, fuera nadie aquí a hacer una revolución o un golpe de Estado para quitarlo, cuando todo el mundo sabe que va a haber unas elecciones y si no sirve, el pueblo se encargará de decir la última palabra libremente; no hacer lo que hizo Batista, que a 80 días de unas elecciones, porque decía que estaba combatiendo a tal gobierno, y hacía una serie de imputaciones contra ese gobierno, decir que él lo tenía que quitar y que eso era lo patriota, porque aquí se acabaron para siempre los golpes de Estado y los atentados contra la Constitución y el Derecho (APLAUSOS).

Es necesario hablar así, para que no surja la demagogia y el confusionismo y el divisionismo y que el primero que asome las orejas de la ambición, el pueblo lo conozca (APLAUSOS).  Y por mi parte les digo que como al que quiero mandar es al pueblo, porque es la mejor tropa y que prefiero al pueblo que a todas las columnas armadas juntas, les digo que lo primero que haré siempre, cuando vea en peligro la Revolución, es llamar al pueblo (APLAUSOS).  Porque hablándole al pueblo nos podemos ahorrar sangre; porque aquí, antes de tirar un tiro, hay que llamar mil veces al pueblo y hablarle al pueblo para que el pueblo, sin tiros, resuelva los problemas.  Yo, que tengo fe en el pueblo, y lo he demostrado, y sé lo que puede el pueblo, y creo que lo he demostrado, les digo que si el pueblo quiere aquí no vuelve a sonar nunca más un tiro en este país (APLAUSOS).  Porque la opinión pública tiene una fuerza extraordinaria y tiene una influencia extraordinaria, sobre todo cuando no hay dictadura.  En la época de dictadura la opinión pública no es nada, pero en la época de la libertad la opinión pública lo es todo, y los fusiles se tienen que doblegar y arrodillar ante la opinión pública (APLAUSOS).  ¿Voy bien, Camilo?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡Viva Camilo!”)

Le hablo al pueblo en esta forma porque siempre me ha gustado prever, y creo que hablándole previsoramente al pueblo la Revolución puede evitar los únicos peligros que le quedan por delante; y yo les diré que no son tan grandes, pero sí quisiera que para que la Revolución se consolidara, no hubiera que derramar una sola gota más de sangre cubana (APLAUSOS).

Mi gran preocupación es que en el extranjero, donde esta Revolución es la admiración del mundo entero, no tenga que decirse dentro de tres semanas, o cuatro semanas, o un mes, o una semana, que aquí se volvió a derramar sangre cubana para consolidar esta Revolución, porque entonces no sería ejemplo esta Revolución (APLAUSOS).

No hubiera hablado yo así cuando nosotros éramos un grupo de 12 hombres, porque cuando éramos un grupo de 12 hombres todo lo que teníamos por delante era pelear, pelear y pelear, y había mérito en combatir en esas circunstancias; pero hoy, que nosotros tenemos los aviones, los tanques, los cañones y la inmensa mayoría de los hombres armados, la marina de guerra, numerosas compañías del ejército y un poder enorme en el orden militar (EXCLAMACIONES DE:  “¡Y el pueblo!”, “¡Y el pueblo!”)  Pueblo...  voy a la idea que les quería decir:  hoy que tenemos todo eso, me preocupa mucho ver combatir, porque así no hay mérito en combatir; preferiría irme a la Sierra Maestra otra vez, con 12 hombres, a pelear contra todos los tanques, a venir con todos los tanques a tirarle un tiro a nadie aquí (APLAUSOS).

Y a quien le pido que nos ayude mucho, al que le pido de corazón que me ayude, es al pueblo (APLAUSOS), a la opinión pública, para desarmar a los ambiciosos, para condenar de antemano a los que desde ahora están empezando a asomar las orejas (APLAUSOS).

Yo no voy a extenderme hoy en ataques de tipo personal o específico, porque es muy reciente y demasiado pronto para entrar en polémicas públicas —aunque cuando haya que entrar, no me importa, porque tengo la frente alta y estoy dispuesto a discutir con la verdad cuando sea necesario—, porque hay una alegría muy grande en el pueblo, y porque en la masa de los combatientes, no voy a decir que en todos sus líderes, aunque sí en la mayor parte de los líderes, porque en la mayor parte de los líderes —y ahí está Carlos Prío Socarrás como ejemplo, que ha venido a Cuba en una actitud de ayudar a la Revolución incondicionalmente, como dice, y no aspirar absolutamente a nada— (APLAUSOS); no ha protestado del hecho, no ha protestado absolutamente nada, no ha mostrado la menor queja, ni la menor inconformidad por el gabinete, sabe que hay un gabinete de hombres honrados y de hombres jóvenes, que bien merece que se le otorgue un voto de confianza para trabajar.

Y ahí están los dirigentes de otras organizaciones, en la misma disposición.  Y también hay una cosa:  las masas de los combatientes, los hombres que pelearon y que no se guían más que por ideales, los hombres que combatieron, de todas las organizaciones, esos están en una postura muy patriótica y son de sentimientos muy revolucionarios y muy nobles, pues pensarán siempre como piensa el pueblo, porque yo estoy seguro de que el que trate de ponerse con la locura de tratar de provocar una guerra civil, va a tener la condenación del pueblo entero (APLAUSOS), y el abandono de los combatientes de fila, que no lo seguirán.  Y hay que estar verdaderamente loco para retar, no solo a la fuerza en las condiciones en que la tenemos hoy, sino a la razón, al derecho de la patria y al pueblo entero de Cuba (APLAUSOS).

Y todo esto lo digo, porque quiero hacerle una pregunta al pueblo; quiero hacerle una pregunta al pueblo que me interesa mucho, y le interesa mucho al pueblo, que la responda:  ¿Para qué estar almacenando armas clandestinamente en estos momentos?  ¿Para qué estar escondiendo armas en distintos lugares de la capital?  ¿Para qué estar contrabandeando armas en estos momentos?  ¿Para qué?  Y yo les digo que hay elementos de determinada organización revolucionaria que están escondiendo armas (EXCLAMACIONES DE:  “¡A buscarlas!), que están almacenando armas, y que están contrabandeando armas.  Todas las armas que agarró el Ejército Rebelde están en los cuarteles, que de ahí no se ha tocado una sola, no se las ha llevado nadie para su casa, ni las ha escondido; están en los cuarteles, bajo llave; lo mismo en Pinar del Río, que en La Cabaña, que en Columbia, que en Matanzas, que en Santa Clara, que en Camagüey y que en Oriente; no se han cargado camiones con armas para esconderlos en ninguna parte, porque esas armas deben estar en los cuarteles.

Les voy a hacer una pregunta, porque hablando claro y analizando los problemas es como se resuelven, y yo estoy dispuesto a hacer lo que esté al alcance de mi mano por resolverlos como se deben resolver:  con la razón y la inteligencia, y con la influencia de la opinión pública, que es la que manda, no con la fuerza; porque si fuera a creer en la fuerza, que tenía que resolverse con la fuerza, no habría que hablar con el pueblo, ni plantearle este problema, sino ir a buscar las armas esas (APLAUSOS).

Y lo que hay que buscar aquí es que los combatientes revolucionarios, los hombres idealistas, que pueden ser engañados con esa maniobra, abandonen a los falsos lidercillos que están en esa postura y vengan a ponerse al lado del pueblo, que es al que tienen que servir antes que nada.

Yo les voy a hacer una pregunta:  ¿Armas para qué?, ¿para luchar contra quién?, ¿contra el Gobierno Revolucionario, que tiene el apoyo de todo el pueblo?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡No!”)  ¿Es acaso lo mismo el magistrado Urrutia gobernando la República que Batista gobernando la República?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡No!”)  ¿Armas para qué?, ¿hay dictadura aquí?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡No!”)  ¿Van a pelear contra un gobierno libre, que respeta los derechos del pueblo?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡No!”), ¿ahora que no hay censura, y que la prensa es enteramente libre, más libre de lo que ha sido nunca, y tiene además la seguridad de que lo seguirá siendo para siempre, sin que vuelva a haber censura aquí?  (APLAUSOS), ¿hoy, que todo el pueblo puede reunirse libremente?, ¿hoy, que no hay torturas, ni presos políticos, ni asesinatos, ni terror?, ¿hoy que no hay más que alegría, que todos los líderes traidores han sido destituidos en los sindicatos, y que se va a convocar inmediatamente a elecciones en todos los sindicatos?  (APLAUSOS.)  Cuando todos los derechos del ciudadano han sido restablecidos, cuando se va a convocar a unas elecciones en el más breve plazo de tiempo posible, ¿armas, para qué?, ¿esconder armas, para qué?  ¿Para chantajear al Presidente de la República?, ¿para amenazar aquí con quebrantar la paz?, ¿para crear organizaciones de gánsteres?  ¿Es que vamos a volver al gangsterismo?, ¿es que vamos a volver al tiroteo diario por las calles de la capital?  ¿Armas, para qué?

Pues yo les digo a ustedes que hace dos días elementos de determinada organización fueron a un cuartel, que era el cuartel San Antonio, cuartel que estaba bajo la jurisdicción del comandante Camilo Cienfuegos y bajo la jurisdicción mía, como Comandante en Jefe de todas las fuerzas, y las armas que estaban recogidas allí se las llevaron, se llevaron 500 armas y 6 ametralladoras y 80 000 balas (EXCLAMACIONES DE:  “¡A buscarlas!”).

Y honradamente les digo que no se pudo haber cometido provocación peor.  Porque hacerles eso a hombres que han sabido    pelear aquí por el país durante dos años, a hombres que hoy están responsabilizados con la paz del país y quieren hacer las cosas bien hechas, es una canallada y es una provocación injustificable.

Y lo que hemos hecho nosotros no es ir a buscar los fusiles esos; porque, precisamente —lo que les decía antes— lo que querernos es hablar con el pueblo, utilizar la influencia de la opinión pública, para que los lidercillos que andan detrás de esas maniobras criminales, se queden sin tropa.  Para que los combatientes idealistas —y los hombres que han combatido en cada organización aquí son verdaderos idealistas—, lo sepan, para que exijan responsabilidad por esos hechos.

Y es por eso que nosotros no nos hemos dejado ni provocar, los hemos dejado tan tranquilos por ese robo de armas, robo injustificado, porque aquí no hay dictadura y nadie tema que nosotros nos vayamos a convertir en dictadores, y les voy a decir por qué, se los voy a decir:  se convierte en dictador el que no tiene al pueblo y tiene que acudir a la fuerza, porque no tiene votos el día que tenga que aspirar (APLAUSOS).  No nos podemos convertir en dictadores los hombres que hemos visto tanto cariño en el pueblo, un cariño unánime, total y absoluto en el pueblo; aparte de nuestros principios, porque jamás incurriremos en la grosería de ostentar por la fuerza una posición, porque repugnamos eso, que por algo hemos sido los abanderados de esta lucha contra la asquerosa y repugnante tiranía (APLAUSOS).

Nosotros jamás necesitaremos de la fuerza, porque tenemos el pueblo, y además porque el día que el pueblo nos ponga mala cara, nada más nos ponga mala cara, nos vamos (APLAUSOS).  Porque entendemos esto corno un deber, no corno un placer; entendernos esto como un trabajo, que por algo ni dormimos, ni descansamos, ni comemos, recorriendo la isla y trabajando honradamente por servir a nuestro país; que por algo no tenemos nada, y por algo seremos siempre hombres que no tendremos nada (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE:  “¡Tienes al pueblo!”).  Y jamás nos verá el pueblo con una inmoralidad, ni concediendo un privilegio a nadie, ni tolerando una injusticia, ni robando, ni enriqueciéndonos, ni cosas por el estilo; porque el poder lo concebimos como un sacrificio, y créanme que si no fuera así, después de todas las muestras de cariño que yo he recibido del pueblo, de toda esa manifestación apoteósica de hoy, si no fuera un deber el que uno tiene que cumplir, lo mejor era irse, retirarse, o morirse; porque después de tanto cariño y de tanta fe, ¡miedo da el no poder cumplir como uno tiene que cumplir con este pueblo!  (APLAUSOS PROLONGADOS.)

Y si no fuera por ese deber, si no fuera por ese deber —lo digo— lo que yo haría sería despedirme del pueblo, y quedar siempre con el cariño que tengo hoy, y que me llamen con las mismas frases de aliento con que me han llamado hoy.

Sin embargo, yo sé que el poder es una tarea ardua, complicada, que las misiones y las tareas de nosotros como este mismo problema que se nos presenta, realmente es un problema difícil y está lleno de amarguras, y lo afronta uno porque lo único que uno no le va a decir al pueblo en esta hora es:  “Me voy.”  (EXCLAMACIONES DE:  “¡Viva el padre de la patria!”  SEGUIDO DE UNA OVACION CERRADA.)

Además, por otra razón no nos interesa la fuerza:  porque el día que alguien se alzara aquí con la fuerza, y yo me atrevería a llamar al peor enemigo y al que menos simpatizara conmigo, si estuviera dispuesto a cumplir con el pueblo, y le diría:  “Mire, tome todas esas fuerzas, todas esas tropas y todas esas armas”, y me quedaría tan tranquilo, porque sé que el día que se alzara con la fuerza, me iba yo otra vez para la Sierra Maestra e íbamos a ver cuánto duraba la dictadura esa ahí en el poder (APLAUSOS).

Yo creo que son razones más que suficientes para que todo el mundo crea que a nosotros no nos interesa controlar ningún poder por la fuerza.

El Presidente de la República me ha encomendado la más espinosa de todas las tareas, la tarea de reorganizar los institutos  armados de la República y me ha asignado el cargo de Comandante en Jefe de todas las fuerzas de aire, mar y tierra de la nación (APLAUSOS    Y EXCLAMACIONES DE:  “¡Te lo mereces!”).  No, no me lo merezco, porque eso es un sacrificio para mí, y en definitiva para mí eso no es ni motivo de orgullo, ni motivo de vanidad, y lo que es para mí es un sacrificio.  Pero yo quiero que el pueblo me diga si cree que debo asumir esa función (APLAUSOS PROLONGADOS Y EXCLAMACIONES DE:  “¡Sí!”).

Creo que si hicimos un ejército con 12 hombres, y esos 12 hombres hoy estén al frente de los mandos militares, creo que si enseñamos a nuestro ejército que a un prisionero jamás se asesinaba, que a un herido jamás se abandonaba, que a un preso jamás se golpeaba, somos los hombres que podemos enseñar a todos los institutos armados de la República las mismas cosas que enseñamos a ese ejército (APLAUSOS).  Para tener unos institutos armados donde ni uno solo de sus hombres vuelva jamás a golpear a un prisionero, ni a torturarlo, ni a matarlo (APLAUSOS).  Y porque, además, podemos servir de puente entre los revolucionarios y los militares decentes, los que no han robado, ni han asesinado, porque esos militares, los que no han robado y los que no han asesinado, tendrán derecho a seguir perteneciendo a las fuerzas armadas (APLAUSOS); como también les digo que el que haya asesinado, no lo salva nadie del pelotón de fusilamiento (APLAUSOS PROLONGADOS).

Además, todos los combatientes revolucionarios que deseen pertenecer a las fuerzas regulares de la República tienen derecho, pertenezcan a la organización que pertenezcan, con sus grados...  Las puertas están abiertas para todos los combatientes revolucionarios que quieran luchar y que quieran hacer una tarea en beneficio del país.  Y si eso es así, si hay libertades, si hay un gobierno de hombres jóvenes y honrados, si el país está contento, si tiene confianza en ese gobierno y en los hombres que están mandando las fuerzas armadas, si va a haber unas elecciones, si las puertas están abiertas para todos, ¿por qué almacenar armas?

Yo quiero que me digan si el pueblo lo que quiere es que haya paz, o lo que quiere es que en todas las esquinas haya un tipo armado con un fusil; yo quiero que me digan si el pueblo está de acuerdo o considera que es correcto que todo el que quiera aquí tenga un ejército particular, que no obedezca más que a su jefecito (EXCLAMACIONES DE:  “¡No!”); si así puede haber orden y paz en la República (EXCLAMACIONES DE:  “¡No!”).

(ALGUIEN EXCLAMA:  “¡Depuración de las fuerzas armadas!”)  Superdepuración, no depuración (APLAUSOS).

(EXCLAMACIONES DE:  “¡Habla de Raúl!”)  Raúl está en el Moncada, que es donde tiene que estar ahora.

Y esos son los problemas que hoy he querido plantear ante el pueblo.  Lo antes posible tienen que marcharse los fusiles de las calles y desaparecer los fusiles de las calles (APLAUSOS).  Porque ya no hay enemigo enfrente, porque ya no hay que pelear contra nadie; y si algún día hay que pelear contra un enemigo extraño o contra un movimiento que venga contra la Revolución, no pelearán cuatro gatos, peleará el pueblo entero (APLAUSOS PROLONGADOS).

Donde las armas tienen que estar es en los cuarteles, que nadie tiene derecho a tener ejércitos particulares aquí (APLAUSOS).

Esos elementos que andan con esas maniobras sospechosas, tal vez hayan encontrado pretexto para hacer eso en el hecho de que yo haya sido designado, y los compañeros míos, para un trabajo que es el que nos asignó el Presidente, y han hablado de que si hay ejército político.  ¿Ejército político, cuando como les dije a ustedes, tenemos a todo el pueblo, que ese es de verdad nuestro ejército político?

Hoy yo quiero advertir al pueblo, y yo quiero advertir a las madres cubanas, que yo haré siempre cuanto esté a nuestro alcance por resolver todos los problemas sin derramar una gota de sangre (APLAUSOS).  Yo quiero decirles a las madres cubanas que jamás, por culpa nuestra, aquí volverá a dispararse un solo tiro; y yo quiero pedirle al pueblo, como le quiero pedir a la prensa, como le quiero pedir a todos los hombres sanos y responsables del país, que nos ayuden a resolver estos problemas con el apoyo de la opinión pública, no con transacciones, porque cuando la gente se arma y amenaza para que le den algo, eso es una inmoralidad, y eso no lo aceptaré jamás (APLAUSOS).  Porque después que determinados elementos se han puesto a almacenar armas, digo aquí que no aceptaré la menor concesión, porque eso sería rebajar la moral de la Revolución (APLAUSOS).  Y que lo que hay que hacer es que el que no pertenezca a las fuerzas regulares de la República —a donde tiene derecho a pertenecer todo combatiente revolucionario—, que devuelva las armas a los cuarteles, porque aquí las armas sobran cuando ya no hay tiranía y está demostrado que las armas solo valen cuando se tiene la razón, y se tiene al pueblo, y de lo contrario, no sirven más que para asesinar y para cometer fechorías (APLAUSOS).

Quiero decirle además al pueblo que puede tener la seguridad de que las leyes del país serán respetadas y que aquí no habrá gangsterismo, ni pandillerismo, ni bandolerismo; sencillamente, porque no habrá tolerancia.  Las armas de la República están hoy en manos de los revolucionarios.  Esas armas, tengo la esperanza de que no habrá que usarlas jamás, pero el día que el pueblo lo ordene para garantizar su paz, su tranquilidad y sus derechos, cuando el pueblo lo pida, cuando el pueblo lo quiera, cuando ya sea una necesidad, entonces esas armas cumplirán con lo que tienen que cumplir, y cumplirán con su deber, sencillamente (APLAUSOS).

Nadie piense que vamos a caer en provocaciones, porque estamos demasiado serenos para caer en provocaciones, porque tenemos unas responsabilidades muy grandes para precipitarnos nunca en tomar medidas, ni en hacer alardes ni cosa que se parezca, y porque estoy muy consciente de que aquí hay que agotar siempre —y agotaré siempre— todos los medios persuasivos, y todos los medios razonables, y todos los medios humanos para evitar que se derrame una sola gota de sangre más en Cuba.  Así que en provocaciones, nadie tema que caiga; porque cuando la paciencia se nos haya acabado a todos nosotros, buscaremos más paciencia, y cuando la paciencia se nos vuelva a acabar, volveremos a buscar más paciencia; esa será nuestra norma (APLAUSOS).  Y esa tiene que ser la consigna de los hombres que tienen las armas en la mano y de los que tienen el poder en la mano:  no cansarse nunca de soportar, no cansarse nunca de resignarse a todas las amarguras y a todas las provocaciones, excepto cuando ya se vayan a poner en peligro los intereses más sagrados del pueblo.  Pero eso cuando de verdad se demuestre, eso cuando ya sea una demanda de la nación entera, de la prensa, de las instituciones cívicas, de los trabajadores, y de todo el pueblo; cuando lo pidan, y solo cuando lo pidan.  Y lo que haré siempre, en cada una de esas circunstancias, es venir y decirle al pueblo:  “Miren, ha pasado esto.”

Esta vez he omitido nombres, porque no quiero envenenar la atmósfera, porque no quiero aumentar la tensión; lo que simplemente quiero es prevenir al pueblo de esos peligros, porque sería muy triste que esta Revolución que tanto sacrificio ha costado —no que se vaya a frustrar, porque esta Revolución no se frustra de ninguna manera, porque ya se sabe que con el pueblo y con todo lo que hay a favor del pueblo, no hay el menor peligro—, pero sí sería muy triste que después del ejemplo que se ha dado a América, aquí se vuelva a disparar un tiro.

Es verdad que en casi todas las revoluciones, después de la lucha, viene otra, y después viene otra —y observen la historia de todas las revoluciones, en México y en todas partes.  Sin embargo, parecía que esta iba a ser una excepción, como ha sido una excepción en todo lo demás; ha sido extraordinaria en todo lo demás, y quisiéramos que también fuera extraordinaria en el hecho de que no se disparara más un tiro aquí; y creo que se logrará, creo que la Revolución triunfará sin que se dispare más un tiro, ¿saben por qué?  Porque es realmente admirable el grado de conciencia que se ha desarrollado en el país, el civismo de este pueblo, la disciplina de este pueblo, el espíritu de este pueblo; realmente, me siento orgulloso de todo el pueblo, tengo una fe extraordinaria en el pueblo de Cuba (APLAUSOS).  Vale la pena sacrificarse por nuestro pueblo.

Hoy tuve el gusto de dar un ejemplo delante de toda la prensa:  estaba la multitud delante del Palacio Presidencial, y me decían que hacía falta 1 000 hombres para salir de allí; entonces, me paré y le pedí al pueblo que hiciera dos filas, que no hacía falta ningún hombre, que yo solo iba a ir allí, y en pocos minutos el pueblo hizo sus dos filas, y pasamos por allí, sin problemas de ninguna clase.  Ese es el pueblo de Cuba, y esa prueba se dio delante de todos los periodistas (APLAUSOS).

Desde ahora, ya se acabaron los agasajos y las ovaciones; desde ahora, para nosotros:  a trabajar, mañana será un día igual que otro cualquiera, y todos los demás igual, y nos acostumbraremos a la libertad.  Ahora estamos contentos porque hacía mucho tiempo que no éramos libres, pero dentro de una semana nos preocuparán otras cosas:  si tenemos dinero para pagar el alquiler, si la luz eléctrica, si la comida, que esos son los problemas que de verdad tiene que resolver el Gobierno Revolucionario, el millón de problemas que tiene el pueblo de Cuba, y    que para eso tiene un consejo de ministros de hombres jóvenes que yo   sé que están poseídos de un entusiasmo, que tengo la seguridad de que van a cambiar a la República, tengo la seguridad (APLAUSOS PROLONGADOS).  Además porque hay un Presidente que está seguro en el poder, que no lo amenaza ningún peligro, porque los peligros de que yo hablaba, no eran los peligros de que el régimen sufriera algún peligro de ser derrocado, son a mil leguas de distancia de eso; yo hablaba del peligro de que se derramara una sola gota de sangre más.  Pero el Presidente de la República está consolidado, reconocido ya por todas las naciones —no todas, pero rápidamente lo están reconociendo todas las naciones del mundo—, y cuenta con el respaldo del pueblo y con el respaldo de nosotros, con el respaldo de las fuerzas revolucionarias; y respaldo verdadero, y respaldo sin condiciones, respaldo sin pedir ni reclamar nada, porque aquí hemos luchado por los fueros del poder civil, y lo vamos a demostrar, que para nosotros los principios están por encima de toda otra consideración y que no luchamos por ambiciones.

Creo que hemos demostrado suficientemente haber luchado sin ambiciones.  Creo que ningún cubano albergue sobre ello la menor duda.

Así que ahora todos tenemos que trabajar mucho.  Yo, por mi parte, estoy dispuesto a hacer todo lo más que se pueda en beneficio del país, como sé que están todos mis compañeros, como sé que está el Presidente de la República y como sé que están todos los ministros, que no van a descansar.  Y yo les aseguro que si hoy sale uno de Cuba y regresa dentro de dos años, no va a conocer esta República.

Veo un extraordinario espíritu de colaboración en todo el pueblo, veo a la prensa, a los periodistas, a todos los sectores del país, deseosos de ayudar, y eso es lo que hace falta.  Y es que el pueblo de Cuba ha aprendido mucho, y en estos siete años ha aprendido por setenta.  Se dijo que el golpe de Estado había sido un retraso de veinticinco años; si fue así —y aquello era de verdad un retraso de veinticinco años—, ahora hemos dado un avance de cincuenta.  La República está desconocida:  nada de politiquería, nada de vicio, nada de juego, nada de robo.  Hemos empezado hace unos días, y ya está casi desconocida la República.

Ahora nos queda un trabajo grande por hacer.  Todos los problemas relacionados con las fuerzas armadas, son problemas que estarán relacionados con nuestras futuras actividades, pero, además, siempre haremos todo lo que esté al alcance de nuestras manos por todo el pueblo, porque yo no soy militar profesional, ni de carrera, ni mucho menos; yo estaré aquí el tiempo mínimo, y cuando termine aquí voy a hacer otras cosas porque, sinceramente, yo no voy a hacer falta aquí en esto (EXCLAMACIONES).  Me refiero a que no voy a hacer falta dentro de las actividades de tipo militar, y que tengo otras ilusiones, de otras clases.      Y eso mismo, entre otras cosas:  el día que quiera tirar tiros, pelear, cimentar una inquietud, hay mucho campo aquí donde hacer las cosas (APLAUSOS).

(EXCLAMACIONES DE:  “¡Hay que fomentar fuentes de trabajo!”)  Si no resolvemos todos esos problemas, esta no sería una revolución, compañeros, porque creo que el problema fundamental de la República en estos momentos, y lo que dentro de poco estará necesitando el pueblo, cuando pase la alegría del triunfo, es trabajo, la manera de ganarse la vida decorosamente (APLAUSOS).

Pero no es eso solo, compañeros; hay mil cosas más de las cuales yo he estado hablando todos estos días, que imagino que ustedes, el que más y el que menos, habrá escuchado por la radio y por la prensa, y además, porque no vamos a agotar todos los temas en una sola noche.

Vamos a quedarnos pensando en estos problemas de los que les he hablado hoy, y vamos a concluir la larga jornada —que aunque yo no estoy cansado, sé que ustedes tienen que regresar a las casas y están lejos.  (EXCLAMACIONES DE:  “¡No importa!”, “¡Sigue!”)

Yo tenía el compromiso de ir al programa “Ante la Prensa” esta noche a las 10:30 o a la hora que fuera, y ya es la 1:30 (EXCLAMACIONES DE:  “¡Mañana!”)  Bueno, lo dejaré para mañana.

Ustedes tendrán oportunidad de escuchar por la prensa, por la radio y por todos los medios posibles, a los ministros.

Todos los amigos míos de tanto tiempo, de dondequiera han venido:  de la escuela, del barrio.  Casi estoy por decirles que conozco ya a todos los cubanos...

Y decía que tendrán oportunidad de oír a los ministros, cada uno de los cuales tiene sus planes y expondrán su programa; y cada uno de los hombres que está en el consejo de ministros está grandemente compenetrado con todos los demás elementos revolucionarios.

El Presidente de la República, con el derecho que le corresponde    —porque se eligió sin condiciones—, ha elegido una mayoría de ministros del Movimiento 26 de Julio.  Tenía su derecho, y al pedir nuestra colaboración, la ha tenido plenamente, y nos responsabilizamos con ese Gobierno Revolucionario.

Lo que yo he dicho en otra parte:  nadie vaya a creer que las cosas se van a resolver de la noche a la mañana.  La guerra no se ganó en un día, ni en dos, ni en tres, y hubo que luchar duro; la Revolución tampoco se ganará en un día, ni se hará todo lo que se va a hacer en un día.  Además, le he dicho al pueblo en otros actos que no se vayan a creer que esos ministros son unos sabios —empiezo por decirles que ninguno ha sido ministro antes, o casi ninguno.  Así que nadie sabe ser ministro, eso es una cosa nueva para ellos; lo que están es llenos de buenas intenciones.  Y yo digo en esto, igual que digo de los comandantes rebeldes:  miren, el comandante Camilo Cienfuegos no sabía de guerra, ni de manejar un arma, absolutamente nada.  El Che no sabía nada; cuando conocí al Che en México se dedicaba a disecar conejos y hacer investigaciones médicas.  Raúl tampoco sabía nada; Efigenio Ameijeiras tampoco sabía nada; y al principio no sabían nada de guerra, y al final se les podía decir, como les dije:  “Comandante, avance sobre Columbia, y tómela”; “Comandante, avance sobre La Cabaña, y tómela”; “Avance   sobre Santiago, y tómelo”, y yo sabía que lo tomaban... (APLAUSOS PROLONGADOS).  ¿Por qué?  Porque habían aprendido.

Es posible que los ministros ahora no tengan grandes aciertos, pero estoy seguro de que dentro de unos meses van a saber resolver todos los problemas que les presente el pueblo, porque tienen lo más importante:  el deseo de acertar y de ayudar al pueblo; y, sobre todo, estoy seguro de que ni uno solo, jamás, cometerá una de las faltas clásicas de los ministros.  ¿Ustedes saben cuál es, no?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡Robar!”, “¡Robar!”)  ¡Ah!, ¿cómo lo saben?

Pues, sobre todo, eso:  la moral, la honradez de esos compañeros.  No serán sabios, porque aquí nadie es sabio, pero sí les aseguro que     hay honrados de sobra, que es lo que se está pidiendo.  ¿No es lo          que ha estado pidiendo el pueblo siempre, un gobierno honrado?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡Sí!”)  Entonces, vamos a darles un voto de confianza, vamos a dárselo, vamos a esperar (EXCLAMACIONES).  Sí, son del “26” la mayoría, pero si no sirven, después vendrán los del 27, o los del 28.  Ya sabemos que hay mucha gente capacitada en Cuba, pero todos no pueden ser ministros.  ¿O es que acaso el “26 de Julio” no tiene derecho a hacer un ensayo de gobernar la República?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡Sí!”).

Así que eso es todo por hoy.  Realmente, nada más me falta algo...  Si supieran, que cuando me reúno con el pueblo se me quita el sueño, el hambre; todo se me quita.  ¿A ustedes también se les quita el sueño, verdad?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡Sí!)

Lo importante, o lo que me hace falta por decirles, es que yo creo que los actos del pueblo de La Habana hoy, las concentraciones multitudinarias de hoy, esa muchedumbre de kilómetros de largo —porque esto ha sido asombroso, ustedes lo vieron; saldrá en las películas, en las fotografías—, yo creo que, sinceramente, ha sido una exageración del pueblo, porque es mucho más de lo que nosotros merecemos (EXCLAMACIONES DE:  “¡No!”).

Sé, además, que nunca más en nuestras vidas volveremos a presenciar una muchedumbre semejante, excepto en otra ocasión —en que estoy seguro de que se van a volver a reunir las muchedumbres—, y es el día en que muramos, porque nosotros, cuando nos tengan que llevar a la tumba, ese día, se volverá a reunir tanta gente como hoy, porque nosotros ¡jamás defraudaremos a nuestro pueblo!

(OVACION.)
VERSION TAQUIGRAFICA DE LAS OFICINAS DEL PRIMER MINISTRO

Mujeres insurreccionales de Santiago de Cuba

Por: José Luis Cuza Téllez de Girón
8 marzo 2018 | CUBADEBATE

Mujeres protestan en las calles de Santiago de Cuba contra el asesinato de sus hijos. Foto: Pinterest
Continuadoras de las tradiciones patrióticas de la mujer cubana, en cuanto Batista dio el golpe de Estado de 1952, las mujeres santiagueras se manifestaron contra él.
Al parque Céspedes, aquel 10 de marzo, se fueron a protestar las combatientes de las luchas de la frustrada revolución de 1933 contra la dictadura del general Gerardo Machado Morales; las de La Joven Cuba de Antonio Guiteras, las del partido Ortodoxo de Eduardo Chibás, encabezadas por la combativa Gloria Cuadras, con Leyla Vázquez, Pura Amador, Maria Antonia Figueroa, Fela Tornés, Isabel Benavides, Antonia Lara, Gumersinda Ferrer, Cira Carbonell y también la nueva generación: Nilsa y Vilma Espín, Asela de los Santos, Leyla Vázquez y otras quienes junto a Frank País y Pepito Tey fueron para el Cuartel Moncada, cuyo jefe, el coronel Álvarez Margolles, en horas de la mañana aún no se había plegado al golpe de Estado.
Al asumir la jefatura del Cuartel Moncada, el capitán Alberto del Río Chaviano, ascendido a coronel en dos horas, comenzó de inmediato la represión contra la población santiaguera.
La juventud comenzó a fortalecer sus Asociaciones estudiantiles y recrudecieron las protestas en las fechas históricas de la patria. Las más combativas eran las de la Escuela de Comercio, dirigidas por Félix Pena Díaz, el Instituto de Segunda Enseñanza, liderado por Cuqui Bosch y la Escuela de Artes y Oficios, que aglutinaba a los sectores más humildes del estudiantado santiaguero, cuyo líder era Temístocles Fuentes.
En Santiago de Cuba se creó Acción Libertadora. En ella militaron valerosos santiagueros: Otto Parellada, Casto Amador Hernández, Emiliano Corrales y hasta Renato Guitar Rosell.
La Asociación de alumnos de la Escuela Normal para Maestros en diciembre de ese año 1952 celebró elecciones. Fue elegido el joven Frank País García, quien designó como su vicepresidente al que había sido su adversario en las elecciones, José Tey Saint Blancard.
El golpe de Estado los había conmocionado a ambos, y a un grupo de jóvenes normalistas: Antonio Colomé, Pedro García Lupiáñez, Alberto Fernández Montes de Oca, y muchachas del plantel estudiantil, Ena Rizo, Cira Lauhau, Lolita Montero, Ivonne Blanco, Lucila Prego Ortiz, así como la guantanamera, Elia Frómeta.
De inmediato crearon una organización que denominaron Bloque Revolucionario Estudiantil Normalista (BREN), fundaron su Directorio Estudiantil Revolucionario (DER) y lo dieron a conocer en el vespertino periódico santiaguero Oriente.
De esta forma Frank País y Pepito Tey fueron guiando a los normalistas a manifestaciones más combativas contra la dictadura.

Una primera gran experiencia fue el 5 de diciembre de ese año 1952, cuando el gobierno quiso realizar un homenaje al General Antonio Maceo con la presencia, como figura principal gubernamental, de la hija del general Leonardo Wood, primer interventor norteamericano en Cuba. Esto motivó la repulsa del estudiantado santiaguero que tomó la casa de los Maceos apoyados por los familiares del Titán de Bronce e impidió el desfile oficial.
El incremento de la represión, hizo que la juventud se fuera forjando en la lucha, y es así como los más combativos del BREN, dirigidos por Frank y sus hermanos Agustín y Josué, y Pepito Tey, junto a Félix Pena, Eduardo Yasells, Nilsa y Vilma Espín, Rafael Rivero Pupo, Alberto Fernández Montes de Oca, Arsenio Stable, Rosendo Ojeda, Pedro García Lupiáñez, Luis Felipe Rosell y otros, pasen a formar una organización totalmente insurreccional, Decisión Guiteras, inspiradas en el pensamiento de Antonio Guiteras Holmes quien enfrentaría con las armas a la dictadura de Gerardo Machado Morales.
En enero de 1953, ocurre una ofensa al busto del dirigente estudiantil y comunista Julio Antonio Mella y los jóvenes habaneros realizan una manifestación en desagravio que es balaceada por la policía. Es herido de gravedad el estudiante universitario Rubén Batista Rubio, quien fallece días después, el 13 de febrero.
¡Es el primer mártir de la lucha contra la tiranía de Batista! En Santiago de Cuba una manifestación estudiantil trató de llegar ese día con una bandera cubana y una corona de flores al cementerio, y fue brutalmente reprimida.
El ataque a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente, conmocionó a la aguerrida juventud santiaguera, que de inmediato se organizó para ayudar a los moncadistas. Unos cuantos de ellos fueron escondidos en casas de familias santiagueras.
La familia Atala protege al combatiente Mario Lazo, que llega herido; Micaela Cominches escondió a los tres jóvenes, José Ramón Martínez, Ángel Sánchez y Abelardo García, que habían participado en la toma de la Audiencia, junto a Lester Rodríguez y Raúl Castro. En la casa de huéspedes de Etelvina Menéndez y en la de sus sobrinas, en la calle San Gerónimo entre Calvario y Carnicería fueron escondidos varios moncadistas.
Félix Pena y Marinita Malleuve recorrieron la carretera de Siboney a Santiago en busca de las armas que los moncadistas pudieran haber botado en el repliegue. Igual hicieron los tres hermanos País, Pepito Tey, Chichito Colomé y otros miembros de Decisión Guiteras.
La Dra. Melba Hernández, María Antonia Figueroa, María Teresa Taquechel, Vilma Espín, Amalia Ros viuda de Vinent, Anita Céspedes y otras, asistían a los juicios y llevaron a los moncadistas la solidaridad y el apoyo moral y material de la sociedad santiaguera. Ellos, que no eran santiagueros, nunca dejaron de sentir amor familiar.
El 28 de enero de 1954 se pretende realizar un homenaje a José Martí en la Universidad de Oriente. La dirección de la FEU invitó a hablar al Dr. Armando Hart, defensor el año anterior del Dr. Rafael García Bárcenas, quien en abril de 1953 había tratado de tomar el cuartel de Columbia, principal fortaleza militar del país, por medios pacíficos y dirigía el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR), del cual Dr. Hart era uno de sus principales dirigentes.
A pesar de la protesta estudiantil, el acto no se pudo realizar, pero, identificados con el programa del MNR: Nacionalismo, socialismo y dirección de la revolución por una nueva generación, la dirección de Decisión Guiteras acordó incorporarse al MNR.
En todo este proceso de protestas estudiantiles coordinadas por las asociaciones de los planteles de las enseñanzas media y universitaria del país, tuvieron un importante papel los dirigentes de la FEU de La Habana y Santiago de Cuba, José Antonio Echeverría y Jorge Ibarra Cuesta, y otros dirigentes como Orlando Benítez Hernández, Félix Pena Díaz, Belarmino Castilla Más, Cira Lauhau, Ena Rizo, Radamés Heredia y Jesús Suárez Gayol, entre otros.
Batista pretende legalizar su golpe militar y en 1954 convoca a unas elecciones. Jorge Ibarra y Frank País viajan a La Habana a conocer lo que se va a realizar por el MNR contra esa farsa. Al conocer por el Dr. Faustino Pérez que nada se hará, deciden separase del MNR.
Al regreso a Santiago convocan a los jefes de células y crean una nueva y más combativa organización: Acción Revolucionaria Oriental (ARO).
El 27 de noviembre se realizó una manifestación en recordación a los ocho estudiantes asesinados en 1871. Fueron apresados sus dirigentes Temístocles Fuentes y Radamés Heredia, y un grupo numeroso de valerosas muchachas del Instituto, entre ellas Marta Correa, Nancy Ojeda, Marina Malleuve, Osmalizan Belén, Juanita Yasells, Elsa y Gloria Ducasse, Juanita Peña, Lidia de Feria Pal y Ofelia Gámez.
El alegato histórico de Fidel Castro, La Historia me Absolverá, llegó a Santiago en los primeros meses de 1955 y fue guía y arma de combate en manos de la juventud santiaguera, que lo leyó ávidamente.
En 1955, ARO se dedica a buscar armas con qué combatir la dictadura de forma más efectiva. Así el 17 de abril, Frank País, Emiliano Díaz, Emilio Lamelas, Alfonzo Verdaguer y Lorenzo Reina asaltan el Club de Cazadores y se llevan 10 escopetas, 200 cartuchos y un revólver.
Con esas armas Frank, Pepito Tey, Reinerio Jiménez Lage, César Perdomo, Emiliano y Carlos Díaz Fontaine, Santiago Montes de Oca, Ariel Rojas y Bilin Santa Cruz Pacheco atacan el cuartel de la Policía del Caney, y obtienen el fusil Springfield y la canana del policía Ernesto Castillo Moya, quien resultó muerto en la acción.
Frecuentemente eran desarmados miembros de los órganos represivos por revolucionarios, quienes se acercaban a ellos como parejas de enamorados y realizaban la acción de desarmarlos.
Al salir de la cárcel los moncadistas, Fidel conoce por Lester Rodríguez sobre la organización creada por Frank País y Pepito Tey en Santiago y al fundarse el 12 de junio el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, lo envía junto con María Antonia Figueroa, Pedro Miret y a Armando Hart a proponerles que se incorporen como organización al 26 de Julio.
Este fue un proceso que duró unos meses, pues Frank y Pepito consultaron a toda la membresía de la Acción Nacional Revolucionaria (ANR), que tenía grupos de revolucionarios de otras provincias orientales.
Fidel debe marchar a México para preparar la expedición con la que reiniciar la lucha. Frank lo va a conocer y le informa lo realizado en interés de la insurrección armada. De México trae la confianza en la segura dirección de la Revolución bajo el mando de Fidel Castro y el modelo de uniforme del Ejército Revolucionario a crear en las montañas de Cuba.
De inmediato, se organizan en Santiago de Cuba talleres para la confección de los uniformes. Uno de ellos es en la casa de Nayive e Ibis Atala en la calle Santa Rita entre Corona y Estrada Palma, hoy Félix Pena, donde las costureras eran Moraima Belén Medina y María Teresa Valentino.
A través de los Almacenes DAU, propiedad de la familia Atala, se obtenían las telas para su confección. En la calle Corona No. 353, por Luisa y Cristina Díaz Bernardo y en Trinidad No. 114, casa del matrimonio de Silvia Lara y Nano Riera, se confeccionaron muchos uniformes, brazaletes y banderas del 26 de julio, al igual que en los talleres de confecciones de los esposos África Durán y José Vizcaíno. En Palma Soriano, las hermanas Durruty y Doila Noa también confeccionaron uniformes, brazaletes y banderas del 26 de Julio.
Otra tarea muy importante cumplida por las mujeres santiagueras con vistas a garantizar la llegada a Cuba de los expedicionarios con Fidel al frente, fue la preparación médico-sanitaria de quienes iban a trabajar en las casa-botiquines para atender las bajas de los combates que se librarían.
Los doctores Quinidio Armigñan, Carlos Mirabal, Juan Martorell, Alfonso Araujo, Francisco Durán y el enfermero López Pego prepararon a las compañeras en los conocimientos necesarios. Cubrieron con preparación en primeros auxilios y responsabilidad sus puestos en los Botiquines: Asela de los Santos, Cira y Nilda Ferrer, Nayive e Ibis Átala, Fe Carbonell, Arminda Castellanos, Tina Esteva Lora, Alba Griñán, Esther María y Lala de la Torre, Silvia Sánchez, Nidia Leyva, Teresa y Violeta Valentino, Gisela Rodríguez, Aurelia Medina, Antonia Lara García, Isabel Benavides, Estrella Figueredo entre otras valerosas revolucionarias, bajo la responsabilidad de Vilma Espín.
A las 7 de la mañana de aquel 30 de noviembre de 1956, todos los botiquines estaban activados en las casas previstas.
La información de la salida de Fidel de México llegó a la casa de la Abuela María Lara Fonseca, nacida en 1891, militante comunista junto a su esposo Rafael Riera, en San Fermín No. 356. Su nieto, Arturo Duque de Estrada, fungía de secretario de Frank País. A su nombre llegó el esperado telegrama.
En la organización del 30 de noviembre de 1956 trabajaron arduamente las mujeres santiagueras…Todo lo relacionado con el armamento, municiones, medicinas, vestuario, se realizó sin ser detectado por las fuerzas enemigas, las que amanecieron sorprendidas por la actuación decidida de los jóvenes combatientes en Santiago de Cuba y en muchos otros pueblos y ciudades del país, como fue en Puerto Padre, en el Central Ermita y Cienfuegos.
El pueblo santiaguero vitoreó a sus “muchachos” al verlos de verde olivo y armas largas el 30 de noviembre. Les ayudó con su aliento y ayuda material, y cuando se efectuó el repliegue, le abrió las puertas de sus casas para preservar sus vidas y armamentos para poder así reiniciar la lucha.
Los tres combatientes muertos ese día fueron fielmente acompañados con valentía ciudadana. Junto a las viudas de Tony, Otto y a la novia de Pepito, estuvieron familiares, amigos, y también los que habíamos quedado de reserva para continuar la lucha por la patria. Nunca faltaron flores en sus tumbas, como en las tumbas de los 21 muertos del “Granma”. En Niquero siempre lo haría la jovencita Adelaida Bécquer por iniciativa de Celia Sánchez.
Los prisioneros de ese día, de la expedición y sus familiares contaron con el apoyo organizado por la dirección del 26 de Julio y la Resistencia Cívica creada en pueblos y ciudades de la Nación.… ¡Nada ni nadie fue olvidado! … ¡Ya era un pueblo en Revolución hasta lograr la victoria frente a la ignominia y el crimen!
Toda actividad docente, deportiva, cultural, recreativa se paralizó… ¡Todo fue Revolución!

Ya el 1ro. de diciembre, en horas de la mañana, estaba Frank en la casa de Vilma en San Jerónimo, como se había acordado. De inmediato comenzó a contactar a los jefes para planear las acciones a realizar en demostración de que la revolución no estaba derrotada. Así se comenzaron a colocar en solares yermos proyectiles dentro de estopas con gasolina, las explotaran semejantes tiroteos.
Una valerosa acción realizó por esos días Mérida García, quien aprovechando la familiaridad con un soldado del cuartel Moncada, logró penetrar en él y colocar una bomba en la cantina del Club de alistados. De ahí, fue para la cercana Escuela Normal para Maestros, y desde allí, junto con Frank y otros compañeros, escuchar la explosión. Ese día Frank la bautizó, por el cumplimiento de misiones inauditas, como La Bruja.
El año 1957 se inició en Santiago de la Cuba con una combativa manifestación de mujeres reclamando el cese de los asesinatos de sus hijos. William Soler Ledea, de 15 años, Hugo de Dios Soto del Rey, de 18, y Froilán Guerra, de 20, habían sido torturados y luego asesinados.
Ricas y pobres, blancas y negras, creyentes y no creyentes, jóvenes y viejas, todas unidas ante la desgracia de ver cómo perdían a sus hijos. A la vanguardia, un gran letrero: CESEN LOS ASESINATOS DE NUESTROS HIJOS. MADRES CUBANAS, portado por las valerosas mujeres Fela Tornés y Cira Ferrer.
El régimen tenía suspendidas las garantías constitucionales, y es sorprendido por la demostración de las madres cubanas que desfilan por la calle más céntrica de la capital de la antigua provincia de Oriente. Un destacamento de policías y soldados trata de detenerlas sin lograrlo… ¡Se les ve el miedo en los rostros ante la valentía de las madres santiagueras!
Ningún jefe importante se atreve a enfrentar la valiente denuncia y la manifestación culmina su recorrido en el centro de la ciudad: Enramadas entre San Félix y San Pedro.
La prensa local y nacional recoge el hecho y en las fotos se ve a la anciana maestra Elimena Portuondo y a Vilma Espín increpando a los soldados por su abuso de poder.
Ya Santiago de Cuba sabe que Fidel y un buen grupo de expedicionarios están vivos y en las montañas de la Sierra Maestra y con ellos los valiosos campesinos Crescencio y Mongo Pérez, Guillermo García, Manuel Fajardo, José Arias Sotomayor y otros, organizados desde meses atrás por Manuel Hechavarría, Celia Sánchez, Rafael Sierra, Felipe Guerra Matos y Frank País, quienes habían estado esperando el arribo de la expedición de Fidel.
A través de la bien organizada red de la lucha clandestina se había llevado a un prestigioso periodista norteamericano, Herbert Matthews del New York Times, a la Sierra Maestra a entrevistar a Fidel y sus barbudos el domingo 17 de febrero.
El jefe del MR 26 de Julio aprovechó la oportunidad para reunir a la Dirección Nacional en horas de la tarde del 17 de febrero, elaboró el Manifiesto No. 1 al pueblo de Cuba y solicitó a Frank un refuerzo de al menos 20 hombres para continuar la lucha en las montañas.
Más de mil combatientes habían actuado nacionalmente el 30 de noviembre y de ellos 50, los mejores, fueron seleccionados. Prácticamente todos eran conocidos revolucionarios, por lo que su traslado seguro hasta el campamento organizado por Felipe Guerra Matos en un marabuzal a 10 kilómetros de Manzanillo, fue una peligrosa tarea que cumplieron valerosas mujeres como Haydee Santamaría, Vilma Espín, Asela de los Santos, América Domitro, Graciela y Mirta Aguilar, Omsmaliza Belén Medina, Orfelina Cansío, Marinita Malleuve, las que hicieron posible que el 24 de marzo el Comandante en Jefe del Ejército Revolucionario pudiera reconstruir, en la Derecha de la Caridad, su Columna guerrillera, que recibiría el nombre glorioso de José Martí.
En Santiago seguía la lucha de los combatientes clandestinos y la represión aumentaba. Presos una gran cantidad de revolucionarios por los sucesos del 30 de noviembre, incluyendo a Frank País detenido el 9 de marzo en la Avenida Martí, y 21 expedicionarios del “Granma”; las fuerzas de la dictadura se concentraban en tratar de apresar a los que habían tomado la cárcel de Boniato y liberado a presos políticos con sus armas.
Uno de los más buscados con saña era al ex sargento Braulio Curuneaux. Para su ayuda, busca de escondites, traslados y protección, el sustituto de Frank al frente de Acción y Sabotaje del MR, Carlos Iglesias Fonseca, Marcos, había situado a una de las más valerosas muchachas clandestinas, Marta Correa.
Otro muy buscado era Raúl Menéndez Tomasevich, quien contó con la ayuda de Félix Rodríguez, su esposa Edith y su hermana Mary Llanos. Varias familias lo escondieron: Emilio Morcillo y su esposa Nini Enamorado; Caridad Munder, Luisa Geordana Barcaz, hasta que fue a parar a las seguras manos de Nalty González Sigas.
Otras casas a disposición de la revolución eran las de Fe Carbonell en San Basilio 456, de Mercedes Cautín en Santa Rita 418, la de Romelia Ramírez en San Basilio 412, la de Rosaura Vázquez en San Basilio 459, la de Mercy Fernández en San Félix entre Trinidad y Habana, así como la de las Grave de Peralta en San Félix y Trinidad, la de Julia Ibarra Hernández en San Fermín 358, la de Nenita Girón en Reloj 355, la de Gumersinda Ferrer en San Agustín No. 9.
Eran decenas de casas de familias que acogían a los revolucionarios como a sus hijos más queridos, estando en disposición de protegerlos a costa de sus propias vidas.
Las armas que no se emplearon en el asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957 fueron enviadas a Fidel a la Sierra Maestra ocultas muy bien en automóviles. Estos eran preparados en la casa del matrimonio de Lorna Bursal y Manuel Piñeiro en La Habana y conducidos hasta Santiago de Cuba. Para completar el enmascaramiento, fueron siempre conducidas con la participación de mujeres, siendo tres de ellas Esperanza Sánchez Jimeno, Marta Correa y Ofelia Gámez.
En esos días se desplegó una gran labor con la propaganda clandestina en la que la mujer tuvo un importante papel. Se creó una estación de radio, que, si bien no tenía mucha potencia, sí daba información sobre la Sierra Maestra y las principales acciones insurreccionales. Los que la oían, luego propagaban sus noticias, en la denominada por el pueblo como Radio Bemba.
Se comenzó a publicar el periódico Boletín informativo, Últimas Noticias, Sierra Maestra y luego Revolución: Más adelante Vanguardia Obrera, así como, por iniciativa de Fela Tornés y autorizado por Frank País, se creó Ciudadanía Consciente, cuya labor era publicar escritos de Antonio Guiteras y Pablo de la Torriente Brau relacionados con la lucha clandestina y las posibilidades de la guerra en las montañas contra enemigos superiores en número, así como divulgar noticias de la marcha de la Revolución.
Se imprimía en la oficina de la Escuela del Hogar, en la calle Calvario, frente al periódico Oriente y se distribuía la propaganda envuelta en papeles de regalo de la tienda “El Encanto” con sus sellos. En esto participé junto a Fela, Alba Griñán, Electra Fernández y María Teresa Taquechel.
Los locales del Colegio de Maestros y la Universidad de Oriente fueron muy utilizados por los responsables de la propaganda, cuya primera responsable fue la valerosa Gloria Cuadras y luego se incorporaron los hermanos Enzo y Renaldo Infante, José Nivaldo Cause, Wilfredo Alonso, Candita Candelaria, Gabriela Muyines, Miguel Deulofeu, Víctor Salas y el profesor Gabriel León entre otros valerosos combatientes, que ayudaban a mantener informada a la población del curso de la lucha contra la dictadura.
Algo muy importante que se logró por Vilma con Carlos Amat, su compañero de la Universidad, fue la célula clandestina en la central de comunicaciones de la Compañía de teléfonos en Santiago.
A pesar de la estrecha vigilancia de los militares presentes junto a las operadoras, se lograba escuchar por los líderes del 26 de Julio las conversaciones de los jefes militares. También situaban teléfonos clandestinos en las casas donde se escondían los principales dirigentes revolucionarios.
Muchas veces alertaron sobre acciones represivas que se iban a realizar y se lograban adoptar medidas oportunas, se interrumpían actos de la dictadura y se lanzaban por la radio consignas revolucionarias, como fue el 30 de junio de 1957 cuando Agustín Navarrete, jefe de Acción de Oriente, dio Vivas a la Revolución y abajo Batista, interrumpiendo el mitin de Alliegro y Masferrer en Santiago de Cuba, y se escuchó en todo el país.
Junto a Amat laboraron Rosita Casan, Celia Cañizares, Josefina Caminero, Adela Reiner y otros valiosos obreros telefónicos, pues se logró crear una red nacional al servicio de la Revolución.
En mayo de 1957, la dictadura envió para Santiago de Cuba a uno de sus más crueles asesinos, al teniente coronel José María Salas Cañizares. De inmediato, se dio a conocer con el asesinato de los jóvenes del pueblo del Caney, Joel Jordán, Roberto Lamelas, Salvador Rosales y Orlando Fernández Badell, lo que hizo que se le comenzara a llamar Masacre.
Nada amilanaba al pueblo santiaguero, que junto con sus acciones combativas cumplía con lo dispuesto por Frank: Todo para la Sierra Maestra.
La incorporación de nuevos combatientes era constante. En la Avenida Carlos Manuel de Céspedes, en el Reparto Sueño, la familia Céspedes ocupaba varias casas. Luisito, uno de sus hijos, había estado involucrado en el atentado a Batista en la carretera del aeropuerto junto a Otto Parellada, Cesar Montaña y Casto Amador en 1954 y Manolito, combatiente del 30 de noviembre, por lo que esto motivó a María Fernández y su esposo Manolo Céspedes, a Anita, Marcia y Merceditas Verdecía a participar más activamente.
Comenzaron bajo las órdenes de Agustín Navarrete escondiendo y trasladando a éste, a Vilma, al dirigente obrero de la Nuez por la facilidad de que Anita Céspedes manejaba el automóvil de la familia y con gran serenidad.
Era extraordinario ver moverse a estas valerosas muchachas trasladando explosivos, armamentos y documentos muy secretos, siempre sonrientes y felices. Marcia Céspedes Somoza acompañó muchas veces a Haydee Santamaría en sus viajes con su serenidad y alegría características.
Merceditas Verdecía Fernández, junto a otras valerosas muchachas, realizaría viajes a los Estados Unidos para traer pistolas bajo su falda.
Anita sería la confianza de René Ramos Latour durante más de un año, hasta que el Comandante Daniel se reincorporó al Ejército Rebelde en la Sierra Maestra en mayo de 1958. Siguió en la lucha clandestina en Santiago de Cuba, alternando su labor con la de abastecimiento a las tropas del Segundo Frente Oriental “Frank País”. ¡Los carros microondas de la tiranía tenían su foto, hasta ofreciendo recompensa por su captura!
Igual sucedió con la familia Ruiz Bravo. Su casa en la calle Estrada Palma, hoy Félix Pena, se convirtió en un cuartel de la revolución incorporándose los padres y sus hijos, María, Ramona, Fernando, María Cristina y demás, a la lucha frontal contra la dictadura. La madre de la familia, Esperanza Bravo, marchaba siempre al frente en las manifestaciones de las mujeres santiagueras.
La bomba bajo la tribuna del mitin de Alliegro y Masferrer el 30 de junio fue colocada por la valerosa Cuca Rodríguez acompañada por Agustín País.
Con Josué, Floro y Salvador ese día andaban Gloria y Elsa Casañas. Menos mal que Josué las obligó a bajarse del auto antes de comenzar el desigual combate con las microondas de la policía, que originara la muerte de los tres valerosos combatientes aquel domingo 30 de junio de 1957.
El vil asesinato de Frank País estremeció a Santiago de Cuba y a la nación entera. Lo primero fue recuperar su cuerpo. Junto a su madre, su novia y compañera de ideales América Domitro Terlebauca, Graciela Aguilar, Marinita Malleuve y Carmona taponearon los 22 impactos de balas y las 36 perforaciones ocasionadas por estas al traspasar su cuerpo.
Esa tarde desde la central telefónica se oiría la reclamación del cabo Basoll al general Tabernilla de 3 000 pesos por la muerte de Frank País.
El Frente Cívico de Mujeres Martianas convocó a las mujeres santiagueras a la Catedral para protestar por los crímenes de la dictadura delante del nuevo embajador de EEUU, Earl M. Smith, su esposa Florence Printchett y las autoridades provinciales.
La manifestación de protesta estaba organizada, pero la muerte de Frank y su fiel compañero Raúl Pujol, la multiplicó. Con las valerosas Gloria Cuadras, Pura Amador, Estrella Figueredo, Amalia Ros e Isabel María Benavides al frente, gran cantidad de mujeres acudieron al parque Carlos Manuel de Céspedes, delante del Ayuntamiento santiaguero, y en presencia de la comitiva gubernamental y el embajador yankee, originaron una extraordinaria protesta contra la dictadura y sus crímenes.
La brutal represión con que fueron recibidas por las fuerzas militares de la dictadura origino una batalla campal contra Salas Cañizares y sus esbirros. Nada amedrentó a las valerosas mujeres santiagueras.
Esa mañana participó Pilar Pérez Lescay, a quién nueve meses después, el 17 de abril de 1958, le asesinaran a cuatro de sus hijos, Conrado, Melquiades, Hernán y Sergio Marañón Pérez, y un sobrino, Marcelo Pacheco Pérez, sacados por la fuerza de su propio hogar en Aguilera No. 860 por el teniente Despaigne y sus esbirros.
Ese 31 de julio de 1957 Santiago de Cuba despidió a su hijo más querido con la más grande demostración de amor y decisión de combate jamás vista en sus calles. Cerca de 40 mujeres no pudieron desfilar por haber sido brutalmente apresadas durante la protesta de esa mañana.
Sonia Martínez y Olga Maidique se ocuparon de confeccionar y poner a buen recaudo la mascarilla mortuoria de Frank País para la posteridad.
La mujer santiaguera siguió trasladando combatientes para la Sierra Maestra, confeccionando uniformes, trasladando armas, realizando sabotajes, haciendo todo lo que pudiera conducir a la derrota de la dictadura. Valerosas mujeres insurreccionales fueron también África Durán, Consuelo Massó, María Soto, María Rosa Martínez (Chachi), Nuria García, Nenita Cuza, Nelis Benítez, Lucia Parada, Iris e Ibia Rodríguez Lambert, Kenia Mora, Martica Pérez, Xiomara Oliva, María Fuentes, Mercedes Riera, Julia Ibarra, Melba Falls, Liduvina López Leyva, Maira y Manolita Lavigne, Virginia Amador, Ania Martínez, Mirta Trujillo, Xiomara Olius, Margot Rodríguez, Aminta Álvarez, Vilmita Rosell, Claudia Rosés, Francesa, Ligia Trujillo Aldama, Delfina Yero, Mary Núñez, Bertica Tamarel, Dionys Ornellas y muchas más.…¡Mientras más aumentaba la represión y el crimen, más crecía el valor de la mujer santiaguera!
La delicada y linda Madeline Santa Cruz Pacheco desde una de las ventanas de su casa vio a José María Salas Cañizares y sus asesinos, matar a Frank. Su valor se multiplicó. Periódicamente recogía en la cafetería de la China en Aguilera entre Reloj y San Agustín los explosivos para las acciones insurreccionales.
En octubre un magnífico destacamento de combatientes fue trasladado para la Sierra Maestra. La mano de la mujer siguió presente y al conmemorarse el 1er. Aniversario del 30 de noviembre de1956, un auto explotó en Martí y Carretera Central, a una cuadra del Cuartel Moncada. Fue la obra de las muchachas del Instituto y la Escuela Normal para Maestros, Nancy Ojeda Miranda y Mérida García.
En ese año de 1957 las mujeres insurreccionales santiagueras, como las de toda la República de Cuba, se enfrascaron en una sangrienta lucha contra la más bárbara y criminal represión, en la que vieron caer a su lado a sus compañeros de lucha y de vida, sufrieron torturas, violaciones, cárceles y muerte sin retroceder ni amedrentarse, por el contrario, fueron un importante factor en la victoria del 1ro. de enero de 1959.

La fortuna escondida en las maletas de Batista cuando huyó de Cuba

Fulgencio Batista dice en 1958 que sus tropas tienen al líder rebelde Fidel Castro y una amplia banda de rebeldes aislados en las montañas
© AP Photo / Harold Valentine
16:00 01.01.2019 SPUTNIK NEWS
La fuga del presidente Fulgencio Batista de Cuba puede parecer repentino, algo de última hora. Pasar de un brindis por año nuevo a huir en un avión por tu vida. Nada pudo haber sido más inmediato. Sin embargo, el periodista cubano Ciro Bianchi aseguró a Sputnik que el dictador cubano tuvo tiempo de "preparar sus maletas".
En la madrugada del 1 de enero de 1959 el dictador Fulgencio Batista salió de Cuba con destino a República Dominicana llevándose consigo toda su riqueza. Según trascendió, Batista huyó del país con una fortuna superior a los 100.000 millones de dólares, exiliándose primero en la República Dominicana, luego en la isla de Madeira, Portugal, y por último en la España de Franco.
Sin embargo, desde el 17 de diciembre de 1958 su última noche en Cuba había sido pautada. Según contó Bianchi, el día 9 Batista recibió a un amigo estadounidense que tenía negocios en Cuba, y éste le plantea que se fuera a vivir a Estados Unidos. "Sin que el general supiera, el amigo cumplía órdenes del Departamento de Estado pero la propuesta trascendió como una conversación fraternal. No obstante, el día 17, el embajador estadounidense Earl Smith, pide una entrevista con Batista y allí le pide oficialmente que renuncie y salga del país", contó el periodista, quien también es columnista del diario Juventud Rebelde.
En el encuentro, que tuvo lugar en la finca del dictador en La Habana, Batista le pregunta si puede irse a Estados Unidos y la respuesta fue negativa. "Le dijo que se fuera a otro país y ya se verá después", dijo Bianchi.
De esta forma, el Gobierno del republicano Dwight Eisenhower, retiraba su apoyo al dictador, a quien había sustentado casi desde el inicio. A juicio de Bianchi, a partir de ahí todo se desencadena: "El Che Guevara ya era imparable en Las Villas, Camilo Cienfuegos está en Yaguajay, Fidel Castro seguía la lucha en la Sierra, Raúl Castro asedia Guantánamo y hay un cerco sobre la ciudad de Santiago de Cuba, que era la segunda ciudad de importancia".
"Además se dan tres conspiraciones fuertes dentro de la ciudad militar de Columbia en La Habana y a Batista no le queda otra alternativa que salir del país. De ahí que el día 1 de enero, se da la salida de Batista, que en realidad fue una salida bastante ordenada, tuvo tiempo de renunciar y delegar el poder", aseguró el periodista.
No se sabe exactamente cuánto se llevó el general en sus maletas. Según Bianchi, se calcula que fueron, entre joyas y dinero, unos 600 millones de dólares, pero lo más grave de esto fue cómo amasó su fortuna.
Batista ya había sido presidente de Cuba entre 1940 y 1944. Luego se fue a Estados Unidos donde se casó por segunda vez, y según cuenta Bianchi, Batista organiza el golpe de Estado "porque no tenía dinero". "Cuando Batista da el golpe de Estado el 10 de marzo de 1952, su patrimonio era escaso", comentó el investigador.
"El general fue un hombre extremadamente ambicioso y todos conocían el sistema con que se hizo de tamaña fortuna, algo que reveló su propio secretario militar, el general Francisco Tabernilla Palmero", contó Bianchi.
"Cada vez que Batista creó una obra pública, las empresas o contratistas tenían que pagar coimas del 30% del valor de la obra, que era una cantidad considerable. Aparte de eso, cuando en 1956 asesinan en La Habana al jefe de la Policía, Rafael Salas Cañizares, el dictador se entera cuánto recibía éste por el ‘juego prohibido'. Así ordenó al nuevo jefe que el dinero fuera directamente al Palacio Presidencial", explicó el investigador.
El libro de "Los propietarios de Cuba" evidencia la cantidad de propiedades que llegó a acumular el general, entre ellas diversas publicaciones como el periódico El Mundo y varias revistas. Pero ninguna de ellas cupo en las apretadas maletas del general.
Batista permaneció en España hasta su muerte en 1973, a causa de un infarto en la localidad de Marbella. Está enterrado en el cementerio de San Isidro en Madrid, junto a su esposa y uno de sus cinco hijos.
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Voces del Mundo

A 60 años de la Revolución: "El mérito es del pueblo de Cuba que quiso sostener un proyecto independiente"

12:58 29.12.2018 SPUTNIK NEWS
Telma Luzzani
La Revolución Cubana, una de las experiencias políticas más potentes del siglo XX, cumple 60 años el 1° de enero. La intelectual Isabel Rauber analizó sus diversas etapas; los desafíos pasados y actuales y el rol imprescindible de la participación popular: "El poder tiene los pies de barro si no hay un pueblo que sostenga la revolución", aseguró.
El próximo 1° de enero la Revolución Cubana cumplirá 60 años y los habitantes de la isla se preparan para aprobar una nueva Constitución a finales de febrero de 2019. La pensadora Isabel Rauber, quien vivió 30 años en Cuba y se doctoró en Filosofía en la Universidad de La Habana, analizó uno de los procesos históricos fundamentales de América Latina, así como los cambios que se vienen produciendo en una sociedad bloqueada, asilada y demonizada por Estados Unidos.
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"Son 60 años de un pueblo sosteniendo un proyecto de soberanía en las fauces del imperio norteamericano, bloqueado, perseguido económicamente, asilado por los medios internacionales, que trataron de transformar a Cuba en un enemigo de la humanidad. Pero, cuidado. ¡Recordemos lo que sucedió a la Unión Soviética después de 70 años! Las décadas no te dan garantía de nada. Pero hay que festejar que son 60 años de éxito de sostener un proyecto independiente de EEUU", señaló.
Rauber destacó además la figura de Fidel Castro, que hasta 2008 lideró el proceso revolucionario cubano. "No podría analizar ni pensar en la Revolución Cubana sin la presencia de Fidel, con su capacidad de relacionarse con el imperio de forma diferente. Siempre tuvo en claro que sobre sus hombros estaba la vida de todo un pueblo", sostuvo. "Fidel siempre tuvo claro el protagonismo del pueblo. Cuba es una revolución bisagra que combina la toma del poder sabiendo que ese poder tiene los pies de barro si el pueblo no la sostiene. Es el pueblo el que tiene que decidir", aseveró. Tema relacionado: Cuba creará una institución para preservar el legado de Fidel Castro
La autora de los libros 'Refundar la política, Revoluciones desde abajo y Descolonizar la subjetividad', entre otros, se refirió también al referéndum del próximo 24 de febrero, en el que los cubanos deberán votar por la reforma constitucional.
"Era necesario hacer una reforma porque si no el Estado iba a construirse de una forma no constitucional. Se legisló sobre la propiedad personal, mixta, la relación del Estado con el crédito internacional privado, las asociaciones, la propiedad cooperativa. El tema del matrimonio gay ha sido una batalla de años. No quedó escrito así. Quedó como la unión de dos personas libres, por lo que el matrimonio gay va a quedar reconocido", explicó la pensadora.
Sin embargo, reconoció que la aceptación de un sistema económico mixto puede transformar las bases de la sociedad y terminar con el igualitarismo que se propuso la revolución de 1959. "Es una pelea porque el mercado no te garantiza nada, pero son las reglas del juego y hay que jugar con eso o suicidarse. Cuba observa con interés el sistema de China de 'un país, dos sistemas'. El pueblo cubano ha apoyado siempre al Partido, pero estamos en una barrera entre ilusión y realidad. Jugar con el mercado es jugar con el filo de la navaja", advirtió Rauber.   Isabel Rauber integra el Foro del Tercer Mundo y el Foro Mundial de las Alternativas y es investigadora de la UNESCO en temas de género, pobreza urbana y procesos de transformación social.
El equipo de 'Voces del Mundo' está integrado por Telma Luzzani, Néstor Restivo, Mercedes López San Miguel, Franco Luzzani y Patricio Porta.

Telescopio

"La revolución cubana sigue como una espina clavada en la garganta del imperio"

01:05 01.01.2019 SPUTNIK NEWS
El amanecer del año 1959 en Cuba fue distinto a todos. Tanto que hasta el presente es considerado como el día que cambió la historia para este país del caribe y demostró al mundo la fuerza de la rebeldía popular. Hace 60 años los guerrilleros del movimiento 26 de julio derrotaron a la dictadura y tomaron La Habana comandados por Fidel Castro.
El amanecer del año 1959 en Cuba fue distinto a todos. Tanto que hasta el presente es considerado como el día que cambió la historia para este país del caribe y demostró al mundo la fuerza de la rebeldía popular. Hace 60 años los guerrilleros del movimiento 26 de julio derrotaron a la dictadura y tomaron La Habana comandados por Fidel Castro. Con actos en varias ciudades y recordatorios en todo el planeta este 1 de enero de 2019 tampoco será uno más. La importancia de aquella gesta es reconocida tanto por sus defensores como sus detractores, y es imposible hacer un relato de la historia de la humanidad sin mencionarla. Entre otras cosas porque sigue viva, tanto como hace seis décadas.
"Esa es la obra de la revolución cubana, que sigue aquí, como una espina clava en la garganta del imperio y un pueblo que se resiste a ser una neocolonia yanqui", declaró a Sputnik Pedro Martínez, subdirector general de Radio Habana.
El periodista —también director de Información en esa misma emisora- reafirmó que el proceso continúa y sigue contando con el apoyo popular, ya que si bien "es un país que tiene muchas cosas que resolver, está inmerso en la aprobación de una nueva Constitución, está inmerso también en perfeccionar su democracia, su socialismo, su economía, pero de ninguna manera volver atrás".
En este sentido asumió que "habrá muchas cosas que rectificar pero no se puede perder memoria histórica y desconocer el sacrificio inmenso no sólo de Fidel y los guerrilleros sino de todos los cubanos que a lo largo y ancho del archipiélago se enfrentaron a una tiranía sangrienta", dijo Martínez en relación a los 20 mil cubanos muertos en los siete años de resistencia al dictador proestadounidense Fulgencio Batista.
"Estamos contentos, felices de celebrar el 60 aniversario del triunfo de la revolución cubana", enfatizó Martínez y dijo que al gesta también "marcó el inicio de otro proceso en América Latina: que los pueblo se dieran cuenta que era posible luchar, y que era posible llegar al poder por la vía armada, por la vía electoral o cualquier vía, pero siempre con el apoyo del pueblo".

¡Continuidad!

1 enero 2019
Decía Martí que: «las palabras pomposas son innecesarias para hablar de los hombres sublimes». Y de eso se trata ahora, cuando cumplo, con honor y emoción, el mandato de nuestro pueblo de dedicar el primer pensamiento a la generación histórica que, con ejemplar consagración y humildad nos acompaña en esta hora de apremiante desafío en que Cuba espera de nosotros que seamos como ellos, capaces de librar victoriosamente todos los combates que nos esperan. (…)
Más de medio siglo de calumnias y de convites oscuros a la ruptura generacional y al desaliento frente a las dificultades, no han podido derribar las columnas del templo de nuestra fe: la Revolución de Fidel y de la Generación del Centenario de Martí, transita por su año 60 con la dignidad de sus fundadores, intacta y engrandecida por haber sabido hacer en cada momento lo que cada momento demandaba. (…)
A esa confianza que el pueblo nos entrega con su voto, hay un solo modo de corresponder: actuando, creando y trabajando sin descanso, por responder a sus demandas y necesidades, en vínculo permanente y estrecho con nuestra gente humilde, generosa y noble. (…)
Lo más importante no es, sin embargo, cuánto nos parecemos al país que somos. Lo que no podemos olvidar ni un segundo, a partir de este instante, es el compromiso que adquirimos con el pueblo y con el futuro. Todos los diputados, la dirección de la Asamblea, los miembros de los Consejos de Estado y de Ministros, tenemos nuestra primera razón de ser en la vinculación sistemática con la población, lo que nos obliga a profundizar en el análisis de los problemas que atañen a la sociedad en su conjunto y a la vida cotidiana de cubanas y cubanos, propiciando el debate amplio y sincero sobre ellos y alentando todas las maneras posibles de solucionar o atenuar su impacto con la participación de los involucrados, sea porque los aquejan o porque tienen la posibilidad de resolverlos. (…)
Esto significa, entre muchas razones, que el mandato dado por el pueblo (…) es el de dar continuidad a la Revolución Cubana en un momento histórico crucial, que estará marcado por todo lo que logremos avanzar en la actualización del modelo económico y social, perfeccionando y fortaleciendo nuestra labor en todos los ámbitos de la vida de la nación. (…)
Asumo la responsabilidad para la que se me ha elegido con la convicción de que todos los revolucionarios cubanos, desde la posición que ocupemos, desde la labor que realicemos, desde cualquier puesto de trabajo o trinchera de la patria socialista, seremos fieles al ejemplar legado del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, líder histórico de nuestra Revolución y también al ejemplo, el valor y las enseñanzas del General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder actual del proceso revolucionario. (…)
Por eso Raúl, quien ha preparado, conducido y liderado este proceso de continuidad generacional con firmeza, sin apego a cargos y responsabilidades, con elevado sentido del deber y del momento histórico, con serenidad, madurez, confianza, firmeza revolucionaria, con altruismo y modestia, se mantiene por legitimidad y  mérito propio al frente de la vanguardia política. (…)
Continúa la Revolución su curso sin una sola ausencia, porque hasta nuestros muertos nos acompañarán en las horas cruciales, como jamás dejaron de estar Céspedes, Agramonte, Maceo, Gómez, Martí, entre otros tantos, en las más duras batallas.
Acomodarnos en la gloria que nos precede para vivir a su sombra, sería traicionarla (…).
(Fragmentos del discurso de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la Sesión Constitutiva de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 19 de abril de 2018).

URUGUAY
Banderas de Uruguay

Quién es Juan Sartori, el desconocido que vino a patear el tablero de la derecha uruguaya

CC0 / Pixabay
23:30 14.12.2018 SPUTNIK NEWS
Hasta hace poco, si uno preguntaba sobre Juan Sartori al común de los uruguayos, probablemente no obtuviera ninguna respuesta. Pero en las últimas semanas, esta figura se hizo un lugar en el debate público al presentar su precandidatura a la presidencia del país por el Partido Nacional (centroderecha). Sputnik te cuenta todo al respecto de él.
La política uruguaya comienza a calentar sus motores en miras al proceso electoral, que entre mayo y noviembre de 2019 definirá el rumbo que seguirá el país en los cinco años sucesivos. En las calles y en la televisión, los distintos partidos han comenzado a hacer despliegue de piezas publicitarias, la mayor parte protagonizadas por figuras ya consolidadas en el ámbito político nacional.
Sartori es la excepción, a tal punto que su campaña inició con una serie de spots con testimonios de gente allegada a él, dando fe de su cabalidad para ejercer la presidencia: desde su madre y su abuela, pasando por camareros de restaurantes, un rematador o un cuidador de coches. Las piezas fueron lanzadas luego de unos misteriosos avisos que simplemente preguntaban "¿Quién es Juan Sartori?" y que generaron una cierta expectativa.
En los vídeos, uno los testimonios subraya su destreza al hacer asados, su madre indica la alegría como una rasgo importantísimo de su personalidad, mientras que su abuela afirma que a pesar de ser más inteligente que el resto, el precandidato nunca se vanaglorió de ello. Un hombre destaca la pasión por el fútbol del precandidato, y un mozo de restaurante dice que "siempre deja el 10%" de propina, "como debe ser".
"Quizás no conozcas a Juan Sartori. Ellos sí. Él quiere a Uruguay y sabe lo que necesita", concluyen los avisos.
A juzgar por las tendencias de búsqueda en Google, se podría inferir que muchos uruguayos realmente no conocen quién es la misteriosa persona que está detrás de ese nombre. El término de búsqueda 'quién es Juan Sartori' aparece como particularmente buscado desde Uruguay, y la mayoría de las búsquedas se concentran en los departamentos de Montevideo y Canelones, que juntos concentran a más de la mitad de la población del país.
En el gráfico de análisis para el último año, el interés a lo largo del tiempo se mantiene cercano a cero, hasta mediados de octubre, cuando algunos medios informaron de los rumores sobre la aparición de un nuevo precandidato en el Partido Nacional. Ahí el nivel llega al 45% de interés, pero luego, con el lanzamiento de la campaña de expectativa a mediados de noviembre, se alcanza el pico de 100%. Más allá de los mensajes de amigos y familiares que se han podido ver, ¿quién es Juan Sartori? Anteriormente, sí había aparecido en los diarios, no fue por su participación en política, sino en las páginas de sociales o en la sección de finanzas o agro debido a su empresa, United Agricultural Group.
Nacido en 1981, con estudios en Harvard y Suiza, el joven empresario devenido político tiene una trayectoria en el mundo de los fondos de inversión. De muy joven fundó Union Group, un fondo de inversión que opera en agricultura, energía e infraestructura, entre otras áreas. Hizo crecer esta firma hasta venderla a sus inversores, pero él permanece al frente.
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Una de las ramificaciones de este conglomerado es United Agricultural Group, que ha operado sobre todo en el sector del agro uruguayo y posee cientos de miles de hectáreas en tierras cultivables. Luego de un crecimiento exponencial entre 2008 y 2015, la firma comenzó a presentar dificultades económicas tras la caída de los precios de los commodities en 2014 y la compra de activos del grupo agropecuario argentino El Tejar en Uruguay. Tras presentar números rojos y atrasar pagos de deudas, la calificación de este gigante del agro uruguayo fue rebajada en 2017, y el estatal Banco de la República (BROU) declaró el pasivo de UAG como incobrable, mientras que otros bancos de plaza definieron como de recuperación difícil.
Sartori renunció al directorio de UAG en junio de 2018. Recientemente, la empresa emitió un comunicado que indica que las deudas no son incobrables, pues tienen un respaldo hipotecario en las tierras sobre las que opera, y que el pasivo de UAG no es responsabilidad del empresario.
Su relación con el magnate ruso Ribolóvlev
En 2015, Sartori se casó con la rusa Ekaterina Ribolovleva en la isla griega de Skorpios, la misma en la que se casaron el armador griego Aristóteles Onassis y Jacqueline Kennedy, viuda de John Fitzgerald Kennedy, en 1968. En ese momento el diario El País de Montevideo calificó este matrimonio como "la boda más ilustre de un uruguayo (al menos en lo que va del siglo)". En aquel momento él tenía 34 años y ella, 26.
Ribolovleva —que aparece en uno de los vídeos de campaña diciendo que a Sartori "le importa su país y sabe cómo hacer que las cosas pasen"— es hija del empresario multimillonario Dmitri Ribolóvlev, cuya fortuna lo ubica en el lugar 18 en la clasificación de los 200 empresarios rusos más ricos.
En su nota de 2015, El País indica que la fortuna de Ribolóvev, que estimaba en 10.000 millones de dólares, "equivale al 20% del PIB de Uruguay". Según Forbes, está en el puesto 242 entre los millonarios de todo el mundo, y estima su patrimonio en 6.800 millones de dólares, forjado en su mayoría a partir de la venta de su participación en la empresa de fertilizantes Uralkali. Ribolóvlev es también dueño del AS Monaco FC, y fue imputado en noviembre de 2018 por la Justicia del principado, debido a su presunta implicación en delitos de corrupción y tráfico de influencias.
La isla de Skorpios fue vendida a Ribolóvlev por Athina, la heredera del imperio de Onassis, por una cifra no divulgada. Y la fecha elegida por ambos para casarse coincidió con el aniversario del legendario matrimonio entre Onassis y Kennedy. El hecho fue cubierto por las revistas del corazón europeas, y mencionado tangencialmente por la prensa uruguaya.
Las reticencias en el partido de Sartori
El Partido Nacional, la fuerza política por la que Sartori aspira a la presidencia, es la principal de la oposición: cuenta con 10 senadores de un total de 30, así como 32 diputados de un total de 99. Su candidato presidencial en 2014, Luis Lacalle Pou, fue el contrincante del actual presidente Tabaré Vázquez (del progresista Frente Amplio). Perdió en el balotaje con el 46% de los votos, frente al 54% acumulado por Vázquez.
Según las leyes de Uruguay, solo puede haber una fórmula por partido para aspirar a la presidencia. Todos ciudadanos están habilitados para elegir a su candidato preferido, en comicios primarios y abiertos, no obligatorios, durante la última semana de junio del año electoral.
Sartori se suma a tres candidatos con más trayectoria dentro de las filas partidarias, conocidas ya por la ciudadanía: Lacalle Pou (hijo a su vez del expresidente Luis Alberto Lacalle), Jorge Larrañaga y Verónica Alonso, los tres integrantes del Senado. La interna de este partido es una de las más tensas y las más aguardadas.
La entrada del multimillonario no ha sido vista con buenos ojos por muchos de sus correligionarios. El diputado Pablo Abdala, vinculado al sector de Lacalle Pou dijo en Twitter que "para ser precandidato por el Partido Nacional por lo menos hay que tener legitimidad, trayectoria militante y reconocimiento partidario". "No hay lugar para paracaidistas con plata", sentenció.
"Varios me preguntan quién es Sartori, el candidato del Partido Nacional que surge ahora: no lo conozco, nunca lo vi y no sé qué piensa. Bienvenidos todos los que ayuden a sumar en el Partido, pero alguien que vive hace más de 20 años fuera del país no parece el más comprometido con los problemas de Uruguay", dijo la precandidata Verónica Alonso.

35 mujeres fueron asesinadas en delitos de género durante el 2018


31/12/2018, 16:30 TELEMUNDO-TELEDOCE
La mayoría murieron tras ser atacadas por su pareja o ex pareja.
En 2018 hubo 35 homicidios de mujeres, relacionados con su género. De esos 26 fueron catalogados como femicidios, según un relevamiento de La Diaria.
En la mayoría de los casos el responsable fue la pareja o expareja. En otros casos, algún familiar cercano como el padrastro, el hijo o el tío. El promedio de edad es de 41 años.
Casi todas fueron asesinadas con armas de fuego o armas blanca, en otros casos fueron asfixiadas, intoxicadas o muertas a golpes.
La Diaria realiza también un relevamiento de los femicidas. La tendencia es que la mitad se quita la vida luego del asesinato.
Este año solo nueve se suicidaron, mientras que 20 fueron procesados. En los seis casos restantes no hay datos sobre los homicidas. En la mayoría de las relaciones había hijos.
Este año 53 niños quedaron sin sus madres y muchos de ellos también sin sus padres.

"Bajo esta idea de que todo lo 'no moderno' es atrasado e ineficiente, el sistema

capitalista sostiene la represión y el despojo en nombre del desarrollo"

HEMISFERIO IZQUIERDO - December 7, 2018 -  Adriana Machado Torme*
Sin igual masividad pero con gran capacidad*
¿Cuántas veces te pasó de transitar todos los días la misma calle y nunca haberte dado cuenta de que en una esquina había un árbol, una persona, una tienda? Hasta que un día una amiga te dice, ¿ya viste tal cosa? Y desde entonces se transforma en parte de tu mundo real. El ser humano, solo puede ver (la realidad) que conoce. Nuestro conocimiento del mundo se da a través de una experiencia corporizada, que se transforma en lenguaje y así en posibilidades de comunicación, análisis, expresión, transformación. Los mundos que conocemos y habitamos nos moldean y habitan, tanto como el mundo que desconocemos o elegimos no habitar. Todos tenemos una manera de habitar y ser habitados, en donde nos desplegamos en relación a otros (personas y naturaleza) y en esa relación dialéctica nos reconstruimos con nuestro entorno.
Sin embargo, aunque seamos en esencia seres relacionales, sociales y ecológicamente dependientes, nuestra sociedad se construye entorno a dos separaciones; separación del individuo del colectivo, separación del humano y la naturaleza, en una percepción de tiempo lineal donde nos atormenta el pasado, nos encandila el futuro y no olvidamos del presente. Pero en la naturaleza, de donde nos creemos desprendidos, la vida gira entornos a ciclos de interdependencia y re-creación de más vida.
Gran parte de nuestro accionar se orienta al esfuerzo individual de acumulación para llevarnos del presente todo lo que podamos hacia un futuro que es visto siempre como prometedor (aunque cada vez menos). Estas son las construcciones de lo que algunos escritores han llamado la ontología moderna1 y refiere a estar y vivir en el mundo de una manera en donde todo se dirime en términos de dualismos o dicotomías jerárquicas (naturaleza/humano, cuerpo/mente, civilizado/salvaje, hombre/mujer, ciencia/no ciencia, vivo/inerte, norte/sur, izquierda/derecha). Esta construcción occidental moderna y globalizada es una mera parte del mundo, pero también es cierto que se nos presenta como universal y naturalizada.
En otros mundos de este mundo, en eso que elegimos no ver y no habitar, existen formas de ser y estar que se han denominado “las ontologías relacionales”. Son formas comunitarias que se desarrollan en un marco de respeto a todas las formas de vida, conectados con la ciclicidad de la vida en el tiempo y el espacio de este universo y otros. Así “el otros” es parte constitutiva del nosotros y no “otro” separado y aislado. Estas formas que son vistas por la modernidad como atrasadas e ineficientes, paradojalmente son las formas comunitarias y socio-ecológicas más resilientes. Son las comunidades campesinas e indígenas del mundo que sostienen la vida de las sociedades modernas, capitalistas y concentradas sobre el cemento.
El mundo no se alimenta de la producción industrial, de hecho, ella se alimenta de nosotros, dado que la sociedad en su conjunto financia a esta última asumiendo los costos o externalidades del modelo productivo. Quiero recordar que el 70% de los alimentos que se consumen en el mundo provienen de la producción familiar, campesina e indígena, con utilización del 25% de la superficie. En Uruguay la situación es similar, la producción de alimentos para la población es realizada aún mayoritariamente por la producción familiar en alrededor del 20% de la superficie.
Bajo esta idea de que todo lo "no moderno" es atrasado e ineficiente, el sistema capitalista sostiene la represión y el despojo en nombre del desarrollo. Se habilita la destrucción de los factores de vida (agua, tierra, alimentos) para ser convertidos en mercancías transables en el mercado. Vale aclarar que ni la modernidad, ni el capitalismo, es la historia de la humanidad, es parte, de una parte, de la historia, que para nuestro continente comienza a partir de la colonización y se magnifica posteriormente a la revolución industrial. De esta manera un día (de la posguerra) dos tercios de la población mundial se despertó con un discurso de Truman2 que los colocaba como subdesarrollados, como atrasados, como pobres, como parte de un estadio no deseado de la sociedad. Se definió a más de medio mundo por lo que supuestamente les faltaba y no por lo que eran. Así como la economía proviene de la escasez y el valor de cambio se determina en relación a esto, las sociedades se caracterizan cada vez más (sobre todo desde la era desarrollista) por pensarse desde la escasez. De esta manera se genera el deseo y la necesidad de consumo que posibilita el control social. Una sociedad formada sobre las bases de la abundancia no es posible de ser controlada por medio del mercado de consumo masivo.
La tierra, el agua, la fauna, la flora, la biodiversidad eran abundantes. Pero cuenta la historia, que llego un día en que ya no lo fueron. Entonces se transforman en un valor muy atractivo para el capital inversor, que desde hace décadas viene corriendo sus inversiones de los sectores industriales típicos y trasladando su modelo al agro. Pero además comienzan a surgir los mercados financieros globales, a partir de los cuales la naturaleza se transforma en un interesante mercado especulativo del capital internacional.
En Uruguay quizás desde la época de la colonización el desarrollo social gira en torno a formas ontológicas modernas y a medida que avanza la empresa y el capital, la relación con la tierra se va tornando cada día más violenta, en un esfuerzo constante de control industrial de procesos naturales de vida. Para acercarnos un poco más a nuestros tiempos diría que esto se agravó particularmente durante la dictadura militar, pero se ha profundizado en el correr de los años venideros con las políticas de promoción de inversiones extranjeras en materia de agronegocios: soja, maíz, trigo, forestación, feed lot. Consecuencias de esto se visualiza hoy, en la concentración de la tierra y la extranjerización, que tienen como su contracara el despojo de la producción familiar (recordar que entre 2000 y 2011 se contabilizaron 12.000 “explotaciones” desaparecidas, de los cuales unos 9000 eran pequeñas. ¿Cuántos más irán a 2018?).
En los últimos años hemos visualizado preocupantes situaciones de contaminación de los recursos hídricos del país. Se han relacionado casos de enfermedades laborales como efectos de la exposición a agro-químicos. El agotamiento y la degradación de los suelos comienza a visualizarse en los aumentos de las importaciones de fertilizantes para mantener rendimientos aceptables y en la baja de los niveles de ganancia (por el aumento de los costos). Además, un reciente estudio publicado por el MTSS muestra que en el sector del agro la reducción de la cantidad de ocupados desciende hace 3 años a mayores tasas que en el resto del país3.
Todo lo anterior nos habla de un modelo productivo agotado. De bienes naturales y personas, de cuerpos que ya no resisten las consecuencias del actual modelo. Lo que sostiene la vida, no es el poder económico, sino las relaciones de cooperación social y de cooperación naturaleza-sociedad. La crisis del agro es una crisis ambiental producto del modelo de desarrollo, que se manifiesta en una crisis social y económica. Sin embargo, las respuestas desde el poder político y empresarial, giran en torno a exigir más agroindustrialización de nuestros territorios y por ende de nuestros cuerpos como estrategia central de respuesta a la crisis.
Hace décadas, con un fuerte florecimiento en los últimos años, una serie de movimientos sociales y académicos del país, viene denunciando el tema, generando investigación, movilización, concientización. Muchos de estos movimientos, a veces estigmatizados e invisibilidades a propósito, vienen demostrando en la práctica que hay formas de relacionamiento humano y sociedad-naturaleza menos violentas, mas resilientes, con iguales y mayores niveles de productividad económica y con mayores capacidades de generación de empleos. Estos impulsan territorios con mayores equidades y procesos de descolonización de los cuerpos. A pesar de existir estas experiencias y conocimientos, nos siguen invitando a profundizar lo que nos está hundiendo, con más políticas del estilo ley de riego e hidroeléctricas, instalación de una nueva planta de nuevos puertos, nuevos eventos transgénicos.4
Algo que hemos visto en los últimos años en Uruguay y el mundo es que las empresas tienen más poder que los Estados nación. Es lo que diversos autores han denominado como la conformación de los Estados transnacionales; una estructura de acuerdos y organismos internacionales que en conjunto con el corporativismo empresarial utiliza los Estados para garantizar la expansión de sus capitales. Recientemente hemos observado esta situación, en las negociaciones entre el gobierno y UPM. Es importante aclarar que por ejemplo el mercado global de alimentos lo controlan tan solo 10 empresas y así podemos encontrar lo mismo con el software, la seguridad, la medicina, etc. Los dueños del mundo son pocos y se sientan en la misma mesa. Algunos ya empezaron directamente a controlar los Estados nación como tales (EEUU, Argentina).
Entonces suponiendo que aún existe una posibilidad de acción desde el poder estatal que ostentan las fuerzas políticas de gobierno, las vías no parecen muy auspiciosas. Primero por la pérdida de poder de los Estados, y segundo porque en la acumulación de fuerzas para el cambio social, es claro que esta no vendrá de la derecha (históricamente asociada al discurso neo-liberal y corporativo) y lamentablemente la posible alianza con las fuerzas progresistas se está diluyendo, dado que estos vienen dando señales de alianza al capital transnacional en lo que se denominan los modelos neo-extractivistas.
Desde algunos sectores políticos del oficialismo se cuestiona al movimiento social de izquierda diciendo que “tiran piedras de afuera”, “que le hacen el juego a la derecha”, “o se los tilda como infantilismo de izquierda”, pero el mismo progresismo necesita de esta alianza para permanecer en el gobierno. Desde los movimientos se analiza que las políticas progresistas no son una opción de transformación real del sistema. Pero se necesita de la capacidad de diálogo y consenso social que genera el Frente Amplio en comparación a los partidos de derecha o a los recientes ascensos fascistas en la región. Aunque el poder político del gobierno no sea un garante de cambio, dado el contexto regional actual, en el corto plazo me parece indispensable que las organizaciones sociales y las fuerzas progresistas logren realizar una serie de acuerdos de cooperación que evite la llegada de modelos económicos y sociales ampliamente destructivos y nefastos para la sociedad como sucede en nuestros países vecinos.
Recuerdo que cuando el Frente Amplio asumió, una de las cuestiones más repetidas en la interna era que se había logrado el poder político, pero no se tenía el poder, que se debía seguir construyendo poder popular desde fuera de los instrumentos del Estado. En estos 15 años de gobierno se debilito la acumulación social en torno a los partidos que lo conforman, y se fortaleció la acumulación en los movimientos sociales, donde surgen nuevas lógicas de relacionamiento político que difieren mucho de las lógicas partidarias. La alianza sigue siendo posible, pero se debilita y a veces parece sostenerse en aquello de que “es lo menos peor”. Pero ¿qué sucede si se mantienen modelos productivos a veces poco diferenciables de los aplicados por gobiernos de derecha? ¿Hasta cuándo es tolerable esa alianza?
No considero oportuno retroceder en las demandas sociales por nuevas políticas en materia de agro, ambiente, inversiones, etc., porque es de por sí, rol de los movimientos marcar la agenda y hacer oír su voz. Pero esperaría que el progresismo deje de socavar está débil alianza y logre diferenciarse de las opciones políticas de la derecha.
Algo de lo que me estoy convenciendo influenciada por él acercamiento a los planteos del movimiento zapatista, es que no vale la pena desgastar todas las energías en convencer “al arriba” de cuáles son nuestros derechos. Pareciera que el camino pasa por hacernos cargo colectivamente de garantizarnos a nosotros mismos nuestras demandas; derecho a tierra para trabajar, a producir alimentos sanos, a generar nuevas formas de mercado más solidarias (un ejemplo muy interesante de esto es el Mercado Popular de Subsistencias), en definitiva, construcción de autonomías locales. Otra influencia que muestra en su cotidiano un fuerte compromiso con la ruptura de estructuras jerárquico-patriarcales son los movimientos feministas de la región. Estos se re-crean como espacios horizontales de construcción y contención, marcando una diferencia con los partidos políticos, que tanto se cuestionan porque no pueden atraer a sus filas esta militancia.
¿Cómo amplificar la generación de espacios de autonomía y autogobierno territoriales donde demostrar que hay otras formas posibles? Pienso que uno de los puntos sobre lo que es necesario avanzar, tiene que ver con romper el cerco que a veces nos impone el lenguaje y la comunicación. Muchos de los movimientos sociales del país tienen un carácter citadino y están conformados por personas con niveles de formación por encima del promedio de la población, generándose algunos obstáculos para la comunicación constructiva y horizontal con sectores más humildes a la población. A su vez hay muchas familias humildes que todos los días generan estrategias de resistencias, a veces como condición de supervivencia, pero a veces lo hacen sin saber que lo hacen y con reducidas conceptualizaciones políticas de su accionar. Niveles mayores de acercamiento e interacción entre diferentes colectivos, desde la horizontalidad puede ser un interesante desafío para ampliar el campo de acción y desarrollo político de los movimientos.
Además de lenguajes y espacios de construcción que nos acerquen hace falta revalorizar mucho de lo que se nos pierde de vista. Estamos muy acostumbrados a valorar grandes experiencias, grandes movilizaciones, grandes discursos, pero en ese andar, se nos escapa miles de experiencias individuales y colectivas que todos los días generan estrategias de resistencias. Los movimientos sociales, a diferencia del atrio de la política partidaria, se mueven y permean por lo bajo, sin grandes estridencias, pero por pequeñas experiencias que sean, sumadas son potencia.
Siento que, a la desconexión, se responde con re-conexión. A la destrucción con re-construcción. A la apatía, con poesía. A la desmovilización, con organización. A los de arriba, con los de abajo. A la individualidad con organización comunitaria. A la agricultura de muerte, con agroecología. A libre comercio internacional, con mercados locales y soberanía alimentaria. A la desconfianza, con redes que tejen esperanza y confianza. A la inacción, con acción. En Uruguay hoy, la izquierda social, tiene un proyecto que son miles de esperanzas, miles de experiencias sociales y comunitarias que todos los días se recrean y fortalecen por lo bajo, sin hacer ruido, sin estridencia, generando silenciosamente las grietas que van a derrumbar el muro del capitalismo a decir de los zapatistas. Que el poder político, mediático y corporativo, las minimice, las in-visibilice, las estigmatice o incluso intente institucionalizarlas para vanagloriarse, es otra historia.
Adriana Machado es Estudiante de la Maestría en Ciencias Agrarias opción Ciencias Sociales en Fagro, Udelar.
*Frase extraída del segundo manifiesto de Hemisferio Izquierdo, “Agujeros en la niebla”.
Notas:
1 Un análisis más profundo puede encontrarse leyendo; “En el trasfondo de nuestra cultura: la tradición racionalista y el problema del dualismo ontológico” de Arturo Escobar (2013).
2 “El subdesarrollo comenzó, por tanto, el 20 de enero de 1949 (Discurso de Truman de posguerra). Ese día, dos mil millones de personas se volvieron subdesarrolladas (Dos tercios de la población mundial). En realidad, desde entonces dejaron de ser lo que eran, en toda su diversidad, y se convirtieron en un espejo invertido de la realidad de otros: un espejo que los desprecia y los envía al final de la cola, un espejo que reduce la definición de su identidad, la de una mayoría heterogénea y diversa, a los términos de una minoría pequeña y homogeneizante.” Esteva (1996) “Desarrollo”, Diccionario del desarrollo.