El 68 se iluminó con la ofensiva del Têt en Vietnam
por Pierre Rousset
24/01/2018Todo el mes de febrero prosiguieron los combates a través del país. Una segunda oleada de combates alcanza, en mayo, 119 centros urbanos y bases militares. Luego de la tercera oleada, en agosto-septiembre, las fuerzas de liberación atacan más sistemáticamente a las instalaciones norteamericanas. Pero es en febrero cuando se desarrolla el grueso de la ofensiva del Têt en 1968.
El esfuerzo consentido por las fuerzas de liberación durante este año bisagra, es considerable. Sin embargo, frente al potente fuego norteamericano, se produce un reflujo de la oleada revolucionaria. Los EEUU se benefician, al sur de Vietnam, con el monopolio absoluto de la aviación, con una ventaja considerable en armamento pesado, artillería y blindados. Los portaviones, que aumentan holgadamente, están fuera del alcance. Se inicia un repliegue. Aún no se da la victoria en esta oportunidad. Harán falta siete años más, y cuántas pérdidas, para que la revolución lo logre finalmente.
En EEUU, el golpe es terrible. A pesar de las informaciones recogidas ante el desencadenamiento de la ofensiva, el comando y el gobierno norteamericanos no supieron prevenirla ni prever su amplitud. El régimen survietnamita y el ejército saigonés hacen una ruin figura. Los combates se desarrollan frente a las cámaras de televisión. Las imágenes de muerte, instantáneas, penetran en los hogares. El movimiento antiguerra toma, en los EEUU, un nuevo vuelo. El sentimiento antiguerra se vuelve verdaderamente un factor político mayor.
La hora de la solidaridad
En el mundo, la hora es de la solidaridad con el pueblo vietnamita. La juventud radicalizada denuncia, desde México a París, la intervención norteamericana. La realidad de la dominación imperialista aparece sin disfraz, en la puesta en escena de esta guerra destructiva, masiva y tecnológica, contra un pueblo pobre que lucha por su derecho a la autodeterminación. La resistencia es heroica, la justicia está de su lado. Aún más, la victoria desde ahora parece posible, incluso si ella se aleja de nuevo en marzo. El Têt de 1968, galvaniza en muchos países a los sectores radicalizados y contestatarios de la juventud. Un latigazo es dado a las movilizaciones que anuncian el Mayo del 68 francés. Muy sintomáticamente, al grito de “Ho, Ho, Ho Chi Minh – Che, Che, Che Guevara” nuestras manifestaciones toman la delantera.
Comienzan las conferencias de París entre los vietnamitas y los norteamericanos. Pero sólo se trata aún de proseguir en la arena diplomática el combate en curso en el terreno político y militar. Las verdaderas negociaciones se iniciarán unos años más tarde. Ellas desembocarán en los Acuerdos de 1973 y el retiro de las fuerzas norteamericanas de Vietnam.
La ofensiva del Têt es uno de los más grandes acontecimientos políticos y militares de estas últimas décadas y es también uno de los más complejos. Para los “desilusionados” de 1968 y de Vietnam, como para los intelectuales de la nueva derecha, ella es sin embargo simplemente una muestra del “mito” revolucionario, incluso de la creación mediática. Si la televisión no hubiera estado en el lugar, suspira un Kissinger (3), el curso de la guerra de Vietnam habría podido ser cambiado.
Sin embargo, particularmente en este caso, los medios no han creado el hecho. Incluso no han podido amplificarlo, en tanto que era importante por sí mismo. Ellos simplemente han revelado al mundo y a la población norteamericana, para gran perjuicio de Washington, de un gobierno llamado democrático cuya política extranjera sostenía su capacidad de mentir libremente a sus electores. Los medios no han inventado el horror de la agresión imperialista, incluso probablemente jamás pudieron transmitirla en su profunda realidad, vivida.
Una guerra injusta
Si la opinión pública se dio vuelta cada vez más contra la sucia guerra en Vietnam, no era por el hecho de una agitación artificial, sostenida por los periodistas de televisión. Es porque demasiados soldados norteamericanos morían; porque la ofensiva del Têt mostraba que después de años de intervención militar, la victoria de los EEUU se alejaba más que nunca. Esta guerra injusta no tenía fin.
Lejos del mito, los acontecimientos vietnamitas de 1968 fueron reveladores. En su complejidad, ponían bien al día los rasgos esenciales del mundo contemporáneo –aún mucho más de lo que nosotros lo comprendíamos hace veinte años, mientras que nos movilizábamos en defensa de esta lucha de liberación ejemplar.
Nosotros percibimos en el momento, aunque probablemente demasiado superficialmente, lo que revelaba el Têt de 1968 en cuanto al límite de la potencia norteamericana y en cuanto al potencial extraordinario de una resistencia popular. La revolución vietnamita ya había sido, en los años 50, de aquellas que habían hecho fracasar a las grandes potencias clásicas, como Francia y Gran Bretaña. La victoria de la revolución cubana, en 1959, arrojó un formidable desafío al nuevo gendarme del mundo capitalista, los EEUU, incapaces de imponer su ley al régimen castrista, establecido a lo ancho de sus costas.
La revolución vietnamita es, en los años 60, una de las primeras en sufrir a pleno látigo el esfuerzo de guerra contrarrevolucionaria desplegado por Washington en respuesta al desafío cubano. Detrás de la presencia francesa, la intervención norteamericana en Vietnam comenzó fuerte desde temprano, mucho antes de 1954. Desde 1961, los consejeros norteamericanos llevaban a cabo su “guerra especial”. Pero es en 1965 que la escalada militar norteamericana comienza verdaderamente con el compromiso total de las fuerzas aéreas sobre el teatro de guerra indochino y el desembarco, en Vietnam del Sur, de un cuerpo expedicionario que alcanza rápidamente los 550.000 hombres.
Con todos los medios de los que dispone, Washington compromete en Vietnam una verdadera parte del dominio imperial. Se trata ante todo de restablecer la credibilidad de la potencia norteamericana, dolorosamente mal ubicada, por la lamentable expedición de la Bahía de los Cochinos en Cuba en 1961. Al filo de los años, la prueba vietnamita se vuelve una pieza maestra de la política mundial de los EEUU. Y es un fracaso, precisamente anunciado por la ofensiva del Têt en 1968.
Una parte del dominio imperial
El fracaso comienza en el mismo Vietnam. A pesar de la gravedad de los golpes dados a las fuerzas populares, la máquina de guerra norteamericana no logra quebrar el esqueleto de la resistencia; un partido comunista y un movimiento de liberación enraizados en el terreno nacional y social del país. Ayudada por décadas de experiencia, la resistencia demuestra su dureza y su movilidad. Se adapta a las nuevas condiciones siempre prosiguiendo un combate prolongado. Guarda la iniciativa estratégica, retomando regularmente la iniciativa táctica –y esto, en los terrenos político, militar y luego diplomático. Para Washington no hay victoria militar posible en estas condiciones.
Por el contrario, el imperialismo norteamericano se encuentra prisionero de los mismos medios que él utilizaba en Vietnam. Le hacía falta proteger los cuerpos expedicionarios y el ejército saigonés, reducir pérdidas políticamente insoportables, siempre asegurando el control del territorio a riesgo de ofrecerse a los golpes del enemigo. El ejército contrarrevolucionario se encuentra en una postura estática. El gobierno norteamericano depende cada vez más de una tecnología pesada y de un régimen corrupto, que él alimenta y que permanece más preocupado por sus luchas fraccionales intestinas que por la conducción del combate contra el comunismo. Washington lleva hasta el final un esfuerzo de guerra cada vez más costoso y una economía survietnamita cada vez más artificial. Círculo vicioso. No hay victoria política posible frente a la revolución, en tales condiciones. Es el impasse.
La “vietnamización”
El fracaso vietnamita se vuelve para el gobierno norteamericano, un fracaso nacional e internacional. Es con la ofensiva del Têt que la burguesía, la clase política y la casta militar norteamericanas comienzan a tomar conciencia de los límites de su potencia 4. Los recursos norteamericanos no son inagotables. La continuidad del esfuerzo de guerra entra en contradicción con las necesidades de la economía, mientras que se anuncia la crisis del dólar y el fin del período de expansión. El ambiente de los negocios se inquieta. La concentración de esfuerzos militares en Vietnam cuestionan el despliegue mundial de las fuerzas norteamericanas –desde Europa a Medio Oriente, desde el océano Indico al Pacífico Norte- y frena, a falta de medios financieros, la modernización de las armas. Cuando Corea del Norte apresa un navío espía norteamericano, Washington no puede reaccionar. El Pentágono se divide. El costo humano –en vidas norteamericanas, se entiende- se vuelve inaceptable para la población. Es en 1970 que el sentimiento antiguerra logra su punto más elevado en los EEUU. Los políticos se enloquecen.
Ahora bien, la política de “vietnamización” de la guerra, que después de 1968 apunta a reemplazar a los muertos norteamericanos por muertos vietnamitas, exige inversiones materiales masivas. De nuevo, el círculo vicioso.
Harán falta entonces varios años para que la evidencia se imponga a Washington: es necesario negociar, esperando todavía evitar la derrota, pero ya sabiendo que la victoria es imposible. Es sin dudar el Têt de 1968 el que comienza a revelar esta doble realidad: los límites de los recursos del más potente de los imperialismos, y la importancia de los recursos de los cuales puede beneficiarse una resistencia a la vez popular y nacional. Viejas verdades ciertas, pero que había que reactualizar. Son los pueblos de Indochina que debieron y supieron asestar esta demostración en el momento en que la Casa Blanca quería imponer la Pax Americana al mundo entero. Ellos pagaron por hacer esto, un costo muy elevado.
Un abanico de objetivos
La ofensiva del Têt revelaba también este costo y las nuevas dificultades de la lucha revolucionaria. Esto fue mucho menos percibido por nosotros en ese momento. Sabemos que “a la hora de la hoguera, sólo hay que mirar la luz”. No es menos importante reflexionar sobre los problemas de los revolucionarios contemporáneos, con sus rinconcillos oscuros y las contradicciones a las cuales deben hacer frente.
Es en enero de 1968 que el Buró político del Partido Comunista del Vietnam (PCV) tomó la decisión última de provocar la ofensiva del Têt. Debía ser un punto de inflexión en la guerra, torciendo cualitativamente su curso. La dirección del Partido guardaba prudentemente un abanico bastante abierto de objetivos, que iba desde una hipótesis “alta” (la apertura de una “brecha” que permita ulteriormente una victoria rápida), hasta una hipótesis “baja” (próxima a lo que pasó, con la apertura de una crisis política en los EEUU, el duplicado de las contraofensivas militares duras por parte de Washington, anunciando un proceso combinado de combates y negociaciones). El resultado de la ofensiva del Têt no estaba adelantado. La situación cambiaba rápidamente desde 1965 y las posibilidades reales debían ser testeadas en el mismo curso de la lucha. El grueso de las fuerzas regulares debían permanecer móviles, para tener tiempo de evaluar la evolución de los combates. Para obtener el máximo efecto, los levantamientos insurreccionales debían combinarse con las ofensivas propiamente militares y esto sobretodo en las ciudades. En esta perspectiva, el rol de la infraestructura política urbana, clandestina, era decisivo. (5)
La importancia acordada a los levantamientos insurreccionales y a la combinación de todas las formas de lucha es grande, en el pensamiento político-militar vietnamita. Esta sostiene las tradiciones heredadas del Komintern y, sobretodo, la experiencia fundadora de la revolución de agosto de 1945 y el enraizamiento ulterior de una guerrilla en zonas densas de población, a veces limítrofes de la metrópoli saigonesa misma, como en el bastión revolucionario de Cu Chi (6).
Los problemas aparecieron al principio de la ofensiva del Têt en 1968 (las fuerzas regulares no pudieron evolucionar tan libremente como previeron en la región saigonesa). Sin embargo, numerosos objetivos asignados fueron alcanzados, salvo uno, el mayor: no hubo movimientos insurreccionales en Saigón. En cuanto al costo de la ofensiva, fue muy elevado. Las pérdidas fueron graves. El aparato político clandestino apareció a plena luz para intentar organizar a la población.
Graves pérdidas
Numerosos cuadros sobrevivientes debieron abandonar sus zonas de implantación tradicional, una vez que el respaldo militar se inició, por miedo a la represión. Esta última sin embargo pudo golpear duramente a los militantes, en los meses y años que siguieron. La organización saigonesa, ya limitada en 1968, se encontró peligrosamente debilitada. Más en general, la revolución temporariamente perdió, después de la ofensiva, el control de una parte de su territorio anterior. En 1969, ni la revolución ni la contrarrevolución están en posición de tomar verdaderamente la iniciativa, a escala nacional. Ambas deben organizar sus fuerzas. El último balance de la ofensiva del Têt depende entonces por una parte, de la importancia de la manera en la que los adversarios reencaucen sus fuerzas, utilizando sus puntos fuertes y corrigiendo sus puntos débiles. A fines de 1968, el éxito o el fracaso de la ofensiva del Têt no está aún verdaderamente determinado. Es el PCV quien sabrá asimilar más rápido las lecciones de la experiencia y retomar así la iniciativa. Su pensamiento político-militar, probablemente el más rico entre los movimientos de liberación, continúa evolucionando. Las ofensivas de 1972 y 1975 lo testimonian.
El Têt es claramente una victoria y una victoria clave para el futuro del combate de liberación. Pero el costo es efectivamente muy elevado. Se hace sentir aún hoy, especialmente en el debilitamiento del aparato de cuadros enraizados y experimentados. Esto pesó evidentemente en los procesos de burocratización que se expresaron luego de la victoria de 1975.
Un debate, a veces severo, se desarrolla en el seno del PCV para saber si no habría sido posible obtener en 1968, los mismos resultados a menor costo, especialmente deteniendo mucho más pronto la ofensiva.
¿Cómo explicar la ausencia de movilizaciones de masas en Saigón, en febrero de 1968? En primer lugar, por el diluvio de fuego. Las fuerzas norteamericanas utilizaron toda la potencia de su armamento, sin preocuparse de los civiles. Ante una victoria militar de las fuerzas de liberación, paralizando al menos momentáneamente el tiro enemigo, ¿cómo organizar en estas condiciones un movimiento insurreccional?
Las condiciones políticas también debieron pesar. La organización del frente de liberación en la capital probablemente no era bastante fuerte para vencer ella sola, las fuerzas regulares no podían atravesar las defensas norteamericanas. Finalmente, el país se transformaba social y políticamente, surcado por una guerra cada vez más terrible, por las deportaciones de la población, las medidas sociales contrainsurreccionales, los trastornos económicos.
La ofensiva en Saigón
La ofensiva del Têt de 1968 se desencadena en un momento en el que el sur de Vietnam está en mutación, antes que la dirección del PCV tuviera verdaderamente conciencia de la profundidad de estas transformaciones. Parece, de hecho, que ella no comprenderá la medida del problema plenamente hasta después de 1975. En este país remodelado por una guerra moderna de una intensidad y de una duración sin precedentes, la cohesión social de los medios populares de Saigón fue minada progresivamente, volviendo tanto más problemática la autoactividad de las masas, tanto más difícil el trabajo de organización.
Con el correr de los años, este problema se iba a agravar; pero la experiencia del Têt en 1968 ya revelaba su importancia. La mayor parte de nosotros no supo, entonces, percibirla. Por cierto, nosotros analizábamos con una mirada independiente la historia del Partido comunista vietnamita. Pero teníamos aún una mirada ingenua sobre la revolución. Percibíamos la energía casi increíble de tal resistencia victoriosa. No sentíamos verdaderamente lo que tenía de agotador este combate, proseguido durante varias décadas con recursos materiales tan desiguales. No estábamos suficientemente educados en buscar las lecciones en las dificultades y en los fracasos.
Con el paso del tiempo, el Têt y sus consecuencias, por las cuestiones que levanta, se impone como una extraordinaria lección de iniciativa y de realismo revolucionarios. Un conjunto de experiencias que merecerían ser estudiadas de nuevo, con la ayuda de la documentación hoy disponible sobre Vietnam y las enseñanzas de las revoluciones posteriores. Para muchos de nosotros, hubo tiempo para comprender la importancia del terreno de la acción diplomática, abierta por la ofensiva de 1968.
Sabíamos que el imperialismo norteamericano iba a utilizar las debilidades burocráticas de Moscú, así como las devastaciones de la Revolución cultural maoísta y el conflicto entre China y la URSS, para intentar aislar más las revoluciones indochinas. Sabíamos hasta qué punto el PCV buscaba preservar su independencia de acción internacional, decidido como estaba a no encontrarse más en la posición subordinada que le fue impuesta después de las negociaciones de Ginebra en 1954 (7). Reconocemos el derecho absoluto a aquellos que combaten, a determinar los compromisos que pueden juzgar necesarios. Nosotros supimos evitar dos errores mayores. El primero era aquel que conducía a algunos componentes de la solidaridad a confundir su rol con el de un mediador.
Dos personalidades del movimiento antiguerra en los EEUU especialmente, se comprometían directamente sobre el terreno diplomático, buscando proponer fórmulas de compromiso aceptables a la vez para Washington y para los vietnamitas y esto, cuando estos últimos no querían comprometerse directamente, juzgando que la situación aún no lo permitía. Nosotros comprendimos que el rol de la solidaridad era otro: crear las mejores condiciones para una victoria lo más rápida y completa posible (sin perjuicio de, como a fines de 1972, responder activamente a un llamado de los vietnamitas para apoyar una iniciativa diplomática concreta). La determinación de eventuales compromisos (que están en el corazón de toda negociación) es efectivamente la responsabilidad única de aquellos que combaten, solo ellos pueden juzgar la realidad de las relaciones de fuerza que condicionan las elecciones diplomáticas.
Tampoco hemos seguido a aquellos que veían en la política de negociación de los vietnamitas una prueba de su voluntad de capitulación, percepción peligrosamente errónea defendida especialmente por una minoría en nuestro propio movimiento, a partir de un análisis profundamente incorrecto de la naturaleza del Partido Comunista del Vietnam. No hemos visto entonces, en el desbloqueo de las conversaciones de París en 1972-73 un signo de retroceso de la lucha, sino por el contrario, una avanzada del combate revolucionario.
Medíamos sin embargo con dificultad las sujeciones propias de la acción diplomática en un período defensivo. Escarmentados por dolorosas experiencias pasadas en el movimiento obrero, permanecíamos en este terreno un poquito ultraizquierdistas. Sólo habíamos estudiado demasiado parcialmente la experiencia fundadora de la revolución rusa. La negociación ruso-alemana de Brest-Litovsk en 1917-18 –negación deslumbrante de toda diplomacia secreta- nos ocultaba los problemas puestos por la de Rapallo en 1922, donde la diplomacia secreta ocupaba un lugar central. La experiencia vietnamita de 1968-73 fue para muchos de nosotros, la ocasión de estudiar por primera vez las acciones del combate en la arena internacional en toda su complejidad, lo que por ejemplo nos ayudó para analizar mejor la acción, en este dominio, de los Sandinistas, después de la victoria de la revolución nicaragüense.
Nosotros no hemos, dicho esto, nunca sido “izquierdistas” en el terreno de la solidaridad militante internacional.
Radicalización de la juventud
La solidaridad internacional y el movimiento antiguerra en los EEUU eran indispensables para la victoria de los revolucionarios indochinos. Fortalecerlos era un deber, un imperativo. La lucha de los pueblos indochinos ha jugado, por su lado, efectivamente un rol ejemplar que ayudó a la emergencia de nuevas generaciones revolucionarias en el mundo. También abrió una brecha que facilitó las luchas de liberación, de antiguas colonias portuguesas de Africa y en Nicaragua.
La solidaridad internacional siempre fue más allá de las exigencias de la situación y se puede decir que la Indochina revolucionaria ha dado de hecho al mundo, por su combate, lo que no recibió de apoyo internacional. La ayuda soviética y china han jugado por cierto un rol importante. Pero jamás estuvieron a la altura de las apuestas y las necesidades –peor aún, son acompañadas de presiones inaceptables. La movilización del movimiento obrero en los países imperialitas, ha sido tardía, demasiado frágil, por culpa ante todo de las direcciones reformistas.
Incluso en Francia, la explosión de Mayo del 68, centrando la atención de todos sobre las luchas político-sociales nacionales, interrumpió la continuidad de las movilizaciones de solidaridad en un momento sin embargo crucial. Las organizaciones de antes de Mayo (como el Comité Vietnam nacional, CVN) prácticamente dejaron de existir. Hubo que relanzar, a contracorriente, un nuevo movimiento, el Frente de solidaridad Indochino (FSI) en 1969-70. Estuvimos entre aquellos, los primeros, que han permitido esta renovación de la acción internacionalista, especialmente con personalidades intelectuales militantes.
Todo el tiempo perdido en el terreno de la solidaridad internacional, todas las evasivas criminales, todas las divisiones son pagadas caras en Indochina: con años de guerra, destrucciones, agotamientos suplementarios. ¡Los “decepcionados de Vietnam” no deberían olvidarlo!
Así mismo, las guerras sino-indochinas de 1978-79, con efectos desastrosos en la región como en el plano internacional, no deben borrar la lección de internacionalismo que fue Indochina para la generación militante de 1968 (8). Los vietnamitas necesitaban una solidaridad que fuera más dinámica y más amplia, que fuera capaz de imponerse aún más allá de las rivalidades y las querellas de los partidos y sectas. Lo hacían saber claramente. Prestos a trabajar en estos dominios con todos, el Frente Nacional de liberación tenía necesidad de una solidaridad sin precondiciones, sin un pensamiento atrasado. Esto fue, para nosotros, el aprendizaje práctico de una concepción verdaderamente unitaria de la solidaridad, a contracorriente de muchos de los sectarismos de organización: “Todo por Vietnam, todo por Indochina”.
Este fue un aprendizaje saludable, siempre de actualidad, para Nicaragua, Salvador, Filipinas, Sudáfrica, aún para muchas otras luchas. Aún más allá del cinismo o la fatiga desilusionada de numerosos viejos militantes de la generación de 1968, el internacionalismo es un “estado de espíritu” de hace veinte años que merece ser preservado y despertado aún hoy.
Notas:
1) El Têt es el nombre del año nuevo vietnamita que se celebra alrededor de un mes después del año nuevo cristiano.
2) Recordemos que de 1954 a 1975, Vietnam fue dividido en dos por una “línea de demarcación” separando al Norte el territorio controlado por la República democrática del Vietnam (RDVN), revolucionaria y al Sur, el territorio controlado por la República del Vietnam, régimen neocolonial. Las fuerzas norteamericanas tomaron, durante este período, la continuidad de las fuerzas francesas en la parte meridional del país.
3) Uno de los principales artesanos de la política extranjera norteamericana durante estos años de guerra y el jefe de la delegación norteamericana en las negociaciones de París.
4) El último libro de Gabriel Kolko presenta un análisis muy rico e interesante de la evolución global de la guerra de Vietnam y de la política norteamericana: “Vietnam, Anatomy of a War 1940-1975”, Allen & Unwin, Londres, Sydney, 1986.
5) Destacamos que ante la ausencia de una documentación suficiente, una parte de esta descripción guarda un carácter hipotético.
6) La zona de Cu Chi se volvió célebre por su extraordinaria red de túneles que permitía a la resistencia armada actuar hasta en las retaguardias enemigas.
7) En 1954, durante las negociaciones con Francia, Moscú y Pekín impusieron una serie de graves compromisos a las fuerzas revolucionarias vietnamitas, laosianas y camboyanas.
8) Para una reflexión sobre la crisis sino-indochina y el período posterior a 1975, ver “La crisis sino-indochina”, resolución del XI Congreso mundial de la Cuarta Internacional, noviembre de 1979, Inprecor N° 196 del 13 de mayo de 1985 y N° 197 del 27 de mayo de 1985.
Veterano militante de la IV Internacional, cuyo trabajo de
solidaridad con Asia ha sido fundamental, actualmente publica la página
web Europe Solidaire Sans Frontieres.
Inprecor N° 266, 23 de mayo de 1988
Estados Unidos: un país en guerra consigo mismo
Tras la masacre en una escuela de Florida, la número 18 en lo que va del año en institutos educativos, el consabido debate por el control de armas fue más lavado que nunca. Los demócratas y los pacifistas llevan todas las de perder.
Desde que
comenzó la operación Libertad Duradera en Afganistán en 2001, 2408
militares estadounidenses regresaron a su país en bolsas de plástico
hasta el último día de 2017. Es una cifra alarmante, desde ya, pero
absurdamente exigua si se la compara con los 1816 muertos por violencia
armada en lo que va de 2018. Según datos de la organización Gun Violence
Archive, en escasas seis semanas, otras 3125 personas resultaron
heridas por disparos y hubo 30 tiroteos masivos, que reciben esa
consideración cuando hay al menos cuatro muertos. La organización no
incluye en sus estadísticas los fallecidos por suicidio. Dentro de esos
parámetros, la entidad estima que 15.590 personas murieron por armas de
fuego en 2017 en la primera potencia mundial. A la luz de esos números,
se podría decir Estados Unidos vive una guerra interna.
La última masacre en una escuela ocurrida en Florida el miércoles pasado cuando Nikolas Cruz, un exalumno de 19 años, mató a 17 personas e hirió a más de 20 antes de ser detenido reavivó el debate sobre el control de armas en Estados Unidos o, mejor dicho, el no debate. El presidente Donald Trump se dirigió a una "nación de luto" al hablar del tiroteo en la escuela de Parkland, en un discurso en el que prometió enfrentar "el difícil problema de la salud mental" pero evitó mencionar medidas para el control del acceso a las armas.
Paradójicamente, fue Trump quien eliminó los pocos cambios que había logrado introducir su antecesor, Barack Obama, a través de decretos. Y uno de los controles que anuló, ni bien asumió la presidencia, fue el que prohibía que un enfermo mental pueda comprar un arma. Hoy, un joven de 19 años como Cruz pude comprar un potente rifle AR-15 como el que utilizó en la masacre (ver aparte), pero no puede comprar bebidas alcohólicas hasta cumplir los 21 años.
La postura de los dirigentes republicanos es de una liviandad ante el drama que asusta. "La reacción de los demócratas tras cualquier tragedia es politizarla. Inmediatamente empiezan a decir que debemos retirar los derechos de la Segunda Enmienda de ciudadanos cumplidores con la ley. Esa no es la respuesta correcta", afirmó Ted Cruz, senador por Texas y aspirante a la candidatura presidencial republicana en 2016. En la misma línea se expresó el también republicano Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, al indicar que el "terrible tiroteo" de Parkland no debe dar pie a un debate sobre la "supresión de los derechos de los ciudadanos".
El apoyo al uso de armas que dio Trump en su campaña presidencial fue tal, que Remington, otrora fabricante de pacíficas máquinas de escribir, se presentó en quiebra ante la caída de la demanda, ya que los compradores intuían que no habría controles y que podrían comprar las armas en cualquier momento.
La Constitución estadounidense ampara el uso de las armas de fuego, que muchos consideran parte del ADN nacional. Sus defensores recelan de cualquier cambio que dificulte la compraventa por una combinación de temor al intervencionismo del gobierno y la creencia de que las armas son necesarias para defenderse. No hay una cifra exacta de cuántas armas de fuego hay en manos de civiles en el país, pero se calcula que son unas nueve por cada diez ciudadanos. El Servicio de Investigación del Congreso calculó, en un estudio de 2012, que tres años antes había unos 310 millones de armas, cuando la población es de 321 millones de habitantes.
La rutina se repite tras cada matanza en los últimos años. Inicialmente, impulsado sobre todo por políticos demócratas y organizaciones sociales, se reabre el debate sobre un mayor control a las armas de fuego. Pero el debate decae rápidamente por la falta de consenso entre los legisladores propiciado por el rechazo de muchos políticos conservadores y la presión del poderoso lobby de la Asociación Nacional del Rifle, que destina 3 millones de dólares a mover influencias en el Congreso. El último cambio legal significativo en todo EE UU es de 2007, cuando se amplió la prohibición de venta a personas con trastornos y delincuentes. Pero eso fue anulado en el actual mandato de Donald Trump. «
15.02.2018 19:31 - MONTEVIDEO PORTAL
Estados Unidos extrayendo del mundo
“Tengo que decir que yo estoy en una posición de ventaja porque mi esposa, que es brasileña, y predijo la elección de Trump incluso antes de las primarias republicanas, cuando nadie siquiera pensaba que él se iba a postular. Y después nos dimos cuenta de que él iba ganando ampliamente y que eso estaba relacionado a algo que hemos venido diciendo: la forma en la que Estados Unidos se ve desde afuera, en la que sectores de élites son privilegiadas por encima de aquellos que han sido las víctimas tradicionales adentro y fuera del país, no es nada nueva”.
“De hecho hay una ilustración muy gráfica de ello en un reciente artículo del New York Times, en el que consigna que Estados Unidos está exigiendo que Cambodia le pague una deuda de cuando el ejército americano estaba destruyendo ese país en los 70’s, en lo que se llamó “bombardeando secreto”, y era secreto porque no se reportó oficialmente, y no se investigó seriamente. Probablemente cientos de miles de personas fueron asesinadas y gran parte del país fue destruido”.
(…)
“Durante ese periodo, había escasez de alimentos, así que el Gobierno estadounidense ofreció la compra de productos agrícolas estadounidenses a Cambodia. Era básicamente ayuda de los contribuyentes estadounidenses a empresas privadas estadounidenses, para que se ayudara a los cambodianos. Y ahora, la administración norteamericana está pidiendo que se pague esa ayuda de vuelta, y hay declaraciones de distinguidas autoridades afirmando que si no se pagan esos préstamos el sistema financiero mundial va a colapsar, pero yo creo que el más interesante comentario -que ha estado escondido por ahí- es del embajador de EE.UU. en Cambodia (William A. Heidt) que dijo algo así como ‘por alguna razón no entendemos que los cambidianos a veces hacen comentarios sobre los americanos'”.
(…)
“La guerra de Vietnam fue empujada por las élites, la invasión de Iraq fue empujada por las élites … Tomemos las políticas de hoy. El liderazgo republicano de hoy … está tratando de llevar a cabo algunos de los ataques más salvajes a la población estadounidense en la historia reciente … Los [ataques] no vienen de Trump, vienen de Paul Ryan y los líderes republicanos y su gabinete multimillonario. Eso son las élites”.
(…)
Trump y el reloj de la medianoche
“Hace dos años, [el reloj] se adelantó tres minutos hacia la medianoche. Una semana después de la investidura de Donald Trump se movió dos minutos y medio hacia la medianoche, la posición más cercana desde el año 1953”.
(…)
“Actualmente la situación es más peligrosa que en toda la ‘época nuclear’, y hoy se combina con la amenaza del calentamiento global. Pero ¿qué estamos haciendo para acabar con [este problema]? Bueno, lo que hacemos es justamente ignorarlo”, añadió.
(…)
“Si preguntas, ¿por qué la gente votó por Trump? Hay muchas razones. Algunos de ellos son comprensibles, bastante comprensibles de hecho. También estoy seguro de que ustedes han descubierto en los últimos años que, entre la clase obrera blanca blanca y la clase media baja, principalmente los hombres blancos, está sucediendo algo bastante notable: un aumento en la mortalidad. Eso no ocurre en las sociedades desarrolladas, excepto en los momentos en que ha habido guerras. Y aparentemente esto es señal de una especie de desesperanza, de desesperación … Muchas de las personas que votaron por Trump votaron por Obama, el pueblo trabajador, porque creyeron en la propaganda sobre la esperanza y el cambio… No tuvieron esperanza, no lograron el cambio, y ahora están escuchando a un estafador que dice las mismas cosas “.
La administración Trump y el cambio climático
“La intención en (el acuerdo de) París (de 2015) era llegar a un tratado verificable, pero eso no se podía hacer debido al Partido Republicano. El Partido Republicano no aceptaría compromisos vinculantes, por lo que solo hubo compromisos verbales, y esta conferencia de seguimiento (el COP 22, llevada a cabo en Marruecos en octubre de 2016) tenía la intención de poner en tela de juicio el acuerdo. El día de las elecciones de EE.UU., la Organización Meteorológica Mundial presentó un informe sobre la situación del calentamiento global y el clima, un informe muy grave, y luego concluyó la conferencia de Marruecos. Los resultados de las elecciones llegaron, todos quedaron atónitos. El resto de la conferencia fue esencialmente: ¿Podemos continuar? ¿Hay alguna esperanza de continuar cuando el país más poderoso y rico de la historia mundial decide no solo no participar sino conducir el tren hacia atrás? Y eso es lo que está sucediendo desde entonces “.
Bernie Sanders y ruptura del duopolio en las elecciones del 2016
“Creo que si echamos un vistazo a las últimas elecciones, el resultado de muchas maneras es extremadamente optimista. Y la razón es el éxito bastante notable de la campaña de Sanders. Lo que creo es un descanso, una ruptura aguda de al menos 100 años de historia política estadounidense”.
(…)
“Sanders sorprendió por completo, sin financiación, con un enorme éxito, ahora es el candidato más popular en el país. ¿Qué te dice eso sobre el electorado? Si alguien pudiera acercarse a personas con políticas que significan algo para ellas, esas… personas trabajadoras que votaron por Obama y que estaban desilusionadas, no deberían sentirse desilusionadas. Existen políticas muy sensatas que podrían satisfacer sus esperanzas y aspiraciones perfectamente justificadas. A mí no me parece una situación para desesperarse: parece ser un sistema político y económico disfuncional que puede cambiarse. El hecho de que sea un país muy libre nos da oportunidades, solo tenemos que comprenderlas”.
Segmentos extraídos de la entrevista de Wallace Shawn a Noam Chosmky en el podcast de la New York Public Library.
La última masacre en una escuela ocurrida en Florida el miércoles pasado cuando Nikolas Cruz, un exalumno de 19 años, mató a 17 personas e hirió a más de 20 antes de ser detenido reavivó el debate sobre el control de armas en Estados Unidos o, mejor dicho, el no debate. El presidente Donald Trump se dirigió a una "nación de luto" al hablar del tiroteo en la escuela de Parkland, en un discurso en el que prometió enfrentar "el difícil problema de la salud mental" pero evitó mencionar medidas para el control del acceso a las armas.
Paradójicamente, fue Trump quien eliminó los pocos cambios que había logrado introducir su antecesor, Barack Obama, a través de decretos. Y uno de los controles que anuló, ni bien asumió la presidencia, fue el que prohibía que un enfermo mental pueda comprar un arma. Hoy, un joven de 19 años como Cruz pude comprar un potente rifle AR-15 como el que utilizó en la masacre (ver aparte), pero no puede comprar bebidas alcohólicas hasta cumplir los 21 años.
La postura de los dirigentes republicanos es de una liviandad ante el drama que asusta. "La reacción de los demócratas tras cualquier tragedia es politizarla. Inmediatamente empiezan a decir que debemos retirar los derechos de la Segunda Enmienda de ciudadanos cumplidores con la ley. Esa no es la respuesta correcta", afirmó Ted Cruz, senador por Texas y aspirante a la candidatura presidencial republicana en 2016. En la misma línea se expresó el también republicano Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, al indicar que el "terrible tiroteo" de Parkland no debe dar pie a un debate sobre la "supresión de los derechos de los ciudadanos".
El apoyo al uso de armas que dio Trump en su campaña presidencial fue tal, que Remington, otrora fabricante de pacíficas máquinas de escribir, se presentó en quiebra ante la caída de la demanda, ya que los compradores intuían que no habría controles y que podrían comprar las armas en cualquier momento.
La Constitución estadounidense ampara el uso de las armas de fuego, que muchos consideran parte del ADN nacional. Sus defensores recelan de cualquier cambio que dificulte la compraventa por una combinación de temor al intervencionismo del gobierno y la creencia de que las armas son necesarias para defenderse. No hay una cifra exacta de cuántas armas de fuego hay en manos de civiles en el país, pero se calcula que son unas nueve por cada diez ciudadanos. El Servicio de Investigación del Congreso calculó, en un estudio de 2012, que tres años antes había unos 310 millones de armas, cuando la población es de 321 millones de habitantes.
La rutina se repite tras cada matanza en los últimos años. Inicialmente, impulsado sobre todo por políticos demócratas y organizaciones sociales, se reabre el debate sobre un mayor control a las armas de fuego. Pero el debate decae rápidamente por la falta de consenso entre los legisladores propiciado por el rechazo de muchos políticos conservadores y la presión del poderoso lobby de la Asociación Nacional del Rifle, que destina 3 millones de dólares a mover influencias en el Congreso. El último cambio legal significativo en todo EE UU es de 2007, cuando se amplió la prohibición de venta a personas con trastornos y delincuentes. Pero eso fue anulado en el actual mandato de Donald Trump. «
Opinión
Mentiras sobre el gasto militar
Los
17 muertos provocados ayer por un tiroteo en una escuela de Florida se
suman a los miles y miles que cada año lamentan los estadounidenses por
la proliferación de armas de guerra en su población civil, gracias a la
política de libre venta de armas. Sólo en los últimos cinco años fueron
291 los colegios afectados por ataques similares. Pero lejos de agotarse
dentro de sus fronteras, el armamentismo norteamericano se reproduce
como en un espejo en su política económica y militar, que termina
exportando muerte y destrucción a todo el mundo.
Días atrás, el presidente Donald Trump dio a conocer su proyecto de presupuesto para 2019 que contempla un enorme déficit fiscal (que tratará de trasladarlo a los demás países, sobre todo a los de la periferia) y un presupuesto militar, eufemísticamente llamado de “defensa”, de 716.000 millones de dólares, según informa la cadena CNBC. Este monto incluye 24.000 millones de dólares destinados a la modernización del programa nuclear que, en algunos comunicados, aparecía desligado del gasto militar, como si se tratara de inversiones para la producción de centrales atómicas.
Estos datos son algunas de las “posverdades” a los cuales nos tiene acostumbrados el imperialismo norteamericano. “Posverdad” o fake news –como gusta decir Donald Trump– porque se oculta la verdadera dimensión del gasto militar de Estados Unidos haciéndoselo aparecer como menor de lo que realmente es en un intento por escamotear ante la vista de la opinión pública el desenfreno militarista de un imperio que debilitado en su hegemonía política, intelectual y moral, como diría Antonio Gramsci, se repliega sobre sus capacidades destructivas para contener por la fuerza su ine- xorable declinación en un sistema internacional que ya ha asumido un formato definitivamente multipolar.
Hace muchos años que el gasto militar se convirtió en el principal motor de la economía norteamericana y fuente de fabulosas superganancias para el complejo militar-industrial-financiero que gira en torno a la producción de armamentos. En una suerte de perversa “puerta giratoria” las ganancias de este complejo se transfieren, en una pequeña porción, a la clase política. Sus empresas y lobbies son los indispensables financistas de las onerosas carreras políticas de representantes, senadores, gobernadores y presidentes, prostituyendo definitivamente el funcionamiento de la democracia en Estados Unidos y abriendo las puertas para la constitución de la corrupta plutocracia que hoy gobierna a ese país. Presidentes y legisladores, envueltos en un falso celo patriótico, retribuyen los favores recibidos concediendo jugosas contraprestaciones materiales a las empresas del sector, todo lo cual se traduce en una desorbitada, absurda e innecesaria escalada del gasto militar. Esta corruptela explica que más de la mitad de los miembros del Congreso de Estados Unidos sean millonarios, cuando la proporción de éstos en la sociedad norteamericana es de apenas 1,4% (http://cnnespanol.cnn.com/201 4/01/10/la-mayoria-de-los-miem bros-del-congreso-de-ee-uu-son -millonarios/).
No es de extrañar, en consecuencia, que desde la Guerra de Corea en adelante Estados Unidos no haya conocido un solo año sin tener tropas combatiendo en el exterior. Tampoco lo es que, pese a los optimistas anuncios oficiales, el gasto militar haya aumentado aun luego de la desaparición de quien durante los largos años de la Guerra Fría fuera su enemigo fundamental: la Unión Soviética. En este sentido, la operación propagandística del imperio pregonando los supuestos “dividendos de la paz” como fuente de una renovada ayuda al desa- rrollo quedó rápidamente al desnudo. Ni se mejoró la asignación de recursos para reducir la pobreza dentro de Estados Unidos ni se los canalizó para facilitar el progreso económico y social de los países de la periferia. Todo lo contrario, la escalada sin techo del gasto militar prosiguió su curso inalterada.
Sorprende entonces la aceptación sin beneficio de inventario de la cifra del presupuesto militar que la Administración Trump anunciara recientemente. Según los cálculos más rigurosos el gasto militar total de Estados Unidos ya traspasó el umbral considerado –hasta no hace mucho– como absolutamente insuperable, como una frontera escalofriante de un billón de dólares, es decir, un millón de millones de dólares, lo que equivale aproximadamente a la mitad del gasto militar mundial. Tradicionalmente la Casa Blanca ocultaba la verdadera dimensión de su exorbitante presupuesto militar y los medios de comunicación del imperio reproducían esa mentira. En el caso actual aquel va mucho más allá de los 716.000 millones de dólares recientemente declarado por la Casa Blanca. Esa cifra no incluye otros emolumentos derivados de la presencia bélica de EE.UU. en el mundo y que también deben ser considerados como parte del presupuesto militar del imperio. Por ejemplo, la Administración Nacional de Veteranos (VET) que tiene a su cargo ofrecer atención médica a los heridos en combate hasta el fin de sus vidas y de asistir a quienes regresan del frente desquiciados psicológicamente tiene un presupuesto para el próximo año de 198.000 millones de dólares(https://www.militaryti mes.com/veterans/2018/02/12/va -spending-up-again-in-trumps-f iscal-2019-budget-plan/).
A esta descomunal cifra hay que agregarle otros dos ítems, con datos
muy poco transparentes y disimulados en el presupuesto federal: los
destinados a la contratación de “asesores” para misiones especiales
(vulgo: mercenarios) y los “gastos de reconstrucción” para ocupar o
transitar por áreas previamente destruidas por la aviación o los drones
de EE.UU. Si se suman todos estos componentes se llega a una cifra que
supera el billón de dólares. Para comprobar la irracionalidad criminal
de este presupuesto nótese que tan sólo el gasto de la VET equivale a
poco menos que el gasto militar total de China, que asciende a 215.175
millones de dólares y que el segundo presupuesto militar del planeta. O
con el presupuesto de la Federación Rusa, que es casi tres veces
inferior al de la VET: 70.345 millones de dólares; o con el del
ultra-enemigo de EE.UU., Irán 12.383 millones de dólares. ¿Cómo
justificar tan fenomenal desproporción? Inventando enemigos, como el
ISIS, o dando pie a delirantes conspiraciones acerca del peligro que
Rusia, China, Irán o Corea del Norte representan para la seguridad
nacional norteamericana. Pero la verdad es que el gasto militar ayuda a
mover una economía de lento crecimiento y, sobre todo, alimenta al
complejo armamentístico que financia a los políticos que convierte en
millonarios. Pese a eso la dirigencia estadounidense insiste en la
vulnerabilidad de la seguridad nacional norteamericana y no cesa de
mantener a su población sumida en el miedo, un efectivo dispositivo de
dominación. Por último, con tal brutal desequilibrio de fuerzas en el
plano militar Washington reafirma su vocación de seguir siendo el
gigantesco gendarme mundial presto a actuar en cualquier lugar del
planeta para poner al capitalismo a salvo de toda amenaza. En cualquier
lugar, pero sobre todo en Nuestra América, reserva estratégica de un
imperio amenazado. La contraofensiva lanzada en los últimos años y la
creciente belicosidad en contra de Cuba y Venezuela son pruebas harto
elocuentes de esa enfermiza vocación por impedir que la tierra siga
girando y congelar la historia en el punto en que se encontraba al
anochecer del 31 de diciembre de 1958, en vísperas del triunfo de la
Revolución Cubana. Todos estos esfuerzos serán en vano, pero mientras
tanto están haciendo un daño enorme y hay que detenerlos antes de que
sea demasiado tarde porque la humanidad está en peligro.
Días atrás, el presidente Donald Trump dio a conocer su proyecto de presupuesto para 2019 que contempla un enorme déficit fiscal (que tratará de trasladarlo a los demás países, sobre todo a los de la periferia) y un presupuesto militar, eufemísticamente llamado de “defensa”, de 716.000 millones de dólares, según informa la cadena CNBC. Este monto incluye 24.000 millones de dólares destinados a la modernización del programa nuclear que, en algunos comunicados, aparecía desligado del gasto militar, como si se tratara de inversiones para la producción de centrales atómicas.
Estos datos son algunas de las “posverdades” a los cuales nos tiene acostumbrados el imperialismo norteamericano. “Posverdad” o fake news –como gusta decir Donald Trump– porque se oculta la verdadera dimensión del gasto militar de Estados Unidos haciéndoselo aparecer como menor de lo que realmente es en un intento por escamotear ante la vista de la opinión pública el desenfreno militarista de un imperio que debilitado en su hegemonía política, intelectual y moral, como diría Antonio Gramsci, se repliega sobre sus capacidades destructivas para contener por la fuerza su ine- xorable declinación en un sistema internacional que ya ha asumido un formato definitivamente multipolar.
Hace muchos años que el gasto militar se convirtió en el principal motor de la economía norteamericana y fuente de fabulosas superganancias para el complejo militar-industrial-financiero que gira en torno a la producción de armamentos. En una suerte de perversa “puerta giratoria” las ganancias de este complejo se transfieren, en una pequeña porción, a la clase política. Sus empresas y lobbies son los indispensables financistas de las onerosas carreras políticas de representantes, senadores, gobernadores y presidentes, prostituyendo definitivamente el funcionamiento de la democracia en Estados Unidos y abriendo las puertas para la constitución de la corrupta plutocracia que hoy gobierna a ese país. Presidentes y legisladores, envueltos en un falso celo patriótico, retribuyen los favores recibidos concediendo jugosas contraprestaciones materiales a las empresas del sector, todo lo cual se traduce en una desorbitada, absurda e innecesaria escalada del gasto militar. Esta corruptela explica que más de la mitad de los miembros del Congreso de Estados Unidos sean millonarios, cuando la proporción de éstos en la sociedad norteamericana es de apenas 1,4% (http://cnnespanol.cnn.com/201
No es de extrañar, en consecuencia, que desde la Guerra de Corea en adelante Estados Unidos no haya conocido un solo año sin tener tropas combatiendo en el exterior. Tampoco lo es que, pese a los optimistas anuncios oficiales, el gasto militar haya aumentado aun luego de la desaparición de quien durante los largos años de la Guerra Fría fuera su enemigo fundamental: la Unión Soviética. En este sentido, la operación propagandística del imperio pregonando los supuestos “dividendos de la paz” como fuente de una renovada ayuda al desa- rrollo quedó rápidamente al desnudo. Ni se mejoró la asignación de recursos para reducir la pobreza dentro de Estados Unidos ni se los canalizó para facilitar el progreso económico y social de los países de la periferia. Todo lo contrario, la escalada sin techo del gasto militar prosiguió su curso inalterada.
Sorprende entonces la aceptación sin beneficio de inventario de la cifra del presupuesto militar que la Administración Trump anunciara recientemente. Según los cálculos más rigurosos el gasto militar total de Estados Unidos ya traspasó el umbral considerado –hasta no hace mucho– como absolutamente insuperable, como una frontera escalofriante de un billón de dólares, es decir, un millón de millones de dólares, lo que equivale aproximadamente a la mitad del gasto militar mundial. Tradicionalmente la Casa Blanca ocultaba la verdadera dimensión de su exorbitante presupuesto militar y los medios de comunicación del imperio reproducían esa mentira. En el caso actual aquel va mucho más allá de los 716.000 millones de dólares recientemente declarado por la Casa Blanca. Esa cifra no incluye otros emolumentos derivados de la presencia bélica de EE.UU. en el mundo y que también deben ser considerados como parte del presupuesto militar del imperio. Por ejemplo, la Administración Nacional de Veteranos (VET) que tiene a su cargo ofrecer atención médica a los heridos en combate hasta el fin de sus vidas y de asistir a quienes regresan del frente desquiciados psicológicamente tiene un presupuesto para el próximo año de 198.000 millones de dólares(https://www.militaryti
El origen de la tragedia
El joven responsable de la muerte de 17 personas en escuela de Florida era parte de un grupo de supremacistas blancos
Nikolas
Cruz pertenecía a Republic of Florida, una organización que propone un
“etnoestado” blanco y alienta a “armarse” a sus integrantes.
15.02.2018 19:31 - MONTEVIDEO PORTAL
El joven Nikolas Cruz, apuntado como
responsable por la muerte de 17 personas el miércoles en un colegio en
Florida, era parte de un grupo de supremacistas blancos, denunció este
jueves un dirigente de la Liga Estadounidense AntiDifamación (ADL).
De acuerdo con Jonathan Greenblatt, gerente de la ADL, un líder del grupo "Republic of Florida" (RoF), que se identificó como Jordan Jereb, admitió que Cruz participó de sesiones de entrenamiento con otros integrantes del movimiento.
El grupo RoF se autodefine como una "organización blanca de derechos civiles que lucha por la identidad política de los blancos", que se propone la creación de un "etnoestado" en que la sociedad se vea libre de las "políticas anti-blancos".
En su página web, el movimiento afirma que es "una organización que posee una milicia". "No todos en RoF son obligados a seguir entrenamiento paramilitar. Pero todos son impulsados a armarse", señala una de las páginas del grupo.
Posteriormente, la publicación electrónica DailyBeast reportó que también contactó a Jereb, quien confirmó la pertenencia de Cruz a ese grupo supremacista.
"No sé exactamente en qué cree. Sé que él sabía bien que se estaba uniendo a una organización separatista paramilitar protofascista", habría dicho Jereb a DailyBeast.
El líder del grupo también habría sugerido a la publicación que la presencia de alumnos judíos podía tener relación con la masacre: "Había muchos judíos en esa escuela que podían estar metiéndose con él", comentó.
(Fuente: AFP)
De acuerdo con Jonathan Greenblatt, gerente de la ADL, un líder del grupo "Republic of Florida" (RoF), que se identificó como Jordan Jereb, admitió que Cruz participó de sesiones de entrenamiento con otros integrantes del movimiento.
El grupo RoF se autodefine como una "organización blanca de derechos civiles que lucha por la identidad política de los blancos", que se propone la creación de un "etnoestado" en que la sociedad se vea libre de las "políticas anti-blancos".
En su página web, el movimiento afirma que es "una organización que posee una milicia". "No todos en RoF son obligados a seguir entrenamiento paramilitar. Pero todos son impulsados a armarse", señala una de las páginas del grupo.
Posteriormente, la publicación electrónica DailyBeast reportó que también contactó a Jereb, quien confirmó la pertenencia de Cruz a ese grupo supremacista.
"No sé exactamente en qué cree. Sé que él sabía bien que se estaba uniendo a una organización separatista paramilitar protofascista", habría dicho Jereb a DailyBeast.
El líder del grupo también habría sugerido a la publicación que la presencia de alumnos judíos podía tener relación con la masacre: "Había muchos judíos en esa escuela que podían estar metiéndose con él", comentó.
(Fuente: AFP)
Preparación para Día del Juicio Final: EE.UU. lanzará al espacio satélites para una guerra nuclear
Publicado: 17 feb 2018 08:49 GMT - RT
Los nuevos satélites garantizarán la
comunicación a los militares de EE.UU. en caso de una guerra nuclear.
EE.UU.
planea lanzar nuevos satélites de frecuencia avanzada extremadamente
alta (AEHF, por sus siglas en inglés), que posibilitan la comunicación
en caso de guerra nuclear y son inmunes a las interferencias electrónicas, publica la revista Popular Mechanics.
Actualmente hay cuatro aparatos de este tipo en la órbita geoestacionaria. En 2019 y 2020 se lanzarán otros dos satélites, para cuyo desarrollo se propone asignar 29,8 millones de dólares.
Estos satélites pueden enviar señales incluso en condiciones de guerra nuclear, cuando la atmósfera está llena de partículas cargadas que emiten ondas electromagnéticas. Las comunicaciones normales no funcionan en estas condiciones, pero la tecnología AEHF aumenta la probabilidad de transmisión de señal mandando a tierra múltiples haces, algo que proporcionaría una 'línea directa' especial para la Casa Blanca.
En enero de 2018, EE.UU. lanzó un cohete portador Delta IV con un satélite militar clasificado NROL-47. Otro satélite secreto, apodado Zuma, fue lanzado el 7 de enero a bordo del Falcon 9 de la compañía estadounidense SpaceX, pero no alcanzó la órbita calculada y cayó al océano.
Actualmente hay cuatro aparatos de este tipo en la órbita geoestacionaria. En 2019 y 2020 se lanzarán otros dos satélites, para cuyo desarrollo se propone asignar 29,8 millones de dólares.
Estos satélites pueden enviar señales incluso en condiciones de guerra nuclear, cuando la atmósfera está llena de partículas cargadas que emiten ondas electromagnéticas. Las comunicaciones normales no funcionan en estas condiciones, pero la tecnología AEHF aumenta la probabilidad de transmisión de señal mandando a tierra múltiples haces, algo que proporcionaría una 'línea directa' especial para la Casa Blanca.
En enero de 2018, EE.UU. lanzó un cohete portador Delta IV con un satélite militar clasificado NROL-47. Otro satélite secreto, apodado Zuma, fue lanzado el 7 de enero a bordo del Falcon 9 de la compañía estadounidense SpaceX, pero no alcanzó la órbita calculada y cayó al océano.
Donald Trump nos acerca al “Juicio Final”
Extractos de una entrevista a Noam Chosmky en el podcast de la Biblioteca Pública
de Nueva York. Agosto de 2017. - soundcloud.com
“Tengo que decir que yo estoy en una posición de ventaja porque mi esposa, que es brasileña, y predijo la elección de Trump incluso antes de las primarias republicanas, cuando nadie siquiera pensaba que él se iba a postular. Y después nos dimos cuenta de que él iba ganando ampliamente y que eso estaba relacionado a algo que hemos venido diciendo: la forma en la que Estados Unidos se ve desde afuera, en la que sectores de élites son privilegiadas por encima de aquellos que han sido las víctimas tradicionales adentro y fuera del país, no es nada nueva”.
“De hecho hay una ilustración muy gráfica de ello en un reciente artículo del New York Times, en el que consigna que Estados Unidos está exigiendo que Cambodia le pague una deuda de cuando el ejército americano estaba destruyendo ese país en los 70’s, en lo que se llamó “bombardeando secreto”, y era secreto porque no se reportó oficialmente, y no se investigó seriamente. Probablemente cientos de miles de personas fueron asesinadas y gran parte del país fue destruido”.
(…)
“Durante ese periodo, había escasez de alimentos, así que el Gobierno estadounidense ofreció la compra de productos agrícolas estadounidenses a Cambodia. Era básicamente ayuda de los contribuyentes estadounidenses a empresas privadas estadounidenses, para que se ayudara a los cambodianos. Y ahora, la administración norteamericana está pidiendo que se pague esa ayuda de vuelta, y hay declaraciones de distinguidas autoridades afirmando que si no se pagan esos préstamos el sistema financiero mundial va a colapsar, pero yo creo que el más interesante comentario -que ha estado escondido por ahí- es del embajador de EE.UU. en Cambodia (William A. Heidt) que dijo algo así como ‘por alguna razón no entendemos que los cambidianos a veces hacen comentarios sobre los americanos'”.
(…)
“La guerra de Vietnam fue empujada por las élites, la invasión de Iraq fue empujada por las élites … Tomemos las políticas de hoy. El liderazgo republicano de hoy … está tratando de llevar a cabo algunos de los ataques más salvajes a la población estadounidense en la historia reciente … Los [ataques] no vienen de Trump, vienen de Paul Ryan y los líderes republicanos y su gabinete multimillonario. Eso son las élites”.
(…)
Trump y el reloj de la medianoche
“Hace dos años, [el reloj] se adelantó tres minutos hacia la medianoche. Una semana después de la investidura de Donald Trump se movió dos minutos y medio hacia la medianoche, la posición más cercana desde el año 1953”.
(…)
“Actualmente la situación es más peligrosa que en toda la ‘época nuclear’, y hoy se combina con la amenaza del calentamiento global. Pero ¿qué estamos haciendo para acabar con [este problema]? Bueno, lo que hacemos es justamente ignorarlo”, añadió.
(…)
“Si preguntas, ¿por qué la gente votó por Trump? Hay muchas razones. Algunos de ellos son comprensibles, bastante comprensibles de hecho. También estoy seguro de que ustedes han descubierto en los últimos años que, entre la clase obrera blanca blanca y la clase media baja, principalmente los hombres blancos, está sucediendo algo bastante notable: un aumento en la mortalidad. Eso no ocurre en las sociedades desarrolladas, excepto en los momentos en que ha habido guerras. Y aparentemente esto es señal de una especie de desesperanza, de desesperación … Muchas de las personas que votaron por Trump votaron por Obama, el pueblo trabajador, porque creyeron en la propaganda sobre la esperanza y el cambio… No tuvieron esperanza, no lograron el cambio, y ahora están escuchando a un estafador que dice las mismas cosas “.
La administración Trump y el cambio climático
“La intención en (el acuerdo de) París (de 2015) era llegar a un tratado verificable, pero eso no se podía hacer debido al Partido Republicano. El Partido Republicano no aceptaría compromisos vinculantes, por lo que solo hubo compromisos verbales, y esta conferencia de seguimiento (el COP 22, llevada a cabo en Marruecos en octubre de 2016) tenía la intención de poner en tela de juicio el acuerdo. El día de las elecciones de EE.UU., la Organización Meteorológica Mundial presentó un informe sobre la situación del calentamiento global y el clima, un informe muy grave, y luego concluyó la conferencia de Marruecos. Los resultados de las elecciones llegaron, todos quedaron atónitos. El resto de la conferencia fue esencialmente: ¿Podemos continuar? ¿Hay alguna esperanza de continuar cuando el país más poderoso y rico de la historia mundial decide no solo no participar sino conducir el tren hacia atrás? Y eso es lo que está sucediendo desde entonces “.
Bernie Sanders y ruptura del duopolio en las elecciones del 2016
“Creo que si echamos un vistazo a las últimas elecciones, el resultado de muchas maneras es extremadamente optimista. Y la razón es el éxito bastante notable de la campaña de Sanders. Lo que creo es un descanso, una ruptura aguda de al menos 100 años de historia política estadounidense”.
(…)
“Sanders sorprendió por completo, sin financiación, con un enorme éxito, ahora es el candidato más popular en el país. ¿Qué te dice eso sobre el electorado? Si alguien pudiera acercarse a personas con políticas que significan algo para ellas, esas… personas trabajadoras que votaron por Obama y que estaban desilusionadas, no deberían sentirse desilusionadas. Existen políticas muy sensatas que podrían satisfacer sus esperanzas y aspiraciones perfectamente justificadas. A mí no me parece una situación para desesperarse: parece ser un sistema político y económico disfuncional que puede cambiarse. El hecho de que sea un país muy libre nos da oportunidades, solo tenemos que comprenderlas”.
Segmentos extraídos de la entrevista de Wallace Shawn a Noam Chosmky en el podcast de la New York Public Library.
EE.UU. y sus ejercicios “humanitarios” en Panamá
por Gustavo Veiga
Página/12
La presencia militar norteamericana en la nación centroamericana genera suspicacia
Las maniobras están en pleno desarrollo y se extenderán hasta junio con la presencia de 415 militares estadounidenses. Los efectivos portarán armas, pero sobre todo gozarán de inmunidad diplomática. De fondo, el rodeo a Venezuela.
Según la Cancillería panameña, las tropas norteamericanas entrenarán a las fuerzas locales. Según la Cancillería panameña, las tropas norteamericanas entrenarán a las fuerzas locales.
En una región cada vez más militarizada, Panamá es un símbolo latente de la injerencia de Estados Unidos. Aunque Washington mira con mucha mayor atención a Venezuela, y pese a que este país no limita con el del canal, reverdecen historias de intervenciones planeadas desde la Casa Blanca. Siete veces invadió EE.UU a la pequeña nación centroamericana. La última fue en 1989. Por eso, cuando la principal potencia mundial pone un pie en su territorio, surgen de inmediato las respuestas negativas. Ahora son contra la llamada operación Nuevos Horizontes. Cuando se creó en 1984 tenía otro nombre: Fuertes caminos. Se trata de maniobras que, depende de quién lo cuente, adquieren dos sentidos. Para el Comando Sur que las dirige se trata de “ejercicios de asistencia humanitaria”. Para la cancillería local “un programa de entrenamiento dirigido a los estamentos de seguridad nacionales”.
Si se colocan en contexto los hechos de Panamá, deben analizarse junto a lo que pasa en otras fronteras vecinas. Sobre todo, a los 2.219 kilómetros de límites que comparten Colombia y Venezuela. También, pero en menor medida, a los que separan a este último país de Brasil y Guyana. Todo tiene que ver con todo y la presencia militar de Estados Unidos lo señala desde las entrañas de su historia. Esta vez el objetivo es el derrocamiento del gobierno de Nicolás Maduro. Le están rodeando la manzana. La visita reciente que hizo por la zona el jefe del Comando Sur de EE.UU, el almirante Kurt Tidd, es más de lo mismo. Se reunió con el vicepresidente colombiano, el general retirado de la Policía, Oscar Naranjo. Pocos días antes, habían conversado en Bogotá el presidente Juan Manuel Santos y el secretario de Estado Rex Tillerson.
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La ofensiva diplomática de Estados Unidos sobre Latinoamérica está a la vista. Sus resultados también. Desde México a la Argentina, los gobiernos amigos de Washington siguen como rebaño la política de aislamiento de Venezuela. Panamá es un engranaje más de ese movimiento de pinzas. En agosto pasado, cuando lo visitó el vicepresidente norteamericano Mike Pence, les recordó a sus autoridades que EE.UU había sido el primer país del mundo en reconocer su independencia. Y les manifestó su gratitud por cómo habían actuado contra Venezuela: “El presidente Trump y yo estamos sumamente agradecidos por el firme liderazgo del presidente Varela en el repudio al régimen de Maduro. Felicitamos a Panamá, en particular, por haberse sumado a los otros 11 países que firmaron la Declaración de Lima”, dijo en su discurso desde el gran canal que une a los océanos Atlántico y Pacífico.
No llama la atención entonces que Nuevos Horizontes ya esté en pleno desarrollo. Se extenderá hasta junio con la presencia de 415 militares estadounidenses. Los “ejercicios de asistencia humanitaria” como los describió Ramón Malavé, coordinador del Comando Sur en Panamá, fueron redefinidos por el columnista del diario La Estrella de Panamá, Mario Gándasegui (h) como una “invasión silenciosa”. Los efectivos portarán armas, pero sobre todo gozarán de inmunidad diplomática. Una situación que en Panamá la oposición y los movimientos sociales movilizados en la calle la viven como una violación del Tratado de Neutralidad del Canal firmado por los presidentes Omar Torrijos y Jimmy Carter en 1977. El mismo que permitió la devolución del corredor clave a fines de 1999, aunque con prerrogativas determinantes a favor de EE.UU. Un ejemplo: poder intervenir sobre la vía interoceánica a partir del año 2000 si se producían peligros a su seguridad.
Argumentos parecidos había utilizado George Bush padre cuando decidió invadir Panamá el 20 de diciembre de 1989 con una fuerza de 26 mil hombres. El problema era el ex socio político y comercial de Estados Unidos, el narco-dictador Manuel Noriega. Había prestado servicios a la CIA hasta que se retobó. Lo depusieron a costa de miles de víctimas durante el ataque. Se calculan unas 4 mil, según la Asociación de Familiares de los Caídos. El militar fue encarcelado en Miami y condenado a 40 años de prisión por la Justicia de Estados Unidos. Cumplió poco más de la mitad, fue enviado a una cárcel en Francia que también lo reclamaba y finalmente devuelto a Panamá, donde murió el 30 de mayo del año pasado. En los tres países acumuló 25 años en prisión. En 2015, a diferencia de otros militares latinoamericanos formateados en la Escuela de las Américas por EE.UU, pidió perdón por televisión a los panameños y se autodefinió como “un hijo de Dios”.
A poco más de 28 años de la invasión condenada por la ONU, hoy es revisada críticamente por la llamada Comisión 20 de diciembre. Fue aprobada en julio de 2016 por el gobierno. Su mandato expira el 1 de abril de 2019. Su presidente, Juan Planells, es el rector de la Universidad Católica Santa María (USMA) y avanza en un trabajo dificultoso para precisar el número de muertos. En diciembre de 2017 dijo que ya se estaban tomando muestras de ADN a los familiares. Pero los registros oficiales son solo parciales. En el estreno de la película Invasión de 2014, del cineasta panameño Abner Benaim, un trabajador de la morgue dijo que se habían contabilizado unos 800 asesinados hasta que se arrancaron las páginas del registro. La cuenta quedó inconclusa. El film ganó el premio de mejor documental en el festival de Biarritz, Francia, en 2015.
El recuerdo de la invasión y los bombardeos del 89 vuelve con fuerza cuando se concretan operaciones como Nuevos Horizontes. La Embajada de EE.UU le notificó al gobierno panameño sobre el ejercicio el 11 de diciembre de 2017. El gobierno lo aceptó casi un mes después, el 4 de enero de este año. Pero “las tropas norteamericanas entraron a Panamá el 2 de enero, dos días antes que la respuesta de la Cancillería”, escribió el periodista Eliécer Navarro en el diario local Crítica. Parece que estaban apuradas para realizar su tarea humanitaria en las provincias de Darién, Veraguas y Coclé.
Gustavo Veiga
Página/12
Página/12
La presencia militar norteamericana en la nación centroamericana genera suspicacia
Las maniobras están en pleno desarrollo y se extenderán hasta junio con la presencia de 415 militares estadounidenses. Los efectivos portarán armas, pero sobre todo gozarán de inmunidad diplomática. De fondo, el rodeo a Venezuela.
Según la Cancillería panameña, las tropas norteamericanas entrenarán a las fuerzas locales. Según la Cancillería panameña, las tropas norteamericanas entrenarán a las fuerzas locales.
En una región cada vez más militarizada, Panamá es un símbolo latente de la injerencia de Estados Unidos. Aunque Washington mira con mucha mayor atención a Venezuela, y pese a que este país no limita con el del canal, reverdecen historias de intervenciones planeadas desde la Casa Blanca. Siete veces invadió EE.UU a la pequeña nación centroamericana. La última fue en 1989. Por eso, cuando la principal potencia mundial pone un pie en su territorio, surgen de inmediato las respuestas negativas. Ahora son contra la llamada operación Nuevos Horizontes. Cuando se creó en 1984 tenía otro nombre: Fuertes caminos. Se trata de maniobras que, depende de quién lo cuente, adquieren dos sentidos. Para el Comando Sur que las dirige se trata de “ejercicios de asistencia humanitaria”. Para la cancillería local “un programa de entrenamiento dirigido a los estamentos de seguridad nacionales”.
Si se colocan en contexto los hechos de Panamá, deben analizarse junto a lo que pasa en otras fronteras vecinas. Sobre todo, a los 2.219 kilómetros de límites que comparten Colombia y Venezuela. También, pero en menor medida, a los que separan a este último país de Brasil y Guyana. Todo tiene que ver con todo y la presencia militar de Estados Unidos lo señala desde las entrañas de su historia. Esta vez el objetivo es el derrocamiento del gobierno de Nicolás Maduro. Le están rodeando la manzana. La visita reciente que hizo por la zona el jefe del Comando Sur de EE.UU, el almirante Kurt Tidd, es más de lo mismo. Se reunió con el vicepresidente colombiano, el general retirado de la Policía, Oscar Naranjo. Pocos días antes, habían conversado en Bogotá el presidente Juan Manuel Santos y el secretario de Estado Rex Tillerson.
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La ofensiva diplomática de Estados Unidos sobre Latinoamérica está a la vista. Sus resultados también. Desde México a la Argentina, los gobiernos amigos de Washington siguen como rebaño la política de aislamiento de Venezuela. Panamá es un engranaje más de ese movimiento de pinzas. En agosto pasado, cuando lo visitó el vicepresidente norteamericano Mike Pence, les recordó a sus autoridades que EE.UU había sido el primer país del mundo en reconocer su independencia. Y les manifestó su gratitud por cómo habían actuado contra Venezuela: “El presidente Trump y yo estamos sumamente agradecidos por el firme liderazgo del presidente Varela en el repudio al régimen de Maduro. Felicitamos a Panamá, en particular, por haberse sumado a los otros 11 países que firmaron la Declaración de Lima”, dijo en su discurso desde el gran canal que une a los océanos Atlántico y Pacífico.
No llama la atención entonces que Nuevos Horizontes ya esté en pleno desarrollo. Se extenderá hasta junio con la presencia de 415 militares estadounidenses. Los “ejercicios de asistencia humanitaria” como los describió Ramón Malavé, coordinador del Comando Sur en Panamá, fueron redefinidos por el columnista del diario La Estrella de Panamá, Mario Gándasegui (h) como una “invasión silenciosa”. Los efectivos portarán armas, pero sobre todo gozarán de inmunidad diplomática. Una situación que en Panamá la oposición y los movimientos sociales movilizados en la calle la viven como una violación del Tratado de Neutralidad del Canal firmado por los presidentes Omar Torrijos y Jimmy Carter en 1977. El mismo que permitió la devolución del corredor clave a fines de 1999, aunque con prerrogativas determinantes a favor de EE.UU. Un ejemplo: poder intervenir sobre la vía interoceánica a partir del año 2000 si se producían peligros a su seguridad.
Argumentos parecidos había utilizado George Bush padre cuando decidió invadir Panamá el 20 de diciembre de 1989 con una fuerza de 26 mil hombres. El problema era el ex socio político y comercial de Estados Unidos, el narco-dictador Manuel Noriega. Había prestado servicios a la CIA hasta que se retobó. Lo depusieron a costa de miles de víctimas durante el ataque. Se calculan unas 4 mil, según la Asociación de Familiares de los Caídos. El militar fue encarcelado en Miami y condenado a 40 años de prisión por la Justicia de Estados Unidos. Cumplió poco más de la mitad, fue enviado a una cárcel en Francia que también lo reclamaba y finalmente devuelto a Panamá, donde murió el 30 de mayo del año pasado. En los tres países acumuló 25 años en prisión. En 2015, a diferencia de otros militares latinoamericanos formateados en la Escuela de las Américas por EE.UU, pidió perdón por televisión a los panameños y se autodefinió como “un hijo de Dios”.
A poco más de 28 años de la invasión condenada por la ONU, hoy es revisada críticamente por la llamada Comisión 20 de diciembre. Fue aprobada en julio de 2016 por el gobierno. Su mandato expira el 1 de abril de 2019. Su presidente, Juan Planells, es el rector de la Universidad Católica Santa María (USMA) y avanza en un trabajo dificultoso para precisar el número de muertos. En diciembre de 2017 dijo que ya se estaban tomando muestras de ADN a los familiares. Pero los registros oficiales son solo parciales. En el estreno de la película Invasión de 2014, del cineasta panameño Abner Benaim, un trabajador de la morgue dijo que se habían contabilizado unos 800 asesinados hasta que se arrancaron las páginas del registro. La cuenta quedó inconclusa. El film ganó el premio de mejor documental en el festival de Biarritz, Francia, en 2015.
El recuerdo de la invasión y los bombardeos del 89 vuelve con fuerza cuando se concretan operaciones como Nuevos Horizontes. La Embajada de EE.UU le notificó al gobierno panameño sobre el ejercicio el 11 de diciembre de 2017. El gobierno lo aceptó casi un mes después, el 4 de enero de este año. Pero “las tropas norteamericanas entraron a Panamá el 2 de enero, dos días antes que la respuesta de la Cancillería”, escribió el periodista Eliécer Navarro en el diario local Crítica. Parece que estaban apuradas para realizar su tarea humanitaria en las provincias de Darién, Veraguas y Coclé.
Gustavo Veiga
Página/12
“Grupo de #Lima”, la dictadura de las minorías
Por Gustavo Espinoza
Treinta y cinco serán los Jefes de de Estado y de Gobierno que deberán reunirse en Lima en abril, con motivo de la VIII Cumbre de las Américas. De ellos, 12, más 2 sumados después, constituyen lo que se ha dado en llamar el “Grupo de Lima”, formado a iniciativa del mandatario peruano, Pedro Pablo Kuczynski (PPK); y cuyo propósito declarado desde un inicio fue plegarse al carro yanqui en la ofensiva contra la Venezuela Bolivariana.
Este “grupo” se ha reunido varias veces, y en todas ellas ha abordado su agenda monotemática: cómo atacar a la administración de Caracas sirviendo a los dictados de la Casa Blanca. La palabra de Donald Trump alentando esas iniciativas, sonó fuerte desde un inicio, aunque no dejó de registrar agresivas expresiones contra algunos países, entre ellos, Cuba.
El mandatario estadounidense, en efecto, dijo no hace mucho que el Perú recibía “ayuda norteamericana”, pero que a cambio de ella le enviaba droga, vale decir, cocaína. Se cuidó, por cierto, de admitir una verdad monda y lironda, y es que Estados Unidos es el país que más consume esa droga en el mundo y que, en el marco del “libre mercado”, los exportadores peruanos del sector encontraban en la patria de Jorge Washington sus mejores clientes.
Es bueno recordar que a mediados del 2016, cuando aun no se habían celebrado últimas elecciones en Estados Unidos, PPK, ya ungido mandatario peruano, abogaba por Hillary Clinton, asegurando que la elección de Trump “acarrearía enormes peligros” para nuestra región. Hay que admitir que en eso tenía razón.
Esos peligros están en marcha, solo que PPK se sumó a ellos desde que el Republicano asumió su cargo el 20 de enero de 2017, y se concentraron en la Patria de Bolívar, considerándola punto de inicio para una ofensiva generalizada cuyo blanco mayor es Nuestra América con sus ingentes recursos petroleros, gasíferos, mineros, y acuíferos, a más de su grandiosa biodiversidad.
Es claro que la política del señor Trump no tiene sólo un tinte “personal”. Lo personal, es su estilo. Pero la esencia de ella responde a los intereses de los grandes monopolios y de las corporaciones multinacionales, empeñadas en apoderarse del mundo a cualquier precio Para ellas, la guerra es apenas una contingencia del proceso histórico, consustancial a la naturaleza humana y que, si bien genera muerte y destrucción, eso debe considerarse apenas “daños colaterales”. Lo importante, será siempre el rédito financiero que de ella se derive.
Trump estuvo un tiempo entretenido en Irak, y luego se metió en una violenta “guerra verbal” contra la administración de Pyong Yang. Pero los propios coreanos -del norte y del sur- le pusieron un “paralé”. Unos, defendiendo su soberanía como Estado Socialista; y los otros su subsistencia física habida cuenta que asomaban ofertados como carne de cañón por el Imperio, apenas volaran misiles por los cielos del sudeste asiático.
De ese modo, el Donald de la historieta de hoy salió pitando de la zona y buscó nuevos rivales. Nicolás Maduro fue el elegido, y la campaña contra él alcanzó los más altos decibeles que se conocen en nuestro tiempo. Lo acusan de todo. Lo califican de dictador, aseguran que tiene “manchadas las manos de sangre”, que es un asesino, y un ladrón; que “roba a manos llenas” y que “mata de hambre a su pueblo”.
La “prensa grande” y los áulicos del Imperio –desde Aldo M. hasta “Beto” Ortiz, pasando por todas las damiselas de la tele -que no saben de la misa a la media acerca de lo que ocurre en el mundo- llenan de improperios al Jefe de Estado venezolano que está impulsando –al lado de su pueblo- un proceso profundo de cambios sociales –la Revolución Bolivariana- que se propone asegurar nuevos niveles de justicia y otra distribución de la riqueza en ese país de nuestro continente.
Hay que tener un poco de sentido común para entender realmente las cosas. Lo que hoy dice la clase dominante contra Maduro, Correa, Evo, Ortega o Lula; es básicamente lo mismo que dijo la clase dominante contra Túpac Amaru y Túpac Katari en el siglo XVIII. Lo mismo que dijo la clase dominante en el siglo XIX contra don José de San Martin y Belgrano; contra Antonio José de Sucre y Simón Bolívar. Lo mismo que dijo la clase dominante en el siglo XX contra Sandino, Farabundo Martí, Fidel Castro o Ernesto Guevara.
Es, vale decir, un conjunto irrepetible de infundios canallescos que se orientan apenas a encubrir la política de crimen y rapiña que alientan y promueven los explotadores en todo el continente. De eso, los peruanos tenemos ejemplos en abundancia.
Miremos simplemente nuestro escenario. ¿Alguien en su sano juicio puede creer que Alan García, Keiko Fujimori o PPK son gente honrada? ¿Alguien se atrevería a afirmar que García no tiene las manos “manchadas de sangre” luego de los sucesos de “El Frontón”, “Los Molinos” y otros crímenes? ¿Qué Alberto Fujimori y los suyos son “inocentes” luego del exterminio y el saqueo que consumaron contra el Perú en décadas pasadas? ¿Qué PPK es un Santo Varón, ajeno a turbios manejos financieros a costa del Estado? ¿Tienen ellos autoridad moral para denigrar al Jefe de Estado de un país hermano, cuya realidad desconocen, pero enlodan al dictado del Imperio?
Las matemáticas que usan los mandatarios de algunos países de Latinoamérica y el Caribe, son curiosas. 14 resuelven decidir sobre la voluntad de 35. Como para esos 14, el Presidente Maduro no es “bienvenido”, tampoco debe serlo para los 35 que se reunirán en abril. Ya ellos decidieron eso, en nombre de la “democracia”, y su “acuerdo” debe ser acatado por todos, incluso el “acusado”, al que PPK invitó con palabras laudatorias y zalameras , -y hasta melosas- hace apenas unas semanas.
Para ser consecuentes, esos 14 debieran acordar ya que el señor Trump será ungido como el “Visitante Ilustre” en la Cumbre, y que sus instrucciones serán acatadas sin dudas ni murmuraciones; que los 35 deberán arrodillarse a su paso y rendirle los honores y pleitesías que su alta investidura “se merece”. Por añadidura, los 14 habrán de decretar que sus decisiones serán cumplidas por los 35, que estarán, apenas, pintados en la pared.
Y es que a “los 14”, les importa una higa lo que piensen los otros mandatarios, por más que sean Presidentes como ellos, o Jefes de Estado o de Gobierno, por más que tengan también voz en las deliberaciones, y voto en las resoluciones. A los 14, lo que les importa, es la voluntad de los 14. Y es que esa “voluntad” deriva de una orden: la que trajo el Secretario de Estado Yanqui Rex Tillerson. El fue el trasmisor de las instrucciones de Trump. Los 14, los acatadores de la orden.
Pensando Américas
Treinta y cinco serán los Jefes de de Estado y de Gobierno que deberán reunirse en Lima en abril, con motivo de la VIII Cumbre de las Américas. De ellos, 12, más 2 sumados después, constituyen lo que se ha dado en llamar el “Grupo de Lima”, formado a iniciativa del mandatario peruano, Pedro Pablo Kuczynski (PPK); y cuyo propósito declarado desde un inicio fue plegarse al carro yanqui en la ofensiva contra la Venezuela Bolivariana.
Este “grupo” se ha reunido varias veces, y en todas ellas ha abordado su agenda monotemática: cómo atacar a la administración de Caracas sirviendo a los dictados de la Casa Blanca. La palabra de Donald Trump alentando esas iniciativas, sonó fuerte desde un inicio, aunque no dejó de registrar agresivas expresiones contra algunos países, entre ellos, Cuba.
El mandatario estadounidense, en efecto, dijo no hace mucho que el Perú recibía “ayuda norteamericana”, pero que a cambio de ella le enviaba droga, vale decir, cocaína. Se cuidó, por cierto, de admitir una verdad monda y lironda, y es que Estados Unidos es el país que más consume esa droga en el mundo y que, en el marco del “libre mercado”, los exportadores peruanos del sector encontraban en la patria de Jorge Washington sus mejores clientes.
Es bueno recordar que a mediados del 2016, cuando aun no se habían celebrado últimas elecciones en Estados Unidos, PPK, ya ungido mandatario peruano, abogaba por Hillary Clinton, asegurando que la elección de Trump “acarrearía enormes peligros” para nuestra región. Hay que admitir que en eso tenía razón.
Esos peligros están en marcha, solo que PPK se sumó a ellos desde que el Republicano asumió su cargo el 20 de enero de 2017, y se concentraron en la Patria de Bolívar, considerándola punto de inicio para una ofensiva generalizada cuyo blanco mayor es Nuestra América con sus ingentes recursos petroleros, gasíferos, mineros, y acuíferos, a más de su grandiosa biodiversidad.
Es claro que la política del señor Trump no tiene sólo un tinte “personal”. Lo personal, es su estilo. Pero la esencia de ella responde a los intereses de los grandes monopolios y de las corporaciones multinacionales, empeñadas en apoderarse del mundo a cualquier precio Para ellas, la guerra es apenas una contingencia del proceso histórico, consustancial a la naturaleza humana y que, si bien genera muerte y destrucción, eso debe considerarse apenas “daños colaterales”. Lo importante, será siempre el rédito financiero que de ella se derive.
Trump estuvo un tiempo entretenido en Irak, y luego se metió en una violenta “guerra verbal” contra la administración de Pyong Yang. Pero los propios coreanos -del norte y del sur- le pusieron un “paralé”. Unos, defendiendo su soberanía como Estado Socialista; y los otros su subsistencia física habida cuenta que asomaban ofertados como carne de cañón por el Imperio, apenas volaran misiles por los cielos del sudeste asiático.
De ese modo, el Donald de la historieta de hoy salió pitando de la zona y buscó nuevos rivales. Nicolás Maduro fue el elegido, y la campaña contra él alcanzó los más altos decibeles que se conocen en nuestro tiempo. Lo acusan de todo. Lo califican de dictador, aseguran que tiene “manchadas las manos de sangre”, que es un asesino, y un ladrón; que “roba a manos llenas” y que “mata de hambre a su pueblo”.
La “prensa grande” y los áulicos del Imperio –desde Aldo M. hasta “Beto” Ortiz, pasando por todas las damiselas de la tele -que no saben de la misa a la media acerca de lo que ocurre en el mundo- llenan de improperios al Jefe de Estado venezolano que está impulsando –al lado de su pueblo- un proceso profundo de cambios sociales –la Revolución Bolivariana- que se propone asegurar nuevos niveles de justicia y otra distribución de la riqueza en ese país de nuestro continente.
Hay que tener un poco de sentido común para entender realmente las cosas. Lo que hoy dice la clase dominante contra Maduro, Correa, Evo, Ortega o Lula; es básicamente lo mismo que dijo la clase dominante contra Túpac Amaru y Túpac Katari en el siglo XVIII. Lo mismo que dijo la clase dominante en el siglo XIX contra don José de San Martin y Belgrano; contra Antonio José de Sucre y Simón Bolívar. Lo mismo que dijo la clase dominante en el siglo XX contra Sandino, Farabundo Martí, Fidel Castro o Ernesto Guevara.
Es, vale decir, un conjunto irrepetible de infundios canallescos que se orientan apenas a encubrir la política de crimen y rapiña que alientan y promueven los explotadores en todo el continente. De eso, los peruanos tenemos ejemplos en abundancia.
Miremos simplemente nuestro escenario. ¿Alguien en su sano juicio puede creer que Alan García, Keiko Fujimori o PPK son gente honrada? ¿Alguien se atrevería a afirmar que García no tiene las manos “manchadas de sangre” luego de los sucesos de “El Frontón”, “Los Molinos” y otros crímenes? ¿Qué Alberto Fujimori y los suyos son “inocentes” luego del exterminio y el saqueo que consumaron contra el Perú en décadas pasadas? ¿Qué PPK es un Santo Varón, ajeno a turbios manejos financieros a costa del Estado? ¿Tienen ellos autoridad moral para denigrar al Jefe de Estado de un país hermano, cuya realidad desconocen, pero enlodan al dictado del Imperio?
Las matemáticas que usan los mandatarios de algunos países de Latinoamérica y el Caribe, son curiosas. 14 resuelven decidir sobre la voluntad de 35. Como para esos 14, el Presidente Maduro no es “bienvenido”, tampoco debe serlo para los 35 que se reunirán en abril. Ya ellos decidieron eso, en nombre de la “democracia”, y su “acuerdo” debe ser acatado por todos, incluso el “acusado”, al que PPK invitó con palabras laudatorias y zalameras , -y hasta melosas- hace apenas unas semanas.
Para ser consecuentes, esos 14 debieran acordar ya que el señor Trump será ungido como el “Visitante Ilustre” en la Cumbre, y que sus instrucciones serán acatadas sin dudas ni murmuraciones; que los 35 deberán arrodillarse a su paso y rendirle los honores y pleitesías que su alta investidura “se merece”. Por añadidura, los 14 habrán de decretar que sus decisiones serán cumplidas por los 35, que estarán, apenas, pintados en la pared.
Y es que a “los 14”, les importa una higa lo que piensen los otros mandatarios, por más que sean Presidentes como ellos, o Jefes de Estado o de Gobierno, por más que tengan también voz en las deliberaciones, y voto en las resoluciones. A los 14, lo que les importa, es la voluntad de los 14. Y es que esa “voluntad” deriva de una orden: la que trajo el Secretario de Estado Yanqui Rex Tillerson. El fue el trasmisor de las instrucciones de Trump. Los 14, los acatadores de la orden.
Pensando Américas
Estados Unidos siempre necesita ir a la guerra
Sergio Rodríguez G. | Sábado 17 de febrero 2018 11:02 hrs.
Cuando era niño, todo era muy simple: se circunscribía a los
buenos y los malos, sin importar si la referencia estaba relacionada con
la segunda guerra mundial, el lejano oeste, el correcaminos o las
telenovelas. Tal vez, ello estaba vinculado a los tiempos de guerra fría
y al mundo bipolar, lo cual tenía un evidente influjo en el cine y la
televisión. De hecho, el análisis en esta época era menos complejo que
en la actualidad, se ajustaba a la simpleza de que lo que era bueno para
uno, era malo para el otro y viceversa. Sin embargo, el mundo unipolar
que emergió tras el 11 de septiembre de 2001 y los intentos de Estados
Unidos por perpetuarlos por un lado, y las resistencias que eso ha
generado, por el otro, han complicado la determinación de las variables
positivas y negativas en el estudio de la dinámica internacional.
No obstante lo anterior, si hay un elemento que no se ha modificado un ápice, es el papel agresivo de Estados Unidos y su persistencia en la utilización del conflicto y la guerra como principal instrumento de su política exterior. Los días recientes además, han sido testigos ya no sólo de su perseverante búsqueda de cauces violentos para dirimir los trances de la política, sino que ahora han agregado una obsesiva intencionalidad de impedir a toda costa cualquier atisbo de negociación, diálogo y demanda de paz, a través de formas civilizadas, democráticas y ajustadas al derecho internacional.
El 29 de enero se realizó en Sochi, Rusia, el Congreso del Diálogo Nacional Sirio, con la participación de 1.393 delegados de la muy variada sociedad siria, incluyendo dirigentes de oposición que asistieron a título individual, así como miembros de las minorías kurdas, yazidíes, drusas y turcomanas, para reunirse a fin de hacer un esfuerzo en pos de una solución pacífica a la crisis del país, además de impulsar los trabajos para la redacción de una nueva Constitución. Junto a Turquía, Irán y Rusia (países del grupo de Astaná garantes del alto al fuego en Siria, estuvieron presentes como observadores, representantes de Egipto, Jordania, Irak, Kazajistán, Líbano y Arabia Saudita, la que sin embargo dio órdenes de no asistir, a las fuerzas bajo su control agrupadas en la Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN), que a su vez forma parte de la Coalición Nacional Siria (CNS), alianza en la que confluyen fuerzas políticas y organizaciones terroristas armadas y financiadas por Estados Unidos. Empero, estuvo presente el enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, llevando la palabra del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien manifestó que el evento sería “una contribución importante a un proceso de conversaciones revivido dentro de Siria bajo los auspicios de las Naciones Unidas en Ginebra, basado en la plena aplicación del Comunicado de Ginebra (2012) y de la resolución 2254 del Consejo de Seguridad (2015)”. Sin embargo, Estados Unidos además de no asistir, opinó que era una reunión innecesaria porque sus acuerdos serían “por una única vez”. Solo unos días después las organizaciones terroristas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) Y Estado Islámico (EI), lanzaron un ataque en el este del país en la provincia de Deir Ezzor, con la participación de fuerzas terrestres y apoyo aéreo estadounidenses, causando la muerte de unas 100 personas miembros de fuerzas locales que combaten al terrorismo. Esto podía dar la pista de porque Estados Unidos rechaza el dialogo y asume que los acuerdos logrados no tendrán efectos.
Otro escenario con una situación similar es Corea. Los juegos olímpicos de invierno que se desarrollan en la localidad de Pyeongchang en Corea del Sur, han servido para producir un impensado acercamiento entre las dos partes de la península. La República Popular Democrática de Corea (RPDC) envió al evento, además de una delegación deportiva, otra cultural y una de alto nivel estatal encabezada por el presidente de la Asamblea Suprema del Pueblo de la RPDC Kim Yong-nam y por Kim Yo-hong, hermana del líder Kim Jong-un. El acontecimiento posibilitó varios intercambios amistosos que derivaron en la invitación al presidente surcoreano, Moon Jae-in, para visitar Pyongyang “lo antes posible”. Moon aceptó la invitación, afirmando que acudirá a la capital del país vecino una vez se realicen los preparativos necesarios. Ante esta posibilidad, el líder norcoreano afirmó que “Es importante seguir obteniendo buenos resultados, alentando aún más el clima cálido de reconciliación y diálogo creado por las fuertes ganas y la voluntad común del Norte y el Sur, que aprovecharon los Juegos Olímpicos de Invierno como un impulso”. Tales declaraciones produjeron indudable jolgorio en la mayor parte del mundo y una sensación de distensión que augura la posibilidad de iniciar un camino de paz. No obstante, en Washington la impresión fue diferente: la Subsecretaria de Estado para Asuntos de Asia Oriental y el Pacífico, Susan Thornton hablando sobre el tema, expuso que el objetivo de Estados Unidos era lograr la desnuclearización de la península, en ningún momento mencionó la retirada del gigantesco contingente militar de su país de corea del Sur, verdadera causa de la tensión en la región. Pero, Thornton fue incluso más allá: en tono amenazante aseguró que alcanzarían ese objetivo “de una forma u otra”, contrariando así el proyecto de paz de China y Rusia que apunta a ambas acciones, es decir lo que se ha dado en llamar un “plan de doble congelación”. Reafirmando la opinión de la subsecretaria, el vicepresidente de la belicista nación, Mike Pence afirmó que Estados Unidos se propone seguir presionando a Pyongyang a través de “elevadas y crecientes sanciones” hasta que de “pasos claros” hacia la desnuclearización, insistiendo en que: “La idea es que no quitaremos la presión hasta que realmente estén haciendo algo significativo hacia la desnuclearización“, a partir de lo cual “… la campaña de presión máxima continuará y se intensificará. Pero si quieren hablar, hablaremos”.
Vistas así las cosas, no hay porque sorprenderse ante la llamada de teléfono que le hicieran Tillerson y Santos desde Bogotá, al representante de la oposición venezolana Julio Borges, obligándolo a no firmar el acuerdo al que habían llegado con el gobierno, teniendo como testigos al presidente de República Dominicana Danilo Medina y al ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Al igual que en los dos casos anteriores, la actuación del canciller imperial sigue una norma de conducta de su gobierno, para lo cual utiliza a Santos, un militarista confeso, que ya dirigió un ataque armado contra otro país, hecho del cual se vanagloria públicamente mientras le disputa a Uribe su autoría intelectual.
Cuando observo estos hechos, siempre recuerdo al periodista británico George Monbiot, columnista del periódico londinense The Guardian, quien en los días previos a la invasión de la OTAN a Irak afirmó que: “Si Estados Unidos no se estuviera preparando para atacar Irak, se estaría preparando para atacar otra nación. Estados Unidos irá a la guerra porque necesita un país con el cual ir a la guerra”.
No obstante lo anterior, si hay un elemento que no se ha modificado un ápice, es el papel agresivo de Estados Unidos y su persistencia en la utilización del conflicto y la guerra como principal instrumento de su política exterior. Los días recientes además, han sido testigos ya no sólo de su perseverante búsqueda de cauces violentos para dirimir los trances de la política, sino que ahora han agregado una obsesiva intencionalidad de impedir a toda costa cualquier atisbo de negociación, diálogo y demanda de paz, a través de formas civilizadas, democráticas y ajustadas al derecho internacional.
El 29 de enero se realizó en Sochi, Rusia, el Congreso del Diálogo Nacional Sirio, con la participación de 1.393 delegados de la muy variada sociedad siria, incluyendo dirigentes de oposición que asistieron a título individual, así como miembros de las minorías kurdas, yazidíes, drusas y turcomanas, para reunirse a fin de hacer un esfuerzo en pos de una solución pacífica a la crisis del país, además de impulsar los trabajos para la redacción de una nueva Constitución. Junto a Turquía, Irán y Rusia (países del grupo de Astaná garantes del alto al fuego en Siria, estuvieron presentes como observadores, representantes de Egipto, Jordania, Irak, Kazajistán, Líbano y Arabia Saudita, la que sin embargo dio órdenes de no asistir, a las fuerzas bajo su control agrupadas en la Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN), que a su vez forma parte de la Coalición Nacional Siria (CNS), alianza en la que confluyen fuerzas políticas y organizaciones terroristas armadas y financiadas por Estados Unidos. Empero, estuvo presente el enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, llevando la palabra del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien manifestó que el evento sería “una contribución importante a un proceso de conversaciones revivido dentro de Siria bajo los auspicios de las Naciones Unidas en Ginebra, basado en la plena aplicación del Comunicado de Ginebra (2012) y de la resolución 2254 del Consejo de Seguridad (2015)”. Sin embargo, Estados Unidos además de no asistir, opinó que era una reunión innecesaria porque sus acuerdos serían “por una única vez”. Solo unos días después las organizaciones terroristas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) Y Estado Islámico (EI), lanzaron un ataque en el este del país en la provincia de Deir Ezzor, con la participación de fuerzas terrestres y apoyo aéreo estadounidenses, causando la muerte de unas 100 personas miembros de fuerzas locales que combaten al terrorismo. Esto podía dar la pista de porque Estados Unidos rechaza el dialogo y asume que los acuerdos logrados no tendrán efectos.
Otro escenario con una situación similar es Corea. Los juegos olímpicos de invierno que se desarrollan en la localidad de Pyeongchang en Corea del Sur, han servido para producir un impensado acercamiento entre las dos partes de la península. La República Popular Democrática de Corea (RPDC) envió al evento, además de una delegación deportiva, otra cultural y una de alto nivel estatal encabezada por el presidente de la Asamblea Suprema del Pueblo de la RPDC Kim Yong-nam y por Kim Yo-hong, hermana del líder Kim Jong-un. El acontecimiento posibilitó varios intercambios amistosos que derivaron en la invitación al presidente surcoreano, Moon Jae-in, para visitar Pyongyang “lo antes posible”. Moon aceptó la invitación, afirmando que acudirá a la capital del país vecino una vez se realicen los preparativos necesarios. Ante esta posibilidad, el líder norcoreano afirmó que “Es importante seguir obteniendo buenos resultados, alentando aún más el clima cálido de reconciliación y diálogo creado por las fuertes ganas y la voluntad común del Norte y el Sur, que aprovecharon los Juegos Olímpicos de Invierno como un impulso”. Tales declaraciones produjeron indudable jolgorio en la mayor parte del mundo y una sensación de distensión que augura la posibilidad de iniciar un camino de paz. No obstante, en Washington la impresión fue diferente: la Subsecretaria de Estado para Asuntos de Asia Oriental y el Pacífico, Susan Thornton hablando sobre el tema, expuso que el objetivo de Estados Unidos era lograr la desnuclearización de la península, en ningún momento mencionó la retirada del gigantesco contingente militar de su país de corea del Sur, verdadera causa de la tensión en la región. Pero, Thornton fue incluso más allá: en tono amenazante aseguró que alcanzarían ese objetivo “de una forma u otra”, contrariando así el proyecto de paz de China y Rusia que apunta a ambas acciones, es decir lo que se ha dado en llamar un “plan de doble congelación”. Reafirmando la opinión de la subsecretaria, el vicepresidente de la belicista nación, Mike Pence afirmó que Estados Unidos se propone seguir presionando a Pyongyang a través de “elevadas y crecientes sanciones” hasta que de “pasos claros” hacia la desnuclearización, insistiendo en que: “La idea es que no quitaremos la presión hasta que realmente estén haciendo algo significativo hacia la desnuclearización“, a partir de lo cual “… la campaña de presión máxima continuará y se intensificará. Pero si quieren hablar, hablaremos”.
Vistas así las cosas, no hay porque sorprenderse ante la llamada de teléfono que le hicieran Tillerson y Santos desde Bogotá, al representante de la oposición venezolana Julio Borges, obligándolo a no firmar el acuerdo al que habían llegado con el gobierno, teniendo como testigos al presidente de República Dominicana Danilo Medina y al ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Al igual que en los dos casos anteriores, la actuación del canciller imperial sigue una norma de conducta de su gobierno, para lo cual utiliza a Santos, un militarista confeso, que ya dirigió un ataque armado contra otro país, hecho del cual se vanagloria públicamente mientras le disputa a Uribe su autoría intelectual.
Cuando observo estos hechos, siempre recuerdo al periodista británico George Monbiot, columnista del periódico londinense The Guardian, quien en los días previos a la invasión de la OTAN a Irak afirmó que: “Si Estados Unidos no se estuviera preparando para atacar Irak, se estaría preparando para atacar otra nación. Estados Unidos irá a la guerra porque necesita un país con el cual ir a la guerra”.
Estado español
OCHENTA MUJERES FUERON EJECUTADAS EN LA TAPIA DEL CEMENTERIO DEL ESTE ENTRE 1939 Y 1944
La historia de María Lozano, una de las primeras fusiladas por la dictadura franquista en Madrid
Así lo recoge el informe "Listado de personas ejecutadas durante la posguerra (1939-1944) en la ciudad de Madrid"
elaborado por un equipo encabezado por el historiador Fernando
Hernández y que se ha presentado este martes en la sede del
Ayuntamiento.
13 de Febrero de 2018 (11:16 h.)
Se llamaba María de la Salud Paz Lozano Hernández, y había nacido en Valladolid el 11 de octubre de 1909. Sus padres se llamaban Ramón Lozano y Encarnación Hernández, y pertenecía a la Solidaridad Internacional Antifascista, creada por la CNT en Valencia en abril de 1937.
Ingresó en la madrileña prisión de Ventas el 1 de diciembre de 1939. Al final de la guerra -concretamente el 15 de junio- había dado a luz un bebé, de nombre Florentino, que en ese momento tenía cinco meses de edad. Se llamaba como su padre, Florentino Salcedo Abascal, nacido en Valladolid el 19 de junio de 1904.
El martes 16 de enero de 1940 a las once de la noche, según figura en el certificado médico expedido por el médico de la prisión, fallecía el niño a causa de una bronconeumonía. Su padre, que había sido detenido y encerrado en la cárcel de Santa Rita el mismo día que María, fue fusilado en el cementerio del Este al día siguiente, miércoles 17.
Horas después, en la madrugada del viernes 19, la joven libertaria -conocida como "La gitana"- salió de la prisión para no volver jamás. El testimonio de Josefina Amalia Villa (citado aquí) abre el segundo tomo del libro "Cárcel de mujeres" (1985), de Tomasa Cuevas, y relata un caso muy semejante al de María Lozano. Posiblemente sea el mismo:
La gitana
"Formaban parte de un mismo expediente anarquista ella y una mujer que ingresó embarazada -y a eso debió su vida-, y los maridos, fusilados ambos. La pobre gitana tenía consigo a un niñito. La criatura enfermó y murió: aquella tarde estaba la mujer al lado del cuerpecillo como muerta también. Por la noche llegó la orden de ejecución. Se pidió, y se consiguió, que la dejasen vivir aquella noche. ¡Sólo una noche más al lado del cuerpo del hijo muerto! Cuando vinieron a buscarla, veinticuatro horas más tarde, iba como muerta, arrastrada, empujada, sin voluntad, sin vida ya".
Según el informe, casi 3.000 personas fueron fusiladas o agarrotadas en Madrid entre 1939 y 1945. Además de las Trece Rosas, otras sesenta y siete mujeres. Todas, asesinadas en las inmediaciones de la tapia del cementerio del Este.
Ingresó en la madrileña prisión de Ventas el 1 de diciembre de 1939. Al final de la guerra -concretamente el 15 de junio- había dado a luz un bebé, de nombre Florentino, que en ese momento tenía cinco meses de edad. Se llamaba como su padre, Florentino Salcedo Abascal, nacido en Valladolid el 19 de junio de 1904.
El martes 16 de enero de 1940 a las once de la noche, según figura en el certificado médico expedido por el médico de la prisión, fallecía el niño a causa de una bronconeumonía. Su padre, que había sido detenido y encerrado en la cárcel de Santa Rita el mismo día que María, fue fusilado en el cementerio del Este al día siguiente, miércoles 17.
Horas después, en la madrugada del viernes 19, la joven libertaria -conocida como "La gitana"- salió de la prisión para no volver jamás. El testimonio de Josefina Amalia Villa (citado aquí) abre el segundo tomo del libro "Cárcel de mujeres" (1985), de Tomasa Cuevas, y relata un caso muy semejante al de María Lozano. Posiblemente sea el mismo:
La gitana
"Formaban parte de un mismo expediente anarquista ella y una mujer que ingresó embarazada -y a eso debió su vida-, y los maridos, fusilados ambos. La pobre gitana tenía consigo a un niñito. La criatura enfermó y murió: aquella tarde estaba la mujer al lado del cuerpecillo como muerta también. Por la noche llegó la orden de ejecución. Se pidió, y se consiguió, que la dejasen vivir aquella noche. ¡Sólo una noche más al lado del cuerpo del hijo muerto! Cuando vinieron a buscarla, veinticuatro horas más tarde, iba como muerta, arrastrada, empujada, sin voluntad, sin vida ya".
El nombre y el expediente procesal de María Lozano ya
habían sido localizados hace años en el archivo del Centro
Penitenciario Victoria Kent. Ahora, el informe elaborado por un grupo de
expertos para el Ayuntamiento de Madrid -presentado este martes- la
señala como una de las primeras mujeres ejecutadas en Madrid al
finalizar la guerra civil, dato que ya aparecía en el Mujeres encarceladas: la prisión de Ventas, de la República al franquismo, de Fernando Hernández, a su vez coordinador del informe. Su identidad pudo completarse gracias a los datos que facilitó la familia a la asociación Memoria y Libertad.
Como adelantó Nueva Tribuna, los presos varones procedentes de las numerosas cárceles de la capital (Torrijos, Santa Rita, Yeserías, etc.) eran
trasladados a la provincial de Porlier y concentrados en la capilla.
Allí escuchaban la lectura de la diligencia de ejecución -que debían
firmar, aunque algunos se negaran a hacerlo- y eran entregados al
piquete de ejecución formado por militares o guardias civiles.
Los camiones se dirigían entonces al cementerio, pasando por el
puente de Ventas, hacia la tapia Sur. Cuando había condenadas a muerte,
los camiones daban un rodeo de camino para recalar en la prisión de
Ventas y así recogerlas. Ese debió de ser el caso de María Lozano, condenada a muerte en consejo de guerra. Según el informe, "una
vez efectuado el fusilamiento, y confirmadas las muertes con el tiro de
gracia del jefe de la fuerza, los cadáveres eran transportados al
depósito del cementerio, donde eran colocados en cajas de ínfima
calidad, al parecer de material de cartón, forradas con una tela negra.
Un oficial del cuerpo de Sanidad Militar firmaba el acta de defunción,
documento que era remitido por el Juzgado militar de Ejecutorias -letra
Z- al Registro Civil, en un proceso que podía durar desde días hasta
años".
Por lo general, ese mismo día las autoridades del cementerio
rellenaban y firmaban de manera automática una orden de inhumación para
“sepultura de cuarta”, de carácter temporal, reutilizando el
modelo-plantilla anterior con membrete de la República, tachado la mayor
parte de las veces, como se ve en la orden de María Lozano:
La pista fundamental que aporta
este documento es la anotación “Auditor”, “Auditor de guerra” o
simplemente “A” (parte inferior del documento), imprescindible para
identificar a los ejecutados.
Solo a partir de enero de 1940 comenzó a utilizarse un modelo propio
de orden con membrete de la nueva administración, de color sepia, esta
vez con la denominación de “sepultura de caridad”, pero que continuaría
conviviendo con las hojas reutilizadas del periodo republicano.
En la inmensa mayoría de los casos de fusilamiento, sobre todo a partir
de junio de 1939, la fecha de la orden de inhumación coincide con
exactitud con la de muerte, como en este caso, lo que indica que la
rutina de fusilamiento de madrugada y enterramiento a lo largo del día
se fue asentando. Según el informe, casi 3.000 personas fueron fusiladas o agarrotadas en Madrid entre 1939 y 1945. Además de las Trece Rosas, otras sesenta y siete mujeres. Todas, asesinadas en las inmediaciones de la tapia del cementerio del Este.
Memoria Histórica
Antía encuentra a su padre 67 años después
Recuperados los restos de cuatro guerrilleros que murieron en 1949 durante un tiroteo con la Guardia Civil en Val do Dubra. Acude a la exhumación la hija de uno de ellos, huérfana desde los 17
Santiago
El atrio de la Iglesia parroquial de Paramos ha confesado en
voz alta la verdad que cuatro familias custodiaron en silencio durante
67 años. El día de primeros de marzo de 1949 en que abrieron la enorme
fosa para enterrar cuatro cuerpos de guerrilleros, el ayuntamiento se
llamaba Buxán. Ahora que la tierra vuelve a abrir su boca para entregar
los restos digeridos de aquellos hombres, esta esquina coruñesa del
mundo ha cambiado de nombre y es Val do Dubra, gobernada hoy por Anova.
En los límites entre este municipio, A Baña y Santa Comba, tuvo lugar 10
años después de la guerra un encarnizado enfrentamiento entre la resistencia comunista y la Guardia Civil.
En el tiroteo, que se prolongó de la mañana a la tarde, salió herido un
agente y cayeron casi todos los miembros del destacamento Eive-Carbón
(Exército Guerrilleiro de Galicia). Ayer, descendientes de aquellos
militantes que al morir llevaban la foto de la Pasionaria en la cartera
acudieron al camposanto para volver a encontrarse con ellos. Antía
perdió a su padre cuando tenía 17 años. Ahora, la hija de Vicente Peña
Tarrasa, vecino de Narón nacido en Palma de Mallorca, tiene 84 y, aunque
los huesos están prácticamente identificados, solo espera que las
pruebas de laboratorio sean rápidas para no alargar tantas décadas de agonía.
Ahí están todos en una fosa que permanecía oculta por la hierba y las margaritas silvestres: junto al muro de la iglesia, ordenados en la tierra, diferenciados entre sí por el espacio que ocupaban unas cajas de pino de las que ya no queda más que alguna punta. Vicente Peña, José María Castelo (de Iñás, Oleiros), Manuela Teiga (de Zas, Negreira) y otro esqueleto más que puede corresponder a dos personas distintas. En el acta de enterramiento elaborada tras la autopsia figura como "desconocido". Tenía aparatosas heridas en la cabeza causadas por una granada de mano. Pero durante la posterior instrucción judicial de los hechos, ese cadáver fue identificado como Manuel Pena Camiño, nacido en Mesía, porque en el escenario de la masacre aparecieron una foto de su esposa y otra de una hija de este miembro de la guerrilla.
Sin embargo, hace unos meses, el historiador que lleva años reconstruyendo la lucha y muerte de este grupo de la resistencia, Manuel López Tuñas, recibió el testimonio de una familia de A Baña que asegura que el cuarto inhumado en Paramos es Erundino Vieito Baña. Erundino trabajó como enlace de los guerrilleros después de desertar del ejército de Franco, pasarse al republicano, ser apresado e internado en un campo de concentración, escapar y vivir escondido 11 años. Las pruebas que va a realizar en el campus de Ponferrada (Universidad de León) la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica -que lleva a cabo la exhumación con un equipo de voluntarios y el apoyo del consistorio- despejarán la incógnita.
Supuestamente, Erundino Vieito acabó envuelto en aquel fuego cruzado de ametralladoras porque se había citado ese fatídico 5 de marzo de 1949 con el grupo para un cambio de base de operaciones. Según su familia, cuando los cadáveres estaban expuestos en la caseta del cementerio de Santa María de Paramos, un pariente se acercó a merodear y comprobó que era él, pero no reclamó el cuerpo por miedo a las represalias.
Horas antes de los enfrentamientos de la tarde en los que murieron todos los guerrilleros menos uno, tal y como explica López Tuñas nada más amanecer los agentes del régimen los hicieron salir de la casa de Aro (Negreira) en la que se ocultaban hacía tiempo. Allí mismo murió de dos disparos la primera guerrillera, Carmen Temprano Salorio (de Iñás, Oleiros), en el momento en el que saltaba de la huerta de la vivienda al camino. Temprano fue enterrada en el cementerio de Aro, después de que sus compañeros huyeran, dejando atrás su cadáver, en dirección Val do Dubra. Llevaban consigo sobre un caballo que consiguieron a Vicente Peña, que había resultado herido en el choque, y se les unió en la escapada Manuela Teiga. La chica era sobrina de la dueña de la casa de Zas y temía que la iban a matar si quedaba allí. En el combate de la tarde, cuando volvió a localizarlos la Guardia Civil, murieron todos los guerrilleros y la joven simpatizante. Del grupo, posiblemente, solo se salvó Manuel Ramiro Souto.
La exhumación, una de las pocas que se llevan a cabo ahora en Galicia, con una Ley de la Memoria que hiberna carente de subvenciones y de impulso político, durará toda esta semana. El viernes los restos serán depositados en cajas para ser trasladados a Ponferrada, antes de ser devueltos a las familias, que les darán al fin una sepultura con nombre.
Ahí están todos en una fosa que permanecía oculta por la hierba y las margaritas silvestres: junto al muro de la iglesia, ordenados en la tierra, diferenciados entre sí por el espacio que ocupaban unas cajas de pino de las que ya no queda más que alguna punta. Vicente Peña, José María Castelo (de Iñás, Oleiros), Manuela Teiga (de Zas, Negreira) y otro esqueleto más que puede corresponder a dos personas distintas. En el acta de enterramiento elaborada tras la autopsia figura como "desconocido". Tenía aparatosas heridas en la cabeza causadas por una granada de mano. Pero durante la posterior instrucción judicial de los hechos, ese cadáver fue identificado como Manuel Pena Camiño, nacido en Mesía, porque en el escenario de la masacre aparecieron una foto de su esposa y otra de una hija de este miembro de la guerrilla.
Sin embargo, hace unos meses, el historiador que lleva años reconstruyendo la lucha y muerte de este grupo de la resistencia, Manuel López Tuñas, recibió el testimonio de una familia de A Baña que asegura que el cuarto inhumado en Paramos es Erundino Vieito Baña. Erundino trabajó como enlace de los guerrilleros después de desertar del ejército de Franco, pasarse al republicano, ser apresado e internado en un campo de concentración, escapar y vivir escondido 11 años. Las pruebas que va a realizar en el campus de Ponferrada (Universidad de León) la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica -que lleva a cabo la exhumación con un equipo de voluntarios y el apoyo del consistorio- despejarán la incógnita.
Supuestamente, Erundino Vieito acabó envuelto en aquel fuego cruzado de ametralladoras porque se había citado ese fatídico 5 de marzo de 1949 con el grupo para un cambio de base de operaciones. Según su familia, cuando los cadáveres estaban expuestos en la caseta del cementerio de Santa María de Paramos, un pariente se acercó a merodear y comprobó que era él, pero no reclamó el cuerpo por miedo a las represalias.
Horas antes de los enfrentamientos de la tarde en los que murieron todos los guerrilleros menos uno, tal y como explica López Tuñas nada más amanecer los agentes del régimen los hicieron salir de la casa de Aro (Negreira) en la que se ocultaban hacía tiempo. Allí mismo murió de dos disparos la primera guerrillera, Carmen Temprano Salorio (de Iñás, Oleiros), en el momento en el que saltaba de la huerta de la vivienda al camino. Temprano fue enterrada en el cementerio de Aro, después de que sus compañeros huyeran, dejando atrás su cadáver, en dirección Val do Dubra. Llevaban consigo sobre un caballo que consiguieron a Vicente Peña, que había resultado herido en el choque, y se les unió en la escapada Manuela Teiga. La chica era sobrina de la dueña de la casa de Zas y temía que la iban a matar si quedaba allí. En el combate de la tarde, cuando volvió a localizarlos la Guardia Civil, murieron todos los guerrilleros y la joven simpatizante. Del grupo, posiblemente, solo se salvó Manuel Ramiro Souto.
La exhumación, una de las pocas que se llevan a cabo ahora en Galicia, con una Ley de la Memoria que hiberna carente de subvenciones y de impulso político, durará toda esta semana. El viernes los restos serán depositados en cajas para ser trasladados a Ponferrada, antes de ser devueltos a las familias, que les darán al fin una sepultura con nombre.
Memoria Pública: Isidora Márquez Herrador. Causa: rebelión militar. Edad: 97 años
La anciana juzgada en Consejo de Guerra Sumarísimo en
el pueblo de Hinojosa del Duque (Córdoba) narra la evidencia del terror
vivido por la represión franquista en la provincia, donde hubo durante
toda la guerra un frente estable republicano. Cinco mil fusilados en la
capital y alrededor de 18.000 procesados por tribunales militares en
Consejos de Guerra.
En un pueblo de apenas 5.000 habitantes durante la guerra, Hinojosa del Duque (Córdoba), vivía Isidora Márquez Herrador.
Era una más de aquella lista, una de las condenadas por rebelión
militar que dejó casi una treintena de fusilados en el pueblo y cientos
de procesados en el Juzgado Militar instalado en el municipio. El 7 de
junio de 1939, Isidora es denunciada por una vecina. No se trata de un
caso aislado. Es una historia sangrante. Isidora es anciana y
tiene 97 años de edad. Su delito de adhesión a la rebelión por el
‘chivatazo’ de su vecina doña Jesús Ramos la condenó a un periplo
carcelario hasta los 100 años de edad durante los primeros años de
posguerra.
“Podríamos hablar con pruebas documentales de una de las provincias más represaliadas por el franquismo,
de Andalucía e incluso del resto de España”. Julio Guijarro,
investigador de los crímenes cometidos durante la dictadura y la
represión judicial militar en Córdoba es contundente con las cifras que
maneja.
Desde el inicio de su investigación, en el año 2013, ha localizado más de 3.600 procedimientos judiciales militares solo
de esta provincia. La mayoría Consejos de Guerra. “El caso de Isidora
me llamó muchísimo la atención, demuestra los odios y rencillas que
había entre los vecinos de un pueblo que había tenido un papel destacado
para los dos bandos”, destaca a Público.
Guijarro lleva más de un lustro investigando entre legajos y documentos judiciales históricos. El número de procesados, vecinos de la provincia de Córdoba
-y del resto de la geografía nacional- que ha podido localizar hasta el
momento supera las 5.000 personas, de las que 432 son mujeres. “De
otras provincias llegaron a ser procesados en Córdoba 685 personas;
2.115 resultaron condenados: 952 a muerte y 1.163 a prisión”. Y aclara
que se podrían llegar a los 18.000 procesados en Córdoba capital y
provincia, tal y como afirma el catedrático de la Universidad de Córdoba
Antonio Barragán Moriana.
Además, Barragán aclara que existen unos
11.000 vecinos a los que se les aplicó la Ley de Responsabilidades
Políticas a partir de 1939, una norma que atentaba contra el escaso patrimonio que poseían los encausados.
Por su parte, el historiador Francisco Moreno Gómez ha declarado en una
reciente entrevista que las víctimas enterradas en las fosas comunes de
la capital podrían superar la cifra de 5.300, frente a los 4.000 que se
suponía hasta el momento.
Informaciones, diligencias previas, causas, consejos de guerra sumarísimos
de urgencia y ordinarios, correspondientes a la represión ejercida por
los golpistas y la dictadura durante la guerra, la inmediata postguerra y
los años 40 y 50, los procesados por la guerrilla. Es la ingente
documentación que se encuentra depositada en el Archivo Histórico del
Tribunal Militar Territorial Segundo de Sevilla.
“Los últimos fusilados cordobeses localizados hasta el momento están relacionados con la resistencia guerrillera antifranquista
en esta provincia, vecinos de Hinojosa y Villaviciosa, juzgados y
fusilados en Sevilla en el año 1953”. Pero sin duda el caso más
espeluznante hallado hasta el momento por Guijarro ha sido el de Isidora
Márquez, sometida a un Consejo de Guerra en su mismo pueblo, Hinojosa
del Duque.
Viuda, sin instrucción, 1,52 metros de estatura y 97 años
Hinojosa estuvo dividida por la línea del
frente durante los tres años de guerra. En 1938 la aviación franquista
sometió a la comarca de los Pedroches a un incesante ataque de la
aviación golpista. A principios de 1939, se libra la última batalla de la República para la recuperación de este territorio.
El frente se estabiliza entre Hinojosa y Villanueva del Duque. Y las
rencillas no se hacen esperar. En Hinojosa son fusiladas 30 personas en
1939, desde abril a diciembre. Entre los Consejos de Guerra abiertos en
el mismo pueblo se encuentra el de la anciana Isidora.
Guijarro relata a Público que “la
generalización de los consejos de guerra sumarísimos provoca la
proliferación de la conocida justicia invertida o justicia al revés. Los militares golpistas acusan de rebelión
a los defensores del orden democrático”. En estas graves circunstancias
se encuentra el caso de Isidora, condenada a los 97 años de edad.
Carmen Jiménez, profesora de Historia de la Universidad de Córdoba, afirma en su investigación ‘Pasionarias en Córdoba. Mujer y represión franquista’
cómo la tipología de delitos es variada en los procesamientos a mujeres
en la provincia de Córdoba, que van desde “la filiación política, la
participación activa en la vida política del pueblo, la presencia en el
frente como milicianas, actos anticlericales, el espionaje, el
amancebamiento o los relacionados con hombres cercanos a las mujeres
juzgadas”.
Sin embargo, la investigadora aclara que
“para que el proceso militar se iniciara bastaba una denuncia de alguna
persona de derechas o bien de la propia Guardia Civil”.
En medio de aquella sed de venganza, Isidora Márquez, conocida como la Peperreta,
según consta en el procedimiento, es denunciada por una vecina cercana a
su vivienda. Doña Jesús Prados, que la acusa de haber informado en
julio de 1936 a un grupo de milicianos de la columna minera llegada
desde Pueblonuevo, pueblo central de la comarca. La vecina revelaba que
Isidora había comunicado la presencia de un fascista en su casa. El
falangista sería detenido por la columna minera y fusilado en una zona
del pueblo conocida como Cruz de la Torrecilla.
La instrucción describe los rasgos físicos
de la anciana: “Ojos color zano, pelo blanco, estatura 1,52 y estado
civil viuda” Tras las diligencias previas, la anciana ingresa en la
cárcel de Hinojosa el mismo día de su detención, el 7 de junio de 1939.
Tres meses más tarde, la Auditoría Delegada de la Segunda Zona de
Justicia de Pueblonuevo emite orden para el procedimiento sumarísimo de
urgencia. Fernando Hens Dugo es el juez militar que instruye la causa en
febrero de 1940. Mientras tanto, Isidora sigue en prisión por un mero
chivatazo.
La anciana no recibe declaraciones de
ningún testigo a favor. Sin informes contrastados por parte de las
autoridades locales militares, el escrito de oficio ratifica su
“filiación izquierdista y gran propagandista de estas ideas, y que
intervino en infinidad de saqueos en casas de personas de derechas”. Isidora no presta declaración antes del auto de procesamiento por parte del juez Dugo.
Condenada a reclusión perpetua, una pena de 30 años
El 1 de marzo de 1940, Isidora es procesada por el delito de rebelión militar
“en base a los artículos 237 y 238 del Código de Justicia Militar y al
Bando Declarativo del Estado de Guerra”, tal y como aclara el
investigador Guijarro, que dio con la causa en el archivo.
El Consejo de Guerra la condena a una pena
de reclusión perpetua (30 años de prisión, en la práctica) el 29 de
marzo de 1940. Su delito, adhesión a la rebelión militar.
La anciana no es solo condenada a la pena de 30 años de cárcel.
Guijarro señala que “como es habitual, la pena lleva añadida la
inhabilitación absoluta durante el tiempo de condena y la declaración de
responsabilidad civil en la cuantía que estime el Tribunal Regional de
Responsabilidades Políticas”. Una pena añadida para los condenados, por
cuanto supone despojarles de una parte de sus bienes. Gracias a la
investigación de Antonio Barragán, se conoce el expediente de
responsabilidades políticas de Isidora Márquez Herrador.
El 9 de julio de 1940 la sentencia se hace firme. Isidora reanuda su recorrido carcelario ingresando en la Prisión Provincial de Córdoba. Más tarde es trasladada a la Prisión de Mujeres de Gerona y posteriormente a la Prisión de Mujeres de Málaga.
En aquellas viejas cárceles saturadas de
condenadas, la vida cotidiana de las presas se encontraba marcada por un
fuerte ejercicio de limpieza psicológica por parte de las autoridades franquistas,
ya que eran calificadas como seres inferiores y perversos, tal y como
destacaba en los informes el psiquiatra Antonio Vallejo Nágera, jefe de
los Servicios Psiquiátricos Militares del aparato franquista, que
trabaja en la cárcel de Málaga.
Además, en la prisión provincial de Córdoba, las mujeres estabas sometidas a una dieta estricta de menos de 800 calorías diarias.
La anciana soportó estas pavorosas condiciones hasta que se redujo su
pena y pudo salir en libertad condicional. Guijarro aclara que “se
dictan normas que favorecen la excarcelación de los prisioneros:
indultos y conmutación de penas; con lo que finalmente muchos rematados
no cumplirán en su totalidad las penas establecidas”.
Isidora vuelve a su pueblo a los cien años, de vuelta a Hinojosa
El 26 de junio de 1943, la Comisión Central
de Examen de Penas, en Madrid, propone la conmutación de la pena de la
anciana Isidora, de 30 a 15 años.
Es a partir de 1940, cuando la justicia militar empieza a revisar los procedimientos ante el hacinamiento en las prisiones.
Aunque muchas mujeres fueron condenadas a cadena perpetua, sus penas
fueron muy rebajadas. El problema persistió después, en sus pueblos,
donde fueron humilladas y señaladas por sus vecinos.
Isidora volvería a su pueblo. El comandante
de puesto de la Guardia Civil de Hinojosa informa que la Prisión de
Mujeres de Málaga le ha concedido la libertad condicional. El 28 de octubre de 1943 Isidora logra volver de nuevo a Hinojosa, ya cumplidos los cien años de edad.
A pesar de la búsqueda de documentación, no se conoce la fecha de
defunción de esta mujer, que resistió con vida hasta el último momento.
HONDURAS
El mandatario contestó las críticas
Los “autoconvocados” no políticos a Tabaré Vázquez: “Nos vemos en las urnas”
Tras
retirarse de la reunión el presidente se detuvo a dialogar con varios
productores agropecuarios, pero algunos lo increparon, lo trataron de
“mentiroso” y le recordaron las pérdidas de Ancap. El presidente
contestó.
“Nos
vemos en las urnas, Tabaré”, gritó uno de los productores
“autoconvocados” en la puerta del Ministerio de Ganadería, Agricultura y
Pesca (MGAP). “Me gusto eso que dijiste de ‘nos vemos en las urnas’,
esto es un movimiento político. Nos vemos en las urnas”, le contestó
Vázquez con una sonrisa.
Vázquez concurrió a la primera mesa de diálogo entre el gobierno, las gremiales rurales y el grupo de autoconvocados, durante la cual se presentaron nuevas propuestas para el sector. Al retirarse, el mandatario fue abordado por varios productores del colectivo quienes le plantearon sus críticas a la gestión del gobierno. Vázquez paró a contestarles, pero en determinados momentos, la conversación subió de tono, en particular por los gritos de los productores.
“Si gritamos todos, no nos escuchamos”, les dijo Vázquez, procurando encauzar la conversación. Los productores reclamaban soluciones generales para todos, sin importar su tamaño. Vázquez se opuso a una solución genérica: “Si ustedes pretenden que en este paquete metamos a Andebu, a las inmobiliarias; si lo que pretenden es llevar a la globalidad este tema no lo vamos a hacer. Vamos a tratar lo agropecuario, lo del campo, ahora. Después vemos lo del comercio”, respondió.
En este punto, uno de los productores cuestionó la política de inclusión financiera, “que viene ahorcando al país, (y) tendría que haber sido opcional”. “¿Usted tiene comercio?”, le preguntó Vázquez. “No”, fue la respuesta del productor. El mandatario intentó explicar el objetivo de esa política para enfrentar a “una manga de vivos que evaden el pago de impuestos y no les sirve la inclusión financiera”. “Si todos pagamos los impuestos que tenemos que pagar, todos vamos a pagar menos”, afirmó el mandatario. “Nosotros pagamos todos nuestros impuestos, presidente”, le contestaron. “Pero hay algunos que no los pagan”, contestó Vázquez.
El reclamo posterior fue por las ocho horas en el sector rural. Un productor rural dijo que está de acuerdo con la medida, pero que se debe entender que el sector agropecuario trabaja en base a ciclos productivos. “Yo quiero trabajar más de ocho horas, respeto a los trabajadores pero yo quiero trabajar más”, le dijo. “Los trabajadores rurales (antes) no tenían derecho a estar en el BPS”, les respondió.
Posteriormente, las críticas fueron por el precio de las tarifas, en particular de combustible. “¿Qué me puede decir del precio del barril del petroleo?”, increpó un productor. “¿Cuánto está el barril de combustible ahora?”, preguntó Vázquez. “54 dólares”, contestó rápido uno. “50 y algo”, dijo otro. “No ve que usted habla del precio del barril y no sabe cuanto está”, le contestó Vázquez. El barril de petróleo alcanzó los 70 dólares en la última semana.
El mandatario se focalizó entonces en las medidas adoptadas por el gobierno de descontar el IVA al gasoil a los pequeños productores. Esa medida alcanza a “algunos, el 10% de los arroceros descuentan”, le contestó. “¿Sabe por qué? Porque pagan IRAE. ¿Sabe por qué pagan IRAE? Porque tienen ganancias fabulosas”, respondió Vázquez.
El mandatario profundizó su idea en relación a la competitividad: “Hoy con el descuento del 18% que tienen los lácteos, los arroceros, los ganaderos, el precio del gasoil es exactamente igual que en Brasil y Argentina. Es lo que les estoy diciendo. Hoy la paridad del precio de gasoil, con este descuento que damos, es la misma, el mismo precio de gasoil”. Y apuntó a que “hay una manga de delincuentes que traen gasoil de la frontera”.
Ante esto, uno de los productores planteó la situación de Ancap: “El caso de Ancap lo sabemos todos, y de eso no se ha hablado, vamos arriba”. Otro se refirió al crimen de Fernanda Cabrera, cajera de Super Vero. A lo que Vázquez dijo que ese tema no tenía nada que ver. Y tras algunos gritos destemplados de los productores, algunos de los cuáles le pedían que no hablara, el mandatario dijo que el podía hablar. “Yo puedo abrir la boca contra la delincuencia, puedo porque soy honesto. La puedo abrir porque soy honesto. Tengo la frente alta. Pongo la cara porque soy honesto”, expresó.
Y tras algunos gritos de “Uruguay, Uruguay”, a los que se sumó el propio Vázquez, llegó la frase de uno de los productores: “Nos vemos en la urnas, Tabaré. Dan lástima”. “Sabes que me gustó lo que dijiste, de ‘nos vemos en las urnas’. Esto es un movimiento político. Nos vemos en las urnas. Nos vemos en las urnas. ¿Y por qué dicen ‘nos vemos en las urnas’?”, dijo Vázquez. “Porque los vamos a sacar”, dijo uno de los “autoconvocados” no políticos.
Vázquez concurrió a la primera mesa de diálogo entre el gobierno, las gremiales rurales y el grupo de autoconvocados, durante la cual se presentaron nuevas propuestas para el sector. Al retirarse, el mandatario fue abordado por varios productores del colectivo quienes le plantearon sus críticas a la gestión del gobierno. Vázquez paró a contestarles, pero en determinados momentos, la conversación subió de tono, en particular por los gritos de los productores.
“Si gritamos todos, no nos escuchamos”, les dijo Vázquez, procurando encauzar la conversación. Los productores reclamaban soluciones generales para todos, sin importar su tamaño. Vázquez se opuso a una solución genérica: “Si ustedes pretenden que en este paquete metamos a Andebu, a las inmobiliarias; si lo que pretenden es llevar a la globalidad este tema no lo vamos a hacer. Vamos a tratar lo agropecuario, lo del campo, ahora. Después vemos lo del comercio”, respondió.
En este punto, uno de los productores cuestionó la política de inclusión financiera, “que viene ahorcando al país, (y) tendría que haber sido opcional”. “¿Usted tiene comercio?”, le preguntó Vázquez. “No”, fue la respuesta del productor. El mandatario intentó explicar el objetivo de esa política para enfrentar a “una manga de vivos que evaden el pago de impuestos y no les sirve la inclusión financiera”. “Si todos pagamos los impuestos que tenemos que pagar, todos vamos a pagar menos”, afirmó el mandatario. “Nosotros pagamos todos nuestros impuestos, presidente”, le contestaron. “Pero hay algunos que no los pagan”, contestó Vázquez.
El reclamo posterior fue por las ocho horas en el sector rural. Un productor rural dijo que está de acuerdo con la medida, pero que se debe entender que el sector agropecuario trabaja en base a ciclos productivos. “Yo quiero trabajar más de ocho horas, respeto a los trabajadores pero yo quiero trabajar más”, le dijo. “Los trabajadores rurales (antes) no tenían derecho a estar en el BPS”, les respondió.
Posteriormente, las críticas fueron por el precio de las tarifas, en particular de combustible. “¿Qué me puede decir del precio del barril del petroleo?”, increpó un productor. “¿Cuánto está el barril de combustible ahora?”, preguntó Vázquez. “54 dólares”, contestó rápido uno. “50 y algo”, dijo otro. “No ve que usted habla del precio del barril y no sabe cuanto está”, le contestó Vázquez. El barril de petróleo alcanzó los 70 dólares en la última semana.
El mandatario se focalizó entonces en las medidas adoptadas por el gobierno de descontar el IVA al gasoil a los pequeños productores. Esa medida alcanza a “algunos, el 10% de los arroceros descuentan”, le contestó. “¿Sabe por qué? Porque pagan IRAE. ¿Sabe por qué pagan IRAE? Porque tienen ganancias fabulosas”, respondió Vázquez.
El mandatario profundizó su idea en relación a la competitividad: “Hoy con el descuento del 18% que tienen los lácteos, los arroceros, los ganaderos, el precio del gasoil es exactamente igual que en Brasil y Argentina. Es lo que les estoy diciendo. Hoy la paridad del precio de gasoil, con este descuento que damos, es la misma, el mismo precio de gasoil”. Y apuntó a que “hay una manga de delincuentes que traen gasoil de la frontera”.
Ante esto, uno de los productores planteó la situación de Ancap: “El caso de Ancap lo sabemos todos, y de eso no se ha hablado, vamos arriba”. Otro se refirió al crimen de Fernanda Cabrera, cajera de Super Vero. A lo que Vázquez dijo que ese tema no tenía nada que ver. Y tras algunos gritos destemplados de los productores, algunos de los cuáles le pedían que no hablara, el mandatario dijo que el podía hablar. “Yo puedo abrir la boca contra la delincuencia, puedo porque soy honesto. La puedo abrir porque soy honesto. Tengo la frente alta. Pongo la cara porque soy honesto”, expresó.
Y tras algunos gritos de “Uruguay, Uruguay”, a los que se sumó el propio Vázquez, llegó la frase de uno de los productores: “Nos vemos en la urnas, Tabaré. Dan lástima”. “Sabes que me gustó lo que dijiste, de ‘nos vemos en las urnas’. Esto es un movimiento político. Nos vemos en las urnas. Nos vemos en las urnas. ¿Y por qué dicen ‘nos vemos en las urnas’?”, dijo Vázquez. “Porque los vamos a sacar”, dijo uno de los “autoconvocados” no políticos.
El
presidente Tabaré Vázquez tuvo un fuerte cruce con productores que lo
increparon a la salida del Ministerio de Ganadería. El mandatario había
participado de una reunión con las gremiales del agro y los productores
autoconvocados con el fin de anunciar nuevas medidas para el agro, y al
salir fue rodeado por unas veinte personas.
Uno de los manifestantes gritó “mentiroso” a Vázquez, quien de inmediato identificó a la persona y se acercó para preguntarle por qué lo llamaba así. El momento generó tensión porque otro de los activistas gritó: “Vos no podés abrir la boca”.
Los manifestantes mezclaban temas para llamar la atención del mandatario, hasta que uno le gritó desde atrás: “Nos vemos en las urnas”. A lo que Tabaré Vázquez respondió: “Ah, eso deja claro que esto es un movimiento político”, y completó: “Entonces, nos vemos en las urnas”
Uno de los manifestantes gritó “mentiroso” a Vázquez, quien de inmediato identificó a la persona y se acercó para preguntarle por qué lo llamaba así. El momento generó tensión porque otro de los activistas gritó: “Vos no podés abrir la boca”.
Los manifestantes mezclaban temas para llamar la atención del mandatario, hasta que uno le gritó desde atrás: “Nos vemos en las urnas”. A lo que Tabaré Vázquez respondió: “Ah, eso deja claro que esto es un movimiento político”, y completó: “Entonces, nos vemos en las urnas”
El virrey Posadas
La recontrarrevolución
Por Alberto Grille.
Si
la cara fuera el espejo del alma, Ignacio de Posadas tendría un lugar
asegurado en el infierno. Sin embargo, la cara es de lo mejor que tiene,
porque me temo que el alma es aun peor que lo que se ve a simple vista.
Ignacio de Posadas Montero tiene, no obstante, una virtud que lo hace casi insustituible: dice la verdad oligárquica sin pelos en la lengua, al contrario de tanto dirigente aguerrondo-lacallista que finge buscar el bien público.
De Posadas quiere una revolución de los ricos que les transfiera toda la riqueza posible y lo dice sin problemas. Y no sólo lo dice, también lo hace, porque De Posadas reza cada mañana, de espaldas a Dios y de cara a don Dinero.
Cuando era joven, fue alcahuete y hasta chofer de Wilson, el caudillo que quería la reforma agraria, la nacionalización de la banca y la del comercio exterior, y que anatemizó como nadie la existencia de sociedades anónimas en el campo.
Si algo decía con claridad Wilson, era que la relación entre la tierra y el hombre que la cultiva era indisoluble y que jamás podía existir como intermediario una sociedad anónima.
Tuvo que venir el gobierno de Lacalle Herrera para imponerlas. E Ignacio de Posadas olvidó sus tiempos de amanuense para convertir su estudio en una fábrica de Sociedades Financieras de Intermediación (SAFI), sin moral alguna, organizadas para ocultar a sus beneficiarios finales, para la evasión fiscal y el lavado de activos, a las que él mismo definió como “cuchillos, que depende del dueño, el uso que tengan”.
Y de alcahuete de Wilson pasó a ser su mayor detractor, burlándose -por supuesto a casi 30 años de su muerte, cuando el caudillo no puede darle el tratamiento que le hubiera dado de estar vivo-, diciendo en el filme Wilson, de Mateo Gutiérrez, que “Nuestro compromiso con usted” fue “un mamarracho hecho por unos contadorcitos”. Esos contadorcitos eran José Pedro Laffitte y Mario Bucheli, gigantes de la Academia y la acción política, destacados luchadores contra la dictadura, a los que él no llegó a la suela de sus zapatos. Pocos representan mejor que Ignacio de Posadas -acaso su amigo Ángel María Gianola- lo que es el aguerrondo-lacallismo.
Ignacio de Posadas es un enemigo jurado del Estado. Eso no le impide beneficiarse de él en todo terreno y tampoco le impidió aprovecharse de una abultada exoneración fiscal (que el Ministerio de Economía de este gobierno nunca debió otorgar) para construir su lujosísimo estudio en la calle Mones Roses en el paquetísimo barrio de Carrasco.
El “revolucionario”
Nuestro anterior editorial habló del propósito restaurador de la “contrarrevolución conservadora” que alienta Ignacio de Posadas en sus editoriales de El País. Pocos días después, en las mismas páginas, lloriquea lamentándose de que la tan deseada epopeya apenas si quedó en una “revuelta” sin consecuencias y se decepciona, augurando tiempos aun peores. El artículo salió el sábado pasado en El País y comienza con cierto desaliento: “En mi anterior [artículo], comentando el fenómeno de la erupción ‘autoconvocada’, señalaba su gran potencial transformador, al intuir que el Estado uruguayo no se soporta más, pero también el riesgo de que se agotara en una mera revuelta, contenida por el gobierno. Todo parece indicar que eso es lo que va a ocurrir”.
Algo, sin embargo, reconoce De Posadas: “Fácil es juzgar sentado en la tribuna (o frente al televisor) y, además, nadie soy yo para dictar sentencias, pero me desespera ver algo valioso escurrirse como el agua sobre la arena. Por lo que me animo a criticar. En una buena. Porque todavía se está a tiempo para rescatar la ‘revolución’. El camino no será el de más reuniones con el gobierno. Habrá que hacerlas, pero de allí no vendrán las soluciones”.
Las soluciones para De Posadas están en su programa neoliberal, reaccionario, antiestatal y retaurador. El mismo sólo se puede alcanzar si los reclamos y las demandas de los llamados “autoconvocados” alcanzan dimensión política y si la “revuelta” reivindicativa adquiere características tales que devuelvan los privilegios a las clases dominantes y reduzcan los beneficios que en estos años han adquirido los trabajadores, los jubilados, las capas medias y los pequeños y medianos productores y empresarios de la ciudad y del campo.
Para esto, De Posadas propone privatizar las empresas y los bancos del Estado, reducir el papel de la salud y la educación públicas, achicar el Estado, congelar el presupuesto de manera que la carga impositiva se torne más injusta, reducir las atribuciones de los poderes Ejecutivo y Legislativo, congelar los sueldos de los funcionarios públicos, reducir los derechos de trabajadores eliminando los Consejos de Salarios y permitiendo la negociación por empresa.
“El problema de fondo de nuestro Uruguay -dice De Posadas- no es político. Sería menos problemático. Es cultural: una cultura conservadora, igualitaria, utópica y voluntarista, en cuyo carozo está el Estado, a la vez bastión y herramienta de esa cultura”.
Por eso De Posadas quiere atacar el corazón del problema, esa hegemonía cultural del llamado Uruguay batllista que considera al Estado escudo de los débiles y que promueve un pensamiento laico, progresista, reformista e igualitario.
Por eso, advierto que la derecha viene por todo y que es ingenuo creer que todos los blancos y colorados admiten los límites que imponen las instituciones democráticas.
Hay pitucos con mucho poder que convocan a la contrarrevolución y que se desalientan pensando que algunos aún no perciben que inexorablemente se están perdiendo los privilegios de una clase que se creyó dueña del país.
De Posadas y los dueños de El País ya no aguantan más y se desesperan, y en lugar de beneficiarse con una psicoterapia, escriben e imploran a Dios por una recontrarrevolución.
Pero no hay que menospreciar a estos señores porque tienen mucho poder y es evidente que hay algunos de ellos que no aguantan más y están, como bien reconocen, desesperados porque el Frente Amplio aspira con muchas posibilidades a un cuarto gobierno.
Ojo con menospreciar esta advertencia porque no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Ignacio de Posadas Montero tiene, no obstante, una virtud que lo hace casi insustituible: dice la verdad oligárquica sin pelos en la lengua, al contrario de tanto dirigente aguerrondo-lacallista que finge buscar el bien público.
De Posadas quiere una revolución de los ricos que les transfiera toda la riqueza posible y lo dice sin problemas. Y no sólo lo dice, también lo hace, porque De Posadas reza cada mañana, de espaldas a Dios y de cara a don Dinero.
Cuando era joven, fue alcahuete y hasta chofer de Wilson, el caudillo que quería la reforma agraria, la nacionalización de la banca y la del comercio exterior, y que anatemizó como nadie la existencia de sociedades anónimas en el campo.
Si algo decía con claridad Wilson, era que la relación entre la tierra y el hombre que la cultiva era indisoluble y que jamás podía existir como intermediario una sociedad anónima.
Tuvo que venir el gobierno de Lacalle Herrera para imponerlas. E Ignacio de Posadas olvidó sus tiempos de amanuense para convertir su estudio en una fábrica de Sociedades Financieras de Intermediación (SAFI), sin moral alguna, organizadas para ocultar a sus beneficiarios finales, para la evasión fiscal y el lavado de activos, a las que él mismo definió como “cuchillos, que depende del dueño, el uso que tengan”.
Y de alcahuete de Wilson pasó a ser su mayor detractor, burlándose -por supuesto a casi 30 años de su muerte, cuando el caudillo no puede darle el tratamiento que le hubiera dado de estar vivo-, diciendo en el filme Wilson, de Mateo Gutiérrez, que “Nuestro compromiso con usted” fue “un mamarracho hecho por unos contadorcitos”. Esos contadorcitos eran José Pedro Laffitte y Mario Bucheli, gigantes de la Academia y la acción política, destacados luchadores contra la dictadura, a los que él no llegó a la suela de sus zapatos. Pocos representan mejor que Ignacio de Posadas -acaso su amigo Ángel María Gianola- lo que es el aguerrondo-lacallismo.
Ignacio de Posadas es un enemigo jurado del Estado. Eso no le impide beneficiarse de él en todo terreno y tampoco le impidió aprovecharse de una abultada exoneración fiscal (que el Ministerio de Economía de este gobierno nunca debió otorgar) para construir su lujosísimo estudio en la calle Mones Roses en el paquetísimo barrio de Carrasco.
El “revolucionario”
Nuestro anterior editorial habló del propósito restaurador de la “contrarrevolución conservadora” que alienta Ignacio de Posadas en sus editoriales de El País. Pocos días después, en las mismas páginas, lloriquea lamentándose de que la tan deseada epopeya apenas si quedó en una “revuelta” sin consecuencias y se decepciona, augurando tiempos aun peores. El artículo salió el sábado pasado en El País y comienza con cierto desaliento: “En mi anterior [artículo], comentando el fenómeno de la erupción ‘autoconvocada’, señalaba su gran potencial transformador, al intuir que el Estado uruguayo no se soporta más, pero también el riesgo de que se agotara en una mera revuelta, contenida por el gobierno. Todo parece indicar que eso es lo que va a ocurrir”.
Algo, sin embargo, reconoce De Posadas: “Fácil es juzgar sentado en la tribuna (o frente al televisor) y, además, nadie soy yo para dictar sentencias, pero me desespera ver algo valioso escurrirse como el agua sobre la arena. Por lo que me animo a criticar. En una buena. Porque todavía se está a tiempo para rescatar la ‘revolución’. El camino no será el de más reuniones con el gobierno. Habrá que hacerlas, pero de allí no vendrán las soluciones”.
Las soluciones para De Posadas están en su programa neoliberal, reaccionario, antiestatal y retaurador. El mismo sólo se puede alcanzar si los reclamos y las demandas de los llamados “autoconvocados” alcanzan dimensión política y si la “revuelta” reivindicativa adquiere características tales que devuelvan los privilegios a las clases dominantes y reduzcan los beneficios que en estos años han adquirido los trabajadores, los jubilados, las capas medias y los pequeños y medianos productores y empresarios de la ciudad y del campo.
Para esto, De Posadas propone privatizar las empresas y los bancos del Estado, reducir el papel de la salud y la educación públicas, achicar el Estado, congelar el presupuesto de manera que la carga impositiva se torne más injusta, reducir las atribuciones de los poderes Ejecutivo y Legislativo, congelar los sueldos de los funcionarios públicos, reducir los derechos de trabajadores eliminando los Consejos de Salarios y permitiendo la negociación por empresa.
“El problema de fondo de nuestro Uruguay -dice De Posadas- no es político. Sería menos problemático. Es cultural: una cultura conservadora, igualitaria, utópica y voluntarista, en cuyo carozo está el Estado, a la vez bastión y herramienta de esa cultura”.
Por eso De Posadas quiere atacar el corazón del problema, esa hegemonía cultural del llamado Uruguay batllista que considera al Estado escudo de los débiles y que promueve un pensamiento laico, progresista, reformista e igualitario.
Por eso, advierto que la derecha viene por todo y que es ingenuo creer que todos los blancos y colorados admiten los límites que imponen las instituciones democráticas.
Hay pitucos con mucho poder que convocan a la contrarrevolución y que se desalientan pensando que algunos aún no perciben que inexorablemente se están perdiendo los privilegios de una clase que se creyó dueña del país.
De Posadas y los dueños de El País ya no aguantan más y se desesperan, y en lugar de beneficiarse con una psicoterapia, escriben e imploran a Dios por una recontrarrevolución.
Pero no hay que menospreciar a estos señores porque tienen mucho poder y es evidente que hay algunos de ellos que no aguantan más y están, como bien reconocen, desesperados porque el Frente Amplio aspira con muchas posibilidades a un cuarto gobierno.
Ojo con menospreciar esta advertencia porque no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Reunión en MTSS por diez despidos en el diario El Observador
Mañana miércoles habrá reunión en el Ministerio de Trabajo por los diez
despidos realizados por el diario El Observador la semana pasada.
La Asociación de la Prensa Uruguaya denunció los diez despidos el pasado 9 de febrero en un comunicado del sindicato. Según el comunicado la empresa adujo problemas económicos, pero entre los despedidos figura un dirigente del sindicato por lo cual es claramente también una medida de persecución sindical por parte de la patronal.
En el comunicado el sindicato afirmó en su comunicado que “entiende que se debe abrir un ámbito de negociación de forma urgente y por eso solicitó al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social el ámbito necesario para el dialogo.” Ámbito que se concretará mañana miércoles según trascendió en medios de prensa en los últimos días.
Por último la APU en su comunicado anuncia que "Los trabajadores se encuentran en asamblea permanente y la APU estará atenta a las derivaciones de esta medida unilateral por parte de la patronal".
Sebastián Artigas
A continuación reproducimos el comunicado emitido por APU el pasado 9 de febrero.
Montevideo, 9 de febrero del 2018
La Asociación de la Prensa Uruguaya (APU) denuncia despidos masivos que se dieron a conocer en esta jornada, en el diario El Observador.
La empresa comunicó a los trabajadores organizados del diario, que diez integrantes sobre todo del área de redacción se quedarán sin trabajo, aduciendo problemas económicos.
La APU entiende que se debe abrir un ámbito de negociación de forma urgente y por eso solicitó al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social el ámbito necesario para el dialogo.
Los trabajadores se encuentran en asamblea permanente y la APU estará atenta a las derivaciones de esta medida unilateral por parte de la patronal.
CONSEJO DIRECTIVO CENTRAL
ASOCIACIÓN DE LA PRENSA URUGUAYA
La Asociación de la Prensa Uruguaya denunció los diez despidos el pasado 9 de febrero en un comunicado del sindicato. Según el comunicado la empresa adujo problemas económicos, pero entre los despedidos figura un dirigente del sindicato por lo cual es claramente también una medida de persecución sindical por parte de la patronal.
En el comunicado el sindicato afirmó en su comunicado que “entiende que se debe abrir un ámbito de negociación de forma urgente y por eso solicitó al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social el ámbito necesario para el dialogo.” Ámbito que se concretará mañana miércoles según trascendió en medios de prensa en los últimos días.
Por último la APU en su comunicado anuncia que "Los trabajadores se encuentran en asamblea permanente y la APU estará atenta a las derivaciones de esta medida unilateral por parte de la patronal".
Sebastián Artigas
A continuación reproducimos el comunicado emitido por APU el pasado 9 de febrero.
Montevideo, 9 de febrero del 2018
La Asociación de la Prensa Uruguaya (APU) denuncia despidos masivos que se dieron a conocer en esta jornada, en el diario El Observador.
La empresa comunicó a los trabajadores organizados del diario, que diez integrantes sobre todo del área de redacción se quedarán sin trabajo, aduciendo problemas económicos.
La APU entiende que se debe abrir un ámbito de negociación de forma urgente y por eso solicitó al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social el ámbito necesario para el dialogo.
Los trabajadores se encuentran en asamblea permanente y la APU estará atenta a las derivaciones de esta medida unilateral por parte de la patronal.
CONSEJO DIRECTIVO CENTRAL
ASOCIACIÓN DE LA PRENSA URUGUAYA
La economía de a pie.
TURISMO RECEPTIVO. ANÁLISIS Y PERSPECTIVAS.
Segunda quincena febrero 2018.
TURISMO RECEPTIVO. ANÁLISIS Y PERSPECTIVAS.
La magnitud,
distribución, uso y efectos económicos de las divisas derivadas del
turismo depende de diversos factores. En particular se pueden destacar,
la cantidad de visitantes, el período de estadía, el gasto por persona y
los receptores del dinero ingresado.
Los datos
registrados por el Ministerio de turismo uruguayo hasta el tercer
trimestre de 2017 parecen indicar que el retraso del tipo de cambio no
afectó la actividad durante el año. El notorio predominio del turismo
regional en una zona que ha adoptado políticas similares al respecto
explica la evolución, aunque los últimos movimientos del dólar en
Argentina pueden cambiar el panorama.
El ingreso de
visitantes marca una tendencia creciente. Desde un entorno cercano a los
dos millones en los primeros años del nuevo milenio el Ministerio de
Turismo registra algo más de tres millones doscientos mil en 2016 y si
bien no hay datos oficiales completos para 2017 los trascendidos estiman
3.8 millones. Como es frecuente las cifras tienen sus bemoles. incluyen
los pasajeros en tránsito y el retorno de uruguayos residentes en el
exterior.
En contrapartida el
tiempo promedio de estadía tiende a reducirse los últimos años desde un
entorno de 7.5 a algo menos de 6 días. Cómo el descenso es inferior al
incremento de la cantidad de visitantes, los “días turista” han tendido a
incrementarse.
El promedio diario
de gasto por visitante se mantuvo los últimos años en un entorno de los
cien dólares lo cual explica el incremento en el ingreso de divisas
hasta 2017, aunque su destino es de difícil evaluación.
Aproximadamente el
30% del gasto de los visitantes se corresponde con alojamiento, 25%
alimentación y 10% compras. El proceso de extranjerización ocurrido en
Uruguay de los últimos años incluye hoteles, restaurantes,
supermercados, construcción de complejos habitacionales, por lo que es
probable que una cuota importante y creciente de los ingresos generados
por el turismo podría ser apropiada directamente por capitales foráneos.
La temporada
estival de inicios del 2018 aparece con datos contradictorios. Las
páginas del Ministerio no registran aún datos oficiales. La prensa sin
embargo recoge versiones oficiales con mayor cantidad de visitantes en
enero de 2018 respecto al año anterior pero un importante descenso de
los ingresos de divisas que se agrava debido al menor poder de compra
del dólar.
Estos datos
indicarían que el retraso del tipo de cambio comienza a erosionar
también el turismo. La relación de precios respecto a Brasil y el
incremento del dólar en Argentina posiblemente expliquen el descenso del
gasto de los visitantes.
El adelantamiento
del comienzo de cursos de enseñanza, las crecientes limitaciones a
feriados y vacaciones y licencias que de hecho se viene procesando en
diversas actividades dentro del territorio oriental pueden afectar
también negativamente estas actividades en temporadas que se
intensifican pero se acortan progresivamente.
GOTITAS DE ECONOMÍA
-
El IPC calculado por el INE registra un incremento del 2.71% para el primer mes de de 2018. Más de la mitad del centro del rango meta que estableció el gobierno para todo el año. El descenso de la cotización del dólar determina un incremento aún algo mayor de los precios locales en el billete verde agudizando el retraso del tipo de cambio.
-
El cierre a diciembre de 2017 de los datos sobre ingresos y gastos del Estado según el MEF, no marca diferencias importantes respecto a 2016. En los ingresos las mayores fuentes de recursos continúan siendo los impuestos al consumo y los salarios que se incrementan. En los gastos un tercio son por el sistema de AFAP, algo más de 25% son transferencias financieras mayoritariamente en beneficio del capital. El rubro salarios apenas supera el 15%, los intereses de deuda rondan el 11% y las inversiones públicas apenas superan el 7%.
-
El BCU continúa emitiendo deuda de manera alarmante semana tras semana atrayendo capitales especulativos como forma de aumentar la oferta de dólares y evitar su suba. El atraso cambiario fomenta importaciones y hace estragos sobre el empleo.
-
El INE completó los datos de empleo para 2017. La demanda laboral se continúa reduciendo. La tasa de empleo registrada fue de 58.1% para el último trimestre del año y de 57.9% para el promedio del año. El último trimestre de 2016 había sido 58.7% y el de 2015 de 59%. Algo así como 25.000 empleos menos.
-
En la ciudad de Juan Lacaze se produjo el cierre definitivo de la Cooperativa Textil Puerto Sauce. Setenta trabajadores que intentaron mantener su fuente de trabajo pasaron a seguro de paro. La ciudad coloniense se va transformando en ciudad dormitorio luego del cierre de Fanapel.
-
El IPC de Estados Unidos creció en un rango de 0.5% en enero 2018, encima de las previsiones de los analistas que lo ubicaban en 0.3%. La evolución interanual de precios se ubicó en 2.1%.
-
Precios de las monedas y índices de bolsas de valores suben y bajan al compás de grandes grupos financieros especuladores. Concentrando riquezas en un mundo cada vez má desigual.