Los grupos neonazis en EEUU crecieron un 22% durante el primer año de Donald Trump
La organización antirracista Southern Poverty Law
Center (SPLC) considera que la llegada del magnate a la presidencia ha
sido clave en el auge de la extrema derecha por "sus declaraciones en
contra de mexicanos, musulmanes y mujeres"
El número de grupos neonazis en Estados Unidos creció un 22 % hasta alcanzar las 121 organizaciones en 2017, el primer año de la era del presidente, Donald Trump, cuya llegada al poder ha sido un factor decisivo para este auge, según la organización antirracista Southern Poverty Law Center (SPLC).
Heidi Beirich, la directora del proyecto del
SPLC que ha desarrollado un estudio sobre el tema, ha señalado que la
llegada de Trump a la Casa Blanca ha sido "muy importante" para
la revitalización del activismo radical que por décadas ha rechazado la
ideología de izquierda y el conservadurismo más moderado en EEUU.
"Sus declaraciones en contra de los mexicanos, los musulmanes y las mujeres, entre otros grupos, sólo hacen que añadir gasolina al fuego de estas personas, que ahora no tienen miedo de salir a la calle", dijo Beirich.
El estudio de SPLC, publicado esta semana, indica que en total, el número de grupos de odio en Estados Unidos, incluyendo neonazis, antinmigrantes y antihomosexuales, entre otros, pasó de 917 a 954 en el último año, lo que supone un incremento del 4%.
Por estados, California lidera esta desafortunada clasificación al acoger a 75 grupos de odio, seguido por Florida y Texas, ambos con 66 organizaciones de esta índole en sus territorios.
Entre estas organizaciones, los grupos antimusulmanes
aumentaron su presencia por tercer año consecutivo y aparecieron por
primera vez colectivos machistas, según el informe anual de SPLC, que
tiene su sede central en Montgomery, en el estadio de Alabama.
En concreto, dos grupos de supremacía masculina emergieron en el panorama estadounidense en los últimos meses: A Voice for Men, que aboga por legalizar la violación si se produce en propiedad privada; y Return of Kings, que reclama que el mes de octubre sea llamado "El mes de los intentos de violación de mujeres".
El centro de estudios progresista indicó en
su evaluación que este tipo de supremacía "respalda el sometimiento de
la mujer y concibe erróneamente al sexo femenino como genéticamente
inferior, manipulador y estúpido". Pero también se produjo un descenso
en los colectivos en activo de la organización racista Ku Klux Klan, que pasaron de 130 a 72, la cifra más baja en las últimas dos décadas.
Beirich consideró que esta caída se explica
más por un "tema de moda" que de convicciones, alegando que la mayoría
de los jóvenes racistas que están entrando en grupos de odio rechazan la
estética clásica del Ku Klux Klan. "Los jóvenes supremacistas quieren vestir como todo el mundo;
a primera vista se ven igual que cualquier otra persona en EEUU, pero
sus puntos de vista son asquerosos", indicó la miembro del SPLC.
Sobre la influencia de Trump en este tipo de organizaciones racistas e intolerantes, Beirich recordó la ya famosa expresión de "países de mierda" con la que Trump supuestamente se refirió en enero a naciones como El Salvador, Haití y varios países africanos. "Eso es música para los oídos de los supremacistas blancos y neonazis", añadió Beirich.
El mandatario también fue duramente criticado el pasado mes de agosto por su tibia reacción tras los trágicos incidentes en Charlottesville (Virginia), en los que una mujer murió al ser embestida una manifestación antirracista por un coche conducido por un supremacista blanco.
A pesar de que se retractó de sus palabras posteriormente, Trump responsabilizó de la violencia en esa protesta tanto a grupos neonazis y supremacistas
como a los manifestantes de izquierda que les hicieron frente. "Hubo un
grupo de un lado que fue malo y hubo un grupo del otro lado que también
fue muy violento", dijo entonces el presidente.
En las últimas dos décadas, el número total
de grupos de odio en EEUU se ha más que duplicado, desde los 457 que
existían en 1999 hasta los 954 actuales, según datos de Southern Poverty
Law Center, organización que aboga por los derechos civiles de las
minorías.
FFAA, servicios, libros y el fiscal Mueller
Se acerca la hora final de Trump
Las
fuerzas armadas, los servicios de inteligencia, los grandes medios y la
cultura prosiguen su combate sin descanso al presidente, cada vez más
cerca de un Watergate más sonoro que el anterior, ya que involucra a
Rusia, el enemigo histórico de Estados Unidos.
De los dos grandes filmes políticos que se disputan los Oscar, acaso el más actual (pese a tener lugar en Inglaterra y no precisamente en The Washington Post, que derribó a Richard Nixon publicitando las injerencias presidenciales en una elección nacional) sea La hora más oscura, que muestra a un Winston Churchill que no duda nunca sobre cuál es el objetivo ante una dictadura: “¡La victoria, la victoria a cualquier precio! Combatiremos en los mares y los océanos, combatiremos en el aire, combatiremos en las playas, en los campos y en las calles; combatiremos en las colinas. ¡No nos rendiremos nunca!”. Eso les grita a los lores que se debaten entre su conservadurismo filonazi, sus privilegios y su cobardía.
Las anécdotas de Donald Trump ya no importan. Ni siquiera que el presidente de Estados Unidos (EEUU) se lamente de los 17 estudiantes muertos en Parkland, pero no diga una palabra contra la venta de armas de guerra a civiles, entre ellos los desequilibrados como el asesino de Las Vegas que terminó con 58 vidas. Tampoco juega demasiado la economía, que ha encaminado hacia un suicidio a mediano plazo. Trump retiró a Janet Yellen, y con ella se fue “la barra del MIT”, el grupo que salvó la economía mundial, sustituyéndolos por un hombre de Goldman Sachs, Steve Mnuchin, en la Secretaría del Tesoro y un abogado corporativo partidario de la desregulación financiera, Jerome Powell, en la Reserva Federal. La reducción de impuestos a las corporaciones y el aumento del gasto militar y en infraestructura no harán otra cosa que aumentar el colosal déficit fiscal de EEUU, del que no ha vuelto a hablar ni tuitear. Siguen apareciendo indicios de su agitada vida sexual (“las mujeres, cuando eres una celebridad, te dejan hacer lo que quieras, puedes hacer lo que quieras; agarrarlas por la… , puedes hacerles de todo”, era su consejo), mientras la carrera de un director o actores famosos es sepultada por una acusación cualquiera, tenga o no fundamento. Y todos los días una estrella porno o una prostituta declara públicamente, sin ser refutada, que ha mantenido relaciones extramaritales recientes con el presidente.
Mucho menos importa que el titular de la primera superpotencia cultural del mundo, creadora del “sueño americano”, se refiera a los inmigrantes de Haití, El Salvador y algunos países africanos preguntándose: “¿Por qué tenemos a toda esta gente de países que son una mierda viniendo aquí?”.
Con toda su importancia, estas circunstancias tienen hoy un lugar secundario.
La verdadera batalla de Trump por su supervivencia en el cargo se juega en las investigaciones del fiscal especial Robert Mueller, un republicano intachable de 73 años, que fue jefe del FBI, y al que el mandatario quiso destituir en junio pasado, según informó The New York Times.
De Comey a Mueller
En setiembre de 2013 el entonces presidente Barack Obama nombró al abogado (Universidad de Chicago) James Comey (1960), republicano de currícula intachable, como séptimo director del Buró Federal de Investigaciones (FBI). Desde esa posición, en 2016, fue el responsable de investigar los famosos e-mails de Hillary Clinton y fue acusado por la exprimera dama de ser un factor decisivo en su derrota ante Donald Trump el 8 de noviembre de ese año.
Comey fue previsiblemente confirmado en el cargo por Trump, pero el FBI se involucró, junto con la “Comunidad de Inteligencia” -formada básicamente por la CIA, los servicios militares y la Dirección Nacional de Inteligencia (NSA)-, en la investigación de la llamada “trama rusa”, es decir, el conjunto de evidencias que señalaba una injerencia decisiva de los organismos oficiales y privados de la Federación Rusa en las elecciones de 2016 con el fin de favorecer a Donald Trump y debilitar a Hillary Clinton, contando con la colaboración de personalidades norteamericanas. Dichas evidencias apuntan a personalidades del círculo íntimo de Trump, como su hija Ivanka, su todopoderoso yerno, Jared Kushner, su ideólogo ultraderechista Steve Bannon (renunciado y hoy enemigo mortal del presidente), su exconsejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn (que renunció voluntariamente ante el avance de la investigación), y su exjefe de campaña, Paul Manafort (renunciado), quienes habrían mantenido numerosas conversaciones con representantes rusos y particularmente con el muy influyente embajador de la Federación Rusa, Sergey Kislyak, que cesó oportunamente en sus funciones en agosto de 2017.
Según declaró ante el Congreso, Comey recibió el pedido de Trump de cerrar la investigación de la trama rusa tras la dimisión del teniente general Flynn (que mintió sobre sus conversaciones con Kislyak al vicepresidente Mike Pence), pero se negó a hacerlo.
Ante esta respuesta, y demostrando su egolatría e imprudencia, Trump cesó a Comey como titular del FBI el 9 de mayo, lo que desató el escándalo esperable en todos los círculos políticos de EEUU y alimentó enormemente las sospechas sobre el involucramiento del propio presidente -que en una de las polémicas públicas con Hillary llegó a pedir a Rusia que investigara todos los e-mails de la exsecretaria de Estado- y puso el primer ladrillo en el delito más temido por un primer mandatario de la Unión: obstrucción a la Justicia, tema sobre el cual el Comité de Inteligencia del Senado interrogó el 8 de junio al jerarca saliente.
Tras declarar, enterrando a Trump, Comey dio una resonante conferencia de prensa. Su antecesor en el cargo era Robert Mueller III (1944), abogado de Princeton y funcionario republicano, que dirigió el FBI entre 2001 y 2013, nombrado por George W. Bush. Mueller tiene un posgrado en Relaciones Internacionales y participó como marine en la Guerra de Vietnam. Un duro.
En mayo de 2017, el fiscal general adjunto, Rod Rosenstein, nombró a Mueller como fiscal especial del Departamento de Justicia de EEUU para supervisar la investigación sobre “cualquier vínculo y/o coordinación entre el gobierno ruso y personas asociadas con la campaña del presidente Donald Trump y cualquier asunto que haya surgido o pueda surgir directamente de la investigación”, o sea, la “trama rusa”. The Washington Post señaló que Mueller está investigando personalmente al presidente Trump por posible obstrucción a la Justicia en relación al tema que le fue asignado.
En octubre de 2017 el Fiscal Especial presentó cargos contra Paul Manafort, jefe de campaña de Trump, por doce cargos, que incluyen conspiración para lavar dinero, violaciones de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros de 1938, como agente no registrado de un mandante extranjero, declaraciones falsas, y conspiración contra EEUU. Casi nada.
Trump expulsó a Manafort de su círculo íntimo y negó que hubiera colaborado con él. Por Twitter. Así de fácil arregla el mundo.
En diciembre pasado, Mueller llegó a un acuerdo con el exconsejero de Seguridad Nacional, Mickael Flynn , que se declaró culpable de brindar falso testimonio al FBI sobre sus contactos con el embajador ruso, Sergey Kislyak.
Flynn estaría dispuesto a declarar que altos funcionarios del equipo de Trump lo impulsaron a contactarse con los rusos.
A todo esto, ya Trump estaba combatiendo al fiscal especial, como combatió a Comey hasta que lo despidió del FBI. Y a hablar mal del FBI en sus tuits. Pero la historia avanza.
Los trabajos del fiscal Mueller
Las informaciones del Times y otros medios señalan que las investigaciones de Mueller (que prosigue trabajando en silencio) se están centrando en las finanzas de Trump, y que estudia llamarlo a declarar, lo que podría tener consecuencias imprevisibles visto el humor presidencial.
Hasta ahora, el fiscal especial ha imputado a cuatro personas: George Papadopoulos, asesor de campaña; Paul Manafort, exdirector de campaña; Richard Gates, su socio; y el exconsejero de Seguridad Nacional, Tte. Gral. Michael Flynn.
Pero Mueller dio un golpe aun más demoledor. El 16 de febrero, presentó al Departamento de Justicia un informe de 37 páginas que señala que por lo menos tres empresas (Internet Research Agency LLC, Concord Management and Consulting y Concord Catering, que empleaban a cientos de personas en San Petersburgo) y 13 ciudadanos rusos radicados en EEUU interfirieron entre 2014 y 2016 la campaña electoral para ayudar a Donald Trump en detrimento de Hillary Clinton.
La imputación recuerda el informe de enero de 2017 presentado por la “Comunidad de Inteligencia”. Según El País de Madrid, que cita un informe del Departamento de Justicia, “el gigantesco operativo, bautizado como Proyecto Laktha, empleaba a cientos de personas y, a través de las redes sociales y el activismo de base, desplegó en EEUU una intensa campaña de intoxicación política […] para cubrir las 24 horas, se alternaban dos grupos. Su misión consistía en crear bajo nombre falso miles de cuentas en redes sociales. Un equipo de diseñadores gráficos, analistas de datos y tecnólogos les apoyaban […] sus emisarios visitaron hasta ocho estados. Su actividad fue especialmente intensa en territorios electoralmente indecisos como Florida, Virginia y Colorado. Para ocultar sus huellas, la maquinaria rusa utilizaba como pantalla ordenadores e identidades estadounidenses. Bajo este escudo, generaba cientos de cuentas en redes sociales (Facebook, Instagram y Twitter). Con nombres robados, cuentas de banco fraudulentas y documentos de identidad falsos, se hacían pasar por estadounidenses que abogaban o censuraban a determinados candidatos, abrían páginas web y creaban comunidades”.
Agrega que “las maniobras de intoxicación eran constantes” y que “la meta, según el FBI, era generar malestar y erosionar la confianza en el sistema político”. El vicetitular del Departamento de Justicia, Rosenstein, afirmó: “Conspiradores rusos trataron de promover la discordia en EEUU y socavar la confianza pública en la democracia. No podemos permitir que triunfen”.
La acusación presentada por el equipo de Mueller incluye ocho cargos, encabezados por el de “conspiración para defraudar a EEUU”, fraude bancario, robo y suplantación de identidad.
Las fuerzas armadas y la Comunidad de Inteligencia
El martes 13, el director de Inteligencia Nacional, Donald Coats (1943, abogado y político republicano nombrado por Trump), presentó ante el Comité de Inteligencia del Senado su Informe anual sobre riesgos globales. Coats, que coordina todos los servicios de inteligencia (varios de los cuales están directamente ligados a las fuerzas armadas) y trabaja en coordinación con el FBI, advirtió “que resulta probable que Rusia y otros países traten de impulsar mayores ciberataques para entrometerse en procesos electorales […] y que las operaciones cibernéticas persistentes y disruptivas continuarán contra EEUU y nuestros aliados europeos utilizando elecciones como oportunidades para socavar la democracia”. Habló acompañado de todos los jefes de las agencias y también afirmó que “la amenaza de conflictos entre naciones es la mayor desde el fin de la Guerra Fría”.
Este proceso ocurre a nueve meses de las elecciones “de medio término en EEUU”, que renovarán gran parte del Congreso; serán una suerte de test sobre la gestión de Trump y podrían limitar severamente su poder.
El director Coats afirmó que “Rusia ve exitosa su injerencia en las ele ciones estadounidenses de 2016 ” y señaló que “Moscú ve una oportunidad para influir en los comicios legislativos del próximo noviembre, en que se renuevan decenas de puestos de gobernadores estatales, la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado”. Acusó a Rusia de entrometerse en los referéndum del brexit y de Cataluña y en las elecciones de Francia y Alemania. En su exposición, el director de la CIA, Mike Pompeo, manifestó que ya detectaron actividades rusas para impactar en las próximas elecciones en EEUU y Coats agregó que “esperamos que Rusia continúe utilizando propaganda, personas falsas y otros medios de influencia para tratar de exacerbar fisuras sociales y políticas en EEUU”. Es evidente que Coats y los jefes de la NSA, la CIA , el FBI y los servicios de inteligencia de las fuerzas armadas mantienen su tesis sobre la injerencia rusa a pesar de la cerrada negativa de su “comandante en jefe”, Donald Trump.
CONCLUSIONES PRELIMINARES: El cerco se cierra
Paso a paso, con documentos e informes, desde las fuerzas armadas, los servicios de inteligencia, el Departamento de Justicia y el fiscal especial, más líderes demócratas y republicanos (como la familia Bush, el senador John McCain y Colin Powell), el círculo de acusaciones se acerca al presidente Donald Trump, que podría ser imputado por complicidad o negligencia criminal, además de obstrucción a la Justicia. Amén del ataque constante de grandes medios de prensa como The New York Times, The Washington Post, el Financial Times e incluso The Economist, varios libros sobre Trump hacen furor. Se destacan Fuego y furia/En la Casa Blanca de Trump, de Michael Wolff, y Conspiración/Cómo Rusia ayudó a Trump a ganar las elecciones, de Luke Harding, sobre los cuales Caras y Caretas publicará amplias reseñas próximamente. En el fondo, lo intolerable para el poder real es que el empresario (que ni siquiera es tecnológico, sino preindustrial, como señaló la eminente economista venezolano-británica Carlota Pérez), está retirando, acaso por sus compromisos o temores para con Rusia, enemigo histórico de la Unión, a Estados Unidos del mundo, en lo económico, lo comercial, lo militar y lo cultural. Eso es lo que no se puede perdonar. Los dados están echados.
Trump y el fantasma de Nixon
En enero pasado, The New York Times informó que Donald Trump ordenó en el pasado mes de junio destituir al fiscal especial, pero debió desistir ante las catastróficas consecuencias que su decisión tendría, poniéndolo en una situación peor que la de Richard Nixon, quien al menos pudo renunciar y tuvo funerales de Estado. En octubre de 1973, el entonces presidente Nixon, cercado por el escándalo Watergate, ordenó despedir al fiscal especial que lo investigaba, Archibald Cox, pero el fiscal general renunció para no cumplir la orden presidencial. Nixon nombró fiscales generales que fueron renunciando hasta que encontró uno que despidió a Cox, en lo que se recuerda como “La masacre del sábado noche”, que decidió al Partido Republicano a prescindir del presidente. Encargaron la tarea de pedirle que renunciara a Henry Kissinger, quien lo contó en sus Memorias y fue registrado en una inolvidable escena del film Nixon, de Oliver Stone, en la cual el presidente, ebrio como de costumbre, se dirige en la Casa Blanca al icónico y luminoso retrato de John F. Kennedy, el mandatario asesinado por querer terminar la guerra de Vietnam, y le dice: “Cuando te miran a ti ven lo que quieren ser; cuando me miran a mí, ven lo que son”. Nixon renunció y evitó su juicio político por el Congreso. El presidente Trump dio la orden de despedir a Mueller al abogado de la Casa Blanca, Donald F. McGahn (abogado republicano que fue el jefe del equipo legal de campaña), quien se negó a trasladarla al Departamento de Justicia, instituto que nombró a Mueller y que es quien tiene autoridad para destituirlo. McGahn, según las fuentes no desmentidas del Times, le dijo a Trump que renunciaría antes de cumplir su orden y le aconsejó que desistiera, ya que el organismo respaldaría a Mueller y quedaría configurado (mucho más teniendo en cuenta la destitución de James Comey en el FBI) el delito de obstrucción a la Justicia, que llevaría de inmediato a su juicio político o impeachment, seguramente con el respaldo de los dos partidos. Al parecer, Trump, que por supuesto, ignora todo lo relativo al interés público, pensó en dar directamente la orden, pero tras algunas consultas comprendió lo que se venía y desistió, al menos por ahora.
Noticias Internacionales Independientes
Control de armas en EE.UU.: los estudiantes sobrevivientes de la masacre de Florida muestran el camino a seguir
23 de febrero de 2018
por Amy Goodman y Denis Moynihan
Nikolas Cruz sabía cómo manejar un arma gracias a la Asociación Nacional del Rifle y al Ejército de Estados Unidos. El acusado de perpetrar la masacre del Día de San Valentín, que tuvo lugar en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas ubicada en Parkland, Florida, ultimó a 17 personas en tres minutos, todo con un rifle semiautomático AR-15. Cruz cursó parte de sus estudios en esa escuela secundaria, pero se tuvo que cambiar a otras por su conducta violenta. Cuando fue arrestado llevaba puesta la camiseta oficial de la división junior del Cuerpo de Entrenamiento para Oficiales de la Reserva (JROTC, por su sigla en inglés), un programa de las Fuerzas Armadas de EE.UU. en escuelas y universidades del que fue miembro mientras cursaba la secundaria. Cruz también había formado parte del club escolar de tiro, que cuenta con el apoyo económico de la Fundación de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), y había llegado a ser uno de los cuatro miembros del equipo de tiro de la escuela. El Pentágono está presente en las escuelas públicas, reclutando estudiantes para el ejército. A su lado se encuentra la NRA, que coloca armas en manos de los niños.
En Florida, la edad mínima legal para comprar un rifle semiautomático es de 18 años. Nikolas Cruz tenía 19, y adquirió legalmente el arma con la cual se lo acusa de cometer esta terrible masacre. A través de sus publicaciones en redes sociales y relatos de personas que lo conocen, trascendió que tenía un profundo amor por las armas de fuego y por otros tipos de armas. “Tenía muy buena puntería”, declaró a la agencia Associated Press un excompañero del equipo de tiradores, Aaron Diener.
Pat Elder es el director de la Coalición nacional para proteger la privacidad de los y las estudiantes, una organización que rechaza el militarismo en las escuelas. También es autor del libro “Reclutamiento militar en Estados Unidos” (“Military Recruiting in the United States”). En una entrevista para Democracy Now!, el activista expresó: “Tenemos al ejército de Estados Unidos y a las otras tres ramas de las Fuerzas Armadas metidas en las escuelas secundarias, colocando armas letales en manos de jóvenes de 13 y 14 años de edad. Es hora de que esto se termine. Más de 575.000 niños y niñas participan del programa en todo el país”.
Pat Elder se opone al militarismo estadounidense desde que era adolescente. A principios de la década del 70 participó de las protestas contra el bombardeo de Estados Unidos a Camboya. Considera invasiva e insidiosa la presencia del ejército estadounidense en el sistema escolar público, que comienza con las competencias de construcción con piezas de Lego en tercer grado. En las escuelas secundarias reemplazan el Lego con armas de fuego.
Elder continuó: “El programa junior del Cuerpo de Entrenamiento para Oficiales de la Reserva es un programa de reclutamiento militar del que participan más de 3.000 escuelas. De estas, más de 1.600 escuelas participan en programas de tiro en todo el país. Así que tenemos campos de tiro en escuelas secundarias de todos los estados. Disparan rifles de calibre 177, que funcionan mediante dióxido de carbono. El proyectil principal se desplaza a 180 metros por segundo. En comparación, las municiones de un rifle de calibre 22 tienen una velocidad de entre 240 y 270 metros por segundo… [El rifle calibre 177] es un arma letal, clasificada así por el ejército”.
La Asociación Nacional del Rifle, mediante su fundación presuntamente caritativa, dona fondos a las escuelas destinados a colocar armas en manos de los niños, de lo cual alardea en su sitio web: “Desde nuestra creación en 1990, hemos otorgado casi 335 millones de dólares en subvenciones”. La NRA admite, y Pat Elder confirma, que la mayoría de sus subvenciones son en forma de “suministros o equipos para el programa”; es decir, armas y municiones. El programa de tiro de la secundaria Marjory Stoneman Douglas tuiteó hace 17 meses: “El equipo de tiro de la división junior del Cuerpo de Entrenamiento para Oficiales de la Reserva agradece a la NRA por su generosa donación de casi 10.000 dólares para actualizar y reponer equipos”.
La escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland toma su nombre de la reconocida escritora y activista estadounidense que murió en 1998 a la edad de 108 años. Stoneman Douglas fue una de las principales sufragistas del país. Luchó por el voto femenino y los derechos civiles y también era ecologista. Conocida como la “gran dama de los Everglades” por su liderazgo en la protección de los vastos humedales de Florida, combatió los intereses empresariales y de desarrollo inmobiliario. Es profundamente conmovedor que, entre los adolescentes que sufrieron el espantoso tiroteo en masa, estén surgiendo algunos de los activistas más apasionados, elocuentes y efectivos del momento. Ellos y ellas se están enfrentando a uno de los grupos de interés más arraigados del país: el lobby de las armas de fuego.
Días después de la masacre, en una manifestación a favor del control de armas en Fort Lauderdale, Emma González, estudiante del último año de la secundaria Stoneman Douglas, se dirigió a la multitud. Sus palabras se volvieron virales: “Si todo lo que pueden hacer el gobierno y el presidente es dedicar pensamientos y oraciones, entonces es momento de que las víctimas seamos el cambio que necesitamos ver… Si el presidente quiere venir a decirme en persona que fue una tragedia terrible, que nunca debería haber sucedido, al mismo tiempo que nos sigue diciendo que no se hará nada al respecto, con gusto le voy a preguntar cuánto dinero recibió de la Asociación Nacional del Rifle. Pero, ¿saben qué? No es necesario, porque ya sé la respuesta: ¡30 millones de dólares!”.
El martes, más de cien estudiantes de la secundaria Stoneman Douglas viajaron al Capitolio estatal de Florida, en Tallahassee, para exigir la prohibición de armas automáticas a nivel estatal. Mientras los jóvenes hacían su arribo al Capitolio, los legisladores votaron, por abrumadora mayoría, en contra de realizar un debate sobre la prohibición. Sin desalentarse, los estudiantes siguen luchando. Van a organizar una marcha en la capital de Estados Unidos y en ciudades de todo el país el próximo 24 de marzo. Han decidido llamarla “Marcha por nuestras vidas”
© 2018 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Nikolas Cruz sabía cómo manejar un arma gracias a la Asociación Nacional del Rifle y al Ejército de Estados Unidos. El acusado de perpetrar la masacre del Día de San Valentín, que tuvo lugar en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas ubicada en Parkland, Florida, ultimó a 17 personas en tres minutos, todo con un rifle semiautomático AR-15. Cruz cursó parte de sus estudios en esa escuela secundaria, pero se tuvo que cambiar a otras por su conducta violenta. Cuando fue arrestado llevaba puesta la camiseta oficial de la división junior del Cuerpo de Entrenamiento para Oficiales de la Reserva (JROTC, por su sigla en inglés), un programa de las Fuerzas Armadas de EE.UU. en escuelas y universidades del que fue miembro mientras cursaba la secundaria. Cruz también había formado parte del club escolar de tiro, que cuenta con el apoyo económico de la Fundación de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), y había llegado a ser uno de los cuatro miembros del equipo de tiro de la escuela. El Pentágono está presente en las escuelas públicas, reclutando estudiantes para el ejército. A su lado se encuentra la NRA, que coloca armas en manos de los niños.
En Florida, la edad mínima legal para comprar un rifle semiautomático es de 18 años. Nikolas Cruz tenía 19, y adquirió legalmente el arma con la cual se lo acusa de cometer esta terrible masacre. A través de sus publicaciones en redes sociales y relatos de personas que lo conocen, trascendió que tenía un profundo amor por las armas de fuego y por otros tipos de armas. “Tenía muy buena puntería”, declaró a la agencia Associated Press un excompañero del equipo de tiradores, Aaron Diener.
Pat Elder es el director de la Coalición nacional para proteger la privacidad de los y las estudiantes, una organización que rechaza el militarismo en las escuelas. También es autor del libro “Reclutamiento militar en Estados Unidos” (“Military Recruiting in the United States”). En una entrevista para Democracy Now!, el activista expresó: “Tenemos al ejército de Estados Unidos y a las otras tres ramas de las Fuerzas Armadas metidas en las escuelas secundarias, colocando armas letales en manos de jóvenes de 13 y 14 años de edad. Es hora de que esto se termine. Más de 575.000 niños y niñas participan del programa en todo el país”.
Pat Elder se opone al militarismo estadounidense desde que era adolescente. A principios de la década del 70 participó de las protestas contra el bombardeo de Estados Unidos a Camboya. Considera invasiva e insidiosa la presencia del ejército estadounidense en el sistema escolar público, que comienza con las competencias de construcción con piezas de Lego en tercer grado. En las escuelas secundarias reemplazan el Lego con armas de fuego.
Elder continuó: “El programa junior del Cuerpo de Entrenamiento para Oficiales de la Reserva es un programa de reclutamiento militar del que participan más de 3.000 escuelas. De estas, más de 1.600 escuelas participan en programas de tiro en todo el país. Así que tenemos campos de tiro en escuelas secundarias de todos los estados. Disparan rifles de calibre 177, que funcionan mediante dióxido de carbono. El proyectil principal se desplaza a 180 metros por segundo. En comparación, las municiones de un rifle de calibre 22 tienen una velocidad de entre 240 y 270 metros por segundo… [El rifle calibre 177] es un arma letal, clasificada así por el ejército”.
La Asociación Nacional del Rifle, mediante su fundación presuntamente caritativa, dona fondos a las escuelas destinados a colocar armas en manos de los niños, de lo cual alardea en su sitio web: “Desde nuestra creación en 1990, hemos otorgado casi 335 millones de dólares en subvenciones”. La NRA admite, y Pat Elder confirma, que la mayoría de sus subvenciones son en forma de “suministros o equipos para el programa”; es decir, armas y municiones. El programa de tiro de la secundaria Marjory Stoneman Douglas tuiteó hace 17 meses: “El equipo de tiro de la división junior del Cuerpo de Entrenamiento para Oficiales de la Reserva agradece a la NRA por su generosa donación de casi 10.000 dólares para actualizar y reponer equipos”.
La escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland toma su nombre de la reconocida escritora y activista estadounidense que murió en 1998 a la edad de 108 años. Stoneman Douglas fue una de las principales sufragistas del país. Luchó por el voto femenino y los derechos civiles y también era ecologista. Conocida como la “gran dama de los Everglades” por su liderazgo en la protección de los vastos humedales de Florida, combatió los intereses empresariales y de desarrollo inmobiliario. Es profundamente conmovedor que, entre los adolescentes que sufrieron el espantoso tiroteo en masa, estén surgiendo algunos de los activistas más apasionados, elocuentes y efectivos del momento. Ellos y ellas se están enfrentando a uno de los grupos de interés más arraigados del país: el lobby de las armas de fuego.
Días después de la masacre, en una manifestación a favor del control de armas en Fort Lauderdale, Emma González, estudiante del último año de la secundaria Stoneman Douglas, se dirigió a la multitud. Sus palabras se volvieron virales: “Si todo lo que pueden hacer el gobierno y el presidente es dedicar pensamientos y oraciones, entonces es momento de que las víctimas seamos el cambio que necesitamos ver… Si el presidente quiere venir a decirme en persona que fue una tragedia terrible, que nunca debería haber sucedido, al mismo tiempo que nos sigue diciendo que no se hará nada al respecto, con gusto le voy a preguntar cuánto dinero recibió de la Asociación Nacional del Rifle. Pero, ¿saben qué? No es necesario, porque ya sé la respuesta: ¡30 millones de dólares!”.
El martes, más de cien estudiantes de la secundaria Stoneman Douglas viajaron al Capitolio estatal de Florida, en Tallahassee, para exigir la prohibición de armas automáticas a nivel estatal. Mientras los jóvenes hacían su arribo al Capitolio, los legisladores votaron, por abrumadora mayoría, en contra de realizar un debate sobre la prohibición. Sin desalentarse, los estudiantes siguen luchando. Van a organizar una marcha en la capital de Estados Unidos y en ciudades de todo el país el próximo 24 de marzo. Han decidido llamarla “Marcha por nuestras vidas”
© 2018 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Empresas estadounidenses cancelan tratos con la Asociación Nacional del Rifle
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Cada día más compañías estadounidenses anuncian su intención de cortar
sus vínculos comerciales con la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por
sus siglas en inglés) después del tiroteo del 14 de febrero en una
escuela del sur de la Florida que dejó 17 personas muertas.
Una de las primeras compañías en anunciar el final de su colaboración
con el principal grupo de cabildeo de armas en los EE. UU. fue el First
National Bank of Omaha, que anunció el jueves que no renovará una
tarjeta de crédito Visa con marca NRA.
Tampoco la compañía de seguridad en línea Symantec dudó en anunciar el fin de sus descuentos para la organización que defiende el porte de armas.
Otras compañías que se unieron a la tendencia incluyeron United Airlines y Delta Air Lines, el seguro MetLife, la compañía de alquiler de automóviles Hertz y la cadena hotelera Best Western.
De forma individualizada en los últimos días, todos han anunciado la cancelación de acuerdos especiales con la NRA y han elimindo los descuentos y ofertas especiales que normalmente se extienden a los miembros del controvertido lobby de armas.
A la luz de la creciente presión en todo el país sobre la regulación de la posesión de armas y la prohibición de comprar rifles semiautomáticos con capacidad de disparo mortal a alta velocidad, las personas que utilizan las redes sociales, en particular los estudiantes de Florida que vivieron la masacre, están promoviendo #BoycottNRA para que las empresas con vínculos con la NRA puedan ponerles fin.
En ese sentido, United Airlines anunció el sábado en Twitter que está terminando el descuento que ofrecía para los vuelos a la reunión anual de la NRA.
“United le está notificando a la NRA que ya no ofreceremos una tarifa con descuento en su reunión anual y le pedimos a la NRA que elimine nuestra información de su sitio web”, dijo la compañía.
“Delta se está comunicando con la NRA para informarles que pondremos fin a su contrato de tarifas con descuento a través de nuestro programa de viajes grupales. Solicitaremos que la ANR elimine nuestra información de su sitio web “, escribió la aerolínea en Twitter al unirse al movimiento.
Las empresas de alquiler de automóviles Enterprise y True Car, junto con Wyndham Hotels, también cancelaron sus contratos.
(Información de Herald Tribune / Traducción de Cubadebate)
Un manifiesto es siempre, por definición, esquemático y propositivo. El Manifiesto Comunista
también lo es. Cuando describe, en su relato del drama histórico de la
lucha de clases, está, al mismo tiempo, interpretando, afirmando un
punto de vista acerca de la historia toda. En este caso se trata del
mundo, sobre todo del mundo del capitalismo, visto desde abajo. Y cuando
propone, un manifiesto tiene que hacerlo mediante tesis o afirmaciones
muy taxativas, sin ambigüedades, sin oscuridades. Un manifiesto no es un
tratado ni un ensayo; no es el lugar para el matiz filosófico ni para
la precisión científica. Un manifiesto no es tampoco un programa
detallado de lo que tal o cual corriente o partido se propone hacer
mañana mismo. Un manifiesto tiene que resumir la argumentación de la
propia tendencia a lo esencial; es un programa fundamental, por así
decirlo.
Y, en este sentido, lo que ha hecho duradero al Manifiesto Comunista, lo que le ha permitido envejecer bien, es la gracia con que sus autores supieron integrar el matiz filosófico acerca de la historia y la vocación científica del economista sociólogo que, por ende, pone su sa ber al servicio de otros, de los más. En la lucha entre burgueses y proletarios el Manifiesto toma partido. Sus autores saben que la verdad es la verdad dígala Agamenón o su porquero. Pero saben también que el moderno porquero de Agamenón seguirá inquieto, desasosegado, después de escuchar de labios de su amo, de su burgués, las viejas palabras lógicas sobre la verdad: “de acuerdo”. Seguirá inquieto porque el porquero de Agamenón, que quiere liberarse, tiene ya su cultura, está adquiriendo su propia cultura: ha sido informado de que la verdad no es sólo cosa de palabras, sino también de hechos, de haceres y quehaceres, de voluntades y realizaciones: verumfactum.
Esto último es una clave para entender bien el texto. El Manifiesto no se limita a describir: califica, da nombre a las cosas.
Cuando Marx y Engels dicen tan contundentemente, por ejemplo, que “los obreros no tienen patria”, no están haciendo sociología; no están describiendo la situación del proletariado; no están diciendo algo que se derive de tal o cual encuesta sociológica recientemente realizada. Están polemizando con quienes reprochaban y reprochan a los comunistas el querer abolir la patria, la nacionalidad. Marx y Engels sabían, cómo no, de los sentimientos nacionales de los trabajadores de la época, y ellos mismos, que vivieron en varios países de Europa, se han afirmado también, en ocasiones –como todo hijo de vecino con sentimientos– frente a otros, como alemanes que eran. Pero, como al mismo tiempo conocían bien la uniformización de las condiciones de vida a que conducen la concentración de capitales y el mercado mundial, tenían que considerar un insulto a la razón la manipulación de los sentimientos nacionales por los de arriba en nombre de las patrias respectivas. De modo que quien lea aquella afirmación del Manifiesto como si fuera la conclusión de una encuesta sociológica o no quiere entender, porque le ciega la pasión, o no se ha enterado de nada. Para su mejor comprensión aquella controvertida frase se podría traducir ahora así: los obreros no tienen patria porque los que mandan ni siquiera se la han dado o se la han quitado ya.
Pues, como escribió el poeta:
Un país sólo no es una patria, una patria es, amigos, una país con justicia.
Cuando, por poner otro ejemplo, Marx y Engels hablan, en el Manifiesto, de la burguesía como clase social tampoco se limitan a describir: califican. Pero no insultan por eso al adversario, ni le quitan valor, ni le desprecian. Al contrario: construyen el relato de la configuración histórica de la cultura burguesa como un canto imponente a sus conquistas: técnicas, económicas, civilizadoras. La forma en que se ha construido ese canto, contrapunteando, una y otra vez, pasado y presente, economía y moralidad –sentimiento y cálculo, exaltación de la técnica y conciencia de la deshumanización– es lo mejor del Manifiesto comunista, su cumbre. Porque ahí, efectivamente, es donde sentimos que estamos: en las gélidas aguas del cálculo egoísta, en la división del alma entre técnica y moralidad, entre progreso técnico y desvalorización del sentimiento.
Y si este canto acaba siendo, en el Manifiesto, un réquiem por la cultura burguesa no es sólo debido a la simpatía que sus autores sienten por la otra clase, por la clase de los que no tienen nada. Lo es también por otras razones que ahí están solo apuntadas pero que cuentan mucho. Es porque la sociedad burguesa crea demasiada civilización (demasiados medios, demasiada industria, demasiado comercio); cosa que, antes o después, tiene que conducir a la crisis económica y cultural. Y es porque Marx y Engels, que eran personas ilustradas, herederas del humanismo renacentista, pero con una punta romántica, no desean, no quieren, la otra posible conclusión de la lucha de clases que su formación historiográfica les sugiere en esas circunstancias: la destrucción mutua de las clases en lucha. No la desean precisamente porque saben historia, porque conocen la historia de Europa: porque saben que eso trae consigo la barbarie. No quieren una igualación sin cultura, una tabla rasa, una nivelación sin méritos, un comunismo sin necesidades. Quieren enlazar con el ideal del buen gobierno renacentista e ilustrado.
He dicho que el Manifiesto califica, da nombre a las cosas. Hay que precisar que nombra las cosas como se ven éstas desde abajo, como las veían en 1847 los que vivían de sus manos, del trabajo asalariado. Dar nombre a las cosas es fundamental para ser alguien. En el amor no eres nadie sin oír tu nombre en los labios de la persona amada. En las cosas de la política y de la lucha social no eres nadie si aceptas el nombre que dan a la cosa, a su cosa, los que mandan. La lucha por nombrar correctamente y con precisión es el primer acto de la lucha de clases con consciencia. Marx y Engels sabían esto.
La prostitución del nombre de su cosa, el comunismo moderno, no es ya responsabilidad de Marx y Engels. Mucha gente piensa que sí e ironiza ahora sobre que Marx debería pedir perdón a los trabajadores. Yo pienso que no. Diré por qué para acabar. Las tradiciones, como las familias, crean vínculos muy fuertes entre las gentes que viven en ellas. La existencia de estos vínculos fuertes tiene casi siempre como consecuencia el olvido de quién es cada cual en esa tradición: las gentes se quedan sólo con el apellido de la familia, que es lo que se transmite, y pierden el nombre propio. Esto ha ocurrido también en la historia del comunismo. Pero de la misma manera que es injusto culpabilizar a los hijos que llevan un mismo apellido de delitos cometidos por sus padres, o viceversa, así también sería una injusticia histórica cargar a los autores del Manifiesto Comunista con los errores y delitos de los que siguieron utilizando, con buena o mala voluntad, su apellido.
Seamos sensatos por una vez. A nadie se le ocurriría hoy en día echar sobre los hombros de Jesús de Nazaret la responsabilidad de los delitos cometidos a lo largo de la historia por todos aquellos que llevaron el apellido de cristianos, desde Torquemada al General Pinochet pasando por el General Franco. Y, con toda seguridad, tildaríamos de sectario a quien pretendiera establecer una relación causal entre el Sermón de la Montaña y la Inquisición romana o española.
En hablando de ideas y de hechos, y de movimientos colectivos, y de creencias compartidas no hay que quedar se en el apellido familiar o con el vago eco del ismo correspondiente. Volvamos a preguntar por el nombre propio de cada uno.
A cada cual lo suyo, pues. Por lo menos mientras llega aquello de “a cada cual según sus necesidades; de cada cual según sus capacidades”.
Fuente: Apartado VI del prólogo de Francisco Fernández Buey al Manifiesto Comunista de Marx y Engels
Tampoco la compañía de seguridad en línea Symantec dudó en anunciar el fin de sus descuentos para la organización que defiende el porte de armas.
Otras compañías que se unieron a la tendencia incluyeron United Airlines y Delta Air Lines, el seguro MetLife, la compañía de alquiler de automóviles Hertz y la cadena hotelera Best Western.
De forma individualizada en los últimos días, todos han anunciado la cancelación de acuerdos especiales con la NRA y han elimindo los descuentos y ofertas especiales que normalmente se extienden a los miembros del controvertido lobby de armas.
A la luz de la creciente presión en todo el país sobre la regulación de la posesión de armas y la prohibición de comprar rifles semiautomáticos con capacidad de disparo mortal a alta velocidad, las personas que utilizan las redes sociales, en particular los estudiantes de Florida que vivieron la masacre, están promoviendo #BoycottNRA para que las empresas con vínculos con la NRA puedan ponerles fin.
En ese sentido, United Airlines anunció el sábado en Twitter que está terminando el descuento que ofrecía para los vuelos a la reunión anual de la NRA.
“United le está notificando a la NRA que ya no ofreceremos una tarifa con descuento en su reunión anual y le pedimos a la NRA que elimine nuestra información de su sitio web”, dijo la compañía.
“Delta se está comunicando con la NRA para informarles que pondremos fin a su contrato de tarifas con descuento a través de nuestro programa de viajes grupales. Solicitaremos que la ANR elimine nuestra información de su sitio web “, escribió la aerolínea en Twitter al unirse al movimiento.
Las empresas de alquiler de automóviles Enterprise y True Car, junto con Wyndham Hotels, también cancelaron sus contratos.
(Información de Herald Tribune / Traducción de Cubadebate)
El filósofo Rob Riemen: "Decir que el fascismo ha desaparecido es ridículo y estúpido"
El pensador holandés, que presenta , considera
necesario "llamar al fascismo por su nombre" y propone los valores de un
"humanismo europeo" como arma para combatirlo
El filósofo holandés Rob Riemen, fundador del Nexus Instituut, considera necesario "llamar al fascismo por su nombre" y propone los valores de un "humanismo europeo" como arma para combatirlo, según ha explicado en una entrevista con Efe.
Riemen, que ha visitado Barcelona para presentar su último ensayo, Para combatir esta era. Consideraciones urgentes sobre fascismo y humanismo (editado en catalán por Arcadia y en castellano por Taurus), considera "ridículo y estúpido" decir
que esta ideología "es algo del pasado" o usar palabras alternativas
para referirse a ella como "populismo o extrema derecha".
El filósofo subraya, igualmente, que algunos pensadores del siglo XX, como Albert Camus y Thomas Mann, ya advirtieron de la permanencia del fascismo más allá del final de la II Guerra Mundial.
El filósofo subraya, que algunos
pensadores del siglo XX, como Camus y Mann, ya advirtieron de la
permanencia del fascismo más allá del final de la II Guerra Mundial
"Puedes
compararlo con el cuerpo humano: la sociedad es un cuerpo político y si
no lo cuidas puede enfermar", afirma el autor, y añade, evocando a La peste, de Camus, que se trata de "una especie de virus" que se expande y evoluciona: "el fascismo no volverá con uniformes negros y esvásticas", dice.
Para Riemen, el espíritu de la "democracia
real" desborda las instituciones y consiste en "hacer justicia a la
dignidad de cada ser humano" y "elevar a los ciudadanos" mediante un gobierno y una sociedad centrados en la educación, las artes y las humanidades.
"Esto viene acompañado de la responsabilidad de usar nuestra propia libertad para vivir una vida mejor nosotros mismos y para cultivar los valores espirituales y morales", explica.
Sin embargo, el filósofo denuncia que en la "democracia de masas actual"
predominan los "valores comerciales: eficiencia, productividad y
beneficios", y "las personas ya no cultivan sus propias mentes".
Si "fomentas el odio y el miedo
continuamente y juegas a señalar a otros como culpables, sean migrantes o
judíos", cuando la sociedad se ve "golpeada por la crisis económica que
hace sentir inseguras a las personas", la violencia acaba surgiendo,
afirma.
Como solución, Riemen apela a la tradición
del "humanismo europeo" y a la teoría política de la socialdemocracia
que, por un lado, "acepta que es necesaria una especie de economía
capitalista y de intercambio comercial" y, por otro, considera que la
"máxima prioridad del gobierno es cuidar a la gente, a los más
vulnerables".
Se trata de buscar los "valores universales
de justicia, belleza y bondad" que atraviesan fronteras y nacionalidades
y pueden encontrarse, bajo distintas formas, "en la cultura japonesa,
china o aborigen".
Riemen apela a la tradición del "humanismo europeo" y a la teoría política de la socialdemocracia"
"Nuestra
auténtica identidad es lo que tenemos en común y nos hace ciudadanos
del mundo: todos podemos crear belleza, todos podemos y debemos hacer
justicia" afirma y se desmarca así de cualquier forma de "eurocentrismo".
El filósofo recupera el concepto de "verdad
metafísica", que no puede ser definida por la ciencia y la tecnología, y
reivindica la importancia de las artes "para expresar nuestro yo
interior: nuestros miedos, nuestras frustraciones y esperanzas".
Riemen lamenta la respuesta negativa de las "elites políticas e intelectuales" a
su anterior ensayo, "Nobleza de espíritu" (Taurus, 2017), y considera
que "forman parte del problema" dado que "no tienen interés por un
cambio profundo en nuestra sociedad".
"El fascismo va de abajo hacia arriba, así que la lucha contra él ha de ir en la misma dirección", afirma.
El filósofo, nacido en una familia humilde, reconoce que es difícil convencer a una población empobrecida
y con necesidades materiales sobre la importancia de los valores
espirituales. En este sentido, considera que "una sociedad completamente
capitalista, sin justicia social, nunca podrá cultivar el espíritu de
la democracia".
TOPOEXPRESS
Para leer el Manifiesto Comunista
Y, en este sentido, lo que ha hecho duradero al Manifiesto Comunista, lo que le ha permitido envejecer bien, es la gracia con que sus autores supieron integrar el matiz filosófico acerca de la historia y la vocación científica del economista sociólogo que, por ende, pone su sa ber al servicio de otros, de los más. En la lucha entre burgueses y proletarios el Manifiesto toma partido. Sus autores saben que la verdad es la verdad dígala Agamenón o su porquero. Pero saben también que el moderno porquero de Agamenón seguirá inquieto, desasosegado, después de escuchar de labios de su amo, de su burgués, las viejas palabras lógicas sobre la verdad: “de acuerdo”. Seguirá inquieto porque el porquero de Agamenón, que quiere liberarse, tiene ya su cultura, está adquiriendo su propia cultura: ha sido informado de que la verdad no es sólo cosa de palabras, sino también de hechos, de haceres y quehaceres, de voluntades y realizaciones: verumfactum.
Esto último es una clave para entender bien el texto. El Manifiesto no se limita a describir: califica, da nombre a las cosas.
Cuando Marx y Engels dicen tan contundentemente, por ejemplo, que “los obreros no tienen patria”, no están haciendo sociología; no están describiendo la situación del proletariado; no están diciendo algo que se derive de tal o cual encuesta sociológica recientemente realizada. Están polemizando con quienes reprochaban y reprochan a los comunistas el querer abolir la patria, la nacionalidad. Marx y Engels sabían, cómo no, de los sentimientos nacionales de los trabajadores de la época, y ellos mismos, que vivieron en varios países de Europa, se han afirmado también, en ocasiones –como todo hijo de vecino con sentimientos– frente a otros, como alemanes que eran. Pero, como al mismo tiempo conocían bien la uniformización de las condiciones de vida a que conducen la concentración de capitales y el mercado mundial, tenían que considerar un insulto a la razón la manipulación de los sentimientos nacionales por los de arriba en nombre de las patrias respectivas. De modo que quien lea aquella afirmación del Manifiesto como si fuera la conclusión de una encuesta sociológica o no quiere entender, porque le ciega la pasión, o no se ha enterado de nada. Para su mejor comprensión aquella controvertida frase se podría traducir ahora así: los obreros no tienen patria porque los que mandan ni siquiera se la han dado o se la han quitado ya.
Pues, como escribió el poeta:
Un país sólo no es una patria, una patria es, amigos, una país con justicia.
Cuando, por poner otro ejemplo, Marx y Engels hablan, en el Manifiesto, de la burguesía como clase social tampoco se limitan a describir: califican. Pero no insultan por eso al adversario, ni le quitan valor, ni le desprecian. Al contrario: construyen el relato de la configuración histórica de la cultura burguesa como un canto imponente a sus conquistas: técnicas, económicas, civilizadoras. La forma en que se ha construido ese canto, contrapunteando, una y otra vez, pasado y presente, economía y moralidad –sentimiento y cálculo, exaltación de la técnica y conciencia de la deshumanización– es lo mejor del Manifiesto comunista, su cumbre. Porque ahí, efectivamente, es donde sentimos que estamos: en las gélidas aguas del cálculo egoísta, en la división del alma entre técnica y moralidad, entre progreso técnico y desvalorización del sentimiento.
Y si este canto acaba siendo, en el Manifiesto, un réquiem por la cultura burguesa no es sólo debido a la simpatía que sus autores sienten por la otra clase, por la clase de los que no tienen nada. Lo es también por otras razones que ahí están solo apuntadas pero que cuentan mucho. Es porque la sociedad burguesa crea demasiada civilización (demasiados medios, demasiada industria, demasiado comercio); cosa que, antes o después, tiene que conducir a la crisis económica y cultural. Y es porque Marx y Engels, que eran personas ilustradas, herederas del humanismo renacentista, pero con una punta romántica, no desean, no quieren, la otra posible conclusión de la lucha de clases que su formación historiográfica les sugiere en esas circunstancias: la destrucción mutua de las clases en lucha. No la desean precisamente porque saben historia, porque conocen la historia de Europa: porque saben que eso trae consigo la barbarie. No quieren una igualación sin cultura, una tabla rasa, una nivelación sin méritos, un comunismo sin necesidades. Quieren enlazar con el ideal del buen gobierno renacentista e ilustrado.
He dicho que el Manifiesto califica, da nombre a las cosas. Hay que precisar que nombra las cosas como se ven éstas desde abajo, como las veían en 1847 los que vivían de sus manos, del trabajo asalariado. Dar nombre a las cosas es fundamental para ser alguien. En el amor no eres nadie sin oír tu nombre en los labios de la persona amada. En las cosas de la política y de la lucha social no eres nadie si aceptas el nombre que dan a la cosa, a su cosa, los que mandan. La lucha por nombrar correctamente y con precisión es el primer acto de la lucha de clases con consciencia. Marx y Engels sabían esto.
La prostitución del nombre de su cosa, el comunismo moderno, no es ya responsabilidad de Marx y Engels. Mucha gente piensa que sí e ironiza ahora sobre que Marx debería pedir perdón a los trabajadores. Yo pienso que no. Diré por qué para acabar. Las tradiciones, como las familias, crean vínculos muy fuertes entre las gentes que viven en ellas. La existencia de estos vínculos fuertes tiene casi siempre como consecuencia el olvido de quién es cada cual en esa tradición: las gentes se quedan sólo con el apellido de la familia, que es lo que se transmite, y pierden el nombre propio. Esto ha ocurrido también en la historia del comunismo. Pero de la misma manera que es injusto culpabilizar a los hijos que llevan un mismo apellido de delitos cometidos por sus padres, o viceversa, así también sería una injusticia histórica cargar a los autores del Manifiesto Comunista con los errores y delitos de los que siguieron utilizando, con buena o mala voluntad, su apellido.
Seamos sensatos por una vez. A nadie se le ocurriría hoy en día echar sobre los hombros de Jesús de Nazaret la responsabilidad de los delitos cometidos a lo largo de la historia por todos aquellos que llevaron el apellido de cristianos, desde Torquemada al General Pinochet pasando por el General Franco. Y, con toda seguridad, tildaríamos de sectario a quien pretendiera establecer una relación causal entre el Sermón de la Montaña y la Inquisición romana o española.
En hablando de ideas y de hechos, y de movimientos colectivos, y de creencias compartidas no hay que quedar se en el apellido familiar o con el vago eco del ismo correspondiente. Volvamos a preguntar por el nombre propio de cada uno.
A cada cual lo suyo, pues. Por lo menos mientras llega aquello de “a cada cual según sus necesidades; de cada cual según sus capacidades”.
Fuente: Apartado VI del prólogo de Francisco Fernández Buey al Manifiesto Comunista de Marx y Engels
Frei Betto: “La vida vale por el sentido que le imprimimos”
| CUBADEBATE
Creo que fue 34 años atrás, en 1984, cuando la redacción de El Caimán Barbudo
se llenó con parte de los jurados del Premio Casa de las Américas.
Entre ellos estaba un hombre joven, vestido de gris, de pelo negro medio
encrespado, que hablaba “portuñol”. De la literatura saltamos a la
sociología y la política, hasta que descubrí que se trataba de Carlos
Alberto Libânio Chisto, Frei Betto, sacerdote, teólogo de la liberación.
Ese día habló de que su libro El acuario negro se publicaría por Casa y le pedí un cuento de adelanto para mi Saurio. Él accedió, me entregó la pieza cuyo título da nombre al volumen, y esto fue lo primero, si no me equivoco, que se le publicó en Cuba.
Después me encontré con Betto en la presentación de aquel libro, cuando ya su texto Fidel y la religión estaba a punto de salir. Nos topamos dos o tres veces más; hasta que en el contexto de la última Feria Internacional del Libro, a la entrada del Hotel Nacional, me lo encontré con una guayabera azul, el mismo pelo encrespado pero ya gris, y su dulce saludo de siempre.
Quise entrevistarlo, me dio su tarjeta, le escribí y me respondió enseguida: “Estimada Paquita: contesto en portugués. Puede pedir a Esther Pérez hacer la traducción. Amistad y paz, Betto”. La dirección de correo que me envió era conocida pero no hurgué mucho en la memoria.
Cuando recibí la respuesta: “Paquita: Sí, la traduzco y se la mando. Siempre es un gusto traducir a un hermano. Esther”, comprobé una vez más que el “azar concurrente” existe y no es locura lezamiana. Ella, Esther, es la amada, amante, amiga, colaboradora, esposa de mi admirado Fernando Martínez Heredia, el que me acuñó con una sonora carcajada electrónica como “la querida del Moro”, es decir de Marx.
Entonces, Lezama, gracias a esos múltiples azares que concurrieron, hoy Betto vuelve al Caimán, que lo recibe como lo que es: uno de los amigos más leales de Cuba y de Fidel.
Evidentemente, que tu padre fuera periodista influyó en ti a la hora de emborronar cuartillas… ¿Pero qué sacaste de tu madre, una excelente cocinera, escritora de libros de cocina regional? ¿Te gusta jugar con la elaboración de alimentos?
Tanto mi padre como mi madre, ambos escritores, influyeron en mi vocación literaria. Leían mucho y tenían en casa una excelente biblioteca. Y mi madre me legó el gusto por la cocina. Escribí con ella dos libros de cocina traducidos en Cuba: El fogoncito y Sabroso viaje por Brasil. Escribí también un libro con mis propias recetas: Comer como um frade, divinas receitas para quem sabe por que temos um céu na boca (Comer como un fraile, divinas recetas para quien sabe por qué tenemos un cielo en la boca). Mi madre y yo tuvimos el honor de cocinar varias veces para Fidel y Raúl.
De tu mamá debes haber heredado tu vocación religiosa… ¿Cómo fue ese proceso? Si tu nombre es Carlos Alberto Libânio Chisto, ¿por qué Frei Betto?
Betto es el apodo de Carlos Alberto y también de Roberto. Lo adopté con dos T porque en mi grupo de amigos del barrio había varios Betos y yo quería marcar la diferencia. Mi madre era una mujer con mucha fe cristiana y me legó ese valor. Mi padre era un cristiano anticlerical. Afortunadamente, mi madre pensaba como la Teología de la Liberación antes de que esta existiera…
¿Qué aprendiste de los dos períodos de cárcel que sufriste?
La respuesta sería larga. La cárcel me viró al revés. Aprendí que es posible vivir con muy poco y que la vida vale por el sentido que le imprimimos y no por los bienes que poseemos. Mi biografía, publicada en Cuba, lo muestra. También el libro lanzado en la Feria del Libro de la Habana 2018, Lo que la vida me enseñó, de la editorial Caminos.
¿Y de las favelas?
Aprendí que debemos estar del lado de los pobres aunque aparentemente no tengan la razón.
¿Cuál fue tu primer libro publicado?
Fue Cartas da prisão (Cartas de la prisión), en 1974, que mereció una nueva edición en Brasil en diciembre de 2017. Ha sido traducido a muchos idiomas.
En Acuario negro, el primero de tus libros que se publicó en Cuba, hay diez cuentos y todos se relacionan con Minas Gerais. ¿Por qué?
Porque nací en Minas Gerais y, como decía el poeta Carlos Drummond de Andrade, se sale de Minas, pero Minas no sale de uno… Mi novela Minas de oro, publicada en Cuba, narra 500 años de la historia de Minas Gerais.
¿Qué sentiste con la publicación de Fidel y la religión, su acogida en diversos países y la cantidad de ejemplares salidos de las imprentas?
Fue la primera vez que un jefe de Estado de un país socialista y líder de un partido comunista habló positivamente de la religión, de ahí el impacto mundial. Es mi libro más vendido y traducido a otras lenguas.
Según Internet tienes más de 50 títulos publicados. ¿Cuántos dedicados a niños y niñas? ¿Qué importancia le concedes a la literatura para “los enanos”, como amorosamente les llama Silvio?
Tengo 62 libros publicados y ya entregué uno más a la editorial, sobre educación,. Para los niños escribí El fogoncito, Sabroso viaje por Brasil, El comienzo, el medio y el fin; La niña y el elefante, Maricota y el mundo de las letras; Uala, el amor, todos traducidos en Cuba por la editorial Gente Nueva.
Entre los múltiples premios que has recibido está el José Martí. ¿Qué significa para tí?
Un honor muy grande, que me hace sentir cubano de corazón.
Trabajaste en el gobierno de Lula, incluso lo conoces desde décadas atrás. ¿Ves alguna posibilidad de un nuevo mandato?
Espero que Lula pueda ser candidato de nuevo este año. Lo que están haciendo con él es una gran injusticia. Estamos luchando para que prevalezca la verdad.
Amas desmesuradamente al ser humano, tus acciones lo demuestran. ¿Nunca sentiste tentación por el amor hacia una mujer como novia o esposa?
No tengo añoranzas de la familia que no formé. Y me siento muy amado por el afectuoso grupo de amigos y amigas que me rodean.
¿Y qué esperas del mundial de fútbol de Rusia? ¿Ganará el equipo del “juego bonito”?
¡Espero que Brasil venza en la copa de Rusia!
En Frei Betto está presente un alto sentido de lealtad y amistad. Ha defendido con vehemencia a Cuba y a la Revolución, sin dejar de tener puntos discrepantes o diferentes a los nuestros, y los hemos analizado y discutido de modo constructivo entre revolucionarios y verdaderos amigos, como se comprueba en el diálogo sostenido entre ambos, publicado por él, bajo el título Fidel y la religión”, dice Fidel en el prólogo a tu biografía. ¿Qué sentiste el 25 de noviembre cuando supiste que ese gigante había pasado a otra dimensión?
Sentí la pérdida de un hermano mayor, de quien fui amigo íntimo. En mi libro El paraíso perdido. Viajes al mundo socialista, traducido en Cuba, narro muchos episodios de nuestra amistad.
(Tomado de El Caminán Barbudo)
Ese día habló de que su libro El acuario negro se publicaría por Casa y le pedí un cuento de adelanto para mi Saurio. Él accedió, me entregó la pieza cuyo título da nombre al volumen, y esto fue lo primero, si no me equivoco, que se le publicó en Cuba.
Después me encontré con Betto en la presentación de aquel libro, cuando ya su texto Fidel y la religión estaba a punto de salir. Nos topamos dos o tres veces más; hasta que en el contexto de la última Feria Internacional del Libro, a la entrada del Hotel Nacional, me lo encontré con una guayabera azul, el mismo pelo encrespado pero ya gris, y su dulce saludo de siempre.
Quise entrevistarlo, me dio su tarjeta, le escribí y me respondió enseguida: “Estimada Paquita: contesto en portugués. Puede pedir a Esther Pérez hacer la traducción. Amistad y paz, Betto”. La dirección de correo que me envió era conocida pero no hurgué mucho en la memoria.
Cuando recibí la respuesta: “Paquita: Sí, la traduzco y se la mando. Siempre es un gusto traducir a un hermano. Esther”, comprobé una vez más que el “azar concurrente” existe y no es locura lezamiana. Ella, Esther, es la amada, amante, amiga, colaboradora, esposa de mi admirado Fernando Martínez Heredia, el que me acuñó con una sonora carcajada electrónica como “la querida del Moro”, es decir de Marx.
Entonces, Lezama, gracias a esos múltiples azares que concurrieron, hoy Betto vuelve al Caimán, que lo recibe como lo que es: uno de los amigos más leales de Cuba y de Fidel.
Evidentemente, que tu padre fuera periodista influyó en ti a la hora de emborronar cuartillas… ¿Pero qué sacaste de tu madre, una excelente cocinera, escritora de libros de cocina regional? ¿Te gusta jugar con la elaboración de alimentos?
Tanto mi padre como mi madre, ambos escritores, influyeron en mi vocación literaria. Leían mucho y tenían en casa una excelente biblioteca. Y mi madre me legó el gusto por la cocina. Escribí con ella dos libros de cocina traducidos en Cuba: El fogoncito y Sabroso viaje por Brasil. Escribí también un libro con mis propias recetas: Comer como um frade, divinas receitas para quem sabe por que temos um céu na boca (Comer como un fraile, divinas recetas para quien sabe por qué tenemos un cielo en la boca). Mi madre y yo tuvimos el honor de cocinar varias veces para Fidel y Raúl.
De tu mamá debes haber heredado tu vocación religiosa… ¿Cómo fue ese proceso? Si tu nombre es Carlos Alberto Libânio Chisto, ¿por qué Frei Betto?
Betto es el apodo de Carlos Alberto y también de Roberto. Lo adopté con dos T porque en mi grupo de amigos del barrio había varios Betos y yo quería marcar la diferencia. Mi madre era una mujer con mucha fe cristiana y me legó ese valor. Mi padre era un cristiano anticlerical. Afortunadamente, mi madre pensaba como la Teología de la Liberación antes de que esta existiera…
¿Qué aprendiste de los dos períodos de cárcel que sufriste?
La respuesta sería larga. La cárcel me viró al revés. Aprendí que es posible vivir con muy poco y que la vida vale por el sentido que le imprimimos y no por los bienes que poseemos. Mi biografía, publicada en Cuba, lo muestra. También el libro lanzado en la Feria del Libro de la Habana 2018, Lo que la vida me enseñó, de la editorial Caminos.
¿Y de las favelas?
Aprendí que debemos estar del lado de los pobres aunque aparentemente no tengan la razón.
¿Cuál fue tu primer libro publicado?
Fue Cartas da prisão (Cartas de la prisión), en 1974, que mereció una nueva edición en Brasil en diciembre de 2017. Ha sido traducido a muchos idiomas.
En Acuario negro, el primero de tus libros que se publicó en Cuba, hay diez cuentos y todos se relacionan con Minas Gerais. ¿Por qué?
Porque nací en Minas Gerais y, como decía el poeta Carlos Drummond de Andrade, se sale de Minas, pero Minas no sale de uno… Mi novela Minas de oro, publicada en Cuba, narra 500 años de la historia de Minas Gerais.
¿Qué sentiste con la publicación de Fidel y la religión, su acogida en diversos países y la cantidad de ejemplares salidos de las imprentas?
Fue la primera vez que un jefe de Estado de un país socialista y líder de un partido comunista habló positivamente de la religión, de ahí el impacto mundial. Es mi libro más vendido y traducido a otras lenguas.
Según Internet tienes más de 50 títulos publicados. ¿Cuántos dedicados a niños y niñas? ¿Qué importancia le concedes a la literatura para “los enanos”, como amorosamente les llama Silvio?
Tengo 62 libros publicados y ya entregué uno más a la editorial, sobre educación,. Para los niños escribí El fogoncito, Sabroso viaje por Brasil, El comienzo, el medio y el fin; La niña y el elefante, Maricota y el mundo de las letras; Uala, el amor, todos traducidos en Cuba por la editorial Gente Nueva.
Entre los múltiples premios que has recibido está el José Martí. ¿Qué significa para tí?
Un honor muy grande, que me hace sentir cubano de corazón.
Trabajaste en el gobierno de Lula, incluso lo conoces desde décadas atrás. ¿Ves alguna posibilidad de un nuevo mandato?
Espero que Lula pueda ser candidato de nuevo este año. Lo que están haciendo con él es una gran injusticia. Estamos luchando para que prevalezca la verdad.
Amas desmesuradamente al ser humano, tus acciones lo demuestran. ¿Nunca sentiste tentación por el amor hacia una mujer como novia o esposa?
No tengo añoranzas de la familia que no formé. Y me siento muy amado por el afectuoso grupo de amigos y amigas que me rodean.
¿Y qué esperas del mundial de fútbol de Rusia? ¿Ganará el equipo del “juego bonito”?
¡Espero que Brasil venza en la copa de Rusia!
En Frei Betto está presente un alto sentido de lealtad y amistad. Ha defendido con vehemencia a Cuba y a la Revolución, sin dejar de tener puntos discrepantes o diferentes a los nuestros, y los hemos analizado y discutido de modo constructivo entre revolucionarios y verdaderos amigos, como se comprueba en el diálogo sostenido entre ambos, publicado por él, bajo el título Fidel y la religión”, dice Fidel en el prólogo a tu biografía. ¿Qué sentiste el 25 de noviembre cuando supiste que ese gigante había pasado a otra dimensión?
Sentí la pérdida de un hermano mayor, de quien fui amigo íntimo. En mi libro El paraíso perdido. Viajes al mundo socialista, traducido en Cuba, narro muchos episodios de nuestra amistad.
(Tomado de El Caminán Barbudo)
TOPOEXPRESS
¿El fin de la disputa electoral en América Latina?
En Brasil, claramente no van a permitir que Lula se presente a las elecciones esgrimiendo una excusa judicial sin sentido. Antes, ya habían sacado a Dilma de la presidencia a pesar del resultado electoral con un ridículo pretexto de “pedaleo fiscal” mediante un golpe parlamentario. Poder Judicial y Legislativo, orquestados con el económico y el comunicacional, todo ello con la complicidad internacional, para “ganar” sin tener que pasar por las urnas. Temer gobierna como demócrata a pesar de no haberse presentado a presidente.
Ecuador, otro escenario y otros métodos. Se usó al sucesor para evitar que la Revolución Ciudadana tuviera continuidad. Gracias a un pacto entre el actual presidente Lenín y todo la vieja partidocracia hubo una consulta sin consultar a la Corte Constitucional con el único objetivo de limitar que Correa pueda presentarse en una nueva cita electoral presidencial. Un nuevo modelo: restaurar desde adentro. La oposición se presentó a las elecciones y perdió. Pero eso no fue obstáculo para ganar la batalla política gracias a que usaron el “rencor contra Correa” de Lenín y cierta dirigencia. La banca y todos los medios se sumaron al nuevo consenso restaurador con la intención de poner fin al ciclo progresista encarnado en la figura de Correa.
En Argentina, a pesar que hubo una notable arremetida comunicacional y económica, la vía electoral bastó para acabar con el periodo kirchnerista. Había una ventaja: no se presentaba Cristina sino el sucesor, Scioli. Ellos ganaron por la mínima en los votos. Y luego rápidamente vinieron las detenciones judiciales, los procesos abiertos, portadas de prensa. Aún es pronto para saber cómo vendrá la disputa presidencial para el 2019, pero de ser necesario sacar del mapa electoral a Cristina o a cualquier otro candidato potencialmente ganador desde una propuesta progresista, que nadie tenga duda que se intentará por la vía judicial o parlamentaria.
En Venezuela, todo se amplifica. Lo último ha sido lo más evidente: definitivamente la oposición decide no acudir a las elecciones. Demuestra así que no le interesa la vía electoral para intentar obtener el poder político. De hecho, en este país, se ha intentado un golpe de Estado en el formato ortodoxo (año 2002); se ha ensayado un continuado golpe no convencional con una guerra económica sostenida de alta intensidad (vía precios y desabastecimiento); ha habido violencia en la calle ocasionando muchas muertes; se ha procurado un estallido social para derrocar al presidente; ha habido decretos de Estados Unidos con amenazas y bloqueo; ha habido prácticamente de todo (OEA, Parlamento Europeo, Grupo de Lima, Mercosur, Riesgo País, Banca Internacional). Y ahora, finalmente, no aceptan ir a las elecciones. Extraños demócratas que no creen en las reglas democráticas cuando auguran que van a perder. Lo interesante del caso es que en este país, el actual Gobierno tiene absoluta conciencia que el campo de disputa es tanto en lo electoral como en el resto de dimensiones. Y esto le permite ser un “superviviente” en esta nueva fase.
En Bolivia, también sucedió algo similar. El referendo revocatorio fue atravesado por un reality show que hizo daño a la popularidad de Evo. La artillería pesada vendrá de cara a las presidenciales del 2019. Sin embargo, el presidente ha entendido desde hace tiempo, desde los intentos de interrupción democrática en la etapa de la Asamblea Constituyente, que esta disputa es multifactorial. No significa que le será fácil, y todo es posible a partir de ahora. Pero hasta el momento, Evo apunta a ser el otro “superviviente” a esta arremetida restauradora. Ha sabido superar el último gran escollo: encontrar el mecanismo legal que le permitiera presentarse a la reelección. Era consciente que vendrían críticas por ello, pero prefirió esto a poner en peligro la continuidad del proyecto. Sabia decisión para seguir adelante con el aval del pueblo boliviano.
Definitivamente, estamos ante otra fase histórica del siglo XXI en esta “América Latina en disputa”. Lo electoral cuenta pero no es el único camino elegido para acabar con el ciclo progresista. Algunos lo supieron desde siempre, y otros ya lo han aprendido después de haberlo sufrido en sus propias carnes. El campo de disputa política es cada vez más complejo: los votos son necesarios, pero también lo son el poder económico, comunicacional, Legislativo, Judicial y el internacional. Y lo militar, aunque parezca una cuestión del pasado, jamás debemos de dejar de prestarle atención porque siempre está más presente de lo que imaginamos.
Artículo publicado originalmente en la página del CELAG
Imagen de portada: mural del artista uruguayo-lituano Jose Gurvick, figura del movimiento constructivista, situado en el museo Gurvick de Ciudad Vieja de Montevideo.
Estado español
Estado español
EXPLOTACIÓN LABORAL, LA CARA B DEL TURISMO EN ESPAÑA
Temporal, precario, parcial y de bajos salarios, así es el empleo en el sector turístico
Bloqueo
de convenios, contratos temporales y de formación en fraude de ley,
desregulación del sector y desigualdad entre sexos dibujan el mapa de la
precariedad de un sector que representa el 11,5% del PIB español.
20 de Febrero de 2018 (17:42 h.)
Hubo un arco muy amplio opositor de base sindical y social
Marcha masiva y pacífica sentó a Macri en el banquillo
por Emilio Marín
Análisis
22/02/2018
Se
realizó una marcha de mayoría de trabajadores y sectores humildes
contra el ajuste. No hubo violencia, que habría convenido al gobierno.
El presidente salió perdiendo. Ídem los dirigentes gremiales que se
bajaron del acto por compromisos con Macri.
La marcha del 21F fue un éxito para sus organizadores, Hugo Moyano y el sindicato de Camioneros, su alma mater. También para sus aliados: Sergio Palazzo, Asociación Bancaria y Corriente Federal de Trabajadores; Juan Carlos Schmid, Dragado y Balizamiento, y CGT; Esteban Castro, trabajadores de la Economía Popular, CTEP; Pablo Micheli, CTA Autónoma y Hugo Yasky, CTA de los Trabajadores, que también fueron oradores. La lista de convocantes era mucho más amplia, de gremios, cooperativas, trabajadores en conflicto, entidades de derechos humanos y de partidos políticos opositores, sobre todo del peronismo y la variopinta centroizquierda e izquierda.
La valoración de exitosa arranca por una cuestión numérica. Según los organizadores hubo 400.000 personas. Dos horas antes de que hablara Moyano la Policía estimaba la concurrencia en 150.000, que se engrosó con las columnas y gente suelta que siguió llegando.
Aún cuando esos números pudieran estar un poco inflados, aún con esos descuentos querría decir que hubo 300.000 personas o más. Y eso significa que fue algo multitudinario. Sirve como termómetro para medir cuánta bronca y críticas concita Mauricio Macri por el filo impiadoso del ajuste que corta puestos de trabajo, ingresos y jubilaciones, tema central los seis oradores.
También en cuando a la magnitud de la jornada el gobierno falló por completo. Santiago Dapelo, de “La Nación”, publicó ayer que “algunos asesores de Macri anticiparon que Moyano podría convocar a 200.000 personas, aunque son pocos los que creen que pueda superar los 100.000. Desde el gobierno porteño, en tanto, no se animaron a tanto y pronosticaron unos 50.000 asistentes”. Eran meras expresiones de deseos, pulverizadas por la realidad.
En paz
Otra incógnita a develar era si habría o no violencia. Los organizadores trabajaron por un acto pacífico. Sabían que cualquier incidente, por mínimo que fuera, sería usado por el gobierno para victimizarse y añadir una nueva acusación en su contra. Que habían fomentado la violencia sería el sambenito que acompañaría la acusación falsa primaria en todo el sentido de la expresión, de que el 21F era un invento de Moyano para defenderse de las causas en su contra en la justicia.
Eso, junto al señalamiento de que esta marchas sería parte de aprietes y mafias, es el libreto básico que Macri, sus ministros, medios concentrados y las redes antisociales. Eso quedó desairado por los hechos.
El tema de la violencia es muy interesante. El violento no es el manifestante que ha sido despedido en Fanazul, Fadea, Inti, Río Turbio o ingenios del norte y que en medio de una protesta tira una piedra. La violencia es otra: es el capitalismo dependiente que tritura empleos e ingresos, con leyes y decretos de no necesidad ni urgencia del presidente respaldados por una parafernalia bélica como se vio en el Congreso el 14 y 18 de diciembre pasado, cuando procedieron manu militari al latrocinio previsional.
Ayer no voló ni una piedra. Se quedaron con las ganas el provocador PRO y exduhaldista Eduardo Amadeo que había declarado “si en la marcha hay violencia, que se la banque Moyano”.
También despistó Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno de la Ciudad, cuando en la mañana aseguraba a sus amigos de Radio Mitre que “si ocurre algo, la orden de la Policía es actuar”.
Mucha amplitud
El macrismo estimaba que la foto de Moyano y sus adláteres iba a servirle para desprestigiarlos a todos, de cara a la sociedad. A los fanáticos de Macri y Carrió, votantes del núcleo duro del PRO-Cambiemos con eje en Recoleta, los countries de zona norte y los sojeros de la pampa húmeda, cualquier foto los iba a enervar.
Sin embargo, el palco mostró una amplitud notable, donde se mezclaban sindicalistas tan disímiles como los que usaron la palabra, junto con Omar Plaini, Pablo Moyano, Sonia Alesso, Julio Piumato, Roberto Baradel y muchos más, con la ausencia de Cachorro Godoy (ATE). Y en el palco o sus adyacencias, Jorge Taiana, Alberto Fernández, Aníbal Fernández, Hebe Bonafini, Máximo Kirchner, Juan Grabois, Lito Borello, el radical Nito Artaza y un largo etcétera.
Una crítica que sí le cabes a Moyano y demás organizadores es el sesgo de machismo de no abrir su lista de oradores a dos mujeres sindicalistas. Seis hombres hablaron. El micrófono fue sólo de ellos. Y eso que el acto fue a escasos quince días del paro nacional de mujeres del 8 de marzo, en el Día de la Mujer. El sindicalismo, sobre todo el de la CGT, es uno de los dinosaurios en esta materia.
Buenos discursos
Varios de los oradores coincidieron en la crítica al gobierno neoliberal y su plan de ajuste. Eso refutó la teoría gubernamental de que todo era un capricho de Moyano para zafar de las acusaciones judiciales y que no había una consigna de la marcha. Vaya si las había. Paritarias libres y sin topes. No a la reforma laboral precarizadora del empleo. Anulación del decreto 27/2018 que modifica 140 leyes o decretos, y deroga otras 19 leyes con un objetivo favorecedor de grupos económicos. Contra la reforma previsional. Fin de los despidos y tarifazos. Esas fueron consignas que se ventilaron desde el palco instalado en las avenidas 9 de Julio y Belgrano. Por abajo, en el público, trabajadores explicaban sus razones particulares, como la delegación de mineros de Río Turbio, Santa Cruz, que reclamaban la continuidad de obras para la usina que dará electricidad a cuatro provincias y ha sido castigada por Macri con 500 despidos ahora y casi 100 el año pasado.
Palazzo dijo bien que “violencia es robarle a los jubilados en el Congreso cuando aprobaron la reforma previsional, violencia es una nueva ley laboral que quite derechos”.
Yasky no le rehuyó el debate al tema corrupción. Que si buscaban ladrones la dirección donde encontrarlos era Balcarce 50, o sea la Casa Rosada. Micheli denunció que el gobierno “piensa que la mejor democracia es una democracia sin sindicatos”.
Moyano por derecha e izquierda
El cronista rescata del discurso del titular de Independiente su denuncia del plan gubernamental que castiga a los más débiles y ajuste a los trabajadores, jubilados y niños. Dijo que ni sus integrantes tienen confianza en su plan porque ni siquiera ellos traen el dinero que tienen afuera, o sea en guaridas fiscales. Su mejor estocada fue decirle a Macri: “Señor presidente, no siga llevando adelante políticas que hambrean a la parte más sensible de nuestra sociedad, a nuestros jubilados”.
Y más allá de sus palabras, más importante que eso, fue el trabajo práctico de Moyano por unir voluntades diferentes para poder sumarlos a todos en este punto de referencia contra el ajuste.
Todo lo demás suyo es discutible, como que él haya sido un joven luchador contra la dictadura militar-cívica (hay en cambio testimonios que lo ubican como parte de la ultraderechista Juventud Sindical de Mar del Plata, colateral de la Triple A).
Es discutible también su afirmación de que no está implicado en ningún acto de corrupción. El cronista no pone las manos al fuego por su honestidad y aguardará las pruebas que pudieran surgir de las causas donde está acusado de corrupción, lavado de dinero y otros delitos. Ojalá sea inocente. Que es un dirigente enriquecido, lo es, aunque por supuesto no tanto como Macri y sus CEOs en el gabinete que tienen la mayor parte de sus fortunas dolarizadas offshore.
Moyano tiene que confiar en su abogado Daniel Llermanos y probar su inocencia, clarificar la causa OCA y las otras cinco donde está denunciado. Eso sería lo decisivo, en vez de bravuconadas como decir “nunca me cagué y tengo pelotas para defenderme solo, no tengo miedo de ir preso, no tengo miedo de que me maten”.
Tratándose del camionero, un orador tan básico y mediocre como Macri, no podía extrañar su referencia Alfredo Leuco, al que aludió sin nombrarlo como que viene de la extrema izquierda y llegó a la extrema derecha. Es cierto, pero no en los términos que Moyano lo acusó de haber participado del ataque al cuartel de La Tablada. Eso es falso. El anticomunismo del sindicalista lo hizo decir esa barbaridad, lo que ayudará a un tránsfuga como Leuco para victimizarse.
Sin paro general
El gran límite de la jornada fue que aún sin los sindicalistas traicioneros que se habían bajado, los presentes no se pusieron de acuerdo en llamar a un paro general contra el ajuste.
El único que lo venía planteando con anterioridad y lo reiteró en su discurso fue Micheli, quien predica llamar en marzo a una huelga general y un plan de lucha nacional. Yasky simpatiza con esa idea pero ayer no lo planteó.
Los tres cegetistas (Schmid, Palazzo y Moyano) omitieron esta cuestión clave. Si así fuera tendría razón el ministro Rogelio Frigerio en su declaración previa de que podría ir mucha gente a la marcha pero “al otro día no pasaría nada”.
Como el ajuste va a seguir, con el litro de nafta a 30 pesos, con una canasta de pobreza de 17.078 pesos en CABA sin contar alquiler, con una inflación del 20 por ciento para el año según la Universidad Torcuato Di Tella, etc, es muy posible que esas vacilaciones dejen su lugar a un paro general en marzo.
http://www.laarena.com.ar/opin ion-marcha-masiva-y-pacifica-s ento-a-macri-en-el-banquillo-1 197534-111.html
La marcha del 21F fue un éxito para sus organizadores, Hugo Moyano y el sindicato de Camioneros, su alma mater. También para sus aliados: Sergio Palazzo, Asociación Bancaria y Corriente Federal de Trabajadores; Juan Carlos Schmid, Dragado y Balizamiento, y CGT; Esteban Castro, trabajadores de la Economía Popular, CTEP; Pablo Micheli, CTA Autónoma y Hugo Yasky, CTA de los Trabajadores, que también fueron oradores. La lista de convocantes era mucho más amplia, de gremios, cooperativas, trabajadores en conflicto, entidades de derechos humanos y de partidos políticos opositores, sobre todo del peronismo y la variopinta centroizquierda e izquierda.
La valoración de exitosa arranca por una cuestión numérica. Según los organizadores hubo 400.000 personas. Dos horas antes de que hablara Moyano la Policía estimaba la concurrencia en 150.000, que se engrosó con las columnas y gente suelta que siguió llegando.
Aún cuando esos números pudieran estar un poco inflados, aún con esos descuentos querría decir que hubo 300.000 personas o más. Y eso significa que fue algo multitudinario. Sirve como termómetro para medir cuánta bronca y críticas concita Mauricio Macri por el filo impiadoso del ajuste que corta puestos de trabajo, ingresos y jubilaciones, tema central los seis oradores.
También en cuando a la magnitud de la jornada el gobierno falló por completo. Santiago Dapelo, de “La Nación”, publicó ayer que “algunos asesores de Macri anticiparon que Moyano podría convocar a 200.000 personas, aunque son pocos los que creen que pueda superar los 100.000. Desde el gobierno porteño, en tanto, no se animaron a tanto y pronosticaron unos 50.000 asistentes”. Eran meras expresiones de deseos, pulverizadas por la realidad.
En paz
Otra incógnita a develar era si habría o no violencia. Los organizadores trabajaron por un acto pacífico. Sabían que cualquier incidente, por mínimo que fuera, sería usado por el gobierno para victimizarse y añadir una nueva acusación en su contra. Que habían fomentado la violencia sería el sambenito que acompañaría la acusación falsa primaria en todo el sentido de la expresión, de que el 21F era un invento de Moyano para defenderse de las causas en su contra en la justicia.
Eso, junto al señalamiento de que esta marchas sería parte de aprietes y mafias, es el libreto básico que Macri, sus ministros, medios concentrados y las redes antisociales. Eso quedó desairado por los hechos.
El tema de la violencia es muy interesante. El violento no es el manifestante que ha sido despedido en Fanazul, Fadea, Inti, Río Turbio o ingenios del norte y que en medio de una protesta tira una piedra. La violencia es otra: es el capitalismo dependiente que tritura empleos e ingresos, con leyes y decretos de no necesidad ni urgencia del presidente respaldados por una parafernalia bélica como se vio en el Congreso el 14 y 18 de diciembre pasado, cuando procedieron manu militari al latrocinio previsional.
Ayer no voló ni una piedra. Se quedaron con las ganas el provocador PRO y exduhaldista Eduardo Amadeo que había declarado “si en la marcha hay violencia, que se la banque Moyano”.
También despistó Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno de la Ciudad, cuando en la mañana aseguraba a sus amigos de Radio Mitre que “si ocurre algo, la orden de la Policía es actuar”.
Mucha amplitud
El macrismo estimaba que la foto de Moyano y sus adláteres iba a servirle para desprestigiarlos a todos, de cara a la sociedad. A los fanáticos de Macri y Carrió, votantes del núcleo duro del PRO-Cambiemos con eje en Recoleta, los countries de zona norte y los sojeros de la pampa húmeda, cualquier foto los iba a enervar.
Sin embargo, el palco mostró una amplitud notable, donde se mezclaban sindicalistas tan disímiles como los que usaron la palabra, junto con Omar Plaini, Pablo Moyano, Sonia Alesso, Julio Piumato, Roberto Baradel y muchos más, con la ausencia de Cachorro Godoy (ATE). Y en el palco o sus adyacencias, Jorge Taiana, Alberto Fernández, Aníbal Fernández, Hebe Bonafini, Máximo Kirchner, Juan Grabois, Lito Borello, el radical Nito Artaza y un largo etcétera.
Una crítica que sí le cabes a Moyano y demás organizadores es el sesgo de machismo de no abrir su lista de oradores a dos mujeres sindicalistas. Seis hombres hablaron. El micrófono fue sólo de ellos. Y eso que el acto fue a escasos quince días del paro nacional de mujeres del 8 de marzo, en el Día de la Mujer. El sindicalismo, sobre todo el de la CGT, es uno de los dinosaurios en esta materia.
Buenos discursos
Varios de los oradores coincidieron en la crítica al gobierno neoliberal y su plan de ajuste. Eso refutó la teoría gubernamental de que todo era un capricho de Moyano para zafar de las acusaciones judiciales y que no había una consigna de la marcha. Vaya si las había. Paritarias libres y sin topes. No a la reforma laboral precarizadora del empleo. Anulación del decreto 27/2018 que modifica 140 leyes o decretos, y deroga otras 19 leyes con un objetivo favorecedor de grupos económicos. Contra la reforma previsional. Fin de los despidos y tarifazos. Esas fueron consignas que se ventilaron desde el palco instalado en las avenidas 9 de Julio y Belgrano. Por abajo, en el público, trabajadores explicaban sus razones particulares, como la delegación de mineros de Río Turbio, Santa Cruz, que reclamaban la continuidad de obras para la usina que dará electricidad a cuatro provincias y ha sido castigada por Macri con 500 despidos ahora y casi 100 el año pasado.
Palazzo dijo bien que “violencia es robarle a los jubilados en el Congreso cuando aprobaron la reforma previsional, violencia es una nueva ley laboral que quite derechos”.
Yasky no le rehuyó el debate al tema corrupción. Que si buscaban ladrones la dirección donde encontrarlos era Balcarce 50, o sea la Casa Rosada. Micheli denunció que el gobierno “piensa que la mejor democracia es una democracia sin sindicatos”.
Moyano por derecha e izquierda
El cronista rescata del discurso del titular de Independiente su denuncia del plan gubernamental que castiga a los más débiles y ajuste a los trabajadores, jubilados y niños. Dijo que ni sus integrantes tienen confianza en su plan porque ni siquiera ellos traen el dinero que tienen afuera, o sea en guaridas fiscales. Su mejor estocada fue decirle a Macri: “Señor presidente, no siga llevando adelante políticas que hambrean a la parte más sensible de nuestra sociedad, a nuestros jubilados”.
Y más allá de sus palabras, más importante que eso, fue el trabajo práctico de Moyano por unir voluntades diferentes para poder sumarlos a todos en este punto de referencia contra el ajuste.
Todo lo demás suyo es discutible, como que él haya sido un joven luchador contra la dictadura militar-cívica (hay en cambio testimonios que lo ubican como parte de la ultraderechista Juventud Sindical de Mar del Plata, colateral de la Triple A).
Es discutible también su afirmación de que no está implicado en ningún acto de corrupción. El cronista no pone las manos al fuego por su honestidad y aguardará las pruebas que pudieran surgir de las causas donde está acusado de corrupción, lavado de dinero y otros delitos. Ojalá sea inocente. Que es un dirigente enriquecido, lo es, aunque por supuesto no tanto como Macri y sus CEOs en el gabinete que tienen la mayor parte de sus fortunas dolarizadas offshore.
Moyano tiene que confiar en su abogado Daniel Llermanos y probar su inocencia, clarificar la causa OCA y las otras cinco donde está denunciado. Eso sería lo decisivo, en vez de bravuconadas como decir “nunca me cagué y tengo pelotas para defenderme solo, no tengo miedo de ir preso, no tengo miedo de que me maten”.
Tratándose del camionero, un orador tan básico y mediocre como Macri, no podía extrañar su referencia Alfredo Leuco, al que aludió sin nombrarlo como que viene de la extrema izquierda y llegó a la extrema derecha. Es cierto, pero no en los términos que Moyano lo acusó de haber participado del ataque al cuartel de La Tablada. Eso es falso. El anticomunismo del sindicalista lo hizo decir esa barbaridad, lo que ayudará a un tránsfuga como Leuco para victimizarse.
Sin paro general
El gran límite de la jornada fue que aún sin los sindicalistas traicioneros que se habían bajado, los presentes no se pusieron de acuerdo en llamar a un paro general contra el ajuste.
El único que lo venía planteando con anterioridad y lo reiteró en su discurso fue Micheli, quien predica llamar en marzo a una huelga general y un plan de lucha nacional. Yasky simpatiza con esa idea pero ayer no lo planteó.
Los tres cegetistas (Schmid, Palazzo y Moyano) omitieron esta cuestión clave. Si así fuera tendría razón el ministro Rogelio Frigerio en su declaración previa de que podría ir mucha gente a la marcha pero “al otro día no pasaría nada”.
Como el ajuste va a seguir, con el litro de nafta a 30 pesos, con una canasta de pobreza de 17.078 pesos en CABA sin contar alquiler, con una inflación del 20 por ciento para el año según la Universidad Torcuato Di Tella, etc, es muy posible que esas vacilaciones dejen su lugar a un paro general en marzo.
http://www.laarena.com.ar/opin
Derechos Humanos
Duro informe de Amnistía Internacional sobre la Argentina
Viernes 23 de febrero de 2018, por *
El
informe anual de 2017/2018 de Amnistía Internacional denunció "una
criminalización" contra grupos indígenas; habla de un retroceso en la
política migratoria y detenciones "indiscriminadas" de parte de la
policía.
Una "criminalización y discriminación" de los pueblos indígenas.
Derechos de los inmigrantes con "retrocesos importantes". Detenciones
"indiscriminadas" y mujeres maltratadas por la policía. Críticas por la
muerte de Santiago Maldonado y por la detención de Milagro Sala.
Estos son algunos de los ejes relevantes del informe sobre la situación de los derechos humanos en el mundo en 2017/2018 que presentará este jueves Amnistía Internacional y cuyo capítulo dedicado a la Argentina muestra una dura crítica a la política de derechos humanos del gobierno de Mauricio Macri.
Si bien ofrece algunos elogios al país como la sentencia en la megacausa ESMA y los avances legislativos con la ley de emergencia territorial y la ley de paridad de género, en líneas generales el documento es duro con el Gobierno.
El informe anual de Amnistía contempla severas críticas a la situación de violación a los derechos humanos en Venezuela y también revela una primera radiografía completa de los dos primeros años de Macri en materia de derechos humanos sobre los siguientes temas:
1- Comunidades indígenas y Maldonado. El documento sostiene que "la mayoría de las comunidades indígenas aún no contaban con un reconocimiento legal de sus derechos sobre la tierra, pese a que la Constitución reconocía su derecho a sus tierras ancestrales y a los recursos naturales".
En este punto Amnistía destacó que en enero de 2017, la policía local y miembros de la Gendarmería Nacional Argentina, "una policía federal militarizada", cerraron todos los puntos de acceso a la tierra indígena habitada por la comunidad mapuche Pu Lof en Chubut.
Así, al abordar el caso de la muerte de Maldonado el informe revela que "la comunidad denunció ataques de las fuerzas policiales que incluyeron golpes e intimidación a niños y niñas". Y luego califica como "una operación ilegal" de la Gendarmería la que se realizó en la comunidad de Pu Lof durante la cual desapareció el tatuador. Indica más adelante que fue hallado el cuerpo del joven y que la investigación sobre su muerte no concluyó.
Por otra parte, al destacar las políticas "discriminatorias" contra los grupos indígenas el informe de Amnistía sostuvo que "las autoridades emplearon procedimientos judiciales para intimidar a los pueblos indígenas, a los que acusaron, entre otras cosas, de sedición, resistencia a la autoridad, robo, tentativa de agresión y homicidio".
Allí menciona que Agustín Santillán, líder indígena del pueblo wichí en la provincia de Formosa, pasó 190 días en prisión preventiva entre abril y octubre y afrontaba más de 28 procesos penales.
2- Derechos sexuales y reproductivos. En referencia a este tema el informe anual de Amnistía sostiene que en la Argentina "las mujeres y las niñas seguían afrontando obstáculos para acceder a un aborto legal cuando el embarazo ponía en peligro su salud o cuando era consecuencia de una violación". Así, aclara que la despenalización plena del aborto estaba pendiente de aprobación en el Congreso.
3- Violencia contra las mujeres. En un apartado especial, el informe destaca que, según datos de la sociedad civil, entre enero y noviembre del año pasado se registraron al menos 254 femicidios. En tanto, denunció que el Instituto Nacional de las Mujeres y el Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres "para el período 2017-2019 parecían carecer de los recursos necesarios para su implementación plena".
4- Inmigrantes y refugiados. El informe de Amnistía cuestiona duramente el decreto de Macri que modificó la ley de migraciones de 2004 para "limitar los derechos de entrada y residencia y potencialmente acelerar las deportaciones".
En tanto, al recordar la promesa del Presidente de recibir 3000 refugiados sirios destaca que "el sistema de recepción de solicitantes de asilo seguía siendo lento e insuficiente, y no había un plan de integración vigente para ayudar a las personas refugiadas y solicitantes de asilo a acceder a derechos básicos, como la educación, el trabajo, la atención médica y el aprendizaje del idioma".
De esta manera, Amnistía señala que, a pesar del compromiso del jefe de Estado, hasta ahora no se había creado ningún programa de reasentamiento y "menos de 400 personas refugiadas sirias se habían beneficiado de un plan de patrocinio privado y de visados por razones humanitarias".
5- Juicios a militares. Amnistía señaló que en 2017 seguían celebrándose ante tribunales civiles ordinarios los juicios orales por crímenes de lesa humanidad cometidos durante el régimen militar de 1976-1983. Así, enumera que entre 2006 y mayo de 2017 se dictaron 182 sentencias, con lo que el número total de personas declaradas culpables se elevó a 756 y el de absoluciones ascendió a 74.
Pero por otra parte, el informe destacó que la Corte Suprema dictó sentencia en el caso de Luis Muiña (que fue declarado culpable de crímenes de lesa humanidad) y estableció que cada día cumplido en prisión preventiva debía contar como dos cuando la persona en cuestión permanecía detenida más de dos años sin que se dictase condena. Luego aclara que el Congreso aprobó posteriormente una ley para aclarar que la conocida como "fórmula del 2×1" podía no ser aplicable a crímenes de lesa humanidad, genocidio y crímenes de guerra.
6- AMIA. Al evaluar el caso del encubrimiento de la investigación del atentado de 1994 contra el edificio de la AMIA, la ONG mundial encargada de velar por los derechos humanos alertó que un decreto de Macri de abril de 2017 transfirió documentación clasificada de la Unidad Fiscal Especial al Ministerio de Justicia, lo cual "ponía en peligro la independencia de la investigación y restringía el acceso de la acusación a las pruebas".
7- Marchas y policías. En este capítulo Amnistía destacó que durante una manifestación por el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, se produjeron "detenciones indiscriminadas". Y reveló que "muchas mujeres denunciaron haber sido maltratadas, detenidas y humilladas por las fuerzas policiales; algunas afirmaron que las habían obligado a desnudarse por completo".
En otro tramo del informe se revela que en abril "se reprimió con violencia a docentes que se manifestaban en reclamo de salarios justos". Y se destaca que en septiembre, 31 personas fueron "violentamente detenidas" y retenidas durante más de 48 horas en varias comisarías de la Ciudad de Buenos Aires por participar en una manifestación masiva.
Luego hace mención a las protestas de diciembre pasado en contra de la reforma previsional frente al Congreso. Sobre esta marcha, Amnistía denunció que "la policía hizo un uso excesivo de la fuerza, y hubo denuncias de detenciones arbitrarias durante las protestas".
Al recordar el caso de Milagro Sala, Amnistía destacó que "no se atendió el llamamiento del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria a las autoridades nacionales para que procedieran a la liberación inmediata de la líder social y activista" piquetera acusada por delitos de corrupción. "Sólo se atendió parcialmente esa solicitud, ya que las condiciones impuestas no cumplían las normas nacionales e internacionales", dice el informe.
En diálogo con Infobae, Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, destacó: "En Argentina observamos avances y retrocesos. Entre los pasos hacia adelante podemos destacar la sentencia en la megacausa ESMA; la absolución a Belén, una mujer que estuvo presa por la pérdida espontánea de embarazo y los avances legislativos con la ley de emergencia territorial y la ley de paridad de género".
"Sin embargo –añadió Belski- también debemos mencionar algunos retrocesos especialmente en la criminalización de la protesta social y de los pueblos originarios; y de los derechos de las mujeres. Las barreras para acceder a un aborto legal cuando el embarazo pone en peligro la salud o cuando es consecuencia de una violación es un problema gravísimo que se cobra miles de vidas. Por eso, es urgente que este año el Congreso por fin debata la despenalización del aborto".
Fuente: Martín Dinatale; www.infobae.com
Estos son algunos de los ejes relevantes del informe sobre la situación de los derechos humanos en el mundo en 2017/2018 que presentará este jueves Amnistía Internacional y cuyo capítulo dedicado a la Argentina muestra una dura crítica a la política de derechos humanos del gobierno de Mauricio Macri.
Si bien ofrece algunos elogios al país como la sentencia en la megacausa ESMA y los avances legislativos con la ley de emergencia territorial y la ley de paridad de género, en líneas generales el documento es duro con el Gobierno.
El informe anual de Amnistía contempla severas críticas a la situación de violación a los derechos humanos en Venezuela y también revela una primera radiografía completa de los dos primeros años de Macri en materia de derechos humanos sobre los siguientes temas:
1- Comunidades indígenas y Maldonado. El documento sostiene que "la mayoría de las comunidades indígenas aún no contaban con un reconocimiento legal de sus derechos sobre la tierra, pese a que la Constitución reconocía su derecho a sus tierras ancestrales y a los recursos naturales".
En este punto Amnistía destacó que en enero de 2017, la policía local y miembros de la Gendarmería Nacional Argentina, "una policía federal militarizada", cerraron todos los puntos de acceso a la tierra indígena habitada por la comunidad mapuche Pu Lof en Chubut.
Así, al abordar el caso de la muerte de Maldonado el informe revela que "la comunidad denunció ataques de las fuerzas policiales que incluyeron golpes e intimidación a niños y niñas". Y luego califica como "una operación ilegal" de la Gendarmería la que se realizó en la comunidad de Pu Lof durante la cual desapareció el tatuador. Indica más adelante que fue hallado el cuerpo del joven y que la investigación sobre su muerte no concluyó.
Por otra parte, al destacar las políticas "discriminatorias" contra los grupos indígenas el informe de Amnistía sostuvo que "las autoridades emplearon procedimientos judiciales para intimidar a los pueblos indígenas, a los que acusaron, entre otras cosas, de sedición, resistencia a la autoridad, robo, tentativa de agresión y homicidio".
Allí menciona que Agustín Santillán, líder indígena del pueblo wichí en la provincia de Formosa, pasó 190 días en prisión preventiva entre abril y octubre y afrontaba más de 28 procesos penales.
2- Derechos sexuales y reproductivos. En referencia a este tema el informe anual de Amnistía sostiene que en la Argentina "las mujeres y las niñas seguían afrontando obstáculos para acceder a un aborto legal cuando el embarazo ponía en peligro su salud o cuando era consecuencia de una violación". Así, aclara que la despenalización plena del aborto estaba pendiente de aprobación en el Congreso.
3- Violencia contra las mujeres. En un apartado especial, el informe destaca que, según datos de la sociedad civil, entre enero y noviembre del año pasado se registraron al menos 254 femicidios. En tanto, denunció que el Instituto Nacional de las Mujeres y el Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres "para el período 2017-2019 parecían carecer de los recursos necesarios para su implementación plena".
4- Inmigrantes y refugiados. El informe de Amnistía cuestiona duramente el decreto de Macri que modificó la ley de migraciones de 2004 para "limitar los derechos de entrada y residencia y potencialmente acelerar las deportaciones".
En tanto, al recordar la promesa del Presidente de recibir 3000 refugiados sirios destaca que "el sistema de recepción de solicitantes de asilo seguía siendo lento e insuficiente, y no había un plan de integración vigente para ayudar a las personas refugiadas y solicitantes de asilo a acceder a derechos básicos, como la educación, el trabajo, la atención médica y el aprendizaje del idioma".
De esta manera, Amnistía señala que, a pesar del compromiso del jefe de Estado, hasta ahora no se había creado ningún programa de reasentamiento y "menos de 400 personas refugiadas sirias se habían beneficiado de un plan de patrocinio privado y de visados por razones humanitarias".
5- Juicios a militares. Amnistía señaló que en 2017 seguían celebrándose ante tribunales civiles ordinarios los juicios orales por crímenes de lesa humanidad cometidos durante el régimen militar de 1976-1983. Así, enumera que entre 2006 y mayo de 2017 se dictaron 182 sentencias, con lo que el número total de personas declaradas culpables se elevó a 756 y el de absoluciones ascendió a 74.
Pero por otra parte, el informe destacó que la Corte Suprema dictó sentencia en el caso de Luis Muiña (que fue declarado culpable de crímenes de lesa humanidad) y estableció que cada día cumplido en prisión preventiva debía contar como dos cuando la persona en cuestión permanecía detenida más de dos años sin que se dictase condena. Luego aclara que el Congreso aprobó posteriormente una ley para aclarar que la conocida como "fórmula del 2×1" podía no ser aplicable a crímenes de lesa humanidad, genocidio y crímenes de guerra.
6- AMIA. Al evaluar el caso del encubrimiento de la investigación del atentado de 1994 contra el edificio de la AMIA, la ONG mundial encargada de velar por los derechos humanos alertó que un decreto de Macri de abril de 2017 transfirió documentación clasificada de la Unidad Fiscal Especial al Ministerio de Justicia, lo cual "ponía en peligro la independencia de la investigación y restringía el acceso de la acusación a las pruebas".
7- Marchas y policías. En este capítulo Amnistía destacó que durante una manifestación por el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, se produjeron "detenciones indiscriminadas". Y reveló que "muchas mujeres denunciaron haber sido maltratadas, detenidas y humilladas por las fuerzas policiales; algunas afirmaron que las habían obligado a desnudarse por completo".
En otro tramo del informe se revela que en abril "se reprimió con violencia a docentes que se manifestaban en reclamo de salarios justos". Y se destaca que en septiembre, 31 personas fueron "violentamente detenidas" y retenidas durante más de 48 horas en varias comisarías de la Ciudad de Buenos Aires por participar en una manifestación masiva.
Luego hace mención a las protestas de diciembre pasado en contra de la reforma previsional frente al Congreso. Sobre esta marcha, Amnistía denunció que "la policía hizo un uso excesivo de la fuerza, y hubo denuncias de detenciones arbitrarias durante las protestas".
Al recordar el caso de Milagro Sala, Amnistía destacó que "no se atendió el llamamiento del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria a las autoridades nacionales para que procedieran a la liberación inmediata de la líder social y activista" piquetera acusada por delitos de corrupción. "Sólo se atendió parcialmente esa solicitud, ya que las condiciones impuestas no cumplían las normas nacionales e internacionales", dice el informe.
En diálogo con Infobae, Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, destacó: "En Argentina observamos avances y retrocesos. Entre los pasos hacia adelante podemos destacar la sentencia en la megacausa ESMA; la absolución a Belén, una mujer que estuvo presa por la pérdida espontánea de embarazo y los avances legislativos con la ley de emergencia territorial y la ley de paridad de género".
"Sin embargo –añadió Belski- también debemos mencionar algunos retrocesos especialmente en la criminalización de la protesta social y de los pueblos originarios; y de los derechos de las mujeres. Las barreras para acceder a un aborto legal cuando el embarazo pone en peligro la salud o cuando es consecuencia de una violación es un problema gravísimo que se cobra miles de vidas. Por eso, es urgente que este año el Congreso por fin debata la despenalización del aborto".
Fuente: Martín Dinatale; www.infobae.com
Entrevista a Daniel De Santis a propósito del lanzamiento de su libro “La Historia del PRT, por sus protagonistas”
Por Red Katari
KAOS EN LA RED - Publicado en: 23 febrero, 2018
“Fuimos el único partido de izquierda de la Argentina, incluso
contando con el Partido Comunista… que logró disputarle el protagonismo y
la hegemonía al peronismo”
DANIEL DE SANTIS ESCRITOR Y MILITANTE DEL P.R.T.
Por: Santiago Cadena Montaluisa
El calor de un verano en Buenos Aires
(35°) me recibe con su humedad característica, son las 12:30, reviso mi
dispositivo móvil a cada momento, pues el mensaje que espero es de “un
veterano miembro del P.R.T” con el que mantendré una entrevista. Llega
la notificación virtual esperada: “Te parece encontrarnos a las 17:20 en
el bar Las Palmas, la dirección es: Entre Ríos y Caseros, a 20 cuadras
del Congreso”. En otro mensaje me da indicaciones de cuál transporte
público tomar para llegar, y se presenta: “Soy Daniel De Santis”.
Tardé en procesar quien me ha puesto el
mensaje. Honestamente lo primero que pensé en ese momento es que ojalá
el bar “Las Palmas” tenga aire acondicionado.
Voy camino al encuentro, asimilando que
“el veterano” que me escribió es quien en 1975 fue elegido como parte
del Comité Central del Partido Revolucionario de los Trabajadores –
Ejército Revolucionario del Pueblo, por sus siglas PRT-ERP, y que
además, en 1979, apoyó en la organización e instrucción de milicias
sandinistas en Nicaragua, mientras estuvo en el exilio hasta 1983. Su
militancia es de larga data, hoy es parte de una iniciativa denominada
cátedra Ché Guevara, impartida en la Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de Rosario y la
Universidad de la Plata.
17:25. Aunque intento ser puntual, llego
cinco minutos tarde. Miro a Daniel preguntando a cada comensal por mi
nombre, para dar con su interlocutor digital. Treinta minutos antes, yo
me proponía no hacer gala de la hora ecuatoriana por lo que había tomado
de inmediato el subterráneo. Ya frente a él, me presento, nos echamos
un abrazo, maldecimos el calor de Buenos Aires, pedimos agua para beber y
empezamos. Daniel viste una remera roja, el bar es simple y austero,
sobre la mesa solamente lo acompañan libros.
Hablamos de muchas cosas, pero sobre
todo, de su visión política ante el actual régimen que azota a la
Argentina. Son ya las 18:30, me doy cuenta de que el reloj camina muy de
prisa, así que me decido a detener el tono familiar con que llevamos la
conversación para tomar el teléfono que hará las veces de grabadora y
una hoja con algunos apuntes para la entrevista.
S.C.:¿Cómo se incorpora Daniel al PRT?
D.S.: Yo me incorporé al Partido en el
año 71 y, por ende, al Ejército Revolucionario del Pueblo. En el 75, fui
elegido para el Comité Central, y bueno, hicimos algunas cosas como
corresponden a un partido revolucionario. A mí siempre me tocaba estar
en los frentes de masas: primero el Frente Universitario, después pasé
al Frente de Trabajo Legal, que es con el que nos asentábamos en los
barrios con el objetivo de formar un partido que tramitará la personería
electoral. Y luego milité en el frente fabril. El Partido era
clandestino, obviamente el Ejército también era clandestino, el Partido
dirigía al Ejército. Para ser militante del Partido había que ser
combatiente del Ejército. No se podía ser militante sin ser combatiente.
No era un partido que dirigía telegráficamente o como títere al
Ejército, no era así. Todos los militantes éramos combatientes.
Después pasé a la clandestinidad. Estaba más en condición de director regional.
S.C.: El P.R.T.: ayer y hoy, ¿Cómo lo ves?
D.S.: Nosotros, en la actualidad,
teníamos una pequeña fuerza política guevarista, habíamos crecido y
teníamos una fuerza con algún nivel de protagonismo… bueno, con alguna
participación. Luego tuvimos una crisis. Entonces, ahora estamos
resucitando pero, por suerte, estamos resucitando dentro de los sectores
más pobres de la sociedad y los trabajadores.
En dos meses voy a cumplir 70 años. Ya a
esta edad uno sabe tener paciencia. Mi aspiración, en los próximos 10
años a lo mejor podamos bosquejar, junto con otras corrientes un partido
guevarista. Hay varios grupos guevaristas pero, la verdad, algunos d
ellos hasta este momento no terminan de definir una identidad -lo dice
moviendo la cabeza-. Pero uno de los éxitos que tuvimos, en esta
construcción que lleva 15 años, es asentar la actual construcción en el
balance de los años 70 en tanto lucha revolucionaria que hicimos. Fuimos
el único partido de izquierda de la Argentina, incluso contando al
Partido Comunista de esa época, que logró disputarle el protagonismo y
la hegemonía al “peronismo”, en las fábricas industriales, en la clase
obrera industrial. No es poco lo que estoy diciendo. En las
movilizaciones del “Rodrigazo” de junio y julio del 75, los líderes de
las columnas obreras del Gran Buenos Aires, y de la Capital, y todavía
con más fuerza en Córdoba eran militantes del PRT, éramos nosotros…
bueno, yo estuve al frente de una. El único orador registrado por la
historia en la puerta de la CGT, el 30 de junio, fui yo.
Esto está guardado en la historia.
Nosotros somos revolucionarios; como uno no tiene abuela y tiene que
hacerse propaganda (risas). Porque si hubiésemos sido peronistas,
teníamos un monumento en la plaza tal (más risas). Pero no, en lugar de
tener un monumento, fuimos calumniados y criticados por querer hacer la
revolución.
S.C.: Hay una obra que es la más conocida de tu autoría: ¿Por qué el Ché fue a Bolivia?
D.S.: Me parece que el nombre lo achicó,
porque es un libro que parte de la Revolución Europea de 1848: recorre
las revoluciones europeas y asiáticas, y luego se mete con el marxismo
de América Latina, la historia de la Revolución Cubana, la Revolución
Cubana en el poder, y aparece el Ché Guevara ahí… y bueno, como el Che
de muchas maneras expresa la línea política que lo lleva a Bolivia, como
una síntesis del marxismo revolucionario en la historia universal.
El Ché va a Bolivia porque hay una
historia revolucionaria mundial que hace que vaya a Bolivia. Yo no
respondo si va a Bolivia porque le quedaba cerca o porque le quedaba
cerca de la Argentina, aunque eso influyó. No. Doy una respuesta mucho
más amplia. Porque para dar una respuesta de por qué el Ché va a
Bolivia, hay que conocer la historia de lucha revolucionaria de los
pueblos y, en particular, el marxismo revolucionario dentro de esa lucha
de esos pueblos. Eso es lo que trata de abordar “¿Por qué el Ché fue a
Bolivia?”
Tratamos el concepto de “el guevarismo”
más ampliamente en este libro, “La Historia del PRT, por sus
protagonistas”, tanto en uno como en otro, hablamos de estrategias. Es
una apuesta a largo plazo: la acumulación de fuerzas, la formación de
las organizaciones políticas, la cuestión estratégica.
(Mientras seguiamos regalándonos sorbos de agua, decidí preguntar sobre este último libro al que hace mención Daniel.)
S.C.: ¿Qué edición es esta: la primera edición?
D.S.: Es la primera edición. Todavía no
le hemos dado lanzamiento. En marzo, la vamos a empezar a lanzar. Ese
artículo central que tiene el balance, y después, habla de la
actualidad. Desarrollamos algunos conceptos, algunos ejes, el concepto
de legitimidad, concepto de la hegemonía de Gramsci, y por la
experiencia nuestra; la estrategia. Pero nosotros como Resolución del
Cuarto Congreso PRT, en el año 68, escribimos un documento que se
llamaba,: “El único camino hasta el poder obrero es el socialismo”.
Es decir, desarrollamos una estrategia
para tomar el poder, en cambio ahora como estamos muy lejos de una
situación revolucionaria, le llamamos Estrategia para el asedio de la
fortaleza capitalista; la idea es entender cuáles son los caminos a
seguir para acumular fuerzas.
Además, tiene una cantidad de artículos
que fui escribiendo a lo largo de los años, sobre la consigna del poder
popular que acá me parece que está fuera de tiempo; sobre una línea
revolucionaria de intervención electoral que no tiene por qué ser
reformista, tiene una polémica con el trotskismo y con el nacionalismo.
Hay un artículo que se llama “Una vía no capitalista para el desarrollo,
La utopía del desarrollo capitalista”. Ahí hablamos de los límtes del
capitalismo argentino, incluso que hacer con el excedente económico,
otro trata de la “Maduración para construir un partido revolucionario”
-que fue lo que nos salió mal-; pero lo puse por una cuestión de
honestidad intelectual, porque era parte de la reflexión que veníamos
haciendo, tenía que haber aclarado eso. (Lo dice mientras toma el libro y
empieza a buscar en sus páginas)
Este es un artículo muy viejo, que no es
muy brillante: “Relación entre la organización política y la
organización gremial”. Pero lo puse porque fue el artículo más leído que
escribí, porque a los pibes les gustaba y les dejaba muy claro lo que
era la lucha política, la lucha sindical. Entonces considero que es un
artículo viejo pero que todavía lo siguen leyendo.
Este libro, recoge los aportes de 50
años de experiencia militante, los más importantes. Transité siendo
militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores y del Ejército
Revolucionario del Pueblo. Tenemos la influencia de la Revolución Cubana
y todas las revoluciones, y tratamos de expresar lo que aprendimos.
No es un libro de la academia, sino un
libro de la militancia. Este libro está escrito desde el lado de la
militancia, con un lenguaje político militante, en algunos lugares tiene
su grado de complejidad, pero el grado de complejidad se lo da el tema y
la profundidad que pudimos lograr en el tema y no la terminología… La
terminología política que usé, es una terminología de masas.
Ahora bien, en ese orden de ideas tenemos un libro dedicado a las “estrategias”; no son capítulos, tiene artículos.
(El libro al que hace mención Daniel se titula “Estrategia para el asedio a la fortaleza capitalista”.)
El primer artículo, de unas 50 páginas,
recoge sintéticamente el balance de la lucha revolucionaria que hicimos
en los dos libros que te enseñé anteriormente; de otro libro también,
pero fundamentalmente de estos dos libros que mencioné… Hicimos un
balance, vimos la estructura económico social de la Argentina, el
carácter de la revolución… acá en la Argentina no hay otra opción, se
necesita una revolución socialista, y no es porque sea muy izquierdista,
sino que es un país capitalista, recontra capitalista, lo que no quiere
decir que sea un capitalismo desarrollado, pero es un país capitalista,
las relaciones de producción se basan en el trabajo salariado y el
capital.
S.C.: ¿Salario y capital, y entonces qué hacemos con el excedente?
D.S.: Cualquier economista, lo primero
que analiza es la economía que genera una nación, dónde va el dinero y
qué hacemos con eso.
Si el grueso de ese excedente económico,
que aquí es más de la mitad del Producto Interno Bruto, y el grueso se
va en gasto suntuario de la burguesía, ¿qué hay que hacer con eso?
¡Expropiar a la burguesía!
Como estamos en una época de auge de la
derecha. Hacemos un ejemplo didáctico: decimos “bueno, señores
capitalistas, en vez de champagne de 150 dólares la botella, tomen
champagne de 100 dólares la botella, y los otros 50 dólares, inviértalos
en su propia fábrica”.
La burguesía se gasta, en gasto
suntuario; una deuda externa por año, no los intereses de la deuda, la
masa de la deuda. Dicen que la deuda externa es un problema. Mayor
problema es el gasto suntuario de la burguesía. Nadie habla de eso
porque hay que ir a pelearle a la burguesía; no hay que pelear con el
otro partido de izquierda, hay que pelear con el poder, con los
terratenientes, con los grandes capitalistas, con los banqueros, con los
dueños de las grandes fábricas, con los monopolios.
(Según esta afirmación de Daniel; en
Argentina se destina un 30% a la reproducción de la fuerza de trabajo,
es decir, salarios, y un 15% a la inversión productiva; es decir, que
para mantener funcionando el país se destina sólo el 45% de lo
producido. El otro 45% se despilfarra, ya que los gastos suntuarios de
la clase capitalista se llevan alrededor de un 40% por ciento del PBI, y
un 5%, se fuga al exterior. El 10% restante se usa para reponer el
desgaste de la infraestructura productiva (amortización). (Fuente:
Indymedia Argentina.)
Daniel asegura que estos números han
tenido ligeras variaciones cuando gobiernan “progresistas” o
“conservadores”, pero que siempre han beneficiado a los capitalistas.
En nuestra historia económica -dice
Daniel-, la acumulación productiva ha sido baja y el gasto suntuario muy
alto. La filosofía de los capitalistas argentinos ha sido y es, ganar
mucho invirtiendo poco.
¿Y cómo comprobamos eso? -dice Daniel-
El otro día, en un acto callejero, en un barrio de gente de la periferia
de lo más postergado de la sociedad… estuvimos diez oradores y expliqué
esto: qué había que hacer con ese dinero, y fue el aplauso más cerrado
de la gente. La izquierda dice que no, que no hay que decir cosas muy
revolucionarias, muy de izquierda porque la gente no entiende. Lo más
aplaudido fue esto que estoy diciendo, que es una forma educativa para
entender cómo podemos expropiar a la burguesía.
S.C.: ¿Expropiar a la burguesía tomándonos el poder?
(Daniel hace una pausa, me mira como
presintiendo que la pregunta delata mi militancia política. Me pregunta
¿Tú eres marxista? le digo que soy anarquista. Respira, toma agua y
responde.)
D.S.: La izquierda no logra avanzar,
porque no se mete de pata y cabeza a resolver los problemas
fundamentales de la revolución, acá en la Argentina. Pero decir que
corresponde a una revolución socialista el cambio de la sociedad, no
quiere decir que uno tenga que tener una política izquierdista sectaria,
cerrada, de gueto, de tribu. No, el socialismo es una política de masas
para el común de la población.
La lucha por el poder no significa que
queremos una dictadura o el autoritarismo. Lo que deseamos es que la
sociedad se organice en base a una forma democrática, es decir, que los
trabajadores tomemos las decisiones de cómo tiene que ser la sociedad.
Acá, por ejemplo, el trotskismo ha
logrado instalar en la militancia algo. Y es que lo mejor que puede
pasarle a alguien es ser clasista. El clasismo es un concepto correcto,
útil de una agrupación sindical, para un sindicato; pero no para un
partido revolucionario. No queremos el clasismo por el clasismo.
Queremos el socialismo. Por eso hay un libro -que yo no lo traje acá-,
se llama “Un partido de la clase obrera”, porque el PRT era un partido
de la clase obrera -hay una gran diferencia: un partido clasista es un
partido sindicalista, economicista, sectario, cerrado sobre sí mismo-,
pero un partido de la clase obrera es bien marxista, la clase obrera
debe tener un plan para el conjunto de la sociedad, incluso para redimir
a la clase derrotada después de la revolución, entonces no puede ser un
partido clasista.
Por eso decimos -volviendo a la idea- el
carácter de la revolución Argentina, que esta debe ser socialista y,
obviamente, antiimperialista. No nos olvidemos que las características
de este capitalismo viene dada porque existe el imperialismo; pero nos
centramos en las burguesías nacionales porque ellas juegan un papel
mediatizador de la dominación imperialista. Entonces el papel de la
burguesía nacional juega su papel político de dominación.
El carácter de la revolución en los
países como el nuestro, es de revolución socialista y antiimperialista, o
antiimperialista y socialista, combinada. No es primero la una y
después la otra. No sé si esto se discute en Ecuador; antes se discutía
mucho en la Argentina. Cuando yo empecé a militar, en los 60 y 70, era
la discusión de cabecera, pero ahora no se habla porque no hay una
situación revolucionaria.
Pero también aprendimos, y esto tiene
que ver con el Ché Guevara; no es que lo descubrimos nosotros los del
PRT. Cuando uno dice que la revolución es socialista y antiimperialista,
no es que primero es antiimperialista y luego se radicaliza en
socialista. En la práctica, en épocas de pasividad de la lucha, los
elementos anticapitalistas aparecen más fácilmente en escena, la
burguesía propia del país mientras que el imperialismo está mediatizado
por esa burguesía. Cuando se avanza en la lucha, cuando comienza a
peligrar el poder de la clase dominante, ahí el imperialismo tiene una
presencia política mucho más decidida. La revolución empieza a tomar un
carácter más antiimperialista sin dejar de tener carácter socialista,
pero en un nivel superior. Son elementos que se combinan permanentemente
en el proceso de la lucha.
Estas cosas nos hacen ver que un partido
revolucionario debe tener una visión muy amplia, tratar de integrar al
obrero ocupado, al obrero desocupado, está el obrero de servicio, el
obrero de la industria, están los pueblos originarios, está la enorme
pequeña burguesía urbana. ¿Qué le vamos a decir al grueso de la
población de todos esos pueblosde la pampa húmeda, donde yo me crié? “La
tierra para quien la trabaja”, si no vive nadie alli, porque el campo
está altamente tecnificado, la producción agrícola y ganadera argentina
es capitalista 100% y es el área capitalista más moderna.
Nadie quiere vivir en el campo. Entonces
lo que hay que hacer es socializar el campo, corresponde hacer una
reforma agraria socialista y lo que hay que decir a los habitantes de la
Región pampeana y la Patagonia es que si hacemos la reforma agraria
socialista, la renta de la tierra que se va a los paraísos fiscales, se
va a Europa, a Estados Unidos o en el mejor de los casos a Buenos Aires,
un porcentaje mucho mayor de esa renta se va a quedar en el lugar donde
se la produjo.
S.C.: Suena lógico -digo yo.
D.S.: Caminos, hospitales, escuelas, más
fuentes de trabajo, mejor salario; pero eso hasta ahora nadie lo dice,
es una idea que no sale de esta mesa. Todavía no tenemos fuerza, porque
nuestro partido (Unión del Pueblo) no es un partido marxista-leninista,
pero es un partido más amplio que tramita su personería electoral.
¿Un partido reformista?
D.S.: Esa es una de las discusiones que hemos tenido si es o no un partido reformista. No, no es un partido reformista. El reformismo no se define por ser clandestino o hacer la lucha armada. Lo revolucionario o reformista, se definen por la política. Si la Unión del Pueblo es un partido muy amplio, y mantiene una línea política que logra incorporar a más personas a la lucha, y permite hacer avanzar la consciencia, se inscribe en una línea política revolucionaria, es un partido revolucionario. Lo dicho no niega la necesidad de un partido revolucionario de tipo leninista, pero son dos instrumentos distintos de una misma política.
D.S.: Esa es una de las discusiones que hemos tenido si es o no un partido reformista. No, no es un partido reformista. El reformismo no se define por ser clandestino o hacer la lucha armada. Lo revolucionario o reformista, se definen por la política. Si la Unión del Pueblo es un partido muy amplio, y mantiene una línea política que logra incorporar a más personas a la lucha, y permite hacer avanzar la consciencia, se inscribe en una línea política revolucionaria, es un partido revolucionario. Lo dicho no niega la necesidad de un partido revolucionario de tipo leninista, pero son dos instrumentos distintos de una misma política.
Es una confusión, porque muchos partidos
de izquierda creen que la lucha electoral es una lucha reformista;
entonces copian lo que parece más de moda de la burguesía y terminan
haciendo lo mismo. Nosotros queremos ganar las elecciones y queremos
cambiar la sociedad. Vamos a cambiar la sociedad, y este partido no es
reformista, porque nosotros lo que queremos es que la población sea
revolucionaria.
(El tiempo sigue corriendo, y aún me
queda en el tintero la política local. Así que me lanzo y hago un
quiebre en la conversación…)
S.C.: ¿Cómo los movimientos sociales
aquí han sabido tomar ese legado del PRT? ¿Cómo pueden aglutinarse?
porque lo que hemos visto hasta aquí es una ruptura del movimiento
social, no hay una central sindical, una gran unión del movimiento
social, sino que está resquebrajado en pequeñas luchas.
D.S.: Ese es el problema. El problema es
que hay muchos movimientos sociales que sumándolos son muy poderosos,
pero están divididos. Hay una sola CGT que agrupa a casi todos los
sindicatos; hay otras dos centrales, pero el problema es que hay que
tener una dirección no reformista. los dirigentes sindicales son más que
jerarcas sindicales, son capitalistas mafiosos, en la mayoría de los
casos. No todos, siempre hay gente buena.
En 2016, y también el año pasado, la CGT
planteó una huelga general con una movilización y hubo 300 mil personas
sin una dirección revolucionaria. Si la CGT tuviera una dirección
combativa contra el plan económico del gobierno, el gobierno se cae; no
podría contra una huelga de la CGT, esta es muy poderosa. Pero la CGT es
un sostén del capitalismo y es parte de su funcionamiento
Hay una poderosa militancia, hay un
poderoso movimiento social, poderosos sindicatos, el movimiento
estudiantil también es importante, pero hay una gran atomización. Por
tanto este gobierno no tiene oposición. La oposición más grande es el
kirchnerismo. Cuando nosotros decimos que el carácter de la revolución
argentina debe ser de carácter socialista, no estamos hablando de
abstracciones, estamos hablando con lo que hay ahora en el panorama
político. Estamos ante kirchnerista de “izquierda” / kirchnerista
progresista, no hay capitalismo bueno, no hay capitalismo humanizado, no
se puede confrontar el capitalismo humanizado con el capitalismo de
Macri, porque es débil hasta en la argumentación. Para confrontar con
Macri, hay que confrontar desde otro proyecto histórico para la
Argentina; que es el socialismo. No es que nos quedamos en la rueda de
la historia y estamos hablando de cosas viejas. El kirchnerismo es débil
frente al macrismo, porque el kirchnerismo ofrece a la sociedad volver
al 45, al mercado interno, ahora habla de equidad social. Pero equidad
social no es socialismo.
El macrismo, por el contrario, ofrece:
modernidad, desarrollo, tecnología de punta. Pero esto sólo se puede
hacer con el socialismo; pero con un tercio del gasto suntuario de la
burguesía puesto en producción. Podemos hacer todo eso, sin necesidad de
recurrir al Fondo Monetario Internacional.
Nos parece que es mucho más fuerte el
programa socialista revolucionario que el kirchnerismo. El problema pasa
por que el programa socialista revolucionario es sostenido por cuatro
militantes, y el kirchnerismo está sostenido por millones de militantes,
y esa es una realidad política que nosotros no podemos negar.
(Por un momento me doy cuenta de que el
diálogo puede ir sin límites, y de que el editor del medio para el que
hago esta nota, me ha pedido que sea una entrevista corta. Hemos
conversado por algo más de dos horas y decido parar la grabación. Con lo
que tengo basta y sobra.)
Daniel, en off, me dice: “Yo nunca he
celebrado fiestas de cumpleaños, pero cumplo 50 años de militancia, y
esta vez quiero festejarlo, así que estás invitado”.
Nos despedimos con risas y abrazos.
Salgo del bar, y pongo de inmediato un
mensaje a los compas de Ecuador, a la iniciativa política “Desde el
Margen”, quienes hicieron posible el encuentro, con las buenas nuevas y
con el libro que Daniel les ha enviado como recuerdo.
URUGUAY
Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad
Díaz: Uruguay incumplió su obligación de investigar crímenes de la dictadura
La
Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad concentrará la
investigación de todos los delitos cometidos durante el terrorismo de
Estado.
El
fiscal de Corte, Jorge Díaz, procedió este viernes a la instalación de
la Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad. En el mismo
acto, Díaz procedió a la designación del fiscal Ricardo Perciballe como
titular de esta unidad. Perciballe será acompañado por las doctoras
Silvana Irureta y Mariela Suárez.
En este marco, en un breve discurso, Díaz dijo ser consciente de “la magnitud y la importancia de la responsabilidad que se les asigna”, así como de “las dificultades que van a enfrentar” en su tarea. Sin embargo, el fiscal de Corte afirmó que la creación de esta Fiscalía permitirá tener una verdadera política de Estado para la persecución de estos delitos y reiteró que el Estado uruguayo está omiso en su obligación de cumplir con el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en el caso Gelman.
Díaz recordó que en año 1985, tras el retorno de la democracia, Uruguay “ratificó la Convención Americana de Derechos Humanos, y sin estar obligado a ello, reconoció la jurisdicción de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte IDH”. Y tras muchos años, el Estado uruguayo fue demandado ante la Corte IDH y, posteriormente, condenado por esta, en el caso Gelman vs Uruguay. “Fue condenado, entre otras cosas, a reparaciones de carácter particular y reparaciones de carácter general, muchas de las cuáles están incumplidas”, valoró Díaz.
Uno de esos incumplimientos, el más importante desde el punto de vista de la Fiscalía, refiere a la falta de investigación y persecución de los crímenes cometidos durante la última dictadura, los cuales “ya sea por cumplimiento de las normas de derecho internacional o por la propia sentencia de la Corte IDH son considerados absolutamente imprescriptibles”. “Hasta ahora hemos incumplido con esa responsabilidad y necesitamos cumplir, para cumplir con el mandato jurídico y con aquellas personas que aún hoy esperan un poco de verdad y un poco de justicia, o mucho de verdad y mucho de Justicia”, enfatizó Díaz.
En este marco, en un breve discurso, Díaz dijo ser consciente de “la magnitud y la importancia de la responsabilidad que se les asigna”, así como de “las dificultades que van a enfrentar” en su tarea. Sin embargo, el fiscal de Corte afirmó que la creación de esta Fiscalía permitirá tener una verdadera política de Estado para la persecución de estos delitos y reiteró que el Estado uruguayo está omiso en su obligación de cumplir con el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en el caso Gelman.
Díaz recordó que en año 1985, tras el retorno de la democracia, Uruguay “ratificó la Convención Americana de Derechos Humanos, y sin estar obligado a ello, reconoció la jurisdicción de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte IDH”. Y tras muchos años, el Estado uruguayo fue demandado ante la Corte IDH y, posteriormente, condenado por esta, en el caso Gelman vs Uruguay. “Fue condenado, entre otras cosas, a reparaciones de carácter particular y reparaciones de carácter general, muchas de las cuáles están incumplidas”, valoró Díaz.
Uno de esos incumplimientos, el más importante desde el punto de vista de la Fiscalía, refiere a la falta de investigación y persecución de los crímenes cometidos durante la última dictadura, los cuales “ya sea por cumplimiento de las normas de derecho internacional o por la propia sentencia de la Corte IDH son considerados absolutamente imprescriptibles”. “Hasta ahora hemos incumplido con esa responsabilidad y necesitamos cumplir, para cumplir con el mandato jurídico y con aquellas personas que aún hoy esperan un poco de verdad y un poco de justicia, o mucho de verdad y mucho de Justicia”, enfatizó Díaz.
Cientos de mujeres marcharon por la muerte de dos mujeres, que fueron asesinadas esta semana por su pareja y su tío, subiendo así el número total de femicidios en lo que va de año a seis.
“Salimos nuevamente, como cada vez que asesinan a una mujer, a las
calles a denunciar el sistema patriarcal en el que vivimos que recae
siempre en la forma más brutal de violencia”, declaró a radio Monte
Carlo Ivana Silvera, vocera de la Coordinación de Feminismos de Uruguay.
Según la organización, con la muerte de Vanesa Monzón, de 32 años, y Sirley Silva, de 26 años, son seis las mujeres asesinadas por violencia machista en lo que va de año.
“Vamos contabilizando seis feminicidios. Uno de los últimos fue el tío que la asesino y hay dos que todavía no están determinados por la justicia, pero todo marcaría que sí que es un feminicidio”, recalcó Cecilia Menéndez, otra portavoz del movimiento.
Menéndez también hizo hincapié en que la violencia machista es un “problema muy complejo” y que los movimientos feministas proponen juntarse entre mujeres, pensar en lo que está pasando y “hacer cosas para transformar la realidad y poner límites”.
Por su parte, Anela Núñez otras de las voceras de la Coordinadora de Feminismos de Uruguay anunció que el próximo ocho de marzo, Día Mundial de la Mujer, se hará “una jornada de reflexión” en la que habrá un paro de 24 horas y una concentración de 18 horas en la plaza Libertad.
“El años pasado hubo más de 300 mil personas en la calle manifestándose”, señaló Núñez, quien añadió que espera que “este año también sean muchas las mujeres que les acompañen en esta jornada.”
Vecinos de Parque Batlle piden seguridad
La Asociación Civil Vecinos en Alerta Parque Batlle (Montevideo), que integran la Coordinadora Nacional de Vecinos en Alerta efectuaron en la tarde de este viernes 23 de febrero, en la plaza del Entrevero, una manifestación pacífica que reunió decenas de personas para reclamar por mejoras en la seguridad en la zona y en parte del territorio nacional.
Según la organización, con la muerte de Vanesa Monzón, de 32 años, y Sirley Silva, de 26 años, son seis las mujeres asesinadas por violencia machista en lo que va de año.
“Vamos contabilizando seis feminicidios. Uno de los últimos fue el tío que la asesino y hay dos que todavía no están determinados por la justicia, pero todo marcaría que sí que es un feminicidio”, recalcó Cecilia Menéndez, otra portavoz del movimiento.
Menéndez también hizo hincapié en que la violencia machista es un “problema muy complejo” y que los movimientos feministas proponen juntarse entre mujeres, pensar en lo que está pasando y “hacer cosas para transformar la realidad y poner límites”.
Por su parte, Anela Núñez otras de las voceras de la Coordinadora de Feminismos de Uruguay anunció que el próximo ocho de marzo, Día Mundial de la Mujer, se hará “una jornada de reflexión” en la que habrá un paro de 24 horas y una concentración de 18 horas en la plaza Libertad.
“El años pasado hubo más de 300 mil personas en la calle manifestándose”, señaló Núñez, quien añadió que espera que “este año también sean muchas las mujeres que les acompañen en esta jornada.”
Vecinos de Parque Batlle piden seguridad
La Asociación Civil Vecinos en Alerta Parque Batlle (Montevideo), que integran la Coordinadora Nacional de Vecinos en Alerta efectuaron en la tarde de este viernes 23 de febrero, en la plaza del Entrevero, una manifestación pacífica que reunió decenas de personas para reclamar por mejoras en la seguridad en la zona y en parte del territorio nacional.
El buen femicida y las malas feministas
Alicia Migliaro González / Foto: rebelarte.info
No me gusta escribir esto. No me gusta escribir sobre esto. No me gusta que el impulso para pensar sea la muerte cruda y violenta. Lo que pasa es que no me lo puedo sacar de la cabeza. El fin de semana mataron a Florencia, dos mese atrás a Alison. Ambas mujeres jóvenes con muertes crueles e injustas. Muertes violentas que son tan similares como diferentes.
El
domingo a la tarde el Ministerio del Interior lanzó un comunicado
solicitando ayuda para capturar a Christian Damián Pastorino Pimentel,
alias el “Kiki”. Identificado como el asesino de Florencia, es también
el confirmado femicida de Alison y está requerido desde diciembre del
año pasado. A Florencia la mató mientras trabajaba, a Alison en su
propia casa y frente a sus dos pequeños hijos.
Ambos crímenes son injustos, dolorosos e indignantes. Tanto Florencia como Alison se merecían seguir disfrutando la vida que este tipo les quitó antojadizamente. No son comparables ni jerarquizables, ninguna valía más que otra. Lo que sí es claro, evidente, es que desde el punto de vista social las dos muertes no son iguales. Los móviles y las escenas son distintos, generan impactos diferentes en el cuerpo social y las respuestas no tardan aparecer. La alarma social suena en otro tono y las interpelaciones llegan desde otras voces.
Del crimen de diciembre se supo todo y bastante rápido. A sólo tres días que Alison fuera asesinada se sabía la identidad del asesino, varios testigos lo vieron entrar a la casa con un arma en la mano y huir luego de los disparos[1].La fiscal de “Delitos sexuales, violencia doméstica y violencia basada en género”, Diana Salvo, autorizó al Ministerio del Interior a difundir la imagen y solicitar apoyo para la captura[2].Sin embargo, en estos más de dos meses y aunque se presume que no se movió del barrio, la policía no lo pudo encontrar. La propia fiscal manifestó su preocupación por la lentitud del accionar policial para dar con el paradero de un sujeto plenamente identificado. Desinterés tal vez, desidia probablemente. Seguro es, que la preocupación de ayer hoy se transforma en indignación pensando en lo que se podría haber evitado: las graves lesiones al guardia de seguridad y el asesinato a quemarropa de Florencia[3].
Las redes sociales confunden. Amplifican o acallan entre los círculos concéntricos en los que nos movemos. Son el espejo roto en que se mira esa ameba que llamamos sentido común. Los comentarios en los portales web asustan. Hay gente que realmente piensa así y es mucha. Son un humo denso, espeso, donde cuesta respirar en el común de los sentidos. Entre el reflejo y el humo, nos posicionamos, formamos opinión, pensamos, hablamos.
De los casos de femicidios[4] se habla poco y por poco tiempo. En general el tema ronda los mismos círculos y parecen estar contenidos en un muro que cuesta franquear. La foto del “Kiki” circuló poco en diciembre y me animo a afirmar que no logró sortear las fosas del muro de las convencidas. La violencia social, y más cuando el motor es la delincuencia, tiene un radio de alcance masivo. No sólo vimos la foto del “Kiki” por todos lados, también tuvimos que hacer esfuerzos (como corrernos de adelante de la TV, o desactivar el reproductor automático al abrir una noticia) para evitar ver el video del asalto. Fue la propia familia de Florencia la que en medio del dolor tuvo que redactar una comunicado solicitando que se dejara de compartir el video del asalto. Esto también es violencia.
Cuando suceden estos hechos crudos se sacude toda la estantería. Se agitan las voces de la justicia por mano propia, los pedidos de endurecimiento de penas, la baja de la edad de imputabilidad. No faltan los oportunistas de turno saliendo a pedir mano dura y militarización, guiños para la tribuna hambrienta de respuestas rápidas. Se clama por viejas recetas severas, como si nos fueran tan ajenas en nuestro país y cómo si no supiéramos de sus resultados.
En medio de esta horda tan virtual como real que pide a gritos linchamiento, mutilación, pena de muerte y megaoperativos en el Marconi, aparece un elemento que desentona: se identifica al “Kiki”. Se da su nombre completo, edad, señas particulares, se agrega que está prófugo por femicidio y se facilita un teléfono para colaborar con la policía que hasta ahora no pudo encontrarlo. Asesino y femicida. Quiero creer que el Ministerio del Interior tiene estudiada la efectividad de difundir esta información y viralizarse por las redes. Cuesta creer que esta sea una forma efectiva de dar con el paradero de criminales y delincuentes. Seguro es una forma altamente efectiva de reafirmar el ego de los asesinos. Ser el más buscado, que tu cara esté en todos lados y que la policía no pueda encontrarte no tiene precio.
En fin, el domingo a la tarde la foto se difunde. Rápidamente se viraliza y con ella los comentarios que se apoyan, tanto en el femicidio de Alison como en los delitos cometidos siendo menor de edad, para pedir castigos ejemplarizante y el infaltable “tiro en la nuca a todos pichis”.
Hay una parte que es enteramente cierta: el “Kiki” es una bestia de la peor calaña. Alguien capaz de matar a sangre fría en reiteradas oportunidades y por distintos motivos es una bestia. Pero es una bestia humana, enteramente humana. No es producto de una mutación genética ni lo trajeron los extraterrestres. Es una bestia humana criada en sistema capitalista y patriarcal. Un sistema de dominación que hace de las diferencias (de clase, de género, étnicas, etáreas) desigualdades, que establece jerarquías para el ejercicio del poder y cuyo correlato último siempre es la violencia. Aunque no los quieran edulcorar, no hay posibilidad de acumulación capitalista o de dominación patriarcal sin violencia mediante. Y en estos días tuvimos una cruda muestra, otra cruda muestra.
Hay otra parte que también es cierta: El mismo tipo es autor de varios hechos delictivos entre los que hay al menos dos crímenes. Lo que confunde es que el femicidio de Alison parece pasar a tener ese estatuto de crimen a partir del crimen de Florencia. Cómo si el femicidio no fuera un acto de violencia extrema por si mismo o como si el femicida pudiera ser reconocido como criminal a partir de la agregación de otros rasgos que completen el perfil. Me inclino más por esta última hipotesis por una sencilla razón, lo que enciende la indignación no es femicidio, lo que importa es la víctima y el femicida.
El feminismo nos ha nutrido de análisis críticos para pensar la construcción social y mediática de la “mala víctima” alrededor de los femicidios[5]. Son las mujeres pobres o putas, que viven al norte de avenida italia, que no estudian ni trabajan, que dejan a sus hijos para ir a bailar, que usan minifalda corta, que se emborrachan. Sobre ellas recae la culpa de su propia suerte. Se justifica esa muerte violenta y se genera un efecto tranquilizador: el problema son ellas y sus malos pasos. En este caso parece ocurrir algo inversamente proporcional. Asistimos a la construcción de un “buen femicida”. Un pobre, rapiñero, plancha, drogón, violento, un monstruo al que es posible reconocer enteramente como un femicida. Un loco violento, una bárbaro irracional que podemos señalar sin que nos tiemble el pulso como un femicida.
Lo que tienen en común la “mala víctima” y el “buen feminicida”, es que ambos son lo que sobra, lo que incomoda, lo que molesta. Las escorias de un sistema que nos duda en pisar cabezas y aplastar vidas para seguir en pie. Son buenos monstruos, chivos expiatorios sobre los que depositar todo lo que está mal. Son estas manzanas podridas las que hay que hay que sacar y problema resuelto. Nuevamente una construcción social que nos tranquiliza, una tipología que podemos metabolizar sin que osemos cuestionarnos las bases del sistema capitalista y patriarcal que nos está pudriendo todo el cajón.
Es capitalismo y es patriarcado. La clase social (que no es sólo económica sino que también es cultural, política, subjetiva) sirve como vehículo para trazar la línea del bien y del mal en la que rápidamente podemos ubicarnos. Los femicidios se entienden rápido y molestan poco cuando hay una “mala víctima” y un “buen femicida”, en cierta manera se inoculan mutuamente tras las bambalinas del mundo marginal de otrxs. El patriarcado sirve como justificativo. Mientras nosotras tenemos que demostrar que no somos buenas ni malas víctimas, sino mujeres, expuestas por nuestra condición de tales a cierto modos de violencia que ellos tienen la posibilidad de deslindarse. Las mujeres tenemos la desventaja de la culpa, los varones el beneficio de la duda.
En verborragia web de estos días también hubo lugar para “¿donde están las feministas? claro, como no la mató el marido no salen”, tachándonos de insensibles y corporativistas. Aquí un detalle, que por sobre nuestros cuerpos sexuados pese la amenaza del femicidio no nos vacuna de otras formas de violencia que podamos sufrir. Y en ningún lado está escrito que, como feministas, esas violencias no nos importen o no sean indiferentes. Es más, en casos como el de Florencia no podemos dejar de notar el gesto misógino, de odio total y absoluto, que supone el disparo por la espalda cuando se estaba retirando del lugar. Acusar al movimiento feminista de sectario por entender que el crimen de Florencia es cruel e injusto pero no es un femicidio, es banalizar nuestra lucha y drenar las fuerzas para rearmarnos en estos días tristes. Porque la lucha sigue mañana también y porque entender qué está pasando y cómo podemos frenarlo nos precisa más lúcidas que nunca.
Esto no es un juego de “lo que podría haber pasado si”, es una confirmación de lo que pasa cuando no se nos escucha. En diciembre, antes de matar a Alison, el “Kiki” tenía denuncias por violencia doméstica porque había amenazado con matarla a ella y a su propia madre[6]. En febrero, antes de matar a Florencia, se lo requería por la muerte de Alison y las amenazas a su madre. En Uruguay “Kiki” hay muchos y machitos violentos muchos más. No queremos femicidios, ni muertes por la espalda. Tampoco queremos pena de muerte ni mutilaciones. Queremos que se actué a tiempo y para eso tenemos que reconocer las formas de la violencia, todas ellas.
El martes de tarde, cercado por la policía, que con asombrosa celeridad esta vez sí pudo dar con él, el "Kiki" se pegó un tiro en la cabeza y hace unas horas falleció. Como era de esperar hay gente que festeja. No se ustedes, pero a mi no me alivia en nada. Seguimos teniendo dos mujeres menos y un mar de violencia.
[1] https://www.eldia.com/nota/201 8-2-20-3-25-28-intensa-busqued a-en-uruguay...
[2] https://www.elpais.com.uy/info rmacion/policia-busca-sospecho so-femicidio...
[3] http://www.montevideo.com.uy/N oticias/Fiscal-habia-pedido-de tencion-del-...
[4] El femicidio es el extremo de la violencia machista. Refiere a un modo específico de violencia y a una forma peculiar de acabar con la vida por el sólo hecho de ser mujer. Frecuentemente, se da en el marco de relaciones personales y mayoritariamente sexo-afectivo. Las modificaciones realizadas en octubre de 2017 al Código Penal uruguayo tipifican el femicidio como un delito especialmente agravado que se constituye como tal cuando entre víctima y victimario existía un vínculo de naturaleza sexual.
[5] http://www.revistaanfibia.com/ ensayo/la-mala-victima/
[6] https://www.youtube.com/watch? v=bBi9aLCUdKA&t=298s
Ambos crímenes son injustos, dolorosos e indignantes. Tanto Florencia como Alison se merecían seguir disfrutando la vida que este tipo les quitó antojadizamente. No son comparables ni jerarquizables, ninguna valía más que otra. Lo que sí es claro, evidente, es que desde el punto de vista social las dos muertes no son iguales. Los móviles y las escenas son distintos, generan impactos diferentes en el cuerpo social y las respuestas no tardan aparecer. La alarma social suena en otro tono y las interpelaciones llegan desde otras voces.
Del crimen de diciembre se supo todo y bastante rápido. A sólo tres días que Alison fuera asesinada se sabía la identidad del asesino, varios testigos lo vieron entrar a la casa con un arma en la mano y huir luego de los disparos[1].La fiscal de “Delitos sexuales, violencia doméstica y violencia basada en género”, Diana Salvo, autorizó al Ministerio del Interior a difundir la imagen y solicitar apoyo para la captura[2].Sin embargo, en estos más de dos meses y aunque se presume que no se movió del barrio, la policía no lo pudo encontrar. La propia fiscal manifestó su preocupación por la lentitud del accionar policial para dar con el paradero de un sujeto plenamente identificado. Desinterés tal vez, desidia probablemente. Seguro es, que la preocupación de ayer hoy se transforma en indignación pensando en lo que se podría haber evitado: las graves lesiones al guardia de seguridad y el asesinato a quemarropa de Florencia[3].
Las redes sociales confunden. Amplifican o acallan entre los círculos concéntricos en los que nos movemos. Son el espejo roto en que se mira esa ameba que llamamos sentido común. Los comentarios en los portales web asustan. Hay gente que realmente piensa así y es mucha. Son un humo denso, espeso, donde cuesta respirar en el común de los sentidos. Entre el reflejo y el humo, nos posicionamos, formamos opinión, pensamos, hablamos.
De los casos de femicidios[4] se habla poco y por poco tiempo. En general el tema ronda los mismos círculos y parecen estar contenidos en un muro que cuesta franquear. La foto del “Kiki” circuló poco en diciembre y me animo a afirmar que no logró sortear las fosas del muro de las convencidas. La violencia social, y más cuando el motor es la delincuencia, tiene un radio de alcance masivo. No sólo vimos la foto del “Kiki” por todos lados, también tuvimos que hacer esfuerzos (como corrernos de adelante de la TV, o desactivar el reproductor automático al abrir una noticia) para evitar ver el video del asalto. Fue la propia familia de Florencia la que en medio del dolor tuvo que redactar una comunicado solicitando que se dejara de compartir el video del asalto. Esto también es violencia.
Cuando suceden estos hechos crudos se sacude toda la estantería. Se agitan las voces de la justicia por mano propia, los pedidos de endurecimiento de penas, la baja de la edad de imputabilidad. No faltan los oportunistas de turno saliendo a pedir mano dura y militarización, guiños para la tribuna hambrienta de respuestas rápidas. Se clama por viejas recetas severas, como si nos fueran tan ajenas en nuestro país y cómo si no supiéramos de sus resultados.
En medio de esta horda tan virtual como real que pide a gritos linchamiento, mutilación, pena de muerte y megaoperativos en el Marconi, aparece un elemento que desentona: se identifica al “Kiki”. Se da su nombre completo, edad, señas particulares, se agrega que está prófugo por femicidio y se facilita un teléfono para colaborar con la policía que hasta ahora no pudo encontrarlo. Asesino y femicida. Quiero creer que el Ministerio del Interior tiene estudiada la efectividad de difundir esta información y viralizarse por las redes. Cuesta creer que esta sea una forma efectiva de dar con el paradero de criminales y delincuentes. Seguro es una forma altamente efectiva de reafirmar el ego de los asesinos. Ser el más buscado, que tu cara esté en todos lados y que la policía no pueda encontrarte no tiene precio.
En fin, el domingo a la tarde la foto se difunde. Rápidamente se viraliza y con ella los comentarios que se apoyan, tanto en el femicidio de Alison como en los delitos cometidos siendo menor de edad, para pedir castigos ejemplarizante y el infaltable “tiro en la nuca a todos pichis”.
Hay una parte que es enteramente cierta: el “Kiki” es una bestia de la peor calaña. Alguien capaz de matar a sangre fría en reiteradas oportunidades y por distintos motivos es una bestia. Pero es una bestia humana, enteramente humana. No es producto de una mutación genética ni lo trajeron los extraterrestres. Es una bestia humana criada en sistema capitalista y patriarcal. Un sistema de dominación que hace de las diferencias (de clase, de género, étnicas, etáreas) desigualdades, que establece jerarquías para el ejercicio del poder y cuyo correlato último siempre es la violencia. Aunque no los quieran edulcorar, no hay posibilidad de acumulación capitalista o de dominación patriarcal sin violencia mediante. Y en estos días tuvimos una cruda muestra, otra cruda muestra.
Hay otra parte que también es cierta: El mismo tipo es autor de varios hechos delictivos entre los que hay al menos dos crímenes. Lo que confunde es que el femicidio de Alison parece pasar a tener ese estatuto de crimen a partir del crimen de Florencia. Cómo si el femicidio no fuera un acto de violencia extrema por si mismo o como si el femicida pudiera ser reconocido como criminal a partir de la agregación de otros rasgos que completen el perfil. Me inclino más por esta última hipotesis por una sencilla razón, lo que enciende la indignación no es femicidio, lo que importa es la víctima y el femicida.
El feminismo nos ha nutrido de análisis críticos para pensar la construcción social y mediática de la “mala víctima” alrededor de los femicidios[5]. Son las mujeres pobres o putas, que viven al norte de avenida italia, que no estudian ni trabajan, que dejan a sus hijos para ir a bailar, que usan minifalda corta, que se emborrachan. Sobre ellas recae la culpa de su propia suerte. Se justifica esa muerte violenta y se genera un efecto tranquilizador: el problema son ellas y sus malos pasos. En este caso parece ocurrir algo inversamente proporcional. Asistimos a la construcción de un “buen femicida”. Un pobre, rapiñero, plancha, drogón, violento, un monstruo al que es posible reconocer enteramente como un femicida. Un loco violento, una bárbaro irracional que podemos señalar sin que nos tiemble el pulso como un femicida.
Lo que tienen en común la “mala víctima” y el “buen feminicida”, es que ambos son lo que sobra, lo que incomoda, lo que molesta. Las escorias de un sistema que nos duda en pisar cabezas y aplastar vidas para seguir en pie. Son buenos monstruos, chivos expiatorios sobre los que depositar todo lo que está mal. Son estas manzanas podridas las que hay que hay que sacar y problema resuelto. Nuevamente una construcción social que nos tranquiliza, una tipología que podemos metabolizar sin que osemos cuestionarnos las bases del sistema capitalista y patriarcal que nos está pudriendo todo el cajón.
Es capitalismo y es patriarcado. La clase social (que no es sólo económica sino que también es cultural, política, subjetiva) sirve como vehículo para trazar la línea del bien y del mal en la que rápidamente podemos ubicarnos. Los femicidios se entienden rápido y molestan poco cuando hay una “mala víctima” y un “buen femicida”, en cierta manera se inoculan mutuamente tras las bambalinas del mundo marginal de otrxs. El patriarcado sirve como justificativo. Mientras nosotras tenemos que demostrar que no somos buenas ni malas víctimas, sino mujeres, expuestas por nuestra condición de tales a cierto modos de violencia que ellos tienen la posibilidad de deslindarse. Las mujeres tenemos la desventaja de la culpa, los varones el beneficio de la duda.
En verborragia web de estos días también hubo lugar para “¿donde están las feministas? claro, como no la mató el marido no salen”, tachándonos de insensibles y corporativistas. Aquí un detalle, que por sobre nuestros cuerpos sexuados pese la amenaza del femicidio no nos vacuna de otras formas de violencia que podamos sufrir. Y en ningún lado está escrito que, como feministas, esas violencias no nos importen o no sean indiferentes. Es más, en casos como el de Florencia no podemos dejar de notar el gesto misógino, de odio total y absoluto, que supone el disparo por la espalda cuando se estaba retirando del lugar. Acusar al movimiento feminista de sectario por entender que el crimen de Florencia es cruel e injusto pero no es un femicidio, es banalizar nuestra lucha y drenar las fuerzas para rearmarnos en estos días tristes. Porque la lucha sigue mañana también y porque entender qué está pasando y cómo podemos frenarlo nos precisa más lúcidas que nunca.
Esto no es un juego de “lo que podría haber pasado si”, es una confirmación de lo que pasa cuando no se nos escucha. En diciembre, antes de matar a Alison, el “Kiki” tenía denuncias por violencia doméstica porque había amenazado con matarla a ella y a su propia madre[6]. En febrero, antes de matar a Florencia, se lo requería por la muerte de Alison y las amenazas a su madre. En Uruguay “Kiki” hay muchos y machitos violentos muchos más. No queremos femicidios, ni muertes por la espalda. Tampoco queremos pena de muerte ni mutilaciones. Queremos que se actué a tiempo y para eso tenemos que reconocer las formas de la violencia, todas ellas.
El martes de tarde, cercado por la policía, que con asombrosa celeridad esta vez sí pudo dar con él, el "Kiki" se pegó un tiro en la cabeza y hace unas horas falleció. Como era de esperar hay gente que festeja. No se ustedes, pero a mi no me alivia en nada. Seguimos teniendo dos mujeres menos y un mar de violencia.
[1] https://www.eldia.com/nota/201
[2] https://www.elpais.com.uy/info
[3] http://www.montevideo.com.uy/N
[4] El femicidio es el extremo de la violencia machista. Refiere a un modo específico de violencia y a una forma peculiar de acabar con la vida por el sólo hecho de ser mujer. Frecuentemente, se da en el marco de relaciones personales y mayoritariamente sexo-afectivo. Las modificaciones realizadas en octubre de 2017 al Código Penal uruguayo tipifican el femicidio como un delito especialmente agravado que se constituye como tal cuando entre víctima y victimario existía un vínculo de naturaleza sexual.
[5] http://www.revistaanfibia.com/
[6] https://www.youtube.com/watch?