VENEZUELA
Venezuela anuncia que frustró intentos de golpe de Estado contra Maduro con ayuda internacional
Publicado: 26 jun 2019 17:30 GMT | Última actualización: 27 jun 2019 18:44 GMT - RT
"Tenemos los videos que constituyen plena
prueba ante la Fiscalía militar, de entrega de armas y dinero", ha
informado el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez.
El
ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, informó este miércoles sobre
la frustración de un nuevo intento de golpe de Estado en contra del
presidente venezolano Nicolás Maduro.
Rodríguez afirmó que, como parte de este plan, iba a ser tomada la base militar La Carlota, ubicada en el este de Caracas, donde iba a ser llevado Raúl Baduel, quien se encuentra detenido en el Servicio Bolivariano de de Inteligencia Nacional (Sebin) desde 2009 por apropiación indebida de dinero público y atentar contra la integridad de la nación. Según el complot, la idea era proclamarlo como presidente ante los canales de televisión del Estado.
Entre las acciones previstas, se encontraba el bombardeo del Palacio de Miraflores, sede del Gobierno venezolano, y el asesinato del presidente Maduro.
El también vicepresidente de Comunicación dijo que se incautaron 140.000 cartuchos de ametralladoras y que varios grupos de combate, conformados por agentes israelíes, tenían previsto el ataque, que también pretendía asesinar al presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello y al protector del estado Táchira, Freddy Bernal.
Sin
embargo, explica Rodríguez, las opiniones de ambos mandatarios sobre
Venezuela volvieron a tomar relevancia a partir del 24 de junio. "¿Son
unos adivinadores? No. Son promotores del Golpe de Estado, son
financistas", sostuvo.
"Que el presidente Duque responda si tiene responsabilidad en este plan para asesinar a Maduro y en el robo de armas de guerra", expresó Rodríguez.
Con referencia al mandatario chileno, pidió que manifestara si era parte de las preparación del asesinato del presidente de la ANC y de 95 generales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Los oficiales venezolanos "desarrollaron una operación de inteligencia que permitió develar todos los detalles" de una acción, que tenía previsto desatar una ola de violencia en la capital venezolana.
Rodríguez adelantó que el Gobierno tiene en su poder 56 horas de videos donde se detallan los planes desestabilizadores, que incluían el asalto a las bóvedas de sede del Banco Central de Venezuela (BCV) para robar un importante arsenal y las riquezas que están allí.
Según Lozada Saavedra, también estaba previsto el asalto de las armas en los batallones Bolívar y Ayala. Además de una operación para distribuir dinero, radios y teléfonos satelitales, el plan contemplaba el soborno a militares venezolanos y el robo de un helicóptero para trasladar a Baduel, de ocurrir algún inconveniente.
Rodríguez afirmó que, como parte de este plan, iba a ser tomada la base militar La Carlota, ubicada en el este de Caracas, donde iba a ser llevado Raúl Baduel, quien se encuentra detenido en el Servicio Bolivariano de de Inteligencia Nacional (Sebin) desde 2009 por apropiación indebida de dinero público y atentar contra la integridad de la nación. Según el complot, la idea era proclamarlo como presidente ante los canales de televisión del Estado.
Entre las acciones previstas, se encontraba el bombardeo del Palacio de Miraflores, sede del Gobierno venezolano, y el asesinato del presidente Maduro.
El también vicepresidente de Comunicación dijo que se incautaron 140.000 cartuchos de ametralladoras y que varios grupos de combate, conformados por agentes israelíes, tenían previsto el ataque, que también pretendía asesinar al presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello y al protector del estado Táchira, Freddy Bernal.
Participación Internacional
El ministro, en su rueda de prensa, hizo referencia a las declaraciones sobre el eventual fin del Gobierno venezolano y las solicitudes de rebelión militar, pronunciadas por los presidentes Iván Duque, de Colombia, y Sebastián Piñera, de Chile, los días previos al 23 de febrero, cuando se efectuó el intento fallido de ingreso de "ayuda humanitaria", y luego, el 30 de abril, fecha cuando el diputado Juan Guaidó dirigió un intento de Golpe de Estado que sacó al opositor Leopoldo López de su arresto domiciliario."Que el presidente Duque responda si tiene responsabilidad en este plan para asesinar a Maduro y en el robo de armas de guerra", expresó Rodríguez.
Con referencia al mandatario chileno, pidió que manifestara si era parte de las preparación del asesinato del presidente de la ANC y de 95 generales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
"Estuvimos en todas las reuniones"
Rodríguez detalló que miembros de los cuerpos de inteligencia venezolanos se infiltraron en todas las reuniones y videoconferencias, utilizadas para la planificación de esta serie de acciones violentas durante 14 meses.Los oficiales venezolanos "desarrollaron una operación de inteligencia que permitió develar todos los detalles" de una acción, que tenía previsto desatar una ola de violencia en la capital venezolana.
Rodríguez adelantó que el Gobierno tiene en su poder 56 horas de videos donde se detallan los planes desestabilizadores, que incluían el asalto a las bóvedas de sede del Banco Central de Venezuela (BCV) para robar un importante arsenal y las riquezas que están allí.
Capturados
El ministro informó que fueron aprehendidos: Inojosa Bolívar, Miguel Castillo Cedeño, Carlos Lozada, Miguel Carmelo Sisco, Rafael Acosta, Pedro Caraballo, Francisco Torres, Krishna Betancourt, Kenia Vargas, Miguel Villegas, John López, José Valladares Mejías, por su presunta participación en los planes golpistas y magnicidas, gracias a la confesión de Carlos Lozada Saavedra, alias 'Tío', también capturado.Según Lozada Saavedra, también estaba previsto el asalto de las armas en los batallones Bolívar y Ayala. Además de una operación para distribuir dinero, radios y teléfonos satelitales, el plan contemplaba el soborno a militares venezolanos y el robo de un helicóptero para trasladar a Baduel, de ocurrir algún inconveniente.
Por Capturar
El ministro mostró una serie de fichas con los rostros que quienes presuntamente habrían participado en los planes conspirativos, según las informaciones, videoconferencias, confesiones voluntarias y material recogido y registrado por los cuerpos de seguridad venezolanos.- Eduardo José Báez Torrealba, alias 'Mariscal', solicitado ante el Gobierno de República Dominicana.
- José Rafael Huizi Clavier, jefe logístico, encargado de distribuir dinero y radios satelitales a quienes iban a participar en las presuntas acciones criminales.
- Antonio Rivero, alias 'Peregrino', prófugo de la justicia venezolana, actualmente residenciado en Miami, EE.UU.
- Josnar Adolfo Baduel Oyoque, alias 'Simón', hijo del que sería proclamado como presidente.
- Cliver Antonio Alcalá Cordones, alias 'César', responsabilizado de controlar el ala colombiana que intentaría perpetrar atentados en Venezuela, con efectivos israelíes y colombianos.
- Alias 'Alcatraz', que perpetraría el asesinato selectivo de líderes sociales en el oeste de Caracas, zona popular mayoritariamente chavista.
- Luis Aguilar, alias 'Cristofué', exmiembro del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC).
- Gilberto Martínez Daza, alias 'Máximo', también exmiembro del CICP.
- Soto Manzanares, aparentemente resguardado en la Embajada de Panamá en Venezuela.
- Ángel Ortiz, alias 'Arcángel', abogado.
- Saúl Tovar, capitán.
- Ilich Sánchez, quien participó el intento de Golpe de Estado del 30 de abril.
Maduro anuncia la captura de los responsables del plan de golpe de Estado en su contra
Publicado: 26 jun 2019 22:27 GMT | Última actualización: 27 jun 2019 17:31 GMT - RT
El mandatario se pronunció horas después de
que el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, develó
el desmantelamiento de un intento de magnicidio.
El
presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció este miércoles la
captura de los responsables de un plan de golpe de Estado en el que
participaban sectores extremistas de la oposición con apoyo
internacional.
"Hemos desmantelado a una banda de terroristas que pretendía dar un golpe de Estado contra la democracia venezolana. Están capturados tras las rejas después de un seguimiento de inteligencia de 14 meses", dijo este miércoles en un acto público en Caracas.
El jefe de Estado venezolano señaló que todavía los órganos de seguridad están tras la búsqueda de algunos miembros del complot que, según denunció, pretendía "asaltar" el poder con un "baño de sangre".
El
mandatario detalló que entre los objetivos del plan estaba asesinar a
su esposa, Cilia Flores; al presidente de la Asamblea Nacional
Constituyente, Diosdado Cabello; y a más 50 líderes sociales de los
colectivos populares.
"Ellos hablaban de una matanza que pudiera durar dos o tres días", reveló Maduro, quien indicó que los golpistas planeaban asesinarlo: "¿Puede surgir un mejor país de un festín de muerte, de un asalto al poder?", se preguntó.
De igual forma, llamó a la población a defender "la paz y la estabilidad" de la nación caribeña para derrotar los planes violentos: "por las buenas, o como nos toque", dijo.
Más
temprano, el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, informó sobre
la frustración de este nuevo intento de golpe de Estado.
Rodríguez afirmó que, como parte de este plan, iba a ser tomada la base militar La Carlota, ubicada en el este de Caracas, donde iba a ser llevado Raúl Baduel, quien se encuentra detenido en el Servicio Bolivariano de de Inteligencia Nacional (Sebin) desde 2009 por apropiación indebida de dinero público y atentar contra la integridad de la nación. Según el complot, la idea era proclamarlo como presidente ante los canales de televisión del Estado.
Entre las acciones previstas, se encontraba el bombardeo del Palacio de Miraflores, sede del Gobierno venezolano, y el asesinato del presidente Maduro.
"Hemos desmantelado a una banda de terroristas que pretendía dar un golpe de Estado contra la democracia venezolana. Están capturados tras las rejas después de un seguimiento de inteligencia de 14 meses", dijo este miércoles en un acto público en Caracas.
El jefe de Estado venezolano señaló que todavía los órganos de seguridad están tras la búsqueda de algunos miembros del complot que, según denunció, pretendía "asaltar" el poder con un "baño de sangre".
"Ellos hablaban de una matanza que pudiera durar dos o tres días", reveló Maduro, quien indicó que los golpistas planeaban asesinarlo: "¿Puede surgir un mejor país de un festín de muerte, de un asalto al poder?", se preguntó.
De igual forma, llamó a la población a defender "la paz y la estabilidad" de la nación caribeña para derrotar los planes violentos: "por las buenas, o como nos toque", dijo.
Rodríguez afirmó que, como parte de este plan, iba a ser tomada la base militar La Carlota, ubicada en el este de Caracas, donde iba a ser llevado Raúl Baduel, quien se encuentra detenido en el Servicio Bolivariano de de Inteligencia Nacional (Sebin) desde 2009 por apropiación indebida de dinero público y atentar contra la integridad de la nación. Según el complot, la idea era proclamarlo como presidente ante los canales de televisión del Estado.
Entre las acciones previstas, se encontraba el bombardeo del Palacio de Miraflores, sede del Gobierno venezolano, y el asesinato del presidente Maduro.
Las cinco (primeras) claves de la desmontada Operación Vuelvan Caras
Análisis especial
Fueron 14 meses de
contrainteligencia. Varias tramas golpistas y magnicidas, enfrentadas,
superpuestas, contradictorias, caníbales. Asalto al Palacio de
Miraflores, (otra vez) a la Base Aérea Francisco de Miranda, a las
bóvedas del Banco Central (por parque y dinero). 140 mil cartuchos de
municiones. Al menos cinco grupos de combate. 56 horas de registro
audiovisual de conversaciones.
Decapitación del 95% del generalato leal al país, a la Constitución y al Gobierno. Presidentes pitonizos en la región. Comandos gringos e israelíes infiltrados. Militares de alto rango de la Cuarta República; Policías Metropolitanos y Petejotas reciclados y retomando el oficio sociopático del genocidio sistemático en el oeste de Caracas. Incendiar la capital ("quemarlo todo para salvar a Venezuela"), y la fantasía sádica de ríos de sangre por un cambio de régimen los días 23 y 24 de junio del año en curso.
Cualquiera de estos cabos pudiera ser el gran titular de la compleja, ramificada y densa estratagema de operaciones ultraviolentas y deliberadamente sanguinarias que el vicepresidente sectorial de Comunicaciones, Cultura y Turismo, Jorge Rodríguez, reveló en rueda de prensa el mediodía del 26 de junio.
Dada la cantidad de vectores, revelaciones y el nuevo enfoque que
ilumina al propio pasado reciente, en este primer trabajo apenas nos
enfocaremos en cinco claves para el análisis, mientras esta tribuna siga
desgranando, exhaustivamente, los detalles. Que son muchos, y todos
hablan. Bastante.
Pero estas continuidades no hablan ni describen armonización, coherencia operativa consistente, ni preocupación genuina por el estado del país: hablan de sangre y precipitación. Hoy por hoy sabemos que, de acuerdo a las revelaciones, que sobre el papel una sola variable tenía forma exacta y consistencia: tres grupos de asalto y un subgrupo encargado de aspectos técnicos fundamentales que debería operar doce horas antes de "la hora H", asaltando el Banco Central de Venezuela (BCV) para hacerse con el parque y derribando dos antenas en dos extremos de la capital, más un comando especial, suerte de micro legión extranjera.
Pero este grupo no puede tener la última palabra sobre la unidad colombiana compuesta por efectivos israelíes, norteamericanos, colombianos bajo el presunto mandato del genera Clíver Alcalá Cordones. Mucho menos por la infeliz y poco probable efectividad del grupo de Sargentos Garcías, ex Policías Metropolitanos (PM) y ex Policía Técnica Judicial (PTJ) que pretendían encargarse de contener al oeste de Caracas.
Un golpe ("Vuelvan Caras, Baduel presidente") dentro de un golpe (en palabras de alias Marina, general de brigada Miguel Carmelo Sisco, resignado con Guaidó y delegado por Báez, en algún punto, como comandante de toda la operación) dentro de uno más, cual muñeca rusa: el golpe privado/privatizado de Leopoldo López del pasado 30 de abril. ¿Dónde queda entonces la Operación Libertad?
Esta tragicomedia de enredos ofrecen dos vertientes, una teórica y la otra profunda (y estúpidamente) humana. En lo teórico, porque el propio Manual de Campo 3-05.201 de Guerra No Convencional de las Fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses habla de múltiples enlaces (linkups) acentuando la dificultad de su centralización, y además del esfuerzo simultáneo de las fuerzas auxiliares, descentralizadas o no. Pudiera entenderse que un piso superior de la conspiración le apostó a varios gallos a la vez, esperando definirse por el que mejor prosperara.
Y la vertiente humana, donde la pulcritud abstracta de los planes habla de la cobertura casi milimétrica de los aspectos técnicos, muy pocas veces considerando los niveles de resistencia y la capacidad de respuesta de los contrincantes.
De esto hablaremos mejor más adelante, pero semejante grado de tecnicismo también nos habla de una dramática descompensación del contenido político: todos hablando a la vez (aumentando la bulla conspirativa y la atención/captación informativa en materia de contrainteligencia); todos presentando claros síntomas de ansiedad y expectativa incauta. Se llenó el gallinero de gallos, y las gallinas se fueron a la gallera.
Queda claro que así como Pompeo se lamenta de la cantidad de arribistas políticos que se querrán llamar "presidente" en la oposición política, también se refleja, en todas sus letras, en la conspiración militar. El exceso de iniciativa produce Guaidós militares.
La tercera vertiente sería el cinismo: soñaba el golpe con tomar prácticamente dos de los batallones de mayor peso militar y de poder de fuego (el Bolívar y el Ayala), la Base Francisco de Miranda en la Carlota, el Palacio de Miraflores, trancar todos los accesos a Caracas, neutralizar la sede del FAES en Petare (al este de la ciudad), el Tribunal Supremo de Justicia, etc., en una acción envolvente sin considerar, por un instante, la población como algo que produjera preocupación por el daño, muertes y heridos. "Quemarlo todo para salvar al país", dice alias Marina, hinchado.
En la Venezuela Bolivariana ya no hace falta una embajada de los Estados Unidos cuando las del Grupo de Lima (ahora se entiende mejor la retirada abrupta del personal canadiense) y el Nuncio Apostólico, por si las cosas salen mal, ofrecen su "soberanía" como guarida.
Embajadas beligerantes que juegan el papel de retaguardia, tal como lo demuestra el resguardo de los tenientes coroneles Illich Sánchez y Soto Manzanares, hoy en día huéspedes en toda regla en la embajada panameña en Caracas, con suficiente cobertura y protección como para poder hablar en manos libres, ostentar "varios movimientos" militares y no ocultar sus ansias de matar cubanos. O el papel de salvoconducto que lo fue la chilena para desplazar a Leopoldo López desde su sede a la embajada española el 30 de abril. ¿Qué más ofrecen, cuánto de recursos logísticos se manejan?
La disposición política y operativa que suministra Colombia a estas alturas ya va de lo lastimero a lo obsceno. En América Latina no debe existir registro más infeliz y amplio de una nación que entregue tanto para ser un corredor de armas, droga, masacre social e intentos de desestabilización política. Y esto va más allá del estatuto de país vecino.
No son países lo que llevan los actuales liderazgos políticos de la región, sino pretextos. El formulario humanitario y el discurso moral que nubla la responsabilidad nacional patenta que era exactamente esta la configuración de las clases dominantes necesaria para no dejar rastro alguno, una vez más, de soberanía.
Nada tiene vida regional propia: desde el gobierno paralelo de Guaidó a los "gobiernos" de Piñera, Duque, Macri, Bolsonaro, etc. Todo lo sustenta el sistema financiero, la agenda corporativa y las instancias de la política exterior estadounidense. Ni siquiera Trump.
Parafraseando al Libertador: lo mismo es para Venezuela pelear contra España que contra las estructuras en disolución de los distintos Estados-nación del continente.
En la Operación Vuelvan Caras y sus alrededores se manifiesta un claro reflujo temporal. Ya no hablemos del sostenido intento de restauración neoliberal que ha puesto al continente casi en su totalidad bajo ese redil con su desnacionalización a grandes pasos, el total abandono poblacional, la subordinación instrumental, sin condiciones, a los poderes financieros y la humillación.
En la propia clave venezolana, quiérase o no, resuena el entramado de varios movimientos atorados, como en abril 2002, "uno de los más grotescos mamarrachos de nuestra historia" diría el difunto y complotado Jorge Olavarría.
Alias Mariscal, el ex general Báez, residente en Dominicana, y el ex vicealmirante Huizi Clavier traen también una notoria resonancia con los acontecimientos en torno al Decreto Carmona, del cual el primero de los mencionados fue signatario.
Pero no es ahí, en la superficie, donde ese pasado se jalona al presente en todo su ejercicio. Sino en el verbo florido de alias Cheo, el ex comisario de la PTJ, José Gregorio Balladares, en una reunión el 20 de junio: "Nosotros no sabemos de tácticas militares, lo nuestro es matar ladrones, vamos a estar claros", cuando en uno de los videos presentados, en el que podríamos considerar la planta baja del aparato golpista, ex funcionarios policiales piden apoyo militar para exterminar "con un regalo" a más de 60 "colectivos" en el 23 de Enero y la Parroquia Sucre.
Mientras que militares y fuerzas especiales extranjeras asumen lo magnicida del golpe apuntando contra objetivos de alto nivel, las operaciones policiales se encargan de la anonimia, de la masa, de quienes ni nombre merecen dentro de la conspiración. La lucha de clases se manifiesta en el golpe de Estado. La pobreza imaginativa también.
"Cincuenta o sesenta de un solo coñazo, eso es rapidito", soñaba alias Cheo, en una emboscada con artefacto explosivo, avisado por un francotirador en alguna azotea, para que los ex PM y ex PTJ la detonen.
No sin agregar la necesidad de más dinero, y de ostentar sus contactos "con la gente de Óscar Pérez", en Colombia, y otros que se han reunido en Estados Unidos "con la CIA".
Por lo visto ser policía de la Cuarta también es una metafísica.
De la totalidad de "clips" presentados, sólo uno, el de alias Gonzalo (Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo) carece de euforia y manifiesta algo de método y reflexión sobre la ejecución del plan y sus posibles desenlaces.
Fuera del orden cerrado, en el campo de medios y redes sociales, se perpetra el mismo pecado. "Los presidentes Iván Duque y Sebastián Piñera se anticipan a hechos violentos contra Venezuela, porque ellos son los que los alientan", denuncia Jorge Rodríguez.
No es la brillantez lo que los caracteriza, sino su posición, uno como el intermediario estrella de su país de los capitales concentrados; el otro, por no superar su condición de prótesis de Álvaro Uribe. El resto es vanidad.
El performance de Juan Guaidó, alias Lander, desactivando un "secuestro" casi en simultáneo a la rueda de prensa también ofrece un nuevo cuadrante de interpretación al considerar lo que se exponía en cadena nacional.
Pero el clímax de la soberbia, en consiguiente la autocondena, lo ofrece el teniente coronel Illich Sánchez en conversación con alias Atanasio. El tono de la conversación más que de un "movimiento" golpista parece una invitación a una parrilla en Valle Arriba.
Es más, si queremos encontrar algún paralelo en el consumo masivo venezolano, la invitación a participar a alias Atanasio en el "movimiento" recuerda al video del Capitán Nemo invitando a sus panas a lanzarse la caminata a Pozo del Cura.
Por contraste a la incontinencia y el delirio, destaca la sobriedad de los servicios de inteligencia venezolanos, y los anticuerpos, como dijera el ministro Rodríguez, de la oficialidad que arriesgó su vida para desentrañar el complejo y ruidoso entramado del golpe.
El constructo llamado Juan Guaidó pierde sostenidamente fuelle: primero asesinan al personaje con infidelidades, luego explota el escándalo de corrupción y malversación de fondos "humanitarios" tras la fallida operación del 23 de febrero en la frontera colombo-venezolana.
A Carlos Vecchio y sus adláteres se les abre una investigación por malversación en Citgo.
Todo para ellos es bajada.
En simultáneo, el mainstream norteamericano y sus subsidiarias en Miami presentan sus respectivos paquetes de promoción y mercadeo en torno a Manuel Cristopher Figuera e Iván Simonóvis, que a pesar de insistir en que padece una veintena de enfermedades crónicas, según una "exclusiva" del Diario de las Américas esto no fue impedimento para un escape no menos joliwudense que los deseos frustrados de alias Simón, Marina, Cheo o Peregrino.
En la OEA, el gobierno paralelo no consolida nada. Pierde.
Hoy en día sabemos que Figuera, luego de facturar, liberó a este último y a Leopoldo López, cobrando un extra para dejar a Baduel, el pretendido héroe del organigrama, en su celda.
Toda vez que de forma anticipada volvemos a la judicialización del conflicto designando al gobierno venezolano como una Empresa Criminal Conjunto Bolivariana cobra forma.
Los ídolos del primer semestre del año y sus marcapasos ya acusaron recibo de su verdadera fecha de vencimiento.
Pobre Elliot Abrams.
Decapitación del 95% del generalato leal al país, a la Constitución y al Gobierno. Presidentes pitonizos en la región. Comandos gringos e israelíes infiltrados. Militares de alto rango de la Cuarta República; Policías Metropolitanos y Petejotas reciclados y retomando el oficio sociopático del genocidio sistemático en el oeste de Caracas. Incendiar la capital ("quemarlo todo para salvar a Venezuela"), y la fantasía sádica de ríos de sangre por un cambio de régimen los días 23 y 24 de junio del año en curso.
Cualquiera de estos cabos pudiera ser el gran titular de la compleja, ramificada y densa estratagema de operaciones ultraviolentas y deliberadamente sanguinarias que el vicepresidente sectorial de Comunicaciones, Cultura y Turismo, Jorge Rodríguez, reveló en rueda de prensa el mediodía del 26 de junio.
1. Todos los golpes el golpe
Ya es una imprecisión hablar del golpe continuado en singular: son los golpes continuados. Un solo fin, pero amplias variaciones en los métodos tácticos, la planificación y, sobre todas las cosas, los protagonistas políticos y militares. Tomemos, por ejemplo, el caso del general de brigada Eduardo José Báez, alias Mariscal para los efectos prácticos, director de lo macro de la denominada Operación Vuelvan Caras. Del Golpe Azul de 2015 a lo revelado en junio de 2019. Cuatro años de participación e insistencia.Pero estas continuidades no hablan ni describen armonización, coherencia operativa consistente, ni preocupación genuina por el estado del país: hablan de sangre y precipitación. Hoy por hoy sabemos que, de acuerdo a las revelaciones, que sobre el papel una sola variable tenía forma exacta y consistencia: tres grupos de asalto y un subgrupo encargado de aspectos técnicos fundamentales que debería operar doce horas antes de "la hora H", asaltando el Banco Central de Venezuela (BCV) para hacerse con el parque y derribando dos antenas en dos extremos de la capital, más un comando especial, suerte de micro legión extranjera.
Pero este grupo no puede tener la última palabra sobre la unidad colombiana compuesta por efectivos israelíes, norteamericanos, colombianos bajo el presunto mandato del genera Clíver Alcalá Cordones. Mucho menos por la infeliz y poco probable efectividad del grupo de Sargentos Garcías, ex Policías Metropolitanos (PM) y ex Policía Técnica Judicial (PTJ) que pretendían encargarse de contener al oeste de Caracas.
Un golpe ("Vuelvan Caras, Baduel presidente") dentro de un golpe (en palabras de alias Marina, general de brigada Miguel Carmelo Sisco, resignado con Guaidó y delegado por Báez, en algún punto, como comandante de toda la operación) dentro de uno más, cual muñeca rusa: el golpe privado/privatizado de Leopoldo López del pasado 30 de abril. ¿Dónde queda entonces la Operación Libertad?
Esta tragicomedia de enredos ofrecen dos vertientes, una teórica y la otra profunda (y estúpidamente) humana. En lo teórico, porque el propio Manual de Campo 3-05.201 de Guerra No Convencional de las Fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses habla de múltiples enlaces (linkups) acentuando la dificultad de su centralización, y además del esfuerzo simultáneo de las fuerzas auxiliares, descentralizadas o no. Pudiera entenderse que un piso superior de la conspiración le apostó a varios gallos a la vez, esperando definirse por el que mejor prosperara.
Y la vertiente humana, donde la pulcritud abstracta de los planes habla de la cobertura casi milimétrica de los aspectos técnicos, muy pocas veces considerando los niveles de resistencia y la capacidad de respuesta de los contrincantes.
De esto hablaremos mejor más adelante, pero semejante grado de tecnicismo también nos habla de una dramática descompensación del contenido político: todos hablando a la vez (aumentando la bulla conspirativa y la atención/captación informativa en materia de contrainteligencia); todos presentando claros síntomas de ansiedad y expectativa incauta. Se llenó el gallinero de gallos, y las gallinas se fueron a la gallera.
Queda claro que así como Pompeo se lamenta de la cantidad de arribistas políticos que se querrán llamar "presidente" en la oposición política, también se refleja, en todas sus letras, en la conspiración militar. El exceso de iniciativa produce Guaidós militares.
La tercera vertiente sería el cinismo: soñaba el golpe con tomar prácticamente dos de los batallones de mayor peso militar y de poder de fuego (el Bolívar y el Ayala), la Base Francisco de Miranda en la Carlota, el Palacio de Miraflores, trancar todos los accesos a Caracas, neutralizar la sede del FAES en Petare (al este de la ciudad), el Tribunal Supremo de Justicia, etc., en una acción envolvente sin considerar, por un instante, la población como algo que produjera preocupación por el daño, muertes y heridos. "Quemarlo todo para salvar al país", dice alias Marina, hinchado.
2. Un golpe global contra las estructuras y las figuras locales
La trama conspirativa sólo es endógena en la medida en que se trata de un puñado de oficiales retirados y unos cuantos jóvenes con complejo de Ricky Martin con poder de fuego que le confieren "color local" a un enorme movimiento que pone a disposición absolutamente todo, desde afuera.En la Venezuela Bolivariana ya no hace falta una embajada de los Estados Unidos cuando las del Grupo de Lima (ahora se entiende mejor la retirada abrupta del personal canadiense) y el Nuncio Apostólico, por si las cosas salen mal, ofrecen su "soberanía" como guarida.
Embajadas beligerantes que juegan el papel de retaguardia, tal como lo demuestra el resguardo de los tenientes coroneles Illich Sánchez y Soto Manzanares, hoy en día huéspedes en toda regla en la embajada panameña en Caracas, con suficiente cobertura y protección como para poder hablar en manos libres, ostentar "varios movimientos" militares y no ocultar sus ansias de matar cubanos. O el papel de salvoconducto que lo fue la chilena para desplazar a Leopoldo López desde su sede a la embajada española el 30 de abril. ¿Qué más ofrecen, cuánto de recursos logísticos se manejan?
La disposición política y operativa que suministra Colombia a estas alturas ya va de lo lastimero a lo obsceno. En América Latina no debe existir registro más infeliz y amplio de una nación que entregue tanto para ser un corredor de armas, droga, masacre social e intentos de desestabilización política. Y esto va más allá del estatuto de país vecino.
No son países lo que llevan los actuales liderazgos políticos de la región, sino pretextos. El formulario humanitario y el discurso moral que nubla la responsabilidad nacional patenta que era exactamente esta la configuración de las clases dominantes necesaria para no dejar rastro alguno, una vez más, de soberanía.
Nada tiene vida regional propia: desde el gobierno paralelo de Guaidó a los "gobiernos" de Piñera, Duque, Macri, Bolsonaro, etc. Todo lo sustenta el sistema financiero, la agenda corporativa y las instancias de la política exterior estadounidense. Ni siquiera Trump.
Parafraseando al Libertador: lo mismo es para Venezuela pelear contra España que contra las estructuras en disolución de los distintos Estados-nación del continente.
3. El (fallido) retorno de la Cuarta: lo sistémico
Nuevamente, si algo se esclarece en este proceso inédito en la región no es sólo la batalla territorial, digamos geográfica, espacial, sino también contra el tiempo histórico.En la Operación Vuelvan Caras y sus alrededores se manifiesta un claro reflujo temporal. Ya no hablemos del sostenido intento de restauración neoliberal que ha puesto al continente casi en su totalidad bajo ese redil con su desnacionalización a grandes pasos, el total abandono poblacional, la subordinación instrumental, sin condiciones, a los poderes financieros y la humillación.
En la propia clave venezolana, quiérase o no, resuena el entramado de varios movimientos atorados, como en abril 2002, "uno de los más grotescos mamarrachos de nuestra historia" diría el difunto y complotado Jorge Olavarría.
Alias Mariscal, el ex general Báez, residente en Dominicana, y el ex vicealmirante Huizi Clavier traen también una notoria resonancia con los acontecimientos en torno al Decreto Carmona, del cual el primero de los mencionados fue signatario.
Pero no es ahí, en la superficie, donde ese pasado se jalona al presente en todo su ejercicio. Sino en el verbo florido de alias Cheo, el ex comisario de la PTJ, José Gregorio Balladares, en una reunión el 20 de junio: "Nosotros no sabemos de tácticas militares, lo nuestro es matar ladrones, vamos a estar claros", cuando en uno de los videos presentados, en el que podríamos considerar la planta baja del aparato golpista, ex funcionarios policiales piden apoyo militar para exterminar "con un regalo" a más de 60 "colectivos" en el 23 de Enero y la Parroquia Sucre.
Mientras que militares y fuerzas especiales extranjeras asumen lo magnicida del golpe apuntando contra objetivos de alto nivel, las operaciones policiales se encargan de la anonimia, de la masa, de quienes ni nombre merecen dentro de la conspiración. La lucha de clases se manifiesta en el golpe de Estado. La pobreza imaginativa también.
"Cincuenta o sesenta de un solo coñazo, eso es rapidito", soñaba alias Cheo, en una emboscada con artefacto explosivo, avisado por un francotirador en alguna azotea, para que los ex PM y ex PTJ la detonen.
No sin agregar la necesidad de más dinero, y de ostentar sus contactos "con la gente de Óscar Pérez", en Colombia, y otros que se han reunido en Estados Unidos "con la CIA".
Por lo visto ser policía de la Cuarta también es una metafísica.
4. Soberbia y contrainteligencia
Catorce meses y cincuenta y seis horas de video ya dicen bastante. En la pretendida compartimentación de la información, en el orden cerrado de la conspiración, todos hablan, y mucho. Todos tienen "ideas", y muchas. Es el signo general de cuánto se dicen entre ellos. Nadie se mide: hay un sentido del goce imaginativo. Están seguros, confiados.De la totalidad de "clips" presentados, sólo uno, el de alias Gonzalo (Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo) carece de euforia y manifiesta algo de método y reflexión sobre la ejecución del plan y sus posibles desenlaces.
Fuera del orden cerrado, en el campo de medios y redes sociales, se perpetra el mismo pecado. "Los presidentes Iván Duque y Sebastián Piñera se anticipan a hechos violentos contra Venezuela, porque ellos son los que los alientan", denuncia Jorge Rodríguez.
No es la brillantez lo que los caracteriza, sino su posición, uno como el intermediario estrella de su país de los capitales concentrados; el otro, por no superar su condición de prótesis de Álvaro Uribe. El resto es vanidad.
El performance de Juan Guaidó, alias Lander, desactivando un "secuestro" casi en simultáneo a la rueda de prensa también ofrece un nuevo cuadrante de interpretación al considerar lo que se exponía en cadena nacional.
Pero el clímax de la soberbia, en consiguiente la autocondena, lo ofrece el teniente coronel Illich Sánchez en conversación con alias Atanasio. El tono de la conversación más que de un "movimiento" golpista parece una invitación a una parrilla en Valle Arriba.
Es más, si queremos encontrar algún paralelo en el consumo masivo venezolano, la invitación a participar a alias Atanasio en el "movimiento" recuerda al video del Capitán Nemo invitando a sus panas a lanzarse la caminata a Pozo del Cura.
Por contraste a la incontinencia y el delirio, destaca la sobriedad de los servicios de inteligencia venezolanos, y los anticuerpos, como dijera el ministro Rodríguez, de la oficialidad que arriesgó su vida para desentrañar el complejo y ruidoso entramado del golpe.
5. Cambio de agenda y el fin de Guaidó
¿En qué momento político se enseña al público la frustrada trama conspirativa? ¿Cuál es el timing en relación con la última, infeliz e improductiva aventura imperial?El constructo llamado Juan Guaidó pierde sostenidamente fuelle: primero asesinan al personaje con infidelidades, luego explota el escándalo de corrupción y malversación de fondos "humanitarios" tras la fallida operación del 23 de febrero en la frontera colombo-venezolana.
A Carlos Vecchio y sus adláteres se les abre una investigación por malversación en Citgo.
Todo para ellos es bajada.
En simultáneo, el mainstream norteamericano y sus subsidiarias en Miami presentan sus respectivos paquetes de promoción y mercadeo en torno a Manuel Cristopher Figuera e Iván Simonóvis, que a pesar de insistir en que padece una veintena de enfermedades crónicas, según una "exclusiva" del Diario de las Américas esto no fue impedimento para un escape no menos joliwudense que los deseos frustrados de alias Simón, Marina, Cheo o Peregrino.
En la OEA, el gobierno paralelo no consolida nada. Pierde.
Hoy en día sabemos que Figuera, luego de facturar, liberó a este último y a Leopoldo López, cobrando un extra para dejar a Baduel, el pretendido héroe del organigrama, en su celda.
Toda vez que de forma anticipada volvemos a la judicialización del conflicto designando al gobierno venezolano como una Empresa Criminal Conjunto Bolivariana cobra forma.
Los ídolos del primer semestre del año y sus marcapasos ya acusaron recibo de su verdadera fecha de vencimiento.
Pobre Elliot Abrams.
Asesinatos de líderes y planes para "intervenir Venezuela": las confesiones de un sicario
El presidente de la
Asamblea Nacional Constituyente Diosdado Cabello emitió su programa Con
el Mazo Dando una confesión hecha por José González León, alias Bola
Ocho, mercenario implicado en el intento de golpe militar el 30 de
abril. Estuvo en el Distribuidor Altamira junto a francotiradores.
De hecho, según la información publicada, González León es un
francotirador formado en Israel y experto en explosivos. En 2018 fue
capturado en posesión de artefactos explosivos con intenciones de
detonar dos niples en el terminal La Bandera de Caracas.
Debido a su captura por parte de las autoridades de seguridad e inteligencia nacionales, conoció al diputado Renzo Prieto en las instalaciones de El Helicoide, que forma parte del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN).
El mencionado diputado forma parte de la estructura partidista de Voluntad Popular, quien fue liberado a principios de 2018 luego de ser apresado en 2014 por involucrarse en la revolución de color, plan mejor conocido como "La Salida". Él y Delsa Solórzano contrataron a alias Bola Ocho, según su confesión, para asesinar a Freddy Bernal y a Valentín Santana, líder del colectivo La Piedrita del 23 de Enero (Caracas). Por cada cabeza, los diputados pagarían 10 mil dólares.
González León dijo que, entre los complotados de la intentona golpista del 30A, estaban principalmente Leopoldo López, Juan Guaidó, María Corina Machado, Renzo Prieto, Delsa Solórzano, Ramón Flores, Wilmer Azuaje. También participaron algunos concejales de Chacao, sin dar detalles. La información confirma, asimismo, que ese nuevo Día D fue un desarticulado "golpe privado" de López, en el que ninguno de los participantes de la desmontada Operación Vuelvan Caras tomó acción.
Dice el francotirador en el video presentado por Cabello que fue enviado a Colombia y contactado con Humberto Calderón Berti, quien en estos momentos es el "embajador de Guaidó" en el país vecino, y con Diego Villamizar, este último mano derecha de Álvaro Uribe.
Sigue alias Bola Ocho que lo contactaron con "el señor Felipe", un
nombre en código para el supuesto jefe de inteligencia del ejército
colombiano, quien según el relato recoge información, consigue armamento
y reclutas con la intención de, en sus palabras, "intervenir en
Venezuela".
Aunque muy probablemente no se entrevistara con un oficial de ese rango, en efecto puede tratarse del coordinador de operaciones irregulares en Colombia para Venezuela.
Junto a los militares desertores de la Fuerza Armanda Nacional Bolivariana (FANB) y mercenarios paramilitares, el plan era tomar San Antonio del Táchira con una suerte de ejército venezolano en el extranjero.
Esto confirmaría el hecho de que Colombia, hoy "socio global" de la OTAN, sirve como cabeza de playa para acciones de violencia irregular y paramilitarizada contra la estabilidad de Venezuela. Norte de Santander fue el epicentro del 23F (fallido ingreso por la fuerza de la "ayuda humanitaria") y del entrenamiento de los sicarios que intentaron asesinar al presidente Nicolás Maduro vía drones explosivos.
En ese sentido, fue beneficioso no sólo la recaptura de José González León por las declaraciones confesadas, sino también la detención de Roberto Marrero, mano derecha de Guaidó que coordinaba el ingreso al país de células terroristas entrenadas en Colombia, quienes planificaban atentados y sicariatos políticos contra el chavismo.
La implicación del gobierno colombiano, hoy liderado por el uribismo, en los planes de magnicidio, golpe de Estado y guerra en Venezuela se hace cada vez más evidente.
Debido a su captura por parte de las autoridades de seguridad e inteligencia nacionales, conoció al diputado Renzo Prieto en las instalaciones de El Helicoide, que forma parte del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN).
El mencionado diputado forma parte de la estructura partidista de Voluntad Popular, quien fue liberado a principios de 2018 luego de ser apresado en 2014 por involucrarse en la revolución de color, plan mejor conocido como "La Salida". Él y Delsa Solórzano contrataron a alias Bola Ocho, según su confesión, para asesinar a Freddy Bernal y a Valentín Santana, líder del colectivo La Piedrita del 23 de Enero (Caracas). Por cada cabeza, los diputados pagarían 10 mil dólares.
González León dijo que, entre los complotados de la intentona golpista del 30A, estaban principalmente Leopoldo López, Juan Guaidó, María Corina Machado, Renzo Prieto, Delsa Solórzano, Ramón Flores, Wilmer Azuaje. También participaron algunos concejales de Chacao, sin dar detalles. La información confirma, asimismo, que ese nuevo Día D fue un desarticulado "golpe privado" de López, en el que ninguno de los participantes de la desmontada Operación Vuelvan Caras tomó acción.
Dice el francotirador en el video presentado por Cabello que fue enviado a Colombia y contactado con Humberto Calderón Berti, quien en estos momentos es el "embajador de Guaidó" en el país vecino, y con Diego Villamizar, este último mano derecha de Álvaro Uribe.
Diego Villamizar junto a Álvaro Uribe en Cúcuta
Aunque muy probablemente no se entrevistara con un oficial de ese rango, en efecto puede tratarse del coordinador de operaciones irregulares en Colombia para Venezuela.
Junto a los militares desertores de la Fuerza Armanda Nacional Bolivariana (FANB) y mercenarios paramilitares, el plan era tomar San Antonio del Táchira con una suerte de ejército venezolano en el extranjero.
Esto confirmaría el hecho de que Colombia, hoy "socio global" de la OTAN, sirve como cabeza de playa para acciones de violencia irregular y paramilitarizada contra la estabilidad de Venezuela. Norte de Santander fue el epicentro del 23F (fallido ingreso por la fuerza de la "ayuda humanitaria") y del entrenamiento de los sicarios que intentaron asesinar al presidente Nicolás Maduro vía drones explosivos.
En ese sentido, fue beneficioso no sólo la recaptura de José González León por las declaraciones confesadas, sino también la detención de Roberto Marrero, mano derecha de Guaidó que coordinaba el ingreso al país de células terroristas entrenadas en Colombia, quienes planificaban atentados y sicariatos políticos contra el chavismo.
La implicación del gobierno colombiano, hoy liderado por el uribismo, en los planes de magnicidio, golpe de Estado y guerra en Venezuela se hace cada vez más evidente.
Exjefe del SEBIN se esconde en EE.UU. tras el fallido intento de golpe en Venezuela
Publicado: 26 jun 2019 01:52 GMT | Última actualización: 26 jun 2019 02:16 GMT - RT
En una entrevista, quien fuera el principal
funcionario de seguridad del gobierno de Nicolás Maduro dice que su
esposa estaba en Miami el día del frustrado alzamiento, y que dos meses
antes había sostenido reuniones con el FBI en Puerto Rico.
Manuel
Cristopher Figuera, uno de los principales integrantes del intento de
golpe de Estado del 30 de abril contra el presidente venezolano Nicolás
Maduro, se encuentra hoy en EE.UU., reveló una entrevista publicada por The Washington Post.
La publicación sostiene que Figuera, quien se desempeñaba como jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), habría llegado a ese país a través de Colombia, después de participar en la intentona junto a opositores como Leopoldo López y Juan Guaidó.
Además, en la entrevista acusa al Gobierno venezolano de dar albergue a supuestas células del Hezbolá, y dice estar en posesión de supuestos secretos que conoció a su paso de seis meses por el órgano de Inteligencia.
Otra afirmación relevante, en la entrevista, es que el otrora jefe de los servicios de inteligencia de Maduro afirma que su esposa, Bárbara Reinefeld, se encontraba en Miami el día del intento de golpe en Venezuela, después de haber sostenido reuniones con el FBI dos meses antes en Puerto Rico.
Asimismo, aseguró que un alto funcionario de la Administración de Trump sabía sobre el levantamiento, que se reunió con ella en Washington y hasta le dio garantías de que él, su esposo, estaría seguro una vez que llegara a Colombia.
La publicación sostiene que Figuera, quien se desempeñaba como jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), habría llegado a ese país a través de Colombia, después de participar en la intentona junto a opositores como Leopoldo López y Juan Guaidó.
Además, en la entrevista acusa al Gobierno venezolano de dar albergue a supuestas células del Hezbolá, y dice estar en posesión de supuestos secretos que conoció a su paso de seis meses por el órgano de Inteligencia.
Otra afirmación relevante, en la entrevista, es que el otrora jefe de los servicios de inteligencia de Maduro afirma que su esposa, Bárbara Reinefeld, se encontraba en Miami el día del intento de golpe en Venezuela, después de haber sostenido reuniones con el FBI dos meses antes en Puerto Rico.
Asimismo, aseguró que un alto funcionario de la Administración de Trump sabía sobre el levantamiento, que se reunió con ella en Washington y hasta le dio garantías de que él, su esposo, estaría seguro una vez que llegara a Colombia.
Corrupción, tutelaje y el triángulo de Almagro, Pompeo y Guaidó
En días pasados, el
secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) Luis
Almagro, expuso vía Twitter su evidente malestar y la necesidad de
investigar los posibles actos de corrupción por el desvío y mal manejo
de los recursos suministrados para la atención de los venezolanos
migrantes en Cúcuta por parte del equipo político del presidente
autoproclamado de Venezuela, Juan Guaidó.
El Twitter del Sr. Almagro está enmarcado dentro de la denuncia expuesta por PanAm Post, el pasado 14 de junio, donde se realizan señalamientos del manejo de los recursos donados para la llamada "ayuda humanitaria". Una operación justificadora de la intervención contra Venezuela por parte de los Estados Unidos, Unión Europea y los gobiernos asociados al Grupo de Lima, pero tiene igualmente como antecedente la "filtración" expuesta por The Washington Post el 4 de junio: la conversación del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, donde expone las dificultades de unificar a la oposición venezolana donde existen "40 candidatos a Presidente".
Ambas situaciones parecieran querer hacer público y notorio el evidente malestar por parte de los organizadores (o mejor dicho, titiriteros) de la operación contra Venezuela y contra su gobierno socialista conducido por el presidente Nicolás Maduro.
El secretario general de la OEA expone la necesidad que los posibles hechos de corrupción deban ser investigados, como intentando desmarcarse de los posibles actos de desvío y mal manejo de fondos por parte de un liderazgo político, del cual él es uno de sus "padres fundadores".
Asimismo, se denota la "falla de origen" de la operación contra Venezuela, la cual ha desembocado en un fracaso sin precedentes, dañando la reputación de los operadores políticos de los Estados Unidos, la Unión Europea (con España a la cabeza), Colombia, Chile, Perú, Argentina, Brasil y otros menos visibles pero inocultables protagonistas de una maniobra de "cambio de régimen" y del intento de destrucción de la soberanía de un país independiente.
Pero, ¿qué oculta la preocupación del Sr. Almagro por los fondos asignados para la "ayuda humanitaria" sabiendo él que esos fondos fueron asignados para impulsar y concretar un golpe de Estado? Cuando los fondos asignados para un golpe de Estado, como los entregados al "Presidente Interino" (sin institucionalidad alguna, sin aparato estatal que lo respalde), ¿pueden tener algún control auditable para que justifique la preocupación de los titiriteros centrales de la operación contra Venezuela?
La denuncia contra la elite opositora por ineficiente y corrupta y la construcción mediática de una "conducción chavista" incapaz de gobernar por ser socialistas, corrompida, violadora de derechos humanos y un largo etcétera, significa la justificación de crear una instancia llamada Comité, Grupo o Comisión que gobierne los destinos de Venezuela como nación, es decir, institucionalizar un Comité Internacional como los existentes en países devastados por conflictos civiles o desastres naturales.
Hasta dónde tanta preocupación, no es otra cosa que justificar la implementación de una institucionalidad internacional que, utilizando como modelo la "Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala", termine socavando la capacidad del Estado en tomar sus propias decisiones, instancia que tendría el poder de veto que le da el velar por los intereses de la "Comunidad Internacional Neoliberal".
Hay que recordar que los Estados Unidos han proyectado que Venezuela, y en extensión a toda la región del Caribe incluyendo Centroamérica, es una zona con poca capacidad institucional para poder resolver, en forma autónoma e independiente, sus problemas nacionales y desafíos futuros, por tal necesitan ser tuteladas sus políticas de gobierno.
El contexto actual de los países de la región como la crisis política y económica en Venezuela, la migratoria en Centroamérica y México, la situación social de Haití, la profundización del tráfico de drogas en Colombia, entre otras situaciones, son demostraciones a los ojos de la elite gobernante estadounidense, de la imposibilidad de tener gobiernos estables y autosostenibles, generándose la necesidad de conformar una zona con soberanía limitada y controlada por los Estados Unidos.
La preocupación manifiesta del secretario general de la OEA, Luis Almagro, como las de otros voceros internacionales de la política contra Venezuela, parece desembocar en la necesidad de intervención, control territorial y posterior tutela gubernamental; no quieren al chavismo, pero tampoco a sus propios agentes, creados y amamantados por ellos mismos; quieren el control directo, sin intermediarios.
Con las últimas denuncias, parecen decirles a sus títeres: "No se vistan que no van".
El Twitter del Sr. Almagro está enmarcado dentro de la denuncia expuesta por PanAm Post, el pasado 14 de junio, donde se realizan señalamientos del manejo de los recursos donados para la llamada "ayuda humanitaria". Una operación justificadora de la intervención contra Venezuela por parte de los Estados Unidos, Unión Europea y los gobiernos asociados al Grupo de Lima, pero tiene igualmente como antecedente la "filtración" expuesta por The Washington Post el 4 de junio: la conversación del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, donde expone las dificultades de unificar a la oposición venezolana donde existen "40 candidatos a Presidente".
Ambas situaciones parecieran querer hacer público y notorio el evidente malestar por parte de los organizadores (o mejor dicho, titiriteros) de la operación contra Venezuela y contra su gobierno socialista conducido por el presidente Nicolás Maduro.
El secretario general de la OEA expone la necesidad que los posibles hechos de corrupción deban ser investigados, como intentando desmarcarse de los posibles actos de desvío y mal manejo de fondos por parte de un liderazgo político, del cual él es uno de sus "padres fundadores".
Asimismo, se denota la "falla de origen" de la operación contra Venezuela, la cual ha desembocado en un fracaso sin precedentes, dañando la reputación de los operadores políticos de los Estados Unidos, la Unión Europea (con España a la cabeza), Colombia, Chile, Perú, Argentina, Brasil y otros menos visibles pero inocultables protagonistas de una maniobra de "cambio de régimen" y del intento de destrucción de la soberanía de un país independiente.
Pero, ¿qué oculta la preocupación del Sr. Almagro por los fondos asignados para la "ayuda humanitaria" sabiendo él que esos fondos fueron asignados para impulsar y concretar un golpe de Estado? Cuando los fondos asignados para un golpe de Estado, como los entregados al "Presidente Interino" (sin institucionalidad alguna, sin aparato estatal que lo respalde), ¿pueden tener algún control auditable para que justifique la preocupación de los titiriteros centrales de la operación contra Venezuela?
"No se vistan que no van"Desde hace un tiempo se viene discutiendo dentro de los tanques de pensamiento que los venezolanos no son capaces de manejar la inmensa riqueza que la providencia les dio. Por tal, se necesita tutelar su soberanía para que otros (más capacitados y extranjeros) manejen dichos recursos.
La denuncia contra la elite opositora por ineficiente y corrupta y la construcción mediática de una "conducción chavista" incapaz de gobernar por ser socialistas, corrompida, violadora de derechos humanos y un largo etcétera, significa la justificación de crear una instancia llamada Comité, Grupo o Comisión que gobierne los destinos de Venezuela como nación, es decir, institucionalizar un Comité Internacional como los existentes en países devastados por conflictos civiles o desastres naturales.
Hasta dónde tanta preocupación, no es otra cosa que justificar la implementación de una institucionalidad internacional que, utilizando como modelo la "Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala", termine socavando la capacidad del Estado en tomar sus propias decisiones, instancia que tendría el poder de veto que le da el velar por los intereses de la "Comunidad Internacional Neoliberal".
Hay que recordar que los Estados Unidos han proyectado que Venezuela, y en extensión a toda la región del Caribe incluyendo Centroamérica, es una zona con poca capacidad institucional para poder resolver, en forma autónoma e independiente, sus problemas nacionales y desafíos futuros, por tal necesitan ser tuteladas sus políticas de gobierno.
El contexto actual de los países de la región como la crisis política y económica en Venezuela, la migratoria en Centroamérica y México, la situación social de Haití, la profundización del tráfico de drogas en Colombia, entre otras situaciones, son demostraciones a los ojos de la elite gobernante estadounidense, de la imposibilidad de tener gobiernos estables y autosostenibles, generándose la necesidad de conformar una zona con soberanía limitada y controlada por los Estados Unidos.
La preocupación manifiesta del secretario general de la OEA, Luis Almagro, como las de otros voceros internacionales de la política contra Venezuela, parece desembocar en la necesidad de intervención, control territorial y posterior tutela gubernamental; no quieren al chavismo, pero tampoco a sus propios agentes, creados y amamantados por ellos mismos; quieren el control directo, sin intermediarios.
Con las últimas denuncias, parecen decirles a sus títeres: "No se vistan que no van".
El medio estadounidense The Washington Post publicó recientemente un artículo bajo la pluma de John Hudson,
en el cual reseña como fuentes a funcionarios de la gestión de Donald
Trump, quienes habrían declarado de manera anónima sobre algunas
situaciones tras bastidores en la cima del poder político en Washington.
Hudson se refiere a la "frustración" de Trump por los resultados de la estrategia de su equipo en Venezuela, aludiendo una reunión cerrada entre Trump y sus funcionarios luego del 30 de abril.
John Bolton y compañía habrían sido "engañados" por la oposición venezolana y funcionarios del gobierno del presidente Nicolás Maduro, que presuntamente habrían sido cooptados para dar un golpe en contra del mandatario venezolano.
Según las fuentes de Hudson, la Casa Blanca, el asesor de seguridad nacional John Bolton y su director de política latinoamericana, Mauricio Claver-Carone, "se jugaron mucho con la oposición venezolana".
La referencia apunta al balance de los eventos del 30 de abril. Según la publicación, Trump habría "reprendido a su personal" ante los resultados de ese día. La Casa Blanca "había recibido garantías de la oposición" de que muchos en los escalones superiores de la FANB y el gobierno se habían comprometido a cambiar de bando para actuar en un golpe de Estado.
Este señalamiento podría evidenciar la posibilidad de que Washington actuó sobre falsas informaciones y expectativas creadas por la dirigencia antichavista venezolana. Este club de políticos está compuesto por políticos profesionales que durante años han obtenido recursos y prebendas de la elite económica venezolana y de otras administraciones en la Casa Blanca, a expensas de grandes promesas que no se han concretado.
La publicación remarca que la estrategia golpista contra Venezuela fracasó y apunta al fallido golpe del 30 de abril como un punto de inflexión. La "frustración" de Trump tuvo que ver con que "nadie atendió el llamado" de Guaidó.
Sin embargo, la Administración Trump podría estar reacomodando su estrategia en la nación caribeña, tal como puede inferirse de las declaraciones del vocero del Consejo de Seguridad Nacional, Garrett Marquis, y otros funcionarios citados por Hudson. "Los Estados Unidos nunca dijeron que su esfuerzo en Venezuela se limitaría a una ronda", dijo otro alto funcionario. "La política de máxima presión de la administración se basa en la coherencia y la disciplina para lograr el objetivo final", agregó.
El rediseño de la estrategia sobre Venezuela tendría continuidad mediante las modalidades de presión que Washington está ejecutando consistentemente por medio de acciones coercitivas de bloqueo económico y político sobre el país.
En el caso del manejo público del tema, es una señal sumamente notoria que las vocerías hayan bajado en su frecuencia al referirse a Venezuela mientras Trump, probablemente, continúa delegando en sus burócratas un reacomodo de su agenda destituyente en el país petrolero. O al menos ese parece ser el caso, como lo reseña The Washington Post en el titular de su publicación: "Trump pierde la paciencia y el interés en el tema".
En ese sentido, es un hecho que Trump, progresivamente, ha tomado distancia del tema Venezuela en las últimas semanas, mediante el cese de declaraciones, tweets y referencias al caso. El mandatario estadounidense podría estar ejecutando un repliegue táctico y haciendo un control de daños gestionando su propia vocería y, además de ello, concentrando su atención en Irán, tal como ha ocurrido recientemente.
Es también probable que la Casa Blanca esté haciendo un rediseño de su esquema temático de relaciones exteriores, polarizando su política interna y creando un enemigo visible en el Golfo Pérsico, centralizando todo su aparataje sobre Irán a las puertas de un probable conflicto bélico y en una trama de recrudecimiento de las tensiones a niveles sin precedentes. Esto de cara a la campaña electoral para el año 2020.
En síntesis, mientras el chavismo y la oposición venezolana se han reunido en Noruega en los últimos meses y se ha confirmado un nuevo acercamiento, ahora en Suecia, Washington ha preferido un desvío de la atención concentrándose en el foco de inestabilidad preferido de las últimas administraciones de la Oficina Oval.
Hudson se refiere a la "frustración" de Trump por los resultados de la estrategia de su equipo en Venezuela, aludiendo una reunión cerrada entre Trump y sus funcionarios luego del 30 de abril.
John Bolton y compañía habrían sido "engañados" por la oposición venezolana y funcionarios del gobierno del presidente Nicolás Maduro, que presuntamente habrían sido cooptados para dar un golpe en contra del mandatario venezolano.
Según las fuentes de Hudson, la Casa Blanca, el asesor de seguridad nacional John Bolton y su director de política latinoamericana, Mauricio Claver-Carone, "se jugaron mucho con la oposición venezolana".
La referencia apunta al balance de los eventos del 30 de abril. Según la publicación, Trump habría "reprendido a su personal" ante los resultados de ese día. La Casa Blanca "había recibido garantías de la oposición" de que muchos en los escalones superiores de la FANB y el gobierno se habían comprometido a cambiar de bando para actuar en un golpe de Estado.
Este señalamiento podría evidenciar la posibilidad de que Washington actuó sobre falsas informaciones y expectativas creadas por la dirigencia antichavista venezolana. Este club de políticos está compuesto por políticos profesionales que durante años han obtenido recursos y prebendas de la elite económica venezolana y de otras administraciones en la Casa Blanca, a expensas de grandes promesas que no se han concretado.
La publicación remarca que la estrategia golpista contra Venezuela fracasó y apunta al fallido golpe del 30 de abril como un punto de inflexión. La "frustración" de Trump tuvo que ver con que "nadie atendió el llamado" de Guaidó.
Desarticulación y reacomodo de la estrategia contra Venezuela
La publicación del Washington Post señala que el desbarajuste momentáneo en la estrategia de golpe violento en Venezuela desmembró las estimaciones y proyecciones sobre el devenir político de la nación petrolera.Washington ha preferido un desvío de la atención concentrándose en IránA inicios de enero, se pensaba que al presidente Maduro "le quedaban semanas en el cargo", pero al día de hoy, "hay pocos indicios de que esté inminentemente en camino de salir, o que la administración de Trump tenga una estrategia coherente para eliminarlo", señala el artículo.
Sin embargo, la Administración Trump podría estar reacomodando su estrategia en la nación caribeña, tal como puede inferirse de las declaraciones del vocero del Consejo de Seguridad Nacional, Garrett Marquis, y otros funcionarios citados por Hudson. "Los Estados Unidos nunca dijeron que su esfuerzo en Venezuela se limitaría a una ronda", dijo otro alto funcionario. "La política de máxima presión de la administración se basa en la coherencia y la disciplina para lograr el objetivo final", agregó.
El rediseño de la estrategia sobre Venezuela tendría continuidad mediante las modalidades de presión que Washington está ejecutando consistentemente por medio de acciones coercitivas de bloqueo económico y político sobre el país.
En el caso del manejo público del tema, es una señal sumamente notoria que las vocerías hayan bajado en su frecuencia al referirse a Venezuela mientras Trump, probablemente, continúa delegando en sus burócratas un reacomodo de su agenda destituyente en el país petrolero. O al menos ese parece ser el caso, como lo reseña The Washington Post en el titular de su publicación: "Trump pierde la paciencia y el interés en el tema".
En ese sentido, es un hecho que Trump, progresivamente, ha tomado distancia del tema Venezuela en las últimas semanas, mediante el cese de declaraciones, tweets y referencias al caso. El mandatario estadounidense podría estar ejecutando un repliegue táctico y haciendo un control de daños gestionando su propia vocería y, además de ello, concentrando su atención en Irán, tal como ha ocurrido recientemente.
Es también probable que la Casa Blanca esté haciendo un rediseño de su esquema temático de relaciones exteriores, polarizando su política interna y creando un enemigo visible en el Golfo Pérsico, centralizando todo su aparataje sobre Irán a las puertas de un probable conflicto bélico y en una trama de recrudecimiento de las tensiones a niveles sin precedentes. Esto de cara a la campaña electoral para el año 2020.
En síntesis, mientras el chavismo y la oposición venezolana se han reunido en Noruega en los últimos meses y se ha confirmado un nuevo acercamiento, ahora en Suecia, Washington ha preferido un desvío de la atención concentrándose en el foco de inestabilidad preferido de las últimas administraciones de la Oficina Oval.
El pueblo de Venezuela se prepara así contra una invasión militar (fotos)
©
Sputnik / Esther Yáñez Illescas
00:00 19.06.2019URL corto - SPUTNIK NEWS