8 de marzo: ¿Por qué las mujeres en América Latina hacen huelga?
CC BY-SA 4.0 / TitiNicola / Paro Internacional de Mujeres en Santa Fe 2017 - Nosotras Paramos - 8M
03:04 08.03.2019(actualizada a las 06:25 08.03.2019) SPUTNIK NEWS
Este
8 de marzo se realiza el III Paro Internacional de Mujeres porque "si
paran las mujeres, para el mundo", como reza uno de los eslóganes
acuñados desde 2017. Sputnik te acerca las razones por las que el Día
Internacional de la Mujer, es un día de lucha y reivindicación de sus
derechos.
La
acción internacional se propone denunciar la violencia machista en
todas sus formas y expresiones: sexual, social, cultural, política y
económica. Solo en 2017, en 24 países de América Latina y el Caribe,
2.800 mujeres fueron asesinadas por el simple hecho de ser mujer.
Los
objetivos por los que las mujeres marchan y se adhieren al paro son
generalmente compartidos por los movimientos en los diferentes países.
La Intersocial Feminista de Uruguay esbozó los siguientes:
Combatir la desigualdad entre los géneros, razón por la cual la mayor
parte de las personas pobres son mujeres, pues aunque realicen el mismo
trabajo que los hombres, ganan menos. Además, el trabajo doméstico
sigue siendo una carga no remunerada.
Decir basta a las "múltiples exclusiones que sufren" las
mujeres afro, rurales, trabajadoras domésticas, niñas, viejas, trans,
lesbianas, con discapacidad, migrantes, las mujeres y adolescentes
privadas de libertad.
No tolerar más femicidios, crímenes de odio, misoginia, trata ni explotación sexual.
Exigir infancias libres de abusos sexuales y violencia.
Contra el embarazo forzado, considerado una forma de tortura, más aún si es de una niña.
Por aborto libre, seguro y gratuito, y educación sexual.
En contra de la "justicia patriarcal" y de la impunidad en los casos de abusos, por un sistema de justicia capacitado y sensibilizado en género, con una dimensión étnico racial y diversidad sexual.
Este 8 de marzo habrá marchas en las principales ciudades argentinas. En Buenos Aires la marcha comenzará a las 17.30, en dirección al Congreso, por la Avenida de Mayo y calles aledañas.
México no es la excepción, allí también habrá movilizaciones en todo el país. En Ciudad de México, las mujeres se reunirán en El Ángel de la Independencia a las 16.00 y marcharán hasta el Zócalo.
Además: La historia de 'pornovenganza' que estremece a Argentina
En Chile la agenda política y social de esta semana ha estado marcada por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora; múltiples organizaciones sociales se han adherido al llamado de la Coordinadora Feminista 8M a realizar una huelga, Habrá movilizaciones en las principales ciudades del país. En Santiago de Chile será en Plaza Italia, a las 18.30.
Las huelgas feministas, que se iniciaron en 2016 con el llamado del movimiento feminista argentino, al que se fue sumando el de muchos otros países, son el testimonio del nuevo momento de la interpelación feminista que se venía fraguando en la última década.
Varios elementos pueden ayudar a una lectura de este recorrido. Uno de ellos es el análisis feminista de la complejidad y profundidad de la crisis y su impacto en las vidas y cuerpos de las mujeres. Supone hablar de la profundización de la división sexual del trabajo, de la privatización del trabajo de cuidados en el marco de las familias, con el consiguiente aumento de la carga de trabajo para las mujeres y el deterioro de las condiciones laborales de quienes los realizan (desde las mujeres en los hogares, las trabajadoras de hogar a las de los servicios sociales). Producto todo ello de la inhibición del Estado y de los hombres de esta responsabilidad.
Este análisis trata de establecer la interrelación de la producción y la reproducción social como parte del mismo proceso económico, y abre alternativas para politizar la reproducción y poner sobre la mesa la centralidad de los cuidados, con el consiguiente cambio de paradigma económico.
En definitiva se trata de aterrizar la articulación entre el patriarcado y el capitalismo racializado en el contexto neoliberal. Algunos de sus efectos son la profundización de las desigualdades, el enfrentamiento a cualquier proyecto colectivo como el que representa el feminismo porque impugna el sistema, la mercantilización de todos los aspectos y espacios de la vida. También supone el reforzamiento del Estado autoritario, que necesita mayor violencia institucional para imponer la salida a su propia crisis, que en esa lógica establece como respuesta a las violencias machistas la vía punitivista y el refuerzo de la lógica “securitaria” frente a la inseguridad que el propio sistema genera, y requiere cada vez más de la disciplina y moralización desde la sexualidad y los cuerpos de las mujeres, volviendo a establecer la distinción entre las buenas y malas mujeres, de la vida y de la propia sociedad.
Las mujeres en el cruce de relaciones de poder
Otro elemento que explica el actual transitar del feminismo es el proceso por el que se va armando el mapa de los conflictos que atraviesan la vida de las mujeres. Esto supone entrar de lleno en el debate sobre el sentido de la diversidad. Dar voz a la diversidad de las mujeres no se inscribe en la lógica de adaptación al mercado en su búsqueda de nuevos nichos de negocio, ni en constituirse en nuevas sujetas de consumo como busca el neoliberalismo, en hacer del feminismo una moda. Se trata de articular una propuesta inclusiva de cambio de las condiciones del 99% de las mujeres, y explica la profundidad social de la contestación feminista, su amplitud y transversalidad.
La interseccionalidad suena a palabro y sin embargo es una herramienta teórica muy útil para entender la dimensión política transformadora de la diversidad de las mujeres. La interseccionalidad señala la relación entre los diversos modos de opresión, patriarcal, capitalista, colonial, las estructuras sociales en que se apoya y las relaciones de desigualdad y poder que generan, a lo que el ecofeminismo añade su relación con los procesos de explotación de los recursos y el medio ambiente.
Es lo que permite hablar de un feminismo anticapitalista y antirracista que no entiende la diversidad como una suma de identidades particulares, ni como una excusa para establecer jerarquías de opresiones, sino que intenta comprender cómo operan esas jerarquías sociales sobre las condiciones materiales de vida y la subjetividad de las mujeres. La situación de las temporeras de la fresa de Huelva, atravesadas por su condición de mujeres, trabajadoras, “migrantes” y marroquíes, víctimas de la explotación, la violencia sexual y el racismo, es un claro ejemplo.
Esta perspectiva amplia da forma explícita al sujeto del feminismo y articula una agenda política atravesada por el reconocimiento de esta diversidad y del reconocimiento de la agencia de las mujeres, de su capacidad para tomar la palabra y expresar. Lo contrario supone mantener una situación de privilegio en el establecimiento de las necesidades, las reivindicaciones y la agenda feminista. Y como señala Chandra Mohanty, “situarse en el privilegio es lo que alimenta la incapacidad de ver a las que no lo comparten”; contra ese riesgo nos alertan las mujeres que el sistema excluye y criminaliza, las que sufren las nuevas formas de explotación, las trabajadoras del sexo que están organizadas, las mujeres racializadas, las mujeres que deciden ponerse el hiyab o las mujeres trans.
La diversidad y la perspectiva interseccional es lo que está dando un significado global al feminismo, el impacto social de la movilización y de la propuesta feminista.
El nuevo internacionalismo feminista
Un último elemento que explica esta nueva ola feminista es el nuevo internacionalismo. Conectadas por redes y encuentros, la política del contagio ha ampliado sus horizontes desde los feminismos locales. Traduce en clave feminista la relación que el capital establece entre el Norte y el Sur global. Son las cadenas globales de los cuidados por las que se transfieren los cuidados de las mujeres del Sur a sus familias, a las mujeres del Norte y las suyas. Son los efectos de las empresas extractivistas del Norte global para apropiarse de recursos y tierras en países como los centroamericanos, donde asesinan a defensoras de las tierras y de los derechos humanos, a feministas, o las expulsan de sus territorios y las obligan a migrar; como sucede con las mujeres que huyen de las guerras que provocan la lucha por apropiarse de esos recursos. Son las violencias que traspasan fronteras en la trata con fines de explotación sexual, mujeres que pueden acabar encerradas en un CIE sin que el Estado les ofrezca ninguna protección. Y son quienes sufren la violencia institucional que representa la negación de asilo a las mujeres que salen de sus países por ser trans o lesbianas.
El internacionalismo, tejido sobre prácticas feministas transnacionales, pone en relación estas situaciones y las salidas a las mismas, sin caer en las continuas trampas que desde el poder transnacional tratan de justificar, en nombre de la defensa de los derechos de las mujeres, políticas militaristas, invasiones a países, políticas antiinmigración e islamófobas.
Hoy inicia también los esfuerzos para articular las resistencias feministas a una extrema derecha que se presenta como solución a la crisis del propio sistema general, tratando de imponer una salida ultraliberal y ultrapatriarcal con los terribles efectos conocidos para las mujeres. Por eso los intentos de descalificar y deslegitimar el feminismo y su resistencia al proyecto capitalista patriarcal estarán a la orden del día.
El feminismo está articulando luchas desde las reivindicaciones más concretas, poniendo sobre la mesa una propuesta global, y proponiendo un nuevo sentido común que impugna al que rige la lógica capitalista y neoliberal.
Fuente:
Por aborto libre, seguro y gratuito, y educación sexual.
En contra de la "justicia patriarcal" y de la impunidad en los casos de abusos, por un sistema de justicia capacitado y sensibilizado en género, con una dimensión étnico racial y diversidad sexual.
Por el "compromiso con una agenda de derechos" que "implica un compromiso fuerte con la profundización de la democracia".
©
AP Photo / Natacha Pisarenko
Las movilizaciones en América Latina
En Argentina, el Paro Internacional de Mujeres cobró
visibilidad a partir del movimiento "Ni Una Menos" en 2015 y ahora se
potenció con el reclamo del aborto legal, seguro y gratuito.Este 8 de marzo habrá marchas en las principales ciudades argentinas. En Buenos Aires la marcha comenzará a las 17.30, en dirección al Congreso, por la Avenida de Mayo y calles aledañas.
México no es la excepción, allí también habrá movilizaciones en todo el país. En Ciudad de México, las mujeres se reunirán en El Ángel de la Independencia a las 16.00 y marcharán hasta el Zócalo.
Además: La historia de 'pornovenganza' que estremece a Argentina
En Chile la agenda política y social de esta semana ha estado marcada por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora; múltiples organizaciones sociales se han adherido al llamado de la Coordinadora Feminista 8M a realizar una huelga, Habrá movilizaciones en las principales ciudades del país. En Santiago de Chile será en Plaza Italia, a las 18.30.
En Lima, Perú, habrá una concentración a las 16.00 en el Campo de Marte, desde allí marcharán hasta la plaza San Martín.
En Montevideo, Uruguay la marcha saldrá
desde Plaza Libertad hasta la Universidad de la República, a las 18.00.
La central sindical del país, Pit-Cnt, resolvió un paro general parcial a
partir de las 16.00; dejó en libertad de acción a las filiales en caso
de que quisieran tomar medidas complementarias.
En Colombia las mujeres prenderán una
antorcha para marchar desde el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación,
hasta la Plaza de Bolívar, en Bogotá.
Huelga feminista 8M. Un nuevo momento para el feminismo
Justa Montero
03/03/2019
El 8 de marzo siempre ha sido una fecha señalada. En el Estado
español, desde 1978, año tras año, las calles se han teñido del morado
feminista. La convocatoria de huelga de 2018 mostró un potente feminismo
transversal, en el que millones de mujeres de todo el mundo se
sintieron convocadas para expresar su hartazgo e indignación por las muy
diversas formas en que el machismo y el patriarcado se expresan en sus
vidas.Las huelgas feministas, que se iniciaron en 2016 con el llamado del movimiento feminista argentino, al que se fue sumando el de muchos otros países, son el testimonio del nuevo momento de la interpelación feminista que se venía fraguando en la última década.
Varios elementos pueden ayudar a una lectura de este recorrido. Uno de ellos es el análisis feminista de la complejidad y profundidad de la crisis y su impacto en las vidas y cuerpos de las mujeres. Supone hablar de la profundización de la división sexual del trabajo, de la privatización del trabajo de cuidados en el marco de las familias, con el consiguiente aumento de la carga de trabajo para las mujeres y el deterioro de las condiciones laborales de quienes los realizan (desde las mujeres en los hogares, las trabajadoras de hogar a las de los servicios sociales). Producto todo ello de la inhibición del Estado y de los hombres de esta responsabilidad.
Este análisis trata de establecer la interrelación de la producción y la reproducción social como parte del mismo proceso económico, y abre alternativas para politizar la reproducción y poner sobre la mesa la centralidad de los cuidados, con el consiguiente cambio de paradigma económico.
En definitiva se trata de aterrizar la articulación entre el patriarcado y el capitalismo racializado en el contexto neoliberal. Algunos de sus efectos son la profundización de las desigualdades, el enfrentamiento a cualquier proyecto colectivo como el que representa el feminismo porque impugna el sistema, la mercantilización de todos los aspectos y espacios de la vida. También supone el reforzamiento del Estado autoritario, que necesita mayor violencia institucional para imponer la salida a su propia crisis, que en esa lógica establece como respuesta a las violencias machistas la vía punitivista y el refuerzo de la lógica “securitaria” frente a la inseguridad que el propio sistema genera, y requiere cada vez más de la disciplina y moralización desde la sexualidad y los cuerpos de las mujeres, volviendo a establecer la distinción entre las buenas y malas mujeres, de la vida y de la propia sociedad.
Las mujeres en el cruce de relaciones de poder
Otro elemento que explica el actual transitar del feminismo es el proceso por el que se va armando el mapa de los conflictos que atraviesan la vida de las mujeres. Esto supone entrar de lleno en el debate sobre el sentido de la diversidad. Dar voz a la diversidad de las mujeres no se inscribe en la lógica de adaptación al mercado en su búsqueda de nuevos nichos de negocio, ni en constituirse en nuevas sujetas de consumo como busca el neoliberalismo, en hacer del feminismo una moda. Se trata de articular una propuesta inclusiva de cambio de las condiciones del 99% de las mujeres, y explica la profundidad social de la contestación feminista, su amplitud y transversalidad.
La interseccionalidad suena a palabro y sin embargo es una herramienta teórica muy útil para entender la dimensión política transformadora de la diversidad de las mujeres. La interseccionalidad señala la relación entre los diversos modos de opresión, patriarcal, capitalista, colonial, las estructuras sociales en que se apoya y las relaciones de desigualdad y poder que generan, a lo que el ecofeminismo añade su relación con los procesos de explotación de los recursos y el medio ambiente.
Es lo que permite hablar de un feminismo anticapitalista y antirracista que no entiende la diversidad como una suma de identidades particulares, ni como una excusa para establecer jerarquías de opresiones, sino que intenta comprender cómo operan esas jerarquías sociales sobre las condiciones materiales de vida y la subjetividad de las mujeres. La situación de las temporeras de la fresa de Huelva, atravesadas por su condición de mujeres, trabajadoras, “migrantes” y marroquíes, víctimas de la explotación, la violencia sexual y el racismo, es un claro ejemplo.
Esta perspectiva amplia da forma explícita al sujeto del feminismo y articula una agenda política atravesada por el reconocimiento de esta diversidad y del reconocimiento de la agencia de las mujeres, de su capacidad para tomar la palabra y expresar. Lo contrario supone mantener una situación de privilegio en el establecimiento de las necesidades, las reivindicaciones y la agenda feminista. Y como señala Chandra Mohanty, “situarse en el privilegio es lo que alimenta la incapacidad de ver a las que no lo comparten”; contra ese riesgo nos alertan las mujeres que el sistema excluye y criminaliza, las que sufren las nuevas formas de explotación, las trabajadoras del sexo que están organizadas, las mujeres racializadas, las mujeres que deciden ponerse el hiyab o las mujeres trans.
La diversidad y la perspectiva interseccional es lo que está dando un significado global al feminismo, el impacto social de la movilización y de la propuesta feminista.
El nuevo internacionalismo feminista
Un último elemento que explica esta nueva ola feminista es el nuevo internacionalismo. Conectadas por redes y encuentros, la política del contagio ha ampliado sus horizontes desde los feminismos locales. Traduce en clave feminista la relación que el capital establece entre el Norte y el Sur global. Son las cadenas globales de los cuidados por las que se transfieren los cuidados de las mujeres del Sur a sus familias, a las mujeres del Norte y las suyas. Son los efectos de las empresas extractivistas del Norte global para apropiarse de recursos y tierras en países como los centroamericanos, donde asesinan a defensoras de las tierras y de los derechos humanos, a feministas, o las expulsan de sus territorios y las obligan a migrar; como sucede con las mujeres que huyen de las guerras que provocan la lucha por apropiarse de esos recursos. Son las violencias que traspasan fronteras en la trata con fines de explotación sexual, mujeres que pueden acabar encerradas en un CIE sin que el Estado les ofrezca ninguna protección. Y son quienes sufren la violencia institucional que representa la negación de asilo a las mujeres que salen de sus países por ser trans o lesbianas.
El internacionalismo, tejido sobre prácticas feministas transnacionales, pone en relación estas situaciones y las salidas a las mismas, sin caer en las continuas trampas que desde el poder transnacional tratan de justificar, en nombre de la defensa de los derechos de las mujeres, políticas militaristas, invasiones a países, políticas antiinmigración e islamófobas.
Hoy inicia también los esfuerzos para articular las resistencias feministas a una extrema derecha que se presenta como solución a la crisis del propio sistema general, tratando de imponer una salida ultraliberal y ultrapatriarcal con los terribles efectos conocidos para las mujeres. Por eso los intentos de descalificar y deslegitimar el feminismo y su resistencia al proyecto capitalista patriarcal estarán a la orden del día.
El feminismo está articulando luchas desde las reivindicaciones más concretas, poniendo sobre la mesa una propuesta global, y proponiendo un nuevo sentido común que impugna al que rige la lógica capitalista y neoliberal.
forma parte de la Asamblea Feminista de Madrid y de la Coordinadora estatal de organizaciones feministas.
CHILE
#8M: “Los Casos Puntuales”, un viaje
enfrentado a la complementariedad y las posiciones de la mapuchidad
frente a la violencia de género
08/03/2019.- Por Ana Millaleo Hernández.[1]
Como perteneciente al grupo musical
Wechekeche ñi Trawün he tenido la oportunidad de recorrer bastante
nuestro territorio ancestral Mapuche desde el Piküm mapu al Willimapu y
desde el Lafken hasta el Puel, cada viaje ha sido un aprendizaje de
conocimiento y enriquecimiento respecto a lo que guarda cada territorio,
pero en este reciente verano nuestro recorrido estuvo marcado por
enormes decepciones a lo que respecta en temáticas de género, no digo
que los trayectos de antaño estuvieran exentos de perspectivas
contradictorias respecto a la posición que tenemos las mujeres Mapuche
en la lucha, pero en este viaje en especial se hicieron más visibles y
quedaron marcadas en nuestro piwke como una espina que sólo a partir de
esta reflexión quisiera visibilizar, aunque a muchos les moleste, creo
que pudiese ser un gran punto de partida.
Este #8M pienso que debemos verlo como
una oportunidad de interrogar nuestras prácticas cotidianas en el
weichan, aquello que resulta invisible en la plaza pública, abriendo una
brecha para mirarnos a nosotros mismos como Mapuche y darnos cuenta de
las formas invisibles en que opera la opresión en nuestro día a día. No
se trata de abrazar a buenas y primeras el feminismo occidental y es
así como lo plantean Cañet y Painemal (2018), pero sí, de servirse de
las interrogantes que el movimiento feminista porta hacia nuestro que
hacer como mujeres al interior de la lucha, un “prisma con el que podemos analizar nuestras propias realidades”
(Cañet y Painemal. 2018), permitiéndonos plantear una agenda propia
reivindicativa a partir de la diversidad de realidades que vivimos las
mujeres indígenas en contextos múltiples, lo cual no significa debilitar
los procesos políticos reivindicativos, sino que nos hace más fuertes.
El feminismo ha sido ampliamente
criticado debido al lugar desde donde emerge primeramente, mujeres
blancas privilegiadas, que dieron cuenta de la situación de
subalternidad en la que estaban en relación a otros hombres blancos
privilegiados, desconociendo la opresión que esas mujeres y hombres
ejercían frente a otras mujeres y otros hombres de distinta raza,
cultura y nivel socioeconómico. Desde esta perspectiva la crítica hacia
el feminismo es asertiva puesto que la liberación por la que esas
primeras mujeres apelaban estaba siendo en base a la mantención de la
opresión de otras, de ahí la caricaturización de la señora que le dice a
la nana que va a marchar por las mujeres, mientras la empleada “carita de kultrun”
continua trapeando el piso. Pero esa caricatura sigue actuando como eje
articulador a la hora de preguntarnos sobre nuestra posición al
interior de nuestro propio mundo de significaciones, pese que han sido
varias las mujeres indígenas y negras (Hook. 2004; Ramírez, R. 2009;
Cumes, A. E. 2012; Paredes y Guzmán. 2014) por nombrar algunas, las que
han hecho su aporte crítico, respecto a cómo el patriarcado se
manifiesta de manera performática al interior de nuestras culturas.
Desde la mapuchidad el discurso de la
complementariedad anula de antemano cualquier discusión respecto a la
existencia de diferencias entre género, y silencia como la opresión y el
patriarcado actúa de manera sutil en los distintos ámbitos en que las
mujeres Mapuche nos desenvolvemos en la actualidad, claramente hombre y
mujer son relevantes al interior de nuestra cosmovisión, pero ¿cómo
hacemos que esto opere en la práctica?, en un contexto ampliamente
influenciado por la internalización de la historia sobre nosotros todos,
que ha sido construida desde una perspectiva masculina, siendo la
memoria Mapuche marcada por la historiografía tradicional que recalca la
importancia de los grandes acontecimientos y los héroes que borra de
antemano nuestro aporte como mujeres Mapuche a la mantención de nuestra
cultura.
De lo anterior surgen afirmaciones del “no – lugar”
de las mujeres en ciertos espacios, como en los liderazgos, prácticas y
juegos, inscribiéndonos en un ámbito doméstico menospreciado incluso
por los discursos más progresistas dentro de la mapuchidad, olvidando
que el fogón, ahí donde se fríen las sopaipillas era un lugar de enorme
importancia para la vida social Mapuche, ahora parece ser el espacio
donde no queremos estar, replicando la jerarquización y
sobrevalorización espacial asignada a lo público (lo político) y privado
(lo doméstico) presente en la perspectiva de los feminismos blancos.
A mi parecer no podemos apelar a una
unidad ficticia que instrumentaliza la espiritualidad para decir que
estamos presentes, cuando en la realidad seguimos siendo personajes
secundarios en la historia reivindicativa Mapuche, sólo enunciar nuestra
presencia no basta para ir recuperando el lugar que siempre debimos
seguir teniendo, y esto debe ser algo que moleste, que incomode para que
así podamos deconstruir ese “siempre ha sido así” que se nos plantea como una verdad absoluta de nuestro “no – lugar”
en la historia Mapuche. Y en eso concuerdo con lo que plantea Ramírez
(2009), que negar la existencia de asimetrías de género, del sexismo al
interior del movimiento Mapuche (en su caso del movimiento nativo
americano), contribuye a perpetuar la violencia de género y la exclusión
de las mujeres Mapuche.
En esta vuelta o gira musical por el Wallmapu[2]
pude presenciar cómo somos incapaces como sociedad Mapuche de definir
un discurso claro frente al encubrimiento de un abuso sexual al interior
de la escena musical Mapuche. Para las bandas o grupos musicales no
Mapuche pareciera que el feminismo ha podido dar frutos en este ámbito,
pero para nosotros la dificultad está en no evidenciar divisionismo al
interior de nuestra lucha. Así, todo debe hablarse en persona, de
acuerdo a un protocolo inventado o “acomodaticio” frente a hechos que no
tienen justificación alguna, y menos aún en una sociedad que plantea la
complementariedad como punto de resolución de las desigualdades entre
los géneros, pero cuando hay personas Mapuche involucradas, hay temas
intocables que necesitan ser tratados con delicadeza y no con el abierto
rechazo que las mismas redes sociales nos permiten en la actualidad y
que el feminismo ha utilizado como vitrina para denunciar este tipo de
actos despreciables a modo de sanción social “la funa”, ahí
también opera la deslegitimación de estos espacios virtuales de
comunicación, como una instancia que no está a la altura de las
manifestaciones discursivas Mapuche, Facebook, wassap, etc… dejan de ser
plataformas válidas de denuncia frente a violencias de género al
interior de la mapuchada, lo tradicional vuelve a ser esgrimido como la
única forma de solución de conflictos, la visita, el nütram, el ngülam
son recomendados por esta máquina que silencia nuestra presencia, y aquí
es donde aparecen la idea ingenua de que son “casos puntuales”
que no deben manchar esa unidad simplona que debemos mantener, pero el
costo es alto, incluso algunos se atreven a poner a los tribunales de
justicia como único ente válido para este tipo de reclamos, a la
justicia en la cual no confiamos “como pueblo”, para tratar los temas
que a las mujeres nos involucran.
También pude escuchar las voces de
muchas lamngenes que crían hijos/as solas, de estas nuevas paternidades
Mapuche ausentes, o de fin de semana, que de ninguna forma emulan la
familia Mapuche tradicional que vociferan ahora si en las válidas redes
sociales de los dirigentes, weichafe, artistas o intelectuales Mapuche
de turno, de eso tampoco se habla, nosotras mismas somos cómplices de
ese silencio, de llevarnos ese enorme trabajo de la crianza solas, aquí
tampoco la espiritualidad opera como algo real, la complementariedad
queda quebrantada con los términos amorosos al interior del Wallmapu,
esos/as niños/as que vinieron en pewmas con nombres Mapuche muchas
veces no son reconocidos, transformando a la infancia Mapuche en un
objeto de negociación entre hombres y mujeres Mapuche, nada muy distinto
a la realidad no Mapuche contemporánea, de aquella que nos queremos
diferenciar, pero la diferencia existe porque las mujeres no podemos
hablar, no hay espacio para la queja, para la rabia abierta, puesto que
los papitos corazón Mapuche son los que salen a la plaza pública en
representación de nuestro pueblo y si los dañamos a ellos estaríamos
cometiendo una falta para con nuestro pueblo, la psicosis emerge a la
mirada de la otredad frente a lo que se teje en el movimiento, y nuestra
rectitud no puede ser empañada por esos “casos puntuales”,
manteniendo a los hombres Mapuche públicos en un estatus de idolatría y
de no cuestionamiento frente a sus paternidades deficientes ya que estos
aportan al weichan más que las madres que cuidamos a los hijos que
abandonan.
La violencia física y psicológica contra la mujer, es otro tremendo tema que guardé en mi mochila viajera, esos “problemas familiares” que se hacen visibles en un rostro hinchado por un golpe seco de puño:
“Antiguamente era raro encontrar un
matrimonio antiguo de que no hubiera violencia contra la mujer, y
sobretodo acá en que la gente tomaba mucho, entonces el domingo era
como… porque se iban a jugar a la pelota y llegaban a la casa todos
curados y era fiesta en todas las casas, era muy común, nadie decía nada
porque era parte de la cotidianidad de esa familia, a diferencia de
como ahora está la ley de violencia intrafamiliar se puede… se denuncia,
por eso ahora es más notorio, no es que antes no existiera, ahora se ve
más porque se da más a la luz, antes aguantaban no más” (Nawel12, 2016)[3]
La violencia intrafamiliar también
interpela a la tradición, pero al ser juzgada negativamente en la
actualidad, nos deshacemos de ella poniéndola del lado de la
incorporación cultural foránea, por tanto la violencia contra las
mujeres Mapuche sería una herencia wingka, exportación colonial que
pervertiría la complementariedad entre géneros, pero de esta forma no
nos estamos haciendo cargo de este tipo de violencia, como tampoco de
muchas otras cosas que situamos desde la vereda de lo wingka solo con el
objetivo de reafirmar nuestra condición de buenos salvajes, lo cual es
contradictorio si se sigue invocando el convenio 169 en estos casos,
convirtiéndose en un arreglo acomodaticio que impide que reflexionemos
sobre lo que concebimos dentro de la ancestralidad. “Resolver de acuerdo
a nuestras costumbres” los hechos de violencia intrafamiliar no pone en
duda que muchas de las mismas se han ido perdiendo, y esta razón podría
conducirnos a hechos de violencia.
“Todavía falta mucho que trabajar
para revalorizar a las mujeres dentro de la cultura, volver a
revalorizar, porque hubo un momento que hubo un quiebre, y las que
salieron peor de todo esto fueron las mujeres, en el trato, en el
maltrato, en la violencia, eso marca el devenir actual, la violencia
hacia las mujeres, y sobre todo hacia las mujeres Mapuche, desde sus
parejas, desde sus familias, y también desde la sociedad en general, y
eso yo lo palpo porque trabajo en ese tema” (Kal14, 2016)[4]
Segato (2003) dirá que: “Es en el
cuerpo femenino y en su control por parte de la comunidad que los grupos
étnicos inscriben su marca de cohesión. Hay un equilibrio y una
proporcionalidad entre la dignidad, la consistencia y la fuerza del
grupo y la subordinación femenina” (140). Se busca por medio de la
rigidez de la “costumbre” mantener la unidad de las demandas del pueblo
Mapuche. En este sentido se está sirviendo del cuerpo de las mujeres
maltratadas para no mostrar una inconsistencia que podría poner en duda
la legitimidad de los hombres Mapuche que ejercen este tipo de violencia
y el concepto de autodeterminación, pareciera ser más fácil sacrificar a
las mujeres en pos de la cohesión.
Y es por eso que se arma un círculo
nuevamente de silencio, que impide el quiebre entre discurso y práctica
de nuestros interlocutores masculinos, pareciera que los hombres
necesitan apoyo, victimizándolos porque han sido pervertidos por la
sociedad no Mapuche y los ha transformado en golpeadores, mientras la
mujer golpeada debe seguir tocando kultrun llamando el pali de quien
hace un rato sufrió un momento de olvido frente a este imaginario que
sostiene al palife como un hombre de palabra que debe cumplir los
compromisos adquiridos con la comunidad que lo invita.
La complementariedad debe constituirse
en una interrogante frente a esas verdades absolutas en donde aparecemos
excluidas, debe interrogar a la historia que describe lo Mapuche desde
una sola perspectiva que es la masculina. Debe hacerse carne y no
convertirse en una puerta que cierre el diálogo con los feminismos, es
nuestra herramienta para recuperar nuestro lugar de poder frente a lo
descrito, para preguntarnos constantemente dónde estamos, y desde dónde
construimos la mapuchidad como un horizonte ético, las mujeres hemos
dejado pequeñas huellas que debemos rastrear porque para quienes
escribieron la historia, aquella que ha ido grabándose en nuestra
memoria colectiva de pueblo, fue de menos importancia porque fueron “casos puntuales”, no grandes hechos.
Como reflexión final y de enorme
importancia para la construcción de una agenda propia y posicionamiento
de género desde lo Mapuche me gustaría dejar en claro que no se trata de
abandonar la tradición como eje articulador de la complementariedad,
sino que de buscarnos como mujeres Mapuche en ella, interrogarla por
nuestro lugar en la misma, tal como es definida por Catricheo y
Huentequeo “en el sentido que el principio masculino y femenino no es
posible su existencia, de uno sin el otro” (2013:19). En la tradición no
operan solo lógicas patriarcales que nos mantienen a las mujeres
Mapuche subalternizadas sino también están las respuestas para luchar
contra todo tipo de opresión, porque como Mapuche somos pasado y nos
constituimos entorno a ese tiempo en el presente, y ese es el punto que
nos distancia de los feminismos occidentales los cuales visualizan el
futuro como un tiempo de liberación femenina, y del pasado atesoro el
testimonio y sabiduría de esta Papay:
“Dice que eran más unidas.
Antes, cuando le pegaban a una mujer, entre todas arrinconaban a los
hombres: no era tan fácil que le podían estar pegando a las mujeres ¿no
ves que todos juntos?…
Más unidos eran todos antes
po’. Las mujeres trabajan en conjunto, vivían en sociedad las mujeres.
Las hiladuras, todo eso hacían juntas, contando chistes, sus cuentos.
Entre ellas tenían
protección, por eso que no eran atropellás por los hombres. Se ayudaban a
tejer. Ahora no cada uno se hace: muy individual” (Shiñura Morales en: Valdés, X. y Montecino, S., De León, K., & Mack, M. 1983: 258)
No es un atributo Mapuche eso de no
apoyarnos entre mujeres en estas causas, no le llamemos feminismo, si
incomoda el concepto, llamémoslo de otra forma, pero el trabajo conjunto
entre mujeres viene de antes, de lo kuifi.
Bibliografía
· Cañet, Painemal (2018). ¿Es que acaso debemos
ser todas feministas? Reflexiones de mujeres Mapuche para un debate.
Mapuexpress. http://www.mapuexpress.org/?p= |
· Catricheo, Anaiza y Huentequeo, María Teresa. (2013). “Persistencia de la complementariedad indígena o surgimiento de un feminismo indígena: devenir de los roles de la mujer Mapuche”. En Francisca Quilaqueo (ed.) Mujer Mapuche, Historia, persistencia y continuidad. España. Icaria La Mirada Esférica. |
· Cumes, A. E. (2012). “Mujeres indígenas patriarcado y colonialismo: un desafío a la segregación comprensiva de las formas de dominio”. Anuario de Hojas de WARMI, (17). Seminario: Conversatorio sobre mujeres y género. |
· Hook, Bell. (2004). “Mujeres Negras: Dar forma a
la teoría feminista”. Recuperado de:
http://www.marxists.org/ |
· Millaleo Ana. (2018). Poligamia Mapuche / Pu domo ñi Duam (un asunto de mujeres): Politización y despolitización de una práctica en relación a la posición de las mujeres al interior de la sociedad Mapuche. Tesis para optar al grado de Doctora en Ciencias Socuales. Pküm Mapu. Universidad de Chile |
· Paredes, Julieta y Guzmán, Adriana. (2014). El tejido de la rebeldía ¿Qué es el feminismo comunitario?. Bolivia. Comunidad Mujeres Creando. |
· Ramírez, R. (2009). Nacionalismo tribal y sexismo: Reflexiones desde las mujeres nativo-americanas de Estados Unidos. Desacatos, (31), 35-50. |
· Segato, Laura Rita. (2003). Las estructuras elementales de la violencia. Ensayos sobre género entre la antropología, el psicoanálisis y los derechos humanos. Universidad Nacional de Quilmes Editorial. Buenos Aires. |
· Shiñura Morales. (1983). En: Valdés, X., Montecino, S., De León, K., & Mack, M. Historias testimoniales de mujeres del campo. Santiago de Chile: PEMCI & Academia de Humanismo Cristiano. |
[1]
Doctora en Ciencias Sociales Universidad de Chile, Magíster en Género y
Cultura con Mención en Ciencias Sociales, Socióloga y Posdoctorante
Universidad de Santiago USACH. Miembro del grupo de música Mapuche
fusión Wechekeche ñi Trawün y de la organización Mapuche que lleva el
mismo nombre.
[2]
Me refiero al territorio ancestral Mapuche, no tan solo al territorio
histórico, es decir, no hago exclusión del Piküm y Puel Mapu.
[3] Testimonio correspondiente al trabajo de campo de mi investigación Doctoral que lleva por nombre: “Poligamia
Mapuche / Pu domo ñi Duam (un asunto de mujeres): Politización y
despolitización de una práctica en relación a la posición de las mujeres
al interior de la sociedad Mapuche” (2018).
[4] Ibíd.
Chile feminista: Todo listo para las movilizaciones del 8 de marzo.
Alondra Carrillo, vocera de la Coordinadora Feminista 8 de marzo.
Coordinadora 8M: “Las mujeres pueden faltar ese día al trabajo”.
por El Ciudadano.
“Estamos
haciendo un llamado como Coordinadora Feminista 8M a que sean las
mujeres y las disidencias quienes pasen al frente”, afirmó Alondra
Carrillo, vocera de la organización.
Este
miércoles, la Coordinadora Feminista 8M entregó detalles del conjunto de
actividades programadas para este viernes, fecha que conmemora el Día
Internacional de la Mujer. Además de la huelga general, el próximo 8 de
marzo se llevarán a cabo marchas en distintas ciudades del país y actos
relacionados con distintas demandas desde el mundo social.
En Santiago,
la marcha comenzará a las 18 horas desde Plaza Italia. El recorrido de
la movilización avanzará por la Alameda hasta finalizar a la altura de
calle Echaurren, lugar donde se realizarán un discurso y presentaciones
artísticas.
“Estamos
haciendo un llamado como Coordinadora Feminista 8M a que sean las
mujeres y las disidencias quienes pasen al frente. Entonces, habrá un
bloque inicial que va a estar compuesto solo por mujeres y disidencias,
pero además durante la marcha van a haber distintos bloques
autoconvocados (antiracista, separatista lesbofeminista anti colonial,
socioambiental, territorial y sindicalista, entre otros)”, explicó
Alondra Carrillo, vocera de la organización.
Respecto del
llamado a huelga general y a las posibilidades efectivas que tienen las
mujeres de sumarse a una paralización en sus lugares de trabajo,
Carrillo comentó que se ha repartido masivamente un instructivo jurídico
“que muestra que faltar al trabajo un día no es causal de despido y que
las posibilidades de adherir están avaladas por el derecho
internacional. Las mujeres pueden faltar ese día al trabajo”.
Por otro
lado, la activista destacó que la Coordinadora ha elaborado un
instructivo con 100 formas de participar en la huelga. Además, puso en
relieve que durante la jornada del viernes se realizarán distintas
actividades de visibilización. Por ejemplo, para las 9 horas se ha
programado un acto en reivindicación de la memoria de Macarena Valdés,
defensora del agua muerta en dudosas circunstancias, en el contexto de
la oposición que encabezaba a la instalación de una hidroeléctrica en
Panguipulli.
Karla Toro.
Desde el
frente estudiantil, Karla Toro, presidenta de la Federación de
Estudiantes de la Universidad de Chile, destacó que “la movilización
feminista del año pasado demostró que el mayo feminista no era una
excepción (…) vamos a salir a la calle con una demanda clarísima:
educación pública no sexista, gratuita y de calidad”.
En punto de
prensa desde el Paseo Bulnes, también hubo palabras para la paralización
en los centros de salud primaria, anunciada por la Confederación
Nacional de Funcionarios de Salud Municipal (Confusam).
Al respecto,
la dirigenta nacional de Confusam, Carolina Espinoza, llamó a la
población “a que postergue la asistencia a los Cesfam, porque no
tendremos atención normal. Obviamente sí habrán turnos éticos”.
06-03-2019.Por un movimiento de mujeres y feminista que apueste por una transformación radical de la sociedad
por Nadia Poblete
LA HAINE - 07/03/2019
En los últimos años el movimiento feminista, en diversos países, se ha situado como uno de los actores sociales más convocante
Logrando
instalar diferentes problemáticas asociadas al orden socio político y
sexual que construye el Patriarcado. Desde mitad de la segunda década
del siglo presente, en Chile, ha sido notable el aumento de
organizaciones feministas, sobre todo en el ámbito universitario.
También, comenzaron las movilizaciones masivas, miles de mujeres en la
calle movilizadas contra la violencia, contra la educación sexista y a
favor del aborto. En Argentina surge la consigna y la organización Ni Una Menos,
las compañeras realizan un gran y masivo llamado a parar actividades
productivas y reproductivas, replicando experiencias históricas como la
desarrollada por las islandesas el año 1975. Igualmente en Chile, el
llamado a huelga, ha sido replicado desde el año 2016, con menor impacto
que lo sucedido en Argentina, Brasil o España.
No obstante, a la luz de lo que ha acontecido en estos días ad portas 8 de marzo, ese menor impacto de la convocatoria a huelga ha dado paso a diversas acciones que han evidenciado un movimiento activo. El trabajo de las compañeras de la Coordinación 8M ha logrado articular a muchas mujeres organizadas de distintos territorios, y eso, a lo menos en la Región Metropolitana, ha quedado patente.
En este contexto de avance de la movilización asociada al feminismo, la decisión sobre qué acciones políticas y cuáles son sus sustentos en pos de fortalecer el movimiento son relevantes. Incluso más allá de la masividad o convocatoria que logren, la repercusión que pueden tener esas decisiones en la construcción de una apuesta política mayor es fundamental. Se podría adelantar, en este caso, que el llamado a movilizarse en un abanico de diversas acciones tendrá un impacto mayor que el llamado a paro o huelga propiamente tal – difícil lograr algo similar a las islandesas: 90% de las mujeres se sumó al paro productivo y reproductivo, cerraron los bancos y varios servicios, y efectivamente el país quedó detenido- e incluso, ese efecto puede diluirse sino se entronca con un relato que plantee la idea y la posibilidad de un proyecto transformador radical de nuestras realidades marcadas por la opresión.
Es así que, además de la masividad y la capacidad de irrumpir en la ciudad, el movimiento tiene que preguntarse -debemos preguntarnos- sobre el contenido político que las acciones portan y sus alcances. Urge proponernos construir el carácter efectivamente revolucionario y transformador del movimiento y para ello es necesario mirar más allá de la agitación en una fecha emblemática.
En este sentido, hay tres ejes políticos que propongo a la discusión en tanto pilares fundamentales en la apuesta por la emancipación:
Primero el carácter autónomo del movimiento. La autonomía del movimiento feminista ha sido un posicionamiento político central, ha implicado que muchas organizaciones feministas y por tanto, parte importante del movimiento desde los 80’ y con particular fuerza durante los 90’, se cuestionaran las articulaciones que incluían ONG’s, partidos políticos y la pertinencia de exigir derechos a un Estado que estaba ya atravesado por los intereses del capital. Ese cuestionamiento se mantiene vigente, toda vez que los intereses de las organizaciones políticas que tienen como centralidad ocupar puestos en la institucionalidad gubernamental, incide en su por qué y para qué involucrarse con los movimientos sociales. Sus intereses son absolutamente distintos a los que se van entretejiendo en organizaciones sociales que van posicionándose críticamente ante la realidad que viven.
Experiencias de lo anterior hay muchas, y no es el lugar aquí evocarlas, sino simplemente señalar que en el avance del movimiento feminista, la autonomía entendida como la posibilidad de autodeterminar el actuar político y su horizonte, es sustantivo. La gran articulación en la que cabemos todas es una creencia inocente. Entre nosotras hay diferencias que necesariamente nos posicionan en veredas distintas y eso puede ser un avance político significativo.
Segundo, superar el estatismo y la lógica de la inclusión. Dado que la autonomía del movimiento implica posicionarse desde una crítica profunda al Estado como instancia articuladora y gestora del bien común, seguir demandando a éste que genere las condiciones para nuestra inclusión es puro y simple reformismo. Demuestra que hay un movimiento que está empantanado en el paradigma de la igualdad, que aún cree en el aparato gubernamental cuando ya ha sido más que patente que éste no protege las vidas ni de las mujeres, ni de los niños, ni de las niñas, ni de los pobres, ni los indígenas; solo protege los intereses del capital.
Pensar más allá de la lógica estatista es uno de los grandes desafíos porque supone asumir la autonomía como proyecto político y junto con ello, perfilar y construir formas distintas de nuestra vida, nuestras relaciones humanas y con el espacio que nos rodea. Supone pensar en otro orden social, en otros marcos éticos, en definitiva en nuevas formas de construirnos como seres humanos.
Tercero, la multiplicidad de rostros que tiene un proceso transformación. Postular que las mujeres son las portadoras de la transformación profunda y necesaria en este momento de la historia, es reproducir lógicas ortodoxas que nos impide observar, por un lado, los diversos mecanismos de opresión, y por otro, las múltiples resistencias que una y otra vez emergen en distintos territorios.
La revolución, las transformaciones profundas de esta sociedad que necesitamos con urgencia, no se sustentan ni dependen solo del feminismo, ni de las mujeres. La revolución será feminista, pero también será negra, indígena, de los y las pobres, de los y las migrantes; de todos aquellos y aquellas que han sido explotados, excluidos, humillados, golpeados, que han sufrido por esta sociedad patriarcal y racista que se despliega en el marco de un capitalismo apocalíptico que arrebata la vida.
Concluyendo, quizás el gran desafío político que nos impone este momento en el desarrollo de nuestra lucha, tiene relación con cómo el movimiento feminista se plantea en términos políticos mayores, cómo el feminismo es un aporte en la construcción de una transformación radical de la vida y cómo esa forma que asume nuestra lucha se sustenta en una lectura y comprensión de lo que ocurre en Chile y en América Latina y que tiene como fuente de origen el avance compulsivo y sin límites del capital. ¿Cuáles son las urgencias que debe asumir nuestra acción y nuestro posicionamiento político? ¿Desde dónde y desde qué análisis se pueden levantar posibilidades de articulación y de construcción de un proyecto transformador?
Un movimiento anticapitalista, como declara ser el movimiento feminista, no puede invisibilizar la política criminal que se despliega ante nuestros ojos. Abya Yala está siendo arrasada por la colusión entre el Capital, el Estado y Fuerzas Policiales y criminales. El Estado y el capital mafializado, asesina a hombres, mujeres, niños y niñas que defienden sus territorios, o que simplemente desarrollan sus vidas en lugares que el capital apetece.
Este movimiento feminista debe romper con la lógica igualitarista que sólo pide inclusión en el mismo sistema que hoy devasta territorios. Nuestra lucha por subvertir la invisibilidad y devaluación generada por el Patriarcado, solo es posible imaginarla y proyectarla a partir de la lucha por la vida que hoy destruye el capital. Esa vida que no tiene nada que ver con la que defienden los fundamentalistas religiosos, ni la mercantilización instalada en los vientres de mujeres pobres.
Así desde las consignas, desde la acción que genera impacto y emoción, que disputa sentidos, desde la masividad, urge construir los contenidos profundos, esos que van perfilando la transformación, que dan sustento a ese proceso revolucionario del que tanto hablamos, gritamos, susurramos y que se nos aparece como sueño. Esperemos que la energía que inunda este hoy, se prolongue y genere espacios de discusión, de formación, de autoformación; momentos en que se tensione incluso lo que hoy nos mantiene con la esperanza arriba, que seamos capaces de ver nuestras limitaciones actuales para ser parte de los procesos que se van gestando en distintos lugares, siempre desde abajo.
(*) Nadia Poblete, militante de la Colectiva “Nosotras decidimos” de Valparaíso.
www.cctt.cl
ARGENTINANo obstante, a la luz de lo que ha acontecido en estos días ad portas 8 de marzo, ese menor impacto de la convocatoria a huelga ha dado paso a diversas acciones que han evidenciado un movimiento activo. El trabajo de las compañeras de la Coordinación 8M ha logrado articular a muchas mujeres organizadas de distintos territorios, y eso, a lo menos en la Región Metropolitana, ha quedado patente.
En este contexto de avance de la movilización asociada al feminismo, la decisión sobre qué acciones políticas y cuáles son sus sustentos en pos de fortalecer el movimiento son relevantes. Incluso más allá de la masividad o convocatoria que logren, la repercusión que pueden tener esas decisiones en la construcción de una apuesta política mayor es fundamental. Se podría adelantar, en este caso, que el llamado a movilizarse en un abanico de diversas acciones tendrá un impacto mayor que el llamado a paro o huelga propiamente tal – difícil lograr algo similar a las islandesas: 90% de las mujeres se sumó al paro productivo y reproductivo, cerraron los bancos y varios servicios, y efectivamente el país quedó detenido- e incluso, ese efecto puede diluirse sino se entronca con un relato que plantee la idea y la posibilidad de un proyecto transformador radical de nuestras realidades marcadas por la opresión.
Es así que, además de la masividad y la capacidad de irrumpir en la ciudad, el movimiento tiene que preguntarse -debemos preguntarnos- sobre el contenido político que las acciones portan y sus alcances. Urge proponernos construir el carácter efectivamente revolucionario y transformador del movimiento y para ello es necesario mirar más allá de la agitación en una fecha emblemática.
En este sentido, hay tres ejes políticos que propongo a la discusión en tanto pilares fundamentales en la apuesta por la emancipación:
Primero el carácter autónomo del movimiento. La autonomía del movimiento feminista ha sido un posicionamiento político central, ha implicado que muchas organizaciones feministas y por tanto, parte importante del movimiento desde los 80’ y con particular fuerza durante los 90’, se cuestionaran las articulaciones que incluían ONG’s, partidos políticos y la pertinencia de exigir derechos a un Estado que estaba ya atravesado por los intereses del capital. Ese cuestionamiento se mantiene vigente, toda vez que los intereses de las organizaciones políticas que tienen como centralidad ocupar puestos en la institucionalidad gubernamental, incide en su por qué y para qué involucrarse con los movimientos sociales. Sus intereses son absolutamente distintos a los que se van entretejiendo en organizaciones sociales que van posicionándose críticamente ante la realidad que viven.
Experiencias de lo anterior hay muchas, y no es el lugar aquí evocarlas, sino simplemente señalar que en el avance del movimiento feminista, la autonomía entendida como la posibilidad de autodeterminar el actuar político y su horizonte, es sustantivo. La gran articulación en la que cabemos todas es una creencia inocente. Entre nosotras hay diferencias que necesariamente nos posicionan en veredas distintas y eso puede ser un avance político significativo.
Segundo, superar el estatismo y la lógica de la inclusión. Dado que la autonomía del movimiento implica posicionarse desde una crítica profunda al Estado como instancia articuladora y gestora del bien común, seguir demandando a éste que genere las condiciones para nuestra inclusión es puro y simple reformismo. Demuestra que hay un movimiento que está empantanado en el paradigma de la igualdad, que aún cree en el aparato gubernamental cuando ya ha sido más que patente que éste no protege las vidas ni de las mujeres, ni de los niños, ni de las niñas, ni de los pobres, ni los indígenas; solo protege los intereses del capital.
Pensar más allá de la lógica estatista es uno de los grandes desafíos porque supone asumir la autonomía como proyecto político y junto con ello, perfilar y construir formas distintas de nuestra vida, nuestras relaciones humanas y con el espacio que nos rodea. Supone pensar en otro orden social, en otros marcos éticos, en definitiva en nuevas formas de construirnos como seres humanos.
Tercero, la multiplicidad de rostros que tiene un proceso transformación. Postular que las mujeres son las portadoras de la transformación profunda y necesaria en este momento de la historia, es reproducir lógicas ortodoxas que nos impide observar, por un lado, los diversos mecanismos de opresión, y por otro, las múltiples resistencias que una y otra vez emergen en distintos territorios.
La revolución, las transformaciones profundas de esta sociedad que necesitamos con urgencia, no se sustentan ni dependen solo del feminismo, ni de las mujeres. La revolución será feminista, pero también será negra, indígena, de los y las pobres, de los y las migrantes; de todos aquellos y aquellas que han sido explotados, excluidos, humillados, golpeados, que han sufrido por esta sociedad patriarcal y racista que se despliega en el marco de un capitalismo apocalíptico que arrebata la vida.
Concluyendo, quizás el gran desafío político que nos impone este momento en el desarrollo de nuestra lucha, tiene relación con cómo el movimiento feminista se plantea en términos políticos mayores, cómo el feminismo es un aporte en la construcción de una transformación radical de la vida y cómo esa forma que asume nuestra lucha se sustenta en una lectura y comprensión de lo que ocurre en Chile y en América Latina y que tiene como fuente de origen el avance compulsivo y sin límites del capital. ¿Cuáles son las urgencias que debe asumir nuestra acción y nuestro posicionamiento político? ¿Desde dónde y desde qué análisis se pueden levantar posibilidades de articulación y de construcción de un proyecto transformador?
Un movimiento anticapitalista, como declara ser el movimiento feminista, no puede invisibilizar la política criminal que se despliega ante nuestros ojos. Abya Yala está siendo arrasada por la colusión entre el Capital, el Estado y Fuerzas Policiales y criminales. El Estado y el capital mafializado, asesina a hombres, mujeres, niños y niñas que defienden sus territorios, o que simplemente desarrollan sus vidas en lugares que el capital apetece.
Este movimiento feminista debe romper con la lógica igualitarista que sólo pide inclusión en el mismo sistema que hoy devasta territorios. Nuestra lucha por subvertir la invisibilidad y devaluación generada por el Patriarcado, solo es posible imaginarla y proyectarla a partir de la lucha por la vida que hoy destruye el capital. Esa vida que no tiene nada que ver con la que defienden los fundamentalistas religiosos, ni la mercantilización instalada en los vientres de mujeres pobres.
Así desde las consignas, desde la acción que genera impacto y emoción, que disputa sentidos, desde la masividad, urge construir los contenidos profundos, esos que van perfilando la transformación, que dan sustento a ese proceso revolucionario del que tanto hablamos, gritamos, susurramos y que se nos aparece como sueño. Esperemos que la energía que inunda este hoy, se prolongue y genere espacios de discusión, de formación, de autoformación; momentos en que se tensione incluso lo que hoy nos mantiene con la esperanza arriba, que seamos capaces de ver nuestras limitaciones actuales para ser parte de los procesos que se van gestando en distintos lugares, siempre desde abajo.
(*) Nadia Poblete, militante de la Colectiva “Nosotras decidimos” de Valparaíso.
www.cctt.cl
8M: Manifestaciones contra el ajuste y el machismo
Llega el tercer paro feminista
A las 17, en el Congreso, se iniciará la marcha que irá a Plaza de Mayo. Habrá movilizaciones en todo el país. Las actividades.
PÁGINA 12 - 08 de marzo de 2019
Las acciones para este 8M se organizaron durante todos los viernes de febrero.
Imagen: Lucía Grossman
Imagen: Lucía Grossman
Llega
el 8M con el tercer Paro Internacional Feminista y Plurinacional de
Mujeres, Lesbianas, Travesti y Trans. Con marchas en todo el país, el
feminismo se manifestará “contra el ajuste y la violencia machista” y
ganará las calles para gritar “basta de femicidios, lesbicidios y
travesticidios”. La movilización principal saldrá de Congreso a las 17 y
finalizará horas más tarde en Plaza de Mayo.
“Frente al fascismo neoliberal y colonial que quiere redoblar sus violencias, nosotras y nosotres paramos. Paramos porque nos mueve el deseo de revolucionar nuestras vidas. Paramos porque sabemos que se va a caer. Al patriarcado lo estamos derrumbando desde abajo”, expresó el colectivo Ni Una Menos en la convocatoria al Paro Internacional.
“También paramos contra la familia heteropatriarcal y el confinamiento doméstico, contra la explotación de nuestros territorios, contra el abuso sexual de los machos en posiciones de poder, contra los femicidios y travesticidios, contra la criminalización de lxs migrantes, contra la clandestinidad del aborto, contra la justicia patriarcal, contra el empobrecimiento y el endeudamiento sistemático, contra el asesinato de las lideresas territoriales, contra el racismo, contra los fanatismos religiosos y la moralización de nuestros deseos. Porque paramos contra las estructuras y los mandatos que hacen posible la valorización del capital”, agrega el llamamiento.
El colectivo Ni Una Menos, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y otras organizaciones convocaron, además, al “acampe feminista contra la indiferencia estatal y las violencias machistas” frente a Plaza Congreso, que comenzó este miércoles y finalizará tres horas antes de la marcha, a las 14. “No se le puede hacer frente a la violencia hacia las mujeres con 11 pesos por mujer”, denunciaron las feministas en la mesa de apertura del acampe, en la que participaron la actriz Thelma Fardin, la periodista y activista trans Marlene Wayar, la coordinadora de La Casa de las Mujeres y las Disidencias de La Poderosa en la Villa 21 Jésica Azcurraire y la referente de CTEP y MTE Jaqueline Flores, entre otras. Horas antes, a las 10, como última actividad del #AcampeFeminista, habrá una ronda de feminismos latinoamericanos y migrantes.
Las acciones para este 8M se organizaron durante todos los viernes de febrero a través de asambleas multitudinarias. Además de decidir el lugar de encuentro y el horario de la marcha, las asambleas discutieron las problemáticas que atraviesan al movimiento feminista.
En la primer asamblea, las organizaciones participantes se pronunciaron “enfáticamente contra las voces transodiantes”. “El límite irrenunciable que proponemos consensuar hoy –dijeron en esa primer asamblea– es el freno a los discursos de odio que niegan existencias, que violentan a las identidades trans, travestis y no binaries que formamos parte de este movimiento”.
Informe: Azul Tejada.
“Frente al fascismo neoliberal y colonial que quiere redoblar sus violencias, nosotras y nosotres paramos. Paramos porque nos mueve el deseo de revolucionar nuestras vidas. Paramos porque sabemos que se va a caer. Al patriarcado lo estamos derrumbando desde abajo”, expresó el colectivo Ni Una Menos en la convocatoria al Paro Internacional.
“También paramos contra la familia heteropatriarcal y el confinamiento doméstico, contra la explotación de nuestros territorios, contra el abuso sexual de los machos en posiciones de poder, contra los femicidios y travesticidios, contra la criminalización de lxs migrantes, contra la clandestinidad del aborto, contra la justicia patriarcal, contra el empobrecimiento y el endeudamiento sistemático, contra el asesinato de las lideresas territoriales, contra el racismo, contra los fanatismos religiosos y la moralización de nuestros deseos. Porque paramos contra las estructuras y los mandatos que hacen posible la valorización del capital”, agrega el llamamiento.
El colectivo Ni Una Menos, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y otras organizaciones convocaron, además, al “acampe feminista contra la indiferencia estatal y las violencias machistas” frente a Plaza Congreso, que comenzó este miércoles y finalizará tres horas antes de la marcha, a las 14. “No se le puede hacer frente a la violencia hacia las mujeres con 11 pesos por mujer”, denunciaron las feministas en la mesa de apertura del acampe, en la que participaron la actriz Thelma Fardin, la periodista y activista trans Marlene Wayar, la coordinadora de La Casa de las Mujeres y las Disidencias de La Poderosa en la Villa 21 Jésica Azcurraire y la referente de CTEP y MTE Jaqueline Flores, entre otras. Horas antes, a las 10, como última actividad del #AcampeFeminista, habrá una ronda de feminismos latinoamericanos y migrantes.
Las acciones para este 8M se organizaron durante todos los viernes de febrero a través de asambleas multitudinarias. Además de decidir el lugar de encuentro y el horario de la marcha, las asambleas discutieron las problemáticas que atraviesan al movimiento feminista.
En la primer asamblea, las organizaciones participantes se pronunciaron “enfáticamente contra las voces transodiantes”. “El límite irrenunciable que proponemos consensuar hoy –dijeron en esa primer asamblea– es el freno a los discursos de odio que niegan existencias, que violentan a las identidades trans, travestis y no binaries que formamos parte de este movimiento”.
Informe: Azul Tejada.
En Plaza Congreso, miles de mujeres buscaron visibilizar los reclamos
Un acampe para entonar la jornada de lucha
En
las carpas se multiplicaron paneles y rondas sobre economía, Educación
Sexual Integral y represión policial. Hubo hubo baile, rock, murga y
también fútbol.
Más de cincuenta organizaciones territoriales, villeras y piqueteras confluyeron en el acampe.
Imagen: Jose Nico
Imagen: Jose Nico
Hoy
empezó ayer. Incluso, anteayer. No se trata de una licencia poética
sino de una realidad que se pudo palpar en todas las iniciativas previas
que acompañaron el 8M. Una de las más visibles fue el acampe feminista
que se realizó desde el miércoles frente al Congreso de la Nación y que
continúa hasta ahora. “¿Dónde empezar el Día Internacional de lucha de
las Mujeres si no es en la calle?”, se preguntaba una de las miles que
durante los tres días buscaron visibilizar, a través de diversas
actividades, el magma furioso y creativo que suman las organizaciones
barriales a la marea feminista. “El feminismo es el movimiento popular
que ha sabido capitalizar las demandas sociales y políticas de los
últimos años”, destacó otra referente en medio de una de las tantas
carpas donde se multiplicaron paneles y rondas sobre economía, educación
sexual integral y represión policial, entre otros temas. También hubo
baile y rock y murga e incluso, se realizó a puro sol el Campeonato de
Fútbol Marielle Franco, en memoria de la legisladora feminista, negra y
lesbiana asesinada en Brasil en 2018.
Más de cincuenta organizaciones territoriales, villeras y piqueteras confluyeron en el acampe para exigirle al gobierno nacional presupuesto real para combatir la violencia de género. De hecho, el presupuesto 2019 destinará un 18 por ciento menos que el año pasado para la aplicación de la Ley de Protección Integral a las Mujeres. Este monto –que es de 243 millones de pesos– equivale a 11 pesos por mujer. En un marco más amplio, la exigencia es que el Estado otorgue fondos destinados a todas aquellas que realizan tareas que no solo no son rentadas sino que ni siquiera son reconocidas como trabajo. Este abanico amplio implica desde la crianza infantil hasta el cuidado de la familia dentro del espacio doméstico, desde el acompañamiento a víctimas de diversas formas de violencia hasta la gestión de merenderos para los miles de chicos que engrosan las cifras de la pobreza a lo largo del país.
“Nos tienen miedo porque no tenemos miedo”, coreaba un grupo vestido de violeta, desafiando el calor agobiante que luego se transformó en tormenta. “Es necesario reconocer y dignificar el valor del cuidado. Porque se trata de un trabajo que no está siendo remunerado. Las mujeres tienen hijos e hijas, los crían, se hacen cargo de llevar adelante un hogar y a la vez, militan y le ponen el cuerpo a todas las luchas que nos traen hasta acá. Es decir, la división sexual del trabajo como categoría solo ayuda a invisibilizar realidades más complejas y acuciantes. Esto no debe ser reconocido a través de subsidios sino a través de un sistema salarial”, indicaron Fernanda Laguna y Majo Albaya desde el colectivo Ni Una Menos. “¿Por qué una mujer debe ser madre para recibir apoyo estatal? ¿Qué ocurre con las familias construidas en torno a vínculos lésbicos, travestis y trans? Todo eso no lo resuelve la Asignación Universal por Hijo. Entonces, estamos pensando herramientas que garanticen la autogestión. Esta es una de las maneras de revertir la violencia: en la calle, a través de la organización”, agregaron María Eugenia, Vicky, Tania y Maga, de la Campaña Nacional Contra las Violencias hacia las Mujeres.
Shirley Richer es promotora de salud y trabaja en un centro comunitario del Bajo Flores. “Las mujeres abortan, diga lo que diga el Estado. Se acercan muchas, en general solas, con miedo de ir al hospital. Hablan con nosotras porque tienen más confianza. Es alarmante la cantidad de embarazos no deseados, producto de abusos sexuales. Y es que los varones creen que las mujeres son su propiedad y los hijos, el modo de mostrar el poder que tienen sobre esa propiedad”, dijo. “Estoy en este acampe porque estoy a favor del aborto legal seguro y gratuito y porque acompaño el paro: ahora que estamos juntas, tenemos que seguir y luchar por nuestros derechos”, agregó.
A lo largo de la tarde, se fueron sumando las artistas de la Línea Peluda con intervenciones gráficas. Incluso apareció una carpa blanca decorada con telas y abalorios: el telo lésbico. Por allí cerca, se multiplicaban los stands que ofrecían remeras, libros feministas y alimentos orgánicos pero también, un servicio de maquillaje para resaltar la belleza disidente a través de sombras verdes y glitter. Mientras tanto, Rebeca Feche instaló una mesita con elementos de peluquería destinados a quien quisiera raparse con estilo alguna zona de la melena. “Me especializo en esto porque, como torta chonga que soy, uso el pelo corto. Y cuando voy a las barberías, no me tratan como a los varones. Entonces ofrezco el servicio que merece la comunidad LGTBI”, contó esta paulista que recaló en Buenos Aires por “el clima opresivo del gobierno de Bolsonaro”.
Feche integra, además, la Campaña por la Absolución de Higui de Jesús. En 2016, Higui intentó defenderse de una patota de varones que la atacó por ser lesbiana e hirió de muerte a uno de ellos en San Miguel, donde vivía. Terminó detenida y acusada de homicidio simple, que el mes próximo llegará a juicio. Ella también fue parte del acampe. “A través del movimiento de mujeres, travestis y trans, aprendí que tengo derecho a ser quien soy. Muchas mujeres no están organizadas y tenemos que apostar por eso, sobre todo en los barrios. Porque ahí hay información que no llega. Antes yo no le tenía miedo a nada. Ahora sí le tengo miedo a la muerte porque estoy aprendiendo a respetarme: gorda, flaca, linda, cheta, fea, como sea. Gracias a ustedes, gracias a nosotras”, dijo, en una charla sobre disidencias convocada por La Garganta Poderosa.
Más de cincuenta organizaciones territoriales, villeras y piqueteras confluyeron en el acampe para exigirle al gobierno nacional presupuesto real para combatir la violencia de género. De hecho, el presupuesto 2019 destinará un 18 por ciento menos que el año pasado para la aplicación de la Ley de Protección Integral a las Mujeres. Este monto –que es de 243 millones de pesos– equivale a 11 pesos por mujer. En un marco más amplio, la exigencia es que el Estado otorgue fondos destinados a todas aquellas que realizan tareas que no solo no son rentadas sino que ni siquiera son reconocidas como trabajo. Este abanico amplio implica desde la crianza infantil hasta el cuidado de la familia dentro del espacio doméstico, desde el acompañamiento a víctimas de diversas formas de violencia hasta la gestión de merenderos para los miles de chicos que engrosan las cifras de la pobreza a lo largo del país.
“Nos tienen miedo porque no tenemos miedo”, coreaba un grupo vestido de violeta, desafiando el calor agobiante que luego se transformó en tormenta. “Es necesario reconocer y dignificar el valor del cuidado. Porque se trata de un trabajo que no está siendo remunerado. Las mujeres tienen hijos e hijas, los crían, se hacen cargo de llevar adelante un hogar y a la vez, militan y le ponen el cuerpo a todas las luchas que nos traen hasta acá. Es decir, la división sexual del trabajo como categoría solo ayuda a invisibilizar realidades más complejas y acuciantes. Esto no debe ser reconocido a través de subsidios sino a través de un sistema salarial”, indicaron Fernanda Laguna y Majo Albaya desde el colectivo Ni Una Menos. “¿Por qué una mujer debe ser madre para recibir apoyo estatal? ¿Qué ocurre con las familias construidas en torno a vínculos lésbicos, travestis y trans? Todo eso no lo resuelve la Asignación Universal por Hijo. Entonces, estamos pensando herramientas que garanticen la autogestión. Esta es una de las maneras de revertir la violencia: en la calle, a través de la organización”, agregaron María Eugenia, Vicky, Tania y Maga, de la Campaña Nacional Contra las Violencias hacia las Mujeres.
Shirley Richer es promotora de salud y trabaja en un centro comunitario del Bajo Flores. “Las mujeres abortan, diga lo que diga el Estado. Se acercan muchas, en general solas, con miedo de ir al hospital. Hablan con nosotras porque tienen más confianza. Es alarmante la cantidad de embarazos no deseados, producto de abusos sexuales. Y es que los varones creen que las mujeres son su propiedad y los hijos, el modo de mostrar el poder que tienen sobre esa propiedad”, dijo. “Estoy en este acampe porque estoy a favor del aborto legal seguro y gratuito y porque acompaño el paro: ahora que estamos juntas, tenemos que seguir y luchar por nuestros derechos”, agregó.
A lo largo de la tarde, se fueron sumando las artistas de la Línea Peluda con intervenciones gráficas. Incluso apareció una carpa blanca decorada con telas y abalorios: el telo lésbico. Por allí cerca, se multiplicaban los stands que ofrecían remeras, libros feministas y alimentos orgánicos pero también, un servicio de maquillaje para resaltar la belleza disidente a través de sombras verdes y glitter. Mientras tanto, Rebeca Feche instaló una mesita con elementos de peluquería destinados a quien quisiera raparse con estilo alguna zona de la melena. “Me especializo en esto porque, como torta chonga que soy, uso el pelo corto. Y cuando voy a las barberías, no me tratan como a los varones. Entonces ofrezco el servicio que merece la comunidad LGTBI”, contó esta paulista que recaló en Buenos Aires por “el clima opresivo del gobierno de Bolsonaro”.
Feche integra, además, la Campaña por la Absolución de Higui de Jesús. En 2016, Higui intentó defenderse de una patota de varones que la atacó por ser lesbiana e hirió de muerte a uno de ellos en San Miguel, donde vivía. Terminó detenida y acusada de homicidio simple, que el mes próximo llegará a juicio. Ella también fue parte del acampe. “A través del movimiento de mujeres, travestis y trans, aprendí que tengo derecho a ser quien soy. Muchas mujeres no están organizadas y tenemos que apostar por eso, sobre todo en los barrios. Porque ahí hay información que no llega. Antes yo no le tenía miedo a nada. Ahora sí le tengo miedo a la muerte porque estoy aprendiendo a respetarme: gorda, flaca, linda, cheta, fea, como sea. Gracias a ustedes, gracias a nosotras”, dijo, en una charla sobre disidencias convocada por La Garganta Poderosa.
Día Internacional de la Mujer Trabajadora
#8Maquinazo: Paramos para que las máquinas no paren
Jueves 7 de marzo de 2019, por Redaccion *
Este 8
de marzo, a partir de las 14.00, las trabajadoras de la Cooperativa 8 de
Enero (Ex Textil Sport Tech) junto a las compañeras de la CTA Autónoma
realizarán un Maquinazo frente al Congreso de la Nación, en el marco del
Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Luego se concentrará a las
16.00 en Avenida Belgrano y 9 de Julio para marchar a Plaza de Mayo
junto a todo el movimiento de mujeres y disidencias.
La lucha de las compañeras de la Cooperativa 8 de Enero (Ex Sport Tech)
es la lucha de miles de mujeres que a lo largo y ancho de la Argentina
resisten al saqueo y a la entrega, en defensa del salario, de la
producción soberana, del trabajo y de la vida.
Por eso, en esta jornada de Paro Feminista las compañeras del Sindicato del Vestido prenderán las máquinas que el empresario especulador Pablo Enríquez pretendió apagar. Vamos a ponerlas en funcionamiento para imprimir en las remeras realizadas por ellas, las consignas que representan nuestras luchas como mujeres trabajadoras nucleadas en organizaciones territoriales y sindicales del ámbito público y privado que estamos en lucha contra las políticas de ajuste.
Así como las obreras de Chicago fueron un ejemplo de lucha por sus derechos laborales, las compañeras de la Cooperativa 8 de enero son icono y ejemplo de nuestra resistencia: mujeres, muchas de ellas migrantes, que pelean por la fuente de trabajo, en defensa del salario y la continuidad la obra social, la olla popular, el acampe. Y son además quienes mientras tanto se las ingenian para darles de comer a los pibes y pibas, para pagar el alquiler y hacerle frente a los tarifazos.
Por eso, en este Día Internacional de la Mujer Trabajadora, con este Maquinazo le decimos Basta a la usura y la especulación a costa de nuestros cuerpos y nuestras vidas.
Basta de despidos y reincorporación de las despedidas
Salario y jubilaciones acordes al costo de vida
Reconocimiento salarial del trabajo comunitario
Políticas públicas que atiendan y erradiquen las violencias
Aborto Legal Ya
¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos!
La charla fue presentada por Gladys Stagno, en representación de Canal Abierto, que transmitió en vivo toda la charla. “Damos inicio a las charlas en VerdeVioleta, en la víspera de este 8 de marzo. Vamos a hablar ahora de feminismo y salud y luego sobre feminismo y diversidad”, presentó.
Claudia Baigorria, Secretaria General Adjunta de la CTA Autónoma, saludó: “Es muy grato saber que como Central somos parte de algo tan grande como lo es el feminismo, y que no sería lo mismo sin nosotras. Celebro la actividad de la Secretaría de Género que con mucho trabajo y esfuerzo logró echar a andar un protocolo contra la violencia de género, para convertirnos en la primer central sindical en contar con uno”.
Luego habló Silvia León, Secretaria de Género de la Central y anfitriona del evento: “entendemos que el feminismo atraviesa la política y debe ser transversal a todas las áreas en las que construimos organización y damos pelea”.
La primera panelista fue Magdalena Ruíz, militante de la CCC, que habló sobre la crítica situación que atraviesan en materia de salud las mujeres de los barrios. Habló, además, de cómo se organizan en la lucha por la la legalización del aborto: “Somos nosotras las que nos morimos por abortos clandestinos”, resumió.
Desde Rosario, Nerina Aspeitía, de la Red de Profesionales por el Derecho a Decidir y de la FESPROSA, habló sobre su recorrido en el sistema de salud pública y su rol en la garantía de derechos. Actualmente trabaja en un hospital público, en el área de salud reproductiva hasta el segundo trimestre de gestación: “aprendimos a trabajar en forma interdisciplinaria acompañando de cerca la decisión de cada mujer. No indicamos, escuchamos y complejizamos en torno de su deseo”.
En relación al caso de niñas madres, contó que llevan adelante una estrategia que tiene que ver con devolverles el lugar de niñas: “el hecho de que estén embarazadas no les quita lo niña. Por eso las internamos en el sector de pediatría, indagamos sobre sus juegos, sus gustos”. Y propuso: “Debemos trabajar en reconstruir la vida de estas niñas. De esto no se hablaba aunque ocurría, hoy sabemos que tienen derecho legal a decidir”.
Nina Brugo, de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, también reflexionó sobre la lucha colectiva que implica el feminismo por la igualdad para todas, todos y todes. “Porque nosotras, las mujeres, debemos luchar para ser consideradas iguales. Es porque por siglos y siglos hemos sido consideradas menos que los hombres. Cuando yo nací ni siquiera podíamos votar”, dijo.
Reflexionado sobre el feminismo, Nina reivindicó y homenajeó a Rosa Luxemburgo en el centenario de su asesinato: “Rosa y el feminismo estamos en contra de la guerra”, dijo Nina que también valoró los logros de los últimos años y haber logrado despenalizar el aborto en la sociedad.
Marlene Wayar, intelectual y activista trans, habló sobre su historia personal, como fue su proceso de construcción de identidad, y el acompañamiento de su familia en plena dictadura militar. “Tengo un colectivo pauperizado que necesita del feminismo, que necesita de la fuerza y el abrazo feminista”, indicó en torno a la polémica que despertaron algunos sectores que pretenden dejar a las identidades diversas fuera del movimiento.
“El patriarcado a las mujeres las quiere sumisas para explotarlas y el patriarcado a las trans y travestis nos quiere muertas. Hay diferencia entre una situación y otra”, reflexionó Wayar y resaltó: “tenemos que poner toda la creatividad para erradicar las prácticas patriarcales y mafiosas en el modo de hacer política”.
Y subrayó: “Somos coautores y coautoras de que haya mujeres y travestis viviendo de la prostitución en nuestro país, de que haya niñas madres que son víctimas de violaciones intrafamiliares. Por eso debemos hablar y decidir a qué estamos dispuestas. Porque vamos a la calle envalentonadas diciendo que se va a pudrir y después no se pudre”.
Por último, Clarisa Gambera, Secretaria de Género de la CTA-A Capital y trabajadora de niñez, compartió reflexiones abiertas en torno a los feminismos y las ideas colectivas que va generando este tiempo: “venimos de asambleas hacia el 8M donde circula mucho la idea ‘de quién es el feminismo’, nosotras nos sentimos parte del feminismo de las trabajadoras y es algo que viene de las anarquistas y socialistas”, dijo Gambera a la vez que recordó el recorrido en los Encuentros Nacionales de Mujeres.
También reflexionó en torno al orgullo de ser feministas: “hace muy poco que contamos que somos feministas, que hablamos de los abortos que hicimos hace años en soledad y en la clandestinidad, cosas de las que no hablábamos”. “Los umbrales se corren, se expanden cuando nos organizamos”, reflexionó sobre la lucha de las mujeres de Sport Tech, que tras meses de conflicto se constituyeron como cooperativa en defensa del trabajo.
Mientras en la Ciudad de Buenos Aires la lluvia mojaba la calle, dentro del Quagliaro, en las vísperas de un nuevo 8 de marzo, se vivió una tarde de intenso y cálido debate entre compañeros y compañeras que se proponen pensar y repensar en torno a los feminismos que se están construyendo y reconstruyendo.
* Equipo de comunicación de la CTA Autónoma
En este sentido, y con el objetivo de profundizar los debates y acuerdos, este miércoles se realizó en la sede nacional de la Central una reunión organizativa del área metropolitana que contó con la presencia de compañeras de CTA Nacional, y de las regionales Capital y Provincia de Buenos Aires.
Entre lo charlado, se pusieron en común las estrategias tejidas hasta el momento. Distintas compañeras de la Central de Capital y Provincia de Buenos Aires vienen participando de las distintas asambleas feministas en la Mutual Sentimiento junto a todo el movimiento de mujeres y disidencias que se realizaron los viernes de febrero. En ese ámbito, en la primera asamblea Silvia León, Secretaria de Género de la Central, anunció que la CTA Autónoma adhiere y convoca al paro de mujeres y disidencias del próximo 8 de marzo. Posteriormente, en sucesivas asambleas, esto fue ratificado por Clarisa Gambera, Secretaria de Género de la Central porteña.
Durante varias horas las compañera debatieron y acordaron movilizar como área metropolitana de la Central en Ciudad de Buenos Aires organizadas en la columna que integrará el bloque sindical (conformado por la Central, la CCC, la CTEP, Barrios de Pie y gremios de la CGT). En este sentido también se definió realizar una conferencia de prensa los días previos al 8M.
También se definió realizar una acción antes de la marcha en Capital para visibilizar y acompañar el reclamo de las trabajadoras de los distintos ámbitos para dar a conocer la lucha que vienen encabezando las mujeres en defensa de sus derechos. Se harán además acciones en los diferentes territorios y lugares de trabajo en el marco del Paro Nacional, que tiendan a visibilizar las situaciones que atraviesan las mujeres y las reivindicaciones como clase trabajadora.
Además de la Secretaria de Género de CTA-A Nacional, Silvia León, también estuvieron presentes quienes tienen esa responsabilidad en Capital y Provincia de Buenos Aires: Clarisa Gambera y Alicia Meynard. Se destacó la presencia de la Secretaria de Comunicación y Difusión de la Central, María Ana Mandakovic, quien contó que en Córdoba la Central marchará junto a la intersindical feminista de esa provincia, con acciones previas en los lugares de trabajo.
Preparatorio del 8M, desde la Secretaría de Género de la CTA-A, en coproducción con Canal Abierto, se están organizando una serie de charlas “En Verde y Violeta”. La primera será el 7 de marzo en el Hotel Quagliaro de ATE (Moreno 2654), y la idea es profundizar en torno a los ejes de “Feminismo y organización de las mujeres trabajadoras y disidencias para enfrentar el patriarcado”.
MÉXICO
Por eso, en esta jornada de Paro Feminista las compañeras del Sindicato del Vestido prenderán las máquinas que el empresario especulador Pablo Enríquez pretendió apagar. Vamos a ponerlas en funcionamiento para imprimir en las remeras realizadas por ellas, las consignas que representan nuestras luchas como mujeres trabajadoras nucleadas en organizaciones territoriales y sindicales del ámbito público y privado que estamos en lucha contra las políticas de ajuste.
Así como las obreras de Chicago fueron un ejemplo de lucha por sus derechos laborales, las compañeras de la Cooperativa 8 de enero son icono y ejemplo de nuestra resistencia: mujeres, muchas de ellas migrantes, que pelean por la fuente de trabajo, en defensa del salario y la continuidad la obra social, la olla popular, el acampe. Y son además quienes mientras tanto se las ingenian para darles de comer a los pibes y pibas, para pagar el alquiler y hacerle frente a los tarifazos.
Por eso, en este Día Internacional de la Mujer Trabajadora, con este Maquinazo le decimos Basta a la usura y la especulación a costa de nuestros cuerpos y nuestras vidas.
Basta de despidos y reincorporación de las despedidas
Salario y jubilaciones acordes al costo de vida
Reconocimiento salarial del trabajo comunitario
Políticas públicas que atiendan y erradiquen las violencias
Aborto Legal Ya
¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos!
Día Internacional de la Mujer Trabajadora
Charlas en Verde y Violeta: “en esta Central el feminismo se debate”
Organizada
por la Secretaría de Género de la CTAA junto a Canal Abierto, se
realizó esta tarde la primera edición de las charlas en Verde y Violeta.
Un anfiteatro colmado de varones y mujeres debatió durante varias horas
sobre feminismos.
La charla fue presentada por Gladys Stagno, en representación de Canal Abierto, que transmitió en vivo toda la charla. “Damos inicio a las charlas en VerdeVioleta, en la víspera de este 8 de marzo. Vamos a hablar ahora de feminismo y salud y luego sobre feminismo y diversidad”, presentó.
Claudia Baigorria, Secretaria General Adjunta de la CTA Autónoma, saludó: “Es muy grato saber que como Central somos parte de algo tan grande como lo es el feminismo, y que no sería lo mismo sin nosotras. Celebro la actividad de la Secretaría de Género que con mucho trabajo y esfuerzo logró echar a andar un protocolo contra la violencia de género, para convertirnos en la primer central sindical en contar con uno”.
Luego habló Silvia León, Secretaria de Género de la Central y anfitriona del evento: “entendemos que el feminismo atraviesa la política y debe ser transversal a todas las áreas en las que construimos organización y damos pelea”.
Feminismos y Salud
León fue la encargada de presentar la mesa de Feminismos y salud: “Empezamos estas charlas hablando de salud, porque el derecho al aborto legal, seguro y gratuito y la lucha por el acceso a la salud son caminos que han sido de construcción política. Entendemos que la salud es un derecho fundamental en la vida de las mujeres y que está siendo vulnerado en tiempos de ajuste y reducción de derechos a la clase trabajadora”.La primera panelista fue Magdalena Ruíz, militante de la CCC, que habló sobre la crítica situación que atraviesan en materia de salud las mujeres de los barrios. Habló, además, de cómo se organizan en la lucha por la la legalización del aborto: “Somos nosotras las que nos morimos por abortos clandestinos”, resumió.
Desde Rosario, Nerina Aspeitía, de la Red de Profesionales por el Derecho a Decidir y de la FESPROSA, habló sobre su recorrido en el sistema de salud pública y su rol en la garantía de derechos. Actualmente trabaja en un hospital público, en el área de salud reproductiva hasta el segundo trimestre de gestación: “aprendimos a trabajar en forma interdisciplinaria acompañando de cerca la decisión de cada mujer. No indicamos, escuchamos y complejizamos en torno de su deseo”.
En relación al caso de niñas madres, contó que llevan adelante una estrategia que tiene que ver con devolverles el lugar de niñas: “el hecho de que estén embarazadas no les quita lo niña. Por eso las internamos en el sector de pediatría, indagamos sobre sus juegos, sus gustos”. Y propuso: “Debemos trabajar en reconstruir la vida de estas niñas. De esto no se hablaba aunque ocurría, hoy sabemos que tienen derecho legal a decidir”.
Nina Brugo, de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, también reflexionó sobre la lucha colectiva que implica el feminismo por la igualdad para todas, todos y todes. “Porque nosotras, las mujeres, debemos luchar para ser consideradas iguales. Es porque por siglos y siglos hemos sido consideradas menos que los hombres. Cuando yo nací ni siquiera podíamos votar”, dijo.
Reflexionado sobre el feminismo, Nina reivindicó y homenajeó a Rosa Luxemburgo en el centenario de su asesinato: “Rosa y el feminismo estamos en contra de la guerra”, dijo Nina que también valoró los logros de los últimos años y haber logrado despenalizar el aborto en la sociedad.
Feminismos y diversidad
“¿Qué significa ser feministas y qué implica para nuestras organizaciones, de origen clasista, que abracen el feminismo?”, se preguntó Silvia León al abrir la segunda mesa, de feminismos y diversidad.Marlene Wayar, intelectual y activista trans, habló sobre su historia personal, como fue su proceso de construcción de identidad, y el acompañamiento de su familia en plena dictadura militar. “Tengo un colectivo pauperizado que necesita del feminismo, que necesita de la fuerza y el abrazo feminista”, indicó en torno a la polémica que despertaron algunos sectores que pretenden dejar a las identidades diversas fuera del movimiento.
“El patriarcado a las mujeres las quiere sumisas para explotarlas y el patriarcado a las trans y travestis nos quiere muertas. Hay diferencia entre una situación y otra”, reflexionó Wayar y resaltó: “tenemos que poner toda la creatividad para erradicar las prácticas patriarcales y mafiosas en el modo de hacer política”.
Y subrayó: “Somos coautores y coautoras de que haya mujeres y travestis viviendo de la prostitución en nuestro país, de que haya niñas madres que son víctimas de violaciones intrafamiliares. Por eso debemos hablar y decidir a qué estamos dispuestas. Porque vamos a la calle envalentonadas diciendo que se va a pudrir y después no se pudre”.
Por último, Clarisa Gambera, Secretaria de Género de la CTA-A Capital y trabajadora de niñez, compartió reflexiones abiertas en torno a los feminismos y las ideas colectivas que va generando este tiempo: “venimos de asambleas hacia el 8M donde circula mucho la idea ‘de quién es el feminismo’, nosotras nos sentimos parte del feminismo de las trabajadoras y es algo que viene de las anarquistas y socialistas”, dijo Gambera a la vez que recordó el recorrido en los Encuentros Nacionales de Mujeres.
También reflexionó en torno al orgullo de ser feministas: “hace muy poco que contamos que somos feministas, que hablamos de los abortos que hicimos hace años en soledad y en la clandestinidad, cosas de las que no hablábamos”. “Los umbrales se corren, se expanden cuando nos organizamos”, reflexionó sobre la lucha de las mujeres de Sport Tech, que tras meses de conflicto se constituyeron como cooperativa en defensa del trabajo.
Mientras en la Ciudad de Buenos Aires la lluvia mojaba la calle, dentro del Quagliaro, en las vísperas de un nuevo 8 de marzo, se vivió una tarde de intenso y cálido debate entre compañeros y compañeras que se proponen pensar y repensar en torno a los feminismos que se están construyendo y reconstruyendo.
Nosotras paramos
Compañeras de la Central profundizan la organización hacia el 8M
El
próximo viernes 8 de marzo millones de mujeres en todo el mundo se
movilizarán en el marco del día de la mujer trabajadora. A lo largo y
ancho del país, la CTA Autónoma será nuevamente protagonista de lo que
será un nuevo hecho histórico.
En este sentido, y con el objetivo de profundizar los debates y acuerdos, este miércoles se realizó en la sede nacional de la Central una reunión organizativa del área metropolitana que contó con la presencia de compañeras de CTA Nacional, y de las regionales Capital y Provincia de Buenos Aires.
Entre lo charlado, se pusieron en común las estrategias tejidas hasta el momento. Distintas compañeras de la Central de Capital y Provincia de Buenos Aires vienen participando de las distintas asambleas feministas en la Mutual Sentimiento junto a todo el movimiento de mujeres y disidencias que se realizaron los viernes de febrero. En ese ámbito, en la primera asamblea Silvia León, Secretaria de Género de la Central, anunció que la CTA Autónoma adhiere y convoca al paro de mujeres y disidencias del próximo 8 de marzo. Posteriormente, en sucesivas asambleas, esto fue ratificado por Clarisa Gambera, Secretaria de Género de la Central porteña.
Durante varias horas las compañera debatieron y acordaron movilizar como área metropolitana de la Central en Ciudad de Buenos Aires organizadas en la columna que integrará el bloque sindical (conformado por la Central, la CCC, la CTEP, Barrios de Pie y gremios de la CGT). En este sentido también se definió realizar una conferencia de prensa los días previos al 8M.
También se definió realizar una acción antes de la marcha en Capital para visibilizar y acompañar el reclamo de las trabajadoras de los distintos ámbitos para dar a conocer la lucha que vienen encabezando las mujeres en defensa de sus derechos. Se harán además acciones en los diferentes territorios y lugares de trabajo en el marco del Paro Nacional, que tiendan a visibilizar las situaciones que atraviesan las mujeres y las reivindicaciones como clase trabajadora.
Además de la Secretaria de Género de CTA-A Nacional, Silvia León, también estuvieron presentes quienes tienen esa responsabilidad en Capital y Provincia de Buenos Aires: Clarisa Gambera y Alicia Meynard. Se destacó la presencia de la Secretaria de Comunicación y Difusión de la Central, María Ana Mandakovic, quien contó que en Córdoba la Central marchará junto a la intersindical feminista de esa provincia, con acciones previas en los lugares de trabajo.
Preparatorio del 8M, desde la Secretaría de Género de la CTA-A, en coproducción con Canal Abierto, se están organizando una serie de charlas “En Verde y Violeta”. La primera será el 7 de marzo en el Hotel Quagliaro de ATE (Moreno 2654), y la idea es profundizar en torno a los ejes de “Feminismo y organización de las mujeres trabajadoras y disidencias para enfrentar el patriarcado”.
MÉXICO
El 66% de las mujeres mexicanas sufrió violencia y cada 190 minutos se registra un feminicidio
Publicado: 6 mar 2019 18:23 GMT | Última actualización: 7 mar 2019 05:27 GMT - RT
El Gobierno federal presentó un Plan de
Acción para combatir la violencia de género, que "se ha incrementado de
forma dramática".
En México, 66 de cada 100 mujeres han sufrido algún tipo de violencia, mientras que cada tres horas es asesinada una mujer o niña en el país.
Así lo informó el Gobierno de México al presentar un Plan de Acción para enfrentar la violencia de género.
"La violencia contra mujeres y niñas se ha incrementado de forma dramática", dijo la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, durante la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La funcionaria informó que, en 2018, se cometieron 3.580 feminicidios en el país, lo cual implica 9 asesinatos de mujeres al día.
"A todas ellas las une un factor común, la falta de atención oportuna del Estado para preservar su seguridad y sus vidas", dijo Sánchez Cordero, quien reconoció que el Estado mexicano ha desatendido la violencia contra la mujer.
En
este sentido, el Gobierno mexicano presentó un Plan de Acción que
busca asumir como un problema de Estado la prevención, sanción y
erradicación de violencia contra mujeres y niñas.
El Plan se implementará mediante los mecanismos legales ya creados y también se prevé conformar un consejo consultivo para asesorar a las mujeres maltratadas.
Sin embargo, el Gobierno informó que en todo el país solo existen 70 refugios, de los cuales, 20 cumplen con todos los requisitos para dar una atención de primer nivel.
"Son espacios específicos para salvar vidas. Los refugios se van a mantener", dijo Nadine Gassman, titular del Instituto Nacional de las Mujeres. "Vamos a trabajar en una estrategia global donde van a estar contemplados los refugios", agregó.
Así lo informó el Gobierno de México al presentar un Plan de Acción para enfrentar la violencia de género.
"La violencia contra mujeres y niñas se ha incrementado de forma dramática", dijo la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, durante la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La funcionaria informó que, en 2018, se cometieron 3.580 feminicidios en el país, lo cual implica 9 asesinatos de mujeres al día.
"A todas ellas las une un factor común, la falta de atención oportuna del Estado para preservar su seguridad y sus vidas", dijo Sánchez Cordero, quien reconoció que el Estado mexicano ha desatendido la violencia contra la mujer.
El Plan se implementará mediante los mecanismos legales ya creados y también se prevé conformar un consejo consultivo para asesorar a las mujeres maltratadas.
Se mantendrán refugios para mujeres
Sobre la polémica en torno a que el Gobierno federal decidió cancelar los recursos económicos que entregaba a asociaciones civiles que funcionaban como refugios para mujeres víctimas de violencia, funcionarias señalaron que el Estado absorberá la responsabilidad al fomentar a nivel municipal la instalación de estos centros de atención.Sin embargo, el Gobierno informó que en todo el país solo existen 70 refugios, de los cuales, 20 cumplen con todos los requisitos para dar una atención de primer nivel.
"Son espacios específicos para salvar vidas. Los refugios se van a mantener", dijo Nadine Gassman, titular del Instituto Nacional de las Mujeres. "Vamos a trabajar en una estrategia global donde van a estar contemplados los refugios", agregó.
Estado español
Mapa 8-M Ya son 1.339 los actos y movilizaciones convocados para este 8-M
Estas son todas las convocatorias del Día
Internacional de la Mujer, y de la tarde anterior. Este mapa estará en
constante actualización para ofrecer el mejor servicio posible.
madrid
03/03/2019 22:55
Actualizado:
07/03/2019 19:20
Carlos Benéitez Fernández / Irene Martínez Nevo / PÚBLICO
Encierros universitarios,
caceroladas, acampadas, marchas nocturnas, manifestaciones... No falta
de nada. Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se han
convocado en España, al menos, 1.339 actos públicos de diferente índole.
De hecho, ya se han duplicado el número de convocatorias que se
alcanzaron el pasado año En el mapa que acompaña esta información,
elaborado por Carlos Benéitez Fernández e Irene Martínez Nevot, el lector y la lectora pueden encontrar si alguno de estos actos se celebran cerca de su ciudad.
Concretamente, y hasta la fecha de
publicación de este artículo, este periódico ha recopilado hasta 76
acciones en la previa del 8-M (jueves a partir de las 20.00 horas); 294 manifestaciones, 276 concentraciones, 309 actos reivindicativos y hasta 367 espacios de encuentro, mesas y paneles informativos.
Por otro lado, también han sido convocados 17 actos
de carácter festivo o reivindicativo para cerrar la jornada del 8-M que
organizan los colectivos sociales para poner el broche final a la
jornada de huelga tras la manifestaciones unitarias o centrales.
Catalunya y Euskadi son los territorios más
vertebrados por el momento, con una amplia densidad de convocatorias en
los espacios rurales.
Razones para el 8-M
Al igual que ocurrió el año anterior, la huelga de este 8-M no es una huelga al uso,
porque no sólo se pide a las mujeres que hagan un paro en lo laboral,
sino que la convocatoria está basada en cuatro pilares: la huelga de
cuidados, la estudiantil, la laboral y de consumo.
El 8-M se propone que las mujeres dejen de realizar
todas esas actividades, en muchos casos invisibles y no remuneradas de
las que suelen encargarse ellas. Se trata de hacer ver que, sin todo ese
trabajo silencioso, el resto del mundo se cae y es necesario ponerlo en
valor.