El feminismo golpea fuerte: rotundo éxito de las mujeres en las manifestaciones del 8M
'Si nosotras paramos, el mundo para'
No es una ola, es un tsunami
Este resurgir del feminismo, que domina la gran
conversación política y social en todo el mundo, es el más diverso,
integrador y global de la historia.
5 marzo, 2019 - PÚBLICO
Sea cual sea el número de esta ola, estamos ante un verdadero tsunami que no se conforma con exigir derechos concretos, sino que cuestiona de raíz todas y cada una de las violencias machistas: de género, la económica, la judicial, la educativa, la laboral, la cultural, la medioambiental… “En estos momentos la lucha por el acceso a una vivienda es feminista, así como la lucha por los derechos laborales, por el cierre de los centros de internamiento de emigrantes… Y esto es algo nuevo. No se trata de reivindicaciones para las mujeres o para determinado tipo de mujeres, sino de cuestionar el modelo. El feminismo ve que la desigualdad de la mujer no es un error del sistema, sino el sistema mismo”, señala la abogada y activista Pastora Filigrana.
Para poder analizar la cuarta ola del feminismo conviene recordar algunos elementos que caracterizaron a las anteriores. La primera ola, que las pensadoras europeas sitúan en la época de Ilustración, sirvió para poner en evidencia que los recién estrenados derechos del hombre dejaban a un lado a la mujer. A esta ola pertenecen obras como la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, de Olimpia de Gouges, publicada en respuesta a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa, que negaba a las mujeres la condición de ciudadanas y derechos tan básicos como el del voto, la educación o al trabajo. En Inglaterra, Mary Wollstonecraft publicaba también su Vindicación de los derechos de la mujer.
La siguiente oleada, que es la que la tradición anglosajona considera como la primera, se produjo de finales del siglo XIX y a principios del siglo XX. Estuvo protagonizada, sobre todo, por el movimiento de las sufragistas y su reivindicación del derecho al voto femenino. Tras unas décadas de avance progresivo en todos los ámbitos de la vida pública y privada, el auge de los fascismos en buena parte de Europa supuso un importante freno y retroceso para millones de mujeres.
Cuestionando los pilares del sistema
La tercera ola del feminismo (que es la segunda para las anglosajonas) arrancó entre los años 60 y 70 del pasado siglo, y es considerada por muchos como una oleada de feminismo radical. Un movimiento que se vio espoleado por obras fundamentales del pensamiento como El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, o La mística de la feminidad, de Betty Friedan. La lucha por los derechos de la mujer empieza por fin a cuestionar los pilares del sistema patriarcal, incidiendo en todas sus manifestaciones: desde la violencia sexual hasta los estereotipos sobre qué es y qué no es femenino.
Miles de personas participan en la Tercera Marcha Anual por la Libertad en Washington.- REUTERS/Joshua Roberts
La frase más emblemática de esta etapa es la de “lo privado es político”,
que enfatiza la necesidad de tener poder político real para poder
cambiar las estructuras que perpetuaban la discriminación de la mujer.
El avance no es, sin embargo, lineal. “A cada ola le sigue una reacción
del patriarcado, que es a la vez fuente de otra reacción feminista, y
así sucesivamente”, explica la filósofa y profesora de la Universidad
Complutense, Luisa Posada. Una dinámica en la que, tras
lograrse importantes avances, a veces se producen retrocesos y pérdida
de derechos que ya se consideraban adquiridos.
Tal como explica gráficamente Cristina Sánchez,
filósofa y directora del Instituto Universitario de Estudios de la Mujer
de la Universidad Autónoma de Madrid, las olas “se caracterizan por
tirar, como piedras en el estanque que provocan ondas expansivas, nuevas
demandas en el espacio público, que provocan a su vez acciones, y
también reacciones”.
Para esta experta, las reacciones a los avances de las mujeres con las que contraataca el patriarcado suelen tener un mismo patrón de comportamiento: “El negacionismo de los temas; reacciones violentas, tanto en el terreno simbólico como del discurso político y social; y la creación de imaginarios y discursos que alertan sobre los peligros y desorden que suponen las demandas feministas en términos de destrucción del orden patriarcal”.
Para esta experta, las reacciones a los avances de las mujeres con las que contraataca el patriarcado suelen tener un mismo patrón de comportamiento: “El negacionismo de los temas; reacciones violentas, tanto en el terreno simbólico como del discurso político y social; y la creación de imaginarios y discursos que alertan sobre los peligros y desorden que suponen las demandas feministas en términos de destrucción del orden patriarcal”.
El romanticismo, Doris Day y las hormonas
Muchas de estas reacciones son tan sutiles que resultan difíciles de identificar. Rosa Cobo, teórica feminista y profesora de Sociología de la Universidad de A Coruña, detalla algunas de las ellas: “Tras la primera ola del feminismo ilustrado surgió el Romanticismo, la misoginia romántica. La respuesta a la segunda ola fue el psicoanálisis, como señala Kate Miller. La reacción a la tercera ola fueron Doris Day, Grace Kelly y la publicidad que reforzaba el estereotipo de la mujer perfecta que prefiere quedarse en casa”.
El
movimiento feminista protesta contra el partido de extrema derecha y
anti-feminista Vox tras el resultado de las elecciones.- REUTERS
“La reacción patriarcal que hemos tenido ha sido durísima”, señala
Cobo. “La publicidad, la conversión de la prostitución en un negocio
internacional, la ideología que genera la mercantilización y la
cosificación de los cuerpos de las mujeres. Creo que todo esto ha
formado parte de la reacción patriarcal y del neocapitalismo del siglo
XXI: la prostitución, los vientres de alquiler… y esto creo que es una afirmación ampliamente aceptada, independientemente de que seas abolicionista o regulacionista”.
La historiadora de la Universidad del País Vasco Nerea Aresti destaca cómo el movimiento sufragista no solo trajo consigo campañas de rechazo frontal al voto femenino, sino también un resurgir de las teorías misóginas más peregrinas. Algunas enarboladas en el sagrado nombre de la ciencia. “A principios del siglo XX surgen teorías que defienden la inferioridad de la mujer con argumentos científicos y empíricos de todo tipo. Se han utilizado argumentos tomados desde la craneología, la endocrinología y la neurología. Ideas encaminadas a demostrar que el organismo, el cuerpo y el cerebro de las mujeres son inferiores por naturaleza. Argumentos peregrinos que se hacían en nombre de la ciencia y que entraban en el debate público”.
En medio de este movimiento constante de acción y reacción, ¿podemos afirmar que estamos en la llamada cuarta ola? Según Posada, sin duda lo estamos. “Se ve en el movimiento MeToo, en las movilizaciones contra la sentencia de la Manada, en Argentina por el aborto, las marchas contra Trump y Bolsonaro, las cadenas de mujeres en India, el feminismo africano, que está muy activo en Uganda o Burkina Faso…” Una ola que, en opinión de la filósofa, tiene características muy específicas. “Es una ola que se ha activado contra la violencia, que aglutina de manera especial a muchas jóvenes y que tiene un carácter transnacional, propio del momento de globalización en el que vivimos. No me refiero solo a la violencia sexual, sino también a la desigualdad económica y laboral, la no redistribución de los cuidados, la pornografía, los vientres de alquiler, la prostitución. Y esto es lo específico contra lo que se ha levantado esta ola”, explica Posada.
Para Nerea Aresti, no es realmente tan importante determinar si estamos o no ante una nueva ola. “Lo que sí está claro es que estamos ante un resurgir del feminismo que no se había producido durante años”. Según Aresti, tras los avances de los años 70 y 80, “parecía que se habían logrado importantes cotas de igualdad. En España, tras el franquismo, se lograron cambios legislativos, sociales y de mentalidad que llevaron a muchos a pensar que el feminismo había dejado de tener sentido. Más aún, que el feminismo no era causa ni sujeto de estos cambios. Para muchas jóvenes, estos cambios parecían solo fruto de una evolución progresiva hacia la igualdad y no el resultado de una lucha”.
La historiadora de la Universidad del País Vasco Nerea Aresti destaca cómo el movimiento sufragista no solo trajo consigo campañas de rechazo frontal al voto femenino, sino también un resurgir de las teorías misóginas más peregrinas. Algunas enarboladas en el sagrado nombre de la ciencia. “A principios del siglo XX surgen teorías que defienden la inferioridad de la mujer con argumentos científicos y empíricos de todo tipo. Se han utilizado argumentos tomados desde la craneología, la endocrinología y la neurología. Ideas encaminadas a demostrar que el organismo, el cuerpo y el cerebro de las mujeres son inferiores por naturaleza. Argumentos peregrinos que se hacían en nombre de la ciencia y que entraban en el debate público”.
En medio de este movimiento constante de acción y reacción, ¿podemos afirmar que estamos en la llamada cuarta ola? Según Posada, sin duda lo estamos. “Se ve en el movimiento MeToo, en las movilizaciones contra la sentencia de la Manada, en Argentina por el aborto, las marchas contra Trump y Bolsonaro, las cadenas de mujeres en India, el feminismo africano, que está muy activo en Uganda o Burkina Faso…” Una ola que, en opinión de la filósofa, tiene características muy específicas. “Es una ola que se ha activado contra la violencia, que aglutina de manera especial a muchas jóvenes y que tiene un carácter transnacional, propio del momento de globalización en el que vivimos. No me refiero solo a la violencia sexual, sino también a la desigualdad económica y laboral, la no redistribución de los cuidados, la pornografía, los vientres de alquiler, la prostitución. Y esto es lo específico contra lo que se ha levantado esta ola”, explica Posada.
Para Nerea Aresti, no es realmente tan importante determinar si estamos o no ante una nueva ola. “Lo que sí está claro es que estamos ante un resurgir del feminismo que no se había producido durante años”. Según Aresti, tras los avances de los años 70 y 80, “parecía que se habían logrado importantes cotas de igualdad. En España, tras el franquismo, se lograron cambios legislativos, sociales y de mentalidad que llevaron a muchos a pensar que el feminismo había dejado de tener sentido. Más aún, que el feminismo no era causa ni sujeto de estos cambios. Para muchas jóvenes, estos cambios parecían solo fruto de una evolución progresiva hacia la igualdad y no el resultado de una lucha”.
El feminismo domesticado de los 80 y 90
La feminista y antropóloga argentina Andrea D’Atri incide también en este punto al analizar los años 80 y 90: “Hubo una política por parte de los regímenes de incorporar demandas planteadas en los 70, pero quitándole los aspectos más subversivos o radicalizados, e incorporando el feminismo a las instituciones del régimen. Es cuando nacen los institutos de la mujer, los departamentos de género de las instituciones del Estado o en las grandes instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional. Se crea así lo que algunas feministas definen como cierta tecnocracia de género”.
El
movimiento feminista de Madrid celebra un eventazo para apoyar la
huelga feminista del proximo 8 de mayo en el Matadero de Madrid EFE
Emilio Naranjo
El cuestionamiento de esta sensación falsa de igualdad y de la
pérdida de radicalidad junto a una virulenta reacción del patriarcado
son, para muchas expertas, algunos de los elementos que explican el
surgimiento de esta nueva ola. Para Aresti hay dos factores esenciales
que han hecho añicos este espejismo de igualdad: la violencia sexual y
la violencia económica, agravada notablemente con la crisis que estalló en el año 2008.
Para Cristina Sánchez está claro que estamos asistiendo a un movimiento social transformador que, más allá de etiquetas, supone un “salto cualitativo en la presencia masiva ahora de un movimiento intergeneracional, internacionalista e interclasista que, en todas partes, en casi todos los países, planta cara al status quopatriarcal, haciendo visibles los pilares sobre los que se asienta: la violencia y la exclusión de las mujeres de los lugares de toma de decisiones”.
“En este caso, desde hace un par de años estamos viendo el surgimiento en muchos países de movimientos de mujeres que reclaman sus derechos, su lugar en la vida social y política o una justicia que las escuche y las crea”.
La investigadora Cecilia Cienfuegos coincide en que asistimos a un momento de “efervescencia feminista”, pero alerta sobre el hecho de que presentar este movimiento en forma de olas puede ser contraproducente. “Esta idea de ola tiende a ser simplificadora y a buscar una uniformidad que no existe en el feminismo en general. Y es sano que no exista”. Cienfuegos explica que quien pone nombre y número a las olas es quien controla el discurso dominante en cada momento. “Cómo hemos ido nombrando a estas olas corresponde a una historia que es eminentemente blanca y occidental”, señala.
Identificar cada ola con la consecución de un derecho concreto supone además “como si hubiese un objetivo único. El derecho al voto, modificar la ley de aborto… Una vez conseguido este derecho, ¿qué más quieres? Puede tener un efecto desmovilizador”. Implica, además una idea de ruptura, como si se rompiese con lo anterior y se cerraran en falso los debates que venían de antes”, añade Cienfuegos.
Para Cristina Sánchez está claro que estamos asistiendo a un movimiento social transformador que, más allá de etiquetas, supone un “salto cualitativo en la presencia masiva ahora de un movimiento intergeneracional, internacionalista e interclasista que, en todas partes, en casi todos los países, planta cara al status quopatriarcal, haciendo visibles los pilares sobre los que se asienta: la violencia y la exclusión de las mujeres de los lugares de toma de decisiones”.
“En este caso, desde hace un par de años estamos viendo el surgimiento en muchos países de movimientos de mujeres que reclaman sus derechos, su lugar en la vida social y política o una justicia que las escuche y las crea”.
La investigadora Cecilia Cienfuegos coincide en que asistimos a un momento de “efervescencia feminista”, pero alerta sobre el hecho de que presentar este movimiento en forma de olas puede ser contraproducente. “Esta idea de ola tiende a ser simplificadora y a buscar una uniformidad que no existe en el feminismo en general. Y es sano que no exista”. Cienfuegos explica que quien pone nombre y número a las olas es quien controla el discurso dominante en cada momento. “Cómo hemos ido nombrando a estas olas corresponde a una historia que es eminentemente blanca y occidental”, señala.
Identificar cada ola con la consecución de un derecho concreto supone además “como si hubiese un objetivo único. El derecho al voto, modificar la ley de aborto… Una vez conseguido este derecho, ¿qué más quieres? Puede tener un efecto desmovilizador”. Implica, además una idea de ruptura, como si se rompiese con lo anterior y se cerraran en falso los debates que venían de antes”, añade Cienfuegos.
Plantar cara al neoliberalismo
Uno de los elementos que más caracteriza a esta ola del feminismo es la crítica feroz a un modelo capitalista neoliberal que se sustenta firmemente sobre los pilares del patriarcado. Para que el sistema funcione, es condición necesaria contar con el trabajo de cuidados no remunerado de millones de mujeres y niñas. Mujeres que además ocupan los empleos más precarios, inseguros y peor remunerados. La cara más machista del capitalismo ha aflorado con fuerza tras la crisis que estalló hace ahora diez años y que trajo consigo más precarización del empleo, sobre todo el femenino, e importantes recortes del gasto social que redundan sistemáticamente en menos apoyo o más trabajo y responsabilidad para las mujeres.
Manifestacion
feminista en protesta por la sentencia sobre los cinco miembros de La
Manada condenados por abusos sexuales pero no por violacion a una joven
madrilena durante los sanfermines de 2016 hoy en el centro de Madrid EFE
Ballesteros
Según Posada, “muchas jóvenes están llegando al anticapitalismo
a través del feminismo, no a través de otras teorías políticas como
ocurría hace unas décadas. Entonces, meter el tema del feminismo era muy
complicado en la izquierda. Pero estas jóvenes están llegando al
anticapitalismo o al anti neoliberalismo a través de sentir que las
tratan como mercancía”.
En este entorno, algunos movimientos feministas muy ligados a la lucha de clases que surgieron con fuerza en la década de los 60 y 70 del siglo pasado, y que durante décadas parecían haber estado acallados, han resurgido con fuerza. Es el caso del llamado feminismo del 99%, nacido al calor del movimiento Ocupy Wall Street en Estados Unidos. Una de sus máximas representantes, Nancy Fraser, afirma que durante las últimas dos décadas el feminismo tomó un giro neoliberal y mantuvo con este un peligroso flirteo.
Tal como lo describe Fraser, el feminismo renunció a una concepción más amplia y sólida de lo que significa la igualdad de género o la igualdad social en general, a favor de la meritocracia. Es decir, en “derribar barreras que permitan a un reducido grupo de mujeres talentosas avanzar hacia los puestos más altos de las organizaciones, en lugar de abolir las jerarquías”. Este feminismo de los “techos de cristal”, saltó por los aires con el advenimiento de la crisis económica, que puso blanco sobre negro la falacia de la igualdad supuestamente alcanzada.
Pastora Filigrana asegura que “defender los derechos conquistados es lo primero. Pero conformarnos solo con eso, no es posible. El sistema nos está expulsando, así que vamos a tener que defender lo conquistado, conquistando más cosas. Hay que organizar una resistencia que empiece a cambiar las reglas del juego”, señala.
Para Cecilia Cienfuegos está claro que “hay que salir de las trincheras en las que nos quieren meter. Hay que evitar caer en la lógica de la resistencia y no volver a la defensa de lo básico y lo irrenunciable. El feminismo está ahora en posición de plantarle cara al sistema de igual a igual y proponer un proyecto alternativo”.
En un momento en el que se habla a menudo de que el feminismo está en la diana de los neofacistas en todo el mundo, Cienfuegos señala rotunda que “el feminismo no ha sido puesto en el centro de los ataques. Nos hemos ganado a pulso esa centralidad”. Y hay millones de mujeres en todo el mundo que no están dispuestas a ceder esa centralidad que tanto costó conquistar.
En este entorno, algunos movimientos feministas muy ligados a la lucha de clases que surgieron con fuerza en la década de los 60 y 70 del siglo pasado, y que durante décadas parecían haber estado acallados, han resurgido con fuerza. Es el caso del llamado feminismo del 99%, nacido al calor del movimiento Ocupy Wall Street en Estados Unidos. Una de sus máximas representantes, Nancy Fraser, afirma que durante las últimas dos décadas el feminismo tomó un giro neoliberal y mantuvo con este un peligroso flirteo.
Tal como lo describe Fraser, el feminismo renunció a una concepción más amplia y sólida de lo que significa la igualdad de género o la igualdad social en general, a favor de la meritocracia. Es decir, en “derribar barreras que permitan a un reducido grupo de mujeres talentosas avanzar hacia los puestos más altos de las organizaciones, en lugar de abolir las jerarquías”. Este feminismo de los “techos de cristal”, saltó por los aires con el advenimiento de la crisis económica, que puso blanco sobre negro la falacia de la igualdad supuestamente alcanzada.
No volver a las trincheras
Alcanzado este punto, ¿hacia dónde camina el feminismo? Según muchas de las expertas consultadas, hacia una movilización permanente, transversal e internacional que ya no se conforma con reclamar determinados cambios en el sistema político, económico, social y cultural, sino que cuestiona elementos esenciales del sistema.Pastora Filigrana asegura que “defender los derechos conquistados es lo primero. Pero conformarnos solo con eso, no es posible. El sistema nos está expulsando, así que vamos a tener que defender lo conquistado, conquistando más cosas. Hay que organizar una resistencia que empiece a cambiar las reglas del juego”, señala.
Para Cecilia Cienfuegos está claro que “hay que salir de las trincheras en las que nos quieren meter. Hay que evitar caer en la lógica de la resistencia y no volver a la defensa de lo básico y lo irrenunciable. El feminismo está ahora en posición de plantarle cara al sistema de igual a igual y proponer un proyecto alternativo”.
En un momento en el que se habla a menudo de que el feminismo está en la diana de los neofacistas en todo el mundo, Cienfuegos señala rotunda que “el feminismo no ha sido puesto en el centro de los ataques. Nos hemos ganado a pulso esa centralidad”. Y hay millones de mujeres en todo el mundo que no están dispuestas a ceder esa centralidad que tanto costó conquistar.
CTXT. Contexto y Acción
¿Por qué el feminismo relacional es un antídoto frente a la extrema derecha?
Extracto de ‘Revolución feminista y políticas de lo común frente a la extrema derecha’
por María Eugenia Rodríguez Palop
ILUSTRACIÓN: MARTA MARTÍNEZ
6 de
Marzo de
2019La extrema derecha se ha presentado como una resistencia de fácil
acceso, sencilla pero robusta, contra los desmanes de las oligarquías
políticas y las élites económicas. Es uno de los frutos de las
contradicciones del neoliberalismo globalizador de estas décadas y de la
connivencia de partidos conservadores, socialdemócratas y
socioliberales con la mundialización financiera y el capital
especulativo, y su programa es hoy de sobra conocido. Repliegue
nacional, orden y seguridad, reacción punitiva, militarismo, xenofobia,
oporofobia, homofobia, misoginia…la restauración en toda regla de un
cierto imaginario de lo común organizada, además, internacionalmente.
Una revolución conformista que no solo obedece a factores ideológicos,
sino que también tiene una raíz vivencial y un anclaje empírico
evidente: la experiencia de desarraigo, la desintegración social y la
violencia institucionalizada que han sufrido las mayorías sociales,
especialmente, en estos años, combinada con una situación real de
escasez de recursos y su concentración en pocas manos.
Mientras la extrema derecha ha sabido aprovechar la fuerza de estos vientos para vehicular la rabia y el resentimiento de los que se han considerado perdedores, así como el miedo de los que tenían algo que perder, la marea feminista de los últimos tiempos ha logrado canalizarla hacia una contestación de signo radicalmente opuesto. La misma conciencia de vulnerabilidad y dependencia que ha dado lugar a la extrema derecha, ha encontrado en el feminismo un tejido bien trabado para derribar sus fronteras. La filosofía relacional de este feminismo reivindica un imaginario de lo común que pone en valor la revolución de los cuidados y los afectos. Se mueve con el mismo material humano, pero apelando a una semántica de la experiencia completamente diferente.
Este feminismo relacional asume la racionalidad del miedo frente a la soledad, la fragmentación y el vacío al que nos han arrastrado las políticas neoliberales. Asume las violencias sistémicas que sufrimos las mujeres. Asume la necesidad de redes y vínculos comunitarios; la misma necesidad a la que dan respuesta las iglesias, los nacionalismos excluyentes y el conservadurismo político. Sin embargo, a diferencia de la extrema derecha, no parte de una autosuficiencia perdida por razones coyunturales, sino de la vulnerabilidad y la dependencia como condición estructural de lo que significa ser humano. Y no culpa a los pobres o a los extranjeros de la inestabilidad sistémica ni de la escasez de recursos, sino a la descontrolada codicia de los ricos y los especuladores. Por eso, en lugar de apoyar los procesos de desposesión, las privatizaciones y el nuevorriquismo, como hace la ultraderecha, más o menos explícitamente, este feminismo se articula desde una política de lo común; una política para el sostenimiento de la vida consciente de que sin los bienes comunes y las prácticas relacionales que favorecen su gestión compartida, equitativa y sostenible, no puede sostenerse una vida que merezca la pena ser vivida. Por esta misma razón, porque teme a los pocos y no a los muchos, este feminismo resiste la captura securitaria de nuestra vulnerabilidad rechazando las reacciones punitivistas, el Estado policial y el militarismo que la extrema derecha activa frente a las emergencias que ella misma crea y/o amplifica.
No hay duda de que tenemos buenas razones para tener miedo, pero no al pobre, sino a la pobreza, no al extranjero, sino al exilio, no a los migrantes, sino a la precariedad y a la intemperie; es a los pocos ricos opulentos y no a los muchos desarrapados a los que tenemos buenas razones para temer. De manera que nuestro refugio no puede ser esa abstracta y fantasiosa comunidad nacional cerrada, excluyente y expulsiva, sino nuestras vivencias cotidianas de interacción, nuestras relaciones afectivas, los vínculos que reconocemos como valiosos, todo lo bueno que hay entre nosotros y queremos cultivar. Lo importante no es lo que hemos sido, ni tampoco la narración épico-narrativa de lo que somos, sino lo que queremos ser en común, aquí y ahora; lo que hacemos y queremos hacer con quienes compartimos un espacio vital concreto.
De manera que en la comunidad feminista el eje central no son los intereses personales, las robustas voluntades individuales, ni los deseos de unos pocos, sino las necesidades insatisfechas y de cuidado que tienen los muchos. Frente al narcisismo, el utilitarismo y la competitividad, se alza, así, la cultura de la responsabilidad y el hacerse cargo. No se trata solo de defender los derechos propios, una visión patrimonialista de los derechos como pistolas defensivas frente a los otros, sino de plantear los derechos como puentes y como fórmulas de integración. Eso es, finalmente, lo que llamamos “ética del cuidado”, lo que otorga un valor político a los bienes relacionales y a las deudas de vínculo; las deudas que hemos contraído con quienes nos han cuidado y con quienes nos cuidan. Unas deudas que se proyectan hacia el pasado y hacia el futuro, y que superan, con creces, la visión lineal del tiempo.
Contra quienes mitifican la libertad contra los otros, la autoestima soberbia del yo, la autoconsciencia, el auto-reconocimiento, la inmunidad y la autosuficiencia, nosotras planteamos el contagio, el contacto, el reconocimiento del otro y la construcción del tú. Frente a la política de los muros, el terror y el aislamiento, la política continua de los cuerpos.
Mientras la extrema derecha ha sabido aprovechar la fuerza de estos vientos para vehicular la rabia y el resentimiento de los que se han considerado perdedores, así como el miedo de los que tenían algo que perder, la marea feminista de los últimos tiempos ha logrado canalizarla hacia una contestación de signo radicalmente opuesto. La misma conciencia de vulnerabilidad y dependencia que ha dado lugar a la extrema derecha, ha encontrado en el feminismo un tejido bien trabado para derribar sus fronteras. La filosofía relacional de este feminismo reivindica un imaginario de lo común que pone en valor la revolución de los cuidados y los afectos. Se mueve con el mismo material humano, pero apelando a una semántica de la experiencia completamente diferente.
Este feminismo relacional asume la racionalidad del miedo frente a la soledad, la fragmentación y el vacío al que nos han arrastrado las políticas neoliberales. Asume las violencias sistémicas que sufrimos las mujeres. Asume la necesidad de redes y vínculos comunitarios; la misma necesidad a la que dan respuesta las iglesias, los nacionalismos excluyentes y el conservadurismo político. Sin embargo, a diferencia de la extrema derecha, no parte de una autosuficiencia perdida por razones coyunturales, sino de la vulnerabilidad y la dependencia como condición estructural de lo que significa ser humano. Y no culpa a los pobres o a los extranjeros de la inestabilidad sistémica ni de la escasez de recursos, sino a la descontrolada codicia de los ricos y los especuladores. Por eso, en lugar de apoyar los procesos de desposesión, las privatizaciones y el nuevorriquismo, como hace la ultraderecha, más o menos explícitamente, este feminismo se articula desde una política de lo común; una política para el sostenimiento de la vida consciente de que sin los bienes comunes y las prácticas relacionales que favorecen su gestión compartida, equitativa y sostenible, no puede sostenerse una vida que merezca la pena ser vivida. Por esta misma razón, porque teme a los pocos y no a los muchos, este feminismo resiste la captura securitaria de nuestra vulnerabilidad rechazando las reacciones punitivistas, el Estado policial y el militarismo que la extrema derecha activa frente a las emergencias que ella misma crea y/o amplifica.
No hay duda de que tenemos buenas razones para tener miedo, pero no al pobre, sino a la pobreza, no al extranjero, sino al exilio, no a los migrantes, sino a la precariedad y a la intemperie; es a los pocos ricos opulentos y no a los muchos desarrapados a los que tenemos buenas razones para temer. De manera que nuestro refugio no puede ser esa abstracta y fantasiosa comunidad nacional cerrada, excluyente y expulsiva, sino nuestras vivencias cotidianas de interacción, nuestras relaciones afectivas, los vínculos que reconocemos como valiosos, todo lo bueno que hay entre nosotros y queremos cultivar. Lo importante no es lo que hemos sido, ni tampoco la narración épico-narrativa de lo que somos, sino lo que queremos ser en común, aquí y ahora; lo que hacemos y queremos hacer con quienes compartimos un espacio vital concreto.
De manera que en la comunidad feminista el eje central no son los intereses personales, las robustas voluntades individuales, ni los deseos de unos pocos, sino las necesidades insatisfechas y de cuidado que tienen los muchos. Frente al narcisismo, el utilitarismo y la competitividad, se alza, así, la cultura de la responsabilidad y el hacerse cargo. No se trata solo de defender los derechos propios, una visión patrimonialista de los derechos como pistolas defensivas frente a los otros, sino de plantear los derechos como puentes y como fórmulas de integración. Eso es, finalmente, lo que llamamos “ética del cuidado”, lo que otorga un valor político a los bienes relacionales y a las deudas de vínculo; las deudas que hemos contraído con quienes nos han cuidado y con quienes nos cuidan. Unas deudas que se proyectan hacia el pasado y hacia el futuro, y que superan, con creces, la visión lineal del tiempo.
Contra quienes mitifican la libertad contra los otros, la autoestima soberbia del yo, la autoconsciencia, el auto-reconocimiento, la inmunidad y la autosuficiencia, nosotras planteamos el contagio, el contacto, el reconocimiento del otro y la construcción del tú. Frente a la política de los muros, el terror y el aislamiento, la política continua de los cuerpos.
Autora: María Eugenia Rodríguez Palop @MEugeniaRPalop
Estado español
El feminismo, mil veces más fuerte
Una vez más, este de 8 de marzo miles de mujeres
salieron a las calles en las principales ciudades de España por mil
motivos: para reclamar derechos, exigir el fin de la violencia machistas
y la igualdad laboral, entre otras reivindicaciones. Un éxito total de
las concentraciones en España que consolida un feminismo imparable y
mucho más fuerte.
Vista
general de la marcha feminista celebrada este viernes en Madrid, con
motivo del Día Internacional de la Mujer. EFE/Fernando Villar
madrid
08/03/2019 23:17 - PÚBLICO
[Esta crónica se nutre de
la información de nuestros compañeros repartidos por todo el país:
Fermín Grodira Fabián y José Verdugo Yébenes (Madrid), Eduardo Bayona
Dutú (Zaragoza), Joel Kashila Torné (Barcelona) y Raúl Bocanegra García
(Sevilla)]
Había mil motivos para salir a las calles. Miles de razones
para no quedarse en casa y enseñar al mundo que el feminismo es una
realidad imparable. Una vez más, las mujeres de España se convirtieron
en un referente mundial en la lucha por la igualdad. Tanto, que durante
la jornada se sucedieron más de 1.000 actos por todo el país.
Caceroladas, manifestaciones, batucadas, marchas… Cualquier forma fue
perfecta para exigir igualdad y el fin de las violencias machistas,
entre otras muchas reivindicaciones.
Ya desde la madrugada del jueves, cientos de mujeres tomaron las calles de Madrid,
haciendo más ruido que nunca, como si fuera un anuncio de lo que este
viernes iba a suceder en todo el país. De hecho, la capital fue uno de
los centros neurálgicos del feminismo, con una mañana protagonizada por
los actos de las estudiantes en huelga y una tarde que terminó con una manifestación histórica a la que acudieron 370.000 personas,
según las cifras oficiales de la Delegación del Gobierno. Unos daros
que podrían doblar la asistencia registrada en los actos del año pasado
(170.000).
"No es no, lo demás es violación", "sola y borracha, quiero llegar a casa", "Madrid será la tumba del machismo",
fueron algunas de las reivindicaciones que tronaban al unísono en la
marcha multitudinaria de la capital. Una marcha que concluyó en la Plaza
de España con la lectura de un manifiesto.
Un texto que fue leído por algunas de las portavoces del movimiento. "Si paramos nosotras, se para el mundo",
comenzaba, para denunciar las "desigualdades" la "precariedad" y la "no
corresponsabilidad de los hombres en el trabajo de los cuidados".
Además, las feministas dejado claro que "huelga no se acaba el 8 de
marzo".
Catalunya se convirtió en otro de los bastiones
principales de la lucha por la igualdad. Y es que, al igual que en la
capital, desde primera hora de la mañana, las mujeres paralizaron las calles de Barcelona, donde las protestas se sucedieron durante prácticamente todo el día, concluyendo en una gran manifestación por la igualdad. Según datos de la Guardia Urbana, 200.000 ciudadanas demostraron que el feminismo no descansa.
En Zaragoza el movimiento feminista desbordó la ciudad desde bien temprano con varios bicipiquetes en
los que participaron cientos de mujeres. Una práctica que también se
desarrolló en otras ciudades de Aragón como Huesca, donde las
manifestaciones sobre ruedas colapsaron algunas de las calles de la
ciudad. Paralelamente, varias caravanas de automóviles comenzaron a
recorrer los pueblos y ciudades del Pirineo, extendiendo el clamor del
8M.
Las movilizaciones de la mañana convergieron en la Plaza del Pilar,
donde miles de mujeres se concentraron entre cánticos y lemas
feministas. Pero las voces de la igualdad no se calmaron ahí, en tanto
que durante la tarde volvieron a ocupar las calles del centro de
Zaragoza para exigir el fin de las violencias machistas. Según los datos
de 8M Aragón, más de 200.000 personas salieron a las calles, una cifra histórica para la capital maña.
En Euskadi, la noticia estuvo en las calles, pero
también en las instituciones. Tanto es así, que la falta de quorum en el
Parlamento Vasco por la ausencia de la mayoría de las parlamentarias
provocó la suspensión del pleno de control programada. De esta forma,
las políticas quisieron dar apoyo al clamor de las ciudadanas que
salieron a las calles de las tres capitales de Euskadi y otras muchas
localidades.
En Bilbao, participaron unas 30.000 mujeres en la
manifestación de la tarde, respaldadas por sindicatos (ELA, LAB, CCOO y
UGT) y representantes políticos (PNV, PSE-EE, EH Bildu y Podemos), que
marcharon tras una pancarta con el lema Desbordamos las márgenes paras
tomar el centro. También salieron a la calle miles de vitorianas y
donostiarras. Por su parte, el lehendakari, Iñigo Urkullu, señaló que el
Día Internacional de la Mujer también es una jornada de concienciación
para los hombres con el fin de que trabajen por la igualdad.
Las reivindicaciones de la huelga feminista también
llogó a la Comunitat Valenciana, donde marchas, cánticos y piquetes
informativos teñidos de violeta se extendió durante el día. En València,
las mujeres mostraron su fuerza con una gran manifestación que coronó
esta jornada histórica. "No es no, lo demás es violación", "Sola,
borracha, quiero llegar a casa", "Els carrers seran sempre nostres",
fueron algunas de las consignas que se escucharon durante la tarde.
En Andalucía miles de mujeres salieron a las calles
desde primera hora de la mañana. Más de 200.000 feministas, según las
cifras de los sindicatos. No quedó rincón que no se viera impregnado de
esta lucha por la igualdad y contra la violencia machista. Tanto es así,
que todas las capitales tuvieron marchas y concentraciones durante
prácticamente todas las horas del día.
No obstante, Sevilla fue la ciudad protagonista –con un total de 23 actos–,
donde miles de asistentes, mayoritariamente mujeres, inundaron la
ciudad entre pancartas, vítores, cánticos y colores morados.Según las
cifras del Ayuntamiento de la ciudad, la marcha contó con el respaldo de
130.000 personas.
Galicia también fue ejemplo de lucha feminista.
Tanto es así, que decenas de miles de gallegos colapsaron esta tarde el
centro de las principales ciudades de la Comunidad en manifestaciones en
las que se pidió el fin de los asesinatos machistas y medidas que
logren erradicar la brecha salarial.
Las comunicadoras pararon en toda España
En una abarrotada plaza del Museo reina Sofía de
Madrid, las trabajadoras del mundo de la comunicación se concentraron
por la mañana en un ambiente festivo a la par que reivindicativo. A
ellas se unieron otros colectivos, para unir fuerzas, en esta jornada de
huelga feminista.
Ataviadas de negro y violeta –el color del
feminismo– mujeres de decenas de medios y agencias de comunicación,
gabinetes de prensa, y, en general, trabajadoras de medios y empresas
periodísticas se citaron cita para leer el manifiesto conjunto: Las Comunicadoras Paramos.
Este tipo de actos se realizaron también en otras partes de la
geografía española, con la intención de luchar por un “periodismo libre y
digno”.
Seguimiento de los paros
Al menos 6 millones de personas secundaron los paros
feministas, según fuentes de UGT, mientras que más de dos millones de
jóvenes secundaron la huelga feminista según el Sindicato de
Estudiantes, una de las organizaciones que habían llamado a "vaciar las
aulas" durante esta jornada. Según los datos del Sindicato de
Estudiantes, el paro fue "casi total" en los institutos de toda España y "muy alto" en las universidades.
Respecto al seguimiento de la huelga entre los
trabajadores de la Administración General del Estado llegó al 4,76%. En
concreto, de los 96.724 funcionarios, con unos servicios mínimos fijados
en 9.826 efectivos, un 4,91% de los trabajadores secundaron la huelga
de todo el día, lo que supone 4.266 personas en total.
En cuanto a los paros parciales de dos horas de
duración, un 5,59% de los trabajadores lo secundaron, lo que se traduce
en un total de 7.005 efectivos sobre los 141.133 empleados públicos de
esta administración.
Huelga feminista 8 de Marzo: Madrid vuelve a inundarse de feminismo
Una nueva masiva manifestación del 8 de marzo ha desbordado las calles de la capital de España.
Vista aérea de la Gran Vía de Madrid durante la manifestación del 8M. - REUTERS
MADRID
08/03/2019 23:05 - Fermín GRODIRA - PÚBLICO
Nuevo día histórico para el
feminismo. Por segundo año consecutivo en Madrid, la marcha feminista
del 8-M ha desbordado el recorrido previsto de Atocha a la Plaza de España.
La movilización ha colapsado no solo las redes de telefonía móvil del
recorrido sino las calles. La cabecera ha luchado para hacerse paso
entre unas calles llenas por manifestantes antes del horario previsto.
'Somos imparables. ¡Feministas siempre!' ha sido el lema escogido este año para demandar una "igualdad real". Consignas como "vivamos nos queremos","abajo
el patriarcado que va a caer, arriba el feminismo que va a vencer" y
"yo sí te creo" han animado una marcha festiva y reivindicativa.
El comunicado que ha cerrado la manifestación ha
resaltado la "diversidad" de las mujeres. Entre las exigencias de las
feministas están la corresponsabilidad en el hogar, "el derecho a
cuidar y ser cuidadas", salarios dignos, permisos por nacimiento
"iguales e intransferibles", una ley efectiva de igualdad salarial, "las
pensiones que nos hemos ganado" y el cierre inmediato de los CIE, entre
otras peticiones.
La Delegación del Gobierno ha cifrado en 375.000 personas la asistencia a la manifestación de este año, frente a los 170.000 del
8-M pasado en Madrid. Esta marcha ha sido el cierre de un día lleno de
actos feministas: lecturas de comunicados en barrio, piquetes (a pie y
en bici), visitas a las sedes de PP, Ciudadanos y Vox, conciertos en la
calle y mucho más actos.
Una de las manifestantes que ha participado en la protesta es Mónica, de 20 años y procedente de Ibiza. Ella ha venido porque "realmente hay desigualdad entre hombre y mujeres y tenemos que luchar para que eso acabe". Mónica es estudiante y hoy no ha acudido a clase.
Marisel ha venido desde Colombia "para apoyar" la
manifestación y huelga feminista "porque las mujeres de las diferentes
latitudes de este mundo debemos ser una sola para defendernos y pedir
que se respeten nuestros derecho".
Huelga feminista 8 de marzo: La marea feminista conquista las calles de Barcelona y la agenda pública, a pesar del desigual seguimiento de la huelga
Cientos de miles de personas se manifiestan en
Catalunya en un nuevo 8 de marzo masivo y festivo. Se confirma que el
movimiento mantiene la fuerza del año pasado
Momento de la lectura del manifiesto de la manifestación de la huelga feminista de Barcelona. JOEL KASHILA
BARCELONA
08/03/2019 22:02 - Ander Zurimendi @anderzurimendi - PÚBLICO
El movimiento feminista ha
vuelto a teñir de lila el territorio, desde los pueblos a las grandes
capitales. Reedita así el colosal éxito del año pasado, cuando la
celebración del 8 de marzo marcaba un punto de inflexión en la historia
reciente. Las movilizaciones han vuelto a ser masivas, desde las
protestas de los piquetes de huelga y las convocatorias institucionales
de la mañana hasta las multitudinarias manifestaciones unitarias de la
tarde en las capitales.
Sólo en Barcelona se han reunido unas
200.000 personas, según la Guardia Urbana -260.000 según el cálculo de
la Directa-. Pero es que ha habido 10.000 más que lo han hecho en
Girona, 10.000 en Tarragona, unas 3.500 en Sabadell, unas 3.000 en
Lleida, y varios miles en Terrassa o Vic. Y la lista podría seguir. Y a
todo esto hay que sumar el resto de movilizaciones que ha habido durante
todo el día, con manifestaciones numerosas al mediodía en muchos
municipios.
Como ya es tónica habitual en los últimos ciclos de
movilizaciones, hoy ha habido más manifestantes (muchos más) que
huelguistas. Dicho de otro modo: la revolución cultural que ha supuesto
la conquista de la agenda pública por parte del feminismo (a nivel
social, comunicativo, político...) no parece haber venido acompañada de
la utilización de la huelga como herramienta reivindicativa equivalente.
La huelga laboral de 24 horas no ha sido secundada
mayoritariamente, aunque los paros de dos horas sí que han tenido un
mayor seguimiento (especialmente entre sectores de la administración
pública). Donde sí ha sido masivo el seguimiento es en las
universidades, tanto entre los estudiantes como entre el profesorado.
Las protestas se han dejado notar desde primera hora
de la mañana. El tono alegre ha marcado toda la jornada, en la que las
mujeres activistas iban encontrándose en el espacio público y se
reconocían mutuamente con complicidad. Por la cabeza de todos pasaba la
sensación de vivir una movilización histórica. En Barcelona, por
ejemplo, la cabecera de la manifestación tenía problemas para avanzar
por la Gran Vía. Sin salir oficialmente desde la plaza Espanya, todo el
recorrido hasta plaza Universitat estaba parcialmente cubierto por la
riada de manifestantes que avanzaban en contra dirección.
Las mujeres racializadas abren la marcha
Con el lema "feminismo para cambiarlo todo", un
numeroso grupo de mujeres migradas y racializadas sostenía la pancarta
principal. Este primer bloque era no mixto, de forma que las
organizadoras han tenido que emplearse a fondo para evitar que hombres
despistados entraran. Seguidamente ha llegado una festiva carroza,
desbordante baile desde el improvisado escenario y música animada por
los altavoces. Tampoco han faltado las batucadas y todo tipo de grupos
de percusión y cultura popular. Más tarde se encontraban las
organizaciones sindicales, en el que por el número de banderas
corporativas destacaba UGT, a pesar de que CCOO y CGT también eran
visibles, con los logos maqueados de violeta para la ocasión. La CNT se
encontraba mucho más apartada, y de su bloque salían precisamente
consignas contra "comisiones y UGT", fundamentalmente por haber
promovido convocatorias de dos horas de huelga y no de todo el día.
De entre los partidos políticos destacaba el bloque
de ERC, con grandes carteles pidiendo la libertad de las presas Dolors
Bassa y Carme Forcadell. Ernest Maragall y Gabriel Rufián se han situado
hoy en segunda fila, detrás de una pancarta encabezada, entre otros,
por la republicana Marta Vilalta, portavoz de la formación. La marcha ha
terminado en la plaza Catalunya donde la actriz Alba Flores, la
periodista Natza Farré y la activista por los derechos de la transexual
Sofía Bengoetxea han denunciado la «represión contra el movimiento
feminista", la "justicia patriarcal», la criminalización de la protesta
social o la discriminación laboral. En el texto, Bengoetxea también ha
pedido la libertad de los «presos políticos» juzgados en el Tribunal
Supremo.
El 8M ha sacado sin duda toda la espontaneidad de las
manifestantes, que han llevado en masa cartones caseros con rimas
creativas. También se han visto muchísimas mejillas en la cara pintadas
con el símbolo feminista, así como escenas de selfies colectivas con
sonrisas de oreja a oreja. Desgraciadamente, también ha sido un día en
el que se ha constatado la necesidad y urgencia feminista, con la
consecuencia más dolorosa del patriarcado: hoy ha habido un nuevo
feminicidio, en este caso en Madrid.
Del feminismo liberal al ‘mansplaining’
Todo esto ha ocurrido hoy, en el primer aniversario
del 8M del año 2018. El resurgir. El tsunami feminista. A menudo, los
periodistas exageramos a la hora de adjetivar los eventos sociales.
Otoño caliente, primavera de tal, la marea de que... Pero sin duda, no
hubo ninguna exageración en la eclosión del año pasado. Es tan claro que
el feminismo se ha convertido transversal que nadie ha querido quedarse
fuera. Ciudadanos, por ejemplo, ha acuñado el “feminismo liberal",
siendo acusado de intentar apropiarse de la figura de la legendaria
sufragista española Clara Campoamor.
El PP no se ha sumado a las manifestaciones, pero sí
que se ha visto obligado a explicar los motivos (cosa que antes no
tenía que hacer). E incluso ha tenido que organizar un acto propio con
un lema incluido: "No hablamos por ti, hacemos para ti". En lo que ambos
coincidieron fue en el mansplaining de sus líderes: tanto Casado como
Rivera han hecho solemnes declaraciones a prensa en las que ellos
hablaban, mientras que un nmeroso grupo de mujeres de los respectivas
formaciones hay asentía, en silencio, tras él.
Las marchas no-mixtas se consolidan
Vivimos tiempos líquidos, que diría Zigmunt Baumann,
en el que todo el mundo se autocalifica como feminista. Tanto desde las
filas de las derechas, como de las capas de la sociedad más
despolitizada. De hecho, la posición de los hombres con relación al
feminismo (y a la huelga) gana controversia a medida que el feminismo
ensancha las bases. Pero no sólo hacen mansplaining los conservadores,
sino que también se da en movimientos sociales, partidos, sindicatos,
etc. Las marchas de antorchas nocturnas no mixtas (y las cabeceras
exclusivamente para mujeres, lesbianas y trans) han generado no poca
incomprensión por parte de un sector de los hombres. Tampoco ha sido una
rareza, hoy, ver a hombres gritando más que nadie, sosteniendo una
pancarta o publicando artículos de opinión en prensa. Sin embargo, el
proceso habitual suele ser el de entender los motivos y terminar
defendiendo el espacio no mixto, con el paso del tiempo.
No hay, pues, que elevar la anécdota a categoría.
Hoy ha sido, básicamente, la demostración de que el feminismo es ahora
mismo el movimiento social con más capacidad movilizadora. Y capacidad
de entusiasmar.
Directo huelga 8M DIRECTO | Primeros cortes de calles y piquetes informativos en Barcelona y Madrid en el arranque de este 8M
Barcelona y Madrid abren los actos de protesta del 8M
con una manifestación y una marcha nocturna de "mujeres, bolleras y
trans" de Ópera a la plaza Mayor, donde a medianoche tuvo lugar la
primera manifestación del Día de la Mujer Trabajadora
Bicipiquete por Madrid. (F. GRODIRA)
madrid
Las mujeres están llamadas a participar este viernes en la huelga feminista
y a marchar por las ciudades españolas para denunciar las desigualdades
y violencias que aún padecen, una convocatoria con la que el movimiento
feminista aspira a volver a demostrar que si ellas paran, "se para el
mundo".
Más de mil motivos alegan tener para salir
de nuevo a las calles, tras el éxito de las movilizaciones de 2018,
porque además de que la igualdad real sigue siendo una quimera, la lucha
feminista ha sido cuestionada por el neomachismo y la extrema derecha.
Urkullu pide a los hombres que trabajen por la igualdad
"Tenemos que ser conscientes de que es un día de
reivindicación por parte de la mujer y un día también de concienciación
para los hombres en la necesidad de trabajar día a día por la igualdad
de la mujer", ha declarado Íñigo Urkullu, el lehendakari vasco.
Urkullu ha insistido en que se considera un
lehendakari "en favor de lo que es el feminismo" y comprometido en el
objetivo de avanzar en la igualdad de la mujer con el hombre.
El sindicato CGT espera un seguimiento de la huelga superior al del año pasado
La Confederación General del Trabajo (CGT), uno de
los sindicatos que han convocado paros de 24 horas este viernes 8 de
marzo por la huelga feminista, espera superar el dato de las "seis
millones de mujeres" que según esta organización secundaron la huelga el
año pasado.
Según la secretaria de la Mujer de CGT, Vanessa
Casado, en una rueda de prensa celebrada en Madrid a las 10.00 horas, la
incidencia de la huelga está siendo alta en sectores "feminizados" como
la educación, sanidad o telemárketing. "Aunque este año destaca también
el seguimiento en industrias masculinizadas como el metal", ha
asegurado.
La portavoz del sindicato también ha destacado los
paros en los transportes urbanos, donde "se notan los servicios mínimos y
el tiempo de espera es brutal", aunque ha criticado la "coacción" de
algunas empresas a sus trabajadoras ante la convocatoria de huelga
feminista.
Estudiantes cortan el acceso a la Universitat de les Illes Balears
Estudiantes de la Universitat de les Illes Balears
(UIB) han cortado este viernes el acceso a las instalaciones de la
Universidad con motivo del Día Internacional de la Mujer. Según han
informado fuentes de la Dirección General de Tráfico (DGT) a Europa
Press, estas actuaciones están teniendo lugar dentro del terreno
universitario, sin invadir zonas de acceso a la propia UIB, como es la
carretera de Valldemossa.
Marchas ciclistas en Aragón para reivindicar el 8-M
Informa nuestro compañero Eduardo Bayona Dutú que
varios bicipiquetes, en los que han participado cientos de mujeres, han
colapsado el centro de Zaragoza en recorridos por las principales
calles de la ciudad que han comenzado poco después de las siete de la
mañana. También los ha habido en Huesca.
Paralelamente, desde primera hora de la mañana,
varias caravanas feministas de automóviles han comenzado a recorrer los
pueblos y ciudades del Pirineo y de la zona oriental de Huesca para
extender la movilización del 8-M.
Las mujeres rurales, que están realizando una
marcha ciclista entre Jaca y Sabiñánigo y que tienen convocada una
concentración en Ayerbe, se han movilizado de manera específica para
reivindicar sus derechos en este 8-M.
“Queremos huelga porque nada ha cambiado y todo
sigue igual. No vamos a permitir que se normalice una situación de
injusticia histórica y ha llegado la hora de decir basta”, señala el
área de Mujer de la organización agraria UAGA, que denuncia que “desde
pequeñas se nos ha trasladado dos ideas en la educación: servimos mejor
para las labores de cuidados y el campo no tiene futuro ni dignidad
profesional. La combinación de los dos factores nos deja las
estadísticas actúales”.
El PP se justifica y reclama un 8M "que no sea una jornada contra nadie"
El PP ha hecho público una declaración en el que
reivindica que el 8M sea "un día de todas las mujeres, un día en el que
nos unamos en una causa común y que no sea una jornada contra nadie".
Según el partido conservador, el Día Internacional de la Mujer que,
asegura, "necesita el concurso de todos" y "con independencia de
planteamientos políticos o ideológicos". Así lo ha expresado en Twitter.
El Parlamento Vasco suspende el pleno por falta de quórum debido a la huelga
La falta de quorum en el Parlamento Vasco por la
ausencia de la mayoría de las parlamentarias con motivo de la huelga
feminista convocada este viernes ha provocado la suspensión del pleno de
control programado.
La Cámara de Vitoria tiene 75 escaños ocupados por
40 parlamentarias y 35 parlamentarios y el reglamento, en su artículo
63, establece que el Pleno se entenderá válidamente constituido cuando
estén presentes la mitad más uno de sus miembros, es decir, 38
representantes.
A las 36 ausencias de mujeres se han sumado las de
varios parlamentarios de distintos partidos, con lo que no habido
quorum para que se celebre el pleno.
Un pelotón de doscientas feministas recorre Madrid para informar y visibilizar la huelga feminista
Nuestro compañero Fermín Grodira informa de que la llamada bicihuelga o bicipiquete
ha salido de la Cuesta Moyano, tras la lectura de un manifiesto y un
baile feminista. El pelotón ha pasado por el Paseo del Prado y de
Recoletos hasta la Plaza de Colón, donde ha girado por la calle Génova.
Allí ha parado frente a la sede del Partido Popular, donde ha cantado
consignas feministas dirigido al partido de Pablo Casado. Ha continuado
la marcha por el barrio de Chamberí, recorriendo la calle Santa
Engracia.
Asturias celebra el Día de la Mujer con concentraciones en varias poblaciones y una gran manifestación en Gijón
La Plataforma Asturies Feminista 8-M ha convocado para este viernes en Gijón una manifestación bajo el lema Si nosotras paramos, se para el mundo. La
manifestación, que coincide el mismo día que hay convocada una huelga
feminista, partirá, a las 19.00 horas, de la plaza de toros de El Bibio y
terminará en la plaza Mayor, frente al Ayuntamiento de Gijón, donde
está prevista la lectura de un manifiesto por parte de una representante
de cada comisión de trabajo de la citada Plataforma.
Previamente, está previsto que en las distintas
plazas de los ayuntamientos se sucedan concentraciones con motivo del
Día de la Mujer, a las 12.00 horas. También se celebrará una comarcal
conjunta, en la plaza de España de Avilés, a las 13.30 horas.
La jornada feminista comenzó a las 00.00 horas con
piquetes nocturnos en la plaza Porlier de Oviedo, en la plaza del Parche
de Avilés y en la plaza del Humedal de Gijón.
Los piquetes de la huelga dificultan los accesos a Bilbao
Los accesos a Bilbao por San Mamés y Juan de Garay
se han visto dificultados durante las primeras horas del día como
consecuencia de algunos piquetes organizados con motivo de la huelga del
movimiento feminista.
Según ha informado el Departamento vasco de
Seguridad, a las protestas feministas se le ha sumado un accidente entre
tres vehículos que ha provocado cortes de tráfico.
En la capital vizcaína, el movimiento Feminista se
ha movilizado a las 7.30 horas desde Capuchinos donde varios cientos de
mujeres se han concentrado tras una pancarta en la que se puede leer
"Heteropatriarkatu kapitalistari planto". Con posterioridad han iniciado
una marcha por las principales calles de la Villa.
La candidata del PP en Madrid: "Nunca fui a las manifestaciones del #8M y no lo haré jamas"
Isabel Díaz Ayuso, candidata del PP a la Comunidad
de Madrid, ha publicado un tuit en el que alardea de no haber ido jamás
a una manifestación feminista del 8M y añade: "Y no lo haré jamas".
"Trabajaré por la igualdad entre personas y la conciliación; contra
abusos e injusticias; el matrimonio infantil; el turismo sexual o la
trata. Que me sigan llamando lo que quieran progres y sus buenas
mujeres", concluye.
Primeros 'Bicipiquetes' en Madrid
En el centro de Madrid, en concreto en la Cuesta
de Moyano, se ha formado uno de los primeros 'Bicipiquetes', que se irán
moviendo por las calles de la capital para informar sobre la huelga
general de esta gran jornada feminista.
Restablecida la circulación de trenes en Sant Cugat (Barcelona) tras una protesta en la vía
La circulación de los trenes de Ferrocarrils de la
Generalitat de Catalunya (FGC) ha quedado restablecida sobre las 07.55
horas de este viernes después de ser interrumpida por una manifestación
en las vías de la estación de Sant Cugat del Vallès (Barcelona).
Según ha informado FGC, la línea ha funcionado
desde Plaça Catalunya a Sant Cugat, de Mira-sol a Terrassa-Nacions
Unides y de Volpelleres a Sabadell-Parc del Nord mientras ha durado el
corte.
Los manifestantes, que han exhibido una pancarta
con el lema 'Huelga feminista', se habían colocado sobre las 07.00 horas
en la bifurcación de la línea hacia Terrassa y Sabadell.
Las mujeres de 'Público' paramos
Este viernes todas las mujeres que trabajan en Público,
incluidas nuestra directora, Ana Pardo de Vera, y nuestra codirectora,
Virginia Pérez Alonso, secundan la huelga de este histórico 8M. Estarán
en la calle, junto a cientos de miles de mujeres más, reivindicando sus
derechos y festejando el Día de la Mujer.
Pedro Sánchez: "Queremos una España feminista"
El presidente del Gobierno ha madrugado este 8M y
ha aprovechado para apoyar las movilizaciones de esta gran jornada
feminista a través de Twitter, donde ha escrito: "Queremos una España
feminista. Porque solo desde el feminismo acabaremos con la
#violenciamachista y lograremos la #IgualdadReal. Solo desde el
feminismo alcanzaremos una democracia plena. Este #8M volveréis a hacer
historia".
Primeros cortes de calles de Barcelona
Según ha informado la Guardia urbana, en Barcelona
ya se han producido los primeros cortes en varias calles: las protestas
se han desarrollado en la avenida Diagonal, a la altura del Palau de
Pedralbes; en la Gran Via, en la plaza Cerdà; en la avenida Meridiana,
en el cruce con el paseo Fabra i Puig, y en la plaza Lesseps.
Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) ha informado de afectaciones de las líneas de autobús que circulan por estos puntos por el corte de las calles.
Caceroladas a medianoche en la Puerta del Sol
Caceroladas, cánticos y gritos con consignas
feministas se escucharon esta pasada noche en la Puerta del Sol y en
otros distritos madrileños como Carabanchel, Vallecas, Prosperidad y
Salamanca como inicio de las actividades convocadas en Madrid por el
movimiento feminista con motivo del 8M.
Un grupo de unas doscientas personas, en su
mayoría mujeres, se congregaron a medianoche durante algo más de una
hora en la Puerta del Sol con silbatos, cacerolas y sartenes, que han
hicieron sonar frente a la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid
en la Real Casa de Correos.
Las personas concentradas gritaban y coreaban
también consignas como "Huelga, huelga, huelga feminista", "Aquí estamos
las feministas" y otros eslóganes contra la violencia contra la mujer
como "No estamos solas faltan las asesinadas", "Sola o borracha quiero
llegar a casa" o "La calle y la noche también son nuestras".
Así mismo, portaban pancartas en la que se leía
"Hermana, yo sí te creo", escenas, gritos y cánticos que se repitirorn
por diversos barrios de Madrid y que tendrán su continuidad durante la
mañana de este viernes con otras actividades como debates, picnics,
"bicipiquetes", así como lecturas de manifiestos, que culminarán con la
manifestación que arrancará a las 19 horas desde Atocha y que finalizará
sobre las 21.15 en Plaza de España.
Antes de la manifestación, sobre a las 12.00, en
Chamberí, se leerá el manifiesto principal del movimiento y a las 13
horas en la plaza del Reina Sofía el de Las Comunicadoras Paramos.
Marcha por el centro de Madrid
Para calentar y anunciar el 8M, la noche de este
jueves cientos de "mujeres, bolleras y trans" recorrieron el centro de
Madrid para "reclamar la noche y la calle".
Con cánticos feminista y batucada, el pasacalles
partió desde la plaza de Isabel II (popularmente conocida como Ópera) e
hizo parada en varias plazuelas del Madrid de los Austrias, informa Fermín Grodira. La marcha, interrumpida por lecturas, proyecciones y performances reivindicativas, terminó en la plaza Mayor con una cacerolada.
La huelga feminista del 8M ha venido, pues, precedida de otras protestas en defensa de la mujer. La denominada Reclama las calles y la noche (vídeo) no
fue la única celebrada en la capital, pues las reivindicaciones del
kilómetro cero también retumbaron en los barrios de Vallecas,
Carabanchel, Retiro, Bellas Vistas, Salamanca y Prosperidad. También ha
habido caceroladas en otras localidades, como Leganés y Rivas
Vaciamadrid.
Barcelona también protesta
Mientras, en Barcelona, miles de mujeres se
manifestaron este jueves para protestar contra el patriarcado y la
violencia machista. La protesta, convocada por el movimiento feminista y
no mixta, se inició sobre las 20 horas en la parada de Metro de Horta.
A lo largo del recorrido, se pudieron escuchar
consignas como "La noche es nuestra, ninguna agresión sin respuesta",
"Contra el patriarcado, lucha directa", "Si nos tocan a una, nos tocan a
todas", "Ni un paso atrás" y "Capital y patriarcado, alianza criminal".
Este viernes "se para el mundo"
Tras los prolegómenos, las mujeres de España están
llamadas a salir a las calles de numerosas ciudades del país, donde
están previstos cientos y cientos de actos de carácter reivindicativo,
que subrayarán la importancia de la mujer en la sociedad.
Las residentes en Madrid se habrán acostado tarde, pero también serán madrugadoras, pues a las 8 horas un bicipiquete
partirá de la Cuesta de Moyano y recorrerá las calles de la ciudad para
animar a las trabajadoras a que se unan a la huelga en el Día
Internacional de la Mujer.
Otras, en cambio, saldrán a pie y disfrazadas a
las 9 horas de la plaza de Lavapiés. Luego, a la hora de la comida, se
han convocado picnics feministas para charlar sobre las principales
reivindicaciones y las desigualdades que padecen las mujeres. Abajo te
indicamos dónde tendrán lugar las comidas para reponer fuerzas.
Encuesta | Y tú... ¿vas a ir a la huelga feminista del 8M?
Hemos hecho una encuesta en la que puedes responer si vas a hacer huelga. La pregunta es muy sencilla, aunque hay varias alternativas de respuesta:
- Sí, iré también a los actos y manifestaciones.
- Sí, pero tendré que quedarme en casa.
- No, porque tendría problemas en el trabajo.
- No, es una huelga que no sirve para nada.
Participa en la encuesta aquí. Luego comprueba el resultado: quizás te sorprenda.
- Sí, iré también a los actos y manifestaciones.
- Sí, pero tendré que quedarme en casa.
- No, porque tendría problemas en el trabajo.
- No, es una huelga que no sirve para nada.
Participa en la encuesta aquí. Luego comprueba el resultado: quizás te sorprenda.
Motivos para sumarse a la protesta
Al igual que ocurrió el año pasado, la de este 8-M
no es una huelga al uso, porque no sólo se pide a las mujeres que hagan
un paro en lo laboral, sino que la convocatoria está basada en cuatro
pilares: la huelga de cuidados, la estudiantil, la laboral y de consumo.
Este viernes se propone que las mujeres dejen de
realizar todas esas actividades, en muchos casos invisibles y no
remuneradas, de las que suelen encargarse ellas y no ellos. Se trata de
hacer ver que, sin todo ese trabajo silencioso, el resto del mundo se
cae y es necesario ponerlo en valor. Marisa Kohan te explica en este reportaje cuáles son las claves y quién está llamado a parar?
Mapa de la huelga del 8M: casi 1.500 actos en España
Encierros universitarios, caceroladas, acampadas,
marchas nocturnas, manifestaciones... No falta de nada. Este viernes se
han convocado en España casi 1.500 actos públicos de diferente índole,
un número que podría ser superior.
De hecho, ya se han duplicado el número de convocatorias que se alcanzaron el pasado año. En el mapa de los actos del 8M
inferior (elaborado por Carlos Benéitez Fernández e Irene Martínez
Nevot), las lectoras pueden encontrar si alguno de estos actos se
celebran cerca de su ciudad. Ojo, porque los actos se van actualizando.
Mil causas para luchar, incluida la amenaza ultra
Más de mil motivos alegan tener para salir de
nuevo a las calles, tras el éxito de las movilizaciones de 2018, porque
además de que la igualdad real sigue siendo una quimera, la lucha
feminista ha sido cuestionada por el neomachismo y la extrema derecha.
El movimiento feminista ha convocado una
huelga general contra la violencia y la desigualdad que sufren las
mujeres en todos los ámbitos. Una huelga cimentada, como señalábamos
antes, en cuatro ejes: laboral, estudiantil, de cuidados y de consumo.
A instancias de la Comisión 8M varios sindicatos
de ámbito estatal (CNT, CGT, Solidaridad Obrera y Confederación
Intersindical) han convocado legalmente la huelga general de 24 horas.
Y las dos grandes centrales sindicales, CCOO y
UGT, han convocado paros de dos horas por turno, de 12 a 14 o de 16 a 18
horas, así como las dos primeras horas del turno para los de noche.
Son numerosas las acciones con las que las mujeres reivindicarán este viernes sus derechos por todo el territorio español. La Comisión 8M detalla manifestaciones en 65 ciudades, pero sólo en la Comunidad de Madrid habrá 75 manifestaciones.
La principal será la que tendrá lugar en Madrid,
que partirá a las 19 horas de Atocha y desembocará en la Plaza de España
pasadas las 21 horas bajo el lema "Somos imparables, ¡feministas
siempre!".
Agenda de los actos previos en Madrid
Además de la cacerolada a medianoche y el
bicipiquete que recorrerá a primera hora de esta mañana las calles de
Madrid, entre las 11 y las 13 horas la Comisión 8M ha convocado concentraciones y lecturas de manifiestos en
diferentes barrios y municipios de la Comunidad, donde en algunos casos
vendrán acompañadas de actuaciones y comidas populares (ver mapa).
En el centro, las participantes comerán y
debatirán sobre los principales temas del argumentario feminista en
varios puntos, como la Puerta del Sol, la plaza Nelson Mandela y la
plaza del Museo de Arte Reina Sofía.
Qué puedes hacer para protestar el 8M en la capital
La Comisión del 8M convoca concentraciones y
lecturas de manifiestos en diferentes barrios y municipios de la
Comunidad a lo largo de la mañana, según un comunicado difundido por las
organizadoras.
En el caso de Getafe será a las 10.30 en el Campus de la Universidad Carlos 3, mientras que en el distrito de Latina
la cita es a las 13.00 en el Metro Alto de Extremadura. En el barrio de
Lavapiés, toca a las 12 en la plaza homónima, donde se harán
declaraciones a medios. A las 14.30 horas, también se valorará la
jornada a la prensa en la plaza Nelson Mandela, lo que volverá a suceder
a las 18 horas en un lugar todavía por determinar.
La manifestación comenzará a las 19 horas en Atocha.
A las 17 horas saldrá una marcha desde el puente de Segovia, aunque los
puntos de salida varían en función del barrio. La cabecera se situará a
las 18.30 en la plaza de Neptuno, esquina Paseo del Prado con Felipe V.
La cabecera llegará a las 21.30 a la Plaza de España, donde se colocará el escenario.
Paradas durante la manifestación
A las 19.30 horas, la cabecera realizará en la plaza de Cibeles una parada de cinco minutos para que los medios gráficos puedan acceder al cordón de seguridad.
A las 20 horas, en la esquina de la Gran Vía con la calle Montera, la cabecera realizará una segunda parada de cinco minutos.
A las 20.30 horas, a la llegada a la plaza de Callao, la cabecera realizará una tercera parada de cinco minutos.
A las 21 horas, antes de finalizar el recorrido, se realizará una última parada al final de la Gran Vía.
A las 21.15 horas está prevista la llegada a la plaza de España, donde se ubicará un escenario.
"Por un 8M sin protagonismos ni partidismos"
Desde la Comisión 8M, impulsora de las
movilizaciones, "se llama a participar en la manifestación como
expresión de las reivindicaciones del movimiento feminista de base, sin
protagonismos ni instrumentalizaciones partidistas".
El 8M se celebra este año en plena precampaña electoral
lo que ha llevado al intento de todas las fuerzas políticas de tratar
de instrumentalizar una movilización que el movimiento feminista se
resiste a politizar. En este contexto, los distintos partidos ya han
avanzado si participarán o no en las marchas y, de hacerlo, qué líderes
acudirán.
La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Igualdad, Carmen Calvo,
acudirá junto a "varios ministros y ministras". También el
vicepresidente de la Comisión Europea, el holandés Frans Timemrmans,
aunque no lo hará Pedro Sánchez.
El presidente del Gobierno español ha asegurado
que para lograr una democracia "plena y sana" hay que "ser feministas",
pues a su parecer no puede haber una democracia completa si la mitad de
la población sufre desigualdades.
El líder socialista ha lanzado este mensaje en un acto de precampaña en Ciudad Real, donde ha defendido que "el feminismo es democracia, igualdad y respetar a la mitad de la población del país".
Por ello, Pedro Sánchez ha criticado a los
partidos de derecha que "banaliza la violencia de género" y ha rechazado
la petición de Vox en Andalucía de pedir los nombres de los
trabajadores en los servicios de asistencia a víctimas de la violencia
machista para "hacer una lista negra".
Las políticas de Podemos estarán; las del PP, no
Las representantes de Unidos Podemos Irene Montero,
Sofía Castañón, Ángela Rodríguez Pam, Ione Belarra, Noelia Vera e Idoia
Villanueva estarán presentas, al igual que Toni Roldán, Melisa
Rodríguez, Begoña Villacís y Marta Rivera de Ciudadanos.
El PP, sin embargo, ha descartado acudir por
considerar que el manifiesto que se leerá tras la manifestación es
"politizado y partidista" y sólo sirve para "hacer propaganda a la
izquierda radical".
Una protesta en contra del machismo y la desigualdad
"Ocupamos las calles para hacer visibles nuestros
trabajos, nuestras demandas y nuestros cuerpos. Y demostramos que si
paramos nosotras, se para el mundo, que impulsamos y desarrollamos
propuestas e ideas para pensar en otras vidas y otro mundo, que somos
miles, millones, las mujeres dispuestas a conseguirlo, y vamos a por
todas", reivindica el citado manifiesto.
"Nuestras vidas siguen marcadas por las desigualdades,
por las violencias machistas, por la precariedad, por procesos de
exclusión derivados de nuestros empleos, la expulsión de nuestras
viviendas, el racismo, por la no corresponsabilidad ni de los hombres,
ni del Estado en los trabajos de cuidados", continúa.
El manifiesto se posiciona también contra el racismo,
la ley de extranjería, las guerras, las leyes mordaza y contra aquellos
que "criminalizan la protesta y la resistencia feminista".
Manifiestos de periodistas, estudiantes y otros gremios
Más allá de los postulados difundidos por la
comisión organizadora, el 8M no se limita a la huelga y las
manifestaciones. Distintos colectivos (como el de las mujeres
comunicadoras, las estudiantes, las juristas, las ingenieras y las
técnicas de teatro) leerán sus respectivos manifiestos.
Si todavía dudas si hacer huelga, no te pierdas esto...
Ana Isabel Bernal, Cristina Fallarás, Esther Mayoko y Consuelo Abril ha participado en el Debate sobre el 8M: aquí y ahora, moderado por la directora del diario Público, Ana Pardo de Vera.
Échale un ojo y, así, quizás despejes las dudas en el caso de que
todavía no tenga clara tu participación en una huelga histórica.
CNT convoca formalmente huelga general feminista para el próximo 8 de marzo
Las mujeres de clase obrera nos enfrentamos día tras día a un sistema capitalista y patriarcal cuya existencia misma depende de la opresión de la mujer, por lo que comprendemos que esta huelga no puede circunscribirse únicamente al ámbito laboral. Nos unimos al movimiento feminista en la exigencia de que el trabajo de cuidados se equipare al trabajo productivo y sea reconocido como lo que es: un valor social de primer orden sin el cual la sociedad no sobreviviría.
Denunciamos la violencia de género como herramienta de control patriarcal. Las cifras escalofriantes de mujeres asesinadas a manos de sus parejas, exparejas, amigos, familiares, compañeros de trabajo, vecinos… en definitiva, a manos de hombres conocidos y desconocidos, son el aspecto más extremo y doloroso de la violencia estructural que sufrimos las mujeres, pero no el único. A las mujeres la violencia nos atraviesa en todos los aspectos de la vida: estudios, familia, trabajo, sexualidad, cultura…
En el ámbito laboral exigimos el fin de la brecha salarial, que alcanza más de un 20%, conscientes de que existen mecanismos para anularla que no se están poniendo en práctica, tales como la definición de los elementos determinantes del salario y complementos salariales como contenido mínimo de los convenios, la realización de campañas de oficio por parte de Inspección de trabajo, sanciones a empresas en las que existe brecha salarial, el establecimiento de medidas procesales individuales y colectivas que permitan el ejercicio de acciones contra la discriminación indirecta o la realización de un diagnóstico oficial de la brecha salarial con la participación de los sindicatos y las organizaciones feministas.
Exigimos el acceso al Empleo y la Promoción Profesional estableciendo para ello medidas objetivas por la vía de la negociación colectiva, prohibiendo a las empresas que exijan disponibilidad horaria fuera de la jornada de trabajo y obligándoles a que la formación deba realizarse obligatoriamente dentro del horario laboral.
Exigimos el derecho de información a todos los sindicatos con presencia en cada empresa en lo referente a los procesos de selección, para garantizar la no discriminación, y que se establezcan límites legales a la libertad de contratación por ser una fuente de discriminación indirecta, así como campañas de oficio de la Inspección de Trabajo orientadas a comprobar el cumplimiento de la objetividad en el acceso al empleo y promoción profesional, con establecimiento de sanciones específicas a su incumplimiento.
Exigimos que los permisos de maternidad y paternidad sean idénticos, obligatorios e intransferibles y que ello vaya acompañado de medidas de fomento de la corresponsabilidad entre hombres y mujeres, establecimiento de permisos por emergencia familiar, obligatoriedad para las empresas con plantillas de más de 250 personas de contar con servicio de guardería y centro de día para personas mayores, establecimiento como servicio mínimo a prestar por Ayuntamientos de más de 5.000 habitantes de centros de día y guarderías y la derogación Decreto 20/2012 que, entre otras cosas, elimina la cotización a la seguridad social de las cuidadoras no profesionales de la personas dependientes.
En lo referente al Empleo al Servicio del Hogar Familiar, exigimos la ratificación del Convenio de la 189 de la OIT y, por lo tanto, la derogación del “carácter especial” de esa relación laboral y su inclusión en el régimen general y en el Estatuto de los Trabajadores a todos los efectos, incluida la consecuencia de la nulidad del despido, la intervención de la Inspección de Trabajo y la consideración de las horas “de presencia” como tiempo de trabajo efectivo.
Exigimos así mismo el establecimiento de medidas de igualdad y no discriminación como contenido mínimo de todos los convenios colectivos, con independencia del tamaño de la empresa y la obligatoriedad para todas las empresas de realizar un análisis de los riesgos del puesto de trabajo y específicamente de los riesgos durante el embarazo y la lactancia.
En lo referente a las pensiones, exigimos la eliminación brecha de género. Esta brecha deriva de la organización social de los trabajos, que desvaloriza los cuidados, y de las discriminaciones de género existentes en el mercado laboral, que provocan que las mujeres tengamos un menor acceso y estemos empleadas menos horas y menos años a lo largo de nuestra vida laboral.
La reforma del sistema de pensiones ha acentuado esta brecha de género al ampliar el período de cotización necesario para conseguir el total de la pensión de jubilación, aumentar el número mínimo de años cotizados y endurecer las reglas de cálculo de la pensión. La brecha en las pensiones es el resultado de una sociedad injusta y misógina que castiga a las mujeres mayores por haber mantenido y seguir manteniendo a flote a tres generaciones.
En el ámbito internacional queremos aprovechar una vez más para mostrar nuestra solidaridad con la revolución social de Rojava, en el centro de la cual están las mujeres. Allí han sido parte fundamental en la formación de una nueva sociedad. Una forma de organización pluralista basada en la democracia radical, la transformación de la mentalidad social machista, la lucha contra Dáesh, el estado fascista turco, y, sobre todo, la alianza Patriarcado-Estado-Capital. Su ejemplo nos reafirma en que ninguna revolución puede tener éxito sin la plena participación de las mujeres.
La CNT estará a la altura de estas reivindicaciones e irá a la huelga convencida de la victoria. No aceptamos la tibieza de los sindicatos de concertación que quieren hacerse la foto a la vez que pretenden desactivar el movimiento y convertir una Huelga General en una protesta inofensiva, simbólica y sin capacidad transformadora. Nos vemos obligados/as una vez más a denunciar la miseria de unas organizaciones que boicotean todas aquellas luchas que no pueden controlar.
También nos negamos a que se nos utilice en procesos electorales, bien como moneda de cambio o bien como decorado de las distintas campañas. Las reivindicaciones feministas son un fin en sí mismo y las mujeres trabajadoras no somos rehenes de nadie, por eso utilizamos la huelga, una herramienta de control obrero que no permite recuperaciones ni manipulaciones partidistas.
Este 8 de marzo los hombres y mujeres de la CNT iremos a la huelga conscientes de que cualquier pequeño paso atrás puede suponer un gran retroceso. Sabemos que más pronto que tarde la represalia patriarcal estará al nivel del desafío lanzado por el movimiento feminista y que, como siempre, tendrá al fascismo y a la patronal de su lado. No es momento, por tanto, de tibieza ni medias tintas.
Las mujeres de clase obrera sabemos que este es nuestro momento y que esta lucha solo podremos ganarla desde la unidad, que no uniformidad. Mujeres de distintas edades, de distintas procedencias, de distintos sectores, en el campo, en la industria, en los servicios, en los pueblos y en las ciudades, trabajadoras de dentro y de fuera de casa... encontrándonos donde nos hemos encontrado siempre las mujeres: en el apoyo mutuo y en la solidaridad.
Viva la huelga, compañeras. Si lo paramos todo, no podrán pararnos.
CGT califica de éxito el seguimiento de la jornada de Huelga General de este 8 de marzo
La Confederación General
del Trabajo (CGT), que ha convocado por segundo año consecutivo Huelga
General de 24 horas en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora,
muestra su satisfacción con los datos de seguimiento de la jornada, en
la que prevé superar el apoyo del año pasado cuando 6.000.000 de
personas la secundaron.
La incidencia de la huelga, que se ha
basado en cuatro ejes fundamentales -laboral, de consumo, de trabajo
doméstico y de cuidados, apoyándose activamente la estudiantil- está
siendo muy alta, sobre todo en sectores altamente feminizados como la
educación, la sanidad y el telemarketing, con un 75% de seguimiento. CGT
ha subrayado como novedad que este año se ha producido un incremento
en el seguimiento de la jornada de huelga en las industrias del metal y
similares, en la que trabajan principalmente compañeros.
CGT ha tenido conocimiento de
vulneraciones del derecho a la huelga, como en la empresa aragonesa
SARGA. Esto mismo ya ocurrió en Andalucía en 2018, donde CGT denunció a
dos consejeros de Empleo por imponer servicios mínimos abusivos. CGT ha
declarado que en los próximos días denunciará todas aquellas
vulneraciones del derecho a huelga de las que haya tenido conocimiento.
Por otro lado, son destacables los
“bicipiquetes” en ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza y Huesca. En
Cataluña, la jornada de Huelga General ha tenido un incremento de la
participación en todos los sectores respecto a la del pasado año. En
este sentido, desde CGT consideran que el feminismo se abre paso dentro
de los centros de trabajo, denunciando la brecha salarial y la
violencia estructural del sistema capitalista que sufren especialmente
las mujeres.
La organización rojinegra también
destaca el aumento del seguimiento en el sector educativo, superándose
el 30% en primaria y siendo casi masivo en la enseñanza universitaria.
En cuanto al seguimiento en el Metro de Barcelona, CGT lo cifra en un
40% y fija un 15% en autobuses.
En general, el transporte público en las
principales ciudades se ha visto afectado por la Huelga General, como
ha podido comprobarse con los retrasos sobre todo en autobuses y trenes
de cercanía.
Por otro lado, CGT ha lamentado las
cargas policiales que han tenido lugar en la ciudad de Valladolid,
cuando varios piquetes informativos han encontrado trabas por parte de
los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para realizar su labor.
Las compañeras que han resultado heridas han sido trasladadas a un
centro hospitalario para ser atendidas por las contusiones recibidas.
Mujeres migrantes, refugiadas, presas, precarias y asesinadas: no estamos todas
Rosa Becerro (Sª
Acción Social de CGT) ha incidido durante la primera rueda de prensa
celebrada esta mañana en la sede de la organización anarcosindicalista,
en que la jornada de hoy es muy importante para toda la clase
trabajadora, especialmente para sus mujeres. Becerro ha tenido presente
en su intervención a todas las mujeres que no podrán ejercer su
derecho fundamental a la huelga, como las mujeres privadas de libertad,
que son explotadas laboralmente en las cárceles del Estado español,
las mujeres migrantes y refugiadas, víctimas de todo tipo de abusos y
violencias machistas, las mujeres precarias, que no podrán ir a la
huelga porque apenas sobreviven con los sueldos que obtienen y, sobre
todo, a las que han callado para siempre porque han sido despojadas de
sus vidas a manos del machismo, el patriarcado y el capitalismo.
Vanessa Casado (Sª de
Mujer de CGT Madrid), ha recordado que CGT ha dado cobertura legal a
todas las personas que quieran hacer huelga en este 8M y ha manifestado
que las mujeres de CGT pueden y deben estar orgullosas de su
organización por la trayectoria de lucha feminista que viene
desarrollando desde hace muchos años. Casado ha explicado también el
desarrollo de actos y piquetes en las principales ciudades -donde se han
cortado vías importantes y se han cerrado algunos comercios y bancos- y
ha realizado un llamamiento para que la manifestación de la tarde en
cada ciudad sea masiva.
Sandra Iriarte (Sª de
Relaciones Internacionales de CGT), ha recordado en su intervención que
estas movilizaciones no empezaron en el Estado español sino en América
Latina, concretamente hace dos cuando tuvo lugar la violación y
asesinato de Lucía Pérez y las compañeras argentinas realizaron un
llamamiento, a nivel mundial, para parar el Día Internacional de la
Mujer Trabajadora. Iriarte ha recordado que la lucha de las mujeres es
universal y ha llegado para no detenerse.
Vulneraciones al derecho de huelga en algunas empresas
Paula Ruiz Roa (Sª
Gral. OO.VV. Úbeda), en una segunda rueda de prensa de valoración de
las primeras horas de esta jornada de lucha celebrada en la plaza de
Callao (Madrid), ha recalcado la importancia de la participación en la
misma a pesar de que en algunos sectores los servicios mínimos han sido
abusivos, como en Educación y Sanidad. Ruiz Roa ha señalado que CGT ha
tenido conocimiento de la vulneración del derecho a huelga en algunas
empresas, donde las compañeras en huelga han detectado que sus puestos
de trabajo han sido cubiertos por otras personas, algo que el sindicato
denunciará por considerarlo muy grave.
Eugenia Seco (Sª Mujer
CGT Transportes Madrid), ha informado de la actividad de algunos
piquetes a primeras horas de la mañana por el centro de Madrid, donde
han conseguido cerrar algunas tiendas, como Zara y Orange, y algunos
bancos, como Bankia. Seco Lahille ha señalado que las compañeras de los
piquetes informativos han sido muy bien acogidas por las personas que
estaban en ese momento trabajando en algunas de estos comercios.
Irene de la Cuerda (Sª
Formación CGT MCLMEx), por su parte, ha recordado la finalidad y el
objetivo de esta jornada de lucha y reivindicación. De la Cuerda
considera que las mujeres deben estar hoy en la calle por los derechos
que aún quedan por conseguir y por los ya logrados durante años de pelea
y que en los últimos tiempos se encuentran más amenazados que nunca
por el auge de los grupos y partidos de extrema derecha. Irene de la
Cuerda insiste en que estos grupos y formaciones políticas intentan
hacer retroceder a las mujeres a los tiempos en los que eran
consideradas seres inferiores.
La CGT manifiesta que continuará
luchando para lograr una sociedad más justa e igualitaria, hasta que se
cambien las leyes y se erradiquen todas las violencias contras las
mujeres. En este sentido, la organización anarcosindicalista ha
manifestado que el Movimiento Feminista está más organizado y
coordinado que nunca, estando todas las mujeres más unidas que nunca y
dispuestas a tirar este patriarcado criminal.