China: "América Latina no pertenece a ningún país y no es el patio trasero de nadie"
Publicado: 26 mar 2019 11:02 GMT | Última actualización: 26 mar 2019 12:06 GMT - RT
El portavoz del Ministerio de Asuntos
Exteriores, Geng Shuang, ha comentado las declaraciones del asesor de
Seguridad Nacional del presidente de EE.UU., John Bolton, sobre la
inadmisibilidad de la injerencia de los países "hostiles" en la
situación en Venezuela.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Geng Shuang, ha declarado este martes que las naciones latinoamericanas son países soberanos, capaces de decidir por su propia cuenta con qué Estados colaborar.
"América Latina no pertenece a ningún país y no es el patio trasero de nadie", recalcó Geng.
A continuación el portavoz de la Cancillería china subrayó que su nación "siempre apoya el desarrollo de las relacionas amistosas con los países" de la región, entre ellos Venezuela.
En el contexto de la situación actual en ese país latinoamericano, Geng hizo hincapié en que solo el pueblo venezolano puede encontrar una salida a la crisis política que vive su nación estos días. "La cuestión venezolana puede ser resuelta solo por el pueblo venezolano, la estabilidad en Venezuela redunda en interés del país, así como de la región", reiteró.
Anteriormente, el asesor de Seguridad Nacional del presidente de EE.UU., John Bolton, afirmó a través de su cuenta personal de Twitter que Washington no tolerará "potencias militares extranjeras hostiles" que impiden alcanzar "objetivos de democracia, seguridad y el Estado de derecho, compartidos en el hemisferio occidental".
"El Ejército venezolano debe estar con el pueblo de Venezuela", precisó.
A su vez, el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, afirmó este lunes en Twitter que Washington trata de "interferir en los programas de cooperación técnica-militar entre Rusia y Venezuela",
al mismo tiempo que el país norteamericano tiene un gran número de
bases militares en todo el mundo —"buena parte" de las cuales se ubica
en América Latina— y "un presupuesto militar creciente de más de $700
millardos". Arreaza calificó este comportamiento de las autoridades
estadounidenses de "cinismo".
Por otra parte, este 25 de marzo, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, mantuvieron una conversación telefónica donde se discutieron temas relacionados con la situación de Venezuela.
En este diálogo, Lavrov destacó que los intentos de Washington de organizar un "golpe de Estado" en Venezuela y las amenazas contra su Gobierno legítimo "están violando la Carta de la ONU", y agregó que ello constituye una "injerencia no disimulada" en los asuntos internos de un Estado soberano.
Por su parte, según cita el Departamento de Estado estadounidense, Pompeo hizo saber a su homólogo ruso que EE.UU. y sus aliados regionales "no se quedarán de brazos cruzados" mientras Rusia "exacerba las tensiones en Venezuela" con sus actividades de cooperación con ese país sudamericano. El diplomático calificó estas acciones como un "comportamiento no constructivo" pese a que se realizan de acuerdo a contratos bilaterales amparados por el derecho internacional.
"América Latina no pertenece a ningún país y no es el patio trasero de nadie", recalcó Geng.
A continuación el portavoz de la Cancillería china subrayó que su nación "siempre apoya el desarrollo de las relacionas amistosas con los países" de la región, entre ellos Venezuela.
En el contexto de la situación actual en ese país latinoamericano, Geng hizo hincapié en que solo el pueblo venezolano puede encontrar una salida a la crisis política que vive su nación estos días. "La cuestión venezolana puede ser resuelta solo por el pueblo venezolano, la estabilidad en Venezuela redunda en interés del país, así como de la región", reiteró.
Anteriormente, el asesor de Seguridad Nacional del presidente de EE.UU., John Bolton, afirmó a través de su cuenta personal de Twitter que Washington no tolerará "potencias militares extranjeras hostiles" que impiden alcanzar "objetivos de democracia, seguridad y el Estado de derecho, compartidos en el hemisferio occidental".
"El Ejército venezolano debe estar con el pueblo de Venezuela", precisó.
Por otra parte, este 25 de marzo, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, mantuvieron una conversación telefónica donde se discutieron temas relacionados con la situación de Venezuela.
En este diálogo, Lavrov destacó que los intentos de Washington de organizar un "golpe de Estado" en Venezuela y las amenazas contra su Gobierno legítimo "están violando la Carta de la ONU", y agregó que ello constituye una "injerencia no disimulada" en los asuntos internos de un Estado soberano.
Por su parte, según cita el Departamento de Estado estadounidense, Pompeo hizo saber a su homólogo ruso que EE.UU. y sus aliados regionales "no se quedarán de brazos cruzados" mientras Rusia "exacerba las tensiones en Venezuela" con sus actividades de cooperación con ese país sudamericano. El diplomático calificó estas acciones como un "comportamiento no constructivo" pese a que se realizan de acuerdo a contratos bilaterales amparados por el derecho internacional.
Bolton: EE.UU. podría emplear la fuerza militar en Venezuela "para proteger a 50.000 estadounidenses"
Publicado: 22 mar 2019 12:13 GMT | Última actualización: 22 mar 2019 13:15 GMT - RT
Anteriormente, John Bolton prometió que la
detención del colaborador de Juan Guaidó, Roberto Marrero, "no quedará
sin respuesta".
El asesor de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump,
John Bolton, ha reiterado que considera ilegítimo al Gobierno de
Nicolás Maduro y ha sugerido que Washington podría emplear la fuerza
militar para proteger "de la violencia y la intimidación" a los cerca de 50.000 estadounidenses que se encuentran en Venezuela.
"El presidente Trump ha sido claro en este punto en varias ocasiones cuando dice que todas las opciones están sobre la mesa. Creo que la gente necesita entenderlo y creer en eso, es muy serio al respecto", comentó Bolton a Breitbart News Daily este jueves.
Sin confirmar ni negar explícitamente las suposiciones de que EE.UU. quiere armar a la oposición venezolana o se prepara para invadir el país latinoamericano, Bolton se limitó a constatar que, según estimaciones, en Venezuela actualmente se encuentran "entre 40.000 y 50.000 ciudadanos estadounidenses", y que "el Gobierno de EE.UU. no tiene ningún deber internacional más importante que proteger a sus ciudadanos de la violencia y la intimidación".
"Lo que quisiéramos hacer es permitir al pueblo venezolano tomar sus propias decisiones, no a través de un gobierno controlado por el sustituto de Cuba para Rusia, no mediante lo que llamamos la diplomacia de la deuda de China, que trata de abrirse paso en los países por todo el mundo y obtener el control de las reservas de petróleo de Venezuela", sostuvo el asesor de Seguridad Nacional.
Al hacer otra referencia a la Doctrina Monroe, Bolton afirmó que el objetivo de EE.UU. es "asegurarse de que estas influencias extranjeras [Cuba, Rusia y China] no controlen Venezuela y afecten adversamente a EE.UU." y sus intereses en su propio hemisferio. "Así que estamos hablando de quitarle el control a una autocracia socialista y mantener viva la Doctrina Monroe en el Hemisferio Occidental para tener poderes fuera del hemisferio que no dicten qué pasa aquí", detalló.
"El presidente Trump ha sido claro en este punto en varias ocasiones cuando dice que todas las opciones están sobre la mesa. Creo que la gente necesita entenderlo y creer en eso, es muy serio al respecto", comentó Bolton a Breitbart News Daily este jueves.
Sin confirmar ni negar explícitamente las suposiciones de que EE.UU. quiere armar a la oposición venezolana o se prepara para invadir el país latinoamericano, Bolton se limitó a constatar que, según estimaciones, en Venezuela actualmente se encuentran "entre 40.000 y 50.000 ciudadanos estadounidenses", y que "el Gobierno de EE.UU. no tiene ningún deber internacional más importante que proteger a sus ciudadanos de la violencia y la intimidación".
"Lo que quisiéramos hacer es permitir al pueblo venezolano tomar sus propias decisiones, no a través de un gobierno controlado por el sustituto de Cuba para Rusia, no mediante lo que llamamos la diplomacia de la deuda de China, que trata de abrirse paso en los países por todo el mundo y obtener el control de las reservas de petróleo de Venezuela", sostuvo el asesor de Seguridad Nacional.
- Las declaraciones de Bolton se producen poco después de la detención en Venezuela de Roberto Marrero, colaborador de Juan Guaidó, por su presunto nexo con una "célula terrorista". Bolton exigió su liberación inmediata y aseveró que el arresto "no quedará sin respuesta".
- Nicolás Maduro denunció que la "célula terrorista" desmantelada tenía como objetivo atacar cuarteles militares, hospitales y estaciones del sistema de transporte subterráneo.
"Mantener viva la Doctrina Monroe"
Preocupaciones similares a las que Bolton ha mencionado sobre el destino de los estadounidenses ya sirvieron de pretexto para invadir la isla de Granada, a unos 160 kilómetros al norte de Venezuela en 1983, con el fin de derrocar al Gobierno izquierdista. En aquel entonces, el Gobierno de Ronald Reagan se preocupó por alrededor de 800 estudiantes estadounidenses de la Escuela de Medicina de la Universidad de San Jorge en Granada.Al hacer otra referencia a la Doctrina Monroe, Bolton afirmó que el objetivo de EE.UU. es "asegurarse de que estas influencias extranjeras [Cuba, Rusia y China] no controlen Venezuela y afecten adversamente a EE.UU." y sus intereses en su propio hemisferio. "Así que estamos hablando de quitarle el control a una autocracia socialista y mantener viva la Doctrina Monroe en el Hemisferio Occidental para tener poderes fuera del hemisferio que no dicten qué pasa aquí", detalló.
Bolton afirma que EEUU no tolerará la injerencia de "potencias hostiles" en Venezuela
Consejo de Seguridad de Rusia: EE.UU. planea tomar el control de Venezuela para dictar condiciones a la OPEP
Publicado: 24 mar 2019 23:49 GMT | Última actualización: 25 mar 2019 00:49 GMT - RT
"El objetivo de EE.UU. es evidente: utilizar
petróleo venezolano barato en sus refinerías, y exportar, incluso a
Europa, el suyo de esquisto caro", comentó el secretario del organismo,
Nikolái Pátrushev.
Washington
se ha impuesto el objetivo de tomar el control de Venezuela, para tener
acceso a petróleo barato, convertirse en líder de este mercado y
empezar a dictar sus condiciones a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), según lo afirma el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, en una entrevista con el periódico Izvestia.
"El objetivo estratégico de Estados Unidos consiste en convertirse en líder de las exportaciones mundiales de petróleo en los próximos años, establecer sus 'reglas de juego' y dictar sus condiciones a la OPEP", comenta Pátrushev.
Para alcanzar sus fines, EE.UU. también impone sanciones a Rusia e Irán, que limitan sus capacidades en el comercio del petróleo, subrayó el funcionario.
Según Pátrushev, Washington busca en Venezuela el modo de promover sus intereses económicos utilizando técnicas de competencia desleal. "El objetivo de EE.UU. es evidente: utilizar el petróleo venezolano barato en sus refinerías y exportar, incluso a Europa, su petróleo de esquisto caro", añadió el secretario.
"Defendiendo la soberanía política y económica de su país, el liderazgo legítimo de Venezuela, claramente, no tiene intención de contribuir a los planes de EE.UU.", opina Pátrushev, subrayando que, precisamente por eso, Washington necesita al líder opositor venezolano Juan Guaidó.
"El objetivo estratégico de Estados Unidos consiste en convertirse en líder de las exportaciones mundiales de petróleo en los próximos años, establecer sus 'reglas de juego' y dictar sus condiciones a la OPEP", comenta Pátrushev.
Para alcanzar sus fines, EE.UU. también impone sanciones a Rusia e Irán, que limitan sus capacidades en el comercio del petróleo, subrayó el funcionario.
Según Pátrushev, Washington busca en Venezuela el modo de promover sus intereses económicos utilizando técnicas de competencia desleal. "El objetivo de EE.UU. es evidente: utilizar el petróleo venezolano barato en sus refinerías y exportar, incluso a Europa, su petróleo de esquisto caro", añadió el secretario.
"Defendiendo la soberanía política y económica de su país, el liderazgo legítimo de Venezuela, claramente, no tiene intención de contribuir a los planes de EE.UU.", opina Pátrushev, subrayando que, precisamente por eso, Washington necesita al líder opositor venezolano Juan Guaidó.
Washington quiere "haitinizar" la región, tras los fracasos de su estrategia… y de Guaidó
por Aram Aharonian
LA HAINE - 25/03/2019
Ante el fracaso de la jugada pergeñada por el régimen estadounidense, ahora sus partidarios buscan convertirlo en mártir
En
unas declaraciones hechas desde el sector más proestadounidense de la
derecha venezolana, Julio Borges señaló que “los miembros de la
oposición sabemos que ninguna salida que propongamos a Maduro será
viable mientras no recuperemos la libertad de Cuba”, en un intento de
regionalizar el conflicto, “haitinizar” la región, que es lo que, en
definitiva, quiere Washington.
Borges fue quien, por órdenes de EEUU, se negó a firmar un acuerdo entre la oposición y el gobierno, en Santo Domingo, en 2017, y sigue a pie juntilla el libreto escrito en Washington.
Este sábado 23 de marzo, se cumplieron dos meses de la autoproclamación como presidente interino de Venezuela del diputado a la Asamblea Nacional en desacato, Juan Guaidó, y ante el fracaso de esta jugada pergeñada por la diplomacia estadounidense, ahora sus partidarios buscan convertirlo en mártir.
Cuatro días antes, el dirigente de Voluntad Popular (al que pertenece Guaidó), Carlos Vecchio, afirmó durante la toma forzada (asalto) de una sede diplomática venezolana en Nueva York que una eventual detención de Juan Guaidó tendría “un impacto positivo” y “aceleraría” un cambio de gobierno en la República Bolivariana.
Mientras, el abogado Roberto Eugenio Marrero, jefe de despacho de Guaidó, fue detenido la madrugada del jueves 21 por el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) acusado de integrar una "célula terrorista" que planeaba ataques en el país con la intención de "crear caos".
El ministro del Interior, Néstor Reverol, lo acusó de ser responsable directo de este grupo criminal, al que se le incautó un lote de armas de guerra y dinero en efectivo de divisas extranjeras. Según Reverol, el grupo había contratado a mercenarios colombianos y centroamericanos para atentar contra la vida de líderes políticos, militares, magistrados y efectuar actos de sabotaje a los servicios públicos.
Mike Pompeo, secretario estadounidense de Estado, condenó en Twitter la detención y exigió la "liberación inmediata" del abogado. En declaraciones a la cadena Fox News, aseguró: "Haremos todo lo posible para sancionar a quienes dirigieron y ordenaron el operativo". ¿Una forma de responsabilizarse como autor intelectual?
Es obvio ya que la capacidad de Guaidó para dividir a las fuerzas armadas y producir un golpe militar, una invasión de sus vecinos o un levantamiento de masas en Venezuela no ha pasado del nivel de intento. Según la constitución venezolana un “presidente encargado” solo tiene como función convocar a elecciones en un plazo de 30 días, y él ya lleva 60 días desde que se autojuramentó. Ningún cuartel o juzgado lo ha reconocido, no tiene capacidad administrativa alguna y ni siquiera tiene gabinete.
Distintos sectores de la variopinta oposición discuten sobre la estrategia dirigida al cambio de gobierno. La mayoría piensa que el intento realizado con la creación de una imagen de poder dual y la presión sobre los militares para que procedieran a una sublevación, una rebelión o un golpe ya fracasó. Y proponen otras opciones, que apuntan hacia un corto o un mediano plazo.
El Comandante General del Ejército ruso, General Vasily Tonkoshkurov, arribó al Aeropuerto de Maiquetía con una comitiva de 99 efectivos militares. Adicionalmente aterrizó en Maiquetía otro avión de la fuerza aérea rusa, de carga, siglas AH-124-100, con 35 toneladas de carga para la delegación rusa. Una advertencia a los halcones de Washington.
Mientras, surgió una disputa paralela por el control de las embajadas en los países que reconocen a Guaidó como presidente interino. Lo cierto es que Estados Unidos es el único país en el que controlan un edificio consular. En las demás naciones, los enviados de Guaidó no pueden desempeñar tareas básicas como emitir un pasaporte ya que el Registro Civil de Venezuela sigue bajo el control de las autoridades constitucionales.
Dentro de este panorama, pese a la histórica victoria ante Argentina en Madrid, el entrenador de la selección venezolana de fútbol, Rafael Dudamel anunció que ponía su cargo a disposición. "Hemos recibido la visita de un “embajador” de Juan Guaidó en España (Antonio Ecarri Bolívar). Han utilizado de manera muy pobre esa visita, la han politizado", denunció.
La presión contra el país sigue siendo fuerte, dadas las amenazas de una intervención de fuerzas extranjeras y las sanciones que se han elevado al grado de embargo petrolero que busca cortar, junto con el bloqueo financiero y bancario, el aprovisionamiento del país en alimentos y medicinas y privar al aparato productivo de los insumos para su funcionamiento.
Sus concentraciones tienen cada vez menos concurrencia. La del jueves 21, que pedía la “inmediata liberación” de su brazo derecho, fue “escuálida”, al decir de Hugo Chávez. Su llamado al paro nacional y su intención de tomar el Palacio de Miraflores no tiene asidero en su capacidad de convocatoria, mientras su credibilidad sigue en descenso.
El problema es seguir guiones mal traducidos del inglés. Que lo han llevado por el camino de la autodestrucción al proponer más sanciones contra el pueblo venezolano e insistiendo en una invasión de EEUU o en su defecto de Colombia, su vecino del sur. Brasil, con temor a crear un caos regional, ha negado la participación de sus militares, el Grupo de Lima mira para otro lado tras el fracaso de la Operación Cúcuta.
Donald Trump sigue en su escalada de agresiones económicas, ocupando, secuestrando, pirateando los bienes de Venezuela en EEUU y adelanta sanciones a bancos y empresas que comercien con Caracas.
La jugada de imponer en Venezuela un gobierno paralelo, y derrocar al legítimo mandatario, no dio los resultados esperados y mostró su fracaso estrepitoso con la Operación Cúcuta, con la que se intentó introducir por la fuerza “ayuda humanitaria” estadounidense (que nadie solicitó), en una operación conjunta con la presidencia de Colombia y el aval de otros presidentes, como Sebastián Piñera y Mario Abdo.
Sin embargo, ese intento de imponer un jefe paralelo de Estado, auspiciando simultánemente el desconocimiento de la práctica diplomática oficial, y violando los parámetros legales establecidos en el derecho internacional, no ha dado sus frutos, pese a que Guaidó vocifera que tiene el apoyo y reconocimiento de la comunidad internacional reducida a los cómplices de las políticas de Washington.
El respaldo de esa “comunidad” se reduce a un reconocimiento más político que jurídico a 43 gobiernos, de los cuales 14 son países de América, 28 son de la Unión Europea (no todos están de acuerdo con la decisión oficial), el 22,16% de los 194 estados nación que conforman la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Alemania, Francia y España, dejaron en claro que el liderazgo de Guiadó no termina de convencer a sus aliados. Los “embajadores” nombrados por él no son reconocidos oficialmente, sino apenas como representantes del autoproclamado.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), conducido por el neoliberal colombiano Moreno anunció que el delegado nombrado por Guaidó, el economista Ricardo Hausmann, representará a Venezuela en la asamblea anual del organismo la próxima semana en China. Pero debió suspender la asamblea tras la negativa de Pekín a otorgar una visa a Hausmann.
Pese al inusitado paso intentado por el BID, el Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoció el jueves 21 de marzo que “aún no hay claridad” entre sus países miembros acerca del posible reconocimiento de Juan Guaidó como presidente de Venezuela y señaló que no hay un voto previsto sobre la cuestión en el Directorio Ejecutivo.
Mientras, Citigroup anunció que depositará poco más de 200 millones de dólares de Venezuela en una cuenta de Estados Unidos, monto que representa el excedente de un crédito otorgado al Banco Central de ese país en 2015.
En Ginebra el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó por amplia mayoría una resolución presentada por Venezuela en nombre del Movimiento de No Alineados sobre efectos negativos de las medidas coercitivas unilaterales (sanciones) en los DDHH.
En buena parte de la población se han instalado y fortalecido pasiones de odio, muerte y destrucción; una poderosa emocionalidad ha invadido todas las esferas de la vida, ante la pasividad individual, social y cultural. Papel primordial juega el poder transmedia, suerte de “maquina discursiva”, que intencionalmente alimenta tal subjetividad política, que desatan el miedo, el dolor, la insolidaridad, el odio, la envidia, el resentimiento, la venganza, la crueldad y la muerte.
Desde esa plataforma subjetiva, lanza Guaidó y la oposición su arenga sobre el costo político cuando, enfático, afirma “para nosotros no es costo (…) es inversión en futuro”.
Y, apelando a las pasiones tristes, remata con una suerte de amenaza: “estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario por la libertad (…) No hay miedo”. En ese contexto, ¿Cómo derrotar la lógica de la guerra, cómo apartarnos de las prácticas violentas de representación y participación? ¿Cómo reconstruir el tejido social? ¿Cómo abrirse a nuevas miradas sobre la convivencia, el dialogo, la concertación?, se pregunta la socióloga Maryclén Stelling.
CLAE
Borges fue quien, por órdenes de EEUU, se negó a firmar un acuerdo entre la oposición y el gobierno, en Santo Domingo, en 2017, y sigue a pie juntilla el libreto escrito en Washington.
Este sábado 23 de marzo, se cumplieron dos meses de la autoproclamación como presidente interino de Venezuela del diputado a la Asamblea Nacional en desacato, Juan Guaidó, y ante el fracaso de esta jugada pergeñada por la diplomacia estadounidense, ahora sus partidarios buscan convertirlo en mártir.
Cuatro días antes, el dirigente de Voluntad Popular (al que pertenece Guaidó), Carlos Vecchio, afirmó durante la toma forzada (asalto) de una sede diplomática venezolana en Nueva York que una eventual detención de Juan Guaidó tendría “un impacto positivo” y “aceleraría” un cambio de gobierno en la República Bolivariana.
Mientras, el abogado Roberto Eugenio Marrero, jefe de despacho de Guaidó, fue detenido la madrugada del jueves 21 por el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) acusado de integrar una "célula terrorista" que planeaba ataques en el país con la intención de "crear caos".
El ministro del Interior, Néstor Reverol, lo acusó de ser responsable directo de este grupo criminal, al que se le incautó un lote de armas de guerra y dinero en efectivo de divisas extranjeras. Según Reverol, el grupo había contratado a mercenarios colombianos y centroamericanos para atentar contra la vida de líderes políticos, militares, magistrados y efectuar actos de sabotaje a los servicios públicos.
Mike Pompeo, secretario estadounidense de Estado, condenó en Twitter la detención y exigió la "liberación inmediata" del abogado. En declaraciones a la cadena Fox News, aseguró: "Haremos todo lo posible para sancionar a quienes dirigieron y ordenaron el operativo". ¿Una forma de responsabilizarse como autor intelectual?
Es obvio ya que la capacidad de Guaidó para dividir a las fuerzas armadas y producir un golpe militar, una invasión de sus vecinos o un levantamiento de masas en Venezuela no ha pasado del nivel de intento. Según la constitución venezolana un “presidente encargado” solo tiene como función convocar a elecciones en un plazo de 30 días, y él ya lleva 60 días desde que se autojuramentó. Ningún cuartel o juzgado lo ha reconocido, no tiene capacidad administrativa alguna y ni siquiera tiene gabinete.
Distintos sectores de la variopinta oposición discuten sobre la estrategia dirigida al cambio de gobierno. La mayoría piensa que el intento realizado con la creación de una imagen de poder dual y la presión sobre los militares para que procedieran a una sublevación, una rebelión o un golpe ya fracasó. Y proponen otras opciones, que apuntan hacia un corto o un mediano plazo.
El Comandante General del Ejército ruso, General Vasily Tonkoshkurov, arribó al Aeropuerto de Maiquetía con una comitiva de 99 efectivos militares. Adicionalmente aterrizó en Maiquetía otro avión de la fuerza aérea rusa, de carga, siglas AH-124-100, con 35 toneladas de carga para la delegación rusa. Una advertencia a los halcones de Washington.
Mientras, surgió una disputa paralela por el control de las embajadas en los países que reconocen a Guaidó como presidente interino. Lo cierto es que Estados Unidos es el único país en el que controlan un edificio consular. En las demás naciones, los enviados de Guaidó no pueden desempeñar tareas básicas como emitir un pasaporte ya que el Registro Civil de Venezuela sigue bajo el control de las autoridades constitucionales.
Dentro de este panorama, pese a la histórica victoria ante Argentina en Madrid, el entrenador de la selección venezolana de fútbol, Rafael Dudamel anunció que ponía su cargo a disposición. "Hemos recibido la visita de un “embajador” de Juan Guaidó en España (Antonio Ecarri Bolívar). Han utilizado de manera muy pobre esa visita, la han politizado", denunció.
La presión contra el país sigue siendo fuerte, dadas las amenazas de una intervención de fuerzas extranjeras y las sanciones que se han elevado al grado de embargo petrolero que busca cortar, junto con el bloqueo financiero y bancario, el aprovisionamiento del país en alimentos y medicinas y privar al aparato productivo de los insumos para su funcionamiento.
Sus concentraciones tienen cada vez menos concurrencia. La del jueves 21, que pedía la “inmediata liberación” de su brazo derecho, fue “escuálida”, al decir de Hugo Chávez. Su llamado al paro nacional y su intención de tomar el Palacio de Miraflores no tiene asidero en su capacidad de convocatoria, mientras su credibilidad sigue en descenso.
El problema es seguir guiones mal traducidos del inglés. Que lo han llevado por el camino de la autodestrucción al proponer más sanciones contra el pueblo venezolano e insistiendo en una invasión de EEUU o en su defecto de Colombia, su vecino del sur. Brasil, con temor a crear un caos regional, ha negado la participación de sus militares, el Grupo de Lima mira para otro lado tras el fracaso de la Operación Cúcuta.
Donald Trump sigue en su escalada de agresiones económicas, ocupando, secuestrando, pirateando los bienes de Venezuela en EEUU y adelanta sanciones a bancos y empresas que comercien con Caracas.
La jugada de imponer en Venezuela un gobierno paralelo, y derrocar al legítimo mandatario, no dio los resultados esperados y mostró su fracaso estrepitoso con la Operación Cúcuta, con la que se intentó introducir por la fuerza “ayuda humanitaria” estadounidense (que nadie solicitó), en una operación conjunta con la presidencia de Colombia y el aval de otros presidentes, como Sebastián Piñera y Mario Abdo.
Sin embargo, ese intento de imponer un jefe paralelo de Estado, auspiciando simultánemente el desconocimiento de la práctica diplomática oficial, y violando los parámetros legales establecidos en el derecho internacional, no ha dado sus frutos, pese a que Guaidó vocifera que tiene el apoyo y reconocimiento de la comunidad internacional reducida a los cómplices de las políticas de Washington.
El respaldo de esa “comunidad” se reduce a un reconocimiento más político que jurídico a 43 gobiernos, de los cuales 14 son países de América, 28 son de la Unión Europea (no todos están de acuerdo con la decisión oficial), el 22,16% de los 194 estados nación que conforman la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Alemania, Francia y España, dejaron en claro que el liderazgo de Guiadó no termina de convencer a sus aliados. Los “embajadores” nombrados por él no son reconocidos oficialmente, sino apenas como representantes del autoproclamado.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), conducido por el neoliberal colombiano Moreno anunció que el delegado nombrado por Guaidó, el economista Ricardo Hausmann, representará a Venezuela en la asamblea anual del organismo la próxima semana en China. Pero debió suspender la asamblea tras la negativa de Pekín a otorgar una visa a Hausmann.
Pese al inusitado paso intentado por el BID, el Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoció el jueves 21 de marzo que “aún no hay claridad” entre sus países miembros acerca del posible reconocimiento de Juan Guaidó como presidente de Venezuela y señaló que no hay un voto previsto sobre la cuestión en el Directorio Ejecutivo.
Mientras, Citigroup anunció que depositará poco más de 200 millones de dólares de Venezuela en una cuenta de Estados Unidos, monto que representa el excedente de un crédito otorgado al Banco Central de ese país en 2015.
En Ginebra el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó por amplia mayoría una resolución presentada por Venezuela en nombre del Movimiento de No Alineados sobre efectos negativos de las medidas coercitivas unilaterales (sanciones) en los DDHH.
En buena parte de la población se han instalado y fortalecido pasiones de odio, muerte y destrucción; una poderosa emocionalidad ha invadido todas las esferas de la vida, ante la pasividad individual, social y cultural. Papel primordial juega el poder transmedia, suerte de “maquina discursiva”, que intencionalmente alimenta tal subjetividad política, que desatan el miedo, el dolor, la insolidaridad, el odio, la envidia, el resentimiento, la venganza, la crueldad y la muerte.
Desde esa plataforma subjetiva, lanza Guaidó y la oposición su arenga sobre el costo político cuando, enfático, afirma “para nosotros no es costo (…) es inversión en futuro”.
Y, apelando a las pasiones tristes, remata con una suerte de amenaza: “estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario por la libertad (…) No hay miedo”. En ese contexto, ¿Cómo derrotar la lógica de la guerra, cómo apartarnos de las prácticas violentas de representación y participación? ¿Cómo reconstruir el tejido social? ¿Cómo abrirse a nuevas miradas sobre la convivencia, el dialogo, la concertación?, se pregunta la socióloga Maryclén Stelling.
CLAE
Adiós Guaidó
Por:
Angel Guerra Cabrera
La agresión de potencias extranjeras brinda a los pueblos en
revolución la posibilidad de elevar su conciencia política y autoestima,
aumentar su voluntad y cultura de resistencia y comprobar su capacidad
de vencer a enemigos muy poderosos. O se fortalecen frente a la
intervención, o son derrotadas por ella y por la contrarrevolución.
El pueblo venezolano se ha fogueado en casi dos décadas de fiera hostilidad del imperialismo de Estados Unidos, sus aliados y lacayos. Ha sido atacado en múltiples frentes como la guerra económica, la guerra mediática y la guerra eléctrica, en el contexto de la táctica de golpe continuado y guerra irregular, o híbrida. Pero ha salido victorioso y con la moral alta después de cada ataque.
Las últimas dos grandes arremetidas del gobierno colonialista y neofascista de Donald Trump contra Venezuela han resultado un completo fracaso. Pero la pandilla de maleantes encargada de la política imperial hacia América Latina y el Caribe llegó a soñar con que el liderazgo del presidente Nicolás Maduro y el edificio de la Revolución Bolivariana implosionarían el 23 de febrero, o que, en el peor de los casos, lo harían a consecuencia del mayor y más prolongado sabotaje terrorista contra el sistema electro energético de Venezuela y, probablemente, de nación alguna, que apagó al país casi una semana. O debido a las dos embestidas sumadas.
De lo que sí no hay duda es de que ambas agresiones han ocasionado graves consecuencias económicas y humanas en una población sometida ya a los rigores de la guerra económica y al estrés generado por una de las más intensas y prolongadas campañas de terrorismo comunicacional contra un país.
Hay que insistir en la considerable envergadura de la victoria del 23F, una proeza del chavismo civil y militar, que unido y cohesionado impidió la introducción con derroche de violencia paramilitar y mercenaria de la llamada ayuda humanitaria a través de las fronteras terrestres. El chavismo derrotó una tremenda amenaza de violación de la soberanía venezolana por parte de Estados Unidos, de varias naciones europeas y de los gobiernos lacayos del imperialismo en nuestra región.
El gran apagón fue planeado y ejecutado desde las entrañas del imperialismo yanqui, aunque al parecer con cooperación desde adentro del sistema eléctrico venezolano. El modus operandi del grupo neofascista compuesto por Trump, Pence, Bolton, Pompeo, Rubio y Abrams, durante esos días y los anteriores, evidencia que el sabotaje formaba parte del plan de guerra sicológica previo a la eventual intervención militar, que estaban informados en detalle sobre él y que trataron de sacar el máximo provecho de la gravísima situación creada para sus planes de derrocamiento de Maduro.
Venezuela no ha vivido una tragedia de gran proporción en estos días de apagón gracias al heroísmo, el temple, la paciencia, la disciplina, la solidaridad mutua y la alta conciencia patriótica de la unidad cívico-militar.
Si con la agresión del 23F no lograron quebrar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ni al chavismo civil, con el sabotaje terrorista no consiguieron caotizar ni desarticular al pueblo ni crear nada parecido a una rebelión. No había agua ni combustible, la comida se fermentaba, las escuelas y centros de trabajo fueron cerrados, el metro y gran parte del trasporte colapsaron, la atención a los pacientes en algunos hospitales tuvo baches hasta que fueron instalados grupos electrógenos en los que no los tenían. No obstante, no se produjo una sola defunción como consecuencia del apagón aunque las bocinas mediáticas llegaron a mencionar cerca de 300 personas muertas, de ellas 80 recién nacidos.
Y no hubo defunciones porque las autoridades adoptaron medidas drásticas para asegurar la continuidad del servicio en los centros asistenciales. ¿Quién puede negar que este sabotaje constituye un crimen de lesa humanidad del gobierno de Trump?
Por su parte, el payaso títere Guaidó siguió volatilizándose, despareciendo políticamente hasta no poder reunir más que un grupito de personas en la supuesta gran marcha que convocó para el martes 12. Nunca tuvo gran convocatoria, lo suyo es el apoyo yanqui. Pero como escribió Luis Hernández Navarro, la oposición se suicidó cuando el autoproclamado presidente interino pidió la intervención militar estadounidense en su propio país. Aparte de la traición a la patria y la enorme perversidad entrañada en esa solicitud, revela una gran ignorancia sobre la cultura política y los sentimientos patrióticos y antiimperialistas del pueblo venezolano, que no le perdonará su infamia.
Estados Unidos se ha metido en un gran problema y ha arrastrado consigo a la Unión Europea, que ya anda buscando como cautela sus intereses en Venezuela ante el hecho evidente de que Guaidó es el presidente fantasmagórico de un gobierno gaseoso y Maduro se queda, sólidamente enraizado en el pueblo venezolano.
11 Mar 2019
El pueblo venezolano se ha fogueado en casi dos décadas de fiera hostilidad del imperialismo de Estados Unidos, sus aliados y lacayos. Ha sido atacado en múltiples frentes como la guerra económica, la guerra mediática y la guerra eléctrica, en el contexto de la táctica de golpe continuado y guerra irregular, o híbrida. Pero ha salido victorioso y con la moral alta después de cada ataque.
Las últimas dos grandes arremetidas del gobierno colonialista y neofascista de Donald Trump contra Venezuela han resultado un completo fracaso. Pero la pandilla de maleantes encargada de la política imperial hacia América Latina y el Caribe llegó a soñar con que el liderazgo del presidente Nicolás Maduro y el edificio de la Revolución Bolivariana implosionarían el 23 de febrero, o que, en el peor de los casos, lo harían a consecuencia del mayor y más prolongado sabotaje terrorista contra el sistema electro energético de Venezuela y, probablemente, de nación alguna, que apagó al país casi una semana. O debido a las dos embestidas sumadas.
De lo que sí no hay duda es de que ambas agresiones han ocasionado graves consecuencias económicas y humanas en una población sometida ya a los rigores de la guerra económica y al estrés generado por una de las más intensas y prolongadas campañas de terrorismo comunicacional contra un país.
Hay que insistir en la considerable envergadura de la victoria del 23F, una proeza del chavismo civil y militar, que unido y cohesionado impidió la introducción con derroche de violencia paramilitar y mercenaria de la llamada ayuda humanitaria a través de las fronteras terrestres. El chavismo derrotó una tremenda amenaza de violación de la soberanía venezolana por parte de Estados Unidos, de varias naciones europeas y de los gobiernos lacayos del imperialismo en nuestra región.
El gran apagón fue planeado y ejecutado desde las entrañas del imperialismo yanqui, aunque al parecer con cooperación desde adentro del sistema eléctrico venezolano. El modus operandi del grupo neofascista compuesto por Trump, Pence, Bolton, Pompeo, Rubio y Abrams, durante esos días y los anteriores, evidencia que el sabotaje formaba parte del plan de guerra sicológica previo a la eventual intervención militar, que estaban informados en detalle sobre él y que trataron de sacar el máximo provecho de la gravísima situación creada para sus planes de derrocamiento de Maduro.
Venezuela no ha vivido una tragedia de gran proporción en estos días de apagón gracias al heroísmo, el temple, la paciencia, la disciplina, la solidaridad mutua y la alta conciencia patriótica de la unidad cívico-militar.
Si con la agresión del 23F no lograron quebrar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ni al chavismo civil, con el sabotaje terrorista no consiguieron caotizar ni desarticular al pueblo ni crear nada parecido a una rebelión. No había agua ni combustible, la comida se fermentaba, las escuelas y centros de trabajo fueron cerrados, el metro y gran parte del trasporte colapsaron, la atención a los pacientes en algunos hospitales tuvo baches hasta que fueron instalados grupos electrógenos en los que no los tenían. No obstante, no se produjo una sola defunción como consecuencia del apagón aunque las bocinas mediáticas llegaron a mencionar cerca de 300 personas muertas, de ellas 80 recién nacidos.
Y no hubo defunciones porque las autoridades adoptaron medidas drásticas para asegurar la continuidad del servicio en los centros asistenciales. ¿Quién puede negar que este sabotaje constituye un crimen de lesa humanidad del gobierno de Trump?
Por su parte, el payaso títere Guaidó siguió volatilizándose, despareciendo políticamente hasta no poder reunir más que un grupito de personas en la supuesta gran marcha que convocó para el martes 12. Nunca tuvo gran convocatoria, lo suyo es el apoyo yanqui. Pero como escribió Luis Hernández Navarro, la oposición se suicidó cuando el autoproclamado presidente interino pidió la intervención militar estadounidense en su propio país. Aparte de la traición a la patria y la enorme perversidad entrañada en esa solicitud, revela una gran ignorancia sobre la cultura política y los sentimientos patrióticos y antiimperialistas del pueblo venezolano, que no le perdonará su infamia.
Estados Unidos se ha metido en un gran problema y ha arrastrado consigo a la Unión Europea, que ya anda buscando como cautela sus intereses en Venezuela ante el hecho evidente de que Guaidó es el presidente fantasmagórico de un gobierno gaseoso y Maduro se queda, sólidamente enraizado en el pueblo venezolano.
NORTESUR.media
A cuidar a Guaidó: La CIA lo quiere asesinar
Guaidó es un recurso publicitario de
bajo costo. Ello explica porqué desde su condición de desconocido, pasó a
presidente “encargado” buscando usurpar el poder en Venezuela. Tal
función, para incredulidad de algunos, no fue asumida por los dirigentes
históricos de la oposición al chavismo. Estos últimos están a buen
recaudo esperando el desenlace.
La última maniobra desplegada resulta ser la más peligrosa para Guaidó.
Nos referimos al sabotaje mediante
terrorismo energético y cibernético implementado para dejar sin
electricidad a grandes centros urbanos en Venezuela.
La guerra psicológica en contra de la
gente, especialmente en los barrios más pobres, es el objetivo central.
El problema que tiene este panorama para sus autores, es que la
organización de los colectivos chavistas ha logrado dar tranquilidad a
la población.
Si los apagones no logran sacudir la base
central del chavismo, la única posibilidad que le queda a la CIA y a
los sectores reaccionarios venezolanos es matar a Guaidó y justificar,
de esa manera y con un gran despliegue mediático internacional, el
curso a una operación de descabezamiento quirúrgico de la dirigencia,
partiendo primero por Diosdado Cabello, seguido de Nicolás Maduro y del
General Padrino.
Los sucesos se han desencadenado
rápidamente y se avizora otra frustración para los golpistas. No se
recuperan de la última experiencia. Nos remitimos al estruendoso
descalabro de la operación de desestabilización del 23 de febrero, en
donde agencias como el New York Times han certificado que la quema de
camiones de la aparente ayuda humanitaria, fue originada en el sector
fronterizo de Colombia por sicarios de la derecha venezolano, dejando en
ridículo a presidentes como Duque y Piñera, cuya presencia en Cúcuta,
lugar del montaje propagandístico, aseguraba la concreción de un golpe
de estado en Caracas.
A más de dos días de los apagones en
Venezuela ya se sabe que la nueva ofensiva de la reacción está
fracasando. Ello resulta un desastre mayor para personajes siniestros
como Marco Rubio y Mike Pompeo quienes sin pudor han anunciado las
actividades criminales en contra de la soberanía venezolana. Sin
embargo, tienen en la mano la salida siguiente. La desaparición de
Guaidó, es un costo menor que les puede producir mucha rentabilidad.
Mientras tanto, los hombres importantes dispuestos a consolidar y
administrar el golpe de estado se encuentran en lugares seguros y
dispuestos.
Esta información emana de la embajada
norteamericana en Chile, específicamente de la estación de la CIA y
Militar – DIA, que persiguen preparar y coordinar desde ese país
sudamericano la reacción internacional para el caso de la actuación de
la Special Activities Division del Servicio Nacional Clandestino – NCS,
vinculada a la planificación del asesinato de Guaidó. Esta es la carta
escondida a informar en la próxima reunión del grupo de Lima en Santiago
de Chile.
Algunos funcionarios chilenos,
conocedores de esta trama, quieren salvar su responsabilidad. No desean
aparecer en 20 años más relacionados con estas actividades en archivos
desclasificados de las intervenciones norteamericanas.
La desesperación ha cobrado sus víctimas
dentro de la inteligencia de EE.UU. Algunos de sus analistas nunca
imaginaron que Guaidó podía desplazarse tranquilamente por Venezuela sin
que el gobierno de Nicolás Maduro intente detenerlo. Nadie puede pensar
que una dictadura, como han pintado a Venezuela, pueda permitir tal
grado de libertad o libertinaje de sus opositores.
En el Chile de Pinochet, eso no habría
ocurrido. Asesinaron a presidentes de la república como Allende y Frei
Montalba y con bombazos terroristas en el extranjero, mataron a un
excomandante en jefe del Ejército y exministro de defensa. Ello es sin
perjuicio del uso de armas como el gas sarín o bacterias letales como
clostridium botulínica, saxitoxin y tetrodotoxina, secretos que le
costaron la vida, en 1993, a Eugenio Berrios (Hermes) en Uruguay, para
acallarlo en su condición de experto químico de Pinochet. No había
salvación posible.
Guaidó ya no les sirve. Su asesinato,
como dice la mafia, no es nada personal. Son solo negocios. Es la frase
que conoce bien Sebastián Piñera.