ARGENTINA: "El movimiento argentino de derechos humanos ha sido un faro democrático" // Soy hija de un aviador de los vuelos de la muerte Por Florencia Lance // Campo de Mayo en la dictadura: ¿cómo funcionó el circuito represivo? // Entre escraches, su radio online y tweets a tempo, una nueva generación se suma a HIJOS // PRT A: Agudización de la lucha de clases // URUGUAY: ONU pide a Uruguay mejorar las condiciones de vida en las cárceles // SALARIOS Y AJUSTES. HISTORIAS REPETIDAS por Josè A. Rocca
ARGENTINA
"El movimiento argentino de derechos humanos ha sido un faro democrático"
Publicado: 24 mar 2018 14:13 GMT | Última actualización: 24 mar 2018 14:46 GMT - RT
El 24 de marzo es el aniversario del último
golpe de Estado en el país sudamericano. Sin embargo también es el día
de homenaje a una lucha por memoria, verdad y justicia única en el
mundo.
Como cada 24 de marzo
desde hace décadas, miles de argentinos y argentinas se movilizan en
las distintas ciudades del país para recordar el inicio de la última
dictadura cívico-militar (1976 - 1983). La fecha se ha convertido en un
símbolo fundamental en el país sudamericano al punto que, cada año,
reúne a más personas no solo para repudiar el genocidio llevado a cabo por las Fuerzas Armadas, sino también para reivindicar una lucha histórica en defensa de los derechos humanos. Quizás
solo comparable a lo que sucedió con los nazis en Alemania, el proceso
de juzgamiento de los militares argentinos fue y es un ejemplo a nivel mundial.
Comenzó en la década de 1980, con el juicio que condenó a las juntas
militares que encabezaron el terrorismo de Estado y, luego, a partir de
2006, y tras la derogación de una serie de leyes que garantizaban la
impunidad, a quienes ocuparon mandos inferiores.
Madres de Plaza de Mayo en la plaza homónima de Buenos Aires, Argentina, el 23 de marzo de 1996.
/ Zoraida Diaz
/ Reuters
Este proceso fue posible gracias a un sólido y dinámico movimiento de derechos humanos. Su principal referencia son las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo,
que en plena dictadura salieron a la calle a pedir la aparición con
vida de sus hijos y con más de 40 años de lucha siguen buscando a sus
nietos y exigiendo memoria, verdad y justicia.
Un presente complejo
Sin embargo, la situación actual de los derechos humanos en Argentina atraviesa un momento difícil. El hecho más reciente fue la difusión de una lista
impulsada por el Poder Ejecutivo que plantea la liberación o el
beneficio de la prisión domiciliaria para decenas de represores
condenados. "Tenemos la tristeza y la vergüenza de vivir este nuevo retroceso en materia de derechos
que estamos padeciendo en el país desde que asumió el actual gobierno",
sostuvo en diálogo con este medio Carlos Pisoni de la agrupación Hijos e
Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio
(H.I.J.O.S.). Desde su perspectiva, existe un "cambio de paradigma ideológico"
que se evidencia en este "nuevo mecanismo de impunidad" que plantea que
los genocidas "terminen de cumplir sus condenas en sus casas".
Miembros de la agrupación HIJOS realizando un escrache frente a la casa del exdictador Eduardo Massera, 23 de marzo de 1998
/ Enrique Marcarian
/ Reuters
Para la abogada defensora de la presa política Milagro Sala y defensora de los derechos humanos, Elizabeth Gómez Alcorta,
esta iniciativa no es un caso aislado. Se trata de "una serie de
acciones que han sido llevadas adelante de modo ininterrumpido", opinó
en entrevista con este medio. En ese sentido, la presentación para
que "cientos de genocidas puedan acceder a la libertad condicional o la
prisión domiciliaria" es solamente "un hecho más". Gómez Alcorta
enumeró también el "desmantelamiento de las dependencias estatales que
investigaban y acompañaban los procesos de memoria, verdad y justicia",
el "negacionismo oficial", el "avance represivo de la violencia estatal" y la "marcada criminalización de la protesta social", entre otros aspectos.
"Tenemos la tristeza y la vergüenza de vivir este nuevo
retroceso en materia de derechos que estamos padeciendo en el país desde
que asumió el actual gobierno"
Carlos Pisoni, referente de la agrupación H.I.J.O.S.
La referencia más actual remite
puntualmente a dos casos de violencia institucional sucedidos
recientemente. Por un lado el del policía Luis Chocobar que, como se ve
en un video de cámaras de seguridad, mató por la espalda a un ladrón
desarmado. El uniformado fue recibido por el presidente Mauricio Macri
a pesar de estar procesado por la Justicia. De hecho, ante la apelación
de sus abogados, los jueces decidieron confirmar su procesamiento e irá
a juicio oral, tal como informó el diario Clarín. El otro es la muerte de un joven de 12 años llamado Facundo en la provincia de Tucumán, también a manos de la Policía. Pero además vale mencionar la muerte de Santiago Maldonado el año pasado, que estuvo casi 80 días desaparecido luego de una represión de parte de la Gendarmería. O el fallecimiento
del joven mapuche Rafael Nahuel, también en la Patagonia, luego de
recibir un disparo por la espalda durante un operativo llevado a cabo
por la Prefectura Naval. Y finalmente los gases y balas de goma lanzados contra quienes se manifestaron en diciembre ante el proyecto de reforma previsional impulsado por el gobierno.
El genocidio argentino
Tras
la reanudación en el siglo XXI de los juicios contra los crímenes de
lesa humanidad cometidos en Argentina durante el gobierno dictatorial,
la Justicia adoptó una nueva denominación para lo sucedido: genocidio. Tal como explicó el sociólogo e investigador argentino, Daniel Feierstein, en una entrevista con Página/12, "los hechos ocurridos en la Argentina constituyen genocidio". En su concepción acotada porque implicaron "la destrucción parcial de un grupo nacional,
en este caso la sociedad argentina". Y en segundo lugar porque operaron
"con una matriz religiosa: enfrentan a los enemigos de la
occidentalidad cristiana".
Manifestantes llevan una extensa bandera argentina en el 40° aniversario del golpe de Estado en Argentina, 24 de marzo de 2016
/ Marcos Brindicci
/ Reuters
Pero
el intelectual y docente de la cátedra Prácticas sociales genocidas de
la Universidad de Buenos Aires amplía la idea. De acuerdo a su mirada y
la de diversos estudios, el genocidio no es solo "la aniquilación de una
fuerza social", sino también "la destrucción de relaciones sociales
en el conjunto de la sociedad a la cual va dirigido". Por eso,
Feierstein señala que la dictadura "se propuso aniquilar" una serie de
sujetos que iban más allá de "los miembros de las organizaciones armadas
de izquierda". Se busco eliminar al conjunto de quienes
"desarrollaban prácticas de articulación social, de solidaridad, en muy
diversos espacios: barrios, centros de estudiantes, sindicatos".
"El movimiento de Derechos Humanos argentino es muy potente, muy
creativo, muy tenaz y ha sido un faro democrático en la lucha por la
justicia y nunca por la venganza"
Elizabeth Gómez Alcorta, abogada de Derechos Humanos
En esa lógica se inscribió,
también, la participación de civiles en el terrorismo de Estado,
centralmente el sector empresarial. De hecho, en estos meses se está
llevando a cabo un juicio conocido como Causa Ford,en la que se está juzgando a los directivos de la empresa automotriz que contribuyeron al secuestro y desaparición de los dirigentes y activistas gremiales de la fábrica. Gómez Alcorta, que es abogada querellante en este juicio, asegura que se trata de "uncaso paradigmático", ya que desnuda "la responsabilidad –no hay que hablar de participación– empresarial en la dictadura cívico-militar". Así, según explica, la compañía llevó adelante, por medio de sus gerentes, "la instalación de un centro clandestino de detención
dentro de la fábrica, la entrega de legajos, fotografías, brindó su
anuencia para la presencia militar dentro de la planta (se les daba de
comer, vehículos, etc.) y elaboró la lista de los delegados para que
sean secuestrados". "Hubiera sido imposible la intervención de las
Fuerzas Armadas en estos hechos sin los aportes esenciales de la empresa", aseguró.
El movimiento de Derechos Humanos y el futuro
Más
allá de este escenario actual, los entrevistados son optimistas en
relación a la capacidad de reacción del pueblo argentino. "Este 24 lo
vivimos nuevamente con mucha fortaleza, para seguir
luchando y levantando nuestras banderas como hacemos los organismos de
derechos humanos hace más de 40 años", apuntó Pisoni.
"Este 24 lo vivimos nuevamente con mucha fortaleza para seguir
luchando y levantando nuestras banderas como hacemos los organismos de
Derechos Humanos hace más de 40 años"
Carlos Pisoni, referente de la agrupación H.I.J.O.S.
"Para nosotros es fundamental el
apoyo de gran parte de la sociedad", añadió. Además, aseguró que a
veces le cuesta entender como "cada año que pasa se sigue sumando más gente": "[En 2017] hubo 300.000 personas en la Plaza de Mayo y fue el más convocante". Por
su parte, Gómez Alcorta se refirió a la importancia de pensar en un
"nosotros" que va "más allá de la temporalidad" e incluye a "los que
estamos hoy, los que vendrán, nuestros hijos y nietos". Para con quienes
tenemos la responsabilidad de "conocer lo que nos pasó como sociedad",
que permita marcar siempre "un límite infranqueable sobre las capacidades de letalidad, brutalidad y crueldad que puede tener el ser humano".
Finalmente, subrayó que el movimiento de derechos humanos argentino
tiene una serie de particularidades específicas que lo diferencian del
de otras partes del mundo. En ese sentido, si bien la Liga Argentina por
los Derechos del Hombre (LADH) fue fundada en 1937, la mayoría de los
organismos aún vigentes "se ha constituido centralmente a la luz del
Terrorismo de Estado". La abogada enfatizó que es un movimiento "muy potente, muy creativo, muy tenaz" que ha sido "un faro democrático
en la lucha por la justicia y nunca por la venganza". En definitiva,
según ella, de la lucha "por la verdad, por saber lo ocurrido y construir una memoria colectiva". Santiago Mayor
“Por algo no podrás dormir tranquilo, le dije” Mi nombre es Florencia Lance. Soy hija de un aviador del Ejército
procesado por vuelos de la muerte en Campo de Mayo. Tengo 45 años. Y
hace muchos ya que supe que había algo en lo que para nosotros era un
espacio de juego, o de encuentros, como lo era Campo de Mayo. Un lugar
al que íbamos a andar en helicóptero, a jugar al tenis, a nadar a una
pileta, a pasar los fines de semana con mi padre. Mis padres estaban
separados. No tengo registros de cotidianidad, lo veía los días de
visita, las vacaciones o en momentos de juego. Siempre cuento como algo
impresionante que desde el jardín de infantes, en el año 1977 o 1978, mi
cumpleaños se festejaba en Campo de Mayo. El rito era que nos pasaba a
buscar un colectivo verde, de esos Mercedes Benz grandotes, donde iban
subiendo mis compañeros para ir a pasar el día entero a ese lugar.
Durante el jardín de infantes y también en la escuela primaria hasta que
un día, supongo que para 1983, mi mejor amigo de la escuela, Juan, hijo
de Rogelio García Lupo, me dijo que ese año no iba. —No voy a poder ir a festejar tu cumpleaños —me dijo—, porque donde vos festejás, matan gente. Para mí fue un baldazo de realidad. También me dijo algo parecido mi
gran amiga Alejandra, parte de una familia muy importante a lo largo de
mi vida. No me dejan ir a tu cumpleaños, me explicó. De esa
manera aquella cita, tan esperada, a la que nadie se olvidaba nunca de
llevar el permiso firmado por los padres para subir al helicóptero, se
convirtió en una vergüenza y en el símbolo horroroso de una tragedia
horrible y muy difícil de explicar. ¿Y ahora qué hacemos?, me dije. No había otra manera de festejar porque las cosas siempre habían sido de esa manera. —¿Qué pasa?— pregunté a mi papá. Tuvo una respuesta muy tranquila. Me
dijo que en el país habían pasado cosas. Que todo era muy difícil. Que
ellos no tenían responsabilidades. Que la responsabilidad la tenía
Isabel Perón. Que ellos eran como perros encerrados en una jaula. Que
cuando alguien daba la orden de abrir la jaula, sabía para qué se abría.
Y que ellos simplemente habían seguido las órdenes que les dieron desde
el gobierno. —Esta es mi verdad— me acuerdo que dijo—. Vos tenés que construir la tuya. Estábamos en el auto. Íbamos solos. Él seguía hablando. Debía haber
sido el último año de la escuela primaria. Por eso creo que me di cuenta
de las cosas medio pronto porque me lo dijo alguien como Juan, a quien
yo quería mucho. Esa imagen diciéndome: Ahí matan gente... Me lo dijo y le creí. Supongo que es porque había una liturgia de la muerte. Algo que supongo también pasó con otros. Nosotros íbamos en un auto con granadas y con armas. Un día llegamos a
Campo de Mayo. Había un grupo de mujeres en la puerta. Mi papá paró el
auto. Bajó. Con mi hermana nos quedamos en el auto. Y cuando volvió, le
preguntamos. Él dijo que era un grupo de madres angustiadas porque se
había caído un helicóptero y venían a reclamar por sus hijos. Yo siempre
tuve la sospecha de que eran Madres de Plaza de Mayo. No sé si tenían
el pañuelo, pero era un grupo de diez o quince mujeres, llorando y
gritando. Y la explicación del helicóptero que se cayó y soldados que
murieron, bueno, parecía eso: los helicópteros se caen y los submarinos
estallan. Yo no sé qué hace que algunas personas logren ver unas cosas y
otras no. Que algunas digan qué raro ir con granadas en el auto. O qué
raro perderse en el bosque de Campo de Mayo con una amiga durante una
hora y cuando volvés que te recaguen a pedos. Que nos digan de todo. Que
nos estaban buscando. Pero la sensación siempre fue esa: no sé si sabía
exactamente qué sucedía, pero siempre había algo incómodo. Algo que no
terminaba de estar bien ubicado. Más tarde entré al colegio Nicolás Avellaneda, porque mi amiga
Alejandra había elegido esa escuela. Como sucedió con muchos de
integrantes de estos nuevos colectivos, hay dos tipos de familia entre
los hijos o ex hijos de genocidas. Algunos estuvieron muy protegidos por
la familia militar y por un sistema de custodias y a otros simplemente
no nos dieron mucha bola y nos criamos como pudimos. Sin mucha atención,
ni mucho cuidado. Yo estaba en ese segundo grupo. Mi vieja era
psicóloga, se iba a bailar y estaba en otra historia. Era muy jovencita
cuando se separó. Yo me la pasaba en la calle buscando familias
sustitutas de las que tengo recuerdos maravillosos. Padres postizos con
los que fui tapando agujeros que no se pueden tapar, pero a los que se
les puede poner un puente para seguir caminando. Era muy curiosa.
Preguntaba. En casa de Carlos, el padre de mi amiga Alejandra, escuché
el disco rojo de Silvio Rodríguez y cuando pasaban las canciones, decía:
Entonces la revolución no es algo tan malo, ¿no? Si hay gente
que puede cantar cosas tan maravillosas. Si un poeta puede decir cosas
tan lindas. No sé porque yo conecté con eso. O mi hermana no conectó. En el Nicolás Avellaneda aprendí cantidad de cosas no sólo de los
profesores, porque era una escuela a la que llegaban la mayoría de los
hijos de exilados. Había un rector, Raúl Aragón, muy generoso, con el
que fuimos reconstruyendo la historia del país. Yo no hablaba de mi
papá. No decía nada. Otros ex hijos también comentan cosas así. A mí me
hubiese encantado que no estuviera. Y me preguntaba: ¿Por qué no tengo un papá mecánico? Tenía una compañera que tenía a su papá muerto. Y yo decía: ¿Por qué no tengo yo un papá muerto? ¡Y listo!
Por qué no decirlo así. Por qué, y así no tener que dar explicaciones.
Era difícil decir de qué trabajaba ante la pregunta en alguna clase.
Pero logré ir dejando eso de lado. Tomar decisiones y elegir estar de un
lado que a mí me hacía mejor, me hacía más libre, un lugar que me daba
menos vergüenza.
Florencia. Quincho militar de Campo de Mayo
Armé mi grupo de amigos. Cuando entré a la escuela ya había centro de
estudiantes y estaban la agrupaciones políticas: el PC, Franja Morada,
la JP. Y en la escuela militaban un montón de personas. Era la época de
las primeras movilizaciones. Pasaban los pibes del centro de estudiantes
por las divisiones. Decían: Hay que ir a la Plaza. Y salíamos.
De Palermo, nos tomábamos el subte y llegábamos a Plaza de Mayo. No sé a
qué o por qué pero estaba bueno. En quinto año me pidieron que diga el
discurso de cierre. Yo, por los estudiantes Y Aragón, por la escuela.
Supongo que Aragón sabía mi legajo porque la conducción de las escuelas
lo sabía. Así, hablé yo. Después Aragón. Y luego vi a mi papá muy
enojado con esa intervención, como diciendo: ¡Este tipo es un zurdo!
Yo no entendí por qué lo enojaba tanto un tipo tan buena persona. Pero
ahí comenzó a cortarse algo. No recuerdo haber discutido mucho más, pero
fue una de las últimas veces que lo vi: yo ya estaba parada en otro
lado. Durante todo ese período, antes y después, hubo momentos en los que
existió una especie de pacto de no hablar. Él sabía cómo pensaba yo. Mi
casa era una casa dónde se hablaba de política. Mi abuelo, el papá de mi
papá, era del GOU (Grupo de Oficiales Unidos). O sea que la política
siempre estuvo en la casa familiar. El papá de mi mamá era militante
radical. Y es raro porque si bien no recuerdo a mi viejo hablando de
política, sino con su trabajo de aviador, nada de la política me resulta
extraño. Estaban los que amaban a Evita y los que la odiaban. Estaba
una foto del Operativo Independencia en el living de mi abuelo con mi
papá vestido de piloto frente a un helicóptero, y un escrito a mano con
esa frase que dice: Tucumán cuna de la independencia, sepulcro de la subversión. La palabra subversión,
el apellido Santucho, el Che Guevara, no eran cosas que me resultaran
extrañas. No estaba viviendo en una burbuja. Y había una persona de la
que ahora estoy reconstruyendo su historia: un gran amigo de mi abuelo,
del grupo de amigos con el que se juntaba un poco a conspirar y un poco a
jugar a las cartas, Julio Gallego Soto.
Florencia. Colegio Militar.
Gallego Soto desapareció en julio de 1977. Durante años vi a su
esposa, una mujer muy, muy buena con nosotras. Viuda aunque nunca estaba
claro por qué era viuda. Por qué estaba sola, por qué siempre todos
estaban con sus parejas y ella no. En una charla, con papá, una vez le
recriminé lo que había pasado con Gallego Soto, él se puso a llorar. Mi
papá me dijo que para él había sido casi un padre. Que había sido la
persona que lo había cuidado y guiado muchos en momentos importantes.
Que cuando se enfermó su hermana de tuberculosis, mis abuelos dejaron a
mi papá y a su otra hermana bajo la crianza de Gallego Soto. Que así
había sido un hombre muy clave en su vida. Y me dijo: “Yo lo busqué, lo
busqué todo lo que pude, hasta que me dijeron: no lo busques más porque
el próximo sos vos”. —Vos no sabés lo que pasó. No terminas de entender. Esto fue muy doloroso. En 2015 yo hacía un trabajo en Jujuy cuando escuché por la radio la
noticia del procesamiento de aviadores del Ejército por los vuelos de la
muerte. No dijeron nombres. Pero tuve la certeza de que mi papá iba a
estar entre los acusados. Busqué en el Google. Estaba durmiendo en una
casa prestada. Mi compañero se estaba duchando. Y sola con el Google,
encontré la noticia con el nombre y apellido de papá: ahí confirmé lo
que desde los 12 años ya sabía. Lo que de alguna manera él también me
había confirmado. Y me acordé de la charla sobre Gallego Soto. De lo que
dijo. Llamé al hijo. No lo había visto nunca más. Nos juntamos. La
llamada fue tranquilizadora también para él porque se había sentido
abandonado por los amigos de su padre, esos personajes cercanos al GOU.
Le dije que vaya a preguntarle a mi papá, que mi papá sabía dónde podía
haber estado su padre porque lo buscó. Si vos querés encontrar el cuerpo, preguntale,
le dije. Y ahí supe algo más sobre los silencios y los pactos. Me contó
que citó a mi papá en el juicio. Que mi papá fue, pero no dijo ni una
palabra. Se sentó y no dijo nada. Y antes de irse, le dijo: Disculpame que no puedo hablar, pero no voy a hablar.
¡Y habían sido como hermanos en la vida! Chicos que se habían criado
con estos padres sustitutos en estas familias de padres amigos. En ese
momento, a mí me quedó claro que ellos no van a hablar.
El avión de Lance. Álbum Familiar.
Me anoté en Ciencias Políticas en la facultad de Ciencias Sociales de
la UBA. Un día vino a estudiar a casa Diego, uno de mis compañeros. ¿Pero no es que los desaparecidos están en España?,
le dije. Y Diego se levantó y agarró sus cosas para irse. Lo agarré del
brazo. Le dije que se quede porque todo eso en realidad era mi forma de
preguntar, de querer saber, de enterarme. ¿No era cierto esto?, le preguntaba. ¿Y qué pasaba entonces? ¿Pero la guerrilla? ¿La revolución?
Preguntar me daba la posibilidad de escuchar otras respuestas. Y las
respuestas que escuchaba me resultaban más verdaderas que las pocas que
había escuchado en el entorno familiar. Ví películas. Ví El exilio de Gardel. Vi La Noche de los Lápices
y salí con una tristeza tremenda. Ese día volví a casa y empecé a
pelearme con todo el mundo: tenia la sensación de que todo estaba mal.
Mi abuela era muy católica, yo me enojaba con ella. —¡Vos porque sos católica! Le decía. Y me peleaba con cada parte de lo que había sido el sostén
de la familia. Incluso la familia católica por parte de mi mamá, donde
había una actitud tan fría respecto de lo que había sido la dictadura,
como de ignorar todo, muy superficial. Para 1992 o 1993, un grupo de compañeros armaron una agrupación. Me conmovió el trabajo que realizaban y empecé a dar una mano. —Yo doy una mano si hay que pintar un cartel— le dije a Diego. —No necesitamos secretarias— me dijo—. Hacen falta militantes. El MATE fue un lugar de aprendizaje, de contención, de mucho afecto.
Hicimos un viaje a Cuba, ese lugar que para los hijos de los genocidas
era el monstruo. El lugar donde se comían a los pibes crudos. Lo que no
se quería. Lo que se quiso evitar. Y ahí, durante un mes, nos
encontramos con un país maravilloso, a pesar del período especial con la
vida cotidiana tan difícil. Un país con gente muy inteligente, muy
solidaria. Conversamos con viejos militantes, aprendimos, conocí a María
Santucho, que hoy es una de mis grandes amigas y una referente de la
lucha. Aprendí cómo encarar la vida y la necesidad de que el mundo sea
más lindo. De que así, como está, el mundo no está bueno para nadie.
Afiche. Agrupación El Mate.
Volví del viaje muy distinta. Y cuando volví fui a ver a mi abuela
paterna con la que tenía una relación linda. Era una mina muy lúcida que
leía mucha filosofía. Me gustaba mucho conversar con ella. Y ella, ese
día, desde la cama de enferma, me dijo: ¿A qué fuiste a Cuba? ¿A entrenarte?Ah, bue,
pensé yo. Mejor dejemos las cosas así. Y enseguida me dijo que si tenía
que elegir entre mi papá y yo, iba a elegir a su hijo. Ya se le había
muerto una hija, dijo, y no podía perder otro hijo más. Y así fue como
otra de las relaciones familiares se disolvió en el aire. No vi más a mi
abuela. No vi más a mi padre. No lo veo desde hace treinta años. Y no
tuve más noticias hasta que aparece su nombre en los juicios. Che, le dije a Diego en ese momento, yo quiero escribir algo, empecemos a pensarlo.
Y a muchas compañeras del colectivo les pasó que con los juicios
aparecen dos cosas: en un caso, la revelación por primera vez de lo que
fueron sus padres, compañeras más chicas se enteran de la monstruosidad
en los juicios, que entonces son claves también para entender la
aparición de estos colectivos. Y después hay otra cosa, que una voz trae
la otra, y la posibilidad de pensarnos colectivamente. Las preguntas
que nos hacen ayudan a pensar, y así aparece la posibilidad de una voz
pública que ya no sea la voz individual de alguien contando su historia,
sino la posibilidad de armar algo con todo esto que vaya más allá. Cuando me enteré, primero pensé en mis hijos. Yo estaba en Jujuy.
Pensé en mis hijos escuchando por televisión el nombre del coronel
Lance. Hablé con el padre. Y después fui a ver a una psicóloga con la
que había laburado antes. Hablamos de la libertad de elegir y la cosa es
que cuando terminamos, le pregunto cuánto es y me dice nada, yo no te
puedo cobrar por algo que no es tu problema sino que es un problema de
todos. Entendí que de alguna manera eso estaba bueno para pensar cómo
todos nos hacemos cargo de esto. La noticia para mí fue una confirmación. Pero también confirmaba en
lo personal que yo no era la loca. Estaba la idea de yo inventaba toda
esta historia del represor porque en realidad tenía bronca con mi viejo
porque se había ido con otra mujer. No era verdad. Pero verlo en el
diario también fue un alivio: no era que yo tenía una suerte de enojo
adolescente. Era la verdad histórica. Una verdad que sostengo con mucho
dolor. Que no la sostengo desde un capricho. Ni desde un enojo. Por lo
contrario, es una decisión fuerte y difícil porque, además, no tenía un
papá malo. Ni violento. Fue muy doloroso cortar y decir no quiero verlo
mas. Quiero que esté preso. Quiero que él, como el resto de las personas
que participaron de la represión, estén presas. Y cumplan su condena. Y
listo. Que se mueran en la cárcel y podamos construir un país desde la
verdad. Con lo doloroso que pueda ser la verdad. Desde la verdad que nos
va a dar libertad. Y nos va a dar posibilidades de tener un país
distinto. Mi vieja se enteró en 2015. No podía creerlo. No podía creer haber
estado casada con una persona así. Ellos se separaron en 1975. Me dijo
que se había separado porque le daba asco el olor de mi padre. Imagino
que él estaría yendo a Tucumán para el Operativo Independencia. Está la
foto. Y él me lo dijo. Y ella me habló del olor. De cuando volvía a la
cama a acostarse. Yo no sé qué pasó con esa persona a la que de repente
ella no podía tocar, con la que no podía ni estar. Y no sé si eso la
salva, pero es cierto que se separó. Igual, está el silencio. Mi mamá
tenía una muy amiga durante la dictadura a la que le estaba
desapareciendo su compañero. Nunca se lo contó a mi madre. Yo me enteré
muchos años después al verla en un espacio de militancia. Creo que
todavía hoy no se lo dijo. Se lo conté yo. Tampoco podía creerlo. Pero
creo que eso nos hablan de cosas que, ojalá, en algún momento podamos
pensar. Entre los ex hijos a veces nos preguntamos: ¿Qué sociedades construyeron a estas personas?
Algunos serán más monstruosos que otros, otros son más normales de lo
que nos gustaría. Pero, ¿cómo pasó? ¿Cómo se convirtieron estos pibes y
estos hombres en personas capaces de torturar y de asesinar? ¿Cómo
pudieron las familias negarse a ver? ¿Cómo los papás de mis amigos del
jardín y de la primaria, dejaban que sus hijos fueran a jugar a Campo de
Mayo en 1977? ¿O que se subieran a un colectivo?
Florencia saca foto a un afiche de la Cátedra Che Guevara organizada por El Mate.
Una vez se lo pregunté a la viuda de García Lupo. Para el 2×1 me
pidió que la acompañe a la marcha porque quería llevar un cartel en
memoria de Rogelio. Ese día marché sola con ella. Y como ese nombre, en
mi vida aparecieron otros. Siempre digo que a mí me salvó la calle. No
tener una familia que te contenga, pero que tampoco que oprima
demasiado. Para la época de la facultad, un jueves, Diego me dijo: Vamos a la Plaza. —¡Noooooo!— dije yo. Pero fuimos. Nos quedamos parados. —Vamos a marchar— me dijo. Y yo, de nuevo: No. Sentía que
usurpaba el lugar de los otros, el discurso de los otros. Un espacio que
no nos pertenece. Creo que eso es lo que intentamos todavía pensar:
creemos que tenemos que estar de costado, que hay que acompañar la lucha
de los organismos pero que no es un lugar nuestro. De todas maneras,
aquella vez sí marché y lo hice un montón de años más, muy cerca de las
Madres. Cierta vez en la agrupación decidimos que haga mi trabajo de
base en la Asociación de Madres, así que después del trabajo me iba
todos los días al local. Y así como tengo ese padre postizo que es el
padre de mi amiga Alejandra, tuve una madre postiza en Hebe. Hebe me
enseñó cómo ser mejor persona, pero también cómo ser mujer, cómo ser
mamá o cómo cocinar. No tengo recuerdos en mi casa de la cocina. Pero
recuerdo estar enferma y que ella me traiga comida a mi casa. Cuando
nació mi primer hijo, terminó la marcha de la resistencia y se vino a
pasar la noche conmigo al sanatorio. A mi hijo le puse Juan, un poco por
mi amigo y por el personaje de El exilio de Gardel. Era la
primera marcha que no iba porque estaba pariendo. Eran los ’90, todo era
ríspido y duro, frívolo y superficial, y ahí estábamos nosotros, un
grupo de pibes y de pibas que queríamos estar con las Madres, hablar de
la dictadura, de Cuba, discutíamos y nos peleábamos con Hebe, pero
después también nos hacía unos platos de ravioles caseros que estaban
buenísimos.
Juan, el hijo de Florencia, en su primera marcha de la Resistencia.
En ese recorrido nos fuimos vinculando con compañeros de los ’60 y
’70 que nos acompañaron y nos formaron desde la agrupación. Nos contaron
sus ideas del mundo. Estuvo el Negro Molina, un dirigente obrero muy
cercano a Cooke, que nos cagaba a pedos, no tenía ninguna consideración
pero sí respeto. El Negro Molina una vez nos contó que durante los años
de la resistencia viajaba en un colectivo. Y de un lado estaba la
policía reprimiendo y del otro parte del pueblo resistiendo. —Hay momentos de la vida en que uno tiene que elegir de qué lado se pone. Nos dijo. Y esa imagen para mí es así: uno siempre, siempre, siempre,
puede elegir de qué lado se pone. El terrorismo de Estado fue masivo,
fue un plan sistemático, todos los que estaban, estuvieron, pero hubo
casos que no. Horacio Ballestero, D’Andrea Mohr. Siempre me pregunto qué
hizo que una persona pudiera decir que no; no voy a reprimir a mi
pueblo; no voy a participar de este genocidio. Mi papá tenía la
posibilidad de elegir: tuvo un avión lleno de secuestrados, ¿por qué no
te fuiste del país? ¿Qué te podía pasar? No era un zumbo al que no le
quedaba otra, que no tenía recursos simbólicos para pensarlo. ¿Por qué
no pudiste hacer el click? ¿Qué pasó ahí? ¿Qué es eso de la obediencia y
el compromiso con este proyecto de asesinar? Creo que en el vuelo
también había dos pibes de secundarios por los que específicamente se lo
procesó y denunció. En el ‘97 abrimos la Cátedra Che Guevara en la facultad, una
experiencia que acercó a gente de los ’70 de distintas líneas a contar a
los pibes jóvenes qué había pasado. Se hizo en bares, fue muy masiva y
la idea era laburar sobre la transmisión. Manolo Gaggero era el titular,
una de las personas enviadas por Cooke a Cuba. En esos espacios
aparecían las historias: la de la Pirí Lugones, una mina con esa
historia familiar con la que pudo hacer algo diferente; y también las de
Alicia Eguren y Osvaldo Bayer. Cuando nació Juan, mi hermana quería que mi papá lo conozca.
Insistía. Decía que era su primer nieto. Nos peleamos. Quien entonces
era mi compañero tenía a su tío desaparecido. Mi hermana insistió. Fue a
la casa. Y cuando volvió me dijo: la casa está igual y están nuestras
fotos. ¡Pero no estoy muerta!, dije yo. ¿Cómo que están nuestras fotos?
Con mis cuatro hermanos por parte de él, no volví a hablar, el día que
quieran, sabrán, pero el problema es cuando alguien acepta vivir sin
preguntas. Cuando un hombre vuelve a tu casa, después de asesinar, ¿no
te hace ruido nada? ¿No hablás de eso? Con mi compañero hablo de su
trabajo, de los problemas. ¿Cómo se vive de otra manera? ¿Qué hay ahí?
¿Son familias sostenidas sin conversación? Cuando salió publicada la historia de Mariana Dopazo, muchos de
amigos me la reenviaron. Me partió la cabeza. Me impactó la manera de
reflexionar sobre lo que le pasó. También Erika. Y creo que fueron
claves para pensar que podíamos tener una voz pública. Ahora hay dos
grupos de ex hijos y de hijos. Y me parece que es una buena noticia que
haya dos, tres, miles, y grupos de supermercadistas chinos que repudian a
los genocidas, que no les quieran vender una botella de vino. Que no
haya nadie que los apoye. Que los terapeutas piensen sobre esto, que los
supermercadistas chinos piensen cómo dejar de venderles porque esto es
una tragedia que es imposible de resolver hasta no ir a fondo. Y claro
que comienza por la memoria, verdad y justicia y por los juicios, sin
duda. La última vez que hablé con mi papá, lo llamé para conversar por unos
problemas familiares. Me dijo que lo dejara tranquilo. Que estaba muy
mal. Con muchas complicaciones. Y tenía qu tomar pastillas para dormir. —Estoy pasando muchos problemas— dijo. Yo le dije: —Por algo no podrás dormir tranquilo. Cortamos y eso fue toda la charla.
Entrevistas y producción: Luciana Bertoia, Agustina Frontera y Alejandra Dandan.
ENVIADO POR NESTOR DURANTE
DESENTERRANDO HISTORIAS
Campo de Mayo en la dictadura: ¿cómo funcionó el circuito represivo?
Es
una huella irrefutable del plan genocida de la dictadura. En esta
primera entrega, un recorrido por la densa trama represiva del centro de
detención más grande del país.
Claudia Ferri
La Izquierda Diario - viernes 23 de marzo 2018
A las 6:30 de la mañana del 24 de marzo de 1976 el “Operativo
Piloto” ya estaba en marcha. Los alrededores de la ruta Panamericana
amanecieron completamente militarizados. Carros de asalto, tanques de
guerra con cientos de soldados armados hasta los dientes apostados en
los predios industriales de la zona mientras que helicópteros
sobrevolaban el área. Con listados en mano, preparados dicho sea de paso
por gerentes y buchones sindicales, los verde oliva amenazaban,
golpeaban y requisaban a los trabajadores que llegaban para iniciar la
jornada laboral acusándolos de “zurdos” y “subversivos”. La escena se
repetía en Ford, Terrabusi, Astarsa, Mestrina, Forte y Dalmine del grupo
Techint, entre otras. Quienes integraban las “listas negras” eran
detenidos en las comisarías de la zona. Algunos fueron liberados, luego
de largas sesiones de tortura e interrogatorios, otros fueron
trasladados a Campo de Mayo donde finalmente desaparecían. Así se inició
el golpe de Estado orquestado por las Fuerzas Armadas e impulsado por
los empresarios. Irónicamente, al día siguiente Clarín titulaba “Total
normalidad”.
La densa trama represiva
Hace 117 años que Campo de Mayo está en manos del Ejército argentino.
Asentada a 30 km de la Capital federal, fue cedido en 1901 por el
Estado como parte de un proyecto que pretendía profesionalizar las
fuerzas armadas. Con los años fue ampliando su extensión hasta alcanzar
hoy las 8.000 hectáreas, comparable a casi la mitad del territorio de la
ciudad de Rosario. Imagen satelital de Campo de Mayo Con el crecimiento de los partidos en los alrededores, se
desarrollaron las rutas y anexos que lo conectaron con la zona norte y
oeste del Gran Buenos Aires. Durante la última dictadura militar, esta
ubicación estratégica privilegiada convirtió a la guarnición de Campo de
Mayo en el principal centro organizador y operativo de la represión
estatal de la famosa Zona IV que incluía tanto al polo industrial más
importante del país como a los barrios convertidos en dormitorios
obreros. Hablamos de los municipios de la Zona Norte del Gran Buenos
Aires, Tres de Febrero y Campana-Zárate. Todo este sistema estaba bajo
la dirección del Comando de Institutos Militares a cargo del múltiple
veces condenado a crímenes de lesa humanidad Santiago Omar Riveros,
quién hoy con 94 años continúa reivindicando a viva voz el rol de las
fuerzas en el proceso. Estaba formado por 9 comisarías locales, las zonas liberadas por la
policía de todos los municipios y los cuatro centros clandestinos que
funcionaban dentro de Campo de Mayo: la prisión militar, las “Casitas”,
el “Campito” -todos ocultos entre árboles y pastizales, lejos del
bullicio de las rutas que bordean la guarnición- y el Hospital Militar
donde funcionó una maternidad clandestina de la que nos referiremos en
una próxima entrega. La prisión militar de los Encausados estuvo activa desde 1976 hasta
1980 y allí iban a parar los presos que eran considerados botín de
guerra. Increíblemente hoy se encuentran alojados en ese mismo lugar en
celdas VIP un importante número de genocidas en condiciones de seguridad
mínimas con cancha de fútbol, vóley, y un quincho. Las “Casitas”, por su parte, era un centro de detención transitorio
utilizado por Inteligencia para los interrogatorios. Cuenta Mario Luis
Perreti “me detuvieron el 7 de junio de 1977 a media cuadra de mi
domicilio, en la localidad de San Miguel. Me llevan encapuchado a un
lugar donde al bajarme me hacen subir una loma muy empinada, como de
cemento, introduciéndome a un lugar que ellos llamaban "La Parrilla"
(Legajo N° 3821). Por último el “Campito”, que funcionó entre 1976 y 1983, fue el más brutal de todos. Como plantea un equipo de investigadores de la Universidad de General Sarmiento,
allí experimentaron con nuevas técnicas de tortura como la picana
automática, se produjeron sistemáticamente abusos sexuales y usaron
perros para amedrentar. No era fácil su acceso, había que conocer la
zona y adentrarse por caminos de tierra. Desde allí se realizaran los
“traslados”, como llamaban cínicamente a los “vuelos de la muerte”, con
destino final el Atlántico, 1.500 km hacia el sur. Incluso detenidos de
otros centros clandestinos como El Vesubio llegaban a Campo de Mayo para
ser finalmente “trasladados”. Mapa de centros clandestinos de detención en Campo de Mayo Según el testimonio del represor arrepentido el ex sargento Víctor Ibañez, brindado al periodista ya fallecido Fernando Almirón en Campo Santo, “el
‘Campito’ estaba prácticamente pegado a la cabecera de la pista del
Batallón de Aviación de Campo de Mayo, no había ningún problema para
justificar el movimiento de los Twin-otter, los Hércules y los
helicópteros. Era el lugar ideal para ocultar las idas y vueltas de los
aviones. Nadie podía ver nada, el perímetro estaba vigilado por la
Gendarmería. No existían curiosos, ni tránsito de civiles, ni ningún
otro peligro de indiscreción”. Te puede interesar: Campo de Mayo: un “parque nacional” para destruir pruebas en un excentro clandestino El caso del Floreal Avellaneda fue uno de los primeros en ayudar a
desentramar este plan sistemático. El 15 de mayo de 1976 su cuerpo y el
de siete personas más habían aparecido flotando en la costa uruguaya con
evidentes signos de tortura. Hacía un mes que había sido secuestrado
junto a su madre en su domicilio cuando un grupo de tareas irrumpió en
la casa de Munro buscando a su padre, delegado de la metalúrgica Tensa.
Floreal tenía 15 años y su muerte forma parte de la primera causa de lesa humanidad que tiene a Campo de Mayo como centro de exterminio. Floreal Avellaneda (Imagen Comisión Juicio Campo de Mayo Desde la guarnición además salían los grupos de tareas que operaban en los barrios aledaños utilizando el mismo modus operandi:
vestidos de civil o disfrazados, en altas horas de la noche, llegaba un
grupo para secuestrar a las víctimas y saquear sus casas. También desde
allí salían los pelotones que ocupaban las plantas fabriles y
perseguían diariamente a los trabajadores. Para poder desempeñar estas
tareas, los militares necesitaron insumos y vehículos que fueron
entregados por empresas como Mercedes Benz y Ford. En este último caso
el matrimonio entre la burguesía y la guardiana de sus propiedades e
intereses, es decir las fuerzas represivas, era tan evidente que no les
tembló el pulso en armar un centro clandestino de tortura y detención
adentro del propio predio industrial.
Las huellas del genocidio
El cementerio de Grand Bourg. Las pruebas que dan
cuenta del genocidio de clase no sólo permanecen ocultas en Campo de
Mayo sino también en los alrededores. En mayo de 1976 se creó el
cementerio de Grand Bourg a cargo del intendente interventor militar del
municipio. Allí en 1982 el CELS denunció la inhumación de 300 y 400
cadáveres NN realizados durante en los primeros años de la represión.
Curiosamente aunque el cementerio comenzó a funcionar en el 76, cuando
aún no tenía alambrado que rodeara la propiedad, recién se contabilizan
registros de ingreso de cuerpos un año después. “Zona militar. Prohibido pasar”. Por otro lado está
presente la historia del predio de la localidad de Maquinista Sabio
(Escobar) conocido como Campo Pestarino o “La quema” y utilizado como
basural municipal. Según cuenta Enrique Vázquez en El osario de la rebeldía (Pág. 3), el día del golpe los militares llegaron al campo y “comenzaron
a alambrarlo en forma de V en cuyo vértice inferior se instaló una
tranquera como la de las estancias pampeanas, lo suficientemente ancha
como para permitir el paso de vehículos de gran porte. Camiones o
topadoras, por ejemplo”. A 200 mts pusieron un cartel que decía
“Zona militar. Prohibido pasar”. En 2005 un ex trabajador municipal
declaró haber visto inhumaciones ilegales realizadas por personal
militar durante los años de plomo. Siete años después, una jueza se hizo
presente en el lugar para hablar con los vecinos quiénes afirmaban “a
cinco metros salen los huesos”. La investigación ayudó a encontrar por
lo menos un centenar de cuerpos NN. Escobar, tierra donde gobernó
durante muchos años el represor Luis Patti, formaba parte del circuito
represivo con asiento en Campo de Mayo, de donde salían los camiones
militares que llegaban al predio.
Apenas 43 sobrevivientes
De conjunto por Campo de Mayo pasaron entre 4 mil y 5 mil personas,
la misma cantidad de detenidos que tuvo la ESMA pero con un resultado
más brutal porque apenas 43 personas sobrevivieron. La mayor escalada de
secuestros se produjo durante el primer año del golpe, durante los
primeros meses del 76 cuando se convirtió en un centro de exterminio (no
hay ningún sobreviviente de la llamada Contraofensiva montonera. Te puede interesar: Campo de Mayo: piden frenar judicialmente el plan de Macri para borrar pruebas del genocidio Por sus instalaciones pasaron activistas sindicales del peronismo y
la izquierda; y los miembros de comisiones internas de importantes
fábricas como Ford, Terrabusi, Mercedes Benz, Bopavi, las ceramistas
Lozadur y Cattáneo, de los astilleros Astarsa y Mestrina, entre otras.
También pasaron militantes de la columna norte de Montoneros y del
Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Sobre este último
partido pusieron especial atención, el testimonio de Ibáñez y de otro
testigo encubierto en los juicios afirman que allí murió Domingo Menna
torturado y que el cuerpo de Santucho está enterrado cerca de Campo de
Mayo, pero que antes de eso había sido exhibido como trofeo de guerra
ante los altos mandos oficiales. Afirmó
que "Cuando Bussi se hizo cargo del Comando ordenó construir en un
sector de Campo de Mayo un museo de la subversión. A Bussi le gustaban
los museos. Ya había organizado uno en el Primer Cuerpo de Ejército, y
otro en Tucumán. Ahí metía libros, panfletos, objetos y armas incautadas
a los guerrilleros”. Estas declaraciones, sumado a que en las
excavaciones realizadas en el año 98 en las que los peritos forenses
encontraron una réplica de la cárcel del pueblo del ERP, el Ejército
debió reconocer formalmente que el museo existió. *** Pasaron 42 años del inicio de la dictadura y aún todos los archivos
de las fuerzas armadas continúan cerrados bajo siete llaves. El pacto de
silencio y la inacción de todos los gobiernos, desde el retorno de la
democracia burguesa a esta parte, fueron claves para sostener la
impunidad que continúan gozando hoy cientos de militares y civiles
cómplices del golpe. El proyecto del oficialismo de convertir a Campo de Mayo en un Parque
Nacional, hablando de “lugares verdes” y de “preservar la naturaleza”
viene a reforzar el negacionismo porque crear un parque de esas
características destruiría las pruebas que permitan conocer la verdadera
historia de lo que ocurrió ahí adentro. Por eso los testimonios brindados en los juicios y las movilizaciones
encabezadas por los organismos de Derechos Humanos son claves ante la
necesidad de conocer la historia de miles de detenidos y detenidas que
aún permanecen desaparecidos. Otra pieza fundamental para reconstruir
esta trama represiva es la apropiación de bebés y el funcionamiento de
una maternidad clandestina en el Hospital Militar de Campo de Mayo,
temas que trataremos en una próxima entrega.
Entre escraches, su radio online y tweets a tempo, una nueva generación se suma a HIJOS
La historia de todos
A casi 23 años de surgida, la agrupación se engrosa con jóvenes que se acercan a militar más allá de historias personales.
Por Juan Ignacio Provéndola
PÀGINA 12 - 22 de marzo de 2018
HIJOS participa como querellante en diversas causas y también administra la radio online "La Imposible". Imagen: Cecilia Salas
Como
muchas historias de adolescentes, ésta también comenzó en un
campamento. Fue en abril de 1995, en Córdoba, y el contingente no estaba
compuesto por egresados llevados por una empresa privada sino por
jóvenes movilizados en base a un dolor difícil de cicatrizar y a la
necesidad de reconstruir una memoria adulterada. Eran hijos de
desaparecidos por la última dictadura militar, un colectivo que tomó
forma de tal en aquella expedición serrana. Hasta entonces habían sido
una diáspora dispersa entre la inhibición cultural y la impunidad
judicial empujada por el gobierno de Carlos Menem, que indultaba a los
militares condenados y consagraba como jefe castrense a Martín Balza,
quien confesaba abiertamente los vejámenes cometidos por su casta entre
1976 y 1983.
“El país debe asumir su propia historia”,
concluía la carta inicial de la flamante agrupación Hijos por la
Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio, publicada en
Página/12. Esa proclama era precisamente la contracara de lo que el
actual gobierno estimula entre su afán de marketing y slogans confusos
tipo “mirar para adelante sin reparar en el pasado”.
Asumir la propia historia implicaba hacerse
cargo y pasar a lo ejecutivo para que la lucha no evanesciera en lo
testimonial. Así surgió la acción característica de HIJOS, el escrache.
Un exitoso dispositivo que no sólo cumplió con su objetivo inicial de
generar condena social allí donde faltaba la judicial, sino que también
hizo ancho un relato que se volvió inclusivo al arrimar voluntades más
allá de la sangre y de los vínculos filiales con las víctimas del
terrorismo de Estado.
Giselle Tepper es una de la exponentes de este
fenómeno que se dinamizó con el tiempo: la incorporación a HIJOS de
personas que, justamente, no eran hijos. “Muchos dejaron de pensarse
como hijos de militantes para verse, directamente, como militantes en
sí”, define. “HIJOS se formó en un momento de plena impunidad, cuando
los genocidas caminaban por la calle y hablaban en televisión. Creo que
eso generó el acercamiento de quienes sentimos que los delitos de lesa
humanidad afectaban a toda la sociedad. Cuando la agrupación empezó a
pensarse más fuertemente con una idea que usamos como frase, y que dice
que ‘somos todos hijos e hijas de la misma historia’, abrió una mirada
que antes no teníamos tan incorporada quienes no somos familiares de
víctimas directas del terrorismo de Estado. Se comenzó a pensar que
somos parte de la misma lucha.”
A partir de 2006 se reabrieron los juicios,
tras la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, pero
los escraches continuaron enfocados en la sombra que se mantenía
oculta: la de los responsables civiles de la última dictadura. Y la
mecánica volvió a imponerse en los últimos meses “para denunciar
retrocesos, como los de los genocidas excarcelados o con el beneficio de
la domiciliaria”, enfatiza Giselle, que es encargada de la comunicación
de HIJOS Capital. Y la autora de los tweets de la agrupación, entre
ellos el viralizado sobre la muerte del recordman en condenas a perpetua
por delitos de lesa humanidad Luciano Benjamín Menéndez.
Aunque el más recordado fue
el escrache al represor Jorge Rafael Videla, en 2006, en su
departamento de Avenida Cabildo (que decoraron con bombuchas llenas de
pintura roja arrojadas desde una grúa), el primero se lo habían hecho
nueve años antes a Jorge Magnacco, obstetra de la ESMA quien arrebató
del vientre materno y entregó a apropiadores a varios de los hijos de
HIJOS. Fue a él a quien justamente escracharon el fin de semana pasado
después de una serie de acciones que incluyeron evidenciar cómo había
vulnerado la prisión domiciliaria mientras era sometido a juicio de una
manera ridícula para alguien tan siniestro: después de declarar en los
tribunales de Comodoro Py, volvía caminando a su casa en la zona coqueta
de Retiro para ir a comprar facturas a una panadería que, encima, se
llamaba “Los nenes”.
A 23 años de su fundación, hoy los hijos de
HIJOS y sus herederos en la lucha siguen empujando el carro y
participando también de otras acciones que van desde ser querellantes en
diversas causas hasta administrar la radio online La Imposible
en La Casa de la Militancia, su edificio en la ex ESMA, donde opera la
regional Capital, la más voluminosa de las 35 de esta organización, diez
de las cuales están en el exterior.
“Mantenemos muchos de los objetivos con los que
se empezó, como la restitución de la identidad de los hermanos
apropiados, el juicio y castigo a todos los genocidas y partícipes
civiles y la reivindicación de los 30 mil detenidos-desaparecidos”,
repasa Tepper. “Hace dos años, además, se retomó una consigna que había
dejado de usarse: el reclamo por la libertad de presos políticos. La
lucha contra la impunidad y el respeto por los derechos humanos son dos
de los ejes principales.”
Después de 32 años entregan fotos de desaparecidos arrojados al mar
En los archivos de la CIDH aparecen fotos de cuerpos mutilados
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos las guardó desde 1979; se darán a la Justicia
Habían pasado muchos días bajo el agua,
pero las uñas de sus pies seguían pintadas cuando le sacaron la foto en
la playa La Floresta, de la costa uruguaya. Las piernas tenían
quemaduras, marcas de torturas y una soga se ataba todavía, con cuatro
vueltas, a su pie derecho.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de
la Organización de Estados Americanos (OEA) guardó durante 32 años ésta y
otras 130 fotos de cuerpos que, de acuerdo con los informes que las
acompañan, fueron encontrados entre 1976 y 1979 en distintas playas de
Uruguay. La CIDH las recibió durante la inspección que hizo a la
Argentina en 1979 y las archivó desde entonces en una carpeta amarilla
que dice, escrito en birome, "observation in loco". Hoy, la entregará a
la Justicia. Es parte de un proceso de desclasificación de documentos de
esa comisión. La carpeta tiene, además, descripciones del estado de 20
cuerpos, copia de legajos de inteligencia elaborados entonces por las
autoridades uruguayas y mapas de las playas donde habrían aparecido los
cadáveres. Los funcionarios de la CIDH desconocen el origen de los
documentos. Sólo saben que alguien los entregó en 1979. Suponen que pudo
haber sido el ex marino uruguayo Daniel Rey Piuma, que integraba los
servicios de inteligencia de la Prefectura y en 1980 huyó a Brasil
llevándose archivos oficiales. En el caso de la mujer encontrada en La Floresta, las
fotos están acompañadas por un informe que dice que presenta "fractura
de muñecas, como si hubiera estado colgada de ellas; quemaduras en ambas
manos; derrame sanguíneo interno provocado por la rotura de vértebras" y
"zona pubiana, anal y perianal destrozada con objetos punzantes". Quien
lo elaboró relata: "Dos intentos míos de calificar el caso como
violación y homicidio fueron descalificados". Cuenta además que el
hallazgo se hizo público y que, como consecuencia de "el cuerpo muy
cuidado y las uñas pintadas", se tejieron "versiones novelescas" sobre
que "la occisa frecuentaba lugares nocturnos y estaba vinculada a una
banda de narcotraficantes". En otros casos, relata que se pretendió hacer pasar las muertes como consecuencias de "orgías de alta mar" y "motines a bordo". En la CIDH no saben si los cuerpos son de desaparecidos
de la ESMA, pero creen que es posible. Casi todos tienen marcas de
torturas y ataduras. Y algunos aparecieron con billetes y monedas
argentinas. La carpeta se adjuntará a la causa de los llamados
"vuelos de la muerte", en los que desaparecidos fueron arrojados al mar
durante la última dictadura. Es parte de la megacausa por los crímenes
de la ESMA. La instruye el juez Sergio Torres, que fue quien pidió abrir
los archivos. El secretario ejecutivo de la CIDH, Santiago Cantón,
viajó a la Argentina para entregarle la carpeta a Torres. "Estos
documentos pueden servirle para identificar a personas -dijo Cantón en
una entrevista con LA NACION-, pero además muestran la existencia de las
torturas, las violaciones, las ataduras. Hasta ahora, las pruebas que
había de los vuelos de la muerte eran todas testimoniales. Estas son
clave por la inmediatez; son de aquel momento." Los documentos que hoy recibirá Torres no son los
primeros que le entrega la CIDH. Este año, el juez viajó a Washington y
revisó 60 cajas con legajos sobre denuncias recibidas por la Comisión
durante la última dictadura. Gran parte de ese material (el vinculado a
la ESMA) fue escaneado y ya forma parte del expediente. Para preservar a los denunciantes, la CIDH guardaba con
estricta reserva todos los documentos de su visita a la Argentina, pero
ahora el criterio cambió. Cantón explicó que se debe al tiempo
transcurrido, la democracia en la Argentina y la firme determinación de
la Comisión de colaborar con las causas de derechos humanos. "Estamos
analizando abrir muchos más documentos", anunció Cantón.
Los vuelos de la muerte
La causa. El juez federal Sergio Torres investiga los llamados
"vuelos de la muerte" como parte de la megacausa por los crímenes
cometidos en la ESMA.
Los acusados. Siete acusados están procesados: cinco son
pilotos; uno, abogado, y otro un técnico aeronáutico que confesó a
civiles haber tirado a gente al mar.
Las nuevas pruebas. La CIDH entregará hoy a Torres fotos y documentos que serían de desaparecidos arrojados al mar y hallados en playas uruguayas.
Su valor . Las pruebas son clave porque son de aquel momento y
muestran cuerpos torturados y atados. Es posible que permita identificar
a desaparecidos.
Memoria Pública: Argentina vuelve a llenar las calles en el 42 aniversario del golpe de Estado
Asistieron a la manifestación Pablo Iglesias, que
acompañó a Madres de Plaza de Mayo en esta masiva concentración, y otros
cuatro dirigentes de Podemos: Noelia Vera, Miguel Urbán, Rafael Mayoral
y Pablo Bustinduy.
Vista general de la manifestación celebrada en Buenos Aires para conmemorar el 42 aniversario del golpe de Estado. /A.D.
Es una estampa que
se repite cada año, pero no por ello pierde emoción. Lo vivieron en
carne propia cinco integrantes de la Ejecutiva de Podemos, incluido su
líder, Pablo Iglesias. Centenares de miles de personas se movilizaron este sábado en el centro de la capital argentina para recordar a los 30.000 detenidos-desaparecidos que causó la última dictadura cívico-militar (1976-1983).
“Es muy emocionante estar en Argentina, un
pueblo que ha sabido dar una lección a nivel mundial de lo que
representa la lucha por la memoria histórica y la memoria democrática”,
admitía el secretario general de Podemos antes de sumarse a la columna
de Madres de Plaza de Mayo. “Marchar con ellas es el mayor honor que puede recibir un demócrata”.
Pablo Iglesias: "Es muy emocionante
estar en Argentina, un pueblo que ha sabido dar una lección a nivel
mundial de lo que representa la lucha por la memoria histórica"
Junto
a las entidades de derechos humanos, Iglesias confluyó en la histórica
Plaza de Mayo a la que asoma la sede del Gobierno y que cuatro décadas
antes, en pleno terrorismo de Estado, visitaban cada jueves unas mujeres
para reclamar a la junta militar por sus hijos desaparecidos.
“Ojalá en nuestro país se pudieran sentar en
el banquillo y tuvieran un juicio justo los responsables de torturas y
de desapariciones”, reflexionaba el líder de Podemos antes de apreciar,
desde el escenario situado en la plaza, la inmensa muchedumbre que 42
años después del golpe de Estado sigue exigiendo verdad, justicia y
reparación.
Miembros de Podemos estuvieron presentes en la manifestación en Buenos Aires. A.D.
En medio de la multitud, observaba su alrededor el diputado Rafael Mayoral. “Es una marcha espectacular”, describió a Público el
responsable de Sociedad Civil y Movimientos Sociales. “Es un ejemplo
para el mundo el compromiso de un pueblo contra la impunidad y en
defensa de los derechos humanos”.
Noelia Vera: "Siento un poco de envidia sana y bonita por ver esta movilización de jóvenes y mayores"
“Siento
un poco de envidia sana y bonita por ver esta movilización de jóvenes y
mayores. Estoy alucinando con esa transversalidad de generaciones”,
reconocía también la diputada Noelia Vera, secretaria de Participación Ciudadana.
La dirigente de Podemos, que vivió ocho
meses en Buenos Aires, asume todavía con cierta rabia la historia sobre
el franquismo que le dieron a conocer en el colegio. “Me doy cuenta de
que nos han contado la historia al revés de lo que ha sido, mientras seguimos en España en una situación de bloqueo con los partidos mayoritarios en relación a la memoria y las consecuencias de la dictadura”, afirmó.
Diferencias entre Argentina y España
Mientras la justicia argentina tramita 599
causas en las que en total son investigadas 2.485 personas por delitos
de lesa humanidad, en España el PSOE, el PP y Ciudadanos votaron esta
semana contra la modificación de la Ley de Amnistía de 1977 para juzgar
los crímenes imprescriptibles del franquismo, pese a las recomendaciones
de Naciones Unidas.
Miguel Urbán: "Es simbólico estar aquí, con un pueblo que ha podido juzgar a sus criminales"
“Por
eso es simbólico estar aquí, con un pueblo que ha podido juzgar a sus
criminales, que se ha movilizado para ello, y que ha demostrado que no
es un problema de abrir viejas heridas, sino justamente de poder
cerrarlas”, expresó por su parte el eurodiputado Miguel Urbán.
Precisamente por el principio de justicia
universal, Argentina es también el único país del mundo que investiga
desde hace ocho años los crímenes franquistas, lo que la convierte “en
un modelo de inspiración”, sostuvo Urbán.
Los
diputados de Podemos Miguel Urbán, Noelia Vera y Rafa Mayoral y Chato
Galante posan durante la manifestación en Buenos Aires. /A.D.
Reunión con la jueza Servini
Algunos dirigentes de Podemos se reunirán este lunes con la jueza María Servini de Cubría, instructora de la causa.
“Lo que queremos es que la querella siga adelante, pero sobre todo, esperamos (que los franquistas) “Billy el Niño” y Rodolfo Martín Villa
sean juzgados en nuestro país. Por eso vamos a intentar impulsar un
movimiento que apoye que España pueda juzgar los crímenes del
franquismo. Llevamos 40 años de retraso, pero creo que cada vez estamos
más cerca”, reveló.
Prueba de ello es que la propuesta para
modificar la Ley de Amnistía en el Congreso tuvo un apoyo inédito entre
los grupos parlamentarios. “También estamos más cerca que nunca de
acabar con el Valle de los Caídos como el mausoleo más importante del
mundo en homenaje al fascismo”, aseguró Urbán. “Se están abriendo
grietas en un régimen de impunidad del que el PSOE sigue siendo parte,
pero cada vez con más incomodidad por la erosión que le está causando”.
El
sector de la oligarquía financiera que tiene las riendas del gobierno
macrista no puede tomar todas las medidas que quisiera. Esto ocurre
–justamente- por los niveles de confrontación que brotan desde abajo frente a cada paso que ellos dan.
No pueden devaluar todo lo que quisieran
porque el conflicto social y político con el pueblo es cada vez más
grave. Frente a ello, la burguesía monopolista ha decidido un camino por
recorrer: elevar la productividad con más superexplotación, que no es
otra cosa que planchar los salarios.
Entre otras medidas relacionadas con
despidos y empeoramiento de las condiciones de trabajo, esto es lo que
viene ocurriendo hace meses, con el agravamiento en lo político que esto
implica: continuar presionando sobre la espalda de la clase obrera, tensando más aún la cuerda de la lucha de clases.
Ellos tratarán de sostener como sea los
salarios achatados, pero la corriente que viene desde abajo va
totalmente en sentido contrario. En ese plano, la lucha de clases se
encamina a un cuello de botella, en una espiral ascendente de
agudización con características muy marcadas.
En el medio de este vendaval signado por
una profunda crisis política, TODA la burguesía monopolista no ahorra
esfuerzos en batallar sobre los aspectos ideológicos. Uno de ellos
–podríamos decir que el principal- es la defensa del orden
institucional, el corsé que necesitan imponerle a la lucha de clases y
que no pueden.
Su objetivo –como siempre- es mantener
bajo siete llaves cualquier idea que plantee el concepto de Revolución,
de la lucha por el poder. Es evidente que ha desaparecido la “oposición”
en nuestro país y las viejas alternancias populistas lejos están de
recomponerse y ser “opción” para ellos. La burguesía se ha constituido en un solo partido, que es el partido del capital,
y que expresa los intereses de los monopolios. Su problema hoy es que
aparece agarrada a “la tabla de salvación” de una sola estructura, que
en realidad está deshilachada. Por eso decimos que no tienen otra que
enfrentar la lucha de clases, lo que realza la necesidad de que el
proletariado fortalezca sus organizaciones independientes.
Entre ellos y nosotros no hay nada.
Los trabajadores no necesitamos de
“gestores” para la resolución de nuestro problemas (papel que tanto
agrada al reformismo tan en boga dentro del sistema); lo que la clase
obrera necesita es asumir un protagonismo directo en el combate
político, en la construcción de las herramientas políticas para el
proceso revolucionario.
Los pasos indispensables que debemos dar
para el desarrollo sostenido de un movimiento revolucionario
constituyen el eje de acción política en que nos debemos centrar en este
momento.
A pesar de las dificultades y hasta los
problemas, la magnitud y el peso que comienzan a tener las ideas
revolucionarias cada vez que temas políticos estratégicos llegan a la
vanguardia de los trabajadores y al pueblo movilizado, son
incalculables, y por ende, son el combustible que alimenta hoy la lucha revolucionaria.
El objetivo de unidad que impulsamos es
mucho más que “la unidad en la lucha”, ese es un piso que ya tenemos
como pueblo. Lo que estamos planteando es la sociedad que queremos de
acá en adelante, con un objetivo estratégico que es la Revolución.
Es este el salto en calidad que los
revolucionarios tenemos que plantear a partir de ahora, desde el
termómetro de todas las experiencias, partiendo de las luchas que ya se
están dando y de las experiencias ya realizadas.
El potencial es enorme. Encontrar los
caminos más directos para construir ese movimiento revolucionario, con
la dirección política del proletariado, hará material el cambio que
reclama este momento histórico.
La
lucha de clases en nuestro país se encuentra atravesando un momento
álgido y de enorme tensión: se agudiza día a día el enfrentamiento entre
una burguesía cada vez más debilitada -que no sabe a qué recurrir para
sostener sus privilegios de clase a toda costa- y una clase trabajadora
más organizada y combativa desde las bases, y por lo tanto, cada vez más
consciente de su capacidad y de su poder.
Los conflictos suscitados en los últimos
meses así lo demuestran: el INTI -cuyos trabajadores sostienen
encomiosa lucha que ya lleva varias semanas- ACINDAR, las protestas y
movilizaciones en Rosario, la enorme reacción popular y masiva de
diciembre pasado contra la reforma previsional del gobierno de los
monopolios, y la gigantesca marcha del 8 de marzo, son sólo algunos
ejemplos que muestran con claridad que la clase obrera no le da tregua a
la burguesía.
En el terreno político, la lucha se
torna realmente difícil en muchos lugares de trabajo pues no sólo se
trata de enfrentar a la burguesía o a sus representantes tanto en el
ámbito público como en el privado, sino que también hay que combatir a
la burocracia sindical traidora de los intereses de los trabajadores, y
al activismo de ciertos partidos políticos cuyo accionar termina siendo
funcional a aquellos intereses que se supone que deberían enfrentar.
Muchas veces no sabemos cómo se van a
desarrollar y cómo van a evolucionar estos conflictos que involucran la
lucha de clases. Pero la experiencia acumulada y el análisis de diversas
situaciones nos permiten afirmar que cada vez más se vislumbra
un cambio en el seno de las masas laboriosas que ya no están dispuestas a
soportar los atropellos de una burguesía que, de a poco, se desgrana.
Así, podemos apreciar cómo los
trabajadores se organizan desde las bases, desde abajo, apelando a la
masividad en las asambleas, a la democracia directa para tomar sus
decisiones como clase, a la autoconvocatoria para sostener alguna
reivindicación específica o bien para enfrentar en el terreno político a
los explotadores y a sus representantes en el Congreso, en el aparato
judicial, en el ejecutivo y en los sindicatos corrompidos.
Hoy, los trabajadores sostenemos la lucha en los puestos de trabajo y en la calle, como lo demuestra la masividad popular en varias convocatorias.
Todo esto representa un enorme triunfo
para la clase trabajadora y alimenta la solidaridad, el compañerismo, la
unidad de las luchas y la conciencia de clase, para sostener esta
guerra contra los monopolios y la partidocracia burguesa, como
seguiremos sosteniendo desde nuestros principios.
No hay alternativas políticas en el marco del sistema.
Detrás de cada lucha, de cada conflicto, los revolucionarios debemos
tener como objetivo la disputa por el poder. Porque la toma del poder
por parte de la clase trabajadora es la única alternativa posible para
acceder a la vida de dignidad a la que aspiramos y para la cual
trabajamos.
La burguesía no presenta, por su propia
naturaleza depredadora, más que engaños y trampas que sólo apuntan a
“repartir las sobras” en el mejor de los casos, cuando algún político
populista y conciliador de clases ofrece, como gran solución, una mejor
distribución de los ingresos y de la renta producida.
A eso responde la famosa teoría del
derrame en el sistema capitalista. Gran falacia que deja las cosas como
están: unos pocos disfrutando y acaparando las ganancias que produce con
su trabajo la enorme mayoría de la población.
Por todo ello, no nos cansaremos de repetir, sostener y fundamentar que la única salida para este atolladero que propone la burguesía explotadora, es la revolución socialista.
URUGUAY
CÁRCELES - 21 de marzo de 2018, 01:03hs - LR21
ONU pide a Uruguay mejorar las condiciones de vida en las cárceles
El
Subcomité para la Prevención de la Tortura de la Organización de
Naciones Unidas (ONU) concluyó, tras una visita a Uruguay, que nuestro
país debe “mejorar las condiciones de vida, en ocasiones deplorables e
insalubres, de algunos centros de detención”.
El Subcomité para la Prevención de la Tortura (SPT) realizó su primera visita a Uruguay entre los días 4 y 15 de marzo de 2018. El organismo observó con “preocupación que el sistema de justicia
juvenil es carcelario”, y planteó al Estado “optar por un sistema que
garantice la rehabilitación y la educación de los adolescentes”, informó
la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos
Humanos en su página web. La visita a Uruguay se realizó en conformidad con el Protocolo
Facultativo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes (OPCAT), el cual fue ratificado por el
Estado uruguayo en 2005.
Reglas Nelson Mandela y Bangkok
“Instamos al Estado uruguayo a destinar los recursos financieros y
humanos necesarios para garantizar que los privados de libertad sean
tratados en conformidad con los estándares internacionales, en
particular las reglas Nelson Mandela y Bangkok”, dijo Felipe
Villavicencio, jefe de la delegación del Subcomité para la Prevención de
la Tortura. Agregó: “También alentamos al Estado a fortalecer el Mecanismo
Nacional de Prevención de la Tortura para que este pueda cumplir
adecuadamente y con independencia sus funciones de prevención y
monitoreo, y extender su cobertura y visibilidad en todo el país”, Asimismo, indicó que el SPT “seguirá dando seguimiento y prestando asistencia técnica al Mecanismo”.
La visita
Según se informó, la delegación visitó lugares de privación de
libertad en diferentes partes del país, incluyendo comisarías
policiales, centros penitenciarios, centros de internamiento para
adolescentes y unidades psiquiátricas. El SPT llevó a cabo “entrevistas confidenciales e individuales con
personas privadas de libertad, funcionarios del sistema penitenciario,
de la policía y personal de salud, y también se reunió con autoridades
del gobierno, la Institución Nacional de Derechos Humanos, el Mecanismo
Nacional de Prevención y representantes de la sociedad civil, entre
otros”. Se presentará un informe confidencial al gobierno del Uruguay, en el
cual el SPT “alienta al Estado uruguayo para que lo haga público”. El informe incluirá las “observaciones y recomendaciones para la
prevención de la tortura y los malos tratos de las personas privadas de
libertad”. La delegación del SPT estuvo compuesta por: Felipe Villavicencio
Terreros (jefe de delegación, Perú), Nora Sveaass (vicepresidenta del
SPT, Noruega) y Emilio Ginés Santidrián (España).
Woods Staton, presidente ejecutivo de Arcos Dorados, el 6 de
marzo, en la residencia de Suárez y Reyes. Foto: Walter Paciello,
Presidencia
Secretaria del sindicato gastronómico criticó el acuerdo del
gobierno con McDonald’s y dijo que es una empresa “represora”
26 de marzo de 2018
en LA DIARIA
Hace dos semanas se firmó un acuerdo –con la presencia del
presidente Tabaré Vázquez– entre el Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social (MTSS) y Arcos Dorados, la empresa propietaria de la marca
McDonald’s, para “abrir oportunidades laborales” a personas de entre 15 y
29 años de edad, de “contextos sociales vulnerables”, que no cuenten
con experiencia laboral previa, en el marco de la Ley de Empleo Juvenil
(19.133). Mediante ese acuerdo la empresa se propone cubrir hasta 40%
del personal. El salario de los jóvenes será subsidiado por el Estado
entre 60% –para hombres– y 80% –para mujeres– hasta por 18 meses y debe
ser de un mínimo de 75 jornales. Desde la empresa señalaron que el
subsidio se va a destinar exclusivamente al período de entrenamiento de
los jóvenes: “Esto representa una posibilidad de inserción laboral para
las nuevas generaciones, que podrán adquirir habilidades para los
distintos desafíos que se presentan en diferentes etapas del mundo
laboral”, había dicho Ricardo Méndez, director general de la empresa,
cuando se firmó el acuerdo, el 6 de marzo.
Combo de palos
A todo esto, Fernanda Aguirre, secretaria general del Sindicato Único
Gastronómico y Hotelero del Uruguay (SUGHU), aseguró al portal del
PIT-CNT que la famosa empresa de hamburguesas no tiene convenio
colectivo “porque se negó a firmar todas las reivindicaciones de los
trabajadores” en la ronda anterior. Agregó que el sindicato quiere
promover el empleo juvenil, sobre todo “para aquellos que se encuentran
en situación de vulnerabilidad”, pero pretende que ese beneficio no se
les dé a las empresas sin convenio, “ya que la Ley de Empleo Juvenil
está sustentada en base a un fondo tripartito entre empresarios,
gobierno y trabajadores. Entonces, es inadmisible utilizar dinero del
fondo de los trabajadores para pagar parte de los sueldos de una empresa
que no tiene acuerdo con el sindicato de la rama a la que pertenece y
que se negó a las reivindicaciones más básicas”. Además, la sindicalista señaló que McDonald’s “no genera garantía de
puestos de trabajo decentes” y es una empresa “represora”, que “promueve
conductas individualistas, premia la obsecuencia de formas denigrantes y
obliga a sus trabajadores a comer hamburguesas todos los días”. “Sólo
en el caso de que sean particularmente alcahuetes se los deja comer un
alimento saludable, algo que genera enfermedades en gurises jóvenes”,
agregó. La sindicalista afirmó que no es “ninguna novedad” que la comida de
McDonald’s “no es saludable” y aseguró que el SUGHU denunció ante la
Dirección Nacional del Trabajo del MTSS diversas condiciones inherentes a
la salud laboral, como las secuelas psiquiátricas que algunas
trabajadoras de cerca de 25 años sufrieron por ser estigmatizadas como
“viejas”. “Tienen una práctica terrible de acoso moral, que causa
problemas severos de autoestima y estabilidad emocional”, aseguró
Aguirre. Además, la secretaria general del SUGHU indicó que las buenas
intenciones de la ley de empleo juvenil no son acordes con las prácticas
hacia los empleados de McDonald’s. “Lo que nos genera mucha indignación
como sindicato es que, pudiendo evitar cometer este tipo de errores, el
Poder Ejecutivo no se digne a hablar con el sindicato de la rama antes
de firmar un acuerdo de este tipo”, dijo Aguirre, y luego se preguntó:
“¿A quién consultaron para confirmar que McDonald’s es un empleador
genuino y que no va a enviar a sus trabajadores jóvenes a la picota?”.
Por último, criticó la franja etaria que comprende el convenio, ya que
“es la que siempre contrató” la empresa de comida. “O sea que vamos a
pagarle parte del salario, con el fondo de todos, a McDonald’s, para que
contrate lo mismo que ya contrata, y esto es escandaloso”, remató.
Como
ven vamos a discutir con la gente que quiera hacerlo. Son muchos los
temas planteados en 'Ay de los Vencidos', y con quién discutirlo
entonces? Trabajadores, estudiantes, jubilados, vecinos, pequeños
productores, etc, organizados socialmente o individualmente. Que antes
denominábamos pueblo son los únicos que nos pueden pedir explicaciones,
los explotados, desplazados y crucificados de siempre. Son los únicos
'jueces' y con ellos lo haremos buscando las explicaciones de los
errores cometidos y también de los aciertos. Por ello los convocamos a
todos en este querido Uruguay en el cual no se vislumbran soluciones
para los más humildes y desposeídos. Los recibiremos el viernes 13 de
Abril en el sindicato gráfico. Abrazo. Manuel Marx Menéndez (Marxito).
COMITÉ DEL FRENTE AMPLIO DE URUGUAY EN MÉXICO POR LA IZQUIERDA
UNIDAD LATINOAMERICANA Y CARIBEÑA PARA ENFRENTAR LA CONTRAOFENSIVA IMPERIALISTA
El
XXII Seminario Internacional “Los partidos y una nueva sociedad”
organizado por el Partido del Trabajo de México se realizó del 8 al 10
de marzo con la presencia de 106 partidos de izquierda en representación
de 34 países, en lo que constituye la más grande reunión mundial de
estas características celebrada anualmente.
Nuestro Comité
representado por el secretario de Relaciones Internacionales, Walter
Martínez, fue el encargado de recibir y acompañar a la delegación de la
Comisión de de Asuntos y Relaciones Internacionales del Frente Amplio
(CARIFA) integrada por los compañeros Rony Corbo (PCU), Eduardo Mernies
(Fidel), Raúl Sendic (711), Carlos Alejandro (711), Carlos Baraibar
(AU), Sebastián Hagobian (AU) y Ismael Smith (MPP). Asimismo tuvo la
oportunidad de tener una reunión de los compañeros de Unidad Ciudadana
de Argentina en México con el compañero Axel Kicillof, quien fue
Ministro de Economía de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En
el marco de las actividades del Seminario el compañero Walter fue
designado por la Coordinadora Mexicana de Solidaridad con Venezuela,
integrada entre varias organizaciones, por nuestro Comité del Frente
Amplio de Uruguay en México por la Izquierda, quien expuso la ponencia
“La contraofensiva oligárquico imperialista agudiza la agresión y el
acoso a la Revolución Bolivariana”. En el texto de su intervención
destacó el descarado intervencionismo del imperialismo yanqui, en una de
las etapas más belicistas y agresivas de la historia, impuesta por el
gobierno fascista, racista y xenófobo de Donald Trump, que constituye
una grave amenaza no sólo para la región, sino para la paz mundial y
para el medio ambiente del planeta. La reciente gira realizada por el
hoy defenestrado Rex Tillerson por México, Argentina, Perú, Colombia y
Jamaica, fue una clara revitalización de la tristemente célebre “
Docrina Monroe”, la cual asume a nuestra región como su “patio trasero”,
tuvo el inocultable objetivo de imponer a esos países la conformación
de un cerco e incrementar el bloqueo contra Venezuela.
Sabemos
que desde el comienzo de la revolución bolivariana, el imperialismo
ejerce un acoso permanente en conjunción con las oligarquías local e
internacional con el objetivo de desestabilizar el país, tomando la
forma de guerras económica, financiera, mediática y diplomática.
Últimamente este acoso se ejerce en forma explícita con amenazas de
golpes de estado e invasiones militares, tal como textualmente lo
expresó Rex Tillerson, “los militares son agentes de cambio cuando algo
anda mal”, obsesionado en la difícil tarea de encontrar un Pinochet en
la Fuerza Armada Bolivariana, o bien, en palabras del propio Trump,
quien declaró que maneja varias opciones para atacar a Venezuela y que
no descarta la opción militar, al respecto declaró: "Tenemostropas en
todo el mundo, en lugares muy, muy lejanos y Venezuela no está lejos"
Ante
estas circunstancias de acoso intervencionista , amenazas de golpe de
estado y de invasiones militares, por parte del imperio al gobierno
soberano de la República Bolivariana de Venezuela, la OEA, presidida por
el repudiado peón del imperio, Luis Almagro, en una notoria intromisión
en las normas constitucionales de ese país, aprobó una resolución que
pide al presidente Maduro cancelar las elecciones fijadas para el 22 de
abril, las cuales posteriormente fueron postergadas para el 20 de mayo.
Lamentablemente
una vez más el gobierno uruguayo se sumó al coro de los países de la
derecha de la región para votar contra Venezuela. Es sumamente
preocupante, doloroso y vergonzoso que el gobierno uruguayo, surgido del
voto de los ciudadanos por el Frente Amplio y contradiciendo los
estatutos, el propio programa de gobierno, lo aprobado en el XI Congreso
del FA “Roney Arismendi” y las resoluciones del Plenario, todas las
cuales establecen una clara posición antiimperialista, de no
intervención y de no aislar a Venezuela, adopte una franca actitud de
derecha y de sumisión al imperio. Ya en agosto pasado, habíamos
rechazado, el haber votado la suspensión de Venezuela del Mercosur, en
complicidad con el espurio gobierno de Brasil, surgido de un golpe de
estado; con el de Paraguay, también emanado luego de un hecho similar y
con el derechista gobierno de Argentina.
Ante lo expuesto,
rechazamos la reiterada postura del gobierno uruguayo, esta vez en su
voto en la resolución de la OEA, al mismo tiempo que manifestamos la
solidaridad incondicional con el heroico pueblo bolivariano, que a
través de la participación democrática de su pueblo y el patriotismo de
su Fuerza Armada, han luchado incansablemente por su soberanía e
independencia.
Las fuerzas de izquierda y progresistas de Nuestra
América, debemos redoblar la solidaridad frente a los intentos de
torcer el destino de la revolución bolivariana por parte del
imperialismo y las oligarquías local e internacional. Tenemos el pleno
convencimiento, de que el único camino de enfrentarlo y derrotarlo, es
el de la unidad e integración los pueblos de la Patria Grande, por lo
tanto asumimos que la lucha del pueblo venezolano es nuestra lucha.
UNIDAD LATINOAMERICANA Y CARIBEÑA PARA ENFRENTAR LA CONTRAOFENSIVA IMPERIALISTA
(Resumen del seminario tomado de El Popular de Montevideo 23/ 03/18)
El
XXII Seminario Internacional del Partido del Trabajo de México se
realizó del 8 al 10 de marzo con la presencia de 106 partidos de
izquierda en representación de 34 países, en lo que constituye la más
grande reunión mundial de estas características celebrada anualmente.
El
tema central del evento fue el análisis de la contraofensiva
imperialista en la región, la utilización de la doble pinza integrada
por los grandes medios de comunicación y la judicialización de la
política como en el caso de Brasil, o lisa y llanamente el fraude
electoral como en Honduras.
Los partidos de izquierda presentes
establecieron que es necesario un amplio frente de pueblos y gobiernos
para detener la ofensiva de la derecha con el apoyo de los Estados
Unidos, haciendo un llamamiento a la unidad al interior de los países de
nuestra región para proyectarla a nivel continental. Unidad con amplios
sectores sociales para enfrentar al neoliberalismo y detener la
contraofensiva reaccionaria.
Muy especial atención recibió la
situación en Venezuela, aprobándose una resolución de apoyo a la
Revolución Bolivariana y a su presidente Nicolás Maduro, se rechazó la
posición del gobierno de Perú de impedir la presencia del mandatario
venezolano en la próxima Cumbre de las Américas y se asumió como propia
la Declaración Final de la XV Cumbre del ALBA -TCP celebrada el pasado
cinco de marzo en Caracas.
Se ratificó la Declaración de América
Latina y el Caribe como Zona de Paz denunciándose el accionar de grupos
de extrema derecha que atentan contra el proceso de paz en Colombia,
urgiendo al presidente Santos a cumplir con lo pactado en La Habana. Se
denuncia además el asesinato de dirigentes sociales y se llama al
gobierno colombiano a dar continuidad a los Diálogos con el ELN, dando
cumplimiento integral a la agenda acordada, garantizando la
participación de la sociedad civil plenamente.
Se pidió el
restablecimiento de los derechos sociales y democráticos violados por
los gobiernos derechistas de Brasil, Honduras, Guatemala y Argentina,
reiterándose el apoyo a la lucha del pueblo Palestino, y la lucha que
lleva adelante la República Árabe Saharaui.
El depuesto
presidente hondureño Manuel Zelaya denunció en México que Honduras se ha
convertido en el laboratorio imperial para la agresión contra los
pueblos latinoamericanos y caribeños.
En noviembre de 2017, la
organización política registrada como Alianza de Oposición contra la
Dictadura ganó las elecciones. Washington sin embargo reconoció al
presidente que perdió las elecciones y avaló el fraude electoral.
Según
Zelaya “El imperio decidió robarse las elecciones a costa de mantener
al régimen que mejor le sirve de gendarme de Centroamérica. Apunta de
violencia la acción de las fuerzas armadas de Honduras con instrucciones
del Comando Sur y emprendió una serie de asesinatos, violaciones,
torturas, Estado de sitio, miles de detenidos, presos políticos y
jóvenes capturados en las manifestaciones de protesta contra el fraude.
Por
último se apoyó al Partido del Trabajo y la candidatura de Andrés
Manuel López Obrador en México, siendo una gran alternativa del campo
popular mexicano para recuperar por primera vez en más de 80 años la
conducción del gobierno. Andrés Manuel López Obrador lidera las
encuestas para las elecciones presidenciales a realizarse el 1 de junio
de este año.
Los jóvenes también tuvieron su espacio elaborando
una misiva titulada “Carta a las Juventudes de Nuestra América” en la
que se reclama la eliminación del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba,
la devolución del territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval
norteamericana en Guantánamo y el cese de las acciones subversivas
dirigidas a los jóvenes de la Isla.
Finalizando el evento se
distribuyó impreso el documento “Consenso de Nuestra América” elaborado
por el Foro de Sao Paulo y tomado como guía para la acción de toda la
izquierda continental.
La economía de a pie.
SALARIOS Y AJUSTES. HISTORIAS REPETIDAS.
Segunda quincena marzo 2018.
SALARIOS Y AJUSTES. HISTORIAS REPETIDAS.
La historia de las
crisis en Uruguay durante los últimos cincuenta años demuestra que su
costo recayó esencialmente sobre los trabajadores.
Los ciclos
económicos con fases de retraso del tipo de cambio, expansión exagerada
del consumo, incremento de deudas públicas y privadas, revirtieron
posteriormente en menor demanda, crisis productivas y financieras que
golpearon los salarios reales.
La crisis y ruptura
de la “tablita” – creada a finales de los setenta utilizando el retraso
del precio del dólar como ancla del IPC – fue encarada por el Estado
mediante el rescate a bancos quebrados y grandes empresas. Se tradujo en
rebaja del ingreso de los trabajadores e incremento de la deuda
pública, los primeros años de los ochenta. Los índices oficiales
registran un descenso del poder de compra de los asalariados cercano al
33%.i
Una nueva versión
de la vieja “película” se reeditó en los noventa y engendró la crisis de
comienzos del nuevo siglo. El festín importador, fruto del retraso del
tipo de cambio culminó con recesión y dificultades del sistema
financiero jugado a la especulación y el vaciamiento. El resultado fue
el saqueo a las billeteras de los trabajadores mediante un descenso del
salario real que rondó el 20%.ii
En síntesis, las
estrategias económicas determinadas desde los grandes organismos
internacionales implicaron un incremento brutal de las tasas de
explotación a los trabajadoresiii,
que paralelamente agravó los obstáculos estructurales al desarrollo
económico. En 2017 las cifras derivadas de los índices oficiales
respecto al poder de compra de los asalariados exhiben registros
claramente inferiores a los vigentes a comienzos de los setenta.iv Ni que hablar del porcentaje que representan los salarios dentro de los ingresos globales.
En este marco las
actividades productivas en Uruguay se encuentran en crecientes
dificultades. Las exportaciones pierden rentabilidad. El cierre o
reducción de la actividad de unidades productivas golpea la ocupación.
El retraso del tipo de cambio fomenta especulación financiera, crédito
al consumo, importaciones que compiten con diversos rubros volcados al
mercado interno. Las góndolas se inundan de productos sofisticados cuyo
consumo se sustenta en la concentración de ingresos y o incremento de
deudas privadas.
La deuda pública
agobia las finanzas del Estado. Las altas tasas de interés medidas en
dólares y subsidios abiertos o encubiertos al gran capital germinan
déficit que amenazan crecer en la medida que la crisis productiva afecte
los ingresos del sector público que descansan en los impuestos al
consumo y los salarios.
El discurso más
primitivo del neoliberalismo más rancio sale a la palestra. Se pretende
combatir el desempleo,el déficit fiscal, la inflación reduciendo el
poder de compra de los trabajadores con el viejo verso de equilibrar
cuentas del Estado y mejorar la rentabilidad privada.
Las pautas que
expone el gobierno ubicadas entre el 6.5% y el 8.5% implican congelar o
reducir los salarios reales. Ni siquiera cubren sus previsiones
optimistas sobre evolución de precios.v Además de ser real su proyección de aumento del PBI los frutos del incremento serían exclusivamente para el capital.
La mitología liberal “olvida” que los salarios forman parte de la demanda. Suponer que el descenso de los costos laboralesvi
incentiva la producción y el empleo significa desconocer que el
descenso del consumo de los trabajadores puede acentuar la crisis
productiva especialmente en momentos que las encuestas de la Cámara de
industrias verifican que el problema central que perciben los
empresarios es la insuficiencia de demanda. Además el retroceso de los
salarios reales puede reducir la recaudación del sector público como
consecuencia de la menor actividad económica.
Los datos oficiales
de los dos primeros meses del 2018 ubican los aumentos del IPC
prácticamente en la mitad del rango establecido para todo el año pese a
que los precios de las mercancías que consumen los trabajadores son
generalmente mayores a los promedios del INE. Los salarios tornan a ser
“variable de ajuste”. Profunda injusticia que agravará los problemas de
fondo de la economía oriental. Es hora que las crisis la paguen los
privilegiados de siempre. El cambio de rumbo constituye una necesidad.
GOTITAS DE ECONOMÍA
El IPC calculado
por el INE registra un incremento de 0.88 % para febrero de 2018
respecto a enero. En los dos primeros meses los datos oficiales ya
reconocen aumentos promedio de precio que llegan a 3.62%.
Informa el MOVUS
que Petrel Energy que explora la existencia de petróleo en Uruguay se
encuentra en situación económica comprometida. Sus acciones en Australia
tienen un precio simbólico. El segundo pozo realizado por la empresa en
Cerro Padilla se desmoronó. En esas manos se encuentra el paisaje
oriental.
Episodios de
vertidos de UPM de sustancias tóxicas en el río Uruguay superaron los
niveles permitidos y la dirección de medio ambiente le impuso una multa
de 533.000 pesos uruguayos según informó la Ministra Eneida de León en
TV Ciudad. El valor de la calidad de la naturaleza y la vida es
insignificante para el gobierno uruguayo.
Informes de prensavii
indican que la empresa Rush Teleflex productora de sondas plásticas
para intervenciones médico quirúrgicas instalada en Uruguay desde hace
40 años despidió a 160 trabajadoras supuestamente por por no poder
competir con las importaciones desde China. Atraso del tipo de cambio y
ausencia de protección a la actividades locales siguen provocando
desmantelamiento industrial.
El gobierno
uruguayo se encuentra en default desde 2012 por su deuda con los
trabajadores judiciales. Supuestamente ahora pagaría pero con una quita.
Mientras “honra” todas las deudas con el sistema financiero
nternacional.
Incrementan los
pagos por intereses de deuda pública. En porcentaje del PBI pasaron de
3.2% en noviembre de 2017 a 3.4% en enero de 2018. Casi 2000 millones de
dólares por año. Un monto casi idéntico al déficit fiscal. Solamente el
aumento registrado significa 120 millones de dólares.
El precio del dólar en Argentina se eleva lentamente y ya supera los $ 20.
El gobierno de
Estados Unidos impone aranceles de 10% para la importación de aluminio y
25% al acero. Afecta fundamentalmente algunos de los principales
exportadores de estos productos como China, Brasil, la Comunidad
europea, Guínea. Una continuidad del proteccionismo del mencionado país
acentuado por el gobierno de Trump. Mientras gobiernos del sur compran
la decadente utopía de la globalización y libre comercio.
i
De un índice superior a 180 a comienzos de los setenta, los valores
habían descendido a 125 en 1980. La crisis lo redujo a 83.5 en 1984
tomando como referencia los datos del INE.
ii El índice de 110 en el 2000 se convirtió en 86 en el 2004.
iii
De un porcentaje superior al 40% del ingreso global anual, la
participación de los salarios se redujo a un entorno del 20%. Aún
tomando como base las cifras oficiales y en términos muy gruesos la tasa
de plusvalía pasó de aproximadamente 150% a superar el 400%
iv De un entorno de 180 a comienzos de los setenta a 140 en la actualidad.
v El
“gatillo” recién a los 18 meses si los precios se ubican por encima de
las pautas, parece simplemente un chiste que no hace gracia.
vi Una cuota muy menor de los costos industriales.