miércoles, 5 de octubre de 2016

Colombia vota 'no' al acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC

Con una diferencia de solo 57.000 votos, el 'no' al acuerdo vence al 'sí' y sume al país en la incertidumbre sobre el futuro de un conflicto de más de medio siglo. “No me rendiré, seguiré buscando la paz”, afirma el presidente Santos tras la derrota en el plebiscito.



Una persona vota en el plebiscito de apoyo o rechazo al acuerdo de paz firmado en Colombia entre el Gobierno y las FARC. EFE/MIGUEL GUTIERREZ

BOGOTÁ.- Con una abstención del 63% y por una diferencia de solo 57.000 votos, Colombia votó contra los Acuerdos de Paz negociados durante más de cuatro años en La Habana y firmados el pasado lunes en Cartagena por el Presidente Juan Manuel Santos y el líder de las FARC Timoleón Jiménez Timochenko, en presencia del Secretario General de la ONU, Ban ki-Moon.
En lo que ha resultado una especie de Brexit a la Colombiana, Juan Manuel Santos ha salido derrotado en una consulta a la que no estaba obligado. Juristas como el exfiscal General Eduardo Montealegre o Alfonso Gómez Méndez le habían desaconsejado vivamente no realizarla por considerar que la Constitución colombiana considera la paz como un derecho de los ciudadanos y su búsqueda una obligación del presidente. 
Santos se obstinó en una refrendación de los acuerdos, negociados largamente en La Habana entre su Gobierno y los jefes de la guerrilla, una vez logrado el apoyo de toda la comunidad internacional, empezando por Naciones Unidas que ya tenía previsto un complejo sistema de verificación multinacional, que ahora deberá desmantelar. 
Lo sucedido también se asemeja al Brexit británico en las mentiras difundidas por los partidarios del 'no' a la paz: habría impunidad total para los crímenes de lesa humanidad, se expropiarían millones de hectáreas para entregarlas a los guerrilleros, se iba a entregar a Colombia al “castrochavismo”, etc. Por otra parte, el resultado negativo del plebiscito tiene que ver con una votación que, más allá de los acuerdos de paz que se refrendaban, se ligaban con el descrédito del presidente Santos, cuya impopularidad se ha llevado por delante los acuerdos de paz.
La zozobra es completa hoy entre los miles de integrantes de la guerrilla, que se preparaban para desarmarse y desmovilizarse tras su X Conferencia, de la que dieron amplia cuenta los medios internacionales con sus propuestas festivas y su disposición a emprender una nueva vida en la esfera civil. 
Suspendida la prevista “amnistía”, las armas vuelven a engrasarse y los frentes vuelven a sus lugares de acuartelamiento guerrillero. En todo caso, el máximo comandante de las FARC, Timochenko, declaró al conocerse la derrota del plebiscito, que “sólo usarán la palabra para luchar por la paz”, mientras el presidente Santos ratificaba desde el Palacio de Nariño el vigente alto el fuego bilateral e indefinido.
En un primer análisis se observa que las zonas que han sufrido el conflicto armado, como Cauca, Nariño o Putumayo, han votado masivamente 'sí' a los acuerdos de paz, mientras que en las que no viven desde hace mucho tiempo el conflicto, como el Centro y Cundinamarca, triunfó el 'No'. En definitiva, el mundo urbano terminó decidiendo la guerra que se vive en el mundo rural.
El resultado de la votación y las primeras reacciones muestran la polarización, con tintes de violencia, latente o expresa, que se va a acentuar más aún en Colombia. Algunos analistas prevén una detención en la entrega de tierras despojadas y temen un incremento en el asesinato de defensores de la paz y los derechos humanos, cuyas víctimas alcanzan las 51 personas en lo que va de año.
Los acuerdos de paz en Colombia, que han sido mostrados en las últimas semanas como un ejemplo internacional en materia de resolución de conflictos, entran en un limbo jurídico con muchas aristas no definidas. Según la Ley Estatutaria del plebiscito, los acuerdos que se firmaron en Cartagena el pasado día 26 no pueden implementarse ya, no tienen validez jurídica. 
Los seguidores del expresidente Uribe, verdaderos triunfadores del 'no' en el plebiscito, proponen una improbable “renegociación” de los acuerdos para suprimir lo que consideran “impunidad” y para eliminar la prevista Justicia Especial de Paz, que preveía entre otras cosas que compareciesen para rendir verdad y reparación los empresarios financiadores del paramilitarismo y los agentes del Estado culpables de crímenes de guerra.
Uno de los analistas más influyentes de Colombia, Antonio Caballero (antiguo colaborador de Público) se muestra sorprendido por el resultado del plebiscito, aunque esperaba un fuerte voto por el 'no': “Este país es muy reaccionario”. Para Caballero el resultado del plebiscito “lo único que se hace es posponer el problema, 5 o 10 años más de matanza y volveremos a lo mismo. Se pierden años y años por cuenta de la estupidez fomentada por los intereses económicos y políticos de una minoría”. Según su análisis, el Gobierno de Santos representa lo que en la transición española se denominó la “derecha civilizada” a la que en Colombia "la derecha bárbara que representa un payaso sin escrúpulos como Álvaro Uribe, ataca como 'castrochavista'".
Salvando las distancias en cuanto a la magnitud del país y la estabilidad de su institucionalidad, la situación de Colombia hoy recuerda a la de Guatemala en 1999, cuando firmó la paz que ponía fin a una guerra civil de 30 años y sometió a referéndum las reformas constitucionales que buscaban acabar con el militarismo y la desigualdad social para aplicar el acuerdo. La mayor parte de la población se abstuvo y los votantes urbanos, para los que la guerra quedaba muy lejana, votaron negativamente. Y la violencia continuó.


Cuatro millones de colombianos no pudieron votar por el huracán Matthew

3 octubre 2016 | CUBADEBATE
colombia plebiscito
El Consejo de Gestión de Riesgo debió decretar calamidad pública durante el proceso declaró la MOE. Foto: EFE
La Misión de Observación Electoral de Colombia (MOE) aseguró este lunes que las lluvias provocadas por el huracán Matthew impidieron que al menos cuatro millones de personas acudieran a votar en el plebiscito sobre el acuerdo de paz alcanzado entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Gobierno.
En un balance emitido sobre la consulta de la víspera presentado en Colombia, en la cual ganó la opción del No, la MOE informó que el fenómeno meteorológico afectó el sufragio en la mayoría de los departamentos de la costa caribeña colombiana.
Sólo en la ciudad de Santa Marta y otros seis municipios de la demarcación de Magdalena, el Consejo de Gestión de Riesgo debió decretar calamidad pública, en tanto se registraron 73 mil 340 personas damnificadas.
Otra observación hecha por el organismo fue que solamente 61 por ciento de las mesas contaban con el jurado de votación designado al momento de la apertura de los colegios este domingo a las 08H00 (hora local).
También da cuenta que en las mesas inspeccionadas, solo 65 por ciento de los testigos electorales portaban elementos de publicidad favorables a ambas alternativas de votos.
Precisó la MOE que en general en la jornada se cumplió con normalidad todo lo que tiene que ver con el orden público y no se presentaron disturbios asociados a estas votaciones.

En contexto

El 49,78 por ciento de los colombianos votó Sí y 50,22 por ciento votó No en el plebiscito de refrendación del acuerdo de paz firmado por el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC–EP), tras más de cuatro años de negociaciones.
Se registró una participación de 37 por ciento y 63 por ciento de abstención. En los estados fronterizos, donde hay mayor impacto del conflicto armado de más de 52 años, ganó la opción del Sí.
(Tomado de Telesur)



Sin fiesta democrática en Colombia

Publicado: 3 oct 2016 10:03 GMT - RT

Hoy no podrá decirse lo de siempre cada vez que hay cita electoral. No ha habido fiesta democrática. En Colombia, ganó el no a la paz en el Plebiscito. Por la mínima pero ganó: 50,22% frente a 49,77%. Una diferencia de unos 60.000 votos.

John VizcainoReuters
Las reglas de la democracia liberal no lograron resolver un conflicto político que dura más de seis décadas. Solo un 18% de la población habilitada para votar decidió el destino de esta disputa: 6.430.911 personas votaron no de un total de 34.899.945. La mayoría de la población no fue a votar: el 63% del pueblo colombiano no acudió a las urnas. Algo que no es de extrañar en la reciente historia política del país. En el año 2014, en la cita presidencial pasada, la abstención fue del 60%; en el año 2010, del 56%; en el año 2006, el dato fue muy parecido. En la pasada convocatoria a la Asamblea Constituyente de 1991, la abstención llegó hasta el 78%. Con datos en la mano, la baja participación electoral es una constante en Colombia. A más de la mitad de la población no le interesa ir a votar. En Colombia, la exclusión histórica ha sido de tal magnitud que excluyó a las mayorías de la vida política. Dejaron de creer en las urnas como juego para resolver los problemas.
Y la antítesis paz-guerra tampoco logró atraer la atención electoral del pueblo colombiano. Seguramente fue mucho más seductora esta idea para los focos internacionales que para la vida cotidiana de las mayorías. Como sucede en muchas situaciones, desde afuera se entienden las cosas de una manera muy diferente a como lo vive diariamente la gente. Un nuevo aprendizaje para los análisis aéreos. El pueblo colombiano no creyó que sus dificultades sociales y económicas se resolvieran con una papeleta electoral.A partir de ahora, aparecerán miles de interpretaciones posibles para entender la victoria relativa del no. Unos dirán que muchos votaron contra Santos más allá del tema de la paz. Otros considerarán que la situación económica que padece el pueblo colombiano está muy por encima del debate plebiscitario de guerra sí, guerra no. No faltará quien afirme que la restauración neoconservadora sigue creciendo en América latina. También habrá lecturas más proclives a pensar que la guerra se instaló tan fuertemente en el sentido común que no hay manera de extirparla por la vía electoral.
Falta aún mucho por desmenuzar para entender bien lo qué sucedió en esta tragedia democrática, pero por ahora, todo nos conduce hacia un laberinto que muchas veces procuramos evitar: cuando el conflicto político no tiene salida por la vía electoral. En ese momento, la democracia liberal tiembla. Es incómodo pero debemos afrontarlo.

Alfredo Serrano Mancilla Director CELAG, Doctor en Economía, @alfreserramanci

Colombia trata de salvar la paz en un clima incierto

El Gobierno y las FARC mantienen el espíritu del acuerdo tras la victoria del no en una votación en la que ha participado menos del 40% de los ciudadanos

Iván M. García


<p>La tristeza de los electores de Medellín que votaron por el Sí a la paz en Colombia, tras conocer el resultado del referéndum del 2 de octubre.</p>
La tristeza de los electores de Medellín que votaron por el Sí a la paz en Colombia, tras conocer el resultado del referéndum del 2 de octubre.
ROBERTO CRUZ

Medellín (Colombia) | 3 de Octubre de 2016


Hay quien sostiene que Macondo no es más que el día a día de Aracataca, el pueblo del Magdalena donde nació Gabriel García Márquez. Del mismo modo, hoy podría decirse que el realismo mágico tampoco es fruto de la chistera del Nobel colombiano, sino un mero reflejo del carácter impredecible, a veces rayano en el surrealismo, de sus compatriotas. Esos que ayer rechazaron un acuerdo de paz que ponía punto y final a 52 años de guerra con la guerrilla de las FARC. 

Las 297 páginas del tratado que rubricaron hace una semana en Cartagena de Indias el presidente Juan Manuel Santos y el jefe de las FARC, Timoleón Jiménez, alias Timochenko, fueron rechazadas ayer por 6.431.376 votos, un 50,2% del total; frente a los 6.377.482, un 48,78%, que les dieron apoyo. 

La participación en el plebiscito fue del 37'9%. Una cifra razonable si se tiene en cuenta que el umbral de validez estaba en el 13%. 

“Es un baldao de agua fría. ¿Pero sabe qué? A mí no me sorprende...”, deja caer Manuela, una joven estudiante de 28 años, de pelo corto y revuelto, y gesto resuelto. “Es lo de siempre. Los que han votado no son históricamente muy activos en política. Los que hemos votado sí somos históricamente abstencionistas”, añade antes de sonreír resignada.

Manuela es una de las muchas personas que ayer tarde se reunieron para ver la retransmisión del recuento de votos en una gran pantalla ubicada en la Glorieta de la vida, en el centro de Medellín. Un espacio a las puertas del mítico teatro Pablo Tobón Uribe, cuyos gestores han convertido en lugar de reunión y debate durante la recta final de las conversaciones de paz entre insurgentes y gobierno.

Unos metros más allá de la joven, un grupo de muchachos trataba de levantar los ánimos al grito de “ni un hombre, ni una mujer, ni un peso para la guerra”. 
Minutos más tarde, en un breve discurso por televisión, el presidente de la nación, Juan Manuel Santos, hacía un intento por ahuyentar el temor de muchos de los presentes: que se reabra el conflicto armado con las FARC. 
“El cese al fuego bilateral y definitivo sigue y seguirá vigente”, dijo desde Casa de Nariño, la sede presidencial, rodeado por su equipo negociador en La Habana.
Retransmisión en directo, en Medellín, del recuento de votos del referéndum sobre la paz.
Retransmisión en directo, en Medellín, del recuento de votos del referéndum sobre la paz. 

Santos anunció que hoy se reunirá con el resto de fuerzas políticas “para abrir espacios de diálogo y ver caminos a seguir”.  
El presidente colombiano aseguró que no dejará de buscar la paz ni un minuto en lo que le queda de mandato y, haciendo gala de un insólito optimismo, calificó el momento como una “oportunidad” para buscar “puntos de encuentro y unidad”.
El jefe del equipo negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, y el Alto Comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, viajarán hoy de vuelta a Cuba para informar al secretariado de las FARC de los avances que propicien las reuniones de Santos con el resto de partidos. 
El líder de la campaña por el no, el expresidente y hoy senador del Centro Democrático, Álvaro Uribe, ofreció a los medios un discurso vago y poco concreto del que se rescata su intención por lograr un “gran pacto nacional” para que se reorienten los acuerdos.
“Colombianos, corrijamos. La democracia de nuestra patria ha sido superior a toda la presión oficial para imponer el sí. Todos queremos la paz. Pedimos que se le dé protección a las FARC y que cesen todos los delitos, incluido el narcotráfico y la extorsión”, dijo. 
Timoleón Jiménez hacía un llamamiento desde La Habana: “Al pueblo colombiano que sueña con la paz, que cuente con nosotros”. 
El líder de la guerrilla confirmaba de este modo las declaraciones del comandante Antonio Lozada, quien desde la X Conferencia de las FARC aseguró hace un par de semanas que el grupo insurgente no volvería al monte si el plebiscito tumbaba el acuerdo. 
“Las FARC mantienen su voluntad de paz y reiteran su disposición de usar solamente la palabra como arma de construcción hacia el futuro. Con el resultado de hoy, sabemos que nuestro reto como movimiento político es todavía más grande y nos requiere más fuertes para construir la paz estable y duradera”, añadió.
Las poblaciones más golpeadas apoyaron el sí
El joven estudiante Juan José Franco da la espalda a la pantalla que arroja, como una bofetada, los sucesivos boletines que amplían la distancia del no y el sí. “Es doloroso. Es como un golpe en el estómago”, describe.
Para Franco, la ganadora de esta tarde ha sido la intolerancia. “El voto de los que no han sufrido la guerra”, lamenta. 
El 2 de mayo de 2002, el frente 58 de las FARC se enfrentaba con los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en el municipio de Bojayá (Chocó). La guerrilla lanzó una pipeta de gas a modo de proyectil a los paramilitares, pero el cilindro perdió fuerza y cayó sobre la iglesia, donde se refugiaba parte de la población. Murieron un centenar de personas. 
Ayer, en Bojayá, el 95% de los habitantes votó por el sí. 
Algunos de los departamentos donde la guerra más se ha cebado, como Chocó, Vaupés, Putumayo y Nariño, dieron su apoyo a los acuerdos. También en Cauca, donde confluyen varios actores armados. Y en uno de sus municipios, Toribio, atacado más de 600 por las FARC, el sí ganó por el 84%. 
La capital, Bogotá, también mostró su acuerdo con un 56% de los votos a favor de la paz con las FARC. 
De todos modos, el respaldo del no viene también de cuatro departamentos muy afectados por la guerra: Huila, con un 66,77% de votos en contra del acuerdo; Meta, con un 63,58%; Norte de Santander, con un 63%, y Antioquia, la cuna del uribismo, con un 62%. No obstante, en éste último, la región del Urabá, golpeada por paramilitares, guerrillas y narcotráfico, dijo sí al acuerdo con un 52% de los votos. 
Lágrimas y abrazos
Diana Arboleda guardaba un centenar de mariposas blancas para soltar después de la victoria del sí. Magui Morales, junto a ella, repartía flores blancas a los que iban entrando en la Glorieta de la vida. “Estoy tranquila porque el corazón me dice que el sí es lo mejor para Colombia”, apuntaba.
Una votante sigue en Medellín el recuento del referéndum.
Una votante sigue en Medellín el recuento del referéndum. 

Gerardo Pérez, de 62 años, sonreía mientras un conjunto de estudiantes de música improvisaba unas piezas tradicionales en unas marimbas. “Toda mi vida he visto guerra”. La de guerrillas y paramilitares, y también la de las bandas de los barrios populares en los que trabajó desde la década de los 70, cuando explotó el narcotráfico. “Ya es hora de perdonar. De tener otro país y de que lo construyan las próximas generaciones sin que tengan la guerra de excusa para lo que sale mal”, decía. 
Jhon Ciro, un hiphopero de la Comuna 13, un barrio de Medellín al que el conflicto le arrancó centenares de jóvenes en forma de desaparecidos, se mostraba optimista. “Ahora es el momento de reconstruir el tejido social que es lo que nos va a traer una paz de verdad y duradera”.
Junto a él, una joven de 20 años, Manuela, asiente con la cabeza. Tinte rubio, casi blanco, en su melena lisa, grandes ojos verdes, arete en la nariz y brazos cubiertos por cuidados tatuajes. “Es imposible no ilusionarse”, exclamaba. 
Pero también era posible desilusionarse. Terminó el conteo y aparecieron las lágrimas. Las de la muchacha de apenas 14 o 15 años que miraba a su padre sin entender muy bien qué había ocurrido. Las de las dos mujeres pertenecientes a una organización de víctimas que se abrazaban inmóviles y con los ojos apretados junto al escenario donde ya la marimba enmudecía.  Las de la estudiante que miraba a la pantalla incrédula. Y las que no querían salir de un anciano, vestido impolutamente de blanco, y cuya mirada se perdía más allá de la punta de sus zapatos. 



Autor: Iván M. García


Las FARC mantienen su "voluntad de paz" tras el rechazo del pueblo colombiano

La guerrilla tiene previsto mantener una reunión para "analizar con calma todos los detalles" del resultado de la consulta popular.

El máximo líder de las FARC, Timoleón Jiménez, "Timochenko" , y otros miembros de la comisión negociadora permanecen atentos desde La Habana a los resultados de la consulta popular. EFE



LA HABANA. -El máximo líder de las FARC, Timoleón Jiménez, alias Timochenko, ha señalado desde La Habana que la organización mantiene "su voluntad de paz" "y su disposición de usar solamente la palabra como arma de construcción hacia el futuro", después de que una mayoría de ciudadanos colombianos hayan votado 'no' al acuerdo de paz.
"Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia lamentan profundamente que el poder destructivo de los que siembran odio y rencor haya influido en la opinión de la población colombiana", dijo Timochenko en una primera declaración tras conocerse la victoria del 'no'.
La guerrilla tiene previsto, tras esta primera reflexión, mantener una reunión para "analizar con calma todos los detalles" del resultado de la consulta popular.
"Con el resultado de hoy, sabemos que nuestro reto como movimiento político es todavía más grande y nos requiere más fuertes para construir la paz estable y duradera", aseveró Timochenko. Y concluyó: "Al pueblo colombiano que sueña con la paz, que cuente con nosotros. La paz triunfará".
Durante su declaración, el jefe de las FARC estuvo acompañado por todos los miembros de la comisión negociadora que ha representado a la guerrilla colombiana en los diálogos de paz de La Habana durante los casi cuatro años que han durado las conversaciones que culminaron en el acuerdo de paz rubricado el pasado 26 de septiembre.
A lo largo de todo el proceso, los integrantes de la insurgencia han residido en La Habana, capital en la que permanecen hasta la fecha y desde donde siguieron este domingo el desarrollo del plebiscito.
Timochenko, el jefe negociador de las FARC, Luciano Marín alias "Iván Marquez", y el resto de la delegación de las FARC se mostraron visiblemente decepcionados por el resultado de la consulta, en la que el 'no' al acuerdo de paz se impuso por el 50,22%, con 6.430.170 votos, según datos oficiales casi al 100% del recuento.


Colombia. Comunicado de las FARC-EP

Por FARC - EP

Kaos en la Red - Publicado en: 3 octubre, 2016
Escrito por Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP

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Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejercito del pueblo (FARC-EP) lamentan profundamente que el poder destructivo de los que siembran odio y rencor hayan influido en la opinión de la población colombiana.
Con el resultado de hoy, sabemos que nuestro reto como Movimiento Político es todavía más grande y nos requiere más fuertes para construir la paz estable y duradera.
Las FARC-EP mantienen su voluntad de paz y reiteran su disposición de usar solamente la palabra como arma de construcción hacia el futuro.
Al pueblo colombiano que sueña con la paz que cuente con nosotros.
La paz triunfará.