ARGENTINA: Abuelas de Plaza de Mayo restituyó la identidad de la nieta 125 "Hoy encontramos otra nieta" // "Hemos encontrado a la nieta 125" hija de Lucía Rosalinda Victoria Tartaglia secuestrada en La Plata en noviembre de 1977 // Conferencia de prensa de Sergio Maldonado "Fue una desaparición forzada seguida de muerte" // Macrismo recargado, y las tareas que nos esperan por Atilio Borón // PRT A: A horas de las elecciones, la burguesía profundiza y acelera el saqueo al bolsillo del pueblo trabajador // 150 años de 'El Capital': La profecía de Marx cumple 150 años // URUGUAY Federación Nacional de Municipales (FNM): “LA INTENDENCIA DE ARTIGAS ES ENEMIGA DE LA CLASE OBRERA Y DE LA POBLACIÓN”
ARGENTINA
26 de octubre de 2017 Abuelas de Plaza de Mayo restituyó la identidad de la nieta 125 "Hoy encontramos otra nieta"
"Abuelas
de Plaza de Mayo tiene la inmensa alegría de comunicar la restitución
de la hija de Lucía Rosalinda Victoria Tartaglia". De esta forma, las
Abuelas que acaban de conmemorar los cuarenta años de búsqueda
anunciaron el encuentro de la nieta 125. Lucía militaba en La Plata, fue
secuestrada el 27 de noviembre de 1977, a los 24 años. Desde entonces,
su familia buscaba encontrar a la hija o hijo.
Imagen: Télam
"Abuelas
de Plaza de Mayo tiene la inmensa alegría de comunicar la restitución
de la hija de Lucía Rosalinda Victoria Tartaglia". De esta forma, las
Abuelas que acaban de conmemorar los cuarenta años de búsqueda
anunciaron de boca de Estela de Carlotto el encuentro de la nieta 125.
Lucía militaba en La Plata, fue secuestrada el 27 de noviembre de 1977, a
los 24 años. Desde que su familia supo que estaba embarazada empezaron
la búsqueda del niño o niña nacido en cautiverio. Las muestras que
aportaron al Banco Nacional de Datos Genéticos permitió la
identificación 38 años después. Lucía nació el 6 de junio de 1953 en Santa Rosa, La Pampa.
Su familia la llamaba "La Flaca". Se mudó a la ciudad de La Plata donde
estudiaba Derecho y militaba en la Juventud Universitaria Peronista.
"Durante un año fueron en vano los esfuerzos por localizar a Lucía por
parte de su familia, no tuvieron ninguna noticia de ella hasta que en
noviembre de 1978, un año después de su desaparición, su hermano, Aldo
Tartaglia, recibió una primera carta de Lucía donde relataba que se
encontraba detenida. En otra carta contó que estaba embarazada y que
esperaba dar a luz a principios de 1979", detalla el comunicado que
Estela de Carlotto acaba de leer al anunciar "Hoy encontramos otra
nieta". En democracia, su familia su familia pudo reconstruir
gracias al testimonio de sobrevivientes que Lucía estuvo secuestrada en
el centro clandestino de detención conocido como
"Atlético-Banco-Olimpo". la conocían con el apodo de "anteojito". Los
sobrevivientes contaron que estaba embarazada y que fue llevada a dar a
luz mientras estaba en cautiverio. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Número 2 condenó a
catorce represores, entre ellos Samuel Miara, el 22 de marzo del 2011,
por la desaparición de Lucía. "Gracias a la perseverancia de nuestra búsqueda y de todo el
movimiento de Derechos Humanos, hoy la nieta 125 puede conocer la
verdad sobre su origen", destacó el comunicado de Abuelas.
27 de octubre de 2017
"Hemos encontrado a la nieta 125"
Abuelas de Plazo de Mayo anunció ayer la restitución de la identidad
de la nieta 125, hija de Lucía Rosalinda Victoria Tartaglia secuestrada
en La Plata en noviembre de 1977. Por ANRed
Al finalizar un acto que realizaran las
Abuelas de Plaza de Mayo, contaron con mucha emoción la noticia de la
restitución de la identidad de la nieta 125. La joven que hoy tiene 38 años, es hija de Lucía Tartaglia,
secuestrada en La Plata en noviembre de 1977, detenida desaparecida en
el Olimpo, un centro clandestino de detención ubicado en la calle Ramón
Falcón al 4200.
Comunicado de Abuelas de Plaza de Mayo
Abuelas de Plaza de Mayo tiene la inmensa alegría de comunicar la restitución de la hija de Lucía Rosalinda Victoria Tartaglia.
Lucía
Lucía nació el 6 de junio de 1953 en Santa Rosa, La Pampa. Su familia
la llamaba "La Flaca". Lucía se mudó a la ciudad de e La Plata, donde
estudiaba Derecho y militaba en la Juventud Universitaria Peronista. Fue
secuestrada el 27 de noviembre de 1977 en esa ciudad, a los 24 años. Durante un año fueron en vano los esfuerzos por localizar a Lucía por
parte de la familia, no tuvieron ninguna noticia de ella hasta que en
noviembre de 1978, un año después de la desaparición, su hermano, Aldo
Tartaglia recibió una primera carta de Lucía donde relataba que se
encontraba detenida. Posteriormente, Lucía escribió otra carta relatando
que estaba embarazada y que esperaba dar a luz para principios del año
1979. En democracia, su familia pudo reconstruir que Lucía estuvo
secuestrada en el Centro Clandestino de Detención conocido como
“Atlético-Banco-Olimpo”, gracias a testimonios de sobrevivientes que
pudieron verla. La conocían con el apodo de “Anteojito”. Los
sobrevivientes relataron además que Lucía estaba embarazada y que fue
llevada a dar a luz mientras aún se encontraba en cautiverio. La desaparición de Lucía fue juzgada en el juicio realizado por el
Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2 por los crímenes del circuito
represivo ABO, por el cual fueron condenados catorce represores el 22 de
marzo del 2011, entre ellos, Samuel Miara. Gracias a la perseverancia de nuestra búsqueda y de todo el
movimiento de los Derechos Humanos, hoy la nieta 125 puede conocer la
verdad sobre su origen.
La búsqueda
Desde que la familia de Lucía supo de su embarazo, emprendieron la
búsqueda del niño o niña nacida durante su cautiverio, para lo cual
brindaron las muestras genéticas ante el Banco Nacional de Datos
Genéticos (BNDG) que permitieron que hoy podamos conocer su verdadera
identidad. La joven fue convocada en el marco de una investigación judicial
donde existían dudas sobre su identidad y fue informada sobre la
posibilidad de que sea hija de desaparecidos. Tras un tiempo prudencial,
accedió a dar voluntariamente una muestra biológica para cotejar su ADN
el Banco Nacional de Datos Genéticos. En el día de ayer el resultado
del análisis fue comunicado al Juzgado, que a su vez la notificó a ella
personalmente hoy a la mañana. La causa judicial tramita actualmente en el Juzgado Nacional en lo
Criminal Federal nro. 1 de Capital Federal, a cargo de la Dra. María
Romilda Servini de Cubría. También interviene la Fiscalía Federal N°5, a
cargo del Dr. Franco Picardi. Una vez más celebramos por la libertad de una nueva nieta que se
atreve a conocer su verdad y alentamos a todos aquellos que puedan
aportar información sobre posibles hombres y mujeres que estén en la
misma situación a que así lo hagan. Noticias como la presente nos reconfortan el alma y nos fortalecen
para continuar en nuestra búsqueda que comenzó hace 40 años, para que se
pueda concretar el abrazo con su ser querido de las cientos de familias
que aún lo anhelan y esperan. Bienvenida nieta 125 a la verdad.
28 de octubre de 2017
Aldo Tartaglia, el tío de la última nieta encontrada por las Abuelas de Plaza de Mayo
“Por momentos lloramos y por momentos reímos”
Desde
La Pampa, el hermano de Lucía Tartaglia dijo que vio una foto de su
sobrina y que es “igual a su mamá”. Destacó el trabajo de las Abuelas y
recordó a su madre, que inició la búsqueda.
Aldo Tartaglia con el gobernador Carlos Verna y Juan Carlos Pumilla.
“Es
hermosa e igual a su mamá”, fue la primera impresión de Aldo Tartaglia
luego de ver una foto de su sobrina, hija de su hermana desaparecida
durante la última dictadura, que el jueves se convirtió en la nieta 125
recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo. “Vimos una foto y nos morimos
de amor. Apenas la vimos y ya la amamos”, dijo Lucía Tartaglia, el mismo
nombre que su tía, durante la conferencia de prensa para anunciar la
noticia en la Casa de Gobierno de La Pampa. Militante de la Juventud Universitaria Peronista, Tartaglia
fue secuestrada el 27 de noviembre de 1977, a sus 24 años, en La Plata,
donde estudiaba derecho. Su madre, María Rosario López de Tartagla,
viajó de inmediato desde Santa Rosa, golpeó todas las puertas
imaginables pero no obtuvo ningún dato. En noviembre de 1978 Aldo
recibió una carta escrita de puño y letra por su hermana, que logró
sacar del centro clandestino Olimpo la familia de otra secuestrada. En
una segunda y última carta Lucía les informó que estaba embaraza y que
esperaba dar a luz a principios de 1979. Apuntó que si tenía un varón lo
llamaría Sebastián y que si era mujer sería María Victoria o María
Laura. Por sobrevivientes se supo que atravesó sus últimos meses de vida
en el circuito represivo Atlético-Banco-Olimpo, que concibió a su hija
con un compañero de cautiverio (que recuperó la libertad y murió años
atrás, aunque no hay todavía certeza científica de esa información) y
que la llevaron a dar a luz en el Hospital Militar. “Lucía era una mujer
muy bella por adentro y por afuera. Y estaba feliz de estar embarazada,
aún en esas condiciones”, recordó años atrás Graciela Trotta,
sobreviviente del Olimpo y testigo incansable. Abuelas de Plaza de Mayo informó ayer que la joven accedió a
dar una muestra biológica para cotejar su ADN luego de “un tiempo
prudencial” desde que le comunicaron que existían dudas sobre su
identidad. El jueves a la mañana le notificaron el resultado positivo, a
las tres de la tarde Carlotto le dio la noticia por teléfono al tío
Aldo y a la noche, como ya se había filtrado, lo anunció sin dar
detalles durante la celebración del 40 aniversario de la organización.
“Una vez más celebramos por la libertad de una nueva nieta que se atreve
a conocer su verdad y alentamos a todos aquellos que puedan aportar
información sobre posibles hombres y mujeres que estén en la misma
situación a que así lo hagan”, convocó Abuelas en su comunicado. “No lo podemos creer pero la realidad es que se encontró a
mi sobrina. Hay momentos que lloramos y otros que nos reímos. Pienso
mucho en mi mamá y en toda su fuerza, que siempre nos dio para buscar a
su nieta. Empezamos a recordar todas las cosas que nos pasaron desde el
‘76 hasta la actualidad”, contó Aldo en la conferencia. “Lo único que lamento es que no esté María, hizo mucho y la
buscó mucho”, sostuvo el gobernador Carlos Verna, presente en la
conferencia, en referencia a la madre de Lucía, ya fallecida. “Si esta
formulación pudo ser hecha en este momento fue por la lucha y la
perseverancia de María Tartaglia”, coincidió Juan Carlos “Pinky”
Pumilla, militante y ex detenido durante el terrorismo de Estado, a
quien Aldo agradeció y llamó “hermano del alma”. “Es un alumbramiento para toda la provincia de La Pampa”,
destacó Pumilla, quien remarcó la importancia de respetar los tiempos de
la joven ya que se trata de una búsqueda de casi cuarenta años pero que
“para ella lleva horas, con lo cual desde aquí no se hará nada para
entorpecer el grado de maduración de su nueva situación, ya que debe
estar cruzada por mil emociones y necesita ajustarse a su nueva
realidad”. “Basta saber que es la hija de Lucia Tartaglia”, dijo.A
partir del diálogo con Carlotto, Aldo contó que estaba contento porque
“ella ya vio las fotos de mi mamá, escuchó las grabaciones que tenían en
Abuelas, todas las fotos de las compañeras y compañeros de Lucía” y “si
ella lo aceptó hay algo que nos va acercando”, se esperanzó. “Estoy tan
emocionado que no puedo creerlo. Fue algo sorpresivo. Ayer nos
comentaron de Abuelas que habían encontrado a la nieta pero nos dijeron
que lo mantuviéramos en prudencia. Luego se filtró y bueno, para
nosotros era una alegría enorme. Ayer nos cambió la vida”, reconoció.
“Debe ser una emoción muy grande encontrarme con esa niña, porque yo
tuve siempre la idea de que era una niña”, contó. –¿Cuánto peso menos tienen como familia?, le preguntaron. -No sé. Peso tenemos mucho porque falta mi hermana. Como
prometí encontrar a mi hermana, voy a encontrar el cuerpo de ella.
Quiero destacar a mi mamá por su fuerza, que nunca bajó los brazos, y a
una persona que siempre me ayudó, dónde ir a preguntar, qué decirle a(l
juez Daniel) Rafecas y otros jueces, que es ‘Pinky’ Pumilla. Él me ayudó
y me sigue ayudando. Yo digo que es mi hermano del alma. “Me imagino encontrarme con ella, pero ¿qué le puedo decir?
No tengo palabras. Capaz que nos encontremos y le diga muchas cosas. O
nada, no sé”, admitió. “Acá las fiestas en Navidad o Año Nuevo son
tristes desde el año 1976. Aún estando viva mi mamá las fiestas eran
tristes. Hoy nos cambió. Yo digo que mi mamá, mi viejo, mi hermana
Lucía, están junto con nosotros. Yo soy católico y me siento protegido
por ellos”, confesó Tartaglia. -¿Qué visión tiene de la política de Derechos Humanos? -preguntó un periodista de Plan B y Radio Kermés -Lo de Abuelas es fabuloso. Estamos en democracia, hay que
seguir y defenderla. Gracias a Abuelas, pero al presidente Mauricio
Macri le diría que los derechos Humanos no son un curro. “Quiero dejar un mensaje de esperanza y de que nunca más
vuelva a pasar”, expresó. “Se cierra la etapa de la búsqueda de mi
sobrina y se abre la etapa de que ella integre nuestra familia. Somos
una familia completa. Sólo resta mi hermana, que también la voy a
encontrar. No me voy a morir sin encontrar los restos de mi hermana”,
aseguró. “La espero ansioso. La amamos, la buscamos con felicidad y
alegría y estamos felices de poder compartir esta alegría enorme que la
vida nos da. Me hubiese gustado que estuviese mi mamá”, concluyó.
27 de octubre de 2017
Conferencia de prensa de Sergio Maldonado
"Fue una desaparición forzada seguida de muerte"
Junto
a su abogada, Verónica Heredia, planteó dudas por cómo apareció el
cuerpo de Santiago Maldonado."Objetivamente no puedo decir que lo
colocaron, nosotros decimos que el cuerpo no estaba en el lugar",
remarcó. Anunciaron que la semana próxima empiezan los peritajes a los
teléfonos que pueden incluir el de Pablo Noceti, jefe de Gabinete de la
ministra de Seguridad, patricia Bullrich. Criticaron al juez Gustavo
Lleral por hablar antes de tener resultados forenses definitivos.
Pidieron el fin del hostigamiento a la familia.
Sergio Maldonado, durante la conferencia de prensa. Imagen: Sandra Cartasso
La
familia de Santiago Maldonado reclamó hoy una “investigación imparcial”
para llegar a la verdad sobre lo que ocurrió con el joven desaparecido
durante más de dos meses y cuyo cuerpo apareció en el río Chubut. La
abogada Valeria Heredia aseguró que el cuerpo “no estaba” en el lugar
donde fue hallado. "Objetivamente no puedo decir que lo colocaron,
nosotros decimos que el cuerpo no estaba en el lugar", señaló junto a
Sergio, hermano del joven de 28 de años, en una conferencia de prensa en
la que plantearon dudas sobre la muerte por ahogo en el río y pidieron
el fin del hostigamiento a la familia. Heredia, que patrocina a los Maldonado, habló esta tarde
junto a Sergio en el centro porteño, en la sede de Amnistía
Internacional y dijo que "no hay ninguna explicación lógica de por qué
aparece el cuerpo en un lugar donde no estaba antes, por esto estamos
exigiendo una investigación imparcial que hasta ahora no hubo". En ese
sentido, afirmó que de acuerdo al testimonio de los prefectos y buzos
que actuaron el 17 de octubre, cuando se encontró el cuerpo, “no hay
pozos en esa parte del río” y que “el único pozo relevado queda a 5
kilómetros” de donde apareció el joven muerto. Además, planteó dudas sobre la muerte por ahogamiento. “La
altura del río allí es de 1,30 metros. El 1 de septiembre era de un
metro. El 1 de agosto era de 30 centímetros”. Y recalcó que “el cuerpo
podía verse a simple vista y ese lugar ya había sido rastrillado”.
Categórica, dijo que “son más preguntas que el Estado debe responder” y
que mantienen el reclamo por desaparición forzada seguida de muerte. Entre las cuestiones a dilucidar figura el llamado de 23
segundos desde el celular de Maldonado, el 2 de agosto. “Todo es
importante y la semana que viene arrancan los peritajes a los
teléfonos”. Y no descarto el avance del peritaje sobre el celular de
Pablo Noceti, el jefe de Gabinete de Patricia Bullrich, presente en
Chubut el día de la represión de Gendarmería, cuando desapareció el
tatuador. Por su parte, Sergio Maldonado, que se tatuó el rostro de su
hermano en el brazo izquierdo, afirmó que a su hermano “lo asesinaron” y
que las fotos del cadáver que se filtraron lo fueron “desde el teléfono
del médico forense" en Esquel. "La justicia está muy mala, van a tener
que hacer muchas cosas para que volvamos a confiar en la justicia", dijo
y adelantó que la semana que viene estarían terminados los estudios
forenses. “Está claro que la Gendarmería actuó mal y queremos que
respondan todos desde la ministra de Seguridad para abajo”, dijo. Evaluó
que “hubo mucha irresponsabilidad” y que eso se vio en el hecho de que
“el juez con cuatro secretarios tuvo que acompañar el cuerpo”. Respecto
de la actuación de Gustavo Lleral al frente de la causa consideró que
“dijo que quería encontrar a Santiago y cumplió”, con lo cual “se nos
quitó una mochila de encima”. Con todo, criticó que el juez saliera a
decir que no hay lesiones en el cuerpo. “La verdad, debería haber
esperado al informe final antes de hablar”. Del mismo modo, dijo que “no
entiendo la opinión de los peritos cuando aun faltan informes
forenses”. Maldonado aprovechó para hacer un pedido “Que no nos
insulten por las redes sociales, hay gente que nos apoya en las calles y
no se condice con lo que se ve en las redes”. En las últimas horas, por
Twitter se había montado una hora de escrache pidiendo no comprar en el
negocio de té de Maldonado.”Refuerzo el pedido de que pasen música si
no tienen qué decir”, agregó. Finalmente, Maldonado se refirió a la denuncia que presentó
Myriam Bregman la semana pasada por persecución a la familia. “Hubo un
hostigamiento, no sólo por redes sociales, llamándonos zurdos, lacras,
K”, señaló.
(APL)
Con la consigna “Justicia por Santiago. El Gobierno es responsable”, la
familia de Santiago Maldonado convocó a marchar a la Plaza de Mayo, el
próximo miércoles 1º de noviembre a las 18 horas. Una multitud de
organizaciones sociales, humanitarias, estudiantiles, sociales y
políticas replicaran la movilización en cientos de plazas de todo el
país. Como se sabe, Santiago fue desaparecido por la Gendarmería en la
represión a mapuches de Cushamen el pasado 1° de agosto y, luego de 78
días, su cadáver apareció en el Río Chubut, tras interminables maniobras
del gobierno para encubrir su responsabilidad y la de Gendarmería sobre
el crimen. ¡Justicia para Santiago!
Denuncian al Estado argentino por violaciones a los derechos humanos y laborales ante la CIDH
A
partir de una presentación del CELS y la Asociación de Abogados
Laboralistas, las CTA´s, la Corriente Federal de Trabajadores y
sindicatos independientes como Aceiteros y el SiPreBA denunciaron al
Estado argentino ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por
las violaciones a los derechos humanos laborales. La audiencia cobra un valor significativo ya que, mientras el
gobierno intenta avanzar en la reforma laboral atacando las conquistas
históricas de la clase trabajadora de nuestro país, el Estado
representado por el Ministro de Justicia y Derechos Humanos Avruj estuvo
obligado a responder los planteos de sindicatos, abogados y jueces
laborales y organismos de derechos humanos. Entre los temas expuestos en
la audiencia llevada a cabo el martes 26 de octubre, tuvo un lugar
destacado la intervención de sindicatos -como Canillitas o Judiciales
Mendoza-, la represión y persecución a delegados gremiales y activistas
-con casos paradigmáticos como el Sutef de Tierra del Fuego en donde el
Secretario General Horacio Catena fue desafuerado o el juicio a los
delegados de SiPreBA en Editorial Perfil-, el ataque a la justicia
laboral, tanto a abogados como jueces, entre otros. El día previo sesionó una audiencia sobre la reforma laboral en
Brasil, en donde el gobierno del país vecino también será puesto en
cuestión por los ataque a la clase trabajadora brasileña. Es la primera
vez en la historia que la CIDH trata públicamente violaciones a los
derechos laborales, en el marco de la 165º sesiones llevadas a cabo los
días 23 y 24 de octubre en Montevideo, Uruguay. El representativo y amplio arco de organizaciones de trabajadores que
nuclea la delegación argentina, y los acuerdos alcanzados en la
presentación, deben ser un piso para establecer instancias de
coordinación en la lucha contra la reforma laboral y los avances que los
empresarios y el gobierno intentan llevar acabo en la Argentina con el
aval de una escandalosa tregua de la burocracia sindical de distintas
vertientes. Es importante aprovechar cada ámbito institucional y
político para propagandizar estos reclamos, pero sabemos que sólo en la
calle, con unidad y construyendo una relación de fuerzas favorable,
podremos derrotar el programa antiobrero de Cambiemos.
Macrismo recargado, y las tareas que nos esperan
por Atilio Borón
Economista y periodista argentino, quien dirigió Clacso.
| CUBADEBATE
Los seguidores de Mauricio Macri obtuvieron otra victoria electoral en Argentina. Foto: Jorge Sánchez/ El Clarín.
La inobjetable victoria del macrismo a nivel nacional plantea un
enorme desafío para el conjunto de fuerzas que bregan por un país justo,
democrático y soberano. Hoy, debido al lento pero irresistible
–irresistible por ahora, como una vez dijera Hugo Chávez- ascenso de la
derecha la Argentina se ha convertido en un país más injusto, menos
democrático y más dependiente. ¿Qué hacer ante tamaña involución? ¿Cómo
enfrentar a esta conjura de la plutocracia local, sus mandantes en
Washington y su ejército de publicistas y propaladores de eficaces
“posverdades” que lograron que un 41.7 % de la población votase
alegremente por quienes han demostrado que gobiernan para los ricos y
con los ricos y que están dispuestos a llevar hasta sus últimas
consecuencias una suerte de eutanasia de los pobres, los viejos, los
jóvenes, los excluidos? Para responder a esta pregunta es preciso
primero reconocer exactamente la fortaleza del adversario y, autocrítica
mediante, nuestras debilidades. Ambas se combinaron para producir esta
nueva derrota del espacio progresista y de izquierda nucleado en torno a
la figura de Cristina Fernández de Kirchner.
Una celebración desmesurada
La gritería de la derecha ha incurrido en toda clase de hipérboles
para celebrar el triunfo del macrismo. Victoria “enorme”, “histórica”,
“¡hazaña histórica!” dijo uno, “arrasadora”, “líder de otra galaxia”
según uno de los principales consultores políticos, son algunas de las
expresiones utilizadas para caracterizar lo ocurrido el pasado domingo.
¿Cómo calificar entonces la victoria de Raúl Alfonsín en 1983, que
consagró la primera derrota presidencial del peronismo a lo largo de su
historia? ¿O, sin ir más lejos, el 54 % de CFK en el 2011? Es obvio que
un desbordante optimismo campea en las filas de la derecha. Sin embargo,
el analista no puede dejarse llevar por ninguno de estos excesos, que
con signo contrario también se escucharon luego de conocido el veredicto
de las urnas en el bunker de CFK en Sarandí. Una actitud más sobria,
menos propensa a esa “desmesura” que muchos de los operadores macristas
le achacaban con exclusividad al kirchnerismo demuestra que los
guarismos obtenidos por Cambiemos son prácticamente idénticos a los que
Néstor Kirchner cosechara en su primera elección parlamentaria luego de
llegar a la Casa Rosada: 41.7% para el macrismo, 41.6% para el
santacruceño en el 2005. En ambos casos, quedan por debajo de lo
conseguido por Raúl Alfonsín en las legislativas de1985 cuando se alzó
con el 42.3 % de los votos. En ambas ocasiones, 1985 y 2005, el
reconocimiento de la victoria oficial ahorró la grandilocuencia
imperante en estos días. En suma: muy buena elección del macrismo, pero
lejos de ser un triunfo sin precedentes en la política argentina. Va de suyo que lo anterior no tiene por objeto restar los méritos del
adversario sino calibrarlos en su justo término. La subestimación
conduce inexorablemente a la derrota, como lo prueba la temeraria
ingenuidad del kirchnerismo al “elegir” como un rival fácil de doblegar,
aún por Daniel Scioli, al por entonces jefe de gobierno de la ciudad de
Buenos Aires. Se lo despreció y ridiculizó durante años –desoyendo a
quienes advertíamos el peligro- hasta que se produjo el amargo despertar
de Noviembre del 2015 y para sorpresa de propios y ajenos el rival
despreciado terminó entronizado en la Casa Rosada. En línea con esta
actitud es preciso reconocer que Cambiemos prevaleció en 13 distritos:
Buenos Aires, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba, Corrientes,
Chaco, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Salta, Santa Cruz,
Santa Fe, mientras que el justicialismo –en sus múltiples variantes,
algunas más cercanas a Macri que a Cristina- obtenía la victoria en
once, una vez establecido el triunfo del kirchnerismo en Tierra del
Fuego y, por un puñado de votos, en la provincia de La Pampa, otrora
bastión inexpugnable del peronismo. El macrismo mejoró su representación
en diputados y senadores nacionales, y si bien no tiene quórum propio
en ninguna de ambas cámaras la irresistible atracción de la chequera que
maneja la Casa Rosada y la volubilidad de sectores y líderes políticos
que se presentan como “oposición” hace prever que a partir del 10 de
Diciembre Macri contará con mejores chances de aprobar la legislación
necesaria para viabilizar la segunda, y más radical, fase del ajuste. A
lo anterior súmesele que al día de hoy Cambiemos es la única fuerza de
alcance nacional y que triunfó en los cinco distritos (Ciudad de Buenos
Aires, provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza) donde se
concentra el 70 % del electorado nacional. Una gran victoria, sin duda,
pero que en la historia de nuestra democracia reconoce varios
precedentes como para ser calificada como “hazaña histórica”. Raúl
Alfonsín y Carlos Menem así lo demuesran. En una nota publicada en la Revista Anfibia Alejandro Grimson señala
tres factores explicativos de la victoria macrista. Uno, la eficacia
movilizadora del relato de Cambiemos con el cual la población fue
bombardeada día y noche a lo largo de casi dos años gracias a la
formidable, diría inédita y profundamente antidemocrática, concentración
oligopólica en la prensa, la radio y la televisión que hace que la
Argentina viva, mediáticamente hablando, bajo una “cadena nacional
permanente”. En los temas fundamentales los dos principales medios
gráficos del país tienen tanta diferencia entre sí como la que existía
entre el Pravda y el Izvestia en el apogeo de la extinta Unión
Soviética, pese a lo cual los exégetas de la derecha siguen diciendo que
“antes”, es decir durante el gobierno de CFK, la libertad de prensa
estaba amenazada. En este funesto escenario mediático el mensaje
transmitido por el relato de la derecha era claro: “el kirchnerismo es
el pasado, y fue una perversa combinación de incompetencia y corrupción
que creó una falsa ilusión de bienestar que demostró ser insostenible.
El país sobrevivió a aquella pesadilla y ahora debe afrontar, con
esperanzada resignación, los sacrificios necesarios para retornar a la
normalidad”. La interminable repetición de este mensaje, taladrando día y
noche el cerebro de los argentinos, más la sistemática supresión de
voces disidentes realizada por los autoproclamados custodios de la
república –eliminación de Telesur de los canales de cable, purgas en
Radio Nacional, “apriete” en emisoras y televisoras privadas para
acallar voces molestas, manejo arbitrario de la pauta oficial para
perjudicar a los medios disidentes- unido al infame desplome de lo que
había sido el aparato mediático del kirchnerismo más la oportuna
sucesión de citaciones de la justicia federal a altos personeros del
gobierno anterior durante la campaña terminaron por instalar un sentido
común ampliamente compartido en la sociedad, no exento de ribetes
tragicómicos. Ante la observación de que ahora el salario se deteriora
día a día, el desempleo crece inconteniblemente y el país se endeuda de
manera exorbitante por varias generaciones la respuesta estandardizada
de la víctima suele ser algo así como: “sí, pero se robaron todo”. En
otras palabras, la ilusión de un futuro mejor (que no la esperanza) así
como la execración del pasado fue hábilmente inoculada en la población
por la pléyade de inescrupulosos “marketineros” contratados por aún más
inescrupulosos líderes de la derecha. El dato de que hay muchos más
miembros del gabinete de Mauricio Macri que de Cristina Fernández
procesados por la justicia no hizo mella en aquel sentido común. Tampoco
tuvo efecto alguno el conocimiento de que Mauricio Macri llega a la
Casa Rosada estando procesado por la justicia; o que se encuentra
involucrado en negocios turbios detectados en los Panamá Papers (que
originaron la renuncia del Primer Ministro de Islandia), situación
compartida por varios miembros de su entorno como Claudio Avruj, Esteban
Bullrich, Gustavo Arribas y su primo, Jorge Macri entre otras figuras
de Cambiemos. La prensa (dizque) “independiente” se encargó de blindar
meticulosamente el tema y la noticia se la tragó la tierra y jamás fue
examinada en profundidad por la opinión pública. Lo mismo ocurrió con la
escandalosa iniciativa del presidente de perdonar una deuda contraída
por su padre, Franco Macri, durante su gestión al frente del Correo
Argentino, cosa que ante el clamor de la opinión pública finalmente tuvo
que ser revertida y enviada a la justicia en medio de un fuerte
escándalo que, sin embargo, no tuvo consecuencias políticas. Lo mismo
que una dirigente social, Milagro Sala, fuese enviada a la cárcel y
retenida allí por casi dos años sin condena y, cual “estado canalla”,
desoyendo la medida cautelar emitida por la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos y las recomendaciones de varios comités de Naciones
Unidas exigiendo su inmediata liberación. El caso de la desaparición
forzada de Santiago Maldonado a manos de la Gendarmería fue tan sólo el
último escandaloso eslabón de esta trama de mentiras, ocultamientos y
desinformación premeditada. Un proceso en donde la perversidad de una de
las “candidatas estrella” del macrismo, Elisa Carrió, llegó a extremos
pocas veces vistos en la Argentina al proferir tal cantidad de
exabruptos (“20 % de posibilidades que esté en Chile”, “como Walt
Disney”, etcétera) que no sólo exhiben el lado oculto de sus
convicciones supuestamente republicanas y humanitarias y su desenfrenada
búsqueda de protagonismo en los medios sino también del triste
retroceso cultural de la ciudadanía porteña (que por décadas había sido
un baluarte en la exigencia de juicio y castigo para los culpables de la
represión de los años setentas) que ahora premia con el 51 % de sus
preferencias a un personaje que dijo tales aberraciones. A lo anterior nuestro autor agrega dos otros factores: por una parte
el papel de la ya anotada concentración mediática que impidió que el
relato macrista pudiera ser críticamente examinado ante el gran público.
Pocas veces en nuestra historia hubo tal nivel de “unanimismo
mediático” como el que hoy asfixia a la Argentina. Esto es una nefasta
innovación en nuestra vida política, pero hay que recordar que siempre,
aquí y por doquier, las fuerzas políticas de izquierda y progresistas
debieron luchar contra ese enemigo atrincherado en los medios de
comunicación, y a menudo lo hemos derrotado. Y en segundo lugar, la gran
fragmentación de la oposición y, sobre todo, la implosión del peronismo
en una multiplicidad de organizaciones políticas construidas sobre las
frágiles arenas de diversos liderazgos provinciales o locales que
impidieron se pudiera enfrentar la ofensiva de la derecha con eficacia.
Obviamente, esto remite a la crucial cuestión de lo que es hoy el
peronismo. ¿Es Cristina, como lo reafirmó claramente en la reciente
campaña senatorial, o es ella junto con todos, o algunos, de los
siguientes: Gioja, Insfrán, Pichetto, Verna y Rodríguez Saa junto a los
perdidosos Urtubey, Massa, Randazzo, Menem, Alicia Kirchner, Schiaretti y
De la Sota ¿Puede este heteróclito conjunto converger en una propuesta
común? De hecho no pudo, y esa dispersión llevó aguas al molino del
gobierno. Lo más probable es que muchos de estos personajes ya estén en
conversaciones con el gobierno nacional para asegurar la
“gobernabilidad” en los próximos dos años y “un lugar bajo” el sol del
presupuesto nacional en los nuevos tiempos que se avecinan.
¿Cómo construir una alternativa?
Foto: Kaloian/ Cubadebate.
El exitismo oficial encuentra un sorprendente paralelismo en ciertos
miembros del entorno del cristinismo. La autoproclamación ser de “la
única oposición real”, reiterada en cuanta ocasión se pueda, tropieza
con los duros datos de la realidad. Los poco más de cinco millones de
votos obtenidos a nivel nacional constituyen sin la menor duda un piso
importantísimo para futuras competencias electorales. Pero como lo hemos
dicho en múltiples ocasiones, el problema de CFK no es su piso –sólido,
confiable, leal- sino su techo, carente de elasticidad para captar
nuevas voluntades todo lo cual conspira contra su capacidad para lanzar
una propuesta atractiva no sólo para los kirchneristas sino también para
quienes no lo son, tanto dentro y especialmente fuera del peronismo. Si
algo enseña la historia reciente de la Argentina es que con el
peronismo sólo ya no se ganan elecciones a nivel nacional. El triunfazo
de Cristina en el 2011 es impensable en nuestros días, porque la trama
política y cultural del país cambió en una dirección contraria a la
esperada. La Argentina hoy es un país más conservador que antes, más
refractario a las interpelaciones progresistas o de izquierda,
anatemizadas como un irresponsable “populismo”; además, el ancho y
heteróclito campo de la izquierda y el progresismo se encuentra
profundamente fracturado. Por ello, sólo una convocatoria amplia que
avance por izquierda mucho más allá de los límites del contradictorio
universo peronista estará en condiciones de canalizar las “energías
nacionales” como decía Antonio Gramsci y derrotar al proyecto macrista.
Si esta empresa de creación política no se lleva a cabo la derecha
podría llegar a gobernar por largo tiempo en la Argentina. Una banca en
el Senado no es precisamente el mejor instrumento para plantear una
oposición eficaz al macrismo. En ese ámbito Cristina seguramente
terminará conformando un monobloque, porque sus antiguos aliados
peronistas no parecen demasiado entusiasmados con su incorporación a la
Cámara Alta. Dada esta realidad, su capacidad para inclinar el fiel de
la balanza a favor de sus propuestas o de arrastrar tras su liderazgo
una mayoría de senadores para poner coto a la virulencia de Cambiemos es
por lo menos dudosa. No sólo eso: el Frente para la Victoria que había
sido el instrumento político-electoral del kirchnerismo durante doce
años fue despachado a mejor vida sin ofrecérsele a sus deudos el
beneficio de un modesto funeral para explicarles las razones de tan
súbito e inesperado deceso. Lo mismo cabe decir de la creación de la
Unidad Ciudadana: ¿qué asamblea de militantes y dirigentes aprobó su
creación, con qué fundamentos, cuál es su programa, quiénes son sus
autoridades, cuál será su política de alianzas? Nada se sabe al
respecto.. Sólo que ambas cosas, la disolución del Frente para la
Victoria como la creación de Unidad Ciudadana expresan un estilo de
conducción política –desde arriba, vertical, personalista- que la
historia demuestra que en la sociedad actual termina en el fracaso.
Lamento decirlo porque se trata de una tradición fuertemente arraigada
en el movimiento popular y quizás tuvo eficacia en el pasado. Pero hoy
ya no funciona. Fracasó en el 2013, en el 2015 y de nueva cuenta el
pasado domingo. Nada peor que ocultar lo que hoy es una conclusión
irrefutable; ese estilo de conducción es un anacronismo político, seguro
padre de nuevas derrotas. La tarea de derrotar al proyecto de la derecha requerirá de todas
nuestras fuerzas y toda nuestra inteligencia. Vuelvo a Gramsci con
aquello de pesimismo de la razón pero acompañado por el optimismo de la
voluntad. Sin una profunda autocrítica, reclamada insistente pero
infructuosamente por muchos sectores dentro y fuera del kirchnerismo
desde el 2015, no se podrá encontrar el rumbo para construir un gran
frente de liberación nacional y social, claramente anticapitalista y
antiimperialista. Las políticas de corrimiento hacia el centro político
están condenadas a terminar en una nueva frustración. Hay una ley
sociológica que dice que los pueblos prefieren el original a la copia.
Si una coalición progresista “suaviza” su discurso (en un país tan
flagrantemente injusto y saqueado por la CEOcracia como la Argentina) y
adopta uno más centrista lo más probable será que la ciudadanía elija
votar por la derecha original y no por un progresismo que modere su
discurso y sus propuestas y se vaya pareciendo cada vez más a la
derecha. Si de administrar al capitalismo se trata, nadie mejor que la
burguesía y sus representantes políticos para hacer esa tarea. No le
ayudó a Cristina guardar silencio ante el crimen de Santiago Maldonado; o
referirse sólo al pasar al escándalo judicial en torno a la detención
de Milagro Sala, equiparar a ésta con un sedicioso como Leopoldo López
en Venezuela y decir que en ese país no hay un estado de derecho, o
abstenerse de felicitar a Nicolás Maduro por la magnífica victoria
cosechada en las elecciones regionales. Todo eso, a la vez que se optó
por imitar el estilo de campaña, y la escenografía new age del PRO, lo
cual no le agregó un solo voto a CFK. Los que llegaron no procedían de
esos territorios sociales donde prevalece el eclecticismo y el nihilismo
posmoderno, que es el lugar en el que Cambiemos cosecha sus votos. La nueva construcción tendrá que trascender el plano electoral e
internarse en la creación de un amplio espacio político-cultural. Este
deberá ser la culminación de un proceso de diálogos sin exclusiones
entre todos quienes saben que al macrismo no se le combatirá con
promesas de un “capitalismo serio o racional”. La tercera vía es,
digámoslo de una vez, una vía muerta. Sólo podrán librar una efectiva
batalla en contra de Cambiemos quienes estén dispuestos también a luchar
contra el capitalismo (y no sólo el neoliberalismo) y el imperialismo y
puedan comunicarlo socialmente de modo eficaz. En la nueva construcción
política que necesitamos las propuestas de los críticos del capitalismo
y el imperialismo deberán ser las que le asignen una “tonalidad
ideológica” a la nueva propuesta. Para lo otro, para hablar de un
capitalismo inclusivo y racional, está Cambiemos. Seamos claros: sólo
desde la izquierda se podrá disputar la hegemonía político-cultural del
macrismo, de la cual se desprende su preponderancia electoral. Es debido
a ello que la elaboración de un programa político con nítidos
contenidos democráticos, anticapitalistas y antiimperialistas será
indispensable para cimentar la unidad de acción de un amplio conjunto de
fuerzas políticas y movimientos sociales procedentes de distintas
tradiciones y suficientemente vigoroso como para enfrentar las batallas
que se avecinan y derrotar a una derecha organizada como nunca antes en
su historia. Si fracasamos en este empeño tendremos macrismo para rato.
Es una cuestión que remite tanto a la necesidad de crear una real
alternativa que así sea percibida por una ciudadanía castigada por los
rigores del ajuste neoliberal como de simple aritmética política. Sin
esa gran coalición de signo anticapitalista y antiimperialista no podrá
construirse una mayoría electoral.
El papel de Cristina
Cristina Fernández de Kirchner encabezó un virtual acto de cierre de campaña de Unidad Ciudadana. Foto: Kaloian/ Cubadebate.
Tras la ratificación del rumbo actual en las elecciones del pasado
domingo el gobierno acelerará la marcha hacia una restructuración
regresiva del capitalismo argentino. Será necesario impedir que se
consume un proyecto que retrotraería nuestro país a la situación
imperante en las vísperas de la aparición del peronismo en 1945. Lo que
ocurre en Brasil despierta la admiración de la Casa Rosada. El ataque al
salario, a los trabajadores y al sindicalismo combativo será inminente.
El endeudamiento tan irresponsable como desenfrenado y el
desmantelamiento de la legislación protectiva de los trabajadores y, en
general, de los pobres, de los adultos mayores, de los jóvenes será
implacable. Los argentinos haríamos bien en mirarnos en el espejo
brasileño para advertir lo que nos espera: congelamiento de los gastos
en salud y educación, fin de la jornada de ocho horas, derogación de las
principales piezas de la legislación laboral y jubilación sólo para el
titán que venciendo indecibles contingencias y todo tipo de enfermedades
pueda hacer aportes jubilatorios durante 49 años y llegar a su
ancianidad con restos como para disfrutar de una modestísima pensión
antes de despedirse de este mundo y disfrutar de un módico funeral. Ante
ello una construcción debilitada por un arcaico verticalismo sólo
serviría para acelerar la destrucción de la ciudadanía económica, social
y política que se propone el macrismo y que con tanto esfuerzo fuera
conquistada en años pasados. Será necesario crear una suerte de Frente
Amplio, como el uruguayo; o un movimiento tan plural y heterogéneo como
lo fuera el 26 de Julio en Cuba. Y el liderazgo deberá enriquecerse del
diálogo, la discusión, el debate de ideas. Ya no hay lugares
privilegiados de conducción porque todos, absolutamente todos, hemos
sido derrotados. Eso es precisamente lo que nos une: la derrota. Y esta nueva construcción tendrá que librar una batalla
organizacional, política y cultural. Deberá ser aquel “Príncipe
Colectivo” del que hablaba Antonio Gramsci para desde su novedad y
frescura llegar a sumar millones de voluntades que, sin duda, cuando se
disipe el espejismo hábilmente creado por Cambiemos, estarán a la
búsqueda de una ruta de escape que no puede ser volver al pasado. Que
quede claro: el liderazgo de Cristina no está en discusión; ningún otro
político del campo de la oposición tiene su estatura y sus votos como
para disputarle su lugar. Lo que sí está en cuestión es su estrategia de
construcción política, como lo demuestran las recientes derrotas
electorales, los sonados fracasos del FPV, la Cámpora y Unidos y
Organizados y, más recientemente, su empecinamiento en no aceptar ir a
las PASO para competir con Florencio Randazzo, que probablemente le
hubiera permitido alzarse con la victoria nada menos que en la provincia
de Buenos Aires. Una Cristina que escuche (“dicen que Cristina escucha
poco”, anotaba Norberto Galasso en una entrevista para Zoom), que confíe
menos en su intuición (que la ha traicionado muchas veces), que valore
positivamente a quienes disputan sus argumentos con la intención de
colaborar en su empeño y no con el ánimo de erigir obstáculos. Una
Cristina que descrea de los adulones que le dicen que es infalible y que
cuando ven que se encamina al abismo no le dan la voz de alerta. Una
Cristina que recuerde el consejo de Evita, cuando le recomendaba a Perón
desconfiar de los alcahuetes y gentes de confianza que lo rodeaban.
¿Cuántos de ellos, que parecían kirchneristas “de paladar negro”, no se
pasaron al bando contrario ni bien CFK dejó de ser presidenta? ¿Qué
lecciones deben extraerse de ello? Para concluir, sólo con el “vamos a volver” no va a ser suficiente
para seducir a esos contingentes sociales agredidos y ofendidos por el
macrismo pero atrapados por los traicioneros efluvios de un relato
científicamente concebido para desmovilizar y estimular la pasividad y
la resignación. Esto es así porque la campaña propagandística del
macrismo ha sido muy efectiva y, además, porque las asignaturas
pendientes luego de doce años de gobierno kirchnerista son inocultables.
Se hizo mucho y bien, pero no lo suficiente; y muchas cosas se hicieron
mal y otras ni siquiera se hicieron (por ejemplo: una reforma
tributaria, o la nacionalización del comercio exterior). Y, lo que se
hizo bien se comunicó mal. Ensimismado en la engañosa seguridad de su
indisputada hegemonía el gobierno perdió capacidad de leer lo que estaba
ocurriendo en la sociedad, y especialmente lo que le estaba sucediendo a
las propias bases sociales del electorado kirchnerista. Tampoco supo
entender sus nuevas demandas económicas y sociales y tomar conciencia
del vertiginoso cambio cultural que tornaba a las clases y capas
populares impermeables a la interpelación del progresismo y críticas de
las políticas asistencialistas del gobierno. Fenómeno epocal, no
exclusivo de la Argentina. En Bolivia, Ecuador y Venezuela ha ocurrido
lo mismo, si bien no tan intensamente como entre nosotros. Será preciso elaborar un programa político que sistematice las
propuestas de transformación social que llevará a cabo la nueva
coalición política. Un programa de “desmercantilización” de la salud, la
educación y la seguridad social, convertidas por el actual gobierno en
infames mercancías cuando en realidad son derechos humanos. Un programa
de recuperación de la democracia en el espacio público, hoy férreamente
controlada por la oligarquía mediática. De preservación de los bienes
comunes; de efectiva reforma del estado, para que pueda regular al
mercado y no al revés, como ocurre en estos días. En suma, a partir de
esta nueva construcción política realizar efectivamente un tránsito
desde el gobierno al poder y, de ese modo, elevar el bienestar material y
espiritual de millones de argentinas y argentinos. Un programa, en
suma, que sea totalmente ajeno al eclecticismo de la “tercera posición” o
la ilusión de un “capitalismo serio”. Un programa, en suma,
tendencialmente orientado hacia el socialismo. Estamos en vísperas de un nuevo comienzo, desde el llano, con aliados
titubeantes, o desconfiados, y enemigos envalentonados. Será una marcha
cuesta arriba y difícil, pero si tenemos el rumbo claro y la
organización adecuada, podríamos evitar lo peor en el 2019. Es más,
diría que si actuamos con inteligencia y sin desmayos podríamos revertir
el revés del 2015. Para ello será preciso creer en nuestras propias
fuerzas y contar con un programa político de avanzada: antioligárquico,
anticapitalista y antiimperialista. No hay que olvidar que el gobierno
de Macri se enfrenta a un complejo panorama económico que sin un
desenlace catastrófico a la vista; es decir, sin un 2001 en el
horizonte, igual será muy duro para la gestión. La crisis general del
capitalismo y el descrédito del neoliberalismo global, ahora condenado
por el amo imperial, serán fuente de innumerables obstáculos para el
éxito del proyecto de Cambiemos. Pero dejemos que nuestros enemigos
hagan lo suyo, y no soñemos que van a trabajar para nuestra victoria.
Somos nosotros quienes debemos aprestarnos adecuadamente para la
batalla, y no esperar que ellos se equivoquen o caer nuevamente en el
error de subestimar su vocación de dominio. El clima cultural los
favorece, pero eso puede cambiar si se actúa con decisión y de cara a la
verdad. El programa macrista acarreará enormes sufrimientos a nuestro
pueblo. Debemos ser capaces de mostrar que hay otro camino, que otro
mundo es posible, y que la nueva construcción política en ciernes podrá
ser el instrumento idóneo para construir esa alternativa, superadora de
las inexorables lacras del capitalismo en cualquiera de sus versiones.
Partido Revolucionario de los Trabajadores
PRT – Argentina. Por la Revolución Socialista
A horas de las elecciones, la burguesía profundiza y acelera el saqueo al bolsillo del pueblo trabajador
El sistema capitalista ha creado una telaraña de mentiras y de mentirosos, los burgueses son escondedores “innatos”. ¿Qué los motiva a crear un mundo basado en el engaño?
Tapar por todos los medios posibles el origen de sus riquezas basadas en la explotación y opresión de las grandes mayorías. Pero la frazada de la mentira es corta y…
En las economías familiares estamos
obligados a no mentirnos y cuando lo hacemos las cosas terminan mal. Es
muy simple: ingresos y salidas, si hay un resto realizamos planes, si no
lo hay hacemos la “plancha”, si hay déficit reducimos gastos. Los
problemas comienzan cuando vamos a “comprar plata” e irremediablemente
comenzamos a pagar usura. Los bancos nos ofrecen créditos leoninos, las
tarjetas de crédito disimulan el déficit y tarde o temprano si los
gastos superan a los ingresos la ilusión que depara el “comprar” plata
derrumba lo construido y vuelta a empezar pero siempre de un poquito más
abajo. De esto los argentinos sabemos un montón.
Parece que este gobierno “no se dio por enterado” y este ABC de la verdadera esencia de una economía que mira al ser humano, no cuenta. Veamos:
El déficit primario es la diferencia
entre los gastos corrientes de un Estado y su recaudación de impuestos.
Así de simple: entradas y salidas. En los primeros 9 meses del año el
déficit fue del 6%. Eso quiere decir que de algún lado eso hay que
cubrirlo y ¿cómo hacen los burgueses para cubrirlo? Primero le roban al
pueblo trabajador con infinitos mecanismos de expropiación de la riqueza
que produce. Además recurren al crédito, al endeudamiento y ¿saben
cuánto creció ese endeudamiento? ¡¡¡26%!!! .
Pero lo interesante del caso es que
estos burgueses monopolistas no ponen la mano en sus bolsillos para
pagar ese crédito. Como dijimos antes recurren a “políticas económicas”,
palabras rimbombantes para encubrir a que bolsillos van a dirigirse
para poner peso sobre peso el gran negocio de la usura que ellos mismos
provocan con el endeudamiento.
Entonces y pasadas horas de las
elecciones llegó la hora de profundizar y acelerar el saqueo del
bolsillo del pueblo trabajador y consumar el gigantesco negocio.
Es indudable entonces que este problema
económico que la burguesía monopolista tiene que resolver encuentra un
problema político: el sistema funciona si los trabajadores están
dispuestos o no a recibir mansamente los dictados del capital
financiero. Para llevar a cabo este saqueo propuesto por la clase
dominante se necesita de un caudal político muy grande y a la vez
movilizado. El gobierno de Macri no tiene ese caudal y ellos lo saben.
Cuando el mundo era bipolar estaba en
tensión permanente. Con la caída de los países socialistas el mundo
unipolar concentró políticamente y pudo llevar la globalización a
situaciones impensadas. Pero hoy y a partir del 2007 -si es que se
puede poner fecha- la multipolaridad política que domina el escenario
internacional y la anarquía de la producción capitalista es acompañada
por la anarquía política, los pueblos no quieren vivir sin dignidad. La
lucha de clases tiene otra calidad.
En este marco internacional, este
gobierno tiene todo “agarrado” con alfileres. El capital usurario
necesita cobrar los dividendos y la deuda hay que pagarla con “ajustar”
la economía lo que significa trabajar más por menos plata. Advierten que
el endeudamiento no puede resolver lo que el apriete no resuelve.
Necesitan para ello las “nuevas leyes laborales”. Una guerra contra la
clase obrera y el pueblo.
A este proyecto hay que
derrotarlo fundamentalmente en el plano político, es el eslabón más
débil del gobierno y de toda la clase dominante. En este camino de
pensamiento se necesita fortalecer la movilización política, con más
organización política en todos los niveles, que faciliten los caminos de
unidad de abajo para arriba.
Como en la vida cotidiana, como nos pone
el sistema capitalista todos los días para luchar por la vida, es un
momento de ascender un peldaño en el enfrentamiento político y preparar
más y renovadas fuerzas capaces de ir masificando la lucha.
"Astiz les dice a las víctimas: `Yo te gané y tengo derecho a que vos olvides lo que pasó"
Lo aseguró Jorge Auat, de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad. En el marco del tercer tramo del juicio megacausa ESMA
se llevó a cabo la etapa de las últimas palabras de los imputados. El
miércoles pasado hablaron, entre otros genocidas, Alfredo Astiz y
Ricardo Cavallo. Astiz se encargó de defender los crímenes cometidos
durante la dictadura, además de asegurar que nunca pedirá perdón y
atacar a los organismos de derechos humanos. Para analizar su discurso, e
incluso para intentar entender a quién le habló, Fernando Tebele entrevistó al fiscal general durante Oral y Público, el programa de los juicios a los genocidas. (Por La Retaguardia)
Los imputados tienen derecho a decir sus últimas
palabras antes de conocer el veredicto del Tribunal. Como se esperaba,
hubo palabras fuertes y de gran impacto social, enfocadas en
desprestigiar a las víctimas. Los discursos de los genocidas que
hablaron el pasado miércoles estuvieron enfocados en reivindicar el
Terrorismo de Estado y en deslegitimizar a todas las instituciones que
pretenden juzgarlo. Jorge Auat está a cargo de la procuración para
crímenes de lesa humanidad, por lo que acompaña a los y las fiscales en
estas causas: “Es válido el ejercicio en derecho de defensa.
Normalmente, en las últimas palabras, suelen referirse a los hechos, al
objeto del proceso y a la situación de cada uno de los imputados en los
casos que se los imputan. En este caso, lo central es que en definitiva
quedó acreditado que ellos reivindican lo que fue el Terrorismo de
Estado. Lo grave de todo esto es que, en el caso de Astiz puntualmente,
lo único que hizo fue deslegitimar a todas las agencias, la judicial, el
Ministerio Público Fiscal e incluso a los propios abogados defensores.
El paradigma desde donde él analizó su situación es un paradigma
absolutamente al margen del Estado de derecho. Esto se entiende como una
negación. La negación es una de las primeras estrategias que tienen los
imputados en este tipo de causas. Niegan la respuesta jurídica al
problema. Ellos entienden que eso está fuera del ámbito jurídico. De
hecho, hubo partes donde él planteó y reivindicó el derecho a que lo
juzguen sus propios pares, sus militares. No niegan sus hechos porque no
se refieren a ellos. Lo que hacen es deslegitimar a las instituciones
que hoy están juzgando el Terrorismo de Estado”, comenzó relatando Auat. El manoseo del Nunca Más
El fiscal general intentó analizar lo que hubo detrás del discurso de
Astiz y elaborando una hipótesis para establecer hacia quién fue
dirigido ese mensaje. Además, se refirió al entramado de definiciones
que comprende el término Nunca Más y de qué manera es manoseado por los
genocidas, quienes pretenden el olvido como herramienta para que sus
actos queden impunes: “En ese sentido, no podemos mirar para otro lado.
Él está planteando, en primer lugar, la hipótesis de la guerra. Sabemos
que no se puede sostener, no es admisible. Estamos hablando de un Estado
que pasó a la clandestinidad para operar una guerra con centros
clandestinos, con robos de bebés, con tormentos y torturas. No hubo
ningún tipo de norma aplicable para regular ese tipo de conflictos en
esa hipótesis que plantea. Por otro lado, si bien Astiz no fue el único,
pero sí el más duro y expresivo desde el punto de vista discursivo, una
de las cosas que yo destaco es de qué se trata el discurso. Ellos lo
que hacen es banalizar lo que pasó. Lo que hacen es desconocerlo;
desconocen a las víctimas. Ellos hablan de lo que hace el vencedor,
mirarlo al vencido y decirle: 'yo te gané y tengo derecho a que vos
olvides lo que pasó'. Este es el problema del Nunca Más. La expresión
Nunca Más inevitablemente tiene que mirar a lo que pasó para que no
vuelva a ocurrir. Por eso es mentirosa y tramposa la idea de que los
derechos humanos solamente miran al pasado. Miran al pasado porque es la
única referencia que permite construir al adverbio de tiempo del nunca.
Si no no se puede pensar. La singularidad de los crímenes no está
solamente en el contendido de lo que pasó. También es un proyecto de
olvido de lo que pasó. Ese olvido es olvidarse de la víctima. Cuando la
víctima está invisibilizada, nada garantiza que el verdugo vuelva a
ganar. La muerte es el olvido de la víctima, la invisivilización y la
banalización de lo que le pasó. Entonces es como una segunda muerte. Si
se borra todo lo que pasó, ¿quién garantiza que esa experiencia del
horror no pueda volver? La construcción de la memoria es para ponerle un
obstáculo a cualquier pretensión de retorno de la atrocidad de lo que
fue el Terrorismo de Estado. La única forma de proteger el Nunca Más es
con un debate y un espacio de discusión que permita cuidarlo. Si
nosotros olvidamos lo que pasó, nada garantiza que el verdugo no
retorne”, señaló Auat en conversación con Fernando Tebele durante Oral Y Público.
Astiz y Santiago Maldonado
En el análisis que hizo el Procurador contra los Crímenes a la
Humanidad, Astiz ponderó la violencia y la justificó como un medio para
obtener sus resultados: “Hay una especie de apelación a la violencia. Le
da prestigio a la violencia. Le da un lugar de preeminencia. Entiende a
la violencia como una herramienta o un instrumento válido para resolver
conflictos”, indicó. Además, dijo que el represor “está deslegitimando”
la lucha por la aparición con vida de Santiago Maldonado y se expresó
acerca del absurdo pedido de reconciliación con los genocidas: “Cambió
el eje de la discusión. Se inscribe en la lógica que él maneja. Por eso,
muchas veces, cuando hablan de la reconciliación la primera reacción es
pensar cómo te vas a reconciliar con alguien que se reivindica a sí
mismo en todo lo que hizo. A vos te hace sentir que sos un vencido y que
él es el vencedor. No hay reconciliación posible. No hay un punto de
coincidencia. Él se reivindica como héroe y la víctima es víctima. Hay
una posición de valoración diferente, moralmente distinta. Es un
discurso que habilita una discusión muy profunda sobre qué nos deja el
proceso de Memoria, Verdad y Justicia”, reflexionó.
“El gran esfuerzo de memoria colectiva que se hizo en el seno de la sociedad, que quedó demostrado con el 2x1,
hay que valorarlo y entenderlo desde cómo se custodia y protege ese
esfuerzo. Esta es la asignatura pendiente. Incluso te diría que el
Tribunal estuvo bien en dejar que se explayara. Porque en el fondo
terminó reconociendo los hechos, nada más que les dio un carácter
distinto. Atacó a todos los gobiernos democráticos, desde Alfonsín a la
fecha”, resumió el fiscal general.
¿A quién le habla Astiz?
Auat explicó que durante sus últimas palabras el genocida no tuvo
intenciones de dirigirse al Tribunal para hablar de los crímenes por los
que estaba siendo juzgado, sino que buscó tratar de convencer a esa
parte más reaccionaria de la sociedad para que pudiera ver el uso de la
violencia represiva como un método válido incluso dentro de la
democracia: “No le estaba hablando al Tribunal. Primero porque lo
desconoce, le quita legitimidad para escucharlo. No lo considera un
interlocutor válido. El contenido no está dirigido al Tribunal. No habla
de los hechos, no habla del juicio. Él está hablando de otra cosa. Hay
sectores de la sociedad a la cual él está estimulando. Cree que es
posible que la violencia pueda ser tomada e instalada como un espacio
legítimo dentro de una estructura democrática, como una salida a
cualquier problema. Él entiende como válido ese ejercicio de la
violencia. Esto es lo grave”, expresó.
Desde la asunción del Gobierno de Mauricio Macri a finales del 2015 las
maniobras dilatorias para enlentecer los juicios que condenan delitos de
lesa humanidad han aumentado. Los miércoles serán los únicos días en
los que habrá audiencia para los genocidas imputados que quieran decir
sus últimas palabras y la sentencia final de este juicio que en
noviembre cumplirá 5 años podría darse a finales de este mes o el mes
que viene. Auat, a pesar de todo, dijo ser optimista al respecto y
remarcó la importancia jurídica, histórica y social de la megacausa
ESMA: “Dado el ritmo de los últimos tiempos, yo creo que en noviembre
habrá sentencia. Soy optimista en eso. En su momento yo hablé con los
jueces. En una oportunidad que tuve en la audiencia, hablé con ellos. Yo
hice un análisis de lo que dijo Astiz desde una perspectiva distinta.
Nosotros ya hemos hecho los alegatos, el Ministerio Público ya alegó y
somos respetuosos. Vamos a esperar la sentencia antes de hacer algún
tipo de consideración. Los jueces me dijeron que iban a hacer todo lo
posible dentro de la agenda que tenían. Se comprometieron a terminar el
juicio lo antes posible. Están dentro del tiempo que ellos
pronosticaron, el tiempo que les quedaba. Ese tiempo es alrededor de
noviembre. Estamos hablando de un juicio enorme. Pasaron mil testigos.
Sesenta y tantos imputados. Hoy quedan menos, 53 creo. Es probablemente el juicio más importante de la historia del Poder Judicial en la Argentina en cuanto a dimensión, complejidad y trascendencia”, cerró el Procurador de Crímenes contra la Humanidad, Jorge Auat.
150 años de 'El Capital': La profecía de Marx cumple 150 años
Tal día como hoy hace siglo y medio Marx ultimaba las
galeradas del Tomo 1 de 'El Capital', un estudio a medio camino entre
el tratado económico y la filosofía política que sigue proporcionando
claves para entender el capitalismo contemporáneo.
'El Capital'
Ocurrió un 14 de septiembre de hace 150 años. Karl Marx
(1818-1883) ultimaba las galeradas de un mamotreto a caballo entre el
tratado de economía y la filosofía política que acabaría por convertirse
en una de las obras más influyentes y vigentes de la época
contemporánea. Era el Tomo 1 de El Capitaly lo que empezó
como un intento por desarrollar una teoría económica que explicara la
primera gran crisis del capitalismo (década de 1830) derivó en una
lúcida herramienta para la transformación social.
Ni que decir tiene que el calado de aquel
hallazgo llega hasta nuestros días. Difícil explicar problemáticas tan
contemporáneas como la precarización laboral, el agotamiento de los
recursos naturales o los efectos de la tecnología sin tener en cuenta el
tocho profético que nos ocupa. El turbocapitalismo rampante que se dio
de bruces con la última gran crisis ha terminado por resucitar de entre
los muertos conceptos, como la lucha de clases, que muchos escuderos
ordoliberales creían enterrados.
Como apunta el editor Constantino Bértolo,
“la crisis del 2008 sería en cierta manera la gran resaca de ese
capitalismo ebrio. En medio de esa resaca, en la que todavía seguimos
viviendo una buena parte de la sociedad, los resentidos e indignados por
los efectos de esa crisis, vuelven la mirada a Marx, no al Marx
académico o al Marx beatificado por el oficialismo marxista sino al Marx
revolucionario, aquel que quiere transformar el mundo y asume que esa
transformación solo puede ser protagonizada por el mundo del trabajo”.
En efecto, El Capital no es sólo un marco teórico de indudable trascendencia, es también una llamada a la acción. En palabras de Eddy Sánchez,
director de la Fundación de Investigaciones Marxistas, “estamos ante
una obra que no trata de teoría pura, tal y como se entiende en los
programas universitarios; ni tampoco como guías de acción política, tal y
como lo ven la mayoría de críticos de la anterior. Lo que propone Marx
es: Fundamentar y formular racionalmente un proyecto de transformación de la sociedad”.
“Si Marx se vende bien, es que la sociedad va mal”
La vigencia y recuperación de El Capital —la
venta del primero de los tres tomos se ha triplicado desde el año 2005—
tiene para Sánchez mucho que ver con el fracaso de ese viejo dogma
neoliberal que entendía el sistema económico contemporáneo como un ente
con aptitudes autorregulatorias. “Marx evidencia que la crisis es un
elemento consustancial al propio sistema capitalista, su revitalización
tiene mucho que ver con esto, con ese carácter cíclico que tienen las
crisis en el capitalismo”. Algo que el historiador alemán Jörn Schütrumpf supo sintetizar a la perfección: “Si Marx se vende bien, es que la sociedad va mal”.
Así las cosas, el eterno retorno de esta obra
clave responde hoy día a una búsqueda de asideros en tiempos más que
revueltos. Un bálsamo para los desheredados, pero también y al mismo
tiempo un manual de instrucciones para la emancipación. “Leer a Marx es
una experiencia vital, subjetiva y política en la que el tiempo
histórico que está teniendo lugar en el momento de la lectura debe
intervenir en esa lectura, confrontando situaciones, preguntas y
respuestas”, explica Bértolo.
Museo a Karl Marx en Alemania.- EFE
Ni mantequilla, ni misiles… Plusvalor
El profesor Fernandez Liria, coautor junto al también académico Luis Alegre de El orden de ‘El Capital’
(Akal) establece una curiosa analogía con la mecánica clásica
newtoniana para explicar el que es quizá el gran hallazgo de Marx. Como
postulara el físico inglés, los cuerpos no han de ser tratados de forma
aislada, sino conforme a una ley universal que los conecta. “Marx nos
explica que, en el modo de producción capitalista que caracteriza a la
sociedad moderna, la riqueza no sólo aparece como una inmensa
acumulación de mercancía; esas mercancías podrán ser misiles o
mantequilla, pero antes que nada, lo que hace es fabricar plusvalor”.
Abre la puerta así a lo que viene siendo la
explotación del trabajador. Un concepto cuyas derivadas llegan hasta
nuestros días sin necesidad de tener que pensar en fábricas victorianas o
en mineros galeses. Dicho de otro modo; el impacto de la precariedad
como un elemento estructural de nuestro mercado de trabajo ya lo predijo
el barbas hace siglo y medio.
Una lógica la del capital que, como apunta la Doctora en Filosofía Clara Serrano,
“está fundada en la violencia, pues solo puede funcionar una vez que la
mayor parte de la población ha sido despojada de sus condiciones de
existencia, de modo que no exista otra forma de supervivencia que
acudiendo al mercado de trabajo”.
Otras miradas
‘El Capital’ de Marx y el capitalismo actual: 150 años más cerca
17 Sep 2017
Diego GuerreroProfesor titular del departamento de Economía
Aplicada V De la Universidad Complutense de Madrid y autor de ‘Un
resumen completo de ‘El capital’ de Marx’ (Madrid: Maia, 2008) El pasado jueves, el día en que se cumplían 150 años de la publicación del primer volumen de El Capital de Marx, el diario Público tuvo el acierto de reunir varios interesantísimos artículos sobre el tema, a saber: 1) Juan Losa: La profecía de Marx cumple 150 años; 2) Andrés de Francisco: ‘El Capital’ de Marx, 150 años después; 3) Alberto Garzón: ‘El Capital’ habla del capitalismo de hoy; y 4) Eddy Sánchez: Marx y ‘El Capital’ en el Siglo XXI. Son artículos llenos de suculentas reflexiones sobre la actualidad de El Capital,
de los que pretendemos hacer aquí una especie de reseña conjunta; pero
no debe interpretarse lo que sigue como una crítica sistemática de dicho
material, imposible además por falta de espacio, ni tampoco como una
exposición ex novo del punto de vista del autor. Aclaremos, en primer lugar, nuestro punto de vista: Karl Marx,
filósofo de profesión, se convirtió en científico como una de las
maneras (quizás la principal) en que quiso contribuir a la revolución,
que fue la pasión y el objetivo central de su vida: luchar para
contribuir a sustituir colectivamente el modo de producción capitalista
por lo que Paresh Chattopadhyay ha llamado, basándose en el propio Marx,
“el modo de producción asociado”, un tipo de sociedad organizada por
“hombres libremente asociados” (De Francisco). Pero su lucha revolucionaria no impidió que Marx se tomara la ciencia
muy en serio. Tan en serio que en cada libro que leía, en cada
investigación que llevaba a cabo, en cada cuaderno que llenaba de notas y
apuntes, en cada nueva redacción de una obra en curso y en cada libro
que publicó (o dejó inacabado) –es decir, siempre– su trabajo fue
puramente científico (lo que no quiere decir necesariamente “verdadero”)
e independiente de sus convicciones y su actividad política. Esto no
significa que su obra fuera “neutra” política o ideológicamente, algo
que sólo cabe calificar de absurdo, sino que, como ha escrito el
filósofo español Felipe Martínez Marzoa, dicha obra no estaba “al
servicio” de ninguna otra cosa que no fuera la propia filosofía y la
propia ciencia de Marx. Coincidimos con De Francisco en que “El Capital es
una rigurosa, genuina e impresionante obra de ciencia social y Marx no
se cansó de reivindicarla como tal ‘investigación científica libre’”; y
también con su conclusión de que “a la praxis humana que aspira a impulsar esa historia abierta por el camino de la emancipación social le interesa mucho la teoría marxiana del capital, y sus múltiples enseñanzas”. Obsérvese que De Francisco dice “marxiana”, de Marx, no de los
marxistas. Y esta distinción, que es de importancia fundamental, se
oscurece si se incurre en la extendida práctica de confundir a Marx con
el marxismo, cosa que no ocurre en el artículo de De Francisco pero que
sí está presente en los casos de Alberto Garzón y de Eddy Sánchez. De
Karl Marx tenemos ya un corpus literal extenso (aún incompleto, pero en
cada momento “dado”), del que sin duda se pueden hacer lecturas muy
diversas; sin embargo, no es posible identificar “el marxismo”, dado que
“hay tanta diferencia entre ciertos marxistas como la que hay entre uno
que lo es y otro que no lo es” (Lamo de Espinosa). Puede que acierte
Eddy Sánchez –siempre que no esté hablando de Marx– al escribir que en
el marxismo “lo científico [es] lo instrumental a lo sustancial, que es
el objeto político”, pero esto no ocurre con el Marx de carne y hueso
que hace ciencia, para quien lo sustancial y lo instrumental se
identifican en su propia obra teórica. Las conocidas alabanzas de Marx
al Ricardo científico, que antepone la búsqueda de la verdad a sus
intereses de capitalista y terrateniente a la vez, son buena muestra del
desprecio que, sensu contrario, sentiría Marx por sí mismo si
sus intereses revolucionarios interfirieran en su actividad
investigadora y científica. Y es que “Marx no pretende que tesis alguna
le sea concedida en razón de otras exigencias que las del libre
pensamiento, exactamente tal y como lo hacen Kant, Hegel y Nietzsche”
(Marzoa). Concluimos, pues, que hay que “rescatar a Marx del marxismo”
(Fernández Liria y Alegre) porque Marx fue un “crítico del marxismo”
(Fernández Buey, siguiendo a Rubel), y rechazamos la inveterada
costumbre de interpretar a Marx “a través de ‘los marxistas’ o de
Engels, o incluso de ‘realidades’ político-estatales y/o
político-partidarias” (Marzoa), por ser algo “absolutamente opuesto” a
lo que se haría con cualquier otro filósofo o científico, y por ello
injustificado. Una consideración general y sorprendente que se aplica a nuestros cuatro autores de Público es
que todos consiguen escribir sus artículos –lo que sin duda no es ajeno
a la costumbre que acabamos de criticar– sin mencionar una sola vez la
principal aportación de Marx al mundo de las ideas teóricas: su teoría
laboral del valor (TLV). Todos insisten, en cambio, en la importancia de
la explicación que ofrece Marx del plusvalor y de la explotación del
trabajo por el capital, algo que nadie puede negar; pero olvidan dos
cosas: 1) que el propio Marx consideraba su TLV como su aportación
teórica fundamental, y 2) que la teoría de la explotación no basada en
el valor es tan anterior a Marx, y tan reconocida por este como tal, que
en su propia obra –más concretamente, en el manuscrito publicado por
Kautsky como Teorías sobre la plusvalía– se dedica durante
cientos de páginas a repasar y criticar sistemáticamente lo que han
dicho durante varios siglos docenas de autores sobre el plusvalor (es
decir, sobre la explotación). Por esa misma razón, un revolucionario del
círculo de Marx, hoy olvidado, criticaba a este como ejemplo de
intelectual sabihondo que necesitaba escribir todo ese tocho para
mostrar lo que al citado revolucionario le parecía evidente: que los
trabajadores están explotados. Alberto Garzón empieza su artículo hablando de El Capital
pero, imperceptiblemente, termina hablando de marxismo(s), como si ambos
fueran la misma cosa. Tras recordar que el libro de Marx es “una obra
densa y difícil”, la afirmación de Garzón de que esa obra presenta “un
alto nivel de abstracción teórica que dificulta mucho la lectura” le
sirve para justificar, quizás inconscientemente, la labor de Kautsky por
ser “el primero en sintetizar en un buen libro las ideas principales de
El Capital”. Dejando de lado que hubo resúmenes del libro I de El Capital anteriores al más completo de Kautsky –varios de ellos, por cierto, realizados con el consentimiento de Marx por anarquistas in nuce como
Johann Most, Carlo Cafiero y Domela Nieuwenhuis; y otro, el de Gabriel
Deville, con tanta y tan engañosa fortuna editorial que lleva
vendiéndose desde 1883 como si fuera el auténtico El Capital de
Marx–, nos llama la atención que Garzón reconozca que la “visión
ortodoxa del marxismo” que ofrece Kautsky (incluidas supuestamente sus
ideas sobre El Capital) convirtió, durante la II y III
Internacionales, “en mera caricatura la riqueza del trabajo original
marxista”. Como Garzón es crítico del marxismo kautskiano pero no de
otros marxismos, sin duda está pensando en estos cuando considera “al
marxismo más que como una, la más fértil tradición política y de
investigación”; sin embargo, bien pudiera ocurrir que sea el marxismo en
su conjunto (versus Marx) el responsable de la caricaturización de este. Está claro que hay numerosas lecturas posibles de Marx, pero
también hay “lecturas imposibles, o, para ser exactos, presuntas
lecturas que no son lecturas” (Marzoa). No es este el caso de Garzón,
pero sin duda discrepamos de su lectura en puntos importantes. Según él,
“en algún momento Marx sí creyó haber descubierto las leyes de la
historia”, pero sólo aduce para ello el discurso de Engels ante la tumba
de Marx y una carta de este a Lassalle que, según las palabras que
recoge Garzón, nada dice sobre la cuestión. Preferimos pensar que para
Marx no existen esas leyes de la historia que se le atribuyen, aunque sí
sea “posible encontrar leyes en la historia”: Fernández Liria
pone como ejemplo de estas últimas “la ley fundamental de una
determinada sociedad histórica”, al igual que ocurre con la física, que
“h[a] podido encontrar leyes de la velocidad o de la electricidad, pero nunca una ley de la naturaleza”. Garzón admite que Marx no creía en la década de 1870 en leyes ni en
teorías “de la historia”, y se apoya para ello en la afirmación de Marx
sobre que, si se busca en serio la clave de algún fenómeno histórico,
“nunca se llegará a ello mediante el pasaporte universal de una teoría
histórico-filosófica general cuya suprema virtud consiste en ser
suprahistórica”. Y, sin embargo, por increíble que parezca, Garzón
concluye que esta última frase ¡es una “enmienda a la totalidad a su [de
Marx] antigua concepción de la historia o, cuando menos, a la versión que Engels había sistematizado como materialismo histórico”!
Lo que llama la atención no es que Garzón crea en una rectificación por
parte de Marx, cosa que es lógica según su punto de vista, sino que no
distinga entre Marx y Engels, ¡como si todo lo que ambos escribieron
fuera obra de la misma persona! Preferimos pensar que también fuera del
campo de la filosofía “el resultado (las obras de Engels antes citadas)
presenta tal falta de rigor que no tiene sentido ocuparse de él en un
trabajo de filosofía”, y, sin embargo, “tal resultado es el origen de
todo el aparato pseudofilosófico conocido como ‘materialismo histórico’ y
‘materialismo dialéctico’, el cual pretende constituir la parte
‘general’ y ‘filosófica’ de lo que se llama ‘marxismo’” (Marzoa). Por otra parte, para Garzón hay un elemento que “es el de la clase social”, que constituye “una laguna en la obra de El Capital”,
una “ausencia crucial”, a saber: “Marx nunca elaboró una explicación
detallada del concepto de clase”. No cabe duda de que el análisis de
Marx al respecto está inacabado (como una gran parte de todo lo que
escribió, por cierto), pero, sin necesidad de recordar aquí a Hal Draper
ni de mencionar la reciente antología Llamando a las puertas de la revolución (2017), a cargo de Constantino Bértolo, podemos traer a colación el último capítulo (interrumpido tras cinco párrafos) de El Capital,
donde se lee algo tan simple y claro como lo siguiente: “Los
propietarios de mera fuerza de trabajo, los propietarios de capital y
los terratenientes, cuyas respectivas fuentes de ingreso son el salario,
la ganancia y la renta de la tierra, esto es, asalariados, capitalistas
y terratenientes, forman las tres grandes clases de la sociedad
moderna, que se funda en el modo capitalista de producción”. A renglón
seguido, Marx comenta que “ni siquiera” en Inglaterra “se destaca con
pureza esa articulación de las clases”, y añade: “pero esto resulta
indiferente para nuestro análisis”; si Garzón tuviera esto en cuenta,
comprendería por qué en El Capital no se encuentra el mismo tipo de análisis de las clases que en el Manifiesto comunista: usando los términos de Manuel Sacristán y del propio De Francisco, diremos que El Capital es un “modelo teórico”, mientras que análisis como el 18 Brumario
o los artículos periodísticos de Marx son análisis históricos más
concretos que exigen datos de los que se puede prescindir en una teoría
más general y abstracta. Garzón cree, sorprendido, que en el análisis de
Marx “el capitalismo genera una estructura de huecos en las
relaciones de clase que luego son ocupados por personas reales”, de
forma que “es como si primero existiera la estructura, creada por el
sistema económico, y luego las personas reales”; pero en realidad lo que
ocurre es, precisamente, que en El Capital “el único sujeto de
la historia es la sociedad en su estructura económica” (Abbagnano), y
que, como recuerda Eddy Sánchez citando el prólogo de El Capital,
Marx advierte que en este libro “sólo se trata de personas en la medida
en que son personificaciones de categorías económicas, portadores de
determinadas relaciones e intereses de clase”. A Garzón parece sorprenderle también que Marx hable de “una creciente
polarización” social en el capitalismo, lo que le trae a la mente “la
aparición de las llamadas clases medias”. Digamos simplemente
que muchas de las tesis de Marx son susceptibles de comprobación
empírica; así, sin necesidad de entrar en el largo debate teórico sobre
esta cuestión, se puede acudir a los datos que proporciona
periódicamente la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el
peso (creciente) de los asalariados y parados en el total de la
población activa de casi todos los países del mundo (y del mundo en su
conjunto). Esta creciente “asalarización” que muestran los datos de la
OIT, que no es sino la “proletarización” de la que hablaba Marx, es una
muestra indudable de la citada “polarización” social. No hemos mencionado a De Francisco al hablar de las leyes de la
historia, pero digamos que ya Daniel Little respondió a las acusaciones
de “historicismo” de Popper a Marx, explicando de paso el concepto
marxiano de “ley tendencial”. Por otra parte, la afirmación de De
Francisco de que la emancipación de los trabajadores
(“autoemancipación”, decía Marx) “pasa necesariamente por una profunda
redistribución igualitarista de la riqueza y la propiedad” nos recuerda
el importante dilema que planteaba Marx al criticar en esto a Bakunin –a
quien, por cierto, envió inmediatamente, en septiembre de 1867, un
ejemplar del primer volumen de El Capital, devuelto por Correos
con la indicación de “destinatario desconocido”–: que no se trata de
“igualar” a las clases sino de “abolirlas”. Estos cuatro artículos de Público reivindican, de una u otra manera, la actualidad de El Capital siglo
y medio después. A quienes hablan de la caducidad de las ideas de este
libro habría que recordarles que plantear que alguien de algún siglo
anterior no puede decir cosas válidas para el siglo XXI nos llevaría a
afirmar que las ideas de Newton o de Einstein tampoco sirven para hoy
porque son del siglo XVII-XVIII y del XX, respectivamente; algo tan
injustificado como pensar que las obras de Marx y Einstein sólo sirven
para Alemania, y las de Newton para Inglaterra, porque fue en ese
contexto social donde nacieron esos autores. No sólo El Capital está plenamente vigente, sino que en
general “leer a Marx es una experiencia vital, subjetiva y política en
la que el tiempo histórico que está teniendo lugar en el momento de la
lectura debe intervenir en esa lectura, confrontando situaciones,
preguntas y respuestas” (Bértolo). Ciertamente, como señala Juan Losa,
“el impacto de la precariedad como un elemento estructural de nuestro
mercado de trabajo ya lo predijo el barbas hace siglo y medio”; sólo que
predijo muchas más cosas de decisiva importancia, hasta el punto de que
El Capital se parece más al capitalismo actual que al capitalismo del siglo XIX. URUGUAY
Federación Nacional de Municipales (FNM): “LA INTENDENCIA DE ARTIGAS ES ENEMIGA DE LA CLASE OBRERA Y DE LA POBLACIÓN”
28Oct
PORTAL PIT-CNT / AFUSEC
Daniel
Urquiola, integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT en
representación de la Federación Nacional de Municipales (FNM), le afirmó
al Portal de forma contundente que “se vive una persecución sindical en
varios departamentos del país y en especial en Artigas, donde no existe
un convenio colectivo y se lleva adelante un hostigamiento
desproporcional por parte del intendente Pablo Caram. La situación de
acoso hacia los trabajadores organizados ha llegado a límites increíbles
y hoy nos encontramos con que el compañero Fernando Silveira, poco
después de ser electo delegado sectorial y sindical, es cesado en sus
funciones por preocuparse expresamente de las cuestiones de seguridad
laboral”. Para el dirigente de la central obrera y de la FNM “el intendente
Caram quiere crear una sociedad de amigos en la intendencia de Artigas y
el pueblo lo tiene que saber. No estamos ante “un gobierno con todos”
como lo planteo durante la campaña electoral. Estamos ante un gobierno
de un grupo selecto de gente. El movimiento obrero no está de acuerdo
con estas arbitrariedades. Desde el PIT-CNT seguimos confiando en el
diálogo y de manera firme decimos que no vamos a permitir atropellos a
los derechos sindicales. Los trabajadores estamos dispuestos a defender
nuestros puestos y lo haremos con todas las herramientas que tenemos.
Porque jerarcas como Caram, que responden a una forma de pensar dentro
del Partido Nacional (PN), pretenden barrer con las organizaciones
sindicales. Personas como Caram no podrán entender nunca que los
trabajadores luchen por un mundo un poco mejor”. Urquiola recordó que se ha vivido un largo proceso de casi un mes
desde que cesaron a Silverira, “un compañero intachable en su accionar,
en su foja de servicio, que ingresó por concurso y luego de ser
designado delegado de su sector e intentar llevar adelante
reivindicaciones básicas es cesado en la intendencia. Ante esta
situación el Plenario Intersindical del departamento junto a la FNM y al
sindicato se opone firmemente al cese del compañero. El sindicato
municipal de Artigas, además, ha definido al intendente Caram y a las
autoridades que apoyaron esta medida como enemigos de la clase obrera”. El dirigente del PIT-CNT agregó que el cese de Silveira “es la gota
que colma el vaso, ya que no podemos olvidarnos que Caram cuando asumió
hace algo más de dos años la intendencia mandó a la calle a 450
trabajadores y el motivo fue la puesta en marcha de una reestructura.
Esta famosa reestructura luego resultó que significaba contratar a gente
afín al intendente. Desde un primer momento, además, el jerarca comunal
desconoció la organización sindical ya que no es afín a su gobierno. A
tal grado llega el desagrado de Caram hacia los trabajadores que es una
de las dos intendencias que no tiene colectivo ni salarial con los
trabajadores”. Sostuvo el integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT que el
sindicato “siempre ha apostado al diálogo y por esta razón ha
participado en las distintas reuniones bipartitas. Tanto el Plenario
como la FNM ha fomentado y participado en las instancias de negociación,
incluso en la Dinatra, y nos hemos encontrado con que la administración
no acepta el reintegro de Silveira. Lo peor es que los argumentos que
utilizan son muy pobres. Y, nos preguntamos si los problemas
presupuestales que tiene la intendencia de Artigas los puede solucionar
con el despido de un trabajador que gana $ 16.000. Estamos de acuerdo
con una reestructura y por eso nos oponemos a los ingresos que se hacen
de forma irresponsable.
Declaración del Plenario de Artigas
Artigas, 25 de octubre de 2017. El plenario intersindical de Artigas: 1) Condena la actual situación de persecución sindical llevada
adelante por un declarado enemigo de los trabajadores y traidor de su
propuesta electoral, el intendente departamental Pablo Caram. 2) Manifiesta su más absoluta responsabilidad de apoyo y solidaridad
al compañero Fernando Silveira. “Donde haya un trabajador perseguido y
víctima de una injusticia, allí está nuestro movimiento sindical, y
estará siempre, mal que les pese a los enemigos de los trabajadores. 3) Un funcionario con una inmaculada foja de servicio, que ingresa
por concurso con pruebas de su capacidad laboral y con sobrada
eficiencia en sus funciones, pasa a cesantía poco después de ser electo
delegado sectorial y sindical, comienza a preocuparse expresamente por
cuestiones de seguridad laboral de sus compañeros de trabajo y se
interesa por el derecho a calificación y presupuestación de los mismos.
Cese que no responde más que a los caprichos de un supuesto director
que no tiene pruebas ni certificación alguna de su capacidad,
transformándose en un hecho de agravio a todos los trabajadores del
departamento, configurando una inescrupulosa acción de persecución
sindical, similar a otras intendencias del país, Soriano, San José,
Maldonado, Colonia, que también demuestran incapacidad e insensibilidad
para llevar adelante una gestión de gobierno, y que responden al mismo
Partido Político, cuyos dirigentes nacionales son manifiestos enemigos
de la clase obrera organizada. ¡Siempre con la clase obrera! ¡Unidad!
“A pesar de las sanciones, la FFSP seguirá denunciando irregularidades en ASSE”
PORTAL PIT-CNT Martin Pereira, integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT y
Secretario General de la Federación de Funcionarios de Salud Pública
(FFSP), afirmó de manera contundente que a pesar de las sanciones que se
nos impongan, la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP)
seguirá denunciando las irregularidades que constatemos en ASSE”. En el marco de un paro parcial de 6 a 18 horas en Montevideo la FFSP
realizó hoy a las 11 horas una concentración frente a la sede de ASSE
en rechazo a “los ataques a las libertades sindicales que llevan
adelante las autoridades”. Pereira informó que “nos encontramos con dos situaciones de sanciones
a dirigentes sindicales realizadas por el directorio de ASSE. Con esto
se pretende aplicar medidas a los dirigentes para que no se denuncien
las irregularidades que constatamos. Tenemos dos compañeras de la
dirección nacional que le entregaron a la presidenta de ASSE varias
denuncias de irregularidades en el Hospital de Ojos y terminaron con una
sanción de 15 días. A otro compañero del Hospital Español por denunciar
hace un año que no había agua caliente en el lugar se le quiere aplicar
una sanción de 90 días. Sobre este último caso presentamos los
descargos correspondientes”. El dirigente subrayó que la FFSP “seguirá denunciando las
irregularidades que encuentre, porque queremos que ASSE sea el mejor
prestador de salud del país. Con los planteos que hacemos apuntamos a
que se corrijan las irregularidades para que exista una mejor atención y
mejores condiciones laborales”.