¿Se avecina una crisis global de deuda? // La mayor deuda desde la II Guerra Mundial amenaza la recuperación económica // La deuda en el mundo: ¿bomba de tiempo para América Latina? // En busca del 'cisne negro': ¿de dónde llegará la nueva crisis financiera? // EEUU ha tenido el déficit comercial más grande del mundo por casi medio siglo // Los aranceles de EEUU contra China “inician una guerra comercial de 50 años” // Guerra comercial: Es un asunto de clase, no de país // Prólogo a la primera edición alemana de 'El Capital' por Karl Marx // ARGENTINA: Masivas manifestaciones de protesta contra el FMI: Lagarde, una visita non grata // Golpe financiero de estado por “corrida” cambiaria y financiera - Crisis de gobierno en Argentina - crisis del Macrismo // URUGUAY: Díaz (Fucvam): “La cooperativa de vivienda está en peligro” // Empresas de EE.UU. preocupadas por ocupaciones
Argentina ha solicitado un rescate del Fondo Monetario
Internacional después de una serie de subidas de tipos drásticas no
pudieran detener la caída del peso, empujando al país a una crisis
financiera. Mauricio Macri, el presidente de derechas y neoliberal de
Argentina, anunció la solicitud al FMI en un discurso televisado a nivel
nacional, afirmando que la asistencia internacional permitiría al
gobierno “evitar una crisis como las que hemos enfrentado antes en
nuestra historia”. Pedir al FMI fondos significará más austeridad fiscal
y un golpe a los niveles de vida. Según un inversor extranjero “la
manera más efectiva sería restringir los aumentos salariales”. En
las últimas semanas, el gobierno de derechas en la Argentina se ha visto
obligado a elevar su tasa de interés política (que establece el suelo
de todas las tasas de crédito) de manera dramática desde un ya elevado
27% en abril hasta un 40% la semana pasada. En enero, el Banco Central
argentino había experimentado con la reducción de su tasa de interés,
pero no duró mucho. ¿Por qué? Por tres razones. En primer lugar, a
los inversores extranjeros (que son clave para el éxito de las
políticas de austeridad y favorables a las empresas que ha adoptado el
gobierno de Macri) les preocupaba que la inflación no estuviese bajo
control y comenzaron a retirar su capital. Incluso el gobierno admitió
que la inflación aumentaba hacia un 15% este año. El peso argentino
comenzó a caer frente al dólar.
En
segundo lugar, el dólar comenzó a dar saltos el último mes por los
temores de una guerra comercial internacional, que siempre empuja a los
inversores a buscar 'refugio seguro' en el dólar y porque la Reserva
Federal de Estados Unidos está presionando con el aumento de su tasa
política, haciendo que la inversión en divisas de otros países sean
menos atractiva para los especuladores. Y en tercer lugar, se ha
producido un fuerte aumento del precio del petróleo crudo, como
consecuencia de los esfuerzos para encarecerlo del cartel de la OPEP en
el Medio Oriente y las crecientes tensiones políticas entre los EE.UU. e
Irán. Eso significa costes adicionales de importación de energía para
muchas economías como Argentina, Turquía o Sudáfrica. Las
economías con grandes déficits comerciales, alta inflación y
aparentemente poco control sobre su gasto público, y sobre todo, altos
niveles de deuda, son las más vulnerables a la retirada de capital de
los inversores extranjeros. Y eso significa Argentina, Turquía,
Sudáfrica y otros países. El peso argentino ha caído a un mínimo
histórico (provocando aún más inflación) y el precio de los bonos del
gobierno han caído en picado. Sólo el año pasado, el gobierno de Macri
emitió un bono a 100 años, confiando en que el entusiasmo por el fin de
la administración reformista kichnerista de izquierda después de 12 años
daría lugar a una avalancha de demanda externa. El valor del bono se ha
reducido actualmente a 83 centavos por dólar. Como el gobierno ofrece
más del 6% de interés en ese bono, en comparación con poco menos del 3%
para los bonos ‘seguros’ de los EE.UU., el gobierno tiene la esperanza
de frenar la salida de capitales. El Banco Central en Buenos Aires ha
fundido 5 mil millones de dólares de sus reservas de divisas en una
semana y promulgado tres subidas de choque de los tipos en un intento de
frenar la caída del valor del peso. Pero el aumento de las tasas
de interés en los EE.UU. amenaza con poner muchas economías emergentes,
tanto a sus sectores empresariales como públicos, en nuevas
dificultades. Muchos han pedido prestado dólares para cubrir sus
déficits, para invertir o especular, y ahora el coste de la deuda va a
subir. Turquía está con problemas serios. La lira turca se ha hundido, a
pesar de la intervención de su Banco Central. El rendimiento de los
bonos en dólares subió a nuevos máximos posteriores a la crisis y el
mercado de valores cayó este año hasta un 22 por ciento, el peor
rendimiento de cualquier bolsa de valores en el mundo con la excepción
de Venezuela. Si el Banco Central eleva las tasas, como ha hecho la
Argentina, corre el riesgo de causar daños graves a la economía local. En notas previas,
he señalado el peligro de que el aumento progresivo de las tasas de
interés por parte de la Reserva Federal podría provocar una crisis de la
deuda, sobre todo en las llamadas economías emergentes, ya que los niveles de deuda han alcanzado niveles récord en esas economías. También
la deuda global está en un máximo histórico porque los gobiernos y las
corporaciones se han endeudado mucho a tasas bajas con el fin de
estabilizar el sistema bancario e impulsar los mercados de valores y el
gasto. El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), con sede en
Washington, sostiene que, además de Argentina y Turquía, Ucrania y
Sudáfrica son relativamente vulnerables a un fuerte giro del ‘apetito de
riesgo’ de los inversores extranjeros (ver gráfico a continuación).
El
IIF reconoce que la deuda mundial subió otros 21 billones de dólares en
2017 para sumar un total de 237 billones. Es cierto que gran parte de
esta deuda adicional se debe a China, pero se trata de una economía
mucho más capaz de gestionar esa deuda. La mayor parte es en moneda
local, no en dólares y China tiene enormes reservas de divisas en
dólares (3 billones) que proporcionan un amortiguador ante cualquier
colapso de deuda. Pero otras economías 'emergentes' no están tan
bien colocadas. La deuda en dólares y euros supera ya los 8 billones en
estos países, es decir, el 15% de la deuda total. la deuda de Argentina
está en más del 60% en manos de extranjeros, mientras que Turquía ha
visto uno de los mayores aumentos de la deuda FX desde el final de la
Gran Recesión en 2009.
En
la medida en que las tasas de interés suben para esta deuda, su
servicio se ha vuelto más difícil. Según el IIF, las empresas con
'problemas' representan en la actualidad más del 20% de los activos
empresariales en Brasil, India y Turquía y aquellas compañías cuyos
beneficios son mayores que los costes de los interés son cada vez menos.
“A pesar de las bajas tasas globales, muchas entidades no financieras
están teniendo problemas con el servicio de deuda”, señala el IIF. En
Argentina, las tasas de interés para las empresas más pequeñas se han
situado por encima del 15%. “Las empresas han ido quemado su capital
disponible, desde entonces, ya que no pueden obtener financiación
racional”, añade. “Las grandes corporaciones con acceso a la
financiación internacional están en mejor posición, pero las empresas
medianas y pequeñas tienen problemas”, concluye un analista. La
contracción se producirá cuando los beneficios corporativos en muchas
economías comiencen a caer a medida que aumentan los costes de servicio
de la deuda. Mi última estimación de los beneficios empresariales
globales (sobre la base de un promedio ponderado de las ganancias en los
EE.UU., Alemania, Reino Unido, Japón y China, muestra una caída en el
último trimestre de 2017 por primera vez desde mediados de 2016. Queda
por ver cómo fueron las cosas en el primer trimestre de 2018.
es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30
años en la City londinense como analista económico y publica el blog
The Next Recession.
La mayor deuda desde la II Guerra Mundial amenaza la recuperación económica
por Juan Carlos Arias
sábado, 23 de junio de 2018
La deuda mundial, 164 billones de dólares, alcanza su récord desde la II
Guerra Mundial. Supone el 225% del PIB global, pone en peligro la
recuperación económica y anuncia nuevos ataques contra la clase
trabajadora.
Si repartiéramos toda la deuda entre los habitantes del planeta cada uno
de nosotros deberíamos 21.866 euros. Para hacernos una idea, en el
Estado español el salario medio anual más habitual es de 16.500 euros.
Para los trabajadores de países los coloniales o semicoloniales esta
cantidad supone varios años de trabajo. Se trata del mayor nivel de
endeudamiento desde el final de la II Guerra Mundial, y es un 12% mayor
que el logrado en 2009, el peor año de la crisis.
En aquella ocasión la deuda fue generada por la necesidad de restablecer
las infraestructuras y los medios de producción que quedaron destruidos
o muy dañados tras el conflicto bélico. Esto supuso enormes inversiones
productivas de todo tipo que lograron impulsar la economía mundial
capitalista a niveles de crecimiento históricos, los conocidos como los
“30 gloriosos”.
Un importante paréntesis para los problemas de la fase de decadencia
capitalista en la que se encontraba la economía mundial (caracterizada
por crecimientos económicos inferiores al potencial, ciclos de alza cada
vez más cortos y nuevas y peores crisis). La fase de decadencia volvió a
imponerse tras el final de los “30 gloriosos”, con nuevas dificultades
desde finales de los 60 principios de los 70 del siglo pasado, sorteados
con la ofensiva neoliberal que el 2008 puso en la picota.
La deuda actual es un efecto de la crisis financiera de 2008. Una crisis
generada por la enorme burbuja de productos financieros, el increíble
auge de las bolsas y el “boom inmobiliario “. Un volúmen de valores que
se alejó cada vez más del crecimiento de la economía productiva real a
la que supuestamente representaban.
Este enorme crecimiento del denominado “capital ficticio” trata de
resolver la caída de los beneficios capitalistas en la economía
productiva en relación al volumen de inversión necesario. El capital se
topa con que el elevado grado de mecanización y tecnología de la
producción (el incremento del capital muerto -las máquinas- en
detrimento del capital vivo -los trabajadores- que es el único que
produce plusvalía) reduce tendencialemente la tasa de ganancia
capitalista.
Para tapar ese enorme agujero financiero se inyectaron cantidades
estratosféricas de dinero, a la par que se devaluaban los salarios y se
aplicaban recortes sociales. Todo para lograr salvar a los capitalistas
en apuros y una recuperación a costa de la clase trabajadora.
Se trató de incentivar el incremento de las inversiones productivas para
permitir impulsar la economía mundial sobre bases sólidas. Sin embargo,
más bien parece que lo que se ha conseguido es ir gestando otra burbuja
especulativa basada en una enorme deuda global -pública y privada- que
todavía no se ha conseguido digerir.
La deuda media del conjunto de los países imperialistas alcanza el 105%
de su PIB. Un tercio de ellos deben como mínimo el equivalente al 85%
del tamaño de sus economías. Esto es tres veces más que en el año 2000.
Pero hay casos peores. El Estado español roza ya el 100% y está sometido
a la intervención de la UE para reducir los niveles de deuda en base a
recortes sociales. La economía italiana tiene una deuda bastante
superior, el 131,5% de su PIB y está a la espera de acometer el
correspondiente ajuste que todavía no se ha producido. En su caso, a
diferencia de la deuda española, la mayoría de su pasivo está en manos
de capitales italianos.
Las denominadas economías emergentes, países coloniales, se encuentran
en niveles de deuda más reducidos. Aún así están en plena y fuerte
expansión y son más vulnerables por las dificultades financieras
derivadas de la elevación de tipos de la FED y próximamente del BCE.
Esto pone en importantes dificultades la financiación de sus economías.
Véase e caso argentino, donde a consecuencia de la retirada de estímulos
de la FED, se ha situado la deuda en un del 50% de su PIB.
Los gobiernos para evitar la recesión pisaron el acelerador dopando a
las economías con grandes incrementos de crédito, lo que se ha
denominado políticas monetarias laxas. Pero los riesgos son enormes,
puesto que cada vez se necesita más préstamos acumulados para lograr un
punto de crecimiento del PIB. Pero lo que en realidad se consigue es
incrementar las futuras burbujas especulativas que es dónde se obtienen
mayores niveles de beneficio capitalista.
Ahora se plantea la retirada de manera relativamente ordenada de los
estímulos monetarios con el objeto de ir poco a poco encareciendo el
dinero y reducir así la peligrosidad de esta burbuja especulativa. Sin
embargo, la situación presenta rasgos preocupantes.
La mayoría de esos recursos monetarios se fueron de nuevo hacia la bolsa
y los productos financieros, al capital ficticio. De hecho la bolsa
norteamericana ha subido por encima de los niveles pre-crisis, y las
deudas pública y privada mundial, están en un nivel récord.
Desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha advertido en su
último informe, “Monitor Fiscal”, que “los altos niveles de deuda y los
elevados déficit públicos son un motivo de preocupación”. Además ha
recordado que “las naciones con un alto endeudamiento son más
vulnerables a un endurecimiento de las condiciones globales de
financiación que podrían dificultar el acceso a los mercados y meter
presión sobre la economía”. En concreto hablan de la posibilidad de
sufrir “notables e inesperados shocks en su ratio de deuda sobre su PIB,
lo que incrementa la posibilidad de sufrir problemas en cadena”.
Hay que recordar que la FED ya lleva tiempo retirando de su balance la
compra de bonos públicos, con además incrementos de tipos de interés
constantes, aunque todavía suaves. Mientras el BCE continúa comprando
deuda soberana -empezó más tarde que la FED- pero ha bajado las compras a
la mitad -30.000 millones mensuales- y ha anunciado su retirada el
próximo mes de septiembre.
Esto supone un endurecimiento monetario progresivo, aunque moderado de
momento, pero puede poner en graves aprietos a los estados que tengan
deudas muy elevadas, dado que los tipos de interés pueden empezar a
subir y amenazar su solvencia financiera. Una nueva amenaza contra los
derechos económicos y sociales básicos de la población trabajadora en
esos países.
Además, comienza a cobrar fuerza, entre los propios analistas
capitalistas la idea de que la economía mundial lleva ya un período
largo de crecimiento -absolutamente desigual por otra parte y que los
trabajadores apenas han percibido- y que nos podríamos encontrar en las
últimas fases del ciclo de crecimiento.
De darse una relantización importante o incluso una nueva recesión,
sería muy complicado utilizar herramientas “anticíclicas”, puesto que
apenas habría márgen para incrementar el gasto público y bajar tipos de
interés. Por eso, la receta del FMI está siendo la de que los países
incrementen el colchón a través de la reducción del déficit, lo cual
desemboca en lo mismo: más recortes para los trabajadores y las clases
populares que continúan pagando la crisis y su recuperación.
Desde el FMI se ha insistido en que la economía global se enfrenta a “un
momento de transición crítico” según se vaya normalizando las políticas
monetarias.
Desde la perspectiva de la clase obrera y las clases populares lo
importante y urgente es revertir las políticas neoliberales de recortes
sociales y económicos y lograr la imposición de un programa favorable a
los intereses de la clase obrera.
Con medidas que afecten directamente a las ganancias capitalistas en
beneficio de las mayorías sociales, como el reparto del tiempo de
trabajo sin reducción salarial para atacar seriamente el enorme drama
del desempleo, la nacionalización de las empresas de sectores
estratégicos y todo el sistema financiero bajo control obrero, para
asegurar la financiación de las nuevas inversiones públicas, los
impuestos a las grandes fortunas para financiar los servicios públicos
esenciales o la nacionalización de las empresas que lleven a cabo
despidos y la apertura y el control de las cuentas de las empresas que
dicen estar en crisis y pretendan despedir trabajadores.
Solo un programa económico de este tipo puede ofrecer soluciones reales a
la situación de la clase trabajadora y las clases populares y hacer que
la crisis económica la paguen los capitalistas.
Juan Carlos Arias
La deuda en el mundo: ¿bomba de tiempo para América Latina?
La
última crisis internacional se inició con el estallido de las hipotecas
subprime en Estados Unidos. El sistema financiero se expuso a derivados
con alto riesgo que le reportaron una fuerte pérdida por el desplome de
los precios inmobiliarios. El efecto derrumbe no fue sólo para los
bancos y las entidades dedicadas al negocio de las finanzas, sino que
hubo impactos profundos para la economía real.
El
empleo, la producción y el consumo de los países desarrollados y
emergentes sufrieron las consecuencias de la crisis. Los bancos
centrales de países avanzados tomaron medidas extremas para rescatar a
la banca (evitando amplificar el colapso sobre la actividad), inundaron
de liquidez los mercados y bajaron las tasas de interés a niveles
negativos en términos reales. Pasaron 10 años del estallido, pero el
mundo parece no haber aprendido la lección.
Economistas
de distintas corrientes plantean, con preocupación, que el aumento de
las deudas en los países soberanos (sumado al endeudamiento de las
familias y las empresas) puede marcar un nuevo punto de quiebre de la
industria financiera, y trasladar los impactos a la economía real. El
último informe del Fondo Monetario Internacional deja en claro que el
volumen de pasivos de los países desarrollados y emergentes se encuentra
en picos históricos. En las economías avanzadas, la deuda en porcentaje
del Producto Bruto Interno (PBI) se ubica en un 100 por ciento, un
umbral que en los últimos 150 años sólo había sido superado en la
Segunda Guerra Mundial.
Deuda en % del PBI
Fuente: Fondo Monetario Internacional
En
los países emergentes, la proporción de la deuda respecto del PBI
también anota los máximos históricos. El ratio de endeudamiento supera
el 50 por ciento del Producto, y ya es mayor que las cifras anotadas en
los ´80. El dato enciende luces de alarma, porque fue en esa década
cuando Latinoamérica experimentó una profunda inestabilidad
macroeconómica, con crisis permanentes e incumplimiento de los
compromisos financieros. Ante esta situación se vuelve una tarea
imprescindible revisar cómo se encuentran ahora las cuentas externas de
los principales países de América Latina, y cuál es el nivel de los
pasivos con acreedores internacionales.
Deuda en % del PBI
Fuente: Fondo Monetario Internacional
Deuda externa en Latinoamérica y desequilibrios macro
Uno
de los datos clave para intentar adelantarse a la fragilidad de las
economías de la región es la deuda externa sobre el Producto Bruto. Los
países de América Latina subieron en casi 10 puntos porcentuales el
nivel de sus pasivos con acreedores internacionales en los últimos
cuatro años. El ratio de deuda externa sobre PBI pasó del 20 al 30 por
ciento desde 2014 (en sintonía con el aumento de los desequilibrios
comerciales y fiscales). Lo que sigue es un detalle del endeudamiento de
las principales economías de la región.
Chile
es uno de los países que sobresale por su nivel de deuda externa en
relación con el Producto: 60 por ciento. Estos pasivos del país, medidos
en valores, ascendieron a 188 mil millones de dólares en 2018, según
las estimaciones del mercado. Esto implica que la deuda externa chilena
aumentó en 38 mil millones en los últimos cuatro años.
Endeudamiento con acreedores internacionales
Deuda externa en % PBI
Deuda externa en mill usd
2014
2018
2014
2018
Colombia
27%
39%
101
132
México
22%
38%
286
467
Argentina
25%
43%
145
249
Brasil
15%
16%
353
331
Chile
58%
60%
150
188
Perú
32%
36%
64
82
Bolivia
33%
34%
9
13
Fuente: Elaboración propia en base a datos del mercado
En
la lista de países que más deuda acumularon desde 2014 se destaca la
Argentina. Los pasivos externos de esta economía subieron de 145 a 249
mil millones de dólares, es decir, un incremento de 104 mil millones de
dólares. Puesto en términos del PBI implica que la deuda pasó del 25 a
más de 43 por ciento. El 90 por ciento de este endeudamiento se generó a
partir de 2016, con el cambio de la política económica del país. Se
acordó el pago a los fondos buitre y hubo una vía libre para la
colocación de nuevos bonos en los mercados internacionales[1].
Colombia
es otra de las economías que se destacó por incrementar en forma
acelerada sus niveles de deuda externa. El stock de los pasivos con los
acreedores internacionales pasó de 101 a 132 mil millones de dólares y,
en términos del PBI, se elevó de 27 a 39 por ciento. El país incrementó
en forma exponencial sus desequilibrios comerciales, un factor
potenciado por la caída del precio internacional de los combustibles, y
debió recurrir al endeudamiento para poder cerrar las cuentas macro. La
falta de industria colombiana obliga al país a recurrir a las
importaciones de gran parte de los bienes de consumo masivo.
En
el caso de México se observó un aumento de 286 a 467 mil millones de
dólares de la deuda externa (pasando de representar del 22 al 38 por
ciento del PBI). El dato no es menor si se tiene en cuenta que se trata
de la segunda economía más importante de la región. Para Brasil, la
principal economía de Latinoamérica, se estimó una deuda externa de 331
mil millones de dólares para este año, en niveles similares respecto de
la observada en 2014. En términos del Producto, este pasivo es
equivalente al 15 por ciento.
Los desafíos y la necesidad de integración regional
Una
de las principales tensiones de la región es que la deuda aumenta
mientras avanzan los desequilibrios comerciales y la fuga de capitales.
Esto compromete la estabilidad externa de la economía Latinoamericana y
no puede pasarse por alto al momento de pensar estrategias de política
económica a nivel regional. Las estimaciones de las consultoras para
2018 adelantan que el rojo de cuenta corriente alcanzará un 3,0 por
ciento en Colombia, un 6,0 por ciento en Argentina, un 2,0 por ciento en
México, un 1,3 por ciento en Chile y un 1,0 por ciento en Brasil. Se
trata de un desajuste que hace complicado enfrentarse a un mundo de
mayor tensión financiera, en el que una nueva crisis parece inevitable.
Los
reportes del mercado brindan datos preocupantes sobre la calidad de la
deuda global. Los créditos financieros empiezan a mostrar un aumento de
los riesgos en casi todas partes del mundo. La calificación media de los
bonos (un indicador de cuál es la probabilidad de pago de los títulos)
bajó, desde 1980 hasta 2018, de A a BBB-. ¿Qué implica esto? Que el
promedio de los bonos que circulan en el mundo se acerca a la
calificación de bono basura. Los desajustes financieros vuelven a ser la
gran amenaza para la región y es necesario tener bien presente (aunque
hayan pasado 10 años) que, en la última gran crisis, Lehman Brothers fue
el primero de muchos en caer[2].
La
probabilidad de nueva crisis encuentra a la región con pocas
herramientas. Los precios de las materias primas se moderaron respecto
de los picos de la última década y el desajuste de la macro limita el
margen de maniobra para hacer políticas expansivas. Latinoamérica
debería diseñar un plan de escape que priorice la integración regional
en lugar de discutir medidas sin timming, como armar un acuerdo
de libre comercio con la Unión Europea o la necesidad de congelar los
gastos públicos para evitar incumplir los umbrales de déficit fiscal. El
panorama global es poco alentador y no tener un programa de
contingencia resultará muy caro.
[1]
El resultado de abrir el grifo de la deuda en forma masiva no fue el
esperado. Los dólares que entraron por endeudamiento no colaboraron para
ampliar la infraestructura del país ni resolver tensiones estructurales
de la economía. Se terminaron empleando para sostener la fuga masiva de
capitales del mercado interno argentino. El desequilibrio de las
cuentas externas del país alcanzó niveles extremos y, en abril de este
año, el ministerio de Finanzas recibió una alerta de los principales
bancos de inversión de Wall Street. Entidades de la talla del JP Morgan
le confirmaron que iban a dejar de prestarle al país. El Gobierno debió
acudir al Fondo Monetario Internacional para negociar un préstamo de
urgencia.
[2]
El ex-representante de la Reserva Federal, Ben Bernanke, registró en su
gestión el cierre de 465 bancos en Estados Unidos y reconoció que se
trató de la peor crisis financiera a nivel mundial en todo el
capitalismo. Los impactos en Norteamérica se extendieron al mundo y
algunas economías de Latinoamérica llegaron a caer un 6 por ciento por
la turbulencia.
En busca del 'cisne negro': ¿de dónde llegará la nueva crisis financiera?
Publicado: 24 nov 2017 10:25 GMT - RT
Entre los catalizadores de un próximo
colapso financiero están el mercado de valores de EE.UU., la fragilidad
del sistema bancario europeo y la 'burbuja' del mercado inmobiliario en
China.
Las
instituciones financieras más grandes del mundo dibujan sombrías
perspectivas económicas: el 'cisne negro' de la siguiente crisis ya está
otra vez a vuelta de esquina. Las razones son varias.
El mercado de valores de EE.UU.
Recientemente, Bank of America predijo que en la segunda mitad de 2018 la tendencia "alcista", que actualmente se observa en el mercado bursátil estadounidense, alcanzará su pico y la seguirá un colapso masivo, como pasó en 1987. Los
analistas del banco se basan en los indicadores del crecimiento de la
inflación, el endurecimiento de la política monetaria de la Reserva
Federal de EE.UU., la reducción de los programas de flexibilización
cuantitativa (QE) y el aumento de la volatilidad en los mercados
financieros.
La Bolsa de Nueva York
/ Richard Drew
/ AP
No obstante, el analista financiero Timur Nigmatulin afirma que las conclusiones de Bank of America son bastante cuestionables, ya que el creciente endurecimiento de la política monetaria no puede llevar a una corrección en el mercado financiero. Los
mercados generalmente crecen bajo la influencia de dos factores:
desarrollo económico estable y baja inflación. Y ambos, indica el
experto, se encuentran actualmente presentes en EE.UU. Si la
Reserva Federal simplemente aumenta la tasa clave, esto no debería
conducir a una corrección a gran escala en el mercado de valores, pues
los inversores se centran principalmente en la inflación y el
crecimiento económico, explica Nigmatulin. Por lo tanto, el
endurecimiento de la política monetaria no puede convertirse en un
disparador para el comienzo de la crisis, conclyue.
Un choque externo
Para provocar un colapso poderoso del mercado se necesita la ralentización del crecimiento económico, un aceleramiento de la inflación o un evento negativo externo
como, por ejemplo, una guerra o el llamado jueves negro, cuando un
error de 'software' provocó ventas activas en el mercado, señala
Nigmatulin. Cuando los activos son caros, se vuelven especialmente
sensibles a dichas influencias. La crisis será tanto más aguda si los
eventos negativos se superponen uno al otro. En tal situación, puede producirse una caída en las cotizaciones y comenzar entonces el proceso de desapalancamiento:
todos los activos de riesgo comenzarán a abaratarse en un espiral. Se
trataría del desarrollo estándar de la crisis, indica el analista.
Problemas de deuda en Europa
Sobre
una próxima crisis económica anunció también a fines de octubre el
Deutsche Bank. Como posibles causas, el banco alemán destaca el tamaño
de la deuda externa de Italia y la fragilidad del sistema bancario de ese país europeo.
Logotipo del Banco Central Europeo en Frankfurt, Alemania
/ Alexey Vitlicky
/ Sputnik
A pesar de que este factor sí conlleva riesgos
-al igual que muchos otros, como por ejemplo las consecuencias del
Brexit o problemas de deuda de otros países europeos-, Nigmatulin indica
que las autoridades europeas han tomado ciertas medidas para compensarlos.
Así, Europa ha adoptado la reforma de regulación bancaria
Basilea III: una serie de requisitos especiales para los bancos, que
introduce la noción de reservas anticíclicas. Gracias a esto, el sistema
bancario ahora se está fortaleciendo y haciendo menos sensible a los
riesgos.
'Burbuja' inmobiliaria en China
Otra posible causa de crisis, según los expertos de Deutsche Bank, puede ser la 'burbuja' en el mercado inmobiliario en China. Nigmatulin
asegura que las autoridades chinas "enfrían" activamente ese riesgo: al
tiempo que otorgan descuentos muy grandes para la compra del primer
departamento, el mercado está regulado de manera extremadamente rígida
hacia aquellos que compran bienes inmuebles con fines de inversión. El analista opina que la situación en el mercado inmobiliario chino no es una 'burbuja', sino una necesidad objetiva. "Hay
ciudades muy grandes y una gran centralización, por lo que está claro
que, en algunos casos, los bienes inmuebles se están volviendo más
caros", explica Nigmatulin . Toda vez que el Estado está
monitoreando la situación, es poco probable que en China estalle una
crisis hipotecaria, como pasó en EE.UU. en 2007: los riesgos han sido
evaluados y los bancos no emiten hipotecas a prestatarios poco fiables.
El rascacielos The Center en Hong Kong, China
/ CC BY 3.0 / Wing1990hk / The Center
No obstante, China alberga otro tipo de riesgos.
Actualmente, en ese país asiático el desarrollo de las instituciones
públicas no guarda correspondencia con el progreso económico del Estado.
Y aún no está claro cómo se resolverá este problema. "En el
futuro cercano, las instituciones públicas tendrán que adaptarse a sus
mayores ingresos y a la profundización de la integración en la economía
global. Cuando comience esa transformación, puede haber una salida de
capital desde China: los inversores desconfiarán de posibles problemas
en este aspecto", señala Nigmatulin.
Riesgos geopolíticos
La mayor probabilidad de surgimiento de un 'cisne negro' la ve el experto en los riesgos geopolíticos. Y, aunque señala que "por el momento no los hay", agrega que pueden aparecer algún día. Además,
el analista destaca que las crisis financieras, por lo general, no se
producen todas por las mismas razones. Esto nos devuelve a la teoría del
economista estadounidense Nassim Nicholas Taleb, quien en su libro 'El
Cisne Negro: el impacto de lo altamente improbable', afirmó que ese 'cisne negro' es un evento o factor poco probable pero, sobre todo, difícilmente previsible.
En 2017 ascendió a 566.000 millones de dólares
EEUU ha tenido el déficit comercial más grande del mundo por casi medio siglo
Estados
Unidos ha tenido el déficit comercial más grande del mundo por casi
medio siglo. En 2017 ascendió a 566.000 millones de dólares para bienes y
servicios, y sin estos últimos, a 810.000 millones de dólares. Además, el mayor déficit comercial con China llegó a 375.000 millones
de dólares, lo que supuso un aumento pronunciado con respecto a los
34.000 millones de dólares que tenía en la década de los años 80. En 2017, el déficit comercial con Japón fue de 69.000 millones de
dólares, y con Alemania de 65.000 millones de dólares. Y lo mismo le
ocurre a Estados Unidos con sus socios del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN), por ejemplo tiene un déficit de 71.000
millones de dólares con México. El presidente estadounidense Donald Trump quiere reducir el
desequilibrio con medidas proteccionistas. En marzo de 2018, impuso un
arancel de 25 por ciento a la importación de acero y de 10 por ciento a
la de aluminio, un mes después de hacer lo mismo, además de imponer
cuotas, a la importación de paneles solares y de lavarropas. Y el 10 de este mes, Estados Unidos publicó una lista de
importaciones chinas, por un valor de 200.000 millones de dólares al
año, a las que impondrá un arancel de 10 por ciento, probablemente a
partir de septiembre, tras imponer un arancel de 25 por ciento a algunas
de esas importaciones por 34.000 millones de dólares a partir del 7 de
julio. ¿Los déficits comerciales de Estados Unidos reflejan una debilidad? La explicación habitual para los déficits comerciales bilaterales es la diferencia de precios. Pero Estados Unidos acusa a esos países de prácticas comerciales
“injustas”, como manipulación monetaria, supresión salarial y subsidios
estatales con el fin de impulsar las exportaciones, además de bloquear
las importaciones estadounidenses. Trump considera injustos acuerdos comerciales como el TLCAN. De
hecho, su equipo de asesores insiste en reducir sus déficits mediante la
renegociación de los acuerdos comerciales, la “compra estadounidense”,
un dólar más fuerte y enfrentándose a China. Pero el déficit comercial general que tiene, compensado por el flujo
de capitales, tiene que ver con la brecha entre ahorros e inversiones. Estados Unidos gasta más de lo que produce, lo que hace que importe
bienes y servicios. Los créditos baratos impulsan el consumo mediante el
endeudamiento, lo que aumenta el déficit comercial. La deuda total de los hogares estadounidenses ascendió a 13,2
billones (millón de millones) en el primer trimestre de 2018, el 15
trimestre consecutivo de aumento en los rubros de hipotecas, préstamos y
créditos estudiantiles y automotrices y de tarjetas de crédito. La
deuda de los consumidores fue más del doble del producto interno bruto
(PIB) en 2017. También aumentan los déficits presupuestales del gobierno. De 67,7
por ciento del PIB en 2008, la deuda se incrementó a 105,4 por ciento en
2017. El déficit del presupuesto federal fue de 665.000 millones de
dólares en el ejercicio fiscal de 2017, trepando 14 por ciento respecto
de los 585.000 millones de dólares registrados en el de 2016. El déficit presupuestal de Estados Unidos fue de 3,5 por ciento del PIB en 2017. Y según la Oficina de Presupuesto del Congreso legislativo, superará
el billón de dólares en 2020, dos años antes de lo proyectado por los
recortes impositivos de Trump y el aumento del gasto. El crecimiento de la economía estadounidense también puede elevar el
déficit comercial, porque los consumidores gastan más en bienes y
servicios importados. El dólar más fuerte hace que los productos
extranjeros sean más baratos para ellos, pero encarece sus exportaciones
en el extranjero. Esas fuerzas económicas subyacentes se volvieron más importantes que
sus políticas en el incremento del déficit comercial, mientras los
desequilibrios bilaterales reflejan relaciones comerciales específicas
con países concretos. Entonces trastocar las relaciones comerciales
bilaterales no hará más que traspasar el déficit comercial a otros. ¿Tener la torta y comérsela? ¿Entonces por qué Estados Unidos tiene un déficit comercial
estructural? En tanto que “divisa de reserva” internacional de hecho
tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), ese país ha dado liquidez al
resto del mundo. Su percibida solidez militar significa que lo consideran un lugar
seguro para preservar los activos financieros. Alrededor de las tres
quintas partes de los 10 billones de dólares de reservas mundiales de
2016, por ejemplo, estaban en dólares estadounidenses. El suministro de liquidez internacional de Estados Unidos por emitir
la divisa de reserva mundial ofrece varias ventajas económicas. También
le genera señoreaje precisamente por emitir la principal divisa del
mundo, gracias a la diferencia entre el valor nominal de billetes y el
costo de emisión. Con la creciente demanda extranjera de dólares, Estados Unidos puede
tener que gestionar déficits casi de forma indefinida creando más deuda o
vendiendo activos. La demanda de activos denominados en dólares, es
decir, bonos del tesoro estadounidense, eleva su precio y reduce las
tasas de interés para financiar tanto el consumo como las inversiones. Si bien los inversores extranjeros compran activos estadounidenses de
corto plazo y baja rentabilidad, los estadounidenses pueden invertir en
el exterior en activos de mayor rendimiento y largo plazo. Estados
Unidos suele obtener mayores beneficios de esas inversiones que lo que
paga por la deuda, considerado un “privilegio exorbitante” de Estados
Unidos. Entonces para que Estados Unidos se beneficie del “privilegio
exorbitante” del dólar papel en tanto que moneda de reserva, tiene que
tener un déficit comercial crónico. Por lo que renunciar al estatus de divisa de reserva mundial tendrá
grandes consecuencias para el estándar de vida, las finanzas y la
economía estadounidenses. ¿Estados Unidos podrá ganar la guerra comercial? Barry Eichengreen señaló que los países en alianzas militares con
estados que emiten divisas tienen 30 por ciento más de divisas de sus
aliados en reservas extranjeras que los que no pertenecen a esas
alianzas. En cambio, Trump prioriza la reducción del déficit comercial para
fortalecer el dólar estadounidense y su dominio, mientras perjudica
algunas de sus viejas alianzas políticas. A medida que Estados Unidos se retira del escenario diplomático, el
uso de otras divisas de reserva, incluso el renminbi chino, aumenta, en
especial en Europa y África. Es irónico entonces que mientras Trump lanza guerras comerciales
contra amigos y enemigos, sea China la que probablemente gane, tanto
desde el punto de vista geopolítico como económico. El consiguiente cambio económico global no solo perjudicará al dólar
de Estados Unidos y a su economía a través de la tasa de cambio y los
costos de préstamos, sino que también impactará en su predominancia
geopolítica.
Los aranceles de EEUU contra China “inician una guerra comercial de 50 años”
Por:
Pepe Escobar
|CUBADEBATE
China
ha sacado provecho de la proyección del poder económico de EE.UU., a
través de los mercados abiertos y de la OMC. Foto: AFP.
Más allá del primer misil de la medianoche del 5 de julio, un disparo
que podría convertirse en una guerra comercial despiadada, la lucha de
aranceles entre China y los Estados Unidos debe verse en el contexto de
un gran escenario de combate geopolítico y económico. Este “big game”, como todo tipo de escenarios especulativos sobre
cómo evolucionan las luchas tarifarias, son cuestiones periféricas. El
objetivo final que acaba de comenzar no es supuestamente un “libre
comercio” disfuncional; el objetivo es “Made in China 2025” o una China
establecida como una potencia de alta tecnología a la par, o incluso
superior a los EE. UU. y a la Unión Europea. Ahora conviene recordar que fue Alemania quien realmente proporcionó
algunas de las ideas del plan “Made in China 2025” a través de su
estrategia Industry 4.0. Made in China 2025 se dirige a 10 campos tecno-estratégicos:
tecnología de la información, incluidas las redes 5G y la
ciber-seguridad; robótica; aeroespacial; ingeniería oceánica;
ferrocarriles de alta velocidad; vehículos con nueva energía; equipo de
poder; maquinaria de agricultura; nuevos materiales y biomedicina. Para que Made in China 2025 rinda frutos, Beijing ya ha invertido en
cinco centros nacionales de innovación manufacturera y 48 centros
provinciales, conjuntamente se construirán otros 40 centros nacionales
hasta el 2025. Además, para el 2030 -a través de una estrategia
paralela- China debería establecerse como el líder mundial en
inteligencia artificial (AI). El mantra del sueño chino del presidente Xi Jinping, también
denominado “el gran rejuvenecimiento de la nación china”, está
estrictamente relacionado no solo con Made in China 2025, internamente,
sino también, con el concepto básico de la política exterior de China;
la construcción de las Nuevas Rutas de la Seda (Belt and Road Initiative
– BRI). Por tanto Made in China 2025 y las Rutas de la Seda son
absolutamente innegociables. No hay ninguna evidencia, en absoluto, de que Made in USA 2025 esté
en juego. La Casa Blanca prefiere enmarcar todo el proceso como una
batalla contra la “agresión económica” de China. La Estrategia de
Seguridad Nacional enmarca a China como el principal desafío al poder de
Estados Unidos. La Estrategia de Defensa Nacional del Pentágono
considera a China como “un competidor estratégico que utiliza una
economía depredadora”. Entonces… ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
Innovar o perecer
David Harvey, en The New Imperialism, toma prestado del libro The Global Gamble
de P. Gowan, para enfatizar cómo ambos ven “la reestructuración radical
del capitalismo internacional después de 1973 como una serie de
apuestas por parte de los Estados Unidos para tratar de mantener su
posición hegemónica en los asuntos económicos mundiales contra Europa,
Japón y más tarde contra el Este y Sureste de Asia”. Antes de que terminara el milenio, Harvey ya subrayaba cómo Wall
Street y el Tesoro de Estados Unidos se desenvolvieron como “un
formidable instrumento del arte de gobernar económico para impulsar
tanto el proceso de globalización como producir transformaciones
neoliberales en las naciones asociadas”. China, por su parte, desempeñó magistralmente este juego de
reorientación capitalista: invertir sin restricciones en lo que puede
describirse como “neoliberalismo con características chinas” y sacar
provecho de la proyección del poder económico de EE.UU., a través de los
mercados abiertos y de la OMC. Ahora finalmente, a una velocidad vertiginosa, China está lista para
invertir en su propia proyección de poder económico. Como Harvey señaló
hace más de una década, el próximo paso para el capitalismo de Asia
Oriental sería “alejarse de la dependencia del mercado estadounidense”
hacia el “cultivo de un mercado interno”. Harvey describió el enorme programa de modernización chino como “una
versión interna del programa que EE.UU., hizo internamente en los años
50 y 60 a través de la sub-urbanización y el desarrollo del llamado “Sun
Belt”. Secuencialmente, China estaría “desviando gradualmente el capital
excedente de Japón, Taiwán y Corea del Sur y disminuyendo así los flujos
hacia Estados Unidos”. Esto ya está sucediendo. El presidente Trump no es exactamente un geopolítico de mirada
estratégica. La razón de estos aranceles puede forzar que las cadenas de
suministro de las corporaciones estadounidenses se vuelvan menos
dependientes de China, pero tal como ha constituido la economía global
no se provocará la ruina de estas cadenas de suministro, como lo espera
Trump con la vuelta a Estados Unidos de la producción deslocalizada. En
la ubicación también rigen la lógica turbo-capitalista; las
corporaciones siempre privilegiarán costos más bajos de mano de obra y
de producción, donde sea que se encuentren. Cuando se trata de la batalla por la innovación de primera línea,
entre China y EE. UU., la estrategia del Grupo Chino de Desarrollo de
Zhongguancun (ZDG) que ha invertido en alta tecnología en los centros de
excelencia de los propios EE.UU. es un caso fascinante ZDG ha establecido una serie de centros de innovación en el
extranjero. El Centro de Innovación ZGC clave se encuentra en Santa
Clara, California, muy cerca de Stanford y los campus de Google y Apple.
Luego ha instalado un nuevo centro en Boston a dos pasos de Harvard y
MIT. Estos centros ofrecen el “paquete completo”: desde laboratorios de
última generación hasta, capitales a través de un fondo de inversión. La
matriz proviene del Gobierno de Beijing, a través del distrito
tecnológico de la ciudad. Y huelga decir que ZDG se alinea completamente
con las Rutas de la Seda en su expansión para “aprender la experiencia
en el extranjero de un ecosistema de innovación”.
De qué trata Made in China 2025: ¿Medio siglo de guerra comercial? Entonces, ¿qué pasa después?
En medio de un tsunami de histeria, el análisis serio de Li Xiao,
decano de la escuela de economía de la Universidad de Jilin, es más que
bienvenido. Li apuesta por la yugular, destacando que “el progreso de China es
esencialmente un aumento de estatus dentro del sistema impuesto por el
dólar”. Desde el punto de vista de Beijing el cambio es imperativo, pero
será gradual. “El objetivo de la internacionalización del yuan no es
reemplazar el dólar. El sistema del dólar es insustituible en el corto
plazo. Nuestro objetivo para el yuan es reducir el riesgo y el costo en
un sistema de este tipo”. Li, de manera realista, también admite que “el conflicto entre dos
grandes potencias podría continuar por lo menos 50 años o incluso más.
Todo lo que sucede hoy es solo un telón de fondo de la historia”. Implícito en el telón de fondo se encuentran los líderes chinos que
parecen interpretar el primer disparo de Tump como la aceleración de la
Estrategia de Seguridad Nacional de los EE.UU. La conclusión a la que ha
llegado Beijing es forzosa, Estados Unidos ahora está amenazando el
sueño chino. Como el sueño chino incluye sin discusión “el rejuvenecimiento de la
nación”, el proyecto “Made in China 2025”, Las Rutas de la Seda, la
multipolaridad y China como motor de la integración de Eurasia no son
negociables, no es de extrañar que el escenario esté preparado para una
inevitable e importante turbulencia. (Tomado de Asia Times/ Traducción Rebelión)
EEUU continúa ataque comercial a China con nuevos aranceles
11 julio, 2018 12:55
El
presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, ordenó la imposición
de nuevos aranceles del 10% a productos importados de China por valor
de 200.000 millones de dólares, informó la Oficina del Representante de
Comercio (USTR, en inglés), recoge este miércoles el portal español
Público, citando a EFE. La medida adoptada por el Gobierno de
Trump es una represalia por la respuesta de China a los primeros
aranceles impuestos por Washington. “Como resultado de las
represalias de China y por la falta de cambios en sus prácticas, el
presidente ha ordenado a la USTR que inicie el proceso para imponer
aranceles del 10 % sobre 200.000 millones (de dólares) adiciones de
importaciones chinas”, expresó en un comunicado este organismo encargado
del comercio exterior. Junto a esa orden, la USTR adjuntó un
listado de más de 200 folios con los productos afectados por los
gravámenes, entre ellos frutas y verduras, cereales, productos de origen
animal, maderas, embarcaciones o material de construcción. La lista
también incluye productos químicos, combustibles, tabaco y alcohol,
textiles, contestadores automáticos y material fotográfico y de vídeo,
entre otros. La Guerra comercial se disparó el pasado 15 de junio,
cuando Washington anunció la imposición de aranceles del 25 %
—equivalentes a 50.000 millones de dólares anuales— sobre distintas
importaciones procedentes de China, que entraron en vigor el 6 de julio.
CHINA TOMARÁ REPRESALIAS
El
Ministerio de Comercio de China informó que se verá obligado a tomar
represalias por los nuevos aranceles que el gobierno del presidente de
Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, anunció el pasado martes estar
preparando para determinados productos chinos por valor de 200.000
millones de dólares. Asimismo, el país asiático ha expresado su
intención de acudir de forma inmediata a la Organización Mundial del
Comercio (OMC) para volver a presentar una demanda contra EE.UU. si
estos imponen aranceles adicionales contra sus productos, recoge este
miércoles Russia Today. “China tiene la intención de recurrir
inmediatamente a la OMC con una demanda adicional después de que Estados
Unidos adopte medidas unilaterales”, reza el comunicado emitido por el
Ministerio de Comercio del país asiático. El pasado viernes
entraron en vigor aranceles estadounidenses del 25% por valor de 34.000
millones de dólares como parte de un primer paquete de gravámenes de
50.000 millones, a los que China respondió con idénticas medidas. La
portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Hua Chunying, manifestó
que “el comportamiento de Estados Unidos constituye la típica
‘intimidación comercial'”, cita este miércoles la agencia Xinhua. “Esta
es una guerra entre el unilateralismo y el multilateralismo, entre el
proteccionismo y el libre comercio y entre el poder y las reglas”, dijo
Hua, quien agregó que su país “trabajará con la comunidad internacional
para salvaguardar conjuntamente el sistema comercial multilateral y las
reglas”. Hua dijo que los países de todo el mundo son
interdependientes y comparten lo bueno y lo malo porque sus economías
están integradas en diferentes grados en la cadena industrial y de valor
del mundo. Aferrarse a una anticuada mentalidad de suma cero e
iniciar deliberadamente la guerra comercial no sólo socava los intereses
de las dos partes directamente involucradas, sino también los de otros
en la cadena industrial y no habrá ganadores, dijo Hua. El 40 por
ciento de los bienes de exportación chinos y dos terceras partes de sus
productos de alta tecnología de exportación son fabricados por empresas
extranjeras en China, señaló Hua. “Estados Unidos no sólo está
abriendo fuego contra el mundo entero, sino también contra sí mismo”,
dijo Hua. “Fuentes con autoridad de los círculos económicos del mundo
han señalado que el comportamiento irracional de Estados Unidos es
peligroso, lo daña a él mismo y a otros y lo desacredita”.
T/ Con información AVN F/ HispanTV
"Debemos evitarlo a toda costa": Revelan la mayor amenaza para la economía mundial
Publicado: 6 abr 2018 19:18 GMT - RT
En un mundo "tan interdependiente, tan
interconectado", no se puede "dar el lujo de disparar el uno al otro",
advierte el presidente del banco J.P. Morgan Chase International, Jacob
Frenkel.
Los datos de cotización de PIMCo en una pantalla de la Bolsa de Nueva York, EE.UU., 5 de abril de 2018.
Brendan McDermid / Reuters
Una
guerra comercial entre EE.UU. y China representa "el mayor peligro para
la economía mundial", según ha advertido este viernes el presidente del
banco J.P. Morgan Chase International, Jacob Frenkel, en declaraciones a
CNBC. Aunque
Frenkel considera que "todavía no es una guerra comercial", sino
"algunas escaramuzas", ha llamado a recordar "el desastre de 1931",
cuando las "buenas intenciones" de proteger los empleos estadounidenses
dieron como el resultado "un catalizador para la Gran Depresión". "Debemos evitarlo a toda costa", aseveró el que fuera el presidente del banco de Israel entre 1991 y 2000.
"No disparar, solo hablar"
El
economista explicó que en un mundo "tan interdependiente, tan
interconectado", no se puede "dar el lujo de disparar el uno al otro",
ya que "el mundo en el que las reglas del juego son un ojo por ojo es un
mundo en el que hay muchas personas ciegas". Frenkel estima que Pekín sí estaría dispuesto a negociar con Washington, ya que "los chinos son muy racionales". Sin embargo, advierte que cualquier negociación debe ser respetuosa: "no disparar, solo hablar". Al
mismo tiempo, el banquero, que también se desempeñó como asesor
económico en el Fondo Monetario Internacional, elogió las políticas
económicas internas de la Administración Trump, en particular los
recortes de impuestos corporativos, la repatriación de los ingresos
mantenidos en el extranjero y la desregulación. La disputa comercial entre EE.UU. y China ha escalado en los últimos días.
La Oficina del Representante del Comercio de EE.UU. (USTR, por sus siglas en inglés) publicó el
martes una lista de aproximadamente 1.300 productos de China que serán
pechados en respuesta a lo que EE.UU. considera "prácticas comerciales
injustas". El volumen de la producción china afectada se estima en unos 50.000 millones de dólares.
Menos de 24 horas después de aquel anuncio, y en respuesta a las medidas tomadas por Washington, Pekín anunció la imposición de aranceles de 25 % a 106 productos estadounidenses, como la soja, los automóviles y los productos químicos.
Trump ordenó este
jueves a los funcionarios de su Administración que consideren "si sería
apropiado establecer aranceles adicionales" por valor de 100.000
millones "a la luz de la injusta represalia de China", según reza un comunicado difundido por la Casa Blanca.
China advierte a EE.UU.: "Será una guerra comercial total, y no una pequeña escaramuza"
Publicado: 6 abr 2018 12:11 GMT - RT
Pekín "está listo para luchar hasta el
final" en un conflicto comercial con Washington, advierte el diario
estatal chino Global Times.
Una bolsa de pistachos producidos en EE.UU. en una tienda en Pekín (China), el 6 de abril de 2018.
Damir Sagolj / Reuters
Pekín
cuenta con muchos "planes de reserva" en caso de conflicto comercial
con EE.UU. y está preparado para "luchar hasta el final", advierte el
diario estatal chino Global Times,
que augura una "guerra total igualada" si estalla el choque entre las
economías de ambos países, descartando "una pequeña escaramuza". El medio chino señala que los nuevos aranceles a 106 productos de EE.UU. anunciados por China el pasado miércoles son una "clara muestra de represalia" de Pekín por las acciones
del Gobierno norteamericano. Además de destacar el "impresionante
margen de respuesta" —China tardó menos de 12 horas en anunciar sus
contramedidas comerciales—, el diario recalca que Pekín apuntó a las
"importaciones más valiosas" de EE.UU., como soja, automóviles y
productos químicos, que pueden convertirse en "un punto débil enorme" para la economía estadounidense si su rentabilidad está en riesgo.
Camiones transportan contenedores en el puerto en Lianyungang (China), el 6 de abril de 2018.
/ Reuters
Aunque
el artículo admite que el país asiático sufrirá pérdidas financieras
debido a las tarifas introducidas por EE.UU., también asegura que éstas
"palidecerán en comparación con el daño infligido a la economía
estadounidense a través de las represalias de China".
Respuesta a "tácticas intimidatorias"
Los
aranceles impuestos por China son "una forma espectacular" de hacer
frente a las "tácticas intimidatorias" de Washington, explica la
publicación.
Global Times considera que, "obviamente", los políticos de línea dura en Washington "han sobreestimado la capacidad y la resistencia de la economía de EE.UU.
en una guerra comercial", y creen que "pueden hacer lo que quieran".
Asimismo, destaca que China ha mostrado "una gran moderación por ahora",
pero advierte que si EE.UU. persiste en un conflicto económico, el país
asiático "está listo para luchar hasta el final", asevera. En
este sentido, el artículo resalta que esta guerra comercial supondrá una
lección para EE.UU., que debe entender que "no puede usar aranceles
comerciales intimidatorios como una forma de diplomacia". Antes de que China anunciara sus recientes aranceles, Washington "disfrutaba aplastando y amenazando a otros países con sanciones comerciales".
Ahora, el "placer" de EE.UU. "se convertirá en sufrimiento" a medida
que "sus ganancias financieras y políticas disminuyan a cero" por el
contraataque de Pekín, vaticina el diario.
"Planes de reserva"
Según
Global Times, "carece de fundamento" que EE.UU. se presente primero
"como víctima en sus acuerdos comerciales bilaterales con China" y luego
decir que Estados Unidos puede infligir más daños a China al sabotear
sus relaciones comerciales. De hecho, advierte el diario, si estalla una
guerra comercial, "China mostrará que tiene tantos planes de reserva
como EE.UU., si no más".
Un trabajador camina entre camionetas y furgonetas en el puerto en Lianyungang (China), el 6 de abril de 2018.
/ Reuters
En
este sentido, el medio oficial recuerda que China es la mayor economía
comercial del mundo y el mayor comprador de productos básicos como los
productos derivados del petróleo, por lo que "podría usar su influencia
para impulsar su propia moneda, el RMB, en los mercados mundiales para reducir el dominio del dólar estadounidense", lo que sería "un duro golpe para Washington". Sea como fuere, el diario considera "delirante" que Washington piense que puede salir victorioso de este conflicto.
Guerra comercial: Es un asunto de clase, no de país
Existe un error fundamental en el modo que tanto Donal Trump y
sus críticos hablan normalmente sobre comercio exterior. Lo hacen un
asunto de un país contra otro país, planteando la cuestión de si China,
Canadá o cualquier otro socio comercial están tratando a los EEUU de
manera justa. Por supuesto, Trump lo hace aún más explícito con su
retórica de “America First” y sus quejas sobre que otros países nos
engañan porque ellos tienen superávits comerciales, pero sus críticos
usan a menudo un lenguaje similar. Después de todo, es moneda corriente
afirmar que China roba “nuestra” propiedad intelectual. ¿Alguna vez le ha robado China a usted alguna propiedad intelectual? Los
economistas y políticas que han puesto sobre la mesa el tema del
comercio internacional durante las últimas cuatro décadas afirman que
todo el mundo gana con el comercio. Esto es lo que se conoce en la
profesión de los economistas como mentira. Ningún modelo económico
muestra que todo el mundo gana con el comercio. Los modelos estándar
muestran que algunos grupos se benefician del comercio y otros salen
perjudicados. La historia suele ser que los que se benefician ganan más
que lo que pierden los perdedores. Esto principalmente significa
que los ganadores pueden compensar a los perdedores así que todo el
mundo estaría mejor. En el mundo real, esta compensación nunca ocurre,
por lo que cuando hablamos sobre comercio internacional… hablamos sobre
política comercial… hablamos sobre una política que redistribuye de unos
países hacia otros. Nuestra política comercial durante cuatro
décadas ha sido explícitamente diseñada para redistribuir hacia los de
arriba. Este era el objetivo de acuerdos como NAFTA o admitir a China en
la Organización Mundial de Comercio. Todos estos acuerdos son
para poner a los trabajadores de la manufactura de EEUU en competencia
directa con trabajadores mucho peor pagados en el mundo en desarrollo.
El resultado esperado, y lo que de hecho ha pasado, es una reducción del
empleo en el sector manufacturero. Esto también crea una presión a la
baja sobre los salarios de los trabajadores manufacturero que
mantuvieron su trabajo así como sobre los salarios en general de los
trabajadores menos educados, ya que la manufactura ha sido
históricamente una fuente de empleo relativamente bien pagado para
trabajadores sin estudios universitarios. Esto no es un asunto
sobre el comercio libre. Nuestros acuerdos comerciales hicieron poco o
nada para que los profesionales bien educados encontraran trabajo en los
Estados Unidos. Como resultado de ello, nuestros doctores ganan de
media casi dos veces menos que los doctores en otros países ricos.
Incluso nuestros trabajadores en la manufactura ganan considerablemente
menos que sus homólogos en Alemania y en otros muchos países. En
la última década, China empezó a tener enormes superávits comerciales
con los EEUU, principalmente porque mantuvo devaluada el precio de su
moneda. Esto tuvo el efecto de hacer las exportaciones chinas más
competitivas en el resto del mundo. China todavía mantiene su
moneda devaluada. Como el CIA World Factbook cuenta: “ya que el tipo de
cambio en China está determinado por sus autoridades en vez de por las
fuerzas del mercado, el computo del PIB usando el tipo de cambio oficial
no mide de manera adecuada la producción total de China. El PIB chino
usando el tipo de cambio oficial subestima de manera substancial la
producción total china vis-à-vis el resto del mundo”. Dicho de otro modo, China todavía mantiene devaluada su moneda de acuerdo con la apreciación del CIA World Factbook. Pero
contrario a la retórica de Trump, el resultante déficit comercial no
significa que China gana y que los EEUU pierden en general. Las empresas
como General Electric tienen instalaciones manufactureras en China y
están muy felices de que China haya reducido sus costes de producción. Lo
mismo es cierto para las empresas de comercio al por menor que venden a
menor precio que sus competidores gracias a las cadenas de producción
de bajo coste en China. Los profesionales bien pagados que están
bastante protegidos de la competencia internacional también se
benefician, ya que tienen acceso a importaciones baratas sin tener que
perder parte de su salario. Trump podría al menos haber tratado de
revertir parcialmente la redistribución hacia los de arriba que genera
el déficit comercial de los EEUU si hubiese seguido lo que prometió en
su campaña electoral de poner la gestión (él lo llama manipulación) del
tipo de cambio de la moneda china en el centro de su política comercial.
En cambio, la gestión del tipo de cambio no aparece por ninguna parte
en sus vagas y cambiantes quejas contra China. Quizá los que se
benefician gracias a un dólar sobrevalorado han presionado lo suficiente
a Trump para que cese en uno de sus principales puntos de su campaña. Pero
hemos sido confrontados con interminables cuentos por parte de los
medios donde los tertulianos expresan su preocupación con que Trump
puede no estar poniendo suficiente atención a la cuestión de que China
“roba” tecnología a las empresas americanas. Es aquí de nuevo esencial
recordar que es la clase social, y no el país, lo que de verdad importa. Si
las empresas chinas utilizan tecnología desarrollada por Boing,
Microsoft o algún otro gigante de los EEUU esto son malas noticias para
sus accionistas, pero no nos afecta muy directamente al resto. De hecho,
si las empresas chinas pueden producir los mismos productos a un menor
precio y luego exportarlos a los EEUU, esto sería un beneficio para los
no accionistas. Este es el clásico argumento a favor del libre comercio. De
hecho, si China tiene que pagar menos dinero a empresas por el uso de
países y derechos de propiedad intelectual, tendría más dinero para
comprar otros productos y servicios de los Estados Unidos.
Supuestamente, los economistas están preocupados sobre la desigualdad en
los EEUU. Si China no paga nuestras patentes y derechos de propiedad
intelectual, sería un paso hacia la solución de este problema. A
fin de cuentas, cuando Trump o cualquier otro habla de los intereses de
los EEUU sobre política comercial, deberías mirar con más detenimiento.
Están tratando de encubrir a quien está realmente ganando y perdiendo.
es un economista estadounidense, cofundador y codirector del Center
for Economic and Policy Research. Licenciado en Economía por la
Universidad de Michigan, ha sido economista del Economic Policy
Institute y profesor de la Universidad de Bucknell.
Publicado por vez primera en el libro: 'Karl Marx. Das Kapital. Kritik der politischen Oekonomie'. Erster Band, Hamburg, 1867
El trabajo, cuyo primer tomo propongo al público, es la continuación de la Contribución a la crítica de la Economía política,
publicada por mí en 1859. El largo intervalo transcurrido entre el
comienzo y la continuación me ha sido impuesto por una enfermedad de
muchos años que ha interrumpido la labor repetidas veces. El contenido de la obra primitiva está resumido en el primer capítulo
de este tomo. Y al hacerlo así, no se ha atendido solo a conseguir que
sean más coherentes y completas las ideas, sino que se ha mejorado la
exposición. En la medida en que la materia lo ha permitido, se han
desarrollado aquí puntos que antes apenas se esbozaron, mientras que
otros, ampliamente desarrollados allí, aquí simplemente se enuncian. Los
capítulos sobre la historia de la teoría del valor y de la teoría del dinero,
por supuesto, han sido omitidos del todo. En cambio, el lector del
trabajo anterior encontrará en las notas del primer capítulo referencias
a nuevas fuentes para el estudio de la historia de estas teorías. El principio siempre es duro; esto vale para todas las ciencias. Por
eso, la máxima dificultad la constituirá la comprensión del primer
capítulo, en particular, los párrafos referentes al análisis de la
mercancía. En cuanto a lo que toca especialmente al análisis de la
sustancia del valor y de la magnitud del valor he procurado, en la
medida de lo posible, exponerlo en forma popular. La forma valor, que
llega a su pleno desarrollo en la forma dinero, es muy simple y de poco
contenido. No obstante, la inteligencia humana se ha dedicado a
investigarla durante más de 2.000 años, sin resultado, mientras que
otras formas más complejas y de contenido mucho más rico han sido
analizadas, por lo menos aproximadamente, con resultado positivo. Y
esto, ¿por qué? Porque es más fácil de estudiar el cuerpo organizado que
las células del cuerpo. Además, para analizar las formas económicas, no
se puede utilizar ni el microscopio ni los reactivos químicos. La
capacidad de abstracción ha de suplir a ambos. Ahora bien: para la
sociedad burguesa, la forma mercancía del producto del trabajo o la
forma valor de la mercancía son formas económicas celulares. A los
espíritus poco cultivados les parece que analizar estas formas significa
perderse en minucias. Se trata efectivamente de minucias, pero de
minucias como las que son objeto de la anatomía microscópica. Por eso, a excepción del capítulo sobre la forma valor, nadie podrá
acusar a este libro de difícil o incomprensible. Me refiero, por
supuesto, a lectores que traten de aprender algo nuevo y quieran, por
tanto, pensar por sí mismos. El físico, para observar los procesos naturales, o bien lo hace donde
se presentan en forma más acusada y menos deformada por influencias
perturbadoras, o bien, si puede, hace experimentos en condiciones que
aseguren el desarrollo del proceso en su forma pura. Lo que me propongo
investigar en esta obra es el modo de producción capitalista y las
relaciones de producción y de cambio que le corresponden. El país
clásico para ello es hasta ahora Inglaterra. De aquí el que haya tomado
de él los principales hechos que sirven de ilustración a mis
conclusiones teóricas. Si el lector alemán alza los hombros con gesto de
fariseo ante la situación de los trabajadores industriales y agrícolas
ingleses o si se tranquiliza con optimismo pensando que en Alemania las
cosas no están, ni con mucho, tan mal, tendré que decirle: De te fabula narratur! No se trata aquí del grado de desarrollo, más alto o más bajo, que
alcanzan los antagonismos sociales engendrados por las leyes naturales
de la producción capitalista. Se trata de las leyes mismas, de las
tendencias mismas que actúan y se imponen con una necesidad férrea. El
país industrialmente más desarrollado no hace más que mostrar al que es
menos desarrollado el cuadro de su propio porvenir. Pero aparte de esto: en los sitios donde la producción capitalista ha
tomado por completo carta de naturaleza en nuestro país, por ejemplo,
en las fábricas propiamente dichas, la situación es mucho peor que en
Inglaterra, por faltar el contrapeso de la legislación fabril. En todas
las esferas restantes, pesa sobre nosotros, como sobre los demás países
continentales de la Europa Occidental, no sólo el desarrollo de la
producción capitalista, sino su insuficiente desarrollo. Además de las
miserias modernas, nos oprime toda una serie de miserias heredadas,
procedentes del hecho de seguir vegetando entre nosotros formas de
producción antiguas y ya caducas que acarrean un conjunto de relaciones
sociales y políticas anacrónicas. No sufrimos sólo a causa de los vivos,
sino a causa de los muertos. Le mort saisit le vif! En comparación con la inglesa, la estadística social alemana y del
resto de la Europa Occidental continental, es muy pobre. Sin embargo,
levanta el velo lo bastante para dejar entrever la cabeza de Medusa. Nos
horrorizaríamos de ver nuestra propia situación si nuestros gobiernos y
parlamentos designasen periódicamente, como en Inglaterra, comisiones
de investigación de las condiciones económicas; si estas comisiones
estuviesen investidas de los mismos poderes que en Inglaterra para
descubrir la verdad; si se pudiera encontrar, para cumplir esta misión,
hombres tan expertos, imparciales y severos como los inspectores del
trabajo de Inglaterra, como los médicos ingleses que informan sobre la Public Health,
como los comisarios ingleses que investigan sobre la explotación de la
mujer y del niño, sobre las condiciones de la vivienda y de la
alimentación, etc. Perseo se cubría con un casco mágico para perseguir a
los monstruos; nosotros nos colocamos este casco mágico sobre nuestros
ojos y nuestros oídos para poder negar la existencia de los monstruos. No hay que hacerse ilusiones. Del mismo modo que la guerra de la
Independencia norteamericana del siglo XVIII fue el toque a rebato para
la clase media europea, la guerra civil norteamericana del XIX lo ha
sido para la clase obrera de Europa. En Inglaterra, el proceso
revolucionario se ha hecho palpable. Cuando alcance un determinado nivel
debe repercutir en el continente. Y allí revistirá formas más brutales o
más humanas, a tono con el grado de desarrollo de la clase obrera
misma. Abstracción hecha de móviles más elevados, sus más vitales
intereses mandan a las clases hoy dominantes eliminar todos los
obstáculos para el desarrollo de la clase obrera que pueden ser
eliminados por la legislación. Esta es la razón por la cual yo me he
extendido tanto en este tomo sobre la historia, el contenido y los
resultados de la legislación fabril inglesa. Una nación debe y puede
aprender de otra. Incluso en el caso en que una sociedad haya llegado a
descubrir la pista de la ley natural que preside su movimiento —y la
finalidad de esta obra es descubrir la ley económica que mueve la
sociedad moderna— no puede saltar ni suprimir por decreto sus fases
naturales del desarrollo. Pero puede acortar y hacer menos doloroso el
parto. Unas palabras para evitar posibles interpretaciones falsas. A los
capitalistas y propietarios de tierra no los he pintado de color de
rosa. Pero aquí se habla de las personas sólo como personificación de
categorías económicas, como portadores de determinadas relaciones e
intereses de clase. Mi punto de vista, que enfoca el desarrollo de la
formación económica de la sociedad como un proceso histórico-natural,
puede menos que ningún otro hacer responsable al individuo de unas
relaciones de las cuales socialmente es producto, aunque subjetivamente
pueda estar muy por encima de ellas. En el terreno de la Economía política, la investigación científica
libre se encuentra con más enemigos que en todos los demás campos. La
particular naturaleza del material de que se ocupa levanta contra ella y
lleva al campo de batalla las pasiones más violentas, más mezquinas y
más odiosas que anidan en el pecho humano: las furias del interés
privado. La alta Iglesia de Inglaterra, por ejemplo, perdona antes un
ataque contra 38 de sus 39 artículos de fe que contra 1/39 de sus
ingresos monetarios. Hoy en día, el mismo ateísmo es una culpa levis, comparado con la crítica de las tradicionales relaciones de propiedad. Sin embargo, aquí hay que reconocer la existencia de un paso adelante. Observemos, por ejemplo, el Libro Azul publicado en las últimas semanas con el título Correspondence with Her Majesty’s Missions Abroad, regarding Industrial Questions and Trades Unions.
Los representantes de la corona de Inglaterra en el extranjero exponen
aquí sin ambages que en Alemania, en Francia, en una palabra, en todos
los países cultos del continente europeo es tan palpable y tan
inevitable como en Inglaterra una transformación radical de las
relaciones entre el capital y el trabajo. Al mismo tiempo, al otro lado
del Atlántico, el señor Wade, vicepresidente de los Estados Unidos de
Norteamérica, declaraba en mítines públicos que, abolida la esclavitud,
se ha puesto sobre el tapete la transformación de las relaciones de
propiedad sobre el capital y la tierra. Son éstos signos de la época,
que no se dejan encubrir con mantos de púrpura ni con sotanas negras. No
significan que mañana se vayan a producir milagros. Indican que en las
mismas clases dominantes apunta ya el presentimiento de que la sociedad
actual no es ningún cristal duro, sino un organismo susceptible de
transformación y en transformación constante. El segundo tomo de esta obra tratará del proceso de circulación del
capital (libro II) y de los aspectos del proceso en su conjunto (libro
III); y el tercero y último (libro IV), de la historia de la teoría. Bienvenido sea todo juicio crítico científico. Contra los prejuicios
de la llamada opinión pública, a la que nunca he hecho concesiones,
tengo por divisa el lema del gran florentino: Segui il tuo corso, e lascia dir le genti! Karl Marx Londres, 25 de julio de 1867 Se publica de acuerdo con el texto de la cuarta edición alemana de 1890. Traducido del alemán. www.marxists.org
ARGENTINA
Lagarde llega a Argentina en medio de fuertes críticas por el acuerdo de 50.000 millones de dólares
Publicado: 20 jul 2018 15:47 GMT - RT
La directora del Fondo Monetario Internacional cenará este viernes con el presidente Mauricio Macri.
La
directora del FMI, Christine Lagarde, junto al presidente argentino,
Mauricio Macri, en la residencia presidencial de Olivos en marzo.
David Fernandez / Reuters
La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, se reunirá con el presidente de Argentina, Mauricio Macri,
este viernes a las 20:30 (hora local) en la residencia presidencial de
Olivos, provincia de Buenos Aires, en aquel país sudamericano. Se
trata del primer encuentro entre el mandatario latinoamericano y la
máxima autoridad del Fondo desde que aquella entidad financiera le
aprobó un crédito por 50.000 millones de dólares al Gobierno argentino, el financiamiento más alto en la historia de ese organismo. Asimismo,
vale destacar que Lagarde también arribará a Buenos Aires para
participar de la tercera reunión de ministros de Finanzas y presidentes
de Bancos Centrales del Grupo de los 20 (G20), la cumbre que reúne a los
Estados más importantes de la economía mundial y que tiene a Argentina
como anfitriona en esta edición.
Hermetismo por la reunión
Desde Presidencia todavía no explicaron los motivos del encuentro
a puertas cerradas entre Lagarde y Macri, pero se espera que el
organismo internacional evalúe el contexto económico local para
supeditar las metas establecidas, es decir, que Argentina pague sus
próximos compromisos al FMI. Sin embargo, el domingo a las 16 (hora
local) se estipula que esa Administración del Cono Sur brinde una
conferencia de prensa para informar sobre las conversaciones con la
entidad prestamista.
Residencia presidencial de Olivos, provincia de Buenos Aires (Argentina).
/ wikipedia.org / Presidencia de la Nación / CC BY-SA 4.0
Según adelanta Perfil, la directora francesa estará acompañada
en la cena por el subdirector del Fondo, David Lipton, sumado al
director del Departamento del Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, y
el jefe de la Misión para la Argentina, Roberto Cardarelli. Por el lado
argentino, está pautado que además del presidente también concurra el
jefe de Gabinete, Marcos Peña, junto al ministro de Hacienda, Nicolás
Dujovne, y el presidente del Banco Central, Luis Caputo.
"Si hay un Gobierno popular en el 2019, no va a continuar con
estas políticas y el acuerdo con el FMI entrará en crisis".
Hugo Yasky, diputado nacional y secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina.
Vale repasar que en el convenio pactado hace un mes, llamado Acuerdo de Derecho de Giro ('Stand-By'), está estipulado que el Fondo realice un monitoreo de las cuentas locales, incluyendo 12 visitas a ese país sudamericano. A su vez, el pacto acordado tiene una duración de tres años y el mes pasado Argentina ya recibió un giro de 15.000 millones de dólares. Entre los puntos establecidos en el arreglo, se pautó una quita de subsidios en servicios públicos como la energía, el gas, agua y transporte, junto a la reducción de personal estatal, todo ello con la intención de reducir gastos.
Protestas
El repudio a la visita de Lagarde
comenzó este jueves cuando la Confederación General del Trabajo (CGT),
el gremio más importante de Argentina, brindó una conferencia de prensa
para expresar el rechazo al FMI. Además, este viernes por la tarde
distintos movimientos sociales, junto a diputados opositores y
dirigentes de diversas agrupaciones, entregarán una carta simbólica en la entrada del Banco Central, destinada a la máxima representante del Fondo. Entre
las personalidades firmantes, sobresalen los nombres del Nobel de la
Paz, Adolfo Pérez Esquivel, y la referente de Abuelas de Plaza de Mayo,
Estela de Carlotto. El escrito fue publicado por el referente de la
Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Juan
Grabois, en la plataforma Change.org y acumula más de 11.000 firmas. Por otro lado, distintos grupos de izquierda se movilizarán
este sábado al mediodía hacia el Centro de Exposiciones de Buenos
Aires, donde está coordinado el encuentro del G20 ya mencionado, al cual
asistirá Lagarde.
"No queremos que el país se estanque"
El
secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA),
Hugo Yasky, uno de los firmantes del documento ya mencionado, comenta
que la visita de Lagarde "simboliza el intento de imponerle a la
Argentina las condiciones deplorables de un acuerdo que beneficia solamente al capital financiero". En esa línea, el diputado nacional de Unidad Ciudadana, la fuerza afín a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, agrega: "Pone a los trabajadores, jubilados, maestros y empleados públicos en general en la picadora de carne, porque eso significan las políticas del FMI".
Así las cosas, Yasky asegura: "No queremos que el país se estanque
con una política recesiva". En efecto, según este político, el pacto con
Lagarde se trata de "poner los recursos de la nación a expensas de los
grupos extranjeros". Asimismo, advierte: "Va a terminar otra vez con la vuelta a las políticas de privatizaciones, porque no hay manera de que sobrevivan las empresas públicas con el brutal ajuste que propone el Fondo". Para
concluir la entrevista con RT, vaticina: "Si hay un Gobierno popular en
el 2019, no va a continuar con estas políticas y el acuerdo entrará en
crisis". Leandro Lutzky
Masivas manifestaciones de protesta contra el FMI
Lagarde, una visita non grata
Diferentes
organizaciones sociales, gremiales y políticas manifestaron su repudio a
la llegada de la directora del Fondo Monetario, Christine Lagarde,
quien esta noche cenará con el presidente Mauricio Macri. Además
recordaron que la nueva deuda contraída por el país con el organismo es
"odiosa y execrable".
PÀGINA 12 - 20 de julio de 2018
Huyo Yasky habla en repudio a la visita de Lagarde. Imagen: Twitter Mariano Denegris @denegrism
Este mediodía, numerosos manifestantes, en su mayoría de agrupaciones
de izquierda, se concentraron frente al Ministerio de Desarrollo Social
para plantear sus reclamos y rechazar el acuerdo con el FMI. En tanto, las organizaciones sociales que integran la
CTEP, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC)
realizarán esta tarde un acto frente al Banco Central, en rechazo al
stand by acordado con el Fondo, cuyo primer desembolso (15.000 millones
de dólares) se está liquidando a razón de 100 o más millones de dólares
diarios a través de la subasta que realiza el propio BC. Allí, se hará entrega del texto completo de la carta enviada a
Lagarde hace cuatro días, firmada por todas las corrientes gremiales,
incluidas la CGT y las CTA, los movimientos sociales y la mayoría de la
oposición, que no reconocen la legitimidad del acuerdo y consideran la
nueva deuda como “odiosa o execrable” Los firmantes de la misiva, además, le advierten al Directorio
del organismo multilateral acerca de "la explosiva situación social que
vive la Argentina y que seguramente se agravará a medida que se apliquen
las medidas pactadas". Mañana, en tanto, militantes de diferentes organizaciones
sociales, gremiales y políticas se movilizarán a la sede de la reunión
del G20 para repudiar, una vez más, el acuerdo entre el Gobierno y el
FMI. Los manifestantes se concentrarán a las 12 en la intersección de
Las Heras y Pueyrredón para luego marchar al Centro de Convenciones de
la Ciudad de Buenos Aires, donde se realizará el encuentro de ministros
de Finanzas y presidentes de Bancos Centrales de los países miembros del
grupo.
Masivas movilizaciones de protesta contra el acuerdo con el Fondo
Lagarde, una visita non grata
Movimientos sociales, gremios y dirigentes de la oposición realizaron
dos marchas para repudiar el acuerdo del Gobierno nacional con el FMI.
En el Banco Central entregaron una carta dirigida a Christine Lagarde.
PÀGINA 12 - 21 de julio de 2018
Movimientos sociales, gremios y dirigentes de la oposición expresaron su repudio al FMI. Imagen: Leandro Teysseire
Movimientos
sociales, sindicatos y dirigentes de la oposición se manifestaron ayer
para repudiar el acuerdo del gobierno de Cambiemos con el FMI y la
visita de la directora gerente del organismo, Christine Lagarde. Al
mediodía, el frente Milagro Sala junto a las dos CTA y al Bloque
Piquetero Nacional marcharon hacia el Ministerio de Desarrollo Social
para exigir una paritaria social y popular. Al atardecer, las
agrupaciones nucleadas en la Confederación de Trabajadores de la
Economía Popular (CTEP) junto a Camioneros y dirigentes kirchneristas
cantaron el himno e hicieron una entrega simbólica en la sede del Banco
Central de la carta a Lagarde difundida días atrás que califica de
“odiosa o execrable” la deuda contraída y advierte que el acuerdo “no
cuenta con legitimidad jurídica, política ni social”. Hoy al mediodía,
en tanto, el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) se movilizará
al Centro de Convenciones, donde el presidente Mauricio Macri se reunirá
con la titular del Fondo, para repudiar “el plan de miseria social y
entrega nacional” que acordaron y denunciar también a “la oposición
patronal” y a “la burocracia sindical”. El frío polar y la llovizna que cubrieron Buenos Aires
durante el primer día de visita de Lagarde tras el acuerdo por 50 mil
millones de dólares de deuda contraída por Cambiemos, no impidió las
manifestaciones de rechazo. El Frente por el Trabajo y la Dignidad
Milagro Sala junto a las organizaciones populares que integran el frente
territorial de la CTA Autónoma y el frente barrial de la CTA se
movilizaron hasta el ministerio de Desarrollo Social que encabeza
Carolina Stanley. De la marcha, que incluyó discursos del diputado Hugo
Yaky (CTA) y del dirigente de los maestros Roberto Baradel (Suteba)
participaron el Partido Piquetero y también trabajadores de prensa
despedidos de la agencia de noticias Télam. La entrega simbólica de la carta a Lagarde implicó al atardecer un
itinerario atípico para “Los Cayetanos” nucleados en la CTEP, que
debieron esquivar camiones de caudales en el microcentro porteño.
Miembros del Movimiento Evita, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y
Combativa debieron apiñarse para caminar desde Plaza de Mayo hasta
Reconquista el 300, vallada para impedir un acto frente al Banco
Central. “No al FMI. Deuda odiosa”, decía la bandera del Evita que
encabezaba la marcha. “La Patria está en peligro. No al FMI”, advertía
la de La Cámpora, al final. En plena ofensiva del gobierno contra la
familia Moyano, un centenar de camioneros con camperas verdes se
filtraron por los laterales hasta llegar a primera fila. Frente a la
basílica Nuestra Señora de la Merced, decorada con una bandera negra de
la CTEP Quilmes, manifestantes de variados perfiles cantaron el himno,
muchos con los dedos en V, y entonaron la vieja consigna de “Patria sí,
colonia no”. La movilización incluyó columnas con banderas del
Movimiento Popular La Dignidad, Nuevo Encuentro, ATE, Patria Grande,
Libres del Sur, la FUBA y La Bancaria, entre otras. Además de Juan
Grabois, de la CTEP, hubo diputados como Andrés Larroque y Horacio
Pietragalla (FpV-PJ) y el dirigente de Nuevo Encuentro, Martín
Sabbatella, y gremialistas como Yasky, Baradel, Daniel Catalano (ATE
Capital) y Roberto Pianelli (Metrodelegados). La carta que suscriben cientos de dirigentes, intelectuales, artistas
y militantes le advierte a Lagarde que el acuerdo con el FMI “es
rechazado por la mayoría de la sociedad argentina” y le recuerda que,
pese a la exigencia constitucional, Macri “se negó a someterlo a un
Congreso que sin duda lo rechazaría”. Destaca los “volúmenes
elevadísimos de deuda” que “se destinaron a la fuga de capitales” y
alerta al directorio del FMI sobre “la explosiva situación social que
vive la Argentina y que seguramente se agravará a medida que se apliquen
las medidas pactadas”. “Le solicitamos que en su carácter de Directora
Gerente transmita al Directorio que este acuerdo entre el Organismo y el
Poder Ejecutivo no cuenta con legitimidad jurídica, política ni social;
que los fondos comprometidos se utilizarán de manera claramente
fraudulenta en perjuicio del país; que el programa económico impuesto
producirá una catástrofe social; y que, por lo expuesto, ante un cambio
de gobierno, será puesto en crisis”, concluye. La tercera movilización contra el FMI en dos días la protagonizará el
FIT para repudiar “el plan de miseria social y entrega nacional que ha
pactado con el gobierno de Macri”. PTS, PO e Izquierda Socialista
denuncian además “la connivencia y complicidad de la oposición patronal
que desde las gobernaciones y el Congreso está pactando con el gobierno
esas medidas de ajuste”, y a “la burocracia sindical en todas sus
vertientes”, que a su entender “no ha anunciado la menor respuesta de
lucha ante los anuncios del FMI y por el contrario le han pedido una
entrevista a la directora”. Sus militantes se concentrarán a las 12 en
Las Heras y Pueyrredón para marchar hasta el Centro de Convenciones.
El 9 de julio: Miles de personas se manifestaron en 9 de Julio y Belgrano
Una multitud contra el ajuste y el FMI
PÀGINA 12 - 09 de julio de 2018
La
concentración convocada en el Día de la Independencia fue masiva.
Reunió a integrantes de las organizaciones sindicales, sociales y
políticas que llamaron a la manifestación y a personas autoconvocadas
que reclaman el cambio del rumbo económico del Gobierno. Testimonios de
quienes concurrieron bajo el lema "La Patria no se rinde".
Militantes
y autoconvocados vencieron al frío y coparon la 9 de Julio desde el
mediodía para expresarse en contra del acuerdo que el Gobierno firmó con
el Fondo Monetario Internacional, pero también en repudio de las
“políticas de ajuste” implementadas por el Ejecutivo desde que asumió la
presidencia Mauricio Macri. Con y sin carteles; con y sin banderas,
hombres y mujeres celebraron el Día de la Independencia en la calle. “Hoy tendría que ser un día de alegría, no de protesta”,
apunta Rita, que camina desde el Obelisco hacia Belgrano y 9 de Julio,
donde va a leerse el documento de cierre de la movilización en contra
del acuerdo con el fondo con su hija mayor, Oriana, prendida del brazo.
Ludmila, la menor, caminaba pasos adelante con el padre, pero la oyó a
su mamá dar su opinión y quiere escucharla. Rita opina que “es triste
que el día de nuestra independencia tengamos que estar exigiendo no
perderla, porque el regreso al fondo significa ni más ni menos que eso:
perder nuestra independencia, es una represión y una censura a nuestra
democracia”. Rita reconoce el peso que el organismo de crédito
internacional tiene en la memoria colectiva y recurre a ese recurso para
resignificar el regreso hoy: “El FMI es la clausura total a las
decisiones que podemos llegar a tomar como pueblo. El pueblo eligió un
gobierno para que los represente. No eligió al FMI para tomar las
decisiones”. Además del repudio a la vuelta del FMI, la familia decidió participar
de la manifestación porque está “completamente en desacuerdo con las
medidas de ajuste implementadas por este Gobierno”. La madre aclara que
no están “sufriendo necesidades” porque tienen trabajo, “pero hay mucha
gente que está padeciendo y eso no nos gusta, no es justo, no lo merece
nadie el sufrimiento de no tener trabajo, no tener qué comer, no tener
como sostener una familia”. Guillermo Pastor es jubilado, tiene 75 años y llegó, desde Ituzaingó,
en el oeste del Conurbano Bonaerense, hasta la 9 de Julio porque siente
“que la patria está verdaderamente en peligro”, que “hay una entrega de
la soberanía” argentina y que “vuelve a repetirse la historia”. En la
calle, abrigado con una bufanda con los colores de la bandera y con un
cartel que cuelga de su cuello en el que, de puño y letra, escribió que
“la plata de los jubilados no se toca”, recordó que José de San Martín
“tuvo que morir en el exilio” y que Manuel Belgrano “tuvo que vender
hasta su reloj, tirado en la miseria como terminó”. “Nadie los
reconoció”, aseguró. “Después de ellos vinieron los gobiernos
entreguistas y ahora estamos de nuevo en la misma. Nosotros no tenemos
que confundirnos. Este tipo que está en el gobierno nos entrega de pies y
manos al imperio angloyanqui”, vociferó con el dedo índice revoleado al
cielo. María del Carmen también llegó sola a Belgrano y 9 de Julio. Como lo
hizo con otras convocatorias de las que participó, como la concentración
que se realizó el pasado 25 de mayo, también en contra del acuerdo del
FMI, este mediodía salió a la calle para “protestar contra la
injusticia”: “Es una injusticia que haya chicos y abuelas por las
calles, que no tienen dónde cubrirse del frío, que pasan hambre”. Hoy,
el festejo por la independencia del país, la mujer --que tiene hijos
“que piensan lo mismo” que ella, pero no asistieron porque “tienen sus
hijos con catarro y se quedaron en sus casas”-- considera que “la
independencia no existe, no hay nada que celebrar. Nos ataron de pies y
manos, nada bueno puede salir de un pueblo amarrado”. Además de original, Jorge Kiernan estuvo astuto: el disfraz de gorila
le protegió todo el cuerpo, incluso la cara, del frío. Completó el
personaje con una sombrilla azul y amarilla de la que colgó réplicas de
billetes de dólares para representar “la lluvia de inversiones que no
paran de llegar”. Para los distraídos de esos que les cuesta entender
los chistes, Jorge se colgó de su cuello un cartel amarillo en el que
explicó el sentido de su intervención: “Gracias Miauricio (sic) por la
lluvia de inversiones”. “Le quise buscar una vuelta humorística a la
situación porque si no exploto”, contó, “una forma de combatir todo
esto”. Llegó por las suyas, se autodefinió como un “artista inorgánico
total” y definió a la independencia como “una utopía que se nos aleja”.
“Al contrario, vamos hacia la dependencia. El acuerdo con el FMI está
hecho para atarnos con cadenas más soldadas que aquellas españolas que
rompieron los próceres”. Se fue muy atrás en el tiempo Jorge, pero
volvió rápido al “acuerdo que saldó Kirchner con el FMI. Creíamos que
era impagable ese acuerdo y nos lo sacamos de encima. Este va a ser más
complicado de saldar. Hoy, los que resistimos, tenemos una nueva
batalla: la de convencer a ese tercio del país que votó engañado, que
votó en contra suya, que votó suicidando el futuro. Loco, pensá un poco.
Macri no nos puede volver a pasar”.
Fuerte aumento en el semestre
El peso de la deuda
PÀGINA 12 - 21 de julio de 2018
En
el primer semestre, la deuda pública en términos del PIB aumentó en
29,9 puntos porcentuales, alcanzando un nivel del 87 por ciento, el
máximo desde el período 2004-2005, según informó el Observatorio de la
Deuda del Instituto de Trabajo y Economía Germán Abdala. Ese avance se
explica por el incremento del 12,1 por ciento en el stock de deuda
medida en millones de dólares. La suba del dólar del orden del 60 por
ciento en lo que va del año multiplicó el peso de la deuda en dólares en
relación al PIB medido en pesos. De las nuevas emisiones en moneda
extranjera realizadas por distintos agentes económicos este año, el 93,3
por ciento correspondió al Estado nacional, 0,4 a las provincias y 6,3
por ciento a las empresas. En junio, el gobierno nacional emitió deuda (en pesos y
dólares) por el equivalente a 5527 millones de dólares. Se destacó la
colocación de 2 mil millones por parte del Bono de la Nación Argentina
Dual 2019, un instrumento que paga en línea con la devaluación + 4,5 por
ciento pero que garantiza un rendimiento anual de 32,92 por ciento en
pesos. Teniendo en cuenta todo el segundo trimestre, el gobierno
nacional emitió un total de 24.219 millones de dólares, con una elevada
participación de las colocaciones en pesos (62 por ciento del total). En
el año, las emisiones de deuda totales ascienden a 49.122 millones de
dólares. Como consecuencia de la catarata de emisiones de deuda, los pasivos
totales del sector público nacional se ubican en el 87 por ciento del
Producto Bruto Interno. En 2015, ese número estaba en el 52,6 por
ciento, mientras que el mínimo de 38,9 por ciento se registró en el
período de post-convertibilidad se verificó en 2011. En 2003 era de
139,2 por ciento.
Golpe financiero de estado por “corrida” cambiaria y financiera
Crisis de gobierno en Argentina - crisis del Macrismo
Se
usan demasiadas palabras solo para armar “cortinas de humo” que desvíen
la atención hacia problemas secundarios y para que impidan observar, y
no quede expuesto, el problema principal que lleva a ver claramente que
el gobierno nacional de Argentina se encuentra en medio de una Crisis
Estructural de Gobierno. Una crisis estructural que es también mundial,
pero que en Argentina se manifiesta con características que son propias,
específicas y singulares de la Argentina y de los intereses que ocupan
una posición determinada en el gobierno/administración política de
Argentina. Las características de la crisis estructural
argentina son: una crisis por corrida cambiaria (contra el tipo de
cambio), por corrida financiera con salida/fuga de capitales, una crisis
económica por el peso del juego especulativo financiero en la “Timba”
de Lebacs que deja sin dinero, crédito y mercado interno/consumo a las
actividades productivas industriales con base en el trabajo; pero si
favorece a las que se concentran solo en las actividades de base renta
monopólica u oligopólica: petróleo, gas, minería, soja; también las
tarifas de servicios de gas, electricidad, combustibles, agua,
telefonía, etc. Empresas históricamente desarrolladas en
Argentina por el capital social del Estado y por lo tanto, sin
inversiones del capital financiero, que se lo apropió como botín de
guerra y saqueo luego de la derrota del proyecto nacional, industrial,
popular en la llamada “guerra de Malvinas” en 1982 e impuesta en los
tratados/´acuerdos´ de rendición de 1991 (con Cavallo/CityGroup/HSBC ya
como superministro de economía y Roque Fernández/JPMorgan como
presidente del BCRA) por el capital financiero transnacional
anglo-americano que conllevaban a la entrega de las empresas
estratégicas del Estado y a “privatizar-transnacionalizar”(entregar a
las Empresas Transnacionales) las áreas estratégicas de la
administración pública nacional. Proceso en el cual tuvieron
participación protagónica también los ggeell (grupos económicos locales )
todos contra los “capitanes de la industria”. Esta crisis
mediante el uso de instrumentos de política monetaria, con corridas
cambiarias y financieras son propias de las capacidades del poder
financiero, que las implementa el poder financiero transnacional desde
el unipolarismo y unilateralismo desde 1994 en el mundo, y que en
Argentina se implementaron por primera vez contra el Gobierno de
Alfonsín-Menem de 1987-a-1991-2001, induciendo la hiperinflación por
corridas de precios de los productos y del precio del dólar, induciendo
los saqueos y asesinatos en las barrios del conurbano. Licuando las
capacidades políticas y el poder de gobernar hasta imponer y realizarlo a
partir de sus cuadros gerenciales/funcionarios en 1991. Los
actores financieros unipolares instrumentan las corridas cambiarias y
las corridas financieras como modos de golpe de estado, para imponer
cambios violentos de correlaciones de poder y así ampliar su monopolio
sobre las áreas de gobierno. Un monopolio de áreas e instrumentos que NO
guardan relación con su participación en la vía política democrática
electoral y SI en la vía–de-hecho, por acción directa
económica-financiera, desestabilizando lo que el ámbito de la política
instituyo e institucionalizando lo que la monarquía financiera, y su
moderna aristocracia de CEO´s, impone en lo económico por la vía de la
fuerza: como golpe económico, financiero, narco, policial, militar y
siempre con todas la diferentes combinaciones posibles entre las
opciones de hecho. La llamada “guerra de Malvinas” en lo
militar se pelea y define entre 1979-1982, y en particular entre
agosto-diciembre de 1982 cuando imponen a Domingo Cavallo para llevar
adelante el primer “trabajo sucio” que fue estatizar la deuda contraída
por las corporaciones financieras y grupos económicos locales.
Haciéndole pagar al pueblo argentino y al proyecto nacional, popular e
industrial estratégico (1946-1982), los intereses de los vencedores: sus
millonarias deudas y la apropiación/privatización de lo que había sido
construido como capital del estado social, empresas estratégicas del
estado y su administración estratégica de estado. Por ello
es un eufemismo decir que este es un momento de “debilidad” del
gobierno argentino. La palabra para caracterizar los hechos que agudizan
la situación desde el 28 de diciembre del 2017, es “crisis” por choque
frontal de intereses financieros transnacionales. La
organización política Cambiemos (que llega al gobierno después de ser
minoría electoral por acto de un ballotage donde la comunicación vía
redes sociales y aplicaciones como Facebook/ WhatsApp/etc., más las
“operaciones” subcontratadas a Cambrige Analítyca), en tanto bloque de
fuerzas políticas que coordina y administra el Gobierno en la Argentina
desde diciembre de 2015, expresando un esquema de gobierno que establece
las reglas de juego con las cuales las diferentes fracciones del
capital financiero hacen negocios, ha estallado por la profundidad del
choque de fuerzas entre actores financieros transnacionales, que se
lleva puesto a los políticos y funcionarios. Con esto queremos decir que
los “cambios” de política de gobierno y de gabinete que estamos
observando no son circunstanciales, ni de forma, ni cosméticos, sino
estructurales pero, que a la vez son seguramente transitorias porque los
motivos estructurales de la crisis persisten. Interna entre esquemas de poder financiero unipolar Estamos
hablando de una feroz interna de esquemas de poder financiero que
componen y atraviesan el gobierno desde y a partir de sus distintos
ministerios, secretarías, subsecretarias. Detrás de las llamadas
“fuerzas del mercado” que desencadenaron la corrida cambiaria en mayo
del 2018, acompañada de fuga de capitales, existe también una disputa de
proyectos estratégicos de alcance mundial, que ocupan espacios en la
estructura de gobierno, que luchan para subordinar y/o conducir la
política económica de gobierno y al gobierno. Esto que se observa y se
cristaliza en las formas en los cambios de nombres en los ministerios y
secretarias, en el fondo solo es un ´cambio´ de línea estratégica
trasnacional de poder, que aparecen como cambios económico, político y
de ideas/argumentos/maneras. La batalla más cruda de esta
disputa, se expresó cabalmente en la puja entre el Banco Central (BCRA) y
la Jefatura de Gabinete, entre los intereses del globalismo financiero
con centro en Londres/Wall Street por un lado (intereses que expresados
por Sturzenegger y su mentor Cavallo, así como otros funcionarios de
peso), y los intereses del Continentalismo norteamericano con centro en
Washington por el otro (a quienes representa el principal asesor
económico de Marcos Peña: Quintana/Vladimir Werning en un primer momento
en las secretarias de hacienda/economía, así como lo hace con
Caputo/Quirno/Cañonero y otros funcionarios en el BCRA). En
la mesa chica del PRO, y del poder financiero con centro en Washington,
tenían un diagnóstico compartido: Macri debía, en primera instancia,
bajar a Federico Sturzenegger/Cavallo del comando del Banco Central, que
ofició como un presidente paralelo y no electo desde 2015, además un
instrumento desde donde se impuso la política pro-globalista de gobierno
(cuando todos suponían que ganaba Clinton, recordemos como
Macri/Malcorra jugaron a favor de Hillary durante el 2016) desde
diciembre de 2015 hasta la primera crisis de esta movida estructural. La
cual empieza en mayo-septiembre de 2017, y manifiesta todas sus
contradicciones en diciembre de 2017 (28D). Una crisis que parecía
contenida y solucionada hasta marzo de 2018, porque al BCRA se lo
subordino a la Jefatura de Gabinete (Quintana/Werning/JPMorgan), y que
se reabre y profundiza con la corrida de abril-mayo del 2018 que
reposiciono a Stuzenegger/Cavallo y está concluyendo (por ahora) con
subordinación del BCRA a JPMorgan/Templeton/Blackrock/Washington, con
Luis Caputo como presidente, Pablo Quirno como nuevo director (ambos ex
JP Morgan) y a Gustavo Cañonero como vicepresidente (vinculado a
Templeton). Recordemos también, que fue Caputo quien
negoció el ingreso de 3000 millones de dólares de parte de Franklin
Templeton Investments y BlackRock. Poder-Dinero con el cual se pudieron
renovar las lebacs del primer “supermartes”. Templeton, se quedó con el
75% de dichos bonos del tesoro en pesos (llamados BOTE) y es un fondo
fundado en 1947 por Rupert H. Jhonson, con sede en San Mateo,
California. Bajo el símbolo “BEN” en Wall Street, tiene como accionistas
mayoritarios a los hermanos Charles Barlett Jhonson (19,8%), uno de los
grandes financistas del partido republicano y el Tea Party, y Ruppert
Jhonson Jr (19,6%). Un segundo paso profundizando, son los
otros dos golpes directos al ala globalista del gobierno, que son la
exclusión de Francisco Cabrera (quien hizo carrera en Grupo Roberts y en
el Grupo HSBC, que absorbió al Roberts cuando desembarco en Argentina
en 1992 y antes operaba a través de él) del Ministerio de la Producción,
y Juan José Aranguren (Shell 1979-2018, vinculada a Lloyd’s Bank y
HSBC) del Ministerio de Energía, Dante Sica ingrsa como Ministro de
Producción y Javier Iguacel, como ministro de Energía. Recordemos, en
este punto, que la primera movida era que producción y energía perdieran
rango institucional de ministerio a Secretaria y quedarán subordinadas
al Superministerio de Dujovne (quien lleva la relación directa con el
FMI). Esto no paso, no hay superministerio, pero si hay un súper BCRA,
con “Toto” Caputo al frente. Además, Minería que estaba en
energía, pasa a depender el Ministerio de Producción fortaleciendo aún
más ese ministerio y asociando Minería a producción y no a extracción.
El nuevo ministro de Producción tiene trayectoria como director externo
de Peugeot Citroën Argentina y como asesor, de la poderosa federación de
Industriales de San Pablo (FIESP). La UIA hizo trascender en diferentes
portales que tiene su visto bueno. Incluso Acevedo, presidente de la
UIA y que viene del sector industrial-aceitero-exportador y productor de
cerdos, considero: "la visión de Dante Sica es diferente a la que se
estaba haciendo hasta ahora” ya que “es una persona que habla de empleo,
de productividad y que pone al dólar en otro lugar”. No es para menos,
es un hombre propio ya referenciado en la experiencia del “grupo de los
productivos” hacia la salida de la convertibilidad de 2001. Aun así,
mostraron algo de cautela por el tema de las crecientes importaciones,
donde en el sector de bienes de consumo final sobre todo, los grupos
locales en conjunto con las pymes, tienen intereses propios Esto
nos permite hacer observable que, en la UIA históricamente existen dos
grandes líneas que confrontan, el sector asociado a la producción y
exportación del complejo financiero agro-alimentario comandado por las
poderosas transnacionales desde la Coordinadora de las Industrias de
Productos Alimenticios – COPAL –, organización que nuclea a Cámaras y
empresas de la industria de Alimentos y Bebidas (Coca, Pepsico, Nabisco,
Parmalat, Kraft, Nestle, etc.) vs los Industrialistas (Laboratorios
nacionales, Textiles, Siderúrgicos, etc.). Pero aquí hay que agregar una
complejidad mayor, la política del Macrismo lanzo un plan de transporte
a puerto, de materias primas principalmente Soja más Maíz, Trigo, etc.,
con una terminal de nuevo tipo y donde el gran comprador y destino es
China, no solo de argentina (3er vendedor mundial), sino EE.UU. (2do
vendedor mundial y Brasil (1er vendedor mundial). Donde se plantea el
cambio de esquema de transporte, de Camión a Ferrocarril, y con un
ferrocarril que pasaría de concesionado a privados (AGD, Techint,…) a
re-estatizado público (Socma, etc.). Este cambio del Macrismo impacta
negativamente sobre AGD (Acevedo presidente UIA y actor de grupo
exportadores) y Techint (principal actor de los Industrialistas) y
beneficia a SOCMA. En el ministerio de energía, la llegada
de Iguacel significa que pierde ´dialogo´ Shell/Schlumberger y gana
terreno Pluspetrol-SOCMA/Tecpetrol-Techint/ PerezCompancEnergía. En la
misma línea de presidencia de la Nación, se fortalecen a los ggeell que
ya son parte del Macrismo, pero que incluso empiezan a mostrar
diferencias y distancias con el modelo financiero de los dos últimos
años. En síntesis, más poder y margen de maniobra para los grupos
económicos locales en el esquema de gobierno, con apoyos recíprocos con
los industriales de San Pablo (Fiesp) y dialogo con las multinacionales
de Francia–Alemania. Con Aranguren/Shell sale un ´operador
de negocios´ asociado directamente a la exportación sin agregar valor,
fue presidente vitalicio de la poderosa de la CAC (Cámara Argentina de
Comercio) y vinculado al chileno Grupo Lucksic/Shell con quien
monopolizan aun el negocio de exportación de gas natural desde
Argentina-a-Chile y fuertemente vinculado económicamente con el
presidente Piñera/LAN/British-Airlines/HSBC. Aranguren fue quien hizo
público el acuerdo secreto con Chevron/Obama que realizo la
administración anterior, para poder recuperar YPF del control de
Repsol/BP en dialogo con las petroleras chinas. La crisis sigue abierta Las
condiciones de posibilidad económico-estratégicas que dan origen a ésta
crisis siguen abiertas. Hablamos del sostenido incremento de las tasas
de interés de la Reserva Federal, variable que hace mucho más rentable
los bonos del tesoro norteamericano (Fly-to-Quality). Desde diciembre
del 2016 a marzo del 2018, la tasa de referencia de la FED aumentó de
0,75% a 1,75%, respectivamente, en el marco de la política de Trump de
absorber dólares de la burbuja global, para financiar su programa de
reconstrucción de infraestructura y reindustrialización nacional con
proteccionismo. El PRO no podía no saber que esto pasaría
durante la administración Trump, quien ya había hecho público su
programa de gobierno y que luego llevo adelante punto por punto; pero
jugaron todas sus fichas al globalismo de Clinton porque era la
´favorita´ y el mayor actor financiero global, y principalmente porque
eran sus aliados centrales en el esquema electoral que gano en octubre
de 2015, que luego se observó en la composición ministerial del gobierno
Pro. Su jugada pro-Clinton durante la elección deja entrever muchas
cosas, una de ellas es que tanto el PRO como sus aliados locales,
advirtieron que este escenario dificultaría su estrategia “gradualista”,
la cual tiene su talón de Aquiles en la necesidad de un continuo
financiamiento externo a tasas bajas. Por otro lado, la FED ya había
dejado en claro su plan de aumentos escalonados hasta llegar al 3% en
2019/20, con un nuevo aumento de tasas para junio de 2018 que cumplió
llevando la misma al 2%. Se esperan dos aumentos más para el resto del
año. Los últimos datos de la economía estadounidense indican mayor
crecimiento, baja de desempleo y aumento de la inflación más de lo
esperado. Por lo tanto, el contexto global para una nueva salida de
capitales del mundo emergente hacia EEUU, sigue abierto y con mayor
fuerza. Esta crisis del Macrismo, que tiene un sinnúmero
de movidas y golpes de estado/de palacio, entendido como acción de
fuerza para torcer y producir un realineamiento en el estado de las
relaciones de poder, no solo forzó al PRO a un reposicionamiento
geopolítico que lo ató más que nunca a Washington (con la llegada del
FMI que se suma a control del ministerio de seguridad y el de defensa),
sino que redefinió la dinámica interna, zonas de influencia y toma de
decisiones del ala política del gobierno. Queda claro que
el principal perdedor de esta batalla fue Stuzenegger pero también en la
jefatura de gabinete hay golpeados (Quintana/Lopetegui/Werning). En
palabras de Macri, por allá a finales de 2016 en el CCK en reunión de
gabinete ampliado, cuando aseguró que “Marcos Peña, Mario Quintana y
Gustavo Lopetegui son sus ojos, oídos e inteligencia”, aún mantiene sus
oídos. Estas posiciones de privilegio fueron afectadas por dos razones.
Primero, se amplió la mesa chica del gobierno, con el ingreso de Monzó,
Ernesto Sanz y Fernando Sánchez (mano derecha de Carrió). Lo cual
implica la decisión de tender puentes con el peronismo e incorporar a la
UCR-CC en la toma de decisiones (es decir, jugadores cercanos a
Washington/JPMorgan como lo son también la ministra de seguridad y el
ministro de defensa), y, sobre todo, en bancar el ajuste profundo que
seguirá a la ya anunciada “caída del gradualismo”. Un
ajuste que aparece como fiscal y financiero pero que apunta todos sus
cañones a ¨desarticular´ a las organizaciones sindicales y la CGT; a las
organizaciones sociales de la economía popular y la CTEP/CCC; a la
Universidad Pública Nacional y sus espacios y organizaciones históricas
de participación FUA/Federaciones regionales; a las organizaciones e
instituciones de la seguridad social y de los trabajadores jubilados y
pensionados; a las organizaciones de los productores rurales pequeños y
su acceso a la tierra, etc. Incluso copar todas las instituciones de las
fuerzas militares, de seguridad y de policía ocupando el territorio y
el gobierno porque, su desventaja geoestratégica en el plano global y
universal trata de compensarla con esta necesidad urgente de una muy
acelerada ocupación de países (el ALCA del 2018). La tesis
de reestructuración de gabinetes, dando por tierra la estrategia de
atomización del área económica para disminuir la capacidad de agencia y
subordinarlas al superministro Dojuvne, ya sufre las primeras trabas y
tropiezos. Con el ingreso del FMI a la escena y comenzando con el
programa ´no gradualista´ de reducción del déficit fiscal para el
ingreso en tramos del crédito, este sería el momento más propicio del
gobierno para encarar la eliminación de ministerios. Pero no sucedió
así, los tropiezos y trabas hicieron que los ministerios de energía y
producción, que debían bajar a secretarias subordinadas al superministro
Dujovne no sucedieran. Pero sucedió sí que siguieran como ministerios,
con ministros con dialogo fluido con Duhalde, y con un anclaje en
políticas más cercanas al industrialismo con mercado interno y pymes. Entonces,
todo estaba dado para que Marcos Peña quedara como
desdibujado/encerrado entre los dos superministros, Dujovne y Caputo; el
primero con anclaje en el FMI, una organización compleja siempre
dominada por Washington y acompañada por Francia/Alemania; pero que hoy
se ve trastocada porque Trump a desorganizado ese eje-entente y
Washington resiste su avance dentro de EE.UU. y Alemania/Francia avanzan
consolidando una Unión Europea que sale de su posición de “vasallo
estratégico” de Washington y de Londres, y marcha hacia el
multipolarismo con Rusia y China. Estaba todo para que Marcos-Peña-Brown
pierda posiciones en el diseño y ejecución de las estrategias de ambos
frentes, pero la realidad y el diablo financiero ha metido la cola y
Macri tiene un espacio desgobernado y necesita un operador. Vayamos
ahora a la partida inmediata que jugará el nuevo esquema del Macrismo.
Si el problema son los dólares, ¿por qué centrarse en el tema del
déficit? Hay varias ´razones´ de porque el gobierno hace esto, dentro de
las cuales podemos distinguir entre económicas y estratégicas. ´Achicar
el Estado´, que en realidad es sacarle al estado las áreas de la
actividad pública que impactan positivamente en la sociedad y son
beneficios sociales públicos para todos y así poder convertirlas en
áreas de negocios ´privados-capitalistas´ para sus amigos y socios.
Entonces, entregar el estado –el capital social estatal acumulado
durante 100 años- al modo PRO repercute directamente sobre la ´demanda
interna´, que en castellano es la capacidad de consumo y poder
adquisitivo del pueblo argentino, ya que la mayoría del PBI Argentino es
consumo. Por otro lado, la devaluación, interanualmente medida tomando
el mes de junio fue del 57% -de 16 a 28 pesos por dólar-, ha reducido ya
en un % la capacidad de consumo del pueblo argentino ¡Salud! Esto
impacta directamente en la compra de bienes de consumo final (tanto
importados como locales, por la caída del salario real). Ajuste y
“exportar más” dice el ministro de producción. El llamado
´ajuste´ fiscal y monetario del gobierno, esconde objetivos que van más
allá. Uno de los objetivos del ajuste, que más se viene mencionando, es
la participación accionaria en ´empresas´ que tiene el Fondo de Garantía
y Sustentabilidad (FGS) de Anses, que rondaría los 7500 millones de
dólares. Este fondo proviene de la historia negra, que se construyó a
partir del ´uso´ (abuso) financiero de los fondos de los jubilados y
pensionados que hicieron las corporaciones financieras, bancos y grupos
económicos al ´privatizar´, apropiarse del sistema jubilatorio y de
pensiones público-estatal en la ´década hurtada´ de 1991-2001, al
instrumentarlos como fondos de financiamiento de bajo costo y bajo
riesgo (bajos intereses y las pérdidas en la ´timba´ siempre se
imputaban a cargo de los jubilados y pensionados). Estos manejos siempre
´turbios´ y propios de las corporaciones financieras es lo que legitimo
socialmente su re-estatización y consolidación en el FGS y las deudas
de las ´corporaciones´ se transformaron en acciones en poder del sistema
público-estatal, denominado FGS-ANSES. Ahora desde
diciembre de 2015, las corporaciones financieras de todo pelaje y color,
vienen de nuevo. Planteando que la prioridad la tendrían las mismas
´empresas´ para recomprar sus acciones, regresar a foja cero tal cual
estaba la ´cosa´ antes de que estallara la gran interna financiera
transnacional en septiembre–diciembre de 2001, entre
proglobalistas/Londres-vs-Washington /continentalistas. Vienen
por el 28% de Banco Macro, 26,8% de Edenor, 18,6% de Fondo Financiero
Galicia S.A, 20% de Molinos Río de La Plata, 9% de Clarín, 9% de
Cablevisión, 20% Telecom S.A y 9,3% de Aluar, entre otras, también de
importante talla. Se busca ´entregarlas´ (acciones del
FGS), justificándolo en el contexto de ajuste y déficit, pero esto no
hará más que agravar el déficit, ya que los ingresos por participación
en las ganancias son muy grandes y es uno de los pilares de ingreso de
recursos. Estamos hablando de nombres con aceitadas relaciones con
Washington. De un nutrido grupo de empresas (entre ellas el gigante de
las telecomunicaciones y multimedio más importante de Argentina:
Cablevisión/Telecom/Clarín, bajo control del JPMorgan y Goldman Sachs
desde Delaware), que pretenden consolidar su estructura accionaria y
alejar toda posibilidad de que el Estado tenga información, injerencia y
posible decisión, por ende, quitándole no sólo un enorme flujo de
fondos para realizar política pública de inclusión social, sino también
una valiosísima herramienta, clave para la planificación estratégica de
la economía. Por ello afirmamos que esta Crisis de
Gobierno es estructural. Que a pesar de los cambios ministeriales y
palabras, estos son solo transitorios y lo único definitivo es que la
puja de intereses financieros es de fondo en Argentina y en lo
Internacional. Seguramente las corridas financieras contra el tipo de
cambio seguirán siendo parte del paisaje político y las operaciones
entre conglomerados de telecomunicaciones y redes sociales seguirán
construyendo miradas que muestran a los malos-sucios-feos financieros de
un lado contra los malo-sucios-feos financieros del otro lado, donde se
trata de que el pueblo no emerja/ascienda como opción real con su
proyecto propio: popular y nacional latinoamericano en lo universal. Es
importante para el Pueblo Argentino saber que todas las opciones de
gobierno y de poder están abiertas y son posibles. Más aun cuando
hablamos del Pueblo Argentino que mantiene aún todas sus organizaciones
sindicales, sociales, populares con alta participación en las luchas de
calle, una estructura de conducción diversa y heterogénea, con muchos
años de construcción y aprendizaje, con derrotas y victorias cuyas
enseñanzas son las únicas que ayudan en los tramos decisivos. Con
una situación internacional donde no solo están presentes (como en
2001) los actores financieros unipolares, sino que han emergido
(2014-2016) y se consolidan los actores del multipolarismo, cuya medula
abreva en un humanismo vertebrado en el trabajo, la producción, lo
nacional-universal y lo popular que tiene la capacidad de llevar la
lucha en Paz, en el terreno de la política y nunca en el de la guerra ni
financiera ni militar. 26 de junio de 2018.
El acuerdo stand-by con el FMI. Pérdida de soberanía económica y política
La presidenta Lagarde
La
cesión de soberanía con el crédito stand-by adquiere una nueva
dimensión e implica que el gobierno de Macri consultará cualquier
decisión de política económica con el Fondo Monetario. El acuerdo
combina lo peor de las políticas económicas de la década del ochenta con
ingredientes muy nocivos del programa económico de los noventa. Y ahora
le agregó cesiones inéditas de autonomía en el manejo de la política
económica.
Por Pablo J. López
PÀGINA 12 - 01 de julio de 2018
A
fines de 1984, Argentina firmó un acuerdo stand-by con el Fondo
Monetario Internacional, ante la imposibilidad de generar los dólares
para pagar la deuda externa que la dictadura cívico–militar se había
encargado de sextuplicar. El acuerdo contenía cuatro condiciones
básicas: incremento de tarifas, aumento del tipo de cambio, ajuste
fiscal y contracción monetaria, con la consiguiente alza de la tasa de
interés. A cambio, el país recibiría los montos acordados con el FMI en
módicas cuotas, sujeto al cumplimiento de estrictas metas. Como
documenta la investigadora Noemí Brenta, en febrero de 1985 el Fondo ya
consideraba incumplidas las metas porque las políticas no habían sido lo
suficientemente restrictivas, por lo que el acuerdo debió ser
renegociado. Este proceso se repitió una y otra vez y la suerte de la
economía argentina durante la década del ochenta, al igual que el resto
de las economías de la región, quedó signada por las condicionalidades y
renegociaciones permanentes con el FMI. Así, cualquier intento de
realizar políticas expansivas, favorables a la reactivación productiva o
de recomposición del salario real, quedaron sepultadas antes de entrar
en vigencia.
Disciplina
Luego
de algunos intentos del gobierno de Alfonsín de imponer una dura
negociación con los acreedores externos, éstos se abroquelaron detrás
del FMI y los grados de autonomía se redujeron notablemente para las
economías latinoamericanas. No sólo el Fondo, sino que bancos privados
internacionales y otros organismos multilaterales no habilitaron ningún
tipo de negociación ni desembolso que no fuera acordado por el FMI. En la visión del organismo financiero internacional, la disciplina
fiscal y la elevación de la tasa de interés local generarían entrada de
capitales, que combinadas con caídas del salario y aumentos del tipo de
cambio permitirían atraer las divisas necesarias para corregir el
déficit externo y, sobre todo, pagar la deuda. Sin embargo, nada de esto
ocurrió. La historia de nuestro país durante la década del ochenta es una
historia de estancamiento (con una caída del PIB del 9 por ciento
acumulado), aumento de la tasa de desempleo (fundamentalmente en el
sector industrial), caída del salario real acumulada de más de 20 puntos
porcentuales, tasas de inflación descontroladas e incapacidad para
generar divisas ante un problema de deuda que no encontraba solución. La reducción del gasto no produjo el ajuste fiscal esperado, sino que
le quitó uno de los motores fundamentales de dinamismo a la demanda
agregada. Por su parte, los aumentos del tipo de cambio y de tarifas,
además de estancar el consumo, no corrigieron los desequilibrios
externos, sino que avivaron la inflación que retroalimentó a la dinámica
del tipo de cambio y en, última instancia, se volvió un espiral
imparable con efectos desastrosos sobre la actividad económica. En ese
contexto, la inversión no tuvo incentivos a responder.
Deuda
A diferencia de lo ocurrido en la década del ochenta, el Gobierno de
Macri no tuvo que lidiar con un nivel de deuda insostenible al inicio de
su mandato. Sin embargo, se expuso a un esquema de incremento de deuda y
apertura financiera descontrolada que hicieron tambalear la economía al
primer sacudón internacional. La deuda pública bruta pasó de un nivel cercano al 40 por ciento del
PIB a fines de 2015, al 57 por ciento hacia el cierre de 2017.
Considerando la reciente devaluación (que reduce el PIB en dólares, pero
no la deuda que en su mayor parte está nominada en moneda extranjera) y
los 15.000 millones de dólares desembolsados por el FMI, la deuda se
ubicará probablemente en niveles cercanos al 80 por ciento del PIB. Vale recordar que para los países en desarrollo, el propio FMI
recomienda mantener los niveles de deuda por debajo del 60 por ciento
del PIB como condición de su sostenibilidad. Este no es un dato menor:
Argentina ya está entre los países más endeudados de la región
compitiendo cabeza a cabeza con Brasil. Paralelamente al vertiginoso aumento de la deuda, el Gobierno fue
desarmando los controles a los movimientos de capitales y generó un
esquema de tasa de interés doméstica y tipo de cambio que garantizó una
alta rentabilidad en dólares a los capitales especulativos de corto
plazo durante 2016 y 2017. A capacidad de desestabilización de este tipo de esquemas quedó
evidenciada en los últimos meses, cuando ciertas señales del mercado
externo revirtieron el flujo.
Exigencias
Para desmitificar cualquier relato oficial, la letra de la Carta de
Intención firmada con el FMI muestra que no sólo sigue primando en el
organismo la misma lógica que aquellos de la década del ochenta, y que
fueron la regla desde entonces, sino que algunos elementos agravan aún
más la cesión de márgenes de libertad por parte del Gobierno. Vale repasar los principales puntos:
El acuerdo ratifica el rumbo en materia tarifaria, con el
compromiso de futuras reducciones en los subsidios a los servicios
públicos y la declaración que ello se reflejará en los precios que pagan
los consumidores.
El ajuste fiscal constituye el corazón del programa, junto con la flexibilidad en el tipo de cambio.
Las supuestas salvaguardas al gasto social no son tales, sino
simplemente el sostenimiento de ciertos programas que no se ampliarán
más allá de lo existente, ni podrán crearse nuevos.
Se sigue exigiendo una fuerte restricción monetaria con un
condimento adicional: se reclama el cambio en la Carta Orgánica del
Banco Central, legislada por el Congreso de la Nación, para prohibir el
financiamiento al Tesoro Nacional y centrar el objetivo de la
institución exclusivamente en el combate a la inflación.
Una vez más, se supone que la disciplina fiscal (alcanzada
únicamente a fuerza de reducción del gasto) atraerá inversiones privadas
locales y externas, que junto con el aumento del tipo de cambio
constituirán los motores del crecimiento económico. Y una vez más se
soslayan los efectos inflacionarios del alza del tipo de cambio y la
dependencia del resultado fiscal de la actividad económica por más
reducción del gasto que se ensaye.
Soberanía
La cesión de soberanía adquiere una nueva dimensión e implica que el
Gobierno consultará cualquier decisión de política económica con el
Fondo. El Banco Central no podrá revisar su programa de metas de
inflación, ni bajar las tasas de interés ni modificar su política
cambiaria sino lo aprueba el organismo financiero internacional. La
independencia que se le exige a la autoridad monetaria es respecto de
las necesidades del desarrollo nacional, a cambio de una fuerte
dependencia del organismo. Como si todo esto fuera poco, la vocación privatizadora del FMI se
expresa en el programa pactado, escondiéndose detrás de la intención de
liquidar los activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la
Anses. Esto implicará no solo la descapitalización del Fondo de
Jubilaciones y Pensiones (y del Estado), sino también le quitará
herramientas al Estado para generar dinámicas virtuosas con el sector
privado. De esta manera, este acuerdo con el FMI al que el gobierno llega
luego de fallar recurrentemente en todas sus políticas y previsiones,
combina lo peor de las políticas económicas de la década del ochenta,
con ingredientes muy nocivos del programa económico de los noventa,
agregándole cesiones inéditas de autonomía en el manejo de la política
económica. * Economista, Unpaz/UBA.
Partido Revolucionario de los Trabajadores
PRT – Argentina. Por la Revolución Socialista
La necesidad histórica de profundizar el enfrentamiento
En
una entrevista concedida a el periódico El Cronista del día viernes 6
de julio pasado, el señor Rattazzi, máximo exponente de la industria
automotriz en nuestro país y principal Ceo de Fiat, no es el único que saluda con algarabía la devaluación
sino que se suma a los planteos de los principales exponentes del
capital monopolista como Paolo Rocca del grupo Techint, que en conclaves
empresarios festejaba este nuevo golpe al salario diciendo: “conla devaluación ganamos competitividad inmediata”.
La burguesía monopolista en la voz de Rocca, reclama al gobierno “tener un plan consistente y sólido”. Porque “la fiesta la tiene que pagar alguien”, -dice Ratazzi. “Digamos que el mercado mostró un sacudón para decirnos que son los argentinos quienes deberán hacerlo”, o sea, que el mercado les dijo a ellos que son los argentinos los que debemos pagar su fiesta y tener un plan consistente es precisamente para ello.
Estos profetas, que interpretan tan
sabiamente las voces del indómito e inconsistente mercado mundial,
emiten y opinan sobre los 70 años de desequilibrios y crisis en nuestro
país… Pero, a decir verdad, si la historia de los últimos 70 años fue un
desastre como afirman estos núcleos monopolistas, ¿cómo es que no se
han fundido? ¿Cómo es que ahora concentran enormes ganancias? ¿Cómo es
que crecen sus inversiones y además apuestan en nuevos negocios? Acaso
¿no fueron ellos protagonistas directos de desastres que hemos padecido y
de las consecuencias que hemos venido sufriendo los trabajadores y el
pueblo? ¿Cómo es que cada vez concentran más riqueza y los trabajadores
y el pueblo más pobreza y miseria? ¿O acaso se creen víctimas? ¿O no
son ellos operadores de ajustes y devaluaciones históricas y presente?
¿No es repugnante oír a semejantes
hipócritas que -a costa de la vida de millones y de su explotación, de
su empobrecimiento y marginación- dan recetas para salvar al país y muy
sueltos de cuerpo hasta se animan a declararse los héroes del porvenir como afirma Rattazzi?
O ¿el país lo hizo Paolo Rocca,
Cristiano Ratazzi, Macri o toda esta casta parasitaria que es fiel
reflejo de la burguesía monopolista que se apropia de todo nuestro
esfuerzo diario?
Todo lo existente lo han
construido generaciones de trabajadores pasadas y presentes, y también
todas las conquistas alcanzadas producto de sus luchas y enfrentamientos
que estos parásitos quieren eliminar.
Montados en nuestro esfuerzo acumulan
sus ganancias, montados en el Estado a su servicio profundizan sus
dictados y su falsa democracia. Pero el pueblo argentino ha enfrentado y
ha sido capaz de voltear desde sus propias dictaduras sanguinarias
hasta todos sus peores planes de explotación, desarticulando y
debilitando su propio poder.
En la conciencia mayoritaria está
entendido que los padecimientos y la sofocación asfixiante de nuestra
vida se resuelve con el enfrentamiento.
Por ello hoy, frente a toda esta
decisión de hacernos pagar su fiesta, deberemos ir más a fondo. Y frente
a sus ataques, responder con la más amplia unidad desde abajo, desde el
seno mismo de las fábricas y barrios con acción directa, con
movilización, desobediencia civil frente a tarifazos, con más lucha y
organización, con tomas y cortes.
Sobre la base de esta monumental acción
que a diario nuestro pueblo realiza se alza la necesidad de una
revolución, para tomar el destino de nuestra propia obra histórica como
trabajadores y como pueblo en nuestras manos.
URUGUAY
Díaz (Fucvam): “La cooperativa de vivienda está en peligro”
PORTAL PIT-CNT
“Vivan
las cooperativas,
donde se respiran sueños de igualdad. Donde anida la perdida, la siempre viva, la solidaridad”.
Parte del texto de Rubén Olivera dedicado a la construcción de la vivienda cooperativa. Niños, padres y familiares cooperativistas construyeron decenas y
decenas de “casitas” de cartón y las mismas serán dejadas el próximo
lunes 23, a partir de las 18 horas, frente al Palacio Legislativo, y a
las 18.30 se llevará adelante la parte oratoria. Esta actividad es una
iniciativa de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por
Ayuda Mutua (Fucvam) y se lleva adelante en rechazo a la “violación” de
la Ley Nacional de Vivienda, lo que pone en peligro la construcción
solidaria que tienen los sectores populares del país. Jorge Díaz, Secretario General de Fucvam, le informó al Portal que
dentro del plan establecido en la última Asamblea Nacional, realizada en
junio del presente año, se aprobó realizar una concentración en el
Palacio Legislativo en reclamo de que la tasa de interés sea uno solo
para todo el movimiento cooperativo de vivienda. “En estos momentos una
parte de los cooperativistas tienen un interés del 2% en el repago de
sus obligaciones hipotecarias, mientras que los cooperativistas que
surgen a partir del 2008 deben pagar hoy un 5.11% de sus ingresos. Este
tema lo discutimos en la Comisión Tripartita que se creó a iniciativa
del Presidente Tabaré Vázquez. En este ámbito afirmamos que no tiene
sentido se nos cobre un interés financiero si se utiliza el dinero que
proviene del Fondo Nacional de Vivienda (FNV)”, sostuvo el dirigente. El Secretario General de Fucvam subrayó que “no es justo que dentro
del movimiento cooperativista algunos compañeros trabajadores, con el
mismo empleo y salario, paguen un 5.11% y otros un 2%. Estamos ante un
tema de justicia social y mejor distribución de la riqueza. Cuando hace
medio siglo se aprobó la normativa, los legisladores entendieron que el
fondo debía tener un incremento de repago en Unidades Reajustables, a
fin de que no se desvalorice el dinero y que el interés máximo no podía
ser mayor al 2%. Los ministerios correspondientes reconocen que a 10
años de estar vigente este nuevo sistema se tendría que revisar”. Díaz indicó que el lunes llevaremos al Parlamento “casitas de cartón
construidas por la familia cooperativista a fin de recordar que el
acceso a la vivienda es un derecho y que no queremos que proliferen las
casas de cartón en el país. Es por eso que reclamamos que el FNV sea
como el original, del 2% de la masa salarial, y que se incremente el
impuesto al patrimonio: que las empresas paguen un 2.25% y la persona
física un 1.95%”.
Expectativas
El dirigente de Fucvam recordó que hace una semana mantuvieron una
reunión con la bancada del Frente Amplio (FA) y, “lo más importante es
que la Comisión impulsada por el presidente Vázquez tiene sus
conclusiones, las que serán trasmitida al primer mandatario. Esto nos
genera ciertas expectativas, ya que confiamos en que en el corto plazo
nos reciba Vázquez a fin de intercambiar opiniones”. A modo de alerta Díaz dijo que “nos preocupan los incentivos que se
les está brindando a las empresas de construcción y a los inversores. Se
les da una serie muy grande de facilidades y ello lleva a que estén
inundando el mercado de vivienda a las cuales no accede la mayoría de la
población. Esto nos pone en alerta, ya que el FNV es uno sólo y
corremos el riesgo de que la gran cantidad de viviendas construidas bajo
esta modalidad luego sean subsidiadas por el gobierno a fin de que
lleguen a la gente. Esto se convertiría en un doble subsidio: uno a la
hora de la construcción y otra a la hora de la venta. Esta política
lleva a desalentar al movimiento cooperativista, ya que dinero para
todos no va a haber”. Reconoció el dirigente de Fucvam que en los últimos 10 años el
gobierno “ha incrementado bastante partidas para la construcción de
viviendas, pero se debe ser cuidadoso con los destinos del FNV”.
24 HORAS: Gremios de la UdelaR pararán este 25 de julio
Los
sindicatos de trabajadores docentes y no docentes junto a los
estudiantes de la Universidad de la República (ADUR, Affur y FEUU)
realizarán un paro de actividades durante 24 horas el próximo miércoles
25 de julio, más allá de que el PIT-CNT cambiara la paralización parcial
prevista para este día para el 22 de agosto debido a avances en la
negociación con el gobierno. “Este paro es la expresión clara de nuestra disconformidad con la
magra asignación presupuestal que asigna el gobierno a la Educación
Pública en general y en particular a la Universidad”, manifestaron a LA
REPÚBLICA fuentes del gremio de no docentes (Affur). Agregan que “es también la expresión de nuestra decisión de lucha por
conquistar el objetivo del 6% del PBI para ANEP-UdelaR y el 1% del PBI
para Investigación y desarrollo. En sus argumentaciones, el gremio indicó que “hoy la Cámara de
Diputados tiene la responsabilidad de definir que la prioridad sean las
becas estudiantiles, la descentralización universitaria, el salario de
los trabajadores (docentes y no docente) y el Hospital de Clínicas. No
tenemos dudas que estas deben ser las prioridades si buscamos un
desarrollo nacional soberano y con justicia social”. Concluyen la Asociación de Docentes de la Universidad de la República
(ADUR – PIT-CNT), la Agremiación Federal de Funcionarios de la
Universidad de la República(AFFUR – PIT-CNT) y la Federación de
Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) señalando que “convocamos a
todo el demos universitario a acompañarnos en esta medida, para que el
25 de julio el paro en cada una de las sedes universitarias en todo el
país, sea un claro y contundente mensaje: estamos verdes de esperar el
6% + 1%”.
Ministro Murro confirmó espacio de diálogo y trabajadores de la industria láctea suspenden medida
PORTAL PIT-CNT Ya entrada la noche del viernes, la Asociación de Obreros y
Empleados de Conaprole (AOEC) y la Federación de trabajadores y
trabajadoras de la industria láctea (FTIL) definieron dejar en suspenso
las medidas gremiales resueltas por la Mesa Extraordinaria, y que
incluian comenzar el trabajo a reglamento a partir del próximo lunes en
toda la industria láctea. De acuerdo a lo informado, el ministro de Trabajo, Ernesto Murro, fue
quien realizó directamente la gestión ante los trabajadores,
solicitando la suspensión de las medidas definidas, como forma de poder
convocar a dos instancias de negociación tripartita, una de ella
relativa al Consejo de Salarios de la Industria Láctea
(CILU-FTIL-DINATRA-MTSS) y la otra vinculada a la situación en Conaprole
(AOEC-Conaprole-MTSS). En este sentido, los trabajadores resolvieron
acompañar la solicitud del ministro Murro y suspender las medidas, para
participar de las reuniones del próximo lunes 23. La del Consejo de
Salarios de la Industria Láctea que se desarrollará a las 13 horas y la
Tripartita Conaprole, AOEC y MTSS a las 15 horas.
Jornada tensa
La jornada del viernes había comenzado sin señales claras que
aseguraran un ámbito de negociación colectiva y en este sentido, la Mesa
Extraordinaria de la FTIL había resuelto extender el trabajo a
reglamento a toda la industria, ante la negativa de las empresas a
continuar la negociación colectiva. En las horas de la tarde, el
dirigente sindical Luis Goicochea había explicado la decisión gremial al
no haberse confirmado la convocatoria ante el Ministerio de Trabajo
(MTSS). Eso motivó a que la Mesa Extraordinaria de la FTIL reunida en
las primeras horas del viernes, decidiera trabajar a reglamento a partir
del lunes 23, en aquellas empresas de la industria láctea que no
pusieran en riesgo su total actividad laboral, excluyendo por ejemplo, a
Pili, Coleme. La resolución de la Federación incluía además la realización de
asambleas con paro (mínimo 1 hora)” en todos los turnos y todas las
plantas industriales de las empresas lácteas” a los efectos de
interiorizar sobre la negociación colectiva en los Consejos de Salarios
Lácteos. Los trabajadores habían resuelto desplegar jornadas de prensa y
propaganda, con volanteadas y colocación de pasacalles, para difundir la
actitud de la CILU, “quien se retiró de los Consejos de Salarios a
pesar de las convocatorias del MTSS”. Ahora, el escenario cambió y el
lunes abrirá una nueva instancia de diálogo entre las partes. Asimismo,
el miércoles 1° de agosto está previsto que se reuna la Asamblea
Nacional de la FTIL para evaluar las posibles medidas a adoptar. Este viernes el Plenario de la FTIL se declaró en “sesión permanente”
con potestad para “convocar a asambleas por plantas, medidas de paro
y/o convocar nuevamente a la Asamblea Nacional de la FTIL, así como la
profundización del conflicto”.
Informe sobre "Clima de inversión"
Empresas de EE.UU. preocupadas por ocupaciones
Informe evalúa como “rígida” la legislación laboral local.
viernes, 20 julio 2018 - El Paìs uy
Estados Unidos: ve al Pit-Cnt vinculado al Frente Amplio. Foto: F. Ponzetto
Un
informe denominado "Clima de Inversión" elaborado por el Departamento
de Estado de Estados Unidos (equivalente al ministerio de Relaciones
Exteriores) que analiza el marco legal y regulatorio de decenas de
países advierte que en Uruguay "los representantes del sector privado
señalan que la estrecha relación de los sindicatos con el gobierno
significa que los Consejos de Salarios tripartitos frecuentemente
incrementan los salarios sin tomar suficientemente en cuenta la
capacidad de las empresas para absorberlos".
El informe
recuerda que Uruguay se colocó en el puesto 76 entre 176 países
analizados para el Índice de Competitividad Global del Foro Económico
Mundial pero que en el subíndice de relaciones laborales se ubicó 121
entre 137. Los autores del análisis señalan que "muchos inversionistas
estadounidenses y regionales han mostrado preocupación porque los
sindicatos uruguayos pueden ocupar lugares de trabajo y de esa manera
parar la operativa con pocas repercusiones".
"Los
sindicatos se hacen sentir y los conflictos laborales pueden escalar
rápidamente con huelgas que afectan la productividad", agrega el
informe.
El
análisis destaca que las firmas de abogados que trabajan con las
empresas estadounidenses les dicen que estas necesitan operar al menos
dos años en el mercado local para establecer una base de clientes y un
flujo de ingresos. Las empresas industriales estadounidenses pequeñas y
medianas describen como difícil el ingreso al mercado uruguayo en
algunos sectores de la economía, agrega el informe.
"En
charlas con la embajada, propietarios de empresas y gerentes
frecuentemente describen las leyes laborales locales como rígidas y muy
pesadas", señala.
"Los
sindicatos son nominalmente independientes del gobierno, pero en la
práctica tienen una estrecha relación con la gobernante coalición Frente
Amplio y posiciones clave en el Ministerio de Trabajo", advierte. Los
jueces tienden a favorecer a los trabajadores en los juicios laborales
asumiendo que son la parte débil.
Algunos
grupos industriales también critican la lentitud del proceso para
otorgar patentes que en promedio demanda diez años. El informe destaca
que, en general, las empresas estadounidenses no identifican a la
corrupción como un obstáculo para la inversión.
Frenteamplistas de Montevideo rechazan la venta de una parte de la rambla Sur
19 de julio de 2018 | Política| Foto:
Iván Franco - LA DIARIA
“Estoy en contra de conceder a privados parte de la costa”, afirmó diputado del MPP.
El proyecto de ley que autoriza la enajenación de los padrones
7.751 y 6.177 de la rambla Sur de Montevideo, en el predio del dique
Mauá, para la construcción de una terminal fluvio-marítima, está muy
cerca de ser aprobado. En marzo de 2016, la empresa Los Cipreses, del
grupo Buquebus, presentó un proyecto al Poder Ejecutivo para adquirir
esos terrenos. En febrero de 2017 ingresó al Parlamento el pedido de
autorización para proceder a la licitación pública y posterior venta de
los padrones. En diciembre de 2017, la Cámara de Senadores aprobó la
iniciativa y este mes la Comisión de Transporte, Comunicaciones y Obras
Públicas de la Cámara de Representantes hizo lo propio, con el voto en
contra del Partido Colorado. Ahora sólo resta que el plenario de esa
cámara dé el visto bueno para que el Ejecutivo proceda a vender los
predios de la rambla Sur a una empresa privada. El proyecto aclara que el Estado “conservará derecho real de uso
sobre las instalaciones en los edificios a construirse que se destinen
al cumplimiento de cometidos esenciales, servicios públicos u otros a su
cargo en la terminal fluvio-marítima”, y que la venta “no podrá
afectar” al Monumento Histórico Nacional Usina de la Compañía de Gas ni
al dique seco Barón de Mauá. En la Departamental de Montevideo del Frente Amplio (FA) algunos
militantes dieron a conocer en las últimas semanas su molestia y
preocupación por la situación. El arquitecto y ex intendente de
Montevideo, el edil Mariano Arana (Vertiente Artiguista), quien ya había
expresado reparos al proyecto ni bien se presentó en 2016, dijo a la diaria
que procurará reunirse con los legisladores en los próximos días para
hablar del tema. “Muchos frenteamplistas de toda la vida estamos muy
preocupados con esta propuesta”, afirmó. El diputado del Movimiento de Participación Popular (MPP) Julio
Battistoni dijo a este medio que está "en contra de conceder a privados
parte de la costa". "Me parece que el proyecto de ley que se votó no es
correcto, que es incluso hasta ilegal”, advirtió, y aseguró que hay “una
serie de normativas sobre la venta de terrenos sobre la costa” que
volverían ilegal esta iniciativa. “Lo que correspondería, en todo caso,
sería una concesión por algunos años”, acotó. De todos modos, consideró
que instalar un puerto en la zona del dique Mauá “fracturaría la
continuidad de la rambla, que además está declarada Monumento
Histórico”. En Uruguay, las costas y las ramblas tienen un régimen especial de
propiedad. En el Código Civil se establece que los puertos, ensenadas y
costas del país son bienes nacionales de uso público. El Código de
Aguas, en tanto, señala que integran el dominio público o fiscal todas
las aguas que no estuvieran incorporadas al patrimonio de los
particulares al 1º de marzo de 1979. Y en la Ley de Ordenamiento
Territorial y Desarrollo Sostenible 18.308 se menciona que no podrá
“situarse ningún predio” dentro de las tierras “abarcadas por una faja
costera de 150 metros de ancho por lo menos, medida según lo dispone el
Código de Aguas, a partir de la línea de ribera”. “En todo
fraccionamiento de predios costeros, la faja de 150 metros determinada a
partir de la línea superior de la ribera pasará de pleno derecho al
dominio público. No se podrá admitir excepción alguna a lo previsto en
el presente artículo”, sostiene la ley. Entre los frenteamplistas de Montevideo circula un documento que
sintetiza argumentos contrarios de los militantes de la coalición de
izquierda a la propuesta de venta de los predios en la rambla. “Vender
parte de la faja costera a una empresa privada y además extranjera, ¿no
resulta una inconsecuencia para una fuerza de izquierda como el FA?”, se
inquiere al inicio del texto. “Es de hacer notar que toda la faja
costera de Montevideo, que va desde la escollera hasta el arroyo
Carrasco, límite del departamento, fue declarada Monumento Histórico por
la Comisión de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Nación,
y refrendada por el Poder Ejecutivo en octubre de 1986”, se señala a
continuación. “En todo caso ¿no es más beneficioso para los intereses
nacionales que, en lugar de vender parte de la rambla Sur, se negocie
una concesión prolongada y renovable, en caso de que la propuesta pueda
evaluarse de interés público?”, se pregunta en el documento, pero
inmediatamente se recuerda que “el interesado [en referencia a Juan
Carlos López Mena] desea ser propietario para poder realizar una
operación inmobiliaria en beneficio propio, al parecer la construcción y
venta de un hotel de gran nivel y un gran centro comercial”. Finalmente, en el documento se informa que la Mesa Departamental del
FA de Montevideo resolvió el 25 de junio convocar a la agrupación
departamental de la fuerza política por este tema, pero que todavía no
se fijó el día.
Territorios en resistencia
Texto: Siboney Moreira / Foto: MPLD*
Casavalle
es hoy protagonista de reflexiones diversas, portada de muchos medios
que brindan lecturas diferentes sobre lo que está pasando en ese
territorio, donde conviven la precarización y diversas tramas sociales
de solidaridad y resistencia de las que se habla muy poco, o nada.
Casavalle
es hoy protagonista de reflexiones diversas, portada de muchos medios
que brindan lecturas diferentes sobre lo que está pasando en ese
territorio. Ver todo lo que se mueve entorno a este barrio me conecta
con mi propia experiencia, con mis recorridos, y se me presenta como una
fuerza casi avasalladora. Yo vengo de un barrio similar, de Casabó, un
barrio popular del oeste de Montevideo con una rica historia de
construcción de comunidad, de tramas y lazos sociales vinculados a la
lucha obrera de los frigoríficos. Un barrio que, al igual que Casavalle,
es cierto que presenta niveles importantes de precarización, con
necesidades estructurales que afectan las condiciones de vida de quienes
allí habitan. Pero también es cierto que en esos territorios -que se
asemejan mucho a un Marconi, a asentamientos como Isla de Gaspar, o
incluso a las villas de Buenos Aires (lugares que supe conocer de
cerca)- se tejen otras tramas sociales de solidaridad y resistencia de
las que se habla muy poco, o nada. Territorios que, por otra parte, son
rehenes de condiciones y (des)intereses que les exceden y sobre lo que
también merece la pena hablar. La ciudad, en tanto espacio urbano, se ha convertido en una mercancía
al servicio de los intereses de acumulación del capital. Organiza de
forma discriminativa y segregativa el espacio, relegando de lo urbano a
grupos, individuos y clases. Esa realidad hace que aquellos lugares,
principalmente de las periferias, como son los asentamiento o (mal)
denominados zonas rojas, se conviertan en los territorios posibles para
el desarrollo de la vida de aquellos “excluidos” del sistema. Es desde
la necesidad de transformar esas condiciones de vida de las que -muchas
veces- son/somos rehenes; en condiciones de explotación y dominación se
configuran y despliegan múltiples y variadas formas de resistencia y
superviviencia a nivel territorial.
En el marco de estas
ciudades fragmentadas, ciudades del capital, es posible identificar de
las más diversas experiencias de resistencia que colocan en su centro la
esfera de la reproducción de la vida, y no la acumulación del capital.
Prácticas concretas que se construyen y sostienen desde lógicas otras y
configuran formas nuevas de habitar el territorio, de ser-y-estar en
esos espacios segregados. Estas experiencias, que nos encuentran a las
mujeres (de las más diversas edades y procedencias) como sus principales
protagonistas porque somos las que con nuestro hacer sostenemos el
barrio, configuran nuevas subjetividades y racionalidades. Hablamos de
las estrategias de cuidado compartido y colectivo de niñas y niños; de
redes de intercambio (de alimentos, ropas, muebles); del acompañamiento y
sostén afectivo; de la olla de comida común. Estas prácticas son las
que hacen posible la vida dentro de estos territorios en los que las
coordenadas de espacio-tiempo adquieren lógicas propias. El tiempo
circula muchas veces al ritmo de la necesidad, la variedad de olores se
fusiona con las diversas melodías que musicalizan el espacio. Niños y
niñas corren a la pelota o juegan a las escondidas, o simplemente se
juntan en una esquina a conversar. Comercios diversos acompañan el
compactado paisaje que presenta una armonía propia. En territorios como
son los múltiples Casabó, Casavalle, Marconi, o las villas miseria
parece no faltar nada, y en ese momento es cuando lo estructural se
impone con fuerza avasalladora: las calles de barro, la falta de
saneamiento, la escasez de agua en verano, casas tan frágiles como un
castillo de naipes. Hay caminos tan angostos que hasta impiden el
ingreso de algunos vehículos, como camiones de bomberos o ambulancias.
Pero también hay mucha dignidad, hay fuerza colectiva, hay resistencia. ¿Cómo
se explica ese desigual devenir que se genera dentro de una misma
ciudad? Sin dudas no vamos a encontrar respuestas únicas, pero
intentaremos al menos ensayar algunas.
Nuestra época ha
adquirido como uno de sus signos distintivos el despojo capitalista en
muchas de las esferas de nuestra vida: por ejemplo en relación a
nuestros cuerpos y la posibilidad de decidir libremente sobre ellos; o
los vinculados a la naturaleza a través de la extranjerización y
mercantilización de la tierra y los bienes comunes. Pero también la
ciudad se torna en este contexto como esfera de despojo. Cada sociedad
produce su espacio, y en la sociedad capitalista creo profundamente que
la ciudad es su protagonista. Ésta, en tanto espacio urbano que se
neoliberaliza, se convertirte en una mercancía más al servicio de los
intereses de acumulación del capital.
La ciudad contemporánea, y
su expansión globalizada en el marco de los límites que impone el
mercado mundial organiza de forma discriminativa y segregativa el
espacio, relegando de lo urbano a grupos, individuos y clases, lo que
significa de alguna forma excluirlos de la sociedad. De esta forma,
nuestras ciudades, ciudades del capital, tienen como cometido intrínseco
inhabilitar todo tipo de interacción social que no sea de carácter
mercantil. Y en esos territorios relegados mujeres y hombres despliegan
diversas estratagemas, más o menos conscientes, para inhibir su
arremetida e impugnar al orden dominante. La mayoría de las veces esas
estrategias quedan invisibilizadas y hasta son negadas o acalladas,
otras adquieren alcance más masivo, principalmente cuando son
acompañadas de procesos de sublevación, e incluso allí suelen ser
tergiversadas, ninguneadas e incluso reprimidas.
El espacio
urbano podemos entenderlo entonces como un producto social; como
resultado de prácticas, acciones, relaciones y experiencias sociales. El
espacio se vuelve así producto y al mismo tiempo productor de esas
prácticas y experiencias. Se trata de una relación dialéctica donde el
espacio se vuelve al mismo tiempo base y escenario de acción, porque no
hay relaciones sociales sin espacio así como no hay espacios sin
relaciones sociales. De esta forma el espacio interviene en su propia
producción, es decir en la forma en que se organiza la propiedad, el
trabajo, las redes de cambio, etc., al tiempo que se vuelve materia de
consumo. El espacio materializa la existencia humana. Esto sin dudas
configura un espacio que genera desigualdades y contradicciones,
beneficiarios y excluidos. Y quienes habitan o hemos habitando en esos
territorios, somos conscientes y sentimos profundamente en nuestros
cuerpos esa exclusión. Nos enfrentamos a la coexistencia y combinación
contradictoria de la homogenización y segregación del espacio, su
totalización y atomización. La reestructuración urbana de la ciudad
tiene siempre un componente de clase, generando desplazamientos y
desposesión, donde los más afectados son los pobres, los relegados y
marginados.
En este sentido el tan renombrado y, muchas veces
profanado derecho a la ciudad, trabajado por grandes autores como
Lefebvre, se plantea como una forma de restaurar el lugar protagónico
que le compete a hombres y mujeres en la posibilidad de intervenir en la
forma en que se hacen y rehacen las ciudades. Se trata de devolverle a
la ciudad su potencia para la construcción de la vida colectiva. De esta
forma podemos reconocer a lo largo de América Latina una vasta
diversidad de experiencias de resistencia y de conflicto por la disputa
territorial, que son en definitiva una disputa por construir nuevas
formas de vida en el marco de procesos de politización de los
territorios.
La reivindicación del derecho a la ciudad se vuelve
así para muchxs en una bandera, entendiendo por ello el derecho a
transformarla, a vivirla y a apropiársela de acuerdo a los deseos y
necesidades de quienes la habitan. Este deseo, que es al mismo tiempo
necesidad inminente, es lo que nos mueve a los de abajo, a los relegados
del capital a luchar contra su embestida. Es la acción colectiva lo que
hace de la utopía de transformar radicalmente la ciudad, y a través de
ella la sociedad, un hecho posible de ser materializado. Es lo que hace
de la ciudad del capital un lugar de resistencia.
En momentos
donde la mirada pública se vuelve hacia esos territorios, alimentada por
la mirada bestialmente estigmatizadora que se promueve repetidamente
cual disco rayado desde los grandes medios y hasta desde el propio
Estado, vale la pena parar y mirar de cerca. Mirar de verdad la vida que
circula en esos espacios relegados, pero mirla sin prejuicios porque es
ahí cuando se nos pierde de vista lo potente; las prácticas de
resistencia, de solidaridad despojada de intereses, y de esas
necesidades que no son ni por cerca elegidas sino creadas por quienes
mueven los hilos que pretenden marcarnos, a todxs, el ritmo de nuestras
vidas. Hasta que no logremos cambiar esta realidad seguirán habiendo
Casavalle, Casabó o Marconi. * Movimiento Popular La Dignidad. La foto es de la Villa 31, Buenos Aires, Argentina
Referencias Harvey, D. (2013). Ciudades rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución urbana. Buenos Aires, Argentina. Akal. Gutiérrez,
R. & Salazar, H. (2015b). Reproducción comunitaria de la vida.
Pensando la transformación social en el presente. En: Linsalata, L.;
Salazar, H. (comp.). El Apantle - Revista de Estudios Comunitarios N°1
(octubre). Común ¿para qué?. Puebla, México: Sociedad Comunitaria de
Estudios Estratégicos. Lefebvre, H. (1969). El derecho a la ciudad. Barcelona, España: Península. Moreira,
S. (2016). Ciudad y territorios en disputa: procesos de subjetivación
política en los movimientos sociales. Sin publicar – Montevideo,
Uruguay: UdelaR.