Macron S.A.
Análisis
El programa del candidato de
extremo centro renueva la política de Hollande y Valls, sumisa con
Bruselas y la oligarquía francesa
Virginie Tisserant
/
Andrés Villena
Emmanuel Macron, en Berlin durante su visita a la canciller alemana Angela Merkel a mediados de marzo. - Instagram de Emmanuel Macron
A pocos días de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales
francesas, el candidato Emmanuel Macron aparece como el gran favorito
frente a la ultraderechista del Frente Nacional, Marine Le Pen. El
exministro de Economía se presenta como un tipo particular de
antisistema, “ni de derechas, ni de izquierdas”, pero basta un estudio
de su programa y de sus apoyos para deducir que la ‘revolución desde
arriba’ que este pretende poner En Marcha --el nombre de su apresurado
movimiento político--, representa una trama perfecta al servicio de la
oligarquía y de los grupos de mayor poder del Estado francés. No
obstante, este caso cuenta con una particularidad: que todo puede ser
siempre peor, ya que la crisis económica y la degeneración del sistema
de partidos han debilitado seriamente el antiguo y en cierto modo
idealista paradigma del frente republicano, según el cual Macron
contaría con todas las posibilidades de vencer en las elecciones
presidenciales, al forzar al voto antifascista a las diversas facciones
de la izquierda.
Macron cuenta con el apoyo de Bernard Arnault (propietario de LVMH), Alexandre Bompard (FNAC-Darty, Canal Plus y Europe 1), Marc Simoncini (fundador de Meetic) y Vincent Bolloré (Vivendi) En este sentido y pese a que casi todos los candidatos han pedido el voto para este representante de las élites francesas, la izquierda comandada por Jean-Luc Mélenchon ha dado, por el momento, plena libertad a sus militantes. Buena parte de esta podría abstenerse, argumentando que el neoliberalismo oficialista, origen de las mayores desigualdades económicas y sociales, terminará favoreciendo a medio plazo precisamente al Frente Nacional de Le Pen del que se pretende huir. Con la abstención y con el voto en blanco como comportamientos políticos probablemente protagonistas se presenta el siguiente dilema: ¿apoyar a Macron para fortalecer a Le Pen, o quedarse en casa con el riesgo de favorecer la definitiva caída en el fascismo del siglo XXI? Todo parece indicar un desenlace inquietante con un probable final nada positivo: la candidatura del líder del neoliberalismo francés representa una completísima trama, para mayor gloria del nuevo modo de explotación comunitario europeo. Un “crimen perfecto”, como afirmaría el intelectual francés postestructuralista Jean Baudrillard.
Finanzas, poder político y medios de comunicación
Banquero de Rothschild y ministro de Economía e Industria del Gobierno Hollande-Valls, Emmanuel Macron, diplomado en la exclusiva ENA (École Nationale d’Administration), goza del apoyo del triunvirato del poder en Francia: los medios de comunicación, el poder político y las finanzas. La trayectoria política y profesional del candidato ha dejado numerosos ejemplos de ello.
Pierre Gattaz, presidente de la patronal francesa MEDEF (Mouvement Des Entreprises de France) y de la entidad de electrónica Radiall, ha abandonado recientemente toda imparcialidad al afirmar en una entrevista tras la primera vuelta de las elecciones que “su candidatura trae mucha frescura”, y asegurando que los empresarios organizados están con él. Además, Macron cuenta con el apoyo de gran parte de la oligarquía del país, representada, entre otros, por Bernard Arnault (propietario de LVMH, corporación de artículos de lujo que lo ha convertido en el hombre más rico de Francia según la revista Forbes), por Alexandre Bompard (FNAC y ahora FNAC-Darty, además de Canal Plus y Europe 1), por Marc Simoncini (fundador de Meetic, entre otras empresas) y por Vincent Bolloré (Vivendi).
Entre sus valedores dentro del mundo empresarial no debe tampoco olvidarse la importancia de Henri de Castries, expresidente de la multinacional de seguros AXA y que ahora dirige el Institut Montaigne, think tank neoliberal que también mostró su apoyo al candidato de la derecha republicana François Fillon. El programa de esta institución constituye una versión extrema del de Macron: propone la privatización de la Seguridad Social y la eliminación de las cargas empresariales en el salario mínimo. No es una casualidad que la sede del partido líquido de Emmanuel Macron, En marche, fuera originariamente registrada como asociación en el domicilio privado de uno de los dirigentes de dicho instituto, el intelectual académico Laurent Bigorgne.
Los vínculos económicos que potencian y limitan al mismo tiempo a Macron determinan su discurso superficialmente antisistema Los medios de comunicación, además de las grandes empresas y de este tipo de centros de pensamiento, representan otro de sus pilares hegemónicos. En este ámbito, Macron cuenta con el apoyo incondicional del multimillonario Patrick Drahi, presidente del todopoderoso holding de las telecomunicaciones e internet Altice, con sede en Luxemburgo. La relevancia de Drahi se incrementó notablemente después de que un decreto ministerial sometiera a la aprobación por parte del Ministerio de Economía de las operaciones de adquisición de empresas en el ámbito de las telecomunicaciones. Fue entonces cuando Patrick Drahi compitió con Bouygues Telecom para apoderarse del operador francés SFR, una disputa de la que este empresario salió vencedor en 2014 con la rúbrica final del entonces ministro. Esto convirtió al grupo Altice en el mayor accionista de SFR, propietario, además, de los influyentes diarios Libération y L’Express. Las connivencias no terminan aquí: en 2015, Patrick Drahi adquirió el grupo mediático France Next Radio con la ayuda de Bernard Mourad, exbanquero de inversión de Morgan Stanley y ahora consejero especial para la financiación de la campaña electoral de Macron.
Otra amistad excelente de Macron es Jacques Attali. En 2007, este economista cercano al PS, influyente asesor en el largo camino hacia el centro político de François Mitterrand, recibió el encargo del presidente Nicolás Sarkozy para liderar la denominada Comisión para la liberación del crecimiento francés (Comisión Attali). De dicho grupo de trabajo fue precisamente nombrado relator general un jovencísimo Emmanuel Macron. La comisión produjo como resultado programático una monografía de título enigmático, Una ambición para diez años. Las 314 medidas de políticas públicas propuestas al presidente conservador se usaron también como base de buena parte de la acción pública del quinquenio de Hollande, quien conoció a Macron a través de Attali. Como ejemplo, la Ley Macron de 2015, una reforma de las profesiones reglamentadas que liberalizó --y uberizó-- numerosos sectores económicos, legalizando el trabajo dominical, e impulsó la financiación privada de las universidades. Medidas que, no por casualidad, son parte nuclear del programa electoral del candidato liberal que parece listo para culminar la década de ambición precisamente en el 2017, justo diez años después de su formulación inicial.
Ideología pura, privatización y entierro del Partido Socialista
Los vínculos económicos que potencian y limitan al mismo tiempo a Macron determinan su discurso superficialmente antisistema. Un discurso que ha terminado por atraer tanto a los centristas como a diversos ecologistas proeuropeos. Y, por imperativo categórico, a muchos socialistas y comunistas. La ausencia de una alianza burocráticamente imposible entre el insumiso Mélenchon y el socialista de izquierdas Benoît Hamon, unida a la traición de los eternos renovadores capitaneados por el ex primer ministro Manuel Valls, han terminado por situar a Macron como la única candidatura demócrata posible. Esto supone una privatización de facto del Partido Socialista francés que, después de la nefasta gestión Hollande-Valls, ha sido externalizado en favor de un candidato empresarial que lleva más de una década influyendo sobre las decisiones más importantes del país.
El histórico PSF desaparecerá como fuerza relevante, virtualmente ‘asesinado’ por los compromisos de sus dirigentes con los poderes fácticos del país. Si los años de Mitterrand supusieron la aniquilación definitiva de su ideología socialdemócrata, el Valls bailado por Hollande y Macron durante los últimos cinco años representa un entierro nada prematuro de una fuerza política que explica parte de los avances sociales del ya casi olvidado siglo XX.
El PS ha sido externalizado en favor de un candidato empresarial que lleva más de una década influyendo sobre las decisiones más importantes del país Pero la victoria de Macron, en caso de producirse, no queda exenta de dudas y amenazas. Incluso con su triunfo podría sobrevenir el desastre, si tenemos en cuenta las elecciones legislativas que tendrán lugar un mes después de las presidenciales. Macron debe presentar a 577 aspirantes a diputados. Para poder lograrlo, su candidatura tendrá que apoyarse en apoyos tan diversos que podrían dificultar la aplicación del proyecto del gobierno. ¿Se alinearán las élites parlamentarias para facilitar la puesta en marcha del programa insaciablemente reformista del candidato del CAC40 (el Ibex35 francés)?
Su programa económico y social respeta la austeridad y las reformas exigidas por la presidenta alemana, Angela Merkel, y sus aliados del norte. Entre sus propuestas destacan: un ahorro público de 60.000 millones de euros --Macron no cuenta que dicho ahorro, por lógica económica y contable, provocará un endeudamiento privado de la misma cuantía--; una nueva ‘flexibilización’ del mercado de trabajo, un abaratamiento del despido para fomentar la exportación más barata; la supresión de 120.000 puestos de funcionarios, a los que ha declarado la guerra; y la eliminación de la tasa de vivienda para las ciudades, con lo que haría desaparecer una fuente fundamental de financiación para el sector público.
Terror de fin de ciclo
Razones para el pesimismo: el sistema francés parece abocado a un fin de ciclo. Resignado a aceptar el dogma supranacional y neoliberal del euro, el sistema de partidos de la V República ha pasado del antagonismo izquierda-derecha a una radicalización, frente a la cual todavía resiste una opción oficialista que, en realidad, encubre una renovación de las élites para profundizar en el saqueo neoliberal del país. Los monstruos (como los discursos de la todavía candidata Marine Le Pen dejan entrever) aparecen en períodos como este, cuando la amenaza del caos social alienta a las masas a la desesperada búsqueda de salvadores, como afirmó el filósofo de la Escuela de Fráncfort Sigfried Kracauer en su estudio cinematográfico de la Alemania de los años 30. Entretanto, se inicia una cada vez más improbable reinvención de la izquierda y de la respuesta popular: solo un rearme parlamentario de los “insumisos” supondrá un mínimo contrapeso a la última nueva ofensiva neoliberal.
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Virginie Tisserant es politóloga e investigadora en la Universidad de Aix-Marseille Lab. CNRS Telemme.
Andrés Villena es economista, periodista y doctor en Sociología por la Universidad de Málaga.
Macron cuenta con el apoyo de Bernard Arnault (propietario de LVMH), Alexandre Bompard (FNAC-Darty, Canal Plus y Europe 1), Marc Simoncini (fundador de Meetic) y Vincent Bolloré (Vivendi) En este sentido y pese a que casi todos los candidatos han pedido el voto para este representante de las élites francesas, la izquierda comandada por Jean-Luc Mélenchon ha dado, por el momento, plena libertad a sus militantes. Buena parte de esta podría abstenerse, argumentando que el neoliberalismo oficialista, origen de las mayores desigualdades económicas y sociales, terminará favoreciendo a medio plazo precisamente al Frente Nacional de Le Pen del que se pretende huir. Con la abstención y con el voto en blanco como comportamientos políticos probablemente protagonistas se presenta el siguiente dilema: ¿apoyar a Macron para fortalecer a Le Pen, o quedarse en casa con el riesgo de favorecer la definitiva caída en el fascismo del siglo XXI? Todo parece indicar un desenlace inquietante con un probable final nada positivo: la candidatura del líder del neoliberalismo francés representa una completísima trama, para mayor gloria del nuevo modo de explotación comunitario europeo. Un “crimen perfecto”, como afirmaría el intelectual francés postestructuralista Jean Baudrillard.
Finanzas, poder político y medios de comunicación
Banquero de Rothschild y ministro de Economía e Industria del Gobierno Hollande-Valls, Emmanuel Macron, diplomado en la exclusiva ENA (École Nationale d’Administration), goza del apoyo del triunvirato del poder en Francia: los medios de comunicación, el poder político y las finanzas. La trayectoria política y profesional del candidato ha dejado numerosos ejemplos de ello.
Pierre Gattaz, presidente de la patronal francesa MEDEF (Mouvement Des Entreprises de France) y de la entidad de electrónica Radiall, ha abandonado recientemente toda imparcialidad al afirmar en una entrevista tras la primera vuelta de las elecciones que “su candidatura trae mucha frescura”, y asegurando que los empresarios organizados están con él. Además, Macron cuenta con el apoyo de gran parte de la oligarquía del país, representada, entre otros, por Bernard Arnault (propietario de LVMH, corporación de artículos de lujo que lo ha convertido en el hombre más rico de Francia según la revista Forbes), por Alexandre Bompard (FNAC y ahora FNAC-Darty, además de Canal Plus y Europe 1), por Marc Simoncini (fundador de Meetic, entre otras empresas) y por Vincent Bolloré (Vivendi).
Entre sus valedores dentro del mundo empresarial no debe tampoco olvidarse la importancia de Henri de Castries, expresidente de la multinacional de seguros AXA y que ahora dirige el Institut Montaigne, think tank neoliberal que también mostró su apoyo al candidato de la derecha republicana François Fillon. El programa de esta institución constituye una versión extrema del de Macron: propone la privatización de la Seguridad Social y la eliminación de las cargas empresariales en el salario mínimo. No es una casualidad que la sede del partido líquido de Emmanuel Macron, En marche, fuera originariamente registrada como asociación en el domicilio privado de uno de los dirigentes de dicho instituto, el intelectual académico Laurent Bigorgne.
Los vínculos económicos que potencian y limitan al mismo tiempo a Macron determinan su discurso superficialmente antisistema Los medios de comunicación, además de las grandes empresas y de este tipo de centros de pensamiento, representan otro de sus pilares hegemónicos. En este ámbito, Macron cuenta con el apoyo incondicional del multimillonario Patrick Drahi, presidente del todopoderoso holding de las telecomunicaciones e internet Altice, con sede en Luxemburgo. La relevancia de Drahi se incrementó notablemente después de que un decreto ministerial sometiera a la aprobación por parte del Ministerio de Economía de las operaciones de adquisición de empresas en el ámbito de las telecomunicaciones. Fue entonces cuando Patrick Drahi compitió con Bouygues Telecom para apoderarse del operador francés SFR, una disputa de la que este empresario salió vencedor en 2014 con la rúbrica final del entonces ministro. Esto convirtió al grupo Altice en el mayor accionista de SFR, propietario, además, de los influyentes diarios Libération y L’Express. Las connivencias no terminan aquí: en 2015, Patrick Drahi adquirió el grupo mediático France Next Radio con la ayuda de Bernard Mourad, exbanquero de inversión de Morgan Stanley y ahora consejero especial para la financiación de la campaña electoral de Macron.
Otra amistad excelente de Macron es Jacques Attali. En 2007, este economista cercano al PS, influyente asesor en el largo camino hacia el centro político de François Mitterrand, recibió el encargo del presidente Nicolás Sarkozy para liderar la denominada Comisión para la liberación del crecimiento francés (Comisión Attali). De dicho grupo de trabajo fue precisamente nombrado relator general un jovencísimo Emmanuel Macron. La comisión produjo como resultado programático una monografía de título enigmático, Una ambición para diez años. Las 314 medidas de políticas públicas propuestas al presidente conservador se usaron también como base de buena parte de la acción pública del quinquenio de Hollande, quien conoció a Macron a través de Attali. Como ejemplo, la Ley Macron de 2015, una reforma de las profesiones reglamentadas que liberalizó --y uberizó-- numerosos sectores económicos, legalizando el trabajo dominical, e impulsó la financiación privada de las universidades. Medidas que, no por casualidad, son parte nuclear del programa electoral del candidato liberal que parece listo para culminar la década de ambición precisamente en el 2017, justo diez años después de su formulación inicial.
Ideología pura, privatización y entierro del Partido Socialista
Los vínculos económicos que potencian y limitan al mismo tiempo a Macron determinan su discurso superficialmente antisistema. Un discurso que ha terminado por atraer tanto a los centristas como a diversos ecologistas proeuropeos. Y, por imperativo categórico, a muchos socialistas y comunistas. La ausencia de una alianza burocráticamente imposible entre el insumiso Mélenchon y el socialista de izquierdas Benoît Hamon, unida a la traición de los eternos renovadores capitaneados por el ex primer ministro Manuel Valls, han terminado por situar a Macron como la única candidatura demócrata posible. Esto supone una privatización de facto del Partido Socialista francés que, después de la nefasta gestión Hollande-Valls, ha sido externalizado en favor de un candidato empresarial que lleva más de una década influyendo sobre las decisiones más importantes del país.
El histórico PSF desaparecerá como fuerza relevante, virtualmente ‘asesinado’ por los compromisos de sus dirigentes con los poderes fácticos del país. Si los años de Mitterrand supusieron la aniquilación definitiva de su ideología socialdemócrata, el Valls bailado por Hollande y Macron durante los últimos cinco años representa un entierro nada prematuro de una fuerza política que explica parte de los avances sociales del ya casi olvidado siglo XX.
El PS ha sido externalizado en favor de un candidato empresarial que lleva más de una década influyendo sobre las decisiones más importantes del país Pero la victoria de Macron, en caso de producirse, no queda exenta de dudas y amenazas. Incluso con su triunfo podría sobrevenir el desastre, si tenemos en cuenta las elecciones legislativas que tendrán lugar un mes después de las presidenciales. Macron debe presentar a 577 aspirantes a diputados. Para poder lograrlo, su candidatura tendrá que apoyarse en apoyos tan diversos que podrían dificultar la aplicación del proyecto del gobierno. ¿Se alinearán las élites parlamentarias para facilitar la puesta en marcha del programa insaciablemente reformista del candidato del CAC40 (el Ibex35 francés)?
Su programa económico y social respeta la austeridad y las reformas exigidas por la presidenta alemana, Angela Merkel, y sus aliados del norte. Entre sus propuestas destacan: un ahorro público de 60.000 millones de euros --Macron no cuenta que dicho ahorro, por lógica económica y contable, provocará un endeudamiento privado de la misma cuantía--; una nueva ‘flexibilización’ del mercado de trabajo, un abaratamiento del despido para fomentar la exportación más barata; la supresión de 120.000 puestos de funcionarios, a los que ha declarado la guerra; y la eliminación de la tasa de vivienda para las ciudades, con lo que haría desaparecer una fuente fundamental de financiación para el sector público.
Terror de fin de ciclo
Razones para el pesimismo: el sistema francés parece abocado a un fin de ciclo. Resignado a aceptar el dogma supranacional y neoliberal del euro, el sistema de partidos de la V República ha pasado del antagonismo izquierda-derecha a una radicalización, frente a la cual todavía resiste una opción oficialista que, en realidad, encubre una renovación de las élites para profundizar en el saqueo neoliberal del país. Los monstruos (como los discursos de la todavía candidata Marine Le Pen dejan entrever) aparecen en períodos como este, cuando la amenaza del caos social alienta a las masas a la desesperada búsqueda de salvadores, como afirmó el filósofo de la Escuela de Fráncfort Sigfried Kracauer en su estudio cinematográfico de la Alemania de los años 30. Entretanto, se inicia una cada vez más improbable reinvención de la izquierda y de la respuesta popular: solo un rearme parlamentario de los “insumisos” supondrá un mínimo contrapeso a la última nueva ofensiva neoliberal.
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Virginie Tisserant es politóloga e investigadora en la Universidad de Aix-Marseille Lab. CNRS Telemme.
Andrés Villena es economista, periodista y doctor en Sociología por la Universidad de Málaga.
Autor: Virginie Tisseran - @vtisserant13 / Andrés Villena
Marine Le Pen naufraga bajo la tormenta europea
por Ulises Noyola Rodríguez
05/05/2017
La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Francia presenciará muy probablemente la derrota de Marine Le Pen que, en un intento desesperado por conseguir la victoria, presentó finalmente un proyecto incoherente e incapaz de convencer a la mayoría de los franceses.
La candidata presidencial Marine Le Pen obtuvo un crecimiento monumental para su partido del Frente Nacional en las elecciones presidenciales de la primera vuelta, ya que superó por casi casi tres millones de votos al candidato Jean-Marie Le Pen cuando compitió contra Jacques Chirac en 2002[1].
El apoyo político de los votantes en las regiones rurales y desindustrializadas, sin embargo, no fue suficiente para posicionar a Marine Le Pen en el primer lugar de las preferencias electorales de la primera vuelta. Por lo tanto, un cambio en la estrategia electoral de la candidata presidencial del Frente Nacional no se hizo esperar para conseguir mayores votos y poder salir victoriosa en la segunda vuelta.
Es por esta razón que Marine Le Pen suavizó su discurso político al proponer llevar a cabo una renegociación del marco institucional de la Unión Europea y la moneda común durante dos años en lugar de los seis meses anteriormente propuestos en su campaña electoral.
También Marine Le Pen negó haber propuesto que Francia abandonara el euro, sino más bien propuso recuperar el franco como moneda nacional para las transacciones corrientes y mantener el uso del euro en las transacciones comerciales para las grandes empresas[2].
La utilización del euro a favor de las grandes empresas francesas, sin embargo, exigirá concesiones para las autoridades europeas, lo que contradice las aspiraciones del Frente Nacional de rechazar los tratados de libre comercio, abandonar las operaciones de la Organización del Tratado del Atlántico de Norte y cesar las sanciones económicas en contra de Rusia.
Por otra parte, Marine Le Pen afianzó una alianza con Nicolas Dupont-Aigna, presidente del partido Debout la République, con quien pactó su nombramiento como primer ministro y negoció flexibilizar las medidas concernientes al comercio, la migración y el sistema electoral.
Entre las medidas que Marine Le Pen se comprometió a modificar incluyen la regularización migratoria de los niños extranjeros, la flexibilización del impuesto sobre las importaciones y el reconocimiento de los votos anulados en las próximas elecciones francesas[3].
No obstante, la posición de la candidata del Frente Nacional continuó firme en reducir drásticamente la inmigración, imponer controles estrictos de capital y convocar un referéndum sobre la salida de Francia de la Unión Europea, lo cual atrajo de forma poco significativa a la población francesa.
Por otro lado, Marine Le Pen deseó aprovechar el reciente ascenso de Jean-Luc Mélenchon en los últimos meses, por lo que llamó a sus seguidores a votar por su candidatura en la segunda vuelta, emulando las frases del antiguo candidato de Francia Insumisa[4].
Si bien es cierto que ambos candidatos coinciden en varios puntos como implementar un programa de gasto público a favor de los franceses con menores ingresos y confrontar a la Unión Europea, la política migratoria de Marine Le Pen impide la consolidación de una sólida alianza con Jean-Luc Mélenchon.
Es por eso que el antiguo candidato Jean-Luc Mélenchon afirmó a sus votantes que no apoyará a Marine Le Pen en la elección presidencial, de suerte que dejó con pocas posibilidades a la candidata del Frente Nacional para que consiga la presidencia de Francia[5].
En contrapartida, Emmanuel Macron, candidato presidencial de En Marcha, recibió el espaldarazo de dos candidatos de la primera vuelta (François Fillon y Benoît Hammon), incluyendo el apoyo del presidente francés François Hollande, quien criticó abiertamente el programa de Marine Le Pen.
Aunque resulte ganador en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, Emmanuel Macron conseguirá difícilmente la aprobación de sus reformas estructurales, ya que enfrentará la oposición de los representantes del Frente Nacional en el Senado y la Asamblea General.
La presidencia de Emmanuel Macron estará, por tanto, caracterizada por enfrentamientos y tensiones en contra del Frente Nacional, que intentará sabotear las reformas estructurales y minar la popularidad del presidente francés durante el quinquenio entre 2017 y 2022.
Por añadidura, el carácter pro-europeo de las propuestas de Emmanuel Macron de crear un presupuesto regional, relajar las normas de la moneda común y formar un Parlamento de la eurozona, terminará inminente por desacreditar su promesa de cambiar la condición económica de la población francesa[6].
En resumen, el porvenir de los franceses después de las elecciones presidenciales se vislumbra bastante desafortunado con la posible victoria de Emmanuel Macron, lo cual cada vez más se acercaría el derrumbe del proyecto europeo al caerse el soporte vital de Francia.
Ulises Noyola Rodríguez
Colaborador en la División de Estudios de Posgrado de Economía en la UNAM.
[1] Viento Sur. Primera vuelta: el sistema político francés en la tormenta. Fecha de publicación: 26/4/2017.
[2] La Tribune. Marine Le Pen promet "une monnaie nationale" sans forcément sortir de l'euro. Fecha de publicación: 30/4/2017.
[3] Les Echos. Présidentielle : Le Pen prête à nommer Dupont-Aignan à Matignon. Fecha de publicación : 29/4/2017.
[4] Les Echos. Le Pen courtise ouvertement l’électorat de Mélenchon. Fecha de publicación : 28/4/2017.
[5] Le Monde. Jean-Luc Mélenchon « ne votera pas FN » mais ne donne pas de consigne de vote. Fecha de publicación: 28/4/2017.
[6] La Tribune. Présidentielle 2017 : quatre points de friction entre Macron et Le Pen. Fecha de publicación: 24/4/2017.
http://www.alainet.org/es/arti
Dominio público - Opinión a fondo
Francia, nueva etapa
La primera sorpresa fue… que no hubo sorpresa. Por una vez las encuestadoras no se equivocaron. En el Reino Unido con el brexit o en Estados Unidos con Donald Trump, los sondeos erraron por completo. En Francia en cambio, con semanas de antelación, las consultoras anunciaron que, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 23 de abril, los vencedores serían, en este orden: Emmanuel Macron (En Marche!, ¡En Marcha!) y Marine Le Pen (Frente Nacional), únicos clasificados para pasar a la segunda vuelta del 7 de mayo. Y que justo después llegarían, también en este orden: François Fillon (Los Republicanos), Jean-Luc Mélenchon (La France Insoumise, Francia Insumisa) y Benoît Hamon (Partido Socialista). Y acertaron (1).
Semejantes resultados, en un país traumatizado por la crisis social y los atentados yihadistas, constituyen un verdadero seísmo y merecen varios comentarios.
Primero, indican el final de una larga etapa de la historia política francesa comenzada en 1958 con la adopción de la Constitución actual y la instauración de la V República. Desde esa época, o sea desde hace casi sesenta años, siempre se había clasificado para la segunda vuelta por lo menos uno de los dos grandes partidos franceses: el gaullista (con diferentes apelaciones a lo largo del tiempo, RPR, UDR, LR) y el socialista. Esta vez, cosa inaudita, ninguno de los dos ha conseguido sobrepasar los obstáculos de la primera vuelta. En sí, esto ya es histórico y demuestra, como en otros países, el profundo desgaste de las formaciones políticas tradicionales que dominaban la escena desde la Segunda Guerra Mundial.
La derrota es particularmente espectacular para el Partido Socialista porque esta formación estaba en el poder desde 2012, controlando los tres principales centros de decisión política: la Presidencia de la República (François Hollande), la Presidencia del Gobierno (Primer Ministro: Bernard Cazeneuve), y la Asamblea Nacional. El candidato socialista, Benoît Hamon (jefecillo de una fracción crítica con el presidente Hollande y que se impuso en las primarias frente, entre otros, al ex primer ministro Manuel Valls) condujo una campaña particularmente desastrosa, garrafal y errática.
Con algunas buenas ideas (la renta básica universal) pero con una obsesión histérica antirrusa y un arrogante rechazo a establecer alianzas con la gran fuerza de izquierdas, La France Insoumise de Jean-Luc Mélenchon. Hamon apenas obtuvo el 6,36% de los votos, el peor resultado en sesenta años del Partido Socialista. Tanto más calamitoso cuanto que se habían unido a él los ecologistas… Con tan funesto desenlace, Benoît Hamon comprometió el porvenir mismo del Partido Socialista, que –después del fracaso del impopular presidente François Hollande– corre ahora el riesgo de estallar en varios pedazos.
Otro caso trágico es el de François Fillon, candidato de Los Republicanos, el partido heredero del gaullismo y expresión sociológica de la amplia burguesía conservadora. Contra todo pronóstico, Fillon había conseguido imponerse en las primarias internas frente a candidatos de peso como Nicolas Sarkozy (ex presidente, 2007-2012) y Alain Juppé (ex primer ministro). Con un programa de castigo social muy duro. Normalmente, esas primarias eran su escollo principal y todas las encuestas lo daban como futuro presidente de Francia. Pero ahí comenzó su calvario.
El semanario satírico Le Canard enchaîné publicó una serie de revelaciones sobre los “empleos ficticios” que Fillon, como diputado (y como la ley, en cierta medida, se lo permitía), otorgó a su esposa y a sus hijos. Se desató entonces contra él una campaña de agresión mediática de una violencia excepcional. Durante interminables semanas, los medios de comunicación lo desollaron vivo y arruinaron su imagen. En realidad, comparada con la que se practica en España, la corrupción de Fillon era de baja intensidad. Y cabe preguntarse a qué se debió tanta saña contra el candidato de la derecha tradicional. ¿Para abrirle camino a Emmanuel Macron, quien cuenta con el apoyo decidido de la mayoría de los oligarcas propietarios de grandes medios? ¿Para sancionar la apuesta de Fillon de establecer, en política internacional, una alianza con Rusia?
Otra enseñanza de los resultados de la primera vuelta concierne al Frente Nacional (FN), de extrema derecha. Este partido viene ganando, últimamente, en la primera vuelta, casi todas las elecciones en Francia. Pero el sistema francés de dos vueltas obliga a los partidos a pactar alianzas para la segunda ronda. Y el Frente Nacional es un partido huérfano, no tiene ningún aliado, no puede constituir ninguna coalición; con lo cual, queda desprovisto de reservas de votos para vencer el escollo de la segunda vuelta. Así, por ejemplo, en las elecciones regionales de diciembre de 2015, el FN fue el partido más votado (un 27,73%) de Francia en la primera vuelta, pero, en la segunda ronda, fue incapaz de conquistar la presidencia de ninguna región.
El pasado 23 de abril, su líder Marine Le Pen no consiguió alzar su partido al primer puesto, quedó segundo con un millón de votos menos que Emmanuel Macron. Una importante decepción para su electorado. Aunque los medios de comunicación dominantes, para movilizar a favor de Macron, agitan el espectro de una posible victoria del FN el 7 de mayo, es prácticamente imposible que lo consiga. El riesgo de ver a Marine Le Pen ganar la segunda ronda es absolutamente mínimo en un país donde, el pasado 23 de abril, el 80% de los electores no votaron por ella. Aunque este partido, aprovechando la crisis, ha tratado de reconvertirse disimulando sus rasgos más visibles del neofascismo y adoptando los atributos del populismo de derechas, mantiene su ADN racista, antisemita y xenófobo. Su probable derrota (una más…) lo hará entrar sin duda en una crisis existencial.
A pesar de no haber podido clasificarse para la segunda ronda, el otro vencedor de esas elecciones es, sin discusión, Jean-Luc Mélenchon, líder de La France Insoumise. En 2012, Mélenchon había obtenido 4 millones de votos (un 11%). Esta vez alcanzó los 7 millones (un 19,6%). Se ha quedado a medio millón de votos apenas de la segunda vuelta… Y, para la claridad del debate, es una pena.
Considerado como “el mejor orador de la política francesa”, el dirigente insumiso hizo una campaña inteligente, intensa, brillante e inventiva. Con innovaciones tecnológicas mundiales como la de los hologramas que le permitieron estar “presente” en seis ciudades a la vez… Y desarrolló un programa preciso y claro (2) sobre todos los temas que interesan hoy a una sociedad muy golpeada por el desempleo, la marginación social y la violencia de los atentados yihadistas. Ha sabido recoger y expresar la indignación de muchos franceses hartos de la politiquería y que, como en algunos países de América Latina, claman: “¡Que se vayan todos!”.
El peso de los electores “insumisos” será decisivo en la segunda ronda. Y es también muy probable que esa poderosa fuerza electoral permita a Jean-Luc Mélenchon obtener un importante resultado en la “tercera vuelta”, o sea las elecciones legislativas previstas para el 11 y 18 del próximo mes de junio. Como cuarta fuerza política del país, France Insoumise podría constituir un grupo parlamentario bisagra cuyo rol en la nueva Asamblea pudiera ser determinante.
Última consideración, acerca de Emmanuel Macron (39 años), vencedor del 23 de abril y probable nuevo Presidente de Francia. Con escasa experiencia (fue asesor del presidente Hollande y efímero ministro de Economía), tuvo la intuición de que el sistema político tradicional estaba carcomido y amenazaba ruina. Salió del Gobierno, abandonó a Hollande y lanzó, ante la incredulidad general, su movimiento En Marche! (que tiene sus propias iniciales…) cuando parecía que no existía espacio para una nueva fuerza política.
En realidad, el éxito de Macron se debe más a las circunstancias que a sus propios méritos. Porque una serie de acontecimientos imprevistos fueron eliminando a sus principales rivales potenciales. En el seno del Partido Socialista, su competidor más peligroso, Manuel Valls, fue descartado en las primarias. Y el candidato designado, Benoît Hamon, considerado como demasiado a la izquierda y como “traidor” de Hollande, no podía seducir al conjunto de los socialistas y, por consiguiente, no era un contrincante nocivo para Macron.
Luego, en la formación de derechas Los Republicanos, el candidato que más sombra podía hacerle, Alain Juppé, perdió. Y el vencedor, François Fillon, fue destruido por los escándalos de corrupción. A todo eso vino a añadirse el descarte del presidente François Hollande cuando anunció que no se presentaría a las elecciones.
¿Qué adversarios le quedaban a Macron? Esencialmente dos: Marine Le Pen y Jean-Luc Mélenchon. Ni el poder financiero, ni el poder empresarial, ni el poder mediático podían aceptar, por distintas razones, a ninguno de estos dos candidatos. Por eso, a partir del pasado mes de febrero, todo el formidable peso de los poderes fácticos se puso al servicio de Emmanuel Macron. En particular, los medios de comunicación dominantes (que en Francia están en manos de un puñado de oligarcas multimillonarios) se lanzaron en una frenética campaña en favor del líder de En Marche! Aportándole además un soporte financiero considerable. De tal modo que Macron, orador bastante mediocre y con un programa aún más confuso, fue imponiéndose en las encuestas como el probable vencedor.
Si su victoria, como acabamos de analizar, se debe en parte a las circunstancias y a la eliminación coyuntural de sus rivales, por otra parte también es el resultado de lo que Macron significa. En un sistema que se derrumba y en el que los partidos tradicionales son barridos (3), el líder de En Marche! se declara sin ambages “europeísta”, neoliberal y librecambista. Defiende decididamente la “uberización” de la economía y apuesta por el social-liberalismo. Su proyecto, en vías de realización, responde al viejo sueño de la elites burguesas en tiempos de crisis: constituir una formación política que podríamos llamar de Gran Centro, integrando a la izquierda de la derecha, al centro y a la derecha de la izquierda. En pocas palabras, como diría el conde de Lampedusa: cambiarlo todo para que nada cambie.
Basta con ver la eufórica embriaguez de todos los fanáticos del social-liberalismo (4) y la espectacular subida de las Bolsas para entender con claridad lo que significa, políticamente, la victoria de Macron: una revancha de los poderosos del sistema. Pero una restauración solo es un respiro en medio de una crisis. Y seguro que la gente aún no ha dicho su última palabra.
NOTAS (1) Los resultados oficiales son los siguientes: Emmanuel Macron, un 24,1%; Marine Le Pen, un 21,3%; François Fillon, un 20,01%; Jean-Luc Mélenchon, un 19,58%; Benoît Hamon, un 6,36%. (2) Léase: http://es.rfi.fr/francia/20170
Último tongo en París
En el neofascismo del siglo XXI el antisemitismo ya no vende y hay que reciclarlo por la islamofobia; fue una de las muchas razones por las que el patriarca, Jean Marie Le Pen, acabó en el desagüe. Por la misma razón, en un oportuno cambio de imagen, el vicepresidente de la formación y verdadero cerebro del FN, Florian Philipott, salió del armario gracias a una foto en la que se lo veía paseando por Viena de la mano de otro hombre. Seis millones de franceses han aprovechado también para salir del armario facha, el armario del racismo, del odio al inmigrante y del asco a las élites. Tiene gracia que Le Pen -una niña de papá de los pies hasta el último pelo del moño- acuse a Emmanuel Macron de pertenecer a la casta y se anuncie a sí misma como candidata del pueblo, pero así ha sido el tocomocho desde los tiempos de Mussolini. Con Trump funcionó y con Le Pen está funcionando mucho mejor de lo que quisiéramos.
Macron es un Albert Rivera corregido y aumentado, porno blando con ínfulas neoliberales para ir de peregrinación a los cines de Perpignan. Que por algo se llama Emmanuel. Su amplia ventaja en los sondeos no significa gran cosa desde que hemos aprendido, a fuerza de batacazos, que los sondeos suelen terminar en un tacto rectal. También Clinton iba a comerse el mundo y Trump la destronó sin despeinarse. Quienes piensan, por culpa de los periódicos, que Le Pen no tiene ninguna posiblidad harían bien en repasar el modo en que la prensa vendió la piel del oso antes de cazarlo, en Colombia, en Gran Bretaña y en Estados Unidos, osos todos ellos lo bastante gordos como para liarla parda.
En realidad, aunque se quedara a las puertas del Elíseo, Le Pen ya habrá llegado demasiado lejos. En una Europa que en el siglo XX y en lo que va del XXI ha pasado, y de qué manera, por todas las estaciones del racismo, la xenofobia ya ha revelado su verdadero rostro: viene impreso en billetes. Unos cuantos años más de recortes, de penurias, de cuesta abajo y de postureo económico, abriéndose de piernas ante la banca al estilo Emmanuel, podrían dejarle a huevo el sillón presidencial. La tostada siempre cae del lado de la mantequilla y con la mantequilla van a untarnos el último tongo en París.
Francia y el derrumbe de los partidos políticos tradicionales
No
es la primera vez en la historia de Francia republicana que los
partidos políticos tradicionales son derrotados en las urnas. Llamar el
resultado de la primera vuelta, realizada el domingo 23 de abril de
2017, una "Nueva revolución francesa", como lo titula el diario inglés,
Daily Mail, me parece una exageración. Es cierto que cambiaron los
clivajes fundamentales que caracterizan la V República - derecha,
izquierda, gaullismo y socialismo -, que se pasó de un
predominio de dos partidos a un esquema de cuatro fuerzas políticas con
un porcentaje de apoyo similar - El Movimiento en Marcha, El Frente
Nacional, el Partido Republicano y La Francia Insurrecta - liderados por
Emmanuel Macron, Marine Le Pen, François Fillon y Jean-Luc Mélenchon,
respectivamente.
El
cuasi desaparecimiento del Partido Socialista - hoy en el poder - que
animó la V República, a nadie le puede extrañar, pues asistimos al
derrumbe del socialismo en la mayoría de los países del mundo. Hacen
mucho tiempo que estos partidos dejaron de ser socialdemócratas para
convertirse en socialistas liberales: abandonaron la crítica al
capitalismo para convertirse en dulcificantes del neoliberalismo; a la
ideología o, simplemente, a las ideas los reemplazó un pragmatismo ruin,
egoísta y monetario.
La
agonía del socialismo francés es realmente dramática - como lo fue el
Psoe español bajo la dirección de Pedro Sánchez - : un Presidente inepto
como lo es François Hollande, pero dotado de un cinismo pantagruélico,
que tuvo el valor de no presentarse como candidato, inédito en la V
Repúblicas, y que, sin embargo, demuestra una gran capacidad para
manipular un Partido corrupto, y sin ningún pudor, quiere convertir a
Emmanuel Macron en su hijo político, y, además se dio el lujo dirigir
una campaña del terror contra el candidato de izquierda, Mélenchon.
El
elegido por la llamada "convención de izquierda", el socialista Benoit
Hamon, fue traicionado por la mayoría de los dirigentes de su partido,
una verdadera caterva de "Judas", entre ellos el torero catalán Manuel
Valls quien se cambió de bando al apoyar a su antiguo enemigo, Emmanuel
Macron.
En
la historia francesa ha habido muchos derrumbes de castas políticas: su
primer Presidente, Napoleón III, triunfó gracias al voto campesino y al
sufragio universal, eliminando a los republicanos, que habían triunfado
en 1848. En 1889, en plena III República, George Boulanger tuvo tal
popularidad que capaz de representar desde los militaristas
conservadores y millonarios, hasta las clases más pobres y
revolucionarias. Tuvo el poder a su alcance, pero no se atrevió a
tomarlo. Su popularidad se diluyó y terminó suicidándose, en Bélgica.
Volviendo
al tema de las elecciones del 23 de abril último, tanto Macron como Le
Pen. a pesar de tener programas diametralmente distintos, hay algo del
espíritu del boulangerismo, que no tiene nada que ver con el populismo
que, en este caso, es inaplicable por lo ambiguo se su significado.
El
triunfador, Emmanuel Macron, puede mostrar una historias atractiva y
carismática: es un hombre de, apenas, 39 años - sólo cuatro más que
Napoleón Bonaparte cuando ascendió al poder -, de familia de
profesionales, oriundo de Amiens - ciudad que posee la catedral más
bella de Francia -. Se educó en un colegio jesuita, donde conoció a su
futura esposa, Brigitte, más de 25 años mayor que él. En la universidad,
tuvo la gracia de mezclar la filosofía, especialmente de Hegel, con la
economía, que las mezcló con las teorías económicas clásicas. Fue
discípulo del filósofo Paul Ricoeur y admirador de Jaques Attali quien
le abrió la puerta para el encuentro con los más altos dirigentes
socialistas.
Como
profesional de la economía, fue contratado por la Banca Rothschild y,
posteriormente, ministro de Economía de Francois Hollande. Militó en el
PS, al cual renunció, en 2016, para fundar el movimiento "En Marche"
que, en solo un año de campaña, lo llevó al triunfo en la primera
vuelta, obteniendo el 23, 86% de los sufragios, con 8.528.000 votantes,
superando a la candidata Marine Le Pen, con el 21,43% de los votos, y
7.658.000 votos.
El
programa de Macron está saturado de bonitas palabras pero de muchas
vaguedades, y dice tomar lo mejor de la derecha y de la izquierda:
plantea reformar la Unión Europea, pero no explicita la forma en que lo
va a hacer. Otro de los puntos, sin concretar, es rebajar los impuestos a
las empresas y, a su vez, combatir la cesantía: Macrón tiene en su
programa de todo y para todos; es socialista en lo político y,
simultáneamente, liberal en lo económico; se declara contra la casta,
pero pertenece ella misma; quiere cambiar el sistema político, pero
también atrae a sus principales representantes; puede ser una especie de
Boulanger, pero no se va a suicidar y, lo más posible, es que muestre
una cara joven y audaz a la antigua vieja casta política y, como Fausto,
le de la eterna juventud.
Al
tener casi asegurado el triunfo en la segunda vuelta frente a Marine Le
Pen, con un porcentaje aproximado de un 68% contra un 32% de Le Pen,
gracias al apoyo de los republicanos y su candidato Fillon, y de los
socialistas, con Hamon, además del Presidente de la República y del ex
Primer Ministro, Manuel Valls, además de las principales figuras de la V
República, sumado al apoyo de la Comunidad Europea y Presidentes y
Primeros Ministros de la mayoría de los países neoliberales, Macron
aseguraría la permanencia de Francia en la Comunidad Europea.
El
frente antifascista de 2002, contra el peligro del triunfo de Jean
Marie Le Pen, no se va a repetir en las mismas condiciones: en la
primera vuelta, Jacques Chirac obtuvo el 19.88%, Jean Marie Le pen, el
16.86% y Leonel Jospin, el 16.18%. En la segunda vuelta, entre Chirac y
Le Pen, el primero obtuvo el 70% y Le Pen, apenas el 18%. El quinquenio
de Chirac fue un verdadero fracaso, y el frente antifascista ni siquiera
sirvió para detener al Frente Nacional. En 2012, su hija, Marine Le
Pen, obtuvo 17,90% y en las elecciones de 2017, 21.43%, con la más alta
votación que jamás haya tenido el partido de ultraderecha francesa.
El
gaullismo, por otro lado, no ha hecho otra cosa que perder votos: en
2012, con Nicolas Sarkozy, obtuvo el 27,18% bajando, en la última
elección, con Francois Fillon, a 19,94%; en el caso de la izquierda,
Jean-Luc Mélenchon obtuvo, en 2012, 11,10%, y en abril de 2017, el
19,62%.
Como lo vimos antes, los más castigsdos fueron los socialistas que, del 28,63 de Hollande, bajaron al 6,36%, de Hamon.
Aún
resta la segunda vuelta y sobre todo, las elecciones parlamentarias,
cuyo resultado es incierto, dada la fragmentación del cuadro político
actual. En el caso de 2002, el Parlamento elegido favoreció a los
gaullistas, sin cambiar en lo más mínimo el cuadro político de la
Asamblea Nacional.
En
síntesis, si bien hay un cambio en las fuerzas políticas, es muy
difícil pronosticar el grado de derrumbe del socialismo francés, como la
capacidad de sobrevivir de la casta política, basándose en el gato
pardismo que parece anunciar el movimiento En Marche de Macron, pero de
todas maneras los clivajes, parece, han cambiado, pues asoma una Francia
insumisa, la única que tiene capacidad para imponerse a un Frente
Nacional, que aumenta su votación y que cada día penetra más en sectores
descontentos.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
24/04/2017La desintegración del socialismo francés
Patricio López |Lunes 24 de abril 2017 7:57 hrs.
La
desintegración del socialismo francés al obtener el peor resultado
presidencial desde 1969 es el dato más importante de la primera vuelta
en ese país. Aunque a un sector del partido siempre le produjo aversión
ser metido en el saco socialdemócrata, el de la Internacional
Socialista, en nombre de un supuesto izquierdismo a secas, es evidente
que comparte domicilio con otras tiendas que antes han corrido suerte
parecida y que instalan la pregunta sobre su actual necesidad histórica:
reducidas al mínimo en Grecia, impugnadas en España, como acompañantes
menores de gobiernos de derecha en Argentina y Brasil, sin claridad
sobre su futuro en Chile, en fin. La derrota socialdemócrata es un dato
de la política mundial y es especialmente importante en un país como
Francia, cuyo rol histórico en Europa ha sido oficiar como contrapeso de
Alemania. Y, en este contexto con Angela Merkel, ideológicamente
también. El gobierno de Hollande ha fracasado estrepitosamente en ésa,
una de sus promesas de campaña para la Francia post-Sarkozy.
El candidato de su tienda, Benoît Hamon, ha sido tirado por caballos socialistas en sentido contrario, hasta desmembrarse. Los barones del partido aglutinados en el Gobierno de Hollande, quien hizo campaña con la mano izquierda y luego gobernó con la derecha, apoyaron al neoliberal con pasado socialista Emmanuel Macron sin disimulo. Y, hacia la izquierda, el espacio fue ocupado por la irrupción de Jean-Luc Mélenchon, quien tuvo más credibilidad para comprometer el cambio que alguien del partido gobernante como Hamon, por muy díscolo que fuera.
Según los datos a la hora de la escritura de este artículo, con tendencias irreversibles, Emmanuel Macron obtiene el 23,72% de los votos y Marine Le Pen el 21,90%. Esas proyecciones colocan tercero a François Fillon (19,92%) y cuarto a Jean-Luc Mélenchon (19,2%), mientras que el socialista Benoît Hamon queda en un muy lejano quinto lugar con el 6,2%. Así, y como desde hace tres lustros, la extrema derecha está logrando pasar a segunda vuelta, pero es primera vez que estará acompañada por un candidato independiente, es decir, que habrá una segunda vuelta sin los partidos tradicionales franceses.
Macron, decíamos, es un neoliberal de centro, con el cuerpo mínimamente cargado a la izquierda (Andrés Velasco lo ha reivindicado en su cuenta de Twitter), cuya doctrina y políticas son, vistas desde la izquierda, como responsables principales del auge de la extrema derecha en el país. La tesis es que ese sector se alimenta del miedo y que las políticas neoliberales de centroizquierda no solo desmantelan el Estado de Bienestar y ponen incertidumbre al futuro de las personas, sino que además reemplazan el viejo lugar del socialismo sin hacer contrapeso ideológico real al imperio de la derecha, en tiempos de la globalización financiera. En esas circunstancias, especialmente los más pobres y las zonas históricamente socialistas han apoyado a Marine Le Pen, quien, aunque produzca indigestión, es hoy literalmente la candidata de los sectores populares.
Sin embargo, enfrentados en concreto a la Segunda Vuelta, Macron se erigió rápidamente como la alternativa razonable, la de la Francia republicana europeísta, frente al Fascismo. Por ello, a minutos de conocidos los resultados, los candidatos Fillon y Hamon se cuadraron con él, tal como lo hizo el socialista Lionel Jospin hace exactamente 15 años, cuando marchó codo a codo por las calles de Paris con Jacques Chirac, apoyándolo en la segunda vuelta donde compitió con Jean Marie Le Pen, el padre de la actual candidata. Esta reacción del domingo en la noche daría lugar a un resultado categórico: los primeros sondeos le auguran un 62% de intención de voto a Macron frente a un 37% de Le Pen.
Como sea, hay que insistir en que las razones de un sector de Francia para apoyar a la extrema derecha se han mantenido consistentes durante este tiempo. Hace 15 años y un día, para la segunda vuelta de 2002, el diario El País de España afirmaba que “el respaldo a Le Pen tiene una inequívoca interpretación: es un voto contra Europa y contra la inmigración, favorecido por la obsesión de la inseguridad ciudadana que, como había dejado claro la campaña electoral, han sido los mejores avales de un líder extremista que cumple por primera vez el sueño de pasar a la segunda vuelta de las presidenciales, tras haberlo intentado antes cuatro veces”.
Macron será la alternativa electoral inmediata, pero urge una respuesta política e ideológica consistente al auge de la extrema derecha. Desde la izquierda, y quizás germinalmente, es destacable el extraordinario desempeño de Melenchon, quien logró atraer a parte importante del electorado socialista y a los jóvenes, con dos cambios respecto a su candidatura anterior, donde obtuvo el 11%: en lo político, amplió el abanico desde la izquierda tradicional y buscó representar a todos los movimientos emergentes que disienten de las políticas oficiales; y, en lo comunicacional, basándose en la notable campaña en redes del estadounidense Bernie Sanders, su equipo logró crear cuentas de Twitter, Facebook y un canal en Youtube con una audiencia comparable a los canales de la televisión abierta. De este modo, Melenchon pudo saltar el bloqueo y presentarse como un candidato en sintonía con los últimos usos de la tecnología en la comunicación política ¿Dónde irán a parar esas fuerzas? En el corto plazo, se anunció una consulta a las bases para decidir si se sumarán al voto anti-Le Pen en segunda vuelta. En lo posterior, se abre una posibilidad similar a la española, de que un movimiento desde la izquierda supere el anquilosamiento del socialismo.
Eso será después, en todo caso, del triunfo que los expertos ya le auguran a Macron, quien deberá hacerse cargo de un país en crisis de cohesión, con estados de excepción y el reciente el cierre de las fronteras por los actos terroristas, que no se producía desde la Segunda Guerra Mundial. El candidato ya se ha comprometido con la actual institucionalidad de Europa y con un nacionalismo no xenófobo, lo cual no se sabe muy bien aún cómo se aterrizará. Adicionalmente, su origen banquero no ayuda a despejar, quizás, la principal duda que tiene Europa hoy: cómo reivindicar ante la ciudadanía la vigencia política de la Unión, cuando un sector importante de los votantes ve a la institucionalidad supranacional como funcional al capital, más que al servicio del bienestar de las personas.
El candidato de su tienda, Benoît Hamon, ha sido tirado por caballos socialistas en sentido contrario, hasta desmembrarse. Los barones del partido aglutinados en el Gobierno de Hollande, quien hizo campaña con la mano izquierda y luego gobernó con la derecha, apoyaron al neoliberal con pasado socialista Emmanuel Macron sin disimulo. Y, hacia la izquierda, el espacio fue ocupado por la irrupción de Jean-Luc Mélenchon, quien tuvo más credibilidad para comprometer el cambio que alguien del partido gobernante como Hamon, por muy díscolo que fuera.
Según los datos a la hora de la escritura de este artículo, con tendencias irreversibles, Emmanuel Macron obtiene el 23,72% de los votos y Marine Le Pen el 21,90%. Esas proyecciones colocan tercero a François Fillon (19,92%) y cuarto a Jean-Luc Mélenchon (19,2%), mientras que el socialista Benoît Hamon queda en un muy lejano quinto lugar con el 6,2%. Así, y como desde hace tres lustros, la extrema derecha está logrando pasar a segunda vuelta, pero es primera vez que estará acompañada por un candidato independiente, es decir, que habrá una segunda vuelta sin los partidos tradicionales franceses.
Macron, decíamos, es un neoliberal de centro, con el cuerpo mínimamente cargado a la izquierda (Andrés Velasco lo ha reivindicado en su cuenta de Twitter), cuya doctrina y políticas son, vistas desde la izquierda, como responsables principales del auge de la extrema derecha en el país. La tesis es que ese sector se alimenta del miedo y que las políticas neoliberales de centroizquierda no solo desmantelan el Estado de Bienestar y ponen incertidumbre al futuro de las personas, sino que además reemplazan el viejo lugar del socialismo sin hacer contrapeso ideológico real al imperio de la derecha, en tiempos de la globalización financiera. En esas circunstancias, especialmente los más pobres y las zonas históricamente socialistas han apoyado a Marine Le Pen, quien, aunque produzca indigestión, es hoy literalmente la candidata de los sectores populares.
Sin embargo, enfrentados en concreto a la Segunda Vuelta, Macron se erigió rápidamente como la alternativa razonable, la de la Francia republicana europeísta, frente al Fascismo. Por ello, a minutos de conocidos los resultados, los candidatos Fillon y Hamon se cuadraron con él, tal como lo hizo el socialista Lionel Jospin hace exactamente 15 años, cuando marchó codo a codo por las calles de Paris con Jacques Chirac, apoyándolo en la segunda vuelta donde compitió con Jean Marie Le Pen, el padre de la actual candidata. Esta reacción del domingo en la noche daría lugar a un resultado categórico: los primeros sondeos le auguran un 62% de intención de voto a Macron frente a un 37% de Le Pen.
Como sea, hay que insistir en que las razones de un sector de Francia para apoyar a la extrema derecha se han mantenido consistentes durante este tiempo. Hace 15 años y un día, para la segunda vuelta de 2002, el diario El País de España afirmaba que “el respaldo a Le Pen tiene una inequívoca interpretación: es un voto contra Europa y contra la inmigración, favorecido por la obsesión de la inseguridad ciudadana que, como había dejado claro la campaña electoral, han sido los mejores avales de un líder extremista que cumple por primera vez el sueño de pasar a la segunda vuelta de las presidenciales, tras haberlo intentado antes cuatro veces”.
Macron será la alternativa electoral inmediata, pero urge una respuesta política e ideológica consistente al auge de la extrema derecha. Desde la izquierda, y quizás germinalmente, es destacable el extraordinario desempeño de Melenchon, quien logró atraer a parte importante del electorado socialista y a los jóvenes, con dos cambios respecto a su candidatura anterior, donde obtuvo el 11%: en lo político, amplió el abanico desde la izquierda tradicional y buscó representar a todos los movimientos emergentes que disienten de las políticas oficiales; y, en lo comunicacional, basándose en la notable campaña en redes del estadounidense Bernie Sanders, su equipo logró crear cuentas de Twitter, Facebook y un canal en Youtube con una audiencia comparable a los canales de la televisión abierta. De este modo, Melenchon pudo saltar el bloqueo y presentarse como un candidato en sintonía con los últimos usos de la tecnología en la comunicación política ¿Dónde irán a parar esas fuerzas? En el corto plazo, se anunció una consulta a las bases para decidir si se sumarán al voto anti-Le Pen en segunda vuelta. En lo posterior, se abre una posibilidad similar a la española, de que un movimiento desde la izquierda supere el anquilosamiento del socialismo.
Eso será después, en todo caso, del triunfo que los expertos ya le auguran a Macron, quien deberá hacerse cargo de un país en crisis de cohesión, con estados de excepción y el reciente el cierre de las fronteras por los actos terroristas, que no se producía desde la Segunda Guerra Mundial. El candidato ya se ha comprometido con la actual institucionalidad de Europa y con un nacionalismo no xenófobo, lo cual no se sabe muy bien aún cómo se aterrizará. Adicionalmente, su origen banquero no ayuda a despejar, quizás, la principal duda que tiene Europa hoy: cómo reivindicar ante la ciudadanía la vigencia política de la Unión, cuando un sector importante de los votantes ve a la institucionalidad supranacional como funcional al capital, más que al servicio del bienestar de las personas.
¿'Frexit' a la vista? Cómo amenazan a la UE los candidatos a la presidencia francesa
Publicado: 1 may 2017 13:05 GMT | Última actualización: 1 may 2017 13:56 GMT - RT
Marine Le Pen se ha mostrado crítica con la
Unión Europea desde el principio y este lunes le ha salido un
'partidario' inesperado: Emmanuel Macron.
A
menos de una semana de la segunda ronda de las elecciones
presidenciales en Francia, los candidatos han vuelto a expresar su
opinión sobre la Unión Europea y su futuro. Esta vez, ambos se han
mostrado críticos sobre la manera de funcionar del bloque y han
coincidido en que necesita reformas radicales.
Para Le Pen, "el problema principal de la UE" reside en el hecho de que "se ha vuelto casi totalitaria". Sin embargo, la candidata del Frente Nacional espera que, junto con otros países europeos que comparten sus ideas, pueda "cambiar radicalmente" su modelo de funcionamiento. Así, la política ha propuesto "dar un nombre nuevo a esta nueva Europa de naciones y de colaboración", como "Alianza Europea de Estados Independientes".
La candidata del Frente Nacional ya prometió que, en el caso de que acceda al poder, convocará un referéndum para que Francia salga de la UE y sobre el euro en la primera mitad de 2018. Le Pen estima que su país debe disponer de una moneda propia porque "el euro está muerto".
Sin embargo, en un aparente intento de arrebatar votantes euroescépticos a Le Pen, este lunes ha adoptado una línea más crítica, al asegurar que la Unión Europea debe reformarse o, de lo contrario, su país podría acabar abandonando el bloque.
Aunque
Macron ha reiterado que se califica como "pro europeo" y que la
política de la UE "es extremadamente importante para el pueblo francés" y
para el lugar de su país "en la globalización", Macron considera que "la disfunción de la UE ya no es sostenible".
En este sentido, considera importante "escuchar a nuestra gente y al
hecho de que, hoy en día, se muestra enormemente irritada e impaciente",
según ha destacado a la BBC.
El exministro francés sostiene que la UE necesita reformas y que, de ser elegido como presidente, planea dedicar su mandato a "reformar de manera profunda la Unión Europea y nuestro proyecto europeo" porque, si el bloque no cambia su línea política, eso no solo dañará la globalización, sino que también supondrá una "traición" y podría derivar en "un 'Frexit' o un nuevo Frente Nacional".
La Constitución de Francia establece que "la República forma parte de la Unión Europea", con lo cual, un 'Frexit' requeriría un cambio constitucional. Según su artículo 89, cualquier modificación en esa Carta Magna debe ser propuesta por el Gobierno, no por el presidente. Además, tiene que ser refrendada por ambas cámaras legislativas y recibir la aprobación mediante una votación pública en referéndum o por el 60 % del Congreso.
Esto significa que, si Le Pen es presidenta y desea convocar esa consulta popular, necesitaría "una gran mayoría" en las elecciones legislativas de junio, explica Philippe Cossalter, profesor de Derecho en la Universidad del Sarre (Alemania).
En la misma línea, Guillaume Menuet, un economista del banco Citigroup, estima "poco probable" que Le Pen impulse un referéndum sobre la UE en el caso de que su presidencia no tenga una amplia mayoría.
Le Pen: una alianza alternativa en vez de una UE totalitaria
Marine Le Pen, que ha hablado en reiteradas ocasiones de la necesidad de abandonar la UE, ha asegurado en declaraciones a la radio Europe 1 que, a pesar de "ser europea", no desea que su país forma parte de "la estructura política llamada Unión Europea, que se ha desviado completamente de su curso".Para Le Pen, "el problema principal de la UE" reside en el hecho de que "se ha vuelto casi totalitaria". Sin embargo, la candidata del Frente Nacional espera que, junto con otros países europeos que comparten sus ideas, pueda "cambiar radicalmente" su modelo de funcionamiento. Así, la política ha propuesto "dar un nombre nuevo a esta nueva Europa de naciones y de colaboración", como "Alianza Europea de Estados Independientes".
"El principal problema de la UE es que se ha vuelto casi totalitaria".
Marine Le Pen, candidata del Frente Nacional
Marine Le Pen, candidata del Frente Nacional
Macron: reformas o el 'Frexit'
Al igual que Marine Le Pen se opone abiertamente a la UE, Emmanuel Macron, candidato a la presidencia de Francia por el partido En Marche!, ha apoyado el bloque desde los inicios de su campaña electoral y ha llegado a definir como una prioridad la protección de los intereses de la UE y sus ciudadanos, después de la salida del Reino Unido.Sin embargo, en un aparente intento de arrebatar votantes euroescépticos a Le Pen, este lunes ha adoptado una línea más crítica, al asegurar que la Unión Europea debe reformarse o, de lo contrario, su país podría acabar abandonando el bloque.
"Tenemos
que hacer frente a la situación, escuchar que nuestra gente está
extremadamente enojada e impaciente: hoy, la disfunción de la UE ya no
es sostenible".
Emmanuel Macron, candidato del partido En Marche!
Emmanuel Macron, candidato del partido En Marche!
El exministro francés sostiene que la UE necesita reformas y que, de ser elegido como presidente, planea dedicar su mandato a "reformar de manera profunda la Unión Europea y nuestro proyecto europeo" porque, si el bloque no cambia su línea política, eso no solo dañará la globalización, sino que también supondrá una "traición" y podría derivar en "un 'Frexit' o un nuevo Frente Nacional".
¿Es posible un referéndum sobre el 'Frexit'?
Con todo, un referéndum en el caso de que venza Marine Le Pen "no resulta imposible, pero es improbable", apuntan los especialistas consultados por el diario 'Financial Times'.La Constitución de Francia establece que "la República forma parte de la Unión Europea", con lo cual, un 'Frexit' requeriría un cambio constitucional. Según su artículo 89, cualquier modificación en esa Carta Magna debe ser propuesta por el Gobierno, no por el presidente. Además, tiene que ser refrendada por ambas cámaras legislativas y recibir la aprobación mediante una votación pública en referéndum o por el 60 % del Congreso.
Esto significa que, si Le Pen es presidenta y desea convocar esa consulta popular, necesitaría "una gran mayoría" en las elecciones legislativas de junio, explica Philippe Cossalter, profesor de Derecho en la Universidad del Sarre (Alemania).
En la misma línea, Guillaume Menuet, un economista del banco Citigroup, estima "poco probable" que Le Pen impulse un referéndum sobre la UE en el caso de que su presidencia no tenga una amplia mayoría.
- El 23 de abril se celebró la primera ronda de las elecciones presidenciales en Francia.
- Emmanuel Macron (24,01 %) y Marine Le Pen pasaron a la segunda vuelta y se disputarán el poder de Francia el próximo 7 de mayo.
Macron advierte de que si la UE no acomete reformas corre el riesgo de un 'Frexit'
Dejar que la UE continúe como hasta ahora sería "una
traición" a los ciudadanos, declara el favorito en las encuestas para
ganar la segunda vuelta de las presidenciales francesas ante la
ultraderechista Marine Le Pen.
El candidato
centrista a las elecciones presidenciales de Francia, Emmanuel Macron,
advierte de que si la Unión Europea (UE) no se reforma corre el riesgo
de afrontar el peligro de un "frexit" (salida francesa del bloque) o del Frente Nacional, en unas declaraciones difundidas hoy por la BBC.
Macron, favorito en las encuestas frente a
su rival de ultraderecha Marine Le Pen para imponerse en la segunda
vuelta del 7 de mayo, señala que, si sale elegido, tendrá como prioridad
"reformar profundamente la UE y nuestro proyecto europeo".
Dejar que la UE continúe como hasta ahora
sería "una traición" a los ciudadanos, declara a la cadena pública del
Reino Unido. "Y no quiero hacer eso. Porque, al día siguiente, tendremos
'frexit' o tendremos el Frente Nacional (de Le Pen) otra vez", declaró.
Macron subraya que él es proeuropeo y
ha defendido "constantemente la idea de Europa" y sus políticas durante
la campaña electoral, porque considera el bloque importante para
Francia y su lugar "en la globalización".
"Pero al mismo tiempo debemos afrontar la
situación, escuchar a nuestra gente, escuchar el hecho de que están muy
enfadados hoy, impacientes, y la disfunción de la UE ya no es sostenible", manifiesta.
Desde el 23 de abril, cuando pasó a la
segunda vuelta como el candidato más votado, con el 24,03 %, Macron, de
39 años, ha caído varios puntos en los sondeos, que le sitúan con una
victoria frente a Le Pen todavía amplía (60 %) pero menor a la que se
pronosticaba.
Para la ultraderechista francesa Marine Le Pen 'el euro está muerto'
Para la candidata ultraderechista a la presidencia de Francia "el euro está muerto" y es responsable del desempleo masivo en su país. Le Pen apoya introducir una moneda nacional para Francia, y utilizar el euro solo para lo internacional.
La candidata ultraderechista a la Presidencia de Francia por el
Frente Nacional, Marine Le Pen, explicó este domingo en una entrevista
con ‘Le Parisien’ que es necesario introducir una moneda nacional en la
economía de Francia, porque “el euro está muerto”.
En ese sentido explicó que en caso de ganar las elecciones intentará implementar una moneda nacional. “Es necesario controlar la moneda, adaptarla a la economía porque hoy la moneda única es una carga”, aseguró la candidata que consideró que hoy el euro es “en gran parte responsable del desempleo en masa” en Francia.
Le Pen propone la cohabitación de dos divisas para transacciones nacionales e internacionales. El euro debe ser usado “solo por las empresas grandes dedicadas al comercio internacional”, y la otra moneda “para las compras cotidianas”.
La candidata ultraderecista también aclaró que si llega al poder negociará con la UE la recuperación de cuatro soberanías para ella “esenciales”: el territorio, la ley, la economía y la moneda. Le Pen precisó que en caso de que fracase su negociación lo someterá a referendo a los franceses y “si votan no, no podré quedarme en mi puesto”, admitió, mientras que si votan que sí obtendrá una posición de fuerza y la UE se verá obligada a aceptar, ya que no querrá que “un país suplementario se vaya” después de lo sucedido en el Reino Unido.
Para el todavía presidente francés, François Hollande, Le Pen busca “camuflar” su voluntad de sacar a Francia de la eurozona porque es consciente de que no es lo que quieren los franceses y de que la idea “da miedo”.
“Su voluntad siempre ha sido la salida de Francia de la zona euro y de la Unión Europea”, recordó Hollande.
Dupont-Aignant logró en la primera vuelta de las presidenciales 1,700.000 votos, el 4,7% del total, y su unión a Le Pen significa una alianza histórica para el Frente Nacional, un partido históricamente arrinconado por su carácter xenófobo y antirrepublicano.
“Nicolas Dupont-Aignan es un patriota sincero y exigente. Se ha mostrado capaz de salir de la zona de confort”, aseguró Le Pen, quien tuvo que suavizar algunas de sus promesas electorales para alcanzar un acuerdo con él previo a las elecciones.
Entre los seis puntos acordados, figuran la salida del euro, que aplazarían para 2018, cuando se celebran elecciones europeas, y la escolarización de los hijos de los inmigrantes sin papeles, que Le Pen quería prohibir.
“Hay que preguntarse acerca de lo que supone confiarle el poder de la quinta potencia económica a un banquero aventurero”, dijo Dupont-Aignan, en referencia al candidato, en principio favorito a la presidencia, Emmanuel Macron.
Macron por su parte consideró que esta alianza es una “artimaña” de la candidata para disimular sus problemas de credibilidad.
“El proyecto de Marine Le Pen no tiene nada que ver con el hecho de que este o aquel sea su primer ministro. Una elección presidencial es un proyecto presentado ante el pueblo. El proyecto de la señora Le Pen es un proyecto peligroso para el país y para el campo francés porque propone retraerse y un cierre de fronteras”, aseguró.
En ese sentido explicó que en caso de ganar las elecciones intentará implementar una moneda nacional. “Es necesario controlar la moneda, adaptarla a la economía porque hoy la moneda única es una carga”, aseguró la candidata que consideró que hoy el euro es “en gran parte responsable del desempleo en masa” en Francia.
Le Pen propone la cohabitación de dos divisas para transacciones nacionales e internacionales. El euro debe ser usado “solo por las empresas grandes dedicadas al comercio internacional”, y la otra moneda “para las compras cotidianas”.
La candidata ultraderecista también aclaró que si llega al poder negociará con la UE la recuperación de cuatro soberanías para ella “esenciales”: el territorio, la ley, la economía y la moneda. Le Pen precisó que en caso de que fracase su negociación lo someterá a referendo a los franceses y “si votan no, no podré quedarme en mi puesto”, admitió, mientras que si votan que sí obtendrá una posición de fuerza y la UE se verá obligada a aceptar, ya que no querrá que “un país suplementario se vaya” después de lo sucedido en el Reino Unido.
Para el todavía presidente francés, François Hollande, Le Pen busca “camuflar” su voluntad de sacar a Francia de la eurozona porque es consciente de que no es lo que quieren los franceses y de que la idea “da miedo”.
“Su voluntad siempre ha sido la salida de Francia de la zona euro y de la Unión Europea”, recordó Hollande.
Primer ministro eurofóbo
La candidata ultraderechista también anunció recientemente que si llega a ser presidenta nombrará primer ministro al eurófobo Nicolas Dupont-Aignant, con quien ha firmado un pacto de gobierno ante las cámaras.Dupont-Aignant logró en la primera vuelta de las presidenciales 1,700.000 votos, el 4,7% del total, y su unión a Le Pen significa una alianza histórica para el Frente Nacional, un partido históricamente arrinconado por su carácter xenófobo y antirrepublicano.
“Nicolas Dupont-Aignan es un patriota sincero y exigente. Se ha mostrado capaz de salir de la zona de confort”, aseguró Le Pen, quien tuvo que suavizar algunas de sus promesas electorales para alcanzar un acuerdo con él previo a las elecciones.
Entre los seis puntos acordados, figuran la salida del euro, que aplazarían para 2018, cuando se celebran elecciones europeas, y la escolarización de los hijos de los inmigrantes sin papeles, que Le Pen quería prohibir.
“Hay que preguntarse acerca de lo que supone confiarle el poder de la quinta potencia económica a un banquero aventurero”, dijo Dupont-Aignan, en referencia al candidato, en principio favorito a la presidencia, Emmanuel Macron.
Macron por su parte consideró que esta alianza es una “artimaña” de la candidata para disimular sus problemas de credibilidad.
“El proyecto de Marine Le Pen no tiene nada que ver con el hecho de que este o aquel sea su primer ministro. Una elección presidencial es un proyecto presentado ante el pueblo. El proyecto de la señora Le Pen es un proyecto peligroso para el país y para el campo francés porque propone retraerse y un cierre de fronteras”, aseguró.
Dos tercios de los militantes de la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon votarán en blanco o se abstendrán, según la consulta ‘online’ hecha por este movimiento
Coqueteando con la abstención
Con más de 10,5 millones de
personas, los abstencionistas fueron el colectivo más numeroso en la
primera vuelta. El peligro Le Pen no les desanima
Enric Bonet
" />
Jóvenes de la sección juvenil del sindicato
Solidaires, en la manifestación del 1 de mayo, con una pancarta en la
que se lee: "Ni peste, ni cólera. Abstención!"E.B.
París |
3 de
Mayo de
2017 . ctxt
Votar al centrista Emmanuel Macron o no votar. El rechazo que la
mayoría de los franceses siente respecto al ultraderechista Frente
Nacional (FN) no se ve reflejado en una adhesión instantánea al
exministro de Economía. Ni siquiera con una pinza en la nariz: muchos
dudan si acudir a las urnas el 7 de mayo. Según los sondeos, el
candidato de En Marche! (En Marcha!) obtendrá un 60% de los votos y se
impondrá con claridad a la ultranacionalista Marine Le Pen (40%). Muy
lejos del 82% con el que se impuso Jacques Chirac a Le Pen padre en
2002. Aunque la victoria de Macron parece cantada, resulta significativo
el posible incremento de la abstención.
Según un estudio de opinión de Ifop, el 28% de los franceses no acudirá a votar en la segunda vuelta, mientras los abstencionistas representaron el 21% en la primera. El 29% de los franceses desea que no gane ni Macron ni Le Pen, según un sondeo de Cevipof, publicado este 3 de mayo. En este mismo estudio, casi la mitad de los electores reconoce que no le gusta la personalidad de Macron. Y el 67% de los franceses prefiere que su país no se abra aún más a la globalización como reivindica el líder de En Marche!. Los valores liberales del exministro de Economía no resultan convincentes para buena parte de los franceses y esto abre la posibilidad a un incremento del número de abstencionistas y votantes en blanco.
Dos tercios de los militantes de la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon votarán en blanco o se abstendrán, según la consulta ‘online’ hecha por este movimiento Al contrario de lo que sucedió en las elecciones presidenciales de 2002, o en las regionales de 2015, la amenaza de la llegada al poder del FN no parece movilizar al electorado francés. El tradicional frente republicano se fisura. La idea de votar a cualquier otro candidato menos a Le Pen ya no genera consenso. Dos tercios de los militantes de la Francia Insumisa (FI) de Jean-Luc Mélenchon votarán en blanco o se abstendrán, según la consulta online hecha por este movimiento, publicada el 2 de mayo. Sólo el 34% de los insumisos apostará por Macron.
“No podemos elegir entre el ultraliberalismo de Macron o la ultraderecha de Le Pen”, reconoce Olivier Prenant, 58 años. Este miembro de un grupo local de la Francia Insumisa en Lilas, nordeste de la región parisina, afirma que votará “con una papeleta en blanco en la que escribiré las siglas JLM [en referencia a Mélenchon]”. Para este antiguo empleado en el sector de la edición, que actualmente se encuentra en paro, “estamos sometidos a una gran violencia social que se ha visto acentuada por las políticas de Hollande y Macron”. Presente en la tradicional manifestación del 1 de mayo en París, asegura que comparte la posición de los sindicatos contestatarios, como la CGT o Force Ouvrière, que no han pedido el voto para Macron.
Izquierda y derecha, divididas ante el apoyo a Macron
Con lemas como “Ni patria ni patrón” o “La peste o el cólera”, la movilización del día del trabajador reflejó la división de la izquierda francesa ante el apoyo a Macron. Mientras que en 2002 la presencia del frentista Jean-Marie Le Pen en la segunda vuelta de las presidenciales generó una ola de contestación antirracista en la calle —entre 1,3 y 2 millones de personas se manifestaron el 1 de mayo de aquel año en contra del FN—, quince años después las movilizaciones han sido menos numerosas —entre 140.000 y 280.000 personas— y el mensaje, más ambiguo.
“Si vamos a votar, seguro que no lo haremos por Le Pen, pero tampoco queremos hacerlo por Macron, cuyo programa representa una amenaza para el futuro de nuestros hijos y nietos”, explica Christiane Poussant, jubilada. Acompañada por su marido Daniel en la manifestación, esta melenchonista denuncia las consecuencias sociales que comportará la reforma laboral que Macron quiere aprobar por decreto.
De hecho, el 35% de los electores de la France Insoumise aseguran que se abstendrán o votarán en blanco en la segunda de vuelta, según Ifop. El 45% de los insumisos apostará por Macron y sólo el 10% de ellos lo hará por Le Pen. La abstención o el voto en blanco no resultan, sin embargo, patrimonio exclusivo de los simpatizantes de Mélenchon. Aunque el dirigente de la derecha republicana François Fillon apoye a Macron, el 28% de los electores conservadores quiere abstenerse o votar en blanco, mientras que el 48% de ellos lo hará por el líder centrista y el 22% por la candidata del FN. También el 21% de los votantes del socialista Benoît Hamon pretende abstenerse o depositar una papeleta en blanco o nula.
La única esperanza con la que cuenta Le Pen es una abstención muy elevada de los electores de Mélenchon, Fillon y Hamon. Lo que le permitiría remontar los veinte puntos que la separan de Macron. “Si el 90% de las personas que apuestan por Le Pen va a votar el 7 de mayo y sólo lo hace el 65% de los que prefieren a Macron, la candidata frentista se proclamará vencedora de las presidenciales”, explicó el físico Serge Galam, que predijo la victoria de Donald Trump, en declaraciones al semanario Le Point. Una hipótesis poco probable, pero no imposible.
La incipiente crisis del régimen de la Quinta República
Aunque la abstención difícilmente impedirá la victoria del candidato de En Marche!, sí puede ilustrar la debilidad del Macron presidente. El líder centrista no será elegido por una adhesión mayoritaria a los valores liberales y business friendly de su candidatura, sino por el rechazo a la ultranacionalista Le Pen. Según un sondeo de Cevipof, el 45% de los electores de Macron en la primera vuelta de las presidenciales lo hizo por “voto útil”, para evitar una segunda vuelta entre la derecha y la extrema derecha, como sucedió en 2002 cuando se confrontaron el conservador Jacques Chirac y Jean-Marie Le Pen.
Desde 1962, la vida política francesa gira en torno a la elección del presidente por sufragio universal. Una votación cada cinco años (antes de 2002 era cada siete) que hace correr ríos de tinta en la prensa y despierta la pasión francesa por la política. Pero que también sirve para justificar el carácter presidencialista de la Quinta República, cuyo jefe de Estado elige al primer ministro y a los otros miembros del Ejecutivo de entre las filas del partido que tenga mayoría en la Asamblea Legislativa. Los diputados deben ratificar estos nombramientos. “Durante los últimos años el poder del ejecutivo no ha hecho más que reforzarse y el Parlamento sólo se dedica a tramitar las leyes impulsadas por el Gobierno”, lamenta Peillon.
Este carácter presidencialista se vio, de hecho, reforzado en 2002, cuando se aprobó pasar del septenio al quinquenio. Así se esperaba evitar la cohabitación entre un presidente de un color político y una Asamblea Nacional de otro, como sucedió entre 1997 y 2002, cuando el presidente conservador Chirac y el primer ministro socialista Lionel Jospin compartieron el poder. Pero desde entonces las presidenciales francesas se han convertido, a menudo, en una elección entre “lo malo” y “lo peor”. En un voto por descarte para evitar que el Frente Nacional accediera al poder (como sucedió en 2002 y probablemente en 2017) o para expresar el rechazo mayoritario a Sarkozy, que en 2012 permitió que Hollande fuera elegido.
“El sistema de voto a dos vueltas no me satisface”, reconoce Alex Wolf, 23 años, empleado en Suiza en un grupo de distribución. Este joven alsaciano reconoce que está “harto de tener que votar en contra de alguien”. Antiguo elector del anticapitalista Philippe Poutou en 2012, Wolf apostó este año por el partido de la abstención, como hicieron la mayoría de las personas de su generación. Con más de 10,5 millones de personas que no acudieron a votar, los abstencionistas fueron el colectivo más numeroso en la primera vuelta de las presidenciales.
Abstenerse para reformar el sistema
“Hasta ahora sólo nos interesábamos por el abstencionismo desde un punto de vista cuantitativo, pero este también tiene un valor cualitativo”, afirma el jurista Antoine Buéno, consejero desde hace quince años del grupo centrista en el Senado y encargado de redactar los discursos de François Bayrou durante la campaña presidencial de 2007. Tras haber publicado a finales de febrero el manifiesto No vote (No votes), Buéno reivindica la necesidad de que los abstencionistas se organicen para exigir una reforma del sistema político: “Podemos crear una agrupación de abstencionistas que digan que están dispuestos a ir a votar si se reconoce el voto en blanco”.
“Después de haber publicado No vote, me han contactado un centenar de colectivos favorables a la abstención”, explica Buéno. Uno de ellos es el grupo Abstención Consciente, que milita para boicotear estas elecciones presidenciales y las legislativas de junio. Compuesto por una veintena de miembros activos y sesenta simpatizantes, este colectivo justifica su acción con la frase del humorista francés Coluche “Si votar cambiara alguna cosa, ya hace tiempo que estaría prohibido”.
Además de los jóvenes y una parte de las clases obreras, el partido de la abstención lo conforman “ciudadanos con una vida cívica muy activa; muchos de ellos son miembros de asociaciones ecologistas o de ayuda a los refugiados”, explica Peillon. El hecho de no ir a votar, según Buéno, no significa claudicar ante la crisis de la democracia, sino que implica “un despertar del pueblo, ya que ser ciudadano no puede consistir en ir a votar sólo una vez cada cinco años”. Y menos aún tener que escoger cada cinco años entre lo malo y lo peor.
Según un estudio de opinión de Ifop, el 28% de los franceses no acudirá a votar en la segunda vuelta, mientras los abstencionistas representaron el 21% en la primera. El 29% de los franceses desea que no gane ni Macron ni Le Pen, según un sondeo de Cevipof, publicado este 3 de mayo. En este mismo estudio, casi la mitad de los electores reconoce que no le gusta la personalidad de Macron. Y el 67% de los franceses prefiere que su país no se abra aún más a la globalización como reivindica el líder de En Marche!. Los valores liberales del exministro de Economía no resultan convincentes para buena parte de los franceses y esto abre la posibilidad a un incremento del número de abstencionistas y votantes en blanco.
Dos tercios de los militantes de la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon votarán en blanco o se abstendrán, según la consulta ‘online’ hecha por este movimiento Al contrario de lo que sucedió en las elecciones presidenciales de 2002, o en las regionales de 2015, la amenaza de la llegada al poder del FN no parece movilizar al electorado francés. El tradicional frente republicano se fisura. La idea de votar a cualquier otro candidato menos a Le Pen ya no genera consenso. Dos tercios de los militantes de la Francia Insumisa (FI) de Jean-Luc Mélenchon votarán en blanco o se abstendrán, según la consulta online hecha por este movimiento, publicada el 2 de mayo. Sólo el 34% de los insumisos apostará por Macron.
“No podemos elegir entre el ultraliberalismo de Macron o la ultraderecha de Le Pen”, reconoce Olivier Prenant, 58 años. Este miembro de un grupo local de la Francia Insumisa en Lilas, nordeste de la región parisina, afirma que votará “con una papeleta en blanco en la que escribiré las siglas JLM [en referencia a Mélenchon]”. Para este antiguo empleado en el sector de la edición, que actualmente se encuentra en paro, “estamos sometidos a una gran violencia social que se ha visto acentuada por las políticas de Hollande y Macron”. Presente en la tradicional manifestación del 1 de mayo en París, asegura que comparte la posición de los sindicatos contestatarios, como la CGT o Force Ouvrière, que no han pedido el voto para Macron.
Izquierda y derecha, divididas ante el apoyo a Macron
Con lemas como “Ni patria ni patrón” o “La peste o el cólera”, la movilización del día del trabajador reflejó la división de la izquierda francesa ante el apoyo a Macron. Mientras que en 2002 la presencia del frentista Jean-Marie Le Pen en la segunda vuelta de las presidenciales generó una ola de contestación antirracista en la calle —entre 1,3 y 2 millones de personas se manifestaron el 1 de mayo de aquel año en contra del FN—, quince años después las movilizaciones han sido menos numerosas —entre 140.000 y 280.000 personas— y el mensaje, más ambiguo.
“Si vamos a votar, seguro que no lo haremos por Le Pen, pero tampoco queremos hacerlo por Macron, cuyo programa representa una amenaza para el futuro de nuestros hijos y nietos”, explica Christiane Poussant, jubilada. Acompañada por su marido Daniel en la manifestación, esta melenchonista denuncia las consecuencias sociales que comportará la reforma laboral que Macron quiere aprobar por decreto.
De hecho, el 35% de los electores de la France Insoumise aseguran que se abstendrán o votarán en blanco en la segunda de vuelta, según Ifop. El 45% de los insumisos apostará por Macron y sólo el 10% de ellos lo hará por Le Pen. La abstención o el voto en blanco no resultan, sin embargo, patrimonio exclusivo de los simpatizantes de Mélenchon. Aunque el dirigente de la derecha republicana François Fillon apoye a Macron, el 28% de los electores conservadores quiere abstenerse o votar en blanco, mientras que el 48% de ellos lo hará por el líder centrista y el 22% por la candidata del FN. También el 21% de los votantes del socialista Benoît Hamon pretende abstenerse o depositar una papeleta en blanco o nula.
La única esperanza con la que cuenta Le Pen es una abstención muy elevada de los electores de Mélenchon, Fillon y Hamon. Lo que le permitiría remontar los veinte puntos que la separan de Macron. “Si el 90% de las personas que apuestan por Le Pen va a votar el 7 de mayo y sólo lo hace el 65% de los que prefieren a Macron, la candidata frentista se proclamará vencedora de las presidenciales”, explicó el físico Serge Galam, que predijo la victoria de Donald Trump, en declaraciones al semanario Le Point. Una hipótesis poco probable, pero no imposible.
La incipiente crisis del régimen de la Quinta República
Aunque la abstención difícilmente impedirá la victoria del candidato de En Marche!, sí puede ilustrar la debilidad del Macron presidente. El líder centrista no será elegido por una adhesión mayoritaria a los valores liberales y business friendly de su candidatura, sino por el rechazo a la ultranacionalista Le Pen. Según un sondeo de Cevipof, el 45% de los electores de Macron en la primera vuelta de las presidenciales lo hizo por “voto útil”, para evitar una segunda vuelta entre la derecha y la extrema derecha, como sucedió en 2002 cuando se confrontaron el conservador Jacques Chirac y Jean-Marie Le Pen.
Según un sondeo de Cevipof, el 45% de los electores de Macron en la primera vuelta lo hizo por “voto útil”, para evitar una segunda vuelta entre la derecha y la extrema derecha“En 2002, toda la izquierda se movilizó por Chirac. Pero cuando este fue elegido hizo un gobierno de derechas y se convirtió en el campeón de la fractura social y el incremento de las desigualdades, que han favorecido al FN”, explica el periodista Antoine Peillon. Autor de la obra Voter, c’est abdiquer (Votar es abdicar), Peillon reivindica la abstención de forma militante: “Abstenerse quizás no servirá para tumbar el sistema, pero puede contribuir a que haya una toma de conciencia crítica”. Una mayor concienciación respecto al funcionamiento poco democrático del sistema electoral y del régimen político de la Quinta República, al que califica como “monarquía oligárquica”.
Desde 1962, la vida política francesa gira en torno a la elección del presidente por sufragio universal. Una votación cada cinco años (antes de 2002 era cada siete) que hace correr ríos de tinta en la prensa y despierta la pasión francesa por la política. Pero que también sirve para justificar el carácter presidencialista de la Quinta República, cuyo jefe de Estado elige al primer ministro y a los otros miembros del Ejecutivo de entre las filas del partido que tenga mayoría en la Asamblea Legislativa. Los diputados deben ratificar estos nombramientos. “Durante los últimos años el poder del ejecutivo no ha hecho más que reforzarse y el Parlamento sólo se dedica a tramitar las leyes impulsadas por el Gobierno”, lamenta Peillon.
Este carácter presidencialista se vio, de hecho, reforzado en 2002, cuando se aprobó pasar del septenio al quinquenio. Así se esperaba evitar la cohabitación entre un presidente de un color político y una Asamblea Nacional de otro, como sucedió entre 1997 y 2002, cuando el presidente conservador Chirac y el primer ministro socialista Lionel Jospin compartieron el poder. Pero desde entonces las presidenciales francesas se han convertido, a menudo, en una elección entre “lo malo” y “lo peor”. En un voto por descarte para evitar que el Frente Nacional accediera al poder (como sucedió en 2002 y probablemente en 2017) o para expresar el rechazo mayoritario a Sarkozy, que en 2012 permitió que Hollande fuera elegido.
“El sistema de voto a dos vueltas no me satisface”, reconoce Alex Wolf, 23 años, empleado en Suiza en un grupo de distribución. Este joven alsaciano reconoce que está “harto de tener que votar en contra de alguien”. Antiguo elector del anticapitalista Philippe Poutou en 2012, Wolf apostó este año por el partido de la abstención, como hicieron la mayoría de las personas de su generación. Con más de 10,5 millones de personas que no acudieron a votar, los abstencionistas fueron el colectivo más numeroso en la primera vuelta de las presidenciales.
Abstenerse para reformar el sistema
“Hasta ahora sólo nos interesábamos por el abstencionismo desde un punto de vista cuantitativo, pero este también tiene un valor cualitativo”, afirma el jurista Antoine Buéno, consejero desde hace quince años del grupo centrista en el Senado y encargado de redactar los discursos de François Bayrou durante la campaña presidencial de 2007. Tras haber publicado a finales de febrero el manifiesto No vote (No votes), Buéno reivindica la necesidad de que los abstencionistas se organicen para exigir una reforma del sistema político: “Podemos crear una agrupación de abstencionistas que digan que están dispuestos a ir a votar si se reconoce el voto en blanco”.
“Después de haber publicado No vote, me han contactado un centenar de colectivos favorables a la abstención”, explica Buéno. Uno de ellos es el grupo Abstención Consciente, que milita para boicotear estas elecciones presidenciales y las legislativas de junio. Compuesto por una veintena de miembros activos y sesenta simpatizantes, este colectivo justifica su acción con la frase del humorista francés Coluche “Si votar cambiara alguna cosa, ya hace tiempo que estaría prohibido”.
Además de los jóvenes y una parte de las clases obreras, el partido de la abstención lo conforman “ciudadanos con una vida cívica muy activa; muchos de ellos son miembros de asociaciones ecologistas o de ayuda a los refugiados”, explica Peillon. El hecho de no ir a votar, según Buéno, no significa claudicar ante la crisis de la democracia, sino que implica “un despertar del pueblo, ya que ser ciudadano no puede consistir en ir a votar sólo una vez cada cinco años”. Y menos aún tener que escoger cada cinco años entre lo malo y lo peor.
Autor: Enric Bonet - @EnricQuart
Puerto Rico se declara en bancarrota, busca renegociar deuda
Puerto Rico someterá sus finanzas al control de una Junta de Supervisión Fiscal que dictará su política fiscal.
Puerto Rico adeuda 12.096 millones de dólares en bonos y cerca de 240 millones a empresas que prestan servicios al Gobierno. Pero la deuda pública total está estimada en 70 mil millones de dólares.
El procedimiento está amparado en el Título III de la Ley para la Supervisión, Administración y Estabilidad Económica de Puerto Rico, conocida como la Ley Promesa. Esta ley, aprobada por el Congreso de Estados Unidos, prevé un proceso de reestructuración de la deuda pública bajo la supervisión de una Junta.
El gobernador Rosselló explicó que la activación de la medida busca “trabajar de forma estructurada en el pago de la deuda bajo los parámetros del plan fiscal”. La idea del Gobierno puertorriqueño sería poder hacer frente a las obligaciones del Ejecutivo pero "priorizando el interés de los ciudadanos".
“Seguimos comprometidos en mantener las negociaciones de buena fe para llegar a acuerdos con los acreedores (…) No obstante, ante el déficit que hemos heredado, es mi responsabilidad garantizar los mejores intereses del pueblo puertorriqueño”, dijo Rosselló quien asumió el gobierno el 2 de enero de este año.
Con base en la Ley Promesa, Puerto Rico, que es un Estado Libre Asociado de EE.UU. desde 1952, tendrá sus finanzas bajo el tutelaje de una Junta de Supervisión Fiscal nombrada desde Washington. Esto podría imponer a la isla un plan de austeridad, reformar la legislación puertorriqueña y ajustar sus prioridades económicas. La Junta funcionará hasta que la isla tenga cuatro años seguidos sin déficit fiscal.
Edición: teleSUR
CHILE
Coordinadora No + AFP llamará a un plebiscito nacional
La
Coordinadora Nacional de Trabajadoras y Trabajadores NO+AFP, convocó
este sábado a una Conferencia Metropolitana con el objetivo de abordar
la estrategia de convocar para los primeros días de octubre a un
Plebiscito Nacional. Se trata de analizar los aspectos más sustantivos
de una campaña política que cuestiona las bases mismas de la
institucionalidad y tensiona el ejercicio democrático de pronunciarse
sobre un derecho fundamental como es la Seguridad Social.
A
través de un comunicado, afirma: "Estamos viviendo un periodo post
dictadura donde el ejercicio de la soberanía no descansa en el pueblo ni
en los trabajadores, sino en los grupos de presión ligados directamente
a los sectores dominantes de la economía y de la política; es en ese
escenario que la estrategia del plebiscito exigirá un grado mayor de
organización; pero al mismo tiempo, nos permitirá en un año electoral
impedir ser desplazados por el peso de la propaganda y abrir el
necesario debate con la ciudadanía y los trabajadores sobre los derechos
esenciales que reclamamos".
Programa:
La conferencia se dividirá en dos ejes:
1-
Presentación de un informe jurídico que sirva de marco legal para
argumentar la legitimidad de este acto cívico que restituye a la gente
el derecho soberano a decidir.
Este aspecto lo desarrollará un experto jurídico que analizará desde el ángulo del derecho la vialidad de este proceso.
2-
Un segundo eje abordará los argumentos políticos que deben potenciar
esta movilización como la de mayor relevancia este año, presentando las
ventajas y potencialidades que puede aportar esta convocatoria en el
actual contexto político electoral.
Para finalizar, se responderán las preguntas de los concurrentes.
La
participación en esta conferencia es abierta a todos los miembros de
las coordinadoras zonales y comunales de la Región Metropolitana, así
como a todas las personas que han abrazado esta demanda.
Coordinadora Nacional de Trabajadores/as NO+AFP
Adimark: Beatriz Sánchez se posiciona en el tercer lugar de la carrera presidencial
Diario Uchile |Martes 2 de mayo 2017 11:36 hrs.
Revolución
Democrática ya habría recolectado las firmas para competir en primarias
legales. En tanto, en la carrera por el sillón de La Moneda, la
periodista se encumbra al 11%, quedando a ocho puntos de Alejandro
Guillier y a poco más de diez de Sebastián Piñera.
La de la periodista no fue la única variación reflejada en los resultados de abril: Sebastián Piñera se mantiene en el primer lugar con un 24% de preferencias (3 puntos menos que el mes anterior). En el segundo lugar se ubica Alejandro Guillier con 19% (una baja de 4 puntos), mientras que en el tercer lugar irrumpe Beatriz Sánchez con 11% de las preferencias, una inédita alza de 9 puntos respecto al mes anterior. (Cabe mencionar que su pre-candidatura se manifestó públicamente sólo hacia finales del mes de marzo). Más abajo, el ex presidente Ricardo Lagos y Franco Parisi comparten el cuarto lugar con 3% cada uno de las preferencias. Carolina Goic mantiene el 2% de preferencias observado en meses anteriores, mientras Manuel José Ossandón baja de 4% a 2% en este mes.
Según explican desde la consultora dirigida por Roberto Méndez “la sorprendente irrupción de Beatriz Sánchez, desde el denominado Frente Amplio, sin duda viene a modificar un escenario electoral que, hasta el mes anterior, aparecía bastante estabilizado. La aparición de una alternativa significativa (sobre el 10% de preferencia espontánea), ubicada políticamente hacia la izquierda de la Nueva Mayoría sin duda corresponde a un fenómeno más global que ya se ha visto en los procesos políticos de España y más recientemente de Francia. El apoyo de Sánchez se identifica mayoritariamente con jóvenes provenientes de niveles socio-económicos medio y alto, típicamente estudiantes de la educación superior”.
Al mismo tiempo que Adimark entregaba sus resultados mensuales, desde Revolución Democrática anunciaban que contaban con las firmas suficientes para inscribir a las candidaturas del Frente Amplio (Sánchez y Alberto Mayol) en una primaria legal, pese a ello, durante todo este martes continuarán en la recolección de adeptos para no naufragar en la misión.
En este contexto, la candidata destacó el trabajo del Frente Amplio para levantar su alternativa presidencial. “Hoy día en Frente Amplio focalizamos en lo que nos une, en lo que queremos proyectar hacia el futuro, en un proyecto que es colectivo. Lo que vemos en la Nueva Mayoría hoy día es que cada uno está sacando un poquito para cada uno y no hay un proyecto colectivo político”.
En contraposición, criticó la decisión tomada por la Democracia Cristiana y que terminó con la posibilidad de las primarias legales: “hoy día la Nueva Mayoría, y lo demuestra el no llegar a una primaria legal que ellos mismos apoyaron y votaron en el Congreso, es una forma de hacer política que está muy lejos de la forma que entendemos nosotros hacia la política”
Sábado 29 • Abril • 2017
Una coalición de movimientos y partidos busca pisar fuerte en elecciones chilenas
En su página web, el Frente Amplio manifiesta que su principal
desafío es “conformar un movimiento político y social amplio que permita
hacer converger, en su diversidad, todos los esfuerzos y las
voluntades” con el objetivo de “cambiar democráticamente las estructuras
desiguales de poder en Chile”. Se define como “una fuerza política con
opción real de gobernar y de legislar en beneficio de las mayorías”.
Esta coalición de 13 partidos y movimientos políticos se puede dividir en tres grandes sectores. El que dio comienzo al Frente Amplio es el que sus integrantes denominan “el Polo”, la alianza entre seis partidos de izquierda, la mayoría de los cuales surgió tras el movimiento de protesta estudiantil de 2011. “La movilización estudiantil fue muy masiva e instaló por primera vez en el sistema político la necesidad de reformar estructuralmente el sistema educacional en Chile”, dijo a la diaria Romina von Borries, la encargada de comunicaciones del partido. “Yo soy de esa generación. En 2011 estábamos en la lucha estudiantil porque éramos universitarios, pero salimos de la universidad y quisimos seguir haciendo política, y esa lucha estudiantil se tradujo en partidos con aspiraciones de disputa institucional por el poder”, agregó. La líder más visible de ese movimiento fuera de las fronteras de Chile fue la diputada Camila Vallejo, que milita desde su adolescencia en el Partido Comunista (integrante de la coalición gobernante Nueva Mayoría).
Los partidos que conforman el Polo del Frente Amplio se identifican con la izquierda y tienen entre sus dirigentes a líderes que acaban de salir del movimiento estudiantil. Contar con referentes tan jóvenes es poco frecuente en los partidos tradicionales de Chile.
El partido más antiguo del Polo es Izquierda Autónoma, que se conformó en 2008 y tiene una trayectoria y una presencia muy fuerte en las federaciones de estudiantes de varias universidades chilenas. En principio limitó su acción al ámbito universitario, pero después de las movilizaciones estudiantiles de 2011 optó por participar, con tres candidatos independientes, en las elecciones parlamentarias de 2013. Uno de esos tres candidatos era Gabriel Boric, ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, que accedió a su banca como independiente aunque respaldado por Izquierda Autónoma.
Mientras Izquierda Autónoma evaluaba, en 2012, si presentar candidatos a las elecciones parlamentarias, otros dirigentes estudiantiles pensaban en conformar otro movimiento para participar en esa instancia. La organización política Revolución Democrática surgió liderada por Giorgio Jackson, otro de los líderes más visibles del movimiento estudiantil de 2011 por su papel de vocero de la Confederación de Estudiantes de Chile y de presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Chile.
Jackson se convirtió en otro de los dirigentes estudiantiles en llegar a la primera división de la política chilena en 2013, cuando fue electo diputado por uno de los distritos electorales de Santiago. El dirigente estudiantil se presentó como independiente con el respaldo de su partido, pero también contó con el apoyo no declarado de la coalición de gobierno, Nueva Mayoría, que optó por no presentar candidatos a diputados en ese distrito.
La llegada de varios de sus dirigentes al Parlamento chileno marcó un quiebre para el movimiento estudiantil. Implicó que las ideas que habían surgido desde los estudiantes —no sólo vinculadas a la educación sino también a otros aspectos de Chile— tuvieran una plataforma distinta, que les permite transformar sus ideales en políticas. En una entrevista brindada a comienzos de abril a la revista chilena Qué Pasa, Vallejo explicó que cuando era militante “los mayores” le decían que tenía que madurar, abandonar sus ideales y ser más pragmática. Sin embargo, dijo, su trayectoria política le permitió consolidar sus ideas y no abandonarlas como si fueran parte de un “idealismo juvenil”. En esa misma instancia, Boric dijo que el movimiento estudiantil permitió que “mucha gente que había visto cómo la política no era parte de sus vidas” se sintiera integrada para “incidir en lo que es el rumbo del país”.
Nuevas miradas
La incorporación de Jackson y Boric al Parlamento les dio otra perspectiva a otros partidos más pequeños que también habían surgido del movimiento estudiantil, que empezaron a articularse con Izquierda Autónoma y Revolución Democrática, con la ambición de crecer, “salir de la lucha estudiantil y constituirse como organizaciones políticas que hicieran una apuesta para disputar la institucionalidad en Chile”, explica Von Borries. Los partidos y movimientos que se fueron incorporando son Convergencia de Izquierdas, Nueva Democracia e Izquierda Libertaria. A ellos se sumaron el Movimiento Autonomista, un sector liderado por Boric que se escindió de Izquierda Autónoma, y el Partido Humanista, una formación creada en 1984 que siempre estuvo muy vinculada a los movimientos estudiantiles.
El proceso no estuvo exento de polémicas. Una de las más marcadas tuvo lugar cuando el Ministerio de Educación convocó a varios diputados y referentes de los movimientos estudiantiles a participar en una comisión para trabajar en una reforma educativa. Se generó un debate entre estos partidos y, si bien la mayoría declinó la invitación, la Revolución Democrática de Jackson optó por aceptarla. “Ellos tienen una visión de izquierda pero están abiertos a la posibilidad de consensuar con el centro”, dijo Von Borries, y consideró que quizás este sea el partido menos radical entre los que se consideran de izquierda en el Frente Amplio. La colaboración no llegó a buen puerto y la reforma fue rechazada por todos los partidos surgidos de los movimientos estudiantiles, incluido Revolución Democrática. La participación de Jackson en esa instancia “más que fortalecer, debilitó al movimiento estudiantil y a la presión social por mejorar la educación”, opinó la dirigente.
Este fue uno de los antecedentes que llevaron a que los movimientos y partidos con orígenes estudiantiles radicalizaran su postura e incluyeran entre sus principios —después adoptados por el Frente Amplio— la total independencia de lo que llaman “el duopolio”, hoy representado por Nueva Mayoría y Chile Vamos, las coaliciones de centroizquierda y derecha, respectivamente.
Los partidos iniciaron una articulación en distintas áreas —por ejemplo, sus departamentos de género hicieron actividades en conjunto para el Día de la Mujer— y empezaron a debatir la posibilidad de presentar una coalición de izquierda para las elecciones presidenciales y parlamentarias del 19 de noviembre. Sin embargo, con el objetivo de contar con una alianza “más competitiva”, que pudiera “irrumpir con fuerza en el escenario del duopolio en Chile”, estos partidos acordaron formar una coalición “más amplia” ideológicamente, explicó Von Borries a la diaria.
Como parte de ese proceso se integraron varios movimientos; algunos se definen como de izquierda y otros como “partidos ciudadanos” y todos ellos fueron creados en este siglo a partir de inquietudes sociales. El Partido Igualdad, que se define como de “extrema izquierda”, fue creado en 2012 y surgió de varios movimientos de trabajadores y organizaciones sociales abocadas a la problemática de la vivienda. Se considera una “herramienta de los pueblos para alcanzar un gobierno de la clase trabajadora”. Otros movimientos que se sumaron al Frente Amplio fueron el Partido Pirata, el Ecologista Verde y Poder Ciudadano, que fue conformado en 2015 con la convicción de que “para construir un país mejor y más justo” los ciudadanos deben ser “los protagonistas de la política”.
La integración del Frente Amplio se completa con otras dos organizaciones. Una de ellas es el Partido Liberal, que se define como liberal y progresista. Se convirtió en partido en 2013. Antes fue un sector de Chile Primero, y se escindió de esa organización política porque se oponía al apoyo del partido al gobierno de Piñera, aunque había respaldado su candidatura en las elecciones de 2009. La otra es el Movimiento Democrático Progresista, que se separó del Partido Progresista de Chile, dirigido por Marco Enríquez Ominami, después de que se abriera una investigación judicial para determinar si su campaña recibió donaciones ilegales.
Más allá de las palabras
La coalición abandonó su denominación de izquierda en enero, cuando tuvo su fundación oficial. El presidente de Revolución Democrática, Sebastián Depolo, aseguró que fue una renuncia a consciencia: “Hoy la ciudadanía no se identifica con el eje izquierda-derecha. Queremos que sea un frente para la ciudadanía, y en ese frente unos tenemos una definición de izquierda, otros partidos tienen otra, aunque no son de derecha, obviamente”. En declaraciones al Diario Universidad de Chile, el dirigente concluyó: “Necesitamos construir un bloque que le haga frente al duopolio”.
La diversidad ideológica presenta una interna de tensiones, reconoció Von Borries, y agregó que los partidos de izquierda intentan llevar la coalición, y particularmente sus propuestas, hacia esa dirección. Los partidos del Polo “habríamos estado mucho más cómodos avanzando este año electoral solos, pero sabemos que no habría sido tan potente nuestra irrupción en la disputa electoral. Necesitábamos surgir como una alternativa real de gobierno”, dijo.
Si bien la identificación con la izquierda no fue un requisito necesario para que los partidos y movimientos se integraran al Frente Amplio, sí lo es la adhesión a sus cuatro principios: la independencia del financiamiento empresarial, para evitar la injerencia del poder económico en la política; el rechazo al neoliberalismo, que consideran necesario para garantizar los derechos sociales; y la independencia absoluta del duopolio “hoy y mañana”, dijo Von Borries. En particular, la encargada de comunicación del Frente Amplio se refirió a un escenario de una segunda vuelta en el que la coalición no participe: “No podemos apoyar el mal menor, que es lo que ha hecho la izquierda muchas veces”.
Esa radical distancia de las dos grandes coaliciones políticas ha limitado las posibles precandidaturas presidenciales dentro del Frente Amplio, porque una gran cantidad de dirigentes políticos de izquierda han estado vinculados, de una u otra forma, a la gobernante Nueva Mayoría o a su predecesora, la Concertación. Para garantizar la independencia de sus precandidatos respecto del “duopolio” y la afinidad con los otros principios de la formación, el Frente Amplio dispuso que los nombres deben ser aprobados por dos tercios de la Mesa Nacional, en la que están representados todos los partidos y movimientos que lo integran.
Por ahora, hay dos precandidatos, Beatriz Sánchez y Alberto Mayol, que se enfrentarán en unas elecciones internas que seguramente consistan en una consulta a la militancia por internet, porque no todas las formaciones que integran el Frente Amplio son partidos ante las autoridades electorales, por lo que no contarían con recursos públicos para financiar las internas.
De aquí en más
Los principios del Frente Amplio funcionan como el requisito básico de coherencia en todos los ámbitos de la formación, también en cuanto a la redacción del programa. Para elaborarlo, la coalición tiene Grupos de Apoyo Programáticos especializados en distintas áreas que generaron diagnósticos e insumos que serán utilizados en encuentros territoriales en los que se debatirán propuestas para solucionar los principales problemas de Chile. Después, esas propuestas serán unificadas y sometidas a un plebiscito interno, que dará lugar a un programa. ¿Cómo garantizar que las propuestas de los distintos partidos estén presentes en ese programa? “Nuestra tarea como partido es ir a los territorios y convencer para que nuestras propuestas sean las que los territorios eleven”, explica Von Borries.
En entrevista con la diaria, la dirigente planteó que entre las principales preocupaciones de los partidos que integran el Frente Amplio está la promoción de la igualdad de la sociedad chilena, aunque las organizaciones que lo integran están integradas sobre todo por personas de clases socioeconómicas altas y medias. “Nos gustaría tener un perfil militante más diverso, es a lo que aspiramos, pero seguimos siendo partidos bastante de elite en su composición; no en la lucha, que tiene que ver con las clases desfavorecidas”.
Esta coalición de 13 partidos y movimientos políticos se puede dividir en tres grandes sectores. El que dio comienzo al Frente Amplio es el que sus integrantes denominan “el Polo”, la alianza entre seis partidos de izquierda, la mayoría de los cuales surgió tras el movimiento de protesta estudiantil de 2011. “La movilización estudiantil fue muy masiva e instaló por primera vez en el sistema político la necesidad de reformar estructuralmente el sistema educacional en Chile”, dijo a la diaria Romina von Borries, la encargada de comunicaciones del partido. “Yo soy de esa generación. En 2011 estábamos en la lucha estudiantil porque éramos universitarios, pero salimos de la universidad y quisimos seguir haciendo política, y esa lucha estudiantil se tradujo en partidos con aspiraciones de disputa institucional por el poder”, agregó. La líder más visible de ese movimiento fuera de las fronteras de Chile fue la diputada Camila Vallejo, que milita desde su adolescencia en el Partido Comunista (integrante de la coalición gobernante Nueva Mayoría).
Los partidos que conforman el Polo del Frente Amplio se identifican con la izquierda y tienen entre sus dirigentes a líderes que acaban de salir del movimiento estudiantil. Contar con referentes tan jóvenes es poco frecuente en los partidos tradicionales de Chile.
El partido más antiguo del Polo es Izquierda Autónoma, que se conformó en 2008 y tiene una trayectoria y una presencia muy fuerte en las federaciones de estudiantes de varias universidades chilenas. En principio limitó su acción al ámbito universitario, pero después de las movilizaciones estudiantiles de 2011 optó por participar, con tres candidatos independientes, en las elecciones parlamentarias de 2013. Uno de esos tres candidatos era Gabriel Boric, ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, que accedió a su banca como independiente aunque respaldado por Izquierda Autónoma.
Mientras Izquierda Autónoma evaluaba, en 2012, si presentar candidatos a las elecciones parlamentarias, otros dirigentes estudiantiles pensaban en conformar otro movimiento para participar en esa instancia. La organización política Revolución Democrática surgió liderada por Giorgio Jackson, otro de los líderes más visibles del movimiento estudiantil de 2011 por su papel de vocero de la Confederación de Estudiantes de Chile y de presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Chile.
Jackson se convirtió en otro de los dirigentes estudiantiles en llegar a la primera división de la política chilena en 2013, cuando fue electo diputado por uno de los distritos electorales de Santiago. El dirigente estudiantil se presentó como independiente con el respaldo de su partido, pero también contó con el apoyo no declarado de la coalición de gobierno, Nueva Mayoría, que optó por no presentar candidatos a diputados en ese distrito.
La llegada de varios de sus dirigentes al Parlamento chileno marcó un quiebre para el movimiento estudiantil. Implicó que las ideas que habían surgido desde los estudiantes —no sólo vinculadas a la educación sino también a otros aspectos de Chile— tuvieran una plataforma distinta, que les permite transformar sus ideales en políticas. En una entrevista brindada a comienzos de abril a la revista chilena Qué Pasa, Vallejo explicó que cuando era militante “los mayores” le decían que tenía que madurar, abandonar sus ideales y ser más pragmática. Sin embargo, dijo, su trayectoria política le permitió consolidar sus ideas y no abandonarlas como si fueran parte de un “idealismo juvenil”. En esa misma instancia, Boric dijo que el movimiento estudiantil permitió que “mucha gente que había visto cómo la política no era parte de sus vidas” se sintiera integrada para “incidir en lo que es el rumbo del país”.
Nuevas miradas
La incorporación de Jackson y Boric al Parlamento les dio otra perspectiva a otros partidos más pequeños que también habían surgido del movimiento estudiantil, que empezaron a articularse con Izquierda Autónoma y Revolución Democrática, con la ambición de crecer, “salir de la lucha estudiantil y constituirse como organizaciones políticas que hicieran una apuesta para disputar la institucionalidad en Chile”, explica Von Borries. Los partidos y movimientos que se fueron incorporando son Convergencia de Izquierdas, Nueva Democracia e Izquierda Libertaria. A ellos se sumaron el Movimiento Autonomista, un sector liderado por Boric que se escindió de Izquierda Autónoma, y el Partido Humanista, una formación creada en 1984 que siempre estuvo muy vinculada a los movimientos estudiantiles.
El proceso no estuvo exento de polémicas. Una de las más marcadas tuvo lugar cuando el Ministerio de Educación convocó a varios diputados y referentes de los movimientos estudiantiles a participar en una comisión para trabajar en una reforma educativa. Se generó un debate entre estos partidos y, si bien la mayoría declinó la invitación, la Revolución Democrática de Jackson optó por aceptarla. “Ellos tienen una visión de izquierda pero están abiertos a la posibilidad de consensuar con el centro”, dijo Von Borries, y consideró que quizás este sea el partido menos radical entre los que se consideran de izquierda en el Frente Amplio. La colaboración no llegó a buen puerto y la reforma fue rechazada por todos los partidos surgidos de los movimientos estudiantiles, incluido Revolución Democrática. La participación de Jackson en esa instancia “más que fortalecer, debilitó al movimiento estudiantil y a la presión social por mejorar la educación”, opinó la dirigente.
Este fue uno de los antecedentes que llevaron a que los movimientos y partidos con orígenes estudiantiles radicalizaran su postura e incluyeran entre sus principios —después adoptados por el Frente Amplio— la total independencia de lo que llaman “el duopolio”, hoy representado por Nueva Mayoría y Chile Vamos, las coaliciones de centroizquierda y derecha, respectivamente.
Los partidos iniciaron una articulación en distintas áreas —por ejemplo, sus departamentos de género hicieron actividades en conjunto para el Día de la Mujer— y empezaron a debatir la posibilidad de presentar una coalición de izquierda para las elecciones presidenciales y parlamentarias del 19 de noviembre. Sin embargo, con el objetivo de contar con una alianza “más competitiva”, que pudiera “irrumpir con fuerza en el escenario del duopolio en Chile”, estos partidos acordaron formar una coalición “más amplia” ideológicamente, explicó Von Borries a la diaria.
Como parte de ese proceso se integraron varios movimientos; algunos se definen como de izquierda y otros como “partidos ciudadanos” y todos ellos fueron creados en este siglo a partir de inquietudes sociales. El Partido Igualdad, que se define como de “extrema izquierda”, fue creado en 2012 y surgió de varios movimientos de trabajadores y organizaciones sociales abocadas a la problemática de la vivienda. Se considera una “herramienta de los pueblos para alcanzar un gobierno de la clase trabajadora”. Otros movimientos que se sumaron al Frente Amplio fueron el Partido Pirata, el Ecologista Verde y Poder Ciudadano, que fue conformado en 2015 con la convicción de que “para construir un país mejor y más justo” los ciudadanos deben ser “los protagonistas de la política”.
La integración del Frente Amplio se completa con otras dos organizaciones. Una de ellas es el Partido Liberal, que se define como liberal y progresista. Se convirtió en partido en 2013. Antes fue un sector de Chile Primero, y se escindió de esa organización política porque se oponía al apoyo del partido al gobierno de Piñera, aunque había respaldado su candidatura en las elecciones de 2009. La otra es el Movimiento Democrático Progresista, que se separó del Partido Progresista de Chile, dirigido por Marco Enríquez Ominami, después de que se abriera una investigación judicial para determinar si su campaña recibió donaciones ilegales.
Más allá de las palabras
La coalición abandonó su denominación de izquierda en enero, cuando tuvo su fundación oficial. El presidente de Revolución Democrática, Sebastián Depolo, aseguró que fue una renuncia a consciencia: “Hoy la ciudadanía no se identifica con el eje izquierda-derecha. Queremos que sea un frente para la ciudadanía, y en ese frente unos tenemos una definición de izquierda, otros partidos tienen otra, aunque no son de derecha, obviamente”. En declaraciones al Diario Universidad de Chile, el dirigente concluyó: “Necesitamos construir un bloque que le haga frente al duopolio”.
La diversidad ideológica presenta una interna de tensiones, reconoció Von Borries, y agregó que los partidos de izquierda intentan llevar la coalición, y particularmente sus propuestas, hacia esa dirección. Los partidos del Polo “habríamos estado mucho más cómodos avanzando este año electoral solos, pero sabemos que no habría sido tan potente nuestra irrupción en la disputa electoral. Necesitábamos surgir como una alternativa real de gobierno”, dijo.
Si bien la identificación con la izquierda no fue un requisito necesario para que los partidos y movimientos se integraran al Frente Amplio, sí lo es la adhesión a sus cuatro principios: la independencia del financiamiento empresarial, para evitar la injerencia del poder económico en la política; el rechazo al neoliberalismo, que consideran necesario para garantizar los derechos sociales; y la independencia absoluta del duopolio “hoy y mañana”, dijo Von Borries. En particular, la encargada de comunicación del Frente Amplio se refirió a un escenario de una segunda vuelta en el que la coalición no participe: “No podemos apoyar el mal menor, que es lo que ha hecho la izquierda muchas veces”.
Esa radical distancia de las dos grandes coaliciones políticas ha limitado las posibles precandidaturas presidenciales dentro del Frente Amplio, porque una gran cantidad de dirigentes políticos de izquierda han estado vinculados, de una u otra forma, a la gobernante Nueva Mayoría o a su predecesora, la Concertación. Para garantizar la independencia de sus precandidatos respecto del “duopolio” y la afinidad con los otros principios de la formación, el Frente Amplio dispuso que los nombres deben ser aprobados por dos tercios de la Mesa Nacional, en la que están representados todos los partidos y movimientos que lo integran.
Por ahora, hay dos precandidatos, Beatriz Sánchez y Alberto Mayol, que se enfrentarán en unas elecciones internas que seguramente consistan en una consulta a la militancia por internet, porque no todas las formaciones que integran el Frente Amplio son partidos ante las autoridades electorales, por lo que no contarían con recursos públicos para financiar las internas.
De aquí en más
Los principios del Frente Amplio funcionan como el requisito básico de coherencia en todos los ámbitos de la formación, también en cuanto a la redacción del programa. Para elaborarlo, la coalición tiene Grupos de Apoyo Programáticos especializados en distintas áreas que generaron diagnósticos e insumos que serán utilizados en encuentros territoriales en los que se debatirán propuestas para solucionar los principales problemas de Chile. Después, esas propuestas serán unificadas y sometidas a un plebiscito interno, que dará lugar a un programa. ¿Cómo garantizar que las propuestas de los distintos partidos estén presentes en ese programa? “Nuestra tarea como partido es ir a los territorios y convencer para que nuestras propuestas sean las que los territorios eleven”, explica Von Borries.
En entrevista con la diaria, la dirigente planteó que entre las principales preocupaciones de los partidos que integran el Frente Amplio está la promoción de la igualdad de la sociedad chilena, aunque las organizaciones que lo integran están integradas sobre todo por personas de clases socioeconómicas altas y medias. “Nos gustaría tener un perfil militante más diverso, es a lo que aspiramos, pero seguimos siendo partidos bastante de elite en su composición; no en la lucha, que tiene que ver con las clases desfavorecidas”.
Los candidatos
Beatriz Sánchez es una sorpresa en la política chilena. Tiene una amplia
trayectoria como periodista que desarrolló desde 1994 en diarios, radio
y televisión. Desde 2008 se enfocó en espacios editoriales, que empezó a
incluir en los distintos programas que conducía, y en los que ha
defendido una visión feminista y ha criticado desde el sistema de las
Administradoras de Fondos de Pensiones hasta la corrupción en la
política chilena. En una primera instancia rechazó la propuesta del
partido Poder Ciudadano de ser precandidata del Frente Amplio, algo que
hizo público en un tuit: “No estoy pensando ni me creo capaz de ser
candidata presidencial. Soy y me proyecto como periodista”. Sin embargo,
cambió de opinión después de mantener varias reuniones con Revolución
Democrática y el Movimiento Autonomista, que promueven su nombre en la
interna de la coalición. Alberto Mayol es un sociólogo y analista
político chileno cuyos trabajos académicos han estado en gran parte
abocados a criticar el sistema económico de su país y denunciar la
desigualdad que promueve. Ha tenido participación en medios de
comunicación como panelista y columnista, sobre todo en medios
alternativos como The Clinic y El Dínamo. Es hijo de Manfredo Mayol, un
periodista que trabajó en el equipo de comunicación de la dictadura de
Augusto Pinochet, por lo cual es considerado responsable, entre otras
cosas, de censurar información periodística sobre los desaparecidos.
Mayol no ha perdido ninguna oportunidad para criticar públicamente el
papel que tuvo su padre durante la dictadura, y ha denunciado que no
sólo censuró información sino que también promovió publicaciones para
“distraer” a la población.
Decisión de la DC de competir separada en las presidenciales es el mejor escenario para el Frente Amplio
Con
la decisión tomada el fin de semana pasado por la Democracia Cristiana
(DC) en su Junta Nacional de llevar de candidata a Carolina Goic en
primera vuelta de las elecciones presidenciales del 19 de noviembre, se
abre un período de dura campaña electoral. Y de optimismo para el Frente
Amplio.
Dicen por ahí que fue Eduardo Frei quien le dio el tono a la opción del establishment
de la DC de arremeter con Goic. Ésta se confirmó después de la derrota
de Lagos, sembrando pánico en sus ex socios de coalición. En una
conferencia de prensa, el 11 de marzo pasado, el ex presidente DC habría
dicho: “La DC, a mi juicio, debe ir a la elección de noviembre”. La
decepción de los guilleristas de la DC los llevó a declarar que “se
había tirado a la basura años de historia y trabajo conjunto” (con el
PS, el PPD, el PRSD y ahora último con el PC).
Este
es un escenario fragmentado a la francesa. Por el momento hay tres
candidatos oficiales del bloque tradicional y dominante. Sebastián
Piñera por la coalición de extrema derecha neoliberal Chile Vamos, la DC
Carolina Goic, y Alejandro Guillier candidato designado del Partido
Socialista y de los radicales. Estos dos últimos se ubican en el centro
socialdemócrata-progresista neoliberalizado, por mucho que les guste
llamarse de centro-izquierda. A los que se agregan los tres
precandidatos del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, Alberto Mayol y
Marcela Díaz recientemente designada por el Partido Igualdad. Los del
FA, a la izquierda de los otros tres del tradicional duopolio. La
definición del FA se haría a comienzos de julio en primaria o en su
defecto en una consulta nacional.
Ni ME-O ni Parisi son competitivos en el escenario actual.
Piñera
(el François Fillon chileno, por los escándalos de corrupción que
afectaron al derechista político de los republicanos) toma aparentemente
palco. Pero ya tendrá que rendirse a la evidencia; de que Goic no puede
levantar otra estrategia que no sea intentar seducirle un nicho de su
electorado de clase media y popular, que lo ama un poco, pero que
desconfía del ex presidente bajo robustas sospechas de faltas a la
probidad, abuso de poder, tráfico de influencias y delito de iniciado.
A
la candidata DC, asesorada por Mariana Aylwin, los Walker, Martínez y
Zaldívar no le quedará otra que hacerle constantes guiños a ese sector
con preferencias conservadoras en lo cultural, obsesionado con la
seguridad, receptivo al discurso del crecimiento para dejarse manipular y
acostumbrado al gasto con endeudamiento.
Es
obvio que A. Guillier también intentará en su discurso atraer a este
sector social de clases medias y pequeños propietarios, pero poniéndole
un matiz progresista (ya criticó a las empresas transnacionales) para
asegurarse el flanco izquierdo. Lo hará de manera oportunista,
siguiendo la tradición de la Concertación-NM que ha monopolizado la vida
política chilena desde la caída de la dictadura, salvo los cuatro años
de Piñera. Fue en este tramo político donde se desplegaron con fuerza
las demandas populares y los movimientos sociales en educación y medio
ambiente. El PC lo ayudará a recolectar votos en el mundo popular.
No
olvidemos la rebelión popular en Aysén cuando el magnate-presidente
decidió aumentar el precio del gas. Hoy, como Trump y aguijoneado por
los editoriales de El Mercurio, Piñera se propone bajarles los
impuestos a los empresarios. Junto con rehacer al gusto patronal la
reforma laboral mal hecha de la Nueva Mayoría.
Los
políticos de la NM no tienen problemas con el doble discurso de la
reforma y las promesas de culto del orden. Tanto Guillier como Goic
andarán entonces soplándose en la nuca.
Los
precandidatos del Frente Amplio tienen la ocasión soñada de marcar
diferencia programática y de estilo. A condición de construir una
mayoría democrática, popular y antineoliberal dispuesta a movilizarse
por conquistar sus derechos sociales. De dirigirse directamente al
pueblo ciudadano y trabajador (visibilizarlo y reconocer su situación
estratégica en un proyecto de país empieza por nombrarlo) que no vota.
Ese 70% de jóvenes, mujeres, precarios, estudiantes, trabajadores de la
educación, la cultura y de servicios que perdió confianza en los
partidos y los políticos debido a la corrupción institucional del
sistema; entusiasmarlo con un proyecto de país que haga soñar al mismo
tiempo que se le plantean reformas transitorias bien concretas.
A
los candidatos del FA no les quedará otra opción que confrontar a los
candidatos del sistema, la corrupción y las prebendas. El candidato o
candidata del Frente Amplio tendrá que apoyarse en las demandas
populares (educación, pensiones, salud). Además de saber plantear de
manera de crear consciencia, el problema de la creación de empleos y del
desarrollo económico de manera franca y sin concesiones al empresariado
ni amedrentarse ante las arremetidas de los medios y de sus periodistas
y opinólogos defensores de la ortodoxia neoliberal.
Por Leopoldo Lavín Mujica
Asumió los errores en los últimos comicios de la Central
Bárbara Figueroa admite adulteraciones en el proceso electoral y se abre a perder la CUT
por El Mostrador 6 mayo, 2017
El
jueves pasado, según indicó este sábado La Tercera, la líder de la CUT
llegó hasta el Tribunal Electoral para presentar un documento en el que
asumió los errores en los últimos comicios de la Central: “Vengo en
allanarme de las impugnaciones interpuestas en estos autos por compartir
las alegaciones de los demandantes en cuando a la nulidad de la
elección realizada con fecha 26 de agosto de 2016 y, por ende, la
necesidad de efectuar nueva elección de Consejo Directivo para la CUT”,
señala el texto.“No existe, por tanto, controversia alguna que deba dilucidar vuestro Tribunal, razón por la cual, solicito respetuosamente dictar sentencia sin más trámite, declarándose la nulidad de la elección desarrollada el 26 de agosto de 2016”, agrega el escrito.
Con esta acción, la Central Unitaria de Trabajadores acepta, jurídicamente, las denuncias así como acelera el proceso electoral de la central, proceso que hasta ahora se encuentra en completa incertidumbre.
CUT reconoce ante Tribunal Electoral vicios en elecciones
Diario Uchile |Sábado 6 de mayo 2017 10:35 hrs.
A
través de un documento firmado por la presidenta de la multigremial,
Bárbara Figueroa, la Central asumió las denuncias sobre el proceso. En
el texto, la dirigenta también subraya la necesidad de efectuar nuevos
sufragios.
La
crisis al interior de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) no es
nueva. Las elecciones de 2016 fueron cuestionadas por diversos
dirigentes que manifestaron, desde un principio, que el proceso estaba
viciado. Esto, llevó a que la multigremial acordara una directiva
transitoria que fue encabezada por Bárbara Figueroa.
Sin embargo, las irregularidades en el proceso también trajo otras consecuencias como la salida del Colegio de Profesores y la Confederación Nacional de la Salud Municipal (Confusam). De esta manera, el movimiento de trabajadores se fragmentó, lo que quedó evidenciado en la última marcha del primero de mayo.
El jueves pasado,en tanto, según indicó este sábado La Tercera, la líder de la CUT llegó hasta el Tribunal Electoral para presentar un documento en el que asumió los errores en los últimos comicios de la Central: “Vengo en allanarme de las impugnaciones interpuestas en estos autos por compartir las alegaciones de los demandantes en cuando a la nulidad de la elección realizada con fecha 26 de agosto de 2016 y, por ende, la necesidad de efectuar nueva elección de Consejo Directivo para la CUT”, señala el texto.
“No existe, por tanto, controversia alguna que deba dilucidar vuestro Tribunal, razón por la cual, solicito respetuosamente dictar sentencia sin más trámite, declarándose la nulidad de la elección desarrollada el 26 de agosto de 2016”, agrega el escrito.
Con esta acción la CUT acepta jurídicamente las denuncias así como acelera el proceso electoral de la central, proceso que hasta ahora se encuentra en completa incertidumbre.
Sin embargo, las irregularidades en el proceso también trajo otras consecuencias como la salida del Colegio de Profesores y la Confederación Nacional de la Salud Municipal (Confusam). De esta manera, el movimiento de trabajadores se fragmentó, lo que quedó evidenciado en la última marcha del primero de mayo.
El jueves pasado,en tanto, según indicó este sábado La Tercera, la líder de la CUT llegó hasta el Tribunal Electoral para presentar un documento en el que asumió los errores en los últimos comicios de la Central: “Vengo en allanarme de las impugnaciones interpuestas en estos autos por compartir las alegaciones de los demandantes en cuando a la nulidad de la elección realizada con fecha 26 de agosto de 2016 y, por ende, la necesidad de efectuar nueva elección de Consejo Directivo para la CUT”, señala el texto.
“No existe, por tanto, controversia alguna que deba dilucidar vuestro Tribunal, razón por la cual, solicito respetuosamente dictar sentencia sin más trámite, declarándose la nulidad de la elección desarrollada el 26 de agosto de 2016”, agrega el escrito.
Con esta acción la CUT acepta jurídicamente las denuncias así como acelera el proceso electoral de la central, proceso que hasta ahora se encuentra en completa incertidumbre.
La CUT llega dividida al 1 de mayo
por El Mostrador 28 abril, 2017
Este 1 de mayo y
a pesar de los llamados a la unidad hechos desde la dirección de la
Central Unitaria de Trabajadores (CUT), serán dos las marchas
convocadas para la conmemoración del 1 de mayo en Santiago.Bajo la consigna "Chile necesita al Pueblo unido", la CUT convocó a marcha desde Plaza Italia a partir de las 10:00 de la mañana.
Por otro lado, los gremios que congelaron su participación en la central a raíz de los problemas con Bárbara Figueroa y las irregularidades acaecidas en la última elección, no se sumarán a la marcha oficial y en cambio participarán de otra marcha que se realizará a las 10:00 horas en Alameda con Brasil bajo la consiga "No + AFP".
Hace unos días el Tribunal Calificador de Elecciones suspendió las elecciones que estaban programadas para fines de este mes, debido a que primero deben solucionarse legalmente las irregularidades de la elección anterior.
División del mundo sindical marca conmemoración del Día del Trabajador
Karina Palma |Lunes 1 de mayo 2017 18:03 hrs.
Este
1 de mayo los trabajadores se manifestaron mediante dos marchas en
Santiago. Bárbara Figueroa, presidenta de la CUT, llamó a no dramatizar
las discusiones. En tanto, desde la Confusam calificaron de ilegal a la
directiva de la multisindical, razón por la cual decidieron restarse de
su convocatoria.
En
medio de fuertes divisiones dentro de la Central Unitaria de
Trabajadores (CUT), este lunes se llevó a cabo la conmemoración del Día
del Trabajador con dos marchas simultáneas en Santiago. Ambas
manifestaciones comenzaron sus recorridos a las diez de la mañana.
La convocada por la multisindical lo hizo desde Plaza Italia, bajo la frase “Chile necesita al pueblo unidos”, mientras que los disidentes de la CUT llamaron a marchar desde Alameda con Brasil hasta el frontis de la Universidad de Santiago (Usach), con la consigna “No +AFP”.
Durante su discurso, Bárbara Figueroa, presidenta de la CUT, criticó la gestión del Ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, y advirtió que el peor escenario que pueden enfrentar los trabajadores en estas elecciones es que llegue la derecha al Gobierno.
Respecto de la división de la convocatoria, Figueroa llamó a desdramatizar los debates y señaló que no es primera vez que existe más de una marcha para conmemorar el 1 de mayo y que es normal que en un proceso de cambios haya visiones distintas: “Más de una marcha en el marco del 1 de mayo ha existido por más de cinco a diez años, por lo tanto nadie debería darle a eso un tono que no tiene. Yo no creo que haya que relativizar los debates o bajarle la importancia a la discusión que tenemos con otros gremios, pero una cosa es entender el marco del debate, donde hay visiones distintas, y otra cosa es suponer que a partir de eso el actor sindical es un ente que se puede deslegitimar”, dijo.
Mientras, Carlos Insunza, presidente de la ANEF, declaró que la agrupación decidió sumarse a la marcha de la CUT luego de una discusión en la asamblea nacional, agregando que los miembros que se restaron de la convocatoria lo hicieron por una decisión individual y no colectiva.
Algunas de las organizaciones que se sumaron a la convocatoria alternativa fueron la Confederación de Funcionarios de la Salud Municipal (Confusam), la Coordinadora No+AFP, el Colegio de Profesores, la Federación de Profesionales Universitarios de los Servicios de Salud (Fenpruss) y algunos miembros de la Agrupación de Empleados Fiscales (ANEF) que se encuentran dIsconformes con la gestión del actual presidente Carlos Insunza.
Esteban Maturana, presidente de la Confusam, valoró que ambas manifestaciones tomaran como una de sus demandas principales el fin de las AFP. Sin embargo, calificó de ilegal la actual directiva de la CUT, argumentando que esa fue una de las razones por las que se marginaron de su convocatoria y decidieron adherir a la marcha alternativa: “Hoy la CUT está en manos de una directiva ilegal e ilegítima producto de elecciones fraudulentas reconocidas por ellos mismos de ese modo. Nosotros no podíamos seguir participando de una agrupación que no cumple con las mínimas condiciones de democracia interna, transparencia en sus finanzas y autonomía de los partidos políticos. Nos marginamos de sus actividades, pero no podíamos no estar en las calles, por eso decidimos participar en una actividad poniendo como tema relevante el fin de este sistema de pensiones”, argumentó.
El dirigente agregó que dentro de la Confederación no creen en paralelismos, por lo que no existen intenciones de generar otra organización como la CUT. En ese sentido, mencionó que como agrupación esperan que las irregularidades terminen para continuar debatiendo por los problemas de los trabajadores.
Por su parte, Isolina Acosta, presidenta del Sindicato Interempresa Nacional de Trabajadores Contratistas y Subcontratistas (Sintrac), manifestó que la CUT no representa los intereses de los trabajadores, por lo que es necesario crear una nueva central.
La dirigenta de uno de los sindicatos que organizó la marcha alternativa explicó que la idea es generar un primer encuentro durante agosto, para discutir los alcances de la nueva central que proponen y su futura constitución.
Óscar Olivos, presidente de la Central Autónoma de Trabajadores (CAT), mencionó que desde la organización convocaron actividades en las regiones de Coquimbo, O’Higgins y Maule, principalmente porque en Santiago hubo dos manifestaciones. “Estamos viendo el quiebre de una de las centrales más importantes, lo cual es lamentable para el movimiento sindical en general. Esperamos que prontamente vuelva a existir la visión de representar los intereses de los trabajadores como corresponde y no los intereses políticos partidistas”, afirmó.
Para Olivos, los conflictos al interior de la CUT no desplazan del debate público las demandas laborales, pero sí afectan la credibilidad del mundo sindical, por lo que espera que los dirigentes tengan la suficiente madurez política para dejar a un lado la política partidista y volver a reordenar una estructura unitaria en favor de los trabajadores.
Además, el dirigente de la CAT enfatizó en que es necesario un nuevo sindicalismo que se adecue a los cambios del siglo XXI y favorezca el diálogo con los empresarios.
La convocada por la multisindical lo hizo desde Plaza Italia, bajo la frase “Chile necesita al pueblo unidos”, mientras que los disidentes de la CUT llamaron a marchar desde Alameda con Brasil hasta el frontis de la Universidad de Santiago (Usach), con la consigna “No +AFP”.
Durante su discurso, Bárbara Figueroa, presidenta de la CUT, criticó la gestión del Ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, y advirtió que el peor escenario que pueden enfrentar los trabajadores en estas elecciones es que llegue la derecha al Gobierno.
Respecto de la división de la convocatoria, Figueroa llamó a desdramatizar los debates y señaló que no es primera vez que existe más de una marcha para conmemorar el 1 de mayo y que es normal que en un proceso de cambios haya visiones distintas: “Más de una marcha en el marco del 1 de mayo ha existido por más de cinco a diez años, por lo tanto nadie debería darle a eso un tono que no tiene. Yo no creo que haya que relativizar los debates o bajarle la importancia a la discusión que tenemos con otros gremios, pero una cosa es entender el marco del debate, donde hay visiones distintas, y otra cosa es suponer que a partir de eso el actor sindical es un ente que se puede deslegitimar”, dijo.
Mientras, Carlos Insunza, presidente de la ANEF, declaró que la agrupación decidió sumarse a la marcha de la CUT luego de una discusión en la asamblea nacional, agregando que los miembros que se restaron de la convocatoria lo hicieron por una decisión individual y no colectiva.
Algunas de las organizaciones que se sumaron a la convocatoria alternativa fueron la Confederación de Funcionarios de la Salud Municipal (Confusam), la Coordinadora No+AFP, el Colegio de Profesores, la Federación de Profesionales Universitarios de los Servicios de Salud (Fenpruss) y algunos miembros de la Agrupación de Empleados Fiscales (ANEF) que se encuentran dIsconformes con la gestión del actual presidente Carlos Insunza.
Esteban Maturana, presidente de la Confusam, valoró que ambas manifestaciones tomaran como una de sus demandas principales el fin de las AFP. Sin embargo, calificó de ilegal la actual directiva de la CUT, argumentando que esa fue una de las razones por las que se marginaron de su convocatoria y decidieron adherir a la marcha alternativa: “Hoy la CUT está en manos de una directiva ilegal e ilegítima producto de elecciones fraudulentas reconocidas por ellos mismos de ese modo. Nosotros no podíamos seguir participando de una agrupación que no cumple con las mínimas condiciones de democracia interna, transparencia en sus finanzas y autonomía de los partidos políticos. Nos marginamos de sus actividades, pero no podíamos no estar en las calles, por eso decidimos participar en una actividad poniendo como tema relevante el fin de este sistema de pensiones”, argumentó.
El dirigente agregó que dentro de la Confederación no creen en paralelismos, por lo que no existen intenciones de generar otra organización como la CUT. En ese sentido, mencionó que como agrupación esperan que las irregularidades terminen para continuar debatiendo por los problemas de los trabajadores.
Por su parte, Isolina Acosta, presidenta del Sindicato Interempresa Nacional de Trabajadores Contratistas y Subcontratistas (Sintrac), manifestó que la CUT no representa los intereses de los trabajadores, por lo que es necesario crear una nueva central.
La dirigenta de uno de los sindicatos que organizó la marcha alternativa explicó que la idea es generar un primer encuentro durante agosto, para discutir los alcances de la nueva central que proponen y su futura constitución.
Óscar Olivos, presidente de la Central Autónoma de Trabajadores (CAT), mencionó que desde la organización convocaron actividades en las regiones de Coquimbo, O’Higgins y Maule, principalmente porque en Santiago hubo dos manifestaciones. “Estamos viendo el quiebre de una de las centrales más importantes, lo cual es lamentable para el movimiento sindical en general. Esperamos que prontamente vuelva a existir la visión de representar los intereses de los trabajadores como corresponde y no los intereses políticos partidistas”, afirmó.
Para Olivos, los conflictos al interior de la CUT no desplazan del debate público las demandas laborales, pero sí afectan la credibilidad del mundo sindical, por lo que espera que los dirigentes tengan la suficiente madurez política para dejar a un lado la política partidista y volver a reordenar una estructura unitaria en favor de los trabajadores.
Además, el dirigente de la CAT enfatizó en que es necesario un nuevo sindicalismo que se adecue a los cambios del siglo XXI y favorezca el diálogo con los empresarios.
ANEF se divide por respaldo dirigencial a la CUT
Rodrigo Fuentes |Martes 11 de abril 2017 19:45 hrs.
Después
de una controvertida votación, la Agrupación Nacional de Empleados
Fiscales descartó una posible desafiliación a la multisindical y
comprometió su participación en las elecciones directivas de la central
el próximo 20 de abril.
Posterior
a una polémica votación, la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales
(ANEF) decidió permanecer afiliada a la Central Unitaria de Trabajadores
y confirmó su participación en las próximas elecciones de la
multisindical este 20 de abril.
Muchos dirigentes nacionales y regionales se retiraron indignados y sin votar, debido a que la asamblea dio inicio al sufragio sin existir un debate previo, lo que causó molestia en algunos asistentes.
Todo lo anterior, en medio del duro presente que enfrenta la CUT, después de las denuncias que hicieron algunos sindicatos acusando irregularidades en la elección de su actual directiva.
El presidente de la ANEF, Carlos Insunza, reconoció que el ambiente durante la asamblea fue muy complicado y con duros cuestionamientos. Sin embargo, dijo que la decisión del gremio se adoptó con un 74 por ciento de los votos emitidos. “Efectivamente se retiró una cantidad de compañeros que decidieron no votar. Sin embargo, votaron 226 dirigentes que es más del 66% de los que estaban habilitados. Se aprobó la moción de mantenernos en la Central Unitaria de Trabajadores. Ha sido un debate álgido, complejo, donde se cruzan las discusiones sindicales con otras disputas que no siempre son del ámbito que nosotros quisiéramos mantener en nuestras asambleas”.
Varios dirigentes que se retiraron indignados de la asamblea señalaron que el punto en tabla a discutir no era desafiliarse de la central, sino congelar su participación en las próximas elecciones del 20 de abril, ya que estas serían ilegítimas.
La directora nacional y dirigenta del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Jimena Aguirre manifestó que el presidente de la agrupación, Carlos Insunza, no ha hecho más que ahondar diferencias al interior del gremio.
La líder del movimiento Cabreados dijo que el pensamiento de la cabeza de la Central no representa para nada el espectro de la ANEF. “Nosotros vemos que lo que ha hecho Carlos Insunza es comenzar una desintegración de una de las confederaciones de trabajadores más numerosas del país. No se permitió ni la discusión política que nosotros queríamos dar sobre participar en las elecciones de la central, lo único que se dejó para discutir fue continuar o desafiliarse. Nosotros lo que queríamos poner en la discusión es lo fraudulento que serán los comicios, que no merece nuestra participación como gremio”.
Es que luego de las cuestionadas elecciones de septiembre pasado, que finalizaron con la constitución de una mesa transitoria, distintos dirigentes han llamado a una renovación de la CUT. A finales del año pasado, Esteban Maturana de la Confusam planteaba que la Central es “un campo de batalla de los partidos políticos”.
Desde la CUT recibieron esta decisión de la ANEF como un importante respaldo. El secretario general de la multisindical, Nolberto Díaz, destacó la disposición de los empleados fiscales, aunque admitió que el proceso significó división en algunos dirigentes que siguen por mantenerse al margen del cuestionado proceso eleccionario del próximo jueves: “Los que estén molestos tienen su legítimo derecho a manifestar su opinión. Lo que no puede pasar es que frente a resultados tan contundentes como este, porque fue de 20 mil a seis mil, (o sea una aplastante mayoría ratificó su mantención en la CUT), estas personas cada vez que pierden las elecciones argumentan falta de transparencia, se enojan, se retiran, no permiten un debate respetuoso. La gente tiene que aprender a jugar sus cartas, a perder en democracia y ganar en democracia”.
La asamblea de la ANEF se da luego de que varios gremios, como el Colegio de Profesores, la Confusam y la Federación de Trabajadores del Cobre, congelaran su participación en la CUT y decidieran no concurrir a la próxima elección. Los dirigentes consideran ilegítimos los próximos comicios, entre otros aspectos, al no contar con una votación directa de un trabajador, un voto.
Muchos dirigentes nacionales y regionales se retiraron indignados y sin votar, debido a que la asamblea dio inicio al sufragio sin existir un debate previo, lo que causó molestia en algunos asistentes.
Todo lo anterior, en medio del duro presente que enfrenta la CUT, después de las denuncias que hicieron algunos sindicatos acusando irregularidades en la elección de su actual directiva.
El presidente de la ANEF, Carlos Insunza, reconoció que el ambiente durante la asamblea fue muy complicado y con duros cuestionamientos. Sin embargo, dijo que la decisión del gremio se adoptó con un 74 por ciento de los votos emitidos. “Efectivamente se retiró una cantidad de compañeros que decidieron no votar. Sin embargo, votaron 226 dirigentes que es más del 66% de los que estaban habilitados. Se aprobó la moción de mantenernos en la Central Unitaria de Trabajadores. Ha sido un debate álgido, complejo, donde se cruzan las discusiones sindicales con otras disputas que no siempre son del ámbito que nosotros quisiéramos mantener en nuestras asambleas”.
Varios dirigentes que se retiraron indignados de la asamblea señalaron que el punto en tabla a discutir no era desafiliarse de la central, sino congelar su participación en las próximas elecciones del 20 de abril, ya que estas serían ilegítimas.
La directora nacional y dirigenta del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Jimena Aguirre manifestó que el presidente de la agrupación, Carlos Insunza, no ha hecho más que ahondar diferencias al interior del gremio.
La líder del movimiento Cabreados dijo que el pensamiento de la cabeza de la Central no representa para nada el espectro de la ANEF. “Nosotros vemos que lo que ha hecho Carlos Insunza es comenzar una desintegración de una de las confederaciones de trabajadores más numerosas del país. No se permitió ni la discusión política que nosotros queríamos dar sobre participar en las elecciones de la central, lo único que se dejó para discutir fue continuar o desafiliarse. Nosotros lo que queríamos poner en la discusión es lo fraudulento que serán los comicios, que no merece nuestra participación como gremio”.
Es que luego de las cuestionadas elecciones de septiembre pasado, que finalizaron con la constitución de una mesa transitoria, distintos dirigentes han llamado a una renovación de la CUT. A finales del año pasado, Esteban Maturana de la Confusam planteaba que la Central es “un campo de batalla de los partidos políticos”.
Desde la CUT recibieron esta decisión de la ANEF como un importante respaldo. El secretario general de la multisindical, Nolberto Díaz, destacó la disposición de los empleados fiscales, aunque admitió que el proceso significó división en algunos dirigentes que siguen por mantenerse al margen del cuestionado proceso eleccionario del próximo jueves: “Los que estén molestos tienen su legítimo derecho a manifestar su opinión. Lo que no puede pasar es que frente a resultados tan contundentes como este, porque fue de 20 mil a seis mil, (o sea una aplastante mayoría ratificó su mantención en la CUT), estas personas cada vez que pierden las elecciones argumentan falta de transparencia, se enojan, se retiran, no permiten un debate respetuoso. La gente tiene que aprender a jugar sus cartas, a perder en democracia y ganar en democracia”.
La asamblea de la ANEF se da luego de que varios gremios, como el Colegio de Profesores, la Confusam y la Federación de Trabajadores del Cobre, congelaran su participación en la CUT y decidieran no concurrir a la próxima elección. Los dirigentes consideran ilegítimos los próximos comicios, entre otros aspectos, al no contar con una votación directa de un trabajador, un voto.
URUGUAY
ORATORIA DE MADRES Y FAMILIARES EN EL 1° DE MAYO DE 2016
El colectivo Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos realizó un fuerte alegato en el acto del Día de los Trabajadores en la Plaza Mártires de Chicago, en defensa del trabajo que vienen desarrollando los integrantes del Grupo de Investigación en Arqueología Forense del Uruguay (GIAF). Asimismo, denunció que el robo de información de los discos duros, así como las amenazas y mensajes cuasi mafiosos dejados en los espacios violentados de la Facultad de Humanidades, no sorprenden porque “las amenazas han sido permanentes en estos más de 10 años de búsqueda”. En el mensaje que Familiares brindó el domingo 1º de mayo, abogó porque se continúe difundiendo la carta pública en la que se realiza un llamado a la ciudadanía en busca de información para “romper” la impunidad y exigió cambios en la conducción del Ministerio de Defensa.
Compartimos la palabra de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos en el acto central del Día de los Trabajadores.
Queridos compañeros:
Agradecemos a la Mesa Representativa del PIT-CNT por brindarnos nuevamente un espacio en este estrado, en el Día de los Trabajadores.
Lo primero que queremos expresar es nuestra mayor solidaridad con todas las personas damnificadas en esta terrible situación de inundaciones y tornados, un golpe tremendo que hoy es la prioridad en todas las necesidades y urgencias. La enorme movilización desplegada en su apoyo por los habitantes de este país promueve una esperanza que reconforta y que llega a los afectados pero que también nos llega a todos. Porque nada es más fuerte que el compromiso con el otro, que la empatía solidaria con los que sufren. Reconfortan las brigadas de sindicalistas, las de los jóvenes, las de todos los que queremos estar ahí para transmitir el mensaje más importante: no están solos.
Esa solidaridad la conocemos muy bien en nuestra lucha. La hemos agradecido siempre. Nos ha rodeado e impulsado. Sin ella no estaríamos aquí.
Y somos conscientes de que es una lucha que forma parte de un movimiento mayor, abarcativo, que tiene mucho de denuncia, de reclamo, de exigencia, pero que también se compone de afecto, de comprensión, de espíritu fraterno, entre quienes la llevan adelante.
No es una lucha que pueda librar un grupo de familiares aislado. Juntos hemos llevado los carteles y la dignidad legada por nuestras madres iniciadoras. Caminamos convencidos de que estas banderas aportan a la construcción de una mejor convivencia, una mayor fortaleza como sociedad, una mayor conciencia de los derechos que nos permita enfrentarnos a la impunidad de ayer y de hoy, a la violencia o abuso de poder, especialmente si proviene del Estado.
El reciente ataque al Laboratorio del Grupo de Antropólogos en la Facultad de Humanidades, para robar los discos de las computadoras y dejar una amenaza a cada integrante del equipo, no puede mantenerse impune. Es un hecho de enorme gravedad que debe generar la alarma correspondiente. Para ejecutarlo se necesitaron medios técnicos y planificación profesional.
Reiteramos aquí públicamente la total solidaridad con los equipos que vienen trabajando en la investigación sobre nuestros familiares desaparecidos, sobre los asesinatos políticos, sobre los robos de niños durante el Terrorismo de Estado y sobre los responsables de estos hechos. Son compañeros en los que confiamos plenamente y a quienes agradecemos su compromiso, su dedicación y su valor. Es por esto que hacemos un llamado a que todos les expresen esta misma solidaridad y confianza.
Hoy, a más de 30 años de recuperada la institucionalidad democrática siguen sucediendo estos episodios. Para nosotros lo ocurrido con el Giaf no es nuevo, las amenazas han sido permanentes en estos más de 10 años de búsqueda. Es así que se ha fotografiado ostensiblemente a testigos cuando entraban a un cuartel, se ha amenazado a soldados que estuvieron dispuestos a declarar en alguna causa, se ha amenazado a los antropólogos cuando sacaban los restos de Julio Castro, se ha robado las computadoras de jueces, fiscales y abogados relacionados con la temática.
Por eso hablamos de la impunidad de ayer y de hoy.
A la impunidad de los delitos de lesa humanidad cometidos en el pasado, y amparada por los sucesivos gobiernos desde la salida de la dictadura, no puede sumarse la impunidad sobre estos ataques en el presente, que hieren profundamente el estado de derecho.
Mantenemos también nuestra exigencia de un cambio de política en la conducción del Ministerio de Defensa que promueva una autocrítica real y pública de las tres fuerzas sobre su participación en el golpe de Estado y en los delitos cometidos en ese marco. Sin esa autocrítica se mantiene la duda sobre cómo están educando a las nuevas generaciones de militares. Estas deben formarse sabiendo que la actuación del pasado fue criminal, que se debe trabajar para esclarecerlo, que se debe asumir las responsabilidades y comenzar a reparar a la sociedad y por sobre todas las cosas que deben comprometerse con el Nunca Más.
En 2016 se cumplen 40 años de la desaparición de Manuel Liberoff, de los compañeros que fueron traídos de Argentina en el conocido como Segundo Vuelo, de los asesinatos de Zelmar Michelini, Héctor Gutierrez Ruiz, William Whitelaw y Rosario Barredo y 45 años de la desaparición de Abel Adán Ayala Álvez – primer uruguayo que inicia la larga lista -. Su memoria, junto a la de todos los compañeros desaparecidos y asesinados, es símbolo para nuestra lucha por Verdad y Justicia. La impunidad se mantiene para estos casos así como para la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, México, que nos recuerda que el método de desaparición forzada sigue estando vigente en el mundo. Para romper esa impunidad es que continuamos con la campaña de pedido de información expresada en nuestra carta pública. Y también continuaremos año tras año, cada 20 de mayo, marchando juntos.
Este viernes 20 de mayo, los invitamos a marchar nuevamente, esta vez bajo la consigna:
“Ellos en Nosotros”
“Contra la impunidad de ayer y de hoy”
“Verdad y Justicia”
Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos
1° de Mayo de 2016.
Ayer y hoy
Familiares en el Día de los Trabajadores
por Samuel Blixen
Brecha, 5-5-2017
En
un preámbulo a una nueva Marcha del Silencio, el descorazonador balance
en la búsqueda de desaparecidos y en el castigo a los culpables de los
delitos cometidos durante la dictadura fue expuesto por Familiares en el
acto principal del Día de los Trabajadores. Desde el estrado en la
plaza Primero de Mayo cuestionaron el letargo del Grupo de Trabajo por
Verdad y Justicia, del cual la organización forma parte, y propusieron
incorporar un equipo profesional de investigación dotado de recursos
para analizar la documentación incautada, sin lo cual se desvirtúa el
esfuerzo de búsqueda y ubicación de archivos de la represión.
Óscar
Urtazún, representante de Madres y Familiares de
Detenidos-Desaparecidos, adelantó el contenido de la consigna que
convocará a la vigésimo segunda Marcha del Silencio, el sábado 20 de
mayo: “Impunidad: responsabilidad del Estado, ayer y hoy”. En nombre de
Familiares, Urtazún leyó un breve pero contundente mensaje en el acto
del Día de los Trabajadores, el pasado lunes, con un enfoque que combinó
un balance pesimista del largo proceso por verdad y justicia, y una
determinación de continuar la lucha contra la impunidad.
La
proclama sintetizó que en los últimos 12 años (es decir, desde la
asunción del primer gobierno frenteamplista) “sabemos más; pero seguimos
sabiendo poco”. En el haber, significativamente, Familiares destaca los
rubros de memoria –“son muchas las placas (recordatorias) colocadas por
todo el país”–, reparación, conocimiento histórico, y “lo más
importante, gracias a la movilización de todos, no se ha cerrado el
tema”.
Pero
en el debe, Familiares apunta: “Con inmenso esfuerzo de testigos,
víctimas, familiares, de nuestra lista de 210 detenidos-desaparecidos:
• se encontraron y restituyeron 15 niños;
•
los adultos identificados fueron 29 (la mayoría en Argentina); cinco de
ellos en Uruguay, aunque no en todos los casos se recuperaron los
restos completos, y en la mayoría no se pudo aclarar quiénes fueron
todos los responsables del cómo, dónde, cuándo, quién y por qué de su
desaparición y asesinato;
• se mantienen desaparecidos tres adolescentes;
• y no sabemos qué sucedió en los casos de compañeras desaparecidas que estaban embarazadas”.
El
recuento expresa una situación dramática para “nuestras queridas viejas
que no bajan sus brazos, y su ejemplo de lucha paso a paso ha sido
integrado y multiplicado por las nuevas generaciones”, pero que
inexorablemente llegan al fin de sus vidas sin haber recibido respuestas
reclamadas a los poderes democráticos desde hace 32 años. El mensaje de
Familiares pone en claro que la determinación de los militares de
mantener un cerrado silencio sobre los crímenes de la dictadura no es la
explicación única y ni siquiera principal del mantenimiento de la
impunidad.
Urtazún
enumeró las razones de aquel balance tan exiguo: “El Estado sigue
siendo hoy responsable de cada uno de estos delitos, y seguirá siéndolo
hasta que se aclaren”; y por tanto, “es el presidente quien tiene la
potestad y el deber de exigir a las distintas dependencias del Estado
esta investigación, así como los medios para hacerlo”.
Una
vez más, y en esta ocasión con gran énfasis, Familiares reclama una
explicación completa y coherente del proceso criminal de la dictadura:
“Cómo, por qué y quiénes organizaron y ejecutaron la persecución de los
ciudadanos, desde la categorización y las consiguientes listas negras,
hasta los asesinatos y desapariciones, para así poder develar y
desmantelar toda la operativa terrorista que utilizó el Estado
dictatorial”. El mensaje recuerda que en esa operativa “actuaron las
fuerzas represivas, pero también instituciones como el Consejo de
Estado, la diplomacia y civiles que desde su seno apoyaron esta
persecución a nuestro pueblo”. Esa responsabilidad global, según
Familiares, quedó ratificada una vez más en los documentos de los
archivos descubiertos: “Esa operativa se mantuvo varias décadas después
del retorno de la democracia, para vergüenza de nuestras instituciones”.
Poderes en falta
Es
el Poder Ejecutivo, sostienen, el que debe “transformar y democratizar
cada rincón oscuro de nuestra institucionalidad. Entre ellos, los dos
más evidentes: las Fuerzas Armadas y la justicia”. Una garantía de no
repetición implica “erradicar prácticas autoritarias y privilegios que
se mantienen en el presente”.
El
mensaje de Familiares hizo especial hincapié en el Poder Judicial:
reconoce el papel comprometido que jugaron algunos jueces y fiscales;
pero “las causas se empantanan y sólo hay 30 presos de una dictadura de
12 años, con asesinados, desaparecidos y miles de torturados”. Y subrayó
que recién hace unas semanas un juez, José María González, dictó la
primera sentencia por el delito de tortura, aplicada contra el sobrino
del dictador Gregorio Álvarez, el oficial retirado Rodolfo Álvarez. Tal
sentencia provocó la reacción del general retirado Raúl Mermot, ex
comandante del Ejército durante la segunda presidencia de Julio María
Sanguinetti, quien, según Familiares, con sus declaraciones amenazó a la
justicia e hizo apología de la tortura.
“No
puede existir una justicia para ricos y otra para pobres; una vara para
juzgar los crímenes de los militares y otra para el resto”, afirma el
mensaje. Y abunda en la responsabilidad del Estado: “En estos años,
varios de los militares denunciados por los peores crímenes fueron
ascendidos, fueron asesores del gobierno, profesores en la escuela
militar o la Utu, directivos de clubes, ejercieron como médicos y
psiquiatras. Todos siguieron en sus cargos recibiendo ascensos y
cobrando sueldos, incluidos los que fugaron al ser emplazados y fueron
requeridos, como Jorge Tróccoli, Hermes Tarigo, Pedro Mato y últimamente
Eduardo Ferro. Ninguno enfrentó un tribunal de honor”.
Sin
embargo la crítica más contundente refiere al Grupo de Trabajo por
Verdad y Justicia (Gtvj), creado a iniciativa del presidente Tabaré
Vázquez. Familiares sostiene que la “falta de decisión y de respaldo a
las políticas que han permitido ciertos logros” hace que dichos logros
“se vean permanentemente comprometidos”, una postura ambigua que se
expresa, también, en lo que tiene que ver con el Poder Ejecutivo y el
Judicial, en episodios como el fracaso por “aclarar quiénes atentaron
contra el Giaf o quiénes están detrás del Comando Barneix”; los titubeos
en el episodio del “archivo Castiglioni”, o con la reforma de la Caja
Militar.
Familiares
aprovechó la invitación del Pit-Cnt para hacer un balance de los dos
años de existencia del Gtvj, de cuyo directorio es parte. Gracias a una
“acertada decisión política”, se puede acceder a archivos de la
represión, como ocurre hoy con el archivo de la Armada. Pero, sostiene,
“de continuar a este ritmo, si no se dota rápidamente de los medios, de
personal y materiales, la batalla para acceder a nuevos archivos está
perdida y este esfuerzo será nuevamente una mera declaración de buenas
intenciones”.
Para
Familiares, la apertura de los archivos tiene una finalidad principal
(aunque no excluyente): la búsqueda de los desaparecidos. Y en ese
sentido entiende que el Grupo de Trabajo debe centrar sus esfuerzos en
la investigación que facilite la búsqueda de datos sobre el destino
final de los desaparecidos y sobre quiénes los desaparecieron. Para ello
propone que el Gtvj conforme “un equipo profesional de investigación,
donde se aplique un riguroso trabajo y cruzamiento con otras fuentes de
verificación”.
Esa tarea de cruzamiento de datos, reiteradamente reclamada para que los esfuerzos en la búsqueda de archivos no sea otro saludo a la bandera, se viene postergando desde hace años. El 20 de mayo, una nueva marcha –en la que esta vez serán jóvenes quienes portarán las fotos de los desaparecidos– respaldará la postura de Familiares: “No bajaremos los brazos ni claudicaremos en nuestras reivindicaciones”.
Divulgado por Correspondencia de Prensa
2 x 1
divulgado por Alba María Cocco
A ÉSTAS BESTIAS LES DAN Y VAN A SEGUIR DANDO EL DOS POR UNO???
INDIGNANTE!!!
NI OLVIDO NI PERDÓN!!!
MEMORIA-VERDAD-JUSTICIA
2x1
Entre las decenas de cuerpos encontrados en las costas uruguayas había un niño de 14 años , empalado, con signos de tortura.
2x1
Si tenías la desgracia de ser mujer te violaban entre todos los suboficiales de turno, les divertia por delante y por detrás, a veces con fusiles, a veces con palos, a veces con la picana, y de paso te pasaban electricidad en la vagina, a veces con sus asquerosos miembros, luego te hacían limpiar el desorden.
2x1
Ponían aproximadamente 15 secuestrados en fila y disparaban al aire y a sus cabezas aleatoriamente, la suerte es loca.
Tu psiquis reventaba del terror.
2x1.
Como las madres comenzaron a hacerse notar, secuestraron 3 de ellas las violaron, las torturaron y las fusilaron.
2x1
Cientos de las mujeres secuestradas eran embarazadas (el mejor botín). Parían en el piso, atadas, desnudas, no le daban el bebé ni para olerlo. La dormían y tiraban de un avión al río.
2x1
Por años le pusieron el termómetro a esos niños por las noches y los llevaron al colegio, fueron a sus reuniones de "padres", festejaron sus 15 años, recibieron su vela en el escenario, sabiendo que mataron a su madre y padre con sus propias manos.
2x1
Diariamente les pasaban electricidad y les metían la cara en un balde con agua pero los mantenían despiertos y vivos. Porque sabían que era preferible morir.
2x1
En la mesa de tortura les hacían firmar venta de propiedades y de empresas. Así se quedaron con sus bienes.
2x1
Una madre y un hijo fueron secuestrados juntos, violaban a la madre adelante del hijo y torturaban al hijo delante de la madre. Luego fusilaron a ambos.
2x1
Eran el Estado, quien teóricamente debía cuidarte.
2x1
Organismos internacionales y la justicia local determinó que se trató de un genocidio.
2x1
Todavía no encontramos a los nietos que nacieron en esas celdas.
2x1.
Nunca confesaron dónde pusieron los cuerpos.
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Nunca se arrepintieron
Entre las decenas de cuerpos encontrados en las costas uruguayas había un niño de 14 años , empalado, con signos de tortura.
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Si tenías la desgracia de ser mujer te violaban entre todos los suboficiales de turno, les divertia por delante y por detrás, a veces con fusiles, a veces con palos, a veces con la picana, y de paso te pasaban electricidad en la vagina, a veces con sus asquerosos miembros, luego te hacían limpiar el desorden.
2x1
Ponían aproximadamente 15 secuestrados en fila y disparaban al aire y a sus cabezas aleatoriamente, la suerte es loca.
Tu psiquis reventaba del terror.
2x1.
Como las madres comenzaron a hacerse notar, secuestraron 3 de ellas las violaron, las torturaron y las fusilaron.
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Cientos de las mujeres secuestradas eran embarazadas (el mejor botín). Parían en el piso, atadas, desnudas, no le daban el bebé ni para olerlo. La dormían y tiraban de un avión al río.
2x1
Por años le pusieron el termómetro a esos niños por las noches y los llevaron al colegio, fueron a sus reuniones de "padres", festejaron sus 15 años, recibieron su vela en el escenario, sabiendo que mataron a su madre y padre con sus propias manos.
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Diariamente les pasaban electricidad y les metían la cara en un balde con agua pero los mantenían despiertos y vivos. Porque sabían que era preferible morir.
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En la mesa de tortura les hacían firmar venta de propiedades y de empresas. Así se quedaron con sus bienes.
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Una madre y un hijo fueron secuestrados juntos, violaban a la madre adelante del hijo y torturaban al hijo delante de la madre. Luego fusilaron a ambos.
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Eran el Estado, quien teóricamente debía cuidarte.
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Organismos internacionales y la justicia local determinó que se trató de un genocidio.
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Todavía no encontramos a los nietos que nacieron en esas celdas.
2x1.
Nunca confesaron dónde pusieron los cuerpos.
2x1
Nunca se arrepintieron
ENVIADO POR NESTOR DURANTE
1a.
quincena, mayo 2017
Corresponde
disculparse ante los lectores, ya que obligaciones profesionales han
dejado en suspenso las actualizaciones que se anuncian quincenales en
este mismo blog. Una de ellas se dedica cada año a la memoria de
Ibero Gutiérrez. En el año que corre la omisión queda reparada por
esta actualización de blog, pero sobre todo por la actualización de
la propia memoria -inactual pero activa, que nos señala un derrotero
de Ibero Gutiérrez en el presente.
En
primer lugar una Mesa será dedicada a la obra de Ibero en el
Congreso LASA (Latin American Studies Association) que tendrá lugar
en Montevideo durante el próximo mes de julio.1
Más allá de distintas presentaciones de la obra de Ibero y de
artículos académicos y exposiciones, se trata en este caso de una
reunión de académicos en torno a su obra y su legado. Este legado
viene a ser particularmente actualizado por la inminencia de la
celebración de un aniversario destacable del 68', que marcara el
giro definitivo del siglo pasado y se presenta ahora como el umbral
de nuestro presente. La organización de una mesa académica dedicada a la
obra de Ibero Gutiérrez supone, ante la inminencia de esa celebración de los 50 años del 68', la apertura de un debate
impostergable sobre el Uruguay, en cuanto Ibero condensa en su
proyección universal lo nuclear del 68' uruguayo.
En
segundo lugar la actualidad misma parece aglutinarse en
acontecimientos que destacan de manera impar la figura de Ibero y su
proyección al día de hoy. El asesinato del 28 de febrero de 1972
fue seguido por el descubrimiento de una obra poética y pictórica,
en particular, a través de un artículo que publica Hugo Alfaro en
Marcha, donde relata una visita a la casa de los padres de Ibero.
Pocas semanas después, un acto en la sala teatral El Galpón pone en
escena un núcleo poético. En ese contexto de una ofensiva del
aparato represivo institucional y parapolicial contra las fuerzas
sociales y políticas opuestas al pachequismo y al golpismo, que se
reforzaban el uno al otro desde el propio gobierno, la proyección de
la obra inédita de un estudiante de 22 años denunciaba la infamia
política de quienes mandataban y sostenían a los asesinos de tantos otros jóvenes.
La
militancia de Ibero y su creación formaban parte de una continuidad
que dejaba en evidencia, desde esa perspectiva, la ignominia que
revestía la represión, atrocidad en sí misma insoslayable, pero singularmente acentuada ante l as calidades
individuales que se suprimían al eliminar a un insumiso.2
Cierta articulación entre la liberación y la creación forma parte
de la configuración propia de la modernidad y su legado ha sido
puesto en valor, innúmeras veces, desde una perspectiva progresista.
La diferencia específica que reviste el asesinato de Ibero consiste
en que el propio acto infame revela la existencia de un creador
ignorado, ante todo, en razón de su extrema juventud.
Un
gobierno que se proclama progresista allanó días atrás una casa
que desarrolla la creación en perspectiva filosófica,
donde secuestró ilegalmente equipos dedicados a la actividad
artística y humanística. La indagación policial procuraba
demostrar, como efecto de una edición que se ejerce pública y
masivamente, la existencia de una peligrosa sedición.3
No se trata de un juego de palabras ni menos de una paradoja, sino
por el contrario, del sentido propio de un régimen que confunde
computación con educación, al punto de sostener que las
computadoras son tan necesarias a la actividad escolar como el agua
corriente.4
La digitalización de toda escala de valores tiene como efecto
eliminar las jerarquías, acuíferas en este caso educativo, razón
por la cual el mismo gobierno se propone instalar otra usina de pasta
de papel sobre el Río Negro, cuando el propio rector de la
Universidad de la República advierte acerca del límite aceptable de
polución en los cursos fluviales.5
La
memoria de Ibero nos ayuda acá, por contraposición, porque como lo
señala Derrida, el prefijo “contra” significa tanto el
encontrarse recostado a algo como el oponerse a otro.6
Esa memoria nos dice que considerada en su contexto interno, la obra
de Ibero cuestiona la racionalidad cristalizada y en primer lugar,
como realidad social.7
Se trata entonces del interrogarse acerca de un “efecto de
boomerang” de la realidad social sobre la libertad individual. Tal
efecto de retorno sobre el destinador es inherente, mal que les pese
a los tecnócratas, a la misma denotación del término
“tecno-logía”: en cuanto la técnica-procedimiento prima sobre
el discurso-logos se trivializa toda significación, bajo excusa de
reversibilidad entre antecedentes y consecuencias. Desde entonces
todo pensamiento se convierte en irremediablemente sedicioso, ya que
como lo sostiene Baudrillard, pensar sin singularización
irreductible del pensamiento -al mundo, la naturaleza, la sociedad,
etc., equivale a la mera duplicación de una representación.8
No en vano la policía progresista secuestró en Casa de Filosofía
una obra del mismo artista que plasmó el Memorial de los Fusilados
de Soca.9
1Sobre
LASA, ver: http://simposioslasaconosur.co m/cono-sur/
2Se
accede a una página dedicada a Ibero Gutiérrez en
https://www.facebook.com/pg/Ib ero-Gutiérrez-249738293942/pos ts/?ref=page_internal
3El
secuestro de equipos por parte de la policía con ocasión del
allanamiento de Casa de Filosofía incluyó una computadora
destinada a la post-edición de un film, por otro lado Casa de
Filosofía cuenta también con una editorial propia: Maderamen. Ver
la declaración “Criminalización de la filosofía en Uruguay”
https://www.facebook.com/ricar do.viscardi.3/posts/1021317971 3912537
4“Todos
tenemos el Plan” Montevideo
Portal
(18/09/13)
http://www.montevideo.com.uy/c ontenido/Informe-sobre-el-Plan -Ceibal-213773
5Ver
la reseña de la intervención de Markarián en “Plan
Nacional de Aguas Conmemora día mundial” Portal
UdelaR (22/03/17)
http://www.universidad.edu.uy/ prensa/renderItem/itemId/40208
6Ver
Ramond, Ch. (2016) Dictionnaire Derrida,
Ellipses, Paris, p.49.
7Ver
Viscardi,
R. “Libertad y discontinuidad: Ibero Gutiérrez y la cuestión del
sí mismo” (2016) Mutatis
Mutandis,73-88,
http://revistamutatismutandis. com/ojs/index.php/mutatismutan dis/article/view/125/79
8Baudrillard,
J. (2000) El intercambio imposible, Cátedra,
Madrid, p.152.
9El
21 de diciembre de 1974 fueron encontrados en las proximidades de la
localidad de Soca los cuerpos acribillados de María de los Angeles
Corbo, Graciela Estefanell, Mirtha Hernández, Héctor Brum y
Floreal García, secuestrados semanas antes en la Argentina y
ejecutados por orden del totalitarismo cívico-militar en el
Uruguay.