lunes, 3 de junio de 2019

BRASIL: Escalada contra la democracia Por: Frei Betto // La solución de la crisis no es alinearse con Estados Unidos por Leonardo Boff // Brasil a las calles, de nuevo // Carta del Papa al ex presidente brasileño Lula “La verdad vencerá a la mentira” // ARGENTINA: 50º Aniversario del Cordobazo: Un momento de libertad // El rol clave de los delegados de base // PRT A: A 50 años de El Cordobazo // La protesta que se convirtió en rebelión // 50 años del Cordobazo: la enseñanza de la unidad, la ética y la democracia sindical // URUGUAY: “Existe una deuda del Estado con las víctimas de violaciones a los derechos humanos” // Coordinadora de Feminismos alertó sobre omisiones en la búsqueda de mujeres desaparecidas // SCJ ratificó constitucionalidad de Fiscalía de Lesa Humanidad

BRASIL

Escalada contra la democracia

Por: Frei Betto
28 mayo 2019 | CUBADEBATE

Jair Bolsonaro (izquierda), presidente de Brasil, y Mauricio Macri (derecha), mandatario de Argentina. Foto: ANSA.
No formo parte del equipo de las pitonisas. Prefiero guardar el pesimismo para días mejores. No obstante, preveo tiempos difíciles para Brasil, a menos que nuestra indignación se transforme en movilización. Tal como van las cosas, nuestra frágil democracia se encuentra amenazada, y nuestra libertad de expresión, amordazada.
Las señales no son promisorias. Nada indica que la economía brasileña saldrá en breve del atolladero en que se encuentra. Los desempleados suman más de 13 millones. Los pronósticos del PIB para 2019 se encogen con cada nuevo cálculo. Al inicio del gobierno actual se creía que crecería 2,2%. Ahora se prevé 1,7%. Brasil retrocede.
Aunque se apruebe alguna reforma de la Seguridad Social (que no afecte a la camada de arriba, claro), nada indica que vengan del exterior inversiones sustanciales. Nuestro país está desacreditado. ¿Quién se aventura a embarcarse en un navío averiado? Y en el mundo existen otras opciones para los inversionistas. Prefieren multiplicar su capital en economías robustas y confiables.
¿Cómo sentirse seguro con un gobierno que se desdice todos los días? En menos de cinco meses contradijo sus promesas de campaña. El corporativismo y la tendencia ideológica hablan más alto que la competencia. El ministro que se precie de serlo debe ponerse la casaca del recluta y tragarse en seco las órdenes del comandante. No se admiten la contradicción, el pluralismo, el debate democrático.
Se baila al ritmo leninista: un paso adelante, dos atrás. La embajada brasileña trasladada a Jerusalén permanece en Tel Aviv. La soberanía del país se inclina ante la suspensión unilateral de visas para los estadounidenses. La cultura es sofocada por la falta de recursos. Las acciones de Petrobras y del Banco de Brasil caen, porque el gobierno “no intervencionista” veta el aumento del diesel y la publicidad del banco.
A los que se apoderan fraudulentamente de tierras, los que destruyen la selva y los que invaden territorios indígenas se les concede licencia para matar. Ante los paramilitares se mira hacia otro lado. Ante los corruptos amigos de la familia se hace silencio. Cuando al padre, presa de un frenesí, no le conviene manifestar algo, le pasa al hijo la tarea, aun cuando implique ofender al general electo vice del capitán.
El desmonte es general. Se extinguen los consejos federales; no hay médicos en muchas localidades antes atendidas por cubanos; disciplinas que enseñan a pensar, como la filosofía y la sociología, desaparecen de los currículos; se toleran los paramilitares; en Brasilia, no son autoridades abiertas al diálogo las que reciben a los indios, sino la Fuerza Nacional, como si se tratara de una manada de fieras escapadas de la selva para avanzar sobre el Planalto.
El clima es de repudio a la democracia. ¿Hasta cuándo se tolerarán el Tribunal Supremo Federal y el Congreso Nacional? ¿Y la libertad de prensa? Ochenta tiros del Ejército asesinaron a dos ciudadanos inocentes y el hecho se considera irrelevante.
En los corredores del gobierno cunden el miedo y la inseguridad. El ministro de Economía habla de obtener un billón de reales con las reformas, y horas después el presidente reduce la cifra a 800 mil millones. El secretario de Hacienda Federal anunció nuevos impuestos y fue desautorizado al día siguiente de su entrevista. Impera la ley del silencio. Quien pretenda aferrarse a la teta del gobierno, que cierre las boca. El gobierno actual sabe destruir, pero no sabe construir.
¿Las encuestas comprueban que la aprobación al Planalto cae cada mes? Puro “fake”, clama el gobierno y asegura que la aprobación es del 98%. Solo se excluye el 2% de la gente envenenada por el marxismo cultural. Gente que no respeta la familia, aunque el acusador haya tenido tres. Gente que está a favor de los derechos de los homosexuales y contra la libertad de posesión y portación de armas.
El rey está desnudo. Pero no resulta conveniente admitirlo en público. Que todo ciudadano cubra sus ojos indignados con los colores vivos de esa policromía ministerial de 22 tonos de gris.
Frei Betto es autor, entre otros libros de Calendario do poder (Rocco).
www.freibetto.org/> twitter:@freibetto.
Traducción de Esther Perez

La solución de la crisis no es alinearse con Estados Unidos

por Leonardo Boff

2019-05-12

El proceso actual de globalización revela, a mi modo de ver, dos tendencias básicas: la globalización monopolar hegemonizada por Estados Unidos, con el respaldo por las grandes corporaciones económico-financieras. Marcada por la homogeneización de todo. Dicho en un lenguaje pedestre, sería una hamburguerización del mundo: la misma hamburguesa con la misma fórmula, consumida en USA, en Rusia, en Japón, en China y en Brasil.
La otra tendencia es multipolar, prevé varios polos de poder, con distintos centros decisorios, pero todos dentro de la misma Casa Común, una, compleja, amenazada de ruina. China hegemoniza esta tendencia. Predomina la monopolar. El “America first” de Trump significa “sólo América”. Sólo ella tiene intereses globales –dicen–, y se arroga el derecho de intervenir allí donde esos sus intereses están amenazados, o pueden ser extendidos, ya sea mediante guerras directas o delegadas, como Trump pretendía con Brasil ante la crisis en Venezuela, sin considerar los contratos y leyes internacionales.
La estrategia de EEUU, radicalizada después del atentado a las Torres Gemelas, es garantizar su hegemonía mundial mediante los medios de destrucción masiva en primer lugar (pueden matar a todo el mundo), y después por la economía capitalista y por la ideología (Hollywood desempeña un gran papel en eso), que es una forma de guerra blanda (guerra híbrida) pero efectiva para conquistar mentes y corazones por la vía simbólica y por el imaginario, bajo el supuesto signo de la democracia y de los derechos humanos.
Pero el gran medio de dominación es la economía de carácter capitalista neoliberal. Ésta tiene que ser impuesta a todo el mundo (China se dejó ganar por ella para fortalecerse económicamente). Esto se hace a través de las grandes corporaciones globalizadas y sus aliados nacionales. Ésta es la gran arma, pues la otra, la bélica, funciona como disuasión y como un espantapájaros, pues puede destruir a todos, inclusive a quien la usa.
Quien gane la carrera de la innovación tecnológica, especialmente la militar pero también la económica, conseguirá la hegemonía mundial. ¿Qué tiene que ver todo esto con la actual situación política y económica de Brasil? Tiene todo que ver. Con el presidente Jair Bolsonaro se hizo una opción clara por la alineación irrestricta y sin contrapartida con las estrategias de hegemonía mundial de EEUU.
En los altos niveles militares y en las élites adineradas se esgrime el siguiente argumento: no tenemos ninguna posibilidad de ser una gran nación, aunque tengamos todas las condiciones objetivas para ello. Hemos llegado tarde, y no participamos del pequeño grupo que decide los caminos del mundo. Hemos sido colonia y se nos impone una recolonización para abastecer de materias primas naturales (commodities) a los países avanzados. Es forzoso incorporarse al más fuerte, en este caso Estados Unidos, como socio agregado con las ventajas económicas concedidas al selecto grupo transnacionalizado que da sustentación a esta opción. Aquí faltó una inteligencia más soberana para buscar un camino propio en relación dialéctica con las grandes potencias actuales.
Las grandes mayorías pobres no cuentan. Son ceros económicos. Producen poco y no consumen casi nada. De la dependencia pasan a la prescindencia.
¿Cuál es el cambio que ha ocurrido en Brasil en los últimos años? La cúpula superior del ejército, los generales que tienen tropa a su mando (éstos son los que cuentan) habrían abrazado esta tesis. Habrían dejado en segundo plano un proyecto de nación autónoma. La seguridad de la cual son responsables estaría garantizada ahora por EEUU con su aparato militar y sus más de 800 bases militares repartidas por todo el mundo. Esta adhesión implica también incorporar la economía de cariz liberal (entre nosotros, ultraliberal) y la democracia representativa, aunque sea de baja intensidad.
Con el actual Presidente, Brasil ha sido ocupado por los militares. El excapitán, hecho jefe de Estado, es la cabeza visible de este proyecto, implantado abruptamente en Brasil. Para esta diligencia se hace necesario debilitar todo lo que nos hace un país-nación: la industria debe entrar en un ritmo lento y ser sustituida por las importaciones; las instituciones con signos democráticos y nacionalistas, mantenidas, pero hechas ineficientes; las universidades públicas, desmontadas, para dar lugar a las privadas y asociadas a las grandes empresas, pues éstas necesitan cuadros formados en ellas para poder funcionar.
Las pequeñas peleas internas entre el astrólogo de Virginia y los militares son irrelevantes. Ambos tienen el mismo proyecto básico de adhesión a Estados Unidos y al neoliberalismo, pero con una diferencia. Los olavistas son toscos, rudos, con un lenguaje vulgar. Los militares acuden con aires de educación y de civismo, queriendo inspirar confianza, pero tienen el mismo proyecto de base. También la misma adhesión a EEUU. Resignados, admiten que en la nueva guerra fría entre EEUU y China, tenemos que optar por EEUU o ser tragados por China, renunciando así a un camino soberano en medio de las tensiones entre las grandes potencias.
Veo dos vías de enfrentamiento, entre otras:
La vía ecológica: todos estamos dentro del antropoceno, era en la que el ser humano está desestabilizando aceleradamente todo el sistema-vida y el sistema-Tierra. Los sabios y científicos nos advierten que, si no cambiamos, podremos conocer un desastre ecológico social que puede destruir gran parte de la biosfera y de nuestra civilización. Así el propio sistema capitalista y su cultura perderían sus bases de sustentación. Los supervivientes tendrían que pensar en un plan Marshall global para rescatar lo que quedara de la civilización y restaurar la vitalidad de la Madre Tierra.
La vía política: una masiva manifestación popular, un tsunami de gente en las calles, protestando y rechazando ese modelo anti-pueblo y anti-vida. Los generales se sentirían atrapados por las acusaciones de anti-patriotismo, provocando una división interna entre los que apoyan a las calles y los que se resisten. Los políticos lentamente irían adhiriéndose porque no verían otra alternativa. De esta forma podría surgir un movimiento alternativo y contrario al orden vigente.
Podría haber mucha violencia en ambos lados. No sería descartable una intervención norteamericana, ya que sus intereses son globales, especialmente teniendo como objetivo la Amazonia. Queda por saber si Rusia y China tolerarían esta intervención. Lo peor que podría suceder sería crear una especie de Siria en nuestro territorio. El escenario es sombrío pero no imposible, se sabe que hay halcones en los órganos de seguridad que no descartan esa posibilidad.
A nosotros nos cabe secundar la vía política con los riesgos que implica. No perdamos la oportunidad de confiar en nuestras virtualidades, especialmente en lo que concierne a la riqueza ecológica, y de tener importancia en la determinación del futuro de la humanidad y del planeta vivo, la Tierra.
Lo más importante es presentar una alternativa viable de otro tipo de Brasil, soberano, con una democracia participativa, justo, abierto al mundo y dispuesto, por su capital natural, a ser la mesa puesta para las hambrunas del mundo entero.

Leonardo Boff

Brasil a las calles, de nuevo

por Eric Nepomuceno
LA HAINE - 02/06/2019

La tenebrosa capacidad de Bolsonaro y compañía para destrozar el país a velocidad vertiginosa

A la una de la tarde del domingo 26 de mayo, día de actos favorables al gobierno ultraderechista de Jair Bolsonaro y de críticas contundentes y agresivas al Congreso y al Supremo Tribunal Federal, había manifestaciones en 52 municipios de 12 provincias brasileñas, además de Brasilia, la capital federal.
Lo que los bolsonaristas habían llamado “protesta a favor” fue convocado en un primer momento por el capitán-presidente, con el pleno uso del ejército de robots digitales esparcidos por varios países del mundo bajo el comando de su hijo Carlos, que recibió del padre el muy cariñoso apodo de “mi pitbull”. Cálculos equilibrados indican que en todo el país unas 350 mil personas salieron a la calle.
A la una de la tarde del jueves 30 de mayo, día de protesta contra el recorte del presupuesto a la educación impuesto por el gobierno, había manifestaciones en 55 municipios de 18 provincias brasileñas, además de Brasilia.
Todo indicaba que la jornada convocada por la Unión Nacional de Estudiantes y agrupaciones estudiantiles, con adhesión de gremios de maestros de instituciones públicas y privadas, terminaría con un resultado muy cercano a un empate frente a lo que se vio el domingo anterior. Sería un punto positivo para el gobierno. 
Pura ilusión: al caer de la noche, el número de manifestantes reunidos para protestar, pese a ser inferior a la millonaria marcha de protesta del pasado 15 de mayo, ya había superado ampliamente lo que se vio el domingo.
Hay, en esas tres manifestaciones –dos duramente contra el gobierno, y una duramente contraria a instituciones como la Corte Suprema y el Congreso–, algo que merece atención, más allá del volumen de manifestantes, ampliamente favorable a los que protestan efectivamente, y no los que protestaron “a favor”.
Los partidos de izquierda y centroizquierda todavía se encuentran atónitos, y no por la derrota sufrida en las pasadas elecciones presidenciales, sino por la tenebrosa capacidad de Bolsonaro y compañía para destrozar el país a velocidad vertiginosa. 
No hay prácticamente ni un solo aspecto que no haya sido blanco de una furia enloquecida, desde la educación a la cultura, desde el medioambiente a los derechos de las minorías asegurados por la Constitución, desde el desmonte del Estado a políticas sociales exitosas implantadas a lo largo de los últimos veinte años, primero por Fernando Henrique Cardoso y luego muy potenciadas por Lula da Silva.
Con eso, el apoyo y la participación institucional de la izquierda en las iniciativas de estudiantes y docentes tuvo peso significativo pero no esencial, tanto el miércoles 15 como ayer. 
Los sindicatos y centrales, a su vez, optaron por un respaldo también paralelo, para resaltar el lado espontáneo de la convocatoria lanzada por alumnos y maestros.
Si con la marcha convocada para el domingo pasado Bolsonaro y su ejército de fanáticos pretendieron dar muestras de pleno control de las calles, y de que el bolsonarismo puede competir con el lulismo en las manifestaciones populares, el resultado debería servir para fulminar sus delirios de grandeza. 
Cualquier chispa de lucidez advertiría que el cuadro es otro, y que el radical deterioro económico y social del país podrá impulsar nuevas presiones de la calle.
Bueno, está más que probado que lucidez es algo incompatible tanto con el presidente como con su ensandecido clan familiar. 
Su ministro de Educación, Abraham Weintraub, capaz de confundir Franz Kakfa con kafta, el tradicional plato de la culinaria árabe, mientras comete errores básicos de ortografía, ya dejó claro que sus brotes crónicos de prepotencia ahogaron cualquier posibilidad de lucidez. 
Queda entonces por saber quién, dentro del gobierno, tendrá la lucidez –y fuerza– para imponer al presidente iracundo que hay que cambiar de rumbo. 
Que mantenerse como en un mitin de campaña basada exclusivamente en ataques furiosos a los adversarios no ayuda –al contrario– a gobernar un país que se hunde a cada minuto de cada hora de cada día.
Y dejar en claro que, al contrario de lo que dicen sus delirios, no es dueño de las calles, que su respaldo popular se desinfla como un globo pinchado, y que los movimientos populares tienen mucha más fuerza de lo que las apariencias parecían indicar.
Página 12


CONADU Histórica
En defensa de la educación pública en Brasil

Viernes 31 de mayo de 2019, por Redaccion *
Los docentes universitarios nucleados en la CONADU Histórica de la CTA-A se solidarizaron con sus pares brasileños que rechazan el recorte presupuestario al sector ordenado por Jair Bolsonaro. Cientos de manifestaciones se sucedieron este jueves en todo el país, algunas de las cuales fueron reprimidas por tropas federales.
Estudiantes y profesores de universidades e institutos federales en Brasil protestaron este jueves contra los recortes en el presupuesto para la educación, anunciados por el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro.
Se trata de 60 centros superiores y a 40 institutos federales que tendrán un 30 por ciento de recorte en el presupuesto de este año.
La Federación Nacional de Docentes, Investigadores y Creadores Universitarios (CONADU Histórica-CTA-A) repudió las medidas “del gobierno ultraderechista de Jair Bolsonaro contra ajuste a la educación pública y el ataque a la autonomía universitaria, que implica una reducción del presupuesto para las instituciones educativas federales del 30 por ciento y la modificación de la normativa de nombramientos en las Universidades, quitando de la órbita de las mismas las designaciones de directores de unidades y decanos —que recaerán en el Ministro de Educación y en la Agencia Brasileña de Inteligencia”.
La CONADU Histórica recordó que “el gobierno viene atacando a la Universidad pública brasileña de distintas maneras: primero, incitó a estudiantes a denunciar a profesores ’adoctrinadores’ filmando sus clases”, al tiempo que descalificó “la democracia y la autonomía de las universidades, ha penalizado a tres de ellas con una reducción presupuestaria del 30 por ciento por la realización de actividades políticas, extendiendo ese recorte luego al conjunto del Sistema Federal de Educación”.
El 15 de mayo, el Sindicato Docente Universitario (ANDES) protagonizó una masiva manifestación y huelga contra Bolsonaro. Miles de docentes, estudiantes y personal técnico-administrativo, se movilizaron en 200 ciudades del país, montaron clases públicas y actividades de divulgación científica en plazas y espacios públicos.
Luego de la nueva demostración de fuerza de ayer, se ha convocado a una huelga general para el 14 de junio para rechazar a las reformas al sistema jubilatorio que impulsa Bolsonaro.
“Es inevitable realizar un paralelo entre las políticas que implementa el neoliberalismo en la Argentina y en Latinoamérica, que descalifican a las instituciones públicas de Educación, Ciencia y Tecnología mediante ajustes presupuestarios en áreas estratégicas para el desarrollo autónomo del país”, señala uno de los párrafos del comunicado de la CONADU Histórica firmado por Luis Tiscornia, Secretario General; Claudia Baigorria, Secretaria Adjunta (y mismo cargo en la conducción de la CTA Autónoma), y Andrés Duhour, de Relaciones Internacionales.
“Ello se evidencia —continúa el comunicado— en las asimetrías existentes entre los fondos genuinos asignados y los elevados índices inflacionarios y la devaluación monetaria. Las consecuencias directas son por un lado, el recorte y/o disminución de los montos de las becas a estudiantes, la ausencia de boleto educativo gratuito, el desfinanciamiento de comedores universitarios, y demás medidas que restringen a diario las posibilidades del millón y medio de jóvenes de continuar sus estudios en las universidades argentinas; y, por otro lado, la pérdida de poder adquisitivo de salarios docentes y personal administrativo, entre otros perjuicios. Asimismo, los despidos y restricciones para ingreso a carrera de investigadores en el sector científico y tecnológico han provocado un verdadero desmantelamiento de centros de elevado prestigio y éxodo de profesionales altamente calificados. Estas políticas desnudan la falta de interés del Gobierno nacional en priorizar la Educación pública y la Ciencia y Tecnología como resortes estratégicos para el crecimiento de nuestra nación”.
“En la Argentina —recuerda la CONADU Histórica— docentes, estudiantes e investigadores continuamos protestando contra estas políticas de ajuste en estos ámbitos, pero también contra las reformas previsional y laboral impulsadas por el gobierno de Mauricio Macri”.
Desde la Federación expresaron entonces la “solidaridad con la comunidad educativa brasileña, creemos que es la misma lucha contra la privatización de los sistemas públicos de enseñanza y contra los gobiernos que buscan entregar los recursos públicos, como sucede con las reformas previsionales, a los grandes capitales transnacionales”.
Por último, la CONADU Histórica saludó la masividad de la jornada nacional de lucha en Brasil, en especial “un fraterno y combativo saludo a nuestro sindicato hermano ANDES y a todos los sectores convocantes”, y ratificó el “compromiso inclaudicable con la defensa de la Universidad Pública, gratuita, autónoma, científica y latinoamericanista al servicio de los intereses de las mayorías populares”.

Carta del Papa al ex presidente brasileño Lula
“La verdad vencerá a la mentira”

En su mensaje, el pontífice lamenta las “duras pruebas” por las que pasa Lula y lo insta a no desistir de la lucha.

PÁGINA 12 - 30 de mayo de 2019

Lula, detenido en Curitiba, recibió el aliento del Papa a través de una carta.
Lula, detenido en Curitiba, recibió el aliento del Papa a través de una carta. 
Imagen: AFP
El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde abril de 2018 tras ser condenado por supuesta corrupción, divulgó ayer una carta que le envió el papa Francisco, en la que el pontífice lamenta las “duras pruebas” por las que pasa y lo insta a no desistir de la lucha.  “El bien vencerá al mal, la verdad vencerá la mentira y la Salvación vencerá la condenación,” dice la carta del pontífice.
En su página de Internet, Lula publicó la carta en portugués en la que el Papa le expresa su solidaridad por las muertes de su esposa, Marisa Leticia Rocco, en 2017, y las de su hermano Genivaldo Inácio da Silva y del nieto de siete anos Arthur Araújo Lula da Silva, que fallecieron en este año. “Tengo presente de las duras pruebas que usted ha vivido últimamente, especialmente de la pérdida de algunos seres queridos, su esposa Marisa Leticia, su hermano Genival Ignacio y, más recientemente, su nieto Arthur de sólo siete años- quiero manifestarle mi cercanía espiritual y alentando pidiendo no desanimar y seguir confiando en Dios. La carta, fechada el 3 de mayo, respondió una enviada en abril por Lula. En ella Francisco le manifiesta su “proximidad espiritual” y le pide al líder del PT “coraje para no desanimarse y seguir confiando en Dios”.
Lula cumple en prisión una condena de ocho años y diez meses  en Curitiba (sur), en un caso que se destapó en las investigaciones de la Operación Lava-Jato, que descubrió una gigantesca red de corrupción en la petrolera estatal Petrobras e implicó a las grandes constructoras y políticos del país. El entonces juez que lo condenó, Sergio Moro, hoy ministro de Justicia del gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, había admitido en sus sentencia que, a falta de pruebas sólidas, había fallado basándose en sus “convicciones”. El titular de la Iglesia Católica no hace referencia a la situación judicial del ex mandatario, pero señala que las consideraciones remitidas por Lula en su carta de abril sobre la situación política brasileña le fueron de gran utilidad.
La carta además expresa reflexiones religiosas de Francisco sobre la política: “Como he señalado en el mensaje para la 52° Jornada Mundial de la Paz celebrada el pasado 1 de enero, la responsabilidad política constituye un desafío permanente para todos los que reciben el mandato de servir a su país, de proteger a las personas que habitan en él y de trabajar para crear las condiciones de un futuro digno y justo. Al igual que mis predecesores, estoy convencido de que la política puede convertirse en una forma eminente de caridad si se aplica en el respeto fundamental por la vida, la libertad y la dignidad de las personas”.
El pontífice también hace referencia a las celebraciones de la Pascua y la resurrección de Jesús y califica el momento como la esperanza de un despertar de la humanidad. “En estos días, estamos celebrando la resurrección del señor. El triunfo de Jesucristo sobre la muerte es la esperanza de la humanidad. Su Pascua, su paso de la muerte a la vida, es también nuestra Pascua. Gracias a él, podemos pasar de la oscuridad a la luz, de la esclavitud de ese mundo para la libertad de la tierra prometida. Del pecado que nos separa de Dios y de los hermanos hacia la amistad que nos une a él,” señaló En el mensaje, Francisco pide a Jesús y a la Virgen María que protejan a Lula y le asegura su oración, a la vez que le pide al político brasileño que no deje de rezar igualmente por él.
El sitio oficial de Lula en internet recordó que en 2018 el Papa le mandó al ex presidente un rosario bendecido, que fue entregado personalmente por el dirigente social argentino Juan Grabois, quien lo visitó en la cárcel.

ARGENTINA

01/06/2019

50º Aniversario del Cordobazo: Un momento de libertad


La protesta obrero-estudiantil se convirtió en una de las más grandes movilizaciones de masas que en nuestro país acorraló la dictadura militar de entonces. Por Eduardo Lucita.

Las jornadas del 29 y 30 de mayo de 1969 conformaron una protesta obrero-estudiantil de una magnitud inesperada, acorralaron a la dictadura militar de entonces y abrieron un proceso de lucha de clases que, con altas y bajas, se proyectó hasta las Coordinadoras de Gremios en Lucha de 1975.
El Cordobazo no surgió de la nada forma parte y se recorta, con formas y dinámica propias, en las grandes movilizaciones de masas que en nuestro país y en el mundo, se desenvolvieron en la segunda mitad del siglo pasado.
Internacionalmente está emparentado con el cúmulo de acciones de solidaridad y esperanzas compartidas que se expresaban en los acontecimientos mundiales que se sucedían: el Mayo francés, La Primavera de Praga, el Otoño Caliente italiano, los movimientos estudiantiles en México y Japón… En lo local fue la culminación de largos años de resistencias y precedido por las movilizaciones estudiantiles en Corrientes y Rosario y por las puebladas de Casilda y General Roca. El Cordobazo fue expresión de la combinación de ese doble proceso, también parte constitutiva. De conjunto constituyeron el marco socio-político en el cual se desenvolvieron las jornadas.
Social y político
La protesta fue impulsada por reivindicaciones gremiales -alza de los precios y eliminación del sábado inglés y de las quitas zonales entre otras- asentadas en las organizaciones de base de las fábricas en las que se desenvolvía una fuerte conciencia antiburocrática. El abogado laboralista Lucio Garzón Maceda, asesor en ese entonces de varios sindicatos cordobeses, pone el acento en el contenido político democrático «…fue la decisión de tres dirigentes sindicales: Elpidio Torres de Smata; Atilio López, de UTA y Agustín Tosco, de Luz y Fuerza, de dar una pelea en las calles de Córdoba contra la expresión coercitiva del Estado, que era la Policía, y si era posible derrotarla, como finalmente ocurrió». «Esto porque era una de las formas más decididas de enfrentar a la dictadura planteando el restablecimiento de la democracia y terminar con las proscripciones, pero fundamentalmente la recuperación de las libertades públicas».
Más allá de las distintas interpretaciones hay coincidencias en que El Cordobazo fue, al menos hasta ese momento, la movilización de masas más potente y violenta desde la Patagonia Trágica en 1919. Los informes periodísticos de la época avalan esta conclusión: 34 muertos, 400 heridos y 2.000 detenidos.
Dinámica de lo impensado
Todo inició en la media mañana del 29 cuando las columnas obreras comenzaron a marchar para concentrarse frente a la sede de la CGT, fueron reprimidas por destacamentos policiales que tenían la orden de no dejarlos avanzar. Todo se desenvolvía en una serie de escaramuzas hasta que se conoció que Máximo Mena, un obrero mecánico, había caído muerto bajo las balas de la policía. La noticia corrió de boca en boca como un reguero de pólvora, a las columnas obreras se unieron las estudiantiles, primero resistieron y luego hicieron retroceder a la policía. La ciudad se llenó de fogatas y quedó bajo el control de la alianza obrero-estudiantil a la que se le sumaron numerosos vecinos, mientras los negocios cerraban. El detonante fue la muerte de un obrero, pero hubo un factor impensado, un imponderable: que la policía se retirara temerosa del desborde de los manifestantes, cuando se le acabaron las bombas de gases. Los contingentes obreros y estudiantiles se desplegaron por toda la ciudad, hubo ataques e incendios a objetivos bien definidos, pero no saqueos ni destrozos gratuitos.
Quienes en Buenos Aires seguíamos con interés y ansiedad los acontecimientos, nos enterábamos con preocupación que desde aquí se había dado la orden que el ejército avanzara sobre la ciudad de Córdoba para retomar el control. Las masas se replegaron y los estudiantes ocuparon el Barrio Clínicas, se nombraron delegados por manzana mientras que desde las casas y edificios se auxiliaba a los insurrectos, se les facilitaban los desplazamientos y se hostigaba a las tropas represivas. Por unas horas el barrio fue zona liberada.
«Tuve el privilegio de aspirar ese olor tan particular de la libertad total que existe en esos momentos… El sistema dominante se quiebra, aunque sea por 24 horas y el pueblo tiene la sensación de que puede ganar… Ese día vale por un millón, nadie lo podrá olvidar» (Carlos Scrimini, protagonista del Cordobazo).
Así la represión convirtió una concentración pacífica en insurrección popular. Una vez más se comprobó que la dinámica de la lucha de clases no siempre es predecible, los imponderables juegan y desatan la espontaneidad de las masas. «Una huelga política de masas que no fue pensada como levantamiento insurreccional» (así lo analiza el médico y militante Abel Boholavsky, participante de aquellas jornadas cuando cursaba el 5º año de medicina).
Nuestro ’68
El Cordobazo de 1969 fue nuestro Mayo de 1968, con diferencias. Aquí fue impulsado por los trabajadores al que rápidamente se sumaron los estudiantes; en Francia fue protagonizado por los estudiantes a los que lentamente se sumaron los sindicatos, lo que era resistido por el Partido Comunista. El Mayo francés cerró una etapa, el Cordobazo abrió un nuevo período de la lucha de clases en nuestro país. Los sectores combativos del peronismo se sumaban a los clasistas, y los objetivos socio-económicos y políticos se fusionaban en una dinámica que cuestionaba el orden capitalista existente.
Cinco décadas después en un escenario social y político muy diferente, recuperar aquellos acontecimientos es no solo un acto de reconocimiento a aquellas jornadas que están inscriptas con tinta indeleble en la historia viva de los trabajadores y el pueblo, sino una necesidad para incorporar sus enseñanzas a los debates actuales.
Para quienes fuimos contemporáneos de aquellas jornadas este 50º aniversario es una nueva oportunidad para transmitir a las jóvenes generaciones aquellas experiencias y también para recuperar la esperanza. La razón de ser de aquellos hombres y mujeres que protagonizaron esas jornadas y cuando muchos de ellos todavía estimulan las luchas del presente, sin la cuales no hay utopía posible.
Eduardo Lucita. Integrante del colectivo EDI -Economistas de Izquierda-.