sábado, 14 de diciembre de 2019

SOS al planeta: Indignación en la cumbre de la ONU ante la negativa de las principales economías a tomar medidas audaces // Ni ambición, ni financiación, ni adaptación: las negociaciones de la COP25 se enquistan y todo apunta al fracaso // COP25: La Cumbre del Clima evidencia la brecha entre sociedad civil y clase política // ¿Quién puede parar la crisis climática: las empresas o los consumidores? // Jóvenes dejan claro su escepticismo en la COP25: El cambio climático está aquí, no es un problema del futuro: Thunberg // Greta Thunberg: "Hay esperanza, pero no viene de los gobiernos y las empresas, sino de la población" // Las distintas caras de la gretofobia // Greta, el desprecio de los políticos y el bullying desatado en las redes // Cuba: El capitalismo amenaza equilibrio ecológico del planeta // URUGUAY: Soldados coreaban «tupamaros comunistas todos juntos al cajón», denuncia Ffose // Federación de Funcionarios de OSE:La privatización descarnada


SOS al planeta: Indignación en la cumbre de la ONU ante la negativa de las principales economías a tomar medidas audaces

14 diciembre 2019 |CUBADEBATE


Carolina Schmidt, ministra de Medio Ambiente de Chile y presidenta de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) de 2019, asiste a una reunión con delegados durante la COP25 en Madrid, España, el 14 de diciembre de 2019. Foto: Reuters.
Se reducen las esperanzas de que el mundo actúe a tiempo para evitar que el aumento de las temperaturas cause estragos sobre la población y la naturaleza, gracias a que las principales economías se resistieron a ceder a las demandas en favor de compromisos climáticos más audaces la cumbre de la ONU, que veía retrasada su conclusión el sábado en Madrid.
Con la reunión de dos semanas de duración prolongándose hasta el fin de semana, los activistas y muchas naciones criticaron a Chile, que preside las conversaciones, por esbozar un texto que, según dijeron, corre el riesgo de hacer retroceder el Acuerdo de París de 2015 para abordar el calentamiento global.
“En un momento en el numerosos científicos advierten sobre las terribles consecuencias de que las emisiones sigan aumentando, con millones de estudiantes saliendo a la calle a protestar, lo que está ocurriendo aquí en Madrid es una traición a la gente de todo el mundo”, dijo Mohamed Adow, director de Power Shift Africa, un centro de estudios sobre el clima y la energía en Nairobi.
El encuentro anual sobre el clima debía haber concluido el viernes, pero se prolongó debido a las disputas de los distintos delegados nacionales sobre la aplicación del Acuerdo de París, que hasta ahora no ha logrado detener el incremento de las emisiones mundiales de carbono.
Los participantes en las conversaciones mostraron su indignación por la falta de voluntad de los principales contaminadores para mostrar una ambición acorde con la gravedad de la crisis climática, tras un año de incendios forestales, ciclones, sequías e inundaciones.
La Unión Europea, los pequeños estados insulares y muchas otras naciones han pedido que la decisión que se adopte en Madrid exprese el compromiso de los más de 190 países que participan en el Acuerdo de París para adoptar compromisos más ambiciosos de reducción de las emisiones para el próximo año.
El acuerdo entra en una fase crucial de aplicación en 2020, cuando se supone que los países aumentarán sus objetivos de reducción antes de la próxima gran ronda de conversaciones que tendrá lugar en Glasgow.
Si los grandes contaminadores como China, India, Japón, Brasil, Australia y otros no logran ponerse de acuerdo pronto sobre una actuación climática más significativa, los científicos advierten que las ya escasas esperanzas de evitar aumentos catastróficos de la temperatura casi desaparecerán.
A pesar de que ninguna de las economías avanzadas del mundo está todavía en camino de poner en marcha el tipo de medidas que, según los científicos, son necesarias para reconducir la evolución del clima hacia un camino más seguro, los 28 Estados miembros de la UE, con excepción de Polonia, acordaron el jueves en Bruselas fijarse un objetivo de cero emisiones netas para 2050.
Krista Mikkonen, ministra finlandesa de Medio Ambiente, dijo hablando en nombre de la UE que sería “imposible poner fin” a las conversaciones sin acordar un “mensaje firme” sobre la necesidad de redoblar los compromisos de reducción de las emisiones para el próximo año.
Tina Stege, enviada climática de las Islas Marshall, se hizo eco de esta urgencia, diciendo a los delegados:
“Parece que estemos retrocediendo en lo que respecta a la ambición, cuando en realidad deberíamos estar pidiendo un salto sustancial en la otra dirección.”
Los distintos ministros presentes en la cumbre se dividieron en grupos el sábado para proceder con las negociaciones sobre una serie de temas, que incluye la financiación para los países vulnerables al clima, los mercados de carbono y la firmeza de la resolución final que se adoptará en el encuentro, la cuestión más importante.
El proceso de aplicación del Acuerdo de París se ha visto debilitado tras el inicio el mes pasado de las formalidades por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para retirar al mayor emisor histórico del mundo del acuerdo, lo que hace más fácil la salida de otros grandes país.
Chile causó desató la ira entre los activistas, quienes dijeron que el borrador del texto que circulaba el sábado era uno de los peores que se han visto en muchos años de negociaciones de la ONU sobre el clima.
“El enfoque que Chile ha adoptado en este texto muestra cómo ha escuchado a los contaminadores y no a la gente”, dijo Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace International.
(Con información de Reuters)

Ni ambición, ni financiación, ni adaptación: las negociaciones de la COP25 se enquistan y todo apunta al fracaso

Los acuerdos de la Cumbre del Clima no llegan y todo apunta a que la ONU prolongue el encuentro, al menos hasta el sábado, para conseguir salvar los puntos más determinantes para la lucha contra el cambio climático.
Cumbre del Clima (COP25) de Madrid./ REUTERS
Cumbre del Clima (COP25) de Madrid./ REUTERS
madrid
13/12/2019 22:30 Actualizado: 14/12/2019 17:54 - alejandro tena - PÚBLICO
El escenario que se plantea en la Cumbre del Clima, a unas horas del cierre oficial, es el de un nuevo fracaso del multilateralismo. Tanto es así que las negociaciones cruciales siguen enquistadas y los acuerdos que se vendían al inicio del evento como imprescindibles parecen tan lejanos como imposibles. Aunque todo apunta a que la ONU prolongará las negociaciones más allá del viernes, la realidad es que en los pasillos de Ifema se empieza a percibir cierta frustración debido al bloqueo constante de algunos países como Australia, Brasil o India en aspectos determinantes. 
"Los ojos de la gente están sobre nosotros, y seguiremos trabajando duro tanto tiempo como sea necesario", ha expresado Andrés Landerretche, coordinador de Presidencia de la COP25, en una rueda de prensa a última hora del viernes, dando a entender que las negociaciones se alargarán más de lo previsto. Lo que no se ha conseguido resolver en dos semanas, se intentará salvar en unas horas o, incluso, a lo largo del fin de semana, tal y como opinan algunos observadores, que ven con pesimismo el cierre de la cumbre.
El desarrollo de un sistema de mercados de carbono, los compromisos para la reducción de emisiones o las dotaciones económicas para la adaptación de los países más vulnerables al cambio climático son algunas de las claves que se tendrán que resolver en las próximas horas o, en el peor de los casos, posponerse para la siguiente cumbre de 2020.

El artículo 6 y los mercados de carbono

El principal escollo de las negociaciones tiene que ver con la creación de herramientas que den sentido al Artículo 6 del Acuerdo de París, un epígrafe con el que se pretende regular las emisiones de gases de efecto invernadero de los estados a través de un mercado de carbono. Se trata de un sistema que permite que los países que superen el tope de contaminación puedan comprar créditos de emisión a aquellos que no estados que sobrepasan los límites establecidos. 
El problema es que hay ciertos vacíos legales que no terminan de solucionarse, como es el caso de la doble contabilidad que permite que tanto el comprador como el vendedor se apunten una reducción de emisiones en cada transacción, lo cual hace que la herramienta carezca de sentido.
Según han compartido con los medios algunas organizaciones medioambientales y representantes del ámbito empresarial, el Artículo 6 no ha presentado ningún avance debido al bloqueo constante de Australia, Estados Unidos, India y Brasil, que mantienen una visión muy laxa de esta herramienta de control de emisiones, frente la postura, más ambiciosa, de la Unión Europea.

Adaptación y compensación de emisiones

Por otra parte, se plantean pocos avances en el diseño de un mecanismo de adaptación para los países más vulnerables al cambio climático. Según fuentes de la negociación, las trabas tienen que ver con cómo hacer que un porcentaje de los fondos de carbono se destine a la implementación de ayudas y planes de mitigación en los países que más sufren las consecuencias de la crisis climática. 
Lo mismo ocurre con la dotación de fondos para el Green Climate Fund al que los estados desarrollados se comprometieron a destinar una partida presupuestaria para garantizar que los países más empobrecidos puedan tejer mecanismos de resiliencia y adaptación al cambio climático. 
En este punto de las negociaciones, las discrepancias polarizan los plenarios en dos bloques: países desarrollados y países en desarrollo, quienes piden más esfuerzos a los gobiernos más poderosos.

Ambición

La presión social del último año y las advertencias de la ciencia llevaron a algunos países a anunciar, al inicio de la cumbre, que tratarían de aumentar su ambición climática y sus compromisos para reducir sus emisiones durante la COP25. De está forma, el camino se allanaría de cara a 2020, año en el que los países deberían haber presentado de manera oficial sus compromisos para la descarbonización de la economía.
Pero, según explican fuentes de la negociación, la realidad es que el bloqueo también ha llegado a este punto de las negociaciones, ya que hay determinadas delegaciones que se acogen a la literalidad del Acuerdo de París y reclaman que se posponga a 2023 la actualización de las Contribuciones Determinadas Nacionalmente (NDC), que no son otra cosa que las hojas de ruta que cada estado maneja para conseguir descender sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Por el momento tan sólo 73 países se han comprometido a mejorar en 2020 sus promesas de reducción de emisiones. España, por su parte, se ha comprometido a iniciar un proceso interno para presentar en ese mismo año sus compromisos climáticos. 

Plan de Acción de Género

La cita de Madrid se presentaba crucial para rediseñar el Plan de Acción de Género (PAG) que se aprobó por primera vez en la COP23 de 2017. Durante toda la cumbre, este punto ha contado con un bloqueo absoluto por parte del Grupo Africano. Sin embargo, el diálogo ha permitido que el plenario apruebe este viernes el documento, incluyendo todas las demandas de la sociedad civil. Esta es, quizá, una de las pocas noticias positivas del encuentro de Madrid, en tanto que se permitirá que la perspectiva de género se integre dentro de las políticas climáticas globales.

Cumbre por el Clima en Madrid: De COP en COP, se acerca el cataclismo

por Daniel Tanuro
LA HAINE - 02/12/2019

Los gobiernos se han esforzado en buscar la forma de no reducir sus emisiones, de que sean otros quienes las reduzcan, de hacer el paripé de que las reducen deslocalizándolas

La vigesimoquinta Conferencia de las Partes en la Convención Marco de la ONU sobre el cambio climático (COP25) comienza hoy en Madrid. Inicialmente esta cumbre tenía que haberse celebrado en Santiago de Chile, pero el presidente chileno prefirió renunciar a ello. Como en estas cumbres se reúnen 10.000 personas era mejor que éstas no pudiesen dar testimonio de la salvaje represión policial del levantamiento popular contra la política ultraliberal del gobierno Piñera.
A modo de introducción, digamos que la Convención marco de la ONU se estableció en la Cumbre de la Tierra de Rio de Janeiro en 1992. En ella se planteó a los Estados impedir "una perturbación antrópica peligrosa" del clima de la Tierra. Objetivo que debería ir garantizándose a través de las Conferencias de las Partes (COP) que desde 1995 se reúnen anualmente. Así pues, la reunión de Madrid será la vigesimoquinta.
Un balance negativo de la A a laZ
El balance de ese proceso es negativo de la A a la Z. Desde la COP1 a la COP 24, los gobiernos se han esforzado en buscar la forma de no reducir sus emisiones, de que sean otros quienes las reduzcan, de hacer el paripé de que las reducen deslocalizándolas, de lograr nuevos mercados para compensar su compromiso de reducirlas en dosis homeopáticas, o de hacer creer la idea absurda de que no talar un árbol equivale a no quemar combustibles fósiles.
El resultado de estas maniobras es que las emisiones anuales del principal gas de efecto invernadero, el CO2, son superiores en un 60% al nivel de 1990 y que actualmente se incrementan más rápido que en el siglo XX. Lo que lleva a que actualmente la concentración atmosférica de CO2, que en 1990 era de 350 ppm [partes por millón], se sitúe en 415 1/. Este nivel no tiene precedentes desde el Plioceno, hace 1,8 millones de años. En esa época los océanos alcanzaban un nivel superior entre 20 y 30 metros al actual…
Crimen contra la humanidad y la naturaleza
El acuerdo de Rio no definía el nivel de "perturbación antrópica peligrosa". Esta importante laguna se debió a las presiones de las multinacionales del petróleo, del carbón y del gas, así como de muchos otros sectores de la economía capitalista que dependen directamente de los recursos fósiles de energía (automóvil, petroquímica, construcción naval y aeronáutica, etc.) Además, fielmente secundados por los Estados a su servicio, los grandes emporios petroleros y del carbón dedicaron millones de dólares a pseudo-científicos encargados de difundir groseras falsificaciones clima-negacionistas en la opinión pública.
Desde 1992, y sin ningún escrúpulo, se pusieron en marcha todos los medios necesarios para explotar las reservar fósiles durante el mayor tiempo posible y evitar el estallido de una "burbuja carbono". Los responsables de estas maniobras y sus cómplices políticos, deberían ser juzgados y condenados por crímenes contra la humanidad y la naturaleza.
¿2ºC o 1,5ºC como máximo?
Fue necesario esperar a la COP21 [Paris 2015], veinticinco años después de la cumbre de Rio, para que se adoptara una decisión en relación al nivel de calentamiento que no se debería sobrepasar. En efecto, el acuerdo adoptado en la capital francesa estipula que la política climática tiene por objetivo "que el incremento de la temperatura se sitúe por debajo de 2ºC al tiempo que continúan los esfuerzos para no superar 1,5ºC". Pero este ambiguo texto (¿cuál es el objetivo: 2ºC o 1,5ºC?) no señala ninguna forma para alcanzarlo ni prevé ninguna sanción contra los países que no cumplan su parte en el esfuerzo. ¡Incluso ni siquiera hace mención a los combustibles fósiles que, sin embargo, son la principal causa del incremento del efecto invernadero!
El informe especial de GIEC hecho público en octubre de 2018 no dejaba lugar a la duda 2/: al contrario de lo que nos machacan los grandes media y los políticos desde hace veinte años, un calentamiento de 2ºC será mucho más peligroso para la especie humana y para las no humanas. Un ejemplo entre otros: el casquete glaciar de Groenlandia contiene suficiente hielo para incrementar en 7 metros el nivel de los mares. Ahora bien, los especialistas estiman que el punto de no retorno de su dislocación se sitúa entre 1,5ºC y 2ºC de calentamiento…
El espectro del planeta horno
No existe ningún congelador en el que introducir el planeta para enfriarlo. Dicho de otro modo, una vez desencadenada la dislocación de Groenlandia (o cualquier otro casquete glaciar) será imposible detenerlo antes de que se alcance un nuevo equilibrio energético del sistema Tierra. Entretanto, esta dislocación puede provocar un encadenamiento de "retroacciones positivas" 3/: transformación de la Amazonía en sábana, dislocación de los glaciares gigantes de la Antártida 4/, derretimiento irreversible del permafrost… Un gigantesco efecto dominó climático podría desembocar rápidamente en un incremento de 4 a 5ºC de la temperatura media de la Tierra.
Los especialistas temen que este desbocamiento del calentamiento conduzca al planeta fuera del régimen relativamente estable en el que oscila desde 1,5 millones de años (alternancia de períodos glaciares e interglaciares). La Tierra entraría entonces en un nuevo régimen, análogo al del Plioceno: el planeta horno. Es imposible hacerse una idea de lo que supondría, pero lo que es absolutamente cierto es que si nuestra especie sobrevive en ella, no será con una población de 7 u 8 mil millones de habitantes, y las personas pobres serán, sin lugar a dudas, las principales víctimas del cataclismo, la principal "variable del ajuste" (como se dice)… La inmunda e inhumana política migratoria en relación a las y los migrantes permite hacernos una idea de la barbarie hacia la que avanzamos.
¿Es posible aún permanecer por debajo de 1,5ºC?
Actualmente el calentamiento se sitúa alrededor de 1,1ºC en relación a la era preindustrial. Con el actual ritmo de emisiones, el límite de 1,5ºC se alcanzará hacia 2040. Hay que hacer todo lo posible para impedir que eso ocurra. Pero, ¿estamos a tiempo? ¡No del todo!...
El informe sobre el 1,5ºC del GIEC propone cuatro escenarios de referencia para la estabilización por debajo del umbral de riesgo (con solo ¡una oportunidad sobre dos de lograrlo!) 5/. Tres de estos cuatro escenarios no sirven. En efecto, se basan en la insensatez de una "superación temporal" del nivel de 1,5ºC y un enfriamiento posterior gracias al despliegue de algunas tecnologías; las llamadas "emisiones negativas". Esas tecnologías que retirarían carbono de la atmósfera. Ahora bien, suponiendo que funcionen (¡y a una escala suficiente!), suponiendo también que el carbono retirado de la atmósfera pueda ser almacenado en lugares seguros, de los que no pueda escapar, la situación es tan límite, que existe el riesgo de que la "superación temporal" provoque accidentes irreversibles. Por ejemplo, que iniciando la dislocación del casquete glaciar de Groenlandia… !que active un efecto dominó que conduciría al planeta horno!
El cuarto escenario posibilitaría permanecer por debajo de 1,5ºC sin una "superación temporal"; por tanto, sin "tecnologías de emisión negativa". Para ello sería necesaria una reducción draconiana de las emisiones mundiales netas de CO2: -58% de aquí a 2030, -100% de aquí al 2050 y emisiones negativas del 2050 al 2100 6/. Este escenario no se puede aceptar en su estado actual, porque implica (al igual que los otros) un fuerte desarrollo de la energía nuclear (+50% en 2030, +150% entre 2050 y 2100; es decir, alrededor de 200 centrales suplementarias, con un incremento considerable del riesgo de conflicto nuclear a la vista). Sin embargo, del mismo se puede deducir que el decrecimiento requerido de emisiones no se puede lograr sin una fuerte reducción del consumo mundial de energía (del orden del 20% en 2030 y del 40%, o incluso más, en 2050) y que, por su parte, esta reducción no puede alcanzarse sin un decrecimiento significativo de la producción y el transporte 7/.
La urgencia de un plan urgente
Es demasiado tarde para evitar la catástrofe que aumenta por todas partes. Somos testigos de las cada vez más intensas olas de calor, de ciclones y violentos tifones, del derretimiento de los glaciares de Groenlandia y del Antártico, de un aumento mayor que lo previsto del nivel de los océanos, de las violentas tempestades y precipitaciones, de la perturbación de los monzones, de los mortales incendios forestales y cantidad de otros fenómenos ampliamente difundidos por los media. Por no hablar de la rápida destrucción de la biodiversidad (originada en parte por el cambio climático) y sin olvidar otras facetas de lacrisis ecológica (sobre todo, la contaminación debida a los productos químicos sintéticos y los nucleótidos radioactivos).
El sentido común más elemental –o, mejor dicho, el instinto de supervivencia– exigiría elaborar los más rápido que se pueda y de la forma más democrática posible un plan mundial de emergencia para salvar el clima y la biodiversidad basado en la justicia climática y social; es decir, reduciendo radicalmente las escandalosas desigualdades sociales generadas por el neoliberalismo. Este plan debería contemplar la socialización de sector energético y el de la finanza (sin indemnizaciones, ni compras), porque es la única forma de desbloquear el futuro climático. Debería suprimir todas las producciones inútiles y nocivas (por ejemplo, las armas) y todos los transportes inútiles, porque es la forma más rápida de reducir drásticamente las emisiones. De ese modo se lograría disponer de un margen de maniobra para invertir en la eficiencia energética (sobre todo en la renovación/aislamiento de las viviendas) y para construir un nuevo sistema energético basado en un 100% en fuentes renovables.
Cambiar de paradigma: cuidados vs. producción, necesidades reales vs. beneficio
En el marco de ese plan, el agronegocio, la industria cárnica, la pesca industrial y la silvicultura industrial tendrían que ser reemplazadas por la agroecología, la pesca artesanal, la cría en praderas y una silvicultura ecológica. Estos profundos cambios, que se inscriben en la perspectiva de la soberanía alimentaria y energética, permitirían reducir substancialmente las emisiones y proteger la biodiversidad, mejorar la salud y crear cientos de millones de empleos útiles y cargados de sentido.
Este plan conlleva un completo cambio de paradigma. El beneficio ha de ser suplantado por las necesidades reales, el productivismo tiene que ceder su lugar al cuidado de las personas y la naturaleza. Se trata de reparar el daño realizado por el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado. Esto implica dotar al Sur global los medios necesarios para un desarrollo sin carbono, ofrecer a todas las personas una seguridad social digna de ese nombre, garantizar a las mujeres la igualdad de derechos así como el control de su fecundidad, y extender ampliamente el sector público, parapúblico y no mercantil. El pleno empleo, garantizado por la creación de nuevas actividades y por la reducción radical del tiempo de trabajo a quince horas semanales (sin pérdida de salario y con reducción de los ritmos de trabajo 8/, se convertiría en una reivindicación tanto ecológica como social. Por otra parte, el reparto del trabajo necesario es indispensable para que todas las personas puedan participar democráticamente en la concepción y realización del plan, así como en las tareas domésticas.
No hay salida a la crisis sistémica al margen de una alternativa anticapitalista. Para detener la catástrofe e impedir el cataclismo, resulta imperioso producir menos (producir para satisfacer las necesidades reales), transportar menos (la mayor parte del transporte está orientada a maximizar el beneficio de las multinacionales) y compartir más (prioritariamente, compartir la riqueza y repartir el trabajo necesario). Esta perspectiva ecosocialista también es necesaria para salir de la crisis de civilización engendrada por el capital, porque la libertad no es posible continuando con la ilusión de un consumo infinito basado en una explotación sin límite de la Tierra y de las personas. El consumismo no es más que una compensación miserable para una existencia miserable.
Ninguna solución vendrá de las COP
No hace falta decir que esta alternativa no puede venir de las COP. En efecto, en el marco de estas cumbres los gobiernos tratan –¡como mucho!– de resolver la cuadratura del círculo: evitar el cataclismo al mismo tiempo que garantizar la acumulación de capital y continuar con el régimen neoliberal (dicho de otro modo, el régimen necesario a la acumulación en un contexto de reducción de la tasa de beneficio y de sobreproducción generalizada). Por ello, más allá de los protocolos, de los impuestos sobre el carbono, de las cuotas intercambiables, del desarrollo limpio, de la finanza climática, de las COP anuales y de toda esa parafernalia, la acumulación capitalista, como un autómata, continúa llevando a la humanidad hacia el planeta horno de forma imperturbable.
Un cuarto de siglo después de Rio, de COP en COP, el cataclismo se acerca. La COP25 no va a revertir la tendencia. Uno de los principales puntos en debate será sobre el nuevo mecanismo de mercado previsto en el acuerdo de Paris (art. 6). Este mecanismo debería englobar y extender los dispositivos –en su mayoría fraudulentos– de compensación carbono puesto en marcha tras el protocolo de Kioto ("Mecanismo de desarrollo limpio" y "Puesta en pie conjunta"), a los que se añadieron los programas REDD y REDD+ (Katowice). Los inconclusos debates sobre cómo concretar el artículo 6 de Paris en la COP24 (Katowice) dejaron claro que el reto es siempre el mismo: anular con una mano, en la práctica, los compromisos de principio firmados con la otra.
El fracaso del capitalismo verde, el impasse del sistema
Los media saludaron el éxito de la COP21. En realidad, los gobiernos fracasaron en la cuestión fundamental, en cómo responder al desafío climático a través del mercado: el establecimiento de un precio mundial del carbono. No será fácil recuperarse de ese fracaso. Cuatro años después de Paris, una publicación del FMI puso en evidencia ese callejón sin salida. Los autores escribieron que el cambio climático podría causar "al límite, la extinción humana". Desgraciadamente, seguían diciendo, " probablemente el importante desfase entre los rendimientos privados y sociales de las inversiones con emisiones reducidas de carbono persistirá en el futuro, dado que las futuras vías de imposición y tarificación del carbono no están nada claras, sobre todo por razones de economía política (sic). Esto significa que actualmente no sólo no existe un mercado para mitigar el clima, porque las emisiones de carbono no están tarifadas, sino que tampoco existen mercados para una reducción futura, lo que resulta importante para el rendimiento de las inversiones privadas en tecnología, infraestructura y capitales orientados a la moderación del clima" 9/.
Traducción de este galimatías tecnocrático: es preciso actuar para evitar la desaparición de la humanidad, pero no es rentable; la diferencia de rendimiento entre la supervivencia del 99% y los beneficios del 1% "probablemente, persistirá", porque no hay poder mundial capaz de imponer un precio de carbono que sitúa a todos los capitalistas al mismo nivel en la carrera por el beneficio. Así pues, no se hace nada. Imposible imaginar una ilustración más clara del hecho de que el capitalismo no tiene nada más que ofrecer que la destrucción y la muerte.
La incapacidad de los gobernantes frente a la crisis ecológica, en particular la climática, no es el resultado de una misteriosa fatalidad o de la perversidad de la naturaleza humana, sino el resultado de cinco factores estructurales: el productivismo congénito al capitalismo impide producir menos; el régimen neoliberal de acumulación impide concebir un plan público; la contradicción entre la internacionalización del capital y el carácter nacional de los Estados impide hacerse cargo del desafío globalmente; la crisis de liderazgo imperialista impide incluso garantizar el mínimo orden en el desorden capitalista (un factor, sin duda, agravado por el clima-negacionismo de Donald Trump); por último, la crisis de la democracia burguesa basada en la demagogia electoralista impide ver más allá de los tres años. Todo ello es el producto de un sistema capitalista en fase terminal que, como decía Marx, "agota las dos únicas fuentes de toda riqueza: la Tierra y los trabajadores y trabajadoras".
Fin del mundo, fin de mes, un mismo combate ecosocialista
Pensar que una sociedad basada en la explotación del trabajo, el racismo, el patriarcado, la homofobia, la arrogancia colonial, la violencia, el abuso de poder y la profundización de las desigualdades podría mantener una relación respetuosa, cuidadosa, colaborativa, pacífica y prudente con (el resto de) la naturaleza es absurdo. ¿Cómo creer que no seríamos capaces de infligir a otros seres vivos lo que toleramos que se nos inflija a nosotros? ¿Cómo imaginar que un sistema que explota cotidianamente la fuerza de trabajo renunciaría a expoliar otras riquezas naturales? ¿Cómo suponer que una sociedad pueda respetar los servicios que le otorga la naturaleza cuando ella misma desprecia los servicios realizados gratuitamente por la mitad de la humanidad, las mujeres, en el marco de la reproducción social?.
No se podrán cambiar de arriba abajo las relaciones de la humanidad con la naturaleza sin cambiar totalmente las relaciones entre las personas humanas. Cuidar de nosotros mismos con la dignidad propia de nuestra humanidad es la condición sine que non para cuidar de eso a lo que pertenecemos.
"Fin del mundo, fin de mes: el mismo enemigo, la misma lucha". Esta consigna lanzada en las concentraciones que marcó la convergencia de los Chalecos amarillos y de las y los manifestantes por el clima en Francia da forma al fondo de la cuestión: las luchas contra la destrucción social y las luchas contra la destrucción ecológica son dos dimensiones de un mismo combate ecosocialista. La salida no está en las presiones a la COP. Está en la convergencia de las luchas de las y los explotados y oprimidos a favor de otro mundo posible y deseable.
Notas:
1/ Las partes por millón (ppm) son una unidad de concentración. 350 ppm de CO2 significa que sobre un millón de moléculas 350 son moléculas de CO2. Durante les 800.000 años que precedieron al siglo XX, la concentración de CO2 oscilaba entre 220 y 280 ppm.
2/ GIEC, informe especial 1,5°C: ver resumen en https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/sites/2/2019/09/IPCC-Special-Report-1.5-SPM_es.pdf
3/ Así se denominan los efectos de calentamiento que aceleran el calentamiento.
4/ Los glaciares Thwaites y Totten (respectivamente, Antartida del oeste y este), desestabilizados contienen suficiente agua para incrementar el nivel de los mares alrededor de 7 m.
5/ GIEC, Resumen del informe especial sobre el 1,5°C para los decidores.
6/ Para respetar las "responsabilidades diferenciadas" entre el Norte y el Sur, el 58% de reducción mundial supone una reducción en torno al 65% para los países desarrollados.
7/ Para el consumo de energía, el GIEC ofrece las cifras de -15% en 2030 y -32% en 2050. Están subestimadas, porque se basan en la hipótesis de un fuerte aumento de la energía nuclear en el mix energético (+59% en 2030, +150% en 2050; es decir, poco más o menos, 200 centrales suplementarias). Si se excluye la energía nuclear (¡y es necesario excluirla), la reducción del consumo mundial de energía debería ser más del orden del 20% para 2030 y del 40% para el 2050. De todos modos, semejante reducción precisa de una reducción sustancial de la producción y el transporte.
8/ Manteniendo inalteradas el resto de cosas, el número máximo de horas de trabajo compatible con el presupuesto carbono residual sería de 16 horas semanales en los países de la OCDE (en un escenario de presupuesto carbono 2ºC). Philipp Frey, "The ecological limits of work", Autonomy, abril 2019.
9/ IMF WP/19/185, Sept 2019
gaucheanticapitaliste.org. Traducción: Vientosur. Extractado pr La Haine.

COP25: La Cumbre del Clima evidencia la brecha entre sociedad civil y clase política

Este viernes finaliza la COP25 y los compromisos climáticos parecen haberse enquistado. El encuentro del multilateralismo, que comenzó con el entusiasmo de recoger el clamor social de la juventud, refleja las distancias entre los dirigentes mundial y las organizaciones sociales.
Activistas de Greenpeace proyectan un vídeo en la fachada de el Senado en Madrid para reclamar acciones contra la crisis climática. REUTERS/Susana Vera
Activistas de Greenpeace proyectan un vídeo en la fachada de el Senado en Madrid para reclamar acciones contra la crisis climática. REUTERS/Susana Vera
madrid
12/12/2019 22:30 - alejandro tena - PÚBLICO
Se acerca el fin de la Cumbre del Clima, el desenlace de uno de los eventos más determinantes para revertir la situación de crisis ecosocial en la que adentra el planeta. A pesar de que las aspiraciones con la que los altos cargos abrieron la cumbre eran bastante altas, la realidad es que a poco de clausurar la COP25, todo apunta a una nueva oportunidad perdida. Al menos, esas son las sensaciones que se perciben por los pasillos de Ifema, donde los observadores de la sociedad civil, con cierta frustración, empiezan a hablar de fracaso.
La realidad es que fuentes de la negociación explican que los acuerdos cruciales que se deberían alcanzar en el cierre de la cumbre se han enquistado. La regulación del mercado de carbono –herramienta que permite a los países comprar derechos de emisión para cumplir con los compromisos climáticos– o la creación de un sistema de compensación que permita ayudar a los países que sufren más las consecuencias de la crisis son los principales escollos que, de no haber consensos, podrían quedar aparcados para la siguiente Cumbre del Clima de 2020. Un retraso que, según los grupos sociales y los propios representantes de la ciencia, no se puede permitir la humanidad dada la situación de emergencia en la que se ha adentrado la Tierra.
Si bien es cierto que representantes como la propia ministra Teresa Ribera han remarcado en varias ocasiones la necesidad de que la población sea el motor que empuje las negociaciones políticas, la realidad es que la COP25 está siendo un fiel reflejo de la brecha que existe entre los dirigentes mundiales y los representantes de la sociedad civil en cuanto a compromisos climáticos. “Mientras la ministra anima a la gente para que tire de los gobiernos con movilizaciones como la del 6 de diciembre, luego la ONU viene a expulsar a cerca de 300 activistas de los pabellones de Ifema por protestar y pedir más ambición”, denuncia Javier Andaluz, portavoz de Ecologistas en Acción.
El activista se refiere a unos hechos que sucedieron el miércoles, después de que una multitud de personas –acreditas en la cumbre como observadores– organizara una sentada frente a uno de los plenarios de la COP para protestar contra la escasez de acuerdos que se han alcanzado durante los últimos días. Ante esto, la ONU actuó desalojando de Ifema a todas las personas acreditadas como observadores y se les denegó la entrada para lo que queda de evento. “Esto ha sido algo sin precedentes, han querido dejar fuera a toda la sociedad civil de la COP”, expone Alejandro Martínez, representante de Fridays For Future-Juventud por el Clima, una de las organizaciones más activas durante el último año. Aunque finalmente la organización rectificó y devolvió las credenciales al centenar de activistas, para Martínez esta actitud refleja el distanciamiento evidente que existe entre sociedad y las delegaciones políticas.
"La auténtica brecha no es con la sociedad civil, sino con la comunidad científica"
“Hay una demanda ciudadana muy clara de más acción. Hemos pasado de un mecanismo clásico de concertación entre países, en el que los representantes de los gobiernos se ponían de acuerdo en textos, a un momento en el que los ciudadanos quieren estar más presentes en el proceso de decisión”, argumentan las mismas fuentes de la negociación, evidenciando que, dentro del plenario donde se negocian las medidas para mitigar la crisis climática, hay una conciencia clara de la existencia de esta brecha.
El distanciamiento no es sólo con la población que tiene una fuerte conciencia ecologista, sino que, si las negociaciones no llegan a buen puerto, se evidenciará la falta de correlación que tienen los dirigentes mundiales con los expertos que estudian y alertan sobre el cambio climático. “La auténtica brecha no es con la sociedad civil, sino con la comunidad científica, que en la propia inauguración de la COP dijo que no estamos haciendo lo suficiente”, apunta Andaluz, para considerar que se debe incluir el discurso del Panel Intergubernamental de Expertos Sobre el Cambio Climático (IPCC) dentro de los espacios de negociación.
Para los activistas, el distanciamiento entre los compromisos de gobiernos y sociedad civil se hace más doloroso si se tiene en cuenta el uso que algunas empresas contaminantes han dado a esta cumbre para lavar su imagen. Javier de la Casa, activista de Extinction Rebellion, considera que las compañías “han tenido más presencia en la cumbre oficial” que otras voces, como la de los pueblos indígenas que, pese a ser los que más sufren las consecuencias de la crisis climática, quedaron prácticamente excluidos con el cambio de la sede de la COP a Madrid.
"Están dispuestos a que la sociedad civil quede fuera de las negociaciones, mientras dan voz a las empresas"
“Aunque digan (la ONU) que quieren escucharnos, no van a permitir que ninguna voz disidente sea escuchada en los espacios oficiales. Están dispuestos a que la sociedad civil quede fuera de las negociaciones, mientras dan voz a las empresas, que son las que más contribuyen a la crisis climática”, agrega Martínez, indignado por la trifulca del miércoles que les dejó durante toda una tarde y una noche sin poder acceder a la COP25.
El elenco social que ha diseñado una cumbre paralela, sin embargo, no baja sus brazos ante las escasos avances que se han alcanzado durante las últimas semanas. Con el cierre oficial de la COP a unas horas, se preparan para seguir haciendo ruido, porque, según explican a Público, solo les queda seguir ejerciendo su labor de presión. Como el delantero que mira al árbitro y señala al defensor que ha roto el fuera de juego, incrédulos, clavan sus ojos en la clase política y señalan a la ciencia.


Cinco libros para saber de una vez qué nos espera con la crisis climática

Opinión · Otras miradas

¿Quién puede parar la crisis climática: las empresas o los consumidores?

Luis Antonio López Santiago
Profesor de Fundamentos del Análisis Económico, Universidad de Castilla-La Mancha
Guadalupe Arce González
Profesora Ayudante Doctora, Universidad Complutense de Madrid
Jorge Enrique Zafrilla Rodríguez
Contratado Doctor Interino - Fundamentos del Análisis Económico, Universidad de Castilla-La Mancha
María Ángeles Cadarso
Profesora Titular de Universidad, especialista en economía y medio ambiente , Universidad de Castilla-La Mancha
16/06/2019 - PÚBLICO
“Lunes sin carne”, “consume productos locales y de temporada”, “recicla”, “utiliza más el transporte público y viaja menos de avión”, “cómprate un coche híbrido o eléctrico” e incluso “ten menos hijos”. Estos y otros mensajes similares son los que, como ciudadanos y, sobre todo, como consumidores, recibimos continuamente para que a través de nuestras decisiones reduzcamos nuestra huella sobre el planeta y, con ello, luchemos contra el cambio climático.
Sin embargo, los hogares, sobre todo a través del transporte privado o de la calefacción, generan directamente sólo el 26 % de las emisiones de carbono de la economía española. El 74 % restante se debe a decisiones de producción que toman las empresas.
Al final, son las empresas las que deciden cómo producir los bienes, dónde localizan su producción, qué suministradores eligen y si estos usan tecnologías con menor huella de carbono. De eso, de responsabilidad, vamos a hablar en este artículo.

La huella de las filiales

En nuestro reciente trabajo publicado en Nature Communications evaluamos la huella de carbono de las filiales de las multinacionales estadounidenses repartidas por todo el mundo.
Con esta huella, cuantificamos las emisiones directas e indirectas generadas por las multinacionales a la hora de producir bienes y servicios que son consumidos en cualquier país del mundo. Obtenemos así una huella de carbono de las filiales estadounidenses que representa un volumen de emisiones de carbono mayor que el de muchos países. Por ejemplo, esa huella es casi el doble de las emisiones generadas en toda la economía española y las situaría en un hipotético 12º puesto en el ranking mundial de países más contaminantes.
El 60 % del total de la huella de estas multinacionales corresponde a productos que son consumidos en los países donde las filiales desarrollan su actividad, el restante 40 % va incorporado en bienes y servicios que exportan a otros países. Solo el 8 % se explica por el consumo de bienes y servicios por parte de los ciudadanos de Estados Unidos.
Representación del ‘ranking’ de emisiones y de la huella de carbono de las multinacionales estadounidenses.
Representación del ‘ranking’ de emisiones y de la huella de carbono de las multinacionales estadounidenses. Estos procesos de deslocalización suponen un riesgo para el cambio climático si se producen fugas de carbono. Es decir, si las empresas deciden localizar parte de su producción en países con legislaciones medioambientales más laxas. Sin embargo, esa misma deslocalización puede ser una oportunidad de mitigación si en las decisiones de producción también se tienen en cuenta criterios de sostenibilidad ambiental.
Por ejemplo, las empresas pueden seleccionar suministradores con certificados con garantía de origen verde. Pueden usar papel reciclado para sus embalajes o desplazar sus mercancías usando transporte eléctrico. Más aún en un contexto en el cual la mayoría de las emisiones de CO₂ no las generan directamente esas filiales, sino que están generadas por las empresas que les suministran bienes intermedios y energía en esos países.

Los lunes sin carne

Un buen ejemplo de gestión sostenible lo podemos encontrar si volvemos a hablar de los “lunes sin carne”. ¿Cómo pueden reaccionar las empresas al hecho de que parte de sus consumidores demanden un menor consumo de carne?
Por ejemplo, la multinacional de comida rápida Burger King está evaluando, en colaboración con la empresa Imposible Foods, la posibilidad de incorporar en sus menús hamburguesas vegetales que saben y sangran igual que las hamburguesas de ternera: las Impossible Wopper.
La Impossible Whopper, de Burger King. Imagen: Impossible Foods
La Impossible Whopper, de Burger King. Imagen: Impossible Foods En la práctica, introducir esta opción implica un cambio en la cadena de suministro al reducirse la demanda de carne de ternera y aumentar la de proteínas de origen vegetal, lo que generaría una importante reducción de huella de carbono.
Sin embargo, dicha actuación debería complementarse con otras en la misma línea para que sea plenamente efectiva. Por ejemplo, utilizando en sus establecimientos electricidad que disponga de un certificado de origen verde, optando por suministradores y repartidores con vehículos eléctricos o incentivando el uso de transporte público por sus trabajadores cuando se desplazan al puesto de trabajo.

El momento de actuar es ahora

Los compromisos de mitigación adquiridos por los 185 países que han ratificado el Acuerdo de París o las políticas que están llevando a cabo los alcaldes de numerosas ciudades del planeta han demostrado hasta ahora ser insuficientes. Así, recientemente hemos visto como la estudiante Greta Thunberg era capaz de sacudir las conciencias del continente europeo y proclamar una mayor actuación política para frenar la “crisis del clima”.
Las multinacionales, con su inmenso poder económico, también tienen una considerable responsabilidad medioambiental. Están obligadas a convertirse en actores principales en la lucha contra el cambio climático. Su actuación reportará ventajas, pues son capaces de cruzar fronteras e influir en los cientos de miles de empresas que les suministran mercancías.
Flujos de carbono incorporados en las exportaciones de las multinacionales estadounidenses.
Flujos de carbono incorporados en las exportaciones de las multinacionales estadounidenses.
Además, los compromisos de mitigación del cambio climático de los países serán más fácilmente adoptables si las multinacionales se dan cuenta de los riesgos que la inacción implica para su negocio: desde la pérdida de consumidores a la dificultad de acceso a financiación en los mercados de capitales.
Algunas compañías ya están asumiendo un precio interno del carbono para valorar cómo se verá afectado su negocio ante la posibilidad de que se establezcan impuestos al carbono.
Asimismo, será más probable que estas empresas tomen medidas para disminuir su dependencia del carbono si perciben los beneficios que pueden obtener: desde la reducción de los costes energéticos asociada al autoconsumo de energía renovable a la fidelización de unos consumidores cada vez más concienciados con la crisis climática.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation

No actúen como niños y afronten el cambio climático, claman en España

Armando G. Tejeda, corresponsal | lunes, 09 dic 2019 14:20 - LA JORNADA


Tres días después de visitar la COP25 y de participar en la masiva Manifestación por el Clima en Madrid, Greta Thunberg ha vuelto a ofrecer una rueda de prensa en la que ha reivindicado que se escuchen las historias de los pueblos indígenas y de las poblaciones del sur del planeta.
Madrid. Los jóvenes y los niños tomaron la palabra en la Cumbre del Clima de Chile, que se desarrolla estos días en Madrid (COP25), para llamar la atención de los “adultos” y los “poderosos” ante el reto mayúsculo que supone la lucha contra el cambio climático, precisamente en la semana en la que se definirán los objetivos y compromisos de las delegaciones oficiales de 196 países para luchar contra la emisión de gases de efecto invernadero.
“Dejen de actuar como niños irresponsables y afronten ya el reto del cambio climático, que hoy en día ya está matando pueblos enteros y amenaza con arrebatarnos el futuro”, advirtieron.
Un coro de voces de rostros jóvenes y niños se hicieron con el protagonismo de las actividades de la COP25, en las zonas verde y azul y en diversos encuentros y actos públicos. Una gran parte de la atracción mediática la atrajo la presencia de la activista sueca Greta Thunberg, una joven de 16 años que se dedica a tiempo completo a la lucha contra el cambio climático y que allá a donde dirige sus pasos la sigue una nube de periodistas de todo el mundo.
Así ocurrió también en un acto con jóvenes de su organización, Friday for future, una plataforma de menores de edad que se ha convertido en uno de los principales contrapoderes de los intereses empresariales y políticos que se niegan a actuar contra el cambio climático.
En un acto organizado por UNICEF -el Fondo de la ONU para la protección de los derechos de la infancia- se reunieron a cinco jóvenes, casi niños, con otros cinco adultos con importantes responsabilidades en sus respectivos países.
Ahí se escuchó con fuerza el mensaje que quiere trasladar esta generación para defender su futuro. Pues, dijeron, precisamente a quienes más afecta el cambio climático es a lo niños y actualmente se calcula que medio billón de niños viven en zonas afectadas.
Theo, de Irlanda, fue el primero en tomar la palabra para explicar: “No me convertí en activista por placer, sino porque es una obligación. Porque nos preocupa el planeta. Así que en realidad estoy triste de estar aquí y preguntarles a ustedes, que tienen responsabilidades, ¿si nos les preocupa, como a mi, que las mismas empresas que destruyen el planeta tengan un trato VIP en este Cumbre, que estén al frente de las negociaciones para la redacción de las conclusiones?”
El joven irlandés insistió: “Mientras el mundo arde y en pueblos pequeños como el mío ya sentimos los efectos del cambio climático, los adultos actúan como niños irresponsables. Prometen mucho y en realidad no se hacen nada”.
Pablo, un joven de Granada, España, abundó: “Por favor, escúchennos y tómenos en serio. Y si queremos lograr un cambio de fondo lo primero que tienen que hacer es preocuparse más por un cambio de raíz en la educación”. Camila, una joven mexicana de 17 años, reclamó “herramientas e información reales y útiles para enfrentarnos a este gran reto. Pero necesitamos seriedad de su parte, que dejen de mirar a otro lado y asumen un compromiso que nosotros como generación ya tenemos”.
En otro acto de la COP25, la activista Greta Thunberg acompañada de siete jóvenes de distintos países insistió en que “el cambio climático no es un problema de futuro. Es algo que ya está aquí, que ya está afectando sobre todo a pueblos indígenas y está provocando mucho sufrimiento en la gente”. Después de Greta tomaron la palabra, uno a uno, jóvenes de Filipinas, Rusia, Estados Unidos, Uganda y Chile. Y todos ellos insistieron en que ven con escepticismo el supuesto compromiso de los países más poderosos y ricos -que son los que más contaminan- y que ven también con recelo que las empresas patrocinadoras de la COP25 sean precisamente las grandes multinacionales energéticas.
La joven chilena Ángela Valenzuela además habló de la situación excepcional de esta Cumbre, que debería haberse desarrollado en su país, pero que finalmente se tuvo que cancelar por los disturbios que provocó la represión perpetrada por el gobierno del presidente Sebastián Piñera. “El Gobierno chileno nos ha fallado, pero Chile ha despertado. El gobierno declaró el estado de emergencia pero no tuvimos miedo y continuamos en la calle. Chile despertó y el mundo está despertando también”, afirmó la activista.
Hilda Flavia Nakabuye, de Uganda, comentó que el continente africano es el que más está sufriendo de las grandes sequías, de los incendios, las inundaciones y de todas las consecuencias más severas del cambio climático. “Ustedes tienen sueños, pero nosotros también soñamos. Y las negociaciones de los líderes mundiales se están realizando sin nuestro punto de vista”, denunció.
Semana crucial
A pesar de la COP25 se configuró como un encuentro de “transición” de cara a la cumbre del próximo año, en Glasgow, donde se pretende renovar el compromiso por la defensa del planeta, el encuentro en Madrid está poniendo en evidencia la ausencia de compromiso de los grandes líderes por esta causa.
A la COP25 no asistirá ninguno de los mandatarios de los países del G-20, salvo el caso español, que funge como co-anfitrión. Pese a todo esta semana será decisiva, pues inicia la llamada fase de “alto nivel” o “ministerial” en la que se decidirán los objetivos y compromisos, sobre todo el relacionado con el artículo 6 del Acuerdo de París, que es el que más preocupa a activistas y científicos, uno vez que será el que regule el comercio de carbón.
Durante los últimos días los negociadores han intercambiado ya varios borradores al respecto, pero con muchos puntos abiertos todavía, por lo que serán los ministros responsables de Medio Ambiente, que empezarán a llegar a la cumbre a partir de hoy, los que tratarán de cerrarlo o volverán a aplazarlo.
Además, deberá abordarse el tema de las contribuciones al Fondo Verde del Clima para los países en desarrollo, para garantizar el compromiso de 100 mil millones de dólares al año por parte de las economías avanzadas para 2020 en favor de los países más vulnerables para el desarrollo de políticas de adaptación al cambio climático y mitigación de sus efectos. Las aportaciones hasta el momento están muy lejos de esas cifras y las principales economías, como Estados Unidos, China y Rusia, son cada vez más críticos con este acuerdo. fin de la nota

Jóvenes dejan claro su escepticismo en la COP25
El cambio climático está aquí, no es un problema del futuro: Thunberg
Más de 600 inversionistas exigen que los gobiernos aumenten sus recortes de emisiones de dióxido de carbono más allá de lo prometido
Foto
▲ Greta Thunberg, activista sueca fundadora del movimiento Viernes por el Futuro (a la derecha), ayer en Madrid, acompañada de la vocera de la plataforma en Alemania, Luisa Neubauer.Foto Afp

Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 10 de diciembre de 2019, p. 26
Madrid. Los jóvenes y los niños tomaron la palabra ayer en la cumbre del clima que se desarrolla en Madrid (COP25), para llamar la atención de los adultos y los poderosos ante el gran reto que implica la lucha contra el calentamiento global, justo en la semana en que se definirán los compromisos de las delegaciones de 196 países para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
Greta Thunberg, la joven activista sueca de Fridays for Future (Viernes por el Futuro), y la portavoz de la plataforma en Alemania, Luisa Neubauer, destacaron la lucha contra el cambio climático de los pueblos indígenas.
Dejen de actuar como niños irresponsables y afronten ya el reto del cambio climático que está matando pueblos enteros y amenaza con arrebatarnos el futuro, advirtieron los jóvenes en la COP25.
Gran parte de la atracción mediática recayó en Thunberg, la activista de 16 años que se dedica de tiempo completo a la lucha contra el cambio climático y que adonde quiera que va es seguida de numerosos periodistas.
Así ocurrió en un acto de Fridays for Future, la plataforma de menores de edad que se ha convertido en uno de los principales contrapesos de los intereses empresariales y políticos que se niegan a actuar contra el cambio climático.
En un acto organizado por el Fondo de la Organización de Naciones Unidas para la Protección de los Derechos de la Infancia se reunieron cinco adolescentes con cinco adultos que tienen altas responsabilidades en sus respectivos países, y se escuchó con fuerza el mensaje de esta generación para defender su futuro al asegurar que a quienes más afecta el cambio climático es a los niños, ya que se calcula que medio billón de menores viven en zonas afectadas.
Theo, de Irlanda, fue el primero en tomar la palabra: No me convertí en activista por placer, sino por obligación. Porque me preocupa el planeta. Así que en realidad estoy triste de estar aquí y preguntar a ustedes, que tienen responsabilidades, si les importa, como a mí, que las mismas empresas que destruyen el planeta tengan un trato VIP en esta cumbre y que estén al frente de las negociaciones para la redacción de las conclusiones mientras el mundo arde y en pueblos pequeños, como el mío, ya sentimos los efectos del cambio climático, y los adultos actúan como niños irresponsables. Prometen mucho y en realidad no hacen nada.
Pablo, de Granada, España, añadió: Por favor, escúchennos y tómennos en serio. Si queremos lograr un cambio de fondo lo primero que tienen que hacer es preocuparse más por un cambio de raíz en la educación.
Camila, mexicana de 17 años, reclamó herramientas e información reales y útiles para enfrentarnos a este gran reto, pero necesitamos seriedad de su parte, que dejen de mirar a otro lado y asuman un compromiso que nosotros como generación ya tenemos.
En otro acto de la COP25, Thunberg y Neubauer aprovecharon la atención mediática para que otros jóvenes contaran sus historias.
Thunberg insistió en que el cambio climático no es un problema del futuro. Es algo que ya está aquí, que ya está afectando sobre todo a pueblos indígenas y está provocando mucho sufrimiento.
Al preguntarle por qué la resistencia indígena es tan relevante para ella, destacó que es increíblemente importante escucharlos porque, a su juicio, están sufriendo y sus derechos son vulnerados en todo el mundo.
“Son afectados por el cambio climático más rápido que nadie y ellos –los indígenas– han mantenido el equilibrio de la Tierra durante miles de años”, por lo que, en su opinión, son importantes en este momento crucial.
Tras su intervención, Thunberg dio paso a otros jóvenes de Chile, Filipinas, Islas Marshall, una reserva indígena de Estados Unidos, Rusia y Uganda, quienes evaluaron la situación climática y las distintas problemáticas en sus territorios.
Todos insistieron en que ven con escepticismo el supuesto compromiso de los países más poderosos y ricos –que son los que más contaminan– y observan con recelo que las empresas patrocinadoras de la COP25 sean precisamente las multinacionales energéticas.
Ángela Valenzuela, de Chile, habló de la situación excepcional de esta cumbre, que debería haberse desarrollado en su país, pero fue cancelada por el estallido social contra políticas del gobierno de Sebastián Piñera.
Hilda Flavia Nakabuye, de Uganda, subrayó que el continente africano es el que más está sufriendo por prolongadas sequías, incendios e inundaciones.
El encuentro ha puesto en evidencia la ausencia de compromiso de los grandes líderes por esta causa. A la COP25 no asistirá ninguno de los mandatarios de los países del G-20, salvo el caso español. Pese a todo, esta semana será decisiva, pues se inicia la fase de alto nivel en la que se decidirán los objetivos y compromisos, sobre todo el relacionado con el artículo 6 del Acuerdo de París, que será el que regule el comercio de carbón.
Los negociadores han intercambiado varios borradores al respecto, pero con muchos puntos abiertos todavía, por lo que serán los ministros de Medio Ambiente –que empezarán a llegar hoy a la cumbre– quienes tratarán de cerrar los compromisos.
Además, deberá abordarse el tema de las contribuciones al Fondo Verde del Clima para los países en desarrollo, con la finalidad de garantizar el compromiso de 100 mil millones de dólares al año de las economías avanzadas para el próximo año en favor de los más vulnerables. Las aportaciones hasta el momento están muy lejos de esas cifras y las principales economías, como Estados Unidos, China y Rusia, son cada vez más críticos con este acuerdo.
En tanto, más de 600 inversionistas institucionales que gestionan un total de 37 billones de dólares en activos de clientes pidieron que los gobiernos redoblen sus esfuerzos contra el cambio climático.
Los inversionistas, que incluyen bancos, fondos de pensiones y aseguradoras, exigieron que se ponga fin al empleo de centrales térmicas de carbón en todo el mundo, la introducción de un precio significativo a las emisiones de dióxido de carbono, el final de los subsidios a los combustibles fósiles y que los gobiernos aumenten sus recortes previstos de emisiones más allá de lo que han prometido en su mensaje a los países participantes en la COP25.

COP25, Greta Thunberg: "Hay esperanza, pero no viene de los gobiernos y las empresas, sino de la población"

La activista sueca ha vuelto a pronunciarse frente a los líderes mundiales como ya hizo en la Cumbre del Clima de 2018 en Katowice.
Greta Thunberg en su discurso en la Cumbre del Clima./ REUTERS
Greta Thunberg en su discurso en la Cumbre del Clima./ REUTERS
madrid
11/12/2019 10:27 Actualizado: 11/12/2019 11:22 - alejandro tena - PÚBLICO
Grta Thunber ha vuelto a pronunciarse en la Cumbre del Clima frente a los dirigentes mundiales, tal y como hizo en la COP 24 de Katowice. "Hay esperanza, yo la he visto, pero no viene de los gobiernos y las empresas, sino de la población", ha dicho la joven activista, que ha señalado a los países "ricos" como principales responsables de la crisis climática. 
Thunberg ha participado en un panel de alto nivel junto a otros defensores del medio ambiente y representantes científicos. El año pasado en la Cumbre del Clima de Polonia, la joven sueca entró en escena con un famosos discurso cargado de emociones. "¿Cómo se atreven?", espetaba a los políticos presentes. Sin embargo, hoy ha renunciado a los discursos "persuasivos" para remitirse a los informes de la ciencia y reclamar acciones concretas que frenen el calentamiento del planeta.
"Es la opinión pública la que lidera el mundo libre"
"No hay un sentimiento de emergencia entre nuestros líderes, porque si lo hubiera habría un cambio en su conducta", ha dicho para señalar directamente a la población del mundo como el principal motor de cambio: "Es la opinión pública la que lidera el mundo libre. Todo cambio ha venido de las personas de la población. No tenemos que esperar tenemos que empezar el cambio ahora mismo, nosotros, los pueblos".
Tal y como ya hizo días atrás, la activista ha querido poner el foco en las desigualdades climáticas, ya que son los países más empobrecidos los que menos contribuyen a la crisis y los que más sufren sus consecuencias. En ese sentido, Thunberg ha instado a los "países ricos" a "hacer su parte" y convertirse en "los primeros en llegar a las cero emisiones".
El discurso también ha sido duro contra el espíritu de la Cumbre del Clima que, a su juicio, se "ha convertido en una especie de oportunidad para que los países negocien lagunas y eviten aumentar sus ambiciones climáticas". "Los Estados están encontrando formas muy inteligentes para eludir los compromisos de reducción de emisiones. Tenemos que mantener el carbono en el suelo. No podemos citarnos en fechas lejanas para actuar", ha añadido.
"No se trata sólo de reducir las emisiones de gases, el mayor peligro viene de la inacción de los políticos y los directivos, que dicen que actuarán actuarán, pero no hacen nada", ha expuesto para terminar dirigiéndose a los dirigentes mundiales: "¿Cómo pueden reaccionar a esta situación de emergencia sin sentir pánico?".
 

Las distintas caras de la gretofobia

Página 12 - LA HAINE - 30/09/2019

Fachada, idiota útil, zombie, instrumento de Soros y muchas otras variantes son usadas para destruir el desafío de la adolescente sueca que moviliza a todo el planeta
Se podría hablar de “El caso Greta”, y no precisamente por su síndrome de Asperger, que fue una de las negaciones que esgrimieron muchos repentinos críticos que aparecieron en las redes sociales y en los comentarios de los diarios. En todo el mundo. Cuando hablemos de la grieta es hora de adherirles a las cuestiones domésticas la conciencia de que la polarización es global. Y en ese sentido es bueno lijarla, lustrarla, hacerla menos cortante; la lógica amigo-enemigo no es la nuestra.
Las burlas y las subestimaciones no vinieron solamente de ese extremo, con notas de color, trolls y posteos desde otras posiciones políticas. La gretafobia ve en la adolescente sueca, en el mejor de los casos, a una idiota útil, a alguien que no sabe lo que dice, a un instrumento de Soros o Rockefeller, cuando no a una “zombie”. “Es mentira que tiene Asperger, el Asperger es mentira”, decía un comentario que me dejaron en mi muro. Como advirtiéndome que lo de la niña de enojo expresionista que miró a Trump con ojos irritados y habló con la voz temblorosa por la indignación es pura “fachada”.
Escribí hace poco sobre la teoría de la fachada, inventada por el divulgador abusivo de Darwin, Thomas Huxley. Fue la piedra basal de una de las corrientes filosóficas que se fueron extendiendo con diversos matices a los largo de estos últimos siglos. Consiste básicamente en creer que la condición humana es lo malo, que el pez grande se come al chico, que el hombre es el lobo del hombre, en fin, que cualquier cosa que nos sea propuesta basada en buenas intenciones o en solidaridad es, básicamente, una “fachada”, una careta, algo que simula ser bueno pero que es malo. “Rásquese la espalda de un altruista y se verá brotar la sangre de un hipócrita”, dejó escrito un discípulo de Huxley, un especialista en babosas.
Ese fue uno de los mecanismos que comenzaron a llover el lunes, después de que Greta hablara en la ONU. La nota que este diario publicó nuevamente el martes --un perfil que resistía muy bien los meses-- había sido escrita en marzo, cuando por acá nadie hablaba de Greta Thunberg. Yo la había descubierto esa misma semana. Su imagen, tan nítida, con esas trenzas escandinavas, ya circulaba desde antes, pero no la alcanzaba el contenido. Recién en marzo ese contenido llegó, porque no se trataba de Greta sola sino de lo que políticamente ya había provocado: lo que dos años antes había comenzado por una nena rara que había decidido hacer huelga ella sola faltando a la escuela todos los viernes, en marzo explotó en las manifestaciones de estudiantes secundarios de más de cien países.
Vi las fotos de las marchas en muchas ciudades. Algunas eran grandes, otras no tanto, pero las había no sólo en las capitales sino también en otras ciudades chicas y en pueblos pequeños. Esta vez fueron multitudes. Miles de caras nuevitas ya involucradas en el movimiento Viernes por el Clima, estaban reclamando que se tuvieran en cuenta los datos científicos que la propia ONU admitió como eje de su último Informe sobre el calentamiento global.
Greta y cada uno de esos chicos lo dicen claramente: lo que piden es que los gobiernos escuchen a los científicos, a los especialistas, a los que vienen alertando sobre una necesaria decisión política en relación a la emisión de gases tóxicos. Van hasta ahí, pero es obvio que esas decisiones políticas tan radicales como las que está demandando el aceleramiento de las extinciones y las catástrofes deben considerar un cambio en el modelo de desarrollo. Y si una cadena lógica, un camino hacia un desarrollo sustentable o sostenible (¿Cuántas veces escuchamos esto y no pasa nada, porque es una frase que ya está vaciada de significado?), y no tardaremos en llegar a la discusión sobre el tipo de sistema en el que queremos vivir. La primera y básica respuesta es: en uno que nos permita vivir.


En el cartel, "Huelga escolar por el clima"
Eso solo, eso simple, eso casi obvio, intentó ser obturado por miles de mitos que salieron a destrozar la figura de Greta (que usó pañales de bebé, que comió algo envuelto en plástico, que denunció a la Argentina entre otros países porque es una agente imperialista, en fin, la lista es larga), es lo que trajo a la orilla esa adolescente que irrita tanto a tanta gente, porque es sueca, blanca, logró hablar en los estrados del poder: insisten en que es una distracción o una nueva grieta. Le dieron de lo lindo tallando ellos mismos esa nueva grieta inexplicable, porque del calentamiento global duda Trump, duda Bolsonaro, dicen que es un invento de la izquierda, en fin, hay ahí abajo una construcción de fake news y líneas argumentales tan débiles que es increíble que prendan como soja.
Se han burlado de su síndrome de Asperger con una crueldad inconcebible. Así como Le Figaro divulgó en marzo el comentario que decía que “Da vergüenza ver a tantos jóvenes dejarse conducir por una zombie”, aquí no faltaron los comentarios equivalentes. Me imagino a los familiares de niños son ese síndrome o a esos mismos niños leyendo “zombie”. Y me imagino la armadura que debe sostener incólume a esa niña, que lo toma con humor pero que está a la vista: sufre.
Greta es rara y ella lo dice y cuenta cuándo fue que se lo diagnosticaron, dice que se asume como una persona común pero que veces es diferente. El rasgo más directo de ese síndrome es la imposibilidad de metaforizar. La literalidad con la que afrontan el lenguaje. El lunes, cuando habló con ira, con un enojo que se le salía por los ojos y le hacía temblar la voz, ¿qué había ahí? ¿Una fachada?
Me quedo con lo que Greta (haya usado o no pañales descartables cuando era un bebé, se haya sacado o no una foto con Lagarde), trajo a la superficie y no lo estamos tomando porque estamos discutiendo si Greta es o no una impostora. A esa pregunta nos inducen los verdaderos hipócritas. Deberíamos usar el tiempo en escuchar a los científicos para tener una idea más clara de lo que significa hoy la emisión de gases, qué relación tiene eso con los incendios en la Amazonía, cuántas especies están extinguiéndose ya, cómo será la aceleración de las próximas extinciones, y qué alternativas puede haber a la contribución al desastre. Y habrá que discutirlo y dar debates honestos y lo más justos para todos.
Lo que no se puede negar es que el calentamiento gobal existe, que no es un invento de la izquierda. Existe como el hambre que niegan y como los muertos que niegan. Y las nuevas generaciones hacen bien en ponerse este tema al hombro, porque en principio ya han logrado su primer cometido. En un mundo plagado de medios de comunicación que financian los que han ocultado todo lo que ellos mismos han hecho, hoy este tema es el principal que nos atañe como especie, porque de él depende el futuro sin metáforas, literalmente. Miles de activistas latinoamericanos, muchos de pueblos originarios, están siendo asesinados. Greta no habló de “los suecos” sino de los que sufren y mueren por causas derivadas de un modo de producción.
Todos los activistas primero pelean por eso: por lograr que el problema esté en la agenda. Como eso ya está, ahora a defenestrar a Greta. Vimos muchas veces la misma película. Deberíamos saber más sobre cuál es el proyecto de la derecha para esta región, que ya está arrasada y en llamas, y por qué están asesinado a los líderes ambientalistas de la región. Eso también forma parte de la agenda que trae Greta, trae a los activistas asesinados, deja servido todo para que lo abordemos, pero no lo abordamos porque Greta aparece en una foto saludando a Al Gore, al que le montaron la cabeza de Soros. A Cristina le contaban las carteras o le inventaban joyas de Bulgari. Pero según parece, no terminamos de comprender que cuando el aparato global de acción psicológica sale al ruedo, es porque le teme al que está demonizando, porque roza alguna verdad que lo incomoda.
Página 12

Greta, el desprecio de los políticos y el bullying desatado en las redes

By Paul Walder Septiembre 25, 2019 - EL CLARIN DE CHILE

La activista sueca Greta Thunberg, durante la Cumbre de Acción Climática en Nueva York. 

La activista sueca Greta Thunberg, durante la Cumbre de Acción Climática en Nueva York. Foto: Reuters
¡Cómo se atreven! les espetó Greta Thunberg en la sede de la ONU en Nueva York a todos los gobernantes, altos funcionarios y poderosos del mundo el 23 de septiembre. Un día triste, sin acuerdos importantes para el proceso de descarbonización, con solo declaraciones de intenciones y bajo el peso de dos nuevos informes elaborados por relevantes climatólogos: la temperatura promedio del planeta alcanzó nuevas marcas durante los últimos cinco años, periodo que coincide con un alza en las emisiones de dióxido de carbono.
El breve discurso de Greta en la asamblea de la ONU fue preciso, concitó la atención de los medios, pero la indiferencia de los políticos. El riesgo ambiental sigue desde este lunes tal como estaba porque las acciones que pidió el secretario general de la ONU, el portugués António Guterres, no generaron compromisos sino palabras que a partir de hoy saldrán de los medios. En el caso chileno, aun cuando Sebastián Piñera habló de reforestación no fue al fondo del asunto, que en su caso y como anfitrión en diciembre de la COP25 en Santiago, es la descarbonización. Piñera, como la mayoría de los gobernantes, políticos, funcionarios y las elites, privilegia el crecimiento económico por sobre el recorte de las emisiones de carbono, algo que significa más emisiones en economías atadas a la quema de combustibles fósiles. El mismo Piñera que habló en Nueva York de reforestación tolera en su país zonas de sacrificio como Quintero Puchuncaví asfixiadas por dióxido de azufre, que es otro gas liberado por la quema de fósiles, mantiene el agua como un recursos entregado al mercado y al lucro, sigue negando la firma del acuerdo ambiental  de Escazú en tanto se la juega por el TPP, un tratado que busca más crecimiento económico basado en las mismas bases que nos tienen al borde del colapso. 
El caso de Piñera es solo un ejemplo, aun cuando para nosotros y nuestro pequeño país es relevante. Porque claro, las reales amenazas son un Trump que niega el calentamiento global como consecuencia de la quema de combustibles fósiles, un Bolsonaro cuya finalidad es quemar los bosques tropicales de la Amazonia para plantar soja y todas las grandes corporaciones que de una u otra manera basan sus economías y utilidades en el carbón. El peligro es un mundo que requiere de un crecimiento económico permanente alimentado por la energías fósiles.
Nuestro horizonte es el 2050. Solo 30 años más o cuando la generación de Greta Thunberg y de mi hija también cumplan o estén muy cerca de los 50. Una fecha que espero ellas puedan no solo vivir sino disfrutar pese a sus actuales temores. Porque la fecha no es la de una película más de catástrofe, sino el momento del definitivo inicio del colapso, si es que no se adelanta. Un proceso de degradación climática gradual, que se irá extendiendo por otras áreas, desde la gobernabilidad, el comercio, la extinción masiva de especies y la escasez de recursos naturales. Todo eso ya está más que estudiado y registrado aun cuando no sea titular de medios ni tema de políticos. 
Existe un movimiento impulsado por los intereses petroleros que se apoya en los temores y la ignorancia de la población. Tal como Cambridge Analytica logró a través de campañas millonarias en las redes sociales dar vuelta elecciones, plebiscitos y poner temas en la agenda pública, firmas de comunicaciones corporativas trabajan para desvincular el cambio climático con la quema de combustibles fósiles. Las campañas están muy documentadas por Naomi Klein en Esto lo cambia todo, las que son impulsadas por el cinismo de políticos, la codicia de los accionistas de estas corporaciones y periodistas inescrupulosos que se venden al mejor postor. Para estos fines cualquier argumento es posible y funciona según el segmento. Que los ambientalistas son una banda de izquierdistas trasnochados, que están financiados por el Estado Islámico o que el cambio climático es un fenómeno asociado a ciclos solares con presencia de extraterrestres incluidos. Y para la izquierda, indignados con todo y mareados varios, que Greta está financiada por el capitalismo verde que busca controlar el mundo con las nuevas tecnologías. Todas estas campañas destacan, si nos tomamos la molestia de ver un poco las redes sociales, por su gran efectividad. Diariamente son estos temas generados por bots y trolls los que instalan los hashtags más seguidos.Y ahora el objetivo es Greta. Sin poder atacar su discurso, esta vez se lanzan contra ella, por su depresión, su asperger, su condición de niña y hasta de mujer. 
No hace falta darle más importancia a esta forma de manipulación de la población. Las mismas personas capaces de repetir un argumento hoy pueden cambiar según sus propias condiciones en otro momento. Más importancia tiene el futuro que se abre tras los pocos avances en la Cumbre de esta semana. 
Naomi Klein acaba de publicar este 17 de septiembre un nuevo libro titulado On Fire: The Burning Case for a Green new Deal. Aún no ha sido traducido a otros idiomas, pero adelantó parte del contenido en una reciente entrevista aparecida en The Guardian. Hay aquí ensayos anteriores, pero parece ser un texto que apunta hacia adelante. El conflicto con los intereses del uno por ciento más rico será bestial (pone un ejemplo hasta divertido: ante la propuesta del New Deal verde la Fox News le advierte a su público que hasta sus  hamburguesas estarán en peligro), el miedo de la izquierda a asumir en toda su dimensión el peso de la amenaza y, lo que es más aterrador, el auge del supremacismo blanco hacia lo que ve un ataque a sus intereses y cultura bien expresado en las matanzas de Christchurch en Nueva Zelanda y de El Paso. Pero sin duda es rescatable una cierta esperanza necesaria para seguir adelante en la lucha, su admiración por Greta como individuo que hace de su vida una emergencia,  pero más que nada por su generación. Un trance en los límites que requiere de la resistencia y la movilización. No en las redes sociales contaminadas, sino en las calles donde nos veamos las caras, un lugar para acumular fuerzas y esperanzas.
PAUL WALDER

Red Latina sin fronteras

enred_sinfronteras@riseup.net

Greta desenmascara replicantes

____greta

Hay una figura que no suele faltar en cualquier empresa: el esquirol perfeccionista. Todas las protestas –no digamos las huelgas– le parecen mal planteadas, pero es medalla de oro en turra sobre lo mal que está todo, y con que si el encargado lleva menos tiempo que él y que vaya moto se ha comprado. Hace bromas con rajarle las ruedas, pero no cuentes con él para la asamblea del comité porque a esa hora su primo tiene dentista o juega el peeseyé.

A Greta Thunberg parece que le han salido unos cuantos fans de esa épica paralizante que nunca te llama a filas. Por blanda, por greenwasher, por histérica, por joven, por mujer, por estar ahí. Por todo, por ser, todo mal, Thunberg les pone del hígado.

Es que con 16 años no debería estar ahíEs que los padresEs que y el cole qué. Hagamos entonces un gulag en los Monegros y metamos ahí a quien organiza y se lucra con Masterchef Junior. Es que es una niña de 16 años. La militancia, y esto lo sabe cualquiera que haya sido adolescente, normalmente comienza en esa etapa de la vida. Solo el 15M –y los matrimonios procesistas que no iban a una manifestación desde la Transición– quebró eso movilizando por primera vez a gente de toda edad. Ya me hubiera gustado a mí estar en la ONU y no en las Juventudes Comunistas de mi barrio a esa edad. O sea, que en nuestro país Greta Thunberg tiene edad legal para trabajar, casarse o ir a la cárcel, ¿pero no para recordarte que nos vamos al carajo, que no hay planeta B y que comes demasiada carne?

Es que ella misma no está bien y además solo apela a lo emocional. Lo realmente molesto son algunas de las risas condescendientes que se escuchan de fondo cuando Thunberg advierte en Naciones Unidas que ‘we will be watching you’. Si su discurso no es anticapitalista, entonces ¿qué sí lo es? ¿Una camiseta del Sankt Pauli de 70 euros, un hilo de Twitter sobre cosmonautas soviéticos, stories sobre la precariedad?

Otra cosa es que lo que ella dice no lo quieras oír. Que Thunberg sea un espejo que te devuelve una imagen, la tuya propia, de inacción, de aceptación de la derrota. 

En Blade Runner hacían un test, el Voight-Kampff, para averiguar si una persona aparentemente humana era un replicante. Si lo era, la ausencia de dilatación capilar –sonrojo– o del iris, delataba su carencia de empatía. Bajo una nueva versión del test, deberíamos considerar como replicantes –pero de los cutres, sin rastro de la romantización de las lágrimas en una lluvia que a este paso será ácida pasado mañana–, a aquellos que se emocionen con una victoria de Nadal, un cachopo o la fiesta de navidad de la empresa antes que viendo y escuchando a Thunberg.



Opinion · Otras miradas

La COP 25 será una pérdida de tiempo si los compromisos no se traducen en acciones

Antonio Ruiz de Elvira Serra
Catedrático de Física Aplicada, Universidad de Alcalá
07/12/2019 - PÚBLICO
La ONU está preocupada desde hace décadas por el cambio climático. A pesar de informes de contrarios a la acción contra las emisiones de CO₂, que dicen que sus impactos son pequeños, estos son ya notables. Y serán muy amenazantes a lo largo de los próximos años del siglo XXI.
Las COP (Conferencias de las Partes), es decir, de los países interesados por el tema, tratan de impulsar decisiones prácticas para la reducción de las emisiones de los gases que frenan la salida de calor desde la Tierra hacia el espacio exterior. También para la adaptación a los cambios climáticos ya generados.
Son reuniones complejas y los debates se extienden horas y horas. La intención es llegar a un comunicado final en el que se plasmen compromisos sobre dichos temas.
Reducir las emisiones implica reducir el consumo de combustibles fósiles. La adaptación implica medidas para el ahorro y almacenamiento de agua y plantar especies vegetales para disminuir la deforestación, entre otras.
La riqueza no es más que otro nombre para la disponibilidad de energía. Las empresas más ricas del mundo son las petroleras y gasistas en su conjunto, aunque cada una de ellas tenga ingresos individuales menores de los de Amazon y Google.
Estas empresas que extraen y venden combustibles fósiles no van a dejar de intentar hacerlo. Lo contrario sería como pedir a una persona que vive de vender trigo que deje de plantarlo.
No, no hay incentivos posibles para que esas empresas cierren los pozos de petróleo y gas.

¿Cuál es la solución?

Parece evidente: es la sociedad la que tiene que generar otro tipo de energía que haga invendible el petróleo y el gas. La sociedad se estructura en estados, de manera que son estos los que deben incrementar la disponibilidad de energía renovable, que consigan que las energías emisoras de CO₂ se conviertan en irrelevantes.
No tienen sentido alguno las propuestas de capturar CO₂: es como decir que vamos a ponernos una venda después de rajarnos el brazo con una cuchilla. Es estúpido hacer daño sin conseguir nada a cambio.
Shutterstock/Thongsuk Atiwannakul
Shutterstock/Thongsuk Atiwannakul Parece mucho más razonable tratar de conseguir toda la energía posible del sol. Ya sea de forma directa o indirecta, a través de los vientos que el astro genera al calentar los océanos.
Los edificios españoles de nueva construcción deben, desde hace unos años y por ley, disponer de sistemas de agua caliente solar. Sería muy fácil hacer que otra normativa obligue a que todos los edificios que se construyan a partir de ahora tengan el máximo de electricidad fotovoltaica que permitan sus tejados.
¿Costoso? No, pues el ahorro en la electricidad de las redes eléctricas compensa con creces el posible aumento del precio. Y digo posible porque una demanda enorme de celdas fotovoltaica hace bajar su precio de manera radical. Recordemos cuánto costaban los teléfonos móviles en 1995, y los coches en 1900.
La promoción intensa de los vehículos eléctricos compartidos haría disminuir radicalmente el número de vehículos de combustión de compuestos de carbono. Esto no generaría problema en las fábricas de coches, que fabricarían coches eléctricos en vez de con motores de combustión.
La construcción de túneles al vacío (o casi vacío) entre los grandes centros distribuidores de mercancías eliminaría el enorme tráfico actual de camiones que se mueven con gasóleo. La rapidez del transporte de mercancías generaría una enorme demanda de trabajadores que las distribuyesen a tiempo en esos centros logísticos. Todo consistiría en sustituir un tipo de trabajo por otro.
¿De dónde saldría el dinero, la riqueza necesaria para hacer esto? Siempre que se desarrollan esquemas que permiten ganancias se encuentran inversores que aportan esa riqueza. Aún más si se hace con la garantía del estado, si tenemos en cuenta que el aumento de energía capturada y la disminución de riqueza disipada en los esquemas actuales de transporte compensan en menos de siete años cualquier inversión y generan grandes beneficios tras ese plazo.
En la COP 25 de Madrid se establecerán compromisos. Se firmarán acuerdos.
Recordemos que el vicepresidente de los EE. UU., Al Gore, firmó en Tokio un acuerdo que el Congreso estadounidense anuló en pocos días.
España debería avanzar, y rápido, por el camino del freno a las emisiones de CO₂. Por compromiso, por los impactos que el cambio climático tiene sobre nuestro país.
Pero sobre todo porque nos traería una enorme riqueza a los españoles en muy poco tiempo.
Si somos listos, avanzaremos por esa senda.
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation
The Conversation
Kaosenlared.net
 

Publicado en: 30 septiembre, 2019

Cuba. El capitalismo amenaza equilibrio ecológico del planeta

Por Prensa Latina
Por Bruno Rodriguez El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, advirtió que la principal amenaza para el equilibrio ecológico del planeta son los patrones irracionales e insostenibles de producción y consumo del capitalismo. Al pronunciar su discurso en el debate de alto nivel de la Asamblea General de la ONU, el canciller de […]
Por Bruno Rodriguez
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, advirtió que la principal amenaza para el equilibrio ecológico del planeta son los patrones irracionales e insostenibles de producción y consumo del capitalismo.
Al pronunciar su discurso en el debate de alto nivel de la Asamblea General de la ONU, el canciller de la nación caribeña manifestó que ese equilibrio también está en peligro por la creciente e injusta concentración de la riqueza en ese sistema económico insostenible.
No habrá desarrollo sostenible sin justicia social, alertó Rodríguez, quien agregó que el tratamiento especial y diferenciado a los países del Sur en las relaciones económicas internacionales no puede seguir siendo soslayado.
La emergencia en la Amazonía nos impulsa a la búsqueda de soluciones mediante la cooperación de todos, sin exclusiones ni politización, con pleno respeto a la soberanía de los Estados, afirmó en el foro.
Asimismo, el titular sostuvo que la isla apoya el llamado realizado en las recientes marchas de estudiantes y jóvenes que demandaron acciones contra el cambio climático.
El canciller cubano señaló que ese fenómeno, algunos de cuyos efectos ya son irreversibles, ‘amenaza la supervivencia de todos, en particular de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo’.
Al inicio de su intervención, Rodríguez expresó sinceras condolencias a Bahamas por las pérdidas de vidas y la terrible destrucción que dejó el huracán Dorian, y llamó a la comunidad internacional a movilizar recursos para brindarle ayuda a ese país.
ale/mar

URUGUAY

Caras y Caretas

Montevideo, 13 diciembre, 2019

Soldados coreaban «tupamaros comunistas todos juntos al cajón», denuncia Ffose

El sindicato señaló que los hechos se dieron en las inmediaciones del Regimiento de Caballería 4, en camino Mendoza e Instrucciones.
13 diciembre, 2019 - CARAS Y CARETAS
Funcionarios de Ose que realizaban trabajos en la zona de camino Mendoza e Instrucciones denunciaron cantos anticomunistas por parte de efectivos del Ejército.
Según informó la Federación de Funcionarios de OSE (Ffose) a la Mesa Representativa del Pit-Cnt, el miércoles pasado un grupo de soldados marchaba al grito de “tupamaros comunistas todos juntos al cajón”
Indicaron los trabajadores que los hechos se registraron sobre las 9.30 de la mañana en las inmediaciones del Regimiento de Caballería Nº 4.
Ffose considera estos hechos como “repudiables” y decidió denunciarlos ante la central de trabajadores para que esta adopte las medidas que estime convenientes.

Gustavo Ricci (archivo, diciembre de 2017).
Gustavo Ricci (archivo, diciembre de 2017).

Trabajadores de OSE denuncian que un pelotón de soldados marchó al grito de “tupamaros y comunistas, todos juntos al cajón”

13 de diciembre de 2019 | Política nacional | Foto: Pablo Vignali - LA DIARIA

El ministro de Defensa José Bayardi iniciará la investigación correspondiente en cuanto reciba la denuncia.

La Federación de Funcionarios de OSE denunció este viernes mediante un comunicado una situación narrada por una cuadrilla de trabajadores de la compañía estatal, que aseguran haber visto a un pelotón de soldados del Regimiento de Caballería Mecanizada Nº4 del Ejército marchando al grito de “tupamaros y comunistas todos juntos al cajón”, mientras efectuaban reparaciones en la zona de Mendoza e Instrucciones, el miércoles cerca de las nueve de la mañana. Según dijo a la diaria el presidente del sindicato, Gustavo Ricci, ya se informó del hecho al Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT y se analiza la posibilidad de presentar una denuncia judicial. Desde el Ministerio de Defensa (MDN) dijeron a la diaria que el ministro José Bayardi iniciará la investigación correspondiente en cuanto reciba la denuncia.
“Obviamente los nostálgicos de la dictadura siguen insertados en el sistema militar. Lo que es peor es que son nostálgicos que tienen la función de estar formando futuras generaciones de militares. Es un tema que las autoridades actuales y las futuras si realmente tienen un compromiso con la democracia y con el aislamiento de estas actitudes, tienen que investigar”, afirmó Ricci, y añadió que no cree que se trate de un hecho aislado. “No estoy diciendo que toda la fuerza militar tenga la misma perspectiva, pero acá tenemos un grupo de soldados identificados con un regimiento, que tienen esa forma de motivarse para tener actividades diarias, y eso es, claramente, inducido por sus superiores”, opinó.
El dirigente sindical lamentó que los funcionarios no pudieran documentar el hecho, pero espera conseguir las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona, si las hay, para presentar a la Justicia. “Debido al impacto del momento y porque estaban manipulando herramientas, no tuvieron tiempo de filmar con los celulares y el hecho no quedó registrado. Pero creemos que es verídico; nosotros confiamos en los compañeros”, aseguró Ricci. Asimismo, afirmó que los trabajadores “no respondieron” a los cánticos de los soldados, “lo que atinaron a hacer fue comunicarse con nosotros”. Por otra parte, Ricci anunció que ya se están asesorando con abogados “para ver cómo se canaliza el tema de la denuncia”, y agregó que el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT mantuvo una comunicación con el MDN, aunque desde la cartera indicaron que hasta el momento de la consulta Bayardi no estaba al tanto del hecho.

Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos

Convocatoria del Grupo de Mujeres por el Memorial de ex Presas Políticas

Difundimos

La privatización descarnada

Viernes, 13 Diciembre 2019 18:35 - PORTAL PIT-CNT

La privatización descarnada
La Federación de Funcionarios de OSE (Ffose) alerta a la población por la consumación de la mayor privatización de los últimos tiempos de un servicio de OSE. Desde el pasado 2 de diciembre, la empresa Teregal SA (Transamerican) ha pasado a gestionar el servicio de lectura de medidores con utilización de hardware y software propios, para el departamento de Montevideo. Según denunció la Ffose, se concretó en los hechos, la privatización que tendrá como consecuencia directa, "un negocio para pocos y un mal para muchos".
Según explicó al Portal, Marcelo Recalde, coordinador general de la Comisión de Trabajo Tercerizado (CTT) del PIT-CNT, a partir de esta privatización, los actuales trabajadores deberán renegociar con la empresa todos los beneficios salariales y laborales obtenidos hasta ahora en los Consejos de Salarios. "Lo que han hecho es tremendo, ahora los compañeros ya ni pisan la OSE, los sacaron hacia afuera", informó. "Hay una pérdida de beneficios laborales para los trabajadores", aseguró Recalde, quien estimó que algunos funcionarios podrán llegar a experimentar con el tiempo una reducción de hasta el 60% de lo que perciben en la actualidad. "Los sacan de la interna de OSE, esos trabajadores dependían de los gerentes del ente estatal y ahora eso se termina, van a estar ubicados en un local de esa empresa, afuera, por lo que claramente es un paso más en la tercerización de los servicios básicos de OSE".
Otro de los aspectos que denuncia la Federación es que los costos aumentaron con la tercerización. "Se paga mucho más por lo que el perjuicio es doble, para los trabajadores directamente implicados que hacía años que estaban adentro de OSE y para la población en general", remarcó Recalde. "Es lamentable, es un profundo retroceso", admitió.
Contexto
La Mesa Sindical Coordinadora de Entes (MSCE) y la Federación de Funcionarios de OSE (Ffose), han señalado que la tercerización laboral es la herramienta más usada tanto por empresarios como por el gobierno para aumentar la explotación sobre los trabajadores. "Es una consecuencia directa de la primarización de la economía por la destrucción de fuentes de trabajo de calidad y sustitución por empleos más precarios". Sostienen que la tercerización tiene impacto sobre los salarios y sobre el conjunto de ingresos de los trabajadores. La tendencia es a sustituir trabajadores con salarios y beneficios más altos por salarios y beneficios más bajos". En este sentido, la MSCE y la Ffose subrayan que "para la clase trabajadora en su conjunto, opera -en estos casos- una rebaja salarial; empeoran con esto las condiciones de trabajo, horarios, extensión de la jornada, horas extras, estabilidad en el empleo, derechos vinculados al estudio y a enfermedades", entre otros. "La tercerización fragmenta y dispersa a los y las trabajadoras y por eso avanza en todo el mercado laboral. Las grandes concentraciones de trabajadores -que fueron la base del sindicalismo- son sustituidas por una multitud de pequeñas unidades, con pocos trabajadores cada una.Eso debilita a la organización sindical, ya que es mucho más difícil organizar y movilizar a miles de trabajadores dispersos", advierten.
Tanto la MSCE como Ffose, rechazan la imposición de la tercerización "por la fuerza de su lógica" y hacen un llamado a resistir para incluso, revertir esta tendencia. "Es imprescindible la lucha consecuente de los trabajadores contra este avance explotador", concluyen.   
   

Fancap presenta denuncia por "persecución y acoso laboral"

Viernes, 13 Diciembre 2019 17:33 - PORTAL PIT-CNT

Fancap presenta denuncia por "persecución y acoso laboral"
El Consejo Federal de la Federación Ancap (Fancap) refrendó este viernes la decisión de realizar un paro de 24 horas, en caso que la sanción que generó el conflicto, quede firme. Como se ha informado, este jueves Fancap realizó un paro en la planta de La Tablada como consecuencia de la suspensión de un trabajador.
Para el sindicato, la medida de la gerencia es un nuevo ataque a la organización sindical y a los trabajadores sindicalizados. "Ha quedado claramente explicitado en este hecho que se trata de una flagrante persecución sindical", aseguró el presidente de Fancap al Portal del PIT-CNT. Según Gerardo Rodríguez, la medida adoptada por el sindicato "no afectó el abastecimiento" ni tuvo consecuencias para la población.
"Resolvimos realizar la denuncia ante el ministerio de Trabajo por persecución y acoso laboral" informó. Asimismo, Fancap aprobó la decisión de realizar un paro de 24 horas en caso que la sanción quede firme.
El caso
El presidente de Fancap explicó al Portal de la central sindical que la operativa de un sector de camioneros implica cargar y vender propileno a la Argentina y posteriormente, los camiones retornan al país con propano. "Hay camiones que a veces están 15 o 16 horas en la ruta, luego se estacionan, descansan un rato, descargan, cargan y se van para Argentina. Este camión se estacionó en un espacio para descansar y no donde están las bombas para descarga y los compañeros lo dejaron ahí. Cuando llegó el turno de las 6 de la mañana procedieron a descargar. Esto ya ha pasado otras veces y nunca se había llamado la atención por la forma de proceder. Pero en este caso se le aplicó una sanción de suspensión de 5 días a un compañero al que en otra oportunidad, cuando nos aplicaron la esencialidad, le quisieron aplicar una sanción de 180 días por cumplir las resoluciones del sindicato durante 3 días". Rodríguez recordó que en aquella oportunidad, el trabajador había quedado al borde de su despido pero se logró revertir la situación.
"Hay un ensañamiento con este compañero pero con muchos otros también, el perfil del jefe es persecutorio y siempre tuvo problemas con el sindicato". Desde la Fancap se aseguró que a otros trabajadores sindicalizados también se les ha intentado "hacer la vida imposible".
La comunicación, una vez más
Si bien en algunos medios se habló de una "siesta" del trabajador, el sindicato discrepa rotundamente con esa forma de comunicar la realidad que afrontan los camioneros. "Ha pasado de trabajadores que se encontraban agotados de viajar y se han quedado dormidos en los caños. Han llegado en condiciones físicas que no les permitiría ni siquiera manejar. En ocasiones estacionan y nosotros permitimos que descansen porque se está trasladando un producto extremadamente peligroso y lo que se intenta preservar es, no solamente la salud del chofer sino de toda la población que puede quedar expuesta a una tragedia".
Para la Federación, hablar de "siesta", es una liviandad y una mirada reduccionista. "No nos extraña, y seguramente lo que se intenta es desacreditar al sindicato y a los trabajadores de Ancap".

Foto: Dante Fernández / FocoUy

Andrade dijo que el FA se fue «separando del lugar donde se juegan las disputas de los cambios»

El senador electo realizó una autocrítica de la derrota de la fuerza política y apuntó a cambios en la dirección de la izquierda. Afirmó que acusar a Martínez sería un «atajo cómodo».
Ultima actualización Dic 12, 2019 - LA REPÚBLICA uy
El senador electo por el Partido Comunista del Uruguay (PCU), Óscar Andrade, fue autocrítico con la fuerza política por no haber alcanzado el cuarto gobierno. Remarcó que los 15 años de gobierno «fueron separando (al FA) del lugar donde se juegan la disputas de los cambios». A su vez, manifestó que la renovación del Frente Amplio debió realizarse en 2009 y apuntó a que la dirección de la fuerza de izquierda debe hacer cambios.
Los 15 años de gobierno «nos fueron separando del lugar donde se juegan la disputas de los cambios», lo cual «no pudimos ver», dijo Andrade a Sarandí. Esto lo marcó con datos, indicando que en 2006 el FA convocó al Plenario Nacional y fueron 240.000 personas a votar. En 2011, en las elecciones del FA, ahí se superó por poco los 100.000, por lo que ha mantenido el electorado pero con menos movilización.
En el Frente Amplio continúan analizando los motivos por los que no pudieron retener el gobierno de cara al Plenario Nacional, en el que sacarán una síntesis al respecto, además de definir líneas de acción de cara a las elecciones departamentales.
Los factores de la derrota «son muchos», dijo Andrade. Entre los puntos destacó la «situación económica», con un escenario «más complejo», como también los problemas de desocupación. En su análisis, Andrade aseguró que hubo retraso a la hora de salir a la cancha por la campaña, a lo que se le suman los problemas en Ancap en el período pasado: «No pudimos marcar otro tema en la agenda», indicó, «dominaron los medios».
Andrade señaló que el FA fue «una fuerza institucionalizada que subestimó la pérdida de fortaleza política territorial». «Me alegra que al final de la militancia el pueblo se organizara […] ahora el pueblo nos deja la tarea de pararnos en la oposición tratando de procesarla sin afectar a los más vulnerados. La salida no puede ser con recorte de derechos, con más pobreza», manifestó. «Hay una parte de los cambios que se viven en otros lugares como las universidades y fuimos perdiendo peso ahí. Es uno de los factores principales en lo político-cultural», añadió.
«¿Martínez era el mejor candidato? Para mí yo era el mejor candidato hasta junio, después lo eligió la gente y desde ahí era el mejor candidato. El FA no pierde la elección por el candidato, sería un atajo cómodo. Hay un elemento que pasa en el fútbol, si Peñarol pierde, los suplentes son los mejores o te preguntás por qué no puso a tal. Pero precisamos una discusión mucho más allá del candidato. Se dio un proceso que hay que entender: hicimos la renovación en el peor momento».
Respecto a la campaña, en términos de seguridad y violencia, Andrade dijo que el FA «casi» quedó «encerrado en operativos del ministerio cuando hablamos de seguridad. Los problemas en la sociedad son algo más que la operativa en el ministerio. Hay 700 personas que se suicidan por año, la causa principal es el bullying, ¿qué tiene que ver la operativa del ministerio en esto?», cuestionó.
Consultado sobre la presidencia del Frente Amplio y si hay que apuntar a cambios, Andrade dijo que «modificaciones en el FA» tienen que haber «seguro», porque viene debilitándose hace muchos años. «¿Qué vamos a hacer con los sectores de la cultura que jugaron un papel importante, o los jóvenes que eran incontables pero que en el último mes de campaña se comieron la cancha?», se preguntó.
Pereira suena y suma adeptos
El presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, es uno de los nombres que barajan sectores del Frente Amplio para candidatear a la Intendencia de Montevideo. Desde la Vertiente Artiguista aseguran que son varios los sectores que han planteado el nombre en cuestión para la candidatura.
Teniendo en cuenta que Pereira está al mando de la central sindical, habrá que esperar para ver qué postura tiene. Según señalan desde la Vertiente, las otras alternativas que pueda presentar el Frente Amplio es un factor determinante para dicha resolución.