"Porque los cantos de victoria de los imperialistas de que eso va a servir para desalentar la lucha revolucionaria, no tardarán en ser desmentidos por los hechos. Los imperialistas saben también la fuerza del ejemplo, la tremenda fuerza del impacto; y los imperialistas saben que si un hombre físicamente puede ser eliminado, ¡un ejemplo como ese nada ni nadie lo puede eliminar jamás!" Fidel Castro
10.Oct.12 :: Batalla de ideas - La Rosa Blindada
"¿Es acaso que los revolucionarios no debemos ser los más preparados para todas las circunstancias, para todas las vicisitudes, para todos los reveses incluso? ¿Es que acaso la historia de las revoluciones o de los pueblos revolucionarios se ha caracterizado por la ausencia de golpes duros? ¿Es que acaso los verdaderos revolucionarios no son los que se sobreponen a esos golpes, a esos reveses y no se desalientan? ¿Es que acaso no somos los revolucionarios precisamente los que pregonamos el valor de los principios morales, el valor del ejemplo? ¿Es que no somos acaso los revolucionarios los que creemos en la perdurabilidad de la obra de los hombres, de los principios de los hombres? ¿Es que no somos los revolucionarios los primeros que empezamos por reconocer lo efímero de la vida física de los hombres y lo perdurable y duradero de las ideas, la conducta y el ejemplo de los hombres, si ha sido el ejemplo el que ha inspirado y ha guiado a los pueblos a través de la historia?" - Fidel Castro
Texto completo de la conferencia por Radio y TV de Fidel Castro Sobre la Muerte de Ernesto Guevara.
(Transcripción del Boletín Quincenal Boina Roja – Nro. 3 – Organización Baluarte – Octubre 1967, publicada ahora en la página del Centro de Documentación de Organizaciones Político-militares argentinas, El Topo Blindado.
El envejecimiento del papel ha resultado en deterioros que hacen ilegibles algunas palabras, y así se hace constar cuando corresponde.)
LA HABANA 16 (PL) – A continuación ofrecemos la versión textual y completa de la comparecencia del Primer Ministro del Gobierno Revolucionario de Cuba, Comandante Fidel Castro, efectuada anoche por la radio y televisión nacionales y Radio Habana Cuba, para informar al pueblo acerca de la muerte del Comandante Ernesto Che Guevara:
Como ustedes han de suponer, lo que motiva esta comparecencia son las noticias que desde el día 9 se han estado recibiendo desde Bolivia, y las cuales han sido publicadas durante estos días por nuestra prensa.
Debo comenzar por decir que hemos llegado a la convicción de que esas noticias, es decir, la noticia relativa a la muerte del Comandante Ernesto Guevara es dolorosamente cierta. En otras ocasiones anteriores se habían publicado cables de que había sido muerto, algunas noticias de este tipo, pero realmente siempre se podía apreciar que eran infundadas.
Cuando el día 9 empezaron a llegar los cables con diferentes noticias relativas a este hecho, naturalmente ya la índole de los cables y toda una serie de circunstancias hacían que las noticias fuesen preocupantes, pero todavía no se veía nada definitivo. El día 10 continuaron las noticias, pero evidentemente en los cables aparecían una serie de contradicciones; se empezaban a percibir algunas contradicciones. Se hablaba, por ejemplo, de una cicatriz en la mano izquierda, y nadie recordaba una cicatriz en la mano izquierda del comandante Ernesto Guevara; sin embargo, se recordaba que tenía una cicatriz en el cuello, en la pierna, heridas de bala en la guerra; y también en una ocasión de un disparo accidental que le había ocasionado una cicatriz en el rostro. No se hablaba de ninguno de esos detalles, se percibían algunas contradicciones y, sobre todo, se percibía un ambiente general de desconfianza sobre las noticias provenientes de Bolivia. De tal manera que en la tarde del día 10 a cualquiera que nos hubiese preguntado acerca de la veracidad de esas noticias le habríamos expresado muchas dudas.
Sin embargo, empezaron a aparecer algunos otros indicios, tales como las primeras fotografías. La primera fotografía, que llegó el día 10 ya tarde de la noche, era una fotografía en que no se le ve un gran parecido; es decir, muchos de los que vimos esta primera fotografía en los primeros momentos, en general teníamos la tendencia a rechazar que se trataba del Che.
No obstante, esperábamos que de intentarse una noticia falsa o de existir una equivocación los rasgos fuesen diametralmente diferentes. Sin embargo, nos preocupó el hecho de que había algunas características de tipo muy general; es decir, podía no ser el, pero no se podía afirmar de una manera categórica que no fuera el.
Esta fotografía –que es ésta…(muestra foto) pienso que tal vez no se pueda percibir bien por las cámaras de televisión y además no es una fotografía muy reveladora.
Sin embargo, algunas horas después llegó otra fotografía en que ya aparecían algunos detalles que son inconfundibles de su fisonomía.
Esta es una fotografía que también está muy oscura, pero que a simple vista se puede percibir. Ya….cuando muchos de nosotros vimos esta fotografía, empezamos a tener un poco mas la convicción de que la noticia podía ser cierta, o no –mejor dicho- empezamos a tener por primera vez la verdadera certidumbre de que la noticia podía ser cierta. Es esta fotografía (muestra foto).
Después llego una tercera fotografía en que aparecía en una camilla, de cuerpo entero. Tampoco es una fotografía que se pueda considerar definitiva; también es una fotografía oscura (muestra foto).
Al otro día ya empezaron a llegar más fotografías, hasta que llegó una fotografía muy clara, que es esta fotografía (muestra foto), una fotografía tan clara, que posiblemente impresa incluso en papel de periódico se podría percibir perfectamente bien.
Yo debo explicar posteriormente que no se trata simplemente de la aceptación de la fotografía como una prueba definitiva, sino que se trataba precisamente de la fotografía enmarcada dentro de un conjunto de circunstancias que le daban –a nuestro juicio- valor probatorio a esta fotografía, circunstancias que explicaré más adelante.
Posteriormente continuaron llegando algunos periódicos del extranjero, en los días subsiguientes en que aparecían otras fotos. Esta otra (muestra foto). Tal vez no se puedan percibir muy bien por televisión porque están tomadas de un periódico y ya, naturalmente, pierdan muchos “rasgos”.
Empezaron a aparecer, junto con las fotografías, toda
[se corta]
Se fueron recogiendo todas las pruebas
Naturalmente que nuestra actitud fue la de ir reuniendo todos estos elementos de juicio hasta arribar a una conclusión absolutamente segura a nuestro juicio, es decir, una evaluación de las noticias sin duda de ninguna clase. Por eso se fueron recogiendo todas las pruebas, todas las fotografías, las que aparecieron aquí, las que vinieron de periódicos extranjeros; todas las noticias se fueron estudiando cuidadosamente.
Aparecieron también, días después, las primeras fotografías del diario que se decía ocupado.
Aquí están algunas de las fotos del diario (muestra fotos), están dos fotos, que son las que han aparecido.
No queríamos dar una opinión definitiva hasta no reunir todos estos elementos de juicio.
Por otra parte, había una cuestión relacionada con la propia familia: el padre, el hermano –me refiero a los familiares que viven en Argentina- que, según las noticias de los cables, se preparaban incluso a visitar Bolivia. Nosotros suponíamos que, lógicamente, tendrían oportunidad de observar directamente; y, además, era lógico que esperáramos que ellos dieran primero su opinión. En ese supuesto, pues esperamos. Se produjo el viaje y toda una serie de incidencias, muchas de las cuales ustedes conocen, ya que no pudieron tener la oportunidad de ver el cadáver.
Sin embargo, se nos planteaba a la vez una cuestión delicada: los familiares del “Che” en la Argentina al encontrarse con una serie de cosas extrañas, tal como la noticia de que había sido enterrado el cadáver, inmediatamente después la noticia de que había sido incinerado el cadáver, el lógico que en tales circunstancias cualquier familiar naturalmente tienda a considerar que se trata de una absoluta falsedad. Eso es muy natural y lógico.
Sin embargo, ya nosotros habíamos arribado a la más completa seguridad. Y no quisimos tampoco dar esta opinión sin antes hacerla llegar a los propios familiares a través de amigos comunes que mantienen alguna comunicación periódica con ellos, la noticia acerca de la opinión que nosotros teníamos. Y pudimos percatarnos además, saber, que aun en estos instantes el padre y los familiares en general consideran absolutamente falsa la noticia.
Si se hubiese tratado de una cuestión solo personal pues incuestionablemente que nosotros no habríamos insistido o no daríamos públicamente una opinión que es contradictoria con la opinión de ellos. Pero es que se trataba de un problema de gran trascendencia pública en todo el mundo, y además de una cuestión que a nuestro pueblo le toca también muy de cerca, y nosotros teníamos el deber de dar nuestra opinión.
Distintas cuestiones a considerar
Si en nuestro criterio existiera una mínima duda, nuestro deber era expresar esa mínima duda; si en nuestro criterio era falsa la noticia, nuestro deber era expresar que era falsa la noticia; si en nuestro criterio era verídica la noticia se prestaban distintas cuestiones a considerar.
Podía pensarse que resultaba, en primer lugar, doloroso el tener que emitir un juicio según el cual una noticia procedente de un gobierno oligárquico y reaccionario, despótico, opresor de su pueblo, aliado al imperialismo, enemigo de la revolución, nos veríamos nosotros en la situación de tener que avalar y que afirmar la veracidad de esa noticia. Creo que para cualquier revolucionario eso es siempre doloroso.
Igualmente se podría plantear otra consideración: si el hecho de que la noticia se mantuviera en la duda podía ser de alguna utilidad. Sin embargo, cualquiera que fuesen las circunstancias, aun cuando lo noticia, el hecho de permanecer en la duda, se hubiese considerado beneficioso de alguna manera, nosotros no por ello habríamos dejado de decir la verdad. Creemos incluso que en ningún sentido es beneficioso, pero pongo la hipótesis tal y como nosotros nos la planteábamos.
Si algún beneficio se pudiese lograr de la duda, nunca han sido armas de la revolución, la mentira, el miedo a la verdad, la complicidad con cualquier ilusión falsa, la complicidad con cualquier mentira. Nosotros no podíamos bajo ningún concepto y bajo ninguna circunstancia, y teniendo sobre todo en cuenta la confianza de todos los revolucionarios del exterior, y muy especialmente también la confianza de nuestro pueblo que siempre ha tenido la más completa seguridad de que nunca se le mentía, y que, cuando una verdad deba ser expresada públicamente, esa verdad será públicamente expresada siempre.
Circunstancia particularmente delicada
Y en el pueblo muchas personas, a medida que llegan las noticias, esperaban siempre que le gobierno revolucionario y el partido, su partido, les expresasen qué había de verdad o qué había de mentira. Por tanto, nosotros en cualquier circunstancia considerábamos nuestro deber exponer nuestro criterio, aunque – como decía- solo una circunstancia hacía particularmente delicado esto y era con relación a la opinión sustentada y expuesta, incluso públicamente, por los familiares del Comandante Ernesto Guevara en la Argentina. Nosotros esperamos que ellos comprendan que, por doloroso que resulte tener que hacer esta exposición, no hay ninguna indelicadeza, ni mucho menos desconsideración a ellos.
Les decía que habíamos llegado a esa conclusión, y no habíamos llegado a la conclusión por hechos aislados, por palabras aisladas, frases aisladas, fotografías; una fotografía puede fabricarse. Pero es que en este caso no se trataba de fotografías entregadas por el gobierno, se trataba de fotografías que habían sido tomadas por numerosos periodistas en la propia Bolivia, en el propio sitio donde se encontraba el cadáver. Y esos periodistas tomaron las fotos y las retransmitieron.
Es decir, que no existía la posibilidad o no se podía admitir la tesis de una fotografía fabricada.
Otras hipótesis:
La hipótesis, bueno, fabricar una figura de cera. No es ni mucho menos probable, ni siquiera fácil.
Esto analizado independientemente.
Analizado en relación con todos los demás factores a analizar, resultaba absolutamente imposible, porque todo esto había que analizarlo en relación con toda una serie de antecedentes, de noticias, que habían estado apareciendo y todos los demás factores.
Nos encontrábamos con que, por ejemplo, esta es la letra del Che, es su inconfundible letra. Nos parece a nosotros muy difícil de imitar. Pero aun así, si fuese posible o fácil de imitar la letra de alguna persona, sobre todo de una personalidad tan característica como la del Che, lo que resulta absolutamente imposible es imitar su estilo. Y aún mas imposible es que nadie –sino aquellos que lo conozcan perfectamente bien, que hayan convivido con él durante muchos años- pueda estar en condiciones de evaluar cualquier frase, el estilo de escribir, el estilo de expresar las cosas. La reacción frente a cada detalle y frente a cada cosa. Y no solo la letra, el pensamiento, el estilo, hasta esa forma breve concisa de escribir del Che.
Y en fin, toda de una serie de rasgos que tienen que ver no solo con la forma de la letra, sino con el contenido, con el estilo, con la reacción, eso es absolutamente imposible de imitar.
Naturalmente que un diario no prueba la muerte de un combatiente: es decir, un diario se puede perder en un camino, se puede extraviar en una mochila, los papeles pueden quedar guardados en un sitio. Y desde luego, aquí este diario estaba escrito hasta el mismo día 7 de octubre que la víspera del combate donde se anuncia su muerte; es decir, son las cosas escritas hasta unas horas de ese combate. Luego, es incuestionable que si este diario se hubiese perdido, se habría perdido aproximadamente el 8 de octubre, es decir, el mismo día del combate.
Su presencia en Bolivia
Hay otra serie de antecedentes. Se habían venido desde luego, publicando en distintos periódicos, internacionalmente, distintas fotografías relacionadas con la presencia del CHE en Bolivia. Así, algunos periódicos, habían publicado esta foto (muestra foto) en la que se ve con la mochila abultada- como solía cargarla él- un fusil M2, también otra fotografía en la que se le ve en un [ilegible] (muestra foto) y que es su tipo inconfundible, muy erguido.
Es probable que en ese momento hubiese estado haciendo alguna broma con el que le iba a sacar la foto. Y al aparecer, algunas fotografías de estas fueron ocupadas de alguna forma por el enemigo: es decir que ya existían todos los antecedentes, y era generalmente aceptado, de su presencia en Bolivia.
Sucedieron otra serie de hechos en que se veía que en las últimas semanas estaban llevando a cabo en Bolivia una fuerte persecución contra los guerrilleros y que se habían reunido un gran número de tropas. Entre esas tropas existían algunas unidades especialmente entrenadas por agentes del imperialismo en la lucha antiguerrillera.
Por aquí están algunos antecedentes que son útiles analizar un poco para tener una idea de las cosas o como pueden haber ido gestándose las circunstancias que dieron lugar a la muerte del CHE.
Es decir que el diario es absolutamente verídico, a nuestro juicio; las fotos son absolutamente verídicas.
Nos parece a nosotros de todo punto imposible, nos parece a nosotros técnicamente imposible y nos parece en la realidad imposible organizar todo esto sobre una base falsa.
Se pueden hacer muchas imitaciones, pero es imposible hace una imitación de lo que constituye casi los rasgos más sutiles de la personalidad del gesto, de todas las cosas, la fisonomía de una persona.
Yendo un poco más lejos
Y analizando todos los antecedentes, todos los detalles, todos los aspectos: Diario, fotografía, noticias, la forma en la que se produce la noticia, toda una serie de datos, a nuestro juicio, era técnicamente imposible fabricar esas pruebas.
Pero vamos un poco más lejos: En el seno del régimen boliviano hay tal cantidad de contradicciones, tal la cantidad de rivalidades y tal cantidad de problemas, que resulta absolutamente imposible que en el seno de ese régimen, se pongan de acuerdo ni siquiera para decir una mentira. Pueden decir alguna mentira, alguna noticia: si pasó algo, si mataron a algunos guerrilleros que después no aparece el cadáver; muchas de esas noticias las suelen dar los gobiernos reaccionarios y no tienen mayor trascendencia. Eso en primer lugar.
En segundo lugar, desde el punto de vista técnico, se necesitaría una cantidad de recursos y experiencias que allí no existen.
Pero en tercer lugar, lo más evidente de todo ¿Qué sentido tendría para ese régimen, fabricar semejante noticia? ¿Qué sentido tendría para ese régimen fabricar una noticia que a los 10 días, o a los 15 días, o a los 20 días se iba a poner en evidencia y se iba a demostrar que era mentira?
No solo es extraordinariamente difícil fabricar una mentira de una manera tan perfecta, que no se descubra rápidamente, sino que además carecería de sentido el de inventar semejante noticia. Pero, además se los veía un poco cautelosos. No hacía 10 o 12 días habían dado una noticia similar, pero la noticia duro unas horas: a las pocas horas al otro día, la desmintieron rápidamente.
Después, esta noticia empezó a circular de manera muy persistente, se abstenían de dar una afirmación categórica, los primeros rumores llegaban a través de fuentes, a través de periodistas; circulaban toda una serie de noticias y ellos se abstenían cuidadosamente de hacer una afirmación definitiva. Al parecer, estaban tratando de juntar evidencia de manera que pudieran lanzarse a hacer la afirmación oficial sin temor a equivocarse.
Todas esas cosas se habían estado observando.
Ya nosotros tenemos alguna experiencia interpretando todos los cables. Leemos muchos cables todos nosotros, todos los días. Y tenemos alguna experiencia para evaluar de acuerdo con el estilo las características de cada gobierno, las personalidades de los gobernantes, todas esas cosas y todos esos factores para evaluar esa noticia. A ellos se les veía cautelosos.
Una noticia que carecería de sentido
Ni al más imbécil, ni al más cretino de todos los gobiernos y no hay dudas de que el gobierno de Bolivia se caracteriza por el cretinismo y por el imbecilismo –pero ni al mas súper imbécil se le habría ocurrido algo tan sin sentido, tan estúpido, tan imposible de inventar y tratar de probar como una noticia semejante, porque además carecería por completo de sentido.
Es indiscutible que el movimiento guerrillero en Bolivia está en una fase en que la supervivencia de los guerrilleros depende, fundamentalmente, de su propia capacidad, depende de sus propias fuerzas, digamos. Es decir, no es un movimiento que ha llegado al punto en que se va a producir una crisis inminente y en que una mentira de estas permite a un gobierno ganar 8 o 10 días, una semana. No era esa la situación.
Conclusión absoluta. La noticia es amargamente cierta
Las guerrillas están en el periodo, periodo que nosotros conocemos sobradamente bien, en que dependen fundamentalmente de sus propias fuerzas, y lo que hacen los guerrilleros cuando oyen una noticia semejante es reírse cuando la noticia es falsa. Y, por tanto, no tiene ningún efecto con relación a los guerrilleros, y si, por el contrario, tiene un efecto y casi inmediato con relación al poco prestigio, a la poca credulidad con que pueda contar alguno de esos gobiernos.
Hago este razonamiento para comprender que ese tipo de noticias es absolutamente ilógico que nadie trate de inventarla, un poco para considerar los móviles por los cuales una noticia como esta se puede inventar. Es decir que el móvil no es posible.
Y la coincidencia del diario, el contenido del diario, la zona de donde el diario habla de donde están; las fotografías, fotografías que no entrega el gobierno sino que toman los periodistas: toda una serie de características nos permiten haber llegado a la conclusión absoluta de que la noticia es amargamente cierta.
Lógicamente la tendencia de cualquier persona ante una noticia que se relaciona con alguien al que se le tiene un gran cariño, esa tendencia innata es a rechazarla, y a nosotros en un grado considerable, nos ocurrió eso en los primeros momentos. Una noticia de este tipo siempre en el ánimo del pueblo, hay la tendencia a rechazarla, en el ánimo de los revolucionarios, en cualquier parte del mundo hay la tendencia a rechazarla.
Pero además, a esto se le une la circunstancia del poco crédito, el absolutamente ningún prestigio con que ese gobierno cuenta, que contribuía a poner en duda la noticia, además de esta circunstancia emocional que conlleva el rechazo instintivo de una noticia de esta índole.
Tal es el descredito de ese gobierno que, incluso muchos de sus aliados – entre ellos el propio imperialismo yanqui-, muchos de los gobiernos que son similares al gobierno de Bolivia, inicialmente leían la noticia y decían que no estaban seguros, que no les creían, y adoptaban una actitud muy cautelosa.
Después lógicamente, empezaron a adoptar una actitud cuando pudieron tener en sus manos elementos de juicio que le daban alguna seguridad o les daban la seguridad de la noticia. Pero mientras no tuvieron en sus manos esos elementos de juicios, casi puede decirse que de una manera general, se abstenían de avalar la noticia procedente de Bolivia.
Dudas sobre como ocurrió la muerte
Ya en ese momento, la discusión que existe o las dudas que puedan existir, no se refieren fundamentalmente al hecho de la muerte en sí – por lo menos las dudas que nosotros teníamos- sino que se refieren a la forma en que ocurrió la muerte, a las circunstancias que puedan haber conllevado a ese desenlace.
Debemos decir las personas que conocemos íntimamente a Ernesto Guevara y decimos conocemos porque realmente de Ernesto Guevara nunca se podrá hablar en pasado, que teníamos sobrada experiencia acerca de su carácter y acerca de su temperamento.
Y por mucho que cueste imaginar que un hombre de su talla, de su prestigio, de su personalidad, haya muerto en un combate de una patrulla guerrillera contra una fuerza del ejercito: por mucho que ello parezca poco lógico los que lo conocemos bien sabemos que, sin embargo no tiene nada de extraordinario eso; porque siempre, todo el tiempo que lo conocimos se caracterizó por un extraordinario arrojo, por un absoluto desprecio al peligro, por un gesto siempre, en cada momento difícil y de peligro de hacer las cosas más difíciles y más peligrosas. Y así lo hizo en numerosas ocasiones durante toda nuestra lucha. Lo hizo en la Sierra Maestra, lo hizo en Las Villas.
Muchas veces nosotros, tuvimos que de alguna manera o de otra, adoptar medidas para preservarlo. En más de una ocasión tuvimos que oponernos a la realización de alguna de las acciones que quería llevar a cabo. Y, sobretodo, en la medida en que íbamos apreciando sus magnificas condiciones de combatiente y la posibilidad de que pudiese servir a a la Revolución en tareas o misiones de la mayor importancia estratégica, tratábamos de preservarlo de los riesgos de caer en algún combate de no mucha importancia estratégica.
El arrojo del CHE
Y así fue como en cierta medida, llego al momento en que se le hizo Comandante de una de las columnas invasoras, para cumplir una tarea tan difícil, una proeza tan singular como fue la invasión hasta la provincia de Las Villas.
Los que los conocieron allí, sabe de la forma en que actuó en numerosas acciones.
Y nosotros debemos decir que siempre nos preocupó la posibilidad de que ese temperamento, ese gesto suyo, siempre presente en todos los momentos de peligro, lo pudiesen llevar a la muerte en cualquier combate.
Nadie nunca podía estar seguro siquiera de que adoptara un mínimo de medidas de cuidado, muchas veces se iba adelante con alguna patrulla de exploración.
Es posible que el, por otra parte, muy consciente de la misión que se le había asignado, de la importancia de su actividad, pensara –como pensó siempre-, en el valor relativo de los hombres y en el valor insuperable del ejemplo. Estas cosas formaban parte de su personalidad.
Nos habría gustado, por encima de todo verlo convertido en forjador de las grandes victorias de los pueblos, más que en precursor de esas victorias. Pero, es que un hombre de ese temperamento, de esa personalidad, de ese carácter, de esa reacción, siempre ante determinadas circunstancias, estaría desgraciadamente llamado más a ser precursor que forjador de esas victorias. ¡Y los precursores son también, desde luego, forjadores de la victoria, y los más grandes forjadores de la victoria! El sería el menos angustiado por eso.
Es lógico que, todos los que llegamos a albergar por él un entrañable cariño, nos cueste más trabajo resignarnos a verlo convertido en un precursor, en un ejemplo cuya repercusión no dudamos que ha de ser muy grande, pero es lógico que todo ser humano se duela, cuando un carácter, una inteligencia, una integridad como esa, físicamente se destruya.
Explico estas cosas, porque no es mi propósito en estos instantes exponer las ideas, los conceptos, los sentimientos hacia él, sino simplemente en esta comparecencia de hoy analizar las noticias que hemos estado recibiendo, pero decía que a nadie en absoluto le debe extrañar que en un combate de una tropa guerrillera, entre los primeros puede haber caído el, puesto que eso sería casi un milagro, un imposible de evitarlo.
Los antecedentes del combate
Muchas veces afrontó el peligro en numerosas ocasiones, y en esas cuestiones siempre se cumple una especie de ley matemática.
Por tanto, no era una noticia que pudiéramos considerar imposible que se produjera, y así nosotros hemos estado evaluando todas, todas las circunstancias. ¿Cuales son las circunstancias que pudieron producir el combate, que en medio de una gran movilización, en medio de un gran despliegue de fuerzas contra él, realizó el enemigo?
Aquí por ejemplo, tenemos algunos hechos que son tal vez explicativos de esas circunstancias, son antecedentes.
No se puede de ninguna manera, hacer una afirmación categórica sobre estas cuestiones cuando no se disponen de otros elementos de juicio que los que se han podido reunir, en sacar y analizar en medio de una mar de noticias, un verdadero mar de cables. Pero sí, por ejemplo, hay un cable aquí del día 29, que dice así: “Una alta fuente militar confirmó hoy que el ejército Boliviano está firmemente convencido de que tiene acorralado al revolucionario argentino cubano, Ernesto Che Guevara en un cañón selvático a una 128 km de aquí”
“La fuente se rehusó a proporcionar más detalles. Pero su revelación a “The Associated Press” hoy al mediodía es abonada por el hecho de que tropas con equipo de campaña han sido despachadas en días pasados a la selva, al parecer para intervenir en una acción importante”.
“Otros 800 soldados especialmente adiestrados para operaciones selváticas, partieron de la ciudad de Santa Cruz a principios de esta misma semana para la misma zona”.
“Esta ciudad, donde se ventila el proceso de Regis Debray es asiento de la cuarta división del Ejército y Santa Cruz de la octava”.
“Un contingente de soldados partió de Camiri el miércoles y otro anoche. Para esta tarde está señalada la partida de otro más”.
“Una fuente militar fidedigna calculó que por lo menos 1.500 hombres participan en la cacería de Guevara.
“Tenemos muy buena información de que Guevara vive, y estamos más que convencidos de que está cercado”, dijo la fuente, pero se negó a dar detalles sobre las circunstancias en las que se basan tal creencia”.
De acuerdo con la fuente, el ejército ha cercado a los guerrilleros comunistas en un pequeño valle entre 2 colinas cuya magnitud no se determino.
“El informe no pudo ser comprobado”
“Las 2 extremidades del valle, que es una especie de barranco, están ocupadas por combatientes del ejército boliviano, especializados en la lucha en la selva. Muchos de ellos han sido instruidos por asesores norteamericanos, algunos de los cuales prestaron servicio en Viet Nam”.
“Se indicó que los flancos y el fondo del valle están cubiertos con maleza muy densa, pero la parte superior está libre de obstáculos, lo cual impide una fuga sin ser advertida”.
“Patrullas del ejército que exploran la selva han registrado un contacto positivo a comienzos de esta semana”, dijo la fuente.
Es decir, comenzaron el día 29 a hablar de una región típica, y hablan de una valle selvático –algo así como una especie de barranco- entre lomas o entre alturas desprovistas de toda vegetación, donde hay que moverse en una dirección o en otra, es decir, hacia una salida o hacia otra, sin poder tratar de salir de esa zona, porque tendrían entonces que moverse por un terreno absolutamente desprovisto de vegetación.
Este cable tiene especial interés porque empieza a hablar de un territorio, de un tipo de territorio, que después aparece sucesivamente en casi todos los restantes cables.
Un desertor es siempre un traidor
Ahora bien: ¿Qué circunstancias les daban la seguridad de que en ese territorio se encontraba una fuerza guerrillera mandada directamente por el Comandante Ernesto Guevara?
Aquí hay una noticia que habla de un desertor entre los guerrilleros. Esa noticia aparece el 30 de setiembre en otros cables: “El dirigente revolucionario Castro Comunista Ernesto Che Guevara se haya gravemente enfermo y es llevado en camilla por otros 2 guerrilleros fuertemente custodiado, según despachos periodísticos divulgados hoy en este centro petrolero.
“La información es atribuida al ex guerrillero boliviano Antonio Rodríguez Flores quien se entregó voluntariamente a las fuerzas armadas acantonadas en Río Grande, acogiéndose al llamamiento oficial garantizando la vida de quienes abandonen la subversión armada contra el Gobierno”
Es decir que hay un desertor – deserción que tiene lugar entre los días 25 y 30 del mes de setiembre-. Y un desertor siempre tiene una actitud similar: un desertor brinda al enemigo cuanta información pueda ser de interés para el enemigo, y la brinda inmediatamente sin escrúpulos y sin preocupación de ninguna índole porque un desertor es, antes que nada, un revolucionario desmoralizado o un pseudo revolucionario que quiso jugar a la revolución.
Y es indiscutible que, si se produce entre los guerrilleros una deserción –y durante la guerra revolucionaria muchas veces ocurrieron casos de deserciones- eso no llamaba la atención. Porque hay un período donde mucha gente quiere unirse en la guerrilla y se presentan en los campamentos guerrilleros por montones, siendo muchos más los que se ofrecen que las armas de que disponen.
Entre esos que se ofrecen hay muchos que luego realizan brillantes papales que son magníficos soldados, magníficos revolucionarios.
Nuestro ejército guerrillero nunca tuvo una oficina de reclutamiento ni mucho menos. El problema nuestro era la cantidad de hombres que venían a sumarse y para los cuales no teníamos armas. Pero más del 95% de los combatientes de nuestro ejército rebelde, se presentaron espontáneamente: algunos otros eran mandados organizadamente en números muy reducidos. De estos hombres que se presentaban se formaba el ejército.
Pero, lógicamente, también los había quienes por algún espíritu, sin tener una experiencia previa, ni una idea clara de los sacrificios que conlleva la lucha guerrillera, se presentaban. Y en cuanto tenían que caminar mucho, subir montañas y pasar trabajos, aprovechaban alguna ocasión para de alguna manera cobarde abandonar la tropa.
Y un desertor siempre es un traidor. Si cae en manos del enemigo, inmediatamente lo informa todo y puede dar una información completa acerca de todas las circunstancias que tengan que ver con la tropa guerrillera.
Habla de la enfermedad. Eso hay que tomarlo realmente como que puede haber sido algún problema transitorio que puede haber tenido el Che.
En realidad, en el diario, lo que se ha publicado por ejemplo, en la parte del diario publicada – que apareció la copia fotográfica- del día primero, que él habla, dice: “Temprano bajamos los mulos, Sigue exponiendo algunas otras cosas. Es decir, que el habla el día primero de setiembre de que se ha repuesto y que se siente perfectamente bien.
Y en los partes del diario, relacionados lo dos días que precedieron, habla como una persona que está en perfectas condiciones de salud. Es decir, que en ese momento no existía ninguna veracidad en la posibilidad de que estuviese enfermo.
Pero lógicamente un desertor puede haber explicado si estuvo enfermo un tiempo atrás, todas esas cuestiones y sobretodo le pueden interesar más al enemigo la ubicación exacta de la región o de la zona o del punto donde se encuentra la fuerza guerrillera.
Esto explica porque se produce una movilización tan grande de fuerzas, porque esa movilización de fuerzas está produciendo el día 29.
Movimientos de tropa en base a informaciones del desertor
Se publica la noticia del desertor el día 30. Es posible que ese desertor llevaba ya 3 o 4 días en manos de las fuerzas enemigas, y lógicamente esa fuerza empezó a realizar inmediatamente una serie de movimientos de tropas. Cualquier ejército represivo moviliza sus fuerzas en un momento en que cree que tiene una oportunidad; claro que la mayor parte de las veces ese movimiento de fuerzas se traduce en un esfuerzo baldío o inútil. Pero es incuestionable que ellos concibieron mucha esperanza al tener una ubicación exacta de la región donde se encontraba esa tropa guerrillera, puesto que comenzaron a realizar una serie de movimientos de tropas muy fuertes y a concebir una gran esperanza de que iban a obtener un éxito táctico allí contra la guerrilla.
Es curioso que le 7 de octubre de 1967 también apareciera en el “New York Times” un escrito, es decir, aparece la víspera del combate, en la edición del domingo, esto sale en la edición del domingo día 8 de octubre, es decir sale por la mañana el mismo día del combate –y lo titula: “La última resistencia del Che Guevara”.
Dice: “Camiri, Bolivia, aun para un hombre que ha viajado tanto, como Ernesto Guevara, el desierto callejón sin salida donde los Andes disminuyen hacia la cuenca del Amazona, es un lugar bastante distante de cualquier parte.
El sol resplandece solitario sobre el polvoriento valle, calentando la tierra y las zarzas. Los abundantes insectos, gigantescas moscas y mosquitos, arañas, etc. pican, abundan en el silencio reinante…” y hace toda una descripción más o menos de esas regiones. Dice: “El polvo y las picadas de insectos convierten la piel de todo ser humano en una capa de miseria”. Dice: “La áspera vegetación seca y cubierta de espinas, hace que todo movimiento sea prácticamente imposible, con la excepción de los trillos y las ollas de los ríos están extremamente vigiladas”.
“Según los reportes militares recibidos, el Comandante cubano y dieciséis compañeros de guerrillas han sido embotellados en el valle mediante un estrecho cerco de fuerzas armadas desde hace dos semanas. Los militares bolivianos sustentan la opinión de que el Comandante Guevara no saldrá con vida”.
“De muchas maneras la situación del Comandante Guevara, en su infernal desfiladero a 120 millas al noroeste del puesto militar puede servir como una metáfora para la Revolución armada en el hemisferio.” etc., etc…
Es decir, que lo mismo que expresa esta información del día 29, en que habla de movimientos de tropas perfectamente explicada por la noticia de un desertor que aparece publicado el día 30, se repite en agentes de prensa extranjera que están allí muy bien relacionados con el mando militar, y que insisten en el Valle, en el barranco selvático con las áreas descubiertas.
Es decir, hay una ilusión, que se crea esto no quiere decir que la ilusión esa tuviera necesariamente que concluir en ese desenlace, sin tener una idea del territorio, sin tener una idea de la dimensión de ese valle, del ancho, del largo, de toda una serie de circunstancias. No se puede juzgar qué fundamento objetivo, realista, podían tener para albergar esas esperanzas, porque por lo general de los guerrilleros se dice que están siempre cercados.
A nosotros por ejemplo, nos tenían siempre cercados, lo cual era verdad: teníamos el mar por detrás, los llanos, las arroceras, por delante; y durante una etapa considerable de tiempo nuestro movimiento se desenvolvía en un territorio que no tenía más de 10 kilómetros de ancho y en general unos 20 kilómetros de largo, y en algunas ocasiones, alguna incursión a lugares poco más distantes.
En ese territorio se desenvolvió todo el año 1957, y hasta mediados de 1958 en aquel territorio de 10 kilómetros de ancho por 20 de largo se desenvolvió toda la ofensiva, la última que hicieron contra nosotros, con numerosísimas fuerzas. Era un territorio que ya conocíamos muy bien, era una fuerza la que contábamos ya de unos 300 hombres.
Pero en general siempre existe el concepto del guerrillero rodeado, y el guerrillero estratégicamente está rodeado por distintas tropas; más peligrosos son los cercos tácticos, es decir, una guerrilla que logra ser completamente cercada por un cordón de soldados enemigos. Y aun así esos cercos suelen ser rotos en la mayoría de las veces. Por lo tanto no se puede opinar acerca de qué grado de peligrosidad entrañaba la ubicación dentro de ese valle de que hablan, dentro de esa región de que hablan.
(Una deficiencia en la transmisión de este discurso omitió el envío de unos párrafos que daremos en nuestra edición de mañana)
Dice… “Quebradas más lejanas, había agua allí, nos…-una parte no se pudo entender… y cocinamos todo el…-raya en blanco- bajo una gran faja que servía de techo- de que yo.
Dice: “Nos aproximamos a pleno sol por lugares… quedando en un hoyo”. Es decir, hay partes en blanco aquí.
Dice: “…la comida se retrasó; decidimos salir por la madrugada hasta un afluente cercano a este arroyito y de ahí hacer una exploración cuando… para determinar el rumbo futuro”.
Dice: “La Cruz del Sur informó en una entrevista…[ilegible] hombres. Orlando esta vez estuvo un poco menos…”
Tal vez dice Parco; se refiere a otro boliviano que se [ilegible] dijeron al principio y después dijeron que lo habían hecho prisionero: alguna cosa de esa no está muy clara, o está claro como el otro caso.
Dice: “La radio chilena informó de una noticia… que indicó que hay 1.800 hombres en la zona aproximadamente”.
El día 7 dice: “Se cumplieron los once meses de nuestra organización guerrillera sin complicaciones”. Esto, “los once meses de nuestra organización guerrillera sin complicaciones” da idea de que la situación estratégica de esa [ilegible] ese día, según su criterio no es una situación difícil. Este es un elemento de juicio a considerar, porque él no considera una situación crítica.
Dice: “… Hasta las 12.20 horas, hora en que una vieja pastoreando sus chivas, entró en el cañón en que habíamos acampado y hubo que apresarla; la mujer no ha dado ninguna noticia fidedigna sobre los soldados, contestando que no van por allí. Sólo dio información por los caminos. De resulta del informe de la vieja se desprende que estamos aproximadamente a una legua de Higueras y otras de Jaguey y unas 6 de Pusara.
A las 13.20 -da un nombre- Aniceto… fueron a casa de la vieja, tiene una hija postrada; le dieron 50 pesos con el encargo que no hable ni una palabra, pero con pocas esperanzas de que cumpla al pie de la letra sus promesas. Salimos 17 con una luna muy pequeña y la marcha fue muy peligrosa y dejando mucho rastro por el cañón donde estábamos que no tiene casas cerca pero sí siembras de papa regadas por acequias del mismo arroyo. Entre dos páramos “-parece que dice páramos, parece que son esas colinas desprovistas de vegetación-” “pues en ese sentido fuimos avanzando”.
Dice algunas cosas aquí que no se entienden bien. Dice: “El ejército tiene una información sobre que hay 250 hombres revolucionarios”. Y aquí termina la página.
Es decir, habla de un territorio exactamente igual muy parecido que hay que caminar de noche y da la impresión de que fuera una especie de valle boscoso entre mogotes pedregosos o rocosos desprovistos de vegetación. Eso es lo último que escribe; prácticamente debe haber sido en la madrugada, porque dice: “17 con una luna muy pequeña y la marcha fue muy peligrosa y dejando mucho rastro”.
Todo esto se ha tratado de copiar. A veces algunas palabras casi hay que adivinarlas para poder encontrarle un sentido.
En el diario se habla de un territorio muy similar a ese territorio del que vienen hablando ya en el cable del día 29 y en el artículo del “New York Times” el día 3. Luego aparecen muchos cables, y todos se refieren a un tipo de territorio como ese. Y aquí, por ejemplo, un cable hoy ya decía: “La zona donde fueron atrapados consiste en una serie de montes áridos y pelados en el tope, separados por una serie de cañadas de vegetación tupida y selvática, por algunas de las cuales corren ríos y quebradas”.
“El único movimiento de los guerrilleros para desplazarse era, por tanto, seguir estas cañadas, en tanto que la táctica de las tropas regulares para reducirlos era ir cerrando las salidas, en un gran cerco que se ha ido estrechando”.
“En ningún momento los guerrilleros podían trepar a las cumbres de los montes, porque instantáneamente serían descubiertos”.
“La guerrilla de Guevara fue cercada el domingo 8 de octubre, hacia el mediodía, en una de tales hondonadas, entre dos bocas dominada por los “rangers”
Grandes movimientos de tropas
En el 29 hablan de un valle solo; aquí hablan de varios valles separados por colinas las cuales colinas eran desprovistas de vegetación, difíciles de atravesar, y que había o que caminar por los cañones o salir a las cumbres donde era imposible transitar sin ser vistos.
Naturalmente que los guerrilleros, al parecer, estaban por una zona nueva; lo demuestra el mismo escrito, el mismo diario el día 7, en que se ve que están haciendo una exploración prácticamente. Está el Che con 16 hombres más porque dice: “salimos 17 ” y está haciendo una exploración del territorio. Y dice: se deduce que estamos a una legua de aquí, a 2 de acá, a 6 de allá, puesto que está precisando y ubicándose, ellos decían, para determinar el rumbo futuro.
Hay una coincidencia bastante grande entre los informes previos, los informes posteriores, el contenido del diario, que va explicando más o menos las circunstancias: la existencia de un desertor, información fidedigna de cuántos hombres estaban con él en ese momento, el lugar donde estaba ubicado.
Y el hecho de que estén por una zona nueva… cualquier guerrilla explorando por tierra, cualquier tropa por tierra, aun cuando tenga un conocimiento -por ejemplo- de mapas total, aunque tenga fotografías aéreas, tenga todo, sólo por tierra se puede llegar realmente a conocer una región determinada. En un territorio amplio, una guerrilla que se mueve en una exploración de ese territorio, puede llegar incluso a una zona que resulte con determinadas características como esta, a una zona que resulte aislada, cierto aislamiento por que va explorando explora caminando y caminando toma una dirección determinada para conocer ese territorio; y se puede ir avanzando por entre algunas montañas, por algún sitio, y de repente llegar a un punto en que incluso la zona de vegetación o la zona de un territorio apta para la guerrilla desaparezca y sea necesario entonces retornar a otro punto y seguir explorando.
Porque nosotros esa es una de las cosas que hacíamos en la Sierra Maestra en los primeros tiempos; en ocasiones hacíamos exploraciones para conocer un territorio determinado, hasta que llegó el momento que lo conocíamos a la perfección.
Si ese territorio esta realmente aislado, si ese territorio por donde estaban en ese momento puede ser cortado, si ese es un territorio que consiste en un valle o en una serie de valles que tienen entradas por allá, por acá, y salida por allá y están rodeados de áreas que no se pueden atravesar en una noche, eso no lo podemos saber.
Para poder apreciar si era fundada la esperanza habría que tener información sobre ese territorio, si era fundada la esperanza del enemigo. Pero ocurre muchas veces que los ejércitos represivos se hacen esperanzas de este tipo y la mayor parte de las veces son infundadas. De manera que lo que puede decirse es que el hecho de que haya ocurrido efectivamente un combate no explica obligadamente que ese tenía que ser el único desenlace posible.
Es evidente que hubo grandes movimientos de tropas y que esas tropas se movieron en una dirección determinada dada la información con que contaban y que ese territorio les inspiro alguna esperanza a las fuerzas represivas. Pero no se puede deducir necesariamente que ese tendría que ser el desenlace, porque un desenlace de ese tipo podía ocurrir simplemente derivado del hecho de la exploración misma de las incursiones que hacían para estudiar el territorio y de que produjera un encuentro casual entre la fuerza guerrillera y la fuerza represiva.
Si un encuentro casual se producía, las posibilidades entonces de que pudiera ocurrir la muerte del “Che” sí aumentaban por esas características suyas que nosotros explicábamos anteriormente.
Uno de sus gestos característicos.
Es evidente que no cae la fuerza guerrillera en una emboscada ni cae la fuerza represiva en una emboscada; es evidente que se produjo un encuentro y es evidente que al producirse ese encuentro – según todos los indicios – tuvo lugar algún gesto del Che. Todos los indicios, lo que se dice, todo, como es adelantarse a ver, o adelantarse a disparar, alejándose incluso del lugar quizás unos pocos pasos, unos pocos metros donde el resto de los combatientes se posesionan, es decir, todo parece indicar que realiza uno de sus gestos característicos, como parece indicar que lo hieren gravemente en los primeros momentos y que queda en una especie de “tierra de nadie”. Es evidente, igualmente, que sus compañeros, probablemente al verlo herido, al verlo en peligro, y enardecidos por ese hecho, libraron un combate que en condiciones normales no libra una guerrilla. Es decir, un combate que se prolonga, según dicen unos, cuatro horas; otros, cinco horas; otros, seis horas.
Una guerrilla por lo general no libra un combate de ese tipo, puesto que siempre el enemigo es numéricamente superior; si se le da tiempo le puede dar posibilidad de cercar. Y solo una guerrilla enardecida en unas circunstancias como esta libra un combate de seis horas o de cuatro horas, porque incluso el parque de una guerrilla tiende a agotarse en un combate de cuatro horas, cinco horas, seis horas. Ese es otro indicio que nosotros evaluamos, otro indicio que nosotros valoramos.
Cuando se lee cualquier noticia, alguien que haya tenido experiencia guerrillera sabe lo que pasó, sabe que ocurre cuando una fuerza represiva cae en una emboscada.
Eso es inconfundible, por lo general la fuerza represiva que cae en una emboscada pierde la vanguardia y pierde muchos hombres, puede perder armas o no según el número de guerrilleros y según algunas circunstancias; pero tropa represiva que caiga en una emboscada sufre pérdidas y por lo general nunca se producen bajas por parte de la guerrilla emboscada.
De la misma manera, cuando una guerrilla cae en una emboscada de la fuerza represiva, siendo la guerrilla siempre inferior en número, por lo general no le pueden ocasionar bajas a la tropa represiva emboscada. Esa es una ley de la guerra.
Si eso es así, si aquí se vio que no había emboscada de ninguna de las dos partes, que era una cosa clara, y si un combate prolongado, era evidente que había ocurrido algo raro y nadie dudaría - quien tenga experiencia guerrillera- que un combate de ese tipo solo se produce en una circunstancia en que pueden herir al jefe y los compañeros entonces libran, mas allá de toda medida y regla de seguridad, un combate hasta la noche haciendo un esfuerzo y exponiéndose a ser cercados y exterminados todos.
Y el hecho de que en los partes oficiales hablaran de tantos soldados heridos y muertos, hablan de diez bajas, a la vez que hablan de un número de bajas -cinco bajas dan inicialmente de los guerrilleros-, eso era un poco extraño y eso era un poco preocupante. Porque incluso en las primeras noticias que se dan de que entre los primeros heridos cae el Che y que el Che está en una “tierra de nadie”, es la única circunstancia en que una guerrilla sostiene un combate prolongado desde la una de la tarde hasta el anochecer -¡es la única circunstancia!-, y ese síntoma era un poco preocupante.
Una circunstancia anormal
Porque por lo general cae en una emboscada, o cae la otra, y las características de la operación se ven claras, y nunca una guerrilla sostiene un combate de cinco o seis horas contra una tropa que tiene la ventaja en número de hombres, ventaja en parque, tiene toda una serie de ventajas y puede incluso rodearla.
Luego un tipo de combate de esa índole -y todo el que tenga experiencia guerrillera sabe que ese combate no fue de emboscada de una parte ni de otra y es un tipo de combate que no suele producirse en la lucha guerrillera- solo ocurre bajo una circunstancia anormal.
Y es evidente que la circunstancia anormal aquí fue el hecho de que cayera herido el Che y sus compañeros guerrilleros hubieran hecho un sobrehumano y desesperado esfuerzo y se hayan jugado “el todo por el todo” y hayan estado combatiendo y hayan hecho diez bajas al enemigo, según lo que dice el enemigo; pueden haber sido más.
Esto forma parte de lo que yo llamaba anteriormente el conjunto de datos, circunstancias y todo, que nos ayudan a formarnos un juicio sobre la situación.
Es indiscutible que el combate se libra en una región del tipo de la descrita, y esa región esta confirmada por el propio diario, y que todas las noticias todos los informes que se dan como datos de combate, coinciden con un territorio de esa naturaleza. Sólo se pueden hacer suposiciones, no se puede decir nada definitivo, pero parece ser que los hechos ocurrieron, mas o menos, de esa forma.
El problema -como les decía al principio- que se esta discutiendo es qué ocurre después; es la cuestión de si muere instantáneamente o si cae gravemente herido y al cabo de algunas horas la fuerza represiva logra apoderarse de su cuerpo todavía con vida. Ese es el problema que más se está discutiendo.
Naturalmente que todos los que conocemos al Che sabemos que no hay forma posible de capturarlo vivo, como no sea inconsciente, como no sea totalmente invalidado por algunas heridas. Como no sea que se le destruya el arma y, en fin, no tenga un medio para evitar caer prisionero privándose de la vida. Nadie que lo conozca bien tiene la menor duda de esto.
El extraordinario valor del Che
Hay algo mas: De una manera unánime los propios enemigos, los propios oficiales enemigos, el propio régimen enemigo, todos, han reconocido el extraordinario valor del Che, su conducta, su desprecio al peligro, todas esas cosas. No ha habido ni una sola nota tendiente a disminuir esas características, y resulta desde luego difícil pensar en que puedan capturarlo, aunque no imposible. Sobre todo en las condiciones en que queda, en una “tierra de nadie” herido, sin poderse mover, posiblemente inconsciente, no es de ninguna manera imposible que puedan apoderarse de él todavía con vida.
Y aquí es donde han surgido toda una serie de confusiones y de contradicciones tremendas y que pueden explicar algunas de las actitudes y de los hechos ocurridos posteriormente.
Porque, desde luego, no traje todos los cables porque es un enorme bulto de cables, pero desde el primer momento, cuando no había ningún parte oficial, empezaron a circular rumores, de los cuales se hicieron eco los reporteros, de que el Che Guevara esta muerto o herido, prisionero herido; empezaron a hablar sobre todo del prisionero herido, en todas las primeras noticias que empezaron a llegar.
Mas adelante empezaron afirmaciones ya de tipo oficial, así por ejemplo, en el día 10 en un cable se informa que “altos oficiales del Ejército declararon que se confirmó plenamente que el jefe guerrillero argentino- cubano halló su muerte en Bolivia ayer después de ser herido gravemente el día anterior”.
“El jefe de las Fuerza Armadas General Alfredo Ovando, dijo que Guevara se identificó a sí mismo y advirtió haber fracasado con las Guerrillas bolivianas que el General Ovando proclamó como virtualmente exterminadas”.
De que habló esto si que no lo creyó nadie. No obstante saber nosotros su extraordinaria franqueza y su invariable honradez, hay que decir que él, en semejante circunstancia, si pudiera hablar y decir algo, no diría nada que pudiera agradarle al enemigo y que diría en cualquier circunstancia de esas con la mayor tranquilidad las cosas que más le puedan disgustar.
Pero el problema es que este señor dijo que había muerto al otro día a consecuencia de las heridas; dijo eso.
Altos oficiales también ratificaron esa misma versión. Después aparece el jefe de la división que operaba en aquella zona y dice “que el combate se libró en un cañadón llamado El Yuro en que los soldados lucharon valientemente casi cuerpo a distancia de no más de 50 metros”.
Y añadió Zenteno que “Guevara fue hallado vivo, pero gravemente herido, en un paso profundo”.
“Preguntando si Guevara dijo algo a sus captores Zenteno contradijo los afirmado por Ovando, pues respondió que Guevara no alcanzo a decir nada”.
Ovando dice que es capturado todavía con vida, aunque gravemente herido. Este dice lo mismo, pero el otro dijo que había dicho que era el Che y que había fracasado, y este dice que no dijo nada, ni una palabra.
Lógicamente, algunos días después, este mismo señor más adelante declara - parece que ya una vez puesta en evidencia la contradicción con su jefe- declara que sí, que estaba vivo y que dijo eso mismo que dijo Ovando.
Pero ambos declaran que estaba vivo
Naturalmente que, al parecer, no tenía ningún sentido decirlo, es decir, nada de lo que dicen es ni remotamente en detrimento de Che. Ellos mismos admiten su hombría, su valor. Quien sabe por qué este señor dice esta frase que no tiene mayor trascendencia.
Hubiera podido decir: “yo soy fulano de tal”, tal vez esa era una cosa muy propia de su carácter. ¿Y qué pueda haber dicho y que entendió este señor?
Pero el hecho que ambos coinciden en que estaba vivo.
Y estas declaraciones toman importancia, tomando en consideración toda una serie de hechos posteriores porque cuando empieza a surgir la versión de que se apoderaron de el gravemente herido, pero todavía con vida, y que entonces lo remataron, es decir que le hacen un disparo para rematarlo; es decir, ningún esfuerzo por atender las heridas, ningún esfuerzo por preservarle la vida. No hay ni rastro de que le hayan hecho ninguna cura y si una serie de indicios de que lo que hicieron fue rematarlo. Esto no obstante que, según los partes anteriores, siempre se hablaba de los soldados bolivianos heridos en los combates y curados por los revolucionarios y puestos en libertad.
Naturalmente ¿que otra cosa se puede esperar de un ejército mercenario, de jefes mercenarios de un gobierno mercenario?
Nadie puede asegurar, incluso, si habría podido resistir las heridas, porque las heridas tienen que haber sido muy graves: nadie podría decir que pudo haber sobrevivido a las heridas, pero lo que es incuestionable es que no hicieron el menor esfuerzo; lo que si hicieron al parecer, fue rematarlo.
¿Como han surgido las contradicciones? ahora se han puesto en evidencia una serie de cosas, porque han empezado a hacer declaraciones los médicos, los soldados que fueron heridos allí. Y así, por ejemplo, hay un cable llegado ayer que dice:
“En Valle Grande fue entrevistado el doctor Martínez Caso, uno de los dos médicos a quien se entregó el cadáver a su arribo a esa ciudad. Se le preguntó si le hicieron la autopsia: “No, hicimos un simple reconocimiento. Su muerte dataría de unas cinco horas atrás, porque todavía estaba caliente”, contestó el medico…”
Es decir, que si el cadáver llegó al hospital de Valle Grande a las 17 del día nueve, su muerte debió ocurrir alrededor del mediodía de esa misma fecha.
“… El médico añadió que el cuerpo presentaba siete heridas de bala, cinco de ellas en las piernas, una en la garganta y la restante en el pectoral, debajo de la tetilla izquierda; este proyectil le atravesó el corazón y el pulmón. “Esta herida es mortal”, agrego el doctor.
“Cuando se lo entregaron le dijeron que sería de un alto personaje, y esta opinión la basaban en las perfectas condiciones de los pies, porque daba la impresión de que no caminaba mucho. Y algunas cosas de esas”.
Es decir que le entregan el cadáver y el medico encuentra que la muerte se ha producido hace apenas unas horas, que todavía no hay rigidez en el cadáver.
Y es el hecho de que Ovando, los altos oficiales, el Coronel Zenteno, todos declaran que cuando se apoderaron de su cuerpo estaba vivo. Y los médicos dicen y todo el que sabe un poco de medicina dice que es imposible que nadie con una bala que le atraviesa el corazón pueda vivir mas allá de algunos minutos.
Es decir que aparece un balazo que le atraviesa directamente el corazón. Entonces es cuando han surgido todas unas series de sospechas y de suspicacias.
Aquí hay un cable de la Inter Press que dice:
“LA PAZ - Un cambio espectacular parece esperarse en las investigaciones de los observadores acerca de las circunstancias en que cayó en combate el domingo último Ernesto Che Guevara, tras las revelaciones del medico boliviano José Martínez, quien examinó el cadáver del revolucionario argentino por la tarde del lunes y anunció que el deceso se había verificado sólo cinco horas antes.
“Esta comprobación alimenta las conjeturas insistentemente expuestas por periodistas, destacados en los centros de operaciones antiguerrilleras en el sentido que Guevara recibía un “tiro de gracia”, luego de ser capturado con vida junto a otros dos guerrilleros. Las mismas dudas abrigan algunos voceros oficiales que sucedieron a la muerte del principal organizador del movimiento insurreccional.”
“A ellas se agrega en las últimas horas una nueva versión de los hechos aportada por una alta y reservada fuente militar, al señalar que la muerte de Guevara no fue provocada por las heridas recibidas durante el choque con el ejército en la Quebrada de El Yuro. Recién el lunes a la hora de 13.15 se habría extinguido el último resto de vida del jefe guerrillero en Higueras, adonde habría sido conducido cuando aun no había cesado el combate.
“El Che -según la misma fuente militar- fue herido en las piernas”.
Después viene una parte que da a entender, porque está mutilada… dice: “… Pero cuando una bala inutilizó su fusil”.
Es decir, me parece que este cable da a entender que después de herido siguió combatiendo, herido, con su fusil, hasta un momento en que inutilizan el arma. Esa posibilidad puede existir. El que siga combatiendo herido contra el enemigo no tiene nada de extraordinario. El que su fusil sea inutilizado en un combate les ha ocurrido a muchos combatientes.
Esta es la única actitud que asume
Dice: …Pero cuando una bala inutilizó su fusil M12 adaptado como subametralladora y fue apresado por los soldados junto a otros dos guerrilleros aparentemente también heridos, sometido a interrogatorio el lunes Guevara no respondió a ninguna pregunta…”
Esto que explica este cable es…si una una cosa de esas ocurre, los que lo conocemos bien sabemos que esto que dice este cable es la única actitud que asume.
Porque dice: “…No respondió a ninguna pregunta, mirando con indiferencia a sus captores”.
Dice: “Los otros dos guerrilleros también habrían sido ultimados el mismo día en Higueras”.
Es decir que esta agencia explica la versión de cómo es herido, como sigue combatiendo herido –porque es lo que da entender.
Aquí hay otro cable que dice:
“El doctor José Martínez Caso dijo en una entrevista que los balazos mortales fueron uno al corazón y otro a los pulmones, pero que cuando examinó el cadáver…” Es decir, la misma noticia.
Entonces esta agencia dice:
“Las declaraciones de Martínez coinciden con las de cuatro soldados heridos…”
Ah, aquí dice que, según el médico, los soldados le dijeron que cuando Guevara vio a los soldados avanzó hacia ellos y fue alcanzado por los balazos.
Dice: “Las declaraciones de Martínez coinciden con las de cuatro soldados heridos que tomaron parte en la batalla. Los cuatro dijeron que vieron a Guevara con vida después de la lucha. Uno de ellos, de apellido Taboada, quien afirmó, que estaba cerca del Che cuando fue balaceado, declaró explícitamente que Guevara fue herido en el combate y estaba con vida.”
Es decir, que han aparecido toda una serie de reiteradas afirmaciones que coinciden con las primeras versiones, que hablaban de que había sido hecho prisionero gravemente herido
Que lo hayan herido avanzando sobre los soldados es una cosa natural en él. Que hubiera seguido combatiendo herido es lógico en él.
Que solo lo pueden agarrar si está inconsciente o porque le destruyen el arma y no puede ni moverse en estado de gravedad, es la única circunstancia en que lo pueden capturar incluso con un aliento de vida. Que sí le hicieron alguna pregunta y miró con la más absoluta indiferencia, y más que indiferencia desprecio a sus captores, eso sí es todo lo que se aviene a su personalidad, o que hubiera muerto en combate.
No es fundamental si murió en el combate o si gravemente herido en el combate es después ultimado. Eso no es lo fundamental en sí, sino el hecho cierto de que se produzcan heridas mortales o casi mortales que lo conducen, en definitiva, de una forma o de otra, a la muerte.
El temor al CHE después de muerto
Pero alrededor de este hecho se ha suscitado ya una controversia seria, y esto explica en parte, solo en parte, las medidas ulteriores con el cadáver.
Entonces viene una serie de noticias.
El día once, dice: “El presidente de la República, general René Barrientos, declaró esta noche a United Press International que los restos mortales de Ernesto Che Guevara, sepultado anoche en un ignoto paraje de los Andes bolivianos, no serán traídos a La Paz ni serán exhibidos de nuevo.
“Una de las estupideces que he dicho –agregó el primer magistrado- es precisamente que el cadáver se iba a quedar en Bolivia”.
Porque parece –según por ahí apareció en un cable- que el Che en uno de los días en el diario dice que Barrientos es un estúpido. Y entonces este señor dice que una de las estupideces que dice es eso, haciendo alusión a eso.
Habla, el día once, de que fue sepultado el cadáver en un lugar desconocido.
Al otro día el día doce, aparece otro cable:
“Periodistas que dijeron haber entrevistado a Roberto Guevara, hermano de Ernesto, informaron que declaró que el general Alfredo Ovando, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, le anunció, que hoy fue incinerado el cadáver del revolucionario cubano-argentino”.
“La versión fue puesta en duda esta noche por fuentes oficiales del gobierno”.
“El presidente René Barrientos no sabía absolutamente nada de esto hasta, por lo menos, las cinco de la tarde de hoy” declaró un alto funcionario de la cancillería.
“Nos sorprendería mucho que ello fuese cierto –agregó la fuente- habría sido un medida dispuesta a última hora por las Fuerzas Armadas y de la que el propio presidente no estaba enterado lo que es difícil de creer”.
Empiezan a llegar todas estas noticias de que si fue enterrado, de que si lo desenterraron, de que si fue incinerado, de que si después le habían cortado una mano, que si el dedo; toda una serie de noticias, además de macabras, contradictorias.
Es lógico suponer que, entre otras cosas, puedan estar interesados en evitar que pueda ser comprobado el hecho del tiro de gracia; es decir, que el hecho del tiro de gracia les preocupe que puedan ponerse muy en evidencia en un examen minucioso con todos los detalles. Pero en mi opinión hay posiblemente algo que todavía ellos valoran más, y que debe ser la causa fundamental de todas estas cosas extrañas. Y es el temor al Che después de muerto; que no sólo le temían en vida, sino que aún después de muerto le siguen demostrando temor, y aun un temor mayor; es la idea que ellos mismos empezaron a relucir de desaparecer los restos para que no se convirtieran en un santuario.
Es posible que ellos, sabiéndose instintivamente condenados por la historia y habiendo logrado en una circunstancia accidental y en un golpe de suerte eliminarlo físicamente, tengan el temor de que, lógicamente, los restos del Che, el sitio donde estén enterrados, se convierta en un lugar de peregrinación, ahora o mañana o más tarde; el deseo de privar al movimiento revolucionario hasta de un símbolo, algo, un sitio, un punto; en dos palabras; el miedo al Che después de muerto.
En mi opinión, más que el escrúpulo de evitar que se sepa si dieron o no dieron el tiro de gracia, está prevaleciendo en toda esta conducta el deseo de hacer desaparecer los restos del Che: el temor a que pueda reclamarse su cadáver por los familiares, que sea enterrado en un sitio determinado y que se convierta –como ellos llaman: santuario- en un lugar de peregrinación de los revolucionarios. Esa es en mi opinión la razón fundamental de todas esas cosas.
Es decir, que estas son más o menos las impresiones que nosotros tenemos de los hechos como ocurrieron, la evaluación de las noticias, toda esa serie de hechos extraños y contradictorios que han ocurrido después.
Había algo que cuando hablábamos nosotros de esta información, esta convicción, considerábamos nuestro deber expresarla, independientemente de que un estado de incertidumbre pudiera ser útil al movimiento revolucionario –porque se nos planteaba como una cuestión moral, como una cuestión de principios, un deber ante el pueblo, un deber ante los revolucionarios en cualquier parte- a nuestro juicio quien puede salir beneficiado de que la incertidumbre y la duda se perpetúen indefinidamente, quien puede salir beneficiado de que ilusiones infundadas se creen en la masas, es únicamente el imperialismo.
Un ejemplo como el del CHE nada ni nadie lo puede eliminar jamás
No vamos a pensar nosotros que los títeres imperialistas de Bolivia, empeñados en aparecer como los servidores de vanguardia del imperialismo, estén interesados en que se dude de sus noticias. Es indiscutible que los títeres imperialistas en Bolivia están interesados en que se crea esa noticia, porque está dentro de su papel, dentro de su rol, dentro de sus aspiraciones, presentarse como títeres de vanguardia.
Pero para los imperialistas, que son muy sutiles, no debe caber la menor duda de que si después de eliminado físicamente el Che pudieran disipar todo el impacto de su conducta, de su ejemplo, de su consecuente y heroica línea revolucionaria y diluir ese ejemplo, ese impacto, ese hecho en el misterio, en la incertidumbre, en la ilusión, y que puedan transcurrir cinco años, diez años, quince años y veinte años y que su ejemplo quedara diluido en ese misterio, entre la duda y la esperanza –esperanza natural y esperanza lógica en todas las personas a quienes esa muerte resulte particularmente dolorosa, esperanza lógica en los simpatizantes, admiradores y en los revolucionarios de todo el mundo-, para el imperialismo, seguro de que se ha librado físicamente del Che, su mayor aspiración podría ser librarse también espiritualmente del Che, encontrar alguna forma sutil de diluir en una vana ilusión, que ningún hecho ulterior podrá comprobar y que si podría servir, en cambio, para especulaciones, juegos y rejuegos de noticias y de fantasiosos que empezaran a decir: “Lo vimos aquí”, “lo vimos allá”.
Cuando la fantasía se empeña en decir unas cosas u otras cosas, que después puede ser probado lo contrario, eso no nos preocupa. Durante mucho tiempo todo genero de elucubraciones y fantasías se esgrimieron, y todo género de versiones y de interpretaciones acerca de la ausencia del CHE; montones de todo tipo de groseras afirmaciones, indecentes calumnias. Nunca eso nos llegó a preocupar fundamentalmente, porque los hechos, las realidades, algún día echarían por tierra todas las teorías y todas las interpretaciones de los equivocados de buena o de mala fe.
No nos preocupaba. Pero sí nos tiene que preocupar el hecho de que se pueda suscitar una ilusión sobre una base falsa, que ningún hecho en la realidad podría contradecir, y que solo serviría para diluir en los años y en el más insondable de los misterios el impacto de uno de uno de los ejemplos más extraordinarios que se ha conocido en la historia, de lealtad a los principios revolucionarios, de integridad, de valor, de desprendimiento, de desinterés.
Porque los cantos de victoria de los imperialistas de que eso va a servir para desalentar la lucha revolucionaria, no tardarán en ser desmentidos por los hechos. Los imperialistas saben también la fuerza del ejemplo, la tremenda fuerza del impacto; y los imperialistas saben que si un hombre físicamente puede ser eliminado, ¡un ejemplo como ese nada ni nadie lo puede eliminar jamás!
Y ES LÓGICO QUE SE SIENTAN PROFUNDAMENTE PREOCUPADOS.
La vida del “CHE”, ha tenido la virtud incluso de impresionar y sembrar la admiración entre sus peores enemigos ideológicos.
Ha sido universal el reconocimiento a las virtudes del CHE por periódicos de todas las tendencias y todas las corrientes. Solo por excepción, entre cientos de opiniones, se puede encontrar alguna opinión grosera de algún malvado. Porque la vida del CHE ha tenido la virtud, incluso de impresionar y sembrar la admiración entre sus peores enemigos ideológicos.
Es un ejemplo casi único de como un hombre ha podido ganar el reconocimiento y el respeto de sus enemigos, de sus propios enemigos contra los que se enfrentó con las armas en la mano, de los que son enemigos ideológicos, y que han sido en cambio casi unánimes en expresar sentimientos de admiración y de respeto hacia el CHE.
Y es lógico que esto tenga que preocuparle al imperialismo.
Y no son pocos, como algunas personalidades políticas, los que han afirmado que Europa se asombró de toda la relevancia y toda la trascendencia que ha tenido la noticia sobre el CHE. Es como una especie de despertar a las realidades de estos tiempos.
Y nosotros creemos sinceramente y opinamos que, aunque el deber de decir la verdad esta por encima de que pueda convenir o no pueda convenir -y esa era nuestra actitud-, debemos expresarles a los revolucionarios cual es nuestra convicción, nuestra absoluta seguridad, nuestra evaluación de la noticia y, además, esté alerta para que no pueda el imperialismo utilizar la duda en su beneficio, para que no pueda el imperialismo utilizar la duda y llevar a la inacción, a la incertidumbre.
Porque incluso es posible que el hecho de que no exista en muchos revolucionarios la convicción, o exista la duda sobre la noticia, puede haberlos inhibido de expresarse, porque ningún revolucionario mientras tiene una esperanza acepta una noticia de esta índole. Y nosotros sabemos que los revolucionarios tienen confianza en la Revolución Cubana.
No se gana nada con mantener ilusiones falsas
Los revolucionarios tienen en todo el mundo una verdadera confianza en la palabra de la Revolución Cubana. Y nosotros hemos venido, una vez más, a hacer buena esa confianza, a hacer valedera esa fe que tienen en la honradez “autrance” de esta revolución. Y por amargo que resulte, por doloroso incluso cuando circunstancias como las que exponía se presentan de dudas entre familiares allegados, no tengamos vacilación en cumplir ese deber. Pero además, ¿qué sentido tendría para los revolucionarios mantener ilusiones falsas?
¿Qué se ganaría con ello? ¿Es acaso que los revolucionarios no debemos ser los más preparados para todas las circunstancias, para todas las vicisitudes, para todos los reveses incluso? ¿Es que acaso la historia de las revoluciones o de los pueblos revolucionarios se ha caracterizado por la ausencia de golpes duros? ¿Es que acaso los verdaderos revolucionarios no son los que se sobreponen a esos golpes, a esos reveses y no se desalientan? ¿Es que acaso no somos los revolucionarios precisamente los que pregonamos el valor de los principios morales, el valor del ejemplo? ¿Es que no somos acaso los revolucionarios los que creemos en la perdurabilidad de la obra de los hombres, de los principios de los hombres? ¿Es que no somos los revolucionarios los primeros que empezamos por reconocer lo efímero de la vida física de los hombres y lo perdurable y duradero de las ideas, la conducta y el ejemplo de los hombres, si ha sido el ejemplo el que ha inspirado y ha guiado a los pueblos a través de la historia?
No permitir que los enemigos de la revolución asuman la ofensiva ideológica y sicológica
Y así ocurrió siempre. Golpes más duros, durísimos golpes recibió nuestra revolución libertadora con la muerte de Martí y con la muerte de Maceo, y los recibieron muchos movimientos revolucionarios, y siempre se sobrepusieron a los reveses y a los golpes por duros que fuesen. ¿Quién podría negar lo que significa el golpe que es la muerte del CHE para el movimiento revolucionario, el no poder contar ahora con su experiencia, con su inspiración, con esa fuerza de su prestigio que imponía temor a los reaccionarios? Es un golpe fuerte, muy duro; pero, sin embargo, nosotros estamos seguros de que él era más que nadie un convencido de que la vida física de los hombres no es lo principal sino su conducta. Y solo así se explica, solo así encaja dentro de su personalidad y su acción ese desprecio absoluto por el peligro.
Y no debemos perder tiempo, ni permitir que los enemigos de la ideología, los enemigos de la revolución, asuman una ofensiva ideológica ni asuman una ofensiva sicológica para desalentar al movimiento revolucionario, sino que partiendo de la verdad y del reconocimiento de la verdad, y convirtiendo ese ejemplo en fuerza invencible, el movimiento revolucionario siga adelante, más firme y más decidido que nunca.
He cumplido con esta amarga tarea. No es tal vez un análisis absolutamente exhaustivo, pero baste decir que nosotros, analizando todo, absolutamente todo, todos nosotros, todos los dirigentes de la revolución, todos los que conocemos íntimamente la personalidad del CHE, todos hemos llegado de una manera unánime y sin la menor duda a esta misma conclusión que les he expresado.
Acuerdo del Consejo de Ministros
En el día de hoy se reunió el Consejo de Ministros y adoptó el siguiente acuerdo:
“Por cuanto: El heroico Comandante Ernesto Guevara murió combatiendo por la liberación de los pueblos de América al frente del Ejército de Liberación de Bolivia”.
“Por cuanto: El pueblo de Cuba recordará siempre los extraordinarios servicios que prestó el Comandante Ernesto Guevara, tanto en nuestra guerra liberadora, como en la consolidación y avance de nuestra Revolución”.
“Por cuanto: Su conducta encarna el sentimiento internacionalista que inspira la lucha solidaria de los pueblos”.
“Por cuanto: Su infatigable actividad revolucionaria, que no reconocía fronteras, su pensamiento comunista y su inquebrantable decisión de luchar hasta vencer o morir en favor de la liberación nacional y social de los pueblos del continente y contra el imperialismo, constituyen un ejemplo de convicción y heroísmo revolucionarios, que deberá perdurar imperecederamente”.
“Por cuanto: El Consejo de Ministros acuerda lo siguiente:
1º) Que durante treinta días a partir de este acuerdo, la bandera nacional se izará a media asta, y durante tres días, desde las doce de la noche de hoy, se suspenderán absolutamente todos los espectáculos públicos.
2º) Se declara como fecha de recordación nacional el día de su heroica caída en combate, quedando instituido a tal efecto el 8 de octubre como “Día del Guerrillero Heroico”.
3º) Se efectuarán cuantas actividades sean conducentes para perpetuar, en el recuerdo de las futuras generaciones, su vida y su ejemplo”.
Del Comité Central del Partido
A la vez, el Comité Central de nuestro Partido [ilegible].
1º) Crear una Comisión integrada por los comandantes Juan Almeida, Ramiro Valdés, Rogelio Acevedo y Alfonso Zayas, presidida por el primero de los mencionados compañeros, para orientar y dirigir todas las actividades encaminadas a perpetuar la memoria del Comandante Ernesto Guevara.
2º) Convocar al pueblo el próximo miércoles 18 de octubre a las 8 de la noche, para efectuar una velada solemne en la Plaza de la Revolución, a fin de rendir tributo al inolvidable y heroico luchador caído en combate”.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
por Fernando Martínez Heredia
Che: el Pensador, la Teoría, la Crítica y el Legado
23 junio 2013
Cubadebate
Ernesto Che Guevara
La obra de Ernesto Che Guevara es una de las cumbres de la
historia del pensamiento político cubano; al mismo tiempo, él fue uno de
los más prominentes entre los pensadores que participaron en el proceso
de universalización del socialismo y el marxismo que sucedió en el
siglo XX. Su actuación y su concepción constituyen una de esas expresiones supremas del radicalismo que existen siempre dentro de la compleja diversidad de componentes que contiene el campo de cada revolución. Fue un caso análogo al que constituyó José Martí respecto a la Revolución del 95, que pudiéramos sintetizar mencionando cinco rasgos principales de las ideas y la actuación martianas: el tipo de política insurreccional que promovió –que era a la vez el arma indispensable y la escuela para transformar a los participantes–, y la práctica que hizo de ella; su propuesta de convertir la independencia en una liberación nacional y de forjar una república nueva; el extraordinario y singular cuerpo de ideas que desarrolló, que entre otros aspectos contiene una interpretación pionera de comprensión y crítica del mundo moderno, y postula la necesidad de revolucionarlo desde la perspectiva de los que fueron colonizados; la consecuencia absoluta entre sus ideas y su conducta; y el alcance de los cuatro rasgos citados, que trascendió mucho a un mero enfrentamiento de las circunstancias en que actuó.
Expondré algunos aspectos seleccionados de la actuación y la concepción del Che que dan cuenta de ese papel descollante que tuvo en el pensamiento cubano, en la universalización del socialismo y el marxismo y en el radicalismo revolucionario. Su examen también puede sintetizarse en cinco rasgos, referidos al tipo de política que promovió y practicó, la propuesta que hizo, el extraordinario y singular cuerpo de ideas que desarrolló, la consecuencia absoluta entre sus ideas y su conducta, y el alcance superior de su actuación y su concepción respecto a sus circunstancias. Lo haré en forma más bien telegráfica y destinada a estimular el diálogo.
En el proceso de la insurrección y hasta su muerte durante la primera etapa de la Revolución en el poder –la que va de 1959 a inicios de los años setenta–, el Che compartió con Fidel la colosal aventura de la Revolución y lo siguió siempre, como el líder supremo del proceso y como un pensador radical excepcional. En el transcurso de aquellos años, Fidel debió asumir sobre todo las funciones de dirigente máximo y de educador popular, y el Che, que desempeñó un cúmulo de responsabilidades prácticas en numerosos terrenos, elaboró al mismo tiempo una obra teórica que es el más importante monumento intelectual de la Revolución, obra que ha resultado muy trascendente para la estrategia y el proyecto cubanos hasta el día de hoy, y que lo será en el futuro que alcanzo a pensar.
Las revoluciones son procesos complejos, que para triunfar deben subvertir y negar el orden vigente, demoler sus instituciones y desvalorizar sus símbolos; promover el carácter libertario e implantar disciplinas férreas, hacer de la unidad un valor superior, ser muy desafiantes y llegar a ser respetables, y construir un nuevo orden que reúne creaciones, adaptaciones, nuevas relaciones, instituciones, valores y costumbres, permanencias; en suma, un orden que combina promesa y administración, defensa y autocrítica, novedades y rutina. Si se estudia, se puede historiar el proceso, periodizarlo y hacer valoraciones sobre su curso. Alguna vez se ha propuesto el símil de un péndulo para mostrar el ciclo que suele caracterizar el curso y el mundo ideal de las revoluciones: primero, avances hasta un punto de máximo radicalismo; después, detenciones, retrocesos y estabilización. El péndulo, que había oscilado hasta un punto máximo hacia delante, hace giros cada vez menores y se va deteniendo al centro de la escena, pero el eje que lo sostiene se ha trasladado ya a un punto mucho más adelantado que el que ocupaba al inicio del ciclo. Martí y el Che habrían llevado el péndulo a su máximo punto de avance.
Aunque fueron hombres de acción que con ella colmaron sus vidas y llenaron sus épocas, y esa actuación y sus virtudes constituyen un tesoro moral y un ejemplo imperecederos, cuando volvemos –como hacemos hoy– sobre aquellos líderes radicales, lo principal que atendemos es a sus ideas y sus propuestas, porque en ellas reside lo fundamental de su trascendencia y de la utilidad que podemos obtener de ellos. Por cierto, el hecho de haber sido muy superiores a sus circunstancias les suele acarrear una posteridad inmediata sumamente difícil, precisamente porque resultan irreductibles a las concesiones y retrocesos que forman parte, junto a los avances, de la estabilización que se produce durante las posrevoluciones, mientras que su peso simbólico es enorme y se les identifica con la revolución.
La mundialización de su sistema ha sido un destino inevitable para el capitalismo, un tipo de dominación que es singular en la historia humana. Desde que ella comenzaba, el joven pensador alemán Carlos Marx les planteó a los anticapitalistas el requisito de la mundialización de la revolución para que esta pudiera tener posibilidades de vencer. La consigna final del Manifiesto Comunista no es una frase feliz: es una tesis. Pero el modo fundamental de ser de la mundialización capitalista ha consistido en las colonizaciones de la mayor parte del planeta, y, por otra parte, el ámbito de todas y cada una de las revoluciones sucedidas contra la dominación capitalista ha sido el nacional. Esas dos realidades han sido una gran fuente de tensiones, contradicciones y retos para las concepciones y las prácticas revolucionarias opuestas al dominio capitalista, y más de una vez han tenido inclusive consecuencias trágicas. El socialismo marxista ha vivido desde hace más de un siglo esos desafíos entre las ideas, los movimientos y las luchas que se han representado como prioritarios –o que han asumido en política– los antagonismos de clases sociales o la necesidad de liberar las naciones, o han hecho intentos diversos de combinar esos dos polos.
Otros dos condicionamientos que han marcado la historia del socialismo marxista han sido más graves. El primero y más general es el de la renuncia en muchas situaciones y casos a la pretensión de derrocar al capitalismo e implantar poderes socialistas, y la consecuente adecuación práctica a constituir solamente formas de oposición muy limitadas al sistema de dominación, que le resultan funcionales a este, o incluso a colaboraciones con ese sistema. El segundo, el curso de la experiencia que se inició con el triunfo de la Revolución de Octubre en Rusia y terminó en 1991, llena de eventos y procesos que no puedo tratar aquí. Apunto al menos que entre la segunda posguerra mundial y los años sesenta su impacto general era muy contradictorio. Por un lado, el inmenso prestigio ganado en aquella guerra, el ser para muchos la antítesis del capitalismo imperialista, genocida, guerrerista y sujeto de una crisis prolongada, y la conversión de la URSS en una enorme potencia, rival de Estados Unidos, el nuevo campeón único del campo capitalista. Por otro, la dictadura del grupo que en los años treinta liquidó la Revolución bolchevique, hasta mediados de los años cincuenta, y, desde entonces, tímidas y muy parciales reformas desde arriba. Y una política mundial creciente, pero sujeta al convenio de esferas de influencia de 1945 con el imperialismo, por lo que manipulaba a los movimientos y la ideología de su campo y se guiaba por la razón de Estado en vez de por el internacionalismo.
Ernesto Guevara se crió en un ambiente en que eran muy fuertes la contradicción entre las perspectivas nacional y social, los condicionamientos prácticos de origen internacional y los conflictos que todo esto generaba. El paso decisivo que dio junto a Fidel y sus compañeros hizo que su vida política transcurriera en un medio en que se logró una victoria extraordinaria frente a los grandes obstáculos de la mundialización de las revoluciones: la insurrección y el triunfo de la Revolución cubana, su plasmación como una revolución socialista de liberación nacional y el predominio dentro de ella del socialismo cubano.
El Che fue hijo de la ruptura y la destrucción del orden dominante en Cuba, que permitió movilizar y concientizar a escala permanente y profunda al pueblo, y que unidos poder revolucionario y pueblo se apoderaran del país, lo reorganizaran y repartieran la dignidad humana, las riquezas y las oportunidades a partir de los principios de la justicia social y la igualdad de derechos, base social del edificio político de la Revolución desde entonces hasta hoy. Un proceso que aprendió de inmediato a defenderse, derrotó a sus enemigos y se enfrentó victoriosamente a los intentos de Estados Unidos de acabar con la Revolución, que obtuvo la soberanía nacional plena y tuvo un pensamiento propio, y que se vio obligado a ser crítico y contradecir al tipo de socialismo establecido por el sistema de la URSS, el campo de países y organizaciones que lideraba y el llamado movimiento comunista internacional y la ideología teorizada que llamaban marxismo-leninismo.
Al mismo tiempo, la segunda gran ola revolucionaria del siglo XX se había extendido por el llamado Tercer Mundo y obtenido algunas grandes victorias, combatía en Viet Nam y en otros lugares; y transcurría en el marco de numerosos intentos de consolidar las independencias, lograr desarrollos económicos nacionales y coordinar posiciones en esos tres continentes, y en el de un rechazo virulento a las políticas imperialistas que fue compartido por sectores internos en varios de esos mismos países, los cuales aportaron, además de sus críticas y resistencias, novedades importantes en el campo de la vida social y las relaciones interpersonales. Esa ola también pretendió liberar al pensamiento revolucionario de sus ataduras, por lo que tuvo que incluir la crítica de gran parte de las posiciones y los instrumentos del socialismo existente.
Desde aquella coyuntura actuó y pensó Ernesto Che Guevara. Dadas la sólida argumentación y la densidad teóricas con que elaboró y presentó su concepción, elaboró la base de un cuerpo de pensamiento muy rico que todavía necesita, quizás, la mayor parte de su desarrollo, y, sin duda, la mayor parte de su experimentación práctica. La violentación de sus circunstancias en su teoría y en sus prácticas, el comunismo y el internacionalismo en su proyecto, y el socialismo de liberación nacional como vehículo de su actuación, son tres aspectos esenciales para comprender al Che.
DESCOLLANTE EN LA ACCIÓN Y EL PENSAMIENTO
Entre muchas cuestiones que podrían abordarse, quisiera destacar que Che comprende y expone que el radicalismo en la concepción teórica, la posición política y las nuevas creaciones de las personas y las relaciones sociales que él defiende y promueve, pertenecen a una nueva época. En ella les resulta factible a los revolucionarios irse por encima de las insuficiencias del despliegue del capitalismo en sus países, pero ya las revoluciones no pueden proponerse menos que el socialismo y la liberación nacional, conquistarlos en un único proceso, profundizar de manera sistemática en ambas direcciones, y ser internacionalistas. Esta no es una opción entre las adoptables, sino que es la opción, la única forma de evitar el retorno y la reproducción de la dominación capitalista sobre las personas y las sociedades, un destino inexorable que de no asumirse esa alternativa esperaría a la experiencia socialista al final de su camino. A la vez, Che plantea que esa concepción y esa posición práctica deben proveer la escuela imprescindible, el complejo y gigantesco proceso educacional permanente que irá forjando las liberaciones de las personas y las sociedades. Esto es lo que explica su urgencia, su tenacidad sin límites y su descomunal batalla intelectual.
El Che es uno de esos raros casos de una persona que es muy descollante al mismo tiempo en la acción y en el pensamiento. Es bueno recordar que Ernesto comenzó sintiéndose marxista cuando todavía no tenía experiencias políticas, en un ambiente en el que entre los que estaban en su caso predominaba la admiración por la URSS que había vencido a los nazis y por el socialismo y el marxismo de orientación soviética. Pero, ¿por qué este joven no se sumó a los seguidores ni se sujetó a aquella “línea”? Opino que varios factores lo ayudaron. Primero, la vastísima información y la contrastación de tendencias intelectuales y teorías que adquirió, mediante la lectura de una multitud de obras y el ejercicio de escribir sus comentarios a ellas, es decir, una posición activa de pensamiento y de preguntas pertrechada de copiosos estudios. Mientras que la mera asunción de la llamada cultura universal por estudiosos de nuestros países puede hacerlos desembocar en la condición de colonizados mentales, que en buena medida son extranjeros en su propia tierra, una actitud intelectual como la que asumió Ernesto suele ser una vacuna eficaz contra los dogmatismos y la dependencia.
Por otra parte, el joven Ernesto asumió un antimperialismo beligerante que nunca lo abandonará, y lo asoció acertadamente al anticapitalismo, un paso que puede parecer lógico, pero que era en realidad difícil en aquel tiempo, y aún hoy sigue siéndolo. Antes de ser capaz de compartir o enunciar tesis sobre esa cuestión, la resolvió con su praxis: se puso de parte de los humildes. Por el largo camino que recorrió entre Buenos Aires y Guatemala, a través de sus vivencias y sus reflexiones, fue transitando desde el ansia altruista de prestarles servicios a los desposeídos y desvalidos hasta el arduo reconocimiento de que era necesario asumir una posición política. De esa manera pudo identificar al imperialismo y las variantes del colonialismo como enemigos de los pueblos, y al capitalismo como la fuente de aquel sistema y de sus consecuencias de opresión, explotación y enajenación. Conocer ese desarrollo de Ernesto puede ser útil hoy, cuando muchas veces la preocupación por el mejoramiento humano –que es tan valiosa– no quiere o no ve la necesidad de pasar a la actuación política.
Esa posición de Ernesto lo apartó del eurocentrismo que caracterizaba al marxismo-leninismo, y de las formulaciones abstractas que priorizaban al llamado sistema socialista y a la “clase obrera” de los países industrializados como palancas de hipotéticos cambios que sucederían en un futuro indeterminado. Lo hizo inmune también al doloroso proceso de esterilización de su voluntad de entrega y sacrificio de por vida y sus abnegadas prácticas y resistencias, que sufrían tantos militantes. La revolución anticapitalista y antimperialista no estaba en el plan de aquel movimiento político, ni en el de su ideología teorizada. Por eso, lo decisivo fue que Ernesto buscó por el continente una causa revolucionaria a la cual entregarle todo su ser, no solo el pensamiento, hasta que la encontró.
En la etapa que siguió desde que se incorporó a la organización fidelista en México hasta el triunfo de la Revolución, lo fundamental fue la experiencia práctica. Cuando un periodista le pregunta en la Sierra, en febrero de 1958, si él era marxista desde antes de venir a Cuba, el Che le responde que en la guerra él ha tenido que olvidar todo lo que aprendió antes. Es decir, ha sabido desaprender, como un instrumento más de su desarrollo personal. Pero no ha abominado de la teoría, ni la abandonará nunca.
Como otras grandes personalidades, Che comparte diferentes inclinaciones. La vida y las prioridades asumidas le acotan sus campos de labor, pero sus propensiones más fuertes permanecen, reaparecen cada vez que pueden o marcan con su impronta los modos de aproximarse a los problemas y tratarlos. Su vocación teórica es muy poderosa. Ella le ayudará a exigirle su sentido a los hechos, las conductas y los problemas, a ser analítico y problematizar; es decir, a utilizar el único modo de buscar lo cierto, lo esencial y los caminos. Le dará contenidos más trascendentes a su decisión de entregarse a la actuación social y política revolucionaria, le brindará instrumentos para evaluar y para inscribir lo contingente y los eventos en una totalidad de los procesos de liberación social y humana, y trabajar con ellos en el taller de los conceptos y las teorías. El ejercicio permanente de esa vocación le aportará al Che una mayor capacidad para prever y hacer proyectos, para exponer sus ideas y para conducir a sus compañeros. Y por último, pero no menos importante, formará una mente capaz de inquirir, dudar, preguntar, desconfiar, derribar las prisiones de los lugares comunes, lo establecido, la reproducción de lo existente y lo que se considera posible, y atreverse a crear y ser original. En una palabra, ejercer la ciencia más difícil: la de la revolución.
PENSAMIENTO ABIERTO Y PODEROSO
Su elocuencia sencilla y ajena a la estridencia, su lenguaje claro, son los vehículos del pensamiento abierto y poderoso de este hombre que jamás olvida los fosos profundos mediante los que las sociedades de dominación han separado a los que cultivan el intelecto de la masa enorme de la gente común, la gente de abajo. Él siempre es uno con ellos, y ellos lo premian con su devoción, pero al mismo tiempo advierten la densidad de pensamiento que está siempre detrás de la calma decidida con que el Che aborda las cuestiones cotidianas y los grandes desafíos. La huella de la teoría, unas veces expresa y otras no, lo acompañó a lo largo de su vida.
El Che estuvo produciendo teoría marxista a partir del triunfo de 1959, desde puntos de partida que son los naturales para un revolucionario: el análisis de la política, la economía, las ideologías y las teorías, sus contenidos, sus métodos e instrumentos, sus condicionamientos y los conflictos en que participan. Eso hace conveniente aclarar que buena parte de sus proposiciones y su posición teóricas se encuentran precisamente en el conjunto de sus productos escritos y orales, y allí hay que buscarlos. A la vez, el Che estudiaba textos teóricos y los comentaba, y hacía exposiciones propias directamente teóricas. Estudiando unas y otras fuentes podremos encontrar al Che pensador y al filósofo.
Este hombre que se sabía histórico y estuvo tan consciente del papel que desempeñaba y de lo que debía hacer, se puso un límite en cuanto pensador: su entrega a las tareas prácticas y a la causa; y otro en cuanto a la libre exposición de su ideas: sus compromisos como dirigente revolucionario. Pero supo comprender –y este es un aspecto más de su grandeza– que a la Revolución cubana le era indispensable elaborar un pensamiento creador y eficaz, y que esa debía ser una de sus dimensiones importantes, y logró desplegar una actividad intelectual ejemplar al servicio de esa tarea. Che fue elaborando una concepción suya dentro del marxismo, cumplió los requisitos de ese tipo de trabajo y avanzó en el desarrollo de ella hasta donde la vida se lo permitió.
No emplearé tiempo en referirme al contenido de su concepción teórica, que desde hace más de veinticinco años he tratado de exponer en extenso; estoy seguro de que será manejada y debatida en el curso de este coloquio. Solo quiero afirmar que esa concepción, que hoy puede parecerles improcedente a muchos, nos muestra precisamente su carácter trascendente con su capacidad de servir como instrumento para comprender las circunstancias actuales y plantearse conductas y estrategias ante ellas, y para enfrentar el formidable desarme ideológico al que han sido sometidos los pueblos en las últimas décadas.
Por entender que es uno de los aspectos de su legado que puede ser muy útil para Cuba y para la América Latina en la actualidad, voy a referirme a su crítica al socialismo que llamaban “realmente existente”, crítica que evolucionó y se hizo cada vez más dura y fundamentada. Al hacerla, el Che no olvidó en ningún momento su responsabilidad como dirigente cubano. Para situarnos mejor ante su crítica, es preciso tener en cuenta la existencia de dos formas de socialismo en Cuba, que se iniciaron desde la tercera década del siglo XX y han tenido una historia de contradicciones y conflictos, y también de coexistencias y colaboraciones. Esas dos formas son el socialismo proveniente del movimiento comunista internacional y el socialismo cubano.
El movimiento revolucionario insurreccional contra la dictadura dirigido por Fidel –en el cual el Che se incorpora desde los días de México– tuvo que abocarse en la práctica a la victoria para que el socialismo seguidor del movimiento comunista internacional lo admitiera como una opción política decisiva. El carácter de la revolución –una noción que entonces era muy manejada por la izquierda– estuvo determinado por la praxis organizada y consciente de los revolucionarios, y no fue consecuencia de características de la estructura económica del país. Por eso pudo ser una revolución socialista de liberación nacional la que triunfó en 1959. Esos dos choques con los principios de la teoría-ideología del socialismo guiado por la Unión Soviética y el movimiento comunista de su campo pronto fueron seguidos por otros. Se fue haciendo obvio que este evento trascendental por haber sido inconcebible y por su increíble alcance, que conquistó la liberación nacional y social del país, estableció un poder popular fortísimo, enfrentó con éxito a sus enemigos y sus obstáculos y produjo colosales transformaciones de las personas, las relaciones y las instituciones, constituía, además, una herejía dentro del campo de las experiencias y las ideas socialistas.
En octubre de 1963, al planear un seminario de profundización sobre el Sistema Presupuestario de Financiamiento para los cuadros del Ministerio de Industrias, Che orienta relacionar y comparar los sistemas de dirección con la estimulación al trabajo y con la centralización. Comenta que hay que estudiar las relaciones entre el sistema de dirección y los problemas económicos y las concepciones de los países socialistas. Encerrarse en una “falsa concepción de la ley del valor”, dice, les hizo perder contacto con el mundo exterior. La productividad mundial dejó atrás a los países socialistas que, a diferencia de la USSS, dependían del comercio exterior.
En una reunión posterior analizan la norma soviética de premiar o castigar a las empresas si cumplen o no el plan. Se produce una lucha continua entre los aparatos centrales y las empresas, dice el Che, porque estas buscan tener metas menores para sobrecumplir fácilmente o arriesgar menos un incumplimiento; su éxito consiste en obtener mayores premios. “Se está estableciendo entre el aparato central y la empresa una contradicción que no es socialista, una contradicción que atenta contra el desarrollo de la conciencia”. Los dirigentes de empresas socialistas se van convirtiendo así en expertos en engañar al Estado, deformándose como individuos, y ante el obrero, la imagen del buen dirigente es la del que “sabe” organizar para “sobrecumplir” siempre. De ese modo, el sistema se va apartando de sus objetivos y la gente se va separando de aquellos que debían ser capaces de dirigirlos. El Che aprovecha para exponer con vigor las cualidades que debe tener un director de empresa.
En julio de 1964, Che comenta con sus compañeros: “cuando el cálculo económico llega, como debe llegar, a un callejón sin salida, conduce por la lógica de los hechos a tratar de resolverlo por el mismo sistema, aumentar el estímulo material, la dedicación de la gente específicamente a su interés material y por ahí al libre fuero de la Ley del Valor. Y por ahí al surgimiento en cierta manera de categorías estrictamente capitalistas”. Denuncia de manera categórica la apelación a tomar “como arma para luchar contra el capitalismo, las armas del capitalismo”. La autogestión intenta valorar al hombre por lo que rinde, dice, pero el capitalismo es el que sabe hacer eso perfectamente. Las motivaciones de “la sociedad donde la filosofía es la lucha del hombre contra el hombre, de los grupos contra los grupos y la anarquía de la producción” no podrán ser despertadas y utilizadas eficazmente para servir a una sociedad cuya base era el poder socialista. Esta exige control riguroso, control conciente, “la colaboración entre todos los participantes como miembros de una gran empresa (el conjunto de la economía), en vez de ser lobitos entre sí dentro de la construcción del socialismo”.
Opina que en vez de ir al fondo de los problemas, la práctica y el pensamiento de estos socialistas se deja llevar a la seguridad aparente de acudir a lo ya probado, reforzar el mercado, sus mecanismos y el estímulo material individual. Las reformas pueden relucir como “descubrimientos” que remediarían la falta de motivaciones suficientes en los actores económicos y lograrían la subordinación de la producción para el consumo a las demandas de sus consumidores, relacionar la rentabilidad con la venta del producto, etcétera. Esos experimentos y ensayos de política económica son, sin embargo, remedos de lo que el capitalismo hace eficazmente, porque lo universaliza y porque corresponde a las relaciones fundamentales de su sistema. Che cree firmemente que el socialismo no puede emplear los métodos capitalistas para resolver hipotéticamente sus problemas económicos a nivel de base, y mucho menos extrapolarlos a escala de la sociedad, porque todo eso contradice lo esencial de su sistema. “El único problema que hay es que cuando eso se traslada de una fábrica a todo el conjunto de la sociedad, se crea la anarquía de la producción y viene la crisis, y después tiene que venir el socialismo de nuevo”.
La última frase retrata al Che teórico revolucionario: existe una lógica de las sociedades, cuyo conocimiento debemos al propio marxismo; si la olvidamos, pagaremos un precio muy caro. Pero el socialismo no es un régimen determinado por el libre juego de las fuerzas económicas: después, tiene que venir el socialismo de nuevo. Es decir, tendrá que imponerse la acción conciente y organizada de los revolucionarios para recuperar el socialismo.
ESPÍRITU CRÍTICO Y EJERCICIO DEL CRITERIO
El Che insiste en desbaratar la imputación que se hace a sus ideas de mantener un desprecio “idealista” por el interés material, un simplismo que busca devaluarlas y rehuir la discusión. Nadie en sus cabales desconoce la fuerza y el arraigo del interés material, instalado a lo largo de la historia de las sociedades de dominación y multiplicado y refuncionalizado por el capitalismo. La elección está entre utilizarlo llana y acríticamente –aunque se pueda declarar o lamentar que sea nocivo–, o utilizarlo como un mal necesario, sin depender de él. Ser creativo desde la situación concreta e inevitable, y organizar un proceso de erradicación paulatina de los comportamientos económicos egoístas e individualistas. Ir forjando otro mundo de actuaciones y valores mediante una red de instrumentos diversos, económicos, sociales, políticos, legales, administrativos.
El Che aprendió –al mismo tiempo– a reflexionar sobre los problemas, la circunstancia en curso, las decisiones y la actuación inmediata; sobre los métodos, la organización y los fines mediatos; y a teorizar acerca de los asuntos fundamentales. La formidable experiencia práctica que realizó al frente de más de doscientos mil trabajadores industriales en esos primeros años sesenta ha sido sometida al olvido. Recuperar el conocimiento de su extraordinaria riqueza contribuiría a aumentar nuestras capacidades actuales. Y permitiría conocer al Che de los cómo, que es tan grande como el Che de los hechos históricos y las ideas expresadas en frases rotundas.
En aquel ámbito que tuvo como centro a Ernesto Che Guevara regía el principio de que la creación de otra realidad desde la existente, sin la cual no hay revolución socialista, tiene que incluir el espíritu crítico y el ejercicio del criterio, el fomento de la independencia y la capacidad de pensar y valorar con cabeza propia. Che estimulaba estas cualidades de manera sistemática. En el aspecto que estoy abordando, es impresionante la profundidad y el alcance del análisis teórico logrado, en medio de la tormenta de la Revolución, un avance que permitía una verdadera autonomía del pensamiento, salvado de no ver los graves peligros de la copia y el seguidismo, y no apto para conocer las deficiencias del socialismo existente y evitar o enfrentar la colonización mental, la apologética y la rutina.
El despliegue simultáneo de su concepción y de la profundización de la Revolución cubana lo llevan a hacer más general y más adversa su crítica del socialismo existente. Rechaza la noción tan repetida de que existe un sistema socialista mundial, porque los países del campo del socialismo también tienen desarrollos desiguales, como los del mundo capitalista: “…la práctica ha planteado el problema de contradicciones insalvables; de índole ideológica a veces, tienen siempre una base material, económica. De allí las posiciones que toman la URSS, China, Rumanía o Cuba, en problemas aparentemente desligados de la economía.” Al examinar conflictos bilaterales entre países del campo socialista, afirma que en la realidad “se dan fenómenos de expansión, de cambio no equivalente, de competencia, hasta cierto punto de explotación y ciertamente de sojuzgamiento de los Estados débiles por los fuertes”. Tacha al CAME de “olla de grillos” y plantea que los precios y la calidad de muchos artículos que venden los socialistas de Europa a los demás serían inaceptables en el mercado internacional capitalista. Reconoce que en este campo y en el de los créditos, la política de la URSS y China es más consecuente con el internacionalismo. Pero aclara que los precios fijos sostenidos a productos de países socialistas menos desarrollados, en el mejor caso, mitigan el intercambio desigual, pero no lo anulan.
No existe una confrontación planetaria principal entre el capitalismo y las supuestas tres fuerzas revolucionarias, como repiten las declaraciones del socialismo “realmente existente”, que las relacionan por orden de importancia: primera, el llamado sistema socialista mundial; segunda, la “clase obrera” de los países capitalistas desarrollados; y tercera, las luchas por la independencia y la democracia nacional en las “jóvenes” naciones del Tercer Mundo. La razón de Estado y los intereses económicos de cada país socialista, las esferas de influencia pactadas, la estrategia de potencias son la regla y la conducta usual. De la unión entre proletarios a escala mundial que preconizan las declaraciones dice el Che: “Falso de toda falsedad. No hay punto de contacto entre las masas proletarias de los países imperialistas y los dependientes; todo contribuye a separarlos y crear antagonismos entre ellos (…) el oportunismo ha ganado una inmensa capa de la clase obrera de los países imperialistas…” Sobre las revoluciones: “También es falso que el proletariado (…) sea el que cumpla el papel dirigente en la lucha de liberación, en la mayoría de los países semicoloniales”. Ya no se puede admitir la idea de que la burguesía nacional sea un factor progresivo en las luchas revolucionarias: “La lucha contra la burguesía es condición indispensable de la lucha de liberación, si se quiere arribar a un final irreversiblemente exitoso.”
También rechaza la consigna de la “crisis general del capitalismo”, supuesta teoría que deben acatar los partidarios del socialismo. No estamos en la “tercera etapa”; en realidad, dice, el imperialismo no agoniza: “ni siquiera ha aprovechado al máximo sus posibilidades en el momento actual y tiene una gran vitalidad (…) La tendencia es a invertir capitales propios en el aprovechamiento de las materias primas o en la industria ligera de los países dependientes”. La aguda competencia “provoca una incesante marea de innovaciones técnicas…”
Los jóvenes de hoy no han escuchado nada del “sistema socialista mundial”, “las tres fuerzas revolucionarias” o la “crisis general del capitalismo”, y seguramente sonríen al escuchar su explicación. Pero en aquel tiempo estaban entre los principales dogmas que debían admitirse como artículos de fe y esgrimirse para entender las cosas más importantes, acallar todo criterio diferente y “vencer en la lucha ideológica”. El Che y los que como él escogían actuar como revolucionarios en aquella época debían salir de esas prisiones y pensar con cabeza propia. Recordar hoy la falta total de asideros en la realidad que tenían aquellas consignas seudocientíficas es una lección contra la tendencia a admitir ser gobernados por frases vacías.
MADUREZ DE LA CONCEPCIÓN TEÓRICA DEL CHE
En los primeros meses de 1965 la madurez de la concepción teórica de Ernesto Che Guevara se hace evidente en El socialismo y el hombre en Cuba, uno de los textos fundamentales de la historia del socialismo en América Latina. Pero enseguida comenzará la última fase de su vida, en la que vuelve a dedicarse a la acción armada, ahora como dirigente internacionalista cubano que intenta contribuir al desarrollo de las revoluciones de liberación. Y ahora emprende también una tarea intelectual que considera indispensable: la necesidad de llegar a conclusiones sobre el socialismo realmente existente, asunto crucial para todos en el mundo, y la de ofrecer una alternativa revolucionaria desde las ideas de los pensadores de los países que han sufrido o sufren el colonialismo y el neocolonialismo, que quieren pelear por la liberación total de las naciones y de las personas, y por el avance de la revolución mundial.
“Es un grito dado desde el subdesarrollo”, escribe en “La Necesidad de este libro”, breve introducción a los Apuntes críticos a la Economía Política, un texto que contiene planteamientos trascendentales. Se refiere a El capital, de Carlos Marx, a las nuevas situaciones de la época imperialista, los aportes extraordinarios de Lenin y la detención ulterior del desarrollo de la teoría marxista. Enseguida expone las razones por las cuales hace la crítica de la Economía Política:
Creemos importante la tarea porque la investigación marxista en el campo de la economía está marchando por peligrosos derroteros. Al dogmatismo intransigente de la época de Stalin ha sucedido un pragmatismo inconsistente. Y, lo que es trágico, esto no se refiere sólo a un campo determinado de la ciencia; sucede en todos los aspectos de la vida de los pueblos socialistas, creando perturbaciones ya enormemente dañinas, pero cuyos resultados finales son incalculables (…) Nuestra tesis es que los cambios producidos a raíz de la NEP han calado tan hondo en la vida de la URSS que han marcado con su signo toda esta etapa. Y sus resultados son desalentadores: la superestructura capitalista fue influenciando cada vez en forma más marcada las relaciones de producción, y los conflictos provocados por la hibridación que significó la NEP se están resolviendo hoy a favor de la superestructura. Se está regresando al capitalismo.
Che confía en que muchos podrán sentirse atraídos por este “intento de retomar la buena senda”. A ellos se dirige el libro, “y también a la multitud de estudiantes cubanos que tienen que pasar por el doloroso proceso de aprender ‘verdades eternas’ en las publicaciones que vienen, sobre todo, de la URSS, y observar como nuestra actitud y los repetidos planteamientos de nuestros dirigentes se dan de patadas con lo que leen en los textos”.
Un largo camino había recorrido Ernesto Guevara en una década. La revolución había sido su maestra. En la guerra y desde el poder revolucionario se desarrolló su estatura como combatiente, dirigente y pensador, y ahora él –como reclamara Lenin sesenta años antes– debía, en justo pago, enseñarle algo a la revolución. Y lo logró. La aventura socialista de un pequeño país aislado producía un pensamiento capaz de continuar el trabajo excepcional mediante el cual Marx había encontrado ideas capaces de subvertir el control de las ideas de la sociedad por la clase dominante. Che escribió: “nosotros aportamos nuestro modesto granito de arena”. Y a los compañeros cercanos más estudiosos les pidió componer un “manual” cubano. Pensó seguramente que los que compartían su posición continuarían la campaña de difusión de las actitudes y las ideas más revolucionarias que con tanto ardor y sistematicidad él llevó a cabo en su última etapa en Cuba.
El acierto y el alcance de los planteamientos del Che acerca de la esencia y el destino del socialismo realmente existente solo se comprobaron veinticinco años después. Pero cuando hacia el final del siglo XX pareció que todo lo logrado por la humanidad se perdería, incluso la esperanza, el Che regresó. Celebramos ese regreso, que evidencia la resistencia de los pueblos y el valor permanente de las ideas y del ejemplo. Sin embargo, el pensamiento del Che ha seguido encontrando escollos y ha tenido que ir ganando espacios paulatinamente. Ese pensamiento es uno de los lugares principales de los combates actuales.
Fidel reconstruye último combate del Che en prólogo al Diario en Bolivia
8 Octubre 2012
Cubadebate
"Pudieran estar también interesados en que este Diario no se conociera nunca. Los seudorrevolucionarios, oportunistas y charlatanes de toda laya, que autoconceptuándose marxistas, comunistas y otros títulos por el estilo, no han vacilado en calificar al Che de equivocado, aventurero, y cuando más begnignamente, idealista, cuya muerte es el canto de cisne de la lucha armada revolucionaria en América Latina. “¡Si el Che -exclaman-, máximo exponente de esas ideas y experimentado guerrillero, fue muerto en las guerrillas y su movimiento no liberó a Bolivia, eso demuestra cuán equivocado estaba…!” ¡Cuántos de estos miserables se habrán alegrado de la muerte del Che, sin sonrojarse siquiera de pensar que sus posiciones y razonamientos coinciden por entero con los de los oligarcas más reaccionarios y el imperialismo!"
"De este modo se justifican a sí mismos, o justifican a dirigentes traidores que en determinado momento no vacilaron en jugar a la lucha armada con el verdadero propósito -según se pudo ver luego- de destruir a los destacamentos guerrilleros, frenar la acción revolucionaria e imponer sus vergonzosas y ridículas componendas políticas, porque eran absolutamente incapaces de ninguna otra línea; o a los que no quieren combatir, ni combatirán jamás, por el pueblo y su liberación y han caricaturizado las ideas revolucionarias haciendo de ellas opio dogmático sin contenido ni mensaje a las masas, y convertido las organizaciones de lucha del pueblo en instrumentos de conciliación con los explotadores internos y externos, y propugnadoras de políticas que no tienen nada que ver con los intereses reales de los pueblos explotados en este continente." Fidel Castro
"Pudieran estar también interesados en que este Diario no se conociera nunca. Los seudorrevolucionarios, oportunistas y charlatanes de toda laya, que autoconceptuándose marxistas, comunistas y otros títulos por el estilo, no han vacilado en calificar al Che de equivocado, aventurero, y cuando más begnignamente, idealista, cuya muerte es el canto de cisne de la lucha armada revolucionaria en América Latina. “¡Si el Che -exclaman-, máximo exponente de esas ideas y experimentado guerrillero, fue muerto en las guerrillas y su movimiento no liberó a Bolivia, eso demuestra cuán equivocado estaba…!” ¡Cuántos de estos miserables se habrán alegrado de la muerte del Che, sin sonrojarse siquiera de pensar que sus posiciones y razonamientos coinciden por entero con los de los oligarcas más reaccionarios y el imperialismo!"
"De este modo se justifican a sí mismos, o justifican a dirigentes traidores que en determinado momento no vacilaron en jugar a la lucha armada con el verdadero propósito -según se pudo ver luego- de destruir a los destacamentos guerrilleros, frenar la acción revolucionaria e imponer sus vergonzosas y ridículas componendas políticas, porque eran absolutamente incapaces de ninguna otra línea; o a los que no quieren combatir, ni combatirán jamás, por el pueblo y su liberación y han caricaturizado las ideas revolucionarias haciendo de ellas opio dogmático sin contenido ni mensaje a las masas, y convertido las organizaciones de lucha del pueblo en instrumentos de conciliación con los explotadores internos y externos, y propugnadoras de políticas que no tienen nada que ver con los intereses reales de los pueblos explotados en este continente." Fidel Castro
Prólogo de Fidel al Diario del Che en Bolivia
Una introducción necesaria
Era costumbre del Che en su vida guerrillera anotar cuidadosamente en un Diario personal sus observaciones de cada día. En las largas marchas por terrenos abruptos y difíciles, en medio de los bosques húmedos, cuando las filas de los hombres, siempre encorvados por el peso de las mochilas, las municiones y las armas, se detenían un instante a descansar, o la columna recibía la orden de alto para acampar al final de fatigosa jornada, se veía al Che -como cariñosamente lo bautizaron desde el principio los cubanos- extraer una pequeña libreta y con su letra menuda y casi ilegible de médico, escribir sus notas.
Lo que pudo conservar de esos apuntes le sirvió luego para escribir sus magníficas narraciones históricas de la guerra revolucionaria en Cuba, llenas de contenido revolucionario, pedagógico y humano.
Esta vez, gracias a aquel invariable hábito suyo de ir anotando los principales hechos de cada día, podemos disponer de una información pormenorizada, rigurosamente exacta e inapreciable de aquellos heroicos meses finales de su vida en Bolivia.
Esas anotaciones, no escritas propiamente para la publicación, le servían como instrumento de trabajo para la evaluación constante de los hechos, las situaciones y los hombres, a la vez que daban cauce a las expresiones, de su espíritu profundamente observador, analítico, y muchas veces matizado de fino humorismo. Están sobriamente redactadas y poseen ininterrumpida coherencia desde el principio hasta el fin.
Téngase en cuenta que fueron escritas en los ratos escasísimos de descanso, en medio de épico y sobrehumano esfuerzo físico y de sus agotadoras obligaciones como jefe de un destacamento guerrillero en la difícil etapa de los comienzos de una lucha de esta naturaleza, que se desenvolvía en condiciones materiales increíblemente duras, lo que revela una vez más su estilo de trabajo y su voluntad de hierro.
En este Diario, al analizar en detalle los incidentes de cada día, se hacen constar faltas, críticas y recriminaciones que son propias e inevitables en el desarrollo de una guerrilla revolucionaria.
En el seno de un destacamento guerrillero esas críticas se tienen que producir incesantemente, sobre todo en la etapa en que está constituido sólo por un pequeño núcleo, enfrentados a condiciones materiales sumamente adversas y a un enemigo infinitamente superior en número, cuando el menor descuido o la más insignificante falta pueden resultar fatales y el jefe debe ser exhaustivamente exigente, a la vez que utilizar cada hecho o episodio, por insignificante que parezca, para educar a los combatientes y futuros cuadros de los nuevos destacamentos guerrilleros.
El proceso de formación de la guerrilla es un incesante llamado a la conciencia y al honor de cada hombre. El Che sabía tocar las fibras más sensibles de los revolucionarios. Cuando Marcos, reiteradamente amonestado por el Che, fue advertido de que podía ser expulsado deshonrosamente de la guerrilla, respondió:
“¡Antes fusilado!” Más adelante dio su vida heroicamente. Similar fue el comportamiento de todos los hombres en los que puso su confianza y a los cuales se vio en la necesidad de amonestar por alguna u otra causa en el transcurso de la lucha. Jefe fraternal y humano sabía también ser exigente y en ocasiones severo; pero lo era en primer lugar y en mayor grado que con los demás, consigo mismo. Che basaba la disciplina en la conciencia moral del guerrillero y en la fuerza tremenda de su propio ejemplo.
El Diario contiene también numerosas referencias a Debray y evidencian la enorme preocupación que suscitó en el Che el arresto y encarcelamiento del escritor revolucionario a quien había encomendado una misión en Europa, aunque en el fondo habría deseado que aquél permaneciera en la guerrilla. Por eso manifiesta cierta inconformidad, y en ocasiones algunas dudas, sobre su comportamiento.
Che no tuvo posibilidad de conocer la odisea vivida por Debray en las garras de los cuerpos represivos y la actitud firme y valerosa mantenida por este ante sus captores y torturadores.
Destacó, sin embargo, la enorme importancia política del proceso, y, el 3 de octubre, seis días antes de su muerte, en medio de amargos y tensos sucesos, consigna: “Se escuchó una entrevista de Debray muy valiente frente a un estudiante provocador”, siendo ésta su última referencia al escritor.
Como en este Diario la Revolución Cubana y sus relaciones con el movimiento guerrillero aparecen reiteradamente señaladas, algunos pudieran interpretar que su publicación por nuestra parte constituye un acto de provocación que dará argumentos a los enemigos de la Revolución y a los imperialistas yanquis y sus aliados, los oligarcas de América Latina, para redoblar sus planes de bloqueo, aislamiento y agresión a Cuba.
A los que así juzgan los hechos, es bueno recordarles que el imperialismo yanqui no ha necesitado nunca de pretextos para perpetrar sus fechorías en cualquier lugar del mundo y que sus esfuerzos para aplastar la Revolución Cubana se iniciaron desde la primera ley revolucionaria promulgada en nuestro país, por el obvio y conocido hecho de que ese imperialismo es el gendarme de la reacción mundial, promotor sistemático de la contrarrevolución y protector de las estructuras sociales más retrógadas e inhumanas que subsisten en el mundo.
La solidaridad con el movimiento revolucionario puede ser tomada como pretexto, pero nunca será la causa de las agresiones yanquis. Negar la solidaridad para negar el pretexto es ridícula política de avestruz, que nada tiene que ver con el carácter internacionalista de las revoluciones sociales contemporáneas. Dejar de solidarizarse con el movimiento revolucionario no es negarle un pretexto sino solidarizarse de hecho con el imperialismo yanqui y su política de dominio y esclavización del mundo.
Cuba es un pequeño país de economía subdesarrollada, como todos los que fueron durante siglos dominados y explotados por el colonialismo y el imperialismo, situada sólo a 90 millas de las costas de Estados Unidos, con una base naval yanqui en su propio territorio, que se enfrenta a numerosos obstáculos por llevar a cabo su desarrollo económico-social. Grandes peligros se han cernido sobre nuestra Patria desde el triunfo de la Revolución, pero no por ello conseguirá el imperialismo doblegarla, sin que deban importarnos las dificultades que una línea revolucionaria consecuente pueda conllevar.
Desde el punto de vista revolucionario la publicación del Diario del Che en Bolivia no admite alternativa. El Diario del Che quedó en poder de Barrientos, que de inmediato entregó copia a la CIA, al Pentágono y al gobierno de Estados Unidos. Periodistas allegados a la CIA tuvieron acceso al documento en la propia Bolivia y sacaron copias fotostáticas del mismo, aunque con el compromiso de abstenerse, por el momento, de publicarlo.
El gobierno de Barrientos y los más altos jefes militares tienen sobradas razones para no publicar el Diario, donde se puede constatar la inmensa incapacidad de su ejército y las incontables derrotas que sufrieron en manos de un puñado de guerrilleros decididos que en unas pocas semanas le arrebató en combate cerca de doscientas armas.
Che describe además a Barrientos y su régimen en los términos a que es acreedor con palabras que no podrán borrarse de la historia.
Por otro lado, el imperialismo tenía también sus razones: Che y su ejemplo extraordinario cobran fuerza cada vez mayor en el mundo. Sus ideas, su retrato, su nombre, son banderas de lucha contra las injusticias entre los oprimidos y los explotados y suscitan interés apasionado entre los estudiantes y los intelectuales de todo el mundo.
En los propios Estados Unidos el movimiento negro y los estudiantes progresistas, que son cada vez más numerosos, han convertido en algo suyo la figura del Che. En las manifestaciones más combativas por los derechos civiles y contra la agresión a Vietnam, sus retratos son esgrimidos como emblemas de lucha. Pocas veces en la historia, o tal vez nunca, una figura, un nombre, un ejemplo, se han universalizado con tal celeridad y apasionante fuerza. Es que el Che encarna en su forma más pura y desinteresada el espíritu internacionalista que caracteriza al mundo de hoy y cada vez al de mañana.
De un continente oprimido ayer por las potencias coloniales, explotado hoy y mantenido en el retraso y en el subdesarrollo más inicuo por el imperialismo yanqui, surge esa singular figura que se convierte en aliento universal de lucha revolucionaria hasta en las propias metrópolis imperialistas y colonialistas.
Los imperialistas yanquis temen la fuerza de ese ejemplo y todo lo que pueda contribuir a divulgarlo. Es el valor intrínseco del Diario, expresión viva de una personalidad extraordinaria, lección guerrillera escrita al calor y la tensión de cada día, pólvora inflamable, demostración real de que el hombre latinoamericano no es impotente frente a los esclavizadores de pueblos y sus ejércitos mercenarios, lo que les ha impedido hasta hoy darlo a la publicidad.
Pudieran estar también interesados en que este Diario no se conociera nunca. Los seudorrevolucionarios, oportunistas y charlatanes de toda laya, que autoconceptuándose marxistas, comunistas y otros títulos por el estilo, no han vacilado en calificar al Che de equivocado, aventurero, y cuando más begnignamente, idealista, cuya muerte es el canto de cisne de la lucha armada revolucionaria en América Latina. “¡Si el Che -exclaman-, máximo exponente de esas ideas y experimentado guerrillero, fue muerto en las guerrillas y su movimiento no liberó a Bolivia, eso demuestra cuán equivocado estaba…!” ¡Cuántos de estos miserables se habrán alegrado de la muerte del Che, sin sonrojarse siquiera de pensar que sus posiciones y razonamientos coinciden por entero con los de los oligarcas más reaccionarios y el imperialismo!
De este modo se justifican a sí mismos, o justifican a dirigentes traidores que en determinado momento no vacilaron en jugar a la lucha armada con el verdadero propósito -según se pudo ver luego- de destruir a los destacamentos guerrilleros, frenar la acción revolucionaria e imponer sus vergonzosas y ridículas componendas políticas, porque eran absolutamente incapaces de ninguna otra línea; o a los que no quieren combatir, ni combatirán jamás, por el pueblo y su liberación y han caricaturizado las ideas revolucionarias haciendo de ellas opio dogmático sin contenido ni mensaje a las masas, y convertido las organizaciones de lucha del pueblo en instrumentos de conciliación con los explotadores internos y externos, y propugnadoras de políticas que no tienen nada que ver con los intereses reales de los pueblos explotados en este continente.
Che contemplaba su muerte como algo natural y probable en el proceso y se esforzó en recalcar, muy especialmente en sus últimos documentos, que esa eventualidad no impediría la marcha inevitable de la revolución en América Latina. En su mensaje a la Tricontinental reiteró ese pensamiento: “Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo… En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ese, nuestro grito de guerra, haya llegado hasta un oído receptivo y otra mano se tienda para empuñar nuestras armas”.
Se consideró a sí mismo soldado de esa revolución, sin preocuparle en absoluto sobrevivir a ella. Los que ven en el desenlace de su lucha en Bolivia el fracaso de sus ideas, con el mismo simplismo pudieran negar la validez de las ideas y las luchas de todos los grandes precursores y pensadores revolucionarios, incluidos los fundadores del marxismo, que no pudieron culminar la obra y contemplar en vida los frutos de sus nobles esfuerzos.
En Cuba, ni la muerte en combate de Martí y de Maceo, a las que siguió más tarde la intervención yanqui cuando finalizaba la Guerra de Independencia, frustrando en lo inmediato el objetivo de sus luchas, ni la de brillantes propugnadores de la revolución socialista como Julio Antonio Mella, asesinado por agentes al servicio del imperialismo, pudieron impedir a la larga el triunfo de un proceso que comenzó hace cien años, y nadie en absoluto podría poner en duda la profunda justeza de la causa y la línea de lucha de aquellos próceres, ni la vigencia de sus ideas esenciales que inspiraron siempre a los revolucionarios cubanos.
En el Diario del Che se pueden apreciar cuán reales eran sus posibilidades de éxito y cuán extraordinario el poder catalizador de la guerrilla, como él consigna en sus apuntes. En cierta ocasión, ante los evidentes síntomas de debilidad y rápido deterioro del régimen boliviano, expresó: “El gobierno se desintegra rápidamente, lástima no tener cien hombres más en este momento”.
Che conocía por su experiencia en Cuba cuántas veces nuestro pequeño destacamento guerrillero estuvo a punto de ser exterminado. Pudo ocurrir así en dependencia casi absoluta de los azares e imponderables de la guerra, mas, tal eventualidad, ¿habría dado a nadie el derecho a considerar errónea nuestra línea y tomarla además como ejemplo para desalentar a la revolución e inculcar en los pueblos la impotencia? ¡Muchas veces en la historia los procesos revolucionarios estuvieron precedidos de episodios adversos! Nosotros en Cuba, ¿no tuvimos acaso la experiencia del Moncada apenas seis años antes del triunfo definitivo de la lucha armada del pueblo?
Para muchos, entre el 26 de julio de 1953, ataque al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba, y el 2 de diciembre de 1956, desembarco del “Granma”, la lucha revolucionaria en Cuba frente a un ejército moderno y bien armado carecía de toda perspectiva y la acción de un puñado de luchadores era vista como quimera de idealistas e ilusos “que estaban profundamente equivocados”. La derrota aplastante y la dispersión total del inexperto destacamento guerrillero el 5 de diciembre de 1956 pareció confirmar por entero los pesimistas augurios… Pero, sólo 25 meses después, los restos de aquella guerrilla habían desarrollado ya la fuerza y experiencia necesarias para aniquilar aquel ejército.
Para no luchar habrá siempre sobrados pretextos en todas las épocas y en todas las circunstancias, pero será el único camino de no obtener jamás la libertad. El Che no sobrevivió a sus ideas, pero supo fecundarlas con su sangre. Con toda seguridad sus críticos seudorrevolucionarios, con su cobardía política y su eterna falta de acción, sobrevivirán a la evidencia de su propia estupidez.
Es notable, como se verá en el Diario, que uno de esos especímenes revolucionarios que ya van siendo típicos en América Latina, Mario Monje, esgrimiendo el título de Secretario del Partido Comunista de Bolivia, pretendió discutirle al Che la jefatura política y militar del movimiento. Y puesto que alegó, además, el propósito de renunciar previamente para ello a su cargo partidista, a su juicio, por lo visto, le bastaba el título de haberlo sido para reclamar tal prerrogativa.
Mario Monje, por supuesto, no tenía ninguna experiencia guerrillera ni había librado jamás un combate, sin que por otro lado su autoconceptuación de comunista lo obligase siquiera a prescindir del grosero y mundano chovinismo que ya habían logrado superar los próceres que lucharon por la primera independencia.
Con semejante concepto de lo que debe ser la lucha antimperialista en este continente, tales “jefes comunistas” no han rebasado siquiera el nivel internacionalista de las tribus aborígenes que sojuzgaron los colonizadores europeos en la época de la conquista.
Así, el jefe del Partido Comunista de un país que se llama Bolivia, y su capital histórica, Sucre, en honor de sus primeros libertadores que eran venezolanos uno y otro, que tuvo la posibilidad de contar para la definitiva liberación de su pueblo con la cooperación del talento político, organizador y militar de un verdadero titán revolucionario, cuya causa por demás no se limitaba a las fronteras estrechas, artificiales e incluso injustas de ese país, no hizo otra cosa que entrar en vergonzosos, ridículos e inmerecidos reclamos de mando.
Bolivia, por no tener salida al mar necesita más que ningún otro país, para su propia liberación, sin tener que exponerse a un atroz bloqueo, del triunfo revolucionario de los vecinos. Che era, además, por su prestigio enorme, su capacidad y su experiencia, el hombre que habría podido acelerar ese proceso.
Che había establecido relaciones con dirigentes y militantes del Partido Comunista boliviano, desde antes de producirse en el mismo la escisión, recabando de ellos la ayuda para el movimiento revolucionario en América del Sur. Algunos de esos militantes, autorizados por el Partido, trabajaron con él durante años en diversas tareas. Al producirse la escisión en dicho Partido, se creó una situación especial puesto que varios militantes de los que habían estado trabajando con él quedaron ubicados en uno u otro grupo. Pero Che no concebía la lucha en Bolivia como un hecho aislado sino como parte de un movimiento revolucionario de liberación que no tardaría en extenderse a otros países de América del Sur. Era su propósito organizar un movimiento sin espíritu sectario, para que a él se incorporasen todos los que quisieran luchar por la liberación de Bolivia y demás pueblos sojuzgados por el imperialismo en América Latina. Pero en la fase inicial de preparación de la base guerrillera venía dependiendo fundamentalmente de la ayuda de un grupo de valiosos y discretos colaboradores que al producirse la escisión habían permanecido en el Partido de Monje. Fue por deferencia con ellos que invitó, en primer término, a éste, a visitar su campamento, aunque ciertamente no experimentaba hacia él ninguna simpatía. Después invitó a Moisés Guevara, líder minero y político que se había separado de aquel Partido para cooperar en la formación de otra organización, y que luego también se había marginado de ella inconforme con Oscar Zamora, otro Monje que hacía algún tiempo se había comprometido con el Che a trabajar en la organización de la lucha armada guerrillera en Bolivia, rehuyendo después los compromisos y cruzándose cobardemente de brazos a la hora de la acción, para convertirse con posterioridad a su muerte en uno de sus más venenosos críticos, en nombre del “marxismo-leninismo”. Moisés Guevara se unió sin vacilación al Che, como le había ofrecido desde mucho antes de que éste llegara a Bolivia, le brindó su apoyo y entregó su vida heroicamente a la causa revolucionaria.
Otro tanto hizo el grupo de guerrilleros bolivianos que había permanecido hasta entonces en la organización de Monje. Dirigidos por Inti y Coco Peredo, que después demostraron ser valerosos y destacados combatientes, se apartaron de aquél y respaldaron decididamente al Che. Pero Monje, no satisfecho del resultado, se dedicó a sabotear el movimiento, interceptando en La Paz a militantes comunistas bien entrenados que iban a unirse a las guerrillas. Estos hechos demuestran cómo existen en las filas revolucionarias hombres bien dotados de todas las condiciones necesarias para la lucha, cuyo desarrollo es criminalmente frustrado por dirigentes incapaces, charlatanes y maniobreros.
Che fue hombre al que nunca le interesaron personalmente cargos, mandos ni honores, pero estaba firmemente convencido de que en la lucha revolucionara guerrillera -fundamental forma de acción para la liberación de los pueblos de América Latina, partiendo de la situación económica, política y social de casi todos los países latinoamericanos- el mando militar y político de la guerrilla debía estar unificado y que la lucha sólo podía ser dirigida desde la guerrilla y no desde cómodas y burocráticas oficinas urbanas. Y en este punto no estaba dispuesto a transigir, ni a entregarle a un inexperto seso-hueco de estrechas miras chovinistas el mando de un núcleo guerrillero destinado a desenvolver en su ulterior desarrollo una lucha de amplia dimensión en América del Sur. Che consideraba que ese chovinismo, que muchas veces infecta a los propios elementos revolucionarios de los diversos países de América Latina, debía ser combatido como un sentimiento reaccionario ridículo y estéril. “Que se desarrolle un verdadero internacionalismo proletario -dijo en su mensaje a la Tricontinental-… la bandera bajo la que se luche sea la causa sagrada de la redención de la humanidad, de tal modo que morir bajo las enseñas de Vietnam, de Venezuela, de Guatemala, de Laos, de Guinea, de Colombia, de Bolivia…, para citar sólo los escenarios actuales de la lucha armada, sea igualmente gloriosa y deseable para un americano, un asiático, un africano, y aún, un europeo. Cada gota de sangre derramada en un territorio bajo cuya bandera no se ha nacido, es experiencia que recoge quien sobrevive para aplicarla luego a la lucha por la liberación de su lugar de origen. Y cada pueblo que se libere es una fase de la batalla por la liberación del propio pueblo que se ha ganado”.
Che pensaba igualmente que en el destacamento guerrillero participasen combatientes de distintos países latinoamericanos y que la guerrilla en Bolivia fuese escuela de revolucionarios que harían su aprendizaje en los combates. A su lado quiso tener para ayudarlo en esa tarea, junto a los bolivianos, un pequeño núcleo de guerrilleros con experiencia, que habían sido casi todos compañeros suyos en la Sierra Maestra, durante la lucha revolucionaria en Cuba, cuya capacidad, valor y espíritu de sacrificio conocía. De esos hombres ninguno vaciló en responder a su solicitud, ninguno lo abandonó y ninguno se rindió.
Che actuó en su campaña de Bolivia con el tesón, la maestría, el estoicismo y la ejemplar actitud que eran proverbiales en él. Puede decirse que impregnado de la importancia de la misión que se había asignado a sí mismo, procedió en todo instante con un espíritu de responsabilidad irreprochable. En aquellas ocasiones en que la guerrilla cometía algún descuido, se apresuraba en advertirlo y enmendarlo, consignándolo en su Diario.
Factores adversos se combinaron increíblemente en su contra. La separación -que debía ser por unos breves días- de una parte de la guerrilla, donde se encontraba un grupo valioso de hombres, algunos de ellos enfermos o convalecientes, al perderse el contacto entre ambos en un terreno sumamente accidentado, se prolongó durante interminables meses, que ocuparon el esfuerzo de Che en su búsqueda. En ese período el asma -una dolencia que solía dominar fácilmente con sencillos medicamentos, pero que faltando éstos se convertía para él en un terrible enemigo- lo atacó despiadadamente, deviniendo esto en un problema serio por el hecho de que las medicinas que previsoriamente había acumulado para la guerrilla fueron descubiertas y ocupadas por el enemigo. Este hecho, unido al aniquilamiento a fines de agosto de la parte de la guerrilla con la que había perdido el contacto, fueron factores que gravitaron considerablemente en el desarrollo de los acontecimientos. Pero Che, con voluntad de acero, se sobrepuso al malestar físico y en ningún instante su acción aminoró, ni decayó su ánimo.
Fueron numerosos sus contactos con los campesinos bolivianos. El carácter de éstos, sumamente desconfiados y cautelosos, no podía sorprender al Che, que conocía perfectamente bien su mentalidad por haberlos tratado en otras ocasiones, y sabía que para ganarlos a su causa se requería una labor prolongada, ardua y paciente, pero no albergaba ninguna duda de que a la larga lo obtendría.
Si se sigue con cuidado el hilo de los acontecimientos se verá que aun cuando el número de hombres con que contaba en el mes de septiembre, algunas semanas antes de su muerte, era muy reducido, todavía la guerrilla mantenía su capacidad de desarrollo y algunos cuadros bolivianos, como los hermanos Inti y Coco Peredo, se iban ya destacando con magníficas perspectivas de jefes. Fue la emboscada de Higueras, única acción exitosa del ejército contra el destacamento que mandaba el Che, matándole la vanguardia e hiriéndole varios hombres más en pleno día, cuando se trasladaban a una zona campesina de mayor desarrollo político -objetivo este que no aparece consignado en el Diario, pero que se sabe por los sobrevivientes-, lo que les creó una situación insuperable. Ese avance de día por la misma ruta que venían siguiendo durante varias jornadas en inevitablemente amplio contacto con los moradores de aquella zona que cruzaban por primera vez, y la obvia certeza de que el ejército debería interceptarlos en algún punto, era sin duda peligroso. Pero el Che, plenamente consciente de esto, decidió correr el riesgo para ayudar al médico que venía en muy mal estado físico.
El día anterior a la emboscada, escribe: “Llegamos a Pujio, pero allí había gente que nos había visto abajo el día anterior, vale decir: estamos siendo previstos por Radio Bemba…” “El caminar en mulo se hace peligroso, pero trato que el médico vaya lo mejor posible pues viene muy débil”.
Al día siguiente escribió: “A las 13 salió la vanguardia para tratar de llegar a Jagüey y allí tomar una decisión sobre las mulas y el médico”. Es decir, buscaba una solución para el enfermo, a fin de abandonar aquella ruta y tomar las precauciones necesarias. Pero aquella misma tarde, antes de que la vanguardia llegara a Jagüey se produjo la fatal emboscada que llevó al destacamento a una situación insostenible.
Días después, cercado en la quebrada del Yuro, libró su último combate.
Impresiona profundamente la proeza realizada por este puñado de revolucionarios. La sola lucha contra la naturaleza hostil en que desenvolvían su acción constituye una insuperable página de heroísmo. Nunca en la historia un número tan reducido de hombres emprendió una tarea tan gigantesca. La fe y la convicción absoluta en que la inmensa capacidad revolucionaria de los pueblos de América Latina podía ser despertada, la confianza en sí mismo y la decisión con que se entregaron a ese objetivo, nos da la justa dimensión de estos hombres.
Che dijo un día a los guerrilleros en Bolivia: “Este tipo de lucha nos da la oportunidad de convertirnos en revolucionarios, el escalón más alto de la especie humana, pero también nos permite graduarnos de hombres; los que no puedan alcanzar ninguno de estos dos estadíos deben decirlo y dejar la lucha”.
Los que con él lucharon hasta el final se hicieron acreedores a estos honrosos calificativos. Ellos simbolizan el tipo de revolucionarios y de hombres a quienes la historia en esta hora convoca para una tarea verdaderamente dura y difícil: la transformación revolucionaria de América Latina.
El enemigo que enfrentaron los próceres de la primera lucha por la independencia, era un poder colonial decadente. Los revolucionarios de hoy tienen por enemigo al baluarte más poderoso del campo imperialista, equipado con la técnica y la industria más moderna. Ese enemigo no sólo organizó y equipó de nuevo un ejército en Bolivia, donde el pueblo había destruido la anterior fuerza militar represiva y le brindó inmediatamente el auxilio de sus armas y asistentes militares para la lucha contra la guerrilla, sino que brinda su aporte militar y técnico en la misma medida a todas las fuerzas represivas de este continente. Y cuando no bastan esas medidas, interviene directamente con sus tropas, como hizo en Santo Domingo.
Para luchar contra ese enemigo se requiere el tipo de revolucionarios y de hombres de que habló el Che. Sin ese tipo de revolucionarios y de hombres, dispuestos a hacer lo que ellos hicieron; sin el ánimo de enfrentarse a enormes obstáculos que ellos tuvieron; sin la decisión de morir que a ellos los acompañó en todo instante; sin la convicción profunda de la justicia de su causa y la fe inconmovible en la fuerza invencible de los pueblos que ellos albergaron, frente a un poder como el imperialismo yanqui, cuyos recursos militares, técnicos y económicos, se hacen sentir en todo el mundo, la liberación de los pueblos de este continente no sería alcanzada.
El propio pueblo norteamericano, que empieza a tomar conciencia de que la monstruosa superestructura política que rige su país no es ya hace mucho rato la idílica república burguesa que sus fundadores establecieron hace casi doscientos años, está sufriendo en un grado cada vez más alto la barbarie moral de un sistema irracional, enajenante, deshumanizado y brutal, que cobra en el pueblo norteamericano cada vez más víctimas de sus guerras agresivas, sus crímenes políticos, sus aberraciones raciales, su mezquina jerarquización del ser humano y el repugnante derroche de recursos económicos, científicos y humanos de su desmesurado aparato militar, reaccionario y represivo, en medio de un mundo en sus tres cuartas partes subdesarrollado y hambriento.
Pero sólo la transformación revolucionaria de América Latina permitiría al pueblo de Estados Unidos ajustar sus propias cuentas con ese mismo imperialismo, a la vez que en la misma medida la lucha creciente del pueblo norteamericano contra la política imperialista podría convertirlo en aliado decisivo del movimiento revolucionario en América Latina.
Y si esta parte del hemisferio no sufre una profunda transformación revolucionaria, la enorme diferencia y desequilibrio que se produjo a principios de este siglo entre la pujante nación que se industrializaba rápidamente, al mismo paso que marchaba por la propia ley de su dinámica social y económica hacia cumbres imperiales, y el haz de países débiles y estancados, sometidos a la coyunda de oligarquías feudales y sus ejércitos reaccionarios, en el balcanizado resto del continente americano, será apenas un pálido reflejo no ya del enorme desnivel actual en la economía, en la ciencia y en la técnica, sino del espantoso desequilibrio que, a pasos cada vez más acelerados, en veinte años más, la superestructura imperialista impondrá a los pueblos de América Latina.
Por ese camino estamos llamados a ser cada vez más pobres, más débiles, más dependientes y más esclavos de ese imperialismo. Esta sombría perspectiva afecta en grado igual a los pueblos subdesarrollados de <199>frica y Asia.
Si las naciones industrializadas e instruidas de Europa, con su Mercado Común y sus instituciones científicas supranacionales, se inquietan ante las posibilidades de quedarse rezagadas y contemplan con temor la perspectiva de convertirse en colonias económicas del imperialismo yanqui, ¿qué le depara el futuro a los pueblos de América Latina?
Si frente al cuadro de esta situación real e incuestionable, que decisivamente afecta al destino de nuestros pueblos, algún liberal o reformista burgués, o seudorrevolucionario charlatán, incapaz de la acción, tiene una respuesta que no sea una profunda y urgente transformación revolucionaria que pueda hacer acopio de todas las fuerzas morales, materiales y humanas de esta parte del mundo y lanzarlas hacia adelante, para recuperar el atraso económico y científico-técnico de siglos, cada vez mayor, con el mundo industrializado, del que somos tributarios y lo seremos cada vez más, y en especial de Estados Unidos; y además de la fórmula, el camino mágico de llevarla a cabo, diferente a la concebida por el Che, que barra oligarquías, déspotas, politicastros, es decir: criados, y a monopolios yanquis, es decir: amos, y lo haga con toda la urgencia que las circunstancias requieren, que levante entonces la mano para impugnar al Che.
Como realmente ninguno tiene respuesta honrada ni acción consecuente que implique una esperanza real a los casi 300 millones de seres humanos que componen la población de América Latina, desoladoramente pobres en su abrumadora mayoría, que serán 600 millones a la vuelta de 25 años, y que tienen derecho a la vida material, la cultura y la civilización, entonces lo más decoroso sería el silencio ante el gesto del Che y los que con él cayeron defendiendo sus ideas con coraje, porque la hazaña que este puñado de hombres realizó, guiados por el noble ideal de redimir un continente, quedará como la prueba más alta de lo que pueden la voluntad, el heroísmo y la grandeza humanas. Ejemplo que iluminará las conciencias y presidirá la lucha de los pueblos de América Latina, porque el grito heroico del Che llegará hasta el oído receptivo de los pobres y explotados por los que él dio su vida, y muchos brazos se tenderán para empuñar las armas y conquistar su definitiva liberación.
El 7 de octubre escribió el Che sus últimas líneas. Al día siguiente, a las 13 horas, en una estrecha quebrada donde se proponía esperar la noche para romper el cerco, una numerosa tropa enemiga hizo contacto con ellos. El reducido grupo de hombres que componían en esa fecha el destacamento, combatió heroicamente hasta el anochecer desde posiciones individuales ubicadas en el lecho de la quebrada y en los bordes superiores de la misma contra la masa de soldados que los rodeaban y atacaban. No hay ningún sobreviviente de los que combatieron en las posiciones más próximas al Che. Como junto a él estaban el médico, cuyo grave estado de salud se ha señalado antes y un guerrillero peruano también en muy malas condiciones físicas, todo parece indicar que el Che hizo el máximo para proteger la retirada a lugar más seguro, de esos compañeros, hasta caer herido. El médico no fue muerto en ese mismo combate, sino varios días más tarde, en un punto no distante de la quebrada del Yuro. Lo abrupto del terreno rocoso e irregular hacía muy difícil y a veces imposible el contacto visual de los guerrilleros entre sí. Los que defendían la posición por la otra entrada de la quebrada a varios cientos de metros del Che, entre ellos Inti Peredo, resistieron el ataque hasta el oscurecer en que lograron despegarse del enemigo y dirigirse hacia el punto previamente acordado de concentración.
Se ha podido precisar que el Che estuvo combatiendo herido hasta que el cañón de su fusil M-2 fue destruido por un disparo, inutilizándolo totalmente. La pistola que portaba estaba sin “magazine”. Estas increíbles circunstancias explican que lo hubiesen podido capturar vivo. Las heridas de las piernas le impedían caminar sin ayuda, pero no eran mortales.
Trasladado al pueblo de Higueras permaneció con vida alrededor de 24 horas. Se negó a discutir una sola palabra con sus captores, y un oficial embriagado que intentó vejarlo recibió una bofetada en pleno rostro.
Reunidos en La Paz, Barrientos, Ovando y otros altos jefes militares, tomaron fríamente la decisión de asesinarlo. Son conocidos los detalles de la forma en que procedieron a cumplir el alevoso acuerdo en la escuela del pueblo de Higueras. El mayor Miguel Ayoroa y el coronel Andrés Selnich, rangers entrenados por los yanquis, instruyeron al sub-oficial Mario Terán para que procediera al asesinato. Cuando éste, completamente embriagado, penetró en el recinto, Che -que había escuchado los disparos con que acababan de ultimar a un guerrillero boliviano y otro peruano- viendo que el verdugo vacilaba le dijo con entereza: “¡Dispare! ¡No tenga miedo!” Éste se retiró, y de nuevo fue necesario que los superiores Ayoroa y Selnich le repitieran la orden, que procedió a cumplir, disparándole de la cintura hacia abajo una ráfaga del metralleta. Ya había sido dada la versión de que el Che había muerto varias horas después del combate y por eso los ejecutores tenían instrucciones de no disparar sobre el pecho ni la cabeza, para no producir heridas fulminantes. Esto prolongó cruelmente la agonía del Che, hasta que un sargento -también ebrio- con un disparo de pistola en el costado izquierdo lo remató. Tal proceder contrasta brutalmente con el respeto del Che, sin un sola excepción, hacia la vida de los numerosos oficiales y soldados del ejército boliviano que hizo prisioneros.
Las horas finales de su existencia en poder de sus despreciables enemigos tienen que haber sido muy amargas para él; pero ningún hombre mejor preparado que el Che para enfrentarse a semejante prueba.
La forma en que llegó a nuestras manos este Diario no puede ser ahora divulgada; baste decir que fue sin mediar remuneración económica alguna. Contiene todas las notas que escribió desde el 7 de noviembre de 1966, día en que el Che llegó a Ñancahuazú, hasta el 7 de octubre de 1967, vísperas del combate de la quebrada del Yuro. Faltan sólo unas pocas páginas que no han llegado todavía a nuestro poder, pero que por corresponder a fechas en que no tuvieron lugar hechos de importancia, no altera en absoluto el contenido del mismo.
Aunque el documento por sí mismo no ofrecía la menor duda acerca de su autenticidad, todas las copias fotostáticas fueron sometidas a un riguroso examen a fin de comprobar no sólo dicha autenticidad sino incluso cualquier posible alteración, por pequeña que fuese. Los datos fueron además cotejados con el Diario de unos de los guerrilleros sobrevivientes, coincidiendo ambos documentos en todos los aspectos. El testimonio pormenorizado de los demás guerrilleros sobrevivientes que fueron testigos de cada uno de los acontecimientos, contribuyó asimismo a la comprobación. Se llegó a la más absoluta certeza de que todas las fotografías eran copia fiel del Diario del Che.
Constituyó una fatigosa tarea desentrañar la letra pequeña y difícil de la escritura, lo que se realizó con la participación laboriosa de su compañera Aleida March de Guevara.
El Diario será publicado en forma aproximadamente simultánea en: Francia, por Editorial Francois Maspero; Italia, Editorial Feltrinelli; RFA, Trikont Verlag; EUA, Revista Ramparts; Francia, en español, Ediciones Ruedo Ibérico; Chile, Revista Punto Final; México, Editorial Siglo XXI; y en otros países.
¡Hasta la victoria siempre!
Fidel Castro
Publicado en el Semanario "Voces" el 8 de Octubre de 2012
Los 8 de octubre... ¡cuánta tristeza!
Pando, 8 de octubre de 1969
8 de 0ctubre del 2012
por Jorge Zabalza
Aquél domingo por la
mañana acompañamos a Helios Sarthou en su última marcha. Una compañera, amiga
de mi infancia minuana, se acercó adonde estábamos con Veronika y nos confió una
vieja cassette. “Acá están los disparates
de Huidobro cuando clausuraron Radio Panamericana. Tal vez les sirva para algo”
nos dijo y siguió caminando. El luto de la jornada la invitó a entregarnos lo
que había grabado dieciocho años antes. Otro compañero limpió en lo que pudo la
grabación y la pasó a un CD y ahora les transcribo segmentos que parecen interesantes.
A las cinco de la mañana fueron las amenazas y los empujones que anticiparon lo sangrienta que sería la represión a las cinco de la tarde de ese 24 de agosto de 1994. La gente que había pasado la noche en la esquina del Hospital Filtro se vió obligada a retirarse hasta Bulevar Artigas: eran muchísimos coraceros para tan pocos militantes. Casi enseguida llegaron Helios, Guillermo Chifflet, Sergio Previtali y Hugo Cores, los diputados de la dignidad. Habían oído la voz de alarma dada por CX 44 y CX 36. La muchedumbre concentrada en Jacinto Vera fue creciendo hasta ser miles al mediodía, momento en que la Mesa Política del Frente Amplio vino a saludar y respaldar el reclamo de asilo político para los tres ciudadanos vascos que, en una sala del hospital, hacían huelga de hambre seca en protesta por la decisión de extraditarlos.
A media mañana, Eleuterio Fernández se adueñó de los micrófonos de “la 44” para “garantizar” el contenido político de la transmisión. Con la voz de Leo Masliah entonando “soy un jodedor, soy un jodedor” como fondo, a eso de las catorce y treinta discurseó con entusiasmo incontenible: “....que nos disculpen por esta cortina musical. No hay más remedio, para definir la situación. Lamentablemente es una mezcla de heroísmo y de basura. ¡Qué mala suerte tuvieron estos vascos, qué mala suerte! Del lado de enfrente como enemigos tuvieron basura. Nosotros en otras épocas, en los enfrentamientos tenemos que reconocer que muchas veces del lado de enfrente teníamos hombres, equivocados o no, pero teníamos hombres, que se enfrentaban a balazos con nosotros”. El otro locutor lo apoyó “exactamente, ese es el saldo que te hace querer tu pasado e identificarte con tu pasado. Kafka ese escritor checoeslovaco de garra y de prosapia y a veces muy complicado, decía cosas muy simples ‘el valor de tu enemigo te honra’, y yo me sentía muy honrado muy a menudo con el valor del enemigo”. Enfervorizado Fernández Huidobro remató con una sentencia: “ A veces es bueno tener un buen enemigo,eh? Qué desgracia tener que estar allí en el Hospital Filtro y tener enfrente enemigos como los que se tienen hoy, en este momento en el Uruguay”.
¿Quiénes serían esos buenos
enemigos de otrora? ¿Calcagno y Aguirregaray, los amigos de Huidobro en el
Batallón Florida, los que desaparecieron a Nelson Santana y Gustavo Inzaurralde?
¿Campos Hermida, el “Campitos” que protegió a Huidobro luego de haber asesinado
a Ivette y Luis Martirena? Ya estaban presentes los elementos básicos de la
teoría “el demonio -víctima perdona los crímenes aberrantes del demonio-victimario”,
disfrazando de heroica lo que fue una salvaje cacería y olvidando como
irrelevante lo esencial: el enemigo de los criminales fue el movimiento popular
y no Fernández Huidobro.
De inmediato en Radio
Panamericana el operador cambió al “no pasarán” de los Quilapayún para que
Huidobro informara que a las 18 horas se acuartelaría Radiopatrulla. La medida de
los mandos policiales no achicó en absoluto al improvisado locutor, con fondo
del histórico “a redoblar” cantado por
Rumbos engoló su voz y, pese a la gravedad de la situación, dijo “vamos a convocar a la población para que se
dirija al Filtro porque falta ya dos horas y media para la convocatoria del PIT-CNT
a las 17”. A esa misma hora, contra
las vallas policiales y con la voz conmovida por la emoción, la vasca Rosario
Delgado Iriondo tomó un megáfono para agradecer la solidaridad del pueblo uruguayo
e hizo todo lo contrario que Huidobro: dió por finalizada la movilización y
llamó a retirarse de los alrededores del Hospital Filtro para no dar motivo a
la represión policial. Todos los presentes se daban cuenta del color que
estaban tomando las cosas y se sintieron responsables por las madres con bebés
en carritos, los ancianos y los niños que habían respondido a la convocatoria. Desde
la lejanía del estudio de “la 44”, Fernández continuaba percibiendo muy
distorsionada la realidad y larzó al aire una arenga dirigida a los ‘botijas’:
“¿querían conocer el rostro de la oligarquía?, ¿querían tener una lección de sociologia , de historia, de politología? Bien ustedes mismos la están protagonizando y la están recibiendo Este es el rostro de lo que en la década del sesenta llamábámos oligarqua” y la música refrendó sus dichos con la potencia de Larbanois-Carrero en “ocho letras”. En un arrebato de prudencia, el otro locutor llamó a la serenidad y firmeza porque ”esta lucha es larga, una lucha muy larga, hay que saber asimilar victorias y derrotas y sobre todo derrotas con honor, tenemos profundo orgullo de ser hijos de este pueblo y de lo que está protagonizando”. Pero nada ni nadie podía detener la verborragia de Huidobro “una discrepancia con el Negro, la lucha no sólo será larga, la lucha será eterna, siempre habrá luchas y cuando no haya lucha, habrá muerte, habrá parálisis, habrá esclerosamiento, y la lucha es, además, la función de la juventud, no hay otra, cuando deja de haber lucha es porque nos estamos volviendo viejos”. ¿Qué le pasó Fernández?, ¿decidió congelar la lucha por viejo o por otra razón más valedera?
“¿querían conocer el rostro de la oligarquía?, ¿querían tener una lección de sociologia , de historia, de politología? Bien ustedes mismos la están protagonizando y la están recibiendo Este es el rostro de lo que en la década del sesenta llamábámos oligarqua” y la música refrendó sus dichos con la potencia de Larbanois-Carrero en “ocho letras”. En un arrebato de prudencia, el otro locutor llamó a la serenidad y firmeza porque ”esta lucha es larga, una lucha muy larga, hay que saber asimilar victorias y derrotas y sobre todo derrotas con honor, tenemos profundo orgullo de ser hijos de este pueblo y de lo que está protagonizando”. Pero nada ni nadie podía detener la verborragia de Huidobro “una discrepancia con el Negro, la lucha no sólo será larga, la lucha será eterna, siempre habrá luchas y cuando no haya lucha, habrá muerte, habrá parálisis, habrá esclerosamiento, y la lucha es, además, la función de la juventud, no hay otra, cuando deja de haber lucha es porque nos estamos volviendo viejos”. ¿Qué le pasó Fernández?, ¿decidió congelar la lucha por viejo o por otra razón más valedera?
Paso seguido, Huidobro arremetió de frente contra los dueños del Uruguay “se sacaron la careta, están mostrando la cara verdadera, la que tienen, se la está mostrando a todo el mundo.... ¿ será posible hacer acuerdos de Estado con esta gente? ¿ hacer jueguito lindo con esta gente? ¿toque y toque en el medio de la cancha?, ¿fair play con esta gente?, se sacaron la careta y salieron con la pata levantada. ¡Esto se llaman oligarquía!” ¡Quién diría que una vez autotransformado en gobernante, el ex-guerrillero Fernández no sólo firma acuerdos de Estado con los dueños del Uruguay sino también con Frank Mora, el enviado del imperio. Quién diría que Huidobro, tras su presidente Mujica, serían la nueva careta conque el régimen oligárquico e imperialista esconde su espantosa cara. Está visto que no se puede escupir para arriba.
La grabación culmina con
el siguiente y exultante diálogo. Huidobro se lanzó a la pelea, desde el estudio,
por supuesto: “No está muerto quien pelea,
vamos a ver si se los llevan o se
quedan, eso está por verse todavía, los
partidos terminan en el minuto noventa”.
“Y los uruguayos siempre ganamos
de atrás”, terció su acompañante.
Huidobro sentenció entonces: “A seguir jugando y peleando hasta el último momento que hay gente dispuesta a pelear adentro del Filtro y hay gente dispuesta a pelear afuera. ¿Verdad? En todo caso siempre va a triunfar la vida, porque la muerte va a estar en el cobre hostigado de la sexta moneda, ¡ahi está la muerte!”
La muerte sin embargo llegó a Jacinto Vera en ancas de los hoy subordinados al delirante locutor... quién ha olvidado ese pasado tan inmediato y contribuye a la impunidad de los asesino de Fernando Morroni y Roberto Facal.
Acerca de enamoramientos...
El
entrañable Cacho escribió al no menos entrañable Jorge Rossi: “Te lo
diré en términos caneros: mucho biru....biru..., mucha foto de marchas en
Europa y Chile, primavera árabe, etc. mucho artículo de términos duros y
apocalípticos, Tá ? Pero EL PROBLEMA sigue congelado en EL HACER. Ni
vos, ni el Tambero, ni Amarelle, ni el Foro de San Pablo, y tanti cuanti, no
tienen una sola propuesta concreta que pueda ENAMORAR a la juventud
desconforme, que sin ninguna duda existe y se mueve. No se les cae una sola
idea sobre EL HACER”. Las palabras de un viejo compañero obligan a pensar. Además sus dichos reflejan la opinión de
muchos y, por elemental respeto, se debe intentar una respuesta.
La juventud chilena ha regresado a las grandes alamedas, piensan por sí mismos y la enamoran sus propias propuestas. Luchan para cambiar el mundo, no precisan de veteranos que les enseñen nada. Tampoco parecen necesitar de consejeros los pueblos indignados y algo más que soportan el actual envión de las grandes corporaciones financieras y luchan en el Estado Español, en Grecia y en Portugal. A medida que crece su lucha se profundiza, sistematiza su “saber” y se enamoran. La primavera árabe, las movilizaciones europeas y el “okupa Wall Street” no son explosiones ajenas a nuestra realidad provinciana. Gracias a la mundialización del capitalismo a todos aqueja la misma enfermedad y gracias a la revolución tecnológica la admirable alarma se reproduce sin fronteras. Las ideas y experiencias van de pueblo a pueblo, incluso llegan a este lado del Atlántico. En los ’60 también fuimos hijos de revoluciones muy lejanas, si mal no recuerdo. Difundir manifestaciones de rebelión ES UN HACER bastante importante, porque los medios masivos no informan y tampoco lo hace la prensa “oficialista” del progresismo.
La bonanza de las commodities y el modelo “neoliberalismo con políticas sociales” crean la sensación de vivir nuevamente en el país de las vacas gordas, nada puede enamorar a las masas ya enamoradas del Pepe, Tabaré y Astori más que del proyecto de soja, celulosa y minas a cielo abierto. El optimismo es contagioso y los compañeros más politizados sienten que por distante, es imposible que el contexto internacional afecte la “pax social progresista”. La sensación de lejanía y blindaje se extiende a los que ocurre allende los Andes. En ese clima tan conocido por los que vivieron el Uruguay Batllista, muchos se hacen los distraídos para no ver la marcha a paso redoblado hacia la primarización, el extractivismo y la extranjerización de la economía, el rumbo real que SU gobierno está imprimiendo al proceso. No percibir y omitir la crítica es también un HACER, la indiferencia es una forma de complicidad. ¿Cómo pueden acatar la “disciplina partidaria” y no decir nada sobre chanchullo de PLUNA? ¿cómo pueden abstenerse de reaccionar ante el malinchismo barato de los contratos con Montes del Plata y con Aratiri? ¿Cómo pueden creer que beneficia al pueblo uruguayo el crecimiento exponencial de las ganancias que se llevan los inversores extranjeros? Están tan enamorados del elenco gobernante que pasan por alto la realidad. No, eso no es amor, es creencia religiosa. El sentimiento de religiosidad que antes sirvió para empujar a la lucha y hoy día opera como freno, paraliza a la militancia frenteamplista del borde izquierdo. No se quiere poner un palo en la rueda del gobierno, pero se deja rodar libremente a los jodedores internacionales. Es hora volver a la canción del Leo Maslíah.
Lo ideológico hoy no enamora a nadie.
Hace
bien poco estuvimos en Porto Alegre con Jair Krischke, que desde el secuestro de
Lilián Celiberti y Universindo Rodríguez (1978) y apoyado por un puñadito de
compas, viene peleando sólo contra el mundo, la impunidad y el Cóndor. No hace tanto que fue el artífice
de la extradición a la Argentina de Manuel Cordero, el criminal “escondido” en
Livramento a la vista y paciencia de dos gobiernos progresistas. También en
Porto Alegre vimos un documental de Carlos Pronzato sobre la historia de las
Madres de Plaza de Mayo, sus primeras rondas , unas cuantas mujeres, algunas de
subida edad, rodeadas de uniformes
camouflados y rostros amenazantes, infiltradas por el asesino Astiz. Miradas
con temor e indiferencia por todo el espectro político, ellas prosiguieron la
búsqueda, agitando su mudo mensaje de denuncia de las atrocidades de los
genocida.. Sin olvidar el ejemplo de nuestras madres, de la Tota Quinteros,
Sara Méndez, Maria Ester Gatti, Luisa Cuesta, las familias Artigas y Barrios y
tantas otras, cuya sed de verdad y justicia no se pudo ser detenida por las concesiones
que hizo el sistema político desde el Pacto del Club Naval a la fecha.
Marcha del silencio 2012
Aunque no fue una teoría explícita de las madres, la actitud de principios que sostuvieron sin prisas y sin pausas durante largos años resultó ser una estrategia política de valor indudable. Ejemplos parecidos abundan, ¿cuántas generaciones de predicadores sin gran auditorio fueron necesarias para que en diez días los obreros de San Petersburgo conmovieran el mundo?. Sin el sedimento que durante casi un siglo fueron dejando caer anarcos, socialistas y comunistas... ¿habrían sido posibles los quince días de la Huelga General de 1973?. Sin los años de trabajo hormiga del pequeño grupo que encabezaba Raúl Sendic, ¿podría el MLN (T) haber concitado el apoyo de importantes sectores desde 1969? Es cierto, lo ideológico hoy no enamora a nadie, pero la crítica seria y persistente al sistema capitalista y sus administradores políticos es una estrategia válida en tiempos de sequía, la estrategia de quedarse plantado como una estaca en los principios, del no nos moverán cuando todos retroceden hacia las ideas del capitalismo. Aunque los sembradores sean un círculo pequeñísimo se están sentando las bases de la conciencia y del entendimiento político. Cultivar una rosa roja sin saber cuando llegará la primavera que la haga florecer, es poco gratificante, pero es el QUEHACER posible en estos tiempos marcados por el abrazo estrecho de los ex-guerrilleros con el latifundio, las corporaciones transnacionales, el Pentágono y cuanta culebra inmunda se les cruza por el camino. En la historia no existen revoluciones que no hayan sido fertilizadas por años y décadas de prédica en el desierto.
Cuánta tristeza cada 8 de octubre!
El 8 de
octubre de 1969 Fernández planificó y participó en la toma de Pando, un acto
guerrillero de homenaje a Ernesto Guevara, asesinado dos años antes en esa
misma fecha. Fernández lloró el asesinato de tres compañeros suyos,
estudiantes muy jóvenes convocados por el MLN(T) para tomar las armas y hacer
la revolución. Huidobro es el autor de la mayor parte de los documentos fundacionales
de la Organización y de la fundamentación de porqué era necesaria la lucha
armada en el Uruguay de los años ’60. Alfredo Cultelli, Jorge Salerno y Ricardo
Zabalza no eran inocentes, dieron sus vidas convencidos de que era una lucha
continental contra el imperialismo. Cuarenta y tres años más tarde Fernández
planifica y participa del Concilio de Punta del Este, oficia de anfitrión en el aquelarre de los dueños de los
“fierros” y de los centros de tortura del continente. León Panetta, ‘the boss’, explicará a los ministros
de defensa de América La Pobre la estrategia político-militar de América La
Rica. Luego, Panetta proseguirá su gira por los vastos territorios coloniales
donde asientan las bases militares yanquis y en Bruselas explicará a los
miembros de la OTAN la estrategia político-militar de los EEUU para dominar el
mundo. Así de sencillo y reiterativo.
Eleuterio
Fernández Huidobro pasó de guerrero por la liberación de los pueblos oprimidos a
alcahuete mayor de los ejércitos que los oprimen. De luchador por la
emancipación social de la raza humana pasó a ser un operador político del
sistema opresivo más inhumano de la
historia. Fueron muy oscuros y retorcidos los recovecos sicológicos y políticos
por los que transitó su espíritu hasta degradarse en forma tan radical y
terrible. Siento tremenda vergüenza por verme obligado a escribir estas cosas:
estuve muy cerca de Fernández durante más de veinte años, compartiendo “rastrojos
de sangre”, los miedos y broncas de los calabozos, los sueños de la revolución,
planes de lucha y operaciones concretas. También disfrutamos muy hermanados las
alegrías, fugas y amnistía, el esfuerzo por organizar y debatir, las victorias
y picardías, la grappa con limón y los trinufos futboleros. Siento vergüenza
por ese sentimiento religioso hacia “el” compañero que me impidió percibir su verdadera personalidad
y el verdadero contenido de su pensamiento. Poco después de descubrir las
pezuñas, salí a dar el alerta, pero era tarde, demasiado tarde, nadie lo creía
y el monstruo real ya había escapado y era indetenible.
Fernández es el colmo de la inmoralidad intrínseca de la democracia burguesa. No hay ninguna forma de votar contra la derecha que no signifique entronizar personajes de la catadura de Fernández y otros de su especie, lo suficientemente inescrupulosos para acordar estrategias continentales con los EEUU y permitir tramoyas como la de PLUNA. En el 2014 Tabaré Vázquez obtendrá seguramente el respaldo para estrechar aún más los vínculos con el imperialismo y para proteger los negociados de algunos de esos lúmpenesburgueses que rodean a la cúpula del Frente Amplio. ¿Esta es la propuesta que ENAMORA?, ¿por gente cómo ésta convocan a votar? Mi conciencia queda más tranquila en el “que se vayan todos” y el “voto protesta”. No quiero sentir más la vergüenza de no ver lo evidente.
PRESENCIA DEL CHE EN LA POLÍTICA ARGENTINA
Intervención de Abel Bo en la Cátedra Ernesto Che Guevara
de la Universidad de Buenos Aires el 8 de octubre de 1997
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La irrupción del Che significó muchas cosas a la vez. Tantas, que
es difícil sintetizarlas en pocos conceptos. Se me ocurre que la idea más
completa es la actualidad de la revolución. Esto quiere decir en forma
sencilla y contundente que la revolución social es posible.
De manera exactamente contraria a los posibilistas de los ‘80 y los ‘90, los guevaristas de los ‘60 y los
‘70 teníamos esa convicción: éramos, si se quiere, posibilistas
revolucionarios,
El Che, Fidel, la Revolución Cubana, eran una múltiple demostración
práctica y teórica de que ni el capitalismo ni el reformismo político tenían
razón.
Esa Revolución dio al traste con el fatalismo de una “izquierda”
que, aunque vergonzosamente no lo admitía en forma explícita, estaba convencida
que la revolución ya no era posible por la fortaleza política, económica y
militar del imperialsmo.
Las ideas del Che significaron un saludable sacudimiento frente a
la esclerosis de un “marxismo” stalinista que había implantado la noción de que
la “izquierda” era “de café”, que era sinónimo de estructuras internas
verticalistas, de propuestas políticas reformistas y de colaboración de clases.
Los guevaristas éramos precisamente lo contrario a lo que los reformistas de
esa época y los posibilistas de hoy nos imputaban y nos acusan: “militantes
testimoniales”. Éramos militantes políticos prácticos.
Pocos movimientos políticos en América Latina y en Argentina en
este siglo XX han sido tan audazmente prácticos y ricos teóricamente como los
surgidos bajo la inspiración del Che. Frente a una crisis económica, política y
moral de mucho menor magnitud que la de estos años ‘90, se alzó un movimiento
que predicaba la necesidad del socialismo como única alternativa para salir del
marasmo y la degradación capitalista.
Son tantos los aspectos que las ideas y la presencia del Che
revolucionaron y que reclamaban de nosotros
respuestas simultáneas, que su sistematización y transmisión a las
actuales generaciones nos resulta difícil y siempre incompleta. Lo
intentaremos.
1.- En lo personal. Significaba asumir un
compromiso que demostrara una actitud de vida congruente con los ideales
colectivistas y solidarios del socialismo. El stalinismo y todas las formas
del reformismo y el populismo, habían logrado implantar ante la sociedad, y
sobre todo frente a la clase trabajadora, que el “izquierdista” era una suerte
de parásito acomodaticio, carente de compromiso personal. Esta lucha ideológica
necesitaba demostraciones prácticas que intentaban emular al Che, el paradigma
del hombre desprendido de toda prebenda. El Che encarnó como pocos la
condición humana del marxista.
Lógicamente que, debido a la inexperiencia y las urgencias del
momento, más de una vez, esta lucha ideológica llevó a extremos y límites
erróneos que permitían nuevos flancos de ataque del populismo y el reformismo
contra el marxismo.
Se llegó, creo, a generalizaciones que revelaron confusiones, no
comprendiendo que ni todos los militantes pueden ser iguales ni es necesario
que cada uno sea una réplica del Che. Gran polémica desató en su momento el
folleto Moral y proletarización
del PRT, en la cárcel de Rawson en 1972. Otro ejemplo distinto, pero
siempre en este terreno, fue el Manual del guerrillero urbano del brasileño Carlos Marighela.
Visto a la distancia, resulta paradójico que el Che, que era un
sujeto muy racional y ajeno a todo misticismo, haya desencadenado por su propia
coherencia, conductas imitativas - erróneas - cargadas de mística que
caracterizaron a militantes y organizaciones que postulaban políticas de
transformación basadas en leyes de desarrollo social con criterio científico.
Por otra parte, a partir del escrito del Che El socialismo y el
hombre nuevo en Cuba, el ideal revolucionario se asumió como una concepción
humana que iba más allá de la propuesta estratégica. Esta revitalización del
marxismo que introdujo el Che, posibilitó la adhesión al ideal revolucionario
de corrientes no provenientes del socialismo. Pero hay que resaltar frente a
tergiversaciones de entonces y de hoy, que el Che planteaba el nuevo hombre a
partir de nuevas relaciones sociales de producción fundadas en el colectivismo.
Su moral no era abstracta.
2.- El papel de lo subjetivo
y lo conciente. En todos los escritos del Che
resalta la trascendencia que él le daba a la subjetividad y la importancia que
le atribuía en el desarrollo de una lucha revolucionaria. El Che reintrodujo
esta temática que estaba virtualmente abandonada desde Lenin, ya que el
dogmatismo stalinista había llevado al marxismo hacia concepciones
deterministas, donde lo “objetivo” anulaba todo intento transformador a partir
de la conciencia. No por casualidad, los reformistas y los economicistas nos
endilgaban a los guevaristas el ser “subjetivistas”, como forma de descalificar
nuestra postura revolucionaria. Y desde ese punto de partida, todas las
propuestas guevaristas eran condenadas por “voluntaristas”. Es cierto, que
igual que en el tema de la conducta militante, los revolucionarios caíamos
muchas veces en formulaciones voluntaristas. Pero hay que tener en cuenta que
el nuevo movimiento revolucionario debía pugnar contra el dogmatismo
determinista (sobre todo el que provenía del PC y sus variantes stalinistas) y
contra el economicismo espontaneísta (que provenía de la variante morenista del trotskysmo, del PRT-La
Verdad de Nahuel Moreno). Ni que
hablar, de la lucha ideológica con las corrientes del peronismo revolucionario,
que siempre sostuvieron que el peronismo era algo así como un “estadío de la
conciencia de la clase obrera”, o una política que expresaba una conciencia de
clase “en sí” que había que superar hacia una conciencia “para sí”, partiendo
de una postura política peronista. Para el socialismo guevarista, la ideología
populista de colaboración entre los trabajadores y el capital, no podía ser el
punto de partida hacia la toma de conciencia de clase explotada. De ahí el
énfasis que se puso en la propaganda socialista.
3.- El carácter de la revolución. A partir
de la experiencia cubana y de la formualción del Che “....no hay más cambios
que hacer, o Revolución Socialista o caricatura de revolución “ se
actualizó este debate.
La izquierda reformista (socialista y comunista) siempre sostuvo
que en Argentina y en América Latina no estaban dadas las condiciones para una
revolución socialista. Sostenían - ¡aún después de Cuba y del Che! - que la
revolución debía ser “por etapas”. Y esto, porque según su análisis, Argentina
tenía demasiados resabios pre-capitalistas o semifeudales. Según este enfoque
la revolución argentina sería “democrática anti-imperialista con vistas al
socialismo” (PC), o “nacional democrática y popular” (VC y PCR, maoístas), o
“de liberación nacional” (MLN). A partir del 70-71, los llamados “socialistas
puros” (El Obrero, MSR, MIR, MRA, OS, etc. algunas de las cuales darían lugar a
la Organización
Comunista Poder Obrero, OCPO-Brigadas Rojas), introdujeron
otra polémica más, ya que criticaban la formulación perretista de revolución
anti-imperialista y socialista, sosteniendo que la revolución era
socialista, a secas.
Estas polémicas se basaban y entrecruzaban con las distintas
caracterizaciones de la formación socio-económica y el papel de las clases
sociales, que excedían las formulaciones del Che. ¿En qué estaba presente el
Che en este debate? En su inequívoco planteo de que la revolución por venir
era necesariamente socialista e internacionalista. . En ningún documento el
Che separó la liberación nacional de la liberación social y siempre sostuvo que
el movimiento de liberación debía ser encabezado por la clase proletaria.
4.- Las formas de lucha, la lucha armada y otras cuestiones de
organización.
La
Revolución Cubana, Fidel y el Che (Relatos
de la guerra revolucionaria, Guerra de guerrillas y el Mensaje
a la Tricontinental),
abrieron el debate sobre la cuestión de la lucha por el poder político. En
primer lugar, la legitimidad o no de la lucha armada, la cual siguió siendo
impugnada por todas las vertientes reformistas (PC, PS). Es necesario recordar
que tanto desde la política burguesa tradicional como desde esa supuesta
“izquierda” se anatematizó al guevarismo como “terrorismo”. Y no pocas veces,
como la supuesta causa de las represiones violentas. Ni siquiera este debate se
saldó años después, cuando la frustrada experiencia chilena de “vía pacífica al
socialismo” confirmó trágicamente y muy cerca nuestro, el carácter y la esencia
brutal y violenta de las clases capitalistas. En segundo lugar, sobre el
momento y la oportunidad. En general, todas las corrientes trotskistas - salvo
el desprendimiento que dio lugar al PRT-El Combatiente - y todos los
grupos maoístas, cuestionaron a las organizaciones insurgentes. En tercer
lugar, la estrategia a adoptar. Y aquí se entabló otro gran debate.
El primero de ellos, fue en relación a la organización de un foco
guerrillero. El primer grupo que se lanzó a una opción foquista en Argentina fue el encabezado por el Vasco
Angel Bengochea, al interior de Palabra Obrera liderada por Nahuel Moreno,
que los expulsó de su seno. El grupo no prosperó (Bengochea murió en 1964 en un
accidente con explosivos). También de Palabra Obrera surgió Hugo Blanco,
quien desde La Plata
regresó a su Perú natal, organizando una lucha campesina que devino en
guerrilla, la que fue aplastada (Hugo Blanco también fue separado de PO). Otra
experiencia foquista frustrada fue la del Ejército Guerrillero del Pueblo al
frente del cual murió Jorge Ricardo
Masetti en 1964 en Salta.
Estas experiencias hicieron madurar la crisis en el Partido
Revolucionario de los Trabajadores en 1967-68 (el PRT nació en el ‘65 como
fusión de PO y el FRIP-Frente Revolucionario Indoamericano y Popular). Los
cuestionadores de Nahuel Moreno dieron a luz el PRT-El Combatiente, que
fue el primer partido que, como tal, se planteó la lucha armada con una
concepción de revolución socialista. Tras una nueva crisis en 1969-70, se
impone la tendencia leninista encabezada por Mario Roberto Santucho, que
funda el Ejército Revolucionario del Pueblo. La idea central era anti-foquista,
planteando la construcción simultánea de un partido proletario marxista y un
ejército popular a partir del trabajo de masas del partido, no sólo en zonas
rurales geográficamente alejadas, sino dentro mismo del movimiento obrero,
sobre todo en las grandes concentraciones industriales. Partía de las propias
experiencias de lucha del movimiento obrero organizado, tanto de la resistencia
armada peronista (después del golpe gorila del ’55) como de los primeros
conflictos contra la dictadura de Onganía. El naciente movimiento
revolucionario enfrentaría el desafío de combinar su propuesta de guerra de
guerrillas en el desarrollo de una revolución esencialmente proletaria y
urbana, dadas las características de Argentina, y al mismo tiempo crear fuerzas
guerrilleras de gran magnitud entre los
obreros rurales y campesinos pobres en las zonas rurales del norte.
Entre 1969 y 1973 se crearon y luego desaparecieron otros grupos
armados de izquierda. Las Fuerzas Argentinas de Liberación (FAL) con militantes
provenientes de escisiones del PC y del
PCR, que no superaron la etapa de “aparatos”. Se fraccionaron y muchos de sus
miembros se incorporaron al PRT-ERP. En Córdoba nació y desapareció el
Movimiento Revolucionario Argentino (MRA) y en el noroeste el Ejército
Libertador del Norte (ELN).
Desde el peronismo nacieron las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas),
como una reactualización de la Resistencia Peronista
de fines del ‘50 y en este grupo también había una impronta del Che. Luego
nacieron las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) con Osatinsky y Quieto (ex
miembros del PC) a la cabeza, un núcleo vinculado a la propia guerrilla del
Che, que optó por peronizarse y terminó fusionado con Montoneros en
1973.
Los Montoneros aparecieron a la luz pública en 1970 en Buenos
Aires y Córdoba y aunque sus formas guerrilleras los asemejaban a las
corrientes guevaristas, ideológicamente nunca fueron socialistas ni
guevaristas. El documento político inicial en el que evocaban a Dios y su meta
central, el retorno de Perón, daría el signo esencial de esta organización
armada que llegó a desarrollar un poderoso movimiento juvenil de masas - la JP y la JTP - que siguió el ritmo de
las luchas internas peronistas, intentando heredar el liderazgo de Perón, quien
primero los alentó como “formaciones especiales” y después les entabló una
lucha a muerte con toda la contundencia de este término.. Aunque a Montoneros
la integraron muchos militantes de inspiración guevarista, incluso en su dirección,
nunca tuvo un programa socialista. Era una organización populista radicalizada.
Al final del período, en 1976, se perfilaban sólo dos
organizaciones que desplegaban la lucha armada desde una propuesta socialista -
PRT-ERP y Poder Obrero-Brigadas Rojas -
y Montoneros. Por su envergadura, el PRT era el eje de las adhesiones y
las críticas desde la izquierda y desde el peronismo. A pesar de su origen
claramente anti-foquista, atravesó períodos de evidente militarismo, como el de
mediados del ‘71 hasta fines del ‘72, en que no supo ser coherente con su
propio planteo de combinar las formas de lucha insurreccionales con su
propuesta de táctica electoral clasista y socialista. Cuando para las segundas
elecciones presidenciales del ‘73, el PRT propuso por medio del FAS (Frente
Antimperialista y por el Socialismo) disputar en ese terreno con la fórmula
obrera Tosco-Jaime contra la oficialista Perón-Isabel, sólo el FRP (Frente
Revolucionario Peronista) y los grupos de la izquierda socialista apoyaron. Nuevamente,
el populismo, los viejos stalinistas y los neo-stalinistas, le dieron la
espalda a una alternativa electoral clasista y socialista, que surgía
precisamente desde el guevarismo.
5.- La estrategia internacionalista del Che.-
En su último documento político, el Mensaje a la Tricontinental,
el Che analiza la situación del mundo a partir de la modalidad predominante en
la época de dominación imperialista, su intervencionismo militar. En momentos
en que el curso de la guerra de Vietnam está lejos de definirse, el Che plantea
que la opción de definir ese rumbo a favor de la Revolución Vietnamita
e indochina, es “crear dos, tres, muchos Vietnam “. Y señala a América
como el terreno donde las condiciones económicas y sociales son más propicias.
El Che es muy claro al definir en ese momento el papel político de la entonces
URSS y de China, señalando que juegan como el público en el circo romano,
aplauden, pero no corren la misma suerte que los gladiadores. Este documento
referido a una situación tan concreta y dramática, se convirtió en la más
contundente crítica a los post’stalinistas brezhnevianos y maoístas, a su vez,
peleados entre sí.
El Che no fue a Bolivia a hacer una guerrilla en Ñancahuazú, sino
a crear condiciones para desarrollar un
estado mayor revolucionario internacionalista a nivel subcontinental, a partir
del cual intentaría coordinar movimientos revolucionarios con raíces en cada
país. Se vio forzado a combatir de inmediato, tras ser descubierto cuando
apenas iniciaba una estrategia de largo alcance. Sobre esa última traición del
PC no hay más que leer su Diario de Bolivia, ahora ratificado en el
libro del sobreviviente de ese destacamento, Harry Villegas (Pombo).
La idea de contribuir a desarrollar una estrategia revolucionaria
en un país de desarrollo capitalista relativamente más avanzado que el resto de
América Latina, como ya era la
Argentina de los ‘60, con un proletariado industrial numeroso
y determinante en las luchas sociales y políticas, sentó las bases de lo que se
conoció genéricamente como guevarismo en este país. Las dos ideas
centrales que lo caracterizaron fueron: estrategia política y militar bajo una
misma dirección y la propuesta de revolución socialista, como programa de
transformación socio-económica, política y cultural a ser llevada adelante por
un gobierno obrero y popular.
6.- CONCLUSIONES PRELIMINARES
Cuando en noviembre de 1975 el general Videla anunció en la Conferencia de
Ejércitos Americanos el genocidio que se preparaba de inmediato (“tendrán que
morir todos los argentinos que sea necesario”), expresaba en lenguaje militar
lo que se proponía casi toda la clase capitalista argentina.
En el país no habría más de 5 mil guerrilleros y eso lo sabía
perfectamente la dirigencia política, empresarial y militar. De lo que se trataba,
era de detener y aplastar un poderoso movimiento social, cuyo desenvolvimiento
tendía a una ruptura con las fuerzas políticas tradicionales (Partido Justicialista
y Unión Cívica Radical), que lógicamente no podían dar una respuesta
económico-social favorable a las clases laboriosas. A mediados del ‘75 se
estaba entrando en esa situación en la que “los de abajo no aguantan más y los
de arriba ya no pueden gobernar más”. Entonces, si no se daba una réplica
nazi-fascista como la que se dio, existía el riesgo de que el movimiento de
masas se orientara hacia la incipiente propuesta revolucionaria.
No eran marxistas ni guevaristas los miles y miles de delegados y
activistas sindicales que desde las antiburocráticas Coordinadoras de Gremios
en Lucha le imprimían un fuerte carácter anticapitalista a cada lucha
reivindicativa. No por casualidad, el líder de la UCR Ricardo Balbín
estigmatizó a ese movimiento sindical como “guerrilla industrial”. No por
casualidad, poco tiempo antes de morir, el general Perón dijo que Agustín
Tosco, genuino símbolo de la rebelión obrera, era “el dirigente de la triste
figura”. Estas expresiones preparaban el terreno político para una nueva acción
violenta desde el Estado contra la clase trabajadora.
La descalificación y la calumnia macartysta de Perón y
Balbín reflejaban el temor a la fusión de las ideas socialistas - las del Che -
con el poderoso movimiento social en marcha. El movimiento revolucionario no
maduró lo suficiente como para asumir la dirección y ser reconocido como tal
por parte de la hasta entonces pujante clase obrera industrial. Triunfó el
genocidio, se salvó el capitalismo y durante este cuarto de siglo, la clase
trabajadora de tres generaciones paga el costo social que vimos y seguimos
viendo. Hasta que la nueva generación rescate las ideas de la Revolución Socialista
del Che.
La eternidad de las revoluciones
Hoy se cumplen 48 años de que Cuba conociera que la lucha internacionalista de Ernesto Guevara continuaba por otros lugares del mundo. También ese día se presentó el primer Comité Central del que sería, a partir de ese momento, el Partido Comunista de Cuba
Es difícil encontrar carta tan triste para los cubanos como
esa. El vacío que causara su partida entre el pueblo que ya era suyo,
más allá del sentimiento confuso y desgarrador de quien ve marcharse a
un ídolo, traía también la certeza feliz de que otras tierras del mundo
recibirían el concurso de sus modestos esfuerzos.
Entonces partió a liberar más mundo. Porque solo se forjaría una nueva sociedad cuando el cambio fuera de todos. Él sería parte de esa historia. Se convertía en la confirmación de que el Che era un eterno revolucionario.
No se le podía pedir su renuncia a la lucha. Cierto es que se le quería aquí, protagonista en el perfeccionamiento de la naciente historia. Pero el Che se parecía solo a él. Y pretender que prolongara su estancia era como pedirle conformidad con un fragmento de la Revolución. Él la quería toda. Había cumplido su deber en estas tierras. Este era momento para despedirse y hacer más.
Aquí quedaba la guía para formar al hombre nuevo. Existía al frente de la profunda transformación cultural y social tan necesaria, ese amigo suyo llamado Fidel (que le sueña vivo porque nunca se ha acostumbrado a su ausencia).
La responsabilidad de Fidel al frente de Cuba era suficiente. El Che estaba consciente de ello. Sabía que era la hora de separarse de ese hombre del que aprendió a apreciar peligros y principios. Dejaba en Cuba la pureza de esas primeras ansias revolucionarias. Pero «el más sagrado de los deberes» lo llevaba a seguir en esa pelea eterna contra el imperialismo.
Y, como dijo Fidel, había que respetar la libertad de ese que iba a empuñar un fusil contra los grilletes de la esclavitud. El orgullo de saberlo cubano de convicción era buen motivo para dejarlo partir.
Bajo otros cielos llegó su hora definitiva. Pero Ernesto Guevara era hombre de palabra. Como escribió y se hizo público ese 3 de octubre de 1965, su último pensamiento habrá sido para Cuba.
En medio de la conmoción de sus letras, leídas por Fidel, se hacía también ese día otra parte de la historia. Adquiría nombre definitivo el Partido de la unidad de los revolucionarios cubanos. El teatro Chaplin respondía ¡comunista! a la interrogación del Comandante sobre la designación que correspondía a esta organización guía, de acuerdo con lo que era y llegaría a ser.
El primer Comité Central se dio a conocer en aquella ocasión, liderados sus cien miembros por Fidel y Raúl como Primero y Segundo secretarios, respectivamente. El diario Granma veía la luz y tendría su inaugural edición al día siguiente.
Ya era Cuba ese «santuario de los revolucionarios del continente» que señaló Fidel en su discurso. Ese lugar donde la palabra comunista honraba y no significaba la ofensa en que la pretendían convertir los imperialistas. «Y dentro de cien años no habrá honra mayor, ni habrá nada más natural y lógico que llamarse comunistas», afirmaba el líder histórico de la Revolución.
No ha pasado todavía ese siglo vaticinado. Pero muchas palabras de aquel 3 de octubre 48 años atrás, se han convertido en apotegmas que ennoblecen. Y en la convicción de que la historia está a favor de quienes creen en las revoluciones.
«Sabemos la transitoriedad de los problemas. Y los problemas pasan, los pueblos perduran; los hombres pasan, los pueblos quedan; las direcciones pasan, las revoluciones persisten... ¡Hemos aprendido a escribir la historia, y la continuaremos escribiendo!».
Entonces partió a liberar más mundo. Porque solo se forjaría una nueva sociedad cuando el cambio fuera de todos. Él sería parte de esa historia. Se convertía en la confirmación de que el Che era un eterno revolucionario.
No se le podía pedir su renuncia a la lucha. Cierto es que se le quería aquí, protagonista en el perfeccionamiento de la naciente historia. Pero el Che se parecía solo a él. Y pretender que prolongara su estancia era como pedirle conformidad con un fragmento de la Revolución. Él la quería toda. Había cumplido su deber en estas tierras. Este era momento para despedirse y hacer más.
Aquí quedaba la guía para formar al hombre nuevo. Existía al frente de la profunda transformación cultural y social tan necesaria, ese amigo suyo llamado Fidel (que le sueña vivo porque nunca se ha acostumbrado a su ausencia).
La responsabilidad de Fidel al frente de Cuba era suficiente. El Che estaba consciente de ello. Sabía que era la hora de separarse de ese hombre del que aprendió a apreciar peligros y principios. Dejaba en Cuba la pureza de esas primeras ansias revolucionarias. Pero «el más sagrado de los deberes» lo llevaba a seguir en esa pelea eterna contra el imperialismo.
Y, como dijo Fidel, había que respetar la libertad de ese que iba a empuñar un fusil contra los grilletes de la esclavitud. El orgullo de saberlo cubano de convicción era buen motivo para dejarlo partir.
Bajo otros cielos llegó su hora definitiva. Pero Ernesto Guevara era hombre de palabra. Como escribió y se hizo público ese 3 de octubre de 1965, su último pensamiento habrá sido para Cuba.
En medio de la conmoción de sus letras, leídas por Fidel, se hacía también ese día otra parte de la historia. Adquiría nombre definitivo el Partido de la unidad de los revolucionarios cubanos. El teatro Chaplin respondía ¡comunista! a la interrogación del Comandante sobre la designación que correspondía a esta organización guía, de acuerdo con lo que era y llegaría a ser.
El primer Comité Central se dio a conocer en aquella ocasión, liderados sus cien miembros por Fidel y Raúl como Primero y Segundo secretarios, respectivamente. El diario Granma veía la luz y tendría su inaugural edición al día siguiente.
Ya era Cuba ese «santuario de los revolucionarios del continente» que señaló Fidel en su discurso. Ese lugar donde la palabra comunista honraba y no significaba la ofensa en que la pretendían convertir los imperialistas. «Y dentro de cien años no habrá honra mayor, ni habrá nada más natural y lógico que llamarse comunistas», afirmaba el líder histórico de la Revolución.
No ha pasado todavía ese siglo vaticinado. Pero muchas palabras de aquel 3 de octubre 48 años atrás, se han convertido en apotegmas que ennoblecen. Y en la convicción de que la historia está a favor de quienes creen en las revoluciones.
«Sabemos la transitoriedad de los problemas. Y los problemas pasan, los pueblos perduran; los hombres pasan, los pueblos quedan; las direcciones pasan, las revoluciones persisten... ¡Hemos aprendido a escribir la historia, y la continuaremos escribiendo!».
Mensaje a la Tricontinental
Ernesto Guevara
"Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo y un clamor por la unidad de los pueblos contra el gran enemigo del género humano: los Estados Unidos de Norteamérica. En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ése, nuestro grito de guerra, haya llegado hasta un oído receptivo, y otra mano se tienda para empuñar nuestras armas, y otros hombres se apresten a entonar los cantos luctuosos con tableteo de ametralladoras y nuevos gritos de guerra y de victoria".CHE
Crear dos, tres...
muchos Viet-Nam, es la consigna
Es la hora de los hornosy no se ha de ver más que la luz
José Martí
Ya se han cumplido veintiún años desde el fin de la última conflagración mundial y diversas publicaciones, en infinidad de lenguas, celebran el acontecimiento simbolizado en la derrota del Japón. Hay un clima de aparente optimismo en muchos sectores de los dispares campos en que el mundo se divide.
Veintiún años sin guerra mundial, en estos tiempos de confrontaciones máximas, de choques violentos y cambios repentinos, parecen una cifra muy alta. Pero, sin analizar los resultados prácticos de esa paz por la que todos nos manifestamos dispuestos a luchar (la miseria, la degradación, la explotación cada vez mayor de enormes sectores del mundo) cabe preguntarse si ella es real.
No es la intención de estas notas historiar los diversos conflictos de carácter local que se han sucedido desde la rendición del Japón, no es tampoco nuestra tarea hacer el recuento, numeroso y creciente, de luchas civiles ocurridas durante estos años de pretendida paz. Bástenos poner como ejemplos contra el desmedido optimismo las guerras de Corea y Viet-Nam.
En la primera, tras años de lucha feroz, la parte norte del país quedó sumida en la más terrible devastación que figure en los anales de la guerra moderna; acribillada a bombas; sin fábricas, escuelas u hospitales; sin ningún tipo de habitación para albergar a diez millones de habitantes.
En esta guerra intervinieron, bajo la fementida bandera de las Naciones Unidas, decenas de países conducidos militarmente por los Estados Unidos, con la participación masiva de soldados de esa nacionalidad y el uso, como carne de cañón, de la población sudcoreana enrolada.
En el otro bando, el ejército y el pueblo de Corea y los voluntarios de la República Popular China contaron con el abastecimiento y asesoría del aparato militar soviético. Por parte de los norteamericanos se hicieron toda clase de pruebas de armas de destrucción, excluyendo las termonucleares pero incluyendo las bacteriológicas y químicas, en escala limitada. En Viet-Nam se han sucedido acciones bélicas, sostenidas por las fuerzas patrióticas de ese país casi ininterrumpidamente contra tres potencias imperialistas: Japón, cuyo poderío sufriera una caída vertical a partir de las bombas de Hiroshima y Nagasaki; Francia, que recupera en aquel país vencido sus colonias indochinas e ignoraba las promesas hechas en momentos difíciles; y los Estados Unidos, en esta última fase de la contienda.
Hubieron confrontaciones limitadas en todos los continentes, aún cuando en el americano, durante mucho tiempo, sólo se produjeron conatos de lucha de liberación y cuartelazos, hasta que la revolución cubana diera su clarinada de alerta sobre la importancia de esta región y atrajera las iras imperialistas, obligándola a la defensa de sus costas en Playa Girón, primero, y durante la Crisis de Octubre, después.
Este último incidente pudo haber provocado una guerra de incalculables proporciones, al producirse, en torno a Cuba, el choque de norteamericanos y soviéticos.
Pero, evidentemente, el foco de las contradicciones, en este momento, está radicado en los territorios de la península indochina y los países aledaños. Laos y Viet-Nam son sacudidos por guerras civiles, que dejan de ser tales al hacerse presente, con todo su poderío, el imperialismo norteamericano, y toda la zona se convierte en una peligrosa espoleta presta a detonar.
En Viet-Nam la confrontación ha adquirido características de una agudeza extrema. [95] Tampoco es nuestra intención historiar esta guerra. Simplemente, señalaremos algunos hitos de recuerdo.
En 1954, tras la derrota aniquilante de Dien-Bien-Phu, se firmaron los acuerdos de Ginebra, que dividía al país en dos zonas y estipulaba la realización de elecciones en un plazo de 18 meses para determinar quiénes debían gobernar a Viet-Nam y cómo se reunificaría el país. Los norteamericanos no firmaron dicho documento, comenzando las maniobras para sustituir al emperador Bao-Dai, títere francés, por un hombre adecuado a sus intenciones. Este resultó ser Ngo-Din-Diem, cuyo trágico fin –el de la naranja exprimida por el imperialismo– es conocido de todos.
En los meses posteriores a la firma del acuerdo, reinó el optimismo en el campo de las fuerzas populares. Se desmantelaron reductos de lucha antifrancesa en el sur del país y se esperó el cumplimiento de lo pactado. Pero pronto comprendieron los patriotas que no habría elecciones a menos que los Estados Unidos se sintieran capaces de imponer su voluntad en las urnas, cosa que no podría ocurrir, aún utilizando todos los métodos de fraude de ellos conocidos.
Nuevamente se iniciaron las luchas en el sur del país y fueron adquiriendo mayor intensidad hasta llegar al momento actual, en que el ejército norteamericano se compone de casi medio millón de invasores, mientras las fuerzas títeres disminuyen su número, y sobre todo, han perdido totalmente la combatividad.
Hace cerca de dos años que los norteamericanos comenzaron el bombardeo sistemático de la República Democrática de Viet-Nam en un intento más de frenar la combatividad del sur y obligar a una conferencia desde posiciones de fuerza. Al principio, los bombardeos fueron más o menos aislados y se revestían de la máscara de represalias por supuestas provocaciones del Norte. Después aumentaron en intensidad y método, hasta convertirse en una gigantesca batida llevada a cabo por las unidades aéreas de los Estados Unidos, día a día, con el propósito de destruir todo vestigio de civilización en la zona norte del país. Es un episodio de la tristemente célebre escalada.
Las aspiraciones materiales del mundo yanqui se han cumplido en buena parte a pesar de la denodada defensa de las unidades antiaéreas vietnamitas, de los más de 1700 aviones derribados y de la ayuda del campo socialista en material de guerra.
Hay una penosa realidad: Viet-Nam, esa nación que representa las aspiraciones, las esperanzas de victoria de todo un mundo preterido, está trágicamente solo. Ese pueblo debe soportar los embates de la técnica norteamericana, casi a mansalva en el sur, con algunas posibilidades de defensa en el norte, pero siempre solo.
La solidaridad del mundo progresista para con el pueblo de Viet-Nam semeja a la amarga ironía que significaba para los gladiadores del circo romano el estímulo de la plebe. No se trata de desear éxitos al agredido, sino de correr su misma suerte; acompañarlo a la muerte o la victoria.
Cuando analizamos la soledad vietnamita nos asalta la angustia de este momento ilógico de la humanidad.
El imperialismo norteamericano es culpable de agresión; sus crímenes son inmensos y repartidos por todo el orbe. ¡Ya lo sabemos, señores! Pero también son culpables los que en el momento de definición vacilaron en hacer de Viet-Nam parte inviolable del territorio socialista, corriendo, sí, los riesgos de una guerra de alcance mundial, pero también obligando a una decisión a los imperialistas norteamericanos. Y son culpables los que mantienen una guerra de denuestos y zancadillas comenzada hace ya buen tiempo por los representantes de las dos más grandes potencias del campo socialista.
Preguntemos, para lograr una respuesta honrada: ¿Está o no aislado el Viet-Nam, haciendo equilibrios peligrosos entre las dos potencias en pugna?
Y, ¡qué grandeza la de ese pueblo! ¡Qué estoicismo y valor, el de ese pueblo! Y qué lección para el mundo entraña esa lucha.
Hasta dentro de mucho tiempo no sabremos si el presidente Johnson pensaba en serio iniciar algunas de las reformas necesarias a un pueblo –para limar aristas de las contradicciones de clase que asoman con fuerza explosiva y cada vez más frecuentemente–. Lo cierto es que las mejoras anunciadas bajo el pomposo título de lucha por la gran sociedad han caído en el sumidero de Viet-Nam.
El más grande de los poderes imperialistas siente en sus entrañas el desangramiento provocado por un país pobre y atrasado y su fabulosa economía se resiente del esfuerzo de guerra. Matar deja de ser el más cómodo negocio de los monopolios. Armas de contención, [96] y no en número suficiente, es todo lo que tienen estos soldados maravillosos, además del amor de su patria, a su sociedad y un valor a toda prueba. Pero el imperialismo se empantana en Viet-Nam, no halla camino de salida y busca desesperadamente alguno que le permita sortear con dignidad este peligroso trance en que se ve. Mas los «cuatro puntos» del Norte y «los cinco» del Sur lo atenazan, haciendo aún más decidida la confrontación.
Todo parece indicar que la paz, esa paz precaria a la que se ha dado tal nombre, sólo porque no se ha producido ninguna conflagración de carácter mundial, está otra vez en peligro de romperse ante cualquier paso irreversible, e inaceptable, dado por los norteamericanos.
Y, a nosotros, explotados del mundo, ¿cuál es el papel que nos corresponde? Los pueblos de tres continentes observan y aprenden su lección en Viet-Nam. Ya que, con la amenaza de guerra, los imperialistas ejercen su chantaje sobre la humanidad, no temer la guerra, es la respuesta justa. Atacar dura e ininterrumpidamente en cada punto de confrontación, debe ser la táctica general de los pueblos.
Pero, en los lugares en que esta mísera paz que sufrimos no ha sido rota, ¿cuál será nuestra tarea? Liberarnos a cualquier precio.
El panorama del mundo muestra una gran complejidad. La tarea de la liberación espera aún a países de la vieja Europa, suficientemente desarrollados para sentir todas las contradicciones del capitalismo, pero tan débiles que no pueden ya seguir el rumbo del imperialismo o iniciar esta ruta. Allí las contradicciones alcanzarán en los próximos años carácter explosivo, pero sus problemas y, por ende, la solución de los mismos son diferentes a la de nuestros pueblos dependientes y atrasados económicamente.
El campo fundamental de la explotación del imperialismo abarca los tres continentes atrasados, América, Asia y Africa. Cada país tiene características propias, pero los continentes, en su conjunto, también las presentan.
América constituye un conjunto más o menos homogéneo y en la casi totalidad de su territorio los capitales monopolistas norteamericanos mantienen una primacía absoluta. Los gobiernos títeres o, en el mejor de los casos, débiles y medrosos, no pueden oponerse a las órdenes del amo yanqui. Los norteamericanos han llegado casi al máximo de su dominación política y económica, poco más podrían avanzar ya; cualquier cambio de la situación podría convertirse en un retroceso en su primacía. Su política es mantener lo conquistado. La línea de acción se reduce en el momento actual, al uso brutal de la fuerza para impedir movimientos de liberación, de cualquier tipo que sean.
Bajo el eslogan, «no permitiremos otra Cuba», se encubre la posibilidad de agresiones a mansalva, como la perpetrada contra Santo Domingo, o anteriormente, la masacre de Panamá, y la clara advertencia de que las tropas yanquis están dispuestas a intervenir en cualquier lugar de América donde el orden establecido sea alterado, poniendo en peligro sus intereses. Esa política cuenta con una impunidad casi absoluta; la OEA es una máscara cómoda, por desprestigiada que esté; la ONU es de una ineficiencia rayana en el ridículo o en lo trágico; los ejércitos de todos los países de América están listos a intervenir para aplastar a sus pueblos. Se ha formado, de hecho, la internacional del crimen y la traición.
Por otra parte las burguesías autóctonas han perdido toda su capacidad de oposición al imperialismo –si alguna vez la tuvieron– y sólo forman su furgón de cola. No hay más cambios que hacer: o revolución socialista o caricatura de revolución.
Asia es un continente de características diferentes. Las luchas de liberación contra una serie de poderes coloniales europeos, dieron por resultado el establecimiento de gobiernos más o menos progresistas, cuya evolución posterior ha sido, en algunos casos, de profundización de los objetivos primarios de la liberación nacional y en otros de reversión hacia posiciones pro-imperialistas.
Desde el punto de vista económico, Estados Unidos tenía poco que perder y mucho que ganar en Asia. Los cambios le favorecen; se lucha por desplazar a otros poderes neocoloniales, penetrar nuevas esferas de acción en el campo económico, a veces directamente, otras utilizando al Japón.
Pero existen condiciones políticas especiales, sobre todo en la península indochina, que le dan características de capital importancia al Asia y juegan un papel importante en la estrategia militar global del imperialismo norteamericano. Este ejerce un cerco a China a través de Corea del Sur, Japón, Taiwan, Viet-Nam del Sur y Tailandia, por lo menos. [97]
Esa doble situación; un interés estratégico tan importante como el cerco militar a la República Popular China y la ambición de sus capitales por penetrar esos grandes mercados que todavía no dominan, hacen que el Asia sea uno de los lugares más explosivos del mundo actual, a pesar de la aparente estabilidad fuera del área vietnamita.
Perteneciendo geográficamente a este continente, pero con sus propias contradicciones, el Oriente Medio está en plena ebullición, sin que se pueda preveer hasta donde llegará esa guerra fría entre Israel, respaldada por los imperialistas, y los países progresistas de la zona. Es otro de los volcanes amenazadores del mundo.
El Africa, ofrece las características de ser un campo casi virgen para la invasión neocolonial. Se han producido cambios que, en alguna medida, obligaron a los poderes neocoloniales a ceder sus antiguas prerrogativas de carácter absoluto. Pero, cuando los procesos se llevan a cabo ininterrumpidamente, al colonialismo sucede, sin violencia, un neocolonialismo de iguales efectos en cuanto a la dominación económica se refiere.
Estados Unidos no tenía colonias en esta región y ahora lucha por penetrar en los antiguos cotos cerrados de sus socios. Se puede asegurar que Africa constituye, en los planes estratégicos del imperialismo norteamericano, su reservorio a largo plazo; sus inversiones actuales sólo tienen importancia en la Unión Sudafricana y comienza su penetración en el Congo, Nigeria y otros países, donde se inicia una violenta competencia (con carácter pacífico hasta ahora) con otros poderes imperialistas.
No tiene todavía grandes intereses que defender salvo su pretendido derecho a intervenir en cada lugar del globo en que sus monopolios olfateen buenas ganancias o la existencia de grandes reservas de materias primas.
Todos estos antecedentes hacen lícito el planteamiento interrogante sobre las posibilidades de liberación de los pueblos a corto o mediano plazo.
Si analizamos el Africa veremos que se lucha con alguna intensidad en las colonias portuguesas de Guinea, Mozambique y Angola, con particular éxito en la primera y con éxito variable en las dos restantes. Que todavía se asiste a la lucha entre los sucesores de Lumumba y los viejos cómplices de Tshombe en el Congo, lucha que, en el momento actual, parece inclinarse a favor de los últimos, los que han «pacificado» en su propio provecho una gran parte del país, aunque la guerra se mantenga latente.
En Rhodesia el problema es diferente: el imperialismo británico utilizó todos los mecanismos a su alcance para entregar el poder a la minoría blanca que lo detenta actualmente. El conflicto, desde el punto de vista de Inglaterra, es absolutamente artificial, sólo que esta potencia, con su habitual habilidad diplomática –también llamada hipocresía en buen romance– presenta una fachada de disgustos ante las medidas tomadas por el gobierno de Ian Smith, y es apoyada en su taimada actitud por algunos de los países del Commonwealth que la siguen, y atacada por una buena parte de los países del Africa Negra, sean o no dóciles vasallos económicos del imperialismo inglés.
En Rhodesia la situación puede tornarse sumamente explosiva si cristalizan los esfuerzos de los patriotas negros para alzarse en armas y este movimiento fuera apoyado efectivamente por las naciones africanas vecinas. Pero por ahora todos los problemas se ventilan en organismos tan inocuos como la ONU, el Commonwealth o la OUA.
Sin embargo, la evolución política y social del Africa no hace prever una situación revolucionaria continental. Las luchas de liberación contra los portugueses deben terminar victoriosamente, pero Portugal no significa nada en la nómina imperialista. Las confrontaciones de importancia revolucionaria son las que ponen en jaque a todo el aparato imperialista, aunque no por eso dejemos de luchar por la liberación de las tres colonias portuguesas y por la profundización de sus revoluciones.
Cuando las masas negras de Sud Africa o Rhodesia inicien su auténtica lucha revolucionaria, se habrá iniciado una nueva época en el Africa. O, cuando las masas empobrecidas de un país se lancen a rescatar su derecho a una vida digna, de las manos de las oligarquías gobernantes.
Hasta ahora se suceden los golpes cuartelarios en que un grupo de oficiales reemplaza a otro o a un gobernante que ya no sirva sus intereses de casta y a los de la potencias que los manejan solapadamente pero no hay convulsiones populares. En el Congo se dieron fugazmente estas características impulsadas por el recuerdo [98] de Lumumba, pero han ido perdiendo fuerzas en los últimos meses.
En Asia, como vimos, la situación es explosiva, y no son sólo Viet-Nam y Laos, donde se lucha, los puntos de fricción. También lo es Cambodia, donde en cualquier momento puede iniciarse la agresión directa norteamericana, Tailandia, Malasia y, por supuesto, Indonesia, donde no podemos pensar que se haya dicho la última palabra pese al aniquilamiento del Partido Comunista de ese país, al ocupar el poder los reaccionarios. Y, por supuesto, el Oriente Medio.
En América Latina se lucha con las armas en la mano en Guatemala, Colombia, Venezuela y Bolivia y despuntan ya los primeros brotes en Brasil. Hay otros focos de resistencia que aparecen y se extinguen. Pero casi todos los países de este continente están maduros para una lucha de tipo tal, que para resultar triunfante, no puede conformarse con menos que la instauración de un gobierno de corte socialista.
En este continente se habla prácticamente una lengua, salvo el caso excepcional del Brasil, con cuyo pueblo los de habla hispana pueden entenderse, dada la similitud entre ambos idiomas. Hay una identidad tan grande entre las clases de estos países que logran una identificación de tipo «internacional americano», mucho más completa que en otros continentes. Lengua, costumbres, religión, amo común, los unen. El grado y las formas de explotación son similares en sus efectos para explotadores y explotados de una buena parte de los países de nuestra América. Y la rebelión está madurando aceleradamente en ella.
Podemos preguntarnos: esta rebelión, ¿cómo fructificará?; ¿de qué tipo será? Hemos sostenido desde hace tiempo que, dadas sus características similares, la lucha en América adquirirá, en su momento, dimensiones continentales. Será escenario de muchas grandes batallas dadas por la humanidad para su liberación.
En el marco de esa lucha de alcance continental, las que actualmente se sostienen en forma activa son sólo episodios, pero ya han dado los mártires que figurarán en la historia americana como entregando su cuota de sangre necesaria en esta última etapa de la lucha por la libertad plena del hombre. Allí figurarán los nombres del Comandante Turcios Lima, del cura Camilo Torres, del Comandante Fabricio Ojeda, de los Comandantes Lobatón y Luis de la Puente Uceda, figuras principalísimas en los movimientos revolucionarios de Guatemala, Colombia, Venezuela y Perú.
Pero la movilización activa del pueblo crea sus nuevos dirigentes; César Montes y Yon Sosa levantan la bandera en Guatemala, Fabio Vázquez y Marulanda lo hacen en Colombia, Douglas Bravo en el occidente del país y Américo Martín en El Bachiller, dirigen sus respectivos frentes en Venezuela.
Nuevos brotes de guerra surgirán en estos y otros países americanos, como ya ha ocurrido en Bolivia, e irán creciendo, con todas las vicisitudes que entraña este peligroso oficio de revolucionario moderno. Muchos morirán víctimas de sus errores, otros caerán en el duro combate que se avecina; nuevos luchadores y nuevos dirigentes surgirán al calor de la lucha revolucionaria. El pueblo irá formando sus combatientes y sus conductores en el marco selectivo de la guerra misma, y los agentes yanquis de represión aumentarán. Hoy hay asesores en todos los países donde la lucha armada se mantiene y el ejército peruano realizó, al parecer, una exitosa batida contra los revolucionarios de ese país, también asesorado y entrenado por los yanquis. Pero si los focos de guerra se llevan con suficiente destreza política y militar, se harán prácticamente imbatibles y exigirán nuevos envíos de los yanquis. En el propio Perú, con tenacidad y firmeza, nuevas figuras aún no completamente conocidas, reorganizan la lucha guerrillera. Poco a poco, las armas absolutas que bastan para la represión de las pequeñas bandas armadas, irán convirtiéndose en armas modernas y los grupos de asesores en combatientes norteamericanos, hasta que, en un momento dado, se vean obligados a enviar cantidades crecientes de tropas regulares para asegurar la relativa estabilidad de un poder cuyo ejército nacional títere se desintegra ante los combates de las guerrillas. Es el camino de Viet-Nam; es el camino que deben seguir los pueblos; es el camino que seguirá América, con la característica especial de que los grupos en armas pudieran formar algo así como Juntas de Coordinación para hacer más difícil la tarea represiva del imperialismo yanqui y facilitar la propia causa.
América, continente olvidado por las últimas luchas políticas de liberación, que empieza a hacerse sentir a través de la Tricontinental en la voz de la vanguardia de sus pueblos, que es [99] la Revolución Cubana, tendrá una tarea de mucho mayor relieve: la de la creación del Segundo o Tercer Viet-nam del mundo.
En definitiva, hay que tener en cuenta que el imperialismo es un sistema mundial, última etapa del capitalismo, y que hay que batirlo en una gran confrontación mundial. La finalidad estratégica de esa lucha debe ser la destrucción del imperialismo. La participación que nos toca a nosotros, los explotados y atrasados del mundo, es la de eliminar las bases de sustentación del imperialismo: nuestros pueblos oprimidos, de donde extraen capitales, materias primas, técnicos y obreros baratos y a donde exportan nuevos capitales –instrumentos de dominación–, armas y toda clase de artículos, sumiéndonos en una dependencia absoluta.
El elemento fundamental de esa finalidad estratégica será, entonces, la liberación real de los pueblos; liberación que se producirá; a través de lucha armada, en la mayoría de los casos, y que tendrá, en América, casi indefectiblemente, la propiedad de convertirse en una Revolución Socialista.
Al enfocar la destrucción del imperialismo, hay que identificar a su cabeza, la que no es otra que los Estados Unidos de Norteamérica.
Debemos realizar una tarea de tipo general que tenga como finalidad táctica sacar al enemigo de su ambiente obligándolo a luchar en lugares donde sus hábitos de vida choquen con la realidad imperante. No se debe despreciar al adversario: el soldado norteamericano tiene capacidad técnica y está respaldado por medios de tal magnitud que lo hacen temible. Le falta esencialmente la motivación ideológica que tienen en grado sumo sus más enconados rivales de hoy: los soldados vietnamitas. Solamente podremos triunfar ese ejército en la medida en que logremos minar su moral. Y ésta se mina infligiéndole derrotas y ocasionándole sufrimientos repetidos.
Pero este pequeño esquema de victorias encierra dentro de sí sacrificios inmensos de los pueblos, sacrificios que deben exigirse desde hoy, a la luz del día y que quizá sean menos dolorosos que los que debieron soportar si rehuyéramos constantemente el combate, para tratar de que otros sean los que nos saquen las castañas del fuego.
Claro que, el último país en liberarse, muy probablemente lo hará sin lucha armada, y los sufrimientos de una guerra larga y tan cruel como la que hacen los imperialistas, se le ahorrará a ese pueblo. Pero tal vez sea imposible eludir esa lucha o sus efectos, en una contienda de carácter mundial y se sufra igual o más aún. No podemos predecir el futuros pero jamás debemos ceder a la tentación claudicante de ser los abanderados de un pueblo que anhela su libertad, pero reniega de la lucha que ésta conlleva y la espera como un mendrugo de victoria.
Es absolutamente justo evitar todo sacrificio inútil. Por eso es tan importante el esclarecimiento de las posibilidades efectivas que tiene la América dependiente de liberarse en forma pacífica. Para nosotros está clara la solución de esta interrogante; podrá ser o no el momento actual el indicado para iniciar la lucha, pero no podemos hacernos ninguna ilusión, ni tenemos derecho a ello, de lograr la libertad sin combatir. Y los combates no serán meras luchas callejeras de piedras contra gases lacrimógenos, ni de huelgas generales pacíficas; ni será la lucha de un pueblo enfurecido que destruya en dos o tres días el andamiaje represivo de las oligarquías gobernantes; será una lucha larga, cruenta, donde su frente estará en los refugios guerrilleros, en las ciudades, en las casas de los combatientes –donde la represión irá buscando víctimas fáciles entre sus familiares– en la población campesina masacrada, en las aldeas o ciudades destruidas por el bombardeo enemigo.
Nos empujan a esa lucha; no hay más remedio que prepararla y decidirse a emprenderla.
Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de sus cuarteles, y aún dentro de los mismos: atacarlo donde quiera que se encuentre; hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite. Entonces su moral irá decayendo. Se hará más bestial todavía, pero se notarán los signos del decaimiento que asoma.
Y que se desarrolle un verdadero internacionalismo proletario; con ejércitos proletarios internacionales, donde la bandera bajo la que se luche sea la causa sagrada de la redención de la humanidad, de tal modo que morir bajo las enseñas de Viet-Nam, de Venezuela, de Guatemala, de Laos, de Guinea, de Colombia, de Bolivia, de Brasil, para citar sólo los escenarios actuales de la lucha armada, sea igualmente gloriosa y apetecible para un americano, un asiático, un africano y, aún, un europeo.
Cada gota de sangre derramada en un territorio bajo cuya bandera no se ha nacido, es experiencia que recoge quien sobrevive para aplicarla luego en la lucha por la liberación de su lugar de origen. Y cada pueblo que se libere, es una fase de la batalla por la liberación del propio pueblo que se ha ganado.
Es la hora de atemperar nuestras discrepancias y ponerlo todo al servicio de la lucha.
Que agitan grandes controversias al mundo que lucha por la libertad, lo sabemos todos y no lo podemos esconder. Que han adquirido un carácter y una agudeza tales que luce sumamente difícil, si no imposible, el diálogo y la conciliación también lo sabemos. Buscar métodos para iniciar un diálogo que los contendientes rehuyen es una tarea inútil. Pero el enemigo está allí, golpea todos los días y amenaza con nuevos golpes y esos golpes nos unirán, hoy, mañana o pasado. Quienes antes lo capten y se preparen a esa unión necesaria tendrán el reconocimiento de los pueblos.
Dadas las virulencias e intransigencias con que se defiende cada causa, nosotros, los desposeídos, no podemos tomar partido por una u otra forma de manifestar las discrepancias, aún cuando coincidamos a veces con algunos planteamientos de una u otra parte, o en mayor medida con los de una parte que con los de la otra. En el momento de la lucha, la forma en que se hacen visibles las actuales diferencias constituyen una debilidad: pero en el estado en que se encuentran, querer arreglarlas mediante palabras es una ilusión. La historia las irá borrando o dándoles su verdadera explicación.
En nuestro mundo en lucha, todo lo que sea discrepancia en torno a la táctica, método de acción para la consecución de objetivos limitados, debe analizarse con el respeto que merecen las apreciaciones ajenas. En cuanto al gran objetivo estratégico, la destrucción total del imperialismo por medio de la lucha, debemos ser intransigentes.
Sinteticemos así nuestras aspiraciones de victoria: destrucción del imperialismo mediante la eliminación de su baluarte más fuerte: el dominio imperialista de los Estados Unidos de Norteamérica. Tomar como función táctica la liberación gradual de los pueblos, uno a uno o por grupos, llevando al enemigo a una lucha difícil fuera de su terreno: liquidándole sus bases de sustentación, que son sus territorios dependientes.
Eso significa una guerra larga. Y, lo repetimos una vez más, una guerra cruel. Que nadie se engañe cuando la vaya a iniciar y que nadie vacile en iniciarla por temor a los resultados que pueda traer para su pueblo. Es casi la única esperanza de victoria.
No podemos eludir el llamado de la hora. Nos lo enseña Viet-Nam con su permanente lección de heroísmo, su trágica y cotidiana lección de lucha y de muerte para lograr la victoria final.
Allí, los soldados del imperialismo encuentran la incomodidad de quien, acostumbrado al nivel de vida que ostenta la nación norteamericana, tiene que enfrentarse con la tierra hostil; la inseguridad de quien no puede moverse sin sentir que pisa territorio enemigo; la muerte a los que avanzan mas allá de sus reductos fortificados; la hostilidad permanente de toda la población. Todo eso va provocando la repercusión interior en los Estados Unidos; va haciendo surgir un factor atenuado por el imperialismo en pleno vigor, la lucha de clases aún dentro de su propio territorio.
¡Cómo podríamos mirar el futuro de luminoso y cercano, si dos, tres, muchos Viet-Nam florecieran en la superficie del globo, con su cuota de muerte y sus tragedias inmensas, con su heroísmo cotidiano, con sus golpes repetidos [101] al imperialismo, con la obligación que entraña para éste de dispersar sus fuerzas, bajo el embate del odio creciente de los pueblos del mundo!
Y si todos fuéramos capaces de unirnos, para que nuestros golpes fueran más sólidos y certeros, para que la ayuda de todo tipo a los pueblos en lucha fuera aún mas efectiva, ¡qué grande sería el futuro, y qué cercano!
Si a nosotros, los que en un pequeño punto del mapa del mundo cumplimos el deber que preconizamos y ponemos a disposición de la lucha este poco que nos es permitido dar: nuestras vidas, nuestro sacrificio, nos toca alguno de estos días lanzar el último suspiro sobre cualquier tierra, ya nuestra, regada con nuestra sangre, sépase que hemos medido el alcance de nuestros actos y que no nos consideramos nada más que elementos en el gran ejército del proletariado, pero nos sentimos orgullosos de haber aprendido de la Revolución Cubana y de su gran dirigente máximo la gran lección que emana de su actitud en esta parte del mundo: «qué importan los peligros o los sacrificios de un hombre o de un pueblo, cuando está en juego el destino de la humanidad.»
Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo y un clamor por la unidad de los pueblos contra el gran enemigo del género humano: los Estados Unidos de Norteamérica. En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ése, nuestro grito de guerra, haya llegado hasta un oído receptivo, y otra mano se tienda para empuñar nuestras armas, y otros hombres se apresten a entonar los cantos luctuosos con tableteo de ametralladoras y nuevos gritos de guerra y de victoria.
CHE
[Publicado el 16 de abril de 1967 en un Suplemento Especial de la revista Tricontinental,
mientras Ernesto Che Guevara estaba ya (en secreto) en Bolivia, organizando la guerrilla. PFE.]
Sobre el “Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental”, de Ernesto Che Guevara
Por la revolución mundial
El “Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental” es el texto más “maduro” de Ernesto Guevara, considerado uno de sus últimos mensajes políticos. Históricamente, ha sido algo así como su “testamento político”. El Che no lo pensó en esos términos: no pensaba morir, no fue a Bolivia a caer como un mártir ni un suicida, como dicen algunos biógrafos apresurados y malintencionados...; pero, de algún modo, su último mensaje resume una apuesta política a favor de la revolución mundial, contra el imperialismo, por el socialismo. Este mensaje conserva vigencia en sus trazos esenciales y estratégicos. No en aquello que se fue con la historia o que pertenece al pasado, a lo pretérito, sino en aquello que define una perspectiva revolucionaria integral, universal: “globalizada”, para utilizar un término muy en boga en nuestra época. Con el máximo de los respetos, creo que el internacionalismo no nació en Seattle.
Su “Mensaje a los pueblos del mundo…” fue publicado por primera vez hace 35 años, el 16 de abril de 1967, en el suplemento especial de una revista que sigue saliendo hoy: Tricontinental.
¿De dónde salió el nombre de la revista? Cuando el texto se publicó, Ernesto Guevara estaba en Bolivia y aún no se sabía públicamente. El nombre de Tricontinental provino de una conferencia mundial que se hizo en enero de 1966 en La Habana. Se llamó la Conferencia Tricontinental de los Pueblos. Agrupó a los tres continentes que en aquel momento estaban desarrollando la lucha antimperialista y que se presentan en el texto del Che: América Latina, Asia y África. En la Conferencia Tricontinental participaron —el Che hace referencias, unas veces abiertas, otras implícitas— los dos grandes “colosos” que en aquella época encabezaban lo que se suponía era la alternativa al capitalismo: la Unión Soviética y China. Hubo una delegación argentina muy importante: plural y heterogénea, con representantes marxistas, peronistas de izquierda, socialistas, comunistas, etcétera. - Orlando Yanes, 1978
Allí se constituyeron, informalmente, tres bloques políticos. La Conferencia Tricontinental —el mensaje del Che no se entiende al margen de ese momento histórico— se dividió en tres grandes “grupos de opinión”, para llamarlos de algún modo: a la hora de votar, a la hora de discutir qué era el imperialismo, cuáles eran los métodos para enfrentarlo, cuál era el eje de la lucha... Por un lado, el bloque encabezado por la Unión Soviética, acompañado por la mayoría —no todos— de los partidos comunistas latinoamericanos. Por otro, el bloque de China, acompañado por Indonesia, algunos países africanos y unos pocos partidos comunistas latinoamericanos. Y el tercer bloque estaba encabezado por Cuba, acompañado por Vietnam ―que llevó una importante delegación tanto del Norte, como del Frente de Liberación de Vietnam del Sur (Vietcong): en esa época estaban divididos por el imperialismo en dos países. El tema de Vietnam es muy importante en el pensamiento político y estratégico del Che.
Este tercer bloque también estaba acompañado por el Partido Comunista de Venezuela, encabezado por Douglas Bravo, que seguía la línea del Che Guevara y Fidel Castro, en “oposición” a la soviética. También lo conformaban muchos otros países africanos, junto con partidos y movimientos revolucionarios latinoamericanos. Era una Conferencia que agrupaba a estados, pero también a partidos y movimientos: algo similar —aunque muy lejano— a lo que es y fue durante la última década el Foro de San Pablo o el Foro Social Mundial de Porto Alegre; pero, en esa época, las Organizaciones No Gubernamentales no existían, entonces iban los Estados no-capitalistas y partidos, movimientos, frentes, grupos guerrilleros del continente. La Conferencia tenía, obviamente, un componente mucho más radicalizado que el Foro Social. Se discutían los “cómo”, pero nadie discutía que la perspectiva era el socialismo. Ese era el suelo común: bien distinto al del Foro Social Mundial, donde conviven corrientes muy heterogéneas.
El bloque de Cuba y Vietnam levantaba a la lucha armada como método fundamental de lucha contra el imperialismo. Paradójicamente, a esta vía se opusieron allí tanto la delegación china, como la soviética. Era una época de pleno conflicto chino-soviético, como aparece en el texto del Che: a comienzos de los años 60, la República Popular China ―que logra el triunfo de su Revolución en el año 1949― se distancia del que había sido su principal aliado, la Unión Soviética, y empieza una confrontación muy fuerte entre ambos, incluso con ejércitos paralelos en las fronteras y con riesgos de guerra. La división se generalizó en todo el mundo. Los partidos comunistas empezaron a dividirse en “prosoviéticos” y “prochinos”. Ese conflicto está presente en el pensamiento del Che: amargamente, porque él señala muchas veces la “guerra de zancadillas” que estaban haciendo las dos superpotencias socialistas, dejando solo a Vietnam...
La década de la Tricontinental
En Argentina gobernaba entonces el general Onganía, después del golpe de Estado de junio de 1966. También podemos decir, como bosquejo, que esa década en la que el Che escribe este texto, fue de rebeldías políticas y culturales al mismo tiempo. Se independizó Argelia, luego de una guerra donde el ejército francés —el hoy famoso Le Pen era un torturador en Argelia— implementó la tortura sistemática y luego se las enseñó a nuestros generales en la Escuela de Guerra argentina; varios países africanos se descolonizaron; en los países capitalistas desarrollados hubo una ola de grandes huelgas fabriles: en Italia, por ejemplo; y una gran efervescencia estudiantil durante toda la década. En el 68, un año después del asesinato del Che, florece el “mayo francés”, como también ocurre en EE.UU., Alemania, Japón y en México, entre otros países.
En el plano cultural, podemos recordar brevemente, como parte del contexto, que fue una década en la que afloró un conjunto de teorías y de corrientes críticas, contestatarias, con pretensiones revolucionarias, en el terreno de las ciencias sociales y de la política. La rebeldía contra el sistema no solo atravesó a la práctica y la militancia políticas: también “cortó en dos” la vida científica y la vida cultural. Por ejemplo, la Teoría de la Dependencia, que surgió entre algunos intelectuales latinoamericanos como crítica de la economía política “oficial” de aquellos años: una crítica contra el pensamiento que sostenía en aquella época la Comisión Económica Para América Latina. La CEPAL era una institución ligada a las Naciones Unidas que proponía que los países latinoamericanos, para salir de la pobreza y el subdesarrollo, se tenían que “modernizar”. Modernizar implicaba, para ellos, introducir el capitalismo en la agricultura, desarrollar grandes vías de comunicación, etcétera.
La Teoría de la Dependencia cuestionó eso: planteó el sinsentido de creer que los países latinoamericanos, si adelantamos un poquito, vamos a ser como EE.UU.; sostuvo que el capitalismo es un sistema mundial, en el que América Latina es parte de la periferia y el imperialismo es parte de las metrópolis. El “subdesarrollo”, entonces, es la consecuencia necesaria del sistema mundial capitalista, no un hecho accidental o accesorio de segundo orden.
Es también la década en que surge la Teología de la Liberación, aunque todavía no con ese nombre. Probablemente, el nombre se lo proporcionara en 1974 un teólogo peruano: Gustavo Gutiérrez; pero la práctica sí estaba en aquel momento. Camilo Torres es uno de los principales exponentes de esta corriente. El Che hace referencia a él en su mensaje.
En el plano de la Estética, fue una década de modernización cultural en la que la vanguardia se entrecruzó con la política. En Buenos Aires, el célebre Instituto Di Tella se fractura y se generan expresiones militantes como el caso de “Tucumán Arde”.
Mientras, para EE.UU. y para las metrópolis imperialistas, también constituyó una década de fermento, de crítica y de “indisciplina social”. Fue la década del “hippismo”: se puede discutir si era o no revolucionario, pero sí constituyó un cuestionamiento a la sociedad de consumo y a sus normas de vida. Hasta en el plano de la literatura, resultó una década muy revulsiva en EE.UU.: el tiempo de la “generación beat”, con escritores “malditos” como Burroughs o Kerouak, que elogiaban el hacer grandes viajes con la mochila al hombro y no trabajar mansamente en una oficina o en una fábrica.
En el plano de la Sociología, fue una década en la que se cuestionó como disciplina misma, incluso en EE.UU. Un gran pensador, Charles Wright Mills, rivalizó con toda la Sociología norteamericana por ser cómplice en las guerras de rapiña de EE.UU. Los sociólogos yanquis, decía Wright Mills, investigan cómo dominar mejor, cómo hacer mejor la guerra. Un discípulo suyo, Alvin Gouldner, señalaba que los sociólogos académicos norteamericanos estudiaban cómo ganar la guerra de Vietnam, cómo neutralizar la protesta de los negros, de los afroamericanos en su país. Los sociólogos “científicos” —el estructural-funcionalismo, por ejemplo— son cómplices del sistema, decían Wright Mills y Alvin Gouldner.
Asimismo, fue una década en la que se produjo un debate mundial sobre el tema del humanismo y el marxismo, acerca de si eran o no compatibles. El Che Guevara tomó posición; pero no fue el único: hubo una literatura muy importante, en esa década, que refirió al tema del “joven Marx”, el problema de la alienación —una categoría que se incorporó al lenguaje de la vida cotidiana, pero que es de origen filosófico. El terreno de esas discusiones fue la década de los 60.
En medio de estas rupturas y emergencias, el mensaje del Che no está escrito “en el aire”: es el producto, el punto de llegada de una década que en todo el mundo ―desde Asia, América Latina y África, hasta las metrópolis norteamericana, alemana e inglesa― estaba fermentada por la indisciplina y la búsqueda de nuevos horizontes.
Se podría pensar, por ejemplo, que la disciplina social que el capital le había impuesto a la fuerza de trabajo a nivel global, a través de dos guerras mundiales, se empezó a resquebrajar en la década de los 60. Fue un decenio de gran rebelión contra el capital y le siguió, en los años 70, una contrarrevolución que hoy se conoce popularmente como “neoliberalismo”. Aparecen entonces Pinochet ―uno de sus iniciadores a nivel mundial―, Margaret Thatcher, Ronald Reagan, todo el conservadurismo...
Sin embargo, la década de los 60 es justo el interregno entre el fin de la disciplina de la fuerza de trabajo ―que se implementa, sobre todo, en Europa Occidental a partir de la Segunda Guerra Mundial― y la contrarrevolución neoliberal.
Los mensajes del Che
Volviendo al mensaje del Che, es importante señalar algunos puntos.
Primero: el Che empieza hablando sobre aquella década del “optimismo” porque, supuestamente, hay paz. Dice: “Hay un clima de aparente optimismo en muchos sectores de los dispares campos en que el mundo se divide”. Más adelante, Guevara se pregunta si la paz que genera el optimismo es real.
¿A qué hace referencia con el optimismo y la paz?
Fundamentalmente, a la política oficial que en aquella época tenía la Unión Soviética: conocida en el lenguaje de sus dirigentes como la “coexistencia pacífica”; en otras palabras, la posibilidad de competir con el imperialismo en el terreno económico y en el ideológico, pero no en el terreno político-militar. Recordemos que después de la Segunda Guerra Mundial hubo un reparto del mundo, un reparto de “zonas de influencia”, en el famoso acuerdo de Yalta. Allí, la Unión Soviética se comprometía a “no generar disturbios”, a no apoyar activamente a movimientos revolucionarios en la zona de influencia norteamericana. Efectivamente, fue así: gran parte de las rebeliones y revoluciones, desde la juvenil del Mayo Francés de 1968 hasta la Revolución Cubana de 1959 o las guerrillas africanas, no tuvieron apoyo soviético, a pesar de que este país tenía una cantidad de armas impresionante e, incluso, un gran arsenal nuclear. La vieja idea, según la cual “sin el apoyo ruso no había Revolución Cubana”, es un poquito ―para decirlo elegantemente― unilateral, porque la Revolución triunfó en 1959 sin armas soviéticas, sin asesores soviéticos, sin tropas soviéticas, sin dinero soviético. El vínculo entre Cuba y la URSS es posterior a esa fecha.
El Che Guevara polemiza con esa tradición de la coexistencia pacífica cuando habla, al comienzo de su mensaje, del “desmedido optimismo” que reina como si viviéramos en paz solo porque no hay guerra mundial. Y se pregunta entonces si esa paz es verdadera. Está discutiendo con la posición soviética.
¿Dónde se puede encontrar esta idea? Además de las opiniones que todos podemos tener, hay documentos: por ejemplo, hay registros de una conferencia mundial varios años anterior a la Tricontinental ―recordemos que la Internacional Comunista, fundada por Lenin, había sido disuelta por Stalin en 1943― en la que se sancionó la “coexistencia pacífica” y la estrategia de “tránsito pacífico”. En su declaración, se planteaba que “la clase obrera y su vanguardia, el partido marxista-leninista, tienden a hacer la revolución por vía pacífica [...] En varios países capitalistas, la clase obrera, encabezada por su destacamento de vanguardia, puede conquistar el poder estatal sin guerra civil” (Declaración de la Conferencia de Representantes de los Partidos Comunistas y Obreros, Anteo, 1960). Esta Conferencia agrupó ―así decía la liturgia de la época― a todos los partidos comunistas y obreros del mundo: los que estaban enrolados en la línea pro-soviética. Allí se sostiene, explícitamente, que el camino hacia el socialismo tiene que ser un camino pacífico, es decir, que tiene que haber una “vía pacífica al socialismo”. Algo que después, de manera trágica y con toda la honestidad revolucionaria ―al punto que entregó su vida en este proyecto―, intentó llevar a cabo Salvador Allende en Chile: la transformación del capitalismo al socialismo por vía pacífica y, fundamentalmente, por la parlamentaria e institucional.
Muchas veces, cuando se recuerda y se machaca con “el fracaso” del Che en Bolivia, no se dice una sola palabra del supuesto triunfo, de la supuesta viabilidad, del supuesto realismo que habría acompañado al camino alternativo frente a la propuesta del Che: es decir, al camino emprendido por Salvador Allende junto con sus compañeros y compañeras. Esto lo afirmo ―de más está decirlo― con todo el respeto y la admiración personal por Salvador Allende, por su integridad ética y política, por su entrega a los valores más nobles de la humanidad; pero, al mismo tiempo, me pregunto: ¿no vamos a extraer ninguna consecuencia política de 1973, ninguna conclusión teórica del supuesto “triunfo de la vía pacífica al socialismo” que nos proponen ―todavía hoy― como alternativa viable y realista frente al fracaso del Che Guevara?
Años después, esa misma doctrina de la vía pacífica preconizada por los soviéticos desde fines de los años 50 y ensayada por Salvador Allende y la Unidad Popular en Chile hasta 1973, la adoptó como estrategia oficial el “eurocomunismo”. Es decir, los partidos comunistas de Francia, Italia y España, a mediados de la década de los 70, antes de convertirse oficialmente en socialdemócratas ―como en el caso italiano.
Gran parte de los teóricos académicos europeos actuales o de los últimos años que promueven la peregrina idea de que no hay que luchar por el poder, de que “la idea de revolución es vieja y anticuada”, de que el marxismo constituye apenas una ideología economicista “que no entiende de política y aplasta a los movimientos sociales”, son hijos directos del eurocomunismo.
Conformaron sus bases teóricas y filosóficas en el interregno europeo que abre con la derrota de 1968 y cierra con el auge del eurocomunismo y la “vía pacífica”. Conviene no olvidarlo a la hora de discutir el problema del poder.
Pero en la década de los 60, esa era la posición oficial de la Unión Soviética. Exactamente contra esa posición discute el Che Guevara en su mensaje a través de la Tricontinental, cuando comienza problematizando la noción de “paz”. ¿A qué llamamos “paz”? ¿Cómo vamos a construir una paz mundial real, que no presuponga guerras de masacre permanente?
El Che plantea luego otro tema para discutir: formula la idea y la noción del imperialismo entendido como sistema mundial. En esa época no estaba de moda pensar así. Hoy día, hasta cualquier periódico burgués nos habla de “sistema mundial”, de “la globalización”, de “orden mundial”. Hasta La Nación o Ámbito Financiero, diarios argentinos de extrema derecha y sumamente conservadores, hablan de “globalización”.
Años después, un académico norteamericano, Immanuel Wallerstein, publicó varios tomos a partir de 1974 para entender la historia del capitalismo como un sistema mundial. La idea consiste en no estudiarlo país por país ―separados y aislados―, sino en forma inversa: desde sus inicios, desde la transición entre feudalismo y capitalismo, entendiéndolo como un sistema mundial. Luego se puso de moda en la Academia. El último libro que discute sobre esta idea es un texto de Toni Negri: Imperio, que ha tenido una repercusión enorme en el campo progresista y con cuya visión discrepo profundamente.
Negri plantea al capitalismo como una sociedad mundial. Sin embargo, pareciera que cuando Negri dice que “los viejos internacionalistas proletarios”, “los viejos revolucionarios” no tenían una visión mundial, sino una visión de país por país, está planteando las cosas de manera completamente unilateral y forzada. Basta leer el mensaje del Che para corroborar que su perspectiva no tiene nada que ver con lo que plantea Negri.
¿No será que cuando Negri habla, polémicamente, sobre “los viejos internacionalistas”, “los viejos revolucionarios” que no llegaban a mirar al mundo como una unidad, está pensando en sí mismo?
Sería mejor si hablara en primera persona, en lugar de atribuir al conjunto de la izquierda mundial sus propias debilidades de los años 60 ―por ejemplo su limitación eurocéntrica, su provincianismo político reducido a Italia y a Europa Occidental.
Otro tema para discutir, a partir del mensaje guevariano, sería: ¿cuál es el campo privilegiado de la lucha en el planteo del Che? El Che Guevara prioriza, como lo hacía la Conferencia Tricontinental: Asia, África y América Latina. Es el eje principal ―no el único― de la confrontación con el imperialismo. Tampoco esto era común: durante mucho tiempo, en la tradición revolucionaria existió ―y sigue existiendo― un fuerte eurocentrismo. ¿Qué quiere decir esto? Significa: hasta que no se libere la clase obrera inglesa o alemana, nosotros, los de América Latina, Asia y África, no tenemos nada que hacer; mejor, cruzarnos de brazos.
Esta visión, supuestamente “marxista”, todavía se repite en el campo académico y entre muchos marxistas europeos que se sienten genuinamente revolucionarios. Algunos los escriben; otros, simplemente, lo piensan y no lo dicen, aunque sus estrategias políticas se asienten implícitamente en esta visión. El Che discute en torno a este fenómeno, de manera ácida, dura, mordaz, polémica.
Otro punto en debate es el papel de la OEA y de las Naciones Unidas, arista que sigue siendo polémica. En 2002 apareció un artículo muy polémico del periodista argentino Horacio Verbitsky, en el que cita informes de la OEA y de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, según los cuales los revolucionarios colombianos son “terroristas, violadores, torturadores, asesinos...”.
Es un tema que tenemos que seguir discutiendo: si para nosotros es confiable lo que dicen las Naciones Unidas, que han avalado todas las guerras, situados siempre ―en nombre del “derecho”― del lado de los poderosos. El Che tenía una opinión muy fuerte al respecto. Dice explícitamente: “las Naciones Unidas y la OEA son máscaras del imperialismo”; por lo tanto, jamás las vamos a aceptar como una fuente fidedigna. Bajo la bandera “neutral” y “equidistante” de las Naciones Unidas se han masacrado y bombardeado pueblos enteros. Era la época del Che; en la nuestra, no ha cambiado mucho la cosa: quizá haya empeorado....
Por otra parte, Guevara sostiene que “Vietnam, esa nación que representa las aspiraciones, las esperanzas de victoria de todo un mundo preterido, está trágicamente solo”. ¿Por qué “solo”?: porque Vietnam está aislado en su enfrentamiento con EE.UU. El Che critica aquí a las dos superpotencias, China y la URSS: “[...] Pero también son culpables los que en el momento de definición vacilaron en hacer de Vietnam parte inviolable del territorio socialista, corriente, sí, los riesgos de una guerra de alcance mundial, pero también obligando a una decisión a los imperialistas norteamericanos. Y son culpables los que mantienen una guerra de denuestos y zancadillas, comenzada hace ya buen tiempo por los representantes de las dos grandes potencias del campo socialista”.
De esta forma, el Che le cuestiona al Pacto de Varsovia ―un pacto de asistencia recíproca en el plano político-militar, entre la Unión Soviética y los países del Este― la exclusión de Vietnam dentro de su territorio inviolable. Si las potencias imperialistas invadían Polonia, había guerra mundial; si invadían Rumania, había guerra mundial; si invadían o bombardeaban la Unión Soviética, había guerra mundial. ¿Por qué, entonces, si invadían o bombardeaban Vietnam, no había guerra mundial? ¿Qué razones geopolíticas llevaban a dejar solo a un pueblo del Tercer Mundo y no tomarlo como un territorio propio para que impunemente lo desangrasen?
Por último, el Che plantea las tareas continentales de América Latina. Este tema sigue pendiente hoy en la izquierda argentina y latinoamericana. El Che es muy terminante; tiene una formulación muy famosa, casi idéntica a la que en 1928 hiciera José Carlos Mariátegui: “o revolución socialista o caricatura de revolución”.
En ningún momento acepta Guevara que en América Latina las tareas consistan en construir una “revolución nacional”, “democrática”, “progresista”, que deje al socialismo para el día de mañana. De una manera muy tajante y polémica, asegura que si la revolución no se planea socialista, será solo “una caricatura de revolución”; un intento que, a la larga, terminará en fracaso o en tragedia como ocurrió tantas veces.
Aborda también el tema de la burguesía. No la denomina “nacional”, sino “autóctona”. Es un asunto que ha vuelto, en los últimos años, en propuestas y debates de economistas e historiadores nacional-populistas o de centroizquierda, quienes certifican la existencia de una burguesía nacional latinoamericana como un aliado nuestro, con quien hemos que hacer alianzas contra el imperialismo. Lo anterior implica también toda una serie de políticas de alianzas en el terreno ideológico, cultural, etcétera.
El Che plantea que las burguesías autóctonas son parte del imperialismo, que no tienen autonomía propia: “han perdido toda su capacidad de oposición al imperialismo ―si alguna vez la tuvieron― y solo forman su furgón de cola”. Guevara formula esta idea casi una década antes del plan de Martínez de Hoz [Ministro de Economía de la dictadura militar argentina de 1976]. No habría que esperar a este año para, recién allí, empezar a pensar que la burguesía nacional no puede dirigir. ¡No! Casi una década antes de la supuesta desindustrialización, ya el Che descree de la capacidad emancipadora de la burguesía autóctona latinoamericana ―“nacional” para sus defensores.
Por último, Guevara plantea el tema de la confrontación armada y señala los límites muy fuertes de la lucha callejera. “Y los combates no serán meras luchas callejeras de piedras contra gases lacrimógenos, ni de huelgas generales pacíficas; ni será la lucha de un pueblo enfurecido que destruya en dos o tres días el andamiaje represivo de las oligarquías gobernantes; será una lucha larga, cruenta”, dice el Che, poniendo un límite muy fuerte para poder realmente hacer una revolución.
Guevara había afirmado en El socialismo y el hombre en Cuba (1965): “Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad”. Y en el mensaje, plantea una dialéctica muy difícil de aprehender desde los valores inculcados en nosotros por las clases dominantes, porque convengamos en que nos han educado ―más allá de credos y religiones― en la cultura del “poner la otra mejilla”.
En un célebre poema, decía Bertolt Brecht: “Me gustaría ser sabio también / Los viejos libros explican la sabiduría: / apartarse de las luchas del mundo / y transcurrir sin inquietudes nuestro breve tiempo. / Librarse de la violencia, / dar bien por mal, / no satisfacer los deseos y hasta olvidarlos: tal es la sabiduría”.
En esa cultura nos han educado desde pequeños. Si nos hacen el mal, dar la otra mejilla o, como dice Brecht, devolver con bien el mal que nos han hecho ―por supuesto, Brecht termina su poema diciendo: “Pero yo no puedo hacer nada de esto: / verdaderamente, vivo en tiempos sombríos”. En esa cultura del agachar la cabeza, resignarse y nunca responder las agresiones, nos han educado. Es la base subjetiva de la internacionalización de la dominación burguesa. Y el Che Guevara se rebela frente a esos valores: como Brecht, en su época.
Entonces ―pensando en Vietnam, en las luchas revolucionarias latinoamericanas, en el colonialismo racista europeo en África, en los miles de torturados y torturadas de Argentina y América Latina (ya en los 60...), en las mujeres indefensas violadas por las tropas de ejércitos entrenados por EE.UU., en “las bestias hitleristas”―, Ernesto Guevara sostiene que “un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal”.
Esta formulación no puede separarse del objetivo central de los revolucionarios: la lucha tiene la finalidad de acabar con la explotación y la enajenación de nuestros pueblos; la lucha tiene como valor fundante el amor: “Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad”, nos había dicho poco antes. No se pueden separar ni escindir ambas formulaciones. El pensamiento burgués las separa; siempre, invariablemente, cae en antinomias: odio o amor, paz o guerra. El pensamiento burgués, sus categorías analíticas, sus valores fetichizados y fragmentados, no pueden escapar a las dicotomías. O amamos y ponemos la otra mejilla, o nos decidimos por la lucha y entonces odiamos.
El pensamiento burgués no comprende que quien se enfrenta a la barbarie capitalista, a la barbarie imperialista, a la barbarie nazi, ama al pueblo, ama al compañero y a la compañera, ama a todo aquel que lucha por la libertad, ama a todo aquel que no se queda solo en palabras, sino que también materializa la solidaridad y el compromiso en su vida cotidiana; pero, al mismo tiempo y en el mismo movimiento, odia al explotador, odia al opresor, odia al torturador, odia al racista, odia al violador, odia al verdugo, odia al nazi, odia al esclavista, odia al apropiador de los hijos de sus compañeros, odia al secuestrador y al genocida.
¿O tenemos que poner la otra mejilla? ¿O tenemos que amar a Videla, a Pinochet, a Franco, a Mussolini y a Hitler? ¿Podría haber triunfado el pueblo vietnamita amando al invasor yanqui, al que quemaba sus campos, al que tiraba compañeros del Vietcong desde los aviones y helicópteros, al que prostituía a sus hijas y hermanas, al que quemaba vivos con Napalm, al que destruía el honor de su pueblo?
¿Podrían haber triunfado los guerrilleros comunistas ―que en la retaguardia de las tropas nazis no los dejaban descansar un minuto― cuando Hitler invadió la Unión Soviética, si hubieran amado al invasor, perdonándole sus crímenes, reconciliándose con los genocidas de pueblos enteros?
Pensemos en todas las polémicas que se arman sobre las declaraciones de las Madres de Plaza de Mayo: cuando ellas no perdonan, no ponen la otra mejilla, no se abrazan con los secuestradores de sus hijos e hijas, no quieren reconciliarse con los opresores y verdugos.
El Che es muy fuerte, muy polémico, no tiene nada que ver con este “chico bueno de pelo largo” que nos quiere presentar el sistema de propaganda en la voz del poder. Guevara es muy duro cuando plantea que un pueblo sin odio a sus explotadores, a sus enemigos, no puede vencer. Y ese pensamiento no está disociado de su marxismo humanista. El Che plantea y conjuga ambas dimensiones: por eso es tan polémico.
El último tema que menciona es la unidad: el gran tema de la unidad de las fuerzas revolucionarias. El Che plantea que a pesar de no tener esperanzas de unir a estas dos grandes potencias, apuesta a la unidad como eje. Dice: “Es la hora de atemperar nuestras discrepancias y ponerlo todo al servicio de la lucha”.
El Che no es Dimitrov (dirigente de la Internacional Comunista durante la década del 30) quien, en el VII Congreso de la Internacional de 1935, planteó la doctrina del “Frente Popular”: la unidad de la clase obrera con la burguesía “no fascista” y “democrática”. ¡No, ese no es el camino del Che! No se puede hacer la unidad con la burguesía. O revolución socialista o caricatura de revolución.
Esto vale también para la cultura. No se puede conjugar al marxismo revolucionario con el liberalismo burgués y “democrático”. Son términos antagónicos. Pero el Che sí quería la unidad: la unidad de los revolucionarios, la unidad contra el sistema, la unidad de la militancia antiimperialista, la unidad de los trabajadores en todas sus fracciones clasistas y antiburocráticas, la unidad de los que se enfrentan al poder. Esa unidad es válida. No conviene confundirla con la Unidad de Dimitrov.
Por esa unidad, reclamaba el Che: “Y si todos fuéramos capaces de unirnos, para que nuestros golpes fueran más sólidos y certeros, para que la ayuda de todo tipo a los pueblos en lucha fuera aún más efectiva, ¡qué grande sería el futuro y qué cercano!”.
Si hablamos de “ayuda a los pueblos en lucha”, terminemos entonces con la ética revolucionaria del Che. Esa ética que no pueden entender los pusilánimes que lo acusan ―desde sus cómodos sillones― de mil y un pecados. Esa ética que recorre como un hilo rojo todos sus escritos y toda su práctica. Esa ética que Guevara, sin ser un Dios, sin ser un santo, siendo simplemente un ser humano como cualquiera de nosotros, convirtió en norma de vida.
Creemos que esa ética, presente en toda su obra, está resumida en una corta y apretada sentencia del “Mensaje a los pueblos del mundo…”, que deberíamos hacer nuestra hoy día: “No se trata de desear éxitos al agredido, sino de correr su misma suerte; acompañarlo a la muerte o a la victoria”. Estaba pensando en Vietnam; pero también en América Latina, en Bolivia, en Cuba, en Argentina.
Fragmentos de una Clase pública impartida el 10 de mayo de 2002 en la Cátedra Libre Ernesto Che Guevara en Argentina.
Conmemoran aniversario de la muerte del Che
Le puso un cerco a la muerte
El hermano del guerrillero argentino Ernesto Che Guevara, Juan Martín, visitará el miércoles la aldea boliviana de La Higuera, el lugar donde el revolucionario fue asesinado hace 46 años por un sargento de Ejército de Bolivia.
El directivo de la Fundación Che Guevara en el pueblo de Vallegrande, el alemán-boliviano Anastasio Khomann, dijo a Efe, en un contacto telefónico, que Juan Martín Guevara ya se encuentra en ese lugar y el miércoles se trasladará hasta la vecina La Higuera.
Como sucede cada año en esta fecha, es previsible que los seguidores del Che, entre ellos cubanos, bolivianos y argentinos, viajen desde Vallegrande hasta La Higuera para recordar el día de su muerte, ocurrida el 9 de octubre de 1967.
La Higuera es un remoto caserío del sureste de Bolivia donde el sargento boliviano Mario Terán mató a Guevara en una escuela, un día después de que fuera capturado por el Ejército boliviano que puso fin al foco guerrillero que lideró el argentino-cubano.
El hermano de Guevara presentará en Vallegrande una nueva edición del libro "Con la mirada al sur", de los cubanos Froilán González y Addys Cupull, que retrata la niñez y la juventud del Che.
Según Khomann, los homenajes a Guevara comenzaron el lunes con la visita de varias personas a un mausoleo en Vallegrande, levantado en el lugar donde los restos del combatiente estuvieron enterrados ocultos durante treinta años, hasta que fueron exhumados en 1997 para ser trasladados a Cuba.
Al contrario, un grupo de excombatientes del Ejército boliviano que vive en la ciudad de Santa Cruz (este) conmemorará la captura del revolucionario y el triunfo sobre su guerrilla en un acto organizado por parlamentarios opositores de esa región.
Los ex combatientes asistirán primero a una misa en Santa Cruz y luego serán homenajeados en las oficinas de la Brigada Parlamentaria Cruceña para "recordar el triunfo del Ejército frente a invasores extranjeros en territorio boliviano", según un comunicado de prensa de esa institución legislativa.
(Fuente: EFE) / Montevideo Portal
La muerte del Ché Guevara desde la España de 1967 por Eduardo Andradas El 9 de Octubre se cumplen cuarenta y seis años de la caída del Ché Guevara en combate. Hecho que también tuvo impacto en la sociedad española de entonces.
La Habana, unida de bahía y mar, con raíz de
sol, quinto aniversario de la Revolución Cubana, una tribuna armada del
Che Guevara, detrás suyo Dolores Ibarruri “La Pasionaria”, el verde de
la selva latinoamericana, el negro de las montañas de carbón de la
península ibérica, es 1964 y se enlaza dos esperanzas, Diciembre de 1958
Santa Clara, Noviembre de 1936 Madrid. Es Enero y por momentos el cielo
del Caribe grita brisas de No Pasaran.
En 1964 era común que aparecieran donaciones monetarias de individuos o colectivos al Mundo Obrero desde el interior de la prisión en la que estaba convertida España hacia PCE, con el nombre de Che Guevara, desde Navarra el autodenominado clandestino grupo del Moncayo, firmaba así. El Partido Comunista de España, comparaba en sus publicaciones de época, a Hitler, Franco y Mussolini con Johnson y McNamara, la defensa de Vietnam con de la Republica española y a la oposición antifranquista con el Che Guevara. La Pasionaria envía telegrama de pésame desde Moscú a la hija del Ché, Aleida. En Octubre de 1967 tras la caída en combate del Comándate Ernesto Guevara en los hondos de Bolivia, Santiago Carrillo, escribía un artículo de homenaje en el que exclamaba que si el Ché hubiera nacido antes, habría sido un Brigadista Internacional en el estado español. El comité Central del PCE, emite un comunicado el día 21 de Octubre de pésame al Partido Comunista de Cuba por la desaparición en acción de guerra del Camarada Ché Guevara. Ese mes en Sevilla se produce una misa por parte de estudiantes católicos en memoria del Ché, a su fin se dan vivas a Cuba socialista y a la Vietnam Antiimperialista. Tras la muerte del argentino internacionalista, en España se celebran manifestaciones de denuncia en la universidad de Madrid, en los pasquines lanzados delante de los grises, se compara al Comándate Revolucionario con los guerrilleros anti-Napoleónicos de 1808. La cultura castellana o vasca también refleja al Ché, el director de cine Antonio Eceiza, le pone como ejemplo de moral en los intelectuales. Militares republicanos con Enrique Lister sobresaliendo o profesionales del ejercito sobre todo Alberto Bayo, el que intento conquistar Baleares en Agosto de 1936 para el gobierno del Frente Popular le rinden honores. La poetisa Argentina María Luisa Carnelli, apoyante con su presencia durante la guerra a la republica, escribe a la diputada y escritora Margarita Nelken en donde menciona la muerte del Ché, en esa carta Franco está presente, otra vez el argentino y el dictador se cruzan, uno como esperanza otro como horror.
El 15 de Marzo de 1968 estudiantes de la Ciudad Universitaria de Madrid, se manifiestan con retratos del Ché y Ho chi Minh, queman una bandera de EEUU y la policía gris carga a caballo y a pie y detiene a 18 jóvenes. En total 2000 personas participan en esta acción, todo comenzó con un mitin antiimperialista en la facultad de ciencias, el cual termino bruscamente por el corte de electricidad producido por los agentes represivos policiales del régimen Fascista.
El poeta zaragozano exiliado, José Luis Galbe dedica un poema al Comandante Guevara que reproduce la prensa anti-fascista de los pueblos de España.
La cantautora catalana Guillermina Motta se pasea por Europa a guitarra y acorde, cantando al Guevara y pidiendo la democracia para el estado Español, el actor Paco Rabal interpreta en el cine al Comándate de la Revolución cubana y Raimon le canta en la universidad de Valencia.
Años posteriores, no solo el PCE reclamaría al Ché Guevara como suyo, partidos políticos como la Organización Revolucionaria de los Trabajadores (ORT) le tendrían a modo de base ideológica por sus cercanías a la China de Mao o la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) le editaría junto a León Trotsky. La UGT en su órgano de expresión escribía en 1974, que la teoría del foquismo o Guevarista no era extrapolable a España, optando por una vía escalonada y placista hacia el socialismo. En cambio en 1961 desde órgano oficial de la CNT en Francia en el exilio por medio del histórico libertario Severino Campos se acusaba al Ché como agente de Moscú y de ser orientador de un comunismo dictatorial en Cuba.
La prensa de FET-JONS o del Movimiento Nacional, le denomina desde principios de la década de 1960 de terrorista o Castrocomunista. La opinión del Falangismo se divide entre los “Auténticos” que le ven de la talla de José Antonio Primo de Rivera y la rama mas neonazi que le llega a tachar de judío despectivamente.
Es 1968 y España sigue tan sombría como en 1939, pero un ser humano nacido en la ciudad de Rosario de Argentina, dio un poco de arcoíris a los corazones resistentes de la larga noche fea del franquismo.
* Eduardo Andradas es Investigador Histórico
http://elleteoenverso. blogspot.com.es/
En 1964 era común que aparecieran donaciones monetarias de individuos o colectivos al Mundo Obrero desde el interior de la prisión en la que estaba convertida España hacia PCE, con el nombre de Che Guevara, desde Navarra el autodenominado clandestino grupo del Moncayo, firmaba así. El Partido Comunista de España, comparaba en sus publicaciones de época, a Hitler, Franco y Mussolini con Johnson y McNamara, la defensa de Vietnam con de la Republica española y a la oposición antifranquista con el Che Guevara. La Pasionaria envía telegrama de pésame desde Moscú a la hija del Ché, Aleida. En Octubre de 1967 tras la caída en combate del Comándate Ernesto Guevara en los hondos de Bolivia, Santiago Carrillo, escribía un artículo de homenaje en el que exclamaba que si el Ché hubiera nacido antes, habría sido un Brigadista Internacional en el estado español. El comité Central del PCE, emite un comunicado el día 21 de Octubre de pésame al Partido Comunista de Cuba por la desaparición en acción de guerra del Camarada Ché Guevara. Ese mes en Sevilla se produce una misa por parte de estudiantes católicos en memoria del Ché, a su fin se dan vivas a Cuba socialista y a la Vietnam Antiimperialista. Tras la muerte del argentino internacionalista, en España se celebran manifestaciones de denuncia en la universidad de Madrid, en los pasquines lanzados delante de los grises, se compara al Comándate Revolucionario con los guerrilleros anti-Napoleónicos de 1808. La cultura castellana o vasca también refleja al Ché, el director de cine Antonio Eceiza, le pone como ejemplo de moral en los intelectuales. Militares republicanos con Enrique Lister sobresaliendo o profesionales del ejercito sobre todo Alberto Bayo, el que intento conquistar Baleares en Agosto de 1936 para el gobierno del Frente Popular le rinden honores. La poetisa Argentina María Luisa Carnelli, apoyante con su presencia durante la guerra a la republica, escribe a la diputada y escritora Margarita Nelken en donde menciona la muerte del Ché, en esa carta Franco está presente, otra vez el argentino y el dictador se cruzan, uno como esperanza otro como horror.
El 15 de Marzo de 1968 estudiantes de la Ciudad Universitaria de Madrid, se manifiestan con retratos del Ché y Ho chi Minh, queman una bandera de EEUU y la policía gris carga a caballo y a pie y detiene a 18 jóvenes. En total 2000 personas participan en esta acción, todo comenzó con un mitin antiimperialista en la facultad de ciencias, el cual termino bruscamente por el corte de electricidad producido por los agentes represivos policiales del régimen Fascista.
El poeta zaragozano exiliado, José Luis Galbe dedica un poema al Comandante Guevara que reproduce la prensa anti-fascista de los pueblos de España.
“Quisiéramos un mundo lleno de chés Guevaras,La absurdidad del estado fascista español, es la detención del histórico comunista Vasco, Ramón Ormazábal y su internamiento en la cárcel de Basauri, por la detentación de un grabado del Ché Guevara, que le fue incautado en un registro domiciliario. El 18 de Mayo de 1968, tras los acordes del cantautor Raimon en la universidad Madrileña, un millar de estudiantes se manifiesta por la calle Princesa de Madrid, a gritos de “Abajo Franco”, “Europa Socialista” y “Viva el Ché”, van con pequeños retratos del guerrillero argentino-Cubano y se dan choque con la policía franquista que responde con porra y bombas de gas, se levantan barricadas con las sillas y mesas de las terrazas cercanas, por un momento Madrid se traslada a una selva urbana y Carlos Puebla suena de fondo a Che Guevara.
Y lo tendremos, porque aunque ché hubo solo uno,
Viviremos contigo, defendiendo tu muerte”.
La cantautora catalana Guillermina Motta se pasea por Europa a guitarra y acorde, cantando al Guevara y pidiendo la democracia para el estado Español, el actor Paco Rabal interpreta en el cine al Comándate de la Revolución cubana y Raimon le canta en la universidad de Valencia.
Años posteriores, no solo el PCE reclamaría al Ché Guevara como suyo, partidos políticos como la Organización Revolucionaria de los Trabajadores (ORT) le tendrían a modo de base ideológica por sus cercanías a la China de Mao o la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) le editaría junto a León Trotsky. La UGT en su órgano de expresión escribía en 1974, que la teoría del foquismo o Guevarista no era extrapolable a España, optando por una vía escalonada y placista hacia el socialismo. En cambio en 1961 desde órgano oficial de la CNT en Francia en el exilio por medio del histórico libertario Severino Campos se acusaba al Ché como agente de Moscú y de ser orientador de un comunismo dictatorial en Cuba.
La prensa de FET-JONS o del Movimiento Nacional, le denomina desde principios de la década de 1960 de terrorista o Castrocomunista. La opinión del Falangismo se divide entre los “Auténticos” que le ven de la talla de José Antonio Primo de Rivera y la rama mas neonazi que le llega a tachar de judío despectivamente.
Es 1968 y España sigue tan sombría como en 1939, pero un ser humano nacido en la ciudad de Rosario de Argentina, dio un poco de arcoíris a los corazones resistentes de la larga noche fea del franquismo.
* Eduardo Andradas es Investigador Histórico
http://elleteoenverso.
sábado, 8 de octubre de 2011
Los ocho de octubre
por Jorge Zabalza
A principios de los años ’60, bastante antes del deterioro de la democracia burguesa, dado el estancamiento de la producción y la caída de la tasa de ganancias, se podía preveer que el arriba necesitaría emplear la violencia contra un abajo que todavía no se movía como en el ‘69, pero no se mostraba dispuesto a pagar el costo de la crisis.
El
Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros) pudo , entonces,
anticiparse al devenir y se comenzó a preparar para enfrentar al arriba
con la violencia organizada por los de abajo. Significö un rechazo de
plano a la posibilidad de acumular las fuerzas del cambio por la vía
electoral y parlamentaria y elegir conscientemente el camino de la lucha
guerrillera como método de acumulación política. Los tupamaros
primigenios rompieron decididamente con la legalidad permitida por la
clase dominante y llamaron a tomar las armas para derrocar el régimen.
Tremenda responsabilidad histórica!.
A mediados de 1967, Jorge Pacheco Areco diö comienzo al uso ilegítimo de la violencia organizada por el Estado, con la consecuencia inmediata de tres estudiantes muertos por la policía y centenares de trabajadores sindicalizados detenidos por medidas prontas de seguridad. La desmesura pachequista radicalizó las luchas populares que, al influjo de la tendencia clasista y combativa, se lanzó a las calles a enfrentar la represión. La lucha social abrió espacios políticos a la lucha armada. La mentalidad combativa y la infraestructura clandestina que había desarrollado el MLN(T) en los años que llevaba preparándose, hacían posible el empleo sistemático del método guerrillero y, por consiguiente, fue la organización política en mejores condiciones para enfrentar la violencia represiva.
A mediados de 1967, Jorge Pacheco Areco diö comienzo al uso ilegítimo de la violencia organizada por el Estado, con la consecuencia inmediata de tres estudiantes muertos por la policía y centenares de trabajadores sindicalizados detenidos por medidas prontas de seguridad. La desmesura pachequista radicalizó las luchas populares que, al influjo de la tendencia clasista y combativa, se lanzó a las calles a enfrentar la represión. La lucha social abrió espacios políticos a la lucha armada. La mentalidad combativa y la infraestructura clandestina que había desarrollado el MLN(T) en los años que llevaba preparándose, hacían posible el empleo sistemático del método guerrillero y, por consiguiente, fue la organización política en mejores condiciones para enfrentar la violencia represiva.
Desde
ese momento el movimiento popular lo percibió como expresión política
de su propia lucha, como la organización que defendía a los perjudicados
por las destituciones, las persecuciones sindicales, los apaleamientos
callejeros y los encarcelamientos injustificados. Era el movimiento que
dejó atrás lo declarativo y apuntó con acciones armadas a derribar el
régimen como, por otra parte, lo requerían las movilizaciones populares.
Este
sábado se recuerda a Jorge Salerno, Alfredo Cultelli y Ricardo Zabalza,
asesinados por la Guardia Metropolitana el 8 de octubre de 1969 en la
toma de la ciudad de Pando. El MLN(T) concibió esta forma de homenajear a
Ernesto Guevara también asesinado en Bolivia dos años antes, como
demostración de que la guerrilla tenía la edad suficiente para pasar de
las acciones “muerde y huye” a las de controlar un territorio, aunque
fuere por breves momentos. Se quería transmitir el mensaje de que, en un
futuro no muy lejano, sería posible tomar Montevideo como se había
hecho con Pando. Es curioso pero, a pesar de que la acción terminó en
derrota militar, tres compañeros muertos y más de veinte prisioneros, la
operación de Pando significó el comienzo del crecimiento explosivo del
MLN (T).
¿Qué estaba pasando?... pese al desastre en Pando, amplios sectores populares ya reconocían la lucha armada como alternativa real al reformismo electoral y parlamentario. La sangre derramada fructificó rápidamente en conciencia y compromiso revolucionario. Los hechos de Pando expresaron el espíritu romántico y el sentimiento épico de toda la generación que tomó la senda trazada por el Ché. No teníamos una sola duda, la vida sólo tenía valor si se ofrendaba en el altar de la emancipación social, nos entregábamos a la lucha en la más completa seguridad de estar haciendo la revolución.
Los hechos de Pando sirvieron también para refrendar la concepción que apuntaba al desarrollo de un poder paralelo y opuesto al del Estado, un poder organizado a partir de un aparato guerrillero que extendía su estructura hacia el pueblo como una telaraña de organizaciones diversas pero que, en la práctica, subordinaba el movimiento de masas y la lucha social al centro político que conducía la lucha armada. Paradójicamente, la toma de Pando, símbolo de la disposición combatiente a hacer la revolución, sirvió de plataforma de lanzamiento a la teoría del doble poder, cuya aplicación práctica culminaría en 1972 con el enfrentamiento mano a mano entre el MLN(T) y las fuerzas armadas, en la que obtuvo la victoria el aparato que contaba con los medios del Estado, con el consentimiento efectivo del imperialismo y el apoyo de sectores reaccionarios que clamaban por “mano dura”.
La clave de la derrota del MLN hay que buscarla en la teoría y práctica del doble poder, en cómo la hipertrofia del aparato relegó el movimiento popular al rol de simple espectador, el pueblo sentado en la tribuna sin involucrarse en la lucha armada contra el brazo represivo de la clase dominante. No se precisa renegar del pasado guerrillero para asumir el error y la derrota, como algunos están haciendo lamentablemente, sino que es preciso analizar a fondo las experiencias revolucionarias y elaborar las conclusiones teóricas que de ellas surjan, sin que importe lo cruda que pueda ser la crítica a cómo pensamos y cómo hicimos en el último medio siglo de historia.
¿Qué estaba pasando?... pese al desastre en Pando, amplios sectores populares ya reconocían la lucha armada como alternativa real al reformismo electoral y parlamentario. La sangre derramada fructificó rápidamente en conciencia y compromiso revolucionario. Los hechos de Pando expresaron el espíritu romántico y el sentimiento épico de toda la generación que tomó la senda trazada por el Ché. No teníamos una sola duda, la vida sólo tenía valor si se ofrendaba en el altar de la emancipación social, nos entregábamos a la lucha en la más completa seguridad de estar haciendo la revolución.
Los hechos de Pando sirvieron también para refrendar la concepción que apuntaba al desarrollo de un poder paralelo y opuesto al del Estado, un poder organizado a partir de un aparato guerrillero que extendía su estructura hacia el pueblo como una telaraña de organizaciones diversas pero que, en la práctica, subordinaba el movimiento de masas y la lucha social al centro político que conducía la lucha armada. Paradójicamente, la toma de Pando, símbolo de la disposición combatiente a hacer la revolución, sirvió de plataforma de lanzamiento a la teoría del doble poder, cuya aplicación práctica culminaría en 1972 con el enfrentamiento mano a mano entre el MLN(T) y las fuerzas armadas, en la que obtuvo la victoria el aparato que contaba con los medios del Estado, con el consentimiento efectivo del imperialismo y el apoyo de sectores reaccionarios que clamaban por “mano dura”.
La clave de la derrota del MLN hay que buscarla en la teoría y práctica del doble poder, en cómo la hipertrofia del aparato relegó el movimiento popular al rol de simple espectador, el pueblo sentado en la tribuna sin involucrarse en la lucha armada contra el brazo represivo de la clase dominante. No se precisa renegar del pasado guerrillero para asumir el error y la derrota, como algunos están haciendo lamentablemente, sino que es preciso analizar a fondo las experiencias revolucionarias y elaborar las conclusiones teóricas que de ellas surjan, sin que importe lo cruda que pueda ser la crítica a cómo pensamos y cómo hicimos en el último medio siglo de historia.
Es
cierto, cayeron los muros, fracasó el socialismo real y la URSS, China
Popular y otras experiencias ayer revolucionarias construyen capitalismo
desde el Estado, es cierto, no tenemos certezas como medio siglo atrás,
pero también es muy cierto que en el sistema capitalista no hay
solución para los asalariados. Por si en la historia de los pueblos no
hubiera quedado claro, llegó esta última crisis para demostrar que al
reproducirse, ampliarse y concentrarse, el capital solamente puede
producir más exclusión y más marginación. Pueblos que hasta ayer
aceptaban pacíficamente la dominación, hoy levantan sus banderas de
rebeldía en Europa, África del Norte y hasta en el territorio privado de
Wall Street. Se precisa una nueva teoría revolucionaria, una teoría que
conciba la lucha revolucionaria como una creación autónoma del
movimiento popular, de un pueblo insurrecto que se organiza y se arma a
sí mismo para hacer la revolución, una teoría que no conciba al
movimiento revolucionario encerrado en un aparato, dirigiendo el proceso
desde su panóptico. Los viejos “hombres de aparato” cuentan con
muchísmos elementos y experiencias, un testamento político que podría
servir de base a quienes harán la próxima revolución.
Durante
un siglo funcionaron eficazmente diferentes aplicaciones de la teoría
para construir aparatos de poder revolucionario, y lo hicieron con tanta
eficacia que derrotaron y sustituyeron al Estado burgués en varias
naciones. Dode fracasaron esos aparatos fue en producir seres humanos
con una filosofía de vida totalmente antagónica a la del capitalismo. La
propia esencia del doble poder lleva a ese fracaso, porque al construir
un aparato revolucionario tan poderoso, en realidad se está
construyendo una forma de organización que posee idénticas
características a la del Estado burgués que se quiere destruir. En
consecuencias, no se forman las mujeres y los hombres con los valores
del socialismo, sino que, en ese aparato esencialmente idéntico al
Estado, se forman burócratas cuyos valores son los del capitalismo, la
competencia a muerte por un cargo, las pujas de poder y conspiraciones
internas.
Muchos
viejos sobrevivientes de los procesos revolucionarios del ’70 han hecho
suyos los intereses del Estado, se han integrado plena y
conscientemente a la democracia burguesa y administran las políticas que
favorecen los grandes negocios del capital. No los miremos con
desconcierto, preguntándonos que pasó con esos sandinistas, farabundos y
tupamaros, analicemos su práctica política en los aparatos donde sus
cabezas aprendieron a funcionar para ejercer el poder, hacia las masas y
en la interna. Luego vendrán los comportamientos pautados por los
intereses personales, por sus delirios de grandeza y el
autoconvencimiento de ser infalibles, de ninguna manera pueden concebir
que la emancipación social de los trabajadores es asunto de los propios
trabajadores y no de “vacas sagradas” o caudillos que les dictan cátedra
sobre cómo liberarse.
Estamos viviendo un
período de transición entre el agotamiento de la teoría del doble poder y
la ausencia de una concepción global de construcción del poder
revolucionario del pueblo armado y organizado. La transición y la
ausencia se manifiestan como desconcierto, ya no se tienen aquellas
seguridades y sentimientos épicos conque dieron la vida los tres
compañeros asesinados en Pando. Son, por consiguiente, tiempos de
reubicarse con sinceridad: sabemos de la necesidad de acabar con el
capitalismo y transformarnos en columnas de una sociedad de seres libres
libremente asociados. Son también tiempos de no dejarse coptar por el
capitalismo o los cantos de sirena del poder político, de no entregarse a
los valores y la filosofía del pasado, de cultivar los valores y la
filosofía del futuro. Son tiempos de estacas, de clavarse en la
izquierda revolucionaria y resistir los embates y los cantos de sirena.
De esperar al acecho.
Jorge Zabalza
Ricardo Zabalza acribillado en Pando
domingo, 9 de octubre de 2011 - Publicado en el Blog El Muerto
La toma armada de la ciudad de Pando por el movimiento guerrillero tupamaro
8 de octubre 1969En homenaje a los hermanos combatientes Ricardo Zabalza, Alfredo Cultelli y Jorge Salerno asesinados por la represion en los enfrentamientos posteriores a la toma de Pando.
ALGUNAS CONSIDERACIONES
Ese día, el MLN (Tupamaros) tomo Pando, ciudad de cierta importancia ubicada en las cercanías de la Capital Montevideo.Se tomo la Comisaria de Policia, el Cuartelillo de Bomberos, la Central Telefónica y los Bancos República, de Pan de Azúcar y de Pando.El operativo da inicio
a las 13 horas y luego de cumplidos todos sus objetivos se lleva a cabo la retirada a las 13 y 20 horas.
Participaron 49 combatientes, de Montevideo y del Interior del país, los que se identificaron con brazaletes y actuaron en seis grupos coordinados. El Comando se denomino "Ernesto Che Guevara".
La acción tuvo como objetivo la realización de un homenaje combatiente al Che Guevara, así como logístico (armas y dinero) y, naturalmente, como demostración de fuerzas para alentar al movimiento estudiantil y sindical, duramente enfrentado al gobierno de dictadura encubierta de Pacheco Areco, en su sostenida resistencia a todo lo largo de 1968 y 1969.
En la retirada se produjeron enfrentamientos armados con las fuerzas represivas en un camino de acceso a Pando y mas tarde a campo traviesa. Tres combatientes,los jóvenes estudiantes Ricardo Zabalza, Alfredo Cultelli y Jorge Salerno, fueron vilmente asesinados por la represión luego de haberseles terminado la munición o por estar heridos, y haberse rendido.Fueron asesinados cuando estaban desarmados,con un tiro en la nuca (Zabalza),por la espalda (Cultelli) o por fuego cruzado de fruslería (Salerno).Varios prisioneros mas salvaron sus vidas por la presencia de periodistas.
Cerca de una veintena de combatientes fueron detenidos,varios de ellos heridos. Entre los detenidos se contaban el hoy ministro de Defensa Eleuterio Fernandez Huidobro y el hoy Coordinador de Inteligencia de la Presidencia, Augusto Gregori.
Demás esta decir que el impacto mediatico fue enorme, tanto a nivel nacional como internacional, particularmente en la Región. Las consecuencias fueron de carácter inmediato y también de largo plazo, tanto en las filas revolucionarias como, particularmente, en las gubernamentales y de la represión.
Se han publicado varios libros que describen detalladamente los hechos. Hoy queremos detenernos en las consecuencias, así como en algunas consideraciones sobre el proceso que se desarrollaba en el país y que conduce a la Toma de Pando, y reflexionar sobre el cambio que se genera a partir de Pando.
PRIMERA CONSIDERACION :
LA TOMA DE PANDO ES UNA CONSECUENCIA DEL PROCESO DE LUCHA POPULAR
Si bien es cierto que fue la guerrilla tupamara la que decide tomar Pando, este hecho es un resultado del proceso de lucha popular que se venia viviendo en el país desde los inicios de 1968.No es una acción "descolgada" de la realidad que enfrentaba el pueblo sometido a una muy dura represión, masivas detenciones en cuarteles militares y a la aplicacion de las llamadas "Medidas Prontas de Seguridad" que no eran mas que una dictadura encubierta en la cual se habían anulado las libertades individuales, los derechos ciudadanos y atropellado la libertad de expresión,de prensa y de manifestarse publicamente.
En esa oportunidad la guerrilla tupamara actúa como un destacamento mas del pueblo en lucha que con su acción contribuye a este combate y a golpear a la represión y al gobierno semi-dictactorial. Es parte de esa lucha popular buscando alentarla y demostrando que el gobierno no ejerce el ferreo control que proclama.
No es una acción intempestiva ya que es un resultado lógico de la agudizacion del enfrentamiento con el fascismo, la oligarquía y el conjunto de la clase burguesa que pretendía quebrar la organizacion sindical y popular y de esta manera llevar adelante sus planes de hambre y saqueo,como lo hizo posteriormente de instaurada la dictadura cívico-militar en 1973. Resultado lógico porque el movimiento popular, el sindical, el estudiantil y aun mas, la izquierda de aquellos tiempos, no retrocedía ante los embates represivos. Por el contrario, continuaba con sus luchas y las radicalizaba y generalizaba. Es decir que la guerrilla tupamara con la Toma de Pando, actuo en el espíritu del combate popular en curso, o dicho de otra manera: se correspondió a la subjetividad de este movimiento y al nivel de definiciones alcanzados.
Esto ultimo no quiere significar que la totalidad del movimiento popular, ni siquiera una mayoría, estaba subjetivamente preparado o definido para el enfrentamiento armado a la represion. Quiere si significar que la acción armada de Pando corrió por los carriles ampliamente aceptados por el pueblo en lucha, de hacerle frente a la oligarquía y al gobierno y a la represión. A como diera lugar. Con piedras, barricadas, ocupaciones de lugares de trabajo y de estudio, manifestaciones masivas o "relámpagos", el pueblo en lucha no retrocedia y daba en la calle y en el enfrentamiento directo su respuesta a la ofensiva represiva. Si algunos destacamentos salidos de las filas del pueblo, la guerrilla tupamara por ejemplo, decidian entonces enfrentarse con las armas en la mano a la represión, no eran rechazados por el pueblo en lucha, mas bien fueron vistos -como lo que eran- un destacamento de avanzada.
Por estas razones las acciones del MLN de todo ese periodo (Casino Carrasco, Casino San Rafael, detención de Pereyra Reverbel, Financiera Monty, Radio Sarandi) fueron acogidas con alegría, entusiasmo y como parte de la misma lucha en la que todos estaban comprometidos. Los efectos de Pando fueron,en consecuencia, enormes en cuanto al crecimiento de la popularidad del MLN en el pueblo trabajador en general y en los sectores mas combativos en particular. Esto genero, entre otras cosas, un gran crecimiento del MLN con posterioridad a la Toma de Pando, nutriéndose de mucha militancia sindical y particularmente estudiantil que tomo Pando como una clarinada para pasar a otro nivel de lucha.Mas aun cuando se dio a conocimiento publico quienes habían los protagonistas de la toma y de los combates posteriores, ya que eran militantes populares y estudiantiles muy conocidos en sus ámbitos de militancia.
Con los participantes en Pando (y ya con otros anteriores) se termina con el "halo de misterio" de la organizacion guerrillera.Sus integrantes eran gente militante,conocida, que hasta el dia antes activaban en sus frentes de estudio y de trabajo y que de pronto aparecian integrando un comando "Che Guevara" que se tomo Pando armas en mano. El efecto fue muy grande. Y si bien no altero el hecho de que -por primera vez-un numero tan elevado de combatientes eran detenidos, lo que significo un serio revés militar y organizativo, opero positivamente en cuanto a ejemplo. Millares de personas,de militantes, constataron que la guerrilla tupamara era "de carne y hueso" (y sangre derramada) compuesta por sus iguales.
De hecho esto alentó a muchos militantes a dar un paso al frente e incorporarse a la lucha armada.Es decir que la supuesta "victoria" de la represión genero un crecimiento que multiplico en varias veces lo que habían sido las perdidas de combatientes y por lo tanto fortaleció a la guerrilla.Concretamente.
Fue el corolario de la dinámica que la represión gubernamental había generado con la pretensión de que a palos, con gases, matando estudiantes, deteniendo centenares de sindicalistas en los cuarteles militares, cerrando diarios opositores,etc, hacer retroceder al pueblo e imponerle sus "recetas" económicas que significaban rebaja de salarios, del nivel de vida, empeoramiento de la educacion y la salud publica. Es decir que mansamente aceptaran el saqueo y la prepotencia represiva.Ya habían asesinado a Liber Arce militante estudiantil,comunista, disparándole por la espalda y a los estudiantes Hugo de los Santos y Susana Pintos, tambien comunistas, asesinados con las escopetas "riot" que los yanquis habían enviado presurosamente como "ayuda humanitaria" al gobierno, después de haberlas probado asesinando a docenas de vietnamitas que protestaban pacíficamente
La suerte estaba echada: la burguesía, la oligarquía toda, los banqueros con el apoyo del imperio yanqui y las vecinas dictaduras de Brasil y Argentina, se habían decidido a aplastar al fuerte movimiento popular en Uruguay, a los sindicatos,al movimiento estudiantil y, claro esta, a la izquierda. La diferencia en este periodo,en comparacion con anteriores, es que la agresión fue mucho mas brutal y...que el pueblo trabajador no retrocedió sino que hizo frente,desarmado pero con una voluntad combativa que no ceso durante todo ese periodo. Al no retroceder el movimiento popular el gobierno agudizaba la represión y el pueblo en lucha se defendia con un combate que también se radicalizaba. El que en ese contexto, un destacamento popular, agudize el enfrentamiento fue un resultado de lo anterior, no una decisión unilateral y desconectada de la realidad. Y por si faltaran comprobantes: la represión en Pando se "salta la barrera" cívica, la de la "lucha leal entre orientales" y muestra sus fauces asesinas: ejecuta a prisioneros y trata de matar a todos los restantes. En ese sentido Pando es una continuación del asesinato de Liber Arce, Susana Pintos y Hugos de los Santos, en una versión profundizada que ya anunciaba los tiempos que se venían. En Pando se aplastaron los mitos de juicios con garantias, respeto a la vida de los prisioneros y heridos y respeto al "enemigo" rendido y desarmado.
SEGUNDA CONSIDERACION :
SIEMPRE HUBO UN SOLO DEMONIO, EL SISTEMA CAPITALISTA Y SU REPRESION
Alcahuetes histrionicos, fieles servidores de la oligarquía y del imperio han pretendido -con posterioridad, por supuesto- hablar de los "dos demonios".De que todos los males en el pais, la dictadura y sus consecuencias (millares de detenidos y torturados, desaparecidos, robos de bebes, asesinatos en la tortura,en las prisiones y también acribillados por la espalda en la calle o en sus domicilios) así como "el escuadrón de la muerte" con su secuela de crimenes y atentados, mas el saqueo desenfrenado de la soldadesca y acólitos tanto a los bienes del pais como a los privados de los "sospechosos", han pretendido que toda esa gama de actos gangsteriles y mafiosos,se debió a que en el país - por arte y milagro - habían surgido "dos demonios" que a través de su enfrentamiento trajeron la dictadura y la ruina.
Estos políticos profesionales que no movieron un dedo ni siquiera para defender SU democracia burguesa,y que al contrario, fueron aplaudiendo y alentando, dando sus votos en el Parlamento y escribiendo sus editoriales llamando a la "lucha contra la sedición"(SIC),pretenden ahora dar un paso atrás, desentenderse del asunto, limpiarse las manos, colocarse de bondadosos neutrales y echarle las culpas a "los demonios". En el razonamiento maquiavélico de esta gentuza los "demonios" fueron la guerrilla tupamara y los militares.
Los militares fueron tomando el poder pedazo a pedazo, amparados por las leyes que estos seudo-demócratas iban votando o refrendando, y amparados también en la marea de odio antipopular, antisindical, antiestudiantil, anti prensa libre y opositora, anti izquierda, anticubana, anticomunista y anti guerrilla. El aparato militar, la casta de zanganos de la oficialidad, no llegaron al poder por cuenta propia, fueron llamados, apuntalados y encomendados. Moviendo los hilos: el gran capital, la oligarquía, los banqueros y la burguesía, y votando, los laderos que hoy hablan de dos demonios. Nadie puede olvidar los permanentes ataques al movimiento sindical, pidiendo mano dura y reglamentación sindical, a la izquierda y a lo que llamaron el "castro-comunismo",el odio que fueron esparciendo por todos los rincones del país ya desde el triunfo de la Revolución Cubana en adelante, a pesar de que la izquierda era -electoralmente hablando-ínfima. Durante todo el 68 apuntalaron la cuasi-dictadura reclamando airados represión al estudiantado.
En ese clima que fueron creando, cerrando todas las puertas y anulando los derechos democráticos y libertades publicas,se fue cocinando a fuego lento la "solución final",en la Jefatura de Policia,en los Departamentos de Inteligencia y, mas que nada, en los casinos de oficiales en todos los cuarteles militares. La predica actual de los "dos demonios",es la coartada que estos complices civiles y políticos, buscan agenciarse cuando siguen saliendo a luz los latrocinios a los que sometieron al pueblo todo.Siempre hubo un solo "demonio": la oligarquía y todos los grandes banqueros y burgueses. Esos han sido siempre EL DEMONIO que, desde los principios ya ha expoliado y reprimido al pueblo. A este demonio le molestaron siempre las huelgas, las manifestaciones estudiantiles, mas aun las ocupaciones y,claro esta, las barricadas, o la organizacion de los trabajadores rurales, y que hubiera gente que hablara de un mundo mejor llamándolo socialismo, comunismo, anarquismo y hasta solamente justicia social.Este demonio siempre ataco con violencia estas expresiones.Siempre. Usando a la policía, mas tarde a la inteligencia policial,luego a los grupos de choque,y a los escuadrones de la muerte anidados en su seno, para jugarse la ultima carta que fueron las parásitas FFAA.
A medida que el demonio fascista fue acorralando al pueblo que luchaba por sus reclamos - creyendo todavía que había una democracia que lo permitia - fue generando una respuesta popular acorde al nivel de represión.
Es en este contexto que se dan las luchas de 1968-69-70-71 e incluso 72.Son luchas de todo un pueblo con múltiples expresiones, desde el paro o huelga mas elemental, hasta prensa de denuncia,desde cantores populares a lucha de guerrilla. Estos plumíferos pretenden separar, al interior de lo que fue la compacta resistencia popular, los que tomaron las armas,de todo el resto. Desconociendo, como esta harto probado, que el ser periodista o escritor, o dirigente sindical, o sacerdote,no le impidió a centenares de militantes, también pertenecer a la guerrilla.
En Uruguay no hubieron "dos demonios" que por su enfrentamiento arrastraron al resto de la sociedad a lo que desemboco en la dictadura.Hubo uno solo que siempre reprimió y trato de aplastar. Si unos contestaron con mayor violencia, la guerrilla en este caso, no los coloca como "demonios" ya que se estaba respondiendo, con métodos mas contundentes DESDE LA BARRICADA DEL PUEBLO asediada por el fascismo.
Pando entonces, no es expresión alguna de "dos demonios" es respuesta a la agresión asesina del único demonio actuante, conocido y...CON PODER. Porque los plumíferos han pretendido mancillar la memoria de los mártires atribuyendo su asesinato al choque de los "dos demonios" y a las "consecuencias colaterales" de este enfrentamiento. En Pando se detuvieron a policías y al Jefe de la Policía, ninguno fue vejado,maltratado y menos asesinado. Los 49 combatientes no se aprovecharon del control de la ciudad para cometer tropelías contra la población, se llevaron dinero de los bancos,actuaron con respeto a los civiles, a los retenidos o detenidos. Que diga entonces públicamente ,por ejemplo el ex-presidente Julio Sanguinetti, de donde salio la orden para "rematar" a los guerrilleros prisioneros desarmados y heridos, de donde partió la consigna de que "hay que matarlos a todos". Partio del DEMONIO , del demonio policial y del demonio gubernamental del presidente Pacheco Areco,perteneciente al mismo partido de Sanguinetti.
El demonio represor , violando todas las leyes uruguayas e internacionales en la materia, procede a la ejecución sumaria de los prisioneros. El demonio represor traspasa la raya de los valores democráticos, de la misma manera como lo hizo con Liber Arce, Susana Pintos y Hugo de los Santos. Cada vez que los trabajadores ocupaban SU lugar de trabajo, ahí llegaban los demonios y les tiraban gases, apaleaban , vejaban y detenían. Y si alguien respondía tirando una piedra eso ya era carta blanca para volcar todos sus recursos contra ese "demonio" que quería hacerse respetar. Lo mismo cuando los estudiantes secundarios trataban de ayudar a algún manifestante apaleado por los "valientes" patoteros de las fuerzas de choque.La diferencia entre esos "demonios" y el "demonio" de la guerrilla es solo de grado en la respuesta,pero los motivos de la respuesta son los mismos.
TERCERA CONSIDERACION :
LAS CONSECUENCIAS
A partir de Pando la represión pasa a tomar mas en serio las posibilidades militares de la guerrilla tupamara del MLN T y en consecuencia entra en estado de alerta permanente.Una falta de vigilancia puede llevar a operaciones militares de envergadura (como igualmente se dieron a partir de ese momento, particularmente con la toma del Cuartel de la Marina).La represión policial se militariza aun mas y el gobierno siente el golpe de un desafío de la envergadura de Pando (en aquel entonces). Las proclamadas "victorias" ante detenciones de combatientes conocidos, perdieron su efecto publicitario, ya que después de "haber asestado golpes demoledores a la sedición",esta como el Ave Fenix,era capaz de responder a un nivel aun mas elevado.
En lo interno del MLN T lo de Pando repercute negativamente en el sentido de la detencion de un elevado numero de combatientes. Pero esto se ve prontamente superado por el aluvion de nuevos reclutas que la misma acción y su difusión publica genera,lo que mas tarde va llevando a la represión a tratar de ahogar la información al publico, habida cuenta de sus efectos favorables para la guerrilla.
La toma de Pando seguramente no fue la primera en su genero en América Latina (Colombia, Guatemala, etc) pero si la mas impactante en la región del Cono Sur sirviendo de ejemplo para similares acciones,por ejemplo en Argentina.
El Balance realizado por el MLN que se resumió en el "Balance del 69" terminaba con la consigna: "Mas Pandos"
Es decir que para el MLN la Toma de Pando no había sido una derrota - como no lo fue - y al contrario marcaba un camino a seguir.
Aquí aparece lo que muy acertadamente ha sostenido Jorge Zabalza en diversos escritos: se genera -en la interna del MLN- la mentalidad de que se estaba en camino de construir un doble poder,un poder guerrillero que desafiaba al poder burgués. La toma de ciudades, comenzando por Pando, como el lo explica, seria el inicio de una mentalidad estrategica que buscaba la ocupacion de ciudades,por mas tiempo, hasta culminar con lo que seria el gran desenlace estrategico: la toma de Montevideo.
Este triunfalismo es - en parte- consecuencia del resultado social, en la opinión publica, mas que nada militante, y en el reclutamiento de combatientes y simpatizantes, de la Toma de Pando. Por desgracia llevó agua al molino de lo que siempre había estado en germen en el aparato guerrillero y sobre el cual ya se había advertido en unos de los primeros documentos (marcandolo como una desviacion), LA MENTALIDAD APARATISTA, es decir la que colocaba al aparato y sus intereses por encima de todo,incluso - por supuesto- del nivel de disposicion para la lucha de los sectores populares.Arrancando con mucha fuerza interna desde Pando, con altibajos, va marcando el rumbo estrategico del MLN T,en lo que se consideraba la estrategia del doble poder.
Esto condujo a un cada vez mayor distanciamiento entre el nivel de conciencia y organizacion popular y los desafíos de la guerrilla. La llevo, como bien explica Zabalza y muchos otros, a una lucha entre aparatos,lo que condujo a la derrota de 1972 y la eliminacion de unos de los dos principales obstáculos del DEMONIO FASCISTA (el otro, como se sabe, lo era la organizacion popular, que enfrenta el golpe y la instauración de la dictadura, con 15 días de huelga general y la ocupación de los centros de trabajo y estudio, hecho único en dimensión y duración en toda América Latina).
La concepción aparatista se aleja del objetivo inicial de ser un destacamento mas, de vanguardia si, pero uno mas, de la lucha de todo el pueblo trabajador y pasa a operar con objetivos propios, nacidos en el mismo aparato, sin correlación con la situación política y el nivel de organizacion y conciencia del pueblo. La guerrilla debería operar como detonador, como ejemplo, no sustituir con su aparato y desde su aparato, a la organización popular. Esta concepción confundió de manera muy dramática lo que los revolucionarios de otras latitudes habían explicado, escrito y llevado adelante: el doble poder. Es decir el poder dual. El de la burguesía por un lado, con su gobierno y sus fuerzas armadas, y el del pueblo en lucha,por el otro, también con sus instituciones, su gobierno dual y sus propias milicias o destacamentos armados.
Lo mas probable es que se mezcló la tesis de que el partido proletario debí a ser el que guiaba el proceso, con la tesis de que el partido debería tener el poder. En el caso de la Revolución Rusa, por ejemplo,que es el mas estudiado al respecto del doble poder, las tesis eran que el Congreso de los Soviets (consejos) obreros, campesinos y de soldados, era la instancia democrática proletaria, su "parlamento" digamos así, y que allí se elegía también una dirección, DE LOS SOVIETS, y que estos dictaban leyes y también tenían sus destacamentos armados para la defensa de su poder. Durante un período existieron entonces dos poderes. Uno el de la burguesía y el otro el del proletariado.Unos y otros hacían leyes o emitían decretos y su aplicacion dependía de la correlación de fuerzas en concreto en cada lugar,region o aun centro de trabajo.Unos respondían al gobierno burgués y otros al proletario.Y cada uno con sus fuerzas armadas.Naturalmente que no era una "coexistencia pacífica" sino una disputa,una lucha entre ambos,que mas tarde desemboca en la misma Revolución Rusa y la Guerra Civil posterior.
Lo que podríamos decir fue la practica concreta en ese periodo de doble poder era que el poder del soberano estaba en el Congreso de los Soviets,basado en millares de Comités (o soviets) locales, por fabrica,por región en el campo, por regimiento, etc. La concepción inicial (habida cuenta de que los primeros soviets ven la luz en la Revolución de 1905,como creación espontánea y natural,desde las bases del pueblo trabajador para dotarse de instrumentos propios) de ninguna manera considera que el doble poder es el enfrentamiento entre el poder burgués y el de UN PARTIDO proletario,por mas que fuera muy influyente entre los trabajadores.
Ligado a ello esta el problema de la democracia proletaria, en el seno del pueblo.
Sin embargo, quizás por haber sido el mas difundido y conocido, para nada el soviético fue el único caso. Un ejemplo de gran peso es el chino cuando el Ejercito Popular controló enormes extensiones de China y una infinidad de ciudades y zonas campesinas,otro, Viet Nam cuando el "doble poder" digamos así, enfrentó durante decenios el poder popular del Norte con el poder titere apuntalado por el imperialismo frances primero y luego el yanqui, lo mismo con las guerrillas de Tito en Yugoeslavia cuando la ocupacion nazi, y mas concretamente en América Latina, lo que fue el poder revolucionario desde la Sierra Maestra, el sandinista durante 1978 y parte de 1979 hasta el triunfo,que controlaba importantes regiones y esporadicamente ciudades hasta ir creciendo en potencial y lograr derribar el poder somocista, así como también el que durante largos periodos se materializao en El Salvador en lo 80. Y para finalizar con los ejemplos, el de Colombia con zonas liberadas desde hace mas de medio siglo, bajo gobierno de la guerrilla.
Estos ejemplos que son los que han existido tuvieron , o tienen, una característica en común: es un partido, una organizacion, un frente político, o una guerrilla, las que dominando una parte del territorio y estando en guerra con el gobierno central (burgués-imperialista) ejercen un poder real,son si,un doble poder.Pero de una organización, no un poder que ejerce el pueblo trabajador mismo a través de sus propios instrumentos un poder que se haya organizado desde abajo y haya ido reuniendo fuerzas e influencia para ser aceptado como tal,como poder,por amplios sectores del pueblo.
Sin que haya sido la intencion de los combatientes y tampoco motivo de reflexion posterior cuando se fue desarrollando en el MLN T y desde el mismo las tesis del doble poder, objetivamente se toco una problematica fundamental para los movimientos populares y r evolucionarios,de ayer, de hoy y del futuro: que tipo de poder se pretende , quienes seran los que lo ejerzan y bajo que formas.
Siendo una de las problematicas centrales para el movimiento popular, quisimos solamente anotar esta consideración. Sigue vigente cuando hoy en día la mayoría de la izquierda en Uruguay e incluso un buen numero de los integrantes del MLN T, así como la de otros paises en América Latina han optado por desarrollar sus tesis del poder, desde los ámbitos del poder burgués, es decir desde los instrumentos de poder del estado burgués.
Viendo la situación internacional y latinoamericana y la evolucion de los conflictos, no nos queda la menor duda de que en el futuro el estado burgués se va "a depurar" y recurrira a las variantes colombianas,de Honduras, de Mexico, etc, y quizás pronto la nueva variante chilena que ya se viene anunciando. Cuando esto suceda el problema del poder se volvera a plantear con toda su crudeza: o la burguesía, la oligarquía y el imperialismo imponen sus crudas "soluciones a la crisis" (Grecia,y pronto media Europa) o el pueblo trabajador no acepta pagar las consecuencias, resiste y se va dotando de instrumentos propios de poder.
Rosendo
lunes, 8 de octubre de 2012 - Publicado en el Blog El Muerto
Pando 8 de octubre de 1969
Enviado por Nestor Peralta Larrosa (quién fue herido de gravedad el 4 de julio de 1970 por un custodia de un jerarca estatal cuando se realizaba una acción tupamara)
LA SENDA ESTÁ TRAZADA, NOS LA MOSTRÓ EL CHE!
por Néstor Peralta
Ese día se levantaron con la calma de todos los días. Los integrantes del grupo iban saliendo para alcanzar los vehículos que según el plan debían tomar. No todos fueron con la funeraria. La mayoría tomaron el 4. Antes de salir, Salerno tomó la guitarra y le cantó a Pablo una canción desconocida en Uruguay. Luego tomó sus escritos, canciones suyas, y otros escritos suyos y se los regaló a Pablo. A éste le pareció un gesto extraño, pero guardó cuidadosamente ese regalo apreciado. Cuando subieron al 4, por precaución miraron a los pasajeros, y les pareció percibir que otros jóvenes desconocidos, como ellos iban viajando hacia el mismo destino. Un destino común que no solo era la ciudad de Pando, sino un destino de vida y ... de muerte.
Salerno y Pablo, llegaron con unos minutos de antelación, y entraron a tomar una grapa en un boliche. Salerno estaba feliz, y le dijo a Pablo, "me siento realizado", y fueron hacia la comisaría. Por el camino Pablo que iba de pantalón gris, y camisa celeste, se puso una corbata, un gorro gris y se colocó en la manga izquierda una escuadra de cabo, y la pistola en la canana. A la hora exacta entraron en la Comisaría. El Comisario saludó al cabo de la Fuerza Aérea Pablo, cuando ingresó en el cuartel, acompañado por Salerno. El flaco le sonrió a Pablo por última vez, cuando vió detrás del Comisario, sobre la pared, las fotos de los requeridos más "peligrosos"..., entre los que estaba la de Pablo.
Ya habían entrado los demás integrantes del grupo, excepto Enrique que llegó unos dos o tres minutos tarde, ya que había ido con el Coordinador general de la Operación. El objetivo del grupo fue realizado con mucha efectividad. Todos los policías fueron encerrados en los calabozos (al menos por el tiempo que durara la operación y vinieran sus pares a liberarlos).Minutos más tarde el Coordinador dió por terminada la operación de la toma de Pando. Un vehículo manejado por el Hugo, pasó a recoger a todos los de este grupo. Salerno sale y se sube a otro coche. Pablo le dice, "no flaco, nuestro auto es éste". El flaco no quiso hacer caso.
Pablo, y otros dos compañeros llegaron a la calle donde debería estar el coche que los llevaría al cantón. Pero el coche no estaba. El Hugo siguió camino para dejar el auto abandonado. Los demás decidieron tomar el ómnibus, cargados con bolsos llenos de fierros. Iban contentos por la labor cumplida. En el camino, el ómnibus se cruzó con muchas chanchitas... e incluso ya se oían noticias inquietantes en alguna radio a transistores. Pero no daban crédito a lo que oían, porque pensaban que todo había salido bien. De a poco, el grupo fue regresando a casa, menos el flaco. Pensaron que se había atrasado por haber tomado el coche que no correspondía. Pero de pronto escucharon los nombres de los ejecutados en Pando, Cultelli, Zabalza, y ... Salerno!
Los del grupo estaban en shock pero habían aprendido a controlar sus emociones y no debían quebrarse. En silencio, aprontaron las cosas para mudarse del local. La guerrilla urbana exigía rapidéz para abandonar los locales luego de sucesos como este. Salerno era el inquilino titular de la casa, y ésta sería inmediatamente allanada.
Pablo tomó el regalo que le hizo el flaco, y al poco tiempo se lo hizo llegar a la familia Salerno. Luego se enteró que la familia le pasó a Viglietti ese legado y que Daniel grabó las canciones de Jorge Salerno con letras de Julian García Y una por completo de Salerno , "La senda está trazada."
Algunos años más tarde, Pablo se encuentra en un calabozo tirado sobre el piso de adoquines, ojos vendados, cabeza encapuchada, manos atadas atrás con alambre, y piensa en Salerno. Ahora podía dejarse llevar por la emoción, y lo recuerda cantando la canción que el flaco le interpretó aquel 8 de octubre. A Pablo le sorprende conocer la letra de una canción que sólo había escuchado una vez, y la canta mentalmente. "Qué sabes de cordillera si tu naciste tan lejos, hay que conocer la piedra que corona el ventisquero, hay que recorrer callando los atajos del silencio."
Los atajos del silencio y los de la memoria, iban de la mano de Pablo.
Pasarían muchos años más para que Pablo se enterara de quien era esa canción, y fue cuando escuchó un disco de su autor, el cantautor chileno Patricio Manns.
"Llevamos cuatro siglos trabajando al sol, no haciendo otra cosa que cambiar patrón", de "La senda está trazada", autoría de Jorge Salerno.
Néstor Peralta
sábado, 9 de mayo de 2009
LOS FUSILADOS DE PANDO
por ANAHIT AHARONIAN
Al rescate de la memoria de nuestros luchadores
“También Ricardo Zabalza
cayó porque le tocaba
pero él sabía que en la causa
por la que tanto luchaba
palabras que no coinciden
con hechos no vale nada”[2]
Íbamos
a sacar a Ricardo del olvido. Pasaron casi 40 años, su lucha sigue
vigente, es la de ayer, la de hoy y será la de mañana en tanto haya una
sola injusticia en esta tierra. Es necesario recordar y contextualizar
para comprender que no fue casual el proceso de luchas de liberación
en toda América Latina. Gracias Maestro Homero Guadalupe, que con tus
jóvenes noventa años impulsaste este encuentro, mil gracias. Tan
profundo ha sido el operativo desmemoria, que elijo transcribir parte de la convocatoria:
Ricardo era un joven minuano, asesinado a los 20 años, el 8 de octubre de 1969.
Era tupamaro y participó ese día en la toma de Pando.
En ese marco, participó en un tiroteo en el que fue herido, y se entregó.
Lo hicieron caminar una cuadra hasta un camión de la Guardia Metropolitana.
Allí lo tiraron al suelo y lo ejecutaron de un balazo en la nuca.
El
lunes 27 un grupo de minuanos, con el consentimiento de su familia,
colocará una placa recordatoria en su homenaje, en su propia casa de
Minas.
Construcción de Memoria
Siguiendo a Nun[3], “un archivo no es la memoria” (en este caso una placa recordatoria). Citando
a Todorov, Nun toma la memoria como el “recuerdo ejemplar”, es decir
el uso de la memoria como principio de acción sobre el presente.
Prioriza la memoria como constitutiva de la identidad, agrega
que mediante la memoria podemos restablecer el derecho de las víctimas,
ya que mientras ese crimen quede impune, se confirma que la víctima no
tenía esos derechos, que quien se los arrebató tenía razón y
finalmente señala que el principio de acción sobre el presente es prevenir su repetición.
Abril de 2009
“Minas”
era el destino, debíamos estar en hora en este homenaje tan
postergado. Llegada/abrazos amigos y compañeros, el reencuentro con
Mabel -hermana de Ricardo-, con quien habíamos compartido actividades
sociales en los ´90 en la zona de Millán y Lecoq, en Montevideo, donde
ella continúa haciéndolo. Nos llevó a conocer la casa, el estudio del
padre, el lugar donde ella hoy atiende a sus pacientes, arriba estaban
sus primos paternos, los maternos –nos dijo- ya no están. La placa en
homenaje a Ricardo esperaba ser descubierta a la derecha de la entrada
de la casa.
Otros
abrazos fueron los de aquellos minuanos que nos recordaban cuando hace
varios años fuimos a charlar e intercambiar (¿estaríamos sembrando
entonces?) sobre nuestro trabajo en la construcción de la memoria
colectiva[4].
Mabel-hermana de Ricardo dijo:
Agradezco
las palabras, la flor en su tumba, la amistad, 40 años…también este
recuerdo público que los amigos hacen en Minas. Ciudad natal y primer
nido que acuñó el pensamiento revolucionario de Ricardo. Hermano que
eligió vivir por siempre en las luchas populares y el combate al Cóndor
asesino en América.
Los
desaparecidos y los asesinados son semillas de libertad, referentes
morales, testigos por siempre…de las opciones políticas que sus
compañeros de generación tomamos en esta tierra querida.
De
todas partes llegaron compañeras y compañeros, los compañeros que
trabajan en la Memoria en Paysandú trajeron un mensaje, hubo otros
mensajes, entonces Jorge-hermano de Ricardo- tomó el micrófono pero no
pudo continuar, le ganó la emoción.
También Silvio-compañero escribió:
Descubrir
esta placa es no sólo necesario sino imprescindible. El homenaje a
Ricardo "Mauricio" Zabalza es doblemente sentido por mi por varias
razones. Ricardo fue un revolucionario ajusticiado en la lucha por la
liberación nacional un 8 de octubre de 1969.Tengo dos hijos, mi hijo
mayor ya no está entre nosotros. Mauricio Ramón fue el nombre que le
elegí al nacer en 1972, en honor a "Mauricio" y a ese gran
latinoamericano caído en Bolivia un 8 de octubre de 1967."Ramón" fue el
nombre que usó el Che en la campaña de la guerrilla boliviana. Liberar
del olvido a "Mauricio" es liberar a Ricardo Zabalza de la
clandestinidad, hacer honor a la memoria, a la verdad, a la justicia en
este Uruguay con aun más sombras que luces.
Hay
mucho por hacer, continúa la lucha por rescatar a nuestros compañeros
del olvido, es largo el camino y duele en lo profundo que no sea sólo por la impunidad, es seguro que podremos situarlos a todos en un pie de igualdad.
Veinte
años tenía Ricardo y lo asesinaron. Como tantos “nosotros”, Ricardo
entregó su vida en el camino hacia un mundo diferente, un mundo no
capitalista, uno sin explotadores ni explotados, un mundo de justicia
social.
La
placa –refiriéndose a sus asesinos- dice “Caído en el suelo…fue
ejecutado con un tiro en la nuca por un soldado que recibió la orden de
un coronel. De ambos se sabe sus nombres”. Los asesinos no han sido
juzgados, ¿hasta cuándo?
ANAHIT AHARONIAN
[1] Ellos son, por orden alfabético: Alfredo Cultelli, Jorge Salerno y Ricardo Zabalza.
[2] Pasaje del Corrido de la mexicana-exiliada en Chile Judith
Reyes, que allí cantó Daniel Viglietti, quien lo estrenó el año pasado
en el Teatro Solís y que será parte de su próximo disco.
[3] José Nun, noviembre de 2002, en Revista “Puentes”, publicación del Centro de Estudios por la Memoria. www.comisionporlamemoria.org
[4] Compañeras del Taller Vivencias de ex –presas políticas
Publicado por el Blog El Muerto
.
El primer escalón.-
Hoy es el aniversario de la muerte del Ché y de la toma de Pando,hechos que marcan un camino:la toma del poder para hacer una revolución. El único homenaje válido es seguir su ejemplo,dado que decimos que lo admiramos tanto,lo reverenciamos y usamos camisetas con su imagen.-
El
primer escalón es torcerle el brazo armado a los dueños del pais y a
los dueños del mundo. Se puede;pero nos han hecho creer que no se puede.
En Uruguay tenemos muy fresco el recuerdo del malón fascista y la
arremetida del imperio contra todo el movimiento popular
latino/americano y todavía prevalece un sentimiento de derrota y de
desánimo.-
Actualmente
se sigue ejecutando un minucioso trabajo de inteligencia para
desmontar cualquier residuo de organización revolucionaria y la
neutralización de todo indicio de mística o esperanza.-
Los
primeros pasos a dar para alcanzar el primer escalón tendiente a la
toma del poder es comprender la necesidad de que las armas pasen a
manosadel pueblo.-
La
comunidad que integra la diáspora que nutrió el Dto. 20 ,sólo en
equipos médicos, aportó 16 millones de dólares. Hay que organizar las
finanzas de la revolución y en éste momento no se está ejecutando
ninguna acción hacia ese fin-
Los
40 objetivos miitares son altamente vulnerables a un ataque aéreo X
sorpresa que llevará a su rendición o a su aniquilación. Se necesita
poco dinero y poca gente. Hay que aplicar las enseñanzas que dejó
nuestra historia reciente.-
Actualmente
la correlación de fuerzas es netamente favorable al sistema capitalista
y al modelo. Es abrumador la primacía de la ideología dominante y la
llamada izquierda continúa siendo minoritaria y se limita a una "
militancia" fomal y permitida que arrastra el snobismo inocuo y cómodo
de la burguesía pequeño/burguesa que no tiene peso ni determina
fenómenos políticos significativos.-
No
se valora en su verdadero significado,la importancia que tiene el
fenómeno de la impunidad en Uruguay,el juego del doble discurso para
mantener quietitos y conformes a tirios y troyanos como muestreo del
incuestionable poder que sigue teniendo nuestra reducida - pero hábil -
élite terra/teniente fascista (3% de la población que se mama el 59% del
PIB).- Sólo los ciegos , o los que X conveniencia simulan ser,no
perciben que el gobierno se alinió con el sitema capitalista y sus
representantes + destacados : EEUU,Club Bilderberg,Israel, y que Uruguay
será cabeza de puente para la inminente invasión norteamericana a
Latino América.-
Todo
indica que no habrá salidas y que continuará el proceso acelerado de
descalabro y desintegración que beneficia a la minoría dueña del país.-
MAU-MAU (La flor es para el Bebe).-