miércoles, 19 de diciembre de 2018

La locomotora europea, en vía muerta // ¿Por qué Alemania pronostica la desintegración de la Unión Europea? // Alemania, ¿la locomotora de la economía europea o su perdición? // Trump se burla de la fantasía imperial de Europa por Vicky Peláez // Economía de la UE: ¿a punto de colapsar? // "El Reino Unido está en llamas, pero no tiene que ver con el Brexit" // "El enemigo de Londres no es Rusia sino su propia clase dominante, según un informe de la ONU" // Brexit: La mayoría del Gobierno británico da "por muerto" el acuerdo del brexit, según 'The Times' // Arde París - La Unión Europea perderá también a Francia // Franceses exigen referendo sobre las políticas de gobierno // Polonia no firmará el convenio de migración de la ONU // Hungría: Los trabajadores toman las calles contra la reforma laboral del Gobierno // URUGUAY: Aniversario de Redes-Amigos de la Tierra: 30 años de construcción de ecologismo de izquierda // Mas de lo mismo por José A. Rocca

La locomotora europea, en vía muerta

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel
© REUTERS / Fabrizio Bensch
19:14 14.12.2018 SPUTNIK NEWS
Luis Rivas
La locomotora europea está detenida en una vía muerta dentro de un túnel. Francia y Alemania pretendían seguir avanzando en la unión política, económica y militar de los 27, pero sus problemas internos han frenado en seco sus pretensiones continentales.
La crisis suscitada por la protesta de los 'chalecos amarillos' en Francia ha dejado a Emmanuel Macron debilitado y representando en solitario la imagen de la peor crisis que vive su país desde las revueltas del llamado Mayo del 68. En solo 18 meses, su aura de político renovador y osado puede haberse ido al traste definitivamente entre sus compatriotas. Y ni siquiera la mayoría absoluta con la que cuenta en la Asamblea puede servirle para recuperar una autoridad que es rechazada desde las rotondas y los peajes de provincias hasta las principales avenidas de la capital francesa.
Las protestas de los 'chalecos amarillos' en Francia
© Sputnik / Irina Kalashnikova
Cuando el presidente francés celebró por primera vez en público su victoria, quiso que el Himno europeo resonara en el escenario. Hoy, los 'chalecos amarillos' tienen como banda sonora La Marsellesa que, si fuera del Hexágono es cantada como una marcha de liberación internacional, en su país se ha convertido en una alarma para ocuparse de los problemas internos, del día a día de los trabajadores más pobres y de la clase media pauperizada.
Angela Merkel no tiene la mayoría en el Bundestag, pero sus administrados no se han levantado, de momento, contra la política económica y social de la coalición conservadora-socialista, sino contra sus decisiones en el asunto de la inmigración. Sus malos resultados electorales en las elecciones generales de 2017 y en las consultas regionales posteriores han obligado a la líder de la primera potencia europea a programar su retirada política al final de su actual mandato, en 2021.
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Merkel deja como legado la irrupción en las cámaras legislativas federal y regionales del partido Alternativa para Alemania (AfD), de carácter nacionalpopulista, una nueva nube negra en el escenario que liberales y democristianos europeos querían dibujar para el futuro firmamento del club comunitario.
Macron y Merkel utilizaron la celebración del Armisticio de la Primera Guerra Mundial para intentar profundizar en la convergencia económica y de defensa europea. En una reunión posterior en Berlín, Macron insistió en el Bundestag sobre la necesidad de tirar del carro europeo ante la fuerza que fuerzas nacionalpopulistas están obteniendo en Europa. La arrogancia que los 'chalecos amarillos' reprochan a Emmanuel Macron también se puso de manifiesto cuando, pretendiendo erigirse en el jefe de la cruzada contra el populismo europeo, insultaba a gobiernos vecinos como "una lepra" que había que atajar.

Merkel se desentiende de Macron

Ahora, esos dirigentes europeos que se sentían insultados desde el Elíseo sonríen ante la inmensidad de la crisis interna a la que Macron hace frente y que le deja al desnudo en el escenario continental. Porque, está claro, Merkel tampoco le va a servir de mucha ayuda.
Audio: "Los problemas de Macron son parte de su desprecio de clase"
Dice el director del Instituto Jacques Delors, Sebastien Maillard, que "ya nadie va a escuchar en Europa a Angela Merkel". "Es un duro golpe para Europa" —subraya Maillard— "ya que su retirada va a hipotecar los grandes retos europeos, empezando por la emigración".
Angela Merkel, canciller de Alemania
© AP Photo / Michael Sohn
En Francia, si antes eran todo loas a la Canciller, desde que su debilidad política se ha hecho irrecuperable se empieza a criticar su falta de interés comunitario. Así, Maillard insiste en que "Angela Merkel nunca ha tenido una clara visión sobre Europa". Otra experta francesa, Coralie Delaume, va más allá y en su libro 'La pareja franco-alemana no existe' expone que la Unión Europea está dirigida desde Berlín, que se ha beneficiado de la creación del mercado único y de la moneda común que el resto de sus socios deben sufrir.
Delaume considera que el mercado único ha debilitado a la periferia de la UE y es en parte causante de la fractura sicológica que provoca que desde el Norte del continente se considere a los países del Sur como 'pigs' (iniciales en inglés de Portugal, Italia, Grecia y España).
Si Macron lo tenía ya difícil para encabezar la cruzada liberal contra los defensores de una Europa que prefiere la preponderancia del estado/nación a la superestructura bruselense, ahora ya no podrá apoyarse en su legitimidad dentro de su propio país.
Los 'chalecos amarillos' son los primeros europeos en gritar su desesperación contra las bondades de la globalización, de la apertura de mercados, de la desaparición de barreras comerciales, de la libre circulación de mercancías y personas…Y no por ánimo antieuropeo, sino por sufrir las consecuencias de decisiones que rechazaron. Porque cuando se les ha preguntado por referéndum, dos veces, sobre asuntos comunitarios, dijeron "no", y su opinión no se tuvo en cuenta. Emmanuel Macron se planteó la cita electoral europea de mayo como un desafío al nacionalpopulismo que se extiende imparable sobre Europa. Una guerra que él quería encabezar para atajar la "lepra" en su país y en el resto del continente. Sus enemigos designados no pueden sino festejar ante las imágenes de caos que París y otras ciudades francesas ofrecen al mundo, mientras Angela Merkel prefiere callar. Macron reconoce el "estado de urgencia social" de Francia. No es solo una figura retórica. En esas condiciones, reconoce que ha perdido municiones para la gran batalla europea.
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LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK

¿Por qué Alemania pronostica la desintegración de la Unión Europea?

La bandera rasgada de la UE (imagen referencial)
CC0 / Pixabay
23:55 09.11.2017 SPUTNIK NEWS
La Unión Europea podría dejar de existir para el año 2040, concluyó el Ministerio de Defensa alemán en un informe, citado por los periodistas alemanes. Russell Foster, profesor del King's College de Londres, comentó a Sputnik cuáles podrían ser las razones de unos pronósticos tan sombríos de Alemania para la UE.
El ente germano propone seis escenarios, tres de los cuales se distinguen por una visión particularmente triste del futuro de la Unión Europea.
Bandera de la Unión Europea (UE)
CC0 / Pixabay
"Entre los seis escenarios [del informe] hay tres neutrales o positivos. Dos de ellos están considerando la opción de la paz en Europa. Pero los otros tres son muy sombríos. Un [escenario] predice que los miembros del Este pueden unirse al bloque ruso, posiblemente una rama de la Unión Económica Euroasiática. Otro predice el crecimiento del extremismo interno en los países europeos. El tercero pronostica el colapso de Europa y el crecimiento del caos en el mundo", explicó el experto. Lea más: Defensa alemana no descarta la desintegración de la UE en los próximos 20 años
Según Russell Foster, no se debería esperar en el futuro una mayor integración política o militar en Europa.
"La idea de una fuerza militar europea única, sueño de Macron y Jean-Claude Juncker, no se hará realidad. Los Estados miembros enfrentarán los futuros escenarios militares solos o lo hará la OTAN. Teniendo en cuenta las prioridades políticas impredecibles del presidente Trump, la OTAN ni siquiera puede predecir el volumen de apoyo estadounidense que se recibirá en caso de un conflicto futuro".
El analista opinó que la gente pierde la fe en la UE debido a varios factores.
"Uno es el déficit democrático en la UE, que tiene el poder gubernamental, pero no tiene la legitimidad del gobierno, ya que no elegimos a los presidentes de la Comisión Europea. Otro [factor] son los problemas económicos en el Mediterráneo y la probabilidad de una segunda crisis de la eurozona que puede ser causada por Cataluña y, lo que es más importante, el problema actual de la migración", señaló. Para Russell Foster, el informe del Ministerio de Defensa alemán refleja muchas de estas preocupaciones. "Los líderes de la UE no entienden bien a 500 millones de ciudadanos europeos", agregó.
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Si para el año 2040 la UE realmente se desintegra, el experto pronostica "una inestabilidad social y económica bastante significativa en Europa, mientras que Rusia se verá más estable y económicamente segura".
"Por lo tanto, es probable que los países, que fueron parte del Pacto de Varsovia, miren hacia el Este, a una Rusia más segura, y no a las economías impredecibles de Europa Occidental", observa.
No obstante, Foster recuerda que cada vez que la UE enfrenta una crisis y creemos que se derrumbará, sobrevive.
"Sin embargo, en este momento estamos lidiando con una masa crítica de problemas políticos, económicos y sociales, por lo que los europeos pierden la fe en la UE. Sin reformas, la UE no podrá sobrevivir hasta la década de 2030. Y si sobrevive, se someterá a reformas radicales, reducirá sus poderes, regresará a algo similar a la Comunidad Económica Europea y detendrá cualquier forma de expansión a expensas de otros países, porque los europeos no lo quieren".
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"Europa se dirige hacia la desintegración"

Bandera de la Unión Europea (UE)
CC0 / Pixabay
00:05 25.03.2017 SPUTNIK NEWS
A 60 años de la firma del Tratado de Roma que inició el proceso de integración europea, Sputnik dialogó con el politólogo argentino Andrés Malamud, quien habló de los desafíos que enfrenta el bloque en la actualidad.
El 25 de marzo, los 27 líderes de la Unión Europea se reúnen en la capital italiana para celebrar el 60 aniversario del Tratado de Roma, que dio inicio al proceso de unificación que llevó a la Unión Europea. Este conglomerado de países tomaría al Euro como moneda única, y fijaría la libre circulación de bienes, servicios y personas como su paradigma principal.
"La tendencia de Europa es ir hacia la desintegración. Brexit es un primer síntoma pero no el más grave. Mi impresión es que el desmembramiento europeo se va a dar por un conjunto de errores de cálculo que van a derivar en una explosión involuntaria", dijo al programa radial ‘Telescopio' de Sputnik el politólogo argentino Andrés Malamud, radicado en Portugal, donde se desempeña como investigador senior del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa.
En su máximo esplendor, la UE llegó a tener 28 miembros. Pero en la última década, el proyecto convertido en potencia mundial, comenzó un proceso de declive. Actualmente, el Reino Unido inició su salida, y en los 27 países restantes hay fuertes corrientes que quieren abandonar el bloque para proteger sus economías.
Otro de los problemas es el financiero. "Hoy Europa tiene dos posibilidades, o unifica la fiscalidad para sincronizarse con la moneda o la desunifica, para que cada miembro coordine la fiscalidad nacional. No importa qué Estado esté dentro del Euro, lo que importa es que fiscalidad y moneda estén sincronizadas al mismo nivel, sea el europeo o sea el nacional. Si no resuelven esto Europa se deshace", señaló Malamud.
Para el académico, el único factor en común que comparten los miembros al día de hoy es el nacionalismo en ciertos sectores. En este contexto, Donald Trump pone en duda la continuidad del aporte de EEUU a la OTAN, sumando otro factor de desestabilización.
"La OTAN fue el paraguas protector de Europa. EEUU proveía la mayor cantidad de fondos y coordinación militar. De este modo Europa dedicaba sus recursos al crecimiento y la distribución social. Pero ahora que Trump reclama fondos compartidos para seguridad, se ven comprometidos los estándares de bienestar social al que estaban acostumbrados", indicó Malamud.
Con el Reino Unido a punto de escindirse de la UE, el único miembro del bloque con capacidad nuclear es Francia. Éste país, según el especialista, es la "única potencia militar" que queda en Europa.
Hoy el debate más importante a nivel europeo es entre nacionalistas y europeístas o globalistas, es decir, el debate por "sacrificar o no soberanía para conseguir resultados económicos o políticos", concluyó.

Alemania, ¿la locomotora de la economía europea o su perdición?

Angela Merkel, canciller de Alemania
© AP Photo / Michael Sohn
02:41 03.03.2018 SPUTNIK NEWS
La economía alemana se ha acostumbrado a sacar a Europa de las crisis y a contribuir a la recuperación de la zona euro. Sin embargo, cada vez más políticos temen que la exitosa economía de Alemania pueda conducir a la Europa unida a la desintegración, escribe Jeffrey Moore, analista de Global Risk Insights, para la revista en línea Ozy.
Dentro de tres años, la Unión Europea celebrará su 70º aniversario. Durante casi siete décadas de la existencia de una Europa unida, Alemania ha sido su principal motor, luego de la rápida recuperación económica que evidenció tras la Segunda Guerra Mundial.
El liderazgo de Alemania en la economía se consolidó con la introducción de una moneda única europea en 1999. En las últimas dos décadas, Alemania ha sido la primera economía europea: tiene el superávit comercial más grande del mundo —287.000 millones de dólares—, sostiene el columnista. Sin embargo, en los últimos años, cada vez más especialistas consideran la economía alemana una especie de 'cisne negro' que puede eventualmente conducir a la desintegración de una Europa unida. El balance positivo del comercio de Berlín causa irritación entre la mayoría de los socios europeos porque consideran que enriquece a los alemanes a expensas del resto. El estado de su economía le da a Berlín la oportunidad de dictar sus términos al resto de Europa, especialmente en la política interna de la UE, subraya Moore.
"Alemania es la cuarta economía más grande del mundo y tiene un enorme poder político y económico en la Unión Europea, sobre todo porque está vendiendo cada vez más al extranjero de lo que compra, lo que significa un gran superávit de exportación. Es por eso que nuestros socios comerciales están endeudados. Por lo tanto, Alemania es el único país que tiene la munición fiscal para los llamados 'paquetes del rescate del euro', que fueron, en realidad, rescates bancarios. Por lo tanto, Alemania puede dictar la política en la zona euro en gran medida", comenta Fabio De Masi, diputado del Parlamento Europeo por el partido de izquierda alemán Die Linke. Los desequilibrios económicos alimentan otras áreas políticas que causan tensiones masivas, especialmente en la política de inmigración, ya que la posición de Alemania de 'brazos abiertos' hacia los flujos migratorios de Oriente Medio ha provocado una crisis política en la periferia de Europa en los últimos años. La ira se dirige a Bruselas y Berlín, y, en algún momento, se llegará a un punto de quiebre.
Lea más: Europa del Este, cada vez más rica y mejor asentada en sus desavenencias con la UE
Así, desde Hungría y Polonia hasta Austria, las elecciones han dado como resultado victorias para los partidos que abogan por mantener una política dura con relación a los inmigrantes en desacuerdo con Alemania y la UE en general. Todo comenzó después de que el Acuerdo de Schengen, un pilar central de la UE, comenzara a desmoronarse bajo el peso de la crisis migratoria, con Hungría erigiendo vallas y Francia resucitando los puestos fronterizos. El voto del Reino Unido para salir de la UE abrió la puerta a otros miembros que se sientan menospreciados a la sombra de Alemania. El riesgo podría manifestarse en la forma de un eje austrohúngaro indignado que se separe de Bruselas y Berlín para formar su propia unión competitiva, volcando las cadenas de suministro de Alemania y enviando al euro en caída a medida que los movimientos para reintroducir las monedas nacionales aumenten.

Trump se burla de la fantasía imperial de Europa

por Vicky Peláez
LA HAINE - 17/11/2018

EEUU nunca ha sido socio de la UE ni su aliado, pues ha tratado al viejo continente simplemente como su protectorado
Durante la reciente conmemoración en Francia de los 100 años del fin de la Primera Guerra Mundial, que dejó 10 millones de muertos, las autoridades francesas lanzaron la idea de convertir Europa en un "imperio pacífico" protegido por un "ejército real europeo". La intención era defenderse así "no solo de Rusia y China, sino también de EEUU". Las declaraciones causaron gran revuelo a nivel internacional.
Las aspiraciones francesas sorprendieron a más de 60 líderes mundiales participantes en el Foro de la Paz Armisticio de 1918, menos al presidente estadounidense, el 'emperador' actual del único autoproclamado imperio, Donald Trump, quien no pudo reaccionar en seguida a lo que proponía su colega galo, Emmanuel Macron. Trump no tenía los audífonos conectados al oído, habida cuenta de la escasa importancia que le daba al aspirante a líder de un nuevo 'imperio'.
Al día siguiente, después de que los asesores del presidente estadounidense, entre ellos el de Seguridad Nacional, John Bolton, apodado el 'Príncipe de la oscuridad', le explicaran a Trump el contenido del discurso de Macron, el líder de EEUU replicó disgustado.
En su famosa cuenta de Twitter, Trump recalcó, burlándose de las ambiciones imperiales de Macron que, en términos históricos, Europa fue su propio peor enemigo y que, mientras "Macron está sugiriendo formar su propio ejército para proteger Europa de EEUU, China y Rusia, fue Alemania" la que inició la Primera y Segunda guerras mundiales". "Los franceses estaban ya aprendiendo alemán cuando vino EEUU", concluyó su tuit Trump, quien recordó a los europeos: "¡Paguen por la OTAN o no!".
La idea de crear un ejército europeo ya estaba en discusión en la UE desde hacía más de cinco años. Alemania fue una de las iniciadoras de esta propuesta. Sin embargo, fue el presidente Macron quien se atrevió a nombrar las cosas por su nombre, señalando a EEUU como un posible futuro peligro para Europa. Rusia y China fueron agregadas en esta lista de potenciales enemigos prácticamente de relleno para no disgustar del todo a Washington.
París, Berlín y Bruselas saben perfectamente que ni Rusia ni China estarían interesadas en un conflicto bélico o económico con la Unión Europea, mientras que EEUU es el propulsor actualmente de la 'guerra de aranceles' contra el viejo continente.
Los líderes europeos son conscientes, aunque no lo están mostrando abiertamente, de que han sido utilizados por Washington como sus peones en las guerras en Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia, Siria y Somalia, derramando la sangre de franceses, alemanes y polacos para proteger los intereses geopolíticos y geoeconómicos de EEUU a costa de los suyos propios.
En realidad, EEUU nunca ha sido socio de la UE ni su aliado, pues ha tratado al viejo continente simplemente como su protectorado. Después de terminar la Segunda Guerra Mundial, Washington ha instalado en Europa más de 70 bases con cerca de 80.000 soldados estadounidenses. El exministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Sigmar Gabriel, declaró en febrero pasado que era hora para Alemania y Europa de iniciar su propia agenda, dado que "EEUU ya no está tomando al mundo como una comunidad global, sino como una arena de combate donde cada uno busca su ventaja" (Fórum sobre la Política Exterior, Berlín, febrero de 2018).
Lo que no quiso añadir Sigmar Gabriel ni ningún otro político europeo en el poder fue que la protección y la defensa de Europa que asumió EEUU supuestamente después de 1945 y de la que hablan sin cansancio los dirigentes de turno de Washington ha sido un mito creado por los medios de comunicación del país.
Su protección consiste en el establecimiento de un control imperial sobre sus aliados de momento, y lo está ejerciendo EEUU casi a la perfección. La OTAN la creó EEUU, según su primer secretario general, el británico Lord Ismay, "para mantener dentro [en Europa] a los norteamericanos, fuera a los rusos y abajo a los alemanes" (Joseph Nye, 'The Paradox of American Power', 2002, p.33).
Washington necesita mantener la OTAN en funcionamiento para utilizar en algún momento a sus 29 países 'aliados' como 'carne de cañón' en una deseada pero no real guerra contra Rusia. Por eso, el Pentágono no escatima en pagar el 72% del presupuesto de la organización, donde gasta no menos de 300.000 millones de dólares al año. También el gran beneficiado de la OTAN es el complejo industrial-militar norteamericano, que vende sus misiles Patriot, cazas de combate F-35, etc. El presidente francés Charles de Gaulle entendió claramente que ningún país miembro de la OTAN bajo el dominio del Pentágono podría considerarse como un Estado soberano y ordenó la salida de Francia de la Alianza Atlántica en 1996.
Francia se reincorporó a la OTAN en 2009 por iniciativa de su entonces presidente, Nicolas Sarkozy. En las actuales condiciones de dominio total de EEUU, ningún país miembro de la OTAN tiene oportunidad de salir de la alianza. Tampoco EEUU permitirá a Europa crear su propio ejército. Trump enfatizó claramente en uno de sus tuits que la alocución de Macron de la necesidad de "tener un ejército europeo" para protegerse de EEUU y a la vez establecer "un diálogo real respecto a la seguridad mutua" con Rusia era "una insolencia intolerable". Con estas dos palabras, Donald Trump mostró que no hay espacio para la existencia de algún otro imperio.
También durante todos los actos de conmemoración en Francia, los líderes de más de 60 países que estaban presentes se dieron cuenta de que la atención central se posó no tanto en Emmanuel Macron y en el acontecimiento en sí, sino en Donald Trump y Vladímir Putin. A diferencia del mandatario estadounidense, el líder ruso considera la creación de un ejército independiente europeo como "un proceso positivo que reforzaría el mundo multipolar".
Putin comentó también que la misma idea tuvo Jacques Chirac, que consideraba que "Europa es una formación económica potente que quiere ser independiente y soberana en términos de defensa y seguridad nacional".
Para Rusia, la soberanía militar de Europa fortalecería el mundo multipolar al aumentar los centros del poder. En la interpretación de los estrategas rusos, cuantos más centros independientes de poder existan, más difícil será desatar una guerra por el país que se considera a sí mismo el dueño del mundo: EEUU.
La preparación en la Academia Militar West Point está concentrada principalmente en Rusia, que está considerada por el Pentágono como el enemigo principal de EEUU. En la percepción de los estrategas militares estadounidenses, las tropas tienen que estar preparadas tanto para la guerra de alta intensidad como de baja intensidad (Yahoo News, 30 de octubre 2018).
No obstante, todas estas doctrinas y tácticas se quedan más en la retórica de lo que se aplican a la realidad. Porque hasta los más ardientes halcones norteamericanos saben perfectamente que no se puede atacar a Rusia militarmente por razones de autopreservación. Rusia tiene armas nucleares y una alta capacidad de defensa y respuesta. El vehículo hipersónico de deslizamiento Avangard vuela a 24.700 km/h o, lo que es lo mismo, a cuatro millas por segundo. El Avangard, lanzado desde territorio ruso, podría alcanzar Washington en 15 minutos y no podría ser interceptado por ningún sistema existente en el planeta, dado que vuela rodeado de una nube de plasma, como un meteorito, según el jefe del Comando Estratégico de EEUU, el general John Hyten.
Entonces, lo que le queda a EEUU es seguir amenazando a Rusia, aplicando sanciones, presionándola militar y psicológicamente, rodeando el país de bases militares, provocándola mediante sus obedientes 'aliados' de su protectorado europeo, financiando la quinta columna de liberales dentro del territorio ruso y soñar siempre con lograr su sumisión.
Su protectorado europeo es su brazo derecho en esta lucha contra Rusia. EEUU jamás dejaría ser libres e independientes a los europeos, por mucho que quieran algunos de estos 29 países miembros de la OTAN. Para ello, Washington dispone de tratados y cláusulas secretas, emplea el chantaje, recopila permanentemente información sobre sus líderes y amenaza también a los descontentos haciendo uso de sus servicios secretos.
El exdirector del Servicio de Contrainteligencia Militar de Alemania (MAD), general en retiro Gerd-Helmut Komossa, reveló en su libro 'Die Deutsche Card' (2007) que Zbigniew Brzezinski definió a Europa como un 'vasallo estadounidense'.
El general Komossa, considerado en Alemania como un "soldado que sabe pensar políticamente", hizo referencia en su libro al tratado firmado el 21 de mayo de 1949 entre EEUU y la República Federal de Alemania, cuyo propósito era restringir la soberanía de Alemania hasta 2099.
Según este tratado secreto, cada nuevo canciller alemán tenía que firmar el Acta de Canciller [NdeLH: Serie de documentos en los que los aliados occidentales victoriosos, después de la URSSS, en la II Guerra Mundial, impusieron condiciones vinculantes con respecto a su autoridad sobre Alemania, y que, según un ex asesor del Canciller, Egon Bahr (1922-2015), cada canciller federal -primer ministro- de la República Federal de Alemania debe firmar antes de asumir el cargo]. Este tratado establece también que los medios de comunicación germanos estarían bajo el control norteamericano. El periodista alemán Udo Ulfkotte lo confirmó en su libro 'Journalists for Hire: How the CIA buys the News' (2017).
Todos estos hechos indican que el vasallaje europeo será muy difícil de terminar, pues se necesita una fuerte voluntad popular que no existe actualmente en la Unión Europea.
https://mundo.sputniknews.com. Extractado por La Haine

Qué pasa

Economía de la UE: ¿a punto de colapsar?

19:08 11.12.2018 - SPUTNIK NEWS
Víctor Ternovsky
El sobreendeudamiento, la excesiva carga fiscal, el frágil sistema bancario y la entrada de los fondos buitre. Son los principales desafíos que, de no resolverse, podrían enterrar próximamente la economía de la UE. El economista español Guillermo Rocafort ofreció este pronóstico nada alentador a Radio Sputnik.
El experto constató que la deuda media de la UE es de un 82% del PIB comunitario, llegando algunos países miembros a endeudarse hasta casi el 200%. En este contexto, indicó que la sociedad europea "está viviendo por encima de sus posibilidades".
Además: Italia presentará su nuevo proyecto de presupuesto a la UE
Tampoco ayuda a mejorar la situación "una sobreimposición fiscal brutal" que provoca, entre otras consecuencias negativas, que producir no sea rentable.
El sector bancario, a su vez, brilla por su inestabilidad, indicó el economista, al señalar que se destinan enormes cantidades de dinero para "apalancar un sistema bancario que ni siquiera está reformado y que puede otra vez entrar en colapso".
De acuerdo a Guillermo Rocafort, "quizás el indicador más preocupante de que la economía de la UE no va bien" sea "la entrada de los fondos buitre", cuya actividad suele recordar una soga al cuello en países enteros, como es el caso de Argentina, al que prácticamente le imposibilitan cancelar su deuda externa.
"Entramos en un momento de convulsión", advirtió el también catedrático, al augurar un panorama catastrófico si no se adoptan las medidas destinadas a crear "una economía real que genere empleos y riquezas" para la ciudadanía comunitaria.
Ello pasa, según sus palabras, porque los países de la UE logren soberanía impidiendo que "Brusleas siga actuando como una especie de tirano". También hay que dejar de "estar al dictado o en actitud vasalla con respecto a EEUU", afirmó.
Además: Cómo Rusia 'obliga' a la UE a rechazar el dólar
Pero por ahora se hace justamente lo contrario. Además de agravar los problemas existentes, las autoridades comunitarias crean nuevos, como por ejemplo, creando tensiones con Rusia, en vez de "intensificar las relaciones", entre ellas comerciales, con el gigante euroasiático, sentenció Guillermo Rocafort.

"El Reino Unido está en llamas, pero no tiene que ver con el Brexit"

Publicado: 24 nov 2018 17:00 GMT - RT
En este episodio de 'Keiser Report', Max y Stacy hablan de una nota del inversor Albert Edwards que dice que muchos se enfocan en riesgos evidentes (como China, Italia o Japón) y tal vez pasen por alto riesgos financieros menos obvios, como el Reino Unido, que podrían desencadenar la próxima crisis financiera. En la segunda parte, Max entrevista a Dan Collins, de TheChinaMoneyReport.com, sobre 'rinocerontes grises', la conferencia de Asia-Pacífico y los 50 millones de viviendas vacías en China.
VIDEO:
Max y Stacy señalan titulares de medios que hablan del "desastre de Reino Unido y lo relacionan con el Brexit, pero Max, citando análisis de invitados previos del programa y economistas reconocidos, tiene una opinión diferente.
"El Reino Unido está en llamas [...] pero no tiene que ver con el Brexit", asevera el anfitrión, atribuyendo la culpa a las políticas de austeridad, que han "provocado un nivel de pobreza increíble".
"Con el Brexit se trata de apoyar a la reina y deshacerse de todo contacto con el mundo", añade.
Por otra parte, los anfitriones afirman que si Londres fuese un animal salvaje en una reserva, sería un búfalo o un rinoceronte, pues representa un alto peligro (económico), pero los visitantes los ignoran mientras se preocupan por los leones y leopardos.
"Nos encontramos con rinocerontes grises y búfalos en el horizonte, corriendo en estampida hacia el viernes negro", describe Stacy.

"El enemigo de Londres no es Rusia sino su propia clase dominante, según un informe de la ONU"

Publicado: 21 nov 2018 00:12 GMT - RT
Un relator de la ONU en cuestiones de pobreza y derechos humanos estudió el impacto de uno de los programas de austeridad más extremos entre las economías avanzadas y llegó a conclusiones desoladoras.
"El enemigo de Londres no es Rusia sino su propia clase dominante, según un informe de la ONU"
Darren Staples / Reuters
Un informe devastador de la ONU sobre la pobreza en el Reino Unido proporciona pruebas irrefutables de que el verdadero enemigo de los ciudadanos británicos es su propia clase dominante, que a su vez ha estado intentando convencerles en los últimos años de que su enemigo es Rusia, indica el columnista John Wight en su nuevo artículo para RT.
El profesor Philip Alston recorrió como Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la pobreza extrema y los derechos humanos, el país durante dos semanas para investigar el impacto de ocho años de uno de los programas de austeridad más extremos implantados entre las economías avanzadas del G20 en respuesta a la crisis financiera de 2008 y la subsiguiente recesión mundial.
"Lo que encontró fue evidencia de una guerra económica sistemática, voluntaria, concertada y brutal desatada por la clase dirigente conservadora de derechas del país contra el sector más pobre y vulnerable de la sociedad británica, que arruinó las vidas de millones de personas que no fueron responsables de la mencionada recesión, pero se vieron obligadas a pagar por ella", describió Wight.
"Parece claramente injusto y contrario a los valores británicos que tantas personas vivan en la pobreza. Esto es obvio para cualquiera que abra los ojos para ver el inmenso crecimiento de los bancos de alimentos y las colas que esperan afuera, la gente que duerme en las calles, el incremento de personas sin hogar, el sentimiento de profunda desesperación que lleva incluso al Gobierno a designar un ministro de Prevención del Suicidio y a la sociedad civil reportar a fondo sobre niveles inauditos de soledad y aislamiento", reza la introducción del informe, publicado este 16 de noviembre.
En total, 14 millones de personas en el Reino Unido viven ahora en la pobreza, una cifra que supone una quinta parte de su población, destaca Wight. Cuatro millones de ellos son niños, mientras que, según el profesor Alston, 1,5 millones de personas se encuentran en situación de desamparo, es decir, sin capacidad para cubrir las necesidades básicas de la vida.
Parece claramente injusto y contrario a los valores británicos que tantas personas vivan en la pobreza.
"Y esto es lo que la clase dominante de la quinta economía más grande del mundo, un país que pasea por el escenario mundial como un pilar de la democracia y los derechos humanos, considera el progreso", escribe el columnista.
"La compasión británica por los que sufren ha sido reemplazada por un enfoque punitivo, mezquino y a menudo cruel, aparentemente diseñado para inculcar disciplina donde es menos útil, imponer un orden rígido en las vidas de aquellos menos capaces de hacer frente al mundo de hoy en día", concluye el profesor Alston.
"La austeridad no es y nunca ha sido una respuesta económica viable a la recesión en una economía determinada. En cambio, es un club ideológico que se ejerce en nombre de las grandes y ricas empresas para garantizar que el precio pagado por dicha recesión económica sea asumido exclusivamente por los menos capaces de soportarlo, es decir, los pobres y los trabajadores", señala por su parte Wight, que lamenta que esta "guerra de clases" se presente como una "política gubernamental legítima".

Qué pasa

El Brexit a punto de reventar al Reino Unido

15:50 08.12.2018 - SPUTNIK NEWS
Javier Benítez
El escape final de la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, acabó en una redada. Arrinconada y vapuleada por propios y extraños, no tuvo más remedio que mostrar sus cartas a los parlamentarios británicos, esas que paradójicamente conocían ya los 'enemigos' europeos al otro lado del canal de la Mancha, pero no sus Honorables Comunes.
Acusada de desacato, ella y todo su gabinete, tuvo que salir rauda a buscar la llave –allí donde la hubiere tirado– del cubículo donde ocultaba ese informe sobre el Brexit, y que provocó que los políticos de todos los colores no hayan dudado en calificar los términos de la salida como infame, vergonzante y humillante, tanto para los intereses del Reindo Unido, como para todos y cada uno de los británicos.
Theresa May, primera ministra del Reino Unido
© REUTERS / Dylan Martinez
Así, antes de que arrancara del debate de cinco días previo a la votación final del 11 de diciembre sobre el acuerdo que firmaron Bruselas y Londres, 311 parlamentarios acusaron y sentenciaron de desacato al Ejectutivo de May por no haber publicado –como intimaba un mandato previo– el dossier sobre el análisis legal del acuerdo y que realizó el abogado general del Estado, Geoffrey Cox. Se trata de la primera vez en la historia de la Cámara de los Comunes que este poder realiza tal acusación a un gabinete, y tuvo que ser en estas circunstancias. Theresa May está más débil que nunca, si ya cabía estarlo más a estas alturas. El motivo que justamente su ministro de Exteriores, Jeremy Hunt, blandió para la nocturnidad del informe, era que su aireo imposibilitaría gobernar.
Los números hablan del aprieto en el que se encuentra May: necesita 320 votos para salvar su acuerdo y posiblemente su cargo, pero su partido cuenta con 315 diputados, de los cuales alrededor de una centena ha dejado caer que podría pronunciarse en contra.
El presidente de la Consultora Ekai Center, Adrián Zelaia, opina que "estamos viendo de alguna forma, cómo algo que ya sucedió inicialmente, se está manifestando en este momento en cuanto a que el Brexit no es sólo un conflicto entre el Reino Unido y la UE, sino que a su vez es un conflicto interno en el Reino Unido que afecta a ámbitos muy distintos. […] En este momento es el miedo al Partido Laborista lo que está constituyéndose en un catalizador esencial de lo que está pasando".
"Las distintas posiciones se están moviendo, por un lado, en función de lo que cada uno de ellos piensa de lo que debería ser la relación del Reino Unido con Europa, y por otro lado, en cuanto a las estrategias de los conservadores en cuanto a evitar que el Partido Laborista y Jeremy Corbyn lleguen al poder", explica el analista.
En 2016, la propia May votó para que el Reino Unido permaneciera en la UE, pero una vez consumado en las urnas, se subió al carro de la victoria y afirmó que "Brexit significa Brexit" y que esta situación no tenía por qué derivar en un Reino Unido empobrecido.  Entonces, el pasado martes el abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), Manuel Campos Sánchez-Bordona –cuyas opiniones fungen como base de discusión para la decisión final–, echó un cable salvador para todas las partes, al estimar que Reino Unido podía dar marcha atrás al Brexit, pero bajo ciertas condiciones.
Más información: Tusk: si el Parlamento rechaza el Brexit, el Reino Unido debe salir sin pacto o quedarse en UE
De tomarse esa decisión por parte de Londres, debería comunicarla formalmente al Consejo Europeo tras su aprobación por el Parlamento británico, y sólo tendría efecto hasta el 29 marzo de 2019 –fecha prevista para la salida– y si no se concluyó "formalmente" un acuerdo de retirada. 
Sin perder el tiempo, el miércoles May decidió agarrarse a ese cable sin importar si estaba pelado, y los micrófonos de la BBC amplificaron su ofensiva que intentó ser intimidatoria contra quienes prometen detonar el acuerdo al que llegó con el bloque comunitario: "Hay tres opciones: una es salir de la UE con un acuerdo […], las otras dos son, salir sin acuerdo, o que no tengamos para nada un Brexit", dijo a la emisora. Pero el jueves, el TJUE le salió al cruce de forma oficial para marcarle el terreno y los tiempos a May, al declarar que recién se pronunciará el lunes 10 –víspera providencial de la votación en el Parlamento británico– sobre si Londres puede practicar la marcha atrás de forma unilateral.
Para Zelaia "hay pocas dudas con respecto a que las estructuras de la UE han trabajado activamente en los últimos años contra el Brexit. Es decir, para evitar que el Reino Unido salga de la UE. En este contexto ahora se está haciendo explícito de alguna forma, pero hay pocas dudas que se van a mantener todas las puertas abiertas a que el Reino Unido dé marcha atrás, si en un momento determinado quiere hacerlo. Y que incluso se ha creado un contexto negociador y un contexto de acuerdo que está de alguna forma facilitando esta vía".
Ante este panorama, este viernes May sacó a sus principales discípulos a las calles para difundir su palabra: envió a treinta miembros de su Gobierno a distintas circunscripciones para explicar a la población las bondades de apoyar el acuerdo del Brexit. Así, ministros y secretarios de Estado se dedicaron a hablar con la gente en escuelas y centros comunitarios de varias partes del país, en un intento de lograr que la ciudadanía misma presione a sus diputados para que voten a favor del pacto este martes 11 de diciembre. En este contexto, el banco estadounidense de inversiones J.P. Morgan estimó que las posibilidades de que Reino Unido cancele el Brexit en su totalidad han aumentado.
"Aquí tenemos que tener en cuenta distintos intereses. Está por un lado el interés personal de Theresa May de mantenerse en el cargo. Esto es algo que está muy directamente relacionado con el hecho de que la propuesta actual se apruebe o no. Y otra cosa es los intereses globales de esa élite del Partido Conservador, de la élite financiera de la 'City' fundamentalmente, y que pueden ir perfectamente en otra dirección, en la de sacrificar a May con el fin de ir a un segundo referéndum en caso necesario", concluye Adrián Zelaia.

Brexit: La mayoría del Gobierno británico da "por muerto" el acuerdo del brexit, según 'The Times'

Los ministros estarían escindidos en varios grupos, estando uno de ellos a favor de abandonar la Unión Europea aunque no haya acuerdo.  
La primera ministra británica, Theresa May./REUTERS
La primera ministra británica, Theresa May./REUTERS
Una mayoría del gabinete del Gobierno británico da por "muerto" el acuerdo del brexit y estudia posibles alternativas, como un segundo referéndum, informa este sábado el diario The Times.
La mayor parte del gabinete de la primera ministra, la conservadora Theresa May, cree que el plan acordado en noviembre entre Londres y Bruselas tiene pocas opciones de aprobarse en el Parlamento, asegura el rotativo.
Existen, con todo, divisiones internas en el Ejecutivo sobre qué camino seguir si la Cámara de los Comunes no respalda finalmente el acuerdo.
La ministra de Trabajo y Pensiones, Amber Rudd, y el titular de Economía, Philip Hammond, junto con otros tres ministros, se están "inclinando" hacia la opción de convocar una nueva consulta "si todas las demás opciones" quedan descartadas, según The Times.
El responsable de Medioambiente, Michael Gove, puede preferir la opción de proponer un brexit que deje al Reino Unido dentro del Espacio Económico Europeo (EEE), con un modelo similar al de Noruega, según esa fuente.
Un grupo de ministros no descarta abandonar la Unión Europea sin un acuerdo
Un tercer grupo de ministros, que incluye al de Sanidad, Jeremy Hunt, no descarta abandonar la Unión Europea sin un acuerdo el próximo 29 de marzo si no se aprueba el pacto, agrega el periódico.
En ese sentido, Hunt sugirió en una entrevista a la cadena BBC Radio 4 que la Unión Europea será más flexible a la hora de hacer concesiones al Reino Unido cuanto mayor sea la posibilidad de un brexit abrupto.

Diferentes maneras de salir de la UE

"La razón por la que creo que al final la Unión Europea va a querer ayudarnos tanto como pueda es que no tiene interés en provocar una mayor crisis en el Reino Unido", argumentó el ministro. "Algunas personas en la Unión Europea creen que el Parlamento detendría un escenario de no acuerdo, pero no pueden estar seguros de ello", esgrimió.
Si Bruselas aporta nuevas "garantías" sobre el mecanismo de salvaguarda para la frontera de Irlanda del Norte, agregó Hunt, cree que todavía es posible que la Cámara de los Comunes respalde el acuerdo.
La titular de Trabajo y Pensiones, Amber Rudd, hizo por su parte un llamamiento a los diputados para llegar a un "consenso" y apoyar el pacto cuando se someta a votación en las próximas semanas.
El ministro para Escocia, David Mundell, ha sido el primero en plantear la posibilidad de aplazar la salida de la UE más allá del 29 de marzo, el límite que establece el artículo 50 del Tratado de Lisboa, a fin evitar una posible ruptura no negociada, según The Times.
May se vio obligada a aplazar la votación en los Comunes del pacto del brexit el pasado martes ante la imposibilidad de lograr una mayoría y espera regresar a la cámara antes del 21 de enero con nuevas concesiones por parte de Bruselas.
En la cumbre comunitaria celebrada esta semana, el resto de líderes europeos han cerrado la puerta a renegociar el acuerdo, si bien se han mostrado abiertos a redactar nuevas clarificaciones en relación al mecanismo de seguridad para Irlanda del Norte, el aspecto más controvertido del texto.

Brexit: La UE ofrece buenas palabras a May pero cierra filas para preservar el acuerdo del 'brexit'

Los 27 reiteran su compromiso político para asegurar que la solución de emergencia para la frontera con Irlanda del Norte sea temporal, pero se niegan a mover una coma del acuerdo para el 'brexit'.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, saluda al de la Comisión, Jean-Claude Juncke. / EFE
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, saluda al de la Comisión, Jean-Claude Juncke. / EFE
Buenas palabras, compromisos políticos, aclaraciones… pero nada de documentos legalmente vinculantes que modifiquen en modo alguno el acuerdo de salida de Reino Unido de la UE al que los 27 dieron el visto bueno el pasado 25 de noviembre. Los estados miembros cierran filas en torno al texto para el brexit y Theresa May se irá de vacío de Bruselas.
“Puede haber una discusión política, pero nada jurídico es negociable”, advirtió el presidente de Francia, Emmanuel Macron, a su llegada a la cumbre. Y así lo certificaron más tarde los estados miembros. El acuerdo para el brexit “no está abierto para su renegociación”, reiteraron los líderes europeos al filo de la media noche y tras reunirse con la primera ministra británica Theresa May, que abandonó la reunión sin hacer declaraciones a la prensa.
El texto aprobado por el Consejo a 27 se limita a reiterar que el único acuerdo posible es el que está sobre la mesa; que la intención de la UE es lograr una relación lo más estrecha posible con Reino Unido en el futuro y que empezar a negociar “tan pronto como sea posible”, pasa por la ratificación del texto.
Pero Theresa May no cuenta a día de hoy con una mayoría suficiente en la Cámara de los Comunes. El mayor obstáculo parece el conocido como backstop o solución de emergencia para Irlanda del Norte. Se trata de un mecanismos para evitar el cierre de la frontera con Irlanda, que impondría ciertos controles a los productos procedentes de territorio británico en la frontera irlandesa y mantendría a Reino Unido en una suerte de unión aduanera, en caso de que al concluir el periodo de transición tras el brexit no hubiera acuerdo para la relación futura entre la UE y Reino Unido. Los británicos creen que es una trampa, una cárcel que retrasaría indefinidamente el brexit.
Theresa May venía cargada de buenas intenciones, tras reunirse con la canciller Angela Merkel y los primeros ministros de Irlanda y Países Bajos, convencida de que en la cumbre de ayer no habría “grandes avances” pero decidida a pedir “garantías legales y políticas” de que el backstop no será permanente. No las logró.
Los líderes insisten en que la solución de emergencia, el famoso backstop para la frontera de Irlanda del Norte, es eso, una solución de emergencia, y por tanto, temporal. Pero la UE se niegan a ponerle fecha límite, tal y com planteaba May. Hacerlo abriría la posibilidad de una frontera dura en caso de alcanzarla sin acuerdo sobre la relación futura, que es precisamente lo que ese mecanismo de seguridad nació para evitar.
La primera ministra británica, Theresa May, en el Consejo Europeo, en Bruselas. / EFE
La primera ministra británica, Theresa May, en el Consejo Europeo, en Bruselas. / EFE
Si no logran un acuerdo a tiempo el backstop tendrá que entra en vigor “temporalmente, y al menos y hasta que sea reemplazado por un acuerdo posterior que garantice que se evite una frontera dura”. Evitar una frontera dura era una línea roja tanto de Reino Unido como de la UE, con el fin de preservar el acuerdo del Viernes Santo que puso fin a las hostilidades en Irlanda del Norte. El objetivo, en definitiva, es eludir una nueva guerra en Europa, “que es para lo que el proyecto europeo se puso en marcha en cualquier caso,” insistió el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte.
La mejor forma de evitar la activación del backstop, insisten los 27, es lograr un acuerdo sobre la relación futura cuanto antes. Pero para eso, advierte el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, es importante que los británicos sepan los que quieren. “En cuanto a la relación futura, nuestros amigos Reino Unido necesitan decir lo que quieren en lugar de preguntarnos qué esperamos”, subrayó Juncker al término de la cumbre.
En un primer borrador, los 27 abrían la puerta a futuras concesiones, a más negociaciones para ampliar las garantías. Sin embargo, en Bruselas no hay apetito para más negociaciones, la sensación es que no importa el texto sobre la mesa, seguirán surgiendo dudas, críticas, obstáculos en Londres. Y la UE ya ha estirado sus líneas rojas, y las de Reino Unido, todo lo humanamente posible. Los líderes decidieron por consenso cerrar esa puerta.
Los 27 se van a dormir sabiendo que el texto que han presentado a Theresa May puede no ser suficiente para lograr el apoyo de los Comunes, y aunque no descartan considerar nuevas garantías antes de la fecha límite para el voto, el próximo mes de enero, la Comisión Europea presentará el próximo miércoles un nuevo documento sobre la preparación de cara a un escenario de no acuerdo. Por si acaso.

Arde París

La Unión Europea perderá también a Francia

Mientras se procesa el brexit y Matteo Salvini, viceprimer ministro de Italia y líder de la Lega, convoca 80.000 personas en Roma, la llamada “rebelión de los chalecos amarillos” incendia Francia, mostrando un descontento estructural con la gestión de Emmanuel Macron y el rechazo popular a la Unión Europea (UE) de impronta alemana.
Por Carlos Luppi 15 diciembre, 2018 - CARAS Y CARETAS
Macron podría caer en un estado de debilidad política total, acosado por una alianza de ultraderecha, antieuro, anti-OTAN y anti-UE, cuando faltan meses para las elecciones del Parlamento Europeo. Con el descontento crecerían líderes como Marine Le Pen y François Asselineau, tan “euroescépticos” como Jean-Luc Mélenchon.
Desesperado, Macron tomó medidas paliativas que no solucionan problemas de fondo y llevan el déficit fiscal a 3,5%, mientras la protesta, que pide su dimisión, continúa con aportes de izquierda, derecha y centro.
Los ajustes fiscales alemanes, disfrazados de “austeridad” y su secuela de recesión, miseria y desempleo, están cosechando finalmente su amargo fruto.
Habrá que construir una nueva UE, con una moneda común ajustable por país, que permita la viabilidad económica de todos.
Una de las más famosas teorías conspirativas, al menos entre nosotros, dice que “el Mayo Francés de 1968” fue resultado de una operación de inteligencia impulsada por intereses que querían derribar al general Charles de Gaulle (que efectivamente terminó dimitiendo), quien buscaba una equilibrada unión europea, con una moneda común que sirviese a todos los países miembros y que pudiese (al volver al intercambio comercial con respaldo en oro, posibilidad que terminó en 1973) competir con el dólar como moneda internacional de referencia. La teoría se debe a nuestro ilustre compatriota, ingeniero Juan Grompone, y ha sido compartida por personalidades de todo el mundo. Cómo no evocarla cuando Trump dice: “Tal vez es hora de terminar con el Acuerdo de París contra el Cambio Climático”.
Pero esta vez es diferente. La responsabilidad de los problemas del gobierno francés incumbe exclusivamente al doctor Emmanuel Macron por su absoluta incapacidad (similar a la de su colega el ingeniero Mauricio Macri) para comprender el malestar de las clases bajas y medias y las de los pequeños productores y comerciantes frente a sus ingresos vulnerados, el aumento de la desigualdad y la acumulación de los perjuicios provocados por la impronta alemana, aposentada en los organismos con sede en Bruselas y con el euro y la “austeridad” (nombre falso para los salvajes ajustes fiscales dispuestos) como instrumentos principales, en el comercio y la economía de la eurozona.
Todas las pantallas, los portales y los medios del mundo han mostrado hasta el hartazgo los salvajes enfrentamientos entre “chalecos amarillos” (los manifestantes originarios, surgidos de grupos afectados por la suba del combustible ya derogada, cuya primera manifestación masiva fue el 17 de noviembre), los “chalecos verdes” (militantes ecologistas que se sumaron a la protesta) y manifestantes de extrema derecha y extrema izquierda, y las fuerzas del orden, con golpizas, incendios y destrozos de todo tipo.
Un verdadero golpe al corazón para un país que tiene cuantiosos ingresos por turismo y que ya estimó que el PIB caerá 1% sólo por esta situación.
El Ministerio del Interior francés informó el lunes 10 que, tras la cuarta semana consecutiva de disturbios, se habían detenido un total de 4.253 personas, con 118 manifestantes heridos y 17 entre las fuerzas de seguridad, pero advirtió que el número de detenidos aumentaría al proseguir los disturbios el próximo sábado 15. El ministro refirió que se desplegaron 89.000 policías y gendarmes y que “se vivieron, especialmente en París, escenas de guerrilla urbana que han traumatizado al país y afectado su imagen exterior”. También afirmó que se utilizaron gases lacrimógenos, cañones lanza-agua y 12 vehículos blindados. Los enfrentamientos, que incluyeron quema de coches y destrucción de mobiliarios para construir barricadas, afectaron la avenida de Champs Élysées y varias zonas adyacentes. Obviamente, estaban cerrados casi todos los comercios, los museos y monumentos como el Louvre, Versalles, Les Invalides y la torre Eiffel, así como 36 estaciones de metro y tren. Fuera de París, los principales disturbios fueron en Burdeos, Lyon, Marsella, Nantes y Toulouse.
Cómo empezó todo
La protesta (que alcanzó su dimensión nacional mientras el presidente francés participaba feliz de las reuniones del G20 en Buenos Aires, donde se afirmó en su rol de “socio principal” de la canciller alemana Angela Merkel, figura aborrecida por grandes contingentes de franceses y de europeos en general) pasó de pedir la rebaja de los combustibles dispuesta por el gobierno (que se tornaba intolerable para varios sectores del trabajo y la producción, una muestra de insensibilidad e incapacidad como la que exhibe su colega Mauricio Macri), a exigir la disminución de la desigualdad y, ya directamente, la dimisión de Emmanuel Macron de la presidencia de la República.
“Esto es una catástrofe para el comercio y para nuestra economía”, dijo el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, refiriéndose a la situación.
Las manifestaciones de protesta del movimiento de los “chalecos amarillos”, llamados así por la prenda que es obligatorio llevar al conducir un vehículo, comenzaron pronunciándose contra el alza de los impuestos a los combustibles, que fue derogada esta semana por el gobierno, pero rápidamente se extendieron al costo de vida (Macron es llamado “el presidente de los ricos”) y otros varios campos de descontento, y pronto pidieron la caída del mismo Macron.
Los combustibles habían subido 23% en los últimos 12 meses y el presidente programó nuevos aumentos señalando que eran medidas necesarias para combatir el calentamiento global y ayudar a la sustitución de los vehículos tradicionales por los eléctricos, lo cual está muy alejado de la realidad actual, ya que aún son sumamente caros.
Finalmente, tras tres sábados de violencia, las manifestaciones del fin de semana pasado llevaron a Macron a rever su postura y cancelar la subida del precio del combustible. Pero no fue suficiente y debió anunciar más medidas para calmar la virtual rebelión.
Medidas e insatisfacción
El lunes 10 de diciembre, Macron entonó un discurso contemplativo (“la cólera que hoy se expresa es justa en muchos sentidos”, dijo) de 13 minutos por cadena de radio y TV y anunció un aumento en el salario mínimo de 100 euros (el mismo asciende a 1.498,47 euros antes de impuestos) y una pequeña batería de beneficios sociales: en 2019 las horas extras estarán exentas de descuentos, se pedirá a los empresarios una prima de fin de año especial y una baja en los impuestos que pagan los jubilados que ganan menos de 2.000 euros mensuales.
A nadie pasó desapercibido que el presidente decretó “el estado de excepción económica y social”.
Sin embargo, no hubo respuesta ninguna sobre la exigencia de restablecer el impuesto a las altas fortunas, que las centrales obreras fundamentaban como necesario para aumentar la inversión.
Macron, que alguna vez se refirió elípticamente a sí mismo como “Júpiter”, que se rodeó de tecnócratas jóvenes como él y despreció las viejas estructuras partidarias y sindicales, ahora está solo, y ha cosechado un rencor como no se vio acaso desde la Segunda Guerra Mundial, cuando vino la revancha contra los colaboracionistas, porque el Mayo Francés fue un suspiro comparado con los presentes disturbios, que se dan en el marco internacional que conocemos.
Por otra parte, el presidente ha debido reconocer que sus medidas llevarán el déficit fiscal de Francia a 3,5% del PIB, por lo cual ya los organismos con sede en Bruselas -ante la crisis del mejor aliado de su patrón- pierden legitimidad en sus presiones sobre la coalición gobernante italiana, que persiste en un modesto 2,4% para financiar, además, un plan de desarrollo coherente y con enorme respaldo popular.

Pero hay dos asuntos “colaterales” de mayor importancia.
El primero es que “los chalecos amarillos” no han desmantelado sus estructuras de movilización (los “núcleos de resistencia” y “las rotondas”) y han anunciado que seguirán la lucha este sábado 15 y los siguientes hasta conseguir medidas que vayan contra las grandes fortunas y la desigualdad.
No han desaparecido los carteles que exigen “Macron dimisión”.
El segundo tema es que esta turbulencia callejera, y las profundas causas económicas y sociales que la alimentaron, sólo pueden engrosar las filas de los partidos de los “ultraderechistas” Marine Le Pen (Agrupación Nacional) y François Asselineau y su Unión Popular Republicana, entre otros, que coinciden objetivamente con los postulados del líder izquierdista de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon.
La izquierda socialdemócrata parece haberse disuelto en Francia, como ocurre en España y Grecia (a pesar de estar nominalmente en el gobierno), y las formaciones de “derecha” ocupan su lugar, con programas que apuntan al desarrollo económico y la equidad social, obteniendo razonablemente cada vez más apoyo entre los trabajadores. Son antieuro (posición correcta), anti-OTAN y cada vez menos anti-UE porque ven que esa superestructura los obedecerá si -como todo indica- llegan a ser mayoría.
Las elecciones al Parlamento Europeo en España se celebrarán el próximo 26 de mayo de 2019 y se realizarán a la sombra del brexit y del crecimiento de la alianza que gobierna Italia.
Pero antes, inclusive, si los disturbios persisten, la Asamblea Nacional podría ser disuelta y llamarse a elecciones legislativas anticipadas en Francia (las próximas deberían ser en 2022), como ya pidieron en junio pasado Marine Le Pen y Jean-Luc Mélenchon.
La soberbia y la ignorancia “jupiterina” podrían terminar tan abruptamente como algunos de los despreciados gobiernos latinoamericanos.

CGT apoya la lucha social del movimiento de los chalecos amarillos

Trabajadores franceses en paro contra política del Gobierno

Miles de franceses acataron ayer un paro nacional convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT), en apoyo a la lucha social del movimiento chalecos amarillos y contra de la política del Gobierno.
Las principales centrales obreras protagonizaron este viernes en París ‘un día de acción’ para exigir un aumento salarial y de pensiones, entre otras demandas sociales, en medio de la crisis sociopolítica que atraviesa el país.
‘Debemos actuar por un aumento inmediato de los salarios, las pensiones y la protección social’, indica el llamado de la CGT, que apoya la recuperación del poder adquisitivo de los franceses.
El mayor sindicato del país expresó que el paro será un ‘Gran día de acción en todo el territorio’, donde continúan las manifestaciones, pese a recientes medidas anunciadas por el Gobierno para frenar las protestas.
El secretario general de la CGT, Philippe Martinez, llamó a una convergencia de luchas, a multiplicar las acciones de protesta y continuar la presión contra el ejecutivo, durante una intervención en la cadena local BFM TV.
Esa organización, junto a otras de izquierda, también instó a los franceses a sumarse a las manifestaciones, que hace casi un mes protagonizan los chalecos amarillos.
Para mañana está prevista un protesta, pese al llamado del Gobierno a cancelarla con el argumento del nivel de alerta terrorista en el que se encuentra el país, tras un reciente atentado en un mercado navideño en Estrasburgo.
Las autoridades parisinas anunciaron el despliegue de un dispositivo de seguridad de ocho mil policías y 14 vehículos blindados, al igual que la semana pasada.
Desde el inicio de las protestas se registran más de cuatro mil 500 personas detenidas por agentes antidisturbios, cientos de heridos y seis muertos por accidentes en los bloqueos de vías.

Franceses exigen referendo sobre las políticas de gobierno

17 diciembre 2018 | CUBADEBATE

Quinta jornada de protestas en Francia. Foto: Etienne Laurent / EFE.
Las protestas callejeras escenificadas por quinto fin de semana consecutivo en Francia en un desafío al presidente Emmanuel Macron perdieron fuelle, pero las multitudes menores de inconformes insistieron en una de sus nuevas demandas: un referendo sobre las políticas de gobierno.
La exigencia más resonante del el fin de semana supuso un salto respecto de la demanda inicial de una baja al impuesto a los combustibles, cuya alza propició las movilizaciones a mediados de noviembre entre civiles ordinarios que llevan puestos chalecos de seguridad amarillos e indican a los automovilistas que reduzcan la velocidad en glorietas del interior del país.
El ministro del Interior, Christophe Castaner, anunció en un tuit la muerte de una octava persona desde el inicio de las protestas y dejó entrever que había ocurrido en una glorieta, donde los inconformes han regulado el tráfico durante el día y la noche.
“Las glorietas deben ser desocupadas y la seguridad de todos debe ser la norma de nuevo”, afirmó el funcionario en un nuevo intento para aplacar al movimiento que parecía haber perdido impulso.
El gobierno desplegó 69.000 efectivos de seguridad en las calles y exhortó a la calma después de los fuertes actos de violencia de los últimos dos sábados, que incluyeron vandalismo dentro y fuera del Arco del Triunfo, donde se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido.
“Protestar es un derecho. Sepamos cómo ejercerlo”, dijo el gobierno francés en un tuit.
Unos 8.000 policías y 14 vehículos blindados así como cañones de agua, fueron destacados de nuevo en París para vigilar que no se destruya propiedad y evitar los saqueos que empañaron las dos movilizaciones anteriores.
Los agentes lanzaron gas lacrimógeno contra las multitudes en los famosos Campos Elíseos, donde fueron colocadas maderas para proteger las ventanas de tiendas y restaurantes, y al atardecer lanzaron chorros de agua fría para dispersarlos.
(Con información de AP)


¿Qué está pasando en Francia?

por Ana Cristina Bracho

Existe un país en nuestro imaginario, donde una mujer con el pecho descubierto ondea una bandera tricolor y vence el absolutismo. Donde todos los niños saben hablar francés, los hombres cargan panes debajo del brazo y la gente vive enamorándose en una ciudad en la cual, desde cualquier ventana, se ve la torre Eiffel. A ese lugar, imaginario y feliz, nosotros le decimos Francia y creemos que queda en el corazón de Europa.
La verdad es infinitamente más complicada y nos llevará a un país donde las desigualdades sociales han crecido aceleradamente, al igual que la islamofobia, y donde más de uno mira con nostalgia preguntándose dónde está, incluso si alguna vez existió, ese país de los derechos del hombre y esa ciudad que servía de refugio a los poetas, a los pintores y a los desdichados más admirados del tiempo que ya pasó.
Francia tiene un par de semanas ardiendo y todavía es un poco pronto para hacernos una conclusión sobre las consecuencias de estas luchas, qué factores hacen que utilicen métodos que a la distancia se parecen a las protestas en guión cinematográfico que vimos en Caracas o en Nicaragua, pero esta es una razón perfecta para entrar a mirar el país, fuera de la foto, de los trabajadores precarizados, de los árabes maltratados, de los miles de deportados que no salen en las fotografías.
Un país, que pasa de su tradicional esquema político cuando casi gana la extrema derecha y ahora está gobernado por un sujeto extraño, más parecido a Trump que a cualquiera de sus predecesores, en medio de grandes escándalos de violencia y corrupción, que logra más interés en su vida de pareja con su antigua maestra que lo que antes logró Sarkozy con su modelo y cantante italiana que le acompañaba en el Eliseo. Es este el propósito de este artículo: un breve mapa para pensar Francia desde adentro.

El terrorismo al acecho

Hace 60 años, el 4 de octubre de 1958, inició en Francia la Quinta República. Este es el tiempo histórico que nace con la entrada en vigencia de una Constitución de esa misma fecha y en el que se han sucedido en el poder, en un esquema semi-presidencialista, ocho presidentes, entre los cuales el más célebre fue sin duda el líder de la resistencia Charles de Gaulle.
El presente político en Francia está marcado por varias preocupaciones, las cuales fueron medidas en 2017 por el portal de estadística Statista, arrojando que al 38,1% de los franceses le preocupaba el terrorismo y al 31% el desempleo, para luego dejar un margen muy grande de distancia de temas que les afligían.
Si la principal preocupación de los franceses en ese momento era el terrorismo es porque el período presidencial de Francois Hollande fue marcado por atentados de gran envergadura, los cuales tuvieron lugar mayoritariamente entre 2015 y 2016.
El ataque a la revista satírica Charlie Hebdo ocurrido el 7 de enero de 2015 fue un momento donde las redes se unieron en rechazo de lo ocurrido y Francia se vio sometida a una situación de enorme complejidad, dado que este periódico es conocido por su intolerancia, que le ha valido un histórico cuestionamiento sobre su racismo pero también era un símbolo de hasta dónde llega -o no- la libertad de expresión en el territorio galo.
La consecuencia mediática fundamental fue una campaña enorme bajo el lema de "Je suis Charlie" que se mantuvo en el sentimiento francés durante mucho tiempo como una expresión de reivindicación nacionalista. Incluso, al día de hoy, según datos del diario El País, el 61% de los franceses declara seguir "sintiéndose Charlie".
Las dudas sobre qué significa sentirse Charlie no han sido un tema menor, en tanto, más allá de oponerse al terrorismo o defender la libertad de expresión, varios sectores han dudado si esto reivindica el rechazo de los franceses a los musulmanes y es tan sólo un auge de islamofobia que es hoy el motor más importante para evitar la inmigración o cuestionarle a los musulmanes la capacidad de integrarse manteniendo su religión a la vida en ese país.
La verdad es que la población francesa-musulmana es grande y su crecimiento les preocupa tanto a los galos como a los norteamericanos la llegada y permanencia de latinoamericanos. Pues hoy en día ascienden a 5 millones de musulmanes (6% de la población), con 2 mil 449 lugares de culto al Islam, 64 mezquitas con minaretes, levantadas gracias a una importante financiación extranjera; un 80% de los 1 mil 800 imanes en suelo francés son extranjeros, donde hay 15 mil salafistas, 2 mil yihadistas entre ellos; 4 mil franceses se convierten al Islam cada año y el consumo de comida Halal movió en 2013 cerca de 5 mil 500 millones de euros.
Desde el punto de vista de las consecuencias concretas del atentado, los hermanos Said y Cherif Kouachi, autores del ataque al semanario satírico Charlie Hebdo, fallecieron en una operación de las fuerzas especiales francesas y se activaron mecanismos para reforzar el marco antiterrorista del país. Así, una semana después de lo ocurrido, el entonces primer ministro de Francia, Manuel Valls, declaró que su gobierno se disponía a adoptar medidas "excepcionales" en su lucha contra el terrorismo, pero no "de excepción", las cuales consistían principalmente en cambiar las condiciones penitenciarias de quienes pagaban penas por asuntos relacionados con el terrorismo y ampliar los controles y registros de las personas para detectar tempranamente hechos sospechosos.
Las medidas no fueron suficiente y siguieron los meses siguientes impactando a los franceses con el sentimiento de la debilidad de su Estado y el acecho a su país, que se mantuvo mediante pequeños pero recurrentes actos en ciudades menos relevantes y alcanzó sus picos con la realización coordinada de seis ataques en salas de espectáculo de París (ataque al Bataclan) que dejaron un total de 120 muertos y 300 heridos; así como con el arrollamiento masivo en Marsella, en el marco del 14 de julio, en el que murieron 84 personas que disfrutaban de un área de esparcimiento de la famosa costa azul.
Estos eventos cambiaron la manera de sentirse de los franceses y la manera de actuar del Estado que generan que el país se mantenga en niveles altos de alerta en los planes de Vigipirate, lo que conllevó la puesta en alerta a los servicios de emergencia y las fuerzas del orden; se reforzó el control de personas; se intensificaron los controles por explosivos; se incrementó la participación de las fuerzas armadas en las tareas de vigilancia; se prohibió estacionar cerca de centros educativos y se activaron células de crisis en ministerios y administraciones públicas.
Del mismo modo, esto ha servido para un crecimiento sostenido de la extrema derecha en Francia desde 2010, la cual inspirada en los grupos alemanes e italianos, se muestra cada vez más dispuesta a realizar acciones de rechazo contra lo que estiman impuro y que ha sido el origen de múltiples actos de desorden público.
Por lo pronto, estos son grupos que se mantienen al margen de la participación política tradicional y que operan principalmente en línea donde logran la afiliación o simpatía de personas que no necesariamente militan abiertamente. Pese a que esta es la versión más difundida, hay que tomar en cuenta que muchos de estos movimientos mantienen su cara visible en el movimiento del Front National -denominado desde junio de este año Rassemblement National (RN)- que no los adopta abiertamente, porque considera contrario a sus intereses de propaganda estos actos extremos.
El crecimiento del rechazo a una parte de la población, en virtud de su religión u origen étnico, no suena como un hecho compatible con el ideal de solidaridad y fraternidad que inspira la nación gala, pero es una indiscutible y palpable realidad. De igual forma, siendo el terrorismo un hecho creciente y asociado -al menos por la prensa- casi exclusivamente a los musulmanes y dejando a segundo plano los hechos cometidos por la extrema derecha, Francia ha avanzado hacia una secularización de su sociedad que ha limitado los derechos civiles, simplificando los trámites judiciales para detener personas, los requisitos administrativos para deportarlos y finalmente entrando al corazón de las ideas humanistas de las que tanto se habla.

¿Por dónde va la ley del trabajo?

Francia es un país con más de 60 millones de habitantes, de los cuales la mayoría experimenta una edad avanzada y comienza a haber una presión alta sobre el sistema de pensiones en virtud de la mayor longevidad de la población, así como su mayor inserción laboral en las décadas anteriores.
De igual forma, es un país europeo con una tasa de desempleo relativamente alta para la media, pues ha mantenido alrededor del 10% de su población en paro en los últimos años, al lado de países como Alemania donde el número no llega al 5%.
Ahora bien, en parte justificando las medidas en la necesidad de esquemas que permitan la rentabilidad y bajar las tasas de desempleo local, se dieron en Francia 17 reformas legales en perjuicio de la protección del empleo entre el año 2000 y 2013. A las cuales se le suman dos reformas mayores en 2016 y 2017.
Así, Hollande dejó el poder tras una intensa situación en la cual logró complacer a Bruselas cambiando el régimen laboral pese a la negativa de la Asamblea Nacional francesa y procediendo a terminar de facto principios sagrados de la izquierda, como el horario laboral legal de 35 horas semanales, la posibilidad de pagar horas extras por debajo del valor fijado en el acuerdo sectorial si la empresa y comité sindical lo aceptan. Así como, finalmente, admitiendo despidos colectivos, con indemnizaciones rebajadas, por dificultades económicas de las empresas.
Adicionalmente, en el año 2017 el gobierno Macron, con una profunda reforma laboral caracterizada principalmente por simplificar aún más los despidos, estimados ahora en un régimen low cost por lo poco onerosos, que se han convertido en comparación a lo que antes significaban por las garantías sociales de las que beneficiaban los franceses. De esta norma se agarraron importantes firmas francesas para reducir sus plantillas, siendo noticia su utilización por Peugeot-Citroën, Pimkie, Société Générale, Le Figaro, entre otras.
La implementación de esta reforma está basada en la creencia neoliberal de que la flexibilidad es la base de un mejor desarrollo personal así como la fórmula para una mayor rentabilidad de las empresas, dejando de lado la calidad de vida y la tranquilidad asociada a la estabilidad laboral.

Migrantes en centros de detención

Según lo definido por la ONU en 2010, la inmigración en Francia es de 7,2 millones de personas, o el 11.1% de su población, incluidos 5.1 millones (7.8%) quienes nacieron fuera de la Unión Europea. Por ello, Francia ocupa el sexto lugar en el mundo por número de inmigrantes, por detrás de Estados Unidos, Rusia, Alemania, Arabia Saudita y Canadá (7.2).
En estos últimos años, con las grandes oleadas de inmigrantes que han venido desde el Mediterráneo, Francia ha experimentado reformas migratorias y polémicas sobre el trato que se les da a los extranjeros así como visto surgir la política antimigratoria como un ala importante de los sectores nacionalistas, de centro o de derecha. Uno de los temas más recurrentes está en relación con los asentamientos de personas y su detención preventiva, así como los cuestionamientos a las organizaciones que los apoyan.
La victoria electoral de Emmanuel Macron el año pasado sobre Marine Le Pen, del ultraderechista Frente Nacional, fue leída por algunos analistas como una señal de que Francia no se dirigía hacia una legislación y una práctica administrativa xenófoba, sin embargo, Macron ha propuesto una ley considerada extremadamente dura destinada a evitar la migración hacia el hexágono.
Aprobada pese al rechazo de la izquierda, en agosto, el objetivo principal de la ley es reducir el tiempo de tramitación de las solicitudes de asilo de once a seis meses. Esta reducción tiene como fin facilitar la deportación de aquellos que son rechazados, y mejorar la protección de las personas cuyas solicitudes hayan sido aceptadas. Complementariamente, también se reduce el límite de tiempo para que un extranjero presente una solicitud de asilo, que pasa de 120 a 90 días.

Los escándalos del presidente

En este escenario no es una verdadera sorpresa que la popularidad de Emmanuel Macron no sea muy impresionante. Por el contrario, con todo y el bienestar que produce haber ganado la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA, o que, al menos de manera virtual, el movimiento laboral que produce la lógica del trabajo menos oneroso para las patronales haya hecho caer la tasa de desempleo, según los datos publicados en el país, Macron es el presidente menos popular de toda la Quinta República. El tema es tan intenso que el Paris Match decía que el joven presidente ha batido todo un reto porque ninguna gestión ha sido tan pobremente valorada como la suya.
Para entenderlo, quizás haya que considerar que Macron no es un personaje habitual para ocupar el Eliseo pese a haber sido ministro antes de ser presidente, o conocer que su vida personal ha estado enmarcada por los escándalos. Sobre ellos, además del cuestionamiento que recibió por el nombramiento del cónsul francés en Los Angeles o la renuncia de su ministro de ambiente, podemos referir algunos importantes episodios.
El primero fue la filtración de una grabación, que data del pasado 1° de mayo, muestra a Alexandre Benalla, el hasta hace poco jefe de seguridad de Macron, con un distintivo de policía y una máscara antidisturbios, mientras reparte golpes, manotazos y empujones a dos manifestantes en el céntrico Barrio Latino de París.
De igual forma, su relación con Donald Trump, desde los capítulos de idilio del mes de abril hasta las recriminaciones más recientes, le han valido una imagen de sumiso ante la opinión pública francesa que cuestiona las alineaciones de Estados Unidos y Europa contra Rusia pese a los propios intereses galos.
En este marco, en octubre de 2018, el comportamiento errático de Macron fue objeto hasta de una discusión contada entre el presidente y su esposa, Brigitte, quien le recriminó su propensión a cometer estupideces y desconocer el protocolo usual de los presidentes franceses. La cual tuvo lugar en el marco de una importante crisis derivada de unas fotos consideradas impropias para un presidente que fueron publicadas en los medios.

Una escena complicada

Con estos elementos, tan solo como un breve recuento de los hechos que se han venido suscitando en la escena política y social francesa, nos encontramos con un país que se encuentra en un momento de gran dificultad. Estando, como está este momento en Europa la reconsideración sobre las ideas que fundaron a la Unión Europea, es quizás más fácil entender que haya una tendencia importante a valorar cuál destino debe seguir el país.
Algunas de las explicaciones más sumarias de qué generó las protestas de los últimos días las entiende enmarcadas en la frase "Trop de taxes et pas assez de redistribution" (demasiados impuestos sin suficiente redistribución); otras, en el aumento sostenido del combustible, y finalmente en la precariedad económica de los hogares de clases medias y pobres. Los cuales existen y vienen aumentando en Francia, al menos desde el ingreso del país a la supraestructura europea.
Sin ninguna intención de hacer valoraciones sobre lo que ocurre en el presente o cuál será el destino de las protestas, es importante tener en cuenta que en Francia han ocurrido hechos como estos en algunos momentos, como los disturbios del año 2005, cuyas reivindicaciones fueron casi imposibles de adoptar en buena parte por las presiones de la Unión Europea y su capacidad casi ilimitada de condicionar los gobiernos nacionales que se presentan, a todas luces, como estructuras debilitadas y solo relativamente soberanas.

Francia
El crepúsculo del macronismo

15/12/2018 | Laurent Mauduit
La mezcla de liberalismo en economía y de autoritarismo en política que aseguró la victoria del macronismo le conduce hoy hacia su fracaso. Cualquiera que sea el desenlace de la crisis actual, Emmanuel Macron no podrá acabar su mandato como lo comenzó, con un atracón de reformas a toda velocidad y pisoteando la democracia social. Sin duda, Emmanuel Macron conocería bien el refrán popular que dice que, a menudo, en el pecado se lleva la penitencia. Porque si es necesario resumir la historia de su extraordinaria y reciente ascensión en la arena política y la brutal crisis del régimen que atraviesa y que marcará, irremediablemente, su quinquenio, estamos obligados a hacer la siguiente constatación: los resortes de su victoria totalmente inesperada en las últimas elecciones presidenciales son también los que permiten entender, solo dieciocho meses después, su sonoro fracaso ahora. Sonoro fracaso que simboliza la moratoria sobre el incremento del impuesto sobre los carburantes o las tarifas de la electricidad y del gas, de las que Macron no quería oír hablar hasta estos últimos días y que ahora se ha sido obligado a aceptar. Casi hace pensar que en política existen leyes físicas a las que es imposible escapar.
Recordemos, precisamente, la buena imagen de Macron ante el mundo de los negocios que le permitió convertirse en su campeón. Esos sectores económicos se convencieron progresivamente que Macron sería liberal en economía, como antes de él lo habían sido Nicolas Sarkozy y François Hollande; pero que, a diferencia de sus dos predecesores y más aún de Jacques Chirac, no iría poco a poco. Si Macron se convirtió bastante pronto en el candidato de la oligarquía como lo dijimos desde julio de 2016, casi un año antes de las elecciones presidenciales, es porque el mundo de los negocios así como el de la alta función pública de Bercy [ministerio de economía y finanzas] se posicionó a su favor, comprendiendo rápidamente que Emmanuel Macron avanzaría a marchas forzadas, que haría el máximo de reformas ultrasensibles en el mínimo de tiempo. Que no tendría la prudencia que habían tenido sus predecesores en determinidas circunstancias. Esto fue la extraña alquimia de la victoria del macronismo: la promesa de políticas ultraliberales llevadas a cabo en el marco de un régimen autoritario, no perdiendo el mínimo tiempo en respetar la reputada democracia social en crisis.
Sin duda, esta alquimia sorprendió a los apoyos más ingenuos de Emmanuel Macron. Algunos pudieron pensar que el liberal Emmanuel Macron, joven y dinámico patrón de una start-up nación, evidentemente, lo sería en economía pero no tanto en política. Pudieron pensar que tendría la voluntad de cambiar o al menos de modernizar la V República para salir de relaciones políticas verticales e inventar relaciones más horizontales -en una palabra, más colectivas. Pudieron esperar que saldría del ejercicio solitario del poder para poner más de lo colectivo en la vida pública. Pudieron creer que iba a cambiar radicalmente los sindicatos, respetándolos y buscando refundar la democracia social. Pudieron imaginar que tendría consideración con los contrapoderes empezando por el Parlamento y con las autoridades independientes. En resumen, algunos partidarios de Emmanuel Macron pudieron creerle de buena fe, que podría romper con el presidencialismo y, en una concepción liberal en el sentido anglosajón, refundar el ejercicio del poder en Francia, de forma que se pareciera más a una verdadera democracia. Más aún, dado que Emmanuel Macron fue elegido presidente de la república por defecto. En la primera vuelta del escrutinio, el 23 de abril de 2017, llegó a la cabeza con un 24,01% de los sufragios, pero con una fuerte abstención, por lo que solo recogía un 18,19% de inscritos. En la segunda vuelta, se benefició no de un voto de adhesión, sino un voto de rechazo a su rival de extrema derecha, Marine Le Pen.
En 2002, en circunstancias equivalentes, Jacques Chirac [que se enfrentó en segunda vuelta a Jean-Marie Le Pen, FN] encontró la fórmula que convenía -incluso si no había hecho nada- “¡Este voto me obliga!”, declaró al país. De Emmanuel Macron sus partidarios esperaba palabras valientes semejantes. Y de la palabra a los hechos, pudieron creer que, de entrada, buscaba revitalizar una democracia sin aliento y a unir un país dividido.
Sin embargo, nada más ser elegido, el Jefe del Estado hizo justamente lo contrario: incluso si solo había obtenido el apoyo de una minoría de la población, no pensó en ningún momento en unir el país ni en hablar con esa parte de la ciudadanía que le había votado únicamente para apartar el peligro de la extrema derecha. Usando los poderes desorbitados que le ofrecen las instituciones -sin equivalente en ninguna de las grandes democracias del mundo-, se transmutó sobre el terreno en una especie de Emmanuel, el Pequeño autoritario... Su comportamiento no deja nada al azar: solo pone en práctica la concepción de los poderes de la oligarquía francesa, que nunca ha sido liberal en el sentido político del término. Por el contrario, siempre está cómoda con las instituciones neomonárquicas de la V República queriendo reformar Francia a golpe de corneta, lo que sería difícil en un régimen democrático; es decir, un régimen preocupado por la opinión de la ciudadanía o de las deliberaciones de las personas elegidas por la nación.
Es verdad que en un momento durante la campaña presidencial, el candidato de La République en marche, sugirió que sostendría los dos extremos de la cuerda. Es su famoso “al mismo tiempo”. Pero rápidamente, el “al mismo tiempo” fue olvidado y la política puesta en práctica fue 100% neoliberal sin un atisbo de social-liberal y menos aún, social. En resumen, el macronismo apareció pronto como un verdadero híbrido del bonapartismo: el autoritarismo de un régimen casi monárquico, pero sin ninguna connotación social. ¿Cómo podría ser de otra manera? Por definición, el social-liberalismo se basa en un trueque: las personas asalariadas aceptan mucha más flexibilidad en contrapartida de nuevas seguridades. Así que exige un pacto social entre dos partes a quienes se les reconoce poder de negociación. Sin embargo, con Emmanuel Macron nada es así: solo se puede imaginar la concertación en casos extremos -y aún... lo menos frecuentemente posible -, pero sobre todo, nada de diálogo social. A partir de ahí, el mandato de Emmanuel Macron solo promete un baile loco de medidas antisociales -desmantelamiento de la normativa de partes enteras del código laboral y normativa del despido, rechazo de cualquier atisbo de mejora del salario mínimo, congelación de las remuneraciones públicas, refuerzo del control de las personas paradas, reforma de la jubilación con la introducción de un sistema de puntos, reducción de personal funcionario público, subida de las cotizaciones para las personas jubiladas incluyendo a las más modestas...
Este régimen es el más regresivo que se ha conocido desde la implantación de la V República y el más desinhibido: lleva su política a la deconstrucción del modelo social francés de la forma más violenta. Casi con ostentación. Esta característica remite a un rasgo que es, sin duda, el de Emmanuel Macron, pero que ha contaminado más ampliamente a la alta función pública del Ministerio de Economía: la adoración, casi fetichista, a las cifras -3% de déficit público, 60% de endeudamiento público... - que después de todo, solo son convenciones; y el detestar la cuestión social, cuando no es el desprecio de clase... De este rasgo una pizca despreciativo se pueden encontrar muchos indicadores: de entrada, las salidas de tono de Emmanuel Macron –desde meteduras de pata al desprecio asumido– que hacen comprender lo que piensa de los más humildes: de esos obreros de Gad que son “como mucho, analfabetos”; de esos obreros de Lunel, en Hérault, que no han entendido que “la mejor manera de pagarse un traje es trabajar”, de esas “gentes que no son nada”, que nos las cruzamos en las estaciones, al lado de “gente que triunfa”: de esos “holgazanes” ante los que no quiere ceder nada, igual que a los “cínicos” o a los “extremistas”; o incluso, a quienes prefieren “ir a joder al burdel” antes que “ir a mirar a ver si tienen un puesto de trabajo”. Tantas fórmulas que de una esquina a otra del país, en todas las rotondas ocupadas por los “chalecos amarillos” no han sido olvidadas...
El desdén o la arrogancia de Emmanuel Macron
Hay que conocer bien el estado de espíritu de la alta función pública de Bercy para comprender las profundas razones del comportamiento autoritario, casi monárquico, de Emmanuel Macron. Porque a lo largo de los años, no ha cesado de aumentar un sentimiento de exasperación en esta casta de la que Emmanuel Macron se ha convertido en el campeón. Porque si tanto la derecha como la izquierda socialista han desarrollado desde hace veinte años una política cada vez más claramente liberal, lo han hecho a su ritmo, no siempre acelerado; porque a los ojos de esta oligarquía, era necesario aumentar el ritmo, acelerar las reformas llamadas estructurales. Decir que la casta desconfía de la democracia o se separa de ella, quizás sea excesivo. Pero para muchos altos funcionarios, sin duda, desgraciadamente, es una pérdida de tiempo. Una pérdida de tiempo porque los políticos hacen promesas en cada periodo electoral; porque los socios de la parte social quieren ser consultados y retrasan mucho la puesta en práctica de estas reformas. La exasperación es más fuerte desde que se ha expandido el desprecio oligárquico: sin expresarlo de forma tan brutal, muchos de los miembros de la casta tienen la convicción de saber qué es bueno para el pueblo, incluso si el pueblo no lo sabe. En esta nueva generación de altos funcionarios, que además forma la guardia más cercana de Emanuel Macron, hay una especie de desprecio al pueblo humilde que no comprende que el tren de vida de Francia es demasiado elevado, que el gasto público, y sobre todo el gasto social, deben ser contenidos sin excusa...
Quien se haya acercado a estos altos funcionarios de Bercy sabe de qué hablo. En el caso de las reforma de las jubilaciones, el discurso dominante hace un bucle: ¿por qué las políticas avanzan tan lentamente? Por qué si desde comienzos de la década de 1990, especialmente, después del célebre Libro blanco de Michel Rocard, estaba hecho el diagnóstico, ¿por qué los gobiernos solo han dado retoques sucesivos, el primero realizado por Édouard Balladur, el siguiente por Alain Juppé y otro por Pierre Raffarin? ¿Por qué habría que realizar otra negociación si se sabe exactamente qué hay que hacer?
Bercy, al mismo tiempo que los mercados financieros, privilegia el corto plazo. Por encima de todo, detesta el debate público. Puesto que solo hay una única política posible, no hay lugar para la contradicción o la interpelación. Y menos para la negociación. Por no hablar de paridad. Decir que en las altas esferas existe una forma de exasperación radical y un desprecio en relación a los políticos es decir poco.
En esto, el quinquenio que empezó en la primavera de 2017 tiene aires de revancha. De un solo golpe, el clan de altos funcionarios que apoyan a Emmanuel Macron ve extasiado cómo uno de los suyos accede a la función suprema y con capacidad para aplicar lo que preconizan desde hace años. Emmanuel Macron se hace popular en estos medios oligárquicos. Expresó su convicción de que había que llevar más lejos la política de ruptura. Continuar la política neoliberal de los gobiernos anteriores pero a a toda marcha. Sin preguntarse si el país va a seguirlo o a rebelarse. En resumen, recuperar el tiempo perdido. Al mismo tiempo, proseguir todas las reformas liberales demasiado tiempo postergadas.
Por esta razón, Emmanuel Macron y la casta de la que es abanderado no son partidarios del liberalismo político. Para estos círculos dirigentes, las instituciones del golpe de estado permanente son los más adecuados para dirigir las reformas: reforma del derecho laboral al mismo tiempo que reforma de la formación profesional, puesta en cuestión de las obligaciones del servicio público de la SNCF (Ferrocarriles franceses. NdT) y nueva reforma de las pensiones.
Es lo más espectacular de la manera de actuar de Emmanuel Macron: no hay tiempo para verdaderos acuerdos -o justo un simulacro, como para las normativas -, no hay tiempo para que el Parlamento delibere soberanamente. El colmo de esta paradoja que es la marca del mandato de Macron: al atracón liberal responde la anorexia democrática. Desde este punto de vista, el recurso al procedimiento más antidemocrático de las disposiciones para desmantelar una buena parte del código laboral habrá constituido el punto culminante en la despendolada marcha emprendida por este nuevo poder. Todavía hay que añadir que la expresión anorexia democrática solo da una pálida idea de autoritarismo de Emmanuel Macron que le lleva al constante recurso a la violencia policial desde el comienzo de su quinquenio. Un día, son los migrantes quienes son víctimas de esta violencia, al día siguiente, los estudiantes, al otro, los zadistas (militantes que defienden las zonas protegidas ZAD. NdT). Ahora, el objetigvo son los chalecos amarillos.
¿Cómo ha reaccionado el país? Con la distancia, se ve mejor qué ha pasado en el fondo de la opinión pública. Sin duda, durante todo este tiempo, durante más de un año, ha habido como un efecto sedante. Asombrado por la irrupción de este nuevo poder, aturdido por la cascada de reformas iniciadas sin demora, el país apenas dijo nada. Durante la movilización social contra la ley del trabajo, la división sindical –y especialmente, la espectacular división orquestada por la dirección de Fuerza Obrera– también contribuyó a que no se desencadenara la cólera social. Después vino el extraño e interminable conflicto en SNCF, en el que una parte de la población estaba de corazón con los ferroviarios pero comprendió que la huelga intermitente corría el riesgo de no desembocar en nada importante. Finalmente, se ha dado como un fenómeno de acumulación. Reforma tras reforma, la cólera social fue tomando forma, se sedimentó. Después de la cólera de los ferroviarios, ocurrió, de forma mucho más difusa pero muy fuerte, la de las personas jubiladas a las que el gobierno quiere quitar el equivalente a un cuarto o un medio mes bajo la forma de un aumento de las CGS y de la brutal desindexación de las pensiones. Y también, entre las innumerables reformas, está el incremento de los impuestos a los carburantes. Y, vete a saber por qué, esto es lo que ha sido la chispa -“es el contingente que realiza lo necesario” habría dicho la fraseología marxista de otro tiempo.
Por eso, el conflicto de los chalecos amarillos, es sin duda, como un punto sin retorno en la breve historia del macronismo. De golpe, toda la política antisocial de este gobierno ha sido puesta en la picota cuando el país parecía amorfo y anestesiado; es el desdén o la arrogancia de Emmanuel Macron lo que se ha destacado en todas las manifestaciones acompañando al jefe del Estado allí donde estuviera a gritos de “¡Macron dimisión!": incluso el alumnado de los institutos empezó a corear el eslogan... es decir, la impopularidad del Jefe de Estado se ha instalado en todo el país.
El atracón de las reformas junto a la anorexia democrática ha acabado por volverse contra su promotor: lo que era el éxito de Emmanuel Macron está en camino de convertirse en el fracaso de su mandato, aunque está lejos de haber terminado. Porque cualquiera que sea la salida, imaginando incluso que el Jefe de Estado pueda evitar una solución de la crisis política que no se transforme en crisis del régimen; suponiendo que llegue a retomar la iniciativa, ¿podrá el gobierno seguir de la misma forma? ¿Nos imaginamos que el poder va a estar en condiciones de romper la paridad del régimen de seguro de de ssempleo poner a dieta a los futuros parados? Y además, después de que promueva la reforma de las pensiones, ¿quién pondrá en cuestión los derechos de las futuras personas jubiladas mediante de un replanteamiento de la edad de jubilación o de una reducción de las pensiones? Mas aún, ¿quién concederá Aeropuertos de París o La Française des Jeux [Monopolio estatal de la Loterias y apuestas deportivas] a algunos de sus amigos en los círculos adinerados? Y luego, ¿quién pondrá en práctica todas esas medidas previstas que harán caer el poder de compra de una gran mayoría de la población francesa en los próximos meses? Cuesta creer que el loco baile de las reformas siga adelante y, sobre todo, que la vida política francesa vuelva a retomar un curso más tranquilo en el futuro próximo. Sin la menor duda, la moratoria de seis meses para la subida de los carburantes, así como para la de la electricidad y el gas, se va a interpretar por el país como lo que es: la prueba de la extrema debilidad de un régimen, con su presidente a la cabeza, que ha perdido su autoridad e, incluso, su legitimidad. Por añadidura, en el caso de la subida de los impuestos a los carburantes, solo se trata de una moratoria de seis meses y no de una anulación, lo que tiene pocas posibilidades de calmar la cólera social.
Como no hay nada a favor del SMIC, nada a favor de las pensiones, tampoco nada sobre un nuevo impuesto a las grandes fortunas; como, a fin de cuentas, las concesiones son mínimas y aleatorias, el movimiento social parece que va a continuar. Lo que corre el riesgo de llevar, pronto o tarde, a Emmanuel Macron a tener que hacer nuevas concesiones. Después de las reformas a marchas forzadas, llega el piadoso tiempo de los rectificaciones repetidas.
Bajo la estrecha máscara de un presidente que en su desmesurado orgullo se creía endiosado, ¿pronto deberemos descubrir los rasgos de un presidente impotente teniendo que “contentarse con inaugurar los crisantemos” (ser un presidente florero. ndt), según la famosa frase del general De Gaulle? Es demasiado pronto para saber cómo se vengará la historia. En todo caso, este es uno de los pulsos del Jefe del Estado: ¡sin duda, Emmanuel Macron ha enterrado el macronismo!
05/12/ 2018
https://www.mediapart.fr/journal/france/051218/le-crepuscule-du-macronisme
Traducción: viento sur

Polonia no firmará el convenio de migración de la ONU

Bandera de Polonia en Varsovia, la capital del país (archivo)
CC BY-SA 2.0 / Lukas Plewnia / Flaga Polski
16:02 20.11.2018 - SPUTNIK NEWS
VARSOVIA (Sputnik) — Polonia no firmará el acuerdo global de la ONU sobre migración, afirmó el ministro de Defensa del país, Mariusz Blaszczak.
"No consideramos que sea una buena decisión", dijo a la radio polaca respondiendo a la pregunta si es verdad que el Gobierno de Polonia se negará a firmar el acuerdo global de la ONU sobre migración.
Añadió que se trata de una medida que no permitirá aliviar la crisis migratoria, sino al revés, la agravará. Los países miembros de la ONU tienen previsto aprobar el primer Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular en una cumbre que se celebrará el 10 y 11 de diciembre en Marruecos.
Estados Unidos se retiró de las negociaciones sobre el acuerdo en 2017, Hungría en julio, Austria anunció su salida de las consultas el pasado 31 de octubre.
Tema relacionado: Político belga: la migración es una "bomba" colocada debajo de la UE
La semana pasada el acuerdo fue rechazado por la coalición gobernante de Bulgaria y por el Gobierno checo.

Hungría: Los trabajadores toman las calles contra la reforma laboral del Gobierno

Por Insurgente
KAOS EN LA RED - Publicado en: 17 diciembre, 2018
Según la nueva legislación, los capitalistas podrán exigir a sus trabajadores que trabajen hasta 400 horas extraordinarias al año (frente a las 250 horas que han trabajado hasta ahora), pagaderas en un plazo de tres años. Los trabajadores han calificado la reforma de “derecho de esclavitud” y exigen que se apruebe un aumento del salario mínimo.
Hace días que los trabajadores y trabajadoras de Hungría se están manifestando. El propósito de su ferviente actividad es protestar contra la reforma de la legislación laboral que el Gobierno, aprobó el pasado 12 de diciembre.
Según la nueva legislación, los capitalistas podrán exigir a sus trabajadores que trabajen hasta 400 horas extraordinarias al año (frente a las 250 horas que han trabajado hasta ahora), pagaderas en un plazo de tres años.
Los trabajadores han calificado la reforma de “derecho de esclavitud” y exigen que se apruebe un aumento del salario mínimo.
Por su parte, el Primer Ministro, Victor Orban, ha expresado quepara ganar más hay que trabajar más. Por si esto fuera poco, además ha calificado a los manifestantes de criminales y vándalos.
Hace unos días, el 14 de diciembre, unas 3.000 personas se reunieron frente al Parlamento en Budapest. Allí se produjeron choques de los manifestantes con la policía, que reparó en lanzar gases lacrimógenos para disolver a los concentrados.
Hubo, además, unos 50 manifestantes detenidos y, según se dijo unos 15 policías resultaron heridos.
Los manifestantes eran jóvenes en su mayoría y las movilizaciones se están extendiendo a otras ciudades de Hungría. En Pécs, por ejemplo, las manifestaciones también fueron significativas, pidiendo la “destrucción del castillo de naipes erigido por el gobierno”.
Hoy estaba convocada una manifestación en Budapest, y todo apunta a que será muntitudinaria. Es la primera vez que Orban tropieza con tantos manifestantes heterogéneos, agrupados por el rechazo a su política antiobrera. “¡Fuera Orbán!” fue la consigna más coreada durante la última manifestación.
La Hungría actual reedita el Imperio Austro-Húngaro de hace un siglo, un país bajo el control de Alemania, que no mueve un dedo sin el consentimiento de Merkel, la “gendarme” de Europa.

URUGUAY

Miércoles puede ser día clave para concretar convenio de los trabajadores de supermercados

Miércoles puede ser día clave para concretar convenio de los trabajadores de supermercados
PORTAL PIT-CNT
Los trabajadores de supermercados nucleados en la Federación Uruguaya de Empleados del Comercio y Servicios (Fuecys) tendrán una instancia de negociación considerada “clave” este miércoles por la tarde en el ámbito del Ministerio de Trabajo (MTSS). Según adelantó al Portal del PIT-CNT, Abigail Puig, secretaria de organización de la Federación, la negociación ha sido dura y compleja pero las expectativas están abiertas a que tal vez mañana se logre arribar a la firma de un convenio.  
La Asamblea Nacional de Delegados habilitó a la mesa de negociadores a hacer los máximos esfuerzos para encontrar porcentajes que se ajustaran más a la realidad de lo que los trabajadores estaban pidiendo con respecto a la antigüedad, que el premio no quedara congelado, que tuviera un incremento y que se plantee la discusión de la pérdida de puestos de empleo y del impacto de la tecnología”. Sin embargo, Puig reconoció que en el proceso de negociación “en casi todos los puntos hemos tenido avances y luego retrocesos” apuntó.
La dirigente fustigó algunas declaraciones públicas que pretendieron responsabilizar a los trabajadores por la falta de acuerdo. Puig dijo al Portal que Daniel Menéndez, gerente general de la Asociación de Supermercados (ASU), “pretende decir que los responsables somos los trabajadores cuando la realidad es que la mayoría de las propuestas de ellos eran cero, quitas o congelamientos de beneficios e incluso llegaron a plantear la regulación de la actividad sindical, es decir, querían meterse hasta con las leyes que nos amparan” enfatizó.

Campaña de miedo

Puig subrayó en diálogo con el Portal que el sector empresarial instaló a través de los medios masivos el “miedo a que los trabajadores realicen medidas” que eventualmente podrían afectar las compras navideñas. “Ellos instalaron el tema de las movilizaciones previas a las fiestas, todavía no hay ninguna medida resuelta, ni con día ni con hora. Eso se definirá en los canales institucionales que existen en la Federación pero la verdad ese cuco lo colocaron ellos en la prensa” remarcó. La secretaria de organización sostuvo que confían en que este miércoles se logre arribar a un acuerdo pero en caso que suceda, “se analizará en forma responsable las posibles medidas si es que los trabajadores se quedan sin convenio, pero no es la idea, la idea es que haya un convenio tripartito” remarcó.

Aniversario de Redes-Amigos de la Tierra

30 años de construcción de ecologismo de izquierda en Uruguay

A tres décadas de nuestro nacimiento, nos encontramos en una coyuntura de avanzada agresiva del neoliberalismo, de arremetida de la derecha en la región y a un año de las elecciones nacionales. Por ello, un parteaguas ya de inicio: ratificamos más que nunca el papel que debe jugar la ecología social y política, con su perspectiva de clase, en la lucha contra la ofensiva del capital, el neoliberalismo, la derecha y el fascismo. Y asumimos nuestro rol en ese sentido.

18 diciembre, 2018 - CARAS Y CARETAS
Por Karin Nansen, coordinadora de Redes-AT
Como organización social, nos hemos comprometido históricamente con la justicia ambiental y la soberanía de los pueblos, que exige para su concreción alcanzar la justicia social, económica y de género. Es claramente una agenda de izquierda, que nos obliga a tomar distancia del supuesto ambientalismo que pretenden abrazar hoy quienes desprecian a las clases populares, al tiempo que llaman a una reducción del gasto público y a la eliminación de las políticas sociales. Los mismos que tienen un historial nefasto de privatización y venta del país, y de negación de derechos.
 La tarea de todas las horas: la resistencia al embate neoliberal
Desde nuestro nacimiento en 1988 nos hemos aliado a diversos movimientos sociales para luchar contra los proyectos políticos y económicos neoliberales, impulsados por las clases dominantes y el imperialismo. Ellos pretendieron someter nuestro continente a los designios del capital para explotar nuestros territorios, naturaleza y a la clase trabajadora, así como expoliar los bienes de sustento de las comunidades campesinas, afrodescendientes y de los pueblos indígenas. Esos proyectos implicaban imponer en nuestra América Latina las normas e instituciones que posibilitaran la incorporación de más y más esferas de la vida en sociedad y la naturaleza en el circuito de acumulación de capital, así como la expansión territorial del capital. En nombre de la desregulación pretendían avanzar con nuevas políticas y normas no en beneficio de los pueblos, sino de las grandes empresas transnacionales y sus aliados nacionales.
A fines de los años 80 y principios de los 90, un proyecto y un mecanismo particularmente perversos pretendían abrirse paso en el continente, la Iniciativa de las Américas del entonces presidente George Bush padre (que fue el antecedente del Área de Libre Comercio de las Américas, ALCA) y los canjes de deuda por naturaleza, que exigían la entrega de territorios como forma de pago de la ilegítima deuda externa. Tanto la Iniciativa de las Américas de Bush como la propuesta de canjes de deuda por naturaleza incorporaban una dimensión ambiental con el propósito de cooptar a las organizaciones que defendían la naturaleza. Pero organizaciones como Redes-AT, que desde el ambientalismo popular o el ecologismo social se negaban a aceptar la reconquista del continente y la legitimación de la deuda externa y su uso para la apropiación de territorios, opusieron firme resistencia.
Más adelante se orquestó un nuevo proyecto político-económico, el ALCA, que amenazaba a los pueblos y territorios de América Latina y el Caribe. Pero los movimientos y organizaciones sociales impulsamos y sostuvimos un proceso masivo de movilización social y acumulación política que logró enfrentar y detener este proyecto de recolonización, control político, saqueo de bienes naturales y destrucción ambiental de nuestra región.
También hemos resistido a las políticas neoliberales en el marco de la Organización Mundial del Comercio y hoy, a partir de un análisis en profundidad de sus contenidos, nos manifestamos contra los tratados de libre comercio de nueva generación y los tratados bilaterales de inversiones. Esos tratados atentan contra nuestra soberanía al reducir el espacio de acción política de los gobiernos y parlamentos, y al otorgar a las empresas transnacionales un poder inaudito, que consagra su impunidad. Incluso, les permite a esas corporaciones llevar a juicio a los Estados ante tribunales arbitrales internacionales si consideran que una política pública puede afectar sus ganancias e intereses, como lo han hecho Philip Morris y Aratirí en nuestro país.
 Frente a una nueva ofensiva de la derecha, la movilización popular es la respuesta
Hoy, a 30 años de nuestra fundación, seguimos en lucha junto a movimientos populares de nuestro país y el continente, conscientes del papel que debe jugar la ecología social y política con su perspectiva de clase en la lucha contra el neoliberalismo y la avanzada del capital y el fascismo. Apostamos una vez más a la articulación de los movimientos sociales y honramos nuestra trayectoria colectiva de lucha en el proceso de movilización denominado “Jornada Continental por la Democracia y Contra el Neoliberalismo”,  que reunió en noviembre de 2017 en Montevideo a movimientos y organizaciones sociales históricos y altamente representativos de nuestra América Latina y Caribe, en una manifestación y tres jornadas de debate en el Velódromo de nuestra capital. Asimismo, nos comprometemos al fortalecimiento del internacionalismo que nos permita luchar contra el avance del fascismo a nivel mundial.
Somos testigos de una arremetida constante y creciente contra la clase trabajadora, las mujeres, los movimientos campesinos, pueblos indígenas y afrodescendientes. Avanzada violenta orquestada por las fuerzas conservadoras y el capital que lideran los retrocesos democráticos en la región y se articulan para llevar a cabo cambios políticos y de políticas, diseñados para revertir los logros alcanzados en materia de derechos e imponer su odio de clase, racista, misógino y machista.
Los movimientos sociales que defienden los territorios, los medios de sustento y los derechos de los pueblos, enfrentan una estrategia sistemática de persecución y judicialización que pretende intimidarlos y paralizarlos por medio del terror. La violencia es especialmente brutal contra las mujeres, que son sujeto político de la resistencia a la usurpación y destrucción de los bienes comunes.
La ofensiva actual de la derecha apunta al desprestigio de la política y de lo público como modelo de gestión de los bienes comunes. Promueve la gestión de gobierno en manos de empresarios y la privatización y mercantilización de los servicios públicos y los bienes naturales, que son fundamentales para la realización de los derechos. Empresarios a los que venden como “ni de izquierda ni de derecha”, supuestos outsiders del sistema, que una vez en el poder implementan las mismas políticas de ajustes estructurales neoliberales que hambrearon a nuestros pueblos. Alcanza con mirar del otro lado del charco al gobierno de Mauricio Macri y sus políticas antipopulares. Y si no se logran imponer en las urnas, incluso mediante la manipulación de la opinión pública utilizando los medios de comunicación corporativos, recurren a los golpes de Estado, como en Honduras, Paraguay y Brasil.
 La acumulación capitalista maquillada de verde vs la justicia ambiental y los derechos de los pueblos
En el contexto actual el capital avanza nuevamente con determinación y fuerza sobre los territorios, la naturaleza y las diversas esferas de la vida en sociedad, imponiendo la lógica de la acumulación a través de políticas y mecanismos como las Asociaciones Público-Privadas y, lisa y llanamente, la privatización.
Se impone incluso una lógica de acumulación capitalista “verde”, denominada “economía verde”, que constituye no solo un intento de maquillar de verde el capitalismo y convertir las crisis socioambientales que enfrentamos en una oportunidad de negocios, sino que implica una visión reduccionista y una redefinición de la naturaleza y sus funciones, para convertirlas en bienes transables en el mercado.
Frente a estos intentos de mercantilizar las relaciones y los procesos que hacen posible la reproducción de la vida, debemos comprender lo ambiental como pilar de la soberanía de nuestros pueblos e indisolublemente ligado a la realización de derechos fundamentales, tanto individuales como colectivos. Por ejemplo, el derecho a la alimentación, al agua, a la salud, y el ejercicio pleno de esos derechos solo es posible si tenemos control social sobre la tierra, el territorio y los bienes de la naturaleza.
En ese sentido, el derecho a la alimentación solo es posible si existen políticas públicas que fomenten y apoyen el desarrollo de la agroecología en un marco de soberanía alimentaria, y si la producción agropecuaria familiar a pequeña escala que produce alimentos para el mercado nacional y local puede permanecer en el campo sin estar amenazada por la expansión del agronegocio y la liberalización de nuestros mercados. De lo contrario, para alimentarnos seremos rehenes de las transnacionales, de los especuladores y de los vaivenes del mercado internacional. Para satisfacer las necesidades alimentarias es necesario que la tierra y las semillas estén en manos de quienes producen los alimentos. Por ello, desde principios de los 90 nos comprometimos con el desarrollo de la agroecología en nuestro país, y a partir del año 2001 nos sumamos a la vía campesina en una alianza estratégica para impulsar el principio de la soberanía alimentaria. Ese principio implica defender el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias de producción, distribución y consumo de alimentos agroecológicos, así como la defensa de las semillas nativas y criollas. La soberanía alimentaria reconoce el trabajo y los conocimientos de las mujeres y su papel como sujetos políticos de esa construcción. Apostamos así al fortalecimiento del tejido social agroalimentario y al ejercicio del pleno derecho a la alimentación sana de las clases populares.
Asimismo, la realización del derecho humano al agua exige territorios saludables gestionados en forma sustentable, integral y participativa, priorizando la satisfacción de las necesidades humanas y respetando los sistemas hídricos y ciclos naturales. Por ello impulsamos junto a Ffose y otras organizaciones sociales la Reforma Constitucional de 2004, para consagrar el derecho humano al agua e impedir y revertir la privatización de los servicios de agua potable y saneamiento, así como la privatización y mercantilización del agua en los territorios, y al mismo tiempo garantizar la gestión sustentable de las cuencas hidrográficas. Pero cuando se producen procesos de concentración, extranjerización o transnacionalización de la tierra, como sucede a consecuencia de la expansión del agronegocio, el territorio pasa a estar gestionado por intereses ajenos a la realización de estos derechos. Y se generan una lógica y mecanismos de apropiación privada del agua y de contaminación que atentan contra nuestro derecho fundamental.
Desde esta perspectiva de la justicia, el trabajo es también un derecho fundamental. Lamentablemente muchas veces caemos en la trampa del sistema, que impone la discusión en términos de “fuentes de trabajo vs medioambiente”, como si fueran categorías contradictorias. El desafío consiste en comprometernos como sociedad a garantizar el derecho al trabajo digno y los derechos de la clase trabajadora, y al mismo tiempo promover otros modos de producción y formas de relación con el territorio y la naturaleza que no impliquen su destrucción. La gestión social y ambientalmente sustentable de nuestros territorios no es un lujo del que podemos prescindir para dar prioridad al crecimiento económico, sino que es necesaria para garantizar la realización de derechos fundamentales.
Por ello necesitamos un cambio de rumbo que nos permita evitar que las fuerzas productivas se transformen en fuerzas destructivas y que el desarrollo no sea más que un disfraz adornado del sistema de explotación de hombres, mujeres y naturaleza, que imponen en todo el mundo las empresas transnacionales. Desde nuestro punto de vista, debemos evitar el avance en el territorio de actividades que entrañan modos de producción injustos e insustentables, centrados en la acumulación de capital, que cuestionan el ejercicio de derechos.
 Nuestra apuesta
En resumen, para que la justicia ambiental sea una realidad, es necesario que las clases populares, quienes habitan y trabajan en los territorios tanto rurales como urbanos, tengan la posibilidad de participar activamente en la definición de políticas y en el control de los procesos de gestión del territorio. Debe haber un proceso de recuperación de la política en manos de los pueblos y de radicalización de la democracia.
Hoy una vez más nos comprometemos a resistir los intentos de quienes quieren acallar nuestras voces y a reafirmar nuestro derecho a definir y construir un proyecto político para y desde los pueblos. Esta visión implica necesariamente la construcción de movimiento social, apostando a la unidad de las clases populares desde su diversidad. Unidad que nos conduzca a una síntesis programática, que nos permita construir poder popular en beneficio de las mayorías y de la sustentabilidad de la vida, centrados en la justicia, la dignidad y la plena realización de nuestros derechos. Hacia ese horizonte caminamos.

Amado cruzó a Sartori sobre la búsqueda de detenidos desaparecidos

El precandidato blanco dijo que el “tema” de los desaparecidos es “ideológico” y que "cada vez tiene menos relevancia".

Amado respondió a Sartori sobre la búsqueda de detenidos desaparecidos.
Amado respondió a Sartori sobre la búsqueda de detenidos desaparecidos.

DESAPARECIDOS 16 de diciembre de 2018, 13:24hs LR21El diputado de Batllistas Orejanos, Fernando Amado respondió a las declaraciones del precandidato nacionalista Juan Sartori sobre los detenidos desaparecidos durante la última dictadura uruguaya.
En entrevista con la diaria Sartori dijo: “eso es un tema ideológico que venimos cargando hace tantos años… y cada vez es menos relevante. ¿Cuántas personas que votan habían nacido en esa época? A mí me gusta enfocarme y hablar de qué vamos a hacer mañana. No me gusta en general meterme a revisar la historia, o ver qué lado tenía razón, qué lado hizo las cosas bien o mal. Para mí son temas que no son de actualidad y que no son prioridad”.
El empresario que esta semana oficializó su candidatura dijo que “a todo lo transforman en un tema ideológico”.
“Entonces, hoy no es para nada prioridad de acción, el tema en el cual hay que enfocarse o pasar tiempo discutiendo. Yo soy de otra generación, hay cosas que me ocupan más. Mi visión es esa”, agregó.

“Ahora ya sé quién sos”

Sus dichos tuvieron una enorme repercusión. Uno de los que salió a responderle públicamente fue el excolorado Fernando Amado.
“Claro que es un tema ideológico. Los humanistas y demócratas, creemos y peleamos por la dignidad de las personas, defendemos a ultranza el derecho a la libertad de expresión del pensamiento, sin que nadie (mucho menos el Estado!) pueda matarte o desaparecerte por pensar libremente”, escribió Amado en su cuenta de Twitter citando la nota de Sartori en la diaria.
Y agregó: “cada vez es más relevante por suerte. Las nuevas generaciones de uruguayos hemos logrado tomar conciencia de lo importante que es construir una sociedad que no olvida los horrores de su pasado. Y eso se palpa sin distinción de a que partidos políticos voten”.
Amado recordó que el jueves le habían preguntado qué pensaba de Sartori y que respondió “que había que luchar contra los prejuicios primitivos y que jóvenes se sumen en política es buena noticia.”, y que tenía que conocerlo por lo que pensara y no por estereotipos. Y cerró, dirigiéndose a Sartori con un “ahora ya sé quién sos”, acompañado de un emoticón de vómito o asco.

Delgado "accedió a una tierra" porque presentó una tarjeta siendo el secretario del ministro de Transporte en marzo del '94

PC y PN brindaban “tierras” del INC a sus “militantes”

El intendente de Rocha y dirigente del MPP, Aníbal Pereyra denunció a LA REPÚBLICA que tanto el Partido Nacional como el Partido Colorado bajo sus gobiernos brindaban “tierras” del Instituto Nacional de Colonización a sus “militantes” o “dirigentes” por “amiguismo”.
“Hay 70 tarjetas que aparecieron en Colonización de cómo se otorgaban” las tierras, señaló el jerarca además afirmó que el senador Nacionalista, Álvaro Delgado obtuvo campos por ser “secretario de un ministro de estado de” Lacalle Herrera.
En la pasada jornada el precandidato del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou manifestó que es “ilegitimo” que el senador nacionalita Álvaro Delgado haya devuelto al Instituto Nacional de Colonización (INC) un terreno de 339 hectáreas.
Esto generó malestar en el oficialismo, ya que ponen la lupa sobre la forma en la que el legislador se hizo de esos campos. “Con ese razonamiento esta hablado que el senador Delgado fue legítima la forma que en la que consiguió esos campos. Ese es el razonamiento del senador Lacalle Pou, candidato a Presidente”, dijo el intendente de Rocha.
“Esta reivindicando una practica que estuvo en el Estado, mientras ellos gobernaron, que por ejemplo en el caso Colonización se pasaron la ley por donde más le pareció conveniente a los intereses de ellos y otorgarle tierra a quien la ley no establece que tiene el perfil para otorgárselas”.
El dirigente del Movimiento de Participación Popular, y también dirigente del MLN-Tupamaros, señaló que el Partido Nacional, bajo su gobierno, le dieron tierras a “militantes del gobierno del Partido Nacional y hoy hay pruebas que lo afirman”, comentó.
“La tarjeta que institucionalizaron mientras gobernaron, que había un fichero donde estaban ordenada en colonización las forma en que pedían los dirigentes políticos para que se le otorgaran tierras a sus correligionarios, así fue como Delgado fue colono.
Y así es como obtuvo una tierra en la colonia Ros de Oger”, añadió respecto a los campos que el senador debió devolver. “Esa es la legitimidad de la que habla Lacalle Pou. Él dice con su razonamiento que fue legítima la forma en la que entrego la tierra.
Eso demuestra que reafirman como gobernaron en función de construir un estado para los ami-gos, para construir su estado partidario. Lo que hoy reclaman con respecto al actual gobierno, es un poroto con lo que hicieron y con lo que piensan hacer. Lo están reafirmando”, añadió.
Sobre Delgado “puedo decir que accedió a una tierra porque presentó una tarjeta siendo el secretario del ministro de Trasporte en marzo del ’94. Del senador puedo afirmar que fue ilegitima la forma en la que obtuvo la tierra, que en contraposición Lacalle Pou dice que es ilegítima como se la retiran, ósea que afirma que es legitima la forma en la que se la dieron”.
En esa línea señaló que esto sucedió en el “gobierno de su padre (Lacalle Herrera)” y la adquirió por ser secretario de un ministro de estado de su padre. Y ahora lo esta defendiendo.
Es eso lo que defiende”. Pero el Partido Nacional no fue el único que cayó en la volteada de las denuncias que realizó el intendente de Rocha Pereyra, sino que el Partido Colorado también habría accionado de la misma forma que la otra fuerza tradicional. “Felizmente quedaron algunas pruebas”, comentó el jerarca.
“Hay 70 tarjetas que aparecieron en Colonización de cómo se otorgaban” las tierras, “de ex presidentes de la República, ex gobernantes, del Partido Nacional y del Partido Colorado, que les brindaban tierras a sus amigos.
Está claro lo que es la ley de Colonización, a quien debe priorizar y porqué existe”, y según detalla el dirigente del MPP, los “amigos” del PN y del PC, nada tenían que ver con ellos.
Consultado sobre quienes son algunos de esos dirigentes de la hoy oposición, Pereyra finalizó señalando que hay “muchos fallecidos”, pero “tengo tarjetas donde Jorge Batlle recomienda a gente para que le den tierras: “Denle tierras porque son mis amigos eso es lo que las tarjetas inferían”, sentenció.
En las redes sociales le salieron al cruce al senador y precandidato del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou. El diputado del sector más popular del FA, Daniel Caggiani señaló que “para Lacalle Pou es “legítimo” que se obtengan predios del Instituto Nacional de Colonización mediante muñeca. “Por sus obras los conoceréis…”, dijo.


La economía de a pie.

MAS DE LO MISMO.

Segunda quincena diciembre 2018.
MAS DE LO MISMO.
El gobierno uruguayo continúa apostando al ingreso indiscriminado de inversión extranjera. La oferta incluye impunidad financiera, zonas francas, entrega de recursos naturales.
El retraso del tipo de cambio como incentivo al comercio importador complementado con abundancia de crédito, constituye otro de los soportes de la estrategia.
Eucaliptus y celulosa en zonas francas, comunicaciones, importaciones, turismo lideraron el crecimiento del PBI hasta 2014. La fase de crecimiento llevó en su seno el germen del agotamiento que en los últimos cuatro años se torna cada vez más notorio. Los motores pierden fuerza y eficacia y se acentúa la tendencia al estancamiento.
Hasta las complacientes cuentas nacionales que publica el BCU comienzan a reconocer el deterioro. Las cifras primarias del PBI del segundo trimestre de 2018, registran incremento del 0.1% respecto al primero, el tercer trimestre marca un cero rotundo frente al segundo. Y la experiencia muestra que generalmente las cifras iniciales posteriormente se corrigen a la baja.
Los escasos sectores en crecimiento respecto a 2017 incluyen el rubro comunicaciones mediante transmisión de datos, la industria que se compara con el año pasado lastrado por el cierre de la planta de ANCAP. Aún así, el saldo oficial del tercer trimestre con relación al mismo período del año precedente es de un muy modesto 2.1%.
Las dificultades económicas que genera el sostenimiento artificial de la cotización del dólar y la consecuente carestía en términos del billete verde respecto a nuestros vecinos y el mundo en general se refleja en el comercio exterior. En particular las exportaciones descendieron un 10% y las importaciones crecieron 3.3%. La caída del turismo receptivo y el aumento de viajes al exterior, son también síntomas del retraso del tipo de cambio.
La contención del dólar se sostiene merced al fuerte aumento de la deuda pública, que agobia las cuentas del Estado. Deudas, salarios insuficientes y desempleo limitan el consumo y el comercio. Un proceso que destruye producción y aumenta consumo de sectores de ingresos altos y medios en base al endeudamiento exige ajustes periódicos en perjuicio del pueblo y a la larga se torna insostenible.
Los sectores productivos más rentables para los grandes capitales del exterior han sido absorbidos. La búsqueda de nuevos rubros de exportación primaria como petróleo, o la explotación del hierro en la zona de Valentines, no han fructificado.
La inversión extranjera directa desciende y la extracción de recursos naturales se agota. Una de las últimas perlas es el cese de actividades de la empresa canadiense Orosur que desde el año 2003, explotaba las minas a cielo abierto y una planta de tratamiento, del oro en Minas de Corrales.
En junio de 2018, se presentó a concurso de acreedores. En agosto informó a sus accionistas la detención de la explotación de oro a cielo abierto. Aproximadamente 250 trabajadores pasaron a seguro de paro. La actividad quedó limitada a tareas de mantenimiento. En diciembre, la prensa informa la venta de sus camiones de transporte de metal en lo que parece ser uno de los últimos actos de su presencia en la zona.
El saldo para Uruguay, yacimientos agotados, paisajes arrasados, piletas de cianuro, deudas impagas. Toneladas de oro extraído de las entrañas del territorio no sirvió al desarrollo del país, sino que pasó a engrosar cuentas bancarias de empresarios canadienses y accionistas en el exterior.
Un ejemplo más de las consecuencias del patrón de acumulación del capital vigente. Sin embargo el gobierno insiste. Su esperanza es la posible tercera planta de celulosa. El contrato es ominoso. Uruguay se compromete a poner ferrocarril, puerto, cursos de agua, zonas francas a disposición de la empresa que no se compromete a nada.
En caso de fructificar la inversión se consolidarán aún más enormes latifundios en manos de capitales escandinavos, monocultivos de eucaliptus, desplazando productos y cadenas derivadas que aportan más tributos, generan más empleo y desarrollo industrial.
GOTITAS DE ECONOMÍA
  • La evolución del IPC para los datos del INE registra un incremento del 8.38% en los primeros once meses de 2018. El descenso del poder de compra de los trabajadores en 2018 se hace visible hasta para las cifras oficiales.
  • Según registra el INE la tasa de empleo, que mide la demanda de fuerza de trabajo, en octubre de 2018 fue de 57.4%. En el mismo mes de 2017 fue de 58.2% y en 2016 de 59.1%. las fuentes de trabajo continúan su fuerte proceso de reducción. Aproximadamente 50.000 empleos menos que dos años atrás.
  • La auditoría de los técnicos del FMI se muestra amigable con la conducción económica del Uruguay. En realidad se evalúa a si mismo ya que el gobierno aplica sus políticas. De todas maneras rebaja las estimaciones de crecimiento para 2018 de 2.5% a 2.1% y discrepa con las predicciones oficiales respecto a los niveles esperados de reducción del déficit fiscal y evolución del IPC. Sus propuestas, las de siempre, rebaja del gasto público y menor seguridad social.
  • El periódico el telégrafo de Paysandú informa que 50 tambos que remitían su producción a Pili, ahora la envían a Lactalis. Los tambos que eran directamente propiedad de Pili como El encuentro y la Armonía serán rematados. Las escasas posibilidades de re apertura de la planta sanducera se reducen.
  • El 13 de diciembre de 2018, la Comunidad europea cesó parcialmente el programa de dinero fácil conocido por sus siglas en inglés de QE. Limitará las inyecciones de dinero a los sistemas financieros que se venía instrumentando desde 2015. El monto estimado fue de 2.6 billones de dólares invertidos en su mayor parte en la compra de activos y deudas públicas. De todas maneras continuará con tasas de interés del 0% y re invirtiendo los activos al vencimiento.