19 de noviembre: ELECCIONES EN CHILE
Editorial 887
Crónica de una derrota anunciada
Sebastián Piñera debe agradecer a la Nueva Mayoría que ha hecho todo lo posible por entregarle el mando de la nación. La coalición de gobierno ha pavimentado el retorno a La Moneda del más prominente político surgido de las filas del empresariado desde los tiempos del presidente Jorge Alessandri (1958-1964). De estilos muy diferentes: aquel representante de la burguesía industrial, presidente de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones, ex ministro y parlamentario. Y este, expresión audaz de la burguesía financiera que gracias a la dictadura militar ha acumulado las más grandes fortunas de nuestra historia. Aquel, independiente, parco en palabras, hizo de la sobriedad un culto. Este, financista de la nueva derecha, locuaz hasta los codos, hiperkinético.
Ambos representan distintas épocas del capitalismo en Chile. El primero, una de relativo equilibrio de fuerzas en la lucha de clases. Para quebrar el desafío popular no vaciló en cometer masacres como la de la Población José María Caro (1962). El segundo, representa una época de imperio absoluto del capitalismo y reducida confrontación social, salvo la “revolución de los pingüinos” (2011) cuya fuerza inicial le hizo creer que era el preludio de una insurrección popular.
Todo parece indicar que Sebastián Piñera será -por segunda vez- el sucesor de Michelle Bachelet. Hasta puede ganar en primera vuelta debido al nivel de desafección ciudadana con la política y los políticos. La derecha posdictadura mantiene un sólido capital de votos algo superior al 40%. Solo dos candidatos de la Concertación, Patricio Aylwin (1989) y Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1993), lograron pasar la vara de la mayoría absoluta. Ricardo Lagos (2000) y Michelle Bachelet (2006 y 2014) llegaron acezando a la segunda vuelta con apoyo de la Izquierda. Bachelet ganó por segunda vez en 2014 -ahora con apoyo oficial del PC- pero solo votó el 41% del electorado. En las municipales de 2012 ya se había registrado 60% de abstención que dejó atónita a la casta política.
No hay indicios que la abstención vaya a dar tregua el próximo 19 de noviembre. Esto favorece la opción de Piñera. El núcleo duro del electorado de derecha se encuentra en las comunas de altos ingresos. La abstención es mayor en las comunas pobres. En 2010 Piñera obtuvo en segunda vuelta 51,61%, derrotando a Frei Ruiz-Tagle (48,39%). La abstención solo fue del 12,32%, porque el voto era obligatorio.
La abstención es solo el telón de fondo de una crisis institucional, política y social que viene desarrollándose desde los 90. Es resultado de la cobardía de la coalición política gobernante que frustró las esperanzas de un profundo cambio democrático con justicia social después del terrorismo de Estado. Sin embargo, lo que vino fue un fraude que mantuvo en pie lo esencial del modelo que montó la tiranía, incluyendo su Constitución, sus leyes e instituciones.
La alegría prometida no llegó y menos aún el cambio social. La democracia representativa, el Estado de derecho y el respeto a los derechos humanos configuran sin duda una situación muy diferente a la dictadura que Chile vivió durante 17 años. Se trata, sin embargo, de conquistas que se requiere profundizar y ampliar al plano de la economía, los derechos sociales y la cultura. La democracia volvió a Chile pero solo “en la medida de lo posible”. La falta de convicciones democráticas de los gobernantes -de todo el escalafón institucional- puso en marcha lenta -y finalmente paralizó- una transición que debía conducir a Chile a una fase superior de la democracia y la justicia social.
El estancamiento de la transición -que debía partir con la convocatoria a una Asamblea Constituyente- hizo aumentar el proceso de putrefacción de las instituciones heredadas de la dictadura. La corrupción es ahora una gangrena que ha escalado a los más altos niveles de la administración civil y de las fuerzas armadas y policiales. Aparecen evidencias de complicidad del narcotráfico con autoridades y partidos políticos. Como corolario está el inmutable ventajismo y poder del empresariado nacional y extranjero, cuyas ganancias se han multiplicado en la posdictadura mientras la mayoría de los trabajadores y jubilados recibe ingresos de miseria y mueren en listas de espera de los hospitales.
La casta política está como ausente de la ira que está fermentando en la base social. La llamada “centroizquierda” no ha hecho nada por diferenciarse de la “centroderecha”. Ambos bloques son dos caras de una misma moneda. Las reformas del último periodo (educacional y laboral) no cuentan con el apoyo ni de sus presuntos beneficiados. De allí la apatía y desinterés con que se llega a las elecciones de noviembre.
Asimismo es necesario reconocer que la desaparición de una Izquierda antioligárquica y latinoamericanista ha permitido que la crisis se prolongue más de la cuenta. Reconstruir la Izquierda es el deber de nuevas generaciones que se planteen remover las carcomidas estructuras que subsisten por ausencia de una alternativa popular.
PF - Editorial de “Punto Final”, edición Nº 887, 27 de octubre 2017.
Certezas y dudas respecto de las próximas elecciones
Juan Pablo Cárdenas S. | Lunes 13 de noviembre 2017 7:45 hrs.
La
próxima elección presidencial tiene como gran particularidad que todos
los candidatos estimen que Sebastián Piñera será el que obtenga más
votos en la primera vuelta. Del mismo modo que los ocho contendientes
aseguren que todo se definirá en una nueva ronda electoral entre el
candidato del Chile Vamos y el que lo siga en el número de sufragios.
Posiblemente Alejandro Guillier, según las más frecuentes estimaciones.
Sin embargo, en privado, son muchos los que aseguran que, si no obtiene Piñera al menos un 40 por ciento de los sufragios el próximo domingo, sería perfectamente posible derrotarlo en el balotaje, aunque ya hay candidatos renuentes a apoyar al que llegue segundo. Es evidente que todavía los candidatos considerados de centro izquierda o progresistas se siguen dando muy duro en la voraz disputa por los votos. Lo más realista, sin duda, es pensar que ningún abanderado puede transferirle su apoyo a otro. Que los ciudadanos que obedezcan órdenes de partido o de sus candidatos, al respecto, serán probablemente muy pocos.
Otra certeza que tienen estos contendientes, como también los que postulan al Parlamento y a los concejos regionales, es que la abstención electoral puede otra vez ser muy alta y hasta rasguñar el 60 por ciento, de lo que se puede deducir que, el candidato que se cruce la Banda Presidencial finalmente no va a tener apoyo muy contundente en la población: acaso tan solo, y con suerte, bordear el 25 por ciento de aceptación ciudadana. Aunque ya sabemos que los escrutinios en Chile solo atienden a los votos “válidamente emitidos”; esto es, que poco les importa el número de los que no concurren a votar, como de los que anulan o dejan en blanco la papeleta.
Estas cifras son concluyentes para señalar con certeza que en toda la posdictadura lo que más ha crecido es el descontento social e, incluso, la escasa confianza que mantiene la población chilena en la democracia misma. Por la decepción, seguramente, de quienes ya no le creen a las autoridades, a los partidos y los candidatos. Cuando existen signos tan evidentes de que la corrupción también se ha empoderado de la clase política.
No es extraño, por esto, que los mismos que propiciaron el voto voluntario estén tan afanados, ahora, en que los ciudadanos concurran a las urnas, y que el Servicio Electoral (Servel) financie campañas para estimular un sufragio más universal. Curioso resulta que ahora se nos señale que el voto ya no sólo es un derecho, como se nos aseguraba años atrás, sino una verdadera obligación ciudadana.
Claro. Ante tan baja concurrencia a las urnas se teme mucho por la imagen foránea de un país que rasga vestiduras democráticas frente a la realidad de otras naciones que, con todos sus problemas, mantienen mucho más confianza en sus sistemas institucionales que la nuestra. Regida, como sabemos, por la Constitución Política legada por el Dictador y un sistema económico de profundas brechas e iniquidades. Un Chile que hoy se ufana de lo que no somos, lo que ha tenido por consecuencia que lleguen miles de inmigrantes todos los días y que, una vez, aquí empiecen también a desilusionarse y a engrosar la cantidad de pobres y desvalidos.
Esta preocupación por el deterioro de nuestro prestigio es lo que explica que el Embajador ante la Santa Sede haya tenido el despropósito de exigirle al Papa que en su próxima visita a nuestro país evite pronunciarse respecto al litigio que tenemos con Bolivia y con el régimen de Evo Morales, empeñados en recuperar una salida soberana al Océano Pacífico a través de nuestro territorio. Una “recomendación” francamente insólita hecha por un diplomático que en el pasado seguramente celebró los gestos del Papa Juan Pablo ll a favor de los disidentes de la Dictadura. Como lo hiciera en nuestro país y ante los ojos del propio Pinochet como anfitrión.
En lo que priman las incertidumbres, sin embargo, es en cómo le irá a los respectivos partidos en las distintas contiendas, cuando los rumores y comentarios en las redes sociales son tan abundantes y lapidarios para sus intenciones. Cuando se dice, por ejemplo, que los socialistas que desestimaron a Ricardo Lagos como abanderado estarían en riesgo de no elegir senador alguno en esta oportunidad. O cuando se asegura que en la Derecha la candidatura Piñera va a favorecer más a la UDI que a Renovación Nacional o a los otros partidos o movimientos escindidos de estos dos referentes que ya cumplen medio siglo de vida.
Dudas que se tienen también sobre la Democracia Cristiana y su decisión de desahuciar a la Nueva Mayoría, cuya fórmula electoral le diera a un conjunto de colectividades que formaban la Concertación Democrática la oportunidad de retornar a La Moneda. Un logro que se explica en buena parte por la incorporación del Partido Comunista, colectividad que no sabemos, tampoco, qué precio podrá pagar en estos comicios por separarse del mundo de la izquierda y apostarle al éxito del gobierno de Michelle Bachelet.
También han surgido los más variados pronósticos respecto del Frente Amplio. Un referente del cual no se sabe si va a consolidarse o no en la política; si la votación de su candidata Beatriz Sánchez solo va a ubicarla en el tercer o cuarto lugar en las preferencias, después de que su candidatura insistiera que sería ella la que llegaría a la Segunda Vuelta, y ahora hasta se hable que sus distintos partidos y movimientos podrían recuperar su autonomía una vez culminadas estas elecciones.
Un hipotético buen desempeño electoral de la candidata frenteamplista que irritaba a Marco Enríquez Ominami, de quien a esta altura se puede tener casi la certeza de que seguirá empeñado en llegar algún día a La Moneda… Aunque esta vez abrigue la esperanza de que al asumirse como el más bacheletista de todos los candidatos logre un segundo lugar para competir él con Piñera en una nueva vuelta. Y no Alejandro Guillier, como se augura.
Otra duda que algunos tienen es si Eduardo Artés podrá consolidar su radical posición política en un referente que logre atraer a los chilenos más indignados con el sistema vigente, el cual de alguna forma se legitima con su postulación presidencial. Si sus votos van a superar o no, por ejemplo, los que obtenga el senador Navarro; otro de los múltiples candidatos de la esa izquierda desunida y tantas veces fracturada por los caudillismos y las ambiciones personales. Gracias a lo cual el llamado duopolio de la centro derecha y la centro izquierda ha hegemonizado el poder político desde 1990.
Particularmente importante será observar en la noche del 19 de noviembre cómo le va, además, a José Antonio Kast, a quien hay que reconocerlo como el candidato más trasparente, sincero y hasta descarado de toda esta brega electoral. Como que ha planteado que si Pinochet estuviera vivo no tiene la mínima duda de que votaría por él; además de mostrarse totalmente dispuesto a practicar una política ultra represiva contra los “terroristas” de la Araucanía y los narcotraficantes. Cuyos dineros parece que también vienen financiando la política y aportan a estas “fiestas de la democracia”, como algunos califican estos procesos electorales.
Sin embargo, en privado, son muchos los que aseguran que, si no obtiene Piñera al menos un 40 por ciento de los sufragios el próximo domingo, sería perfectamente posible derrotarlo en el balotaje, aunque ya hay candidatos renuentes a apoyar al que llegue segundo. Es evidente que todavía los candidatos considerados de centro izquierda o progresistas se siguen dando muy duro en la voraz disputa por los votos. Lo más realista, sin duda, es pensar que ningún abanderado puede transferirle su apoyo a otro. Que los ciudadanos que obedezcan órdenes de partido o de sus candidatos, al respecto, serán probablemente muy pocos.
Otra certeza que tienen estos contendientes, como también los que postulan al Parlamento y a los concejos regionales, es que la abstención electoral puede otra vez ser muy alta y hasta rasguñar el 60 por ciento, de lo que se puede deducir que, el candidato que se cruce la Banda Presidencial finalmente no va a tener apoyo muy contundente en la población: acaso tan solo, y con suerte, bordear el 25 por ciento de aceptación ciudadana. Aunque ya sabemos que los escrutinios en Chile solo atienden a los votos “válidamente emitidos”; esto es, que poco les importa el número de los que no concurren a votar, como de los que anulan o dejan en blanco la papeleta.
Estas cifras son concluyentes para señalar con certeza que en toda la posdictadura lo que más ha crecido es el descontento social e, incluso, la escasa confianza que mantiene la población chilena en la democracia misma. Por la decepción, seguramente, de quienes ya no le creen a las autoridades, a los partidos y los candidatos. Cuando existen signos tan evidentes de que la corrupción también se ha empoderado de la clase política.
No es extraño, por esto, que los mismos que propiciaron el voto voluntario estén tan afanados, ahora, en que los ciudadanos concurran a las urnas, y que el Servicio Electoral (Servel) financie campañas para estimular un sufragio más universal. Curioso resulta que ahora se nos señale que el voto ya no sólo es un derecho, como se nos aseguraba años atrás, sino una verdadera obligación ciudadana.
Claro. Ante tan baja concurrencia a las urnas se teme mucho por la imagen foránea de un país que rasga vestiduras democráticas frente a la realidad de otras naciones que, con todos sus problemas, mantienen mucho más confianza en sus sistemas institucionales que la nuestra. Regida, como sabemos, por la Constitución Política legada por el Dictador y un sistema económico de profundas brechas e iniquidades. Un Chile que hoy se ufana de lo que no somos, lo que ha tenido por consecuencia que lleguen miles de inmigrantes todos los días y que, una vez, aquí empiecen también a desilusionarse y a engrosar la cantidad de pobres y desvalidos.
Esta preocupación por el deterioro de nuestro prestigio es lo que explica que el Embajador ante la Santa Sede haya tenido el despropósito de exigirle al Papa que en su próxima visita a nuestro país evite pronunciarse respecto al litigio que tenemos con Bolivia y con el régimen de Evo Morales, empeñados en recuperar una salida soberana al Océano Pacífico a través de nuestro territorio. Una “recomendación” francamente insólita hecha por un diplomático que en el pasado seguramente celebró los gestos del Papa Juan Pablo ll a favor de los disidentes de la Dictadura. Como lo hiciera en nuestro país y ante los ojos del propio Pinochet como anfitrión.
En lo que priman las incertidumbres, sin embargo, es en cómo le irá a los respectivos partidos en las distintas contiendas, cuando los rumores y comentarios en las redes sociales son tan abundantes y lapidarios para sus intenciones. Cuando se dice, por ejemplo, que los socialistas que desestimaron a Ricardo Lagos como abanderado estarían en riesgo de no elegir senador alguno en esta oportunidad. O cuando se asegura que en la Derecha la candidatura Piñera va a favorecer más a la UDI que a Renovación Nacional o a los otros partidos o movimientos escindidos de estos dos referentes que ya cumplen medio siglo de vida.
Dudas que se tienen también sobre la Democracia Cristiana y su decisión de desahuciar a la Nueva Mayoría, cuya fórmula electoral le diera a un conjunto de colectividades que formaban la Concertación Democrática la oportunidad de retornar a La Moneda. Un logro que se explica en buena parte por la incorporación del Partido Comunista, colectividad que no sabemos, tampoco, qué precio podrá pagar en estos comicios por separarse del mundo de la izquierda y apostarle al éxito del gobierno de Michelle Bachelet.
También han surgido los más variados pronósticos respecto del Frente Amplio. Un referente del cual no se sabe si va a consolidarse o no en la política; si la votación de su candidata Beatriz Sánchez solo va a ubicarla en el tercer o cuarto lugar en las preferencias, después de que su candidatura insistiera que sería ella la que llegaría a la Segunda Vuelta, y ahora hasta se hable que sus distintos partidos y movimientos podrían recuperar su autonomía una vez culminadas estas elecciones.
Un hipotético buen desempeño electoral de la candidata frenteamplista que irritaba a Marco Enríquez Ominami, de quien a esta altura se puede tener casi la certeza de que seguirá empeñado en llegar algún día a La Moneda… Aunque esta vez abrigue la esperanza de que al asumirse como el más bacheletista de todos los candidatos logre un segundo lugar para competir él con Piñera en una nueva vuelta. Y no Alejandro Guillier, como se augura.
Otra duda que algunos tienen es si Eduardo Artés podrá consolidar su radical posición política en un referente que logre atraer a los chilenos más indignados con el sistema vigente, el cual de alguna forma se legitima con su postulación presidencial. Si sus votos van a superar o no, por ejemplo, los que obtenga el senador Navarro; otro de los múltiples candidatos de la esa izquierda desunida y tantas veces fracturada por los caudillismos y las ambiciones personales. Gracias a lo cual el llamado duopolio de la centro derecha y la centro izquierda ha hegemonizado el poder político desde 1990.
Particularmente importante será observar en la noche del 19 de noviembre cómo le va, además, a José Antonio Kast, a quien hay que reconocerlo como el candidato más trasparente, sincero y hasta descarado de toda esta brega electoral. Como que ha planteado que si Pinochet estuviera vivo no tiene la mínima duda de que votaría por él; además de mostrarse totalmente dispuesto a practicar una política ultra represiva contra los “terroristas” de la Araucanía y los narcotraficantes. Cuyos dineros parece que también vienen financiando la política y aportan a estas “fiestas de la democracia”, como algunos califican estos procesos electorales.
Una variopinta izquierda enfrenta su mayor desafío en democracia
En
la medida que accedió al espejismo de las ventajas del sistema, el
‘pueblo’ fue perdiendo las características que lo distinguían.
¿Ventajas? En realidad, ‘trampas’… Puertas esenciales para la existencia
del neoliberalismo, como el acceso a los créditos abusivos otorgados
por bancos y financieras, al dinero plástico, a compras en grandes
tiendas con pagos usureros de largo aliento. Todo confluye para que el
‘pueblo’ se endeude hasta la tercera generación, olvide su calidad de
Soberano, y abrace una nueva fe pagana: la mercantilista-consumista.
La
derecha implantó el neoliberalismo salvaje y se convirtió rápidamente
en la dueña de todo el país: posee la Banca, las AFP’s, las ISAPRE, el
agro en general, las empresas agrofrutícolas, los bosques, el borde
costero y el mar chileno, los puertos, las sanitarias, el agua, el
transporte, las centrales hidroeléctricas, la luz, la telefonía, la
Educación comercializada, los recursos minerales, las Iglesias, las
Fuerzas Armadas, los Tribunales, el Poder Legislativo, las policías, la
prensa escrita y hablada, los canales de televisión, el Tribunal
Constitucional, las cárceles, las carreteras y las vías de comunicación.
Esta
derecha fundamentalista que reemplazó a la antigua derecha republicana
y liberal de las décadas de 1940 y 1950, logra cautelar exitosamente
sus actos predadores, tanto como la continuidad de la expoliación del
país y su gente, a quien mantiene obnubilada con el temor de
fantasmagóricas organizaciones de un terrorismo que no se ve por parte
alguna, pero que resulta de total utilidad para aquel 5% de la población
que se apropió de todos los recursos –naturales y humanos- con los que
continúa enriqueciéndose hasta el hartazgo.
Suena
extraño tal vez, pero es necesario decirlo. La antigua derecha, esa que
existió durante los gobiernos de Ibáñez, Alessandri, Frei Montalva y
Allende, tuvo enfrente la oposición de una fuerte izquierda obrera,
campesina, pobladora y estudiantil. Era a no dudar una izquierda
ideologizada, internacionalista, con claros referentes programáticos e
históricos, y que proponía no sólo un programa de gobierno unitario y
claro, sino un sistema socioeconómico contrapuesto al capitalismo.
Enfrentada
a esta derecha fundamentalista cuyos principales dirigentes son
claramente vástagos del totalitarismo, la izquierda actual ¿qué propone,
qué ofrece al pueblo, a sus electores y a su propia historia? ¿Cambiar
el actual sistema? Ni soñarlo. Tampoco presenta un programa de gobierno
consensuado, único. Y lo que puede resultar más extraño es que la
“nueva izquierda”, la “izquierda juvenil”, carece de sustento
ideológico, pues muchos líderes de los distintos referentes conforman
un grupo de iluminados que han creído descubrir los anillos de Saturno,
la forma en que se cosecha el ajo y cómo debería ser un gobierno
diferente al del duopolio. Dicen ser “la nueva izquierda”, pero en los
fríos hechos resultan ser menos izquierdistas que los mayordomos
socialistas de la Nueva Mayoría. ¿Socialdemócratas?, tal vez…y aun es
mucho para ellos.
Dividida
en dos bloques principales, la izquierda muestra su realidad en una de
sus épocas más difíciles ya que un significativo porcentaje del
electorado ha venido restándose al sufragio, dejándola en una orfandad
que podría desencadenar la desaparición de algunos referentes actuales.
El
primero de los bloques mencionados –el ‘oficial’- ofrece, puntos más o
puntos menos, el mismo menú que distingue a la cocina neoliberal
derechista, diferenciándose de ella en cuestiones menores, aunque
sentidas por la población, pues continúa administrando los aspectos que
consolidan la argamasa principal sobre la que se sustenta el sistema,
como las AFP, la propiedad de los recursos naturales, las trabas a la
sindicalización y a la negociación colectiva, la bancarización de la
sociedad, etc. Es casi risible, pero al administrar a través de cinco
gobiernos un modelo que no le pertenece, esta izquierda pagó los platos
rotos y no se quedó con las ganancias. La derecha lo hizo, y no requirió
moverse de su escritorio ya que otros “tonto útiles” efectuaban el
trabajo sucio. El resultado está hoy a la vista.
El
otro bloque (el del ‘archipiélago’) carece de programa común,
unitario, ya que los respectivos liderazgos –políticamente inexpertos
aún y con la soberbia que permite la juventud- se mueven vacilantes en
los estertores de una izquierda europea tan tibia que más parece
socialdemocracia que izquierda misma. La unidad con el bloque anterior
se ve, más que difusa, improbable. Y sin unidad no hay equipo.
Entonces,
ante la arremetida vehemente y fundamentalista de la derecha, la
pregunta vuelve a resonar con fuerza; ¿qué ofrecer al pueblo?, ¿cómo
reencantarlo si detrás de estos grupos, partidos y referentes no hay una
ideología clara en la que se sustente un programa de consenso, que
tampoco existe? Es difícil reconquistar a una masa que está abducida –si
no enviciada- por el creciente consumismo que permite el endeudamiento
feroz.
La
derecha enseñó al pueblo a usar la tarjeta de crédito como arma letal
contra sí mismo, beneficiosa para el dueño de la férula. Es en estricto
rigor una verdadera revolución, la revolución derechista neoliberal.
¿Cómo combatirla?
Para
colmo de males, el conjunto de la izquierda chilena ni siquiera puede
inclinarse, ideológica y económicamente, por el modelo chino. Vea usted
lo que expresó Wen Jiabao, primer ministro chino y secretario general
del partido comunista de esa nación, respecto de los gobiernos
latinoamericanos, a quienes considera titubeantes y les recomienda lo
siguiente:
1.
Pena de muerte para crímenes comprobados: Ninguna sociedad honesta y
trabajadora merece vivir con tanto miedo. La eliminación de criminales
peligrosos atemoriza al resto de delincuentes. Crecerá la seguridad
pública y su gasto se reducirá drásticamente. A futuro, se reflejará en
cultura y comportamiento de las personas.
2.
Severo Castigo para Políticos Corruptos: Ustedes no los castigan,
principalmente a los del régimen de turno, que diezman las arcas
públicas.
En China: pena de muerte y devolución.
En China: pena de muerte y devolución.
3. Quintuplicar Inversión en Educación: Un país que quiere crecer debe producir los mejores profesionales del mundo.
4.
Reducción Drástica de Carga Tributaria y Reforma Fiscal Inmediata: El
gobierno no debe perseguir a industrias y empresas. Sus cargas fiscales
son exageradas, confiscatorias, injustas y desordenadas.
5.
Reducir 80% Salario y Gasto de los Políticos: Ustedes tienen la
política más cara del mundo. El político debe entender que es un
funcionario público obligado a entregar su trabajo y conocimientos en
beneficio de su país y no un “rey”.
6.
Invertir Cambiando la Cultura del Pueblo: El pueblo ya no cree en su
gobierno ni en su política; no respeta las instituciones, no cree en sus
leyes ni en su propia cultura. Se acostumbró al desorden gubernamental y
pasó a ver como normal la corrupción, violencia y deterioro de los
servicios públicos.
7.
Reducción de Edad Laboral a 16 Años (el mundo está envejeciendo...):
Sus países acostumbran tratar a los adolescentes de 15 a 18 años como
niños que no se hacen responsables de sus actos y les prohíben trabajar.
Error fatal, necesitándose mano de obra renovada. Esta contradicción
hipócrita de la ley sólo sirve para crear peligrosos delincuentes, que
al cumplir 18 años, están formados para el delito.
8.
Un pueblo complaciente que solo mira cómo los corruptos hurtan el
dinero, cohonestando a los de cuello blanco, está llamado al retraso
Hasta
ahí las recomendaciones de Wen Jiabao para nosotros, los
latinoamericanos. Por cierto, la lógica política señala que están en lo
correcto aquellos izquierdistas que desestiman este modelo, pues algunas
de sus propuestas (que son hechos ciertos en el país asiático) se
sentirían más que cómodas en un programa de gobierno de la derecha dura
(especialmente los puntos #1, #4 y #7).
Por
ello, la pregunta necesaria, a escasos días de los comicios
electorales, es: ¿cuál de esas izquierdas podría extinguirse si la
derecha neoliberal, con Piñera como su abanderado, triunfa y se adueña
del gobierno, que es lo único que le resta por poseer? ¿Y cuál de ellas
podría revivir con fuerza suficiente para alzarse como serio postulante
a dirigir el país en el mediano plazo?
Lo dicho, nuestra izquierda chilena enfrenta el que tal vez sea su mayor desafío desde el retorno de la democracia.
El abstencionismo como instrumento de cambio para Chile
Publicado el 16 Noviembre 2017
Escrito por Fernando Duque* - EL CLARÌN DE CHILE
Todo
esto es, además, una gran pérdida de tiempo para la gran mayoría de los
chilenos que tienen un ingreso familiar de 500 mil pesos o menos y por
lo tanto deben de ser clasificados como pobres.
¿Por qué en Chile un acto cívico que debería ser un honor y un símbolo
de prestigio ciudadano se ha convertido en los últimos años en un chiste
de mal gusto y en una ofensa pública? Se necesita tratar de entender
este extraño y peculiar fenómeno que no sólo se da en Chile sino en
todos los países que sufren ya un par de siglos de la llamada democracia
burguesa. Este grupo social en verdad es una vulgar oligarquía corrupta
y para poder entender su conducta es preciso hacer un poco de historia
de la evolución de las instituciones políticas contemporáneas.
Cientos de años antes de Cristo, nació en Grecia, cuna de la
civilización occidental, lo que se pasó a llamar gobierno democrático.
Fue en ese país donde se inventó el concepto de política y se definió
como la muy importante función social destinada a decidir “quien recibe
qué, cómo y cuándo en la distribución de los bienes y servicios que una
sociedad bien organizada produce y consume”. Para los griegos había seis
formas de gobierno. Tres buenas y tres malas. Entre las buenas estaban
primero la monarquía. Aquí el rey o monarca o gobierno de una sola
persona, gobernaba para el bien común. Es decir, hacía una buena
distribución equitativa de los bienes y servicios que la sociedad
producía. En este sistema político ejemplar, toda la población gozaba en
términos relativamente igualitarios de los bienes y servicios públicos
producidos por el Estado.
Entre los malos gobiernos el peor de todos era la tiranía. Es decir, el
gobierno de uno, o sea el rey y en donde sus actos políticos sólo lo
favorecían a sí mismo, a su familia y a la pequeña nobleza que lo
apoyaba. Para los griegos este era un mal gobierno y por lo tanto debía
evitarse a toda costa y también derrocarse tan pronto como ello fuera
posible, ya que la injusticia extrema era una maldición insoportable.
Otra forma de gobierno benigno era la aristocracia. Aquí el gobierno
estaba formado por un pequeño grupo de ricos nobles inspirados
profundamente en el concepto moral denominado “nobleza obliga”. Por lo
tanto, este pequeño grupo de ricos nobles gobernaba para el bienestar de
la sociedad toda y de esta forma se producía una relativa justicia y
equidad con el trabajo de la función pública.
La forma perversa y maligna del gobierno de unos pocos ricos pero que
gobernaban sólo en beneficio de sí mismos, se denominaba oligarquía.
Este era el gobierno de los pocos y que sólo beneficiaba a los pocos.
Este tipo de gobierno maligno condenaba a la pobreza, la humillación y
la desesperanza a la inmensa mayoría de la población. Este era un pésimo
tipo de gobierno que debía ser derrocado con la acción popular tan
pronto como ella fuera posible.
Finalmente, para los griegos existía el gobierno de todos, o sea de la
inmensa mayoría de la población que participaba colectivamente en las
tareas de gobierno. A este tipo de gobierno participativo y popular se
le denominaba democracia. Aquí los pobres se habían sublevado
violentamente en una sangrienta revolución y habían eliminado
físicamente al rey, la nobleza y a todos los ricos mercaderes. Este era
el gobierno de los pobres, con los pobres y sólo para los pobres. A fin
de que todos los pobres pudieran participar en las funciones del
gobierno, la permanencia en los cargos públicos era muy limitada. Se
llegaba al extremo que había autoridades que duraban sólo un día. Todo
esto significaba que había constantes elecciones para tribunos o
gobernantes superiores, miembros de las asambleas populares y miembros
del poder judicial. La idea central aquí era que cada ciudadano, tuviera
la oportunidad de ocupar un cargo público ad honorem y su única
compensación era haber servido bien el interés nacional. Para los
filósofos griegos, esta democracia era un mal gobierno, pues sólo
beneficiaba a los pobres y oprimía y sacrificaba a las otras clases
sociales. En otras palabras, este no era un gobierno para el bien común.
El cambio constante de autoridades que duraban muy poco en sus puestos
producía caos administrativo y ello perjudicaba el funcionamiento del
sistema político.
Para los filósofos griegos, el mejor gobierno era el gobierno de los
pobres, pero para beneficio de toda la sociedad. Es decir, para el bien
común. A este tipo de gobierno mayoritario se le denominó politea. Este
era el gobierno de los pobres, con los pobres, pero para el beneficio
de todos incluyendo al rey, la nobleza y los ricos comerciantes.
Naturalmente los beneficios del rey, los nobles y los burgueses eran
severamente controlados y así estos sectores sociales recibían
beneficios mesurados solamente algo superiores al resto de la sociedad.
Ellos podían ser muy ricos y ganar mucho dinero con sus propiedades y
negocios, pero estaban obligados a pagar una enorme cantidad de
impuestos por su riqueza. Con este dinero se mejoraba el estándar de
vida de la mayoría pobre de la población. Es así como la politea era el
sistema de gobierno preferido por la filosofía política griega. El
servir ad honorem en un cargo público era un honor; y el concepto de
libertad, no era hacer lo que uno quisiera y sin control. Aquí la
libertad consistía en tener el honor y la oportunidad de asumir un alto
cargo público de elección popular. De esta forma la libertad era
considerada una situación que permitía al ciudadano contribuir al
bienestar de toda la comunidad.
Desafortunadamente
todas estas ideas y teorías griegas, relacionadas con el gobierno
democrático, es decir, la politea, fueros radicalmente cambiadas después
del renacimiento europeo. Todo esto fue producto de los fervientes
deseos de alcanzar el poder político por parte de la clase comercial y
mercantil de Europa, que se creó después del renacimiento europeo
durante del siglo XV. Fue a partir de esta fecha que se cambió el
concepto de democracia. Los pensadores burgueses, enemigos de la
nobleza, pero también enemigos del pueblo o también llamada chusma
crearon un nuevo vocabulario politológico que trataba de garantizar lo
derechos de la clase media, pero al mismo tiempo, terminar con los
derechos y privilegios del rey absoluto, los derechos de la nobleza y
los derechos de los pobres que constituían la inmensa mayoría de la
población europea.
Fue así como se cambiaron los principios y conceptos griegos y ellos
fueron adaptados para las necesidades e intereses de la clase media
comercial y mercantil. El concepto de monarquía y tiranía siguió siendo
el mismo que durante los griegos. Lo mismo sucedió con los conceptos de
aristocracia y oligarquía. No obstante, se produjo un cambio fundamental
en el concepto de democracia. Para los ricos burgueses y los filósofos
que los apoyaban, tales como Locke, Montesquieu y Rousseau, los
conceptos de politea y democracia tal como la entendían los
griegos, eran conceptos peligrosos pues les daba al pueblo o chusma, el
derecho a gobernar; y si el pueblo gobernaba, podía crear impuestos y
con ellos reducir sustancialmente el estándar de vida de los nuevos
ricos, mercaderes y empresarios. Para ellos, el derecho de propiedad y
el total usufructo de esta propiedad eran principios sagrados y
esenciales, y esta es la razón por la cual los filósofos burgueses de
los siglos XVII y XVIII se dedicaron a idear y construir un sistema
político que les permitiera controlar al rey, controlar a los nobles y
controlar el populacho y que también gobernara sólo en favor de los
nuevos ricos. El rey y la nobleza podían ser despojados de todos sus
privilegios, pero la burguesía debía ser protegida y para ello la
propiedad privada de este sector social era un derecho sagrado.
De esta forma el concepto de democracia tipo politea se cambió
radicalmente. Este ya no fue el gobierno de los pobres, con los pobres,
pero para el bien común. Ahora la democracia se transformó en un
gobierno pluralista donde se suponía que mandaban armoniosamente
distintas elites. Por un lado, la elite aristocrática representando y
defendiendo la vieja nobleza, incluyendo sus grupos de interés y
teniendo una cámara o senado que defendiera y respetara dichos
intereses. Otra elite del dinero o plutocracia, disponiendo también de
su propia cámara de representantes y contando con poderosos grupos de
presión. Finalmente se proponía una asamblea popular que representara
los intereses de los trabajadores y de los distintos gremios y otros
grupos populares. De esta forma las distintas elites políticas podían
negociar y llegar a acuerdos satisfactorios para todos. Este tipo de
pluralismo político resolvía el problema de la eterna lucha de clases.
A todo este entramado pluralista se añadía también la idea de un Estado
dividido. Es decir, un Estado con separación de poderes. Un ejecutivo
dirigiendo la administración del Estado con un rey o presidente elegido
en forma constitucional y con atribuciones muy controladas y
delimitadas. Luego existía un poder legislativo creador de las leyes,
totalmente independiente del poder ejecutivo y también dividido en dos
cámaras que se hacían contrapeso. Finalmente, la importante función de
adjudicar justicia se entregaba a un conjunto de jueces independientes
tanto del poder ejecutivo como del poder legislativo. Con todo esto se
consolidó la idea de la división de poderes entre ejecutivos,
legislativo y judicial. El poder así se dividía para garantizar las
libertades y riquezas de la burguesía. Se crea también el llamado Estado
de derecho, donde todas las autoridades, tanto del ejecutivo, el
legislativo y el judicial, se someten a la ley. La ley, especialmente la
constitución política, está por sobre el poder de cualquier autoridad
política temporal. En otras palabras, la ley es suprema y el soberano
temporal se somete a dicha ley.
Con todas estas limitaciones, el poder de la mayoría, que siempre esta
formada por los más pobres, se reduce y cae presa de todo tipo de trabas
constitucionales que impiden su accionar. El Estado de derecho ordena
que todas las autoridades elegidas estén obligadas a cumplir la ley y
ninguna autoridad elegida podía impedir por sí sola el cumplimiento de
dicha ley. La ley es de esta forma, el verdadero y soberano gobernante.
Incluso el rey se sometía y obedecía a la ley y para garantizar esta
conducta, se creaban tribunales constitucionales no electos, que en el
fondo pasaban a ser los verdaderos gobernantes.
Todo este entramado legal daba así garantías para que un poderoso
político jamás llegara a transformarse en un tirano. También se daban
garantías para que una enorme mayoría aplastante de pobres pudiera
afectar negativamente los derechos de propiedad de los burgueses. Es
necesario agregar que la misma burguesía, que tanto había luchado por la
libertad de prensa, ahora, legalmente, podía controlar y monopolizar la
prensa y con ello formar opinión pública y al mismo tiempo destruir la
prensa popular e impedir su resurgimiento.
En pocas palabras, la burguesía se las arregló para crear
constitucionalmente su propio tipo de gobierno que, sin limitaciones, le
permitiera hacer todo tipo de negocios con su dinero y luego gozar de
los frutos del mismo sin ningún tipo de control. A todas estas
maquinaciones, la burguesía la denominó, precauciones constitucionales
para evitar el gobierno tirano de una mayoría popular. En Chile, gracias
a la constitución de Pinochet, el tribunal constitucional, formado por
un grupo de individuos no electos, puede anular todas las decisiones
tomadas por políticos, ejerciendo, tanto en el poder ejecutivo como en
el legislativo, y elegidos democráticamente.
Este nuevo modelo de democracia burguesa, que no tiene nada que ver con
el original concepto de democracia griega, ha impedido que la mayoría
pobre consiga un mejor estándar de vida en los últimos 40 años. Al mismo
tiempo, este modelo ha consolidado e incrementado la inmensa riqueza
que la burguesía chilena actualmente tiene. Los ricos, con toda
desfachatez, han creado leyes que les permiten financiar las campañas
políticas de individuos pobres, pero con ambiciones burguesas. Los
grandes capitales ahora financian todos los partidos políticos
existentes, incluyendo los de izquierda. De esta forma llegan a ser
presidentes y parlamentarios individuos que crean leyes e instituciones,
todas favorables a los ricos, al mismo tiempo que apoyan leyes e
instituciones que permiten todo tipo de trampas y cortapisas para que
los pobres no puedan luchar por sus intereses. Es de esta forma como
todos los productos, bienes y servicios que el sistema político burgués
crea, va en beneficio de los ricos y esto explica la aberrante
distribución de la riqueza en Chile. Es de reconocimiento público y
confirmado por organizaciones internacionales que Chile es uno de los
países más desiguales e injustos del planeta. De esta forma, el votar en
este tipo de elecciones manejada y manipulada por la constitución
burguesa creada por la dictadura, no sólo es una brutal burla demoníaca,
sino que una significativa pérdida de tiempo. Con estos dados super
cargados, los candidatos apoyados por el dinero plutocrático siempre
ganan. Ellos podrán ser de origen humilde y proletario, pero ellos jamás
van a votar por los verdaderos intereses de su clase, y siempre van a
votar por los intereses de sus patrones que de una u otra forma les
financias sus actividades políticas.
Es por toda esta terrible realidad que el ejercicio electoral del
próximo domingo se va a transformar en una burla más para la inmensa
mayoría de los chilenos. Aún cuando se produzca el caso extraño de que
un candidato con verdadera conciencia social gane, este no va a poder
hacer nada por usted. La constitución de Pinochet tiene los instrumentos
necesarios para conseguir que la distribución del ingreso y de otros
bienes y servicios que el país da, siga siendo injusta, tanto como lo ha
sido desde 1891 a la fecha. Usted seguirá tratando de sobrevivir con un
sueldo miserable y cargado de deudas impagables. Está más que claro que
en esta nueva farsa electoral, nada podrá mejorar para usted y su
familia.
Los ricos en Chile han inventado el sistema perfecto, para crear una
semi esclavitud de la inmensa mayoría de la población. Sólo cuando esta
inmensa mayoría de perjudicados desarrolle una verdadera conciencia de
clase, y se niegue a seguir haciéndole el juego a los ricos y a la clase
de políticos corruptos que sólo trabajan para ellos, las cosas
empezarán a cambiar. Un primer paso en este largo camino de liberación
sería lograr que la abstención electoral sobrepase el 70% del
electorado. Este sería un terremoto político de grado 10 que con toda
seguridad remecería la conciencia de la actual clase política y de
seguro obligaría a muchos a meditar el terrible problema que enfrenta el
sistema político chileno.
Sólo cuando la clase política entre en pánico, podrá ser posible
debatir un nuevo sistema constitucional que borre las aberraciones
legales que ha transformado a la política chilena en un profundo pantano
de corrupción. Si Chile empieza a organizarse para crear un verdadero
cambio pacífico y así el abstencionismo generalizado obliga a cambiar el
ordenamiento jurídico del país, Chile no haría nada particularmente
extraordinario. Es preciso hacer notar que las ideas liberales de Locke,
Montesquieu, de Tocqueville y de los padres de la revolución
estadounidense de 1766 (tales como Washington, Jefferson, Hamilton,
etc.), así como también los padres de la revolución latinoamericana de
1810; están todos en retirada. El mundo de la segunda década del siglo
XXI está rechazando el liberalismo y está optando por gobiernos fuertes,
autoritarios y populistas que sean capaces de crear un nivel de
justicia social adecuado. Esto ya empezó a suceder en Europa con la
salida de Gran Bretaña de la Comunidad Económica Europea y con la
elección de líderes populistas en Europa del este. Este fenómeno también
se ha dado en los Estados Unidos con la elección de Donald Trump. El
mismo fenómeno se ha empezado a dar en África y Asia. La reacción
antiliberal del planeta está adquiriendo proporciones épicas tanto en la
potencia china como en la potencia rusa.
Sólo falta que América Latina le dé el golpe de gracia al liberalismo.
En la región sigue sobreviviendo la onda liberal, pero sólo es cuestión
de tiempo para que el liberalismo sea borrado definitivamente por los
vientos turbulentos de la historia. Es probable que el mundo entero
pronto adopte un sistema más justo de gobierno y administración y con
ello, tres siglos de liberalismo corrupto habrá por fin llegado a su
colapso definitivo.
F.Duque Ph.D.
Cientista Político
Puerto Montt, 15 de noviembre 2017
Abstención
Rafael Cárdenas |Cartas al Director |Lunes 13 de noviembre 2017 16:14 hrs.
Discrepo de quienes critican, descalifican y condenan a aquellos que se han abstenido de participar en los ya numerosos procesos eleccionarios postdictatoriales. La abstención electoral ha sido un fenómeno en permanente aumento desde que volvimos a tener elecciones en 1989 y hasta el presente y ello no debiera sorprendernos.
Y es que nuestro doloso e impuesto diseño institucional estuvo siempre planeado para tornar intrascendente la voluntad mayoritaria expresada en el sufragio universal y otorgar un antidemocrático poder de veto a la minoría de derecha sostenedora y beneficiaria de la dictadura cívico-militar. Este dato de la causa que pudo resultar inicialmente un incentivo para concurrir a las urnas y entregar nuestro apoyo electoral a quienes prometían luchar por alcanzar la democracia, acabó generando sólo frustración, en la medida que tales líderes se fueron sintiendo cada vez más cómodos con el heredado diseño y empezaron a valorar los beneficios que les reportaba, dejando a sus supuestos representados en el olvido.
Aunque he votado en todas las elecciones de este período, no puedo negar que he estado tentado de no hacerlo en varias ocasiones, así que comprendo y justifico a quienes han adoptado tal actitud. Es más, me parece que la opción de abstenerse se fue haciendo progresivamente más justificada a medida que el largo y, a estas alturas, claramente fallido, proceso de transición a la democracia plena, avanzaba hacia ninguna parte, que no fuese el abrumador descontento ciudadano con sus prostituidos representantes, así como el generalizado rechazo a instituciones políticas diseñadas en dictadura por sus propios beneficiarios y sólo levemente retocadas consensualmente por los incumbentes y sin ninguna ratificación democrática de la ciudadanía.
Mientras sigamos sometidos a una institucionalidad tan ilegítima, fraudulenta y mentirosa como la actual, que bien pudiera calificarse de “marca Jaime Guzmán & made in UDI”, la abstención me parece una muy legítima y decente válvula de escape.
Finalmente, si bien la sustitución del fraudulento sistema electoral binominal (33%=66%) debió ser el incentivo determinante para recuperar el interés ciudadano en las elecciones de este domingo, lo cierto es que nuestra clase política ha acabado tan “binominalizada” que tanto políticos como partidos de toda tendencia han hecho todo lo posible para que el cambio no se note, evitando al máximo la competencia para sustraer la decisión del elector y conservarla en las cúpulas política que a nadie representan.
Rafael Cárdenas
Luis Mesina: “La Presidenta no le ha cumplido a Chile en el tema previsional”
P. López y C. Medrano |Miércoles 15 de noviembre 2017 12:27 hrs.
El
vocero de la Coordinadora No + AFP se refirió a la entrega de una nota a
la Mandataria con los resultados del plebiscito convocado por la
organización social y que arrojó como resultado que la mayoría de
chilenos prefiere un sistema de reparto solidario en nuestro país.
“¿Qué
más quiere el Estado para escuchar las demandas de la ciudadanía?” fue
la pregunta que planteó el vocero de la Coordinadora No + AFP, Luis
Mesina, respecto de la nota con los resultados del plebiscito convocado
por la organización y que arrojó como resultado que la mayoría de los
chilenos prefiere un sistema previsional de reparto solidario.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, Mesina señaló que la Coordinadora realizará un Consejo donde se plantearán nuevas acciones y movilizaciones, con el objeto de eliminar de manera definitiva el actual modelo de capitalización individual.
Luis Mesina agregó que la Mandataria debe asumir su responsabilidad en la nula respuesta que ha tenido esta demanda ciudadana por parte de las autoridades “ella ha sido incapaz de llevar adelante una propuesta para satisfacer las demandas de los trabajadores. Ella convocó a una conferencia en 2016 donde dijo que resolvería el problema, con una propuesta solidaria y no hizo nada”, señaló.
Respecto de la elección presidencial, el vocero de la Coordinadora No + AFP, califica como un triunfo, que el 50 por ciento de los candidatos a la presidencia esté a favor de terminar con el actual sistema “hemos obligado a los candidatos a tener que pronunciarse en un tema tan importante como este. La gente tiene que votar por aquél que piense que puede cambiar la realidad actual”, recalcó.
Finalmente Mesina señaló que si en Perú están estudiando terminar con las AFP, perfectamente en nuestro país se podría iniciar un proceso similar, considerando que al país vecino lo gobierna un presidente de derecha.
En esa línea pone como ejemplo a Argentina, donde las AFJP se terminaron sin que eso provocara un colapso en la economía como los defensores del sistema advierten que pasaría en Chile.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, Mesina señaló que la Coordinadora realizará un Consejo donde se plantearán nuevas acciones y movilizaciones, con el objeto de eliminar de manera definitiva el actual modelo de capitalización individual.
Luis Mesina agregó que la Mandataria debe asumir su responsabilidad en la nula respuesta que ha tenido esta demanda ciudadana por parte de las autoridades “ella ha sido incapaz de llevar adelante una propuesta para satisfacer las demandas de los trabajadores. Ella convocó a una conferencia en 2016 donde dijo que resolvería el problema, con una propuesta solidaria y no hizo nada”, señaló.
Respecto de la elección presidencial, el vocero de la Coordinadora No + AFP, califica como un triunfo, que el 50 por ciento de los candidatos a la presidencia esté a favor de terminar con el actual sistema “hemos obligado a los candidatos a tener que pronunciarse en un tema tan importante como este. La gente tiene que votar por aquél que piense que puede cambiar la realidad actual”, recalcó.
Finalmente Mesina señaló que si en Perú están estudiando terminar con las AFP, perfectamente en nuestro país se podría iniciar un proceso similar, considerando que al país vecino lo gobierna un presidente de derecha.
En esa línea pone como ejemplo a Argentina, donde las AFJP se terminaron sin que eso provocara un colapso en la economía como los defensores del sistema advierten que pasaría en Chile.
Alfonso Mohor es elegido como nuevo presidente de la FECH
Diario Uchile |Jueves 16 de noviembre 2017 16:42 hrs.
Luego
de extender en un día las votaciones, a raíz de la baja participación,
la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile informó que se
alcanzó el quorum mínimo para proclamar a la nueva mesa directiva,
encabezada por el militante del Movimiento Autonomista, Alfonso Mohor.
Alfonso Mohor era el candidato de la Lista D “Izquierda Transformadora”, integrada por miembros del Frente Amplio.
Según los estatutos de la FECh, se requería de un 40% de quorum para validar el proceso, lo que lograron pese a que el martes solo había votado un 15% del alumnado.
La información fue confirmada este jueves por el Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel). La representante de esta instancia indicó que en nivel de participación fue de 40,25%, lo que corresponde a 11.227 estudiantes.
El nuevo líder de la Fech es oriundo de Concepción, estudiante de cuarto año de Geología y milita en la misma organización política que el diputado por Magallanes, Gabriel Boric, el Movimiento Autonomista.
Consultado por la baja participación que ha existido en esta elección, motivando incluso a extender en un día las votaciones, el dirigente reconoció que el desgaste, a propósito de las distintas movilizaciones, así como los problemas en la renovación de la organización estudiantil son algunas de las causas de esta situación.
Por esta razón, intentar reinventar la organización, señala, es una de las principales tareas que tendrán como Fech durante su administración.
URUGUAY
Una multitudinaria marcha desde la Universidad de la República hasta el Obelisco de esta capital abrió las puertas hoy de la Jornada Continental por la Democracia y contra el Neoliberalismo, con sede en Uruguay.
16
Nov
El río de banderas con colores e insignias de movimientos sociales, organizaciones sindicales, feministas y ecologistas, y enseñas de países como Brasil, Chile, Venezuela y la nación anfitriona, fluyó a través de la avenida 18 de Julio, la más importante de esta ciudad.
Las voces de Fora Temer (mandatario de Brasil) y Fuera Macri (presidente de Argentina) resultaron recurrentes durante la movilización inaugural del encuentro, centrado en las luchas en defensa de la democracia y contra los acuerdos de libre comercio.
También el enfrentamiento a las transnacionales y el impulso a la integración de los pueblos, piedras angulares de la cita, estuvieron en los llamados de los miles de activistas de unos 20 países presentes en la caminata.
En diálogo con Prensa Latina, el mexicano Gustavo Castro, de la organización Otros Mundos, miembro de la federación Amigos de la Tierra, destacó la trascendencia de la articulación de los movimientos sociales en América Latina en la actual coyuntura que vive la región.
Al ejemplificar la importancia de citas como esta, Castro, participante en la marcha, resaltó que permite elaborar estrategias comunes, no solo de defensa, sino de prevención contra mega-proyectos de despojo en algunos territorios.
El encuentro de Montevideo, que culminará el próximo sábado, contemplará este jueves paneles relacionados con la lucha de los pueblos, así como los desafíos frente a la ola conservadora y los ataques a la democracia.
La Jornada nació en 2015 en La Habana, Cuba, durante el Encuentro Hemisférico realizado allí para conmemorar los 10 años de la derrota del Área de Libre Comercio de las Américas, iniciativa impulsada por Estados Unidos.
El año pasado, las organizaciones sociales y diversas expresiones del campo popular realizaron acciones en decenas de países, como parte de un proceso de articulación contra la ofensiva de los sectores conservadores y del capital en el continente.
Anuncian plan de acción y movilización de trabajadores contra las nefastas políticas del neoliberalismo
El secretario general del PIT-CNT, Marcelo Abdala, expresó que el próximo año los trabajadores de América Latina llevarán adelante un plan de acción y movilización que le permitirá a los pueblos “enfrentar a las nefastas políticas que impone el neoliberalismo en el mundo”.
Este jueves 16 de noviembre se realizó el paro general parcial del PIT-CNT, y una concentración en la que participaron miles de personas y representantes sindicales de la región, en el marco de la “Jornada Continental, Encuentro en Montevideo”.
Durante la parte oratoria, Abdala convocó a llevar adelante la “unidad sin exclusiones”.
Anunció que el próximo año se llevará adelante “un plan de acción y movilización que le permita a los pueblos enfrentar a las nefastas políticas que impone el neoliberalismo en el mundo. Como ya lo ha vivido el pueblo uruguayo en la década del ‘90”.
“Somos parte de América Latina y por eso decimos: ¡Viva la unidad de los pueblos, viva la construcción consensuada de un proyecto de liberación para todos los pueblos del continente y del mundo!”, expresó Abdala.
Profunda crisis capitalista
El dirigente sindical expresó que la movilización se realiza en el marco de una profunda crisis capitalista. “Estamos ante una crisis estructural y crónica, lo que afecta la economía”.“Esta crisis produce el infra-consumo de la inmensa mayoría de la humanidad. También se traslada a lo cultural, de valores y que afecta profundamente a la civilización humana. Algunas de las paradojas que suceden en América Latina es que la economía se basa en la acumulación de la riqueza y no en las necesidades humanas”, señaló.
Abdala agregó que ello significa que el mundo está ante una “economía enajenada” y por eso la humanidad deberá crear las condiciones para “superar esta enajenación”.
Abdala expresó solidaridad con la lucha que llevan adelante Cuba y Venezuela. Países que “son atacados por este mono con metralleta que dirige los destinos de la principal potencia mundial”. También cuestionó el avance de la derecha en Brasil y Argentina.
Dijo que en Uruguay la contraofensiva neoliberal se expresa “a través de la queja de la Cámara de Industria y la Cámara del Comercio presentaron ante la OIT”.
“Las grandes patronales en este país se manifiestan a nivel internacional en contra de la ley que establece la negociación colectiva tripartita”, dijo el dirigente de la central única de trabajadores.
COMITE DEL FRENTE AMPLIO DE URUGUAY EN MÉXICO POR LA IZQUIERDA
Ciudad de México, 15 de noviembre de 2017
DOCTOR TABARÉ VÁZQUEZ ROSAS
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY
Con el debido respeto nos dirigimos a usted, como presidente de todos los orientales.
Los integrantes de nuestro Comité de Base, algunos residentes en México desde el tiempo del exilio, permanecemos con la mirada y nuestro corazón puesto en nuestra querida patria.
Sin duda, los significativos logros alcanzados por los gobiernos del Frente Amplio no tienen precedente en la historia de nuestro país.
No obstante, entendemos que hubo decisiones del gobierno que no se ajustan a las definiciones y resoluciones de nuestra fuerza política. Por considerarlo de suma importancia, nos limitaremos a manifestar nuestra preocupación con respecto a la política exterior llevada a cabo en este tercer período de gobierno del Frente Amplio bajo su presidencia.
A este respecto, es evidente el alejamiento en las posturas adoptadas por la cancillería uruguaya de las Bases Programáticas comprometidas con la ciudadanía, para el Tercer Gobierno Nacional del FA 2014/2020, donde se propone impulsar “aquellas iniciativas tendientes al fortalecimiento de la paz y el establecimiento de un orden mundial más justo y equitativo; defensa de la soberanía; decidida acción antiimperialista y anticolonialista, vocación de paz y la solución pacífica de las controversias entre Estados; consolidación de mecanismos que impidan toda injerencia extranjera en los asuntos internos de un país….”.
Así mismo, en el VI Congreso del Frente Amplio “Rodney Arismendi”, se han reafirmado los postulados históricos del Frente en su “definición antioligárquica, antiimperialista y antipatriarcal” y se asevera que “Se fue preparando el terreno para el comienzo de una ofensiva neoliberal, conservadora y excluyente, que quiere arrasar con las conquistas sociales, retroceder en la conquista de derechos, privatizar el Estado y concentrar los recursos económicos en pocas manos”…..“Comprender e integrar a la vez tanto la magnitud de la ofensiva conservadora que enfrentamos como los elementos de una necesaria autocrítica, constituyen aspectos esenciales para trazar una estrategia que permita a la izquierda continental retomar su impulso transformador“ .
Del mismo modo, después del cuarto intermedio, en mayo pasado el VI Congreso del Frente Amplio aprobó el documento “Valores y principios compartidos” en el que se incluyen las definiciones estratégicas hasta 2020.
El documento base fue una acusación directa a Estados Unidos de intentar “romper con el proceso de unidad de los pueblos y gobiernos” en América Latina y de promover los golpes de Estado en Honduras, Brasil y Paraguay. “Solamente en la última década, el imperialismo norteamericano intervino militarmente en una gran cantidad de países, en todos los casos dejando un saldo de destrucción material, millones de desplazados, muerte de civiles, imposición de gobiernos a la fuerza y sobre todo, saqueo de los recursos naturales”, señala también que Estados Unidos pretende “aislar y satanizar” a Venezuela.
Lo contrastante es que casi simultáneamente con estas definiciones de la fuerza política, el gobierno uruguayo a través de su canciller Nin Novoa, viene actuando junto a gobiernos derechistas y espurios de la región, sumándose a la campaña de injerencia en los asuntos internos de Venezuela, encabezada por Luis Almagro desde la OEA, cumpliendo los dictados del Comando Sur de los EEUU, en la “Operación Venezuela Freedom 2” , documento revelado el año pasado que expresa textualmente “en el plano internacional hay que insistir en la aplicación de la Carta Democrática, tal como lo hemos convenido con Luis Almagro Lemes, Secretario General de la OEA…”
Finalmente el Gobierno uruguayo se ha unido al coro de esos gobiernos derechistas del continente, apoyando la expulsión de Venezuela del MERCOSUR.
Consideramos que esta actitud es contraria a toda la trayectoria histórica de nuestro Frente Amplio, que en sucesivos congresos y plenarios nacionales (las instancias más democráticas de nuestra fuerza política), ha sostenido sin ambigüedad posible, una definición tajantemente clara de no acompañar las operaciones intervencionistas del imperialismo estadounidense, junto a la clara defensa de la autodeterminación de los pueblos.
Consideramos sumamente preocupante que el gobierno uruguayo, surgido del voto de los ciudadanos por el Frente Amplio, actúe en contra de lo que la fuerza política, en ejercicio de la más plena democracia participativa, ha resuelto en reiteradas oportunidades.
El tema del respeto absoluto a la autodeterminación de los pueblos, de la solidaridad con los pueblos que luchan por su autonomía, salirse del yugo del capitalismo salvaje y de las imposiciones del imperio, han sido el santo y seña del Frente Amplio desde sus orígenes. La gran solidaridad de los pueblos hermanos de nuestro continente, con nuestro pueblo y con nuestro Frente Amplio durante la negra noche de la dictadura fascista, en donde ocupa un lugar destacado el pueblo venezolano, no puede ser borrado de nuestra identidad, por una incompresible postura del Gobierno uruguayo, que como no podía ser de otra manera, es aplaudida por los partidos de la derecha en el país y en el concierto internacional.
Ante las elecciones regionales llevadas adelante el pasado domingo 15 de octubre en la República Bolivariana de Venezuela, compartimos plenamente la declaración de la Mesa Política Nacional del Frente Amplio del 27 de octubre pasado la cual entre otros puntos expresa:
“Que de dicha instancia electoral participaron fuerzas políticas que respaldan al Gobierno y fuerzas políticas de la oposición.
Que las mismas se realizaron en un clima de paz y con un elevado nivel de participación para elecciones de estas características.
Que ante los cuestionamientos por sectores de la oposición con relación a la transparencias de las mismas y teniendo presente que la oposición ha cuestionado los resultados siempre que ha tenido resultado adverso, aceptando solamente aquellos resultados en que resultó favorecida, entendemos como muy positivo que el propio partido de Gobierno haya solicitado una auditoría completa de los resultados del pasado domingo.
Que resulta inaceptable y censurable las declaraciones del Secretario General de la OEA, del pasado 16 de octubre, que criticó a los sectores de la oposición que participaron de dicha instancia electoral, y estimuló a los sectores más violentos de la oposición venezolana a continuar con su campaña de desestabilización.
Saluda al PSUV y al Gran Polo Patriótico por el respaldo popular alcanzado que determinó que obtuviera 18 gobernaciones de 23 en disputa.
Rechaza las declaraciones del Secretario General de la OEA y los cuestionamientos de los Gobiernos que ponen en cuestión los mecanismos de verificación de los actos electorales en Venezuela”.
JUNTO A NUESTRO FRENTE AMPLIO Y A LAS ORGANIZACIONES SOCIALES DE NUESTRO PAÍS, REITERAMOS UNA VEZ MÁS NUESTRA TOTAL SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO Y GOBIERNO DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, ASÍ COMO CON TODOS LOS PUEBLOS DE NUESTRA AMÉRICA QUE LUCHAN POR LA DEFINITIVA INDEPENDENCIA Y POR LA INTEGRACIÓN DE LA PATRIA GRANDE COMO LO SOÑARON NUESTROS HÉROES ARTIGAS, BOLÍVAR, MARTÍ, SAN MARTÍN, ENTRE OTROS PRÓCERES. ESPERAMOS DE NUESTRO GOBIERNO, UNA COHERENTE ACTUACIÓN CON LAS DEFINICIONES Y PRINCIPIOS ESTABLECIDOS POR NUESTRA FUERZA POLÍTICA.
ATENTAMENTE
Por el COMITE DEL FRENTE AMPLIO DE URUGUAY EN MÉXICO POR LA IZQUIERDA
WALTER MARTÍNEZ ALVES-Secretario de Relaciones Internacionales
SAÚL IBARGOYEN ISLAS- Presidente
Lorena Pizarro: “El Gobierno no ha hecho nada para terminar con la impunidad”
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, Lorena Pizarro aseguró que “nuestro esfuerzo tiene que ir hacia los temas de fondo” y en esa línea agregó que “el cierre de Punta Peuco tiene que ser parte de la existencia de una voluntad política en contra de la impunidad”.
Para la dirigente, Chile tiene compromisos en la materia que cumplir y eso no se ha expresado en la última administración: “Acá se trata de que el Estado de Chile tiene una serie de obligaciones internacionales y una de ellas es asegurar que no se repitan hechos como la dictadura”.
Lorena Pizarro reconoció que en este gobierno se han registrado avances, pero en tema de verdad y justicia asegura que está al debe “en política hay que ser justos y valorar cuando se hacen avances. Pero en lo que tiene que ver con la lucha de la impunidad el gobierno no ha hecho nada. El cierre de la cárcel de Punta Peuco es una de las tantas tareas pendientes, pero no es la única”, indicó.
Respecto de las elecciones presidenciales, Lorena Pizarro aseguró que “en los comicios se juega mucho” y por lo mismo cree que es necesario ir a votar y forjar una unidad que impida el triunfo de la derecha.
En ese sentido, sostuvo que “Piñera viene más ideologizado y con una intención de retroceder en todo lo que se ha avanzado”. La dirigente además agregó que “lo de Kast no está separado de Piñera, por lo mismo la unidad tiene que estar muy presente para que los avances se profundicen”.
Partido Comunista solicita procesamiento de médico y enfermera de Pablo Neruda
Ver documento aquí.
Abogados acusan al Ejército de mentir para evitar responsabilidades en delitos de lesa humanidad
Mientras esto ocurría, estaba en pleno desarrollo la Mesa de Diálogo sobre Derechos Humanos, donde desde las Fuerzas Armadas aseguraron que no tenían información sobre los crímenes cometidos. Sin embargo, se comprometieron a obtener antecedentes útiles “para encontrar los restos de los detenidos desaparecidos o establecer su destino”.
Héctor Salazar, abogado de DDHH y miembro de la Mesa de Diálogo que se llevó acabo entre el año 1999 y 2000, fue crítico al referirse a la quema de microfilmes y enfatizó en que los compromisos suscritos por el Ejército nunca se cumplieron, ya que al pasar los años “solo entregaron información inexacta y respuestas burocráticas sin contenido. Lo que firmaron en la Mesa de Diálogo lo hicieron de mala fe”.
De acuerdo al abogado, “a estas alturas solo queda reforzar la actividad de los jueces y que los tribunales sigan haciendo su trabajo”. Esto porque, desde su perspectiva, las Fuerzas Armadas no han entregado información a pesar de las exigencias, además advirtió que tampoco hay voluntad para “poner en juego la estabilidad de los altos mandos al no cumplir esta obligación”.
Roberto Garretón, abogado que también participó de la Mesa de Diálogo, cuestionó el rol que han asumido las autoridades de Gobierno. El jurista advirtió que no han hecho nada por terminar con el pacto de silencio que mantienen las Fuerzas Armadas.
El jurista comentó que en “la lucha por los Derechos Humanos solo una minoría de los actores políticos ha hecho algo por investigar los crímenes de lesa humanidad”. Afirmó que no ha existido un interés real para que se haga justicia y que “todos los avances son gracias a los familiares de las víctimas, los defensores de DDHH y parte de las iglesias”.
“Esto no es para sorprender a nadie. Sabemos que las Fuerzas Armadas chilenas han hecho uso absoluto de la mentira y de las trampas, para eludir las violaciones a los Derechos Humanos que ellos cometieron. Esto revela una cobardía de los militares chilenos, quemar la información es un acto de cobardía para negar la justicia que se estaba comenzando a ejercer en Chile”, agregó.
Sobre la destrucción de los archivos en plena democracia y la promesa de las Fuerzas Armadas, la subsecretaria de Derechos Humanos, Lorena Fries, señaló que “esto es parte de las realidades que vamos conociendo con los años”.
Para la subsecretaria, el tema de la verdad y la justicia en materia de Derechos Humanos no tiene una etapa, por lo que siempre aparecerán nuevos antecedentes que ayudarán a esclarecer situaciones.
A su juicio, lo importante que es los crímenes no se vuelvan a repetir. “Yo no estoy avalando el pacto de silencio, sino que más bien creo que en la medida que avanzamos en democracia se van rompiendo cadenas que eventualmente podrían mantener ciertos secretos o información que no aparece. Es lo que pasa y es lo que ha pasado en todos los países que han vivido crímenes de lesa humanidad”.
En el artículo “Cómo los archivos en microfilme de la dictadura de Pinochet se hicieron humo”, las fuentes del Ejército sostienen que se trataba de información administrativa. Sin embargo, en entrevista con Diario y Radio Universidad de Chile, su autora enfatizó en que en este caso cualquier antecedente es relevante y que lo grave es que fueron destruidos en democracia.
Fernando Pairican pide nueva reforma agraria para repartir la tierra mapuche
Para el historiador, hay que echar el reloj atrás cien años para ver cómo se fue conformando la propiedad de la tierra en la Araucanía “y ahí uno se podría dar cuenta que están las tierras usurpadas, pero que detrás de eso están las tierras antiguas, las que la memoria recuerda cuáles eran sus propietarios”.
En ese sentido, Pairicán señala que son estas últimas las que se han ido perdiendo a través de distintas formas de despojo, entre ellas, estos arriendos que en la práctica son engaños.
“Las tierras antiguas, las tierras ancestrales se han ido perdiendo a partir de estas múltiples formas de usurpación “legales” que van desde los juicios en los juzgados de indios hasta los arriendos de 99 años que a todas luces es un engaño, es una política estatal mal hecha, mal diseñada e implementada que lo unció que ha hecho es generar más resquemor de parte de los pueblos originarios”.
Para el autor del libro “Malon, la rebelión del pueblo Mapuche”, el principal tema en disputa es la propiedad de las tierras, para lo cual, a su juicio, se requiere de una reforma agraria.
“Yo creo que en el fondo la propiedad de la tierra es el gran debate que se avecina para resolver las diferencias entre el mundo indígena y el mundo de los agricultores. Yo creo que hay que plantearlo directamente, para poder revertir los problemas que hay allá, se necesita una reforma agraria que vuelva a repartir la propiedad de la tierra que el pueblo mapuche necesita para su sobre vivencia y desarrollo.
Finalmente, Fernando Pairicán vaticinó que quien administre el Gobierno a partir de las próximas elecciones “va a tener un corte de carácter más multicultural” en donde se va a avanzar en algunos aspectos de las consultas, posiblemente en el reconocimiento constitucional, lo que hasta el día de hoy no genera ninguna controversia, sin embargo, no se van a resolver las problemáticas fundamentales que son los derechos políticos y la propiedad de las tierras.
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