¿Golpe de Estado contra Trump?: "Desde la Guerra de Secesión nunca se desafió así a un presidente"
Publicado: 10 sep 2018 01:33 GMT | Última actualización: 10 sep 2018 07:31 GMT - RT
El ex estratega del presidente, Steve
Bannon, advierte de un "ataque directo a las instituciones" tras la
publicación por The New York Times de una columna de un funcionario
anónimo.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, se está enfrentando a un "golpe de Estado", advierte en una entrevista a Reuters el exestratega de la Casa Blanca, Steve Bannon, en referencia a la explosiva columna
publicada esta semana en The New York Times por un alto funcionario
anónimo que afirma ser parte de la "resistencia" contra Trump.
El estratega político sostiene que se trata de "una crisis", pues
—según él— la única vez que un presidente estadounidense ha sido
desafiado de esta forma fue en 1862, durante la Guerra civil
estadounidense, cuando el general George B. McClellan y otros
generales de alto rango —todos demócratas del Ejército de la
Unión— "consideraron que Abraham Lincoln no era apto y no era competente para ser comandante en jefe".
"Hay una camarilla de figuras del 'establishment' republicano que creen que Donald Trump no es apto para ser presidente de EE.UU.", aseveró Bannon, antes de reiterar que "esta es una crisis".
Al mismo tiempo, Bannon advirtió a los progresistas liberales dentro del Partido Demócrata, como el senador Bernie Sanders, que no se complazcan con la confusión en la Casa Blanca, pensando "que será diferente" si ellos llegan al poder".
- El autor del artículo de opinión explica que "muchos de los altos funcionarios" de la Administración Trump "están trabajando diligentemente desde dentro" para frustrar partes de la agenda del presidente "y sus peores inclinaciones".
- El funcionario asegura que la raíz del problema es "la amoralidad" del mandatario, al que acusa de actuar "de manera perjudicial para la salud de nuestra república".
- Por su parte, el propio presidente exigió al diario "entregar de inmediato" al 'traidor' "cobarde" al Gobierno por razones de seguridad nacional.
"Un ataque directo a las instituciones"
"Lo que vimos el otro día fue tan grave como puede ser. Este es un ataque directo a las instituciones", aseveró Bannon durante una visita a Italia. "Esto es un golpe de Estado", resaltó."Hay una camarilla de figuras del 'establishment' republicano que creen que Donald Trump no es apto para ser presidente de EE.UU.", aseveró Bannon, antes de reiterar que "esta es una crisis".
"No es un estado en la sombra es un estado delante de nuestras caras"
El exestratega del presidente, que fue despedido por Trump en agosto de 2017, enfatizó que no se considera a sí mismo "un tipo conspirativo". "He dicho que no existe un estado profundo: es un estado delante de nuestras caras", aseguró.Al mismo tiempo, Bannon advirtió a los progresistas liberales dentro del Partido Demócrata, como el senador Bernie Sanders, que no se complazcan con la confusión en la Casa Blanca, pensando "que será diferente" si ellos llegan al poder".
La destrucción de los Estados Unidos ya está en marcha
Publicado el 05 Agosto 2018
Escrito por Mario Briones - EL CLARÍN DE CHILE
La información
que surge de distintas fuentes, generalmente no explica el parámetro de
donde procede, lo cual es un inconveniente para comprender la
profundidad del contexto político o económico en que la podemos
entender, especialmente cuando puede afectar la credibilidad de la
información, o hacerla variar diametralmente.
Me
refiero al parámetro o la variable que condiciona la economía o la
política de Estados Unidos, donde hoy es recomendable tener presente el
factor Trump, es decir, el modo en que piensa el presidente y la forma
en que presiona para ejercer el poder en el partido republicano, dentro
del país y en lo que atañe al mundo, para producir cambios que elevan su
narcisismo.
La
clave para entender a Donald Trump, la entrega Dan McAdams, uno de los
psicólogos más interesante de nuestro tiempo, que tiene además un
Ph.D. en Relaciones Sociales en la U. de Harvard, y trabaja como
científico en la Northwestern University. En un extenso artículo
titulado, “La Mente de Donald Trump”, publicado en la Revista The
Atlantic, en su edición de Junio de 2016, en Estados Unidos, expone una
investigación sobre como la personalidad extraordinaria de D. Trump
podría moldear su presidencia, y describe cómo las personas forman
narrativas de sus vidas y cómo dichas narrativas de vida personal
estructuran las decisiones que toman.
Los
conceptos que desarrolla McAdams, se refieren a las características
que posee Donald Trump en cuanto al narcisismo, desagrado, grandiosidad,
etc., como claves respecto de un presidente que podría ser altamente
combustible, belicoso, amenazante y explosivo. “Un rendimiento posible
es un presidente enérgico y activista que tiene una relación menos que
cordial con la verdad. Podría ser un tomador de decisiones audaz y
despiadadamente agresivo que desea desesperadamente crear el resultado
más fuerte, más alto, más brillante y más impresionante, y que nunca
piensa dos veces sobre el daño colateral que dejará”. Trump nunca ha
olvidado la lección que aprendió de su padre y de sus maestros en la
academia, (Academia Militar de Nueva York): “el mundo es un lugar
peligroso. Tienes que estar listo para pelear”.
En
otro párrafo McAdams, dice lo siguiente, “Hace casi dos siglos, el
presidente Andrew Jackson mostró muchas de las mismas características
psicológicas que vemos en Donald Trump: la extraversión y el dominio
social, el temperamento volátil, las sombras del narcisismo, el
atractivo autoritario populista. Jackson fue, y sigue siendo, una figura
controvertida en la historia de EE UU”. McAdams, para explicar el
narcisismo, recurre al famoso teórico psicoanalista Heinz Kohut, quién
dice, “el narcisismo se debe a una deficiencia en el reflejo de la vida
temprana: los padres no reflejan con amor la grandiosidad en ciernes
del joven (o niña), dejando al niño con la desesperada necesidad de la
afirmación de los demás”.
En
consecuencia, “algunos expertos insisten en que las motivaciones
narcisistas ocultan una inseguridad subyacente”. “Narciso quería, más
que cualquier otra cosa, amarse a sí mismo”. “Las personas con fuertes
necesidades narcisistas quieren amarse a sí mismas, y desean
desesperadamente que los demás también las amen, o al menos las admiren,
las vean como brillantes, poderosas y bellas, incluso las vean,
punto. El objetivo fundamental de la vida es promover la grandeza del
yo, para que todos lo vean. "Soy el rey de Palm Beach", le dijo Trump al
periodista Timothy O'Brien para su libro del 2005, Trump Nation. Las
celebridades y los ricos "todos vienen" a Mar-a-Lago, la propiedad
exclusiva de Trump en Palm Beach. "Todos comen, todos me aman, todos me
besan el culo". Y luego todos se van y dicen, '¿No es horrible?' Pero yo
soy el rey".
“Según
Barbara Res, quien a principios de la década de 1980 se desempeñó como
vicepresidenta a cargo de la construcción de Trump Tower en Manhattan,
el núcleo emocional en torno a lo que la personalidad de Donald Trump,
la constela es la ira: "En lo que se refiere a la ira, eso es real con
certeza. Él no está fingiendo", le dijo a The Daily Beast en
febrero. "El hecho de que se enoje, esa es su personalidad". De hecho,
la ira puede ser la emoción operativa detrás de la alta extraversión de
Trump, así como su baja amabilidad. (Muchos recordarán cuando Trump, se
reunió en Marzo 2017 con Angela Merkel en la Casa Blanca, ¡no le dio la
mano! Algunos pensaron que no se dio cuenta. No, ése es el verdadero
Trump). En general se cree hoy que todos los políticos mienten, o al
menos disimulan, pero Trump parece ser extremo en este sentido”. En
palabras propias de Trump, en una entrevista de People de 1981, el
trasfondo fundamental para su narrativa de vida es este: "El hombre es
el más vicioso de todos los animales, y la vida es una serie de batallas
que terminan en victoria o derrota". Mark Singer, reportero del The New
Yorker, entrevistó a Trump y dijo, “Lo único que ve es a sí mismo,
sólo se escucha a sí mismo, no escucha a nadie más. Sólo ama el sonido
de su propia voz. Él es delirante”.
Lo
expuesto es un indicador o referente para tener en cuenta y tomar en
serio las decisiones de D. Trump como presidente de Estados Unidos, por
las graves consecuencias que pueden derivar de ellas. Sería banal e
inadecuado considerarlo un bufón, aún si lo fuera. Son muchos los
psicólogos que tienden a coincidir con lo señalado por Dan McAdams, un
artículo extenso que fue preparado antes que Donald Trump se convirtiera
en presidente de Estados Unidos, lo cual lo hace más valioso. Quienes
tengan interés en examinarlo, pueden leerlo, aquí.
La
mentalidad de Trump es el parámetro a tener en cuenta en todo momento
para entender la crisis en política y en la economía que enfrenta
Estados Unidos, especialmente por sus implicancias para el resto del
mundo, porque tomará años o décadas, si otro gobierno quiere recuperar a
Estados Unidos. Un ejemplo de ello es la guerra comercial que está
emprendiendo contra China, respecto de la cual ha dicho, “menos
amenazadores pero no menos beligerantes son nuestros competidores
económicos, como los chinos. Ellos siguen golpeándonos. Tenemos que
vencerlos”. Su forma de actuar es, “Siempre es Donald Trump jugando a
Donald Trump, luchando por ganar, pero sin saber por qué”, y eso lo
vuelve inestable y peligroso, porque no sabe a dónde va, pero si sabe
que quiere destruir a su contrincante.
¿Qué
está diciendo respecto de la economía? Que el “resto del mundo está
saqueando y aprovechándose de EE.UU”. Los diferentes tratados que ha
cancelado con países vecinos, como el NAFTA, el Acuerdo Transpacífico
de Cooperación Económica (TPP), la destrucción del programa de salud de
Barak Obama, "Obamacare", el cuestionamiento a los otros países miembros
de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) acusándolos
de que no pagan sus propios gastos, la expulsión de cientos de miles de
inmigrantes, la negación del calentamiento global, a la cual llamó un
engaño inventado por China y luego como “una gran estafa” para
justificar la salida de EE UU., del acuerdo climático de París, etc.,
corresponden a una retirada de Estados Unidos, porque el modelo de
economía neo liberal no se puede estirar más y se desmorona agotado por
un financiamiento que fabrica billetes ilusorios para sostener el gasto
del imperio.
El
gasto militar/industrial anual totaliza US$ 635 mil millones, donde
trabajan miles de técnicos muy bien pagados que producen armas
obsoletas, por la innovación tecnológica, pero que venden a los países
pobres. La balanza comercial de EE. UU., en el 2017 con China fue US$
636 mil millones de bienes por el intercambio entre los dos países. El
(BIS) Banco Internacional de Pagos, tiene una bomba en sus manos. La
deuda corporativa actual fluctúa en US$ 170 billones, cuando en el 2008
era de solo US$ 60 billones. Es la próxima burbuja que puede estallar a
medida que vencen y suben las tasas, porque “Dos billones de dólares en
deuda corporativa vencerán anualmente hasta el 2022”. La deuda global
escala a un récord de US$ 237 billones, más del 320 % del PIB mundial, y
el déficit comercial subió a US$ 568 mil millones en 2017.
¿Cómo
podría afirmarse responsablemente que China tiene la culpa de todo
esto? Llevan casi un siglo imponiendo por la fuerza o con la ayuda de
grandes bancos y agencias internacionales el modelo neo liberal al
resto del mundo, el cual ha sido adaptado para aumentar la riqueza de
los inmensamente ricos, dejando fuera más de la mitad de la población
mundial. Las exportaciones chinas que van a Estados Unidos son sólo
alrededor del 20%. Inversamente, china compra a USA un 14.5% del total
de sus exportaciones, es decir, el impacto total en el PIB americano
sería cercano al 2%, y China hace 30 años apenas figuraba en las
estadísticas de producción de bienes y servicios. La mentira es brutal,
máxime cuando en los Estados Unidos, el 63% de los estadounidenses no
pueden pagar una emergencia de US$ 500. Así funciona la economía neo
liberal en Estados Unidos, dejando fuera a millones de personas en
condiciones de pobreza.
Excepcionalmente
la economía de EE. UU., subió un 4,1% en el segundo trimestre, el más
rápido desde 2014. Trump aprovechó la oportunidad para declarar que sus
políticas son un éxito, calificando los datos como "sorprendentes" y
"muy sostenibles". El historiador de Yale, Paul Kennedy dijo que durante
mucho tiempo ha existido una condición de sobre alcance imperial, que
ocurre cuando el poder militar sobrepasa los cimientos económicos de un
país. Hace más de 30 años, Kennedy advirtió que los EE UU era cada vez
más vulnerable, por su excesivo gasto en defensa. Si en 1988, la tasa
neta de ahorro interno era 5,6% del ingreso, apenas menor al promedio de
las últimas 3 décadas, hoy apenas es 1,5%. ¿Quién puede aprovecharse de
un imperio que lo gasta todo y que tiene una gran deuda que debe al
mundo?, incluso financian las guerras colocando deuda del Tesoro.
No
es una persona que ocasionalmente dice mentiras. Es una persona que
habla siempre con mentiras. “Mírame”, esa es su ideología, dice el
periodista Mark Singer, del The New Yorker. China respondió contra las
tarifas que impuso Trump, y Trump prepara una contra-represalia, que
pueden ser US$ 200 mil millones en bienes chinos. Recién aumentó su
apuesta y amenazó con la posibilidad de aplicar aranceles a todos los
productos chinos, un monto de US$ 500 mil millones.
Donald
Trump destruirá a los Estados Unidos y de paso arrastrará al mundo,
porque su política disminuirá el crecimiento de los ingresos a largo
plazo, reducirá el número de puestos de trabajo bien remunerados. La
lógica de las transnacionales es no producir en Estados Unidos que
tiene el 25% del mercado, sino instalarse en el resto del mundo donde
está el 75% del mercado. Se trata de negocios. Defender la producción
dentro de EE.UU., con barreras arancelarias producirá bienes caros, sin
estímulos para innovar creando artículos nuevos o de mayor calidad. D.
Trump está reforzando el cambio progresivo del comercio mundial fuera de
los Estados Unidos, porque no le importa la economía. Si unimos esto al
desequilibrio de oferta y demanda previsto para el futuro de la deuda
americana, es casi infalible un impacto bajista en el precio de los
bonos y un aumento de la rentabilidad, con un dólar en alza, mientras es
reemplazado por otras monedas.
Las
malas noticas no llegan solas. El consumo interno aporta casi un 70% al
PIB en USA, que corresponde al sector servicios. El deterioro de los
salarios desde hace nueve décadas obliga a muchos norteamericanos a
recurrir a la deuda con créditos, tarjetas y préstamos personales muy
caros. La tasa de IPC interanual se sitúa en el 2.9%, en niveles máximos
desde 2012 y el impacto de la inflación sobre los salarios lo dice
todo. El crecimiento de la tasa interanual de los salarios en Estados
Unidos fue de +2.7% y la inflación del IPC +2.9%, un retroceso de
-0.2%, que concuerda con la última encuesta de Markit, que dice,
“la industria de servicios se desaceleró en julio debido a que los
precios más altos están perjudicando los márgenes y las expectativas
comerciales alcanzaron mínimos de 6 meses. Peor aún, la encuesta de
servicios de ISM se desplomó con una gran falla, a su peor mes desde
agosto de 2017. Es decir, se está afectando al 70% del PIB, el núcleo
principal de la economía de EE UU., que es el sector servicios, del cual
depende el grueso del ingreso norteamericano.
Mario Briones R.
El analista jefe del banco de los Rockefeller: "El mundo está al borde de una supercrisis"
Lehman Brothers: 10 años de una catástrofe sin freno
URL corto - SPUTNIK NEWS
Corría
el mes de septiembre de 2008. Justo en su ecuador, el día 15 y lunes,
una noticia acompañada de unas imágenes estremecieron al mundo: a partir
de ahí, la economía global comenzó a desbaratarse. La caída de Lehman
Brothers, si bien no fue la primera ficha del dominó en caer, fue la más
monstruosa de todas y desató una catástrofe que persiste.
00:00 / 16:59
Abril
de 2007. New Century Financial, una modesta entidad especializada en
concesión de hipotecas de alto riesgo, quiebra. Según muchos analistas,
este hecho fue el primer aleteo que desató el efecto mariposa, el primer
síntoma tangible de las turbulencias que se avecinaban en la economía
mundial.
Tema relacionado: Predicen cambios radicales en Wall Street a consecuencia de la crisis financiera
Agosto de 2007. Entre los días 6 y 9 de ese mes en EEUU quiebran tres sociedades hipotecarias, mientras, en tierras europeas, el banco francés BNP Paribas anuncia la suspensión de tres de sus fondos. El desplome del precio de los activos ligados a las hipotecas subprime le impedía calcular el valor de los fondos, lo que les forzó a impedir la retirada del dinero a los inversores. Aquí es donde otros expertos sitúan el big bang definitivo de la hecatombe económica.
Septiembre de 2008. El sábado 13, Timothy F. Geithner, a la sazón presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, convoca una reunión para tratar el futuro de Lehman Brothers en la que se incluía la posibilidad de liquidación de sus activos para sanearla. La empresa informa que está en negociaciones con el Bank of America y Barclays para su posible venta. Dos días más tarde, el lunes 15, las imágenes de trabajadores de Lehman Brothers abandonando sus puestos de trabajo munidos de cajas que contenían sus efectos personales, recorren el mundo. Una postal que se convirtió en la viva imagen de un estallido brutal y cuya onda expansiva llega a nuestros días, y amenaza con no detenerse.
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Con activos valorados en 639.000 millones de dólares y unos 26 mil empleados alrededor del mundo, Lehman Brothers dejó un cráter de 613.000 millones de dólares. Esto supuso la mayor quiebra de la historia y un tsunami en los mercados que estremeció al mundo. Las autoridades de EEUU habían decidido no acudir a su rescate.
Más información: El analista jefe del banco de los Rockefeller: "El mundo está al borde de una supercrisis"
Este cambio de idea respecto a salvar a los bancos, según Fernández Steinko, fue debido a que "las consecuencias se vislumbraron tan catastróficas que se dio marcha atrás, se activó el freno de emergencia y el propio [secretario del Tesoro, Henry] Paulson tuvo que pedir cantidades ingentes de dinero argumentando que si quebraba una serie de bancos y no se les rescataba, era una catástrofe".
Entretanto,
Mark Zandi, principal economista de la agencia financiera Moody's,
alertó sobre el posible golpe que podría encadenar la próxima crisis
económica, con la que aún no se ha cerrado. Explicó que en los últimos
10 años la política reguladora de EEUU llevó al surgimiento de la
burbuja de 'empresas basura'. Incidió en que si la política monetaria
fuera más dura, estas compañías no deberían haber tenido fácil acceso a
los préstamos, y que las deudas potencialmente 'tóxicas' de las empresas
estadounidenses ascienden a los 2,7 billones de dólares y siguen
creciendo.
Para Fernández Steinko, "ahí está la esencia" de los problemas. Por
un lado "los bancos hacen grandes negocios con dinero que no tienen, y
[por otro] hay posibilidades legales de ocultar contablemente estas
prácticas, y aquí aparecen los paraísos fiscales. Todo esto se puede
hacer porque una parte significativa de esos negocios turbulentos son
opacos a la parte regulada del sistema financiero internacional".
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Agosto de 2007. Entre los días 6 y 9 de ese mes en EEUU quiebran tres sociedades hipotecarias, mientras, en tierras europeas, el banco francés BNP Paribas anuncia la suspensión de tres de sus fondos. El desplome del precio de los activos ligados a las hipotecas subprime le impedía calcular el valor de los fondos, lo que les forzó a impedir la retirada del dinero a los inversores. Aquí es donde otros expertos sitúan el big bang definitivo de la hecatombe económica.
Septiembre de 2008. El sábado 13, Timothy F. Geithner, a la sazón presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, convoca una reunión para tratar el futuro de Lehman Brothers en la que se incluía la posibilidad de liquidación de sus activos para sanearla. La empresa informa que está en negociaciones con el Bank of America y Barclays para su posible venta. Dos días más tarde, el lunes 15, las imágenes de trabajadores de Lehman Brothers abandonando sus puestos de trabajo munidos de cajas que contenían sus efectos personales, recorren el mundo. Una postal que se convirtió en la viva imagen de un estallido brutal y cuya onda expansiva llega a nuestros días, y amenaza con no detenerse.
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Con activos valorados en 639.000 millones de dólares y unos 26 mil empleados alrededor del mundo, Lehman Brothers dejó un cráter de 613.000 millones de dólares. Esto supuso la mayor quiebra de la historia y un tsunami en los mercados que estremeció al mundo. Las autoridades de EEUU habían decidido no acudir a su rescate.
El Dr. Armando Fernández Steinko, profesor de
la Universidad Complutense de Madrid, apunta que "la caída de Lehman
Brothers obedece a que quienes estaban en ese momento dirigiendo la
Reserva Federal, y los que mandaban, aplicaban recetas convencionales.
[…] Esa es la doctrina de fondo ultraliberal que dice que el mercado se
equilibra a sí mismo, genera una depresión, y luego de esa crisis nace
de nuevo la prosperidad. Y el capitalismo es eso. El capitalismo puro no
puede basarse en que el Estado ayude a las empresas a salir de los
agujeros económicos en los que ellas mismas se han metido".
Y es que en los días previos, el Gobierno había intervenido con más
de 187.000 millones para salvar a Fannie Mae y Freddie Mac, entidades a
las que respaldaba y que comprendían la mitad de las deudas
hipotecarias. Tras soltarle la mano a Lehman Brothers, dos días después
de la catástrofe, el Gobierno rescató a AIG con 180.000 millones de
dólares haciéndose con el control a toda pastilla de la mayor
aseguradora del mundo.Más información: El analista jefe del banco de los Rockefeller: "El mundo está al borde de una supercrisis"
Este cambio de idea respecto a salvar a los bancos, según Fernández Steinko, fue debido a que "las consecuencias se vislumbraron tan catastróficas que se dio marcha atrás, se activó el freno de emergencia y el propio [secretario del Tesoro, Henry] Paulson tuvo que pedir cantidades ingentes de dinero argumentando que si quebraba una serie de bancos y no se les rescataba, era una catástrofe".
"Y con esa presión [Paulson] también consiguió
que rescataran a […] los grandes bancos de inversión en los que él
participaba, aplicando el principio de 'too big to fail'. Es decir,
amenazando a todo el mundo, a toda la economía, diciendo: 'como no nos
rescatéis, como no paguéis la factura, nos vamos todos a pique'. Y con
ese truco los grandes bancos han conseguido convencer a los Gobiernos y a
la opinión pública de que 'a nosotros no nos podéis tocar, porque si
nos tocáis, se viene todo abajo'. Entonces por eso estamos en manos de
los bancos y sus amenazas", subraya Fernández Steinko.
"Entonces hay una situación políticamente muy
paradójica. […] La mayoría de los paraísos fiscales son británicos y
norteamericanos. No es que sea una cosa externa a esos Gobiernos. Los
que controlan el sistema financiero son los británicos y los
norteamericanos, y son los que tienen la inmensa mayoría de los paraísos
fiscales. Luego está Luxemburgo y Suiza que compiten con ellos, pero el
núcleo de este mundo opaco son los propios países occidentales que
tienen soberanía sobre esos paraísos fiscales", concluye Armando
Fernández Steinko.
Con el pretexto de luchar contra el terrorismo, EE.UU. "invade" e impulsa una "carrera armamentista a escala global", denuncia el presidente bolivianoMorales: EEUU usa lucha antiterrorista para “invadir” otros países
Con
el pretexto de luchar contra el terrorismo, EE.UU. “invade” e impulsa
una “carrera armamentista a escala global”, denuncia el presidente
boliviano.
“Han pasado 17 años del atentado a las Torres Gemelas. Mientras hay estadounidenses que sufren por pérdida de seres queridos, la Casa Blanca, a nombre de lucha contra el terrorismo, usa este hecho como excusa para invadir, asesinar e impulsar carrera armamentista a escala global”, ha escrito este martes Evo Morales en su cuenta de Twitter.
De este modo, el mandatario boliviano ha acusado al Gobierno de Estados Unidos de promover su constante y sistemática injerencia en los asuntos internos de los demás países y, en algunos casos, ha llegado a amenazar con invadir aquellos países que no se prestan a doblegarse a los designios de la Casa Blanca.
Estas apreciaciones las ha plasmado al recordar los 17 años de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EE.UU., donde unas 3000 personas perdieron la vida en los ataques contra las Torres Gemelas en Nueva York, el edificio del Departamento estadounidense de Defensa (el Pentágono) en Virginia y otro avión secuestrado que se estrelló en el campo de Shanksville, en el estado de Pensilvania.
Morales, un crítico por antonomasia de EE.UU., ha advertido en su publicación de que “ya es hora de que los ciudadanos del mundo abran los ojos”, para luego instarles a que se opongan a las guerras, “cuyo único objetivo es la apropiación de recursos naturales”.
Asimismo, el dirigente latinoamericano ha hecho un llamamiento en nombre de todos los bolivianos a que el resto del mundo se una “contra el capitalismo salvaje” y así, entre todos, “levantar banderas de paz, hermandad y solidaridad”.
En línea con la postura de Morales, el portavoz del movimiento por la Verdad del 11-S, Mike Berger, aseguró, justamente hoy hace un año, que los atentados allanaron el terreno para que el Gobierno estadounidense cometiera una amplia gama de violaciones de los derechos constitucionales y civiles, tanto a nivel nacional como internacional.
Estos ataques dieron pie a que EE.UU. justificara sus invasiones de Afganistán, semanas después del fatal incidente, y de Irak, en 2003, según confesó el agente de la Agencia Central de Inteligencia del país norteamericano (CIA, por sus siglas en inglés) Malcom Howard al hablar de su participación en estos atentados de falsa bandera.
“Han pasado 17 años del atentado a las Torres Gemelas. Mientras hay estadounidenses que sufren por pérdida de seres queridos, la Casa Blanca, a nombre de lucha contra el terrorismo, usa este hecho como excusa para invadir, asesinar e impulsar carrera armamentista a escala global”, ha escrito este martes Evo Morales en su cuenta de Twitter.
De este modo, el mandatario boliviano ha acusado al Gobierno de Estados Unidos de promover su constante y sistemática injerencia en los asuntos internos de los demás países y, en algunos casos, ha llegado a amenazar con invadir aquellos países que no se prestan a doblegarse a los designios de la Casa Blanca.
Estas apreciaciones las ha plasmado al recordar los 17 años de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EE.UU., donde unas 3000 personas perdieron la vida en los ataques contra las Torres Gemelas en Nueva York, el edificio del Departamento estadounidense de Defensa (el Pentágono) en Virginia y otro avión secuestrado que se estrelló en el campo de Shanksville, en el estado de Pensilvania.
Morales, un crítico por antonomasia de EE.UU., ha advertido en su publicación de que “ya es hora de que los ciudadanos del mundo abran los ojos”, para luego instarles a que se opongan a las guerras, “cuyo único objetivo es la apropiación de recursos naturales”.
Asimismo, el dirigente latinoamericano ha hecho un llamamiento en nombre de todos los bolivianos a que el resto del mundo se una “contra el capitalismo salvaje” y así, entre todos, “levantar banderas de paz, hermandad y solidaridad”.
En línea con la postura de Morales, el portavoz del movimiento por la Verdad del 11-S, Mike Berger, aseguró, justamente hoy hace un año, que los atentados allanaron el terreno para que el Gobierno estadounidense cometiera una amplia gama de violaciones de los derechos constitucionales y civiles, tanto a nivel nacional como internacional.
Estos ataques dieron pie a que EE.UU. justificara sus invasiones de Afganistán, semanas después del fatal incidente, y de Irak, en 2003, según confesó el agente de la Agencia Central de Inteligencia del país norteamericano (CIA, por sus siglas en inglés) Malcom Howard al hablar de su participación en estos atentados de falsa bandera.
The New York Times: EE.UU. se reunió con militares venezolanos para planear un golpe contra Maduro
Publicado: 8 sep 2018 16:28 GMT | Última actualización: 8 sep 2018 18:47 GMT - RT
El artículo cita a un exmilitar venezolano,
en carácter de anonimato, y a funcionarios estadounidenses. La Casa
Blanca no afirmó ni negó la información.
La
Administración de Donald Trump habría establecido contacto con
militares venezolanos para planear un golpe de Estado contra el
presidente Nicolás Maduro.
Un artículo publicado este sábado por The New York Times dio la información basada en una entrevista, en carácter de anonimato, con un excomandante militar venezolano que ha sido "sancionado" por el Gobierno estadounidense.
Publicado el 8 de septiembre 2018
https://youtu.be/T-eOpcG1qDQ
Según el diario, Washington decidió establecer un "canal clandestino" con golpistas, lo que confirmaría las reiteradas denuncias del presidente Maduro sobre la injerencia del Gobierno estadounidense para tratar de derrocarlo por una vía violenta.
La Casa Blanca no respondió los cuestionamientos del diario sobre el asunto, pero emitió un comunicado para afirmar que el Gobierno estadounidense está dispuesto a establecer un "diálogo con todos los venezolanos que demuestren un deseo de democracia" para "traer un cambio positivo a un país que ha sufrido".
El reporte asegura que los funcionarios estadounidenses decidieron al final "no ayudar" a los golpistas porque uno de los que estaba al mando de la operación había sido acusado por Washington de "una amplia gama de crímenes graves".
En el artículo publicado hoy, el diario estadounidense acusa a Maduro de ser un "gobernante cada vez más autoritario" y lo señala de ser el responsable de "una escasez extrema de alimentos y medicinas", sin nombrar el peso que han tenido las medidas coercitivas unilaterales aplicadas por Washington para bloquear financieramente a Caracas e impedir que pueda importar bienes de consumo prioritario.
No obstante, asegura que la confirmación de la participación de EE.UU. en el complot, le da "municiones" al mandatario venezolano para "debilitar la posición casi unida de la región en su contra".
Mari Carmen Aponte, una diplomática que llevó los asuntos latinoamericanos durante la Administración Barack Obama, consideró que la revelación iba a "aterrizar como una bomba" en la región. La exfuncionaria aseguró que esos mismos militares intentaron conversaciones con el Gobierno anterior pero supuestamente "fueron rechazados".
El exmilitar desertor que estaba al frente de la operación golpista afirmó que no tuvo dudas de llevarla a cabo cuando vio al "comandante en jefe" diciendo eso. Las reuniones clandestinas iniciaron el año pasado y los insurrectos pidieron apoyo a EE.UU. con radios cifradas mientras elaboraban el plan que, de tener éxito, instauraría en el país un "Gobierno de transición".
El diario estadounidense asegura que el apoyo no se materializó y que los planes se cayeron cuando varios de los conspiradores fueron arrestados por las autoridades venezolanas.
Un artículo publicado este sábado por The New York Times dio la información basada en una entrevista, en carácter de anonimato, con un excomandante militar venezolano que ha sido "sancionado" por el Gobierno estadounidense.
The New York Times: EE.UU. se reunió con militares venezolanos para planear golpe contra Maduro
Según el diario, Washington decidió establecer un "canal clandestino" con golpistas, lo que confirmaría las reiteradas denuncias del presidente Maduro sobre la injerencia del Gobierno estadounidense para tratar de derrocarlo por una vía violenta.
La Casa Blanca no respondió los cuestionamientos del diario sobre el asunto, pero emitió un comunicado para afirmar que el Gobierno estadounidense está dispuesto a establecer un "diálogo con todos los venezolanos que demuestren un deseo de democracia" para "traer un cambio positivo a un país que ha sufrido".
El reporte asegura que los funcionarios estadounidenses decidieron al final "no ayudar" a los golpistas porque uno de los que estaba al mando de la operación había sido acusado por Washington de "una amplia gama de crímenes graves".
Acusaciones
El 4 de agosto pasado se perpetró en Caracas un atentado fallido contra el presidente Maduro, en medio de un acto con militares. Después del incidente, el mandatario venezolanos destacó que las primeras investigaciones "indican que varios de los responsables intelectuales financistas" de esa operación residen en el estado de Florida, EE.UU.En el artículo publicado hoy, el diario estadounidense acusa a Maduro de ser un "gobernante cada vez más autoritario" y lo señala de ser el responsable de "una escasez extrema de alimentos y medicinas", sin nombrar el peso que han tenido las medidas coercitivas unilaterales aplicadas por Washington para bloquear financieramente a Caracas e impedir que pueda importar bienes de consumo prioritario.
No obstante, asegura que la confirmación de la participación de EE.UU. en el complot, le da "municiones" al mandatario venezolano para "debilitar la posición casi unida de la región en su contra".
Mari Carmen Aponte, una diplomática que llevó los asuntos latinoamericanos durante la Administración Barack Obama, consideró que la revelación iba a "aterrizar como una bomba" en la región. La exfuncionaria aseguró que esos mismos militares intentaron conversaciones con el Gobierno anterior pero supuestamente "fueron rechazados".
La "opción militar"
Según The New York Times, la declaración que alentó a los golpistas fueron las palabras del presidente Trump, quien dijo el año pasado que EE.UU. tenía una "opción militar" para Venezuela.El exmilitar desertor que estaba al frente de la operación golpista afirmó que no tuvo dudas de llevarla a cabo cuando vio al "comandante en jefe" diciendo eso. Las reuniones clandestinas iniciaron el año pasado y los insurrectos pidieron apoyo a EE.UU. con radios cifradas mientras elaboraban el plan que, de tener éxito, instauraría en el país un "Gobierno de transición".
El diario estadounidense asegura que el apoyo no se materializó y que los planes se cayeron cuando varios de los conspiradores fueron arrestados por las autoridades venezolanas.
Ecuador rechaza el "uso de la fuerza" contra la "hermana" Venezuela
Publicado: 17 sep 2018 02:21 GMT - RT
Quito se ha pronunciado luego de que el
secretario general de la OEA hablara de una "intervención militar"
contra Caracas.
Ecuador se ha pronunciado en rechazo de un "uso de la fuerza" contra la "hermana" Venezuela, luego de que el secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, afirmara que no se debe descartar una "intervención militar" contra el Gobierno de Nicolás Maduro.
De acuerdo a un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana ecuatoriano, Quito apoya una "solución pacífica y democrática" a la situación en torno a Caracas y "rechaza cualquier pronunciamiento que avale el uso o la amenaza del uso de la fuerza".
"El futuro de los venezolanos deben decidirlo solo los venezolanos", reza el comunicado de la Cancillería.
Previamente, Venezuela acusó a Almagro de pretender "revivir los peores expedientes de intervención militar imperialistas" en América Latina, y afirmó que lo denunciará ante las Naciones Unidas y otras instancias internacionales por sus declaraciones intervencionistas.
De acuerdo a un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana ecuatoriano, Quito apoya una "solución pacífica y democrática" a la situación en torno a Caracas y "rechaza cualquier pronunciamiento que avale el uso o la amenaza del uso de la fuerza".
"El futuro de los venezolanos deben decidirlo solo los venezolanos", reza el comunicado de la Cancillería.
Previamente, Venezuela acusó a Almagro de pretender "revivir los peores expedientes de intervención militar imperialistas" en América Latina, y afirmó que lo denunciará ante las Naciones Unidas y otras instancias internacionales por sus declaraciones intervencionistas.
Venezolanos responden a Almagro: 88 por ciento rechaza intervención militar
| CUBADEBATE
Un sondeo realizado por la empresa Hinterlaces, entre el 26 de agosto
y el 7 de septiembre, reveló que el 88% de los venezolanos rechaza una
intervención militar internacional para derrocar el gobierno
constitucional del presidente de la República, Nicolás Maduro.
La encuesta está basada en 1.580 entrevistas directas aplicadas en hogares del país.
Respecto a su opinión sobre una intervención internacional destinada a desplazar al Jefe de Estado de la Primera Magistratura de Venezuela, 83% de los venezolanos manifestó estar en desacuerdo.
Consultados si están de acuerdo o en desacuerdo con las sanciones económicas y financieras que aplica el gobierno de Estados Unidos (EE UU) contra Venezuela con el objetivo de derrocar al Presidente Nicolás Maduro, 81% de los venezolanos repudiaron la política.
La encuesta, difundida en el programa José Vicente Hoy, transmitido por Televen, develó además que84% de los venezolanos está a favor de un diálogo entre el gobierno de EE UU y Venezuela, entendido como un mecanismo para mejorar las relaciones entre ambos países.
Recientemente, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, principal aliado de la derecha en acciones contra Venezuela, emitió un pronunciamiento público en que señaló que “en cuanto a una intervención militar para derrocar a Nicolás Maduro, creo que no debemos descartar ninguna opción”.
Ante ello, la vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez, anunció que el Gobierno Nacional denunciará a Luis Almagro ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otros organismos internacionales por la constante promoción de medidas intervencionistas contra la nación suramericana.
Previamente, el presidente de Estados Unidos (EE UU), Donald Trump, habría presionado a sus asesores en agosto de 2017 para invadir a Venezuela, de acuerdo con una publicación de la agencia Associated Press (AP), de fecha 4 de julio de 2018.
(Con información de Noticias 24)
La encuesta está basada en 1.580 entrevistas directas aplicadas en hogares del país.
Respecto a su opinión sobre una intervención internacional destinada a desplazar al Jefe de Estado de la Primera Magistratura de Venezuela, 83% de los venezolanos manifestó estar en desacuerdo.
Consultados si están de acuerdo o en desacuerdo con las sanciones económicas y financieras que aplica el gobierno de Estados Unidos (EE UU) contra Venezuela con el objetivo de derrocar al Presidente Nicolás Maduro, 81% de los venezolanos repudiaron la política.
La encuesta, difundida en el programa José Vicente Hoy, transmitido por Televen, develó además que84% de los venezolanos está a favor de un diálogo entre el gobierno de EE UU y Venezuela, entendido como un mecanismo para mejorar las relaciones entre ambos países.
Recientemente, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, principal aliado de la derecha en acciones contra Venezuela, emitió un pronunciamiento público en que señaló que “en cuanto a una intervención militar para derrocar a Nicolás Maduro, creo que no debemos descartar ninguna opción”.
Ante ello, la vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez, anunció que el Gobierno Nacional denunciará a Luis Almagro ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otros organismos internacionales por la constante promoción de medidas intervencionistas contra la nación suramericana.
Previamente, el presidente de Estados Unidos (EE UU), Donald Trump, habría presionado a sus asesores en agosto de 2017 para invadir a Venezuela, de acuerdo con una publicación de la agencia Associated Press (AP), de fecha 4 de julio de 2018.
(Con información de Noticias 24)
¿América Latina sigue siendo el “patio trasero” de Estados Unidos?
A fines de la primavera de 2008, el prestigioso Consejo de Relaciones Exteriores, en Nueva York, publicó un informe titulado
“Relaciones entre Estados Unidos y América Latina: una nueva dirección
para una nueva realidad”. Programado para influir en la política
exterior del próximo Gobierno estadounidense, el informe aseveró: “la
era de EEUU como la influencia dominante en América Latina ha
terminado”.
En la Cumbre de las Américas en abril del año siguiente, el presidente Barack Obama parecía estar en la misma página que los autores del informe, prometiendo a los líderes latinoamericanos una “nueva era” de “asociación igualitaria” y de “respeto mutuo”. Cuatro años más tarde, el segundo secretario de Estado que tuvo Obama, John Kerry, dio un paso más, declarando solemnemente ante sus contrapartes regionales en la Organización de Estados Americanos (OEA) que la “era de la Doctrina Monroe había terminado”. El discurso (anunciando el fin de una política de casi 200 años, ampliamente vista como un cheque en blanco para la intervención de Estados Unidos en la región) fue calurosamente aplaudido, y tal vez le ganó algo de perdón a Kerry por haberse referido a América Latina como el “patio trasero” de Estados Unidos unos meses antes.
En su enfoque hacia América Latina, el Gobierno del presidente Donald Trump ha tenido un tono decididamente diferente al del Gobierno de Obama. Poco después de mudarse a la Casa Blanca, Trump anunció que revertiría las políticas ampliamente elogiadas de Obama de normalización de las relaciones con Cuba. En lugar de confirmar la desaparición de la Doctrina Monroe, el primer secretario de Estado del presidente Trump, Rex Tillerson, declaró que “claramente había sido un éxito”. Para que nadie lo considere un ignorante de la historia de la doctrina, se hizo eco de los sentimientos de sus autores originales (el presidente John Adams y el secretario de Estado James Monroe) al señalar, con respecto a las crecientes relaciones de China en la región, que “América Latina no necesita nuevos poderes imperiales” y que “nuestra región debe ser diligente para protegerse de los poderes lejanos … ”.
Teniendo en cuenta estos y otros pronunciamientos de Trump y de su equipo, es tentador considerar que el actual Gobierno de EEUU tiene la intención de dar rienda a una política progresista e ilustrada hacia América Latina, iniciada bajo Obama. Pero un análisis más detallado de las políticas en curso sugiere que, en su mayor parte, el Gobierno de Trump persigue esencialmente los mismos objetivos políticos, económicos y de seguridad en la región que Obama, aunque a veces de una manera más descarada y agresiva. Del mismo modo, vale la pena señalar que la agenda de Obama en América Latina (con la importante y tardía excepción de la apertura con Cuba) no se diferenció significativamente de la de su predecesor, George W. Bush.
De hecho, los Gobiernos estadounidenses han estado siguiendo aproximadamente la misma agenda en América Latina desde al menos principios del siglo XX; aunque las tácticas empleadas han cambiado significativamente con el paso del tiempo. El objetivo general sigue siendo el mismo: mantener la hegemonía estadounidense en toda la región. Pero, aunque los actores regionales derechistas y proestadounidenses han protagonizado un retorno importante en los últimos años, mantener el control estratégico de Estados Unidos en América Latina puede ser difícil de sostener en el largo plazo, debido en parte al desplazamiento progresivo de EEUU como jugador económico dominante del hemisferio. Y el nacionalismo extremo de Trump puede contribuir a un despertar de los impulsos nacionalistas y antiimperialistas, como ha ocurrido recientemente en México.
Aunque a menudo está envuelta en una retórica de promoción de la democracia y derechos humanos, la agenda política de Washington en América Latina se puede resumir de la siguiente manera: mimar a los Gobiernos y movimientos que apoyan los objetivos económicos, de seguridad y de política exterior de EEUU, y tratar de erradicar a los que no. En este sentido, Obama le dejó en herencia a Trump unos buenos cimientos. Mientras que en el momento de la toma de posesión de Obama en 2009 la mayoría de los latinoamericanos vivían bajo Gobiernos progresistas que, en general, buscaban una mayor independencia de EEUU; cuando éste dejó el cargo, solo un puñado de países todavía tenían Gobiernos de izquierda.
Obama jugó un papel nada despreciable en la creación de este cambio político de repercusiones sísmicas. En 2009, él y su primera secretaria de Estado, Hillary Clinton, ayudaron a que un golpe militar de derecha triunfara en Honduras al obstaculizar los esfuerzos para restaurar al presidente electo de tendencia izquierdista, Manuel Zelaya. En el año siguiente, EEUU intervino en las elecciones haitianas y presionó con éxito a las autoridades del país para que cambiaran arbitrariamente los resultados electorales a fin de garantizar la victoria de un candidato derechista proestadounidense. En 2011, el Departamento de Estado de EEUU frustró los esfuerzos regionales para revertir un “golpe parlamentario” que eliminó al presidente izquierdista de Paraguay a través de un proceso ampliamente criticado.
Durante el verano de 2016, el Gobierno de Obama puso todo su poderío diplomático a disposición de los actores políticos corruptos de Brasil, quienes destituyeron a la presidenta de izquierda Dilma Rousseff a través de un proceso de impugnación viciado y controvertido. Por esa misma época, el Gobierno de Estados Unidos se oponía a los préstamos multilaterales al Gobierno izquierdista de Cristina Kirchner, agravando así una situación económica convulsa que ayudó a sellar la victoria del multimillonario de derecha, Mauricio Macri, en las elecciones presidenciales de 2015. La derrota de la izquierda en Brasil y Argentina significó que se habían eliminado dos pilares del movimiento de integración progresista de América Latina de comienzos del siglo XXI. Quedaba un pilar, resistiendo obstinadamente los repetidos intentos de Estados Unidos de derrocar a su Gobierno: Venezuela.
Obama hizo un gran esfuerzo por sacar del poder a los chavistas de Venezuela. Su Gobierno se negó a reconocer la victoria electoral en 2013 de Nicolás Maduro, a pesar de que no hay evidencia de fraude. En 2015, justo cuando estaba tomando medidas para normalizar las relaciones con Cuba, Obama declaró a Venezuela una “amenaza extraordinaria a la seguridad nacional y a la política exterior de Estados Unidos” para justificar la imposición de sanciones selectivas contra altos funcionarios del Gobierno. Pero en agosto de 2017, Trump superó a Obama, imponiendo amplias sanciones económicas que restringieron drásticamente el acceso de Venezuela a los mercados financieros internacionales, lo que exacerbó la actual crisis económica del país. Fuentes de la Casa Blanca revelaron que Trump también ha estado considerando una invasión militar en Venezuela.
¿Por qué esta obsesión con Venezuela, un país que no representa una amenaza para la seguridad de EEUU? Como se señala con frecuencia, la política de Washington en América Latina es a menudo un producto de la política interna; y la obsesión con Venezuela —alimentada en parte por sectores adinerados y de extrema derecha de la diáspora cubana y venezolana en Florida— es un ejemplo de ello. Pero más allá de esto, un Gobierno de izquierda en Venezuela plantea un desafío único a la hegemonía estadounidense, dada su vasta riqueza petrolera y su consiguiente capacidad de proyectar influencia por encima de sus fronteras (como lo ejemplifica el acuerdo Petrocaribe y otras iniciativas regionales venezolanas). Si bien estos dos factores han contribuido durante años al estatus de Venezuela como el enemigo número uno en el hemisferio, el equipo de política exterior de Trump incluye a un elenco de personajes particularmente virulento que ha llevado la obsesión con Venezuela a un nuevo extremo.
El “equipo de ensueño” de la política exterior de Trump incluye al asesor de seguridad nacional, John Bolton, un notorio neoconservador que se obsesionó con la “amenaza” venezolana mientras estuvo en el Gobierno de George W. Bush. Tillerson ha sido reemplazado por el “halcón” de la política exterior, Mike Pompeo. Si bien Tillerson generó controversia con su elogio a la Doctrina Monroe, fue en algunos aspectos más cauteloso que su sucesor, habiéndose opuesto a las sanciones financieras contra Venezuela, recomendadas por el entonces director de la CIA, Pompeo.
Finalmente, el senador cubano-estadounidense de Florida, Marco Rubio (que tiene fuertes relaciones con los sectores más intransigentes de la diáspora cubana y venezolana) se ha convertido, según todos los indicios, en el principal asesor de Trump en América Latina. Entre otras cosas, presionó con éxito para conseguir sanciones económicas contra Venezuela y pidió un golpe militar allí.
Aunque el equipo de Trump parece estar especialmente enfocado en Venezuela, no hay dudas de que también tiene su vista puesta en los otros pocos Gobiernos izquierdistas restantes en la región: Cuba, Bolivia, Nicaragua, El Salvador y, quizás incluso el de una izquierda muy moderada, Uruguay. A su disposición hay un arsenal completo de herramientas de “poder blando” para avanzar en la agenda de “democracia y gobernanza” de EEUU. La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) y la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés), financiada también por el Gobierno de EEUU, tienen programas de “promoción de la democracia” que brindan capacitación y financiamiento principalmente a organizaciones proestadounidenses que a menudo tienen vínculos con partidos políticos. En varios países —como Venezuela, Bolivia, Ecuador y El Salvador—, Estados Unidos ha utilizado estos programas para brindar apoyo material y táctico a los movimientos de derecha violentos y antidemocráticos.
Trump también acogió la agenda de seguridad regional de su predecesor, que a su vez se basó en estrategias antidrogas y de contrainsurgencia desarrolladas bajo Clinton y George W. Bush. Ambos presidentes invirtieron miles de millones de dólares en el Plan Colombia, que apoyó vastas ofensivas militares, las que provocaron el desplazamiento de millones de personas y contribuyeron a miles de muertes civiles, sin tener prácticamente ningún impacto en la producción de cocaína.
A pesar de sus cuestionables resultados, el Plan Colombia fue aplaudido por gran parte del establishment de la política exterior. Igualmente, ha sido promocionado como modelo para la Iniciativa Mérida en México (2008), respaldada por Bush, , que apoyó una “guerra contra las drogas” militarizada, la que ha conducido a decenas de miles de muertes. Originalmente Mérida incluía a Centroamérica, pero el Gobierno de Obama la dividió y creó la Iniciativa de Seguridad Regional para América Central (CARSI, por sus siglas en inglés), que mueve decenas de millones de dólares en asistencia de seguridad principalmente para Honduras, Guatemala y El Salvador. En los últimos años, cada uno de estos países ha adoptado su propio enfoque militarizado para la aplicación de la ley, y cada uno ha experimentado oleadas de violencia que los ubican entre los países más violentos del mundo. Los estudios demuestran que esta violencia ha sido un factor importante en el fuerte aumento del número de migrantes de estos países que huyen hacia México y Estados Unidos.
Por supuesto, el Gobierno de EEUU ha tenido una robusta agenda de seguridad que abarca a gran parte de América Latina desde mucho antes de que Teddy Roosevelt declarara a Estados Unidos como el “poder policial internacional” de la región. Durante las primeras décadas del siglo XX, EEUU llevó a cabo numerosas intervenciones militares en América Latina y el Caribe, incluidas largas ocupaciones militares en Nicaragua, Haití y República Dominicana.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno de EEUU desarrolló estrategias de compromiso de largo alcance con las fuerzas militares en todo el hemisferio. En 1946, el Departamento de Defensa de Estados Unidos emprendió la Escuela de las Américas (más tarde renombrada como Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad o WHINSEC, por sus siglas en inglés), donde miles de militares de toda América Latina recibieron entrenamiento contrainsurgente, supuestamente para defender a sus países del comunismo promovido por los soviéticos. La intervención militar directa de EEUU en la región se hizo menos frecuente, pero las fuerzas militares latinoamericanas a menudo actuarían en conjunto con los agentes de inteligencia estadounidenses para reprimir violentamente a los movimientos de izquierda y, en muchos casos, derrocar a los Gobiernos de izquierda.
La Guerra Fría pudo haber terminado oficialmente en 1991, pero los programas de entrenamiento de EEUU continuaron. El personal militar entrenado en EEUU estuvo involucrado en golpes militares en Haití (1991), Venezuela (20 02) y Honduras (2009), así como en sangrientas campañas de contrainsurgencia en Guatemala, El Salvador y Colombia.
Los programas de entrenamiento de EEUU, junto con otras formas de asistencia en materia de seguridad, le han permitido al Pentágono mantener una fuerte y continua influencia dentro de las fuerzas militares de América Latina. Además, Estados Unidos ha expandido su presencia militar directa en la región a través de acuerdos formales e informales para establecer sus bases militares en varios países, incluidos Perú, Guatemala, Honduras y, por supuesto, Colombia, el principal socio estratégico del Pentágono en la región. Estos y otros acuerdos permiten que EEUU utilice instalaciones militares y otras instalaciones gubernamentales en varias partes de América Latina como plataformas para el lanzamiento de operaciones de seguridad o la realización de actividades de recopilación de información de inteligencia.
El resultado agregado de los programas de entrenamiento y de utilización de bases militares por EEUU, junto a otros acuerdos logísticos, es la consolidación del control estratégico del Ejército estadounidense sobre gran parte de la región. Mantener este control ha sido una prioridad para EEUU, independientemente del Gobierno de turno.
Honduras (donde EEUU ha tenido cientos de tropas apostadas desde principios de los años ochenta) ofrece una vívida ilustración de cómo una relación de seguridad estratégica puede, desde el punto de vista del Gobierno de EEUU, tener prioridad sobre cualquier otra consideración. En junio de 2009, los comandantes entrenados por Estados Unidos llevaron a cabo un golpe militar contra el presidente electo del país, Manuel Zelaya, quien, en su país, había desarrollado estrechas relaciones con los movimientos que habían hecho campaña contra la presencia militar estadounidense en Honduras y, a nivel exterior, forjó una fuerte alianza con el Gobierno venezolano. Como se describió anteriormente, Estados Unidos ayudó al golpe y luego aumentó la asistencia de seguridad a Honduras, a pesar del aumento en abusos contra los derechos humanos, incluyendo cientos de asesinatos de líderes sociales como la difunta Berta Cáceres, cuyos asesinos incluyeron a exmilitares entrenados por EEUU y a militares activos entrenados por EEUU.
A fines de noviembre de 2017, el presidente en ejercicio de derechas, Juan Orlando Hernández, fue declarado ganador de unas elecciones gravemente dañadas por el fraude, tanto que incluso la Organización de los Estados Americanos, alineada con Washington, pidió que se hicieran de nuevo. En las semanas que siguieron, las protestas estallaron en todo el país y fueron reprimidas violentamente por las fuerzas militares y policiales utilizando munición real, lo que provocó decenas de muertes de manifestantes desarmados. Sin inmutarse, el Departamento de Estado de EEUU reconoció el resultado de las elecciones y continuó brindando una contundente asistencia a las fuerzas de seguridad del país.
Con respecto a la agenda económica regional de EEUU, Trump se ha desviado bruscamente de las políticas de sus predecesores en algunos aspectos, en particular con su decisión de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Negociado bajo George H.W. Bush, aprobado por Clinton, y apoyado firmemente por George W. Bush y Obama, el TLCAN ha sido promocionado como un acuerdo comercial modelo por gran parte del establishment estadouniden se (de forma muy
parecida a como el Plan Colombia es visto como un modelo de programa de
seguridad). Los nacionalistas económicos cercanos a Trump esperan
reescribir el acuerdo de una manera que restaure las protecciones para
algunas industrias pesadas de EEUU y reduzca los llamados derechos de
los inversores, pero ellos enfrentan una férrea oposición de muchos
miembros del gabinete y de donantes de Trump, quienes representan los
intereses de corporaciones multinacionales y bancos de Wall Street.
Sin embargo, no hay indicios de que la camarilla de nacionalistas económicos de Trump esté tratando de poner fin a los esfuerzos para promover el neoliberalismo en toda la región, como ha venido haciendo el Gobierno de EEUU desde finales de los años setenta. Estados Unidos continúa desplegando una variedad de herramientas intrusivas para desarrollar políticas que desplacen el control de los factores económicos de los Estados hacia el sector privado, y que expandan la financiarización de las economías. Estas políticas han sido una gran ayuda para las multinacionales estadounidenses y Wall Street, pero no han logrado mejorar la vida de la mayoría de los latinoamericanos.
El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otras instituciones financieras internacionales (IFIs) en las que EEUU ejerce un control efectivo sobre sus políticas, continúan condicionando préstamos que pueden llevar a ajustes monetarios y fiscales que paralizan la economía y obligan a los Gobiernos a abandonar estrategias de desarrollo y políticas industriales. Mientras tanto, los programas de ayuda económica de EEUU a menudo debilitan aún más el rol económico del Estado mediante el apoyo a la privatización de bienes y servicios públicos y mediante una “asistencia técnica” que debilita los marcos regulatorios para atraer inversiones extranjeras directas a cualquier costo.
En los años 80 y 90, América Latina experimentó estos “ajustes estructurales” neoliberales más que cualquier otra parte del mundo, en gran parte porque los Gobiernos requerían préstamos de las IFIs luego de la crisis de la deuda de principios de los 80. El resultado fue el final de un ciclo de desarrollo económico intenso para gran parte de la región y dos décadas de un crecimiento en gran medida estancado, con indicadores sociales en declive y la venta de servicios públicos.
A fines de la década del 90, los latinoamericanos ya estaban hartos y comenzaron a elegir Gobiernos de izquierda que, en diversos grados, se oponían al neoliberal “Consenso de Washington”. El resultado fue un período en el que las políticas económicas heterodoxas, incluidas la expansión de los programas de salud pública, educación y vivienda para los pobres y la renacionalización de las industrias estratégicas, se implementaron en muchos países, especialmente en América del Sur. Los resultados fueron en gran parte muy positivos, con aumentos significativos en el crecimiento económico y una reducción en los niveles de pobreza y desigualdad.
En los últimos años, la turbulencia económica (que se debe en parte a la caída de los precios de los productos básicos y otros factores externos) ha contribuido a que los actores de derecha neoliberales recuperen el poder. Como se examinó anteriormente, las ofensivas antidemocráticas respaldadas por Estados Unidos también han contribuido al cambio hacia la derecha. Como resultado, la agenda económica neoliberal de EEUU vuelve a ser dominante en la mayoría de América Latina. Sin embargo, el Gobierno de EEUU teme que la región pueda escaparse de su control una vez más; y estos miedos pueden estar bien fundados.
Por un lado, hay pocas ganas en la región de más reformas neoliberales. Es interesante observar, por ejemplo, que se han producido protestas masivas en tres países donde el FMI se ha involucrado recientemente en la formulación de políticas económicas:Argentina, Haití y Nicaragua (aunque en este último las protestas parecen haber recibido apoyo adicional de entidades respaldadas por EEUU). En Brasil se están aplicando medidas extremas de austeridad con el apoyo del FMI y el poderoso sector financiero, y la popularidad del presidente no electo del país se ha reducido al 5 por ciento.
En otras palabras, a pesar de los esforzados intentos del Gobierno de Estados Unidos para mantener a la izquierda fuera del poder, es probable que las elecciones favorezcan a los movimientos antineoliberales en el largo plazo. Aunque el riesgo de un retorno a los regímenes dictatoriales ya no es una posibilidad descabellada, particularmente si se consideran los acontecimientos recientes en lugares como Brasil (donde un popular expresidente ha sido encarcelado por cargos no comprobados) u Honduras (donde Estados Unidos apoyó una reelección fraudulenta e inconstitucional).
Pero el actual Gobierno de EEUU tiene más de qué preocuparse que por simples elecciones democráticas. Cuando Tillerson habló de la necesidad de “protegerse contra poderes lejanos”, no estaba hablando de manera abstracta; se estaba refiriendo principalmente a China, a la que acusó de “utilizar instrumentos de liderazgo económico para llevar a la región hacia su órbita”. La Estrategia de Seguridad Nacional 2017 de la Casa Blanca utiliza un lenguaje similar para describir a la “amenaza” china, al igual que los miembros del Congreso de los dos principales partidos.
Lo que todos parecen temer es el creciente predominio económico de China en América Latina. El comercio total entre China y América Latina ha pasado de $12 mil millones en 2000 a casi $280 mil millones en 2017. China también se ha convertido en un importante inversor en la región, y sus líneas de crédito, principalmente para proyectos de energía e infraestructura, ahora superan a las financiaciones del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo en conjunto.
Tillerson y otros funcionarios advirtieron que China está promoviendo un nefasto “modelo de desarrollo liderado por el Estado”, mientras que la NED publicó recientemente un informe advirtiendo que China está capitalizando “su fortaleza económica para aumentar su influencia política en toda la región”. En realidad, no hay evidencia que sugiera que China no está cumpliendo con su política de no intervención en los asuntos internos de otros países. Al contrario de las prácticas crediticias del FMI, del Banco Mundial y de otras IFIs respaldadas por Estados Unidos, el financiamiento chino no está condicionado a la aplicación de políticas económicas ortodoxas (o de la cualquier otra política macroeconómica) por parte de los Gobiernos.
Desde la perspectiva de los principales responsables políticos de Estados Unidos, de hecho, este es el problema. China, al no imponer condiciones políticas en sus transacciones comerciales y financieras, proporciona a sus socios latinoamericanos el espacio para que desarrollen sus propias alternativas económicas y políticas, incluidas las medidas “lideradas por el Estado” que chocan con la agenda de EEUU. Aunque las declaraciones de los funcionarios estadounidenses suenan cada vez más intimidatorias frente a la “amenaza” china en América Latina (recientemente con intensos ataques contra el Gobierno de El Salvador después de su decisión de romper relaciones con Taiwán y normalizar las relaciones con Beijing), es poco lo que realmente pueden hacer para detener el avance inexorable de China en la región.
Gran parte de la agenda agresiva e intervencionista de Trump en América Latina, al igual que las similares agendas de sus predecesores, no genera controversia dentro de la corriente dominante de Estados Unidos (salvo la demanda de un muro fronterizo pagado por México y algunos otros pronunciamientos escandalosos). Durante muchas décadas, la mayoría de la élite de la política exterior del país ha aceptado silenciosamente la idea de que Estados Unidos debe mantener una influencia política, militar y económica hegemónica en la región. Incluso los liberales John Mersheimer y Stephen Walt, expertos en relaciones internacionales (quienes adoptan la noción de un mundo multipolar) han argumentado que “preservar el dominio estadounidense en el Hemisferio Occidental” es “lo que realmente importa”. Para muchos, se trata de asegurar la credibilidad internacional de Estados Unidos como una superpotencia.
Pero indudablemente la resistencia latinoamericana a la agenda regional de EEUU continuará, impulsada por el declive relativo de Estados Unidos como potencia económica, junto con el inevitable antiamericanismo generado por las payasadas xenófobas de Trump. La última señal de resistencia proviene de México, donde décadas de neoliberalismo y una fallida y devastadora guerra contra las drogas apoyada por Estados Unidos impulsaron la victoria arrolladora de un candidato de izquierda por primera vez en la historia contemporánea del país. En un momento en que la mayoría de los Gobiernos de la región están comprometidos con Washington, la notable transformación política en curso justo al sur de la frontera con Estados Unidos brinda un rayo de esperanza para los pueblos de América Latina y su búsqueda de una verdadera independencia.
Este artículo ha sido publicado originalmente en ‘La Revue internationale et stratégique’
En la Cumbre de las Américas en abril del año siguiente, el presidente Barack Obama parecía estar en la misma página que los autores del informe, prometiendo a los líderes latinoamericanos una “nueva era” de “asociación igualitaria” y de “respeto mutuo”. Cuatro años más tarde, el segundo secretario de Estado que tuvo Obama, John Kerry, dio un paso más, declarando solemnemente ante sus contrapartes regionales en la Organización de Estados Americanos (OEA) que la “era de la Doctrina Monroe había terminado”. El discurso (anunciando el fin de una política de casi 200 años, ampliamente vista como un cheque en blanco para la intervención de Estados Unidos en la región) fue calurosamente aplaudido, y tal vez le ganó algo de perdón a Kerry por haberse referido a América Latina como el “patio trasero” de Estados Unidos unos meses antes.
En su enfoque hacia América Latina, el Gobierno del presidente Donald Trump ha tenido un tono decididamente diferente al del Gobierno de Obama. Poco después de mudarse a la Casa Blanca, Trump anunció que revertiría las políticas ampliamente elogiadas de Obama de normalización de las relaciones con Cuba. En lugar de confirmar la desaparición de la Doctrina Monroe, el primer secretario de Estado del presidente Trump, Rex Tillerson, declaró que “claramente había sido un éxito”. Para que nadie lo considere un ignorante de la historia de la doctrina, se hizo eco de los sentimientos de sus autores originales (el presidente John Adams y el secretario de Estado James Monroe) al señalar, con respecto a las crecientes relaciones de China en la región, que “América Latina no necesita nuevos poderes imperiales” y que “nuestra región debe ser diligente para protegerse de los poderes lejanos … ”.
Teniendo en cuenta estos y otros pronunciamientos de Trump y de su equipo, es tentador considerar que el actual Gobierno de EEUU tiene la intención de dar rienda a una política progresista e ilustrada hacia América Latina, iniciada bajo Obama. Pero un análisis más detallado de las políticas en curso sugiere que, en su mayor parte, el Gobierno de Trump persigue esencialmente los mismos objetivos políticos, económicos y de seguridad en la región que Obama, aunque a veces de una manera más descarada y agresiva. Del mismo modo, vale la pena señalar que la agenda de Obama en América Latina (con la importante y tardía excepción de la apertura con Cuba) no se diferenció significativamente de la de su predecesor, George W. Bush.
De hecho, los Gobiernos estadounidenses han estado siguiendo aproximadamente la misma agenda en América Latina desde al menos principios del siglo XX; aunque las tácticas empleadas han cambiado significativamente con el paso del tiempo. El objetivo general sigue siendo el mismo: mantener la hegemonía estadounidense en toda la región. Pero, aunque los actores regionales derechistas y proestadounidenses han protagonizado un retorno importante en los últimos años, mantener el control estratégico de Estados Unidos en América Latina puede ser difícil de sostener en el largo plazo, debido en parte al desplazamiento progresivo de EEUU como jugador económico dominante del hemisferio. Y el nacionalismo extremo de Trump puede contribuir a un despertar de los impulsos nacionalistas y antiimperialistas, como ha ocurrido recientemente en México.
Aunque a menudo está envuelta en una retórica de promoción de la democracia y derechos humanos, la agenda política de Washington en América Latina se puede resumir de la siguiente manera: mimar a los Gobiernos y movimientos que apoyan los objetivos económicos, de seguridad y de política exterior de EEUU, y tratar de erradicar a los que no. En este sentido, Obama le dejó en herencia a Trump unos buenos cimientos. Mientras que en el momento de la toma de posesión de Obama en 2009 la mayoría de los latinoamericanos vivían bajo Gobiernos progresistas que, en general, buscaban una mayor independencia de EEUU; cuando éste dejó el cargo, solo un puñado de países todavía tenían Gobiernos de izquierda.
Obama jugó un papel nada despreciable en la creación de este cambio político de repercusiones sísmicas. En 2009, él y su primera secretaria de Estado, Hillary Clinton, ayudaron a que un golpe militar de derecha triunfara en Honduras al obstaculizar los esfuerzos para restaurar al presidente electo de tendencia izquierdista, Manuel Zelaya. En el año siguiente, EEUU intervino en las elecciones haitianas y presionó con éxito a las autoridades del país para que cambiaran arbitrariamente los resultados electorales a fin de garantizar la victoria de un candidato derechista proestadounidense. En 2011, el Departamento de Estado de EEUU frustró los esfuerzos regionales para revertir un “golpe parlamentario” que eliminó al presidente izquierdista de Paraguay a través de un proceso ampliamente criticado.
Durante el verano de 2016, el Gobierno de Obama puso todo su poderío diplomático a disposición de los actores políticos corruptos de Brasil, quienes destituyeron a la presidenta de izquierda Dilma Rousseff a través de un proceso de impugnación viciado y controvertido. Por esa misma época, el Gobierno de Estados Unidos se oponía a los préstamos multilaterales al Gobierno izquierdista de Cristina Kirchner, agravando así una situación económica convulsa que ayudó a sellar la victoria del multimillonario de derecha, Mauricio Macri, en las elecciones presidenciales de 2015. La derrota de la izquierda en Brasil y Argentina significó que se habían eliminado dos pilares del movimiento de integración progresista de América Latina de comienzos del siglo XXI. Quedaba un pilar, resistiendo obstinadamente los repetidos intentos de Estados Unidos de derrocar a su Gobierno: Venezuela.
Obama hizo un gran esfuerzo por sacar del poder a los chavistas de Venezuela. Su Gobierno se negó a reconocer la victoria electoral en 2013 de Nicolás Maduro, a pesar de que no hay evidencia de fraude. En 2015, justo cuando estaba tomando medidas para normalizar las relaciones con Cuba, Obama declaró a Venezuela una “amenaza extraordinaria a la seguridad nacional y a la política exterior de Estados Unidos” para justificar la imposición de sanciones selectivas contra altos funcionarios del Gobierno. Pero en agosto de 2017, Trump superó a Obama, imponiendo amplias sanciones económicas que restringieron drásticamente el acceso de Venezuela a los mercados financieros internacionales, lo que exacerbó la actual crisis económica del país. Fuentes de la Casa Blanca revelaron que Trump también ha estado considerando una invasión militar en Venezuela.
¿Por qué esta obsesión con Venezuela, un país que no representa una amenaza para la seguridad de EEUU? Como se señala con frecuencia, la política de Washington en América Latina es a menudo un producto de la política interna; y la obsesión con Venezuela —alimentada en parte por sectores adinerados y de extrema derecha de la diáspora cubana y venezolana en Florida— es un ejemplo de ello. Pero más allá de esto, un Gobierno de izquierda en Venezuela plantea un desafío único a la hegemonía estadounidense, dada su vasta riqueza petrolera y su consiguiente capacidad de proyectar influencia por encima de sus fronteras (como lo ejemplifica el acuerdo Petrocaribe y otras iniciativas regionales venezolanas). Si bien estos dos factores han contribuido durante años al estatus de Venezuela como el enemigo número uno en el hemisferio, el equipo de política exterior de Trump incluye a un elenco de personajes particularmente virulento que ha llevado la obsesión con Venezuela a un nuevo extremo.
El “equipo de ensueño” de la política exterior de Trump incluye al asesor de seguridad nacional, John Bolton, un notorio neoconservador que se obsesionó con la “amenaza” venezolana mientras estuvo en el Gobierno de George W. Bush. Tillerson ha sido reemplazado por el “halcón” de la política exterior, Mike Pompeo. Si bien Tillerson generó controversia con su elogio a la Doctrina Monroe, fue en algunos aspectos más cauteloso que su sucesor, habiéndose opuesto a las sanciones financieras contra Venezuela, recomendadas por el entonces director de la CIA, Pompeo.
Finalmente, el senador cubano-estadounidense de Florida, Marco Rubio (que tiene fuertes relaciones con los sectores más intransigentes de la diáspora cubana y venezolana) se ha convertido, según todos los indicios, en el principal asesor de Trump en América Latina. Entre otras cosas, presionó con éxito para conseguir sanciones económicas contra Venezuela y pidió un golpe militar allí.
Aunque el equipo de Trump parece estar especialmente enfocado en Venezuela, no hay dudas de que también tiene su vista puesta en los otros pocos Gobiernos izquierdistas restantes en la región: Cuba, Bolivia, Nicaragua, El Salvador y, quizás incluso el de una izquierda muy moderada, Uruguay. A su disposición hay un arsenal completo de herramientas de “poder blando” para avanzar en la agenda de “democracia y gobernanza” de EEUU. La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) y la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés), financiada también por el Gobierno de EEUU, tienen programas de “promoción de la democracia” que brindan capacitación y financiamiento principalmente a organizaciones proestadounidenses que a menudo tienen vínculos con partidos políticos. En varios países —como Venezuela, Bolivia, Ecuador y El Salvador—, Estados Unidos ha utilizado estos programas para brindar apoyo material y táctico a los movimientos de derecha violentos y antidemocráticos.
Trump también acogió la agenda de seguridad regional de su predecesor, que a su vez se basó en estrategias antidrogas y de contrainsurgencia desarrolladas bajo Clinton y George W. Bush. Ambos presidentes invirtieron miles de millones de dólares en el Plan Colombia, que apoyó vastas ofensivas militares, las que provocaron el desplazamiento de millones de personas y contribuyeron a miles de muertes civiles, sin tener prácticamente ningún impacto en la producción de cocaína.
A pesar de sus cuestionables resultados, el Plan Colombia fue aplaudido por gran parte del establishment de la política exterior. Igualmente, ha sido promocionado como modelo para la Iniciativa Mérida en México (2008), respaldada por Bush, , que apoyó una “guerra contra las drogas” militarizada, la que ha conducido a decenas de miles de muertes. Originalmente Mérida incluía a Centroamérica, pero el Gobierno de Obama la dividió y creó la Iniciativa de Seguridad Regional para América Central (CARSI, por sus siglas en inglés), que mueve decenas de millones de dólares en asistencia de seguridad principalmente para Honduras, Guatemala y El Salvador. En los últimos años, cada uno de estos países ha adoptado su propio enfoque militarizado para la aplicación de la ley, y cada uno ha experimentado oleadas de violencia que los ubican entre los países más violentos del mundo. Los estudios demuestran que esta violencia ha sido un factor importante en el fuerte aumento del número de migrantes de estos países que huyen hacia México y Estados Unidos.
Por supuesto, el Gobierno de EEUU ha tenido una robusta agenda de seguridad que abarca a gran parte de América Latina desde mucho antes de que Teddy Roosevelt declarara a Estados Unidos como el “poder policial internacional” de la región. Durante las primeras décadas del siglo XX, EEUU llevó a cabo numerosas intervenciones militares en América Latina y el Caribe, incluidas largas ocupaciones militares en Nicaragua, Haití y República Dominicana.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno de EEUU desarrolló estrategias de compromiso de largo alcance con las fuerzas militares en todo el hemisferio. En 1946, el Departamento de Defensa de Estados Unidos emprendió la Escuela de las Américas (más tarde renombrada como Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad o WHINSEC, por sus siglas en inglés), donde miles de militares de toda América Latina recibieron entrenamiento contrainsurgente, supuestamente para defender a sus países del comunismo promovido por los soviéticos. La intervención militar directa de EEUU en la región se hizo menos frecuente, pero las fuerzas militares latinoamericanas a menudo actuarían en conjunto con los agentes de inteligencia estadounidenses para reprimir violentamente a los movimientos de izquierda y, en muchos casos, derrocar a los Gobiernos de izquierda.
La Guerra Fría pudo haber terminado oficialmente en 1991, pero los programas de entrenamiento de EEUU continuaron. El personal militar entrenado en EEUU estuvo involucrado en golpes militares en Haití (1991), Venezuela (20
Los programas de entrenamiento de EEUU, junto con otras formas de asistencia en materia de seguridad, le han permitido al Pentágono mantener una fuerte y continua influencia dentro de las fuerzas militares de América Latina. Además, Estados Unidos ha expandido su presencia militar directa en la región a través de acuerdos formales e informales para establecer sus bases militares en varios países, incluidos Perú, Guatemala, Honduras y, por supuesto, Colombia, el principal socio estratégico del Pentágono en la región. Estos y otros acuerdos permiten que EEUU utilice instalaciones militares y otras instalaciones gubernamentales en varias partes de América Latina como plataformas para el lanzamiento de operaciones de seguridad o la realización de actividades de recopilación de información de inteligencia.
El resultado agregado de los programas de entrenamiento y de utilización de bases militares por EEUU, junto a otros acuerdos logísticos, es la consolidación del control estratégico del Ejército estadounidense sobre gran parte de la región. Mantener este control ha sido una prioridad para EEUU, independientemente del Gobierno de turno.
Honduras (donde EEUU ha tenido cientos de tropas apostadas desde principios de los años ochenta) ofrece una vívida ilustración de cómo una relación de seguridad estratégica puede, desde el punto de vista del Gobierno de EEUU, tener prioridad sobre cualquier otra consideración. En junio de 2009, los comandantes entrenados por Estados Unidos llevaron a cabo un golpe militar contra el presidente electo del país, Manuel Zelaya, quien, en su país, había desarrollado estrechas relaciones con los movimientos que habían hecho campaña contra la presencia militar estadounidense en Honduras y, a nivel exterior, forjó una fuerte alianza con el Gobierno venezolano. Como se describió anteriormente, Estados Unidos ayudó al golpe y luego aumentó la asistencia de seguridad a Honduras, a pesar del aumento en abusos contra los derechos humanos, incluyendo cientos de asesinatos de líderes sociales como la difunta Berta Cáceres, cuyos asesinos incluyeron a exmilitares entrenados por EEUU y a militares activos entrenados por EEUU.
A fines de noviembre de 2017, el presidente en ejercicio de derechas, Juan Orlando Hernández, fue declarado ganador de unas elecciones gravemente dañadas por el fraude, tanto que incluso la Organización de los Estados Americanos, alineada con Washington, pidió que se hicieran de nuevo. En las semanas que siguieron, las protestas estallaron en todo el país y fueron reprimidas violentamente por las fuerzas militares y policiales utilizando munición real, lo que provocó decenas de muertes de manifestantes desarmados. Sin inmutarse, el Departamento de Estado de EEUU reconoció el resultado de las elecciones y continuó brindando una contundente asistencia a las fuerzas de seguridad del país.
Con respecto a la agenda económica regional de EEUU, Trump se ha desviado bruscamente de las políticas de sus predecesores en algunos aspectos, en particular con su decisión de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Negociado bajo George H.W. Bush, aprobado por Clinton, y apoyado firmemente por George W. Bush y Obama, el TLCAN ha sido promocionado como un acuerdo comercial modelo por gran parte del establishment estadouniden
Sin embargo, no hay indicios de que la camarilla de nacionalistas económicos de Trump esté tratando de poner fin a los esfuerzos para promover el neoliberalismo en toda la región, como ha venido haciendo el Gobierno de EEUU desde finales de los años setenta. Estados Unidos continúa desplegando una variedad de herramientas intrusivas para desarrollar políticas que desplacen el control de los factores económicos de los Estados hacia el sector privado, y que expandan la financiarización de las economías. Estas políticas han sido una gran ayuda para las multinacionales estadounidenses y Wall Street, pero no han logrado mejorar la vida de la mayoría de los latinoamericanos.
El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otras instituciones financieras internacionales (IFIs) en las que EEUU ejerce un control efectivo sobre sus políticas, continúan condicionando préstamos que pueden llevar a ajustes monetarios y fiscales que paralizan la economía y obligan a los Gobiernos a abandonar estrategias de desarrollo y políticas industriales. Mientras tanto, los programas de ayuda económica de EEUU a menudo debilitan aún más el rol económico del Estado mediante el apoyo a la privatización de bienes y servicios públicos y mediante una “asistencia técnica” que debilita los marcos regulatorios para atraer inversiones extranjeras directas a cualquier costo.
En los años 80 y 90, América Latina experimentó estos “ajustes estructurales” neoliberales más que cualquier otra parte del mundo, en gran parte porque los Gobiernos requerían préstamos de las IFIs luego de la crisis de la deuda de principios de los 80. El resultado fue el final de un ciclo de desarrollo económico intenso para gran parte de la región y dos décadas de un crecimiento en gran medida estancado, con indicadores sociales en declive y la venta de servicios públicos.
A fines de la década del 90, los latinoamericanos ya estaban hartos y comenzaron a elegir Gobiernos de izquierda que, en diversos grados, se oponían al neoliberal “Consenso de Washington”. El resultado fue un período en el que las políticas económicas heterodoxas, incluidas la expansión de los programas de salud pública, educación y vivienda para los pobres y la renacionalización de las industrias estratégicas, se implementaron en muchos países, especialmente en América del Sur. Los resultados fueron en gran parte muy positivos, con aumentos significativos en el crecimiento económico y una reducción en los niveles de pobreza y desigualdad.
En los últimos años, la turbulencia económica (que se debe en parte a la caída de los precios de los productos básicos y otros factores externos) ha contribuido a que los actores de derecha neoliberales recuperen el poder. Como se examinó anteriormente, las ofensivas antidemocráticas respaldadas por Estados Unidos también han contribuido al cambio hacia la derecha. Como resultado, la agenda económica neoliberal de EEUU vuelve a ser dominante en la mayoría de América Latina. Sin embargo, el Gobierno de EEUU teme que la región pueda escaparse de su control una vez más; y estos miedos pueden estar bien fundados.
Por un lado, hay pocas ganas en la región de más reformas neoliberales. Es interesante observar, por ejemplo, que se han producido protestas masivas en tres países donde el FMI se ha involucrado recientemente en la formulación de políticas económicas:Argentina, Haití y
En otras palabras, a pesar de los esforzados intentos del Gobierno de Estados Unidos para mantener a la izquierda fuera del poder, es probable que las elecciones favorezcan a los movimientos antineoliberales en el largo plazo. Aunque el riesgo de un retorno a los regímenes dictatoriales ya no es una posibilidad descabellada, particularmente si se consideran los acontecimientos recientes en lugares como Brasil (donde un popular expresidente ha sido encarcelado por cargos no comprobados) u Honduras (donde Estados Unidos apoyó una reelección fraudulenta e inconstitucional).
Pero el actual Gobierno de EEUU tiene más de qué preocuparse que por simples elecciones democráticas. Cuando Tillerson habló de la necesidad de “protegerse contra poderes lejanos”, no estaba hablando de manera abstracta; se estaba refiriendo principalmente a China, a la que acusó de “utilizar instrumentos de liderazgo económico para llevar a la región hacia su órbita”. La Estrategia de Seguridad Nacional 2017 de la Casa Blanca utiliza un lenguaje similar para describir a la “amenaza” china, al igual que los miembros del Congreso de los dos principales partidos.
Lo que todos parecen temer es el creciente predominio económico de China en América Latina. El comercio total entre China y América Latina ha pasado de $12 mil millones en 2000 a casi $280 mil millones en 2017. China también se ha convertido en un importante inversor en la región, y sus líneas de crédito, principalmente para proyectos de energía e infraestructura, ahora superan a las financiaciones del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo en conjunto.
Tillerson y otros funcionarios advirtieron que China está promoviendo un nefasto “modelo de desarrollo liderado por el Estado”, mientras que la NED publicó recientemente un informe advirtiendo que China está capitalizando “su fortaleza económica para aumentar su influencia política en toda la región”. En realidad, no hay evidencia que sugiera que China no está cumpliendo con su política de no intervención en los asuntos internos de otros países. Al contrario de las prácticas crediticias del FMI, del Banco Mundial y de otras IFIs respaldadas por Estados Unidos, el financiamiento chino no está condicionado a la aplicación de políticas económicas ortodoxas (o de la cualquier otra política macroeconómica) por parte de los Gobiernos.
Desde la perspectiva de los principales responsables políticos de Estados Unidos, de hecho, este es el problema. China, al no imponer condiciones políticas en sus transacciones comerciales y financieras, proporciona a sus socios latinoamericanos el espacio para que desarrollen sus propias alternativas económicas y políticas, incluidas las medidas “lideradas por el Estado” que chocan con la agenda de EEUU. Aunque las declaraciones de los funcionarios estadounidenses suenan cada vez más intimidatorias frente a la “amenaza” china en América Latina (recientemente con intensos ataques contra el Gobierno de El Salvador después de su decisión de romper relaciones con Taiwán y normalizar las relaciones con Beijing), es poco lo que realmente pueden hacer para detener el avance inexorable de China en la región.
Gran parte de la agenda agresiva e intervencionista de Trump en América Latina, al igual que las similares agendas de sus predecesores, no genera controversia dentro de la corriente dominante de Estados Unidos (salvo la demanda de un muro fronterizo pagado por México y algunos otros pronunciamientos escandalosos). Durante muchas décadas, la mayoría de la élite de la política exterior del país ha aceptado silenciosamente la idea de que Estados Unidos debe mantener una influencia política, militar y económica hegemónica en la región. Incluso los liberales John Mersheimer y Stephen Walt, expertos en relaciones internacionales (quienes adoptan la noción de un mundo multipolar) han argumentado que “preservar el dominio estadounidense en el Hemisferio Occidental” es “lo que realmente importa”. Para muchos, se trata de asegurar la credibilidad internacional de Estados Unidos como una superpotencia.
Pero indudablemente la resistencia latinoamericana a la agenda regional de EEUU continuará, impulsada por el declive relativo de Estados Unidos como potencia económica, junto con el inevitable antiamericanismo generado por las payasadas xenófobas de Trump. La última señal de resistencia proviene de México, donde décadas de neoliberalismo y una fallida y devastadora guerra contra las drogas apoyada por Estados Unidos impulsaron la victoria arrolladora de un candidato de izquierda por primera vez en la historia contemporánea del país. En un momento en que la mayoría de los Gobiernos de la región están comprometidos con Washington, la notable transformación política en curso justo al sur de la frontera con Estados Unidos brinda un rayo de esperanza para los pueblos de América Latina y su búsqueda de una verdadera independencia.
Este artículo ha sido publicado originalmente en ‘La Revue internationale et stratégique’
El eclipse de la ética en la actualidad
por Leonardo Boff
Entre
el 10 y el 13 de julio de 2018 se celebró en Belo Horizonte un congreso
internacional organizado por la Sociedad de Teología y Ciencias de la
Religión (SOTER) en torno a los temas Religión, Ética y Política. Las
exposiciones fueron de gran actualidad y de nivel superior. Voy
referirme solamente a la discusión sobre el Eclipse de la Ética que me
tocó introducir.
A mi
modo de ver dos factores han alcanzado el corazón de la ética: el
proceso de globalización y la mercantilización de la sociedad.
La
globalización ha mostrado los diferentes tipos de ética, según las
diferencias culturales. Se ha relativizado la ética occidental, una
entre tantas. Las grandes culturas de Oriente y las de los pueblos
originarios han revelado que podemos ser éticos de forma muy diferente.
Por
ejemplo, la cultura maya centra todo en el corazón, ya que todas las
cosas nacieron del amor de los dos grandes corazones del Cielo y de la
Tierra. El ideal ético es crear en todas las personas corazones
sensibles, justos, transparentes y verdaderos. O la ética del “bien
vivir y convivir” de los andinos, asentada en el equilibrio de todas las
cosas, entre los humanos, con la naturaleza y con el universo.
Tal
pluralidad de caminos éticos ha tenido como consecuencia una
relativización generalizada. Sabemos que la ley y el orden, valores de
la práctica ética fundamental, son los prerrequisitos para cualquier
civilización en cualquier parte del mundo. Lo que observamos es que la
humanidad está cediendo ante la barbarie rumbo a una verdadera era
mundial de las tinieblas, tal es el descalabro ético que estamos viendo.
Poco
antes de morir en 2017 advertía el pensador Sigmund Bauman: “o la
humanidad se da las manos para salvarnos juntos o si no, engrosaremos el
cortejo de los que caminan rumbo al abismo”. ¿Cuál es la ética que nos
podrá orientar como humanidad viviendo en la misma Casa Común? El
segundo gran impedimento a la ética es la mercantilización de la
sociedad, lo que Karl Polanyi llamaba ya en 1944 “La Gran
Transformación”. Es el fenómeno del paso de una economía de mercado a
una sociedad puramente de mercado. Todo se transforma en mercancía, cosa
ya prevista por Karl Marx en su texto La miseria de la Filosofía de
1848, cuando se refería al tiempo en el que las cosas más sagradas como
la verdad y la conciencia serían llevadas al mercado; sería el “tiempo
de la gran corrupción y de la venalidad universal”. Pues estamos
viviendo ese tiempo. La economía especialmente la especulativa dicta los
rumbos de la política y de la sociedad como un todo. La competición es
su marca registrada y la solidaridad prácticamente ha desaparecido.
¿Cuál
es el ideal ético de este tipo de sociedad? La capacidad de acumulación
ilimitada y de consumo sin límites, que genera una gran división entre
un pequeñísimo grupo que controla gran parte de la economía mundial y
las mayorías excluidas y hundidas en el hambre y la miseria. Aquí se
revelan rasgos de barbarie y de crueldad como pocas veces en la
historia.
Tenemos que
volver a fundar una ética que se enraíce en aquello que es específico
nuestro como humanos y que, por eso, sea universal y pueda ser asumida
por todos.
Estimo que
en primerísimo lugar está la ética del cuidado, que según la fábula 220
del esclavo Higinio, bien interpretada por Martin Heidegger en Ser y
Tiempo, constituye el sustrato ontológico del ser humano, aquel conjunto
de factores sin los cuales jamás surgirían el ser humano y otros seres
vivos. Por pertenecer el cuidado a la esencia de lo humano, todos pueden
vivirlo y darle formas concretas, conforme a sus culturas. El cuidado
presupone una relación amigable y amorosa con la realidad, de mano
extendida para la solidaridad y no de puño cerrado para la dominación.
En el centro del cuidado está la vida. La civilización deberá ser
biocentrada.
Otro
dato de nuestra esencia humana es la solidaridad y la ética que de ella
se deriva.Sabemos hoy por la bioantropología que fue la solidaridad de
nuestros ancestros antropoides la que permitió dar el salto de la
animalidad a la humanidad. Buscaban los alimentos y los consumían
solidariamente. Todos vivimos porque existió y existe un mínimo de
solidaridad, comenzando por la familia. Lo que fue fundacional ayer, lo
sigue siendo todavía hoy.
Otro
camino ético ligado a nuestra estricta humanidad es la ética de la
responsabilidad universal, O asumimos juntos responsablemente el destino
de nuestra Casa Común o vamos a recorrer un camino sin retorno. Somos
responsables de la sostenibilidad de Gaia y de sus ecosistemas para que
podamos seguir viviendo junto con toda la comunidad de vida.
El
filósofo Hans Jonas que fue el primero en elaborar “El Principio de
Responsabilidad”, le agregó la importancia del miedo colectivo. Cuando
este surge y los humanos empiezan a darse cuenta de que pueden conocer
un fin trágico e incluso llegar a desaparecer como especie, irrumpe un
miedo ancestral que los lleva a una ética de supervivencia. El
presupuesto inconsciente es que el valor de la vida está por encima de
cualquier otro valor cultural, religioso o económico.
Por
último, es importante rescatar la ética de la justicia para todos. La
justicia es el derecho mínimo que tributamos al otro de que pueda
continuar existiendo y recibiendo lo que le toca como persona. Las
instituciones especialmente deben ser justas y equitativas para evitar
los privilegios y las exclusiones sociales que tantas víctimas producen,
particularmente en nuestro país, uno de los más desiguales, es decir,
más injustos del mundo. De ahí se explica el odio y las discriminaciones
que desgarran a la sociedad, venidos no del pueblo sino de las élites
adineradas, que siempre viven del privilegio y no aceptan que los pobres
puedan subir un peldaño en la escala social. Actualmente vivimos bajo
un régimen de excepción en el que tanto la Constitución como las leyes
son pisoteadas mediante el Lawfare (la interpretación distorsionada de
la ley que el juez practica para perjudicar al acusado).
La
justicia no vale solo entre los humanos sino también con la naturaleza y
con la Tierra, que son portadoras de derechos y por eso deben ser
incluidas en nuestro concepto de democracia socio-ecológica.
Estos
son algunos parámetros mínimos para una ética válida para cada pueblo y
para la humanidad, reunida en la Casa Común. Debemos incorporar una
ética de la sobriedad compartida para lograr lo que decía Xi Jinping,
jefe supremo de China: “una sociedad moderadamente abastecida”. Esto
significa un ideal mínimo y alcanzable. En caso contrario podremos
conocer un armagedón social y ecológico.
16-07-2018
ARGENTINA
¿Cómo se explica la nueva crisis económica argentina que pone en jaque al gobierno de Macri?
Publicado: 31 ago 2018 19:40 GMT | Última actualización: 31 ago 2018 20:51 GMT - RT
Desde hace meses que el Ejecutivo argentino
no logra contener la devaluación de la moneda y las variables económicas
no dejan de deteriorarse. Expertos dan su mirada al respecto.
Esta semana una nueva corrida cambiaria
llevó el dólar a 40 pesos argentinos alcanzando un récord sin
precedentes desde la hiperinflación de fines de la década de 1980. Sin
embargo, en un plazo más corto, esta nueva devaluación es la
continuación de una serie que comenzó a fines de abril de este año.
La vulnerabilidad del sistema financiero y la economía argentina en su conjunto, sumado a la impericia gubernamental para lograr reencauzar la situación, ponen un manto de duda sobre el futuro inmediato.
Ante semejante escenario ya han comenzado a circular rumores sobre cambios en el Gabinete y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, ha viajado a EE.UU. para reunirse con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La próxima semana se esperan anuncios, tanto en materia económica como posibles recambios en el elenco gubernamental.
El economista y profesor universitario Martín Kalos consideró que "las causas de las crisis se pueden dividir en tres partes". En diálogo con este medio señaló que "una es externa" y remite principalmente a "la guerra comercial entre EE.UU. y China" y "una política en EE.UU. de fortalecimiento de las tasas de interés". Esto impulsa a los capitales "a irse de los países emergentes hacia los países centrales".
En este aspecto coincidió la economista, investigadora y escritoria argentina radicada en Nueva York, Mercedes D'Alessandro. Sin embargo, aclaró que "más allá de que hay una cuestión externa que es la tasa de interés en EE.UU., esta política monetaria se veía venir". Desde su perspectiva, "cualquier economista más o menos formado y que venía siguiendo los temas de economía internacional, sobre todo EE.UU. que con un cambio en la tasa de interés te mueve todas las monedas del mundo, lo venía viendo".
Por eso, opinó que "hay una gran responsabilidad del equipo técnico del Banco Central argentino, que no quiso o supo prever esto". Además, aclaró que de parte del Gobierno de Mauricio Macri "es una forma de sacarse de encima el problema que atiende al modelo económico que vienen llevando adelante".
2- La estructura de la economía argentina
Si la situación internacional afecta al conjunto de la economía mundial, ¿por qué en Argentina golpea más que en el resto de los países?
Para Kalos "se mezclan las causas internas que se dividen en algunas de mediano y largo plazo y otras de coyuntura". Entre las primeras se destaca "la estructura económica que nos devuelve a crisis de forma cíclica". Meses atrás, el economista señalaba que la estructura productiva "no ha cambiado en las últimas décadas e incluso se ha profundizado". Esto genera una "necesidad continua y perpetua" de dólares que cuando no pueden ser obtenidos por exportaciones, inversión extranjera directa o deuda, "se vuelve a entrar en crisis".
No obstante, esto se complementa con las políticas que ejecutó el Gobierno de la Alianza Cambiemos. "La flexibilización absoluta de los flujos financieros, así como permitieron en 2016 y 2017 que entraran una buena cantidad de capitales especulativos, les permitió irse en 2018 muy rápidamente en el momento en que empezó la corrida cambiaria", remarcó Kalos.
"Las principales causas de esto son el rojo que hay en la cuenta comercial y las políticas del Banco Central desde el inicio [de la administración de Macri]", analizó por su parte D'Alessandro, quien también preside la organización Economía Femini(s)ta. "Atacaron el problema de la inflación como si fuera unicausal y solo se explicara por la emisión monetaria", historizó y recordó que "para cortar con eso hicieron todo este paquete financiero con las Lebacs".
Pero el panorama "no sólo no mejoró porque no bajó nunca la inflación, sino que generó menor actividad económica y que todo el sistema financiero se vuelva más vulnerable a estos cambios externos", completó.
3- Mal manejo de la crisis
Finalmente, el tercer aspecto está dado por lo que Kalos definió como "medidas erráticas, confusas, ambiguas" desde el comienzo de la corrida cambiaria, cuatro meses atrás. "El gobierno fue perdiendo herramientas: ya subió las tasas de interés, subió los encajes, se endeudó con el FMI, cambió el presidente del Banco Central, recurrió a mensajes del propio presidente de la nación", enumeró.
Mercedes D'Alessandro añadió que a eso se le suma que "Cambiemos no ha presentado ningún tipo de plan productivo" y "todo su esquema de Gobierno se ha basado en lo que Dujovne resumió muy bien al señalar que sus esfuerzos estaban puestos en reducir el déficit fiscal y conseguir financiamiento externo". "Es decir, ajuste y deuda", explicó.
"Es muy difícil entender cómo un país se puede recuperar bajo ese modelo", ya que "lo único que se espera es que vengan inversiones y que mágicamente aparezca alguna producción que derrame sobre empleos y salarios", subrayó.
La economista manifestó preocupación ante el hecho de que en este tiempo "no hicieron un gran cambio sino que profundizaron el camino en el que venían". "La perspectiva es seguir poniendo el acelerador en un rumbo que viene mostrando a todas luces que no resulta". Y eso se observa en que "no baja la inflación, no aumenta la producción, el empleo y los salarios. Lo único que están haciendo es mejorar la competitividad vía devaluación, pero eso tiene consecuencias para todas las demás variables y no es sostenible".
"La crisis tiene dos consecuencias importantes que son las que justifican la urgencia de detenerla", opinó Kalos. En primer lugar está el deterioro del poder adquisitivo de la población, porque "con una inflación que se va a ir acercando al 40% y unas paritarias que en el mejor de los casos llegaron al 25% tenemos una brecha demasiado grande". Eso también es una de las causas de la caída del consumo y la recesión en el país.
Pero además hay uno de los remedios que puede traer efectos secundarios perjudiciales: la suba de las tasas de interés. "Hoy tenemos tasas del 60% anuales desde el Tesoro y el Banco Central, si esas son las oficiales, las que pueden endeudarse las Pymes o las empresas en general, están llegando al 100%", detalló el economista. Ese nivel de la tasa implica "un estrangulamiento de empresas que necesitan financiamiento para su funcionamiento habitual".
"Si no se soluciona rápido, algunas de estas compañías van a empezar a quebrar y se va a dar un efecto de quiebre de la cadena de pagos que puede llevar a una situación muy grave de desempleo", agregó.
"Supongamos que hoy estuviera alguien más heterodoxo que dijera que hay que parar la fuga y meter un control de capitales. Bueno, no se si lo pueden hacer porque lo tiene que aprobar el Fondo", problematizó D'Alessandro. Y no dudó en sentenciar que "el Gobierno nacional perdió independencia en la toma de decisiones en un contexto en el que debería tener las riendas más firmes".
Finalmente, con un dejo de ironía, planteó que a esta altura "una no sabe si no es mejor que Christine Lagarde tome las decisiones a que la tomen estos tipos".
Santiago Mayor
La vulnerabilidad del sistema financiero y la economía argentina en su conjunto, sumado a la impericia gubernamental para lograr reencauzar la situación, ponen un manto de duda sobre el futuro inmediato.
Ante semejante escenario ya han comenzado a circular rumores sobre cambios en el Gabinete y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, ha viajado a EE.UU. para reunirse con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La próxima semana se esperan anuncios, tanto en materia económica como posibles recambios en el elenco gubernamental.
Una crisis en tres actos
1- El frente externoEl economista y profesor universitario Martín Kalos consideró que "las causas de las crisis se pueden dividir en tres partes". En diálogo con este medio señaló que "una es externa" y remite principalmente a "la guerra comercial entre EE.UU. y China" y "una política en EE.UU. de fortalecimiento de las tasas de interés". Esto impulsa a los capitales "a irse de los países emergentes hacia los países centrales".
En este aspecto coincidió la economista, investigadora y escritoria argentina radicada en Nueva York, Mercedes D'Alessandro. Sin embargo, aclaró que "más allá de que hay una cuestión externa que es la tasa de interés en EE.UU., esta política monetaria se veía venir". Desde su perspectiva, "cualquier economista más o menos formado y que venía siguiendo los temas de economía internacional, sobre todo EE.UU. que con un cambio en la tasa de interés te mueve todas las monedas del mundo, lo venía viendo".
Por eso, opinó que "hay una gran responsabilidad del equipo técnico del Banco Central argentino, que no quiso o supo prever esto". Además, aclaró que de parte del Gobierno de Mauricio Macri "es una forma de sacarse de encima el problema que atiende al modelo económico que vienen llevando adelante".
2- La estructura de la economía argentina
Si la situación internacional afecta al conjunto de la economía mundial, ¿por qué en Argentina golpea más que en el resto de los países?
Para Kalos "se mezclan las causas internas que se dividen en algunas de mediano y largo plazo y otras de coyuntura". Entre las primeras se destaca "la estructura económica que nos devuelve a crisis de forma cíclica". Meses atrás, el economista señalaba que la estructura productiva "no ha cambiado en las últimas décadas e incluso se ha profundizado". Esto genera una "necesidad continua y perpetua" de dólares que cuando no pueden ser obtenidos por exportaciones, inversión extranjera directa o deuda, "se vuelve a entrar en crisis".
No obstante, esto se complementa con las políticas que ejecutó el Gobierno de la Alianza Cambiemos. "La flexibilización absoluta de los flujos financieros, así como permitieron en 2016 y 2017 que entraran una buena cantidad de capitales especulativos, les permitió irse en 2018 muy rápidamente en el momento en que empezó la corrida cambiaria", remarcó Kalos.
"Las principales causas de esto son el rojo que hay en la cuenta comercial y las políticas del Banco Central desde el inicio [de la administración de Macri]", analizó por su parte D'Alessandro, quien también preside la organización Economía Femini(s)ta. "Atacaron el problema de la inflación como si fuera unicausal y solo se explicara por la emisión monetaria", historizó y recordó que "para cortar con eso hicieron todo este paquete financiero con las Lebacs".
Pero el panorama "no sólo no mejoró porque no bajó nunca la inflación, sino que generó menor actividad económica y que todo el sistema financiero se vuelva más vulnerable a estos cambios externos", completó.
3- Mal manejo de la crisis
Finalmente, el tercer aspecto está dado por lo que Kalos definió como "medidas erráticas, confusas, ambiguas" desde el comienzo de la corrida cambiaria, cuatro meses atrás. "El gobierno fue perdiendo herramientas: ya subió las tasas de interés, subió los encajes, se endeudó con el FMI, cambió el presidente del Banco Central, recurrió a mensajes del propio presidente de la nación", enumeró.
Mercedes D'Alessandro añadió que a eso se le suma que "Cambiemos no ha presentado ningún tipo de plan productivo" y "todo su esquema de Gobierno se ha basado en lo que Dujovne resumió muy bien al señalar que sus esfuerzos estaban puestos en reducir el déficit fiscal y conseguir financiamiento externo". "Es decir, ajuste y deuda", explicó.
"Es muy difícil entender cómo un país se puede recuperar bajo ese modelo", ya que "lo único que se espera es que vengan inversiones y que mágicamente aparezca alguna producción que derrame sobre empleos y salarios", subrayó.
La economista manifestó preocupación ante el hecho de que en este tiempo "no hicieron un gran cambio sino que profundizaron el camino en el que venían". "La perspectiva es seguir poniendo el acelerador en un rumbo que viene mostrando a todas luces que no resulta". Y eso se observa en que "no baja la inflación, no aumenta la producción, el empleo y los salarios. Lo único que están haciendo es mejorar la competitividad vía devaluación, pero eso tiene consecuencias para todas las demás variables y no es sostenible".
Consecuencias inmediatas
Los efectos de esta situación ya se están viendo en las propias reacciones del Gobierno. Más allá de que funcionarios como el jefe de Gabinete, Marcos Peña, aseguren que mantienen el camino correcto, los rumores y las medidas económicas como volver a subir la tasa de interés dan cuenta de un escenario más complicado."La crisis tiene dos consecuencias importantes que son las que justifican la urgencia de detenerla", opinó Kalos. En primer lugar está el deterioro del poder adquisitivo de la población, porque "con una inflación que se va a ir acercando al 40% y unas paritarias que en el mejor de los casos llegaron al 25% tenemos una brecha demasiado grande". Eso también es una de las causas de la caída del consumo y la recesión en el país.
Pero además hay uno de los remedios que puede traer efectos secundarios perjudiciales: la suba de las tasas de interés. "Hoy tenemos tasas del 60% anuales desde el Tesoro y el Banco Central, si esas son las oficiales, las que pueden endeudarse las Pymes o las empresas en general, están llegando al 100%", detalló el economista. Ese nivel de la tasa implica "un estrangulamiento de empresas que necesitan financiamiento para su funcionamiento habitual".
"Si no se soluciona rápido, algunas de estas compañías van a empezar a quebrar y se va a dar un efecto de quiebre de la cadena de pagos que puede llevar a una situación muy grave de desempleo", agregó.
Atados al Fondo
Pero existe un factor más a tener en cuenta. Al firmar un acuerdo con el FMI, el Gobierno argentino aceptó también sus condicionamientos y la aplicación de un programa determinado. En este sentido, cualquier modificación del rumbo elegido precisa la aprobación de la entidad financiera."Supongamos que hoy estuviera alguien más heterodoxo que dijera que hay que parar la fuga y meter un control de capitales. Bueno, no se si lo pueden hacer porque lo tiene que aprobar el Fondo", problematizó D'Alessandro. Y no dudó en sentenciar que "el Gobierno nacional perdió independencia en la toma de decisiones en un contexto en el que debería tener las riendas más firmes".
Finalmente, con un dejo de ironía, planteó que a esta altura "una no sabe si no es mejor que Christine Lagarde tome las decisiones a que la tomen estos tipos".
Santiago Mayor
Mauricio Macri en caída libre y sin rumbo: ¿hacia dónde va Argentina?
por Bruno Sgarzini
Septiembre 8 de 2018, 5:20 pm - MISIÓN VERDAD
"Uno
pensaría que los mercados estarían impresionados con este esfuerzo
cuidadosamente coreografiado para combinar más ajustes de política
interna con más apoyo financiero externo. Pero en lugar de recuperarse
de su brutal depreciación la semana pasada, el peso argentino se
debilitó aún más después de que el paquete de política propuesto fue
anunciado el lunes, amenazando con establecer un nuevo récord mínimo", escribió el 1 de septiembre el analista financiero de Bloomberg Marc Margolis.
Las razones del "mercado" según Margolis son, por un lado, la ejecución de un austericidio implacable que podría golpear al sector empresarial nacional argentino, además de limitar la capacidad del país para generar divisas que paguen su deuda externa, y, por el otro, la posible erosión de la popularidad de Macri que podría socavar sus perspectivas de reelección el próximo año, abriendo la posibilidad de que lo sustituya un gobierno de "un partido menos inclinado a respuestas convencionales para el FMI, los acreedores externos y los inversionistas privados".
Sin embargo, es "un rayo de luz o un consuelo que los populistas más ardientes de Argentina sigan en desorden, principalmente Cristina Fernández de Kirchner, quien enfrenta cargos por corrupción, ya que Macri tiene como opciones ofrecer más austeridad y arriesgarse a la reacción de los votantes".
En febrero, antes de que empezara la primera corrida del año, The Wall Street Journal temía, en esta línea, que "Macri no terminara su mandato".
Mientras que el ex vicejefe de gabinete de Argentina, Mario Quintana, tampoco pudo despejar a mediados de agosto las dudas sobre el riesgo de impago de la deuda argentina durante reuniones en Nueva York con fondos financieros e inversionistas, organizadas por el banco inglés HSCB. De público conocimiento fue que en esas reuniones, el representante de Macri fue tan maltratado que hasta el propio presidente anunció su intención de viajar a Wall Street a conseguir los diecisiete mil millones de dólares que le faltan para asegurar el pago de la deuda argentina de este año.
Todo eso fue mucho antes de que el 29 de agosto Macri diera el anuncio de un nuevo desembolso del FMI en Argentina, sin el conocimiento del organismo que hasta el día de hoy ha desautorizado al gobierno argentino en, al menos, dos oportunidades. Según el economista Alejandro Bercovich, los principales donantes del FMI todavía no están de acuerdo en los términos de un nuevo acuerdo Stand By con Argentina luego de que Macri no pudiese ni cumplir las metas de inflación.
De acuerdo al Centro de Investigación y Formación de la República Argentina, las cifras son demoledoras: Macri necesita 46 mil millones de dólares para pagar los vencimientos de deuda entre 2018 y 2019, mientras que, al menos, 22 mil millones se fugaron en lo que va de corrida bancaria de este año, totalizando un monto de 54 mil millones durante el gobierno del jefe de lo que él mismo denominó como "el mejor equipo de los últimos 50 años".
Estos números, además, conjugan con un ajuste en las finanzas de los argentinos que le han hecho perder, entre 2015 y 2018, un mes y medio de salarios en términos de poder adquisitivo, al mismo tiempo que los gobiernos municipales y regionales han perdido el Fondo Sojero, un dinero proveniente del impuesto a las exportaciones a las sojas, que iba dirigido hacia el pago de empleados públicos, la gestión diaria de estos territorios, construcción de caminos y escuelas, entre muchas otras cosas.
Pero lo peor aún no termina porque con el nuevo acuerdo del FMI, propuesto por el gobierno, lo que se avecina son recortes de 100 mil millones de pesos a los gobiernos regionales, la suba de la edad jubilatoria a 70 años, y mayores aumentos en las tarifas de luz y gas cobradas a los argentinos.
Este es el combo que preocupa a los acrededores externos, entre los que se encuentran los poderosos fondos financieros de BlackRock, JP Morgan, Deutsche Bank, entre otros, quienes en gran parte también hacen dinero con la compra y venta de dólares que vende el Banco Central antes de cada suba del peso. Esto se da en un contexto donde los peces gordos del mundo financiero están buscando sacar sus posiciones del mercado argentino por temor a ser afectados por un nuevo evento financiero, como un crash o una cesasión de pagos de Argentina.
Por su parte, Macri en cada alocución repite como un mantra que "no hay confianza en la Argentina", echándole la culpa al gobierno de Cristina, a Venezuela, la caída de la lira turca y un compendio de excusas finamente elaboradas para un núcleo duro que cada vez se achica más en el país. El panorama en sus filas es demoledor; durante el fin de semana pasado tres veces intentó renunciar su ministro de Economía, Nicolas Dujovne, y un potencial sustituto rechazó asumir el
cargo aduciendo condiciones inamovibles (igual que varias figuras que
negaron sumarse al elenco gobernante).
Nadie parece querer montarse en un avión en caída libre, donde el presidente del Banco Central, en plena corrida, toma sol en una playa de Brasil, y Mauricio Macri mira un partido de fútbol antes de estar en las reuniones cumbres que definen su futuro político. Ninguno de los decisores de su gobierno parece temer a esta declive, quizás porque ni siquiera les toca el bolsillo, si se entiende que ganaron 300 millones de pesos producto de la devaluación, gracias a tener importantes sumas de dinero declaradas en dólares.
En este contexto, una encuesta de la consultora Aragon ubica a Macri en un 21% de respaldo, muy por debajo de su figura de relevo, la gobernadora Maria Eugenia Vidal con 33,5%. Por su lado, el demonizado liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner tiene un 26% de respaldo en medio de una persecución judicial en su contra que busca proscribirla y apresarla como hicieron con Lula Da Silva en Brasil. El tercero en disputa, Sergio Massa, de aceitados contactos con Estados Unidos, sencillamente se dedica a reunirse con empresarios, políticos y todo aquel que lo pretenda ver como una figura de relevo de Macri.
En ese clima, el temor del analista financiero Marc Margolis de que a Macri "lo sustituya un gobierno menos inclinado a respuestas convencionales" para el mercado demuestra que el planteamiento de fondo es si Argentina puede continuar con un gobierno afín como el del actual presidente.
Esto revela la preocupación de que el kirchnerismo, o una alianza peronista que lo integre, pueda volver al poder, por lo que es de esperarse la conjunción de la aceleración de la crisis con una cada vez más abierta persecución judicial a través del Lava Jato argentino, popularmente conocido como la Causa de los Cuadernos.
Entre líneas, el líquido mercado critica a un Macri que concedió ajuste y desregulación financiera, por hacer inviable políticamente un país donde todo el combo neoliberal sea institucionalizado, sin la posibilidad de que surja un gobierno populista como el de Cristina Fernández de Kichner.
Varias preguntas surgen de esta realidad. ¿Qué sería suficiente para que no le suelten la mano? ¿Qué es lo que no hizo y necesitan imperiosamente? En cierto punto, las respuestas, quizás, señalen con el dedo a lo que hoy en Brasil sucede con una descafeinada dictadura que avanza a su manera hacia unas elecciones amañadas sin el principal candidato de oposición.
En Argentina, aún hoy, la tierra arrasada que necesita el mercado no congenia con la administración política de una sociedad que, en momentos de turbulencia, al primero que mira es al presidente.
Sin embargo, hay que decirlo: Argentina se enfrenta a una crisis de deuda que puede derivar en una transformación radical de la composición de su Estado. La política de Macri armó una bomba de tiempo que hace un tic-tac cada vez más fuerte.
Sobre todo en las espaldas de la clase política, incluida la opositora, que en ningún momento pudo legislar constitucionalmente un acuerdo para discutir el endeudamiento pasado en determinado punto del PIB, luego de haber sufrido esta misma crisis incontables veces.
El laboratorio neoliberal deja un saldo en el que los fundamentos económicos del Estado argentino se ven cada vez más reducidos a la nada, mientras que la situación social y económica deja un piso de precariedad y desempleo que construye una condición objetiva a futuro, donde las necesidades del mercado no estén tan disociados de la capacidad real de la administración política de la sociedad. Esa precolombianización de Argentina es real y verídica, pero cierra, como pide el mercado, sin populismo.
En ese sentido, en clave catastrófica, el editorial del Financial Times del 8 de septiembre afirma que: "Argentina representa para muchos la última línea de defensa en la escasa credibilidad que todavía le queda al modelo económico occidental contra un sistema más populista y autoritario. Con los líderes del G20 por reunirse en Buenos Aires en noviembre, no queda mucho tiempo". Una definición de uno de los diarios más conectados con el mundo de las finanzas que clarifica en gran medida el momento actual donde los clivajes tradicionales, como izquierda y derecha, son reemplazados por Estado y Globalización como los principales puntos de división reales.
Por otro lado, la tradición argentina de trabajo en caliente, en cada crisis, hace que todo pronóstico sobre este devenir sea de carácter reservado, aunque algunos paralelismos puedan hacerse acerca de la salida de otras crisis económicas similares, como la de El Rodrigazo que en los 70 derivó en una dictadura militar, la hiperinflacionaria que en 1989 terminó por alumbrar el gobierno neoliberal de Carlos Menem, y la del corralito bancario de 2001 que tuvo como salida la emergencia del liderazgo de Néstor Carlos Kirchner.
En esta tónica, la pregunta obvia, evidente y sin respuesta es: ¿hacia dónde va Argentina?
Las razones del "mercado" según Margolis son, por un lado, la ejecución de un austericidio implacable que podría golpear al sector empresarial nacional argentino, además de limitar la capacidad del país para generar divisas que paguen su deuda externa, y, por el otro, la posible erosión de la popularidad de Macri que podría socavar sus perspectivas de reelección el próximo año, abriendo la posibilidad de que lo sustituya un gobierno de "un partido menos inclinado a respuestas convencionales para el FMI, los acreedores externos y los inversionistas privados".
Sin embargo, es "un rayo de luz o un consuelo que los populistas más ardientes de Argentina sigan en desorden, principalmente Cristina Fernández de Kirchner, quien enfrenta cargos por corrupción, ya que Macri tiene como opciones ofrecer más austeridad y arriesgarse a la reacción de los votantes".
En febrero, antes de que empezara la primera corrida del año, The Wall Street Journal temía, en esta línea, que "Macri no terminara su mandato".
Mientras que el ex vicejefe de gabinete de Argentina, Mario Quintana, tampoco pudo despejar a mediados de agosto las dudas sobre el riesgo de impago de la deuda argentina durante reuniones en Nueva York con fondos financieros e inversionistas, organizadas por el banco inglés HSCB. De público conocimiento fue que en esas reuniones, el representante de Macri fue tan maltratado que hasta el propio presidente anunció su intención de viajar a Wall Street a conseguir los diecisiete mil millones de dólares que le faltan para asegurar el pago de la deuda argentina de este año.
Todo eso fue mucho antes de que el 29 de agosto Macri diera el anuncio de un nuevo desembolso del FMI en Argentina, sin el conocimiento del organismo que hasta el día de hoy ha desautorizado al gobierno argentino en, al menos, dos oportunidades. Según el economista Alejandro Bercovich, los principales donantes del FMI todavía no están de acuerdo en los términos de un nuevo acuerdo Stand By con Argentina luego de que Macri no pudiese ni cumplir las metas de inflación.
De acuerdo al Centro de Investigación y Formación de la República Argentina, las cifras son demoledoras: Macri necesita 46 mil millones de dólares para pagar los vencimientos de deuda entre 2018 y 2019, mientras que, al menos, 22 mil millones se fugaron en lo que va de corrida bancaria de este año, totalizando un monto de 54 mil millones durante el gobierno del jefe de lo que él mismo denominó como "el mejor equipo de los últimos 50 años".
Estos números, además, conjugan con un ajuste en las finanzas de los argentinos que le han hecho perder, entre 2015 y 2018, un mes y medio de salarios en términos de poder adquisitivo, al mismo tiempo que los gobiernos municipales y regionales han perdido el Fondo Sojero, un dinero proveniente del impuesto a las exportaciones a las sojas, que iba dirigido hacia el pago de empleados públicos, la gestión diaria de estos territorios, construcción de caminos y escuelas, entre muchas otras cosas.
Pero lo peor aún no termina porque con el nuevo acuerdo del FMI, propuesto por el gobierno, lo que se avecina son recortes de 100 mil millones de pesos a los gobiernos regionales, la suba de la edad jubilatoria a 70 años, y mayores aumentos en las tarifas de luz y gas cobradas a los argentinos.
Este es el combo que preocupa a los acrededores externos, entre los que se encuentran los poderosos fondos financieros de BlackRock, JP Morgan, Deutsche Bank, entre otros, quienes en gran parte también hacen dinero con la compra y venta de dólares que vende el Banco Central antes de cada suba del peso. Esto se da en un contexto donde los peces gordos del mundo financiero están buscando sacar sus posiciones del mercado argentino por temor a ser afectados por un nuevo evento financiero, como un crash o una cesasión de pagos de Argentina.
Por su parte, Macri en cada alocución repite como un mantra que "no hay confianza en la Argentina", echándole la culpa al gobierno de Cristina, a Venezuela, la caída de la lira turca y un compendio de excusas finamente elaboradas para un núcleo duro que cada vez se achica más en el país. El panorama en sus filas es demoledor; durante el fin de semana pasado tres veces intentó renunciar su ministro de Economía, Nicolas Dujovne, y un potencial sustituto rechazó
Nadie parece querer montarse en un avión en caída libre, donde el presidente del Banco Central, en plena corrida, toma sol en una playa de Brasil, y Mauricio Macri mira un partido de fútbol antes de estar en las reuniones cumbres que definen su futuro político. Ninguno de los decisores de su gobierno parece temer a esta declive, quizás porque ni siquiera les toca el bolsillo, si se entiende que ganaron 300 millones de pesos producto de la devaluación, gracias a tener importantes sumas de dinero declaradas en dólares.
En este contexto, una encuesta de la consultora Aragon ubica a Macri en un 21% de respaldo, muy por debajo de su figura de relevo, la gobernadora Maria Eugenia Vidal con 33,5%. Por su lado, el demonizado liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner tiene un 26% de respaldo en medio de una persecución judicial en su contra que busca proscribirla y apresarla como hicieron con Lula Da Silva en Brasil. El tercero en disputa, Sergio Massa, de aceitados contactos con Estados Unidos, sencillamente se dedica a reunirse con empresarios, políticos y todo aquel que lo pretenda ver como una figura de relevo de Macri.
En ese clima, el temor del analista financiero Marc Margolis de que a Macri "lo sustituya un gobierno menos inclinado a respuestas convencionales" para el mercado demuestra que el planteamiento de fondo es si Argentina puede continuar con un gobierno afín como el del actual presidente.
Esto revela la preocupación de que el kirchnerismo, o una alianza peronista que lo integre, pueda volver al poder, por lo que es de esperarse la conjunción de la aceleración de la crisis con una cada vez más abierta persecución judicial a través del Lava Jato argentino, popularmente conocido como la Causa de los Cuadernos.
Entre líneas, el líquido mercado critica a un Macri que concedió ajuste y desregulación financiera, por hacer inviable políticamente un país donde todo el combo neoliberal sea institucionalizado, sin la posibilidad de que surja un gobierno populista como el de Cristina Fernández de Kichner.
Varias preguntas surgen de esta realidad. ¿Qué sería suficiente para que no le suelten la mano? ¿Qué es lo que no hizo y necesitan imperiosamente? En cierto punto, las respuestas, quizás, señalen con el dedo a lo que hoy en Brasil sucede con una descafeinada dictadura que avanza a su manera hacia unas elecciones amañadas sin el principal candidato de oposición.
En Argentina, aún hoy, la tierra arrasada que necesita el mercado no congenia con la administración política de una sociedad que, en momentos de turbulencia, al primero que mira es al presidente.
Sin embargo, hay que decirlo: Argentina se enfrenta a una crisis de deuda que puede derivar en una transformación radical de la composición de su Estado. La política de Macri armó una bomba de tiempo que hace un tic-tac cada vez más fuerte.
Sobre todo en las espaldas de la clase política, incluida la opositora, que en ningún momento pudo legislar constitucionalmente un acuerdo para discutir el endeudamiento pasado en determinado punto del PIB, luego de haber sufrido esta misma crisis incontables veces.
El laboratorio neoliberal deja un saldo en el que los fundamentos económicos del Estado argentino se ven cada vez más reducidos a la nada, mientras que la situación social y económica deja un piso de precariedad y desempleo que construye una condición objetiva a futuro, donde las necesidades del mercado no estén tan disociados de la capacidad real de la administración política de la sociedad. Esa precolombianización de Argentina es real y verídica, pero cierra, como pide el mercado, sin populismo.
En ese sentido, en clave catastrófica, el editorial del Financial Times del 8 de septiembre afirma que: "Argentina representa para muchos la última línea de defensa en la escasa credibilidad que todavía le queda al modelo económico occidental contra un sistema más populista y autoritario. Con los líderes del G20 por reunirse en Buenos Aires en noviembre, no queda mucho tiempo". Una definición de uno de los diarios más conectados con el mundo de las finanzas que clarifica en gran medida el momento actual donde los clivajes tradicionales, como izquierda y derecha, son reemplazados por Estado y Globalización como los principales puntos de división reales.
Por otro lado, la tradición argentina de trabajo en caliente, en cada crisis, hace que todo pronóstico sobre este devenir sea de carácter reservado, aunque algunos paralelismos puedan hacerse acerca de la salida de otras crisis económicas similares, como la de El Rodrigazo que en los 70 derivó en una dictadura militar, la hiperinflacionaria que en 1989 terminó por alumbrar el gobierno neoliberal de Carlos Menem, y la del corralito bancario de 2001 que tuvo como salida la emergencia del liderazgo de Néstor Carlos Kirchner.
En esta tónica, la pregunta obvia, evidente y sin respuesta es: ¿hacia dónde va Argentina?
Partido Revolucionario de los Trabajadores
PRT – Argentina. Por la Revolución Socialista
Convertibilidad: adecuación de la estructura capitalista en argentina a las demandas del capital financiero mundial
Semanas
pasadas, cuando el gobierno de Macri pidió auxilio financiero al FMI
por segunda vez, los medios promocionaron una comunicación entre Macri y
Trump. Consiguientemente, trascendió que si los fondos del FMI no
alcanzaran el propio Tesoro norteamericano desembolsaría los dólares
faltantes.
Pero en el día de ayer se conoció que un asesor de Trump declaró en la TV de aquel país: “La posibilidad de una nueva convertibilidad está muy cerca y que el gobierno está trabajando activamente en ello… El
Tesoro está profundamente involucrado… Eso funcionó en los 90; es lo
que necesitan hacer y la gente del Departamento del Tesoro está en eso”.
Como siempre decimos en nuestros medios
de propaganda las noticias que los medios burgueses difunden, además de
mentir y/u ocultar información, tienen clara intencionalidad política y
económica. Que un asesor de Trump haga estas declaraciones es parte de
la feroz lucha intermonopolista que ocurre en el mundo y que se replica
en cada país. En este caso enla Argentina.
Si un sector de la oligarquía financiera
está maquinando cambios en la economía argentina que tienen que ver con
repetir una convertibilidad como la de los 90, o directamente una
dolarización total, significa dos cosas: la confirmación de que las
decisiones fundamentales no las toma el gobierno argentino, sino que
están atadas a los intereses de sectores del imperialismo mundial; y que
esas decisiones forman parte de cómo cada sector de la oligarquía
financiera trabaja y opera para encontrar “soluciones” que respondan a
sus intereses más inmediatos y a pasar a tener una posición dominante en
relación a sectores de su misma clase.
La convertibilidad de los 90 no fue una
simple decisión de política monetaria, como dicen los economistas
burgueses. Fue la adecuación de la estructura del capitalismo argentino a
las demandas del capital financiero mundial y significó un grado de
centralización y concentración de capitales fenomenal. Eso en el plano
de los intereses burgueses monopolistas. En el plano de los intereses de
la clase obrera y el pueblo fue una época en la que millones de
compatriotas sufrieron el aumento de la explotación, la opresión y la
marginación.
Como dijimos desde la asunción del
gobierno de Macri, este gobierno tiene la misión de reestructurar la
economía argentina y su base productiva a los fines de seguir
adecuándola a las necesidades del gran capital. En ese camino, no pocos
obstáculos políticos ha encontrado la burguesía monopolista para
llevarlo a cabo. A pesar de que siguen adelante con sus iniciativas en
ese sentido (con el consiguiente aumento de las penurias de nuestro
pueblo), el margen de acción política que hoy tiene la clase dominante
es muy distinto al de los 90. Ellos podrán tomar las medidas económicas
que el sector monopolista más fuerte pueda imponerle a los más débiles,
pero si piensan que la sociedad argentina verá con expectativa tales
medidas están haciendo un análisis incorrecto de la realidad política de
nuestro país y del estado de la lucha de clases.
La inestabilidad y la crisis política no
se resuelven solamente con medidas económicas; hay que generar
expectativas políticas en capas muy amplias de la población y eso es un
obstáculo que marca una gran diferencia entre estas épocas y las
actuales. No debemos confundirnos: Que la burguesía tome iniciativas
políticas (que siempre tomará como clase dominante) no implica que las
mismas cuenten con el aval político de las mayorías populares.
Por último, otra de las cosas que se
confirman con estos trascendidos es que la burguesía monopolista tiene
muy poco nuevo para ofrecer que no sea mayor sometimiento y explotación
de la sociedad, y que cobra cada vez más importancia y necesidad que la
clase obrera le presente un proyecto de cambio y de futuro a las
mayorías populares.
Según el Indec, la inflación en agosto fue del 3,9 por ciento
Tormenta de precios
La
variación de precios del último mes fue la más alta del año, que en los
primeros 8 meses ya acumula una suba del 24,30 por ciento. El índice
oficial se encamina así a superar la barrera del 32 por ciento
contemplada en el primer acuerdo con el FMI. Vivienda, agua,
electricidad, gas y otros combustibles escalaron hasta un 6,2 por
ciento, y alimentos y bebidas no alcohólicas se incrementaron un 4 por
ciento.
PÁGINA 12 - 13 de septiembre de 2018
Imagen: Bernardino Avila
La
inflación de agosto trepó al 3,9 por ciento y consolidó el traspaso de
la corrida bancaria a los precios, según la nueva estadística del INDEC.
Impulsada por la nueva disparada del dólar, la inflación registró un
nuevo récord y superó el 3,7 por ciento de junio. Con el nuevo dato de
agosto, el incremento de precios ya acumula un crecimiento interanual
del 34,4 por ciento.
Los aumentos más significativos se registraron en vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, rubro que escaló hasta un 6,2 por ciento, y en alimentos y bebidas no alcohólicas, que incrementaron un 4 por ciento. Respecto a diciembre de 2017, los alimentos arrojaron un aumento del 26,8 por ciento y los servicios, un 24,5 por ciento.
La meta oficial, que se fue modificando a medida que se profundizaba la crisis económica, se había llegado a estimar en un 15 por ciento a principio de año. Tras los reiterados fracasos del equipo económico, el Gobierno había prometido al FMI que mantendría esa cifra por debajo de los 32 puntos, pero las cifras del Indec ya superan el techo en un 2,3 por ciento, a cuatro meses de la finalización del año.
Los pronósticos inflacionarios de las consultoras privadas rondaban el 4 por ciento y resaltaban que el indicador mostraría en el octavo mes del año una marcada escalada de los precios en medio de la corrida cambiaria. Según la estimación realizada por el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) de la UMET, la inflación de agosto aumentó un 4,3 por ciento impulsada por la nueva disparada del dólar y el aumento de tarifas del transporte público. Con subas lideradas por transporte y alimentos y bebidas, los precios acumularon un aumento del 24,5 por ciento durante los primeros ocho meses del año y arrojan un alza del 34,1 por ciento frente al mismo mes de 2017.
Los aumentos más significativos se registraron en vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, rubro que escaló hasta un 6,2 por ciento, y en alimentos y bebidas no alcohólicas, que incrementaron un 4 por ciento. Respecto a diciembre de 2017, los alimentos arrojaron un aumento del 26,8 por ciento y los servicios, un 24,5 por ciento.
La meta oficial, que se fue modificando a medida que se profundizaba la crisis económica, se había llegado a estimar en un 15 por ciento a principio de año. Tras los reiterados fracasos del equipo económico, el Gobierno había prometido al FMI que mantendría esa cifra por debajo de los 32 puntos, pero las cifras del Indec ya superan el techo en un 2,3 por ciento, a cuatro meses de la finalización del año.
Los pronósticos inflacionarios de las consultoras privadas rondaban el 4 por ciento y resaltaban que el indicador mostraría en el octavo mes del año una marcada escalada de los precios en medio de la corrida cambiaria. Según la estimación realizada por el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) de la UMET, la inflación de agosto aumentó un 4,3 por ciento impulsada por la nueva disparada del dólar y el aumento de tarifas del transporte público. Con subas lideradas por transporte y alimentos y bebidas, los precios acumularon un aumento del 24,5 por ciento durante los primeros ocho meses del año y arrojan un alza del 34,1 por ciento frente al mismo mes de 2017.
Indignación en Argentina contra políticas de Macri: “¡Basta de ajustes a los pobres!”
Por:
Kaloian Santos Cabrera
| CUBADEBATE
“¡Basta de ajustes a los pobres!” Esa fue la consigna de una multitud que marchó en Buenos Aires para rechazar el plan neoliberal de austeridad que impulsa el gobierno de Mauricio Macri a cambio de obtener más auxilio del FMI para estabilizar su frágil economía.
Varias columnas de manifestantes confluyeron en la céntrica Avenida 9 de Julio en una protesta multitudinaria y pacífica que incluyó decenas de ollas populares a metros del Obelisco.
Con sus zapatillas rotas y embarradas, Jorge Abona es un docente de 28 años que enseña en un bachillerato de adultos de Ezeiza, periferia de Buenos Aires, donde “falta de todo”, describe.
“Queremos decirle a este gobierno que frene el plan de ajuste”, afirma Jorge que además colabora en un comedor del Frente Popular Darío Santillán, uno de los varios movimientos sociales que sostienen comedores, guarderías y cooperativas en barrios empobrecidos.
En voz baja, pero con firmeza, Jorge reclama: “Cada vez se acercan más personas que están sin trabajo a buscar un plato de comida porque no llegan con el alimento para sus chicos”.
El gobierno de Macri negocia contra reloj los términos de un severo ajuste para bajar su déficit fiscal del 3,9% en 2017 a cero en 2019. Eso es lo que prometió lograr ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de que acepte adelantar unos 35 mil millones de dólares del crédito por 50 mil a tres años que firmó en junio.
El primer tramo de 15 mil millones de ese acuerdo se esfumó en medio de los esfuerzos del gobierno por contener una corrida cambiaria que lo obligó a subir al 60% la tasa de interés de referencia enfriando la economía que caerá 1% este año. Un equipo del FMI, liderado por Roberto Cardarelli, se encuentra en Buenos Aires para seguir las conversaciones con el gobierno para “trabajar en torno al fortalecimiento del programa respaldado por el FMI.
Con la producción industrial en picada (-5,7% interanual en julio) y una inflación anual proyectada en 40%, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne admitió que “la recesión va a ser más pronunciada que la esperada”.
“Si pagamos la luz no comemos”, reza un cartel que lleva una mujer menuda y de piel curtida mientras se acerca a una olla popular a pedir una ración de arroz con carne.
“No somos golpistas pero falta un año para las elecciones,¿cómo vamos a llegar?” se pregunta Graciela Trento que a los 49 años depende de la beneficencia para alimentar a sus dos hijos.
“Sería mejor para nosotros que somos pobres que el gobierno se vaya ahora para que no siga haciendo tanto daño. Sufrimos todos los días”, relata al señalar que el precio de los alimentos se ha ido a las nubes.
Como consecuencia de la crisis “la pobreza va a aumentar”, reconoció Macri la semana pasada. El índice de pobreza fue de 25% al cierre de 2017, la cifra más reciente. La moneda cayó 50% desde enero y empujó los precios internos reduciendo el poder adquisitivo de los salarios.
A esta escalada se suman sucesivos aumentos del precio del combustible y de los servicios públicos, antes subsidiados.
Varios sindicatos han renegociado aumentos anuales que habían sido pautados al 15% a comienzos de año y quedaron rebasados por la inflación.
La CGT principal central obrera lla mó a una huelga nacional de 24 horas para el 25 de este mes, pero otros sindicatos piden adelantarla y extenderla bajo la consigna “Aumenta todo, menos los sueldos”. Docentes, personal del Estado y de la salud están en plan de lucha.
“Hay mucha necesidad, por eso las marchas son masivas”, explica Lucía Quinteros en medio de la manifestación. “Vamos a hacer una por semana y una todos los días si es necesario, siempre en paz, para decirle basta de ajuste”.1
(Con información de AFP)
Varias columnas de manifestantes confluyeron en la céntrica Avenida 9 de Julio en una protesta multitudinaria y pacífica que incluyó decenas de ollas populares a metros del Obelisco.
Con sus zapatillas rotas y embarradas, Jorge Abona es un docente de 28 años que enseña en un bachillerato de adultos de Ezeiza, periferia de Buenos Aires, donde “falta de todo”, describe.
“Queremos decirle a este gobierno que frene el plan de ajuste”, afirma Jorge que además colabora en un comedor del Frente Popular Darío Santillán, uno de los varios movimientos sociales que sostienen comedores, guarderías y cooperativas en barrios empobrecidos.
En voz baja, pero con firmeza, Jorge reclama: “Cada vez se acercan más personas que están sin trabajo a buscar un plato de comida porque no llegan con el alimento para sus chicos”.
El gobierno de Macri negocia contra reloj los términos de un severo ajuste para bajar su déficit fiscal del 3,9% en 2017 a cero en 2019. Eso es lo que prometió lograr ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de que acepte adelantar unos 35 mil millones de dólares del crédito por 50 mil a tres años que firmó en junio.
El primer tramo de 15 mil millones de ese acuerdo se esfumó en medio de los esfuerzos del gobierno por contener una corrida cambiaria que lo obligó a subir al 60% la tasa de interés de referencia enfriando la economía que caerá 1% este año. Un equipo del FMI, liderado por Roberto Cardarelli, se encuentra en Buenos Aires para seguir las conversaciones con el gobierno para “trabajar en torno al fortalecimiento del programa respaldado por el FMI.
Con la producción industrial en picada (-5,7% interanual en julio) y una inflación anual proyectada en 40%, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne admitió que “la recesión va a ser más pronunciada que la esperada”.
“Si pagamos la luz no comemos”, reza un cartel que lleva una mujer menuda y de piel curtida mientras se acerca a una olla popular a pedir una ración de arroz con carne.
“No somos golpistas pero falta un año para las elecciones,¿cómo vamos a llegar?” se pregunta Graciela Trento que a los 49 años depende de la beneficencia para alimentar a sus dos hijos.
“Sería mejor para nosotros que somos pobres que el gobierno se vaya ahora para que no siga haciendo tanto daño. Sufrimos todos los días”, relata al señalar que el precio de los alimentos se ha ido a las nubes.
Como consecuencia de la crisis “la pobreza va a aumentar”, reconoció Macri la semana pasada. El índice de pobreza fue de 25% al cierre de 2017, la cifra más reciente. La moneda cayó 50% desde enero y empujó los precios internos reduciendo el poder adquisitivo de los salarios.
A esta escalada se suman sucesivos aumentos del precio del combustible y de los servicios públicos, antes subsidiados.
Varios sindicatos han renegociado aumentos anuales que habían sido pautados al 15% a comienzos de año y quedaron rebasados por la inflación.
La CGT principal central obrera lla mó a una huelga nacional de 24 horas para el 25 de este mes, pero otros sindicatos piden adelantarla y extenderla bajo la consigna “Aumenta todo, menos los sueldos”. Docentes, personal del Estado y de la salud están en plan de lucha.
“Hay mucha necesidad, por eso las marchas son masivas”, explica Lucía Quinteros en medio de la manifestación. “Vamos a hacer una por semana y una todos los días si es necesario, siempre en paz, para decirle basta de ajuste”.1
(Con información de AFP)
Por la visita de Macri
En Córdoba la CTA-A corta la ruta 8 y dice "¡Fuera el FMI. Basta de Ajuste!"
Viernes 14 de septiembre de 2018, por
*
Ante la
visita del presidente Macri, un importante número de militantes de la
Central cordobesa se manifestaron hoy frente a las instalaciones de la
planta de biocombustible Bioetanol Río Cuarto S.A., ubicada en la
localidad homónima del sur de la provincia.
La llegada del presidente Macri provocó una reacción popular y
organizaciones sociales y sindicales de la CTA-A, junto a la Federación
Universitaria de Río Cuarto, convocaron a expresar el repudio a la
presencia del mandatario.
Federico Giulliani, Secretario General de la CTA-A provincial encabezó la acción y expresó a los medios: "No es bienvenido a nuestra ciudad este personaje nefasto que gobierna para los ricos desde una perspectiva neocolonial y subordinada a los intereses del imperio norteamericano. No hay crisis, sino una fantástica transferencia de nuestra riqueza hacia los bancos y el sector financiero" afirmó el dirigente.
Y continuó "Acá hay un emblema de los intereses que nos gobiernan porque está también la Sociedad Rural y los Sojeros con sus fabulosos negocios, mientras que hay despidos en el Estado y destrucción de puestos de trabajo con sus consecuencias de mayor pobreza para nuestro pueblo". Giulliani también se refirió a las responsabilidades de gobierno de Córdoba: "Hacemos también responsable del ajuste a su cómplice local, el gobernador Juan Schiaretti que abala el pacto fiscal que hambrea a la provincia. Frente a esto no queda más que revelarse", concluyó.
Desde las organizaciones también denunciaron "la militarización" de la zona, con un fuerte operativo que incluyeron fuerzas especiales y presencia amenazante de efectivos portando armas largas.
Federico Giulliani, Secretario General de la CTA-A provincial encabezó la acción y expresó a los medios: "No es bienvenido a nuestra ciudad este personaje nefasto que gobierna para los ricos desde una perspectiva neocolonial y subordinada a los intereses del imperio norteamericano. No hay crisis, sino una fantástica transferencia de nuestra riqueza hacia los bancos y el sector financiero" afirmó el dirigente.
Y continuó "Acá hay un emblema de los intereses que nos gobiernan porque está también la Sociedad Rural y los Sojeros con sus fabulosos negocios, mientras que hay despidos en el Estado y destrucción de puestos de trabajo con sus consecuencias de mayor pobreza para nuestro pueblo". Giulliani también se refirió a las responsabilidades de gobierno de Córdoba: "Hacemos también responsable del ajuste a su cómplice local, el gobernador Juan Schiaretti que abala el pacto fiscal que hambrea a la provincia. Frente a esto no queda más que revelarse", concluyó.
Desde las organizaciones también denunciaron "la militarización" de la zona, con un fuerte operativo que incluyeron fuerzas especiales y presencia amenazante de efectivos portando armas largas.
Ni un despido más, ni un trabajador menos
CICOP profundiza las medidas de fuerza
Lunes 17 de septiembre de 2018, por *
La
Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de
Buenos Aires (CICOP-CTA-A) definió en Congreso de Delegadxs la
continuidad de las medidas de fuerza contra el feroz ajuste que está
llevando a cabo el gobierno nacional y provincial en materia de salud
pública.
Entre las definiciones se encuentra la realización de un paro por 48
horas los días 19 y 20 de septiembre, con movilización junto a docentes,
estatales y judiciales al ministerio de Economía y la Casa de Gobierno
el miércoles 19.
En un comunicado desde la CICOP aseguran que lxs trabajadorxs de la salud definieron “redoblar esfuerzos para manifestar a través de medidas de fuerza, actividades en hospitales y centros de salud, además de promover movilizaciones conjuntas con otros sectores en condiciones similares a las nuestras, expresando las demandas de lxs profesionales de la Salud”.
Asimismo indicaron que “en la primera de las jornadas, confluiremos en una movilización junto a docentes, estatales y judiciales para manifestar la falta de respuestas del gobierno de María Eugenia Vidal a las críticas situaciones que padecemos en los diversos estamentos de la administración pública provincial, mientras que el segundo día estará destinado a las variadas acciones locales y/o regionales que se vienen organizando en las seccionales”.
También se definió en el Congreso de Delegadxs formar parte del Paro General convocado por las centrales sindicales en sus diversas modalidades. “La medida nacional, aunque tardía y sin la continuidad necesaria para generar condiciones más favorables para la clase trabajadora, será un nuevo mojón en la disputa por cambios de rumbo en las políticas gubernamentales”, aseguraron.
Al respecto desde la CICOP afirman que “la decisión es una instancia más en el proceso de vaciamiento que han definido lxs funcionarixs. Desde el inicio de la gestión, se fueron produciendo bajas que intentan reducir la planta de personal en la institución. Las mismas continuaron en enero de este año, con 122 despidos, lo que luego no se detuvo a lo largo de estos meses. El cambio inconsulto de horarios del turno noche de enfermería, el quite del código de descuento de la cuota sindical para nuestra seccional, los ceses direccionados inicialmente a delegadxs y activistas, los salvajes descuentos salariales en circunstancias de medidas de fuerza, son, entre otros, eslabones de una política que se ha pergeñado desde las más altas esferas del Gobierno”.
* Equipo de Comunicación de la Asociación Sindical de
Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP-CTA)
En un comunicado desde la CICOP aseguran que lxs trabajadorxs de la salud definieron “redoblar esfuerzos para manifestar a través de medidas de fuerza, actividades en hospitales y centros de salud, además de promover movilizaciones conjuntas con otros sectores en condiciones similares a las nuestras, expresando las demandas de lxs profesionales de la Salud”.
Asimismo indicaron que “en la primera de las jornadas, confluiremos en una movilización junto a docentes, estatales y judiciales para manifestar la falta de respuestas del gobierno de María Eugenia Vidal a las críticas situaciones que padecemos en los diversos estamentos de la administración pública provincial, mientras que el segundo día estará destinado a las variadas acciones locales y/o regionales que se vienen organizando en las seccionales”.
También se definió en el Congreso de Delegadxs formar parte del Paro General convocado por las centrales sindicales en sus diversas modalidades. “La medida nacional, aunque tardía y sin la continuidad necesaria para generar condiciones más favorables para la clase trabajadora, será un nuevo mojón en la disputa por cambios de rumbo en las políticas gubernamentales”, aseguraron.
El Posadas no se vende, se defiende
La semana tuvo como epicentro a nivel Salud la continuidad de los despidos en el Hospital Posadas. En una medida que no puede dejar de observarse como punta de lanza de lo que intenta hacer el Gobierno con la Salud Pública, se han agudizado las cesantías involucrando esta vez a sectores profesionales de los distintos servicios hospitalarios, en una escalada que no parece detenerse. Con una modalidad que muestra fielmente el desdén de las autoridades hacia lxs trabajadorxs, decenas de ellxs se enteraron que se había decidido el final de la relación laboral sin tener en cuenta siquiera la necesidad de cobertura para áreas vitales del sistema de atención.Al respecto desde la CICOP afirman que “la decisión es una instancia más en el proceso de vaciamiento que han definido lxs funcionarixs. Desde el inicio de la gestión, se fueron produciendo bajas que intentan reducir la planta de personal en la institución. Las mismas continuaron en enero de este año, con 122 despidos, lo que luego no se detuvo a lo largo de estos meses. El cambio inconsulto de horarios del turno noche de enfermería, el quite del código de descuento de la cuota sindical para nuestra seccional, los ceses direccionados inicialmente a delegadxs y activistas, los salvajes descuentos salariales en circunstancias de medidas de fuerza, son, entre otros, eslabones de una política que se ha pergeñado desde las más altas esferas del Gobierno”.
Provincia de Buenos Aires
Gremios estatales paran y movilizan el 19 de septiembre
Lunes 17 de septiembre de 2018, por *
ATE
Provincia de Buenos Aires anunció una medida de fuerza en unidad con
otros gremios del sector para el día 19 de septiembre con movilización a
La Plata.
Entre las organizaciones que se suman a la movilización se encuentran
los profesionales de la salud de la CICOP, los trabajadores judiciales
de la AJB, los agentes legislativos de APL y los docentes de SUTEBA.
Por otro lado, desde la entidad gremial rechazaron el aumento unilateral del 4% otorgado desde la provincia para los estatales de la Ley 10.430.
“Este paro con movilización es un paso más en la continuidad del plan de acción de cara al paro nacional de 36 horas convocado por la CTA Autónoma y las demás centrales sindicales para el 24 y el 25 de septiembre.”, indicó Oscar de Isasi, titular de ATE y la CTA-A bonaerenses.
Durante la conferencia, De Isasi ratificó el rechazo al aumento salarial del 4% para los estatales de la Ley 10430 anunciado por el gobierno. “Este aumento del 4% para septiembre que se pagaría en octubre, consolida la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores porque sumado al 15% ya otorgado hacen un total de 19% que poco tiene que ver con el 24.1% de inflación acumulado para este mes. Exigimos que se reabra la paritaria, tal cual el compromiso que asumió la gobernadora el 27 de junio de este año para discutir un aumento salarial serio”.
Asimismo, De Isasi indicó: "Exigimos el pase a planta permanente de miles de trabajadores y trabajadoras que realizan sus tareas de manera precaria y que todos los 31 de diciembre ven resentida su continuidad laboral”.
En el plano reivindicativo se señaló la necesidad del nombramiento de personal en las áreas más sensibles del Estado, como educación, salud, niñez, entre otras.
En cuanto a la situación del Astillero Río Santiago (ARS), De Isasi, remarcó: “Ayer hubo una ocupación pacífica de las instalaciones y no un secuestro como han querido instalar algunos personajes. No somos secuestradores quienes estamos pidiendo por trabajo en el ARS. Queremos que nos den los insumos para seguir funcionando. Nuestra voluntad de fondo es que se reactive el ARS”.
En este sentido, se exigió la reapertura de FANAZUL y la construcción de la cuarta central nuclear ATUCHA III.
“Exigimos también, justicia por Sandra y Rubén y el inmediato esclarecimiento del secuestro y tortura de Corina De Bonis”, finalizó diciendo de Isasi.
Fuente: atepba.org.ar
Por otro lado, desde la entidad gremial rechazaron el aumento unilateral del 4% otorgado desde la provincia para los estatales de la Ley 10.430.
“Este paro con movilización es un paso más en la continuidad del plan de acción de cara al paro nacional de 36 horas convocado por la CTA Autónoma y las demás centrales sindicales para el 24 y el 25 de septiembre.”, indicó Oscar de Isasi, titular de ATE y la CTA-A bonaerenses.
Durante la conferencia, De Isasi ratificó el rechazo al aumento salarial del 4% para los estatales de la Ley 10430 anunciado por el gobierno. “Este aumento del 4% para septiembre que se pagaría en octubre, consolida la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores porque sumado al 15% ya otorgado hacen un total de 19% que poco tiene que ver con el 24.1% de inflación acumulado para este mes. Exigimos que se reabra la paritaria, tal cual el compromiso que asumió la gobernadora el 27 de junio de este año para discutir un aumento salarial serio”.
Asimismo, De Isasi indicó: "Exigimos el pase a planta permanente de miles de trabajadores y trabajadoras que realizan sus tareas de manera precaria y que todos los 31 de diciembre ven resentida su continuidad laboral”.
En el plano reivindicativo se señaló la necesidad del nombramiento de personal en las áreas más sensibles del Estado, como educación, salud, niñez, entre otras.
En cuanto a la situación del Astillero Río Santiago (ARS), De Isasi, remarcó: “Ayer hubo una ocupación pacífica de las instalaciones y no un secuestro como han querido instalar algunos personajes. No somos secuestradores quienes estamos pidiendo por trabajo en el ARS. Queremos que nos den los insumos para seguir funcionando. Nuestra voluntad de fondo es que se reactive el ARS”.
En este sentido, se exigió la reapertura de FANAZUL y la construcción de la cuarta central nuclear ATUCHA III.
“Exigimos también, justicia por Sandra y Rubén y el inmediato esclarecimiento del secuestro y tortura de Corina De Bonis”, finalizó diciendo de Isasi.
Fuente: atepba.org.ar
Partido Revolucionario de los Trabajadores
PRT – Argentina. Por la Revolución Socialista
Astilleros marca el camino: democracia directa y combatividad
Días
pasados, los trabajadores de Astilleros Rio Santiago -luego de varios
días de huelga y movilización-, ante la amenaza cierta del cierre del
astillero, le pusieron un broche de oro a su lucha con la toma del
establecimiento, con la casi totalidad de los trabajadores y reteniendo
al interventor junto a demás directivos, bajo el reclamo puntual que se
repongan los insumos necesarios para poder seguir trabajando, se
reconozcan los días caídos y se paguen las vacaciones adeudadas. De no
ser así, no se levantaría la toma, ni se liberaría a los funcionarios.
Esto obligó inmediatamente a que la
gobernadora Vidal retroceda diez casilleros. Entendió el mensaje que la
masividad y combatividad de la clase obrera no era una cuestión del
pasado, y se vio obligada a dar urgentes instrucciones para que se firme
el reclamo favorable a los trabajadores.
Este hecho, protagonizado por los
trabajadores de Astilleros, no es menor, y toda la clase obrera del país
debe prestarle atención, porque deja grandes enseñanzas. De hecho es un
conflicto que se nacionalizó por que le imprimió un nuevo piso al
carácter que deberán asumir las luchas de la clase obrera de ahora en
más.
En primer lugar aparece la masividad,
que se da por varias razones, pero dos que son esenciales: una, que la
dirección de base asumió una conducta absolutamente clasista, donde su
carácter es tal por el otro factor fundamental: la implementación de las
asambleas por sector (así se discutió y aprobó la medida) para luego
llegar a la asamblea general. Esto siempre garantiza la autenticidad y
transparencia necesaria para que se despliegue todo el protagonismo de
las mayorías, que le imprimieron el carácter de clase en la
combatividad, no confiaron ni una milésima en las promesas de “ dialogo”
del gobierno de los monopolios, con los cuales no hay nada que
negociar. Es fuerza contra fuerza, de una clase contra otra clase,
antagónicamente enfrentadas.
Seguramente existen otros elementos y
factores de tremenda importancia, como lo son la organización por abajo,
la unidad con el resto de la comunidad de Ensenada y el agravamiento de
la debilidad política del gobierno, todas cuestiones que hacen a un
todo de fundamental importancia.
Pero esto tiene la génesis de la democracia directa con la impronta de la clase obrera.
Democracia directa que con estas luchas empuja a que cada vez pasen a
ser un ser un factor consiente en las amplias mayorías, a las cuales
las nuevas vanguardias obreras deben ponerle relevancia. Esto
rápidamente contagiará al conjunto del proletariado que ya comienza a
dar señales muy serias de querer ponerse a la cabeza de la lucha de
todo el pueblo, con un sentido emancipador contra todas estas políticas
de los monopolios.
Nuestro partido saluda esta experiencia,
que llena de orgullo por estar a la altura de lo que la historia
demanda, poniendo en lo más alto la hora del momento a un proletariado erguido en el desafío de no dejarlos gobernar.
17/09/2018
Desconocen al sindicato del Subte y lo acusan de “asociación ilícita”
La fiscal Celsa Ramírez calificó de “asociación ilícita”
a la Asociación Gremial de Trabajadores de Subte y Premetro (AGTSyP),
desconociendo al sindicato e imputando a sus miembros. Ramírez fue la
encargada de pedir la detención de Néstor Segovia y de otros 15
Metrodelegados, en el paro realizado a mediados de mayo. Desde AGTSyP
expresaron su repudio y convocaron a una reunión. Por ANRed.
La fiscal Celsa Ramírez solicitó el cambio de carátula de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP) al de una “asociación ilícita”. En su escrito, Ramírez sostiene que los Metrodelegados “pertenecen a una agrupación que tiene el propósito de llevar a cabo actividades como las que motivan está pesquisa, es decir, las conductas ilícitas previstas y reprimidas por el art. 194 del Código Penal”.
Con este tipo de acciones, la fiscal pretende desconocer al sindicato del subte e imputarlo como una asociación ilícita, criminalizando la protesta y negando el legítimo derecho a huelga de los afiliados. A través de su cuenta de Twitter, el Secretario adjunto de AGTSyP, Néstor Segovia, ha manifestado: “No nos sorprenden estás maniobras del Gobierno mandando a sus fiscales amigos”.
Voces cercanas al sindicato sostienen que Ramírez fue puesta a dedo por el Gobierno para realizar este tipo de acciones, a fines de perseguir al sindicalismo no alineado a Cambiemos. Y tiene lógica: la fiscal fue la responsable de la detención de 16 trabajadores por “atentado y resistencia a la autoridad”, en la huelga de mayo pasado. Además, Ramírez fue indagada por abuso de autoridad en el marco de una investigación en el ex PADELAI.
No es la primera vez que la justicia ataca a los Metrodelegados. En marzo, la Corte Suprema dictaminó que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) es el único sindicato que cuenta con la personería gremial de los trabajadores del subte. El artículo 210 por el que Celsa Ramírez Imputa a los Metrodelegados prevé penas de prisión de entre 3 a 10 años. Desde el Sindicato Único de Trabajadores del Subte y Premetro rechazaron tales acusaciones y convocaron a una reunión para el próximo jueves por la mañana en Tacuarí y Bernardo de Irigoyen.
La fiscal Celsa Ramírez solicitó el cambio de carátula de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP) al de una “asociación ilícita”. En su escrito, Ramírez sostiene que los Metrodelegados “pertenecen a una agrupación que tiene el propósito de llevar a cabo actividades como las que motivan está pesquisa, es decir, las conductas ilícitas previstas y reprimidas por el art. 194 del Código Penal”.
Con este tipo de acciones, la fiscal pretende desconocer al sindicato del subte e imputarlo como una asociación ilícita, criminalizando la protesta y negando el legítimo derecho a huelga de los afiliados. A través de su cuenta de Twitter, el Secretario adjunto de AGTSyP, Néstor Segovia, ha manifestado: “No nos sorprenden estás maniobras del Gobierno mandando a sus fiscales amigos”.
Voces cercanas al sindicato sostienen que Ramírez fue puesta a dedo por el Gobierno para realizar este tipo de acciones, a fines de perseguir al sindicalismo no alineado a Cambiemos. Y tiene lógica: la fiscal fue la responsable de la detención de 16 trabajadores por “atentado y resistencia a la autoridad”, en la huelga de mayo pasado. Además, Ramírez fue indagada por abuso de autoridad en el marco de una investigación en el ex PADELAI.
No es la primera vez que la justicia ataca a los Metrodelegados. En marzo, la Corte Suprema dictaminó que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) es el único sindicato que cuenta con la personería gremial de los trabajadores del subte. El artículo 210 por el que Celsa Ramírez Imputa a los Metrodelegados prevé penas de prisión de entre 3 a 10 años. Desde el Sindicato Único de Trabajadores del Subte y Premetro rechazaron tales acusaciones y convocaron a una reunión para el próximo jueves por la mañana en Tacuarí y Bernardo de Irigoyen.
URUGUAY
Pereira (Presidente del PIT-CNT): “Defender la institucionalidad es responsabilidad de todos”
PORTAL PIT-CNT
“Hace días que se extiende un debate sobre la sanción del Presidente de la República, Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, al Comandante en Jefe del Ejército Guido Manini Ríos. Un tema que debió haber quedado en la decisión del Presidente y el acatamiento del Comandante”, le dijo Fernando Pereira, Presidente del PIT-CNT, al Portal.
Sostiene el dirigente del movimiento sindical que “la legitimidad indiscutible que tiene la decisión, se ha prestado para manejos irresponsables, que contribuyen poco a la necesaria claridad y responsabilidad que requieren estos temas. Todos debemos contribuir, y eso implica poner la institucionalidad democrática por encima de todo, sin tirar de la cuerda con cálculos y especulaciones que no contribuyan a la estabilidad institucional. Un tema tan delicado (como este), se ha prestado para la circulación de mensajes que pretenden generar alarma pública, posicionamientos perfilistas de actores políticos relevantes, que no dan cuenta de la importancia de este tema y contribuyen a la generación de un clima que no es el adecuado para la convivencia, para el respeto y fortalecimiento de nuestra democracia”.
Recuerda Pereira que “en las últimas, como es tradicional, la orquesta del ejército asistió a la Rural del Prado. Lo novedoso, fue que lo hizo entonando la marcha de los Tres Árboles, una marcha adoptada como himno por el Partido Nacional. Nadie puede discutir que la marcha es parte del patrimonio de un partido de mucha historia, como lo es el Partido Nacional. Pero no estábamos en ningún acto, mitin o celebración de dicho Partido, sino en la Expo Prado, es decir, una actividad de la Asociación Rural, una organización empresarial que nuclea productores rurales, y no corresponde bajo ningún concepto que en un evento de estas características, la orquesta del Ejército ejecute esta marcha”.
Se pregunta el Presidente del PIT-CNT: “¿Cuál es la razón para que se entone una marcha partidaria? ¿Sería el mismo error que haber entonado el himno del Partido Colorado, él no nos moverán, o cualquier otra marcha partidaria? Diría que, como mínimo, existe un enorme abuso de quien tomó semejante decisión. Estas actitudes, se parecen más a desafiar la autoridad y la institucionalidad que a un error, y deberían ser observadas por todos quienes somos parte de la institucionalidad política y social, de la cual se nutre el sistema democrático, de forma sumamente crítica”.
Pereira culmina su comentario llamando a que “prime la reflexión y los posicionamientos claros. La regla de oro a tener presente es que la institucionalidad militar está sujeta al mando político, es decir, al Presidente de la República”.
“Hace días que se extiende un debate sobre la sanción del Presidente de la República, Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, al Comandante en Jefe del Ejército Guido Manini Ríos. Un tema que debió haber quedado en la decisión del Presidente y el acatamiento del Comandante”, le dijo Fernando Pereira, Presidente del PIT-CNT, al Portal.
Sostiene el dirigente del movimiento sindical que “la legitimidad indiscutible que tiene la decisión, se ha prestado para manejos irresponsables, que contribuyen poco a la necesaria claridad y responsabilidad que requieren estos temas. Todos debemos contribuir, y eso implica poner la institucionalidad democrática por encima de todo, sin tirar de la cuerda con cálculos y especulaciones que no contribuyan a la estabilidad institucional. Un tema tan delicado (como este), se ha prestado para la circulación de mensajes que pretenden generar alarma pública, posicionamientos perfilistas de actores políticos relevantes, que no dan cuenta de la importancia de este tema y contribuyen a la generación de un clima que no es el adecuado para la convivencia, para el respeto y fortalecimiento de nuestra democracia”.
Recuerda Pereira que “en las últimas, como es tradicional, la orquesta del ejército asistió a la Rural del Prado. Lo novedoso, fue que lo hizo entonando la marcha de los Tres Árboles, una marcha adoptada como himno por el Partido Nacional. Nadie puede discutir que la marcha es parte del patrimonio de un partido de mucha historia, como lo es el Partido Nacional. Pero no estábamos en ningún acto, mitin o celebración de dicho Partido, sino en la Expo Prado, es decir, una actividad de la Asociación Rural, una organización empresarial que nuclea productores rurales, y no corresponde bajo ningún concepto que en un evento de estas características, la orquesta del Ejército ejecute esta marcha”.
Se pregunta el Presidente del PIT-CNT: “¿Cuál es la razón para que se entone una marcha partidaria? ¿Sería el mismo error que haber entonado el himno del Partido Colorado, él no nos moverán, o cualquier otra marcha partidaria? Diría que, como mínimo, existe un enorme abuso de quien tomó semejante decisión. Estas actitudes, se parecen más a desafiar la autoridad y la institucionalidad que a un error, y deberían ser observadas por todos quienes somos parte de la institucionalidad política y social, de la cual se nutre el sistema democrático, de forma sumamente crítica”.
Pereira culmina su comentario llamando a que “prime la reflexión y los posicionamientos claros. La regla de oro a tener presente es que la institucionalidad militar está sujeta al mando político, es decir, al Presidente de la República”.
viernes, 14 de septiembre de 2018
Manini Ríos y la impunidad de la Corporación militar
Las recientes declaraciones del Comandante en Jefe del Ejército, Guido Manini Ríos muestran nuevamente el poder que mantiene la corporación militar y la impunidad con la que se manejan. El arresto a rigor dispuesto en esta ocasión no es una respuesta contundente.
Nuevamente el Comandante del Ejército hizo una demostración de fuerza al
salir públicamente a criticar la reforma que impulsa el Frente Amplio
para la desfinanciada Caja Militar.
Como ya lo ha hecho anteriormente con otros temas Manini salió a opinar
sin mayores reparos sobre declaraciones del Ministro Ernesto Murro,
quien había señalado supuestos beneficios que traería la ley
recientemente aprobada en la Cámara de Senadores y que aún tiene un
futuro incierto en la votación en Diputados.
Manini Ríos, con absoluta soltura e impunidad trató de mentiroso a
Murro, desautorizó sus datos y cifras y salió abiertamente a hacer
campaña apuntando a que la reforma no sea aprobada tal como la votaron
los senadores.
No es la primer “incursión” política de Manini Ríos; por el contrario,
desde su nombramiento en 2015 el Comandante en Jefe del Ejército se ha
permitido opinar y aconsejar sobre distintos temas (ni-ni, marginalidad)
confrontar con políticos (“corrigió a Constanza Moreira en datos sobre
pobreza en el Ejército), reafirmar la impunidad (búsqueda de
desaparecidos) o directamente amenazar con que el Ejército está de pie y
que nadie lo “pondrá de rodillas”.
Un militar desbocado
La presencia de un militar con una participación pública tan “activa” y que se siente con autoridad y legitimidad para incursionar en tantas áreas no puede pensarse por fuera del aval implícito que le da el poder político y especialmente el propio Frente Amplio.
Un militar desbocado
La presencia de un militar con una participación pública tan “activa” y que se siente con autoridad y legitimidad para incursionar en tantas áreas no puede pensarse por fuera del aval implícito que le da el poder político y especialmente el propio Frente Amplio.
La actitud de Manini Ríos muestra una presencia militar en la política
uruguaya que prácticamente no se veía desde la recuperación de la
democracia en 1985 y se complementa con el rol jugado por el ex tupamaro
Eleuterio Fernández Huidobro. Fallecido ex ministro que se convirtió en
el paladín de la defensa de la impunidad y de los privilegios militares
desde los cargos gubernamentales que ocupó.
La sombra del Pacto del Club Naval, donde se pactó que no se juzgarían a
los represores y que no se depuraría a las fuerzas armadas sobrevuelan a
las figuras de Huidobro y de Manini Ríos y su rol como defensores
activos de la corporación militar.
En esta ocasión, luego de años de silencio y dejar hacer a los
militares, el gobierno toma una resolución que no ataca de raíz el
problema, manteniendo en el cargo a Manini sin removerlo como
correspondería y con una sanción de 30 días de arresto.
Los partidos tradicionales, defensores confesos de represores
torturadores y directamente alineados con la impunidad han rechazado la
decisión de Tabaré Vázquez pidiendo aún más permisividad para el
accionar de las fuerzas armadas.
Según medios de prensa la jerarquía del ejército criticó la decisión del
gobierno al señalar que la sanción no se ajusta a la realidad ya que
dicen que Manini no hizo comentarios políticos sino que defendió a sus
subalternos.
Este apoyo casi explícito a Manini de las autoridades del ejército, que
también es improcedente al cuestionar una orden del poder ejecutivo,
revela lo ineficaz de la sanción y la libertad para opinar y el poder
que conservan las Fuerzas Armadas.
El silencio del Frente Amplio de todos estos años ante las provocaciones
del Comandante del Ejercito y la sanción anunciada, no terminarán con
la prepotencia militar, ni sus defensas de sus privilegios ni la
reivindicación del accionar en la dictadura y la represión.
Hernán Yanes
Hernán Yanes
¿Total normalidad?
El presidente Vázquez defendió su decisión de sancionar a Manini Ríos ante la prensa pero a su vez le mantuvo la confianza. En el mismo contexto los diarios de derecha difunden el apoyo del “generalato” a Manini Ríos lo que sería una nueva insubordinación, sumado al apoyo de la oposición de derecha. Todo indica que va a quedar el precedente establecido del “derecho” ganado de los militares de violar la Constitución de la República sin mayores consecuencias.
Guido “el mentiroso” Manini Ríos ya anunció que continuara en su cargo a pesar de la sanción recibida, lo que refleja una total confianza en el abloquelamiento de la corporación militar detrás de él. El mensaje es claro la sanción que le hizo el presidente Vázquez elegido por el sufragio de la mayoría de los uruguayos no le hace mella al jefe de la institución con mayor poder armado en el país.
Manini Ríos recibió el respaldo de todo el espectro de la oposición de
derecha desde el ex presidente colorado Julio María Sanguinetti, pasando
por varios figurones del Partido Nacional donde incluso uno se animó a
anunciar que lo iba a esperar a Manini en su vuelta, hasta algún que
otro frenteamplista como el Intendente de Canelones Yamandú Orsi.
También se supo por los trascendidos de prensa que el MPP del ex
presidente José Mujica fue clave para evitar la destitución de Manini.
Ante la prensa Vázquez ratificó sus razones para sancionar a Manini Ríos
que según sus palabras “se equivocó” agregando que "el señor comandante
en jefe ha salido a hacer apreciaciones no una vez, sino varias. Yo
hablé con él antes de los actos de mayo y le dije que no se podía
referir a la reforma”, pero a renglón seguido destacó su “lealtad
institucional” y que “es una buena persona” que cree “actúa con buena
fe”. Agregando además el mantenimiento de la confianza hacia Manini
Ríos.
Voces anónimas del “generalato”
Mientras tanto todo el espectro político se hace el distraído de las afirmaciones de los dos más importantes diarios de la derecha del país acerca del “respaldo monolítico” del “generalato” a Manini Ríos. El diario El Observador y El País (este reconocido diario golpista tuvo su nota en primera plana durante la mayor parte del día de hoy) afirmaron en sendas notas el apoyo de los oficiales del Ejército a Manini Ríos. Desde la cobarde posición del anonimato (a sabiendas que se están insubordinando y por lo tanto violando la ley) el “generalato” manifestó según El País su apoyo unánime.
Voces anónimas del “generalato”
Mientras tanto todo el espectro político se hace el distraído de las afirmaciones de los dos más importantes diarios de la derecha del país acerca del “respaldo monolítico” del “generalato” a Manini Ríos. El diario El Observador y El País (este reconocido diario golpista tuvo su nota en primera plana durante la mayor parte del día de hoy) afirmaron en sendas notas el apoyo de los oficiales del Ejército a Manini Ríos. Desde la cobarde posición del anonimato (a sabiendas que se están insubordinando y por lo tanto violando la ley) el “generalato” manifestó según El País su apoyo unánime.
De ser cierto esto los periodistas que facilitan estas manifestaciones
políticas del “generalato” se convierten en cómplices de éstos para el
despliegue de esta actividad política, de no ser cierto sería tanto o
más grave que lo primero. En todo caso el Ministro de Defensa Menéndez y
el Poder Ejecutivo en general deberían indagar acerca de esto y o
desmentir la afirmación de estos medios de prensa o en caso de
comprobarlo proceder a la sanción y destitución de todo ese cuerpo de
oficiales insubordinados.
El significado político de estas manifestaciones del “generalato” y el
silencio en torno a las mismas es la consolidación de una posición
ganada de violar la Constitución de la República cuando les plazca,
dejar en ridículo la sanción que el presidente elegido por el sufragio
de la mayoría de los uruguayos y con él todo el gabinete de ministros le
hicieron al jefe del Ejército y por último Manini Ríos y su casta logra
establecer como normal que los generales intervengan en la vida
política del país.
Hay que disolver a las Fuerzas Armadas
El Ejército uruguayo centenaria y genocida institución (desde Salsipuedes, pasando por la guerra del Paraguay, hasta los crímenes de lesa humanidad de la dictadura) reafirma su vocación política. En un contexto regional donde por ejemplo en Brasil poderes del Estado como el judicial y los mismos militares confabulados con grandes medios de comunicación privados impusieron un golpe de Estado institucional y la posterior proscripción del candidato presidencial más popular como Lula Da Silva.
Hay que disolver a las Fuerzas Armadas
El Ejército uruguayo centenaria y genocida institución (desde Salsipuedes, pasando por la guerra del Paraguay, hasta los crímenes de lesa humanidad de la dictadura) reafirma su vocación política. En un contexto regional donde por ejemplo en Brasil poderes del Estado como el judicial y los mismos militares confabulados con grandes medios de comunicación privados impusieron un golpe de Estado institucional y la posterior proscripción del candidato presidencial más popular como Lula Da Silva.
Ante esto no caben medias tintas, las bravuconadas de estos generales
deben ser respondidas con la correspondiente sanción y destitución, de
no hacerse se permite dejar establecido el precedente. Manini Ríos debe
ser destituido e investigado en su vinculación con la última dictadura
militar, así como también el llamado “generalato” que supuestamente lo
apoya.
Durante la dictadura y el Plan Cóndor las fuerzas armadas demostraron su
vocación principal de defensa de los intereses capitalistas nacionales y
del extranjero, haciendo el trabajo sucio de perseguir, encarcelar,
torturar, asesinar y desaparecer a trabajadores, estudiantes y
luchadores sociales. Son la última línea de defensa de estos intereses
mediante el Estado. A su vez las fuerzas armadas no tienen prurito en
defender sus propios privilegios de casta a costa del resto de la
sociedad y es que el costo mercenario de estar preparados para reprimir y
aniquilar a los trabajadores tiene su precio en impunidad y dinero y
eso se lo recuerdan al resto del régimen permanentemente.
El Ejército vuelve a manifestar amenazante su vocación golpista y con él
una buena parte del espectro político que los respalda. Frente a esto
el pueblo trabajador, los estudiantes y la juventud, los movimientos
sociales y derechos humanos deben auto organizarse independientemente y
prepararse para los tiempos que vienen, peleando para imponer mediante
la movilización popular la disolución de las fuerzas armadas.
Sebastián Artigas
Sebastián Artigas
Sindicato de Transportistas bloqueó planta de La Tablada y no cargó combustible
Reclaman mayor negociación en los consejos de salarios y modificaciones en lo relacionado con las formas de pago.
El Sindicato Unico de Transporte de Carga y Afines
(Sutcra) realizó este lunes por la mañana un paro de actividades en La
Tablada, principal planta distribuidora de combustible del Uruguay.
El sindicato bloqueó el ingreso a la planta y no carga combustible este lunes. Según los trabajadores, el sindicato tiene una plataformas con varios reclamos, en los que se destacan mayor negociación en los consejos de salarios y la exigencia de que las empresas cumplan con lo estipulado en la forma de pago.
Sutcra asegura que el 95% de las empresas de transporte no cumple la normativa del pago de horas extras.
También reclaman que los camioneros pasan a veces más de 20 horas arriba de los camiones, lo que aumenta la posibilidad de sufrir accidentes de tránsito. Según los datos en poder del sindicato, en lo que va del año murieron 7 conductores y unas 60 personas fallecieron en accidentes provocados por conductores.
Ante esta situación, los transportistas no ingresaran a la planta de La Tablada para cargar combustible. La situación será monitoreada a lo largo de la jornada. Esperan una convocatoria por parte del Gobierno.
El sindicato bloqueó el ingreso a la planta y no carga combustible este lunes. Según los trabajadores, el sindicato tiene una plataformas con varios reclamos, en los que se destacan mayor negociación en los consejos de salarios y la exigencia de que las empresas cumplan con lo estipulado en la forma de pago.
Sutcra asegura que el 95% de las empresas de transporte no cumple la normativa del pago de horas extras.
También reclaman que los camioneros pasan a veces más de 20 horas arriba de los camiones, lo que aumenta la posibilidad de sufrir accidentes de tránsito. Según los datos en poder del sindicato, en lo que va del año murieron 7 conductores y unas 60 personas fallecieron en accidentes provocados por conductores.
Ante esta situación, los transportistas no ingresaran a la planta de La Tablada para cargar combustible. La situación será monitoreada a lo largo de la jornada. Esperan una convocatoria por parte del Gobierno.
AFDNA se suman a la lucha contra la desmantelacion de la Dirección Arquitectura del MTOP
06
Sep