¿Corea del Norte o Irán? "Trump corre hacia una guerra desastrosa"
Publicado: 3 ago 2017 01:36 GMT | Última actualización: 3 ago 2017 04:24 GMT - RT
Reconocido político republicano acusó al presidente de traicionar al electorado de Estados Unidos.
El
excongresista y
excandidato presidencial republicano Ron Paul
opina que el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, tiene serias intenciones de comenzar un nuevo conflicto bélico.
opina que el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, tiene serias intenciones de comenzar un nuevo conflicto bélico.
El excandidato presidencial republicano de 81 años sostiene que las presiones que recibe la administración de Trump por el 'Rusiagate' pueden condicionar al presidente para "buscar alivio iniciando una pequeña guerra". Sin embargo, expresó: "Si lo hace, su presidencia probablemente terminará y ello puede incursionar en una guerra mucho más grande en el proceso".
En los últimos meses la tensión militar y las declaraciones cruzadas entre EE.UU. y Corea del Norte pusieron en alerta a todo el mundo. Para Paul, las exhibiciones armamentísticas ordenadas por Trump en la península coreana, como el vuelo de los bombarderos B-1, son "un claro mensaje de que está listo para atacar".
Por otro lado, el republicano cuestionó la ampliación de las fuerzas navales estadounidenses en el golfo Pérsico, que provocó enfrentamientos con barcos iraníes: "Imagínese si la Armada de Estados Unidos hubiese encontrado buques de guerra iraníes en el golfo de México, disparando ametralladoras contra ellos cuando se acercaban a los iraníes", ironizó.
A su vez, Paul destacó que Irán está cumpliendo con las pautas del acuerdo nuclear de la era Obama, y que contó con la aprobación de Trump. Según su visión, a pesar de la retórica bélica del mandatario, el pueblo de EE.UU. lo había votado por considerarlo como el candidato con menos probabilidades de conducir al país hacia otra guerra.
"Un estudio reciente de la Universidad de Boston y la Universidad de Minnesota concluyó que Trump ganó la mayoría de los votos en partes del país con las mayores bajas militares", argumentó. También detalló que esta "sorpresa" electoral ocurrió en los estados de Wisconsin, Pensilvania y Michigan", donde se impuso a Hillary Clinton.
Por último, Paul pidió a sus seguidores que "hagan oír su voz" para poner nuevamente en escena el plano internacional. En caso contrario, "Trump se embarcará en dos o tres guerras que harán que Irak y Afganistán en comparación parezcan 'cakewalks' (típico baile del sur de EE.UU.)", sentenció.
Irán promete una respuesta "pertinente y proporcional" a las sanciones de EE.UU.
Publicado: 3 ago 2017 00:36 GMT - RT
La ley firmada por Donald Trump viola el
pacto nuclear del 'sexteto' con Teherán, afirma el viceministro de
Asuntos Exteriores persa, Abbas Araghchi.
Según comentó el viceministro de Asuntos Exteriores iraní, Seyed Abbas Araghchi, estas nuevas sanciones violan el acuerdo firmado en julio del 2015 por los representantes del Gobierno persa y la administración del entonces presidente Barack Obama, y también de Alemania, China, Francia, Rusia, el Reino Unido y la Unión Europea (el sexteto de mediadores). "En nuestra opinión, el pacto nuclear ha sido violado y demostraremos la pertinente y proporcional respuesta ante este problema", cita Reuters.
El mencionado pacto buscaba poner fin al desacuerdo entre las partes sobre la naturaleza del programa de energía nuclear iraní y garantizar, por medio de un control internacional, que las autoridades persas no confeccionen una bomba atómica.
Al firmar la nueva tanda de sanciones, el presidente Trump admitió que la ley presenta "serios defectos". Ante todo limita la flexibilidad del Ejecutivo, dificulta a EE.UU. alcanzar buenos acuerdos con los países afectados, y hace que ellos se acerquen mucho más entre sí".
La ubicación inesperada del último lanzamiento del misil norcoreano alarma a EE.UU. y China
Publicado: 2 ago 2017 22:44 GMT | Última actualización: 3 ago 2017 04:35 GMT - RT
El misil Hwasong-14, lanzado la semana
pasada por Pionyang, cayó en la zona exclusiva económica de Japón.
Cuando
la semana pasada Corea del Norte realizó su segundo lanzamiento de un
misil balístico intercontinental (ICBM), la preocupación inmediata fue
el alcance del misil. Sin embargo, la ubicación desde dónde se realizó
el disparo también es de gran importancia, informa el portal Quartz.
El lanzamiento llevado a cabo la semana pasada se realizó desde la norteña provincia de Chagang, fronteriza con China. Los expertos en geolocalización determinaron las coordenadas exactas del lugar del ensayo, y esa ubicación puede que moleste no solo a EE.UU., sino también a Pekín.
En línea recta, ese lugar está a apenas 50 kilómetros de la frontera china. Para el gigante asiático eso es incómodamente cerca, pero para Pionyang sería muy bueno, ya que de todas formas no está contento con China. A principios de este año, el Gobierno norcoreano criticó a su vecino por suspender las importaciones de carbón norcoreano, y la ubicación del lanzamiento del último misil balístico sería un mensaje para Pekín, señala la publicación.
Mientras que para EE.UU., la proximidad del lugar de lanzamiento a China es de gran preocupación, debido a que complicaría al Pentágono llevar a cabo un ataque preventivo. Por su parte, para Corea del Norte, la ubicación del lanzamiento ha ayudado a demostrar que puede disparar sus misiles desde diferentes lugares de los habituales. Otro aspecto muy importante es la hora en que se llevó a cabo el ensayo, a la medianoche, y no en la mañana como ha ocurrido en la mayoría de las pruebas.
"Realizaron el lanzamiento desde un lugar inesperado, cerca de la frontera china, donde sería difícil atacar. Además lo hicieron por la noche, cuando los satélites, que dependen de imágenes ópticas, son inútiles", destacó el experto en no proliferación nuclear en el Middlebury Institute of International Studies de Monterrey (Estados Unidos), Jeffrey Lewis.
Además, Pionyang ha venido mejorando su capacidad de sorprender a su potencial rival de otras maneras, como por ejemplo, utilizando en sus misiles balísticos combustible sólido, lo que mejora enormemente la movilidad y hace más difícil la detección de un inminente lanzamiento.
Según Quartz, todo esto demostraría que Corea del Norte no se está preparando para atacar a EE.UU. o a sus aliados, lo que sería un suicidio para el gobierno de Kim Jong-un, sino que se trataría de una advertencia para sus potenciales enemigos, quienes deberían reflexionar en las consecuencias antes de atacarlo. "Si no puedes estar seguro de dónde serán lanzados los misiles, y teniendo en cuenta la cercanía con China, es difícil llevar a cabo un ataque preventivo contra el régimen norcoreano y el precio que habría que pagar por hacerlo sería muy alto", finaliza la publicación.
VENEZUELA
El presidente Maduro, como Chávez, eligió otra vez convocar al pueblo, pero no para que salga a masacrar guarimberos, sino para que se expresara electoralmente
Nosotros cuando nacimos empezamos a ir a medios que eran muy cuestionados por la izquierda tradicional, incluso nos llamaban “vendidos al sistema” y recibimos muchos insultos por ir a las televisiones que ven los sectores populares. Bueno, pero aún gracias a eso tenemos 5.000.000 de votos. Hemos sido capaces de establecer diálogos donde antes había solamente monólogos. Yo creo que la izquierda ha sido tan arrogante, tan pagada de sí misma, tan intelectualizada, tan incapaz de entender realmente lo que sentía el pueblo. Les decía antes que he leído recientemente esta semana textos de Miguel Enríquez, y leía los textos del año 71′ y te das cuenta que allí había un voluntarismo que daba por cierto que los sectores populares iban a frenar cualquier golpe y la realidad demostró que no, que no fue así, que era una mala lectura de la realidad, de la correlación de fuerzas, que llevó a una catástrofe. Eso es intolerable, esos errores de los intelectuales. No puede ser que nos sintamos más populares que nadie, pero no conectemos con el pueblo, ni siquiera cuando escribimos porque no nos entiende el pueblo, porque escribimos citando muchos autores y de manera muy alambicada. Al final no cumplimos aquello que nos pedía Lenin, de que nos expresáramos para que nos comprendieran hasta las cocineras del Palacio de Invierno. Y por eso seguramente los nuevos pensadores de la izquierda están haciendo guiones para series de televisión o son youtubers, tienen blogs y están intentando dialogar con las mayorías sociales.
ARGENTINA
El fantasma de la reforma laboral de Brasil ha puesto sobre el debate lo que pueda suceder en Argentina. La propia CGT sacó un documento en el que denunció intentos por parte del gobierno de avanzar por un camino similar. Sin embargo, Julia Egan, miembro del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales, opina que en Argentina la reforma laboral YA empezó. Por Red Eco Alternativo
La socióloga Julia Egan afirmó, en una entrevista realizada por Red Eco, que el gobierno de Mauricio Macri ya viene avanzando en algunos aspectos de la reforma que no es una general al estilo Brasil o Francia sino que se va dando por partes, en lo que ella denomina reforma “molecular”.
“Esta estrategia le evitaría tener que enfrentarse a las complicaciones políticas y sociales que se podrían dar si el gobierno encarase, por ejemplo, una reforma a la Ley de Contrato de Trabajo o de la jornada laboral. Sería complicado, planteándose un frente tan amplio, hacerla pasar por el Congreso y generaría un impacto político y social muy grande. Con esta estrategia de hacer una reforma ‘molecular’ el gobierno se ahorra todos esos posibles costos. El gobierno en general pretende dividir frentes, atacar frentes chicos uno por uno porque la clase obrera argentina, históricamente, más allá de situaciones coyunturales, tiene una tradición organizativa mucho más fuerte que por ejemplo Brasil. Tiene una lucha de historia sindical muy importante”, detalló la integrante del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales (CEICS).
Para Egan, quien investiga en este Centro sobre las condiciones de trabajo en Argentina de los costureros en particular y de la coyuntura laboral en general, esta reforma ‘molecular’ ya se viene implementando fundamentalmente a partir de tres elementos:
1-La caída del salario real con el mecanismo de firmar paritarias por debajo de la inflación, que se suma al atraso salarial que viene desde hace varios años.
2-La renegociación de convenios colectivos de trabajo.
3-La disminución de los costos por accidentes de trabajo y, por lo tanto, disminución de inversión en seguridad e higiene (laboral).
A eso se agrega la reforma jubilatoria de la que se está hablando en estos días.
Paritarias: Es el interés de los empresarios pagar menos salarios
Esta es la idea central que motoriza las intenciones en las negociaciones paritarias por parte del gobierno y de los empresarios.
“La cuestión acá es cómo las direcciones sindicales se han plegado de forma unánime a avalar todas las firmas de las paritarias por debajo de la inflación y así disminuir el salario real de los trabajadores. Lo que pudimos analizar de las negaciones paritarias es que a fin del año pasado se hablaba de que Macri iba a imponer el techo del 18%, después cuando se inició la ronda de negociaciones el techo se puso en el 20%, y si vemos los acuerdos más importantes (nosotros relevamos alrededor de 35 ramas de la economía) lo que se ve es que los acuerdos se cerraron entre el 20 y el 22%”, detalló la Becaria del CONICET.
“Ahí hay una clara alianza de las direcciones sindicales con el gobierno y las empresas para que los salarios sigan siendo bajos y pierdan poder adquisitivo en términos reales. Al trabajador le significa menos plata en el bolsillo, comprar menos alimentos, menos ropa, dificultades para pagar la vivienda y a los empresarios, un ahorro”, agregó.
Vaca Muerta: antecedente para renegociar nuevos convenios colectivos
En la entrevista de Red Eco, la socióloga presentó al acuerdo de Vaca Muerta como un antecedente que el gobierno pretende que se tome como modelo. “Es con este acuerdo que se empieza a introducir algo que Macri mencionó públicamente varias veces y que es su preocupación por actualizar los convenios ya que según él (los actuales) están obsoletos pensando cómo se dan las relaciones productivas en la actualidad”.
Repasando lo que significó este acuerdo de los petroleros de Vaca Muerta (ver Flexibilización laboral en Brasil: ¿también en Argentina?), Egan recordó que “en el acuerdo de Vaca Muerta básicamente lo que se pactó es un aumento de la jornada laboral y el aumento de la intensidad del trabajo. A lo que se apunta es a disminuir tiempos muertos, descansos. Se introduce la polivalencia que es básicamente legalizar que un trabajador pueda hacer diferentes tareas independientemente de la categoría que está fijada en el convenio y también se incorporan cláusulas de productividad. Ese es el modelo que el gobierno quiere extender a todos los convenios. De hecho, manifestó su intención explícitamente de replicar el convenio de Vaca Muerta en varias ramas”.
Luego de este acuerdo, Egan recordó que “se extendieron condiciones de trabajo similares al gremio de marítimos que ya las está negociando; y con el acuerdo en automotrices también se avanzó en este sentido. El caso quizás más impactante recientemente es el de trabajadores estatales a los que se les introdujeron pautas de productividad y de presentismo”.
Claro está que todas estas modificaciones apuntan a la necesidad que tiene el capital de reducir los costos laborales. El aumento de la cantidad de horas no necesariamente debería darse como en Brasil que se incrementaron las horas legales a 12 diarias de trabajo. Hay otras formas para que el trabajador labore y produzca más en menos tiempo de trabajo.
“Cuando reducís descansos, reducís tiempos muertos porque reorganizás el trabajo de otra manera, lo que estás haciendo es aumentar la jornada laboral. Y aparte le exigís al trabajador que trabaje más fuerte; ahí entran también las cláusulas de productividad, cómo vos estimulás el salario a partir de, básicamente, una pauta productiva. Y más en situaciones como éstas donde el salario real baja y no baja solo ahora sino que tiene una tendencia histórica que muestra que en los últimos 30 años bajó un 40%. Entonces en este marco vos le decís al trabajador que cuanto más produzca más va a ganar y, desde ya, por una cuestión de necesidad, se va a sentir ‘estimulado’ a explotarse más a si mismo”.
Las reformas de las leyes de accidentes de trabajo, disminuyen los costos laborales
“La ley de ART viene siendo modificada en los últimos 20 años, en el sentido de ser siempre menos beneficiosa para los trabajadores. La modificó el menemismo, el kichnerismo (Empresarios y ART...agradecidos!) y el macrismo (Ley de Riesgos de Trabajo: otra vez a favor del capital) para restringir la posibilidad de que los trabajadores reclamen judicialmente y tengan mayor beneficio por lo que, en definitiva, es la responsabilidad del empresario que es que se trabaje en buenas condiciones y se esté seguro en el lugar de trabajo”, explicó la integrante del CEICS.
Las reformas apuntan a correr el reclamo del fuero laboral al fuero judicial donde, explicó Egan, “las causas no son evaluadas por el personal pertinente y crean miles de instancias administrativas antes que el trabajador pueda hacer efectivamente una denuncia, se multiplican las comisiones médicas (que fue uno de los aspectos de la reforma menemista), que están integradas por médicos que se encargan de evaluar si un accidente de trabajo es tal y el grado de incapacidad que un trabajador tiene por ese accidente. Y estas comisiones médicas, desde el menemismo, actúan siempre, independientemente de que los trabajadores no elijan ir a una instancia judicial”.
Y ahora ¿qué?
Si ya se viene trabajando en estos tres puntos y si la actual idea de reforma ‘molecular’ ya viene avanzando, le preguntamos a Julia Egan cuál sería la iniciativa que pudiese abordar este gobierno respecto a la nombrada reforma laboral que, aparentemente, no sería como la de los años 90. Recordemos que en esos años se legalizaron los llamados contratos basura con pérdida de beneficios laborales para los trabajadores y que además se instauró la rebaja de los aportes patronales en materia previsional, que luego permaneció vigente durante todos los gobiernos, tomando diferentes formas.
Julia Egan: Lo que hay que dejar en claro es que la Reforma laboral YA arrancó, si lo pensamos en los términos de que se está encarando como una reforma molecular y no total. Tiendo a pensar que no deberíamos esperar una reforma laboral al estilo Brasil.
La reforma laboral YA comenzó con el acuerdo Vaca Muerta, continuó con la reforma de la ley ART y se plasmó desde el año pasado con los acuerdos paritarios. Y ahora se suma el tema de la reforma previsional.
Se ha firmado incluso a fines de la semana pasada un convenio nuevo para los trabajadores rurales que son de los colectivos de trabajadores que trabajan en peores condiciones, con los salarios más bajos, con el 80 % de trabajo en negro. Se les ha incluido cláusulas de productividad. Ya está llegando al agro también la reforma laboral.
Esta reforma molecular va a continuar y a lo que se va a apuntar es a llevar esta reforma rama por rama. Es lo que se viene viendo hasta ahora: primero petroleros, luego automotrices, estatales, rurales, que son colectivos de trabajo importantes por el peso que tienen en la economía y por la masa de trabajadores que abarcan.
La reforma laboral, si la pensamos en términos de degradación de las condiciones de trabajo, no es algo que sea propio de un gobierno. Los convenios, las cláusulas propias de la flexibilidad, el presentismo, la productividad y la polivalencia ya están presentes desde los primeros gobiernos peronistas, estamos hablando de la década del ‘50. Y lo que se ve es un empeoramiento de las condiciones de trabajo. Es una tendencia histórica y la burguesía siempre está buscando la vía para reducir costos a partir del empeoramiento de las condiciones de trabajo.
Retomando el objetivo central de esta reforma que es la baja del costo laboral, la socióloga explicó que si bien a eso apunta en lo inmediato, la economía argentina en términos generales, incluyendo las condiciones de trabajo, va hacia una “orientalización”: “Es necesario aumentar, desde el lado del capital, la productividad y la competitividad y por lo tanto es necesario que el trabajo de los obreros sea más barato para poder ser más competitivos. Y en este sentido, esta disputa por la disminución de los costos laborales se está dando en términos internacionales. No es casualidad que Brasil y Argentina busquen la reforma laboral en el mismo momento, si bien Brasil la viene discutiendo desde hace años. También hubo reforma laboral en Francia; en la India - que es uno de los mercados laborales más grandes del mundo - se está discutiendo hace años. Entonces se enmarca en el plano internacional en una necesidad de procesar la crisis económica mundial. Es una competencia para ver quién tiene los obreros más baratos y así poder pararse mejor en la competencia internacional”, dijo Egan.
Red Eco: La situación del mercado laboral que quedó al finalizar los 12 años de gestión kirchnerista, ¿facilitó de alguna manera el avance del macrismo en estas reformas? Podemos mencionar como ejemplos el porcentaje de trabajo en negro - algo ya permanente y estructural - y el trabajo que en realidad no es tal, como son los planes sociales que no contribuyeron a crear trabajos genuinos y estables.
Julia Egan: Sin lugar a dudas contribuyó. Por ejemplo, todo lo que es cooperativas y planes sociales, claramente es trabajo hiper precarizado. Macri, por ejemplo, ha avanzado sobre las cooperativas por ser trabajo precario. Es un trabajo que esconde una relación de dependencia y deja a los trabajadores despojados de sus derechos laborales, sin aportes jubilatorios, que deben registrarse como monotributistas y hacerse cargo de las cosas que debería hacerse cargo un patrón, cobrando además por debajo del Salario Mínimo.
Por otra parte, el trabajo en negro es estructural y es una bolsa donde los empresarios evaden una fortuna. Además constituye una base de trabajo super explotado del cual se nutren muchas ramas de la economía argentina, por ejemplo la industria de confección de ropa.
Algo que se vio muy patente durante el kirchnerismo fue que el crecimiento en el empleo, algo que siempre se mencionó, se dio en las peores ramas de la economía, fue en la construcción, el comercio, la gastronomía, que son las que peores salarios y condiciones de trabajo tienen, donde predomina justamente un muy alto porcentaje de trabajo en negro.
Justamente durante el kirchnerismo aumentó la proporción de convenios colectivos firmados por empresa, que es otra forma que se mira como propia de la flexibilidad laboral. Estos convenios colectivos por empresa se impusieron por sobre los convenios por rama, lo que empeora las condiciones de negociación, ya que no es lo mismo que vaya a negociar un sindicato salarios para la rama o condiciones de trabajo para toda una rama de la economía, que vaya a negociar la comisión interna de una empresa.
Red Eco: ¿Cuáles son las perspectivas de que esto pueda darse en nuestro país al corto plazo?{{}}
Julia Egan: Si los trabajadores se reflejan en la estrategia de Macri que apunta a la atomización - y es por eso que piensa ir rama por rama intentando poner en cada una todas estas condiciones- entonces con el divide y reinarás, es mucho más fácil poder enfrentar a un colectivo pequeño de trabajadores atomizados que al conjunto de la clase obrera. Por lo cual Macri va a poder imponer estos acuerdos rama por rama en la medida de que los trabajadores actúen de forma atomizada.
Está bueno poder discutir desde este ángulo la reforma laboral porque tiene que quedar en claro que la única forma de que esto no pase, y de ponerle un límite, es a partir de una oposición de conjunto de la clase trabajadora a esta reforma. Es una lucha para intentar retener los derechos ya conquistados a lo largo de la historia. Pero se hace necesario una lucha de conjunto, no sólo de la clase obrera ocupada, que es la inmediata afectada por una reforma laboral, sino de la clase trabajadora en su conjunto porque en un momento de crisis, donde el salario cada vez alcanza menos, donde hay cada vez más desocupación, la competencia entre trabajadores desocupados y ocupados en blanco y en negro, crece cada vez más y favorece a la burguesía para imponer condiciones de trabajo.
Debería crearse una instancia organizativa de ocupados y desocupados para debatir no sólo la reforma sino cuestiones que apunten a la solidaridad, para ponerle freno a la situación laboral y también a la económica.
Miles
de trabajadores y trabajadoras cooperativistas movilizan en diversos
puntos del país con epicentro en la Plaza de Mayo, donde al momento de
escribir estas lineas se encuentran encadenados/as varios/as
compañeros/as en la Pirámide de la plaza, para exigir salarios dignos.
La situación de miles de familias en nuestro país es insostenible y más
aún para este sector que sólo recibe un ingreso de $4030.
La realidad para nuestra clase trabajadora se agrava cada día. Nuestros salarios de miseria no están ni cerca del valor de la canasta básica familiar mientras que el ajuste general se profundiza de la mano de cada tarifazo y las próximas reformas que socavarán nuestros derechos como trabajadores y trabajadoras.
La flexibilización laboral, el ajuste en áreas necesarias para el desarrollo de nuestra vida (como la salud pública y la educación), sumado a los salarios de hambre que no representan ni 1/4 del valor de la canasta básica son la conjunción de factores que nos lleva a la miseria. Y la única respuesta de este gobierno son feroces represiones contra aquellos y aquellas que levantan su voz para reclamar.
Ante esta realidad, la única salida es la organización y lucha en las calles. Es por eso que desde el Frente Único apoyamos las medidas organizadas por el Frente de Organizaciones en Lucha, el MTD Aníbal Verón, la Corriente Clasista René Salamanca junto a otras organizaciones sociales para reclamar una solución, y exigimos que el gobierno nacional de repsuesta a las demandas urgentes para los trabajadores y trabajadoras cooperativistas.
¡Unidad de la clase trabajadora para enfrentar esta política de hambre!
¡Organización y lucha para enfrentar el ajuste!
¡Por trabajo y salario dignos, por una vida digna!
El
pasado lunes por la mañana, la policía junto con divisiones de
gendarmería nacional de Río Negro reprimieron salvajemente la
movilización convocada por mapuches, organizaciones sociales y de
derechos humanos, que exigen la libertad del Lonko Facundo Jones Huala,
que desde el 27 de junio está detenido a la espera de que avance el
pedido de extradición solicitado por la justicia chilena.
La represión fue brutal. No sólo contó con fuerzas policiales locales, sino también con agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Gendarmeria Nacional y el Cuerpo de Operaciones y Rescate (COER), que se llevaron a 9 personas detenidas (7 hombres y 2 mujeres) que recibieron golpes y lesiones mientras se encontraban detenidos/as. Sus compañeros/as anunciaron que realizarán acciones en conjunto con organismos de Derechos Humanos para denunciar el atroz procedimiento.
La persecución que viven los pueblos originarioas es moneda corriente:. Recordemos que Facundo Jones Huala fue detenido de forma arbitraria el 27 de junio a 50 km. de Bariloche, luego participar en la ceremonia del Wiñoy Tripantu (año nuevo mapuche). Fue trasladado a esa ciudad y posteriormente a la unidad 14 de Esquel con prisión preventiva por 30 días (plazo que ya fue cumplido y del cual no se tiene una notificación precisa de la situación). Si bien la detención de Facundo se debe a un pedido de captura internacional del gobierno de Chile, país en el que arriesga hasta 18 años de cárcel por el simple hecho de haber sido parte de distintos procesos de defensa territorial mapuche, esa causa ya fue resuelta en un juicio que finalizó el 1 de septiembre del año pasado en Esquel, que determinó la nulidad del proceso y la libertad inmediata del Lonko.
No sólo el gobierno provincial hostiga y persigue a las comunidades, sino que mantiene una clara alianza con el empresariado que busca adueñarse de las tierras de las comunidades y pone a disposición las fuerzas represivas para lograrlo. Este plan sistemático de persecución no conoce fronteras: el pasado 4 de junio, durante una concentración frente a Tribunales de la Ciudad de Buenos Aires para reclamar la libertad del Lonko, la policía local reprimió dejando un saldo de 7 detenidos/as de distintas organizaciones.
El mensaje, es claro: si hay lucha, hay persecución.
Mientras tanto, las y los detenidos siguen privados de su libertad, a pesar de haber pasado más de 24 horas encerrados/as bajo la excusa de tener que prestar hoy declaración indagatoria. El pedido de excarcelación ya fue presentado y el juez sigue sin dar respuestas. Al mismo tiempo, Gendarmería Nacional divide la fuerza de los manifestantes y amenaza hasta este momento, con desalojar el predio de Vuelta del Río donde viven las comunidades mapuches.
Desde el Frente Único IR-HN decimos: ¡No más presos/as por luchar! ¡Libertad YA de Facundo Jones Huala y sus compañeros/as! ¡Basta de perseguir a los pueblos originarios!
URUGUAY
Foto: Federico Gutiérrez
El lanzamiento llevado a cabo la semana pasada se realizó desde la norteña provincia de Chagang, fronteriza con China. Los expertos en geolocalización determinaron las coordenadas exactas del lugar del ensayo, y esa ubicación puede que moleste no solo a EE.UU., sino también a Pekín.
En línea recta, ese lugar está a apenas 50 kilómetros de la frontera china. Para el gigante asiático eso es incómodamente cerca, pero para Pionyang sería muy bueno, ya que de todas formas no está contento con China. A principios de este año, el Gobierno norcoreano criticó a su vecino por suspender las importaciones de carbón norcoreano, y la ubicación del lanzamiento del último misil balístico sería un mensaje para Pekín, señala la publicación.
Mientras que para EE.UU., la proximidad del lugar de lanzamiento a China es de gran preocupación, debido a que complicaría al Pentágono llevar a cabo un ataque preventivo. Por su parte, para Corea del Norte, la ubicación del lanzamiento ha ayudado a demostrar que puede disparar sus misiles desde diferentes lugares de los habituales. Otro aspecto muy importante es la hora en que se llevó a cabo el ensayo, a la medianoche, y no en la mañana como ha ocurrido en la mayoría de las pruebas.
"Realizaron el lanzamiento desde un lugar inesperado, cerca de la frontera china, donde sería difícil atacar. Además lo hicieron por la noche, cuando los satélites, que dependen de imágenes ópticas, son inútiles", destacó el experto en no proliferación nuclear en el Middlebury Institute of International Studies de Monterrey (Estados Unidos), Jeffrey Lewis.
Además, Pionyang ha venido mejorando su capacidad de sorprender a su potencial rival de otras maneras, como por ejemplo, utilizando en sus misiles balísticos combustible sólido, lo que mejora enormemente la movilidad y hace más difícil la detección de un inminente lanzamiento.
Según Quartz, todo esto demostraría que Corea del Norte no se está preparando para atacar a EE.UU. o a sus aliados, lo que sería un suicidio para el gobierno de Kim Jong-un, sino que se trataría de una advertencia para sus potenciales enemigos, quienes deberían reflexionar en las consecuencias antes de atacarlo. "Si no puedes estar seguro de dónde serán lanzados los misiles, y teniendo en cuenta la cercanía con China, es difícil llevar a cabo un ataque preventivo contra el régimen norcoreano y el precio que habría que pagar por hacerlo sería muy alto", finaliza la publicación.
FBI: El Senado de EEUU aprueba a Christopher Wray como nuevo director del FBI
Pasará a encabezar la agencia policial clave en la
inteligencia de EEUU, en plena investigación sobre la supuesta
interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales y los posibles
vínculos entre Moscú y la campaña de Trump.
El Senado de Estados Unidos confirmó este miércoles a Christopher Wray como nuevo director del FBI en sustitución de James Comey, quien fue despedido de manera sorpresiva por el presidente estadounidense Donald Trump en mayo pasado.
Wray contó con el respaldo de una amplia mayoría de los senadores, con 92 votos a favor y solo 5 en contra.
De este modo, pasará a encabezar el FBI, una
agencia policial clave en la inteligencia de EEUU, en plena
investigación sobre la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones
presidenciales del pasado año y los posibles vínculos entre Moscú y la campaña de Trump, el entonces candidato republicano.
No se esperaban sorpresas en la votación, ya que la oposición demócrata había expresado su respaldo a Wray.
"Es realmente importante que tengamos a un
director del FBI fuerte. No puede haber manipulación", dijo Dianne
Feinstein, la senadora demócrata de más rango en el Comité Judicial de
la Cámara Alta.
La investigación de la trama rusa está a
cargo del fiscal especial Robert Mueller, exdirector del Buró Federal de
Investigaciones (FBI), y que fue nombrado por el Departamento de
Justicia.
Durante las audiencias de confirmación, el nuevo director del FBI defendió su independencia y respeto a la Constitución.
"Nunca permitiré que el trabajo del FBI sea
conducido por algo más que los hechos, la ley y la búsqueda imparcial de
la justicia. Punto", afirmó Wray ante los senadores en referencia a la
polémica suscitada por Trump, quien pidió "lealtad" a Comey, poco antes
de despedirlo.
"Mi lealtad es a la Constitución y al
imperio de la ley, y seguiré respondiendo ante ellos", subrayó el
entonces candidato a encabezar el Buró.
Exalto cargo con Bush
Christopher Wray tiene una amplia experiencia como abogado en el sector público y privado y fuertes vínculos con el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, cercano al mandatario.
Wray, de 50 años, trabajó en el Departamento de Justicia bajo el Gobierno del presidente George W. Bush
entre 2001 y 2005 y estuvo al frente de importantes casos,
especialmente vinculados con el fraude empresarial, como el de la
compañía energética Enron.
Asimismo, tuvo un papel clave en la respuesta del Departamento de Justicia a los atentados terroristas de 11 de septiembre de 2001 contra EEUU, coordinando las acciones de supervisión legal y operacional.
En 2005, dio el salto al ejercicio privado
en el bufete de abogados King & Spalding, uno de los más
prestigiosos de EEUU en derecho internacional de empresas, con oficinas
en todo el mundo y más de 900 empleados.
Wray trabajó para la firma, que cuenta
entre sus clientes a las grandes corporaciones empresariales
internacionales, desde sus oficinas de Washington y Atlanta, donde
reside con su familia.VENEZUELA
Venezuela: Rondón volvió a pelear
por Guillermo Cieza - LA HAINE -
01/08/2017
El presidente Maduro, como Chávez, eligió otra vez convocar al pueblo, pero no para que salga a masacrar guarimberos, sino para que se expresara electoralmente
Empecemos
por decir quien fue Rondón. El día 25 de julio de 1819 se desarrollaba
la batalla del Pantano de Vargas, donde las tropas conducidas por Simon
Bolívar parecían condenadas a una derrota inminente a manos del ejército
realista. Y ocurrió que cuando Bolívar le dijo al coronel Rondón, un
negro llanero, de que todo estaba perdido, este le contestó “Porque dice
eso general, si todavía no ha peleado Rondón”. Y al grito de “Que los
valientes me sigan”, reunió a 11 lanceros que se largaron a la carga,
alentados por Bolívar que solo atino a ordenar ”Coronel Rondón, salve
Ud. a la Patria”. La carga casi suicida de los lanceros de Rondón
definió el combate a favor de las fuerzas patriotas. Dice la leyenda que
cada día 24, Bolívar decía “Mañana es San Rondón”. Y desde aquel día
cuando el pueblo venezolano protagoniza una gesta heroica se apellida
Rondón.
Ayer, 30 de julio de 2017, volvió a ser “San Rondón”.
En otro contexto histórico, porque el ejercito de enfrente, el Imperio español y la Santa Alianza de los reyes y la iglesia europea, contra quienes se peleaba en el siglo XIX, ha sido reemplazado por el Imperio yanqui. La Santa Alianza de las burguesías y los gobiernos neoliberales de Europa y de América, más un ejército de medios de prensa y redes sociales que actúan como la mas afilada arma de guerra no convencional.
Pero con los mismos protagonistas y disyuntivas. Aunque para explicar esto hay que empezar por el principio de la revolución bolivariana.
Reinaldo Iturriza dice que la chavismo nació del cruce de caminos de los dos acontecimientos más importantes de la historia venezolana del siglo XX, que fueron el Caracazo y la rebelión militar de 1992, encabezada por Chávez. El primero determinó que el pueblo venezolano le dijera basta al ajuste neoliberal y el segundo alumbró un liderazgo y una vanguardia dispuesta a luchar por ocupar el Estado.
Voy a ocuparme de dos conceptos que he mencionado. En primer lugar “vanguardia”. No resulta difícil reconocer que después de la derrota de los movimientos insurgentes en América Latina, con excepción de la Revolución cubana, la palabra vanguardia estaba bastante cascoteada.
Pero la revolución bolivariana volvió a demostrar que no solo es necesaria una vanguardia, sino que sin esa vanguardia no hubiera sido posible iniciar esta revolución. Esa vanguardia fue al principio casi exclusivamente militar. Chávez comentó amargamente que de todos los dirigentes civiles de izquierda que se comprometieron a participar en la rebelión del 4 de febrero de 1992, solo apareció Alí Rodríguez Araque. Hubo otros civiles que participaron, que eran cuadros medios o activistas de base. Derrotada la rebelión y con Chávez en la cárcel, se fue a sumando un pequeño contingente de civiles. Sus nombres mas conocidos son el sindicalista y chofer de transportes Nicolás Maduro, el dirigente estudiantil Elías Jaua y la abogada Cilia Flores. Sobre ese pequeño núcleo se conformó el panal del chavismo. Ellos ganaron la primera elección e iniciaron la revolución bolivariana.
El problema de las vanguardias no es que existan sino que envejecen, y casi siempre envejecen con poco decoro. En el caso de Venezuela no hay mas que releer “Las Memorias del Arañero”, de Chávez, para advertir que la casi totalidad de los gobernadores fueron compañeros de armas de Chávez y se jugaron la vida en la rebelión del 92, pero con el correr de los años se apoltronaron y se aburguesaron. Desde la percepción popular la mayoría de esos gobernadores “rebajaban a Chávez”, y no es casualidad que la oposición ha venido insistiendo en hacer elecciones para la renovación de esos mandatos.
Sin embargo, esa vanguardia, que recibió un golpe terrible con el fallecimiento de Chávez, se ha ido reconstruyendo por arriba y por abajo. Por arriba se la ve recomponerse en el gabinete de Maduro y por abajo por mas de un millón de chavistas que son el núcleo duro organizado en los Consejos Comunales, las Comunas, las organizaciones de trabajadores y los movimientos sociales, que son mayoritariamente mujeres. El hecho de que propio presidente sea parte de esa vanguardia en reconstrucción explica la obsesión de la derecha por desalojarlo del gobierno.
El otro concepto que volvió a ponerse sobre la mesa con la revolución bolivariana fue el de ocupar el poder del Estado. El cuestionamiento a la caída de los regímenes del llamado “socialismo real” promovió la idea de que se puede hacer una revolución sin ocupar el Estado. Pensar en una revolución sin ocupar el Estado es pensar un mundo a la medida de nuestros deseos, sin burguesías agresivas y sin imperios. Remite al pensamiento de los niños de tres años. Justamente uno de los problemas más grandes que tenía la revolución bolivariana, era que la derecha había recuperado dos estamentos importantes del Estado como son la Asamblea Nacional y la Fiscalía general, y allí se apoya el Imperio para generalizar la ofensiva.
He puesto el acento en las ideas de vanguardia y de ocupación del Estado, porque me parece que son centrales en el análisis para ocuparnos de la práctica de Rondón, del pueblo chavista.
En la revolución bolivariana hubo un momento bisagra que fue el golpe de Estado de 2002. Los hechos son conocidos. La derecha recuperó el poder por 48 horas y fue desalojada por una movilización espontánea del pueblo, que devolvió a Chávez a Miraflores.
Ese hecho fue impactante para el propio Chávez que hizo un diagnóstico preciso de lo ocurrido. En un momento en que no solo el gobierno, sino toda la institucionalidad chavista estaba derrotada, apareció Rondón para poner las cosas en su lugar. Rondón no peleaba por el estómago, en los primeros años de gobierno el chavismo había escuchado y visibilizado al pueblo pero no había producido sustanciales mejoras económicas. Rondón peleaba por el sueño de un país diferente, donde los de abajo fueran protagonistas.
Chávez, que a veces describía la realidad en términos militares, advirtió rápidamente que ocupando el Estado había ocupado una primera colina, pero ocurría no solamente que el objetivo estaba más lejos, sino que esa postura ganada que le servía para defenderse, no le daba una posición ventajosa para avanzar
Y actuó en consecuencia. En 2005 al sueño de Rondón lo llamó Socialismo del siglo XXI. Advirtiendo que si los pocos bolívares con que contaba el gobierno pasaban por la estructura de Ministerios más de la mitad se iba a quedar por el camino, se le ocurrió 'baypassear' al Estado. Creó las Misiones Sociales, y las puntas de lanza fueron los médicos cubanos que se vincularon directamente con las comunidades desde la Misión Barrio Adentro. Después hizo lo mismo con el Ministerio de Educación. Se crearon las Misiones Robinson, Rivas y Sucre, para llegar a las comunidades más humildes con la educación primaria, secundaria y universitaria. También existieron las apuestas productivas; se expropiaron 4 millones de hectáreas, se estatizaron empresas estratégicas de acero, aluminio y cemento y se invirtieron millones de bolívares en la Misión Vuelvan Caras para promover emprendimientos productivos.
Pero en esa apuesta los resultados inmediatos no fueron favorables, y allí no podemos culpar exclusivamente a la burocracia o a la bolibuguesía. No es fácil para un pueblo que ha desarrollado una cultura de trabajo en servicios e intermediación en las ciudades, volver al campo o autogestionar actividades productivas. En las industrias no basta con que se vaya el patrón para que los trabajadores asuman el control de la fábrica con una orientación socialista. Hace falta tiempo, formación político-ideológica y técnico-productiva. El diagnóstico no es mío, me lo dijo Rondón.
Chávez advirtió los límites, al menos cuantitativos, de su vanguardia y los trató de resolver en términos militares. En distintas avanzadas mandó cien mil jóvenes de barrios humildes a Cuba a recibir cursos de tres meses de formación política y creó el Frente Francisco Miranda, un gigantesco parche militante, para hacerse cargo de las tareas más urgentes de la revolución.
El último Chávez mejoró su comprensión de los problemas a enfrentar y precisó las respuestas. Y entonces empezó a hablar del viejo Estado, que por ahora había que gestionar pero estaba destinado a desaparecer, y el nuevo Estado, el que había que construir. En el 2009, le puso nombres a su reflexión. Habló de Comunas, de Estado Comunal, de Socialismo Comunal
Pero ocurrió que muchos gestores transitorios del viejo Estado se molestaron con la idea de que fueran descartables, que el parche se volvió tapón y que los fracasos ocasionales de Rondón se tornaron en excusas para decir que todavía no era el tiempo de la Comunas.
Cuando la Revolución empezó a padecer el peor de los males, el desencanto, Chávez, ya enfermo, cargó al hombro con la última campaña electoral, que empezó perdiendo y ganó por paliza.
En octubre de 2012, en su primera intervención en el Consejo de Ministros del nuevo gobierno y la que seria su última reunión con ellos en Venezuela enfrentó directamente a los que en nombre de la “necesaria tutela para un pueblo que no estaba preparado” frenaban la organización comunal y convocándolo a Rondón alertó que si se trataba de avanzar hacia el socialismo era “Comuna o Nada”. Se conoce a esa reunión como Golpe de Timón.
Esa convocatoria, más la decisión de designar como sucesor a su mejor hijo, Nicolás Maduro, más el Plan de la Patria, que fijaba una hoja de ruta para la transición al Socialismo, fueron la última herencia de Chávez.
Ocurrió que después de la muerte de Chávez , su hijo heredero Nicolás Maduro salió en busca de Rondón con los Gobiernos de calle y desde el Ministerio de las Comunas, en poco más de un año se legalizaron 1700 Comunas. No se inventaron, simplemente se les sacó el tapón que les impedía emerger.
Pero no duró mucho el envión del Golpe de Timón. Los que se sintieron amenazados por el crecimiento de la nueva institucionalidad cerraron filas y empezaron a bloquear las puertas por donde pasaba Rondón. En el discurso oficial, Rondón, quien desde el Caracazo y el 13 de abril [derrota del Golpe de 2002] le había puesto los límites a la derecha, empezó a ser reemplazado por un señor militar que se presentaba en su programa de TV con un inmenso garrote. La respuesta a la soberbia no se hizo esperar. En diciembre de 2015, la derecha gano las elecciones a la asamblea Nacional, con un alto porcentaje de abstención del chavismo.
Después de ganada la Asamblea Nacional, la derecha no consiguió el objetivo de un inmediato despido de Maduro, pero empezó a hacerse fuerte con la guerra económica y la primera respuesta del señor con el garrote fue que era el Estado y la institucionalidad chavista quien iba a garantizar la victoria. Para el mes de marzo de 2016, El Estado, el Partido y toda la institucionalidad chavista, perdía la guerra económica por escándalo. La escasez de alimentos y medicamentos que golpeaba al pueblo venezolano se combinaba con una feroz sequía que perjudicaba la agricultura, pero además afectaba a la producción de energía eléctrica.
En ese momento crucial Maduro volvió a convocar a Rondón y nacen los CLAP. El gobierno resolvió a principios de abril que los alimentos disponibles para aliviar a la población mas humildes no serán vendidos por medio de los grandes centros de abastecimiento dirigidos por el Ministerio de Alimentación, los Mercales, sino directamente por los Consejos Comunales, las organizaciones de base, por medio de los Comités Locales de Abastecimiento, los CLAP. El cálculo del presidente Maduro fue muy parecido al que hizo Chávez cuando creó las primeras Misiones. El pueblo organizado garantizaría mucho más que las estructuras ministeriales que se repartan sin corrupción los escasos alimentos disponibles.
Con los CLAPs que empezaron a reproducirse se pudo transitar el peor momento de la crisis que fue el mes de mayo de 2016 y millones de venezolanos en condiciones muy difíciles, encontraron un punto de apoyo para resistir a la incitación permanente de la derecha en todas las colas, al saqueo.
En ese mismo mes de abril el Presidente creo el Ministerio de Industrias básicas y puso en el cargo a Juan Arias, un veterano luchador vinculado a las mejores tradiciones obreras, que inmediatamente se vinculó a las empresas nacionalizadas, empezó a conectarlas entre si y a crear puntos de apoyo para que los trabajadores pudieran democratizar la dirección de las empresas y enfrentar a las mafias.
En setiembre de 2016 la oposición convocó a la toma de Miraflores y organizó una movilización considerable, entre treinta y cuarenta mil personas. El chavismo aceptó el desafío y duplicó en la calle a los manifestantes de la oposición.
Hacia fines de 2016 la oposición caracterizó que continuaba ganando la guerra económica, pero empezó a apurarse frente a la evidencia de un gobierno apoyado en Rondón había empezado a encontrar respuestas para sobrevivir y salir adelante.
Pasadas las fiestas y los carnavales, donde menguan los enfrentamientos políticos, la derecha inició otro escalada de la guerra y recurrió otra vez a las guarimbas. Más de cien días de trancas, atentados terroristas y más de cien muertos.
Y allí otra vez el dilema era si el enfrentamiento a la derecha debía asentarse en el Estado o había que volverlo a llamar a Rondón.
El llamado a la Constituyente era una de las salidas posibles en uno de los momentos más difíciles de la crisis. Había otra salida, que era decretar el Estado de Emergencia y apelar a lo que todos los gobiernos hacen en caso de conmoción interna: la represión abierta de los que alteran la institucionalidad, en este caso los vándalos de la derecha. Medida, esta última, que seguramente hubiera creado simpatía en sectores duros de las fuerzas de seguridad, del ejército y del propio pueblo chavista. Imagínense que opinaba el señor del garrote.
El presidente Maduro eligió otra vez convocar a Rondón, pero no para que salga a masacrar a los guarimberos, sino para que pacíficamente se expresara electoralmente. La apuesta parecía descabellada. ¿Porqué un pueblo asediado por la derecha, y sometido a innumerables padecimientos económicos iba a concurrir a votar por cambios constitucionales? Esas dudas, promovidas por la derecha y a las que adhirieron algunos izquierdistas asustados, otra vez lo subestimaron a Rondón.
Se olvidaron que no piensa solamente con el bolsillo y el estómago. Pensaron que frente a la receta de “Gasolina y fuego”, que promovían los fascistas, el negro (y la negra) se iban asustar. Pero el negro y la negra saben bastante de eso, ya lo conocen desde el tiempo de la Inquisición, desde cuando quemaban a las curanderas y a las brujas, desde cuando quemaban a los negros cimarrones. Y no se asustan.
En la fraudulenta Consulta Popular convocada por la MUD el 16 de julio, difícilmente la oposición haya conseguido que voten tres millones de personas. Declararon mas de siete millones, pero esto es incomprobable (no había fiscales independientes y ellos mismos quemaron las planillas). Ese mismo día se hizo un simulacro electoral promovido por la CNE, y se estimó que votaron no menos de cuatro millones de chavistas.
Con ese escenario, la elección de la Constituyente se mostró indetenible. La oposición, que se jugaba perder los dos espacios institucionales que disponía: La Asamblea y la Fiscalía General, empezó a desesperarse y a incrementar la violencia. Propuso un paro de 24 horas y fue un fracaso, después otro de 48 horas y el país pareció no enterarse. El último intento fue trancar las calles y cerrar los caminos para que la gente no pudiera ir a votar. Volvieron a amedrentar y asesinar, pero para desesperación de la oligarquía y sus custodios armados, otra vez se le escaparon los negros. Esta vez para votar. Fueron más de ocho millones de votos valientes que se rebelaron a la amenaza, a las trancas, al terror que paraliza.
Para una visión miope que existe entre algunos sectores del chavismo, los alcances de la Constituyente se limitarían a solucionar los desajustes en el viejo Estado y dar posibilidades de mejores condiciones para transitar hasta la elección presidencial de 2018. Pero Rondón no vuela tan bajo. Le ha visto la cara al fascismo y volvió a ponerse en marcha. Para defender al presidente Maduro y la revolución bolivariana, porque sabe que en esta batalla y las que vienen, les va su propia vida, pero sobre todo -y eso lo entendía muy bien Chávez- porque Rondón sigue soñando con ese otro país posible, digno, soberano y socialista que amanece desafiante, cuya supervivencia se pone en juego cada día y que, desde hace 17 años, recorre el mundo como un fantasma que ilusiona a los oprimidos y horroriza a los poderosos.
La Haine
Ayer, 30 de julio de 2017, volvió a ser “San Rondón”.
En otro contexto histórico, porque el ejercito de enfrente, el Imperio español y la Santa Alianza de los reyes y la iglesia europea, contra quienes se peleaba en el siglo XIX, ha sido reemplazado por el Imperio yanqui. La Santa Alianza de las burguesías y los gobiernos neoliberales de Europa y de América, más un ejército de medios de prensa y redes sociales que actúan como la mas afilada arma de guerra no convencional.
Pero con los mismos protagonistas y disyuntivas. Aunque para explicar esto hay que empezar por el principio de la revolución bolivariana.
Reinaldo Iturriza dice que la chavismo nació del cruce de caminos de los dos acontecimientos más importantes de la historia venezolana del siglo XX, que fueron el Caracazo y la rebelión militar de 1992, encabezada por Chávez. El primero determinó que el pueblo venezolano le dijera basta al ajuste neoliberal y el segundo alumbró un liderazgo y una vanguardia dispuesta a luchar por ocupar el Estado.
Voy a ocuparme de dos conceptos que he mencionado. En primer lugar “vanguardia”. No resulta difícil reconocer que después de la derrota de los movimientos insurgentes en América Latina, con excepción de la Revolución cubana, la palabra vanguardia estaba bastante cascoteada.
Pero la revolución bolivariana volvió a demostrar que no solo es necesaria una vanguardia, sino que sin esa vanguardia no hubiera sido posible iniciar esta revolución. Esa vanguardia fue al principio casi exclusivamente militar. Chávez comentó amargamente que de todos los dirigentes civiles de izquierda que se comprometieron a participar en la rebelión del 4 de febrero de 1992, solo apareció Alí Rodríguez Araque. Hubo otros civiles que participaron, que eran cuadros medios o activistas de base. Derrotada la rebelión y con Chávez en la cárcel, se fue a sumando un pequeño contingente de civiles. Sus nombres mas conocidos son el sindicalista y chofer de transportes Nicolás Maduro, el dirigente estudiantil Elías Jaua y la abogada Cilia Flores. Sobre ese pequeño núcleo se conformó el panal del chavismo. Ellos ganaron la primera elección e iniciaron la revolución bolivariana.
El problema de las vanguardias no es que existan sino que envejecen, y casi siempre envejecen con poco decoro. En el caso de Venezuela no hay mas que releer “Las Memorias del Arañero”, de Chávez, para advertir que la casi totalidad de los gobernadores fueron compañeros de armas de Chávez y se jugaron la vida en la rebelión del 92, pero con el correr de los años se apoltronaron y se aburguesaron. Desde la percepción popular la mayoría de esos gobernadores “rebajaban a Chávez”, y no es casualidad que la oposición ha venido insistiendo en hacer elecciones para la renovación de esos mandatos.
Sin embargo, esa vanguardia, que recibió un golpe terrible con el fallecimiento de Chávez, se ha ido reconstruyendo por arriba y por abajo. Por arriba se la ve recomponerse en el gabinete de Maduro y por abajo por mas de un millón de chavistas que son el núcleo duro organizado en los Consejos Comunales, las Comunas, las organizaciones de trabajadores y los movimientos sociales, que son mayoritariamente mujeres. El hecho de que propio presidente sea parte de esa vanguardia en reconstrucción explica la obsesión de la derecha por desalojarlo del gobierno.
El otro concepto que volvió a ponerse sobre la mesa con la revolución bolivariana fue el de ocupar el poder del Estado. El cuestionamiento a la caída de los regímenes del llamado “socialismo real” promovió la idea de que se puede hacer una revolución sin ocupar el Estado. Pensar en una revolución sin ocupar el Estado es pensar un mundo a la medida de nuestros deseos, sin burguesías agresivas y sin imperios. Remite al pensamiento de los niños de tres años. Justamente uno de los problemas más grandes que tenía la revolución bolivariana, era que la derecha había recuperado dos estamentos importantes del Estado como son la Asamblea Nacional y la Fiscalía general, y allí se apoya el Imperio para generalizar la ofensiva.
He puesto el acento en las ideas de vanguardia y de ocupación del Estado, porque me parece que son centrales en el análisis para ocuparnos de la práctica de Rondón, del pueblo chavista.
En la revolución bolivariana hubo un momento bisagra que fue el golpe de Estado de 2002. Los hechos son conocidos. La derecha recuperó el poder por 48 horas y fue desalojada por una movilización espontánea del pueblo, que devolvió a Chávez a Miraflores.
Ese hecho fue impactante para el propio Chávez que hizo un diagnóstico preciso de lo ocurrido. En un momento en que no solo el gobierno, sino toda la institucionalidad chavista estaba derrotada, apareció Rondón para poner las cosas en su lugar. Rondón no peleaba por el estómago, en los primeros años de gobierno el chavismo había escuchado y visibilizado al pueblo pero no había producido sustanciales mejoras económicas. Rondón peleaba por el sueño de un país diferente, donde los de abajo fueran protagonistas.
Chávez, que a veces describía la realidad en términos militares, advirtió rápidamente que ocupando el Estado había ocupado una primera colina, pero ocurría no solamente que el objetivo estaba más lejos, sino que esa postura ganada que le servía para defenderse, no le daba una posición ventajosa para avanzar
Y actuó en consecuencia. En 2005 al sueño de Rondón lo llamó Socialismo del siglo XXI. Advirtiendo que si los pocos bolívares con que contaba el gobierno pasaban por la estructura de Ministerios más de la mitad se iba a quedar por el camino, se le ocurrió 'baypassear' al Estado. Creó las Misiones Sociales, y las puntas de lanza fueron los médicos cubanos que se vincularon directamente con las comunidades desde la Misión Barrio Adentro. Después hizo lo mismo con el Ministerio de Educación. Se crearon las Misiones Robinson, Rivas y Sucre, para llegar a las comunidades más humildes con la educación primaria, secundaria y universitaria. También existieron las apuestas productivas; se expropiaron 4 millones de hectáreas, se estatizaron empresas estratégicas de acero, aluminio y cemento y se invirtieron millones de bolívares en la Misión Vuelvan Caras para promover emprendimientos productivos.
Pero en esa apuesta los resultados inmediatos no fueron favorables, y allí no podemos culpar exclusivamente a la burocracia o a la bolibuguesía. No es fácil para un pueblo que ha desarrollado una cultura de trabajo en servicios e intermediación en las ciudades, volver al campo o autogestionar actividades productivas. En las industrias no basta con que se vaya el patrón para que los trabajadores asuman el control de la fábrica con una orientación socialista. Hace falta tiempo, formación político-ideológica y técnico-productiva. El diagnóstico no es mío, me lo dijo Rondón.
Chávez advirtió los límites, al menos cuantitativos, de su vanguardia y los trató de resolver en términos militares. En distintas avanzadas mandó cien mil jóvenes de barrios humildes a Cuba a recibir cursos de tres meses de formación política y creó el Frente Francisco Miranda, un gigantesco parche militante, para hacerse cargo de las tareas más urgentes de la revolución.
El último Chávez mejoró su comprensión de los problemas a enfrentar y precisó las respuestas. Y entonces empezó a hablar del viejo Estado, que por ahora había que gestionar pero estaba destinado a desaparecer, y el nuevo Estado, el que había que construir. En el 2009, le puso nombres a su reflexión. Habló de Comunas, de Estado Comunal, de Socialismo Comunal
Pero ocurrió que muchos gestores transitorios del viejo Estado se molestaron con la idea de que fueran descartables, que el parche se volvió tapón y que los fracasos ocasionales de Rondón se tornaron en excusas para decir que todavía no era el tiempo de la Comunas.
Cuando la Revolución empezó a padecer el peor de los males, el desencanto, Chávez, ya enfermo, cargó al hombro con la última campaña electoral, que empezó perdiendo y ganó por paliza.
En octubre de 2012, en su primera intervención en el Consejo de Ministros del nuevo gobierno y la que seria su última reunión con ellos en Venezuela enfrentó directamente a los que en nombre de la “necesaria tutela para un pueblo que no estaba preparado” frenaban la organización comunal y convocándolo a Rondón alertó que si se trataba de avanzar hacia el socialismo era “Comuna o Nada”. Se conoce a esa reunión como Golpe de Timón.
Esa convocatoria, más la decisión de designar como sucesor a su mejor hijo, Nicolás Maduro, más el Plan de la Patria, que fijaba una hoja de ruta para la transición al Socialismo, fueron la última herencia de Chávez.
Ocurrió que después de la muerte de Chávez , su hijo heredero Nicolás Maduro salió en busca de Rondón con los Gobiernos de calle y desde el Ministerio de las Comunas, en poco más de un año se legalizaron 1700 Comunas. No se inventaron, simplemente se les sacó el tapón que les impedía emerger.
Pero no duró mucho el envión del Golpe de Timón. Los que se sintieron amenazados por el crecimiento de la nueva institucionalidad cerraron filas y empezaron a bloquear las puertas por donde pasaba Rondón. En el discurso oficial, Rondón, quien desde el Caracazo y el 13 de abril [derrota del Golpe de 2002] le había puesto los límites a la derecha, empezó a ser reemplazado por un señor militar que se presentaba en su programa de TV con un inmenso garrote. La respuesta a la soberbia no se hizo esperar. En diciembre de 2015, la derecha gano las elecciones a la asamblea Nacional, con un alto porcentaje de abstención del chavismo.
Después de ganada la Asamblea Nacional, la derecha no consiguió el objetivo de un inmediato despido de Maduro, pero empezó a hacerse fuerte con la guerra económica y la primera respuesta del señor con el garrote fue que era el Estado y la institucionalidad chavista quien iba a garantizar la victoria. Para el mes de marzo de 2016, El Estado, el Partido y toda la institucionalidad chavista, perdía la guerra económica por escándalo. La escasez de alimentos y medicamentos que golpeaba al pueblo venezolano se combinaba con una feroz sequía que perjudicaba la agricultura, pero además afectaba a la producción de energía eléctrica.
En ese momento crucial Maduro volvió a convocar a Rondón y nacen los CLAP. El gobierno resolvió a principios de abril que los alimentos disponibles para aliviar a la población mas humildes no serán vendidos por medio de los grandes centros de abastecimiento dirigidos por el Ministerio de Alimentación, los Mercales, sino directamente por los Consejos Comunales, las organizaciones de base, por medio de los Comités Locales de Abastecimiento, los CLAP. El cálculo del presidente Maduro fue muy parecido al que hizo Chávez cuando creó las primeras Misiones. El pueblo organizado garantizaría mucho más que las estructuras ministeriales que se repartan sin corrupción los escasos alimentos disponibles.
Con los CLAPs que empezaron a reproducirse se pudo transitar el peor momento de la crisis que fue el mes de mayo de 2016 y millones de venezolanos en condiciones muy difíciles, encontraron un punto de apoyo para resistir a la incitación permanente de la derecha en todas las colas, al saqueo.
En ese mismo mes de abril el Presidente creo el Ministerio de Industrias básicas y puso en el cargo a Juan Arias, un veterano luchador vinculado a las mejores tradiciones obreras, que inmediatamente se vinculó a las empresas nacionalizadas, empezó a conectarlas entre si y a crear puntos de apoyo para que los trabajadores pudieran democratizar la dirección de las empresas y enfrentar a las mafias.
En setiembre de 2016 la oposición convocó a la toma de Miraflores y organizó una movilización considerable, entre treinta y cuarenta mil personas. El chavismo aceptó el desafío y duplicó en la calle a los manifestantes de la oposición.
Hacia fines de 2016 la oposición caracterizó que continuaba ganando la guerra económica, pero empezó a apurarse frente a la evidencia de un gobierno apoyado en Rondón había empezado a encontrar respuestas para sobrevivir y salir adelante.
Pasadas las fiestas y los carnavales, donde menguan los enfrentamientos políticos, la derecha inició otro escalada de la guerra y recurrió otra vez a las guarimbas. Más de cien días de trancas, atentados terroristas y más de cien muertos.
Y allí otra vez el dilema era si el enfrentamiento a la derecha debía asentarse en el Estado o había que volverlo a llamar a Rondón.
El llamado a la Constituyente era una de las salidas posibles en uno de los momentos más difíciles de la crisis. Había otra salida, que era decretar el Estado de Emergencia y apelar a lo que todos los gobiernos hacen en caso de conmoción interna: la represión abierta de los que alteran la institucionalidad, en este caso los vándalos de la derecha. Medida, esta última, que seguramente hubiera creado simpatía en sectores duros de las fuerzas de seguridad, del ejército y del propio pueblo chavista. Imagínense que opinaba el señor del garrote.
El presidente Maduro eligió otra vez convocar a Rondón, pero no para que salga a masacrar a los guarimberos, sino para que pacíficamente se expresara electoralmente. La apuesta parecía descabellada. ¿Porqué un pueblo asediado por la derecha, y sometido a innumerables padecimientos económicos iba a concurrir a votar por cambios constitucionales? Esas dudas, promovidas por la derecha y a las que adhirieron algunos izquierdistas asustados, otra vez lo subestimaron a Rondón.
Se olvidaron que no piensa solamente con el bolsillo y el estómago. Pensaron que frente a la receta de “Gasolina y fuego”, que promovían los fascistas, el negro (y la negra) se iban asustar. Pero el negro y la negra saben bastante de eso, ya lo conocen desde el tiempo de la Inquisición, desde cuando quemaban a las curanderas y a las brujas, desde cuando quemaban a los negros cimarrones. Y no se asustan.
En la fraudulenta Consulta Popular convocada por la MUD el 16 de julio, difícilmente la oposición haya conseguido que voten tres millones de personas. Declararon mas de siete millones, pero esto es incomprobable (no había fiscales independientes y ellos mismos quemaron las planillas). Ese mismo día se hizo un simulacro electoral promovido por la CNE, y se estimó que votaron no menos de cuatro millones de chavistas.
Con ese escenario, la elección de la Constituyente se mostró indetenible. La oposición, que se jugaba perder los dos espacios institucionales que disponía: La Asamblea y la Fiscalía General, empezó a desesperarse y a incrementar la violencia. Propuso un paro de 24 horas y fue un fracaso, después otro de 48 horas y el país pareció no enterarse. El último intento fue trancar las calles y cerrar los caminos para que la gente no pudiera ir a votar. Volvieron a amedrentar y asesinar, pero para desesperación de la oligarquía y sus custodios armados, otra vez se le escaparon los negros. Esta vez para votar. Fueron más de ocho millones de votos valientes que se rebelaron a la amenaza, a las trancas, al terror que paraliza.
Para una visión miope que existe entre algunos sectores del chavismo, los alcances de la Constituyente se limitarían a solucionar los desajustes en el viejo Estado y dar posibilidades de mejores condiciones para transitar hasta la elección presidencial de 2018. Pero Rondón no vuela tan bajo. Le ha visto la cara al fascismo y volvió a ponerse en marcha. Para defender al presidente Maduro y la revolución bolivariana, porque sabe que en esta batalla y las que vienen, les va su propia vida, pero sobre todo -y eso lo entendía muy bien Chávez- porque Rondón sigue soñando con ese otro país posible, digno, soberano y socialista que amanece desafiante, cuya supervivencia se pone en juego cada día y que, desde hace 17 años, recorre el mundo como un fantasma que ilusiona a los oprimidos y horroriza a los poderosos.
La Haine
Nosotros cuando nacimos empezamos a ir a medios que eran muy cuestionados por la izquierda tradicional, incluso nos llamaban “vendidos al sistema” y recibimos muchos insultos por ir a las televisiones que ven los sectores populares. Bueno, pero aún gracias a eso tenemos 5.000.000 de votos. Hemos sido capaces de establecer diálogos donde antes había solamente monólogos. Yo creo que la izquierda ha sido tan arrogante, tan pagada de sí misma, tan intelectualizada, tan incapaz de entender realmente lo que sentía el pueblo. Les decía antes que he leído recientemente esta semana textos de Miguel Enríquez, y leía los textos del año 71′ y te das cuenta que allí había un voluntarismo que daba por cierto que los sectores populares iban a frenar cualquier golpe y la realidad demostró que no, que no fue así, que era una mala lectura de la realidad, de la correlación de fuerzas, que llevó a una catástrofe. Eso es intolerable, esos errores de los intelectuales. No puede ser que nos sintamos más populares que nadie, pero no conectemos con el pueblo, ni siquiera cuando escribimos porque no nos entiende el pueblo, porque escribimos citando muchos autores y de manera muy alambicada. Al final no cumplimos aquello que nos pedía Lenin, de que nos expresáramos para que nos comprendieran hasta las cocineras del Palacio de Invierno. Y por eso seguramente los nuevos pensadores de la izquierda están haciendo guiones para series de televisión o son youtubers, tienen blogs y están intentando dialogar con las mayorías sociales.
Entrevista a Juan Carlos Monedero: “Que los obreros voten a la extrema derecha es un problema de la izquierda, no un problema de los obreros.”
Por Javier Pineda Olcay
En
el Bar El Greco, ubicado en el barrio Argüelles de la ciudad de Madrid,
conversamos con uno de los intelectuales de izquierda de mayor impacto
mediático en América Latina. Politólogo de la Universidad Complutense de
Madrid y Doctor por la Universidad de Heidelberg, Juan Carlos Monedero
es uno de los fundadores de Podemos y uno de sus rostros más visibles.
Semana a semana se puede seguir sus artículos publicados en distintos
medios de comunicación, tanto en medios escritos como en programas de
televisión donde destaca el programa La Tuerka, en el cual reflexiona y
opina sobre la coyuntura española, europea y latinoamericana.
En
esta conversación con el profesor Monedero conversamos sobre algunos
temas que son importantes para entender el periodo político en el que
nos encontramos, más allá de la coyuntura, abordando temas tales como la
profundidad de la crisis del sistema capitalista y sus posibles
salidas, análisis del periodo político y el debate estratégico actual,
posmodernismo, discusión sobre partido-movimiento, formación de cuadros,
entre otros temas. Algunas de estas reflexiones las podemos encontrar
en sus distintos libros, tales como “El Gobierno de las Palabras.
Política para tiempos de confusión” (2011) y “Curso urgente de política
para gente decente” (2013).
Javier
Pineda: El primer tema que quisiera conversar con usted, profesor, dice
relación con la profundidad de la crisis que afecta al sistema
capitalista. Para algunos autores/as se trataría de una crisis de la
fase neoliberal, pero para otros autores sería una crisis del sistema
capitalista en su conjunto, dada la potencialidad de los conflictos
bélicos que se vienen acrecentando o el problema medioambiental como un
tema estratégico para el sistema capitalista el cual no encuentra
solución al interior de él. ¿Qué piensa usted al respecto de esta
crisis?
Juan
Carlos Monedero: El sistema capitalista como cualquier organismo vivo
nace, se desarrolla y morirá. Nace a finales del siglo XV, comienzos del
siglo XVI. Ha tenido cuatro siglos de desarrollo, y lleva un siglo de
decadencia muy clara. Desde la crisis de finales del siglo XIX, la
crisis de 1929, la crisis de 1973 y la actual, acompañada de muchas más.
Nunca se sabe cuál va a ser la última crisis del capitalismo y ese es
uno de los grandes errores que ha tenido la ciencia social marxista, de
no entender la capacidad de adaptabilidad que tiene el capitalismo y
pensar siempre que la última crisis era la definitiva. Lo que sí es
evidente es que, de cada crisis, el capitalismo sale con menos
herramientas para solventarla y que, por tanto, las contradicciones –
que es una tesis marxista que tiene plena validez – cada vez se hacen
más ingobernables. De la crisis del 73′ el sistema capitalista salió con
cuatro herramientas – que hoy están muy debilitadas – las cuales son:
(i) la explotación de los países del sur (que ya no se dejan); (ii) la
explotación de la naturaleza (que ya grita); (iii) la explotación de las
generaciones futuras a través de la deuda pública (que ya es
insostenible) y; (iv) a través del incremento de la explotación (pese a
la explotación directa) que hoy se da a través de la robotización que
genera grandes bolsas de desempleo y precarización.
Esos
cuatro elementos se convierten en ingobernables, y eso también es lo
que explica que el sistema capitalista actual, neoliberal, haya puesto
mucho énfasis en convertirse en un nuevo sentido común. Y es lo que
explica también porque ahora es mucho más difícil pelear contra el
sistema que hace 40 años. Cuando bombardeas el Palacio de La Moneda, es
muy evidente que lo estás bombardeando. En cambio, cuando tú a través de
presiones financieras doblegas a Grecia, tienes los mismos efectos
brutales, pero no se identifica como tal. Y, por tanto, el sistema
neoliberal tiene una capacidad novedosa que es caer hacia adelante,
fracasar hacia adelante, es decir, tiene la capacidad de soportar, de
solventarnos sus fallos sistémicos. Por ende, se trata de un
funcionamiento de más medicina de la que nos está matando.
Lo
anterior se sostiene solamente porque ha sido capaz, como decía Joseph
Stiglitz, de convencernos de que no hay alternativa y, además, ha sido
capaz de alguna manera de paralizar la posibilidad de construir una
utopía alternativa. Entonces, es la propia parálisis de los
trabajadores, de los sindicatos, de los partidos de izquierda, de las
clases medias, lo que genera un escenario de involución que sitúa en el
horizonte perspectivas sombrías.
JP:
Profesor, en ese sentido, actualmente muchas de las organizaciones
están simplemente en un tacticismo que trata de enfrentar la coyuntura,
abandonando toda reflexión estratégica, que fue bastante importante en
otros periodos políticos como lo fueron los años 60′ y 70′, en la cual
se vislumbraban tesis diferenciadas respecto de cuál era la estrategia a
seguir en ese momento. ¿Cómo podría caracterizar el debate estratégico
actualmente existente?
JCM:
Una vez decía Boaventura De Sousa Santos que una teoría sin práctica es
inútil, y una práctica sin teoría esta ciega. Los debates en relación a
los años 70′ han sido muy estériles. He estado leyendo recientemente
los trabajos de Miguel Enríquez, y uno los ve con la perspectiva del
siglo XXI y nota que buena parte de esas tesis eran voluntaristas,
pecaban de un exceso de voluntarismo porque medían mal lo que tiene que
ser la principal herramienta de un revolucionario, que es medir bien la
correlación de fuerzas. Si las mides mal, estás condenado a exigir a las
masas sacrificios heroicos absurdos. Eso creo que es una
irresponsabilidad.
Acabamos
de publicar en España el último libro de Bob Jessop, que es un teórico
marxista del Estado, donde deja muy claro que buena parte de los debates
que nos han tenido entretenidos en la Teoría del Estado durante 20 años
eran absurdos. El estructuralismo de [Louis] Althusser, el
instrumentalismo de [Ralph] Miliband, eran todas construcciones que
llevaban a callejones sin salida. De la misma manera, el último gran
debate sobre el Estado es erróneo, en el cual John Holloway plantea que
hay que cambiar el mundo sin tomar el poder.
Sin
la herramienta del Estado es imposible cambiar algo, lo cual no
significa que no sea cierto que el Estado es siempre parte del problema.
Pero si tú no tienes la palanca del Estado – que es lo que dice el
modelo neoliberal – para desmantelar todo lo que se ha construido desde
la salida de la crisis del 29′, desde el New Deal de Roosevelt,
pero también toda la construcción de los Estados Sociales en el mundo
occidental o de los Estados Desarrollistas en América Latina, yo digo
que sin esa palanca estatal hubiese sido imposible desmantelarlo.
Eso hace que la izquierda, o lo que vaya a hacer la izquierda en el futuro, tiene tres grandes problemas que no ha resuelto y que si no los solventa no va a ir a ningún lado: (i) entender que necesita el aparato del Estado,
que tiene que tener la capacidad de hacer del aparato del Estado un
instrumento eficiente para la transformación social y eso implica
inteligencia al respecto; (ii) el manejo de los medios de comunicación,
como un elemento esencial, que es una lógica que pertenece a la
derecha, al mundo consumista, al mundo del entretenimiento, del
espectáculo y que no sabemos desde las posiciones emancipadoras hacer,
es decir, medios de comunicación que funcionen, y; (iii) la globalización,
donde estamos fracasando profundamente y, por el contrario, la derecha
acierta, pues es capaz de construir sinergias globales, mientras que
nosotros lo único que hacemos es fragmento tras fragmento.
JP:
En ese sentido, respecto al primer punto, ¿Qué significa la toma del
aparato del Estado? ¿Cómo se relaciona esta tesis con la tesis de
construcción de poder popular que incluso ha sido levantada por Podemos y
se ha materializado en parte con el proyecto de “Vamos”? Esta pregunta
la planteo a propósito del problema que se ha dado en la práctica, en la
cual muchas veces por apostar a controlar el aparato del Estado se
termina abandonando a los movimientos sociales, que es lo que García
Linera plantea como una de las tensiones creativas de todo proceso
revolucionario.
JCM:
No hay solución que no pase por cabalgar las contradicciones en el
siglo XXI. Como yo vengo diciendo, igual que la luz es onda y partícula,
vamos a tener que ser una cosa y su contraria. La única manera de no
caer ni en tacticismos, ni en oportunismos, ni en contradicciones, es
inyectar a los debates mucha masa popular. Ya no es tiempo de
vanguardias. Las vanguardias hacen falta o los liderazgos hacen falta
solamente como reductores de incertidumbre, pero ya no se aceptan
bajadas de línea que la ciudadanía tenga que seguir acríticamente. En
ese sentido, creo que es muy relevante entender que si vamos a tener que
ser onda y partícula, si vamos a tener que ser partido y movimiento,
locales y globales, consumistas y ecologistas, si vamos a tener que
cabalgar muchas contradicciones, la única solución es mantener ese
equilibrio constantemente engrasado, es decir, que no quiebren el eje
vertical, jerárquico, que garantiza el poder para, es decir, que
garantiza unir todo ese vapor para meterlo en una caldera y que funcione
como una turbina, pero que tampoco falle esa politización que solamente
se consigue de manera horizontal y a través del debate, y que es el que
permite que haya ese gas social para que después la turbina camine.
Creo que es esencial mantenerlo.
¿Cómo
se hace? Boaventura [de Sousa Santos] plantea que hay que hacer que
todos los cambios sociales que han sido ocultados emerjan, porque son
potenciales elementos de transformación. Y luego, los que ya están
emergiendo hay que cuidarlos, hay que dialogarlos. Allí hay una
discusión que hemos tenido en España sobre Laclau, que no se trata de
construir significantes vacíos sin más. Es verdad que en la fase de
impugnación de cualquier régimen hace falta una gran indignación que se
va a construir trazando un ellos y un nosotros, que va a ser más de
brocha gorda que de pincel.
Pero después de esa fase destituyente que impugna lo que existe por excluyente, por violento, por poco democrático, en la fase constituyente necesitas armar todas las demandas populares y hacerlas compatibles a través de un proceso de traducción.
No a través de que se vacíen las demandas de los mapuches para que sean
comprendidas por los sindicalistas, y los sindicalistas vaciar la suya
para que sean entendidas por las feministas, y que éstas vacíen la suya
para ser entendidas por los estudiantes universitarios. Hay que entender
donde se traducen, que de alguna manera se hagan corresponsables. Y por
eso, tampoco vale una lógica de vanguardia porque hay determinadas
cuestiones donde tú vas a tener que moderar tus propuestas para hacerlas
compatibles con otras propuestas, entendiendo los tiempos, los recursos
y la correlación de fuerzas. Por eso no son tiempos de vanguardia.
JP: A propósito de lo que comentaba sobre Ernesto Laclau y la teoría del populismo “versus” la
teoría de la traducción de Boaventura de Sousa Santos ¿Cuál es la
discusión que ustedes han tenido sobre el posmodernismo? Esto en algún
momento se transformó en una dicotomía entre lo que podríamos denominar
“marxismo ortodoxo” versus estas nuevas teorías encabezadas por Ernesto
Laclau. Pero que a pesar de las caricaturas que muchas veces se realizan
al respecto, hay componentes novedosos respecto al nuevo momento
político que nos enfrentamos y que ha intentado ser denominado de
distintas maneras, como “posmodernismo de oposición” por Boaventura o
“transmodernidad” en el caso de Enrique Dussel para diferenciarse de las
posturas “tradicionales” del posmodernismo.
JCM:
Los conceptos dan igual. Los conceptos a veces intentan imponerse y
fracasan. El de posmodernismo en oposición fracasó, el propio concepto
de posmodernidad ha fracasado. De igual forma se quejaba amargamente
Robert Dahl de que había fracasado el concepto de poliarquía. Hoy
parece que tiene más éxito hablar de decolonialidad o pensamiento
decolonial, que es una manera de decir lo mismo, es decir, que la
modernidad ha sido colonial, patriarcal, productivista, lineal, y esos
elementos hoy están cuestionados, por tanto, hace falta entender que
estamos en un momento donde no se asume el patriarcalismo, no se asume
la linealidad de una flecha del progreso univoca e ininterrumpida, no se
asume el eurocentrismo con su condición epistemicida, y tampoco se
acepta el productivismo en un mundo donde ya hay medio planeta tierra
invalidado por el abuso humano.
Entonces,
si ya no valen todos los rasgos que se han dado de la modernidad,
estamos en otra cosa y el nombre es lo de menos. Lo que está claro es
que tenemos que ir pensado algo que está más allá de la modernidad y que
puede tener una mirada crítica o una mirada complaciente, como todos
los conceptos políticos, que al ser políticos están sometidos al
conflicto y van a caer del lado de la revolución o del lado de la
emancipación. Por eso la lucha semántica es importante, porque si tú
defines democracia solamente como una participación electoral has
perdido, pues se entiende ese concepto como algo que exige a la
ciudadanía.
Yo
creo que en ese sentido, tenemos que entender que no hay que discutir
con conceptos que nos fragmenten, por eso nosotros en España
cuestionamos el eje “derecha/izquierda”, porque cuando te sitúas en el
eje “derecha/izquierda” sabe lo que está diciendo quien lo expresa, pero
quien lo está leyendo igual está pensando una cosa radicalmente
diferente, por tanto, son conceptos tan polivalentes que ya no sirven.
Lo que es evidente es que estamos en un momento histórico de cambio,
estamos en una crisis civilizatoria y convendría hacer un esfuerzo
teórico, porque si no solamente vamos a aprender a través del ensayo y
el error. Si bien es cierto que hay cosas que vamos a aprenderlas
solamente a través del ensayo y el error, porque no hay modelos, ni
pautas, convendría ser cuidadosos e intentar limitar al máximo los
errores, porque el poder, las minorías, el capital, el norte, sigue
atento y cobra muy caro cualquier tipo de error.
JP:
Profesor, en esa lógica de esta nueva estructura de partido-movimiento
como lo han denominado en Podemos y la tesis de traducción de luchas en
lugar de vaciamiento de ellas. ¿Cómo caracterizaría la construcción de
programa? ¿Cómo fue la experiencia en Podemos cuando usted era encargado
de la Secretaría de Procesos Constituyentes y Programa?
JCM:
La lógica tiene que ser la que diferencia Twitter de Wikipedia. En
Twitter tienes un basurero lleno de potencialidades, lleno de cosas
relevantes, pero no habiendo ningún tipo de filtro que organice y ordene
el conocimiento se convierte en un basural. En cambio, Wikipedia al
tener organismos de control, organismos que no son de censura o que no
deben ser de censura, sino que son elementos de fiabilidad, convierten
esa herramienta colaborativa en algo maravilloso que es la enciclopedia
más importante del mundo. Otras veces estamos en horizontalidad o
jerarquía, generosidad y control. Yo creo que los partidos políticos
funcionan con grupos promotores que tienen que ser maternalistas y no
paternalistas, es decir, cuando yo le pedí a mi padre que me enseñara a
nadar me agarró de una pata y un abrazo y me tiró a mitad de la alberca
[piscina] ¿no? Y cuando le pedía a mi madre que me ayudara a montar en
bicicleta me dejaba, si yo me caía me agarraba. Esa lógica maternal es
la que necesita la política. La tiene la gente creyente que acompaña a
los más desfavorecidos. Esa lógica hay que trasladarla a la política, en
tanto seamos capaces de construir un nuevo sentido común. Hay que
partir de la realidad en la que estamos. Es que el sentido común es
neoliberal, es consumista, no hay una utopía alternativa a la utopía
neoliberal que convierte cualquier sueño en un derecho, siempre y cuando
lo mercantilice.
Entonces,
en ese sentido, hace falta recuperar una nueva militancia que no vale
ni siquiera en el nombre, porque militancia viene de militar. Esa
concepción de ejército no es buena para el siglo XXI, pero sí que es
verdad que hace falta ese compromiso fuerte de la gente que ha entendido
la importancia de la transformación, que tiene que hacer una labor
evangelizadora, sin pedir que nadie te lo recompense, sino que solo por
el compromiso que nace de lo que consideras que es correcto.
JP:
En esa lógica de militancia, otro concepto militar que se traslada a la
política es el de cuadros políticos ¿Cómo ve usted la formación de
cuadros?
JCM:
Pues es esencial, porque un gran problema que tenemos es que la
formación de nuestros propios militantes se obtiene a través de los
medios de comunicación y eso no es dejar sometidos al albur de los
acontecimientos, es decir, los propios inscritos de Podemos leen los
medios de comunicación y escuchan las redes y las televisiones, que son
enemigas de Podemos porque no tenemos alternativas.
Sin
embargo, ¿cuál es la ventaja? La ventaja es que a través de internet se
ha roto el monopolio de los medios. El diario El País ya no cambia
nada. Antes tumbaba presidentes, pero ahora el diario El País ha
intentado, por ejemplo, influir en las primarias de Podemos y ha
fracasado. Pero sí creo que es muy importante que le prestemos atención a
la formación. Tenemos el problema de que la formación requiere tiempo, y
en un mundo tan vertiginoso es difícil encontrar tiempo para aprender
un idioma, para aprender a tocar un instrumento o para formarte
políticamente. Entonces, ahí habrá que echarle mucha imaginación, porque
si no yo creo que hay cuatro instituciones que son del siglo XIX y que
tienen profundos problemas en el siglo XXI -que se la juegan- que son:
los medios de comunicación; las universidades; los partidos políticos y
los sindicatos. No pueden modernizarse renunciando a lo que son. No
puede ser que los sindicatos digan “debemos modernizar, renunciando ser
sindicato de clase, convirtiéndome en una organización de servicios”
¿Por qué entonces quien está a tú razón de ser? Y a los partidos
políticos les ocurre lo mismo, se reinventan. Los partidos políticos son
necesarios, los sindicatos, las universidades y los medios de
comunicación también. Ahora hay que reinventárselo, porque si no son
sustituidos por el mercado, por alguna forma de mercancía.
JP:
En ese sentido, respecto a los sindicatos, al menos lo que sucede en
algunos países latinoamericanos es que terminan transformándose en
instituciones clientelares, abandonando su componente clasista y
perdiendo el poder negociador que tenían anteriormente. ¿Cómo usted ve
el concepto de clase actualmente?
JCM:
Nadie quiere ser clase obrera, nadie se define a sí mismo como clase
baja, nadie se siente así mismo como sector popular. Ahora la gente se
siente clase media, aunque esté jodida, y esa es una realidad que no la
pueden solventar intelectuales diciéndole “no, no, tú eres clase baja
porque te lo digo yo. Tú eres clase obrera porque te lo digo yo, porque
he leído a Marx y entonces te voy a decir lo que tú eres”. Eso
genera una falta de diálogo que no te permite entender nada. De hecho,
una buena parte de los sectores populares está votando a la extrema
derecha, lo cual es un disparate. Eso es un problema de la izquierda.
Que los obreros voten a la extrema derecha es un problema de la
izquierda, no un problema de los obreros. Es la incapacidad de la
izquierda de poder haber establecido diálogos con esos sectores.
Nosotros
cuando nacimos empezamos a ir a medios que eran muy cuestionados por la
izquierda tradicional, incluso nos llamaban “vendidos al sistema” y
recibimos muchos insultos por ir a las televisiones que ven los sectores
populares. Bueno, pero aún gracias a eso tenemos 5.000.000 de votos.
Hemos sido capaces de establecer diálogos donde antes había solamente
monólogos. Yo creo que la izquierda ha sido tan arrogante, tan pagada de
sí misma, tan intelectualizada, tan incapaz de entender realmente lo
que sentía el pueblo. Les decía antes que he leído recientemente esta
semana textos de Miguel Enríquez, y leía los textos del año 71′ y te das
cuenta que allí había un voluntarismo que daba por cierto que los
sectores populares iban a frenar cualquier golpe y la realidad demostró
que no, que no fue así, que era una mala lectura de la realidad, de la
correlación de fuerzas, que llevó a una catástrofe. Eso es intolerable,
esos errores de los intelectuales. No puede ser que nos sintamos más
populares que nadie, pero no conectemos con el pueblo, ni siquiera
cuando escribimos porque no nos entiende el pueblo, porque escribimos
citando muchos autores y de manera muy alambicada. Al final no cumplimos
aquello que nos pedía Lenin, de que nos expresáramos para que nos
comprendieran hasta las cocineras del Palacio de Invierno. Y por eso
seguramente los nuevos pensadores de la izquierda están haciendo guiones
para series de televisión o son youtubers, tienen blogs y están intentando dialogar con las mayorías sociales.
ATE se suma a la marcha de San Cayetano por la emergencia alimentaria
El sector gremial que responde a Hugo “Cachorro” Godoy se movilizará junto a los movimientos sociales el próximo lunes desde Liniers a Plaza de Mayo.
“A Macri hay que pararlo antes, durante y después de las
elecciones”, disparó el secretario General de ATE, Hugo “Cachorro” Godoy y
volvió a convocar a la movilización del próximo lunes 7 de agosto.
“ATE y la Central de los Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTAA) convocarán a una marcha el 7 de este mes desde San Cayetano hacia la Plaza de Mayo, porque los sindicatos y las organizaciones tienen que continuar uniendo sus luchas”, sentenció el dirigente.
En ese marco, Godoy consideró que los estatales “no pueden ser ajenos al actual proceso electoral porque se definirán cosas importantes para la gente”, por lo que expresó su respaldo a De Gennaro, ex dirigente estatal y fundador de la CTA, quien “siempre estuvo con los trabajadores y no traicionará el mandato si llega al Congreso”.
La marcha del próximo lunes tendrá como principal objetivo lograr la sanción de la ley de emergencia a alimentaria que, entre otros puntos, establece un incremento del 50% en las partidas de los comedores y los merenderos.
El texto definitivo que se presentará en el Congreso de la Nación terminará de ser redactado este jueves con el aporte de distintos sectores de la oposición. Los puntos centrarles del proyecto que será fruto del consenso de distintos actores serán la creación del Consejo Nacional de la Emergencia Alimentaria, la declaración de la emergencia pública en materia alimentaria por el término de 2 (dos) años y la reestructuración presupuestaria para la implementación de la Ley de hasta un monto de diez mil millones de pesos.
En San Martín, 74 personas quedaron sin trabajo. El miércoles de
la semana pasada la empresa distribuidora de artículos de librería
Distripapper bajó sus persianas y no dió ninguna explicación, solo les
informó a los empleados que no les enviarían telegramas notificando los
despidos.
"El miércoles vinimos a trabajar como todos los días a las 15:30 y nos encontramos con la persiana baja y sin ninguna explicación. Un custodio del lugar nos dijo que la empresa cerró y que no había laburo para nadie. Estamos haciendo una guardia permanente en la puerta es, esperamos al menos una respuesta, pero todavía nadie apareció. Nos llegó al oído que van a presentar quiebra y que no nos van a mandar telegramas, dicen que es mucho gasto para la empresa en este momento", cuenta a Tiempo Mario, quien trabajó 18 años en Distripapper.
La patronal argumentó que gastarían unos 20 mil pesos en trámites. Sin embargo los trabajadores si les enviaron telegrama porque se consideran despedidos. Los trabajadores recibieron el apoyo del diputado nacional Leonardo Grosso y del Movimiento Evita, quienes se comprometieron en acompañarlos en sus reclamos.
"Nos dijeron que con suerte podemos llegar a cobrar el último mes trabajado y el aguinaldo que todavía no lo recibimos, pero no indemnización. Acá se hacía la distribución de artículos de librería a grandes empresas. Los pedidos se venían dando en forma normal, como así también llegaban los proveedores, esto cambió de la noche a la mañana. El lunes vino un camión repleto de resmas de hojas y habían comprado seis cargas más de la misma magnitud", explicó minuciosamente Mario.
"Los que trabajaban en las oficinas de la empresa en Capital nos habían advertido que algo así tramaba la patronal. Ellos fueron los primeros afectados. Ahora estamos la mitad acá y la otra reclamando en el centro porteño. Pero lo real es que todos quedamos en la calle", se lamentó Mario, quien agregó: "Queremos seguir trabajando, todos tenemos familia y muchas obligaciones, esta situación es muy angustiante. Entre las familias tenemos chicos discapacitados, mujeres embarazadas, ancianos y muchas cosas que pagar. No sabemos qué hacer, porque no hay trabajo en ningún lado, pero algo tenemos que hacer. Lo único que queremos es mantener la fuente de trabajo que es lo más importante."
Y finaliza. "Me siento muy mal porque ahora no sé como sostener a mi familia. Estamos haciendo permanencia en el lugar y nos amenazan con mandar a la policía para que nos reprima. Hoy me desperté a las seis de la mañana y me senté en la cama y lo único que hice fue llorar. Pero sé que tengo que juntar fuerzas para seguir adelante."
“ATE y la Central de los Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTAA) convocarán a una marcha el 7 de este mes desde San Cayetano hacia la Plaza de Mayo, porque los sindicatos y las organizaciones tienen que continuar uniendo sus luchas”, sentenció el dirigente.
En ese marco, Godoy consideró que los estatales “no pueden ser ajenos al actual proceso electoral porque se definirán cosas importantes para la gente”, por lo que expresó su respaldo a De Gennaro, ex dirigente estatal y fundador de la CTA, quien “siempre estuvo con los trabajadores y no traicionará el mandato si llega al Congreso”.
La marcha del próximo lunes tendrá como principal objetivo lograr la sanción de la ley de emergencia a alimentaria que, entre otros puntos, establece un incremento del 50% en las partidas de los comedores y los merenderos.
El texto definitivo que se presentará en el Congreso de la Nación terminará de ser redactado este jueves con el aporte de distintos sectores de la oposición. Los puntos centrarles del proyecto que será fruto del consenso de distintos actores serán la creación del Consejo Nacional de la Emergencia Alimentaria, la declaración de la emergencia pública en materia alimentaria por el término de 2 (dos) años y la reestructuración presupuestaria para la implementación de la Ley de hasta un monto de diez mil millones de pesos.
El conmovedor relato de uno de los 74 despedidos tras el cierre de una fábrica en San Martín a los que les niegan la indemnización.
"El miércoles vinimos a trabajar como todos los días a las 15:30 y nos encontramos con la persiana baja y sin ninguna explicación. Un custodio del lugar nos dijo que la empresa cerró y que no había laburo para nadie. Estamos haciendo una guardia permanente en la puerta es, esperamos al menos una respuesta, pero todavía nadie apareció. Nos llegó al oído que van a presentar quiebra y que no nos van a mandar telegramas, dicen que es mucho gasto para la empresa en este momento", cuenta a Tiempo Mario, quien trabajó 18 años en Distripapper.
La patronal argumentó que gastarían unos 20 mil pesos en trámites. Sin embargo los trabajadores si les enviaron telegrama porque se consideran despedidos. Los trabajadores recibieron el apoyo del diputado nacional Leonardo Grosso y del Movimiento Evita, quienes se comprometieron en acompañarlos en sus reclamos.
"Nos dijeron que con suerte podemos llegar a cobrar el último mes trabajado y el aguinaldo que todavía no lo recibimos, pero no indemnización. Acá se hacía la distribución de artículos de librería a grandes empresas. Los pedidos se venían dando en forma normal, como así también llegaban los proveedores, esto cambió de la noche a la mañana. El lunes vino un camión repleto de resmas de hojas y habían comprado seis cargas más de la misma magnitud", explicó minuciosamente Mario.
"Los que trabajaban en las oficinas de la empresa en Capital nos habían advertido que algo así tramaba la patronal. Ellos fueron los primeros afectados. Ahora estamos la mitad acá y la otra reclamando en el centro porteño. Pero lo real es que todos quedamos en la calle", se lamentó Mario, quien agregó: "Queremos seguir trabajando, todos tenemos familia y muchas obligaciones, esta situación es muy angustiante. Entre las familias tenemos chicos discapacitados, mujeres embarazadas, ancianos y muchas cosas que pagar. No sabemos qué hacer, porque no hay trabajo en ningún lado, pero algo tenemos que hacer. Lo único que queremos es mantener la fuente de trabajo que es lo más importante."
Y finaliza. "Me siento muy mal porque ahora no sé como sostener a mi familia. Estamos haciendo permanencia en el lugar y nos amenazan con mandar a la policía para que nos reprima. Hoy me desperté a las seis de la mañana y me senté en la cama y lo único que hice fue llorar. Pero sé que tengo que juntar fuerzas para seguir adelante."
4 de agosto de 2017
“La reforma laboral ya empezó”
El fantasma de la reforma laboral de Brasil ha puesto sobre el debate lo que pueda suceder en Argentina. La propia CGT sacó un documento en el que denunció intentos por parte del gobierno de avanzar por un camino similar. Sin embargo, Julia Egan, miembro del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales, opina que en Argentina la reforma laboral YA empezó. Por Red Eco Alternativo
La socióloga Julia Egan afirmó, en una entrevista realizada por Red Eco, que el gobierno de Mauricio Macri ya viene avanzando en algunos aspectos de la reforma que no es una general al estilo Brasil o Francia sino que se va dando por partes, en lo que ella denomina reforma “molecular”.
“Esta estrategia le evitaría tener que enfrentarse a las complicaciones políticas y sociales que se podrían dar si el gobierno encarase, por ejemplo, una reforma a la Ley de Contrato de Trabajo o de la jornada laboral. Sería complicado, planteándose un frente tan amplio, hacerla pasar por el Congreso y generaría un impacto político y social muy grande. Con esta estrategia de hacer una reforma ‘molecular’ el gobierno se ahorra todos esos posibles costos. El gobierno en general pretende dividir frentes, atacar frentes chicos uno por uno porque la clase obrera argentina, históricamente, más allá de situaciones coyunturales, tiene una tradición organizativa mucho más fuerte que por ejemplo Brasil. Tiene una lucha de historia sindical muy importante”, detalló la integrante del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales (CEICS).
Para Egan, quien investiga en este Centro sobre las condiciones de trabajo en Argentina de los costureros en particular y de la coyuntura laboral en general, esta reforma ‘molecular’ ya se viene implementando fundamentalmente a partir de tres elementos:
1-La caída del salario real con el mecanismo de firmar paritarias por debajo de la inflación, que se suma al atraso salarial que viene desde hace varios años.
2-La renegociación de convenios colectivos de trabajo.
3-La disminución de los costos por accidentes de trabajo y, por lo tanto, disminución de inversión en seguridad e higiene (laboral).
A eso se agrega la reforma jubilatoria de la que se está hablando en estos días.
Paritarias: Es el interés de los empresarios pagar menos salarios
Esta es la idea central que motoriza las intenciones en las negociaciones paritarias por parte del gobierno y de los empresarios.
“La cuestión acá es cómo las direcciones sindicales se han plegado de forma unánime a avalar todas las firmas de las paritarias por debajo de la inflación y así disminuir el salario real de los trabajadores. Lo que pudimos analizar de las negaciones paritarias es que a fin del año pasado se hablaba de que Macri iba a imponer el techo del 18%, después cuando se inició la ronda de negociaciones el techo se puso en el 20%, y si vemos los acuerdos más importantes (nosotros relevamos alrededor de 35 ramas de la economía) lo que se ve es que los acuerdos se cerraron entre el 20 y el 22%”, detalló la Becaria del CONICET.
“Ahí hay una clara alianza de las direcciones sindicales con el gobierno y las empresas para que los salarios sigan siendo bajos y pierdan poder adquisitivo en términos reales. Al trabajador le significa menos plata en el bolsillo, comprar menos alimentos, menos ropa, dificultades para pagar la vivienda y a los empresarios, un ahorro”, agregó.
Vaca Muerta: antecedente para renegociar nuevos convenios colectivos
En la entrevista de Red Eco, la socióloga presentó al acuerdo de Vaca Muerta como un antecedente que el gobierno pretende que se tome como modelo. “Es con este acuerdo que se empieza a introducir algo que Macri mencionó públicamente varias veces y que es su preocupación por actualizar los convenios ya que según él (los actuales) están obsoletos pensando cómo se dan las relaciones productivas en la actualidad”.
Repasando lo que significó este acuerdo de los petroleros de Vaca Muerta (ver Flexibilización laboral en Brasil: ¿también en Argentina?), Egan recordó que “en el acuerdo de Vaca Muerta básicamente lo que se pactó es un aumento de la jornada laboral y el aumento de la intensidad del trabajo. A lo que se apunta es a disminuir tiempos muertos, descansos. Se introduce la polivalencia que es básicamente legalizar que un trabajador pueda hacer diferentes tareas independientemente de la categoría que está fijada en el convenio y también se incorporan cláusulas de productividad. Ese es el modelo que el gobierno quiere extender a todos los convenios. De hecho, manifestó su intención explícitamente de replicar el convenio de Vaca Muerta en varias ramas”.
Luego de este acuerdo, Egan recordó que “se extendieron condiciones de trabajo similares al gremio de marítimos que ya las está negociando; y con el acuerdo en automotrices también se avanzó en este sentido. El caso quizás más impactante recientemente es el de trabajadores estatales a los que se les introdujeron pautas de productividad y de presentismo”.
Claro está que todas estas modificaciones apuntan a la necesidad que tiene el capital de reducir los costos laborales. El aumento de la cantidad de horas no necesariamente debería darse como en Brasil que se incrementaron las horas legales a 12 diarias de trabajo. Hay otras formas para que el trabajador labore y produzca más en menos tiempo de trabajo.
“Cuando reducís descansos, reducís tiempos muertos porque reorganizás el trabajo de otra manera, lo que estás haciendo es aumentar la jornada laboral. Y aparte le exigís al trabajador que trabaje más fuerte; ahí entran también las cláusulas de productividad, cómo vos estimulás el salario a partir de, básicamente, una pauta productiva. Y más en situaciones como éstas donde el salario real baja y no baja solo ahora sino que tiene una tendencia histórica que muestra que en los últimos 30 años bajó un 40%. Entonces en este marco vos le decís al trabajador que cuanto más produzca más va a ganar y, desde ya, por una cuestión de necesidad, se va a sentir ‘estimulado’ a explotarse más a si mismo”.
Las reformas de las leyes de accidentes de trabajo, disminuyen los costos laborales
“La ley de ART viene siendo modificada en los últimos 20 años, en el sentido de ser siempre menos beneficiosa para los trabajadores. La modificó el menemismo, el kichnerismo (Empresarios y ART...agradecidos!) y el macrismo (Ley de Riesgos de Trabajo: otra vez a favor del capital) para restringir la posibilidad de que los trabajadores reclamen judicialmente y tengan mayor beneficio por lo que, en definitiva, es la responsabilidad del empresario que es que se trabaje en buenas condiciones y se esté seguro en el lugar de trabajo”, explicó la integrante del CEICS.
Las reformas apuntan a correr el reclamo del fuero laboral al fuero judicial donde, explicó Egan, “las causas no son evaluadas por el personal pertinente y crean miles de instancias administrativas antes que el trabajador pueda hacer efectivamente una denuncia, se multiplican las comisiones médicas (que fue uno de los aspectos de la reforma menemista), que están integradas por médicos que se encargan de evaluar si un accidente de trabajo es tal y el grado de incapacidad que un trabajador tiene por ese accidente. Y estas comisiones médicas, desde el menemismo, actúan siempre, independientemente de que los trabajadores no elijan ir a una instancia judicial”.
Y ahora ¿qué?
Si ya se viene trabajando en estos tres puntos y si la actual idea de reforma ‘molecular’ ya viene avanzando, le preguntamos a Julia Egan cuál sería la iniciativa que pudiese abordar este gobierno respecto a la nombrada reforma laboral que, aparentemente, no sería como la de los años 90. Recordemos que en esos años se legalizaron los llamados contratos basura con pérdida de beneficios laborales para los trabajadores y que además se instauró la rebaja de los aportes patronales en materia previsional, que luego permaneció vigente durante todos los gobiernos, tomando diferentes formas.
Julia Egan: Lo que hay que dejar en claro es que la Reforma laboral YA arrancó, si lo pensamos en los términos de que se está encarando como una reforma molecular y no total. Tiendo a pensar que no deberíamos esperar una reforma laboral al estilo Brasil.
La reforma laboral YA comenzó con el acuerdo Vaca Muerta, continuó con la reforma de la ley ART y se plasmó desde el año pasado con los acuerdos paritarios. Y ahora se suma el tema de la reforma previsional.
Se ha firmado incluso a fines de la semana pasada un convenio nuevo para los trabajadores rurales que son de los colectivos de trabajadores que trabajan en peores condiciones, con los salarios más bajos, con el 80 % de trabajo en negro. Se les ha incluido cláusulas de productividad. Ya está llegando al agro también la reforma laboral.
Esta reforma molecular va a continuar y a lo que se va a apuntar es a llevar esta reforma rama por rama. Es lo que se viene viendo hasta ahora: primero petroleros, luego automotrices, estatales, rurales, que son colectivos de trabajo importantes por el peso que tienen en la economía y por la masa de trabajadores que abarcan.
La reforma laboral, si la pensamos en términos de degradación de las condiciones de trabajo, no es algo que sea propio de un gobierno. Los convenios, las cláusulas propias de la flexibilidad, el presentismo, la productividad y la polivalencia ya están presentes desde los primeros gobiernos peronistas, estamos hablando de la década del ‘50. Y lo que se ve es un empeoramiento de las condiciones de trabajo. Es una tendencia histórica y la burguesía siempre está buscando la vía para reducir costos a partir del empeoramiento de las condiciones de trabajo.
Retomando el objetivo central de esta reforma que es la baja del costo laboral, la socióloga explicó que si bien a eso apunta en lo inmediato, la economía argentina en términos generales, incluyendo las condiciones de trabajo, va hacia una “orientalización”: “Es necesario aumentar, desde el lado del capital, la productividad y la competitividad y por lo tanto es necesario que el trabajo de los obreros sea más barato para poder ser más competitivos. Y en este sentido, esta disputa por la disminución de los costos laborales se está dando en términos internacionales. No es casualidad que Brasil y Argentina busquen la reforma laboral en el mismo momento, si bien Brasil la viene discutiendo desde hace años. También hubo reforma laboral en Francia; en la India - que es uno de los mercados laborales más grandes del mundo - se está discutiendo hace años. Entonces se enmarca en el plano internacional en una necesidad de procesar la crisis económica mundial. Es una competencia para ver quién tiene los obreros más baratos y así poder pararse mejor en la competencia internacional”, dijo Egan.
Red Eco: La situación del mercado laboral que quedó al finalizar los 12 años de gestión kirchnerista, ¿facilitó de alguna manera el avance del macrismo en estas reformas? Podemos mencionar como ejemplos el porcentaje de trabajo en negro - algo ya permanente y estructural - y el trabajo que en realidad no es tal, como son los planes sociales que no contribuyeron a crear trabajos genuinos y estables.
Julia Egan: Sin lugar a dudas contribuyó. Por ejemplo, todo lo que es cooperativas y planes sociales, claramente es trabajo hiper precarizado. Macri, por ejemplo, ha avanzado sobre las cooperativas por ser trabajo precario. Es un trabajo que esconde una relación de dependencia y deja a los trabajadores despojados de sus derechos laborales, sin aportes jubilatorios, que deben registrarse como monotributistas y hacerse cargo de las cosas que debería hacerse cargo un patrón, cobrando además por debajo del Salario Mínimo.
Por otra parte, el trabajo en negro es estructural y es una bolsa donde los empresarios evaden una fortuna. Además constituye una base de trabajo super explotado del cual se nutren muchas ramas de la economía argentina, por ejemplo la industria de confección de ropa.
Algo que se vio muy patente durante el kirchnerismo fue que el crecimiento en el empleo, algo que siempre se mencionó, se dio en las peores ramas de la economía, fue en la construcción, el comercio, la gastronomía, que son las que peores salarios y condiciones de trabajo tienen, donde predomina justamente un muy alto porcentaje de trabajo en negro.
Justamente durante el kirchnerismo aumentó la proporción de convenios colectivos firmados por empresa, que es otra forma que se mira como propia de la flexibilidad laboral. Estos convenios colectivos por empresa se impusieron por sobre los convenios por rama, lo que empeora las condiciones de negociación, ya que no es lo mismo que vaya a negociar un sindicato salarios para la rama o condiciones de trabajo para toda una rama de la economía, que vaya a negociar la comisión interna de una empresa.
Red Eco: ¿Cuáles son las perspectivas de que esto pueda darse en nuestro país al corto plazo?{{}}
Julia Egan: Si los trabajadores se reflejan en la estrategia de Macri que apunta a la atomización - y es por eso que piensa ir rama por rama intentando poner en cada una todas estas condiciones- entonces con el divide y reinarás, es mucho más fácil poder enfrentar a un colectivo pequeño de trabajadores atomizados que al conjunto de la clase obrera. Por lo cual Macri va a poder imponer estos acuerdos rama por rama en la medida de que los trabajadores actúen de forma atomizada.
Está bueno poder discutir desde este ángulo la reforma laboral porque tiene que quedar en claro que la única forma de que esto no pase, y de ponerle un límite, es a partir de una oposición de conjunto de la clase trabajadora a esta reforma. Es una lucha para intentar retener los derechos ya conquistados a lo largo de la historia. Pero se hace necesario una lucha de conjunto, no sólo de la clase obrera ocupada, que es la inmediata afectada por una reforma laboral, sino de la clase trabajadora en su conjunto porque en un momento de crisis, donde el salario cada vez alcanza menos, donde hay cada vez más desocupación, la competencia entre trabajadores desocupados y ocupados en blanco y en negro, crece cada vez más y favorece a la burguesía para imponer condiciones de trabajo.
Debería crearse una instancia organizativa de ocupados y desocupados para debatir no sólo la reforma sino cuestiones que apunten a la solidaridad, para ponerle freno a la situación laboral y también a la económica.
Acampe contra la pobreza, el hambre y la represión
La realidad para nuestra clase trabajadora se agrava cada día. Nuestros salarios de miseria no están ni cerca del valor de la canasta básica familiar mientras que el ajuste general se profundiza de la mano de cada tarifazo y las próximas reformas que socavarán nuestros derechos como trabajadores y trabajadoras.
La flexibilización laboral, el ajuste en áreas necesarias para el desarrollo de nuestra vida (como la salud pública y la educación), sumado a los salarios de hambre que no representan ni 1/4 del valor de la canasta básica son la conjunción de factores que nos lleva a la miseria. Y la única respuesta de este gobierno son feroces represiones contra aquellos y aquellas que levantan su voz para reclamar.
Ante esta realidad, la única salida es la organización y lucha en las calles. Es por eso que desde el Frente Único apoyamos las medidas organizadas por el Frente de Organizaciones en Lucha, el MTD Aníbal Verón, la Corriente Clasista René Salamanca junto a otras organizaciones sociales para reclamar una solución, y exigimos que el gobierno nacional de repsuesta a las demandas urgentes para los trabajadores y trabajadoras cooperativistas.
¡Unidad de la clase trabajadora para enfrentar esta política de hambre!
¡Organización y lucha para enfrentar el ajuste!
¡Por trabajo y salario dignos, por una vida digna!
Se agrava la persecución contra la comunidad mapuche
La represión fue brutal. No sólo contó con fuerzas policiales locales, sino también con agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Gendarmeria Nacional y el Cuerpo de Operaciones y Rescate (COER), que se llevaron a 9 personas detenidas (7 hombres y 2 mujeres) que recibieron golpes y lesiones mientras se encontraban detenidos/as. Sus compañeros/as anunciaron que realizarán acciones en conjunto con organismos de Derechos Humanos para denunciar el atroz procedimiento.
La persecución que viven los pueblos originarioas es moneda corriente:. Recordemos que Facundo Jones Huala fue detenido de forma arbitraria el 27 de junio a 50 km. de Bariloche, luego participar en la ceremonia del Wiñoy Tripantu (año nuevo mapuche). Fue trasladado a esa ciudad y posteriormente a la unidad 14 de Esquel con prisión preventiva por 30 días (plazo que ya fue cumplido y del cual no se tiene una notificación precisa de la situación). Si bien la detención de Facundo se debe a un pedido de captura internacional del gobierno de Chile, país en el que arriesga hasta 18 años de cárcel por el simple hecho de haber sido parte de distintos procesos de defensa territorial mapuche, esa causa ya fue resuelta en un juicio que finalizó el 1 de septiembre del año pasado en Esquel, que determinó la nulidad del proceso y la libertad inmediata del Lonko.
No sólo el gobierno provincial hostiga y persigue a las comunidades, sino que mantiene una clara alianza con el empresariado que busca adueñarse de las tierras de las comunidades y pone a disposición las fuerzas represivas para lograrlo. Este plan sistemático de persecución no conoce fronteras: el pasado 4 de junio, durante una concentración frente a Tribunales de la Ciudad de Buenos Aires para reclamar la libertad del Lonko, la policía local reprimió dejando un saldo de 7 detenidos/as de distintas organizaciones.
El mensaje, es claro: si hay lucha, hay persecución.
Mientras tanto, las y los detenidos siguen privados de su libertad, a pesar de haber pasado más de 24 horas encerrados/as bajo la excusa de tener que prestar hoy declaración indagatoria. El pedido de excarcelación ya fue presentado y el juez sigue sin dar respuestas. Al mismo tiempo, Gendarmería Nacional divide la fuerza de los manifestantes y amenaza hasta este momento, con desalojar el predio de Vuelta del Río donde viven las comunidades mapuches.
Desde el Frente Único IR-HN decimos: ¡No más presos/as por luchar! ¡Libertad YA de Facundo Jones Huala y sus compañeros/as! ¡Basta de perseguir a los pueblos originarios!
Partido Revolucionario de los Trabajadores
PRT – Argentina. Por la Revolución Socialista
Oligarquía financiera: las cosas por su nombre
En
más de una oportunidad, recibimos comentarios o consultas respecto a
algunas definiciones que aparecen con cierta frecuencia en los artículos
de nuestra página. En tal sentido, nos parece oportuno avanzar sobre
algunas precisiones respecto a qué se denomina oligarquía financiera.
Un gran debate se daba en nuestro país
cuando con el golpe del ’55 se vislumbraban las primeras facetas del
Capitalismo monopolista de Estado. Comenzaba a enterrarse por aquellos
años las posibilidades de un “proyecto” de la burguesía nacional. En ese
año, y por poner una fecha, comenzaba el intento de adecuación de la
superestructura a lo que se estaba expresando en el capitalismo en
nuestro país y en el mundo.
El capital financiero es la fusión del capital industrial con el capital bancario. La oligarquía financiera son los monopolios dueños de ese capital financiero. Los
mismos que en aquellos años tenían que barrer (en el marco político)
con un capitalismo de Estado en donde aún predominaban sectores de la
burguesía no monopolista.
No es que no existieran los monopolios o que no pesasen en las decisiones políticas, pero aún no era el sector dominante, había un terreno de disputa con la burguesía nacional.
A partir de esos años, acompañada de una
violenta represión a la clase obrera y al pueblo trabajador, la
oligarquía financiera fue tomando las riendas del poder, en un marco de
lucha de clases por demás exacerbado (la posterior dictadura iniciada en
el 76 fue una cabal expresión de lo que decimos).
La industria, el comercio y los bancos
daban pasos de gigantes en la concentración económica y en la
centralización del capital. Miles y miles de empresas desaparecían o se
fusionaban bajo el timón de grandes monopolios: la industria química, la
petroquímica, la aparición de los supermercados, la industria
automotriz, subordinando a empresas locales a producir bajo el puño de
hierro a costos bajísimos y aplicar el salario que se determinaba desde
las metrópolis.
Las clases aparecían más claras en sus
enfrentamientos, a pesar que las fuerzas políticas reformistas, con
cierto peso de masas y en la clase obrera, disfrazaban el enfrentamiento
clasista buscando una alianza “estratégica” con una burguesía nacional
sepultada y enterrada a varios metros en profundidad.
Hoy (luego de haber transitado casi 35
años de “democracia”) los monopolios se transformaron definitivamente en
la oligarquía financiera: la industria, el comercio y los bancos, en su
fusión, fueron apoderándose de todos los resortes del Estado. Esos monopolios, que están en nuestro país, son quienes vienen decidiendo desde hace años las políticas de Estado, y para eso utilizan todos los resortes del sistema.
Esos monopolios, que están en todo el
planeta, son el imperialismo, y en casos como el nuestro crean,
corrompen y utilizan a las instituciones y sus personeros. Decía Lenin,
planteado por el Che, “…el banco de los monopolios es su propio
ministerio de finanzas, en la dualidad de un Estado dentro de otro
Estado que se opera en esta etapa”.
En nuestro país, los monopolios, se
apoderan del Banco Central y los Ministerios, y desde allí emanan las
políticas financieras, las políticas de subsidios a determinados
sectores; son esos mismos monopolios los que toman las decisiones políticas que más convienen a sus intereses, que no son otros que sus ganancias y sus rentabilidades. No les interesa otra cosa.
Esos monopolios son fusiones complejas
de industrias, comercios y bancos, que en las últimas décadas, se han
concentrado no sólo en nuestro país sino en todo el mundo. Han hecho
desaparecer las fronteras, los negocios van i vienen de una parte a otra
del mundo en segundos.
Durante muchísimos años esos monopolios
se hicieron fuertes en los países en donde estaban radicadas sus casas
matrices: EEUU, países de Europa, Japón y otros, como Corea y alguna
otra excepción. Desde allí emanaban las políticas imperialistas y en sus
propios países se encargaban del control del Estado, haciéndose fuertes
desde sus madrigueras hacia el mundo. Pero lo cierto es que, como decía
Marx: “no hay más valor que el creado por el trabajo” y es en la producción donde se genera la plusvalía, que luego tiñe al capital industrial, comercial y especulativo, conformando la oligarquía financiera.
Esas madrigueras que aún existen y les
son necesarias, dejaron de ser suficientes para adecuar la
superestructura a lo que sucede en la base. La oligarquía financiera
tiende cada vez más a la concentración, “a la dictadura del gran
capital”, y por otro lado, esa base a la que hacemos referencia tiende
al sentido opuesto: a más democracia, a más dignidad para el hombre.
Son infinitas las fuerzas que se mueven
en un mundo cada vez más interrelacionado por la producción y a la vez,
los procesos de concentración económica siguen su curso, arrojando a la
miseria y a la pobreza a millones cada año.
La oligarquía financiera está plagada de
contradicciones internas y se expresa en las crisis políticas que
atraviesan sus Estados. Sin embargo las une el espanto: por eso les es
impostergable achatar la masa salarial “global” de la clase obrera en el
mundo.
Allí radica el objetivo central de la
oligarquía financiera en esta etapa, asentándose donde sea y donde
pueda. El ajuste de cuentas a los pueblos del “primer mundo” vino para
quedarse y esa misma oligarquía financiera que se asentaba en esos
países y sin dejar de hacerlo, aprovechando sus ventajas “nacionales”,
salió a invadir al resto. Se asentaron en China, Rusia, India, Brasil,
México y en países como el nuestro.
Pero la lucha de clases existe y una nueva oleada de protestas está tiñendo este nuevo escenario.
Las empresas monopolistas necesitan hacerse cargo directamente de los
Estados y sus pujas son guerras abiertas. No sorprende entonces que los
cargos Ejecutivos y los parlamentos de las democracias burguesas
actuales estén “intervenidos” directamente por los gerentes de las
empresas que hegemonizan cada período histórico.
En nuestro país, pocos bancos, empresas
industriales y comerciales, ya fusionadas, dirigen los destinos de más
de cuarenta millones de compatriotas. Esa es la realidad.
Esto es la oligarquía financiera. La que
necesita de la superestructura del Estado capitalista y de todas sus
instituciones, capaces de favorecer los procesos de concentración, con
leyes y decretos a su imagen y semejanza. Gane quien gane las elecciones.URUGUAY
Volver, con el alma aferrada
Mariana Mota se despidió de su cargo de jueza penal en una
Suprema Corte de Justicia abarrotada de gente, dentro y fuera. Firmó su
traslado frente a cinco hombres, en la solemnidad de un salón de techos
altos y muebles antiguos, mientras afuera –y adentro también– carteles y
cantos reclamaban el fin de la impunidad. Esas mismas personas, y el
apoyo de casi todos los partidos políticos en el Parlamento, la llevaron
a integrar el Consejo Directivo de la Institución Nacional de Derechos
Humanos (INDDHH), cargo que asumirá en las próximas semanas. El abordaje
de las discapacidades, la violencia contra la mujer, la situación de
las personas privadas de libertad y el medioambiente son algunos de los
temas que le gustaría abordar en su nuevo rol. Propondrá también
trabajar para mejorar la actuación del Poder Judicial frente a denuncias
de violaciones a los derechos humanos.
¿Por qué aceptaste la candidatura a la INDDHH?
La primera propuesta vino de Madres y Familiares. Ellos, siguiendo un poco el mismo proceso que hicieron con Mirtha Guianze, valoraron la persona, las condiciones. Madres y Familiares no particulariza, no dice “queremos que vaya Mengano, así investiga sobre las violaciones a los derechos humanos en la dictadura y los desaparecidos”, sino que apunta a algo mucho más amplio. Su interés en la persona que proponen es por el tipo de persona, por la formación y porque entienden que ayuda en la promoción de los derechos humanos de una forma mucho más global. Después se fueron sumando otras organizaciones, con un perfil más o menos similar a ellos. A mí la propuesta me encantó. Era como decir: “Bueno, puedo volver a ese tema que tanto me gusta y tanto me importa”. Y siento que es un espacio en que se puede trabajar de una forma más... de mejor forma, o de forma más efectiva, en pro de los derechos humanos. En realidad, por los derechos humanos se puede trabajar desde cualquier lado, pero en algunos podés avanzar más que en otros.
¿Te vas a sentir más cómoda en la INDDHH?
Creo que es otra visión del derecho, una visión más amplia y con más posibilidades de trabajo, más allá de que no tiene el carácter coactivo de las resoluciones judiciales. Pero tiene otra forma de articular, de poder ayudar a que funcionen mejor los organismos. Desde el Poder Judicial podés visualizar situaciones en las que no se han cumplido adecuadamente funciones estatales y por eso se llega al conflicto; desde la INDDHH podés ayudar a que esas cosas no ocurran, a prevenir que existan mayores vulneraciones.
En este segundo período de la INDDHH, ¿debería apuntarse a actuar más de oficio en temas que son importantes, además de trabajar con base en denuncias?
Sí. Yo creo que este primer período de la institución estuvo marcado porque le faltaban muchas cosas. Cuando se designaron los primeros cinco miembros del Consejo, no tenían funcionarios. Hubo que hacer una construcción de la estructura y después echarse a andar. Aun en esa circunstancia bastante complicada de trabajo, la institución funcionó y empezó a cumplir con los cometidos previstos por la ley. Capaz que quedaron medio rengos en algunas cosas, pero no por falta de ganas. Ahora podemos profundizar en la actuación. Hay cosas nuevas para hacer, y hay cosas que hay que hacer mejor. Señalar errores o falta de protección de derechos humanos en algunas áreas no es sólo hacer informes si corresponde, sino hacer un seguimiento, y de eso capaz que faltó un poco. Hacer un seguimiento hasta verificar que realmente se cumplan las condiciones que se pautan; por ejemplo, si se establece que hay que corregir determinada forma de actuación. Planteamos las correcciones y hacemos el seguimiento con ustedes para ver cómo se adecua, a ver qué obstáculos tienen y cómo los podemos solucionar juntos.
¿Hay temas que te interesaría trabajar especialmente?
Todos [se ríe]. Pero es imposible, y además me parece que hay que especializarse en áreas para ser más efectivos. Apuntás siempre a los sectores más vulnerables, pero tampoco tenés que dejar de atender los otros.
Pero si tuvieras que señalar qué temas de derechos humanos son más urgentes en Uruguay hoy...
Obviamente que apuntás a los más vulnerados, a los sectores más desprotegidos: la situación de las discapacidades, de la violencia contra la mujer, de los privados de libertad, tanto adultos como adolescentes. Y después los temas emergentes, que también me parecen importantes, por ejemplo, la protección del medioambiente. Abrís los ojos cuando ves lo que pasó con los productores de Canelones o en Guichón con el tema del glifosato. Son cosas que generan vulneraciones importantes y afectan a una población. Y no me olvido, obviamente, de una línea de acción interesante, y es cómo el Poder Judicial, cuando se plantean denuncias, actúa en atención a lo denunciado, y que sea una actuación rápida y eficiente. No es por tirarme en contra del Poder Judicial, porque vengo de ahí y me corren las generales de la ley, pero muchas veces las denuncias [ante la INDDHH] derivan de una actuación del sistema de administración de justicia un poco lenta o un poco ineficiente, o que no tiene empatía.
¿Por qué pasa eso?
Primero que nada, por falta de capacitación. Los recursos humanos existen, el problema es cómo funcionan: si están formados para este abordaje. Llegás a una audiencia y nadie te dice lo que tenés que hacer, cómo tenés que hablar, a quién tenés que mirar. Hay falta de información de cómo funciona el servicio, y eso es una omisión del servicio. El servicio es la suma de información, trato, y una solución efectiva del problema.
¿Los temas vinculados a la dictadura deben tener cabida en un segundo período de la INDDHH?
Sí, claro. Yo creo que ahí hay que vincular a los organismos que están relacionados con la denuncia y la investigación del pasado reciente. No quedarnos solamente en la pata de las denuncias o de las excavaciones en búsqueda de los desaparecidos, sino también el tema de los archivos. Ahí tenés el acceso a la información, cómo se accede, el trabajo desde el Poder Ejecutivo que permita esas investigaciones, que permita cruzar datos entre archivos. Y después está el abordaje del conocimiento de lo que pasó, de la memoria. Ahí tenemos otros órganos que deberían actuar y que están omisos. La dictadura le pasó a toda la sociedad, no solamente a los presos. Todo lo que pasó con las persecuciones ideológicas durante la dictadura, las destituciones, los exilios forzados, todo eso no se reconoce institucionalmente, desde el Estado no se ha abordado como historia, y es importantísimo rescatar esa memoria. Y que los organismos vinculados con eso hagan un reconocimiento de responsabilidad. Cuando vino la dictadura yo estaba en tercero de escuela. Hice la escuela y el liceo en dictadura. Mi madre era profesora, no la destituyeron porque se jubiló antes. Pero me quedó en la memoria de que hoy había un profesor, y ya el año que viene ese profesor no estaba más porque lo habían destituido. La vulneración de los derechos del trabajo y la realización personal de alguien por el hecho de ser destituido por sus ideas políticas es súper grave, pero no se ha analizado.
Tampoco se ha analizado la responsabilidad de quienes mantuvieron un sistema judicial en dictadura, el Poder Judicial no ha reflexionado en términos de memoria sobre esos años.
Totalmente. Cuando en Chile el Poder Judicial hizo un reconocimiento de su responsabilidad por la omisión en la protección de los derechos en la época de la dictadura, acá se trasladó un poco la pregunta: “¿Y acá qué pasó?”. Y el Poder Judicial uruguayo dijo: “No, nosotros acá no tenemos nada que ver, porque nos desvincularon y era la justicia militar [la que actuaba]”. Bueno, era la justicia militar para los supuestos sediciosos, pero sobre el resto de las vulneraciones el Poder Judicial nunca se pronunció. El Poder Judicial estuvo afectado, porque como en todos los demás órganos, todas las personas que tuvieran algún grado de oposición a la dictadura eran destituidas. En el Poder Judicial había un acta institucional que ponía el cargo en carácter provisorio para ver cómo actuaba ese juez, y si no, lo destituían. Pero más allá de eso, había personas que estaban ejerciendo efectivamente sus funciones y muchas veces miraron para el costado. Creo que corresponde ese mea culpa de que no protegieron los derechos o de que no actuaron como era su deber. Nunca se hizo. Existen honrosas excepciones de jueces que sí actuaron, y que fueron destituidos. Ahí hay un tema de conciencia: o cumplo con mi función, u obedezco las órdenes que me está dictando una dictadura. Va en cada uno. Pero pasada la dictadura, creo que el organismo tiene que reconocer las omisiones y decírselo a la sociedad. Y así como el Poder Judicial, todos los demás órganos. Los vinculados a la educación, por ejemplo. Y cómo afectó lo que pasó hacia adelante. Se visualiza mucho más cuando se abordan las causas de violaciones a los derechos humanos y hay un desconocimiento muy lamentable por parte de muchos operadores de la Justicia acerca de lo que ocurrió en la dictadura. Y si no sabés lo que ocurrió, es bien difícil que después abordes un trabajo de investigación y llegues a buenos resultados.
¿Qué responsabilidad tiene la dirigencia política en la falta de avances en materia de violaciones a los derechos humanos en dictadura?
Yo creo que quienes tuvieron una participación, ya sea como víctimas o como victimarios, no deberían ser quienes resuelvan cómo se llevan adelante las investigaciones o cuáles son los elementos necesarios para ayudar en la búsqueda de la verdad y la justicia. Eso tiene que ser desde otro lado, porque, inevitablemente, hay subjetividad: sea para ocultar, o sea para propiciar a veces una especie de avance contra viento y marea. No quiero llegar a la palabra venganza, porque siempre se ha interpretado que la justicia es venganza, y no hay cosa más alejada. Justamente, la justicia es el escalón superior a eso. Me acuerdo, a veces, de frases de Eleuterio Fernández Huidobro, que obstaculizó investigaciones, demoró información, negaba que existiera información y después aparecía, obstaculizó el ingreso a lo que habían sido centros de detención. Eso lo puedo decir porque lo viví. Y no es lo mejor, obviamente. No quiero considerar que eso era una actuación asumida por un grupo, sino que, desgraciadamente, quien decidía eso era nada menos que el ministro de Defensa Nacional, tenía un cargo importantísimo dentro del Estado. Claramente no está bueno que partícipes de esto decidan por los demás. Que quienes fueron víctimas decidan sobre sus propias vulneraciones y resuelvan que esto quedó laudado y quieran seguir adelante es válido, cada uno puede hacer lo que le parezca con sus daños. Pero no establecerlo como general para todos los demás, porque no tiene la autoridad para hacerlo. No tiene legitimidad para decidir sobre la memoria colectiva y sobre los reclamos de otros individuos. La historia se tiene que contar, se tiene que saber, y que la sociedad después vea qué hace con todo eso.
Las candidaturas de todos los nuevos integrantes de la INDDHH fueron votadas por mayorías superiores a dos tercios. Pero al mismo tiempo perviven discursos como los del editorial del diario El País del último domingo, que se refiere a la institución como “el curro de los derechos humanos” para “acomodar compañeros”. ¿Hasta qué punto se ha consolidado la institución para el sistema político?
Creo que esa opinión que salió en un editorial de El País por suerte ha empezado a ser minoritaria. El editorial salió el 31 de julio, la votación fue el 1° de agosto y creo que fue una contestación a esa opinión. Si todos los partidos se pusieron de acuerdo para votar determinados candidatos, a pesar de las diferencias que pudieran existir, creo que habla de que se va alcanzando determinado grado de madurez política y de mejor democracia en aceptar que una institución de derechos humanos tiene que existir en un país, porque tiene un cometido específico y es bueno que exista. Editoriales como el de El País responden a una concepción que ya en otros países no se podría ni mencionar, responden a una concepción de “nosotros somos una sociedad, nos regimos dentro de estas fronteras, no nos importa lo que digan los organismos internacionales y para qué precisamos algo más, si tenemos un Poder Judicial que funciona”. No visualizan el avance que ha habido de las demás sociedades. La institución no es un invento uruguayo, se enmarca dentro de lo que fue el Acuerdo de París, recogido por la Asamblea General de las Naciones Unidas para que existan instituciones en los diversos países de protección de los derechos humanos. Esa otra concepción [la del editorial de El País] es vieja, siempre va a estar, pero es totalmente arcaica.
¿Por qué aceptaste la candidatura a la INDDHH?
La primera propuesta vino de Madres y Familiares. Ellos, siguiendo un poco el mismo proceso que hicieron con Mirtha Guianze, valoraron la persona, las condiciones. Madres y Familiares no particulariza, no dice “queremos que vaya Mengano, así investiga sobre las violaciones a los derechos humanos en la dictadura y los desaparecidos”, sino que apunta a algo mucho más amplio. Su interés en la persona que proponen es por el tipo de persona, por la formación y porque entienden que ayuda en la promoción de los derechos humanos de una forma mucho más global. Después se fueron sumando otras organizaciones, con un perfil más o menos similar a ellos. A mí la propuesta me encantó. Era como decir: “Bueno, puedo volver a ese tema que tanto me gusta y tanto me importa”. Y siento que es un espacio en que se puede trabajar de una forma más... de mejor forma, o de forma más efectiva, en pro de los derechos humanos. En realidad, por los derechos humanos se puede trabajar desde cualquier lado, pero en algunos podés avanzar más que en otros.
¿Te vas a sentir más cómoda en la INDDHH?
Creo que es otra visión del derecho, una visión más amplia y con más posibilidades de trabajo, más allá de que no tiene el carácter coactivo de las resoluciones judiciales. Pero tiene otra forma de articular, de poder ayudar a que funcionen mejor los organismos. Desde el Poder Judicial podés visualizar situaciones en las que no se han cumplido adecuadamente funciones estatales y por eso se llega al conflicto; desde la INDDHH podés ayudar a que esas cosas no ocurran, a prevenir que existan mayores vulneraciones.
En este segundo período de la INDDHH, ¿debería apuntarse a actuar más de oficio en temas que son importantes, además de trabajar con base en denuncias?
Sí. Yo creo que este primer período de la institución estuvo marcado porque le faltaban muchas cosas. Cuando se designaron los primeros cinco miembros del Consejo, no tenían funcionarios. Hubo que hacer una construcción de la estructura y después echarse a andar. Aun en esa circunstancia bastante complicada de trabajo, la institución funcionó y empezó a cumplir con los cometidos previstos por la ley. Capaz que quedaron medio rengos en algunas cosas, pero no por falta de ganas. Ahora podemos profundizar en la actuación. Hay cosas nuevas para hacer, y hay cosas que hay que hacer mejor. Señalar errores o falta de protección de derechos humanos en algunas áreas no es sólo hacer informes si corresponde, sino hacer un seguimiento, y de eso capaz que faltó un poco. Hacer un seguimiento hasta verificar que realmente se cumplan las condiciones que se pautan; por ejemplo, si se establece que hay que corregir determinada forma de actuación. Planteamos las correcciones y hacemos el seguimiento con ustedes para ver cómo se adecua, a ver qué obstáculos tienen y cómo los podemos solucionar juntos.
¿Hay temas que te interesaría trabajar especialmente?
Todos [se ríe]. Pero es imposible, y además me parece que hay que especializarse en áreas para ser más efectivos. Apuntás siempre a los sectores más vulnerables, pero tampoco tenés que dejar de atender los otros.
Pero si tuvieras que señalar qué temas de derechos humanos son más urgentes en Uruguay hoy...
Obviamente que apuntás a los más vulnerados, a los sectores más desprotegidos: la situación de las discapacidades, de la violencia contra la mujer, de los privados de libertad, tanto adultos como adolescentes. Y después los temas emergentes, que también me parecen importantes, por ejemplo, la protección del medioambiente. Abrís los ojos cuando ves lo que pasó con los productores de Canelones o en Guichón con el tema del glifosato. Son cosas que generan vulneraciones importantes y afectan a una población. Y no me olvido, obviamente, de una línea de acción interesante, y es cómo el Poder Judicial, cuando se plantean denuncias, actúa en atención a lo denunciado, y que sea una actuación rápida y eficiente. No es por tirarme en contra del Poder Judicial, porque vengo de ahí y me corren las generales de la ley, pero muchas veces las denuncias [ante la INDDHH] derivan de una actuación del sistema de administración de justicia un poco lenta o un poco ineficiente, o que no tiene empatía.
¿Por qué pasa eso?
Primero que nada, por falta de capacitación. Los recursos humanos existen, el problema es cómo funcionan: si están formados para este abordaje. Llegás a una audiencia y nadie te dice lo que tenés que hacer, cómo tenés que hablar, a quién tenés que mirar. Hay falta de información de cómo funciona el servicio, y eso es una omisión del servicio. El servicio es la suma de información, trato, y una solución efectiva del problema.
¿Los temas vinculados a la dictadura deben tener cabida en un segundo período de la INDDHH?
Sí, claro. Yo creo que ahí hay que vincular a los organismos que están relacionados con la denuncia y la investigación del pasado reciente. No quedarnos solamente en la pata de las denuncias o de las excavaciones en búsqueda de los desaparecidos, sino también el tema de los archivos. Ahí tenés el acceso a la información, cómo se accede, el trabajo desde el Poder Ejecutivo que permita esas investigaciones, que permita cruzar datos entre archivos. Y después está el abordaje del conocimiento de lo que pasó, de la memoria. Ahí tenemos otros órganos que deberían actuar y que están omisos. La dictadura le pasó a toda la sociedad, no solamente a los presos. Todo lo que pasó con las persecuciones ideológicas durante la dictadura, las destituciones, los exilios forzados, todo eso no se reconoce institucionalmente, desde el Estado no se ha abordado como historia, y es importantísimo rescatar esa memoria. Y que los organismos vinculados con eso hagan un reconocimiento de responsabilidad. Cuando vino la dictadura yo estaba en tercero de escuela. Hice la escuela y el liceo en dictadura. Mi madre era profesora, no la destituyeron porque se jubiló antes. Pero me quedó en la memoria de que hoy había un profesor, y ya el año que viene ese profesor no estaba más porque lo habían destituido. La vulneración de los derechos del trabajo y la realización personal de alguien por el hecho de ser destituido por sus ideas políticas es súper grave, pero no se ha analizado.
Tampoco se ha analizado la responsabilidad de quienes mantuvieron un sistema judicial en dictadura, el Poder Judicial no ha reflexionado en términos de memoria sobre esos años.
Totalmente. Cuando en Chile el Poder Judicial hizo un reconocimiento de su responsabilidad por la omisión en la protección de los derechos en la época de la dictadura, acá se trasladó un poco la pregunta: “¿Y acá qué pasó?”. Y el Poder Judicial uruguayo dijo: “No, nosotros acá no tenemos nada que ver, porque nos desvincularon y era la justicia militar [la que actuaba]”. Bueno, era la justicia militar para los supuestos sediciosos, pero sobre el resto de las vulneraciones el Poder Judicial nunca se pronunció. El Poder Judicial estuvo afectado, porque como en todos los demás órganos, todas las personas que tuvieran algún grado de oposición a la dictadura eran destituidas. En el Poder Judicial había un acta institucional que ponía el cargo en carácter provisorio para ver cómo actuaba ese juez, y si no, lo destituían. Pero más allá de eso, había personas que estaban ejerciendo efectivamente sus funciones y muchas veces miraron para el costado. Creo que corresponde ese mea culpa de que no protegieron los derechos o de que no actuaron como era su deber. Nunca se hizo. Existen honrosas excepciones de jueces que sí actuaron, y que fueron destituidos. Ahí hay un tema de conciencia: o cumplo con mi función, u obedezco las órdenes que me está dictando una dictadura. Va en cada uno. Pero pasada la dictadura, creo que el organismo tiene que reconocer las omisiones y decírselo a la sociedad. Y así como el Poder Judicial, todos los demás órganos. Los vinculados a la educación, por ejemplo. Y cómo afectó lo que pasó hacia adelante. Se visualiza mucho más cuando se abordan las causas de violaciones a los derechos humanos y hay un desconocimiento muy lamentable por parte de muchos operadores de la Justicia acerca de lo que ocurrió en la dictadura. Y si no sabés lo que ocurrió, es bien difícil que después abordes un trabajo de investigación y llegues a buenos resultados.
¿Qué responsabilidad tiene la dirigencia política en la falta de avances en materia de violaciones a los derechos humanos en dictadura?
Yo creo que quienes tuvieron una participación, ya sea como víctimas o como victimarios, no deberían ser quienes resuelvan cómo se llevan adelante las investigaciones o cuáles son los elementos necesarios para ayudar en la búsqueda de la verdad y la justicia. Eso tiene que ser desde otro lado, porque, inevitablemente, hay subjetividad: sea para ocultar, o sea para propiciar a veces una especie de avance contra viento y marea. No quiero llegar a la palabra venganza, porque siempre se ha interpretado que la justicia es venganza, y no hay cosa más alejada. Justamente, la justicia es el escalón superior a eso. Me acuerdo, a veces, de frases de Eleuterio Fernández Huidobro, que obstaculizó investigaciones, demoró información, negaba que existiera información y después aparecía, obstaculizó el ingreso a lo que habían sido centros de detención. Eso lo puedo decir porque lo viví. Y no es lo mejor, obviamente. No quiero considerar que eso era una actuación asumida por un grupo, sino que, desgraciadamente, quien decidía eso era nada menos que el ministro de Defensa Nacional, tenía un cargo importantísimo dentro del Estado. Claramente no está bueno que partícipes de esto decidan por los demás. Que quienes fueron víctimas decidan sobre sus propias vulneraciones y resuelvan que esto quedó laudado y quieran seguir adelante es válido, cada uno puede hacer lo que le parezca con sus daños. Pero no establecerlo como general para todos los demás, porque no tiene la autoridad para hacerlo. No tiene legitimidad para decidir sobre la memoria colectiva y sobre los reclamos de otros individuos. La historia se tiene que contar, se tiene que saber, y que la sociedad después vea qué hace con todo eso.
Las candidaturas de todos los nuevos integrantes de la INDDHH fueron votadas por mayorías superiores a dos tercios. Pero al mismo tiempo perviven discursos como los del editorial del diario El País del último domingo, que se refiere a la institución como “el curro de los derechos humanos” para “acomodar compañeros”. ¿Hasta qué punto se ha consolidado la institución para el sistema político?
Creo que esa opinión que salió en un editorial de El País por suerte ha empezado a ser minoritaria. El editorial salió el 31 de julio, la votación fue el 1° de agosto y creo que fue una contestación a esa opinión. Si todos los partidos se pusieron de acuerdo para votar determinados candidatos, a pesar de las diferencias que pudieran existir, creo que habla de que se va alcanzando determinado grado de madurez política y de mejor democracia en aceptar que una institución de derechos humanos tiene que existir en un país, porque tiene un cometido específico y es bueno que exista. Editoriales como el de El País responden a una concepción que ya en otros países no se podría ni mencionar, responden a una concepción de “nosotros somos una sociedad, nos regimos dentro de estas fronteras, no nos importa lo que digan los organismos internacionales y para qué precisamos algo más, si tenemos un Poder Judicial que funciona”. No visualizan el avance que ha habido de las demás sociedades. La institución no es un invento uruguayo, se enmarca dentro de lo que fue el Acuerdo de París, recogido por la Asamblea General de las Naciones Unidas para que existan instituciones en los diversos países de protección de los derechos humanos. Esa otra concepción [la del editorial de El País] es vieja, siempre va a estar, pero es totalmente arcaica.