El muro fronterizo de nuevo al centro de atención en Estados Unidos
por Martha Isabel Andrés Román
Corresponsal jefa de Prensa Latina en Estados Unidos.
La intención del presidente Donald Trump de construir un muro
en la frontera estadounidense con México regresa al centro de atención
tras su amenaza de un cierre de Gobierno con tal de realizar la polémica
obra.
Anoche, durante un mitin al estilo de campaña celebrado en Phoenix, Arizona, el jefe de Estado criticó a los ‘demócratas obstruccionistas’ por oponerse a la edificación de esa barrera, una de sus principales promesas desde su etapa como candidato republicano.
En ese evento advirtió que, si fuera necesario, estaría dispuesto a un cierre del Gobierno para asegurarse de que su propuesta sea aprobada y financiada por los legisladores.
Desde la etapa electoral el gobernante se refirió a esa iniciativa como parte de su campaña para acabar con la inmigración ilegal, y prometió que México pagaría por el proyecto, algo continuamente negado por las autoridades de esa nación.
La Casa Blanca ha buscado vías de obtener fondos federales para el muro, que según consideró el mandatario a mediados del pasado mes, podría medir de 700 a 900 millas (mil 226 a mil 448 kilómetros).
Inicialmente el jefe de Estado calculó que para levantarlo se necesitaban cuatro mil millones de dólares, pero en abril dijo que serían 10 mil millones y, desde entonces, varias empresas y organizaciones fijaron los pronósticos en 70 mil millones.
En mayo el Congreso evitó una interrupción del Gobierno al dar luz verde a un proyecto de ley a corto plazo que ha permitido la financiación federal hasta septiembre.
Tal medida tuvo apoyo bipartidista y negó a Trump algunas de sus primeras prioridades, incluidos los fondos para comenzar el muro, lo que llevó al jefe de la Casa Blanca a decir que quizás se necesitaba ‘un buen cierre’ para forzar a cumplir sus metas.
A finales de julio, sin embargo, la Cámara de Representantes aprobó un paquete de gastos que comprende mil 600 millones de dólares destinados a esa barrera física, lo que varios medios locales vieron como el primer momento de una nueva batalla en el Congreso.
Esa iniciativa deberá avalarse antes del 30 de septiembre con vistas a evitar el cierre al que hizo alusión el presidente, pero sus perspectivas en el Senado no son alentadoras, pues los republicanos necesitan al menos 10 votos demócratas y estos últimos se oponen a la obra.
Al mismo tiempo, muchos miembros del partido rojo cuyos distritos se ubican a lo largo de la frontera también han cuestionado la eficacia de una pared.
La advertencia pronunciada anoche por Trump se dio luego de que el diario Washington Examiner indicara recientemente que los republicanos del Senado están ansiosos por evitar un enfrentamiento con los demócratas sobre los gastos, y eso ha alejado sus ambiciones de seguridad fronteriza del tema del muro.
En su lugar, precisó la publicación, los legisladores están evaluando un plan más amplio para mejorar la protección limítrofe a través de una combinación de infraestructura, tecnología y aplicación de la ley.
La controversia que despierta la pared del mandatario se evidenció este mismo martes durante su intervención en Phoenix: mientras en el interior del Centro de Convenciones sus seguidores lo instaban a construir la barrera, millares de personas movilizadas en las afueras de la instalación rechazaron esa y otras políticas.
‘Vamos a tener nuestro muro y nos ayudará con el problema de las drogas y las masivas cantidades que cruzan la frontera’, aseguró Trump en su discurso, pronunciado el mismo día en el que por primera vez desde que está en el cargo visitó los límites con México.
Pero según un sondeo difundido a finales de julio por la encuestadora Rasmussen Reports, el 56 por ciento de los votantes norteamericanos difiere del mandatario y cree que no debe erigirse la pared fronteriza, una cifra mucho mayor al 37 por ciento que está a favor de esa idea.
El apoyo a la obra disminuyó desde enero, cuando el 48 por ciento de los estadounidenses quería que se llevara a cabo, y en la actualidad ni siquiera la mayoría de los republicanos la favorece, porque el estudio indicó que en ese grupo el respaldo es de poco menos de la mitad.
Pese a ese contexto, es posible esperar que en las próximas semanas aumente la presión desde la Casa Blanca con el tema del muro, como lo mostraron ayer los pronunciamientos del presidente y su visita a la localidad limítrofe de Yuma, Arizona.
Tras el fracaso de los intentos de derogar el Obamacare, en medio del poco avance con su anunciada reforma fiscal y sin ninguna otra gran victoria legislativa que mostrar, seguramente crecerá la insistencia en la barrera prometida como fórmula infalible para frenar la inmigración ilegal y el tráfico de drogas.
Para algunos de sus partidarios, el muro se trata de una gran necesidad; pero quienes se oponen a la iniciativa la consideran un plan innecesario, que pondrá más en riesgo las vidas de quienes intenten llegar a Estados Unidos y alejará la atención de temas importantes.
‘Seguramente, el Departamento de Seguridad Nacional y el país tienen necesidades más urgentes que adelantar ingresos fiscales para un proyecto que resuena con la grandeza de los fallidos casinos de Trump en Atlantic City’, apuntó recientemente un editorial de The New York Times.
(Tomado de Prensa Latina)
https://www.alainet.org/es/art iculo/187611
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, se enfrenta una situación complicada —que se puede volver aún más difícil en poco más de un mes— si no consigue que el Congreso de su país eleve el techo de deuda de EE.UU. antes de octubre.
URUGUAY
La obra reúne testimonios clave en la búsqueda de la Memoria, Verdad y Justicia en la década de los 90 y la restitución de la identidad de Macarena Gelman, la nieta apropiada del poeta. La presentación del libro se realizará hoy a las 19 horas, en el Museo Zorrilla, y estará a cargo del periodista de investigación Gabriel Mazzarovich y la diputada Macarena Gelman.
“Este viaje a Montevideo fue porque quise venir a ver a Macarena. Arreglé las fechas de viaje con ella, me dí cuenta que había un seminario sobre psicoanálisis que me interesaba. Lo programé hace un mes y medio o dos y aquí estoy. Me parecía que era bueno presentar aquí el libro que hicimos con Juan Gelman y que se acaba de reeditar”. Así comenzó la entrevista con LA REPUBLICA en un restaurante de Punta Carretas.
Mara y Juan estuvieron en el año 2000 en Uruguay, el término de una investigación que insumió unos tres años y que culminó con el hallazgo en nuestro país de la nieta apropiada y cuya madre, María Claudia, secuestrada en Argentina, retenida en Automotores Orletti y trasladada al Uruguay, sigue desaparecida. En 2012, Mara asistió con Juan y Macarena Gelman, al acto oficial en el Parlamento en el que el entonces presidente José Mujica, en cumplimiento de la sentencia de la CorteInteramericana de Derechos Humanos (CIDH), reconoció la responsabilidad del Estado uruguayo en la detención y desaparición de María Claudia García de Gelman, en el caso “Gelman vs. Uruguay”.
La idea de escribir el libro surge en 1995. En ese momento, aparece en Argentina “una nueva voz, fue extraordinario, fue la voz de una red, H.I.J.O.S (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido) y que empezaron a escribir en Página 12 donde Juan trabajaba”. “Nosotros estábamos de duelo, acababa de morir mi hija mayor.
Y dijimos, inventemos un libro, con estas voces nuevas. Hicimos contacto desde México. Nos fuimos a Buenos Aires y nos reunimos con un grupo de ellos, cuyos padres estaban desaparecidos. Era la etapa del menemismo, es el momento en el que además Menem indulta a militares, entre ellos algunos uruguayos. Es un libro hecho de fragmentos, de voces distintas”, recordó.
La búsqueda y “Gardel”
“La situación de duelo en la que estábamos, Juan quería mucho a mi hija -no era su hija-, también le reactivó el duelo por Marcelo, su hijo, que a esa altura sus restos ya habían sido identificados. Nos metimos con este libro, fue una locura, en muy poco tiempo lo terminamos. Planeta nos organizó un viaje por distintas ciudades de Argentina, para presentarlo.
Juan decía en ese tiempo, en las entrevistas, que buscaba un nieto o nieta. Un día en setiembre de 1997, le dije a Juan por qué no hacemos borrón y cuenta nueva. Se decía que María Claudia había parido en el pozo de Banfield, o en el de Quilmes. Había como una historia congelada, un rumor congelado y como que se había vuelto un poco la historia oficial.
Entonces, dijimos, borrón y cuenta nueva: vamos a investigar nosotros y no vamos a hacer caso a nadie. Teníamos sí un dato, importante, de un testigo, un sobreviviente, de los pocos que hubo de Orletti, que había visto a María Claudia y a Marcelo, en Automotores Orletti. Ese dato sí lo teníamos y seguro. Es un dato muy importante que muchos familiares no tuvieron.
Un día leyendo una edición del Nunca Más de Página 12, me encuentro con un dato de un bebé de 20 días como sobreviviente, que era Simón Riquelo y que desapareció en Orletti. Me di cuenta de que había uruguayos sobrevivientes y que habían estado en Orletti, aunque no coincidían las fechas con Marcelo y María Claudia. Nos dividimos las tareas.
Yo me ocuparía de la investigación y Juan de la prensa. Empezamos la campaña; cartas abiertas de Juan al entonces jefe del ejércitto Martín Balza, a la que se une el diario La República, aquí en Uruguay”. “Finalmente, una fuente, que vamos a llamar ´Carlos Gardel´, nos dió algunos datos y un día me dijo, por teléfono, Mara, fue un trueque y está en Uruguay.
Yo voy a viajar al Uruguay, me dijo el tipo, a ver si puedo averiguar algo más. El tipo, estoy segura, había estado muy cerca de Orletti, y creo que en ese momento todavía estaba de alguna manera en la Side o algo así. Le decíamos Carlitos Gardel, porque cada vez cantaba mejor”.
Finalmente, agregó, “llegamos a la certeza interior, nuestra, aunque sin pruebas, salvo por las palabras de Gardel, que nos dijo, es un trueque. Sin dar más detalles. Cuando vinimos a Uruguay, por primera vez, estábamos seguros con Juan que nos siguieron, y eso nos daba más seguridad de que estábamos en lo cierto”.
“Ahí nos apoyó el diario La República y nos pusimos a entrevistar a los uruguayos que estuvieron en Orletti y que sobrevivieron. A la primera que Juan le escribe es a Sara Méndez, ella nos dice que efectivamente ellos estaban detenidos en el sótano del SID, que había una argentina embarazada y que había nacido un bebé. Y bueno, empezamos a investigar acá.
Fuimos juntando información como hormiguitas. Al final cuando estábamos con la seguridad, ocurrió lo que siempre imaginamos que podía pasar: que un día aparecería un vecino, que testificara que a tal casa llegó una vez una bebita. Y efectivamente ocurrió así. Y cerraba perfecto. Y con esa información fue que Juan le escribió al obispo Galimberti, del mismo departamento de donde era jefe de policía quien había anotado a Macarena con su nombre.
La mamá que la crió fue una mujer muy valiente porque tuvo la valentía de decirle a Macarena, no sos hija nuestra, te anda buscando, tu abuelo. Y un día a fines de marzo de 2000, en un apartamento de la curia de Montevideo, conocimos a Macarena. Ella le preguntó a Juan: ¿Y qué seguridad tenés de que soy tu nieta?. Y ahí le respondimos: el 99% y que el 1% lo tenía que aportar ella con la prueba de sangre.
Ella accedió de inmediato, y eso se lo debemos a su mamá de crianza, que fue la que desde el momento en que se enteró de nuestra búsqueda, le dice que ella no era su madre natural. Con eso nos demostró que sí la quería, que era su hija aunque no lo fuera”.
Sobre el final, Mara La Madrid reflexiona sobre lo que está aun pendiente: el hallazgo de los restos de María Claudia. Está convencida que sus restos están sepultados en Uruguay. “Sería muy importante que Macarena le pudiera dar una tumba, como tiene que ser. Los milicos saben”.
Mara La Madrid. Foto: Federico Gutiérrez
Anoche, durante un mitin al estilo de campaña celebrado en Phoenix, Arizona, el jefe de Estado criticó a los ‘demócratas obstruccionistas’ por oponerse a la edificación de esa barrera, una de sus principales promesas desde su etapa como candidato republicano.
En ese evento advirtió que, si fuera necesario, estaría dispuesto a un cierre del Gobierno para asegurarse de que su propuesta sea aprobada y financiada por los legisladores.
Desde la etapa electoral el gobernante se refirió a esa iniciativa como parte de su campaña para acabar con la inmigración ilegal, y prometió que México pagaría por el proyecto, algo continuamente negado por las autoridades de esa nación.
La Casa Blanca ha buscado vías de obtener fondos federales para el muro, que según consideró el mandatario a mediados del pasado mes, podría medir de 700 a 900 millas (mil 226 a mil 448 kilómetros).
Inicialmente el jefe de Estado calculó que para levantarlo se necesitaban cuatro mil millones de dólares, pero en abril dijo que serían 10 mil millones y, desde entonces, varias empresas y organizaciones fijaron los pronósticos en 70 mil millones.
En mayo el Congreso evitó una interrupción del Gobierno al dar luz verde a un proyecto de ley a corto plazo que ha permitido la financiación federal hasta septiembre.
Tal medida tuvo apoyo bipartidista y negó a Trump algunas de sus primeras prioridades, incluidos los fondos para comenzar el muro, lo que llevó al jefe de la Casa Blanca a decir que quizás se necesitaba ‘un buen cierre’ para forzar a cumplir sus metas.
A finales de julio, sin embargo, la Cámara de Representantes aprobó un paquete de gastos que comprende mil 600 millones de dólares destinados a esa barrera física, lo que varios medios locales vieron como el primer momento de una nueva batalla en el Congreso.
Esa iniciativa deberá avalarse antes del 30 de septiembre con vistas a evitar el cierre al que hizo alusión el presidente, pero sus perspectivas en el Senado no son alentadoras, pues los republicanos necesitan al menos 10 votos demócratas y estos últimos se oponen a la obra.
Al mismo tiempo, muchos miembros del partido rojo cuyos distritos se ubican a lo largo de la frontera también han cuestionado la eficacia de una pared.
La advertencia pronunciada anoche por Trump se dio luego de que el diario Washington Examiner indicara recientemente que los republicanos del Senado están ansiosos por evitar un enfrentamiento con los demócratas sobre los gastos, y eso ha alejado sus ambiciones de seguridad fronteriza del tema del muro.
En su lugar, precisó la publicación, los legisladores están evaluando un plan más amplio para mejorar la protección limítrofe a través de una combinación de infraestructura, tecnología y aplicación de la ley.
La controversia que despierta la pared del mandatario se evidenció este mismo martes durante su intervención en Phoenix: mientras en el interior del Centro de Convenciones sus seguidores lo instaban a construir la barrera, millares de personas movilizadas en las afueras de la instalación rechazaron esa y otras políticas.
‘Vamos a tener nuestro muro y nos ayudará con el problema de las drogas y las masivas cantidades que cruzan la frontera’, aseguró Trump en su discurso, pronunciado el mismo día en el que por primera vez desde que está en el cargo visitó los límites con México.
Pero según un sondeo difundido a finales de julio por la encuestadora Rasmussen Reports, el 56 por ciento de los votantes norteamericanos difiere del mandatario y cree que no debe erigirse la pared fronteriza, una cifra mucho mayor al 37 por ciento que está a favor de esa idea.
El apoyo a la obra disminuyó desde enero, cuando el 48 por ciento de los estadounidenses quería que se llevara a cabo, y en la actualidad ni siquiera la mayoría de los republicanos la favorece, porque el estudio indicó que en ese grupo el respaldo es de poco menos de la mitad.
Pese a ese contexto, es posible esperar que en las próximas semanas aumente la presión desde la Casa Blanca con el tema del muro, como lo mostraron ayer los pronunciamientos del presidente y su visita a la localidad limítrofe de Yuma, Arizona.
Tras el fracaso de los intentos de derogar el Obamacare, en medio del poco avance con su anunciada reforma fiscal y sin ninguna otra gran victoria legislativa que mostrar, seguramente crecerá la insistencia en la barrera prometida como fórmula infalible para frenar la inmigración ilegal y el tráfico de drogas.
Para algunos de sus partidarios, el muro se trata de una gran necesidad; pero quienes se oponen a la iniciativa la consideran un plan innecesario, que pondrá más en riesgo las vidas de quienes intenten llegar a Estados Unidos y alejará la atención de temas importantes.
‘Seguramente, el Departamento de Seguridad Nacional y el país tienen necesidades más urgentes que adelantar ingresos fiscales para un proyecto que resuena con la grandeza de los fallidos casinos de Trump en Atlantic City’, apuntó recientemente un editorial de The New York Times.
(Tomado de Prensa Latina)
ONU exhorta al Gobierno de EE. UU. a rechazar "inequívoca e incondicionalmente" las expresiones de odio y racismo
El Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación Racial activó el protocolo de “alerta temprana y procedimientos urgentes” debido al preocupante y peligroso aumento del racismo en Estados Unidos.
El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU
(CERD, por sus siglas en inglés) instó este miércoles al Gobierno de
Estados Unidos, al igual que a los políticos de más alto nivel, a
condenar y rechazar el discurso de odio y los crímenes racistas
ocurridos recientemente en Charlottesville, Virginia.
“Estamos preocupados por las manifestaciones racistas, con eslóganes, gritos y saludos abiertamente racistas por parte de nacionalistas blancos, neonazis y el Ku Klux Klan” (KKK), declaró la presidenta del CERD, Anastasia Crickley.
Desde el organismo han activado el protocolo de “alerta temprana y procedimientos urgentes”para vigilar la aplicación de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, debido al preocupante y peligroso aumento del racismo en Estados Unidos.
Crickley enfatizó que “si no condenamos estos actos, al nivel más alto posible, existe la posibilidad de que otras personas piensen que son apropiados y que, aunque no se apruebe su comportamiento, por lo menos no será rechazado”.
El CERD solicitó además la apertura de una investigación penal al autor del atropello masivo en Charlottesville, que dejó un muerto y varios heridos y que el Gobierno active medidas concretas “para tratar los orígenes de la proliferación de tales manifestaciones racistas”. El organismo “llama a EE.UU. a investigar cuidadosamente el fenómeno de la discriminación racista”, agregó Crickley.
La condena de Donald Trump a los sucesos que tuvieron lugar en Charlottesville generaron polémica y rechazo ya que en un principio el magnate republicano solo mencionó una violencia proveniente de “muchas partes,” en vez de apuntar directamente a los grupos racistas.
Luego ante las críticas provinientes incluso de los proprios republicanos el presidete hizo nuevas declaraciones sobre el tema en las que aseguró que “el racismo es malo, y los que causan violencia en su nombre son criminales y matones, incluido el KKK, los neonazis, los supremacistas blancos y otros grupos de odio a los que repugnan todo lo que valoramos como estadounidenses”.
“Estamos preocupados por las manifestaciones racistas, con eslóganes, gritos y saludos abiertamente racistas por parte de nacionalistas blancos, neonazis y el Ku Klux Klan” (KKK), declaró la presidenta del CERD, Anastasia Crickley.
Desde el organismo han activado el protocolo de “alerta temprana y procedimientos urgentes”para vigilar la aplicación de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, debido al preocupante y peligroso aumento del racismo en Estados Unidos.
Crickley enfatizó que “si no condenamos estos actos, al nivel más alto posible, existe la posibilidad de que otras personas piensen que son apropiados y que, aunque no se apruebe su comportamiento, por lo menos no será rechazado”.
El CERD solicitó además la apertura de una investigación penal al autor del atropello masivo en Charlottesville, que dejó un muerto y varios heridos y que el Gobierno active medidas concretas “para tratar los orígenes de la proliferación de tales manifestaciones racistas”. El organismo “llama a EE.UU. a investigar cuidadosamente el fenómeno de la discriminación racista”, agregó Crickley.
La condena de Donald Trump a los sucesos que tuvieron lugar en Charlottesville generaron polémica y rechazo ya que en un principio el magnate republicano solo mencionó una violencia proveniente de “muchas partes,” en vez de apuntar directamente a los grupos racistas.
Luego ante las críticas provinientes incluso de los proprios republicanos el presidete hizo nuevas declaraciones sobre el tema en las que aseguró que “el racismo es malo, y los que causan violencia en su nombre son criminales y matones, incluido el KKK, los neonazis, los supremacistas blancos y otros grupos de odio a los que repugnan todo lo que valoramos como estadounidenses”.
VIDEO: La Policía dispersa con granadas de humo y gas lacrimógeno una protesta contra Trump
Publicado: 23 ago 2017 03:51 GMT | Última actualización: 23 ago 2017 05:04 GMT - RT
La Policía dispersa con granadas de humo y gas lacrimógeno una protesta contra Trump.
La
Policía ha lanzado gases lacrimógenos y granadas de humo frente al
Centro de Convenciones de la ciudad estadounidense de Phoenix para
dispersar una manifestación contra el presidente de EE.UU., Donald Trump.
Durante su primer evento público tras los disturbios en Charlottesville (Virginia) , el mandatario condenó a los "matones" involucrados en las protestas violentas de la semana pasada y criticó la cobertura mediática de su respuesta a la tragedia.
"Lo que pasó en Charlottesville golpea en el corazón de Estados Unidos", aseveró Trump ante a una multitud de partidarios.
https://youtu.be/_3Q-Oc8CJ1s
El presidente aseguró que instó "abiertamente a la unidad, la recuperación y el amor", que y condenó la violencia en los "términos más fuertes posibles", pero que los "muy deshonestos medios" no informaron sobre esos comentarios y en su lugar inventaron otras historias.
Tras el discurso del presidente, las protestas pacíficas se volvieron violentas después de que los manifestantes se enfrentaran con la Policía local. Algunos participantes de la manifestación contra Trump intentaron mover las barricadas que los estaban reteniendo.
https://youtu.be/MO-eE3sKOn8
La Policía de Phoenix declaró en un comunicado: "La multitud ha comenzado a arrojar piedras y botellas a la Policía, y también dispersó gas en la zona". Por ello, los agentes emitieron una advertencia, luego lanzaron bombas de humo y gas lacrimógeno.
Durante su primer evento público tras los disturbios en Charlottesville (Virginia) , el mandatario condenó a los "matones" involucrados en las protestas violentas de la semana pasada y criticó la cobertura mediática de su respuesta a la tragedia.
"Lo que pasó en Charlottesville golpea en el corazón de Estados Unidos", aseveró Trump ante a una multitud de partidarios.
La Policía dispersa con granadas de humo y gas lacrimógeno una protesta contra Trump en Phoenix
El presidente aseguró que instó "abiertamente a la unidad, la recuperación y el amor", que y condenó la violencia en los "términos más fuertes posibles", pero que los "muy deshonestos medios" no informaron sobre esos comentarios y en su lugar inventaron otras historias.
Tras el discurso del presidente, las protestas pacíficas se volvieron violentas después de que los manifestantes se enfrentaran con la Policía local. Algunos participantes de la manifestación contra Trump intentaron mover las barricadas que los estaban reteniendo.
La Policía de Phoenix declaró en un comunicado: "La multitud ha comenzado a arrojar piedras y botellas a la Policía, y también dispersó gas en la zona". Por ello, los agentes emitieron una advertencia, luego lanzaron bombas de humo y gas lacrimógeno.
¿Los Estados Unidos al borde del default?
por Fernando Del Corro
24/08/2017
Opinión
La
amenaza lanzada por el presidente de los Estados Unidos de América,
Donald John Trump, durante su visita a Arizona el 22-8-2017, en la que
intimó al Congreso de su país a autorizar la financiación del muro anti
inmigratorio con México, ha puesto al país ante el riesgo de default en
un marco de crisis aún superior al registrado en 2011 durante la gestión
de su predecesor, Barack Hussein Obama.
Al
hablar durante más de una hora en Phoenix, la capital del estado, Trump
aceptó que la construcción del muro puede llevar a “un cierre parcial
del gobierno” dando por sobrentendido que el Tesoro se encuentra al
borde del tope legal de endeudamiento fijado por el Congreso en 19,81
billones de dólares estadounidenses, algo por encima de su producto
interno bruto que en 2016 alcanzó a 18,56 billones.
En
caso de que durante el próximo mes de septiembre el Congreso no apruebe
el nuevo presupuesto en el que amplíe el límite establecido para el
endeudamiento el Tesoro ingresará en un virtual default, que incluso
tendrá como víctimas a muchos empleados públicos que perderán sus
empleos, ya que solamente quedarán garantizados temas esenciales como
los gastos para la defensa, el mantenimiento de los aeropuertos y otros
servicios.
Dicha amenaza
fue formulada en el marco de una violenta arenga contra los migrantes
durante la cual hasta llegó a adelantar que indultará al ex sheriff Joe
Arpaio, del condado de Maricopa, en el caso de que éste resulte
condenado por la justicia por sus prácticas violatorias de los derechos
humanos en la represión que llevaba adelanta contra los ilegales
inmigrantes latinos por lo que “el alguacil Joe puede sentirse bien”.
La
deuda externa de los Estados Unidos se viene manteniendo ligeramente
por debajo del límite legal fijado y así en marzo de 2015 había
alcanzado los u$s 17,85 billones para subir levemente, un año más tarde,
a los u$s 17,91 billones, unos 800.000 millones menos que el referido
tope de 19,81 billones, y cuyo principal acreedor ha vuelto a ser el
Japón ya que en los últimos tiempos China se ha venido desembarazando de
su acreencia.
El enojo de
Trump durante su prolongada exposición anti inmigratoria en Arizona,
uno de los estados que más latinos reciben a través de la frontera con
México, incluyó a los periodistas que no comparten su política y puso
énfasis en cuestionar a los congresistas, sobre todo a los senadores
republicanos que no avalaron recientemente su proyecto de anulación del
programa asistencial denominado “obamacare”.
Las
reservas del Tesoro estadounidense se encuentran en declive en los
últimos años y así mientras a fines de 2014 se situaban en u$s 130.100
millones, un año después estaban en 117.600 millones, en tanto se
desconocen las registradas al concluir 2016, mientras su comercio
exterior registró un déficit de 773.000 millones en 2015 y otro,
levemente menor, de 734.000 millones en 2016.
Dentro
de esos déficits del comercio exterior las importaciones de bienes de
capital constituyen la cifra mayor con el 30,4 por ciento, a la vez que
los combustibles, mayoritariamente adquiridos desde Venezuela,
representan el 8,2 por ciento del total lo que incluye los
biocombustibles argentinos a los cuales la administración Trump acaba
virtualmente de excluir con la drástica suba de los aranceles.
Políticos
y economistas se plantean ahora en los Estados Unidos, frente al
posible default si como ocurriera en 2011 cuando el límite legal para la
deuda era de u$s 14,3 millones y el Poder Ejecutivo se excedió
llevándola a 14,4 millones, el Departamento del Tesoro aplicó
“herramientas de contabilidad extraordinarias” y hubo que modificar el
tope por lo cual el 5 de agosto de ese año la calificadora Standard
& Poor´s bajó la calificación de la deuda de “AAA” a “AA”.
- Fernando Del Corro es periodista, historiador, docente en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.https://www.alainet.org/es/art
EE.UU. quedará al borde del caos si su Congreso no eleva el techo de deuda antes de octubre
Publicado: 25 ago 2017 08:14 GMT - RT
Si el Gobierno de EE.UU. no consigue su
objetivo, el Tesoro de ese país solo podrá afrontar el 23 % de sus
obligaciones en octubre.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, se enfrenta una situación complicada —que se puede volver aún más difícil en poco más de un mes— si no consigue que el Congreso de su país eleve el techo de deuda de EE.UU. antes de octubre.
En ese caso, perdería su paraguas legal
para continuar con el endeudamiento necesario para balancear los gastos
estatales norteamericanos, que son mayores que sus ingresos. Ante este
cuadro, el Bipartisan Policy Center considera
que los legisladores deberían "actuar" si pretenden "garantizar que
todas las obligaciones sean pagadas en su totalidad y a tiempo".
El propio presidente de EE.UU., Donald Trump, presiona para conseguir esa modificación pero, si el Congreso no avanza esa propuesta, Washington tendrá un déficit de 80.000 millones de dólares en octubre, lo que significa que no podrá asumir el 23 % de sus obligaciones de ese mes y su economía sufriría las consecuencias.
La opción que maneja Mnuchin es elegir qué pagar. Ante el peor escenario, cumpliría con los tenedores de bonos, los beneficiarios del Seguro Social y del 'Medicare', los militares, los contratistas de defensa y los programas de educación por un total de 267.000 millones de dólares. Esa decisión afectaría a los salarios de los trabajadores federales, los beneficios de los veteranos y los subsidios de salud, entre otras partidas.
El inquilino de la Casa Blanca también ha cuestionado la dilación en resolver el tema y el problema que tendrían con los representantes del Partido Demócrata: "Podría haber sido tan fácil ¡Ahora es un desastre!".
El propio presidente de EE.UU., Donald Trump, presiona para conseguir esa modificación pero, si el Congreso no avanza esa propuesta, Washington tendrá un déficit de 80.000 millones de dólares en octubre, lo que significa que no podrá asumir el 23 % de sus obligaciones de ese mes y su economía sufriría las consecuencias.
La opción que maneja Mnuchin es elegir qué pagar. Ante el peor escenario, cumpliría con los tenedores de bonos, los beneficiarios del Seguro Social y del 'Medicare', los militares, los contratistas de defensa y los programas de educación por un total de 267.000 millones de dólares. Esa decisión afectaría a los salarios de los trabajadores federales, los beneficios de los veteranos y los subsidios de salud, entre otras partidas.
Republicanos, con confianza
Aunque el Partido Republicano confía en conseguir su objetivo en el Congreso, aún no están seguros de cómo hacerlo, por lo que no descarta que el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, deban convencer a los demócratas de la necesidad de llevar a cabo esa modificación.El inquilino de la Casa Blanca también ha cuestionado la dilación en resolver el tema y el problema que tendrían con los representantes del Partido Demócrata: "Podría haber sido tan fácil ¡Ahora es un desastre!".
La conmoción nuclear de Trump busca esconder el derrumbe imperial
Cuando
las consecuencias de las guerras entre Israel y Palestina, Pakistán,
Afganistán, Irak, Libia, el Estado Islámico, continúan activas y aún se
oyen las balas en Siria, de pronto el mundo está enfrentado a una nueva
posibilidad de guerra con armas nucleares entre Estados Unidos y Corea
del Norte, además de una sumatoria de grandes países que se pueden
agregar. ¿Por qué se llega a esta situación?
El
principal responsable de esta circunstancia, el Presidente de Estados
Unidos, Donald Trump, ha dicho recientemente, "Ojalá que nunca tengamos
que usar ese poder", pero, inmediatamente le quitó valor a lo dicho al
expresar por Twitter, "pero nunca habrá un momento en el que no seamos
la nación más poderosa del mundo". Otras expresiones como esas fueron,
"es mejor que Corea del Norte no haga más amenazas a los Estados
Unidos", advirtió desde su club de golf en Bedminster, o esta otra,
"Ellos serán recibidos con fuego y furia como el mundo nunca ha visto".
El punto es que sólo Estados Unidos y sus aliados pueden tener armas
nucleares, de lo contrario serán borrados de la faz de la Tierra.
Independiente de las discrepancias con el líder norcoreano, ¿cómo se
llama eso que hace Estados Unidos, democracia guiada, dictadura?
Detrás
de estas y muchas otras expresiones que hemos conocido por las
tensiones con Corea del Norte y las aún más recientes declaraciones
sobre Venezuela, de no descartar una intervención militar, pueden ser
consideradas como expresiones de un megalómano narcisista dirigidas a
todo el mundo, de un líder que se siente y cree ser dueño del mundo, que
no calza con la libertad ni la auto determinación de los pueblos.
Lamentablemente fue elegido por una parte de la población (que no fue la
mayoría en voto directo), quienes creyeron que podría retroceder el
tiempo a las máquinas a vapor y regresar las industrias, tal como si
fuese posible regresar a los tiempos de los teléfonos de magneto,
suprimiendo los actuales celulares inteligentes.
Más
allá de evidenciar la fantasiosa forma megalómana de mentir al pueblo
estadounidense, quienes deben hacerse responsables del monstruo que
eligieron, es necesario ahondar en el verdadero trasfondo ideológico que
está presente en las palabras de este jugador de póker, que incluso,
sobrepasan la propia capacidad de conciencia de Trump, para darse cuenta
que la construcción de sus expresiones no las podría formular, si no
fueran parte de la influencia de un poder mayor, los Republicanos,
quienes tienen la principal responsabilidad de lo que suceda.
Un
parte del pueblo estadounidense, principalmente sus líderes, están
convencidos de pertenecer a una nación elegida por Dios y que tiene como
misión redimir el planeta, para lo cual sus deberes y derechos en
relación con los demás países, fueron determinados por la propia Deidad,
recayendo en ellos la exclusiva nominación de ser los elegidos, para
ejecutar sus designios. Variados líderes han dicho aseveraciones en ése
sentido, como las de Kennedy, “...´que los derechos humanos no proceden
de la generosidad del Estado sino de la mano de Dios´, o de Roosevelt, a
quién pertenece la expresión, ´Sería particularmente insensato, desde
puntos de vista políticos y psicológicos, permitir que la limitación de
nuestros actos nos sea impuesta por cualquiera otra nación diferente de
la nuestra´. John Ashcroft, ex senador republicano y ex fiscal general y
secretario de Justicia, expresó, ´Única entre las naciones, Estados
Unidos de América ha reconocido la fuente de nuestro carácter como
divina y eterna, no cívica o temporal´. Más recientemente, algunos
recordarán a Condoleezza Rice, Secretaria de Estado de Bush hijo, que
dijo, ´La libertad religiosa es un objetivo que exige claridad moral. Y,
señoras y señores, el mensaje de América (USA) no puede ser más claro:
los gobiernos no tiene ningún derecho a interponerse entre los
individuos y el Todopoderoso (...).
La
conexión religiosa está presente y tejió la teología nacionalista que
fue formando el fanatismo ligado a las influencias Calvinistas que
llegaron con los primeros colonos que escaparon de Europa y que son
parte de las raíces de los actuales líderes republicanos. Es lo que da
cuenta de la plena certeza de ellos, para ser los únicos ejecutores de
la voluntad Divina en la Tierra y/o moralmente superiores. Ellas han
sido y son el fundamento de la negación de todo derecho internacional y
del fomento del unilaterismo, de la ´guerra preventiva´” (A. Monares
–Reforma e Ilustración). Esa es la base con la cual han impuesto el
neo-liberalismo urbi et orbi.
Podemos
decir que en Estados Unidos no ha existido una real integración entre
la gente de color y los blancos anglo-sajones, sino una mera convivencia
superficial, que mantiene un profundo desprecio al hombre de color. Así
fue como ocurrió con el ex presidente Barack Obama, despreciado por los
grupos multimillonarios de la elite que ahora gobiernan con D. Trump.
No sorprende que Trump, de piel blanca, que llega a padecer rosácea por
su color blanco de piel y pelo rubio, vaya a dejar de creer que los
negros, asiáticos o latinos son inferiores a él.
El
mensaje de intervenir militarmente en Corea del Norte, no sólo es una
advertencia para Kim Jong Un, el líder norcoreano, también lo es para el
resto del mundo, contenido en la expresión, “como el mundo nunca ha
visto”. EE UU., no está dispuesto a ceder supremacía en ningún campo a
otra nación que no sean ellos, y eso incluye el aspecto económico. La
amenaza de intervenir en Venezuela fue calculada para amplificar su
efecto al realizarla dentro de un contexto de tensión de guerra nuclear,
que atemoriza a la población, mientras se habla de atacar a Corea del
Norte con “fuego y furia”, como si hubiera sacado las palabras de la
Biblia. ¿Viene el Vicepresidente de EE UU., Mike Pence a Chile a ordenar
lo que debe hacer, y si no se hace, nos van a bombardear?
En
el campo económico, las proyecciones no son alentadoras. La experiencia
japonesa nos da un indicio, un largo período de crecimiento débil y
baja inflación, salpicado con numerosas recesiones, es un indicador
avanzado de la ruta que seguirá Estados Unidos. Desde el 20 de Enero con
Trump en la presidencia, ha sido un tiempo suficiente para que él tome
conciencia que no será fácil salir del gran atolladero económico en que
está Estados Unidos, debido a los obstáculos que deben sortear, entre
ellos, sacar US$ 4.5 billones de la economía.
La
porfiada baja inflación por debajo del 2 % no es lo que esperaba la
FED, y podría reactivar el aumento de tasas en prevención de un posible
desequilibrio monetario. Ahora, el índice de fecundidad de 2,1 por mujer
es considerado mínimo para mantener la población estable respecto de la
mano de obra que se necesita para sostener un ritmo de crecimiento
económico aceptable, sin embargo, en Estados Unidos el número medio de
hijos por mujer, es de 1,84 lo que asegura una caída del PIB, acentuado
por las restricciones a las inmigraciones y las expulsiones de
inmigrantes que se están realizando.
Las
nuevas disposiciones que ha firmado Trump amenazan con iniciar una
guerra comercial a nivel mundial con consecuencias impredecibles. Las
sanciones contra Rusia, Irán y Corea del Norte, aumentan las
restricciones para que otros países hagan negocios con empresas rusas,
en especial del sector energético. Estados Unidos se está aislando y
dejando espacios de poder a otras potencias, sin embargo, las
dificultades políticas internas, la investigación de sus nexos con
Rusia, los escollos financieros para desarticular el “Obamacare” en
salud, las apertura de un nuevo frente de batalla comercial con China
acusada de ‘dumping’ respecto del acero y el aluminio, además de las
tensiones económicas con México, auguran fuertes alzas en los precios en
el corto y mediano plazo para los norteamericanos y no permiten ver
optimismo económico a nivel mundial, porque las guerras comerciales dan
paso a los conflictos bélicos.
El
tope de la deuda legal de US$ 19,81 billones se estima que se alcanzará
entre fines de Septiembre, primeras semanas de Octubre y deberá
renegociarse en el congreso Norteamericano para aumentarla. Una gran
mayoría de los economistas, creen que D. Trump agregará más deuda a
Estados Unidos y eso eleva la tentación de una guerra, como parte de la
solución, la que no es ajena al pensamiento de Trump. En 1990, en una
entrevista a la revista Playboy señaló, "Siempre he pensado sobre el
tema de la guerra nuclear; es un elemento muy importante en mi proceso
de pensamiento". "Considero que la mayor de todas las estupideces es la
creencia de la gente de que nunca sucederá", dijo, "porque todo el mundo
sabe cuán destructivo será”. ¿Es la premonición de una locura?
La
desconexión entre los aumentos de bolsas y la realidad de los
resultados en todo el mundo, se explica por una apuesta audaz de los
inversores por seguir especulando, el juego de seguir subiendo los
activos financieros para lograr ganancias, en circunstancias que el
propio A. Greenspan ex Presidente de la FED, ha dicho que existe una
gran burbuja en los bonos. Lo confirma también los dichos de la actual
Presidenta de la FED, Janet Yellen, quién habría advertido, “las
valoraciones de las bolsas y los mercados de bonos son muy altas y que
existen riesgos potenciales en ambos mercados”.
El
proceso especulativo es una compulsión que desata la euforia inevitable
de los inversores de comprar con la esperanza de lograr sustanciosas
ganancias en el futuro, a pesar de la notoria disminución de las
cantidades que se transan, lo cual es una señal de alerta en riesgo,
cuando se ha pasado el techo de los 22.000 puntos en el Dow Jones. Dos
días atrás, a propósito de las expresiones de Trump de “fuego y furia”,
se produjo una caída con pérdidas de US$ 1 billón en un solo día. A
pesar de ello, los analistas económicos señalan que eso fue sólo un
factor entre varios más que se pueden gatillar en cualquier momento y
que se puede ocultar con una guerra nuclear, que permitiría esconder el
derrumbe imperial, el verdadero trasfondo que explicaría una guerra de
gran dimensión.
Mario Briones R.La obra reúne testimonios clave en la búsqueda de la Memoria, Verdad y Justicia en la década de los 90 y la restitución de la identidad de Macarena Gelman, la nieta apropiada del poeta. La presentación del libro se realizará hoy a las 19 horas, en el Museo Zorrilla, y estará a cargo del periodista de investigación Gabriel Mazzarovich y la diputada Macarena Gelman.
“Este viaje a Montevideo fue porque quise venir a ver a Macarena. Arreglé las fechas de viaje con ella, me dí cuenta que había un seminario sobre psicoanálisis que me interesaba. Lo programé hace un mes y medio o dos y aquí estoy. Me parecía que era bueno presentar aquí el libro que hicimos con Juan Gelman y que se acaba de reeditar”. Así comenzó la entrevista con LA REPUBLICA en un restaurante de Punta Carretas.
Mara y Juan estuvieron en el año 2000 en Uruguay, el término de una investigación que insumió unos tres años y que culminó con el hallazgo en nuestro país de la nieta apropiada y cuya madre, María Claudia, secuestrada en Argentina, retenida en Automotores Orletti y trasladada al Uruguay, sigue desaparecida. En 2012, Mara asistió con Juan y Macarena Gelman, al acto oficial en el Parlamento en el que el entonces presidente José Mujica, en cumplimiento de la sentencia de la CorteInteramericana de Derechos Humanos (CIDH), reconoció la responsabilidad del Estado uruguayo en la detención y desaparición de María Claudia García de Gelman, en el caso “Gelman vs. Uruguay”.
La idea de escribir el libro surge en 1995. En ese momento, aparece en Argentina “una nueva voz, fue extraordinario, fue la voz de una red, H.I.J.O.S (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido) y que empezaron a escribir en Página 12 donde Juan trabajaba”. “Nosotros estábamos de duelo, acababa de morir mi hija mayor.
Y dijimos, inventemos un libro, con estas voces nuevas. Hicimos contacto desde México. Nos fuimos a Buenos Aires y nos reunimos con un grupo de ellos, cuyos padres estaban desaparecidos. Era la etapa del menemismo, es el momento en el que además Menem indulta a militares, entre ellos algunos uruguayos. Es un libro hecho de fragmentos, de voces distintas”, recordó.
La búsqueda y “Gardel”
“La situación de duelo en la que estábamos, Juan quería mucho a mi hija -no era su hija-, también le reactivó el duelo por Marcelo, su hijo, que a esa altura sus restos ya habían sido identificados. Nos metimos con este libro, fue una locura, en muy poco tiempo lo terminamos. Planeta nos organizó un viaje por distintas ciudades de Argentina, para presentarlo.
Juan decía en ese tiempo, en las entrevistas, que buscaba un nieto o nieta. Un día en setiembre de 1997, le dije a Juan por qué no hacemos borrón y cuenta nueva. Se decía que María Claudia había parido en el pozo de Banfield, o en el de Quilmes. Había como una historia congelada, un rumor congelado y como que se había vuelto un poco la historia oficial.
Entonces, dijimos, borrón y cuenta nueva: vamos a investigar nosotros y no vamos a hacer caso a nadie. Teníamos sí un dato, importante, de un testigo, un sobreviviente, de los pocos que hubo de Orletti, que había visto a María Claudia y a Marcelo, en Automotores Orletti. Ese dato sí lo teníamos y seguro. Es un dato muy importante que muchos familiares no tuvieron.
Un día leyendo una edición del Nunca Más de Página 12, me encuentro con un dato de un bebé de 20 días como sobreviviente, que era Simón Riquelo y que desapareció en Orletti. Me di cuenta de que había uruguayos sobrevivientes y que habían estado en Orletti, aunque no coincidían las fechas con Marcelo y María Claudia. Nos dividimos las tareas.
Yo me ocuparía de la investigación y Juan de la prensa. Empezamos la campaña; cartas abiertas de Juan al entonces jefe del ejércitto Martín Balza, a la que se une el diario La República, aquí en Uruguay”. “Finalmente, una fuente, que vamos a llamar ´Carlos Gardel´, nos dió algunos datos y un día me dijo, por teléfono, Mara, fue un trueque y está en Uruguay.
Yo voy a viajar al Uruguay, me dijo el tipo, a ver si puedo averiguar algo más. El tipo, estoy segura, había estado muy cerca de Orletti, y creo que en ese momento todavía estaba de alguna manera en la Side o algo así. Le decíamos Carlitos Gardel, porque cada vez cantaba mejor”.
Finalmente, agregó, “llegamos a la certeza interior, nuestra, aunque sin pruebas, salvo por las palabras de Gardel, que nos dijo, es un trueque. Sin dar más detalles. Cuando vinimos a Uruguay, por primera vez, estábamos seguros con Juan que nos siguieron, y eso nos daba más seguridad de que estábamos en lo cierto”.
“Ahí nos apoyó el diario La República y nos pusimos a entrevistar a los uruguayos que estuvieron en Orletti y que sobrevivieron. A la primera que Juan le escribe es a Sara Méndez, ella nos dice que efectivamente ellos estaban detenidos en el sótano del SID, que había una argentina embarazada y que había nacido un bebé. Y bueno, empezamos a investigar acá.
Fuimos juntando información como hormiguitas. Al final cuando estábamos con la seguridad, ocurrió lo que siempre imaginamos que podía pasar: que un día aparecería un vecino, que testificara que a tal casa llegó una vez una bebita. Y efectivamente ocurrió así. Y cerraba perfecto. Y con esa información fue que Juan le escribió al obispo Galimberti, del mismo departamento de donde era jefe de policía quien había anotado a Macarena con su nombre.
La mamá que la crió fue una mujer muy valiente porque tuvo la valentía de decirle a Macarena, no sos hija nuestra, te anda buscando, tu abuelo. Y un día a fines de marzo de 2000, en un apartamento de la curia de Montevideo, conocimos a Macarena. Ella le preguntó a Juan: ¿Y qué seguridad tenés de que soy tu nieta?. Y ahí le respondimos: el 99% y que el 1% lo tenía que aportar ella con la prueba de sangre.
Ella accedió de inmediato, y eso se lo debemos a su mamá de crianza, que fue la que desde el momento en que se enteró de nuestra búsqueda, le dice que ella no era su madre natural. Con eso nos demostró que sí la quería, que era su hija aunque no lo fuera”.
Sobre el final, Mara La Madrid reflexiona sobre lo que está aun pendiente: el hallazgo de los restos de María Claudia. Está convencida que sus restos están sepultados en Uruguay. “Sería muy importante que Macarena le pudiera dar una tumba, como tiene que ser. Los milicos saben”.
Mara La Madrid. Foto: Federico Gutiérrez
Siempre hay pistas
Ayer estaba en su cumpleaños 75. Nació en la capital de
Argentina, estudió psicología en la Universidad Nacional de Buenos Aires
y ejerce el psicoanálisis en México, país donde reside. Mara La Madrid,
viuda del poeta argentino Juan Gelman, escribió con él el libro Ni el flaco perdón de Dios. Hijos de desaparecidos,
una recopilación de datos, documentos, testimonios y reflexiones sobre
la búsqueda de detenidos desaparecidos durante la dictadura en
Argentina, que se editó por primera vez en 1997 y, 20 años después, se
reedita y presenta en Uruguay. La cita es hoy a las 19.00 en el Museo
Zorrilla, ubicado en la calle Zorrilla de San Martín 96, en donde la
diputada Macarena Gelman, hija de Marcelo Gelman –hijo del poeta,
asesinado por los militares argentinos– y María Claudia García –detenida
en Buenos Aires y desaparecida en Uruguay–, presentará la reedición del
libro junto con el periodista Gabriel Mazzarovich. Macarena fue
secuestrada por los militares enseguida después de nacer y creció junto a
una familia adoptiva, hasta que la búsqueda llevada adelante por Mara y
por su abuelo la encontró en Montevideo. De esta búsqueda, del libro y
de la impunidad, entre otras cosas, Mara habló con la diaria, café por medio.
–¿Por qué reeditar el libro 20 años después de su primera edición?
–No fue algo que decidí yo, sino que lo hizo Alberto Díaz. Aunque no sólo Alberto, que ya está jubilado de la editorial Planeta y es un muy buen editor, y por eso quedó como consejero editor, porque no tiene ninguna capacidad decisoria importante en este momento. Creo que tiene que ver con el cambio de gobierno en Argentina (pero es un invento mío, nunca nadie me dijo eso) [ríe y vacía el sobre de azúcar en un cortado que pidió con “espuma de leche”], en el sentido de que como el gobierno actual de [Mauricio] Macri comenzó con un discurso, en boca de algunos de sus ministros, tratando de minimizar lo que pasó en la dictadura, el número de desaparecidos y demás, creo que se le ocurrió a Alberto reeditar este libro, que había tenido una única edición en 1997.
–En Uruguay hay generaciones jóvenes que no vivieron las consecuencias de la dictadura cívico-militar en forma directa y, a la vez, no tienen acceso a suficiente información sobre el tema. Este tipo de libros parecen ser muy importantes para aprender sobre lo que pasó, para conocer la historia de la represión.
–Lo que pasa es que a Juan y a mí no se nos ocurrió eso. Pero un amigo editor, viendo el libro, me dijo: “Pero escuchame, este libro lo tendrían que meter en la secundaria, en todas las escuelas”, como hacer una edición para las escuelas, para los chicos, pero nosotros no nos autopromovíamos. No era el estilo.
–Fue un proceso de recolección de datos y testimonios de mucha gente que salió a buscar a sus seres queridos que permanecían desaparecidos, y que tuvo que reconstruir toda una historia, algo que después les pasó a ustedes mismos. Se decían cosas que no eran ciertas sobre los familiares desaparecidos, y ustedes, cuando comenzaron a buscar a Macarena, también decidieron no escuchar las historias y los rumores, y empezar la historia de cero.
–La hechura de este libro, el hacerlo y el presentarlo en Argentina, nos llevó a eso. Hubo una situación en la que alguien apareció de muy buena fe y le dijo a Juan: “Hay una chica que se parece mucho a tu nuera y creo que es hija de desaparecidos”. Estuvimos averiguando con la ayuda de amigos y no, no era. Pero la hechura del libro nos catapultó a tomar la decisión de que íbamos a hacer borrón y cuenta nueva de todo lo que nos habían dicho, de lo que sabían las Abuelas de Plaza de Mayo, que decían que a María Claudia la habían llevado a parir a uno de los “pozos” [como les llamaban en Buenos Aires a los centros clandestinos de secuestro y tortura]. Dijimos: “Borrón y cuenta nueva”, y a empezar de cero y por las propias, y así lo hicimos. Luego muchísima gente nos ayudó. Empezar de cero fue ir buscando sobrevivientes, y al primero que encontré fue a Simón, llamado en aquel tiempo Simón Riquelo –en realidad, Simón Gatti, hijo de Sara Méndez [agrega mientras da un sorbo al cortado]–. Lo encontré en el Nunca más, en una edición especial que hizo Página 12, ilustrada por León Ferrari, un gran pintor argentino que ya murió, y me encuentro con que decía: “Simón Riquelo, 20 días, visto en [Automotores] Orletti”. Empiezo a mirar y veo que había otros sobrevivientes de Orletti que eran uruguayos, y esa fue la pista que nos llevó a la conclusión de que a María Claudia la podrían haber trasladado a Montevideo. Y empezamos a averiguar acá, pero todos en Argentina nos decía que estábamos locos. Nos decían: “Cómo se la iban a llevar a Montevideo”, y no sé qué más y blablablá. Y ahí fue que Juan empezó con la campaña internacional y las cartas abiertas al presidente Julio María Sanguinetti, y pasó lo que creíamos que iba a pasar, y es que nadie desaparece. Siempre queda alguna pista. Aparecieron unos vecinos que habían sido testigos de que en la puerta de la casa de una familia habían dejado un canastito con una beba adentro, y entonces investigamos esa situación. Teníamos como un rompecabezas armado, y viste cuando te encontrás con las últimas piezas... Ahí dijimos: “¡Es Macarena!”. Entonces, buscamos un mediador para que hablara con ella. Eso fue a fines de 1999, y en marzo de 2000 viajamos a Uruguay bajo la cobertura de que Juan venía a hacer un recital de poesía, y nos encontramos en un departamento de la curia de Montevideo con Macarena. Cuando entró, la miré y dije: “Si tuviera bigote sería Juan”, por lo parecida, algo que también después dijo el abogado Gonzalo Fernández.
–Pero mucho de esa búsqueda más personal también está en las historias que recoge el libro. Por ejemplo, el primer testimonio, el de las chiquilinas que vivían en Francia y una de ellas vuelve a Buenos Aires a buscar a su padre desaparecido.
–Las historias las grabamos, las transcribimos. Eran 2.500 páginas de transcripciones, y de esas hicimos 400 escritas por nosotros. Nos dividimos 50% y 50%, más o menos, cada uno. Esa historia, la primera del libro, la escribí yo, y a mí lo que más me impactó es cuando la chica obtiene una beca y llega a la provincia de Buenos Aires a buscar huellas de fósiles prehistóricos. De pronto esta ahí, con las huellas, y se dice a sí misma: “¿Vos qué hacés acá buscando huellas de animales prehistóricos, cuando son otras huellas las que viniste a buscar?”. Entonces se pone las pilas y empieza la búsqueda de los restos de su padre por su cuenta, lo encuentra y lo lleva a enterrar a su ciudad. Hay un poco de Antígona en esa chica que se rebela. A los muertos hay que darles sepultura.
–Sobre el Estado uruguayo recayó una sentencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por el caso Gelman versus Uruguay. ¿Qué pensás del cumplimiento de esa sentencia? Uruguay ya pidió perdón por el terrorismo de Estado, pero los restos de María Claudia siguen sin aparecer.
–Sí, fue un proceso que llevaron adelante Juan, Macarena y los abogados del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional de Argentina, y durante la presidencia del Pepe [José] Mujica el Estado tuvo que pedir perdón con un acto en el Parlamento. Esa fue la última vez que vine a Montevideo [marzo de 2012], cuando Juan estaba aún con vida. Pienso que fue importante, porque algo pasó con esa ley de caducidad, que era una ley terrible, que impedía el juzgamiento de los responsables, y al final a algunos se los juzgó. Yo pienso que Uruguay fue muy debilucho en cuanto a la manera en que encaró la cuestión legal de búsqueda de los desaparecidos y de resolución de esos casos. La mayoría de los desaparecidos desparecieron en Argentina o fueron asesinados en ese país. A la mamá de Macarena la trasladaron a Montevideo. Nosotros creemos que Macarena nació en el Hospital Militar, pero Marcelo y María Claudia estaban en el sótano de la casa de Bulevar Artigas y Palmar [centro de detención clandestino conocido como la Mansión o la Casona, donde funcionó después el Centro de Altos Estudios Nacional del Ejército y ahora es la sede de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo]. Me acuerdo de la escena cuando la llevan [a Macarena] ante una excavación y le dicen: “Mirá, acá seguro está tu madre”, y no... Teníamos en aquel tiempo un plano que señalaba el lugar donde muy posiblemente estaba enterrada María Claudia, cerca del arroyo Miguelete, en el Batallón [de Infantería Mecanizado] 13. ¿Qué se hizo con eso? En el sentido de si realmente se hicieron trabajos serios ahí, no puedo opinar, no lo sé. Cuando terminamos el libro y encontramos a Macarena, yo dije: “Hasta acá llegué”, pero Juan fue el que siguió con la búsqueda de los restos de María Claudia. Ahora Juan está muerto y yo no seguí.
–La impunidad es un asunto que trasciende a Uruguay, que alcanza a casi todos los países de América Latina. Las generaciones nuevas que leen el libro se indignan con lo que pasó y quieren comprometerse con la lucha por verdad y justicia, pero muchos encuentran en las organizaciones históricas, las de familiares, las de militantes, muchas divisiones, enfrentamientos, frustraciones que no son las de los jóvenes. ¿Qué les pasó a aquellas generaciones?
–Me hace gracia porque es mi generación. Hoy [por ayer] cumplo 75 años. Con Juan lo hicimos solos porque justamente no queríamos saber de nada con los organismos de derechos humanos, con lo institucional; eso nos valió el odio de esas instituciones. Cuando encontramos a Macarena estábamos acá en Montevideo cuando [el presidente Jorge] Batlle hace el anuncio. La gente salió con los autos a tocar bocina porque realmente se probaba que había habido niños secuestrados –Sanguinetti había dicho que en Uruguay nunca desapareció un niño–. Sentimos un gran apoyo de la gente común, una reacción; fue muy hermoso para nosotros. Pero al día siguiente, en una radio muy escuchada –yo la escuché [vuelve a aclarar mientras bebe más cortado]–, Estela de Carlotto dijo: “Presidente Batlle, ¡tenga cuidado! Le están tendiendo una trampa”. ¿Y por qué? Porque no eran las Abuelas de Plaza de Mayo quienes habían encontrado a Macarena. Hoy se llenan la boca de Macarena, ¡a ver si se entiende! Todo eso es jodido. Es una cosa de una mezquindad espantosa. No sé si es así en Uruguay, pero creo que en Argentina hubo muchas mezquindades, personales, por cuestiones de poder, de prestigio. Con respecto a la impunidad, creo que cada vez vivimos en un mundo más impune y donde la impunidad gobierna. Está lo que llamamos neoliberalismo, que es una maquinaria de corrupción e impunidad juntas. En México hoy hay más desaparecidos que los que hubo en Argentina. La gente sale a cavar los fines de semana en algunos estados a ver si encuentra los restos de sus familiares desaparecidos. En Colombia las cosas están muy mal: matan periodistas. En Centroamérica matan a muchos defensores de los derechos humanos. Están las guerras de Medio Oriente por el petróleo, por el agua; se llenan la boca, pero no es una lucha contra el terrorismo, porque los terroristas son ellos, los gobiernos. Ustedes viven en un país muy chiquito y muy democrático. Quizá porque llevan muchos años de gobiernos de izquierda, más allá de que en el Frente Amplio se peleen como gatos. Es una diferencia. Se acaba de legalizar la marihuana, y yo estoy totalmente de acuerdo con la legalización de las drogas. Ahora, ¿la impunidad de acá? ¿Que Macarena no pueda darle una tumba a su madre? Eso es porque los milicos no hablan. Nosotros encontramos a Macarena porque yo me puse a hablar con extraños personajes de los servicios de inteligencia en Argentina. Sin eso, nunca hubiéramos encontrado ciertas pistas. Hay que animarse a ensuciarse un poco, también. Yo me acuerdo de uno que era un triple espía: era de la CIA [central de inteligencia de Estados Unidos], de los servicios de inteligencia de Argentina y del Mossad [servicio secreto de Israel], y un día lo llamé, me senté con él, le dije que mi padre seguro estaría revolcándose en la tumba porque era del Partido Comunista y él era un nacionalista. Pero fue un hombre que nos ayudó mucho. Ahora está muerto. Nos dio documentación importantísima del Ejército. Pero yo no podía decir en Argentina: “Yo me encuentro con Fulano de Tal a hablar”, porque me iban a dar, me iban a decir “esta loca de mierda”.
–¿Y por qué él habló?
–Porque yo lo busqué a propósito, porque a él en algún momento lo había secuestrado la banda de Aníbal Gordon, que era la banda que estaba en Automotores Orletti, que es adonde llevaron a Marcelo y María Claudia. Orletti lo dirigía una banda de mafiosos que antes del golpe eran paramilitares y parapoliciales, que además eran chorros, les importaba la plata, y a este hombre de los servicios, por una cosa de broncas internas de los servicios, lo habían secuestrado y yo lo sabía. Entonces fui y le dije: “Tenemos los mismos enemigos, ayudame”. Y nos ayudó. Pero además, le leí un poema de Raúl González Tuñón, que nombra a una mujer de la que Raúl se enamoró y que en algún momento a uno de estos de los servicios del Mossad, de la CIA, lo sacó de la cárcel. Ella entró en una cárcel de hombres y se quedó en la celda de él y él salió vestido de mujer, y así se escapó de la cárcel. Yo conocía todas estas historias y así lo seduje para que hablara. Luego nos venía a visitar a Juan y a mí a México y nos traía información. Hay que buscar los resquicios, y a veces los resquicios no son muy católicos que digamos.
–Me imagino leyendo el libro a gente muy joven, para conocer lo que pasó, para informarse, para comprometerse. ¿Qué les dirías a esos jóvenes?
–Les diría que hay que inventar. ¡Que inventen! Yo no soy la madre de los hijos de Juan. Estuve 25 años con él, pero ya María Claudia y Marcelo no estaban. A mí me desaparecieron a muchos compañeros, pero no me desaparecieron a mi papá, ni a mi tía, ni a mi hijo. Pero se murió una hija mía, la mató un cáncer, y esa muerte es lo que desata el libro, también. Era mi hija mayor, y Juan la quería muchísimo, aunque no era hija de él. Ella se murió en enero de 1995 y nosotros en mayo estábamos inventando ese libro. Por eso el libro es una ofrenda de duelos, de muertos. A los jóvenes les diría que inventen y, sobre todo, que no se dejen disciplinar por esta sociedad disciplinaria en la que vivimos. Que no se dejen engañar por lo que se llama democracia y es una falsa democracia. Que inventen y que sean jóvenes.
–¿Por qué reeditar el libro 20 años después de su primera edición?
–No fue algo que decidí yo, sino que lo hizo Alberto Díaz. Aunque no sólo Alberto, que ya está jubilado de la editorial Planeta y es un muy buen editor, y por eso quedó como consejero editor, porque no tiene ninguna capacidad decisoria importante en este momento. Creo que tiene que ver con el cambio de gobierno en Argentina (pero es un invento mío, nunca nadie me dijo eso) [ríe y vacía el sobre de azúcar en un cortado que pidió con “espuma de leche”], en el sentido de que como el gobierno actual de [Mauricio] Macri comenzó con un discurso, en boca de algunos de sus ministros, tratando de minimizar lo que pasó en la dictadura, el número de desaparecidos y demás, creo que se le ocurrió a Alberto reeditar este libro, que había tenido una única edición en 1997.
–En Uruguay hay generaciones jóvenes que no vivieron las consecuencias de la dictadura cívico-militar en forma directa y, a la vez, no tienen acceso a suficiente información sobre el tema. Este tipo de libros parecen ser muy importantes para aprender sobre lo que pasó, para conocer la historia de la represión.
–Lo que pasa es que a Juan y a mí no se nos ocurrió eso. Pero un amigo editor, viendo el libro, me dijo: “Pero escuchame, este libro lo tendrían que meter en la secundaria, en todas las escuelas”, como hacer una edición para las escuelas, para los chicos, pero nosotros no nos autopromovíamos. No era el estilo.
–Fue un proceso de recolección de datos y testimonios de mucha gente que salió a buscar a sus seres queridos que permanecían desaparecidos, y que tuvo que reconstruir toda una historia, algo que después les pasó a ustedes mismos. Se decían cosas que no eran ciertas sobre los familiares desaparecidos, y ustedes, cuando comenzaron a buscar a Macarena, también decidieron no escuchar las historias y los rumores, y empezar la historia de cero.
–La hechura de este libro, el hacerlo y el presentarlo en Argentina, nos llevó a eso. Hubo una situación en la que alguien apareció de muy buena fe y le dijo a Juan: “Hay una chica que se parece mucho a tu nuera y creo que es hija de desaparecidos”. Estuvimos averiguando con la ayuda de amigos y no, no era. Pero la hechura del libro nos catapultó a tomar la decisión de que íbamos a hacer borrón y cuenta nueva de todo lo que nos habían dicho, de lo que sabían las Abuelas de Plaza de Mayo, que decían que a María Claudia la habían llevado a parir a uno de los “pozos” [como les llamaban en Buenos Aires a los centros clandestinos de secuestro y tortura]. Dijimos: “Borrón y cuenta nueva”, y a empezar de cero y por las propias, y así lo hicimos. Luego muchísima gente nos ayudó. Empezar de cero fue ir buscando sobrevivientes, y al primero que encontré fue a Simón, llamado en aquel tiempo Simón Riquelo –en realidad, Simón Gatti, hijo de Sara Méndez [agrega mientras da un sorbo al cortado]–. Lo encontré en el Nunca más, en una edición especial que hizo Página 12, ilustrada por León Ferrari, un gran pintor argentino que ya murió, y me encuentro con que decía: “Simón Riquelo, 20 días, visto en [Automotores] Orletti”. Empiezo a mirar y veo que había otros sobrevivientes de Orletti que eran uruguayos, y esa fue la pista que nos llevó a la conclusión de que a María Claudia la podrían haber trasladado a Montevideo. Y empezamos a averiguar acá, pero todos en Argentina nos decía que estábamos locos. Nos decían: “Cómo se la iban a llevar a Montevideo”, y no sé qué más y blablablá. Y ahí fue que Juan empezó con la campaña internacional y las cartas abiertas al presidente Julio María Sanguinetti, y pasó lo que creíamos que iba a pasar, y es que nadie desaparece. Siempre queda alguna pista. Aparecieron unos vecinos que habían sido testigos de que en la puerta de la casa de una familia habían dejado un canastito con una beba adentro, y entonces investigamos esa situación. Teníamos como un rompecabezas armado, y viste cuando te encontrás con las últimas piezas... Ahí dijimos: “¡Es Macarena!”. Entonces, buscamos un mediador para que hablara con ella. Eso fue a fines de 1999, y en marzo de 2000 viajamos a Uruguay bajo la cobertura de que Juan venía a hacer un recital de poesía, y nos encontramos en un departamento de la curia de Montevideo con Macarena. Cuando entró, la miré y dije: “Si tuviera bigote sería Juan”, por lo parecida, algo que también después dijo el abogado Gonzalo Fernández.
–Pero mucho de esa búsqueda más personal también está en las historias que recoge el libro. Por ejemplo, el primer testimonio, el de las chiquilinas que vivían en Francia y una de ellas vuelve a Buenos Aires a buscar a su padre desaparecido.
–Las historias las grabamos, las transcribimos. Eran 2.500 páginas de transcripciones, y de esas hicimos 400 escritas por nosotros. Nos dividimos 50% y 50%, más o menos, cada uno. Esa historia, la primera del libro, la escribí yo, y a mí lo que más me impactó es cuando la chica obtiene una beca y llega a la provincia de Buenos Aires a buscar huellas de fósiles prehistóricos. De pronto esta ahí, con las huellas, y se dice a sí misma: “¿Vos qué hacés acá buscando huellas de animales prehistóricos, cuando son otras huellas las que viniste a buscar?”. Entonces se pone las pilas y empieza la búsqueda de los restos de su padre por su cuenta, lo encuentra y lo lleva a enterrar a su ciudad. Hay un poco de Antígona en esa chica que se rebela. A los muertos hay que darles sepultura.
–Sobre el Estado uruguayo recayó una sentencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por el caso Gelman versus Uruguay. ¿Qué pensás del cumplimiento de esa sentencia? Uruguay ya pidió perdón por el terrorismo de Estado, pero los restos de María Claudia siguen sin aparecer.
–Sí, fue un proceso que llevaron adelante Juan, Macarena y los abogados del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional de Argentina, y durante la presidencia del Pepe [José] Mujica el Estado tuvo que pedir perdón con un acto en el Parlamento. Esa fue la última vez que vine a Montevideo [marzo de 2012], cuando Juan estaba aún con vida. Pienso que fue importante, porque algo pasó con esa ley de caducidad, que era una ley terrible, que impedía el juzgamiento de los responsables, y al final a algunos se los juzgó. Yo pienso que Uruguay fue muy debilucho en cuanto a la manera en que encaró la cuestión legal de búsqueda de los desaparecidos y de resolución de esos casos. La mayoría de los desaparecidos desparecieron en Argentina o fueron asesinados en ese país. A la mamá de Macarena la trasladaron a Montevideo. Nosotros creemos que Macarena nació en el Hospital Militar, pero Marcelo y María Claudia estaban en el sótano de la casa de Bulevar Artigas y Palmar [centro de detención clandestino conocido como la Mansión o la Casona, donde funcionó después el Centro de Altos Estudios Nacional del Ejército y ahora es la sede de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo]. Me acuerdo de la escena cuando la llevan [a Macarena] ante una excavación y le dicen: “Mirá, acá seguro está tu madre”, y no... Teníamos en aquel tiempo un plano que señalaba el lugar donde muy posiblemente estaba enterrada María Claudia, cerca del arroyo Miguelete, en el Batallón [de Infantería Mecanizado] 13. ¿Qué se hizo con eso? En el sentido de si realmente se hicieron trabajos serios ahí, no puedo opinar, no lo sé. Cuando terminamos el libro y encontramos a Macarena, yo dije: “Hasta acá llegué”, pero Juan fue el que siguió con la búsqueda de los restos de María Claudia. Ahora Juan está muerto y yo no seguí.
–La impunidad es un asunto que trasciende a Uruguay, que alcanza a casi todos los países de América Latina. Las generaciones nuevas que leen el libro se indignan con lo que pasó y quieren comprometerse con la lucha por verdad y justicia, pero muchos encuentran en las organizaciones históricas, las de familiares, las de militantes, muchas divisiones, enfrentamientos, frustraciones que no son las de los jóvenes. ¿Qué les pasó a aquellas generaciones?
–Me hace gracia porque es mi generación. Hoy [por ayer] cumplo 75 años. Con Juan lo hicimos solos porque justamente no queríamos saber de nada con los organismos de derechos humanos, con lo institucional; eso nos valió el odio de esas instituciones. Cuando encontramos a Macarena estábamos acá en Montevideo cuando [el presidente Jorge] Batlle hace el anuncio. La gente salió con los autos a tocar bocina porque realmente se probaba que había habido niños secuestrados –Sanguinetti había dicho que en Uruguay nunca desapareció un niño–. Sentimos un gran apoyo de la gente común, una reacción; fue muy hermoso para nosotros. Pero al día siguiente, en una radio muy escuchada –yo la escuché [vuelve a aclarar mientras bebe más cortado]–, Estela de Carlotto dijo: “Presidente Batlle, ¡tenga cuidado! Le están tendiendo una trampa”. ¿Y por qué? Porque no eran las Abuelas de Plaza de Mayo quienes habían encontrado a Macarena. Hoy se llenan la boca de Macarena, ¡a ver si se entiende! Todo eso es jodido. Es una cosa de una mezquindad espantosa. No sé si es así en Uruguay, pero creo que en Argentina hubo muchas mezquindades, personales, por cuestiones de poder, de prestigio. Con respecto a la impunidad, creo que cada vez vivimos en un mundo más impune y donde la impunidad gobierna. Está lo que llamamos neoliberalismo, que es una maquinaria de corrupción e impunidad juntas. En México hoy hay más desaparecidos que los que hubo en Argentina. La gente sale a cavar los fines de semana en algunos estados a ver si encuentra los restos de sus familiares desaparecidos. En Colombia las cosas están muy mal: matan periodistas. En Centroamérica matan a muchos defensores de los derechos humanos. Están las guerras de Medio Oriente por el petróleo, por el agua; se llenan la boca, pero no es una lucha contra el terrorismo, porque los terroristas son ellos, los gobiernos. Ustedes viven en un país muy chiquito y muy democrático. Quizá porque llevan muchos años de gobiernos de izquierda, más allá de que en el Frente Amplio se peleen como gatos. Es una diferencia. Se acaba de legalizar la marihuana, y yo estoy totalmente de acuerdo con la legalización de las drogas. Ahora, ¿la impunidad de acá? ¿Que Macarena no pueda darle una tumba a su madre? Eso es porque los milicos no hablan. Nosotros encontramos a Macarena porque yo me puse a hablar con extraños personajes de los servicios de inteligencia en Argentina. Sin eso, nunca hubiéramos encontrado ciertas pistas. Hay que animarse a ensuciarse un poco, también. Yo me acuerdo de uno que era un triple espía: era de la CIA [central de inteligencia de Estados Unidos], de los servicios de inteligencia de Argentina y del Mossad [servicio secreto de Israel], y un día lo llamé, me senté con él, le dije que mi padre seguro estaría revolcándose en la tumba porque era del Partido Comunista y él era un nacionalista. Pero fue un hombre que nos ayudó mucho. Ahora está muerto. Nos dio documentación importantísima del Ejército. Pero yo no podía decir en Argentina: “Yo me encuentro con Fulano de Tal a hablar”, porque me iban a dar, me iban a decir “esta loca de mierda”.
–¿Y por qué él habló?
–Porque yo lo busqué a propósito, porque a él en algún momento lo había secuestrado la banda de Aníbal Gordon, que era la banda que estaba en Automotores Orletti, que es adonde llevaron a Marcelo y María Claudia. Orletti lo dirigía una banda de mafiosos que antes del golpe eran paramilitares y parapoliciales, que además eran chorros, les importaba la plata, y a este hombre de los servicios, por una cosa de broncas internas de los servicios, lo habían secuestrado y yo lo sabía. Entonces fui y le dije: “Tenemos los mismos enemigos, ayudame”. Y nos ayudó. Pero además, le leí un poema de Raúl González Tuñón, que nombra a una mujer de la que Raúl se enamoró y que en algún momento a uno de estos de los servicios del Mossad, de la CIA, lo sacó de la cárcel. Ella entró en una cárcel de hombres y se quedó en la celda de él y él salió vestido de mujer, y así se escapó de la cárcel. Yo conocía todas estas historias y así lo seduje para que hablara. Luego nos venía a visitar a Juan y a mí a México y nos traía información. Hay que buscar los resquicios, y a veces los resquicios no son muy católicos que digamos.
–Me imagino leyendo el libro a gente muy joven, para conocer lo que pasó, para informarse, para comprometerse. ¿Qué les dirías a esos jóvenes?
–Les diría que hay que inventar. ¡Que inventen! Yo no soy la madre de los hijos de Juan. Estuve 25 años con él, pero ya María Claudia y Marcelo no estaban. A mí me desaparecieron a muchos compañeros, pero no me desaparecieron a mi papá, ni a mi tía, ni a mi hijo. Pero se murió una hija mía, la mató un cáncer, y esa muerte es lo que desata el libro, también. Era mi hija mayor, y Juan la quería muchísimo, aunque no era hija de él. Ella se murió en enero de 1995 y nosotros en mayo estábamos inventando ese libro. Por eso el libro es una ofrenda de duelos, de muertos. A los jóvenes les diría que inventen y, sobre todo, que no se dejen disciplinar por esta sociedad disciplinaria en la que vivimos. Que no se dejen engañar por lo que se llama democracia y es una falsa democracia. Que inventen y que sean jóvenes.
Un libro “hablado” | “Las entrevistas las realizamos en base a una consigna: ellos hablarían como quisieran y nosotros escucharíamos sin intervenir. A veces interrumpíamos para obtener alguna aclaración o porque surgía una palabra o frase que llamaba nuestra atención. En ningún momento pedimos que sacaran conclusiones y respetamos sus estilos y sensibilidades. Sus edades variaban entre los 17 y los 38 años”, cuenta La Madrid en el prólogo de la edición “definitiva” del libro. “Nos repartimos los testimonios eligiendo los que más nos interesaban o convocaban. Por mi parte elegí casi todos los de los hijos, hijas, los de las madres y algún otro”, agrega más adelante.