Héctor Llaitul: “Mahmud Aleuy es el responsable de nuestra detención”
P. López y C. Medrano |Viernes 20 de octubre 2017 13:17 hrs.
“Mahmud
Aleuy es el responsable político directo de este montaje”, afirmó el
vocero de la Coordinadora Arauco Malleco, Héctor Llaitul, en sus
primeras declaraciones luego que fuese liberado por la Corte Suprema en
el contexto de la investigación por quema de camiones en La Araucanía.
Llaitul, junto a otros siete defensores de la causa mapuche, fueron liberados luego que se determinara que no había antecedentes suficientes que justificaran la prisión preventiva que se les había decretado en el marco de la llamada “Operación Huracán”.
En conversación exclusiva con Radio y Diario Universidad de Chile, Llaitul valoró el fallo de la justicia y culpó a la autoridad de gobierno de todo lo acontecido en estos últimos 25 días.
¿Cómo reciben el fallo en relación a lo que se había planteado desde el principio, que se trata de un montaje lo que ocurrió y que fue lo que provocó su encarcelamiento?
Estamos contentos, al menos en lo que respecta a lo familiar y medianamente conformes en lo que respecta a lo que, obviamente, nosotros estamos: este proceso de lucha desde las comunidades con el pueblo nación Mapuche, porque si bien hay una señal muy potente que entregó la Corte Suprema con este fallo, el proceso sigue su curso. Por lo tanto, vamos a ver cuáles son los siguientes pasos que tomarán el Gobierno y el Ministerio Público en este conflicto.
¿A quién señalaría como el responsable de lo que ocurrió con ustedes en estos 25 días?
Nosotros sacamos un comunicado en donde responsabilizamos políticamente al subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy: él es el responsable político, directo, de esta operación, un montaje diseñado, entendemos, por la Agencia Nacional de Inteligencia, con el instrumento de la ley de inteligencia y la actuación por parte de Carabineros, de su servicio de inteligencia, que llevó a cabo un tipo de argumentación sobre la base de los antecedentes que se suponen están en la carpeta investigativa. Más allá de las irregularidades, de lo que implica un montaje de este tipo, esto tiene que ver con una señal también que entrega el gobierno respecto de su disposición al tratamiento que tiene de nuestra causa mapuche.
Una de las cosas que ha planteado usted es que, más allá de los casos puntuales, hay un estado general y represivo por parte de las autoridades. ¿En qué situación visualiza ese tema, en lo que tiene que ver con el tránsito de este gobierno y de otras situaciones que están sucediendo?
Nosotros hemos hecho un diagnóstico sobre el escenario en que se desenvuelve este conflicto. Es un escenario de desventaja para la causa mapuche, en el sentido de que es una lucha que se da no solo con el Estado, sino que es una lucha con el capitalismo que opera en esta parte del continente. Estamos frente a un conflicto muy asimétrico, que tiene que ver con la voluntad férrea, de mucha tozudez del empresariado que confronta con nuestras reivindicaciones territoriales y políticas y que -de la cual- de alguna manera, se hace parte el Estado. Este escenario lo hemos denominado de un aumento de la criminalización, de la militarización de las zonas en lucha por las reivindicaciones territoriales y aquí el punto de inflexión es la confrontación entre nuestro pueblo y sus comunidades movilizadas a la hora de recuperar territorios y donde el Estado toma partido en favor de la defensa del empresariado y en contra de nuestras demandas.
Lo que tendríamos acá es un problema de arrastre histórico, pero que en la coyuntura de los últimos años se radicalizaría por el interés forestal en el tema.
Eso es efectivo y tiene que ver con las posiciones que puedan asumir distintos gobiernos en relación a estas políticas económicas y en relación, sobre todo, respecto del extractivismo que opera indiscriminadamente en esta parte de nuestros territorios. En ese sentido, nos hemos adelantado a futuros escenarios y creemos que si viene un gobierno cercano a los intereses empresariales, seguramente el conflicto se agudizaría. Nosotros no planteamos un escenario de confrontación, eso nunca ha sido nuestra intención, nosotros lo que hacemos es una lectura que nos obliga como organización a asumir una suerte de rol histórico a la hora de ser defensa de nuestras demandas principales que son la recuperación de las tierras para sentar las bases de un proyecto de autonomía que hemos ido definiendo las distintas organizaciones mapuche.
Para la CAM, entonces, las acciones que ustedes realizan no son acciones de acción y de ataque, sino que acciones de reacción y de defensa.
Claro, las veces que nosotros hemos tenido que pronunciarnos al respecto hemos dicho, claramente, que tiene que ver con la resistencia mapuche a un modelo neoliberal, con políticas de extractivismo, que son devastadoras en relación al hábitat de nuestras comunidades, sobre todo cuando dice relación con proyectos de inversión capitalista que tienen una arremetida muy feroz en contra de las comunidades. En ese plan principalmente, tiene que ver todas nuestras expresiones de resistencia y de autodefensa, no hay otra lógica detrás.
Cuando algunos medios de comunicación o actores señalan que aquí hay una disputa en relación a las tierras, en principio se dice algo que es correcto, pero el trasfondo es muy distinto y esto tiene que ver con una mirada distinta del pueblo Mapuche en relación con la mirada más occidental respecto de lo que es el Medio Ambiente.
Correcto, hay, por decirlo de alguna manera, un choque de culturas. Una cultura occidental que ve a la tierra con un sentido de la propiedad privada para la acumulación de capital y en manos de unos pocos y, por lo tanto, hay ahí una mirada de destrucción, de sacar el máximo de utilidad y, por otra parte, está la mirada nuestra que tiene que ver con otra concepción u otra de la tierra y el hombre. En ese sentido, tenemos otras lógicas respecto de la utilización de estos recursos, con más sustentabilidad, con más respeto. Los medios de comunicación han desenfocado el conflicto mapuche, incluso a extremos, por eso la actitud de no dar una entrevista a la salida de las cárceles, porque no confiamos en los medios de comunicación de masas, porque actúan como caja de resonancia del poder, principalmente del empresariado comprometido con el conflicto mapuche. En ese sentido, hacemos una valoración a su medio, porque fue los pocos que asumió con profesionalismo la visión que está en juego acá, entonces, ciertamente el montaje tiene esa arista que es mediática, que es tratar de instalar este estigma, para así avanzar en estos intereses de estos sectores que son de dominación comprometidos con la causa mapuche.
¿Para ustedes, este problema que es complejo, cómo podría tener un punto de partida para una eventual solución?
El escenario es complejo, es un escenario en donde el Estado chileno ha implementado una confrontación donde se ha asumido, no solo por parte de la oficialidad, sino que de los sectores comprometidos, la militarización, los montajes y el rol de los medios de comunicación reproduciendo este discurso racista respecto de nuestras demandas. Hay una confrontación que si lo analizamos desde el punto de inflexión que tiene el conflicto, se vuelve compleja, sobre todo en un escenario donde la clase política aún no ha asumido que el conflicto es político y tiene que ver con buscar una salida de ese tipo. En ese marco hacemos una valoración, más allá de cuestionar en los términos como se llevó a cabo este montaje, con todas sus irregularidades, sus mentiras, más allá de eso, en la resolución de los supremos, por lo menos, puede ser una señal respecto de tratar de buscar una salida política. Desde la Corte Suprema han dicho que este no es un problema judicial, sino que es un problema político, hay un agotamiento de la vía para resolver el problema. Y eso para nosotros podría ser un rescate mínimo de lo que significó este fallo en el sentido de que nosotros hacer una salida política. No sé si estamos hablando del establecimiento de un dialogo, sino de la posibilidad de interlocutar, distintos entes, para buscar una solución en ese marco, pero toda solución pasaría por una visibilización de nuestro proyecto político de recuperación territorial, es decir, sobre la base de la recuperación del territorio y de la autonomía del pueblo mapuche.
Lo que usted plantea como “la recuperación de las tierras” y “la autonomía de la nación Mapuche”, en términos concretos, ¿cómo se manifestaría?
Nosotros estamos, por lo menos, en esta etapa desarrollando un proceso de recuperación territorial sobre la base del control territorial que ejercemos a la hora de la disputa de las tierras. Hemos planteado la autonomía de facto, es decir, reconstruyendo todos los aspectos propiamente mapuches en espacios que se van recuperando y esto, principalmente, sobre nuestro eje fundamental que es el control territorial, ahí nosotros tenemos la posibilidad concreta de ejercer procesos de autogestión y de presión respecto del Estado, de la posibilidad de desarrollar nuestras capacidades etnopolíticas para poder gobernarnos y esa es una propuesta que queremos discutir con la sociedad.
¿Cómo visualiza el futuro de este conflicto?
Nosotros mantenemos nuestra propuesta política de lucha territorial, de lucha en recuperación autonómica y en ese marco hay distintas dimensiones de estos procesos que tiene que ver no solo con la resistencia, sino que también con los esfuerzos que han hecho movimientos mapuche autónomos para la recuperación de nuestra nación. Hay una cantidad de expresiones que no conoce la prensa o la ciudadanía y que tiene que ver con los esfuerzos que hacemos a través de nuestras expresiones de deliberación, donde la gente va sosteniendo estos planteamientos de lucha territorial y política, y esta expresión se está dando muy fuerte en todo el movimiento mapuche y es lo que ha sostenido los niveles de resistencia y de lucha que se conocen en general.
La idea original de Marx consistía en escribir un conjunto de seis libros, dedicados cada uno de ellos a los siguientes temas: el capital, la propiedad de la tierra, el trabajo asalariado, el Estado, el comercio exterior y el mercado mundial. Sin embargo, la pobreza y las enfermedades (su vida estuvo marcada por los exilios políticos y las carencias materiales y de salud) le retrasaron de tal modo que acabó optando por un proyecto editorial de tres volúmenes. Aun así, sólo publicó en vida el primero. Los volúmenes segundo y tercero, ambos inacabados, fueron editados y publicados por su amigo y camarada Friedrich Engels (1820-1895) a partir de los manuscritos que Marx había estado escribiendo durante los años previos a su muerte.
El Capital es una obra densa y difícil. Leerla y entenderla requiere la dedicación de una ingente cantidad de horas de estudio. Y aunque corre el rumor de que todo comunista dice haberla leído y entendido, es improbable que sea cierto. A su naturaleza de material incompleto hemos de añadir el estilo del autor, que en algunos pasajes es ciertamente oscuro. De hecho, es habitual que los lectores inadvertidos se encuentren decepcionados tras consultar las primeras páginas. En ellas encontramos un alto nivel de abstracción teórica que dificulta mucho la lectura. Por decirlo de una forma breve, El Capital no es el típico libro que se puede leer mientras se va en el autobús. No es el Manifiesto Comunista. En efecto, el Manifiesto, escrito con Engels en 1848, había sido un material propagandístico elaborado para animar a los trabajadores en el contexto de las revoluciones europeas que estaban teniendo lugar entonces. Por el contrario, El Capital obedece a objetivos mucho más complejos y ambiciosos. Se aspira, nada más y nada menos, que a la comprensión exacta del funcionamiento del sistema económico capitalista. Y ello, a juicio de Marx, requería una exposición mucho más justificada y rigurosa. Una exposición que se parecía mucho más a los trabajos de los primeros economistas clásicos, como Adam Smith y David Ricardo, que a los textos publicados hasta entonces por los representantes del socialismo utópico, como Robert Owen o Saint-Simon. Para Marx, El Capital era un misil contra la burguesía precisamente por su capacidad para desvelar y desnudar las formas por las que una parte de la población explotaba a la otra parte.
Se observará entonces que existía, y aún existe, una aparente contradicción. El Capital, como arma, parece de difícil acceso para los trabajadores, quienes por lo general, y por diversas razones, están menos preparados para abordar un libro de esta naturaleza. Precisamente por eso, han sido muchos los autores que han intentado resumir El Capital e incluso codificar esta obra en forma de catecismos. Así lo hizo Karl Kautsky, el primero en sintetizar en un buen libro las ideas principales de El Capital. O, por ser más precisos, lo que él consideraba que eran las principales ideas del libro de Marx.
La interpretación kautskiana se convirtió en hegemónica durante el período de vigencia de la II Internacional (1889-1914), considerándose desde entonces, no en vano, como la visión ortodoxa del marxismo. Pero el trabajo de Kautsky no consistió sólo en resumir El Capital sino que trató de sintetizar toda la obra marxista disponible hasta entonces, convertida así en doctrina. De este modo, el producto vivo e inspirador del largo trabajo de Marx fue enclaustrado bajo la fórmula cerrada de una doctrina al servicio de los principales partidos socialdemócratas de la época –como después ocurriría lo mismo con la III Internacional (1919-1943) y la Unión Soviética-. Esta interpretación ortodoxa, si bien se inspiraba en algunas de las lecturas de Marx, convirtió en mera caricatura la riqueza del trabajo original marxista. De hecho, Marx nunca habló de materialismo histórico y tampoco de materialismo dialéctico, sino que éstas fueron construcciones posteriores, hechas por Engels y otros autores, que trataron de ofrecer a la clase trabajadora un producto más compacto y accesible del trabajo de Marx.
Sin embargo, reducir la obra de Marx, entre ellas El Capital, a un producto cerrado implica ahogar gran parte de su capacidad para la investigación. La obra de Marx, como la de cualquier otro autor, está llena de elementos no del todo coherentes entre sí y que dependen, en gran medida, del contexto histórico en el que se escriben. En un ámbito bien distinto, como es el de la física, estas cuestiones también pasan. Aunque se califican de otra forma. El propio Einstein presentó su teoría de la relatividad especial en 1905, mientras que su teoría de la relatividad general tuvo que esperar a 1915, exactamente diez años después. En el período que media entre la primera y la segunda, Einstein publicó diferentes textos que pretendían resolver los problemas que enfrentaban sus planteamientos, aunque sin éxito. Nadie pretendería hoy, por ejemplo, recuperar y reivindicar aquellos intentos fallidos de Einstein. Eso es así porque en la física, a diferencia de lo que ocurre en las ciencias sociales, es posible llegar a consensos amplios sobre los resultados de una investigación. En el caso de las ciencias sociales eso es imposible; ello no quiere decir que toda opinión valga lo mismo, sino que los criterios de rigor para consignar que una explicación es cierta son distintos, más cuestionables, más abiertos. En realidad, toda la obra de Marx es un proyecto en construcción para dotar de una explicación a fenómenos sociales, cuya naturaleza es por defecto incierta, impredecible y en muchos casos incuantificable. Y el hecho de que sea un proceso en construcción, junto con la naturaleza específica de la ciencia social, hace fallido cualquier intento de crear una doctrina y, mucho menos, de elevarla al rango de ciencia.
Es verdad, por ejemplo, que en algún momento Marx sí creyó haber descubierto las leyes de la historia. En el Discurso ante la tumba de Marx, el propio Engels explicó que «de la misma forma que Darwin ha descubierto las leyes del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx ha descubierto las leyes del desarrollo de la historia humana»[1]. Y en una carta a Ferdinand Lasalle (1825-1864), el propio Marx le explicó que «la obra de Darwin es de una gran importancia y sirve a mi propósito en cuanto que proporciona una base para la lucha histórica de clases en las ciencias naturales»[2]. La influencia de los descubrimientos de Darwin, unida a la teoría de la historia heredada de Hegel, proporcionaron a Marx un esquema histórico sobre el que, en teoría, toda sociedad debería desplegarse en el tiempo. En breve, al feudalismo le seguiría el capitalismo, y a éste el socialismo. Sin embargo, el último Marx, el de la década de 1870, se había estado reuniendo con amigos y revolucionarios rusos que contribuyeron a modificar su visión sobre la situación de Rusia, en particular, y la de los países atrasados, en general. Hasta el punto de que en una carta de 1877 escribió que «sucesos notablemente análogos pero que tienen lugar en medios históricos diferentes conducen a resultados totalmente distintos. Estudiando por separado cada una de estas formas de evolución y comparándolas luego, se puede encontrar fácilmente la clave de este fenómeno, pero nunca se llegará a ello mediante el pasaporte universal de una teoría histórico-filosófica general cuya suprema virtud consiste en ser suprahistórica»[3]. Como se puede comprobar, casi una enmienda a la totalidad a su antigua concepción de la historia o, cuando menos, a la versión vulgar que Engels había sistematizado como materialismo histórico.
De ahí que, cuando la revolución rusa de 1917 tuvo lugar en un país severamente atrasado y prácticamente feudal, Antonio Gramsci (1891-1937) dijera que se trataba de una «revolución contra El Capital» y que «El Capital de Marx era, en Rusia, el libro de los burgueses más que el de los proletarios»[4] porque instaba a crear una burguesía e iniciar una era capitalista y no a que el proletariado tomara el poder en esas condiciones. Gramsci afirmó en aquel artículo que con la revolución «los bolcheviques reniegan de Carlos Marx al afirmar, con el testimonio de la acción desarrollada, de las conquistas obtenidas, que los cánones del materialismo histórico no son tan férreos como se pudiera pensar y se ha pensado»[5]. En realidad, lo que se ponía de manifiesto es que la interpretación ortodoxa del marxismo, y mucho más la interpretación del mismo que lo consideraba como ciencia pura, fallaba al enfrentarse con las cambiantes e impredecibles formas de la realidad. De ahí que no podamos considerar al marxismo más que como una, la más fértil, tradición política y de investigación.
Otro elemento ciertamente crítico, y que conforma una laguna en la obra de El Capital, es el de la clase social. Como he tratado de demostrar en un libro de próxima publicación, Por qué soy comunista (Península, 2017), la lectura que hacemos sobre la clase social y el Estado condiciona absolutamente la práctica política de los partidos socialistas. Sin embargo, Marx no llegó a escribir nada compacto sobre ninguno de esos conceptos. Y, en el caso de clase, esta es una ausencia crucial porque conforma la espina dorsal de su pensamiento político. Es más, a cualquier seguidor de la obra de Marx le sorprenderá que su táctica política fuera tan diversa en el tiempo. Por qué, por ejemplo, él y Engels consideraban necesario mantener la autonomía de los partidos socialdemócratas frente a los partidos liberales en Europa y, en cambio, ambos sugerían a esos mismos partidos socialdemócratas en Inglaterra o Estados Unidos que se incorporaran en el seno de los partidos liberales. Algo similar a la polémica de Lenin en 1905, cuando se opuso a la decisión del partido socialdemócrata ruso de no incorporarse al Soviet de San Petersburgo por ser considerado un espacio espontáneo y desideologizado. Tanto Marx y Engels, primero, como Lenin, después, no eran unos fetichistas de las organizaciones políticas sino que su práctica política dependía de cómo entendían la construcción y evolución de las clases sociales en contextos históricos. Por eso se ha dicho que lo importante es la clase social y no el partido. Y aun así, Marx nunca elaboró una explicación detallada del concepto de clase.
En el análisis del capitalismo que hace Marx en El Capital o en el Manifiesto Comunista, él detecta la existencia de dos clases fundamentales que le permiten explicar el desarrollo de la propia historia: los capitalistas y los trabajadores. Desde este punto de vista, el capitalismo genera una estructura de huecos en las relaciones de clase que luego son ocupados por personas reales. Es como si primero existiera la estructura, creada por el sistema económico, y luego las personas reales que «hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado»[6]. Estamos ante un esquema de clases típicamente polarizado donde sólo parecen existir capitalistas y trabajadores. Así, en este enfoque la clase es una realidad objetiva que varía según el desarrollo de las fuerzas productivas.
Sin embargo, en otros escritos Marx analiza la realidad social de una manera mucho más compleja, atendiendo a las particularidades de cada contexto. En este caso los escritos son de carácter más político y coyuntural, y en ellos Marx ya no trata con sólo dos clases sino que llega a diagnosticar clases, fracciones, facciones y una red mucho más compleja de grupos sociales. Un ejemplo paradigmático es el 18 Brumario, en el que Marx analiza el golpe de Estado dado por Luis Bonaparte (1808-1873) en 1851. Esta segunda opción está conectada con la visión de Lenin y, especialmente, de Edward Thompson, según la cual las clases sociales son también construcciones sociales que dependen de las prácticas políticas y no sólo huecos en las relaciones de producción.
Sea como sea, estas dos diferentes formas de analizar la clase social carecen de algún tipo de vínculo en la teoría de Marx. Es más, hay abundante material para creer que Marx «pensaba que la tendencia histórica del capitalismo apuntaba hacia una creciente polarización en lo concreto»[7], es decir, que la dinámica capitalista apuntaría a la destrucción de todas las clases sociales que no fueran la de los capitalistas y los trabajadores. En su visión, la complejidad de la vida real se estaba simplificando por el propio desarrollo del capitalismo puesto que éste creaba cada vez más proletarios y al mismo tiempo reducía el número de capitalistas –aunque los restantes vieran su poder incrementado. Esta idea, recogida después por Kautsky, se tuvo que enfrentar a las transformaciones del capitalismo a finales del siglo XIX y a la aparición de las llamadas clases medias. Este debate, como hemos insistido en otros lugares, es crucial para entender los fenómenos sociales y el desarrollo de la política hoy en día.
Por otra parte, Marx no supo o no pudo, también por diversas razones, incorporar cuestiones ecologistas y feministas en sus escritos. Marx fue un hombre de su época, y aunque hay autores como Elmar Altvater o Bellamy Foster que reivindican su temprana inclinación ecologista, no podemos dejar de advertir que tanto Marx como Engels asumieron no sólo las tesis más productivistas de la Economía Política y sus categorías sino también los prejuicios –en este caso bastante más Marx que Engels- propios de vivir en un sistema patriarcal. Para la actualización de los parámetros ecologistas y feministas desde una perspectiva marxista es necesario dejarse acompañar por autores más modernos que, aun inspirándose en Marx, despliegan su trabajo de un modo diferente.
En suma, leer a Marx es una fuente de inspiración que nos brinda la oportunidad de dar con las preguntas y respuestas adecuadas. Y 150 años después de la publicación de El Capital, a mi juicio conviene leer y estudiar con mucha atención la obra marxista. Así, además, corregiremos una deriva que ha afectado mucho a la calidad, y también utilidad, de los análisis marxistas. Me refiero, especialmente, a la tendencia a ignorar las cuestiones materiales y económicas en los análisis políticos.
Para entender esto debemos recordar que los fundadores del llamado socialismo científico y los llamados clásicos, entre los que se encuentran Marx, Engels, Lenin, Luxemburg, Kautsky, etc. pusieron su atención fundamental en cuestiones de Economía Política y de lo que se llamaría base económica. Pero a partir de los años veinte el marxismo occidental adquiere otro tono y asume otras preocupaciones. Como dice el historiador Perry Anderson (1938-), «el marxismo occidental en su conjunto, cuando fue más allá de cuestiones de método para considerar problemas de sustancia, se concentró casi totalmente en el estudio de las superestructuras»[8], especialmente las cuestiones culturales. Dicho de otra forma, el análisis cultural suplantó a la Economía Política. Pero, además, el tono fue cambiando desde un optimismo antropológico, basado en gran medida en la asunción de que la concepción de la historia era correcta, hasta convertirse en un pesimismo antropológico más que notable. Esto fue coincidente, además, con tres hechos adicionales. Por un lado, el desplazamiento del estudio y análisis marxista desde el continente europeo hacia el mundo anglosajón. Por otro lado, con el cambio de perfil de los intelectuales marxistas, que hasta los años veinte habían sido tanto dirigentes políticos como estudiosos del marxismo y a partir de entonces se produciría una profunda desconexión entre el movimiento obrero organizado y los intelectuales. Y, finalmente, el desarrollo de un Estado del Bienestar que, a partir de un compromiso entre capital y trabajo, parecía cuestionar la necesidad del socialismo para gran parte de la clase trabajadora[9].
Esto condujo a una paradoja. El geógrafo marxista David Harvey cuenta, por ejemplo, que durante los años de posguerra y especialmente tras la caída del muro de Berlín, pocos querían estudiar un libro como El Capital. La razón estaba en que «el hecho real era que El Capital no tenía demasiada aplicación directa a la vida diaria» porque «describía el capitalismo en su versión cruda, inalterada y bárbara típica del siglo XIX»[10]. Esta situación, sin embargo, ha cambiado en la actualidad. El marxismo ha vuelto a estar de moda. Pero aún más, la razón es que hoy El Capital parece hablarnos no del capitalismo del siglo XIX sino del actual. Las reestructuraciones empresariales, que implican despidos de miles de trabajadores, la crisis económica y sus efectos macroeconómicos, los comportamientos del capital financiero y de los diferentes tipos de capital… es como si estuviéramos volviendo poco a poco al siglo XIX. O puede ser, más probablemente, que El Capital tenga la capacidad de explicar el funcionamiento de un sistema que ha cambiado poco y cuyos principales fundamentos se mantienen invariables, con lo que su lectura y estudio, como todo el marxismo que de ahí se deriva, pueden sernos de extraordinaria utilidad para comprender el mundo que vivimos. Y para transformarlo.
El marxismo no es, por lo tanto, la llave que abre todas las puertas. El marxismo es, más bien, una herramienta para el análisis social y también para la práctica política. Y al mismo tiempo también es una concepción del mundo, inspirada por esa tradición política y de investigación, que nos anima a mirar determinadas trazas de la totalidad social. Como dice Manuel Sacristán (1925-1985), la concepción marxista de mundo «supone la concepción de lo filosófico no como un sistema superior a la ciencia, sino como un nivel del pensamiento científico: el de la inspiración del propio investigar y de la reflexión sobre su marcha y resultados»[11]. En efecto, lo que hace que un investigador de orientación marxista se centre en cuestiones como las clases y la desigualdad y no en otros campos posibles, es la creencia de que haciéndolo así se encontrarán más y mejores respuestas. En consecuencia, el marxismo tiene que ir cambiando en la medida que vamos incrementando nuestro conocimiento sobre el mundo que nos rodea y en la medida que va cambiando la sociedad a la que pertenecemos.
NOTAS [1] Engels, F. (1883): “Discurso ante la tumba de Marx”, disponible en https://www.marxists.org/espan ol/m-e/1880s/83-tumba.htm
[2] Citado en Arnal, S. (2009): “Darwin, Marx y las dedicatorias de El Capital”, disponible en http://www.rebelion.org/notici a.php?id=95700
[3] Marx, K. (1877): “Carta al director de Otieschéstvennie Zapiski”, disponible en https://www.marxists.org/espan ol/m-e/cartas/m1877.htm
[4] Gramsci, A. (1917): “La Revolución contra El Capital”, disponible en https://www.marxists.org/espan ol/gramsci/nov1917.htm
[5] Gramsci, A. (1917): “La Revolución contra El Capital”, disponible en https://www.marxists.org/espan ol/gramsci/nov1917.htm
[6] Marx, K. (1851): El 18 Brumario de Luis Bonaparte, disponible en https://www.marxists.org/espan ol/m-e/1850s/brumaire/brum1.ht m
[7] Olin Wright, E. (2015): Clases. Siglo XXI, Madrid
[8] Anderson, P. (2012): Consideraciones sobre el marxismo occidental. Siglo XXI, Madrid.
[9] Anderson, P. (2012): Consideraciones sobre el marxismo occidental. Siglo XXI, Madrid.
[10] Harvey, D. (2015): Espacios de esperanza. Akal, Madrid.
[11] Sacristán, M. (1964): “Sobre el anti-dürhing”
Otras miradas
por Andrés de Francisco
Doctor en Filosofía y profesor titular en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM
El Capital es una rigurosa, genuina e impresionante obra de ciencia social y Marx no se cansó de reivindicarla como tal “investigación científica libre”. Pero no fue solo eso. Fue además una herramienta de trabajo en el proceso de toma de conciencia del proletariado como clase: “La rápida comprensión con que amplios círculos de la clase obrera alemana recibieron El Capital es la mejor recompensa a mi trabajo”, escribe en el epílogo a la segunda edición. Esta obra enseñó a sucesivas generaciones de trabajadores y líderes obreros la íntima relación entre explotación del trabajo y capitalismo, entre alineación y valorización del capital. Y enseñó que la contradicción fundamental entre capital y trabajo era resultado de la historia y, por lo tanto, susceptible de ser superada históricamente mediante la acción y la lucha de clases. Es casi seguro que sin El capital, como obra de auto-educación del movimiento obrero, no habría habido marxismo. Y sería interesante saber qué dirección habría tomado la lucha de clases sin él durante los siglos XIX y XX.
Hoy, sin embargo, a 150 años de su publicación, ya nadie lee El capital y apenas se cita, como tantas veces, sin haberlo leído. Ignorado en las facultades de economía, de sociología y de historia, tampoco es ya instrumento de lucha política de ninguna clase obrera. Esa misma clase obrera anda más bien en proceso de descomposición y degradación en un precariado informe sin dirección política ni armazón intelectual. Y la socialdemocracia a la que inspiró durante décadas, hace tiempo que renunció abiertamente al marxismo.
El capitalismo, sin embargo, sigue ahí, arrogantemente vivo, y El capital –se lea o no- sigue siendo una genuina y rigurosa obra científica que ha penetrado como ninguna otra en la esencia de este sistema económico. Es pues de obligada lectura para quien quiera entenderlo, también el capitalismo del siglo XXI, pese a la hiperfinanciarización que ha sufrido y que Marx jamás predijo. Como científico estándar, Marx construye un gran modelo teórico donde el capital consuma un ciclo de reproducción en el que constantemente se valoriza. Y aislando la esfera de la circulación, descubre que la producción de mercancías es a la vez producción de plusvalor porque -y sólo si- hay explotación del trabajador, esto es, transferencia de trabajo impago. Explicar cómo se produce esa transferencia es el principal cometido teórico de la obra y la respuesta es sencilla: la relación capital/trabajo es una relación política en la que una parte –la propietaria- ejerce asimétricamente poder sobre la parte más vulnerable, el trabajador. El capitalismo es pues un sistema despótico de dominación del mundo del trabajo. La alienación del trabajo está inscrita en la naturaleza misma del capital.
Este descubrimiento teórico, con toda su riqueza conceptual, ya habría valido para convertir El capital en un clásico de la economía política. Pero la aportación de Marx va más allá. Como buen discípulo de Hegel, entiende el capitalismo como un totalidad concreta que no sólo posee una lógica interna sino una génesis histórica. Este enfoque dialéctico le permite a Marx hacer otro gran descubrimiento: que la relación capital/trabajo no es algo natural sino el resultado de una durísima lucha de clases en la que tuvo lugar la llamada acumulación originaria, es decir, el gran proceso histórico de concentración de la riqueza en manos privadas a base de desposeer a sangre y fuego a las clases trabajadoras, destruir su “economía moral” comunitaria, y proletarizarlas. Esta acumulación por desposesión, huelga decirlo, no es una particularidad del pasado inglés. Es un proceso activo en muchas zonas del mundo donde todavía hay pequeños propietarios independientes a los que convertir –expropiándolos- en “trabajadores libres como el aire”.
No menos dialécticamente, otra gran aportación de Marx es que el capitalismo oculta sus contradicciones bajo un velo de falsas apariencias y que lo hace de forma necesaria. Desvelar esa autoocultación es fundamental no sólo para la teoría crítica sino sobre todo para la praxis, porque es la raíz de la falsa conciencia que sufre la misma clase trabajadora. Una de esas falsas apariencias es la de la libertad del trabajo. Nadie obliga al trabajador a aceptar un trabajo asalariado. Muy al contrario, el trabajador es formalmente libre y puede rescindir su contrato laboral cuando quiera. Sin embargo el trabajador no es realmente libre, sufre la “coerción sorda de las relaciones económicas”, y no le queda otra –si quiere sobrevivir- que someterse “libremente” a la jurisdicción del capital. Así pues, la alineación del trabajo se manifiesta en el capitalismo bajo la falsa apariencia de la libertad. Otro tanto ocurre con el llamado fetichismo, otra forma en que la esencia contradictoria del capitalismo se oculta bajo un velo de falsas apariencias. En el fetichismo de la mercancía lo que se esfuma es la estela de trabajo objetivado en el producto transmutándolo en una falsa propiedad –el valor de cambio- de la propia mercancía. La relación social del proceso de trabajo que permitiría el mutuo reconocimiento de los trabajadores como productores queda oculta y cosificada en la mercancía. Algo similar ocurre con el fetichismo del capital: su productividad se manifiesta falsamente como una productividad autónoma, inherente al capital mismo, cuando en realidad es una propiedad derivada de la productividad del trabajo. En ambos casos, los fetiches impiden la comprensión por parte de los trabajadores de su propia realidad social.
Ahora bien, estas falsas apariencias no se desvanecen con descubrirlas. Son intrínsecas al sistema, dadas sus contradicciones. La ciencia puede descubrirlas pero no las elimina. Con todo, su descubrimiento permite abrir camino y marcar un rumbo, a saber: la recuperación de la racionalidad y la transparencia de la producción social de la vida material. Este proceso de producción –escribe Marx- “sólo perderá su místico velo neblinoso cuando, como producto de hombres libremente asociados, estos la hayan sometido a su control planificado y consciente”. En el capitalismo ocurre todo lo contrario: un proceso opaco y mixtificado de producción controla y somete a los hombres.
Marx pensaba –también dialécticamente- que ese futuro de emancipación se consumaría necesariamente como resultado de la misma ley de desarrollo del capital. Pero aquí Marx se equivocaba. La historia de la humanidad es un proceso único al igual que el capitalismo es una totalidad concreta con una única historia. Se puede explicar su génesis, pero no predecir su evolución. Como demostró Karl Popper en La miseria del historicismo, no hay leyes históricas deterministas sino a lo sumo tendencias, que son cosas bien distintas. Las leyes son irreversibles, las tendencias pueden cambiar. No sabemos pues qué capitalismo tendremos en el futuro, ni si sonará su “hora postrera” como se atreve a vaticinar Marx. Ningún ascenso de lo abstracto a lo concreto, ningún análisis de las mediaciones que conforman la totalidad concreta del capitalismo, nos permitirán destilar en el alambique dialéctico una ley de desarrollo del capitalismo en su conjunto.
Pero bien venido sea ese error de Marx. Porque quiere decir que la historia está abierta, que es contingente, que la hacemos los seres humanos, sujetos intencionales con conciencia moral y voluntad política. A la praxis humana que aspira a impulsar esa historia abierta por el camino de la emancipación social le interesa mucho la teoría marxiana del capital, y sus múltiples enseñanzas. Sobre todo ésta que podría resumir a las demás: no habrá verdadera emancipación de la humanidad sin emancipación del mundo del trabajo. Y ello, bien lo sabía Marx, pasa necesariamente por una profunda redistribución igualitarista de la riqueza y la propiedad.
Oriol Junqueras, el pasado viernes, tras proclamar el Parlament la República catalana. (Josep LAGO/AFP)
2017/10/30
La Catalunya duplicada, entre la resistencia al 155 y el debate sobre las elecciones
El presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La
Matanza recibió una intimidación anónima tras sus declaraciones en un
medio local por la aparición del cuerpo de Santiago Maldonado. Pimentel
habló con Luis Angió y Rosaura Barletta en Otras Voces Otras Propuestas
por Radio La Retaguardia y contó cómo fue el hecho, uno más en la
colección de amenazas que viene recibiendo tanto él como su familia y el
resto de los integrantes del organismo. (Por La Retaguardia)
“Fue el viernes a la noche, luego de dos reportajes que me hicieron después de que apareció el cuerpo de Santiago. Cuando Sergio Maldonado reconoció el cuerpo, me llamaron de la radio de la Universidad de La Matanza para dar mi opinión. Dije lo que vengo diciendo desde el 2 de agosto: la responsabilidad del Estado en la desaparición forzada; la autoría material de la Gendarmería Nacional; la complicidad directa y la planificación macabra de Pablo Noceti, Jefe de Gabinete de (Patricia) Bullrich; el negacionismo y el encubrimiento de (Germán) Garavano, Bullrich y (Claudio) Avruj; el silencio de (Mauricio) Macri y el maltrato de (Guido) Otranto para con la familia y para con la comunidad mapuche. Todo esto lo iba repitiendo también en este noticiero. Cuando volvía de un encuentro familiar, una cuñada me llamó para avisarme lo que había pasado. Decidimos juntarnos en la fiscalía de turno, hicimos la denuncia al fiscal (Federico) Russo y le pedimos que investigue. Ayer se acercó Gabriel, mi cuñado, quien recibió el llamado, para ratificar justamente la denuncia. Esta amenaza se da en ese marco”, contó Pimentel, que ya había recibido otras intimidaciones como a mitad de este año, cuando dejaron dos bolsas llenas de balas de FAL frente al local de la APDH de La Matanza: “Las balas que dejaron el 22 de julio fue antes de la represión a la Pu Lof. Todavía se está investigando. Eso responde al acompañamiento que hicimos a los vecinos de Villa Jardín y a la comunidad educativa de Lanús Oeste, al costado del Riachuelo. En una construcción que está haciendo (Néstor) Grindetti, el intendente de Lanús, hallaron restos óseos. Presentamos una medida de no innovar, que es parar una obra. Están haciendo un polo cultural y educativo, además de un puente que va a cruzar de provincia a Capital. Le planteamos al juez que no estábamos en contra de la obra, pero había restos óseos que había que analizar”, explicó.
Pero la secuencia de amenazas que hoy hace foco en la llamada intimidatoria, no cesó con las balas en el espacio recuperado por la APDH Matanza. Poco después, los vehículos de tres integrantes del organismo, que habían participado de una reunión, sufrieron roturas, ya no cuando estaban en reunión, sino cuando partieron hacia rumbos diferentes.
Esta nueva amenaza responde al rol activo de Pimentel en la investigación y la búsqueda de la verdad por Santiago Maldonado. La denuncia será investigada por el fiscal, pero el presidente de la organización de derechos humanos pidió que la misma no tape el pedido de justicia: “Federico Russo quedó en pedir a Telefónica en estos días todas las llamadas entrantes del día para determinar cuál es número del que se impartió esta amenaza cobarde. La hicimos pública. Agradezco la solidaridad. No salgamos del foco de atención que hoy es la búsqueda de la verdad en el desastre que han hecho con el caso de Santiago Maldonado”, expresó. Además, Pimentel hizo referencia al líder mapuche por el que Maldonado exigía la libertad al momento de su desaparición y a los reclamos históricos del pueblo originario: “Tampoco hay que desviar el foco de que Santiago Maldonado fue desaparecido en el marco del pedido de libertad del Lonko Facundo Jones Huala. Ahí Santiago demostró un grado de solidaridad enorme y una claridad meridiana de para qué estaba en el Pu Lof. El Estado lo sabía. Era para pedir la libertad de su líder, que junto a la comunidad está atravesando toda una lucha, sin armas sino con la verdad, y la recuperación territorial contra un monstruo como Benetton que, hace cerca de 26 años, compró un millón y medio de hectáreas con más de 60 comunidades mapuches adentro. Ahí están los conflictos”, recordó, sin dejar de mencionar la responsabilidad de las máximas autoridades de Argentina y Chile: “Yo creo que ahí está la responsabilidad de Macri, en esa reunión que tuvo con (Michelle) Bachelet. Fue Macri el que pidió que se active el pedido de extradición porque tenía un grupo que le estaba haciendo problemas a los empresarios, latifundistas y terratenientes”, aseguró Pimentel.
Agustín Santillán liberado, Milagro Sala presa
El presidente de la APDH de La Matanza no dejó pasar la reciente liberación del líder wichí de Formosa, a quien había visitado en prisión hace poco tiempo y le había dejado unos encargos: “Me alegré mucho. Hablé con él. Yo sabía que lo iban a liberar después de las elecciones. Estaban esperando el fallo de la Cámara, pero son todas decisiones políticas. Competían el macrismo y el kichnerismo por los presos políticos”, explicó en relación a Santillán, Jones Huala y Sala, como presos políticos de gobiernos provinciales de diferentes partidos. Pimentel dio sus sensaciones sobre el nuevo encarcelamiento de Milagro Sala: “Es aberrante lo que le están haciendo a Milagro Sala. La llamé el sábado para solidarizarme y saber cómo estaba. Hablé varias veces y la fui a ver dos veces. Siempre vi una mujer entera, convencida de continuar la lucha. Sabía que era una detención política. El sábado hablé con una mujer derrotada, abatida y sin esperanzas. Escribió una carta. No alcanzó todo lo que se han movido los organismos de derechos humanos, las pintadas y los murales. Milagro Sala está de vuelta en la cárcel, tratada como lo peor. Están buscando que se mate. Yo le pedí que no le dé el gusto, que no le haga el flaco favor a este sistema perverso quitándose la vida. Fui dos veces a verla. Prácticamente toda la izquierda y los sectores progresistas la ven bien presa. Ninguno se mueve por pedir su libertad. La condenaron sin pruebas, violaron todos los mecanismos de un juicio para que se la encuentre con causas que justifiquen su detención. La están desgastando. Ella no entiende nada. Si realmente es culpable de malversación de fondos que la juzguen como cualquier otro”, sentenció.
Resultados de las elecciones legislativas
Para cerrar, Pimentel hizo un análisis político sobre cómo es el votante argentino: “El pueblo argentino ha perdido una masa crítica. No hay masa crítica en la población. Por ahí sí en el sector más comprometido y militante, desde el punto de vista político, social, sindical o barrial. La masa la perdió. No hay una explicación ni definición ideológica de por qué apoyan a la derecha, a un gobierno que los va a exprimir. Carrió es una mujer que amerita una atención psiquiátrica en serio. No puede estar en todos los medios denigrando a un joven que está desaparecido, encima con una sonrisa. Y la gente la votó... Tenía la esperanza de que en la provincia perdiera (Esteban) Bullrich, aunque sea por las barbaridades que dijo. Se mantuvo y ganaron en todos lados. Es una interpelación que hace la población a sectores que también tenemos que construir política y todavía no lo hemos hecho. La izquierda tiene que buscar la unidad”, concluyó Pablo Pimentel de la APDH La Matanza.
Esta noche será la última función en CABA de ‘Hilda y Freud, amor en
clave de diván’, la obra de Antonio Quinet con Alfredo Grande y
Florencia Farías dirigida por Sebastián Raffa. Grande conversó con
Fernando Tebele en el programa La Retaguardia y, con la excusa de
invitar al espectáculo, abordaron la realidad política y social de la
Argentina, la desaparición forzada de Santiago Maldonado y los
resultados de las elecciones legislativas. (Por La Retaguardia)
Grande comentó de qué trata la obra y expresó sus sensaciones al momento de participar en ella: “Estos meses en los que he hecho esta obra me he planteado si cabe el arte y el teatro frente a estos horrores de la vida cotidiana. La obra que hacemos con Florencia Farías retrata aspectos de la vida de Freud y de Hilda Doolittle, que era una poeta muy importante en esa época. Una de las cosas que se habla es del auge del nazismo, un Freud bastante mayor que tiene que migrar. La obra se ha recreado en cada función. Plantea el tema del amor, del psicoanálisis, de la guerra, del antisemitismo. Es una propuesta de un autor brasilero, Antonio Quinet, dirigida acá por Sebastián Raffa. Es una obra interesante para ver, para debatir y para jerarquizar, justamente porque la derecha avanza y no retrocede y porque las masacres son de la vida cotidiana. Los espacios del arte en general deben ser sostenidos”, dijo.
La participación de Grande en la obra rompió con sus unipersonales y le permitió hacer otro tipo de teatro. Si bien aquí en Ciudad de Buenos Aires es la última función, el espectáculo seguirá de gira por el resto del país: “Yo acepté la propuesta que me hizo Florencia porque me interesó muchísimo. Me interesó muchísimo una obra con texto, para poner en prueba mi memoria. Se ha dirigido por Sebastián que es un muchacho muy talentoso y he podido actuar junto a otro personaje, a diferencia del unipersonal que, por supuesto, es mucho más autorreferencial. Tenemos funciones en Rosario, en Mendoza y seguramente en Tucumán. Estamos tratando de armar una gira dentro de las posibilidades de tiempo porque creo que es una propuesta que merece ser sostenida. El sábado (por hoy) es la última función. La manera más fácil es ir a La Clac, Avenida de Mayo 1158 entre Lima y Salta. Si se puede anticipar por teléfono mejor, al 4382-6529 o sino en TuEntrada.com”, avisó el psicoanalista que interpreta, nada más ni nada menos, a Sigmund Freud.
Caso Maldonado: "El Estado participó activamente en encubrir el asesinato"
Alfredo Grande fue consultado por Tebele en el programa radial de La Retaguardia acerca de su opinión sobre la desaparición y muerte de Santiago Maldonado y fue tajante en su respuesta: “Santiago fue asesinado. No es lo mismo matar que asesinar. Son dos palabras distintas que remiten a cosas totalmente diferentes. Matar es matar en defensa propia y asesinar es asesinar en ataque ajeno. Santiago fue asesinado porque lo atacaron. Lo atacaron desde que lo empezaron a perseguir. En esas imágenes terribles hay más gendarmes que mapuches. Fue una persecución seguida de asesinato y lo grave es que, de ese asesinato, el Estado participó activamente en encubrirlo. Es una obstrucción de justicia lo cual en sí mismo es un delito”, aseguró Grande que enfatizó en culpar y responsabilizar al Estado: “No fue ni siquiera novedoso. Es de lo que se encargan los Estados habitualmente todo el tiempo: de encubrir asesinatos, robos y todo. No me sorprende. Esto ha logrado una repercusión que se transformó en un analizador histórico, a pesar de que antes hubo otros asesinatos, otras desapariciones y demás. Al ser un analizador histórico, tenemos la gran oportunidad de poner en el banquillo de los acusados al Estado. Ahí sí creo que todos debemos y podemos opinar. Deberíamos ser todos peritos que puedan dar cuenta del Estado terrorista, que tiene como misión principal el delito. El Estado terrorista es un Estado delictivo. Es bueno que, peritos o no, nos entrenemos en un pensamiento crítico y colectivo para, de una vez por todas, denunciar, enjuiciar y eventualmente castigar a ese Estado terrorista que ya hace décadas se ha escondido en los repliegues de la democracia burguesa”, exigió.
País masacrador
Para el psiquiatra y psicoanalista, la aparición del cuerpo de Santiago Maldonado no influyó negativamente en los votantes de Cambiemos en las elecciones legislativas sino más bien que, al contrario, de forma positiva. Además, criticó a la derecha de ahora y de siempre, avalada por muchos de los habitantes del país: “No solamente no está preocupada, sino que está de acuerdo. Pensemos que nosotros venimos de una tradición de un país masacrador, no solamente de los originarios sino también de los que no lo son. Hubo momentos como el Mundial '78, la Guerra de las Malvinas, cuando vino la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos y el 'somos derechos y humanos' en que el genocidio y la dictadura militar fueron blanqueadas. Desde el momento de mayor debilidad de la dictadura militar, que ya no era Junta porque quedaba solo el Ejército, hasta que Alfonsín asumió el gobierno pasó un año y medio. Es evidente que no hay un clamor popular contra las formas de fascismo, aun las más evidentes. La Argentina tiene la Iglesia más reaccionaria que hay. No tiene una central de trabajadores ni anarquista, ni trotkista, ni comunista, ni nada. La división de los 3 poderes es ficticia. Sabemos que el único Poder es el Ejecutivo y dentro del Ejecutivo, es el presidente. Eso se llama país presidencialista. Debe haber influido el asesinato de Santiago Maldonado, pero debe haber influido positivamente. No es políticamente correcto decirlo, pero yo lo he escuchado. Hay personas que piensan que se la buscó, el famoso 'por algo será'”, explicó Grande, que reveló no fue a votar para no sentirse cómplice de quienes critica: “Las elecciones son como un test de Rosarsch, muestran hacia dónde se dirige la población. Son las primeras elecciones en las que no fui a votar. Me parecía como ser cómplice y encubrir la más siniestra de las verdades. Es tan evidente que es una democracia de mercado, con los candidatos en góndola, separados por marca, que yo no pude votar. No podía ir, por primera vez. No digo que todos los que votaron son cómplices, pero yo sí lo vivía como un acto de complicidad”, contó.
Además, se refirió a las declaraciones del asesor político más importante del macrismo, Jaime Durán Barba, donde criticó al Partido Comunista y dijo que Macri representa a la nueva izquierda. Grande, sin estar de acuerdo, también castigó a los partidos de izquierda que “siguen creyendo que insultando y agrediendo con esta especie de antimacrismo imbécil e infantil se logran cosas” y afirmó que “necesitan un Durán Barba. Hace 100 años, en la época de Lenin, no había Personal Computer. Además, el proletariado no estaba infectado por ese virus mutante que se llama ‘Aedes Burgués’. Hoy los trabajadores aspiran a ser clase media, muchos lo son, y otros están directamente excluidos. El deseo revolucionario ha sido anestesiado absolutamente. Hay que revivir, sacar ese efecto de la anestesia y volver a entusiasmarse por una praxis revolucionaria. Lo de Durán Barba lo digo entre comillas, pero me pregunto cuáles son los líderes hoy en el campo de la izquierda que la gente sigue. Hay que encontrar formas de poder decir y ayudar a pensar las cosas que no son las de hace 100 años”, reflexionó Grande, que en su pedido de resurrección revolucionaria no ocultó sus críticas para con el peronismo: “En la historia argentina, el peronismo es un hecho maldito para el país burgués y también lo es para el país socialista. Evidentemente, mientras gran parte de trabajadores, profesionales y empresarios sigan apostando ahora al Cristinismo, que es una nueva remake de lo que ha sido siempre el peronismo, el horizonte revolucionario se aleja muchísimo”, cerró.
En 2008, luego de tres años de debate, el Estado uruguayo tomó la decisión de emprender la diversificación de la matriz energética e incrementar el aporte de las fuentes renovables, especialmente eólica y solar. Ese proceso ha sido presentado a nivel regional como un caso paradigmático, sin embargo, el esquema aplicado para el desarrollo de “energías limpias” no revirtió sino que por el contrario, profundizó, un modelo tarifario inequitativo, en el que pagan más los segmentos de la población que menos ingresos tienen.
Además
favoreció el avance de empresas privadas en el sector eléctrico, que
tienen garantizada la compra por parte del Estado de toda la energía que
generan y a un precio más alto que la proveniente de otras fuentes.
Ante ese contexto, la conducción de la Agrupación de Funcionarios de la
Administración Nacional de Usinas y Transmisiones Eléctricas (Aute)
viene dando pelea por la implantación de un modelo que aborde a la
energía como derecho humano y bien público y no como mercancía, y de
esta manera mejorar la calidad de vida de los sectores populares
defendiendo el salario real. Para dar esa batalla el sindicato encaró un
proceso interno generando espacios de participación y formación desde
el enfoque de la independencia de clase, y convocó al conjunto de las y
los trabajadores y usuarios a sumarse a la reflexión y a la lucha.
La fundación de la Administración Nacional de Usinas y Transmisiones Eléctricas (UTE), en 1912, se enmarcó en el período denominado reformismo batllista. José Batlle y Ordóñez, que ejerció la presidencia del Uruguay desde 1903 a 1915, se valió de herramientas de intervención política, social y económica para nacionalizar y estatizar empresas de servicios, y paralelamente desarrolló grandes avances en el ámbito laboral. En ese proceso las clases populares lograron cristalizar reivindicaciones que fueron de vanguardia para la región.
Gonzalo Castelgrande, pro secretario de Aute, destaca que desde el nacimiento de UTE los trabajadores y trabajadoras han tenido un fuerte vínculo con el Estado, más allá de la relación laboral de dependencia como asalariados, y que poseen un sentido de pertenencia, motorizado por el compromiso social con lo público. De allí, las profundas raíces de su lucha actual y el objetivo fundamental: mantener en manos del Estado la generación de la energía, para que siga siendo un servicio público y se garantice el acceso universal. Una bandera sostenida junto a otros sindicatos latinoamericanos, que en abril se expresaron a favor de la energía como derecho y con vistas a la “recuperación de los bienes comunes que el capital le ha arrebatado a los pueblos”.
Pobreza energética y tarifas públicas abusivas
Castelgrande afirma que sin energía eléctrica no es posible garantizar a la población el acceso a otros derechos como al agua potable, a la educación, a la salud; además destaca que si la energía es un derecho humano que actualmente no se ejerce de manera universal, es necesario medir las diferencias en el ejercicio de ese derecho para comprender el por qué. En ese sentido el sindicato ha realizado varios estudios sobre pobreza combustible o pobreza energética en el país basándose en dos variables: la asequibilidad, cuánto le cuesta al usuario pagar la energía, y en qué medida se accede a ella. A tal fin compararon dos tipos de tarifa eléctrica, la residencial y la de los grandes consumidores (empresarial), e hicieron su evaluación en términos absolutos – cuánto consume y puede pagar– y en términos relativos –cuánto le cuesta en relación a su ingreso. El resultado fue que en Uruguay el 25% de los usuarios es energéticamente pobre, es decir, tiene problemas para poder pagar y acceder a la energía.
Según Castelgrande, la tarifa eléctrica que pagan los empresarios vale la mitad que la que paga una familia trabajadora uruguaya. Por otro lado, destaca que a la familia trabajadora promedio la electricidad le cuesta entre un 4% y un 5% de sus ingresos, mientras que en los sectores más humildes, ese costo representa un 10%. Por el contrario, al sector residencial más rico del país le cuesta entre un 2% y un 2,5%, y a los grandes consumidores, es decir, los grandes emprendimientos productivos, el costo representa alrededor de un 0,4% de su valor bruto de producción. En conclusión, pagar la electricidad le cuesta diez veces a una familia trabajadora uruguaya que a un empresario.
“Están priorizando la mercancía por sobre el derecho y con estos datos se evidencia que realmente la tarifa en el país es muy injusta”, afirma el pro secretario de Aute. “La política estratégica diseñada y resuelta por todos los partidos políticos hasta el 2030 en el Uruguay –no sólo le da continuidad a estas injusticias sino que a su vez va profundizando esta mercantilización de la energía”, subraya. En el mismo sentido, en el documento Análisis de la tarifa eléctrica, elaborado por Aute en 2016, destaca que el marco regulatorio vigente del sector fomenta la concentración de los grandes consumidores, dándoles reconocimiento institucional en el mercado eléctrico y otorgándoles un poder de lobby mayor al que de por sí tenían. “Si bien hemos asistido a fuertes debates sobre la participación social de trabajadores y usuarios en la educación y en la salud, lo cierto es que poco se debate sobre la participación social en lo que hace al mercado eléctrico. Todo indica que hay una fuerte razón de fondo: una concepción clasista de la participación. Parece ser que en la Administración del Mercado Eléctrico (ADME) só lo tienen cabida los Grandes Consumidores y los Generadores Privados y nadie critica su rol ni su accionar”, concluye el sindicato.
Electricidad en manos privadas
De acuerdo al informe elaborado por Aute, desde hace más de 30 años la política energética uruguaya se está orientando a la privatización del sector energético. “El Marco Regulatorio vigente toma como base la Ley de Electricidad impuesta en la dictadura [1977] y tiene un segundo mojón en 1997 donde culmina el diseño actual del mismo, en pleno auge de las políticas neoliberales amparadas en el Consenso de Washington de fines de los ochenta y se fundamentó en la necesidad de reestructurar el funcionamiento de la UTE y el sector eléctrico a los objetivos de competencia, fomento a la iniciativa privada y la regulación.” En oposición a la implementación de estas políticas ha habido una lucha constante de los trabajadores y trabajadoras para sostener la generación energética en manos del Estado. Según Castelgrande “las empresas públicas deben ser el motor para el desarrollo de un nuevo paradigma productivo en el país, [dado que] son las que aportan a las rentas generales del Estado mediante el superávit que obtienen. Aportan al conjunto de políticas públicas que están en manos del Estado: la educación, la salud, la vivienda. Si fueran privadas, ese superávit se iría a la casas madre o a la arcas de las empresas. Entonces para nosotros la defensa de las empresas públicas es doble, porque son estratégicas y porque permiten garantizar el acceso a los servicios”.
La propuesta de Política Energética de la Dirección Nacional de Energía y Tecnología Nuclear debatida desde 2005, y presentada al Poder Ejecutivo en 2008, declara como objetivos diversificar la matriz energética, asegurar el autoabastecimiento y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Uruguay cuenta con recursos hídricos, eólicos y solares explorados muy superiores a los hidrocarburíferos, que importa en su totalidad. Considerando este potencial, los representantes de diferentes partidos políticos asumieron que el incremento del aporte eléctrico podía resolver varios problemas que presentaba la matriz uruguaya. El cambio fue planificado considerando numerosos actores sociales, entre ellos, las empresas privadas. El Estado, mediante la participación de éstas buscó transferencias de tecnología, calificación de mano de obra especializada y un aumento en las capacidades industriales. La diversificación debía ser tutelada bajo los lineamientos del Poder Ejecutivo, sin embargo, la implementación no resultó como se había planificado. De acuerdo con los testimonios de Aute, reducir la dependencia de los combustibles fósiles aumentando el aporte de energías renovables en manos empresas privadas, implicó una pérdida de soberanía.
Gonzalo Castelgrande cuenta que cuando los gobernantes uruguayos propusieron el plan, asumieron que no importaba tanto la propiedad porque, aunque la generación de las nuevas energías estuviera en manos de numerosas empresas, el Estado iba a tener el control. Sin embargo, asegura que hoy esa función la ejercen las empresas privadas. “El viento en Uruguay está prácticamente privatizado, se ha expropiado a favor de un conjunto de empresas multinacionales y el recurso está controlado, en casi un 90%, por estas empresas, que hoy representan casi un 40% de la demanda eléctrica.”
Por su parte Gabriel Soto, presidente de Aute, señaló que “en un país que tiene sus picos de consumo [eléctrico] cercanos a los 2000 MW, haber obtenido a fines de 2016, 1500 MW de energía eólica, parece una relación casi única a nivel mundial”, sin embargo destacó que esa incidencia de las energías renovables fue al costo de “un proceso de extranjerización grotesco y brutal”(1) . Según subrayó, el Estado generó el escenario material y legal de promoción de inversiones, en el marco de la licitación de parques eólicos, que implicó la exoneración de impuestos por 3500 millones de dólares a las empresas y modelos de negocio y contratos abusivos para el pueblo uruguayo.
Renovables y propiedad de las fuentes: sostener y recuperar soberanía
¿Alcanza con que el Estado controle a las empresas? ¿Deben todas las fuentes energéticas ser patrimonio del Estado? ¿Todo lo público es estatal? ¿Todo lo estatal es público? Son las preguntas planteadas al interior de Aute. “Nosotros veníamos muy tranquilos en Uruguay. Nuestra historia como trabajadores en la empresa pública venía de la mano del desarrollo del país con el Estado y el Estado con el país, y en los últimos años nos han obligado a problematizar un conjunto de cuestiones que no teníamos en la agenda”, afirma Castelgrande. Las empresas pú blicas en Uruguay tienen un papel fundamental, asegura, y agrega: “y hoy ya no nos alcanza con que sean estatales, estamos buscando generar las condiciones para sociabilizar las empresas”. Es decir, intenta sumar un nuevo actor a la lucha, los movimientos de usuarios; un salto político de lo sectorial a la sociedad uruguaya en su conjunto.
Sobre los avances en este sentido Castelgrande cuenta que se están formando intersociales en los barrios, donde participan vecinos/ as, cooperativistas, pequeñas/os comerciantes, estudiantes, amas de casa, trabajadores/as. “Esas intersociales nos están sirviendo como punta de lanza para la propuesta del movimiento de usuarios. Y sin duda vamos a tener que salir con una campaña grande para que esto se haga carne”, anticipa. Con ese movimiento buscan generar un desborde de los trabajadores y trabajadoras organizadas y decidieron empezar por la lucha para bajar tarifa eléctrica, como primera acción unificada. Pretenden incidir en políticas públicas tendientes al acceso a la energía como derecho humano, para que ésta pueda ser patrimonio de todo el pueblo.
En la , Declaración de Montevideo , que surgió del Encuentro Internacional de Trabajadores de la Energía, celebrado en el marco de los 68 años de la fundación de Aute, también se expresó esta necesidad de confluencia. “El involucramiento de los usuarios en el sistema eléctrico significa una vertiente más de lucha por recuperación de los bienes comunes que el capital le ha arrebatado a los pueblos”, sostiene. Y a enfatiza: “Los trabajadores de la energía debemos de desarrollar acciones consecuentes en defensa de los intereses de los usuarios, y esto no puede impulsarse sin la construcción de espacios de participación y discusión popular que promuevan el empoderamiento de los usuarios sobre las distintas aristas del servicio público de energía eléctrica. La alianza de los trabajadores de la energía con los usuarios no solamente que es necesaria sino que es de carácter estratégico”. En el documento también se expresa que para los sindicatos de la región se presenta como una necesidad histórica el incorporar a su acción programática “la participación política de los trabajadores y usuarios en la gestión de los servicios públicos”, siendo parte activa en la discusión y definiciones de rumbos estratégicos de las empresas públicas y la planificación económica.
Existen puntos a favor de esta campaña, diagnostica Castelgrande, como el hecho de que la empresa sigue siendo pública, más allá de los embates privatizadores. También remarca la relación cercana del Estado uruguayo con los trabajadores y trabajadoras, que históricamente ha generado un ambiente propicio para el mejoramiento las condiciones de vida de los sectores populares. Aunque advierte que todo intento de cambio implica una modificación de las leyes, y para ello dependen de la voluntad política del gobierno. En ese sentido, recordó que el presidente uruguayo Tabaré Vázquez anunció en el Consejo de Ministros una rebaja en la tarifa eléctrica para los arroceros y los productores lecheros porque, dijo, “les cuesta mucho la luz”. “El subsidio sigue siendo para los grandes empresarios y con esa voluntad política es muy difícil que se puedan bajar las tarifas o que se pueda elevar el acceso y el derecho a la energía del pueblo”, destacó Castelgrande.
El pro secretario de Aute afirma, por otra parte, que resulta urgente retomar el discurso de las energías renovables desde la perspectiva de los trabajadores y trabajadoras, desnudando la ofensiva del capital por medio de las energías limpias y evidenciando las políticas de capitalismo verde. “El discurso de las energías renovables se lo han apropiado de nuestro discurso. La clase trabajadora, en conjunto con los sectores populares, ha debatido la relación de la producción [de energía] con el medio ambiente. Venimos planteándolo hace muchos años y hoy el capital se apropia de ese discurso para poder implementar sus políticas privatizadoras mediante la generación de energías limpias”, subraya.
“La disputa ideológica y política debe de contrarrestar la enajenación de recursos y patrimonio amparados en el control de las energías renovables, un camino que se presenta como sustancial a desarrollar es el de la disputa material de dicha tecnología. Para eso es necesario avanzar en iniciativas como la desprivatización de la infraestructura o incluso el fomento de experiencias participativas de cooperativización popular de la generación de energía eléctrica a través de fuentes renovables”, plantea la Declaración de Montevideo. Allí se resume el horizonte en el que está inserta la lucha de Aute; y en ese camino conquistar la baja de las tarifas residenciales, reafirmando siempre el carácter de derecho humano del acceso a la energía y de bien público de los recursos energéticos.
Publicado originalmente en Nº 5 de Fractura Expuesta revista del observatorio petrolero del sur, www.opsur.org.ar
(1) El testimonio de Soto corresponde a su intervención en el seminario Alternativas para la Soberanía Energética, realizado en Buenos Aires el 27 de noviembre de 2016 y organizado por el OPSur.
Llaitul, junto a otros siete defensores de la causa mapuche, fueron liberados luego que se determinara que no había antecedentes suficientes que justificaran la prisión preventiva que se les había decretado en el marco de la llamada “Operación Huracán”.
En conversación exclusiva con Radio y Diario Universidad de Chile, Llaitul valoró el fallo de la justicia y culpó a la autoridad de gobierno de todo lo acontecido en estos últimos 25 días.
¿Cómo reciben el fallo en relación a lo que se había planteado desde el principio, que se trata de un montaje lo que ocurrió y que fue lo que provocó su encarcelamiento?
Estamos contentos, al menos en lo que respecta a lo familiar y medianamente conformes en lo que respecta a lo que, obviamente, nosotros estamos: este proceso de lucha desde las comunidades con el pueblo nación Mapuche, porque si bien hay una señal muy potente que entregó la Corte Suprema con este fallo, el proceso sigue su curso. Por lo tanto, vamos a ver cuáles son los siguientes pasos que tomarán el Gobierno y el Ministerio Público en este conflicto.
¿A quién señalaría como el responsable de lo que ocurrió con ustedes en estos 25 días?
Nosotros sacamos un comunicado en donde responsabilizamos políticamente al subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy: él es el responsable político, directo, de esta operación, un montaje diseñado, entendemos, por la Agencia Nacional de Inteligencia, con el instrumento de la ley de inteligencia y la actuación por parte de Carabineros, de su servicio de inteligencia, que llevó a cabo un tipo de argumentación sobre la base de los antecedentes que se suponen están en la carpeta investigativa. Más allá de las irregularidades, de lo que implica un montaje de este tipo, esto tiene que ver con una señal también que entrega el gobierno respecto de su disposición al tratamiento que tiene de nuestra causa mapuche.
Una de las cosas que ha planteado usted es que, más allá de los casos puntuales, hay un estado general y represivo por parte de las autoridades. ¿En qué situación visualiza ese tema, en lo que tiene que ver con el tránsito de este gobierno y de otras situaciones que están sucediendo?
Nosotros hemos hecho un diagnóstico sobre el escenario en que se desenvuelve este conflicto. Es un escenario de desventaja para la causa mapuche, en el sentido de que es una lucha que se da no solo con el Estado, sino que es una lucha con el capitalismo que opera en esta parte del continente. Estamos frente a un conflicto muy asimétrico, que tiene que ver con la voluntad férrea, de mucha tozudez del empresariado que confronta con nuestras reivindicaciones territoriales y políticas y que -de la cual- de alguna manera, se hace parte el Estado. Este escenario lo hemos denominado de un aumento de la criminalización, de la militarización de las zonas en lucha por las reivindicaciones territoriales y aquí el punto de inflexión es la confrontación entre nuestro pueblo y sus comunidades movilizadas a la hora de recuperar territorios y donde el Estado toma partido en favor de la defensa del empresariado y en contra de nuestras demandas.
Lo que tendríamos acá es un problema de arrastre histórico, pero que en la coyuntura de los últimos años se radicalizaría por el interés forestal en el tema.
Eso es efectivo y tiene que ver con las posiciones que puedan asumir distintos gobiernos en relación a estas políticas económicas y en relación, sobre todo, respecto del extractivismo que opera indiscriminadamente en esta parte de nuestros territorios. En ese sentido, nos hemos adelantado a futuros escenarios y creemos que si viene un gobierno cercano a los intereses empresariales, seguramente el conflicto se agudizaría. Nosotros no planteamos un escenario de confrontación, eso nunca ha sido nuestra intención, nosotros lo que hacemos es una lectura que nos obliga como organización a asumir una suerte de rol histórico a la hora de ser defensa de nuestras demandas principales que son la recuperación de las tierras para sentar las bases de un proyecto de autonomía que hemos ido definiendo las distintas organizaciones mapuche.
Para la CAM, entonces, las acciones que ustedes realizan no son acciones de acción y de ataque, sino que acciones de reacción y de defensa.
Claro, las veces que nosotros hemos tenido que pronunciarnos al respecto hemos dicho, claramente, que tiene que ver con la resistencia mapuche a un modelo neoliberal, con políticas de extractivismo, que son devastadoras en relación al hábitat de nuestras comunidades, sobre todo cuando dice relación con proyectos de inversión capitalista que tienen una arremetida muy feroz en contra de las comunidades. En ese plan principalmente, tiene que ver todas nuestras expresiones de resistencia y de autodefensa, no hay otra lógica detrás.
Cuando algunos medios de comunicación o actores señalan que aquí hay una disputa en relación a las tierras, en principio se dice algo que es correcto, pero el trasfondo es muy distinto y esto tiene que ver con una mirada distinta del pueblo Mapuche en relación con la mirada más occidental respecto de lo que es el Medio Ambiente.
Correcto, hay, por decirlo de alguna manera, un choque de culturas. Una cultura occidental que ve a la tierra con un sentido de la propiedad privada para la acumulación de capital y en manos de unos pocos y, por lo tanto, hay ahí una mirada de destrucción, de sacar el máximo de utilidad y, por otra parte, está la mirada nuestra que tiene que ver con otra concepción u otra de la tierra y el hombre. En ese sentido, tenemos otras lógicas respecto de la utilización de estos recursos, con más sustentabilidad, con más respeto. Los medios de comunicación han desenfocado el conflicto mapuche, incluso a extremos, por eso la actitud de no dar una entrevista a la salida de las cárceles, porque no confiamos en los medios de comunicación de masas, porque actúan como caja de resonancia del poder, principalmente del empresariado comprometido con el conflicto mapuche. En ese sentido, hacemos una valoración a su medio, porque fue los pocos que asumió con profesionalismo la visión que está en juego acá, entonces, ciertamente el montaje tiene esa arista que es mediática, que es tratar de instalar este estigma, para así avanzar en estos intereses de estos sectores que son de dominación comprometidos con la causa mapuche.
¿Para ustedes, este problema que es complejo, cómo podría tener un punto de partida para una eventual solución?
El escenario es complejo, es un escenario en donde el Estado chileno ha implementado una confrontación donde se ha asumido, no solo por parte de la oficialidad, sino que de los sectores comprometidos, la militarización, los montajes y el rol de los medios de comunicación reproduciendo este discurso racista respecto de nuestras demandas. Hay una confrontación que si lo analizamos desde el punto de inflexión que tiene el conflicto, se vuelve compleja, sobre todo en un escenario donde la clase política aún no ha asumido que el conflicto es político y tiene que ver con buscar una salida de ese tipo. En ese marco hacemos una valoración, más allá de cuestionar en los términos como se llevó a cabo este montaje, con todas sus irregularidades, sus mentiras, más allá de eso, en la resolución de los supremos, por lo menos, puede ser una señal respecto de tratar de buscar una salida política. Desde la Corte Suprema han dicho que este no es un problema judicial, sino que es un problema político, hay un agotamiento de la vía para resolver el problema. Y eso para nosotros podría ser un rescate mínimo de lo que significó este fallo en el sentido de que nosotros hacer una salida política. No sé si estamos hablando del establecimiento de un dialogo, sino de la posibilidad de interlocutar, distintos entes, para buscar una solución en ese marco, pero toda solución pasaría por una visibilización de nuestro proyecto político de recuperación territorial, es decir, sobre la base de la recuperación del territorio y de la autonomía del pueblo mapuche.
Lo que usted plantea como “la recuperación de las tierras” y “la autonomía de la nación Mapuche”, en términos concretos, ¿cómo se manifestaría?
Nosotros estamos, por lo menos, en esta etapa desarrollando un proceso de recuperación territorial sobre la base del control territorial que ejercemos a la hora de la disputa de las tierras. Hemos planteado la autonomía de facto, es decir, reconstruyendo todos los aspectos propiamente mapuches en espacios que se van recuperando y esto, principalmente, sobre nuestro eje fundamental que es el control territorial, ahí nosotros tenemos la posibilidad concreta de ejercer procesos de autogestión y de presión respecto del Estado, de la posibilidad de desarrollar nuestras capacidades etnopolíticas para poder gobernarnos y esa es una propuesta que queremos discutir con la sociedad.
¿Cómo visualiza el futuro de este conflicto?
Nosotros mantenemos nuestra propuesta política de lucha territorial, de lucha en recuperación autonómica y en ese marco hay distintas dimensiones de estos procesos que tiene que ver no solo con la resistencia, sino que también con los esfuerzos que han hecho movimientos mapuche autónomos para la recuperación de nuestra nación. Hay una cantidad de expresiones que no conoce la prensa o la ciudadanía y que tiene que ver con los esfuerzos que hacemos a través de nuestras expresiones de deliberación, donde la gente va sosteniendo estos planteamientos de lucha territorial y política, y esta expresión se está dando muy fuerte en todo el movimiento mapuche y es lo que ha sostenido los niveles de resistencia y de lucha que se conocen en general.
Condenan a 35 exagentes de la DINA por secuestro de embarazada de 5 meses en 1976
Publicado el 19 Octubre 2017
Escrito por Administrator EL CLARÌN DE CHILE
El
ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los
derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Santiago, Miguel Vázquez
Plaza, condenó a 35 exmiembros de la Dirección de Inteligencia Nacional
(DINA) por su responsabilidad en el secuestro calificado de Reinalda
Pereira Plaza, quien estaba embarazada de 5 meses, al momento de su
detención y desaparición, en diciembre de 1976.
En
el fallo (causa rol 2.182-1998), el ministro Vázquez condenó a penas de
10 años de presidio a Pedro Octavio Espinoza Bravo, Juan Hernán Morales
Salgado y Ricardo Víctor Lawrence Mires, en calidad de autores del
delito.
En
tanto, los agentes Gladys de las Mercedes Calderón Carreño, Juvenal
Alfonso Piña Garrido, Pedro Segundo Bitterlich Jaramillo, Héctor Raúl
Valdebenito Araya, Sergio Orlando Escalona Acuña, Jorge Lientur
Manríquez Manterola, María Angélica Guerrero Soto, Orfa Yolanda Saavedra
Vásquez, Elisa del Carmen Magna Astudillo, Eduardo Alejandro Oyarce
Riquelme, Heriberto del Carmen Acevedo, Claudio Enrique Pacheco
Fernández, Emilio Hernán Troncoso Vivallos, Teresa del Carmen Navarro
Navarro, José Manuel Sarmiento Sotelo, Gustavo Enrique Guerrero
Aguilera, Manuel Antonio Montre Méndez y Jorge Hugo Arriagada Mora,
deberán purgar 7 años de presidio, como autores del ilícito.
Asimismo,
los agentes Hernán Luis Sovino Maturana, José Alfonso Ojeda Obando,
José Miguel Meza Serrano, Luis Alberto Lagos Yáñez, Jorge Iván Díaz
Radulovich, Jorge Segundo Pichunmán Curiqueo, Sergio Hernán Castro
Andrade, Carlos Enrique Miranda Mesa, Víctor Manuel Álvarez Droguett,
Orlando del Transito Altamirano Sanhueza, Guillermo Eduardo Díaz
Ramírez, Berta Yolanda del Carmen Jiménez Escobar, Carlos Eusebio López
Inostroza y Joyce Ana Ahumada Despouy, fueron sentenciados a 4 años de
presidio, por su responsabilidad como cómplices en la desaparición de la
víctima.
En
la causa, el ministro de fuero decretó la absolución de los agentes
Federico Humberto Chaigneau Sepúlveda, Juan Edmundo Suazo Saldaña,
Orlando Jesús Torrejón Gatica, Hiro Álvarez Vega, Celinda Angélica Aspe
Rojas, Carlos Justo Bermúdez Méndez, Eduardo Patricio Cabezas Mardones,
Italia Donatta Vacarella Gilio, Camilo Torres Negrier, Marilin Melahani
Silva Vergara y José Domingo Seco Alarcón.
Los hechos
En la etapa de investigación, el ministro en visita logró establecer los siguientes hechos.
"a) Que, la Dirección de Inteligencia Nacional Dina, en una fecha no precisada, pero durante el primer semestre del año 1976, ocupó y habilitó un inmueble de calle Simón Bolívar Nº 8800, comuna de La Reina, consistente en una casa quinta, que fue acondicionada para su propósito de reclusión. Contaba con un solo portón de acceso, una garita a su derecha donde se hacía la guardia de puerta, una casa al fondo, una cancha de baby fútbol, estacionamientos y al lado izquierdo del predio una especie de gimnasio donde había un casino, cocina y unos camarines y baños, que se acondicionaron para ser utilizados como calabozos, inmueble en el que se desempeñó operativamente la brigada Lautaro a cargo del mayor Juan Morales Salgado y que fue ocupado como un lugar secreto y clandestino de reclusión; a dicho recinto eran llevadas personas en calidad de detenidas, para ser interrogadas bajo el empleo de diversas técnicas de apremios físicos, en especial respecto de aquellas que tenían o habían tenido militancia política adherente al Partido Comunista.
En la etapa de investigación, el ministro en visita logró establecer los siguientes hechos.
"a) Que, la Dirección de Inteligencia Nacional Dina, en una fecha no precisada, pero durante el primer semestre del año 1976, ocupó y habilitó un inmueble de calle Simón Bolívar Nº 8800, comuna de La Reina, consistente en una casa quinta, que fue acondicionada para su propósito de reclusión. Contaba con un solo portón de acceso, una garita a su derecha donde se hacía la guardia de puerta, una casa al fondo, una cancha de baby fútbol, estacionamientos y al lado izquierdo del predio una especie de gimnasio donde había un casino, cocina y unos camarines y baños, que se acondicionaron para ser utilizados como calabozos, inmueble en el que se desempeñó operativamente la brigada Lautaro a cargo del mayor Juan Morales Salgado y que fue ocupado como un lugar secreto y clandestino de reclusión; a dicho recinto eran llevadas personas en calidad de detenidas, para ser interrogadas bajo el empleo de diversas técnicas de apremios físicos, en especial respecto de aquellas que tenían o habían tenido militancia política adherente al Partido Comunista.
b)
Que asimismo, en el segundo semestre del año 1976, se trasladaron a
dicho recinto las agrupaciones de la DINA a cargo de los oficiales
Germán Barriga y Ricardo Lawrence, conjuntamente con sus agentes
operativos, los que se preocuparon fundamentalmente de investigar,
ubicar, allanar, perseguir, reprimir y desarticular a los miembros del
Partido Comunista, en especial a sus cúpulas directivas, para lo cual se
habilitaron dependencias provisorias para su instalación; consistentes
en oficinas, un gimnasio y camarines que fueron calabozos de encierro,
en donde se realizaban los interrogatorios y torturas, utilizando
apremios con diversos métodos.
c)
Que, Reinalda del Carmen Pereira Plaza, embarazada de su primer hijo,
de 5 meses de gravidez, tecnólogo médico y militante comunista, que
trabajaba asilando personas y como enlace entre Eliana Ahumada y
Fernando Navarro, aunque también relacionada al militante comunista
Fernando Ortiz, fue detenida a sus 29 años de edad, aproximadamente a
las 20:30 horas, mientras esperaba locomoción colectiva, por agentes de
seguridad el día 15 de diciembre de 1976, en la calle Exequiel Fernández
esquina Rodrigo de Araya, comuna de Nuñoa, actualmente comuna de Macul.
Los agentes que la detuvieron, se movilizaban en dos automóviles marca
Peugeot; uno de ellos patente HLN-55, de donde se bajó un sujeto que la
tomó violentamente, al dar gritos de auxilio, se bajó un segundo sujeto
con el cual fue reducida a la fuerza e ingresada al interior del
vehículo. La detención fue materializada en presencia de testigos que se
encontraban en los diversos locales comerciales circundantes, que dan
cuenta que una vez reducida la víctima y materializada la detención, el
automóvil se dirigió por Rodrigo de Araya en dirección al norte.
d)
Que, Reinalda del Carmen Pereira Plaza fue trasladada al cuartel
secreto de reclusión Simón Bolívar, donde fue vista junto a otros
privados de libertad, que a su vez, habían sido detenidos por las mismas
brigadas bajo la misma política operativa entre el 13 y 15 de diciembre
de 1976; esto es, Héctor Veliz Ramírez, Fernando Navarro Allendes,
Lincoyán Yalu Berrios Cataldo, Juan Fernando Ortiz Letelier y Horacio
Cepeda Marincovich. En este lugar, Reinalda fue duramente golpeada,
torturada, apremiada ilegítimamente y luego hecha desaparecer, sin que
hasta la fecha se tengan noticias de su paradero.
e)
Que, el gobierno chileno de la época, dada las gestiones de búsqueda
efectuadas por su familiares, informó que la afectada registraba salida
"a pie" por el paso fronterizo de Chile con Argentina Los Libertadores,
el día 21 de diciembre de 1976, versión oficial que se estableció
judicialmente como falsa, según consta en proceso tenido a la vista,
autos Rol 2-77, en el cual se constató que la hoja de ruta que
consignaba dichas circunstancias, había sido falsificada.
f)
Que, la víctima de autos fue detenida en la vía pública al igual que
otras trece personas en circunstancias similares; once pertenecientes al
Partido Comunista y dos al MIR y, donde la información proporcionada
por el Gobierno Militar fue semejante y errada, demostrando un operativo
a gran escala que obedeció a una política de investigación, persecución
y desarticulación del Partido Comunista y no, a un hecho aislado.
g)
Que, todas las personas antes mencionadas, incluida la víctima, fueron
detenidas para ser interrogadas y torturadas en razón de su militancia
política y, a fin de obtener información sobre sus actividades de
partido y la identificación de otros miembros del Partido Comunista en
la clandestinidad; apremios que no cesaban hasta la obtención de la
información requerida o, hasta la inconciencia de las víctimas.
En
el aspecto civil, se condenó al fisco a pagar una indemnización de
$130.000.000 (ciento treinta millones de pesos) al cónyuge de la
víctima.
‘El Capital’ habla del capitalismo de hoy
En los primeros días de septiembre de 1867, hace ahora 150 años, se publicó el primer volumen de El Capital, la que es para muchos la obra cumbre de Karl Marx (1818-1883). Fue en una modesta tirada de mil ejemplares, pero a pesar de ello contribuyó decisivamente a transformar la forma en la que personas de todo el mundo venían nuestras sociedades.La idea original de Marx consistía en escribir un conjunto de seis libros, dedicados cada uno de ellos a los siguientes temas: el capital, la propiedad de la tierra, el trabajo asalariado, el Estado, el comercio exterior y el mercado mundial. Sin embargo, la pobreza y las enfermedades (su vida estuvo marcada por los exilios políticos y las carencias materiales y de salud) le retrasaron de tal modo que acabó optando por un proyecto editorial de tres volúmenes. Aun así, sólo publicó en vida el primero. Los volúmenes segundo y tercero, ambos inacabados, fueron editados y publicados por su amigo y camarada Friedrich Engels (1820-1895) a partir de los manuscritos que Marx había estado escribiendo durante los años previos a su muerte.
El Capital es una obra densa y difícil. Leerla y entenderla requiere la dedicación de una ingente cantidad de horas de estudio. Y aunque corre el rumor de que todo comunista dice haberla leído y entendido, es improbable que sea cierto. A su naturaleza de material incompleto hemos de añadir el estilo del autor, que en algunos pasajes es ciertamente oscuro. De hecho, es habitual que los lectores inadvertidos se encuentren decepcionados tras consultar las primeras páginas. En ellas encontramos un alto nivel de abstracción teórica que dificulta mucho la lectura. Por decirlo de una forma breve, El Capital no es el típico libro que se puede leer mientras se va en el autobús. No es el Manifiesto Comunista. En efecto, el Manifiesto, escrito con Engels en 1848, había sido un material propagandístico elaborado para animar a los trabajadores en el contexto de las revoluciones europeas que estaban teniendo lugar entonces. Por el contrario, El Capital obedece a objetivos mucho más complejos y ambiciosos. Se aspira, nada más y nada menos, que a la comprensión exacta del funcionamiento del sistema económico capitalista. Y ello, a juicio de Marx, requería una exposición mucho más justificada y rigurosa. Una exposición que se parecía mucho más a los trabajos de los primeros economistas clásicos, como Adam Smith y David Ricardo, que a los textos publicados hasta entonces por los representantes del socialismo utópico, como Robert Owen o Saint-Simon. Para Marx, El Capital era un misil contra la burguesía precisamente por su capacidad para desvelar y desnudar las formas por las que una parte de la población explotaba a la otra parte.
Se observará entonces que existía, y aún existe, una aparente contradicción. El Capital, como arma, parece de difícil acceso para los trabajadores, quienes por lo general, y por diversas razones, están menos preparados para abordar un libro de esta naturaleza. Precisamente por eso, han sido muchos los autores que han intentado resumir El Capital e incluso codificar esta obra en forma de catecismos. Así lo hizo Karl Kautsky, el primero en sintetizar en un buen libro las ideas principales de El Capital. O, por ser más precisos, lo que él consideraba que eran las principales ideas del libro de Marx.
La interpretación kautskiana se convirtió en hegemónica durante el período de vigencia de la II Internacional (1889-1914), considerándose desde entonces, no en vano, como la visión ortodoxa del marxismo. Pero el trabajo de Kautsky no consistió sólo en resumir El Capital sino que trató de sintetizar toda la obra marxista disponible hasta entonces, convertida así en doctrina. De este modo, el producto vivo e inspirador del largo trabajo de Marx fue enclaustrado bajo la fórmula cerrada de una doctrina al servicio de los principales partidos socialdemócratas de la época –como después ocurriría lo mismo con la III Internacional (1919-1943) y la Unión Soviética-. Esta interpretación ortodoxa, si bien se inspiraba en algunas de las lecturas de Marx, convirtió en mera caricatura la riqueza del trabajo original marxista. De hecho, Marx nunca habló de materialismo histórico y tampoco de materialismo dialéctico, sino que éstas fueron construcciones posteriores, hechas por Engels y otros autores, que trataron de ofrecer a la clase trabajadora un producto más compacto y accesible del trabajo de Marx.
Sin embargo, reducir la obra de Marx, entre ellas El Capital, a un producto cerrado implica ahogar gran parte de su capacidad para la investigación. La obra de Marx, como la de cualquier otro autor, está llena de elementos no del todo coherentes entre sí y que dependen, en gran medida, del contexto histórico en el que se escriben. En un ámbito bien distinto, como es el de la física, estas cuestiones también pasan. Aunque se califican de otra forma. El propio Einstein presentó su teoría de la relatividad especial en 1905, mientras que su teoría de la relatividad general tuvo que esperar a 1915, exactamente diez años después. En el período que media entre la primera y la segunda, Einstein publicó diferentes textos que pretendían resolver los problemas que enfrentaban sus planteamientos, aunque sin éxito. Nadie pretendería hoy, por ejemplo, recuperar y reivindicar aquellos intentos fallidos de Einstein. Eso es así porque en la física, a diferencia de lo que ocurre en las ciencias sociales, es posible llegar a consensos amplios sobre los resultados de una investigación. En el caso de las ciencias sociales eso es imposible; ello no quiere decir que toda opinión valga lo mismo, sino que los criterios de rigor para consignar que una explicación es cierta son distintos, más cuestionables, más abiertos. En realidad, toda la obra de Marx es un proyecto en construcción para dotar de una explicación a fenómenos sociales, cuya naturaleza es por defecto incierta, impredecible y en muchos casos incuantificable. Y el hecho de que sea un proceso en construcción, junto con la naturaleza específica de la ciencia social, hace fallido cualquier intento de crear una doctrina y, mucho menos, de elevarla al rango de ciencia.
Es verdad, por ejemplo, que en algún momento Marx sí creyó haber descubierto las leyes de la historia. En el Discurso ante la tumba de Marx, el propio Engels explicó que «de la misma forma que Darwin ha descubierto las leyes del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx ha descubierto las leyes del desarrollo de la historia humana»[1]. Y en una carta a Ferdinand Lasalle (1825-1864), el propio Marx le explicó que «la obra de Darwin es de una gran importancia y sirve a mi propósito en cuanto que proporciona una base para la lucha histórica de clases en las ciencias naturales»[2]. La influencia de los descubrimientos de Darwin, unida a la teoría de la historia heredada de Hegel, proporcionaron a Marx un esquema histórico sobre el que, en teoría, toda sociedad debería desplegarse en el tiempo. En breve, al feudalismo le seguiría el capitalismo, y a éste el socialismo. Sin embargo, el último Marx, el de la década de 1870, se había estado reuniendo con amigos y revolucionarios rusos que contribuyeron a modificar su visión sobre la situación de Rusia, en particular, y la de los países atrasados, en general. Hasta el punto de que en una carta de 1877 escribió que «sucesos notablemente análogos pero que tienen lugar en medios históricos diferentes conducen a resultados totalmente distintos. Estudiando por separado cada una de estas formas de evolución y comparándolas luego, se puede encontrar fácilmente la clave de este fenómeno, pero nunca se llegará a ello mediante el pasaporte universal de una teoría histórico-filosófica general cuya suprema virtud consiste en ser suprahistórica»[3]. Como se puede comprobar, casi una enmienda a la totalidad a su antigua concepción de la historia o, cuando menos, a la versión vulgar que Engels había sistematizado como materialismo histórico.
De ahí que, cuando la revolución rusa de 1917 tuvo lugar en un país severamente atrasado y prácticamente feudal, Antonio Gramsci (1891-1937) dijera que se trataba de una «revolución contra El Capital» y que «El Capital de Marx era, en Rusia, el libro de los burgueses más que el de los proletarios»[4] porque instaba a crear una burguesía e iniciar una era capitalista y no a que el proletariado tomara el poder en esas condiciones. Gramsci afirmó en aquel artículo que con la revolución «los bolcheviques reniegan de Carlos Marx al afirmar, con el testimonio de la acción desarrollada, de las conquistas obtenidas, que los cánones del materialismo histórico no son tan férreos como se pudiera pensar y se ha pensado»[5]. En realidad, lo que se ponía de manifiesto es que la interpretación ortodoxa del marxismo, y mucho más la interpretación del mismo que lo consideraba como ciencia pura, fallaba al enfrentarse con las cambiantes e impredecibles formas de la realidad. De ahí que no podamos considerar al marxismo más que como una, la más fértil, tradición política y de investigación.
Otro elemento ciertamente crítico, y que conforma una laguna en la obra de El Capital, es el de la clase social. Como he tratado de demostrar en un libro de próxima publicación, Por qué soy comunista (Península, 2017), la lectura que hacemos sobre la clase social y el Estado condiciona absolutamente la práctica política de los partidos socialistas. Sin embargo, Marx no llegó a escribir nada compacto sobre ninguno de esos conceptos. Y, en el caso de clase, esta es una ausencia crucial porque conforma la espina dorsal de su pensamiento político. Es más, a cualquier seguidor de la obra de Marx le sorprenderá que su táctica política fuera tan diversa en el tiempo. Por qué, por ejemplo, él y Engels consideraban necesario mantener la autonomía de los partidos socialdemócratas frente a los partidos liberales en Europa y, en cambio, ambos sugerían a esos mismos partidos socialdemócratas en Inglaterra o Estados Unidos que se incorporaran en el seno de los partidos liberales. Algo similar a la polémica de Lenin en 1905, cuando se opuso a la decisión del partido socialdemócrata ruso de no incorporarse al Soviet de San Petersburgo por ser considerado un espacio espontáneo y desideologizado. Tanto Marx y Engels, primero, como Lenin, después, no eran unos fetichistas de las organizaciones políticas sino que su práctica política dependía de cómo entendían la construcción y evolución de las clases sociales en contextos históricos. Por eso se ha dicho que lo importante es la clase social y no el partido. Y aun así, Marx nunca elaboró una explicación detallada del concepto de clase.
En el análisis del capitalismo que hace Marx en El Capital o en el Manifiesto Comunista, él detecta la existencia de dos clases fundamentales que le permiten explicar el desarrollo de la propia historia: los capitalistas y los trabajadores. Desde este punto de vista, el capitalismo genera una estructura de huecos en las relaciones de clase que luego son ocupados por personas reales. Es como si primero existiera la estructura, creada por el sistema económico, y luego las personas reales que «hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado»[6]. Estamos ante un esquema de clases típicamente polarizado donde sólo parecen existir capitalistas y trabajadores. Así, en este enfoque la clase es una realidad objetiva que varía según el desarrollo de las fuerzas productivas.
Sin embargo, en otros escritos Marx analiza la realidad social de una manera mucho más compleja, atendiendo a las particularidades de cada contexto. En este caso los escritos son de carácter más político y coyuntural, y en ellos Marx ya no trata con sólo dos clases sino que llega a diagnosticar clases, fracciones, facciones y una red mucho más compleja de grupos sociales. Un ejemplo paradigmático es el 18 Brumario, en el que Marx analiza el golpe de Estado dado por Luis Bonaparte (1808-1873) en 1851. Esta segunda opción está conectada con la visión de Lenin y, especialmente, de Edward Thompson, según la cual las clases sociales son también construcciones sociales que dependen de las prácticas políticas y no sólo huecos en las relaciones de producción.
Sea como sea, estas dos diferentes formas de analizar la clase social carecen de algún tipo de vínculo en la teoría de Marx. Es más, hay abundante material para creer que Marx «pensaba que la tendencia histórica del capitalismo apuntaba hacia una creciente polarización en lo concreto»[7], es decir, que la dinámica capitalista apuntaría a la destrucción de todas las clases sociales que no fueran la de los capitalistas y los trabajadores. En su visión, la complejidad de la vida real se estaba simplificando por el propio desarrollo del capitalismo puesto que éste creaba cada vez más proletarios y al mismo tiempo reducía el número de capitalistas –aunque los restantes vieran su poder incrementado. Esta idea, recogida después por Kautsky, se tuvo que enfrentar a las transformaciones del capitalismo a finales del siglo XIX y a la aparición de las llamadas clases medias. Este debate, como hemos insistido en otros lugares, es crucial para entender los fenómenos sociales y el desarrollo de la política hoy en día.
Por otra parte, Marx no supo o no pudo, también por diversas razones, incorporar cuestiones ecologistas y feministas en sus escritos. Marx fue un hombre de su época, y aunque hay autores como Elmar Altvater o Bellamy Foster que reivindican su temprana inclinación ecologista, no podemos dejar de advertir que tanto Marx como Engels asumieron no sólo las tesis más productivistas de la Economía Política y sus categorías sino también los prejuicios –en este caso bastante más Marx que Engels- propios de vivir en un sistema patriarcal. Para la actualización de los parámetros ecologistas y feministas desde una perspectiva marxista es necesario dejarse acompañar por autores más modernos que, aun inspirándose en Marx, despliegan su trabajo de un modo diferente.
En suma, leer a Marx es una fuente de inspiración que nos brinda la oportunidad de dar con las preguntas y respuestas adecuadas. Y 150 años después de la publicación de El Capital, a mi juicio conviene leer y estudiar con mucha atención la obra marxista. Así, además, corregiremos una deriva que ha afectado mucho a la calidad, y también utilidad, de los análisis marxistas. Me refiero, especialmente, a la tendencia a ignorar las cuestiones materiales y económicas en los análisis políticos.
Para entender esto debemos recordar que los fundadores del llamado socialismo científico y los llamados clásicos, entre los que se encuentran Marx, Engels, Lenin, Luxemburg, Kautsky, etc. pusieron su atención fundamental en cuestiones de Economía Política y de lo que se llamaría base económica. Pero a partir de los años veinte el marxismo occidental adquiere otro tono y asume otras preocupaciones. Como dice el historiador Perry Anderson (1938-), «el marxismo occidental en su conjunto, cuando fue más allá de cuestiones de método para considerar problemas de sustancia, se concentró casi totalmente en el estudio de las superestructuras»[8], especialmente las cuestiones culturales. Dicho de otra forma, el análisis cultural suplantó a la Economía Política. Pero, además, el tono fue cambiando desde un optimismo antropológico, basado en gran medida en la asunción de que la concepción de la historia era correcta, hasta convertirse en un pesimismo antropológico más que notable. Esto fue coincidente, además, con tres hechos adicionales. Por un lado, el desplazamiento del estudio y análisis marxista desde el continente europeo hacia el mundo anglosajón. Por otro lado, con el cambio de perfil de los intelectuales marxistas, que hasta los años veinte habían sido tanto dirigentes políticos como estudiosos del marxismo y a partir de entonces se produciría una profunda desconexión entre el movimiento obrero organizado y los intelectuales. Y, finalmente, el desarrollo de un Estado del Bienestar que, a partir de un compromiso entre capital y trabajo, parecía cuestionar la necesidad del socialismo para gran parte de la clase trabajadora[9].
Esto condujo a una paradoja. El geógrafo marxista David Harvey cuenta, por ejemplo, que durante los años de posguerra y especialmente tras la caída del muro de Berlín, pocos querían estudiar un libro como El Capital. La razón estaba en que «el hecho real era que El Capital no tenía demasiada aplicación directa a la vida diaria» porque «describía el capitalismo en su versión cruda, inalterada y bárbara típica del siglo XIX»[10]. Esta situación, sin embargo, ha cambiado en la actualidad. El marxismo ha vuelto a estar de moda. Pero aún más, la razón es que hoy El Capital parece hablarnos no del capitalismo del siglo XIX sino del actual. Las reestructuraciones empresariales, que implican despidos de miles de trabajadores, la crisis económica y sus efectos macroeconómicos, los comportamientos del capital financiero y de los diferentes tipos de capital… es como si estuviéramos volviendo poco a poco al siglo XIX. O puede ser, más probablemente, que El Capital tenga la capacidad de explicar el funcionamiento de un sistema que ha cambiado poco y cuyos principales fundamentos se mantienen invariables, con lo que su lectura y estudio, como todo el marxismo que de ahí se deriva, pueden sernos de extraordinaria utilidad para comprender el mundo que vivimos. Y para transformarlo.
El marxismo no es, por lo tanto, la llave que abre todas las puertas. El marxismo es, más bien, una herramienta para el análisis social y también para la práctica política. Y al mismo tiempo también es una concepción del mundo, inspirada por esa tradición política y de investigación, que nos anima a mirar determinadas trazas de la totalidad social. Como dice Manuel Sacristán (1925-1985), la concepción marxista de mundo «supone la concepción de lo filosófico no como un sistema superior a la ciencia, sino como un nivel del pensamiento científico: el de la inspiración del propio investigar y de la reflexión sobre su marcha y resultados»[11]. En efecto, lo que hace que un investigador de orientación marxista se centre en cuestiones como las clases y la desigualdad y no en otros campos posibles, es la creencia de que haciéndolo así se encontrarán más y mejores respuestas. En consecuencia, el marxismo tiene que ir cambiando en la medida que vamos incrementando nuestro conocimiento sobre el mundo que nos rodea y en la medida que va cambiando la sociedad a la que pertenecemos.
NOTAS [1] Engels, F. (1883): “Discurso ante la tumba de Marx”, disponible en https://www.marxists.org/espan
Otras miradas
‘El Capital’ de Marx, 150 años después
Doctor en Filosofía y profesor titular en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM
El Capital es una rigurosa, genuina e impresionante obra de ciencia social y Marx no se cansó de reivindicarla como tal “investigación científica libre”. Pero no fue solo eso. Fue además una herramienta de trabajo en el proceso de toma de conciencia del proletariado como clase: “La rápida comprensión con que amplios círculos de la clase obrera alemana recibieron El Capital es la mejor recompensa a mi trabajo”, escribe en el epílogo a la segunda edición. Esta obra enseñó a sucesivas generaciones de trabajadores y líderes obreros la íntima relación entre explotación del trabajo y capitalismo, entre alineación y valorización del capital. Y enseñó que la contradicción fundamental entre capital y trabajo era resultado de la historia y, por lo tanto, susceptible de ser superada históricamente mediante la acción y la lucha de clases. Es casi seguro que sin El capital, como obra de auto-educación del movimiento obrero, no habría habido marxismo. Y sería interesante saber qué dirección habría tomado la lucha de clases sin él durante los siglos XIX y XX.
Hoy, sin embargo, a 150 años de su publicación, ya nadie lee El capital y apenas se cita, como tantas veces, sin haberlo leído. Ignorado en las facultades de economía, de sociología y de historia, tampoco es ya instrumento de lucha política de ninguna clase obrera. Esa misma clase obrera anda más bien en proceso de descomposición y degradación en un precariado informe sin dirección política ni armazón intelectual. Y la socialdemocracia a la que inspiró durante décadas, hace tiempo que renunció abiertamente al marxismo.
El capitalismo, sin embargo, sigue ahí, arrogantemente vivo, y El capital –se lea o no- sigue siendo una genuina y rigurosa obra científica que ha penetrado como ninguna otra en la esencia de este sistema económico. Es pues de obligada lectura para quien quiera entenderlo, también el capitalismo del siglo XXI, pese a la hiperfinanciarización que ha sufrido y que Marx jamás predijo. Como científico estándar, Marx construye un gran modelo teórico donde el capital consuma un ciclo de reproducción en el que constantemente se valoriza. Y aislando la esfera de la circulación, descubre que la producción de mercancías es a la vez producción de plusvalor porque -y sólo si- hay explotación del trabajador, esto es, transferencia de trabajo impago. Explicar cómo se produce esa transferencia es el principal cometido teórico de la obra y la respuesta es sencilla: la relación capital/trabajo es una relación política en la que una parte –la propietaria- ejerce asimétricamente poder sobre la parte más vulnerable, el trabajador. El capitalismo es pues un sistema despótico de dominación del mundo del trabajo. La alienación del trabajo está inscrita en la naturaleza misma del capital.
Este descubrimiento teórico, con toda su riqueza conceptual, ya habría valido para convertir El capital en un clásico de la economía política. Pero la aportación de Marx va más allá. Como buen discípulo de Hegel, entiende el capitalismo como un totalidad concreta que no sólo posee una lógica interna sino una génesis histórica. Este enfoque dialéctico le permite a Marx hacer otro gran descubrimiento: que la relación capital/trabajo no es algo natural sino el resultado de una durísima lucha de clases en la que tuvo lugar la llamada acumulación originaria, es decir, el gran proceso histórico de concentración de la riqueza en manos privadas a base de desposeer a sangre y fuego a las clases trabajadoras, destruir su “economía moral” comunitaria, y proletarizarlas. Esta acumulación por desposesión, huelga decirlo, no es una particularidad del pasado inglés. Es un proceso activo en muchas zonas del mundo donde todavía hay pequeños propietarios independientes a los que convertir –expropiándolos- en “trabajadores libres como el aire”.
No menos dialécticamente, otra gran aportación de Marx es que el capitalismo oculta sus contradicciones bajo un velo de falsas apariencias y que lo hace de forma necesaria. Desvelar esa autoocultación es fundamental no sólo para la teoría crítica sino sobre todo para la praxis, porque es la raíz de la falsa conciencia que sufre la misma clase trabajadora. Una de esas falsas apariencias es la de la libertad del trabajo. Nadie obliga al trabajador a aceptar un trabajo asalariado. Muy al contrario, el trabajador es formalmente libre y puede rescindir su contrato laboral cuando quiera. Sin embargo el trabajador no es realmente libre, sufre la “coerción sorda de las relaciones económicas”, y no le queda otra –si quiere sobrevivir- que someterse “libremente” a la jurisdicción del capital. Así pues, la alineación del trabajo se manifiesta en el capitalismo bajo la falsa apariencia de la libertad. Otro tanto ocurre con el llamado fetichismo, otra forma en que la esencia contradictoria del capitalismo se oculta bajo un velo de falsas apariencias. En el fetichismo de la mercancía lo que se esfuma es la estela de trabajo objetivado en el producto transmutándolo en una falsa propiedad –el valor de cambio- de la propia mercancía. La relación social del proceso de trabajo que permitiría el mutuo reconocimiento de los trabajadores como productores queda oculta y cosificada en la mercancía. Algo similar ocurre con el fetichismo del capital: su productividad se manifiesta falsamente como una productividad autónoma, inherente al capital mismo, cuando en realidad es una propiedad derivada de la productividad del trabajo. En ambos casos, los fetiches impiden la comprensión por parte de los trabajadores de su propia realidad social.
Ahora bien, estas falsas apariencias no se desvanecen con descubrirlas. Son intrínsecas al sistema, dadas sus contradicciones. La ciencia puede descubrirlas pero no las elimina. Con todo, su descubrimiento permite abrir camino y marcar un rumbo, a saber: la recuperación de la racionalidad y la transparencia de la producción social de la vida material. Este proceso de producción –escribe Marx- “sólo perderá su místico velo neblinoso cuando, como producto de hombres libremente asociados, estos la hayan sometido a su control planificado y consciente”. En el capitalismo ocurre todo lo contrario: un proceso opaco y mixtificado de producción controla y somete a los hombres.
Marx pensaba –también dialécticamente- que ese futuro de emancipación se consumaría necesariamente como resultado de la misma ley de desarrollo del capital. Pero aquí Marx se equivocaba. La historia de la humanidad es un proceso único al igual que el capitalismo es una totalidad concreta con una única historia. Se puede explicar su génesis, pero no predecir su evolución. Como demostró Karl Popper en La miseria del historicismo, no hay leyes históricas deterministas sino a lo sumo tendencias, que son cosas bien distintas. Las leyes son irreversibles, las tendencias pueden cambiar. No sabemos pues qué capitalismo tendremos en el futuro, ni si sonará su “hora postrera” como se atreve a vaticinar Marx. Ningún ascenso de lo abstracto a lo concreto, ningún análisis de las mediaciones que conforman la totalidad concreta del capitalismo, nos permitirán destilar en el alambique dialéctico una ley de desarrollo del capitalismo en su conjunto.
Pero bien venido sea ese error de Marx. Porque quiere decir que la historia está abierta, que es contingente, que la hacemos los seres humanos, sujetos intencionales con conciencia moral y voluntad política. A la praxis humana que aspira a impulsar esa historia abierta por el camino de la emancipación social le interesa mucho la teoría marxiana del capital, y sus múltiples enseñanzas. Sobre todo ésta que podría resumir a las demás: no habrá verdadera emancipación de la humanidad sin emancipación del mundo del trabajo. Y ello, bien lo sabía Marx, pasa necesariamente por una profunda redistribución igualitarista de la riqueza y la propiedad.
CATALUNYA
Catalunya Directo | La Fiscalía se querellará contra Puigdemont y los responsables del Govern por rebelión, sedición y malversación
Sigue al minuto toda la actualidad del día relacionada con la independencia de Catalunya y la aplicación del artículo 155
La Fiscalía General
del Estado presentará hoy la querella contra el expresidente de la
Generalitat Carles Puigemont y el Govern por rebelión, ya que el pasado
viernes permitieron la declaración de independencia de Catalunya.
Había expectación por ver si los consellers destituidos acudían a sus despachos. Lo ha hecho el de Territorio, Josep Rull, que lo ha abandonado para acudir a una reunión del PDeCAT. También se ha presentado en el Parlament su expresidenta, Carme Forcadell.
Aunque la Cámara fue disuelta, mantiene su Diputación Permanente, por lo que el mandato de la presidenta, del vicepresidente primero, de la secretaria primera y de una veintena de diputados se prorroga hasta la constitución del nuevo Parlament, que tendrá lugar tras las elecciones convocadas para el 21 de diciembre.
Había expectación por ver si los consellers destituidos acudían a sus despachos. Lo ha hecho el de Territorio, Josep Rull, que lo ha abandonado para acudir a una reunión del PDeCAT. También se ha presentado en el Parlament su expresidenta, Carme Forcadell.
Aunque la Cámara fue disuelta, mantiene su Diputación Permanente, por lo que el mandato de la presidenta, del vicepresidente primero, de la secretaria primera y de una veintena de diputados se prorroga hasta la constitución del nuevo Parlament, que tendrá lugar tras las elecciones convocadas para el 21 de diciembre.
La Fiscalía se querellará contra los responsables del Govern por rebelión, sedición y malversación
El fiscal general del Estado, José Manuel Maza,
ha anunciado hoy que presentará querellas contra Puigdemont y los
"principales responsables" del Govern por los delitos de rebelión,
sedición y malversación, informa Julia Pérez.
"En la mañana del día de hoy, el ministerio fiscal en cumplimiento de sus funciones constitucionales ha interpuestos sendas querellas por delitos de rebelión, sedición, malversación y otros conexos contra los principales responsables políticos de la Generalitat [...], que han producido una crisis institucional que culminó con una DUI el pasado 27 de octubre", dijo Maza.
Las querellas contra Puigdemont y los responsables de la Generalitat serán presentadas ante la Audiencia Nacional, mientras que las querellas contra Forcadell y los miembros de la Diputación Permanente del Parlament, dada su condición de aforados, serán presentadas ante el Tribunal Supremo.
"En la mañana del día de hoy, el ministerio fiscal en cumplimiento de sus funciones constitucionales ha interpuestos sendas querellas por delitos de rebelión, sedición, malversación y otros conexos contra los principales responsables políticos de la Generalitat [...], que han producido una crisis institucional que culminó con una DUI el pasado 27 de octubre", dijo Maza.
Las querellas contra Puigdemont y los responsables de la Generalitat serán presentadas ante la Audiencia Nacional, mientras que las querellas contra Forcadell y los miembros de la Diputación Permanente del Parlament, dada su condición de aforados, serán presentadas ante el Tribunal Supremo.
El delegado de la Generalitat en Bruselas acata el cese
El delegado de la Generalitat en Bruselas, Amadeu
Altafaj, ha acatado su cese, producido el pasado viernes en aplicación
del artículo 155, y se ha despedido a través de una carta publicada en Ara en la que asegura que se trata de un "momento triste" y una "hora difícil".
El Diplocat desafía al 155 y abre sus puertas
El Consell de la Diplomàcia Pública de Catalunya
(Diplocat) ha abierto sus puertas y trata de trabajar "con la máxima
normalidad posible", han explicado fuentes del organismo, pese a que
Rajoy anunció el pasado viernes su "extinción".
El alcalde de Molins de Rei rompe el pacto con el PSC
El alcalde de Molins de Rei, Joan Ramon Casals
(PDeCAT), ha anunciado la ruptura del pacto de gobierno con el PSC
debido al apoyo del PSOE a la aplicación del artículo 155, según ha
anunciado el edil en una entrevista en Radio Molins.
"Yo estoy en una legalidad de República catalana atacada por un Estado represor que va contra la voluntad del pueblo de Catalunya y mis socios actuales defienden todo lo contrario, por lo que en esas condiciones no puedo seguir gobernando con el PSC", ha manifestado Casals.
"Yo estoy en una legalidad de República catalana atacada por un Estado represor que va contra la voluntad del pueblo de Catalunya y mis socios actuales defienden todo lo contrario, por lo que en esas condiciones no puedo seguir gobernando con el PSC", ha manifestado Casals.
Qué puede hacer Forcadell en el Parlament
Tras la disolución del Parlament por orden de
Rajoy, Carme Forcadell sigue siendo la presidenta hasta la celebración
de las elecciones y no podría convocar reuniones de la Mesa ordinaria,
pero sí de la Mesa de la Diputación Permanente.
La presidenta del Parlament preside una Mesa en la que se sientan otros veintidós parlamentarios, los únicos que a día de hoy mantienen su condición de diputados designados en proporción a la representación del pleno ordinario. El vicepresidente primero es José María Espejo-Saavedra (Ciudadanos) y la secretaria primera, Anna Simó (JxSí).
Forcadell puede convocar reuniones de la Mesa de la Diputación Permanente, pues la Mesa ordinaria se ha disuelto.
El reglamento del Parlament fija que la presidenta mantiene su cargo tras la disolución de la Cámara y hasta la celebración de las elecciones del 21 de diciembre.
Sigue, pues, siendo la presidenta porque le corresponde a ella liderar la Diputación Permanente, que tiene exclusivamente las competencias de "entender en todo cuanto se refiere a la inviolabilidad parlamentaria", y conocer la delegación temporal de las funciones ejecutivas del president de la Generalitat en uno de los miembros del Gobierno.
Otras funciones son acordar la comparecencia del Govern para informar sobre sus actuaciones en relación con hechos de especial importancia, ejercer el control de los decretos leyes y de la legislación delegada, y autorizar, a petición del Govern, suplementos de crédito o créditos extraordinarios, por razón de urgencia y de necesidad justificada.
Si Forcadell convocara la Mesa ordinaria estaría desatendiendo la disolución de la Cámara, mientras que al convocar la de la Diputación Permanente la estaría acatando.
La presidenta del Parlament preside una Mesa en la que se sientan otros veintidós parlamentarios, los únicos que a día de hoy mantienen su condición de diputados designados en proporción a la representación del pleno ordinario. El vicepresidente primero es José María Espejo-Saavedra (Ciudadanos) y la secretaria primera, Anna Simó (JxSí).
Forcadell puede convocar reuniones de la Mesa de la Diputación Permanente, pues la Mesa ordinaria se ha disuelto.
El reglamento del Parlament fija que la presidenta mantiene su cargo tras la disolución de la Cámara y hasta la celebración de las elecciones del 21 de diciembre.
Sigue, pues, siendo la presidenta porque le corresponde a ella liderar la Diputación Permanente, que tiene exclusivamente las competencias de "entender en todo cuanto se refiere a la inviolabilidad parlamentaria", y conocer la delegación temporal de las funciones ejecutivas del president de la Generalitat en uno de los miembros del Gobierno.
Otras funciones son acordar la comparecencia del Govern para informar sobre sus actuaciones en relación con hechos de especial importancia, ejercer el control de los decretos leyes y de la legislación delegada, y autorizar, a petición del Govern, suplementos de crédito o créditos extraordinarios, por razón de urgencia y de necesidad justificada.
Si Forcadell convocara la Mesa ordinaria estaría desatendiendo la disolución de la Cámara, mientras que al convocar la de la Diputación Permanente la estaría acatando.
La ejecutiva del PDeCAT empieza sin Puigdemont
El Comité Nacional del PDeCAT ha empezado a
reunirse sin Carles Puigdemont, de quien tampoco se tiene constancia que
haya acudido al Palau de la Generalitat. La mesa presidencial la han
formado el presidente del partido, Artur Mas; la vicepresidenta, Neus
Munté; la coordinadora general, Marta Pascal; el coordinador
organizativo, David Bonvehí, y el responsable del mundo local, David
Saldoni. Entre los presentes, destacan los exconsellers Josep Rull,
Santi Vila y Meritxell Ruiz.
Maza expone las medidas penales contra Puigdemont
El fiscal general del Estado, José Manuel Maza,
comparecerá a las 12.30 horas para informar de las medidas penales
contra Carles Puigemont, los miembros del Govern y los integrantes de la
mesa que permitieron tramitar la declaración de independencia.
Asimismo, explicará las instancias en las que se presentarán dichas
querellas, en principio el Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional.
Forcadell acata el 155 y da por disuelto el Parlament
La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha
desconvocado la reunión ordinaria de la Mesa (prevista para mañana y
que se celebra cada martes) porque la Cámara "se ha disuelto", han
explicado fuentes parlamentarias.
La reunión ordinaria ha sido desconvocada porque la Mesa ya no existe, en tanto que ha sido disuelta, lo que significa que Forcadell ha asumido la orden de Rajoy, según las citadas fuentes.
Según el reglamento del Parlament, Forcadell sigue siendo la presidenta hasta la celebración de las elecciones y podría convocar reuniones, pero ya no de la Mesa ordinaria sino de la Mesa de la Diputación Permanente. Ésta "vela por los poderes de la cámara" cuando se ha disuelto el Parlament y en los periodos entre sesiones, y funciona como un pleno reducido compuesto por 23 diputados" [de 135].
La reunión ordinaria ha sido desconvocada porque la Mesa ya no existe, en tanto que ha sido disuelta, lo que significa que Forcadell ha asumido la orden de Rajoy, según las citadas fuentes.
Según el reglamento del Parlament, Forcadell sigue siendo la presidenta hasta la celebración de las elecciones y podría convocar reuniones, pero ya no de la Mesa ordinaria sino de la Mesa de la Diputación Permanente. Ésta "vela por los poderes de la cámara" cuando se ha disuelto el Parlament y en los periodos entre sesiones, y funciona como un pleno reducido compuesto por 23 diputados" [de 135].
Margarita Robles: "¿Borrell? Nuestro candidato es Iceta"
La portavoz del PSOE en el Congreso, Margarita
Robles, ha rechazado que Josep Borrell sea candidato a las elecciones
catalanas y ha dejado claro quién debe ser el cabeza de cartel: "El PSC
ya tiene un candidato que es Miquel Iceta".
Robles ha denunciado la "enorme fractura social" a consecuencia del proceso independentista y ha acusado a Carles Puigdemont de haber tenido a siete millones de catalanes como "rehenes" y de haberse "atrincherado" en la "ilegalidad".
Robles ha denunciado la "enorme fractura social" a consecuencia del proceso independentista y ha acusado a Carles Puigdemont de haber tenido a siete millones de catalanes como "rehenes" y de haberse "atrincherado" en la "ilegalidad".
El ex secretario general de Interior, César Puig, se despide de su equipo, aunque no se da por sustituido
El ex secretario general de Interior César Puig
ha acudido a su despacho, donde se ha despedido de sus colaboradores,
aunque a su salida aseguró que no se da por cesado. El ex alto cargo ha
permanecido más de una hora y media en las dependencias, donde no se ha
personado su ex titular Joaquim Forn.
Por su parte, el hasta ahora titular de Justicia, Carles Mundó, tampoco ha acudido a la sede de su consellería, según han indicado fuentes de este departamento.
Por su parte, el hasta ahora titular de Justicia, Carles Mundó, tampoco ha acudido a la sede de su consellería, según han indicado fuentes de este departamento.
La exconsellera de Enseñanza no acude a su despacho
La consellera destituida de Enseñanza, Clara
Ponsatí, no acudió a primera hora a su despacho de trabajo en la sede
del Departamento, aunque no ha descartado hacerlo a lo largo del día.
Así lo han indicado fuentes de la consellería de Enseñanza, que han
confirmado que a primera hora ha acudido a su puesto de trabajo el
Secretario General de Enseñanza, Lluis Baulenas, que, como el resto de
altos cargos de este departamento, no ha sido cesado en el cargo.
Rull sale de su despacho para acudir a una reunión del PDeCAT y asegura que seguirá con su agenda oficial
El conseller de Territorio destituido, Josep
Rull, ha asegurado a su salida de la Conselleria que seguirá trabajando
con normalidad. "A partir de ahora continúo con mi agenda a lo largo del
día de hoy. Seguimos", ha dicho a su salida de la Conselleria a los
periodistas. Previamente, había tuiteado: "Salgo del departamento para
ir a la reunión del Comité Nacional del @Pdemocratacat. Continuamos con
la agenda prevista".
Surto del Departament per anar a la reunió del Comitè Nacional del @Pdemocratacat. Continuem amb l'agenda prevista #seguim— Josep Rull i Andreu (@joseprull) 30 de octubre de 2017
"He venido a hacer la tarea que nos ha
encomendado el pueblo de Catalunya", ha precisado y, acto seguido Rull,
ha subido rápidamente a un coche, dirigiéndose a la reunión prevista del
PDeCAT.
Zoido advierte a los consellers de que disponen "de unas horas" para recoger sus objetos personales
"Les estamos dando unas horas para recoger sus
objetos personales porque queremos recuperar la normalidad con la mayor
discreción y con el principio de intervención mínima", ha dicho a Antena
3 el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, cuando le preguntaron
por la presencia del exconseller Josep Rull en su despacho tras su
destitución. El ministro le ha instado a que "sea sensato" y que
evite "implicar a más funcionarios en esa deriva" [independentista].
El Gobierno advierte al exconseller Rull de que incurre en un acto delictivo al acudir a trabajar a su despacho
El Gobierno ha avisado a los excoselleres de la
Generalitat que, tras haber sido destituidos después de la aplicación
del artículo 155 de la Constitución, incurrirán en un acto delictivo si
acuden a su despacho con la intención de trabajar. Así lo ha manifestado
a RNE el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, quien le ha
advertido de que puede incurrir en varios delitos, entre ellos,
usurpación de funciones.
Concentración ante la Conselleria de Territorio
Una veintena de vecinos y miembros del Comité de
Defensa de la República (CDR) se han concentrado a las puertas de la
Conselleria de Territorio y Sostenibilidad "para defender las
instituciones". Uno de los congregados ha explicado que esta
concentración es "un acto de apoyo a las instituciones" para que sigan
gobernando, porque son las que ha elegido el pueblo de Catalunya, y ha
pedido que nada se disuelva desde Madrid.
Catalunya en Comú se presentará a las elecciones
Catalunya en Comú, el nuevo partido impulsado
por Xavier Domènech y Ada Colau, ha anunciado que participará en las
elecciones catalanas convocadas por el Gobierno central tras intervenir
la autonomía. Lo decidió la Comisión Ejecutiva reunida el domingo y ha
optado por concurrir "para defender su proyecto soberanista y de
cambio", según un comunicado.
La Fiscalía se querellará contra el Govern por rebelión
La Fiscalía General del Estado tiene previsto
poner en marcha hoy la maquinaria legal contra los responsables de la
declaración de independencia aprobada por el Parlamento catalán,
incluido el expresidente de la Generalitat, Carles Puigemont. Fuentes de
la Fiscalía General del Estado han confirmado que la querella se
presentará hoy mismo después de que el fiscal general, José Manuel Maza,
y sus asesores la hayan ultimado durante el fin de semana.
En principio, la intención de Maza es actuar
contra los miembros del Govern y contra los integrantes de la Mesa que
el pasado viernes 27 permitieron que se tramitara la declaración de
independencia.
La Fiscalía había mostrado su voluntad de que la
querella afectase a "todos" los que participaran de los hechos
presuntamente delictivos, pero la votación secreta y en urna hace
imposible identificar a los parlamentarios que votaron sí a la
independencia.
Como se ha apuntado en las últimas semanas desde
la Fiscalía, la idea es procesar a los promotores del proceso por
rebelión, un delito previsto para aquellos que se alcen "violenta y
públicamente" con una serie de objetivos, como la derogación, suspensión
o modificación de la Constitución o la declaración de la independencia
de una parte del territorio nacional.
Fuentes jurídicas han planteado que la querella
se remitirá con toda probabilidad al Tribunal Supremo, al considerar que
los hechos afectan a todo el territorio español. Si finalmente se tiene
en cuenta la pérdida de aforamiento de Puigdemont y no prevalece el
criterio de que la condición de aforados de algunos querellados como
Forcadell arrastra a los demás, entonces la Fiscalía presentaría su
querella por rebelión ante la Audiencia Nacional.
Junqueras pide una estrategia compartida «sin renunciar a las urnas para validar la República»
El vicepresident de la Repúbica
catalana y líder de ERC, Oriol Junqueras, asegura en un extenso artículo
que firma en el diario ‘El Punt Avui’ que «en los próximos días
tendremos que tomar decisiones, y no siempre serán fáciles de entender».
|BARCELONA| 2017/10/29 14:47
Oriol Junqueras, el pasado viernes, tras proclamar el Parlament la República catalana. (Josep LAGO/AFP)
Tras indicar que Carles Puigdemont «seguirá siendo» el
presidente de Catalunya y Carme Forcadell, la presidenta del Parlament,
Junqueras sostiene que «necesitamos una estrategia compartida, como
decía Albano Dante Fachin –líder de Podem–, a quien tenemos que
agradecer su compromiso inequívoco con la libertad y la justicia, con
los valores universales que todos debemos defender».
«En el camino que nos queda por recorrer –prosigue– a menudo largo y empinado, para asentar gradualmente un nuevo marco de libertades, es imprescindible tejer sólidas alianzas con todos aquellos actores sociales y económicos que tienen la decidida voluntad de construir un verdadero Estado al servicio de la ciudadanía».
Para Junqueras, el camino hacia este objetivo ya se ha iniciado, aunque ya se ha constatado que: «Nos pondrán todo tipo de trabas, que nos lo pondrán muy y muy difícil, que no escatimarán recursos para hacernos desfallecer, que quizás habrá momentos de incertidumbres, de dudas o de contradicciones entre aquello que queremos y el camino que escogemos en cada fase para llegar».
Sin embargo, advierte, «no tenemos ninguna otra opción que seguir hacia adelante, que acumular fuerzas, que seguir cargándonos de razones, de compartir desazones y alegrías, fracasos y esperanzas, de saber encajar los golpes para volvernos a levantar, sin renunciar nunca a las urnas para validar la República, y preparando a la vez unos futuros comicios municipales que deben ser claves en el asentamiento de esta república».
Reitera que la respuesta «a la usurpación de las instituciones, del 155, tiene que convertirse en un clamor y una prioridad» y concluye que «ante este ataque a las personas y instituciones del país debemos recomponer nuestras fuerzas y estrategia, perseverar siempre y no tener ninguna duda de que si seguimos, de que si desde el civismo y la actitud pacífica de siempre no nos dejamos pisar, conseguiremos avanzar hasta donde nos proponemos».
«En el camino que nos queda por recorrer –prosigue– a menudo largo y empinado, para asentar gradualmente un nuevo marco de libertades, es imprescindible tejer sólidas alianzas con todos aquellos actores sociales y económicos que tienen la decidida voluntad de construir un verdadero Estado al servicio de la ciudadanía».
Para Junqueras, el camino hacia este objetivo ya se ha iniciado, aunque ya se ha constatado que: «Nos pondrán todo tipo de trabas, que nos lo pondrán muy y muy difícil, que no escatimarán recursos para hacernos desfallecer, que quizás habrá momentos de incertidumbres, de dudas o de contradicciones entre aquello que queremos y el camino que escogemos en cada fase para llegar».
Sin embargo, advierte, «no tenemos ninguna otra opción que seguir hacia adelante, que acumular fuerzas, que seguir cargándonos de razones, de compartir desazones y alegrías, fracasos y esperanzas, de saber encajar los golpes para volvernos a levantar, sin renunciar nunca a las urnas para validar la República, y preparando a la vez unos futuros comicios municipales que deben ser claves en el asentamiento de esta república».
Reitera que la respuesta «a la usurpación de las instituciones, del 155, tiene que convertirse en un clamor y una prioridad» y concluye que «ante este ataque a las personas y instituciones del país debemos recomponer nuestras fuerzas y estrategia, perseverar siempre y no tener ninguna duda de que si seguimos, de que si desde el civismo y la actitud pacífica de siempre no nos dejamos pisar, conseguiremos avanzar hasta donde nos proponemos».
2017/10/30
La Catalunya duplicada, entre la resistencia al 155 y el debate sobre las elecciones
Catalunya es, por tercer día
consecutivo, una República independiente y una autonomía intervenida.
Una importante manifestación unionista recordó que hay quien se siente
más cómodo en la segunda. A la espera de que la Fiscalía entre hoy en
acción, el debate entre independentistas se abre en torno a qué hacer
ante las elecciones del 21D.
Segunda jornada de convivencia en la Catalunya duplicada, donde los
abonados a la autonomía suspendida ocuparon las calles de Barcelona
para reclamar la unidad del Estado español –fueron menos que el 8 de
octubre– y donde los afectos a la República independiente gozaron de un
domingo tranquilo. Ya se empezarán a decantar hoy las cosas. Ayer,
plácida jornada otoñal en Barcelona; esmorzar, vermut, pollastre a l'ast
y conversaciones escuchadas al vuelo en torno a una ración de seitons.
«Joder, ya sé que no ha sido la mejor manera de hacer la DUI, eso lo
sabe cualquiera, pero no nos han dejado otra opción». «Vamos a ver, que
yo no pude aprender catalán por las circunstancias, pero que yo quiero
que mis nietos aprendan catalán en la escuela». No falta gente con ganas
de convertir esto en un infierno crispado e irrespirable ayer vimos a
unos cuantos en la manifestación unionista–, pero el apego catalán a la
tozuda rutina cívica se impone. No hay fractura social digna de tal
nombre.
La manifestación de Societat Civil Catalana, contada por Martxelo Díaz en las próximas páginas, es un buen recordatorio de que sectores minoritarios pero nada despreciables de esta Catalunya duplicada se sienten más cómodos en la autonomía suspendida que en la República independiente. Factor a tener en cuenta a la hora de pensar los próximos pasos por parte de un Govern y un Parlament que hoy tendrán que decidir si la resistencia al 155 pasa también por seguir ejerciendo sus funciones pese a las suspensión de Madrid. El conseller –o ministro– de Territorio, Josep Rull, presidió ayer un acto simbólico, pero de momento, ni la web del Govern ni la del Parlament recogen convocatorias oficiales de ningún tipo para esta semana.
El debate principal se sitúa ahora entorno al 21D, una nueva fecha en el imaginario catalán. 21 de diciembre, el día en que Moncloa quiere convocar elecciones en la autonomía intervenida. Rajoy poniendo urnas; el unionismo en el terreno discursivo del independentismo. La República soberana tiene una decisión crucial que tomar. A su manera, siempre deficitaria –y acompañada del 155–, Rajoy ha planteado un reto político en forma de elecciones, dejando una patata caliente en manos de los dirigentes de la República recién nacida. Dependiendo de cuál sea su respuesta, la patata caliente puede quedar en manos de Rajoy.
La lógica más primaria dice que, en la Catalunya duplicada, la República independiente no puede admitir unas elecciones impuestas en la autonomía suspendida. Claro que la coherencia también dictaba que, nada más proclamado el nuevo Estado, el gobierno independiente tomase medidas efectivas para tratar de implementar la República. Y aquí desde el viernes no se ha movido nada. Estrategia coherente y estrategia ganadora no siempre son sinónimos. El líder del PSC, Miquel Iceta, disfrutaría viendo a la República aceptando los comicios de la autonomía suspendida, pero él mismo sirve de ejemplo: hace solo 10 meses de su inolvidable y exaltado «Pedro (Sánchez), líbranos de Rajoy y del PP, por dios», y ayer lo vimos haciéndose selfies con toda la cúpula catalana del Partido Popular y manfiestándose junto a varios grupos fascistas.
Ayer el vicepresidente, Oriol Junqueras, ya empezó a preparar a sus bases para el giro en un artículo en el “El Punt-Avui”: «Quizá habrá momentos de incertidumbre, de dudas o de contradicciones entre aquello que queremos y el camino que escogemos». «Los próximos días tendremos que tomar decisiones y no siempre serán fáciles de entender», añadió en un artículo que apenas hay que leer entrelíneas para descifrar: «No tenemos ninguna otra opción que seguir adelante, que acumular fuerzas, que seguir cargándonos de razones, de compartir anhelos y alegrías, fracasos y esperanzas, de saber encajar los golpes para volver a alzarnos, sin renunciar nunca a las urnas para validar la República».
Desde la CUP también se apunta a la «complejidad» del momento y nadie se cierra en banda a la convocatoria de elecciones. En las jornadas internacionalistas que celebró ayer en Sabadell, la portavoz del secretariado nacional, Núria Gibert, remarcó el carácter «ilegítimo» de «cualquier mecanismo de imposición que salga del artículo 155». Pero añadió: «No queremos ser cerrados ni irresponsables, tendremos todos los escenarios encima de la mesa».
Una cosa es reconocer la autonomía suspendida y las medidas dictadas por la virreina, Soraya Sáenz de Santamaría, y otra cosa es que la República independiente acepte, en nombre del pragmatismo, una contienda electoral que, si se lograse celebrar limpiamente, podría convertirse en el referéndum que España trató de impedir el 1-O. ¿Se puede permitir Rajoy una victoria del independentismo el 21D? La República va a tener que decidir en las próximas dos semanas si acepta el órdago de Moncloa. Y después, ganarlo. Pero todo es posible. Ayer el Girona, con un presupuesto de 4,6 millones de euros y con Puigdemont en el palco presidencial, remontó y ganó al Real Madrid. 471,5 millones de presupuesto y equipo del Reino de España por antonomasia.
ARGENTINA
La manifestación de Societat Civil Catalana, contada por Martxelo Díaz en las próximas páginas, es un buen recordatorio de que sectores minoritarios pero nada despreciables de esta Catalunya duplicada se sienten más cómodos en la autonomía suspendida que en la República independiente. Factor a tener en cuenta a la hora de pensar los próximos pasos por parte de un Govern y un Parlament que hoy tendrán que decidir si la resistencia al 155 pasa también por seguir ejerciendo sus funciones pese a las suspensión de Madrid. El conseller –o ministro– de Territorio, Josep Rull, presidió ayer un acto simbólico, pero de momento, ni la web del Govern ni la del Parlament recogen convocatorias oficiales de ningún tipo para esta semana.
El debate principal se sitúa ahora entorno al 21D, una nueva fecha en el imaginario catalán. 21 de diciembre, el día en que Moncloa quiere convocar elecciones en la autonomía intervenida. Rajoy poniendo urnas; el unionismo en el terreno discursivo del independentismo. La República soberana tiene una decisión crucial que tomar. A su manera, siempre deficitaria –y acompañada del 155–, Rajoy ha planteado un reto político en forma de elecciones, dejando una patata caliente en manos de los dirigentes de la República recién nacida. Dependiendo de cuál sea su respuesta, la patata caliente puede quedar en manos de Rajoy.
La lógica más primaria dice que, en la Catalunya duplicada, la República independiente no puede admitir unas elecciones impuestas en la autonomía suspendida. Claro que la coherencia también dictaba que, nada más proclamado el nuevo Estado, el gobierno independiente tomase medidas efectivas para tratar de implementar la República. Y aquí desde el viernes no se ha movido nada. Estrategia coherente y estrategia ganadora no siempre son sinónimos. El líder del PSC, Miquel Iceta, disfrutaría viendo a la República aceptando los comicios de la autonomía suspendida, pero él mismo sirve de ejemplo: hace solo 10 meses de su inolvidable y exaltado «Pedro (Sánchez), líbranos de Rajoy y del PP, por dios», y ayer lo vimos haciéndose selfies con toda la cúpula catalana del Partido Popular y manfiestándose junto a varios grupos fascistas.
Ayer el vicepresidente, Oriol Junqueras, ya empezó a preparar a sus bases para el giro en un artículo en el “El Punt-Avui”: «Quizá habrá momentos de incertidumbre, de dudas o de contradicciones entre aquello que queremos y el camino que escogemos». «Los próximos días tendremos que tomar decisiones y no siempre serán fáciles de entender», añadió en un artículo que apenas hay que leer entrelíneas para descifrar: «No tenemos ninguna otra opción que seguir adelante, que acumular fuerzas, que seguir cargándonos de razones, de compartir anhelos y alegrías, fracasos y esperanzas, de saber encajar los golpes para volver a alzarnos, sin renunciar nunca a las urnas para validar la República».
Desde la CUP también se apunta a la «complejidad» del momento y nadie se cierra en banda a la convocatoria de elecciones. En las jornadas internacionalistas que celebró ayer en Sabadell, la portavoz del secretariado nacional, Núria Gibert, remarcó el carácter «ilegítimo» de «cualquier mecanismo de imposición que salga del artículo 155». Pero añadió: «No queremos ser cerrados ni irresponsables, tendremos todos los escenarios encima de la mesa».
Una cosa es reconocer la autonomía suspendida y las medidas dictadas por la virreina, Soraya Sáenz de Santamaría, y otra cosa es que la República independiente acepte, en nombre del pragmatismo, una contienda electoral que, si se lograse celebrar limpiamente, podría convertirse en el referéndum que España trató de impedir el 1-O. ¿Se puede permitir Rajoy una victoria del independentismo el 21D? La República va a tener que decidir en las próximas dos semanas si acepta el órdago de Moncloa. Y después, ganarlo. Pero todo es posible. Ayer el Girona, con un presupuesto de 4,6 millones de euros y con Puigdemont en el palco presidencial, remontó y ganó al Real Madrid. 471,5 millones de presupuesto y equipo del Reino de España por antonomasia.
Los apuntes del día
¿Asilo en Bélgica?
Ayer el ministro belga de Migración y Asilo provocó un fenomenal
enredo diplomático al reconocer la posibilidad de conceder asilo a
Puigdemont. No es del todo descartable. Una frase de la declaración del
president el sábado pasó desapercibida: «Tenemos que preservarnos de su
represión».
Los Comuns, a las elecciones
Catalunya en Comú sería pieza clave en un hipotético boicot a las
elecciones del 21D. No estarán por la labor. Ayer, la portavoz, Elisenda
Alamany, anunció que se presentarán y, aunque negó legitimidad a Rajoy
como autoridad en Catalunya, asumió que el Parlament está disuelto.ARGENTINA
Amenazaron a Pablo Pimentel: "Hijo de puta, te vamos a hacer mierda"
“Fue el viernes a la noche, luego de dos reportajes que me hicieron después de que apareció el cuerpo de Santiago. Cuando Sergio Maldonado reconoció el cuerpo, me llamaron de la radio de la Universidad de La Matanza para dar mi opinión. Dije lo que vengo diciendo desde el 2 de agosto: la responsabilidad del Estado en la desaparición forzada; la autoría material de la Gendarmería Nacional; la complicidad directa y la planificación macabra de Pablo Noceti, Jefe de Gabinete de (Patricia) Bullrich; el negacionismo y el encubrimiento de (Germán) Garavano, Bullrich y (Claudio) Avruj; el silencio de (Mauricio) Macri y el maltrato de (Guido) Otranto para con la familia y para con la comunidad mapuche. Todo esto lo iba repitiendo también en este noticiero. Cuando volvía de un encuentro familiar, una cuñada me llamó para avisarme lo que había pasado. Decidimos juntarnos en la fiscalía de turno, hicimos la denuncia al fiscal (Federico) Russo y le pedimos que investigue. Ayer se acercó Gabriel, mi cuñado, quien recibió el llamado, para ratificar justamente la denuncia. Esta amenaza se da en ese marco”, contó Pimentel, que ya había recibido otras intimidaciones como a mitad de este año, cuando dejaron dos bolsas llenas de balas de FAL frente al local de la APDH de La Matanza: “Las balas que dejaron el 22 de julio fue antes de la represión a la Pu Lof. Todavía se está investigando. Eso responde al acompañamiento que hicimos a los vecinos de Villa Jardín y a la comunidad educativa de Lanús Oeste, al costado del Riachuelo. En una construcción que está haciendo (Néstor) Grindetti, el intendente de Lanús, hallaron restos óseos. Presentamos una medida de no innovar, que es parar una obra. Están haciendo un polo cultural y educativo, además de un puente que va a cruzar de provincia a Capital. Le planteamos al juez que no estábamos en contra de la obra, pero había restos óseos que había que analizar”, explicó.
Pero la secuencia de amenazas que hoy hace foco en la llamada intimidatoria, no cesó con las balas en el espacio recuperado por la APDH Matanza. Poco después, los vehículos de tres integrantes del organismo, que habían participado de una reunión, sufrieron roturas, ya no cuando estaban en reunión, sino cuando partieron hacia rumbos diferentes.
Esta nueva amenaza responde al rol activo de Pimentel en la investigación y la búsqueda de la verdad por Santiago Maldonado. La denuncia será investigada por el fiscal, pero el presidente de la organización de derechos humanos pidió que la misma no tape el pedido de justicia: “Federico Russo quedó en pedir a Telefónica en estos días todas las llamadas entrantes del día para determinar cuál es número del que se impartió esta amenaza cobarde. La hicimos pública. Agradezco la solidaridad. No salgamos del foco de atención que hoy es la búsqueda de la verdad en el desastre que han hecho con el caso de Santiago Maldonado”, expresó. Además, Pimentel hizo referencia al líder mapuche por el que Maldonado exigía la libertad al momento de su desaparición y a los reclamos históricos del pueblo originario: “Tampoco hay que desviar el foco de que Santiago Maldonado fue desaparecido en el marco del pedido de libertad del Lonko Facundo Jones Huala. Ahí Santiago demostró un grado de solidaridad enorme y una claridad meridiana de para qué estaba en el Pu Lof. El Estado lo sabía. Era para pedir la libertad de su líder, que junto a la comunidad está atravesando toda una lucha, sin armas sino con la verdad, y la recuperación territorial contra un monstruo como Benetton que, hace cerca de 26 años, compró un millón y medio de hectáreas con más de 60 comunidades mapuches adentro. Ahí están los conflictos”, recordó, sin dejar de mencionar la responsabilidad de las máximas autoridades de Argentina y Chile: “Yo creo que ahí está la responsabilidad de Macri, en esa reunión que tuvo con (Michelle) Bachelet. Fue Macri el que pidió que se active el pedido de extradición porque tenía un grupo que le estaba haciendo problemas a los empresarios, latifundistas y terratenientes”, aseguró Pimentel.
Agustín Santillán liberado, Milagro Sala presa
El presidente de la APDH de La Matanza no dejó pasar la reciente liberación del líder wichí de Formosa, a quien había visitado en prisión hace poco tiempo y le había dejado unos encargos: “Me alegré mucho. Hablé con él. Yo sabía que lo iban a liberar después de las elecciones. Estaban esperando el fallo de la Cámara, pero son todas decisiones políticas. Competían el macrismo y el kichnerismo por los presos políticos”, explicó en relación a Santillán, Jones Huala y Sala, como presos políticos de gobiernos provinciales de diferentes partidos. Pimentel dio sus sensaciones sobre el nuevo encarcelamiento de Milagro Sala: “Es aberrante lo que le están haciendo a Milagro Sala. La llamé el sábado para solidarizarme y saber cómo estaba. Hablé varias veces y la fui a ver dos veces. Siempre vi una mujer entera, convencida de continuar la lucha. Sabía que era una detención política. El sábado hablé con una mujer derrotada, abatida y sin esperanzas. Escribió una carta. No alcanzó todo lo que se han movido los organismos de derechos humanos, las pintadas y los murales. Milagro Sala está de vuelta en la cárcel, tratada como lo peor. Están buscando que se mate. Yo le pedí que no le dé el gusto, que no le haga el flaco favor a este sistema perverso quitándose la vida. Fui dos veces a verla. Prácticamente toda la izquierda y los sectores progresistas la ven bien presa. Ninguno se mueve por pedir su libertad. La condenaron sin pruebas, violaron todos los mecanismos de un juicio para que se la encuentre con causas que justifiquen su detención. La están desgastando. Ella no entiende nada. Si realmente es culpable de malversación de fondos que la juzguen como cualquier otro”, sentenció.
Resultados de las elecciones legislativas
Para cerrar, Pimentel hizo un análisis político sobre cómo es el votante argentino: “El pueblo argentino ha perdido una masa crítica. No hay masa crítica en la población. Por ahí sí en el sector más comprometido y militante, desde el punto de vista político, social, sindical o barrial. La masa la perdió. No hay una explicación ni definición ideológica de por qué apoyan a la derecha, a un gobierno que los va a exprimir. Carrió es una mujer que amerita una atención psiquiátrica en serio. No puede estar en todos los medios denigrando a un joven que está desaparecido, encima con una sonrisa. Y la gente la votó... Tenía la esperanza de que en la provincia perdiera (Esteban) Bullrich, aunque sea por las barbaridades que dijo. Se mantuvo y ganaron en todos lados. Es una interpelación que hace la población a sectores que también tenemos que construir política y todavía no lo hemos hecho. La izquierda tiene que buscar la unidad”, concluyó Pablo Pimentel de la APDH La Matanza.
Alfredo Grande sobre Maldonado: "tenemos la gran oportunidad de poner en el banquillo al Estado"
Grande comentó de qué trata la obra y expresó sus sensaciones al momento de participar en ella: “Estos meses en los que he hecho esta obra me he planteado si cabe el arte y el teatro frente a estos horrores de la vida cotidiana. La obra que hacemos con Florencia Farías retrata aspectos de la vida de Freud y de Hilda Doolittle, que era una poeta muy importante en esa época. Una de las cosas que se habla es del auge del nazismo, un Freud bastante mayor que tiene que migrar. La obra se ha recreado en cada función. Plantea el tema del amor, del psicoanálisis, de la guerra, del antisemitismo. Es una propuesta de un autor brasilero, Antonio Quinet, dirigida acá por Sebastián Raffa. Es una obra interesante para ver, para debatir y para jerarquizar, justamente porque la derecha avanza y no retrocede y porque las masacres son de la vida cotidiana. Los espacios del arte en general deben ser sostenidos”, dijo.
La participación de Grande en la obra rompió con sus unipersonales y le permitió hacer otro tipo de teatro. Si bien aquí en Ciudad de Buenos Aires es la última función, el espectáculo seguirá de gira por el resto del país: “Yo acepté la propuesta que me hizo Florencia porque me interesó muchísimo. Me interesó muchísimo una obra con texto, para poner en prueba mi memoria. Se ha dirigido por Sebastián que es un muchacho muy talentoso y he podido actuar junto a otro personaje, a diferencia del unipersonal que, por supuesto, es mucho más autorreferencial. Tenemos funciones en Rosario, en Mendoza y seguramente en Tucumán. Estamos tratando de armar una gira dentro de las posibilidades de tiempo porque creo que es una propuesta que merece ser sostenida. El sábado (por hoy) es la última función. La manera más fácil es ir a La Clac, Avenida de Mayo 1158 entre Lima y Salta. Si se puede anticipar por teléfono mejor, al 4382-6529 o sino en TuEntrada.com”, avisó el psicoanalista que interpreta, nada más ni nada menos, a Sigmund Freud.
Caso Maldonado: "El Estado participó activamente en encubrir el asesinato"
Alfredo Grande fue consultado por Tebele en el programa radial de La Retaguardia acerca de su opinión sobre la desaparición y muerte de Santiago Maldonado y fue tajante en su respuesta: “Santiago fue asesinado. No es lo mismo matar que asesinar. Son dos palabras distintas que remiten a cosas totalmente diferentes. Matar es matar en defensa propia y asesinar es asesinar en ataque ajeno. Santiago fue asesinado porque lo atacaron. Lo atacaron desde que lo empezaron a perseguir. En esas imágenes terribles hay más gendarmes que mapuches. Fue una persecución seguida de asesinato y lo grave es que, de ese asesinato, el Estado participó activamente en encubrirlo. Es una obstrucción de justicia lo cual en sí mismo es un delito”, aseguró Grande que enfatizó en culpar y responsabilizar al Estado: “No fue ni siquiera novedoso. Es de lo que se encargan los Estados habitualmente todo el tiempo: de encubrir asesinatos, robos y todo. No me sorprende. Esto ha logrado una repercusión que se transformó en un analizador histórico, a pesar de que antes hubo otros asesinatos, otras desapariciones y demás. Al ser un analizador histórico, tenemos la gran oportunidad de poner en el banquillo de los acusados al Estado. Ahí sí creo que todos debemos y podemos opinar. Deberíamos ser todos peritos que puedan dar cuenta del Estado terrorista, que tiene como misión principal el delito. El Estado terrorista es un Estado delictivo. Es bueno que, peritos o no, nos entrenemos en un pensamiento crítico y colectivo para, de una vez por todas, denunciar, enjuiciar y eventualmente castigar a ese Estado terrorista que ya hace décadas se ha escondido en los repliegues de la democracia burguesa”, exigió.
País masacrador
Para el psiquiatra y psicoanalista, la aparición del cuerpo de Santiago Maldonado no influyó negativamente en los votantes de Cambiemos en las elecciones legislativas sino más bien que, al contrario, de forma positiva. Además, criticó a la derecha de ahora y de siempre, avalada por muchos de los habitantes del país: “No solamente no está preocupada, sino que está de acuerdo. Pensemos que nosotros venimos de una tradición de un país masacrador, no solamente de los originarios sino también de los que no lo son. Hubo momentos como el Mundial '78, la Guerra de las Malvinas, cuando vino la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos y el 'somos derechos y humanos' en que el genocidio y la dictadura militar fueron blanqueadas. Desde el momento de mayor debilidad de la dictadura militar, que ya no era Junta porque quedaba solo el Ejército, hasta que Alfonsín asumió el gobierno pasó un año y medio. Es evidente que no hay un clamor popular contra las formas de fascismo, aun las más evidentes. La Argentina tiene la Iglesia más reaccionaria que hay. No tiene una central de trabajadores ni anarquista, ni trotkista, ni comunista, ni nada. La división de los 3 poderes es ficticia. Sabemos que el único Poder es el Ejecutivo y dentro del Ejecutivo, es el presidente. Eso se llama país presidencialista. Debe haber influido el asesinato de Santiago Maldonado, pero debe haber influido positivamente. No es políticamente correcto decirlo, pero yo lo he escuchado. Hay personas que piensan que se la buscó, el famoso 'por algo será'”, explicó Grande, que reveló no fue a votar para no sentirse cómplice de quienes critica: “Las elecciones son como un test de Rosarsch, muestran hacia dónde se dirige la población. Son las primeras elecciones en las que no fui a votar. Me parecía como ser cómplice y encubrir la más siniestra de las verdades. Es tan evidente que es una democracia de mercado, con los candidatos en góndola, separados por marca, que yo no pude votar. No podía ir, por primera vez. No digo que todos los que votaron son cómplices, pero yo sí lo vivía como un acto de complicidad”, contó.
Además, se refirió a las declaraciones del asesor político más importante del macrismo, Jaime Durán Barba, donde criticó al Partido Comunista y dijo que Macri representa a la nueva izquierda. Grande, sin estar de acuerdo, también castigó a los partidos de izquierda que “siguen creyendo que insultando y agrediendo con esta especie de antimacrismo imbécil e infantil se logran cosas” y afirmó que “necesitan un Durán Barba. Hace 100 años, en la época de Lenin, no había Personal Computer. Además, el proletariado no estaba infectado por ese virus mutante que se llama ‘Aedes Burgués’. Hoy los trabajadores aspiran a ser clase media, muchos lo son, y otros están directamente excluidos. El deseo revolucionario ha sido anestesiado absolutamente. Hay que revivir, sacar ese efecto de la anestesia y volver a entusiasmarse por una praxis revolucionaria. Lo de Durán Barba lo digo entre comillas, pero me pregunto cuáles son los líderes hoy en el campo de la izquierda que la gente sigue. Hay que encontrar formas de poder decir y ayudar a pensar las cosas que no son las de hace 100 años”, reflexionó Grande, que en su pedido de resurrección revolucionaria no ocultó sus críticas para con el peronismo: “En la historia argentina, el peronismo es un hecho maldito para el país burgués y también lo es para el país socialista. Evidentemente, mientras gran parte de trabajadores, profesionales y empresarios sigan apostando ahora al Cristinismo, que es una nueva remake de lo que ha sido siempre el peronismo, el horizonte revolucionario se aleja muchísimo”, cerró.
Agustín Santillán libre: "Estuve preso por aborigen, por ser un referente indígena"
El líder wichí de Ingeniero Juárez, que recuperó su libertad tras 6
meses de prisión política, dialogó con María Eugenia Otero y Fernando
Tebele en Radio La Retaguardia, apenas minutos después de recuperar su
libertad y cuando todavía no se había reencontrado con su familia fuera
de la Alcaidía de Formosa, donde fue sometido a una cruel persecusión
"por reclamar por los derechos de nuestra comunidad". Santillán aseguró
que continuará reclamando, a pesar de que su abogado, Daniel Cabrera, dijo que queda en libertad bajo presión y que podrían volver a encarcelarlo para perseguirlo políticamente. (Por La Retaguardia)
Foto: Agustín Santillán, a la derecha, junto a Víctor Hugo Delgado, apenas ambos recuperaron su libertad.
"Estoy muy contento por estar el libre ya que estaba hace mucho tiempo preso injustamente. Agradezco a los hermanos y a los medios por haber difundido, estoy muy agradecido", dijo en el comienzo. Se lo escuchó con su hablar pausado característico de los wichí, pero a la vez más relajado y feliz.
"Estoy a 8 cuadras de la Alcaidía todavía y no pude ver a mi familia". Poco después de esta charla su esposa Gabriela Torres llegó junto a su pequeño hijo para un encuentro pleno de felicidad.
"Hay cosas que están mal acá en Formosa. Usan a la justicia y a la policía. Te arman causas y ellos manejan el poder. Yo voy a seguir adelante, porque a mí me dijeron cosas muy injustamente por reclamar, me acusaron de cosas que no hice. A mi señora la metieron presa y ella no se ha asustado, pero a nosotros nos han perjudicado mucho. En estos 6 meses no pudimos trabajar, perdimos trabajos, pero eso no importa, lo más importante es estar acá firme reclamando por todas las injusticias que pasan nuestras comunidades. Vos ves gente muy callada, que no se anima a denunciar. Es muy triste ver a hermanos estar siendo utilizados por el gobierno para hablar en mi contra, pero yo a esa gente no les tengo bronca ni odio, sino que me dan lástima porque son instrumentos usados por el gobierno pero yo sé que ellos también van a pasar lo mismo porque el gobierno te usa y después te tira", aseguró Santillán en la primera comunicación con un medio tras recuperar su libertad.
El referente wichí fue liberado junto a Víctor Hugo Delgado, que purgó prisión más tiempo aún que Santillán.
En cuanto a su salud, Santillán dijo: "estoy bien. Trato de estar tranquilo. Es muy difícil salir porque uno hace mucho que no ve la luz, a sus seres queridos, lo que pasa en las comunidades, pero estoy muy contento de estar en libertad", reiteró. En nuestro viaje a la comunidad wichí de Ingeniero Juárez, quienes la integran nos decían que Santillán era para ellos un referente siempre dispuesto a resolver los problemas que tuvieran. "Yo siempre me preocupaba. Venía mi señora (a visitarlo en la prisión), me contaba lo que sucedía allá y yo no pensaba en salir porque la causa que me armaron que era robo a mano armada era para que no saliera. Yo nunca robé ni usé armas. Hoy salí con Víctor Hugo Delgado, que también estaba preso y tampoco pensaba que iba a salir. Yo estuve preso por ser aborigen, por ser un referente indígena. Te tienen preso... Mirá cuántas cosas se robaron los políticos acá y están tan tranquilos disfrutando la plata que se robaron; son millonarios y yo tengo que sufrir 6 meses encerrado en un calabozo. Yo nunca robé ni pienso y eso es lo que más duele. Pero es así, acá en Formosa hay muchos hermanos que están injustamente detenidos. Hay muchos problemas acá", relató.
En referencia a con qué tipo de libertad queda, teniendo en cuenta la limitación que implica que continúe procesado en otras causas, Santillán dijo: "Últimamente (antes de caer preso) hablé con el ministro Ferreira (Antonio Emérito, Ministro de la Jefatura de Gabinete provincial). Él me pidió ayuda para hablar con los jóvenes y que no hagan disturbios ni robos. Yo le dije que me comprometía a hablar y a ayudar, no es que yo trabaje políticamente sino que soy el referente y quiero trabajar para la comunidad no más, pero sin ningún beneficio. Quiero que me dejen tranquilo. Ellos me quería dejar preso por la causa de la toma de la Municipalidad y el reclamo de las escuelas, justo surgió ese problema y yo no sabía nada, me fui a un barrio para una reunión y me agarraron ahí. Yo no tenía miedo porque no sabía que ahí me iban a meter preso. Saludé a los oficiales y todo y luego les dicen 'llévenlo' y ahí me cayeron encima como 30 policías. Me golpearon y me llevaron detenido. Recién hace unas semanas cuando vino Avruj (Secretario de derechos humanos de la Nación), me dieron medicamentos. Yo me curé sin medicamentos de las lesiones, así no más, sin nada", relató. La toma de la municipalidad se dio porque en los barrios se enteraron que luego de la última inundación que sufrieron había llegado ayuda desde otros puntos del país que no había sido distribuida entre las comunidades.
Cuando le preguntamos que pretendía hacer en sus primeras horas de libertad, Santillán dijo que quería "estar con la gente, porque ellos me están esperando en el barrio. Hace mucho tiempo que no veo la luz del día, apenas salir una hora afuera. Quiero ir y estar con los hermanos, compartir unos mates, hablar de lo que pasó y ver qué hacemos porque yo creo que hay muchas cosas que están mal y nadie se anima a denunciar porque acá el aparato del gobierno es muy grande, usan los medios, las redes sociales, los diarios, para ensuciar. A mí me han ensuciado, me trataron de delincuente de ladrón, de todo. Prendo la radio y escucho mi nombre, Lo que han sufrido mis hijos. Ellos están estudiando en una escuela entre aborígentes y criollos y los criollos se burlan 'tu papá está preso, es un delincuente, robó cosas' y psicológicamente ellos se sienten mal, aunque no les hacen caso y siguen estudiando porque saben que lo que dicen no es cierto. Eso es lo que más me dolió".
El referente wichí agradeció al Consejo Consultivo que preside Félix Díaz: "porque ellos ayudaron a pagar a mi abogado". También agradeció a "todos los hermanos y a ustedes que vinieron acá a Juárez para ver la realidad". También agradeció a Canal 13, que lo visitó 5 meses después de que Agustín les diera la noticia de su prisión.
Santillán está libre. Una buena noticia entre tanta tristeza.
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Foto: Agustín Santillán, a la derecha, junto a Víctor Hugo Delgado, apenas ambos recuperaron su libertad.
"Estoy muy contento por estar el libre ya que estaba hace mucho tiempo preso injustamente. Agradezco a los hermanos y a los medios por haber difundido, estoy muy agradecido", dijo en el comienzo. Se lo escuchó con su hablar pausado característico de los wichí, pero a la vez más relajado y feliz.
"Estoy a 8 cuadras de la Alcaidía todavía y no pude ver a mi familia". Poco después de esta charla su esposa Gabriela Torres llegó junto a su pequeño hijo para un encuentro pleno de felicidad.
"Hay cosas que están mal acá en Formosa. Usan a la justicia y a la policía. Te arman causas y ellos manejan el poder. Yo voy a seguir adelante, porque a mí me dijeron cosas muy injustamente por reclamar, me acusaron de cosas que no hice. A mi señora la metieron presa y ella no se ha asustado, pero a nosotros nos han perjudicado mucho. En estos 6 meses no pudimos trabajar, perdimos trabajos, pero eso no importa, lo más importante es estar acá firme reclamando por todas las injusticias que pasan nuestras comunidades. Vos ves gente muy callada, que no se anima a denunciar. Es muy triste ver a hermanos estar siendo utilizados por el gobierno para hablar en mi contra, pero yo a esa gente no les tengo bronca ni odio, sino que me dan lástima porque son instrumentos usados por el gobierno pero yo sé que ellos también van a pasar lo mismo porque el gobierno te usa y después te tira", aseguró Santillán en la primera comunicación con un medio tras recuperar su libertad.
El referente wichí fue liberado junto a Víctor Hugo Delgado, que purgó prisión más tiempo aún que Santillán.
En cuanto a su salud, Santillán dijo: "estoy bien. Trato de estar tranquilo. Es muy difícil salir porque uno hace mucho que no ve la luz, a sus seres queridos, lo que pasa en las comunidades, pero estoy muy contento de estar en libertad", reiteró. En nuestro viaje a la comunidad wichí de Ingeniero Juárez, quienes la integran nos decían que Santillán era para ellos un referente siempre dispuesto a resolver los problemas que tuvieran. "Yo siempre me preocupaba. Venía mi señora (a visitarlo en la prisión), me contaba lo que sucedía allá y yo no pensaba en salir porque la causa que me armaron que era robo a mano armada era para que no saliera. Yo nunca robé ni usé armas. Hoy salí con Víctor Hugo Delgado, que también estaba preso y tampoco pensaba que iba a salir. Yo estuve preso por ser aborigen, por ser un referente indígena. Te tienen preso... Mirá cuántas cosas se robaron los políticos acá y están tan tranquilos disfrutando la plata que se robaron; son millonarios y yo tengo que sufrir 6 meses encerrado en un calabozo. Yo nunca robé ni pienso y eso es lo que más duele. Pero es así, acá en Formosa hay muchos hermanos que están injustamente detenidos. Hay muchos problemas acá", relató.
En referencia a con qué tipo de libertad queda, teniendo en cuenta la limitación que implica que continúe procesado en otras causas, Santillán dijo: "Últimamente (antes de caer preso) hablé con el ministro Ferreira (Antonio Emérito, Ministro de la Jefatura de Gabinete provincial). Él me pidió ayuda para hablar con los jóvenes y que no hagan disturbios ni robos. Yo le dije que me comprometía a hablar y a ayudar, no es que yo trabaje políticamente sino que soy el referente y quiero trabajar para la comunidad no más, pero sin ningún beneficio. Quiero que me dejen tranquilo. Ellos me quería dejar preso por la causa de la toma de la Municipalidad y el reclamo de las escuelas, justo surgió ese problema y yo no sabía nada, me fui a un barrio para una reunión y me agarraron ahí. Yo no tenía miedo porque no sabía que ahí me iban a meter preso. Saludé a los oficiales y todo y luego les dicen 'llévenlo' y ahí me cayeron encima como 30 policías. Me golpearon y me llevaron detenido. Recién hace unas semanas cuando vino Avruj (Secretario de derechos humanos de la Nación), me dieron medicamentos. Yo me curé sin medicamentos de las lesiones, así no más, sin nada", relató. La toma de la municipalidad se dio porque en los barrios se enteraron que luego de la última inundación que sufrieron había llegado ayuda desde otros puntos del país que no había sido distribuida entre las comunidades.
Cuando le preguntamos que pretendía hacer en sus primeras horas de libertad, Santillán dijo que quería "estar con la gente, porque ellos me están esperando en el barrio. Hace mucho tiempo que no veo la luz del día, apenas salir una hora afuera. Quiero ir y estar con los hermanos, compartir unos mates, hablar de lo que pasó y ver qué hacemos porque yo creo que hay muchas cosas que están mal y nadie se anima a denunciar porque acá el aparato del gobierno es muy grande, usan los medios, las redes sociales, los diarios, para ensuciar. A mí me han ensuciado, me trataron de delincuente de ladrón, de todo. Prendo la radio y escucho mi nombre, Lo que han sufrido mis hijos. Ellos están estudiando en una escuela entre aborígentes y criollos y los criollos se burlan 'tu papá está preso, es un delincuente, robó cosas' y psicológicamente ellos se sienten mal, aunque no les hacen caso y siguen estudiando porque saben que lo que dicen no es cierto. Eso es lo que más me dolió".
El referente wichí agradeció al Consejo Consultivo que preside Félix Díaz: "porque ellos ayudaron a pagar a mi abogado". También agradeció a "todos los hermanos y a ustedes que vinieron acá a Juárez para ver la realidad". También agradeció a Canal 13, que lo visitó 5 meses después de que Agustín les diera la noticia de su prisión.
Santillán está libre. Una buena noticia entre tanta tristeza.
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URUGUAY
Uruguay: una alternativa energética no tan limpia
Ariana Ortega/ Foto: opsur
En 2008, luego de tres años de debate, el Estado uruguayo tomó la decisión de emprender la diversificación de la matriz energética e incrementar el aporte de las fuentes renovables, especialmente eólica y solar. Ese proceso ha sido presentado a nivel regional como un caso paradigmático, sin embargo, el esquema aplicado para el desarrollo de “energías limpias” no revirtió sino que por el contrario, profundizó, un modelo tarifario inequitativo, en el que pagan más los segmentos de la población que menos ingresos tienen.
La fundación de la Administración Nacional de Usinas y Transmisiones Eléctricas (UTE), en 1912, se enmarcó en el período denominado reformismo batllista. José Batlle y Ordóñez, que ejerció la presidencia del Uruguay desde 1903 a 1915, se valió de herramientas de intervención política, social y económica para nacionalizar y estatizar empresas de servicios, y paralelamente desarrolló grandes avances en el ámbito laboral. En ese proceso las clases populares lograron cristalizar reivindicaciones que fueron de vanguardia para la región.
Gonzalo Castelgrande, pro secretario de Aute, destaca que desde el nacimiento de UTE los trabajadores y trabajadoras han tenido un fuerte vínculo con el Estado, más allá de la relación laboral de dependencia como asalariados, y que poseen un sentido de pertenencia, motorizado por el compromiso social con lo público. De allí, las profundas raíces de su lucha actual y el objetivo fundamental: mantener en manos del Estado la generación de la energía, para que siga siendo un servicio público y se garantice el acceso universal. Una bandera sostenida junto a otros sindicatos latinoamericanos, que en abril se expresaron a favor de la energía como derecho y con vistas a la “recuperación de los bienes comunes que el capital le ha arrebatado a los pueblos”.
Pobreza energética y tarifas públicas abusivas
Castelgrande afirma que sin energía eléctrica no es posible garantizar a la población el acceso a otros derechos como al agua potable, a la educación, a la salud; además destaca que si la energía es un derecho humano que actualmente no se ejerce de manera universal, es necesario medir las diferencias en el ejercicio de ese derecho para comprender el por qué. En ese sentido el sindicato ha realizado varios estudios sobre pobreza combustible o pobreza energética en el país basándose en dos variables: la asequibilidad, cuánto le cuesta al usuario pagar la energía, y en qué medida se accede a ella. A tal fin compararon dos tipos de tarifa eléctrica, la residencial y la de los grandes consumidores (empresarial), e hicieron su evaluación en términos absolutos – cuánto consume y puede pagar– y en términos relativos –cuánto le cuesta en relación a su ingreso. El resultado fue que en Uruguay el 25% de los usuarios es energéticamente pobre, es decir, tiene problemas para poder pagar y acceder a la energía.
Según Castelgrande, la tarifa eléctrica que pagan los empresarios vale la mitad que la que paga una familia trabajadora uruguaya. Por otro lado, destaca que a la familia trabajadora promedio la electricidad le cuesta entre un 4% y un 5% de sus ingresos, mientras que en los sectores más humildes, ese costo representa un 10%. Por el contrario, al sector residencial más rico del país le cuesta entre un 2% y un 2,5%, y a los grandes consumidores, es decir, los grandes emprendimientos productivos, el costo representa alrededor de un 0,4% de su valor bruto de producción. En conclusión, pagar la electricidad le cuesta diez veces a una familia trabajadora uruguaya que a un empresario.
“Están priorizando la mercancía por sobre el derecho y con estos datos se evidencia que realmente la tarifa en el país es muy injusta”, afirma el pro secretario de Aute. “La política estratégica diseñada y resuelta por todos los partidos políticos hasta el 2030 en el Uruguay –no sólo le da continuidad a estas injusticias sino que a su vez va profundizando esta mercantilización de la energía”, subraya. En el mismo sentido, en el documento Análisis de la tarifa eléctrica, elaborado por Aute en 2016, destaca que el marco regulatorio vigente del sector fomenta la concentración de los grandes consumidores, dándoles reconocimiento institucional en el mercado eléctrico y otorgándoles un poder de lobby mayor al que de por sí tenían. “Si bien hemos asistido a fuertes debates sobre la participación social de trabajadores y usuarios en la educación y en la salud, lo cierto es que poco se debate sobre la participación social en lo que hace al mercado eléctrico. Todo indica que hay una fuerte razón de fondo: una concepción clasista de la participación. Parece ser que en la Administración del Mercado Eléctrico (ADME) só lo tienen cabida los Grandes Consumidores y los Generadores Privados y nadie critica su rol ni su accionar”, concluye el sindicato.
Electricidad en manos privadas
De acuerdo al informe elaborado por Aute, desde hace más de 30 años la política energética uruguaya se está orientando a la privatización del sector energético. “El Marco Regulatorio vigente toma como base la Ley de Electricidad impuesta en la dictadura [1977] y tiene un segundo mojón en 1997 donde culmina el diseño actual del mismo, en pleno auge de las políticas neoliberales amparadas en el Consenso de Washington de fines de los ochenta y se fundamentó en la necesidad de reestructurar el funcionamiento de la UTE y el sector eléctrico a los objetivos de competencia, fomento a la iniciativa privada y la regulación.” En oposición a la implementación de estas políticas ha habido una lucha constante de los trabajadores y trabajadoras para sostener la generación energética en manos del Estado. Según Castelgrande “las empresas públicas deben ser el motor para el desarrollo de un nuevo paradigma productivo en el país, [dado que] son las que aportan a las rentas generales del Estado mediante el superávit que obtienen. Aportan al conjunto de políticas públicas que están en manos del Estado: la educación, la salud, la vivienda. Si fueran privadas, ese superávit se iría a la casas madre o a la arcas de las empresas. Entonces para nosotros la defensa de las empresas públicas es doble, porque son estratégicas y porque permiten garantizar el acceso a los servicios”.
La propuesta de Política Energética de la Dirección Nacional de Energía y Tecnología Nuclear debatida desde 2005, y presentada al Poder Ejecutivo en 2008, declara como objetivos diversificar la matriz energética, asegurar el autoabastecimiento y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Uruguay cuenta con recursos hídricos, eólicos y solares explorados muy superiores a los hidrocarburíferos, que importa en su totalidad. Considerando este potencial, los representantes de diferentes partidos políticos asumieron que el incremento del aporte eléctrico podía resolver varios problemas que presentaba la matriz uruguaya. El cambio fue planificado considerando numerosos actores sociales, entre ellos, las empresas privadas. El Estado, mediante la participación de éstas buscó transferencias de tecnología, calificación de mano de obra especializada y un aumento en las capacidades industriales. La diversificación debía ser tutelada bajo los lineamientos del Poder Ejecutivo, sin embargo, la implementación no resultó como se había planificado. De acuerdo con los testimonios de Aute, reducir la dependencia de los combustibles fósiles aumentando el aporte de energías renovables en manos empresas privadas, implicó una pérdida de soberanía.
Gonzalo Castelgrande cuenta que cuando los gobernantes uruguayos propusieron el plan, asumieron que no importaba tanto la propiedad porque, aunque la generación de las nuevas energías estuviera en manos de numerosas empresas, el Estado iba a tener el control. Sin embargo, asegura que hoy esa función la ejercen las empresas privadas. “El viento en Uruguay está prácticamente privatizado, se ha expropiado a favor de un conjunto de empresas multinacionales y el recurso está controlado, en casi un 90%, por estas empresas, que hoy representan casi un 40% de la demanda eléctrica.”
Por su parte Gabriel Soto, presidente de Aute, señaló que “en un país que tiene sus picos de consumo [eléctrico] cercanos a los 2000 MW, haber obtenido a fines de 2016, 1500 MW de energía eólica, parece una relación casi única a nivel mundial”, sin embargo destacó que esa incidencia de las energías renovables fue al costo de “un proceso de extranjerización grotesco y brutal”(1) . Según subrayó, el Estado generó el escenario material y legal de promoción de inversiones, en el marco de la licitación de parques eólicos, que implicó la exoneración de impuestos por 3500 millones de dólares a las empresas y modelos de negocio y contratos abusivos para el pueblo uruguayo.
Renovables y propiedad de las fuentes: sostener y recuperar soberanía
¿Alcanza con que el Estado controle a las empresas? ¿Deben todas las fuentes energéticas ser patrimonio del Estado? ¿Todo lo público es estatal? ¿Todo lo estatal es público? Son las preguntas planteadas al interior de Aute. “Nosotros veníamos muy tranquilos en Uruguay. Nuestra historia como trabajadores en la empresa pública venía de la mano del desarrollo del país con el Estado y el Estado con el país, y en los últimos años nos han obligado a problematizar un conjunto de cuestiones que no teníamos en la agenda”, afirma Castelgrande. Las empresas pú blicas en Uruguay tienen un papel fundamental, asegura, y agrega: “y hoy ya no nos alcanza con que sean estatales, estamos buscando generar las condiciones para sociabilizar las empresas”. Es decir, intenta sumar un nuevo actor a la lucha, los movimientos de usuarios; un salto político de lo sectorial a la sociedad uruguaya en su conjunto.
Sobre los avances en este sentido Castelgrande cuenta que se están formando intersociales en los barrios, donde participan vecinos/ as, cooperativistas, pequeñas/os comerciantes, estudiantes, amas de casa, trabajadores/as. “Esas intersociales nos están sirviendo como punta de lanza para la propuesta del movimiento de usuarios. Y sin duda vamos a tener que salir con una campaña grande para que esto se haga carne”, anticipa. Con ese movimiento buscan generar un desborde de los trabajadores y trabajadoras organizadas y decidieron empezar por la lucha para bajar tarifa eléctrica, como primera acción unificada. Pretenden incidir en políticas públicas tendientes al acceso a la energía como derecho humano, para que ésta pueda ser patrimonio de todo el pueblo.
En la , Declaración de Montevideo , que surgió del Encuentro Internacional de Trabajadores de la Energía, celebrado en el marco de los 68 años de la fundación de Aute, también se expresó esta necesidad de confluencia. “El involucramiento de los usuarios en el sistema eléctrico significa una vertiente más de lucha por recuperación de los bienes comunes que el capital le ha arrebatado a los pueblos”, sostiene. Y a enfatiza: “Los trabajadores de la energía debemos de desarrollar acciones consecuentes en defensa de los intereses de los usuarios, y esto no puede impulsarse sin la construcción de espacios de participación y discusión popular que promuevan el empoderamiento de los usuarios sobre las distintas aristas del servicio público de energía eléctrica. La alianza de los trabajadores de la energía con los usuarios no solamente que es necesaria sino que es de carácter estratégico”. En el documento también se expresa que para los sindicatos de la región se presenta como una necesidad histórica el incorporar a su acción programática “la participación política de los trabajadores y usuarios en la gestión de los servicios públicos”, siendo parte activa en la discusión y definiciones de rumbos estratégicos de las empresas públicas y la planificación económica.
Existen puntos a favor de esta campaña, diagnostica Castelgrande, como el hecho de que la empresa sigue siendo pública, más allá de los embates privatizadores. También remarca la relación cercana del Estado uruguayo con los trabajadores y trabajadoras, que históricamente ha generado un ambiente propicio para el mejoramiento las condiciones de vida de los sectores populares. Aunque advierte que todo intento de cambio implica una modificación de las leyes, y para ello dependen de la voluntad política del gobierno. En ese sentido, recordó que el presidente uruguayo Tabaré Vázquez anunció en el Consejo de Ministros una rebaja en la tarifa eléctrica para los arroceros y los productores lecheros porque, dijo, “les cuesta mucho la luz”. “El subsidio sigue siendo para los grandes empresarios y con esa voluntad política es muy difícil que se puedan bajar las tarifas o que se pueda elevar el acceso y el derecho a la energía del pueblo”, destacó Castelgrande.
El pro secretario de Aute afirma, por otra parte, que resulta urgente retomar el discurso de las energías renovables desde la perspectiva de los trabajadores y trabajadoras, desnudando la ofensiva del capital por medio de las energías limpias y evidenciando las políticas de capitalismo verde. “El discurso de las energías renovables se lo han apropiado de nuestro discurso. La clase trabajadora, en conjunto con los sectores populares, ha debatido la relación de la producción [de energía] con el medio ambiente. Venimos planteándolo hace muchos años y hoy el capital se apropia de ese discurso para poder implementar sus políticas privatizadoras mediante la generación de energías limpias”, subraya.
“La disputa ideológica y política debe de contrarrestar la enajenación de recursos y patrimonio amparados en el control de las energías renovables, un camino que se presenta como sustancial a desarrollar es el de la disputa material de dicha tecnología. Para eso es necesario avanzar en iniciativas como la desprivatización de la infraestructura o incluso el fomento de experiencias participativas de cooperativización popular de la generación de energía eléctrica a través de fuentes renovables”, plantea la Declaración de Montevideo. Allí se resume el horizonte en el que está inserta la lucha de Aute; y en ese camino conquistar la baja de las tarifas residenciales, reafirmando siempre el carácter de derecho humano del acceso a la energía y de bien público de los recursos energéticos.
Publicado originalmente en Nº 5 de Fractura Expuesta revista del observatorio petrolero del sur, www.opsur.org.ar
(1) El testimonio de Soto corresponde a su intervención en el seminario Alternativas para la Soberanía Energética, realizado en Buenos Aires el 27 de noviembre de 2016 y organizado por el OPSur.