Brasil: Grotesca farsa judicial contra Lula
Por:
Angel Guerra Cabrera
Periodista cubano residente en México y columnista del diario La Jornada.
| CUBADEBATE
Como era de esperar, el
juzgado de Segunda Instancia de Porto Alegre ratificó la sentencia por
corrupción del desvergonzado juez de la 13 Corte Federal de Curitiva,
Sergio Moro. No solo eso, las tres señorías aumentaron la condena
pedida por Moro de 9 y medio a 12 años. El sueño de Moro, magistrado
encargado de la oscura operación Lava Jato y su objetivo principal en la
vida, es condenar sin pruebas a Lula. Solo “basado en indicios” como no
se ha cansado de repetir desde que comenzó esta injusta, grotesca y
despreciable farsa judicial.
Moro, un juez mediocre y venal, con todo y sus estudios en Harvard y en cursos de lavado de dinero del Departamento de Estado, ha subido mediáticamente como la espuma a partir de que lidera la llamada Operación Lava Jato y, sobre todo, desde que acusara a Lula de corrupción por supuestamente haber aceptado un departamento de lujo frente a la playa en Guarujá, municipio del Estado de San Pablo a cambio de favores a la constructora OAS con contratos de la estatal PETROBRAS.
Sin embargo, a lo largo de juicio no se logró demostrar que el ex presidente sea el propietario y mucho menos se identificó cuál fue el acto o la omisión (delito de “corrupción pasiva”) que habría dado origen al recibimiento del inmueble. Toda esta mojiganga leguleya tiene como único propósito sacar de la carrera presidencial del 2018 al único político que según todas las encuestas las ganaría por un muy amplio margen. Por eso el pueblo ha lanzado la consigna de que “elección sin Lula es fraude”.
Es demasiado lo que está en juego en las próximas elecciones de Brasil. Pueden significar la victoria de Lula (o de un eventual candidato endosado por él en caso que se le prohíba postularse) y con ello la derrota de la opción neoliberal, entreguista a Estados Unidos, la recuperación de la soberanía nacional, y la política exterior independiente y de unión latinoamericana, de las políticas de redistribución del ingreso, reconstrucción del Estado y mayor extensión y gratuidad de los servicios sociales a la población. Esto implicaría además que Brasil dejaría de ser el convidado de piedra en los BRICS en que lo ha convertido el gobierno golpista de Temer y volver a ser uno de sus más activos y dinámicos integrantes. En resumen, la eventual victoria electoral de Lula podría parar y revertir la ofensiva derechista en nuestra región y, unida a la reeleción de Maduro en abril en los comicios presidenciales venezolanos, y al eventual triunfo de López Obrador en las de México en julio, cambiar no solo la correlación de fuerzas en América Latina y el Caribe a favor de las fuerzas populares sino influir notablemente en el mundo a favor de las luchas sociales y de las fuerzas políticas y sociales que a la vez que Rusia y China luchan por la paz y la multipolaridad en el mundo.
Ojalá y presenciemos de aquí a fin de año el contragolpe de izquierda a la escalada golpista mediático-judicial-parlamentar ia de la derecha y
el imperialismo, iniciada en Honduras (con participación militar hasta
hoy), continuada en Paraguay y consolidada en el Cono Sur con el golpe
en Brasil y la exigua victoria electoral de Macri, convertida a estas
alturas en una transgresión al mandato que recibiera y a las
instituciones democráticas. Este conjunto de acciones de Washington y la
derecha es ya conocido como la fase II de la Operación Cóndor, que al
igual que su homónima busca liquidar a todo luchador social, todo
revolucionario y gobierno progresista o de izquierda que defienda los
intereses de nuestros pueblos. Ahora con plumas vendidas, jueces y
legisladores corruptos.
Lula ya dijo que continuará su batalla hasta el final y con el pueblo. Así relata Emir Sader su llegada antier a la multitudinaria concentración popular en Porto Alegre: Lula vino con mucha confianza y alegría, llegó y, como siempre, saludó y se tuvo que sacar fotos con una gran cantidad de personas… Cercado por los dirigentes de los principales movimientos sociales de Brasil –CUT, MST, MTST…– y de dirigentes políticos nacionales, Lula afirmó… en su discurso que no iba a hablar de su proceso. Que para ello él tiene abogados competentes, que han logrado que no haya ningún jurista que defienda las posiciones de los que lo acusan… porque no quedó ningún argumento en pie. De hecho, se ha logrado un consenso general respecto a que no hay pruebas en contra de Lula. A tal punto que el juez Moro se refugia en sus “convicciones” y en “indicios”, a falta de pruebas.
Moro, un juez mediocre y venal, con todo y sus estudios en Harvard y en cursos de lavado de dinero del Departamento de Estado, ha subido mediáticamente como la espuma a partir de que lidera la llamada Operación Lava Jato y, sobre todo, desde que acusara a Lula de corrupción por supuestamente haber aceptado un departamento de lujo frente a la playa en Guarujá, municipio del Estado de San Pablo a cambio de favores a la constructora OAS con contratos de la estatal PETROBRAS.
Sin embargo, a lo largo de juicio no se logró demostrar que el ex presidente sea el propietario y mucho menos se identificó cuál fue el acto o la omisión (delito de “corrupción pasiva”) que habría dado origen al recibimiento del inmueble. Toda esta mojiganga leguleya tiene como único propósito sacar de la carrera presidencial del 2018 al único político que según todas las encuestas las ganaría por un muy amplio margen. Por eso el pueblo ha lanzado la consigna de que “elección sin Lula es fraude”.
Es demasiado lo que está en juego en las próximas elecciones de Brasil. Pueden significar la victoria de Lula (o de un eventual candidato endosado por él en caso que se le prohíba postularse) y con ello la derrota de la opción neoliberal, entreguista a Estados Unidos, la recuperación de la soberanía nacional, y la política exterior independiente y de unión latinoamericana, de las políticas de redistribución del ingreso, reconstrucción del Estado y mayor extensión y gratuidad de los servicios sociales a la población. Esto implicaría además que Brasil dejaría de ser el convidado de piedra en los BRICS en que lo ha convertido el gobierno golpista de Temer y volver a ser uno de sus más activos y dinámicos integrantes. En resumen, la eventual victoria electoral de Lula podría parar y revertir la ofensiva derechista en nuestra región y, unida a la reeleción de Maduro en abril en los comicios presidenciales venezolanos, y al eventual triunfo de López Obrador en las de México en julio, cambiar no solo la correlación de fuerzas en América Latina y el Caribe a favor de las fuerzas populares sino influir notablemente en el mundo a favor de las luchas sociales y de las fuerzas políticas y sociales que a la vez que Rusia y China luchan por la paz y la multipolaridad en el mundo.
Ojalá y presenciemos de aquí a fin de año el contragolpe de izquierda a la escalada golpista mediático-judicial-parlamentar
Lula ya dijo que continuará su batalla hasta el final y con el pueblo. Así relata Emir Sader su llegada antier a la multitudinaria concentración popular en Porto Alegre: Lula vino con mucha confianza y alegría, llegó y, como siempre, saludó y se tuvo que sacar fotos con una gran cantidad de personas… Cercado por los dirigentes de los principales movimientos sociales de Brasil –CUT, MST, MTST…– y de dirigentes políticos nacionales, Lula afirmó… en su discurso que no iba a hablar de su proceso. Que para ello él tiene abogados competentes, que han logrado que no haya ningún jurista que defienda las posiciones de los que lo acusan… porque no quedó ningún argumento en pie. De hecho, se ha logrado un consenso general respecto a que no hay pruebas en contra de Lula. A tal punto que el juez Moro se refugia en sus “convicciones” y en “indicios”, a falta de pruebas.
Condenan a Lula da Silva a 12 años de cárcel, puede apelar al Tribunal Supremo
| CUBADEBATE
El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue condenado
este miércoles por un tribunal de segunda instancia de forma unánime, a
una condena de 12 años y un mes de prisión por supuesta corrupción
pasiva y lavado de dinero.
Lula fue sentenciado por el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF-4), en Porto Alegre, conformado por los jueces Joao Pedro Gebran Neto, Leando Paulsen y Victor Luiz dos Santos Laus. Los tres votaron por aumentar la condena de 9 años y 6 meses a 12 años y un mes de prisión.
La defensa de Lula y la mayoría de los juristas descartan que el exmandatario vaya a prisión de forma automática y esto solo ocurrirá después del análisis de todos los recursos.
La condena se basó en un apartamento en una playa de São Paulo que supuestamente fue regalado al exmandatario por una empresa que hacía negocios con su gobierno (2003-2010). Sin embargo, esa propiedad nunca ha estado a nombre de Lula.
El juicio a Lula ha sido señalado de ser una estrategia de las élites para detener la candidatura presidencial de Lula, un referente de la izquierda de toda América Latina, y favorito en las encuestas electorales.
Tras la argumentación de los abogados, los jueces Gebran Neto, Leandro Paulsen y Victor Laus, encargados del caso, deliberaron en dos partes. La primera constó de una discusión de las preliminares sobre las intervenciones y la segunda fase son las pruebas en relación a las acusaciones y la votación.
Desde el inicio del juicio, los brasileños se mantuvieron en las calles en apoyo a Lula y en defensa de su candidatura presidencial.
Sin embargo, esta propiedad no está a nombre de Lula sino de la constructora que compró el apartamento a la cooperativa Bancoop cuando esta se declaró en bancarrota.
El juez federal Sergio Moro sentenció en primera instancia a Lula a nueve años y medio de prisión.
En esta segunda instancia, el juez João Pedro Gebran Neto fue el primero en intervenir y votó en contra de Lula, además sugirió que al expresidente se le aumente la condena a 12 años y un mes de prisión.
La segunda intervención, la realizó el juez Leandro Paulsen y opinó que “da igual lo alto que uno esté, la ley está todavía más alta que usted”. Sumó su voto en contra de Lula y apoyó su enjuiciamiento por corrupción.
Por último, el tercer juez, Victor Laus, votó a favor de la condena bajo el argumento de que su decisión debe concordar con la de Leandro Paulsen y João Pedro Gebran Neto. Dijo que Lula obtuvo beneficios en su posición como presidente de Brasil.
Explicó que “no hay pruebas para identificar la denuncia, por ende tiene que ser denegada, lo que conllevaría a la nulidad del proceso”.
Asimismo, aseguró que el juez Moro, responsable del caso Petrobras en la primera instancia judicial, “tiene un proceso judicial nulo, que generó una sentencia nula porque no hay evidencia de inmuebles y autos (…) no hay nada que pueda demostrar que el expresidente haya recibido estas propiedades”.
El abogado de Lula añadió que para estas acusaciones se tiene que tener “pruebas y nexos” con la empresa y funcionarios que presuntamente estén involucrados, “pero no hay pruebas de eso”.
“Estoy muy tranquilo y estoy con la conciencia de que no he cometido ningún delito”, dijo.
“Hay solo una cosa que me sacará de las calles de este país y será el día que yo muera. Hasta entonces estará peleando por una sociedad más justa. Sea cual sea el resultado de la prueba, sigo en la lucha por la dignidad de las personas en este país”.
(Tomado de Telesur)
Lula fue sentenciado por el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF-4), en Porto Alegre, conformado por los jueces Joao Pedro Gebran Neto, Leando Paulsen y Victor Luiz dos Santos Laus. Los tres votaron por aumentar la condena de 9 años y 6 meses a 12 años y un mes de prisión.
La defensa de Lula y la mayoría de los juristas descartan que el exmandatario vaya a prisión de forma automática y esto solo ocurrirá después del análisis de todos los recursos.
La condena se basó en un apartamento en una playa de São Paulo que supuestamente fue regalado al exmandatario por una empresa que hacía negocios con su gobierno (2003-2010). Sin embargo, esa propiedad nunca ha estado a nombre de Lula.
El juicio a Lula ha sido señalado de ser una estrategia de las élites para detener la candidatura presidencial de Lula, un referente de la izquierda de toda América Latina, y favorito en las encuestas electorales.
Tras la argumentación de los abogados, los jueces Gebran Neto, Leandro Paulsen y Victor Laus, encargados del caso, deliberaron en dos partes. La primera constó de una discusión de las preliminares sobre las intervenciones y la segunda fase son las pruebas en relación a las acusaciones y la votación.
Desde el inicio del juicio, los brasileños se mantuvieron en las calles en apoyo a Lula y en defensa de su candidatura presidencial.
Argumentos de los jueces
Las acusaciones contra Lula se basan en una supuesta propiedad obtenida como coima de la constructora OAS para favorecer contratos millonarios con Petrobras. Señalan que se trata de un apartamento de playa ubicado en São Paulo.Sin embargo, esta propiedad no está a nombre de Lula sino de la constructora que compró el apartamento a la cooperativa Bancoop cuando esta se declaró en bancarrota.
El juez federal Sergio Moro sentenció en primera instancia a Lula a nueve años y medio de prisión.
En esta segunda instancia, el juez João Pedro Gebran Neto fue el primero en intervenir y votó en contra de Lula, además sugirió que al expresidente se le aumente la condena a 12 años y un mes de prisión.
La segunda intervención, la realizó el juez Leandro Paulsen y opinó que “da igual lo alto que uno esté, la ley está todavía más alta que usted”. Sumó su voto en contra de Lula y apoyó su enjuiciamiento por corrupción.
Por último, el tercer juez, Victor Laus, votó a favor de la condena bajo el argumento de que su decisión debe concordar con la de Leandro Paulsen y João Pedro Gebran Neto. Dijo que Lula obtuvo beneficios en su posición como presidente de Brasil.
Abogado defensor de Lula
Cristiano Zanin, abogado defensor de Lula, argumentó que los fiscales brasileños trataron desde el principio al expresidente como culpable y consideró que esta acción es un “abuso a sus derechos” ya que “hay ausencia de pruebas”.Explicó que “no hay pruebas para identificar la denuncia, por ende tiene que ser denegada, lo que conllevaría a la nulidad del proceso”.
Asimismo, aseguró que el juez Moro, responsable del caso Petrobras en la primera instancia judicial, “tiene un proceso judicial nulo, que generó una sentencia nula porque no hay evidencia de inmuebles y autos (…) no hay nada que pueda demostrar que el expresidente haya recibido estas propiedades”.
El abogado de Lula añadió que para estas acusaciones se tiene que tener “pruebas y nexos” con la empresa y funcionarios que presuntamente estén involucrados, “pero no hay pruebas de eso”.
Lula: Sigo en la lucha por la dignidad
El expresidente brasileño, Lula da Silva, antes de conocer su sentencia, se pronunció a través de su cuenta personal de Twitter y agradeció a “los brasileños que están aquí conmigo. Los compañeros del MST, el levantamiento Popular. Un beso en el corazón”.“Estoy muy tranquilo y estoy con la conciencia de que no he cometido ningún delito”, dijo.
“Hay solo una cosa que me sacará de las calles de este país y será el día que yo muera. Hasta entonces estará peleando por una sociedad más justa. Sea cual sea el resultado de la prueba, sigo en la lucha por la dignidad de las personas en este país”.
(Tomado de Telesur)
Lula pide a sus compatriotas que no bajen la cabeza ni se desanimen
El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, pidió
este miércoles a sus compatriotas que no bajen la cabeza nunca ni se
desanimen y advirtió que hay quienes creen erróneamente que prendiéndolo
a él terminará la lucha.
Quieren quitarnos el derecho a soñar, a ser felices, a tener esperanza, dijo el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) a unas 50 mil personas congregadas en la Plaza de la República de la populosa urbe de Sao Paulo, en un acto en defensa de la democracia y del derecho de Lula a contender en las próximas elecciones presidenciales.
Refiriéndose a la decisión del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF4), que hoy aprobó por unanimidad mantener e incluso aumentar la condena dictada contra él en julio pasado por el juez Sergio Moro, aseveró que “nunca tuve ninguna ilusión” con la decisión de ese órgano y con el comportamiento de los tres jueces actuantes.
“La decisión la respeto porque es de ellos; pero lo que no acepto es la mentira en la cual se basaron para tomarla”, dijo y exigió que digan cuál fue el delito que cometió.
Como antes desafié al Ministerio Público de la operación Lava Jato, a la policía federal y al juez Moro, ahora estoy desafiando a esos tres jueces a que presenten un único delito que yo haya cometido, remarcó.
Lula afirmó asimismo que aun cuando quien estaba sentado hoy en el banquillo de los acusados era él, quien ya fue condenado es el pueblo brasileño con el golpe (perpetrado contra la presidenta constitucional Dilma Rousseff) y que está acabando con las conquistas de los gobiernos petistas, sobre todo en el área educacional.
El exmandatario sostuvo también que el manifiesto interés de las élites brasileñas por apartarlo de la contienda presidencial de octubre próximo constituye una provocación de tal envergadura ‘que ahora sí quiero ser candidato’.
Vamos a regresar para probar una vez más que el pueblo pobre no es un problema, sino la solución para este país, manifestó el líder histórico, quien reclamó además que no se preocupen por él, sino por lo que está sucediendo con los millones de brasileños que viven de su salario.
Las cosas, advirtió, van a empeorar si se aprueba la reforma del sistema de pensiones; el trabajo con contrato desaparecerá y será suplido por el trabajo intermitente y mal remunerado.
Por último, adelantó su decisión de continuar recorriendo el país, en la que definió como una caminata por la libertad, la democracia y los derechos del pueblo trabajador.
(Con información de Prensa Latina)
Quieren quitarnos el derecho a soñar, a ser felices, a tener esperanza, dijo el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) a unas 50 mil personas congregadas en la Plaza de la República de la populosa urbe de Sao Paulo, en un acto en defensa de la democracia y del derecho de Lula a contender en las próximas elecciones presidenciales.
Refiriéndose a la decisión del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF4), que hoy aprobó por unanimidad mantener e incluso aumentar la condena dictada contra él en julio pasado por el juez Sergio Moro, aseveró que “nunca tuve ninguna ilusión” con la decisión de ese órgano y con el comportamiento de los tres jueces actuantes.
“La decisión la respeto porque es de ellos; pero lo que no acepto es la mentira en la cual se basaron para tomarla”, dijo y exigió que digan cuál fue el delito que cometió.
Como antes desafié al Ministerio Público de la operación Lava Jato, a la policía federal y al juez Moro, ahora estoy desafiando a esos tres jueces a que presenten un único delito que yo haya cometido, remarcó.
Lula afirmó asimismo que aun cuando quien estaba sentado hoy en el banquillo de los acusados era él, quien ya fue condenado es el pueblo brasileño con el golpe (perpetrado contra la presidenta constitucional Dilma Rousseff) y que está acabando con las conquistas de los gobiernos petistas, sobre todo en el área educacional.
El exmandatario sostuvo también que el manifiesto interés de las élites brasileñas por apartarlo de la contienda presidencial de octubre próximo constituye una provocación de tal envergadura ‘que ahora sí quiero ser candidato’.
Vamos a regresar para probar una vez más que el pueblo pobre no es un problema, sino la solución para este país, manifestó el líder histórico, quien reclamó además que no se preocupen por él, sino por lo que está sucediendo con los millones de brasileños que viven de su salario.
Las cosas, advirtió, van a empeorar si se aprueba la reforma del sistema de pensiones; el trabajo con contrato desaparecerá y será suplido por el trabajo intermitente y mal remunerado.
Por último, adelantó su decisión de continuar recorriendo el país, en la que definió como una caminata por la libertad, la democracia y los derechos del pueblo trabajador.
(Con información de Prensa Latina)
Evo Morales manifiesta solidaridad ante condena de Lula da Silva
El presidente de Bolivia, Evo Morales,
manifestó hoy su solidaridad ante la ratificación y ampliación a 12 años
y un mes de condena del exmandatario brasileño Lula da Silva.
En su cuenta oficial de la red social Twitter, Morales expresó su pesar por la injusta sentencia a Lula da Silva, quien “es víctima de una conspiración que busca impedir que sea candidato y gane las elecciones con el apoyo del pueblo al que le dedicó toda su vida”, aseveró.
La sentencia, a cargo del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región del gigante suramericano, confirmó y aumentó la sentencia impuesta por el juez Sergio Moro en julio pasado por presunta corrupción pasiva y lavado de dinero.
En otro tuit, el jefe de Estado de la nación andino amazónica le expresó toda su confianza y le deseó fuerza, toda vez que “aún quedan muchas batallas por luchar y ganar”.
“Su verdad triunfará. Los obreros, originarios, trabajadores y pueblos antiimperialistas estamos contigo”, concluyó Morales.
Según especialistas del tema, el expresidente brasileño puede acudir a otros recursos de apelación, por lo cual no irá inmediatamente a prisión, aunque la ley brasileña establece que los condenados por corrupción no pueden aspirar a cargos públicos.
En su cuenta oficial de la red social Twitter, Morales expresó su pesar por la injusta sentencia a Lula da Silva, quien “es víctima de una conspiración que busca impedir que sea candidato y gane las elecciones con el apoyo del pueblo al que le dedicó toda su vida”, aseveró.
La sentencia, a cargo del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región del gigante suramericano, confirmó y aumentó la sentencia impuesta por el juez Sergio Moro en julio pasado por presunta corrupción pasiva y lavado de dinero.
En otro tuit, el jefe de Estado de la nación andino amazónica le expresó toda su confianza y le deseó fuerza, toda vez que “aún quedan muchas batallas por luchar y ganar”.
“Su verdad triunfará. Los obreros, originarios, trabajadores y pueblos antiimperialistas estamos contigo”, concluyó Morales.
Según especialistas del tema, el expresidente brasileño puede acudir a otros recursos de apelación, por lo cual no irá inmediatamente a prisión, aunque la ley brasileña establece que los condenados por corrupción no pueden aspirar a cargos públicos.
Comenzó juicio contra Lula da Silva (+ Infografía)
| CUBADEBATE
El juicio contra Luiz Inácio Lula da Silva, exmandatario más popular
de Brasil y candidato favorito a las elecciones presidenciales de
octubre, comenzó este miércioles en Porto Alegre, donde tres jueces de
la segunda instancia revisan la condena de nueve años y medio de cárcel
que en agosto pasado emitió el juez de la Operación Lava Jato, Sérgio
Moro, contra Lula.
La sesión fue abierta por el juez Leandro Paulsen, quien explicó como será el juicio. Primero hablará el instructor Joao Pedro Gebran Neto. Después, lo hará un representante de la Fiscalía General. Luego será el turno de los abogados, y luego viene la votación, reseñan medios internacionales.
El sistema judicial condenó a Lula, sin pruebas, por presunto “soborno” al sostener que supuestamente el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) recibiera un apartamento como medio de pago por parte de la Constructora OAS, lo que el juez Sergio Moro, quien investiga la trama de corrupción de Petrobras, calificó como “corrupción pasiva y blanqueo de dinero”.
El líder de izquierda y sus seguidores defienden su inocencia, argumentando que no existen pruebas contundentes en el caso, y responsabilizan a todo el sistema judicial de Brasil, así como a los medios de comunicación que no difunden la verdad, todo con el fin de no dejar participar a Lula, en la próxima contienda electoral del país.
Moro, el juez que sentenció a Lula, ha sido exaltado por los medios hegemónicos de comunicación, con la todopoderosa Globo a la cabeza (uno de los tres conglomerados más grandes del sector en todo el mundo).
El juez Moro, despreció declaraciones de 73 testimonios, tanto convocados por la fiscalía como por la defensa de Lula da Silva, y se basó exclusivamente en la denuncia de Leo Pinheiro, dueño de la constructora OAS, diciendo que el departamento fue regalado al ex presidente como compensación por contratos junto a la estatal Petrobras. Lo más notable es que los testigos de acusación también exculparon al ex presidente.
Por su parte, el relator del caso, Joao Pedro Gebran, no esconde su afiliación a la “doctrina Moro”, el año pasado declaró durante una visita a Argentina que es posible condenar a alguien sin que haya pruebas robustas en su contra.
El abogado de Lula, Cristiano Zanin ha denunciado en reiteradas oportunidades una “Warfare” (guerra judicial) contra Lula y la semana pasada presentó más evidencias de que el departamento que se le imputa no es propiedad de Lula, sino de la constructora OAS. Una evidencia poco menos que lapidaria.
En Porto Alegre se han dado en las últimas semanas movilizaciones en apoyo al ex presidente en el periodo 2003-2011. En el día de ayer se vivió uno de los mayores acto público de la historia de la citada ciudad, cuando 70 mil personas se volcaron a las calles en apoyo a Lula.
(Con información de AVN)
La sesión fue abierta por el juez Leandro Paulsen, quien explicó como será el juicio. Primero hablará el instructor Joao Pedro Gebran Neto. Después, lo hará un representante de la Fiscalía General. Luego será el turno de los abogados, y luego viene la votación, reseñan medios internacionales.
El sistema judicial condenó a Lula, sin pruebas, por presunto “soborno” al sostener que supuestamente el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) recibiera un apartamento como medio de pago por parte de la Constructora OAS, lo que el juez Sergio Moro, quien investiga la trama de corrupción de Petrobras, calificó como “corrupción pasiva y blanqueo de dinero”.
El líder de izquierda y sus seguidores defienden su inocencia, argumentando que no existen pruebas contundentes en el caso, y responsabilizan a todo el sistema judicial de Brasil, así como a los medios de comunicación que no difunden la verdad, todo con el fin de no dejar participar a Lula, en la próxima contienda electoral del país.
Moro, el juez que sentenció a Lula, ha sido exaltado por los medios hegemónicos de comunicación, con la todopoderosa Globo a la cabeza (uno de los tres conglomerados más grandes del sector en todo el mundo).
El juez Moro, despreció declaraciones de 73 testimonios, tanto convocados por la fiscalía como por la defensa de Lula da Silva, y se basó exclusivamente en la denuncia de Leo Pinheiro, dueño de la constructora OAS, diciendo que el departamento fue regalado al ex presidente como compensación por contratos junto a la estatal Petrobras. Lo más notable es que los testigos de acusación también exculparon al ex presidente.
Por su parte, el relator del caso, Joao Pedro Gebran, no esconde su afiliación a la “doctrina Moro”, el año pasado declaró durante una visita a Argentina que es posible condenar a alguien sin que haya pruebas robustas en su contra.
El abogado de Lula, Cristiano Zanin ha denunciado en reiteradas oportunidades una “Warfare” (guerra judicial) contra Lula y la semana pasada presentó más evidencias de que el departamento que se le imputa no es propiedad de Lula, sino de la constructora OAS. Una evidencia poco menos que lapidaria.
En Porto Alegre se han dado en las últimas semanas movilizaciones en apoyo al ex presidente en el periodo 2003-2011. En el día de ayer se vivió uno de los mayores acto público de la historia de la citada ciudad, cuando 70 mil personas se volcaron a las calles en apoyo a Lula.
(Con información de AVN)
Dilma califica juicio contra Lula como “nuevo acto del golpe en Brasil”
La ex presidenta de Brasil Dilma Rousseff aseguró que el juicio al
que se enfrenta hoy su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, es un nuevo
acto de un “golpe” en el país suramericano, que comenzó con su destitución hace año y medio.
“Yo creo que el golpe que se produjo en Brasil en 2016 no es un acto aislado. Es un proceso. Y el ‘impeachment’ fue el acto inaugural”, dijo en una entrevista al diario español “El País”.
Rousseff fue apartada de la presidencia brasileña en 2016, acusada de maniobras contables para maquillar el déficit fiscal sin pedir autorización al Congreso, lo que hizo subir al cargo a Michel Temer.
La expresidenta aseguró que, después de adoptar medidas como una reforma laboral y una ley para limitar el gasto público, el actual Gobierno quiere continuar su programa y para ello “se quita de en medio la mayor amenaza para este proyecto: el presidente Lula”.
Un tribunal brasileño decidirá hoy si confirma o revoca la sentencia a nueve años y medio de prisión a la que Lula fue condenado en primera instancia en julio de 2017 por presuntamente recibir un apartamento como soborno de una constructora.
El juicio comenzó este miércoles, sin la presencia del inculpado. Cientos de manifestantes, tanto partidarios como opositores de Lula, se concentraron en las inmediaciones del tribunal en el que se desarrolla una audiencia, que se prevé larga.
Rousseff recordó que Lula es el favorito en las encuestas de cara a las elecciones de octubre en Brasil y que “tiene casi un 40 por ciento de las intenciones de voto”.
“El rechazo popular construido a lo largo del proceso de impeachment y de las grandes manifestaciones en la calle se ha diluido. Si Lula no es retirado de la carrera, ganará las elecciones”, destacó.
La ex mandataria brasileña descartó que su partido tenga un “plan B”. “Si lo tuviéramos, estaríamos haciéndoles el juego. ¿Por qué vamos a quitar a Lula de la carrera por una acusación de la que creemos que es inocente? ¿Para ganar las elecciones? ¿Qué elección merece que sea repudiado un líder del tamaño de Lula por una acusación? ¿Qué cobardía es esa? ¿Para diversión de los golpistas, de esa derecha y de esa oligarquía atrasada del país?”, señaló.
Más que a Temer, Rousseff culpó de las maniobra a Eduardo Cunha, miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, ahora encarcelado por corrupción, que fue presidente de la Cámara de Diputados que facilitó la tramitación parlamentaria del “impeachment” contra la ex mandataria.
“Él es la mente por detrás del proceso, quien lo hace viable legislativamente y rompe la alianza que sostenía al Gobierno”, zanjó.
(Tomado de Deutsche Welle)
“Yo creo que el golpe que se produjo en Brasil en 2016 no es un acto aislado. Es un proceso. Y el ‘impeachment’ fue el acto inaugural”, dijo en una entrevista al diario español “El País”.
Rousseff fue apartada de la presidencia brasileña en 2016, acusada de maniobras contables para maquillar el déficit fiscal sin pedir autorización al Congreso, lo que hizo subir al cargo a Michel Temer.
La expresidenta aseguró que, después de adoptar medidas como una reforma laboral y una ley para limitar el gasto público, el actual Gobierno quiere continuar su programa y para ello “se quita de en medio la mayor amenaza para este proyecto: el presidente Lula”.
Un tribunal brasileño decidirá hoy si confirma o revoca la sentencia a nueve años y medio de prisión a la que Lula fue condenado en primera instancia en julio de 2017 por presuntamente recibir un apartamento como soborno de una constructora.
El juicio comenzó este miércoles, sin la presencia del inculpado. Cientos de manifestantes, tanto partidarios como opositores de Lula, se concentraron en las inmediaciones del tribunal en el que se desarrolla una audiencia, que se prevé larga.
Juicios y movilizaciones
Rousseff defendió a su compañero del Partido de los Trabajadores (PT) y rechazó que esa vivienda le perteneciera. “Si él fuese condenado, vamos a usar todos los instrumentos jurídicos que están a nuestra disposición. Vamos a hacer todas las movilizaciones de que somos capaces”, dijo.Rousseff recordó que Lula es el favorito en las encuestas de cara a las elecciones de octubre en Brasil y que “tiene casi un 40 por ciento de las intenciones de voto”.
“El rechazo popular construido a lo largo del proceso de impeachment y de las grandes manifestaciones en la calle se ha diluido. Si Lula no es retirado de la carrera, ganará las elecciones”, destacó.
La ex mandataria brasileña descartó que su partido tenga un “plan B”. “Si lo tuviéramos, estaríamos haciéndoles el juego. ¿Por qué vamos a quitar a Lula de la carrera por una acusación de la que creemos que es inocente? ¿Para ganar las elecciones? ¿Qué elección merece que sea repudiado un líder del tamaño de Lula por una acusación? ¿Qué cobardía es esa? ¿Para diversión de los golpistas, de esa derecha y de esa oligarquía atrasada del país?”, señaló.
“No hay Plan B”
“Los que quieren un plan B son los mismos que querían que yo renunciara. ¿Y por qué querían eso? ¿Por qué tenían alguna consideración por mí? ¡No! Porque si yo hubiese renunciado impediría el striptease político de lo que era claramente un golpe”, añadió.Más que a Temer, Rousseff culpó de las maniobra a Eduardo Cunha, miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, ahora encarcelado por corrupción, que fue presidente de la Cámara de Diputados que facilitó la tramitación parlamentaria del “impeachment” contra la ex mandataria.
“Él es la mente por detrás del proceso, quien lo hace viable legislativamente y rompe la alianza que sostenía al Gobierno”, zanjó.
(Tomado de Deutsche Welle)
Lula: “La única decisión justa sería la absolución”
El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva consideró hoy que
la única decisión “justa” de su juicio de apelación sería la
absolución, aunque advirtió que si es condenado “no pasa nada, tenemos
por delante mucho tiempo para intentar demostrar el equívoco”.
“Tengo certeza absoluta de que no cometí ningún crimen”, dijo Lula ante cientos de seguidores en el Sindicato de Metalúrgicos de San Bernardo do Campo, en el estado de Sao Paulo, donde el exmandatario inició su carrera política.
Lula, quien iba vestido de rojo, señaló que el tribunal de apelación en Porto Alegre, en el sur del país, analizaba su recurso de apelación a la condena de primera instancia a nueve años y medio de cárcel, y vinculó su condena a un proceso político de la derecha iniciado con el impeachment (juicio político) a Dilma Rousseff.
“Lo que pasa conmigo es muy poco con lo que está pasando con millones de desempleados en este país”, enfatizó el exmandatario, quien gobernó entre 2003 y 2010 y aspira a un tercer mandato si resulta electo en octubre próximo.
“La única decisión justa sería la absolución”, aseveró el exsindicalita que reiteró -como ya dijo el martes ante miles de seguidores que viajaron a Porto Alegre-, que “sólo el día que muera” dejará de luchar.
Advirtió que “millones de personas serán sacrificadas por la reforma de las pensiones” si el Partido de los Trabajadores (PT) que fundó no vuelve al poder en las elecciones generales de octubre, y criticó que tras el impeachment que destituyó a Rousseff -considerado como un golpe por la izquierda- el pueblo está “anestesiado”.
El juez instructor del tribunal de apelación -uno de los tres que votarán este miércoles- ya anunció esta mañana que considera a Lula culpable, por lo que si otro de los dos magistrados vota de la misma forma la sentencia contra Lula sería en firme y el expresidente podría quedar inhabilitado.
Juristas llevan semanas discutiendo si la Ley de Ficha Limpia -que impide a condenados por corrupción en segunda instancia presentarse a elecciones-, se aplicará ipso facto en caso de que Lula sea declarado de nuevo culpable y, eventualmente encarcelado, tras la sesión de este miércoles.
Si dos de los tres jueces votan a favor de su condena, Lula tendría derecho todavía a un recurso en la sede judicial, mientras que si hay decisión unánime algunos juristas indican que la sentencia sería firme, lo que podría conllevar su encarcelación, y sólo quedaría la opción de recurrir al Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil.
“Tengo certeza absoluta de que no cometí ningún crimen”, dijo Lula ante cientos de seguidores en el Sindicato de Metalúrgicos de San Bernardo do Campo, en el estado de Sao Paulo, donde el exmandatario inició su carrera política.
Lula, quien iba vestido de rojo, señaló que el tribunal de apelación en Porto Alegre, en el sur del país, analizaba su recurso de apelación a la condena de primera instancia a nueve años y medio de cárcel, y vinculó su condena a un proceso político de la derecha iniciado con el impeachment (juicio político) a Dilma Rousseff.
“Lo que pasa conmigo es muy poco con lo que está pasando con millones de desempleados en este país”, enfatizó el exmandatario, quien gobernó entre 2003 y 2010 y aspira a un tercer mandato si resulta electo en octubre próximo.
“La única decisión justa sería la absolución”, aseveró el exsindicalita que reiteró -como ya dijo el martes ante miles de seguidores que viajaron a Porto Alegre-, que “sólo el día que muera” dejará de luchar.
Advirtió que “millones de personas serán sacrificadas por la reforma de las pensiones” si el Partido de los Trabajadores (PT) que fundó no vuelve al poder en las elecciones generales de octubre, y criticó que tras el impeachment que destituyó a Rousseff -considerado como un golpe por la izquierda- el pueblo está “anestesiado”.
El juez instructor del tribunal de apelación -uno de los tres que votarán este miércoles- ya anunció esta mañana que considera a Lula culpable, por lo que si otro de los dos magistrados vota de la misma forma la sentencia contra Lula sería en firme y el expresidente podría quedar inhabilitado.
Juristas llevan semanas discutiendo si la Ley de Ficha Limpia -que impide a condenados por corrupción en segunda instancia presentarse a elecciones-, se aplicará ipso facto en caso de que Lula sea declarado de nuevo culpable y, eventualmente encarcelado, tras la sesión de este miércoles.
Si dos de los tres jueces votan a favor de su condena, Lula tendría derecho todavía a un recurso en la sede judicial, mientras que si hay decisión unánime algunos juristas indican que la sentencia sería firme, lo que podría conllevar su encarcelación, y sólo quedaría la opción de recurrir al Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil.
Cuba reitera su respaldo y solidaridad con Lula da Silva
| CUBADEBATE
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba ha conocido el fallo del tribunal de segunda instancia en relación con la condena al ex presidente de la República Federativa de Brasil y líder del Partido de los Trabajadores Luiz Inácio Lula Da Silva.
El Ministerio de Relaciones Exteriores reitera su respaldo y solidaridad con el compañero Lula, quien es objeto de la más feroz persecución política y judicial con el fin de impedir su candidatura a la Presidencia.
La Habana, 24 de enero del 2018
Jean-Luc Mélenchon rechaza la condena a Lula y acusa a Temer de "presidente corrupto hasta la médula ósea"
"Los corruptos que gobiernan este país por allanamiento condenan a Lula en apelación a 12 años y 1 meses de prisión firme por corrupción. Un escándalo organizado por el matón Temer, presidente corrupto hasta la médula ósea que ya había hecho condenar y destituir a la presidenta Dilma Roussef con la complicidad de los jueces", escribió el político francés en sus redes sociales.
Jean-Luc Mélenchon, líder de la formación de izquierda radical
Francia Insumisa que participó de las pasadas elecciones presidenciales
en Francia y principal voz de la oposición del Gobierno de Emmanuel
Macron, se pronunció en sus redes sociales tras la ratificación de la
condena contra el exmandatario de Brasil. Luiz Inacio Lula da Silva.
“Brasil repugnante”, escribió y agregó “los corruptos que gobiernan este país por allanamiento condenan a Lula en apelación a 12 años y 1 meses de prisión firme por corrupción. Un escándalo organizado por el matón Temer, presidente corrupto hasta la médula ósea que ya había hecho condenar y destituir a la presidenta Dilma Roussef con la complicidad de los jueces”.
Al igual que el manifiesto que el político francés ya había afirmado a favor de la candidatura presidencial de Lula, escribió que el objetivo de la condena “es impedir que Lula vuelva a ser candidato, ya que todas las encuestas lo daban en las elecciones presidenciales de octubre”.
“¡Una negación de democracia! Los corruptos y los Estados Unidos dirigen sin límite Brasil”, denunció y llamó a “la Acción Popular”.
“En apoyo al principal líder político de la historia política de América Latina, El Partido de la Izquierda denuncia este juicio arbitrario sobre el cual los juristas internacionales de todos los bordes han detectado graves irregularidades de procedimientos como el uso inadecuado de las confesiones premiadas para la obtención pruebas, la connivencia demostrada entre los magistrados de la primera y segunda instancia, la realización de un juicio de manera inusualmente acelerada, sigue siendo la incompatibilidad entre el objeto de la acusación contra Lula y los hechos que la sentencia ha intentado demostrar”.
El texto agrega que “esta denegación de justicia, como el golpe de Estado institucional de Temer habrían sido imposible sin el apoyo activo de Estados Unidos que desde Honduras a Argentina retoman sus viejos hábitos de injerencia en los asuntos internos de los estados de América Latina”.
El Partido de la Izquierda francés recalca el apoyo popular de Lula y la unión de los líderes políticos de la izquierda de Brasil que se pronunciaron en apoyo al exmandatario tras conocer la sentencia. “Lula goza de una gran base popular y continuará su campaña más bella. Sólo una posible condena por la justicia electoral a partir del mes de agosto, una vez que la campaña electoral sea lanzada podría impedir a Lula defender el único proyecto político capaz de poner fin a la destrucción del Estado de derecho iniciado por el gobierno Temer desde el golpe Estado de 2016″, expresa el texto.
El comunicado también destaca las movilizaciones en todo el país en defensa de la candidatura de Lula, y menciona la ocupación de la empresa de televisión O Globo, acusada de ejercer una cobertura mediática parcial contra el exmandatario.
“La prueba es que desde las 10 de la mañana, una hora después del inicio del juicio y bien adviento la conclusión de la sentencia del primer juez, otro grupo privado de televisión, Bandeirantes, ya había filtrado la información de la condena por unanimidad. Es inaceptable que un Estado como Brasil tenga una justicia tan impresionable y arbitraria”, denuncia el texto.
“El Partido de la Izquierda mantiene la esperanza de que la ira popular haga doblar en la calle a los jueces corruptos y permita la celebración de elecciones verdaderamente democráticas en Brasil, y apoya las movilizaciones populares que pretenden apoyar la liberación de Lula y la caída del sistema Temer”, concluye el texto.
“Brasil repugnante”, escribió y agregó “los corruptos que gobiernan este país por allanamiento condenan a Lula en apelación a 12 años y 1 meses de prisión firme por corrupción. Un escándalo organizado por el matón Temer, presidente corrupto hasta la médula ósea que ya había hecho condenar y destituir a la presidenta Dilma Roussef con la complicidad de los jueces”.
Al igual que el manifiesto que el político francés ya había afirmado a favor de la candidatura presidencial de Lula, escribió que el objetivo de la condena “es impedir que Lula vuelva a ser candidato, ya que todas las encuestas lo daban en las elecciones presidenciales de octubre”.
“¡Una negación de democracia! Los corruptos y los Estados Unidos dirigen sin límite Brasil”, denunció y llamó a “la Acción Popular”.
“Lula, el indispensable candidato del pueblo contra la oligarquía”
Poco después compartió el texto del Le Parti de Gauche (Partido de la Izquierda), de Francia que denuncia las irregularidades y falta de pruebas en el juicio contra Lula titulado “Lula, el indispensable candidato del pueblo contra la oligarquía”.“En apoyo al principal líder político de la historia política de América Latina, El Partido de la Izquierda denuncia este juicio arbitrario sobre el cual los juristas internacionales de todos los bordes han detectado graves irregularidades de procedimientos como el uso inadecuado de las confesiones premiadas para la obtención pruebas, la connivencia demostrada entre los magistrados de la primera y segunda instancia, la realización de un juicio de manera inusualmente acelerada, sigue siendo la incompatibilidad entre el objeto de la acusación contra Lula y los hechos que la sentencia ha intentado demostrar”.
El texto agrega que “esta denegación de justicia, como el golpe de Estado institucional de Temer habrían sido imposible sin el apoyo activo de Estados Unidos que desde Honduras a Argentina retoman sus viejos hábitos de injerencia en los asuntos internos de los estados de América Latina”.
El Partido de la Izquierda francés recalca el apoyo popular de Lula y la unión de los líderes políticos de la izquierda de Brasil que se pronunciaron en apoyo al exmandatario tras conocer la sentencia. “Lula goza de una gran base popular y continuará su campaña más bella. Sólo una posible condena por la justicia electoral a partir del mes de agosto, una vez que la campaña electoral sea lanzada podría impedir a Lula defender el único proyecto político capaz de poner fin a la destrucción del Estado de derecho iniciado por el gobierno Temer desde el golpe Estado de 2016″, expresa el texto.
El comunicado también destaca las movilizaciones en todo el país en defensa de la candidatura de Lula, y menciona la ocupación de la empresa de televisión O Globo, acusada de ejercer una cobertura mediática parcial contra el exmandatario.
“La prueba es que desde las 10 de la mañana, una hora después del inicio del juicio y bien adviento la conclusión de la sentencia del primer juez, otro grupo privado de televisión, Bandeirantes, ya había filtrado la información de la condena por unanimidad. Es inaceptable que un Estado como Brasil tenga una justicia tan impresionable y arbitraria”, denuncia el texto.
“El Partido de la Izquierda mantiene la esperanza de que la ira popular haga doblar en la calle a los jueces corruptos y permita la celebración de elecciones verdaderamente democráticas en Brasil, y apoya las movilizaciones populares que pretenden apoyar la liberación de Lula y la caída del sistema Temer”, concluye el texto.
SOLIDARIDAD
En vísperas del juicio a Lula, manifiesto en su defensa alcanza más de 200 mil firmas
Yanis Varoufakis, Pilar del Río y Noam Chomski firmaron la petición "Elecciones sin Lula serían un fraude"
Más de 200 mil personas firmaron hasta la mañana de este martes (23), el manifiesto Elecciones sin Lula serían un fraude,
en la víspera del juicio en segunda instancia al ex presidente
brasileño en el Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF4), en
la ciudad de Porto Alegre, en el sur del país.
Las firmas vienen de todas las regiones de Brasil y del
mundo. La semana pasada el canciller y ex ministro brasileño Celso
Amorim había informado que el 10% de los signatarios es argentino.
Entre los signatarios están el economista griego Yanis
Varoufakis y la escritora Pilar del Río Sánchez, presidenta de la
Fundación José Saramago. También firmaron el documento los escritores
Eric Nepomuceno, Miguel Souza Tavares (Portugal), Milton Hatoum y Raduan
Nassar y los actores Marieta Severo y Wagner Moura. La semana pasada
diversos artistas e intelectuales participaron de actos en defensa de
Lula en las ciudades de Rio de Janeiro y São Paulo.
Los ex presidentes José Pepe Mujica (Uruguay), Rafael
Correa (Ecuador), Cristina Kirchner (Argentina) y Ernesto Samper
(Colombia) también firmaron el documento, al igual que el filósofo
norteamericano Noam Chomsky, el cineasta Costa-Gravas, el sociólogo
portugués Boaventura de Sousa Santos y el ex ministro italiano Massimo
D`Alema. Los posibles candidatos en las elecciones presidenciales de
2018, Aldo Rebelo, del Partido Socialista Brasileño (PSB) y Manuela
D’Ávila, del Partido Comunista de Brasil (PCdoB) también reforzaron su
apoyo a Lula. El líder del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST),
Guilherme Boulos, también ha declarado su apoyo a la candidatura de
Lula.
La economista brasileña Maria da Conceição Tavares, las
académicas Lilia Moritz Schwarcz y Maria Victoria Benevides, de la
Universidad de São Paulo, Michael Kennedy, de la Brown University (EUA),
el historiador Peter Burke y el geógrafo y ex canciller francés Michel
Foucher integran la lista de signatarios.
Lea la nota en Portugués.
Conozca el especial Lula y las elecciones de 2018.
Edición: Luiz Felipe Albuquerque | Traducción: Luiza Mançano
LUCHA DE CLASES
¿Por qué los movimientos populares apoyan al ex presidente Lula?
Dirigentes políticos hablan sobre el juicio que podría impedir la candidatura a la presidencia del líder de la izquierda
Campesinos
que conquistaron tierra para plantar, trabajadores sin techo que hoy
tienen casa propia, jóvenes de escuelas públicas que entraron en las
disputadas universidades federales. Además de todos que aún luchan por
ese derecho, para sí mismos y para toda la sociedad. Estas son algunas
de las personas que integran movimientos populares que están
manifestando su apoyo al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva en una
nueva etapa del juicio en el marco de la operación Lava Jato, que
investiga crímenes de corrupción en Brasil.
Unidos, los movimientos populares prometen salir a las calles en la semana del 24 de enero, fecha en que se realizará el juzgamiento en segunda instancia de Lula en Porto Alegre (RS). Será en la sede del Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF4), y sobre el caso relativo al apartamento triplex en Guarujá, región del litoral de São Paulo. Actos públicos están programados en distintas ciudades del país, inclusive en Porto Alegre.
“El juicio de Lula, el 24 de enero, representa la máxima expresión de la lucha de clases en Brasil”, afirma João Pedro Stedile, miembro de la coordinación nacional del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). “La presencia de miles de trabajadores en Porto Alegre coloca a la lucha de clases en su debido lugar. De un lado los tres poderes: Judicial, Legislativo y mediático –que representan el 1% de la población– y del otro, los trabajadores, con Lula y los movimientos populares”, dice.
El dirigente analiza también que la posible condena de Lula representa “un nuevo desdoblamiento golpista de la burguesía”, que comenzó con el impeachment en 2016. “La burguesía dio un golpe a la presidenta Dilma Rousseff e implementó políticas económicas que cargan en las espaldas de la clase trabajadora todo el peso de la crisis. Sin embargo, este plan golpista sólo se completa a largo plazo. Por eso quieren inviabilizar la candidatura de Lula. Por su trayectoria, porque él representa la síntesis de la clase trabajadora. Esa es la razón por la cual la disputa se concentra en Lula”, explica Stedile.
Marcelo Edmundo, dirigente nacional de la Central de Movimientos Populares (CMP) comparte el análisis del MST y señala que los movimientos tanto del campo como de la ciudad entienden que el caso de Lula revela una “persecución mañosa”. Él cree que eso está aconteciendo en función de lo que Lula representa para las clases populares: “Lula es el mayor líder popular de Brasil, y uno de los mayores del mundo. Lula es, sobre todo, el símbolo del ascenso social del pueblo. Eso incomoda profundamente a nuestras elites canallas”.
Persecución
Los movimientos afirman que el juicio a Lula es político, ya que no se basa en las pruebas concretas de los actos de los que es acusado –corrupción pasiva y lavado de dinero. O sea, en la condena en primera instancia, hecha por el juez Sergio Moro, en Curitiba (estado de Paraná), no fueron presentadas evidencias del crimen, algo que se mantiene en el juicio de segunda instancia. Y esa motivación política, para las organizaciones populares, tiene un objetivo: impedir que Lula se candidatice a la presidencia de la República este año.
Según el líder del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST), Guilherme Boulos, el ex presidente está sufriendo una persecución política, por medio del Poder Judicial, y por eso los movimientos están movilizados en su defensa. “Visiblemente existe una persecución al ex presidente Lula. No hubo un juzgamiento justo en la primera instancia de Justicia. Y, ahora, existe una actuación del Poder Judicial que apunta a impedir la participación de Lula en las elecciones de 2018. El país entero está viendo. Incluso, ajustaron los plazos del juicio para impedir su candidatura. Eso es un ataque brutal a la democracia”, señala.
Como ejemplo de lo que afirma Boulos, está el hecho de que el TRF4 adelantó el juicio en segunda instancia de Lula antes que otros procesos de la operación Lava Jato, cuyos recursos habían llegado antes al tribunal.
El apoyo al ex presidente Lula no es diferente entre los integrantes del Levante Popular de la Juventud, uno de los mayores movimientos populares juveniles del Brasil. La dirigente nacional de la organización, Jessy Dayane Silva Santos, destaca la falta de pruebas contra Lula y la manipulación mediática alrededor del proceso. "Hasta hoy no fue presentada una sola prueba contra el ex presidente. Pero igual los grandes medios de comunicación producen el caso como un espectáculo y ya lo condenaron hace mucho tiempo. El proceso ha avanzado en tiempo record, con el claro objetivo de inviabilizar su candidatura. Ellos saben que Lula es el candidato con más chances de ganar”, dijo a Brasil de Fato la joven dirigente.
Protestas
Además de la participación espontánea de diversas personas, los movimientos populares y sindicales promoverán manifestaciones por el país en la semana del juicio. Defendiendo la democracia brasileña, las protestas tienen como objetivo también defender el derecho de Lula a ser candidato y la participación soberana de la población en las elecciones.
En la opinión del campesino Ildo Lemes da Silva, de Río Grande do Sul, “defender a Lula es defender al pueblo brasileño”. Ildo es de la base social del MST y uno de los miles de trabajadores que fue beneficiado con las políticas públicas que mejoraron la calidad de vida de la población del campo durante los gobiernos de Lula.
"Cuando mi padre fue asentado por la reforma agraria, en los años 1980, él tenía que caminar 27 kilómetros para comprar un kilo de harina y un kilo de arroz para alimentarnos. No había ni ruta", relata.
El campesino relata que hoy la situación es bien diferente. "Nuestros asentamientos son los mayores productores de arroz agroecológico de América Latina. Gracias a las políticas de los gobiernos Lula y Dilma conseguimos desarrollar la agroindustria para procesar toda la cadena de producción de arroz, desde la plantación hasta el embalaje final. Producimos más de 5 millones de litros de leche sólo en las cooperativas de los asentamientos de la reforma agraria", dice Silva, que es uno de los miles que estará en Porto Alegre el día 24 de enero en la movilización en apoyo al ex presidente Lula.
Lea la nota en Portugués.
Unidos, los movimientos populares prometen salir a las calles en la semana del 24 de enero, fecha en que se realizará el juzgamiento en segunda instancia de Lula en Porto Alegre (RS). Será en la sede del Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF4), y sobre el caso relativo al apartamento triplex en Guarujá, región del litoral de São Paulo. Actos públicos están programados en distintas ciudades del país, inclusive en Porto Alegre.
“El juicio de Lula, el 24 de enero, representa la máxima expresión de la lucha de clases en Brasil”, afirma João Pedro Stedile, miembro de la coordinación nacional del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). “La presencia de miles de trabajadores en Porto Alegre coloca a la lucha de clases en su debido lugar. De un lado los tres poderes: Judicial, Legislativo y mediático –que representan el 1% de la población– y del otro, los trabajadores, con Lula y los movimientos populares”, dice.
El dirigente analiza también que la posible condena de Lula representa “un nuevo desdoblamiento golpista de la burguesía”, que comenzó con el impeachment en 2016. “La burguesía dio un golpe a la presidenta Dilma Rousseff e implementó políticas económicas que cargan en las espaldas de la clase trabajadora todo el peso de la crisis. Sin embargo, este plan golpista sólo se completa a largo plazo. Por eso quieren inviabilizar la candidatura de Lula. Por su trayectoria, porque él representa la síntesis de la clase trabajadora. Esa es la razón por la cual la disputa se concentra en Lula”, explica Stedile.
Marcelo Edmundo, dirigente nacional de la Central de Movimientos Populares (CMP) comparte el análisis del MST y señala que los movimientos tanto del campo como de la ciudad entienden que el caso de Lula revela una “persecución mañosa”. Él cree que eso está aconteciendo en función de lo que Lula representa para las clases populares: “Lula es el mayor líder popular de Brasil, y uno de los mayores del mundo. Lula es, sobre todo, el símbolo del ascenso social del pueblo. Eso incomoda profundamente a nuestras elites canallas”.
Persecución
Los movimientos afirman que el juicio a Lula es político, ya que no se basa en las pruebas concretas de los actos de los que es acusado –corrupción pasiva y lavado de dinero. O sea, en la condena en primera instancia, hecha por el juez Sergio Moro, en Curitiba (estado de Paraná), no fueron presentadas evidencias del crimen, algo que se mantiene en el juicio de segunda instancia. Y esa motivación política, para las organizaciones populares, tiene un objetivo: impedir que Lula se candidatice a la presidencia de la República este año.
Según el líder del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST), Guilherme Boulos, el ex presidente está sufriendo una persecución política, por medio del Poder Judicial, y por eso los movimientos están movilizados en su defensa. “Visiblemente existe una persecución al ex presidente Lula. No hubo un juzgamiento justo en la primera instancia de Justicia. Y, ahora, existe una actuación del Poder Judicial que apunta a impedir la participación de Lula en las elecciones de 2018. El país entero está viendo. Incluso, ajustaron los plazos del juicio para impedir su candidatura. Eso es un ataque brutal a la democracia”, señala.
Como ejemplo de lo que afirma Boulos, está el hecho de que el TRF4 adelantó el juicio en segunda instancia de Lula antes que otros procesos de la operación Lava Jato, cuyos recursos habían llegado antes al tribunal.
El apoyo al ex presidente Lula no es diferente entre los integrantes del Levante Popular de la Juventud, uno de los mayores movimientos populares juveniles del Brasil. La dirigente nacional de la organización, Jessy Dayane Silva Santos, destaca la falta de pruebas contra Lula y la manipulación mediática alrededor del proceso. "Hasta hoy no fue presentada una sola prueba contra el ex presidente. Pero igual los grandes medios de comunicación producen el caso como un espectáculo y ya lo condenaron hace mucho tiempo. El proceso ha avanzado en tiempo record, con el claro objetivo de inviabilizar su candidatura. Ellos saben que Lula es el candidato con más chances de ganar”, dijo a Brasil de Fato la joven dirigente.
Protestas
Además de la participación espontánea de diversas personas, los movimientos populares y sindicales promoverán manifestaciones por el país en la semana del juicio. Defendiendo la democracia brasileña, las protestas tienen como objetivo también defender el derecho de Lula a ser candidato y la participación soberana de la población en las elecciones.
En la opinión del campesino Ildo Lemes da Silva, de Río Grande do Sul, “defender a Lula es defender al pueblo brasileño”. Ildo es de la base social del MST y uno de los miles de trabajadores que fue beneficiado con las políticas públicas que mejoraron la calidad de vida de la población del campo durante los gobiernos de Lula.
"Cuando mi padre fue asentado por la reforma agraria, en los años 1980, él tenía que caminar 27 kilómetros para comprar un kilo de harina y un kilo de arroz para alimentarnos. No había ni ruta", relata.
El campesino relata que hoy la situación es bien diferente. "Nuestros asentamientos son los mayores productores de arroz agroecológico de América Latina. Gracias a las políticas de los gobiernos Lula y Dilma conseguimos desarrollar la agroindustria para procesar toda la cadena de producción de arroz, desde la plantación hasta el embalaje final. Producimos más de 5 millones de litros de leche sólo en las cooperativas de los asentamientos de la reforma agraria", dice Silva, que es uno de los miles que estará en Porto Alegre el día 24 de enero en la movilización en apoyo al ex presidente Lula.
Lea la nota en Portugués.
Edición: Vivian Fernandes | Tradução: Marcelo Aguilar
La Ley de Reforma Agraria
Por Martha Eugenia López Villeda *
Puede parecer un desorden al exponer las Hazañas de la Revolución Cubana; no es así, el proceso es muy amplio, dinámica y lleva a cabo la ejecución al mismos tiempo de varias Hazañas, que es necesario conocerlas para apreciar el extraordinario proceso revolucionario.
La Ley de Reforma Agraria fue firmada el 17 de mayo de 1959, a menos de cinco meses del triunfo de la Revolución, medida de beneficio popular, apreciando el gobierno norteamericano que se estaba ante un gobierno de nuevo tipo.
Fidel en su Alegato La Historia me Absolverá (octubre 16 de 1953): había denunciado la precaria e inhumana situación de los obreros del campo, de los agricultores pequeños y planteó entre las tres iniciativas y reformas las soluciones a dicha situación. Ese era el objetivo de la primera Ley de Reforma Agraria, así como de la Segunda Ley aprobada el 3 de octubre de 1963.
Fidel expone en el Informe Central al Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba (1975) “En la agricultura ocurrieron grandes transformaciones. Antes de la Revolución el 8 % de los propietarios poseían más del 70 % de las tierras, incluido los latifundios norteamericanos. Gran parte las explotaban directamente, el resto era trabajada en forma de arrendamiento, colonato o aparcería”.
“La primera Ley de Reforma Agraria entregó a título gratuito la propiedad de la tierra a más de 100 mil pequeños arrendatarios, colonos, aparceros y precaristas que la trabajaban personalmente, y puso en manos del Estado las grandes extensiones no parceladas que eran atendidas administrativamente por los terratenientes, pasando a ser explotadas por la nación como propiedad de todo el pueblo”. (1,)
“Esta primera Ley de Reforma Agraria afectó fundamentalmente a los monopolios yanquis y la oligarquía terrateniente. El límite de la propiedad privada quedó reducida a 402 hectáreas….-que afectaba esencialmente a una clase social reducida de grandes propietarios-….La burguesía agraria en términos generales había quedado intacta. Se hizo imprescindible tres años más tarde, el 3 de octubre de 1963, dictar una nueva Ley de Reforma Agraria que expropió las fincas mayores de 67 hectáreas, estableciendo éste como límite máximo a la propiedad privada de la tierra. Diez mil fincas aproximadamente fueron afectadas por la medida. El fondo de tierra propiedad de todo el pueblo se elevó al 70% de la superficie del país y constituyó la base para el desarrollo de las fuerzas productivas en gran parte de nuestra agricultura, sin ninguna traba en las relaciones de producción…” (2)
“Nuestros campos se han transformado no sólo estructuralmente sino también en el orden técnico y social.”(3 )
Ante la primera Ley de Reforma Agraria el Gobierno norteamericano vio afectados sus intereses y apreció que se desarrollaba un proceso nuevo en la Región, además fuera de su control, lo que no podía admitir procediendo a elaborar planes subversivos. “Empezaron por limitar y después obstaculizar el acceso a créditos y materias primas, el comercio, los servicios y la producción hasta suprimir la venta de recursos vitales para la nación, provocando la respuesta cubana de nacionalización de las compañías que se prestaban al boicot económico.” (4)
Cuba tuvo condiciones para el desarrollo de las producciones agrícolas, aplicó equipamiento y nuevas tecnologías. La población que abarcó las Leyes, comenzó a disfrutar de los beneficios que se fueron implementando por el Gobierno Revolucionario como los servicios de salud, la educación, acceso a la electricidad, vías de comunicación, transporte y otros beneficios que se fueron proporcionando.
*Autor. MSc. Martha Eugenia López Villeda, mexicana, incorporada al proceso revolucionario cubano desde 1955, ha escrito varios libros.
(1) Informe Central al Primer Congreso del Partido Comunisra de Cuba, pesentado por Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del PCC, Editora Política 1982, pag 62.
(2) Idem, pag. 63
(3) Idem pag 64.
(4) Imperio del Terror, por SAlejandro Castro, Editorial Capitán San Luis, 2009 pag 155.
Puede parecer un desorden al exponer las Hazañas de la Revolución Cubana; no es así, el proceso es muy amplio, dinámica y lleva a cabo la ejecución al mismos tiempo de varias Hazañas, que es necesario conocerlas para apreciar el extraordinario proceso revolucionario.
La Ley de Reforma Agraria fue firmada el 17 de mayo de 1959, a menos de cinco meses del triunfo de la Revolución, medida de beneficio popular, apreciando el gobierno norteamericano que se estaba ante un gobierno de nuevo tipo.
Fidel en su Alegato La Historia me Absolverá (octubre 16 de 1953): había denunciado la precaria e inhumana situación de los obreros del campo, de los agricultores pequeños y planteó entre las tres iniciativas y reformas las soluciones a dicha situación. Ese era el objetivo de la primera Ley de Reforma Agraria, así como de la Segunda Ley aprobada el 3 de octubre de 1963.
Fidel expone en el Informe Central al Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba (1975) “En la agricultura ocurrieron grandes transformaciones. Antes de la Revolución el 8 % de los propietarios poseían más del 70 % de las tierras, incluido los latifundios norteamericanos. Gran parte las explotaban directamente, el resto era trabajada en forma de arrendamiento, colonato o aparcería”.
“La primera Ley de Reforma Agraria entregó a título gratuito la propiedad de la tierra a más de 100 mil pequeños arrendatarios, colonos, aparceros y precaristas que la trabajaban personalmente, y puso en manos del Estado las grandes extensiones no parceladas que eran atendidas administrativamente por los terratenientes, pasando a ser explotadas por la nación como propiedad de todo el pueblo”. (1,)
“Esta primera Ley de Reforma Agraria afectó fundamentalmente a los monopolios yanquis y la oligarquía terrateniente. El límite de la propiedad privada quedó reducida a 402 hectáreas….-que afectaba esencialmente a una clase social reducida de grandes propietarios-….La burguesía agraria en términos generales había quedado intacta. Se hizo imprescindible tres años más tarde, el 3 de octubre de 1963, dictar una nueva Ley de Reforma Agraria que expropió las fincas mayores de 67 hectáreas, estableciendo éste como límite máximo a la propiedad privada de la tierra. Diez mil fincas aproximadamente fueron afectadas por la medida. El fondo de tierra propiedad de todo el pueblo se elevó al 70% de la superficie del país y constituyó la base para el desarrollo de las fuerzas productivas en gran parte de nuestra agricultura, sin ninguna traba en las relaciones de producción…” (2)
“Nuestros campos se han transformado no sólo estructuralmente sino también en el orden técnico y social.”(3 )
Ante la primera Ley de Reforma Agraria el Gobierno norteamericano vio afectados sus intereses y apreció que se desarrollaba un proceso nuevo en la Región, además fuera de su control, lo que no podía admitir procediendo a elaborar planes subversivos. “Empezaron por limitar y después obstaculizar el acceso a créditos y materias primas, el comercio, los servicios y la producción hasta suprimir la venta de recursos vitales para la nación, provocando la respuesta cubana de nacionalización de las compañías que se prestaban al boicot económico.” (4)
Cuba tuvo condiciones para el desarrollo de las producciones agrícolas, aplicó equipamiento y nuevas tecnologías. La población que abarcó las Leyes, comenzó a disfrutar de los beneficios que se fueron implementando por el Gobierno Revolucionario como los servicios de salud, la educación, acceso a la electricidad, vías de comunicación, transporte y otros beneficios que se fueron proporcionando.
*Autor. MSc. Martha Eugenia López Villeda, mexicana, incorporada al proceso revolucionario cubano desde 1955, ha escrito varios libros.
(1) Informe Central al Primer Congreso del Partido Comunisra de Cuba, pesentado por Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del PCC, Editora Política 1982, pag 62.
(2) Idem, pag. 63
(3) Idem pag 64.
(4) Imperio del Terror, por SAlejandro Castro, Editorial Capitán San Luis, 2009 pag 155.
Trump busca 25.000 millones de dólares para levantar su muro
Publicado: 25 ene 2018 05:36 GMT - RT
La Casa Blanca planea dar a conocer el próximo lunes un marco para la legislación sobre inmigración.
Así lo expresó el mandatario en una improvisada conferencia de prensa en la Casa Blanca en la que se mostró optimista ante la posibilidad de llegar a un acuerdo con los republicanos y con los demócratas en el Congreso, informó la agencia Reuters.
La Casa Blanca planea dar a conocer el próximo lunes un marco para la legislación sobre inmigración que cree que puede se aprobada conjuntamente por ambos partidos.
La construcción del muro con México fue una de las principales promesas de campaña de Trump y se ha convertido en un tema de tensión con su vecino del sur, tras haber reiterado en varias ocasiones que el país latinoamericano será el que pague su construcción.
"Para Trump, los mexicanos no son más que una bola de violadores de un país de mierda"
Publicado: 24 ene 2018 18:10 GMT - RT
El odio de Donald Trump hacia México y los mexicanos no tiene límites.
Es tan profundo su racismo que hasta prefirió cerrar el Gobierno federal de los Estados Unidos a ceder en su terca insistencia en la construcción de un muro en la frontera y su exigencia de expulsar los cientos de miles de 'dreamers' que llegaron como niños al país.
El multimillonario de Nueva York también vocifera una y otra vez que México tendrá que pagar por la construcción del muro y que el Tratado de Libre Comercio se cancelará en cualquier momento.
Para Trump, los mexicanos no somos más que una bola de "violadores" de un "país de mierda" que merecen ser pisoteados y excluidos de la sociedad.
Publicado el 24 de enero 2018
VIDEO:
https://youtu.be/RCOpFlP6Tn0
¿Pero sabes lo que indigna y duele más que las agresiones y las palabras de Trump? La traición de nuestro propio Gobierno.
En lugar de protegernos de los bárbaros del norte, Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray prefieren pactar su impunidad transexenal y asegurar sus negocios privados.
Justo la semana pasada, Videgaray visitó en Washington al yerno de Trump, Jared Kushner pero, apenas se subió al avión de regreso, Trump se lanzó de nuevo al ataque con una andanada de agresivos tuits contra México y los mexicanos: un fracaso más del canciller aprendiz.
No podemos seguir así. Algún día, México tendrá que contar con un Gobierno comprometido con la defensa de su país y de los derechos de los mexicanos que viven dentro y fuera del territorio nacional. Lo merecemos todos.
Es tan profundo su racismo que hasta prefirió cerrar el Gobierno federal de los Estados Unidos a ceder en su terca insistencia en la construcción de un muro en la frontera y su exigencia de expulsar los cientos de miles de 'dreamers' que llegaron como niños al país.
El multimillonario de Nueva York también vocifera una y otra vez que México tendrá que pagar por la construcción del muro y que el Tratado de Libre Comercio se cancelará en cualquier momento.
Para Trump, los mexicanos no somos más que una bola de "violadores" de un "país de mierda" que merecen ser pisoteados y excluidos de la sociedad.
El odio de Trump para México y los mexicanos no tiene límites
https://youtu.be/RCOpFlP6Tn0
¿Pero sabes lo que indigna y duele más que las agresiones y las palabras de Trump? La traición de nuestro propio Gobierno.
En lugar de protegernos de los bárbaros del norte, Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray prefieren pactar su impunidad transexenal y asegurar sus negocios privados.
Justo la semana pasada, Videgaray visitó en Washington al yerno de Trump, Jared Kushner pero, apenas se subió al avión de regreso, Trump se lanzó de nuevo al ataque con una andanada de agresivos tuits contra México y los mexicanos: un fracaso más del canciller aprendiz.
No podemos seguir así. Algún día, México tendrá que contar con un Gobierno comprometido con la defensa de su país y de los derechos de los mexicanos que viven dentro y fuera del territorio nacional. Lo merecemos todos.
Las declaraciones y opiniones
expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor
y no representan necesariamente el punto de vista de RT.
Silencios interrumpidos
por David Brooks
Periodista mexicano, corresponsal del diario La Jornada en los Estados Unidos.
Publicado en:
American Curios
Uno ocupa la Casa Blanca, dos son residentes anteriores de ese
edificio público, otros son dueños de la fábrica de sueños (y
pesadillas) en Los Ángeles, otros se dedican a reportar las verdades al
público, muchos son campeones de valores familiares y todos son hombres
acusados de abuso, hostigamiento y violación sexual de mujeres.
No son un club exclusivo. Una de cada tres mujeres han padecido hostigamiento sexual en su trabajo en Estados Unidos, pero 90 por ciento nunca presentan una queja formal según diversos cálculos. La violencia sexual es aún más alarmante: cada 98 segundos alguien –casi siempre mujeres– es sexualmente asaltado en este país y aproximadamente 321 mil 500 personas son sexualmente asaltadas o violadas cada año, y 99 por ciento de los responsables de violencia sexual no enfrentarán consecuencias penales, según cálculos de RAINN, la organización nacional contra la violencia sexual más grande del país (www.rainn.org).
Durante las recientes tres semanas, de repente se ha producido un coro ensordecedor de denuncia y condena contra el hostigamiento y violencia sexual contra las mujeres, una vez más. Y la pregunta es si esta vez algo cambiará.
El capítulo más reciente fue iniciado con un reportaje en el New York Times seguido casi de inmediato por otro en The New Yorker (este último escrito por Ronan Farrow, hijo de Mia Farrow y el director de cine Woody Allen, con quien no habla). En los reportajes varias actrices –algunas de manera anónima, otras por primera vez dando su nombre– acusaron al poderoso productor de cine Harvey Weinstein de acoso, hostigamiento y hasta violación sexual.
Esto se volvió un tsunami de ira y a lo largo de las recientes tres semanas, 60 mujeres han denunciado sus experiencias de abuso y violencia sexual con Weinstein y más de 200 han hecho lo mismo contra el guionista James Toback. Poco después, el jefe de Amazon Studios renunció ante acusaciones parecidas.
Los detalles, a veces muy explícitos, inundaron los medios. Mucho tenía que ver con los nombres famosos: Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow, Rachel McAdams, Annabella Sciorra, Ashely Judd, Asia Argento, Lupita Nyong’o. Los que no estaban en las listas tenían que comentar sobre el asunto. De repente, y por ahora, quedó prohibido el silencio.
Esto generó otras denuncias de abuso sexual de figuras reconocidas en otros sectores, incluyendo, entre otros, el periodista Mark Halperin, de NBC News y antes de ABC; el crítico literario de la revista The New Republic Leon Wieseltier; el célebre chef John Besh, y ahora hasta el ex presidente George H. W. Bush, quien a sus 93 años de edad se vio obligado a emitir una disculpa desde su silla de ruedas ante múltiples acusaciones de que tocó de manera indebida a mujeres –incluida una actriz– al momento de tomarse fotos públicas con ellas.
Con ello se detonó una masiva conversación pública sobre varias dimensiones de este escándalo y sus implicaciones, el abuso del poder de los hombres contra las mujeres y su tolerancia, y sobre el silencio.
Weinstein, como muchos otros –los casos más recientes son los del ejecutivo en jefe de Fox News Roger Ailes y el presentador estrella Bill O’Reilly–, silenciaban a sus víctimas con acuerdos legales con pagos desde decenas de miles a millones de dólares y/o por amenazas de que sus carreras serían anuladas y sus reputaciones destrozadas.
La caída extraordinaria de estos hombres –Weinstein fue echado de su propia empresa y expulsado de la Academia de Artes y Ciencias del Cine (el gremio de Hollywood), su esposa pidió el divorcio y la policía lo está investigando. Otros como Ailes, O’Reilly Halperin de NBC han sido cesados o se han apartado de sus puestos poderosos– genera expectativas de que esto podría ser el principio de un cambio real.
Pero también hay dudas, ya que no es la primera vez. Recuerdan que todo esto sigue ocurriendo, a pesar de los casos de alto perfil de años recientes, desde el del actor Bill Cosby –acusado por decenas de mujeres de drogarlas y violarlas– hasta los escándalos sexuales de otro ex presidente que estaba por volverse el primer caballero, Bill Clinton, o de las denuncias valientes de la abogada Anita Hill contra Clarence Thomas hace más de un cuarto de siglo que acabaron con ella cuestionada y él ratificado a la Suprema Corte.
Tal vez el ejemplo más devastador para los que luchan contra todo esto es un hombre que sólo el año pasado fue públicamente acusado múltiples veces por varias mujeres de hostigamiento sexual, y quien fue grabado declarando que él, por su fama y dinero, podía agarrar la panocha de quien se le antojara: el actual presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump.
Y no tienen vergüenza. Sólo la semana pasada, Trump y su vocera reiteraron que todas los que han acusado al presidente de violencia o acoso sexual son mentirosas, y que todo eso son fake news.
Por ahora, las víctimas, mediante actos de valentía individuales que al romper el silencio invitaron a otros –el hashtag #MeToo (yo también) ya cuenta con millones de minitestimonios/denuncias– están generando la solidaridad esencial para derrocar a algunos poderosos y que todos tengan que escuchar su grito colectivo.
Algunos esperan que esto podría renovar un movimiento feminista más radical que incluye también la lucha contra los abusos de poder en todos los rubros. Recuerdan que la primera manifestación masiva de resistencia a este presidente fueron las Marchas de las Mujeres. Algunas de sus organizadoras realizaron su primera convención nacional con más de 4 mil participantes este fin de semana en Detroit, donde entre las oradoras principales estaba Rose McGowan, una de las actrices que denunciaron a Weinstein, para diseñar algunas de las estrategias de lo que esperan será ese movimiento.
Algunos advierten que esto no puede quedarse como un asunto de famosos y los que quieren ser famosos, sino de millones que viven lejos de los reflectores y la fama, pero que se han enfrentado a la misma injusticia inaguantable de sufrir esta pesadilla sólo porque deseaban caminar hacia sus sueños. No es momento de guardar silencio.
(Tomado de La Jornada)
No son un club exclusivo. Una de cada tres mujeres han padecido hostigamiento sexual en su trabajo en Estados Unidos, pero 90 por ciento nunca presentan una queja formal según diversos cálculos. La violencia sexual es aún más alarmante: cada 98 segundos alguien –casi siempre mujeres– es sexualmente asaltado en este país y aproximadamente 321 mil 500 personas son sexualmente asaltadas o violadas cada año, y 99 por ciento de los responsables de violencia sexual no enfrentarán consecuencias penales, según cálculos de RAINN, la organización nacional contra la violencia sexual más grande del país (www.rainn.org).
Durante las recientes tres semanas, de repente se ha producido un coro ensordecedor de denuncia y condena contra el hostigamiento y violencia sexual contra las mujeres, una vez más. Y la pregunta es si esta vez algo cambiará.
El capítulo más reciente fue iniciado con un reportaje en el New York Times seguido casi de inmediato por otro en The New Yorker (este último escrito por Ronan Farrow, hijo de Mia Farrow y el director de cine Woody Allen, con quien no habla). En los reportajes varias actrices –algunas de manera anónima, otras por primera vez dando su nombre– acusaron al poderoso productor de cine Harvey Weinstein de acoso, hostigamiento y hasta violación sexual.
Esto se volvió un tsunami de ira y a lo largo de las recientes tres semanas, 60 mujeres han denunciado sus experiencias de abuso y violencia sexual con Weinstein y más de 200 han hecho lo mismo contra el guionista James Toback. Poco después, el jefe de Amazon Studios renunció ante acusaciones parecidas.
Los detalles, a veces muy explícitos, inundaron los medios. Mucho tenía que ver con los nombres famosos: Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow, Rachel McAdams, Annabella Sciorra, Ashely Judd, Asia Argento, Lupita Nyong’o. Los que no estaban en las listas tenían que comentar sobre el asunto. De repente, y por ahora, quedó prohibido el silencio.
Esto generó otras denuncias de abuso sexual de figuras reconocidas en otros sectores, incluyendo, entre otros, el periodista Mark Halperin, de NBC News y antes de ABC; el crítico literario de la revista The New Republic Leon Wieseltier; el célebre chef John Besh, y ahora hasta el ex presidente George H. W. Bush, quien a sus 93 años de edad se vio obligado a emitir una disculpa desde su silla de ruedas ante múltiples acusaciones de que tocó de manera indebida a mujeres –incluida una actriz– al momento de tomarse fotos públicas con ellas.
Con ello se detonó una masiva conversación pública sobre varias dimensiones de este escándalo y sus implicaciones, el abuso del poder de los hombres contra las mujeres y su tolerancia, y sobre el silencio.
Weinstein, como muchos otros –los casos más recientes son los del ejecutivo en jefe de Fox News Roger Ailes y el presentador estrella Bill O’Reilly–, silenciaban a sus víctimas con acuerdos legales con pagos desde decenas de miles a millones de dólares y/o por amenazas de que sus carreras serían anuladas y sus reputaciones destrozadas.
La caída extraordinaria de estos hombres –Weinstein fue echado de su propia empresa y expulsado de la Academia de Artes y Ciencias del Cine (el gremio de Hollywood), su esposa pidió el divorcio y la policía lo está investigando. Otros como Ailes, O’Reilly Halperin de NBC han sido cesados o se han apartado de sus puestos poderosos– genera expectativas de que esto podría ser el principio de un cambio real.
Pero también hay dudas, ya que no es la primera vez. Recuerdan que todo esto sigue ocurriendo, a pesar de los casos de alto perfil de años recientes, desde el del actor Bill Cosby –acusado por decenas de mujeres de drogarlas y violarlas– hasta los escándalos sexuales de otro ex presidente que estaba por volverse el primer caballero, Bill Clinton, o de las denuncias valientes de la abogada Anita Hill contra Clarence Thomas hace más de un cuarto de siglo que acabaron con ella cuestionada y él ratificado a la Suprema Corte.
Tal vez el ejemplo más devastador para los que luchan contra todo esto es un hombre que sólo el año pasado fue públicamente acusado múltiples veces por varias mujeres de hostigamiento sexual, y quien fue grabado declarando que él, por su fama y dinero, podía agarrar la panocha de quien se le antojara: el actual presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump.
Y no tienen vergüenza. Sólo la semana pasada, Trump y su vocera reiteraron que todas los que han acusado al presidente de violencia o acoso sexual son mentirosas, y que todo eso son fake news.
Por ahora, las víctimas, mediante actos de valentía individuales que al romper el silencio invitaron a otros –el hashtag #MeToo (yo también) ya cuenta con millones de minitestimonios/denuncias– están generando la solidaridad esencial para derrocar a algunos poderosos y que todos tengan que escuchar su grito colectivo.
Algunos esperan que esto podría renovar un movimiento feminista más radical que incluye también la lucha contra los abusos de poder en todos los rubros. Recuerdan que la primera manifestación masiva de resistencia a este presidente fueron las Marchas de las Mujeres. Algunas de sus organizadoras realizaron su primera convención nacional con más de 4 mil participantes este fin de semana en Detroit, donde entre las oradoras principales estaba Rose McGowan, una de las actrices que denunciaron a Weinstein, para diseñar algunas de las estrategias de lo que esperan será ese movimiento.
Algunos advierten que esto no puede quedarse como un asunto de famosos y los que quieren ser famosos, sino de millones que viven lejos de los reflectores y la fama, pero que se han enfrentado a la misma injusticia inaguantable de sufrir esta pesadilla sólo porque deseaban caminar hacia sus sueños. No es momento de guardar silencio.
(Tomado de La Jornada)
Por qué en EEUU hay Trump para mucho tiempo
La gran atención de los mayores medios de información en los países situados a los dos lados del Atlántico Norte, en su cobertura del aniversario de la elección del candidato republicano Trump al cargo de Presidente de EEUU se ha centrado en la figura del Presidente Trump, que antes de ser elegido Presidente era uno de los empresarios más importantes en el negocio inmobiliario de aquel país, uno de los más especulativos de la economía estadounidense. A pesar de no haber nunca ocupado un cargo electo antes de ser elegido, conocía bien el funcionamiento del Estado (tanto federal, como estatal y municipal) pues en gran parte su éxito como empresario había dependido de sus conexiones políticas, incluida “la compra de políticos”. El sistema electoral, de financiación predominantemente privada, favorece lo que en EEUU se llama “la compra de políticos” que pasan a representar los intereses de los que los financian. En realidad, Trump es un personaje bastante representativo del mundo empresarial especulativo de EEUU, que conjuga una enorme ignorancia de la política internacional, un desdén hacia el mundo intelectual y mediático con el cual se encuentra altamente incómodo, una hostilidad hacia el establishment federal y una gran astucia política. Es profundo conocedor de los gustos y opiniones de amplios sectores de las clases populares blancas con los que comparte un lenguaje lleno de estereotipos que le hace enormemente popular entre sus bases electorales. Su comportamiento aparentemente errático, que rompe todos los moldes de la respetabilidad burguesa, le convierte en un personaje carismático entre su electorado, que es, en su mayoría, de clase trabajadora y clase media de raza blanca, que comparte sus opiniones y prejuicios.
Por otra parte, el hecho de que tal comportamiento no encaje en los moldes tradicionales del establishment político-mediático del país explica que este último tenga grandes recelos sobre su habilidad para dirigirlo. Trump no salió del aparato del Partido Republicano ni de los círculos políticos de Washington, lo que le hace una figura muy atípica en el mundo político estadounidense. De ahí la animosidad de gran parte de los mayores medios de comunicación, que le dedican una enorme atención mediática muy orientada hacia desacreditarle, lo cual acentúa más su popularidad, no tanto entre la población general (donde es muy baja), sino entre la población que le vota, que odia al establishment político-mediático del país. Todas las encuestas destacan la gran lealtad de sus bases electorales, habiéndose establecido una alianza de sectores importantes del mundo empresarial relacionado con el capital especulativo (sector inmobiliario y capital financiero) y amplios sectores populares, de raza blanca, cohesionados y unidos por una ideología caracterizada por dos componentes básicos.
¿Cuál es la ideología de lo que ha venido a llamarse erróneamente como Trumpismo?
Digo erróneamente, pues no es Trump el que ha creado esta ideología, sino al revés: la ideología antiestablishment ampliamente extendida en amplios sectores de las clases populares es la que ha posibilitado la victoria de Trump. Tal ideología se caracteriza por dos componentes típicos del antiestablishment presentes entre grandes sectores de las clases populares, a los cuales hay que añadir un tercer componente, este sí, específico de Trump. El primero es, como ya he subrayado, un antiestablishment federal, basado en Washington, al que se le percibe como instrumentalizado por el Partido Demócrata, cuyas políticas públicas supuestamente han favorecido sistemáticamente a las minorías afroamericanas (y, en menor lugar, a las latinas), a costa del propio bienestar de las clases populares de raza blanca. En esta ideología se percibe a este establishment federal como también utilizado por las grandes empresas industriales, que a través de los Tratados de Libre Comercio, están deslocalizando puestos de trabajo bien pagados de la manufactura a países con salarios mucho más bajos. Esta exportación de puestos de trabajo está dañando el bienestar de la clase trabajadora blanca, que ocupaba la mayoría de estos buenos puestos.
El segundo componente de esta ideología (íntimamente relacionado con la anterior) es un profundo nacionalismo, que, en parte, idealiza el pasado de EEUU, y que quiere recuperar aquel mundo en el que se vivía mejor. Este nacionalismo está basado en una lectura profundamente errónea de la política exterior de EEUU, que ve al gobierno federal motivado por un deseo de promover la libertad y la democracia a nivel mundial. De esta lectura se derivan las propuestas de este tipo de nacionalismo que cree que el gobierno de EEUU debería abandonar su “altruismo” y dar más atención a los intereses de EEUU sobre todos los demás. Tal énfasis en poner los intereses de EEUU por encima de todos los demás como el mayor objetivo de la política exterior no difiere, sin embargo, de los objetivos de la política exterior de gobiernos anteriores (que, naturalmente, también imponían los intereses de EEUU por delante de todos los demás) sino de cómo se definen tales intereses. El énfasis de Trump en el exitoso eslogan “America First” (“poner a EEUU primero”) es un intento de revitalizar la economía estadounidense, centrándose en crear puestos de trabajo en el país. Esta diferencia se presenta erróneamente como un conflicto entre liberalización de la economía, por un lado (llamados los globalistas) o proteccionismo, por el otro (definidos como los nacionalistas) dicotomía que solo tiene un componente de verdad, pues la enorme economía estadounidense siempre ha sido altamente proteccionista e intervencionista, puesto que a través de su elevado gasto militar ha configurado de gran manera al sector industrial de aquel país. La evidencia empírica que muestra que la mayoría de los avances tecnológicos ocurridos en el sector industrial de EEUU han sido financiados y/o realizados en instituciones públicas, es abrumadora.
A estos dos componentes hay que añadirles un tercero, que es característico de la ideología dominante en la Administración Trump: la visión empresarial de que el Estado debe dirigirse y gestionarse como si fuera una gran empresa, siguiendo los cánones de la cultura empresarial que domina la clase corporativa (the Corporate Class) de EEUU. En esta ideología hay también un elemento elevado de aprovechamiento personal y familiar de sus negocios particulares. Las líneas entre beneficio personal y beneficio colectivo y nacional están poco definidas y muy entrelazadas, habiendo alcanzado un nivel que está creando una protesta general en las dos cámaras legislativas (Congreso y Senado) del Estado federal. No es la primera vez que un hombre de negocios llega a ser Presidente de EEUU. Pero es nueva la manera en que Trump gobierna este entramado utilizando lo público para el enriquecimiento privado, sin rubor y con todo el descaro.
El gran error de enfatizar tanto la figura de Trump
El enorme énfasis en la figura de Trump dificulta la comprensión de lo que ocurre en EEUU, pues lo más preocupante de la situación política de EEUU no es que un personaje como Trump se haya convertido en el Presidente de EEUU, sino que casi la mitad del electorado estadounidense le votara, cosa que continuará ocurriendo a no ser que se conozca por qué tal sector del electorado blanco (que constituye el mayor porcentaje de población perteneciente a la clase trabajadora estadounidense) votó por Trump. Sin comprender esta realidad, y sin actuar sobre las causas de este hecho, Trump y personajes como él continuarán siendo elegidos por muchos años. En realidad, en las elecciones parciales al Congreso de EEUU en los distritos en los que ha habido elecciones, los congresistas próximos a Trump han continuado ganando y todo ello como consecuencia de que aun cuando la popularidad del Presidente es baja entre la mayoría de la ciudadanía, es muy alta entre sus seguidores, una lealtad a su figura que alcanza cifras récord de más de un 90% de sus votantes. En la última encuesta sobre popularidad del Presidente Trump, publicada en el New York Times (14 de enero de 2018), el dato más llamativo es que mientras su popularidad está descendiendo en grandes sectores de la población, permanece en cambio enormemente alta entre los que lo votaron. Y aquí está el dato más importante que se ignora constantemente. De ahí que la pregunta más importante que debería hacerse, y no se hace, es ¿por qué la mayoría de la clase trabajadora estadounidense blanca (que es la mayoría de la clase trabajadora) votó a Trump?
¿Por qué ganó las elecciones el candidato Trump?
La respuesta a esa pregunta es, en realidad, sumamente fácil de responder si uno analiza lo que ha ido pasando en EEUU desde la elección del Presidente Reagan en los años ochenta, con el surgimiento y expansión del neoliberalismo (que es ni más ni menos que la ideología de la clase corporativa –The corporate class– formada por los propietarios y gestores de las grandes empresas del país) y que se ha convertido en dominante, no sólo en los círculos financieros y económicos, sino también en los círculos políticos y mediáticos que aquéllos dominan, controlan e influencian. El eje de las políticas públicas neoliberales es, ni más ni menos, un ataque frontal al mundo del trabajo, políticas que han sido enormemente exitosas (no para la mayoría, sino para la élite beneficiada). El mejor dato que ilustra este hecho es que el porcentaje de las rentas derivadas del trabajo ha ido descendiendo de una manera muy marcada en EEUU desde 1979, pasando de representar un 70% de todas las rentas en 1979, a un 63% en 2014. Este descenso ha sido a costa de un enorme aumento en las rentas derivadas del capital durante el mismo período.
Este descenso de las rentas del trabajo no habría podido ocurrir sin el cambio del Partido Demócrata (partido que se definía en los años treinta del siglo XX como el Partido del Pueblo), el cual, a partir del Presidente Clinton, se convirtió también en partido neoliberal (pasando a ser la versión light del neoliberalismo del Partido Republicano). Clinton fundó la Tercera Vía, reproducida por Tony Blair en el Reino Unido, Schröder en Alemania y Felipe González en España. (ver mis artículos Tony Blair y el declive de la Tercera Via, Sistema, 16.11.12, y Blair, Zapatero, la Tercera Vía y el declive de la socialdemocracia, Público, 20.01.14).
Los cambios en el Partido Demócrata
Esta reconversión implicó el distanciamiento de la clase trabajadora blanca hacia el Partido Demócrata. Subrayo blanca, porque la raza juega un papel clave en la vida política en EEUU. El Partido Demócrata había sido el instrumento de las clases populares frente al mundo empresarial representado por el Partido Republicano. Pero el acercamiento del Partido Demócrata al mundo empresarial, diluyó esta relación e identificación de manera tal que las políticas públicas del Partido Demócrata se distanciaron más y más de su intervencionismo con sensibilidad de clase social, orientándose más y más a la integración de los sectores discriminados -minorías y mujeres- en la estructura de poder. De esa manera, las políticas identitarias pasaron a ser las que establecieron los parámetros del conflicto, entre las derechas, en contra de tales políticas y las izquierdas, a favor de ellas. La victoria del Presidente Obama, un afroamericano, era una victoria de estas políticas identitarias. Para culminar su éxito, solo faltaba la victoria de Hillary Clinton, una mujer. Pero tanto la izquierda como la derecha institucional gobernante aplicaron políticas de clase (políticas neoliberales) que afectaron negativamente al bienestar de las clases populares (la mayoría de las cuales pertenecen a la raza blanca), hasta tal punto que la esperanza de vida de la clase trabajadora blanca ha ido disminuyendo como consecuencia de un gran deterioro de su calidad de vida.
Es, pues, lógico y predecible que las clases populares de raza blanca se rebelaran y apoyaran a los candidatos antiestablishment (Bernie Sanders y Donald Trump). Bernie Sanders, socialista, y Trump, un personaje de ultraderecha. En la presentación de la realidad electoral estadounidense se ignora u oculta que la gran mayoría de las encuestas señalaban que Sanders hubiera ganado las elecciones a Trump en el caso de que hubiese ganado las primarias del Partido Demócrata. El establishment del Partido Demócrata, sin embargo, lo destruyó, consiguiendo que no fuese electo en esas primarias, ganando en su lugar Hillary Clinton, la persona que representa el establishment político de Washington, del cual ha sido figura prominente desde que su esposo ganó las elecciones a la Presidencia en el año 1992. Su elección en las primarias del Partido Demócrata dejó a Trump como única alternativa para canalizar el enfado contra el establishment político-mediático.
¿Qué está pasando en la Casa Blanca? ¿Una situación crítica debido a un personaje supuestamente temperamental o en conflicto profundo entre las bases del trumpismo y el nuevo establishment constituido por el capital financiero y especulativo?
Esta alianza del movimiento antiestablishment (predominantemente de clase trabajadora y clases medias de renta baja) con amplios sectores del capital financiero y especulativo, profundamente contrarios al gobierno federal, se tradujo en una gran diversidad de sensibilidades políticas dentro del equipo Trump en la Casa Blanca, que ha generado una percepción de desorden que, en realidad, era el conflicto entre aquellos que representaban el movimiento antiestablishment liderado por el ideólogo de la altamente exitosa campaña electoral del candidato Trump, Steve Bannon, y los que representaban los intereses del capital financiero, liderados por Gary Cohn, que fue presidente de Goldman Sachs (y que dirige el equipo económico de la Casa Blanca y que es, por cierto, del Partido Demócrata) y el sector inmobiliario (que dirige su yerno Jared Kushner). Ese conflicto se resolvió con la victoria del capital financiero e inmobiliario sobre los representantes del movimiento antiestablishment, cuando Steve Bannon tuvo que salir de la Casa Blanca. Es sintomático que cuando se dio la noticia, la bolsa situada en Wall Street la aplaudiera a rabiar.
Bannon había sido el ideólogo del movimiento que promovió Trump en las primarias, movimiento que tiene una ideología racista y machista extrema, que utiliza una narrativa, un lenguaje y un discurso claramente de clase, denunciando la situación más que preocupante del deterioro del bienestar de la clase trabajadora (y muy en especial del sector manufacturero) que se ha visto afectada muy negativamente por la movilidad de los sectores industriales a otros países, facilitada por los Tratados de Libre Comercio, apoyados tanto por el Partido Demócrata como por el Partido Republicano. El abandono del Partido Demócrata de políticas de sensibilidad de clase a favor de las clases populares, centrándose en su lugar en las políticas de identidad, favoreció el apoyo de las clases populares a la ultraderecha. Bannon lo subrayó explícitamente cuando declaró en una ocasión que la mejor estrategia para su movimiento era que “el Partido Demócrata ponga todo su énfasis en los temas identitarios, y nosotros nos centraremos en los temas económicos de clase”. Como bien decía Gideon Rachman, responsable de asuntos internacionales del Financial Times: “Bannon deseaba que se reproduzca el racismo y la guerra entre las clases populares blancas y el Estado federal, presentado como controlado por los globalistas a nivel internacional y por las minorías a nivel doméstico” (Financial Times, 23.08.17, pag.9). Esta era la visión de Bannon. Para Bannon era importante facilitar que los demócratas se centren en la paridad de raza y género, permitiéndoles a él y al Partido Republicano centrarse en el mejoramiento económico de las clases populares, utilizando para ello un discurso parecido al de “la lucha de clases” de antaño. Y aunque Bannon ha sido expulsado del establishment trumpiano, su ideología permanece popular entre amplios sectores de la clase trabajadora blanca estadounidense.
De ahí que lo que las fuerzas progresistas deberían hacer en EEUU es romper esta dicotomía raza o clase social, para convertirla en raza, género y también clase social. Pero ello requiere un redescubrimiento de la importancia de las categorías de clase social que no se detecta por parte de la dirección del Partido Demócrata. En realidad, tal dirección llegó incluso a acusar al candidato Sanders de “racista” porque, aunque no ignoraba la necesidad de corregir la discriminación de raza, se centraba en temas como la explotación de clase social. Esta relación entre discriminación de raza y género y explotación de clase es esencial para que las izquierdas en EEUU vuelvan a recuperar su poder (y su proyecto histórico). Como ha ocurrido en la mayoría de países europeos, el triunfo de la ultraderecha ha sido precisamente consecuencia del abandono por parte de los partidos de izquierda de su orientación y servicio a las clases populares, acercándose más y más a la clase corporativa (The Corporate Class), estableciendo una complicidad con ella, creándose un vacío que ha llenado la ultraderecha. El caso de Francia, con el gran apoyo a la ultraderecha por parte de la clase trabajadora, es el más significativo pero no es el único en Europa.
Por qué el Partido Demócrata tiene un problema grave
Es importante señalar que este desplazamiento hacia la derecha de tales partidos, incluido el Partido Demócrata, ha ido acompañado con un cambio en su lenguaje, dejando de hablar de y a la clase trabajadora (que tal Partido asume que ha desaparecido) y hablar de y a las clases medias (que asumen erróneamente que han sustituido a la clase trabajadora). Es muy común oír entre dirigentes de izquierda que la clase trabajadora está desapareciendo objetivamente y/o subjetivamente, al considerarse a sí misma como clase media en lugar de clase trabajadora. Los datos, sin embargo, no avalan tal supuesto. Según la encuesta más detallada de la estructura social de EEUU, The Class Structure of the United States, realizada a principios de este siglo XXI, hay más estadounidenses que se definen clase trabajadora que clase media. Lo que ocurre no es que la clase trabajadora haya desaparecido sino que, desencantada con el sistema político, se ha ido absteniendo, con el resultado de que la mayoría de tal clase no participa en las elecciones, con lo cual, los partidos de izquierda, en lugar de intentar revertir esta abstención (lo cual requeriría unas propuestas electorales más radicales) se centran en las clases medias, compitiendo con los partidos de derecha y de centro para conseguir su respaldo. De ahí surge el apoyo electoral por parte de la clase trabajadora a las ultraderechas que con su mensaje antiestablishment van movilizando a estos sectores populares. En realidad, es muy fácil entender lo que pasa en EEUU y en Europa, aunque raramente se explica en los mayores medios de información y persuasión.
La adaptación del discurso de la ultraderecha al discurso que solía ser de izquierdas
Un análisis de las ultraderechas, como el candidato y ahora Presidente Trump, muestra que ha copiado bastante el discurso y las propuestas de las izquierdas, tales como la oposición al libre comercio, que tenía muy poco de “libre” y mucho de apoyo a las grandes empresas; su énfasis en una gran inversión en la infraestructura del país (hoy muy en decaída); el rechazo a los programas sociales dirigidos directamente a las poblaciones pobres, sustituyéndolo por programas supuestamente universales; el fin de la confrontación con la antigua Unión Soviética (con el acercamiento entre Trump y Putin, deseado por ambos), entre otros, son ejemplos de ello. Tales propuestas se acompañan de un discurso de confrontación con el establishment federal que se presenta como instrumentalizado por la clase corporativa. Este discurso recuerda componentes del nacionalsocialismo (la manera académica de definir el nazismo) que dominó en la mayoría de países europeos en los años treinta y cuarenta del siglo XX. Esta dimensión supuestamente “socialista” es lo que explica que algunos sectores de la federación de los sindicatos mayoritarios de EEUU, AFL-CIO, hayan aplaudido algunas de las propuestas de la administración Trump, como ha sido la de invertir en la infraestructura del país.
El discurso casi “obrerista” de Trump contrasta, sin embargo, con la manera cómo piensa aplicar sus propuestas, todas ellas profundamente anti-Estado federal. Es este anti-Estado lo que constituye la mayor diferencia entre él y el nazismo, y donde aparecen más claramente los intereses del sector especulativo (no productivo) del capital. Su programa de invertir en la infraestructura del país, por ejemplo, es un enorme subsidio público a las grandes empresas constructoras que recibirán enormes ayudas públicas para el usufructo privado, privatizando, por ejemplo, las carreteras públicas, que pasarán a tener sistemas de peaje de beneficio privado. Esta inversión de un trillón de dólares (que es de un billón de dólares en la contabilidad europea), de la que Trump habla, será financiada a base de bonos privados, subvencionados por el Estado. Sería la privatización más masiva que haya jamás existido en EEUU. Y un tanto igual en cuanto a la posición universal de los servicios sanitarios (que no existe, y que Obama no resolvió con su programa Obamacare de financiación sanitaria). Trump tampoco lo resolverá. En realidad, lo empeorará, al eliminar programas para poblaciones pobres (de las cuales la gran mayoría son blancos), sin expandir los derechos sanitarios de la población, sumamente limitados. Trump reducirá todavía más los derechos sociales, laborales y políticos, garantizados hoy por el gobierno federal, desmantelando el ya muy insuficiente Estado del Bienestar estadounidense. Será, en muchas maneras, el nacionalismo libertario la ideología real detrás de las políticas de Trump, que por cierto, encaja bien con la cultura individualista que está en el centro de la cultura popular en EEUU. Y de ahí su gran atractivo en sectores populares. Ese es el gran drama político que existe hoy en EEUU. Trump, como expresión máxima del americanismo nacionalista libertario, está, mediante un lenguaje obrerista, nacionalista, racista y machista, movilizando a sus bases a fin de mantenerse en el poder. Y todo ello debido al abandono, por parte de las supuestas izquierdas, de los valores de solidaridad y justicia social que las habían caracterizado y que habían generado su gran apoyo electoral hoy desaparecido. Así de claro.
A contracorriente
por Emir Sader
Los desafíos del pensamiento crítico
Para comprender esa paradoja, el pensamiento crítico tiene que reactivarse y colocarse al servicio de la izquierda, haciendo las lecturas correctas del período político actual a escala mundial y que ayudan a la izquierda a redefinirse y reubicarse. Nunca antes el capitalismo había demostrado tan evidentemente su carácter recesivo, de exclusión social, de promoción de más y más conflictos violentos en el mundo. Sin embargo, la izquierda, salvo casos particulares, no logra valerse de esa situación para promover grandes movilizaciones populares, para formular y conquistar apoyo para proyectos alternativos, antineoliberales y anticapitalistas.
El rol del pensamiento crítico es decisivo en períodos como el actual, por permitir superar las trampas ideológicas y teóricas que la derecha pone y promueve, dificultando la superación de la alienación y dificultando una lectura de la naturaleza real de lo que se vive en el mundo actual. Pero también para comprender los rasgos nuevos del período histórico actual, hacer un balance de los errores cometidos por la ausencia de esa comprensión y proyectarlos.
Nunca antes se planteó la necesidad de que las instituciones del pensamiento crítico asuman orientaciones de compromiso político y teórico claro, de vínculo directo con los movimientos populares -sociales y partidarios-, para contribuir a la construcción o reconstrucción del bloque de fuerzas antineoliberales.
En este período resurgen las tentaciones de la despolitización, del refugio del pensamiento en las trampas del academicismo, del silencio frente a los grandes problemas contemporáneos. Tienden a fortalecerse tendencias burocráticas, incapaces de protagonizar los grandes debates de ideas, se concentran en las acciones administrativas, confundiéndolas con la política, con la defensa de la esfera pública, con la promoción de las teorías que permiten descifrar los enigmas de la realidad.
La burocratización produce y reproduce la mediocridad, la ausencia de ideas, el vacío de la teoría. Nada así permite la comprensión de lo que hay de decisivo, de nuevo, de complejo, en la realidad del mundo contemporáneo.
Porque es una realidad que apunta hacia direcciones distintas, en un período de disputa, en que el futuro está abierto. Todo catastrofismo o burocratismo, pasa a lo largo de lo que hay de fundamental, que sólo el pensamiento crítico puede descifrar.
En el momento en que, procesos de restauración conservadora atacan a la educación pública, a los sindicatos, a los líderes populares, las entidades del pensamiento crítico tienen que estar a la vanguardia de la lucha de defensa de las conquistas logradas, de las entidades que las representan y de los líderes que han conducido ese proceso.
Quedarse quieto cuando la libertad de expresión está en juego, cuando es el pluralismo de ideas, cuando del otro la barricada se busca una “sociedad sin sindicatos”, un movimiento popular sin liderazgos, una educación entregada a intereses privados, es criminal. El que no se juega ahora, con todo, en la defensa de las conquistas logros, de las organizaciones que las representan, en los liderazgos que han conducido esas luchas, no están a la altura de los desafíos del pensamiento crítico y de la decisiva lucha de ideas contemporánea.
Nunca antes las entidades del pensamiento crítico requerían liderazgos políticos e intelectuales fuertes, que no dejen de pronunciarse sobre los grandes temas del mundo actual y, en particular, de América Latina. Se requieren de esos líderes visiones sobre lo que vive el continente, sobre las contribuciones del pensamiento crítico y sobre el rol de las entidades que lo representan. El apoliticismo, la despolitización, son armas de la derecha para intentar neutralizar el potencial transformador del pensamiento crítico.
Davos calcula que la igualdad salarial entre hombres y mujeres tardará aún dos siglos
El pesimismo en torno a la paridad hombre-mujer en el
mundo se ha instalado hasta en la invernal estación de Davos, donde se
reúnen, cada enero, los jerarcas políticos y económicos. Un informe de
su entidad organizadora, el World Economic Forum (WEF) avisa de que la
brecha no sólo no sutura, sino que se agranda
“Un duro revés”. Así
califica el WEF el estado de la igualdad de género en el planeta tras
la revelación de su indicador 2017. El año en el que han emergido los
nacionalismos de corte populista, han aumentado los riesgos geopolíticos
y han surgido nuevas amenazas sobre la economía mundial, parece que
también ha distanciado aún más las divergencias entre hombres y mujeres
en materia de igualdad de género.
En casi la práctica totalidad de los
parámetros que la institución organizadora del Foro de Davos evalúa para
calificar su indicador anual. Pero, en concreto, en el terreno
salarial. Quizás el barómetro más sensible y en el que mejor se aprecia
la discriminación por razones de sexo.
En concreto, en este apartado, los expertos
del WEF advierten de que se ha retrasado en 47 años el momento del
supuesto ensamblaje remunerativo respecto a su último diagnóstico, lo
que relega más de dos siglos (exactamente, 217 años) la proclamación de
la igualdad retributiva. Es decir, en el año 2234.
Los expertos del WEF advierten de que se ha retrasado en 47 años más el final de la brecha salarial, hasta el año 2234
En
términos generales (suma del conjunto de los exámenes socio-económicos
de los 144 países que somete a evaluación, entre ellos, acceso a
educación, sanidad o participación en el escenario político), el ranking
del WEF cifra en el entorno de los cien años la paridad entre hombres y
mujeres. “La desigualdad reduce de forma drástica los recursos de
talento de una parte substancial de la población” global y, con ello, se
reduce la capacidad de la humanidad a la hora de “abordar los desafíos”
a los que se enfrentan las relaciones económicas en todo el mundo,
explica en el prólogo del informe Klaus Schwab, fundador y presidente
del WEF.
El estudio sitúa la brecha de género en un
68%. Siendo el nivel 100 el punto de igualdad. Los nórdicos, un año más,
encabezan la clasificación. Con Islandia a la vanguardia, con un 87% de
su brecha de género ya suturada. Por noveno año consecutivo. Le siguen
Noruega y Finlandia.
El WEF emitió su primer ranking de igualdad
en 2006. Y, desde entonces, siempre ha constatado “lentos, pero
continuados progresos”. Hasta ahora.
“En 2017 no hemos visto avances
hacia la paridad; más bien al contrario, la evolución se ha detenido.
Incluso el camino se ha revertido”.
Saadia
Zahidi, responsable del parámetro de educación de esta institución, no
deja lugar a dudas: “En 2017 no hemos visto avances hacia la paridad;
más bien al contrario, la evolución se ha detenido. Incluso el camino se
ha revertido”. A su juicio, “la lucha contra la desigualdad por razones
de sexo demanda imperativos de orden económico, pero también moral”. Y
sólo algunos países -explica- lo comprenden; son los que ven ahora los
dividendos de las medidas proactivas que han instaurado en los últimos
meses en esta dirección”. Bulgaria, Canadá, Francia y Bolivia, Dinamarca
y Reino Unido son las naciones que han protagonizado los mayores saltos
cualitativos. Todos, dentro del top-twenty.
España es otro de los países que más han
progresado. Hasta firmar un 74%. Sigue al sexteto anterior, junto a
Barbados, pero se queda en el vigésimo cuarto peldaño del escalafón,
tras subir cinco puestos. Eso sí, sin entrar entre los diez mejores de
Europa.
El Talón de Aquiles español es el
diferencial de salarios entre hombres y mujeres. Valoración inmersa en
el sub-índice económico, donde se queda en un modesto porcentaje del
65%, en el puesto 81 del ranking global. Frente al 99% de nivel
académico y al 97% de acceso a la Sanidad.
Aunque la puntuación más baja la obtiene en
igualdad de representantes políticos, con un 35% que, sin embargo, le
encarama dos puestos por encima de su valoración general: el vigésimo
segundo. Motivo que se explica por el reducido -o nulo- número de
mujeres que logran cargos vinculados a la política. Gran parte de ellos,
de naciones musulmanas.
El informe del WEF viene a justificar, en
este lunar español, otro estudio reciente, de principios de año,
elaborado por Equileap, en colaboración con la Universidad de
Maastricht, en la que se reducen a seis las firmas españolas -de las 43
que analizó el documento- incluidas en el ranking de igualdad de género
del sector privado que encabazaba la francesa L'Oréal y que se basaba en
información pública de 3.048 empresas cotizadas de 23 países. La
primera fue Red Eléctrica, en el puesto 51. Más abajo aparecieron, por
orden decreciente, Banco Santander (61); CaixaBank (102), Bankinter
(107), Enagas (135) y BBVA (156).
En cualquier caso, España se sitúa lejos del decimoprimer puesto que obtuvo en 2006.
Aunque los mayores avences porcentuales en
igualdad correspondan a Nicaragua, con un 12% de brecha corregida, y
Nepal, Bolivia y Eslovenia, con un 11%.
Los diez peores clasificados
La media global de los 144 países
analizados se sitúa en el 68%, un punto menos que en 2016. A pesar de
que se han registrado mejoras en 82 naciones, ha pesado más los
retrocesos de 60 de ellos, casi en su totalidad en los parámetros
económico-salarial y de acceso al poder político. El propio WEF enfatiza
esta paradoja: en 2025, el PIB mundial se incrementará en 5,3 billones
de dólares respecto a los niveles actuales, mientras que el gap de
participación económica entre los hombres y las mujeres se situará en el
25%, según las previsiones para ese mismo año.
Por orden decreciente, los peores parados, según el indicador del WEF, son los siguientes países:
10.- Jordania (60%). Casi no dispone
de mujeres trabajando en puestos vinculados a ministerios y su
ordenamiento jurídico no contempla mandatos legales sobre igualdad de
género. Aunque el voto femenino se instauró en 1974.
9.- Marruecos (59,8%). Las hijas
carecen de cualquier tipo de derecho sucesorio y las mujeres brillan por
su ausencia en el escalafón político e institucional del país.
8.- Líbano (59,6%). Leyes sin
igualdad de género, hijas sin derechos sucesorios y ausencia casi total
de mujeres en el parlamento y en cargos ministeriales.
7. Arabia Saudí. (58,4%). A las
mujeres se les permitió votar y ser candidatas por primera vez en 2015,
en unas elecciones municipales. Este año se les ha levantado la
prohibición expresa de conducir vehículos.
6. Malí (58,3%). Sin leyes
antidiscriminación de género en un país que permite el negocio de
aquiler de mujeres. Las hijas sólo tienen derechos parciales de herencia
y las mujeres, sólo usos concretos de propiedad de la tierra, ya que la
práctica totalidad de ella pasa al control de sus cónyunges.
5.- Irán. (58,3%). Las mujeres sólo pueden acceder a determinados servicios financieros y sólo a ciertos activos y propiedades de tierras.
4.- Chad (57,5%). El acceso a la
educación de sus mujeres es ostensiblemente más recucido que el de los
hombres y nunca ha habido representación femenina en altos cargos del
Estado.
3.- Siria (56,8%). La gran mayoría
de la fuerza laboral y de la clase política es masculina. Las leyes no
promueven la igualdad. Las hijas, sin derechos de sucesión ni de
herencias.
2.- Pakistán (54,6%). Sin normas de
igualdad, pero con permisividad legal para negociar con las mujeres.
Tuvo una presidenta del país, Benazir Bhutto, que fue asesinada en 2007.
1.- Yemen (51,6). Sin mujeres en el
parlamento ni en las instituciones políticas. Sin leyes de género y con
prohibición expresa de acceso de la mujer a los servicios financieros.
El paraíso de la igualdad: Islandia
No es ninguna sorpresa. Islandia es, para
el WEF, el nirvana igualitario entre hombres y mujeres. Como en las ocho
ediciones anteriores. Es el arquetipo del “éxito de varias décadas” de
avances continuados, “fuente inspiradora” para el resto del planeta en
esta materia y la nación mejor colocada para suscribir el 100% de
igualdad, dicen los expertos del Foro de Davos.
¿Su secreto? La convicción de que el
combate final contra la discriminación no nace sólo de un acuerdo
tácito. Sino que requiere de contínuas acciones colectivas y mecanismos
de solidaridad para defender los derechos civiles de las mujeres, su
acceso paulatino a los más altos cargos de responsabilidad políticas y
el instrumento de los cambios legislativos para potenciar, primero, y
conseguir, después, la equiparación de cuotas y salarios entre ambos
géneros.
Islandia es una isla, pero no está aislada
en esta materia. Sus protestas civiles han aupado a sus representantes
femeninas a las más altas instancias del país. También han proliferado
en el país a lo largo de las últimas décadas las reivindicaciones
ciudadanas para acabar con los privilegios masculinos -sobre todo, en
materia económica-, que consiguieron dar visibilidad a las demandas de
sus mujeres y hacer calar en su sociedad la participación compartida en
la toma de decisiones. En el ámbito civil, familiar y empresarial. Una
aceptación social y cultural que ha germinado en el imaginario
colectivo.
Islandia es el país que inició la concesión
del voto y el acceso parlamentario de sus féminas. Nada más y nada
menos que en el año 930. Y estableció derechos legales similares a los
hombres entre 1914 y 1915. Aunque entre 1915 y 1983, sólo entre un 2% y
un 5% de sus parlamentarios eran mujeres. Motivo por el cual, sus
movimientos feministas fueron especialmente activos en las décadas de
los sesenta y setenta del siglo pasado. Con resultados espectaculares.
En 2012, por ejemplo, Islandia tuvo el privilegio de lograr el
nombramiento de la primera mujer obispo. De religión protestante, la
mayoritaria en el país. Y, desde 2016, el 48% del parlamento es mujer.
Mientras en su legislación se prohíbe
expresamente el acoso sexual, se ha alcanzado una gradual equiparación
de permisos de paternidad entre hombres y mujeres en el generoso estado
del bienestar islandés y la igualdad de puestos directivos y de
remuneraciones salariales es su gran sello de identidad.
Brecha salarial: Islandia declara ilegal la diferencia salarial entre hombres y mujeres
Se trata del primer país del mundo que prohíbe por
ley la desigualdad salarial entre sexos y de cualquier colectivo, sin
importar el sexo, la identidad de género, el grupo étnico, la identidad
sexual, la nacionalidad o la religión
Islandia es uno de
los países más avanzados en materia de igualdad. Sin embargo este lunes
dio un paso decisivo al convertirse en prohibir por ley la ilegalidad de
las diferencais salariales y decretar que un mismo trabajo debe obtener
una misma remuneración sin importar el sexo, la identidad de género, el
grupo étnico, la identidad sexual, la nacionalidad o la religión.
Desde este lunes, la ley promulgada por la
primera ministra Katrín Jakobsdóttir, obliga a las empresas que tengan
una plantilla de al menos 25 trabajadores a disponer de un certificado
de 'paridad salarial', debiendo pagar una multa si no lo consiguen.
Islandia lleva años poniendo en marcha iniciativas concretas para combatir la desigualdad y es, según el informe Global sobre la Brecha de Género que elabora el Foro Económico Mundial (WEF,
por sus siglas en inglés), Islandia ostenta desde hace casi una década
una de las menores diferencias salariales entre hombres y mujeres. Esta
última medida legal es un paso más para acabar con cualquier forma de
discriminación en el ámbito laboral.
La medida que ahora entra en vigor había
sido aprobada el pasado mes de abril por el parlamento de aquel país que
cuenta con un 48% de mujeres y que espera acabar con la brecha salarial
en 2020.
La brecha se ensancha en el mundo
En el mismo informe, el WEF advertía de que la ralentización de la lucha contra la brecha salarial a nivel global y resaltaba que, de no tomar medidas urgentes, esta brecha tardará dos siglos en cerrarse. En
concreto, en este apartado, los expertos del WEF advierten de que se ha
retrasado en 47 años el momento del supuesto ensamblaje remunerativo
respecto a su último diagnóstico, lo que relega más de dos siglos
(exactamente, 217 años) la proclamación de la igualdad retributiva. Es
decir, en el año 2234.
Según este informe, España es el vigésimo cuarto país del mundo en temas de desigualdad salarial después
de que subiera cinco puestos este año. Los nórdicos, un año más,
encabezan la clasificación. Con Islandia a la vanguardia, con un 87% de
su brecha de género ya suturada. Por noveno año consecutivo. Le siguen
Noruega y Finlandia.
Berlín, "harta" de la industria agroalimentaria
Miles de agricultores, activistas y ciudadanos se
manifiestan en el centro de la capital alemana para denunciar las
políticas a favor de grandes multinacionales como Monsanto.
“Para mí el tema se
ha vuelto particularmente relevante desde hace unos cuatro años, cuando
empezamos a cultivar nuestras propias verduras en casa”. Alejandra, una
chilena que reside en Berlín con su familia, es una de las miles de
personas que decidió ir el sábado a la manifestación Wir haben es satt (Estamos hartos), una
iniciativa que desde 2011 reúne cada año en la capital alemana a
agricultores de todo el país con el objetivo de reclamar una política
alimentaria alejada de las grandes multinacionales.
“En casa uno se da cuenta de cómo deberían verse las frutas y verduras de verdad, es decir, con manchas, con deformidades,
y también de lo fácil que sería echar un montón de productos químicos
para que salieran más frutos y más ‘bonitos’. Nosotros perdemos un
montón de cosecha a causa de bichos y enfermedades; entonces te
preguntas qué está dispuesta a hacer, para salvar su producción, una
empresa que solo está interesada en obtener más ganancia”, explica
Alejandra como principal razón para acudir a la marcha.
Llamados a acudir con cacerolas y con el
apoyo de cerca de 100 organizaciones civiles, miles de personas se
echaron a la calle. Los organizadores esperaban un mayor número de
manifestantes en esta ocasión. Principalmente por la enorme polémica
causada recientemente a causa del glifosato, un herbicida de la compañía Monsanto calificado
como “probablemente cancerígeno para los seres humanos” por la
Organización Mundial de la Salud. El ministro de Agricultura, Christian Schmidt,
decidió apoyar en la Comisión Europea la extensión de su uso por otros
cinco años, pero lo hizo por cuenta propia y en contra de lo acordado
con el resto del Gobierno de la canciller Angela Merkel.
“Esto muestra que hay un problema
democrático. Hay diferentes encuestas que muestran que entre el 70 y el
83% de los alemanes está en contra del glifosato”, asegura a Público Christian Rollmann, portavoz de Wir haben es satt. “Cada vez, durante cada Semana Verde [la mayor feria de los sectores agropecuario y alimentario del mundo], el ministro de Agricultura anuncia grandes proyectos que después se quedan en nada.
Ese es el problema, queremos unas políticas orgánicas para los
agricultores y para la sociedad, no para las grandes multinacionales”,
añade.
La Semana Verde de 2018 abrió el viernes
pasado sus puertas, y los organizadores han convocado la manifestación
al mismo tiempo que se celebra el acto principal: la reunión de
ministros de Agricultura, que reúne a representantes de Estados de todo
el mundo. Asimismo, la marcha de este año tiene especial relevancia por
llegar en un momento en el que Alemania todavía no ha podido formar
Gobierno casi cuatro meses después de las elecciones federales. El acuerdo parece más cercano después de que el congreso del Partido Socialdemócrata diera luz verde este fin de semana a negociar una nueva gran coalición encabezada por Merkel. El objetivo del movimiento Wir haben es satt es influenciar las conversaciones definitivas que, se prevé, se llevarán a cabo durante las próximas semanas.
“Queremos unas políticas respetuosas con el
medio ambiente y con los pequeños agricultores. Al nuevo Gobierno le
pedimos una reforma en el trato de los animales, que ponga fin a la
agricultura centrada en la exportación y también un abandono de los
pesticidas, no solo del glifosato sino también de otros”. Estas
son, según Rollmann, las prioridades que el nuevo Gobierno alemán
debería tomar en materia de políticas agrarias y alimentarias.
Una de las exigencias más marcadas de los
manifestantes es, sin duda, conseguir que Christian Schmidt no vuelva a
ser nombrado responsable de Agricultura en la nueva Administración
alemana. A pesar de toda la polémica creada por sus decisiones
unilaterales, Schmidt, miembro de la CSU, el partido conservador de
Baviera hermanado con la CDU de Merkel, defiende su gestión y ofrece diálogo. "Tenemos
que afrontar juntos los retos. Todas las preguntas deben enfocarse
desde una perspectiva de diálogo, y nuestros agricultores tienen un gran
papel que jugar”, aseguraba recientemente Schmidt, a través de un
comunicado, en el marco de la celebración de la Semana Verde.
Perspectiva internacional
La movilización Wir haben es satt también tiene como objetivo afianzar un movimiento que en otros países ya está más establecido. “Esta marcha es la expresión alemana de un movimiento internacional
que en algunos países toma el nombre de soberanía alimentaria, o en
Estados Unidos, de justicia alimentaria, un movimiento que en Alemania
no está tan articulado”, explica Sofía Monsalve, secretaria general de
FIAN Internacional, organización con estatus consultivo en las Naciones
Unidas y a favor del derecho a una alimentación justa y sana.
Monsalve considera que Alemania, con sus
actuales políticas, contribuye a “la destrucción del acceso al mercado
de pequeños campesinos”. “Un ejemplo es la leche. En Alemania han desaparecido 40.000 productores de leche durante los últimos diez años”.
En este sentido, a la secretaria general de
FIAN Internacional también le preocupa la posible compra de Monsanto
por parte de la química alemana Bayer, a la espera de que la Comisión
Europea determine si la viola las leyes antimonopolio. “Si esta fusión
finalmente se produce, solo tres grandes empresas controlarán tres
cuartas partes del mercado global de semillas comerciales -detalla
Monsalve-. Así se profundiza en un modelo que tiene consecuencias en la seguridad alimenticia y erosiona a pasos acelerados la biodiversidad, pues las compañías promueven un espectro muy limitado de variedades”.
URUGUAY
El día que Gramsci fue a Durazno
Maria Noel Sosa / Foto: Marcelo Umpierrez
Desde
hace varias semanas ha cobrado relevancia pública una serie de demandas
“del campo”, que el pasado 23 de enero tuvieron su punto máximo de
movilización y prensa. Entre los oradores había comunicadores y hasta
una mención a Antonio Gramsci. Como guiño seguramente no pensado por
quien lo citó, tal discurso y la escena toda parecen una clase sobre el
concepto gramsciano de hegemonía.
En
un predio amplio los cuerpos están dispersos, las banderas uruguayas
abundan, los gritos patrióticos aparecen en cada hueco previsible de la
oratoria. Hay pedidos que analizar en términos económicos y políticos,
hay varias puntas de la madeja. Pero interesa señalar, a propósito de la
referencia a Gramsci, el lugar de los medios de comunicación y de los
oradores, dado el apoyo de ANDEBU y la amplia cobertura -transmisión en
vivo incluída- de la prensa. Estas breves notas se centrarán
especialmente en el discurso de Walter “Serrano” Abella, quien explicitó
su no objetividad y su toma de partido por los que “trabajan la
tierra” [1]. Gesto que parece muy natural pero que en cualquier otra
movilización “autoconvocada”, gremial o sindical, hubiera sido
rápidamente cuestionada.
Curiosamente el pasado 22 de enero fue un nuevo aniversario del pensador sardo, que en 1917 escribió el texto “Odio a los indiferentes”, usado por el comunicador. Imposible imaginarme a Gramsci cantando algún himno nacionalista. Pero retomaré la extraña conexión que hizo Abella como provocación, porque sugiere más de lo que afirma.
Gramsci nunca fue un nacionalista simplista. Su Italia tenía un sur y un norte marcados, pese a la reciente unificación. Un norte industrializado y un sur campesino, con la separación capitalista de campo y ciudad marcada como por la misma bota que los reúne. Gramsci, migrante del sur en el norte, acompañó el desarrollo de los consejos obreros en las industrias de la ciudad de Torino. No desvalorizaba el campo, pero le tocó jugarsela dónde estaba, en la ciudades obreras, en uno de sus momentos de lucha y apertura política. Escribió mucho y teorizó mientras acompañó la organización de los trabajadores desde la militancia cotidiana. Claramente creía en la organización, pero desde abajo y para cambiarlo todo, no para mantener privilegios.
Volviendo a Abella y al contexto de la movilización, aparecen tantas palabras comunes que entreveran tanto como es posible en un par de segundos. Se ponen en dicotomía clásicos como Estados Unidos versus Rusia, pero también aparecen Venezuela, Cuba y cualquier otro fantasma posible. Surgen también frases en referencia a que “todos meten la mano en la tierra” y las infaltables citas a Artigas. Hay menciones al reparto de tierras, pero evidentemente ni en la proclama oficial, ni en todo el debate en formato pliego de peticiones, hay ni una mínima alusión a la reforma agraria que anhelaba el prócer. Es que se apela al sentido común del patriotismo, el nacionalismo, de los valores del campo y de su importancia para nuestra vida. Pero esta no es, en palabras gramscianas, una forma de constituir “núcleo de buen sentido”, sino que confunde. La separación campo-ciudad no es de este gobierno ni los anteriores, es fundante del capitalismo y se renueva cada día. La desvalorización del campo es parte de ese mismo movimiento en el que con mucho más dolor y sangre se desvalorizó el trabajo de reproducción en general.
La arenga tiene una cita tras otra y pendula entre el tono gauchesco y el de niño recitador de escuela. Pero no es solo una cuestión de palabras, sino de escena. Apenas una se dispone a ver el discurso aparece un perlita feminista ineludible: Abella lee mientras una mujer le sostiene el paraguas. Llueve y el orador tiene quien lo cuide. El que juega con la palabra subalterno -esa misma que aprendimos a usar con fineza desde Gramsci- lo hace ostentando un lugar de dominación. En esa misma escena él insiste en el hombre que trabaja y hace el país y la patria. Ese movimiento en que abstrae el trabajo, el campo y la tierra le permite invisibilizar a las mujeres, a la heterogeneidad del campo y a esa tierra que no se sabe ya de quién es ni quién decide lo que se planta en ella. ¿El hombre que trabaja es el que es azotado por el patrón? ¿Es la naranjera que no puede ir al baño mientras está en la zafra? Abella marca la necesidad de poner sobre la mesa unas desigualdades, de no esquivar la mirada a la injusticia y la miseria, pero parece que solo es injusto pagar un salario y los derechos sociales de un/a trabajador/a. De rentabilidad mejor no hablemos mucho.
El debate de Gramsci sobre el estado y la llamada sociedad civil es muy vasto como para estas notas rápidas. Pero para el capitulo estatal al menos cabe mencionar que los reclamos sobre el gasto social que se hicieron en la movilización van mucho más allá de reducir los viáticos o la partida de prensa que Abella señala. Es claro que en estas movilizaciones hay un pedido de reconfigurar con mayor claridad un esquema de estado en clave neoliberal. Pero, ¿cuánto recauda y cuánto gasta el estado en el campo? Si se trata de hablar de los impuestos también hay que hablar de erogaciones tributarias, zonas francas, legislación y todo lo que se ha hecho para dar sustentabilidad al agrobussines extractivo.
Gramsci, como nosotros y nosotras, estaba intentando comprender un escenario difícil. Por un lado, la construcción del socialismo en la Unión Soviética y, por otro, el triunfo del fascismo en su país con la victoria electoral de Mussolini después de años de fuertes luchas obreras. El concepto que acuñó para ello, y que ha sido fuente inspiradora de la teoría crítica, permite entender algunos elementos de la actualidad. La lucha no era, y en este caso tampoco está siendo, sólo económica sino política y cultural. Las clases dominantes no sólo están donde están por la fuerza, sino principalmente por una suerte de consenso en el que los medios son fundamentales, aunque no los únicos en juego. No es un consenso espontáneo, sino uno que va construyendo legitimidad lentamente, palabra a palabra, cita tras cita, orador tras orador.
El concepto de hegemonía se vuelve central en el pensamiento gramsciano y nos sigue ayudando a pensar las relaciones de dominación a la interna de una sociedad, es decir la relación entre las clases dominantes y las clases dominadas. Abella usó también la noción de grieta, importada de los debates argentinos de fin del ciclo progresista. ¿De qué grieta estamos hablando? ¿Por qué para resaltar esta movilización se trae a la memoria el conflicto del agro de los 90? Recordemos que lo que hubo en nuestro país en la década de los 90 y 2000 fue una serie de luchas contra el neoliberalismo, luchas del movimiento popular, no de terratenientes. Este ciclo antecedió y dio paso a lo que se conoce como ciclo progresista, marcado por la llegada del Frente Amplio al gobierno nacional y lo que hemos denominado como “hegemonía progresista” (Castro, Elizalde, Menéndez, Sosa, 2014 y 2015).
En clave de hegemonía, lo que está de fondo es lo que ha expresado Zerbino, presidente de la ARU: cuando hubo bonanza era más fácil repartir. En su opinión ahora se trata de recapitular y ajustar, y es obvio que ellos ya empezarona a pujar por sus intereses. Esto es cada vez más evidente y supone que algunos conflictos que el Frente Amplio lograba disimular se vuelvan más complejos. Es que efectivamente los últimos años han sido de desaceleración económica, haciendo cada vez más difícil sostener el consenso distributivo que ha sido parte fundamental de su construcción hegemónica (Castro, Elizalde, Menéndez, Sosa, 2015). Y aunque el oficialismo no haga eco del pedido de reducción de gasto social, lo cierto es que en los últimos años las acciones colectivas han buscado impugnar las medidas regresivas de ajuste que se implementaron a partir de 2015, fundamentalmente las pautas salariales y los recortes de presupuesto público para educación y empresas del estado (Castro, Menéndez, Sosa, 2016).
Es claro que la prensa hegemónica que ahora da relevancia al tema no ha hecho lo mismo con otras movilizaciones en defensa de la tierra ligada a su (valor de) uso, no a su rentabilidad. Otro tipo de movilizaciones “autoconvocadas” sin partidos o gremios no tienen la misma difusión. Este entramado complejo y confuso no debe hacernos olvidar que también hay asambleas, reuniones y espacios que buscan gestarse desde abajo, y que no todos tienen los mismos recursos a la hora de organizarse. En el debate de estos días, otro de los oradores, Miguel Arregui publicó una nota en El Observador bajo otro guiño, el de Rulfo y su llano en llamas, para hablar de “rebelión en el campo” [2]. ¡Qué ironía compararse con la rebeldía de los campesinos de las luchas de las que Emiliano Zapata y Pancho Villa fueron referencia en la revolución mexicana por tierra y libertad! La provocación es grande, pero por ahora solo me quedo pensando en que Gramsci siempre estuvo preocupado por los terratenientes, por su gran poder y su alianza con la iglesia predominante y conservadora. Si Gramsci hubiera ido a Durazno refirmaría que le “fastidia el lloriqueo de eternos inocentes”.
Notas
[1]https://www.teledoce.com/te lemundo/nacionales/walter-serr ano-abella-aca-...
[2] https://www.elobservador.com.u y/el-llano-llamas-n1161711
Referencias
Castro, D.; Menéndez, M.; Sosa, M. (2017) Uruguay : luttes sociales, fragmentations et crise progressiste. En: État des résistances dans le Sud : Amérique latine. Vol. XXIV – 2017, n°4. CentreTricontinental/ Syllepse. Bélgica.
Castro, D.; Elizalde, L.; Menéndez, M.; Sosa, M. (2015). La renovada capacidad de impugnar. Luchas sociales y hegemonía progresista. Revista Contrapunto. Debates en movimiento (7) pp. 39-55.
Castro, D.; Elizalde, L.; Menéndez, M.; Sosa, M. (2014). Grietas en la hegemonía progresista uruguaya, entre consensos y resistencias. Revista Observatorio social de América Latina, CLACSO (35), pp. 157 – 180.
Curiosamente el pasado 22 de enero fue un nuevo aniversario del pensador sardo, que en 1917 escribió el texto “Odio a los indiferentes”, usado por el comunicador. Imposible imaginarme a Gramsci cantando algún himno nacionalista. Pero retomaré la extraña conexión que hizo Abella como provocación, porque sugiere más de lo que afirma.
Gramsci nunca fue un nacionalista simplista. Su Italia tenía un sur y un norte marcados, pese a la reciente unificación. Un norte industrializado y un sur campesino, con la separación capitalista de campo y ciudad marcada como por la misma bota que los reúne. Gramsci, migrante del sur en el norte, acompañó el desarrollo de los consejos obreros en las industrias de la ciudad de Torino. No desvalorizaba el campo, pero le tocó jugarsela dónde estaba, en la ciudades obreras, en uno de sus momentos de lucha y apertura política. Escribió mucho y teorizó mientras acompañó la organización de los trabajadores desde la militancia cotidiana. Claramente creía en la organización, pero desde abajo y para cambiarlo todo, no para mantener privilegios.
Volviendo a Abella y al contexto de la movilización, aparecen tantas palabras comunes que entreveran tanto como es posible en un par de segundos. Se ponen en dicotomía clásicos como Estados Unidos versus Rusia, pero también aparecen Venezuela, Cuba y cualquier otro fantasma posible. Surgen también frases en referencia a que “todos meten la mano en la tierra” y las infaltables citas a Artigas. Hay menciones al reparto de tierras, pero evidentemente ni en la proclama oficial, ni en todo el debate en formato pliego de peticiones, hay ni una mínima alusión a la reforma agraria que anhelaba el prócer. Es que se apela al sentido común del patriotismo, el nacionalismo, de los valores del campo y de su importancia para nuestra vida. Pero esta no es, en palabras gramscianas, una forma de constituir “núcleo de buen sentido”, sino que confunde. La separación campo-ciudad no es de este gobierno ni los anteriores, es fundante del capitalismo y se renueva cada día. La desvalorización del campo es parte de ese mismo movimiento en el que con mucho más dolor y sangre se desvalorizó el trabajo de reproducción en general.
La arenga tiene una cita tras otra y pendula entre el tono gauchesco y el de niño recitador de escuela. Pero no es solo una cuestión de palabras, sino de escena. Apenas una se dispone a ver el discurso aparece un perlita feminista ineludible: Abella lee mientras una mujer le sostiene el paraguas. Llueve y el orador tiene quien lo cuide. El que juega con la palabra subalterno -esa misma que aprendimos a usar con fineza desde Gramsci- lo hace ostentando un lugar de dominación. En esa misma escena él insiste en el hombre que trabaja y hace el país y la patria. Ese movimiento en que abstrae el trabajo, el campo y la tierra le permite invisibilizar a las mujeres, a la heterogeneidad del campo y a esa tierra que no se sabe ya de quién es ni quién decide lo que se planta en ella. ¿El hombre que trabaja es el que es azotado por el patrón? ¿Es la naranjera que no puede ir al baño mientras está en la zafra? Abella marca la necesidad de poner sobre la mesa unas desigualdades, de no esquivar la mirada a la injusticia y la miseria, pero parece que solo es injusto pagar un salario y los derechos sociales de un/a trabajador/a. De rentabilidad mejor no hablemos mucho.
El debate de Gramsci sobre el estado y la llamada sociedad civil es muy vasto como para estas notas rápidas. Pero para el capitulo estatal al menos cabe mencionar que los reclamos sobre el gasto social que se hicieron en la movilización van mucho más allá de reducir los viáticos o la partida de prensa que Abella señala. Es claro que en estas movilizaciones hay un pedido de reconfigurar con mayor claridad un esquema de estado en clave neoliberal. Pero, ¿cuánto recauda y cuánto gasta el estado en el campo? Si se trata de hablar de los impuestos también hay que hablar de erogaciones tributarias, zonas francas, legislación y todo lo que se ha hecho para dar sustentabilidad al agrobussines extractivo.
Gramsci, como nosotros y nosotras, estaba intentando comprender un escenario difícil. Por un lado, la construcción del socialismo en la Unión Soviética y, por otro, el triunfo del fascismo en su país con la victoria electoral de Mussolini después de años de fuertes luchas obreras. El concepto que acuñó para ello, y que ha sido fuente inspiradora de la teoría crítica, permite entender algunos elementos de la actualidad. La lucha no era, y en este caso tampoco está siendo, sólo económica sino política y cultural. Las clases dominantes no sólo están donde están por la fuerza, sino principalmente por una suerte de consenso en el que los medios son fundamentales, aunque no los únicos en juego. No es un consenso espontáneo, sino uno que va construyendo legitimidad lentamente, palabra a palabra, cita tras cita, orador tras orador.
El concepto de hegemonía se vuelve central en el pensamiento gramsciano y nos sigue ayudando a pensar las relaciones de dominación a la interna de una sociedad, es decir la relación entre las clases dominantes y las clases dominadas. Abella usó también la noción de grieta, importada de los debates argentinos de fin del ciclo progresista. ¿De qué grieta estamos hablando? ¿Por qué para resaltar esta movilización se trae a la memoria el conflicto del agro de los 90? Recordemos que lo que hubo en nuestro país en la década de los 90 y 2000 fue una serie de luchas contra el neoliberalismo, luchas del movimiento popular, no de terratenientes. Este ciclo antecedió y dio paso a lo que se conoce como ciclo progresista, marcado por la llegada del Frente Amplio al gobierno nacional y lo que hemos denominado como “hegemonía progresista” (Castro, Elizalde, Menéndez, Sosa, 2014 y 2015).
En clave de hegemonía, lo que está de fondo es lo que ha expresado Zerbino, presidente de la ARU: cuando hubo bonanza era más fácil repartir. En su opinión ahora se trata de recapitular y ajustar, y es obvio que ellos ya empezarona a pujar por sus intereses. Esto es cada vez más evidente y supone que algunos conflictos que el Frente Amplio lograba disimular se vuelvan más complejos. Es que efectivamente los últimos años han sido de desaceleración económica, haciendo cada vez más difícil sostener el consenso distributivo que ha sido parte fundamental de su construcción hegemónica (Castro, Elizalde, Menéndez, Sosa, 2015). Y aunque el oficialismo no haga eco del pedido de reducción de gasto social, lo cierto es que en los últimos años las acciones colectivas han buscado impugnar las medidas regresivas de ajuste que se implementaron a partir de 2015, fundamentalmente las pautas salariales y los recortes de presupuesto público para educación y empresas del estado (Castro, Menéndez, Sosa, 2016).
Es claro que la prensa hegemónica que ahora da relevancia al tema no ha hecho lo mismo con otras movilizaciones en defensa de la tierra ligada a su (valor de) uso, no a su rentabilidad. Otro tipo de movilizaciones “autoconvocadas” sin partidos o gremios no tienen la misma difusión. Este entramado complejo y confuso no debe hacernos olvidar que también hay asambleas, reuniones y espacios que buscan gestarse desde abajo, y que no todos tienen los mismos recursos a la hora de organizarse. En el debate de estos días, otro de los oradores, Miguel Arregui publicó una nota en El Observador bajo otro guiño, el de Rulfo y su llano en llamas, para hablar de “rebelión en el campo” [2]. ¡Qué ironía compararse con la rebeldía de los campesinos de las luchas de las que Emiliano Zapata y Pancho Villa fueron referencia en la revolución mexicana por tierra y libertad! La provocación es grande, pero por ahora solo me quedo pensando en que Gramsci siempre estuvo preocupado por los terratenientes, por su gran poder y su alianza con la iglesia predominante y conservadora. Si Gramsci hubiera ido a Durazno refirmaría que le “fastidia el lloriqueo de eternos inocentes”.
Notas
[1]https://www.teledoce.com/te
[2] https://www.elobservador.com.u
Referencias
Castro, D.; Menéndez, M.; Sosa, M. (2017) Uruguay : luttes sociales, fragmentations et crise progressiste. En: État des résistances dans le Sud : Amérique latine. Vol. XXIV – 2017, n°4. CentreTricontinental/ Syllepse. Bélgica.
Castro, D.; Elizalde, L.; Menéndez, M.; Sosa, M. (2015). La renovada capacidad de impugnar. Luchas sociales y hegemonía progresista. Revista Contrapunto. Debates en movimiento (7) pp. 39-55.
Castro, D.; Elizalde, L.; Menéndez, M.; Sosa, M. (2014). Grietas en la hegemonía progresista uruguaya, entre consensos y resistencias. Revista Observatorio social de América Latina, CLACSO (35), pp. 157 – 180.
Gremio de periodistas (APU) cuestionó a la cámara de los patrones (Andebu)
24
Ene
AFUSEC
El
gremio de periodistas recordó que Andebu “ha sido una pertinaz
desconocedora” de los derechos de los trabajadores, en particular del
interior.
La Asociación de la Prensa del Uruguay (APU) fustigó este martes el reaplado de la Asociación Nacional de Brodcasters Uruguayos (Andebu) a la movilización de los productores rurales en Durazno y recordó que la cámara que nuclea a los propietarios de los medios de comunicación “ha sido una pertinaz desconocedora de los derechos de los trabajadores, principalmente de aquellos radicados en el interior del país”.
Andebu expresó su apoyo a la movilización de los productores.
“Entendemos que varias de sus reivindicaciones nos son comunes, como las
condiciones de competitividad para nuestra industria, el costo de la
energía eléctrica y la carga impositiva. En nuestro caso se agregan
otros factores que imponen costos y riesgos adicionales para nuestra
industria, derivados de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y
de otras acciones”, expresó el comunicado de Andebu.
Esto generó la respuesta de APU, el gremio de periodistas, que recordó algunas de las conductas de los brodcasters que fueron denunciadas en reiteradas oportunidades. Entre ellas, “la constante negativa a equiparar los salarios de los trabajadores del interior con aquellos que se desempeñan en Montevideo; contratación de personal sin abonar la remuneración acordada en los consejos de salarios; relleno de sus grillas con programas realizados por productoras independientes que no respetan ningún tipo de pauta salarial; persecución a delegados sindicales; cercenamiento de derechos adquiridos; cierre imprevisto de fuentes laborales, entre otras”.
A esto se le debe sumar “la forma poco clara en que buena parte de esos empresarios accedieron a frecuencias radiales y televisivas, casi siempre apoyada en prebendas recibidas por los gobernantes de turno”. “Vale señalar que todas esas prácticas se han desarrollado previo a la existencia de la Ley de Servicios Audiovisuales (mal conocida como Ley de Medios) que, hoy, Andebu, también dice sentirse perjudicada”, expresó APU.
En este contexto, el gremio de periodista expresó su apoyo al “derecho a la movilización de todos los ciudadanos y aboga por garantizar los derechos de los trabajadores ignorados por las patronales reaccionarias”.
http://www.carasycaretas.com.u y/gremio-periodistas-apu-cuest iono-la-camara-los-patrones-an debu/
La Asociación de la Prensa del Uruguay (APU) fustigó este martes el reaplado de la Asociación Nacional de Brodcasters Uruguayos (Andebu) a la movilización de los productores rurales en Durazno y recordó que la cámara que nuclea a los propietarios de los medios de comunicación “ha sido una pertinaz desconocedora de los derechos de los trabajadores, principalmente de aquellos radicados en el interior del país”.
Esto generó la respuesta de APU, el gremio de periodistas, que recordó algunas de las conductas de los brodcasters que fueron denunciadas en reiteradas oportunidades. Entre ellas, “la constante negativa a equiparar los salarios de los trabajadores del interior con aquellos que se desempeñan en Montevideo; contratación de personal sin abonar la remuneración acordada en los consejos de salarios; relleno de sus grillas con programas realizados por productoras independientes que no respetan ningún tipo de pauta salarial; persecución a delegados sindicales; cercenamiento de derechos adquiridos; cierre imprevisto de fuentes laborales, entre otras”.
A esto se le debe sumar “la forma poco clara en que buena parte de esos empresarios accedieron a frecuencias radiales y televisivas, casi siempre apoyada en prebendas recibidas por los gobernantes de turno”. “Vale señalar que todas esas prácticas se han desarrollado previo a la existencia de la Ley de Servicios Audiovisuales (mal conocida como Ley de Medios) que, hoy, Andebu, también dice sentirse perjudicada”, expresó APU.
En este contexto, el gremio de periodista expresó su apoyo al “derecho a la movilización de todos los ciudadanos y aboga por garantizar los derechos de los trabajadores ignorados por las patronales reaccionarias”.
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Manifestante de “a pie” que no devolvió créditos y goza de exoneraciones
Enrique
Pechi es edil del Partido Nacional en Artigas, estuvo en Durazno para
protestar pero tiene exoneración de aportes y de Contribución
Inmobiliaria.
“No
es mentira que todos los días se están yendo productores rurales del
campo, pero no productores grandes. Se está yendo aquella gente que
nació, que crió a sus hijos, que tuvo su familia siempre dedicada al
campo. Hoy tenemos gran parte del Uruguay con extranjeros”. Así se
expresa Enrique Pechi productor ganadero de Artigas y edil del Partido
Nacional.
Las declaraciones de Pechi aparecen en un video subido a la página web de El Observador bajo el título de “Los manifestantes de a pie y el campo como un colador: las historias de la protesta del agro”, que pretende reflejar cierta mirada “popular” del movimiento supuestamente autoconvocado.
Tras
su lamento por la presencia de extranjeros en el país, de invocar el
viejo lugar común de que la “patria se hizo a caballo” y de repetir como
un eslogan que hay que “apoyar a la masa productiva”, señaló que “la
carga tributaria es muy grande. Si queremos un país productivo no
podemos tener un combustible tan caro”.
Sin
embargo Pechi es de aquellos que no pueden quejarse mucho ya que
recibió ayuda y créditos del estado que nunca devolvió. Datos a los que
tuvo acceso Caras y Caretas Portal indican que
Pechi es productor familiar registrado en el Ministerio de Ganadería,
Agricultura y Pesca (MGAP), Recibió raciones en 2009 por parte del
Operativo Sequía del Fondo Agropecuario de Emergencia por valor de $
91.000 y no devolvió nada.
Además recibió U$S 8.000 de subsidio en el proyecto Ganadería Familiar y Cambio Climático.
Pero
la frutilla de la torta en el caso de Pechi es que se trata de un
productor que tiene exoneración de aportes al Banco de Previsión Social
(BPS) y de Contribución Inmobiliaria.