http://youtu.be/rozLDpucDTU
Mujica fue a ver a Huidobro
¿Pacto? ¿Qué pacto?
25.04.2011 18:47
El presidente José Mujica visitó al senador Eleuterio Fernández Huidobro en su despacho del Palacio Legislativo. El legislador dijo que en la reunión se habló de temas de infraestructura, y que no estuvieron en la agenda las noticias sobre un pacto con los militares ni el futuro del ministro de Defensa, Luis Rosadilla.
Este lunes, sobre las 17:30, el presidente José Mujica visitó al senador Eleuterio Fernández Huidobro, para conversar sobre temas de infraestructura. Huidobro dijo a Radio Sarandí que, en la reunión, que se prolongó por menos de media hora, se analizaron temas referentes al puerto de Nueva Palmira, el puerto de aguas profundas que se construiría en Rocha y la instalación de la minera de Aratirí.
El senador de la CAP-L aseguró que no se habló del documento aparecido este lunes, y que habrían firmado tupamaros y militares en 1998, ni del futuro del ministro de Defensa, Luis Rosadilla, luego de la aprobación del texto interpretativo de la Ley de Caducidad.
Huidobro también contó que estuvo charlando sobre lo que hará cuando deje su banca, y mostró un montón de bolsas plásticas, en las que "mañana mismo" comenzará a empaquetar sus pertenencias.
Montevideo Portal
Presidente Mujica: el tema del pacto “es un bolazo”
25.04.2011 | 19.53- El Espectador
El presidente de la República, José Mujica, habló con la prensa sobre la existencia de un presunto pacto que los Tupamaros y los integrantes militares de la Logia de los Tenientes de Artigas realizaron en 1998 a la salida de una reunión que mantuvo en el Palacio Legislativo con la bancada de gobierno.
Consultado por la prensa, Mujica dijo: "es un bolazo lo del pacto".
La polémica ya esta instalada y varias voces salieron al cruce de la información. A partir de esta información la Logia Tenientes de Artigas reconoció parte del texto de un pacto inconcluso entre militares y el MLN, donde se consideraba como "víctimas de una guerra" a los desaparecidos, pero no se hizo cargo de su difusión.
Divulgan texto de documento entre militares y tupamaros
25.04.2011 | 7.19 El Espectador
Militares divulgaron el texto de un documento que redactaron en 1998 con dirigentes tupamaros en procura de terminar con la discusión sobre la violación a los Derechos Humanos durante la dictadura.
El texto, que este lunes publica El Observador, fue producto de conversaciones entre tupamaros e integrantes de la logia Tenientes de Artigas.Según consigna el matutino, en aquellos contactos se dio participación a la Iglesia Católica y a la Masonería, pero fueron los “ex combatientes” quienes se sentaron a redactar el documento que finalmente quedó inconcluso.
Entre otros conceptos el texto señalaba que “una democracia sana no debe, ni puede, sostenerse tomando de rehenes a los desaparecidos, sino con la paz y el orden que sobrevienen a la verdad y a la justicia en que vive la comunidad”.
También se establecía que “hubo desapariciones porque aquí hubo una guerra”.
El pacto no prosperó porque en el MLN Tupamaros no hubo consenso sobre su enfoque y porque el entonces comandante en jefe del Ejército, Fernán Amado, decidió no avalarlo.
Mujica apoya a Rosadilla; oposición pide renuncia
25.04.2011 | 18.12 El Espectador
El ministro de Defensa Nacional, Luis Rosadilla, está en el ojo de la tormenta política, aunque el presidente Mujica le brindó todo su apoyo explícito.
Luego de los episodios de corrupción en la Armada, el inconformismo con los aumentos salariales de los efectivos militares, Eleuterio Fernández Huidobro, senador y líder de CAP-L (sector que integra Rosadilla) decidió renunciar a su banca tras votar el proyecto de ley interpretativo sobre la Ley de Caducidad. Así las cosas, empezaron a surgir rumores de que el ministro de Defensa podría renunciar y acompañar así la decisión de Fernández Huidobro.
Este sábado el senador Jorge Larrañaga, de Alianza Nacional, había pedido la renuncia del ministro de la CAP-L. “A mi juicio, por coherencia, debería renunciar. El tema es demasiado importante, crucial, se trata de respeto a la voluntad de la gente. Rosadilla, siendo nada menos que ministro de Defensa, debe irse. ¿Qué credibilidad tendría frente a unas Fuerzas Armadas ganadas por la frustración y el descontento? No da para más, tiene que irse”, dijo Larrañaga.
El líder de Alianza Nacional no fue el único que con sus palabras solicitó la caída del secretario de Estado. El nacionalista Francisco Gallinal, se sumó al pedido.
“A mi me da la impresión que la gestión de Rosadilla esta agotada, con todos los problemas que le han tocado vivir y que lo han desgastado, ahora se suma la difícil situación de su sector político, su posible ingreso al senado y sus manifestaciones de que, de aprobarse la ley interpretativa a la Ley de Caducidad, renunciaría a su puesto”, todos estos factores, entiende Gallinal, “están marcando el agotamiento de la gestión”.
En diálogo con El Espectador, el senador Luis Alberto Lacalle, quien no comparte la visión de Larrañaga y Gallinal, declaró que, según su punto de vista, “no se lo que han tenido en cuenta estos compañeros” pero “estos planteos de renuncia se deberían hacer en el ámbito parlamentario. Llamar al Ministro y hacer un cuestionamiento político, si hay razones deberían exponerse en sala para que tengan más fuerza”, porque sino “lo que estamos haciendo es vaciar de contenido al Parlamento”.
Este lunes el matutino El Observador publicó un documento en el cual se mostraba que algunos militares participaron de un pacto inconcluso con los Tupamaros en 1998 que pretendía sellar el tema de los derechos humanos. Entre otras cosas, el texto decía –según el diario- que los desaparecidos eran considerados víctimas de “una guerra”. El pacto no llegó a concretarse, pero sentó las “bases filosóficas” –dice la nota de tapa, firmada por Gabriel Pereyra- sobre las cuales ambos grupos entendían debía librarse un acuerdo para cerrar las heridas que dejó el enfrentamiento entre militares y tupamaros.
Fernández Huidobro fue entrevistado esta mañana en el programa de Canal 10, Hola Vecinos, y declaró que leyó el documento al cual definió como “muy extravagante”.
“Eso se lo acercó al periodista Pereyra algún milico que dice ser de la Logia de los Tenientes de Artigas. Eso parece ser la obra, de una persona que hizo un boñatito de prensa y que apareció ahora porque la ley esta en discusión”, sentenció el ex senador.
Tanto Rosadilla como Fernández Huidobro reconocen haber tenido conversaciones varias con militares después de la amnistía, con el advenimiento de la democracia.
Rosadilla entiende que eso no debería verse como algo extraño. “Tuvimos conversaciones y relaciones con las FFAA y las tenemos”, dijo Rosadilla, en el mismo sentido de lo dicho por Fernández Huidobro.
Sin embargo, ninguno ratificó la existencia de un pacto en el año 1998. “No puedo ni confirmar ni desmentir la existencia de ese supuesto pacto porque desde 1991 realicé solo actividades de base por lo que no tenía responsabilidad de dirección”, dijo.
A esto hay que sumar que este martes el ministro Rosadilla y el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, serán interpelados por los legisladores Sergio Abreu y Tabaré Viera por el caso del video “fantasma” donde presuntos militares advertían una operación para liberar militares detenidos.
Último Momento
DOCUMENTO
Polémica por pacto inconcluso entre militares y el MLN
Militares hicieron conocer en las últimas horas la existencia del texto de un pacto inconcluso redactado en 1998 entre integrantes de al logia Tenientes de Artigas y el Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros (MLN – T) para encontrar una salida que permitiera sellar definitivamente el tema de los derechos humanos.
Según informó el diario El Observador, el documento vio la luz pública luego que el Frente Amplio decidiera anular la ley de Caducidad. En el se establecía que los desaparecidos durante la última dictadura militar fueron consecuencia de una "guerra" que existió en el país y se pedía a toda la sociedad que asuman su parte en ella.
La polémica ya se instaló y varias voces salieron al cruce de la información. El ministro de Defensa, Luis Rosadilla, dijo hoy a la radio AM Libre que desconocía la existencia de un pacto aunque reconoció el diálogo con las Fuerzas Armadas luego del retorno a la democracia. "Eso no debe parecer nada extraño", puntualizó.
Por otro lado, el ex tupamaro Jorge Zabalza afirmó a radio Carve que es producto de "conversaciones" que comenzaron luego de la muerte del histórico dirigente Raúl Sendic y que triunfara el voto amarillo y que las "conversaciones forman parte de una discusión muy grande que hubo dentro del MLN" y que son "operativos de inteligencia".
Para Zabalza un operativo es cuando oficiales de inteligencia disponen de información y la usan para hacer político. "En ese sentido, ellos manipulan a quienes están en contacto, los graban, los hacen firmar documentos y los hacen redactarlos", afirmó y explicó que si uno lee bien el documento "no lo redactó ningún militar".
El ex tupamaro consideró que no es casualidad que la polémica se instale un día antes de la interpelación parlamentaria a los ministros Rosadilla y Eduardo Bonomi (Interior) "donde seguramente les van a preguntar sobre todo esto" y también antes del acto del 1° de mayo donde "seguramente (el senador Eleuterio) Fernández Huidobro no va a poder ir a la manifestación porque va a sentir vergüenza", puntualizó.
Finalmente Zabalza entendió que los militares "largan las cosas cuando lo consideran conveniente de acuerdo con los intereses de ellos".
Por su parte, el todavía senador Eleuterio Fernández Huidobro dijo a radio Carve desconocer el documento. Aclaró que lo estuvo mirando y le parece que está "espantosamente redactado". "Yo creo que el que lo hizo estaba medio en pedo", señaló.
Para Huidobro, todo esto se trata de una maniobra de propaganda en el contexto de la aprobación de la ley interpretativa de la Ley de Caducidad.
Reconoció que se mantuvieron reuniones con los militares pero para tratar el tema de los desaparecidos y para evitar enfrentamiento a causa de los que "metían púa".
Respecto a los presos en la cárcel de Domingo Arenas, Huidobro dijo que se están olvidando de los responsables, "que son los que dirigieron la política económica y periodistas". Estas personas, sostuvo, deberías estar en la cárcel con José Gavazzo.
El País Digital
Militares revelan texto de un pacto inconcluso con el MLN
Uruguay, 25 de abril de 2011 |
El escrito fue redactado en 1998 por ex guerrilleros e integrantes de la logia Tenientes de Artigas; indica que las víctimas de la dictadura fueron la consecuencia de “una guerra”
Militares dieron a conocer un texto que fue redactado en 1998 entre dirigentes tupamaros e integrantes de la logia Tenientes de Artigas en procura de sellar el tema de los derechos humanos. El documento salió a la luz luego de que el oficialismo decidiera anular la ley de Caducidad.
El texto al que accedió el diario El Observador indica que los desaparecidos fueron consecuencia de “una guerra” que existió en el país y por la cual piden a toda la sociedad que asuman su parte de responsabilidad en ella. El pacto no llegó a concretarse pero sentó las bases filosóficas sobre las cuales ambos grupos entendían debía labrarse un acuerdo para cerrar definitivamente las heridas del pasado.
Los tupamaros mantuvieron los contactos con militares al margen de sus compañeros frenteamplistas, así como los Tenientes tampoco pidieron autorización a sus superiores, razón por la cual varios oficiales fueron considerados “traidores” por dialogar con el enemigo. Varias de las reuniones realizadas entre ambos grupos, se celebraron en la chacra del hoy presidente José Mujica.
Según indica el matutino, el ex presidente Jorge Batlle tomó conocimiento de esta iniciativa durante el cumpleaños de uno de los Tenientes que era su amigo. Fue entonces cuando el ex mandatario mantuvo grandes desavenencias con los militares y el acuerdo quedó trunco. Posteriormente Batlle conformó la denominada Comisión para la Paz.
El documento salió a luz pública luego de que varios oficiales retirados resolvieran darlo a conocer luego de que el oficialismo decidiera anular la ley de Caducidad. En el texto sus autores no procuran desentenderse de la responsabilidad que les cabe por los hechos del pasado, pero sostienen que no fueron los únicos protagonistas de aquellos episodios violentos.
(Observa)
Uruguay, 25 de abril de 2011 |
Texto íntegro del documento
Las bases del pacto al que el MLN y militares habían llegado en 1998
DOCUMENTO
Texto íntegro del documento
Las bases del pacto al que el MLN y militares habían llegado en 1998
Definiciones sobre la “guerra” que hubo en Uruguay en las décadas de 1960 y 1970, el reconocimiento formal de que los “desaparecidos” están muertos y las razones que llevaron a su desaparición, y las responsabilidades compartidas por la violencia que vivió el país en el pasado, son algunos de los conceptos que se manejan en un documento de cinco carillas que dirigentes tupamaros y militares integrantes de la logia Tenientes de Artigas redactaron en 1998, como forma de dejar atrás las heridas del pasado. El documento, que publica hoy El Observador, fue divulgado por militares que están molestos con la aprobación de la ley de Caducidad, decisión política del oficialismo que, sostienen estos oficiales, se da de bruces con el espíritu de aquel pacto que no llegó a cerrarse por una serie de circunstancias políticas del momento. A continuación de transcribe íntegro el texto de este documento que se mantuvo en reserva por más de una década:
“Los abajo firmantes queremos dar a conocimiento público lo siguiente:
Desde hace ya un tiempo hemos venido realizando contactos de carácter reservado con miembros de la FF.AA. en actividad y en retiro, a quienes conocimos en oportunidad de los enfrentamientos armados, con el propósito de conocer el destino de los Desaparecidos. En dicha misión han participado un importante número de personas pertenecientes a ambas partes y se ha procurado no hacer caudal partidista o personal del tratamiento de este delicadísimo tema.
Quienes suscribimos esta declaración estamos en condiciones de asegurar que oficiales de las tres fuerzas y de distintas jerarquías, a quienes conocemos desde hace muchos años y de quienes sabemos su condición de combatientes, nos aseguraron que los siguientes compañeros están muertos.
Luego de varias y muy duras discusiones, también hemos convenido dar a conocer algunos conceptos a los que hemos arribado de consuno, aunque guardando igualmente serias discrepancias en torno al análisis del pasado.
Lo hacemos con el anhelo de colaborar en la mejor comprensión de estas difíciles páginas de la historia de los orientales; con intención pacificadora y espíritu reconciliatorio.
Observamos que una gran mayoría de los actores políticos y sociales que se muestran interesados en resolver el hecho de los desaparecidos, parecen abroquelados en alguna de estas dos siguientes posiciones simplificadoras: unos en el maniqueísmo de que “los muertos buenos son los nuestros y mal muertos están; los de ellos son malos muertos y bien muertos están”, y otros por el contrario han impulsado, o se han sumado, a la llamada “doctrina de los dos demonios” y muy sueltos de cuerpo declaran: “esos muertos y no son nuestros, ni los unos ni los otros; de ustedes de ambos bandos son los muertos y ahora debéis expiar culpa los unos y los otros, hasta el fin de los tiempos, porque nosotros somos inocentes, nosotros no tenemos nada que ver y repudiamos lo que ustedes han hecho”.
No ponemos en duda de que en ambas posturas hay personas honestas, y es a ellas a quienes están preferentemente dirigidas estas líneas, pero lo que rechazamos y denunciamos es el deliberado uso político que se está haciendo de estas posiciones.
Los muertos, todos ellos, murieron por sus ideales, y tienen razón los familiares de los desaparecidos cuando dicen que no son sólo un asunto de ellos, sino de toda la comunidad.
Por esto queremos descubrir a las falsas izquierdas y falsas derechas que están buscando medrar con el encono eterno, y a los falsos intelectuales y falsos humanistas que haciéndole el juego al gran poder y a la élite política gobernante, asustan a la gente con los dos demonios. Vacíos y limpios de toda culpa, los zorros que gobiernan llaman al pueblo a mantener enhiesto un nuevo tótem – mito – símbolo, alrededor del cual reunir la nueva república: los Desaparecidos; trágico saldo de un enfrentamiento que hubo entre “tupas y milicos”, chivos expiatorios cuya sangre debe ofrendarse a los dioses de la democracia.
Una democracia sana no debe, ni puede, sostenerse tomando de rehenes a los desaparecidos, sino con la paz y el orden que sobrevienen a la verdad y a la justicia en que vive la comunidad.
Es en orden a buscar juntos esa verdad y esa justicia, que les pedimos a todos los orientales que nos escuchen en estas reflexiones.
Comencemos por preguntarnos por qué causa fundamental hubo desapariciones de personas. Hubo desapariciones porque aquí hubo una guerra.
Hubo una guerra que partió al mundo en dos y que se le llamó “guerra fría” a nivel planetario, aunque nunca fue declarada pero que aquí se llamó “Interna” y si se llegó a decretar y declarar formalmente. Y fue una guerra que abrió una grieta profundísima que atravesó la nación entera, a todas sus instituciones y su gente, y dejó a cada lado dos trincheras ideológicas, porque la ideología fue la causa eficiente de la guerra: básicamente un enfrentamiento entre el liberalismo y el marxismo, las dos ideologías “modernas” y predominantes en este siglo.
De cualquier manera no se trata aquí de abundar acerca de cuales otras concepciones del hombre y la sociedad se alinearon a cada lado, o cuales de los antagonistas podrían alegar con más razones. Causa Justa para combatir , porque lo que nos ocupa aquí, que es el hecho de las desapariciones, no ocurre, al menos en apariencia inicial por la “jus ad bellum”, sino por el grado de justicia que hubo en desarrollo de guerra misma; la “jus in bello”.
No obstante, es importante ir pensando desde ahora y no perderlo de vista, para analizar más adelante las responsabilidades, si alguien con interés, y con derecho legitimado en el conocimiento, a expresarse sobre los hechos de la guerra, pudo y puede sustraerse de tal manera a un enfrentamiento tan existencial y por ende tan abarcante que, o cayó dentro de la grieta abierta, o quedó entre dos fuegos y entonces sí puede manifestar con razón haber sido inocente y nunca haber siquiera consentido la defensa de ninguna parte. Es muy necesario para juzgar los hechos de una guerra, comprender cuál es su naturaleza.
Muchas veces oímos decir que uno u otro bando atentó contra los derechos humanos o cometió tales o cuales horrores, sin detenerse a considerar que es la guerra en sí misma el peor de los horrores y la violación de los derechos humanos por antonomasia, por eso es que se deban considerar todos los extremos de la Causa Justa para llevarla adelante: última razón, autoridad legítima, posibilidad de éxito.
En la guerra no participan monstruos u hombres desquiciados, sino hombres y mujeres normales, muchos en grado heroico, combatientes o de apoyo, de un lado y del otro, insertos todos en el ambiente propio de la guerra.
Según Clausewits, un pensador clásico y universalmente indiscutido acerca de la naturaleza de la guerra, esta siempre tiene un fin político y es llevada adelante por una decisión política como un instrumento más de su obrar, el cual debe ser el último, precisamente por la violencia que supone.
Es bien claro en nuestro caso la causa y el fin político de la guerra, en que el combate militar fue parte del combate político y en el que ambos bandos excluían la participación de la ideología antagónica en el proyecto propio del destino.
Aquí entre nosotros estuvo en juego la existencia del Ser nacional, entre dos cosmovisiones excluyentes, era una o la otra.
La existencia del Ser es la “legitimidad absoluta”, según Clausewitz, y por ende excluyente de la legitimidad del otro. Dice Smith, sosteniéndose en Heidegger, que al reducir la cuestión política a la categoría de lo existencial, ya no se trata de un enfrentamiento entre dos valores legítimos y en disputa, sino que lo absoluto de lo existencial lleva a que el enemigo sea considerado un “sin valor absoluto”.
El asunto es que esta conclusión tiene total ligazón con la lógica de la guerra y con los medios que en ella se empleen y de lo cual es evidente que no puede sustraerse la política, porque ella determina la sustancialidad de la misma.
La guerra en que está en juego el Ser es entonces un acto de fuerza política, que se retroalimenta con la acción recíproca de los contendientes, y que puede llevar al extremo de que no existan límites al empleo de la fuerza para asegurar la existencia del Ser. Dicho en otras palabras: lo que terminan ordenando los comandantes militares como necesario para vencer al enemigo y asegurar la victoria, no tiene una lógica propia, autónoma de la guerra como fenómeno aislado, sino que está íntimamente ligado a la causa y fin político que le dan, en este caso, legitimidad absoluta.
Con estas nociones que acabamos de exponer y teniéndolas in mente, podemos entrar a considerar ahora cuáles son los principales de la “jus in bello” (ética Tomista), que están en juego en el hecho de las desapariciones de personas.
Debería ser el principio de la proporcionalidad, el que en la toma de decisiones éticas en la guerra, resolviera la tensión existente entre la finalidad de la misma y los medios a emplear.
Sin dejar de considerar el “sin valor absoluto” del enemigo, ya expuesto, de cualquier manera parece evidente que en nuestra guerra el extremo que se debió considerar, es que los medios que llegaran a emplearse, no fueran a invalidar o destruir los valores que el propio fin de la guerra buscaba preservar para el Ser nacional y a la vez que pudiera alcanzarse una paz duradera. Muy difícil dilema, cuya correcta o incorrecta resolución por parte de los combatientes, pueden juzgar, con la sola condición de ser honestos, todos los orientales.
Lamentamos profundamente los muertos y los desaparecidos, los de ambos lados, todos cayeron defendiendo sus ideales, en el error o en el acierto, eso no importa ahora y mucho menos cuando ninguna parte puede alegar total certeza en sus verdades políticas.
Lo que más importa es que ahora ya todos sin distinción, integran con sus cuerpos ese humus espiritual de la tierra, el más fértil y que hace que un país se convierta en Patria para todos los orientales.
No obstante, sin perder de vista el carácter existencial de lo que estaba en juego, y si se compara esta última guerra, de hace ya 25 largos años, con las anteriores de nuestra propia historia, con las contemporáneas y de igual causa ocurridas en los demás países americanos, (algunas aún en curso!), y con todas las de la historia universal; y si también se considera que se llenó una cárcel que fue permanentemente visitada por comisiones internacionales de derechos humanos y que se respetó también la vida de los dirigentes, esta guerra no parece que debiera pasar a la historia como drásticamente cruel.
Nadie puede afirmar que hubiera habido un plan de exterminio o que los desaparecidos hayan sido asesinados con fría premeditación, sino que lo fueron en circunstancias muy diversas y no buscando intencionalmente su muerte.
Respecto al destino de sus restos mortales, estará en el fuero personal de quienes en el futuro aprecien que el tema se haya despolitizado y evalúen posible acercarse a algún familiar que ofrezca garantías de no manipularlo como bandera política, dar alguna respuesta si estuviera en sus posibilidades, este por lo menos es el deseo de quienes participamos de este escrito.
Otro principio de la debida justicia en la guerra que a veces se invoca, es el que en la teoría se denomina “discriminación” y pide que se extremen las medidas para diferenciar entre las personas involucradas en la guerra y las no involucradas. Se alega que algunos desaparecidos no eran combatientes porque no portaban armas y que eran simples militantes políticos, intelectuales o escritores, etc.
Se preguntan los moralistas si un niño que lleva munición al frente debe ser considerado un combatiente. Sin duda lo es y debe a su vez ponderarse la extrema necesidad para atacarlo y con que medios, y aún así el dilema ético es difícil de resolver.
Este punto nos lleva nuevamente a considerar la naturaleza ideológica de la guerra y qué criterio utilizar para diferenciar quiénes están involucrados y quiénes no.
Hay situaciones que parecen claras en este caso, como que se puede hacer más daño al enemigo con una pluma que con un arma, o que quien oculta información acerca de quienes van a usar un arma contra los propios está tan involucrado como estos.
Pero esta línea de razonamiento nos vuelve a nuestras reflexiones iniciales; ¿quiénes pueden haberse sustraído de tal manera de no estar posicionado en alguna de las dos facciones?
Este es el punto que entendemos por crucial para poder dar vuelta definitivamente la página como Nación, sin medias verdades, sin mitos y sin chivos expiatorios.
Quienes estas líneas suscriben, combatientes en el frente de un lado y del otro, hemos sufrido en carne propia la crueldad de la guerra más que todos (la violencia en el cuerpo del enemigo lacera también el alma del buen soldado) y algunos la han sufrido más que ninguno, sin que por ello se reclame condición de víctimas inocentes, sólo reivindicamos se nos reconozca recta intención; buena fe en el fin perseguido, nada más, pero nada menos.
Por esto no aceptamos que ninguna caterva de mal intencionados e hipócritas se declaren inocentes de toda culpa y nos acusen de ser la fuente de todos los males.
Freud pensaba, en sus disquisiciones sobre la guerra, que ella es una acto cultural que pone la agresión humana al servicio de esa cultura, canalizándola hacia lo permitido.
De ahí deduce que la guerra es siempre destructiva porque excluye la inhibición cultural de matar, exime al combatiente de reprimir su pulsión de agresión, es más, las convenciones le reconocen al soldado el derecho de matar.
Pero como acto cultural, la participación no se limita al soldado, sino que recorre una amplia gama que puede ir desde una grave perversión hasta el simple consentimiento “esa forma atenuada de inhumanidad que se caracteriza en parte por un deseo egoísta y pusilánime de autoconservación…”. Es la pretendida manifestación de ser “ajeno a la cultura” de la guerra; sin considerar que incluso las formas inofensivas del consentimiento (como no discutir y seguir la corriente) son afirmaciones del sistema de injusticia. Para sobreponerse a la cultura y comprender los hechos, para que nada semejante vuelva a ocurrir jamás, hay que desenmascarar estas formas “inofensivas” de participación: “sobreponerse a la culpa no puede significar sino mirar de frente la verdad; admitir los hechos sin desestimarlos; reconocer la participación, aunque no hubiese consistido sino en la forma más inofensiva”.
Esta y no la del avestruz parece ser la actitud correcta para escribir y sobre todo superar la página cultural de la guerra entre orientales, si el deseo es la paz duradera y el crecimiento espiritual de la comunidad.
Reflexionemos también acerca de la participación de los otros países de un lado y del otro, con honestidad y rechacemos su manipulación, a la vez que unámonos para denunciarlos como los más grandes violadores de los derechos humanos en este siglo.
Revisemos también con mucho detenimiento y profundidad cuánta es la verdad que dicen las ideologías respecto del hombre y su naturaleza social y política, y cuál es el real alcance de sus aportes en orden a satisfacer sus esperanzas.
Ahora es el tiempo nuevo de retomar con sabiduría, prudencia y sobre todo sin demagogia, la crítica del liberalismo, buscando discernir qué podemos esperar de él y cuál es el mejor camino posible que conduce al destino de los orientales.
Nosotros como combatientes comprometidos con el futuro de la Patria, estaremos vigilantes ante eventuales aviesas maniobras, destinadas a provocar enfrentamientos artificiales que generen desestabilización en la vida institucional, sea cual fuere él, o los partidos de gobierno.
Hermanados en el verdadero Proyecto Artiguista, anhelamos de todo corazón el mejor de los futuros posibles sobre esta bendita tierra para todos los orientale. Los militares, por no poder signar, facultan a los abajo firmantes a hacerlo también en su nombre”.
Lunes 13 de mayo de 1996 |
Una logia militar uruguaya apoyó al golpista Oviedo
Frustración. El ex jefe del ejército paraguayo, general Lino Oviedo. Su intento golpista fue festejado en el Uruguay.
MONTEVIDEO (Reuter). Oficiales del ejército del Uruguay habrían festejado en abril la finalmente frustrada intentona golpista del ex jefe del ejército paraguayo, general Lino Oviedo, según informó la prensa uruguaya.
El inútil festejo habría sido organizado por la logia "Tenientes de Artigas", uno de los varios grupos clandestinos que estarían operando a la sombra en las instituciones militares uruguayas. Según informó el diario de ese país La República, en la noche del 22 de abril, en plena revuelta de Lino Oviedo contra el presidente del Paraguay, Juan Carlos Wasmosy, los oficiales de dicha logia habrían brindado a la salud del hoy depuesto jefe del ejército del Paraguay.
El diario uruguayo, que cita a fuentes castrenses, dijo que la reunión de los miembros de los "Tenientes de Artigas" se realizó en un club de oficiales de Montevideo, desde donde se siguió atentamente la evolución de la crisis paraguaya.
Al margen de las FF.AA.
En el Uruguay hay varias logias militares en actividad, con estructuras propias y que operan al margen de las normas institucionales de las Fuerzas Armadas.
Además de la "Tenientes de Artigas" "que está considerada la de mayor antig"uedad, fuerza y cohesión", conviven el grupo conocido como "Logia del Chucrut", fundada por el ex presidente de facto Gregorio Alvarez y acusada de ser siempre oficialista, aún en los períodos democráticos, por la de Artigas; y, por último, la "Logia de la Rodosca", denominada así en homenaje al escritor uruguayo José Enrique Rodó.
Entre los atentados que protagonizaron los miembros de "Tenientes de Artigas" figura la bomba que explotó en las puertas del estudio jurídico del presidente Julio María Sanguinetti, a principio de los años noventa y a poco de culminar su primer mandato.
La existencia de esta logia dentro del ejército uruguayo se confirmó en enero de este año con las declaraciones del ex guerrillero tupamaro Eleuterio Fernández Huidobro, quien reveló que mantuvo al menos una reunión con tres oficiales de la "Tenientes de Artigas". Huidobro no sólo puso al descubierto la composición de las logias "militares retirados y mandos medios activos de orientación ultraderechista vinculados con el pasado régimen de facto uruguayo", sino que desnudó las internas militares del Uruguay.
25.04.2011 |
Zabalza, Huidobro y el pacto con militares
Los que pagan el pacto
Luego que militares dieran a conocer el texto de un presunto pacto con tupamaros, Jorge Zabalza consideró que se trata de un operativo para perjudicar a José Mujica y Fernández Huidobro, pero reconoció su existencia. "¿Cuántos habrían votado a Mujica de saber de este pacto?", dijo.
En el medio de la polémica por la aprobación del proyecto interpretativo de la Ley de Caducidad, integrantes de la logia Tenientes de Artigas, dolidos por el curso parlamentario que tuvo la ley, le facilitaron a dicho matutino la redacción de este presunto pacto que pretendía sellar el tema de los derechos humanos.
Según este texto, escrito por los propios militares en 1998, los desaparecidos fueron consecuencia de "una guerra" que existió en el país y por la cual se pìde a la sociedad que asuma su parte de responsabilidad en ella.
Dicho pacto no llegó a concretarse pero sentó las bases filosóficas para cerrar un acuerdo que sellara las heridas del pasado.
Según la crónica de El Observador, los tupamaros mantuvieron los contactos con militares al margen de sus compañeros frenteamplistas, de igual modo que la logia Tenientes de Artigas no solicitó autorización a los altos mandos.
Varias de las reuniones realizadas entre ambos grupos se celebraron en la chacra del hoy presidente José Mujica, consigna el matutino.
Palabras de Zabalza
En conversación con Radio Carve, Jorge Zabalza, ex militante del MLN, confirmó la existencia de este diálogo y el presunto pacto.
"Es un tema de vieja data. Provocó mi alejamiento del MLN, lo cual no quiere decir que yo haya dejado de ser tupamaro. Estas conversaciones comenzaron tras la muerte de Raúl Sendic, luego que triunfó el voto amarillo. Forman parte de una discusión muy grande dentro del MLN. Si Sendic estuviera vivo no se habría llegado a ningún tipo de acuerdo espurio, como se intentó hacer", afirmó Zabalza.
"Una de las razones por la cual nos oponíamos a estas conversaciones era que veíamos que era un operativo de inteligencia. Son oficiales de Inteligencia que usan su información para hacer política. Ellos manipulan a quienes están en contacto, los graban, los hacen firmar documentos y luego lo usan cuando consideran necesario, para desprestigiar. Se larga este lunes, un día antes de la interpelación de Rosadilla y Bonomi por el video, poco antes de la discusión en Cámara de Diputados sobre la ley interpretativa, y en antesala del 1º de mayo, al que Fernández Huidobro no va a ir porque va a sentir vergüenza", agregó.
Para Zabalza, esto es "para desacreditar a Eleuterio y a Mujica. Yo me fui fundamentalmente porque yo no estaba de acuerdo en enterrar la memoria de nuestros compañeros y declararlos muertos en combate cuando no era cierto, y empezar a hacer un nuevo futuro basado en acuerdos espurios, firmados entre gallos y medianoches. La gente debe saber qué es lo que está en juego. ¿Cuánta gente votó a Mujica y Huidobro, y que si hubiera sabido del acuerdo no los habría votado?".
"Yo hablo de esto hace tiempo, y siempre dicen que estoy loco, Y Fernández Huidobro dice que soy esquizofrénico y que cambie de tratamiento psiquiátrico, Esa es la locura que yo he tenido: oponerme a hacer acuerdos a espaldas de la gente, de la militancia. Acuerdos firmados quizá en calabozos", concluyó.
Divulgan texto de documento entre militares y tupamaros
25.04.2011 | 7.19 El Espectador
Militares divulgaron el texto de un documento que redactaron en 1998 con dirigentes tupamaros en procura de terminar con la discusión sobre la violación a los Derechos Humanos durante la dictadura.
El texto, que este lunes publica El Observador, fue producto de conversaciones entre tupamaros e integrantes de la logia Tenientes de Artigas.Según consigna el matutino, en aquellos contactos se dio participación a la Iglesia Católica y a la Masonería, pero fueron los “ex combatientes” quienes se sentaron a redactar el documento que finalmente quedó inconcluso.
Entre otros conceptos el texto señalaba que “una democracia sana no debe, ni puede, sostenerse tomando de rehenes a los desaparecidos, sino con la paz y el orden que sobrevienen a la verdad y a la justicia en que vive la comunidad”.
También se establecía que “hubo desapariciones porque aquí hubo una guerra”.
El pacto no prosperó porque en el MLN Tupamaros no hubo consenso sobre su enfoque y porque el entonces comandante en jefe del Ejército, Fernán Amado, decidió no avalarlo.
Rosadilla quiso verificar si Larrañaga pidió renuncia
25.04.2011 | 7.21 El Espectador
El ministro de Defensa, Luis Rosadilla, habló el sábado con el senador Jorge Larrañaga para verificar sus declaraciones a El Observador, en las que el líder de Alianza Nacional pedía su renuncia.
Durante ese contacto Larrañaga confirmó su posición y este lunes la reitera en el diario El País, donde dice que “el ministro Rosadilla, del mismo sector que Fernández Huidobro, que vota (la ley interpretativa de la ley de Caducidad) y renuncia, debe renunciar también porque queda en una condición inadecuada para dirigir las Fuerzas Armadas”.
Rosadilla señaló al diario La República que ahora está atento para ver si esa postura personal de Larrañaga se convierte en la de su sector o eventualmente de su partido.
Según Rosadilla, “si el ministro de Defensa no tiene la confianza de un amplio espectro del abanico de opiniones de un país, hay que pensar muy bien en la continuidad del ministro”.
De todos modos, Rosadilla dijo haber recibido “muchas otras llamadas de dirigentes e intendentes nacionalistas, muchos de ellos de la propia Alianza Nacional, para expresarle su respaldo y el desacuerdo con lo dicho por Larrañaga.
El ministro afirmó que “la relación con las Fuerzas Armadas está en permanente mejora, ampliándose y cada vez existe mayor sintonía”, saliendo al cruce de los cuestionamientos que le había formulado Larrañaga.
Gallinal: “La gestión de ministro Rosadilla está agotada”
25.04.2011 | 13.25 El Espectador
El líder de Correntada Wilsonista, el senador Francisco Gallinal, dio su posición con respecto al ministro de Defensa, Luis Rosadilla, y afirmó que la gestión del secretario de Estado está agotada.
“Es un tema que tendremos que conversar y bienvenido sea el planteamiento del senador Larrañaga y en función de los argumentos que él tenga para aportar se tomará la decisión que corresponda respecto al Gobierno. A mí me da la impresión que la gestión del ministro Rosadilla está agotada, todos los problemas que le ha tocado vivir con el tema de la Armada lo desgastaron enormemente y a eso se suma ahora la difícil situación de su sector político, la renuncia de Fernández Huidobro, su potencial posibilidad de ingresar al Senado de la República, sus manifestaciones aparentemente dichas en el ámbito del Poder Ejecutivo de que de aprobarse la ley interpretativa de la ley de Caducidad él renunciaría al cargo, todo eso están marcando el agotamiento de la gestión. De allí probablemente surja la posición del doctor Jorge Larrañaga que a mi juicio es muy respetable, es muy valedera y va de la mano con lo que es mi opinión que está agotada la gestión de Rosadilla al frente del Ministerio de Defensa (...) Cuando se agota una gestión el primero que tiene que tomar la iniciativa es el propio ministro”, indicó Gallinal.
Más temprano, el senador Jorge Larrañaga señaló en su cuenta Twitter este lunes que le confirmó a Rosadilla los dichos del sábado sobre el pedido de su renuncia y también expresó otros conceptos entre los que destacó que Rosadilla no puede decir “que lo llaman para apoyar”.
“Al ministro Rosadilla no lo apoya el sentido común ni la palabra empeñada ante la gente.-Que lo llame el Papa, es lo mismo”, dijo Larrañaga en Twitter.
“No le reclama la renuncia dirigente, sector o partido, son los hechos y la coherencia política los que obligan a determinadas actitudes”, agregó Larrañaga.
El pacto entre militares y tupamaros. En momentos en que se está discutiendo el proyecto interpretativo sobre la ley de Caducidad y se vincula a Rosadilla de haber participado de un supuesto pacto, militares divulgaron el texto de un documento que redactaron en 1998 con dirigentes tupamaros en procura de terminar con la discusión sobre la violación a los Derechos Humanos durante la dictadura.
El texto, que este lunes publica El Observador, fue producto de un acuerdo entre tupamaros e integrantes de la Logia Tenientes de Artigas.
Según consigna el matutino, en aquellos contactos se dio participación a la Iglesia Católica y a la Masonería, pero fueron los “ex combatientes” los que se sentaron a redactar el documento que finalmente quedó inconcluso.
Entre otros conceptos el texto señalaba que “una democracia sana no debe, ni puede, sostenerse tomando de rehenes a los desaparecidos, sino con la paz y el orden que sobrevienen a la verdad y a la justicia en que vive la comunidad”.
También se establecía que “hubo desapariciones porque aquí hubo una guerra”.
El pacto no prosperó porque en el MLN Tupamaros no hubo consenso sobre su enfoque y porque el entonces comandante en jefe del Ejército, Fernán Amado decidió no avalarlo.
Las conversaciones entre militares y tupamaros por el problema de los desaparecidos fueron consignadas en el libro “Jugando a las escondidas”, de Alvaro Alfonso, del año 2002.
La versión que daba Alfonso en aquel libro reseñaba que mientras mantenían reuniones con los jefes tupamaros, los “Tenientes de Artigas” redactaron un documento en 1997 titulado “nuestra posición sobre el tema de los desaparecidos”.
El mismo consignaba que “es absolutamente cierto lo que ha afirmado el comandante en jefe del Ejército (en alusión al teniente general Raúl Mermot, que ocupó el cargo entre 1996 y 1997), “sobre la imposibilidad material de obtener información institucional sobre el destino de compatriotas que se denuncian como desaparecidos en acción”.
Sin embargo, puso en claro que “no hay dos opiniones distintas, la coincidencia es unànime y trasciende jerarquías, armas, grupos, logias o roscas”.
Más adelante establecía que “las características propias del tipo del operaciones que se llevaban a cabo exigían un alto grado de compartimentación así como de descentralización en la ejecución de las mismas; esto incluso afectó de manera notable y por todos conocida, la disciplinada y ordenada vida diaria de los cuarteles y reparticiones… No había horarios, los equipos de trabajo respondían a un mando operativo que muchas veces no coincidía con su mando natural, era común que muchos jefes de unidad no supieran incluso en que operaciones estaban empeñados suyos subalternos, se utilizaban bases fuera de las unidades, el uniforme era vestimenta civil y siempre había urgencias, generalmente lo único que quedaba escrito eran las actas del interrogatorio”, señalaba aquel documento que publicó Alfonso.
El texto agregaba que “este fue un tipo de confrontación absolutamente nuevo y sobre el que no había experiencia. El enemigo no usaba uniforme, estaba mezclado entre nosotros, amenazaba nuestras familias, existía el pleno convencimiento de que la urgencia y el secreto en las operaciones podía salvar vidas de camaradas, de inocentes, e incluso las propias".
Esas urgencias y esa confusión en las operaciones, implicaban actuar sumamente tensionados y en situaciones límite, todo lo cual muchas veces provocó accidente o excesos no planificados”.
Los Tenientes de Artigas agregaban que “algunos de los pocos desaparecidos en Uruguay pueden estar muertos, fruto de las urgencias y particularidades de las operaciones, la gran mayoría cambiaron de identidad y viven en el extranjero. Ésta es la verdad”, decía el documento.
Agregaba que “lo que también es verdad y debe quedar muy claro es que las FFAA de nuestro país no llevaron a cabo y ni siquiera. se plantearon la posibilidad de una política de exterminio de sus enemigos de entonces y esto, los que nos enfrentaron en la primera línea de combate, lo saben muy bien”.
El libro de Alfonso recuerda también una reunión que tuvo lugar en 1999 entre representantes de la Iglesia Católica, la Masonería, los Tenientes de Artigas y el MLN-T
Trabajaron sobre una declaración pública monseñor Luis del Castillo, el gran maestre Carlos Bolaña, Fernández Huidobro y un coronel en actividad del Ejército que se hacía llamar Miguel Onofrio, uno de los principales de la logia Tenientes de Artigas.
La declaración establecía que “en Uruguay, vivimos y sufrimos un conflicto armado al que fuimos arrastrados por la situación internacional, continental y regional, algunos sectores nacionales colaboraron para mantener enfrentados a los que de otra manera podían hacer peligrar sus privilegios”.
Expresaba que “todos participamos en los bandos enfrentados, directa o indirectamente, lo hicimos con el honesto convencimiento personal de que actuábamos movidos por desinteresados motivos patrióticos”, aunque “hubo intereses espúreos, nacionales e internacionales que influyeron sobre ambos bandos para mantenernos enfrentados y para intensificar la intensidad de las acciones armadas”.
Finalmente, el documento reflexionaba así: “Ambos bandos, pusimos todas nuestras energías en una lucha en la que creíamos estar actuando del lado correcto, ya sufrimos demasiado. Es hora de respetar la memoria de todos nuestros caídos, reconociendo que, fuera el bando que fuera donde combatieron, lo hicieron con el más alto y honesto convencimiento personal de estar arriesgando todo por esta bendita Patria Oriental”.
El común denominador de estos documentos es que se sentaron alrededor de una mesa algunos integrantes de la Logia Teniente de Artigas y algunos tupamaros entre los que se señala a José Mujica, hoy presidente de la República, y a Fernández Huidobro, actualmente senador por unos pocos días más.
Durante varios días El País había hecho referencia sin dar mayores detalles ni de fecha ni de contenido a ese supuesto pacto que incluía entre los representantes de los tupamaros que participaron en estas conversaciones el hoy ministro de Defensa, Luis Rosadilla. Según las fuentes consultadas por El Espectador, no se ubica en ninguna de las reuniones a Rosadilla.
Por su parte, Fernández Huidobro dijo a Canal 10 este lunes que no conoce el documento.
“Nosotros hemos hablando mucho con los militares, Mujica, yo y mucho más. Nunca jamás abandonamos el trabajo político con los militares, con los tamberos, con los obreros de la construcción, con todo el mundo. Nos parece una estupidez no a hacerlo. (...) Lo estuve mirando de apuro arriba de un auto. Es un documento muy extravagante, raro, no creo que ahí haya ninguna investigación de Gabriel Pereyra a quien respeto como periodista, eso se lo acercó algún milico que dice ser de la Logia Teniente Artiga, cosa que se le acercó y se lo dio con un verso y fue y lo cubrió como no hay ninguna noticia en Uruguay. Eso parece ser la obra de una persona de una persona que se mandó un boniatito que dice que además data de 12 años atrás y que además dice que no se acordó, no se votó. Apareció ahora porque está la ley esta en discusión. El fin de esta publicación de la persona que entregó esto para que Gabriel Pereyra la publicara es la propaganda referida a la ley. Esto rompe los ojos, es una maniobra de porta avión”, declaró Huidobro.
También hablo el ex tupamaro Jorge Zabalza con Radio Carve, quien confirmó la existencia de este diálogo entre militares y tupamaros y el presunto pacto.
“Es un tema de vieja data, provocó mi alejamiento del MLN, lo cual no quiere decir que yo haya dejado de ser tupamaro. Estas conversaciones comenzaron tras la muerte de Raúl Sendic luego que triunfó el voto amarillo. Forman parte de una discusión muy grande dentro del MLN. Si Sendic estuviera vivo no se habría llegado a ningún tipo de acuerdo espúreo como se intentó hacer. Una de las razones por las cuales nos oponíamos a estas conversaciones era que veíamos que se trataba de un operativo de inteligencia, son oficiales de inteligencia que usan su información para hacer política. Ellos manipulan a quienes están en contacto, los gravan, los hacen firmar documentos y luego los usan cuando consideran necesario para desprestigiar. Se larga este lunes un día antes de la interpelación de Rosadilla y Bonomi por el video, poco antes de la discusión en la Cámara de Diputados sobre la ley interpretativa y en antesala del Primero de Mayo al que Fernández Huidobro no va ir porque va a sentir vergüenza”, dijo Zabalza.
“Esto es para desacreditar a Eleuterio y a Mujica. Yo me fui porque no estaba de acuerdo en enterrar la memoria de nuestros compañeros y declararlos muertos en combate cuando no era cierto y empezar a hacer un nuevo futuro basado en acuerdos espúreos firmados entre gallos y medias noches. La gente debe saber qué es lo que está en juego. Cuánta gente votó a Mujica y a Huidobro y que si hubiera sabido del acuerdo no los habría votado? Yo hablo de esto hace tiempo y siempre dicen que yo estoy loco y Fernández Huidobro dice que son esquizofrénico y que cambie de tratamiento psiquiátrico. Esa es la locura que yo he tenido, oponerme a hacer acuerdos a espaldas de la gente y de la militancia, acuerdos firmados quizás en calabozo”, concluyó Zabalza.
El que le puso final a estas conversaciones fue el expresidente Jorge Batlle. Poco antes de asumir en 1999 cuando se enteró de estas conversaciones mandó poner fin de manera total y completa porque él empezaba a transitar por otro rumbo que era la instalación de la Comisión para la Paz.
POLÍTICA
Para Mujica es "muy importante" que Rosadilla siga en el cargo
El secretario de la Presidencia, Alberto Breccia, aseguró que el presidente dio su apoyo explícito a los ministros Luis Rosadilla (Defensa) y Eduardo Bonomi (Interior)
“El presidente dijo que era muy importante que Rosadilla continúe en el cargo”, dijo Breccia a Observa.
El secretario de la Presidencia, Alberto Breccia, aseguró a Observa que Mujica dio su apoyo explícito al ministro Luis Rosadilla (Defensa) y Eduardo Bonomi (Interior) ante la interpelación a la que serán sometidos este martes en la Cámara de Senadores.
Por su parte, el vicepresidente Danilo Astori, vocero del Consejo de Ministros, reiteró el “total respaldo” de ese cuerpo a los ministros de Interior y Defensa.
“En las actuales circunstancias”, refiriéndose a la interpelación que este martes enfrentarán en Senadores, donde los miembros interpelantes serán Sergio Abreu (Partido Nacional) y Tabaré Viera (Partido Colorado).
Los interpelantes pretenden que los ministros expliquen el confuso episodio de un video con amenazas a jueces y magistrados.
Consultado sobre si el ministro de Defensa había anunciado su renuncia, Astori dijo que no. “Nunca se puso en duda (el cargo), pero fue el presidente el que expresó su voluntad y su deseo que se mantenga”, afirmó Astori.
El vicepresidente explicó que durante el consejo de este lunes Rosadilla realizó un pormenorizado el panorama del trabajo de su cartera, mientras que Bonomi analizó los detalles de los últimos operativos en barrios con problemas de seguridad.
“Van a continuar a ritmo de uno por semana”, agregó.
(Observa)
Fecha: 25/04/2011 | 16:35 | Montevideo, Uruguay